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Santos, Theotonio dos.La teora de la dependencia un balance histrico y terico.Enlibro: Los retos de la globalizacin. Ensayo en homenaje a Theotonio Dos Santos. FranciscoLpez Segrera (ed.). UNESCO, Caracas, Venezuela. 1998. ISBN: 9291430366.Disponible en la World Wide Web:http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/unesco/santos.rtf
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CARIBE, DE LA RED DE CENTROS MIEMBROS DE CLACSOhttp://www.clacso.org.ar/biblioteca
LA TEORA DE LA DEPENDENCIAUN BALANCE HISTRICO Y TERICO
Theotonio dos Santos
ANTECEDENTES HISTRICOS: EL SURGIMIENTO
DE LAS TEORAS DEL DESARROLLO
Con el final de la II Guerra Mundial comienza la decadencia definitiva de las potencias imperialistas
que haban dominado el mundo desde finales del siglo XIX hasta la I Guerra Mundial. El dominio colonial,
cuestionado a partir de los aos 20 por el surgimiento de la hegemona norteamericana continu, sin embargo,
siendo practicado e incluso se exacerbaron las tentativas de volver a dividir el mundo. Fueron estas luchas por
el dominio econmico y territorial del planeta las que llevaron finalmente a la II Guerra Mundial.
Las dos principales potencias derrotadas, Alemania y sobre todo el Japn, abandonan, en
consecuencia, un importante espacio colonial. Los imperios Austro-Hngaro y Otomano desaparecern entre
las dos guerras. La Inglaterra victoriosa, no puede sustentar su esfuerzo blico y, al mismo tiempo, preservar
su vasto mundo colonial. Franciaentre derrotada y victoriosa- tambin se vi incapacitada para mantener sus
antiguas conquistas territoriales. Los EE.UU., indiscutible vencedor, sin que fuese tocado su territorio, nopoda abandonar su tradicin antimperialista de ex-pas colonial. Adems su poder se torn tan aplastante que
no necesitaba cargar el peso de una dominacin colonial. El haba ocupado a Alemania, Italia y al Japn y
tena tropas estacionadas y bases militares en cerca de 150 pases. La guerra fra, la OTAN y otros tratados
regionales legitimaron y consolidaron estos desplazamientos de tropas, sin crear una connotacin imperial.
La URSS, heredera del Imperio Ruso, que fuera invadido 3 veces (por Napolen, por Alemania en la I
Guerra Mundial y por la ocupacin nazi en la Segunda), sali de la II Guerra convertida en ocupante de vastos
territorios, ocupacin que procur consolidar mediante el establecimiento de regmenes aliados, con una
estructura ideolgica similar a la suya, destinados a proteger su frente occidental. Estos regmenes fueron, a
pesar de todo, implantados de manera improvisada y sin respaldo social suficiente lo que llev a una sucesin
de graves crisis (Berln, Hungra, Polonia). La oposicin a los gobiernos de Europa Central contaba con apoyo
externo significativo de varios orgenes. Esta inestabilidad era reforzada por la intensificacin de la guerra
fra, que consista en una estrategia de confrontacin global con la URSS y sus posibles aliados, establecida
por los EE.UU. y por Inglaterra y basada en la doctrina de contencin de una supuesta expansinsovitica.
De hecho, la guerra fra fue implantada por los EE.UU. para consolidar su hegemona sobre el llamado
Mundo Occidental.
En este reordenamiento de fuerzas mundiales, emerge un conjunto de nuevos Estados Nacionales
jurdicamente soberanos. Entre ellos, algunos son extremadamente poderosos. La mayor concentracin
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demogrfica de la tierra se reuni en dos unidades estatales: la China y la India, que se constituyeron en
estados nacionales despus de aos de dominio colonial o semicolonial. Junto a la India se forman los Estados
islmicos de Paquistn y Bangladesh. Potencias estratgicas desde el punto de vista geopoltico, como Egipto
(que domina el paso entre el Mediterrneo y el Golfo Prsico), Turqua, Persia, Paquistn, etc.; tambin se
liberan del dominio extranjero y se constituyen en Estados Nacionales. Los Movimientos de Liberacin
Nacional incendian el Asia y Africa. El Medio-Oriente se torna una zona de disputa en la que opera uncomplejo juego de potencias locales e internacionales. El resurgimiento del mundo rabe da una nueva
connotacin al principal polo petrolero del mundo. Posteriormente la unidad islmica sustituir al pan-
arabismo de Nasser.
La Amrica Latina, a pesar de ser una zona de estados independientes desde el siglo XIX, se siente
identificada con las aspiraciones de independencia econmica de los antiguos pueblos coloniales y desea
tambin una independencia poltica real, ante las presiones diplomticas e intervenciones polticas y militares
directas de Inglaterra, sobre todo hasta 1930, y de los Estados Unidos, particularmente despus de la II
Guerra.
La Conferencia Afro-Asitica de Bandung, en 1954, realizada en la Indonesia de Sukarno, reuni a los
lderes de la India, de Egipto, China y Yugoslavia y consagr una nueva realidad poltica, econmica, culturaly civilizacional. Nuevas instituciones econmicas y polticas, como la UNCTAD y el Movimiento de los No
Alineados darn continuidad al espritu de Bandung. Las organizaciones regionales de las Naciones Unidas,
como la CEPAL, no podan escapar de la influencia de este nuevo clima econmico, poltico y espiritual.
Organizaciones como la FAO, reflejaban el pensamiento crtico e innovador de estas regiones. Josu de
Castro, el mdico y cientfico social brasileo que revelara la gravedad de la situacin alimentaria en el
planeta, en sus obras Geografa del Hambrey Geopoltica del Hambre, lleg a la presidencia del consejo de
la FAO proponiendo una poltica mundial contra el subdesarrollo.
Era inevitable, por tanto, que las ciencias sociales pasasen a reflejar esta nueva realidad. Ellas se
haban constituido desde el siglo XIX, en torno a la explicacin de la revolucin industrial y del surgimiento
de la civilizacin occidental como un gran proceso social creador de la modernidad, que corresponda a un
nuevo estado civilizatorio, representado a veces como resultado histrico de la accin de las fuerzaseconmicas y sociales, como son el mercado y las burguesas nacionales. Otras veces, ellas aparecen como el
resultado de un modelo de conducta racional del homo-economicus y del individuo racionalista y utilitario
que ser expresin ltima de la naturaleza humana, cuando sta quede liberada de tradiciones y mitos
antihumanos. Otras veces, estas conquistas econmicas, polticas y culturales se presentarn como producto
de una superioridad racial o cultural de Europa.
La crisis del colonialismo, iniciada en la I Guerra Mundial y acentuada despus de la terminacin de la
II Guerra Mundial, pondr en discusin algunas de estas interpretaciones de la evolucin histrica. La derrota
nazi impuso el total rechazo a la tesis de la excepcionalidad europea y de la superioridad racial. La
modernidad debera ser encarada fundamentalmente como un fenmeno universal, como un estado social que
todos los pueblos deberan alcanzar, pues corresponde al desarrollo pleno de la sociedad democrtica que unaparte de los pases victoriosos identificaban con el liberalismo norteamericano e ingls y, otra parte, con el
socialismo ruso (que se confunda con la versin de Stalin, cuyo liderazgo habra garantizado la victoria de la
URSS y de los aliados).
Es as como surge una vasta literatura cientfica dedicada al anlisis de estos temas bajo el ttulo
general de teora del desarrollo. La caracterstica principal de esta literatura era la de concebir el desarrollo
como una adopcin de normas de conducta, actitudes y valores identificados con la racionalidad econmica
moderna, caracterizada por la bsqueda de la productividad mxima, la generacin de ganancias y la creacin
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de inversiones que llevasen a la acumulacin permanente de las riquezas por parte de los individuos y, en
consecuencia, de cada sociedad nacional. Ya los fundadores de las ciencias sociales modernas, haban
identificado estas actitudes y conducta. Karl Marx, Emil Durkheim y Max Weber, adems de los economistas
clsicos (Adam Smith y Ricardo) y sus seguidores (Stuart Mill) o continuadores neoclsicos, establecieron
teoras en ciertos aspectos convergentes y en otros contradictorios, sobre esta sociedad moderna y sobre los
procesos que condujeron a su implantacin.En el siglo XX, socilogos como Talcott Parsons y Merton; antroplogos como Levi-Bruhll, Franz
Boas y Herkovics; politlogos como Lipset, Almone y Apter, disearon un modelo ideal, ms o menos
coherente de lo que sera esta sociedad moderna, con tcnicas de verificacin empricas ms o menos
desarrolladas para detectar el grado de modernizacin alcanzado por las sociedades concretas. La teora del
desarrollo busc localizar los obstculos a la plena implantacin de la modernidad y definir los instrumentos
de intervencin, capaces de alcanzar los resultados deseados, en el sentido de aproximar cada sociedad
existente de esta sociedad ideal. Por ms que estas construcciones tericas pretendan ser construcciones
neutras en trmino de valores, era imposible ocultar la evidencia de que se consideraba la sociedad moderna,
que naciera en Europa y se afirmaba en los Estados Unidos de Amrica, como un ideal a alcanzar y una meta
socio-poltica a conquistar. Tambin resultaba ms o menos evidente, la aceptacin tcita de que la instalacin
de esta sociedad era una necesidad histrica incontestable.
Esto result ms evidente con la necesidad de proponer polticas coherentes de desarrollo que
contemplaran elevar toda la poblacin del mundo hasta el nivel de los pases desarrollados, que haban
alcanzado este estado superior de organizacin social. En la economa, autores como Singer, Lewis,
Harrod, Domar y Nurske intentaron formalizar las conductas y polticas posibles y necesarias para alcanzar el
desarrollo. Otros, ms escpticos y algunos hasta crticos, no dejaron de buscar los mismos resultados con
mtodos menos formales. Perroux, Nurske, Haberler, Vines, Singer, Hirschman y Myrdal no dejaron de
pretender el mismo objetivo: elevar las sociedades tradicionales, de conducta no racional y valores
comunitarios limitados, a la condicin de sociedades modernas, racionales, universalistas, etc.
En la dcada del 50, la teora del desarrollo alcanz su punto ms radical y, al mismo tiempo, ms divulgado, en la obra de W.
W. Rostov (1961). El defini todas las sociedades pre-capitalistas como tradicionales. Este barbarismo histrico, que provoc laprotesta de los historiadores serios, era necesario para resaltar los varios estados del desarrollo que se iniciaron con elfamoso take off,
el despegue del desarrollo que haba ocurrido en la Inglaterra de 1760, en los Estados Unidos de la posguerra civil, en la Alemania de
Bismark, en el Japn de la Restauracin Meiji, etc. El problema del desarrollo pas a ser as un modelo ideal de acciones econmicas,
sociales y polticas interligadas que sucedera en determinados pases, siempre que se dieran las condiciones ideales para su
despegue.
Su libro se llamaba un manifiesto anticomunista y no ocultaba su objetivo ideolgico. Trataba de
demostrar que el inicio del desarrollo no dependa de un Estado revolucionario, como haba sucedido en la
URSS y s, de un conjunto de medidas econmicas tomadas por cualquier Estado nacional que asumiese una
ideologa desarrollista. En un libro posterior menos divulgado, Rostov defenda la necesidad de que este
Estado desarrollista fuese un Estado fuerte. Sus trabajos como consultor de la CIA fueron una de lasprincipales referencias de las polticas de golpes de Estado modernizadores, llevados a cabo en las dcadas del
60 y 70, a partir del golpe brasileo de 1964.
El modelo de Rostov no slo tena un inicio comn en la indeferenciada masa de las economas y
sociedades tradicionales, en que l transform los 6000 aos de historia de la civilizacin, sino que terminaba
en la indiferenciada sociedad post-industrial, era de afluencia a la cual reduca el futuro de la humanidad,
tomando como ejemplo los aos dorados del crecimiento econmico norteamericano de posguerra.
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A pesar de su primitivismo, este modelo prevalece en la cabeza de los cientficos sociales
contemporneos. El contina orientando investigaciones y proyectos de desarrollo, a pesar de que su punto de
partidala sociedad tradicionalse haya vuelto ms diversificado y la idea de sociedad afluente haya cado
de su pedestal despus de los movimientos de masas de 1968. Tal vez sta haya sido una de las intervenciones
ms violentas y brutales de la ideologa en el campo cientfico. Rostov sigui acompaando las modas que se
sucedieron con posterioridad: en 1970 se adhiri al estudio de los ciclos largos de Kondratiev y en 1990seal la necesidad de retomar la temtica del desarrollo a travs de un mtodo interdisciplinario que diera
cuenta de esta problemtica (ver Rostov 1978 y 1994). A pesar de ser ms serias, aunque con fallos
considerables, estas obras nunca alcanzaron la difusin del manifiesto anticomunista de la dcada de los 50.
Pero los ataques de Rostov no dejaron de reconocer la importancia poltica, histrica, ideolgica y
cientfica de la obra de Karl Marx. En aquellos momentos, la guerra fra pona en evidencia la experiencia de
desarrollo de la URSS. En verdad, la Revolucin Rusa fue la primera tentativa de conducir racionalmente una
experiencia de desarrollo econmico por medio del planeamiento estatal centralizado. El Estado Sovitico
estableci el 1er. Plan Quinquenal en 1929 y desde entonces pas a definir su crecimiento econmico y social
a travs de este instrumento revolucionario, que fue parcialmente adoptado por la Revolucin Mexicana,
despus por el Estado Indio y plenamente adoptado por la Repblica Popular China y las RepblicasPopulares de Europa Oriental. Fueron los xitos econmicos de estos pases los que obligaron a respuestas
ideolgicas como las de Rostov.
El pensamiento marxista, con todo, no escapaba a este esquema general de razonamiento. Para Marx,
la modernidad se identificaba con la revolucin democrtico-burguesa. Se trataba de una versin clasista e
histrica de un modelo cuyas pretensiones universales derivaban de su origen de clases, esto es, la ideologa
burguesa. Los pensadores no crticos aceptaban a su sociedad como la Sociedad, como la forma final e ideal
de la sociedad en general. Pero para el marxismo, esta formacin social representaba solamente un estado del
desarrollo global de la humanidad.
El problema se volva extremadamente complicado con el surgimiento de la Revolucin Rusa. A partir
de entonces se haca necesario explicar como haba surgido el socialismo como un nuevo rgimen poltico ycomo un nuevo rgimen econmico -conteniendo elementos importantes de un modo de produccin nuevo-
en medio de una sociedad que no haba alcanzado todava la madurez proporcionada por la revolucin
burguesa y la modernizacin.
Los regmenes dirigidos por los Partidos Comunistas implantados en la URSS y, despus de la II
Guerra Mundial, en varias partes del mundo no desarrollado, asumieron como tarea realizar esta modernizacin,
que las burguesas colonizadas y dependientes ( llamadas tambin burguesas compradoras, en Asia y en Africa), a veces casi
inexistentes en estos pases, no haban podido realizar. Esta modernizacin asuma una forma nueva al realizarse bajo la direccin de la
clase obrera y de su partido representante, segn la ideologa de los regmenes de democracia popular,entonces en el poder. Pero en
la mayor parte de estos pases no exista una clase obrera capaz de conducir este proceso poltico, ni una industria moderna
que pudiese sustentar una produccin post-capitalista. Estos regmenes de transicin al socialismo,
procuraban combinar una economa estatal y en parte socialista, con el mercado y otras formas de produccin
todava ms arcaicas.
Lo anterior resultaba un problema difcil, que el pensamiento dialctico trataba de resolver. Con todo,
es necesario recordar que la hegemona del estalinismo haba significado tambin una derrota de la dialctica
marxista de origen hegeliano. La versin estalinista del marxismo se aproximaba ms al positivismo. La
solucin estalinista fue convertir el rgimen sovitico, tal como Stalin lo defini, en el modelo ideal a ser
seguido por los nuevos regmenes revolucionarios. Los fundamentos de este modelo eran: crecimiento
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econmico sustentado en la industrializacin de base y slo secundariamente en la industria de bienes de
consumo; partido nico o coalicin de partidos democrticos populares, para dirigir las transformaciones
revolucionarias; reforma agraria y distribucin de la renta para asegurar una mayor igualdad social; cultura
popular que valorizase el folklore, las manifestaciones del trabajo y la lucha revolucionaria. Para alcanzar
tales democracias populares se necesitaban condiciones especiales que se reconoca no existan en los pases
del llamado Tercer Mundo. Por eso se esperaba que en la mayor parte de los pases subdesarrollados ydependientes se llevara acabo la revolucin burguesa, en la cual deban participar los partidos comunistas,
para de inmediato proponerse un objetivo socialista. Los casos de China, de Corea y de Viet Nam y,
posteriormente, el caso cubano, vinieron a romper este principio y a provocar una crisis en el pensamiento de
origen estalinista. La posibilidad de que la revolucin democrtica burguesa se transformara, en estos pases,
en una revolucin socialista, pas a convertirse en un nuevo motivo de discusin en el campo marxista.
En 1958, Paul Baran demostr que la administracin socialista del excedente econmico en las
economas subdesarrolladas, aseguraba no slo una mejor distribucin de la renta, sino tambin un
crecimiento econmico ms rpido y equilibrado. El modelo sovitico, el modelo yugoslavo, que no acept
varios aspectos del primero, el modelo chino, que parti de nuevas condiciones histricas y posteriormente el
modelo cubano, as como el argelino, adems de los cambios que ocurran como resultado de la
desestalinizacion de la Europa Oriental, se volvieron objeto de estudio y se convirtieron en nuevas propuestasde administracin socialista del desarrollo econmico.
A pesar del esfuerzo hecho en teorizar sobre los elementos comunes y especficos de estas
experiencias, as como de lo que las distingua del desarrollo capitalista, los estudios sobre estos casos
contenan fuertes elementos normativos que pretendan mostrar al socialismo como la solucin de todos los
males del capitalismo, aun en economas que todava no haban alcanzado los elementos bsicos de una
economa industrial moderna. No es ste el lugar para analizar todos los detalles de un debate, ciertamente
importante, pero grandemente equivocado en su premisa bsica sobre lo que podra ser el socialismo, como
rgimen de transicin de un capitalismo subdesarrollado y dependiente a un nuevo modo de produccin post-
capitalista. Agravaba an ms la dificultad del debate, el hecho de que tales regmenes se establecieran en una
economa mundial capitalista. La propia URSS no poda desarrollarse segn su voluntad y era obligada acondicionar su desarrollo a las exigencias de la guerra fra impuesta por los Estados Unidos.
La caracterstica principal de toda la literatura que hemos discutido hasta ahora era, con todo, su visin
del subdesarrollo como una ausencia de desarrollo. El atraso de los pases subdesarrollados se explicaba
por los obstculos existentes en los mismos a su pleno desarrollo o modernizacin. No obstante, en los inicios
de la dcada del 60, estas teoras pierden su fuerza y su relevancia debido a la incapacidad del capitalismo
para reproducir experiencias exitosas de desarrollo en sus excolonias que estn, en su gran mayora, en un
proceso independentista desde la terminacin de la II Guerra Mundial. Incluso pases que presentaban ndices
de crecimiento econmico bastante elevados, tales como los latinoamericanos, cuya independencia poltica
haba sido alcanzada en los inicios del siglo XIX, se vean limitados por la profundidad de su dependencia
econmica y poltica de la economa internacional. Su crecimiento econmico pareca destinado a acumular
miserias, analfabetismo y una distribucin desastrosa de la renta. Era necesario buscar nuevos rumbos
tericos.
LA TEORA DE LA DEPENDENCIA: UN BALANCE
La Teora de la Dependencia, que surgi en la Amrica Latina en los aos 60, intenta explicar las
nuevas caractersticas del desarrollo dependiente, que ya se haba implantado en los pases latinoamericanos.
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Desde los aos 30, stos se haban orientado en la direccin de la industrializacin, caracterizada por la
sustitucin de productos industriales, importados de las potencias imperialistas, por los producidos en
industrias nacionales. De inmediato, terminado el ciclo depresivo (caracterizado por dos guerras mundiales,
una crisis global y la exacerbacin del proteccionismo y el nacionalismo), se restableca, a travs de la
hegemona norteamericana, la integracin de la economa mundial. El capital, concentrado en aquel momento
en los Estados Unidos, se expandi hacia el resto del mundo en busca de oportunidades de inversiones que seconcentraran en el sector industrial. En estos aos de crisis, la economa norteamericana generaliz el
fordismo como rgimen de produccin y circulacin y dio inicio, incluso, a la revolucin cientfico -
tecnolgica en los aos 1940. La oportunidad de un nuevo ciclo expansivo de la economa mundial exiga la
expansin de estas caractersticas econmicas a nivel planetario. Esta fue la tarea que el capital internacional
asumi, teniendo como base de operacin la enorme economa norteamericana y su poderoso Estado
Nacional, adems de un sistema de instituciones internacionales establecido en Bretton Woods.
Implantada de manera elemental en los aos 30 y 40, la industria en los pases dependientes y
coloniales sirvi de base para el nuevo desarrollo industrial de posguerra y termin articulndose con el
movimiento expansivo del capital internacional, cuyo ncleo estaba formado por las empresas
multinacionales creadas entre los aos 40 al 60. Esta nueva realidad responda a la nocin de que el
subdesarrollo significaba la falta de desarrollo. Se abra el camino para comprender el desarrollo y elsubdesarrollo, como el resultado histrico del desarrollo del capitalismo, un sistema mundial que produca al
mismo tiempo desarrollo y subdesarrollo.
Si la teora del desarrollo y del subdesarrollo eran el resultado de la superacin del dominio colonial y
de la aparicin de burguesas locales deseosas de encontrar un camino que les permitiera participar en la
expansin del capitalismo mundial; la teora de la dependencia, surgida en la segunda mitad de la dcada de
1960-70, represent un esfuerzo crtico para comprender la limitacin de un desarrollo iniciado en un perodo
histrico en que la economa mundial ya haba sido constituida bajo la hegemona de enormes grupos
econmicos y poderosas fuerzas imperialistas, an cuando una parte de stas entraba en crisis abriendo la
oportunidad para el desarrollo del proceso de descolonizacin.
Los economistas suecos Magnus Blomstrm y Bjorn Hettne se convirtieron en prestigiososhistoriadores de la teora de la dependencia. Su libro ms completo sobre el tema (Blomstrm y Hettne, 1984,
pp. 15) afirma que hay un conflicto de paradigmas, entre el paradigma modernizante y el enfoque de la
dependencia. Para el enfoque de la dependencia ellos identifican dos antecedentes inmediatos:
a) El surgimiento de una tradicin crtica al euro-centrismo implcito en la teora del desarrollo. Se debe
incluir en este caso las crticas nacionalistas al imperialismo euro-norte-americano y la crtica a la
economa neoclsica de Ral Prebisch y de la CEPAL.
b) El debate latinoamericano sobre el subdesarrollo, que tiene como primer antecedente el debate entre el
marxismo clsico y el neo-marxismo, en el cual se destacan las figuras de Paul Baran y Paul Sweezy.
Ellos resumen en cuatro puntos, las ideas centrales que los seguidores de la escuela de la dependenciadefienden:
I. El subdesarrollo est conectado de manera estrecha con la expansin de los pases industrializados;
II. El desarrollo y el subdesarrollo son aspectos diferentes del mismo proceso universal;
III. El subdesarrollo no puede ser considerado como la condicin primera para un proceso evolucionista;
IV. La dependencia, con todo, no es solamente un fenmeno externo sino que se manifiesta tambin en
diferentes formas en la estructura interna (social, ideolgica y poltica).
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De aqu, que ellos puedan distinguir tres corrientes en la escuela de la dependencia:
a) La crtica o autocrtica estructuralista de los cientficos sociales ligados a la CEPAL, que revelan los
lmites de un proyecto de desarrollo nacional autnomo. En este grupo ellos colocan de manera
incuestionable a Oswaldo Sunkel y a una gran parte de los trabajos de madurez de Celso Furtado y,
hasta incluso la obra final de Ral Prebisch plasmada en su libro El Capitalismo Perifrico. Fernando
Henrique Cardoso aparece a veces como miembro de esta corriente y otras veces se identifica con laque sigue (lo que sus miembros con toda razn claramente rechazan).
b) La corriente neo-marxista, que se basa fundamentalmente en los trabajos de Theotonio Dos Santos,
Ruy Mauro Marini y Vania Bambirra, as como los dems investigadores del Centro de Estudios Socio
Econmicos de la Universidad de Chile (CESO). Andr Gunder Frank aparece a veces como miembro
del mismo grupo, pero la clara posicin de negar su vinculacin terica estrecha con el marxismo y su
propuesta de un esquema de expropiacin internacional ms o menos esttico, lo separan del enfoque
dialctico de los otros neo-marxistas.
c) Cardoso y Faletto se colocaran en una corriente marxista ms ortodoxa, por su aceptacin del papel
positivo del desarrollo capitalista y de la imposibilidad o de la no necesidad del socialismo para
alcanzar el desarrollo.
d) En este caso, Frank representara la cristalizacin de la teora de la dependencia al margen de las
tradiciones marxista ortodoxa o neo-marxista.
A pesar de la brillantez y de la esforzada fidelidad expresadas en su esquema histrico, Blomstrm y
Hettne pueden ser cuestionados en lo que respecta a su planteamiento del debate entre el pensamiento
ortodoxo marxista y lo que ellos llaman la corriente neo-marxista. En realidad, esta ltima corriente tiene
muchos matices que ellos parecen no reconocer. Pero sta es una discusin que nos llevara demasiado lejos
para los fines de este trabajo. Podemos decir que sta es, entre varias propuestas, la que ms se aproxima a
una descripcin correcta de las tendencias tericas principales que han conformado la teora de la
dependencia.
Insatisfecho con esta proposicin, Andr Gunder Frank (1991), realiz un anlisis de las corrientes de
la teora de la dependencia, basado en cinco libros publicados en el comienzo de la dcada de los 90 sobre
esta teora. Frank constat una gran dispersin en la clasificacin de los dependentistas entre las varias
escuelas de pensamiento, segn se plantea en estos libros. La lista que l tuvo el cuidado de establecer sirve
como una tentativa de presentacin, de un modo ms neutral, de los principales pensadores relacionados, de
acuerdo con sus orgenes tericos. Dentro de los estructuralistas encontramos a Prebisch, Furtado, Sunkel,
Paz, Pinto, Tavarez, Jaguaribe, Ferrer, Cardoso y Faletto. En lo que respecta a la Teora de La Dependencia,
adems de Cardoso y Faletto, que aparecen ligados a ambas escuelas, los dems pensadores mencionados son:
Baran, Frank, Marini, Dos Santos, Bambirra, Quijano, Hinkelammert, Braun, Emmanuel, Amin y Warren.
Frank diferencia todava, en el debate sobre La Teora de la Dependencia, entre reformistas no marxistas,
marxistas y neo-marxistas.En la Tabla I, elaborada por Andr Gunder Frank (1991) aparecen los autores ms citados en el debate
sobre la Teora de la Dependencia, segn se plantea en los cinco libros publicados sobre el asunto entre 1989
y 1990: Hettne,Development Theory and the Three Worlds, 1990; Hunt,Economic Theories of Development,
1989; Kay, Latin American Theories of Development and Underdevelopment, 1989; Larrain, Theories of
Development, 1989; Lehman, Democracy and Development in Latin America, 1990. Estos autores
distinguieron adems de las teoras de la Modernizacin y del Estructuralismo, cuatro corrientes de la teora
de la dependencia: los reformistas, los no marxistas, los marxistas y los neo-marxistas:
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Podemos comprender mejor el sentido de estas opciones tericas cuando revisamos el reordenamiento
de la temtica de las ciencias sociales latinoamericanas, provocado por la teora de la dependencia. Este
reordenamiento reflejaba no solamente las nuevas preocupaciones sociales que emergan para el anlisis
social y econmico, sino tambin las nuevas opciones metodolgicas inspiradas en los orgenes tericos de
los investigadores.
TABLA IEscuelas de la Teora del desarrollo en la Amrica Latina.Autores Moderni- Estructu- Dependencia
Reform. No Marx Neo.
Marx. Marx.
Prebisch Lar Kay, Het, y Lar
Furtado Kay, Lar, Hnt y Het
Sunkel + Paz Kay, Lar, Hnt, Het Kay
Pinto Kay Kay
Tavares Kay
Jaguaribe Kay Kay
Ferrer Kay KayCardoso
+ Faletto Kay y Hnt Kay Lar
Baran Lar Het y Hnt
Frank Lar Kay Het y Hnt
Marini Lar Kay Het
Dos Santos Lar Kay Het y Hnt
Bambirra Kay Het
Quijano Kay
Hinkelammert Lar
Braun KayEmmanuel Lar Hnt
Amim Lar Hnt
Warren Hnt
En conjunto, el debate cientfico latinoamericano revela su integracin en una fuerte perspectiva
transdisciplinaria. No fue sin razn que la Amrica Latina (que ya haba mostrado al mundo en los aos 20 un
autor marxista tan original como Maritegui) produjera en las dcadas del 30, 40 y 50, pensadores sociales tan
originales como Gilberto Freire (dedicado a una sociologa de fuerte contenido antropolgico, ecolgico,
psicoanaltico e histrico que subyug a gran parte del pensamiento europeo), como Josu de Castro ( queuna a una excelente formacin en las ciencias de la vida, en la medicina, en la ecologa y en la geografa
humana, un enfoque econmico, sociolgico y antropolgico extremadamente moderno. Inspirador de gran
parte del debate mundial, no slo sobre el hambre y su geopoltica, sino tambin sobre el subdesarrollo como
fenmeno planetario, as como de la relacin entre ecologa y desarrollo.), como Caio Prado Junior (cuyo
marxismo a veces metodolgicamente estrecho no le impidi desarrollar una obra histrica de gran
profundidad sobre las races de la sociedad colonial y sobre el carcter de la sociedad brasilea), como
Guerreiro Ramos (cuyas races existencialistas le permitirn analizar de manera original el nacimiento del
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movimiento negro contemporneo, adems de esclarecer el contenido civilizador de la lucha del tercer
Mundo), como Ral Prebisch (cuya visin econmica trascenda el economicismo tradicional y revelaba
fuertes implicaciones sociales y polticas, esclarecidas por los brillantes insights del socilogo hispano-
latinoamericano Medina Hechevarra), o un Sergio Bag ( que descubre el carcter capitalista del proyecto
colonial ibrico por medio de una metodologa analtica marxista, modernizada por los avances recientes de
las ciencias histricas y sociales), como Florestn Fernndes (cuyo esfuerzo metodolgico de integrar elfuncionalismo de origen durkheimniano, el tipo-ideal weberiano y la dialctica materialista marxista, tal vez
no haya tenido los resultados esperados, pero impuls un proyecto filosfico-metodolgico que se va a
desdoblar en la evolucin del pensamiento latinoamericano), o como un Gino Germani ( que logr
sistematizar el enfoque metodolgico de las ciencias sociales norteamericanas con su liberalismo exacerbado,
en la creacin de un modelo de anlisis del desarrollo como proceso de modernizacin).
La acumulacin de stas y otras propuestas metodolgicas en la regin, reflejaban la creciente
densidad de su pensamiento social, que superaba las simples aplicaciones de reflexiones, metodologas o
propuestas cientficas importadas de los pases centrales, para abrir un campo terico propio, con su
metodologa propia, su identidad temtica y su camino para una prxis ms realista.
La teora de la dependencia trat de ser una sntesis de este movimiento intelectual e histrico. Lacrtica de Bag, Vitale y Caio Prado Junior al concepto de feudalismo aplicado a Amrica Latina, constituy
uno de los puntos iniciales de las batallas conceptuales que indicaban las profundas implicaciones tericas del
debate que se avecinaba. Andr Gunder Frank, recogi esta problemtica para darle una dimensin regional e
internacional. La definicin del carcter de las economas coloniales como feudales, servan de base a las
propuestas polticas que apuntaban a la necesidad de una revolucin burguesa en la regin. Inspirado en el
ejemplo de la Revolucin Cubana, que se declar socialista en 1962, Frank abre fuego contra los intentos de
limitar la revolucin latinoamericana al contexto de la revolucin burguesa. Radical en sus enfoques, Frank
declarar el carcter capitalista de Amrica Latina desde la cuna. Producto de la expansin del capitalismo
comercial europeo en el siglo XVI, la Amrica Latina surgi para atender las demandas de Europa,
insertndose en el mundo del mercado mundial capitalista.
No es ste el lugar para revisar en detalle el extenso debate que sigui a estos ataques y a la propuestade Frank de analizar el mundo colonial como un sistema de expropiacin de excedentes econmicos
generados en los ms recnditos lugares de este mundo. Yo mismo he censurado el carcter esttico del
modelo de Frank y su desprecio por las relaciones de produccin asalariadas, como fundamento ms
importante del capitalismo industrial, nica forma de produccin capitalista en la cual este sistema se
transforma en un modo de produccin nuevo y radicalmente revolucionario.
Con todo, resultaba evidente que Frank acertaba en la esencia de su crtica. La Amrica Latina surgi
como economa mercantil, volcada para el comercio mundial y no puede ser, de ninguna forma, identificada
con el modo de produccin feudal. Las relaciones serviles y esclavistas desarrolladas en la regin, fueron
parte de un proyecto colonial y de la accin de las fuerzas sociales y econmicas dirigidas por el capital
financiero que se encontraba en pleno proceso de acumulacin - que Marx consideraba primaria o primitiva,pero esencial para explicar el origen del moderno modo de produccin capitalista.
No se poda esperar que la revolucin democrtico-burguesa fuese entonces el factor movilizador de la
regin. Pero los errores de Frank tambin abran un flanco peligroso. Estos errores hacan subestimar el
obstculo representado por la hegemona del latifundio exportador y por la supervivencia de las relaciones
serviles, o semi-serviles en la formacin de una sociedad civil capaz de conducir una lucha revolucionaria. No
se debe olvidar el avance de las relaciones asalariadas en la agro-industria azucarera cubana y la importancia
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de sus clases medias y de su proletariado urbano, cuya huelga general contribuy ampliamente a la victoria de
diciembre de 1958 (vase el libro de Vania Bambirra, 1974).
El debate sobre el feudalismo, de inmediato se desdobl en el debate sobre la burguesa nacional. Se
trataba de saber hasta qu punto el capitalismo de la regin haba creado una burguesa nacional capaz de
proponer una revolucin democrtica. De nuevo Frank polariz la discusin, con su rotunda negacin del
carcter nacional de las burguesas latinoamericanas. Formadas en los intereses del comercio internacional,stas se identificaban con los intereses del capital imperialista y abdicaban completamente de cualquier
aspiracin nacional y democrtica. Varios estudios mostraban los lmites del empresariado de la regin: poco
conocimiento de la realidad poltica del pas, poca presencia en el sistema de poder, poco conocimiento
tcnico y econmico, carencia de una posicin innovadora y de una voluntad de oponerse a los intereses del
capital internacional que pudieran perjudicar al empresariado nacional.
Yo, junto a otros socilogos, me lanc contra estas concepciones simplistas. En los aos 30, figuras
como Roberto Simonsen, Euvaldo Lodi y varios otros, mostraban la amplia conciencia poltica y econmica
del empresariado nacional. Sus organizaciones de clase, como la Federacin Nacional de la Industria,
formulaban proyectos de desarrollo de un alto contenido nacionalista y apoyaban el proyecto de Estado
Nacional Democrtico dirigido por Getulio Vargas.Con todo, yo trataba de mostrar los lmites estructurales de este proyecto frente a la expansin de las
empresas multinacionales hacia el sector industrial. Estas tenan ventajas tecnolgicas definitivas y slo
podran ser frenadas en su expansin por Estados Nacionales muy fuertes, que necesitaban de un amplio
apoyo de las clases trabajadoras, la clase media y sobre todo, de los estudiantes, que vean en el desarrollo
econmico su nica posibilidad de incorporacin al mercado de trabajo.
No se trataba pues de una cuestin de ausencia de conocimiento o disposicin de lucha, o
determinacin. Haba serios lmites de clase en el proyecto nacional democrtico que lleg a ser desarrollado
intelectualmente a travs del Instituto Superior de Estudios Brasileos (ISEB) en la dcada del 50 y que tena
una base material en la Federacin Nacional de las Industrias y en varios rganos de la administracin
pblica, que apoyaron al 2do gobierno de Vargas, cuando este proyecto alcanz su auge. Estas fuerzas semostraron, a pesar de todo, vacilantes cuando pudieron evaluar la fuerza y la profundidad de la oposicin de
los centros de poder mundial a este proyecto. La avasalladora campaa por el impeachment de Vargas, fue
detenida por su suicidio y su carta testamento llev a una frmula de compromiso en el gobierno de Juscelino
Kubistchek: el Brasil abra sus puertas al capital internacional garantizando sus preferencias estratgicas y
exigiendo un alto grado de integracin de su parque industrial.
El enorme crecimiento industrial logrado de 1955 a 1960 aument las contradicciones socio-
econmicas e ideolgicas en el pas. El caso brasileo era el ms avanzado en el continente y no asegur un
camino pacfico. La burguesa brasilea descubri que el camino de la profundizacin de la industrializacin
exiga la reforma agraria y otros cambios dirigidos a la creacin de un amplio mercado interno y a la
generacin de una capacidad intelectual, cientfica y tcnica capaz de sustentar un proyecto alternativo. Tales
cambios implicaban el precio de aceptar una amplia agitacin poltica e ideolgica en el pas, lo queamenazaba su poder.
El golpe de Estado de 1964 cerr las puertas al avance nacional-democrtico y coloc al pas en el
camino del desarrollo dependiente, apoyado en el capital internacional y en un ajuste estratgico con el
sistema de poder mundial. Lo que es bueno para los Estados Unidos es bueno para el Brasil. La frmula del
General Juracy Magalhes, ministro de relaciones exteriores del rgimen militar, consolidaba esta direccin.
Por ms que los aos posteriores hayan demostrado el conflicto entre los intereses norteamericanos y los
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intereses del desarrollo nacional brasileo, en lo sucesivo no fue posible romper esta sociedad, sellada con
hierro candente en el asalto al poder de 1964.
No era posible, por tanto, despreciar la lucha interna generada por el avance de la industrializacin en
los aos 30. Y la constatacin de la capitulacin final de la burguesa nacional no anulaba totalmente su
esfuerzo anterior. Capas de la tecnocracia civil y militar, sectores de trabajadores y de la propia burguesa
nunca abandonaron totalmente el proyecto nacional democrtico. Ms ste perdi su carcter hegemnico, apesar de tener algunos momentos de irrupcin en el poder central durante la dictadura. Durante los aos de
transicin a la democracia en la dcada del 80, el proyecto volvi a influenciar las elecciones locales y sobre
todo la constituyente de 1988. Con todo, la reorganizacin de los sectores hegemnicos de la clase dominante
los llev a retomar el control en 1989, con la victoria de Fernando Collor y a encontrar un camino aun ms
slido con la alianza de centro-derecha que venci en las elecciones de 1994, llevando a Fernando Henrique
Cardoso a la presidencia.
Fernando Henrique fue uno de los que demostr en 1960 la debilidad de la burguesa nacional y su
disposicin para convertirse en una asociada menor del capital internacional. El fue tambin uno de los que
avizor el lmite histrico del proyecto nacional-democrtico y del populismo que lo diriga. Desde 1974,
como mostramos en nuestro artculo sobre su evolucin intelectual y poltica (ver dos Santos, 1996), l aceptla irreversibilidad del desarrollo dependiente y la posibilidad de compatibilizarlo con la democracia
representativa. A partir de ah, la tarea democrtica se converta en objetivo central de la lucha contra un
Estado autoritario, apoyado sobre todo en una burguesa de Estado, que sustentaba el carcter corporativo y
autoritario del mismo. Los enemigos no son por tanto el capital internacional y su poltica monopolista,
captadora y expropiadora de los recursos generados en nuestros pases. Los enemigos son el corporativismo y
una burguesa burocrtica y conservadora que, entre otras cosas, limit la capacidad de negociacin
internacional del pas dentro del nuevo nivel de dependencia generado por el avance tecnolgico y por la
nueva divisin internacional del trabajo que se esboz en los aos 70, como resultado de la relocalizacin de
la industria mundial.
Esas tesis ganaron fuerza internacional y crearon el ambiente ideolgico de la alianza de centro-
derecha que se vino a realizar en Mxico, Argentina, Per, Venezuela, Bolivia y el Brasil. Una importante alade la izquierda populista o liberal, se adhiere al programa de ajuste econmico impuesto por el Consenso de
Washington y asegura la estabilidad monetaria y el precarsimo equilibrio macroeconmico que de ella se
deriva.
A cambio de esta adhesin se le garantiza un amplio perodo en el poder y el apoyo internacional al
mismo. La Amrica Latina entra as en un nuevo nivel de relaciones caracterizado por monedas fuertes (principio ya quebrantado
en Mxico), estabilidad monetaria (dem), estabilidad fiscal con privatizacin de las empresas pblicas, gobiernos reelectos
sucesivamente (ya amenazados en Mxico) y fuerte apoyo internacional en el camino de una integracin comercial de las Amricas
(ver Dos Santos, 1996-b).
Este camino de sumisin estratgica creciente, seguido por las burguesas latinoamericanas, parece
confirmar las previsiones ms radicales sobre su carcter entreguista y comprador. La crisis de la deudaexterna en la dcada de los 80, la crisis socio-econmica que signific la poltica de ajuste para permitir el
pago de la deuda externa, parece confirmar el carcter dependiente de nuestras economas. Pero la resistencia
de las tecnocracias continentales a estas situaciones fue mucho mayor de lo que se esperaba. De repente se vio
un realineamiento de fuerzas disendose en el subcontinente. Aparecen resistencias al proyecto neo-liberal
entre los militares, la iglesia, sectores de la burocracia estatal y sobre todo entre los tcnicos, ingenieros y
cientficos. Todos ellos estn ligados a la existencia de un Estado nacional fuerte y a un desarrollo econmico
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de base nacional significativa. Los trabajadores industriales y de servicios estn en el centro de la resistencia.
Todos ellos tienen un papel ntimo en el proyecto neoliberal.
Las dificultades para eliminar totalmente estas resistencias mantuvieron al proyecto neoliberal en los
marcos de un rgimen liberal democrtico y parecen dar la razn a la tesis de que el desarrollo dependiente es
compatible con los regmenes polticos liberales democrticos.
Sin embargo, es necesario resaltar que no slo hubo situaciones de excepcin (como en el caso de
Per), sino tambin tentativas de rebelin dentro de las fuerzas armadas argentinas y venezolanas, y la
aparicin de nuevos movimientos guerrilleros, o tambin de una nueva forma de poltica insurreccional, en el
caso del Ejrcito Zapatista en Mxico. Nadie puede asegurar que la actual ola democrtico-liberal resistir
indefinidamente a esta combinacin de polticas econmicas recesivas, apertura externa, especulacin
financiera, desempleo y exclusin social creciente. Aunque en este contexto, un sector importante de la
poblacin pueda mejorar sus patrones de consumo, esto difcilmente sustituir el desgarramiento del tejido
social, de la identidad cultural y de las expectativas de trabajo y de competitividad productiva de gran parte de
la poblacin.
Esta evolucin de los acontecimientos parece confirmar otra temtica puesta en evidencia por la teora
de la dependencia: la tendencia a la exclusin social creciente, al aumento de la concentracin econmica y dela desigualdad social. Dependiente, concentrador y excluyente, stas eran las caractersticas bsicas del
desarrollo dependiente asociado al capital internacional, que destacaba la teora. Estas caractersticas se
exacerban en la dcada del 80, bajo el impacto de la globalizacin dirigida por el capital financiero
internacional.
La evolucin de la revolucin cientfico-tcnica parece confirmar los anlisis de finales de los aos 60.
Ella favoreci el crecimiento de la exportacin industrial en los pases dependientes de desarrollo medio,
mientras los pases centrales se especializaban en la tecnologa de punta, generadora de nuevos sectores de
servicios volcados hacia el conocimiento, la informacin, el lser y la cultura. La expansin industrial de la
Amrica Latina no posibilit su ubicacin dentro del campo de los pases industriales desarrollados. Al
contrario, ha aumentado la distancia con los pases centrales colocados en la punta de la revolucin pos-industrial, al tiempo que las industrias obsoletas y contaminantes se concentran en los pases de desarrollo
medio. Lo ms grave, a pesar de todo, comienza a ocurrir en la dcada del 80, pues conforme habamos
previsto, la adopcin creciente de la automacin disminuye dramticamente el empleo industrial. Cada vez
ms apartados de los centros de produccin cientfica, tecnolgica y cultural, los pases en desarrollo caen en
la trampa del crecimiento econmico sin empleo, que adems no se genera en sectores como los de la
educacin, la salud, la cultura, el lser y otras actividades tpicas de la revolucin cientfico-tcnica.
La desvalorizacin de las capas medias de los profesionales slo es compensada en parte por la
emigracin de una gran cantidad de ellos hacia los pases centrales, intensificando la captacin de recursos
humanos, o brain-drain de los aos 60, ahora de los pases de desarrollo medio, cuya estructura
educacional superior se torna intil ante el atraso de un desarrollo dependiente, subordinado, concentrador y
excluyente. Los cuadros formados por estas Universidades van a ser reclutados en los pases centrales.
Al lado de esas tendencias prosigue la penetracin del capitalismo en las zonas rurales, expulsando
ms y ms poblacin hacia centros urbanos. La urbanizacin se vuelve metropolizacin y favelizacin esto
es, marginalidad y exclusin social, que asume muchas veces el carcter de un corte tnico, lo que explica la
fuerza de las reivindicaciones tnicas en los centros urbanos de la regin.
El abandono del esfuerzo cientfico y tecnolgico regional, llev tambin al abandono del sector de
bienes de capital, donde se concentra la esencia del proceso de la revolucin cientfico-tcnica y la posibilidad
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de un desarrollo auto-sustentado. La complejidad de la industria de base y de su modernizacin con la
robotizacin, comienza a retirarla de los pases, como el Brasil, que ya haban alcanzado un importante
desarrollo en la misma.
El Estado nacional se ve avasallado por estos cambios. Dedicado al pago de los intereses de la deuda
externa en la dcada del 80, cre una inmensa deuda interna con altsimos intereses y alta rotacin. En la
dcada del 90, al caer los intereses internacionales, los pases dependientes se ven estimulados y hastaforzados a emprender polticas econmicas de valorizacin de sus monedas nacionales. Estas polticas los
llevan a producir importantes dficits comerciales, los cuales buscan cubrir atrayendo capital especulativo a
corto plazo, a los que pagan internamente altos intereses.
Es as que, al escaparnos de los altos intereses internacionales (hoy extremadamente bajos) camos en
la trampa de los altos intereses internos. El Estado se convierte en prisionero del capital financiero, ahogado
por una deuda pblica en crecimiento exponencial, cuyo servicio no deja ningn espacio para la inversin
estatal, y tambin, cada vez menos para las polticas sociales y para la manutencin del modesto
funcionalismo pblico de la regin.
El contenido de clase del Estado se hace pues, ms evidente an. El se pone completamente al servicio
del gran capital financiero subordinando cada vez ms los otros sectores de la burguesa. Se ve obligadoadems, a abandonar el clientelismo y el patrimonialismo de las antiguas oligarquas a travs de los cuales el
Estado atenda a sus familias y a una vasta poblacin de la clase media. Tambin cierra las aperturas
realizadas por el populismo a los dirigentes sindicales y otras entidades corporativas. No hay ms dinero para
nadieel hambre del capital financiero es insaciable.
Las polticas de bienestar dirigidas hacia los sectores de baja renta y hacia la prevencin social,
tambin se ven definitivamente amenazadas. La ola neo-liberal estimula medidas que giran en torno a un
regreso al dinamismo del mercado que no funcion en ninguna parte del mundo. Los gobiernos Reagan y
Thatcher no abandonaron el gasto pblico, a pesar de liderear el movimiento neo-liberal. Por el contrario,
Reagan aument ms de 5 veces el dficit pblico estadounidense, creando una enorme deuda pblica que
sirvi de punto de partida del movimiento financiero de la dcada del 80. Los alemanes y japoneses fueron losprincipales beneficiarios de esta poltica. Aumentaron su supervit comercial con los Estados Unidos e
invirtieron sus ganancias en ttulos de la deuda pblica con altas tasas de inters. Al mismo tiempo,
convirtieron sus monedas en poderosos instrumentos de poltica econmica.
Lo que ms sorprendi a los tericos no dependentistas fue el crecimiento de los pases del sudeste
asitico. Muchos autores presentaron la consolidacin del crecimiento de esos pases como evidencia del
fracaso de la teora de la dependencia. Son varios los estudios sobre estos procesos y son unnimes en
reivindicar las especificidades de la situacin regional. Las economas de la regin no contrajeron una gran
deuda externa en la dcada del 70, como los pases latinoamericanos y los del este europeo. Ellas pasaron por
reformas agrarias radicales en los aos 40 y 50, para lo cual tuvieron especial apoyo norteamericano, debido a
su proximidad con los enemigos de la guerra fra. Contaron con la acumulacin de capitales japoneses y la
poltica del MITI de exportar las industrias de tecnologa en proceso de obsolescencia, hacia los pasesvecinos. Esas economas tuvieron condiciones especiales de penetracin en el mercado norteamericano por
las razones geopolticas ya mencionadas. Pero, sobre todo, ellas practicaron una fuerte intervencin estatal y
proteccionismo que les permiti sustentar sus polticas econmicas y desarrollar, al mismo tiempo, una base
tecnolgica propia, aunque modesta.
Esta evolucin muestra que la agenda colocada en el orden del da por la teora de la dependencia
contina siendo de gran actualidad a pesar de los cambios fundamentales que ocurrieron en el perodo.
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Pero lo que ms resalta sobre todo es la cuestin metodolgica. Ms que nunca la problemtica del
subdesarrollo y del desarrollo ha de ser analizada en el proceso de evolucin del sistema econmico mundial.
En l persiste la divisin entre un centro econmico, tecnolgico y cultural, una periferia subordinada y
dependiente y formas de semi-periferia que ganaron gran dinamismo durante la fase depresiva del ciclo
Kondratiev (de 1967 a 1993). Todo indica que se retomar el crecimiento econmico a partir de 1994 y
nuevos alineamientos se debern producir.La cada del socialismo estatalizante de fuerte influencia estalinista, el socialismo en una sola regin
del mundo, provoc una ola de euforia neo-liberal que perjudic muy gravemente la evolucin de estos
pases. Todo indica, que debern rectificar esta aventura altamente costosa en vidas humanas.
Las contradicciones entre EE.UU., Europa y Japn encontraron el canal del grupo de los Siete para
encaminarlas. Rusia (liberada de sus aliados o satlites europeos y de la Unin Sovitica) fue integrada en
este grupo. Pero China, en pleno crecimiento, la India y el Brasil, entre otras 18 potencias medias, no
encontraron an su lugar en el sistema mundial posguerra fra.
La separacin del mundo en bloques regionales parece ser la forma intermedia que el proceso de
globalizacin viene asumiendo para resistir al libre movimiento de capitales financieros, o de las empresas
transnacionales o globales. Esto se enmarca tambin en las previsiones de la teora de la dependencia,inclusive la importancia de las integraciones regionales en la Amrica Latina como un camino ms slido
para la integracin regional de todo el continente. Los propios EE.UU. se ven obligados a buscar un camino
de ms aproximacin hemisfrica. El NAFTA muestra las dificultades de esa integracin de estructuras tan
asimtricas y tan desiguales. La integracin exitosa del MERCOSUR reafirma el principio de que es ms fcil
integrar mercados de niveles semejantes, particularmente de significativo desarrollo industrial. Sin embargo,
la ASEAN muestra la posibilidad de una complementariedad entre un pas central, que ocupa la funcin de un
polo de acumulacin y otros perifricos, donde el primero organice su mercado como un consumidor de los
productos de los mercados prximos, con transferencia de tecnologa para garantizar la calidad de sus
abastecedores. Los EE.UU. estaran dispuestos a generar una nueva poltica de buena vecindad que integrase
las Amricas bajo su gida. Si no lo hiciera a mediano plazo tal vez encuentre ya un Brasil consolidado como
lder del desarrollo regional en la Amrica del Sur.
EL DEBATE SOBRE LA DEPENDENCIA
Para comprender la evolucin de la teora de la dependencia es necesario tomar en consideracin el
ataque que por largo tiempo esta teora sufri en las dcadas del 70 y 80. Pasamos a presentar una relacin
bibliogrfica general sobre la temtica, diferenciando las dos dcadas.
En la dcada del 70 una extensa literatura sobre la Teoria de la Dependencia dio inicio al debate sobre
el tema, desde una perspectiva universal.
El articulo de Suzzane Bodenheimer, Dependency and Imperialism,Politics and Society, N.5, mayo1970, fue tal vez el primer intento de presentar la teora de la dependencia como una escuela de pensamiento
nuevo que propona un paradigma cientfico alternativo al main stream del pensamiento social occidental.
En febrero de 1973, The Journal of Interamerican Studies dedic una edicin especial a la teora de la
dependencia. De contenido esencialmente crtico, asuma un punto de vista conservador. Ellos suscitaron la
cuestin de que la nocin de dependencia era una disculpa para explicar el fracaso econmico de los pases
subdesarrollados. En ese mismo ao, Norman Girvan (1973) procuraba aplicar el concepto de dependencia a
la realidad caribea, ejerciendo una influencia particular sobre el gobierno de Manley en Jamaica.
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Verdaderamente, este trabajo fue el punto de partida de la escuela caribea anglfona de la dependencia (ver
Blomstrm y Hettne, 1984, 1990, pp.128 a 155).
En Africa, la teora de la dependencia encontr en marcha un proceso de elaboracin terica sobre el tema del desarrollo y se
produjo una fusin bastante provechosa. Samir Amim (1974), convoc una reunin en Dakar, en 1970, para producir un encuentro
entre el pensamiento social latinoamericano y africano. Cuatro aos ms tarde, Abelatif Benachenou convoc a la realizacin de un
Congreso de Economistas del Tercer Mundo en Argel, que dio origen a una Asociacin Internacional de Economistas del TercerMundo. Anteriormente, en Dar-El-Salam se reunieron cientficos sociales de todo el mundo que emprendan un camino terico
alternativo, muy influenciados por el estructuralismo y por la teora de la dependencia. Surge de este esfuerzo el libro de Tamas Sentzes
(1971) sobre el desarrollo econmico, que se convirti en un clsico en la regin.
En Asia, particularmente en la India, haba ya una larga tradicin de crtica antimperialista y de
formulacin de caminos propios de desarrollo. Pero estas propuestas, a pesar de estar ms abiertamente
apoyadas en el planeamiento estatal, no dejaban de partir de la disyuntiva entre lo tradicional y lo moderno,
entre atraso y desarrollo, a pesar de reconocer los aspectos econmico, social y culturalmente positivos de la
cultura india. Gandhi, sobre todo, haba apoyado su movilizacin de masas antimperialistas en el
reconocimiento de los valores de la cultura india, entre los cuales estaban, no solamente, la no-violencia, sino
tambin la produccin autnoma y artesanal y la comunidad hind. Por esta razn, ciertos sectores depensamiento nacional democrtico indio recibieron con desagrado una visin de subdesarrollo que lo ligaba a
la formacin del capitalismo moderno como una economa mundial. Hettne y Blomstrm (1984) insisten en la
poca influencia de la teora de la dependencia sobre el pensamiento indio.
Sin embargo, muchos autores hindes no solamente integraron la nocin de dependencia en sus
dimensiones tericas o presentaciones didcticas, sino que asumieron la teora de la dependencia como
instrumental analtico (ver Baghschi, y Todaro, M.P., 1977). En lo que respecta al conjunto del Asia se puede
ver este impacto en el libro organizado por Ngo Man Lan (1984).
En America Latina, el programa de la Unidad Popular de Salvador Allende y tendencias del gobierno
militar revolucionario peruano, incorporaron elementos claves de la teora de la dependencia. La teologa de
la liberacin, que surga en Per con Gutirrez, tom la teora de la dependencia como su referenciafundamental. Otros autores, como Enrique Dussel, asumen claramente esta perspectiva analtica integrndola
en su interpretacin terica del marxismo y del cristianismo.
En Cuba, la revista Pensamiento Crtico abrir sus pginas al nuevo pensamiento latinoamericano
hasta la derrota terica del Che Guevara, en el debate entablado en los 60 entre l y Carlos Rafael
Rodrguez. El fracaso de la Gran Zafra de los 10 millones de toneladas y otros errores de la direccin
revolucionaria, condujeron a la adhesin del PC cubano a las tesis del marxismo -leninismo ortodoxo
sovitico, con sus manuales de materialismo histrico y dialctico, sus interpretaciones del imperialismo, de
la revolucin rusa, de las revoluciones de liberacin nacional, que se restringan al paso de las sociedades
feudales o pre-capitalistas hacia el capitalismo moderno y la democracia liberal. Eran las teoras de la
modernizacin que cristalizaban en un marxismo de inspiracin positivista, en el cual predominaba un
evolucionismo mecanicista. Cuba volva a ser un pas exportador de caa de azcar e importador de productosmanufacturados. El socialismo permita, a pesar de todo, una utilizacin de los excedentes de esta exportacin
en la implantacin del ms avanzado proyecto educacional, de salud y de control popular sobre el Estado
(aunque con las deformaciones burocrticas impuestas por los rusos las que no consiguieron quebrar la espina
dorsal de la revolucin cubana).
Vania Bambirra protagoniz una amplia polmica con la ortodoxia cubana, tanto guevarista como
comunista. En un seminario realizado en el Centro de Estudios Socio-Econmicos, en Santiago de Chile, ella
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cuestion las interpretaciones corrientes de la revolucin cubana y reivindic el papel de las luchas
democrticas, de las masas urbanas, de la movilizacin histrica por la huelga general y hasta de una buena
parte de la militancia del Partido Comunista Cubano, en el xito de la revolucin. Estas tesis fueron
publicadas en su libro La Revolucin Cubana, una Reinterpretacin, que fue ledo por sectores de la
direccin poltica cubana pero no se divulg en ese pas debido a sus concepciones no-ortodoxas. En l se
aplicaba la teora de la dependencia para mostrar no solamente las verdaderas causas del procesorevolucionario cubano, sino tambin sus dificultades.
La teora de la dependencia ganaba as una avasalladora influencia en la regin latinoamericana y en el
Caribe; en los Estados Unidos, en Africa y en Asia profundizaba su campo de influencia a travs de la
teologa de la liberacin. En Europa, la misma teora encontraba eco en la izquierda revolucionaria, en la
izquierda del socialismo y de la socialdemocracia. Ella influenci investigaciones de gran valor como las
realizadas por el Starnberg Institute, en Starnberg, por tericos alemanes, franceses e ingleses. Entr
finalmente en los pases nrdicos al influenciar las investigaciones para la paz.
En 1977, Helena Tuomi realizaba un inventario de los modelos de dependencia en la investigacin
occidental sobre el desarrollo (ver Tuomi, 1977). Ella encontr en aquel ao cinco proyectos de investigacin
que intentaban definir la o las variables independientes y dependientes y procuraban medirlas en perodos detiempo ms o menos largos, buscando definir modelos de explicacin del subdesarrollo y comprobarlos
empricamente.(1)
Pero era en Amrica Latina que los estudios sobre la dependencia avanzaban por todas partes. A
mediados de los aos 70 comienza, sin embargo, un movimiento de crtica a la teora de la dependencia. En el
Congreso Latinoamericano de Sociologa de 1975, en Costa Rica, esta discusin ocup gran parte del tiempo
y los resultados de estos debates fueron publicados en el libro:Debate sobre la Teora de la Dependencia y la
Sociologa Latino Americana, EDUCA, San Jos, 1979, publicado bajo la supervisin editorial de Daniel
Camacho.
Heraldo Muoz public uno de los mejores resmenes sobre la Teoria de la Dependencia en sus
artculos: El anlisis de la Teora de la Dependencia en los Centros: Ejemplos de EEUU, en EstudiosInternacionales, Vol. 12, n.45, enero-marzo, 1979, pp 68-76, y Cambio y Continuidad en el Debate sobre la
Dependencia y el Imperialismo,enEstudios Internacionales, Vol. 11, n.44, octubre-diciembre, 1978, pp 88-
138. En 1982 l edit From Dependency to Development-Strategies to Overcome Underdevelopment and
Inequality, Estudios Especiales sobre Desarrollo Social, Poltico, Econmico, Editora Westview Press,
Boulder, Colorado, 1982.
Vea tambin: Gustavo Rodrguez O., De la Cepal a la Teora de la Dependencia Un Esquema
Descriptivo, IESE, Cochabamba, 1979, y un captulo sobre el Marxismo Latino-Americano escrito por Juan
Carlos Portantiero para la coleccinHistory of Marxism, dirigido por Eric J. Hobsbawn.
La gran ola de crtica a la Teora de la Dependencia se ampli sobre todo en la segunda mitad de la
dcada del 70 e inicios de la dcada del 80, viniendo en parte de autores latino-americanos: Agustn Cueva,Problemas y Perspectivas de la Teora de la Dependencia,CELA, UNAM, que dio inicio a una nueva
crtica a la Teora de la Dependencia acusando a sus autores de sobrestimar factores externos en relacin con
factores internos y de abandonar el anlisis de las clases sociales. Despus de esto, l public el libro El
Desarrollo del Capitalismo en Amrica Latina, Siglo XXI, Mxico, 1978 donde di continuidad a estas
crticas. Posteriormente l aceptara el hecho de que estaba equivocado en sus crticas y pas a destacar las
conquistas de la Teora de la Dependencia ante los ataques que sta recibi del pensamiento conservador
latinoamericano y europeo. Octavio Rodrguez public su Informe sobre las Crticas a la Concepcin de la
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CEPAL, Secretara de la Residencia, Mxico, 1974, en el que defenda a Prebisch y la CEPAL de las crticas
de la Teora de la Dependencia. Enrique Semo, La Crisis Actual del Capitalismo, ed. De Cultura Popular,
Mxico, 1975, present una crtica basada en el concepto de interdependencia como una tendencia de la
economa internacional. El trabajo de Vania Bambirra Teora de la Dependencia; Una Anticrtica, Era,
Mxico, 1978, responde a gran parte de estas crticas. Ella muestra sobre todo los equvocos de interpretacin
que contenan, imputando a los tericos de la dependencia posiciones que nunca defendieron, como la idea deuna tendencia al estancamiento econmico, una sobrevaloracin de los factores externos con relacin a los
internos, etc.
Hay tambin un grupo de crticos de la Teora de la Dependencia que se llaman marxistas ortodoxos
o simplemente marxistas (2). Ellos consideran que la teora de la dependencia coloca las determinaciones
externas como fundamentales y ubican en segundo plano la lucha de clases en el interior de cada pas.
Condenan tambin cualquier visin crtica del desarrollo del capitalismo que, segn ellos, no presenta
diferencias esenciales entre los pases dominantes y los dependientes. Esta tendencia endogenista juzga que el
imperialismo representa un progreso al desarrollar las fuerzas productivas a nivel internacional. Ellos no
comprenden que el imperialismo bloquea el desarrollo de las fuerzas productivas de las naciones colonizadas,
cercenan su poder de crecimiento econmico, de desarrollo educacional, de la salud, etc. No consiguen
entender el fenmeno de la superexplotacin y la transferencia internacional de excedentes generados en el
3er.Mundo y enviados a los pases centrales.
De hecho, va a ocurrir una convergencia entre las crticas de Fernando Henrique Cardoso a sus colegas
que iniciaron la teora de la dependencia y las crticas de esos llamados marxistas (ver mi artculo sobre las
polmicas con Cardoso). Estos llevan, con todo, su ortodoxia muy lejos defendiendo la necesidad de
analizar los modos de produccin en el interior de cada economa. Son llamados de autonomistas y
endogenistas y fueron analizados por Marini (1995) con rigor y precisin. Una lectura seria de Marx jams
autorizara este tipo de interpretacin del marxismo. El siempre llam la atencin hacia el carcter
internacional del modo de produccin capitalista y consider el comercio mundial como condicin necesaria
de la acumulacin original capitalista. Marx no autorizara jams una concepcin clasista que colocase en
oposicin al anlisis de las economas nacionales y el estudio de su articulacin con la economa mundial. Elsiempre entendi la formacin del capitalismo como la dialctica entre la economa mundial, como fenmeno
independiente, y el conjunto de economas nacionales en competencia, apoyndose en sus Estados
Nacionales.
Las implicaciones tericas de la teora de la dependencia estn an por delimitarse. Su evolucin en ladireccin de una teora del sistema mundial, buscando reinterpretar la formacin y desarrollo del capitalismomoderno dentro de esta perspectiva, es un paso adelante en este sentido, como veremos en los prximoscaptulos (3).
LA GLOBALIZACION Y EL ENFOQUE
DEL SISTEMA-MUNDO
La teora de la dependencia continuaba y perfeccionaba un enfoque global que buscaba comprender la
formacin y evolucin del capitalismo como una economa mundial. Prebisch ya hablaba en los aos 50, de la
existencia de un centro y una periferia mundial, tesis que perfeccion en la dcada del 70 bajo la influencia
del debate sobre la dependencia (ver Prebisch, 1981). La teora de la dependencia busc depurar este esquema
reanalizando la teora del imperialismo desde los tiempos de su formacin con Hilferding, Rosa Luxemburgo,
Hobson, Lenin y Bukharin. Andr Gunder Frank (1991) llama la atencin hacia estos trabajos de anlisis del
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sistema mundial que toman su forma sobre todo a inicios de la dcada del 70 con Amin (1974), Frank (1978,
1980 y 1981), Dos Santos (1970 y 1978) pero que adquiere realmente una gran relevancia con la obra de
Immanuel Wallerstein (1974, 1980, 1989), que desarrolla la tradicin de Fernand Braudel (1979). Todo esto
ha sido objeto de una amplia discusin (4).
Otros autores reconocen la relacin estrecha de la teora del sistema-mundo con la teora de la
dependencia. Bjrn Hettne hace una relacin de la evolucin del debate sobre el desarrollo y la dependencia,en que la teora de la dependencia tiene como evolucin la teora del sistema-mundo, mientras la tendencia
estructuralista marcha hacia la teora de las necesidades bsicas implantada por el Banco Mundial en los aos
70 bajo la direccin de McNamara. En cuanto a sto, la tendencia endogenista, que se pretende marxista ( y
que Hettne llama de anlisis de los modos de produccin) se origina, segn l, en los modelos marxistas de
acumulacin de capital.
La teora de la dependencia tambin haba tenido este origen pero haba sufrido la influencia del
anlisis econmico estructuralista de la CEPAL. Las teoras de la modernizacin haban, por otro lado,
mantenido su marco de anlisis occidentalista mientras sufran la crtica de los modelos de otro desarrollo o
desarrollo alternativo.
Estas tendencias pueden ser observadas en el diagrama presentado por Bjrn Hettne (1982, p.140):
Orientaciones tericas:
(P)Positivo-formal (F)
(N)Normativo-formal (F)
(P)Positivo-substantivo (S)
(N)Normativo-substantivo (S)
El enfoque del Sistema-Mundo busca analizar la formacin y la evolucin del modo capitalista de
produccin como un sistema de relaciones econmico-sociales, polticas y culturales que nace a finales de la
Edad Media europea y que evoluciona en direccin a convertirse en un sistema planetario y confundirse con
la economa mundial. Este enfoque, an en elaboracin, destaca la existencia de un centro, una periferia y unasemi-periferia, adems de distinguir, entre las economas centrales, una economa hegemnica que articula el
conjunto del sistema.
Al mismo tiempo, la teora del sistema-mundo absorbi la nocin de olas y ciclos largos de Braudel
(1979), que se diferencian de los ciclos de Kondratiev. Hay, sin embargo, intentos de conciliar los ciclos de
Kondratiev, de 50 a 60 aos, con los ciclos largos, ms ligados al movimiento del capital financiero, que
encontr Braudel. De esta forma, la evolucin del capitalismo es vista como una sucesin de ciclos
econmicos, articulados con procesos polticos, sociales y culturales. En libro reciente, Arrighi (1995)
consigui ordenar la historia del capitalismo como una sucesin de 4 ciclos largos de acumulacin, basados
en cuatro centros hegemnicos:
1. El ciclo genovs (que se articula con las conquistas ibricas), iniciado a fines del siglo XIV e iniciosdel XV, cuando se forma la base de acumulacin financiera de Gnova - como ciudad estado y,
posteriormente, como nacin de los genoveses - localizada en varios centros financieros europeos, y
que se prolonga hasta finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Este ciclo tiene en las monarquas
ibricas su principal instrumento.
2. El ciclo holands, que se inicia a finales del siglo XVI e inicios del siglo XVII y se prolonga hasta
mediados del siglo XVIII.
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3. El ciclo britnico, que se inicia a mediados del siglo XVIII y que se prolonga hasta la 1ra.y la 2da.
Guerra Mundial,
4. El ciclo norteamericano, que se inicia durante la 1ra.Guerra y se desarrolla durante la 2da. Guerra
Mundial hasta nuestros das, cuando hay seales del surgimiento de un nuevo ciclo que tendr como
centro el sudeste asitico, o algn ncleo de poder supranacional.
Giovanni Arrighi (1995) analiza la relacin de estos ciclos con los principales centros financieros, que
terminaron transformndose en centros hegemnicos aliados con centros comerciales. Ha faltado a estos
anlisis una profundizacin mayor del aspecto productivo que establezca los regmenes de produccin, la
evolucin de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales de produccin, a fin de explicar mejor el
funcionamiento de estos ciclos. En este sentido, Dos Santos (1978) trata de articular la nocin de sistema
mundial con las grandes estructuras de produccin y particularmente con la revolucin cientfico-tcnica (Dos
Santos, 1983 y 1986), indicando un camino de investigacin en parte complementario al esfuerzo ms global
de la teora del sistema mundial, y en parte reordenador de ese esfuerzo.
Una caracterstica importante de los anlisis del sistema mundial es la negacin de las interpretaciones
del mundo contemporneo basadas en la bipolarizacin de posguerra, vista como una relacin entre dos
sistemas econmicos de poder paralelo. Tericos del sistema mundial insistieron siempre en la existencia deun slo sistema econmico mundial, en este perodo, de carcter capitalista y bajo la hegemona
norteamericana. La evolucin de la economa sovitica y del bloque de naciones a ella ms o menos ligadas,
no haba sido capaz de salir del contexto determinado por el sistema mundial capitalista. Siempre se esper
que la agudizacin de este conflicto en la dcada del 80 destruira el modelo de guerra fra que redefini las
zonas geopolticas mundiales. En este sentido ver Dos Santos (1978 y 1993), Wallerstein (1979, 1984) y
Frank (1980, 1981).
Los estudios del sistema-mundo se situaron como expresin terica de un amplio debate sobre las
transformaciones que ocurran en la economa y la poltica mundial de los aos 70. Desde finales de 1960,
surgi una amplia documentacin emprica sobre las corporaciones multinacionales, sobre las nuevas
direcciones de la economa mundial y sobre el nuevo orden econmico mundial, propuesto por los noalineados en las Naciones Unidas. Varios informes sobre la situacin econmica mundial se sucedieron
expresando las diversas corrientes internacionales y sobre todo, la preocupacin creciente con el medio
ambiente amenazado (5). Dentro de esta perspectiva globalizadora (6) es necesario afirmar sobre todo los
siguientes elementos de una nueva sntesis terico-metodolgica en proceso:
1. La teora social se debe desprender de su extrema especializacin y retomar la tradicin de las grandes
teoras explicativas, con el objetivo de reordenar el sistema de interpretacin del mundo
contemporneo.
2. Esta reinterpretacin debe superar sobre todo la idea de que el modo de produccin capitalista, surgido
en Europa en el siglo XVIII es la referencia fundamental de una nueva sociedad mundial. Este
fenmeno debe ser visto como un episodio localizado, parte de un proceso histrico ms global queenvuelve la integracin del conjunto de las experiencias civilizadoras en una nueva civilizacin
planetaria, pluralista y no exclusivista, basada en la no subordinacin del mundo a ninguna sociedad
determinada.
3. La formacin y evolucin del sistema mundial capitalista debe orientar el anlisis de las experiencias nacionales, regionales y
locales, buscando rescatar las dinmicas histricas especficas como parte de un esfuerzo conjunto de la humanidad por
superar la forma explotadora, expropiatoria, concentradora y excluyente en que este sistema evolucion.
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4. El anlisis de este proceso histrico debe rescatar su forma cclica, procurando situar los aspectos
acumulativos en el interior de sus lmites, establecidos por la evolucin de las fuerzas productivas, y
las relaciones sociales de produccin, la justificacin ideolgica de estas relaciones y los lmites del
conocimiento humano.
5. En este sentido, la evolucin de la ciencia social debe ser entendida como parte de un proceso ms
global de la relacin del hombre con la naturaleza: la suya propia, la inmediata, la ambiental y elcosmos, solo aparentemente ausente de la dinmica de la humanizacin. Esto es, ella debe ser
entendida como un momento de un proceso ms amplio de desarrollo de la subjetividad humana,
compuesta de individuos y pueblos que estn construyendo el futuro siempre abierto de estas
relaciones.
NOTAS
1. Eran ellos, Bruce Russet (1975), Kanfman, Chernostsky & Geller (1975), Chase-Dunn (1975), Duvall et al.(1976), Alschuler (1976). Entre los otros nrdicos que discutieron el problema de los modelos de la dependencia ysu impacto en los estudios sobre la paz, vase: Autola, Esko (1976), Galtung, Johan (1971), Hveen Helge (1973),Tuomi, Helma (1977), Vyrynen, Raim (1976).
2. Ellos consideran no marxista tratar de establecer los elementos estructurales que forman el contexto nacional enque se desarrolla la lucha de clases y no son capaces de comprender el sentido histrico de los conceptos,imperialismo y dependencia. En esta lnea estn los libros de OBrien (1975) y Kahl (1976).
Los libros ms globales y serios publicados sobre el tema, en la dcada de los 80, fueron: Ronald Chilcote,Theories of Development and Underdevelopment, ed. Westview Press, Boulder and London, 1985; MagnusBlomstrm e Bjrn Hettne, Development Theory in Transition, The Dependency Debate & Beyond; Third World
Responses, Zed Books, Londres, 1984.
Ronald Chilcote public tambin un libro sobre este debate llamado Dependency and Marxism; Toward aResolution of the Debate, Westview, Boulder and London, 1982.
Un debate muy serio acerca del impacto terico y emprico de la Teora de la Dependencia puede encontrarse en:Christopher Abel & Colin M. Lewis,Latin America. Economic Imperialism and the State: The Political Economyof the External Connection from Independence to Present, The Athlone Press, Londres, 1985. Si este libro noestuviese tan circunscrito a la contribucin de Cardoso, Faletto y Frank se podra convertir en una slidareferencia para el estudio de la historia de la Teora de la Dependencia.
Tambin fue relevante en este debate la participacin sovitica, particularmente con los siguientes artculos ylibros: IMEMO - Institute of World Economy and International Relations of the Science Academy, DevelopingCountries: Regularities, Tendencies and Perspectives, editado en Rusia en 1978.
Kiva Maidnik, El Proceso Revolucionario de America Latina visto desde la URSS, Editora Tailer, C. Por A.,Santo Domingo, Repblica Dominicana, 1982.
Vladimir Davydov, Nueva Ronda de Debates Acerca de la Dependencia, Amrica Latina, Moscow, n.11, 1984Qu es la Teoria de la Dependencia?,Amrica Latina, Moscow, n.12, 1985 e n.3, 1986.
3. La literatura sobre la Teora de la Dependencia, an depus que varios autores decretaron su fallecimiento, creceda por da, en todas partes del mundo. Andr Gunder Frank escribi en los comienzos de la dcada del 90 un libroautobiogrfico, donde analiza algunos de los libros escritos sobre el tema, que ya hemos citado. Pero debemosincrementar esta lista con publicaciones ms recientes, que son:
Charles Oman and Ganeshan Wignajara, The Postwar Evolution of Development Thinking, OECD DevelopmentCenter, Paris, 1991.
Alvin Y. So, Social Change and Development, Modernization, Dependency and World System Theories , SageLibrary of Social Research, Londres, 1990.
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David E. Apter, Rethinking Development, Modernization, Dependency and Postmodern Politics, SagePublications, Londres, 1990.
Richard Peet, Global Capitalism - Theories of Societal Development, Routledge, Londres & New York, 1991.
Heinz R. Sonntag, Duda/Certeza/Crisis, La Evolucin de las Ciencias Sociales de Amrica Latina, UNESCO -Editorial Nueva Sociedad, Caracas, Venezuela, 1989.
Este ltimo libro integr el debate sobre la teora de la dependencia con un nuevo avance conceptual, ocurrido enla dcada de los 70 y que relaciona la discusin sobre el desarrollo con el debate sobre la teora del sistemamundo. Este nuevo adelanto es consecuencia de una precisin creciente del concepto de economa mundial.
4. El concepto de economa mundial, como una realidad independiente, fue desarrollado por la escuela de ladependencia, sobre todo en la dcada de los 70. Andr Gunder Frank escribi en este perodo: World
Accumulation, 1492-1789, y Dependent Accumulation and Undervelopment, ambos editados por la MonthlyReview Press en 1978. Posteriormente, desarroll su anlisis en Crisis in the World Economy y Crisis in the ThirdWorld, ambos publicados por la Holmes & Meier, Nueva York, 1980, 1981.
Samir Amn produjo, durante este perodo, Accumulation on a World Scale: A Critique of the Theory ofUndervelopment, Monthly Review Press, New York, 1974.
Theotonio dos Santos desarroll el mismo tema en La Crisis Norte-Americana y Amrica Latina, ed. PLA,Santiago, 1970, as como enImperialismo e Dependncia, Era, Mxico, 1978.
Este inters por la economa mundial tambin se manifest en el artculo de Fernando Henrique CardosoImperialismo e Dependncia na Amrica Latina, Structures of Dependency, F. Bonilla e R. Girling, editores,Stanford, California, Institute of Political Studies, 1973, as como en artculo de Oswaldo Sunkel sobreCapitalismo Transnacional e Desintegrao Nacional na Amrica Latina, Social and Economic Studies,University of West Indies, 22-1, 1973
Prebisch tambin se orient en direccin a la economa mundial durante este perodo, sobre todo en su libroCapitalismo Perifrico, Crisis y Transformacin, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1981. Al mismo tiempoRuy Mauro Marini escribiDialtica da la Dependncia, confirmando su tendencia para un anlisis ms terico yglobal, expresado todava con mayor claridad por Orlando Caputo en su tesis sobre Las Teoras de la EconomaMundial, defendida por l en su candidatura al ttulo de doctor en la Coordinacin de Doctorado en Economa dela UNAM, Mxico, 1979 (que desgraciadamente no fue publicada).
5. Este cambio en direccin al concepto de economa mundial, tambin di origen a una literatura, cada vez msnumerosa, sobre las corporaciones multinacionales, as como al surgimiento de un anlisis metodolgico de la
economa mundial, llevada a cabo por instituciones internacionales, sobre todo despus de la creacin, en 1978, dela publicacin anual del Banco Mundial llamada World Development Report. En la dcada del 70 se construyerontambin varios modelos de economa mundial, preparados por organizaciones internacionales, y se public en1973, The State of the Worldproducida por el gabinete de la presidencia norteamericana. Los estudios clsicos deVernon, en la dcada del 60 y 70 (Raymond Vernon, The Sovereignty in the Bay), son una primera referencia parael estudio de las corporaciones multinacionales. Debemos considerar estas investigaciones como una relevanteanticipacin en el anlisis de la economa mundial. Las contribuciones de Theotonio dos Santos sobre el temaestn resumidas en los libros Imperialismo y Corporaciones Multinacionales, ed. PLA, Santiago, 1973, y
Imperialismo y Dependencia, ed. Era, Mxico, 1978. Vea tambin: The Multinational Corporations: Cells ofContemporary Capitalism, in Laru Studies, n.6, Toronto, Canad, 1978, Big Capital and Structure of Power,The New Tendencies of Foreign Investments in Latin America, en Petras and Zeitlin, eds, Latin America -
Reform or Revolution, ed. Fawcett, Nueva York, 1969.
El Centro de las Naciones Unidas para Corporaciones Transnacionales fue creado al inicio de la dcada del 70 y
public 4 informes generales conteniendo datos empricos substanciales sobre las corporaciones multinacionales yel desarrollo mundial:
1973 - Multinational Corporations and World Development
1978 - Transnational Corporations in World Development: A Reexamination
1983 - Transnational Corporations in World Development: Third Survey
1988 - Transnational Corporations in World Development: Trends and Propects
En 1991 se inicia la publicacin deWorld Investment Reportdedicado a The Triad in Foreign Direct Investment,y en 1992Transnational Corporations as Engines of Growth . Estos estudios fueron influenciados por una visin
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ms sistemtica del capitalismo mundial, que fue muy bien sintetizada por C.A. Michelet en su libro LeCapitalisme Mondial, P.U.F., Paris, 1985. A partir de 1994 losWorld Investment Reportfueron puestos bajo laresponsabilidad de la UNCTAD.
Vase tambin: W. Andreff, Les Multinationales, La Dcouverte, Paris, 1987 y Pierre Groa, Atlas Mondial desMultinationalesyLEspace des Multinationales, Rcins-La Documentation Franaise, Paris, 1990.
La discusin en torno al nuevo orden econmico mundial tuvo su inicio debido a una propuesta del presidente
Luis Hecheverra: La Carta de los Derechos y Deberes Econmicos de los Estados, votada en Naciones Unidas en1973. Posteriormente, en 1975, Boumedienne cre el trmino nuevo orden mundial, en ocasin del Encuentrode los No Alineados celebrado en Argel. Bajo el impacto de la crisis del petrleo, los pases del Tercer Mundoavanzaron considerablemente en el plano internacional con la creacin de la Dcada del Desarrollo, votada porla Asamblea de Naciones Unidas en 1969; con el desarrollo de la UNCTAD; con el funcionamiento delMovimiento de los No Alineados y el dilogo Norte-Sur. Mucha literatura fue producida en este perodo sobre elNuevo Orden Econmico Mundial, que inclua el debate sobre la ecologa, suscitado por el encuentro deEstocolmo, de 1972. Esta literatura se apoy principalmente en un conjunto de informes internacionales que son:
Club of Rome, The Limits to Growth, Universe