21 de Julio, 2013 - Solemne celebración del Profeta Elías - Los Piadosos Simeón y Juan 1 Domingo 21 de Julio, 2013 “Profeta Elías - Domingo 4º de Mateo” [Tono 3 º ] - [Eotina 4ª] (Siglo IX a.C.) Solemne Celebración del Gran y Glorioso PROFETA ELÍAS “El Tesbita” (+590 d.C.) Conmemoración de nuestros Piadosos Padres Simeón y Su seguidor Juan, VÍSPERAS MAYORES Después de la “Bendición Inicial…”, el Lector “Venid Adoremos… y el Salmo Vespertino...” seguido por la “Gran Letanía de la Paz.” Y al canto de “Oh Señor, clamo a Ti,...” serán retenidos Diez Stíjos, y serán cantadas Seis Estijéras del Tono Tercero del Octoijós, Cuatro Prosómios del Santo Profeta. A- Tono Tercero -Octoijós- 10- Sácame de la prisión y daré gracias a Tu Nombre. Oh Salvador, por Tu Cruz, el poder de la Muerte había sido anulado, el en- gaño del diablo aniquilado y, por la fe, el género humano salvado; por lo tanto, Te ofrece siempre la alabanza. 9- Porque los justos esperan que me concedas Tu Favor. Por Tu Resurrección, oh Señor, toda la Creación había sido iluminada; el Pa- raíso nuevamente abierto; y toda la Crea- ción, exaltándote agradeciendo, Te ofrece siempre la alabanza. 8- Desde lo más profundo Te invoco, Señor, ¡Se- ñor oye mi voz! Glorifico el poder del Padre, magni- fico el poder del Hijo y alabo la potestad del Espíritu Santo. Una Sola Divinidad Indivisible e Increada; Trinidad Consubs- tancial reinando por todos los siglos. 7- Estén Tus Oídos atentos al clamor de mi plegaria. Nos prosternamos ante Tu Cruz Preciosa, oh Cristo, y Tu Resurrección alabamos y glorificamos. Porque, por Tus Heridas, todos fuimos sanados. 6- Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién, podrá subsistir? Pero en Ti se encuentra el per- dón, para que seas Temido. Alabamos al Salvador, Quien se en- carnó de la Virgen. Porque, por causa nuestra, Él había sido crucificado; y resu- citó al tercer día otorgándonos la gran misericordia. 5- Mi alma espera en el Señor, y yo confío en Su Palabra; Mi alma espera al Señor. Cristo había descendido al Hades, y anunció la Buena Nueva a aquellos que están allí diciéndoles: “Confíen ahora, pues Yo había vencido; porque Yo soy la Resurrección y los libraré, aboliendo las puertas de la Muerte y de ella los arre- bataré.” B- Tono Primero -Profeta Elías- 4- Más que el centinela a la aurora. Como el centinela espera la aurora, espere Israel al Señor. Tú que trasladaste a Elías el Tesbita de la tierra en un carruaje flameante, ¡oh Clementísimo Verbo!; sálvanos por sus intercesiones, a nosotros que Te glorifi- camos con fe, y con júbilo celebramos su divina y honorable conmemoración. 3- Porque en Él se encuentra la misericordia y la redención en abundancia; Él redimirá a Israel de todos sus pecados. (Se repite) “Tú que trasladaste a Elías…”
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[Tono 3 Solemne Celebración del Gran y Glorioso El Tesbita P E · Stíjos, y serán cantadas Seis Estijéras del Tono Tercero del Octoijós, Cuatro Prosómios del Santo Profeta.
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21 de Julio, 2013 - Solemne celebración del Profeta Elías - Los Piadosos Simeón y Juan
1
Domingo 21 de Julio, 2013
“Profeta Elías - Domingo 4º de Mateo”
[Tono 3º ] - [Eotina 4ª]
(Siglo IX a.C.) Solemne Celebración del Gran y Glorioso PROFETA ELÍAS “El Tesbita”
(+590 d.C.) Conmemoración de nuestros Piadosos Padres Simeón y Su seguidor Juan,
VÍSPERAS MAYORES
Después de la “Bendición Inicial…”, el Lector
“Venid Adoremos… y el Salmo Vespertino...”
seguido por la “Gran Letanía de la Paz.” Y al canto
de “Oh Señor, clamo a Ti,...” serán retenidos Diez
Stíjos, y serán cantadas Seis Estijéras del Tono
Tercero del Octoijós, Cuatro Prosómios del Santo
Profeta.
A- Tono Tercero -Octoijós-
10- Sácame de la prisión y daré gracias a Tu
Nombre.
Oh Salvador, por Tu Cruz, el poder
de la Muerte había sido anulado, el en-
gaño del diablo aniquilado y, por la fe, el
género humano salvado; por lo tanto, Te
ofrece siempre la alabanza.
9- Porque los justos esperan que me concedas
Tu Favor.
Por Tu Resurrección, oh Señor, toda
la Creación había sido iluminada; el Pa-
raíso nuevamente abierto; y toda la Crea-
ción, exaltándote agradeciendo, Te ofrece
siempre la alabanza.
8- Desde lo más profundo Te invoco, Señor, ¡Se-
ñor oye mi voz!
Glorifico el poder del Padre, magni-
fico el poder del Hijo y alabo la potestad
del Espíritu Santo. Una Sola Divinidad
Indivisible e Increada; Trinidad Consubs-
tancial reinando por todos los siglos.
7- Estén Tus Oídos atentos al clamor de
mi plegaria.
Nos prosternamos ante Tu Cruz
Preciosa, oh Cristo, y Tu Resurrección
alabamos y glorificamos. Porque, por Tus
Heridas, todos fuimos sanados.
6- Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién,
podrá subsistir? Pero en Ti se encuentra el per-
dón, para que seas Temido.
Alabamos al Salvador, Quien se en-
carnó de la Virgen. Porque, por causa
nuestra, Él había sido crucificado; y resu-
citó al tercer día otorgándonos la gran
misericordia.
5- Mi alma espera en el Señor, y yo confío en
Su Palabra; Mi alma espera al Señor.
Cristo había descendido al Hades, y
anunció la Buena Nueva a aquellos que
están allí diciéndoles: “Confíen ahora,
pues Yo había vencido; porque Yo soy la
Resurrección y los libraré, aboliendo las
puertas de la Muerte y de ella los arre-
bataré.”
B- Tono Primero -Profeta Elías-
4- Más que el centinela a la aurora.
Como el centinela espera la aurora, espere Israel
al Señor.
Tú que trasladaste a Elías el Tesbita
de la tierra en un carruaje flameante, ¡oh
Clementísimo Verbo!; sálvanos por sus
intercesiones, a nosotros que Te glorifi-
camos con fe, y con júbilo celebramos su
divina y honorable conmemoración.
3- Porque en Él se encuentra la misericordia y la
redención en abundancia; Él redimirá a Israel de
todos sus pecados.
(Se repite)
“Tú que trasladaste a Elías…”
21 de Julio, 2013 - Solemne celebración del Profeta Elías - Los Piadosos Simeón y Juan
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2- ¡Alaben al Señor, todas las naciones,
glorifíquenlo, todos los pueblos!
¡Oh bienaventurado de Dios Elías!
Tú habías contemplado la presencia de
Dios, que desde antaño te había ilumi-
nado, no por un terremoto sino por una
suave brisa. Ascendiste, pues, de manera
extraña, al cielo; montando un carruaje
de cuatro caballos y deviniéndote en ma-
ravilloso, ¡oh inspirado por Dios!
1- Porque es inquebrantable Su Amor por
nosotros, y Su Fidelidad permanece
para siempre.
¡Oh sapientísimo Elías!, te había
enardecido por el celo divino; pues, a filo
de espada, mataste a los sacerdotes de la
confusión; y por tu lengua ataste el cielo
para que no lloviese sobre la tierra. Y ha-
biendo dado tu manto a Eliseo, lo has lle-
nado de doble Gracia divina.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Tono Sexto - Por Leusendio -Profetas-
¡Venga, oh asamblea de los ortodo-
xos!, congreguémonos hoy en el Templo
venerabilísimo, templo de los dos Profe-
tas inspirados por Dios; y al unísono can-
temos un himno armonioso, glorificando
a Cristo nuestro Dios, Quien los honró y,
con regocijo y alegría exclamemos di-
ciendo: “¡Alégrate, oh ángel terrenal y
hombre celestial, tú de gran nombre,
Elías! ¡Alégrate, tú que recibiste la doble
Gracia de Dios, honorabilísimo Eliseo!
¡Alégrense, oh apoyo ferviente y cam-
peones auxiliadores, médicos de las al-
mas y cuerpos de aquellos que aman a
Cristo! Y salven, de todo obstáculo ad-
verso y de las tribulaciones y diversas
opresiones, a aquéllos que, con fe, cele-
bran su conmemoración.”
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos
Amén. - Soberana -Octoijós- Tono Tercero
¡Señora Augustísima! ¿Cómo no nos
maravillaremos de Tu Alumbramiento a
Dios hecho hombre? Porque, sin conocer
hombre alguno, Tú, oh Inmaculada, dista
a luz en la carne a un Hijo sin padre.
Aquél Nacido del Padre antes de los si-
glos sin madre, y sin sufrir cambio ni con-
fusión ni división. Sino conservó incólu-
mes las propiedades de cada Esencia. Su-
plícale, pues, oh Soberana Virgen Madre,
por la salvación de las almas de aquellos
que, con ortodoxa fe, confiesan que Tú
eres la Madre de Dios.
El Isodón
La Entrada con el incensario y el canto de
“Esplendorosa luz de la Santa Gloria...”
Tono Sexto -Prokímenon-
¡Reina el Señor, revestido de majestad! Que se repite tras cada Stíjo:
1. El Señor se ha revestido, se ha ceñido de
poder. “¡Reina el Señor…!”
2. El mundo está firmemente establecido,
no se moverá jamás. “¡Reina el Señor…!”
3. La santidad embellece Tu Casa a lo largo
de los tiempos… ¡Reina el Señor.
Revestido de majestad! *
La Ektanía
“La Súplica Ferviente” y después de “Haznos
dignos, Señor…” y la Letanía de las suplicas
“Completemos nuestras súplicas vespertinas…”
y después de la exclamación del Sacerdote: “que sea
bendecido y Glorificado el Poder de Tu Reino…”
Las Apostíjas
Tono Tercero -Octoijós-
Oh Cristo, Tú que amas a la huma-
nidad, oscureciste el sol por Tu Pasión y;
por la luz de Tu Resurrección toda la
Creación se regocija. Acepta de nosotros
esta alabanza vespertina.
¡Reina el Señor, revestido de majestad!
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El Señor, Se ha revestido, se ha ceñido de poder.
Tu Resurrección dadora de la vida,
oh Señor, había iluminado a todo el uni-
verso y había convocado, de su corrup-
ción, a la obra de Tu Mano. Y nosotros,
habiendo sido librados de la maldición
de Adán, a Ti exclamamos: “¡Oh Pode-
roso Señor, gloria a Ti!”
El mundo está firmemente establecido,
no se moverá jamás.
Siendo Dios Inalterable, Tú habías
sido alterado en el cuerpo; y la Creación,
al no soportar contemplarte suspendido
sobre la Cruz, se estremeció por temor y
suspiró alabando Tu Longanimidad. Y
cuando descendiste al Hades, resucitaste
al tercer día y otorgaste al mundo la vida
y la gran misericordia.
La santidad embellece Tu Casa a lo largo
de los tiempos.
Sufriste la muerte para salvar a
nuestro género de la muerte, oh Cristo. Y
cuando resucitaste al tercer día de entre
los muertos, levantaste contigo los que
reconocieron que Tú eres Dios. E ilumi-
naste al mundo, oh Señor, ¡Gloria a Ti!
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Tono Cuatro - Por Arsenio -Profeta-
¡Oh Elías Tesbita!, Te habías mon-
tado un carro flameante, fuiste trasladado
a una luminosa Ciudad y apartaste a los
profetas de la confusión. Por lo tanto, así
como ligaste al cielo por tu palabra, así
también, por tus intercesiones ante el Se-
ñor, absuelve nuestras iniquidades y sal-
va nuestras almas.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos
Amén. - Soberana -Octoijós- Tono Cuatro
Prestando oído a las suplicas de Tus
siervos, oh Exenta de toda mancha, apar-
ta de nosotros los alzamientos de las difi-
cultades y líbranos de toda angustia. Por-
que sólo a Ti, habíamos adquirido por
firme ancla segura y; habíamos confiado
en Tu protección. ¡Que jamás seamos
avergonzados, nosotros los que implo-
ramos Tu Socorro, oh Soberana!; sino
apresúrate en responder a las súplicas de
los que, con fe, Te exclaman: “¡Salve, Se-
ñora, Socorro de todos, regocijo, amparo
y salvación de nuestras almas!”
El que preside
(La Oración del Justo Simeón)
“Ahora, Señor, puedes, según Tu
Palabra, dejar que Tu siervo se vaya en
paz; porque han visto mis ojos Tu Salva-
ción, que has preparado a la vista de to-
dos los pueblos, luz de revelación a las
naciones y gloria de Tu pueblo Israel.”
Lector: En presencia del señor Obispo:
“Por muchos años de vida, Monseñor”
Sino directamente:
“Santo Dios,... hasta el Padrenuestro”
Y la exclamación del Sacerdote
“Porque Tuyo es el Reino, el Poder...”
Troparios
1. -Octoijós- Tono Tercero
Que se alegren los celestiales, y que
se regocijen los terrenales, porque el Se-
ñor desplegó la fuerza de su brazo, piso-
teando la muerte con su muerte; y siendo
el primogénito de entre los muertos, nos
salvó de las entrañas del Hades y conce-
dió al mundo la gran misericordia.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo 2.
Tono Cuatro -Profeta-
¡Oh Ángel en el cuerpo, cimiento de
los profetas y su piedra angular, el se-
gundo precursor de la venida de Cristo,
honorable y glorioso Elías! Habías en-
viado la Gracia a Eliseo desde lo alto, pa-
ra expulsar las enfermedades y purificar
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a los leprosos. Por esto, rebosarás las cu-
raciones a aquéllos que te honran.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos 3.
Amén. - Soberana -Octoijós- Tono Cuatro
El misterio, oculto desde los siglos y
desconocido por los ángeles, por ti ha si-
do revelado, oh Madre de Dios, a los que
habitamos en la tierra: ¡Dios, al encarnar
en una unión sin mezcla, y al aceptar vo-
luntariamente por nosotros la Cruz —por
medio de la cual resucitó al primer crea-
do—, Él ha salvado de la muerte nuestras
almas!
Apólisis
-El común de Todos los domingos-
Cristo nuestro Dios Verdadero, que
resucitaste de entre los muertos para
nuestra salvación, por las intercesiones de
Tu purísima madre...
LOS MAITINES
Después de la Bendición Inicial y el “Santo
Dios,...” “Santísima Trinidad,...” hasta el
“Padrenuestro”, y después de la exclamación del
sacerdote: “Porque Tuyo es el Reino, el Poder y la
Gloria;...”; Coro: “Salva, oh Señor, a Tu pueblo…”
y lo que sigue hasta la exclamación del sacerdote:
“Porque Tú eres un Dios Misericordioso y Amas
de la humanidad,…” “Gloria a la Santísima Tri-
nidad…” “Los Seis Salmos Matutinos” y “La
Gran Letanía de la Paz”
y el coro canta: Tono Tercero
Dios el Señor y se nos ha manifestado.
Bendito el que viene en el Nombre del
Señor. Se repite tras de cada uno de los siguientes Stíjos
Den gracias al Señor e invoquen Su San-
to Nombre. “Dios el Señor...”
Todas las naciones me rodearon, pero en
el Nombre del Señor las he vencido. “Dios el Señor...”
Esta es la Obra del Señor y es una mara-
villa a nuestros ojos. “Dios el Señor...”
Troparios
1. -Octoijós- Tono Tercero
“Que se alegren los celestiales,…”
Gloria… 2. Tono Cuatro -Profeta-
“¡Oh Ángel en el cuerpo, cimiento de los
profetas…”
Ahora… Amén. - Soberana 3. - Tono Cuatro
“El misterio, oculto desde los siglos…”
Después de la y la exclamación del Pequeña Letanía
Sacerdote: “Porque Tuyo es el Poder, y Tuyos son
el Reino, la Fuerza y la Gloria…”
Las Katísmatas
A- Tono Tercero -Octoijós-
Cristo, la primicia de los que duer-
men, el Primogénito de la Creación y el
Creador de todo, había resucitado de en-
tre los muertos. Y en Sí mismo, había re-
novado la naturaleza corrompida de
nuestro género. No dominarás más, oh
Muerte, porque el Soberano de todos ha-
bía anulado tu poder.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Habías probado la muerte por el
cuerpo, oh Señor; y por Tu Resurrección
anulaste la amargura de la muerte, hiciste
prevalecer al hombre sobre ella y lo sal-
vaste del triunfo de la antigua maldición.
¡Oh Señor, Defensor y Protector de nues-
tra vida, gloria a Ti!
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Gabriel, se había maravillado de la
hermosura de Tu Virginidad y del su-
blime esplendor de Tu Pureza; pues hacia
Ti exclamó diciendo: “¡Oh Madre de
Dios! ¿Qué alabanza digna de Ti puedo
ofrecerte? y ¿Cómo debo nombrarte? ¡Es-
toy pasmado y perplejo! Pero como he
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sido ordenado, hacia Ti exclamo: ¡Salve,
Llena de Gracia!”
Después de la Estijológia Segunda - Katísmata
Habiendo visto Tu inalterable Divi-
nidad y Tu Pasión voluntaria, oh Señor;
desconcertado en sí y asombrado, el in-
fierno gimió exclamando: “Tiemblo ante
la Persona de este cuerpo incorruptible y
contemplo al Invisible combatiéndome
secretamente”. Por esto, aquellos que es-
tán en mi poder exclaman diciendo:
“¡Gloria a Tu Resurrección, oh Cristo!”.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Cuando hablamos divinamente, no-
sotros los fieles confesamos que, Tu Cru-
cifixión insondable y Tu Resurrección
inexplicable, son un Misterio inefable.
Porque hoy, la Muerte y el Hades habían
sido cautivados y el género humano se
revistió de la incorruptibilidad. Por esto,
con agradecimiento, exclamamos dicien-
do: “¡Gloria a Tu Resurrección, oh Cris-
to!”.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Místicamente, oh Madre de Dios,
habías llevado en Tu Vientre, al Inaccesi-
ble e Inefable, el Consubstancial al Padre
y al Espíritu. Y por Tu Alumbramiento,
hemos aprendido a glorificar en el mun-
do, la Trinidad Simple sin mezcla. Por
esto, con agradecimiento, exclamamos
diciendo: “¡Salve, Llena de Gracia!”.
B- Tono Primero -Profeta-
Después de la Estijológia Tercera - Katísmata
Al unísono, te proclamamos, oh bie-
naventurado contemplador de Dios Elías,
astro resplandeciente subiendo en un ca-
rro flameante y ángel en el cuerpo, ar-
diente con el celo divino derribador de la
idolatría, reprochador de los que se apar-
tan de la Ley y corifeo de los Profetas. Por
esto, nos confiamos a tu cuidado.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Te has devenido en allegado a Dios
por las sublimes virtudes, porque viviste
sobre la tierra una vida celestial; y cuan-
do adquiriste la vida de la Gracia, oh bie-
naventurado, por tu aliento hiciste levan-
tar a un joven muerto, y hasta ahora
permaneces incorruptible todavía, sobre
la Muerte, ¡oh inspirado por Dios, Elías!
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén. -Soberana -
Nosotros, todos los pueblos de la
tierra, Te bendecimos, porque Tú eres la
Única entre las mujeres, que sin simiente
habías dado a luz a Dios en el cuerpo y
que permaneciste Virgen aún. Porque el
Fuego de la Divinidad había habitado en
Ti; y como Niño amamantaste al Señor y
Creador. Por esto, el género de los Ánge-
les y de los hombres, debidamente, glori-
fica Tu Santísimo Alumbramiento; y al
unísono nosotros Te exclamamos dicien-
do: “Intercede, oh Purísima, ante Tu Hijo
y Dios, para que otorgue el perdón de los
pecados a los que, con fe, acuden a Tu
protección.
Tono Quinto Las Evlogitarias -
“¡Bendito eres Tú, Señor, enséñame Tus
Mandamientos!”
La compañía de los Ángeles se
asombró al verte, oh Salvador, contado
entre los muertos; destruyendo el poder
de la Muerte, levantando contigo a Adán
y liberándonos a todos del infierno.
“¡Bendito eres Tú, Señor, enséñame…!”
El Ángel radiante que estaba cerca
del sepulcro, habló a las Portadoras del
Bálsamo, diciendo: “¿Por qué mezclan los
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perfumes con lágrimas de tristeza, oh dis-
cípulas? Contemplen el sepulcro y regocí-
jense, porque el Salvador resucitó del se-
pulcro levantándose.
“¡Bendito eres Tú, Señor, enséñame…!”
Muy de madrugada, apresuradas,
las Portadoras del Bálsamo fueron a Tu
Sepulcro lamentando. Pero el Ángel se
presentó ante ellas diciéndoles: “El tiem-
po de lamentaciones ha pasado y cesado,
pues no lloren, sino anuncien a los Após-
toles la Resurrección”.
“¡Bendito eres Tú, Señor, enséñame…!”
Las Mujeres Portadoras del Bálsamo
vinieron a Tu Sepulcro con los bálsamos,
oh Salvador, y escucharon al Ángel que,
entonando les dijo: “¿Por qué cuentan al
Vivo entre los muertos?, pues como Dios,
Él había resucitado del sepulcro levantán-
dose”.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Adoramos al Padre, a Su Hijo y a Su
Espíritu Santo; Santa Trinidad en una
Esencia, exclamando con los Serafines
“¡Santo, Santo, Santo eres Tú, Señor!”
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Oh Virgen, Tú diste a luz al Dador
de la vida, salvaste a Adán del pecado y
otorgaste a Eva la alegría en lugar del pe-
sar. Pero, el Dios y Hombre encarnado de
Ti, los ha guiado hacia la vida de la cual
habían sido expulsados.
Aleluya, Aleluya, Aleluya, ¡Gloria a Ti, oh Dios!
(Tres veces)
Dios nuestro y esperanza nuestra, ¡Gloria a Ti!
Después de y de la exclamación La Pequeña Letanía
del Sacerdote: “Porque Tu Nombre es Bendito y
Glorificado;…”
Ipakoí - Tono Tercero
Aquél Ángel brilloso de aspecto
asombroso y tiernas palabras, dijo a las
mujeres Portadoras del Bálsamo: “¿Por
qué buscan al Vivo en la tumba? En ver-
dad, Él había resucitado y vació las tum-
bas. Sepan, pues, que el Inalterable había
alterado la corrupción y díganle a Dios:
¡Cuan terribles son Tus obras, porque ha-
bías salvado a la humanidad!”
El Anávtemi - Tono Tercero
Antífona Primera
Liberaste a Sión del cautiverio en
Babilonia, oh Verbo; rescátame, pues, a
mí también, de las pasiones hacia la vida.
Aquellos que, con lágrimas divinas,
siembran el desierto; con gozo cosecha-
rán las espigas de la vida eterna.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Todo don bueno es del Espíritu San-
to. Pues Él brilla, resplandeciendo con el
Padre y el Hijo; y por Él todo lo que exis-
te mueve y viva.
Antífona Segunda
Si el Señor no edificare la casa de las
virtudes, en vano nos cansaremos. Y si
Dios protege nuestras almas cubriéndo-
las, ninguno se apoderará de nuestra ciu-
dad.
Sin dudas, los santos son frutos de
los vientres y, por el Espíritu son hijos
Tuyos, oh Cristo, y Tú les serás Padre.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Por el Espíritu Santo se contempla
toda santidad y sabiduría, porque Él
forma a todas las esencias de la Creación;
¡adorémosle, porque Él es igual al Padre
y el Verbo!
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Antífona Tercera
Bienaventurados son los que temen
al Señor, porque caminan en los senderos
de Sus Preceptos y comen de todos los
frutos de la vida angelical.
Alégrate regocijando, oh Jefe de los
pastores, en cuando veas a los hijos de
tus hijos, en derredor de tu mesa, llevan-
do los ramos de las obras buenas.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Por el Espíritu Santo está la riqueza
de toda gloria, y de Él son la gracia y la
vida para toda la Creación y Él es alaba-
do con el Padre y el Verbo.
El Prokímenon - Tono Tercero
Digan entre las naciones: “¡El Señor reina!”
El mundo está firme y no vacilará. (Dos Veces)
(Stíjo) ¡Canten al Señor un canto nuevo! Y se repite
Digan entre las naciones: “¡El Señor reina!”
El mundo está firme y no vacilará.
El Evangelio Matutino
Sacerdote o Diácono: Roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Porque Tú eres Santo, Dios nues-
tro, y en los santos moras y descansas, y Te
glorificamos, oh Padre, Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre, y por los siglos de los si-
glos.
Coro: Amén. E intercala
- Toda alma que alabe al Señor. (Dos veces)
- Que alabe al Señor,
- Toda Alma.
Sacerdote: Para que seamos dignos de escu-
char el santo Evangelio, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Sabiduría. Estemos de pie. Escu-
chemos el santo Evangelio.
Sacerdote: La Paz sea con todos vosotros.
Coro: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Lectura del Santo Evangelio se-
gún san Lucas.
Coro: Gloria a ti, Señor, gloria a Ti.
Sacerdote: Atendamos. Y desde el altar lee la
Eotina Cuarta: [Lucas 24: 1-12]
Coro: Gloria a ti, Señor, gloria a Ti.
Habiendo visto la Resurrección de
Cristo, adoremos al Santo Señor Jesús, el
Único Exento del pecado. Ante Tu Cruz,
Cristo, nos prosternamos y Tu Santa Re-
surrección alabamos y glorificamos. Por-
que Tu eres nuestro Dios y otro que a Ti
no conocemos, y aclamamos Tu Nombre.
Fieles todos, vengan, prosternémo-
nos ante la Santa Resurrección de Cristo;
pues, he aquí, por la Cruz vino la alegría
al mundo. Bendigamos siempre al Señor
y cantemos Su Resurrección; Porque so-
portando la crucifixión por nosotros, ha
destruido la Muerte por la muerte.
Y directamente el Salmo 50
¡Ten piedad de mí, oh Dios, por Tu
bondad, por Tu gran compasión, borra
mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi cul-
pa y purifícame de mi pecado! Porque yo
reconozco mis faltas y mi pecado está
siempre ante mí. Contra Ti, contra Ti solo
pequé e hice lo que es malo a Tus ojos.
Por eso, será justa Tu sentencia y Tu Jui-
cio será irreprochable; yo soy culpable
desde que nací; pecador me concibió mi
madre. Tú amas la sinceridad del corazón
y me enseñas la sabiduría en mi interior.
Purifícame con el hisopo y quedaré lim-
pio; lávame, y quedaré más blanco que la
nieve. Anúnciame el gozo y la alegría:
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta Tu vista de mis pecados y borra
todas mis culpas. Crea en mí, Dios mío,
un corazón puro, y renueva la firmeza de
mi espíritu. No me arrojes lejos de Tu
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presencia ni retires de mí Tu Santo Espíri-
tu. Devuélveme la alegría de Tu salva-
ción, que Tu Espíritu generoso me sos-
tenga: yo enseñaré Tu camino a los im-
píos y los pecadores volverán a Ti. ¡Lí-
brame de la muerte, Dios, Salvador mío,
y mi lengua anunciará Tu Justicia! Abre
mis labios, Señor, y mi boca proclamará
Tu alabanza. Los sacrificios no Te satisfa-
cen; si ofrezco un holocausto, no lo acep-
tas: mi sacrificio es un espíritu contrito,
Tú no desprecias el corazón contrito y
humillado. Trata bien a Sión por Tu bon-
dad; reconstruye los muros de Jerusalén,
entonces aceptarás los sacrificios rituales
--las oblaciones y los holocaustos-- y se
ofrecerán novillos en Tu Altar.
Gloria... - Tono Segundo
Por las intercesiones y las súplicas
de los Apóstoles, oh Piadoso, borra la
multitud de nuestros pecados y transgre-
siones. Ahora... Amén.
Por las intercesiones y las súplicas
de la Madre de Dios, oh Piadoso, borra la
multitud de nuestros pecados y transgre-
siones.
Mismo Tono
¡Ten piedad de mí, oh Dios, por Tu
Bondad, por Tu Gran Compasión, borra
mis faltas!
Jesús resucitó del sepulcro, según
había predicho, y nos otorgó vida eterna
y gran misericordia.
Sacerdote o Diácono:
“Salva, Señor a Tu pueblo…”
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Alternadas Cuatro veces.
Sacerdote: “Por la misericordia, las clemencias y el