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O R A C I O N F J N E G Y R I C AE N H O N O R , T G L O R I A .
A R I A
D E L A
E A T A MD E L A E N C A R N A C I O N
C arm elita D esca lza ,
Q U EE N L A S O L E M N E F I E S T A C E L E B R A D A C O N E L
motivo de su Beatificación dia 4. de D iciem bre de 17 9 1.
P O R L O S R R . D r . D O N P A B L O A R A G O n Ií S , D r . D O NF ra n c is c o B u s q u é ts , D r . D o n P a b lo S o iá , y el D r . D o n
J o s e f B o n i , R a c io n e ro s de la S a n ta , y M e tro p o lita n a Ig lesia de la C iu d a d d e T a r r a g o n a , en
ei C o n v e n to de P P . C a rm e lita s D esca lzo s de d ich a C iu d a d ,
D I J O
E L J í.P . Fr. S A L V A D O R P A S T O R D E L R E A L ^ T M I L I T A R Orden de Nuestra Señora de la Merced^ Redención de Cautivos^
Presentado de número^ y Comendador del Convento de San Antonio Abad de la misma.
S A L E A L U Z A E X P E N S A S D E L O S Q U E asistieron en la función.
C O M iB t M " iQ 'J ^ L C L it íA A N :D A D E S
Tarragona : Por Pedro Canals Im p resor, calle M ayor.
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08f 09fgenite , £íf videte opera Domìni , quce posuìt prodìgi
super terram, Psalm. 54. v. 8.
V e n id , y ved las obras, que el Señor ha puesto com o prodigios sobre la tierra. En el Psalmo 54.x/. 8.
I señores sí. L le g ó y a aquel dia tan desea- S I do 5 y suspirado con tantas ánsias de toda
líi I lu stre , y siempre esclarecida R e lig io a del Carm en. Y á fueron oídas, y plenamen
te satisfechas las rendidas, piadosas, y encarecidas sú p lica s, con que esta Sagrada Reform a há solicitado por cerca de dos siglos , ver colocada en los altares aquella n o b le , y famosa H e ro ín a , que entre la confusion y peligros de una nación corrom pida , supo conservar hasta la últim a respiración la inocencia del Bautismo , y santificarse por m edio de las virtudes mas heroycas del Christianism o : aquella amada Esposa del S e ñ o r, que supo caminar rectam ente por todos los estados de d on cella , de casada, de v iu d a, y R e lig io sa , dejando en todos ellos los cxem plos mas admirables de sus respectivas v irtudes : a q u ella , que aviendo dado tanto honor à París con su n acim ien to , tanta alegría à la Ciudad de A m léns con su Profesion religiosa , y à la de Roán tanta gloria con su preciosa m u erte , al paso que será la corona inm ortal de la F ra n c ia , lo será
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igualm ente de toda esta Sagrada D escalcez : aquella finalm ente, que penetrada del mismo Espíritu de constancia , y zelo de que estuvo animado el cora- zon de T e re sa , introdujo en aquel R e yn o el mismo Instituto 5 que esta e x tá tica , y Seráfica M adre avía establecido ántes en nuestra España. ¿O s llenáis y á de gozo con la esperanza de oír el esclarecido nombre de esta prodigiosa M uger ? L a incomparable sierva de D ios M aría de la Encarnación ( en el sig lo Doña Barbara, y Madama Acárta ) R eligiosa L e g a , y Fundadora de la O rden de Religiosas D escalzas de nuestra Señora del Carm en en el dicho R eyn o de F ran cia , es la Ilustre matrona de quien ven go à publicar aquellas heroycas virtudes, aquellos admirables h ech o s, aquellas arduas y g lo riosas em presas, con que triunfa coronada en los C ie lo s , {a) y que según la promesa del Espíritu- Santo j harán pasar de siglo en s ig lo , y de generación en generación la gloriosa memoria de su nombre (/>). Esta e s , la que en este dia llena de un santo gozo el corazon de esta venerable C om unid a d , acompañada del respetable cuerpo de ios R everendos Racioneros de esta S a n ta , y M etropolitana Iglesia.
E s v e rd a d , que d e sd e , que esta grande A lm a bolo à gozar eternamente los justos premios devidos à sus méritos , y trabajos, era acreedora à que se publicasen sus heroycas virtu d es, à que se diese al
mundo una idea de su santidad, à que se le tribu-, tasen estos honores y obséquios: Pero com o solam ente la Santa Iglesia es la que tiene derecho para determinar los objetos de nuestra veneración y c u lto , y declarar quienes son los H eroes dignos de nuestros e lo g io s , porque à sola ella está reservado el conocim iento de los escogidos, el Pueblo C h ris- tiano há tenido hasta ahora contenidos sus deseos dentro de los lím ites, que prescribe nuestra Sagrada R eligión. Pero una v e z , que esta cariñosa M a dre habló y á por la boca de la suprema C a b e z a , que la r ig e , y á puede la devocion desaogarse en sus alabanzas. A si es pues. E l Sumo Pontífice lo ha dicho. N uestro Santísimo Padre Pio VI. de feliz memoria , com o órgano del E spíritu S an to , que hablando en su nombre , y asistido de su g ra c ia , es según enseña el A n g e l M a e stro , su oráculo infalib le ( a ) há definido, ha declarado despues de cient o , y seten ta , y tres años, que la Sierva de D ios M aría de Ja Encarnación es acreedora à nuestra ven eració n , y culto , digna de ser llamada con el glorioso renombre de Beata : que pueda sér invocada en nuestras necesidades, y aflicciones com o Protectora , y M edianera cerca del A ltísim o : que sus Im ágen es, y Reliquias puedan colocarse en los A l tares , y recibir nuestras adoraciones, è Inciensos ; que finalmente pueda ofrecersele à D ios en honor suyo el S a n to , y augusto Sacrificio de la M isa.
(«) Q u o d iib . qLisest. 7. art. lé .
¡Que m otivo de a le g ría , exclam a el Sumo Pontífice en la Bula de su B e a tifica ció n , v é r , que el Señor le envía este consuelo del mismo parage de donde recibe en e l dia las m ayores tribulaciones!¡ Y que m otivo tan relevante para que tu ò R e ligión Sagrada, puedas santamente desvanecerte al contem plarte ennoblecida con la brillantez de este nuevo a s tro , que o y amanece en tu C ie lo !. T od o el mundo sabe, que eres una M adre tan fecu n d a, que con la rigurosa observancia de tus santas le y e s , has dado à la Iglesia una infinidad de hijos de u n o , y otro s e x o , que le sirven del m ayor adorno, y hermosura. Pero y o no sé j que género de esplendor se descubre en M aría de la E n carn ación , que no tendré reparo alguno en valerm e de la frase de la Santa E scritu ra , y decir à voz en g r i t o , que aunque muchas de tus hijas co n gregaro n , y unieron en sí muchas riquezas de g ra c ia s , y v irtu d e s, esta grande A lm a las ha excedido à todas, (a) H ab lo , Señores, casi con los mismos términos del D ecreto tan glorioso para M aría de la E n carn ación , que acaba de pronunciar el V icario de Jesu-Christo. Floreció dice en todas ellas de muchos modos la men* donada Sierva de Dios. ¿ Q u e declara este auténtico testim on io , que publica à todo ei mundo sin o, que esta Ilustre M atrona fué en todo g ra n d e , en todo p ro d ig io sa , en todo adm irable, de un mérito distinguido entre todas las Esposas d el S eñ o r, un con-
(a) P ro v e rò . 31.
junto de todas sus g ra c ia s , d o n es, y virtu d es?V e d a h i, porque empeñado en formar el P a-
n egyrico de esta N o b le H eroína no repararía en apropiarle aquel E lo g io con que la Santa Escritura celebra las gran d ezas, y prerrogativas de la E sfor- sada J u d ith , d ic ien d o , que fué famosísima en todas sus cosas sin que nadie pudiera contradecirlo, (a) Pero vosotros amados o y e n te s , y á veys^ que la brevedad de un discurso no p e rm ite , el que os hable de cada una de ellas en particular ; Supuesto p u e s , que la gracia hace sobresalir en cada uno de sus Santos una v ir tu d , que es com o su particular distincti- v o , que sirve al orador com o de apoyo para fijar»- se en el E lo g io de su H e r o e , ciñámonos á las que expresa la Santa Iglesia diciendo en su oracion, que Dios dador de todos los bienes ¡a fortaleció con una admirable constancia en las adversidades, y con un ardiente zelo de su honor, y gloria, ( b ) Estos dos dones del C elestial Espíritu con que la Iglesia caracteriza á M aría de la Encarnación formarán todo su E lo g io , y la división de este discurso. P u e b lo s , acudid p u e s , os diré con el Santo R e y D avid en las palabras, que os propuse por th e m a , ve n id , y vereys entre las grandes ob ras, que D ios ha puesto sobre la tierra , un extraordinario prodigio , un asombro de virtud en M aría de la Encarnación : V enite, videte opera D om ini, quí posuit prodigia super Si señores, vereis un prodigio de cons-
(a) J u d ith C a p . 8. v . 8. {b) E cc le s ia in su a orat.
tancia en las m ayores adversidades, y contradicciones de este mundo. E ste será el asunto de la primera parte. V ereys un prodigio de zelo en las arduas j y generosas empresas en que le hizo entrar el deseo del h o n o r, y gloria de su D ios. E ste será e l objeto de la segunda. U n o , y otro os harán vér á M aría de la Encarnación com o un sugeto distinguido entre las Heroínas mas famosas de la Iglesia. Para poderlo hacer con a c ie rto , y con fruto d e vuestras a lm as, im plorémos ántes los auxilios de la g ra c ia , por la mediación de aquella V irgen Inmaculada á quien el A n g e l saludó diciendo: A v e María,
Vemte videte opera DominL cet. un supra.
S e n d i t o sea el Señor D ios Padre O m nipotente * Padre de las misericordias , y D ios de toda conso- lacion j que se digna consolarnos en todas nuestras tribulaciones. C on estas palabras del A póstol en su segunda C arta á los de C o rin th o , ( a ) em pieza el Sumo Pontífice el D ecreto de la Beatificación de la Ilustre H ero ín a , que y o v o y á elogiar. ¿ Y de que otras mas á propósito podía y o valerm e para dar principio al E logio , que devo formar de aquellas heroycas v irtu d es, y generosas em presas, que la hicieron digna de estos honores, que le tributamos? ¿ N o nos presenta en ellas el Supremo O ráculo de la Iglesia los desconsuelos en que Esta se hallava.
{a) Ad C o r in th . 2. cap . i . v . 3.
qüando nació al mundo M aría d e la E n carn ación , y las aflicciones con que se encuentra al tiem po de prom over su ven eración , y culto ? Adorem os pues por una particular Providencia del SeñoF; mirémos com o una singular prueba del grande am or, que la l le n e , el que naciese en París C apital de la Francia , por los años mil quinientos sesen ta, y cinco. P o rq u e ¿ quien ignora la triste situación de todo aquel dilatado R eyn o en el siglo décim o sexto ? ¿ Q uien no sabe el estado tan in fe liz , y deplorable á que le reduxo el im p io , y perverso Calvino»; aquel monstruo de in iquidad, que, por un esfuerzo de su malicia arrojó, y vom itó el abismo de su sen o , para con tristar, y afligir la Iglesia de D io s ? N o solamente sentía por entonces la Francia los funestos efeftos de la h e re g ía , que confundía las' cosas Sagradas con las profanas \ llorava igualm ente las tristes conseqüencias, que suelen producir las guerras civiles en la destrucción de los T e m p lo s , en la ruina de los A lta r e s , en la desolación de las casas R elig iosas, en ios progresos de la maldad.
E n estas tristes circunstancias en que parece que el Señor havía abandonado su heredad en manos de los estraños, (¿?) dispuso su adorable P rovidencia , que de entre aquellas horrorosas tinieblas saliese al mundo en M aría de la Encarnación una brillante lu z , { b ) que con la pureza de su f e , con
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■el candor de sus costum bres, y con los resplandores de su san tid ad , conservase p u ra , é illesa la R eligión en aquel R e y n o , á pesar de las escandalosas n ovedades, y Cism as , que contra ella excitaron sus enem igos, según habla el Sumo Pontífice en el D ecreto de su Beatificación. ¿ D e que constancia pues tan admirable devía prevenirla el C ie lo para hacer frente á tantas contradicciones, y adversidades? M aría de la Encarnación tuvo la alta fortuna de nacér de unos n o b le s , y m uy C athólicos Padres- Sí señores. D on N icolás Aurillot Consejero d el R e y , y D oña M aría V H u iü er descendiente de las an tigu as, y distinguidas familias de P arís, se ha- ilavan sin tener succesion, despues de muchos años de M atrim onio. L a muerte arrebatava con todos sus hijitos apenas acabavan de nacér. C on los continuos v o to s , y ru eg o s, con las freqüentes lim osnas, ayunos , oraciones, y piadosos exercic io s, que presentaron al S eñ o r, acompañados de la poderosa m ediación de sus Prote¿lores , y A b o g a d o s, pudieroft lograr un permanente fruto de bendición en la Bea* t a M aría pudiéndose d e c ir , que era mas hija de la oracion , que del M atrim on io, mas hija de la g ra c ia , que de la naturaleza: efectivam en te, la miraron siempre com o un prodigio de v ir tu d , que por la grandeza de sus ob ras, y acciones havía de hacer brillar la R eligión ajada por tantos cam inos en su proprio nativo suelo.
Presentemonos pues con la consideración en la
Iglesia de San F ederico de P a r ís , en donde sobre la Sagrada fuente del Bautismo se le im pone e l nombre de Barbara, que despues trocó con el de M aría, en el ingreso á la R eligión. V e r e y s , que aquella g ra c ia , que desde entonces ocupó el cora- zon de esta tierna n iñ a , y q u e , según la herm osa frase de san A m b ro sio , no sufre tardanzas, (<j) em pezó desde luego á manifestarse en todas sus operacion es, y movimientos. ¡Q u e anuncios tan cier-» tos de la grandeza de su futura Santidad dio desde sus primeras respiraciones! Todavía se hallava en - buelta entre las faxas y á podémos d e c ir , que se observava en ella la f e , la obediencia á la Iglesia, e l respeto á sus M in istros, un amor grande á su D io s , igual horror al m undo, y á todo lo que e l mundo ama. L o mismo fué rayar en ella la luz del con ocim ien to , y aun ántes de tener razón , que manifestar una afición grande á todas las cosas buenas. Sus primeros movimientos fueron para D ios j sus primeros votos se formaron para el C ie lo , sus primeros deseos para la soledad, y el retiro. ¿P ero que hay que adm irarse, sí Barbara tuvo unos Pad re s , que por lo mismo que eran tan addiélos a la C athólica f e , y lloravan con tanta amargura el d esórden, y corrupción de su s ig lo , procuraron desde sus primeros alientos gravar sobre su espíritu los mas tiernos sentimientos de amor á la R elig ión ,
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(a) L ib . 2. Iaic. C a p . i.
á la p ied ad , y a la virtud ? C on todas estas bendiciones de dulzura era preciso estuviese prevenida, para no dejarse vencer de los poderosos obstáculos, que havían de presentársele para corromper la inocencia de su corazon.
Porque de h e c h o , ¿Q u e hay en el m u n d o , que pueda contribuir á la perdición de una A lm a , que no lo viese Barbara á su rededor apenas abrió ios ojos? Un n o b le , y distinguido nacim iento, riquezas en abundancia, gracias de la naturaleza, v iveza de esp íritu , digámoslo de un g o lp e , todo quanto puede irritar las pasiones todo se a rm a , y se une para combatirla. Pero no importa. Su fortaleza , y constancia triunfará de todos estos enemi- gos. C om o no ig n o rava , que el re tiro , y la separación del mundo es el único necesario para precaverse de todos sus p e lig ro s , y ponerse á cubierto de todas sus malignas asechansas, solo aspirava a la so led ad ; sus deseos no eran o tro s, que de consagrarse al Señor sobre las sagradas áras de la K elig io n . Form a entre tanto de la casa de sus Padres un oratorio en donde separada de todo com ercio con el m u n d o, tenía sus mas deliciosas conversaciones con aquel S e ñ o r, que siendo grande y excelso p or esencia, { a ) gusta de tratar con los humildes, (¿») y sencillos. A llí anegada en el piélago insondable de las divinas p erfeccion es, ¿quien será capaz de deciros' lo que el C elestial Esposo hablaría al
(a) Scrip . va riis iu lo cis . (b) P ro v . 3. 32.
c o m o n de esta su querida E sposa, (¿ í) e l trato tan ín tim o , y familiar à que la adm itiría, las cosas tan a lta s, y sublimes que le revelaría? ¿Q u an - tas lagrim as derramarían sus tiernecitos ojos, quantos suspiros arrojaría su enamorado corazon al contem plar la pérdida de tantas alm as, los funestos estrag o s , y las tristes conseqüencias, que los C alvin istas havían ocasionado à la Francia con sus errores? Quantos a y u n o s, d icip linas, oracion es, y penitentes exercicios ofreció al S eñ o r, para contener los desordenes, y excesos de aquellos hombres tan ím - p io s? E n verdad que le pudo decir à D ios con igual ra zó n , que el santo R e y D a v id , que se consumía de dolor al vér el desprecio con que sus enem igos tratavan su santa y adorable L e y ( b) .
Figuraos pues vo so tro s, que alegría inundaría su zeloso E spíritu , quando hallándose tan combatida de tribulaciones, y p e lig ro s, piensa , y determina su Padre ( no sin una praticular inspiración del C ie lo ) sacarla del m u n d o, para retirarla à los C lau stros. Sí señores. E ste noble C a v a lie r e , que quería acabar de perfeccionar la grande obra de la educación de su h ija , la lleva à un M onasterio de R e ligiosas C la ra s , dos leguas distante de París. N o será posible , que y o os diga los progresos tan admirables , que esta jovencita haría en la virtud en aquel re t iro , viéndose apartada del estrépito del m undo, ocupada d ia, y noche en la santificación de su A lm a,
H
è instimulada de los grandes e x e m p le s, que à todas horas le presentarían à la vista aquellas castas Espor sas de Jesu-Christo. ¿Tendrem os ningún reparo en decir 3 que entre aquellas sabias, y prudentes v ir- g ln e s , que tan prevenidas tenían las lamparas con la luz de la f e , y con el azeyte de la caridad ( a) , se hizo nuestra Barbara la Escogida del Señor? { b) N o lo dudareis, si rep arays, que fiel imitadora de la abeja, à la m anera, que e sta , chupando de est a , de aq u ella , y de la otra flor forma el mas delicioso p a n a l, asi la virgen Barbara copiavá en su Espíritu los diferentes aélos de todas aquellas grandes v irtu d es, que veya prad icar à aquellas santas R elig iosas, para formar en su corazon el mas bello prodigio de virtud. Tom ava de una la obedien cia, de otra la hum ildad, de esta la p acien cia , de aquella la o racio n , y de to d as, aquel ardentísimo deseo con que las unas procuravan adelantarse à las otras en la santidad. Todas estas virtudes juntas con una finisima d ev o c io n , que tuvo siempre à la Santísima V ir g e n , y à la Pasión de Jesu-Christo su H ijo , eran la adm iración, y el asombro de todo aquel R eligioso M on asterio , è incentivo aun à las mas p e rfe d a s , y observantes para m ayor perfección.
¿ Q uien dudará según esto , que todas sus delicias , y com placencias las tendría Barbara en aquellos C iá u stro s, y que sus pensam ientos, y deseos serían de acabar sus dias en aquel pequeño n id o ,
(fl) M títh . 25. (b) C a n t. ó . v , H,
com o decía el santo J o b ? (¿i) Sí. E l ardentísimo deseo de se rv ir , y agradar à su D io s , el encendido a m o r, que tenía à su celestial Esposo la hicieron entrar en las mas vivas ánsias de sacrificarse à su se rv ic io , en aquel observante M onasterio. Pero com o el Señor tenía formados sobre ella otros d esign io s, com o la guardava para mas ard u as, y gloriosas em presas, y quería hacer otras pruebas de su constancia, la saca por medio de sus Padres de aquel retiro. Barbara en f in , en la edad de catorce años sale del C on ven to de Santa C lara para fijarse, y establecerse otra vez en el mundo. ¡ Q ue sentim iento para esta noble doncella al verse en medio de los mismos escollos, y peligros? L o s prim eros en em igo s, que le presentan el com bate son los domésticos. Su M a d re , sí. Esta señora, que ignorava los deseos d el espíritu de su h ija , se arma contra ella porque la vé mirar con desprecio las g a la s , los adornos, los p laceres, y divertim ientos d el mundo. L a trata de una m uger insolente, soez, nada anciosa de mirar con decoro su distinguido nacimiento. N o se satisface con esto. D e las injuria s , y d esp recio s, pasa à los g o lp e s, y à un tratam iento ageno de una m uger n o b le , y mucho mas de una Christiana. ¿P ero que? C om o si esta inocente virgen huviera estudiado en la escuela de los P ab los, asi rebozava de g o z o , y alegría en estas tribulaciones ( è ) . C om o si huviera bevido el E spí
ritu à las T h eresas, y à las M adalénas de Paszis, asi ballava su m ayor gloria en estos trabajos, y adversidades, { a ) teniendose por dichosa de padecer todas estas contum elias, y ultráges por el amor, y gloria de su D ios ( b) .
¿ Y que espíritu menos con stan te, que corazon menos m agnánim o baviera podido resistir à la fuerza del sentimiento > y dolor que le causó la propuesta, que se le h iz o , apenas llegó à los diez y nueve años de su edad ? Quando Barbara ménos pensava en el m u n d o , proyeótava su Padre estrecharla mas con é l , dandole por Esposo un C a v a - llero de igual esp len d ór, y nobleza. \ Q ue go lp e tan sensible para su casto corazon! ¡Vosotras castas don cellas, que sabeys los tiernos sentimientos de una A lm a j que desea consagrarse al celestial E s p o so , y que no aspira à tener otro D u e ñ o , vosotras solas podréis com prehender quan dolorosa , y amarga ñié esta propuesta para esta castísima virgen^ C on todo. Barbara, que no adora otro que la vo luntad de D ios en la disposición de su P a d r e , cal la , o b ed ece , y se sugeta à v ivir atada con el es* trecho lazo del M atrim onio con el V izconde D on A cdrío , para no sér co n o cid a , según la costum bre, y estilo de la F ran cia , con otro renom bre que el de Madama Acdria,
N o os figuréis p u e s , que su constancia peligrará en m edio de un mundo disoluto. A q u el gran
D i o s , que supo conservar a aquella m uger fuerte de Betiilía haciéndola pasar por entre las tropas enem igas sin ultrage alguno de su candor, { a ) sabrá iguahnente sa lvar, y libertar á Madama Acária de las borrascas de un mundo p ro celo so , y de las tropas enemigas de miestra R eligión. Su espíritu tiene bastante robustez para conservarse p u ra, en m edio de la corrupción mas contagiosa. Acordaos p u e s , si os p la c e , de aquella fu e rte , y laboriosa H eroína de que habla Salomon en sus Proverbios (¿), y vereys una pintura la mas puntual, y exádla de esta noble Señora. A p lic a d a , dia y noche á sii propia santificación, no se descuydó un ápice ea sacrificar todos sus desvelos á la instrucción de su fa m ilia , y al servicio de su Esposo. Jamás perdió de vista aquel precepto del Eclesiástico de enseñ a r , y doblar á sus hijos desde la niñez ( c ) . L es e d u có , siguiendo el consejo del A p ó sto l, en el santo tem or de D io s , en la d ic ip lin a , y corrección del Señor ( i ) . Q ue m ayor prueba de esta Christiana educación puedo y o presentaros, que aquellos tres hijos que fueron el gozo , y la corona de su g lo ria? ( e ) C onoced la bondad de este árbol por la preciosidad de sus frutos ( / ) . Uno de ellos fué un C avallero tan devoto , que heredó el espíritu de p ied ad , y zelo de su buena M adre. O tro llegó á sér Provisór del Obispo de R o á n , y otro obtuvo
A 5
(tí) J u d ith . 13. {b) P io v .C a p . 31 (c) E c c l. C ap . 7 . v . 25.(d) A d E p h es. 6.V.4. (e) A d P h ilip .4 .v .i . (/ ) M a tth .7 .v .2 o .
la dignidad de gran Prior. Sus tres hijas fueron R eligiosas D escalzas, a quienes por su sisgular virtu d , prudencia , y zelo distinguió j y honró la Orden con los cargos mas honoríficos en sus respectivo5 M onasterios.
¿ Q u e os diré del resp eto , y obediencia que tuvo siempre á su m arido? Sabedora de aquel exem - p ia r , que San Pablo propone á los casados en la C arta que para su instrucción escrivió á los de Efe- so 3 estuvo tan su jeta , y obediente á su E sp o so , com o lo está la Iglesia á Jesu-Christo ( a ) . Aunque com o otra Ester era enem iga del fausto, y de los adornos , condescendía algunas v e c e s , por com placerle, en las necesidades en que la ponía la condicion de su c la se , y estado de presentarse en los estrados, y asistir á las visitas. ¿Pero con que fo rtaleza, y constancia de espíritu supo resistir á la poderosa fuerza de la multitud , y de la costumbre ? Para fortalecerse mejor contra estos enem igos de la v irtu d , sacava un lib ro , que con la freqüente lecc ió n de sus piadosas reflexion es, la hacía concebir los mas vivos sentimientos de desprecio de aquellas locas vanidades á que miraya tan a fe d a s , y addiélas las de su sexo. V ed a h í, porque apenas podía separarse de aquellas concurrencias, para estar solamente con su D ios en su re tiro , se quitava todas aquellas galas , adornos, y sobrepuestos, y substituía en su lugar los cilic io s, las d icip lin as, ios ayunos.
y los exercicios mas fervorosos. Sí señores. E i estar Madama Acária atada con el estrecho vínculo d el M atrim o n io , no le impedía bolar librem ente con las alas de su espíritu à unirse estrecham ente con el Señor, por medio de una oracion la mas sublim e. ¿ Q u e finezas tan singulares le dispeosó ei celestial Esposo en esta ín tim a , y estrecha unión ? ■Para hacer prueba de a q u d l? . admirable qonstanciji co n ^ue la havía fo rta lec id o , ‘ gravó, invisiblem ente en sus m anos, p ie s , y costado sus cinco sacratísi-»- mas lla g a s , cuyos veh em en tes, y excesivos dolorey le hacía sen tir, especialm eníe en los viernes. ¿Quie^ será ca p a z, según e s to , de deciros quanto se inflamaría su corazon en el amor de eñe Señ or, al v e rse tan regalada, y favorecida? Supuesto p u es, qu^ el zelo no es otra co sa , en diètamen del A n g e l M a e stro , que una llama de este encendido am or, hablemos de las ard u as, y generosas empresas en que le hizo entrar el deseo de su m ayor gloria. ¿D espues de averia admirado com o un prodigio de constancia en las mayores adversidades, y contradicciones de este m u n d o, dejareys de reconocerla por un prodigio de zelo ? R enovareys vuestra atenc ió n , y lo vereys en la
S E G U N D A P A R T E .
M o perdamos de vista el honroso D ecreto de su B eatificación, que eg el mas auténtico testimonio
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de esta verdad. En él nos dice el Supremo O ráculo de la Ig le s ia , que enternecida , y sumamente afligida esta Ilustre M atrona de los males que las guerras C iv ile s havían ocacionado en la F ra n cia , entró en el empeño de resarcirle al Señor todas las quiebras, que la R eligión havía padecido en aquel R eyn o. Em presa ciertam ente àrdua. Porque ¿quantas dificultades havía de v en cer, quantos trabajos havía de suf r ir , à quantas injurias havía de exp o n erse , en la xestauracion de aquellos C o n v e n to s , que la m alicia de los H ereges havía arruynado, ò desolado enteram en te? Sin em bargo 5 ella logra el éxito mas fer i i z , y glorioso en sus empresas. Introduce primeram ente lá reforma en un celebre M onasterio de Padres Benitos. Funda las Religiosas Ursolínas de Par ís , e l Conservatorio de las doncellas seculares junto à Santa G e n o v e v a , y consigue igualm ente se intro- dugesen en aquel R e yn o los Padres de San F elipe N e r i , dichos de la Congregación del Oratorio.
¿P ero que es todo esto para la gran d eza, y extensión de su ze lo ? A m ucho-m as aspira el deseo con que se abrazava su corazon de hacerle al Señor nuevas conquistas, y retirarle de la corrupción del siglo aquellas almas que redimió con su preciosima Sangre. M aría de la Encarnación piensa trasladar à la Francia la misma reforma de R eligiosas C arm elitas D escalzas, que ántes havía establecido en E spaña la incomparable Teresa de Jesús. H a! y com o me figuro y o , que para esta tan à rd u a , com o g lo -
riosa empresa le pediría à esta Seráfica M adre su mismo E sp íritu , asi com o E líseo pidió à Elias el suyo { a ) , para poder mirar igualm ente por el hon or,, y gloria de su D io s! O y e Theresa los v o to s , y oraciones de M a ría , y se le deja vér en dos o casion es, en que le manda de parte del C ie lo , que desde lu e g o , sin dilación n in gu na, ponga por obra sus altos designios. E s voluntad de D io s , le dice la Santa M a d re , que asi como yo he enriquecido la España con una tan ú til, y célebre Reforma, así tu hagas el mismo beneficio à la Francia, para restaurar con esto en este Reyno la Religion ¡ y la piedad. Tom a consejo M aría de la Encarnación , de los hombres mas santos, y sabios de aquel Pueblo. Consulta entre ellos al grande O bispo de G inebra San Francisco de S a le s , y con la aprobación , y diélamen de este Santo y D o d o P re lad o , determ inan, que el primer C on ven to sea en la Ciudad de París. Y ved aqui la prueba mas sobresaliente de aquel ardentísimo zelo con que el dador de todos los bienes fortaleció el espíritu de la Beata María.
Porque en efeélo. ¡ Q ue m ultitud de trabajos, y contradicciones no le saldría al encuentro en la execucion de esta grande obra? Aquellas solas palabras con que la habló T h eresa, d icien d ole, que à im itación suya emprendiese la extension de su R eforma , bastaníe nos persuaden el cúmulo de dificultad es, y embarazos en que havía de tropezar en su
proyectada empresa; L e e d , si es vuestro g u s to , la vida de esta Santa D o d to ra , y vereys con que espíritu se opuso á todos los obstáculos, que de todas partes ponían los hombres à sus loables designios. M aría de la Encarnación com o heredera del zelo de esta santa M ad re , supo vencer con la misma generosidad de espíritu los mismos em barazos, y dificultades. E s verd a d , que para ello era preciso que se trasladasen desde la España à la Francia algunas de las hijas de Teresa ; que obtuviese del Sumo Pontífice la Bula de fundación ; que ei R e y le concediese su lice n cia , y el Cardenal señalase territorio para sus Conventos. ¡Q u e Espíritu por m agn án im o, y va ro n il, que fuese no se amilanaría à la frente de tantos obstáculos ! Sin em bargo. Impelida de aquel mismo deseo con que D avid se abra- z a v a , y consumía de zelo por el h o n o r, y gloria de su D io s: ( a ) abrazada de aquel sagrado fu e g o , que como Jerem ías, sentía arder hasta dentro de sus mismos huesos, (¿>) se empeña en triunfar de quanto podía im pedirle la execucion de sus santos proyectos.
Efectivam ente. A costa de sú p licas, y diligencias lo g r a , que el Papa C lem ente Y II L expida su D e c re to , que el R e y le dé su permiso ; que el C ardenal le conceda territorio ; que las Religiosas Españolas pasen à la F ran cia ; que se funde finalm ente el prim er C on ven to en París. G ran D ios!
(fl) P sal. é8. V. 1 2. (b) J e re m . 20. v. p.
Quanto se dilataría el espíritu de M aría! ¡Q u e alegría inundaría su corazon al v e r , que una multitud de vírgenes dotadas de todas las g r a d a s , y atrad i- v o s , acudían á consagrarse á vuestro servicio en aquel nuevo Tabernáculo! A l mirar con sus propios o jo s , que tantas almas p u ras, é ¡nocentes se refu- giavan á aquel M on asterio , para poner con esto un seguro asilo á la pureza de su f e , á la inocencia de sus costum bres, á los obstáculos de la santidad! Sí señores. L a Ciudad de París v io con admiración doncellas de todas clases y edades, dejar á sus Pad re s , y M ad res, abandonar ricos patrim onios, romper dulces correspondencias, despojarse de todas las vanidades del m u n d o, para alistarse bajo la au stera , y humilde diciplina de la reforma del Carm elo. C om o aquella sola casa no bastava para contener el crecido número de las que acu dían, logra que se funden otros Conventos en A m ien s, en O rlea n s, en D ijo n , en Roán. D e aqui se extienden sus fundaciones por todo aquel dilatado R e y n o , y queda M aría de la Encarnación con el glorioso título de Fundadora.
¿ O s parecerá pues á vosotros, que su corazon descansaría con sosiego en el s ig lo , teniendo la proporcion de habitar entre aquellas Esposas de Jesús? N o por cierto. Apenas murió su m arido, que pudo v iv ir para sí so la , enamorada de la vida R e lig io sa , revivieron en su alma aquellos vivos deseos , que tuvo primeramente de consagrarse al Señor.
Com o Li Seráfica M adre le manifestò al revelarle la propagación de su O rd e n , que havía de sér R e ligiosa Descalza ; que havía de dejar aquella nación corrompida en medio de la qiial h ab itava, para cubrir su rostro con un v e lo , à fin de no ver la tierr a , ni sér v ista , com o lo dijo D ios al Profeta Eze- quiel ( a ) , desde luego puso los ojos en el C on ven to de A m ie n s, que era el mas pobre. A llá se encamina à pedir el santo H ábito con las mas rendid a s , hum ildes, y encarecidas suplicas. ¡Q u e expec- táculo tan digno de admiración para los hom bres, para los A n g e le s , y para el mismo D io s , sería vér k las puertas de aquel M onasterio à la Vizcondeza Acária su Fundadora, postrada en el su elo , con los brazos abiertos suplicar hum ildem ente, se dignasen recibirla com o la última de sus compañeras ! ¡ Q ue ^sombro verla tomar el H ábito de Religiosa L e g a , y hacer la profesion com o ta l, para no emplearse, sino en los ministerios mas despreciables del C o n v e n to , y sugetarse à su misma h ija , que fué por algún tiem po su Superiora! Fntcó por fin M aría de la Encarnación en el Cláustro.
¿P ero quien será capaz de deciros los progresos tan adm irables, que esta Esposa del Señor hizo en toda clase de virtudes, colocada en aquel retiro com o en el lugar de su descanso? Si los exerci- ctos de esta famosa H eroína en el estado de casada fueron tan asom brosos, que no repara asegurarnos
m escritor de su vida { a ) , que nada tuvieron que em bidiar, ántes b ien , excedieron á los de los A n acoretas mas escondidos en los desiertos, á los de las vírgenes mas retiradas en los C láu stros, á los de los espíritus mas agigantados en ia vida ascétic a , ¿ á que grado de perfección llegarían los que pradlicó en ios quatro años escasos, que fué R e ligiosa ? Y o me contentaré solo con d e c ir , que su hum ildad, y ob ed ien cia , fundamento de todas las d em ás, llegaron á llenar de admiración al mismo oráculo de la Ig le sia , según se explica en el D e creto de su Beatificación. Y de hecho. ¿ A quien no admirará una hum ildad, que á pesar de ios honore s , y respetos con que era tratada de aquellas santas Religiosas com o á su Fundadora, con que era amada de todas com o á su m ad re, oída de todas com o un o rá cu lo , y seguida de todas com o el mas p e rfe d o m od elo , pudo decir con igual razón que el santo D a v id , que jamás dio entrada á pensamiento alguno de gran deza, ni se dejó dominár de la vanidad? ( ¿ ) ¿ A quien no pasmará igualm ente una obediencia , que la sugetó voluntariam ente a una hija su ya? Q ue los hijos estén obedientes á sus Pad re s , que les dieron la v id a , es un p recep to , que: im pone el mismo D ios por su santo A p ó sto l, acordándonos, que esta reverencia es m uy agradable a sus divinos o jo s , ( c ) ¿p e ro que los Padres estén
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(o) P. M a rtia l. á S. J o a n . B ap t. in B ib lio th . C a rra , lit . M .{b) Psalm. 130. V. 3, (c) Ad Ephes. Cap. 6. v. i.
sugetos á los h ijo s , y gustosamente se sometan á sus p recep to s, é inshiuaciones, este es el heroísmo de la obediencia de M aría de la Encarnación. ¿Q u e reparo pues tendrem os, en reconocerla por un su- g e to distinguido entre las famosas Heroínas de la Ig lesia? Sí. N o reparémos en d e c ir , que entre las grandes obras que D ios há puesto sobre la tierra, manifestó en esta Ilustre M atrona un prodigio extraordinario de santidad, por la admirable constancia con que fortaleció su espíritu en las mayores adversidad d es , y contradicciones de este mundo, y por el ardiente zelo con que procuró su mayor honor y gloria en las mas arduas, y generosas empresas.
V ed aqui amados oyentes la b re v e , y succin- ta n o tic ia , que he adquirido, y hé podido daros de las heroycas v irtu d es, y grandes empresas de M aría de la E n carn ación , á quien la Santa Iglesia acaba de colocar en sus altares. ¿P ero para que fin? Uno de los d esign io s, que se propone al Supremo O ráculo de la Ig lesia , en hacer patentes al mundo aquellos m éritos, que hicieron á los am igo s, y siervos del Señor amados de D io s , y de los hombres ( ¿ i ) , es proponerles com o m o d elo s, que nosotros d e- vem os se g u ir , é im itar en aquellas virtudes de que dejaron tantos, y tan admirables exem plos á la posteridad. L a vida de nuestra Beata M aría es un lib ro , que instruye á toda clase de personas, sexo s, y estados. E lla fué d on cella , fué casada, fué v iu d a, fué R e li-
(í>) E c c le s . 4 5 . V. I .
gìosa. Cam ino por todos estos estados con tanta re é litu d , que no se descuydó en un à p ic e , de santificarse en e llo s , por la práélica de sus respeéiivas Virtudes. ¿ Q ue pretextos pu es, y que escusas a le- garém os nosotros en el tribunal d el S e ñ o r , sino imitamos este sagrado exem p lar, y no nos saatifi- cam os en nuestros respeélivos estados? Para que M aría de la Encarnación sea nuestra P ro te fta ra , y A b o gad a cerca del A ltísim o en las afliccionfis, y trabajos de esta v id a , especialm ente en los peligro-^ sos lances de una repentina m u erte, este es e l medio mas poderoso para obligarla.
E :itre ta n to , gloriate sagrada, y esclarecida Re** fo rm a , de este: nuevo esplendor, y brillan tez, que h o y te dá M aría de la Encarnación. R ecib e de m i parte repetidos parabienes, y alaba eternamente à aquel gran D ios dador de todos los bienes, que quiso
fortalecer el espíritu de la Beata Marta con una ad* mirable constancia en las adversidades, y un ardiente zelo por su honor y à fin de hacer vér al mundo todo , en esta prodigiosa m u g e r, frágil por su se x o , un asombro de v ir tu d , y uno de los esfuerzos de su poderosa gracia. Y pues vos gran Santa, podeys tanto en la presencia del S e ñ o r, rogad incesantem ente por la p a z , y concordia entre los Principes C h ristian os, extirpación de las h eregías, y dilatación del Christianismo. Y á que en vuestros dias os interesasteys tanto en la felicidad de la Francia » estableciendo por tantos caminos la piedad en
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aquel dilatado R e y n o , ahora que os vey s exaltadá a l trono de la g lo ria , y que según habla el Sumo V on tífice en e l D ecreto de vuestra Beatificación, se ha prom ovido vuestro c u lto , y veneración para d e c o ro , y esplendor de 1a Iglesia C a th ó lica , para amparo , y defensa de vuestros P aysan o s, continuad vuestros ruegos , para que florezca ea ellos la p a z , y la u n ió n , la obediencia, y suge- clon à su M o n arca, la pureza de la f e , y santidad de las costumbres. R ogad igualm ente por 1a felicidad de todg la C athólica Ig le s ia , y de toda la M onarquía de E sp añ a, prosperando largos años las im portantes vidas de las resp etiva s cabezas que las rigen. A lcanzad para este respetable C u e rp o , que h o y os tributa estos obséquios, y para todos nosotros, un v ivo deseo de imitaros en las virtudes, para que a s i, podamos sér coronados con la corona eterna de la gloria. Esta os deseo à todos en el nombre del P adre , y del H ijo , y del Espiritu-Santo. Am en.
,0 . S. C . S. R . E .
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P O E S IA S Q U E S E T R A B A J A R O N P A R A L A S fiestas, que los PP. Carm elitas D escalzos de Tarragona celebraron en los dias 2. 3 - Y 4 - D eciem - bre de 1 7 ^ 1 . por la Beatificación de la Beata M a
ría de la Encarnación R eligiosa de la. O rd en , y Fundadora de las Carm elitas D es
calzas en Francia.
D E C I M A C A T A L A N A ,Si- b é d e l R e g n e de F ra n ç a L a n o stra B e a ta n ’jes í i i la .N o es e m p e ro F r a n c e s illa , S in o flo r , que o ló r g ra n lla n ça : A to ta a ltra f io r se a v a n ç a E n fra g a n cia n ostra ñ o r ,P u ig esp argeix son o lo r A b d ifu sió tan e s tr a n y a .Q u e de F ra n ç a fins à E sp añ a J a ’s p e rc e b e ix lo va p o r.
D E C I M A .B la n c o L i l io s o y s , d o n c e lla ,. P á lid a a ro m a , c a s a d a , V i u d a , v io le ta m o r a d a , M o n ja , rosa lin d a y b e lla : F lo r del P a ra íso es é lla S in d u d a , pues en el su e lo > Si n o h a v e n id o d e l C ie lo ,N o es p osib le se h a lle flor> Q u e no la q u em e el c a l o r ,O no la m a rc h ite e l y e lo .
D E C I M A .M u y b ien te p u ed es g lo r ia r ,, F lo r d e l C a rm e n la m as f in a . P u es que la m an o D iv in a T a n t o te q u iere e n s a lz a r :P a ra p o n e rte en 5U a lta r
T e co rt<5 D io s d e este s u e lo ,Y ei)tre los san to s d e l C ie lo T e c o lo c a , y d á el h o n o r .D e ser la p rim e ra flo r D e l re n o v a d o C a rm e lo ,
Las dos siguientes Décimas Jeteen alusión á haver Christo impreso sus Llagas á la Beata aunque 1«- visibles d otros..
D E C I M A .A u n q u e d e la E n c a rn a c ió n Se lla m a n u e stra M aría> M e jo r lla m a rse d e b ía ,M a ría de la P asió n r T a n t a fu é su d e v o c io n A C h r is to c r u c if ic a d o ,Q u e p o r m a s q u e h a y a o cu lta d o Q u a n to fu é su a m o r p e r fe to , L o d ec lara n en se cre to Sus m an o s? p ies y cost'ado.
D E C I M A .¿ C o n ra y o s la h e r ís , S e í ío r , E n m a n o s , piés y co sta d o ?¿ Y á q u ien to d a se os h a d a d o T r a ta y s co n ta n to r ig o r?M a s n o i q u e h e r id a s d e a m ó r, y de a m o r so n lo s d esm ayo s ?
Q u e en M a ría ta le s r a y o s C a u s a n , p u es s ie n d o d e lu z , S o n de g r a d a s a rc a d u z ,Y d e íin ezas en sayo s.
Las dos Décimas si^uUntes hacen alusión d haverle dado Christo su corazon,
D E C I M A .
S i en u n p e ch o n o h a y lu g a r P a r a m as de un c o r a z ó n j E l d e M a ría esen ció n G o z a d e e sta le y v u lg a r : P u e d e n en e l s u y o estar A un tie m p o d os c o r a z o n e s , S in q u e sus o p e ra c io n e s E l u n o al o tro le im p id a ,B ie n que e l segu n d o d á v id a D e m as nob les co n d ic io n es.
D E C I M A .
D e b e s M a ría a cc e p ta r E se c o ra z o n p r e c io s o .Q u e J e s u -C h r is to tu E sp o so Q u ie r e en tu p e c h o e s m a lta r : P o d rá s co n él r e s p ir a r .S erá d e l cu e rp o s u ste n to ,D e la a lm a v ig o r y a l ie n to , D e tu s g ra n d e za s b la s ó n .D e tu n o b le za tu s ó n .D e tu s g lo ria s in crem en to .
D E C I M A .
E l a lie n to d e T e re s a ,L le v a r á F ra n cia in te n ta s te , ¿ Y q u an tas penas p a sa ste , P a ra lo g r a r ta n ta em p resa?
A tan h e r o y c a F ra n ce sa Q u ie r e T e r e s a p re m ia r j C o n que à E sp a ñ a h a c e v o la r T u n o m b re , y v ir tu d d e su e rte . Q u e no descan sa h asta v e r te C o lo c a d a e n e l a ltá r .
D E C I M A F R A N C E S A D ix a in .
V o u s , q u i Usez c e D ix a in , S o y e z v o u s , o u n on F ra n ço is , V o ic i d ’où saisir d e v rio is P o u r v o s a tìio n s le d esse in : D a n s M a rié ( il est ce rta in )B o n e x em p le o n t les G a r ç o n s , L e s m ariés o n t in s tru c tio n . L e s veu fs o n t u n e G u id e fid elîe , L e s R e lig ie u x o n t m o d ele , T o u s les é ta ts o n t p a tro n .
E ntre una imagen de S. Juan de là C r u z , y otra de la Beata M aria.
D E C I M A .A s i c o m o ftié e l im a n D e n u estra B e a ta la C r u z ,A s i p o r su s o l , y lu z M ir ó siem p re á n u estro J u a n : E n e fe c t o , ta n to a fa n P u s o en segu irle M a ría ,Q u e sin cesar n o c h e y d ia D e m ira r tan b e llo S o l ,L e s igu ió q u a l G ira so l T e n ie n d o à su lu z p o r g u ía
E n fren te de un Navichuelo Francés en una calle vecina al Convento.
D E C I M A .¿Q u ieres lle g a r co n p re ste za A P u e r to - r ic o del C ie lo j
E m b á rc a te sin re ce lo E n esta n a v e F r a n c e s a :P o r cap ita n v a T e r e s a ,J u an v á p o r P ilo to y G u í a , P o r tim o n e r o M a ría D ich a d e la E n c a r n a c ió n ,Q u e no d e x a rá el T im ó n H asta e n tra rte en la B aía.
R E D O N D I L L A S J O C O S A S .
P u es o y estam o s d e f ie s ta , V a y a un p o q u ito de c h a n zaY saca reys p o r en igm as ,L a v id a de esta M a d a m a .
D e P a r ís , segú n el c u e rp o 9 D e A v i la , segú n el a lm a . D e c id a el d e v o to afe(ílo,Si fu é d e E sp a ñ a , 6 d e F ran cia .
E n to d o esta d o p e r fe t a , D o n c e lla , v i u d a , y casa d a . R e lig io sa lo fu é s iem p re,P e r o q u a tro años D e s c a lza .
C ie n to y se te n ta y tres años P asam os sin sab er n a d a ,Y a h o ra de R o m a avisan .Q u e la ten e m o s Beata.
H ija fu é de su h ija p r o p ia , D e o tras dos h ijas h e r m a n a ,Y M a d re d e m u ch as m as:¡O que jcerga tan e s tr a ñ a !
L e g a ,h a v ie n d o e scrito m u c h o , F u n d a d o r a , ó b ien c r ia d a . V i v a , sin a lien to p r o p io ,Y h e rid a 's in ten er llagas.
Sin ser R e y n a , y sin ser ro sa, D e espinas fu é co ro n a d a ,D o s palos fu e ro n su c e tr o .Su m a n to u n a ca p a b la n ca .
C ie r to d o lo r d e c a b e z a L o s v ie rn e s la a to r m e n ta b a ;
B u e n r e m e d io : las espin as: C o n un c l a v o , o tro se saca.
U n a m u g e r p o r su g u sto Se a h o rc ó : m irad q u e g ra c ia ! Q u e sin a ce rc a rse á e lla ,Q u itó el la z o á su g arg an ta .
A o tro s a la rg ó la. v id a . P o rq u e en e lla co n fia b a n ,Y á las m u e rte s rep en tin as M a n d a q u e d e esp acio v a y a n ,
E l a flig id o y d o lien te a cu d a á n u estra B e a t a ,Q u e p o r m as que las o c u lte . B ie n sabe lo que son llagas.
Sobre la siguiente quintilla que fu é la única Poesía muda que salió^ se pintó à la Beata en una nube y alargando las manos à los de abajo , con a la s , y con este L a n a : S u p e r a stra ccsli.
Q U I N T I L L A .
H o m e s , d o n a s , v e l ls , y v e lla s . M o n ja s , F r a r e s , C a p e lh in s , S o lt e r s , c a s a t s ,y d o n z e lla s , V o la r é u à las e s tr e lla s ,S i á M a ría d au las m an s.
Debajo de ella se puso la siguiente
Q ü A R T I L L A .
Q u e está aqu í sens m es n i m es T a n t a g e n t m u d a , d irás j P e rò e sco lta b é , y o h irá s ,Q u e p a rla n m o lt , sens d ir r e s . ,
R E D O N D I L L A S C A T A L A N A S .Objecció. Si tornava Fontanét (*) i^)Fontanét era
D iría: ¿com es aixó ? el GallofistaA principis de Dezembre de la Cc tbe- Celebran la Encarnació'? dráL
Solució* M es també II respondríam,Per^ó la celebrám ara,Perque a vint y cinch de Mar«N o era Beata encara.
E C O I C O .Por esto fué su ànsia tanta Y de tan luciente SolD e je r Santa^ G irasóliPorque aprendió esa Ftancesa Pues siguiendo su arrebol,D e Teresa^ A l fin salló con la empresaSiendo de luz tan hermosa, D e ser Santa y de Teres0Mariposa^ Mariposa^ y GirasóL
L A B E R I N Í OMérito, Virtudes sin vicios tienes, Calumnia^
Eres B eata, no ilusa,Luces sin humos ofreces >
Mérito Mereces gloria sin tumba. Calumnia*
O C T A V A .E l brazo Omnipotente, según pienso,F u é quien te d io , M a ría , esfuerzo tanto,Para llevar encima un peso inmenso,A Francia desde E spaña, sin quebranto:E n ombros por un trecho tan extenso,Proeza c ierto , que me causa espanto,Desde A vila à P arís , todo un Carmelo Llevaste , sin quitarle de su suelo.
F I N .
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