Trujillo, territorio de resistencia Laura María Cartagena Algarra Trabajo de grado para optar por el título de Comunicadora Social Énfasis en periodismo y medios audiovisuales Director: Jorge Iván Posada Duque Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Comunicación y Lenguaje Carrera Comunicación social Bogotá 2016
69
Embed
Trujillo, territorio de resistencia Laura María Cartagena ...
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
Trujillo, territorio de resistencia
Laura María Cartagena Algarra
Trabajo de grado para optar por el título de Comunicadora Social
Énfasis en periodismo y medios audiovisuales
Director:
Jorge Iván Posada Duque
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Carrera Comunicación social
Bogotá
2016
4
ARTÍCULO 23 “La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los
alumnos en sus trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la
moral católicos y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes
bien, se vean en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.
5
Agradecimientos
A mi padre, por ser un excepcional compañero de aventuras.
A mi madre, por llenarme de fuerza cuando tuve tanta incertidumbre.
A Alejandro, por pasear a Ramona mientras hice la tesis.
A Maria Paula y Verónica, por sus voces de aliento en este camino.
A Nicolás, por estar siempre.
A Jorge Posada, por ayudarme a crecer como periodista y no dejarme dar pasos atrás.
A todas las personas que me compartieron su tiempo y memoria.
6
“I f you tell the truth, you don’t have to remember anything.”
de incerteza se anunció la instalación de la mesa de negociaciones con el ELN, que a la fecha
aún no ha iniciado labores públicamente. Durante el mes de octubre se vivieron distintas
manifestaciones ciudadanas, encabezadas por víctimas y estudiantes, para exigir que se llegue a
un nuevo acuerdo que permita la paz.
La existencia del plebiscito como mecanismo de refrendación de los acuerdos, los resultados de
la jornada electoral, las movilizaciones e, incluso, el clima de incertidumbre, han trasladado la
discusión del ámbito político a la realidad cotidiana, donde se han abierto múltiples debates y
espacios ciudadanos para preguntarse qué se entiende por paz y a qué se quiere llegar a través de
ella. Esto tiene implicaciones importantes en una sociedad en la que el uso de la violencia ha sido
históricamente aceptado como mecanismo de resolución de conflictos, que, gracias a la
implementación desde espacios como la política, lo bélico y lo cotidiano, ha ido generando una
mentalidad en la que es necesaria la destrucción del “otro” (Gómez-Suárez, 2007).
Es precisamente este el verdadero desafío que enfrenta actualmente la sociedad: ser capaz de
reconocer al otro, dialogar con él y revertir su deshumanización, entendida esta última como la
construcción del otro como alguien diferente e inferior que, por ser tal, es merecedor de
comportamientos destructivos suscitados por el odio, la humillación y la crueldad que hacia él se
sienten (Rodríguez, 2007). La deshumanización ha sido una constante en el conflicto colombiano
que se ha manifestado por un lado a través de las acciones de los victimarios y, por el otro, a
través de la legitimación de la violencia hacia las víctimas.
Respecto a los victimarios, el escenario bélico colombiano ha dado paso a la reproducción de
formas de violencia que, si bien no son invenciones propias del conflicto nacional, han
representado manifestaciones de crueldad desmedida y su uso, que implica la deshumanización,
ha ido alcanzando una cierta aceptación en dicho contexto. Los victimarios se han apropiado de
15
prácticas como las torturas, los asesinatos y las desapariciones que dan cuenta de la necesidad de
eliminar al otro. Sobre esto Porcel (2014) afirma que:
Los campos de muerte y desaparición, volviendo en sí misma anónima la muerte,
haciendo imposible determinar si un prisionero está muerto o vivo o dónde está muerto o
vivo, privaron a la muerte de su significado como final de una vida realizada (...) estos
procedimientos arrebataron al individuo su propia muerte, demostrando por ello que nada
le pertenecía y que él no pertenecía a nadie (p.19).
Respecto a las víctimas y los escenarios que las rodean, en muchas ocasiones la comunidad
justifica lo sucedido bajo premisas como: “por algo sería”, “algo habrá hecho”, o “se lo buscó”.
Si la víctima es víctima, es porque por otra parte es perpetradora, tan perpetradora como
el perpetrador agente del Estado de la que es víctima. De este modo, se niega la
subjetividad propia de la víctima: su trabajo de duelo y memoria, sus esfuerzos por
apropiarse de lo sucedido, de conferirle sentido dentro de un proyecto de vida, y se le
impone desde afuera una identidad que no es la suya (Gómez-Muller, 2008, p.27).
Escenarios como el proceso de paz al que se enfrenta hoy el país, además de cuestionar la
deshumanización que está presente en la sociedad producto del conflicto armado, evidencian que
la labor frente a la construcción de memoria y el reclamo de justicia adelantado por las diferentes
organizaciones estatales y colectivos de víctimas se ha desarrollado en un contexto en el que los
crímenes de Estado, los delitos de lesa humanidad y las violaciones a los derechos siguen
teniendo lugar.
En este trabajo se abordará el caso de Trujillo, Valle del Cauca, una población que experimentó
entre 1988 y 1994 un episodio de violencia conocido como la Masacre de Trujillo y que, a pesar
de que dentro de su territorio siguieron habiendo rastros del conflicto en los años posteriores a la
16
masacre, gran parte de los familiares y víctimas se organizaron para desarrollar un proceso de
recolección de memoria, reconocimiento del pasado, capacidad de hablar sobre su propia
historia, de búsqueda de justicia y eliminación de la impunidad que hoy los distingue como uno
de los procesos de memoria con mayor importancia a nivel nacional.
Dicho episodio consistió en la persecución, homicidios, torturas y desapariciones forzadas de
3422 personas habitantes del municipio sin vínculo alguno con actores armados señaladas de
colaborar con la guerrilla. La masacre fue llevada a cabo por grupos paramilitares, el Ejército de
Liberación Nacional (ELN) y el Estado colombiano a través de la Policía y el Ejército nacional.
Los grupos paramilitares que operaban allí, coordinados por Henry Loaiza, alias el Alacrán, y
Diego Montoya, alias don Diego, enfocaron sus actos en la eliminación de testigos, supuestos
colaboradores de la guerrilla y el despojo de tierras, puesto que la zona era estratégica para el
narcotráfico debido a su cercanía al Chocó y a puntos como el Cañón del Garrapata, que eran las
principales salidas de la droga hacia la costa pacífica.
Las acciones de estas estructuras concentraron el 40,8% de las víctimas y su objetivo principal
era expandir sus propiedades y proteger sus laboratorios de droga. La Fuerza Pública, por su
lado, fue responsable del 51% de las víctimas documentadas hasta el año 2008, con la diferencia
de que el Ejército centró sus acciones en la contrainsurgencia y simpatizantes, mientras que la
Policía realizó limpieza social y eliminación de testigos3. Estos dos actores crearon una alianza
bajo la que actuaron conjuntamente en contra de la población. Al ELN se le atribuyen
extorsiones a narcotraficantes y emboscadas al Ejército Nacional.
2Numero de victimas que reclama la Asociación de Familiares de Victimas de Trujillo.
Centro Nacional de Memoria Histórica. Trujillo, una tragedia que no cesa. Editorial Planeta. Bogotá, 2008. p. 47.3
17
1.2. La memoria
Existe la noción general de la relación entre la memoria y el pasado. Sin embargo, hay que
acercarse a ella comprendiendo que no se trata de un proceso histórico y que tampoco tiene el
mismo propósito que la historia porque, si así fuera, el pasado no sería susceptible de las
modificaciones que requiere su construcción (Sánchez, 2006). En ese sentido la memoria
necesita seleccionar aquello que va a ser recordado y preservado para la constitución de una
imagen individual o comunitaria frente a los hechos vividos, enfrentados a un pasado complejo
que no está constituido únicamente por actos de heroísmo sino también de accionares negativos
(CNRR, 2009). Frente a esto, Todorov (2008) afirma que:
La recuperación del pasado es indispensable; lo cual no significa que el pasado deba regir
el presente, sino que, al contrario, éste hará del pasado el uso que prefiera. Sería de una
ilimitada crueldad recordarle continuamente a alguien los sucesos más dolorosos de su
vida; también existe el derecho al olvido (p.40).
Este aspecto deja entrever que la memoria se construye a partir de lo que se considera que debe
entrar en ella y que en la construcción de ese relato existe también la posibilidad de excluir
información, aun cuando se conozca, abriendo espacio a un componente de olvido que es
necesario. Así entonces, se puede hablar de la subjetividad que circunda la memoria porque,
además de seleccionar qué será recordado, los recuerdos vienen de personas que vivieron los
hechos de manera diferente, que se vieron involucradas en mayor o menor medida y que, por
tanto, han construido relatos individuales que difieren entre sí.
18
El impacto de las experiencias produce diversas reacciones en las personas que experimentan
episodios de violencia: algunos recuerdan momentos específicos, otros bloquean todo lo
sucedido. Muchos otros tienen claridad, pero deciden guardar silencio frente a todo aquello que
pueda evocar sentimientos de tristeza, vergüenza o rabia (CNRR, 2009). Como resultado, estos
acontecimientos terminan modificando la identidad de quienes los viven, pues el orden y
contexto en el que se desarrollaban se ve alterado de manera abrupta. Sánchez (2006) afirma que
“La memoria es, en sentido profundo, una forma de resistencia a la muerte, a la desaparición de
la propia identidad” (p.21). Frente a eso, en este trabajo se entenderá la identidad según la
definición que ofrece Hall (2003):
En contradicción directa con la forma como se las evoca constantemente, las identidades
se construyen a través de la diferencia, no al margen de ella. Esto implica la admisión
radicalmente perturbadora de que el significado ‘positivo’ de cualquier término —y con
ello su ‘identidad’— sólo puede construirse a través de la relación con el Otro, la relación
con lo que él no es, con lo que justamente le falta, con lo que se ha denominado su afuera
constitutivo (p.18).
Al tratarse la memoria, en el caso colombiano, de una exploración del pasado en la que está
presente la tragedia y que, por tanto, evoca el sufrimiento por el que han pasado las personas, la
clasificación de recuerdos y su utilidad en la construcción de la narrativa del presente y del
futuro son un ejercicio que debe realizarse teniendo en cuenta que la identidad ha sido sometida a
una fractura y evitando la revictimización, es decir, limitar la identidad de las personas a lo
sucedido. El objetivo del ejercicio de la memoria no es recuperar los hechos en sí, es
configurarlos para posibilitar un diálogo entre las diferentes voces, la reconstrucción de
identidades descentralizadas de los hechos dolorosos y, finalmente, la reconciliación.
19
Hasta este punto es claro un elemento: la subjetividad del individuo en la construcción y
apropiación de los recuerdos que le son inherentes, es decir, su propia memoria: es el individuo
quien ejerce la función de recordar y olvidar. Sin embargo, esta acción se encuentra enmarcada
por elementos espaciales, temporales y culturales que establecen una relación con el Otro,
asentándola en un contexto colectivo en el que la interlocución de experiencias conduce a la
memoria colectiva y esta, a su vez, adhiere a los individuos a la comunidad en la que se
desarrollan.
La necesidad y existencia de la memoria colectiva se manifiesta desde la base de las sociedades a
través, por ejemplo, de los mitos fundacionales que cumplen un rol explicativo sobre el origen de
los pueblos, el de sus costumbres y creencias. En ellos se manifiestan el bien y el mal, lo que es
aceptado y lo que está vedado en el actuar de ese grupo de personas. Estos relatos dan lugar a la
aparición de arquetipos como la representación de la figura heroica, que pone en evidencia los
valores considerados moralmente correctos. En el caso del antagonista, se expone lo contrario:
aquello que no debe ser o hacerse, y el castigo que merece obrar de manera errada.
Los procesos de independencia, siendo hechos históricos, hacen parte también de la memoria
colectiva en la medida en la que se generan figuras cargadas de significados heroicos como los
próceres y los libertadores. De igual manera sucede con las conquistas, en las que aparecen las
figuras del vencedor y el vencido como protagonistas de los relatos que se van conformando y
que se vuelven un pasado común entre los individuos de un territorio, a través del que se genera
adherencia y sentido de pertenencia a lo colectivo. Teniendo en cuenta que la memoria es un
proceso colectivo en el que se manifiestan las subjetividades individuales, que admite
seleccionar las voces que hacen parte de la narrativa, la memoria vendría siendo el resultado de
esas interacciones entre la identidad y las memorias individuales.
20
Al igual que en el sentido individual, la memoria colectiva se enfrenta al reto de seleccionar qué
recuerdos la constituyen, y este es un proceso fundamental, en la medida en la que dicha
narrativa puede ej ercer un rol que en efecto conduzca a reconciliar o, al contrario, a degenerar.
La memoria es relativa al sentido del que se cargue, varios son los ejemplos que ha dejado la
historia sobre usos del pasado en sentidos negativos. Algunas de las situaciones más recientes se
encuentran en el año 1992 y 1994, donde tuvieron lugar episodios de gran escala como el
genocidio en Ruanda y Bosnia, motivados por discursos de venganza que apelaban a tragedias
sufridas por ambos pueblos en el pasado.
En el caso de Ruanda, la memoria y la identidad fueron los agentes desencadenantes de la
persecución de hutus a tutsis con la finalidad de exterminarlos. Durante su historia, los ruandeses
habían compartido el espacio, la lengua, las creencias, la cultura sin problema alguno, aunque
esta distinción entre ser hutu o tutsi se hiciera desde un momento temprano en la sociedad como
consecuencia del dominio belga. Pertenecer a uno u otro grupo conllevaba ciertas connotaciones
en cuanto a los roles sociales que se esperaba que fueran ejercidos, pues normalmente los hutus
se dedicaban al sector agrícola mientras que los tutsis solían contar con más recursos económicos
y, por tanto, contaban con un poco más de estatus social. Sin embargo, esto no representaba un
gran conflicto en la sociedad ruandesa.
Una serie de hechos dentro y fuera del territorio del país, como el asesinato del presidente
Melchior Ndadaye (primer mandatario hutu elegido popularmente), el atentado al avión del
también presidente hutu Juvenal Habyarimana y el asesinato del presidente hutu de Burundi
Cyprien Ntaramyira, contribuyeron a que las tensiones se agudizaran y se desatara el genocidio
en el que el orden de convivencia étnica que había existido se rompió totalmente, llevando a la
muerte de alrededor de 750.000 ruandeses entre tutsis y hutus moderados (como eran conocidos
21
aquellos que estaban relacionados con tutsis), que fueron asesinados por sus propios vecinos con
las armas más rudimentarias como machetes y mazos. Los discursos de odio que se transmitieron
para instar a la ciudadanía a asesinar estuvieron basados en las posiciones sociales de cada una
de las etnias, lo que creó odio de los hutus hacia los tutsis y hacia los “tutsis moderados”, como
fueron llamados los hutus que ayudaron de alguna manera a los tutsis.
En el caso de Bosnia las razones del conflicto fueron étnicas, religiosas, nacionalistas y, a
diferencia de Ruanda, sí había tensiones anteriores que se remontaban a la ocupación del imperio
otomano sobre la región balcánica. Sin embargo, entre 1945 y 1980 dichas disputas religiosas y
nacionalistas fueron controladas cuando se unificó Yugoslavia bajo el gobierno comunista de
Josip Broz Tito, cuyo lema era “Hermandad y unidad”. En este período hubo relativa calma entre
los distintos grupos étnicos, permitiendo incluso los matrimonios interraciales. Durante los 35
años de mandato de Tito, Yugoslavia fue el país comunista con mejores estándares de vida y
mayor libertad para desplazarse a otros países (Markusen y Mennecke, 2004).
Sin embargo, con la muerte del mariscal, la economía del país sufrió un declive: la industria era
obsoleta, por lo que su productividad bajó; los préstamos que había solicitado Yugoslavia para
levantarse de la Segunda Guerra Mundial crearon una profunda deuda nacional que el país no
podía soportar; y el desempleo aumentó, provocando que la calidad de vida de la población
disminuyera dramáticamente. A eso se sumaron las tensiones que llevaron a confrontaciones
armadas entre albanos y serbios en Kosovo, y que dejaron en evidencia la ausencia de un líder
que continuara la unidad que había logrado Tito.
Este vacío motivó la aparición de líderes como el serbio Slobodan Milosevic y Franjo Tudjman
de Croacia, que fueron consiguiendo el poder de territorios a través de enfrentamientos,
22
dominación de entidades como la policía secreta, y la propaganda en los medios de
comunicación. Sin embargo, el arma más contundente fue hacer uso del pasado y apelar a sus
traumas para legitimar la independencia de territorios y, por tanto, la separación yugoslava.
Durante la Segunda Guerra Mundial, ante los ataques de Alemania causados por no permitir la
ocupación nazi en territorio serbio, se formaron tres facciones: los chetniks, que apoyaban el
nacionalismo serbio luchando contra alemanes e italianos; los partisanos, comunistas
multiétnicos comandados por Tito que finalmente ganaron el liderazgo del país, y los ustachas
croatas, que fueron aliados del régimen nazi apoyando su campaña de exterminio contra los
judíos y gitanos, ampliándola a la persecución y genocidio de los serbios. Crearon incluso
algunos campos de concentración en los que sometieron a los serbios a torturas, hambre, trabajo
forzado, asesinatos, y a quienes sobrevivieron los obligaron a convertirse del cristianismo
ortodoxo al catolicismo. (Markusen y Mennecke, 2004).
Milosevic recurría constantemente al pasado argumentando que los croatas podían volver a
cometer un genocidio contra Serbia, exacerbando las tensiones étnicas. Por su lado, Tudjman
introdujo cambios a la constitución que le dieron más poder, por lo que logró reconstruir el
régimen ustacha para perseguir a los serbios y adoptar medidas discriminatorias contra
musulmanes. Finalmente, esta serie de tensiones desencadenan la guerra de Bosnia, donde se
daría un enfrentamiento entre todas las nacionalidades y etnias que llevó al genocidio en el que
83% de las víctimas civiles eran bosnios, 10% eran serbios y el 7% croatas.
Son precisamente estas materializaciones negativas las que evidencian las razones por las que, a
través del tiempo, la memoria colectiva ha sido un elemento de disputa. En Colombia, donde el
conflicto está vigente, estas pugnas siguen teniendo lugar y, en múltiples escenario, tienen
23
consecuencias sobre el presente. Las comunidades se ven enfrentadas a estos escenarios que
sobrepasan el conflicto armado y generan tensiones de fondo en aspectos como la identidad y las
narrativas que constituyen el tejido social.
1.3. ¿Quién construye la memoria?
Teniendo en cuenta que la memoria ha sido presentada aquí como un proceso colectivo en el que
se manifiestan las subjetividades individuales, vale la pena aclarar que ninguna de estas voces
desaparece ante la otra, ambas deben ser reconocidas. La memoria en Colombia se ha gestado
por iniciativa de las comunidades, cuyos miembros a su vez se han ido encontrando y relatando
sus experiencias para lograr tejer los relatos individuales en uno colectivo que ha desafiado
durante años la impunidad y la pretensión de olvido de quienes han cometido crímenes contra la
población civil. A eso se suman los esfuerzos de diferentes instituciones y colectivos que han
puesto a disposición de las víctimas herramientas y condiciones para fortalecer sus procesos.
“Son esfuerzos colectivos que establecen relaciones entre el pasado, el presente y el futuro, y
entre los dolores de las víctimas, los hechos y sus responsables” (CNMH, 2009, p.19).
Respecto a Trujillo, durante y posteriormente a la Masacre, los familiares de las personas
desaparecidas y asesinadas asumieron en principio los hechos como casos aislados sin tener
conocimiento sobre la ocurrencia de más actos similares en el territorio, pues hablar de que esto
había sucedido en el núcleo familiar propio implicaba dos cosas: en primer lugar, el estigma de
tener un familiar guerrillero o colaborador de la guerrilla que por ser tal, a los ojos de la
comunidad, era merecedor de lo que le había sucedido. En segundo lugar, no era posible hablar
del tema de manera libre debido a las amenazas por parte de los paramilitares, que tenían una
fuerte presencia en la zona. Esto dificultaba el encuentro entre personas que atravesaban la
misma situación y, por consiguiente, la exteriorización de los hechos para construir memoria. La
24
intervención del sacerdote jesuita Javier Giraldo y de la Comisión Intercongregacional de
Justicia y Paz facilitó la creación de la Asociación de Familiares de las Víctimas de Trujillo
(Afavit), un grupo de víctimas de la masacre que se organizó para liderar el proceso jurídico y de
construcción de memoria.
A pesar de que la violencia que afectaba al municipio de manera activa hasta hace 5 años, la
narrativa de la memoria construida desde las organizaciones de víctimas y la comunidad está
situada por fuera de la venganza y gira en torno a la reivindicación, reconciliación y a hacer un
llamado en contra de la impunidad. A través de diferentes manifestaciones e iniciativas que se
han ido consolidando como referentes a nivel nacional, la comunidad ha trabajado por esclarecer
la verdad de los hechos, dignificar a las personas que fueron víctimas e interpelar a los
victimarios. Esto ha generado amenazas a los miembros de Afavit, especialmente a sus
presidentes y acompañantes, revelando una pugna por la memoria.
La Iglesia católica, la Comisión Intercongregacional de Justicia y Paz, la Asociación de los
jóvenes de la Orden Perdida, y los propios victimarios son quienes han activa y
estratégicamente buscado construir una memoria o por el contrario una desmemoria de la
tragedia. A través de estas mediaciones, se pasa de los recuerdos testimoniales a una serie de
memorias públicas, dinámicas y cambiantes, algunas en tensión y otras abiertamente en
contradicción (CNRR, 2008, p.174).
1.4. Iniciativas de memoria
La memoria debe ser entendida como un proceso social que en manos de cada comunidad
adquiere un carácter propio que le confiere identidad al proceso colectivo. Teniendo en cuenta
que la construcción de memoria ha sido en la mayoría de los casos un proceso autónomo de las
25
comunidades, sus manifestaciones tienen que ver con los rasgos identitarios y culturales
característicos de cada una de ellas. Examinar dicho aspecto permite entender de qué manera se
relaciona la comunidad y qué elementos considera que deben hacer parte de su relato,
incluyéndolos o apartándolos del mismo. Las iniciativas tienen en ese sentido un carácter
cohesivo, pero “hay en ellas también una posibilidad residual de conflicto latente y de relaciones
de poder dentro de la comunidad” (ICTJ, 2009, p.30).
Las iniciativas de memoria serán entendidas en este trabajo como los canales a través de los
cuales se busca relatar lo sucedido, reivindicar la memoria de las víctimas, denunciar la
impunidad y resistir al olvido. Las distintas formas de manifestación pueden buscar ubicarse en
espacios públicos que tengan impacto a nivel comunitario, nacional e internacional, o en el
ámbito individual como conducto del dolor y del sufrimiento (CNRR, 2009). En este entretejido,
en todo caso, se hace evidente la postura de las comunidades frente a los hechos y cómo los
asumieron a través de cómo hacen catarsis por medio de lo propio: el canto, el bordado, la danza,
el teatro, la pintura, etc. En el caso puntual de Trujillo, han sido seleccionadas algunas de las que
han surgido y han sido promovidas por miembros de la Asociación de Familiares de Víctimas de
Trujillo (Afavit).
Debido a que este se trata de un proceso que busca la visibilidad sobre los diferentes casos, las
iniciativas de memoria en Colombia están pensadas en su mayoría para un público y usualmente
convocan la asistencia de otras organizaciones de derechos humanos, instituciones del Estado,
universidades, y al público en general, para abrir el diálogo sobre la memoria y comunicarlo a
personas externas al proceso. En el caso de Trujillo, la mayoría de las iniciativas buscan
26
interactuar con personas externas al pueblo y a los hechos, sin cerrar la puerta a su propia
población.
Parque monumento y peregrinaciones
El escenario más importante para la memoria en Trujillo es el Parque Monumento, pues es el
epicentro de las manifestaciones y conmemoraciones organizadas por Afavit. Este en sí mismo
representa el resultado de las luchas de las víctimas, puesto que, a raíz de la inefectividad de la
justicia colombiana frente al caso, el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo y la Comisión
Intereclesial de Justicia y Paz denunciaron al Estado colombiano ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos. El fallo de dicha instancia a favor de las víctimas
recomendó medidas que ayudaran a reparar el daño causado por el Estado y entre ellas estaba la
construcción de un momento a las víctimas del Estado y el desarrollo de planes de inversión
social.
A través de la Consejería Presidencial de Derechos Humanos y la Red Nacional de Solidaridad,
el Estado colombiano en cabeza del presidente Ernesto Samper, aportó cien millones de pesos
para la compra del terreno para la construcción del monumento4. Sin embargo, los proyectos
contemplados en el Plan de inversión social con el que se comprometió el Estado no han sido
ejecutados en su totalidad, dejando la compra del terreno destinado al Parque, con una extensión
de 6.3 hectáreas, como uno de los únicos aportes económicos del Estado al caso en ese momento.
La situación ha cambiado con el tiempo y gracias al trabajo de Afavit y a los recursos que ha
4 CINEP/PPP. (2014). Trujillo, la otra versión. Noche y niebla. Recuperado de: http://www.nocheyniebla.org/files/u1/casotipo/Trujillo_la_otra_version.pdf
El reportaje es el género periodístico que busca abordar de manera extensa una temática que no
necesariamente es coyuntural, pero que encuentra su punto de partida en un hecho de interés
general. Es su objetivo profundizar en la noticia, ir más allá del carácter inmediato, responder al
por qué y para qué, explorar tanto los antecedentes como las consecuencias de los
acontecimientos. Esto, sin embargo, implica una amplia investigación que permita establecer lo
que hay más allá de la superficie: debe buscar datos, fechas, cifras, testimonios, descripciones,
etc.
En él están contenidos géneros y elementos del periodismo como la noticia, la entrevista y la
crónica, que son usados en mayor o menor proporción según la función que cumplan en la
historia general que se quiere desarrollar. Otros aspectos relativos al texto, como lo son el
55
tiempo, el espacio, las fuentes, también están a disposición de quien escribe el reportaje según su
intención en el relato. Toro (2000) afirma que “Las estructuras de los reportajes tienden a ser
lineales, pero sus posibilidades de desarrollo están ligadas a su capacidad para integrar estas
rupturas de lenguaje al servicio de su función predominante, que es la de informar” (p.74).
Según Wagner (2000), existen 4 tipos de reportaje en los que se catalogan según su finalidad y su
estilo: descriptivo, narrativo, demostrativo e instructivo. Sin embargo, todos hacen uso de las
mismas herramientas y se basan en los mismos pilares: precisión en la información,
investigación exhaustiva, recurrencia a otros géneros periodísticos, y múltiples fuentes que
permitan contrastar.
Es precisamente este último elemento mencionado, la multiplicidad de voces, el que hace que el
reportaje sea el género seleccionado para este trabajo. Al tratarse este de un relato que busca
acercarse a un proceso de memoria, se encuentra con una multiplicidad de voces y percepciones
sobre el pasado y el presente de la comunidad de Trujillo que no pueden dejar de ser
mencionados si se busca narrar la situación actual del pueblo, como se lo propone este trabajo.
La memoria, como se explicó anteriormente, consiste en la unión de relatos individuales en una
narración colectiva. El reportaje permite explorar de manera más detallada ese encuentro de
voces y observar cómo logran movilizarse para construir uno de los procesos de memoria más
sobresalientes del país. Es en este punto donde se manifiesta la importancia de este trabajo que
permite, de alguna manera, hacer memoria y hacerle seguimiento a un episodio del pasado que
aún hoy en día, transcurridos 28 años, sigue siendo relevante en muchos aspectos para el país.
Este carácter de relevancia le ha valido ser estudiado de manera amplia académica, periodística,
e incluso artísticamente. Sin embargo, no ha habido publicaciones recientes sobre el tema y el
cubrimiento periodístico que se ha dado ha sido en su gran mayoría noticioso, no de seguimiento.
56
Por tanto, el reportaje que se plantea este trabajo ofrece una nueva mirada sobre Trujillo. De
igual manera, la presencia digital de trabajos periodísticos relativos al tema tampoco es muy
amplia, está compuesta en su mayoría por noticias y documentales publicados en el 2008.
2.4. Lo digital como posibilidad para narrar
Las transformaciones que ha sufrido el periodismo a raíz del crecimiento de internet son
innegables. Durante los últimos 20 años, los medios y periodistas de todo el mundo han
experimentado y creado nuevas narrativas a partir de las herramientas, plataformas, y tendencias
digitales que surgen y se reinventan a diario.
En un mundo que avanza a la velocidad del nuestro, lo importante no es disponer de
sistemas de visualización y de pensamiento preconfigurados, sino de saber construirlos y
reconstruirlos al ritmo que nos exigen los cambios y nuestra conciencia. Estamos ante un
tejido de Penélope, pero sin una Penélope que sepa lo que está haciendo y lo que espera.
Todo se teje y desteje a nuestro alrededor, y ante nuestros ojos, de un modo complejo,
sorprendente e inusitado (Pérez, 2014, p.8).
Este contacto indispensable con el internet y sus lenguajes ha hecho que el periodismo incorpore
a sus historias toda suerte de elementos multimedia: las fotografías de alta calidad, el video, la
infografía y el audio son fundamentales en los productos digitales. También ha provocado que a
él se incorporen toda clase de nuevas voces, “La escritura periodística hoy en día es polifónica.
Todo texto está cruzado por elementos provenientes de géneros diferentes” (Toro, 2003, p.28).
En ese sentido, internet se abre como un espacio de diálogo entre quienes crean y consumen
contenidos y su constante intercambio de roles. La audiencia produce, y el productor es a su vez
audiencia. Sin embargo, la diferencia entre generación de contenido y periodismo es clara,
57
aunque usen incluso los mismos recursos para comunicar. El periodista lo es en cualquiera de los
formatos en los que transmita su información y a él le son inherentes ciertos valores relacionados
con la información que deben marcar la solidez de sus productos.
Internet ha inaugurado muchas posibilidades en el ámbito del periodismo y, al mismo
tiempo, ha abierto importantes debates que van desde la importancia de los buenos
contenidos a lo decisivo de una sólida deontología profesional. (Pérez, 2014, p.9).
En esa exploración de distintas voces que se propone este trabajo, el reportaje se encuentra con
lo digital como una manera de ampliar sus recursos para narrar. El lenguaje que ofrece internet
puede resultar clave en la narración de episodios del conflicto armado como la masacre de
Trujillo, precisamente porque permiten que no sea la voz del autor la única que interviene, sino
que participen los protagonistas con sus puntos de vista y diferentes aportes. Lo gráfico y
audiovisual también cobra importancia, pues permite aterrizar las descripciones de los textos en
imágenes reales que le pueden contribuir al lector, en un tema como este, a entender los
contextos en los que se desenvuelven las historias.
58
Conclusiones
En momentos como los que enfrenta actualmente el país un mes después del plebiscito del 2 de
octubre de 2016, se hace cada vez más evidente la necesidad de escuchar y comprender el relato
de quienes han vivido el conflicto armado en carne propia. Es justamente en él donde la sociedad
puede encontrar espejos que le permitan dimensionar tanto los límites y la bajeza de la guerra,
como la inmensidad de quienes han decidido sobreponerse al dolor para construir un país en el
que la reconciliación es posible. En ese escenario, la memoria histórica como relato colectivo es
fundamental. Sin embargo, es necesario que esa construcción salga de las comunidades que la
producen y sea comunicada al resto de la sociedad que, tristemente, no la conoce lo suficiente.
En ese sentido, el periodismo tiene un gran compromiso que ha venido descubriendo y cubriendo
—con todos los errores y grandes aciertos que haya podido tener—, durante los últimos años.
Realizar productos periodísticos sobre temas de conflicto, memoria y paz implica una serie de
responsabilidades y desafíos a los que se debe responder tan ética y humanamente como sea
posible, teniendo en cuenta las consecuencias negativas que podría tener actuar de otra manera.
Cada número, dato, o afirmación refleja realidades y lo último que debe hacer el periodismo es
contribuir a distorsionarlas. Ese fue el reto desde el inicio de este trabajo.
Cuando llegué a Trujillo por primera vez, las víctimas fueron quienes me contaron su historia, su
lucha, y todas las faltas que había cometido el Estado contra ellas. Sus agentes no solamente
habían torturado y asesinado a sus familiares, sino que el Estado había continuado
59
victimizándolas a través de la impunidad, de la falta de garantías, del incumplimiento de las
responsabilidades que habían sido ordenadas por instancias internacionales. Mi perspectiva en un
principio estaba totalmente inclinada en esa dirección.
Sin embargo, entendí que para realizar el reportaje era necesario balancear la mirada y alejarme
de las dicotomías, del bueno y el malo, porque eran categorías que no me correspondía impartir.
Debía, eso sí, comprender que tenía enfrente dos partes y que debía reconocerle a cada una sus
esfuerzos y conflictos propios. Si bien es imposible decir que el Estado ha asumido su
responsabilidad cabalmente procurando todas las acciones necesarias para reparar los daños que
hicieron agentes suyos a esta comunidad, tampoco es acertado decir que no ha hecho nada.
Durante años las víctimas habían trabajado por sus derechos y el Estado, condenado por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, ha ejecutado acciones en reconocimiento de esa labor.
De ahí, precisamente, la relevancia del proceso de Trujillo a nivel nacional e internacional.
En ese objetivo de alargar la mirada, fue necesario comprender un conflicto del que yo no estaba
tan enterada como debería. Era consciente de lo que pasa en Colombia a raíz de la guerra, pero
nunca me había visto enfrentada a sus consecuencias. Entender qué había sucedido en la masacre
de Trujillo no se limitaba a entender la cronología de los hechos, sino a revisar todo un contexto
en el que ese tipo de episodios se repetían por todo el territorio nacional y que, puntualmente, el
Valle del Cauca había sido una zona muy afectada debido a su valor para el narcotráfico. Era
necesario haber interiorizado un contexto para el momento en el que me enfrentara a los relatos
individuales de las víctimas, porque no estaban aislados.
En los diferentes momentos del trabajo en los que escuchaba los relatos de las víctimas, cuando
me enfrentaba a los 235 osarios del Parque monumento, cuando veía el dolor de las personas
60
reclamándole justicia al Estado, no podía dejar de pensar —sin dejar de entender sus realidades
individuales—que no eran los únicos, en que había millones de personas en la misma situación y
que eran aún más aquellos a los que no les importaba. Eso, en mi opinión, se demostró con el
resultado del 2 de octubre. Es difícil hacer afirmaciones sobre por qué ganó el no, pero es claro
hoy para el país que prevalecieron los intereses de unos pocos sobre el futuro 8 millones de
víctimas y de todo un país.
Cuando publicaron los resultados, no podía salir del asombro: Bojayá dijo sí, Toribío dijo sí,
Trujillo dijo no. El pueblo al que llevaba estudiando un año y medio como símbolo de resistencia
y lucha por la memoria rechazó los acuerdos. Es imposible saber quién votó qué. Las víctimas
publicaron un comunicado en el que afirman que se encuentran adheridas al sí, incluso después
del plebiscito. Su trabajo durante 21 años se lo ha demostrado así al país. Sin embargo, el
resultado hace evidentes conflictos dentro de la población, hubo quien votó no por ir
deliberadamente en contra de las víctimas. Las indemnizaciones y ayudas económicas que el
Estado les ha dado como parte de la reparación, han creado un clima de disputa en el que el resto
de la población se siente abandonada, aun cuando la mayoría de planes municipales no se centran
en las víctimas. De nuevo, debía balancear la información de manera que lo uno no ocultara lo
otro, porque esas contradicciones hacen parte del relato de Trujillo.
A pesar de que las víctimas a las que entrevisté sobre el tema manifestaron tristeza por el
resultado del plebiscito, todas hablaban de que continuarían trabajando por la paz del país. Que
sería a través de las iniciativas que ya existen, o de la creación de nuevas, que le contarían al país
la importancia de terminar el conflicto, porque aunque eso parezca tan obvio, el 2 de octubre
demostró que no lo es. Esa fuerza que se sobrepone a esta y todas las adversidades que se han
61
presentado a lo largo del camino, es lo que hace que las víctimas de Trujillo sean símbolo de la
construcción de país y que su pueblo, a pesar de las dificultades, sea territorio de resistencia.
Bibliografía
• Cardona, J., Morelo, G., Castrillón, G., García, K., Behar, O. (2016). Pistas para narrar la memoria. Bogotá, Colombia: Consejo de redacción.
• Centro Nacional de Memoria Histórica. (2015). Masacre en La Sonora. En Tocó cantar. Travesía contra el olvido. [CD]. Bogotá: CNMH.
• CINEP/PPP. (2014). Trujillo, la otra versión. Noche y niebla. Recuperado de: http://www.nocheyniebla.org/files/u1/casotipo/Trujillo_la_otra_version.pdf
• CNRR, Grupo de Memoria Histórica. (2008). Trujillo, una tragedia que no cesa.Colombia: Editorial Planeta. Recuperado de:http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2008/informe_trujillo.p df
• CNRR, Grupo de Memoria Histórica. (2009). Recordar y narrar el conflicto. Herramientas para reconstruir memoria histórica. Colombia. Recuperado de http://babel.banrepcultural.org/cdm/compoundobject/collection/p17054coll2/id/41
• Consejo de redacción. (2014). Pistas para narrar la paz: periodismo en el posconflicto. Recuperado de: http://www.kas.de/wf/doc/kas_40811-1522-4-30.pdf7150325165242
• Freire, S. (2006). Teatro documental: el referente como inductor de lectura. Telón defondo, 4, 1-24. Recuperado de: http://www.telondefondo.org/numeros-anteriores/numero4/articulo/60/teatro-documental-el-referente-como-inductor-de- lectura.html
• Gómez-Müller, A. (2008). La reconstrucción de Colombia: escritos políticos. Medellín, Colombia: La Carreta Editores.
• Gómez-Suárez, A. (2007). Bloques perpetradores y mentalidades genocidas: el caso dela destrucción de la Unión Patriótica en Colombia [archivo PDF]. Buenos Aires, Argentina. Recuperado de http://revistagenocidio.com.ar/wp-content/uploads/2013/05/42- 55.pdf.
• Hall, S. (2003). ¿Quién necesita la identidad? [archivo PDF]. Buenos Aires, Argentina.Recuperado dehttp://comisionporlamemoria.org/bibliografia_web/ejes/quien%20necesita%20identidad- hall.pdf
• Horlbeck, J. (2006). Prensa, conflicto armado y región. Bogotá, Colombia: Pontificia Universidad Javeriana.
• Jelin, E. (2002). Las conmemoraciones: Las disputas en las fechas “in-felices”. Madrid, España: Siglo veintiuno editores.
• Jelin, E., & Langland, V. (2003). Monumentos, memoriales y marcas territoriales. Buenos Aires, Argentina: Siglo Veintiuno.
• Jelin, E., & Kaufman, S. (2006). Subjetividad y figuras de la memoria. Buenos Aires, Argentina: Siglo Veintiuno.
• Markusen, E., y Mennecke, M. (2004). Genocide in Bosnia and Herzegovina. En Totten, S. (Ed.), Century o f genocide. (pp. 415-449). Londres, Inglaterra: Routledge.
• Medios para la paz. (2001). Las trampas de la guerra. Periodismo y conflicto. Bogotá, Colombia: Corporación Medios para la paz.
• Perdomo, C. (2015). Una memoria que fluye entre las aguas [archivo PDF]. Cali,Colombia. Recuperado dehttp://revistaprospectiva.univalle.edu.co/index.php/prospectiva/article/view/3566.
• Pérez, J. (2014). Escribir para la red. Reflexiones sobre la nueva (y vieja) escritura informativa ‘online ’. Barcelona, España: Universidad Autónoma de Barcelona.
• Porcel, B. (2014). Deshumanización del cuerpo, desaparición, muerte. RevistaEcopolítica (9), 13-24. Recuperado dehttp://revistas.pucsp.br/index.php/ecopolitica/article/viewFile/20503/15134
• Ranciere, J. (2008). El teatro de las imágenes. En G. Didi-Huberman (Ed.), Alfredo Jaar, la política de las imágenes. (pp.69-89). Santiago de Chile, Chile: Metales pesados.
• Reátegui, F. (2009). Las víctimas recuerdan. Notas sobre la práctica social de la memoria. En Recordar en conflicto: iniciativas no oficiales de memoria en Colombia (pp. 17-39). Bogotá, Colombia: Centro Internacional para la Justicia Transicional. Recuperado de: https://www.ictj.org/sites/default/files/ICTJ-Colombia-Unofficial-memory-initiatives- July2009-Spanish.pdf
• Rodríguez, A. (2007). Nosotros somos humanos, los otros no. Revista IPLA, 1 (1), 28-39.Recuperado dehttp://www.psicologia.ull.es/archivos/revista/Deshumanizaci%C3%B3n_RevistaAlumno s_%5B2%5D.pdf
• Sánchez, G. (2006). Guerras, memoria e historia. Medellín, Colombia: La Carreta Editores.
• Serpaj. (1989). Uruguay, nunca más [archivo PDF]. Montevideo, Uruguay. Recuperado de http://www.memoriaenelmercosur.educ.ar/wp-content/uploads/2009/05/completo.pdf
• Todorov, T. (2008). Los abusos de la memoria. Barcelona, España: Paidós.• Toro, H. (2003). El reportaje: un género estallado. Cali, Colombia: Universidad del
Valle.• Wagner, C. (2000). Déjame que te cuente. Los géneros periodísticos y su ética
Anexo 2. Material entregado por Afavit a los visitantes en la peregrinación del 13 de junio de 2015
25 AÑOS MEMORIA DE VICTIMAS DE TRUJILLO
AFAVIT: 20 AÑOS DE LUCHA, RESISTENCIA Y DIGNIDAD!
1. CONTRA LA IMPUNIDAD, COLOMBIA CLAMA JUSTICIA!
2. A LA VIDA DAREMOS TODO, A LA MUERTE JAMAS DAREMOS NADA
3. EXIGIMOS UNA PAZ CON JUSTICIA SOCIAL!
4. POR EL CESE BILATERAL FUEGO: PAZ CON JUSTICIA SOCIAL
5. POR LA VIDA, HASTA LA VIDA MISMA
6. TRUJILLO: DESAFIO DE RESISTENCIA, LUCHA CONTRA LA IMPUNIDAD
7. TRUJILLO: UNA GOTA DE ESPERANZA, EN UN MAR DE IMPUNIDAD
8. LA SANGRE DE MARTIRES ES SEMILLA DE ESPERANZA
9. POR NUESTRAS VICTIMAS, NI UN MINUTO DE SILENCIO, TODA UNA VIDA DE LUCHA Y COMPROMISO
10. VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS
11. LA VIDA PREVALECE, A PESAR DE LO QUE ACONTECE
12. LA SOLIDARIDAD ES LA TERNURA DE LOS PUEBLOS
13. ES MEJOR MORIR POR ALGO, QUE VIVIR POR NADA, Umaña
14. CEDER ES MAS FUERTE QUE LA MISMA MUERTE,
15. CORTEMOSLE LAS ALAS A LA IMPUNIDAD, PARA QUE VUELE LA VIDA
16. CRIMENES DE LESA HUMANIDAD': NUNCA MAS! NUNCA MAS!
17. TRUJILLO: 20 AÑOS DE LUCHA, RESISTENCIA Y DIGNIDAD!
18 . TIBERIO FERNANDEZ, ESTAS VIVO, RESUCITADO EN EL PUEBLO
MEDIANTEPerformanceYorlady Ruiz López
Sabado 13 de junio de 2015Ermita Parque MonumentoXIV Peregrinación Nacional Trujillo10:00am.
Invitan:Magdalenas por el Cauca AFAVITApoya:Maestría en Estética y Creación - Grupo de Investigación Arte y Cultura, Facultad de Bellas Artes y Humanidades, Universidad Tecnológica de Pereira
A pesar de los golpes que asestó en nuestras vidas el ingenio del odio, desterrando al olvido a nuestros seres queridos.
Que nos digan a donde han escondido las flores que aromaron las calles persiguiendo un destino. Donde, donde se han ¡do.
Que nos den la esperanza de saber que es posible que el jardín se ilumine con las risas y el canto de los que amamos tanto.
Por un día distinto sin apremios ni ayunos sin temor y sin llanto y por que vuelvan al nido nuestros seres queridos.
2. A RRIESG A TE Todos unidos en la vida,Vamos buscando un horizonte,Arriésgate, arriésgate,Arriésgate, hay algo mas,Arriésgate, arriésgate,Arriésgate sin vacilar.
Ningún camino es largo, para el que cree,Ningún esfuerzo es grande para el que ama,Ninguna cruz vacía para el que lucha.
Cambiemos las promesas en realidades,Luchemos como hermanos por la justicia,Smbremos hoy la aurora de un nuevo día.
El pan que trabajamos con nuestras manos El cáliz que bebemos con alegría,Traerán la primavera a nuestras vidas.
3. Habrá un día
Habrá un día en que todos al levantar la vista veremos un tierra que ponga libertad (bis)
Hermano, aquí mi mano será tuya, mi frente y tu gesto de siempre caerá sin levantar
ANOS DE LUCHA Y RESISTENCIAhuracanes de miedo ante la libertad.Haremos el camino en un mismo trazado uniendo nuestros hombros para así levantar a aquellos que cayeron pidiendo libertad.
Sonarán las campanas desde los campanarios y los campos desiertos volverán a granar unas espigas anchas dispuestas para el pan, para un pan que en los siglos nunca fue repartido entre todos aquellos que hicieron lo posible por empujar la historia hacia la libertad.
También será posible que esa hermosa mañana ni tú, ni yo, ni el otro la lleguemos a ver, pero habrá que forjarla para que pueda ser.Que sea como el viento que arranque los matojos surgiendo la verdad y limpie los caminos de siglos de despojos contra la libertad.
4. No se puede sepultar la luz
No se puede sepultar la luz, no se puede sepultar la vida, no se puede sepultar a un pueblo que busca la libertad;Como estrellas siempre brillarán porque aún muertos seguirán viviendo, porque el pueblo nace cada día caminante de la verdad.
Cantarán por los caminos y su voz resonará a lo largo de toda la historia, como un eco que siempre se oirá - a lo largo de toda la historia, Desafío que no acabará.
No podrán amordazar su voz, porque es fuerte el grito de los hombres, que se unen como un arco iris en abrazo de mar a mar;Y si no las piedras gritarán la invencible causa de los pobres, la esperanza de una tierra justa que amanece con ansiedad.
Cantaran por los caminos ...
No es posible detener el sol, no es posible controlar el viento, no es posible aprisionar el río, torrente del ancho mar,Porque el viento sopla aquí y allá, porque el fuego quema las montañas, porque el rio arrasa las quebradas camino de un más allá.
67
2
5. VENCEREMOS
Desde el hondo crisol de la patria se levanta un clamor popular; ya se anuncia una nueva alborada toda América empieza a cantar
Recordando al leal compañero, cuyo ejemplo lo hiciera inmortal, enfrentemos primero a la muerte traicionar nuestra causa jamás.
Venceremos, venceremos, mil cadenas habrá que romper, venceremos, venceremos, la injusticia sabremos vencer.Venceremos, venceremos, mil cadenas habrá que romper, venceremos, venceremos,¡A vencer, a vencer, a vencer ¡
Campesinos, labriegos, mineros, la mujer de la patria también, estudiantes, empleados, obreros, cumpliremos con nuestro deber;
Sembraremos las tierras de gloria, más humano será el porvenir;Todos juntos haremos la historia a cumplir, a cumplir, a cumplir!
6. GRITA PROFETA
Has recib ido un destino,De otra palabra más fu erte ,Es tu misión ser profeta,Palabra del Dios v iv ie n te .Tu ir á s llevando la lu z ,En una entrega perenne.Que tu voz es voz de DiosY la voz de Dios no duerme.
ve por el mundo, g r i ta a la gente Que el amor de Dios no acaba,Ni la voz de Dios se p ierde.B is
sigue tu rumbo, profeta, sobre la arena ca lie n te ,Sigue sembrando en el mundo,Que el fru to se hará presente.No temas s i nuestra fe ,Ante tu voz se detiene,Porque huimos del dolor,Y la voz de Dios nos duele.
sigue cantando profeta,Cantos de vida y de muerte Sigue anunciando a lo s hombres Que el Reino de Dios ya viene,No a ca lla rán esa voz,
A nadie puedes temerle,Que tu voz, es voz de DiosY la voz de Dios no muere.
7 . EL PUEBLO DE DIOSEl pueblo de Dios a oscuras andaba, pero, alguien al frente de él caminaba.El pueblo de Dios muy r ico de nada, y so lo esperaba poder avanzar.
También soy tu pueblo Señor,Y estoy en camino, me apoyo en tu mano, pues soy peregrino.
El pueblo de Dios también va c ila b a , y a veces gustaba creer en tu amor. El pueblo de Dios, llorando rezaba, pedia perdón y recomenzaba.
También soy tu pueblo Señor,Y estoy en camino, s i a veces no creo , perdóname amigo.
El pueblo de Dios ambien tuvo hambre, mas Tu le mandaste el pan c e le s t ia l. El pueblo de Dios cantando dio g ra c ia s , probó de tu amor, amor que no pasa.También soy tu pueblo, Señor,Y estoy en camino, me das tu alim ento, tu pan y tu vino.
El pueblo de Dios de le jo s ve ía , La t ie rra ' querida que tu amor le s d io , el pueblo de Dios c o rr ía y cantaba, y con su trab ajo , tu amor proclamaba.
También soy tu pueblo, Señor,Y estoy en camino,luchando en la t i e r r a , con fe en mi destino .8 . DA LA MANODa la mano a tu hermano, da la mano. Da la mano a tu hermana da la mano. Dale una bienvenida ’
68
ACTO DE PERDON DEL ESTADO COLOMBIANO
VICTIMAS DE TRUJILLO
I .TRUJILLO: DESAFÍO DE RESISTENCIA, LUCHA CONTRA LA IMPUNIDAD
2. TRUJILLO: UNA GOTA DE ESPERANZA, EN UN MAR DE IMPUNIDAD
3 . LA SOLIDARIDAD ES LA TERNURA DE LOS PUEBLOS
4 .SANGRE DE MARTIRES, SEMILLA DE ESPERANZA
5 .VIVOS SE LOS LLEVARON, VlVOS LOS QUEREMOS
e .E X iG iM os Ve r d a d , j u s t i c i a , r e p a r a c ió n Y n o r e p e t ic ió n
7.POR LA VIDA, HASTA LA VIDA MISMA
3 .SENDERO DE RESISTENCIA, HUELLAS DE LUCHA V DIGNIDAD
9 . MATAN EL CAMINANTE, PERO NO EL CAMINO...
10 . MAS VALE MORIR POR ALGO, QUE VIVIR POR NADA
I I .A LA VIDA DAREMOS TODO, A LA MUERTE JA M A S DAREMOS NADA
1 2. QUEREMOS PA Z CON JUSTICIA SOCIAL
1 3 . CEDER ES MAS TERRIBLE, QUE LA MISMA MUERTE
1 4 . PERD0N CON JUSTICIA V REPARACION INTEGRAL
1 5 . COLOMBIA CLAMA JUSTICIA, POR UN NUNCA MASt
1 6 . NI PERDON, NI OLVIDO, EXIGIMOS JUSTICIA
TRUJILLO, ABRIL 28 Y 2 4 BE 2 0 1 6
69
Anexo 5. Resultados del plebiscito del 2 de octubre de 2016 en Trujillo, Valle.
Plebiscito 2 octubre 2016 República de Colombia
REGISTRADURIAN AC IO N A L D E L EST A D O C IV IL
Preconteo Plebiscito:D e p a r t a m e n t o / D . C ,: v a l l e
M a p a d e o p c ió n c o n m á s v o t o s p o r m u n ic ip io
¿ A p o y a u s t e d e l a c u e r d o f in a l p a r a la t e r m in a c ió n d e l c o n f l ic t o y la c o n s t r u c c ió n d e u n a p a ze s t a b le y d u r a d e r a ?
3 7 ,2 9 %(1.960 Votos)
6 2 ,7 0 %(3.296 Votos)
Los porcentajes se calculan con truncamiento a dos decim ales. Los porcentajes de votos están calculados sobre ei total de votos válidos
Acuerdo No 019 de 1994 del CNE: "...los boletines expedidos por la Registraduría tienen mero carácter informativo y jam ás pueden considerarse como documentos electorales que definan una elección..."