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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE FILOLOGA
Departamento de Filologa Espaola I
UN CAPTULO DE LA LEXICOGRAFA DIDCTICA DEL ESPAOL: NOMENCLATURAS
HISPANOLATINAS
(1493 1745)
MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR
PRESENTADA POR
Mara de los ngeles Garca Aranda
Bajo la direccin del doctor
Manuel Alvar Ezquerra
Madrid, 2003 ISBN: 84-669-1951-1
cdsecImagen colocada
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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE FILOLOGA
DEPARTAMENTO DE FILOLOGA ESPAOLA I
UN CAPTULO DE LA LEXICOGRAFA DIDCTICA DEL ESPAOL: NOMENCLATURAS
HISPANOLATINAS
(1493-1745)
DIRECTOR: MANUEL ALVAR EZQUERRA
M NGELES GARCA ARANDA
2003
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ndice 1
NNNDDDIIICCCEEE 1. Introduccin 7
2. El corpus (1493-1745) 17 3. Apuntes para el estudio de la
enseanza del latn y de las lenguas romances en los
siglos XVI y XVII. Estudios gramaticales. Ideas lingsticas 25
3.1. Renacimiento filolgico 31 3.2. Renacimiento lingstico 33 3.3.
Humanismo vulgar 34 3.4. Escuelas, profesores, alumnos, materias y
planes de estudio 37 4. Las nomenclaturas. Definicin y
caracterizacin 45 4.1. Tipologa de los diccionarios 47 4.2. Los
diccionarios no alfabticos 50 4.3. Las nomenclaturas. Bibliografa y
estado de la cuestin 57 4.4. Definicin y caracterizacin de las
nomenclaturas 63 5. La lexicografa medieval 75 6. Nomenclaturas del
espaol (siglos XVI y XVII) 99 6.1. Nomenclaturas bilinges y
plurilinges 101 6.2. Nomenclaturas monolinges 147 7. Nomenclaturas
hispanolatinas (1493-1615) 155 8. Antonio de Nebrija y el Lexicon
seu parvum vocabularium (1493) 159 8.1. Antonio de Nebrija:
Biobliografa 161 8.2. Caracterizacin de las Introductiones latinae
164 8.3. Repertorio bibliogrfico 169 8.4. Lxicos que aparecen en
las Introductiones latinae 175 8.5. Edicin de 1493 176 8.5.1.
Macrodisposicin de los materiales 179 8.5.1.1. Lematizacin 185
8.5.2. El artculo lexicogrfico 185
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ndice 2
8.5.2.1. Estructura de los artculos 186 8.5.2.2. Rasgos
medievales del repertorio 191 8.5.2.3. Acepciones. Equivalencias.
Homonimia y polisemia 194 8.5.2.4. Informaciones metalingsticas 200
8.5.2.5. Informaciones extralingsticas 201 8.6. Edicin de 1494 202
8.7. Ediciones de 1496 y 1502 205 8.8. Ediciones zaragozanas 207
8.8.1. Ediciones zaragozanas de 1525 y 1533 211 8.8.2. Ediciones de
Diego Fernndez y Juana Milln 216 8.8.3. Ediciones de Pedro Bernuz
221 8.8.4. Una edicin desconocida 226 8.8.5. Juan Prez de
Valdivieso, Lucas Snchez, Juan Bonilla y Juan de Lanaja
y Quartanet 232 8.9. Fuentes 233 8.10. Otros repertorios
nebrisenses. El Diccionario latino-espaol (1492) y el
Vocabularioespaol-latino (h. 1495) 237 8.11. Conclusiones 246
Anexo I. Catlogo de las Introductiones latinae de A. de Nebrija 249
Anexo II. Variantes del Lexicon seu paruum vocabularium 327 9. Juan
Lorenzo Palmireno. Obra lxica 339 9.1. Biografa de un humanista
aragons 341 9.2. Su obra no lxica 342 9.3. Vocabularios y
repertorios lxicos 343 9.3.1. Repertorios publicados 344 9.3.1.1.
Sylva de vocablos de scriuir con algunas reglas de Ortographia
(1560) 344 9.3.1.2. Sylva de vocablos y phrases de moneda, medidas,
comprar y vender para los nios
de gramtica (1563) 350 9.3.1.3. Lxico nutico 355 9.3.1.3.1. El
Lexicon nauticum et aquatile (1566) 357 9.3.1.3.2. El Estudioso de
la aldea (1568) 366 9.3.1.4. Lxico militar (1568) 373 9.3.1.5.
Phrases Ciceronis obscuriones in hispanicam linguam conversae
(1572) 377 9.3.2. Repertorios no conservados 386 9.3.2.1. Arboris
nomina... 386
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ndice 3
9.3.2.2. Epitome de coloribus 387 9.3.2.3. Lexicum Philologiae
389 9.3.2.4. Vocabulario de antiguallas... 391 9.3.2.5. Vocabulario
de las partes del mundo 392 9.4. Anlisis de sus nomenclaturas 393
9.4.1. Lexicon puerile (1560) 393 9.4.2. Vocabulario del humanista
(1569) 414 9.5. Conclusiones 433 Anexo. Catlogo 435 10. Miguel de
Saura y sus Curiosidades de la Gramtica (1591) 447 10.1. Datos
biogrficos del autor 449 10.2. Su obra 455 10.3. El lxico contenido
en las Curiosidades de la Gramtica 459 10.3.1. Anlisis 462 10.3.2.
Macrodisposicin de los materiales. Estructura de los artculos 463
10.3.3. Fuentes 474 10.4. Conclusiones 480 Anexo. Epgrafes temticos
extrados de las Curiosidades de la Gramtica 482 11. El Vocabulario
de Miguel Navarro (1599) 493 11.1. El Vocabulario de las partes
exteriores e interiores del hombre 496 11.2. Miguel Navarro. Vida y
obra de un humanista 497 11.3. Estructura de la obra formal y de
contenido 500 11.4. Anlisis de contenido 505 11.4.1. Primera parte
o Fundamentos gramaticales 506 11.4.1.1. Del regimiento de las
partes de la oracin 506 11.4.1.2. El regimiento en los casos
latinos 507 11.4.1.3. Los signos de puntuacin o de las comas o
incisio, colon o miembro, punto,
periodo o clusula, interrogantes y admiracin 507 11.4.1.4. Del
modo de construir 507 11.4.1.5. Las figuras de las diccin y de la
construccin 509 11.4.1.6. De las calendas, nonas e idus 510
11.4.1.7. De los nombres numerales: cardinales, distributivos,
ordinales y adverbios
numerales 511
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ndice 4
11.4.2. Segunda parte o Vocabulario de las partes exteriores y
interiores del cuerpo 512
11.4.2.1. Macrodisposicin de los materiales 512 11.4.2.2.
Estructura de los artculos 525 11.4.2.3. Equivalencias 527
11.4.2.4. Informaciones metalingsticas 530 11.4.2.5. Informaciones
extralingsticas 532 11.4.2.6. Presencia de autoriades 535 11.4.2.7.
Algunos juegos 537 11.4.2.8. Frases con el verbo scribo 538
11.4.2.9. Proverbios y adagios 540 11.5. Fuentes 541 11.5.1.
Antonio de Nebrija 542 11.5.2. Juan Lorenzo Palmireno 548 11.6. La
segunda edicin 551 11.7. Gaspar Moles Infanzn 554 11.8.
Conclusiones 555 Anexo. Algunos epgrafes del Vocabulario de las
partes exteriores e interiores
del hombre 557 12. Bernab Soler y el Thesaurus puerilis de
Onofre Pou (1615) 573 12.1. Biobiliografa del autor 577 12.2.
Estructura de la obra formal y de contenido 580 12.3. Anlisis de
contenido 582 12.3.1. Lxico 582 12.3.2. Topnimos 582 12.3.3.
Refranes y proverbios 584 12.4. Anlisis del Thesaurus puerilis o
Tesoro de los nios 586 12.4.1. Macrodisposicin de los materiales
586 12.4.2. Estructura de los artculos 596 12.4.3. Equivalencias
606 12.4.4. Informaciones metalingsticas 615 12.4.5. Presencia de
autoriades 619 12.4.6. Informaciones extralingsticas 621 12.5.
Fuentes 624 12.6. La segunda y la tercera ediciones 633
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ndice 5
12.7. Conclusiones 637 Anexo I. Catlogo de las ediciones del
Thesaurus puerilis 639 Anexo II. Seleccin de epgrafes del Thesaurus
puerilis de Bernab Soler 642 13. Nomenclaturas y repertorios
temticos de los siglos XVIII, XIX y XX. La
enseanza del latn durante el siglo XVIII 661 13.1. Nomenclaturas
y repertorios temticos de los siglos XVIII, XIX y XX 663 13.2.
Breve introduccin a la enseanza del latn en el siglo XVIII 685 14.
El Promptuario de Nicols Velln (1729) 691 14.1. Nicols Velln. La
enseanza en el Colegio Mayor de Santo Toms
de Sevilla 693 14.2. Anlisis del Promptuario 696 14.2.1.
Descripcin formal 697 14.2.2. Macrodisposicin de los materiales 698
14.2.3. Estructura y contenido de los artculos 704 14.2.4.
Equivalencias 707 14.2.4.1. Equivalentes sinonmicos 707 14.2.4.2.
Otros equivalentes 710 14.2.5. Informaciones lingsticas y
metalingsticas 712 14.2.6. Informaciones extralingsticas 716
14.2.7. Fuentes 718 14.3. Conclusiones 720 Anexo. Seleccin de
epgrafes del Promptuario de Nicols Velln (1729) 721 15. El
Ramillete de Jos Patricio Moraleja (1745) 729 15.1. Vida y obra de
Jos Patricio Moraleja y Navarro 731 15.2. Anlisis del Ramillete
(1745) 735 15.2.1. Descripcin formal 738 15.2.2. Macrodisposicin de
los materiales 742 15.2.3. Estructura de los artculos 751 15.2.4.
Equivalencias 752 15.2.4.1. Equivalentes sinonmicos 752 15.2.4.2.
Otros equivalentes 754 15.2.5. Informaciones metalingsticas 756
15.2.6. Informaciones extralingsticas 759
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ndice 6
15.2.7. Fuentes 760 15.3. Conclusiones 766 Anexo. Seleccin de
epgrafes del Ramillete curioso texido de voces hispanolatinas de
Jos
Patricio Moraleja (1745) 768 16. Conclusiones 777 17.
Referencias bibliogrficas 789 17.1. Bibliografa general 789 17.2.
Bibliografa sobre lexicologa y lexicografa 799 17.3. Bibliografa
sobre Antonio de Nebrija 807 17.4. Bibliografa sobre Juan Lorenzo
Palmireno 812 17.5. Bibliografa sobre Miguel Navarro 816 17.6.
Bibliografa sobre Bernab Soler y Onofre Pou 816 17.7. Catlogos y
bibliografas 816
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1. Introduccin 10
Captulo 1. Introduccin
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1. Introduccin 11
La historia de la lexicografa hispnica est por hacer. Es este
un
importante captulo de nuestra historia cultural y cientfica que
reclama atencin []. Esta carencia no deja de resultar chocante y
desoladora cuando se compara con la documentacin sobre la historia
de la lexicografa de otras lenguas de cultura. No creo necesario
aadir ms palabras para denunciar un hecho evidente: es
indispensable y cabe esperar que la lengua que representa en la
actividad lexicogrfica espaola la inexistencia de su propia
historia, sea pronto subsanada. Toda actividad cientfica dedica
peridicamente atencin a su propia trayectoria, desde su origen al
presente; la historiacin de una ciencia, la contemplacin en
perspectiva histrica de su desarrollo y el oportuno acopio de
material que haga posible esa mirada de conjunto, es en s misma til
y necesaria. Slo as pueden subsanarse errores pasados y no dejar
caer en el olvido aciertos de principio que no llegaron a tomar
cuerpo.
Julio Fernndez-Sevilla (Problemas de lexicografa actual, Bogot,
Instituto Caro y Cuervo, 1974, pgs. 157-158)
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1. Introduccin 12
111... IIINNNTTTRRROOODDDUUUCCCCCCIIINNN
El presente trabajo tiene como objetivo el acercamiento a la
lexicografa didctica
hispanolatina y, por extensin, a la historia de nuestros
diccionarios. Slo conociendo los
rasgos, desarrollo y evolucin de las obras lexicogrficas del
espaol podremos elaborar y
conocer su trayectoria, subsanar habituales errores, establecer
la influencia e importancia de
los repertorios anteriores y plantearnos retos para el futuro.
Responde, por tanto, a la
demanda que, hace casi treinta aos, pona de manifiesto Julio
Fernndez-Sevilla.
Los repertorios que veremos en este trabajo son nomenclaturas,
esto es, repertorios
que ordenan sus materiales lgica o filosficamente, redactadas en
espaol y en latn y que
servan como herramientas para las primeras clases de latn a los
estudiantes espaoles.
Aunque la lexicografa hispanolatina dio sus mayores y mejores
frutos a finales del siglo
XV y en los siglos XVI y XVII, la aparicin de dos repertorios
lxicos, con las mismas
caractersticas que los anteriores, nos hizo ampliar nuestro
corpus al siglo XVIII, centuria
en la que el latn segua ensendose, junto a las lenguas romances,
en los principales
centros docentes espaoles y europeos. Por ello, nuestro corpus
de extiende desde 1493,
ao en que se publica el Lexicon seu parvum vocabularium de
Antonio de Nebrija, hasta
1745, fecha en la que aparece el Ramillete de Jos Patricio
Moraleja. En este intervalo de
tiempo, se compusieron tambin los repertorios temticos de Juan
Lorenzo Palmireno
(1560), de Miguel de Saura (1580), de Miguel Navarro (1599), de
Bernab Soler (1615) y
de Nicols Velln (1729).
El anlisis de estas nomenclaturas, no obstante, exige un
acercamiento a la
enseanza del latn en esta poca, una revisin de la lexicografa
medieval latina, un repaso
por las nomenclaturas bilinges y plurilinges del espaol y las
lenguas romances y una
teorizacin clara y objetiva sobre este tipo de repertorios,
captulos que ocupan la primera
parte de este trabajo y que contribuyen a la elaboracin de la
historia de nuestros
diccionarios, pues no hacen sino reflejar la evolucin de nuestra
produccin lexicogrfica.
No hay que olvidar que, como bien ha sintetizado Manuel Alvar
Ezquerra1, primero
fueron los lxicos latinos medievales, luego vinieron los
diccionarios de los humanistas con
1 Alvar Ezquerra, M.: Los diccionarios del espaol en su
historia, International Journal of
Lexicography, 3, 8, 1995, pgs. 173-201, recogido en De antiguos
y nuevos diccionarios del espaol, Madrid, Arco/Libros, 2002, pgs.
15-50.
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1. Introduccin 13
el latn y la lengua vulgar (con traducciones a otras lenguas, o
con la adicin de nuevas), a
la par que circulaban los diccionarios multilinges. Ms tarde
surgieron las obras bilinges
de lenguas modernas siguiendo los modelos de los anteriores.
Despus vinieron los
repertorios etimolgicos monolinges, cuando ya se haban escrito
glosarios de obras y
vocabularios de carcter especializado. En el siglo XVIII surgen
los grandes diccionarios
de la lengua, en el XIX aparecen los diccionarios enciclopdicos,
y en el XX se diversifica
la produccin, dando cabida en los diccionarios generales al
lxico cientfico y tcnico a la
vez que a las hablas regionales. Si atendemos a esta breve pero
rigurosa sinopsis de la
historia de nuestros diccionarios, podremos situar perfectamente
los lxicos objeto de
estudio de estas pginas.
Por un lado, habra que describir las nomenclaturas
hispanolatinas, ubicadas en lo
que Alvar Ezquerra denomina diccionarios de los humanistas. Los
vocabularios de
Antonio de Nebrija, de Juan Lorenzo Palmireno, de Miguel de
Saura, de Miguel Navarro y
de Bernab Soler despus, reflejan el quehacer lexicogrfico de los
humanistas de los siglos
XVI y XVII, etapa en la que an la lengua latina conserva parte
de su plenitud y esplendor
pasados. La lengua verncula de la Pennsula aparece tan slo como
el medio de acceder a
la lengua del saber, de cultura, herencia de nuestros
antepasados y tesoro preciado de los
contemporneos. As, los primeros repertorios lxicos en que
aparece el espaol son obras
bilinges latn-romance, puesto que durante estos momentos las
lenguas romances no eran
objeto de estudio, siendo el latn la lengua de cultura y, por
ello, la nica que poda
convertirse en vehculo de entendimiento entre los hombres.
Pasado el tiempo, se prescindir de la lengua clsica y vern su
nacimiento los
diccionarios plurilinges de las lenguas modernas, si bien
arrastraron durante dcadas la
tradicin bilinge con el latn. En los repertorios multilinges,
aunque aparezca la lengua
latina, sta slo puede considerada como lingua franca de
entendimiento entre gentes de
diferentes nacionalidades y con muy diversas culturas, de manera
que las que interesan
primordialmente son las lenguas romances. El conocimiento de
stas de forma til y
sencilla se hace imprescindible ante las necesidades de un nuevo
orden europeo y mundial,
que nada tiene que ver con su predecesor medieval. Las
relaciones sociopolticas y
mercantiles que se producen a lo largo del siglo XVI son la
causa directa de la aparicin de
pequeos repertorios lxicos en ms de una lengua, y destinados a
comerciantes, soldados,
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1. Introduccin 14
polticos... Asistimos por ello a la aparicin de diccionarios de
carcter multilinge,
reimpresos una y otra vez, en muchas ocasiones con el espaol
como uno de los idiomas a
los que se traducen las palabras2. Dado su carcter prctico y
utilitario, estos repertorios
disminuyeron su tamao considerablemente con respecto a los
diccionarios alfabticos y es
que no hay que olvidar que las relaciones internacionales
obligaban a los usuarios a viajar
con cierta frecuencia, lo que les exiga incluir entre su
equipaje uno de estos volmenes, lo
cual ocasion la reduccin de su extensin.
Por otro lado, las circunstancias en las que surge el siglo XVI
marcan el nacimiento
de diccionarios plurilinges en los que empiezan a tener un
tratamiento serio las lenguas
vulgares, pero hasta que el aprendizaje lingstico de stas se
solidifique hay que seguir
recurriendo al latn, como nica posibilidad de entendimiento
entre gentes que hablan
distintas lenguas, pero tal y como dice Manuel Alvar quedar al
margen de la vida, porque
la vida no son las especulaciones de los doctos, sino el fluir
ininterrumpido de los ros
caudales. Y la vida hace a la historia, no se petrifica en la
Historia. Esas universidades
tenan una lengua universal, siguieron, pero junto a ella estaba
la del pueblo, con los
letrados y los no letrados, con los cultos y los ignorantes, con
los que venan de otras tierras
y con las mujeres3.
Por ello, es necesario aprenderla de forma til, reflejando tan
slo los principales
rasgos de su gramtica y un corpus del lxico ms frecuente, que
ser organizado de
acuerdo con mbitos designativos que aluden al mundo ms cercano e
inmediato del
hombre de la poca, de modo que ayuden y faciliten la comprensin
de otras lenguas. Tal
fue el xito de la organizacin de los materiales lxicos de estos
repertorios que reaparece
en numerosos repertorios multilinges, se extiende hasta bien
entrado el siglo XVIII y es el
germen de los diccionarios temticos e ideolgicos, que tanto
renombre han alcanzado en la
actualidad.
Este trabajo, adems de una contribucin a la lexicografa
hispanolatina, pretende
un acercamiento a los repertorios que se usaron en las aulas
espaolas de los siglos XVI,
XVII y XVIII, repertorios que han sido considerados muchas veces
menores en la tradicin
lexicogrfica espaola. Creemos, por tanto, que el anlisis de las
nomenclaturas
2 Alvar Ezquerra, M.: Tradicin en los diccionarios del espaol,
art. cit., pg. 6. 3 Alvar, M.: La lengua y la creacin de las
nacionalidades modernas en RFE, LXIV, cuadernos 3-
4, 1984, pgs. 205-238. La cita est sacada de la pgina 237.
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1. Introduccin 15
hispanolatinas puede mejorar el conocimiento que tenemos sobre
la lexicografa latina,
completar estudios parciales de algunos de los principales
diccionarios hispanolatinos,
como los de Antonio de Nebrija, o ampliar la perspectiva de
algunos trabajos anteriores,
como el elaborado en 1994 por M. Antonia Medina Guerra, Los
diccionarios bilinges con
el latn y el espaol (1499-1619)4, quien present un recorrido por
los diccionarios
alfabticos hispanolatinos de Rodrigo Fernndez de Santaella, de
Alonso Snchez de la
Ballesta y de Bartolom Bravo.
El xito de muchos de los compendios utilizados para la enseanza
del latn, que
solan incluir preceptos gramaticales y listas de lxico, y de los
diccionarios que se
publicaron en el Siglo de Oro estuvo determinado por la aparicin
y desarrollo de la
imprenta. sta revolucion el mundo escolar y permiti la impresin
de cartillas y
manuales usados para aprender a leer y escribir las lenguas
romances y para acceder a los
conocimientos de la lengua clsica. Gracias a la imprenta, la
enseanza tanto del latn como
del espaol avanz considerablemente, pues permiti prescindir en
muchas ocasiones de la
transmisin manuscrita, y facilit la rapidez y la eficacia de la
educacin de los estudiantes
espaoles ureos y dieciochescos. Un ejemplo muy ilustrativo de
todo ello es la relacin de
ediciones de las Introductiones latinae que incluimos en el
captulo dedicado a la obra de
Antonio de Nebrija, relacin que est constituida por ms de ciento
cincuenta impresiones
diferentes.
Lexicogrficamente, la parte ms interesante del trabajo es la
constituida por los
anlisis de las siete nomenclaturas. En ellos, no slo tenemos en
cuenta la ordenacin
conceptual de los materiales, sino tambin el estudio detallado
del contenido de cada uno
de sus artculos. Este acercamiento a la tcnica lexicogrfica
caracterstica de las
nomenclaturas hispanolatinas nos permite conocer su evolucin,
sus principales
contribuciones a la lexicografa bilinge y la forma de trabajar,
muchas veces llena de
plagios y copias, de los primeros lexicgrafos espaoles, as como
su repercusin sobre los
autores de diccionarios de los siglos XVII y XVIII, pues se
aprecia que, aunque los
contenidos evolucionen, no ocurre lo mismo con la manera de
elaborarlos y presentarlos.
4 Medina Guerra, M. A.: Los diccionarios bilinges con el latn y
el espaol (1499-1619), Mlaga,
Universidad de Mlaga, 1994 [edicin en microfichas].
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1. Introduccin 16
Por otro lado, adems del examen puramente lingstico, hemos
elaborado epgrafes
dedicados al contenido extralingstico que nos ofrece cada uno de
estos repertorios,
epgrafes que nos acercan a la vida, las costumbres, los
pensamientos, la ideologa y los
conocimientos de cada etapa histrica.
Finalmente, la falta de bibliografa o la parcialidad de los
estudios de algunas de
estas nomenclaturas han constituido un problema fundamental y un
freno constante para
nuestro estudio. Frente a los escasos trabajos sobre el Lexion
seu parvum vocabularium
de Antonio de Nebrija o el Lexicon puerile de Juan Lorenzo
Palmireno, encontramos una
ausencia casi total de referencias a las Curiosidades de la
Gramtica de Miguel de Saura, a
la traduccin al espaol del Thesaurus puerilis de Onofre Pou
hecha por Bernab Soler, al
Vocabulario de las partes exteriores y interiores de Miguel
Navarro, al Promptuario de
Nicols Velln o al Ramillete de Jos Patricio Moraleja. Esta
penuria bibliogrfica aumenta
el inters de nuestro trabajo, pues no trata slo de analizar los
frutos que ha dado un
determinado tipo de repertorios lexicogrficos, sino tambin da a
conocer, en muchos casos
por vez primera, algunas de las nomenclaturas del espaol,
nomenclaturas que han de ser
tenidas tanto en futuros estudios sobre la historia de nuestros
diccionarios como en
posteriores bibliografas sobre la Lingstica espaola. Es este el
motivo por el que hemos
incluido al final de cada uno de los epgrafes un anexo con una
seleccin del texto de cada
nomenclatura; en estos anexos hemos unificado la transcripcin
tanto de las voces
espaolas como latinas, de manera que toda forma de la lengua
clsica se transcribe en letra
cursiva y toda forma de nuestra lengua se transcribe en letra
redonda.
En definitiva, Un captulo de la lexicografa didctica del espaol:
Nomenclaturas
hispanolatinas (1493-1745) nos acerca a unos repertorios
lexicogrficos muy poco
conocidos y que son utilizados como material didctico en la
enseanza de segundas
lenguas desde poca clsica. Ni la ordenacin de sus materiales, ni
su presentacin, ni sus
objetivos, ni sus intenciones han variado con el paso del
tiempo, a pesar del cambio en las
lenguas recopiladas, de la transformacin en las informaciones
extralingsticas o de las
evoluciones internas y externas que afectan a nuestra lengua.
Este trabajo nos ofrece, pues,
la posibilidad de conocer la gnesis y la evolucin de los
vocabularios con los que se ha
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1. Introduccin 17
aprendido latn tradicionalmente. A los intereses lexicogrfico y
lingstico se une as el
inters didctico.
AGRADECIMIENTOS
La elaboracin de un trabajo como el presente requiere mucho
tiempo, mucho
esfuerzo y mucho sacrificio. No habra sido capaz de realizarlo
sin la presencia y apoyo
incondicionales de mis maestros y de mis seres queridos.
El tema de este trabajo y mi inters por las obras lexicogrficas
se los debo a don
Manuel Alvar Ezquerra, mi maestro, quien me ha enseado que un
gran investigador se
forja con mucho trabajo, mucho empeo, calidad humana y vala
personal.
A don Ignacio Ahumada Lara, quien ante mis dudas, desvelos y
preocupaciones
slo me ha respondido con nimos, fuerza e ilusin.
A Carmen Cazorla Vivas, Ral Manchn Gmez, gueda Moreno Moreno
y
Narciso M. Contreras Izquierdo, amigos y compaeros de la
Universidad de Jan que han
compartido desinteresadamente su experiencia conmigo, que me han
animado en los
momentos ms difciles y que han sabido comprenderme y aconsejarme
pacientemente.
A M Jos Garca Folgado, con quien, a pesar de la distancia, he
compartido el da a
da de mi tesis, y ella, como siempre, me ha escuchado como
nadie.
La imposibilidad de poder visitar todos los fondos de las
bibliotecas que se
enumeran en este trabajo ha podido ser suplida gracias a la
consulta generosa y amable que
han realizado Mara Fuertes Gutirrez, Gema Garrido Vlchez, Pilar
Salas Quesada y
Vicente Marcet Rodrguez.
Las reuniones con la AJIHLE, Asociacin de Jvenes Investigadores
de
Historiografa e Historia de la Lengua Espaola, y con su Junta
Directiva (Mara Fuertes
Gutirrez, M Jos Garca Folgado, Aitor Garca Moreno, Margarita
Borreguero Zuloaga,
Gema Garrido Vlchez, Vicente Marcet Rodrguez y Alfonso Zamorano
Aguilar) han sido,
en muchos momentos, el incentivo que me ha permitido seguir
adelante y el acicate que me
ha dado fuerzas para superarme.
En los no pocos problemas bibliogrficos que me han surgido al
consultar las obras
analizadas en este trabajo me han sido de gran ayuda las
informaciones que me han
-
1. Introduccin 18
proporcionado don Germn Coln Domnech, don Javier Laspalas Prez,
don Julin Martn
Abad y don Manuel Snchez Mariana.
A Jos Miguel Gil, por el tiempo que ha dedicado a los escaneados
que aparecen en
las pginas siguientes, por resolver rpida y eficazmente las
dificultades informticas que
han ido asomando.
A mi madre (Angelines), quien se ha ocupado y preocupado de m en
cada
momento, haciendo mi trabajo ms llevadero y cmodo. A sus
silencios, que tanto me han
acompaado y de los que tanto he aprendido.
A la paciencia, ternura, nimos y sentido del humor de Ignacio,
porque sin ellos el
trabajo de la tesis habra sido ms arduo, menos compensado y
mucho ms aburrido.
Santiago, Cristina, Mariano, Rebeca, Vicente e Inmaculada han
sobrellevado mis
variables estados de nimo con paciencia y sentido del humor.
Gracias por alentarme y
acompaarme en los peores momentos.
A Vicente, mi padre, in memoriam, por la ilusin y empeo que
siempre puso en la
consecucin de este trabajo.
A todos ellos, mi ms sincero agradecimiento.
-
2. El corpus (1493-1745) 19
Captulo 2. El corpus (1493-1745)
-
2. El corpus (1493-1745) 20
222... EEELLL CCCOOORRRPPPUUUSSS
(((111444999333---111777444555)))
El corpus que hemos analizado para nuestro trabajo abarca las
nomenclaturas
hispanolatinas que hemos encontrado tras realizar un rastreo por
la historia de nuestra
lexicografa. Los frutos de esta bsqueda han sido siete y
cronolgicamente cubren una
etapa que va desde finales del siglos XV, 1493, hasta casi la
primera mitad del siglo XVIII,
1745. Este periodo no slo es significativo lexicogrficamente,
sino que tambin fue
decisivo en la evolucin de nuestra lengua, en el desarrollo de
la enseanza del latn en la
Pennsula y en el auge que cobr, hasta su imposicin definitiva,
el espaol en las escuelas,
universidades y dems centros educativos.
La mayora de las nomenclaturas hispanolatinas de nuestro corpus
fueron
compuestas por profesores de latn que, preocupados por la
formacin de su alumnado,
compusieron repertorios temticos, al estilo de los redactados a
lo largo de toda la Edad
Media, que facilitaran el aprendizaje del lxico latino. As,
creyeron que una ordenacin de
las voces en su contexto, esto es, por mbitos designativos,
ayudara a memorizar el
vocabulario de la lengua clsica de forma ordenada, coherente y
mucho ms prctica. Tales
hechos, creemos, pueden constatarse con una de estas
nomenclaturas, que no es sino un
manuscrito de un escolar, es decir, un vestigio del material que
los pupilos copiaban varias
veces para memorizar con mayor rapidez.
Los autores de estas nomenclaturas son, por orden cronolgico,
Antonio de Nebrija
(1493), Juan Lorenzo Palmireno (1560), Miguel de Saura (1591),
Miguel Navarro (1599),
Bernab Soler (1615), Nicols Velln (1729) y Jos Patricio Moraleja
y Navarro (1745).
A continuacin, presentamos en fichas bibliogrficas y analticas
las obras que
analizaremos en este trabajo:
1) Elio Antonio de Nebrija: Introductiones latinae, Burgos,
Fadrique de Basilea, 1493
Aelij Antonij nebrienis gramma- / tici introductionum latinarum
ecun / da aeditio
[al fin:] Expliciunt vocabula excerpta a gregorio / de oriola
legenti pompeopoli. Imprea
per / Fredericum alamanum, in regali ciuitate / Burge. Anno a
chriti natiuitate. M. /
cccc.xc.iij. die vero exta menis iulij
En 4. 118 hs. sign. a-i8, k4, l-n8, a8, b10
-
2. El corpus (1493-1745) 21
2) Juan Lorenzo Palmireno: Lexicon puerile, en De vera et facili
imitatione
Ciceronis, Zaragoza, Pedro Bernuz, 1560
LAVREN- / tij Palmyreni de vera / & facili imitatione
Cicero- / nis cui aliquot
opucula tu / diois adolecentibus vtili / ima adiuncta unt, vt ex
/ equenti pagella /
cognoces / AD / Illutriimum virum Honoratum / Ioannium Caroli
Hispaniarum Prin /
cipis praeceptorem digniimum, / Caesaraugutae / 1560
[al fin:] Fue impresso el presente libro / en la muy noble
ciudad de Caragoa, en / casa de
Pedro Bernuz. Acabose a nueue / das del mes de Maro del ao: /
1560.
En 16. 132 hs. sign. A-P8-Q12
3) Miguel de Saura: Curiosidades de la Gramtica, s.l., s.n.,
1591
ESTE LIBRO ES / dmuchas curiosidades / d la Grammtica, d Mi /
guel d Saura / Es de
Martn dAbaurrea / ao 1591
En folio. papel ms. del siglo XVI 168 hs. 21 x 15 cms.
encuadernado
en pergamino
4) Miguel Navarro: Libro muy til y provechoso para aprender la
Latinidad, Madrid,
Imprenta Real, 1599
LIBRO / MVY TIL / Y PROVECHOSO / PARA APRENDER / la Latinidad en
el qual e
pone en prctica / el modo de contruir los autores, con vn
vocabulario de las partes /
esteriores y interiores / del hombre / Compueto por el
Licenciado Miguel / Navarro,
Cathedrtico de la / villa de Madrid / Dirigido a la inigne Villa
de Madrid / EN MADRID,
/ En la Imprenta Real / M. D. C. X I X.
[al fin:] Matriti. Apud Joannem Flandurum
En 8. 14hs. + 251 pgs. + 3 hs. sign. A-P8, Q7
5) Bernab Soler: Thesaurus puerilis, Valencia, Pedro Patricio
Mey, 1615
THESAURUS / PUERILIS, / AVCTORE ONOPHRIO POVIO / Gerundeni
Artium
Doctore. / NVNC DENVO EX SERMONE GO- / tholano in Baeticum
conuerus, ornatus
& arti- / ficio quodam, & expolitione a Barnaba So- /
lerio humanarum litterarum Doctore /
ditinctus, atque ecunda parte / locupletatus / Ad Praetorem
& Conules Algezirenes / Ao
-
2. El corpus (1493-1745) 22
1615 / VALENTIAE, / Apud Petrum Patricium Mey, iuxta Tem- / plum
Diui Martini / A
cota de Iuan Baptita Maral
En 8. 7 hs. + 404 pgs. sign. a-Cc8
Nota: Hay dos emisiones de la obra, una a costa de Roque
Sonzonio y otra a costa
de Juan Baptista Maral
6) Nicols Velln: Promptuario de vocablos latinos que
corresponden a los castellano,
Sevilla, Diego Lpez de Haro, [1729]
PROMPTUARIO / DE VOCABLOS LATINOS / QUE CORRESPONDEN A LOS /
Castellanos, de que es ms fre- / cuente el uso / ESCRBELO / DON
NICOLS VELLN /
Estudiante de estudios mayores en el Colegio / Mayor de Santo
Thoms de Sevilla,
siguiendo / los Diccionarios, i Libros de Modernos / Doctos en
la Lengua / Latina. Sevilla,
Imprenta Castellana i Latina de Diego Lpez de Haro, [1729]
En 8. 82 pg. sign. A-E8
Nota: Fecha tomada de los preliminares
7) Jos Patricio Moraleja y Navarro: Ramillete curioso texido de
diferentes voces
hispanolatinas, Madrid, Antonio Marn, 1745
/ RAMILLETE / CURIOSO, / TEXIDO DE DIFERENTES VOCES /
HISPANO-
LATINAS: / THESAURO LACNICO, NDICE / General, que contiene los
nombres de
varias, / y exquiitas curioidades, tocantes al Hombre, / sus
Vetidos, Manjares, Exercicios,
Ciencias, / Dignidades, y diversiones, Animales, Pezes, / Aves,
Plantas, rboles, Flores,
Frutas, / y otras diveras coas, para el recreo / de los Etudioos
/ SU AUTHOR / DON
JOSEPH MORALEJA, / olim Profeor de Grammtica, Retrica, /
Philoopha, &c.
vecino, y natural / de eta Corte. / CON PRIVILEGIO. En Madrid,
por Antonio / Marn,
ao de 1745. / Se hallar en la Librera de Luis Gutirrez, Calle de
la / Montera, entrando
por la Puerta del Sol
En 4. 8 hs. + 56 pg. sign. a-c8, d5
-
2. El corpus (1493-1745) 23
Adems de las nomenclaturas hispanolatinas, hemos manejado tambin
ejemplares
de nomenclaturas monolinges y plurilinges del espaol publicadas
de 1493 hasta el siglo
XX, momento en que decae su publicacin a favor de los
diccionarios temticos. El anlisis
de estos repertorios ha sido menos pormenorizado, puesto que
nuestro estudio se ha
centrado en mostrar el auge que tuvieron estos repertorios en la
enseanza de muchas de las
lenguas europeas, lo que no hace sino perpetuar este sistema
didctico de presentacin del
lxico de cualquier segunda lengua. Fueron manuales muy tiles
para soldados,
mercaderes, comerciantes o diplomticos que viajaron por toda
Europa, pues junto a la
gramtica, refranes y dilogos, materiales con los que las
nomenclaturas suelen aparecer
publicados, proporcionaban al interesado en aprender francs,
italiano, portugus, ingls o
alemn los pilares bsicos de cualquier lengua.
Las nomenclaturas plurilinges que hemos utilizado para elaborar
un recorrido
histrico por la hitoria de este tipo de repertotios son, entre
otras: el Questo libro el quale si
chiama introito e porta (1513), The boke of Englysshe and
Spanisshe (1554), los
vocabularios temticos de Adrianus Junius (1567), de Wiliam
Stepney (1591), de Henrius
Decimator (1596), de Csar Oudin (1604), de Lorenzo de Robles
(1615), de Alejandro de
Luna (1620), de Juan de Luna (1625), de Lorenzo Franciosini
(1626), de Juan ngel
Sumarn (1626 y 1634), de Guillermo Alejandro de Noviliers
(1629), de Jernimo de
Texeda (1629), de Joan Amos Comenius (1632), de Antoine Oudin
(1647), de James
Howell (1659), de Sieur Juliani (1659), de Esteban Barnab
(1675), de Sieur Ferrus (1695),
de Francisco Sobrino (1705 y 1708), de Thoms Croset (1705), de
John Stevens (1706), el
Annimo de Bayona (1708?), el repertorio temtico de Matas
Chirchmair (1709), de
Matas Kramer (1711), de Flix Antonio de Alvarado (1718), de John
Andre (1725), de
Antonio Galmace (1745), de David de Torres (1746), de Joaqun de
San Pedro (1769), de
Esteban Rosterre (1771), de J. Broch (1771), de Pedro Nicols
Chantreau (1781), de Pedro
Tomasi (1779), de Felipe Fernndez (1797), de Francisco Martnes
(1811), de Mauricio
Bouynot (1815), de G. Hamonire (1815), de Guillermo Casey
(1819), de Fernando
Tramarra (1829), de J. Rowbothum (1844), de J. Lanquine y B.
Baro (1896) y de Francisco
Corona Bustamante (ltima dcada del siglo XIX). De los
repertorios monolinges, hemos
manejado el Tesoro de la lengua castellana abreviado (siglo
XVII), el de Fray Juan de San
Jos (1670-1676) y el dirigido por J. Gilbert (1946).
-
2. El corpus (1493-1745) 24
Han sido, pues, cincuenta y cinco repertorios analizados (siete
hispanolatinos y
cuarenta y ocho plurilinges), con mayor o menor profundidad, que
nos han servido para
extraer interesantes conclusiones sobre estos repertorios, no
slo para su definicin
lexicogrfica, sino tambin para la determinacin de sus fuentes,
de sus inspiraciones y de
sus plagios.
-
3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
27
Captulo 3. Apuntes para el estudio de la enseanza del latn y de
las lenguas romances en los siglos XVI y XVII. Estudios
gramaticales.
Ideas lingsticas 3.1. Renacimiento filolgico 3.2. Renacimiento
lingstico 3.3. Humanismo vulgar 3.4. Escuelas, profesores, alumnos,
materias y planes de estudio
-
3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
28
333... AAAPPPUUUNNNTTTEEESSS PPPAAARRRAAA EEELLL
EEESSSTTTUUUDDDIIIOOO DDDEEE LLLAAA EEENNNSSSEEEAAANNNZZZAAA
DDDEEELLL LLLAAATTTNNN YYY DDDEEE LLLAAASSS
LLLEEENNNGGGUUUAAASSS RRROOOMMMAAANNNCCCEEESSS EEENNN LLLOOOSSS
SSSIIIGGGLLLOOOSSS XXXVVVIII YYY XXXVVVIIIIII...
EEESSSTTTUUUDDDIIIOOOSSS
GGGRRRAAAMMMAAATTTIIICCCAAALLLEEESSS... IIIDDDEEEAAASSS
LLLIIINNNGGGSSSTTTIIICCCAAASSS
Seor obispo, entindame si quiere, y no espere de m otras
palabras que de mi lengua espaola, la cual es tan noble que merece
ser sabida y entendida por toda la gente cristiana (Carlos V, Roma,
lunes de Pascua de 1535, ante el obispo de Mcon)
El esbozo de la situacin lingstica de los siglos XVI y XVII
requiere, en primer
lugar, unos apuntes acerca de las diferentes corrientes e ideas
lingsticas, deudoras de las
medievales, que coexisten desde la llegada del
Renacimiento1.
A pesar de las escasas lneas que muchos de los manuales de
Historia de la
Lingstica2 dedican a la etapa medieval y renacentista,
tradicionalmente, se vienen
distinguiendo tres corrientes de pensamiento fundamentales en
las que se insertan las obras
1 Slo daremos unos apuntes y breves notas acerca de la enseanza
gramatical en el Renacimiento,
ya que no es ste el objetivo de este trabajo. Nos parece muy
interesante trazar los principales rasgos de esta etapa lingstica
por lo que pueda compartir y aportar a la elaboracin de una
historia de la lexicografa de los siglos XVI y XVII.
2 En la elaboracin de este captulo se han tenido en cuenta
principalmente: Arellano, F.: Historia de la Lingstica. Desde sus
orgenes hasta el siglo XIX inclusive, Caracas, Universidad Andrs
Bello, 1979, vol. I.; Arens, H.: La lingstica: sus textos y su
evolucin desde la Antigedad hasta nuestros das, Madrid, Gredos,
1976; ern, J.: Historia de la Lingstica, Cceres, Universidad de
Extremadura, 1998; Collado, J.-A.: Historia de la Lingstica,
Madrid, Editorial Mangold, 1973; Girn Alconchel, J. L.: Historia de
las Gramticas en Espaa, en M. Alvar (dir.), Introduccin a la
Lingstica espaola Barcelona, Ariel, 2000, pgs. 69-91; Lope Blanch,
J. M.: Estudios de historia lingstica hispnica, Madrid,
Arco/Libros, 1990; Llorente Maldonado, A.: Caracterizacin de la
lingstica grecolatina: ensayo de fijacin de los criterios para
historias la ciencia del lenguaje, en Miscelnea de estudios
dedicados al profesor Antonio Marn Ocete, Granada, Universidad,
1974, pgs. 515-537; Marcos Marn, F.: Introduccin a la Lingstica:
historia y modelos, 1 reimpr, Madrid, Sntesis, 1994; Mounin, G.:
Historia de la lingstica desde los orgenes hasta el siglo XX,
Madrid, Gredos, 1968; Mourelle de Lema, M.: Historia y principios
fundamentales de la lingstica con especial atencin al cdigo
lingstico espaol, Madrid, Editorial Prensa Espaola, 1977; Ramajo
Cao, A.: Las gramticas de la lengua castellana desde Nebrija hasta
Correas, Salamanca, Universidad, 1987; Ridruejo, E.: Notas romances
en gramticas latino-espaolas del siglo XV, RFE, 59, 1979, pgs.
47-80; Robins, H.: Breve historia de la lingstica, Madrid,
Paraninfo, 1974; Roldn, A.: Motivaciones para el estudio del espaol
en las gramticas del XVI, RFE, 58, 1976, pgs. 201-229; Snchez Prez,
A.: Historia de la enseanza del espaol como lengua extranjera,
Madrid, Sociedad General Espaola de Librera, S.A., 1992; Sarmiento,
R.: Los grandes temas de la tradicin filolgica espaola, 1500-1800,
en J. A. Bartol - J. F. Garca - J. Santiago (eds.), Estudios
filolgicos en homenaje a Eugenio de Bustos Tovar, Salamanca,
Universidad, 1989, pgs. 419-438; Yllera, A.: Las etapas del
pensamiento lingstico occidental. Breve historia de la Lingstica,
en F. Abad - A. Garca Berrio (coords.), Introduccin a la Lingstica,
Madrid, Alhambra, 1982; Zamora Munn, J. C.: Brevsima historia de la
Lingstica con especial atencin a las contribuciones hispnicas,
Salamanca, Ediciones ECE, 1985 e Historiografa lingstica: Edad
Media y Renacimiento, Salamanca, Colegio de Espaa, 1993.
-
3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
29
que se publican a lo largo de los siglos XVI y XVII. stas pueden
resumirse en: a)
Renacimiento filolgico, encargado de la restauracin del buen
latn a travs de las
autoridades clsicas, b) Renacimiento lingstico, llamado as por
su preocupacin por la
propia naturaleza de la lengua y no de los autores que la
utilizaron, y, finalmente, c)
Renacimiento o Humanismo vulgar, entre el que se incluyen tanto
los textos sobre
gramticas de lenguas vulgares, como aquellos que tratan de
determinar el origen de las
lenguas vulgares.
Ahora bien, antes de comenzar con el Renacimiento espaol y sus
figuras ms
representativas, conviene conocer cmo era la enseanza en las
escuelas primarias y en las
universidades espaolas medievales, as como tambin los manuales
de gramtica
utilizados en ellas.
Desde el momento en que el latn deja de ser una lengua
inteligible y descifrable,
comienza a estudiarse como segunda lengua, teniendo su estudio
como principal objeto el
conocimiento y comprensin de su gramtica y de su lxico, y
considerando como modelos
a los gramticos latinos Varrn, Quinto Remio Palemn, Donato y
Prisciano.
Gutirrez Galindo, en su introduccin a la edicin de El Doctrinal
de Villadei3,
elabora tres etapas en los estudios gramaticales del Medievo, a
saber,
1) Hasta el siglo XI, los estudios gramaticales se caracterizan
por el uso servil de los
grandes tratados, o compendios de stos, de autores clsicos como
Probo, Carisio,
Diomedes, Donato y Prisciano. Segn Gutirrez Galindo4 el progreso
en el aprendizaje
del latn inclua
tres etapas; en primer lugar deba aprenderse de memoria la Ars
minor donatiana, pequeo breviario gramatical que no pasaba de diez
pginas y que est concebido con una finalidad especialmente
pedaggica sobre la base de un sistema de preguntas y respuestas, en
el que se ensean las ocho partes del discurso []; a continuacin se
pasaba a la Ars maior, del mismo autor; por ltimo, y como libro de
referencia, tal vez ms usado pro profesores que directamente por
los alumnos, usaban las Institutiones grammaticae de Prisciano, que
era la mxima autoridad en la materia.
3 Gutirrez Galindo, M. A.: El Doctrinal: una gramtica latina del
Renacimiento del siglo XII,
Madrid, Akal, 1993. 4 Gutirrez Galindo, M. A.: El Doctrinal: una
gramtica..., op.cit., pgs. 41-42.
-
3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
30
Zamora Munn5, que slo distingue dos etapas en la historia
lingstica de la Edad
Media (la primera desde el siglo V d.C. hasta el XI y la segunda
desde el siglo XII hasta la
mitad del XV), seala la labor de la Iglesia recopilando y
copiando manuscritos a fin de
conservar la herencia del mundo clsico, labor interesante y
provechosa para la posteridad
pero poco original. En este sentido, destacan San Isidoro de
Sevilla (siglos VI y VII), por
su intento de reunir y preservar todo el saber de la antigedad y
de su poca, y sus
Etimologas verdadera enciclopedia en la que se incluy lo que en
la poca se saba sobre
las siete artes liberales (gramtica, lgica, retrica, msica,
aritmtica, geometra y
astronoma), as como todo el conocimiento contemporneo que San
Isidoro pudo recopilar
sobre historia, ciencia, medicina, etc.
2) La segunda de las etapas que seala nuestro autor est dedicada
al auge y desarrollo del
llamado Renacimiento Carolingio (siglos VIII-X), movimiento
cultural que posibilit
un acercamiento a la cultura de la civilizacin romana que fue
trascendental en el
campo de la gramtica, donde destacan autores, sobre todo
ingleses, como Alcuino de
York (finales del siglo VIII), Teodoro, Adriano, Adhelmo de
Malmesbury (655-707),
Beda (673-735), junto a ellos Julin de Toledo (segunda mitad del
siglo VII) o Aelfric
(c. 1000).
Para Zamora Munn este perodo se caracteriza por el nacimiento de
las primeras
escuelas, centros en los que se impulsar la escolstica,
corriente que dominar la
enseanza en la segunda etapa (siglos XII-XV) medieval, que, como
es sabido, se compone
del Trivium o estudio de gramtica, retrica y dialctica, y del
Quadrivium o estudio de
aritmtica, geometra, astronoma y msica.
3) Finalmente, la tercera de las etapas abarca desde el siglo XI
hasta la llegada del
Renacimiento. Las principales caractersticas de este perodo, en
lo que a enseanza de
la lengua latina se refiere, pueden simplificarse en: a) la
importancia que adquiere el
clero secular y las escuelas catedralicias en la educacin de los
estudiantes, y b) la
aparicin de manuales y tratados gramaticales que, si bien no
olvidan a las autoridades
latinas, proponen nuevos mtodos en la enseanza del latn que se
acomoden al
5 Zamora Munn, J. C.: Brevsima historia..., op.cit., pgs. 23 y
ss.
-
3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
31
creciente desconocimiento de la lengua clsica. Surgen as el
Doctrinale (1199) de
Alejandro de Villadei, el Graecismus (1212) de Eberardo de
Bthune o el Catholicon
(1286) de Johannes de Janua, cuyas obras se distinguen por ser
meramente descriptivas.
Junto a ellos, se desarrolla parejamente una corriente
terico-filosfica Pedro
Helas (Summa Grammaticae), Roger Bacon (Summa grammatica), Santo
Toms de
Aquino... , de la que mana la gramtica especulativa de los
modistas Arnulfo de Orlans,
Thomas de Erfur, Siger de Courtrai... , quienes reflexionan
tericamente sobre algunos
aspectos de la gramtica latina, olvidndose de la tan apreciada
autoridad de aqullos, para
intentar justificar la existencia de una gramtica universal.
En el caso de la Pennsula Ibrica, un rastreo por algunas de las
bibliotecas que
guardan fondos bibliogrficos medievales6 nos revela el contenido
de las lecturas de los
estudiantes y profesores espaoles de la poca. Por ejemplo,
Amrico Castro7 ofrece una
lista de los manuscritos del Medievo conservados en la
Biblioteca Nacional de Madrid de
contenido lxico y gramatical; de entre stos ltimos destacan
obras de Prisciano (siglos
XIII y XIV), Donato, Pedro Helas (siglo XIV), Eberardo de Bthune
(siglo XIII), una
gramtica versificada de 1458, una breve Gramtica del siglo XIV,
una Gramtica
proverbiandi (1427) y un ejemplar de la Gramtica de Juan de
Pastrana (1462). En el
Archivo de la Corona de Aragn localiza un Gramtica de Prisciano
y una Gramtica que
comienza Ad habendam notitiam del siglo XIV. Por su parte
Fernando Valls Taberner8
ofrece la relacin de manuscritos gramaticales medievales que en
1822 conservaba el
Monasterio de los Monjes Benedictinos de Ripoll, a saber, un
escrito sobre etimologa
titulado Glosa multorum genera verborum et nominum qualiter
sumpserunt exordium
(siglo X), tres copias del Doctrinale de Villadie (siglos XIV y
XV), un Ars Prisciani (siglo
X)9, tres Graecismus de Eberardo (siglos XIV y XV), un Regimen
doctrinale artis
gramaticae del (siglo XIV), una Gramtica proverbiandi (siglo
XIV), varios libros de
6 El anlisis detallado de estos fondos aparece en el captulo 5
de este trabajo, dedicado a las fuentes
lexicogrficas, verdadero objeto de estudio aqu. 7 Castro, A.:
Glosarios latino-espaoles de la Edad Media, Madrid, CSIC, 1991,
reedicin facsimilar
con prlogo de Manuel Alvar. 8 Valls Taberner, F.: Cdices
manuscritos de Ripoll, Madrid, Tipografa de la Revista de
Archivos,
1931. 9 Ejemplifica Valls Taberner la importancia del Arte de
Prisciano a travs de un documento que se conserva en el Archivo de
la Corona de Aragn y que da cuenta de cmo un judo cambi dicho
manual por una casa y una via, todo ello con aprobacin del
Papa.
-
3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
32
Gramtica sin autor ni ttulo de los siglos XII, XIV y XV y
distintos fragmentos de
contenido gramatical en otros cdices de los siglos XIV y XV,
algunos incluso sin fecha
aproximada. Manuel Daz y Daz10 hace el repertorio de los fondos
de la biblioteca del
arzobispo Bernardo II de Compostela que custodiaba un Prisciano,
de la biblioteca de
San Salvador de Oa (siglo XIII) con un Prisciano y un tratado de
sinnimos, de la
biblioteca de Silos (siglo XIII) con una copia de Alejandro de
Villadie, de la biblioteca
de los reyes de Aragn (finales del siglo XIV) con un Eberardo y
de las bibliotecas
mallorquines con copias del Graecismus y del Doctrinale.
Parece, pues, que Espaa manejaba idnticos materiales que Europa
en la enseanza
del latn en la Edad Media. Prisciano, Donato, Villadie y
Eberardo, as como otros
manuales sin etiquetar eran las herramientas habituales en las
clases de gramtica latina.
3.1. Renacimiento filolgico
Tal y como ha mostrado y demostrado Luis Gil11, el latn, cuya
enseanza estaba al
cargo del clero, era ignorado por maestros y discpulos, para
aqullos porque preferan
dedicarse a su feligresa misas de difuntos, bodas... ya que les
reportaba mayores
beneficios, para stos porque el desconocimiento de sus
profesores y los mtodos de
enseanza medievales les alejaban cada vez ms de una lengua
completamente desconocida
para ellos. A estas circunstancias se una la ruina econmica tras
la guerra de Sucesin12.
10 Daz y Daz, M.: Lexicografa tardomedieval en Hispania, en C.
Codoer - J. A. Gonzlez (eds.),
Coloquio Humanista Antonio de Nerbija: Edad Media y
Renacimiento, Salmanca, Universidad, pgs. 389-397.
11 Adems de Luis Gil, Panorama social del Humanismo espaol
(1500-1800), 2 ed., Madrid, Alhambra, 1997, nos ofrecen datos
acerca de la enseanza del latn y de la situacin lingstica de Espaa
a la llegada del Renacimiento Batllori, M.: Humanismo y
Renacimiento: estudios hispano-europeos, Barcelona, Crculo de
Lectores, 1995; Breva-Claramonte, M.: La didctica de las lenguas en
el Renacimiento: Juan Luis Vives y Pedro Simn Abril. Con seleccin
de textos, Bilbao, Universidad de Deusto, 1994; Carrera de la Red,
A.: El problema de la lengua en el humanismo renacentista espaol,
Valladolid, Universidad, Secretariado de Publicaciones, 1988;
Esteban Len, L. y Lpez Martn, R.: La escuela de primeras letras
segn Juan Luis Vives: estudio, iconografa y textos, Valencia,
Universitat de Valncia, 1993; Fontn, A.: La Espaa de los
humanistas, Madrid, Nueva Revista, 2000; Garca Blanco, M.: La
lengua espaola en la poca de Carlos V y otras cuestiones de
Lingstica y filologa, Madrid, Escelicer, 1967; Garn, E.: La
educacin en Europa 1400-1600, Barcelona, editorial Crtica, 1987;
Gmez Moreno, .: Espaa y la Italia de los humanistas. Primeros ecos,
Madrid, Gredos, 1994; Menndez Pidal, R.: La lengua de Cristbal
Coln, Madrid, Espasa-Calpe, 1942 y Rico, F.: Nebrija frente a los
brbaros. El canon de gramticos nefastos en las polmicas del
humanismo, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1978, as como los
manuales de historia de la Lingstica y otros trabajos que se ocupan
de aspectos parciales. En la bibliografa que se incluye al final de
este trabajo se encuentran detallados todos las obras consultadas
sobre esta materia.
12 Luis Gil, Panorama social, op.cit., pg. 101, da cuenta, en
los primeros captulos de su obra, de la lamentable situacin del
latn en universidades y colegios espaoles a la llegada del
Renacimiento, analizando
-
3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
33
A pesar de esta lamentable situacin en la enseanza del latn y de
la creciente
valoracin esttica de las lenguas romances, se defienden an los
valores y pureza de la
lengua latina, que en el siglo XVI era generalmente empleada por
los diplomticos en sus
comunicaciones oficiales, por los cientficos, los literatos, los
humanistas y, en la prctica,
por todo aquel que quisiera entablar una conversacin con alguien
que no conociera su
lengua. Tal y como apunta A. Carrera de la Red13
el latn sobrevive casi como el nico vehculo para la vida
intelectual y la comunicacin escrita [] Haba una amplia gama de
asuntos para los cuales no exista otro vehculo de expresin; era el
idioma internacional de pensamiento cientfico y filosfico. A un
cierto nivel conceptual y estilstico, el latn era el vehculo
natural para lo que tenan que decir, una especie de koin,
simplificada en su gramtica, diversificada en su pronunciacin y
parcialmente enriquecida por un vocabulario nuevo.
Con las Elegantiae latini sermonis (1444) de Lorenzo Valla se
inaugura la
restauracin del llamado buen latn, el latn de Cicern, que tanto
se haba desvirtuado a
lo largo de la Edad Media; Valla censura el latn degenerado
utilizado por los sabios de su
poca y condena los tratados gramaticales del Medievo, convencido
de que la renovacin
de los estudios latinos traer la renovacin del saber, utilizando
para ello el principio de
autoridad. Con idntico propsito que Valla, publica Antonio de
Nebrija en 1481 sus
Introductiones latinae, manual que muy pronto se convierte en el
nico, aunque con
modificaciones y aadidos, que se utilizaba en todos los centros
de enseanza renacentistas.
En los primer curso se ensearan los dos primeros libros, en el
segundo, el tercero y en el
tercero, el cuarto14.
A pesar del xito inicial de las Introductiones, manual que
desbanca al Doctrinale
de Villadie, pronto surgen las crticas y se acusa al Antonio de
ser el pecado original de la
barbarie que a todos nos ha tenido, de hacer perder el tiempo a
los estudiantes decorando
versos y burleras; y, en una palabra, de engendrar una
ignorancia supina y un cordial
las causas de tal ignorancia, a saber, errores del mtodo
didctico, el envejecimiento de los libros de texto y la incorrecta
manera de enfocar la relacin maestro-discpulo, a lo que habra que
aadir el desinters de un alumnado preocupado tan slo de su vestido
y de conseguir a toda costa un ttulo universitario.
13 Carrera de la Red, A.: El problema de la lengua..., op.cit.,
pg. 20. 14 Gil, L.: Panorama social..., op.cit., pg. 109.
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3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
34
aborrecimiento del latn15, de manera que profesores
progresistas, como Snchez de las
Brozas, Francisco Martnez o Baltasar de Cspedes, proponen
manuales de enseanza ms
modernos que se adecuen a las necesidades del momento.
A finales del siglo XVI (en 1594 en Salamanca, Valladolid y
Alcal), los consejos y
claustros universitarios se decantan, con agrias polmicas y
debates, o bien por enmendar y
modificar el Antonio, o bien por utilizar otros manuales en la
enseanza del latn.
3.2. Renacimiento lingstico
El Renacimiento entiende el estudio de la lengua latina desde
dos puntos de vista
diferentes, por una lado, partiendo de la antigedad clsica,
trata de profundizar en la
retrica, poesa, gramtica... a travs de los autores clsicos a
quienes toma como modelos
y a partir de quienes intenta volver a la esencia ms pura del
latn clsico, tendencia que
ejemplifican, como hemos visto, los humanistas italianos o
Antonio de Nebrija; por otro
lado, la profundizacin en la lengua clsica tambin puede abrirse
a un estudio lgico y
filosfico de la lengua. Es la Filologa frente a la Lingstica.
Son corrientes que muy
pronto se focalizan en torno a distintos centros de enseanza
opuestos entre s, las
Universidades de Chartres y Orlens, frente a los modistas
parisinos o gramticos
especulativos16.
Esta orientacin eminentemente lingstica tiene representantes de
la talla de Julio
Csar Escalgero, Petrus Ramus o Francisco Snchez de las Brozas.
La Minerva (1563),
obra cumbre de este ltimo autor, rechaza las gramticas
anteriores que se cean a la
descripcin de la Gramtica latina y a su apoyo en textos clsicos,
e intenta razonar e
indagar en algunas cuestiones desde un punto de vista terico17.
Esta postura representa la
15 Gil, L.: Panorama social..., op.cit., pg. 114. 16 En la
primera mitad del siglo XII, principalmente en las universidades de
Chartres y Orlas, existi
cierto renacer del estudio de los autores latinos clsicos
(siguiendo la lnea greco-latina). A esta enseanza se superpuso, a
partir de la segunda miras del siglo XII, la tendencia a elaborar
una teora general de la gramtica que convirtiese esta disciplina en
una rama de la filosofa especulativa (modistas), con el proyecto de
construir una teora gramatical general.
17 Vase Barajas Salas, E.: Notas sobre la huella del Brocense en
Portugal, Alcntara, 6, 1985, pgs. 7-80; Carrera de la Red, A.: El
Brocense y su entorno histrico, Alcntara, 6, 1985, pgs. 115-124;
Estal, E. del: Francisco Snchez de las Brozas, Minerva (1562) o de
los fundamentos y elegancia de la lengua latina. Introduccin y
traduccin, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1981; Fontn, A.: De
Nebrija al Brocense. Prehistoria e historia de la Minerva de
Francisco Snchez, para conocerla mejor, Alcntara, 6, 1985, pgs.
145-158; Liao Pacheco, J. M.: Sanctius. El Brocense, Salamanca,
Universidad de Salamanca, 1971; Maestre Maestre, J. M.: El Brocense
contra Nebrija: nuevos datos sobre el prlogo-dedicatoria de la
Minerva, Alor Novsimo, 1989, pgs. 22-32 y Minerva Christiana: Las
Sagradas Escrituras en la Gramtica
-
3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
35
evolucin que se dio en el Renacimiento, pues se pas de un
estudio filolgico de la
gramtica al anlisis lingstico de la misma.
3.3. Humanismo vulgar18
Es sabido que la enseanza del latn en el Renacimiento se
caracteriza
principalmente por el deseo de volver a los modelos clsicos,
dado que la escolstica
medieval haba corrompido el verdadero espritu de Roma.
Los mtodos y planes de estudio no haban cambiado, ni siquiera se
haban
discutido en siglos, y los estudiantes tenan que estudiar y
aprender memorsticamente una
lengua completamente desconocida, que era mostrada por los
docentes desvirtuada y
desviada del original.
del Brocense, Homenaje pstumo a Antonio Holgado, Universidad de
Extremadura, 1992, pgs. 111-130; Martnez Cuadrado, F.: Ideas
pedaggicas del Brocense, Alcntara, 6, 1985, pgs. 185-198; Riveras
Crdenas, F.: Francisco Snchez de las Brozas El Brocense, Minerva o
De la propiedad de la lengua latina. Introduccin y traduccin,
Madrid, Ctedra, 1976; Snchez Salor, E. - Chaparro Gmez, C.:
Francisco Snchez de las Brozas, Minerva o De causis Linguae Latinae
Libri I, III, IV (Introduccin y edicin E. Snchez Salor), Liber II
(Edicin C. Chaparro Gmez), Cceres, Institucin Cultural El Brocense,
1995 e Yllera, A.: La gramtica racional castellana en el siglo
XVII: la herencia del Brocense, Serta Philologica F. Lzaro
Carreter: natalem diem sexagesimum celebranti dicata, Madrid,
Ctedra, 1983, I, pgs. 649-665.
18 Aunque nos vamos a centrar en las obras del llamado humanismo
vulgar que se escribieron para el castellano, no queremos dejar de
mencionar las que se compusieron a imitacin de las que haban
aparecido en nuestra lengua en tierras americanas, en donde tambin
surge a partir de la segunda mitad del siglo XVI cierto inters por
compendiar y recopilar la gramtica y el lxico de las lenguas
indgenas. As, J. M. Lope Blanch en sus Estudios de historia
lingstica hispnica, op.cit., cita de entre los manuales de
gramtica: la Gramtica de la lengua nhualt o mexicana de Andrs de
Olmos (1547), el Arte de la lengua mexicana de Alonso de Molina
(1571), el Arte mexicana de Antonio del Rincn (1595), el Arte de la
lengua mexicana de Agustn de Vetancourt (1673), el Arte de la
lengua mexicana de Antonio Vzquez Gastelu (1689), el Arte de la
lengua mexicana de Juan Guerra (1692), el Arte de la lengua de
Michuacn de Maturino Gilberti (1558), el Arte en lengua zapoteca de
Juan de Crdoba (1578), el Arte de la lengua otom de Pedro de Cceres
(no lleg a publicarse en el XVI, sino que fue editada por primera
vez en 1907), el Arte breve y vocabulario en la lengua zoque de
Luis Gonzlez (1672), el Arte de lengua maya de Juan Coronel (1620),
la Grammtica o Arte de la lengua general de los indios de los
Reynos del Per de Domingo de Santo Toms (1560), el Arte y
Vocabulario en la lengua general del Per, llamada quichua y en la
lengua espaola atribuido a Alfonso de Brcena (1586), la Gramtica y
Arte nueva de la lengua general de todo el Per de Diego Gonzlez de
Holgun (1607), el Arte de la lengua quichua de Diego de Torres
Rubio (1619), el Arte de la lengua general de los indios del Per de
Juan Roxo Mexa y Ocn (1648), el Arte de la lengua general del Ynga,
llamada quechua de Esteban Sancho de Melgar (1691), el Arte y
Grammatica muy copiosa de la lengua aymara de Ludovico Bertonio
(1603) o el Arte de la lengua timuquana de Francisco Pareja (1614).
Representantes de la produccin diccionarstica son el Vocabulario en
la lengua castellana y mexicana de Alonso de Molina (1555), el
Vocabulario en lengua de Michuacn de Maturino Gilberti (1559), el
Vocabulario en lengua zapoteca de Juan de Crdoba (1578), el
Vocabulario en lengua misteca de Francisco de Alvarado (1593), el
Diccionario motul maya espaol atribuido a Antonio de Ciudad Real
(ms.) o el Tesoro de la lengua guaran de Antonio Ruiz de Montoya
(1639).
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3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
36
El cada vez ms pobre conocimiento del latn de los escolares
renacentistas queda
perfectamente dibujado en los datos ofrecidos por Pedro Gonzlez
de la Calle19, quien
recoge las normas que aparecieron en la Universidad de Salamanca
obligando a estudiantes
y profesores a usar el latn en las aulas,
de la eficacia de esos preceptos no cabe decir lo mismo que de
su obligatoriedad durante el siglo XVI en la Universidad de
Salamanca. Al fin y al cabo, si all van leyes do quieren reyes, la
realidad, en sus concreciones ms fecundas, no acepta la misma
sumisin.
As, Gonzlez de la Calle presenta numerosos ejemplos de textos
escritos en espaol
que descubren el paso del latn al romance en el siglo XVI; ahora
bien, el autor rene
algunos ejemplos de peticiones dirigidas al claustro de la
Universidad de Salamanca
redactados en latn,
pero cuando incluso se acataba excepcionalmente el mandato de
pedir en latn, no era extrao que se simultanease esa prctica con la
ms habitual y corriente de demandar auxilio en espaol hasta por los
propios extranjeros, quienes, sin duda, hallaran en la lengua
latina para sus relaciones con nuestros compatriotas ventajas
ajenas por completo a estos ltimos en la comunicacin con sus
conterrneos. El latn, como idioma de las relaciones
internacionales, encontraba justificaciones y deparaba provechos
que no era natural obtuviese utilizado por individuos que hablasen
como lengua nacional el mismo romance20.
La ignorancia del latn y el desarrollo de las lenguas romances
era un hecho, y
condujo a la aparicin de las primeras gramticas y estudios
gramaticales de las lenguas
romances. Estamos, pues, ante el llamado humanismo vulgar,
corriente que partiendo de
De vulgari eloquentia de Dante (principios del siglo XIV)
reivindica el estudio de las
lenguas vulgares, separado del de la latina.
Destacan, entre otros, la Gramtica castellana (1492) y las
Reglas de Ortographa
en la lengua castellana (1517) de Antonio de Nebrija, Bernab
Busto con su Arte para
aprender a leer y escrevir perfectamente en romance y latn
(1532), Cristbal de Villaln y
su Arte breve y compendiosa para saber hablar y escrevir en la
lengua castellana (1558),
19 Gonzlez de la Calle, P. U.: Latn universitario. Contribucin
al estudio del uso del latn en la
antigua Universidad de Salamanca en Homenaje ofrecido a Menndez
Pidal: Miscelnea de estudios lingsticos, literarios e histricos,
Madrid, Librera y Casa editorial Hernando, S.A., 1925, Tomo I, 2
parte, pgs. 795-818. La cita es de la pgina 797.
20 Gonzlez de la Calle, P. U.: Latn universitario..., art. cit.,
pg. 799.
-
3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
37
las Instituciones de la gramtica espaola de Bartolom Jimnez Patn
(1614), el Arte de
la lengua castellana (1626) y la Ortografa kastellana de Gonzalo
de Correas, Sebastin de
Covarrubias (1611-1647) o el Arte de la lengua espaola de Juan
de Villas (1651). A ellos
podramos aadirles aquellos tratados que versan sobre el origen
de la lengua castellana,
como son los de Gregorio Lpez Madera, Bernardo Aldrete, Luis de
Cueva, Gonzalo
Correas o Francisco de Pedraza21.
Precursores de este auge del estudio de las lenguas vulgares son
las grammaticae
proverbiandi que surgen a partir del siglo XIII, la Glosa a
Prisciano (1350), la Gramtica
de Palacio (copia de la segunda mitad del siglo XV), la Gramtica
latina de Andrs
Gutirrez de Cerezo (1485), el Perutile grammaticale compendium
de Daniel Siso (1490) o
la Gramtica latina de Juan de Pastrana (principios del siglo
XV), tratados que contienen
notas y glosas en lenguas romances (espaol, valenciano o
aragons) para facilitar la
enseanza del latn22. Igualmente conservamos algunos datos sobre
escritos gramtico-
poticos como el Arte de trobar de don Juan Manuel (1282-1348),
del que slo se conserva
el ttulo, el Arte de trobar de Enrique de Villena (hacia 1423) o
el diccionario de rimas
castellanas la Gaya de Segovia o Silva copiossima de consonantes
para alivio de
trovadores de Pero Guilln de Segovia (1475), que se inserta en
la tradicin potica
verncula, esto es, en la conocida Gaya Scientia.
Este inters por las lenguas vulgares es apreciable no slo en las
gramticas del
momento, sino tambin en los repertorios lexicogrficos, ya que la
venida del
Renacimiento traer consigo, inevitablemente, la aparicin de los
primeros diccionarios
extensos con nuestra lengua23, y es que la lexicografa moderna
europea nace a finales
del siglo XV y comienzos del XVI, pues hasta entonces slo
existan los vocabularios y
21 No ofrecemos datos biliogrficos de estos tratados porque el
objetivo de este captulo es slo
mostrar un panorama rpido de la situacin gramatical de Espaa en
los siglos XVI y XVII, ya que nuestro estudio debe ser
fundamentalmente lexicogrfico. Pueden encontrarse las referencias
necesarias en la bibliografa incluida al comienzo de este captulo,
as como en Niederehe, H.-J.: Bibliografa cronolgica de la
lingstica, la gramtica y la lexicografa del espaol (BICRES). Desde
los comienzos hasta el ao 1600, Amsterdam/Filadelfia, John
Benjamins, 1995. 22 Vase Niederehe, H.-J.: El castellano y la
gramtica, objetos de estudio antes de la gramtica de Nebrija, en
Manuel Alvar (coord.), Estudios nebrisenses, Madrid, ICI, 1992,
pgs. 97-110 y E. Ridruejo, Notas romances..., art. cit.
23 Alvar Ezquerra, M.: Los diccionarios del espaol en su
historia International Journal of Lexicography, n 3, vol. 8,
Oxford, Oxford University Press, 1995, pgs. 173-201. La cita
corresponde a las pginas 174-176. Ahora recogido en De antiguos y
nuevos diccionarios del espaol, Madrid, Arco/Libros, 2002, pgs.
15-50.
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3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
38
glosarios que prolongaban la tradicin latinizante medieval. No
obstante, la lexicografa
europea del momento se ve marcada por la aparicin de
diccionarios de carcter
multilinge, reimpresos una y otra vez, en muchas ocasiones con
el espaol como uno de
los idiomas a los que se traducen las palabras, manteniendo an
los vnculos con la
lexicografa precedente.
Aunque en la fructfera etapa gramatical que nos ocupa fueron
muchos ms los
tratados, manuales y repertorios lxicos que se compusieron y
publicaron, aqu slo hemos
querido presentar un panorama muy general de las corrientes y
obras ms destacadas. El
objetivo de nuestro trabajo es puramente lexicogrfico, pero el
acercamiento a la enseanza
del latn y de las lenguas romances en los siglos XVI y XVII
puede aportar interesantes
datos a nuestro estudio, ya que gramticos y lexicgrafos han
compartido en numerosas
ocasiones propsitos, finalidades e intereses, pues la
preocupacin de todos ellos no ha sido
otra que la lengua, latina unas veces, romance otras.
3.4. Escuelas, profesores, alumnos, materias y planes de
estudio
Una vez expuestas las principales ideas lingsticas, veamos cul
era la situacin de
escuelas, profesores, materias impartidas y planes para el
estudio del latn vigentes. Vista la
teora, vayamos a la prctica24.
En el siglo XVI an segua vigente la divisin bipartita de la
enseanza en trivium,
o clases de gramtica, retrica y dialctica, y quadrivium, o
astronoma, msica, geometra
y aritmtica; si bien habra que matizar cmo, de qu forma y el
alcance que obtuvo el
estudio del latn en la Espaa renacentista, ya que se suceden a
lo largo de todo el siglo, e
incluso perduran an en el siglo XVIII, las crticas y comentarios
negativos al conocimiento
que de las lenguas clsicas tuvieron los espaoles
Cuando Antonio de Nebrija, procedente de Bolonia, llegaba en
1505 a Salamanca, se autoproclama debelador de la barbarie hispana
y primero que plant tienda de gramtica en Espaa. Luis Vives, a su
vez, no deja de
24 Para la elaboracin de este epgrafe hemos trabajado,
fundamentalmente, con la siguiente
bibliografa: Capitn Daz, A.: Historia de la educacin en Espaa,
Madrid, Dykinson, 1991-1994, 2 vols y Breve historia de la educacin
en Espaa, Madrid, Alianza, 2002; Cipolla, C. M.: Educacin y
desarrollo en Occidente, Barcelona, Ariel, 1983; Delgado, B.
(dir.): Historia de la educacin en Espaa y Amrica, Madrid, SM,
1992-1994, 3 vols; Esteban Mateo, L. y Lpez Martn, R.: Historia de
la enseanza y de la escuela, Valencia, Tirant lo Blanch, 1994;
Herrera Oria, E.: Historia de la educacin espaola desde el
Renacimiento, Madrid, Ediciones Veritas, 1941 y Ruiz Berrio, J.
(dir.): La educacin en Espaa: textos y documentos, Madrid, Actas,
1996.
-
3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
39
denunciar en los escritores espaoles una cierta tarditas vel
ruditas styli, mientras que otros humanistas del siglo XVI, como
Cristbal de Villaln, Gins de Seplveda, Simn Abril y el Brocense, o
los ilustrados del XVIII, como el den Mart, Mayans y Siscar y
Jovellanos, delatan un desconocimiento, y hasta desprecio, de los
espaoles por los lenguajes clsicos. Incorreccin gramatical,
bastedad en la exposicin e ignorancia de los autores griegos y
latinos aparecen como un constante balance negativo25.
A pesar de esta repetida lamentable situacin del latn en Espaa,
hay que sealar,
de acuerdo con Richard L. Kagan26, que nuestro pas en esta
centuria posea 4000 escuelas
de gramtica y se situ por delante del resto de Europa en cuanto
a la escolarizacin
universitaria. As, en la corona de Aragn florecan centros de
enseanza en Huesca,
Zaragoza, Calatayud, Tarazona, Daroca, Alcaiz, Tarragona, Lrida,
Igualada, Cervera y
Gerona, entre otros; en Castilla el alumno poda formarse en
Toledo, Sevilla, Alcal,
Pamplona, Calahorra, Santo Domingo de la Calzada, Njera, Irache,
Oate, Mondoedo,
Orense Pontevedra, Lugo, Ribadeo, Villagarca de Arosa, Vigo,
Aranda de Duero,
Almazn, Cullar, Aylln, Palencia, Zamora, Valladolid, Olmedo,
Medina de Rioseco,
Medina del Campo, Salamanca, Madrid, Sigenza, Cifuentes,
Pastrana, Molina de Aragn,
Badajoz, Mrida, Trujillo, Cceres, Coria, Plasencia, Crdoba, Jan,
Osuna, Baeza,
Mlaga, Cdiz, Antequera, Lebrija, Baena o Jerez de la Frontera,
entre otras muchas
ciudades y villas27.
Por otro lado, entre los centros de enseanza que tuvieron ms
xito a lo largo del
Siglo de Oro destacan 1) las escuelas de gramtica municipales,
presentes en aquellos
municipios con ms de quinientos vecinos y dedicadas al estudio
de las lenguas clsicas; 2)
las escuelas de gramtica privadas o preceptoras, de las que sola
hacerse cargo un profesor
que cobraba a sus alumnos de manera particular; 3) las ctedras,
mayores y menores, de
gramtica, potica y retrica universitaria, centros en los que se
imparta latn y cultura
clsica con mayor calidad e inters, muchas de ellas, pasado el
tiempo, fueron ocupadas por
los jesuitas; 4) las escuelas de gramtica catedralicias,
destinadas a la formacin latina de
las capas ms inferiores del clero; 5) las escuelas de gramtica
arcedianales, encargadas de
25 Delgado, B. (dir.): Historia de la educacin en Espaa y
Amrica, op.cit., pgs. 195-196, vol. 1. 26 Kagan, R. L.: Universidad
y sociedad en la Espaa moderna, Madrid, Tecnos, 1981, pg. 200. 27
Para saber con precisin el tipo de centro de enseanza que se
encontraba en cada una de estas
ciudades, vase Delgado, B. (dir.): Historia de la educacin en
Espaa y Amrica, op.cit., pgs. 200-203, donde adems aparece una
relacin exahustiva de bibliografa especfica sobre este punto.
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3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
40
educar y adiestrar a clrigos destacados; 6) las escuelas de
gramtica seminarial, en donde
los seminaristas perfeccionaban sus conocimientos de lenguas
clsicas y 7) las escuelas de
gramtica de los jesuitas28, que proliferaron a partir de la
segunda mitad del siglo XVI y
que fundamentaron sus planes de estudio en la conocida ratio
studiorum, sistema
pedaggico basado en las Constituciones (1586) de San Ignacio de
Loyola que regulaba
tanto los preceptos bsicos del estudio de la gramtica y lxico
latinos y griegos, como los
conocimientos que sus alumnos haban de tener de dialctica,
filosofa, historia,
matemticas y, sobre todo, teologa.
El profesorado que instrua a los alumnos renacentistas en las
lenguas clsicas
estaba integrado por un amplio nmero de docentes con diferente
formacin y categora. En
las ctedras universitarias, una minora, poda encontrarse a los
preceptores ms
cualificados y mejor capacitados, que en ocasiones destacaron
tanto por sus conocimientos
tericos como por sus aplicaciones pedaggicas. Junto a ellos, en
la Espaa renacentista
proliferaron clrigos sin funciones eclesisticas, dmines,
preceptores y maestros que
fueron objeto de tantas crticas y censuras en la literatura del
Siglo de Oro, mal preparados
y peor remunerados, que por poco dinero enseaban unos pocos
rudimentos gramaticales y
lxicos de las lenguas clsicas, grupo del profesorado que se vio
aumentado en estos
momentos por numerosos intrusos profesionales.
Con este profesorado, es fcil imaginar la formacin y
conocimientos de latn y de
griego que posean nuestros estudiantes renacentistas. Algunos
datos sobre el ambiente que
se viva en las aulas y sobre los mtodos de los profesores que
enseaban en ellas los
encontramos en los testimonios autobiogrficos que nos ha dejado
Juan Lorenzo Palmireno
a lo largo de su obra
tuvo primero que sufrir la inadecuacin de la enseanza que se
daba a los nios de su edad; en efecto, ni el Despauterio, ni la
gramtica en versos de Antonio de Nebrija podan suscitar gran
inters, y menos an preparar a los adolescentes a practicar la
lengua de Cicern []. Recordando sus primeras letras deja estallar
Palmireno su indignacin. Durante toda su vida recordar a esos
maestros que merecan ampliamente el nombre de brbaros: por la
impureza de su latn y por los castigos que imponan29.
28 Segn Ladislao Lkcks, De origine collegiorum externorum,
Archivium Historicum Societatis
Jesu, XXIX, 1960 y XXX, 1961, en el ao 1600 Espaa contaba con
casi 20000 escuelas regentadas por los jesuitas.
29 Gallego Barns, A.: Juan Lorenzo Palmireno..., op.cit., pg.
22-23.
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3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
41
Del mismo modo, Bernab Soler, traductor al espaol del Thesaurus
puerilis de
Onofre Pou (1575, primera edicin), una de las nomenclaturas que
analizaremos en este
trabajo, entre el lxico que compendia en el epgrafe dedicado a
De la escuela, o estudio
general incluye:
Tener miedo a los aotes. Metuere a flagris Tomar alguno acuestas
para que le aoten. Humeris aliquem tollere Aotar. Verbero, as, aui.
Cdo, is Ser aotado. Vapulo, as, aui Espantar al nio con aotes.
Verberibus puerum terrere Matar vn muchacho con aotes. Deuerberare
puerum vsque ad necem Las seales de los aotes. Hictus, us El ruydo
del golpe. Cottabus, i La roncha. Vibex, icis El cardenal. Liuor,
oris Aquel color azul, o morado, que haze el aote. Liuidus, a El
que aota a los muchachos. Vindez, icis Huir de la escuela. Fugere
scholam, vel ab schola Lleuar el muchacho aotando a la escuela.
Verberibus ad scholam puerum trahere Preceptor o maestro aotador.
Prceptor ad verberandum exercitatissimus30
La edad media de los alumnos parece que disminuy a medida que
avanzaba el siglo
XVI, pues de los 17 aos que seala Kagan31 para la universidad de
Alcal entre 1550 y
1551, se pasa a los 13 aos, tal y como muestra la reglamentacin
del Colegio Imperial en
el siglo XVII; ahora bien, esta edad media poda variar
dependiendo de la densidad de
poblacin y de la posibilidad de formar grupos que tuviese el
preceptor, as como del dinero
y tiempo que pudiera dedicarles. Aunque existieron profesores
que se encargaron de clases
muy abundantes, parece que, copiando el sistema y mtodos de los
jesuitas, se tendi a la
reduccin del nmero de alumnos en cada clase. Las clases sociales
a las que pertenecieron
estos alumnos fueron, fundamentalmente, dos, la alta y la media;
los alumnos de las clases
ms bajas se formaron o bien en escuelas catedralicias, donde
reciban clases de latn y de
otras materias a cambio de algn trabajo, o bien en seminarios,
consagrando su vida al
clero32.
Las clases comenzaban entre las siete y las ocho de la maana,
dependiendo de la
estacin del ao, y terminaban entre las tres y las cinco de la
tarde, horario que variaba
30 Soler, B.: Thesaurus puerilis, Valencia, Pedro Patricio Mey,
1615. Manejo el ejemplar que se
encuentra en la Biblioteca Nacional, Madrid, con signatura
R/23675. 31 Kagan, R. L.: Universidad y sociedad en la Espaa
moderna, op.cit., pg. 75. 32 Cfr. Delgado, B. (dir.): Historia de
la educacin en Espaa y Amrica, op.cit., pg. 210.
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3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
42
segn el nivel y la edad de los alumnos. Los alumnos se dividan
en menores, medianos y
mayores y aprendan gradualmente a declinar y conjugar, nociones
de sintaxis y
construccin, y lean a Catn, Esopo, Cicern, Fedro, Quintiliano,
Plauto, Juvenal, Virgilio,
Horacio, Ovidio, Csar y Suetonio, entre otros.
La metodologa utilizada en la enseanza de la lengua latina era
tpicamente
medieval, y aunque los especialistas en pedagoga del siglo XVI
se han planteado la
existencia de influencias ms modernas, actualmente se suele
afirmar que
las races estn en la tradicin clsica. Por otra parte, el
concepto de mtodo que se utiliza en estos momentos se parece ms que
a una didaxis o camino cientfico, a un plan de estudios o
estructuracin reglamentada del desarrollo de un currculo sobre
lenguas clsicas. Los tratadistas espaoles del XVI y los preceptores
que los siguen sealan unos pasos metodolgicos inexcusables en el
tratamiento de los textos: la praelectio, praecepta, compositio et
eruditio garantizan que la repetitio viva voce sea eficaz.
Confirman que los estmulos y motivaciones per praemium aut
vapulationem son imprescindibles; auguran que el dinamismo y accin
directa sobre el nio en la enseanza se consigue per modum joci cum
motu et concertatione y creen, ya en aquellos pequeos estudiantes,
que el timor domini est principium scientiae33.
No es extrao, pues, que la mayora de los humanistas Erasmo,
Vives, Nebrija,
Snchez de Arvalo, Juan Alfonso Benavente, Mateo Vegio, Palmieri,
Silvio Piccolomini,
L.B. Alberti, entre otros se preocuparan por la enseanza de las
lenguas clsicas y trazaran
mtodos pedaggicos tiles y acordes con la lamentable situacin del
latn y del griego en
las escuelas europeas. As, las ideas de Erasmo sobre la enseanza
de lenguas, recogidas en
su Colloquia familiaria (1497), De ratione studii (1512), De
copia verborum et rerum
(1511), y De pueris instituendis (1529), sern desarrolladas
detalladamente por Juan Luis
Vives34, quien aborda los temas del aprendizaje de la lectura,
la escritura, el estudio de las
flexiones, la sintaxis, los ejercicios de redaccin, la seleccin
de textos de autores clsicos y
el papel de los apuntes en el aprendizaje de lenguas, problemas
que plasma en De ratione
studii puerilis (1521), De tradendis disciplinis (1531), De
recte ratione dicendi (1533) y
Linguae latinae exercitatio (1538). Junto a ellos, figuras como
la de Juan Lorenzo
33 Delgado, B. (dir.): Historia de la educacin en Espaa y
Amrica, op.cit., pg. 213. 34 Los mtodos pedaggicos propuestos y
elaborados tanto por Juan Luis Vives como por Pedro
Simn Abril se encuentran perfectamente desarrollados en M.
Breva-Claramonte: La didctica de las lenguas en el Renacimiento...,
op.cit.
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3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
43
Palmireno35 quien se preocup por presentar a sus alumnos breves
manuales para la
adquisicin de los rudimentos de la morfologa y de la sintaxis
griega y latina, o para
familiarizarlos con los ejercicios propuestos por los rtores;
encargado de la ctedra de
retrica, quiso ser el primero en Valencia en publicar un tratado
completo sobre el arte
oratoria []. El rasgo ms caracterstico de su personalidad bien
parece ser ese afn de no
perder el contacto con la realidad, la actualidad []. Propuso as
una concepcin global de
la educacin, donde el lugar preferente es el de la formacin
religiosa y moral, la
adquisicin de los buenos modales y del pulido latn, el de
Cicern36.
Fue, como veremos, un gran humanista preocupado a lo largo de
toda su vida por la
enseanza y formacin provechosa de sus alumnos. Para ellos
escribi Palmireno su valiosa
obra37, que recoge diferentes temticas: religiosa, teatro
escolar, arte epistolar, lxica,
gramatical, retrica, etc.
La mala formacin de los profesores, el desinters que los planes
de estudio
causaban en el alumnado y el uso de manuales rancios y
anticuados fueron, probablemente,
la causa por la que Palmireno elabor una obra en torno a la
enseanza del latn,
proponiendo un acercamiento a la lengua de Cicern de forma
sencilla y til; idea que
encaja perfectamente con las propuestas hechas unos aos antes
por Juan Luis Vives y por
Pedro Simn Abril38, quienes continuaban as con el espritu
erasmista del momento.
As, segn estos autores, el proceso de aprendizaje39 que deba
seguir el nio que se
iniciaba en latn deba pasar por:
35 Aunque fueron otros muchos los autores que propusieron
reformas pedaggicas interesantes, aqu
tan slo mostramos dos ejemplos, Vives y Palmireno, que nos
sirvan para completar el escueto panorama que nos ayude a entender
la parte lexicogrfica, que es la que verdaderamente nos
concierne.
36 Gallego Barns, A.: Juan Lorenzo Palmireno (1524-1579). Un
humanista aragons en el Studi General de Valencia, Zaragoza:
Institucin Fernando el Catlico, 1982, pgs. 175-276.
37 Una detallada bibliografa de Palmireno aparece en las ltimas
pginas de Andrs Gallego Barns, Juan Lorenzo Palmireno..., op.cit.,
pgs. 279-291.
38 Aunque las teoras pedaggicas de Juan Luis Vives tuvieron una
gran repercusin en autores posteriores (como Juan Lorenzo
Palmireno), Pedro Simn Abril (1530-1600) es otro gran pedagogo
renacentista que defendi el uso del castellano en la enseanza, la
utilizacin de juegos como Quintiliano, Erasmo y Vives- en las
primeras clases de gramtica, el acercamiento conjunto al latn y al
griego a travs del espaol, as mismo considera una tarea ardua y
dficil la docencia y lamenta la falta de inters del alumanado, del
mismo modo propone la separacin de los pupilos por niveles de
acuerdo con sus conocimientos, todas estas ideas aparecen a lo
largo de su vasta obra, la cual muestra la preocupacin y el inters
por los planes de estudio del momento, por la educacin de los
alumnos y por la estructuracin de unas clases que aprovechen al
mximo los conocimientos que transmite el docente.
39 Datos extrados de Breva-Claramonte, M.: La didctica de las
lenguasen el Renacimiento..., op.cit.
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3. La enseanza del latn y de las lenguas romances en los siglos
XVI y XVII
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1. El maestro explica las lecciones en latn para que el alumno
se familiarice con la
nueva lengua, y poco a poco empieza a conversar con ellos en
esta lengua.
2. El al