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Relaciones. Estudios de historia y sociedadISSN:
[email protected] Colegio de Michoacn,
A.CMxico
Villagmez Velzquez, Yanga; Nuo Gutirrez, Mara RosaLA EDUCACIN
INDGENA EN MXICO Y CANAD. ESTRATEGIAS DE INTEGRACIN SOCIAL,
ETNOCENTRISMO Y DERECHOS INDGENASRelaciones. Estudios de
historia y sociedad, vol. XXX, nm. 120, 2009, pp. 181-224
El Colegio de Michoacn, A.CZamora, Mxico
Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13713105007
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R e l a c i o n e s 1 2 0 , o t o o 2 0 0 9 , v o l . x x x
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Relaciones 120, otoo 2009, vol. xxx
La educacin destinada a los pueblos autctonos ha estado
vinculada con un aspecto muy importante que ha sido la constitucin
de los estados-nacin, as como con la idea de ciudadano que cada pas
ha instrumentado para consolidar a una poblacin alrededor de un
proyecto poltico, econmico y social comparti-do. Sin embargo, los
orgenes tnico-culturales de quienes habitan actualmente en los
territorios colonizados por los europeos provienen de horizontes
dismbo-los y el Estado, en su objetivo por uniformizar a la nacin,
ha venido aplicando planes educativos basados en modelos que han
ido desde la asimilacin hasta la aceptacin retrica de la
diferenciacin cultural y lingstica que es la que trata-mos en este
texto. Nuestra pregunta central puede formularse en el sentido de
indagar cmo en pases tan diferentes como Canad, y en concreto, la
provincia de Qubec y en Michoacn, Mxico, se asume el reto cultural
de proponer un modelo educativo para las culturas autctonas y en qu
consiste la problemtica asociada a aspectos como el financiamiento
a la educacin, la profesionalizacin docente y la pertinencia de
programas administrados por el Estado, en un con-texto donde los
objetivos en principio obedecen a un modelo de educacin
inter-cultural bilinge.(Algonquinos, purpechas, educacin
indgena)
la educacin indgena en Mxico y canad. eStrategiaS de integracin
Social, etnocentriSMo
y derechoS indgenaS
Yanga Villagmez Velzquez*El Colegio de Michoacn
Mara Rosa Nuo Gutirrez Cuvalles-Universidad de Guadalajara
*[email protected] [email protected].
Investigacin fi-nanciada por el Conseil International dtudes
Canadiennes. Programme des Bourses de Recherche en tudes
Canadiennes, 2008. Una versin modificada de este trabajo se
pre-sent en el congreso de la ARIC en Florianpolis, Brasil en junio
del 2009. La red Dialog facilit el trabajo en Qubec e hizo posible
nuestra participacin en dicho congreso.
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Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
IntroduccIn
ara abordar el complejo tema de la educacin indgena en Canad y
Mxico, este artculo pretende en primer lugar reflexionar sobre los
rasgos ms caractersticos de las polti-cas educativas en ambos
pases, lo que significa considerar
aspectos como el financiamiento pblico que se recibe, el
personal do-cente y su capacitacin, la valoracin de los materiales
didcticos, sus instalaciones y recursos escolares. Adems, se
analizarn los contextos en los que se dan los programas de educacin
indgena, considerando sobre todo la realidad de dos pueblos
indgenas en ambos pases: los algonquinos de Qubec y los purpechas
de Michoacn. Al mismo tiem-po, se sealarn las acciones consideradas
como viables, especialmente desde la escuela, de manera que se
puedan vislumbrar estrategias ten-dientes a generar un plan de
educacin que reconozca los derechos y la participacin de los
indgenas en el mundo global. Adems, pensamos que este tema puede
ser analizado tomando en cuenta la influencia que tienen distintas
concepciones acerca del papel de la educacin, la lengua y la
cultura en el contexto de las sociedades nacionales en el impulso
de proyectos de homogeneizacin de la poblacin.
En ese sentido, cabe preguntarse acerca de la pertinencia de un
mo-delo educativo que apunta hacia la desaparicin de las culturas
autcto-nas como producto del sesgo etnocntrico y de la imposicin de
una vi-sin cultural dominante.
En efecto, desde que en el siglo XVI se produjera la expansin
del Viejo Mundo hacia el continente americano seguida de la
ulterior colo-nizacin, sabemos cmo las culturas de las Primeras
Naciones quedaron desmanteladas frente al poder hegemnico
desplegado por los nuevos colonizadores. Desde entonces hasta el
momento actual las aspiraciones de estos ltimos han sido la
imposicin de su cultura e ideologa bajo la asimilacin y despus, en
la era neoliberal, la homogeneizacin, de tal suerte que hubiramos
credo que nos encontrbamos ante el fin de la diversidad cultural y
que los actores sociales que carecieron de repre-sentacin propia
durante siglos, acabaran por ser subsumidos a la cul-tura
dominante. Lejos de ello, asistimos a un proceso de resistencia
en-tre las poblaciones indgenas quienes han enfrentado el
conocimiento
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la educacin indgena en mxico Y canad
impuesto y unitario, reivindicando su derecho a la diferencia
para con-servar su cultura, su lengua, tradiciones y cosmovisin,
todo lo cual constituye sus rasgos identitarios fundamentales.
El ltimo tercio del siglo XX ha sido decisivo para las
poblaciones autctonas al darse una serie de procesos de organizacin
y de movili-zacin social de inconformidad explcita frente a la
poltica asimilacio-nista del Estado. Lo anterior trascendi a
debates nacionales e interna-cionales, forzando a los gobiernos de
los diferentes pases con poblacin indgena a suscribir declaraciones
y convenciones internacionales, para el reconocimiento de la
personalidad jurdica, territorial y cultural de dicha poblacin
desde Canad hasta la Tierra de Fuego.
El avance en la materia ha sido sin duda importante, pues los
acuerdos son instrumentos bsicos y marcos legales en relacin con
los derechos entre los que se encuentran los derechos de los
indgenas a la educacin (Convencin y Recomendacin Relativas a la
Lucha Contra la Discrimina-cin en la Esfera de la Enseanza, UNESCO,
1960, la Convencin sobre la Eliminacin de todas las Formas de
Discriminacin Racial y el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos
Indgenas y Tribales en Pases Independientes).
En 1982, la constitucin de Canad reconoci los derechos de las
Primeras Naciones, mientras que en Mxico esto ocurri en 1992. En
am-bos casos, el Estado asumi la obligatoriedad del derecho a la
educacin; a garantizar los niveles de escolaridad; a favorecer la
educacin bilinge e intercultural; a desarrollar programas
educativos de contenido regional en los que se reconoca la herencia
cultural de los pueblos, entre otros aspectos.1
En 1991, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclam el
Pri-mer Decenio Internacional de las Poblaciones Indgenas del Mundo
(1995-2004), con la intencin de abrir un foro permanente para los
pueblos ind-genas y conminar a los Estados a cumplir con las
demandas de stos, lo que no se cumpli despus de hacer el balance
del decenio. Lo anterior provoc la proclamacin de una segunda dcada
para aprobar la Declara-
1 La Comisin Permanente del H. Congreso de la Unin en el 2001
aprob el decreto con el que se realizan las reformas a los artculos
1, 2, 4, 18 y 115 y que remiten espec-ficamente a los derechos de
los pueblos y comunidades indgenas en la Constitucin Poltica de los
Estados Unidos Mexicanos.
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Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
cin Universal de los Derechos de los Pueblos Indgenas, lo que
ocurri en el 2007 y a la que nos referiremos en diferentes momentos
en este trabajo.
Si bien, los avances realizados en el marco legislativo han sido
mu-chos y profundos, sin embargo no se corresponden con la prctica
ya que las estadsticas muestran que queda mucho por hacer. En el
fondo, lo que opera es la falta de reconocimiento y valorizacin
(por parte de la sociedad nacional) de las poblaciones originarias,
sobre las que se ejerce una grave discriminacin y racismo.
Partiendo de un hecho social concreto como es la educacin y la
es-cuela entre los Pueblos Indios, hemos realizado un trabajo
comparativo transcultural entre Canad y Mxico, con el objeto de
analizar las carac-tersticas y circunstancias por las que han
atravesado dos de sus pueblos autctonos, incidiendo en los procesos
histrico-sociales, econmicos e ideolgicos que influyeron en las
polticas educativas en ambos pases.
Metodolgicamente, hemos indagado en una serie de aspectos
apor-tados por cada uno de los pueblos indgenas investigados. En
este caso, nos referimos a la lengua y la cultura, su transmisin y
reproduccin, as como la interaccin social a partir de lo que
lograremos comprender para cada caso en particular, los beneficios
y los problemas de la educa-cin para minoras tnicas. Enseguida y a
travs del mtodo comparati-vo, llegaremos a conclusiones de tipo
general, desde las que se formula-rn propuestas de accin.
As pues, nuestro trabajo es un estudio emprico centrado en el
an-lisis de las polticas educativas en dos territorios habitados
por pueblos autctonos dominados, pero que han resistido a sus
respectivas socieda-des hegemnicas hasta el momento actual. En el
trabajo de campo reali-zado se desplegaron diversas estrategias
metodolgicas observacin participante, entrevistas a profundidad con
maestros, alumnos, repre-sentantes de gobierno, lderes indgenas,
padres de familia, entre otros que permitieron entender cmo a
partir del reconocimiento de las dife-rencias culturales, se pueden
instrumentar polticas que desembocan en una exclusin social y
educativa.
El universo de este trabajo articula adems lo micro y lo macro,
lo diacrnico y lo sincrnico, lo individual y lo social, lo
subjetivo y lo ob-jetivo con el fin de reconstruir en la medida de
lo posible, el sentido de unas relaciones en las que se impone la
dominacin y la subordinacin,
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la educacin indgena en mxico Y canad
pero desde las que tambin se observa la resistencia como se
expondr ms adelante.
Este artculo discurre bajo diferentes apartados: en el primero
se rea-lizar una breve revisin de lo que es la educacin
intercultural, para pasar revista al caso de los algonquinos y en
concreto la comunidad de Kitcisakik que representa un hito en la
historia, por ser la ltima comu-nidad que vive fuera de una
reserva, y por ltimo se trata el caso pur-pecha para terminar con
las conclusiones, donde se presentan los hallaz-gos del mtodo
comparativo.
La educacIn IntercuLturaL
La educacin es un derecho fundamental de todo ser humano y a
travs ella es posible alcanzar
el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del res-peto a los derechos humanos y a las
libertades fundamentales, favoreciendo la comprensin, la tolerancia
y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos tnicos o
religiosos y promoviendo el desarrollo de las actividades de las
Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz (ONU 1948, Art.
26)
El tema de la educacin intercultural forma parte de una
problemtica muy amplia que tiene que ver con la no aceptacin, al
interior de los estados nacionales de la diversidad cultural, tnica
y social y de la existencia de una pluralidad de pueblos indgenas
que forman parte de la vida nacional.
El trmino educacin intercultural alude, en un sentido amplio, a
una tendencia reformadora en la prctica educativa, con la que se
intenta res-ponder a la diversidad cultural de una sociedad, as
como a los proble-mas especficos que se derivan de ella. Lo
anterior remite al diseo de modelos y programas educativos y su
contraste con prcticas educati-vas en los pueblos indgenas, a la
vez que prepara a los alumnos del grupo mayoritario para aceptar y
aprender las culturas y experiencias de los grupos minoritarios
(Banks 1989).
Desde el siglo XIX, las polticas educativas de Canad y Mxico
bus-caron borrar cualquier diferencia y la escuela se convirti en
el mejor
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Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
instrumento para ello. En ambos pases, las polticas educativas
slo ha-blaban un lenguaje, el de la asimilacin, negando la
posibilidad de una visin plural, diversa y mltiple. Sin duda nos
encontramos ante mode-los etnocntricos que parten de las creencias
de la superioridad de la cultura dominante o hegemnica en la cual
la cultura minoritaria es sub-alterna e inferior. Lo anterior
evidencia la falta de modelos instituciona-les que eduquen en la
igualdad, en la no discriminacin, aceptando las diferencias, por lo
que los efectos y consecuencias de estas polticas cada vez se
manifiestan ms y crean un mayor nmero de tensiones.
La realidad social ha demostrado que los Estados modernos no
pue-den ser construidos de esta manera ya que la poltica de
asimilacin mencionada encontr su propio lmite y dado que los
pueblos indgenas han seguido reivindicando su propia cultura. Por
lo anterior, nuevos enfoques han emergido y tratan de establecer
mtodos educativos ms acordes a los cambios polticos, culturales y
lingsticos nacionales e internacionales.
La migracin mundial actual que hace que cerca de 200 millones de
personas indgenas y no indgenas vivan fuera de su pas, la
desterritoria-lizacin de las fronteras tnicas, entre otros
aspectos, provocan algo ms que cambios identitarios, para plantear
nuevas exigencias en el diseo del currculo escolar a las
administraciones de los pases receptores de migran-tes y en los que
diferentes pueblos indgenas son ciudadanos.
Un enfoque importante es el de las ciudadanas diferenciadas
(Young 1989) que permite captar contrastes socioculturales en los
que se enfati-zan los derechos de comunidades y colectivos para ser
reconocidos por su propia identidad e integrados al conjunto
social. As se visualizan los derechos de las Primeras Naciones o
pueblos indgenas y la necesidad de promover su capacidad de
gestionar de manera independiente sus propios programas educativos.
En este sentido, debe entenderse que las culturas hegemnicas tienen
carencias y como menciona Edgar Morin, No hay que idealizar las
culturas por ser distintas o singulares. Contra-riamente a la idea
de que cada cultura es satisfactoria en s misma, cada cultura tiene
algo de disfuncional, de malfuncional, de subfuncional y de
toxifuncional. Y en este sentido, La educacin debe fortalecer el
respe-to de las culturas y comprender que ellas son imperfectas en
s mismas, como lo es el ser humano (Morin 2003, 130).
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la educacin indgena en mxico Y canad
Los aLgonquInos, pobLacIn autctona de canad
En Canad segn el censo de 20063 existe una poblacin autctona de
1,172,790, cifra que representa 3,8% de la poblacin total del pas,
mien-tras que para el caso de la provincia de Qubec, se cuenta con
una pobla-cin de 108.430 autctonos, lo que equivale a 2% de la
poblacin de la provincia de estudio.
Para el caso de Qubec, la poblacin autctona se compone de 10
naciones amerindias, los mtis4 y los inuit. Estas 10 naciones se
reparten en 2 grandes familias: la iroquesa (los hurones-wendat y
los mohawks) y la familia algonquina (algonquinos, abenaquis,
atikameks, malcitis, crees, cris, micmacs, montagnais, innus,
naskapis), que residen funda-mentalmente en 58 comunidades.5
De manera especfica, los algonquinos representan un total de
10,000 personas y en su mayor parte se han establecido en la parte
suroeste de Qubec, siendo que la mitad de ellos lo hacen en la
regin de Abitibi Temiscamingue y Outaouais. El presente trabajo se
realiz en la primera regin que se divide a su vez en cinco
municipalidades regionales terri-toriales de condado (MRC)6 y que
son a saber: Abitibi Ouest, Abitibi, La Valle- de LOr, Rouyn
Noranda, Temiscamingue. Las cinco municipa-lidades se caracterizan
por ser ricas en recursos naturales, tales como minerales, agua y
bosques. En cuanto a la lengua materna, el algonqui-no, es preciso
sealar que sta se habla de forma variable entre las comu-nidades,
es decir, que en algunas de ellas prcticamente no se utiliza,
2 Por autctona se entiende a la persona que desciende de los
primeros habitantes de Amrica del Norte. La Constitucin canadiense
reconoce tres grupos de autctonos: los indios, los mtis y los
inuits. Cada uno de estos grupos se distingue de los dems por su
patrimonio, su lengua, sus costumbres culturales y sus creencias
espirituales.
3 Statistique Canada, 20084 Los mtis son personas de ascendencia
mixta cuyos ancestros son europeos y ade-
ms miembros de una Primera Nacin que se designan ellas mismas
como mestizos, y que se distinguen por ello de los miembros de las
Primeras Naciones, de los inuits y de los no autctonos.
Observatoire de lAbitibi Temiscamingue, Portrait des Premires
Na-tions, marzo 2005, 5 (traduccin de los autores).
5 Bulletin statistique de lducation, nm. 30, mayo de 2004.
Quebec, Canad.6 Bulletin statistique regional, Institut de la
statistique de Qubec, Gouvernement du
Qubec, Edition, 2008.
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Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
emplendose casi en exclusiva las lenguas oficiales como el ingls
y el francs, mientras que en otras como Lac Simon y Kitcisakik, el
algonqui-no es hablado mayoritariamente por 80% de su poblacin.
En relacin con la cuestin educativa, es preciso sealar que desde
fines del siglo XIX, la educacin hacia las poblaciones autctonas se
for-maliz en internados u hospicios que se inauguraron en 1896 y
cuya poltica no se alejaba de las prcticas seguidas en siglos
anteriores, im-ponindose la aculturacin de los indgenas. Esta
poltica se hizo ex-tensiva a todos los autctonos y consista en
tratar de sacar del primiti-vismo a los indios para asimilarlos a
la sociedad canadiense. Lo que sucedi fue todo lo contrario, al
agravarse la marginacin, la discrimi-nacin y la desigualdad, se
produjo la prdida paulatina de la cultura y lengua originarias (en
Qubec slo se permita el uso del francs) que comenzaba a estar de
por s muy alterada y descompuesta. Los estu-diantes de los
internados fueron nios y nias de cinco aos en adelan-te, a quienes
se les separaba de sus familias para ingresar de manera obligatoria
a estos centros que se caracterizaron por su crueldad y por las
continuas expresiones de violencia fsica, emocional e incluso
sexual (Battiste 1995).
Para que la educacin impuesta ocasionara los efectos deseados,
se impeda salir de los internos del centro, para evitar el contacto
con sus parientes, de manera que slo regresaban a sus casas entre
dos y tres veces al ao. Se intentaba adems que los nios sintieran
vergenza de haber nacido en una Primera Nacin y de ser lo que eran.
Por si fuera poco, esta degradacin y complejo fue interiorizado
tambin por los pa-dres, transmitindose de generacin en generacin.
Si bien sta fue la regla en los internados, es preciso mencionar
que a lo largo del trabajo, pudimos conversar con algunos
sobrevivientes de aquellas instituciones escolares (que cerraron
sus puertas en la regin de Abitibi-Temiscamin-gue en los setenta,
aunque el ltimo de ellos lo hizo en 1996 en la provin-cia
Saskatchewan) quienes no mostraron en las entrevistas guardar un
resentimiento extremo hacia los internados.
La difcil situacin a la que fueron sometidas las Primeras
Naciones apenas hoy comienza a resarcirse. En efecto, hace dos aos,
el primer ministro canadiense Stephen Harper pidi perdn por la
poltica educa-tiva de los hospicios:
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En nombre del gobierno de Canad y de todos los canadienses, me
presento frente a ustedes para pedir disculpas a los autctonos por
el papel de Cana-d en el sistema de escuelas de internados para
nativos. Lo sentimos. Esta poltica de asimilacin fue un error, caus
grandes daos y no tiene un lugar en nuestro pas [] Fue un triste
episodio de nuestra historia (Discurso de Harper ante la Cmara de
los Comunes 11 de junio 2008). Desde 1969, con el gobierno de
Pierre Trudeau, se dio un paso en re-
lacin con la poblacin autctona: se contempl la necesidad de que
di-cha poblacin adquiriera los mismos derechos que el resto de la
socie-dad, de ah que se derogase la ley sobre los indgenas. En
materia educativa se propuso a los gobiernos provinciales que
asumieran la mis-ma responsabilidad para los autctonos que para con
el resto de los ciu-dadanos, pues la intencin era seguir con la
integracin de los nios nativos de las reservas en las escuelas
provinciales cercanas, lo que cre una reaccin por parte de los
indgenas que no deseaban ms de lo mismo, sino el control local de
su educacin.
La objecin de los autctonos se produjo en 1972 mediante un
docu-mento elaborado por La fraternit des indiens du Canada (despus
conocida como Asamblea de Primeras Naciones)7 desde el que se
abo-gaba por el establecimiento de unas nuevas relaciones con el
gobierno en tanto la educacin autctona sera formalizada por
ciudadanos au-tctonos: La matrise indienne de lducation indienne
(el control in-dgena de la educacin indgena).
En 1973, el gobierno acept y desde entonces las escuelas
primarias fueron financiadas y administradas por el Ministerio de
Asuntos Indge-nas y del Norte de Canad, al tiempo que se proceda a
incrementar el nmero de escuelas, profesores y programas dentro y
fuera de las reser-vas. Para este momento, los nios autctonos podan
frecuentar tres ti-pos de escuelas: las escuelas federales, en el
seno de las comunidades amerindias, las escuelas provinciales,
administradas por los sistemas provinciales de educacin y las
escuelas de bandas, administradas di-
7 Fraternit des indiens du Canada (1972), La maitrise indienne
de l ducation indienne, Dclaration de principe prsente au Ministre
des Affaires Indiennes et du Nord Cana-dien.
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Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
rectamente por los autctonos. Estos tres tipos de escuela
enseaban los programas de la escuela primaria y secundaria del
Ministerio de la Edu-cacin de Qubec.8
En la actualidad y a ms de 30 aos de las reformas anteriores
pode-mos decir que los progresos alcanzados en materia educativa
han sido demasiado lentos. Durante este periodo, la cepn9 y las
comunidades au-tctonas han tratado de crear programas innovadores
para la enseanza y, sin embargo, los esfuerzos no han contribuido a
un verdadero control indgena de la educacin. Una razn fundamental
se debe al hecho de que se haya obligado a las escuelas de las
Primeras Naciones a firmar acuerdos de financiamiento que estipulan
que los programas ofrecidos localmente deben ser conforme a las
normas provinciales. Los nios au-tctonos siguen programas regulares
en los establecimientos de la socie-dad dominante. El aspecto
autctono se limita a componentes que sir-ven para enriquecer los
programas sin cuestionar las hiptesis de base, los valores y la
lgica de la enseanza.10
En 1996, la Commission Royale sur les Peuples Autochtones,
despus de realizar una encuesta concluy que desde 1972 y tras la
proclama del control indgena de la educacin indgena todava queda
mucho por realizar y en especial proceder a la transferencia de
fondos para permitir a las comunidades el impulso de su propia
educacin, pues hasta el mo-mento siguen existiendo ciertos candados
para obligar a los autctonos a acatar los reglamentos provinciales
en relacin con los programas de estudio, calendario, etctera,
diseados para la poblacin no autctona.
Si bien entre 2002 y 2003 se logr aumentar el nmero de escuelas
en las comunidades, esto no se vio acompaado de otros puntos
relacio-nados con la calidad de la educacin, y con la aptitud y
eficacia de los educadores. El profesorado en general se
caracteriza por su juventud y
8 Algunos grupos indgenas (cri, inuit innus y naskapis) tras la
firma del Acuerdo de Baha James obtuvieron una mayor autonoma en
relacin, entre otras, con las cuestio-nes educativas, logrndose por
ejemplo las comisiones escolares como la de Kativiken 1975,
financiada en sus tres cuartas partes por el gobierno provincial y
desde la que se persegua la emancipacin indgena especialmente en lo
que se refera a lengua y cultura (Jenson y Martin 2000), algo que
no pudieron hacer los algonquinos.
9 Consejo en Educacin para las Primeras Naciones.10 Rapport de
la Commisin Royale Sur les Peuples Autochtones, vol. 3, 1996, 519
.
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la educacin indgena en mxico Y canad
porque si bien alcanza una escolaridad reconocida, sin embargo
suele ser menos elevada que la de otros profesores no
autctonos.
Desde el 2005, representantes del gobierno y de las Primeras
Nacio-nes se han reunido para realizar estudios sobre el
financiamiento en la educacin, llegando a la conclusin de que son
insuficientes los recursos destinados a la primaria, secundaria,
profesional y postsecundaria. A pesar de que el gobierno federal ha
expresado la necesidad de aumentar el financiamiento, no lo ha
hecho en la prctica y la situacin se hace doblemente difcil si se
tiene en cuenta que el nmero de alumnos ha aumentado y por tal
motivo se requiere ampliar la escolarizacin y los gastos.
Se estima que ms de 50% de la poblacin de las Primeras Naciones
tiene menos de 25 aos. Mientras en Canad la edad media de esta
po-blacin es de 24.7 aos, en Qubec es de 37.1 aos.11 Lo anterior
junto a la situacin de deterioro socioeconmico hace que el futuro
de la pobla-cin autctona sea muy limitado. De hecho, la UNICEF en
un informe publicado en 2007, manifest su preocupacin por el
aumento en la fre-cuencia de suicidios entre jvenes autctonos, ya
que 31% de los nios de las Primeras Naciones dicen tener
pensamientos suicidas, siendo en-tre ocho a diez veces superior al
de otros jvenes canadienses no autc-tonos.
Ante el panorama descrito, Ghislain Picard12 seal que
dejar a las escuelas de las Primeras Naciones en la precariedad
es desacredi-tarlas. Es evidente que el gobierno federal sigue una
estrategia de asimila-cin de las Primeras Naciones, lo que va en
contra de la constitucin de Canad, en la que se reconoce nuestro
derecho inherente a la educacin y contra todos los documentos y
discursos oficiales en los que el gobierno se
11 Es preciso sealar que la poblacin de las Primeras Naciones ha
crecido considera-blemente y que si se observan las pirmides de
edad de Statistiques de Canad se encontra-r una poblacin muy joven.
La situacin provoca a su vez que estos jvenes sean deman-dantes de
una escuela adecuada a sus necesidades, es decir, una educacin
intercultural y bilinge para evitar la prdida de la lengua y
cultura.
12 Desde 1992 es el jefe regional de la Asamblea de las Primeras
Naciones de Qubec y de Labrador.
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Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
compromete a respetar nuestros derechos. La educacin fue un
instrumen-to que favoreci la prdida de la cultura.13
Para Jacques Kurtness,14 la financiacin de las escuelas
es inequitativa en relacin al resto de la sociedad canadiense,
pues los go-biernos provinciales reciben del federal, dos veces ms
de lo que le da al gobierno autctono. En la actualidad se estn
llevando encuentros entre el gobierno federal15 y el provincial
para que se produzca la transferencia de jurisdiccin de manera que
una vez que se llegue a un acuerdo, seran las provincias las que
financiasen a los autctonos. Sin embargo, esto represen-ta un
peligro y los autctonos dicen: dennos a nosotros el financiamiento
y nosotros lo administraremos segn nuestras necesidades y sobre
todo lo-grar un buen funcionamiento y control completo del sistema
de educacin en todos los programas y niveles.16
En la actualidad las poblaciones autctonas estn dispuestas a ser
flexibles y a colaborar con el gobierno, pero tambin estn seguras
de que si las rechazan, tendrn que estudiarse otras vas para ser
reconocidas.
Adems de la falta de equidad en el financiamiento de la educacin
es preciso sealar otros problemas expuestos por profesores
autctonos algonquinos y en especial por el Consejo en Educacin de
las Primeras Naciones en relacin con la educacin, la lengua y la
cultura. Muchos de esos problemas tienen un gran paralelismo con el
caso de los purpe-chas que se presenta ms abajo, pero por el
momento pasaremos a expo-ner algunos de los presentados en el
reporte final del Foro Socioecon-
13 Lducation fut un outil favorable la perte de la culture en el
original. Citado en Marguerite Loiselle, Marie-Pierre Bousquet,
Suzanne Dugr, Stphane Grenier y Miche-line Potvin, Le retour des
jeunes enfants dans la communaut algonquine de Kitcisakik: une
re-cherche-action visant lengagement de la communaut envers la sant
et le bien tre des enfants, Rapport de recherche: phase 1, marzo,
2008, 18.
14 Representante de las Primeras Naciones de Qubec y Labrador.15
Existen tres niveles de gobierno: el federal, el provincial y el
autctono. El gobierno
federal hasta el da de hoy es responsable de los autctonos pero
cada vez piensa ms en concederles la autonoma.
16 Entrevista de los autores a Jacques Kurtness en Montreal,
octubre 2008.
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la educacin indgena en mxico Y canad
mico de las Primeras Naciones17 llevado a cabo en Mashteuiatsh
entre el 25 y el 27 octubre de 2006 y en el que se plante que:
1) Cada vez se ampla ms la brecha entre la poblacin blanca,
gobier-no y Primeras Naciones por las diferencias entre ambos,
especialmente al no concederse el estatus de igualdad para la
poblacin originaria. En efec-to, despus de 20 aos de trabajo, el 13
de septiembre de 2007, la Asamblea General de la ONU aprob la
Declaracin Internacional de los Derechos de los Pueblos Autctonos.
La Declaracin que representa un paso his-trico en la lucha de los
pueblos indgenas por sus derechos humanos y libertades
fundamentales18 fue aprobada con 143 votos a favor, 4 en con-tra y
11 abstenciones. Uno de esos votos en contra fue el de Canad.
2) En todos los rdenes de la estructura educativa se registra un
enorme fracaso escolar, con importantes tasas de desercin. Ms de
48% de la poblacin fuera de las reservas no termina sus estudios
secunda-rios, en relacin con 26% de la poblacin general canadiense.
Y un dato ms, cerca de 90% de jvenes autctonos no completa la
secundaria a los 18 aos sino mucho ms tarde. El fracaso escolar
podra evitarse o cuan-do menos aminorarse si se propiciase un
ambiente adecuado mediante el acompaamiento de los padres en el
tiempo de la escolarizacin, como tambin en el interior de la
escuela, en ella deben de existir pro-gramas, maestros y
metodologas didcticas ad hoc que cubran las nece-sidades del
aprendizaje, sin dejar atrs la eficiencia terminal y la
consti-tucin de nuevas relaciones entre las Primeras Naciones y la
poblacin mayoritaria. En este sentido no hay que olvidar que el
medio educativo constituye un entorno rico en actos de racismo y
discriminacin19 y que muchos jvenes autctonos son a menudo
confrontados por sus compa-eros de escuela en situaciones en las
que domina el prejuicio, algo que junto a la pasividad del gobierno
provoca un terreno frtil para el racis-mo y la intolerancia.20
17 Forum Socioconomique des Premires Nations. Rapport final du
forum socio-conomique des Premieres Nations, Mashteuiatsh, 25 al 27
octubre de 2006, p. 41.
18 Declaracin de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indgenas. Resolucin aprobada por la Asamblea General, 13 de
septiembre de 2007.
19 El racismo es entendido como un sistema societal complejo de
dominacin funda-mentado tnica o racialmente y su consecuente
inequidad (Van Dijk 2001).
20 Le Journal du Conseil en Education des Premires Nations,
abril 2007, p. 2, editorial.
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194
Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
3) Si bien, en preescolar y en primaria los estudios que
realizan los ni-os de las Primeras Naciones tratan de impulsar la
lengua y la cultura ori-ginaria, en los niveles siguientes de
secundaria, postsecundaria, profesio-nal y universidad, hay una
ausencia total de programas de estudios que incluyen lo anterior y
que reconocen las necesidades de la poblacin au-tctona como en el
caso de Mxico. Esta falta de adecuacin propicia entre los alumnos
de las Primeras Naciones el desprecio por su propia cultura y el
mantenimiento de las diferencias con el resto de la sociedad. Es
necesa-rio comenzar a crear nuevas formas de interrelacin entre los
gobiernos federal, provincial y los Pueblos de las Primeras
Naciones, para lo que se precisa de una gran capacidad de
negociacin a fin de encontrar solucio-nes novedosas para resolver
los problemas existentes (Girard 2004).
Lo peor es que la exclusin de la educacin bsica es causa de
otras muchas exclusiones en la vida, como puede ser la exclusin en
el mercado de trabajo, en la participacin de la vida democrtica
porque no hay partici-pacin informada y porque no se aprende a
participar (Schmelkes 2008).
4) Dificultades para el acceso a la formacin profesional para
jvenes de las Primeras Naciones junto a un financiamiento
inadecuado como se explicaba ms arriba. El gobierno federal no
financia la formacin profe-sional para los indgenas, sin embargo es
necesario que los jvenes pue-dan aprender un oficio. Tal y como
dijo Jacques Kurtness en entrevista:
Como en cualquier sociedad, no todos quieren ser mdicos o
abogados. Hay necesidad de tcnicos y obreros y en muchas
comunidades no se puede vivir slo de la tierra, porque sta no es
productiva. Por eso es importante la silvicultura, la caza y pesca,
porque es un medio de vida y la agricultura no es alternativa, no
hay mucha lluvia. Hay que pasar de la era de la caza y la pesca a
la de la industrializacin y no es evidente. Pasar de una a otra sin
intermediacin es difcil, por eso la Formacin Profesional debe
permitir la transicin.
5) Falta de inclinacin entre los jvenes para la realizacin de
activi-dades deportivas indispensables para una buena condicin
fsica.
6) Los largos periodos y procesos de aculturacin en las Primeras
Naciones estn provocando una prdida acelerada del patrimonio
cultu-ral de las mismas, incluidas sus lenguas. El panorama actual
est lejos de
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195
la educacin indgena en mxico Y canad
enmendar la situacin y promover el estudio de las culturas
amerindias. Sirva como ejemplo que en el ltimo siglo en Canad se
han extinguido 10 lenguas y actualmente cerca de la mitad se
encuentran amenazadas. A pesar de estos datos alarmantes, el
gobierno federal continuamente aplaza su promesa de invertir 160
millones de dlares para la creacin de un centro de lenguas y
culturas autctonas que mantengan su pre-servacin.
Si bien, las Primeras Naciones son conscientes de los grandes
proble-mas por los que atraviesan, desean ms que nunca dejar de ser
ciudada-nos de segunda, para lo que precisan del reconocimiento por
parte de la sociedad en general y del gobierno de Qubec en
particular, a fin de ob-tener un estatus de igualdad. Lo anterior
significa que se les otorgue el respeto y los derechos
fundamentales que como pueblo tienen y ello pasa en gran medida por
la cuestin de la educacin y la lengua. As se expres Kurtness:
El desafo es hacer las cosas de manera que los jvenes no sean
evaluados, con el mismo baremo y normas de la sociedad de Qubec
sino la propia de los autctonos. Hay un deseo por parte de las
culturas autctonas de dina-mizar no solamente la propia sino tambin
la de la sociedad mayoritaria. Para ello es necesario que nos dejen
participar en todos los aspectos de la vida econmica, cultural,
poltica y no nos deje confinados solo a las reser-vas como hasta el
momento, desde donde no encontramos los medios ade-cuados para
sobrevivir.
Es importante sealar que en el proceso de socializacin y
educacin de las Primeras Naciones juega un papel importante la
escuela, pero de forma trascendental lo hace la familia. Los nios
desde que nacen se inician en el aprendizaje de todo lo que les
rodea, pero tambin se ins-truyen en normas, valores y formas de
relacionarse con el resto del gru-po social. El aprendizaje se
realiza desde la observacin, la imitacin de prcticas culturales y
por supuesto a travs de castigos y sanciones para adentrase en el
conocimiento y saber ancestral que guardan diferentes generaciones
como padres y abuelos. Sin embargo, la transmisin del conocimiento
comenz a truncarse cuando los pueblos autctonos bajo las presiones
de la sociedad blanca, obligaron a internalizar valores
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196
Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
ajenos a su cultura, al tiempo que se produca el autodesprecio.
La situa-cin se propici gracias a las polticas asimilacionistas
como a los inter-nados desde los que se instigaba a abandonar las
prcticas culturales propias en pro de las que portaba la sociedad
civilizada, como as se representaban los quebequenses, en
contraposicin a la de las Primeras Naciones consideradas primitivas
e inferiores.
Los religiosos que tutelaron los hospicios, negaron la
posibilidad a los padres no slo de convivir en familia sino adems
el derecho de po-der transmitir a sus hijos todo el bagaje cultural
del que eran portadores, al tiempo que crearon una relacin entre
ambos de indiferencia y falta de apego. Esta situacin hoy trata de
enmendarse desde diferentes nive-les, ya que mientras por un lado
se trabaja la autoestima de los miem-bros de las Primeras Naciones
en el nivel familiar, por otro y desde la escuela, se anima a la
participacin de los padres en la enseanza de sus hijos. De ah que
muchos maestros especialmente de preescolar y pri-maria inviten a
los familiares de los nios a colaborar en la escuela como agentes
educativos en tanto pueden intervenir para realizar talle-res que
estn en relacin con la tradicin oral, la artesana, la danza,
et-ctera. En definitiva, se trata de promover las habilidades
propias de los algonquinos para revitalizar la cultura de los
diferentes pueblos autc-tonos. Es imprescindible que los padres
motiven a los nios para asistir a la escuela y que sigan su proceso
educativo ayudndoles en las tareas, jugando, escuchndoles acerca de
sus problemas y que se renan con otros padres para direccionar la
educacin segn las necesidades.
El xito o el fracaso escolar depende en muchas ocasiones de
mlti-ples factores que van desde el acompaamiento de los padres en
el pro-ceso de aprendizaje, pero tambin como decamos anteriormente,
con los recursos y los programas adecuados, en la valorizacin de lo
que se est haciendo o en la autoestima.
Por el momento no existe un modelo ideal que sea adecuado para
todas las Primeras Naciones. Sin embargo, es fundamental que los
pue-blos indgenas en todos los campos tengan la posibilidad de
determinar qu es lo apropiado para ellos, sus hijos y sus nietos,
hacindose funda-mental el llegar a los estratos de poblacin con
mayor rezago como es la poblacin alejada de los centro urbanos, o
las que tienen menores nive-les socioeconmicos o son de mayor
pobreza.
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197
la educacin indgena en mxico Y canad
La comunIdad aLgonquIna de KItcIsaKIK y su devenIr hIstrIco en
La educacIn
El espacio en el que se concentra la comunidad de Kitcisakik
forma par-te de la reserva funica La Vrendrye en la regin de
Abitibi- Temisca-mingue a 66 km al sur de Val-dOr. Una vez que se
deja la ruta 117 al oeste se abre un camino de terracera mediante
el que se accede por el bosque a esta comunidad algonquina. El
enclave de Kitcisakik (en la desembocadura del ro Outaouais y del
gran lago Victoria) se constituy hace aproximadamente 10 aos, tras
separarse del grupo algonquino asentado en la reserva de Lac Simon.
Los terrenos de Kitcisakik son de propiedad ancestral, sin embargo,
el gobierno considera que dicha po-sesin es ilegal, de manera que
esta poblacin y segn el Estado cana-diense son squaters en sus
propias tierras. Esta particular situacin origi-na serias
consecuencias pues la comunidad no recibe por parte del gobierno
federal ningn financiamiento y carece adems de todo tipo de
servicios pblicos y sociales. De hecho Kitcisakik puede ser
conside-rada como una de las comunidades ms pobres de Canad.
Al llegar a la comunidad de Kitcisakik comienzan a divisarse las
primeras casas entre altsimos abedules de tronco blanco. Su hbitat
le-jos de ser agrupado como ocurre en las reservas, es disperso y
slo en el centro de la comunidad aparece un mayor ncleo de
edificios. Se trata del centro administrativo tambin llamado
Consejo de Banda,21 el de salud, la guardera y la escuela de
primaria. Tambin aqu se halla una casa con duchas y sanitarios para
hombres y mujeres, as como varias lavadoras y secadoras que son
utilizadas por toda la comunidad y que cuentan con luz y agua
gracias a un generador, pues el resto del pueblo no tiene estos
servicios a pesar de encontrarse a pocos metros de una presa de
Hidro-Quebec.
Sin duda, sta, puede estimarse como una forma de presin ms por
parte del gobierno para que el grupo algonquino deje estas tierras
y se ajuste a ciertos criterios y en particular al sistema de
reserva. La decisin de los algonquinos de no someterse a ese rgimen
hace que estn pagan-
21 El Consejo de banda es el lugar donde sesiona el gobierno
algonquino, formado por un jefe y tres consejeros elegidos cada
cuatro aos.
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198
Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
do caro su desafo y como decamos ms arriba no estn recibiendo
sub-venciones, ni ayudas.22 Por esto, la comunidad no cuenta con
comercios, tan solo una pequea tienda y un comedor, de manera que
es necesario desplazarse a otras localidades cercanas para obtener
servicios y pro-ductos como el de Val-dOr.
La poblacin de Kitcisakik est formada por 416 habitantes y la
mi-tad de ella son nios y jvenes con edades comprendidas entre los
0 a los 17 aos (Observatorio del Abitibi Tmiscamingue 2006).
Poblacin autctona inscrita 2006
Variable Comunidad: Kitcisakik
Algonquinos Primeras Naciones
Rgion administrativa :
Abitibi-Tmiscamingue
Poblacin india inscrita, 2006
416 9,498 69,779 6,169
En la reserva, 2006 356 5,485 48,975 3,436
Fuera de la reserva, 2006
60 3,795 20,774 2,515
Parte de la poblacin fuera de la reserva, 2006
14.42 40.89 29.77 42.26
Parte de la poblacin femenina en la reserva (%), 2006
51.12 49.77 50.03 49.48
Parte de la poblacin femenina fuera de la reserva (%), 2006
50 54.15 54.86 53.44
Fuente: Affaires indiennes et du Nord Canada, 2006.
22 Todos los indgenas en reserva tienen derecho a subsidios del
gobierno canadien-se. Estos se encuentran previstos por la Ley
sobre los indios un texto adoptado en 1876 que regul las tierras y
la fiscalidad de los autctonos.
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199
la educacin indgena en mxico Y canad
En cuanto al empleo en la comunidad, hay que sealar que existen
altas tasas de desempleo situadas entre 29%, mientras que el
porcentaje de empleo se sita en 25% en el sector terciario,
desempendose en el comercio, la construccin y el turismo
(Observatorio del Abitibi-Temis-camingue 2005).
Segn la informacin obtenida directamente de entrevistas a los
au-tctonos de Kitcisakik y de personas externas que trabajan en la
comu-nidad desde 2005 (profesores de universidad, antroplogos,
psiclogos, trabajadores sociales) los problemas ms graves que
padece Kitcisa-kik se refieren bsicamente a:
En la comunidad se reportan grandes porcentajes de violencia
intra-familiar. Teniendo en cuenta que los infantes y jvenes son la
mitad de la poblacin de Kitcisakik, podemos decir que por lo
general en los hogares existen muchos nios que carecen de un buen
ambiente en sus casas y que se expresa en un desinters hacia la
educacin, alimentacin o higiene. Esta situacin no es exclusiva de
Kitcisakik, pues al parecer, la padecen muchas comunidades
algonquinas, as como la poblacin autctona en general.
Al interior de los hogares existen problemas derivados del
consu-mo excesivo de alcohol y droga. Incluso en las comunidades
que son reserva y que poseen mayores beneficios y subvenciones se
ob-serva todo lo dicho anteriormente. De forma concreta en Pikogan
(otra comunidad algonquina) las maestras de la escuela Migwan
sealaron que los nios y jvenes pasan buena parte del da en la
escuela, pues es la forma de mantenerlos en un ambiente donde
tienen estabilidad, a diferencia de lo que sucede en sus hogares,
donde al parecer el ambiente familiar es bastante difcil. Mucho del
maltrato intrafamiliar adquiere tintes diversos, desde fsico,
psico-lgico y sexual y ste proviene especialmente del padre hacia
la esposa e hijos. El clima de violencia se extiende tambin entre
los mismos jvenes que imponen un ambiente de intimidacin y de
peleas.
Otro problema son los embarazos a edades muy precoces, de tal
manera que nias a partir de los 13 aos pueden ser madres y deben de
hacerse cargo de hijos cuando todava ellas no han alcanzado
nin-
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200
Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
gn grado de madurez en sus vidas y eso, a pesar del acceso fcil
a mtodos de contracepcin.
Existe elevado ndice de suicidios.
En cuanto a la educacin de los nios hay que sealar que
tradicio-nalmente concerna a los padres en el hbitat circundante
del Gran Lago Victoria desde donde reciban los primeros
conocimientos que estaban en relacin con el bosque, los recursos
naturales a su entorno y por su-puesto la lengua y todo un conjunto
de valores, normas y creencias pro-pias del grupo. En el siglo XIX,
la educacin comenz a ser complemen-tada con la evangelizacin y
alfabetizacin en francs llevada a cabo por padres de la Iglesia
catlica que llegaban hasta los campos de verano, donde se
desplazaban los algonquinos temporalmente.
Con el tiempo, el amplio territorio con el que contaban los
algonqui-nos fue reducindose a expensas de la codicia de la
sociedad canadiense y en particular de todos aquellos comerciantes
y explotadores de recur-sos naturales y minas. Finalmente, el
Estado propietario de todo el terri-torio de Canad redujo y someti
a la poblacin algonquina a las reser-vas, impidindoles el nomadismo
tradicional as como su desarrollo socioeconmico y cultural al
aplicrseles una serie de estatutos y nor-mas que frenaban su
autonoma.
Esta situacin siempre fue mal aceptada por la poblacin
originaria y de ah las continuas luchas para que fueran reconocidos
sus derechos. La irrupcin de la Iglesia catlica entre los
algonquinos se hizo ms acuciante desde fines del siglo XIX, al
tomar las riendas de la educacin. Sus planes consistieron en aislar
en centros especiales (internados u hos-picios) a los nios
algonquinos para proceder a su formacin.
Se crea de esta manera, que lejos del entorno familiar los nios
aprenderan ms y mejor la cultura occidental, olvidando la suya que
era considerada como inferior y primitiva. Uno de esos primeros
centros se fij a unos 200 km al norte de Kitcisakik en Saint-Marc
de Figuery en 1955. All se desplazaban (sin contar con la opinin de
los padres) los nios a partir de los cinco aos. Durante su
estancia, los malos tratos mermaron la autoestima de los nios que
adems rompieron todo lazo afectivo, familiar y con su medio. As se
expres en entrevista un algon-quino de Kitcisakik sobre el
particular: Yo me acuerdo que me gustaba
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201
la educacin indgena en mxico Y canad
jugar mucho con mis hermanos, en el bosque y con mi pap, aprenda
a hacer trampas para castores. Yo me senta feliz, pero en el
internado todo era represin, castigaban a veces muy feo.
Otras personas no tienen la misma experiencia en relacin con los
correctivos, pero tampoco sienten que fuera positiva su estancia en
es- tos establecimientos, en los que se vean privados de convivir
con sus padres.
En 1973, el internado cerr sus puertas y a partir de entonces el
go-bierno provincial fue el que se hizo cargo de la educacin.
Nuevamente los nios de cuatro aos en adelante para iniciar su
proceso de escolari-zacin deban salir de la comunidad para formarse
en Val-dOr o en otras poblaciones cercanas. Estos nios quedaban al
cuidado de familias establecidas en su mayora en Val-dOr durante
los cinco das lectivos de la semana, regresando el sbado y el
domingo con sus verdaderas familias. La situacin tampoco result muy
saludable por diferentes ra-zones, entre las que destacamos las
siguientes:
* El sistema de educacin provincial educa a los nios desde los
plan-teamientos y esquemas de la sociedad mayoritaria, sin tener en
cuenta las necesidades del alumnado autctono y de que los proce-sos
de aprendizaje y de aprovechamiento de conocimientos no son
idnticos al estandarizado. Las escuelas provinciales si bien
cuentan con programas especiales para su poblacin, en cambio los
destina-dos en este servicio para los algonquinos son nulos.
* En las escuelas, los nios no aprenden ni la lengua algonquina
ni se les ensea acerca de su cultura. De ah la desvalorizacin de
los ras-gos que les dan identidad.
* Los alumnos algonquinos reciben permanentemente el maltrato de
sus compaeros con escarnios y valorizaciones negativas que son
internalizadas por los nios, de tal suerte, que la falta de xito en
el aprendizaje, unida a la violencia en las aulas produce la
desercin escolar.
* En la instruccin, los nios no reciben el acompaamiento de los
padres que estn ausentes en el proceso por la distancia y el rgimen
de escolarizacin como se ha sealado ms arriba. Otra vez, hay que
incidir en el desafecto que se produce entre padres e hijos por la
falta
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202
Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
de convivencia. Por su parte la comunidad tambin resiente la
au-sencia de los nios viviendo en una importante anomia.
eL estado de La cuestIn educatIva en KItcIsaKIK
Si nos acercamos a las estadsticas en relacin con el nivel de
escolaridad de Kitcisakik encontraremos que el panorama es
desolador y que para el 2005 el Observatorio de
Abitibi-Temiscamingue, comprob que 65% de la poblacin no haba
alcanzado el noveno ao y solo 12% obtuvo el ttu-lo de secundaria.
Como el horizonte futuro no pareca que tendra varia-ciones y ante
el malestar social entre los de Kitcisakik se produjo una reflexin
que llev a la conclusin: de que haba que comenzar a cam-biar las
cosas, aunque no saban cmo. Uno de los primeros pasos que dio la
comunidad fue ir a la universidad de Abitibi-Temiscamingue para
asesorarse con el profesorado, de qu hacer para tomar las riendas
de la educacin de sus hijos. La preocupacin fue asumida por la
universi-dad, concretamente por un grupo multidisciplinario de
profesores entre los que se encuentran numerosos profesionales como
psiclogos, peda-gogos, antroplogos, trabajadores sociales, etctera.
En 2005 se fund un preescolar a fin de retener a los hijos ms
pequeos, seguidamente se continu con la primaria, de tal suerte que
cada ao va creciendo en grado o nivel, siendo prioritaria la
enseanza de la lengua algonquina junto con una serie de destrezas
propias del grupo cultural. Para el 2009 se esperaba contar con los
cuatro primeros aos de primaria.
Sin duda los pasos son lentos y se va consiguiendo incluso que
algu-nos miembros de Kitcisakik vayan a estudiar en el Cgep23 o
preuniver-sitario. Por el momento tan solo 5% de la poblacin que
estudia en el Cgep de Val-dOr es algonquina. Segn el director del
Cgep estos alumnos van rezagados y en muchos casos no terminan,
pero se est intentando trabajar con ellos lo ms cercanamente
posible para que fina-licen los estudios.
23 El Cgep es un acrnimo para Colegio de enseanza general y
profesional. Es una institucin de postsecundaria exclusiva de la
provincia de Qubec.
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la educacin indgena en mxico Y canad
En las clases no van grupos mixtos, es decir poblacin blanca y
al-gonquinos dado que el nivel no es idntico y se observa cierto
rezago entre los ltimos. Tambin hay un grupo de 12 personas que
siguen es-tudios en la universidad. Tanto en el Cgep como en la
universidad, los estudios ms frecuentes son los de administracin,
enfermera, param-dicos y trabajo social.
Por el momento en la comunidad de Kitcisakik se respira un
cierto aire de descanso y de orgullo, pues han comenzado a tomar el
control sobre su educacin y destino. En su nueva andadura, la
poblacin de Kitcisakik cuenta con la ayuda y el acompaamiento de
unas 140 perso-nas externas a la comunidad que trabajan con ella a
fin de hacerla levan-tarse de acuerdo a las necesidades de la
misma. Algo comienza a mover-se en Kitcisakik y por primera vez en
mucho tiempo la comunidad tiene muchas esperanzas porque los nios
ya no se trasladan a otros lugares para formarse, pero tambin
porque los padres comienzan a asumir sus deberes, al acompaar a los
nios en los quehaceres de aprendizaje.
Es aqu donde se ha iniciado un nuevo momento para los padres al
tomar ciertas iniciativas como educadores de sus hijos, papel que
haban abandonado desde haca dcadas. Y es que segn una investigacin
de la Universidad de Abitibi,24 los supervivientes de los
internados al no convivir con los padres, en la actualidad no saben
cmo actuar frente a sus hijos al no conocer el rol que se deben
asumir como padres, pero adems es preciso que los algonquinos
inicien un proceso de autorreco-nocimiento no slo como personas,
sino tambin como sujetos de una cultura ancestral que debe
revitalizarse.
Por el momento, hay que sealar que la inauguracin de la escuela
primaria y segn las percepciones que se van obteniendo de la misma
es que desempear tres papeles fundamentalmente: en el nivel
emocional, puesto que ayudar a la reconstruccin de las relaciones
intergeneracio-nales perdidas; en el nivel cultural, pues servir
para reanudar la cadena de transmisin cultural con lo que se
reafirmar el orgullo y la identidad
24 Marguerite Loiselle, Marie-Pierre Bousquet, Suzanne Dugr,
Stphane Grenier y Miche-line Potvin, Le retour des jeunes enfants
dans la communaut algonquine de Kitcisakik: une recher-che-action
visant lengagement de la communaut envers la sant et le bien tre
des enfants, Rapport de recherche: phase 1, marzo, Universit du
Qubec en Abitibi-Tmiscamingue, 2008.
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204
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cultural de los nios;25 y por ltimo, se obtendr el control de la
educa-cin de los padres y de la comunidad algonquina en
general.
KItcIsaKIK, deL nomadIsmo a La IdentIdad comunItarIa
Una ltima reflexin abordara las dificultades por las que ha
pasado y sigue pasando Kitcisakik como ltima comunidad autctona que
vive fuera del sistema de reservas, en relacin especficamente con
las presio-nes que recibe de parte del gobierno para abandonar las
tierras donde habitan, lo que ha obligado a los algonquinos
repensar su situacin. Desde hace algunos aos Kitcisakik ha llevado
negociaciones con el go-bierno para salir de las tierras que ocupa
y asentarse en un nuevo lugar en el que se les promete servicios,
escuelas y una nueva vida bajo el proyecto llamado Wanaki. Para la
comunidad algonquina representa un gran dilema ya que aceptar esta
oferta significa perder su carcter de pueblo seminmada, aunque por
otro lado, la comunidad tendra cier-tas garantas para acceder a
servicios que hasta el momento no tiene. En el fondo de la cuestin
lo que se presenta es un conflicto por la compe-tencia de los
recursos naturales y bienes materiales, pertenecientes a la
comunidad indgena, pero que el gobierno desea controlar. Se trata
de un conflicto, donde los contendientes se enfrentan de manera
desigual y en el que no slo se trata de dirimir cuestiones de orden
econmico, sino tambin de orden social y cultural.
La situacin que vive el pueblo de Kitcisakik es una realidad que
muchos otros grupos autctonos padecen y se caracteriza por el tipo
de relaciones creadas entre stos y la sociedad canadiense desde la
que se ocultan las relaciones de poder frente a los grupos
subalternos. El con-trol que durante la etapa colonial se realiz
bajo la coercin y la guerra de smbolos ha ido modificndose hasta el
momento actual, hacindose ms persuasivo y sutil. Un ejemplo de este
control es aquel por el que los indgenas asumen un discurso tras la
insistente reiteracin de tpicos basados en la diferencia, la
inferioridad, ignorancia, primitivismo, etc-tera. La valoracin
negativa procedente del grupo dominante ha conse-
25 Ibid., p. 52-53.
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la educacin indgena en mxico Y canad
guido calar poco a poco en ellos, de tal suerte que han
terminado por aceptar su desigualdad y exclusin, e incluso han
considerado la necesi-dad de cambiar al asumirse como obstculos
para los planes de moder-nizacin. De manera tal que los indgenas
han admitido la culpa de su forma de ser, hasta el punto de
justificar las discriminaciones de que son objeto, algo que tambin
hemos podido reconocer y corroborar en el presente estudio
comparativo para el caso de los purpechas.26
En el momento actual entendemos que los algonquinos de
Kitcisa-kik viven una nueva etapa de relegitimacin de su identidad
y mediante ella pretenden denunciar las acciones ilegtimas de las
instituciones, lo que significa el rechazo del estatus que les ha
sido asignado. En su nece-sidad de lograr el reconocimiento de su
alteridad por parte de esa socie-dad, recurren a definiciones
nuevas de s mismos desde la diferencia asumida ahora positivamente,
con objeto de romper el esquema de que han venido siendo objeto. Es
por tal razn que se viene manteniendo un interdiscurso sobre la
autovalorizacin de la cultura algonquina, en un deseo por alcanzar
un papel ms activo y de plena participacin en todo aquello que les
atae directamente y entre lo que se encuentra la educacin. As pues
y en este momento, Kitcisakik puede haber acepta-do el proyecto
Wanaki pues ms que nunca tiene claridad en varias co-sas, una de
ellas es su deseo por negociar y tomar las riendas de su futu-ro,
constituyndose en sujetos sociales en igualdad de condiciones para
enfrentar a la administracin pblica y obtener los recursos que por
de-recho constitucional las Primeras Naciones tienen.
Los purpechas de mxIco
Despus de Per, Mxico es el segundo pas americano con mayor
can-tidad de poblacin indgena, cuya vasta diversidad multicultural
se plasma en las ms de 80 lenguas y variantes dialectales que se
hablan en el pas. Existen adems 62 pueblos indgenas, dispersos en
32 estados del pas, asentndose mayoritariamente en 24 de ellos.
Conapo y la CDI calculan en 12 millones de habitantes a la poblacin
indgena, lo que re-
26 Vase en Nuo 2002.
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presentara aproximadamente 10% del total de la poblacin del pas
(Hevia R. Ricardo 2005, 400).
Por su parte, la poblacin total del estado occidental de
Michoacn es de cerca de 4 millones de habitantes y la poblacin de
indgenas pur-pechas constituye 2.7% de ella. En relacin con la
presencia de otros pueblos indgenas en el estado como los
ah-mazahua y los nahuas con 5,070 y 4, 706 habitantes,
respectivamente, los purpechas repre-sentan 89.6% de la poblacin
total de indgenas en el estado (INEGI 2000, 2005).
La regin purpecha, como suele llamarse a la parte que ocupa el
pueblo indgena purpecha se distribuye a lo largo del Eje volcnico
transversal que integran cerca de 21 municipios. La regin se
caracteriza por tener un suelo volcnico altamente poroso y cubierto
de bosques, parcelas agrcolas y recursos hdricos: los lagos de
Ptzcuaro y Zirahun, la laguna de Zacapu y el ro Duero. Esta zona se
caracteriza por un pai-saje formado de sierras volcnicas (ms de 50
conos), con bosques de pino-encino y pequeas reas de oyamel. Hay
valles intermontanos con climas semifro subhmedo y templado
subhmedo, presencia de hela-das y bajas temperaturas, donde se
encuentra un alto y mediano ndice de condiciones adversas para la
actividad agropecuaria (Carabias et al.,1995, 96).
Esta regin suele dividirse a su vez en cuatro subregiones: la
cuenca lacustre de Ptzcuaro, la cinega de Zacapu, la meseta o
Sierra Purpe-cha y el valle del ro Duero, que se conoce como la
Caada de los Once Pueblos.27 El nombre de los Once Pueblos se
refiere a igual nmero de localidades ubicadas a lo largo de la
caada que divide la sierra purpe-cha y el bajo michoacano que
coincide con los lmites del municipio de Chilchota. La subregin que
hemos escogido para desarrollar nuestra investigacin es esta
ltima.
Datos del INEGI para el ao 2005 dan cuenta de una poblacin total
en estos pueblos de 30,299 habitantes, cuyas caractersticas
lingsticas re-
27 Carapan, Tacuro, Ichn, Huncito, Zopoco, Santo Toms, Acachun,
Tanaquillo, Urn y Chilchota. El pueblo undcimo es Etcuaro, situado
fuera de la Caada, en la orilla oriental del amplio valle de
Tanganccuaro. (Senz, 1992:40)
-
207
la educacin indgena en mxico Y canad
velan un uso importante de la lengua purpecha.28 Aqu es donde se
realizaron las entrevistas con profesores que tuvieron un punto de
vista respecto a la manera en la que se realizan las actividades
educativas.
En los treinta, una de las tenencias de Chilchota, conocida con
el nombre de Carapan, fue la sede de un ambicioso proyecto
educativo cuyo objetivo principal fue la castellanizacin de la
poblacin indgena de la localidad. El proyecto se propuso resolver
el problema de la iden-tidad del indio y de su paso a la identidad
mexicana [aunque tambin], el problema de la identidad misma del
proyecto, es decir, su carcter de Estacin experimental para la
integracin del indio (Senz 1992[1936], 12), defini sus alcances y
lmites, mismos que a mediano plazo, como proyecto de educacin rural
fueron muy significativos. En esta regin, al igual que en el caso
de los algonquinos, tambin la labor indigenista del Estado
comprendi la fundacin de internados como el Internado Ind-gena de
Paracho en 1936 y constituy un experimento novedoso cuyo objetivo
fue formar a intermediarios entre el estado-nacin y las
comu-nidades purpechas (Dietz 1999, 280).
Posteriormente, con el Proyecto Tarasco en 1939, Lzaro Crdenas
del Ro impulsara en el estado una forma particular de alfabetizacin
que propusieron los lingistas Swadesh y Lathrop por invitacin
expre-sa de dicho presidente y que consista en alfabetizar en
lengua materna, para posteriormente pasar a hablar y escribir en
espaol (Dietz 1999, 280). Este modelo educativo pasara a ser
retomado por el Instituto Na-cional Indigenista en los aos
cincuenta y sesenta.29
Hacia 1963, la Secretara de Educacin Pblica (SEP) cre un
Servicio Nacional de Promotores Culturales y Maestros Bilinges, que
persiste hasta la fecha. Para ingresar a este servicio, los
candidatos deben cum-plir con un perfil de formacin, como tener un
nivel de escolaridad de primaria para ser promotor y de secundaria
para los maestros bilinges y un dominio oral de la lengua purpecha
y del castellano. Entre las funciones de los primeros se encuentra
la alfabetizacin en purpecha y una primera castellanizacin oral en
escuelas de preprimaria. Por su
28 M. Antonio Caldern M., Fernando Segura, En educacin indgena
le apostamos al futuro. Chilchota, Michoacn, Mxico, CIDE, 2007,
105.
29 Op. cit., p. 106.
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208
Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
lado, los segundos deban dar clases en primero y segundo grado
de primaria (Dietz 1999, 281).
A pesar de la tendencia a incrementar la formacin de estos
maestros bilinges y promotores culturales en la regin purpecha, al
igual que en otras regiones con alta densidad de poblacin indgena,
los maestros se enfrentaban a situaciones en las que la carencia de
material didctico, la inadaptacin del currculo y del calendario
escolar a la vida comuni-taria, entre otros aspectos, eran parte de
lo habitual. Como consecuencia de lo anterior, se dieron altos
niveles de desercin escolar, una conside-rable movilidad por parte
de los profesores, quienes no lograban enrai-zarse en las
comunidades donde trabajaban, con las consecuentes acti-tudes de
evasin, irresponsabilidad, improvisacin y autodidactismo en su
prctica docente, todo lo cual en forma evidente se reflejaba en los
precarios niveles de consolidacin y superacin educativa
infantil.
Con el fortalecimiento de la poltica integracionista impulsada
por el INI, se forma el grupo de promotores bilinges, quienes a
partir de ese momento seran los llamados a ocupar un lugar
estratgico en la poltica gubernamental entre los pueblos indgenas y
los indigenistas. En esta dinmica,
algunos ingresan al aparato burocrtico indigenista, en cargos de
mayor importancia, pero siempre a nivel de los Centros
Coordinadores, que es donde se implementa la accin indigenista en
una regin especfica. Otros se convierten en lderes de sus pueblos o
incluso en escribanos calificados que actan como intermediarios
entre los comuneros indios y las autorida-des burocrticas (Medina
1977, 24).
Lo anterior provoc que una parte de la poblacin indgena se
edu-cara, y los que accedieron a los sistemas educativos de la poca
empe-zaron a tener un papel poltico considerable en sus respectivas
comu-nidades.
Fue as como se empez a configurar un discurso etnicista e
identita-rio como plataforma poltica y de manera concreta, con la
formacin de promotores culturales bilinges. Posteriormente, durante
los aos ochenta, muchos de estos profesionistas e intelectuales que
haban sido formados en este contexto cultural y educativo, se
radicalizaron y con-
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209
la educacin indgena en mxico Y canad
cretaron sus inquietudes durante la dcada de los ochenta y
noventa en una serie de reivindicaciones relativas a la educacin
indgena. El resul-tado fue la creacin de escuelas indgenas como la
secundaria-interna-do de Nuro, la Escuela Tcnica de Chern, y una
primaria indgena en Cheranstico, adems del proyecto sobre
universidad indgena en Mi-choacn.30
En cuanto al aspecto educativo, los datos del INEGI sealan que
para los habitantes mayores de 15 aos: 31% de los purpechas no
tiene nin-guna clase de instruccin; 30.5% tiene la primaria
incompleta; 12% al-canza el nivel de escuela primaria completa; y
nicamente 16.2% tiene alguna formacin en educacin postprimaria. Lo
anterior nos permite sealar que cerca de 60% de la poblacin
purpecha tiene un grado de educacin muy bajo.
La dependencia estatal encargada de atender la educacin indgena
es la Direccin General de Educacin Indgena del estado (DGEI-M), que
slo llega a atender alrededor de 72% de las comunidades indgenas
del estado, es decir 171 comunidades, en las que se han establecido
456 cen-tros educativos (116 de educacin inicial, 158 de educacin
preescolar, 181 de educacin primaria y una escuela de educacin
secundaria. Ade-ms, la DEGI-M atiende a estas comunidades
distribuidas en 23 munici-pios, 19 de los cuales pertenecen al
pueblo purpecha, 2 al nahua y 2 al pueblo ha-mazahua.31
En relacin con la regin especfica de nuestro inters, el cuadro
en la siguiente pgina muestra la cantidad de escuelas y la ubicacin
de las localidades en el municipio de Chilchota.
Cuando se trata el tema de la educacin indgena, no puede dejar
de mencionarse el impacto que las diferentes polticas de
castellanizacin y asimilacin han tenido en todas las regiones donde
hay una presencia importante de pueblos indgenas. El estado de
Michoacn no es la ex-cepcin, pues los modelos bilinge bicultural e
intercultural bilin-ge han sido parte de las polticas educativas
desde unas dcadas atrs
30 Op. cit., p. 107.31 Cruz Elena Corona Fernndez, Formacin de
profesores desde la diferencia tnica: expe-
riencia de educacin alternativa en la escuela normal indgena de
Michoacn, Tesis de Maestra, UNAM, Facultad de Filosofa y Letras,
Posgrado en Pedagoga, 2003, 83.
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210
Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
hasta la actualidad. En efecto, el primero fue establecido como
modelo en los aos sesenta, setenta y ochenta, como una estrategia
para ensear dos lenguas y dos culturas de manera simultnea, pero
sin metodologa especfica, ni estrategias didcticas, ni materiales,
ni mucho menos con un personal profesionalizado con la formacin y
capacidad suficiente para enfrentar dicho reto en el nivel
nacional.
Por eso se dice que esa poltica no tuvo ninguna repercusin real
en los objetivos que se plante y nunca sali del papel, ni de las
buenas in-tenciones que le dieron vida. Este modelo encontr cierta
resistencia para ser aplicado en Michoacn, ya que algunas
comunidades no aceptaron que se introdujeran los maestros en las
comunidades, pues no se enten-da cmo profesores con falta de
preparacin y hbitos como alcoholis-mo, ausentismo, indiferencia o
nula capacidad para planear su estrategia educativa o involucrarse
en los problemas comunitarios, podran trans-
Localidad Escuela y turno alumnos docentes
Sto Toms Tlillacaptzin 189 7
Ichan Gral Lzaro Crdenas. (Matutino) 333 14
Ichan Gral. Lzaro Crdenas. (Vespertino) 302 13
Tacuro Gral I. Zaragoza 284 11
Acachun Cuauhtmoc (Matutino) 144 6
Acachun Cuauhtmoc (Vespertino) 248 12
Carapan J. Vasconcelos 405 17
Huncito Ireti Tikatame 310 12
Zopoco Ricardo F. Magn 272 12
Total 2487 104
Fuente: Secretara de Educacin. Direccin de Educacin Indgena
Direccin de Educa-cin Bsica Intercultural. Ciclo Escolar
2008-2009.
Cantidad de escuelas y la ubicacin de las localidades en el
municipio de Chilchota
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211
la educacin indgena en mxico Y canad
mitir conocimientos a los nios, en una intencin de recuperacin
de la cultura y la lengua indgena.
De ese momento a la poca actual, el trabajo docente atraves por
diferentes etapas y empez a revalorizarse, hasta integrar un sector
de profesores preocupado por asumirse como nuevo agente educativo
en la recuperacin de la lengua y los valores culturales indgenas.
De tal forma que en diferentes aspectos de la vida escolar se
present una situacin como la siguiente: la formacin del docente que
labora en el medio ind-gena se realiz de una manera poco
especializada, ya que despus de la primaria cursada en el
subsistema de educacin indgena, donde traba-jan los maestros de
educacin indgena, el estudiante deba seguir la se-cundaria en
Chilchota, por ejemplo, pero ya no con maestros indgenas.
Posteriormente, se continuaban los estudios de preparatoria en
Ichn, donde tampoco haba maestros indgenas, para terminar con un
curso de capacitacin y ejercer lo que se conoce como la prctica
docente.
En la formacin docente, la estrategia que se sigui fue elegir a
Que-rtaro como lugar de reunin de indgenas provenientes de varios
esta-dos, como Michoacn, el propio Quertaro, Veracruz e Hidalgo,
donde se les capacit aportndoles algunos elementos para conocer el
progra-ma de la Secretara de Educacin Pblica y tcnicas de manejo de
gru-pos, con las cuales el profesor deba enfrentarse a la
circunstancia de ser un maestro de grupo e integrarse al
magisterio.
Por lo anterior, la educacin bilinge bicultural e intercultural
bilinge no ha sido ms que una buena intencin por parte del
gobier-no federal ya que no ha habido una apropiacin de ambas por
parte de las pueblos indgenas, algo que tambin se pudo comprobar
con las Pri-meras Naciones de Qubec.
La interculturalidad no se ha dado, ya que los maestros de
educacin indgena fueron formados como promotores culturales y no
como do-centes capaces de atender a los nios de educacin
preescolar. Otra limi-tacin fue que se trabajaba en el medio urbano
y no tenan la organiza-cin requerida para atender al alumnado. En
su prctica docente, se haca que el nio leyera y escribiera en
espaol y los padres insistan para que los maestros no hablaran en
purpecha con los nios, sino que aprendieran espaol, pues segn los
padres, el purpecha no les servira para nada. Sin embargo, en
algunas comunidades s se quera que a los
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Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
nios se les enseara el purpecha. Actualmente, profesores y
padres de familia han podido reconsiderar una serie de situaciones
al respecto y han coincidido en que el rescate de la lengua y de la
cultura purpecha es importante y en ello, la educacin, la escuela y
la propia comunidad son determinantes.
Los maestros de educacin indgena deben ser capaces de darle al
nio educacin en dos lenguas y ese objetivo pocas veces se ha
logrado, pero s se ha demostrado que los alumnos son capaces de
aprender a leer en las dos lenguas. La cuestin es que la familia y
la comunidad deben facilitar el aprendizaje y no dejar
exclusivamente en manos de los maestros este proceso. La consigna
de los algonquinos: Educar a un nio requiere del esfuerzo de toda
una comunidad es una realidad v-lida tambin para los purpechas.
En Mxico, una de las instituciones que actualmente se encarga de
la formacin de maestros indgenas es la Universidad Pedaggica
Nacio-nal, donde funcion el Plan Noventa. Los maestros interesados
ingresan a la licenciatura y siguen una formacin para que los
profesores entien-dan lo que es el trabajo docente, lo que es la
prctica docente y se les aportan herramientas para estar en
condiciones de entender al alumno, para asistirle en sus problemas
y resolver las necesidades y requerimien-tos de enseanza segn su
nivel de formacin, sobre todo en educacin bsica que es el tema de
nuestro inters.
En eso ha sido til la formacin que se imparte en la UPN, pues al
titu-larse, los maestros siguen su trabajo de docencia en el
municipio de Chilchota. En su prctica docente, los objetivos de la
educacin indgena pasan por la adecuacin a las necesidades de la
comunidad indgena de que se trate, priorizando los conocimientos
que la comunidad posee y que han sido transmitidos
generacionalmente a los nios. Se recupera pues, lo que los nios han
aprendido de su lengua en su familia y no se habla precisamente de
lo que el objetivo del programa marca. Eso es parte del desempeo
del docente, saber entender estas situaciones par-ticulares de las
comunidades para aportar conocimientos a los nios y sistematizar lo
que stos ya saben, lo cual marca una diferencia con los objetivos
que con frecuencia son muy afines a los mbitos urbanos.
El maestro utiliza lo que se encuentra en el medio como material
di-dctico, como hojas de rbol, de mazorca, granos, maz, frijol,
habas, todo
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213
la educacin indgena en mxico Y canad
lo que se encuentra en la comunidad, lo que la gente produce
sirve para ensear las operaciones bsicas de suma y resta o para
hacer prcticas o experimentos en ciencias naturales. Es un mtodo
til y da buenos resul-tados porque los nios pueden tocar, sentir y
hacer las operaciones de manera prctica en la mesa y simultneamente
en el pizarrn.
Por otro lado, en relacin con la enseanza de la lengua purpecha,
los maestros de cada escuela deciden el tipo de material didctico
que se utilizar y el tiempo que destinan en esa actividad. Se
piensa que no basta con la lectura, ya que se hace necesario ensear
tambin la escritu-ra en purpecha. Los dibujos asociados a una
palabra o el dibujo con la palabra o la palabra con el dibujo, el
abecedario purpecha, son parte de esta estrategia educativa, aunque
hasta hace relativamente poco tiempo los etnolingstas acordaron un
solo alfabeto para ensear. De esa mane-ra cada profesor elabora sus
propios materiales didcticos para la lec-toescritura en lengua
purpecha, misma que se imparte sobre todo en tercero y cuarto
grados, porque es la edad adecuada a juicio de los maestros en la
que el alumno tiene ya sus capacidades ms desarrolla-das y est en
condiciones de aprenderla.
En primero y segundo grado se da una interaccin entre el
maestro-alumno, padres de familia-alumnos-maestro y en ella se
aprovecha el hecho de que el alumno maneja la lengua purpecha
todava. Por eso como primera lengua, sirve de medio de contacto con
el profesor. Poste-riormente, en tercero y en cuarto grado, el
alumno ya est en condicio-nes de entender que una lengua es tan
importante como la otra y puede seguir su formacin escolar en
espaol.
Hay procesos sociales ms complejos que inciden en el hecho de
que los padres ya no quieran que los hijos aprendan su lengua
indgena. Eso sucede probablemente porque los indgenas de las
comunidades que viajan a los Estados Unidos u otras ciudades del
pas para trabajar, regre-san con una idea segn la cual sus hijos
deben ir a la escuela, pero para aprender a leer y a escribir en
espaol, no en la lengua purpecha. Segn ellos, se trata de que el
nio pueda defenderse cuando sea grande, para que no sufran como
sufrieron los padres.
Los procesos migratorios tambin tienen importancia ya que cuando
salen los padres stos regresan con otra forma de ver el mundo y se
da un desplazamiento de la lengua indgena. Sin embargo, eso no
quiere decir
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Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
que sta deje de ser significativa, pues hay comunidades donde la
pobla-cin siente inters por ella y porque se ensee a los nios si en
la escuela no se hace. Segn informacin oficial, en algunas de estas
comunidades, la poblacin indgena es escasa y el subsistema de
educacin indgena de la secretara estatal de educacin tiene
dificultades para atender esta demanda educativa.32 A travs de
algunas instituciones como el Institu-to Nacional de Educacin de
Adultos (INEA), se trata de subsanar esta situacin impartiendo
clases de purpecha a la poblacin adulta.
una comunIdad para educar: maestros, autorIdades y padres de
FamILIa
En opinin de los docentes, falta la participacin de las
autoridades mu-nicipales y comunales en las tareas educativas.
Raramente la autoridad municipal tiene iniciativa o preocupacin por
la educacin indgena. El maestro, el director de la escuela con
frecuencia buscan a la autoridad mediante una peticin escrita para
solicitar lo que requiere la escuela. Un caso recurrente son las
necesidades de espacio, que dependen de la can-tidad de alumnos que
demandan el servicio, lo que puede implicar ms aulas y mobiliario.
Si la autoridad est en buena disposicin y tiene pre-supuesto,
accede y colabora, pero si no es as, la respuesta ser negativa y la
escuela quedar a la deriva y con sus propios recursos para resolver
su situacin. A lo anterior habra que aadir que los padres de
familia se involucran poco en la educacin de sus hijos, y asisten
slo circunstan-cialmente a las reuniones de la escuela convocadas
por los maestros. Son sobre todo las madres las que asisten, pero
al carecer de autorizacin del esposo para tomar decisiones, no se
logran acuerdos que afectan el senti-do y la orientacin de la
educacin de sus hijos y en los que las autorida-des escolares no
pueden decidir unilateralmente. Un principio es que la escuela
refleja la realidad social en la que est inmersa. Es decir, el
espa-cio educativo donde crecen los nios es un reflejo de lo que
pasa afuera y de cmo los padres asumen o no su responsabilidad
compartida con la escuela y lo que sucede en ella (Cunnigham 2001).
La problemtica ante-
32 Entrevista al Mtro. Domingo Santiago, Inspector Escolar del
Sector 2 del Subsiste-ma de Educacin Indgena, octubre 2009.
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la educacin indgena en mxico Y canad
riormente descrita guarda una relacin muy estrecha con lo
observado en la comunidad de Kitcisakik, donde un equipo tcnico de
intervencin se est encargando de coordinar la participacin de
maestros, autorida-des y padres de familia para acordar una serie
de actividades que los compromete con los objetivos y el
mejoramiento de la educacin. Una explicacin a la falta de inters de
los padres por la educacin indgena, segn los maestros, es que
aquellos tienen niveles bajos de formacin. La gran mayora slo
cuenta con la primaria incompleta y un porcentaje mnimo ha
terminado la escuela secundaria o el bachillerato.
La educacIn Indgena: controL cuLturaL deL estado o aLternatIva
educatIva?
Los maestros utilizan la lengua como medio transportador del
conoci-miento general al espaol. Cuando no se entienden los
contenidos, se valen de la lengua materna para ensear a los nios.
No hay programa-cin alguna para fortalecer la cultura, en la que
los padres y autoridades deben intervenir. Se precisan mtodos para
desarrollar la lengua y crear uno especfico para la indgena, pues
el maestro se limita a transportar los conocimientos al espaol sin
consolidar la lengua indgena. Los maes-tros de Chilchota opinan que
es justo que los indgenas tengan sus pro-pios mecanismos para
controlar la educacin, ya que sera la forma ms adecuada de
responder a las necesidades educativas. Desafortunada-mente hay una
lucha por el poder donde el Estado quiere controlar todo, mientras
que los indgenas tambin desean tomar el control en sus pue-blos.
Esto provoca una tensin y divide a las comunidades y as, mien-tras
algunos lderes manifiestan propsitos de inters colectivo, tambin
hay otros lderes con propsitos personales que son los que en
ocasiones predominan. En efecto, cuando llegan al poder se olvidan
de sus com-promisos con la sociedad y no asumen el control de los
aspectos que permiten mejorar la educacin, para mejorar programas o
formas de trabajo y formacin docente para atender adecuadamente a
la poblacin indgena.
Se trata pues no slo de manipular una representacin indgena con
fines electorales, sino de responder a los intereses de la sociedad
indge-
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Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
na y en este aspecto, la educacin es una pieza fundamental para
el res-cate de las culturas y lenguas indgenas.
Una constante entonces es que, al no tener posibilidades de una
for-macin profesional ms all de la recibida como normalista, la va
pol-tico-sindical puede ser para los maestros una alternativa, dado
el blo-queo de sus expectativas para realizar un trabajo ms acorde
con las necesidades de sus respectivas comunidades. Adems, los
maestros si-guen con un modelo de formacin monocultural
castellanizante y su formacin, breve y deficiente, limita el
arraigo del profesor a la comuni-dad y culmina con la instalacin
del maestro en una ciudad mediana, donde su desempeo y trabajo con
poblacin indgena es marginal (Dietz 1999, 303).
En el conjunto de los componentes que hemos expuesto aqu,
pode-mos adelantar algunos enunciados que permitan comprender el
tema de la profesionalizacin de la formacin de docentes indgenas
dedica-dos a la labor educativa en el nivel bsico y los retos que
deben enfrentar para cumplir con el objetivo que les ha sido
delegado, en el sentido de formar parte de todo un dispositivo
educativo orientado a conservar la lengua indgena, como un aspecto
que fortalezca la identidad cultural en la regin, o de plano
renunciar a ese propsito y seguir en la lgica de la
castellanizacin, como hasta la fecha se ha hecho.
La intencionalidad inicial del Estado por unificar al pas en el
mane-jo y enseanza de una sola lengua, se reflej en programas
educativos que no consideraban el potencial cultural de las
sociedades indgenas del pas, por lo que en las comunidades este
plan educativo se senta sobre todo como un acoso constante de la
cultura indgena. Al parecer, esta tendencia ha tendido a cambiar
con la intencin de aplicar progra-mas de educacin intercultural,
pues a travs de ellos se pretende reva-lorar la lengua indgena. Es
un hecho que el gobierno no ha dejado a las comunidades y sus
maestros desarrollar iniciativas para educar a su conveniencia a
sus nios. Primero, porque no tenan formacin ni mate-riales ni
programas, ahora es en parte por la tendencia a imponer un solo
modelo educativo detrs del cual se encuentran criterios de
admi-nistracin y culturales etnocntricos.
Hay iniciativas locales con impacto social y que se ha debido a
la or-ganizacin que los maestros han podido lograr en las
comunidades. Son
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217
la educacin indgena en mxico Y canad
alternativas puntuales y una de ellas se relaciona con el diseo
curricular de maestros normalistas, que obedece a las necesidades
de las comuni-dades donde se ha dado y no a los criterios de la
Secretara de Educacin Pblica. En ese sentido puede hablarse, aunque
de manera incipiente, de una capacidad para controlar por parte de
los maestros, la orientacin educativa de sus pueblos. La pregunta
es que si el Estado mexicano es capaz de aceptar proyectos
alternativos de educacin distintos a los que hasta ahora se han
diseado y aplicado en poblaciones indgenas.
concLusIones
Una de las primeras conclusiones que podemos ofrecer tras la
realiza-cin del presente estudio comparativo es que a pesar de las
grandes di-ferencias entre Canad y Mxico, cuando nos hemos acercado
a un sec-tor de la sociedad como el de las Primeras Naciones, hemos
encontrado considerables similitudes. Desde fines del siglo XIX
hasta entrada la d-cada de los setenta, existi en ambos pases una
poltica educativa an-loga que fue la asimilacin. Lo anterior no
resulta extrao si se tiene en cuenta que la ideologa decimonnica
parti del prejuicio sobre la po-blacin originaria de Amrica,
concibindola como primitiva y poco ci-vilizada, a diferencia de la
sociedad occidental imbuida de su superio-ridad y de su capacidad
de traspasar la cultura, la civilizacin y los adelantos modernos al
mundo entero, se jactaba de estar llevando a cabo, con el
colonialismo, una operacin filantrpica y salvadora sin prece-dentes
(Comellas 2000, 182). An con todo, la dominacin y la subor-dinacin
no impidieron que la poblacin autctona se mantuviera en resistencia
hasta el momento actual y eso a pesar de los internados
cons-truidos en Qubec y Michoacn para llevar a cabo la aculturacin
y asi-milacin de algonquinos y purpechas.
En el segundo tercio del siglo XX algo comenz a cambiar. Las
Pri-meras Naciones a partir de sus organizaciones emprendieron
movili-zaciones, al tiempo que demandaban el derecho a la educacin
y el re-conocimiento de sus diferencias. En 1973, las poblaciones
autctonas de Canad lograron establecer nuevas relaciones con el
gobierno, cuando ste ltimo asinti que la educacin autctona sera
formalizada desde
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Yanga villagmez velzquez Y maRa Rosa nuo gutiRRez
aquel momento por ciudadanos autctonos: La matrise indienne de
lducation indienne (el control indgena de la educacin indgena).
Aunque hoy, son muchos los aspectos que quedan pendientes para
lo-grar un control total, podemos decir que, lo anterior, no tuvo
parangn en Mxico, si se tiene en cuenta que entonces, como ahoraes
la SEP y el sindicato quienes regulan todo lo relativo a la
educacin indgena y no indgena, a pesar de la existencia de
iniciativas alternas con dimensin local.
Las reivindicaciones de las poblaciones autctonas no pararon aqu
sino que continuaron a lo largo de la dcada de los ochenta y las
siguien-tes. De tal suerte que hoy Canad y Mxico han firmado
numerosas Convenciones, Acuerdos, Resoluciones, Constituciones,
etctera, por las que se reconocen los derechos de las poblaciones
originarias de Amri-ca, pero an con todo se sigue observando cmo
stas no tienen el mis-mo estatus de igualdad y viven en condiciones
de inferioridad y dife-rencia en relacin con la sociedad
mayoritaria, valga decir en otras palabras, que en condiciones
socioeconmicas similares a las de los pa-ses del Tercer Mundo,
donde se les segrega como en el caso de Canad mediante reservas. En
el fondo, lo que opera es una falta de reconoci-miento por parte de
la sociedad mayoritaria que conserva no slo una enorme ignorancia
del otro sino que adems mantiene graves prejui-cios, ejerciendo la
diferencia.
Mientras se va ampliando la brecha de la pobreza, sta afecta de
lle-no a la educacin, al acceso de los alumnos, como tambin al
aprendiza-je y la permanencia en la escuela. En Mxico muchos nios y
jvenes abandonan los estudios para trabajar. Cuando vuelven si es
que lo ha-cen se encuentran rezagados y no hallan las condiciones
para continuar pues, los programas educativos no permiten una
educacin especial y adecuada a la diversidad lingstica y
cultural.
El panorama descrito ms arriba no se aleja sustancialmente de lo
que acontece en Canad. Entre las Primeras Naciones (que representan
3.8% de la poblacin total, frente a 10% de la poblacin indgena de
Mxico) se descubre que los recursos que destina el gobierno para
aten-der la demanda educativa son insuficientes, lo que indica que
no es la proporcin numrica en relacin con dichos recursos lo
determinante, sino que en realidad, lo que impide una equidad en la
distribucin de
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219
la educacin indgena en mxico Y canad
los mismos, est en correlacin a planteamientos
ideolgicos-polticos discriminatorios provenientes de la sociedad
blanca.
Tambin resulta importante sealar lo desoladora que puede llegar
a ser la desestructuracin familiar percibida entre autctonos
canadien-ses, traducindose en una anomia que produce altas tasas de
suicidio entre los jvenes. En Mxico, los lazos entre los miembros
de las familias son estrechos y f