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Oct 12, 2015

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    Santos, Theotonio dos.La teora de la dependencia un balance histrico y terico.Enlibro: Los retos de la globalizacin. Ensayo en homenaje a Theotonio Dos Santos. FranciscoLpez Segrera (ed.). UNESCO, Caracas, Venezuela. 1998. ISBN: 9291430366.Disponible en la World Wide Web:http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/unesco/santos.rtf

    www.clacso.org

    RED DE BIBLIOTECAS VIRTUALES DE CIENCIAS SOCIALES DE AMERICA LATINA Y EL

    CARIBE, DE LA RED DE CENTROS MIEMBROS DE CLACSOhttp://www.clacso.org.ar/biblioteca

    [email protected]

    LA TEORA DE LA DEPENDENCIAUN BALANCE HISTRICO Y TERICO

    Theotonio dos Santos

    ANTECEDENTES HISTRICOS: EL SURGIMIENTO

    DE LAS TEORAS DEL DESARROLLO

    Con el final de la II Guerra Mundial comienza la decadencia definitiva de las potencias imperialistas

    que haban dominado el mundo desde finales del siglo XIX hasta la I Guerra Mundial. El dominio colonial,

    cuestionado a partir de los aos 20 por el surgimiento de la hegemona norteamericana continu, sin embargo,

    siendo practicado e incluso se exacerbaron las tentativas de volver a dividir el mundo. Fueron estas luchas por

    el dominio econmico y territorial del planeta las que llevaron finalmente a la II Guerra Mundial.

    Las dos principales potencias derrotadas, Alemania y sobre todo el Japn, abandonan, en

    consecuencia, un importante espacio colonial. Los imperios Austro-Hngaro y Otomano desaparecern entre

    las dos guerras. La Inglaterra victoriosa, no puede sustentar su esfuerzo blico y, al mismo tiempo, preservar

    su vasto mundo colonial. Franciaentre derrotada y victoriosa- tambin se vi incapacitada para mantener sus

    antiguas conquistas territoriales. Los EE.UU., indiscutible vencedor, sin que fuese tocado su territorio, nopoda abandonar su tradicin antimperialista de ex-pas colonial. Adems su poder se torn tan aplastante que

    no necesitaba cargar el peso de una dominacin colonial. El haba ocupado a Alemania, Italia y al Japn y

    tena tropas estacionadas y bases militares en cerca de 150 pases. La guerra fra, la OTAN y otros tratados

    regionales legitimaron y consolidaron estos desplazamientos de tropas, sin crear una connotacin imperial.

    La URSS, heredera del Imperio Ruso, que fuera invadido 3 veces (por Napolen, por Alemania en la I

    Guerra Mundial y por la ocupacin nazi en la Segunda), sali de la II Guerra convertida en ocupante de vastos

    territorios, ocupacin que procur consolidar mediante el establecimiento de regmenes aliados, con una

    estructura ideolgica similar a la suya, destinados a proteger su frente occidental. Estos regmenes fueron, a

    pesar de todo, implantados de manera improvisada y sin respaldo social suficiente lo que llev a una sucesin

    de graves crisis (Berln, Hungra, Polonia). La oposicin a los gobiernos de Europa Central contaba con apoyo

    externo significativo de varios orgenes. Esta inestabilidad era reforzada por la intensificacin de la guerra

    fra, que consista en una estrategia de confrontacin global con la URSS y sus posibles aliados, establecida

    por los EE.UU. y por Inglaterra y basada en la doctrina de contencin de una supuesta expansinsovitica.

    De hecho, la guerra fra fue implantada por los EE.UU. para consolidar su hegemona sobre el llamado

    Mundo Occidental.

    En este reordenamiento de fuerzas mundiales, emerge un conjunto de nuevos Estados Nacionales

    jurdicamente soberanos. Entre ellos, algunos son extremadamente poderosos. La mayor concentracin

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    demogrfica de la tierra se reuni en dos unidades estatales: la China y la India, que se constituyeron en

    estados nacionales despus de aos de dominio colonial o semicolonial. Junto a la India se forman los Estados

    islmicos de Paquistn y Bangladesh. Potencias estratgicas desde el punto de vista geopoltico, como Egipto

    (que domina el paso entre el Mediterrneo y el Golfo Prsico), Turqua, Persia, Paquistn, etc.; tambin se

    liberan del dominio extranjero y se constituyen en Estados Nacionales. Los Movimientos de Liberacin

    Nacional incendian el Asia y Africa. El Medio-Oriente se torna una zona de disputa en la que opera uncomplejo juego de potencias locales e internacionales. El resurgimiento del mundo rabe da una nueva

    connotacin al principal polo petrolero del mundo. Posteriormente la unidad islmica sustituir al pan-

    arabismo de Nasser.

    La Amrica Latina, a pesar de ser una zona de estados independientes desde el siglo XIX, se siente

    identificada con las aspiraciones de independencia econmica de los antiguos pueblos coloniales y desea

    tambin una independencia poltica real, ante las presiones diplomticas e intervenciones polticas y militares

    directas de Inglaterra, sobre todo hasta 1930, y de los Estados Unidos, particularmente despus de la II

    Guerra.

    La Conferencia Afro-Asitica de Bandung, en 1954, realizada en la Indonesia de Sukarno, reuni a los

    lderes de la India, de Egipto, China y Yugoslavia y consagr una nueva realidad poltica, econmica, culturaly civilizacional. Nuevas instituciones econmicas y polticas, como la UNCTAD y el Movimiento de los No

    Alineados darn continuidad al espritu de Bandung. Las organizaciones regionales de las Naciones Unidas,

    como la CEPAL, no podan escapar de la influencia de este nuevo clima econmico, poltico y espiritual.

    Organizaciones como la FAO, reflejaban el pensamiento crtico e innovador de estas regiones. Josu de

    Castro, el mdico y cientfico social brasileo que revelara la gravedad de la situacin alimentaria en el

    planeta, en sus obras Geografa del Hambrey Geopoltica del Hambre, lleg a la presidencia del consejo de

    la FAO proponiendo una poltica mundial contra el subdesarrollo.

    Era inevitable, por tanto, que las ciencias sociales pasasen a reflejar esta nueva realidad. Ellas se

    haban constituido desde el siglo XIX, en torno a la explicacin de la revolucin industrial y del surgimiento

    de la civilizacin occidental como un gran proceso social creador de la modernidad, que corresponda a un

    nuevo estado civilizatorio, representado a veces como resultado histrico de la accin de las fuerzaseconmicas y sociales, como son el mercado y las burguesas nacionales. Otras veces, ellas aparecen como el

    resultado de un modelo de conducta racional del homo-economicus y del individuo racionalista y utilitario

    que ser expresin ltima de la naturaleza humana, cuando sta quede liberada de tradiciones y mitos

    antihumanos. Otras veces, estas conquistas econmicas, polticas y culturales se presentarn como producto

    de una superioridad racial o cultural de Europa.

    La crisis del colonialismo, iniciada en la I Guerra Mundial y acentuada despus de la terminacin de la

    II Guerra Mundial, pondr en discusin algunas de estas interpretaciones de la evolucin histrica. La derrota

    nazi impuso el total rechazo a la tesis de la excepcionalidad europea y de la superioridad racial. La

    modernidad debera ser encarada fundamentalmente como un fenmeno universal, como un estado social que

    todos los pueblos deberan alcanzar, pues corresponde al desarrollo pleno de la sociedad democrtica que unaparte de los pases victoriosos identificaban con el liberalismo norteamericano e ingls y, otra parte, con el

    socialismo ruso (que se confunda con la versin de Stalin, cuyo liderazgo habra garantizado la victoria de la

    URSS y de los aliados).

    Es as como surge una vasta literatura cientfica dedicada al anlisis de estos temas bajo el ttulo

    general de teora del desarrollo. La caracterstica principal de esta literatura era la de concebir el desarrollo

    como una adopcin de normas de conducta, actitudes y valores identificados con la racionalidad econmica

    moderna, caracterizada por la bsqueda de la productividad mxima, la generacin de ganancias y la creacin

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    de inversiones que llevasen a la acumulacin permanente de las riquezas por parte de los individuos y, en

    consecuencia, de cada sociedad nacional. Ya los fundadores de las ciencias sociales modernas, haban

    identificado estas actitudes y conducta. Karl Marx, Emil Durkheim y Max Weber, adems de los economistas

    clsicos (Adam Smith y Ricardo) y sus seguidores (Stuart Mill) o continuadores neoclsicos, establecieron

    teoras en ciertos aspectos convergentes y en otros contradictorios, sobre esta sociedad moderna y sobre los

    procesos que condujeron a su implantacin.En el siglo XX, socilogos como Talcott Parsons y Merton; antroplogos como Levi-Bruhll, Franz

    Boas y Herkovics; politlogos como Lipset, Almone y Apter, disearon un modelo ideal, ms o menos

    coherente de lo que sera esta sociedad moderna, con tcnicas de verificacin empricas ms o menos

    desarrolladas para detectar el grado de modernizacin alcanzado por las sociedades concretas. La teora del

    desarrollo busc localizar los obstculos a la plena implantacin de la modernidad y definir los instrumentos

    de intervencin, capaces de alcanzar los resultados deseados, en el sentido de aproximar cada sociedad

    existente de esta sociedad ideal. Por ms que estas construcciones tericas pretendan ser construcciones

    neutras en trmino de valores, era imposible ocultar la evidencia de que se consideraba la sociedad moderna,

    que naciera en Europa y se afirmaba en los Estados Unidos de Amrica, como un ideal a alcanzar y una meta

    socio-poltica a conquistar. Tambin resultaba ms o menos evidente, la aceptacin tcita de que la instalacin

    de esta sociedad era una necesidad histrica incontestable.

    Esto result ms evidente con la necesidad de proponer polticas coherentes de desarrollo que

    contemplaran elevar toda la poblacin del mundo hasta el nivel de los pases desarrollados, que haban

    alcanzado este estado superior de organizacin social. En la economa, autores como Singer, Lewis,

    Harrod, Domar y Nurske intentaron formalizar las conductas y polticas posibles y necesarias para alcanzar el

    desarrollo. Otros, ms escpticos y algunos hasta crticos, no dejaron de buscar los mismos resultados con

    mtodos menos formales. Perroux, Nurske, Haberler, Vines, Singer, Hirschman y Myrdal no dejaron de

    pretender el mismo objetivo: elevar las sociedades tradicionales, de conducta no racional y valores

    comunitarios limitados, a la condicin de sociedades modernas, racionales, universalistas, etc.

    En la dcada del 50, la teora del desarrollo alcanz su punto ms radical y, al mismo tiempo, ms divulgado, en la obra de W.

    W. Rostov (1961). El defini todas las sociedades pre-capitalistas como tradicionales. Este barbarismo histrico, que provoc laprotesta de los historiadores serios, era necesario para resaltar los varios estados del desarrollo que se iniciaron con elfamoso take off,

    el despegue del desarrollo que haba ocurrido en la Inglaterra de 1760, en los Estados Unidos de la posguerra civil, en la Alemania de

    Bismark, en el Japn de la Restauracin Meiji, etc. El problema del desarrollo pas a ser as un modelo ideal de acciones econmicas,

    sociales y polticas interligadas que sucedera en determinados pases, siempre que se dieran las condiciones ideales para su

    despegue.

    Su libro se llamaba un manifiesto anticomunista y no ocultaba su objetivo ideolgico. Trataba de

    demostrar que el inicio del desarrollo no dependa de un Estado revolucionario, como haba sucedido en la

    URSS y s, de un conjunto de medidas econmicas tomadas por cualquier Estado nacional que asumiese una

    ideologa desarrollista. En un libro posterior menos divulgado, Rostov defenda la necesidad de que este

    Estado desarrollista fuese un Estado fuerte. Sus trabajos como consultor de la CIA fueron una de lasprincipales referencias de las polticas de golpes de Estado modernizadores, llevados a cabo en las dcadas del

    60 y 70, a partir del golpe brasileo de 1964.

    El modelo de Rostov no slo tena un inicio comn en la indeferenciada masa de las economas y

    sociedades tradicionales, en que l transform los 6000 aos de historia de la civilizacin, sino que terminaba

    en la indiferenciada sociedad post-industrial, era de afluencia a la cual reduca el futuro de la humanidad,

    tomando como ejemplo los aos dorados del crecimiento econmico norteamericano de posguerra.

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    A pesar de su primitivismo, este modelo prevalece en la cabeza de los cientficos sociales

    contemporneos. El contina orientando investigaciones y proyectos de desarrollo, a pesar de que su punto de

    partidala sociedad tradicionalse haya vuelto ms diversificado y la idea de sociedad afluente haya cado

    de su pedestal despus de los movimientos de masas de 1968. Tal vez sta haya sido una de las intervenciones

    ms violentas y brutales de la ideologa en el campo cientfico. Rostov sigui acompaando las modas que se

    sucedieron con posterioridad: en 1970 se adhiri al estudio de los ciclos largos de Kondratiev y en 1990seal la necesidad de retomar la temtica del desarrollo a travs de un mtodo interdisciplinario que diera

    cuenta de esta problemtica (ver Rostov 1978 y 1994). A pesar de ser ms serias, aunque con fallos

    considerables, estas obras nunca alcanzaron la difusin del manifiesto anticomunista de la dcada de los 50.

    Pero los ataques de Rostov no dejaron de reconocer la importancia poltica, histrica, ideolgica y

    cientfica de la obra de Karl Marx. En aquellos momentos, la guerra fra pona en evidencia la experiencia de

    desarrollo de la URSS. En verdad, la Revolucin Rusa fue la primera tentativa de conducir racionalmente una

    experiencia de desarrollo econmico por medio del planeamiento estatal centralizado. El Estado Sovitico

    estableci el 1er. Plan Quinquenal en 1929 y desde entonces pas a definir su crecimiento econmico y social

    a travs de este instrumento revolucionario, que fue parcialmente adoptado por la Revolucin Mexicana,

    despus por el Estado Indio y plenamente adoptado por la Repblica Popular China y las RepblicasPopulares de Europa Oriental. Fueron los xitos econmicos de estos pases los que obligaron a respuestas

    ideolgicas como las de Rostov.

    El pensamiento marxista, con todo, no escapaba a este esquema general de razonamiento. Para Marx,

    la modernidad se identificaba con la revolucin democrtico-burguesa. Se trataba de una versin clasista e

    histrica de un modelo cuyas pretensiones universales derivaban de su origen de clases, esto es, la ideologa

    burguesa. Los pensadores no crticos aceptaban a su sociedad como la Sociedad, como la forma final e ideal

    de la sociedad en general. Pero para el marxismo, esta formacin social representaba solamente un estado del

    desarrollo global de la humanidad.

    El problema se volva extremadamente complicado con el surgimiento de la Revolucin Rusa. A partir

    de entonces se haca necesario explicar como haba surgido el socialismo como un nuevo rgimen poltico ycomo un nuevo rgimen econmico -conteniendo elementos importantes de un modo de produccin nuevo-

    en medio de una sociedad que no haba alcanzado todava la madurez proporcionada por la revolucin

    burguesa y la modernizacin.

    Los regmenes dirigidos por los Partidos Comunistas implantados en la URSS y, despus de la II

    Guerra Mundial, en varias partes del mundo no desarrollado, asumieron como tarea realizar esta modernizacin,

    que las burguesas colonizadas y dependientes ( llamadas tambin burguesas compradoras, en Asia y en Africa), a veces casi

    inexistentes en estos pases, no haban podido realizar. Esta modernizacin asuma una forma nueva al realizarse bajo la direccin de la

    clase obrera y de su partido representante, segn la ideologa de los regmenes de democracia popular,entonces en el poder. Pero en

    la mayor parte de estos pases no exista una clase obrera capaz de conducir este proceso poltico, ni una industria moderna

    que pudiese sustentar una produccin post-capitalista. Estos regmenes de transicin al socialismo,

    procuraban combinar una economa estatal y en parte socialista, con el mercado y otras formas de produccin

    todava ms arcaicas.

    Lo anterior resultaba un problema difcil, que el pensamiento dialctico trataba de resolver. Con todo,

    es necesario recordar que la hegemona del estalinismo haba significado tambin una derrota de la dialctica

    marxista de origen hegeliano. La versin estalinista del marxismo se aproximaba ms al positivismo. La

    solucin estalinista fue convertir el rgimen sovitico, tal como Stalin lo defini, en el modelo ideal a ser

    seguido por los nuevos regmenes revolucionarios. Los fundamentos de este modelo eran: crecimiento

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    econmico sustentado en la industrializacin de base y slo secundariamente en la industria de bienes de

    consumo; partido nico o coalicin de partidos democrticos populares, para dirigir las transformaciones

    revolucionarias; reforma agraria y distribucin de la renta para asegurar una mayor igualdad social; cultura

    popular que valorizase el folklore, las manifestaciones del trabajo y la lucha revolucionaria. Para alcanzar

    tales democracias populares se necesitaban condiciones especiales que se reconoca no existan en los pases

    del llamado Tercer Mundo. Por eso se esperaba que en la mayor parte de los pases subdesarrollados ydependientes se llevara acabo la revolucin burguesa, en la cual deban participar los partidos comunistas,

    para de inmediato proponerse un objetivo socialista. Los casos de China, de Corea y de Viet Nam y,

    posteriormente, el caso cubano, vinieron a romper este principio y a provocar una crisis en el pensamiento de

    origen estalinista. La posibilidad de que la revolucin democrtica burguesa se transformara, en estos pases,

    en una revolucin socialista, pas a convertirse en un nuevo motivo de discusin en el campo marxista.

    En 1958, Paul Baran demostr que la administracin socialista del excedente econmico en las

    economas subdesarrolladas, aseguraba no slo una mejor distribucin de la renta, sino tambin un

    crecimiento econmico ms rpido y equilibrado. El modelo sovitico, el modelo yugoslavo, que no acept

    varios aspectos del primero, el modelo chino, que parti de nuevas condiciones histricas y posteriormente el

    modelo cubano, as como el argelino, adems de los cambios que ocurran como resultado de la

    desestalinizacion de la Europa Oriental, se volvieron objeto de estudio y se convirtieron en nuevas propuestasde administracin socialista del desarrollo econmico.

    A pesar del esfuerzo hecho en teorizar sobre los elementos comunes y especficos de estas

    experiencias, as como de lo que las distingua del desarrollo capitalista, los estudios sobre estos casos

    contenan fuertes elementos normativos que pretendan mostrar al socialismo como la solucin de todos los

    males del capitalismo, aun en economas que todava no haban alcanzado los elementos bsicos de una

    economa industrial moderna. No es ste el lugar para analizar todos los detalles de un debate, ciertamente

    importante, pero grandemente equivocado en su premisa bsica sobre lo que podra ser el socialismo, como

    rgimen de transicin de un capitalismo subdesarrollado y dependiente a un nuevo modo de produccin post-

    capitalista. Agravaba an ms la dificultad del debate, el hecho de que tales regmenes se establecieran en una

    economa mundial capitalista. La propia URSS no poda desarrollarse segn su voluntad y era obligada acondicionar su desarrollo a las exigencias de la guerra fra impuesta por los Estados Unidos.

    La caracterstica principal de toda la literatura que hemos discutido hasta ahora era, con todo, su visin

    del subdesarrollo como una ausencia de desarrollo. El atraso de los pases subdesarrollados se explicaba

    por los obstculos existentes en los mismos a su pleno desarrollo o modernizacin. No obstante, en los inicios

    de la dcada del 60, estas teoras pierden su fuerza y su relevancia debido a la incapacidad del capitalismo

    para reproducir experiencias exitosas de desarrollo en sus excolonias que estn, en su gran mayora, en un

    proceso independentista desde la terminacin de la II Guerra Mundial. Incluso pases que presentaban ndices

    de crecimiento econmico bastante elevados, tales como los latinoamericanos, cuya independencia poltica

    haba sido alcanzada en los inicios del siglo XIX, se vean limitados por la profundidad de su dependencia

    econmica y poltica de la economa internacional. Su crecimiento econmico pareca destinado a acumular

    miserias, analfabetismo y una distribucin desastrosa de la renta. Era necesario buscar nuevos rumbos

    tericos.

    LA TEORA DE LA DEPENDENCIA: UN BALANCE

    La Teora de la Dependencia, que surgi en la Amrica Latina en los aos 60, intenta explicar las

    nuevas caractersticas del desarrollo dependiente, que ya se haba implantado en los pases latinoamericanos.

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    Desde los aos 30, stos se haban orientado en la direccin de la industrializacin, caracterizada por la

    sustitucin de productos industriales, importados de las potencias imperialistas, por los producidos en

    industrias nacionales. De inmediato, terminado el ciclo depresivo (caracterizado por dos guerras mundiales,

    una crisis global y la exacerbacin del proteccionismo y el nacionalismo), se restableca, a travs de la

    hegemona norteamericana, la integracin de la economa mundial. El capital, concentrado en aquel momento

    en los Estados Unidos, se expandi hacia el resto del mundo en busca de oportunidades de inversiones que seconcentraran en el sector industrial. En estos aos de crisis, la economa norteamericana generaliz el

    fordismo como rgimen de produccin y circulacin y dio inicio, incluso, a la revolucin cientfico -

    tecnolgica en los aos 1940. La oportunidad de un nuevo ciclo expansivo de la economa mundial exiga la

    expansin de estas caractersticas econmicas a nivel planetario. Esta fue la tarea que el capital internacional

    asumi, teniendo como base de operacin la enorme economa norteamericana y su poderoso Estado

    Nacional, adems de un sistema de instituciones internacionales establecido en Bretton Woods.

    Implantada de manera elemental en los aos 30 y 40, la industria en los pases dependientes y

    coloniales sirvi de base para el nuevo desarrollo industrial de posguerra y termin articulndose con el

    movimiento expansivo del capital internacional, cuyo ncleo estaba formado por las empresas

    multinacionales creadas entre los aos 40 al 60. Esta nueva realidad responda a la nocin de que el

    subdesarrollo significaba la falta de desarrollo. Se abra el camino para comprender el desarrollo y elsubdesarrollo, como el resultado histrico del desarrollo del capitalismo, un sistema mundial que produca al

    mismo tiempo desarrollo y subdesarrollo.

    Si la teora del desarrollo y del subdesarrollo eran el resultado de la superacin del dominio colonial y

    de la aparicin de burguesas locales deseosas de encontrar un camino que les permitiera participar en la

    expansin del capitalismo mundial; la teora de la dependencia, surgida en la segunda mitad de la dcada de

    1960-70, represent un esfuerzo crtico para comprender la limitacin de un desarrollo iniciado en un perodo

    histrico en que la economa mundial ya haba sido constituida bajo la hegemona de enormes grupos

    econmicos y poderosas fuerzas imperialistas, an cuando una parte de stas entraba en crisis abriendo la

    oportunidad para el desarrollo del proceso de descolonizacin.

    Los economistas suecos Magnus Blomstrm y Bjorn Hettne se convirtieron en prestigiososhistoriadores de la teora de la dependencia. Su libro ms completo sobre el tema (Blomstrm y Hettne, 1984,

    pp. 15) afirma que hay un conflicto de paradigmas, entre el paradigma modernizante y el enfoque de la

    dependencia. Para el enfoque de la dependencia ellos identifican dos antecedentes inmediatos:

    a) El surgimiento de una tradicin crtica al euro-centrismo implcito en la teora del desarrollo. Se debe

    incluir en este caso las crticas nacionalistas al imperialismo euro-norte-americano y la crtica a la

    economa neoclsica de Ral Prebisch y de la CEPAL.

    b) El debate latinoamericano sobre el subdesarrollo, que tiene como primer antecedente el debate entre el

    marxismo clsico y el neo-marxismo, en el cual se destacan las figuras de Paul Baran y Paul Sweezy.

    Ellos resumen en cuatro puntos, las ideas centrales que los seguidores de la escuela de la dependenciadefienden:

    I. El subdesarrollo est conectado de manera estrecha con la expansin de los pases industrializados;

    II. El desarrollo y el subdesarrollo son aspectos diferentes del mismo proceso universal;

    III. El subdesarrollo no puede ser considerado como la condicin primera para un proceso evolucionista;

    IV. La dependencia, con todo, no es solamente un fenmeno externo sino que se manifiesta tambin en

    diferentes formas en la estructura interna (social, ideolgica y poltica).

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    De aqu, que ellos puedan distinguir tres corrientes en la escuela de la dependencia:

    a) La crtica o autocrtica estructuralista de los cientficos sociales ligados a la CEPAL, que revelan los

    lmites de un proyecto de desarrollo nacional autnomo. En este grupo ellos colocan de manera

    incuestionable a Oswaldo Sunkel y a una gran parte de los trabajos de madurez de Celso Furtado y,

    hasta incluso la obra final de Ral Prebisch plasmada en su libro El Capitalismo Perifrico. Fernando

    Henrique Cardoso aparece a veces como miembro de esta corriente y otras veces se identifica con laque sigue (lo que sus miembros con toda razn claramente rechazan).

    b) La corriente neo-marxista, que se basa fundamentalmente en los trabajos de Theotonio Dos Santos,

    Ruy Mauro Marini y Vania Bambirra, as como los dems investigadores del Centro de Estudios Socio

    Econmicos de la Universidad de Chile (CESO). Andr Gunder Frank aparece a veces como miembro

    del mismo grupo, pero la clara posicin de negar su vinculacin terica estrecha con el marxismo y su

    propuesta de un esquema de expropiacin internacional ms o menos esttico, lo separan del enfoque

    dialctico de los otros neo-marxistas.

    c) Cardoso y Faletto se colocaran en una corriente marxista ms ortodoxa, por su aceptacin del papel

    positivo del desarrollo capitalista y de la imposibilidad o de la no necesidad del socialismo para

    alcanzar el desarrollo.

    d) En este caso, Frank representara la cristalizacin de la teora de la dependencia al margen de las

    tradiciones marxista ortodoxa o neo-marxista.

    A pesar de la brillantez y de la esforzada fidelidad expresadas en su esquema histrico, Blomstrm y

    Hettne pueden ser cuestionados en lo que respecta a su planteamiento del debate entre el pensamiento

    ortodoxo marxista y lo que ellos llaman la corriente neo-marxista. En realidad, esta ltima corriente tiene

    muchos matices que ellos parecen no reconocer. Pero sta es una discusin que nos llevara demasiado lejos

    para los fines de este trabajo. Podemos decir que sta es, entre varias propuestas, la que ms se aproxima a

    una descripcin correcta de las tendencias tericas principales que han conformado la teora de la

    dependencia.

    Insatisfecho con esta proposicin, Andr Gunder Frank (1991), realiz un anlisis de las corrientes de

    la teora de la dependencia, basado en cinco libros publicados en el comienzo de la dcada de los 90 sobre

    esta teora. Frank constat una gran dispersin en la clasificacin de los dependentistas entre las varias

    escuelas de pensamiento, segn se plantea en estos libros. La lista que l tuvo el cuidado de establecer sirve

    como una tentativa de presentacin, de un modo ms neutral, de los principales pensadores relacionados, de

    acuerdo con sus orgenes tericos. Dentro de los estructuralistas encontramos a Prebisch, Furtado, Sunkel,

    Paz, Pinto, Tavarez, Jaguaribe, Ferrer, Cardoso y Faletto. En lo que respecta a la Teora de La Dependencia,

    adems de Cardoso y Faletto, que aparecen ligados a ambas escuelas, los dems pensadores mencionados son:

    Baran, Frank, Marini, Dos Santos, Bambirra, Quijano, Hinkelammert, Braun, Emmanuel, Amin y Warren.

    Frank diferencia todava, en el debate sobre La Teora de la Dependencia, entre reformistas no marxistas,

    marxistas y neo-marxistas.En la Tabla I, elaborada por Andr Gunder Frank (1991) aparecen los autores ms citados en el debate

    sobre la Teora de la Dependencia, segn se plantea en los cinco libros publicados sobre el asunto entre 1989

    y 1990: Hettne,Development Theory and the Three Worlds, 1990; Hunt,Economic Theories of Development,

    1989; Kay, Latin American Theories of Development and Underdevelopment, 1989; Larrain, Theories of

    Development, 1989; Lehman, Democracy and Development in Latin America, 1990. Estos autores

    distinguieron adems de las teoras de la Modernizacin y del Estructuralismo, cuatro corrientes de la teora

    de la dependencia: los reformistas, los no marxistas, los marxistas y los neo-marxistas:

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    Podemos comprender mejor el sentido de estas opciones tericas cuando revisamos el reordenamiento

    de la temtica de las ciencias sociales latinoamericanas, provocado por la teora de la dependencia. Este

    reordenamiento reflejaba no solamente las nuevas preocupaciones sociales que emergan para el anlisis

    social y econmico, sino tambin las nuevas opciones metodolgicas inspiradas en los orgenes tericos de

    los investigadores.

    TABLA IEscuelas de la Teora del desarrollo en la Amrica Latina.Autores Moderni- Estructu- Dependencia

    Reform. No Marx Neo.

    Marx. Marx.

    Prebisch Lar Kay, Het, y Lar

    Furtado Kay, Lar, Hnt y Het

    Sunkel + Paz Kay, Lar, Hnt, Het Kay

    Pinto Kay Kay

    Tavares Kay

    Jaguaribe Kay Kay

    Ferrer Kay KayCardoso

    + Faletto Kay y Hnt Kay Lar

    Baran Lar Het y Hnt

    Frank Lar Kay Het y Hnt

    Marini Lar Kay Het

    Dos Santos Lar Kay Het y Hnt

    Bambirra Kay Het

    Quijano Kay

    Hinkelammert Lar

    Braun KayEmmanuel Lar Hnt

    Amim Lar Hnt

    Warren Hnt

    En conjunto, el debate cientfico latinoamericano revela su integracin en una fuerte perspectiva

    transdisciplinaria. No fue sin razn que la Amrica Latina (que ya haba mostrado al mundo en los aos 20 un

    autor marxista tan original como Maritegui) produjera en las dcadas del 30, 40 y 50, pensadores sociales tan

    originales como Gilberto Freire (dedicado a una sociologa de fuerte contenido antropolgico, ecolgico,

    psicoanaltico e histrico que subyug a gran parte del pensamiento europeo), como Josu de Castro ( queuna a una excelente formacin en las ciencias de la vida, en la medicina, en la ecologa y en la geografa

    humana, un enfoque econmico, sociolgico y antropolgico extremadamente moderno. Inspirador de gran

    parte del debate mundial, no slo sobre el hambre y su geopoltica, sino tambin sobre el subdesarrollo como

    fenmeno planetario, as como de la relacin entre ecologa y desarrollo.), como Caio Prado Junior (cuyo

    marxismo a veces metodolgicamente estrecho no le impidi desarrollar una obra histrica de gran

    profundidad sobre las races de la sociedad colonial y sobre el carcter de la sociedad brasilea), como

    Guerreiro Ramos (cuyas races existencialistas le permitirn analizar de manera original el nacimiento del

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    movimiento negro contemporneo, adems de esclarecer el contenido civilizador de la lucha del tercer

    Mundo), como Ral Prebisch (cuya visin econmica trascenda el economicismo tradicional y revelaba

    fuertes implicaciones sociales y polticas, esclarecidas por los brillantes insights del socilogo hispano-

    latinoamericano Medina Hechevarra), o un Sergio Bag ( que descubre el carcter capitalista del proyecto

    colonial ibrico por medio de una metodologa analtica marxista, modernizada por los avances recientes de

    las ciencias histricas y sociales), como Florestn Fernndes (cuyo esfuerzo metodolgico de integrar elfuncionalismo de origen durkheimniano, el tipo-ideal weberiano y la dialctica materialista marxista, tal vez

    no haya tenido los resultados esperados, pero impuls un proyecto filosfico-metodolgico que se va a

    desdoblar en la evolucin del pensamiento latinoamericano), o como un Gino Germani ( que logr

    sistematizar el enfoque metodolgico de las ciencias sociales norteamericanas con su liberalismo exacerbado,

    en la creacin de un modelo de anlisis del desarrollo como proceso de modernizacin).

    La acumulacin de stas y otras propuestas metodolgicas en la regin, reflejaban la creciente

    densidad de su pensamiento social, que superaba las simples aplicaciones de reflexiones, metodologas o

    propuestas cientficas importadas de los pases centrales, para abrir un campo terico propio, con su

    metodologa propia, su identidad temtica y su camino para una prxis ms realista.

    La teora de la dependencia trat de ser una sntesis de este movimiento intelectual e histrico. Lacrtica de Bag, Vitale y Caio Prado Junior al concepto de feudalismo aplicado a Amrica Latina, constituy

    uno de los puntos iniciales de las batallas conceptuales que indicaban las profundas implicaciones tericas del

    debate que se avecinaba. Andr Gunder Frank, recogi esta problemtica para darle una dimensin regional e

    internacional. La definicin del carcter de las economas coloniales como feudales, servan de base a las

    propuestas polticas que apuntaban a la necesidad de una revolucin burguesa en la regin. Inspirado en el

    ejemplo de la Revolucin Cubana, que se declar socialista en 1962, Frank abre fuego contra los intentos de

    limitar la revolucin latinoamericana al contexto de la revolucin burguesa. Radical en sus enfoques, Frank

    declarar el carcter capitalista de Amrica Latina desde la cuna. Producto de la expansin del capitalismo

    comercial europeo en el siglo XVI, la Amrica Latina surgi para atender las demandas de Europa,

    insertndose en el mundo del mercado mundial capitalista.

    No es ste el lugar para revisar en detalle el extenso debate que sigui a estos ataques y a la propuestade Frank de analizar el mundo colonial como un sistema de expropiacin de excedentes econmicos

    generados en los ms recnditos lugares de este mundo. Yo mismo he censurado el carcter esttico del

    modelo de Frank y su desprecio por las relaciones de produccin asalariadas, como fundamento ms

    importante del capitalismo industrial, nica forma de produccin capitalista en la cual este sistema se

    transforma en un modo de produccin nuevo y radicalmente revolucionario.

    Con todo, resultaba evidente que Frank acertaba en la esencia de su crtica. La Amrica Latina surgi

    como economa mercantil, volcada para el comercio mundial y no puede ser, de ninguna forma, identificada

    con el modo de produccin feudal. Las relaciones serviles y esclavistas desarrolladas en la regin, fueron

    parte de un proyecto colonial y de la accin de las fuerzas sociales y econmicas dirigidas por el capital

    financiero que se encontraba en pleno proceso de acumulacin - que Marx consideraba primaria o primitiva,pero esencial para explicar el origen del moderno modo de produccin capitalista.

    No se poda esperar que la revolucin democrtico-burguesa fuese entonces el factor movilizador de la

    regin. Pero los errores de Frank tambin abran un flanco peligroso. Estos errores hacan subestimar el

    obstculo representado por la hegemona del latifundio exportador y por la supervivencia de las relaciones

    serviles, o semi-serviles en la formacin de una sociedad civil capaz de conducir una lucha revolucionaria. No

    se debe olvidar el avance de las relaciones asalariadas en la agro-industria azucarera cubana y la importancia

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    de sus clases medias y de su proletariado urbano, cuya huelga general contribuy ampliamente a la victoria de

    diciembre de 1958 (vase el libro de Vania Bambirra, 1974).

    El debate sobre el feudalismo, de inmediato se desdobl en el debate sobre la burguesa nacional. Se

    trataba de saber hasta qu punto el capitalismo de la regin haba creado una burguesa nacional capaz de

    proponer una revolucin democrtica. De nuevo Frank polariz la discusin, con su rotunda negacin del

    carcter nacional de las burguesas latinoamericanas. Formadas en los intereses del comercio internacional,stas se identificaban con los intereses del capital imperialista y abdicaban completamente de cualquier

    aspiracin nacional y democrtica. Varios estudios mostraban los lmites del empresariado de la regin: poco

    conocimiento de la realidad poltica del pas, poca presencia en el sistema de poder, poco conocimiento

    tcnico y econmico, carencia de una posicin innovadora y de una voluntad de oponerse a los intereses del

    capital internacional que pudieran perjudicar al empresariado nacional.

    Yo, junto a otros socilogos, me lanc contra estas concepciones simplistas. En los aos 30, figuras

    como Roberto Simonsen, Euvaldo Lodi y varios otros, mostraban la amplia conciencia poltica y econmica

    del empresariado nacional. Sus organizaciones de clase, como la Federacin Nacional de la Industria,

    formulaban proyectos de desarrollo de un alto contenido nacionalista y apoyaban el proyecto de Estado

    Nacional Democrtico dirigido por Getulio Vargas.Con todo, yo trataba de mostrar los lmites estructurales de este proyecto frente a la expansin de las

    empresas multinacionales hacia el sector industrial. Estas tenan ventajas tecnolgicas definitivas y slo

    podran ser frenadas en su expansin por Estados Nacionales muy fuertes, que necesitaban de un amplio

    apoyo de las clases trabajadoras, la clase media y sobre todo, de los estudiantes, que vean en el desarrollo

    econmico su nica posibilidad de incorporacin al mercado de trabajo.

    No se trataba pues de una cuestin de ausencia de conocimiento o disposicin de lucha, o

    determinacin. Haba serios lmites de clase en el proyecto nacional democrtico que lleg a ser desarrollado

    intelectualmente a travs del Instituto Superior de Estudios Brasileos (ISEB) en la dcada del 50 y que tena

    una base material en la Federacin Nacional de las Industrias y en varios rganos de la administracin

    pblica, que apoyaron al 2do gobierno de Vargas, cuando este proyecto alcanz su auge. Estas fuerzas semostraron, a pesar de todo, vacilantes cuando pudieron evaluar la fuerza y la profundidad de la oposicin de

    los centros de poder mundial a este proyecto. La avasalladora campaa por el impeachment de Vargas, fue

    detenida por su suicidio y su carta testamento llev a una frmula de compromiso en el gobierno de Juscelino

    Kubistchek: el Brasil abra sus puertas al capital internacional garantizando sus preferencias estratgicas y

    exigiendo un alto grado de integracin de su parque industrial.

    El enorme crecimiento industrial logrado de 1955 a 1960 aument las contradicciones socio-

    econmicas e ideolgicas en el pas. El caso brasileo era el ms avanzado en el continente y no asegur un

    camino pacfico. La burguesa brasilea descubri que el camino de la profundizacin de la industrializacin

    exiga la reforma agraria y otros cambios dirigidos a la creacin de un amplio mercado interno y a la

    generacin de una capacidad intelectual, cientfica y tcnica capaz de sustentar un proyecto alternativo. Tales

    cambios implicaban el precio de aceptar una amplia agitacin poltica e ideolgica en el pas, lo queamenazaba su poder.

    El golpe de Estado de 1964 cerr las puertas al avance nacional-democrtico y coloc al pas en el

    camino del desarrollo dependiente, apoyado en el capital internacional y en un ajuste estratgico con el

    sistema de poder mundial. Lo que es bueno para los Estados Unidos es bueno para el Brasil. La frmula del

    General Juracy Magalhes, ministro de relaciones exteriores del rgimen militar, consolidaba esta direccin.

    Por ms que los aos posteriores hayan demostrado el conflicto entre los intereses norteamericanos y los

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    intereses del desarrollo nacional brasileo, en lo sucesivo no fue posible romper esta sociedad, sellada con

    hierro candente en el asalto al poder de 1964.

    No era posible, por tanto, despreciar la lucha interna generada por el avance de la industrializacin en

    los aos 30. Y la constatacin de la capitulacin final de la burguesa nacional no anulaba totalmente su

    esfuerzo anterior. Capas de la tecnocracia civil y militar, sectores de trabajadores y de la propia burguesa

    nunca abandonaron totalmente el proyecto nacional democrtico. Ms ste perdi su carcter hegemnico, apesar de tener algunos momentos de irrupcin en el poder central durante la dictadura. Durante los aos de

    transicin a la democracia en la dcada del 80, el proyecto volvi a influenciar las elecciones locales y sobre

    todo la constituyente de 1988. Con todo, la reorganizacin de los sectores hegemnicos de la clase dominante

    los llev a retomar el control en 1989, con la victoria de Fernando Collor y a encontrar un camino aun ms

    slido con la alianza de centro-derecha que venci en las elecciones de 1994, llevando a Fernando Henrique

    Cardoso a la presidencia.

    Fernando Henrique fue uno de los que demostr en 1960 la debilidad de la burguesa nacional y su

    disposicin para convertirse en una asociada menor del capital internacional. El fue tambin uno de los que

    avizor el lmite histrico del proyecto nacional-democrtico y del populismo que lo diriga. Desde 1974,

    como mostramos en nuestro artculo sobre su evolucin intelectual y poltica (ver dos Santos, 1996), l aceptla irreversibilidad del desarrollo dependiente y la posibilidad de compatibilizarlo con la democracia

    representativa. A partir de ah, la tarea democrtica se converta en objetivo central de la lucha contra un

    Estado autoritario, apoyado sobre todo en una burguesa de Estado, que sustentaba el carcter corporativo y

    autoritario del mismo. Los enemigos no son por tanto el capital internacional y su poltica monopolista,

    captadora y expropiadora de los recursos generados en nuestros pases. Los enemigos son el corporativismo y

    una burguesa burocrtica y conservadora que, entre otras cosas, limit la capacidad de negociacin

    internacional del pas dentro del nuevo nivel de dependencia generado por el avance tecnolgico y por la

    nueva divisin internacional del trabajo que se esboz en los aos 70, como resultado de la relocalizacin de

    la industria mundial.

    Esas tesis ganaron fuerza internacional y crearon el ambiente ideolgico de la alianza de centro-

    derecha que se vino a realizar en Mxico, Argentina, Per, Venezuela, Bolivia y el Brasil. Una importante alade la izquierda populista o liberal, se adhiere al programa de ajuste econmico impuesto por el Consenso de

    Washington y asegura la estabilidad monetaria y el precarsimo equilibrio macroeconmico que de ella se

    deriva.

    A cambio de esta adhesin se le garantiza un amplio perodo en el poder y el apoyo internacional al

    mismo. La Amrica Latina entra as en un nuevo nivel de relaciones caracterizado por monedas fuertes (principio ya quebrantado

    en Mxico), estabilidad monetaria (dem), estabilidad fiscal con privatizacin de las empresas pblicas, gobiernos reelectos

    sucesivamente (ya amenazados en Mxico) y fuerte apoyo internacional en el camino de una integracin comercial de las Amricas

    (ver Dos Santos, 1996-b).

    Este camino de sumisin estratgica creciente, seguido por las burguesas latinoamericanas, parece

    confirmar las previsiones ms radicales sobre su carcter entreguista y comprador. La crisis de la deudaexterna en la dcada de los 80, la crisis socio-econmica que signific la poltica de ajuste para permitir el

    pago de la deuda externa, parece confirmar el carcter dependiente de nuestras economas. Pero la resistencia

    de las tecnocracias continentales a estas situaciones fue mucho mayor de lo que se esperaba. De repente se vio

    un realineamiento de fuerzas disendose en el subcontinente. Aparecen resistencias al proyecto neo-liberal

    entre los militares, la iglesia, sectores de la burocracia estatal y sobre todo entre los tcnicos, ingenieros y

    cientficos. Todos ellos estn ligados a la existencia de un Estado nacional fuerte y a un desarrollo econmico

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    de base nacional significativa. Los trabajadores industriales y de servicios estn en el centro de la resistencia.

    Todos ellos tienen un papel ntimo en el proyecto neoliberal.

    Las dificultades para eliminar totalmente estas resistencias mantuvieron al proyecto neoliberal en los

    marcos de un rgimen liberal democrtico y parecen dar la razn a la tesis de que el desarrollo dependiente es

    compatible con los regmenes polticos liberales democrticos.

    Sin embargo, es necesario resaltar que no slo hubo situaciones de excepcin (como en el caso de

    Per), sino tambin tentativas de rebelin dentro de las fuerzas armadas argentinas y venezolanas, y la

    aparicin de nuevos movimientos guerrilleros, o tambin de una nueva forma de poltica insurreccional, en el

    caso del Ejrcito Zapatista en Mxico. Nadie puede asegurar que la actual ola democrtico-liberal resistir

    indefinidamente a esta combinacin de polticas econmicas recesivas, apertura externa, especulacin

    financiera, desempleo y exclusin social creciente. Aunque en este contexto, un sector importante de la

    poblacin pueda mejorar sus patrones de consumo, esto difcilmente sustituir el desgarramiento del tejido

    social, de la identidad cultural y de las expectativas de trabajo y de competitividad productiva de gran parte de

    la poblacin.

    Esta evolucin de los acontecimientos parece confirmar otra temtica puesta en evidencia por la teora

    de la dependencia: la tendencia a la exclusin social creciente, al aumento de la concentracin econmica y dela desigualdad social. Dependiente, concentrador y excluyente, stas eran las caractersticas bsicas del

    desarrollo dependiente asociado al capital internacional, que destacaba la teora. Estas caractersticas se

    exacerban en la dcada del 80, bajo el impacto de la globalizacin dirigida por el capital financiero

    internacional.

    La evolucin de la revolucin cientfico-tcnica parece confirmar los anlisis de finales de los aos 60.

    Ella favoreci el crecimiento de la exportacin industrial en los pases dependientes de desarrollo medio,

    mientras los pases centrales se especializaban en la tecnologa de punta, generadora de nuevos sectores de

    servicios volcados hacia el conocimiento, la informacin, el lser y la cultura. La expansin industrial de la

    Amrica Latina no posibilit su ubicacin dentro del campo de los pases industriales desarrollados. Al

    contrario, ha aumentado la distancia con los pases centrales colocados en la punta de la revolucin pos-industrial, al tiempo que las industrias obsoletas y contaminantes se concentran en los pases de desarrollo

    medio. Lo ms grave, a pesar de todo, comienza a ocurrir en la dcada del 80, pues conforme habamos

    previsto, la adopcin creciente de la automacin disminuye dramticamente el empleo industrial. Cada vez

    ms apartados de los centros de produccin cientfica, tecnolgica y cultural, los pases en desarrollo caen en

    la trampa del crecimiento econmico sin empleo, que adems no se genera en sectores como los de la

    educacin, la salud, la cultura, el lser y otras actividades tpicas de la revolucin cientfico-tcnica.

    La desvalorizacin de las capas medias de los profesionales slo es compensada en parte por la

    emigracin de una gran cantidad de ellos hacia los pases centrales, intensificando la captacin de recursos

    humanos, o brain-drain de los aos 60, ahora de los pases de desarrollo medio, cuya estructura

    educacional superior se torna intil ante el atraso de un desarrollo dependiente, subordinado, concentrador y

    excluyente. Los cuadros formados por estas Universidades van a ser reclutados en los pases centrales.

    Al lado de esas tendencias prosigue la penetracin del capitalismo en las zonas rurales, expulsando

    ms y ms poblacin hacia centros urbanos. La urbanizacin se vuelve metropolizacin y favelizacin esto

    es, marginalidad y exclusin social, que asume muchas veces el carcter de un corte tnico, lo que explica la

    fuerza de las reivindicaciones tnicas en los centros urbanos de la regin.

    El abandono del esfuerzo cientfico y tecnolgico regional, llev tambin al abandono del sector de

    bienes de capital, donde se concentra la esencia del proceso de la revolucin cientfico-tcnica y la posibilidad

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    de un desarrollo auto-sustentado. La complejidad de la industria de base y de su modernizacin con la

    robotizacin, comienza a retirarla de los pases, como el Brasil, que ya haban alcanzado un importante

    desarrollo en la misma.

    El Estado nacional se ve avasallado por estos cambios. Dedicado al pago de los intereses de la deuda

    externa en la dcada del 80, cre una inmensa deuda interna con altsimos intereses y alta rotacin. En la

    dcada del 90, al caer los intereses internacionales, los pases dependientes se ven estimulados y hastaforzados a emprender polticas econmicas de valorizacin de sus monedas nacionales. Estas polticas los

    llevan a producir importantes dficits comerciales, los cuales buscan cubrir atrayendo capital especulativo a

    corto plazo, a los que pagan internamente altos intereses.

    Es as que, al escaparnos de los altos intereses internacionales (hoy extremadamente bajos) camos en

    la trampa de los altos intereses internos. El Estado se convierte en prisionero del capital financiero, ahogado

    por una deuda pblica en crecimiento exponencial, cuyo servicio no deja ningn espacio para la inversin

    estatal, y tambin, cada vez menos para las polticas sociales y para la manutencin del modesto

    funcionalismo pblico de la regin.

    El contenido de clase del Estado se hace pues, ms evidente an. El se pone completamente al servicio

    del gran capital financiero subordinando cada vez ms los otros sectores de la burguesa. Se ve obligadoadems, a abandonar el clientelismo y el patrimonialismo de las antiguas oligarquas a travs de los cuales el

    Estado atenda a sus familias y a una vasta poblacin de la clase media. Tambin cierra las aperturas

    realizadas por el populismo a los dirigentes sindicales y otras entidades corporativas. No hay ms dinero para

    nadieel hambre del capital financiero es insaciable.

    Las polticas de bienestar dirigidas hacia los sectores de baja renta y hacia la prevencin social,

    tambin se ven definitivamente amenazadas. La ola neo-liberal estimula medidas que giran en torno a un

    regreso al dinamismo del mercado que no funcion en ninguna parte del mundo. Los gobiernos Reagan y

    Thatcher no abandonaron el gasto pblico, a pesar de liderear el movimiento neo-liberal. Por el contrario,

    Reagan aument ms de 5 veces el dficit pblico estadounidense, creando una enorme deuda pblica que

    sirvi de punto de partida del movimiento financiero de la dcada del 80. Los alemanes y japoneses fueron losprincipales beneficiarios de esta poltica. Aumentaron su supervit comercial con los Estados Unidos e

    invirtieron sus ganancias en ttulos de la deuda pblica con altas tasas de inters. Al mismo tiempo,

    convirtieron sus monedas en poderosos instrumentos de poltica econmica.

    Lo que ms sorprendi a los tericos no dependentistas fue el crecimiento de los pases del sudeste

    asitico. Muchos autores presentaron la consolidacin del crecimiento de esos pases como evidencia del

    fracaso de la teora de la dependencia. Son varios los estudios sobre estos procesos y son unnimes en

    reivindicar las especificidades de la situacin regional. Las economas de la regin no contrajeron una gran

    deuda externa en la dcada del 70, como los pases latinoamericanos y los del este europeo. Ellas pasaron por

    reformas agrarias radicales en los aos 40 y 50, para lo cual tuvieron especial apoyo norteamericano, debido a

    su proximidad con los enemigos de la guerra fra. Contaron con la acumulacin de capitales japoneses y la

    poltica del MITI de exportar las industrias de tecnologa en proceso de obsolescencia, hacia los pasesvecinos. Esas economas tuvieron condiciones especiales de penetracin en el mercado norteamericano por

    las razones geopolticas ya mencionadas. Pero, sobre todo, ellas practicaron una fuerte intervencin estatal y

    proteccionismo que les permiti sustentar sus polticas econmicas y desarrollar, al mismo tiempo, una base

    tecnolgica propia, aunque modesta.

    Esta evolucin muestra que la agenda colocada en el orden del da por la teora de la dependencia

    contina siendo de gran actualidad a pesar de los cambios fundamentales que ocurrieron en el perodo.

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    Pero lo que ms resalta sobre todo es la cuestin metodolgica. Ms que nunca la problemtica del

    subdesarrollo y del desarrollo ha de ser analizada en el proceso de evolucin del sistema econmico mundial.

    En l persiste la divisin entre un centro econmico, tecnolgico y cultural, una periferia subordinada y

    dependiente y formas de semi-periferia que ganaron gran dinamismo durante la fase depresiva del ciclo

    Kondratiev (de 1967 a 1993). Todo indica que se retomar el crecimiento econmico a partir de 1994 y

    nuevos alineamientos se debern producir.La cada del socialismo estatalizante de fuerte influencia estalinista, el socialismo en una sola regin

    del mundo, provoc una ola de euforia neo-liberal que perjudic muy gravemente la evolucin de estos

    pases. Todo indica, que debern rectificar esta aventura altamente costosa en vidas humanas.

    Las contradicciones entre EE.UU., Europa y Japn encontraron el canal del grupo de los Siete para

    encaminarlas. Rusia (liberada de sus aliados o satlites europeos y de la Unin Sovitica) fue integrada en

    este grupo. Pero China, en pleno crecimiento, la India y el Brasil, entre otras 18 potencias medias, no

    encontraron an su lugar en el sistema mundial posguerra fra.

    La separacin del mundo en bloques regionales parece ser la forma intermedia que el proceso de

    globalizacin viene asumiendo para resistir al libre movimiento de capitales financieros, o de las empresas

    transnacionales o globales. Esto se enmarca tambin en las previsiones de la teora de la dependencia,inclusive la importancia de las integraciones regionales en la Amrica Latina como un camino ms slido

    para la integracin regional de todo el continente. Los propios EE.UU. se ven obligados a buscar un camino

    de ms aproximacin hemisfrica. El NAFTA muestra las dificultades de esa integracin de estructuras tan

    asimtricas y tan desiguales. La integracin exitosa del MERCOSUR reafirma el principio de que es ms fcil

    integrar mercados de niveles semejantes, particularmente de significativo desarrollo industrial. Sin embargo,

    la ASEAN muestra la posibilidad de una complementariedad entre un pas central, que ocupa la funcin de un

    polo de acumulacin y otros perifricos, donde el primero organice su mercado como un consumidor de los

    productos de los mercados prximos, con transferencia de tecnologa para garantizar la calidad de sus

    abastecedores. Los EE.UU. estaran dispuestos a generar una nueva poltica de buena vecindad que integrase

    las Amricas bajo su gida. Si no lo hiciera a mediano plazo tal vez encuentre ya un Brasil consolidado como

    lder del desarrollo regional en la Amrica del Sur.

    EL DEBATE SOBRE LA DEPENDENCIA

    Para comprender la evolucin de la teora de la dependencia es necesario tomar en consideracin el

    ataque que por largo tiempo esta teora sufri en las dcadas del 70 y 80. Pasamos a presentar una relacin

    bibliogrfica general sobre la temtica, diferenciando las dos dcadas.

    En la dcada del 70 una extensa literatura sobre la Teoria de la Dependencia dio inicio al debate sobre

    el tema, desde una perspectiva universal.

    El articulo de Suzzane Bodenheimer, Dependency and Imperialism,Politics and Society, N.5, mayo1970, fue tal vez el primer intento de presentar la teora de la dependencia como una escuela de pensamiento

    nuevo que propona un paradigma cientfico alternativo al main stream del pensamiento social occidental.

    En febrero de 1973, The Journal of Interamerican Studies dedic una edicin especial a la teora de la

    dependencia. De contenido esencialmente crtico, asuma un punto de vista conservador. Ellos suscitaron la

    cuestin de que la nocin de dependencia era una disculpa para explicar el fracaso econmico de los pases

    subdesarrollados. En ese mismo ao, Norman Girvan (1973) procuraba aplicar el concepto de dependencia a

    la realidad caribea, ejerciendo una influencia particular sobre el gobierno de Manley en Jamaica.

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    Verdaderamente, este trabajo fue el punto de partida de la escuela caribea anglfona de la dependencia (ver

    Blomstrm y Hettne, 1984, 1990, pp.128 a 155).

    En Africa, la teora de la dependencia encontr en marcha un proceso de elaboracin terica sobre el tema del desarrollo y se

    produjo una fusin bastante provechosa. Samir Amim (1974), convoc una reunin en Dakar, en 1970, para producir un encuentro

    entre el pensamiento social latinoamericano y africano. Cuatro aos ms tarde, Abelatif Benachenou convoc a la realizacin de un

    Congreso de Economistas del Tercer Mundo en Argel, que dio origen a una Asociacin Internacional de Economistas del TercerMundo. Anteriormente, en Dar-El-Salam se reunieron cientficos sociales de todo el mundo que emprendan un camino terico

    alternativo, muy influenciados por el estructuralismo y por la teora de la dependencia. Surge de este esfuerzo el libro de Tamas Sentzes

    (1971) sobre el desarrollo econmico, que se convirti en un clsico en la regin.

    En Asia, particularmente en la India, haba ya una larga tradicin de crtica antimperialista y de

    formulacin de caminos propios de desarrollo. Pero estas propuestas, a pesar de estar ms abiertamente

    apoyadas en el planeamiento estatal, no dejaban de partir de la disyuntiva entre lo tradicional y lo moderno,

    entre atraso y desarrollo, a pesar de reconocer los aspectos econmico, social y culturalmente positivos de la

    cultura india. Gandhi, sobre todo, haba apoyado su movilizacin de masas antimperialistas en el

    reconocimiento de los valores de la cultura india, entre los cuales estaban, no solamente, la no-violencia, sino

    tambin la produccin autnoma y artesanal y la comunidad hind. Por esta razn, ciertos sectores depensamiento nacional democrtico indio recibieron con desagrado una visin de subdesarrollo que lo ligaba a

    la formacin del capitalismo moderno como una economa mundial. Hettne y Blomstrm (1984) insisten en la

    poca influencia de la teora de la dependencia sobre el pensamiento indio.

    Sin embargo, muchos autores hindes no solamente integraron la nocin de dependencia en sus

    dimensiones tericas o presentaciones didcticas, sino que asumieron la teora de la dependencia como

    instrumental analtico (ver Baghschi, y Todaro, M.P., 1977). En lo que respecta al conjunto del Asia se puede

    ver este impacto en el libro organizado por Ngo Man Lan (1984).

    En America Latina, el programa de la Unidad Popular de Salvador Allende y tendencias del gobierno

    militar revolucionario peruano, incorporaron elementos claves de la teora de la dependencia. La teologa de

    la liberacin, que surga en Per con Gutirrez, tom la teora de la dependencia como su referenciafundamental. Otros autores, como Enrique Dussel, asumen claramente esta perspectiva analtica integrndola

    en su interpretacin terica del marxismo y del cristianismo.

    En Cuba, la revista Pensamiento Crtico abrir sus pginas al nuevo pensamiento latinoamericano

    hasta la derrota terica del Che Guevara, en el debate entablado en los 60 entre l y Carlos Rafael

    Rodrguez. El fracaso de la Gran Zafra de los 10 millones de toneladas y otros errores de la direccin

    revolucionaria, condujeron a la adhesin del PC cubano a las tesis del marxismo -leninismo ortodoxo

    sovitico, con sus manuales de materialismo histrico y dialctico, sus interpretaciones del imperialismo, de

    la revolucin rusa, de las revoluciones de liberacin nacional, que se restringan al paso de las sociedades

    feudales o pre-capitalistas hacia el capitalismo moderno y la democracia liberal. Eran las teoras de la

    modernizacin que cristalizaban en un marxismo de inspiracin positivista, en el cual predominaba un

    evolucionismo mecanicista. Cuba volva a ser un pas exportador de caa de azcar e importador de productosmanufacturados. El socialismo permita, a pesar de todo, una utilizacin de los excedentes de esta exportacin

    en la implantacin del ms avanzado proyecto educacional, de salud y de control popular sobre el Estado

    (aunque con las deformaciones burocrticas impuestas por los rusos las que no consiguieron quebrar la espina

    dorsal de la revolucin cubana).

    Vania Bambirra protagoniz una amplia polmica con la ortodoxia cubana, tanto guevarista como

    comunista. En un seminario realizado en el Centro de Estudios Socio-Econmicos, en Santiago de Chile, ella

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    cuestion las interpretaciones corrientes de la revolucin cubana y reivindic el papel de las luchas

    democrticas, de las masas urbanas, de la movilizacin histrica por la huelga general y hasta de una buena

    parte de la militancia del Partido Comunista Cubano, en el xito de la revolucin. Estas tesis fueron

    publicadas en su libro La Revolucin Cubana, una Reinterpretacin, que fue ledo por sectores de la

    direccin poltica cubana pero no se divulg en ese pas debido a sus concepciones no-ortodoxas. En l se

    aplicaba la teora de la dependencia para mostrar no solamente las verdaderas causas del procesorevolucionario cubano, sino tambin sus dificultades.

    La teora de la dependencia ganaba as una avasalladora influencia en la regin latinoamericana y en el

    Caribe; en los Estados Unidos, en Africa y en Asia profundizaba su campo de influencia a travs de la

    teologa de la liberacin. En Europa, la misma teora encontraba eco en la izquierda revolucionaria, en la

    izquierda del socialismo y de la socialdemocracia. Ella influenci investigaciones de gran valor como las

    realizadas por el Starnberg Institute, en Starnberg, por tericos alemanes, franceses e ingleses. Entr

    finalmente en los pases nrdicos al influenciar las investigaciones para la paz.

    En 1977, Helena Tuomi realizaba un inventario de los modelos de dependencia en la investigacin

    occidental sobre el desarrollo (ver Tuomi, 1977). Ella encontr en aquel ao cinco proyectos de investigacin

    que intentaban definir la o las variables independientes y dependientes y procuraban medirlas en perodos detiempo ms o menos largos, buscando definir modelos de explicacin del subdesarrollo y comprobarlos

    empricamente.(1)

    Pero era en Amrica Latina que los estudios sobre la dependencia avanzaban por todas partes. A

    mediados de los aos 70 comienza, sin embargo, un movimiento de crtica a la teora de la dependencia. En el

    Congreso Latinoamericano de Sociologa de 1975, en Costa Rica, esta discusin ocup gran parte del tiempo

    y los resultados de estos debates fueron publicados en el libro:Debate sobre la Teora de la Dependencia y la

    Sociologa Latino Americana, EDUCA, San Jos, 1979, publicado bajo la supervisin editorial de Daniel

    Camacho.

    Heraldo Muoz public uno de los mejores resmenes sobre la Teoria de la Dependencia en sus

    artculos: El anlisis de la Teora de la Dependencia en los Centros: Ejemplos de EEUU, en EstudiosInternacionales, Vol. 12, n.45, enero-marzo, 1979, pp 68-76, y Cambio y Continuidad en el Debate sobre la

    Dependencia y el Imperialismo,enEstudios Internacionales, Vol. 11, n.44, octubre-diciembre, 1978, pp 88-

    138. En 1982 l edit From Dependency to Development-Strategies to Overcome Underdevelopment and

    Inequality, Estudios Especiales sobre Desarrollo Social, Poltico, Econmico, Editora Westview Press,

    Boulder, Colorado, 1982.

    Vea tambin: Gustavo Rodrguez O., De la Cepal a la Teora de la Dependencia Un Esquema

    Descriptivo, IESE, Cochabamba, 1979, y un captulo sobre el Marxismo Latino-Americano escrito por Juan

    Carlos Portantiero para la coleccinHistory of Marxism, dirigido por Eric J. Hobsbawn.

    La gran ola de crtica a la Teora de la Dependencia se ampli sobre todo en la segunda mitad de la

    dcada del 70 e inicios de la dcada del 80, viniendo en parte de autores latino-americanos: Agustn Cueva,Problemas y Perspectivas de la Teora de la Dependencia,CELA, UNAM, que dio inicio a una nueva

    crtica a la Teora de la Dependencia acusando a sus autores de sobrestimar factores externos en relacin con

    factores internos y de abandonar el anlisis de las clases sociales. Despus de esto, l public el libro El

    Desarrollo del Capitalismo en Amrica Latina, Siglo XXI, Mxico, 1978 donde di continuidad a estas

    crticas. Posteriormente l aceptara el hecho de que estaba equivocado en sus crticas y pas a destacar las

    conquistas de la Teora de la Dependencia ante los ataques que sta recibi del pensamiento conservador

    latinoamericano y europeo. Octavio Rodrguez public su Informe sobre las Crticas a la Concepcin de la

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    CEPAL, Secretara de la Residencia, Mxico, 1974, en el que defenda a Prebisch y la CEPAL de las crticas

    de la Teora de la Dependencia. Enrique Semo, La Crisis Actual del Capitalismo, ed. De Cultura Popular,

    Mxico, 1975, present una crtica basada en el concepto de interdependencia como una tendencia de la

    economa internacional. El trabajo de Vania Bambirra Teora de la Dependencia; Una Anticrtica, Era,

    Mxico, 1978, responde a gran parte de estas crticas. Ella muestra sobre todo los equvocos de interpretacin

    que contenan, imputando a los tericos de la dependencia posiciones que nunca defendieron, como la idea deuna tendencia al estancamiento econmico, una sobrevaloracin de los factores externos con relacin a los

    internos, etc.

    Hay tambin un grupo de crticos de la Teora de la Dependencia que se llaman marxistas ortodoxos

    o simplemente marxistas (2). Ellos consideran que la teora de la dependencia coloca las determinaciones

    externas como fundamentales y ubican en segundo plano la lucha de clases en el interior de cada pas.

    Condenan tambin cualquier visin crtica del desarrollo del capitalismo que, segn ellos, no presenta

    diferencias esenciales entre los pases dominantes y los dependientes. Esta tendencia endogenista juzga que el

    imperialismo representa un progreso al desarrollar las fuerzas productivas a nivel internacional. Ellos no

    comprenden que el imperialismo bloquea el desarrollo de las fuerzas productivas de las naciones colonizadas,

    cercenan su poder de crecimiento econmico, de desarrollo educacional, de la salud, etc. No consiguen

    entender el fenmeno de la superexplotacin y la transferencia internacional de excedentes generados en el

    3er.Mundo y enviados a los pases centrales.

    De hecho, va a ocurrir una convergencia entre las crticas de Fernando Henrique Cardoso a sus colegas

    que iniciaron la teora de la dependencia y las crticas de esos llamados marxistas (ver mi artculo sobre las

    polmicas con Cardoso). Estos llevan, con todo, su ortodoxia muy lejos defendiendo la necesidad de

    analizar los modos de produccin en el interior de cada economa. Son llamados de autonomistas y

    endogenistas y fueron analizados por Marini (1995) con rigor y precisin. Una lectura seria de Marx jams

    autorizara este tipo de interpretacin del marxismo. El siempre llam la atencin hacia el carcter

    internacional del modo de produccin capitalista y consider el comercio mundial como condicin necesaria

    de la acumulacin original capitalista. Marx no autorizara jams una concepcin clasista que colocase en

    oposicin al anlisis de las economas nacionales y el estudio de su articulacin con la economa mundial. Elsiempre entendi la formacin del capitalismo como la dialctica entre la economa mundial, como fenmeno

    independiente, y el conjunto de economas nacionales en competencia, apoyndose en sus Estados

    Nacionales.

    Las implicaciones tericas de la teora de la dependencia estn an por delimitarse. Su evolucin en ladireccin de una teora del sistema mundial, buscando reinterpretar la formacin y desarrollo del capitalismomoderno dentro de esta perspectiva, es un paso adelante en este sentido, como veremos en los prximoscaptulos (3).

    LA GLOBALIZACION Y EL ENFOQUE

    DEL SISTEMA-MUNDO

    La teora de la dependencia continuaba y perfeccionaba un enfoque global que buscaba comprender la

    formacin y evolucin del capitalismo como una economa mundial. Prebisch ya hablaba en los aos 50, de la

    existencia de un centro y una periferia mundial, tesis que perfeccion en la dcada del 70 bajo la influencia

    del debate sobre la dependencia (ver Prebisch, 1981). La teora de la dependencia busc depurar este esquema

    reanalizando la teora del imperialismo desde los tiempos de su formacin con Hilferding, Rosa Luxemburgo,

    Hobson, Lenin y Bukharin. Andr Gunder Frank (1991) llama la atencin hacia estos trabajos de anlisis del

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    sistema mundial que toman su forma sobre todo a inicios de la dcada del 70 con Amin (1974), Frank (1978,

    1980 y 1981), Dos Santos (1970 y 1978) pero que adquiere realmente una gran relevancia con la obra de

    Immanuel Wallerstein (1974, 1980, 1989), que desarrolla la tradicin de Fernand Braudel (1979). Todo esto

    ha sido objeto de una amplia discusin (4).

    Otros autores reconocen la relacin estrecha de la teora del sistema-mundo con la teora de la

    dependencia. Bjrn Hettne hace una relacin de la evolucin del debate sobre el desarrollo y la dependencia,en que la teora de la dependencia tiene como evolucin la teora del sistema-mundo, mientras la tendencia

    estructuralista marcha hacia la teora de las necesidades bsicas implantada por el Banco Mundial en los aos

    70 bajo la direccin de McNamara. En cuanto a sto, la tendencia endogenista, que se pretende marxista ( y

    que Hettne llama de anlisis de los modos de produccin) se origina, segn l, en los modelos marxistas de

    acumulacin de capital.

    La teora de la dependencia tambin haba tenido este origen pero haba sufrido la influencia del

    anlisis econmico estructuralista de la CEPAL. Las teoras de la modernizacin haban, por otro lado,

    mantenido su marco de anlisis occidentalista mientras sufran la crtica de los modelos de otro desarrollo o

    desarrollo alternativo.

    Estas tendencias pueden ser observadas en el diagrama presentado por Bjrn Hettne (1982, p.140):

    Orientaciones tericas:

    (P)Positivo-formal (F)

    (N)Normativo-formal (F)

    (P)Positivo-substantivo (S)

    (N)Normativo-substantivo (S)

    El enfoque del Sistema-Mundo busca analizar la formacin y la evolucin del modo capitalista de

    produccin como un sistema de relaciones econmico-sociales, polticas y culturales que nace a finales de la

    Edad Media europea y que evoluciona en direccin a convertirse en un sistema planetario y confundirse con

    la economa mundial. Este enfoque, an en elaboracin, destaca la existencia de un centro, una periferia y unasemi-periferia, adems de distinguir, entre las economas centrales, una economa hegemnica que articula el

    conjunto del sistema.

    Al mismo tiempo, la teora del sistema-mundo absorbi la nocin de olas y ciclos largos de Braudel

    (1979), que se diferencian de los ciclos de Kondratiev. Hay, sin embargo, intentos de conciliar los ciclos de

    Kondratiev, de 50 a 60 aos, con los ciclos largos, ms ligados al movimiento del capital financiero, que

    encontr Braudel. De esta forma, la evolucin del capitalismo es vista como una sucesin de ciclos

    econmicos, articulados con procesos polticos, sociales y culturales. En libro reciente, Arrighi (1995)

    consigui ordenar la historia del capitalismo como una sucesin de 4 ciclos largos de acumulacin, basados

    en cuatro centros hegemnicos:

    1. El ciclo genovs (que se articula con las conquistas ibricas), iniciado a fines del siglo XIV e iniciosdel XV, cuando se forma la base de acumulacin financiera de Gnova - como ciudad estado y,

    posteriormente, como nacin de los genoveses - localizada en varios centros financieros europeos, y

    que se prolonga hasta finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Este ciclo tiene en las monarquas

    ibricas su principal instrumento.

    2. El ciclo holands, que se inicia a finales del siglo XVI e inicios del siglo XVII y se prolonga hasta

    mediados del siglo XVIII.

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    3. El ciclo britnico, que se inicia a mediados del siglo XVIII y que se prolonga hasta la 1ra.y la 2da.

    Guerra Mundial,

    4. El ciclo norteamericano, que se inicia durante la 1ra.Guerra y se desarrolla durante la 2da. Guerra

    Mundial hasta nuestros das, cuando hay seales del surgimiento de un nuevo ciclo que tendr como

    centro el sudeste asitico, o algn ncleo de poder supranacional.

    Giovanni Arrighi (1995) analiza la relacin de estos ciclos con los principales centros financieros, que

    terminaron transformndose en centros hegemnicos aliados con centros comerciales. Ha faltado a estos

    anlisis una profundizacin mayor del aspecto productivo que establezca los regmenes de produccin, la

    evolucin de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales de produccin, a fin de explicar mejor el

    funcionamiento de estos ciclos. En este sentido, Dos Santos (1978) trata de articular la nocin de sistema

    mundial con las grandes estructuras de produccin y particularmente con la revolucin cientfico-tcnica (Dos

    Santos, 1983 y 1986), indicando un camino de investigacin en parte complementario al esfuerzo ms global

    de la teora del sistema mundial, y en parte reordenador de ese esfuerzo.

    Una caracterstica importante de los anlisis del sistema mundial es la negacin de las interpretaciones

    del mundo contemporneo basadas en la bipolarizacin de posguerra, vista como una relacin entre dos

    sistemas econmicos de poder paralelo. Tericos del sistema mundial insistieron siempre en la existencia deun slo sistema econmico mundial, en este perodo, de carcter capitalista y bajo la hegemona

    norteamericana. La evolucin de la economa sovitica y del bloque de naciones a ella ms o menos ligadas,

    no haba sido capaz de salir del contexto determinado por el sistema mundial capitalista. Siempre se esper

    que la agudizacin de este conflicto en la dcada del 80 destruira el modelo de guerra fra que redefini las

    zonas geopolticas mundiales. En este sentido ver Dos Santos (1978 y 1993), Wallerstein (1979, 1984) y

    Frank (1980, 1981).

    Los estudios del sistema-mundo se situaron como expresin terica de un amplio debate sobre las

    transformaciones que ocurran en la economa y la poltica mundial de los aos 70. Desde finales de 1960,

    surgi una amplia documentacin emprica sobre las corporaciones multinacionales, sobre las nuevas

    direcciones de la economa mundial y sobre el nuevo orden econmico mundial, propuesto por los noalineados en las Naciones Unidas. Varios informes sobre la situacin econmica mundial se sucedieron

    expresando las diversas corrientes internacionales y sobre todo, la preocupacin creciente con el medio

    ambiente amenazado (5). Dentro de esta perspectiva globalizadora (6) es necesario afirmar sobre todo los

    siguientes elementos de una nueva sntesis terico-metodolgica en proceso:

    1. La teora social se debe desprender de su extrema especializacin y retomar la tradicin de las grandes

    teoras explicativas, con el objetivo de reordenar el sistema de interpretacin del mundo

    contemporneo.

    2. Esta reinterpretacin debe superar sobre todo la idea de que el modo de produccin capitalista, surgido

    en Europa en el siglo XVIII es la referencia fundamental de una nueva sociedad mundial. Este

    fenmeno debe ser visto como un episodio localizado, parte de un proceso histrico ms global queenvuelve la integracin del conjunto de las experiencias civilizadoras en una nueva civilizacin

    planetaria, pluralista y no exclusivista, basada en la no subordinacin del mundo a ninguna sociedad

    determinada.

    3. La formacin y evolucin del sistema mundial capitalista debe orientar el anlisis de las experiencias nacionales, regionales y

    locales, buscando rescatar las dinmicas histricas especficas como parte de un esfuerzo conjunto de la humanidad por

    superar la forma explotadora, expropiatoria, concentradora y excluyente en que este sistema evolucion.

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    4. El anlisis de este proceso histrico debe rescatar su forma cclica, procurando situar los aspectos

    acumulativos en el interior de sus lmites, establecidos por la evolucin de las fuerzas productivas, y

    las relaciones sociales de produccin, la justificacin ideolgica de estas relaciones y los lmites del

    conocimiento humano.

    5. En este sentido, la evolucin de la ciencia social debe ser entendida como parte de un proceso ms

    global de la relacin del hombre con la naturaleza: la suya propia, la inmediata, la ambiental y elcosmos, solo aparentemente ausente de la dinmica de la humanizacin. Esto es, ella debe ser

    entendida como un momento de un proceso ms amplio de desarrollo de la subjetividad humana,

    compuesta de individuos y pueblos que estn construyendo el futuro siempre abierto de estas

    relaciones.

    NOTAS

    1. Eran ellos, Bruce Russet (1975), Kanfman, Chernostsky & Geller (1975), Chase-Dunn (1975), Duvall et al.(1976), Alschuler (1976). Entre los otros nrdicos que discutieron el problema de los modelos de la dependencia ysu impacto en los estudios sobre la paz, vase: Autola, Esko (1976), Galtung, Johan (1971), Hveen Helge (1973),Tuomi, Helma (1977), Vyrynen, Raim (1976).

    2. Ellos consideran no marxista tratar de establecer los elementos estructurales que forman el contexto nacional enque se desarrolla la lucha de clases y no son capaces de comprender el sentido histrico de los conceptos,imperialismo y dependencia. En esta lnea estn los libros de OBrien (1975) y Kahl (1976).

    Los libros ms globales y serios publicados sobre el tema, en la dcada de los 80, fueron: Ronald Chilcote,Theories of Development and Underdevelopment, ed. Westview Press, Boulder and London, 1985; MagnusBlomstrm e Bjrn Hettne, Development Theory in Transition, The Dependency Debate & Beyond; Third World

    Responses, Zed Books, Londres, 1984.

    Ronald Chilcote public tambin un libro sobre este debate llamado Dependency and Marxism; Toward aResolution of the Debate, Westview, Boulder and London, 1982.

    Un debate muy serio acerca del impacto terico y emprico de la Teora de la Dependencia puede encontrarse en:Christopher Abel & Colin M. Lewis,Latin America. Economic Imperialism and the State: The Political Economyof the External Connection from Independence to Present, The Athlone Press, Londres, 1985. Si este libro noestuviese tan circunscrito a la contribucin de Cardoso, Faletto y Frank se podra convertir en una slidareferencia para el estudio de la historia de la Teora de la Dependencia.

    Tambin fue relevante en este debate la participacin sovitica, particularmente con los siguientes artculos ylibros: IMEMO - Institute of World Economy and International Relations of the Science Academy, DevelopingCountries: Regularities, Tendencies and Perspectives, editado en Rusia en 1978.

    Kiva Maidnik, El Proceso Revolucionario de America Latina visto desde la URSS, Editora Tailer, C. Por A.,Santo Domingo, Repblica Dominicana, 1982.

    Vladimir Davydov, Nueva Ronda de Debates Acerca de la Dependencia, Amrica Latina, Moscow, n.11, 1984Qu es la Teoria de la Dependencia?,Amrica Latina, Moscow, n.12, 1985 e n.3, 1986.

    3. La literatura sobre la Teora de la Dependencia, an depus que varios autores decretaron su fallecimiento, creceda por da, en todas partes del mundo. Andr Gunder Frank escribi en los comienzos de la dcada del 90 un libroautobiogrfico, donde analiza algunos de los libros escritos sobre el tema, que ya hemos citado. Pero debemosincrementar esta lista con publicaciones ms recientes, que son:

    Charles Oman and Ganeshan Wignajara, The Postwar Evolution of Development Thinking, OECD DevelopmentCenter, Paris, 1991.

    Alvin Y. So, Social Change and Development, Modernization, Dependency and World System Theories , SageLibrary of Social Research, Londres, 1990.

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    David E. Apter, Rethinking Development, Modernization, Dependency and Postmodern Politics, SagePublications, Londres, 1990.

    Richard Peet, Global Capitalism - Theories of Societal Development, Routledge, Londres & New York, 1991.

    Heinz R. Sonntag, Duda/Certeza/Crisis, La Evolucin de las Ciencias Sociales de Amrica Latina, UNESCO -Editorial Nueva Sociedad, Caracas, Venezuela, 1989.

    Este ltimo libro integr el debate sobre la teora de la dependencia con un nuevo avance conceptual, ocurrido enla dcada de los 70 y que relaciona la discusin sobre el desarrollo con el debate sobre la teora del sistemamundo. Este nuevo adelanto es consecuencia de una precisin creciente del concepto de economa mundial.

    4. El concepto de economa mundial, como una realidad independiente, fue desarrollado por la escuela de ladependencia, sobre todo en la dcada de los 70. Andr Gunder Frank escribi en este perodo: World

    Accumulation, 1492-1789, y Dependent Accumulation and Undervelopment, ambos editados por la MonthlyReview Press en 1978. Posteriormente, desarroll su anlisis en Crisis in the World Economy y Crisis in the ThirdWorld, ambos publicados por la Holmes & Meier, Nueva York, 1980, 1981.

    Samir Amn produjo, durante este perodo, Accumulation on a World Scale: A Critique of the Theory ofUndervelopment, Monthly Review Press, New York, 1974.

    Theotonio dos Santos desarroll el mismo tema en La Crisis Norte-Americana y Amrica Latina, ed. PLA,Santiago, 1970, as como enImperialismo e Dependncia, Era, Mxico, 1978.

    Este inters por la economa mundial tambin se manifest en el artculo de Fernando Henrique CardosoImperialismo e Dependncia na Amrica Latina, Structures of Dependency, F. Bonilla e R. Girling, editores,Stanford, California, Institute of Political Studies, 1973, as como en artculo de Oswaldo Sunkel sobreCapitalismo Transnacional e Desintegrao Nacional na Amrica Latina, Social and Economic Studies,University of West Indies, 22-1, 1973

    Prebisch tambin se orient en direccin a la economa mundial durante este perodo, sobre todo en su libroCapitalismo Perifrico, Crisis y Transformacin, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1981. Al mismo tiempoRuy Mauro Marini escribiDialtica da la Dependncia, confirmando su tendencia para un anlisis ms terico yglobal, expresado todava con mayor claridad por Orlando Caputo en su tesis sobre Las Teoras de la EconomaMundial, defendida por l en su candidatura al ttulo de doctor en la Coordinacin de Doctorado en Economa dela UNAM, Mxico, 1979 (que desgraciadamente no fue publicada).

    5. Este cambio en direccin al concepto de economa mundial, tambin di origen a una literatura, cada vez msnumerosa, sobre las corporaciones multinacionales, as como al surgimiento de un anlisis metodolgico de la

    economa mundial, llevada a cabo por instituciones internacionales, sobre todo despus de la creacin, en 1978, dela publicacin anual del Banco Mundial llamada World Development Report. En la dcada del 70 se construyerontambin varios modelos de economa mundial, preparados por organizaciones internacionales, y se public en1973, The State of the Worldproducida por el gabinete de la presidencia norteamericana. Los estudios clsicos deVernon, en la dcada del 60 y 70 (Raymond Vernon, The Sovereignty in the Bay), son una primera referencia parael estudio de las corporaciones multinacionales. Debemos considerar estas investigaciones como una relevanteanticipacin en el anlisis de la economa mundial. Las contribuciones de Theotonio dos Santos sobre el temaestn resumidas en los libros Imperialismo y Corporaciones Multinacionales, ed. PLA, Santiago, 1973, y

    Imperialismo y Dependencia, ed. Era, Mxico, 1978. Vea tambin: The Multinational Corporations: Cells ofContemporary Capitalism, in Laru Studies, n.6, Toronto, Canad, 1978, Big Capital and Structure of Power,The New Tendencies of Foreign Investments in Latin America, en Petras and Zeitlin, eds, Latin America -

    Reform or Revolution, ed. Fawcett, Nueva York, 1969.

    El Centro de las Naciones Unidas para Corporaciones Transnacionales fue creado al inicio de la dcada del 70 y

    public 4 informes generales conteniendo datos empricos substanciales sobre las corporaciones multinacionales yel desarrollo mundial:

    1973 - Multinational Corporations and World Development

    1978 - Transnational Corporations in World Development: A Reexamination

    1983 - Transnational Corporations in World Development: Third Survey

    1988 - Transnational Corporations in World Development: Trends and Propects

    En 1991 se inicia la publicacin deWorld Investment Reportdedicado a The Triad in Foreign Direct Investment,y en 1992Transnational Corporations as Engines of Growth . Estos estudios fueron influenciados por una visin

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    ms sistemtica del capitalismo mundial, que fue muy bien sintetizada por C.A. Michelet en su libro LeCapitalisme Mondial, P.U.F., Paris, 1985. A partir de 1994 losWorld Investment Reportfueron puestos bajo laresponsabilidad de la UNCTAD.

    Vase tambin: W. Andreff, Les Multinationales, La Dcouverte, Paris, 1987 y Pierre Groa, Atlas Mondial desMultinationalesyLEspace des Multinationales, Rcins-La Documentation Franaise, Paris, 1990.

    La discusin en torno al nuevo orden econmico mundial tuvo su inicio debido a una propuesta del presidente

    Luis Hecheverra: La Carta de los Derechos y Deberes Econmicos de los Estados, votada en Naciones Unidas en1973. Posteriormente, en 1975, Boumedienne cre el trmino nuevo orden mundial, en ocasin del Encuentrode los No Alineados celebrado en Argel. Bajo el impacto de la crisis del petrleo, los pases del Tercer Mundoavanzaron considerablemente en el plano internacional con la creacin de la Dcada del Desarrollo, votada porla Asamblea de Naciones Unidas en 1969; con el desarrollo de la UNCTAD; con el funcionamiento delMovimiento de los No Alineados y el dilogo Norte-Sur. Mucha literatura fue producida en este perodo sobre elNuevo Orden Econmico Mundial, que inclua el debate sobre la ecologa, suscitado por el encuentro deEstocolmo, de 1972. Esta literatura se apoy principalmente en un conjunto de informes internacionales que son:

    Club of Rome, The Limits to Growth, Universe