Arabismos en algunos dialectos españoles Una comparación cuantitativa entre el sur y el norte de España Ingemar Lindqvist Romanska och klassiska institutionen Examensarbete 15 hp Spanska Spanska kandidatkurs (30 hp) Vårterminen 2018 Handledare: Pekka Posio
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Una comparación cuantitativa entre el sur y el norte de1214277/FULLTEXT01.pdf · 2018-06-06 · 1 El nombre árabe del reino musulmán que fue dominante en la península ibérica
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Arabismos en algunos dialectos españoles
Una comparación cuantitativa entre el sur y el norte de
España
Ingemar Lindqvist
Romanska och klassiska institutionen
Examensarbete 15 hp
Spanska
Spanska kandidatkurs (30 hp)
Vårterminen 2018
Handledare: Pekka Posio
Arabismos en algunos dialectos españoles
Una comparación cuantitativa entre el sur y el norte de España
Ingemar Lindqvist
Resumen
El propósito del presente estudio es averiguar si se percibe una diferencia en el grado de uso
de palabras con raíces árabes en el habla cotidiana en ambientes rurales de las comarcas que
formaban el reino árabehablante de Granada hasta fines del siglo XV comparado con las
provincias en el norte de la península ibérica que nunca fueron dominadas por los árabes;
aunque hay muchas descripciones de arabismos en el español y en algunos de sus dialectos,
no hemos encontrado ninguna comparación cuantitativa de este tipo. Partimos de teorías
lingüísticas y datos históricos que indican que, después de la caída del reino granadino, ha
existido un uso más frecuente de arabismos en el sur que en el norte, y formulamos la
hipótesis de que todavía es así, a pesar de la nivelación dialectal de nuestro tiempo que
muchos lingüistas afirman. Usamos un corpus (COSER) que consiste en transcripciones de
entrevistas semidirigidas de gente mayor de las regiones de interés, y mostramos que la
frecuencia de arabismos en las entrevistas del sur es más alta que la del norte. Analizamos los
arabismos encontrados para describir en más detalle las diferencias entre el sur y el norte, y
discutimos las causas de estas diferencias así como la validez y las limitaciones de nuestro
Sur: alardear, alfiler, de balde, fulano, garra, locura, zagal
Norte: mandil(ón), melena, ojalá
Ambas: agarrar, azul, loco, talega
Comentarios
Agricultura y horticultura es, sin duda, el campo semántico con mayor representación en
nuestra lista de arabismos; forma casi el 40% del total. La mitad de las 35 palabras que
encontramos en esta área concierne a la tecnología agrícola. Se trata de nombres de
construcciones, como acequia y almazara, nombres de herramientas, como almocafre y
zaranda, palabras que describen la tierra y métodos para labrarla, como bancal y majaraca, y
algunos arabismos más. Ninguna de estas palabras es usada en las entrevistas de Asturias y
Cantabria.
La otra mitad está constituida por nombres de plantas (alfalfa, alubia, etc.) y animales
domésticos (solo marrano y las formas derivadas de esta palabra), y de los productos de estos
(azúcar, aceite, etc.). La mayoría de los arabismos de este grupo solo se utiliza en las
entrevistas del sur, pero también hay tres que se usan únicamente en las norteñas y cuatro que
encontramos en ambas regiones.
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El predominio de términos de la agricultura en nuestro material no es sorprendente. Las
entrevistas fueron realizadas con informantes que en la mayoría de los casos han vivido toda
su vida en un ambiente rural, y la agricultura es mencionada por los lingüistas como uno de
los campos semánticos con más préstamos hispanoárabes. Un ejemplo de lo último es Candau
de Cevallos (1985:91), que presenta una lista de 47 arabismos en el español de los que 21 son
términos agrícolas.
La naturaleza es otro campo lingüístico en el que casi todos los arabismos solo se
encuentran en las entrevistas de Almería y Granada. Por lo menos cuatro de las seis palabras
hispanoárabes que únicamente se usan en el sur tienen sinónimos naturales que no son
mencionados en nuestro corpus, a saber: alacrán, albarraz, zorzal (véase el apartado 9.3,
Arabismos con sinónimos) y retama.6
Los demás campos contienen demasiado pocas palabras para que podamos sacar
conclusiones específicas. Todos salvo uno, el comercio, siguen la tendencia general de
nuestro corpus, con más voces hispanoárabes en el sur.
9.3 Arabismos con sinónimos
En este apartado vamos a discutir el uso en nuestro corpus de algunos arabismos que tienen
sinónimos con otras raíces. Este uso es interesante para nuestro estudio, ya que ilustra la
diferencia en preferencias entre informantes del sur y del norte a la hora de elegir entre
palabras hispanoárabes y otras alternativas. El acrónimo CREA, que ocurre en el texto, se
refiere aquí a la lista de frecuencias del Corpus de Referencia del Español Actual, una base
extensa de textos y transcripciones de todos los países hispanohablantes administrada por la
Real Academia Española. Esta lista enumera más de 600 000 formas léxicas en orden de
frecuencia, dando también una medida de esta frecuencia para cada entrada. La forma del
singular y la del plural de un sustantivo son entradas diferentes, igual que todas las formas de
un verbo. En las comparaciones aquí abajo, que todas conciernen a sustantivos, hemos usado
la suma de las frecuencias del singular y del plural en el CREA para cada palabra de interés.
6 El sinónimo ginesta es menos común según el CREA (el acrónimo es explicado en el apartado 9.3), con 22
ocurrencias, comparado con 115 para retama.
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9.3.1 Arabismos del sur con sinónimos no hispanoárabes en el norte
Marrano vs cerdo
Solo dos temas del patrón de los entrevistadores son tratados en todas las entrevistas; uno de
estos es la matanza del cerdo. Por consiguiente, es natural que cada entrevista contenga por lo
menos un nombre para el ‘mamífero artidáctilo… de cuerpo grueso, cabeza y orejas grandes,
hocico estrecho y patas cortas’ (DRAE). Encontramos seis nombres distintos en nuestro
corpus. Marrano, el único nombre con raíces hispanoárabes, solo se usa en el sur; aparece en
cinco de las siete entrevistas sureñas y predomina en tres de estas. Nunca se menciona en las
transcripciones del norte. En una entrevista, la de Los Tablones en Granada, la única donde no
se utiliza cerdo, solo se usa marrano para el animal en cuestión. Cerdo, palabra que, según el
CREA, es 23 veces más frecuente que marrano en español (3544 casos en el CREA
comparado con 157 para marrano), es mencionada en todas las entrevistas salvo la de Los
Tablones y predomina en todas las entrevistas del norte y en dos entrevistas del sur. En una, la
de Terque en Almería, cerdo y marrano ocurren con la misma frecuencia, mientras que
guarro es el nombre más usado en la entrevista del pueblo granadino de Ventorros. Este
último nombre también es encontrado en otra entrevista sureña, esta vez en la forma guarrina
con el significado de ‘cochinillo’. Gocho es usado en dos de las transcripciones de Asturias,
cochino en la tercera de las entrevistas asturianas, y chon, palabra que no se encuentra en el
DRAE, en tres de Cantabria (la palabra lechón tiene, según el DRAE, también el significado
‘cerdo macho de cualquier tiempo’). Es notable que puerco, según el CREA cuatro veces más
común que marrano (630 comparado con 157), no sea usado en ninguna entrevista.
Aceituna vs oliva
La palabra aceituna, el sustantivo hispanoárabe para nombrar la fruta del olivo, es usada en
cuatro de las siete entrevistas del sur, mientras que no ocurre en las del norte. Oliva, la
alternativa que es casi tres veces más frecuente que aceituna según el CREA (2946 casos
contra 1102), la podemos ver en una de las entrevistas cantábricas, igual que en una de las
sureñas7.
Acequia vs zanja y reguera
7 En otra entrevista del sur ocurre (una vez) en la expresión aceite de oliva. Es posible que gran parte de
las ocurrencias de oliva en el CREA sea como componente de esta expresión; el plural de aceituna es
mucho más frecuente que el de oliva (853 comparado con 146).
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En seis de nuestras entrevistas, cuatro del sur y dos del norte, los informantes mencionan
canales construidos para la distribución del agua, necesaria para regar campos y huertas y
abrevar al ganado. En tres de las sureñas, estos canales se llaman acequias, palabra con raíces
hispanoárabes. En la cuarta encontramos el nombre cieca, palabra con la misma raíz que
acequia según Garulo (1983:136), quien explica que “en las provincias de Granada y Almería
es completamente general” encontrar formas con esta raíz. En cambio, en las dos entrevistas
norteñas, ambas de Asturias, se usan los sustantivos zanja, reguera y riega en vez de acequia.
Almocafre vs azada
En dos de las entrevistas de Cantabria se discute el uso de una azada, palabra que viene del
latín, para escardar la tierra. Lo mismo ocurre en una entrevista granadina, con la diferencia
de que allí se utiliza la palabra hispanoárabe almocafre (transcrita amocafre), sinónimo
mucho menos común según el CREA (un solo caso contra 87 para azada) para la misma
herramienta.
Azotea vs terraza
Una informante almeriense nos explica, utilizando una palabra hispanoárabe, que seca
pimientos en la azotea, una parte llana en el tejado de la casa, más o menos abierta al sol y al
viento. La informante de Alea-Linares en Asturias usa un sinónimo con raíces del latín
cuando dice que suele sentarse a comer en la terraza, una parte semejante de su casa (aunque
no sabemos del contexto si está situada en el tejado o no), si hace buen tiempo.
Matalahúva vs anís
En una de las recetas tradicionales que es explicada por un informante del pueblo cantábrico
de Castrillo de Valdelomar se prescribe el uso del anís. Lo mismo vale para recetas
mencionadas en tres de las entrevistas de Granada y Almería, pero aquí el mismo condimento
se llama matalahúva, denominación hispanoárabe casi cien veces menos común que anís en el
CREA (8 casos, si sumamos todas las variantes ortográficas de matalahúva, contra 725 para
anís). Cabe mencionar que anís se usa tanto para la planta y sus granos como para el licor en
el que este condimento es utilizado.
Rehala vs rebaño
En una de las entrevistas de Almería se describe un método de caza de jabalíes en el que los
perros de los cazadores reúnen a los jabalíes en un grupo denso, llamado rehala por su
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semejanza con una manada de ovejas; este es el significado normal de la palabra
hispanoárabe. En tres entrevistas norteñas, pero en ninguna del sur, hablan de manadas de
ovejas reales, utilizando la palabra rebaño (en uno de estos casos en la forma rabaño), 70
veces más frecuente que rehala según el CREA (999 casos contra 14).
Fanega vs otras medidas
El arabismo fanega es utilizado como medida de volumen para productos secos de la
agricultura, como frutas y cereales. Una fanega equivale a alrededor de 50 litros, variando un
poco según la región, explica el DRAE. En seis de las entrevistas del sur y en dos del norte
encontramos situaciones en las que los informantes hablan de la cantidad que producen o
producían de este tipo de productos. En tres de las sureñas, hablando de aceitunas, cereales y
harina, se usa fanega. En otras tres, conversando sobre aceitunas, trigo y uvas, utilizan kilo,
medida que también es usada en ambas entrevistas del norte, donde los productos de interés
son harina y ciruelas.
Serón vs cesta
Un serón es, explica DRAE, una cesta fabricada de esparto, hecha para ser puesta sobre un
caballo o burro. La palabra, con raíces hispanoárabes, es utilizada en una de las entrevistas de
la provincia de Granada. Cestas son mencionadas en otras dos entrevistas, una del norte y otra
del sur, allí en la forma cesto. No es posible saber si cesta y cesto en este caso realmente son
sinónimos de serón.
9.3.2 Arabismos del norte con sinónimos no hispanoárabes en el sur
En dos casos encontramos un posible sinónimo en el sur de una palabra hispanoárabe que solo
se encuentra en una o más de las entrevistas norteñas. El primer caso es alubia, usada en tres
entrevistas de Asturias y Cantabria. Esta legumbre (según el DRAE debe ser la misma) es
nombrada judía en la única transcripción del sur donde es mencionada. El segundo caso
concierne aldea, que ocurre en una entrevista asturiana. En todas las entrevistas, incluso la
mencionada de Asturias, se habla de pueblos. El DRAE define aldea como ‘pueblo de escaso
vecindario y, por lo común, sin jurisdicción propia’. Quizás sea discutible si aldea y pueblo
son sinónimos.
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9.3.3 Algunos arabismos del sur cuyos sinónimos no son usados en el
corpus
Existen algunos casos en los que una palabra hispanoárabe es utilizada en entrevistas de
Granada y Almería a pesar de que existen sinónimos no hispanoárabes que son más
frecuentes, o de aproximadamente igual frecuencia, pero donde estos sinónimos no son
usados en ninguna entrevista norteña, ya que los fenómenos que describen no se discuten allí,
y tampoco en las sureñas. Estos casos siguen aquí abajo.
Alacrán vs escorpión
Este animal poco amado, cuya cola termina ‘en un aguijón curvo y venenoso’ (DRAE), solo
se menciona en dos de las entrevistas, ambas en el sur y con el nombre hispanoárabe alacrán.
El sinónimo escorpión es algo más común en el español, como podemos ver en el CREA (366
casos contra 304 para alacrán), pero no aparece en nuestro corpus.
Albarraz vs estafisagria
Albarraz tiene, según el DRAE, dos significados: un tipo de enfermedad y una planta
medicinal con el nombre científico de delphinium staphisagria. Es con el segundo de estos
significados que se usa en una entrevista almeriense. En el español existe también el sinónimo
estafisagria para la planta. Ninguna de las palabras aparece en el CREA; una búsqueda en la
red indica que las dos palabras tienen aproximadamente la misma frecuencia en la lengua
escrita.
Fideo vs persona delgada
Según el DRAE, el significado principal del arabismo fideo es ‘pasta alimenticia de harina en
forma de cuerda delgada’. Como podemos leer en este diccionario y en Garulo (1983:224), la
palabra, que ha llegado a través del mozárabe, es usada también en sentido figurado para una
persona o cosa delgada, y es con el significado ‘persona delgada’ que es usada en una
entrevista almeriense. Cabe constatar que el sustantivo fideo en singular es mucho menos
frecuente, según el CREA, que los adjetivos delgado, magro, esbelto y flaco, todos sin raíces
hispanoárabes, que podrían haber sido utilizados para expresar la misma cosa.
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Zorzal vs tordo
Existen dos sinónimos para el grupo de aves al que pertenece el mirlo: el arabismo zorzal,
mencionado en una entrevista granadina, y tordo, nombre que viene del latín y que no es
usado en nuestro corpus. Ocurren con aproximadamente la misma frecuencia en el CREA:
130 menciones de zorzal y 156 de tordo.
9.4 Arabismos frecuentes y raros
De los 90 arabismos encontrados, 57 solo se usan en las entrevistas del sur, mientras que 14
ocurren únicamente en el norte. De estas 90 palabras ¿cuáles debemos ver como dialectales y
cuáles como elementos del español estándar? No es fácil trazar un límite claro, pero podemos
suponer que las palabras dialectales, es decir, con uso solo en una región delimitada, en
general tienen una frecuencia más baja en el CREA, ya que este corpus contiene textos de
todas partes de España y de todos los demás países hispanohablantes. Para dar una impresión
del uso de arabismos dialectales, hemos escogido las formas que no aparecen entre las 50.000
más frecuentes en el CREA. Son 28 en total, 25 que únicamente se usan en las entrevistas del
sur y solo dos, almacenista y badana, que son exclusivas para las del norte. De estas dos,
almacenista es derivada de almacén, palabra frecuente según la lista de frecuencia. Una sola
palabra hispanoárabe de las que son usadas en ambas regiones, talega, pertenece a las poco
comunes según el criterio arriba. Dicho de otro modo, podemos constatar que casi todos los
arabismos infrecuentes en nuestro corpus son usados únicamente en el sur.
La situación es muy distinta para los arabismos frecuentes, los que debemos ver como
palabras comunes en la lengua estándar. Dieciséis palabras de nuestra lista figuran entre las
5.000 más comunes según el CREA, a saber: aceite, alcalde, alcohol, arroz, azúcar, azul,
barrio, cifra, limón, loco, locura, naranja, rincón, tabaco, tarea y taza. Todas se usan en
entrevistas del sur, diez en el norte. Si tomamos en cuenta que las entrevistas granadinas y
almerienses son algo más largas en total que las de Asturias y Cantabria, vemos que hay una
situación mucho más equilibrada entre el sur y el norte en el uso de arabismos comunes
comparado con el de arabismos menos frecuentes.
9.5 ¿Hablan de las mismas cosas?
Una posible explicación de la diferencia que vemos en el uso de arabismos entre el sur y el
norte podría ser que los granadinos y almerienses de nuestro estudio hablan de fenómenos
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cuyos nombres preferidos sean hispanoárabes, mientras que los asturianos y cántabros no lo
hacen, o lo hacen en menor grado. ¿Es este el caso?
Debemos recordar que los temas de las entrevistas son tomados del mismo patrón. Los
veinte temas de este patrón son tratados en por lo menos una entrevista en cada región (el sur
y el norte), todos los temas salvo dos en por lo menos dos entrevistas por región. Es decir, a
grandes rasgos, las entrevistas se ocupan de los mismos campos semánticos.
Si nos trasladamos a un nivel más detallado, encontramos varios casos en los que un
mismo fenómeno es designado con una palabra hispanoárabe en entrevistas del sur y con
palabras con otras raíces en el norte. El apartado 9.2 (Arabismos con sinónimos) contiene
ejemplos de esto. En otros casos se discuten situaciones similares en entrevistas sureñas y
norteñas, pero con construcciones lingüísticas diferentes. Un ejemplo: en dos entrevistas de
Cantabria se menciona el abono de los campos, pero no se utiliza el arabismo majaraca, como
se hace en la entrevista de Aulago en Almería, ni otra denominación, para nombrar el
resultado.
Naturalmente, a veces encontramos fenómenos en las entrevistas del sur que tienen poca
relevancia en el norte, y al revés. No debemos, por ejemplo, esperar la mención de almazaras,
molinos de aceite, en entrevistas de Asturias y Cantabria, provincias donde el cultivo de
olivas es insignificante. No nos sorprende, pues, que las almazaras solo sean mencionadas en
dos entrevistas almerienses. Tampoco son sorprendentes las descripciones de la producción de
sidra en entrevistas de Asturias, donde existe una fuerte tradición de esta fabricación, ni la
ausencia de tales descripciones en las entrevistas del sur. Lo que se destaca, sin embargo, es
que los fenómenos típicos de Granada y Almería a menudo son nombrados con arabismos,
mientras que se usan palabras con otras raíces para los que son típicos de Asturias y
Cantabria. Así encontramos, por ejemplo, las siguientes palabras, de las que ninguna se
encuentra entre las 50.000 más frecuentes en el CREA, en la entrevista de Alea-Linares en
Asturias: escanciar (servir sidra u otra bebida; del gótico), borona (un tipo de pan; del celta) y
rueño (rodete para llevar pesos sobre la cabeza, derivado de rueda; del latín).
En conclusión, el mayor grado de uso de arabismos en Granada y Almería se debe sobre
todo a dos hechos: en nuestras entrevistas, los granadinos y almerienses utilizan palabras
hispanoárabes en varios casos en los que los cántabros y asturianos escogen sinónimos o
expresiones lingüísticas con otras raíces, y los fenómenos locales que se mencionan tienen a
menudo nombres hispanoárabes en el sur, pero casi nunca en el norte.
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10. Discusión
Primero, hay que subrayar que no debemos generalizar el resultado demasiado. El estudio no
da ninguna información sobre la situación lingüística en las ciudades8 o entre gente joven. El
número de informantes es limitado; diez informantes del sur y doce del norte. Por otro lado,
los informantes son de la misma edad en el sur que en el norte y la representación de los sexos
es igual en ambos casos. Su dispersión geográfica dentro de cada provincia también es
satisfactoria. Además, como ya hemos detallado en el apartado 9.5, los temas discutidos en las
entrevistas son tomados del mismo patrón. Las entrevistas norteñas son en su mayoría algo
más viejas que las del sur; fueron hechas en 1993 y 2005, mientras que las de Granada y
Almería son de 2013. Sin embargo, parece muy poco probable que el uso de arabismos en el
norte pudiera haber aumentado durante los años intermedios, así que la diferencia de edad de
las entrevistas no afecta el grado de certeza para la respuesta de nuestra pregunta principal.
Por consiguiente, parece lícito afirmar que el lenguaje en las entrevistas es representativo
de la gente mayor en ambientes rurales en las respectivas provincias. Si descartamos el azar,
el único factor que vemos que podría causar la diferencia en el uso de arabismos entre los dos
grupos geográficos del estudio es el diatópico; se percibe todavía, según esta investigación,
una mayor utilización de palabras hispanoárabes en el antiguo reino granadino que en
Asturias y Cantabria.
En el apartado 3.2 discutimos la nivelación dialectal, un proceso que, según Penny (2000)
y Auer (1998), disminuye paulatinamente la diferencia entre los dialectos, y entre cada
dialecto y la variedad estándar, en la sociedad moderna europea. Nuestra investigación indica
que esta nivelación todavía no ha eliminado la diferencia en el uso de arabismos entre los
dialectos rurales de las comarcas del estudio, al menos no en el habla de la gente mayor. Si
estudiamos los factores que, según escribe Auer (1998), trabajan a favor de tal nivelación, y
los comparamos con lo que aprendemos de las entrevistas sobre la historia vital de los
informantes del estudio, no parece extraño que ciertas diferencias hayan sobrevivido. La
modernización del modo de vivir es algo que recién ha llegado a sus pueblos, y en muchos
casos aún de una manera limitada. La movilidad personal ha sido muy restringida para la
mayoría de los informantes; tres han trabajado un par de años en otros países europeos, un
hombre hizo su servicio militar cerca de Madrid, pero los demás se han quedado toda su vida 8 Podemos hipotetizar una diferencia menos evidente entre las ciudades del sur y las del norte en
comparación con la que observamos en ambientes rurales, ya que los campos lingüísticos con mayor
diferencia en el uso de arabismos, según nuestro estudio, son la agricultura y la naturaleza.
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en la vecindad de su lugar de nacimiento, a veces con la excepción de excursiones breves,
como un viaje de luna de miel durante tres o cuatro días a Sevilla para una granadina y a
Oviedo para un asturiano. La educación ha sido escasa, en los casos típicos tres o cuatro años
de escuela primaria; varios de los informantes afirman que no saben escribir, y un hombre del
pueblo de Ventorros en Granada se caracteriza como “un analfabeto a fondo”. La televisión
tiene cierta presencia en sus vidas; algunos de ellos ven telenovelas con regularidad. Nadie
dice que lee periódicos, nadie parece utilizar Internet. A pesar de la supuesta centralización
del estado, Madrid les parece lejana a los informantes.
Si hiciéramos el mismo tipo de estudio dentro de 50 años, ¿deberíamos esperar el mismo
resultado? Vemos en las transcripciones de nuestro corpus que los factores que, según Auer
(1998:1-2), favorecen la nivelación dialectal están más presentes en las vidas de los niños y
nietos de los informantes que en las de los informantes mismos. Tienen mejor educación,
aunque normalmente no a nivel universitario. Son más móviles, aunque la gran mayoría se ha
quedado dentro de su provincia natal y algunos incluso en su pueblo de infancia. En los
bastantes pocos casos en los que recibimos descripciones detalladas de sus vidas, estas vidas
parecen más modernas, con coches y otras herramientas para aumentar la movilidad y
disminuir la labor manual.
Otro factor, mencionado por Skevin (2016) y referido en el apartado 3.2 arriba, que puede
conducir a una nivelación dialectal es la desaparición o pérdida de importancia en la sociedad
moderna de fenómenos u objetos que tienen nombres dialectales. Si escrutamos nuestra lista
de arabismos, hay unos pocos que podrían desaparecer por esta razón. La maquila como
método para pagar al molinero es un ejemplo. Otros podrían volverse menos interesantes para
las nuevas generaciones; si el interés por plantas medicinales desapareciera, el conocimiento
del uso de la albarraz, y quizás del nombre de esta planta, podría desvanecerse. Para la
mayoría de los arabismos, sin embargo, esta pérdida de interés por los propios fenómenos
parece menos probable.
Quedan los factores ideológicos, que también discutimos en el apartado 3.2: por una parte,
tenemos el prestigio de la variedad estándar de la lengua, mencionado por Penny (2000) y
Skevin (2016), por otra, el deseo de mostrar una identidad regional. Es bien conocido que hay
un movimiento regionalista visible y audible en España igual que en varios otros países
europeos.
Si resumimos lo arriba discutido, parece probable que las diferencias entre las variedades
rurales del viejo reino granadino y las provincias norteñas vayan a disminuir, pero que todavía
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podamos percibir cierta diferencia entre estas variedades, y en su uso de arabismos, en 50
años.
11. Conclusión
Nuestra investigación demuestra que todavía se percibe un mayor grado de utilización de
palabras hispanoárabes en el habla de gente mayor en ambientes rurales del viejo reino
granadino en comparación con el de personas del mismo tipo en Asturias y Cantabria. Por lo
que sabemos, esto no ha sido demostrado antes en estudios cuantitativos. Por lo tanto,
podemos confirmar, en lo que concierne a las regiones de nuestro estudio, el comentario
general de Candau de Cevallos (1985:90), citada en el apartado 5, de que se nota más la
influencia léxica árabe en el sur que en otras regiones de España. La diferencia entre nuestros
dos grupos de informantes es especialmente obvia en los campos lingüísticos de la agricultura
y la naturaleza. Es la consecuencia de dos rasgos lingüísticos que distinguen a los granadinos
y almerienses de los asturianos y cántabros: los del sur usan arabismos en casos en los que los
norteños escogen sinónimos o expresiones con palabras que no vienen del árabe, y los
fenómenos típicos de Granada y Almería son a menudo nombrados con palabras
hispanoárabes, mientras que los típicos del norte se nombran con palabras con otras raíces.
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Bibliografía
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Universidad de Granada.
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Berlin: De Gruyter. Vol. 32, issue 1/2. 1-9.
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Andalucía: Teoría y textos. Madrid: Iberoamericana.
Cómez Ramos, R. (2001). Los constructores de la España medieval. Sevilla: Universidad de
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Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Atlas Lingüístico de la Península