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ENSAYO
TRANSACCIONES POLTICAS*
Thomas Sowell**
Si en buena parte la poltica es un continuo flujo de opciones
elegidas ydescartadas, la transaccin es en ella un mecanismo
consustancial y clave;transaccin no slo entre diversos grupos de
intereses contrapuestos sinotambin entre alternativas excluyentes o
que se complementan marginal-mente al interior de un mismo grupo o
de un mismo ciudadano. Cuntalibertad, por ejemplo, es razonable
sacrificar para resguardar el orden?En qu momento la expansin del
gasto social de una comunidad dejade ser sana por consideraciones
de solidaridad y se torna negativa por laspresiones inflacionarias
que pueda generar? En otras palabras, qu vale elorden en trminos de
libertad y qu vale la solidaridad en trminos de in-flacin?Este tipo
de anlisis marginal, siendo de la esencia de las transacciones
eco-nmicas, plantea respecto de las transacciones polticas
disyuntivas comple-jas. El problema, sin embargo, no est ah, sino
en la escasa transparenciainformativa que a menudo tienen los
"mercados" polticos. El autor de estetrabajo analiza el tema
atendiendo fundamentalmente a las transaccionesque afectan la
libertad, los derechos y el tiempo.
*Este trabajo corresponde al captulo 5 del libro Knowledge
andDecisions, publicado por el autor en 1980. La traduccin se basa
en la edi-cin publicada por Basic Books, Inc. Publishers (Nueva
York) en 1980 yha sido debidamente autorizada.
** Profesor investigador de Hoover Institution, Universidad
deStanford, y autor de numerosas obras, entre las que se cuentan
ClassicalEconomics Reconsidered (1974), Markets and Minorities
(1981) y EthnicAmerica (1981).
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rado, a menudo, como una mera personificacin institucionalde la
"sociedad". Pero las diversidades, conflictos, e incentivosy
limitaciones dispares que convierten a la "sociedad" en
unaabstraccin carente de significado en cuanto unidad productorade
decisiones, tambin tornan al gobierno en una agregacinfragmentaria
de productores de decisiones. Un experimentadofuncionario del
gobierno de Washington cierta vez se refiri alos "belicosos
principados que algunas veces son conocidos comoel gobierno
federal".1 No se trata, ciertamente, de la clsicadivisin de poderes
en ramas ejecutiva, legislativa y judicial.Estos "belicosos
principados" forman todos parte de la mismarama ejecutiva. Las
agencias ejecutivas del gobierno de los Esta-dos Unidos no slo han
seguido polticas de propsitos encon-trados; han llegado al punto de
demandarse mutuamente antelos tribunales. En teora se hallan todas
bajo el control y ladireccin del Presidente, pero el que esas
disputas intestinas pue-dan persistir y ser pblicamente ventiladas,
no slo en la prensa,sino en los tribunales, sugiere que los
presidentes a menudo de-ciden que es polticamente prudente
mantenerse al margen detales luchas de poder. Ms an, las reas
autnomas producto-ras de decisiones en el seno del gobierno pueden
ser todavams pequeas que una agencia u oficina determinada. Los
super-visores pueden "tener poco control sobre sus supuestos
subor-dinados, que gozan de un poder de facto",2 incluso cuando
noson funcionarios pblicos, debido a los lazos que unen a
esossubordinados con ciertos congresales y sus equipos, con la
pren-sa o, incluso, con las bases electorales.3
Las unidades productoras de decisiones gubernamentalesdeben ser
analizadas, al igual que otras unidades sociales o eco-nmicas que
eligen cursos de accin diseados para maximizarsu propio bienestar,
bajo los particulares incentivos y restriccio-nes de sus
respectivas situaciones. Debe destacarse este punto, apesar de ser
obvio, debido al gran acopio de literatura que iden-
1 Daniel Patrick Moynihan, Maximum Feasible Misunderstanding
(The Free Press, 1970).2 Richard Posner, Antitrust Law
(University of Chicago Press, 1976),
p. 230.
3 Loc. cit. Nathan Glazer, Affirmative Discrimination (Basic
Books
Inc., 1975), pp. 212-214.
ESTUDIOS PBLICOS32
1 gobierno, como productor de decisiones, es conside-E
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TRANSACCIONES POLTICAS 33
tifica las actividades no-gubernamentales como fundadas en
in-tereses personales, pero trata arbitrariamente cualquier
actividadgubernativa como prueba axiomtica de una necesidad social
ob-jetiva de tal actividad.4 A pesar de la existencia de algunos
fun-cionarios pblicos sacrificados y entregados, postular que
talesfuncionarios por lo general controlan la produccin de
decisionesgubernamentales parece menos realista que la visin
opuesta,segn la cual "los partidos formulan polticas con el fin de
ganarelecciones, antes que ganar elecciones con el fin de
formularpolticas".5 Para el caso de gobiernos no-elegidos, el
postuladosegn el cual la actividad del gobierno es solamente una
respuestaa las necesidades sociales, parece todava menos razonable
comobase de anlisis.
Como se ha sealado anteriormente (Captulo 2), los vi-carios
polticos son un modo de economizar conocimiento en laproduccin
gubernamental de decisiones, dado que cada ciu-dadano
individualmente no puede llegar a estar informado com-pletamente
acerca de cada materia. Sin embargo, este arreglotambin significa
dar una ventaja inherente a los representantespolticos por sobre
sus electores en el uso del conocimiento. Noes pequea la parte del
arte de la poltica que consiste en la ex-plotacin de esa ventaja,
ya sea a travs de una equvoca expo-sicin de los costos y beneficios
de programas particulares, o atravs de una ominosa referencia a los
graves considerandos "co-
4 Por ejemplo, Dahl y Lindblom afirman que el gobierno "no
puede
mantener sus manos lejos" de las negociaciones salariales,
debido a que "estanto lo que est en juego" (op. cit., p. 185); la
regulacin gubernamentales empleada para "remediar deficiencias en
el sistema de precios" (p. 213);la guerra "obliga al abandono del
sistema de precios" (p. 374) porque "des-de luego que el sistema de
precios no puede operar bien" (p. 381); la aten-cin de salud, la
vivienda y otras actividades son "colectivizadas debido aproblemas
particulares en el sistema de precios" (p. 419). En ninguno deestos
ejemplos se percibe la posibilidad de incentivos polticos para
tomartales acciones, que son mencionadas sin el menor intento de un
anlisisserio. Afirmaciones y evasiones similares se hallan en
Adolph A. Berle,Pover (Harcourt, Brace and World, Inc., 1969),
donde el gobierno "debiser consultado" en materias de educacin (p.
195); "no puede evitar" laexpansin de controles econmicos (p. 261);
Francia "estim necesario"tener mercados de capital controlados por
el gobierno (p. 214); el controlgubernamental del consumo es "el
nico escape posible de una congestiny confusin, si no caos,
insoportables" (p. 252).
5 Anthony Downs, An Economics Theory of Democracy, p. 28.
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34 ESTUDIOS PBLICOS
nocidos nicamente por el Presidente" en su conduccin de
lapoltica exterior, o a travs de las intrincadas reglas del
"labe-rinto burocrtico", familiar slo para los de dentro, todo lo
cualaisla buena parte de la actividad gubernamental del control
ex-terior. Toda clase de sistema poltico (democracia,
monarqua,feudalismo, etc.) pone enorme nfasis en la "lealtad"
personal delos subordinados, no lealtad para con el pblico o
incluso paracon el gobierno, sino para con sus superiores
inmediatos, sellan-do as, de paso, una fuente de filtraciones de
conocimiento haciael exterior.
Si bien la "sociedad" est lejos de ser una unidad produc-tora de
decisiones, incluso en relacin con decisiones del gobier-no, por
supuesto constituye la ms importante unidad en cuantoal impacto que
sobre ella provocan las decisiones polticas. Por lotanto, las
transacciones aqu consideradas son aquellas transac-ciones polticas
de significado social persistente, ms que el"muequeo" que acontece
entre los polticos. Entre las transac-ciones polticas ms
importantes aqu consideradas para cual-quier sistema poltico
figuran aquellas relativas a 1) la libertad,2) los derechos, y 3)
el tiempo.
Libertad y Fuerza
Una de las transacciones polticas ms importantes esaquella que
oscila entre cantidad de libertad y cantidad deotras caractersticas
deseadas en una sociedad. l problema esms difcil por las
ambigedades intelectuales y los desacuerdosfilosficos que desde
hace tiempo rodean el significado mismode la libertad: "Todos
nosotros nos declaramos partidarios de lalibertad; pero al emplear
la misma palabra no estamos signifi-cando la misma cosa".6 Esto es
hoy, por lo menos, tan ciertocomo cuando lo afirm Abraham
Lincoln.
Libertad significar aqu una relacin social entre las per-sonas,
es decir, ausencia de la fuerza como instrumento posiblede la toma
de decisiones. La libertad se ve reducida cada vez queuna decisin
es adoptada bajo amenaza de empleo de la fuerza,sea o no que la
fuerza se materialice o se haga restrospectivamen-te evidente. Esta
definicin prospectiva de la fuerza es esencialpara evitar absurdos
tales como concluir que el robo a mano ar-
6 Citado por F.A., Hayek en The Constitution of Liberty
(Chicago:
University of Chicago Press, 1960), p. 11.
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TRANSACCIONES POLTICAS 35
mada no implica, generalmente, el uso de fuerza. Sin embargo,aqu
no se emplea el trmino fuerza de modo metafrico, parareferirse a
beneficios tan seductores como para hacer de la deci-sin una
conclusin inevitable. Cabe una especial preocupacinen la discusin
de la libertad, no slo debido a los problemasinherentes al
concepto, sino tambin porque una jerga orwellia-na ha puesto de
moda describir el intercambio de la libertad porotras cosas como
una expansin de "nuevas libertades" o de lalibertad en algn sentido
"ms amplio". La transaccin gradualde la libertad por otras cosas es
aceptada por cualquiera menospor un anarquista neto. Pero el
alcance de esa transaccin histri-ca es demasiado trascendental como
para ser velado o confundidocon bellas palabras.
La fuerza es la anttesis de la libertad, pero la fuerza debeser
empleada, aun si es slo para defenderse de otra fuerza. Lafuerza
empleada contra el asesinato, por ejemplo, incluye no so-lamente
aquella que puede ser usada por la polica que intervieneen la
prevencin de un asesinato, o en la captura de un asesino, si-no
tambin la fuerza aplicada a terceras partes inocentes quepueden ser
detenidas o conminadas para servir de testigos u obli-gadas por ley
a integrar jurados. Esto no constituye un sacrificioabsoluto de la
libertad ni una prevencin absoluta del asesinato.Se trata
simplemente de una transaccin gradual a tasas variables,y la
interrogante en cualquier momento dado es cunta ms liber-tad
estamos preparados a sacrificar por cunta ms probabilidad dereducir
la tasa de criminalidad, o cunta ms libertad vamos aexigir al costo
de cuntas ms vctimas de asesinatos. Las transac-ciones que
conciernen a la libertad a menudo son dolorosas,aun si slo sea
porque pocas otras necesidades urgentes son con-sideradas dignas de
ser puestas en la balanza con ella.
El gobierno es el principal depositario de la fuerza,
sinimportar si ese gobierno es democrtico, totalitario, feudal,etc.
Los gobiernos totalitarios por definicin no tienen queconsiderar
casi ninguna transaccin significativa de libertad, por-que sta ya
ha sido sacrificada en aras de alguna consideracinalternativa, sea
retrica o material. Los gobiernos democrticosse hallan
constantemente sopesando transacciones graduales enfavor o en
contra de la libertad. De hecho, la democracia mismaes un elemento
que es transado en contra de la libertad y en untiempo esa
transaccin fue tan reconocida como temida.7 La
7 Edmund Burke, Reflections on the Revolution in France (J.
M.
Dent & Sons, Ltd., 1967); Alexander Hamilton, James Madison
y John
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36 ESTUDIOS PBLICOS
opinin pblica contempornea a menudo simplemente incorpo-ra la
libertad dentro de la definicin misma de democracia, demodo que un
gobierno que elimina la libertad no es "realmente"democrtico.
Tambin este intercambio es demasiado importan-te como para tratarlo
mediante una prestidigitacin verbal, in-cluir la libertad en la
definicin misma de la democracia es definirun proceso no por sus
reales caractersticas en cuanto proceso,sino por los resultados que
de l se esperan. Esto carece no slointelectualmente de valor, sino
que, en trminos prcticos, escegarse por anticipado frente a algunas
de las indeseadas conse-cuencias del proceso.
Una turba que procede a linchar a alguien puede ser unaexpresin
ms fidedigna de la voluntad de la mayora que untribunal,
especialmente cuando se trata de una corte de apela-ciones con
magistrados designados, y aun as dichas turbas soncondenadas y "la
ley y el orden" salvaguardados, dado que cier-tas libertades son
tenidas por ms importantes que la democra-cia. Las instituciones
democrticas sern definidas aqu comoinstituciones que ejecutan la
voluntad popular en sus decisiones,ya sea que esas decisiones sean
sabias o estpidas, generosas uopresivas. Cuando los gobiernos
no-democrticos de la era de laReconstruccin, en el sur
norteamericano, fueron reemplazadospor gobiernos ms sensibles a los
deseos de la mayora, la mino-ra sufri opresin y terror en una
escala pocas veces vista en lacivilizacin moderna. La proteccin
residual como la que la mi-nora negra retuvo en esa oportunidad
provino principalmentede fuentes que poco tenan que ver con la
democracia poltica,especialmente de los mercados,8 la moralidad9 y
las cortes deapelacin.10
Cuando la libertad se concibe como una relacin entrepersonas,
las transacciones de libertad por bienes materiales,progreso
cientfico o podero militar, por ejemplo, se vuelvenbastante
explcitas, en lugar de verse subsumidas bajo una ex-
Jay, The Federalist Papers (New American Library, 1961), pp.
310-311;Alexis de Tocqueville, Democracy in America (Alfred A.
Knopf, 1966)Vol. II, Libro Cuarto, Cap. III.
8 Robert Higgs, Competition and Coercin (Cambridge
University
Press, 1977) pssim.9 Gunnar Myrdal, An A menean Dilemma.
10 Richard Kluger, Simple Justice (Alfred A. Knopf, 1976)
pssim.
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TRANSACCIONES POLTICAS 37
pansin general de la "libertad", redefinidas completamente.El
crecimiento de los poderes para tomar decisiones del gobiernopuede
facilitar diversas formas especficas de progreso materialaun si es
a expensas del progreso material en general mien-tras se reduce la
libertad. Ese intercambio requiere ser explici-tado. Pero en vez de
eso es enturbiado por aquellos que definenla libertad como opciones
(libertad para)11 y que tienen muchasopciones para prometer a
cambio de nuestra libertad. El enfoquede las opciones pregunta: "Qu
libertad tiene un hombre quemuere de hambre?" La respuesta es que
morir de hambre es unacondicin humana trgica, tal vez ms trgica que
la prdida dela libertad. Pero ello no quita que aqu se est hablando
de doscosas diferentes. Ms all del valor relativo que asignemos a
cosastan desagradables como el estar endeudado y estar
constipado,un laxante no nos sacar de nuestro endeudamiento y un
aumen-to salarial no asegurar "regularidad". Inversamente, en una
listade cosas deseables, el oro puede ocupar un rango superior a
lamantequilla de man, pero no se puede esparcir oro sobre el pany
alimentarse con l. Al falso hecho de los valores relativos de
lascosas no se le puede permitir confundir asuntos de
distinguircosas.
El mero hecho de que algo pueda exceder en categora ala libertad
no hace que ese algo se convierta en libertad. Msan, tanto en las
transacciones sociales como en las transaccioneseconmicas todos los
valores relativos o preferencias son cre-cientes hasta cierto punto
y variables en otros. Nada deseableen absoluto es categricamente
menos deseable que otra cosa.La comida puede ser crecientemente
preferible a cualquiercantidad de libertad para un hombre que muere
de hambre, peroello no significa que los postres de un banquete
sean creciente-mente preferibles a la libertad de volver al hogar
al trmino de latarde. Las grandes aspiraciones sociales son a
menudo discutidasen un lenguaje tan categrico que resulta fcil
olvidar su natu-raleza gradual y, en consecuencia, tambin fcil
hablar estupide-ces con aparente profundidad. Tanto Adam Smith como
JohnRawls convirtieron la justicia en la primera virtud de la
socie-
11 Dahl y Lindblom, cit,, p. 29; Anthony Downs, Inside
Bureau-
cracy Boston: Little, Brown and Co., 1966), p. 259; Karl Marx y
FriedrichEngels, The Holy Family (Foreign Language Publishing
House, URSS,1950), p. 176; Karl Marx y Friedrich Engels, Basic
Writing on Politics &Philosophy, p. 222.
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38 ESTUDIOS PBLICOS
dad,12 pero sus significados no slo eran diferentes sino
prcti-camente opuestos, dado que uno hablaba gradualmente y el
otrocategricamente. Para Smith, cierta cantidad de justicia era
pre-rrequisito para la existencia de cualquiera de las
caractersticasms antiguas de la sociedad,13 aunque distaba de
pensar que to-dos los incrementos de justicia invariablemente
excederan enimportancia a los incrementos de otras cosas, y en el
hecho cali-fic tal creencia de contraproducente y doctrinaria.14
ParaRawls, la justicia es categricamente suprema, en el sentido
deno ser marginalmente inferior a cualquier otra consideracin,
demodo que una consideracin de justicia slo se podra sacrificaren
aras de otra consideracin de justicia, pero no en aras de al-gn
otro objetivo anhelado.15 De acuerdo con Rawls, no debieraadoptarse
una poltica que, beneficiando a toda la humanidad,excluya de ese
beneficio a un solo individuo, sin importar cuntose beneficiara
toda la especie, incluso si ese individuo excluidoresultase
totalmente indemne, dado que ello significara una dis-tribucin
"injusta" de los beneficios de la poltica. Tal vez nomuchas
personas concuerden con las conclusiones de Rawls,lo que no obsta
que empleen el mismo enfoque categrico ar-bitrario del anlisis
social que condujo lgicamente a tales con-clusiones.
Cuando dos cosas han de ser transadas, es necesario com-prender
claramente 1) que son realmente dos cosas diferentes,y es tambin
necesario considerar 2) explcitamente, sobre qutrminos estamos
dispuestos a transar marginalmente la una porla otra. Nada se gana
con pretender, o insinuar, que ambas sonla misma cosa, o que una
simplemente es ms de esa cosa que laotra. Al menos, nada se gana
desde el punto de vista de la tomade decisiones racional. En la
realidad poltica mucho es lo queganan aquellos que desean tomar el
poder de decidir de otros ensus propias manos. Cuantiosa es la
prestidigitacin verbal practi-cada con afirmaciones como "la
seguridad es meramente un
12 Adam Smith, The Theory of Moral Sentiments, Parte I,
Seccin
II, Cap. 3, p. 166; John Rawls, A Theory of Justice (The Belkrap
Press,1971), p. 3.
13 Loc. cit.
14 Ibid., Parte II, Seccin II, Cap. 2, pp. 380-381.
15 Rawls, op. cit., pp. 3-4.
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TRANSACCIONES POLTICAS 39
aspecto de la libertad".16 La libertad ha costado
demasiadasangre y dolor como para que se renuncie a ella al bajo
preciode la retrica.
"Poder" No-gubernamental
No slo la libertad es confundida con otras cosas; tambinlo es su
polo opuesto, la fuerza. El amplio reconocimiento dela necesidad de
emplear la fuerza para contrarrestar otra fuerza esusado para
justificar una creciente fuerza gubernamental paracontrarrestar
cosas que no son fuerza en absoluto, pero que sonmetafricamente
llamadas fuerza, con el objeto de justificar laaccin coercitiva en
su contra. Los ataques contra el "poder"econmico constituyen una
forma comn de justificar el au-mento de la fuerza del gobierno.
Muchas veces la retrica es preservada por estratagemastales como
referirse a los porcentajes retrospectivos de ventasde una firma
durante un perodo dado como una parte del mer-cado que "controla",
confirindole un sentido prospectivo. Seemplean metforas y
definiciones vagas para justificar una ex-pansin del poder del
gobierno, que no es ni vago ni metafrico,sino muy concreto. Sin
embargo, tanto con el poder como conla libertad, una definicin
suficientemente amplia o vaga permitemuchos ejemplos. Lo que
resulta crucial en el enjuiciamiento deun ejemplo de esta
naturaleza es la distincin entre 1) situacio-nes en que las
opciones de un individuo para tratar con negocia-dores alternativos
son forzosamente reducidas o eliminadas, y2) situaciones en que un
negociante dado suma tanto ms a susopciones que cualquier otro, que
la aceptacin es un resultadoinevitable. Un monopolio o cartel
reduce las opciones del consu-midor, mientras que un competidor
exitoso agrega una opcinms. Reducir las opciones del consumidor no
requiere, simple-mente, que uno suba su propio precio, cualquiera
puede hacerlo,sino que mantener a otros fuera de competencia para
evitar quesocaven ese precio. Esto habitualmente requiere de una
franqui-cia de exclusividad de parte del gobierno o de alguna ley o
regu-lacin que restrinja la competencia. Estos monopolios o
cartelescreados por el gobierno son los beneficiarios de la fuerza
delgobierno, no su objetivo. La situacin de un gestor que
ofrece
16 Dahl y Lindblom, op. cit., p. 49.
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40 ESTUDIOS PBLICOS
mejores trminos que otros puede convertirse en una amenazade
"poder" extraa que debe ser combatida por el gobierno,aunque, en la
realidad, muchas actividades antimonoplicas yde regulacin hacen
exactamente esto. De lo que se trata aqu, essimplemente que una
transaccin que implique un mayor uso defuerza en la produccin de
decisiones econmicas, es negadapor retratarse la fuerza
gubernamental meramente como unacompensacin a la fuerza privada
existente, sin registrar incre-mento neto alguno.
Democracia
La democracia ha sido aqu definida por sus caractersti-cas como
proceso, y no en cuanto a los resultados que de ella seesperan, tal
como libertad, dignidad del individuo u otros bene-ficios que a
ella se asocian o se le atribuyen. Cualesquiera sean losmritos de
la democracia, sta tiene sus limitaciones instituciona-les y opera
dentro de un rea de restricciones circunstanciales, aligual que
cualquier sistema poltico, econmico u otro. El ca-rcter abierto de
la esperanza ha conducido en ocasiones a lavisin de que una mayora
puede o debiera tener cualquier cosaque desee, idea que aqu hemos
definido como "la falacia demo-crtica". La falacia democrtica
presupone implcitamenteopciones circunstanciales ilimitadas, de
modo que si una mayorano obtiene lo que desea, eso slo puede ser
resultado de algunaforma de negacin de sus derechos democrticos en
algn sentidointencional. Eleccin a travs de la urna electoral ha
sido igualadaa menudo con eleccin a travs del mercado. Pero las
limitacionesinherentes significan que los gobiernos democrticos no
tienen unconjunto ordenado de opciones ms amplio para ofrecer
quecualquier otro independientemente de cuales opciones
muchospuedan creer que existen, y que una diferencia crucial entre
lasurnas electorales y los precios es que estos ltimos transmiten
unconocimiento efectivo sobre limitaciones inherentes, mientrasque
las urnas electorales no lo hacen. Si yo deseo poseer unautomvil
Rolls Royce y simultneamente un nivel de vida nor-mal, la etiqueta
con el precio, adherida al vehculo, inmediata-mente me informa,
convence y virtualmente fuerza a la conclu-sin de que estas dos
cosas son incongruentes. Pero si yo creosimultneamente en un gran
arsenal blico, impuestos bajos, unpresupuesto nacional equilibrado
y programas sociales masivos,no hay limitaciones para que yo no
vote por eso. Algn tiempodespus de una decisin electoral puede
volverse evidente que
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TRANSACCIONES POLTICAS 41
aquello esperado o prometido no se materializ en los hechos,pero
ello puede ser fcilmente atribuido a la deshonestidad delos
candidatos polticos, sin una gran percepcin pblica de queel
conjunto de opciones simultneamente deseadas era inheren-temente
irrealizable desde un comienzo. En lugar de retroalimen-tar al
electorado para que reduzca el conjunto de opciones de-seadas a lo
que es simultneamente realizable, el mensaje puedeser escoger
personas diferentes como lderes, o diferentes ideo-logas,
movimientos, etc., con el fin de seguir buscando el mismoconjunto
de opciones. De hecho, cuando el progreso social esenfocado
restrospectivamente, a menudo es considerado comoaxiomticamente
atribuible a dicha insistencia en cosas mejoresantes que a los
avances tecnolgicos y organizacionales en eltiempo, los cuales
generaron conjuntos ordenados de opcionesms amplios de los cuales
elegir. Es como si el crecimiento his-trico del Producto Nacional
Bruto fuese incidental en un cre-ciente nivel de vida causado por
la actividad poltica.
La cuestin no es aqu si los electores tienen el derecho
deescoger cualquier cosa que deseen. Los electores solamentepueden
elegir caractersticas de proceso y esperar por resultados.Los
consumidores compran resultados y dejan el proceso a quie-nes
tienen un conocimiento especializado de tales cosas. Aqu nohay un
argumento para negar a los electores sus opciones demo-crticas. Se
trata simplemente de exponer que los trminos de laeleccin son
normalmente mal expuestos en lo poltico. La pre-sencia de inflacin
en los ms variados tipos de gobierno y a lolargo de miles de aos de
historia, sugiere que una parte nadadespreciable del arte de la
poltica consiste en plantear falsasopciones y en tratar de
aparentar satisfacer simultneamentereivindicaciones contrapuestas,
cuando en realidad no puedenser satisfechas.
Una versin ms extrema de la falacia democrtica va msall de la
idea que una mayora puede o debiera tener todo por loque vot,
pretendiendo el mismo derecho para subconjuntosminoritarios
particulares de la poblacin. Se considera como un"fracaso" del
sistema democrtico o como prueba de que elsistema no es "realmente"
democrtico que determinadas per-sonas conscientes no puedan lograr
lo que anhelan a travs decanales legtimos. Justificaciones del
quebrantamiento de laley (que en principio se extienden hasta el
lmite del terroris-mo) por parte de insurgentes frustrados se basan
en esta pre-misa. En esta versin de la falacia democrtica, la
ignorancia delas restricciones inherentes dentro de las cuales
funcionan todoslos procesos productores de decisiones, es
simplemente exten-
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42 ESTUDIOS PBLICOS
dida para ignorar los deseos de todas las dems personas comouna
razn obvia (y vlida) de por qu un subconjunto particularde deseos
no fue logrado.
En ocasiones se presume que el subconjunto conoce mejorlos
intereses "reales" de la mayora que esa misma mayora,actuando,
entonces, de modo democrtico en un sentido "msamplio". Esto
confunde las caractersticas de un resultado es-perado con las
caractersticas de un proceso de toma de decisio-nes. En la visin de
los subconjuntos, los resultados esperadospor subconjuntos
numerosos son preferibles a la percepcin delas cosas que tiene la
mayora. La democracia es simplementeun proceso productor de
decisiones para resolver tales con-flictos entre percepciones
dispares. Resolver los conflictos me-diante otros procesos
incluyendo la violencia es transar lademocracia por otra cosa.
Disimular esa transaccin llamando aesa otra cosa tambin
"democracia" es ignorar el hecho de quevirtualmente todos los
sistemas o movimientos polticos sonostensiblemente para beneficio
de las personas. Los resultadosque se esperan de parte de reyes,
emperadores, juntas militaresy toda suerte de dictadores tendran as
que ser todos llamados"democrticos" en algn sentido "ms
amplio".
Al igual que otras transacciones, aquellas que involucrana la
democracia frecuentemente son negadas o mal expuestasmediante la
inclusin de otras cosas en una definicin ms vagay extensa de
democracia. La democracia "participativa" ha surgi-do por esta va,
por ejemplo, como otro concepto ms definidopor los resultados que
de ella se esperan y no por las caracte-rsticas del proceso mismo.
En principio, dicha democracia sedistingue de la democracia
representativa y es complementaria deella. En una democracia
representativa, cuando los electoresescogen representantes que en
realidad toman las decisiones,stos pueden ser o llegar a formar
parte de un pequeo conjun-to de personas con intereses y
perspectivas diferentes a las delpueblo en su totalidad. La teora
subyacente a la democracia"participativa" es que un mayor nmero de
decisiones debieranser hechas directamente por el pueblo mismo,
antes que a travsde representantes. Para este fin, numerosas juntas
vecinales,comisiones, consejos o asesores de un tipo o de otro
deben in-tervenir directamente en el proceso productor de
decisiones.El supuesto implcito de la teora es que habr no slo un
mayornmero de tomadores de decisiones, sino que ms
representati-vos. Pero, pasando de esperanzas a mecanismos
institucionales,habitualmente no hay nada para conducir
institucionalmentehacia ese resultado y mucho para conducir en
sentido opuesto.
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TRANSACCIONES POLTICAS 43
Aquellos individuos que poseen el tiempo, la educacin y la
in-clinacin de "participar", pueden ser muy poco representativosdel
pueblo. En la prctica, democracia participativa significa
querepresentantes elegidos sobre una base amplia han de compartirel
poder con representantes autoseleccionados de distritoselectorales
menores. Desde el punto de vista de la transmisininstitucional y de
la autentificacin del conocimiento, significaque, en lugar de tener
procesos juzgados por personas informa-das y resultados juzgados
por extraos, algunos de estos ltimoshan de juzgar y cambiar
procesos sobre la base de su experienciaparcial en el interior y
sus intereses poco representativos en elexterior. Se trata,
esencialmente, de una transaccin marginalentre el derecho del
pueblo de decidir a travs de representanteselegidos y la
oportunidad autoacordada de acceder al manejode los asuntos
pblicos.
Cualesquiera sean los mritos o los desmerecimientossustantivos
de transacciones particulares en que se hallen enjuego libertad,
fuerza o participacin, lo crucial es contemplarlas transacciones
como tales y no como suelen ser representadasen ocasiones,
simplemente "ms" libertad o democracia redefi-nidas de acuerdo a
conveniencia.
Derechos
Los derechos ya han sido mencionados como rigideces.Tambin
constituyen lmites que restringen el ejercicio delpoder
gubernamental y delimitan reas en cuyo marco la dis-crecin
individual se halla libre de formular decisiones. Ademsde estos
derechos constitucionales de los ciudadanos en general,existen
derechos especiales, tales como el derecho al uso exclu-sivo de
cosas especficas (derechos de propiedad) o derechos queemanan de
compromisos mutuos especficos (contratos) y de-rechos creados por
una legislacin especfica (derechos de em-pleo, derechos de
vivienda, etc.). Por "derechos" habremos deentender aqu ttulos o
prerrogativas legales, sin tomar en cuentasus mritos morales.
Derechos, en este sentido, son simplementeafirmaciones objetivas
acerca de la disponibilidad del poder es-tatal para respaldar
demandas individuales. Simplemente sonopciones para usar fuerza
gubernamental a menos de su costode produccin, idealmente a cero
costo. En realidad, se requierede un cierto costo en tiempo y
esfuerzo, incluso para llamar ala polica; para reivindicar muchos
derechos puede ser necesariauna dilatada y costosa batalla legal a
travs de las diversas cortes
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44 ESTUDIOS PBLICOS
de apelacin. Cada vez que un derecho que vale X (en dinero uotra
cosa), cuesta 2X para ser reivindicado, tal derecho dejade existir,
para todos los propsitos prcticos, para el individuo.All donde la
mayor parte de los costos recae en el gobierno, latransaccin es
entre los costos sociales implcitos en una viola-cin particular de
los derechos individuales es decir, el efectosobre otras personas
de dejar que tales violaciones pasen sin sercastigadas- en
comparacin con los costos de hacer cumplir laley.
Las transacciones sociales estn involucradas en la crea-cin,
definicin y asignacin de derechos a los individuos. Cuan-do un
determinado tipo de actividad es tratado a travs de lacreacin de
derechos ms que mediante procesos productores dedecisiones
alternativos, hay una prdida de flexibilidad (ajustemarginal) y de
reversibilidad. Algo que es marginalmente prefe-rible, en un punto
dado se torna categricamente impuesto entodos los puntos por la
fuerza de que dispone el gobierno, yaque la ley de los retornos
decrecientes se aplica tanto a los pro-cesos sociales como a los
econmicos, ello significa que muchosbeneficios son empujados hasta
el punto en que cesan de serbeneficios y en que, incluso, pueden
llegar a tornarse contra-productivos.
Derechos de Propiedad
La creacin de derechos involucra interrogantes no slorespecto de
si crear derechos como modo de tratar una transac-cin particular,
sino que tambin respecto de a quin asignartales derechos. Los
derechos de propiedad implican ambos tiposde decisiones. Muchas
cosas permanecen sin dueo animalessalvajes o pjaros, los peces del
mar, seres humanos, el aire yla luz del sol porque la imposicin de
derechos de propiedadse tiene por impracticable o indeseable. Las
ideas no pueden serregistradas como propiedad intelectual por ambas
razones, mien-tras que una permuta de palabras s puede ser
registrada, tantoporque es factible determinar su autora, como
porque considerams importante otorgar una recompensa anticipada
como un in-centivo para seguir escribiendo en el futuro que
aumentar margi-nalmente la circulacin de escritos ya existentes a
travs de laeliminacin de los derechos de autor.
Los derechos de propiedad en general, deben ser distin-guidos de
la forma particular de los derechos de propiedad en losas llamados
pases "capitalistas". Un gobierno socialista tam-
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TRANSACCIONES POLTICAS 45
bin es propietario. Si el socialismo significase literalmente
unaabolicin de los derechos de propiedad, ms que su reasigna-cin,
entonces cualquier ciudadano individual sera libre de cons-truir
una casa, montar a caballo o jugar bisbol en terrenos queel
gobierno reserva para la produccin de alimentos, y la vidase
tornara imposible en tal sociedad. Pero, en realidad, ya seabajo
capitalismo o socialismo, los derechos de propiedad son,bsicamente,
derechos para excluir, lo que en trminos operati-vos significa la
disponibilidad de fuerza gubernamental paraexpulsar o castigar a
otros por emplear la misma propiedad sinpermiso. Sin embargo, el
derecho de excluir no significa que laexclusin resultar. Los
derechos de excluir son negociables enlas economas de mercado y
pueden ser arrendados o vendidos,en parte o como un todo. Los
derechos de propiedad tambinson divisibles entre unidades
productoras de decisiones. Unapersona u organizacin puede poseer el
derecho de cultivar de-terminado campo, mientras otra unidad
productora de decisio-nes posee el derecho de los minerales que se
hallan debajo yan otra posee los derechos de tender cables
elctricos por sobreese campo. Casi nunca un solo propietario posee
cada uno delos usos concebibles de una propiedad determinada. El
propie-tario de una montaa no tiene el derecho de sobrevolar
dichamontaa y tampoco posee el derecho sobre cada torrente deagua
que se origina en su montaa, en el sentido de poder vertercualquier
cosa que desee en sus aguas.
Tanto en un contexto socialista, como en uno capita-lista, un
derecho de propiedad es un privilegio diferencial17de algunos para
excluir a otros de decisiones o actividades que
17 Esto es negado por F.A. Hayek en The Road to Serfom
(Chica-
go: University of Chicago Press, 1944), p. 80, sobre la base de
que algo noconstituye privilegio si cualquiera pueda adquirirlo.
Ello significa en pros-pectiva que el acceso no constituye
privilegio, lo que de ninguna maneraniega que la posesin
retrospectiva pueda ser un privilegio. Con toda seguri-dad la
presidencia de los Estados Unidos es un cargo de privilegio, aunque
laConstitucin lo hace eventualmente alcanzable para casi cualquiera
(y algu-nos de los titulares han dado prueba de ello). Una funcin
como la presi-dencia o derechos de propiedad pueden constituir
privilegio si el individuoque termina ejerciendo tales funciones no
las ha alcanzado a travs de ven-tajas o privilegios personales. El
cargo de emperador del Imperio Romanoera un cargo
extraordinariamente privilegiado, a pesar de que muchos indi-viduos
que alcanzaron tan alta posicin surgieron a partir de puestos
mo-destos y aun desventajosos en la sociedad.
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46 ESTUDIOS PBLICOS
involucran algn objeto de valor fsico o intangible. Este
privi-legio diferencial no es personal; el actual propietario puede
hacerencarcelar a quien fue dueo hasta la semana pasada por
ingresarilegalmente a su propiedad. En una sociedad socialista o
comu-nista, un funcionario depuesto no podra osar intentar
seguirdirigiendo empresas anteriormente bajo su control. La base
deun derecho de propiedad es, por lo tanto, no un atributo o m-rito
individual, sino la conveniencia social. La interrogante sociales,
entonces, qu ha de ganarse o perderse defendiendo un de-recho de
propiedad, sobre qu base debiera el derecho ser asig-nado y debiera
ste ser transferible? La definicin y asignacinde derechos de
propiedad acontecen en todo tipo de sociedadesen las sociedades
socialistas las asignaciones, por ahora, estnbasadas en eleccin o
designacin poltica mientras que eltraspaso a la discrecin de los
agentes individuales es la caracte-rstica definitoria de los
procesos capitalistas.18
Definir un derecho de propiedad es delimitar y juntar enun
paquete diversas actividades posibles, asociadas con un objetode
valor dado. Es esencialmente un juicio que ciertas decisionesvan
juntas, en el sentido de que diferentes decisiones tomadassobre
cada una de las actividades por separado en escasas ocasio-nes son
tan beneficiosas para la sociedad como decisiones toma-das en forma
colectiva sobre el conjunto de actividades. Si se de-finen derechos
de propiedad sobre la cabeza de un puerco vivoindependientemente de
los derechos de propiedad sobre el cora-zn, el estmago, o las patas
traseras del mismo puerco, de formatal que esos derechos puedan ser
mantenidos por diferentes uni-dades productoras de decisiones, es
poco probable que el puercopueda sobrevivir un espacio de tiempo
ptimo desde el punto devista de la produccin de chuletas, jamn y
menudencias. Si eldueo del corazn del puerco removiera su
propiedad, el valordel resto de la propiedad sera reducido. Si esos
derechos de pro-
18 En este contexto, la expresin "derechos de propiedad
versus
derechos humanos" pierde mucho de su significado. La propiedad
en sno tiene derechos. Slo los seres humanos tienen derechos. La
nica opcinplena de significado es entre mecanismos de toma de
decisiones alternativospara resolver conflictos entre personas
respecto de transacciones entre bie-nes alternativos. Alguna
urgencia circunstancial puede o no puede excederen importancia al
significado de un derecho de propiedad en particular.Pero aqu, tal
como acontece en el caso de la libertad, las cuestiones
indi-viduales de rango no necesariamente deben ensombrecer o
confundir lacuestin central de la distincin.
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TRANSACCIONES POLTICAS 47
piedad separados son transables, obviamente sera convenientepara
los intereses de alguien adquirir esos derechos separados
yriesgosos a un valor superior del que tienen para los diversos
pro-pietarios, a fin de combinarlos en un solo derecho sobre el
puer-co, considerablemente menos riesgoso. En otras palabras, el
de-recho sobre todo el porcino es ms valioso que la suma de
losderechos sobre todas sus partes. La definicin de un derecho
depropiedad es, en consecuencia, un paso importante, especialmen-te
en sistemas que prohiben la transferencia consecutiva de
esosderechos.
En los sistemas feudales, en que la tierra es heredada encalidad
de propiedad indivisible que debe permanecer en manosde una familia
determinada (propiedad sujeta a vnculo), es lasociedad toda la que
pierde si esas tierras estn en parcelas tanpequeas, o situadas de
modo tal, que se tornan mucho menosproductivas que si pudieran
combinarse en unidades mayores otransadas para lograr parcelas
contiguas, o si tierra servida porun cauce de agua dado se hallase
bajo la misma unidad produc-tora de decisiones. Inversamente, una
propiedad puede ser de-masiado extensa como para ser eficientemente
administrada poruna sola unidad tomadora de decisiones, de modo que
arrojaraun mayor producto para la sociedad toda si estuviera bajo
diver-sas unidades. Estos problemas no son exclusivos del
feudalismo.Dondequiera que la definicin inicial de los derechos de
propie-dad sea imperfecta lo que equivale a decir, dondequiera
quehaya sido realizada por seres humanos y las
transferenciasconsecutivas estn o prohibidas o restringidas, surgen
problemassimilares. Un gobierno socialista puede, por ejemplo,
"vincular"toda una rama industrial a una sola comisin de
planificacin,lo que puede conducir a "errores" evitables en la
industria, queno son resultados de la estupidez o de la
perversidad, sino se de-ben exclusivamente al elevado costo de
controlar la propiedadtal como se ha definido. Si la propiedad
fuese transferible, serams valiosa en unidades menores, ms valiosa
no slo para suscompradores, sino que para la sociedad entera.
Dejar los derechos de propiedad completamente indefini-dos
resulta todava ms desastroso que definirlos de modo im-perfecto.
Ciertos animales salvajes son muchas veces cazadoshasta su
extincin, precisamente porque no pertenecen a nadie.Mediante
decreto o a travs de una metfora podra llegarse aafirmar que
pertenecen "al pueblo", pero a menos que sea fac-tible aplicar la
fuerza para excluir a los cazadores furtivos, nohay, en realidad,
derecho de propiedad. Son precisamente aque-llas cosas que
pertenecen al "pueblo" las que histricamente
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48 ESTUDIOS PBLICOS
han sido saqueadas; criaturas salvajes, el aire y las vas de
aguaconstituyen ejemplos notables. Esto apunta el meollo de porqu
los derechos de propiedad son en primer lugar
socialmenteimportantes. Derechos de propiedad significan controles
auto-interesados. Ninguna criatura que es propiedad se halla en
peli-gro de extincin. Ningn bosque virgen que constituye propie-dad
se halla en peligro de ser arrasado. Nadie mata el ganso delos
huevos de oro cuando es su ganso. Ni siquiera las gallinasdomsticas
que ponen huevos corrientes se hallan en peligrode ser muertas
antes de que est asegurada su reposicin. Ningunacompaa maderera va
a permitir que sus propios bosques se con-viertan en una masa de
tocones, aunque ella puede hacer estoen tierra "pblica".19
Creando monitores con un inters, amparado en la ley,en la
maximizacin de un conjunto dado de valores, los dere-chos de
propiedad reducen el costo social de controlar la eficien-cia. En
sistemas de propiedad no transferible, los incentivos
delcontrolador residen en maximizar esos valores hasta donde
seaposible durante el ejercicio de un cargo, ya sea como herederode
una propiedad sujeta a vnculo familiar, ya sea como miem-bro de una
moderna comisin de planificacin con un perodofijo. All donde la
propiedad puede transferirse a voluntad, elvalor presente de una
propiedad, en cualquier momento dado,incluye los valores futuros
alcanzables mucho ms all del hori-zonte de tiempo (o incluso vida
entera) del propietario existen-te, quien, por lo tanto, no tiene
incentivo para restringir su maxi-mizacin al corto plazo. En los
sistemas socialistas, las transfe-rencias de propiedad tienen lugar
a travs de decisiones polticasdestinadas a reemplazar a los
miembros de los organismos de pla-nificacin o a reorganizar la
estructura de planificacin misma.La propiedad en s jams pertenece a
esos individuos, aunque sebeneficien tanto fsica como
financieramente de la misma, y una
19 Ni siquiera un propietario de bosques nonagenario necesita
cor-
tarlos todos si desea lograr ganancias inmediatas. El valor
futuro de rbolesque madurarn mucho despus de su muerte se refleja
en el valor actual desus bosques en el mercado. El valor del bosque
no est limitado por el usoque se haga de l, sino por el uso que
terceros hagan de l. Con todo lo li-mitado que puede ser el
horizonte temporal de un nonagenario, hay otroscon horizontes de
tiempo ms elevados, para los que tendr correspondien-temente mayor
valor. Una compaa de seguros de vida puede interesarsebastante en
rboles (u otros bienes) que maduren en cincuenta aos ms,cuando
llegue el momento de pagar a muchos de sus asegurados.
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TRANSACCIONES POLTICAS 49
administracin visiblemente exitosa puede generar una gananciade
capital bajo la forma de una creciente probabilidad de promo-cin a
niveles superiores de paga o poder. Todo ello proporcionaincentivos
de corto plazo para una maximizacin de corto plazode valores
polticamente visibles. La moralidad, la ideologa oun sentido de la
historia deben, entonces, constituirse en incen-tivos para las
polticas de maximizacin de largo aliento. El queesos incentivos
sean aplicables a slo un nmero limitado deindividuos, o a
individuos en slo un nmero limitado de po-siciones de visibilidad
histrica, puede ser descrito por el hechode que las inversiones de
largo plazo realizadas en la Unin So-vitica son dirigidas slo por
unas pocas personas a la vez. Alalero de estructuras de incentivo
de corto plazo, las unidadesde toma de decisin individuales tienden
a evitar innovacionestecnolgicas con costos de corto plazo y
beneficios de largoplazo tanto "como el demonio rehuye el
incienso", para citaral premier sovitico Brezhnev en un discurso
quejndose de losadministradores soviticos.20
Dado que los derechos de propiedad son esencialmentederechos
para excluir, con auxilio de la fuerza proporcionadapor el
gobierno, los costos a ser considerados en esta transac-cin social
son los costos pagados no slo por aquellos excluidos,sino que por
la sociedad toda. De hecho, cuando una economaes reconocida como un
esquema de racionamiento que debenegar muchas cosas a muchas
personas (pocos individuos podranafrontar adquirir uno de cada uno
de los artculos producidosen una economa), esta cuestin se reduce a
las prdidas sufridaspor la sociedad en general. Los derechos de
patentes excluyen aproductores alternativos de ofrecer los bienes
patentados, redu-ciendo la competencia y la eficiencia de ella
derivada. Los dere-chos de autor reducen la diseminacin del
conocimiento y laentretencin, dado que por va de los precios
desplazan a po-tenciales usuarios fuera del mercado con
requerimientos deroyalty. Con las patentes como con los derechos de
autor, no sonlos royalties, efectivamente pagados, los que
constituyen laprdida social; stos son apenas transferencias
internas. Son lastransacciones que no se verifican por potenciales
cargos de ro-yalty, los que constituyen la prdida social neta. El
costo de vigilar
20 Citado por Joseph Berliner en Prospects for Technological
Progress, en Soviet Economy in a New Perspective, Joint Economic
Com-mittee, Congreso de los Estados Unidos (Government Printing
Office, 1976)p. 437.
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50 ESTUDIOS PBLICOS
los derechos de propiedad es tambin una variable social
impl-cita en una transaccin respecto de los beneficios. Todo el
costo-so aparato de ttulos de dominio, registro de ttulos, sistemas
decortes civiles, rdenes de desalojo, etc., son parte del costo
delos derechos de propiedad en general, y de tenencia de propie-dad
altamente fragmentada, en particular. Los costos tambinpueden
incluir prdidas para aquellos individuos que se
buscabeneficiar.
Los derechos en general pueden ser conferidos tanto
parabeneficio individual como para beneficio social. Los derechos
depropiedad estn destinados a asegurar ganancias para la sociedaden
general, incluyendo a numerosas personas que no poseen unapropiedad
significativa. En la ideologa socialista se insiste en es-te punto,
donde el gobierno se reserva los derechos de propie-dad "para
beneficio del pueblo", aunque tambin est implcitoen la ley del
derecho de propiedad privada capitalista, dondees la conveniencia
social ms que la ganancia individual lo queconstituye la razn
fundamental de control.21 Sin embargo, haymuchos derechos
destinados a beneficiar primordial o exclusi-vamente a aquellos a
quienes se aplican directamente los dere-chos. Las leyes de
derechos civiles, por ejemplo, estn en generaldestinadas a
beneficiar a las minoras tnicas o raciales, y lasleyes de salario
mnimo generalmente estn destinadas a benefi-ciar a los empleados
que perciben remuneraciones bajas. Elobjeto de discusin apropiado
aqu es la transaccin de costosy beneficios para esos subconjuntos
de la poblacin, al igual quepara toda la poblacin.
Iguales Derechos versus Derechos Especiales
Si bien todas las formas de organizacin de la sociedad
re-quieren de algn conjunto confiable de expectativas, exigiblepor
presin de grupos o fuerza, en muchas naciones no bastacon que
existan derechos; ellos deben ser tambin, en principio,derechos
iguales. La igualdad como principio poltico o legal nodepende en
creer en cualquier tipo de igualdad emprica. Por elcontrario. Si
fuese literalmente verdadero que "todos los hom-
Vase, por ejemplo, Richard Posner, Economic Analysis of
Law(Little, Brown and Company, 1972), Captulo 2; Henry G. Manne,
ed.,The Economics of Legal Relationships (West Publishing Co.,
1975), ParteI, Seccin B.
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TRANSACCIONES POLTICAS 51
bres son creados iguales", no habra motivo para una
proteccinigualitaria por la ley e, incluso, tal vez no habra
necesidad si-quiera de las leyes. Si todas las personas tuvieran
exactamentela misma inteligencia, fuerza, agresividad, capacidad
organizati-va, etc., no habra necesidad de que la ley protegiese a
unos deotros, puesto que determinado individuo jams se hallara en
po-sicin de sacar exitosamente ventaja de otro. Si bien una
coali-cin de tales individuos iguales podra arrollar a cualquier
indi-viduo aislado, ellos seran todos igualmente capaces de
preve-nirse y de organizar contracoaliciones para contrarrestar esa
ame-naza. Son precisamente las desigualdades entre las personas
lasque tornan tan importante una proteccin igualitaria de la ley;es
decir, debe existir una fuerza organizada arrolladura prontaa
restablecer el equilibrio, de modo que una dbil ancianitapueda
tener el mismo derecho a la vida que el ms fornido delos jvenes, o
que los impostores que engaan a los despreve-nidos no sean inmunes
al debido castigo por parte de los co-rrespondientes
funcionarios.
Desde luego, son escasas las personas que son iguales enun
sentido estrictamente emprico. La mayor parte de las perso-nas que
son consideradas iguales habitualmente son consideradascomo tales
debido a que poseen desigualdades compensatorias,esto es, ninguna
de ellas es superior en todos los aspectos, y tam-poco son iguales
en todos los aspectos. En este contexto, la"igualdad" depende antes
que nada del peso asignado arbitra-riamente a los diversos rasgos
que predominan en una y otrapersona. Tambin cualquier nocin general
de "superioridad"o de "inferioridad" dependera de ese factor. Todos
estos inten-tos de sumar caractersticas dispares ignoran la
diversidad devalores personales que torna imposible contar con
unidadesobjetivamente reconocidas e intercambiables, en las cuales
su-mar totales. La mayora de nosotros otorgara gran peso alhecho de
que el individuo A no es un homicida manaco, mien-tras el individuo
B s lo es, prefiriendo as a A, aun si B fueseuniversalmente
reconocido por poseer mayor encanto o belle-za. Pero hay escasos
rasgos respecto de los cuales existe unacuerdo similar, incluso
respecto de un ordenamiento de rangoy mucho menos todava respecto
de los pesos relativos.
All donde un segmento particular de la poblacin poseederechos
diferentes a los de la poblacin en general, ya sea ex-plcitamente,
ya sea en la prctica, los costos de negociar conese segmento
tendern tambin a ser diferentes. Cualquiera conuna opcin de
negociar con extranjeros de permanencia ilegal enel pas, ciudadanos
comunes y corrientes o personas con inmuni-
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52 ESTUDIOS PBLICOS
dad diplomtica, encarara diferentes riesgos (costos) de
respon-sabilidad legal personal y distintas perspectivas de lograr
repara-cin por cualquier perjuicio que sufriese de parte de
individuospertenecientes a cada uno de estos respectivos grupos. Si
losindividuos de estas tres categoras fuesen de otra forma
idnticos,cualquier negociador eventual, ya sea como patrn en el
campo,como empleador o como cnyuge, enfrentara el menor riesgode
problema jurdico de parte del inmigrante ilegal y el mayorde parte
de alguien que goce de inmunidad diplomtica. Losabusos sufridos por
el primero y aquellos infligidos a otros porel segundo son ambos
conocidos. Lo que importa aqu no es laexperiencia retrospectiva de
estos dos grupos especiales, sino loque ello, de modo ms amplio,
significa para el comportamientofuturo de la sociedad en general.
Mientras ms numerosos seanlos derechos especiales creados para
cualquier grupo en particu-lar, tanto ms elevados sern los costos
de negociar con ese gru-po y tanto ms limitado el nmero de
transacciones que esegrupo podr consumar. Las legislaciones
especiales en salud yseguridad para los jvenes y las mujeres tornan
a stos en em-pleados menos deseables que otros, reducindoles as su
posi-bilidad de emplearse. Este no es un fenmeno limitado slo a
losempleadores privados capitalistas. Los administradores
soviti-cos han evitado contratar trabajadores jvenes cada vez que
leses posible por exactamente las mismas razones.22 En la medidaque
han aumentado los derechos a desahucio legal para lostrabajadores
despedidos, tambin han ido aumentando los re-querimientos para
contratarlos, con el fin de descartar a muchos,que de otro modo
seran empleables, dado que el empleadornecesitase un mayor nivel de
seguridad antes de asumir los cre-cientes riesgos de la
responsabilidad legal por despidos.23 Losparientes a menudo poseen
derechos especiales respecto de algu-na plaza de trabajo, sin que
exista un acuerdo explcito al respec-to; las reglas antinepotismo
los tornan menos empleables paraevitar esos costos.
Los derechos del consumidor aumentan los precios paga-dos por
productos y servicios, dado que tanto una mayor calidadcomo una
mayor responsabilidad legal del productor implican
22 Alec Nove, The Soviet Economy (Frederick A. Praeger,
1961),
p. 234.
23 Walter E. Williams, Youth and Minority Unemployment
(Hoover
Institution Press, 1977), pp. 34-35.
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TRANSACCIONES POLTICAS 53
costos. La cuestin es si acaso el monto en que es aumentado
elprecio es ms o menos que el mayor valor generado por las
reglas.Si la mayor calidad del producto o la mayor responsabilidad
legaldel productor fueran de valor, habra incentivos de
gananciapara que el productor aumentase su calidad, responsabilidad
yprecio en conjunto sin necesidad de que medien leyes de pro-teccin
al consumidor. Desde hace tiempo se sabe que las tien-das con fcil
devolucin de mercaderas y dinero y servicio de re-paracin gratuito,
cobran ms caro que aquellas tiendas quevenden el producto "tal
cual". Algunas tiendas, incluso, vendenpor separado contratos de
servicio, de modo que el mismo temfsico puede ser adquirido en dos
precios distintos al mismo co-merciante, con dos niveles diferentes
de responsabilidad del ven-dedor. Aquellos para los cuales la
diferencia de precio constitu-ye incentivo suficiente para
especular con artculos de consumo,pueden comprar sin el contrato de
servicio, y otros puedensustituir marginalmente dinero por osada.
Estas diferencias sub-jetivas en el costo de los riesgos son
ignoradas cuando las leyesvigentes prescriben categricamente cunta
garanta de respaldodebe ser vendida con cada producto. Las
aseveraciones de que elconsumidor "realmente" debe estar mejor de
este modo pue-den, en muy escasas oportunidades, chequearse
empricamente.Una instancia histrica importante de imposicin de
"mejora"en la calidad del producto ocurri cuando el Parlamento
brit-nico impuso en el siglo XIX mayores estndares de salubridady
comodidad para los barcos de transporte de emigrantes irlan-deses.
En consideracin al inmundo y desagradable estado delos buques de la
poca, pareciera que podra sacarse de antema-no la conclusin de que
esto representaba un beneficio neto.Pero la historia muestra que
los irlandeses se apresuraron paraalcanzar a abordar buques que
zarparan antes de la entrada envigencia de la nueva ley, y el flujo
de emigrantes cay inme-diatamente despus de la misma.24 El costo de
la mayor calidadaparentemente fue ponderado de modo distinto por
los mismosirlandeses que por el Parlamento britnico.
Tal vez el problema crucial en juego en la creacin de
"de-rechos" especiales es que casi siempre implican una reduccindel
conjunto de opciones disponibles para quienes estn en
unatransaccin, sin ningn aumento compensatorio en otras opcio-
24 Oliver McDonagh, The Irish Famine Emigration to the
United
States, Perspective in American History, Vol. X (1976), p.
412.
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54 ESTUDIOS PBLICOS
nes. No hay motivo para pensar que las personas
generalmentelograrn un mejor conjunto de elecciones a partir de un
con-junto menor de opciones, cuando el conjunto mayor incluyetodas
las opciones del conjunto menor. Si el propsito es, en loshechos,
negar a los ostensibles beneficiarios su opcin y sustituirla
eleccin de otro, eso es un asunto diferente.
Dado que el impacto negativo de derechos legales espe-ciales
sobre los receptores es pocas veces reconocido por el p-blico
elector, ese costo pocas veces sirve de restriccin para laproduccin
de decisiones polticas. En efecto, la creacin dederechos est menos
restringida que la creacin de otros benefi-cios ostensibles para
electorados especiales. Si bien, habitualmen-te puede esperarse que
los beneficios polticos aumenten el apoyoelectoral entre los
beneficiarios, se pierden votos entre aquellosque deben pagar los
costos, ya sean los contribuyentes en generalu otros que deben
cargar con el bulto. Los derechos, sin embar-go, cuestan al
contribuyente un poco ms que el valor del papely la tinta
necesarios para imprimirlos. Desde el punto de vistade un poltico,
los derechos son, por lo tanto, un beneficio vir-tualmente ideal
para conferir a grupos de apoyo electoral espe-cficos. All donde
los costos sociales del derecho consisten ma-yoritariamente en una
reduccin de potenciales transaccionesafectadas por los derechos, lo
que importa polticamente es siaquellos que se benefician
tangiblemente con los mejores trmi-nos de las transacciones (leyes
de salario mnimo, controles derenta) pueden percibir sus prdidas
compensatorias a partir dereducciones en el nmero de transacciones
consumadas (desem-pleo, escasez de viviendas) y si el otro
negociador puede ser p-blicamente desacreditado (empleadores
"explotadores" o terra-tenientes "codiciosos"). All donde los
trminos son ms visiblesque el nmero de transacciones, y el otro
negociador es poltica-mente vulnerable, hay escasa restriccin sobre
la proliferacinde derechos especiales para grupos especiales.
La transaccin entre derechos iguales y derechos espe-ciales a
menudo es negada por los mismos mtodos verbales em-pleados para
oscurecer la transaccin entre libertad y otros valo-res. Las dos
cosas que se transan simplemente son colocadas bajouna etiqueta, de
modo que derechos especiales para grupos espe-ciales son descritos
como meros derechos iguales en algn sentido"ms amplio" o "ms
verdadero", y en lugar de una transaccinhabr, retricamente al
menos, slo una expansin del nico be-neficio. Esta prestidigitacin
verbal evita tanto a la sociedad co-mo a los supuestos
beneficiarios confrontar los costos de los de-rechos
especiales.
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TRANSACCIONES POLTICAS 55
Derechos Generales
All donde ciertos derechos generales involucran
deseosvirtualmente universales, como el deseo de no ser
asesinado,incorporarlos en leyes especficas elimina los costos de
transac-cin de litigar intilmente cada ocasin el perjuicio neto
delacto individual, en un enfoque de derecho consuetudinario
sinninguna ley especfica contra el asesinato. Anlogamente,
hacien-do ilegal la fijacin de precios per se se ahorra a los
tribunalesreiteradas segundas presentaciones de nociones bsicas de
econo-ma en caso de infraccin a las disposiciones antimonoplicas.El
hecho de ahorrar algo de tiempo a los tribunales puede pare-cer una
justificacin extraa y dbil para transformar derechosbsicos en
leyes. Tales leyes, sin embargo, transmiten un cono-cimiento
virtualmente unnime, no slo en relacin con lo abe-rrante del
crimen, sino en relacin con la decisin de actuar con-tra quienes lo
perpetraron. Pero en casos que impliquen transac-ciones voluntarias
tal informacin no existe y, de existir, no seranecesario
transmitirla. Si de algn modo fuese imposible matara alguien sin
que medie su propia cooperacin voluntaria, lafuerza de las leyes
contra el asesinato sera tanto menor de la quetienen y habra
fundamento para litigar cada episodio a partirde cero, a fin de
determinar cul es el perjuicio realmente cau-sado.
Incluso las leyes contra el asesinato estn sujetas a
losrendimientos decrecientes y, en ltima instancia, a
rendimientosnegativos. Un paciente en fase terminal que ha perdido
la con-ciencia, definitivamente puede ser mantenido
orgnicamente"vivo" durante meses o aos tras la muerte de su
cerebro, comogaranta contra una acusacin de asesinato u homicidio
preme-ditado que podra ser presentada contra el mdico o las
autori-dades hospitalarias. Otros pacientes terminales, cuya nica
con-ciencia es la de su aterrador dolor, pueden ver su agona
artifi-cialmente prolongada por la misma razn, a pesar de que
existendrogas disponibles para aliviar su sufrimiento, pero con el
efectosecundario de acortar su "vida". La ruina econmica de la
fami-lia de un paciente o el sufrimiento del propio paciente
constitu-yen la "prima" implcita que se cancela por este "seguro"
contracargos de homicidio. Es un costo externo para las
autoridadesmdicas que toman las decisiones, y, por tanto, no
restringe suconducta. Con todo lo desproporcionados que pueden ser
loscostos y los beneficios en cualquier caso individual siendo
loscostos para el paciente y sus familiares tanto ms elevados
quelos beneficios para el mdico la gran interrogante social es
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56 ESTUDIOS PBLICOS
cuntas personas se encargaran de pacientes terminales (o
depacientes que podran llegar a la fase terminal) si ello
significaseencarar a diario la posibilidad de cargos de homicidio
por proce-dimientos mdicos ms humanos.
La tragedia est implcita en la naturaleza categrica de lasleyes
en general y en las leyes de homicidio en particular. Elsistema
legal todava lucha con el problema de intentar introdu-cir algn
anlisis marginal en esta rea, por ejemplo, con rde-nes de
tribunales individuales para desconectar los equipos desalvacin de
la vida de pacientes terminales, comatosos, personasbsicamente
muertas, cuyos rganos y cuentas mdicas son arti-ficialmente
prolongados. Pero los costos squicos y legales deobtener tales
rdenes de parte de los tribunales las hacen prc-ticamente
inalcanzables para muchas personas. El punto aqu esno "culpar" a
nadie. Por el contrario. Esta situacin constituyeuna tragedia, en
el sentido clsico de una catstrofe humanamen-te inevitable. Incluso
podra ser que no hubiera una "solucin"real que no abriera paso al
sacrificio deliberado de otras personasenfermas por sus bienes, sus
rganos o simplemente para zafarsede un inconveniente.
La ley contra el asesinato ha sido empleada como unailustracin
de los rendimientos decrecientes de las leyes y laspolticas en
general, precisamente porque es una de las ms uni-versales de todas
las leyes, que se halla presente en los sistemassociales y legales
ms diversos y que han perdurado a lo largo delas pocas. No hay un
grupo especfico detractor de lo deseabledel objetivo. Rendimientos
decrecientes e incluso negativos enel caso de una ley tan esencial
son una indicacin sensata de loslmites de cualquier ley o poltica,
y de los lmites del conoci-miento de los cuales dependen las
decisiones. Incluso, si, en unacoyuntura dada, se torna obvio para
el paciente, su familia y elmdico tratante que el sufrimiento no
debiera ser artificial eintilmente prolongado, la transmisin de
este conocimiento entrminos categricamente articulados y
documentados para ter-ceras personas es lo que determinar si se
aplicacn las leyes deasesinato.25 En general, los retornos
decrecientes y los lmites(costos) del conocimiento inhiben la
aplicacin de todas lasleyes y las polticas, independientemente de
cun obvios o desea-bles parezcan ser sus objetivos.
25 Si el paciente est muriendo de una condicin que es slo
margi-
nalmente diferente de una condicin de la cual las personas se
recuperanda a da, documentar el grado de su enfermedad puede
constituir una tareaformidable.
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TRANSACCIONES POLTICAS 57
All donde los derechos generales bsicos involucradosconstituyen
derechos frente al gobierno como en la declara-cin de derechos-, el
ahorrar costos de transaccin no es unaconsideracin pequea, dada la
marcada desproporcin entrelos recursos del gobierno y los de un
individuo particular. Colocarel peso de la prueba sobre el gobierno
tambin ahorra costos detransaccin. Sin tales derechos y sin
diferencia de peso de prueba,cada persona tendra que litigar contra
lo perjudicial de los ar-gumentos generales del gobierno hasta
acabrsele su dinero y noser capaz de seguir presentando batalla.
Ahorrar costos de tran-saccin es salvar a los derechos mismos de
carecer de sentido.
Tiempo
El tiempo es importante de diversos modos en la produc-cin de
decisiones polticas, incluyendo los horizontes tempora-les de
quienes las adoptan y de los electores, la dimensin tem-poral de
los grupos de inters y los problemas generados por di-visiones
arbitrarias del continuum temporal por motivos de eva-luacin
poltica.
Debido a que los horizontes temporales propios de lospolticos
son tan breves, los mayores horizontes temporalesde los votantes
son cruciales para transmitir una perspectivams prudente a los
responsables de decisiones gubernamentales.Pero el tiempo aumenta
el costo del conocimiento poltico y elcosto de una efectiva
retroalimentacin a los individuos o institu-ciones que toman las
decisiones. Las consecuencias que tomanmucho tiempo en tornarse
visibles son menos probables de sercomprendidas en retrospectiva
por el votante medio, y dada larotacin de los funcionarios elegidos
y designados, la perspectivade consecuencias negativas en el largo
plazo puede constituirescasa o ninguna disuasin para un productor
de decisiones in-dividual en el momento que la decisin poltica es
hecha. Alldonde existe un aparato poltico-partidario duradero
una"mquina" preocupado de sus posibilidades de mantencinen el poder
a largo plazo, los costos externos de la toma de deci-sin
individual pueden ser internalizados en alguna medida, eimpone un
horizonte temporal algo ms extenso que en casocontrario. Sin
embargo, con el crecimiento del nmero de pol-ticos "independientes"
o destacados (tal vez "carismticos"),el horizonte temporal poltico
tiende a reducirse a tan slo losaos que servir ese individuo el
cargo para el que fue designadoo elegido. Puede resultar
significativo, por ejemplo, que la crisis
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58 ESTUDIOS PBLICOS
financiera que vivi la ciudad de Nueva York en la dcada de los70
surgiera a partir de polticas y prcticas adoptadas durante
laadministracin de uno de los alcaldes ms carismticos e
inde-pendientes de la dcada de los 60, y que la contrastante
solven-cia financiera de la ciudad de Chicago durante esos mismos
aosfuese mantenida justamente en uno de los ltimos bastiones de
lamquina poltica municipal.
Los miembros de una mquina poltica tienen grandesinversiones en
sus futuras posibilidades electorales, que coincidencon sus propias
expectativas individuales de seguir avanzando enla escala de
antigedad a cargos superiores. Mientras ms indepen-diente sea el
poltico individual, tanto menos estar su destinoatado a las
consecuencias de largo plazo de sus decisiones en unaunidad
particular de gobierno. Las consecuencias negativas queafloren una
vez que se haya retirado de esa unidad pueden in-cluso ser usadas
para probar su superioridad por encima de quie-nes le sucedieron en
el cargo. Lo que interesa e importa al indivi-duo productor de
decisiones polticas es cmo sus decisiones ac-tuales, tomadas en su
puesto actual, promueven sus perspectivasinmeditas para alcanzar
posiciones aun mejores en otra parte. Siun conjunto determinado de
medidas polticas aumentan lasperspectivas presidenciales de un
alcalde, el potencial perjuiciode esas polticas para la ciudad una
vez que haya llegado a laCasa Blanca slo muy difcilmente se
constituirn en un di-suasivo poltico.
El efecto de los aparatos partidarios, en contraste con losde un
lder carismtico, puede tambin observarse en los Estadosno
democrticos. El lder en ejercicio de la Unin Sovitica encualquier
momento del tiempo podra hacerse ms popular libe-ralizando
restricciones gubernamentales o reduciendo el gastomilitar y
permitiendo que aumente correspondientemente elnivel de vida de su
pueblo. Los perjuicios inmediatos para supropio rgimen durante el
ejercicio de un cargo pueden sermnimos, pero aun as las importantes
amenazas a los objetivosinternos y externos del Partido Comunista
bien podran ser losuficientemente serios como para causar que esa
colectividaddeponga al lder por haber tratado de iniciar tales
reformas. Unpartido con un horizonte de tiempo mayor requiere de un
con-trol ms profundo que un individuo que apenas debe considerarsu
propio perodo de ejercicio. Las dictaduras no partidistas enpases
no comunistas pueden ser tan (o ms) autoritarias, peroescasas veces
son tan profundamente totalitarias, en el sentidode entrometerse en
las vidas privadas, las creencias religiosas oel adoctrinamiento de
los hijos. Las dictaduras no partidistas
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TRANSACCIONES POLTICAS 59
estn, en consecuencia, ms sujetas a cambios, aun si es slo porla
muerte del dictador individual, como en el caso de Espaa o
dePortugal.
Sesgo Temporal
Tendemos a concebir diversos grupos de inters la indus-tria
siderrgica, la agricultura, los trabajadores de la construc-cin,
los mdicos, las minoras tnicas como integralmentepermanentes en el
tiempo, y diversas legislaciones o polticas de in-ters especial
para el beneficio de tales grupos como entidades dura-deras. En
realidad, sin embargo, la constante rotacin de individuosu
organizaciones en determinados sectores hace posibles marca-das
divergencias entre los intereses de los titulares de un
cargo,propias de un tiempo determinado, y el grupo de inters
perdu-rable, del cual esos individuos forman una parte transitoria.
Porejemplo, las leyes que dificultan el despido por parte de los
em-pleadores constituyen un obvio beneficio para aquellos que
estnempleados. Pero dichas leyes generan incentivos para que
esosempleadores aumenten las exigencias de contratacin, y para
quesustituyan mano de obra por capital, contribuyendo ambas
me-didas al aumento de la tasa de desempleo de los trabajadores
queconstantemente ingresan a la fuerza laboral. El resultado
netopuede ser una disminucin de las oportunidades de trabajo parala
"fuerza laboral" en el tiempo, aunque represente una
gananciainmediata de oportunidades laborales para los empleados
enejercicio. Para ellos puede constituir un objetivo
completamenteracional buscar tales leyes que protejan sus puestos,
as como lopuede ser para los polticos en ejercicio que aprueban tal
legisla-cin. Muchos de aquellos cuyas perspectivas laborales
futurasson transadas a cambio de ventajas en el presente son
demasiadojvenes para votar o todava no han siquiera nacido. De
formasimilar, las leyes estatales norteamericanas a menudo protegen
alos gestores empresariales en ejercicio de los esfuerzos de
"ab-sorcin" de otras corporaciones que, despus de comprar la
em-presa, podran despedirlo. Desde un punto de vista social,
puedetener escaso sentido proteger a ejecutivos menos eficientes
deotros ms eficientes. Sin embargo, es la administracin en
ejerci-cio la que decide dnde ubicar los cuarteles generales y las
ins-talaciones de la empresa, y aquellos Estados de la Unin
norte-americana que protegen a los actuales gerentes obstruyendo
la"absorcin" tienen la ventaja de atraer a su territorio
empresasque generan impuestos y plazas laborales. Es una decisin
perfec-
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60 ESTUDIOS PBLICOS
tamente racional de parte de los gobiernos estatales
estadouni-denses, aun cuando esas medidas van en contra del inters
nacio-nal. En pocas palabras, es perfectamente razonable para los
tra-bajadores en ejercicio y las empresas actuales perseguir
objetivosque son una anttesis de los intereses econmicos de los
trabaja-dores y de las empresas como grupos de inters de largo
aliento.Y es igualmente razonable que polticos en ejercicio los
acomo-den con leyes que no concuerdan con los intereses de largo
plazode ninguna de las partes.
Podra parecer que una vez que los representantes tempo-rales de
un grupo perdurable son reemplazados por una nuevageneracin, la
legislacin existente, adaptada a la generacin sa-liente, sera
rechazada. Pero tal ajuste a una retroalimentacinposterior es
inhibida por diferencias en el costo del conocimien-to para quienes
se hallan en ejercicio y para quienes no. Primeroque nada, los que
ejercen saben quines son individualmente, ques lo que tienen en
comn y qu es lo que se juegan. Personas quepodran haber llegado a
ser mdicos si la A.M.A. (AsociacinEstadounidense de Mdicos) no
restringiera el ingreso a las es-cuelas de medicina, o que podran
haber creado un ferrocarriltotalmente diferente si la Comisin
Interestatal de Comercio nocontrolara esa industria, nunca conocern
esto ni siquiera con lamisma certeza, es decir, ni siquiera con un
costo de conocimien-to tan bajo. Un funcionario slo necesita ser
cuerdo para sabercul es su ocupacin, y medianamente inteligente
para darsecuenta de lo que l y sus colegas podran perder bajo
arreglosinstitucionales diferentes. Pero alguien que encuentra que
lavarcopas es el mejor trabajo que puede obtener, no puede saber
quepodra haber llegado a ser capataz de construccin si el
sindicatode la construccin no restringiera la entrada. Incluso si
lo lograrasaber, no podra ubicar a todos los otros individuos que
podranhaber sido sus colegas o empleadores en la hipottica
industriade la construccin que habra existido de no mediar tales
restric-ciones sindicales, a fin de poder formar un grupo de
interesescontrapuestos. Similarmente todos los inversionistas,
ejecutivos,empleados y subcontratistas potenciales del tipo de
empresasferroviarias que habran llegado a existir sin las
regulaciones men-cionadas, encaran increbles costos de conocimiento
tratando delocalizarse unos a otros, aun cuando cada uno de ellos
conociera,de algn modo, que fue personalmente uno de los
perdedoresde la Comisin Interestatal de Comercio.
Este sesgo temporal que se produce entre los miembrosexistentes
y potenciales de un grupo de inters es en ocasionestodava ms
acentuado cuando la legislacin crea un nuevo con-
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TRANSACCIONES POLTICAS 61
junto de terceras partes interesadas, estableciendo
institucionespara regular, promover o interactuar de algn otro modo
con elgrupo de inters en cuestin; ejemplos son la Direccin de
Ae-ronutica Civil, el Departamento de Agricultura y
organismosgubernamentales similares, vinculados a industrias
especficas.No estn vinculados con la industria o grupo de inters,
comopodra deducirse por propia cuenta, con una mezcla
siemprecambiante de organizaciones, personas y relaciones de
poder.Estn vinculadas en gran medida con organizaciones e
individuosvigentes en la industria o grupo de inters. El
desplazamientonormal de tales organizaciones e individuos por
nuevos competi-dores en la medida que transcurre el tiempo, es, por
lo tanto,muchas veces resistido por ellos a travs de acciones
polticas ogubernamentales. Una empresa vigente puede ser salvada de
labancarrota restringiendo la entrada de rivales, prohibiendo
oinhibiendo reducciones de precios de otras empresas vigentescon
menores costos, o reteniendo innovaciones tecnolgicas queamenazan
la rentabilidad o supervivencia de empresas vigentescon tecnologas
atrasadas.
Buena parte de la discusin poltica en torno a grupos deinters en
competencia pasa por alto la pugna entre segmentosdel "mismo" grupo
de inters, separados temporalmente. El sesgotemporal afecta no slo
la divisin de costos y beneficios en el se-no de tal grupo de
inters, sino que la direccin tomada por talesgrupos bajo
restricciones establecidas para beneficio de la primerageneracin de
funcionarios, suficientemente bien organizadospara alcanzar sus
objetivos polticos, produce efectos sobre laeconoma o la sociedad
toda.
El sesgo de la toma de decisin poltica en favor de toma-dores de
decisiones en ejercicio en instituciones no polticas esparte de un
sesgo temporal ms general de la produccin de decisio-nes polticas,
cuyo horizonte de tiempo suele estar amarrado porla siguiente
eleccin. En cuanto los horizontes temporales delelectorado se
extiendan ms all, en asuntos puntuales, la deci-sin poltica puede
reflejar consideraciones de largo plazo respec-to de esos asuntos
puntuales. Sin embargo, para que el horizontetemporal del
electorado efectivamente pueda controlar la pro-duccin de
decisiones polticas, los votantes deben ser capacesde prever las
consecuencias de largo plazo de las polticas actual-mente
aplicadas. Esto es ms factible para ciertas polticas quepara otras.
Para muchas polticas, incluyendo las econmicas, lasconsecuencias de
largo plazo involucran tecnicismos pocas vecescomprendidos fuera
del crculo de especialistas. Ms an, la re-troalimentacin emprica
puede corregir la comprensin inicial
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62 ESTUDIOS PBLICOS
slo de modo limitado, dado que los individuos que toman
lasdecisiones muchas veces han pasado a otros puestos
(habitual-mente ms altos) merced a la fuerza de lo que otrora se
pensacerca de sus decisiones, y si fue difcil para el electorado
enten-der lo que se hizo cuando se hizo; esa dificultad puede ser
aunmayor cuando se intente recrear la situacin inicial en las
mentesde los votantes aos despus, para el fin de reevaluar las
opcionesadoptadas. Ello no es imposible, sin embargo, cuando la
decisininicial implic una corrupcin ms tarde revelada (Teapot dom)o
cuando surge una guerra a partir de un apaciguamiento previo(el
caso de Neville Chamberlain). El punto aqu es simplementeque los
costos del conocimiento aislan en cierto grado las deci-siones de
largo plazo de la retroalimentacin de los votantes, "yen esa
ausencia" se carece de un incentivo institucional para quelos
funcionarios electos adopten una perspectiva que se proyectems all
de la siguiente eleccin. Cun corto es este horizonte detiempo puede
ser demostrado por el hecho de que el lapso pro-medio restante
antes de la siguiente eleccin es un ao para uncongresal americano y
de tres aos para un senador. Desde luegoque al inicio de su perodo
tienen ms tiempo antes de la si-guiente eleccin, pero se acorta con
cada da que transcurre. Superodo de ejercicio a partir del da que
asumen, dos y seisaos, respectivamente da el horizonte temporal
mximo, aun-que el horizonte temporal medio es exactamente la
mitad.
El tiempo es especialmente importante en las decisioneseconmicas
que implican "costos fijos"; es decir, costos que novaran en el
corto plazo. Los puentes, las lneas de autobuses ylos hospitales,
por ejemplo, tienen elevados costos fijos porestructura bsica y
equipamiento en relacin con los otros tiposde costos, como costos
laborales, que varan con el uso de lainstalacin o servicio. Las
lneas de buses municipales puedenseguir operando sin sumar el peso
a los contribuyentes, en lamedida que los pasajes cubran los costos
de corto plazo, tales co-mo el costo de gasolina y el salario de
los conductores. Sin em-bargo, en el largo plazo, los pasajes
necesitaran tambin cubrirlos costos fijos de reemplazo de los buses
que se van depreciando.En un momento dado del tiempo, la necesidad
de alzar los pasa-jes de los autobuses con el fin de cubrir ambos
tipos de costos,puede ser polticamente denegada sin temor de
retroalimenta-cin dentro del horizonte de tiempo de los
funcionarios electos.Mientras los pasajes vigentes sigan cubriendo
los costos de lagasolina, de los salarios para los conductores y
costos de cortoplazo similares, alzas de los pasajes pueden ser
pospuestas sinuna reduccin inmediata en la cantidad o calidad del
servicio de
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TRANSACCIONES POLTICAS 63
buses o un aumento de los impuestos, independientemente decun
inadecuado puede resultar el valor de los pasajes para re-emplazar
los autobuses que se desgastan. Ese es un problema paralos
pasajeros del futuro, los contribuyentes del futuro y
losadministradores del futuro. En el presente, pueden hacerse
ga-nancias polticas obvias desde una posicin moral humanitariade
proteger al pblico (o a los ms pobres) de pasajes ms caros.Cuando
los buses envejezcan y comiencen a fallar, llevando a
unasobreutilizacin de los restantes, mayores esperas en los
parade-ros y buses menos confortables, afectarn no slo al sistema
detransporte, sino a toda la ecologa social de la urbe. Aquellosque
hallen intolerable el sistema de transporte municipal ten-dran
incentivos para emplear sus automviles particulares omudarse hacia
los suburbios. Pocas veces los votantes, que eli-gieron en
determinado ao al campen de los pasajeros de auto-buses, conectarn
ese acontecimiento con un acelerado despla-zamiento hacia los
suburbios y una base tributaria municipal enfalencia diez aos
despus.
Continuidad Inherente y Distincin Arbitraria
El tiempo aumenta el costo del conocimiento poltico demuchos
otros modos. La continuidad inherente del tiempo debeser
arbitrariamente fragmentada en unidades discretas para losfines de
la produccin de decisiones polticas y la evaluacinpor los
electores. Ello significa que lo que ocurre dentro de esasunidades
de tiempo arbitrariamente discretas cobra una impor-tancia tal en
un sistema de incentivos y restricciones dado, fuerade toda
proporcin a su importancia en el largo y continuo to-rrente del
tiempo. Otras instituciones no polticas sufren proble-mas
similares, aunque a menudo tambin contienen mecanismosque hacen
sentir durante el perodo actual, arbitrariamente se-leccionado, el
peso del futuro excluido. Los accionistas de unacorporacin, por
ejemplo, no slo consideran el dividendo anualsino tambin el precio
actual de sus acciones, que refleja las pers-pectivas futuras de la
empresa, tal como son evaluadas por elmercado. Una madre no slo
considera en el presente que unagolosina detendr el llanto de su
beb; dado que ser la madredel nio durante el futuro indeterminado
(es decir, ser social yemocionalmente responsable de la misma
unidad en el tiempo),tambin tendr que considerar la golosina, el
efecto de largo pla-zo sobre su futuro nutricional, dental y
sicolgico.
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64 ESTUDIOS PBLICOS
Entre los costos sociales de una distincin arbitraria deltiempo
en un sistema determinado est la facilidad de incurriren error (los
elevados costos del conocimiento del votante) atravs de la eleccin
de unidades temporales. Estas no incluyensolamente maximizacin de
corto plazo a costa de costos de largoplazo, sino tambin una
interpretacin altamente variable delas tendencias de largo aliento.
Por ejemplo, en relacin con1960, la tasa de crecimiento de la
economa estadounidense po-dra ser cualquiera desde 2.0 a 4.7 por
ciento anual, dependiendode una eleccin arbitraria del ao base a
partir del cual contar.26La tasa de crecimiento de la economa de
los Estados Unidos fueuno de los principales hitos polticos de la
campaa presidencialde aquel ao, y el elevado costo del conocimiento
de los electo-res fue, por lo tanto, de mayor impacto poltico
potencial. Da-do que la tasa de crecimiento "normal" habra sido de
alrededorde tres por ciento, el crecimiento econmico durante la
admi-nistracin de entonces se encontraba o por debajo o por
encimade lo normal, dependiendo del ao en que se iniciara la
conta-bilizacin. Esto tampoco fue una peculiaridad de 1960: para
elao de elecciones presidenciales anteriores (1956), el
correspon-diente rango de tasas de crecimiento habra variado entre
2.1 y5.1 por ciento, dependiendo de la eleccin arbitraria del ao
ba-se, y para el ao electoral anterior (1952), el rango posible
oscilentre 1.3 y 5.3 por ciento.27 Cualquiera de esas
administracionespodra haber sido o un gran xito o un gran fracaso
en atencina este criterio, dependiendo siempre de la seleccin
arbitraria delas unidades temporales. En el plano internacional, la
UninSovitica ha impresionado durante mucho tiempo a personas detodo
el orbe con las tasas de crecimiento soviticas, que tienen a1926
como ao base, cuando las mismas estadsticas se habrantraducido en
tasas de crecimiento considerablemente ms bajassi se hubiera optado
por el ao base de 1913. Considerando lapermanente comparacin
mundial entre sistemas del tipo sovi-tico con sistemas occidental o
de otra ndole, el alto costo delconocimiento temporal puede tener
consecuencias de gran pesopara la humanidad.
26 Edward F. Denisonb, The Sources of Economic Growth in the
United States (Committee for Economic Development), p. 17.27
Loc. cit.
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TRANSACCIONES POLTICAS 65
Decisiones Categricas versus Decisiones Graduales
La produccin de decisiones polticas, y especialmente lalegal,
tiende ms bien hacia decisiones categricas que a decisio-nes
graduales. Ello se debe en parte a los temores engendradospor el
arrollador poder del gobierno, al que se le permite funcio-nar slo
bajo numerosas salvaguardas, lo que equivale a decir,numerosas
limitaciones sobre la discrecin de los individuos pro-ductores de
decisiones. Estos temores no provienen nicamentedel pblico sujeto
al poder gubernamental en un sistema demo-crtico, sino tambin de
lderes, democrticos o no democr-ticos, que temen las repercusiones
polticas de las decisionesadoptadas por funcionarios annimos de
rango inferior, dema-siado numerosos como para controlar en cuanto
al ejercicio desu prudencia. Reglas numerosas y relativamente
inflexibles re-ducen los costos de control al reducir la
interrogante bsica asi se siguieron o no determinados
procedimientos establecidos.La discrecin individual puede no ser
totalmente desterradacomo consideracin, pero "un gobierno de leyes
y no de hom-bres" constituye, en parte, un dispositivo de ahorro de
costos.Mirado de otro modo, en un mundo de conocimiento a cerocosto
(omnisciencia), no habra necesidad de regla alguna paraencauzar ya
sea al productor de decisiones inicial o a un funcio-nario superior
que podra constantemente revisar su decisin.Tanto la decisin
inicial como cualquier revisin subsecuente dela misma podran
determinar en trminos generales de cun in-teligentemente podra ser
resuelto determinado asunto. Perotanto los funcionarios que inician
como los que revisan, y tam-bin el pblico en general, aceptan
alguna transaccin de flexi-bilidad discrecional por responsabilidad
institucional y garantacontra el uso indiscriminatorio de los
vastos poderes del go-bierno. El "papeleo" es un precio implcito
pagado por este"seguro".
Los gobiernos pueden y, de hecho, combinan produccinde
decisiones discrecional y reglas confiables, pero ninguna delas dos
puede ir hasta su extremo lgico sin destruir a la otra, yhay
transacciones en todos los puntos intermedios. El trficosuele estar
controlado por prioridades totalmente arbitrarias,establecidas
mecnicamente por semforos en intersecciones,sin ninguna
consideracin de si el trfico en una direccin tieneuna razn personal
o socialmente ms justificable para ir pri-mero. Ciertamente habr
momentos en que alguien que esperallegar cuanto antes a una reunin
importante (para l o para todala sociedad) estar sentado esperando
impacientemente el cam-
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66 ESTUDIOS PBLICOS
bio de luces mientras alguien que cruza la interseccin slo
hasalido a dar una vuelta. Las reglas del trnsito, al igual que
todaslas reglas arbitrarias, implican este tipo de "ineficiencias"
socialese implican tambin una decisin respecto de que los costos
deeliminar las "ineficiencias" exceden demasiado lejos los
benefi-cios como para ni siquiera intentarlo. Como vlvula de
seguridadpara casos extremos, las mismas reglas del trnsito
incorporanexcepciones para vehculos de emergencia, cuyas sirenas
transmi-ten el conocimiento de que una excepcin est por
ocurrir.Reglas arbitraras, categricas o "burocrticas" en general no
pue-den ser criticadas como malas meramente porque algunas
conse-cuencias individuales en ocasiones carecen de sentido en
com-paracin con lo que una persona inteligente e imparcial
habradecidido a la luz de todos los hechos del caso en particular.
Nilos hechos ni la inteligencia ni la imparcialidad son bienes
gratui-tos. Las reglas categricas son un reconocimiento de este
hecho yun intento de economizar los recursos disponibles a la luz
de suscostos. La defensa de la produccin de decisiones gradual o
dis-crecional es una aceptacin de los riesgos de una produccin
dedecisiones discriminatoria, poco inteligente o corrupta.
Taldefensa puede hacerse en instancias especficas. Lo que importaes
entender la transaccin.
Maquinarias Polticas
Buena parte de la