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Artculo
Estudio del acoso psicolgico en la universidad pblica de
Galicia
A study of mobbing among the staff in the university of
Galicia
M. NGELES LPEZ-CABARCOS1EDUARDO PICN-PRADO2
PAULA VZQUEZ-RODRGUEZ2
RESUMEN
El objetivo de este trabajo es la caracterizacin de los procesos
de acoso psicolgicoentre el personal de administracin y servicios
de la universidad pblica de Galicia. Paraello, se ha seleccionado
una muestra formada por 321 personas, de las cuales un
8,7%manifiestan ser vctimas de mobbing. Los resultados sealan una
incidencia semejante entrelos hombres y entre las mujeres. Los
tipos de comportamientos ms frecuentes tienen quever tanto con la
esfera personal como con la profesional, y las atribuciones
causales mssealadas por las vctimas se refieren a aspectos
relacionados con la organizacin del centroy el deterioro del clima
laboral. Las vctimas sealan como principales consecuencias
delmobbing aspectos relacionados con la salud psicolgica y
emocional, siendo la estrategiams empleada para enfrentarse a estos
ataques la pasiva, es decir, no hacer nada.
ABSTRACT
The aim of this study is the characterization of the processes
of mobbing among admin-istration and services staff in the
University of Galicia. A sample of 321 subjects was sur-
Revista de Psicologa del Trabajo y de las Organizaciones, 2008,
vol. 24 n. 1 41
Revista de Psicologa del Trabajo y de las Organizaciones -
2008Volumen 24, n. 1 - Pgs. 41-60. ISSN: 1576-5962
Fecha de Recepcin: 26-07-2006 Fecha de Aceptacin: 04-08-2008
1 Universidad de Santiago de Compostela. Departamento de
Organizacin de Empresas y Comercializacin.Facultad de Administracin
y Direccin de Empresas. [email protected]
2 Unidad de Psicologa del Consumidor y Usuario. Universidad de
Santiago de Compostela. Facultad de Psi-cologa.
[email protected]
3 Departamento de Organizacin de Empresas y Comercializacin.
Universidad de Santiago de Compostela.Facultad de Administracin y
Direccin de Empresas. [email protected]
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veyed. Results show that a significant percentage of workers
perceive themselves as victimsof mobbing regardless the gender. The
most frequent types of behaviors have to do withboth the personal
and the professional spheres. The victims causal attributions refer
toaspects related to the organization and deterioration of the work
climate. As main conse-quences of mobbing, victims point out
aspects related to the psychological and emotionalhealth being the
passive strategy (no reaction) the most used to protect themselves
fromthese attacks.
PALABRAS CLAVE
Mobbing, bullying, Acoso psicolgico, Universidad.
KEY WORDS
Mobbing, Bullying at work, Psychological
harassment,University.
Estudio del acoso psicolgico en la universidad pblica de
Galicia
42 Revista de Psicologa del Trabajo y de las Organizaciones,
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INTRODUCCINEl acoso psicolgico en el trabajo ha
sido objeto de estudio desde la dcada delos 80 por numerosos
investigadores,siendo los trminos ms empleados parahacer referencia
a este tipo de conductaslos siguientes: mobbing (Leymann,
1996;Zapf, Knorz y Kulla, 1996), emotionalabuse (Keashly, 1998),
harassment(Bjrkqvist, sterman y Hjelt-Bck,1994; Brodsky, 1976) y
bullying (Einar-sen y Skogstad, 1996; Einarsen, 1999;Rayner, 1997;
Vartia, 1996). En Espaase emplea, indistintamente, el trminomobbing
y acoso psicolgico en el traba-jo para hacer referencia a este tipo
deprocesos.
Leymann (1996) define el mobbingcomo:
Comunicacin hostil y desprovistade tica que es administrada de
formasistemtica por uno o unos pocos indi-viduos, principalmente
contra un nicoindividuo, quien, a consecuencia deello, es arrojado
a una situacin desoledad e indefensin prolongada, abase de acciones
de hostigamiento fre-cuentes y persistentes (definicin esta-dstica:
al menos una vez por semana) ya lo largo de un prolongado
perodo(definicin estadstica: al menos duran-te seis meses) (p.
168).
Adems de definir el concepto, Ley-mann (1996) define 45
actividades carac-tersticas de mobbing en funcin de
lasconsecuencias sobre la vctima. Estas acti-vidades se clasifican
en cinco grandes gru-pos que, en forma de cuestionario,
consti-tuyen el denominado LIPT (LeymannInventory of Psychological
Terrorization).Son los siguientes:
1. Acciones dirigidas a limitar la capa-cidad de la vctima para
comunicar-se libremente. Se niega a la vctimala posibilidad de
comunicarse ade-cuadamente, se le silencia, se diri-gen ataques
verbales sobre la cali-dad de su trabajo, se le amenaza
ver-balmente, etc. En resumen, a la vc-tima se le niega el derecho
a expre-sarse o hacerse or.
2. Acciones dirigidas a limitar el con-tacto social de la
vctima. No se ledirige la palabra a la vctima, presio-nando a los
testigos para que tampo-co lo hagan, se le limita el acceso ala
informacin y se le asla fsica-mente de los compaeros.
3. Acciones dirigidas a destruir sureputacin personal. Se somete
a lavctima a todo tipo de chismes, bur-las y risas sobre su
persona, sobre sufamilia, orgenes, etnia, raza, formade hablar o
actuar, etc.
4. Acciones dirigidas a limitar o des-acreditar su actividad
laboral. Seasigna a la vctima tareas muy pordebajo o muy por encima
de suscapacidades profesionales, no se leasigna tarea alguna, se
critica enexceso cualquier tipo de error o falloque comete en el
desempeo de sutrabajo, se cuestiona su capacidadprofesional,
etc.
5. Acciones dirigidas contra la saludfsica de la vctima. Se
asigna a lavctima trabajos peligrosos, se leagrede, se le ataca
fsicamente osexualmente, etc.
Como se puede observar, en algunoscasos las conductas de acoso
se traducen
M. ngeles Lpez-Cabarcos, Eduardo Picn-Prado y Paula
Vzquez-Rodrguez
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en ataques verbales o fsicos, pero habi-tualmente se trata de
actuaciones muchoms sutiles como el aislamiento o laexclusin del
grupo, la minusvaloracindel desempeo o la bsqueda de situacio-nes
ridiculizantes (Leymann, 1996; Zapfet al., 1996).
Estos comportamientos provocan en elindividuo numerosas secuelas
fsicas ypsicolgicas estrs, ansiedad, depresin,insomnio, etc.-
(Bjrkqvist, sterman yHjelt-Bck, 1994; Brodsky, 1976; Di Mar-tino,
Hoel y Cooper, 2003; Leymann,1996), que redundan en un mayor nivel
deabsentismo laboral, un incremento de lasbajas laborales, un
descenso en la produc-tividad del individuo y un empeoramientode la
satisfaccin laboral (Einarsen y Rak-nes, 1997; Hoel, Einarsen y
Cooper, 2003;Hoel, Sparks y Cooper, 2001; Kaufer yMattman, 1998;
Keashly y Jagatic, 2003;Quine, 2001). Adems, existen otros cos-tes
de difcil cuantificacin, pero de indu-dable existencia, que son los
asociadoscon la destruccin personal de la vctima,la desmembracin
del grupo y de toda laorganizacin, la prdida de ilusin y
espe-ranza, e, incluso, de la propia vida (Lpez-Cabarcos y
Vzquez-Rodrguez, 2003).
Si bien el trmino mobbing es utilizadopara hacer referencia a
cualquier actuacinnegativa llevada a cabo contra un
objetivopreviamente elegido, Leymann (1996)establece que para que
una vctima demobbing sea considerada como tal, laduracin mnima del
ataque debe ser, almenos, de seis meses y suceder, al menos,una vez
a la semana. As, se excluyen con-flictos pasajeros u otro tipo de
problemasderivados de las relaciones interpersonalesen el entorno
laboral que, si bien puedendaar a las personas, no constituyen
con-ductas de acoso psicolgico.
Datos recientes sobre la incidencia delmobbing reflejan que
afecta a un 5% de lostrabajadores europeos y a un 2.8% de
losespaoles (Parent-Thirion, Fernndez-Macas, Hurley y Vermeylen,
2007). Porsectores, el educativo ha sido sealado ennumerosos
estudios como uno de los msafectados por los procesos de
mobbing,oscilando la tasa de afectados entre el 7,8%de la ltima
Encuesta Europea de Condicio-nes de Trabajo (Parent-Thirion et al.,
2007),el 12% obtenido por Di Martino et al.(2003) y por Paoli y
Merlli (2001), y el15,6% obtenido en el estudio de Hoel yCooper
(2000). Dentro del sector educativo,la educacin superior ha
recibido una espe-cial atencin por parte de los investigado-res.
Bjrkqvist, sterman y Hjelt-Bck,(1994) fueron los primeros en
analizar elmobbing entre el personal universitario,obteniendo una
tasa de afectados del 21%.En Espaa, Justicia (2003) calcula que
un11% de los trabajadores de la Universidadde Granada son vctimas
de acoso psicol-gico en el trabajo. En un estudio
posterior,Justicia, Bentez y Fernndez de Haro(2006) obtienen una
tasa de afectados del9,31% en dos universidades andaluzas.
Estasimilitud en las tasas de incidencia contras-ta con los
resultados obtenidos por Piuel(2004), que sita la incidencia del
mobbingentre el profesorado universitario encuesta-do en un 51,67%,
y por Buenda (2003) quecifra en un 43,36% el porcentaje de
acosa-dos en una muestra de empleados universi-tarios de la
Universidad de Murcia.
El objetivo general del estudio es lacaracterizacin de los
procesos de acosopsicolgico entre el Personal de Adminis-tracin y
Servicios de la universidad pblicade Galicia, lo que supone
analizar: 1) laincidencia de los procesos de acoso psicol-gico
entre el Personal de Administracin yServicios del Sistema
Universitario Galle-
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Galicia
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go, 2) las conductas infringidas a las vcti-mas, 3) las
atribuciones causales que hacenlas vctimas de las conductas
sufridas, (4)las consecuencias de estas conductas sobrela salud de
la vctima, y (5) la respuestahabitual de la vctima ante tales
conductas.
MTODOParticipantes
Este estudio forma parte de una investi-gacin ms amplia sobre
mobbing entre elPersonal de Administracin y Servicios(PAS) y el
Personal Docente e Investigador(PDI) de las tres universidades
pblicas deGalicia (Santiago de Compostela, Corua yVigo). En este
trabajo se incluyen los resul-tados obtenidos para el colectivo de
PAS.
El universo de estudio est formadopor un total de 2.517
personas, de las cua-les responden a la encuesta un total de321.
Esto supone una tasa de respuestadel 12,6%, similar a la obtenida
en otrosestudios de mobbing en la universidad(Buenda, 2003; Cox y
Goodman, 1995;Justicia et al., 2006). La muestra est for-mada por
129 PAS (40,19%) de la Uni-versidad de Santiago de Compostela(USC),
91 (28,35%) de la Universidad deVigo (UVI) y 101 (31,46%) de la
Univer-sidad de A Corua (UDC). Del total de lamuestra, 99 personas
son hombres(30,84%) y 222 son mujeres (69,16%).Casi la mitad de la
muestra 153 perso-nas- tienen edades comprendidas entre los33 y los
42 aos de edad (47,7%), 199personas estn casadas o viviendo
enpareja (63%) y 212 cuentan con estudiossuperiores (67%). En
cuanto a su perfilprofesional, 178 personas pertenecen a lacategora
de funcionarios (55,45%), 135personas pertenecen a la categora
laboral
(42,06%), y 8 personas no proporcionaneste dato (2,49%).
Instrumentos
Se ha elaborado un cuestionario pararecoger todos aquellos
aspectos sobreacoso psicolgico de inters para la pre-sente
investigacin, adems de una seriede datos sociodemogrficos generales
parapoder efectuar los cruces de variables. Laprimera parte del
cuestionario consta de13 preguntas relativas a: universidad ycampus
de pertenencia, centro o departa-mento de pertenencia, sexo, edad,
estadocivil, nivel de estudios, categora profesio-nal, tiempo de
experiencia en la universi-dad y tiempo de experiencia en el
puesto.La siguiente parte consta de cuatro blo-ques: 1)
identificacin de las vctimas, 2)identificacin de las conductas
sufridas, 3)atribuciones causales, 4) consecuenciassobre la salud
de la vctima, y 5) respuestade la vctima ante los ataques.
Identificacin de las vctimas (3 tems).Para identificar a una
persona como vcti-ma de mobbing se ha empleado la defini-cin de
Leymann (1996): Comunicacinhostil y desprovista de tica que es
admi-nistrada de forma sistemtica por uno ounos pocos individuos,
principalmentecontra un nico individuo, quien, a conse-cuencia de
ello, es arrojado a una situa-cin de soledad e indefensin
prolongada,a base de acciones de hostigamiento fre-cuentes y
persistentes (definicin estads-tica: al menos una vez por semana) y
a lolargo de un prolongado perodo (defini-cin estadstica: al menos
durante seismeses). La definicin va seguida de lasiguiente pregunta
a la que la personadebe contestar afirmativa o negativamen-te:
Teniendo en cuenta esta definicin,
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Vzquez-Rodrguez
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cree que es usted actualmente vctima deuna situacin de acoso
psicolgico en eltrabajo?. Al igual que en otros estudios(Einarsen y
Skogstad, 1996; Einarsen,Raknes y Matthiesen, 1994; Eriksen
yEinarsen, 2004) se ha empleado el auto-diagnstico como medida del
mobbing,mtodo considerado por algunos investi-gadores como el ms
vlido para medir laexposicin percibida a este tipo de con-ductas
(Einarsen, 2000; Salin, 2001), aun-que conduzca a una valoracin
conserva-dora del nmero de vctimas, ya que pare-ce detectar,
comparado con otros mtodos,slo aquellos casos ms severos de
mob-bing (Zapf y Einarsen, 2003).
Adems, se han incluido otras dos pre-guntas relacionadas con la
identificacin delos procesos de mobbing. En la primera, seha pedido
a los encuestados que indiquen sihan sido vctimas de mobbing en el
pasado(proceso finalizado en el presente) dentrode la universidad,
el tiempo de duracin delproceso y las repercusiones del mismo
(e.g.Prejubilacin, Traslado a otro centro,Traslado a otro campus).
En la segunda,se pide a los encuestados que indiquen sihan
presenciado en su entorno laboralalgn caso de mobbing (s, hace
menos deun ao; s, hace de uno a tres aos; s,hace ms de tres aos;
no).
Identificacin de las conductas sufridas(46 tems). Se ha empleado
un listado de46 conductas elaborado a partir del LIPT-60 de Gonzlez
de Rivera y Rodrguez-Abun (2003) y de la escala Cisneros(Piuel y
Oate, 2002, 2003). Para cadaconducta el encuestado debe sealar
lafrecuencia con la que sufren cada una deellas (entre 0 nunca- a 4
diariamente-).
Atribuciones causales (24 tems). Esca-la creada a partir de los
trabajos de Piuel
y Oate (2002, 2003), de Bjrkqvist,sterman y Hjelt-Bck (1994) y
Vartia(1996), donde las vctimas deben sealarpara cada tem su grado
de acuerdo o dedesacuerdo (s, en parte, no) (e.g. Porenvidia, Por
ser diferente a otros, Por-que quieren desembarazarse de m).
Consecuencias sobre la salud (42tems). Se han medido mediante la
adapta-cin al espaol del cuestionario de medidade mobbing de
Lazzari (2001). El encues-tado debe indicar con qu frecuencia
hasufrido cada uno de los sntomas descritos(nunca, alguna vez,
habitualmente, siem-pre) (e.g. Estoy nervioso e irritable,Siento
una profunda angustia cuando voyhacia mi trabajo, Tengo
insomnio).
Respuesta de la vctima (11 tems). Seha medido a travs de una
adaptacin dela escala propuesta por Piuel y Oate(2003). Se han
descrito las posibles accio-nes que pueden llevar a cabo las
vctimasde mobbing clasificndolas en respuestasactivas y asertivas,
pasivas, agresivas,evasivas y de denuncia (e.g. Hablar conel
agresor intentando solucionar el proble-ma, No hacer nada, Actuar
de manerasimilar a la del agresor, Huir, poner tie-rra por medio,
Ponerlo en conocimientode la organizacin).
No se han analizado las propiedades psi-comtricas de las escalas
debido a que nohan sido elaboradas con una intencin diag-nstica,
sino ms bien exploratoria, con elobjeto de conocer mejor las
caractersticasdel mobbing en el contexto universitario.
Procedimiento
El primer paso para llevar a cabo elestudio consisti en
contactar con los
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gerentes de las tres universidades paraexplicarles los objetivos
de la investiga-cin, y solicitarles el permiso para comu-nicar a
toda la comunidad universitaria larealizacin del mismo a travs de
las listasde distribucin (por e-mail). Una vez obte-nidos los
respectivos permisos se llev acabo un primer aviso a principios de
mayode 2003, en el que se indicaban los objeti-vos del estudio, la
confidencialidad y ano-nimato de los datos, y el procedimiento
derecogida de los mismos. Al da siguientese procedi a enviar todos
los cuestiona-rios por va postal. En la USC el envo sellev a cabo
por el sistema de correo inter-no de la universidad, mientras que
en laUVI y en la UDC se contact con un pro-fesor que siguiera este
mismo procedi-miento en su universidad. La recogida dedatos se
realiz entre los meses de mayo yjunio de 2003. A principios de
junio seenvi un nuevo mensaje recordatorio atravs de las listas de
distribucin de lastres universidades. En el cuadro de
ins-trucciones que figuraba en la propiaencuesta se indicaba la
forma de reenviarel cuestionario cubierto. En la USC elcuestionario
se reenvi por correo internoa los propios investigadores, mientras
queen la UVI y en la UDC las personas decontacto fueron los mismos
profesores querealizaron el envo.
Los datos han sido analizados medianteel paquete estadstico SPSS
14.0.
RESULTADOS
Incidencia del mobbing
Un 8,7% del PAS que forma la muestramanifiesta estar padeciendo
procesos deacoso psicolgico actualmente en su pues-to de trabajo.
Su perfil se corresponde
mayoritariamente con el de una mujer(60,7%), de entre 28 y 42
aos (75,6%),casada o viviendo en pareja (71,4%), conestudios
superiores (50,0%) y funcionaria(70%). No se han encontrado
diferenciassignificativas entre las vctimas y las novctimas en
ninguna variable de tipo so-ciodemogrfico y laboral.
Hasta un 11,5% de los PAS entrevista-dos manifiestan haber sido
vctimas demobbing en el pasado. La duracin mediadel proceso de
acoso fue de 36 meses(s
x=35,18) y las repercusiones ms comu-
nes fueron el traslado a otros centros detrabajo (26% del total)
e incluso el cambiode actividad profesional (12%). Tambintuvo
consecuencias en la salud del acosa-do, puesto de manifiesto a
travs de susbajas laborales intermitentes (12%).
Por ltimo, resulta interesante constatarque hasta un 38,7% de
los entrevistadosmanifiestan haber observado en algnmomento
procesos de acoso psicolgicoen su entorno laboral prximo, y un
15,0%han sido testigos de conductas de acosodurante el ltimo ao,
porcentaje queprcticamente dobla al de personas quemanifiestan ser
ellas mismas vctimas deacoso.
Manifestaciones del acoso
Las manifestaciones de acoso psicol-gico ms frecuentes son: no
transmitirinformaciones tiles (66% de los acosadossealan padecer
esta conducta); no hablarni reunirse con el acosado (53,6%);
lesio-nar la autoestima (53,6%); controlar enexceso el trabajo de
la vctima (46,4%);infravalorar su esfuerzo profesional(46,4%);
criticar exageradamente su traba-jo (46,4%), evalundolo
negativamente
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(42,9%); desacreditar a la vctima delantede otros (42,9%),
amplificando nimieda-des y acusndola de errores y fallos difu-sos
(42,9%).
El anlisis desglosado por sexo aparecerecogido en la Tabla 1,
junto a la diferencia
porcentual para cada categora entre lasmenciones de hombres y de
mujeres. Comopuede observarse, las mujeres tienden amencionar en
mayor medida que los hom-bres aspectos como las crticas y
evaluacio-nes negativas de su trabajo, junto a las bro-mas y
calumnias deliberadas que minan
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Tabla 1. Principales diferencias en las manifestaciones de acoso
psicolgico entrehombres y mujeres
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profundamente su autoestima y su relacincon el grupo. Los
hombres, por el contra-rio, parecen estar ms preocupados por
lasrepercusiones ms cognitivas y profesio-nales del acoso, es
decir, que no se les reco-nozca profesionalmente y que se
limitensus posibilidades de ascenso profesional deforma
malintencionada. El escaso tamaomuestral impide confirmar
estadsticamentetodas estas diferencias, excepto para el casode esta
ltima manifestacin (X21 = 4,043; p= 0,044). Por otra parte, puede
observarsetambin que determinadas conductas rela-cionadas con el
acoso sexual estn lejos deproducirse de forma residual,
especialmen-te entre las mujeres acosadas.
Una de las variables que est ms aso-ciada con la incidencia de
determinadas
conductas de acoso es el grado de estabi-lidad laboral que tiene
el trabajador. Aun-que en general el PAS funcionario no
sediferencia estadsticamente del que no loes respecto a la
incidencia general delacoso, s es cierto que el PAS con
mayorprecariedad e inestabilidad laboral mani-fiesta sufrir
significativamente conductastales como aislamiento fsico (X21
=4,352; p = 0,037), asignacin de tareasabsurdas (X21 = 5,891; p =
0,015), crticas(X21 = 4,299; p = 0,038) y evaluacionesnegativas de
su trabajo (X21 = 10,296; p =0,001), infravaloracin del esfuerzo
per-sonal (X21 = 4,299; p = 0,038), gestos des-preciativos (X21 =
5,891; p = 0,015), eincluso ataques a sus convicciones polti-cas
y/o religiosas (X21 = 11,152; p =0,001) (ver Tabla 2).
Tabla 2. Principales diferencias en las manifestaciones de acoso
psicolgico entrefuncionarios y no funcionarios
-
Atribuciones de los procesos de acosopsicolgico
En cualquier caso, de un total de 24opciones posibles, los
motivos ms sea-lados por el PAS para justificar los proce-sos de
acoso psicolgico que estnsufriendo son fundamentalmente elambiente
malsano del centro (44,4% demenciones) y su organizacin
(40,7%).Tras estas atribuciones de tipo organiza-cional aparecen
otros aspectos ms referi-dos a caractersticas personales del
acosa-do, como determinados comportamientosde la vctima que piensan
que molestan alacosador (44,4%), especialmente su bri-llantez y
buenos resultados profesionales(33,3%), lo que genera celos y
envidias endeterminadas personas de su entorno(25,9%) (ver Tabla
3).
Segmentando en funcin de las princi-pales variables de tipo
sociodemogrfico ylaboral no se han encontrado diferencias
estadsticamente significativas entre unosgrupos y otros.
Efectos y consecuencias sobre la salud
Del listado de 42 posibles efectos sinto-mticos del acoso
psicolgico sobre lasalud, los ms citados por las personas
quemanifiestan ser vctimas son la irritabili-dad y nerviosismo
(60,7% de los acosadospadecen este trastorno), sensacin
deinjusticia laboral (60,7%), evitacin desituaciones que le
recuerden el acoso psi-colgico, angustia e impotencia (53,6%
demenciones cada uno). Un menor nmerode vctimas sealan tambin
consecuen-cias de tipo fsico como dolores muscula-res (53,6%),
problemas de sueo (50,0%)y fatiga (46,4%) (ver Tabla 4).
Se han encontrado interesantes indica-dores de posibles lneas
diferenciales entresegmentos especficos. Por ejemplo, las
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Tabla 3. Atribuciones ms comunes que hacen los encuestados de
las actitudes yconductas hostiles
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mujeres tienen sentimientos de culpa enmayor medida que los
hombres (X21 =4,941; p = 0,026), lo que es congruentecon el tipo de
manifestaciones del acosoque muestran las acosadas. Por otro
lado,el PAS que no es funcionario muestramayores sentimientos de
impotencia antesu situacin injusta (X21 = 4,636; p =0,031), lo que
se traduce en un cuadro cl-nico distintivo caracterizado por una
signi-ficativa mayor presencia de dolores en elpecho (X21 = 4,352;
p = 0,037), insomnio(X21 = 4,636; p = 0,031) y disminucin dela
libido (X21 = 4,636; p = 0,031).
Tipo de respuesta de la vctima
La respuesta ms frecuente de las vcti-mas de acoso es la pasiva
(no hacer nada),
seguida de la activa y asertiva (hablar con elacosador) y la de
denuncia inicial (ponerloen conocimiento de los superiores
jerrqui-cos, comit de empresa y/o sindicatos). Sinembargo, ninguna
de las vctimas ha llega-do a materializar sus quejas en una
denun-cia formal. Tampoco se ha llegado a darninguna respuesta
agresiva (ver Tabla 5).
No se han detectado diferencias signifi-cativas en ninguna de
las respuestas entrelas diferentes variables de
segmentacinconsideradas (sexo, edad, categora profe-sional).
DISCUSINLos resultados de nuestro estudio sea-
lan que el 8,7% del PAS que forma la
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Tabla 4. Efectos sintomticos ms comunes del acoso psicolgico
sobre la salud
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muestra manifiestan ser vctimas de proce-sos de acoso psicolgico
actualmente ensu puesto de trabajo. Esta tasa de afecta-dos es
similar a la obtenida en algunosestudios de mobbing sobre una
muestra deempleados universitarios. Es el caso delestudio de
Justicia (2003) con un porcen-taje de vctimas de mobbing del 11%, o
elde Justicia et al. (2006) con una tasa deafectados del 9,31% (el
20,9% pertenecenal colectivo de PAS). Sin embargo, es
sig-nificativamente inferior a la tasa de afecta-dos recogida en el
estudio de Bjrkqvist,sterman y Hjelt-Bck (1994), en el queun 24% de
las personas encargadas de lasactividades de administracin, economa
yservicios (PAS) estn afectadas por proce-sos de mobbing; o en el
estudio de Buen-da (2003) donde el porcentaje de PASafectado
representa un 37,8% de losempleados de la muestra que
manifiestansufrir este tipo de procesos.
Adems, los resultados del trabajo indi-can que no existen
diferencias estadstica-mente significativas entre las vctimas y
las no vctimas en ninguna variable de tiposociodemogrfico (sexo,
edad) ni laboral.
La mayora de los estudios sobre laincidencia de mobbing en
cualquier colec-tivo analizan las diferencias que existenentre el
grupo de vctimas y el de no vcti-mas en base a la variable sexo, no
exis-tiendo una opinin unnime sobre si lasmujeres estn ms afectadas
por este tipode procesos que los hombres, o viceversa.Algunos
autores, entre los que nos encon-tramos, no encuentran diferencias
signifi-cativas en relacin a esta variable entre lasvctimas y las
no vctimas de mobbing(Einarsen y Skogstad, 1996; Leymann,1996;
Vartia, 1996; Rayner, 1997; Hoel yCooper, 2000; Justicia, 2003; Cox
yGoodman, 2005, entre otros); mientrasque otros sealan que el sexo
femenino esacosado en mayor medida que el masculi-no (Bjrkqvist,
sterman y Hjelt-Bck,1994; Justicia et al., 2006; Piuel, 2004;Salin,
2003; Moreno-Jimnez, Rodrguez-Muoz, Garrosa, Morante y
Rodrguez,2005, entre otros). Incluso, en el estudio
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Tabla 5. Respuestas ms comunes de la vctima de acoso
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de Bjrkqvist, sterman y Lagerspetz(1994) el 25% de los
participantes men-cionan el gnero como una posible raznpara el
proceso que sufren.
Lo mismo sucede con la variable edad,donde en funcin de las
franjas conside-radas se obtienen o no diferencias signifi-cativas.
En un estudio llevado a cabo enNoruega (Einarsen y Skogstad, 1996)
yque comprende catorce sectores de activi-dad, entre ellos la
Universidad, se evi-dencia que existen diferencias significati-vas
entre las vctimas por razn de edad.As, los empleados de ms de 50
aospresentan ndices de acoso mayores quelos empleados menores de
esa edad,excepto en algn sector (como el de laUniversidad) donde
esta tendencia seinvierte. Otros estudios (Einarsen y Rak-nes,
1997; Felson, 1992) siguen esta lti-ma pauta, de tal modo que si
bien existendiferencias significativas por razn deedad, son los
trabajadores ms jveneslos que sufren en mayor medida los pro-cesos
de mobbing. Tambin Justicia et al.(2006) seala como colectivo ms
afecta-do a las personas de entre 25 y 45 aos.La falta de
homogeneidad en los interva-los de edad empleados impide sacar
con-clusiones al respecto.
Del mismo modo, las personas quemanifiestan sentirse vctimas de
mobbingno presentan diferencias significativas encuanto a su perfil
profesional funcionarioy laboral-, coincidiendo as con los
resul-tados obtenidos para el mismo campo deanlisis por Justicia et
al. (2006). Estosautores afirman que el mobbing no afectaa los
grupos profesionales con mayor ines-tabilidad laboral y/o menor
experiencia,tal y como defiende Piuel (2001), sinoque afecta a
todos por igual con indepen-dencia de su categora profesional.
En general, las conductas de acoso psi-colgico se pueden agrupar
en dos catego-ras, una formada por ataques hacia la per-sona y otra
relacionada con el desempeodel trabajo (Einarsen y Hoel, 2001).
Ennuestro estudio las conductas ms frecuen-tes sealas por las
personas que manifies-tan ser vctimas de mobbing tienen porobjeto
limitar la posibilidad de la vctimapara comunicarse adecuadamente,
provo-cando as la exclusin de sta del grupo y,consecuentemente, el
aislamiento social(ataques hacia la persona); as como redu-cir su
ocupacin laboral y su empleabili-dad mediante la desacreditacin
profesio-nal (ataques relacionados con el desempe-o de las tareas).
Estos resultados coinci-den en parte con los obtenidos por
Einar-sen et al. (1994) que sealan que el aisla-miento social, la
exclusin, el descensodel trabajo y del esfuerzo, y las bromas
einsultos sufrido son las conductas deacoso sufridas en mayor
medida por lasvctimas de su estudio. Por su parte, Vartia(1991)
establece como principales con-ductas las calumnias, los chismes y
losrumores sobre la persona, la exclusinsocial, el otorgamiento de
pocas o muchastareas, las crticas continuas al trabajo y alos
resultados, la violencia fsica y lasinsinuaciones sobre el estado
mental de lavctima. Si se comparan los resultadosobtenidos en
nuestro estudio con los resul-tados de los estudios espaoles en el
mbi-to universitario no se observan muchasdiferencias. As, Buenda
(2003) sealacomo principales manifestaciones delacoso psicolgico la
distorsin de las pala-bras o del trabajo de la vctima, la
evalua-cin injusta o sesgada (negativamente) deltrabajo desempeado
por sta y los rumo-res y calumnias sobre su persona; mientrasque
Justicia (2003) seala que ocultarinformaciones relevantes a la
vctima,infravalorar su trabajo y no tener en cuen-
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ta su opinin son las conductas de acosopsicolgico que se suceden
con mayor fre-cuencia. Justicia et al. (2006) tambin pre-senta
resultados muy similares, sealandocomo conductas ms frecuentes la
oculta-cin de informacin, la exclusin social,la infravaloracin del
esfuerzo y trabajorealizado, o el impedir a la vctima la
rea-lizacin de ciertas actividades.
Aunque dentro de las listas de conduc-tas empleadas para medir
el mobbingsiempre se recogen comportamientos rela-cionados con las
amenazas fsicas, la vio-lencia fsica directa o el acoso
sexual,estos comportamientos casi nunca se sit-an entre las
conductas ms sealadas porlas vctimas. De hecho, la incidencia de
laviolencia fsica y el acoso sexual es anec-dtica en la mayora de
los estudios emp-ricos sobre mobbing. Los resultados delestudio de
Einarsen y Raknes (1997) sea-lan que slo un 2,5% de los
trabajadoresde la muestra sufrieron amenazas o ata-ques fsicos,
mientras que en el estudio deMikkelsen y Einarsen (2001) el
porcentajede vctimas afectadas por actos de violen-cia fsica o
acoso sexual fue del 1,2%. EnEspaa, Gonzlez de Rivera y
Rodrguez-Abun (2006) indican que slo el 2,6% delos trabajadores de
su estudio afectadospor mobbing refieren sufrir ataques
fsicosdirectos, mientras que el 11,4% recibenamenazas de ataques
fsicos. Por su parte,Piuel y Oate (2006) sealan una inci-dencia de
la violencia fsica del 1,4% deltotal de trabajadores que
participaron ensu estudio, mientras que el porcentaje deacosados
sexualmente alcanza el 2%. Estosignifica que aunque en ocasiones se
pro-ducen ataques o amenazas fsicas y sexua-les, la mayora de las
conductas caracters-ticas de los procesos de mobbing se refie-ren a
actos de violencia psicolgica, deexclusin, y de perjuicio social y
laboral
para el trabajador (Piuel y Oate, 2006;Zapf, Einarsen, Hoel y
Vartia, 2003).
El anlisis de las conductas sufridas enfuncin de la variable
sexo revela que lasmujeres de nuestro estudio sufren enmayor medida
que los hombres aspectosrelacionados con las crticas y las
evalua-ciones negativas de su trabajo, as comobromas y calumnias.
Los hombres parecensufrir conductas ms relacionadas con lafalta de
reconocimiento profesional y lalimitacin malintencionada de un
ascenso.Estos resultados parecen estar en contra-posicin con los
obtenidos por Vartia(1993), donde las mujeres sufren en mayormedida
conductas indirectas de mobbing,(rumores o aislamiento social),
mientrasque los hombres son objeto de conductasms directas
(amenazas o crticas). Otrode los anlisis llevados a cabo se
relacionacon las conductas sufridas en funcin de lacategora
laboral. Al contrario que en lavariable sexo, aqu s se encuentran
dife-rencias estadsticamente significativasentre los dos perfiles
analizados funcio-narios y laborales-. Los resultados indicanque el
personal laboral manifiesta sufrir enmayor medida que el personal
funcionarioconductas de exclusin social, evaluacinnegativa, injusta
y sesgada del trabajo, ygestos despreciativos.
Otro de los aspectos analizados en estetrabajo tiene que ver con
las razones esgri-midas por las vctimas para explicar lasconductas
sufridas. Los resultados delestudio indican la existencia
mayoritariade dos tipos de atribuciones, las de tipoorganizacional
(organizacin del centro yambiente laboral malsano) y las de
tipopersonal (envidia, obtencin de resultadossuperiores a la media,
el deseo de desem-barazarse de la vctima o el hecho de queciertos
comportamientos de la vctima
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molesten al agresor). Una de las atribucio-nes mencionadas ms
interesantes (por elsector analizado) es el hecho de
quererdesembarazarse de la vctima, bien porquemolesta su
comportamiento o bien porquequieren el puesto para otra persona. En
elsector pblico (y la universidad lo es) estono resulta sencillo
debido a la estabilidadlaboral que supone trabajar en este
sector,seas funcionario o personal laboral. Estehecho puede
provocar una sensacin deimpotencia y rabia en el agresor y ser
eldesencadenante del proceso de mobbing.Bjrkqvist, sterman y
Hjelt-Bck (1994)determinan que las razones que se ocultantras los
episodios de acoso psicolgico enel trabajo se centran ms en
aspectos detipo personal como son la envidia y lacompetitividad por
el puesto. Tambin losestudios espaoles sobre mobbing en
launiversidad establecen como una de lasprincipales razones del
acoso la envidia(Buenda, 2003; Justicia, 2003; Justicia etal.,
2006). El anlisis de estas atribucionescausales y la necesidad de
conocer deforma objetiva el porqu del mobbing hallevado a numerosos
investigadores aplantear distintas lneas de investigacinsobre los
antecedentes del mismo (Einar-sen, 2000). Dos de esas lneas se
centranprecisamente en el anlisis de los aspectosorganizativos
(Leymann, 1996) y persona-les como causa de este tipo de
procesos(Brodsky, 1976).
Sea cual fuere el origen o motivo queest detrs de las conductas
sufridas porla vctima, los efectos sobre su salud sondevastadores.
Depresin, ansiedad, an-gustia y sensacin de impotencia son
lasprincipales consecuencias sufridas por lasvctimas de acoso
psicolgico de nuestroestudio. Bjrkqvist, sterman y Hjelt-Bck (1994)
aaden a las anteriores laagresividad, e identifican relaciones
sig-
nificativas entre estas consecuencias yser vctima de mobbing. Al
igual quenuestro estudio, el de estos autores tam-bin encuentra
entre las vctimas deacoso sntomas claros de insomnio, ner-viosismo,
apata, falta de concentracin omelancola. Adems, establecen que
lasvctimas de acoso psicolgico en el traba-jo muestran sntomas
claros de estrspostraumtico (PTSD). Buenda (2003)seala la tristeza,
la irritacin y el nervio-sismo como efectos que se presentan
conmayor frecuencia entre los empleadosuniversitarios afectados de
este tipo deconductas. Por su parte, Justicia (2003)ampla un poco
ms el anlisis y estudialos efectos del acoso en cuatro reas:salud
emocional, actividad profesional,relaciones sociales y salud fsica.
La con-secuencia que se produce con mayor fre-cuencia en la salud
emocional es la ansie-dad, mientras que en la actividad
profe-sional es la desmotivacin laboral. Elprincipal problema en el
rea de las rela-ciones sociales son los problemas con loscompaeros,
y el efecto ms frecuente enlo que a salud fsica se refiere es
elinsomnio. Justicia et al. (2006) empleatambin esta clasificacin y
seala lasalud emocional como el rea ms afecta-da entre las vctimas
de su estudio. Aun-que resulta claro que este tipo de proce-sos
afecta fsicamente a las personas (e.g.temblores, trastornos
endocrinos, nuseas,hipertensin, dolores musculares, etc.),los
efectos psicolgicos son ms graves.La sensacin de impotencia, de
aislamien-to y de injusticia ante su situacin perso-nal, y la
necesidad de buscar situacionesque le eviten recordar el problema
que letoca vivir, se convierten en sentimientosinevitables,
existiendo una fuerte correla-cin entre la exposicin al mobbing y
laaparicin de este tipo de problemas emo-cionales (Hoel, Faragher y
Cooper, 2004).
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Incluso, Lewis (2004) menciona la sensa-cin de vergenza que
sienten las vcti-mas de su estudio (empleados universita-rios) ante
la situacin sufrida.
Ante una situacin de mobbing, lasestrategias de afrontamiento
del problemadesde la ptica de la vctima son muydiversas. En nuestro
estudio, la estrategiaelegida mayoritariamente por las vctimases no
hacer nada (pasiva), hablar con elacosador (activa y asertiva), y
ponerlo enconocimiento de la organizacin o losrganos de
representacin sindical(denuncia inicial). Justicia (2003)
obtieneresultados idnticos, siendo la pasividad(evitar a los
acosadores y aislarse) la estra-tegia por la que optan
mayoritariamentelas vctimas de su estudio.
Resulta curioso que en ningn caso lasquejas de las vctimas se
materialicen enuna denuncia judicial. Suponemos queesto se debe a
la dificultad de obtenerpruebas objetivas de los ataques,
impres-cindibles en un juicio de estas caractersti-cas. El hecho de
que en ningn caso lasvctimas decidan abandonar la organiza-cin como
una forma de escapar del pro-blema puede estar relacionado con
laseguridad laboral que reporta trabajar enel sector pblico, bien
como funcionario obien como personal laboral.
Los resultados obtenidos en nuestroestudio han de ser tomados
con cauteladebido a las limitaciones que presentan.La principal
limitacin del estudio eshaber considerado un universo de estudiomuy
amplio, que unido a lo delicado deltema a tratar ha provocado que
la tasa derespuesta no haya sido excesivamente ele-vada, lo que
condiciona la explotacin delos datos. Adems, la mayora de
losaspectos analizados se refieren nicamen-
te a las vctimas por lo que, por un lado, elnmero de datos se
reduce significativa-mente, y, por otro lado, los
resultadosobtenidos se basan nica y exclusivamenteen el
autodiagnstico de las vctimas (sub-jetivos), inconveniente habitual
en losestudios de este tipo y que ya ha sidosealado por varios
autores (Rayner yHoel, 1997; Einarsen, 2000). La segundalimitacin
hace referencia a la dificultadpara comparar este estudio con
cualquierotro realizado en sectores o colectivossimilares, debido
bsicamente a dos razo-nes: 1) la ausencia de una definicin
demobbing generalmente aceptada por lacomunidad cientfica; y 2) el
empleo dedistintos tipos de instrumentos metodol-gicos y de
recogida de los datos. Una ter-cera limitacin incluye otros
problemasderivados del tipo de investigacin reali-zada:
cuantitativa, descriptiva y transver-sal.
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