UN PUEBLO EN LA MEMORIA.TRANSITANDO POR LOS RECUERDOS DE
SANTIAGO DE LUCANAMARCA- AYACUCHO
El olvido est tan lleno de memoriaque a veces no caben las
remembranzasy hay que tirar rencores por la bordaen el fondo el
olvido es un gran simulacronadie sabe ni puede /aunque quiera/
olvidarun gran simulacro repleto de fantasmasesos romeros que
peregrinan por el olvidocomo si fuese el camino de santiago.
Mario Benedetti, El olvido est lleno de memoria.
Cuando las sociedades desean recordar algn suceso escogen
aquellas que dejaron huellas, marcas en el colectivo social. Esas
que se convirtieron en emblemticas. En hechos simblicos.
Acontecimientos que nos permiten volver a mirar el pasado desde el
recuerdo, la memoria de sus protagonistas, leer sus historias y sus
interpretaciones de lo ocurrido.
Manero y Soto (2005: 173) siguiendo la lnea de Aug mencionan que
el pasado, entendido no como algo terminado sino como un proceso en
continua construccin, es un elemento que dota de sentido a la
realidad social y participa de los modos en que los sujetos
significan y dan sentido al mundo que les rodea. En efecto, los
testimonios que permitieron reconstruir lo que sucedi el 3 de abril
de 1983, fueron recogidos recin el 2002 a raz de las
investigaciones que llevaba a cabo la Comisin de la Verdad y
Reconciliacin (CVR). Es decir, se basaron en los recuerdos del
pasado en tanto seguan constituyendo parte de la realidad
actual.
Ulfe (2013:56) menciona que el testimonio es la representacin
oral de la experiencia que puede ser individual o representar un yo
plural, colectivo. En el caso de Lucanamarca podramos hablar-
siguiendo a Halbwachs (1991 citado en Manero y Soto 2005: 182)- de
una memoria colectica [] que agrupa a las memorias individuales,
pero no se confunde con ellas. sta (la memoria colectiva)
evoluciona siguiendo sus leyes, y si ciertos recuerdos individuales
penetran tambin algunas veces en ella, estos cambian de figura a
partir de que son emplazados en un conjunto que no es ya una
conciencia personal. Como se ver ms adelante, los testimonios
individuales, en algunos casos muestran diferentes discursos
elaborados ya no desde los individuos sino desde la colectividad.
En algunos casos expresan negociaciones acerca de qu decir sobre
algunos hechos. A travs de los testimonios tambin podemos ver cmo
l@s sobrevivientes se reconocen como vctimas, pero ante todo, como
sujetos activos que elaboran sus propios discursos y que buscan ser
visibilizados ante la historia y el Estado.
Cansados ya de su voz se dejan morir en un rincnmendigando
compasin,ya no caminan ahora ya no,ya no queda qu decir y el
silencio tuvo que admitir que no quedo nada ms ni los recuerdos
para olvidar.
ViviendoDanitse Palomino
La CVR define como masacre el asesinato colectivo mltiple
cometido con gran crueldad contra personas en estado de indefensin
en forma concurrente con otras modalidades de violaciones de los
derechos humanos como torturas, mutilaciones u otras que se
encuentren en las mismas circunstancias de tiempo y lugar (CVR Tomo
V 2003: 26). Masacre es, tal vez, el concepto ms cercano para
describir los sucesos ocurridos el fatdico 3 de abril de 1983 en
Santiago de Lucanamarca, un distrito que pertenece a la provincia
de Huancasancos, en la regin Ayacucho. Est conformado por los
anexos de San Jos de Huarcaya, San Antonio de Julo, Santa Rosa de
Ccocha, La Merced de To, Asuncin de Erpa y San Martn de Tiopampa a
una altitud de 3.400 msnm.
Las razones del por qu el Partido Comunista del Per - Sendero
Luminoso (PCP-SL) se asienta en Lucanamarca pudo deberse a que la
comunidad se sita en la cima de un cerro y si uno se sita en la
cima tiene una visin controladora de toda la zona (Sarmiento
1998:55 citado en Ulfe 2013: 33). A esto hay que aadir que SL para
legitimar su discurso y conquistar el apoyo de las comunidades
bajas del ro Pampas aprovech las diferencias socioeconmicas
existentes entre estas comunidades y la zona altoandina de
Huancasancos (Aroni 2006:272). Debido a su geografa, en las alturas
de Lucanamarca se desarrollaba la ganadera, lo que propici el
desarrollo de una lite ganadera que mantena relaciones de
servidumbre con l@s pobladores/as de las partes bajas del ro Pampas
que eran vistas como pobres.
El ingreso del PCP-SL se realiz de manera paulatina en los aos
setenta, primero en Huancasancos en el colegio Los Andes a donde
asistan l@s hij@s de la lite de Lucanamarca. Este colegio se
convirti en un centro de adoctrinamiento donde profesores de la
zona egresados de la UNSCH y que pertenecan al Comit Zonal Central
del PCP-SL dictaban clases (cfr. CVR, tomo VII 2003). A inicios de
los aos ochenta, la ideologa senderista comienza a calar en algn@s
jvenes de Lucanamarca aprovechando los conflictos intracomunales y
las diferencias econmicas. Por ello el discurso senderista tiene
mayor llegada entre quienes posean menor cantidad de tierras y
ganados (Ulfe 2013:34).
El PCP-SL hace oficialmente su entrada en Lucanamarca en
1982[footnoteRef:1] procedentes de Huancasancos y nombran a los
hermanos Olegario camarada scar, Nicanor y Gilber Curitumay (todos
comuneros de Lucanamarca) como mandos senderistas locales. Al
principio algn@s pobladore/as apoyan las acciones del PCP-SL. Sin
embargo a medida que su presencia desembocada en abusos contra la
poblacin, est@s comienzan a organizarse para hacerles frente,
siguiendo el ejemplo del levantamiento en contra del PCP-SL en
Sacsamarca. [1: La reconstruccin de los hechos es tomada del
Informe final de la Comisin de la Verdad, Tomo V y VII: 2003 y de
las entrevistas realizadas por Ulfe (2013).]
El 24 de febrero de 1983 una patrulla del ejrcito incursiona de
manera sorpresiva en Lucanamarca. Los senderistas presentes en la
localidad se repliegan. Hubo un enfrentamiento y muere un
importante mando senderista, el camarada Nelson. Una vez controlada
la situacin, el Ejrcito nombra nuevas autoridades en la zona y
exhorta a la poblacin a rebelarse contra el PCP-SL, tomar preso al
(c) Oscar, importante lder local del PCP-SL de la zona y entregarlo
al Ejrcito o, en todo caso, matarlo. De lo contrario, el Ejrcito
arrasara con la poblacin. Frente a esta disyuntiva, la poblacin
decide enfrentarse a Sendero Luminoso.
El 22 de marzo un grupo de comuneros detiene a Olegario
Curitumay (c) scar y lo conducen a la plaza para decidir su suerte.
En este punto hay dos versiones sobre cmo es presado y ejecutado.
Algun@s mencionan que fue la poblacin la que decidi condenarlo y
otra, que fueron los propios colaboradores de scar quienes lo
matan. scar muere debido a los golpes que recibe de la poblacin
enardecida, que arremete con palos y tiraran de sus cabellos hasta
dejarlo inconsciente. Luego pusieron su cuerpo sobre una ruma de
ichu, le echaron kerosene y le prendieron fuego. Todos estos
sucesos ocurren frente a su familia, quienes deciden no actuar por
el temor a correr la misma suerte.
Entre lo ocurrido el 22 de marzo y el 3 de abril hay versiones
encontradas. La CVR (2003), recoge la versin de l@s pobladores/as
que mencionan que los padres y herman@s de Olegario Curitumay (c)
scar, se habran retirado hacia la zona de Vilcanchos (distrito de
la provincia de Vctor Fajardo) para, juntamente con la base
subversiva de estos lugares, organizar la respuesta. Mientras una
versin refiere que fueron los padres de scar quienes fueron a
Vilcanchos (buscando a su hijo Wilber (c) Curacha presuntamente
integrante de SL) a dar cuenta de lo que sucedi a la base
subversiva y planificar la respuesta, otra versin refiere que
habran sido sus herman@s los que planificaron la accin con la base
de Vilcanchos (Tomo V: 64).
Sin embargo, Ulfe (2013) recoge la versin de la hermana poltica
de Olegario, la seora Envenciana Huancahuari y de Honorio Curitumay
quien seala que fueron nueve senderistas muertos en diferentes
momentos, seis muertes ocurridas los das previos a la de su hermano
y tres en los das posteriores. Estos muertos no aparecen ms en la
historia que narra la comunidad. La culpa del ingreso de Sendero a
Lucanamarca se centra en Olegario y su familia (p. 69). As mismo
Honorio refiere que su cuada (esposa de su hermano Baldomero), le
comunica que despus de la muerte de Olegario, acusan a su padre
(Zenn Curitumay, que segn versin de su familia solo fue a su
chacra) de planificar la masacre con la base senderista de
Vilcanchos (p. 60).
A pesar de las contradicciones, todos coinciden que la muerte
del (c) scar fue el motivo principal de la arremetida contra ell@s
por parte del PCP-SL. Pero tambin hay que sealar que las muertes de
altos mandos senderista en otros pueblos como Sacsamarca y
Huancasancos, a quienes los senderistas consideraban como zonas
liberadas, precipit la decisin de atacar a la comunidad.
Frente al uso de mesnadas y la accin militar reaccionaria
respondimos contundentemente con una accin: Lucanamarca, ni ellos
ni nosotros la olvidamos, claro, porque ah vieron una respuesta que
no se imaginaron [...] ah lo principal fue hacerles entender que
ramos un hueso duro de roer, y que estbamos dispuestos a todo, a
todo [...]
Abimael Guzmn, entrevista hecha por El Diario, 1988.
El domingo 3 de abril de 1983[footnoteRef:2] una columna
senderista de aproximadamente sesenta personas al mando de
Hildebrando Prez Huaranca (c) Horacio, integrada por algunos
miembros de la propia comunidad de Lucanamarca y otros, en su
mayora, venidos de afuera, entran al distrito con el propsito de
aniquilar a su poblacin, con carcter de sancin ejemplar por haberse
rebelado contra el PCP-SL y haber colaborado con las FF.AA. Todos
estaban armados con hachas, machetes, cuchillos y armas de fuego e
iniciaron sus acciones alrededor de las 8 am en la zona de
Yanacollpa, detiene a 29 personas entre hombres, mujeres y ni@s,
l@s conducen a la casa del comunero Antonio Quincho y los atacan
brutalmente con hachas, machetes y armas de fuego. Por ltimo, los
subversivos rociaron agua hirviendo sobre sus cuerpos y aseguraron
la puerta de la vivienda con un candado. Dos das despus descubren
los cuerpos y encuentran el escalofriante escenario: [2: Los hechos
que se narran a continuacin son tomados del Tomo VII del Informe
Final de la CVR (2003: 39-42). Los testimonios sern transcritos tal
y como aparecen en el Informe y se citar el nmero del
expediente.]
[...] con las manos y los pies amarrados, hasta las trenzas
salidas de las seoritas, a quienes los haban cortado con hacha,
cuchillo, pico, incluso les haban echado agua caliente...
encontraron a los nios quemados sus manitos, caritas, [...] a los
nios recin nacidos les haban sacado las tripas y pisado sus cabezas
hasta que salgan sus sesos. [footnoteRef:3] [3: CVR. Testimonio
203159. Provincia Huancasancos, distrito Santiago de Lucanamarca,
18 de julio de 2002]
El seor Alberto Quincho junto otros familiares sacan los cuerpos
y los entierran en una pampa cercana. Despus de estos hechos, los
senderistas se dirigen al paraje de Ataccara, capturan a Nstor
Garayar Quispe, quien se encontraba en las pampas cercanas pastando
su ganado y junto a su esposa e hijo los asesinan con golpes de
hacha.Luego se dirigen hasta el paraje de Llacchua, donde
asesinaron a ocho personas. El seor Rolando Misaico Evanan relata
que el ataque se produjo cuando se encontraba con su hermana en el
ro lavando ropa. Cuando retorn a su domicilio, encontr muerto a su
hermano, Fausto, y a su madre, Felcitas, quien haba recibido un
hachazo y agonizaba tendida en el suelo[footnoteRef:4]. [4: CVR.
Testimonio 201153. Provincia Huancasancos, distrito Santiago de
Lucanamarca, 16 de marzo de 2002.]
Unos de los pobladores, Elas Tacas que vena de Ataccara, se
dirige al mediadoda a la zona donde pobladores de Lucanamarca
estaban en una faena comunal, para informarles sobre la presencia
de los senderistas. Ante esta situacin, los comuneros formaron un
grupo de 13 varones, en su mayora jvenes, a quienes enviaron con
direccin a las zonas altas con la finalidad de indagar sobre lo que
estaba ocurriendo, mas no a enfrentarse con los subversivos. El
grupo restante de comuneros regres al pueblo.La columna senderistas
los embosca cerca de Muylacruz y los obligan a tenderse en el piso
para despus dar muerte a diez de ellos. Los hermanos Cirilo y
Baldomero Curitumay y Fidencio Quichua lograron escapar ilesos en
circunstancias no esclarecidas. Algunos testigos atribuyen este
hecho a que Cirilo y Baldomero Curitumay eran parientes de Glber
Curitumay, hermano de los mandos locales Olegario y Nicanor
Curitumay, asesinados el 22 de marzo, quien habra integrado la
columna senderista.Finalmente alrededor de las 4 pm, los
senderistas entran al pueblo de Lucanamarca. Algun@s comuner@s se
percataron que eran los subversivos e intentaron escapar hacia
zonas altas, pero fueron atacad@s por los senderistas que portaban
armas de fuego. Despus de ingresar al pueblo, los subversivos se
dividieron en varios grupos, algunos de los cuales habran
permanecido en las afueras como vigas, mientras que otros habran
ido a buscar a determinadas personas directamente a sus domicilios
- algunos testimonios hacen referencia a la presunta existencia de
una lista en poder de los sediciosos- . Los senderistas, con apoyo
de vecin@s de Lucanamarca - Ulfe (2013) recoge la versin donde se
afirma que algunos subversivos llegaron das antes para ultimar los
detalles de la masacre y que ese da se hicieron pasar por
comuneros- , invocaban a la poblacin a no huir.L@s pobladores/as
que no lograron huir fueron conducidos por aproximadamente treinta
subversivos hasta la plaza de Lucanamarca. En este lugar los
senderistas separaron a los varones adultos de las mujeres y l@s
ni@s. Los varones fueron obligados a tenderse en el piso frente a
la iglesia, mientras que las dems personas permanecieron en una
esquina cerca del antiguo local municipal. De acuerdo a los
testimonios de l@s sobrevivientes, los varones adultos fueron
asesinados con hachas, machetes, piedras y armas de fuego. El
sobreviviente Marcelino Casavilca relata que:[...] ah realmente nos
hace agachar, diciendo: ustedes pobres miserables queran escapar
diciendo, ahora tienen que recibir castigo ac, nos han hecho manos
amarrados en el cuello ah. Cuando estuve echado, me manda con una
bala, con eso me he quedado desmayado, y ac toda esta parte del
brazo est roto, en el cuello con cuchillo despus me han matado, ya
muerto he quedado, no me daba cuenta ya [...][footnoteRef:5]. [5:
COMISEDH: Testimonio brindado en Lucanamarca el 18 de julio de
2002.]
Cuando los subversivos pretendan continuar con la masacre, el
nio Epifanio Quispe Tacas, alerta con gritos de la llegada del
ejrcito. Al escucharlos los senderistas se retiran no sin antes
saquear y quemar el local municipal, la oficina de correos, as como
algunas viviendas y tiendas. Al retirarse los senderistas, las
mujeres corrieron hasta el lugar donde yacan los cuerpos de sus
familiares para auxiliarlos. Sin embargo, vieron un panorama
aterrador; la mayora de sobrevivientes no saba qu hacer; varias
personas an con vida agonizaban ante la mirada impotente de sus
familiares, algunas fueron atendidas tan slo con agua y pastillas
para el dolor, mientras que otras sencillamente moran. El seor
Marcelino Casavilca declara que cuando se levant vio a todos a su
alrededor muertos:[...] hasta sus sesos estaban pegados en las
paredes, toda la sangre haba chorreado, sus narices partidas, las
cabezas partidas [...][footnoteRef:6] [6: CVR. Testimonio 203163.
Provincia Huancasancos, distrito Santiago de Lucanamarca, 18 de
julio de 2002.]
De la misma forma, la seora Envenciana Huancahuari relata que al
reincorporarse, fue a buscar a su esposo Gliserio Rojas:[...]
cuando me acerqu, estaba convulsionando, an con vida, tena la boca
partida por el hacha, parte de la masa enceflica estaba fuera del
crneo, porque su cabeza estaba partida en cuatro [...] algunos
rganos del pecho haban sido retenidos en la ropa, cuando quise
levantarlo de un brazo, ya no lo tena, estaba separado del
cuerpo.[footnoteRef:7] [7: CVR. Testimonio 200492. Provincia
Huancasancos, distrito Santiago de Lucanamarca, 26 de marzo de
2002.]
Al terminar el da, 69 personas, varones, mujeres y ni@s haban
muerto a manos de los senderistas. Das despus se arm un operativo
para capturar a los culpables y entre los detenidos estaban Ral
Allccahuamn y Flix Quichua, hijos de pobladores/as de Lucanamarca,
que confesaron haber participado en la masacre. Los policas se los
llevaron y presuntamente los trasladaron con destino a la base
militar de Totos. Nunca ms se supo de ellos.Aos despus, en una
entrevista para El Diario Abimael Guzmn Reinoso reconoce que la
masacre en Lucanamarca fue una orden directa de la Direccin
Central:Frente al uso de mesnadas y la accin militar reaccionaria
respondimos contundentemente con una accin: Lucanamarca, ni ellos
ni nosotros la olvidamos, claro, porque ah vieron una respuesta que
no se imaginaron, ah fueron aniquilados ms de ochenta, eso es lo
real; y lo decimos, ah hubo exceso, como se analizara en el ao 83,
pero toda cosa en la vida tiene dos aspectos: nuestro problema era
un golpe contundente para sofrenarlos, para hacerles comprender que
la cosa no era tan fcil; en algunas ocasiones, como en sa, fue la
propia Direccin Central la que planific la accin y dispuso las
cosas, as ha sido... [...] ah lo principal fue hacerles entender
que ramos un hueso duro de roer, y que estbamos dispuestos a todo,
a todo [...][footnoteRef:8] [8: Presidente Gonzalo rompe el
silencio. Entrevista en la clandestinidad. El Diario, Lima, 1988,
pp. 40-41.]
Tambin los principales lderes senderistas actualmente detenidos,
como Elena Iparraguirre, Osmn Morote y Martha Huatay han admitido
la responsabilidad del PCP-SL por estos hechos, aunque para ellos
todo de trato de excesos. Como parte de las investigaciones de la
CVR, se realiza las exhumaciones en noviembre del 2002 en ocho
sitios y en cinco cementerios. Los resultados de los anlisis
forenses concluye entre otras cosas que; dieciocho de las vctimas
fueron nios entre los seis meses y los diez aos de edad, mientras
que ocho fueron adultos mayores entre los cincuenta y setenta aos
de edad y 11 mujeres - algunas de ellas en estado de gestacin -
entre los 13 y los 49 aos de edad, a partir de lo cual puede
afirmarse que ms de la mitad de las vctimas asesinadas eran
personas que no posean capacidad plena para defenderse y, por
tanto, no representaban peligro para la vida o integridad de los
perpetradores (CVR Tomo VII 2003:42).Las conclusiones de la CVR
sobre el caso Lucanamarca se centraron en los testimonios relatados
anteriormente. Sin embargo poco se sabe de lo que ocurri al da
siguiente. Mara Ulfe recoge el testimonio de una sobreviviente que
nos permite conocer cul fue la reaccin inmediata de los pobladores
antes de la llegada del ejrcito.Envenciana Huancahuari, era hija
adoptiva de Mara Allauca y Zenn Curitumay y por lo tanto hermana
poltica de los hermanos Curitumay, militantes de Sendero Luminoso,
que murieron el 22 de marzo, a manos de los pobladores de
Lucanamarca. Ella relata que al da siguiente de la masacre, tomaron
prisioneros a sus padres y en una asamblea comunal deciden matarlos
(cfr. Ulfe 2013): ese da domingo fue la masacre y el da lunes a mis
padres lo haban matado la gente del pueblo, despus de hacer una
asamblea, solo al da siguiente fue haciendo asamblea que lo mataron
a mis padres. A mi mam la haban ahorcado a la pata de la banca del
Consejo dentro del Consejo, y mi padre haba demorado porque habr
demorado cuando lo llamaron. Uno por uno los haba ahorcado
llevndolos y a mi madre le haba visto que haba sido ahorcada y que
todava intentaba salvarse, y viendo eso haba corrido mi padre a
pedir auxilio. En eso alguien lo haba adelantado, lo haba golpeado
con hacha, ese que lo golpe es Tefilo X, que en la actualidad est
vivo, me dicen que est en Ica, los dos han escapado despus de hacer
eso y Timoteo Y lo haba agarrado del brazo ese Timoteo vive en el
mismo pueblo, ese es todava profesor, en eso dice que la poblacin
que estaba en la asamblea se haba escapado con admiracin. Ah dice
que mi padre estuvo tirado en la puerta de Consejo chorreando
sangre. (Envenciana Huancahuari, Centro de Informacin de la
Defensora del Pueblo, testimonio ante la CVR, 2002, tomado de Ulfe
(2013:70)
Como consecuencia de estos hechos ella decide irse de
Lucanamarca debido a que tambin reciba muchas amenazas. Como ya se
describi lneas arriba, la familia Curitumay fue estigmatizada y
discriminada. Sobre ell@s recay la culpa de la reaccin del PCP-SL
contra el pueblo. Pero tambin hay otros casos similares a
Envenciana en Lucanamarca, posiblemente de familiares de los otros
jvenes subversivos que participaron en la masacre. Estas historias
no se conocen y parecen que estuvieran condenadas al olvido.
La ignorancia y la amnesia son el fin de toda civilizacin, ya
que sin educacin no hay arte y sin memoria no hay justicia.
Jordi Savall, 2014.
Y as Lucanamarca se convirti en un caso emblemtico. En un smbolo
de resistencia, aunque para el Estado Lucanamarca emerge como lugar
y poblacin en el momento de la masacre ocurrido el 3 de abril de
1983 (Ulfe 2003: 15). La incursin del PCP-SL provoc trastornos
irreparables en el tejido social de la comunidad. En la masacre se
perdi a una generacin de jvenes que seran en la actualidad l@s
lderes del pueblo. Se trunc procesos de desarrollo y lo que dej en
su lugar fue desconfianza, temor y resentimientos que an afloran en
l@s comuner@s. El 3 de abril qued marcado en la conciencia social
como una cicatriz que an hoy, 32 aos despus de lo ocurrido, nos
sigue recordando hasta qu punto se puede llegar en la vorgine de la
violencia. Por el caso Lucanamarca, la cpula central del PCP-SL fue
condenada a cadena perpetua. Como parte de las acciones del Estado
en materia de Reparaciones sociales y simblicas, el 10 de enero del
2003 se realiz la entrega de los cuerpos de las vctimas a sus
familiares y el 3 de abril de ese mismo ao se llev a cabo el
entierro en el cementerio de Santiago de Lucanamarca. Tambin se
dispuso la construccin de un monumento en honor a los fallecidos
durante el periodo del conflicto armado interno, que inclua los
nombres de los senderistas muertos (Fig. 1). El director de cine
Hctor Glvez realiz un documental sobre el caso y lo proyect en la
comunidad. Cuentan que al termin de la proyeccin una seora se acerc
al hermano de uno de los senderistas y le pidi disculpas por todo
lo que la comunidad haba hecho contra l y su
familia[footnoteRef:9]. Es difcil creer que despus de tanto dolor
exista un nimo, aunque sea mnimo, de considerar como vctimas a
todos los que murieron antes y despus del 3 de abril. [9: Para
mayor informacin vase Ulfe (2013).]
Es difcil, porque Lucanamarca no fue solo el 3 de abril. No solo
fue el pueblo heroico que se revel ante Sendero Luminoso, es tambin
el pueblo donde murieron los padres de Envenciana, vctimas
inocentes de la violencia y donde ella y su familia padecieron los
estigmas de sus propios vecinos, dolidos por la masacre de sus
familias. Madres viudas, ni@s hurfan@s, padres sin hij@s, niet@s
sin abuel@s, ancian@s sin familia, fue el resultado de una decisin
tomada a miles de kilmetros por personas que nunca sufrieron el
conflicto y que solo se limitaron a observarla, como quien mira una
escena lejana. Ell@s exacerbaron los problemas internos comunales
para enfrentar a la misma poblacin, por ello algunos miembros de la
misma comunidad fueron partcipes de la masacre. Alguna vez le un
documento - que me es difcil citar- y que deca no existe la clase,
el pueblo ni los pobres en abstracto. Existen los pueblos, las
clases y los pobres en concreto, moldeados por su historia y su
cultura, con sus potencialidades y limitaciones. Ni idealizables ni
vituperables. Y esas gentes de carne y hueso tienen que hacer y
vivir su propia historia y no hacerlo otros en su nombre.
Ay, la vida!Se me est yendo como se fue mi suerte,poquito a
poco, pero eso no me har llorar;a m, jams, me acobard la
muerte.
El olvidoAutor: Hugo Almanza.
Fig. 1: Monumento en memoria de las vctimas del conflicto armado
interno, ubicado en la plaza de Lucanamarca. Fuente: Ulfe
(2013:40).
BibliografaARONI, Renzo Salvador2006 Aprendimos a vivir con los
senderistas y militares: violencia poltica y respuesta campesina en
Huamanquiquia, 1980-1993. En: Investigaciones Sociales, Ao X, N 17.
Lima: UNMSM/IIHS, pp. 261-284
COMISIN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIN2003 Informe final. Tomo V:
Cap. 2: Historias representativas de la violencia. Tomo VII: Cap.
2: Los casos investigados por la CVR. Lima.
MANERO, Roberto y SOTO, Maricela2005 Memoria colectiva y
procesos sociales. En: Enseanza e investigacin en psicologa, Vol.
10, N 1. Mxico: Consejo Nacional para la enseanza en Investigacin
en psicologa, pp. 171-189. Disponible en:
http://www.redalyc.org/pdf/292/29210112.pdf .
ULFE, Mara Eugenia2013 Y despus de la violencia que queda?
vctimas, ciudadanos y reparaciones en el contexto post-CVR en el
Per, 1ra ed. Buenos Aires: CLACSO.