XII Concurso Literario Poesía Categoría 12-15 años Ganadora Categoría 12-15 años Finalista Categoría 17-22 años Ganadora Categoría 17-22 años Finalista Relato Categoría 12-15 años Ganadora Categoría 12-15 años Finalista Categoría 72-15 años Ganadora Llingua Asturiana Cuentu Ganadora Cuentu Finalista Cuentu accésit Contenido :
Trabajos ganadores y finalistas del concurso literario IES Dr. Fleming año 2009
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XII
Concurso
Literario
Poesía
Categoría 12-15 años Ganadora Categoría 12-15 años Finalista
Categoría 17-22 años Ganadora Categoría 17-22 años Finalista
Relato Categoría 12-15 años Ganadora
Categoría 12-15 años Finalista Categoría 72-15 años Ganadora
Llingua Asturiana Cuentu Ganadora
Cuentu Finalista Cuentu accésit
Contenido
:
Poe
IES Dr. Fleming
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3 XII Concurso Literario
POESÍA. CATEGORÍA 12-15 AÑOS. Ganadora
ADELA BRIANSÓ JUNQUERA
Desde neña duermo en Noreña en Oviedo nazco y me alimento no hay tiempo, no me siento. Chocolate, teatro y canto, música, danza …¡Que espanto! Al llegar la semana acabada Mi delirio ¡Tostadas con mermelada! Cocino postres y libros leo ¿Quién será mi Romeo? Soy del 94, feminista y del Barça ¿Qué pasa?
NO ESTOY PENSANDO EN TI
Vacía, oxidada,
sola en la agonía,
en el aburrimiento,
la locura y el tedio,
rutina…
Y otra vez,
hueca.
Sola.
Nadie a quien querer.
Por nadie ser querida.
Y desaparecer
cada día
en la agonía
de estar vacía.
Sola. En algún lugar del mundo a principios de abril de este año.
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Concurso
Literario
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Concurso
Literario
IES Dr. Fleming
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MODALIDAD: POESÍA CATEGORÍA:12-15 AÑOS FINALISTA
LARA MARTÍN MONTERO
Nací en Vigo (Galicia) pero toda mi vida la
he vivido en Oviedo (aunque el acento
asturiano no lo he adquirido hasta hace 1
año o así). Estudié infantil y primaria en el
Baudilio Arce y ahora 1º de la ESO en el Dr
Fleming.
En mi tiempo libre manejo sobre todo de
informática y electrónica; aunque no tenga
internet en casa se me da bien el ordenador.
Mis juegos favoritos son Simcity4 y the
Movies. También pinto lienzos con óleo y
escribo historias que nunca termino... por eso hice poesía -jeje-. Hago deporte
todos los días. Mi música favorita la desconoce casi todo el mundo... ya que
principalmente son de los 80 como Vangelis, Alan Parson, Enya, Mike Oldfield...
y bueno, también me gusta la música tecno y trance. Bueno, podría decir más
cosas, pero si no ocupo todo el espacio... jeje :)
LA TORRE DE LAS DOS CARAS
Allá en la torre se hallan la luna y el sol.
No abandones el camino o la vida se llevará el destino...
... o el destino la vida...
Allá en la torre se hallan la noche y el día.
No mires tu camino o la realidad se volverá...
...o volverá la realidad...
Allá en la torre se hallan el frío y el calor.
No te pares en el camino o la verdad será mentira...
...o la mentira verdad...
Allá en la torre se hallan la muerte y la vida
sigue tu destino o no llegarás a la torre...
... ¿o sí llegarás?
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POESÍA 17 A 22 AÑOS. GANADORA
PAULA FERNÁNDEZ DÍAZ
Nací en Oviedo el 31 de mayo de 1990. En la actualidad estoy estudiando el 1er año del Ciclo Superior de Desarrollo y Aplicación de Proyectos de Construcción en el IES Doctor Fleming. Aparte de estudiar, trabajo voluntariamente como presidenta en la Comisión de la Juventud Sorda de la Federación de Personas Sordas del Principado de Asturias (CJS-FESOPRAS) y soy miembro de la CJS de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) por lo que viajo a menudo con el fin de investigar, proyectar, organizar, intercambiar experiencias e ideas, conocer sobre la Comunidad Sorda, etc... Si me sobra tiempo, leo libros, dibujo, salgo con los amigos, me conecto a Internet, viajo,... en fin, lo que suele hacer la mayoría de la gente a mi edad. Escribí el poema "Un Mundo Silencioso" pensando en mi experiencia personal, ya que, como soy una persona sorda, pensé que podría hacer llegar más fácilmente a todos aquellos que lo leyeran qué se siente cuando te ves privado de la comunicación auditiva porque el mundo en que vivimos está diseñado para "oír", y considero importante que esto cambie porque hay muchas y diferentes formas de "escuchar", sólo hay que probarlas
EL MUNDO SILENCIOSO
Intento entender tus palabras, me esfuerzo adivinando en tus labios, un silencio nos va separando.
Puedo contar con los dedos mil historias, con mis manos todos mis sueños van amando, sufriendo, mintiendo…
En mis ojos intuyes mis luchas, con su luz mis triunfos, se iluminan entendiendo, queriendo, odiando...
¿Es tan difícil entenderme? ¿Es imposible comprenderme? Ya sé tu respuesta pero no la escucharé. Escúchame con los ojos, háblame con las manos, mis ojos son mis oídos, mis manos son mi voz. Sólo si por un instante me miras, sólo si por un instante me escuchas, sólo así podrás comprender, que hay lenguaje en mi silencio.
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MODALIDAD POESÍA. CATEGORÍA 17 A 22 AÑOS. FINALISTA.
DANIEL LUMBRERAS MARTÍNEZ
Me llamo Daniel Lumbreras Martínez.. Nací el 11 de
Agosto de 1992 en Oviedo. Cursé preescolar y
educación primaria en el Colegio Público San Pedro
de los Arcos y E.S.O. en el I.E.S. Monte Naranco.
Ahora estudio 1º de Bachillerato, modalidad
Ciencias Sociales. En mi tiempo libre me gusta estar
con mis amigos, leer toda clase de libros y escribir
mucho. Ya desde pequeño me gustaba mucho leer y
hacia los catorce empecé a escribir. Ya llevo una
novela corta, otra larga, una pequeña tragedia,
varios poemarios y alguna cosa más. En 2009 conseguí poner a la venta en la
Librería Reconquista de Oviedo mi libro Complot 12, con cierto éxito.
A MI VIEJA MUSA
Es una perezosa noche víspera de fiesta. Tú, tu cuerpo siempre fragante, tu cabello siempre dorado, tu sonrisa siempre deslumbrante… Apareces ante mí como un espejismo creado por mi melancolía, o tal vez un revelador reflejo de una visión divina. Siempre inspirante porque nunca serás alcanzable, falso ídolo de felicidad, hermosa estatua a la pena. Todo lo dejé por ti: amistad, paz, un secreto, romántico y auténtico amor… Incluso la salud de mi corazón. Aún me quedan mis versos, mi soledad, quizá tu recuerdo…
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RELATOS 12-15 AÑOS. Ganador
CLAUDIA FERNÁNDEZ RIESGO. Nací hace 13 años, concretamente el 7 de febrero de 1996, en Oviedo. Estudié Infantil y Primaria en el C.P. Baudilio Arce y actualmente curso 1º de ESO en el IES Dr. Fleming. Desde muy pequeñita me gustó leer, pero a escribir empecé hace relativamente poco. En mi tiempo libre, además de aburrirme, suelo escribir, leer, andar por el ordenador, hablar por teléfono, salir con los amigos cuando puedo, editar algunas fotos y escuchar mucha música a todo volumen como Evanescence, Linkin Park, Nirvana, Muse, Fall Out Boy, Three Days Grace, Paramore o Nickelback.
LA LLUVIA GOLPEABA...
La lluvia golpeaba sus hombros y su cabeza con furia; parecía
apremiarla. Sus pasos levantaban salpicaduras cada vez que pisaba un
charco. Se paró de golpe. Su pulso, acelerado, repiqueteaba en su
cabeza. A pesar de lo húmeda que se sentía, un sentimiento cálido
recorría su cuerpo. Jadeaba. Un extraño ruido salió de su boca. Se
llevó la mano a los labios. ¿Qué había sido aquello? No, no podía ser...
Reía. Una risa pura, cristalina. No era forzada, como las escasas que
había lanzado en aquel último año. Posó su mano sobre el corazón y lo
sintió allí, más fuerte que nunca. Recompuesto. Un suspiro, por primera
vez satisfecho, salió de sus labios carmesí. Comenzó a rebuscar las
llaves de su portal, mientras se techaba en él. La puerta se abrió con
un pequeño crujido y entró en el edificio. Unas escaleras de mármol
claro la acompañaron hasta el descansillo donde se encontraban los
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buzones y el ascensor. Mientras esperaba que éste bajara, abrió sin
mucha gana el compartimiento de cristal donde se encontraba su
correspondencia. Propaganda, propaganda y más propaganda. Con un
bufido de desprecio echó aquellos trozos llamativos de papel a la
papelera que se encontraba a sus pies. Volvió a mirar el buzón para
cerciorarse de que no se olvidaba nada, y vio por primera vez el sobre.
“Facturas” pensó con amargura y lo recogió. Miró el remitente. No
tenía. En él no se hallaba escrita otra cosa que su dirección. Y aquella
letra...
Sosteniéndolo con manos temblorosas, entró en el ascensor de
madera clara. Observó su rostro en el espejo. Mechones mojados de
pelo oscuro caían desordenados sobre sus hombros y se pegaban a su
pálido rostro, que había recuperado el color de las mejillas gracias a la
carrera. En su cara y ojos, de un color azul electrizante, se reflejaba la
recién adquirida felicidad, que también se podía atisbar en la sonrisa
que luchaba por aflorar a sus labios. Una pequeña gota de agua se
precipitó en su mejilla y bajó rodando con parsimonia por su pómulo.
No era una lágrima amarga, por primera vez en mucho tiempo. Era una
simple gota de agua de lluvia. Una sacudida indicó que ya había
llegado a su piso.
Se acercó con pasos apresurados al apartamento número 112.
Con un giro de muñeca, abrió la puerta de casa y depositó el
empapado abrigo sobre el radiador.
Se dirigió con rapidez al pequeño pero acogedor salón y se sentó en el
sofá color crema. Indecisa y con manos inseguras, rasgó el sobre y
sacó una pequeña cuartilla.
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Sé que posiblemente todavía me guardes rencor; que creas que no
tengo derecho a mandarte esta carta e inundarte de nuevo con mi
recuerdo; pero yo no quería hacerte daño. Sólo te mando estas
palabras para decirte que todavía recuerdo todos los días, durante el
atardecer, tu mirada sobre la mía. No te he olvidado y espero que tu a
mi tampoco. Estoy bien, echándote de menos, pero bien. Esta carta no
lleva remitente porque no quiero que me vengas a buscar. Lo único
que quiero y deseo es que sepas que he salido adelante. Perdóname.
Mirando las estrellas, sabré tu respuesta.
Te quise, te quiero y te querré.
No hay distancia que me separe de ti...
La joven sonrió y leyó de nuevo la carta. Se dirigió a la pequeña
ventana del salón y la abrió. Se asomó ligeramente y susurró una
pequeña frase.
-Te perdono. Como siempre.
Volvió sobre sus pasos y recogió la carta del sofá. Tras echarle una
última ojeada, la rasgó por la mitad. Volvió a repetir el proceso con los
demás pedazos 3 veces más. Después, se acercó de nuevo a la
ventana abierta y los tiró. Los trozos de papel volaron gracias a las
rachas de viento invernal y se fueron empapando poco a poco debido a
las gruesas gotas que caían sin descanso desde las nubes color gris
oscuro. Le daban igual las críticas de los vecinos y caminantes. Por
primera vez en mucho tiempo se sentía bien de verdad y su sonrisa era
sincera. Lanzó un beso al aire y cerró el cristal.
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RELATO DE 12 A 15 AÑOS.FINALISTA.
PAULA ERRASTI GONZÁLEZ
Me llamo Paula Errasti González y nací en Oviedo el
5 de Marzo de 1996. Hice Infantil y Educación
Primaria en el colegio Baudilio Arce y ahora curso 1º
de ESO en el IES Doctor Fleming.
Leo libros, revistas y cualquier cosa que me llegue a
las manos desde que era pequeña. Me encanta
escuchar música, en concreto Amaral, Fito &
Fitipaldis, Green Day, Efecto Mariposa, Pereza o
simplemente la radio. Suelo escribir en el
ordenador, intentar salir con los amigos los fines de
semana y hablar con ellos por teléfono
SILVER SMILE
Lejos, más lejos que los confines de la Tierra, más lejos aún de donde las estrellas sueñan con apagar su luz, vive Arbenn.
Un ligero batir de alas, y un destello.
Vaga confusa por los confines del Universo, intentando explorar, intentando ver qué hay más allá. Nadie sabe de dónde viene ni qué busca. Las brillantes nebulosas comentan entre susurros cuál será su planeta, su origen. Los agujeros negros debaten sobre cuál puede ser su sabor y los habitantes de planetas y estrellas, desde los hombrecillos verdes más alegres, hasta las fugaces ninfas que limpian el cielo, hacen amagos de comunicarse con ella; pero Arbenn no les escucha y no se detiene con ellos.
Un ligero batir de alas, y un destello.
Sigue flotando, cual nube, con sus alas de plumas, con su vestido traslúcido gastado por el tiempo y con su sonrisa de plata, que ha visto la luz en contadas ocasiones. Arbenn vuela y vuela, pasando fugazmente por los planetas que cuelgan en la bóveda celeste. Siempre va con un semblante serio, imperturbable, que sólo se resquebraja cuando, en solitario, derrama lágrimas con destellos grisáceos. En momentos de su largo camino, algún joven de alguna galaxia la ve pasar como un reflejo. Todos saben de la existencia de Arbenn:
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La chica de los ojos grises que parecen estar siempre llorando. La chica que vaga por todo el Universo desde el comienzo de los tiempos…
Un ligero batir de alas, y un destello.
Y Arbenn busca, busca sin descanso. Nadie sabe el qué, puede que ni si quiera ella, pero no pone pausas a su empeño. Y aleteando, llega hasta el mismo fin del Universo. Sus plumas se van cayendo, poco a poco, pero ella sigue, intentando llegar hasta el mismo Fin del Mundo. Cuando ya no puede más, cuando la mayoría de sus plumas han desaparecido, Arbenn da un último impulso y mira hacia abajo. Un escalofrío le recorre la espalda, mientras una emoción dulce le aprieta su corazón de hierro.
Un ligero batir de alas, y un destello.
Ante ella se extiende un desierto de dunas como la sal. Sabe que ha llegado a su casa. Y cuando pone un pie en la arena, cuando siente que su búsqueda ha terminado, se desploma. En el mismo instante en el que su débil cuerpo toca el suelo, se empieza a desintegrar. Antes de desaparecer, de que se la trague el desierto, da un ligero batir de alas y de ella sólo queda un destello, que sale volando para perderse en el infinito.
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12 XII Concurso Literario
Relato. 16 a 22 años Ganadora
NADIA ÁLVAREZ MORENO
Me llamo Nadia Álvarez Moreno. Nací en Oviedo, el 23 de Agosto de 1992. En la actualidad estudio 1º de bachillerato. Mis hobbies son los deportes, hacer puzzles, leer, escuchar música, salir con los amigos, jugar con mi mascota, jugar con videojuegos.
Éste es mi primer relato presentado a concurso, este premio me motiva para continuar escribiendo.
EN EL VACÍO
Unas vacaciones muy merecidas después de acabar la carrera. Mi destino, ocho días en Italia y desde allí, ir otros tantos a Croacia. Podré visitar lugares a los que nunca he ido, comer alimentos exóticos en restaurantes extravagantes, aprender y practicar nuevos idiomas, conocer gente… pero lo principal, fundamental y más importante una vez allí será descansar, algo que anhelo desde que comencé a estudiar y a la vez trabajar para poder pagarme los estudios. Todo ello eran las actividades en las que pretendía invertir esos dieciséis días de vacaciones pero nada más iniciarlas pude comprender que no todo sale según lo que tenemos previsto. Al comenzar el viaje, alguien o algo desconocido en ese momento para mí, se escapó a la percepción de mis sentidos, y fue el causante del desbarajuste y mezcla de todas las cosas que se suponen que estaban ordenados y medidas al milímetro, para que estas vacaciones fuesen perfectas. Un viaje eterno, en el que al parecer nunca llegaré a mi destino. Tengo la sensación de ser Willy Fog dando la vuelta al mundo, y eso que acaba de comenzar esta travesía, no quiero imaginar lo que será de mi cuando llevemos una semana de viaje. Empiezo a sentir náuseas, tengo hambre, sed y estoy aún más agotada que cuando no estaba de viaje, llevo sin dormir más de seis horas seguidas en los tres primeros días que de momento ha durado esta tortura. Aquí dentro hace
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un calor asfixiante y pegajoso, las personas que me acompañan en estas “vacaciones” me son indiferentes, ni los conozco, ni tengo relación alguna con todas ellas. Intento olvidarme del movimiento del barco, del sonido de unos fuertes ronquidos detrás de mí, y me encierro en una burbuja imaginaria que me separe del resto de pasajeros, para poder concentrarme en el libro que tengo entre las manos. Después de leer al menos cuatro veces el mismo párrafo, cierro el libro de golpe. ¡Ya no aguanto más! ¡Quiero salir de aquí! Poder escapar, marcharme e ir muy lejos, sin preocuparme de hasta donde puedo llegar, sin saber con seguridad lo que me puedo encontrar al final de uno de esos caminos sin rumbo. Salgo a la cubierta del pequeño barco a respirar aire puro y poder aclararme las ideas, en diez minutos recorro el barco entero, pero cansada de balancearme de un lado a otro al ritmo de las olas, me apoyo en una barandilla. ¡Ya lo tengo! He encontrado la solución a mis problemas, saltaré por la borda. Iré nadando hasta Madagascar y una vez allí buscaré amigos que quieran venir conmigo hasta el fin del mundo. Lo tengo todo planeado, para ello sólo necesitaré un bocadillo, una mochila al hombro… Mientras me seguían llegando a la mente ideas absurdas, que me parecían brillantes en ese momento de inspiración creativa, me fui acercando poco a poco a la barandilla; lo que estoy viviendo ahora mismo me recuerda a la película del Titanic, por lo que no pude evitar mirar hacia atrás y comprobar que no hay ningún Leonardo DiCaprio corriendo hacia mí para salvarme; me río entre dientes al ver que no hay más que un par de parejas besándose. Vuelvo a lo mío, empiezo a subir la barandilla que me separa de mi libertad, desde lejos parecía mucho más baja… no me voy a echar atrás, ya está hecho. Tomo la última bocanada de aire para el resto del trayecto, me trago la poca saliva que queda en mi boca, seca por la mezcla de sentimientos, miedo, emoción, excitación y angustia. Me toco el pecho y noto cómo el corazón está prácticamente fuera de él, me remango los pantalones, doy unas palmadas para que reaccionen mis manos y me hago un gesto con la cabeza en señal de aprobación, ya estoy preparada. Empiezo a subir, a medida que avanzo me doy cuenta de lo inclinada que está la barandilla, no puedo evitar mirar hacia abajo y comprobar que la cubierta está cada vez más alejada, desde aquí arriba todo se ve diferente, las parejas que antes estaban conmigo en la cubierta, ahora se veían pequeñas, ya ves lo que yo importaba allí… ¡NADA!, ni siquiera se habían dado cuenta de mi falta, ni de cuando comencé a subir la barandilla. Ya estoy llegando a la cima, si supiese medir las pulsaciones en este momento, las podría contar todas y cada una de ellas con una exactitud casi perfecta, doy los pasos más lentos cada vez que tengo que subir un escalón, y miro una y otra vez hacia abajo, pero lo veo todo tan pequeño que no puedo evitar sentir las náuseas
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aún más fuertes. He llegado arriba del todo y me siento a contemplar el paisaje, está anocheciendo pero hace buen día, observo como las gaviotas sobrevuelan las nubes y se deslizan en las ráfagas de aire. Aquí arriba el viento es mucho más fuerte y frío, me imagino la cara de velocidad que debo de tener en este momento, agarrada fuertemente a la barandilla y con los ojos cerrados, para que no se me corten con el viento. Desde aquí todo se ve aún más diferente que a mitad del ascenso, pero lo raro es que ahora ni tengo frío, ni miedo, ni náuseas, ni siquiera estoy cansada. Me encuentro muy bien, fenomenal, tengo la extraña sensación de no haber estado nunca mejor. Aún tengo los ojos cerrados, pero al haber desaparecido todos esos sentimientos de angustia, disfruto como el viento acaricia mi cuerpo y da formas en el aire a mi cabello. En este momento no he podido evitar relajar todo mi cuerpo, tanto que mis manos han dejado de agarrar la barandilla. Noto como si estuviese flotando, como en un sueño, pero lo único que he hecho ha sido balancearme, resbalar de la barandilla sin ni siquiera darme cuenta de ello y precipitarme de espaldas al vacío. No tengo la menor idea de por qué sigo tan relajada, aún sabiendo que en cualquier momento chocará todo el peso de mi cuerpo contra el suelo de la cubierta. Después de unos segundos flotando en el aire que me parecieron eternos, abro los ojos y puedo comprobar la rapidez con la que me acerco al suelo. Está cada vez más y más cerca… es como estar subida a una montaña rusa, cierro muy despacio los ojos comprobando antes de cerrarlos del todo que sigue sin haber nadie fuera del barco, nadie se ha dado cuenta de la forma que tontamente me acabo de caer. Mientras caía esperando llegar a la cubierta, no estaba muy segura de lo que ocurría a mí alrededor, la oscuridad que de repente reinaba en el barco incrementó aún más mi desorientación en ese preciso instante. Me percaté del tiempo que debía de haber pasado en aquella profunda oscuridad, sopesé la posibilidad de que ya estuviese muerta, pero entonces para mi sorpresa, tenía los ojos cerrados y en el momento en el que los empecé a abrir oí el ruido de un golpe fortísimo que tambaleó el barco, hizo que se me despejara la mente. Temiendo lo peor doy un salto por encima de mi asiento y me dirijo corriendo a las escaleras, dejando atrás, en el suelo el libro que tenía en las piernas, y que por lo visto parecía estar leyendo antes de dormirme. Salgo al exterior como una exhalación para enterarme de lo ocurrido, y compruebo como prácticamente todos los pasajeros están alrededor de una persona situada en el suelo de la cubierta del pequeño barco. Me acerco lentamente y me abro paso entre la gente, tardando varios segundos en llegar hasta el suceso, una vez allí no puedo evitar apartar rápidamente la mirada, pero a la vez siento, cómo sin quererlo mis pies se desplazan y se acercan hasta donde está el cuerpo de aquella mujer tirada en el suelo, es como si me atrajese…
15 XII Concurso Literario
Me arrodillo despacio hacia el cuerpo sin vida, está boca abajo. Me fijo en que me resulta aún más familiar de cerca…Estoy como en trance, no puedo dejar de mirarla… Al estar frente a ella siento como la sangre de mi rostro desaparece, empezando a estar muy pálida, a la vez y muy poco a poco el rostro se me desencaja del dolor con tan solo mirarla directamente, aunque sin poder desviar la mirada en otra dirección que no fuese ella. De pronto empiezo a sentir fortísimos dolores por todo el cuerpo, haciendo que este se estremezca una y otra vez, un pitido ensordecedor penetra en mis oídos haciendo que se extingan las voces de los pasajeros hasta sumirse todo en un profundo silencio, solo puedo escuchar estos pensamientos que muy lentamente también van desapareciendo… Un golpe fuerte sacudió mi cuerpo y bruscamente abrí los ojos. Miré a mí alrededor y me percaté de la presencia de una mujer que apaciblemente dormía de espaldas a mí apoyada en el reposabrazos del autobús… ¡del autobús! Me froté los ojos un par de veces atónita, y me pellizqué para comprobar como sentía el dolor, no estaba dormida. Entonces lo de hace un momento ¿qué había sido, un sueño, una pesadilla, o un mal presentimiento del viaje? El último pensamiento hizo que un escalofrío me recorriera la espalda e hizo estremecerme. Miré otra vez a mi compañera de asiento, ya que ésta se removió en él, y giró todo su cuerpo hacia mí despertándose. Noté en su expresión que estaba un poco molesta por como la observaba, pero aún así me saludó con una gran sonrisa de oreja a oreja. Le devolví la sonrisa intentando que no pareciese demasiado forzada, una vez que apartó su mirada volví a observarla comprobando que ya la conocía de algo…, su cara me resultaba demasiado familiar… Escudriñé entre mis recuerdos intentando averiguar quien era esa joven, no tendría que ser muy difícil, ya que esa belleza perfecta no se veía muy a menudo. No obtuve resultado alguno sobre su identidad en mi mente. Decepcionada pegué la cara contra el cristal y comprobé como el autobús se detenía en un puerto, vi a lo lejos como llamaba la atención un pequeño barco deslumbrante entre el resto de barcos majestuosos y exageradamente grandes que se encontraban en el puerto. Prácticamente se me salieron los ojos de las órbitas al reconocer el pequeño barco, ¡era el de mi sueño!, el corazón estaba a punto de salirme del pecho y comenzaba a hiperventilar cuando una mano fría se apoyó en mi hombro. Me di la vuelta rápidamente y descubrí que era mi compañera de asiento, mi cara aterrorizada le llamó la atención por lo que me estaba mirando más detenidamente y con tono de preocupación me preguntó si me encontraba bien. Estaba pálida, y gotas de sudor frío caían por mi frente. ¿Cómo iba a estar bien? Millones de imágenes aparecían y desaparecían en mi
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16 XII Concurso Literario
mente, recordando del sueño cada detalle por insignificante y pequeño que fuese. Tenía un nudo en la garganta que me impedía gritar: ¡¡Te acabo de ver… destrozada contra la cubierta de un barco!! No era yo la que se había precipitado al vacío, sino ella. Necesitaba salir de allí, quería ir a mi casa, estar de vuelta. No paraba de removerme en el asiento y volvía a hiperventilar. No me lo podía creer… la pesadilla había vuelto a comenzar.
17 XII Concurso Literario
II CONCURSU LLITERARIU EN LLINGUA ASTURIANA
MODALIDÁ DE CUENTU. GANADORA
CRISTINA SÁNCHEZ CASTRILLÓN
Nací en Oviedo, el 23 de Enero de 1995. Estoy estudiando 2º de E.S.O. Realicé primaria en el colegio Baudilio Arce. Hice 3 años de informática, 2 de guitarra, 2 de cerámica y otros 2 de pintura. Estuve el coro escolar 6 años y parte de ellos, también en el municipal. He realizado 7 años de bable en el colegio Baudilio Arce. En mi tiempo libre me gusta tocar la guitarra, a la cual, suelo acompañar con mi voz. Me gusta componer canciones e imitar, también, las de grupos famosos en el mundo de la música. ¡Me encanta la música! Tocarla, cantarla y escucharla... Me apasiona el dibujo. Suelo dibujar mucho y de muchos tipos: manga, cómic... Me gusta también lo que se refiera a la cultura japonesa (series, películas, gastronomía...) Practico muchos deportes, como el fútbol, la natación... pero sobretodo el baloncesto, ya que es mi deporte favorito. Me gusta el cine de humor, terror, anime japonés... ¡De todo! También estar con el ordenador, jugar a la consola, leer cómics y otro tipo de libros, principalmente de misterio, miedo o de humor. Cómo no, me encanta pasar el tiempo con mis amigos y amigas, que son todos incomparables... También suelo dedicar bastante tiempo a estudiar, ya que nunca está de más..
L´HORRU DEL HORROR
- Acercaivos neños, acercaivos… Dixo Pedrín a los sos fíos que nun se podíen dormir. -Voi cuntavos una hestoria que-y socedió a otru neñu como vosotros… ¿Tais llistos? Pues nun vos distraigáis porque ye de lo más interesante... Asina fue: Yérase una vegada, ya fai munchu tiempu, nun pueblín cerca d´Uvieu, vivía un neñu que se llamaba Fermín… Un día pela mañana, el so pá, mandó-y a Fermín que fore a recoyer unes cuantes coses del horru. Como Fermín taba ocupáu xugando… nun foi nel momentu y esperó a terminar de xugar… ¡Taba pasándolo perbien! Ye que la so güelina había-y
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18 XII Concurso Literario
regalao un xuegu de pintures nuevu… y a Fermín volvíalu llocu pintar… pintaba cases, paisaxes, munches coses… pero un día tuvo una idega… decidió pintar un horru mui especial, porque esti horru, yera un horru… ¡ENCANTAU! El dibuxu yera mui asemeyáu al horru de los sos pas. Tenía una puerta de maera pergrande, y como taba abierta, podíase ver, que nel so interior paecía allargase más y más… -Pá ¿Y qué yera lo qu’había ellí…? Entrugó ún de los fíos de Pedrín con los güeyos como platos. -Pues ellí habitaben los seres mitolóxicos más famosos…el diañu burllón , la guaxa... Taben tos allí dibuxaos…Pedrín siguió cuntando la historia: Como diba diciendo, a Fermín mandáron-y dir al horru, pero como taba xugando decidió dexalo pa dempués. Cuando finó de xugar ya yera de nueche, pero como el so pá lu había mandao dir, Fermín, foi pal l´ horru… Caminó tol senderu de prau y llegó hasta l´horru y una vez ellí, metióse dientru d’esti. Recoyió les coses que-y habíen mandao… pero enantes de colar, quedó enbobáu mirando l’interior del horru y lo muncho que s’asemeyaba al del so dibuxu. Como ya empezaba a facer fríu, pensó que ya yera hora de tornar pa casa… Asina pues, agarró la puerta y… ¡De sópitu escuchó como un zurriagazu! Fermín, asustóse, mira pa tolos llaos, pero nun vio na… -¡¿Y qué foi’l zurriagazu…?! Volvió a entrugar otru de los fíos de Pedrín. -Pues na más y na menos qu’un caballu pergrande, con unos güeyos enormes y negros como l´azabache, paecía sacáu del cine, yera perguapu… Pedrín continuó: Cuando Fermín se dio la vuelta atopólu. Nun podía imaxinase qu’un caballu como esi tuvieremetíu nel horru… acercóse-y acariciólu. El caballu que nun paecía tener nengún mieu, fízo-y a Fermín un xestu como diciendo:-¡Móntame!.. Fermín, mui desconfiáu, cabilgó si debía montase nel llombu del caballu, y finalmente, una pata p’arriba, otra pata p’arriba y cuando miró pal suelu ya taba encima del caballu. Fermín cabilgó tamién otra cosa, podía lléva-ylu al so pá, pa casa como regalu… Dempués d´un ratu llarguín, el neñu, decidió llévalu pa casa… Abrió la puerta del horru, tovía nun s’imaxinaba cómo diba sacalu… pero’l caballu tornó a ser cada vez más y más grande y d´una coz mandó a Fermín disparáu contra la paré. Fermín, que taba más asustáu entovía qu’enantes, fíxose meyor nel caballu, y lo que vio, nun lo podía creyer… -¡Yera’l diañu burllón! Dixo’l fíu de Pedrín ensimismáu cola historia que’l so pá-y taba contando…
19 XII Concurso Literario
-Mui bien fíu, yera’l diañu burllón, que con cara de risa foi dando saltos y riéndose a carcaxada llimpia del bobu de Fermín… Pedrin siguió: Fermín taba asustáu, y cuando cabilgaba que ya podía dir pa casa, volvió a escuchar otro ruíu más… Esti ruíu yera más finu, más suave que l´otru… como si tuvieren revolviendo algo per un llau del horru… Fermín, tornóse d’espaldes y delante suyo atopóse una vieya con un diente sacáu pa fuera, yera mui pero que mui fea cola cara entretapada… Fermín entrugó-y que quién yera y por qué taba a eses hores metía dientru l’ horru de los sos pas… La vieya abrió la boca pa falar, y mientres falaba, el diente movíase-y d’un llau pa otru como si tuviere vida propia. Díxo-y que s´había perdio…. Y que si la podía ayudar a dir pa casa… Fermín volvió a cabilgar… ¿Y si fuere otra vez el diañu? Fermín ya escarmentáu col sustu d´antes díxo-y un rotundu non, que colare del horru y que se buscarer la vida… ¡Y menos mal que-y dixo que non, porque nun arrebatu de furia, descubrióse la cara y viose que yera…! -¡LA GUAXA! Gritaron los fíos de Pedrín tos xuntos… Fermín había tenío muncha suerte porque fai falta un millagru, pa llibrase d´ella… Cuando se fixó na cara de la guaxa salió escopetáu corriendo pal pisu d´arriba, pero de sópitu l´horru tornóse más grande… Too yera mui raro… Fermín entrugábase qué-y podía tar pasando… ¿Taría soñando?... ¡Dempués entendiólo too! ¡¡Lo que taba pasando yera que taba sucediendo too lo que tenía dibuxao nel dibuxu del horru encantáu!! Nun daba recibu a lo que-y taba pasando… pero como nun yera tontu, sacó’l dibuxu del bolsillu y una goma de borrar del otru. Agachóse y entamó a borrar tol horru hasta quedar el papel totalmente en blanco. De repente too entamó a camudar… L´horru volvióse más pequeñu y nel ratu que tuvo ellí dempués de borrar el so dibuxu nun s’oyó ni un solu ruíu más… Cuando Fermín llegó a so casa, los sos pas taben perpreocupaos, porque ya yera de día. Entrugáron-y ónde tuviere, pero Fermín nun dixo nin una sola pallabra de lo que-y había sucedío nun se por qué sería, si pol mieu, o porque sabía que nun diben creélu… Lo que ye seguro ye que Fermín d’agora n´adelante tuvo más cuidáu colo que dibuxaba… Pedrín finó de cuntar la historia… y cuando se dio cuenta, los sos fíos ya taben toos suañando. -Bones nueches fíos…
IES Dr. Fleming
20 XII Concurso Literario
Dixo en voz mui baxa -Bones noxes pá… prestómos muncho la historia… tienes que cuntamos más mañana… Dixéron-y los sos fíos. -Mañana, fíos mios, mañana… Apagó la lluz y coló zarrando la puerta.
21 XII Concurso Literario
II CONCURSU LLITERARIU EN LLINGUA ASTURIANA MODALIDÁ DE
CUENTU. FINALISTA
JONATHAN ALONSO GUTIÉRREZ
Nací en Oviedo, el 13 de mayo de 1993. En la
actualidad estudio 4º ESO. En mi tiempo libre
me gusta navegar por INTERNET, escuchar
música, salir a la calle con mis amigos.
EL MIÓ PERRU
Toi mirando pela ventana que da al patiu traseru de la mio casa. Ellí tas, no
to caseta, resguardándote del cutu y de la lluvia que ta cayendo. Paez como
si les nubes hubieren reventao dexando cayer tol agua qu' hay nelles.
Obsérvote ya dempués d'un ratu vienme una ocurrencia que me fai sonreír.
Trátase que tienes ciertu paecíu col burrín de Xuan Ramón Ximénez; cola
pequeña diferencia de que yes un perru. El mió perru, el mio meyor collaciu.
Nun sé como nin por qué tuve esa idea de que te paeces a Plateru. Quiciaves
porque yes peludu, suave y blandu por fora. Anque tamién yes prietu y
brillante como'l carbón puru de les mines. Los tos güeyos, de color marrón
escuru, siempre tan pidiendo cariñu y paecen sonreír cuando t'acaricio y
mimo. Too en ti ye espresivo y yo, que tanto te conozo, entiendo´l to llinguax
corporal.
Recuerdo aquelles tardes de branu, cuando'l sol entamaba deslizase tres les
montañes maxestuoses que se llanzaben sobre la mio aldea. Yo garraba la
bicicleta y diba "onde me llevare'l vientu". Tú como bon perru fiel
acompañábesme en toles aventures.
Mientres los dos corríemos; una sensación de llibertá mos envolvía por
completu. Yéramos los dueños de la pequeña aldea que mos vio medrar. Nun
había rincón que nun esploráremos nin camín que nun pisáremos. Cuando
tábemos per galdíos refrescábamosnos na pequeña fonte de piedra onde les
poques persones qu' habiten l' aldea llenaben botelles con esi agua tan llimpio
y frío. A vegaes coincidíamos con dalguna muyer que llegaba a la fonte.
Tanto les muyeres como los homes tienen más de sesenta años. Cuando
IES Dr. Fleming
22 XII Concurso Literario
mos ven, pónense contentos. Creo que ye porque soi xoven y recuérdo-yos a
ellos cuando teníen la mio edá. Cúntenme como foi la só xuventú ya yo
obsérvolos; los güeyos fundíos, la piel arrugada, la espalda encorbada y
sobre too les manes que son grandes, calloses ya ásperes, indíquenme qué
duro trabayaron. Los homes trabayaron na mina, y polo que cuntaron nunes
condiciones per males. Teníen que dir caminando ( tuviere lloviendo, nevando
o soleao) hasta' l pozu mineru que los tragaba hasta les sos entrañes y
dempués d’un duru trabayu recompensábenlos con carbón. Una recompensa
engañosa, pues yera a camudu de la salú y a vegaes incluso de la vida.
Les muyeres tamién trabayaron asgaya. Yeren más trabayadores, pues
criaben a los fíos, cuidaben de los animales ya cultiven la güerta entre otres
coses. Cuntábenme que diben con una cesta llena ropa, na tiesta, hasta'l
piquinu riachuelu ya ellí de rodielles llavaben la ropa. L' agua xelao calába-yos
hasta los huesos deformándo-yoslos. Pero nun perdíen la allegría y mientres
llavaben, entonaben cantares antiguos del cancioneru asturianu.
A mi prestábame escuchar les hestories que me cuntaben. Nun podía
imaxinase tul trabayu que llevaben a les sos espaldes porque yo dedicábame
a estudiar, pero sobre too a xugar col mio pirru.
Absortu taba nestos pensamientos cuando un ruíu fixo que saliera de la mio
ensoñación. Yeres tú, que t’enteraste de que taba observándote y coles tos
oreyines tieses y la cola moviéndose allegremente decíesme que queríes
correr otra aventura conmigo.
23 XII Concurso Literario
II CONCURSU LLITERARIU EN LLINGUA ASTURIANA MODALIDÁ DE
CUENTU. ACCÉSIT
JOSÉ KEVIN MALNERO SANTACRUZ
Nací en Riosa, el 10 de junio de 1994. Estudio
3º de ESO en el IES Dr Fleming. En mi tiempo
libre me gusta estudiar, montar a caballo y
cazar.
EL MIO PIRRU GUS
Toi equí en casa pensando qué hestoria vos voi cuntar y voi cuntavos una
que pasó en realidá. D’un pirru qu’a mio casa llegó y volvíase l.lucu por cazar.
Tráxolu un buen día mio pá metíu nun vasu sidre, asina de grande yera. Tuvo
tres díes en casa, coyímos-y munchu cariñu; espulgámoslu como pudiemos;
trayía enrriba una buena fardelá de pulgues, el probe; dímos-y tolos cuidaos
que pudiemos y sacámoslu alantre con un buen sacrificiu. Pasaron cincu o
seis mesinos y aquel pirru medró. De figura suelta y grande y nigru como’l
carbón. Salió’l primer día al monte y como un pirru vieyu cazó. Diomos
munches alegríes y munches satisfacciones; yera un pirru mui nerviosu; mui
niciu pa cazar; siguía los xabardos dempués de llevantalos de les sos
cameres hasta que nun podía más. Y esto ye más o menos lo qu’isi pirru
trabayador facía. Pa mí yera’l meyor de Riosa, Morcín y Quirós. Y agora voi
cuntavos lo más triste qu’a esti pirru-y pasó.
Un día pela mañana cuando fui a espachalos topélu mui atristéu; nun me salió
a recibir; taba cheu en curripu colos güeyos estraviaos; quixo salir a veme y
nun podía caminar; llamé rápido a mio pá y al veterinariu lu llevé; na más velu
nun me gustó na, pues aquel paisanu de bata verde arrugó muncho’l focicón;
metiólu pa una sala y al poco volvió a salir diciéndomos con cara pena lo que
yo nun quería oyer:
- Hai que matalu, - mos dixo -. Tien la columna torá.
Y poniendo-y una inyeición, los güeyos el pirru zarró, pa nun volver a abrilos
más. La pena foi mui grande; el vacío foi mayor, pero d’isti pirru míu tolos díes