Una mirada atrás, 16 La macro urbanización que se pretendía hacer en el valle del Almicerán, en el año 1992, se quedó solo en proyecto; es más, no se llegó a redactar un auténtico proyecto, no pasó de ser un borrador o una “declaración de intenciones”. La férrea oposición que ejerció el equipo municipal de gobierno de Pozo Alcón, que presidía el famoso Manuel Moreno García, así como el Movimiento Ecologista, impidieron su realización. El razonamiento que se exponía fue rotundamente contundente: La prohibición de construcciones de nueva planta y dar un uso al territorio distinto al tradicional. Todo ello contemplado en la legislación vigente y en el Reglamento de Uso y Gestión del Parque Natural, redactado por los representantes de todos los estamentos sociales que habitan o tienen intereses en dicho recinto protegido. Ante esta argumentación, la sentencia del proyecto estaba determinada. Fueron varios años de debate los que ocuparon tal propósito, hasta que al final los promotores desistieron definitivamente. Por consiguiente fueron muchas las publicaciones periodísticas que Diario JAEN sacó en sus páginas y no es caso de publicarlas todas; al final de este artículo se publica sólo una muestra. A propósito de esta retrospectiva periodística del Almicerán que se publica hoy, quiero referirme a las manifestaciones que se vienen haciendo sobre la conveniencia de abrir al tránsito rodado el camino de la Nava de san Pedro, mediante un ensanchamiento del puente de la Herradura. El caso es muy parecido al proyecto del Almicerán, aquí también se pretende el “desarrollo” el “progreso”, el “impulso económico” y el “bienestar” de la población. Pretender ensanchar dicho puente sería un grandísimo error. Antes de que los defensores de tal disparate se me echen encima déjenme que expongan mi punto de vista. El encanto, el atractivo, lo llamativo de esta vía de entrada al Parque Natural es precisamente esa: que no es apta para coches, no favorece el