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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
CEZAR WAGNER DE LIMA GIS
IDENTIDAD y VIVENCIA
UNA VISIN BIOCNTRICA
Barcelona/Porto Alegre - 1997
Cezar Wagner de Lima Gis 2000 Derechos reservados al autor
Portada: Edicin del Autor
Gis, Cezar Wagner de Lima Identidad y Vivencia: una visin
Biocntrica/Cezar Wagner de Lima Gis - 2 edicin, Fortaleza, 2000 76
p. 1. Ontologa. 2. Psicologa. 3. Biodanza. I. Ttulo
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
NDICE AGRADECIMIENTOS
.................................................... 5
PRESENTACIN
.......................................................... 7
INTRODUCCIN
.......................................................... 11
I. CONCEPTO
..............................................................
13
II. PRINCIPIO BIOCENTRICO
......................................... 20
III. SOBRE LA IDENTIDAD
........................................... 24
a. Fuente
.............................................................
24
b. Controversias
................................................... 25
c. Identidad y Presencia
........................................ 28
IV. SOBRE LA VIVENCIA
.............................................. 33
a. Vivencia Ontolgica .........................................
35
b. Vivencia Biocntrica .........................................
41
c. Lneas de Vivencia
............................................ 42
Protovivencias .......................................... 43
Vivencias ..................................................
49
V. FACILITACIN DE LA VIVENCIA BIOCNTRICA ....... 53
a. Estructura Integrada ........................................
55
Movimiento .............................................. 58
Msica .....................................................
61
Consigna ..................................................
61
El otro-en-el-grupo .................................... 62
b. La Sesin de Biodanza ......................................
63
c. El Facilitador de Biodanza .................................
67
VI. CONCLUSIN
.......................................................... 70
VII. BIBLIOGRAFIA
....................................................... 72
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer al creador de la Biodanza, Rolando Toro
Araneda,
y a los compaeros y compaeras de Biodanza de Brasil,
Latinoamrica y
Europa, el camino compartido a lo largo de los aos y que ahora
aparece
reflejado en este libro.
A todos los que contribuyeron en la construccin del
Movimiento
Biodanza, cogidos de las manos en una gran rueda de comunicacin,
todo
mi respeto y cario.
A los Colegiados, Directores y Alumnos de las Escuelas de
Biodanza, donde facilit y compart encuentros y sueos, mi amistad
y f en
la humanidad.
A mis grupos regulares de Fortaleza, dulces recuerdos.
En mi corazn estn tambin mis hijos Sara, Dav y Pedro, as
como
Mariana, hija desde que la conoc. Gracias por darme amor y
energa para
seguir haciendo lo que hago y vivir como vivo.
A mis padres, hermanas, hermanos y a todos aquellos con
quien
compart y comparto mis momentos, mi cario y amor.
Cezar Wagner de Lima Gis
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
PRESENTACIN A LA EDICIN EN PORTUGUS
En este ensayo Cezar Wagner plantea las lneas bsicas de su visin
de una Vivencia Biocntrica. El autor no es un simple espectador de
la prodigiosa creacin de Rolando Toro. Ya en 1977, cuando se
encontraron por primera vez, Wagner supo reconocer con claridad la
profundidad de esa propuesta de cele-bracin de la vida y, desde
entonces, pas a contribuir de mane-ra decisiva a la implantacin de
ese sistema.
La elaboracin del presente libro es el resultado de un pro-ceso
de evolucin de su pensamiento, comprometido con el Principio
Biocntrico. Su obra terica parte de su accin "en el mundo como ser
del mundo", siendo l mismo testimonio de su historia.
En la coordinacin de la construccin del Movimiento Biodanza en
Brasil y Amrica Latina, relatado en otro libro, hizo germinar con
potencia la semilla lanzada especialmente en el Nordeste. Viv la
oportunidad de compartir ese proceso a su lado, acompaando de cerca
su dedicacin amorosa en la elaboracin terica, no solo en un
esfuerzo de sistematizacin, sino mucho ms, en la recreacin de este
abordaje enraizado en la vida.
Para el autor, teora y vivencia se funden mutuamente porque su
compromiso es con la fundamentacin terico-metodolgica de la
Biodanza, especialmente con su aplicacin prctica, puesto que
percibi que esa propuesta de evolucin tiene exigencias de una
confirmacin basada en la vivencia, no solo dentro de la sala, sino
en la danza del cotidiano; vivencia esta donde "las personas hacen
descubrimientos de s mismas y cambios en sus maneras de vivir.
Coherente con ese descubrimiento escribi hace dos aos su primer
libro y, hoy, nos regala otro estudio de dimensiones tericas de su
prctica, destacando siempre las implicaciones sociales de su
accin.
Las dos creaciones llegan a manos del lector como una explosin
del alma envuelta por una llama de pasin - seal presente en todo lo
que l hace.
Hoy, una vez ms, nos invita a participar de esa Rueda de
Comunicacin para que podamos encontrar el Camino a la
identidad-amor reforzados por la presencia del otro en un caminar
con determinacin.
Este trabajo es una leccin para todas las personas que aman y
quieren preservar la vida y, de modo especial, para aquellos que ya
han escogido la Biodanza como uno de los caminos, haciendo posible
un sentido
mayor a su eleccin de danzar la vida. Aqu, el autor sigue el
llamamiento que siempre ha hecho a la
profunda reflexin a travs de la socializacin del saber. Autores
que fundamentan esa propuesta nos han sido por l presentados por
entero y las Escuelas de Formacin en Biodanza crecieron con su
aporte terico y organizativo de la teora de Rolando Toro y se
familiarizaron con Merleau-Ponty, Dilthey, Buber, Pinchn-Rivire,
Paulo Freire, Vigotsky y otros.
Tener en las manos este libro, tejido de ciencia y poesa, es
recibir otra contribucin de Cezar para que podamos romper con la
"frontera del miedo a la expresin de nuestros propios
potenciales".
Ruth Cavalcante Psicopedagoga Didacta en Biodanza Miembro del
Colegiado de la Escuela Cearense de Biodanza - E.C.B. Fortaleza, 05
de agosto de 1995.
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
PRESENTACIN A LA EDICIN EN CASTELLANO
El sistema Biodanza, creado con amor a travs de la vi-vencia
de
Rolando Toro, es hoy una disciplina importante para la
humanidad. Tiene un enorme potencial de interdisciplinariedad.
Toro sigue su trabajo de solidificacin y expansin del Movimiento
Biodanza, en el cual participan innumerables estu-diosos de la
Biodanza, preocupados con su desarrollo y aplica-cin. Cezar Wagner
forma parte de ese grupo de estudiosos que, con su trabajo, viene
colaborando con esta disciplina.
Este libro, Identidad y Vivencia: una visin biocntrica, plantea
cuestiones y seala caminos. Los conceptos de identidad y de
vivencia son ampliados y profundizados, estando ellos en la
frontera entre Ontologa y Epistemologa. Son conceptos vividos
intensamente y, a la vez, son apasionantes objetos de
investiga-cin. Como dice Cezar Wagner, experimentamos la vivencia,
pero no podemos transcribirla pues este instante no se repite. Cada
vivencia es nica.
Este libro viene a profundizar ms algunas cuestiones en Biodanza
y a orientar la formacin de nuevos facilitadores.
En fin, su obra nos acompaa con humanidad y nos anima en la
bsqueda de libertad y amor.
Cezar Wagner es un amigo, un hermano sensible e inquieto,
incansable en su trabajo, sumergido en este mundo sensible del cual
tanto habla.
Rudimar Merlo Odontlogo y Didacta en Biodanza Miembro del
Colegiado de la Escuela Gacha de Biodanza - E.G.B. Porto Alegre, 22
de noviembre de 1996.
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
INTRODUCCIN La Biodanza, como disciplina de desarrollo humano,
parte de la
posibilidad que tiene el ser humano de vivenciar y orientarse
por principios que surgen de la propia vida, que se encuentran en
su estructura somato-psquica natural, anterior a cualquier
construccin histrica, pero necesitando de la cultura para
manifestrense como realidad humana. No se propone como una Filosofa
de Vida, pero s como una manifestacin de la sensibilidad humana
frente al Universo, fabuloso sistema viviente o simplemente
Vida.
La Biodanza, como sistema de conocimiento, tiene su origen en
una profunda meditacin (percepcin ampliada) respecto a la vida, en
el estudio de la Ciencias Naturales y Humanas, adems de la
Filosofa, del Arte y de la Tradicin, llevado a cabo, originalmente,
por su creador Rolando Toro y, despus, por otros que iniciaron sus
primeros pasos en esa disciplina de manos del mismo.
Se habla mucho de esta disciplina, pero poco se sabe a respecto.
El motivo es el hecho de que casi no hay material publicado sobre
el tema. Se mezclan crticas profundas con prejuicios y
descalificaciones, ayudando poco a una discusin seria y consecuente
sobre el ser humano como corporeidad amorosa.
Estudios antiguos y recientes en diversas reas del conocimiento
humano sealan la importancia del trabajo corporal, del contacto,
del movimiento y de la msica, en lo que atae al desarrollo humano,
as fundamentando y justificando la Biodanza.
A lo largo de 18 aos vengo trabajando en esta disciplina tan
innovadora y revolucionaria, facilitando grupos y estudiando su
estructura terica y metodolgica, su prctica y los resultados
provenientes de su aplicacin. Desde su origen hasta hoy, se ha
visto sometida a muchas modificaciones, pero mantiene la
es-tructura bsica inicial, eje por el cual es perfeccionada y
garan-tizada como un sistema de conocimiento.
El conjunto de conocimientos de la Biodanza, segn lo elaborado
por su creador, plantea cuestiones profundas y, por eso mismo,
invitamos a los lectores, mediante este libro, a una reflexin sobre
una de ellas - la Vivencia Biocntrica como va de acceso a la
identidad-amor que, a su vez, se hace como presencia amorosa en el
mundo.
Mi preocupacin es ampliar y profundizar la cuestin, contribuir
en el trabajo de desarrollo de la Biodanza y divulgar al pblico una
reflexin sobre identidad y vivencia, a partir de una visin
Biocntrica.
Sant-Luc (Suiza), 10/02/95
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
I. CONCEPTO Toro sistematiz la Biodanza basado en una percepcin
ampliada de
la vida y en contribuciones del Arte, de la Tradicin, de la
Filosofia y de las Ciencias Humanas y Biolgicas. Su punto de
partida fueron las cuestiones cruciales de la vida y de la
humanidad.
"La base conceptual de Biodanza proviene de una meditacin
sobre la vida, o talvez del desespero, del deseo de renacer
de
nuestros gestos despedazados, de nuestra vaca y estril
estructura
de represin. Podramos decirlo con certeza: de la nostalgia
del
amor. (...) En la bsqueda de una reconciliacin con la vida,
llegamos finalmente al 'movimiento primordial', a nuestros
primeros
gestos. Bio-danza realiza, as, la restitucin de los gestos
humanos
naturales; su tarea es rescatar el secreto perdido de
nosotros
mismos: los movimientos de conexin. (...) Biodanza tiene su
inspira-
cin en los orgenes ms primitivos de la danza. (...). La danza es
un
movimiento profundo que surge de las vsceras del hombre. Es
movimiento de vida, es ritmo biolgico, ritmo del corazn, de
la
respiracin, impulso de vinculacin a la especie, es movimiento
de
intimidad." (Toro, 1991, p. 27). La Biodanza es un sistema de
desarrollo humano volcado en la
expresin e la identidad, punto de partida para su propio
desarrollo y base de las nociones que construimos acerca de
nosotros mismos y del mundo.
Mediante ejercicios semi-estructurados realizados en un contexto
de integracin grupal, la tcnica de Biodanza facilitada vivencias
que, poco a poco, expresan con mayor intensidad y totalidad el
instante vivido de la persona. Por eso son vivencias integradoras
del ser-en-el-mundo-y-del-mundo de la propia identidad, capaces de
abrir nuestros potenciales olvidados, negados o que anhelan
realizarse.
Toro (1991) define la Biodanza como "un sistema de integracin
afectiva, renovacin orgnica y reaprendizaje de las funciones
originarias
de la vida".
Integracin afectiva: significa la integracin sutil y plena entre
percepcin, motricidad, afectividad y funciones viscerales,
considerando la afectividad como ncleo integrador;
Renovacin orgnica: manutencin de los procesos de renovacin y
regulacin de las funciones biolgicas, generando ms neguentropia
y ms complejidad;
Reaprendizaje de las funciones originarias de vida: expresin y
fortalecimiento de un estilo de vivir arraigado en los potenciales
genticos de vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y
trascendencia. Significa rescatar la vida instintiva como fuerza
propulsora y orientadora del vivir.
Podemos, tambin, conceptuar la Biodanza como : Sistema de
desarrollo humano orientado hacia el estudio y
fortalecimiento de la expresin de los potenciales humanos, a
travs de la msica, ejercicios de comunicacin en grupo y vivencias
integradoras;
Potica del encuentro humano; Pedagoga por el movimiento;
Pedagoga del encuentro; Una nueva sensibilidad frente a la vida.
Queremos, tambin, enfatizar que la Biodanza es una gran obra
potica de un gran poeta que os revelar la vida como hierofania,
presencia de lo sagrado en todas la cosas del mundo. Potica del
encuentro humano en el aqu-ahora de un presente eterno, expresin
simple de una totalidad sagrada, sutil e inteligente.
Por otro lado, consideramos la Biodanza un mtodo valioso en el
sentido de poder llegar a la vivencia Biocntrica, un camino por el
cual profundizamos en el interior de nosotros mismos para rescatar
la original vivencia del sentirse vivo, de conexin a la vida.
La vivencia integradora o Biocntrica, es el propio objeto de
estudio y de prctica de la Biodanza, o sea, el lugar de revelacin y
evolucin de la identidad-amor, presencia amorosa en un mundo
sensible e inmanente-trascendente.
Al buscar una especificacin estamos delimitando un campo de
estudio, en este caso, la vivencia Biocntrica. El trabajo cientfico
exige delimitacin de lo que se estudia y tiene que llegar a un
consenso entre los investigadores en cuanto a conceptos,
procedimientos y resultados. Eso implica la definicin de un objeto
de estudio, el modo de desvelarlo y el consenso general acerca de
la interpretacin de los resultados.
"El campo de investigacin es, por lo tanto, el lugar prctico
de
la elaboracin de los propios objetos del cono-cimiento
cientfico, de
su construccin sistemtica y de la constatacin emprica de los
hechos que esa investigacin di a conocer(...) La eleccin
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
epistmica es pues 'rechazo de la actitud comn que pone al
mundo
en s como objeto'. Ella tiene el efecto de arrancar el
objeto
cientfico de lo vivido, de pensar su especificidad, de hacer su
teora
y su verificacin sistemtica". (Bruyne et al., s.d., p. 28 y 29).
Como mtodo, la Biodanza debe ser examinada a la luz de la
metodologa, en sus aspectos epistemolgico, terico, morfolgico y
tcnico (Bruyne et al., s.d.); como Ontologa, o sea, como vivencia,
debe ser simplemente vivida y nada ms.
Con esa preocupacin encontraremos cuestiones como: Biodanza
tiene sentido? Funciona? En qu se basa? Qu relacin hay entre lo que
plantea, lo que hace y lo que logra? Es la identidad un problema
real? Es posible la vivencia biocn-trica? Son vlidos los
intrumentos utilizados, tales como la msica y el movimiento
semi-estructurado en la posibilitacin de vivencias
integradoras?
Estas reflexiones son necesarias pues nos llevan a una contnua
revisin del modelo, en cuanto a su coherencia y validez respecto a
lo que se propone estudiar y modificar es la duda metdica.
Hoy sabemos, como resultado de una larga experiencia y de los
estudios realizados, que el Mtodo Biodanza funciona.
Al proponer generar ms vida en las personas y aumentar sus
niveles de vinculacin en relacin a s mismas, a los dems y al
Universo, la Biodanza favorece el nexo fundamental de la vida que,
para Bateson, es el "patrn que une". Al concebir la vida como una
red de relaciones infinitas y posibles, y el desarrollo humano,
como todo lo dems, dndose en la intimidad de esas relaciones, se
apoya en los ms recientes hallazgos de la Bio-loga (Lovelock y
Margulis), de la Fsica (Prigogine, Capra y Bohm) y de la Psicologa
(Bateson, Wilber y Grof).
El punto de partida en Biodanza es la vivencia. De ah emergen
los significados de lo vivido y los problemas que sern formulados
por la conciencia. En el intento que hace la con-ciencia para
elaborar la vivencia, tenemos la experiencia, un paso importante en
el camino de la construccin terica, la cual no rompe con el mundo
vivido, rompe con el conocimiento comn, aparente, y se integra
(vuelve) a lo real a travs de la actividad humana en el mundo. La
experiencia y el concepto no abarcan la totalidad de la vivencia,
pero realizan aproximaciones necesarias a la comprensin de la
vivencia.
En el intento de comprender lo vivido, Toro construy conceptos
que permitieron definir la Biodanza, conceptos acerca de la propia
vivencia, de la identidad, de la corporeidad, del movimiento, del
instinto, de la caricia, de la regresin, de la msica, de la danza
etc. Todos estn entrelazados en una
estructura a que llamamos Modelo Terico. La relacin entre ellos
y los nexos que surgen de esas relaciones constituyen el elemento
configurativo, por lo tanto, morfolgico del Mtodo Biodanza, en el
cual la imagen o figura expresa la coherencia entre los conceptos
que forman la base conceptual de la Biodanza.
"El modelo terico de Biodanza ha experimentado
modificaciones a travs de 20 aos de confrontacin con la
realidad,
ajustando sus conceptos y enriqueciendo sus elementos, no
obstante
conserva su estructura original.
Ese modelo es concibido como un sistema de relaciones
homeostticas cerradas, pero con sutiles accesos abiertos a
nuevas
posibilidades de equilibrio. (...) Un modelo terico debe
posibilitar
un intenso proceso de remodelacin con-ceptual, cuestionando
sus
factores, perfeccionando la estructura icnica y semntica,
para
ajustarla a las exigen-cias de la realidad. Un modelo no es slo
una
imagen abstracta para interpretar un sistema complejo de
hechos
'naturales'; es un instrumento para operar sobre la realidad y,
por lo
tanto, debe mantener una firme coherencia con ella". (Toro,
1991, p. 257). Otro aspecto importante del Mtodo Biodanza es su
carcter tcnico,
su parte operatria, llamada Estructura Integrada, una estructura
que integra el movimiento, la msica y la vivencia, como modo
operativo para posibilitar la vivencia Biocntrica.
Biodanza se constituye, as, como un mtodo que, al posibilitar la
vivencia integradora, lleva al despertar progresivo de
potencialidades inherentes a la vida en general y al ser humano en
particular, desvelando niveles cada vez ms profun-dos de la
identidad humana.
Al facilitar la vivencia Biocntrica estamos construyendo o
reconstruyendo el gesto natural y espontneo, generador de vnculos;
lo expresivo revelndose como totalidad presente.
Lo fundamental de todo eso es, por medio de la progresividad,
del contacto, del estar aqu, de la regresin y de un len-guaje
comprensivo de aceptacin, empatia y autenticidad, hacer a las
personas ms bellas y ms capaces de vivir la vida, al contrario de
lo que muchas veces presenciamos en lo cotidiano.
Es comn encontrarnos personas insatisfechas con la vida, que
padecen frustradas, asustadas, con muchos distrbios, desde dolor de
cabeza, gripes frecuentes, lceras, hipertensin, hasta
irritabilidad, angstia, depresin, envdia, desconfianza, e incluso
delrios y alucinaciones. Sus
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
gestos vacos denotan ansiedad y fracaso, rebelda o sumisin,
prepotencia y destructividad desamor. Sin embargo, mas all de esas
apariencias, sabemos que hay un ser humano vivo, potente, capaz de
generar vnculos de amor hacia s mismo, hacia los dems y hacia la
Naturaleza. Lo que necesitan es rescatar la expresin de sus gestos
sensibles, espontaneos e integrados, propios de la vida, presentes
en todo ser humano a lo largo de su vida y muchas veces poco
vividos con la intensidad necesaria a la manifestacin del s-mismo
en el mundo, al desvelamiento de la identidad-amor.
Estos gestos pueden ser comprendidos a partir de una visin de
fondo formada por determinados pensamientos-llave, llamados por
Toro (1991) de Paradigmas de Biodanza :
"Los paradigmas estn perfectamente relacionados entre s y
conforman una red de grandes intuiciones, ms vinculados con
la
revelacin mstica que con las estrategias cognitivas
convencionales
(...) Constituyen, portanto, la gnesis axiomtica capaz de
revelar
aspectos nuevos y desconocidos dentro del trabajo de Biodanza y
de
darle poderosa coherencia." (Toro, 1991, p. 9). Consideramos
seis los principales paradigmas existenciales
propuestos por Toro (1982): Principio Biocntrico, Principio
neguentrpico de amor e iluminacin, Expansin de la existencia a
partir del potencial gentico, Progreso biolgico auto-inducido,
Pulsacin y permeabilidad de la identidad, y la Vivencia como punto
de partida autorregulador. Todos constituyen un nico paradigma
configurado en el Principio Biocntrico, del cual hablaremos en un
captulo a parte.
Principio neguentrpico de amor e iluminacin
El sistema viviente humano tiene la capacidad de
auto-organizacin y autoevolucin. Se desarrolla continuamente a
travs de sus procesos de adaptacin y creacin es capaz de
autotrascender, de generar amor.
Expansin de la existencia a partir del potencial gentico
Los potenciales de vida presentes en el embrin-sistema y en sus
mltiples canales de expresin (Toro, 1991), configuran una red de
relaciones genticas. Se presentan, ya en el nacimiento del nio,
bastante diferenciados, dependiendo de sus expresiones (adaptativas
y evolutivas), de la accin de los co-factores (vitaminas, hormonas,
ATP, enzimas y carbohidratos) y de ecofactores (nutrientes del
medio ambiente).
Progreso biolgico auto-inducido La autorregulacin y la
autorrenovacin se dan a travs de procesos
de regresin, refundicin y reprogresin. La capacidad del ser
humano de retornar a la fuente primitiva de los instintos y a la
vivencia ocenica, le permite alcanzar elevados estados de
diferenciacin y de integracin auto-inducidos (Transtasis).
Pulsacin y permeabilidad de la identidad
La identidad pulsa en ritmos de diferenciacin e integracin,
evidenciando la indisolubilidad de la vivencia del ser y del
no-ser. Es altamente permeable a la msica y a la presencia del
otro.
La vivencia como punto de partida autorregulador
El punto de partida para la regulacin de la existencia no est en
la conciencia, pero s en la vivencia misma, en la imediaticidad del
vivir.
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
II. PRINCIPIO BIOCNTRICO
El Principio Biocntrico (Toro, 1986) es la vivencia en la cual
el
Universo aparece como un fabuloso sistema viviente. Es decir, el
Universo es la propia vida surgida hace billones de aos y que
evoluciona como diversidad y atractividad csmicas. Evoluciona por s
mismo y aumenta su complejidad por medio de relaciones poco
conocidas, principalmente entre gravitacin y termodin-mica
(Prigogine, 1988), posibilitando, en ltimo anlisis, la cohe-rencia
universal danza de determinaciones e indeterminacio-nes de flujos
que hacen un Universo altamente inestable, evolu-tivo, irresistible
y auto-organizado (Prigogine, 1988). Si Dios no juega a los dados o
si Dios juega a los dados, son aspectos diferentes de una misma
complejidad que resulta, en ltima instancia, en neguentropia y ms
complejidad. Concordamos con Toro cuando dice que "Dios juega a los
dados y siempre gana".
"La evolucin del Universo no se di en la direccin de la
degradacin, y s en la del aumento de complejidad, con
estructuras
que aparecen progresivamente a todos los niveles, desde las
estrellas
y las galxias a los sistemas biolgicos". (Prigogine, 1988, p.
74). La comprensin de un Universo que se organiza como vida y para
la
vida, en medio de la danza del caos y de la armona, puede
parecer sin sentido o ambiciosa, pero veamos Lovelock (1991) cuando
propone la Hiptesis Gaia en sus estudios de Geofisiologa :
"El nombre del planeta vivo, Gaia, no es un sinnimo para
biosfera. Gaia tampoco es lo mismo que biota, que no es ms que
el
agrupamiento de todos los organismos vivos individuales. Biota
y
biosfera juntas son parte, pero no Gaia entera. As como la
concha
es parte de un caracol, las rocas, el aire y los oceanos son
parte de
Gaia. (...) Gaia, como un ser planetrio total, tiene propiedades
que
no son necesariamente perceptibles por el slo conocimiento de
las
especies aisladas o de las poblaciones de organismos que
viven
juntos. (...) La hiptesis de Gaia (cuando fue plante-ada en la
dcada
de 70), decia especficamente que la temperatura, el estado
de
oxidacin, la acidez y determi-nados aspectos de las rocas y de
las
aguas son mantenidos constantes en cualquier momento y que
esta
homeostasis es sostenida por procesos activos de
realimentacin,
ope-rados automtica e inconscientemente por la biota. La
energa
solar mantiene condiciones agradables y satisfactrias para la
vida.
Las condiciones slo son constantes a corto plazo y evolucionan
en
sintonia con las necesidades cambiantes de la biota mientras
ella
evoluciona. La vida y su ambiente estn unidos tan intimamente
que
la evolucin se relaciona a Gaia y no a los organismos o al
ambiente
tomados por separado". (Lovelock, 1991, p. 16 y 17). Lovelock no
defiende el Principio Biocntrico, pero concibe el
concepto de vida como algo ms complejo, sistmico, autorregulable
y capaz de manifestarse, tambin, como un planeta- vivo.
La percepcin de la Tierra, o an del Universo, como un ser vivo
es antigua, viene de los pre-sumerianos (Campbell, 1991). Ciencia y
Religin trataron el tema de manera diferente despus del
Renacimiento, pero en la fase actual del conoci-miento cientfico y
del rescate de la antigua religiosidad (tradicin), nos encontramos
frente a profundas convergencias de ellas acerca del macro y
microcosmo (Capra, 1983; Audouze et al., 1991).
Hoy, podemos decir que la nocin de vida como algo de dimensin
planetaria o csmica est presente en la Ciencia, en las experiencias
msticas y en la vida comn de cualquier persona sensible. Investigar
o vivenciar esta presencia de la tota-lidad como estructura-gua es
el gran desafio que, inevitable-mente, nos deplazar hacia nuevos
paradigmas de la existencia.
La visin que tenemos de la vida es la del Universo-Vivo, una
grandiosa red de relaciones auto-organizadas (Prigogine, 1988;
Bohm, 1980; Chew, cit. in Capra, 1988), generndose a cada instante
de distintas e infinitas maneras.
El ser humano emerge en un determinado instante de esas
relaciones, como una ola en el oceano, construyndose en la danza
del caos y de la armonia, en ntimos procesos de fusin y
diferenciacin. Y siendo capaz de percibir eso.
Esa conexin profunda alimenta y constituye la naturaleza humana,
es el humus interior que nos hace vivos, instintivos, corporales,
conscientes y amorosos, ntimos del Cosmos.
"El Principio Biocntrico concentra su inters en el Uni-erso
como sistema viviente. No son slo los animales, las plantas o
el
hombre el reino de la vida. El Principio Biocn-trico es, por lo
tanto,
un punto de partida para estructurar las nuevas percepciones y
las
nuevas ciencias del futuro. Prioridad de lo viviente, ilusin
del
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
determinismo fsico y abandono progresivo del pensamiento
lineal,
para entrar en la percepcin topolgica y en la potica de la
similaridad. (...) A travs del Principio Biocntrico alcanzamos
final-
mente los movimientos originales y las primordiales
percep-ciones
de vinculacin de la vida con la vida. (...) Nuestras vidas
surgen de
la sabidura milenaria del gran pulsador de vida, del tero
csmico,
que se nutre y respira en las afinidades y en el amor de los
elementos. En la luz del origen, en el agujero vaco y
paradisiaco de
la realidad, nos buscamos unos a otros". (Toro, 1991, p. 35 y
36).
El Principio Biocntrico sobrepasa el panorama holstico, la
tendencia del todo a manifestarse en la diversidad y esta, por
consiguiente, revelar en su potencialidad el todo, y se manifesta
en un sentimiento y una percepcin hierofnica de la vida. Nos lleva
a una percepcin difana de la vida, manifestada hierofanicamente en
todas las cosas y perceptible de ser abarcada por la vivencia
Biocntrica.
La comprensin de que esto es as sobrepasa los lmites de las
formas actuales de pensar y profundiza en la vivencia misma del ser
como corporeidad amorosa en su viaje por el mundo de s mismo, en el
cual se revela la unicidad del espacio interior con el espacio
exterior (Campbell, 1991).
Tal claridad viene de la sutil y epifnica vivencia de la
identidad, del s mismo en lo cotidiano, en el trabajo que tiene
sentido, en el placer, en el encuentro entre las personas, en la
lucha contra toda forma de opresin, en la aceptacin plena de los
cuerpos desnudos entre las estrellas, en el simple acto de vivir.
Cuando el gesto es pleno la identidad se revela plena y
amorosa.
El Principio Biocntrico es una visin de la vida, una vivencia
sagrada del Universo; no se confunde con la idea de un Dios
antropomrfico. Este Dios est muerto. Surge de la vivencia de
sentirse como parte de la creacin, como expresin de la autopoyesis
csmica.
El Maestro es la Naturaleza en nosotros.
III. SOBRE LA IDENTIDAD
a. Fuente El individuo trae consigo un potencial de vida capaz
de proyectarlo
en mltiples posibilidades de realizacin y singularidad. Somos
semillas del Cosmos, palpitando, vibrando, unidos por una red de
relaciones, hilos de naturaleza, que nos une entre nosotros y al
infinito que, a su vez, nos llama a danzar con autonoma y plenitud
el movimiento eterno.
Nada puede detener esa comunicacin y llamamiento, a no ser la
propia vida, en su fuerza auto-organizadora, en su sabidura. Cada
ser vivo es una semilla que vibra y se expande conducida por una
experiencia de billones de aos. No hay en la cultura algo ms sabio
y preciso.
Somos semillas como la propia semilla, buscamos nutricin, vnculo
y crecimiento. Al jardinero le toca nada ms cuidar con amor,
atendindolas en los caminos que hacen hacia algun lugar del
infinito, revolviendo la tierra y abonndola, regando y podando con
cuidado, estando presente y amndolas. Las propias semillas sabrn
hacer el camino siguiendo sus hilos de naturaleza.
Cuidar de la manifestacin de la vida es cuidar del amor. No es
un camino fcil, es preciso sentir el corazn de la Naturaleza y
percibir la profunda realidad de la vida sucedindose, cada vez ms
en mayor complejidad y sutileza.
Es el sentir la vida, o sentirse vivo, lo que revela la
identidad como presencia, como vivencia Biocntrica, expresin
natural y espontnea de la vida aconteciendo como singularidad, como
autopoyesis particular (s-mismo) de la autopoyesis Universal.
Es del sentirse vivo que emerge la percepcin del s-mismo, de un
sentimiento de vida y no de una representacin mental. Ese
sentimiento surge de un proceso antiguo de desdoblamiento de la
vida en sensaciones corpreas, ricas de posibilidades expresivas e
interactivas; surge como Biologa en direc-cin a la Psicologa, de la
transformacin del animal en espritu enraizado o corporeidad vivida,
del desdoblamiento de lo salvaje en lenguaje y el retorno a su
lugar anterior y fuente de su apa-ricin y concrecin en un mundo
natural y espontneo la vida animal.
Al retornar al movimiento primordial, nos conectamos a una
verdadera conspiracin por el acto de vivir, por el despertar suave
de nuestras potencialidades, posible en un mundo sensible de
vinculacin y amor.
El movimiento primordial es el generador primero de nuestra
esencia singular y libertaria, semilla original que pulsa e impulsa
el ser a la vida, que
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
se inclina a florecer en dimensiones cada vez ms plenas de un
ser criatura y creador.
Siento profundamente la existencia de una esencia hu-mana
libertaria, de algo interior que impulsa el ser a la vida y a algun
lugar del infinito, cuyo origen no reside en la conciencia o en
cualquier forma de representacin mental, pero s en nuestra raiz
animal y salvaje, mundo bruto e indivisible.
Encontramos entonces la Vida acaeciendo como posibilidad
singular, potencialidad muchas veces bloqueada, reprimida, negada,
pero siempre presente. Slo desaparece con la destruc-cin del ser
(Rogers, 1986). Para conectarse con ella es nece-sario "el retorno
a los orgenes de la propia reflexin y descubrir su suelo anterior a
la actividad reflexiva y responsable
por ella" (Chau, sobre Merleau-Ponty, 1984, Coleo Os Pensadores,
p. VIII).
b. Controversias Considerar el amor, la diversidad de la vida,
el mundo instintivo y el
vnculo Universal, como fuentes esenciales, adems de base de la
expresin evolutiva de la identidad (Toro, 1991), nos situa, de otro
modo, delante del problema de la identidad humana, generalmente
considerada como un fenmeno representacional e histrico-social,
estructurado en la interaccin, imitacin e identificacin con los
dems, y revelado como roles, personajes, significados y nociones de
s mismo (Berger e Luckmann, 1987; Ciampa, 1987).
No somos contrarios a la identidad como nocin de s mismo, slo
tomamos como origen y base un suelo ms antiguo y natural, biolgico
en vez de social o psquico un suelo vital inherente a la Pulsacin
Universal y desdoblado en movimiento, sensaciones y sentimiento de
estar vivo, fenmenos forjadores bsicos del proceso de individuacin
o totalizacin del ser como singularidad, portanto, un ser
expresivo, activo y conectivo.
La identidad es una cosa (algo en construccin) que se est
haciendo permanentemente como singularizacin, portanto, es nica,
invariable y variable, continuada y descontinuada, prxima al
equilibrio y apartada del equilibrio.
Reconozco la identidad como metamorfosis (Ciampa, 1987), como
proceso dialtico histrico-social, construyndose como accin y
contradicin en un cotidiano cultural determinado, sin negar lo que
entiendo como identidad.
En el estudio de Severina realizado por Ciampa (1987), lo que
surge de revelador es el proceso de desvinculacin (violencia,
hambre, miseria,
explotacin y locura) y de vinculacin (aceptacin, amor, apoyo y
trabajo). En todo momento Severina senta que era preciso vivir, la
vida le impulsaba, le daba fuerzas para realizarse. Su proyecto de
venganza era aparente, se revelaba frgil frente a todas las
situaciones de amor que encontr. El sentimiento de vida, anulado en
buena parte de su vida, la mantuvo, an as, capaz de buscar y
encontrar el camino del vnculo. Por ms deteriorada que estuviera su
tendencia a la vida y a la realizacin del s-mismo, fu capaz de
emerger ante la presencia de situaciones de vnculo y amor.
Ciampa (1987) muestra la identidad como fenmeno histrico-social,
pero en su estudio hay algo de fondo que, para nosotros, es la
fuente misma de la identidad, algo configurado en un cdigo gentico
y originado en el movimiento de autopoyesis del Universo movimiento
primordial de un mundo sensible, inestable y auto-organizado.
Por lo tanto la identidad se constituye como historicidad a
partir de su desdoblamiento natural, biolgico, a la vez particular
y Universal.
El problema de la identidad es discutido desde hace mucho
tiempo, y an hoy se encuentra en medio de controversias. Para
Platn, la identidad se constituye como lo que es idntico a s-mismo.
Ahora bien, una cosa no puede ser igual a ella misma, la igualdad
inexiste. A no puede ser igual a A. A es A, o sea, es lo que es. La
identidad es algo propio de una individualidad y que define al ser,
jams reproducida en otra. Para Aristteles, A es A (Principio de la
identidad) y tambin que A no puede ser no-A (Principio de la
No-Contradicin).
Heidegger (1981) sita el problema de la identidad en el sentido
de la unicidad y presencia en el mundo, pero tambin no la situa
como negacin de si-misma. Esa superacin la encontramos en Piaget et
al. (1968), cuando habla de la identidad como siendo la misma y, a
la vez, en permanente cambio, o sea, A es A y No-A; y en Buber
(1977), cuando dice que A slo es A en presencia de T, es decir,
existe una necesidad de un dilogo profundo, ntimo, con el mundo (T,
cualquier cosa, Dios), para la identidad revelarse plena, nica y,
ms an, grandiosa emergencia de lo sagrado, expresin de un dilogo
con el T Eterno (Dios) presente en la totalidad Yo-T (una relacin y
no una unidad o fusin). Adems de situar la experiencia (Yo-Eso),
Buber (1977) enfatiza lo trascendente en la identidad, el T Eterno
de la relacin Yo-T.
Toro (1988) comprende la identidad a partir de la vivencia del
estar vivo, una intimidad con la vida esencialmente visceral. La
identidad emergiendo de la diferenciacin gentica (seleccin natural
y evolucin biolgica) y, primariamente, volcada hacia la conservacin
de la unidad y de la supervivencia del individuo (autorregulacin
visceral, homeostasis, correlacin intraorgnica y proteccin
inmunolgica).
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
"La vivencia fundamental de la identidad surge como la
expresin endgena de 'estar vivo'. La vivencia primordial de
estar
vivo es la ms conmovedora e intensa de todas las vivencias.
(...) La
vivencia de estar vivo estaria afectada constantemente por el
humor
corporal y por los estmulos externos. Entretanto, su gnesis
seria
visceral. La vivencia de estar vivo daria origen a dos
estados
diferenciados:
a. las primeras nociones sobre el propio cuerpo;
b. las primeras nociones de ser diferente.
Las primeras nociones sobre el propio cuerpo implican que la
percepcin del propio cuerpo evoluciona a travs del tiempo
mediante las distintas formas de 'sentirse a s mismo'
(ser-en-el-
mundo). Distintas experiencias organizan estructuras de
respuestas:
el cuerpo como fuente de placer y el cuerpo como fuente de dolor
y
sufrimiento. Las prime-ras nociones de ser diferente se dan en
el
contacto con el grupo. La identidad se hace patente en el espejo
de
otras identidades. Las primeras nociones de ser diferente
condu-cen
a la conciencia de la propia singularidad y al acto de pensarse
a s
mismo frente al mundo. El pensarse a s mismo configura la
autoimagen que, a su vez, origina los esquemas de decisin
respecto
a las propias expectativas y a las acciones para alcanzarlas.
(...)
Las dos nociones sobre el cuerpo llevan a la autoestima y a
la
conciencia de s mismo" (Toro, 1991, p. 271 y 272).
Entendemos pues que la identidad es un fenmeno, ante todo,
biolgico y relacional, surge de las sensaciones endgenas, necesita
del otro y se constituye como una paradoja : a. vengo cambiando,
pero soy el mismo; b. slo me hago presente en la presencia del T.
Es visible (es corporal) e inaccesible a la interpretacin, por ser
expresiva y esttica.
c. Identidad y Presencia Basados en esas reflexiones, podemos
pensar la identidad como, del
latn, "lo mismo" (Parmenides), o mejor dicho, la capacidad de
sentirse como centro de percepcin de s y del mundo, en un profundo
sentimiento de estar vivo, sentimiento este que es corporal,
conmovedor y conectado a todo lo dems.
Eso implica que el punto de partida estructurador de la
identidad es el sentirse vivo, instante de presencia y transmutacin
de la corporeidad vivida
en ms presencia y ms vnculo con el mundo, hacindose entonces
corporeidad amorosa.
La vivencia primordial del sentirse vivo fortalece y permite la
revelacin de la identidad como algo distinto a todo lo dems y
conectado a todo lo dems (particularidad-universalidad,
inmanencia-trascendencia).
Por ese camino encontramos la identidad como expresin de una
totalidad y no de partes del s mismo, slo posible de realizarse en
la inmediaticidad del vivir, portanto, en la vivencia y no en la
conciencia.
La identidad, siendo presencia, no se piensa, se vive en el
aqu-ahora, Presente Eterno. Es inaccesible a cualquier forma de
comprensin y visible frente al otro. Es accesible al otro y a la
propia persona solamente en la vivencia. Slo en sus aspectos
parciales se constituye como significado o nociones de s mismo,
como historia y cultura.
La identidad es la vida sucediendo singularmente, la vida
revelndose en su inmediatez y belleza.
El ser humano es incapaz de comprender la identidad (o el
s-mismo en el mundo), pero es capaz de sentirla, intuirla y vivir
la libertad presente en ella, ante todo, en forma de movimiento,
expresin, danza y lenguaje.
El cuerpo animal pulsa como sensorialidad y el animal humano
tiene esa sensorialidad transmutada en sensibilidad, instante en el
cual el humano se hizo, expresin inmediata, concreta y sutil del
animal transformado en espritu, del animal conmovido por el
instante. En ese instante el animal abri la puerta y entr
progresivamente en el mundo interior, sali de la limitacin
sensorial hacia la libertad de la sensibilidad aunque de manera
confusa, se construy como ser-en-el-mundo-y-del-mundo. Ser de
posibilidad y realidad, cada vez ms visible, complejo y
no-comprensible, ni para s ni para los dems. Apenas pudiendo ser
intuido estticamente.
Pulsando y transformandose en el "juego de los dados", por
caminos inestables e irreversibles, contituidos por pares
indisolubles y sincrnicos del tipo inmanencia-trascendencia,
sstole-distole, armona-caos, grandiosidad-pequeez,
universalidad-particularidad, yin-yang, la identidad evoluciona por
afinidad al movimiento y a la danza de la vida, una danza en la
cual se es la propia danza, se es el propio gesto. Una mirada que
mira, una sonrisa que sonre, un toque que toca, cada gesto
conteniendo a toda la identidad, la persona visiblemente entera en
una totalidad mayor.
La identidad pulsa y fluye en red, en instantes
inmanentes-trascendentes, yendo a ningun lugar a no ser a lo ms
ntimo de lo ntimo. Toma las ms diversas formas (gestos, personajes,
roles etc), en una espiral que se mueve en el rumbo de la
complejidad y del infinito (meta). Es activa, surge del acto de
moverse; es expresiva, surge de la presencia.
Al referirnos a la identidad como presencia, en pulsacin-
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
metamorfosis, estamos intentando transmitir la idea de un
movimiento pulsante en espiral, donde cada pulsacin es ms compleja
y cualitativamente ms conectiva que la anterior
(neguen-tropia).
Cada pulsacin es un movimiento inmanente-trascendente de la
identidad, como sstole-distole.
El movimiento espiral es un movimiento propio, interno, donde
los dos estados de expresin de la identidad, o pulsacin
inmanente-trascendente, se encuentran imbricados y sincronizados.
Estn simultnea e indisolublemente presentes en cada gesto, en cada
expresin, en cada vivencia.
La pulsacin es la expresin de la homeostasis, mientras que la
metamorfosis es la transformacin de una pulsacin en otra pulsacin,
diferente, nueva, integrada y ms compleja transtasis. Pulsacin y
metamorfosis son vitales, fenmenos bsicos de la vida producindose
en ms vida. Cuando se debilitan, la vida se encuentra en peligro y
la propia identidad se fragiliza o sus personajes, fragmentados,
pasan a andar sueltos en la persona; surge la rotura de la sintonia
entre las partes que componen el organismo la degradacin empieza a
ocupar el lugar de la complejidad, llevando a la persona a toda
clase de enfermedades e, incluso, a la propia muerte del
organismo.
Como pulsacin-metamorfosis, la identidad crea un campo de
presencia (Merleau-Ponty, 1993) que se mueve sutil e intensamente,
esparcindose sobre las personas, objetos y situaciones; un campo de
presencia fluida y vital, que ilumina y contamina el lugar en el
cual se hace presente. El campo configura el lugar de la vivencia y
es configurado por ella, es el instante luminoso del
ser-en-el-mundo-y-del-mundo.
El ser, visible y totalizado en ese instante de manifestacin, es
un ser de pequeez y particularidad, de gestos sencillos,
diferenciados, lgicos y prcticos, tiene la dimensin del tiempo y
del espacio y el control de sus actos en el cotidiano; sabe vivir
la profundidad del Yo-Eso. Por otro lado, y a la vez, es un ser de
grandiosidad y totalidad, de gestos sagrados y enteros, intuitivos,
msticos, tiene en su expresin la disminuicin de la tempora-lidad y
del espacio, es analgico y vaciado del Yo-Solo (el Yo aislado en un
mundo de objetos tiles e interesantes, un mundo de experiencias y
no de vivencias). Es manifestacin del Yo-T.
Pulsando, la identidad se hace presente como corporeidad vivida.
A la vez es pequeez y grandiosidad, particularidad y totalidad,
concreccin de la vida sucediendo como singularidad, inmediaticidad
y universalidad.
De ese modo, no podemos encontrar la trascendencia fuera de los
quehaceres de la vida diria ni tampoco estos sin la trascendencia,
bajo pena de debilitarnos o destruirnos a nosotros mismos. La vida
en su sencillez y
plenitud es inmediata y cotidiana; pulsando, transfrmase en ms
vida. La inmanencia-trascendencia tiene origen en lo sagrado y
est
presente en cada gesto, no se presenta dividida, una est en la
otra. La trascendencia no es la negacin de la inmanencia y tampoco
la inmanencia es la negacin de la trascendencia, no son pares
dialcticos, son la misma cosa (identidad), modos diferentes y
sincrnicos del ser en pulsacin y metamorfosis. No hay inmanencia
como inmanencia, ni trascendencia como trascendencia. Lo que hay es
un proceso inmanente-trascendente, un Dios hecho vida y hecho
Humano en cada Acto.
No podemos hablar de vivencia inmanente o de vivencia
trascendente. Ellas constituyen un nico flujo o expresin de la
identidad, presente en cada vivencia y hacindolas expresin entera y
conectiva del ser en el aqu-ahora.
En ese sentido la identidad evoluciona como identidad-amor, o
sea, el amor como expresin de una corporeidad vivida (identidad
presentificada) en una relacin de totalidad con otra identidad, una
persona entera con otra persona entera (Simmel, 1993).
Por cada vivencia Biocntrica hay un camino vivido en la
construccin de la identidad-amor, expresin ms elevada del animal
hecho espritu, desdoblado en el instante en espritu enraizado, en
conmocin, conmovido. Es de esa forma que el ser tiene sentido,
cuando avanza en la direccin del amor, la misma direccin de la
evolucin de la tica que, enraizada en los instintos, va en la
direccin de la evolucin del espritu que en otro tiempo fu y, an hoy
y por toda la vida del ser, ser un antiguo animal conmovido por el
instante.
El amor es algo que sobrepasa los lmites de los senti-mientos y
de las emociones, es la expresin mayor del encu-entro, como propone
Buber (1977). No puede ser encontrado como algo parcial de una
relacin, y s siendo la propia relacin, solo posible como
presencia.
Las vivencias Biocntricas (inmanentes-trascendentes), cuando son
posibilitadas, generan ms complejidad en el ser
(pulsacin-metamorfosis), ms autonoma, presencia abarcadora en el
mundo y abarcada por el encuentro. Generan el Ser-Amor.
Por lo tanto, la expresin de la identidad es la condicin para
que el ser se vuelva amor, condicin esa natural, biolgica, anterior
a la historicidad.
El ser-objeto se encuentra en el ser que es experienciado y no
vivenciado, mientras el ser-amor es el ser vinculado a la Vida, que
ama, solo posible en una relacin de totalidad y no en la
experiencia que el ser tiene de otro ser. Del encuentro emerge lo
que es fundamento, biolgico y Universal el Amor.
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
IV. SOBRE LA VIVENCIA
"Segn Bachelard, cosas infinitas como el cielo, la floresta y
la
luz, no encuentran su nombre sino dentro de un corazn
amante"
(Von Zuben, introduccin a la obra Yo-T, Buber, 1977, p.
XLIX).
El animal conmovido descubri la vida y esta lo hizo espritu. En
el salto cualitativo (aumento de complejidad) en que la
sensorialidad, por caminos desconocidos en sus aspectos ms
ntimos, se desdobl en sensibilidad, el animal se revel humano, se
presentific como SER-EN-EL-MUNDO-Y-DEL-MUNDO. Se liber de la
sensorialidad y de la adherencia a lo inmediato y profundiz en la
sensibilidad del presente, de un mundo que descubre, tambin,
sensible. Cuerpo sensible en un mundo sensible (Merleau-Ponty,
1993)
En ese momento el mundo objetivo surgi con toda su potencia y
belleza, se imprimi en imgenes sensibles el alma incandescente y
csmica ocurriendo como alma del Ser. El corazn pulsa como antes y
as continuar, pero el sentido pas a sentir, la mirada pas a mirar,
la mano pas a tocar, el caminar camin, por fin, el abrazo
abraz.
La sensorialidad y las emociones animales no desaparecieron, se
integraron a una nueva realidad interna y relacional naciente, a
una nueva complejidad emergente, permitiendo nuevos modos de
interaccin del interior con el medio, adems el surgimiento de la
conciencia y de todo un mundo subjetivo la realidad de la
sensibilidad, el sentirse, an, difuso y confuso, con imgenes y
percepciones cargadas de emociones transfor-mndose en sentimientos,
y de "espantos" frente a las nuevas sensaciones y percepciones en
relacin a s mismo y al mundo circundante. Poco a poco la adherencia
a lo inmediatamente sensorial y fusional cedi lugar a la libertad
del espritu, o corporeidad vivida.
El uso de instrumentos no cre al ser humano, lo que lo hizo fu
el moverse sensible, acto sutil que sorprende al propio animal al
darse por un proceso de orden y caos. El moverse sensible fu el
generador de relaciones ms complejas del animal humano con un mundo
diferenciado e interrelacionado, que se hace subjetividad en forma
de sentimientos y significaciones realidades interiores, subjetivas
y nacientes.
Ese moverse desencaden, en los instantes iniciales, un proceso
primario de subjetivacin del mundo y de objetivacin del ser, sea a
travs de un trozo de hueso que el animal movi, o de nuevas
emociones que sinti
frente a un miembro del bando que yacia muerto, o de la risa en
vez del gruido, o, en vez de la relacin sexual por detrs, la
relacin sexual por delante, abrazados, rostro con rostro.
Los significados comenzaron a surgir de esos movimientos
groseros, torpes y sensibles, sorprendendo al animal que poco a
poco y abruptamente se haca humano.
Se puede pensar en atrevimiento del autor, pero lo que
entendemos, en cuanto a lo ocurrido en los albores de la humanidad,
fu el surgimiento del humano posibilitado por sutiles y nuevas
sensaciones corporales (despus de que el animal baj de los rboles y
se fij en posicin bpede, dejando las manos libres no slo para
agarrar, sino tambin para comunicarse, tocar y acariciar).
Un proceso apartado del estado de equilibrio sensorio-motor del
animal, emergiendo en un instante dado de la accin de ese mismo
animal, provoc una nueva clase de conectividad interna cerebral y
psquica, una red neuro-psquica cualitativa-mente nueva, una
Filarmnica capaz de tocar la sensibilidad.
No fu cualquier accin que hizo el ser humano, fu,
principalmente, la accin sensible, el moverse sensible, una accin
ms compleja y sutil tejida en la red neuro-psquica en formacin. El
animal podia agarrar cualquier objeto, como de hecho lo haca, pero
para "conmoverse" con el acto de mover el objeto, agarrar o
balancearlo de otro modo, fu preciso la emergencia de una sensacin
cualitativamente diferente de las anteriores en el momento de la
realizacin de este acto.
De ah surgi el ser, capaz de mirar una montaa y sentir cambiar
su respiracin, mirar y sentir silenciosamente el vuelo del gran
pjaro o el agua cristalina siguiendo el curso de un riachuelo, a
veces tranquila, a veces ms rpida.
Qu fenmeno fu ese, posterior al moverse sensorial y programado,
anterior al surgimiento de los instrumentos y signi-ficados, que
hizo al humano? Qu flujo tan poderoso arranc el animal de la
limitacin sensorial y lo proyect en el mundo presente del moverse
sensible, de la conmocin y de la libertad?
La sensibilidad primitiva emergente fu ese flujo, torn posible
la vivencia y, luego, se torn vivencia. Hizo el ser humano,
primeramente, como artista o algo as, y en seguida lo torn
"sapiens".
Entendemos el salto evolutivo ocurriendo en el surgimiento de la
sensibilidad, del moverse sensible, condicin necesaria al
surgimiento de la vivencia. En esta, la criatura se vuelve
creador.
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
a. Vivencia Ontolgica La vivencia fu enfatizada como lugar del
conocimiento (Husserl,
1985) y como generadora de los hechos de la conciencia (Dilthey,
1978). Ocup en la obra de estos dos grandes filsofos un lugar
destacable, pero, an as, no ocup un lugar de evidencia como el que
ocup la visin racionalista del hombre en el siglo XX.
"...hechos de la conciencia son tambin, y ante todo, las
experiencias de dolor, placer, alegra, esperanza, miedo,
satisfaccin
etc, a comenzar por la experiencia ms elemen-tal de la
resistencia
ejercida por un mundo exterior sobre el movimiento de mi
cuerpo.
Es aqu donde la vivencia es introducida como una categoria
epistemolgica puesta en oposicin al concepto de
representacin".
(Dilthey, cit in: Amaral, 1987, p. 8). El concepto de vivencia
es presentado en Husserl y Dilthey como el
camino por el cual el conocimiento es dado, un lugar de la
conciencia. Las obras de Husserl y Dilthey son valiosas en la
comprensin de la
vivencia, pero limitadas en el sentido de abarcar el sentido de
totalidad que existe en ella. La vivencia es irreductible como el
propio ser.
Por ese camino de la no reduccin de la vivencia encontramos los
ltimos trabajos de Merleau-Ponty, Signos, y Lo visible y lo
invisible, y los de Martin Buber, sobretodo su obra principal, Yo y
T. El primero avanza de la Fenomeno-loga hacia la Ontologa,
enfatizando la intimidad e indisolu-bilidad entre "el ojo y el
espritu", as como la corporeidad vivida, cuerpo sensible en un
mundo sensible; el segundo enfatiza lo religioso y lo trascendente,
el dilogo Yo-T y el T Eterno.
La Ontologa es el lugar del ser, lugar donde la epistemologa no
consigue penetrar, pues este no se da a conocer, es irreductible
por ser estetico, expresivo e inmanente-trascendente. El Ser, por
ser vivencia, es abarcador y abarcado, sobrepasa la experiencia y
el significado de s mismo en su danza de pulsacin-metamorfosis.
Almeida (1994) situa la vivencia de dos maneras: Vivencia
Epistemolgica y Vivencia Ontolgica. La primera se refiere a la
posibilidad de la vivencia de hacer conocer o hacerse conocer;
mientras la otra trata de la vivencia en s del ser. Una es
reducida, la otra es totalizadora. Buber (1977) considera la
existencia de dos formas de conocimiento del mundo, siendo ambas
necesarias para la relacin del ser humano con el mundo. Denomnalas
de Palabras Elementares o Yo-Eso (conocimiento,
experiencia) y Yo-T (encuentro, dilogo, amor). Por otro lado,
considero la vivencia en Biodanza como ontolgica y
biocntrica el acontecer inmediato, esttico y corporal de la
identidad, la vida aconteciendo en singularidad y concretud.
"El instante de la vivencia, el instante vivido es aqul Sol de
la
alegora de la cueva de Platn, pero con una inversin de
paradigmas. Pero s es el sol-emocin que, iluminando la fra
cueva,
se vuelve ardiente, vivo, capaz de sentir el placer de estar
vivo y de
hacer hervir aguas estancadas.
La ontologa de la vivencia es una inversin paradigmtica. S,
es
decir que la vivencia ES sin decir lo qu es. Es afirmar que
la
vivencia es SER, emocin fundida en el agua, en la tierra, en
el
fuego, en el aire; emocin que me hace todo, que me torna
Cosmos.
Que es la vivencia? La vivencia ES. La vivencia tiene sentido,
la
vivencia no separa mi alma del alma csmico, como haca el
paradigma cosmocntrico; la vivencia no aparta mi cuerpo de
mi
espritu como haca el paradigma teocntrico; la vivencia no
jerarquiza la creacin, no me torna dicotmico, como hace el
paradigma antropocntrico. La vivencia me funde con la Vida,
me
hace Biocntrico. (...)
Antes de la vivencia la Biodanza es epistemologa (es sistema),
es
metodologa (tiene una teora del mtodo), es el "para s"
(conocimiento de algo que est fuera de m), la re-presentacin
(smbolo). Al adentrar en la vivencia la Bio-danza
desaparece,
paradojalmente ella abre la puerta por donde ella misma va a
desaparecer, para dar lugar a la vi-vencia. Y la vivencia es
SER.
Afirmar el SER es ser ontolgico, pero ontologa de la
vivencia:
simplemente afirmando que el SER, que es auto-evidente,
tiene
sentido en s mismo, el ser estructura estructurante: Bios".
(Almeida, 1994, p. 22 y 23).
Buscar conocer la vivencia o hacerla conocida, es parcializarla,
es distanciarse de ella misma, es reducirla dentro de ella,
despojarse de su intimidad y entereza. La vivencia no se encuentra
subordinada a la conciencia, pero esta se encuentra enraizada en
ella.
Cuando tomamos conciencia de algo, inmediatamente nos
diferenciamos de ello. Por eso, cuando tomamos conciencia de algo
en nosotros, simultneamente nos convertimos en objeto de nosotros
mismos; perdemos nuestra corporeidad, pero somos capaces de
realizar el camino de vuelta.
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
La elaboracin de lo real por el acto reflexivo apartado de las
dimensiones pr-reflexivas, deforma la existencia en s misma, cuya
esencia est en la vivencia. Por consiguiente, el ser "separado" de
lo real resurge como idea y se queda imposibi-litado de realizar
con fluidez el camino de vuelta hacia su natu-raleza animal.
Al subordinar la vivencia a la conciencia estamos refor-zando la
patologa bsica de nuestra civilizacin, la que niega el cuerpo y
glorifica la razn, reprimiendo la naturalidad corporea y la
espontaneidad animal (Gis, 1994).
Merleau-Ponty propone "el retorno a los orgenes de la propia
reflexin y descubrir su suelo anterior a la actividad reflexiva y
responsable
por ella. Esa regin es el 'logos del mundo esttico', o sea, del
mundo
sensible, unidad indivisa del cuerpo y de las cosas, unidad que
desconoce la
ruptura reflexiva entre sujeto o objeto".(Chau, in
Merleau-Ponty, 1984). Para unir lo reflexivo a su origen, a la
pre-reflexin, Merleau-Ponty
(1993) habla de la vivencia de la corporeidad y dice: "El cuerpo
presenta aquello que siempre fu propio de la conciencia la
reflexividad. Pero presenta, tambin, aquello que siempre fu propio
del objeto la visibilidad. El cuerpo es eso visible que se ve, eso
tocado que se toca, eso
sentido que se siente". El Cuerpo es origen y base de un mundo
sensible, "...sal-vaje y bruto,
desde donde emergen las categoras reflexivas". (Chau, op. cit.).
Para Toro (1991), el hombre es un ser fronterizo. Para Chau (op.
cit.), es un ser del abismo cuando descubre lo salvaje
que existe en s. El hombre tiende a la manifies-tacin de lo
salvaje hasta los lmites de su propia posibilidad; "...no se puede
quedar encerrado, pero se manifiesta y se sobrepasa en una
modificacin infinitamente abierta y
nueva". (Chau, op. cit.) Toro (1991), hablando sobre la patologa
de la civilizacin, afirma
que esta es consecuencia de la represin o negacin de la vivencia
por la conciencia. El mundo corporal, sensible y visible es
esposado, encarcelado y mantenido en rgida subordinacin a la
conciencia.
Por otro lado, esta slo se puede manifestar como totalidad
reflexiva que abarca, expresa e integra simbolicamente el ser,
cuando se enraiza en la naturalidad corporea y en la esponta-neidad
animal. Solamente as la conciencia se revela como gua de lo salvaje
en el mundo histrico, y no como su carcelera.
Cuando la conciencia no fluye de la vivencia reprime cualquier
posibilidad de expresin de lo salvaje, de un mundo instintivo y
humano. El cuerpo es negado, la expresin emocional reprimida y los
instintos prohibidos.
Por lo tanto, el punto de partida de la regulacin y orientacin
del ser en el mundo es la vivencia biocntrica, la inmediaticidad
del vivir, lugar donde la existencia adquiere sentido por s misma o
revela la falta de sentido en procurar un sentido mediante la
conciencia.
(...). Despus de haber intentado dar un sentido a la vida,
recuerda que no hay sentido en el verdadero pro-blema del
sentido y
que la vida debe ser aceptada y vivida en su inmediaticidad, tal
y
como lo hace la mayoria de los hombres. Pero cost tanto llegar
a
esa conclusin! (...). (Norberto Bobbio, Folha de So Paulo,
13/12/92).
En Toro (1991), encontraremos el concepto de vivencia partiendo
de
la Ontologa y profundizando en una concretud orgnica, visceral,
corporal y sagrada, prxima a la concretud de los conceptos de
"corporeidad vivida" y de "cuerpo sensible en un mundo sensible",
de Merleau-Ponty, y del dilogo Yo y T, de Buber.
La vivencia es el "instante vivido de un mundo vivido" del que
nos habla Dilthey (1978), lugar de aparicin en el aqu-ahora de la
identidad. Tiene cualidades inmanentes-trascendentes: a la vez que
es corporal y limitada abarca totalidades mayores, es un fenmeno de
totalizacin y singularizacin. Lo que se vive en el instante se
convierte en un particular universal, o sea, en aqul instante lo
que se vive es todo, no habiendo nada ms. Lo que brota de ah es el
sentirse vivo, el estar aqu inmanente-trascendente, pues estar vivo
es estar aqu, lugar de la unin de lo sagrado con lo profano.
El estar aqu es lo que fu soterrado por el proceso
civilizatorio, principalmente tecnolgico, donde el ser alguien y el
tener alguna cosa se convirtieron en exponentes de la cultura
actual y el referencial para el buen vivir. El estar aqu es la
propia presencia, el lugar sustancial y evidente de la identidad,
fuente de todas las energas humanas. Por eso Kusch (1986) habla de
la Amrica Profunda y Toro (1991) habla del Presente Eterno.
"La vivencia surge en el instante en que se est vivien-do.
Como
el agua de un manantial, las vivencias surgen con espontaneidad
y
frescura. Poseen la calidad de lo originrio y tienen una 'fuerza
de
realidad' que compromete todo el cuerpo. Las vivencias no
estn
bajo control de la conciencia. Pueden ser 'evocadas', pero
no
dirigidas por la voluntad. De alguna manera, estn fuera del
tiempo, de la memoria, del aprendizaje y del
condiciona-miento.
El poder organizador que poseen las vivencias se debe a esa
-
Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
cualidad nica de surgir como la primera expresin afectiva de
nuestro organismo, con sensaciones corporales fuertes. Las
vivencias constituyen la expresin originria de lo que existe
de
ms intimo en nosotros mismos, anterior a toda elaboracin
simblica y racional.
Estas consideraciones nos llevan a rechazar, categoricamente,
la
pretensin de 'elaborar, interpretar y racionalizar las
vivencias'. Tal
actitud proviene de un psicologismo de-formante. La
inteligencia
cognitiva no es el instrumento apropiado para 'organizar'
las
vivencias. Al contrario, las vivencias que son los contenidos
nutritivos de la exis-tencia son las que deben orientar y dar
sentido a la existencia. La conciencia tiene la funcin de registrar
y resolver
los problemas con el mundo externo, pero no dirigir las
vivencias.
Las conmovedoras sensaciones que surgen de las vivencias hay
que asumirlas y no interpretarlas.
Biodanza despierta vivencias que tienen un valor organizador
e
integrador en s mismas" (Toro, 1991, p. 183). La vivencia, por
ser conmocin y, a la vez, expresin singular del
mundo, es movimiento sensible, es movimiento del ser que, en su
concreccin, es cuerpo y gesto, es encuentro, es danza, es animal
hecho espritu enraizado.
La vivencia es no-lineal, cualitativa y totalizadora. b.
Vivencia Biocntrica La identidad como fenmeno de totalidad no es
abarcada por lo
conceptual y s por lo vivencial la vivencia es ontolgica. Esta
no se hace conocer y no lleva al conocimiento, a no ser a un
conocer parcial, como todo conocer, propio de la conciencia en su
proceso de dar sentido y significado al mundo.
Por no poder reducir la vivencia, bajo pena de perderla en su
plenitud y esencialidad, lo importante es simplemente vivirla. Ah
reside el sentido mismo de la vivencia, o de la propia vida que,
por ser inmanente-trascendente, no puede ser determinada, solo
vivida.
En cada instante el ser es vivencia, la identidad pulsa y se
transforma, an cuando el individuo se encuentra parcializado en el
instante por el pensar o por juicios, prejuicios, estereotipos y
fragmentaciones emocionales y orgnicas de cualquier clase. Es
evidente el bloqueo, la disociacin y la desorganizacin (Toro,
1991), pero, an as, el ser al estar vivo, "es", de
alguna manera. Por lo tanto, puede rescatar su camino de vida.
Es evidente la importancia de la reflexividad, entretanto, en
esa
dimensin, adems de valiosas expresiones evolutivas, como el
lenguaje, la conciencia y el pensamiento, encontramos la
parcializacin y la fragmentacin del ser, las cuales imposibilitan
la inmediaticidad del vivir, su totalizacin y realizacin en el
mundo inmanente-trascendente.
Lo que diferencia la accin de Biodanza de acciones clnicas es su
orientacin hacia la potencialidad natural y expresiva del ser,
capaz de surgir por medio de la fertilidad cultural y de una
pedagogia del vivir. Se diferencia tambin por no priorizar el
condicionamiento, la interpretacin y la razn, y s la vivencia.
La vivencia que nos interesa, sin descalificar la dimensin de la
reflexividad, no es la vivencia epistemolgica ni tampoco la
vivencia ontolgica donde el ser poco a poco se muere, sino la
vivencia Biocntrica, la que genera vinculacin, nutre y alimenta la
vida, inmediatamente.
La vivencia Biocntrica es la vivencia ontolgica evolutiva,
integradora, neguentrpica, de la identidad en construccin al
hacerse presencia, aunque el instante sea de dolor y sufrimiento.
En vez de una totalidad en degradacin, donde el ser pierde energa
vital, una totalidad que abarca, cada vez ms, nuevos circuitos
energticos, totalidades mayores, y que aumentando de complejidad a
cada encuentro, aumenta su autonoma, vincula-cin y abarcatividad en
el mundo.
Esa vivencia no se confunde con la experiencia ni tampoco con la
vivencia ontolgica de la degradacin, surge de la intensificacin
sensible y amorosa del cuerpo, de una relacin ntima cuerpo y mundo,
una corporeidad amorosa pulsando a partir de un mundo instintivo,
pre-reflexivo, orgnico y relacional. Fuente donde brota la
identidad.
La vivencia Biocntrica puede surgir en cualquier una de las
lneas de vivencias, como expresin de la totalizacin
inmanente-trascendente del instante vivido.
c. Lneas de Vivencia Toro examina las vivencia partiendo de la
vida instintiva, siguiendo
un recorrido en forma de canales biolgicos de expresin
evolutiva. Considera que surgen del mundo instintivo, pero pueden
ser modificadas por las condiciones histrico-sociales y
biogrficas.
A esos canales denomin Lneas de Vivencia, lneas car-gadas de
impulsos teleonmicos alrededor de los cuales todo el organismo se
regula y el ser se orienta.
La vivencias se originan en una vivencia antigua, fusional,
anmitica,
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
llamada por Freud y Jung vivencia ocenica. De ah se desdoblan, y
en el nacimiento del nio surgen como vivencias primales o
protovivencias, o instantes vividos primariamente por el nio antes
de un determinado nivel de desarrollo del lenguaje.
Las protovivencias pueden ser consideradas como el mo-mento de
pasaje de la vida amnitica y animal hacia la vida histrica y
social, simblica e ideolgica, donde las vivencias propiamente
dichas surgen. En general son evolutivas, pero pueden ser
bloqueadas, disociadas o desorganizadas por factores producidos por
deformaciones genticas o socio-ambientales.
Las protovivencias se dan en un periodo ontogentico valioso de
la formacin de la red neuro-psquica humana (maturacin
crtico-dienceflica y formacin del lenguaje), entrelazando el mundo
natural con el mundo cultural. Segn Toro (1991), las protovivencias
son en nmero de cinco : movimiento, contacto, expresin, seguridad y
armona.
1. Protovivencia de Movimiento El feto se mueve, seal de que la
vida se est dando en el tero: se
prepara para la gran travesa hacia la luz, a travs de un canal
pleno de contracciones musculares vigorosas, necesarias para
conducir el feto al mundo exterior.
Poco a poco, el movimiento del recin nacido se va ampliando y
producindose de distintas maneras, desde el respirar, el seguir los
objetos con la mirada, el agarrar y el gatear, hasta el correr,
saltar, jugar... y jugar. Cuando despierto la excitacin, el
corre-corre, el juego, lo ldico; despus el reposo y el sueo. El
dormir mucho y el jugar mucho reposo y movimiento, inhibicin y
excitacin.
As, el nio va creciendo, en el movimiento, en la energa en
liberacin y renovacin incesantes flujo vital e mpetu de vivir. Est
en juego la supervivencia individual, el crecimiento del organismo,
la garanta de otra identidad ms en el mundo de la diversidad.
El mundo de la relacin se va ampliando progresivamente, el nio
sigue aumentando su amplitud relacional con un mundo cada vez
mayor, ms diferenciado, ms lleno de sorpresas y de mayor
complejidad.
2. Protovivencia de Contacto Los animales de estructura nerviosa
ms compleja necesitan de
contacto, principalmente los mamferos. Experimentos revelan la
importancia del contacto tanto como del alimento y del
movimiento.
Hoy sabemos que la piel tiene su origen en las mismas clulas
embrionrias del sistema nervioso, en la ectoderme. El primer
sentido en surgir en el embrin humano es el del tacto, mucho antes
del surgimiento de los ojos y de los odos (Montagu, 1988).
El contacto tiene muchas funciones, entre ellas la de proteccin
y maduracin de la identidad y, ms especificamente, de la
sexualidad, desde la infancia y durante toda la vida de la persona.
Un cuerpo tocado, acariciado, encuentra caminos de crecimiento
saludable; es un cuerpo vivo, caliente, tnico, al contrario de un
cuerpo que est muriendo por no ser tocado ni acariciado.
3. Protovivencia de Expresin Emitir y crear sonidos, mirar hacia
un lado y hacia otro, coger cosas,
moverse por todas partes, meter cosas en la boca, sonrer,
llorar, son manifestaciones de un nio que se expresa en el mundo,
investigando, orientndose, apropindose y transformando la realidad,
ocupando, en fin, cada vez ms, su lugar de modo particular.
Interacta con objetos y situaciones, con adul-tos y con otros nios,
principalmente a travs de juegos y de juguetes.
Al expresarse se est haciendo a s mismo, a la sociedad y al
Universo, construyndose como ser nico y corporal, visible en su
intimidad. El nio por ser espontneo es expresivo y inocente, como
todo el mundo natural.
4. Protovivencia de Seguridad Todo ser vivo requiere alimento y
proteccin, con el fin de garantizar
su supervivencia, la de la propia especie y la continuidad de la
vida. Cada especie y cada organismo tiene sus maneras apropiadas de
buscar seguridad y nutricin en el mundo. Las espcies de menor
complejidad orgnica, principalmente neurolgica, favorecen a sus
individuos para que busquen con poca edad, por su propia cuenta, la
nutricin para sobrevivir.
Los animales con mayor complejidad neurolgica, principalmente el
ser humano, tardan ms en sostenerse solos. Necesitan ser protegidos
y alimentados por los animales adultos por un periodo mucho ms
largo.
El nio tarda largo tiempo en madurar y alcanzar las condiciones
adecuadas a su autonomia, para defenderse y buscar el propio
alimento, significando eso una gran dependencia vital y emocional
respecto a los padres u otros adultos significativos para l.
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
5. Protovivencia de Armona La inhibicin, el reposo y el sueo
producen un estado general de
armona, quietud, silencio e indiferenciacin, resonancias de la
antigua vida amnitica y fusional.
Cuando nace, y durante toda la infancia, el nio necesita un
ambiente que sea restaurador, armnico y tranquilo, para que la
mayor parte de su energa est volcada hacia s mismo, hacindolo
madurar y crecer sin necesidad de responder al exceso de
situaciones diferenciadas, agitadas y, principalmente, situaciones
de incomodidad, rechazo y hostilidad, muy comunes en muchas
familias.
En el primer mes de nacido el nio necesita solamente a la madre
y/o al padre, solo ellos deben estar con el nio y nadie ms. Poco a
poco, los familiares ms cercanos y afectivos, sin ansiedad de
hablar y cojerlo en brazos; depus otras personas, sin
aglomeraciones. El nacer sonriendo, de Leboyer, es esencial. Las
situaciones de diferenciacin deben surgir progresivamente en el
mundo inmediato del nio.
Cuando las protovivencias de movimiento, contacto, expresin,
seguridad y armona encuentran un espacio de incen-tivo,
proteccin y
refuerzo a sus manifestaciones, tienden a surgir otra vez con ms
potencia y
complejidad, aumentan de frecuen-cia e intensidad, revelando
cada vez ms
al mundo el ser activo, expresivo, corporal y singular. Aqul
antiguo animal conmovido, hoy, es un nio espon-tneo y
curioso en el mundo, deseando, constantemente, jugar, brincar,
gritar, correr, descubrir, dormir tranquilo y ser amado.
Ese nio, seguramente, se mueve bien, sin miedos inadecuados, es
alimentado, protegido, su cuerpo es acariciado y tiene el sueo
garantizado por adultos enamorados de la vida. Adultos que
descubren en su sensibilidad y amor el lugar donde la vida brota en
portentosos vnculos, que garantizan la intimidad con uno mismo, con
la especie y con el Universo.
Estos adultos "saben" que la vida tiene un valor en s misma y su
sentido se encuentra en la inmediatez del vivir, al contrario de la
equivocacin de muchos pensadores en buscar el sentido de la vida
por medio de la reflexin. Descalifican el acto simple, irradiante y
comn de su propio vivir la vivencia Biocntrica.
Con la evolucin del mundo esttico, activo, relacional y
expresivo del nio, su mundo instintivo y emocional gana nuevos
colores dentro de la
tesitura cotidiana e histrico-social, princi-palmente a travs
del lenguaje y de la conciencia, que se des-arrollan en un solo
proceso de desarrollo, cuyo eje es la actividad prctica del nio en
el mundo (Vigotsky, 1984; Luria, 1987).
Normas, valores, representaciones sociales, creencias,
costumbres, tradiciones, educaciones, y otros estructurantes y
estructuradores del mundo cultural, tejen, al entrelazarse a la
expresin de la vida instintiva y emocional, una vida psquica de
gran complejidad, donde animal y espiritu constituyen una unidad
ntima y de flujos recprocos. Cuando esa unidad se debilita el Ser
tender a la ruptura bajo forma de "enfermedades antropogenticas" o
"enfermedades de civilizacin" (Jores, cit. in Toro, 1991), podiendo
incluso llegar a morir si no es revitalizado en su base animal (en
su energa vital).
La mediacin del nio con el mundo, en ese proceso de
desdoblamiento del animal en espritu, es realizada principalmente
por el Otro Significativo (Berger y Luckmann, 1987), adulto que
ejerce gran influencia emocional sobre el nio, que lo conduce a la
realidad social inmediata, proceso este de sociali-zacin primria,
que hace al nio miembro de una determinada sociedad, de un
determinado universo simblico-valorativo e ideolgico (Gis, 1994),
ya interiorizado por este mismo adulto a lo largo de su vida. El
adulto transmite al nio su propio modo de vivir a travs de sus
actos.
Uno de los resultados del entrelazamiento del mundo instintivo y
emocional con el mundo de la cultura, son los valores, los cuales
dan forma e involucran poderosas cargas psquicas (Jung, 1983).
Sirven para estructurar la vida interior en conformidad con un
determinado y organizado mundo social y adulto; tambin limitan o
impiden la expresin del potencial evolutivo en su vigor y frescura
natural, cuando son contrarios a la vida. Cuando estn volcados
hacia la proteccin de la vida, encontramos en su interior la
comunin entre naturaleza y sociedad, condicin esencial para la
emergencia de la vivencia Biocntrica.
Los valores anti-vida niegan la individualidad que anhela por
singularidad, autonomia y amor, hundindola, por completo, en los
fantasmas de una mente incapaz, por estar debilitada por estos
valores, de abrirse al mundo inmediato, instintivo y natural de la
especie y de la vida. Impiden la transformacin de las
protovivencias en vivencias favorables a la expresin de la
identidad-amor, generando, al contrario, vivencias
desintegradoras.
An as, esas vivencias son de totalizacin, ontolgicas, como las
vivencias integradoras. La diferencia entre ellas se encuentra en
el proceso de generar vnculo o de generar degradacin. En una, el
Ser evoluciona; en
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
otra, el Ser enferma. El sentido que la vivencia ontolgica
adquiere es fruto de procesos
internos y externos a la persona, solo parcialmente
comprendidos. De la alegra puede surgir el llanto y del
sufri-miento se llega a la plenitud, por caminos que surgen de la
danza entre armona y caos.
El desafo del proceso de "facilitacin" en Biodanza es el de, por
medio de la progresividad y del vnculo entre los miembros del
grupo, caminar en el sentido de la regulacin, aceptacin, empata,
espontaneidad e integracin, en "busca" de la vivencia
Biocntrica.
Ese proceso considera la salud y la enfermedad como abarcadores,
es decir, la persona entera se est construyendo o la persona entera
se est destruyendo. Toda la existencia est comprometida, sea con un
pequeo constipado o con un pequeo gesto de cario.
Las vivencias son expresiones de la vida instintiva entrelazadas
al mundo valorativo-simblico, son propias de lo humano y necesitan
de la realidad histrico-social para acaecer. Esto no quiere decir
que se originen a partir de la representacin mental, como la
conciencia o el lenguaje, ni siquiera de los valores, sino que
necesitan de la cultura para florecer desde su fuente biolgica y
primal.
Amala y Kamala, nias-lobas encontrados en la India, en 1939, por
misioneros, no podian ser consideradas humanas pero s lobos, puesto
que vivan como cualquiera de los miembros de la manada. Andaban a
cuatro patas, aullaban, tenian la columna cervical adecuada a la
condicin cuadrpeda, coman como lobos y no presentaban ninguna
caracterstica humana, emocio-nal o intelectiva. Solamente lo
biolgico era evidentemente humano y de l no emergia ninguna
vivencia - lo ontolgico no exista. Llevadas a una aldea murieron a
los pocos meses de convivencia con los seres humanos. El bloqueo de
la transformacin de las protovivencias en vivencia fu total.
Los valores antivida bloquean, pero no impiden el surgimiento
del humano, que ocurre solamente en la inexistencia de un medio
cultural en los primeros aos de vida. Este medio es donde la
posibilidad humana se hace realidad, el animal se hace espritu
enraizado.
Las vivencias se encuentran a nivel gentico como posibilidades,
pero se hacen realidad dentro de la histria.
Lo que emerge con vigor y brutalidad, no necesitando de la
cultura, son las protovivencias, o expresiones de la especie en un
mundo de diversidades. Las protovivencias son pre-condiciones para
el surgimiento del ser.
El ser-en-el-mundo, o identidad presentificada, es propio de un
lugar histrico, terrreno propicio a su aparicin y realizacin, que
se dan a travs
de la transformacin de las protovivencias en vivencias, mediante
procesos complejos de interaccin, en general mediatizados por
adultos.
Segn Toro, las vivencias surgen a travs de cinco canales
biolgicos de expresin del potencial humano o Lneas de Vivencias:
Vitalidad, Sexualidad, Creatividad, Afectividad y Trascendencia.
Para nosotros, segn lo planteado anteriormente en el captulo Sobre
la Identidad, la trascendencia no puede ser consi-erada una lnea de
vivencia y s una pulsacin de la identidad. Diferente de las lneas
de vivencias, la trascendencia es una categora mayor (pulsacin) de
la identidad, con la funcin de transformar cualquier vivencia en
una vivencia de la totalidad Yo-T, que no es fusin, sino un dilogo
silencioso y sagrado Yo-Universo.
Igualmente, seguiremos trabajando con las cinco lneas de
vivencias, a la vez que realizamos ms estudios y discusiones sobre
la trascendencia, en la perspectiva de la visin biocntrica y del
estado de pulsacin de la identidad-amor.
1. Lnea de Vitalidad Del movimiento primario surge el impulso
vital y la capacidad de
moverse con potencia en el mundo, ora con agresividad, ora con
retrocesos originados por el miedo. El nfasis es la supervivencia y
la construccin de una individualidad ms de la especie la ontognesis
emergiendo de la filognesis, construyendo caminos propios de
diferenciacin y de integracin.
La fuerza, el mpetu, la energa vital, el vigor y la consistencia
biolgica y existencial, son manifestaciones de la vitalidad. Esta
es, en suma, la capacidad y el coraje de vivir.
Toro (1991) considera como ndices de vitalidad: tolerancia al
esfuerzo, vitalidad del movimiento, estabilidad neurovegetativa,
potencia de los instintos, respuesta inmunolgica, resistencia al
"stress", elasticidad de las arterias, plenitud de la onda
electrocardiogrfica y presin arterial, plenitud de la onda
respi-ratoria, estado nutricional, respiracin, temperatura corporal
y capacidad de lucha (ataque y fuga).
2. Lnea de Sexualidad La especie sobrevive por medio de la
vitalidad y tiene en la
sexualidad la garanta de su continuidad. La sexualidad natural
lleva al animal a buscar compaero para el apareamiento, a travs de
'juegos de seduccin' que involucran danzas, colores, sonidos,
olores, cantos, ronroneos y otros medios.
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
En el ser humano la sexualidad gana nueva tesitura, en una
complejidad propia de un mundo cultural. Tanto la sensualidad como
la genitalidad ganan refinamientos estticos, afec-tivos y ldicos,
donde no slo la reproduccin y la perpetuacin de la especie estn en
juego, sino el placer y toda una posibilidad de amar y ser amado,
as como la continuidad del mundo cultural y la presencia del ser en
el mundo. El patrn biolgico de la especie es sobrepasado en la
expresin de la identidad como vivencia de sexualidad.
Toro (1991) considera como ndices de sexualidad: eros
indiferenciado, capacidad de ofrecer contacto, bsqueda de contacto,
ausencia de culpabilidad, capacidad de "feedback" ertico,
compresin-descompresin progresiva, seduccin, expresin del deseo,
sensibilidad a las caricias, euforia dionisiaca, sensibili-zacin
corporal, sensualidad, genitalizacin, calor ertico, capacidad para
asumir el propio patrn de respuesta sexual, erotismo diferenciado y
capacidad de obtener placer.
3. Lnea de Creatividad Crear significa, entre otras cosas,
transformar, innovar, crecer,
cambiar a s y al mundo en el mismo gesto, en el mismo acto. Se
habla de adaptacin equivocadamente, puesto que lo que ocurre
de hecho es un proceso de transformacin recproca entre individuo
y realidad objetiva, en el cual lo ms evidente no es una accin y s
una interaccin, aunque sea entre sujeto y objeto. El mundo se
subjetiva, se vuelve realidad interna y particular del ser,
mientras este se objetiva en el mundo como singu-laridad. Por otro
lado, el objeto cambiado se vuelve smbolo, gana significacin, se
hace cultura.
El animal exploratorio se orienta por seales, investiga el
ambiente para protegerse, habitar, alimentarse y procrear. Al pasar
a la condicin humana, se vuelve curioso y apasionado, manipula
objetos y hace arte, quiere conocer el mundo y construir su propio
camino. Expresa realidades internas singulares en la forma de
gesto, smbolo o accin. Se vuelve espritu enraizado en permanente
renovacin existencial.
El proceso creativo se d desde el Universo en evolucin
(nebulosas, galxias, estrellas, planetas), pasa por la divisin,
renovacin e integracin celulares, y se extiende hasta las formas ms
sensibles y complejas de la creacin humana como una sonata, una
pintura o incluso un conocimiento o una tecnologa. Autopoyesis
particular de una autopoyesis Universal.
Toro (1991) considera el desarrollo de la creatividad pasando
por cuatro etapas de un proceso de complejidad, as consideradas:
expresin primal por la liberacin de la voz y del movimiento,
integracin Yin-Yang,
comunicacin expresiva y elaboracin creativa plena. 4. Lnea de
Afectividad El animal necesita la proteccin de la especie, primero
en la vida
amnitica y despus en la vida gregaria. Desde el tero de la
hembra hasta el agrupamiento de los animales, se da la formacin de
vnculos necesarios a la supervivencia, seguridad y crecimiento del
animal.
La vida gregaria, la caza colectiva, el apareamiento, el nido y
los cuidados con la prole, inherentes a la condicin natural, pasan
por profundas transformaciones en el mundo cultural, en el terreno
fertil de la historia.
Dirigindonos a un lugar an ms antiguo, encontramos el origen de
esa lnea en la afinidad entre los elementos, en el tropismo, en la
resonancia ecolgica y en la atractividad csmica.
La afectividad humana, o vivencia de afectividad, surje de esa
instancia primal, como las dems vivencias, para transformarse en
expresin humana de cario, ternura, amistad, intimidad con el otro,
proteccin y solidaridad. Es la fuente de la tica.
5. Lnea de Trascendencia El ser humano tiene la capacidad de
percibirse en trascendencia,
profundizar en la vivencia del todo y sentirse, adems creador y
criatura, participante ntimo de una tesitura csmica, holstica y
sagrada Biocntrica. Es capaz de ir ms all de sus lmites inmediatos
y abarcar circuitos de totalidad, que surgen por medio del aumento
de la permeabilidad Yo-Universo.
En este dilogo de silencio profundiza en la armona y en la
revelacin mstica.
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Cezar Wagner de Lima Gis
Identidad y Vivencia: una visin biocntrica
V. FACILITACIN DE LA VIVENCIA BIOCNTRICA La identidad es
permeable a la msica, al movim