VISIONES DE GENUINE Roberto Nieri
VISIONES DE GENUINE
Roberto Nieri
“Henry, me estoy volviendo loco, Esa mujer me quiere muerto” Robert Wiene
PRIMERA PARTE
I Y ésta es mi respuesta: Si no existen respuestas Para qué preguntar Exprimir el corazón Con inseguridades Llenarse de vergüenza No hay maldad en ella Son los mismos miedos Debajo de la piel Los abrazos son abrazos Adioses los adioses Nada más que amor: Amor libre de signos Amor con sus defectos Amor a fin de cuentas
II Más me aferro a la vida Hoy que visualizo la apariencia El espejismo del control El peso humano. Más cerca siento la historia Los años de porfiada conquista Todo lo que huele a desarrollo A ciudad convulsa. Me arrimo a la mujer A la suave piel que abriga Me enrosco entre sábanas Y desnudo bebo y bebo El vino con sabor a carne. Debo aprender de nuevo Olvidar y aprender de nuevo Lo que la vida es Ahora que vislumbro el velo Y más allá de él El cuerpo inmaterial de la existencia. Me vuelco a lo que de niño Aspiraba a ser de hombre Y el mundo habla a coro Iluminando la certeza De que nada aquí trasciende Salvo este nuevo amor que siento.
III Ella está durmiendo pocos pasos más allá Cubierta por una oscuridad incomparable. Yo por escribir la dejo sola: ¿Se puede juzgar a un hombre que sueña Y no puede por las noches conciliar el sueño? ¿El espacio entre ella y yo es solo madera, aire y silencio? Todo en este frío me amenaza. Temo al teclado y a sus palabras mentirosas Temo a la noche artificial que me reclama La casa cruje Temo se queje de mi duda indecorosa‐ Qué vergüenza Ni de niño puse objeción a los delirios ¿Serán acaso sus sueños penetrando en mi escritura?
IV Así me descubro Deshecho por la vida Sin dar pie Sin destino Borrachito de ternura Triste y andariego En este nuevo amanecer De día lunes Manos rotas Vientre hinchado Boca amordazada en vano Para ocultar un nombre Tu nombre Francisca Cuerpo y cicatriz De mi pecado
V GENUINE Todos los que soy Te han escogido Como dueña Se rinden ante ti Todo te lo perdonan Todo te lo ofrecen Solo hay uno De nosotros Aquí dentro Que se niega A arrodillarse Es el mismo De siempre Está solo Como siempre Demasiado débil Demasiado solo Demasiado cerca De lo cierto
VI TRAMPA PARA INCAUTOS Besa Con el sabor de un estratega Como quien defiende una trinchera Disectando el beso Encausando el tiempo Calculando los pasos Los secretos Las trampas Entre pantanos tan suyos Para retroceder lo andado Para vengarse Para morirse
VII LA EPIDEMIA El placer De arruinar A los hombres Palpita En el pecho De Genuine Se alimenta De ternura De duda De pánico Tiene hambre De sangre Insaciable Tiene hambre De triunfo A traición Caen por doquiera Como moscas Con los corazones Perforados Las alas rotas Antiguos soñadores Ex combatientes De la apatía
No se resisten Al embate De esos ojitos De magnolia Y cómo hacerlo Cómo vivir Sin una herida Sin esa herida Sin la sombra Ensangrentada De un amor Que no dio frutos
VIII Pareciera Mi pequeño laberinto Que nos tenemos asco Que nos repugna SER Pareciera Me parece Que no hay espacio Para ambos En este amor Uno de los dos Debe claudicar O sucumbir Por deferencia Al otro
IX Los caminos del fracaso Corren tan cerca De los senderos del placer No hay mapa ni lucero Que nos oriente De ahí que la costumbre Nos arrastre como ciegos Por huellas pantanosas Solo la constancia De los tropiezos Podrá redimirnos
X Antes de enloquecer De tomar la senda De la cana Del psiquiátrico Del cementerio Abriré otras puertas Me vestiré de cima De viento y roca Devoraré horizontes Valles Puertos Puentes Ríos Desandaré mis pasos Desarmaré mi bolsa Y llegaré a tu lado Y con nuevas manos Con nueva lengua Desnudaré tus caprichos Combatiremos al fin Uno a uno Cuerpo a cuerpo Sin tocarnos En silencio Y te apuesto que te gano
XI Nos vamos Adiós Genuine Nos vemos Me despercudo el cráneo de tu imagen Tu sombra no es tan larga Tu fuerza se diluye a la distancia Adiós genuina hechicera de mi tiempo Extraña encarnación en mi camino Aquí te quedas Pasas Me voy herido A buscar nuevas vertientes Te dejo En silencio Sin rencor Sin decirle a nadie tu secreto Para que otros prueben tu mordida Para que otros aprendan Para que otros se vayan
XII TURISTA Se ha ido tras un mito Forzando la distancia Por la puna Por la selva Por la sierra Por la ruta de la muerte Se encarama Entre dioses de roca Pretende olvidar la pena Durmiendo nuevos paisajes Que son huellas de otros sueños Allá está sola Allá la veo Con paso firme Enamorada del misterio Con su chamán a cuestas Tan sola Tan sucia Tan virgen Para mi gusto
XIII PENITENCIA DEL NIÑO‐ABUELO Ya no me quedan sustos Soy una avalancha en franco retroceso Un diligente sacristán de sucio traje apolillado Bordado de vergüenzas Desbordado de nostalgias Ya no me queda nada De tanto andar penando El mal de humores me consume Me extingo Vuelve Te lo pido Esta vez seré un hombre
XIV ÚLCERA Esta enfermedad que me perfora el alma No hallará cura con oscuras medicinas El amor es el cáncer del espíritu El amor es una costra azul brotando en nuestros ojos El amor es un aire helado que se clava en nuestra espalda El amor es una tormenta que interrumpe nuestro sueño El amor es una rata preñada Que anida bajo la piel De los incautos
SEGUNDA PARTE
VISIONES DE GENUINE Ciertas noches abiertas dilucido la trampa, reconozco la huella perdida por la impaciencia, por la desmesura de la entera entrega, y comprendo el juego en que he caído a diario, que no lleva más nombre que mi ego adolorido, martirio que por mi mismo cobra vida, y son noches de andanzas como siempre, la cabeza extraviada no es responsable de mis visiones –son las agónicas advertencias de un corazón libre que presiente la tragedia de los días junto a ella, de la amnesia y anestesia que anida entre sus dedos, y los silencios al mirarnos en cada despedida, y otras noches cargadas con espinas de distancia. Genuine, es tan fácil reincidir en el crimen de tu amor, ¡tan fácil como acertar un tiro al aire!
CAROLA Con la suma de secretos con que jugamos a tocarnos, con tu amor piante y carnívoro anidando en mis ojos fosforescentes, júzgame, Carola, cuando me allegue a tu templo, cargando mi imagen de cueros heridos y acalambradas manos. Así entramos los sucios en tu reino uno tras otro, lo inmoral como estandarte, seduciendo tu fe con pulenta astucia, a medianoche las pezuñas temblando. Son tus propias cuchillas las que mi beso dispara, la saliva de tus propios muertos siempre volviendo, tan violentos como rottweiler. Entonces podrías pensar son sílabas demasiado amargas para ser sinceras. Y entonces yo podría decir que mereces la muerte y que yo no merezco el abismo que extiendes como sábana negra entre las curvas de tu cuero y mi tacto celoso, y que es preciso me detenga para no golpearte y arrastrarte semejante a un criminal sediento, que no todos los hombres somos tan fuertes como las monjas de tu convento.
CONJURO DEL NO RETORNO Aprendiz de hechicería popular, no llores, no sufras, no vuelvas, ya fuiste purificada por el agua, ya entraste a la hoguera, fuiste piedra, manaste del vientre subterráneo, como fruta madura enrojeciste, cumpliste el ciclo y te devoraste. Ahora vuelves a ser en esta carne. ¿Temes? ¿No me recuerdas? Yo como tú jugaba con los metales, hurgaba en los cristales de la noche, presencié la ceremonia de tu bautizo, circulé la noche en un dibujo. También yo regreso de largo viaje, y aquí me tienes encendido en pleno día, sobreviviente de las dimensiones profundas, navegadas por barcazas espectrales. ¿Por qué devolver al útero al niño muerto? ¿Para qué interrumpir el curso de los ríos?
PIEDRAS PRECIPITADAS SOBRE EL PAISAJE Siempre equivocarnos, darnos mutuamente con antiguos fracasos en el rostro, recomponer viejas miradas que no tuvieron recompensa, volver siempre al error, al error del amor, recapitular las horas de los celos nocturnos y los misterios silentes, de las caricias a destiempo, como una meditación o como una canción a medias, revivir, representar, resurgir de los olvidos lo incomprensible de ti, de mí, de ambos dos, en el anhelo de encontrar tiempos mejores, recaer en el error, hablarnos con silencio, clavarnos en el pecho la distancia y el asombro, esa marejada oscura, esa vibración aterradora ‐apetito del otro‐, la resurrección en alguna parte de la profunda oscuridad de mi cabeza enamorada, cuando te alcanzo por dentro, te siento salir del océano como un tigre estrellado, como una nebulosa femenina tendida en la arena, fundida dentro mío, y siempre, siempre equivocarnos, confundirnos en la lengua porque decimos demasiado, o quizá porque es el sello de esta alquimia humana, incompleta por la eternidad, innombrada y fugitiva. Mejor callar y seguir cayendo.
ASCETA HERIDA DE CUERPO Y ALMA La multitud te conoce, te acecha, no te soltará fácilmente. Habrás de ver en sus rostros, que son el mismo rostro mío, el apetito, la invocación libidinosa, la mirada del placer que fue el inicio, el verbo que es palabra de conquista, el conjuro al oído, el ruido salvaje elaborado para la carne, para el que los cuerpos son dispuestos. No podrás negarme en todos, no podrás diferenciarme ‐el bien y el mal y el viento son olas de la misma marejada‐, momentos que se atropellan mutuamente, y que están dentro tuyo y fuera tuyo, danzando seducciones, cortejándote sin mesura, tropezando en el ansia, sin pureza, torpemente, con la suciedad del sexo ardiendo, la irrenunciable pulsación del cuerpo en la que nos quedamos vibrando, con esa alegría y esa deshonra secreta de la que insistes en protegerte. Asceta de duras costras cicatrizando, aún no sanas, ten paciencia, yo seré delicado al denunciarte, te alabaré a mi manera, te daré protección con mis oraciones, seré enfermero espiritual para que te abras al mundo, no a mí, no a ti, sino al sediento de mí y de ti, al que tú, en tu bondad, has salido al encuentro.
ACUARIO Acuario es una virgen que derrama sus cántaros al viento sin medir las consecuencias. Y así debe ser, pues sus fecundos manantiales amenazan con ahogarla a cada segundo. Como la brisa y la tormenta, como la crecida de un río, sus caudales corren siempre libres de caminos, dispersándose en el caos que lleva por gracia. Así, como ciertos jardines riega con dulzura, otros campos inunda arruinando los sembrados, trayendo la locura hasta los hombres. La niebla reposa en los ojos de Acuario. Nadie conoce la fuente de sus aguas.
INVOCACIÓN Siento tu llamado en mis entrañas, un estremecimiento sutil en el costado, y en la mente, tu mirada, atónita, nítida como nunca. No eres toda tú, sin embargo, la frágil silueta, el espejismo que vibra dentro mío, insinuándome, incitándome al desvarío y al viaje. Porque tampoco en tu mente estoy por tu propio gusto o porque ya es demasiado tarde para desconocernos. Una profunda fuerza magnética hoy nos vincula en carne y espíritu, por la conjunción de los contrarios que en nosotros habitan, Sol y Luna en uno reunidos, tras el acoplamiento íntimo irreductible a una sola noche, como que todos los fuegos son el mismo fuego, apagando la oscuridad por siempre y nunca. Podrás olvidarme tú, pero tus habitantes profundos, submarinos, se resienten en estas invocaciones, y te turban, de a momentos, sin que conozcas la causa de tu abatimiento o de tu gozo. Somos indesmentiblemente el uno hijo del otro, en un infinito parto interior llamados a reencontrarnos en otra nueva pequeña muerte.
GALILEO ENAMORADO En el cosmos interior donde gravita el sueño, en aquel vacío atravesado de oscuras tormentas, orbitan la memoria y el olvido en mutuo relevo, en la eterna renovación de la carne y el espíritu, dando lugar al misterioso espiral de la vigilia, con todo el sufrimiento de la luz y la palabra, y la inmensidad del sentimiento y el pensar humano. ¡Vuelve, Galileo enamorado, tu mirada hacia los hombres, no busques en el cielo lo que tienes en tu mano! ¡Dentro tuyo se esconden todos los misterios, y antes de que fueras tuviste todas las respuestas, traídas y llevadas por el infinito reflujo de la conciencia, por la luna en ti, por el sol en ti, por la estrella que oculta en ti brilla!
Santiago de Chile Mayo 2012