UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO CENTRO DE GEOCIENCIAS POSGRADO EN CIENCIAS DE LA TIERRA ESTUDIO DE LA DEFORMACIÓN CENOZOICA Y SISMICIDAD EN LA REGIÓN DE CANATLÁN, DURANGO T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: MAESTRO EN CIENCIAS PRESENTA: CONSTANCIO IVÁN BARAJAS GEA DIRECTOR DE TESIS: DR. ANGEL FRANCISCO NIETO SAMANIEGO 2008
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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
CENTRO DE GEOCIENCIAS
POSGRADO EN CIENCIAS DE LA TIERRA
ESTUDIO DE LA DEFORMACIÓN CENOZOICA Y SISMICIDAD EN LA REGIÓN DE CANATLÁN,
DURANGO
T E S I S
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: MAESTRO EN CIENCIAS
PRESENTA:
CONSTANCIO IVÁN BARAJAS GEA
DIRECTOR DE TESIS:
DR. ANGEL FRANCISCO NIETO SAMANIEGO
2008
Agradecimientos
A mis padres Israel y Amelia, también a mis hermanos Amelí e Israel por todo su apoyo y
motivación.
A Blanca por apoyarme en todo momento y por su comprensión durante la realización de
este trabajo.
Al Dr. Ángel Nieto por sus enseñanzas, ayuda, comentarios y apoyo económico.
Al Dr. Juan Martín Gómez y a la Dra. Susana Alaniz por su asesoría en la realización de
este trabajo y por su apoyo económico.
A los revisores de esta tesis: Dr. Ángel Nieto, Dr. Luca Ferrari, Dr. Gabriel Chávez, Dr.
Juan Martín Gómez, Dra. Susana Alaniz y Dr. Armando García (q.e.p.d.) por sus
comentarios y sugerencias que ayudaron a mejorar en mucho este trabajo.
A las personas que me ayudaron durante el trabajo de campo: Ing. Isidro Loza, Ing. José
Luis Rodríguez, Dra. Blanca Méndez e Israel Díaz.
Al Dr. Alexander Iriondo por su asesoría durante el trabajo de separación de minerales.
A Juan Tomás Vázquez por su asesoría durante la preparación de laminas delgadas.
A mis amigos José Luis, Montserrat, Isidro, Héctor. También a mis amigos y compañeros
del Centro de Geociencias.
Agradezco al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), por el apoyo
económico otorgado durante la estancia en el Posgrado en Ciencias de la Tierra de la
UNAM y también por el financiamiento brindado durante la realización de esta tesis,
dentro del proyecto 49049:
El papel de la falla San Luis-Tepehuanes en la evolución geológica del occidente de
México.
También agradezco a la UNAM- PAPIIT por el financiamiento durante la realización de
esta tesis con el proyecto IN-114306:
Monitoreo de sismicidad y modelado de deformación sísmica en localidades de
Durango, Estado de México, Querétaro y San Luis Potosí.
Dedico esta tesis a mi familia a mis padres Israel y Amelia
a mis hermanos Amelí e Israel
a mi sobrino Luis
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CONTENIDO
Agradecimientos
RESUMEN………………………………………………………………………..........
CONTENIDO…………………………………………………………………….........
ÍNDICE DE FIGURAS…………………………………………………………..........
ÍNDICE DE TABLAS……………………………………………………………........
1. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………
1.1 Objetivos y metas…………………………………………………………..
1.2 Localización geográfica del área de estudio……………………………….
1.3 Antecedentes……………………………………………………………......
1.3.1 Sistema de fallas San Luis-Tepehuanes…………………………
1.3.2 Estratigrafía regional…………………………………………...
1.3.2.1 Paleozoico……………………………………………….
1.3.2.2 Mesozoico……………………………………………….
1.3.2.3 Cenozoico……………………………………………….
1.3.3 Sismicidad.………………………………………………………
2. METODOLOGÍA………………………………………………………………....
2.1 Cartografía………………………………………………………………......
2.2 Fechamientos……………………………………………………………......
2.3 Análisis de lineamientos………………………………………………........
2.4 Análisis cinemático………………………………………………………....
2.5 Red sismológica temporal…………………………………………………..
2.6 Procesado de datos y análisis de las señales sísmicas………………………
2.7 Localización de hipocentros………………………………………………..
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3. ESTRATIGRAFÍA DEL ÁREA DE ESTUDIO………………………………...
3.1 Eoceno………………...………………………………………………….....
3.2 Oligoceno-Mioceno……………...………………………………………....
3.3 Plioceno-Holoceno………………...………………………………………..
4. GEOLOGÍA ESTRUCTURAL.……………………………………………….....
4.1 Análisis de alineamientos…………………………………………………..
Sismos históricos reportados y registrados en el estado de Durango………...........
Claves de las fotografías aéreas y cartas topográficas utilizadas………………….
Modelo de velocidades corticales propuesto para el área de estudio……………
Edades isotópicas K-Ar obtenidas en este estudio………………………………
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4.1
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Porcentaje de alineamientos por área y por sector………………………………...
Porcentaje de longitud de alineamientos por área y por sector……………………
Estaciones instaladas en la red sísmica temporal………………………………….
Eventos sísmicos registrados y localizados en el periodo abril 2006-abril
2007………………………………………………………………………………..
Eventos sísmicos registrados en dos estaciones en el periodo abril 2006 – abril
2007. DT: Diferencia en tiempo de inicio entre los dos registros…………………
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RESUMEN
El sistema de fallas fosa de Santiaguillo forma la parte noroccidental del sistema regional
de Fallas San Luis-Tepehunaes, y se encuentra ubicado entre las provincias Sierra Madre
Occidental y Mesa Central. Con base en el estudio estratigráfico, estructural y sismológico
en la región alrededor de la laguna de Santiaguillo, en las cercanías de Canatlán, Dgo., se
proponen ocho unidades litoestratigráficas que abarcan un rango temporal desde el Eoceno
hasta el Cuaternario. La base de la secuencia estratigráfica la componen andesitas
porfídicas, la parte media esta formada por una secuencia de ignimbritas, depósitos de caída
y lavas riolíticas, y la parte superior esta constituida por lavas basálticas y sedimentos
aluviales, lagunares y eólicos. También se proponen seis fases de deformación para el
sistema fosa de Santiaguillo ocurridas durante el Cenozoico. Este sistema está constituido
por cuatro zonas con diferentes características estructurales, una zona con fallamiento
normal asimétrico que originó una semifosa en la parte sureste del área de estudio, una zona
con fallamiento normal de mayor simetría que originó un sistema de pilares y fosas en la
parte noroeste del área de estudio y dos zonas de relevo de fallas, tanto izquierda como
derecha, que unen las dos zonas anteriores. El análisis cinemático de las fallas, sugiere 2
orientaciones de esfuerzos, una con σ3 orientado al ENE interpretada como la orientación
regional del esfuerzo principal compresivo mínimo (σ3), y otra con σ3 orientado NNW, lo
que puede interpretarse como un estado de esfuerzos local en la zona de relevo derecho.
Actualmente este sistema de fallas se encuentra activo, como lo muestran los datos
recopilados por una red sísmica temporal de abril de 2006 a abril de 2007. El análisis de
datos permite identificar cuatro episodios de actividad. Los eventos localizados muestran
magnitudes por coda (FMag) entre 0.9 a 2.6 FMag. El carácter multidisciplinario de este
trabajo permite reconstruir la historia de actividad del sistema de fallas durante el
Cenozoico, brindando una idea de las zonas con mayor actividad sísmica del sistema de
fallas dentro del área de estudio, ocurrida en las localidades de Canatlán y Tejamen.
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1. Introducción
En México se han reconocido varios sistemas de fallas de dimensiones regionales, los
cuales han acomodado múltiples episodios de deformación durante la historia geológica del
país, a estos sistemas de fallas se les conoce como fallas mayores y por su extensión e
historia de actividad es posible que constituyan discontinuidades corticales.
Algunas de las fallas mayores documentadas en el centro y norte de México son la falla
Taxco-San Miguel de Allende, la Faja Volcánica Transmexicana (Alaniz-Álvarez et al.,
2005), la falla de San Marcos (Chávez-Cabello et al., 2005) y el Sistema de fallas San Luis-
Tepehuanes (SFST) (Nieto Samaniego et al., 2005; Figura 1.1).
Figura 1.1 Esquema tectónico de México mostrando la configuración actual de las placas y las principales provincias geológicas de México. La línea punteada en gris indica la traza del Sistema de fallas San Luis-
Tepehuanes (tomado de Nieto-Samaniego et al., 2005).
El SFST marca el límite entre dos regiones dentro de la provincia fisiográfica de la Mesa
Central (MC) y, a su vez, forma el límite suroeste de la MC con la Sierra Madre Occidental
(Figura 1.1). Este sistema de fallas se extiende desde San Luis de la Paz, Gto., hasta
SFST
2
Tepehuanes, Dgo. y en él se han reportado diferentes fases de actividad durante el
Cenozoico (Nieto-Samaniego et al., 2005). La porción noroccidental de este sistema de
fallas también coincide con actividad sísmica intraplaca dentro del estado de Durango, lo
que brinda una oportunidad para conocer tanto la actividad previa de este sistema de fallas
como su actividad actual.
Una forma de conocer las fases de actividad que ha tenido el SFST en su porción
noroccidental, es mediante: a) tener un control estratigráfico que permita reconocer las
relaciones de corte de las unidades, b) restringir los episodios de actividad cenozoica de las
fallas que conforman el sistema en esta parte, c) identificar las zonas donde se ha generado
sismicidad local reciente, lo que puede permitir un mejor entendimiento de la actividad
reciente del sistema.
1.1 Objetivos y metas El objetivo principal de esta tesis es determinar las fases de actividad y magnitudes del
desplazamiento ocurridas en la parte noroccidental del SFST durante el Cenozoico. Un
objetivo complementario es identificar segmentos sismogénicos en el extremo
noroccidental del sistema.
Para lograr estos objetivos se buscó cumplir con ciertas metas específicas, entre las cuales
se pueden destacar:
• Identificación y definición de las unidades litoestratigráficas presentes en el área de
estudio.
• Reconocimiento de las principales características estructurales mediante un
levantamiento cartográfico, escala 1:100,000.
• Análisis de la cinemática y la magnitud del desplazamiento utilizando datos estructurales
y estratigráficos.
• Instalación de una red sísmica temporal móvil y localización de los eventos sísmicos
registrados.
3
1.2 Localización geográfica del área de estudio
El área de estudio se localiza en el centro-noroeste de México, en la parte central del estado
de Durango, a 60 kilómetros al Norte de la ciudad de Durango y forma parte de los
municipios de Canatlán (sur), Coneto de Comonfort (noreste) y Nuevo Ideal (noroeste). El
principal camino es la carretera federal No. 23, que une los municipios de Canatlán y
Nuevo Ideal.
Dicha área se ubica dentro de la Hoja Durango escala 1:250,000 (G13-11, INEGI, 1998),
abarcando las cartas topográficas escala 1:50,000 de Canatlán (G13D61, INEGI, 2001),
Guatimapé (G13D51, INEGI, 2002) y Nuevo Ideal (G13C59, INEGI, 1980), cubriendo un
área total de 2,670 km2 (Figura 1.2). Dentro del área las poblaciones más importantes son
Canatlán, Nuevo Ideal y Coneto de Comonfort. La ciudad más importante cercana al área
de estudio es la ciudad de Durango, capital del Estado.
Figura 1.2 Mapa de localización de cartas INEGI 1:250,000; Carta G13-11 (escala 1:250,000), División en cartas 1:50,000 (G13D61, G13D51, G13D59), en negro se marca las cartas
correspondientes al área de estudio.
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1.3 Antecedentes
Cerca del 95% de la sismicidad global está relacionada con los límites de placas, sin
embargo también existe un número de sismos importantes que ocurren alejados de estos
límites. La caracterización de estos sismos, definidos como tipo intraplaca, es importante
porque permite el conocimiento sobre las regiones de posible riesgo sísmico.
Una forma de distinguir los sismos intraplaca de los interplaca, además de su posición
geográfica y profundidad, se basa en su tasa de deslizamiento y su tiempo de recurrencia.
Los sismos intraplaca son los de menor tasa de deslizamiento (<0.1 mm por año) y los de
mayor tiempo de recurrencia (>104 años) (Scholz, 2002).
Si bien estos sismos son bien reconocidos, la problemática de su estudio radica en su
origen. Se ha sugerido que estos sismos pueden reflejar las fuerzas asociadas con los
procesos tectónicos, ya que estas fuerzas deben producir un continuo campo de esfuerzos
en toda la placa (Sykes y Sbar, 1973). Estos sismos pueden localizarse en sitios donde
ocurrieron deformaciones anteriores y que han sido reactivados (Sykes, 1978); o en sitios
de concentración de esfuerzos resultado de estructuras profundas, como a lo largo de los
márgenes de cratones (Wesnousky y Scholz, 1980).
Uno de los retos en el estudio de las fallas que producen sismicidad intraplaca; es que éstas
no pueden ser identificadas con facilidad, ya que las regiones dentro de la placa donde se
producen estos sismos, probablemente tienen tasas de deformación tectónica mucho más
lenta que las tasas de erosión, por lo tanto las trazas de actividad son borradas (Scholz,
2002). A pesar de estas dificultades, la generación de los sismos intraplaca es generalmente
interpretada como resultado de la reactivación de fallas preexistentes, también es posible
como resultado de la carga tectónica regional, de efectos locales como la desglaciación o
como la carga sedimentaria (Talwani y Rajendran, 1991).
En México se han reportado varios sismos intraplaca en el noroeste de México, el sismo de
Bavispe, Sonora del 3 de mayo de 1887 (MW = 7.4± 0.3), cuya traza de ruptura tiene una
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longitud de 101.3 km (Suter, 2001; Suter y Contreras, 2002). En el estado de Chihuahua se
también se han reportado sismos de magnitud similar, como el de Parral de 1928 (MW =
6.3), este evento tuvo un área de afectación de 360 000 km2 (Doser y Rodríguez, 1993). En
el estado de Durango, en los últimos 30 años se han reportado varios sismos, algunos de
ellos registrados instrumentalmente, pero se tienen informes de sismos desde hace más de
100 años (García-Acosta y Suárez-Reynoso, 1996). Los sismos que han sido registrados
instrumentalmente se encuentran localizados justo en el límite entre dos provincias
fisiográficas de México, la Sierra Madre Occidental y la Mesa Central.
La provincia fisiográfica de la Sierra Madre Occidental es el resultado de diferentes
episodios magmáticos y tectónicos ocurridos durante el Cretácico-Cenozoico, asociados a
la subducción de la Placa Farallón debajo de la placa de Norteamérica, así como a la
apertura del Golfo de California (Ferrari et al., 2005). Por su parte, la provincia fisiográfica
de la Mesa Central es una planicie elevada que se localiza en la parte central de México,
más de la mitad de su superficie se encuentra por encima de la cota 2000 y las elevaciones
topográficas en su interior son moderadas, la mayoría forma desniveles inferiores a los 600
m. Esta provincia es dividida en dos partes con características geológicas distintas por el
SFST (Nieto-Samaniego et al., 2005).
1.3.1 Sistema de Fallas San Luis-Tepehuanes
Los límites de la Mesa Central (MC) son: al norte y al oriente la Sierra Madre Oriental, al
occidente la Sierra Madre Occidental y al sur la depresión conocida como El Bajío (Figura
1.3).
Dentro de la MC se reconocen 2 regiones, sur y norte. La región sur se caracteriza por una
mayor elevación y un estado de erosión más activo con respecto a la región norte. Estas dos
regiones están divididas por un lineamiento de rumbo NW de más de 600 km de longitud,
reconocido en imágenes de satélite y modelos digitales de elevación. Ese lineamiento se
extiende desde San Luis de la Paz, Gto., hasta Tepehuanes, Dgo. (Figura 1.3) y coincide
con áreas donde se han reportado fallas normales activas durante el Cenozoico. Este gran
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conjunto de fallas fue denominado Sistema de Fallas San Luis-Tepehuanes (Nieto-
Samaniego et al., 2005).
Figura 1.3. Mapa de localización de estructuras mayores de la Mesa Central. GT: graben de Tepehuanes, GR: graben de Rodeo, LS: Laguna de Santiaguillo, GRCH-O: graben de Río Chico-Otinapa, GA: graben de Aguascalientes, FVH: falla Villa Hidalgo, FBV: falla Buena Vista, FO: falla El Obraje, FVA falla Villa de Arriaga, FLP: falla Los Pájaros, GC: graben El Cuarenta, FB: falla del Bajío, GS: fosa de la Sauceda, GB: graben de Bledos, GVR: graben Villa de Reyes, GVA: graben de Villa de Arista, GE: graben de Enramadas, DQ: depresión de La Quemada, SSM: Sierra de San Miguelito, SG: Sierra de Guanajuato, SC: Sierra de Catorce, G: Guanajuato, SLP: San Luis Potosí, SMR: Sierra de Santa María del Río, SLDP: San Luis de la Paz, ND: Nombre de Dios, SMA San Miguel de Allende, Q: Querétaro. (Tomado de Nieto-Samaniego et al., 2005).
Dentro del SFST se reconocen dos segmentos, uno que abarca desde San Luis de la Paz,
Gto. hasta Salinas de Hidalgo, Zac. y otro que abarca desde la intersección con la fosa de
Aguascalientes hasta Tepehuanes, Dgo. El segmento de San Luis de la Paz-Salinas de
7
Hidalgo divide la región norte de la región sur dentro de la MC (Alaniz-Álvarez et al.,
2001) y el otro segmento separa la porción noroeste de la MC con la Sierra Madre
Occidental (Figura 1.3). A lo largo del SFST se han reportado fases de actividad cenozoica
en las fallas que lo conforman, siendo dominantes las fallas normales con orientación NW-
SE. En la Figura 1.4 se correlacionan las fases de actividad que ha presentado el SFST en
cada localidad reportada y, posteriormente, se presenta una descripción de cada localidad
describiéndolas de SE a NW.
Figura 1.4. Esquema que muestra los intervalos de actividad en el sistema SFST para cada localidad
reportada.
8
En el área de San Luis de la Paz, Gto. y Santa María del Río, SLP, se han reportado
fallas normales con rumbo NW-SE y buzamiento al SW principalmente, las cuales forman
fosas tectónicas y desplazan a rocas del Oligoceno temprano (Alaniz-Álvarez et al., 2001)
indicando una edad máxima de actividad en el Oligoceno tardío (Nieto-Samaniego et al.
2005).
La zona de la Sierra de San Miguelito, está caracterizada por numerosas fallas que
varían su orientación de N60°W a N20°W y echados entre 45° y 75° al SW, formando un
arreglo tipo dominó de fallas normales, provocando un basculamiento promedio de 20° al
NE en las rocas volcánicas oligocénicas y produciendo una extensión de 20% con dirección
∼NE-SW (Xu et al., 2004). En esta zona se reportan 3 fases de actividad, la más antigua
está ubicada en el Eoceno-Oligoceno previa a 30 Ma (Nieto-Samaniego et al., 1997), otra
en el Oligoceno temprano posterior a 29 Ma y previa a 26 Ma caracterizada por tener
mayor magnitud (Nieto-Samaniego et al., 1997) y una tercer fase es de menor magnitud en
el Oligoceno tardío, posterior a 26 Ma (Nieto-Samaniego et al., 1997, 2005).
La Sierra de Salinas de Hidalgo, localizada a 10 km al SSE de Salinas de Hidalgo,
está cortada por el SFST de manera oblicua, estas fallas tienen dirección promedio N50°W
con cinemática predominantemente normal, formando un sistema de pilares y fosas. Se
reconocen 3 fases de actividad extensional, la primera activó fallas ∼N-S y WNW; la
segunda fase reactivó las fallas WNW pertenecientes al SFST, a estas dos fases se les
asigna una edad Eoceno temprano–medio; la tercera y última fase activó fallas N-S,
probablemente durante el Oligoceno tardío o Mioceno temprano (Nieto-Samaniego et al.,
2005, Silva-Romo, 1996).
En la localidad de la Cd. de Zacatecas, se han reportado dos sistemas principales de
fallas (Caballero-Martinez et al., 1999), el primero y más antiguo con orientación NW-SE,
con echados entre 50° y 70° al SW; el segundo con una orientación ∼N-S y corta al
anterior. En la localidad se reconocen 2 fases de actividad del SFST, la primera ocurrida en
el Paleoceno tardío-Eoceno temprano y la segunda ocurrida a finales del Oligoceno o
Mioceno temprano (Loza-Aguirre, 2005). La fase de actividad del sistema N-S ocurrió
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antes de la segunda fase de actividad del SFST, es decir durante el Eoceno tardío-
Oligoceno temprano. Al sureste de la ciudad de Zacatecas el SFST, con orientación NW-
SE, intersecta y delimita en su parte norte al fosa de Aguascalientes, cuya orientación es
NNE-SSW, en esta intersección se observa un desplazamiento aparente izquierdo de ∼15
km en el hombro oeste de la fosa de Aguascalientes, formando la sierra de Zacatecas. Las
fallas en esta intersección son predominantemente normales, Loza-Aguirre (2005)
documenta la actividad de estas fallas y reconoce dos eventos de deformación. El primero
ocurrido en el Paleoceno-Eoceno temprano (> 48 Ma), el cual afectó a los dos sistemas
(NNE y NW-SE). El segundo ocurrió a finales del Oligoceno tardío-Mioceno temprano,
este evento reactivó y generó fallamiento normal, primeramente fallamiento con dirección
NNE y posteriormente fallamiento con dirección WNW.
En Fresnillo se reportan dos grandes fallas, Fresnillo y Laguna Blanca, de dirección
N30°W con inclinaciones al NE. A la falla Laguna Blanca se le estima un desplazamiento
de por lo menos 1,000 m (De Cserna, 1976). La edad de actividad de las fallas de esta
localidad ocurrió en el Eoceno tardío-Oligoceno temprano, sin que se puedan descartar
eventos previos de actividad en el lapso Paleoceno-Eoceno medio (Nieto-Samaniego et al.,
2005).
La localidad de Sombrerete se caracteriza por dos grupos de fallas de orientación
NW-SE de distinta edad, también hay fallas de rumbos E-W y NE-SW, aunque en menor
número. La actividad de las fallas más antigua se ubica en el Eoceno medio-tardío, ya que
corta rocas del Eoceno temprano-medio y aloja vetas con edad de mineralización entre el
Eoceno tardío y Oligoceno temprano (Albinson, 1988). Las vetas son cortadas por fallas
más recientes, las cuales también cortan riolitas de edad posiblemente del Oligoceno entre
30 Ma y 25 Ma, por su correlación con las rocas riolíticas de Fresnillo (Nieto-Samaniego et
al., 2005).
Campo Volcánico de Durango (CVD). En esta región se reportan fallas de rumbo
N11°W a N60°W, predominando las NNW. Estas fallas cortan rocas de menos de 1.0 Ma
correspondientes al CVD, también se observan alineamientos de conos cineríticos por más
10
de 35 km, con una orientación N47°W. Esta es la deformación más reciente de la región,
aunque es de suponerse que este evento Cuaternario es producto de la reactivación de una
falla más antigua (Aranda-Gómez y Henry, 1992).
Las siguientes localidades no pertenecen al SFST, pero se incluyen en este trabajo por
encontrarse cerca del área de estudio.
En el área de Rodeo existen fallas de orientación NW, con echados entre 40° y 80°
al SW, principalmente. El desplazamiento en estas fallas se calcula en ∼300 m. Un episodio
de fallamiento principal ocurrió en el Oligoceno temprano entre 32.3 Ma y 30 Ma. Un
segundo episodio ocurrió ∼24 Ma (Luhr et al., 2001). El estilo y fases del fallamiento es
similar en Nazas, donde se reconoció un episodio de fallamiento normal con dirección NW-
SE, ocurrido durante el Oligoceno temprano entre 31 y 29 Ma (Aguirre-Díaz y McDowell,
1993), siendo una fase de deformación correlacionable con la de Rodeo. También en el área
de Nazas, Aguirre-Díaz y McDowell (1993) proponen una segunda fase de actividad más
reciente para estas fallas (<20 Ma), pero no se reportan evidencias sólidas que documenten
la edad de esa fase.
Al occidente de la ciudad de Durango y de la parte noroeste del SFST se encuentra
la fosa de Río Chico-Otinapa, este fosa tiene una longitud de aproximadamente 175 km,
con una orientación NNW, en el cual se ha presentado actividad entre 13 y 12 Ma (Henry y
Aranda-Gómez, 2000; Aranda-Gómez, et al., 2000), pudiéndose extender hasta hace 2.5
Ma.
1.3.2 Estratigrafía regional
Las rocas en la región forman parte de la provincia volcánica de la Sierra Madre Occidental
(Figura 1.5). Dichas rocas son predominantemente ígneas, pero también afloran en menor
cantidad rocas sedimentarias y metamórficas. Las rocas ígneas son predominantemente
extrusivas, asociadas a diferentes tipos de estructuras volcánicas que produjeron
vulcanismo explosivo y efusivo. Algunas de las estas estructuras más presentes son:
diques. Mientras que las rocas sedimentarias son depósitos de cuenca y talud
principalmente. Finalmente, las rocas metamórficas son gneiss y esquisto aunque más
escasas. Las rocas que afloran en la región de estudio abarcan un gran rango temporal,
desde el Pérmico hasta el Cuaternario, pero la mayoría de dichas rocas pertenecen al
Terciario; sin embargo, no existe una secuencia temporal continua en la columna
estratigráfica.
En este trabajo se describen las unidades estratigráficas de la región centro-oriental de la
Sierra Madre Occidental (SMO) dentro del estado de Durango, incluyendo únicamente las
unidades litoestratigráficas de acuerdo con el Código Estratigráfico Norteamericano
(NACSN, 2005).
Figura 1.5. Esquema que muestra la extensión de la Sierra Madre Occidental. Las líneas punteadas indican el Sector Central de esta provincia (modificado de Ferrari et al., 2005)
1.3.2.1 Paleozoico (P-Gn)
El basamento de la región lo conforman las rocas paleozoicas que afloran en la localidad de
San Lucas de Ocampo, son gneiss y esquisto cuarzo-feldespáticos. Las unidades se
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encuentran plegadas y se observa esquistosidad (Munguía-Rojas et al., 1998) fechada en
251±20 Ma por el método K/Ar; otro fechamiento 40Ar/39Ar en muscovita realizado por
Iriondo et al. (2003) muestra una edad similar, la ubican temporalmente en el Pérmico
tardío con una edad de ~252 Ma y representa la edad en la cual ocurrió enfriamiento por
debajo de los 350°C.
1.3.2.2 Mesozoico
Las rocas mesozoicas que afloran en la región se localizan en la parte noreste (Figura 1.6).
Las rocas más abundantes son sedimentarias, abarcando desde sedimentos jurásicos
indiferenciados, hasta sedimentos del Cretácico que incluyen a las Formaciones Cuesta del
Cura (Imlay, 1936), La Peña (Imlay, 1936), Indidura (Kelly, 1936), Caracol (Imlay, 1937) y
sedimentos del Cretácico Superior (Roldán-Quintana, 1968; Córdoba, 1988). También
durante el Mesozoico se emplazaron intrusivos correspondientes al arco magmático del
Cretácico Tardío-Paleoceno en la parte norte de la región (Ferrari et al., 2005).
Jurásico (J-Sj)
Los sedimentos jurásicos comprenden rocas que han sido descritas como secuencias
rítmicas de arenisca y lutita en la base, cambiando hacia la cima a capas de caliza en
estratos delgados a medianos, con intercalaciones de limolita rosa y escasas bandas de
pedernal, correlacionadas con las Formaciones Mezcalera y Baluarte por su contenido
faunístico de amonites que alcanzan una edad Tithoniano–Neocomiano y posiblemente al
Albiano (Munguía-Rojas et al., 1998).
Cretácico (K-Sc)
Los sedimentos cretácicos en la región corersponden a las Formaciones Cuesta del Cura y
la Peña, descritas formalmente por Imlay (1936), están formadas por estratos medianos y
delgados de calizas de estratificación ondulada con abundantes lentes de pedernal. En la
región son calizas de grano medio interestratificadas con lutitas, la cual disminuye de la
13
base a la cima, en la base es masiva y se encuentra metamorfizada y silicificada, en las
partes superiores contiene abundantes horizontes de pedernal los cuales se convierten en
nódulos irregulares en la cima. Estas formaciones están ubicadas en el Cretácico Inferior
(Barremiano-Aptiano) y se encuentran intensamente plegadas, fueron descritas dentro de la
región por Roldan-Quintana (1968), suponiendo un espesor de 500 m. Las Formaciones
Indidura y Caracol están compuestas por estratos alternados de caliza negra de grano fino,
con lutita y arenisca de grano grueso. Estas unidades tienen una edad entre el Turoniano-
Coniaciano, sobreyacen concordantemente a la Formación Cuesta del Cura y en
discordancia angular subyace a la Formación Ahuichila. La descripción formal fue
realizada por Kelly (1936), es descrita en la región por Enciso de la Vega (1968) y Roldán-
Quintana (1968), quienes suponen un espesor de 300 m para esta unidad. Córdoba (1988),
nombra informalmente como sedimentos del Cretácico Superior a las rocas que afloran en
la localidad de San Agustín de Ocampo y en la ranchería Santa Ana, ubicadas dentro de la
carta San Juan del Río (INEGI-clave G13-D52, escala 1:50,000) y que corresponden en la
base a caliza espática ferruginosa, con intercalaciones de lutita y limonita calcárea,
compuestas por un agregado fino de cristales de calcita (espatita), con abundante hematita y
limonita diseminadas en forma de grumos anhedrales y en la cima corresponden a areniscas
de color gris olivo. El límite inferior no lo observó y el superior está erosionado y estimó
un espesor de 100 m. Ubica esta unidad en el Cretácico Superior por correlación litológica
con las Formaciones Indidura y Caracol (Figura 1.7). Interpreta que estas rocas fueron
depositadas en un ambiente nerítico en subsidencia, con aportación de abundantes
terrígenos, representando una facies de preflysch.
Intrusivos cretácicos (K-In)
Las rocas intrusivas se restringen a la parte noreste de la región. Aguirre-Díaz y McDowell
(1991), reportan en el área de Nazas tres intrusivos de composición diorítica, monzonítica
y riolítica. Estos plutones intrusionan a la Formación Cuesta del Cura y a un intrusivo de
composición diorítica de 1 km de diámetro, ubicado 3 km al norte de Nazas, el cual dio una
edad isotópica (K-Ar) de 87 ±1.8 Ma, ubicándolos en el Cretácico Superior (Coniaciano)
(Figura 1.7).
14
Figura 1.6 Mapa litológico de la región, recopilado de mapas antecedentes. El recuadro punteado indica el área de estudio de esta tesis. Referencias: Córdoba (1963), Roldán-Quintana (1968), Swanson et al. (1978),
Munguía-Rojas et al. (1998), García-Padilla et al. (2000).
15
Figura 1.7 Columna estratigráfica de la región central del estado de Durango.
16
1.3.2.3 Cenozoico
Eoceno
Formación Ahuichila (TEO-Ah)
Sobre las rocas del Cretácico Superior y en discordancia angular se encuentra la Formación
Ahuichila descrita formalmente por Rogers et al. (1961). Roldán-Quintana (1968) la
describe dentro de la región, en la localidad de Peñón Blanco, como un depósito de arenisca
tobácea en la base, brecha fina y arenisca en la parte media y brecha masiva en la cima.
Este depósito tiene estratificación incipiente y está compuesto por fragmentos angulosos a
subredondeados de caliza con pedernal, lutita y arenisca, con matriz de limo con
cementante calcáreo. Su espesor varía entre 50 y 250 m y se infiere una edad posterior al
Cretácico Superior, entre el Eoceno y el Oligoceno (Roldan-Quintana, 1968). Esta unidad
es interpretada como un depósito tipo molasa que se acumuló después del periodo de
intenso plegamiento Laramídico y de erosión (De Cserna, 1956). Aflora en la zona Noreste
de la región (Figura 1.6).
Intrusivos terciarios (TEO-In)
En el área de Peñón Blanco se reportan intrusivos félsicos (Figura 1.6), el más importante
es el llamado El Tronco de Cerro Blanco, clasificado como un granito calcoalcalino de
biotita, de textura holocristalina (Roldán-Quintana, 1968). Este intrusivo se encuentra
emplazado en las Formaciones Cuesta del Cura y la Peña, el cual produjó mármoles, a
causa del metamorfismo de contacto. Aparte del intrusivo El Tronco, se encuentran otros
intrusivos de menor tamaño que son clasificados como riolita hipocristalina y riolita
hipabisal, existen también diques y dique-estratos, clasificados como pórfidos riolíticos, los
cuales tienen una distribución radial partiendo del intrusivo. Estos intrusivos son
considerados de una edad posterior a la Formación Ahuichila, aunque las relaciones de
campo no son claras (Roldán-Quintana, 1968).
17
Complejo Volcánico Inferior (CVI)
Las rocas ígneas intrusivas y volcánicas que corresponden a un intervalo entre 45 y 100
Ma, han sido correlacionadas cronológicamente y agrupadas por McDowell y Clabaugh
(1979) en un solo complejo, denominado Complejo Volcánico Inferior (CVI [Figura 1.7]),
sin embargo, Ferrari et al. (2005) consideran a las rocas Eocénicas como un evento
magmático distinto al que dio origen a las rocas batolíticas y volcánicas del Cretácico y
Paleoceno, siendo el precursor del episodio ignimbrítico del Oligoceno.
Andesita Antigua (TEO-An)
La Formación Andesita Antigua está compuesta por lavas máficas de textura porfídica,
glomeroporfídica y pilotaxítica, clasificadas petrográficamente como traquiandesitas
hipocristalinas, microdioritas y pórfidos riodacíticos (Swanson, 1974; McDowell y Keizer,
1977, Carrasco-Centeno, 1978). A esta unidad McDowell y Keizer (1977) la ubican en el
Eoceno al fechar una muestra de la sierra El Registro y obtener una edad isotópica de
plagioclasa (K-Ar) de 51.6 ±1.3 Ma. Carrasco-Centeno (1978) reporta edades (K-Ar) de
38.7±0.8 Ma en la región de Guanaceví y de 38.8±0.1 Ma en la sierra de San Lucas. Estas
rocas forman parte del Arco magmático del Eoceno que se emplazó a lo largo de toda la
SMO (Ferrari et al., 2005).
Volcanismo de Rodeo-Nazas
En esta recopilación se denomina informalmente como volcanismo de Rodeo-Nazas a las
formaciones: Toba Abasolo, Andesita Playas, Domos Agua Nueva, Toba Boquillas
Coloradas, Andesita Almagre y domo riolítico. En el área de Nazas se emplazaron
ignimbritas voluminosas en el Oligoceno temprano, las cuales fueron divididas en dos
unidades principales, la Toba Cerro Prieto y Santa Clara (Aguirre-Díaz y McDowell, 1991;
Tabla 1.1).
18
Tabla 1.1 Unidades litoestratigráficas del volcanismo eocénico-oligocénico del área de Rodeo y Nazas. Bio – Biotita; Fld K – Feldespato potásico; Plag – Plagioclasa; Horn – Hornblenda.
Referencias: 1 Edades K-Ar (Aguirre-Díaz y McDowell, 1991). 2 Edades K-Ar (Aguirre-Díaz y McDowell, 1993). 3 Edades 40Ar-39Ar (Luhr et al., 2001).
Oligoceno
Supergrupo Volcánico Superior (SVS)
Se le llama SVS a las ignimbritas dominantemente riolíticas y riodacíticas con cantidades
subordinadas de rocas máficas. Se reconocen 3 pulsos magmáticos en este Supergrupo, uno
entre 34 y 27 Ma, otro de ∼23 Ma (McDowell y Clabaugh, 1979) y otro de ∼12.2 Ma
(Córdoba, 1988; Henry y Aranda-Gómez, 2000). En la región de estudio el SVS se
El último sismo registrado fue en julio del 2003 con una magnitud Ms=4.5; sin embargo, la
localización realizada por el SSN se encuentra a más de 70 km de la ciudad de Canatlán
(Figura 1.10), donde se reporta la mayor intensidad, mientras que en las comunidades
cercanas a la supuesta zona del epicentro, ~25 km al noroeste de Nuevo Ideal, los
habitantes no han reportado ni comentado la ocurrencia de un sismo. Esto indica que dada
la cobertura de la red del SSN de ese entonces, la calidad de la localización espacial era
muy limitada para eventos de esta magnitud.
Figura 1.10 Modelo de elevación digital del INEGI (GEMA) que muestra la supuesta localización de los
sismos históricos más recientes reportados dentro del área de estudio (sismos sombreados en la Tabla 1.2). SP: Santiago Papasquiaro, NI: Nuevo Ideal, GU: Guatimapé, CN: Canatlán.
Previamente, en 1972 ocurrió una secuencia sísmica cerca de la población de Arnulfo R.
Gómez. Se habla de que pudo haber ocurrido un evento principal el 18 de marzo de 1972,
sin embargo, dada la falta de estaciones permanentes y que la red temporal más próxima se
30
instaló más de 15 días después de iniciada la actividad, es difícil precisar que tipo de
actividad fue la que ocurrió. Parte de esta actividad fue registrada y caracterizada por
Yamamoto (1993) entre el 30 de abril y el 2 de mayo, en ese trabajo el autor estima una
magnitud de Mb=3.1 para el evento registrado más grande y magnitudes Mc entre 1.1 y -
0.09 para la secuencia posterior.
Los hipocentros localizados por Yamamoto (1993), se encuentran en el rango de 0.7 a 5.5
km de profundidad, indicando una fuente sismogénica somera. La distribución espacial de
los hipocentros presenta dos tendencias lineales una con orientaciones de N21°W y otra con
N71°E, sugiriendo la existencia de al menos 2 sistemas de fallas sísmicamente activas
(Figura 1.11).
Figura 1.11. Distribución espacial de los eventos localizados en la localidad de Arnulfo R. Gómez (ver Figura 1.10). Círculos llenos: eventos para los cuales fue posible calcular la profundidad focal. Círculos vacíos: eventos con la profundidad restringida arbitrariamente a 1 km. Los triángulos llenos representan las estaciones sismológicas. Líneas punteadas: franjas de actividad sísmica. Tomado de Yamamoto (1993).
31
Si bien es cierto que la actividad en el estado de Durango no es comparable a la actividad
que ocurre en las zonas interplacas, los eventos que han afectado a la población local no
pueden soslayarse, especialmente si se toma en cuenta que la población sigue creciendo de
forma importante y varias de las construcciones no respetan las normas mínimas de
seguridad. Un ejemplo es el poblado de Tejamen, en donde se resintió un sismo en fecha
imprecisa, el cual afecto una buena cantidad de casas, debido a que la mayoría eran de
adobe.
32
2. METODOLOGÍA
El trabajo se desarrolló en 3 partes para un mejor entendimiento del problema. La primera
consistió en el reconocimiento de la estratigrafía local, la segunda en el análisis estructural
y la tercera en el monitoreo de la sismicidad local, para finalmente integrar los diferentes
datos obtenidos. El estudio inició con la recopilación bibliográfica de rigor sobre trabajos
realizados regional y localmente, los cuales versaran sobre temas de geología estructural,
estratigrafía y sismología.
El estudio de estratigrafía incluyó cartografía, petrografía y fechamientos. Mientras que el
análisis estructural comprendió cartografía, análisis de lineamientos y análisis cinemático
de las fallas. La parte de sismicidad local involucró la instalación de la red sísmica
temporal, procesado de datos, análisis de señales sísmicas, localización de sismos e
interpretación de resultados.
2.1 Cartografía
Durante el trabajo de estratigrafía y geología estructural se siguió la metodología clásica de
geología, comenzando por definir el área de estudio que incluía la estructura geológica por
analizar (Fosa de Santiaguillo). Posteriormente de las cartas topográficas escala 1:50,000 y
fotografías aéreas escala 1:75,000, se realizó la fotointerpretación para definir las
principales estructuras y cambios litológicos, lo que generó un mapa fotogeológico
preliminar.
Se hicieron varias campañas de campo con la finalidad de elaborar un mapa geológico-
estructural, el trabajo de campo incluyó la construcción de secciones estratigráficas, toma
de muestras y medición de datos estructurales. Posteriormente, se integraron los datos
estratigráficos y estructurales para obtener el mapa geológico escala 1:100,000; este mapa
corresponde a tres cartas escala 1:50,000 (claves INEGI: Nuevo Ideal G13C59, Guatimapé
G13D51 y Canatlán G13D61).
33
La preparación de muestras para la clasificación petrográfica fue realizada en el laboratorio
de laminación del Centro de Geociencias, describiéndose un total de 38 láminas delgadas,
esto con la finalidad de correlacionar las unidades litoestratigráficas descritas en campo.
2.2 Fechamientos
Para fechar las unidades litoestratigráficas se determinaron cuatro edades isotópicas K-Ar
en feldespato potásico (sanidino). De las muestras recolectadas en las campañas de campo,
se seleccionaron las más representativas de las unidades litoestratigráficas, posteriormente
se prepararon para la separación de minerales en laboratorios del Centro de Geociencias.
El proceso de separación de sanidinos siguió la siguiente secuencia sistemática: una vez
molida la roca se tamizó a diferentes tamaños de grano con el fin de identificar el tamaño
de liberación del sanidino, posteriormente se separaron los minerales magnéticos utilizando
un imán electromagnético (Frantz). A partir del concentrado no magnético, se procedió a la
separación por densidad utilizando un líquido pesado (Politungstanato de Litio). La
separación mineral se realizó en el laboratorio de separación de minerales del Centro de
Geociencias.
Los concentrados minerales fueron analizados en los laboratorios de Actlabs, con sede en
Ontario, Canadá. Los resultados fueron verificados utilizando la ecuación para el
decaimiento radiactivo del K (Faure y Mensing, 2005) sin que se hayan obtenido
diferencias significativas con los resultados entregados por Actlabs.
⎥⎥⎦
⎤
⎢⎢⎣
⎡+⎟⎟
⎠
⎞⎜⎜⎝
⎛λλ
λ= 1
K*Arln1t
e40
40
donde: λ=5.543 x 10-10 y-1 λe=0.581 x 10-10 y-1
34
2.3 Análisis de lineamientos
Con la finalidad de conocer la distribución espacial de las fallas, se fotointerpretaron un
total de 14 fotografías aéreas escala 1:75,000 (INEGI-SINFA, 1995) correspondientes al
área de estudio (ver Tabla 2.1). Se trazaron los lineamientos fotointerpretados como
posibles trazas de fallas, cada fotografía fue orientada al norte y posteriormente se midieron
la orientación y la longitud para cada lineamiento. Las fotografías fueron agrupadas en un
mosaico para finalmente unir los lineamientos en un solo esquema.
Se realizó la medición y conteo de lineamientos fotointerpretados dentro del área de
estudio, con el objetivo de identificar patrones según su orientación y cuantificar la longitud
tanto individual como acumulada para cada patrón de orientación.
Tabla 2.1 Claves de las fotografías aéreas y cartas topográficas utilizadas.
Para cada fotografía área fotointerpretada se realizó un conteo del número de lineamientos
y de la longitud acumulada a intervalos de 10 grados, después se procedió a calcular el
porcentaje para cada intervalo de orientación. Los diagramas de roseta se graficaron
utilizando el programa SteroNet (versión 3.01).
35
2.4 Análisis cinemático
El análisis cinemático se realizó comparando los datos de falla de la región con los
diagramas de coherencia cinemática (Santa María-Díaz [comunicación personal, 2007],
Alaniz-Álvarez et al., 2007), estos diagramas consisten en un estereograma donde se indica
el intervalo de direcciones que pueden tener los vectores de deslizamiento sobre planos
(Figura 2.1).
Figura 2.1 Diagramas de coherencia cinemática para los tres regímenes de esfuerzo
(Santa María-Díaz [comunicación personal, 2007], Alaniz-Álvarez et al., 2007).
En la figura 2.1 se muestran las diferentes orientaciones en las cuales se puede activar una
falla cuando σ2 = σ1 y σ2 = σ3, para regimenes de extensión, contracción y transcurrencia.
36
Estos diagramas asumen que la estría de falla, el vector deslizamiento y el esfuerzo de
cizalla máximo resuelto sobre el plano, son paralelos.
El cálculo de la dirección de cizalla máxima resuelto en un plano se basa en la siguiente
ecuación:
t = T x N x N
donde: t – esfuerzo de cizalla sobre el plano T – vector tracción N – vector normal al plano x – producto vectorial
Los datos medidos en campo fueron comparados con estas gráficas para conocer el régimen
de esfuerzos y las posibles orientaciones de los esfuerzos principales dentro del área de
estudio. Para lograr esta comparación fue necesario graficar los polos de los planos de falla
y trazar en cada polo una línea paralela a la dirección de la estría, con una flecha indicando
el sentido del movimiento del bloque del bajo. Los datos se graficaron utilizando el
software FaulKinWin versión 1.2 para windows (Allmendinger et al., 2001).
Los datos también fueron analizados utilizando el método de Angelier (1989), pero los
resultados obtenidos no mostraron buena coherencia (fue < 40%). Además dicho método
tiene limitaciones en la identificación de fallas de neoformación y las fallas oblicuas no
pueden ser tomadas en cuenta (Angelier, 1989, p. 42). Otra de las desventajas es que el
computo es realizado para poblaciones monofacéticas, es decir, datos a partir de fallas
dentro de un único evento tectónico con un estado de esfuerzos homogéneo.
El método utilizado para el análisis cinemático (Santa María-Díaz [comunicación personal,
2007], Alaniz-Álvarez et. al., 2007) brinda la oportunidad de realizar dicho análisis de
forma cualitativa. Al comparar los datos de todas las estaciones medidas en campo en un
solo diagrama, permite observar la coherencia de los datos, pudiendo discernir entre
diferentes grupos de fallas correspondientes a un estado de esfuerzos determinado, sin
necesidad de utilizar programas de cómputo.
37
2.5 Red sísmica temporal
Con el fin de obtener información de la sismicidad local se instaló una red sísmica temporal
móvil, cuya cobertura incluyó el área de estudio y las fallas principales. La duración de la
campaña fue de un año, de abril de 2005 a abril de 2006.
La red sísmica consistió inicialmente de 8 sismógrafos marca GeoSIG modelo GVB 316
(operación manual) de periodo corto (Figura 2.2A). Cada estación está compuesta de un
sismógrafo triaxial, un GPS, un panel solar de 18 V, un controlador voltaico y una batería
de 12 V, la configuración de cada estación se muestra en las Figuras 2.2B y 2.3.
Figura 2.2. A – sismógrafo GeoSIG, modelo GVB 316. B – configuración típica de las estaciones sísmicas
temporales.
Para la instalación de cada estación se buscaron lugares que contaran con las siguientes
características: 1) que el macizo rocoso se encontrara aflorando para evitar efectos de
amplificación provocado por sedimentos no consolidados; 2) alejados de fuentes de ruido
antropogénico y ambiental como: carreteras, terrenos utilizados para el cultivo, ganadería
y/o árboles; 3) alejados de fuentes que interfieran con el buen funcionamiento de los
aparatos como son: líneas de alta tensión, antenas de comunicación, etc; 4) Finalmente que
sean seguros para evitar la afectación física de la estación sísmica, como pueden ser: robo,
desmantelamiento y destrucción de parcial o total de los instrumentos.
GVB 316
GPS
Controlador
Panel solar Panel solar Batería
A B
38
Una vez decidido el lugar adecuado para la instalación la estación, se procede a instalarla
siguiendo los siguientes pasos:
1) Limpieza del lugar de instalación. El lugar debe estar libre de vegetación, suelo y rocas
sueltas.
2) Crear una superficie plana y horizontal sobre el lecho rocoso.
3) Fijar un mosaico de cerámica impermeable al lecho rocoso y que se encuentre
perfectamente en posición horizontal.
4) Orientar el sismógrafo hacia el Norte geográfico, utilizando una brújula declinada.
5) El aparato se protege de la humedad del ambiente mediante un domo que lo aisle de las
variaciones de presión y temperatura (Figura 2.3A).
6) El aparato se energiza mediante un panel solar, el cual es inclinado ligeramente hacia el
Sur.
7) Finalmente, el sismógrafo queda referenciado espacial y temporalmente mediante el uso
de un GPS.
Figura 2.3. Estación sísmica temporal móvil. A – sismógrafo GVB orientado e instalado.
B – vista típica de la estación completa.
Una vez instalada la estación, se procede a la programación del sismógrafo. Para ello se
establecen los parámetros necesarios para el registro adecuado de las señales locales. Dado
que se trata de instrumentos digitales, se pueden ajustar la tasa de muestreo, el nivel de
A B
39
ruido, el tipo de disparo del registro, el tiempo de duración del registro, el nombre y lugar
de la instalación de la estación.
Los instrumentos se programaron para dispararse mediante la relación STA/LTA (Short
Time Average/Long Time Average). Una vez que se excede esta relación el sismógrafo
registra los eventos. El objetivo de utilizar este tipo de disparo es que la sensibilidad del
mismo se adapta a la señal sísmica de fondo.
Los parámetros utilizados para la detección de sismos en la zona de estudio fueron:
STA = 0.5 segundos.
LTA = 20 segundos.
STA/LTA = 24 dB.
Los sismógrafos se programaron para que cada registro tuviera al menos de 10 s de pre-
evento y 20 s de post-evento más la parte principal del evento, esto con la finalidad de no
perder información de cada registro. Las estaciones sísmicas se instalaron a una distancia
entre ellas de 10-30 km. La instalación y mantenimiento de la red se realizó a la par del
trabajo de cartografía.
Dado que la zona de estudio fue muy grande con respecto a la cobertura que se podía tener
con los sismógrafos, se decidió dividir dicha zona en subzonas. El intervalo de tiempo de
registro entre cada campaña fue de aproximadamente cuatro meses.
40
2.6 Procesado de datos y análisis de señales sísmicas
Los datos recopilados se identificaron y clasificaron por día en cada estación,
posteriormente se ordenaron con base en el tiempo de inicio del registro y se compararon
estos tiempos con el resto de las estaciones de la red. Se identificaron las estaciones en las
cuales el tiempo de inicio de cada registro coincidía entre sí en un intervalo de un minuto.
El procesado de las señales sísmicas se realizo utilizando el conjunto de programas
integrados en el paquete SEISAN (Havskov y Ottemöller, 2005). Este paquete permite
generar una base de datos simple para analizar datos sísmicos digitales y analógicos.
Con este sistema es posible, entre otras cosas, leer manualmente diferentes fases, localizar
eventos, determinar parámetros espectrales, momento sísmico escalar, azimut del arribo a
partir de estaciones de tres componentes y graficar epicentros.
El sistema SEISAN está estructurado en diferentes directorios los cuales se encuentran
dentro de una carpeta (SEISMO), la cual es creada por default al instalar el programa. La
primera actividad al utilizar el sistema SEISAN es crear una base de datos única para la red
instalada. Esta base de datos se encuentra ubicada dentro del directorio REA (C:\\
SEISMO\REA\DRNGO(nombre de la estación)\2006(año)\04(mes)\, el la cual se agrupan
por fecha los diferentes eventos registrados.
Posteriormente para cada evento se unen las componentes de cada estación en un solo
archivo para ser analizados. Una vez creado este archivo se grafican las señales utilizando
el programa MULPLT, el cual permite leer las diferentes fases (P y S), así como la
amplitud y coda de cada componente (ver Figura 2.4).
41
Figura 2.4. Ejemplo de un evento registrado en la estación JD4 y graficado con el programa MULPLT. En la parte superior se indica el nombre de la red, la fecha y el tiempo de inicio del registro. En la parte izquierda se indica el nombre de la estación JD4 y la componente. El eje horizontal indica el tiempo en segundos a partir
del inicio del registro. Se indican las fases: IP (onda impulsiva de P); IS (onda impulsiva de S); CODA (Coda o fase F); AMP (amplitud máxima medida en la componente horizontal).
2.7 Localización de hipocentros
La localización de la fuente sísmica implica la ubicación en espacio y tiempo de un sismo y
es una de las tareas fundamentales de la sismología. Los parámetros con los cuales se
localiza un sismo son la latitud y longitud geográfica del epicentro (φ y λ), la profundidad
focal (h) y el tiempo de origen (t0). Para obtener estos parámetros es necesario conocer el
tiempo de arribo de diferentes fases y de las velocidades del medio en el cual se propagan.
42
Figura 2.5. Identificación de las fases P y S de un sismo ocurrido el 3 de septiembre del 2006 (Ml=0.9), en la
parte central del estado de Durango.
Los tiempos de arribo de las ondas sísmicas ti son registradas en un número N de estaciones
con coordenadas geográficas φ y λ. Los tiempos de arribo pueden ser considerados como
funciones no lineares de las coordenadas de las estaciones (φi y λi), parámetros focales
(coordenadas, profundidad, y tiempo de origen; φ0, λ0 y t0), y la distribución de velocidades
de las ondas sísmicas en el interior de la Tierra.
Para la localización de los hipocentros se utilizó el sistema SEISAN. Dentro de este sistema
está el programa interactivo EEV, utilizando este programa se puede trabajar con eventos
individuales dentro de la base de datos con los datos de la red. Una vez identificado el
evento de interés se puede graficar, editar y localizar éste. Todas estas actividades pueden
ser guardadas para posteriormente modificar algún parámetro en particular. Para la
localización de los eventos se utilizó el programa Hypoinverse (Klein, 1985), el cual
funciona en ambiente MS-DOS.
Para que el programa realice la localización de los eventos necesita información de entrada
como es la latitud, longitud y altitud de las estaciones, modelo de velocidades de la zona de
estudio y otros parámetros utilizados para el cálculo, que son definidos en el archivo
STATION0 dentro del directorio DAT. Además el programa Hypoinverse necesita la
lectura de los tiempos de arribo de las fases P y S en un mínimo de 3 estaciones, así como
la amplitud y la coda.
Tiempo de arribo de P 04:19:19.5
Tiempo de arribo de S 04:19:21.8
Tiempo S – P 2. 3
segundos
Para VPVS / (VP-VS) = 8.7 km/s, Distancia = 20 km
43
Para realizar adecuadamente las localizaciones se requiere un modelo de velocidades de la
corteza de referencia. Dado que se conoce poco sobre el modelo de corteza local se utilizó
un modelo de velocidades modificado de Yamamoto (1993) (Tabla 2.2).
Tabla 2.2 Modelo de velocidades corticales propuesto para el área de estudio.
Profundidad (km)
Velocidad (km/s)
0 – 1 3.3 1 - 5 5.7
5 – 15 6.7 15 - ∞ 8.0
Para tener una localización completa se requiere el cálculo de las magnitudes, el cual se
realizó utilizando el mismo programa. Este parámetro se determinó con base en la duración
del evento (magnitud por coda) a partir del tiempo de P y del tiempo F, que es el tiempo en
el cual finaliza la coda (fase F) y ocurre cuando la señal decae hasta 10 mm de pico a pico
en el registro gráfico(ver manual de usuario [Klein ,1985]). La ecuación utilizada dentro de
donde: FMAG – magnitud de duración de coda FMA1 – constante de la estación FMB1 – constante de la estación FMP – tiempo (F-P) FMD1 – constante de la estación FMZ1 – constante de la estación FCOR – factor de corrección para cada estación D – distancia epicentral Z – profundidad del hipocentro
44
3. ESTRATIGRAFÍA DEL ÁREA DE ESTUDIO
Dentro del área de estudio se reconocieron nueve unidades litoestratigráficas (Figura 3.1),
dominantemente riolíticas, a excepción de las unidades en la base y cima de la columna
estratigráfica, las cuales tienen composiciones de intermedias a básicas.
3.1 Eoceno
Andesita Coneto (TEO-Ac)
En este trabajo se le da el nombre de andesita Coneto a la unidad litoestratigráfica más
antigua del área cartografiada, la cual está formada por coladas de lavas máficas de
estructura masiva y textura porfídica.
Localización y distribución
La localidad tipo de esta unidad se encuentra al este de la sierra de Coneto en el municipio
de Coneto de Comonfort. En ese lugar aflora de manera muy extensa y se aprecia de forma
clara su composición, estructura, textura y mineralización mismas que se observan en las
demás localidades dentro del área de estudio.
Esta unidad aflora de forma extensa tanto en la parte noroeste del área de estudio, como al
norte y al este de la sierra del Epazote (Anexo3-Mapa Geológico). Se encuentra
específicamente en la parte suroeste del cerro El Chinacate, en la localidad de Los Pinos, en
los cerros Divisadero y Botijas, en la localidad de las Conchas, en las localidades al noreste
de Villa Hermosa y en la localidad de Tejamen. En la parte sur del área de estudio, al oeste
de Canatlán, aflora en la localidad de Potrero de los Herrera, en la base de los cerros las
Moras y Carrizalillo.
45
Figura 3.1. Columna litoestratigráfica del área de estudio.
46
Descripción litológica
La andesita Coneto consiste de una serie de derrames de andesita de estructura masiva, el
color de intemperismo es gris verdoso en la localidad tipo y rojo ocre en las demás
localidades. La textura es porfídica principalmente, aunque en las localidades de Coneto y
las Conchas hay algunos flujos de textura afanítica, la matriz está formada de
microfenocristales de plagioclasa y fenocristales de plagioclasa zonada de hasta 5 mm y
piroxenos de hasta 3 mm. En la localidad de Los Pinos se observaron xenolitos de rocas
máficas afaníticas color rojizo de hasta 40 cm (Figura 3.2). En la localidad de Coneto esta
unidad contiene vetas de cuarzo y diques máficos, presenta alteración argílica en las zonas
con mayor densidad de diques y vetas.
Figura 3.2. Fotografías de la andesita Coneto tomada en la localidad de Los Pinos. A - Estructura masiva de la andesita Coneto con vetas de cuarzo, la base de la foto es de 2 metros de ancho. B – Xenolitos máficos en
la andesita Coneto.
Límites y espesor
Se infiere que la andesita Coneto está ubicada estratigráficamente sobre rocas del
basamento metamórfico o bien sobre rocas sedimentarias jurásicas y/o cretácicas, aunque
ese contacto no aflora en el área cartografiada. Subyace en contacto discordante a
B A
47
secuencias piroclásticas como la ignimbrita Altamira, formación Los Castillos e ignimbrita
Canatlán (Figura 3.3). El mayor espesor de esta unidad se observó en la localidad de Villa
Hermosa y se calcula en poco más de 100 metros. Sin embargo, es posible que su espesor
real pueda ser mayor, ya que no aflora el contacto inferior en ninguna localidad.
Figura 3.3. Contacto entre la andesita Coneto y la ignimbrita Canatlán, en la localidad de Coneto de
Comonfort.
Correlación y edad
Dentro del área de estudio, Reyes-Cortés (1985) se refiere a la andesita Coneto como grupo
Gotera y lo divide informalmente en 7 formaciones, siendo las 4 unidades superiores (fm.
Las Moritas, fm. La Soledad, fm. Santa Clara y fm. Azul) correlacionables con la Andesita
Coneto, sin embargo, durante el trabajo de campo no se observaron dentro del área de
estudio las unidades inferiores a la andesita Coneto descritas por Reyes-Cortés (1985). La
similitud de las tres unidades inferiores del grupo informal Gotera con la ignimbrita
Canatlán hace obvia su correlación, posiblemente ese autor, correlacionó las lavas máficas
más recientes del basalto Santa Teresa con lavas más antiguas de la andesita Coneto,
motivo por el cual lo agrupó en ese orden estratigráfico. La andesita Coneto es muy similar
a las descripciones realizadas por Swanson (1974), Carrasco-Centeno (1978a y 1978b) y
ignimbrita Canatlán
andesita Coneto
1 metro
48
McDowell y Keizer (1977) de la formación Andesita Antigua, a la cual se le han asignado
edades isotópicas por el método K-Ar, de entre 38.8±0.1 Ma en San Lucas de Ocampo
(Carrasco-Centeno, 1978) y 51.6±1.3 Ma en la sierra del Registro (McDowell y Keizer,
1977), ubicándola así en el Eoceno Inferior-medio. En la localidad de Coneto de
Comonfort, Solé et al. (2007) le asignan una edad isotópica K-Ar en roca total de 27±2 Ma,
interpretándola como la edad del emplazamiento; sin embargo, por las relaciones
estratigráficas de campo y el contexto geológico regional, en este trabajo no se considera
esta edad. Las rocas fechadas más cercanas al área de estudio se encuentran en la localidad
de San Lucas de Ocampo, ubicada a ∼35 km al sureste de Coneto de Comonfort, dada la
cercanía del afloramiento y la correlación litológica, agrupa con las unidades de edad
Eoceno Inferior-medio para los afloramientos cartografiados.
Mineralización
Dentro del área de estudio los distritos mineros de Coneto de Comonfort (abandonado) y
Tejamen (activo), se encuentran emplazados en la andesita Coneto y son clasificados por
Carrasco y Solís (1978) como depósitos epitermales de Ag-Pb-Zn. El distrito minero de
San Lucas de Ocampo (al suroeste del área de estudio) también se encuentra emplazado
dentro de esta unidad. En la localidad de Coneto de Comonfort la roca contiene minerales
secundarios como clorita y sericita.
Ignimbrita Altamira (TEO – Al)
Se denomina ignimbrita Altamira a dos depósitos de ignimbrita de alto grado de
soldamiento que afloran, principalmente, en la parte sur del área de estudio. Ambas
constituyen la unidad ignimbrítica más antigua observada dentro del área.
Localización y distribución
La localidad tipo de la ignimbrita Altamira se localiza en el poblado del mismo nombre, al
este de la carretera de Canatlán a Piedra encimada, en donde aflora de forma más extensa.
49
Los afloramientos se concentran en la parte centro-sur del área de estudio y no se observó
en la parte norte. Aflora principalmente en las partes bajas del pilar de Canatlán, en la
localidad de Piedra encimada, en Manuel Altamirano y Potrero de Los Herrera al oeste de
Canatlán (Anexo3-Mapa Geológico).
Descripción litológica
Esta unidad está compuesta por 2 miembros diferenciables por el contenido de líticos y
grado de soldamiento (Figura 3.4):
Miembro ignimbrita A1 - en la localidad tipo y en el pilar de Canatlán, aparece como un
depósito masivo, soldado, color rosa oscuro, compuesto principalmente por matriz afanítica
con cristales de feldespatos, cuarzo y biotita. El depósito soporta pómez (fiammes) de hasta
8 cm y clastos líticos angulosos de hasta 5 cm de rocas volcánicas máficas afaníticas, rocas
metamórficas y sedimentarias (caliza). El contenido de líticos es del 10%
aproximadamente, siendo los clastos más abundantes los de rocas máficas afaníticas.
Miembro vitrófido A2 - Este miembro corresponde a un vitrófido ignimbrítico que aflora
con características muy similares en las localidades de Manuel Altamirano, Arnulfo R.
Gómez y Potrero de Los Herrera, descansa sobre la ignimbrita A1 y a diferencia de ella
mientras el grado de soldamiento es mayor, el contenido de líticos es menor. El color de
intemperismo varía de café oscuro a negro, el depósito es masivo y está compuesto
principalmente por matriz vítrea eutaxítica (Figura 3.5) y pómez de hasta 8 cm. Contiene
cristales abundantes de cuarzo anhedral en tamaños de 1-2 mm (10-15 % del total de la
roca), feldespato en tamaños de 1-3 mm, escasos óxidos, posiblemente biotitas alteradas
dado que guardan su habito, en tamaños de 1mm y se observan algunos cristales de olivino
dispersos. La matriz soporta escasos clastos líticos de ∼1 cm de diámetro, geometría
angulosa, color gris y textura afanítica; su composición no se pudo definir con exactitud.
50
Figura 3.4. Columna estratigráfica medida en la localidad de Canatlán.
51
Figura 3.5. Fotografía de la ignimbrita Altamira, tomada en la localidad de Manuel Altamirano.
Textura eutaxítica del miembro vitrófido A2.
Límites y espesor
La base de la ignimbrita Altamira se encuentra en contacto erosivo con la formación
andesita Coneto y se observa únicamente en la localidad de Potrero de Los Herrera, en ese
lugar está representada por el miembro vitrófido A2, estando ausente el miembro A1. El
contacto superior se observa en el pilar de Canatlán (Figura 3.4), donde la formación Los
Castillos descansa en contacto erosional sobre el miembro A2.
El espesor mínimo del miembro A1 es superior a 40 m en la localidad tipo, ya que no se
observó la base. El espesor mínimo del miembro A2 es de siete metros en el pilar de
Canatlán y más de 40 m en Manuel Altamirano, ya que no se observó la base ni la cima.
Por lo anterior, se estima como mínimo para la ignimbrita Altamira un espesor de 80 m.
Fiammes
52
Forma y aspectos regionales
En la localidad tipo y en Piedra encimada, la ignimbrita Altamira presenta un grado de
erosión mayor en relación con la morfología de las unidades más recientes, formando
relieves más bajos (Figura 3.6). Mientras que la localidad de Manuel Altamirano tiene una
orientación del echado buzando hacia el Norte, a diferencia de las unidades más recientes
que consistentemente buzan hacia el Noreste. Ello indica que sufrió deformaciones
anteriores al depósito de las unidades más recientes.
Figura 3.6. Fotografía del cerro del Águila, rocas de la ignimbrita Altamira; se observa con un relieve
suavizado. Localidad de Manuel Altamirano.
Correlación y edad
Esta unidad se puede correlacionar litológicamente con la formación Toba Registro, la cual
es la unidad ignimbrítica más antigua que aflora en la sierra del Registro y sierra de San
Lucas, descrita por Swanson et al. (1974) y Keizer (1973). McDowell y Keizer (1978)
reportan una edad isotópica (promedio de dos edades) por el método K-Ar de 31.8 Ma.
Sin embargo, en este trabajo se reporta una edad K-Ar en sanidino de 38.8±1.0 Ma para el
miembro A1 de la ignimbrita Altamira (Tabla 3.1), ubicándose en el Eoceno Medio-
Superior. Esto indica que la ignimbrita Altamira es más antigua que la Toba el Registro,
por lo tanto se considera como una unidad diferente. Dentro del área de estudio se observo
53
a la ignimbrita Altamira sobre la andesita Coneto, la edad de 38.8 ±0.1 Ma obtenida de la
andesita Coneto por Carrasco-Centeno (1978), indica que estas dos unidades se encuentran
dentro del rango de error, por lo tanto se considera que la ignimbrita Altamira toma su valor
de edad mínima 37.8 Ma.
Tabla 3.1. Edades isotópicas K-Ar obtenidas en este estudio
* Coordenadas UTM, correspondientes al cuadrante 13 R
Formación Los Castillos (TEO-Lc)
Se le denomina formación Los Castillos a la unidad litoestratigráfica compuesta por una
secuencia de ignimbritas de bajo grado de soldamiento, color blanco, fácilmente
distinguible por su alto contenido de cristales de biotita. Esta formación incluye en la parte
inferior depósitos color verdoso de ceniza lítica y de pómez y un conglomerado rojo con
clastos de rocas máficas y de ignimbritas cristalinas con biotita. La parte superior incluye 3
ignimbritas, una masiva en la base, una estratificada con intercalación de pómez de caída
del tamaño de lapilli en la parte media y una ignimbrita masiva con alto contenido de
cristales de biotita, principalmente, en la cima.
Localización y distribución
La localidad tipo de esta formación es el poblado abandonado de Los Castillos, ubicado tres
kilómetros al sur del poblado El Molino, allí tiene un espesor mayor que en las demás
localidades, llegando a tener más de 100 metros; además, allí presenta sus características
más distintivas. La formación Los Castillos aflora en gran parte del área cartografiada, en la
parte noreste del área formando la parte media de la sierra del Epazote, en la parte oeste de
la sierra de Coneto y en la parte centro-sur del área de estudio (Anexo 3-Mapa Geológico).
Descripción litológica
La parte inferior de esta formación está subdividida en dos miembros:
Miembro volcanoclástico (LC1) - Consiste de un depósito estratificado de color verde
claro, con espesor de 5 metros como mínimo (Figura 3.7), ya que no se observó la base ni
la cima. Este miembro está compuesto por capas de espesor de entre 5 y 30 cm, compuestas
principalmente por matriz de ceniza, con clastos subangulosos a subredondeados de color
verdoso, ceniza con líticos rojizos y pocos cristales de feldespato de menos de 1 mm, esta
matriz soporta clastos líticos y de pómez de hasta 6 cm. La estratificación es paralela y los
cambios entre cada capa son graduales. Este miembro aflora en las localidades de Los
Castillos, José Cruz Gálvez y San José de Morolillos.
Figura 3.7. Fotografía del miembro LC1 de la formación Los Castillos, en la localidad de Cruz Gálvez.
55
Miembro conglomerático (LC2) - Sobre el deposito anterior se encuentra un depósito
estratificado de color rojizo, de aproximadamente cinco metros de espesor. Este depósito
está formado por estratos de 10 a 30 cm de espesor con estratificación tanto cruzada como
paralela, el depósito está compuesto principalmente por matriz arenosa de color rojizo, los
granos son cristales y líticos angulosos a subredondeados. Esta matriz soporta cantos
redondeados y subredondeados de hasta 20 cm de diámetro (Figura 3.8), son
polilitológicos, incluyendo clastos de ignimbrita cristalina con biotita, cuarzo y feldespato,
clastos de andesita porfídica y también de andesita afanítica. El contacto inferior no se
observó, el contacto superior está bien definido, es irregular y discordante. Este miembro
aflora en las localidades de José Cruz Gálvez y de San José de Morolillos (Anexo 3-Mapa
Geológico, Figura 3.9-Sección 4).
Figura 3.8. Fotografía del miembro conglomerático de la formación Los Castillos. Fotografía tomada en la
localidad de Cruz Gálvez.
La parte superior de esta formación está compuesta por tres miembros diferentes (Figura
3.9 Sección 2), que en su sucesión estratigráfica son los siguientes:
Miembro ignimbrítico (LC3) – El tercer miembro es un depósito principalmente masivo
con algunas zonas estratificadas, medianamente consolidado, de color crema claro en roca
fresca y verde claro su color de intemperismo, el espesor mínimo es de 20 m ya que no se
56
observó la base, está compuesto principalmente por matriz de ceniza de pómez, contiene
aproximadamente 20% de cristales de cuarzo, feldespato y biotita. La matriz soporta
fragmentos de pómez de hasta 2 cm y líticos menores a 1cm.
Figura 3.9. Secciones estratigráficas. Sección 2 – columna estratigráfica medida en la localidad El Molino. Sección 4 – columna estratigráfica medida en la localidad Cruz Gálvez.
Miembro estratificado (LC4) - Como cuarto miembro y concordantemente sobre el
depósito anterior, se encuentra un depósito estratificado, de ∼30 m de espesor, compuesto
57
por estratos con diferentes espesores (Figura 3.10), dureza, color y tipo de soporte (clástico
o por matriz). Los estratos masivos llegan a tener un espesor máximo de 1 m, están
compuestos principalmente por matriz de ceniza de pómez, soportando abundantes
fragmentos líticos angulosos de rocas volcánicas máficas afaníticas de colores rojizo, gris
oscuro y negro de tamaños generalmente < 1 cm, pero que llegan a alcanzar hasta 3 cm.
Los estratos más pequeños, que van de 1 a 20 cm de espesor, están compuestos
principalmente por clastos de pómez, angulosos, con tamaños de hasta 2 cm. Se observa
que están soportados clasto a clasto y la estratificación es paralela. Estos estratos alternan
con estratos de 1 a 10 cm con estratificación cruzada, compuestos principalmente por
matriz de ceniza de pómez de colores rosa y blanco, contiene cristales de cuarzo, sanidino,
en menor cantidad biotita y ceniza lítica color gris.
Figura 3.10. Fotografía del miembro estratificado LC4 de la formación Los Castillos. Localidad Los Castillos.
58
Miembro ignimbrítico (LC5) - Como tercer subunidad y sobre la secuencia de depósitos
anteriores se encuentra un depósito masivo de 35 m de espesor aproximadamente,
compuesto principalmente por matriz de ceniza de pómez con cristales euhedrales de
biotita, muy abundantes de tamaño de 3 mm generalmente, también contiene cuarzo y
sanidino, no se observan líticos. Tiene un color de intemperismo gris verdoso y un color
rosa claro/crema en fractura fresca.
Límites y espesor
El contacto inferior de la formación Los Castillos es erosivo con la formación Altamira,
también se la observa sobre la andesita Coneto en la localidad de Villa Hermosa y el
contacto superior es por discordancia angular con la ignimbrita El Molino, en la localidad
de El Molino (Figura 3.11). El espesor total de esta unidad se calculó en 95 metros.
Figura 3.11. Discontinuidad angular entre la formación Los Castillos y la ignimbrita El Molino, estando esta última sobreyacida por la ignimbrita Canatlán. Las líneas continuas marcan el contacto entre las unidades y
las líneas discontinuas marcan la inclinación de las capas.
Ignimbrita El Molino
Formación Los Castillos
Ignimbrita Canatlán
59
Correlación y edad
Las descripciones realizadas por Reyes-Cortes (1985) de las formaciones Ocampo,
Alumbre y El Salto concuerdan bastante bien con los miembros superiores (LC3, LC4 y
LC5) de la formación Los Castillos. Sin embargo, en este trabajo se propone un nuevo
nombre debido a que las observaciones en campo, la composición mineralógica y las
estructuras primarias, permiten agruparlas como una sola unidad, lo cual también facilita su
separación cartográfica.
La edad isotópica K-Ar en sanidino del miembro LC3 de la formación Los Castillos es de
35.6 ± 0.9 Ma (Tabla 3.1), por lo tanto se ubica en el Eoceno Superior, lo cual es
congruente con la relación estratigráfica que tiene con la ignimbrita Altamira de 38.8 ± 1.0.
3.2 Oligoceno-Mioceno
Ignimbrita El Molino (TOG-Mo)
Se propone el nombre de ignimbrita El Molino a la unidad litoestratigráfica formada por un
depósito ignimbrítico soldado, cuyas características de dureza, espesor, color y mineralogía
contrastan con las unidades superiores e inferiores que afloran dentro del área de estudio.
Localización y distribución
La localidad tipo de la ignimbrita El Molino se ubica en los cerros que rodean el poblado El
Molino, a 10 km aproximadamente de Guatimapé, ubicado en la parte central del área de
estudio donde presenta el mayor espesor observado. Esta unidad aflora principalmente en la
parte centro-sureste del área de estudio, en el pilar de Canatlán, al noroeste y sureste de
José Cruz Gálvez (Anexo 3-Mapa Geológico).
60
Descripción litológica
En la localidad tipo esta unidad es un depósito masivo, soldado, con un color de
intemperismo rojizo y un color de roca fresca rosa oscuro. Está compuesta principalmente
por matriz afanítica color rojizo que contiene fenocristales de cuarzo y feldespato de hasta 3
mm, tiene textura eutaxítica con fiammes de hasta 6 cm, no se le observaron líticos y tiene
fracturamiento columnar bien desarrollado. En el pilar de Canatlán (Figura 3.4.) esta unidad
es muy similar al afloramiento de El Molino, pero en la base, los primeros 15 m contiene
clastos líticos de rocas volcánicas afaníticas rojizas de 2 cm como máximo y tiene fiammes
de hasta 10 cm. En la parte superior los clastos líticos están ausentes, el tamaño de los
fiammes disminuye a menos de 10 cm y el fracturamiento columnar es más definido.
Límites y espesor
La ignimbrita El Molino se encuentra aflorando en la localidad tipo sobreyaciendo la
formación Los Castillos, donde forma una discontinuidad angular (Figura 3.11). En las
otras localidades la ignimbrita El Molino también se observa sobre la formación Los
Castillos pero no se observó el contacto debido a que está cubierto. El contacto superior de
esta unidad es discordante con la ignimbrita Canatlán, esto se puede observar en la
localidad tipo donde, sobre la ignimbrita El Molino, se observa a la ignimbrita Canatlán con
diferente echado; de esta manera, esta unidad se encuentra en discordancia con las unidades
sub y suprayacentes; por esta razón, se consideró adecuado separarla como una unidad
individual.
El espesor en la localidad tipo es de aproximadamente 120 m, mientras que es de 25 metros
en el pilar de Canatlán. Se observan grandes variaciones en el espesor de esta unidad en
cortas distancias, lo cual puede indicar una topografía abrupta al tiempo de su
emplazamiento.
61
Correlación y edad
La ignimbrita El Molino no se correlaciona con ninguna de las unidades reportadas fuera
del área de estudio. La edad isotópica K-Ar en sanidino de la ignimbrita El Molino es de
32.2±0.8 Ma (Tabla 3.1), ubicándose en el Oligoceno Inferior, siendo esta edad congruente
con su posición estratigráfica sobre la ignimbrita Los Castillos de 35.6±0.9 Ma.
Riolita Morelos (TOG-Rm)
Se denomina riolita Morelos a la serie domos y flujos riolíticos que afloran principalmente
en la parte noroeste del área de estudio, sobre la ignimbrita Los Castillos.
Localización y distribución
La localidad tipo de esta unidad es el poblado de José Ma. Morelos y Las Palmas, en estas
localidades se observan claramente sus relaciones estratigráficas y sus características
litológicas. En esta unidad se incluyen los domos riolíticos que se encuentran en el flanco
oriental de la sierra del Epazote, al noroeste de Nuevo Ideal. También se incluyen las rocas
riolíticas bajo la formación Canatlán que están presentes en la sierra de Coneto.
Descripción litológica
En José Ma. Morelos y Las Palmas la parte basal es discontinua e irregular y tiene un
espesor que varía entre 2 y 8 m. En esa zona la roca presenta textura porfídica, matriz vítrea
y fenocristales de feldespato euhedrales de color blanco, en tamaños de 1 a 2 mm. Esta
zona basal cambia gradualmente a una roca de textura porfídica de color rosáceo, la matriz
es afanítica y los fenocristales son de feldespato principalmente y escaso cuarzo; presenta
un fracturamiento vertical burdo a nivel de afloramiento. La parte superior de esta unidad
presenta estructura en bloques. En la sierra de Coneto esta unidad es masiva y presenta
bandeamiento de flujo, en algunos casos vertical, es de textura vítrea y en algunos casos
62
presenta un avanzado estado de devitrificación, desarrollando comúnmente abundantes
esferulitas. Tiene un color verde claro y lustre vítreo.
Límites y espesor
La riolita Morelos se encuentra sobreyaciendo a la ignimbrita Los Castillos, en contacto
discordante (Figura 3.12), esto se observa en la localidad de José Ma. Morelos-Las Palmas
y ahí presenta un espesor total entre 7 y 15 m. En la localidad de Coneto se encuentra
debajo y en contacto discordante con la formación Canatlán, con un espesor de más de 50
m.
Figura 3.12. Contacto entre la riolita Morelos y la formación Los Castillos, en la localidad de José Ma. Morelos. La línea blanca indica el contacto entre las dos unidades. La base de la fotografía es de 150 m
aproximadamente y la altura del cerro es de 40 m.
Correlación y edad
Esta unidad arrojó una edad isotópica K-Ar en sanidino de 32.2±0.8 Ma (Tabla 3.1), lo que
es congruente con la relación estratigráfica que tiene con la formación Los Castillos de
35.6±0.9 Ma.
riolita Morelos
formación Los Castillos
63
Ignimbrita Canatlán (TOG-Cn)
Se denomina ignimbrita Canatlán a la secuencia de depósitos piroclásticos y de caída que
corresponden a la última etapa de volcanismo explosivo en el área, está dividida en cuatro
miembros, el primero es una ignimbrita masiva de bajo grado de soldamiento, el segundo es
una secuencia de depósitos de caída intercalados con ignimbritas de bajo grado, el tercero
es una ignimbrita de bajo grado y el cuarto miembro es una ignimbrita de alto grado.
Localización y distribución
A esta unidad se le denominó ignimbrita Canatlán porque aflora completamente en el pilar
de Canatlán, donde se levantó una sección localizada 3 km al Norte de la ciudad de
Canatlán (Figura 3.4). La ignimbrita Canatlán aflora en la parte sur, centro y noreste del
área cartografiada, pudiéndose extender hacia el suroeste.
Las principales localidades donde se observa aflorando esta unidad son: al oeste de la
ciudad de Canatlán en el poblado de Santa Teresa de Pinos, al Norte en el poblado de
Francisco Zarco, al Noreste en Charco Largo, también aflora de manera extensa en la parte
noreste del área en la Sierra de Coneto, al oeste de la localidad de la Escondida, en la sierra
de Cañas y en la sierra de Lajas (Anexo 3-Mapa Geológico).
Descripción litológica
Se reconocieron los siguientes miembros que juntos conforman la ignimbrita Canatlán:
Miembro ignimbrítico (CA1) – En la localidad tipo (Figura 3.4) la base de esta formación
corresponde a un depósito de bajo grado de soldamiento, es masivo y poco consolidado,
está compuesto principalmente por matriz de ceniza de pómez con pocos cristales de cuarzo
y feldespato, soporta pómez angulosa de hasta 3 cm, el espesor aproximado de esta capa es
de 10 m. En la localidad de Charco Largo (Figura 3.13) se reconoció esta subunidad y
corresponde a un depósito masivo de aproximadamente 20 m de espesor, de color rosa
64
claro a blanco, compuesto principalmente por matriz de pómez, contiene cristales de
cuarzo, feldespato, minerales verdosos no identificados y obsidiana perlitizada, soporta
fragmentos de pómez de hasta 4 cm, líticos angulosos de hasta 8 cm de color gris y rojizo
de textura afanítica, el depósito es poco consolidado, presenta fracturamiento columnar
burdo, no se observaron gradaciones ni cambios en la granulometría de los componentes en
toda la capa.
Figura 3.13. Columna estratigráfica medida en la localidad Charco Largo
Miembro estratificado (CA2) – En la localidad tipo (Figura 3.4) aflora sobre el miembro
anterior un depósito estratificado de aproximadamente 8 m de espesor. Este miembro está
compuesto por una alternancia de capas estratificadas con alto contenido de clastos líticos y
capas masivas con alto contenido de pómez, las capas ricas en líticos son de
aproximadamente 20 cm con soporte clástico, contienen abundantes líticos angulosos (casi
el 90%) de hasta 7 cm, compuestos de rocas félsicas bandeadas de textura porfídica con
fenocristales de cuarzo y feldespato, la matriz es de ceniza lítica (10% aproximadamente),
estos estratos alternan con capas de matriz de ceniza de pómez que soportan líticos
angulosos de color rojizo y gris con 1 cm de diámetro máximo. Su fuente original debieron
ser rocas volcánicas afaníticas, el espesor de estas capas van de 15 a 40 cm.
65
En la localidad de Charco Largo este miembro tiene aproximadamente 10 m de espesor y a
diferencia del descrito en Canatlán, tiene menor contenido de clastos líticos, aquí la base
consiste de un depósito estratificado de 1 metro de espesor aproximadamente, compuesto
de capas de 15 cm de pómez soportadas clasto a clasto que alternan con capas de ceniza de
pómez de 5 cm de espesor. La parte media la forma un depósito masivo de 5 m de espesor,
compuesto principalmente por matriz de ceniza de pómez con cuarzo y feldespatos,
soportando líticos negros de textura vítrea de 1 cm. En la cima se encuentra un depósito
estratificado de 4 metros de espesor, compuesto por capas de ceniza de pómez y líticos
rojizos y grises, estas capas son de 1 a 5 cm. de espesor.
Miembro masivo (CA3) - En la parte media y sobreyaciendo al depósito anterior en la
localidad tipo aflora un depósito masivo color rosa claro a blanco en roca fresca y gris
verdoso en condiciones intemperizadas, tiene aproximadamente 30 metros de espesor, está
compuesto principalmente por matriz de ceniza de pómez con aproximadamente 10% de
cristales de feldespato y cuarzo, soporta fragmentos de pómez de menos de 1 cm y clastos
líticos angulosos rojizos de rocas afaníticas menores a 1 cm. En la localidad Charco Largo,
este miembro tiene 20 metros de espesor y aumenta el contenido y tamaño de clastos
líticos, los cuales alcanzan diámetros de hasta 10 cm y son de obsidiana perlitizada y
también se presentan líticos grises afaníticos.
Miembro ignimbrítico (CA4) - La parte superior de la formación la forma esta subunidad,
la cual consiste en la localidad tipo de un depósito masivo de aproximadamente 30 metros
de espesor, soldado, de color rosa, fracturamiento columnar bien desarrollado, este depósito
está compuesto principalmente por matriz afanítica eutaxítica color rosa, contiene escasos
cristales de feldespato y cuarzo, con fiammes < 0.5 mm, soporta clastos líticos angulosos,
rojizos, de 1-3 mm. En la localidad de Charco Largo tiene 25 metros de espesor (Figura
3.14A), los fiammes son de hasta 20 cm en la cima (Figura 3.14B) y en la parte media son
de 8 cm con color negro, los clastos líticos son de rocas grises afaníticas de 0.5 a 2 cm y
están presentes en todo el depósito.
66
Límites y espesor
La ignimbrita Canatlán se encuentra emplazada sobre la Andesita Coneto en la parte
noreste del área de estudio, en la localidad de Coneto de Comonfort (Figura 3.3). También
se encuentra sobre la ignimbrita El Molino en las localidades de Canatlán, Cruz Gálvez y
en El Molino (Figura 3.11). El contacto superior se observa en la sierra de Coneto (puerto
Coneto), también a dos kilómetros al sur de Francisco Zarco donde se observó en contacto
erosivo con la formación riolita Coneto. El espesor total de esta formación es de ∼80 m,
tomando en cuenta los espesores máximos medidos en campo.
Figura 3.14. Fotografías del miembro ignimbrítico CA4. A – estructura masiva y soldada con desarrollo de fracturamiento columnar. B – oquedades formadas por el intemperismo de clastos de pómez, en esta parte
alcanzan un tamaño de hasta 20 cm. Ambas fotos tomadas en la localidad de Charco Largo.
Correlación y edad
Los miembros CA1 y CA2 de la ignimbrita Canatlán se correlacionan con la unidad Las
Lajas descrita por Reyes-Cortes (1985), en este estudio se añaden los miembros CA3 y
CA4 descritos anteriormente, tomándose como una unidad individual ya que no se
observaron discontinuidades entre los miembros de esta formación. Debido a que sobreyace
A
B
67
a la ignimbrita El Molino y subyace discordantemente a la riolita Coneto a esta unidad se le
asigna una edad del Oligoceno Medio-Superior.
Riolita Coneto (TOG-Rc)
Se denomina riolita Coneto a la unidad litoestratigráfica compuesta por derrames y domos
de riolita que afloran sobre las secuencias ignimbríticas. Esta unidad representa el último
evento de magmatísmo riolítico en la región, sus afloramientos se observan en forma
aislada casi en toda el área cartografiada.
Localización y distribución
La localidad tipo se encuentra en el camino conocido como puerto Coneto que cruza la
sierra de Coneto, va del poblado Once de Marzo a Coneto de Comonfort. Allí la posición
estratigráfica es clara y el volumen de lavas es mayor que en otras zonas. Esta unidad es
reconocida de manera dispersa en toda el área cartografiada, comúnmente aparece a manera
de domos y derrames, las principales localidades se encuentran en Once de Marzo,
Cieneguitas y José Rabón.
Descripción litológica
Esta unidad consiste de derrames de lava félsica con estructura fluidal, incluye zonas de
autobrecha y zonas vítreas. La roca es de textura porfídica, con matriz color rosa a gris,
contiene fenocristales de cuarzo y feldespato en tamaños que van de 1 a 2 mm. El color de
intemperismo es gris verdoso y en roca fresca es gris claro.
En la localidad tipo presenta comúnmente fracturamiento columnar y en la base zonas de
autobrecha de espesor variable (Figura 3.15A), comúnmente de 1 a 3 metros, seguidas por
zonas desvitrificadas. En la parte superior presenta bandeamiento de flujo (Figura 3.15B),
la roca es de textura afanítica aunque los fenocristales de feldespato y cuarzo son escasos,
68
el espesor máximo en la sierra de Coneto es aproximadamente 50 metros, aunque en la
parte norte de la misma sierra alcanza espesores superiores a los 100 metros.
En los cerros al norte de Once de Marzo aflora una roca félsica, de textura porfirítica,
matriz afanítica color crema claro, con fenocristales de 1-2 mm de cuarzo anhedral y
feldespato euhedral, no muy abundantes. Aproximadamente un 5% de los cristales son
óxidos rectangulares de 1 mm, posiblemente biotitas oxidadas, presenta una estructura
bandeada en algunas zonas, las bandas son pequeñas y de color rojo o blanco, mostrando
pliegues pequeños de pocos centímetros dentro de la roca.
En la localidad de Cieneguitas esta unidad es una roca félsica de color verdoso de
intemperismo y gris en roca fresca, es de matriz afanítica y tiene fenocristales de feldespato
y cuarzo de 3 mm, también contiene anfíboles en tamaños cercanos a 1mm. Se presenta
muy intemperizada y erosionada, en algunas zonas presenta bandeamiento de flujo. El
espesor mínimo estimado es de 25 metros, pero no se observó la base.
Figura 3.15. Fotografías de la riolita Coneto. A – Autobrecha en la base de la riolita Coneto. B – Estructura bandeada parte interna unidad. Tomadas en la Sierra Coneto.
A B
69
Límites y espesor
La riolita Coneto se encuentra en contacto discordante sobre la ignimbrita Altamira (en
Manuel Altamirano) y la formación Canatlán (puerto Coneto, Figura 3.16), por lo tanto se
le considera más joven que la formación Canatlán. El contacto superior es discordante con
el basalto Santa Teresa o con sedimentos fluviolacustres recientes. El espesor de esta
unidad varía de 15 m en la localidad Rancho Seco a más de 100 m al norte de la sierra de
Coneto.
Figura 3.16. Contacto de la riolita Coneto sobre la ignimbrita Canatlán. Línea blanca indica el contacto entre
las dos unidades. Fotografía tomada en la parte oriental de la Sierra de Coneto.
Correlación y edad
Esta formación se correlaciona con la Formación Gamón descrita por Roldán-Quintana
(1968) y dentro del área de estudio se correlaciona con las unidades Yerbabuena y Grullas
descritas por Reyes-Cortes (1985). En este trabajo esas dos unidades se agrupan en una sola
formación y se le añaden todos los afloramientos de lavas y domos riolíticos que guardan la
misma relación estratigráfica con las unidades definidas anteriormente, constituyen una
litología distintiva al tratarse principalmente de lavas en contraste con el resto de las
EW
riolita Coneto
ignimbrita Canatlán
70
unidades ignimbríticas. Dada su posición estratigráfica se considera que esta unidad
pertenece al Oligoceno Superior.
3.3 Plioceno-Holoceno
Basalto Sta Teresa (QPO-Bs)
Se denomina basalto Santa Teresa a la unidad litoestratigráfica formada por derrames de
lavas máficas y de textura afanítica que afloran en la cima de la secuencia volcánica.
Localización y distribución
Esta unidad aflora en forma dispersa y con poco volumen dentro del área cartografiada. Sus
principales afloramientos se localizan en Nogales, en Cieneguitas, Santa Teresa de Pinos,
Potrero Los Herrera, El Pozole y Chaparro Díaz (Anexo 3-Mapa-Geológico). En la
localidad de Santa Teresa de Pinos aflora a lo largo del arroyo que baja del poblado de
Cieneguitas y continua hacia el Este hasta la presa Caboraca, allí debido a la facilidad de
acceso y calidad de los afloramientos se le considera la localidad tipo, presentando las
mismas características que pueden ser observadas en las demás localidades.
Descripción litológica
Esta unidad consiste de coladas de lavas máficas, de estructura en bloques y en algunos
casos masiva, la roca tiene una textura afanítica, la matriz es microcristalina con
abundantes cristales de plagioclasa, olivino y piroxeno, en algunos casos la matriz es
pilotaxítica y puede contener xenolitos de peridotitas de hasta 4 cm, estos se observaron
principalmente en la localidad de Potrero Los Herrera. Presenta un color de intemperismo
café oscuro a rojizo oscuro, en roca fresca es de color gris oscuro a negro. Esta unidad
generalmente aparece rellenando cauces de arroyos y zonas de topografía baja.
71
Límites y espesor
Esta unidad se encuentra aflorando en contacto discordante sobre la ignimbrita Altamira en
las localidades de Arnulfo R. Gómez y Los Herrera, sobre la formación Los Castillos en la
localidad de Chaparro Díaz, también sobre la ignimbrita Canatlán en Nogales y en la
localidad tipo (Figura 3.17) y sobre la riolita Coneto en la localidad de El Pozole, 6 km al
norte de Canatlán. El espesor es muy variable y dependiente de la paleotopografía de cada
localidad, los espesores observados varían de 2 m a más de 20 m en la localidad tipo.
Figura 3.17. Contacto entre la ignimbrita Canatlán y el basalto Santa Teresa, tomada en la localidad de Santa
Teresa. La línea blanca indica el contacto entre las dos unidades.
Correlación y edad
El basalto Santa Teresa se puede correlacionar con los derrames de lavas máficas que
forman el Campo Volcánico de Durango descritas por Albritton (1958) y Cordoba (1988),
ya que tienen una mineralogía similar, comúnmente contienen cristales de olivino y
xenolitos de peridotita. La posición estratigráfica del basalto Santa Teresa indica una edad
basalto Santa Teresa
ignimbrita Canatlán
72
posterior al Oligoceno Superior y los rasgos morfológicos del basalto, como grado de
erosión y formación de suelo sobre él, indican que son muy recientes, por lo que se le
considera del Plioceno-Cuaternario (Figura 3.18).
Figura 3.18. Contacto entre la ignimbrita Canatlán y el basalto Santa Teresa, en la localidad de Nogales.
Únicamente en la localidad de Cieneguitas al suroeste del área de estudio esta unidad tiene
una mayor cantidad de suelo depositado sobre ella y se encuentra más intemperizada,
pudiendo indicar una edad un poco más antigua para esos afloramientos.
Aluvión (Q-Al)
Se denomina Aluvión a los depósitos sedimentarios superficiales que rellenan las
depresiones topográficas dentro del área de estudio. Estos depósitos son cantos rodados en
las zonas bajas de los escapes de las fallas principales y van disminuyendo su granulometría
a más fina hasta arena, limo y arcilla en la parte central de la cuenca de la fosa de
Santiaguillo.
El origen de los depósitos de la cuenca de la fosa de Santiaguillo es de tipo fluvial en las
zonas aledañas a los altos topográficos, depositando cantos rodados, gravas y arenas;
lacustre en la laguna de Santiaguillo. Chacón-Cruz (2004) analizó dos núcleos obtenidos en
basalto Santa Teresa
ignimbrita Canatlán
73
zonas aledañas a la laguna de Santiaguillo interpretando estos sedimentos como
transportados eólicamente y depositados en un ambiente de loess.
Los sedimentos superficiales son de edad Holoceno y correlacionables con la Formación
Pueblito (Albritton, 1958), dicho autor reporta la presencia de dientes y fragmentos
postcraneales de Equus caballus laurentius y del zorrillo Spiloga glucasana en sedimentos
cercanos a la laguna de Santiaguillo.
74
4. GEOLOGÍA ESTRUCTURAL
4.1 Análisis de lineamientos
Con la interpretación de las fotografías aéreas se pudo conocer de manera cualitativa las
direcciones preferenciales en la orientación de los lineamientos. Dentro del área de estudio
los principales lineamientos se muestran en la Figura 4.1, en esta figura se puede observar
que un gran número de lineamientos tienen una orientación dentro del cuadrante NW; sin
embargo, también se observa que hay otros con orientaciones diferentes, especialmente
dentro del cuadrante NE.
Figura 4.1. Lineamientos fotointerpretados. Las claves en gris son las zonas en que fue dividido el análisis.
75
La Figura 4.2 muestra las principales orientaciones del total de lineamientos, según su
número acumulativo a intervalos de 10°, en esta figura se observa claramente que los
lineamientos con orientación NW son más abundantes que los NE; sin embargo, los
lineamientos NE no se observan distribuidos uniformemente en toda el área de estudio
(Figura 4.1), a diferencia de los orientados hacia el NW.
Figura 4.2. Diagrama de roseta del total de lineamientos medidos. Los anillos interiores representan un 1%, el
anillo exterior representa el 10% del total de la muestra, cada hemisferio representa el 50% del total de lineamientos.
Para conocer las zonas específicas en las cuales los lineamientos NW se encuentran en
mayor numero que los NE, o bien que los lineamientos NE son mayores que los NW, se
midió el número acumulativo de lineamientos según su orientación a intervalos de 10°
(Figura 4.3; Tabla 4.1), realizando esta operación dentro de cada zona correspondiente a
una fotografía aérea interpretada; de igual forma se midió la longitud acumulativa de
lineamientos para cada orientación (Figura 4.4; Tabla 4.2), esto con el fin de comparar en
cada zona, la orientación de lineamientos con su longitud.
76
Figura 4.3. Diagramas de roseta que muestra el porcentaje del número total de lineamientos a intervalos de 10
grados, cada diagrama representa el área correspondiente en la Figura 4.1. Para las graficas en azul los círculos interiores equivalen a un 1% y el círculo exterior a un 10 % del total de datos y para las graficas en
rojo equivalen a un 2% y 20% respectivamente.
En las Figuras 4.3 y 4.4, se pueden distinguir diferentes tendencias en cada parte del
sistema fosa de Santiaguillo, en las zonas A1, A2, C4, D1, D4, E2, E3 y E4 el fallamiento
principal tiene orientación N10°-40°W (diagramas con fondo blanco, Figuras 4.3 y 4.4).
Las zonas B2, C2, C3, D2 y E1 (diagramas con fondo gris, Figuras 4.3 y 4.4), tienen un
número de trazas NE similar o mayor a las trazas NW, por lo tanto en estas zonas la
orientación de los lineamientos no puede ser únicamente producto de un sistema de fallas
NW, indicando que existen al menos 2 sistemas de fallas, uno principal de orientación NW
y otro de orientación NE, este último localizado y restringido en la zona media del área de
estudio.
.
77
Figura 4.4. Diagramas de roseta mostrando el porcentaje de la longitud acumulada del total de lineamientos a intervalos de 10 grados, cada diagrama representa el área correspondiente en la Figura 4.1. Para las graficas
en azul los círculos interiores equivalen a un 1% y el círculo exterior a un 10 %, para las graficas en rojo equivalen a un 2% y 20% respectivamente.
78
Tabla 4.1 Porcentaje de lineamientos por área y por sector
Tabla 4.2 Porcentaje de longitud de lineamientos por área y por sector
Observando la Figura 4.1, el mapa geológico y las secciones geológicas (Anexo 3-Mapa
Geológico), se observa que existen zonas con características estructurales diferentes, una de
ellas caracterizada por un fallamiento principal (sepultado) que generó una semifosa,
también hay dos zonas de relevo y una zona con desarrollo de un sistema de pilares y fosa
(Figura 4.5).
Figura 4.5. Esquema estructural del área de estudio, el área mostrada corresponde al área del mapa 1. Los
polígonos punteados indican las zonas con características geológicas distintivas. PC y ST son las principales estaciones de medición de estrías.
80
A continuación, se describen las características estructurales distintivas de cada zona
existente dentro del área de estudio, comenzando de sur a norte.
Semifosa
La zona de semifosa en el área de estudio se caracteriza por el desarrollo de una falla
principal, de aproximadamente 25 km de largo con orientación ∼N45°W, la cual generó
basculamiento de los bloques del alto hacia el NE, con inclinaciones entre 10° y 25°
(Figura 4.6). La zona de semifosa tiene aproximadamente 15 km de ancho medidos
perpendicularmente a la traza de la falla principal (Sección geológica A-A’’, Anexo 3).
Figura 4.6. Bloques de la zona de semifosa, se observa como se encuentran basculados hacia el Este.
Fotografía tomada en la parte seca de la laguna de Santiaguillo. Las líneas indican las trazas de las fallas.
Una semifosa es el elemento estructural básico en las cuencas de rift continental (Schliche y
Olsen, 1990). Esta estructura es producto de fallamiento normal y flexión de la corteza,
Scholz y Contreras (1998) analizan el origen y evolución de estas estructuras y se puede
resumir en las siguientes etapas: 1) durante el rifting inicial, un conjunto de fallas con
echados opuestos se desarrolla de la misma manera que se desarrollan las fracturas
conjugadas, 2) eventualmente uno de estos dos sistemas de fallas separa el sistema
conjugado en la profundidad, 3) entonces comienza el desplazamiento localizado en una de
las fallas del sistema (sistema de falla de fondo, BSF, Figura 4.7), mientras que el conjunto
de fallas conjugadas se vuelve inactivo o es abandonado (falla conjugada fallida, FCF,
W E
81
Figura 4.7), 4) al proseguir la extensión, la subsecuente subsidencia de la BFS y el
basculamiento de la corteza dan a la semifosa su característica geometría asimétrica.
Figura 4.7. Ejemplo de la geometría de una semifosa (modificado de Contreras y Scholz, 2001).
Con base en las relaciones estratigráficas entre las unidades y las fallas, la evolución de la
zona de semifosa se pude resumir en 4 etapas:
1) Comienza el desarrollo de dos fallas con un rumbo similar y echados opuestos (F1 y F2,
Figura 4.8), las cuales generan un sistema de extensión con deformación simétrica. La
ignimbrita Altamira presenta mayor grado de erosión que las unidades ignimbríticas
superiores y buza al W en zonas cercanas a la falla F2 (Figura 4.8), lo cual puede indicar
que se depositó antes de esta etapa (38.8±1.0 Ma).
2) Las fallas se propagan tanto longitudinalmente como en profundidad generando un
hundimiento simétrico. Las formaciones Los Castillos, ignimbrita El Molino e ignimbrita
Canatlán se encuentran aflorando dentro de la zona de semifosa, lo que indica que antes o
durante esta etapa se depositaron dichas unidades.
3) En esta etapa el sistema se vuelve asimétrico dado que la falla F1 (Figura 4.8) se
convierte en la falla principal de este sistema, inhibiendo la propagación en profundidad de
la falla F2 (Figura 4.8), comienzan a desarrollarse los bloques en la parte interna de la fosa,
producto de fallamiento secundario con orientación similar al rumbo y echado de la falla
principal. Durante esta etapa las formaciones Los Castillos, ignimbrita El Molino y
Canatlán se basculan hacia el NE; por lo tanto, esta etapa es posterior al depósito de la
ignimbrita Canatlán, es decir, posterior al Oligoceno Superior.
82
Figura 4.8. Esquema que muestra la evolución de la zona de semifosa (ZSG). Las zonas sombreadas indican las zonas activadas en cada etapa. El polígono punteado indica la zona de semifusa (ZSG) localizada en la
parte inferior derecha en la Figura 4.5.
4) Las relaciones estratigráficas entre la unidades muestran que ocurrió basculamiento y
erosión de las unidades ignimbríticas (formaciones Altamira, Los Castillos, El Molino y
Canatlán) antes del depósito de la unidad riolítica posterior (riolita Coneto). Por lo tanto, el
desarrollo principal de la parte sureste del sistema fue posterior al depósito de la ignimbrita
Canatlán y anterior al emplazamiento de la riolita Coneto. Esto se infiere del
desplazamiento de las fallas en esta parte, que afectó principalmente a las unidades
anteriores a la riolita Coneto, observándose esta unidad menos afectada por estas fallas
(Anexo 3-Sección A-A’’). Por lo tanto, en esta etapa cesa la deformación en la parte
sureste. En la parte noroeste de la semifosa, se puede observar que los bloques basculados
se van alejando de la traza de la falla hacia el NW (Figura 4.5 y Anexo 3-Mapa Geológico).
Con base en esta observación, se puede interpretar que la magnitud del desplazamiento de
83
la falla principal (F1 en Figura 4.8) es mayor en la parte noroeste, alcanzando el
desplazamiento máximo en la zona del relevo de falla derecha, este desplazamiento
disminuye al sureste, causando que los bloques de la semifosa (bloques del alto) se
encuentren aflorando muy cerca de la parte sureste de la traza de la falla principal, mientras
que al noroeste estos bloques sufrieron mayor desplazamiento vertical (hundimiento) lo que
condujo a su sepultamiento por la acumulación de sedimentos.
Zonas de relevo
Las zonas de relevo se encuentran en ambos lados del sistema. La zona de relevo del lado
Este es un relevo derecho (ZR1) y la zona de relevo del lado Oeste es un relevo izquierdo
(ZR2) (Figura 4.5). Ambas zonas de relevo son producto del traslape de dos fallas
normales, según la clasificación de relevos de falla (Walsh et al., 1999, ver Figura 4.9), los
relevos en fallas normales son de tipo neutral en secuencias con estratificación más o
menos horizontal.
Figura 4.9. Relevo tipo neutral de dos fallas normales (tomado de Walsh et al., 1999).
En las zonas de relevo de fallas normales, comúnmente se forma una rampa topográfica en
la zona de traslape de las fallas (rampa de relevo). Para que las fallas sean conectadas entre
si, estructuras subsecuentes deben de cortar o enlazar la rampa. Dependiendo en qué parte
de la rampa se genere estas fallas de enlace, se forman enlaces superiores o inferiores
(Figura 3.28). Ambas zonas de relevo en el área de estudio coinciden con el modelo
propuesto por Crider (2001), en el cual se desarrollan rampas de relevo en zonas de
fallamiento normal, las cuales tienen un rumbo oblicuo con respecto a la orientación del
esfuerzo principal mínimo en el plano horizontal (Figura 4.10).
84
La dos zonas de relevo dentro del área de estudio corresponden a los dos casos respecto a la
geometría de los enlaces, el relevo de falla ZR1 (Figura 4.5) corresponde a un relevo
derecho en el cual se formó una rampa con enlace en la parte superior (Figura 4.10-A), el
relevo de falla ZR2 (Figura 4.5) corresponde a un relevo izquierdo en el cual se formó una
rampa con enlace en la parte inferior (Figura 4.10-B).
Figura 4.10. Bloques diagramáticos y vista en planta de la geometría de los enlaces en una rampa de falla
(modificado de Crider, 2001). A – enlace formado en la parte superior de la rampa. B – enlace formado en la parte inferior de la rampa.
La evolución de las fallas para formar una zona de relevo ha sido estudiada por Hus et al.
(2005), quien utilizando modelos analógicos documenta el desarrollo de los enlaces en tres
pasos:
a) Estado inmaduro: comienzo y propagación lateral del fallamiento, se caracteriza por
el desarrollo de fallas aisladas en superficie.
b) Estado de interacción: inicia la rapa de relevo, las dos estructuras implicadas en el
enlace comienzan a interactuar. Esto sucede cuando: 1) en superficie la topografía
se inclina; 2) hay una deflexión del rumbo de una falla hacia la rampa de relevo.
c) Estado de enlace: parte final de la formación del relevo, las dos fallas comienzan un
enlace fuerte y la rampa de relevo se fractura. Esta parte de la evolución se
caracteriza por la propagación de una falla hacia la otra formando fracturas, de tal
forma que cortan la rampa.
La zona de relevo ZR1 se formó por el traslape de la falla principal del semifosa y la falla
Este de la zona de pilares y fosa (Figura 4.5). Para que las fallas principales que forman
A B
85
este relevo pudieran interactuar, es necesario que la falla sur se propagara hacia el NW,
mientras que la falla norte se propagara hacia el SE (Figura 4.11-1) y posteriormente
comenzaran a interactuar formando la rampa de relevo (Figura 4.11-2) y finalmente se
desarrollan las fallas de enlace (Figura 4.11-3).
Figura 4.11. Esquemas que muestran la evolución de la zona de relevo ZR1. Las zonas sombreadas indican las zonas activadas en cada etapa. La línea punteada indica el área representada en la Figura 4.5.
En esta zona de relevo, rocas de la riolita Coneto se encuentran basculadas y son cortadas
por las fallas principales y las fallas de enlace (Figura 4.12). Así, el desarrollo de la rampa
de relevo y la creación de las fallas de enlace y por lo tanto, la parte final en la evolución de
este enlace de fallas, ocurrió posteriormente al emplazamiento de la riolita Coneto en esta
zona de relevo, posiblemente entre el Oligoceno tardío y Mioceno temprano.
Figura 4.12. Rampa de relevo derecho (ZR1), fotografía tomada en sobre el camino entre Progreso y Cruz
Gálvez.
La zona de relevo ZR2 está formada por el traslape de la falla conjugada fallida de la zona
del semifosa y la falla principal Oeste de la zona de pilares y fosa (Figura 4.5). En esta zona
de relevo se puede observar una discordancia angular formada entre la formación Los
Castillos y la ignimbrita El Molino, también se puede observar otra discordancia angular
S N
86
entre la ignimbrita El Molino y la ignimbrita Canatlán. Las fallas principales y las fallas de
enlace cortan toda la secuencia, incluyendo la ignimbrita Canatlán (Figura 4.13).
Figura 4.13. Falla de enlace en la zona de relevo ZR2, el bloque de la derecha son rocas de la ignimbrita
Canatlán.
Esta zona de relevo evolucionó de manera similar a la zona de relevo ZR1, con las
siguientes etapas:
1) La falla al sur del relevo se propagó hacia el NW y la falla al norte del relevo se propagó
hacia el SE (Figura 4.14-1).
2). Las dos fallas comenzaron a traslaparse y posteriormente, formaron una rampa de
relevo, una evidencia de la evolución de este relevo es la discordancia angular que existe
entre la formación Los Castillos y la ignimbrita El Molino, ya que la formación Los
Castillos debió emplazarse y posteriormente bascularse. Lo anterior, producto de la
interacción de las fallas principales para formar la zona de relevo, lo cual comenzó al
menos después del depósito de la formación Los Castillos (35.6±0.9 Ma) y continuó
durante el depósito de la ignimbrita El Molino (32.2±0.8 Ma) ya que también se encuentra
basculada. La ignimbrita Canatlán presenta menor basculamiento que la ignimbrita El
Molino (siendo casi horizontal), indicando que el desarrollo principal de la rampa de relevo
ocurrió antes del depósito de la ignimbrita Canatlán (Figura 4.14-2, Anexo 3-Mapa
Geológico).
S N
ignimbrita Canatlán
87
3) La evolución total del relevo ocurrió posterior al depósito de la ignimbrita Canatlán, ya
que las fallas de enlace cortan a esta unidad (Figura 4.14-3, Anexo 3-Mapa Geológico).
Figura 4.14. Esquema que muestra la evolución de la zona de relevo izquierda (ZR2). Las zonas sombreadas
indican las zonas activadas en cada etapa. La línea punteada indica el área representada en la Figura 4.5.
Sistema pilares y fosa
Esta zona se extiende desde las zonas de relevo (ZR1 y ZR2) hacia el NW (Figura 4.5), las
trazas de las fallas principales que forman esta parte del sistema tienen longitudes
importantes. La falla Oeste tiene ∼30 km y la falla Este ∼50 km de longitud de traza. Estas
fallas principales se encuentran sepultadas y son las fallas más grandes del área de estudio,
extendiendose fuera del área hacia el NW. Las fallas principales son las que acumularon la
mayor cantidad de desplazamiento vertical, se puede observar esto en los escarpes que
formaron, llegando a ser de hasta 600 a 900 m en la sierra de Coneto (Este) y sierra del
Epazote (Oeste), respectivamente. En esta zona es donde se alcanza la mayor amplitud de la
fosa de Santiaguillo, llegando a tener 30 km en su parte más ancha.
La falla Oeste corta unidades estratigráficas como la formación Los Castillos, ignimbrita
Canatlán y andesita Coneto, en esta última unidad se observan fracturas con direcciones
tanto NW como NE. En la traza de esta falla se observa un lineamiento de volcanismo
riolítico (riolita Morelos), formando domos y flujos riolíticos a lo largo de la traza de esta
falla, este lineamiento se puede seguir fuera del área de estudio, hacia el NW, hasta la
localidad de Ciénega del Correo.
88
La traza de la falla Oeste pasa por la localidad de Las Palmas y José Ma. Morelos (esta
última al norte fuera del área de estudio), en esta localidad basculó la formación Los
Castillos hacia el W (12°), esta unidad posteriormente fue cubierta con la riolita Morelos,
la cual no presenta basculamiento. Por lo tanto, la actividad en esta parte de la falla terminó
antes del emplazamiento de la riolita Morelos (32.2±0.8 Ma).
Los domos hacia el SE (Pinos Altos y La Concha), se encuentran emplazados en las
unidades andesita Coneto y fm. Los Castillos. El emplazamiento de las riolitas en la parte
central del pilar del Epazote (sierra del Epazote) deformó las capas de la formación Los
Castillos.
El distrito minero de Tejamen se encuentra muy cerca de la traza de esta falla principal y se
reporta fallamiento de orientación NE en rocas andesitico-daciticas, las cuales se
encuentran mineralizadas (Carrasco y Solís, 1978). También, en la localidad de
Magdalena, se ha reportado fallamiento NW (N60°W con 75° de inclinación), las rocas que
cortan estas fallas también son andesíticas y se encuentran mineralizadas (DeSantiago-
Cespedes, 1997).
La falla principal Este tiene aproximadamente 50 km de largo y se extiende hacia el NW
fuera del área de estudio, delimitando la fosa en su parte Este. Esta falla corta la formación
Los Castillos, la riolita Morelos, la ignimbrita Canatlán y la riolita Coneto. En el camino
que cruza la sierra de Coneto (menos de 5 km al NW de la ZR1), se pueden observar fallas
subparalelas a la falla principal, estas fallas son principalmente normales; sin embargo, se
midió una cantidad considerable de fallas laterales. En este mismo camino se pueden
observar diques máficos de poco espesor. Estas fallas desplazaron verticalmente la riolita
Coneto más de 100 m. Sin embargo, el escarpe formado por el desplazamiento acumulado
de todas estas fallas alcanza los 600 m y cerca de 900 al Noroeste fuera del área de estudio
en la sierra de San Francisco.
Sobre la traza de fallas subparalelas a la falla principal, se emplazaron lavas litológicamente
correlacionables con el basalto Santa Teresa; sin embargo, las lavas que afloran aquí
89
pudieran ser más antiguas al basalto Santa Teresa, ya que se encuentran con un mayor
grado de erosión.
Fallamiento NE fuera de las zonas de relevo
Este fallamiento se encuentra localizado en la parte noreste del área de estudio, en las
localidades de Coneto, Nogales y Las Morenas. Estas fallas tienen orientación
aproximadamente ENE-WSW (Figura 4.5). Las fallas presentes en esta zona cortan a la
ignimbrita Canatlán, basculándola (10°) al sur. Sobre las capas basculadas de la ignimbrita
Canatlán se encuentran aflorando lavas del basalto Santa Teresa, estas lavas no se
encuentran basculadas (Figura 3.18), indicando que el basculamiento de la formación
Canatlán formó depresiones topográficas que posteriormente fueron rellenadas
parcialmente por lavas del basalto Santa Teresa. Por lo tanto, el fallamiento en esta zona
fue posterior al depósito de la ignimbrita Canatlán y anterior al emplazamiento del basalto
Santa Teresa.
4.3 Análisis cinemático
Dentro del área de estudio, la medición de planos de falla fue difícil ya que la mayoría de
estas fallas se encuentran sepultadas, sin embargo, se midieron fallas principalmente en la
carretera que cruza la sierra de Coneto, donde la exposición de los planos de falla es muy
buena. Además, se pudieron medir fallas en el camino entre la localidad de Cieneguitas y
Santa Teresa en la parte suroeste del área de estudio.
Las fallas medidas en la sierra de Coneto (sitio PC, Figura 4.5), se encuentran en la riolita
Morelos, por lo tanto son posteriores a esta unidad. Las fallas medidas entre Cieneguitas y
Santa Teresa de Pinos (sitio ST, Figura 4.5) cortan las unidades ignimbrita Altamira y la
ignimbrita Canatlán, por lo tanto la actividad mínima de estas fallas es posterior a la
ignimbrita Canatlán.
Las fallas medidas en el sitio PC tienen orientación preferencial de rumbo NW, aunque hay
algunas fallas con orientación ENE (Figura 4.15 -a). De las fallas medidas en este sitio, se
90
determino la dirección y sentido de movimiento de algunos planos de falla (Figura 4.15-b),
siendo la mayoría principalmente normales oblicuas, aunque se documentaron también
algunas fallas laterales en sensu stricto. Este sitio se encuentra dentro de la zona de relevo
ZR1.
Figura 4.15. Estereogramas de las fallas medidas en el sitio PC. a – planos de falla medidos. b – planos de
falla con la dirección de la estría, la flecha indica el sentido del movimiento en el bloque del alto.
Las fallas medidas en el sitio ST presentan rumbo NW y solo unas pocas, NE (Figura 4.16-
a). Los planos de falla donde se pudo identificar la dirección y sentido de desplazamiento,
con base en estrías de falla (Figura 4.16-b), muestran que esas fallas son principalmente
normales oblicuas (ya que la estría no es menor a 10°).
n = 19 n = 5
a b
a b
n =35 n=25
91
Figura 4.16. Estereogramas de las fallas medidas en el sitio ST. a – planos de falla medidos. b – planos de
falla con la dirección de la estría, la flecha indica el sentido del movimiento en el bloque del alto. Además se midieron algunas fallas secundarias en el hombro oeste de la fosa, en las
localidades de Tejamen, Villa Hermosa y Pinos Altos, así como también en la parte noreste
del área de estudio en la sierra de Coneto, en las localidades de Coneto y Las Morenas, sin
embargo no son agrupados en un solo sitio ni son incluidos en los sitios PC y ST, ya que
los datos son escasos para que sean representativos de un área específica. Estos datos si se
incluyen en la Figura 4.17.
Con todos los datos de falla medidos en campo se graficaron, en un estereograma, los polos
de los planos de falla y la dirección de la estría para cada plano, indicando el sentido del
movimiento del bloque del bajo (Figura 4.17). En este diagrama los círculos rellenos y con
flecha son los datos de estría en los cuales se tiene seguridad del sentido del movimiento,
los círculos rellenos con una línea (sin flecha) son los datos de estría que no se pudo
determinar un sentido del movimiento de manera segura y los círculos vacíos son los polos
de planos de falla medidos (sin dirección de estría).
92
Figura 4.17. Comparación de datos de estría con el diagrama de coherencia cinemática de régimen de
extensión. En rojo son los datos de falla coherentes para esta orientación de esfuerzos. En azul son los datos de falla coherentes para el diagrama 4.18. Líneas en gris marcan las direcciones de los esfuerzos principales.
Al comparar los datos con los diagramas de coherencia cinemática para un régimen de
extensión, se puede observar que la mayoría de los datos están dentro de las posibles
direcciones en presencia de un estado esfuerzos extensional con dirección de σ3 ∼ N10°W
(flechas rojas, Figura 4.17). Se puede observar que hay datos de planos con orientaciones
N10°W buzantes al Oeste, en uno de estos planos se pudieron medir dos direcciones de
estrías, mostrando direcciones muy dispares, lo cual, si consideramos que se trata de el
mismo estado de esfuerzos, nos conduce a considerar que esos planos tengan un rumbo
paralelo (o muy cercano) al esfuerzo principal mínimo σ3, por ello se ubicó el esfuerzo
principal intermedio σ2 sobre su polo (Figura 4.17). En el cuadrante SW se puede observar
el dato de un plano de falla vertical con movimiento normal, pero el diagrama muestra que
para planos de falla verticales se esperaría un movimiento lateral izquierdo; sin embargo,
este plano pudo ser medido en una zona en la que mostraba un plano vertical, pero no
necesariamente implica que su inclinación sea vertical en todo el plano, o el plano
posiblemente pudo rotar al ser cortado por otra falla, por lo tanto se considera como
coherente.
La mayoría de los datos graficados en la Figura 4.17 se midieron en la zona de relevo ZR1
y corresponden a datos tanto en color rojo (23 planos) como en azul (dos planos). Por lo
tanto, la mayoría de los planos medidos en la zona de relevo ZR1, pudieron ser reactivados
con un estado de esfuerzos con σ1 vertical y σ3 ∼ N10°W. También se puede observar en la
Figura 4.17 que algunos datos no tienen coherencia con esta orientación de esfuerzos
(flechas azules), indicando que no pudieron ser fallas reactivadas con este estado de
esfuerzos.
Aunque los datos que no son coherentes con esta dirección de esfuerzos (flechas azules)
son escasos, se pudo determinar un rango de direcciones de los esfuerzos principales en el
cual posiblemente reactivaron las fallas graficadas en azul, este rango de direcciones de σ3
está entre ∼ N65°E y S80°E (Figura 4.18). Se puede observar que hay un dato que muestra
fallamiento inverso, este dato se midió en la sierra de Coneto y posiblemente se trate de un
93
acomodo de bloques y no es representativo de la cinemática de la localidad. Los datos de
falla que no se les pudo determinar el sentido del deslizamiento (círculos rellenos con una
línea pero sin flecha), pueden corresponder tanto a un estado de esfuerzos mostrado en la
Figura 4.17 como al mostrado en la Figura 4.18.
Lo anterior, indica que la mayoría de las fallas medidas pudieron ser reactivadas en un
estado de esfuerzos extensional con σ3 ∼ N10°W y que otro grupo de fallas pudo ser
reactivado con un estado de esfuerzos en un rango de σ3 ∼ N65°E y SE10°E.
Figura 4.18. Comparación de datos de estría con el diagrama de coherencia cinemática de régimen de
extensión. Líneas punteadas en gris marcan el rango de direcciones posibles de los esfuerzos compresivos principales.
Las trazas de las fallas principales dentro del área de estudio tienen orientaciones NW
(Figuras 4.5 y 4.1), indicando que se formaron en un estado de esfuerzos con el esfuerzo
principal mínimo en el cuadrante NE, lo cual coincide con direcciones de esfuerzos
94
obtenidas en la región en trabajo previos, los cuales utilizaron métodos de inversión de
estrías. Algunas de las áreas previamente investigadas son Rodeo, Dgo., donde Luhr et al.
(2001) calculan una dirección del esfuerzo principal mínimo (σ3) con orientación ENE,
también en la fosa de Río Chico Henry y Aranda-Gómez (2000), calculan una orientación
de σ3 ENE. La orientación de esfuerzos obtenida a partir de la comparación de los datos de
falla del área de estudio, con los diagramas de coherencia cinemática realizada en la Figura
3.37, muestra congruencia con la orientación calculada en la región.
95
5. SISMICIDAD LOCAL
Dada el área tan grande de estudio y la poca cantidad de sismógrafos, estos se instalaron en
diferentes tipos de arreglos a lo largo de este estudio. Esto con el fin de abarcar mediante
subredes temporales móviles la totalidad del área de trabajo y por lo tanto, las estructuras
principales. La red sísmica tuvo un total de cinco tipos de arreglos en el tiempo de su
funcionamiento.
Otra de las razones por las que se siguió esta estrategia fue porque no se tenía información
suficientemente precisa sobre las áreas donde había ocurrido algún tipo de sismicidad,
salvo la descrita por Yamamoto (1993).
Por otro lado, tampoco se contaba con evidencia superficial de alguna falla activa, por lo
que se decidió cubrir un área de 100 km x 80 km aproximadamente. Registrando así el
nivel de sismicidad de fondo, así como cualquier concentración posible de actividad.
El desplegado de la red inició al noroeste del área, en localidades cercanas a Santiago
Papasquiaro (Oeste) y Las Ameritas (Este). La red se fue cambiando de posición a
intervalos de ~3 meses hacia el sureste, manteniendo al menos dos estaciones en su
posición original entre cada desplazamiento del arreglo. Las localidades donde se instalaron
las estaciones se muestran en la Figura 5.1 y las coordenadas se indican en la Tabla 5.1.
Las diferentes geometrías que tuvo la red durante cada etapa, fue restringida principalmente
por las localidades tan alejadas que se encuentran en esta parte de la región. Debido a que
en la región existe una topografía abrupta, claramente restringió las zonas en las cuales era
idóneo instalar las estaciones. Por la existencia de las diferentes sierras que se encuentran
en el área de estudio, fue necesario ubicar las estaciones rodeando dichas sierras, abarcando
un área mayor a lo esperado y en zonas poco accesibles.
El estudio comenzó con un total de ocho estaciones y debido a las condiciones locales y
técnicas se finalizó con cuatro estaciones. Durante el funcionamiento de la red sísmica
96
temporal una de las dificultades en la localización de la sismicidad es que cada evento sea
registrado en un mínimo de tres estaciones. Para que ello ocurra se requiere que los eventos
estén lo suficientemente cerca entre ellos y el evento sea lo suficientemente grande.
Figura 5.1. Localización de las estaciones sísmicas en el área de estudio, así como la ubicación de los
epicentros históricos. CN: Canatlán, GU: Guatimapé, NI: Nuevo Ideal, SP: Santiago Papasquiaro.
97
Tabla 5.1. Estaciones instaladas en la red sísmica temporal.
Periodo de operación Coordenadas Estación Instalación* – desinstalación* Latitud Longitud
Localidad
GD1 10/04/2006 – 08/08/2006 25°01’50.5’’ 105°27’58.4’’ Garame de abajo
CD2 12/04/2006 – 07/08/2006 25°09’25.8’’ 105°18’19.8’’ Ciénega del correo
MD3 10/04/2006 – 21/04/2007 24°45’29.7’’ 104°59’20.4’’ El Molino
JD4 09/04/2006 – 08/08/2006 24°59’26.1’’ 105°18’27.6’’ Fco. Javier Leyva
AD5 12/04/2006 – 08/08/2006 25°06’15’’ 104°58’21.6’’ Las Américas
Estos ocho sismos localizados muestran que los hipocentros se encuentran a menos de 3 km
de profundidad, indicando fuentes sismogénicas someras. Los sismos 1, 2 y 6 muestran que
la profundidad del hipocentro se encuentra muy cercana a la superficie. Lo cual indicaría
que estos sismos debieron tener una ruptura que llega hasta la superficie. Sin embargo, la
localización de estos sismos puede variar un rango de profundidad muy grande, si se
considera el error vertical calculado (los sismogramas se muestran en el Anexo 2).
Las magnitudes de los sismos se encuentran en el rango de 0.9 a 2.6 FMag (magnitud de
coda), esto demuestra que la actividad que pudo registrar la red en un mínimo de tres
estaciones debió ser por lo menos cercana a 1.0 FMag. La magnitud calculada para estos
sismos se encuentra dentro del rango esperado para actividad sísmica local.
De los eventos mencionados, tres sismos se localizan dentro del área de estudio, tres al
oeste del área, en la fosa de Río Chico-Otinapa y dos más se localizaron al norte del área de
estudio (Figura 5.3). Estos tres eventos que ocurrieron dentro del área de estudio (sismos 1,
3 y 5 [Tabla 5.2]), se podrían haber originado en fallas activas que conforman la fosa de
Santiaguillo, dichas fallas incluso pueden ser más activas de lo que se estima en esta tesis,
para comprobarlo se requiere un monitoreo más largo en el tiempo y más denso
espacialmente.
La distribución de eventos muestra que las fuentes sismogénicas ocupan un área mayor de
lo esperado, lo cual sugiere la validez de la existencia de los eventos históricos
imprecisamente reportados, como algunos ocurridos en Cuencamé, Cd. de Durango y
Tejamen (García-Acosta y Suárez-Reynoso, 1993).
Al comparar los resultados de la localización de este estudio con los de la sismicidad
histórica reciente, se puede observar que definen una alineación NW-SE, coincidiendo con
la orientación de las fallas principales reconocidas dentro del área. Desafortunadamente la
cantidad de eventos registrados plenamente y su distribución no permiten precisar la
estructura sismogénica asociada.
100
Figura 5.3. Localización de los sismos registrados por la red sísmica temporal, en el periodo abril 2006-abril
2007. CN: Canatlán, GU: Guatimapé, NI: Nuevo Ideal, SP: Santiago Papasquiaro. La Figura 5.3 muestra una sismicidad que no está restringida a un solo segmento del
sistema de fallas, sino que se distribuye a lo largo de éste. Esto indica que el estado de
esfuerzos presente en el área afecta a gran parte de las fallas que conforman el sistema fosa
de Santiaguillo.
Si bien los sismos que pudieron ser localizados fueron solamente ocho, los eventos
registrados en dos o más estaciones fueron 17, ya que se registraron nueve sismos en dos
estaciones (Tabla 5.3 [ver Anexo 2]). Estos sismos no pudieron localizarse pero son
101
valiosos porque demuestran que la actividad dentro del área es más frecuente de lo
esperado.
Tabla 5.3 Eventos sísmicos registrados en dos estaciones en el periodo abril 2006 – abril 2007.
DT: Diferencia en tiempo de inicio entre los dos registros.
Fecha Estación Hora (GMT) DT
CD4 06:23:24 14/08/2006
MD3 06:23:35 11
CD7 09:04:03 17/08/2006
MD3 09:04:16 13
CD7 09:05:33 17/08/2006
MD3 09:05:47 14
JD1 02:30:12 18/08/2006
MD3 02:30:17 5
MD3 02:03:36 18/08/2006
CD4 02:03:45 9
MD3 11:45:00 30/08/2006
CD4 11:45:01 1
CD4 06:45:29 01/09/2006
CD7 06:45:30 1
CD4 01:56:19 05/09/2006
MD3 01:56:29 10
MD3 01:36:19 13/11/2006
JD1 01:36:19 4
La Figura 5.4 muestra el número de sismos registrados por cada estación (ver Anexo 2), se
observa que las estaciones que registraron un mayor número de eventos fueron la MD3,
CD7, CD4, JD1 y GD1. Si bien las estaciones MD3 y CD7 permanecieron en
funcionamiento durante todo el periodo de operación de la red, se encuentran ubicadas en la
parte central del sistema de fallas de Santiaguillo. Esto sugiere que en esta parte del sistema
la actividad sísmica es mayor.
102
Figura 5.4. Total de eventos registrados por cada estación. Se incluyen los sismos registrados en dos o más estaciones (ver Tablas 5.2 y 5.3).
De los 17 sismos registrados en dos o más estaciones, tres ocurrieron en abril, uno en julio,
siete en agosto, tres en septiembre, y dos en diciembre (Figura 5.4).
Figura 5.5. Total de eventos registrados de abril a diciembre del 2006. Se incluyen los sismos registrados en dos o más estaciones para cada mes.
Las Tablas 5.2, 5.3 y la Figura 5.5 muestran que la sismicidad en el área de estudio no
ocurrió continuamente durante la operación de la red. Los sismos pueden ser clasificados en
tres grupos a partir de la Figura 5.5, uno que ocurrió en abril del 2006, otro de julio a
septiembre y otro en noviembre. Esto puede ayudar a identificar si se trata de una posible
0
2
4
6
8
10
12
14
MD3 CD7 GD1 AD5 JD4 JD1 PD2 SD5 CD4
Clave de la estación
No.
tota
l de
even
tos
0
1
2
3
4
5
6
7
8
Abril
May
o
Juni
o
Julio
Agos
to
Sept
iem
bre
Oct
ubre
Nov
iem
bre
Dic
iem
bre
No. t
otal
de
even
tos
103
secuencia sísmica de bajo nivel o de eventos individuales dispersos en el tiempo. También
estos mismos grupos fueron clasificados por día (Figuras 5.6, 5.7 y 5.8). Tal es el caso de
los sismos ocurridos en abril, los cuales fueron solamente tres (sismos 1, 2 y 3), se
consideran como un solo grupo (Figura 5.6).
Figura 5.6. Eventos de abril de 2006, indicando el número de registros. El eje x indica los días. El eje y indica el número de eventos registrados
por día y el número de estaciones que registraron dicho evento.
Durante agosto y septiembre se observan dos grupos separados temporales por una
diferencia de 12 días (Figura 5.7). También se observa que el 11 de agosto ocurrió un sismo
que se registro en tres estaciones (sismo 5) y pocos días después se registraron sismos en
dos estaciones. Si consideramos que un sismo de mayor magnitud se registra en más
estaciones, esto sugiere que el evento del 11 de agosto fue seguido de sismos de menor
magnitud, esta menor magnitud es la causa de que la energía liberada llegara a un menor
número de estaciones.
Figura 5.7. Eventos de agosto y septiembre de 2006, indicando el número de registros.
El eje x indica los días. El eje y indica el número de eventos registrados por día (triángulos) y el número de estaciones que registraron dicho evento (círculos).
Tomando en cuenta la consideración del párrafo anterior se puede ver que el sismo ocurrido
el 3 de septiembre (sismo 6) fue precedido de sismos de menor magnitud. En noviembre se
registraron dos sismos en tres o más estaciones (sismos 7 y 8) y un sismo registrado en dos
estaciones, este grupo de sismos también muestra esa disminución en la liberación de
energía, aunque es posible que por haber ocurrido lejos de la red, se haya perdido energía
durante el trayecto.
Figura 5.8. Eventos de noviembre de 2006, indicando el número de registros. El eje x indica
los días. El eje y indica el número de eventos registrados por día (triángulos) y el número de estaciones que registraron dicho evento (círculos).
Estos resultados indican que ocurrieron cuatro grupos de sismos de abril a diciembre de
2006, y un sismo aislado en Julio.
0
1
2
3
4
02-Nov
03-Nov
04-Nov
05-Nov
06-Nov
07-Nov
08-Nov
09-Nov
10-Nov
11-Nov
12-Nov
13-Nov
14-Nov
No. de sismos
No. de registros
105
6. DISCUSIÓN DE RESULTADOS
A partir de los resultados obtenidos de la cartografía geológico-estructural del área de
estudio, la actividad del fallamiento dentro del área de estudio se puede resumir en 5 etapas:
1) La primera ocurrió cuando se formaron las fallas principales (F1, F2, F3 y F4, ver Figura
6.1-1). Durante esta etapa las fallas eran independientes y produjeron una deformación
simétrica.
2) En la segunda etapa, las fallas principales se propagan hacia sus extremos sin interactuar
entre ellas (Figura 6.1-2). Las evidencias de este fallamiento son: a) las diferencias en
rumbo y echado de la ignimbrita Altamira, b) el depósito del miembro conglomerático de la
formación Los Castillos en el borde noreste y sureste de la fosa, el cual por su contenido de
clastos de ignimbritas soldadas con contenido de biotita euhedral es interpretado como
posterior a la ignimbrita Altamira, formando la base de la fm. Los Castillos, indicando que
se desarrolló una cuenca continental posterior a la ignimbrita Altamira y anterior al
depósito de los miembros ignimbríticos de la formación Los Castillos, es decir, entre
38.8±0.8 y 35.6±0.9 Ma.
3) Durante la tercera etapa, continuó la propagación de las fallas principales, comenzó la
interacción entre las fallas F1 y F4 (Figura 6.1-3), desarrollándose la rampa en la zona de
relevo ZR2. Esta etapa se reconoce por la discordancia observada entre la formación Los
Castillos y la ignimbrita El Molino y continuó posteriormente al depósito de la ignimbrita
El Molino ya que también se encuentra basculada, en cambio la ignimbrita Canatlán tiene
un echado casi horizontal, lo que indica que el desarrollo de la rampa de relevo ocurrió
posterior al depósito de la formación Los Castillos (35.6±0.9 Ma) y anterior al depósito de
la ignimbrita Canatlán, posiblemente en el Oligoceno inferior. Durante esta etapa también
ocurrió la actividad más importante de la falla F4, evidencia de esto es la relación
estratigráfica entre la fm. Los Castillos y la riolita Morelos en el noroeste del área de
estudio, indicando que ocurrió una etapa de fallamiento de magnitud considerable antes del
emplazamiento de la riolita Morelos, ya que la formación Los Castillos se encuentra en el
106
bloque del alto dentro de la fosa, está basculada al NW y sobre ella se encuentra emplazada
la riolita Morelos, la cual no se observa basculada y su emplazamiento coincide con la traza
de las fallas paralelas a las principales en el hombro Oeste de la fosa. Al sureste y sobre
esta traza también se encuentran los domos y derrames de la riolita Morelos, los cuales se
encuentran alineados, lo que puede indicar que ascendieron por una falla preexistente. Por
lo tanto, esta etapa queda restringida entre 35.6±0.9 Ma y 32.2±0.2 Ma.
4) En la cuarta etapa, se desarrolló completamente la semifosa, la actividad en la falla F1
disminuye o termina y la deformación la produce el desplazamiento de la falla F2 y se
produce la totalidad del basculamiento de los bloques dentro de esta parte del sistema,
adquiriendo su característica geometría asimétrica. Evidencia de esta etapa es el
basculamiento de las unidades ignimbrítcas dentro de la semifosa (ignimbrita Altamira,
formación Los Castillos, El Molino y Canatlán), esto indica que fue posterior al depósito de
la ignimbrita Canatlán (posiblemente Oligoceno Inferior), y anterior al emplazamiento de la
riolita Coneto en esta zona (posiblemente Oligoceno Superior).
También, durante esta etapa, se formaron las fallas de enlace FE2 en el relevo ZR2, ya que
las fallas de enlace cortan a la ignimbrita Canatlán. Por lo tanto, esto ocurrió posterior al
depósito de la ignimbrita Canatlán (posiblemente Oligoceno Inferior).
En esta etapa las fallas F2 y F3 siguieron propagándose y comenzaron a interactuar,
formándose la zona de relevo ZR1 y desarrollándose una rampa en esta zona (Figura 6.1-4).
Evidencia del desarrollo de la rampa es el basculamiento al NW de la riolita Coneto en la
zona, por lo tanto, esta rampa se formó posterior al emplazamiento de la riolita
(posiblemente Oligoceno Superior).
5) En la quinta etapa, la zona de relevo ZR1 se desarrolló completamente, formándose las
fallas de enlace FE1 (Figura 6.1-5), estas fallas cortan a la riolita Coneto; por lo tanto, son
posteriores a su emplazamiento (Oligoceno Superior). Durante esta etapa, también se
mantuvo activa la falla F3, la cual corta la riolita Coneto.
107
Figura 6.1. Esquema que muestra la evolución del sistema de fallas en el área de estudio. Las zonas sombreadas indican las zonas activadas en cada etapa. La línea punteada indica el área de relevos de falla.
108
La orientación de esfuerzos principales obtenida en la comparación realizada en la Figura
4.17, se realizó en su mayoría con datos del sitio PC localizado en la zona de relevo ZR1,
por lo tanto, la orientación de los esfuerzos obtenida es representativa de esta zona de
relevo. La orientación de los esfuerzos obtenida (σ3 ∼ N10°W), muestra una desviación casi
perpendicular al estado de esfuerzos regional. Por lo tanto, este estado de esfuerzos puede
ser interpretado como un estado de esfuerzos local, producto de la interacción de las fallas
principales que formaron la zona de relevo ZR1. Segall y Pollard (1980), analizaron el
comportamiento mecánico cuando dos segmentos de falla se intersectan al propagarse en
sentidos opuestos pero coincidentes (un segmento hacia el otro) y ambas fallas se
encuentran bajo el mismo estado de esfuerzos, concluyendo que cuando estos dos
segmentos de falla interactúan, el estado de esfuerzos es modificado localmente(Figura
6.2), dependiendo de la geometría del relevo, influenciando la propagación de las fallas y
promoviendo o inhibiendo la generación de fallas secundarias.
Figura 6.2. Campo de orientaciones hipotéticas para σ3 en la zona de relevo derecho.
Para fallas con relevos derechos y con una cinemática lateral derecha, el estado de
esfuerzos cambia localmente, promoviendo la propagación del fallamiento y la generación
de fallas normales secundarias en la zona de interacción, debido a la disminución de la
componente normal y aumento de la componente de cizalla en los planos de falla. Por lo
109
tanto, el relevo de falla derecho (ZR1) cambió el estado de esfuerzos localmente en la zona
de relevo (Figura 6.2), y como consecuencia de esto, cambió la cinemática de las fallas
preexistentes. Esto explica porqué las fallas principales del lado Este (F1 y F3, Figura 4.5)
continuaron activas más tiempo que las fallas del lado Oeste. En cambio, cuando dos
segmentos de falla interactúan y la geometría del relevo es izquierda, la propagación de las
fallas se inhibe, a causa de un aumento de la componente normal y disminución de la
componente de cizalla en los planos de falla. En este caso el esfuerzo de cizalla se acumula
en las terminaciones de las fallas, lo cual explica porqué las localizaciones de sismos
registrados anteriormente, y algunas de las localizaciones en este estudio, se encuentran en
la parte oeste del sistema fosa de Santiaguillo.
Finalmente, en lo correspondiente a la sismicidad no se registraron sismos en más de una
estación durante el primer trimestre de 2007, lo cual dificulta definir si la actividad ocurrida
durante el 2006 es la de fondo o corresponde a un periodo alto de la misma. En esta tesis no
se muestran los sismos registrados en una sola estación, la ocurrencia de éstos fue en
general alta en cada una de las estaciones. Esto sugiere, primero, que dichos eventos son de
menor magnitud que los registrados en dos o más estaciones; segundo, que la actividad
sísmica en el área de estudio es mayor a la que se consideraba antes de comenzar este
estudio.
Cabe destacar que la localización de los ocho sismos registrados en tres o más estaciones
puede variar, ya que la localización depende de forma importante del modelo de
velocidades utilizado. Por otro lado, la agrupación temporal del total de sismos registrados
en dos estaciones o más, sugiere la ocurrencia de al menos 4 periodos de actividad sísmica
en el área de estudio.
110
7. CONCLUSIONES
Actualmente los avances en el conocimiento requieren de la convergencia de varias áreas
de las Ciencias de la Tierra. En esta tesis se han conjugado estudios de estratigrafía,
geología estructural y sísmicos para caracterizar lo mejor posible la zona de la fosa de
Santiaguillo. Lo cual se vió reforzado con algunos fechamientos que han permitido
restringir los periodos de actividad documentados en este trabajo.
Esta conjugación de conocimiento ha permitido reconocer ocho unidades litoestratigráficas
dentro del área de estudio, todas correspondientes al Cenozoico: andesita Coneto,
ignimbrita Altamira (38.8±1.0 Ma), formación Los Castillos (35.6±0.9 Ma), ignimbrita El
Molino (32.2±0.8 Ma), riolita Morelos (32.2±0.8 Ma), formación Canatlán, riolita Coneto y
basalto Santa Teresa.
El fallamiento dentro del área de estudio es principalmente normal, con una componente
lateral izquierda, cuya orientación es preferencialmente NNW, y un fallamiento menor
localizado con orientación ENE.
Uno de los aportes más importantes de esta tesis es la identificación de cuatro zonas con
características estructurales distintivas dentro del área de estudio: El fallamiento normal de
la zona sureste produjo una deformación asimétrica, lo que promovió el desarrollo de la
semifosa. La zona meridional muestra el desarrollo de dos relevos de falla, uno izquierdo y
otro derecho, generados por la propagación e interacción de las fallas principales. El
fallamiento normal de la zona norte produjo deformación de mayor simetría que la parte
sureste, lo que ocasionó el desarrollo de un sistema de pilares y fosa.
El registro geológico muestra que la evolución de las fallas está marcada por cinco etapas.
En las primeras tres etapas (D1, D2 y D3) se identificó plenamente un rango temporal de
actividad. En las otras dos etapas (D4 y D5) únicamente se infiere su periodo de actividad.
Además se añade una última etapa (D6) con base en el registro sísmico actual.
111
Las conclusiones de cada etapa se enumeran de la más antigua a la más reciente de la
siguiente forma:
La etapa D1, ocurrió posterior al depósito de la ignimbrita Altamira (38.8±1.0 Ma). Esta
etapa se reconoce en la zona de semifosa, tomando en cuenta las diferencias en buzamiento
de la ignimbrita, en comparación con las unidades subsecuentes.
La etapa D2 está restringida entre 35.6±0.9 Ma y 32.2±0.8 Ma. Este rango es evidenciado
por la discordancia angular formada entre la formación Los Castillos con la ignimbrita El
Molino, localizada en la zona de relevo izquierdo.
La etapa D3 sucedió posterior al depósito de la ignimbrita El Molino y anterior al depósito
de la ignimbrita Canatlán, por lo tanto, solamente se puede determinar un máximo de edad
para esta deformación de 32.2±0.8 Ma.
La etapa D4, no fue posible restringirla temporalmente, sin embargo, es un hecho que es
posterior al depósito de la ignimbrita Canatlán al estar basculada. Se considera anterior al
emplazamiento de la riolita Coneto al no encontrarse afectada por las fallas en la zona de
semifosa. Se infiere por correlación estratigráfica que pudo ocurrir durante el Oligoceno
tardío-Mioceno temprano.
La etapa D5 tampoco quedó restringida temporalmente, sin embargo, es posterior al
emplazamiento de la riolita Coneto en la sierra de Coneto, al encontrarse cortada por fallas.
Por correlación estratigráfica se infiere que pudo haber ocurrido durante el Mioceno
temprano hasta antes del emplazamiento del basalto Santa Teresa.
La etapa D6, que corresponde a la deformación que ocurre actualmente. Quedando
restringida al Cuaternario si se acepta que la misma deformación ocurrió en el Campo
Volcánico de Durango ocurre actualmente dentro del área de estudio.
112
Se determinó la dirección de los esfuerzos principales que pudieron reactivar las fallas
dentro del área de estudio, reconociendo dos regímenes de esfuerzo con orientaciones
diferentes, uno es congruente con la orientación de los esfuerzos regionales y otro local,
este último producto de la interacción de las fallas principales que formaron la zona de
relevo derecha.
Finalmente, apartir de 4 episodios de actividad sísmica que pudieron ser registrados por la
red, durante abril, agosto, septiembre y noviembre se infiere que actualemente existe una
actividad incipiente. Los sismos localizados cuya magnitud de coda entre 0.9 y 2.6 indican
que algunas de las estructuras que conforman el sistema de fallas se encuentran actualmente
activas o en proceso de activación. Las fallas con mayor potencial son las cercanas a
Canatlán, Tejamen y las que se encuentran sepultadas por los sedimentos de la fosa de
Santiaguillo.
Al conjuntar los datos sísmicos registrados en la campaña realizada en esta tesis con los
registros históricos de la sismicidad, queda de manifiesto que la actividad sísmica dentro
del área de estudio es mayor a la reportada, por lo que no solo las fallas que conforman la
fosa de Santiaguillo muestran actividad reciente. La distribución de epicentros obtenida
sugiere una actividad sísmica distribuida en un área mayor. Esto corrobora los reportes
históricos de sismos en localidades de Durango como Canatlán, Tejamen y Cuencamé.
7.1 Recomendaciones
En esta investigación se estudiaron las características básicas del área de influencia de la
fosa de Santiaguillo, aún quedan muchas cuestiones por conocer sobre la evolución que ha
tenido la fosa de Santiaguillo durante el Cenozoico, así como también, las características de
la sismicidad en la localidad. Algunas de las líneas que se abren a partir de este estudio
pueden ser:
La evolución que tuvieron las fallas dentro del área de estudio, puede ser mejorada si se
fechan las unidades posteriores a la ignimbrita El Molino, como la riolita Coneto, la
113
formación Canatlán y el basalto Santa Teresa. Con ello se tendría un mejor control en los
diferentes pulsos volcánicos que estuvieron activos en el área de estudio durante el
Cenozoico.
El análisis estructural realizado en esta tesis estuvo restringido a los datos de falla
colectados en campo, ya que solo se midió un número suficiente de fallas en 2 sitios. El
estado de esfuerzos que estuvo presente dentro del área de estudio se puede conocer mejor
al encontrar y medir fallas en cada una de las zonas más relevantes en cuanto a la evolución
del sistema, para ello se requiere tomar datos de falla en más sitios de estas zonas, tanto en
las de relevo como en la zona de semifosa.
En lo que corresponde al estudio de la estratigrafía se puede describir con mayor detalle las
diferentes unidades descritas en esta tesis. Esto permitiría conocer mejor las características
de los depósitos y tener una mejor idea de la localización de las fuentes que dieron origen a
los depósitos volcánicos dentro del área de estudio. Elaborar un mapa de isopacas de cada
unidad ignimbrítica proporcionaría una mejor idea de la localización de las calderas.
Es recomendable un monitoreo más sistemático de las fallas que conforman la fosa de
Santiaguillo, principalmente en las localidades de Canatlán, Arnulfo R. Gómez y Tejamen.
También sería de gran valor la instalación de estaciones sismológicas fijas o
semipermanentes en dichas localidades, así como el monitoreo periódico con redes
móviles. Un mejor monitoreo sísmico permitiría definir la cinemática actual de dichas
fallas a partir de la generación de mecanismos focales. Los epicentros determinados en este
trabajo, pueden ser utilizados como referentes para colocar alrededor de los mismos los
nuevos arreglos de estaciones temporales.
Finalmente, estudios geofísicos de gravimetría y magnetometría ayudarían a definir mejor
el modelo de velocidades cortical en la región, lo cual directamente mejoraría la precisión
de los hipocentros. También mejorarían la definición de las estructuras geológicas en
profundidad., especialmente dentro de la cuenca de la laguna de Santiaguillo.
114
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