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ESTADO DE AHOGO ESTADO DE AHOGO ESTADO DE AHOGO ESTADO DE AHOGO ESTADO DE AHOGO ESTADO DE AHOGO ESTADO DE AHOGO ESTADO DE AHOGO ESTADO DE AHOGO ESTADO DE AHOGO Revista mensual. Distribución gratuita. Año 2. Número 18. Lincoln. B. A. Mayo 2013
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XsumArte 18 mayo 2013

Mar 15, 2016

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Paula Garcia

Revista cultural linqueña
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Page 1: XsumArte 18 mayo 2013

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TEATRO

PORTA PIA

Sala climatizadaSala climatizada

Editorial

StaffEditores propietarios: Santiago Zambianchi y Paula García / Diseño y diagramación: Paula García y Santiago Zambianchi / Redacción: Caseros 52 dpto. 7, Lincoln, Bs. As. / Columnistas:

J. C. García, Pablo Gago y Cristina Pannunzio/ Colaboradores: Cálica Ferrer, Virginia Fernández, Agustín Lódola, Julián Ardesi, Oktubriano y Juan Gregorio Hauciartz/ Arte de tapa:

Agustín Luisi/ Agradecimientos: J. G. Paoletti, Fernando Signorini/ Impresión: La Posta del Noroeste, Andrade 746, Lincoln, Bs. As. / Contacto: [email protected] (e-mail), Xsum

Arte (facebook), tel: 02355-15536795 / 15696907 * Número de propiedad intelectual en trámite.

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La tragedia de La Plata ha sido un hecho impactante. Hubo muchas muertes e infinidad de pérdidas materiales. Todas estas

circunstancias han provocado un estado de azoramiento, perpleji-dad y tristeza que son difíciles de describir y, por supuesto, deexplicar. En este contexto, desde XsumArte decidimos contarteeste hecho -que ocupa la centralidad de esta edición- a través dehistorias personales que le sucedieron a algunos linqueños queresiden en la cuidad de las diagonales. Son tres, y cada una de ellasesta abordada desde una mirada muy particular, que indefectible-mente se unen en un punto: el desasosiego y la desesperación.Acompañando esta nota hacemos una reflexión y recordamos aMaximiliano Bonetti, un joven linqueño que apareció muerto hace6 años en una laguna y todavía no se ha podido develar en quécircunstancias y en manos de quién.Haroldo Conti también es parte central a la vez de esta edición, yde manera muy especial. Es que este gran autor argentino es abor-dado y retratado por una amiga muy personal, estamos hablando dela docente y poeta Cristina Pannunzio, quien, afortunadamente,hace rato que nos acompaña a través de distintas columnas, endonde desarrolla de manera magistral distintos escritores naciona-les e internacionales que de alguna manera han dejado su huella.La Biblioteca Municipal «Domingo Faustino Sarmiento» se llevaotras dos páginas de este número. Allí nos dirigimos buscandopropagar lo especial y completo que es este espacio y, a la vez, loimportante que es dentro del marco de nuestra construcción cultu-ral e intelectual.Luciano Millares es otro de los protagonistas de XsumArte 18. Aeste histórico jugador del Club El Linqueño le debíamos un elogioy una gran dedicatoria por su talento y por su compromiso con unode los clubes más prestigiosos de nuestra ciudad, y fuimos por él.De la mano de uno de nuestros nuevos columnistas, intentamosretratar al «Terrible» Millares, que ya lleva más de 100 goles con lacamiseta albiazul y se perfila como el deportista más reconocidode esta increíble institución deportiva.Gracias y a través de la generosidad de Fernando Signorini, pudi-mos concretar otra columna especial, es que él nos contactó conCálica Ferrer, amigo de Hugo Chávez, quien a través de una emo-cionante reflexión nos acercó su punto de vista sobre este comple-jo Comandante venezolano, que dejó una marca indeleble en lahistoria de su país.Queda por mencionar la columna habitual de Pablo Gago, que,como todos los números desde que arrancamos, nos cuenta sobrelas distintas bandas que han hecho historia y han marcado un puntode inflexión a través de su musa; también el libro que FernandoSignorini junto a un grupo de periodistas linqueños proyectarásobre los 8 desaparecidos que tuvo nuestra cuidad en la últimadictadura cívico-militar argentina; y el disco que presentará el 11 demayo la agrupación local Tengo Pa´l Truco: «Son buenas», así sellama el nuevo material que esta banda dará a conocer en el CineTeatro Porta Pía de la calle Mitre.Bienvenidos a XsumArte 18, esperamos que la disfruten.

LA MEMORIA, UTOPÍA

Por casa, arroyos, árboles,

se arrastra,

y arrastra

su incógnita, nadie juraría

que superó la incógnita

de dónde está lo lejos, lo próximo,

dónde lo dentro, dónde lo que subsiste,

y el mínimo intento

de restablecer casas, arroyos, árboles,

es extravío, inubicable,

utopía, lo inubicable,

árboles y arroyos y casas

que diseñaron un sitio

y no se los ve, no coinciden en ninguno,

y nadie se atrevería a jurar

que éste fue el árbol,

éste el arroyo entre el cañaveral,

ésta la casa

donde pernoctamos al reparo.

Ninguna memoria,

ni siquiera la de nuestra

naturaleza ordinaria, dirigida

a la afirmación de que los recuerdos

si son moderados es como abrazar

maderas que engendran cenizas,

y si son intensos

es como quemar alcanfor,

no quedan residuos.

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Actualidad

El arte joven en Lincoln tiene muchas aristas ysiempre está mostrando su estilo de diferen-

tes formas. Música, muestras, poesía, teatro,danza, diseño, entre otras manifestaciones, sonel condimento que denota que nuestra ciudad tie-ne mucho potencial a nivel invención. Y una claramuestra de ésta se vislumbró el 5 de abril en ElMuseo de Bellas Artes de Lincoln «Manuel Bala-rino», en donde -a través de una rica exposición-el artista plástico Mariano Crego mostró variostrabajos de su autoría, que debemos decir nosdejo a quienes hacemos XsumArte muy sorpren-didos con su gran propuesta.Junto con Mariano también expuso sus trabajos -en condición de invitado especial- Carmelo Sto-la, otro artista linqueño que se lució en esta mues-

Gran exposiciónen el Mubal

Mariano Crego y Carmelo Stola fueron artífices de una granmuestra en el Museo de Bellas Artes «Manuel Ballarino». Estosartistas plásticos expusieron parte de sus originales trabajos,que pudieron ser disfrutados por el púbico en general y por variasescuelas de nuestra ciudad.

tra denominada «Dimensiones», que estuvo abiertaal público en general hasta el 28 de abril.Vale destacar que en la inauguración de este eventohubo mucho púbico y que recibió la visita de variasescuelas de nuestra ciudad, entre ellas, la Agrope-cuaria, la Escuela del Alba y también la número 18.Además debemos mencionar que este espacio ubi-cado en la Terminal de Ómnibus en solo unos díasfuncionará como soporte para la exposición que rea-lizará el multifacético y reconocido artista plásticoRocambole, pero ése será tema de difusión en el próxi-mo número de la revista.La exposición de Mariano Crego contó con la direc-ción artística de Cecilia Tángaro, que cumple el rol decoordinadora dentro de este gran lugar.

Vaccarini presentó su nuevo libro

El escritor linqueño que reside en Capi-tal Federal, Franco Vaccarini, presen-

tó el viernes 12 de abril en la Escuela delAlba de nuestra ciudad su nuevo trabajoliterario llamado «El cuaderno blanco depapá».En relación al material, Vaccarini expresó:«El libro salió a fines del 2011 y, como to-dos mis trabajos, no tenía ningún apuroen ser presentado. ‘A cada chancho le lle-ga su San Martín’, dicen todavía las coma-dres. Lo presentamos en Rosario, en lalibrería Ross y en la Feria Del Libro deBragado, en el invierno pasado».«Es un ejemplar lleno de cuentos. Es ellibro que quiero que lean mis amigos, espor eso que ya he regalado unos cuan-tos», agregó.Para quienes siguen de cerca su obra, elescritor dio pistas del contenido del libro,mencionando algunos nombre de suscuentos, como por ejemplo: «Los padresmisteriosos», «El regreso de la abuela fe-roz», «Una vida más», «Amílcar y los sa-pos», «A mí Ramona me daba miedo», «Lajuntacuerpos», «La casa sin tesoro», «Y nome acuerdo de más nada», «Pastor de ca-ballos», «El día que elegí mi nombre» y «Elcamino al cementerio».Entre otros detalles de su persona, el es-critor nació el 4 de octubre de 1963 en nues-tra ciudad y, a fines de 1983, se radicó en laCiudad Autónoma de Buenos Aires, don-de reside hasta el presente. Asistió a lostalleres literarios del escritor José Murilloy de la escritora Hebe Uhart, entre otros.Cursó periodismo en el Círculo de la Pren-sa y trabajó esporádicamente en diferen-tes medios gráficos. Desde el año 2001 sededica exclusivamente a escribir narrati-va, casi en su totalidad dirigida al públicoinfantil y juvenil. Su primer libro para chi-cos «Ganas de tener miedo», se editó enel año 2001 y desde entonces ha publicadomás de cuarenta títulos. En el año 2006ganó el premio El Barco de Vapor de Edi-ciones SM, por su novela «La noche delmeteorito».

LITERATURA LOCALLITERATURA LOCALARTES PLÁSTICASARTES PLÁSTICAS

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Vi volar los pedazos de madera de un placard ha-cia una calle que está repleta de más pedazos de«lo que una vez fuimos», me hice insistentemen-

te el idiota, seguí por una vereda angosta de 8 y 522, enTolosa (La Plata), y pensé frente al Registro Civil adondemiles de amores dejaron su marca indeleble, que final-mente «vivimos en un mundo de ilusión», como una vezme contó el sociólogo polaco Zygmunt Bauman. Dospasos más adelante ya no pude escapar al infortuniogeneral: es que uno se hace el idiota con las cosas que yavio y que difícilmente puedan ser borradas de la cabeza,por más que se le quiten los ojos de encima. Una ilusión,como ese amor que flotaba entre un putrefacto río depapeles que salían de esa repartición. Ayer, los amoreseran certificados; hoy, tintas corridas en registros altera-dos. En las casas de los inundados tampoco ya nadatenía validez y lo único certificado era tener la certeza deuna gran incertidumbre.En un mundo en el que se pensaba que el crecimientoera ilimitado, un cachetazo natural desplomó todos loscastillos de cartas. Una noche cayó una gota de lluvia ylas lágrimas compusieron una sinfonía de desazón queacompañó el desborde, la cerrazón, lo inimaginable.Dormir en el techo pareció ser el resumen de esta confi-guración del nuevo mundo del revés. Dormir en el techocomo señal de la salvación. Tener «los pies sobre la tie-rra» fue exactamente lo contrario al criterio. Ya nada eralo mismo. Porque la nada misma era todo lo que queda-ba.

Del otro lado de la vía, más allá de 1 y 528, la tristeza fuela misma que la de los desposeídos, pese a que el aguasólo había sido la de una intensa, incesante y traumáticatormenta. Del otro lado de la vía las historias también secontaron, pero fueron el eco de lo que llegaba de la Tolo-sa inundada.¿Cómo empezar de nuevo cuando en los bolsillos sólohay humedad? En 529 y 2, un tradicional supermercadoenlazó en las colas de las cajas las palabras del asom-bro. Un muerto, dos muertos, tres muertos. Todo se cuen-ta con la misma velocidad con la que el agua trepó «has-ta acá», como indicó una señora mientras contaba quesu nieto debió caminar varias cuadras en un prematurorío que alcanzaba a las rodillas. Todo a oscuras. A mano.Las cosas perdieron cierto valor. Lo rudimentariode hacer cuentas con los dedos volvió a ser mo-neda corriente, después de la inundación, paralos cajeros. Contar muertes, contar pérdidas, tomóun valor mucho más supuesto.Las historias fueron y aún son terribles. Desde unperro que salvó a un nene, hasta dos abuelos quese sentaron arriba de la mesa, de la mano, a es-perar la muerte o el rescate.Bauman sostiene que vivimos en un mundo «comode alquiler», en el que todo se mueve rápidamen-te, con «cambios radicales que no se esperan»,mundo que también ha definido como un «inte-rregno, en el que se ve que las cosas que se hanhecho hasta ahora no han funcionado, pero no se

ha encontrado aún la manera de hacerlo diferen-te».La culpa es de los políticos. Pero éstos dicen que la culpadebe de ser de la propia naturaleza o de algún otro polí-tico que estuvo antes. Esto también se escuchó en lascalles. Hubo saqueos. La gente estaba desesperada. Porun momento el vacío estuvo lleno y nadie quedó afuera.Tolosa, al menos la zona del Registro, va a mejorar por-que es gente de relativa clase media, con una red decontención. Pero hay barrios «re pobres», había mencio-nado una mujer que aún vive pegada al «Arroyo delgato». Allí la correntada le arrebató parte de la casilla dechapa y madera. «A esos va a llevarles mucho tiemporecuperar todo», contó una investigadora del Conicetmientras clasificaba ropa en un centro de evacuados,

Todo se volvió líquido

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* Por Juan C. García

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donde la solidaridad co-menzó a llover como esastormentas que alivian.«Ahí la pobreza es estruc-tural, no se soluciona conun colchón».La pobreza, como losamores que aún no seperdieron en el agua,también está certificada.Y todo se volvió líquido.

***La devastadora inunda-ción que azotó a la capitalbonaerense, a principiosde abril, despertó mu-chas sensaciones quetrascendieron los límitesde la llamada ciudad delas diagonales. El dolor, laespera, las pérdidas, lamuerte y la oscuridad enlos hechos propusieronun marco de debate en-tre lo natural y lo políticoque tardará en irse,como tarda en cerrar laherida que dejó el haber-lo perdido demasiado otodo. Linqueños, comoplatenses, convivieroncon estas trágicas co-rrentadas de amargura ysin sabor. En esta edición,justamente ellos, los pro-tagonistas del dolor, pres-tan sus intimidades en untrozo de papel y las com-parten con nuestros lec-tores.

***

La culpa no

es del agua

Por Agustín Lódola

El correspondiente artículo gramatical mas-

culino no oculta su femi-nidad. Principal e impres-cindible componente delcuerpo humano. Derechobásico, aunque negado amuchos. Bien público, quese cobra por metro linealde frente, y así derrocha-mos. Bien privado, que sevende envasado y se re-comienda tomar dos li-tros diarios. Forma partede todos los productos yhace funcionar la mayo-ría de las máquinas ymotores. Vamos en subúsqueda en nuestrosrecreos de verano paracontemplarla o directa-mente sumergirnos enella. Es bendita cuandonos purifica de todo mal.Su existencia motivó en latierra -y sigue motivandoen el planeta- la ubicacióngeográfica de los pueblos,ya que no hay vida sinella.¿Cómo entonces ellapuede hacer algomalo?

El martes 2 de abril último, después de pasar unos díasen Lincoln, estábamos en nuestra casa en La Plata or-ganizando una salida familiar al cine, aunque la persis-tente y copiosa lluvia nos hizo modificar el plan y que-darnos. En ese entonces, ella había superado el cordónde la calle, lo que me impulsó a sacar unas fotos creyen-do que iban a ser imágenes impresionantes. En pocosminutos comenzó a entrar por la puerta del frente, loque nos hizo levantar algunos electrodomésticos. A lahora estábamos, sin luz, instalados en la planta alta,viendo por la ventana subir su nivel sin pausa y demo-cráticamente. El inaudito silencio dejó exclusivo prota-gonismo a la correntada, que, a pesar de que era fuerte,no impidió que una persona en un cayac saliera a resca-tar a otros. ¿Sos de la Municipalidad?, pregunté en for-

ma ingenua cuando me ofreció ayuda. A la medianochelos autos que habían quedado estacionados en la calleya habían sido totalmente tapados, aunque se localiza-ban fácilmente por sus luces prendidas. Eso haría em-peorar la posible recuperación, me dirá tres días des-pués un mecánico. Ver la heladera flotando en el livinges un espectáculo único (¿e irrepetible?)Aunque sin comunicación, la noche terminó rápido. A lamadrugada, cuando bajamos, ya no quedaba agua, nimuebles, ni auto, ni libros, ni fotos, ni nada en su forma ylugar.¿Hoy no voy al jardín preguntó el más chiquito?Comenzamos a sacar el barro rápidamente, porque nohay peor cosa que una tristeza duradera, mientras se-parábamos lo que servía de lo que no, en una angus-

tiante clasificación dondese mezclaron renacimien-tos y despedidas. Obser-var en la vereda cómo labasura de unos es valiosapara otros nos visibilizó ladesigualdad existente queni la mentira estadística niel agua pueden tapar.Nos sorprendió el medio-día, y la búsqueda por elbarrio de algo para al-morzar, nos permitió cru-damente tomar dimen-sión del problema. Tuveque caminar bastantepara encontrar algún co-mercio que haya queda-do en pie. Experimentarsólo pérdidas materialeses un consuelo tonto yegoísta, pero realista yrespetuoso.Luego la solidaridad; queemociona, conmueve, re-conforta, energiza, seca,deshumedece, abriga;pero cuya efímera pre-sencia requiere otras for-mas reparadoras que es-tén más allá de los siem-pre incompletos seguros.El agua transitó por los lu-gares reservados diaria-mente para los automó-viles, aunque los expertosnos dirán que antes queDardo Rocha fundara laciudad, ése era su territo-rio. Modificar los causesnaturales suele tener unéxito temporario, si nohay atención permanen-te. Me queda la duda si eltrazado de las grandesdiagonales fue un símbo-lo de ciudad moderna yun criterio innovador res-pecto a los tradicionalesdiseños urbanísticos encuadrículas, o fue un ho-menaje a los arroyos, al-gunos de cuales (el delRegimiento) corre exacta-mente como una de lasdiagonales (Diag. 74)En los 129 años de vida dela capital provincial, nun-ca había pasado algo así.Una amiga estudiante demeteorología me diceque fue un evento rarocon nubes de gran tama-ño y con un frente de tor-menta estacionario. Aun-que no hay que ignorarque, como en muchos lu-gares, se agregaron enforma miope y durantedécadas millones de me-tros cuadrados de cons-trucción de edificios, pa-vimentos y veredas sinobras complementarias.Ahora bien, no miremosel ombligo ajeno ni dude-mos de la acción conjun-ta. No podemos exigir di-rigentes estratégicos si noactuamos como habitan-tes y ciudadanos estraté-gicamente.Claramente, la culpa noes del agua.

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Texto escrito sábado 6 de abril de 2013, en plenoejercicio de «drenar la experiencia», con las imá-

genes irrumpiéndome en la mente. Solo pude escri-bir esto. Hay más. Y no me olvido de los que hoysufren la muerte de un familiar, de un vecino o de uncompañero de trabajo. El drama permanece por es-tas horas.

Corro tras la gente, ellos no están, se diluyen. Empie-zo a sentir dolor. Creo estar soñando por estas horas.La ciudad de La Plata, conocida por ser la ciudad delas diagonales, ha sido cubierta por el agua de lluvia.Imágenes, son personas.Calles, barrios, hogares. Escuelas. El hospital. Tratode entender lo que sucede. Voy camino hacia la casade mi prima Lara.Media ciudad bajo el agua. En plena noche del miér-coles 3 de abril.Al llegar, afectados.Objetos personales, el amor que nos tenemos, fotosde padres, documentos con números, el intento dealguna carta, flotan en el lodo.Al llegar, afectados.

Relatos de una tormenta implacable:«Me pudo haber pasado cualquier cosa»

Juan Gregorio Hauciartz

Juan Gregorio Hauciartz, «Juangre» -como lo llamanlos amigos-, es uno de los tantos linqueños que vivió

de cerca el tremendo temporal que dejó en jaque a LaPlata. Tiene 21 años y, como muchos, apuesta a la ciu-dad de las diagonales para su formación profesional.«Gracias a Dios no me pasó nada en el camino», le dijoa XsumArte cuando comenzó a contar su peripecia. Latormenta lo sorprendió en medio de la calle, a unasquince cuadras de su casa. Se arriesgó a ir caminandocon el agua encima de las rodillas.«Fue terrible», sintetizó el joven estudiante linqueño deArtes Plásticas (orientación Dibujo). «Yo fui caminandodesde la Vieja Estación (17 y 71) hasta la Facultad deBellas Artes (Diagonal 78, aproximadamente, en cer-canías a plaza Rocha), que es por donde vivo, con elagua que me pasaba las rodillas», relató.Su historia no es contada por la pérdida de bienes ma-teriales, sino por la odisea que debió cruzar para llegara su casa, un departamento que sólo sufrió algunas

goteras y el corte de servicios, como la gran parte de lacapital provincial.«Era casi imposible caminar por las veredas; por la calle,menos. La corriente del agua era muy rápida y habíamuchos autos varados en parque Saavedra», reseñómientras hacía el esfuerzo por encontrar un detalle queno tuviera una cuota de desasosiego. «Algunos resigna-ron sus coches directamente y los dejaron abandona-dos», confesó. Y agregó: «Pudo haber sido peor si hubie-se habido vientos fuertes».En su barrio, el agua llegaba hasta la mitad de las puertasy rápidamente veía, mientras se esmeraba en llegar adestino, cómo en muchos lugares ese prematuro río co-menzaba a inundar las casas. «Cuando se largó la tor-menta, los negocios comenzaron a cerrar y los que esta-ban abiertos salvaban todo lo que podían», sostuvo.«A mitad de camino, medio que me arrepentí, pero ya nopodía retroceder. Cuando llegué y vi que sólo tenía unpar de goteras, me quedé tranquilo. Pero no me podíacomunicar con nadie porque andaban mal los teléfonos»,prosiguió.El contexto que marcó «Juangre» es hoy una imagen sa-turada por la televisión y los diarios, pero las sensacio-nes de su experiencia denotan aún más de cerca la tra-gedia de muchos platenses. «Estaba indignado porque

veía gente desesperada, que poco podía hacer porsus cosas», dijo.«Gracias a Dios no me pasó nada en el camino», con-tó Juan Gregorio. Y no escapó de su propia realidad:«Después reflexioné y pudo haber pasado cualquiercosa. Menos mal que no hubo vientos fuertes. Por lasramas y cables… Hubiese sido mucho más devasta-dor».Cuando la lluvia frenó y la cotidianeidad perdió su cur-so, el joven linqueño salió a la calle y vio el desastre.«Las veredas hoy están llenas de todo lo que la genteperdió: colchones, papeles, muebles, electrodomésti-cos... Todo. Además de basura hay hojas», expresó.Pero fue tremendamente contundente al poner la pa-labra justa: «Las veredas están llenas de tristezas».Hoy, ya reestablecido en su casa, sufre los mismosproblemas que el resto. Resulta complicado conseguirciertos alimentos, el agua envasada es casi imposiblede obtener y la que provee ABSA «tiene un color ma-rrón turbio que la hace imposible tomar o usar. Ya nicon lavandina ni hirviéndola se puede consumir».«Después de observar todo, sacarme las bolsas deplástico que me había puesto encima y ver que micasa estaba bien, recién ahí caí. Realmente la saquébaratísima en todo esto», finalizó.

Sólo somos eso, una pulsión que nos lleva al abrazo.Y a la posibilidad de juntarnos para recuperarnos.La imagen oscura de Camilo y Santino, mi ahijado(hijos de Lara y Enzo) durmiendo en el bote que sehamaca lento en el interior del garaje.Es de noche y el agua crece.Lara bajo el agua caminando hacia el baño. No sepermite la indecencia de orinar en cualquier par-te: al regresar tratará de salvarle las mochilas,los cuadernos a sus hijos. ¿Qué significa, en ple-no caos y con las patas en el agua, recordar lafrase de su madre?: «El único capital que les pue-do dejar es el estudio».A plena luz del día. Con el viento soplando traslos rostros del miedo. Le pido que me deje sacar-le una foto (viernes 5 de abril). Acepta:Mi prima Lara sentada en la vereda de su casa, en-tre veintena de zapatos mojados (siempre supe de

Pedido

Relato de Julián Ardesi

su fortaleza, pero hoy me supera). Frazadas quecuelgan de árbol a árbol, documentos, títulos,carnet, libros, cartucheras, aceite en las pare-des.Sentada en la vereda, en cuclillas, como los vie-jos sabios, me regala una sonrisa que rápida-mente se diluye.Todo es barro. Es la vida hoy.Nada se puede entender en estas horas.Los libros flotan como tablitas débiles en el aguasucia. Tres de la madrugada. La lluvia no habráde detenerse. (Con el día sabremos que son mu-chos los muertos, la ciudad en duelo).Me lo cuentan, mientras salvajemente, intenta-mos recuperarnos.Un helicóptero de la policía cruza los cielos deLa plata. Y todo se pone más triste.Nosotros afectados trabajamos para volver a ladignidad.Amigos de Enzo, viejos murgueros platenses,psicólogas amigas de Lara, mis primas, sus her-manas. Jorge de corazón y plan. Mi padre y yo, ymuchos son los que se dan a la cita.

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Tengo Pa´l Truco con nuevo disco

Son Buenas, así se llama el nuevo disco que labanda de música Tengo Pa´l Truco presentó el3 de mayo a través de conferencia de prensa

en el hotel Impala, y que dará a conocer -a través dela instrumentación y la puesta en escena- en el CineTeatro Porta Pía el sábado 11 de mayo a las 21 horas.Este nuevo y pretencioso trabajo está conformadopor 15 canciones del repertorio de música argentina,que te las acercamos con nombres y autores paraque vayas palpitando lo que se escuchará en las ta-blas del mítico teatro de la calle Mitre. Aquí van: Mi-chelángelo 70, de Astor Piazzolla; Soland, de Aldo Sa-ralegui; Tonada de otoño, de Mecedes Sosa y Sánchez;Chasky, de Luis Hopua; Corralera/Llorón, de Aieta,Maglio y Cadícamo; Así, de Damián Balarino y Car-los Passeggi; El mareadito, de Luis Hopua; De Pérdidasy reencuentros, de Carlos Passeggi; poesía: El Tango,de José Luis Borges; Fuego a fondo, de Damián Balari-no; Vidalita, de Aldo Quadraccia y Manuel Balarino;Al viejo tristón, de Gonzalo Vi-llalba; Espinel de la luna, de LuisHopua; Balada para un loco, deAstor Piazzolla y Horacio Fe-rrer; Chacarera del 21, de Car-los Passeggi; y, como bonustrack, Lincoln capital del Car-naval, de Héctor Serazzi. Es-tos 15 temas, como ya escostumbre dentro delacervo de esta banda,están conformados porun variado abanico demelodía argentina: tan-go, milonga, nuevo tango, tona-da, carnavalito, zamba, gato, vidalita, cha-mamé y chacarera, son alguno de los ritmos queconforman el nuevo trabajo.Como parte de este nuevo CD, los músicos de Lin-coln se dieron el gusto de invitar a varios artistaspara que sean parte de él: Amelita Baltar, Cecilia Todd,Guillermo Rubino, Guillermo Catena, Ruth Hillar, AdolfoFalcón, Luis Balarino, Gustavo Diderle, Concepción Rillo,Virginia Abadía, Mercedes Miravalle, Juan Martínez, Car-los Cifaldi y Serena Balarino, son los músicos que acom-pañan al cuarteto en este nuevo y distintivo disco,

El cuarteto musical linqueño presentó su nuevo CD a travésde una rica conferencia de prensa en el hotel Impala y lue-go, el sábado 11 de mayo, desandará todo su arsenal meló-dico en el Cine Teatro Porta Pía. 15 canciones y varios invita-dos de lujo son el núcleo esencial de este nuevo material,que lleva como título «Son Buenas».

que seguramente dará mucho qué hablarentre aquellos degustadores de buena mú-sica.«La presentación en Lincoln será en el Tea-tro Porta Pía el día sábado 11 de mayo alas 21 horas, y contaremos con la presen-cia de artistas invitados para hacer del re-cital una verdadera Fiesta, manifestó Da-mián Ballarino, uno de los integrantes deesta agrupación.Vale destacar que, previo al concierto de

Lincoln, Tengo Pa´l Truco viajó elfin de semana del 27 y 28 de abrila la ciudad de Bariloche, para rea-lizar un concierto en el escena-rio de «La Araucanía» donde elprograma «Fly Cast America» -de Fox Sports- filmó esta puesta enescena para hacer una emisión es-pecial con el cuarteto linqueño, queestá conformado por Gonzalo Villal-ba, Luis Hopua, Damián Balarino yCarlos Passeggi.

RODAJETengo Pa´l Truco ha llevado su música

por diversos escenarios del país: Capi-tal Federal, Santa Rosa, Junín, La Platay diferentes localidades de la provin-cia de Buenos Aires, y en diciembre de2011 se presentó en distintos audito-rios de Caracas, Venezuela. También

ha sido participado en 2012 como grupo orga-nizador del importante Festival «Sonamos La-tinoamérica», en la sede argentina de Lin-coln.Para 2013 hay muchos proyectos, en-tre los más importantes unagira europea y una nuevapresentación en Vene-zuela.

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Los resultados del censo 2010 pu-blicados por el INDEC indicanque el distrito de Lincoln tiene una

población total de 41.808 habitantes. En esamasa poblacional había 526 jóvenes de 25años -251 varones y 275 mujeres-. Las es-tadísticas intentan hacer un análisis de larealidad, pero los números no cuentan his-torias. Los números no dicen, por ejem-plo, que en el censo de 2000 Maxi era unnúmero más dentro de los jóvenes de 15años; sin embargo, no figura entre los 251varones de 25 años en 2010.El 23 de abril de 2007, Maximiliano Bonetti,de 22 años, salió de su casa alrededor delas cuatro de la tarde en su bicicleta y novolvió nunca más. «Cuando desaparecióllevaba un pantalón de jeans color negrocon manchas de lavandina tanto en la par-te delantera como trasera; arriba, un buzocolor azul con las inscripciones de la Es-cuela Normal «Abraham Lincoln». Ade-más, tenía puesto un par de zapatillas co-lor turquesa», rezaba el comunicado poli-cial que pedía la colaboración en su bús-queda.Pasaron 107 días hasta que el cuerpo deMaxi fue encontrado por un cazador denutrias en un espejo de agua ubicado a lavera de la Ruta Nacional Nº 188, a la altu-ra del kilómetro 230, en el partido de Lin-coln. A pocos metros de una muerte ase-gurada, su bicicleta acompañaba el prin-cipio de un viaje que aún no tiene descan-so.

SOLIDARIOSEn Lincoln hay más de cuarentamil habitantes, pero «nos cono-cemos todos», dicen en las es-quinas. También mencionanque es un pueblo «solidario»,donde -cada vez que pasaalgo- la gente está dispuestaa ayudar.Cuando la famosa «Reso-lución 125» afectó a losproductores rurales, lasrutas estaban colmadasde vecinos, las movili-zaciones eran acom-pañadas por cientosde personas. Cuan-do buscaban a To-más Dameno San-tillán, la gente tam-bién dijo presentey la mamá deMaxi acompañólas marchas.Durante los 107 díasque duró la odisea dela familia, se hicieronvarias marchas para pe-dir por la aparición de

Maxi Bonetti

*Por Virginia Fernández

Maxi; después del 7 agosto, las moviliza-ciones fueron para reclamar justicia.«Es importante no olvidarse de Maxi. Alprincipio me sentí muy acompañada por lagente, pero, cuando realizamos algunasmarchas, fue disminuyendo la cantidad queparticipaba. Tenía ganas de hacer una nue-va movilización, pero no sé si la gente meva a acompañar. Igual, mi lema es ‘Prohi-bido olvidar’». De esta forma, Aurelia, lamamá de Maxi, intentó dar una explicaciónde por qué ya no se hacen más marchas.Sin dudas los linqueños pueden ser solida-rios, pero muchas veces el concepto de so-lidaridad se vuelve relativo. La solidaridad

implica preocuparse por el otro, aunquealgunos se sientan movilizados sólo

cuando el problema afecta al con-junto al que pertenecen. Pocos se

acuerdan hoy de Maxi y, aun-que todavía el o los asesi-

nos siguen siendo partedel conjunto de toda

la comunidad, yano es una cau-

sa que los movilice. Sólo queda la espe-ranza de que el lema de su mamá hagaeco en la sociedad.

RECUERDOSHace aproximadamente un año, en unafría tarde de junio, Aurelia -la mamá deMaxi- me abrió las puertas de su casa paraotorgarme una entrevista. Eran las seisde la tarde, el mate estaba listo. Rodeadade fotos de su hijo, el recuerdo de Maxibrotó de su boca.«El 23 de abril del 2007 a las 16 horas yoestaba por ponerme a mirar la novela, medio un beso, se tomó un vaso de Coca yme dijo: ‘Ahora vuelvo’. Nunca pensé que

ése sería el último día que lo ibaa ver a mi hijo», contó.

Mientras sostenía un porta-rretratos en sus manos, con

los ojos llenos de lágri-mas, Aurelia descri-

bió a suh i j o

sólo

Prohibido olvidar

como sabe hacerlo una madre. «Maximi-liano era un chico inteligente dentro de sudiscapacidad, y no tenía picardías. Creíaque los chicos eran todos amigos, aunqueyo le expliqué que hay gente mala y gentebuena. Siendo yo una persona humilde,no creo que lo que pasó haya sido por unajuste de cuentas, porque enemigos notengo».Hoy ya no está, sin embargo, para ellasiempre estará presente. «A Maxi lo re-cuerdo siempre con una sonrisa. Lo ex-traño muchísimo y daría mi vida por te-nerlo conmigo. Él volvía a eso de las seisde la tarde y me decía: ‘mamá, se hizo denoche’, y empezaba a cerrar todas las ven-tanas. Extraño los abrazos porque era muycompañero mío, era una persona mimo-sa, muy cariñosa».La charla comenzó con un nudo en la gar-ganta que de a poco se fue transforman-do en lágrimas. Lágrimas de dolor. De undolor tan profundo que aún no encuentraconsuelo. El dolor de una madre a la quele arrancaron a su hijo.

VERDADLincoln es un pueblo grande, donde nosconocemos todos. Conocemos a los pa-pás de Maxi, también lo conocíamos a él(aunque pocos lo recuerden) y segura-mente también conocemos a el o los ase-sinos de Maximiliano, que hoy, seis añosdespués, siguen caminando entre noso-tros.En algún rincón se escucha que alguiensusurra: «no se si algún día se sabrá laverdad». En su casa del barrio Plan Cien,la familia de Maxi se aferra a la esperan-za de que esa «verdad» algún día salga ala luz.«Nunca pensé en abandonar la lucha porsaber la verdad. Ojalá Dios me dé los añosde vida necesarios para poder saber quié-nes son los asesinos de mi hijo. A lo mejorellos me ven a mí y piensan que yo nuncavoy a saber la verdad, pero yo voy a lle-gar hasta las últimas consecuencias», ase-guró Aurelia, una madre que día a día in-tenta seguir adelante.«Mi vida sigue pasando con la ausencia

de Maximiliano. Muchas veces sien-to que soy como el Ave Fénix, que sedeshace, pero vuelve a renacer. Aveces me agarran bajones, pero mevuelvo a levantar. Es como una mo-chila muy pesada, pero con el tiem-po te acostumbrás a llevarla».Seguramente este peso se aliviaráel día que se conozca la verdad so-bre lo que le pasó a Maximiliano,mientras tanto, con el recuerdosiempre presente y la esperanza in-tacta, Aurelia cree «que se va a ha-cer justicia».

El 23 de abril se cumplió un nuevo aniversario de ladesaparición del joven linqueño Maximiliano Bonetti,quien fue encontrado sin vida el 7 de agosto de 2007.Más allá de la falta de respuestas, el recuerdo siguevigente.

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Maximiliano Bonetti desapareció el

23 de abril de 2007, tenía 22 años.

Maximiliano Bonetti desapareció el

23 de abril de 2007, tenía 22 años.

Aurelia, madre de Maxi, quien cree quese hará justicia por la muerte de su hijo.Aurelia, madre de Maxi, quien cree quese hará justicia por la muerte de su hijo.

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El profe linqueño Fer-nando Signorini anun-ció que se escribirá

una obra en memoria de to-dos los detenidos-desapa-recidos de nuestra ciudaddurante la última dictaduracívico militar argentina.«Se formó una Comisiónpara investigar y hacer co-nocer la vida de las ochopersonas desaparecidasque vivían en la ciudad. Fuiinvitado a participar y mesumé porque tengo la ideade escribir un libro con lahistoria de cada uno deellos», contó Signorini.La idea del ex preparadordel seleccionado albiceles-te, nacido el 7 de diciembrede 1950, es que la obra con-memorativa sea realizadacompletamente por linque-ños en el tiempo estimativode un año.Dentro de los puntos quedetalló Signorini, que tienenque ver con la produccióndel libro, se destacan: «Va-mos a hacer un concurso depoemas en Lincoln y luego

Se escribirá un libro sobre losocho desaparecidos de Lincoln

El proyecto lo lleva adelante el preparador físico linqueño Fernando Signorini con unequipo de periodistas y escritores de nuestra ciudad. Esto se enmarca en las tareasque viene realizando el grupo «Linqueños por los Derechos Humanos».

seleccionaremos algunospara incluirlos en el libro. Latapa también la van a reali-zar artistas locales».Además de la tarea quepretende consignar en losjóvenes estudiantes, otrode los puntos fuertes quetendrá esta producción lin-queña de alcance nacionalserá que «también va a in-cluir ocho alegorías escritaspor personas muy vincula-das a la defensa de los de-rechos humanos, entreellos, Horacio González,Nora Cortiñas y Adolfo Pé-rez Esquivel, quienes yaafirmaron que serán partedel libro».Entre otras personalidadesde las letras que realizaránsu aporte a la obra, Signoriniadelantó su intención de queel prólogo quede a cargo delescritor uruguayo EduardoGaleano.Desde el punto de vista deSignorini, el libro va a servirpara dar a conocer la vida de«ocho personas comprome-tidas que entregaron su vida

en defensa de sus ideales. Sussacrificios y su esfuerzo nodeben pasar desapercibidos ydeben ser conocidos por to-dos».Esta obra estará enmarcadaen las tareas de visibilizacióny compromiso socio-históricodel naciente grupo «Linque-ños por los Derechos Huma-nos», del cual es parte el pre-parador físico Fernando Sig-norini. Cabe recordar que el

último 24 de marzo estegrupo hizo la primera vi-sibilización de los desapa-recidos de Lincoln a tra-vés del acto por el Día dela Memoria, donde se ex-pusieron sus rostros enfotografías gigantes quefueron acompañadas porlecturas de familiares delas víctimas del últimoproceso cívico militar quedejó 30.000 desaparecidos.

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Más allá de su muerte, Hugo Chávez sigue sien-do y será un personaje emblemático de nues-tra Latinoamérica, su ascendencia popular y

sus ideales de libertad e igualdad lo han estigmatizado ycolocado en un lugar insoslayable dentro de los próceresque han dejado todo por nuestra América Latina.Chávez se fue de esta tierra el 5 de marzo pasado, perodejó un legado muy claro respecto a cómo debe trazarseuna política basada en el servicio social y en el compro-miso moral. Son éstas las cualidades que nos llaman laatención dentro de un mundo devastado por el apetitode trascendencia desmesurada y poder, es por eso que,para ahondar más en este rico personaje venezolano,para conocer más sobre su personalidad y sobre su for-ma de ser, le pedimos a Cálica Ferrer -amigo de infanciadel Comandante Ernesto Guevara, compañero del últi-mo viaje del «Che» por Latinoamérica y conocido de HugoChávez y de Fidel Castro, que nos cuente sus sensacio-nes respecto a esta pérdida tan importante que hemossufrido quienes creemos en la utopía de la igualdad so-cial.Así, a horas de la muerte del presidente venezolano,Cálica nos envió el siguiente escrito:

Tranquilo, con la certeza más absoluta, sé que estas lí-neas escritas con más corazón que maestría periodísticaestarán en manos de mi amigo Fernando Signorini.Tendrán un buen destino. Todavía hoy 7 de marzo mecuesta aceptar la noticia de la muerte del comandanteHugo Chávez. ¿Dónde estaba Dios? ¿Cuidando a Kissin-ger, a la familia Bush, a Videla, a Galtieri o a otros perso-najes de esta calaña?Debo aplacarme porque tengo algunas cosas que quierocontar que viví con Hugo Chávez. Fue un privilegio cono-cerlo en persona cuando, junto a otro grande, el Coman-dante Fidel Castro, visitaba el museo del «Che» en AltaGracia, provincia de Córdoba. En un ambiente grato y sinsolemnidades conversé con ellos. Se hicieron bromastípicas de grandes amigos que todavía creo estar oyen-do pese al tiempo transcurrido.La noche anterior habían encabezado un acto en la Uni-versidad de Córdoba y Chávez, cuando tomó el micrófo-no -después de que hablara Fidel- dijo: «Yo no sé si uste-des saben que Fidel fue un playboy». Silencio absoluto. YFidel, que estaba sentado junto a Hebe de Bonafini, separó y le contestó: «¡Soy un playboy!».Todas estás manifestaciones distendidas y cordiales die-ron curso a una hermosa charla posterior en el museo ypuedo citar como testigos al entonces diputado MiguelBonasso, amigo personal de Fidel, a la entonces directo-ra del museo «Ada Ventre» y a los embajadores de Cubay Venezuela.Cuando ya se volvían a la ciudad de Córdoba, en mediode aplausos, abrazos y demostraciones de afecto y ad-miración, palmeé la ancha espalda de ese luchador in-cansable, a quien le dije con atrevimiento: «No afloje,Comandante». Se dio vuelta y en voz baja me dijo algoque ha cumplido y que me conmociona aún más con sumuerte: «¡Voy a dejar hasta la última gota de mi sangrepor mis ideales!». ¡Fuerte, ¿no?! Lo dijo ensanchando elpecho.Años después, en marzo del 2011, cuando Hugo fue a LaPlata a recibir merecidamente el premio «Rodolfo Wal-sh» y tomó «la manija», el micrófono, se lo veía entero,feliz, animado, e inició su discurso como siempre, conalegría y profundidad.

Chávez por Cálica FerrerCálica Ferrer, amigo de infancia del comandante Ernesto

Guevara y conocido de Hugo Chávez, nos regaló una sem-

blanza para que entendamos un poco más quién fue este

gran presidente venezolano, que dejó todo por su patria

y por sus convicciones de libertad e igualdad social. Un

lujo que te regalamos desde XsumArte.

En donde se desarrollaba el acto no cabía un alfiler;había mucha gente joven que se paladeaba consus palabras. Cuando se refería con admiración al«Che», manifestó: «Por ahí debe estar Cálica». Mepareció un malentendido y tardé unos segundosen reaccionar, hasta que alguien me empujó y medijo: «Saludá, pelotudo», y así lo hice desde un palcoal que había sido invitado.Entre otros, se encontraba el gran periodista Her-nán Brienza, a quien llamó a la tribuna para ponde-rarle ese gran libro «El loco Dorrego».Cuando terminaba el acto pude llegar a Hugo ymostrarle una de las fotos de Alta Gracia con él,

Fidel y, modestamente, ¡yo! Inmediatamente, muy con-tento por ese recuerdo, me firmó la foto.¿Y ahora, qué? Ya sin su presencia indispensable, estoyseguro que desde algún lejano planeta (puede ser el cie-lo), estará con Néstor (Kirchner), con el «Che» y con Allen-de, todos satisfechos porque dieron su vida, su sangre;porque esta América Latina felizmente ya es otra queaquella desangrada por las garras del Plan Cóndor.Lo cierto es que sus figuras son el ejemplo a imitar siqueremos seguir creciendo para que ese drama no vuel-va a ocurrir.Un vigoroso gracias, muchas y eternas gracias, a estosqueridos próceres inmortales.

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En el fútbol del ascenso –castigado por lasarbitrariedades y desidias de la AFA- es muydifícil apreciar jugadores realmente

extraordinarios. Esa palabra denota una habilidad queescapa del común de la gente, pero pocas veces en lapragmática puede verse dentro de una cancha. Sinembargo, claro, existen excepciones. Y Lincoln, desdehace varios años, cuenta con una figura digna dedisfrutar. Porque analizar detenidamente el caso, conel cómo, los porqués y demás, es inútil cuando para lapersona en cuestión es más valiosa su felicidad que lafalsa realización que el dinero le puede brindar. Dinerode verdad, del caudaloso. ¿Pero qué importa la platacuando la verdadera e intrínseca felicidad humanaanida en otras cuestiones, mucho más subjetivas ypersonales que la comodidad, el lujo y el poder? En miopinión, absolutamente nada.

Muchos han podido gozar gracias a él,más allá de que también han sufridojuntos. Los hinchas de El Linqueño, queabundan, tienen un jugador de carne yhueso a quien idolatran. Y ese esLuciano Millares. Un hombre cuyahistoria futbolística se asemeja a loscasos más curiosos de este épicodeporte. Sí, suena exagerado. Pero paramí no lo es, porque “Lucho” ha tenidomuchas posibilidades para recalar enclubes de Primera División e inclusivedel exterior. Y porque, contrariamentea lo que el mandato del desarrolloprofesional actual exige, ha optado porquedarse en el CAEL. Y eso, a la postre,le otorga una dimensión aún másindescifrable.Elecciones personales aparte, sin dudassu capacidad y su intrepidez loconvierten en una emblemática figuradentro de la cancha. Quienes lo hanvisto gambetear jugadores rivales,recibir arteras patadas a cambio yanotar goles auténticos desde cualquierlugar del terreno pueden testificar miafirmación. Porque, cuando él juega,todos estamos expectantes respecto delo que puede hacer. Todos esperamosque irrumpa con alguna genialidadpara justificar el costoso e irracionalprecio de una entrada.Más de un centenar de golesconvertidos en los Argentinos Bconforman una parte de su currículum.Cifra difícil de igualar en un pibe demenos de treinta años que desde chicoha sabido integrar plantelesprofesionales en la institución albiazuly en los cuales muy pocas veces hafallado. Como jugador y como persona.Porque quienes más cerca están de él –su círculo social y sus familiares-aseveran que es un muchacho humilde,de bajo perfil y muy ameno.Quizá alguno le achaque por qué no haquerido trascender en su carrera.¿Quién sabe? Tal vez su íntimo sentidode la libertad sea mucho más fuerte quecualquier otro interés. Y esa clase depersonas me parece muy interesante.Por lo pronto, la barriada seguiráesperando que él la deslumbre. Afueraellos lo alentarán. Adentro, él intentarádevolverles el cariño con goles y fútbol.Y seguramente lo logre.Por eso, por las alegrías brindadas ypor mucho más, ¡gracias, “Lucho”!

*Por OktubrianoGR

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¿Qué pasó en La Plata? Muerte, tragedia, agua hasta porlos codos, pérdidas irrecuperables y políticos peleando

por no perder una pisca de poder, echándose la culpa unosa otros, omitiendo patéticamente los problemas básicos quetenemos respecto a infraestructura, a servicio social, a com-promiso moral.Definitivamente digo esto porque no puedo evitar mencio-nar que, con estas actitudes, terminamos siendo un paístercermundista, poco desarrollado; nuestros guías fallan enpuntos primordiales, en intensión; erran con la gente, lesimporta muy poco dónde terminemos. ¿O me van a decir

que estos personajes no sa-bían que con la cantidad de mi-límetros caídos en la ciudad delas diagonales iba a pasar loque finalmente sucedió? Nohay planes, muy poca inver-sión en estos temas, improvi-sación de la grande, y todo esto-por obvia decantación- arrojaun dato clave para todos: elpueblo está muy mal acompa-ñado por los políticos, debearreglárselas casi en soledadentre el estado de azarocidady el semi-abandono de quienesnos gobiernan. A tal punto, que,sumado a estas pueriles y ver-gonzosas rencillas, en este

caso la gente tuvo que organizar y distribuir su propia abne-gación para solucionar en parte los puntos más esencialesde este conflicto. ¡Escandaloso!Pero me fui por las ramas, en esta edición no es éste el temaque me compete, tampoco el que me asignaron. Si quierenentender un poco más lo que pasó en La Plata diríjanse a laspáginas 4, 5 y 6 , allí encontrarán algunos testimonios queson dignos de ser revisados.A mí me sugirieron otra tarea, me encomendaron que meacerque pacientemente a los anaqueles de la BibliotecaPopular «Domingo Faustino Sarmiento» y que traiga paraesta edición algunos títulos -entre la interminable y rica lista

niveles de percepción dentro del complejo mundo en elque vivimos.En ese mismo momento pensé: a estos les cierro el… Seme cruzó la magia de Girondo, de Pizarnik, de Vilariño;se me vinieron a la cabeza los viajes por los que pasé dela mano de los cuentos de Di Benedetto y del herméticoy misterioso Saer. Se me vinieron a la mente Trejo y JuanL., Paz, Pessoa, Kerouac, el chileno Bolaño. Me dije: aho-ra voy a nombrar a Ludo Fonda, a Bertha Carou, al pibePastore que hizo un libro de poesía genial, ahora voy aaprovechar y a citar a aquellos autores linqueños queme han conmovido y a losque, desde hace años, for-man parte de mi gusto lite-rario, aunque, como dicenmis pares, un tanto erran-te.Fue allí nomás, refunfuñan-do, que salí con un cuader-nito número 5 y un porta-minas que me regaló miquerida hija Juana, fue enese momento que salí con-vencido de que iba a traeruna lista de escritores quepueda mínimamente per-suadir a algunos de los quecreen que la literatura to-davía está viva –y a los que no-, y que muchos de losliteratos que así la mantienen están en nuestra queridabiblioteca, ubicada a sólo dos cuadras de la plaza, endonde la atención de su afable personal es maravillosa,en donde uno se puede encontrar con grandes ideas,con magistrales autores y con revelaciones súbitas queen un segundo te pueden cambiar la vida.Debo decir que estando en el lugar muchas cosas seremovieron en mí, me encontré con libros que me tras-ladaron a viejas épocas, aquellas empapeladas por laambición de conocimiento, por el ansia de crecimientointelectual; hallé ejemplares pasados por mis manos queme catapultaron nuevamente hacia viejas amistades,

Pequeña radiografía deuna biblioteca superior

que posee este lugar- dignos de ser, para mí,hojeados. La tarea que me asignaron desde estaredacción se basa simplemente en que desdeese reducto gráfico al que pertenezco me tie-nen simbolizado como un enajenado consumi-dor de literatura errante y como un bravucónque se la pasa hablando de autores que ya casinadie lee, de ejemplares que quedaron empol-vados penosamente en el hoyo turbio y espec-tral del ostracismo. El trabajito que me apunta-laron tiene como fin hacerme cerrar la boca unrato, aunque -percibo- saben que les traeré algo,al menos, llamativo. «Andá a la biblioteca y traéuna lista de algunos de los autores que leíste yde los libros que te parezcan fructíferos, a ver sipodés convencer a alguien de que hoy la litera-tura es productiva, haber si podés hacer que losmás jóvenes salgan del DIOS Facebook y en-tren un poquito en ese mundo que tanto te inspi-ra. Te damos ese trabajo así de paso dejás dehablarnos cíclicamente a nosotros y les reco-mendás algo a aquellos que creen que la litera-tura no vale nada, que no inspira, que quedómenguada entre la franja que va desde el Twit-ter hasta la ola inverosímil del capitalismo y elFacebook», sonó al unísono desde los intersti-cios de la escéptica -pero confiable- redacción,emplazada en calle Espada, entre Pared y laNada, donde tal vez no se lea a Hegel, pero sícreen que la literatura es un gran salvavidas delser, de las ideas, un soporte para desarrollar los

Traer una larga lista de títulos extraída de los anaqueles de nuestra Biblioteca Municipal «DomingoFaustino Sarmiento», ése fue el objetivo que nos trazamos en esta columna, abocadaesencialmente a difundir los grandes títulos que posee este gran espacio de nuestra ciudad.

*Por Santiago Zambianchi

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hacia aquellos que meguiaban al momentode elegir un libro. Paz-Ludo, Walsh-JuanCruz, Perlongher-Ar-desi, Neruda-Larroca,H o u e l l e b e c q - S a g o ,Zaffaroni-Iván, estosautores y amigos sea p a r e -

cían asociados en mi mente por de-cantación, naturalmente. Fue allí don-de recordé nítidamente todo lo que nosfue dejando la literatura, todo lo quehemos construido con el correr deltiempo. Todo lo que puede hacer enun joven si es que decide entrar eneste complejo mundo de las letras.Salí de allí con una gran sensación dealegría y de nostalgia. Pensando enque este modo de interacción, deunión, de formación y de crecimientode la amistad por medio de la literatu-ra, está demasiado gastado, pues esraro ver a un chico con un libro, a unpibe hablar de Heidegger o de Sartre;son escasos los jóvenes que hoy es-criban una poesía o un cuento o que simplementeescriban bien. Todo eso quedó detrás de la veloci-dad del «Face», de la cosificación del sujeto enmanos de la vorágine y la velocidad irrefrenable ynimia del capitalismo, en la construcción del serapuntalada solo a la funcionalidad de éste con elsistema. ¿Se habla de literatura hoy? ¿Se sabequién es Miguel Hernández? ¿Y José? ¿Se le da elvalor real que tiene el Martín Fierro o el Facundo deSarmiento? ¿Existen aquellos encargados de re-memorar el trabajo intelectual y pa-radigmático de Borges o Walsh? ¿Yde Macedonio Fernández? ¿Y MobyDick? ¿Los padres saben qué efec-tos provoca El Principito y qué valortiene esta obra para los niños? ¿Lescompran libros a los chicos? ¿Esgeneralizado el deseo de conformaruna biblioteca en casa? ¿Hay dine-ro destinado a invertir en eso?¿Cómo se ve a un chico que invier-te su tiempo en la literatura? ¿Esdiscriminado por raro dentro de sucírculo? ¿Alguien sabe o puede de-cirme por qué hoy las teorías de au-toayuda con sus mágicas recetasde rápido encuentro de la felicidad

son más consumidasque las complejas teo-rías filosóficas como ladel superhombre nie-tzscheano? ¿De quénos autoayudamos, denosotros mismos, delotro, de nuestra biolo-gía, de nuestra cons-trucción cultural, de laazarocidad caótica denuestro mundo? ¿Por

qué que- remos la fe-licidad ya? ¿ E x i s t e ?¿Por qué la mayoría delos adultos no ve a la li-t e r a t u r a como unmedio de c o n s t r u c -ción inte- lectual ye m o c i o - nal? ¿Porqué no se habla de lamagistral teoría de «Patria - Tierra» del filósofo Ed-gard Morin? ¿Se sabe que ésta puede cambiar mu-chas cosas de nuestro futuro si la aplicamos? ¿Cómollegamos a subestimar de alguna ma-

nera los años y años acu-mulados de cultura a travésdel concepto de la palabracon lo poco que se lee hoyen términos generales?Con todas estas preguntasy con una larga lista de li-bros salí de la biblioteca,buscando no sólo propagarla literatura como indispen-sable para el desarrollo pro-ductivo del ser en toda sudimensión, sino tambiénviendo a ésta como puntoclave para romper con lavoracidad y velocidad ab-surda que hoy tiene la so-ciedad en su condición,

como decía Houellebecq, de «hipermercado», donde elsentido ya no es analizarse y encontrarse reflexiva-mente en interioridad, sino en una especie de vértigoirrefrenable, azotado por la pretensión desmesuradaque hoy dicta el deseo, estimulado por una realidadcompletamente publicitaria, donde todo tiende a la po-sesión, al logro individual, en una realidad de evolu-ción rauda e inverosímil, donde nada toma estado depermanencia, todo fluctúa: las reglas, las cosas, los so-portes donde nos construimos. No podemos hacer me-

moria de los sucesos, no hayanálisis de lo que se acentúa,solo entremos allí cándidos, sinentender qué es y dónde noslleva. La aceleración de laspercepciones y de las sensa-ciones van en detrimento dela lentitud y el tiempo que exi-ge la literatura; su interaccióncon ella demanda tiempo ypredisposición para convivircon la profundidad, perdidahoy, como decía anteriormen-te, en los anaqueles de la ima-gen, de la publicidad, que nosdicen: tienes que desear, tie-nes que ser deseable, tienes

que competir, si te detienes dejas de existir; con esto lapublicidad hace que el sujeto se volatilice, que quededifuminado y se inmole en la dimensión indeterminadade su propio deseo, agudo desorden que aleja, inde-fectiblemente, de lo que exige la literatura: equilibrio,reflexión, detenimiento, búsqueda del ser a través dela complejidad de la palabra, hoy bastante descuidada.Es por eso que intenta-mos rei- vindicarla através de esta impercep-tible, pero bien intencio-nada co- lumna.Aquí les dejo la listita :N o r a h Lange, Obrascompletas; Ernest Hemin-

gway, Narrativa comple-ta; Juan Rulfo, Obracompleta; FelisbertoHernández, Cuentos re-unidos; Antonio Di Be-nedetto, Cuentos com-pletos; Roberto Bolaño,Llamadas telefónicas;Theodor W. Adorno,

Teoría esté-tica; Bertrand Rusell, El conocimiento hu-mano; Hugo Mujica, Bajo toda la lluvia delmundo; Schopenhauer, El mundo como vo-luntad y representación; Tomás Abraham,La máquina de Deleuze; Soren Kierkegaard,El concepto de la angustia; William James,Pragmatismo; Lin Yutang, La importanciade vivir; Heidegger, El ser y el tiempo; Mi-chel Foucault, La hermenéutica del sujeto;José P. Feinmann, La filosofía y el barro dela historia; Ricardo Zelarayán, Lata pei-nada; Enrique Molina, Obras completas;Eduardo Galeano, El fútbol a sol y som-bra; Julio Cortázar, Papeles inesperados;Abelardo Castillo, Cuentos completos;Charles Bukowski, Hijo de Satanás; Ha-roldo Conti, Cuentos completos; Camilo

J. Cela, Pabellón de reposo; Héctor Tizón, Cuentoscompletos; David Viñas, Literatura argentina y po-lítica; Héctor Viel Temperley, Obra completa; AldoPellegrini, Antología de la poesía surrealista; Fran-cisco Urondo, Obra poética; Alejandra Pizarnik,Poesía completa; Fernando Pessoa, Drama en gen-te; Juan L. Ortiz, Antología; Rodolfo Braceli, Elúltimo padre; Alberto Girri, Poemas selectos; Ma-nual de corrección y estilo, El arte de escribir bienes español; Arturo Jauretche, Pantalones cortos;

Cecilia Rodríguez, Ceremonias noctur-nas; Ludovico Fonda, Paisaje, Las crucesque abrazas; Bertha Carou, Del exilio yotros mundos; Eduardo Sacheri, Papelesen el viento; Mempo Giardinelli, Santooficio de la memoria; Horacio González,Retórica y locura; César Aira, Un sueñorealizado; Martín Caparrós, A quien co-rresponda ; J . M. Coetzee, Verano ;William Faulkner, Las palabras salvajes;Gonzalo Garcés, Diciembre; Haruki Mu-rakami, Crónica del pájaro que da cuerdaal mundo; Carlos Ruiz Zafón, El juegodel ángel; Guillermo Saccomanno, Eloficinista; Andrés Rivera, Guardia blan-ca; Leopoldo Lugones, La guerra gau-cha; Roberto Arlt, Los siete locos; Rodol-

fo Walsh, Opera-ción masacre; José Go-rostiza, Poesía y poé-tica; Juan J. Saer, Elentenado y Cicatrices;Manuel Puig, El besode la mujer araña; Víc-tor Hugo, Los misera-bles; Irvin D. Yalom,El día que Nietzsche llo-ró; Milan Kundera, Lainmortalidad.

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¿Por qué Haroldo en mayo?

Haroldo Conti nació en Chacabucoel 25 de mayo de 1925 y fue se-

cuestrado en la madrugada del 5 demayo de 1976 por una patota del Bata-llón 601 de inteligencia del Ejército ar-gentino.Fue novelista, cuentista, maestro deescuela primaria, asistente de dirección,profesor de latín, empleado de banco,piloto civil, nadador y navegante. Estu-dió Filosofía en la Universidad de Bue-nos Aires.Adoraba el río Paraná, por eso pasabamucho tiempo en su casa del Delta. Enalgunas de sus obras (por ejemplo enSudeste) fueron fundamentales la des-cripción del gran río y las islas de la re-gión. En sus cuentos hacía mención fre-cuentemente de lugares de su ciudadnatal y, a su vez, describía con muchaexactitud personajes reales reconoci-dos en la ciudad, como Bimbo Marsilettiy su tío Agustín Conti, a quien le dedicóLas doce a Bragado, cuento que aún hoy

tiene mucha repercusión en Chaca-buco.En 1956 publicó la pieza de teatro Exa-minado. Cuatro años más tarde recibióun premio de la revista Life por su re-lato La causa. En 1962 ganó el premioFabril con su primera novela, Sudeste,y se convirtió en una de las figuras dela llamada «Generación de Contorno».Luego publicó las novelas Alrededor dela jaula (Premio Universidad de Vera-cruz, México, llevada al cine despuéspor Sergio Renán con el título «Crecerde golpe») y En vida (Premio Barral,España, cuyo jurado estuvo integradopor Mario Vargas Llosa y Gabriel Gar-cía Márquez). También los libros decuentos Todos los veranos (Premio Mu-nicipal de Buenos Aires), Con otra gen-te y La balada del álamo carolina. A su vez,colaboró con la revista Crisis. En 1975publicó la novela Mascaró, que ganó elPremio Casa de las Américas (Cuba).

HAROLDO CONTI

¿Por qué Haroldo?

Como (creo) todos saben, nací en Chacabuco, la tierra de Haroldo. Durante el año 1974,mi primer marido Roberto Cuervo (mi novio por entonces) leyó un cuento llamado Otra

gente y quedó tan maravillado por esa lectura que me pidió que consiguiera su teléfono odirección para ponerse en contacto con él.Roberto estaba terminando la carrera en la Facultad de Cinematografía de Bellas Artes deLa Plata y debía realizar un film como trabajo final. Como mi papá tenía de secretaria a laprima de Haroldo, pude conseguirle la dirección en Buenos Aires. Así, Roberto le mandóuna carta.No puedo olvidar la alegría que le agarró cuando recibió su respuesta. Esa carta es la queaparece (con el nombre del destinatario cambiado por el de mi hijo Andrés) en el documen-tal El retrato postergado. En ella, Haroldo lo citaba en un barcito de la esquina de su casa,sobre la calle Córdoba, llamado «El milagro». Imposible no recordar su nombre, ya que,haciendo uso de su humor, el escritor dijo que le habían puesto así porque era un milagroque estuviera abierto con lo sucio que era.De ahí en adelante, ellos establecieron una gran amistad, de esta manera, Roberto decidefilmar «Retrato humano de un escritor», ya que descubre, no sin asombro, que alguien demuchísimo prestigio a nivel nacional e internacional era una persona absolutamente senci-lla, humilde, cariñosa y solidaria.Escribió el guión y empezamos a filmar en distintos lados: el Tigre, Chacabuco, Lincoln, etc.Pero una mañana nos despertó el horror: Haroldo había «desaparecido».Con él, Roberto había hecho varios trabajos para la revista Crisis y nos habíamos acercadoa todos los escritores amigos que participarían del documental dando su testimonio: Eduar-

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*Por Cristina Pannunzio

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do Galeano, Mario Benedetti, Martha Lynch, David Viñas, Borda Leaños, Guillermo Boido, entreotros.Empezamos a buscarlo con desesperación y, ante la sospecha de lo siniestro, procuramos quealguien fuera a pedir por él en una reunión que tendrían con el dictador Videla. Entre los visitados,recuerdo a Syria Poletti, Marco Denevi y otros que se negaron. Solamente nos escuchó (increíble-mente) el sacerdote y escritor Leonardo Castellani, quien -pese a ser de derecha- era una personamuy honesta. Y fue el único que asistió y pidió por él.Todo fue inútil. Como el aire era irrespirable, decidimos casarnos y volver a Lincoln.El 25 de abril de 1979, Roberto pierde la vida en un accidente a los dos años de casados. Corríantiempos terribles. Todos enterraban sus libros o los quemaban. La sola posibilidad de estar en unaagenda constituía una amenaza de muerte. Martha Lynch se suicidó; otros fueron al exilio. Y queda-ron en mis manos tesoros para la historia de la literatura argentina: todo el archivo fotográficoprivado de Haroldo que lo había dado para usar en el documental, casetes con las voces de lostestimonios y del propio Haroldo, películas sin editar que compondrían el trabajo final de Roberto.Entonces, recuerdo las palabras de mi marido: «Vos sabés, Cristina, que esto es un material impor-tantísimo para la historia de la literatura». De esta manera decido mentir y decir que había quemadotodo, pero escondo este material durante años.Cuando llegó la democracia, se les realizaron varios homenajes a los escritores desaparecidos, fueen ese momento que aproveché para mandar a un alumno a hablar con los hijos de Haroldo, paraque les dijera que en Lincoln había una mujer que tenía a su padre vivo.Unos días después aparecieron en casa los hijos de Conti con dos periodistas (hoy grandes amigosmíos) Néstor Restivo y Camilo Sánchez, que escribía para Página 12. Éstos últimos estaban termi-nando un libro llamado «Haroldo Conti con vida» (remedando el título de una novela de Haroldollamada En vida).Les entregué lo que había escondido y, en agradecimiento, me lo regalaron. Nos despedimos con lapromesa de intentar darle fin al documental, si encontrábamos quién lo hiciera.Pasaron los años. Mi hijo creció y comenzó a estudiar Cine. Entonces decidí darle todo el trabajo desu padre.Solamente nosotros sabemos lo que pasamos para terminar ese documental, por lo económico,por lo duro que significaba para Andrés escuchar la voz de su padre que no conocía (tenía solamen-te 10 meses cuando su papá murió).Pero, luego de años de lucha, Andrés dio fin a la peli, a la que llamó El retrato postergado. En ella pusoa su padre como co-director, a quien también le dedicó este arduo trabajo.A solas, antes que el resto de la gente, vi el film en mi computadora. Y no pude parar de llorar. PorRoberto, por Haroldo, por Andrés, por el esfuerzo, por cerrar un círculo del modo tan perfecto comola vida nos permitió.

***

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texto escrito Por David Viñas

Confuso privilegio ser sobreviviente. En especialcuando a uno -en este caso, a mí- le piden que tomela palabra para saludar a alguien que ya no está.

Nada menos que «hacer uso de la palabra» en relación auna persona ausente de manera definitiva, tratando deconvocar una presencia que participe de lo episódico y lacongoja. Un conjuro, en realidad, frente a los agravios delolvido.Trato de ser muy claro: el elogio de sus libros (Sudeste o Elálamo carolina) resultaría tan intenso que, eventualmente,pudiera ser recibido como una apología. Y las apologías noson mucho más que una colección de ripios, enfáticos asimple enunciado. O como un epitafio con signos deadmiración. Exorcismo, entonces, de encomios o alaban-zas. Al fin de cuentas, si algo resuena como lo másopuesto a las cortesías, es la apelación al luto. Un dueloque nada tiene de rezongo y mucho menos de victimismo.Y en eso estamos aquí.Aludí al dilema de un sobreviviente como yo. Desde el otroextremo del panegírico me hacen señas varias discordan-cias. Y aclaro aún más: disconformidad en relación a lapiadosa –crédula, incauta– confianza de Haroldo haciacompatriotas que él creía personas y no eran más quetraficantes.De donde se sigue, ni elogios legítimos ni reprochesfraternales. Pero del dilema inicial (eso sí, y para trascen-derlo) pasar a la diatriba frente a quienes merodearon aHaroldo abusando de su religiosa –tal cual- credulidad querenegaba de virtudes oficiales: infidentes, obscenosamenos bastardos, impostores diestros y veloces, yesmenpara lo que les mandaran; y en plano inclinado, espíasdelatores y verdugos. Las diatribas, menos mal, son ungénero muy transitado por las indignaciones tan clásicas

como genuinas; extensas, en absolutomonótonas, con una inventiva ultrajan-temente equitativa, certeza medianteirrebatibles juicios fidedignos. Y quesuelen especializarse en figuronesimpávidos y serviciales. La memoria deHaroldo Conti se transforma así enquerella de vestales canonizadas.Pero, dos cosas para destacar -brevemente- como jubiloso desagravioante todas esas miserias: primero elviaje que hicimos juntos con Haroldo y,después, uno de sus libros fundamenta-les.Salimos de La Habana en uno deaquellos aviones vetustos, obstinados alos que llamaban –creo recordar–Britanias con cuatro hélices aún y conla mitad de la cabina de pasajeros«despejada» para hacerles lugar a cajas,bultos y demás correos. Haroldo y yoíbamos sentados con las rodillasrecogidas a la altura del pecho. Bien.Abajo y de un tajo. Él portaba unaespecie de cañón de aluminio relleno conafiches del nuevo cine cubano; yo,apenas si un cenicero con el emblema de

cierto hotel y destinado a unaamiga del barrio de Boedo.Haroldo me lo reprochó.Aeropuerto de Terranova:Haroldo descifraba unmonumento a la Queen ofEngland mientras yo meresbalé en la pista heladatratando de no resultar demasiado sentimental. EnIrlanda los dos nos descubrimos más corroborados alverificar el mítico verde calumniado por Oscar Wilde,Shaw y el Ulises. En Praga abundamos sobre Kafka y entorno al socialismo centroeuropeo. Y nos desquitamos enMadrid encarnizándonos con el Generalísimo. Haroldohablaba con fervor de Buenos Aires eludiendo, reposada-mente, toda pasión argentina.Por eso, de Sudeste quisiera sugerir: se equivocan quieneslo emparentaron con El viejo y el mar; no se trata enHaroldo del Caribe transparente, sino del Paranáembarrado que finge mansedumbre alterada por bruscosarrebatos a lo Horacio Quiroga. El río es tiempo que fluyey cuerpo (herida, pejerrey y agobio) del protagonista, quesuele empecinarse en trabajos robinsonianos o enfantasmas en un delta grotescamente alucinado, a loFermín Eguía. Sudeste «elemental» con agua, desde ya,fuego, zanjas y ventarrones. Comarca primordialmarcada por faenas y sabidurías que siempre aluden opreanuncian la presencia de la muerte.La muerte, muertes, en Sudeste y en los otros libros deHaroldo Conti (baladas, jaulas y cazadores), casi siempreaparecen como ecos, ráfagas, amagos o inscripciones enla corteza de los árboles. Es que los epitafios de Haroldofundamentalmente son vegetales. Las piedras entrenosotros resultan mojones o se llaman Walsh, OrtegaPeña, Paco Urondo. Invictos. Como Haroldo Conti, mássosegado pero también invicto.

¡Queríamos tanto a Haroldo!…

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Pinta tu aldea…

Cesare Pavese, el gran escritor italiano, dice: «Pinta tu aldea y pintarás elmundo».

Eso hace la obra de Haroldo. Por eso es universal. Utilizando de personajes para susobras a gente típica y conocida de Chacabuco, nos describe. Aquí una muestra, uncuento con el que me siento totalmente identificada:

PerdidoEl tren salía a las ocho o tal vez a las ocho y media. Recién diez minutos antes enganchabanla locomotora, pero de cualquier forma el tío se ponía nervioso una hora antes. Todos los delpueblo eran así. Apenas llegaban y ya estaban pensando en la vuelta. Su padre había hecho lomismo. La mitad del tiempo pensaba en las gallinas, que comían a su hora, o en el perro, quehabía dejado en lo del vecino. Para él Buenos Aires era la Torre de los Ingleses, Alem, laavenida de Mayo y, por excepción, el monumento a Garibaldi, en plaza Italia, porque laprimera vez que vino, con la vieja, se extraviaron y fueron a parar allí. Se sacaron una foto yel tipo de la máquina los puso en un tranvía que los llevó a Retiro. De cualquier formallegaron una hora antes y con todo estaban tan excitados que casi se meten en otro tren.Mientras cruzaba la plaza Británica con aquella torre que de alguna manera presidia su vida,vista o entrevista a cualquier hora del día en que pisó Buenos Aires, y luego los años y toda laperra vida, y ahora esa vieja tristeza que le nacía de adentro, bueno, y la torre siempre allícomo el primer día. Mientras cruzaba la plaza, pues, vio al tío por anticipado en un rincón delhall del Pacífico (ellos todavía decían Pacífico) encogido dentro del sobretodo que olía atabaco, con la valija de cartón imitación cuero a un lado y un montón de paquetes sobre lasrodillas, manoseando el boleto de segunda dentro del bolsillo para asegurarse de que todavíaseguía allí.Lo había llamado dos o tres veces desde el hotel Universo pero él estaba fuera y la muchachaentendió las cosas a medias. Después trató de llegar hasta la casa, a pie, por supuesto, pueslos troles y los colectivos lo espantaban. Se había extraviado en algún punto de LeandroAlem y antes de perder de vista la Plaza Británica, prefirió volver a Retiro y esperar el tren.Hacía un par de años que Oreste no veía al tío, pero estaba seguro de encontrarlo igual. Lamisma cara blanca y esponjosa salpicada de barritos y de pelos con aquellos ojos deslumbra-dos que se empequeñecían cuando miraba algo fijo, el moñito a lunares marchito y grasiento,el mismo sobretodo negro con el cuello de terciopelo, el chambergo alto y aludo que secalzaba con las dos manos y el par de botines con elásticos.La estación Pacífico se había empequeñecido con los años. Eso parecía, al menos. En realidadera un mísero galpón con un par de andenes mal iluminados. En otro tiempo, sin embargo,veía todo aquello coloreado por una luz misteriosa. La propia gente estaba impregnada deesa luz. Era espléndida, leve y gentil, como si no fuera a cambiar ni a morir nunca y laestación lucía como un circo. Pero la gente había cambiado de cualquier forma y la viejaestación Pacífico lucía ahora como lo que era, un mísero galpón de chapas lleno de ruidos yolor a frito.Vio al tío en un banco, debajo del horario de trenes. Parecía muy pequeño e insignificante.Tenía las manos metidas en los bolsillos, las piernas bien juntas, un paraguas sobre lasrodillas y la mirada perdida en el aire.Miraba en su dirección pero no lo veía. No veía nada.Reaccionó cuando lo tuvo delante. -¡Oreste!Se abrazaron y se besaron, de acuerdo a la vieja costumbre. Oreste dejó que el tío lo palmearaun buen rato. Tenía ese olor familiar, un olor masculino que evocaba a aquellos hombresreservados de su infancia que le sonreían, con breve indulgencia, como el tío Ernesto, grandecomo un ropero y delante del cual tragaba saliva invariablemente, o el gran tío Agustín, laúnica vez que lo vio el día que vino de Bragado en aquel Ford A con cadenas que echaba unanube de vapor por el gollete del radiador, o al propio tío Bautista cuando era el mismo porentero y no apenas esta sombra.Se apartaron y el tío preguntó sin soltarle los brazos:-¿Cómo va?-Bien, bien.Se miraron y sonrieron un rato y después se volvieron a abrazar.-¿Y usted, que tal?-Bien, bien.-¿La tía?-Y, bien.....Le puso una mano sobre un hombro y lo mirólargamente. Oreste sonrió despacio. Estabaacostumbrado a aquel estilo.-¿A qué hora sale el tren? -A las ocho y media.-Son las siete y cuarto. Vamos a tomar algo.-No..., mejor nos quedamos aquí. ¿A dónde vamosa ir? Entre que arriman el tren y enganchan lalocomotora, se va el tiempo.Sí, pero nosotros no tenemos nada que ver en todoeso. Vamos.-¿Y a dónde? No hagas cumplidos conmigo, hijo.Estuvieron forcejeando un rato hasta que por fin loconvenció y se metieron en el bar de la estación.Consiguieron un lugar desde el cual, a través deuna perspectiva complicada, veían un pedazo delandén número 4.Oreste pidió hesperidina y el tío, a fuerza de insistir,un Cinzano con bíter.-¿Cómo se largó hasta aquí?-¡Eh!... hacía tiempo que lo tenía pensado.El tío miró el reloj del bar y puso cara de espanto.-Está parado, dijo Oreste sujetándolo por unbrazo.

No parecía convencido. Sacó y examinó el viejo Tissot con agujas orientales.-¿Qué te decía?... ¡Ah, sí! Vine a ver a mi primo, Vicente. Hacía seis años que no loveía. Somos del mismo pueblo, Baigorrita. Le estaba prometiendo siempre. Que hoy,que mañana. Sorbió un traguito de Cinzano.-Está viejo. Casi no lo conozco.Permaneció un rato en silencio con el mismo gesto abstraído que tenía cuandoesperaba en el hall.-¿Qué tal? ¿Cómo va eso?, volvió a preguntar con desgano.-Bien, bien.-¿Se progresa?-Se progresa.Se miraron con afecto, sonrieron y callaron.El tío había sido siempre así. El tío y todos ellos.-Traje una punta de encargues. La tía me pidió unas latas de «Sal de Hunt». Hace másde un año que anda detrás de eso. Fui a buscarlas a Junín hace dos meses. No, ennoviembre. Hace cuatro meses.-¿Para qué sirve?-Para el estómago. Es una gran cosa. La gente toma ahora toda clase de porquerías,pero ésto es realmente bueno.Silbó una locomotora y el tío se alarmó.-Falta todavía.Volvió a mirar el reloj y sorbió otro poco de Cinzano.-Bueno, fui a la Franco - Inglesa y conseguí todo lo que quise. Le mostré el tarrito altipo y me dijo: «¿Cuántos quiere?». Apenas lo miró. ¿Te das cuenta?Dentro de un rato iba a desaparecer en la ventanilla de un vagón de segunda y no lovería hasta dentro de cuatro o cinco años. Había otros cinco antes de ahora. Su viejodesapareció así un día y no lo vio más.-¿Qué tal todo aquello?, preguntó Oreste después de un rato.Todo aquello. Era un roce lastimero, un crepitar de años envejecidos, una preguntahecha a sí mismo, a un negro hoyo de sombras.-Igual.-¿Los muchachos?-Siempre igual.Callaron otra vez.El tío hizo girar la copa y sorbió el último trago.-¿Qué hora es?-Las ocho menos cuarto.El tío sacó el reloj y lo observó inquieto.-Casi menos diez. ¿Vamos?Oreste dudó un rato.-Vamos.Estaban enganchando la locomotora. El tío recogió los paquetes y las valijas ycomenzó a caminar apresuradamente hacia el andén número 4. Parecía haberloolvidado.Oreste trató de tomarle la valija y el tío lo miró con extrañeza.-Está bien, muchacho. No te molestés.-Déle saludos a la tía. A todos.-Gracias, querido. Gracias.Corrieron a lo largo del tren tropezando con los tipos de segunda que corrían a su vezcomo si la estación se les fuera a caer encima y metían por las ventanillas los chicos olas valijas para conseguir asiento. El tío trepó a uno de los vagones cerca de lalocomotora y al rato sacó la cabeza por una ventanilla.-¿Cuándo vas a ir por allá?, preguntó mirando más bien a la gente que se apiñabasobre el andén.-Apenas pueda.-Tenés que ir, eso es. ¿Cuándo dijiste?

-Cuando pueda.El tío se apartó un momento paraacomodar la valija. Después se sentó enla punta del banco y permaneció ensilencio.Se miraron una vez y el tío sonrió y dijo:-¡Oreste!...Él sonrió también, desde muy lejos, alborde del andén.Sonó la campana y el tío asomóapresuradamente medio cuerpo por laventanilla.-¡Chau, querido, chau! -dijo y lo besó enla mejilla como pudo.Trató de besarlo a su vez, pero ya sehabía sentado.El tren se sacudió de punta a punta. Eltío agitó una mano y sonrió seguro.Oreste corrió un trecho a la par del tren.Corría y miraba al tío que sonreíasatisfecho, como aquellos hombres de lainfancia.Luego el tren se embaló y Oreste levantóuna mano que no encontró respuesta.

[Del libro «Con otra gente», ©CentroEditor de América Latina, 1972]

El poema que sigue loescribí cuando se

produce el secuestro deHaroldo. Lo tenía en micartera y nos lleva lapolicía. A mí me interrogael Inspector. Infamemente,escarba en mi cartera y sacael poema. En ese mismoinstante sentí que era mujermuerta, a pesar de nomilitar en nada ni serafiliada a nada. Me salvósu ignorancia. Mi hijo mepidió que lo leyera en supeli. Ensayamos mil vecespero siempre, siempre mequebraba. Al final lotuvieron que dejar así, conmi llanto.

PALABRAS POR HAROLDO

Quiero que escuches estas pocas cosasBajo el amparo de cualquier instancia:Hay urgencia fatal de tu sonrisa.En las sombras rapaces de la nocheSe destejen tus pasos trajinados.Tu voz se obstina en la región del miedoY nos empuja a desafiar la calle.¿Dónde estarás? ¿Quién se llevó tusmanos?Milo y Silvestre, Mascaró y el bogaArrasarán el tiempo hasta encontrarte.En tu pueblo los álamos reclamanLa vuelta del viajero sempiterno.Y nosotros vivimos prisionerosDe la fiera homicida y de la infamia.Sobreponiéndonos a cada auroraDibujamos tu nombre en las paredes.¡Vamos, Haroldo! Niño malherido,no te rindas jamás que, en tu recuerdohay un río de gritos y silencios.

DedicatoriaDedicatoria

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El gran poeta francés La

Martine conceptuó así a la

Masonería: «A mi juicio,

vosotros no sois sino los grandes

eclécticos del mundo moderno, to-

máis de todos los tiempos, de to-

dos los países, de todos los siste-

mas, de todas las filosofías, los

principios evidentes, eternos e in-

mutables de la Moral Universal, y

hacéis de ellos la maravilla infali-

ble y unánime de la Fraternidad.

Apartáis todo lo que divide a los

espíritus, profesáis todo lo que une

a los corazones, sois artífices de

la concordia. Con vuestras pale-

tas echáis el cemento de la virtud

en los fundamentos de la socie-

dad».

Precisando más lo que es la Ma-

sonería, diremos que se trata de

una institución que tiene por obje-

to la perfección de los hombres, el

estudio filosófico de las ciencias,

de las artes y de la moral univer-

sal, la práctica de todas las virtu-

des y la fraternidad humana. De

esta definición se deduce que es

una sociedad filosófica, filantrópi-

ca y progresista.

La Masonería es una institución fi-

losófica porque orienta al hombre

hacia la investigación racional de

las leyes de la naturaleza; se es-

fuerza en pos de que el pensamien-

to humano elabore abstracciones

metafísicas en la búsqueda de los

primeros principios de las cosas,

sus esencias, sus valores y sus fi-

nes; busca en la reflexión filosófi-

ca el discernimiento del sentido es-

piritual en el desarrollo de la histo-

Triángulo Masónico Luz de Lincoln Nª 1032 Contacto: [email protected]

ria; en fin, asimila de cada siste-

ma filosófico lo que puede signifi-

car el aporte al patrimonio de la

verdad abstracta, más allá del

tiempo y del espacio.

La Masonería es una institución

filantrópica porque practica el al-

truismo, desea el bienestar de to-

dos los seres humanos y no está

inspirada en la búsqueda de lucros

personales de ninguna clase. Sus

esfuerzos están dedicados al pro-

greso y felicidad de la especie

humana sin distinción de naciona-

lidades, razas, ideologías políticas,

sexo ni religión.

Es progresista porque enseña y

practica la solidaridad humana y

la absoluta libertad de conciencia.

La Masonería tiene por objeto la

búsqueda de la Verdad, desechan-

do el fanatismo, cultivando en los

espíritus la tolerancia como uno de

sus principales deberes, y abor-

dando sin prejuicios todas las nue-

vas aportaciones de la investiga-

ción humana. Estudia la moral

universal y cultiva las ciencias y

las artes, sin oponer obstáculo al-

guno a la investigación de la Ver-

dad.

La Masonería es escuela de puri-

ficación y sacrificio. En su seno

se aprenden grandes virtudes y se

destruyen pésimos vicios. Por ello

su ritual la define como «un siste-

ma de moral velado por alegorías

y representado por símbolos».

La Masonería no es una secta por-

que sus enseñanzas no constitu-

yen una doctrina particular pro-

fesada o establecida por un maes-

tro y seguida por discípulos fa-

náticos e intransigentes. La de-

fensa de la absoluta libertad de

conciencia, el examen crítico

de las ideas y doctrinas, la bús-

queda de la Verdad más allá de

los tiempos y de las circunstan-

cias, y la tolerancia que exige

a sus adeptos, son barreras in-

franqueables y definitivas que

combaten inclaudicablemente

la aparición de cualquier sec-

tarismo.

Tampoco es una Religión,

puesto que ella es el vehículo o

medio que une a los hombres

con la Deidad, con lo Divino.

La Masonería es una institu-

ción que busca, como fin, el unir

a los hombres entre sí. Por tal

razón, no existen incompatibili-

dades entre ellas, a punto tal

que la Orden Masónica deja en

manos de sus adeptos la abso-

luta libertad de creencias. Y

esta particularidad la diferen-

cia de los credos religiosos.

No es un partido político por-

que no tiene apetencias de po-

der temporal, no pretende go-

bernar a los hombres. Preten-

de para ellos la mayor libertad

de conciencia. No aspira a es-

tablecer entre los seres huma-

nos vínculos materiales sino la-

zos de orden ético, aspirando a

desarrollar con el mutuo trato

todas sus cualidades espiritua-

les y morales. Además, la Ma-

sonería practica la tolerancia

como virtud, y ello hace que se

distinga a la institución de cual-

quier agrupación política. No es

apóstol de ninguna forma par-

ticular de pensamiento políti-

co.

A modo de síntesis, se puede

decir que la Masonería es una

asociación privada y universal

para el mutuo trato, el perfec-

cionamiento espiritual, la edu-

cación científica y artística y

la investigación de la verdad.

Tiene carácter privado por

cuanto ella posee su propia

constitución, estatutos y regla-

mentos; sus propias autorida-

des y patrimonio; sus propios

integrantes que son única y

exclusivamente los iniciados

en las Logias o Talleres; y sus

propias enseñanzas. Tiene ca-

rácter universal puesto que

estimula la fraternidad y la fo-

menta entre los hombres y los

pueblos.

Por último, en orden a los fines

que persigue, la Masonería tie-

ne la noble misión de formar las

futuras sociedades humanas so-

bre las bases de la Libertad, la

Igualdad y la Fraternidad. Pro-

clama la paz entre los hombres

como el más alto y más perma-

nente de sus fines. Defiende el

orden y respeta las leyes del país

en que vive. Instruye al ciuda-

dano de sus derechos y debe-

res. Combate la guerra y toda

forma de violencia y coacción,

porque aspira a que el mundo

sea regido y gobernado por la

Razón, esto es, por la rectitud,

la justicia y la equidad.

Espacio publicitario

¿Qué sabe usted de Masonería?¿Qué sabe usted de Masonería?

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Page 18: XsumArte 18 mayo 2013

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THE WHO

Sin nada que envidiarles a los Beatles y/o a losRolling Stones, los Who eran conscientes delcorto tiempo que necesitaban para demostrarle

a su «generación» todo el potencial musical del queeran capaces de crear en la nueva escena Mod.¡Qué locos y desaliñados fueron los The Who! Jóve-nes repletos de energía, basta ver cualquier recitalen vivo para percatarse de ello, arrojando guitarraspor el aire con un frenético Pete Townshend que ibacorriendo de punta a punta en un escenario que pare-cía ser el único límite frente al caos dionisíaco querepresentaban en cada show.¡Y qué decir de keith Moon! El baterista más payases-co y descontrolado que yo haya visto: con cierto esti-lo parecido a Ringo Star, pero con dos botellas devodka encima (y algo más seguramente), un auténti-co rockstar que fue dilatando su vida hasta los exce-sos -como Jim Morrison-, sumergiéndose en la oscu-ra idea, sentida y anhelada, de «rock is dead» para

llegar a su autodestrucción definitiva cuando teníatan sólo 32 años. Pobre keith, murió muy joven comoHendrix, Janis Joplin y tantos otros artistas de los se-senta. Sin embargo, y a diferencia de la mayoría delas bandas, cuyo líder suele ser el cantante (RogerDaltrey para esta ocasión), en los Who su alma ma-ter era el guitarrista Pete Townshend, el más comple-to, el más alucinado y el más creador del grupo. Keithera el que lo seguía detrás.

My Generation (1965)Este disco contiene un puñado de excelentes cancio-nes, escritas la mayoría de ellas por Pete Townshend,más tres covers buenísimos: I Don´t Mind (Brow), Plea-se, Please, Please (Brow) y I´m a Man (McDaniel). Sólocon esto, los Who logran rendirle un justo homenajeal blues.My Generation fue sin duda el single que condujo a losWho al estrellato. De la mano del tema The Kids Are

Alright, se convirtieron en el himno de la banda, infal-tables en cualquier presentación en vivo que hicierael cuarteto. La primera, un canto confundido y deses-perado de juventud en busca de una nueva identidad;algo sucia, cruda y raspante que seguramente influ-yó en las posteriores legiones de bandas de cortepunk. En esta pieza, el prominente bajo de John Ent-wistle enviste con una fuerza brutal y los movimien-tos del brazo de Townshend giran y giran en un aleteode sonido de feedback, «pegándole» a la viola comosi de una fuerte descarga de tensión sexual se trata-ra; el tartamudeo del chico adicto al speed que imitaDaltrey y el deseo de la eterna juventud de Hope I DieBefore I Get Old (espero morir antes de envejecer) larematan fantásticamente. La segunda, mucho másrock-pop, estilo Beatles (realmente suenan igual debien que sus hermanos de Liverpool), resulta un apa-sionado exhorto a la juventud. Out In The Street abreel álbum y constituye la primera muestra de aliento

Con su particular estilo,esta banda inglesa marcó un punto de inflexión en laepoca de los 70. My generation, Tommy y Who´s next son las tres piezas se-leccionadas para intentar representar a través de esta columna el talento deuna de las agrpuaciones más conocidas que tuvo Liverpool.

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Tengo Pa´l Truco, con nuevo disco

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del disco, ya sea en su música como en el«mensaje» de sus letras.Luego de este álbum, los Who continua-rían superándose a sí mismos disco trasdisco, pero la esencia rockera que contie-ne My Generation lo distingue como un tra-bajo único.

TommyUnos años más tarde -y luego de su enor-me obra de pop-art The Who Sell Out, cuyaportada resalta la burla hacia la industriade la publicidad (tan frecuente en los gru-pos de antaño); ydespués de rom-per guitarras envivo, explotar elbombo de la bate-ría al final de lacanción My Gene-ration en el pro-grama americanoThe SmothersBrothers ComedyHour-, llegaríaTommy, una ópe-ra-rock de puroconceptualismoingenuo, donde nunca llega a entendersepor completo el significado de la idea (ins-pirada en el Sgt. Pepper‘s... de los Beatles),que trata sobre un niño sordomudo, ciegoy autista, la cual acaba por convertirse enun ícono mesiánico, causando el estuporde todo los ciudadanos. El disco fue muyinfluyente en la cultura de la época. Cons-tituye un extenso álbum doble, con un re-

pertorio de 24 temas de más de una horade duración, en el que confluyen inolvida-bles composiciones como I´m Free, The AcidQueen, Do You Think It´s Alright?, Pinball Wi-zard. Una auténtica y colosal obra de rock,seguramente entre las mejores que hayanpodido realizarse.

Who´s NextY, por si fuera poco, unos años más tardevería la luz uno de los discos que a mí más

me gustan de los Who(aclaro que tampoco los heescuchado todos), el subli-me trabajo Who´s Next, elmás vendido de todos. Deentrada nos sorprende elsintetizador en Baba O´Riley,una hermosa canción deapertura, con sonidos deguitarra cortantes, que in-cluye hasta un violín que re-fresca el ambiente de corteescosés. Un mínimo de apa-rición de algún que otro ins-trumento de viento es lo

único que está de más en el disco, precisa-mente en la canción My Wife.Piezas de rock duro como Bargain, Gettin´InTune y Behind Blue Eyes merecen ser recor-dadas como los mejores momentos este-

lares de los Who. Won´t Get Fooled Again le da un cierre depuro rock a su edición.Como complemento de estos álbumes, sugiero agregar susdiscos en vivo: Live At Of Wight Festival 1970 y Live AtLeeds, pues, al escucharlos, no cesarán de alegrarse portodo el poder apasionado de sus cuatro electrizantes miem-bros, y su despliegue de rock a todo volumen. Si no te inte-resa comprar los CDs, puedes escucharlos en youtube consólo clickear en «The Who Full Álbum». ¡A disfrutarlo!

* Por Pablo Gago

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Licenciado en Psicología M.N 10563 (UNLP)

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