TIPOLOGÍAS OCULTAS 1 DRA.YASMINE CRUZ RIVERA YASMINE CRUZ RIVERA TIPOLOGÍAS OCULTAS
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Dedicatoria:
Al pueblo puertorriqueño por ser nación de cuentistas natos.
A las madres, abuelas, a los contadores de historias, juglares y
trovadores que fomentan el relato de cuentos y el amor a la
literatura en las próximas generaciones.
A nuestras tradiciones, costumbres y folclore nacional y caribeño
que son materia prima para escribir cuentos.
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Contenido
Prólogo............................................................................................................7
Sueño de un rostro tiznado............................................................................13
Tríptico de Hugo...........................................................................................27
Silencio filial.................................................................................................39
Cucarafobia...................................................................................................47
El hacedor de milagros..................................................................................59
Guión: Regalo de un perdedor......................................................................63
Parodia: Un escritor y su conciencia.............................................................71
Un día sin aire...............................................................................................77
Retrato de un eclipse.....................................................................................83
El vendedor de la esperanza..........................................................................89
Mari- posa tronchada.....................................................................................93
Recapitulaciones............................................................................................99
Una visita inesperada..................................................................................105
Por sólo cincuenta chavos...........................................................................111
Retrato letrista de una página en blanco......................................................115
La pérdida de la memoria............................................................................117
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¿La búsqueda de la felicidad?.....................................................................133
Olor a muerto..............................................................................................139
Atisbos narrativos........................................................................................151
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Prólogo
Esta colección de relatos trae a la memoria obras como Pueblito de antes ( 1969 ) de
Virgilio Dávila quien, aunque en verso, describe en sus historias a personajes típicos del
siglo pasado: El cacique, el cura, el alcalde, el médico, el boticario, el barbero, la
cocinera y el sereno. Dávila incluye además otras muestras de la idiosincrasia
puertorriqueña de su época. Así mismo la obra trae reminiscencia de Tipos
puertorriqueños: Prosa costumbrista del siglo XX ( 1983 ) libro publicado por el
Instituto de Cultura Puertorriqueña como parte de la colección "Libros del Pueblo". Esta
obra antológica incluye relatos de diversos autores puertorriqueños cuyos personajes
( Santos Pitirre, Pepa la Loca, Pepe el Gallero, Seño Hilario, Don Procopio, el despedidor
de duelos, el piragüero, Juan Perdío, Doña Cristina Molinelli, entre otros ) sintetizan la
realidad cultural que caracterizó a nuestro Puerto Rico de principios del siglo pasado y
proyecta a su vez el foco de interés psico- social de los narradores de ese momento
histórico.
Tipologías Ocultas por su parte, revela rostros cercanos a nuestro entorno nacional, pero
expande sus horizontes al ámbito caribeño como cuando habla del conflicto que sufre el
pueblo haitiano y se allega a lugares lejanos como cuando relata la vida de un sacerdote
misionero en la zona de Bangladesh. Con la misma pasión, muchas voces narrativas
tocan el cosmos con inquietudes universales al buscar de modo desesperado la felicidad o
al confrontar conflictos mundiales y eternos tales como: La drogadicción, la pedofilia, el
alcoholismo, el suicidio, la soledad, la vejez, el abandono, la subestimación, la avaricia,
la incredulidad, la deshumanización. Las voces de algunos protagonistas proveen como
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antítesis o prospección preventiva, soluciones viables a estos males mundiales. Entre
éstos: La fe, la esperanza, la caridad y generosidad cristianas, el trabajo voluntario y
comunitario y la lucha por ideales altruistas. Estas ficciones narrativas son
eminentemente realistas porque como señaló André Breton: "Lo que hay admirable en lo
fantástico es que ya no hay nada fantástico, sólo hay realidad". Es por esto, sin duda, que
los lectores de esta obra identificarán rostros reales de seres marginados en una sociedad
capitalista y globalizadora como la nuestra en este siglo XXI; no obstante, podrán develar
otros rostros iluminados por los valores y creencias que los dirigen casi a un martirologio
o a una beatificación excelsa y cautivadora.
NOTA: Más allá del título:
Esta obra toma como punto de partida la base teórica y conceptual de la Sociología de la
Literatura; por lo que consideramos relevante y más que pertinente proveer un breve
trasfondo de las motivaciones que subyacen este enfoque literario. La Sociología de la
Literatura establece una simbiosis efectiva entre los entornos sociales, la psique y la
ficción del discurso literario. Queremos primero definir el alcance de la misma para
delimitar los aspectos que sostienen el discurso narrativo de esta obra. Si buscamos el
origen de este enfoque, tenemos que mencionar el libro de Madame Stael titulado De la
literatura ( 1810 ) en el que la autora establece las relaciones de la estética literaria con
las instituciones sociales. Debemos tomar también en consideración las ideas que
emergen de la Revolución Bolchevique ( 1917 ) que sirven de base para el fomento del
análisis social y el Comunismo. No obstante, son las obras del filósofo húngaro George
Lukács. La teoría de la novela ( 1971 ) y El alma y las formas ( 1975 ); así como las del
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sociólogo rumano – francés Lucien Goldmann ( 1913 – 1970 ), Para una sociología de la
novela ( 1964 ) y El hombre y lo absoluto ( 1968 ), las fuentes principales para el
enfoque sociológico de la literatura. En Puerto Rico, por ejemplo, podemos reconocer
diversas obras que ayudan al desarrollo y promoción de este enfoque. Entre éstas, por
citar sólo algunas: Literatura y sociedad ( 1977 ) de José Luis González, Introducción a
la sociología de la literatura ( 1982 ) y Para una sociología de la literatura
puertorriqueña ( 1983 ) ambas obras de José Luis Méndez. Todos estos libros; al igual
diversos estudios publicados en revistas, nos estimulan y orientan a la hora de crear los
textos literarios a la luz de un contexto psico- social. Esta colección de narraciones
proyecta los dos procesos que apunta Lucien Goldmann en sus escritos: La comprensión
de las estructuras significativas que subyacen en la obra y la explicación de la obra
misma como una estructura englobante para formar lo que se denomina: “Visión de
mundo”. Del mismo modo, los relatos son enmarcaremos en los postulados de Althusser
de quien se hace eco Federico Acevedo cuando afirma que: Las clases sociales del texto
forman un mundo coherente que expresa una conciencia de clase y que por ello la obra
está determinada por una ideología en particular.1El enfoque sociolólogico nos obliga a:
1) Afirmar que el texto literario es la recreación de la sociedad lo cual posibilita
que se le conozca con profundidad.
2) Apelar a mecanismos intelectuales para estructurar de manera objetiva,
empírica y dialéctica el fenómeno social de lo literario.
3) Buscar establecer relaciones entre la sociedad y la obra literaria.
1 Federico Acevedo. “Cuestionario sobre la Sociología de la literatura”, en revista
Renaciento.
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4) Estudiar la literatura comprometida porque ésta expresa problemas sociales,
politicos, humanos, éticos, etc.
Para Luckács las obras que puden ilustrar estos aspectos de denuncia social son obras de
lo que denominó: “Realismo Crítico”. Según confiesa F. Centeno en su tesis: “El uso del
método sociológico en el análisis de la novela Yuyo” (1989), la redacción y creación de
discursos literarios a la luz de este enfoque tienen como objetivos la producción histórica
y la materialización social de las obras literarias, en su génesis, estructura y
funcionamiento con relación a las visiones de mundo que las mismas obras comprenden
y explican. Para el estudioso de la literatura y para el escritor contemporáneo la escritura
de discursos literarios enmarcados en la Sociología de la Literatura resulta atractivo a la
par de interesante porque permite: Expresar las formas concretas que señalan la visión de
mundo en un tiempo y espacio, señalar las causas sociales e individuales por las que esas
formas concretas se expresan en un lugar y épocas determinados, analizar las causas
históricas que proyectan los textos para ver lo que dicen y lo que no dicen. Mas implica
en términos histórico – sociales, comprobar la crisis psico - social mediante ejemplos de
los mismos textos. Recordemos que para Luckács el arte constituye uno de los caminos
para conocer la realidad. Su función estriba en propiciar la transformación de esa
realidad para poder construir así un mundo más de acuerdo con las aspiraciones y
necesidades de cada época y lugar. Goldmann, por su parte, señala que el autor es un ser
individual y colectivo cuya función primordial es presentar al ser humano y al universo
con una visión totalizante fundamentada en hechos sociales. Nuestra tarea a la luz de
estos postulados es tripartita: Recrear, proyectar y registrar la visión de mundo de las
voces narrativas. Sabemos que la obra constituye un esfuerzo en la búsqueda de los
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valores que la sociedad, reflejada en el rostro de sus personajes, ha menospreciado; por
ende, perdido. Rubén Ríos Ávila afirma que: “La función de la literatura es decir al país,
articulándolo con un lenguaje que cifre sus contradicciones y permita leer la patria”.
Precisamente es ésta la intención de la obra de la Dra. Yasmine Cruz Rivera quien
denomina como "NARRATIPOLOGÍAS" a los cuentos, narraciones o relatos que
constituyen la obra literaria. Acuña así un término nuevo que si el lector lo buscase en
algún diccionario no aparece registrado. ¿Por qué NARRATIPOLOGÍAS y no llamar a
los textos simplemente relatos o cuentos? Porque cada texto es un reflejo de una tipología
social. Aprovechamos el espacio del Prólogo para aclarar a su vez el término
"TIPOLOGÍA". Es por ello necesario señalar que el concepto "Tipología" contenido en el
título de la obra rebasa fronteras de disciplinas para entrecruzar lazos que puedan buscar
soluciones posibles a cualquier limitación, acción o conducta humana. Por ello, es bueno
conceptualizar el alcance del término conforme a otros campos. La tipología se puede
definir como la forma característica de constitución o estructura mental de un ser humano
que lo distingue particularmente de otros individuos. Trata de clasificar a los individuos
de acuerdo con estructuras fisiológicas o mentales. Unas tipologías han tomado como
base de su clasificación algún aspecto del funcionamiento mental: Orientación e interés
hacia el interior o el exterior del yo; predominio del pensamiento, el sentimiento, la
sensación y la intuición, como es el caso de las tipologías de Jung. Otras tienen como
base características físicas: Aspectos faciales, estructura corporal, tamaño de las distintas
partes del cuerpo. Cada individuo tiene su propia estructura de personalidad, distinta a la
de cualquier otro aunque tengan algunas características semejantes. Por eso, es frecuente
encontrar que una persona posea características de diferentes tipos.
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Las tipologías humanas son de tres clases, de acuerdo con el criterio en que han sido
orientadas:
a) Tipologías somáticas:
Tienen como criterio de clasificación las diferencias en la estructura somática o corporal.
Entre ellas se encuentran las elaboradas por Viola y Pende.
b) Tipologías somato-psíquicas:
Se basan en la estructura corporal, pero consideradas bajo un aspecto dinámico funcional,
y en relación con las estructuras psíquicas correspondientes. Pertenecen a este grupo las
tipologías de Kretschmer y Sheldon.
c) Tipologías psíquicas:
Clasifican a los individuos según estructuras mentales y de reacción. Son de esta clase las
tipologías de Jung y Adler.
El libro que tienes ante ti, lector, es una obra literaria que toma como norte la última
clasificación del concepto "Tipología"; es decir, el enfoque de Jung y Adler.
Bibliografía:
Goldmann, Lucien. Para una sociología de la novela. Ciencia Nueva: Madrid, 1965.
_________________________. El alma y las formas y la teoría de la novela. Grijalbo:
Barcelona, Buenos Aires, México, 1975.
Mannes, Mayra. “Who am I?” en “Searching for ourselves” ( Robert Myles ). New
York: Bantorn Pathfinder, 1973.
Méndez, José Luis. Introducción a la sociología de la literatura. Ed. Universitaria: Río
Piedras, Puerto Rico, 1982.
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NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
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SSUUEEÑÑOO DDEE UUNN RROOSSTTRROO TTIIZZNNAADDOO
“Pobres de aquéllos que dictan leyes injustas y con
sus decretos organizan la opresión, que despojan de
sus derechos a los pobres de mi país e impiden que se
les haga justicia, que dejan sin nada a la viuda y se
roban la herencia del huérfano.” Isaías 10:1-2
Contar la verdadera historia del recluso de la celda 36 no es fácil. El protagonista
se ha convertido en héroe nacional de una república hispanoamericana que me limito a no
identificar para ofrecer con mi silencio un homenaje a esta Tierra.
Hablar del hombre que apareció en los titulares, en la televisión y al que el
gobierno mantuvo oculto durante años para evitar el riesgo de una mayor publicidad;
seguramente se convierte en una aventura difícil. Hablar de él es como revivir a un
muerto, es abrir su tumba y recontar sus huesos. No me atrevo a profanar su nombre;
bastante riesgo tengo ya con relatar su historia.
Respeto a los muertos; también, a los vivos y honro el segundo mandamiento que
no se refiere únicamente a no jurar en vano el nombre Santo de Dios. También hay que
valorar el nombre ajeno, el del prójimo. Por esta razón, justifico que no diré su nombre.
Llamaré al protagonista el recluso de la celda 36 ó mejor aún, me referiré a él por su
apodo de niño: Tizo.
Es curioso, pues cuando chico le encantaba jugar con fuego. No tenía miedo a
quemarse. Solía abrasar papeles, hojas, trozos de tela. Decía que le fascinaba observar
cómo la materia se extinguía; se consumía para transformarse en otra materia más libre,
de menor volumen y peso como era la ceniza. El juego de incendiar cosas viejas e inútiles
se convirtió en un ritual. Diariamente iniciaba la búsqueda de papeles, hojas, cartones y
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otros objetos en el suelo del basurero municipal del barrio. Los colocaba con sumo
cuidado. Tomaba de una en una, con sus pequeños y hermosos dedos, las cerillas
encendidas y veía como ardían en fuego. Luego, con las cenizas se cubría las manos, los
brazos broncíneos y largos; y finalmente, su rostro de niño. De este modo, según Tizo
aseguraba, el alma de las cosas viejas rejuvenecía al unirse a la suya y al mismo tiempo,
esa mágica fusión se tornaba en bálsamo que lo transformaba en guerrero a la usanza
indígena. Llamaba por eso a esta ceremonia de metamorfosis: “El Cambio”. Un cambio
de muerte a vida, de vejez a juventud, de olvido e inercia a un dinámico respirar
característico de los seres vivos. De ahí, que le llamaran Tizo. Ahora comprendo el
porqué de su nombre. Ha pasado largo tiempo; más del que imaginé para poder
entenderlo. Así como el hollín se apegaba a las cosas; Tizo se aferraba a la vida aun
cuando ésta fuera el resultado de un pequeño morir de la infancia.
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Tu nombre, dime cuál es tu nombre.
Mi nombre…
Bueno qué esperas, no tenemos todo el día.
Me llamo… Sí, me llaman Tizo.
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Quedó huérfano a los diez años porque los soldados abalearon la casa. Luego se
comentó que lo ocurrido fue un error, un error casual y pidieron disculpas porque habían
recibido una falsa información. En el país no había mucho que hacer a favor de los
huérfanos. Su hermana fue recogida por los compadres que apreciaban mucho a Doña
María, la difunta madre de Tizo, pero no pudieron hacerse cargo también de él. Podían
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sólo acomodar a la niña pues ya tenían seis hijos. Tizo era varón, debía aprender a
cuidarse. Además era un niño listo, hábil y fuerte, de seguro saldría adelante.
Limpió zapatos, desyerbó campos, vendió diarios, limpió ventanas y pisos de
cafés y bares de segunda clase. Así se ganó el pan con el sudor de su frente. Fue un niño
que maduró en gestos, acciones e ideas y despertó de un sueño lúdico convertido en
hombre. Sudor amargo vivido a la fuerza. Sudor obligatorio que arruinó poco a poco el
tizne de aquel héroe ceniciento e infantil que jugaba al "Cambio" en el basurero
municipal. Aquellas fantasías de transformar lo inservible en estrellas luminosas de
fuego; se arrinconaron para dejar paso a un carácter rebelde.
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¿Qué edad tienes?
Diecinueve…
¡Habla fuerte animal que no tengo oídos de
tísico!
Diecinueve dije.
Tienes familia ¿verdad?
Sólo una hermana, pero a ti que te importa.
Ya no tienes espacio en esa cara para un golpe
más. Mejor no me tientes y baja esos humos de
valentón. Así es que por tu bien, pendejo,
contesta la pregunta.
Ya te dije; sólo una hermana.
Su nombre, vamos, su nombre.
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Marta, se llama Marta.
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Consiguió trabajo en los muelles llevándole el almuerzo a los cargadores. Allí
veía todo lo que llegaba en los enormes barcos y observaba. Sólo observaba. Su niñez
despertó en adolescencia; su adolescencia en doloroso vértigo que le trituraba el corazón
y lo mantenía en un eterno espasmo de amargura. Tizo apenas hablaba con la gente.
Ansiaba únicamente a que llegara el día de cobro para acercarse a la casa de olor a hogar
donde vivían los compadres con sus seis hijos y la niña recogida que era su hermana. Ésta
al verlo sonreía. Para ella, Tizo era el sueño que la llevaría de nuevo a su casa y le traería
a sus padres. La niña no entendía que sólo un Cristo podía resucitar difuntos y Tizo,
apenas era un joven. El tiempo y la distancia se complementaron. Los compadres
decidieron mudarse y con sus seis hijos también se llevaron a Marta.
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¿Desde cuándo no la ves?
¿A quién?
No te hagas; a tu hermana.
No sé, no lo recuerdo.
Tienes que saber no quieras hacerte el tonto.
Dime: ¿Tu hermana es cómplice?
No, no… Desde niño no nos vemos. Yo tenía trece
y ella nueve.
Eso nadie te lo cree. Ella tiene que ser
cómplice.
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¡No , ya lo dije! Ella no sabía nada. No me ha
visto en años, lo juro.
Vamos Tizo no seas ingenuo.
Ingenuo serás tú si te crees que soy tan
cobarde como para inculparla a ella. No todos
son ruin gallina como tú.
Todavía tienes cara, descarado. No te sonrías
que con este cuchillo te haré otro tajo más.
Tienes surcos como un arado hecho el 2 de mayo.
Sí, pero mira levanto con gusto la cara que
Dios me dio. Anda acábame de una vez ¿qué
esperas? Así de mis cenizas se avivará el fuego
que tengo en las entrañas. Cambia lo inútil de
tu cuchillo, cobarde; por el valor que hay en
mis carnes. Anda, mira correr el orgullo que
hay en mi sangre.
Sangre de tu mala raza, maranalla, hijo de
puta.
Raza que me crió con ley. No como a ti mal
nacido y mal criao.
Cállate, Tizo o no duras a mañana.
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El poder de observación en Tizo lo hacía cada vez más reflexivo y callado.
Observaba los hombres en el muelle: Manos callosas, y sangrientas muchas veces;
espaldas jorobadas, frentes y labios deshechos por el látigo del sol implacable. Voces de
pobres miserables y desoídos del gobierno y de los ricos. Ganaba menos del mínimo,
pues se explotaba al débil e indigente y se amamantaba el vientre del fuerte. La
observación se fue sumando a la audición. Tizo no hablaba; veía. Tizo no hablaba; es-
cuchaba. Al finalizar la jornada diaria, los hombres se reunían en el Bar Zorra Blanca
para beberse las lágrimas depositadas por Baco en un vaso de cristal. Ya beodos, caían
rendidos. Tizo continuaba su observación y acumulaba en su mundo interior una suma
más al dolor que experimentó de niño.
Se veía a sí mismo en los rostros mugrosos de hombres analfabetos que
trabajaban como bestias. Hombres que hablaban todo el día para no tener tiempo de
lamentarse de sus males. Se veía en los hijos de esos hombres a su vez con varas
mugrosas y sueños mugrosos, pues por su miseria no podían ni siquiera soñar como los
ricos. Niños que aspiraban un mendrugo de pan, un vaso de leche, un par de zapatos, un
juego de canicas; mientras el Presidente de la República se pavoneaba en su Rolls Royce
y celebraba una boda de miles de chavos a costa del pueblo. Sueños de un rostro tiznado
frente a un rostro barnizado de Amo y Señor. Un rostro que manda y aplasta, que manda
a que aplasten, que manda y por ello cultiva sacrílegamente la hediondez en el pueblo y
la Nación.
Hombres poderosos que se olvidan del compromiso con los demás hombres
trabajadores y niños y huérfanos y viudas y pobres y enfermos y…
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¿A qué hora llegaste al puerto?
A las tres.
¿Quién te dijo que el Presidente saldría a las
4:45 del muelle?
Nadie hombre, yo leo el periódico.
¿Tú lees? Tú no sabes leer.
Bueno lo leyeron en la barra y lo oí ¿Contento?
Ves esta arma ¿es tuya?
Sí.
No lo niegas, así que es tuya.
Sí, ya lo dije. Aquí parece que los soldados
son sordos.
En verdad eres insolente. Quizá sea sordo, pero
no tanto como lo serás tú cuando acabe de
interrogarte, necio. Ya te arrepentirás. Dentro
de 7 u 8 horas no estarás tan feliz.
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Lo que motivó a Tizo a hacer lo que hizo fue una escena que se repetía una y otra
vez en los muelles, en las plazas, en las calles del pueblo.
Llegó un cargamento de frutas y cereales. El ejército llegó al puerto y movilizaron
tres unidades. Acomodaron rápidamente la mejor parte del cargamento. Era para el
Presidente y sus comensales. Mientras lo hacían empujaban a los cargadores, entre ellos a
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Tizo, para que avanzaran e hicieran el desmonte con prontitud. En ese momento, se cayó
una caja al suelo y ésta a su vez tumbó otra y otra y otra… Se veían correr por el muelle
las frutas, paquetes de cereales y granos. Un grupo de niños que observaban la maniobra
al ver lo sucedido quisieron aprovechar la oportunidad y se lanzaron hacia las cajas rotas.
Comenzaron a tomar las frutas y las cajas de cereales. Parecían animales hambrientos.
Los soldados trataron de detenerlos, pero los chiquillos hábiles y escurridizos se burlaban
de ellos y seguían adueñándose de los comestibles. Celebraban el Maná caído del cielo.
De repente, profanó la algarabía, el grito estertóreo del soldado al mando: ¡Desgraciados
abran fuego! ¡Fuegoooo…! Lo que era un juego de manos infantiles se tornó en juego de
villanos. Tizo vio caer los cuerpitos frágiles de los niños que segundos antes corrían de
uno a otro lado con los paquetes de cereal y las frutas en sus manos. Cuerpos de niños de
seis, siete, ocho, nueve años yacían en el suelo. Yacían ensangrentados. Sangre de
inocentes pisoteada por criminales vestidos de soldados. Criminales que servían a otros
criminales que corrían el gobierno.
Tizo pensó en las madres que ese día quedaron sin hijos y en los hijos que habían
muerto sin el beso y la bendición de sus madres. Su conciencia lloró: ¡Oh Dios y Señor
de los ejércitos! Ahí comprendió que en este mundo hay muchos ejércitos que no tienen
Dios.
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Disparaste tres balas y una dio en el blanco.
Eso te costará caro.
No tan caro como le ha costado a este pueblo en
sufrimientos.
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Sí, pero a ti te costará caro. Te costará los
ojos, la lengua, los oídos y te caparemos como
a un toro de carga. Serás un vegetal y eso
servirá de escarmiento. Nadie puede atentar
contra el Señor Presidente.
El Presidente… ¿Presidente de qué? De una isla
de habitantes famélicos sometidos por este
Señor Presidente que heredó el trono de su
padre y al igual que él ha desollado el alma y
el cuerpo de este pueblo durante 28 años. Un
Presidente que pasea en Rolls Royce mientras
que el pueblo gime de hambre en las calles; que
celebra en su casa lujosos banquetes mientras
el pueblo no vive, ni come, ni duerme y se
quema en el olvido y la indiferencia.
¡Cállate!, te lo digo ya llegará tu hora.
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Por eso no pudo más. No era la primera vez que a su joven edad presenciaba
sucesos tan terribles. El infierno en este país había comenzado hace 28 años. Fue cierto lo
que dijo. Había escuchado en el bar que el Presidente partiría en un viaje de vacaciones.
El yate presidencial saldría a las 4:45 del muelle. Tizo llegó allí a las tres. Se dispuso a
esperar. Lo tenía bien planificado, no fallaría. Pidió ese día libre. Se acercó a los barcos.
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El yate del Presidente estaba bien custodiado, pero eso no le impediría nada. Estaba
dispuesto a todo. Llegó la hora.
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¿Qué hiciste desde las tres de la tarde?
Tenía el arma cargada en un bolso. Simulaba que
en él llevaba mi merienda. Cuando llegó el
carro del Presidente, me acerqué a la multitud.
Fingí que lo despedía. Me fui acercando más y
más y más. Disparé. Disparé contra él, disparé
contra todos los que se fingen Presidentes.
¡Ya basta! Te diré para que termines tu
historia, infeliz; no diste en el blanco.
Pero, si vi caer al Presidente y además me
dijiste que de las tres balas que disparé una
le dio.
Fue mentira, candonga ¿entiendes? Un engaño
para obtener del todo tu confesión absurda. Es
inaudito ¿No lo crees? Arriesgar tanto por tan
poco… Arriesgaste tanto por tan poco.
No puede ser, el Presidente al menos debe estar
herido o grave. Tiene que estarlo.
Está muy bien, y de vacaciones mientras que tú
te pudrirás en la cárcel.
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No lo entiendo…
Todo fue un sueño, un sueño miserable como las
cenizas, o el tizne. Fue un fiasco. Ni siquiera
heriste al Presidente, ninguna de tus balas lo
rozó.
No, tú me engañas. Quieres enloquecerme lo sé.
No inútil, te diré que cuando disparaste la
primera bala eso nos sirvió de aviso. Eres muy
mal tirador. Al disparar la segunda, los
guardias del Presidente lo arrojaron al suelo y
al disparar tu tercera le diste a alguien, ¡oh
sí!; le diste a un niño como de diez años que
mendigaba por los muelles ese día.
¡Oh, Dios no…! Señor de los ejércitos porque
hay hombres que no tienen Dios.
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En febrero de 1986 fue derrocado el Presidente vitalicio del país. Pude ver por fin
a Tizo. El no pudo luchar contra la maldad del opresor; quedó encerrado en su sueño. Su
pueblo, sí logró hacer justicia. Tizo fue sometido a terribles y cruentos castigos. Había
perdido la vista, no hablaba; no oía, pero sé que así también quedan muchos pueblos
después que derrocan a sus tiranos. ¿Cuántos seres mutilados? ¿Cuántas patrias
deshechas? ¿Cuánta más sangre derramada?
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Esta América nuestra ha visto correr la sangre india, la sangre negra, la sangre
criolla, la sangre de muchos Tizos. Esta es la América de Tizo. La patria que aún tiene un
sueño, aún tiene un sueño.
Si algún curioso pregunta quién fue el narrador de la historia de este Ciudadano
de una América esperanzada; dile que la relató una mujer. Mi nombre: MARTA…
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TIPOLOGÍAS OCULTAS 27
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NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
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TTRRÍÍPPTTIICCOO DDEE HHUUGGOO
Todo comenzó con un pronóstico oficial de lluvias, lluvias y más lluvias.
Señalaron los vientos en intensidad de no sé cuantas millas por hora y la velocidad
relativa de… no la recuerdo porque como todos no presté mucho oído a los rumores que
relataban la llegada de un huracán. “Nuestra Isla está bendecida, de seguro se desviará”
(eso pensamos todos)…
La realidad fue otra muy distinta; pues esta vez el sufrimiento nos tocó a nosotros.
Relatar el suceso es una historia tan amarga que parecerá ficción al lector. Por eso
dejaremos que tres personajes nos cuenten lo que ocurrió realmente ese lunes, 18 de
septiembre de 1989. No queremos en estos momentos discriminar contra nadie, por lo
que seleccionamos tres versiones que pueden arrojar luz sobre lo acontecido en estos
días.
Veamos la primera versión:
Lugar-Humacao
Profesión-Maestra
Personaje-Ana Rosa de la Cruz
Edad-treinta y ocho años…
A penas escuché las primeras noticias, supe que algo venía. Me dispuse a recoger
lo necesario para luego refugiarme en la casa de mi hermana. Lo difícil fue seleccionar
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qué me llevaría. Para mí todo era importante, usted sabe soy maestra y un maestro sin
papeles o libros no es nada. Decidí primero ir a la Iglesia. Había que orar a Dios para que
nada ocurriera. Recé, recé durante dos horas frente al sagrario, escuché misa y volví a
casa. Tomé la cartera y comencé el recorrido por mi cuarto. Sólo pensaba ¿qué me llevo?
En la cartera eché el rosario, el libro de oraciones diarias, la oración de la Mano
Poderosa, el Cristo de la Salud, la Novena a la Virgen del Perpetuo Socorro y no sé que
otras oraciones; todas importantes para momentos de duda, temor y oscuridad.
Luego fui al baño y recogí mi maquillaje básico. Usted sabe a mi edad no puedo
salir al natural porque nunca se sabe si algún estudiante podía toparse en mi camino. Que
impresión desagradable que digan: Mira mi maestra y que los demás volteen y vean a un
espantapájaros.
Finalmente cogí algo de ropa, sólo lo necesario. Dejé comida suficiente para mis
seis perros y agua también, salí a toda prisa. Ah, me llevé los papeles de trabajo, tarjetas
de notas, un paquete de exámenes y los libros del curso que estoy dando en la escuela. Es
importante la evidencia del trabajo realizado. Los perros comenzaron a aullar; los
tranquilicé pues mi hermana no quería perros, sólo me invitó a mí a su casa. Ellos
comprendieron. Me marché.
A la verdad que cuando llegó el huracán todos estábamos nerviosos. Mi hermana
atendía a mis sobrinos, mi cuñado aseguraba aún las puertas y yo oraba, sólo oraba. A mi
lado coloqué el maletín ya que en caso de emergencia no podía dejarlo allí.
Cuando todo pasó, me llevaron a casa. El techo se desprendió en una parte y se
me habían dañado una serie de libros de gran valor. Sí, usted sabe de esos incunables que
ya no se consiguen. El garaje se cayó completito, menos mal que no estaba ahí mi carro.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 30
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Los perros estaban histéricos y el pequeñín parecía una machina ambulante. Se volvieron
loquitos de alegría cuando me vieron. Sé que todo esto es poco para las desgracias ajenas.
Gracias a Dios pude hallar las cosas en estado bastante parecido a como las dejé. Las
oraciones surtieron efecto.
Segunda versión:
Lugar-Barrio Obrero
Profesión-Desempleado-Ex-estudiante
Personaje-Pitito Fuentes
Edad-Veinte años
Vaya Brooke a la verdad que pa’mí esto ha sío tremendo foltró. Tú sabes panín
aquí en el barrio to estaba ready pa’la llegada de Huguito y a la verdad men que no vino
chiquito, vino Hugote. Te diré que de la casa de los viejos no quedó na. El palo e pana y
el de china quedaron estrujaos. Figúrate corrían por toa la Avenía Borinquen abajo las
chinas y las panas y la gente bajo Hugo se tiraba a la calle a cogerlas. Hicieron bien men
porque tú nunca sabes cuando puede venir una necesidá. Pero eso no fue lo único; dicen
que pol la Baldorioty se veían correr los bacalaitos y las alcapurrias fritas. Mano eso sí
que me dio pena polque yo tenía el estógamo echo un ocho y no oía ni el repiqueteo de
las tripitas que me pedían comida.
Bueno chico, tú crees que me fui del tema, pero no pa’mí que esto es grande y lo
que te estoy contando no lo relata el periódico. Se me olvidó decirte lo de la funky
neblina. ¡Chico mano, no se veía un carajo! Oye eso me salió en rima.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 31
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Otra cosa bien pro fue lo que hizo el vecino Tinito. Mira en pleno aguacero y
ventarrón se fue de compras. Sí men, de compras, pero sin pagar. Tú me entiendes.
Consiguió unos suts más nítidos de esos que venden en Donato. Yo no quise ni verlos tú
sabes, no quise ser complicante del asunto. No fuera a ser que los azules me metieran a
mí en la nevera y cargara con los platos rotos.
Oye panín y perdona que te pregunte, pero tú te has bañao. Mano yo no y siento
una pestesita, bueno…
Pá’ telminarte el rollo, te diré to’ en el vecindario estaba en high porque to’
flotaba como leche hervía que se sale de la olla. Así salían de las casas los televisores,
camas y hasta me dicen que un caballo salió volando por culpa del Hugo ése.
Brother perdona, pero ¿Cuánto me vas a pagar por haberte contao to’ esto? Tú
sabes esto vale panín, así es que viene… Como dicen en televisión ¡Pa’ encima!
Tercera versión:
Lugar-Vieques
Profesión-Estudiante
Personaje-Inocente Clemente
Edad-Siete años
Mire, ¿Usted en verdad va escribir todo lo que le diga? ¿Usted trabaja en la
televisión y esto sale ahí y me verán mis amiguitos? Diache. Eso sí que está chévere,
¡Fantasticomaravilloso! Bueno pues no sé que decir, señor. ¡Ah! ya sé, ya sé.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 32
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Sí, mi casa quedó hecha trizas. A todos los vecinos también se le rompieron las
casas. Mami dice que la Cruz Roja nos va a ayudar y que el Gobierno nos dará casa
nueva. Papi no quiere decir na porque dice que to esto es un show, una página de
muñequitos y que no van a ayudar na.
Yo en verdad no tenía miedo y no estoy triste porque lo que más me gusta es que
no tengo clases. Eso es más mejor porque tal vez vea los muñequitos como “Robbo
Cats”, “The Transformers” y “Scooby Doo”. Lo malo es que no tenemos agua ni luz y
tenemos que estar aquí con toda la demás gente. Señor me voy, es que tengo que
preguntarle algo a mi mamá. Mire es esa, la que está atendiendo a mi hermanita.
–Mami, Mami ¿Cuándo nos vamos?…
________________________________________________________________________
Entrevistar a la gente y dejarla hablar es muchas veces un arma de doble filo.
¿Hasta qué punto me dirían la verdad? Me parece que ninguno dijo lo que en realidad
pasó. La verdad…pero y ¿Qué es la verdad? ¿No fue esa la pregunta que le hizo Poncio
Pilatos a Cristo? Sin ofender a los relatores del suceso acaecido; sin miramientos al qué
dirán los demás o a los escrúpulos de su terreno y como Moisés, al pisar el Sinaí; con
cuidado nos alojaremos en sus corazones para relatar ahora la fiel versión de los hechos.
Verdadera versión del primer relato:
Lugar-Humacao
Persona-Ana Rosa de la Cruz
Profesión-Maestra
Edad-Cuarenta y tres años
TIPOLOGÍAS OCULTAS 33
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
¡Dios mío! Esto se está tornando en un anuncio terrible. Siento que se me erizan
los pelos. No sé si podré quedarme en casa. Hablaré con mi hermana y le pediré que me
deje un lugarcito allá con ellos.
________________________________________________________________________
Ya estoy en su casa. No me siento a gusto. No sé quisiera estar en casa. ¡Ay San
Francisco que miedo tengo! Mis pobres perros estarán igual que yo del pánico. ¡San
Francisco sálvalos! Si los cuidas prometo que compraré una figura o te oraré la Oración
de la Paz un mes.
Pasaron doce horas, doce horas de terror. Decidí ir a casa… ¡Oh, no! Cristo Amado se ha
desprendido parte del techo, ¡Mis libros! El trabajo de toda una vida, mis únicos amigos,
mis verdaderos amigos en las horas de soledad. Miren como han quedado. Los perros
están a salvo, pero mis libros, reliquias del 1903, libros que son insustituibles, borrados
para siempre por culpa del mal tiempo. Tanto esfuerzo por hacer mi biblioteca una
colección que me llenaba de orgullo y satisfacción. Tanto tiempo y para nada. Ahora sí
que lo he visto todo. Me siento más sola que nunca…
________________________________________________________________________
Verdadera versión del segundo relato:
Lugar-Barrio Obrero
Persona-Pitito Fuentes, Alías El Caliente.
Profesión-Adicto a la cocaína, marihuana y otras drogas.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 34
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Edad-Diecisiete años.
Creo que aquí nos chavamos tos. Aquí sí que nos chupa la bruja de Blancanieves
y va a hacer enanos a la gente y a la Isla entera. Sé que anunciaron huracán, pero que
huracán ni que ocho cuartos yo me voy a buscar la cura. Porque sin eso el que se verá
arrancao voy a ser yo. Los viejos diz que me pidieron ayuda pa’ guarecer la casa, pero
que quieren éstos, sí la casa como quiera se va ajustas.
Bueno, ya empezó el asunto, pero a mí plín. Yo voy a aprovechar pa’ limpiarme
unas cuantas cositas y revenderlas. Aquí consigo chavos pa’ rápido…
Está pro, men. Toma brooky guáldame eso y después arreglamos, tú sabes pa’
darnos después un gustazo y ponernos high. Déjame ver si consigo al Gato. Mano, pero
¿dónde está mi casa? No quedó Na y mira al viejo corriendo con Mai pal’ refugio.
Diablos esto sí que está brutal. ¡Pobre del viejo!
¡Viejo, coño peldona es que…! Tú sabes si lo hubiera sabío te hubiera
dao una mano. ¡Ay bendito y qué hacemos ahora!
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Verdadera versión del tercer relato:
Lugar-La Isla Nena
Persona-Inocente Clemente
Profesión-Estudiante Escuela Elemental
Edad-Siete años
TIPOLOGÍAS OCULTAS 35
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Mami porque nos vamos ¿ah? Mira mami y ¿Cuándo viene el huracán? ¿Puedo
llevarme mis Transformers? Anda mami di que sí…
Mami tengo frío. ¡Uh! Tengo frío y hambre ma. Mamá tengo miedo, mira que feo
suena el aire. Papi, mira Rosita está llorando dile que se calle si yo también tengo hambre
y hasta sed. ¡Ay, Dios! me voy a perder a Batman y a los muñequitos. Mami qué pasa
con la luz y el agua.
Esta cosa de estar aquí en una escuela durmiendo no me gusta, además aquel
señor huele mal y hace calor, estoy cansao y no puedo jugar y Rosita sigue llorando y no
hay leche, ni estufa, ni na pa’ comel. Mami, mami dime, mami atiéndeme ¿Mami cuándo
nos vamos pa’ casa, ah? Mami ¿por qué estás llorando?
________________________________________________________________________
Los estragos que dejó el Huracán Hugo son sin duda una secuela de dolor y de
llanto: Familias sin hogar, más de siete días sin agua ni luz, escasez de alimentos, pérdida
de recursos naturales y humanos; y otros azotes que me niego a repetir porque son ya
conocidos por todos.
El encuentro de la maestra con la realidad de su pérdida; fue motivo de frustración
y rabia. Pensó en el famoso proverbio hindú que dice:
“Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que
espera; olvidado, un alma que perdona, destruído, un corazón que
llora…”
Al perder sus libros perdía asimismo su dignidad, el esfuerzo del trabajo, el
orgullo de ser lo que siempre soñó ser: Un Quijote moderno que emularan sus alumnos y
envidiaran sus contemporáneos. ¿Cómo volvería a empezar? Su corazón sintió la pérdida
de amigos imaginarios que consolaban su soltería y depresión anímica.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 36
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Se vio estrujada y mojada. Pensó que no había dolor tan grande como el suyo,
pues se veía en la tarea de organizar un múltiple funeral de amigos y como en El Quijote
debía echar a la hoguera sus más preciadas reliquias: Los libros.
Pitito por su parte encarna al puertorriqueño marginado y al ser humano que se
deja cosificar por un vicio. Su expresión ¡Ay, si lo hubiera sabido! Se hace eco de un
lamento universal que es sentencia para todos los que sienten que el fracaso se les viene
encima. El guiso terminó y cayó en su propia trampa. El caliente de Pitito buscará la
ayuda de sus panas y compinches del vicio, pero verá que la parábola del Buen
Samaritano es poco conocida en este argot del vicio.
Pitito exclama ¡pobre del viejo! Mejor es decir; ¡Pobre Pitito…!
La inocencia rodea la versión de nuestro último relato. El niño de apenas siete
años actúa sin reservas, ni prejuicios. Sólo piensa ¿Por qué? Ve la situación. Escucha en
boca de los mayores lo que ocurrió, pero aún no comprende. No puede comprender
porque ni nosotros mismos los adultos lo entendemos. No sabemos por qué aquí y por
qué ahora… Son sin duda muchas las preguntas acerca de la casa, los muebles, los
juguetes, la comida, la miseria, la muerte y la vida…
En fin a esos padres, a esos niños, a ésos que dejaron en el olvido su todo o su
nada, su pobreza o su riqueza; les dedico este relato. Sólo me resta consagrar a mi escrito
una letanía al pueblo de Puerto Rico:
Puerto Rico, por favor, levántate.
Puerto Rico, por amor, resiste.
Puerto Rico, por unión, dedícate.
Puerto Rico, por dolor, esfuérzate.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 37
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Puerto Rico en corazón entrégate y
resurge como un sol y crece como un río,
no dejes en el olvido lo que heredaste;
no dejes que se malgaste tu honor y tu señorío.
Puerto Rico, Puerto Rico, Puerto Rico…
TIPOLOGÍAS OCULTAS 38
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
TIPOLOGÍAS OCULTAS 39
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
III
TIPOLOGÍAS OCULTAS 40
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
SSIILLEENNCCIIOO FFIILLIIAALL
-¡Cállate, Mauricio, Cállate!- le gritaba la mujer desesperada, como queriendo
borrar las palabras que el muchacho había pronunciado unos momentos antes. Y él,
Mauricio, tuvo que tragarse las palabras porque no podía. ¿O no debía hablar así al
hombre que sin su consentimiento le había dado la vida?
Sí, ése que veía de frente había aportado un orgulloso y muy viril espermatozoide
para formar el cigoto que más tarde se transformaría en feto y de feto en niño y de niño
en él, en Mauricio.
Siempre fue igual. Las imágenes de infancia y adolescencia se repetían
monótonamente. Esa estampa rutinaria de la vida no tuvo nunca nada novedoso:
Su madre, la mujer consagrada al hogar (¿Al hogar?), al esposo, (¿O al macho
dominante que traía el pan?) a los quehaceres diarios de la casa (¿O a la casucha que
apestaba a ron, a vino barato, a cerveza de barra, a tufo aniquilante que desgarraba las
fosas nasales y mataba el sueño del amor?).
Siempre fue así; la mujer esperando, esperando hasta tarde. Sentada en el viejo
sillón chirreante y viejo; vacilante frente al peso que había soportado día tras día; año tras
año. La mujer miraba el reloj cada media hora, cada cuarto de hora, cada segundo…
Cuando no, miraba las paredes vacías. ¿Qué podría ver su madre en esas paredes? Nunca
se había contestado esa pregunta y a pesar de sus pocos años se la seguía haciendo a sí
mismo al observarla.
Luego, como un ritual sacrílego y tormentoso, llegaba él. Era su padre tumbando
la puerta a puñetazos porque nunca aprendió a llevar su llave. Su voz, trueno de huracán
TIPOLOGÍAS OCULTAS 41
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
malévolo, no se asemejaba jamás a la voz de los padres que describen los cuentos. Esa
voz, vozarrón de mil ocas asustadas, había enterrado hace años la figura del padre bueno;
del padre de Rosa, Tito y Pepín. Del padre que llamaba al perro Lobo, para que tomara la
bola y se la entregara a alguno de los niños. Que suave sonaba esa voz de padre cuando
su maestra narraba algún cuento en su primer grado. Que maldita voz era, sin embargo,
ésa que identificaba a su padre. Los gritos cubrían el barrio. ¿Llegaría a escucharse
también en las mansiones celestiales o por el contrario la celebrarían en los recónditos
abismos del mismísimo infierno?
Entraba, como de costumbre, dando tumbos y agarrándose de lo que veía a su
paso. Embrutecido por el alcohol, abúlico ante sus ojos y los ojos de la mujer que como
disco rayado decía al verlo:
-¡Dios mío esto no se acaba! Ya no sé que voy a hacer contigo. Mírate, das pena.
Vergüenza debía darte. Ya los vecinos estarán averiguando por el escándalo. Mira tu
pobre hijo; hazlo por él.
Él sólo recuerda que su padre se reía. Abría su boca y dejaba correr su baba por el
suelo. Súbitamente le venía el vómito y cuando la mujer le increpaba; dejaba entonces
correr la violencia descargando su furia contra ella y ella a su vez contra él. Mauricio
temblaba. Sentía un agudo dolor en el estómago, sudaba por los escalofríos que corrían
para no ver, ni oír. Su refugio era la mesa; la mesa grande del comedor. Mesa que fue de
la abuela y ahora era de su madre. Esa mesa lo cobijaba. Lo abrazaba como la madre que
ahora veía gritar, llorar; cubrirse el rostro para evitar los golpes del bruto alcoholizado.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 42
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Ya al final de la batalla, salía del escondite y al ver el panorama negro de la sala
hecha un asco: la madre golpeada y llorosa sentada en el sillón chirreante y el padre
tirado en el suelo con la botella de cañita vacía: Mauricio lloraba y decía a gritos:
-¡Mami, Mami, Papi está borracho, Mami está borracho! La madre se
acercaba a consolarlo.
-Hijito, ya lo sé; pero cállate por favor. Recuerda que es tu padre y no
debes decir eso. Cállate, Mauricio, por favor. No me hagas sufrir más…
Su corazón de niño ya sabía el significado de ese adjetivo despectivo. Ese adjetivo
que jamás se lo diría a un padre deseado. Se iba entonces a la cama, tomaba la almohada
entre sus manos y soñaba. Soñaba que vivía en una casa color de rosa, con un perro
llamado Lobo y un padre que jugaba con él a la pelota. Ese sueño terminaba siempre
igual: oía la voz de su verdadero padre y el golpe de su propia voz pidiéndole,
suplicándole -¡Papá, Papá, por favor, no le pegues más a Mami! ¡Por favor Papá!
entonces, ese niño que ya no sabía tener sueños porque se los habían arrebatado en plena
infancia, lloraba desconsolado. Lloraba con un llanto de hombre. Lloraba amargamente.
El misterio del tiempo es, aún hoy, elemento insondable para el hombre. El
tiempo no se detiene nunca. Las hojas del calendario caen como por obra de magia, pero
son insalvables. El peso de los días, los meses, los años no alteraba en nada la escena
descrita anteriormente. Pero ¿Hasta cuándo? ¿Por qué razón la mujer se resignaba a tan
poco?
Había días que juraba se iría. Sí, abandonaría a ese hombre. Se llevaría a su hijo y
empezaría una vida nueva y quizás hasta feliz. Ese intento, ese pensamiento nunca cuajó;
no llegó a materializarse. Seguía ahí, noche y día; día y noche en lo mismo. El tiempo no
TIPOLOGÍAS OCULTAS 43
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
le había enseñado nada. Era como si a la vida la hubieran encerrado en una vieja y sucia
caja de zapatos y la hubieran guardado en un armario bajo llave. ¿Tendría su padre esa
llave? Esa llave que daría a su madre y a él la libertad, estaba perdida. ¿Cómo hallarla?
¿Qué hacer si sólo él, Mauricio, quería encontrarla?
A sus siete años juró odiar los vicios, no tomaría jamás ron. Ese ron que aparece
en anuncios llenos de mujeres hermosas, carros lujosos, ese ron envenena el alma y hace
olvidar a los hombres que tienen entrañas de padre, de amigo, de hombre…
Pasó el tiempo y ya no se escondía bajo la mesa. Ahora, a sus once años, se
enfrentaba al ron, al vicio, al padre. Ahora aguantaba él y sólo él los puñetazos, los
insultos, los empujones. Veía verter de nuevo la baba asquerosa y el vómito verde,
amarillo, azul y rojo. Aumentaron las tensiones. Se enfrentaron padre e hijo. ¡No!, hijo y
borracho en mares de discusiones.
La madre ya cansada, hastiada, enferma de la vida; sólo lloraba y veía las paredes
vacías. Paredes como ella, envejecidas, despintadas, desaliñadas, maltrechas por el
tiempo y por la vida. (¿Por la vida o por el vicio de los seres a quienes idolatramos?)
Siempre que Mauricio intentaba convencerla de que se fueran, de que buscaran
otra casa; ella repetía lo mismo: Es tu padre, es tu padre. Se moriría sin nosotros, ¿no ves
que es un enfermo…?
Mauricio de nuevo callaba. Callaba otra vez. ¡Cuántos castillos había construído
en su cabeza! ¿Cuántos había destruído el ruido de los puñetazos sordos en la puerta ya
muerta? Muerta como el alma de su padre, muerta como el tiempo perdido, ¿Muerta
cómo él? ¿Cómo su madre?…
TIPOLOGÍAS OCULTAS 44
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Era inútil hablar. Realmente era inútil. Guardaba por eso un silencio inerte,
irónico, mortificante. Al oír el –¡Cállate, Mauricio!- de su madre, obedecía y sepultaba de
nuevo las palabras. ¿Las encerraba también él como a la vida en una caja vieja y sucia de
zapatos?
Sin embargo, él mismo no entendía ese silencio. No sabía el porqué de ese
conformismo enfermizo. No había descubierto el porqué de ese silencio o el de su madre
al mirar las paredes vacías.
Aprendió a callar. Bueno, se dice que en la vida todo se aprende. Pero no, no era
estólido. No quería callar ¿Por qué callar? La vida es para decir, amar, expresar. Los
demás no pueden saber lo que sientes si no lo dices. Mauricio no aprendió a callar, sólo
fingió haber aprendido. No podía callar frente al abuso del inconsciente, frente a la
maldad de los hombres que se dicen enfermos, pero que enferman a los que creen que
aman.
Se preguntaba a veces cómo sería el amor de un padre, cómo sería tener un hogar
feliz. Así mismo, cómo sería él cuando fuera grande, ¿Sería padre alguna vez?
Al pensar esto sintió miedo porque no sabía lo que era un padre. Cómo entonces
aprendería a serlo él algún día. Hasta la imagen de los cuentos infantiles se había borrado.
No recordaba ni siquiera cuando había pronunciado esa palabra por última vez.
La noche del seis de mayo no la olvidaría jamás. Llovía torrencialmente. Eran las
siete y pico de la noche.
Su madre en su posición acostumbrada, esperaba a que se oyeran los gritos del
hombre que golpeara la puerta, ¿Que maltratara al hijo?
TIPOLOGÍAS OCULTAS 45
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Él esperaba también, pero quería evitar otra confrontación. Por eso, se encerró en
el cuarto. Era curioso, pues no había llegado. No se inmutó. De seguro estaría tan bebido
que se quedaría a dormir en la barra de la esquina. Pasaron las horas y ese día ambos
escucharon la voz de un vecino del barrio. Era Don Pancho ¿Vendría de visita? Claro que
no; si ya los vecinos estaban todos enojados con su padre. A todos les debía algo; ora
dinero ora favores o una disculpa por algún mal rato.
Don Pancho se acercó empapado y cabizbajo. Cubría su cabeza con varias hojas
de periódicos:
-Doña Sara, los vecinos de la barriada me han dicho que a su esposo lo hallaron
en la calle tres. Está tirao en la acera. Está, está…
Mauricio no lo dejó terminar y completó la frase: -Está muerto.
La mujer lloró, lloró de pena, de dolor, de angustia porque no sabía ni cómo, ni
por qué. Pero aún amaba a ese hombre. Él, Mauricio, no dijo nada. No pudo decir nada.
¿Se había acostumbrado en verdad a callar? ¿Sería tal vez un castigo que le daba la vida
por permitir que la encerraran tanto tiempo?
Al ver bajar el ataúd y al oír las palabras del sacerdote -“Polvo eres y en polvo te
convertirás”- descubrió a sus trece jóvenes años; qué era lo que veía su madre en las
paredes vacías. Sí, él veía lo mismo en el ataúd de su padre: una vida vacía, una casa
vacía, un cuerpo vacío…
Siguió bajando el ataúd, tragado cada vez más por la tierra y él, Mauricio, pedía
en su mente perdón. Pedía perdón porque sólo podía decir aquellas palabras que nunca,
desde niño, había olvidado:
-¡BORRACHO, BORRACHO!
TIPOLOGÍAS OCULTAS 46
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Bajaba aún más el ataúd. Su madre lloraba. Los vecinos del barrio habían dado a
la viuda sus condolencias y él sólo pensaba:
-¡BORRACHO, BORRACHO!
Muchos se acercaron; le extendieron la mano, le dieron el pésame. Hasta algunos
comentaban: ¡Qué triste se siente!; Apenas tiene trece años y ahora será el hombre de la
casa. Pobrecito, perdió a su padre; ha quedado sin padre a los trece años…
Pero él sólo repetía; era como un trueno ensordecedor; como un eco que nacía de
sus entrañas y pedía perdón en su corazón, al padre de los cielos. Sólo podía decir de su
padre; sólo podía recordar: ¡BORRACHO, BORRACHO!
Y siguió bajando el ataúd…
TIPOLOGÍAS OCULTAS 47
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
IV
TIPOLOGÍAS OCULTAS 48
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
CCUUCCAARRAAFFOOBBIIAA
“Algunos sueños son pesadillas; algunas
fobias las hacen mayores.”
Ese domingo se dio cuenta de que realmente estaba mal. Tenía que ser una
enfermedad terrible lo que minaba su mente. Un desorden psicológico o algo así. Tuvo la
certeza de ello; cuando en la primera lectura bíblica, en la liturgia de ese domingo,
hicieron referencia al Génesis:
“Dijo Dios: Produzca la tierra animales vivientes de diferentes
especies, bestias, reptiles y animales salvajes. Y así fue. E hizo
Dios las distintas clases de animales salvajes, de bestias y de
reptiles…”
De hecho, este texto lo llevó a meditar profundamente. Dios había creado todo
eso y más, pero de seguro no creó las cucarachas. No podía haberlo hecho porque ningún
versículo del texto lo aseguraba. A la vez que pensaba esto, sentía correr el sudor
rítmicamente por su frente, su cuello, sus brazos. Se preguntó asustado a sí mismo qué
sería de él si Dios las hubiese creado. ¿Sería entonces pecado matar las cucarachas del
mundo? ¡Qué horror! ¿Qué haría entonces? El temor se acrecentó y fue ahí que se dio
cuenta de lo grave de la situación. Tenía que estar enfermo.
Al concluir la celebración, se levantó del banco como un loco que escapa de su
celda y se montó en el auto. No vio luces ni rojas, ni verdes, ni amarillas. Su pie quedó
pegado al acelerador hasta que divisó su casa. Sufrió aquí un mareo azul, blanco; hasta
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DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
que lo vio todo negro. Parecía el mal de daltonismo. Era vital llegar a la casa y llamar a
un médico.
Tomó la guía, buscó las páginas amarillas:
Cabrera Rodríguez, Israel M.D.
Carrasquillo Sánchez, Ana M.D.
Conde Pérez, Amador M.D.
Compete Buenaventura, Cirio M.D.
Sí, aquí se detuvo. El nombre le pareció bien. Prendería el cirio más grande, al
santo que le concediera la buenaventura de librarlo del mal que lo aniquilaba. Mas tenía
que esperar porque era domingo.
Al día siguiente marcó el número y una voz delicada contestó. Hizo la cita
(jueves, 24 de julio…) Bueno, ya estaba dado el primer paso. Su sanación llegaría, estaba
convencido.
24 de julio 2006-hora 3:45 P.M.
Dr. Compete –Bueno, señor Girón, aquí debe relajarse. Trate de narrarme qué mal
le aqueja.
Bustamante Girón –Verá, doctor, desde que tengo uso de razón temo
terriblemente a las cucarachas. No sé por qué esto me perturba. Hace años el miedo no
era tan frecuente, pero ahora el pensar que puedo estar cerca de una cucaracha, verla,
tocarla o que ésta vuele hacia mí; casi me vuelve loco. Me siento desquiciado por este
miedo enfermizo. El pánico me ha llevado a hacer locuras, doctor. Verdaderas locuras.
Dr. Compete -¿Cómo cuáles, señor Girón?
TIPOLOGÍAS OCULTAS 50
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Bustamante Girón –Recuerdo que en una ocasión estaba en el funeral de una
amiga de la familia. Usted ya sabe el formalismo de los funerales. Todos guardaban
silencio mientras escuchaban los rezos; otros se acercaban al féretro. Yo también rezaba,
pero estaba de pie, al final. En ese silencio sepulcral, perdóneme la redundancia, osó
entrar libérrimamente una cucaracha para pararse en la corona de flores que estaba
precisamente al lado del ataúd. Empecé a sudar; la cucaracha revoloteó la caja y se
dirigió exclusivamente al final del salón en donde estaba yo, rezando y de pie. Bueno
mejor dicho, enmudecido y de pie. Usted comprenderá, doctor, yo tenía que hacer algo
para defenderme y sin pensarlo dos veces, lo hice. Atravesé el pasillo central en cuestión
de segundos, al correr tropecé con la silla; la silla cayó a su vez encima del pie de un
fervoroso que, cerrados los ojos, aún rezaba sin ver mi osada carrera. La cucaracha
volaba y volaba y yo gritaba y gritaba y ¡Bum! Cuando sentí un golpe terrible. Caí
sentado en el suelo y encima de mí cayó también la caja y la difunta con ella. No sabía
que decir. Solo pedí gimiendo: -¡Por favor, alguien mate esa cucaracha!
Dr. Compete –Creo, señor mío, que usted padece de un mal que aqueja a mucha
gente no sólo en Puerto Rico, sino en el mundo.
Bustamante Girón –Dígame, doctor, ¿Qué mal es ése?
Dr. Compete –Amigo, usted padece de cucarafobia.
Bustamante Girón - ¿Cucara qué?
Dr. Compete –Cucarafobia, esto es fobia a las cucarachas. Las fobias pueden
desatarse por casi cualquier cosa sobre la tierra. Siente miedo por algo, póngale un
nombre y ya es una fobia. Ejemplo la acrofobia cuando se teme a las alturas; nictofobia
cuando el miedo es la oscuridad; murofobia, miedo a los ratones; cinofobia, a los perros;
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DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
xeno-fobia, a los extraños; aracnofobia, a las arañas; tanatofobia, a la muerte; y miles de
fobias más.
Bustamante Girón –Pero, doctor, y cuál es la cura de esto.
Dr. Compete –No nos apresuremos, señor Girón. Quiero hacerle varias pruebas
primero. Por ahora sólo debe relajarse y pensar que de ser usted un cucarafóbico;
tenemos que someterlo a un largo estudio. La próxima consulta será dentro de quince
días. Para esa fecha, usted deberá tener claras todas las experiencias negativas que ha
enfrentado por culpa de las cucarachas. Las experiencias que crea importantes debe
anotarlas en una bitácora y en la próxima visita me las relatará. ¿Entendió usted, Girón?
Bustamante Girón -Sí, doctor; pero sólo le aseguro algo.
Dr. Compete -¿Qué?
Bustamante Girón-Tendrá un gran problema.
Dr. Compete -¿Por qué lo dice?
Bustamante Girón -Porque son muchos, muchísimos los encontronazos
desagradables que he sufrido con estos seres volátiles.
Dr. Compete -No exagere hombre, no exagere. Sólo lo relevante. ¿Bien?
Bien-contestó Girón y se marchó con una leve esperanza. Comenzó así el estudio
de su problema. Esa misma noche empezó a preparar su lista de malas experencias. Más
o menos ésta quedó así:
1-Fiesta de graduación en el sexto grado-vestido impecable, zapatos nítidos,
peinado “Valentino Romántico”, ¡Wao! Durante todo el baile sentía una incomodidad en
el pie izquierdo, pero no quise hacer caso. Comí, bailé, pasé una tarde fenomenal. La
incomodidad persistía, pero no quería perder tiempo en ver lo que me punzaba el pie
TIPOLOGÍAS OCULTAS 52
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
izquierdo. De seguro no era nada. Terminó el baile y llegué a casa. ¡Qué sorpresa me
daría! Al quitarme los zapatos y ver el interior del zapato izquierdo; rompí a gritar. Mi
madre pensó que me mataban. Entró a mi cuarto y me vio, pálido y sudoroso. Cualquiera
lo estaría si como yo se enterara de que bailaron, rieron y comieron toda la tarde con una
cucaracha de una pulgada de largo dentro del zapato. La hincada cruel era la cabeza del
enorme cucarachón que se alojó en mi zapato y que inconscientemente quedó sepultado
bajo la planta de mi pie izquierdo. ¡Qué terrible recuerdo! Macabro regalo de graduación
que me dio la suerte.
2-Primera juerga de adolescente- Mis amigos y yo decidimos esa noche del
viernes ir al billar y darnos dos o tres frías. Luego, ya en la movida de un gran juego, se
nos unieron otros panas y nos dimos otras dos o tres frías y otras dos o tres. Sumaron al
final, según los cálculos de la cuenta, diecisiete cervezas por cabeza. Estábamos gendíos.
Llegué a casa y para no despertar a mamá, no prendí la luz. Tenía un hambre atroz. Así
que me dirigí a la cocina, encendí la estufa y calenté lo que había. Casi no veía, pero lo
eché en un plato. Probé bocado ¡Uhmm! era sopa. Sí, sopa de chíchara ¡Qué rica! Pero no
repetiría la misma expresión al día siguiente. Para disimular lo de la juma, felicité a
mamá por tan rica sopa de chíchara. Ella me miró asombrada y me dijo:
-Hijo, ¿Sopa de chíchara? Pero si ayer lo que hice fue un caldito ralo de pollo. Eso
pelao. No tenía chíchara.
Nunca hubiese creído de no haber visto. Me acerqué a la nevera; tomé la olla, la
abrí. Estaba parte del caldo pero no ralo, pero sin chícharas. El caldo estaba sí, en la olla
casi de modo pecaminoso adulterado por diez o doce cucarachas fatulas. Ahí, abrí la boca
y empecé a vomitar. El vómito fue continuo hasta llegar al hospital.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 53
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Pedí, exigí, rogué que me lavaran el estómago. No pudieron hacerlo. No había
gomas… ¡¡Era el colmo!!
3-Mi Gran Cita de Amor-Tenía por fin una cita. Saldría con una joven guapísima
que se había mudado, hacía dos meses, al lado de mi casa. Todo lo tenía planificado.
Sería la cita perfecta. Llevaría la mejor ropa, pero antes, un baño con agua tibia. Estaba
yo en la ducha. Cantaba de felicidad, cuando se quebró mi voz, salió de mis entrañas un
sonido agudo. No, no era un gallo de adolescente. Era un ¡¡Socorro!! En la puerta del
baño, cerca de la cerradura había una enorme y horrible cucaracha. No podía escapar de
allí. Sentí que me asfixiaba. Cómo salir si para hacerlo tenía que abrir la puerta y en ésta
estaba ella, la cucaracha, así que comencé a gritar.
Los gritos llenaron el vecindario; salió la gente al balcón. Entre los curiosos
estaba Desireé, la joven vecina, con quien tenía la cita. La cucaracha bajó de la cerradura
y no sé cómo pude abrir la puerta. Al abrirla, salí corriendo como alma que lleva en sus
entrañas un pánico atroz a las cucarachas y me salí al balcón. De repente, todos los
vecinos que observaban desde los balcones abrieron sus bocazas y dejaron escapar sus
risas.
La crueldad de la gente no tiene límites. Cómo era posible que se burlaran de lo
sucedido. Yo temía a las cucarachas; otros a los ratones; otros a las serpientes, arañas,
gatos, perros, qué sé yo. Por eso no veía nada de gracioso que se rieran de mí. Cuando de
momento, la voz aguda de la imprudencia infantil de un niño de siete años rompió la
risería. El niño dijo a viva voz:
-¡Oye, mami, ese muchacho está desnudo en la calle!
TIPOLOGÍAS OCULTAS 54
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
-¡Santo Dios! ¡Qué vergüenza! La risotada no fue por lo de la cucaracha o la
gritería que monté en el baño, sino porque salí como flecha y me paré en medio de la
calle con atuendo poco original: un traje de Adán, no muy elegante, enjabonado aún y a
medio bañar. Comencé a sudar, pero el sudor se convirtió en escalofrío cuando vi entre
los vecinos a la joven Desireé. Definitivamente se canceló la cita.
-Estas tres experiencias negativas en décima potencia son más que suficientes
para llevarlas al doctor Compete- pensó Bustamante Girón, cerrando sus ojos para
quedarse dormido.
El pensamiento vuela y con él los días. Llegó la visita al doctor y el enfermo y
cucarafóbico protagonista de nuestra historia se presentó a la consulta. Relató con
detenimiento las experiencias que ya conocemos y guardó silencio para escuchar al
doctor.
Dr. Compete- Ciertamente, amigo, usted arrastra el mal de la cucarafobia.
Prosigamos, pues, el tratamiento que lo liberará de esta fobia. Según mis estudios, las
fobias a los animales comienzan, por lo general, en la infancia cuando hay un encuentro
aterrador. Así que lo someteré a una confrontación con su pasado mediante la hipnosis
para descubrir la raíz del problema. ¿Está usted de acuerdo?
Bustamante Girón- Sí, doctor, haré lo que sea para curarme.
Dr. Compete- Bien, pues primero firme aquí. Esto es una declaración que me
releva de toda responsabilidad. Usted sabe con tantas demandas por Impericia médica o
sea “Mal practice” tengo que protegerme. Bueno, comencemos. Recuéstese aquí.
Relájese y trate de concentrar su vista en este reloj. Es un reloj muy fino de oro 24.
Relájese, concéntrese. Concéntrese, relájese…
TIPOLOGÍAS OCULTAS 55
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
OJO: NOTA DEL AUTOR:
Eliminamos los detalles para no aburrir al lector.
Damos por hecho que ya se relajó y se concentró. Seguimos. ¡Ah!, otra
aclaración, abreviaremos los nombres de los personajes para no cansar. Bien, ahora sí
seguimos.
D.C.-Dígame qué edad tiene ahora.
B.G.-Tengo tres años.
D.C.-¿Con quién vives?
B.G.-Con mis padres.
D.C.-¿Qué piensas de las cucarachas?
B.G-¡Oh! son graciosas.
Mami canta una canción que dice: “La cucaracha, la cucuracha ya no puede
caminar porque le falta, porque le falta una patita de atrás.” Es gracioso.
D.C.-¿Por qué te parece gracioso?
B.G.-No sé, pero habla de que le falta una patita. Sabe, le pregunté a mami que
cuántas patitas tenía una cucaracha y me dijo que seis. Yo conozco gente que caminan
con una y ¿Por qué no puede entonces caminar una cucaracha si le falta una patita de
atrás? Le quedan cinco patas; por eso es cómico.
D.C.-Bueno, relájese. Ahora piense que tiene cinco años. Sí, cinco años. A ver
¿qué cree de las cucarachas ahora?
B.G.-Son curiosas.
D.C.-Curiosas, ¿Por qué?
TIPOLOGÍAS OCULTAS 56
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
B.G.-Porque el otro día había una corriendo por la pared y yo le fui a pegar con la
mano. En vez de correr se acercó a mi mano. Mami me regañó porque dice que las
cucarachas son fochi, caca y que no debo aplastarlas con la mano, sino con el pie. Así que
el otro día vi una y traté de aplastarla; esta vez con mi pie. La cucaracha en vez de huir se
acercó corriendo al pie. Es como si quisiera averiguar quien la quiere aplastar. ¡Ja!, ¡Ja!,
¡Ja!
D.C.-Tranquilo. Vamos a ver. Piensa ahora que tienes ocho años. Ocho años,
ocho…¿Qué crees de las cucarachas?
B.G.-Son una porquería y las odio. El día de Halloween yo quería llevar el disfraz
más divertido de la escuela; pero la abuela me hizo uno… ¡Guácatela! ¡Feo, feo de
verdad! ¿Tú sabes de qué era?
D.C.-No, de qué.
B.G.-Era el disfraz de una cucaracha y cuando me lo puse parecía una cucaracha
gigante. Pensé que quizás les gustaría a la gente de la escuela, pero cuando me vieron se
echaron a reír. Empezaron a correrme con la escoba y a gritar, ¡Hay que matar al
cucarachón! ¡Muerte a la cucaracha! Sentí miedo y vergüenza. Al otro día, y de ahí por
siempre, me pusieron el nombre de “Cucarachón, Amante de la Cucarachita Martina.”
D.C.-¿Eso te molestó mucho?
B.G.-Sí y salía soñando con cucarachas gigantes iguales a las del disfraz que hizo
la abuela. ¡No soy una cucaracha! ¡Lo juro, lo juro! ¡No soy cucaracha!
D.C.-Ya, ya tranquilo. Descansa. Vamos descansa. Todo eso pasó ya. Yo sé que
no eres cucaracha. Abre los ojos. ¡Vamos despierta!
B.G.-¿Qué pasó doctor?
TIPOLOGÍAS OCULTAS 57
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
D.C.-Bueno, después le ofreceré un informe detallado y copias de las grabaciones
realizadas durante el proceso hipnótico. No quiero que se alarme con lo que le voy a
decir. Usted teme a las cucarachas desde los ocho años. En sus primeros años amó las
cucarachas, luego las odió, luego les tuvo y tiene terror. Su mayor miedo es que teme
convertirse en una cucaracha gigante por un complejo de inferioridad infundido por sus
compañeros de infancia. Para remediar esto debe enfrentarse a su enemigo.
B.G.-Pero, ¿Cómo?
D.C.-Elemental. Haga que alguien coja una cucaracha de las más grandes y la
deje viva. La debe encerrar en un envase de cristal. Usted todos los días por la mañana
mirará la cucaracha un largo rato. Luego se mirará usted al espejo y dirá una y otra vez:
“No soy una cucaracha; no soy una cucaracha…”. Le aseguro que al hacerlo se
desintoxicará de esa fobia.
B.G-¡Gracias, doctor, gracias!
D.C.-Bien, dele también las gracias a mi secretaria que le dará la cuenta…
El doctor, pensó que había triunfado. Se vio a sí mismo como el doctor
“Killdare”. Se vio a sí mismo como el héroe de la psiquiatría moderna. Pero quedó
atónito cuando seis meses después recibió la siguiente carta:
22 de diciembre de 2008
Doctor Compete:
Quien escribe esta carta fue paciente suyo. Padecía de cucarafobia. Estoy curado gracias
a las maravillas de la ciencia. Sólo tengo un problema: Mi vida ahora como cucaracha es más
difícil que la vida de perro que llevaba cuando era hombre. Por eso y como las cucarachas que me
rodean son más grandes que yo y más listas; he decicido liberarme para siempre. Adiós doctor y
gracias.
Cucarachón, Amante de la Cucarachita Martina,
Alias Bustamante Girón.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 58
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
P.D. Busque la esquela en la sección de Obituarios.
El doctor anonadado buscó la esquela en El Mundo. No la halló. En El Nuevo
Día. No la halló. En El Vocero. La halló y decía:
Notifico a todos mis amigos que según
investigaciones realizadas, las cucarachas
que tienen complejos de inferioridad,
porque son atacadas por las más grandes,
mueren aunque los ataques no sean mortales.
Mueren de muerte autoprovocada. Por tanto, ya
que son tantas y tan numerosas las cucarachas
más grandes que yo. Ya que siento que me atacan.
Ya que me miro al espejo y veo las cucarachas
y no veo gran diferencia. Yo Cucarachón,
Amante de la Cucarachita Martina, Alias
Bustamante Girón, se despide de ustedes
hasta la próxima aventura cucarachil en el
más allá; donde seguramente (como Dios no las
creó conforme al Génesis) yo sea la única cucaracha.
.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 59
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
VV
TIPOLOGÍAS OCULTAS 60
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
EELL HHAACCEEDDOORR DDEE MMIILLAAGGRROOSS
Con sólo alzar las manos y pedir al cielo, Moisés hizo llover maná. Sí, pero él
¿Qué podía hacer? Estaba hastiado de ver tanta pobreza, tantos rostros descoloridos por
culpa de la anemia, leucemia y la tisis cariñosa que contagiaba a medio mundo. Las
estampas que veía a diario parecían cuadros del siglo pasado. Quién diría que en pleno
siglo XXI todavía haya quien pase hambre. Hambre de pan, no sólo de leche y miel;
hambre de tener hogar y cosas; hambre de sueños.
Este médico que se había enlistado en misiones soñó también el sueño de los
idealistas: Salvar al mundo, sanar a los enfermos, proveer de todo a los que no tienen
nada. Ya hoy, siete años después de su llegada a Bangladesh, no tenía tiempo para
sueños. Veía a diario a niños enfermos, cuerpos desnutridos, almas sin luz, rostros sin
vida, labios sin sonrisas.
El pequeño hospitalillo siempre lleno como el mismo día de su arribo a la India.
Filas inmensurables, horas de largo empeño luchando por salvar una vida que estaba ahí
tan solo por un milagro. Al principio no sólo tuvo esperanzas, sino la certeza de que la
vida mejoraría. El trataría de cambiarla. Se consagró a curar heridos y como misionero
fue boca de Dios, profeta que anuncia justicia.
Los últimos días del mes se arremolinaba la gente en el centro de la misión, era el
día de entrega. Se les repartía arroz, leche, ropa, zapatos, medicinas… El médico
garantizaba entonces la pronta recuperación de muchos, porque el reflejo rosado de los
rostros famélicos se traducía en esperanza. Sin embargo, un día de entrega no era
suficiente. A muchos dejó de ver por días, para luego hallarlos en la iglesia como
TIPOLOGÍAS OCULTAS 61
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
protagonistas de un súbito responso y un deceso no anunciado. La muerte les sorprendía
igual, a pesar de haber recibido el arroz, la leche, la ropa, los zapatos, las medicinas…
El médico-misionero buscó alternativas. No podía depender del día de entrega; así
que les enseñó a sembrar, a cosechar… Pero el mal seguía. ¡Era inevitable ese aguijón de
enfermedad, hambre y muerte! La trilogía infernal, la blasfemia a la justicia; seguía de
pie mientras los demás dejaban sencillamente de respirar. ¿Qué más podía hacer? La idea
fue buena, pero eran muchos y la cosecha, poca. Si pudiera inventar una vacuna que
erradicara el hambre; que liberara el alma del cuerpo enfermo; pero no podía, no sabía
hacer milagros. ¡Si todo fuera más fácil!
El dolor del misionero arreciaba cuando no le llegaban a tiempo las medicinas
para sus enfermitos; cuando los veía marchar al son de la muerte en una sinfonía eterna.
Siempre morían, morían siempre, siempre… No podía comer en paz sabiendo que tantos
quedaban hambrientos. Día tras día, como ellos, comía menos. Buscaba a quien darle su
sustento, a quién darle su pan. Aún así, no podía hacer milagros, era sólo un médico, sólo
un pobre misionero, un extranjero más en la India. Sentía paz al hablar con Dios, al
hablarle a Dios de sus hermanos enfermos, de sus hermanos hambrientos. Oraba y
trabajaba y en su quehacer, no se sabía cuándo hacía lo uno u otro. Su trabajo lo hacía a
voces del Padre Nuestro y su oración, las cuentas de su rosario se convertían en el rostro
del niño sediento, del hombre cojo, de la madre muerta. Se le veía a diario con el suero en
la mano, la inyección dispuesta, el arroz en la diestra, la leche en el biberón para la recién
nacida que se quedó sin madre. Oración y trabajo; trabajo y oración, no importaba el
orden, pues esto no alteraba el producto. El producto era sólo el amor. Amor que
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DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
descuajaba los montes de la India para unir culturas, razas, lenguas, almas; muchas
almas…
Siete años había pasado allí. Siete años y ya no soñaba. Trabajaba, caminaba,
enseñaba, oraba y oraba… No tenía tiempo que perder.
La dinámica del trabajo y la oración se entrelazaba con la experiencia de amor y
muerte. Sin embargo, a pesar del cansancio, al final de ese día se sintió satisfecho. Era el
séptimo día de la semana mas no había descansado. Entre uno y otro enfermo, tuvo la
oportunidad de ver la caída del sol. Sintió una gran paz. Tocó su bolsillo y tomó entre sus
dedos lo que un niño de siete años (también siete, pensó) le había dado. Lo palpó. Era un
saquito que contenía granitos de arroz. Sí, la segunda gran cosecha del año. El niño se lo
ofreció en gesto de amistad. El mismo los había instruido en la siembra y ahora veía la
cosecha. Tomó su pañuelo. Secó su frente sudorosa. Miró al cielo. Era de noche. Alzó los
brazos. Dio gracias. Dio gracias alzando las manos y mirando al cielo.
Mañana será otro día, pensó, y oró al Padre porque sabía que solo no podía hacer
nada. Era sólo un médico, sólo un misionero, sólo un hombre en la India. Sin Él, sin
Dios, no podría hacer milagros…
TIPOLOGÍAS OCULTAS 63
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
VVII
TIPOLOGÍAS OCULTAS 64
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
GGUUIIÓÓNN::RREEGGAALLOO DDEE UUNN PPEERRDDEEDDOORR
Lalo- ( Declamando ) ¡Loco, loco que me digan loco! Que me encierren en un cuarto de
trece llaves, por trece meses, por trece años, por trece rosas. Rosas, Rosas, Rosas en mis
manos crecen.
Juan-¡¡Ajá!! ¿Rosas? (En tono burlón y cantando) Rosas, Rosas, tara, ta, ta, tará…
¿tara?…
Lalo-¡Loco, loco que me digan loco!
Enfermera Smith-¡A ver Lalo ya está bien! Me vas a volver locos a los demás. Ya es
hora de dormir, vamos, vamos Lalo a dormir.
Lalo-Pero enfermera Smith, no ve que la poesía es una cosa fenomenal lo mismo pal´de
allá que pal` de acá.
Enfermera Smith-Esa frase como que la he oído antes. No sé si la he oído o ¿la habré
leído? Sí, la leí creo que en una revista. En Vanidades o algo de eso. En uno de esos
papeles que dan por ahí; sí, en uno de esos papeles.
Juan-(Cantando de nuevo). Papeles tan solo papeles, la vida es como los papeles. Tan
solo papeles mantienen unidas…
Enfermera Smith-Ahora, ¿Tú también? ¡Me salvé yo ahora! ¡Quién me manda a aceptar
estos turnos matariles!
Lalo-(Cantando) Matarile-lire-rón, ambo sado, matarile-lire-lire, ambo sado, matarile-
lirerón.
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DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Enfermera Smith-¡Oh, no! Ya basta. ¡A dormir los dos! Mañana hablarán y cantarán.
Hoy es tarde.
Lalo-Enfermera Smith, enfermera…
Enfermera Smith-¿Qué Lalo? ¿Qué pasa ahora? Vamos, vamos ya.
Juan-(Del fondo se oye cantando). Vamos, vamos, vamos a ver; vamos a ver al Recién
Nacido; vamos a ver al Niño Emmanuel…
Enfermera Smith-(Con voz dulce) ¿Qué quieres Lalo? ¿Qué?
Lalo-Prométame que mañana me las traerás. Por favor enfermera. Es que, sino se me
acaba el poder mágico. Se me pierde la magia ¿entiendes?
Enfermera Smith-Está bien, mañana te traeré los lápices de colores y también papel.
Ahora debes dormir. Por favor, Lalo, sé bueno.
Lalo-Gracias, enfermera Smith, gracias.
Juan-Enfermera Smith, ¿traerá papeles mañana?
Enfermera Smith-Sí, ¿también tú quieres dibujar?
Juan-(Riéndose estrepitosamente). ¡No qué va! Pensé que los papeles eran para usted
escribirme. Usted es la maquinilla Smith Corona ¿oh no? ¿Oh será Henry Corona? No,
ése es el de los bizcochos del Canal 13. Sí, sí. (Cantando) papeles, tan sólo papeles…
Enfermera Smith-¡Ya a dormir! Mira sigue el ejemplo de Lalo que se acostó tranquilo.
Juan-Lalo, Lalo; Lalo, Lalo loco corre que te come el Coco. Lalo no corras poco, corre
porque viene el Coco. Corre, corre Lalo loco que ese Coco que no es tonto no perdonará
a ese loco.
Enfermero Luis-¿Se durmieron?
TIPOLOGÍAS OCULTAS 66
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Enfermera Smith-Durmiéndome estoy yo. Es la última vez que acepto hacer guardia a
esta hora.
Enfermero Luis-Hora de tomarnos un café antes de que se despierten los otros.
Enfermera Smith-Los otros viven mejor que tú y que yo. Aquí no piensan en nada. Se
les da todo.
Enfermero Luis-Todo parece poco cuando le patina a uno el coco.
Enfermera Smith-¡Ni hablar! Lo malo se pega. Mira, tú ya hablas como uno de ellos.
Enfermero Luis-¡Yo no! quien está peleando por el turno eres tú; no yo.
Enfermera Smith -Ganaste, Luis, vamos a tomarnos el café. A esta hora acepto todo lo
que me digas. Te lo creo todo, te doy la razón en todo. Creo sin pruebas, creo sin ver.
Está bien, acepto que yo soy la que ya hablo como ellos; pero ya.
Enfermero Luis-¡Ya basta! Que el café está allí solito en la cafetera esperando por
nosotros.
Enfermera Smith-Nosotros somos más locos que éstos.
Enfermero Luis-Pobrecillos infelices, hijos de la nada y del olvido.
Enfermera Smith-Ni demonios siquiera, pues, al menos los demonios piensan.
Enfermero Luis-Son menos que niños. Fetos adultos encerrados en camisas de fuerza.
Enfermera Smith-Gracias a Dios que hoy sólo hablaban. No estaban violentos por los
menos.
Enfermero Luis-Su violencia nos mantiene despiertos, pero su inercia y su infantilismo
enfermizo me embrutecen.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 67
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Enfermera Smith-Se embrutece cualquiera en este sitio “dizque de recuperación”.
Etiqueta que calla las conciencias de los que tienen de todo, pero que no pueden
reconocer o decir a sus amigos “cachendosos” que tienen un hijo o una hija locos.
Enfermero Luis- O un hermano, o padre o madre, padrastro, madrastra, abuelo, abuela,
tío, tía…
Enfermera Smith-¡Chico ya! Olvídate de eso y sirve ese café.
Enfermero Luis-Sirvámoslo presurosos (en tono burlón) a su chief y directora de
enfermeras la señorita Smith.
Enfermera Smith-(Hace reverencia, también en burla). Gracias, gracias, gracias.
Al día siguiente la enfermera Smith cumplió lo prometido. Entregó a Lalo una
caja de lápices de colores y una libreta de dibujo. De todos los enfermos, Lalo era su
consentido. No sabía porque, pero despertaba en ella una gran ternura. Ese Hombre-
Niño-Feto tenía treinta y tres años cronológicos. Había perdido la razón hace trece años.
El historial clínico señalaba que su demencia se debía a la pérdida de su novia. Ella murió
irónicamente en medio de un Concierto de “Rock”. En pleno concierto un fanático se
lanzó al escenario a fotografiar al guitarrista. Éste le atinó un rudo golpe y esto desató
una conmoción en el público. La gente se volvió loca y comenzó la transmutación. Los
jóvenes se tornaron en fieras; el concierto se convirtió en batalla. Lalo trató de rescatarla
de la multitud que avanzaba y avanzaba. Todo fue inútil. Murió atropellada por la gente.
Desde entonces, la mente de Lalo se cerró. Se negó a sí mismo la oportunidad de crecer y
de ser hombre. Se culpó a sí mismo por la muerte de ella. Prefirió por eso escaparse a la
etapa más feliz y plácida: LA NIÑEZ. Lalo quiso en su locura conservar la quimera de la
felicidad. El concierto de “Roses” mató al Lalo real y engendró al Lalo detenido en el
TIPOLOGÍAS OCULTAS 68
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
tiempo. Un Lalo en eterna e infinita retrospección. Pero la furia del recuerdo hacía
florecer en Lalo al otro Lalo; al Lalo-malo-loco, que en ataques de ira sacó a sangre fría
los ojos del compañero de celda. Los descuajó sin piedad.
Enfermera Smith-Pero ¿Cómo ocurrió? ¿Con qué lo hizo?
Enfermero Luis-Con los lápices de colores que le regalaste.
Enfermera Smith-¡Oh, Dios mío! ¿Por qué, por qué…?
Enfermero Luis-Sólo gritaba que el otro era un fisgón, que te estaba ligando, que se
fingía loco para mirarte de cerca. Cuentan que el otro sólo cantaba y que Lalo se
desesperó aún más y comenzó a increparlo diciéndole una y otra vez:
-“¡Cállate! ¡Cállate! No ves que no puedo ver a nadie cantar”. Entonces le
sacó súbitamente los ojos.
Enfermera Smith-No sé que es más irónico; si que le sacará los ojos por cantar o por
mirarme. ¿Mirarme?
Enfermero Luis-Cálmate, no fue culpa tuya.
Enfermera Smith-¿Qué van a hacer con Lalo?
Enfermero Luis-La familia ha decidido enviarlo a un sanatorio en Nueva York. Dicen
que ahí sí, sabrán cuidarlo.
Enfermera Smith-Lo que buscan es deshacerse de él. Quieren tenerlo más lejos.
Enfermero Luis-Sabrá Dios. Uno nunca sabe. Esta gente mientras más tienen más
quieren y Lalo no puede ser para ellos un miembro de la familia. Tú entiendes. Es una
tara para su buen nombre.
Enfermera Smith-¡Me dan asco!
Enfermero Luis-Asco, pena, risa, miedo ¡Qué más da!
TIPOLOGÍAS OCULTAS 69
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Enfermera Smith-Mucho da, porque Lalo es la víctima.
Enfermero Luis-Víctima fue al que le sacó los ojos.
Enfermera Smith-Yo sé lo que te digo. Conozco a Lalo desde que llegó aquí.
Enfermero Luis-Desde que llegó no; será desde que lo trajeron. Para mí es igual que los
otros. Todos son locos, son unos perdedores. Sólo me dan lástima.
Al tercer día de lo sucedido Lalo tenía todo listo para su traslado. La familia no
pudo acercarse al sanatorio lujoso del que hemos hablado. Enviaron a su abogado. Lalo
se acercó a la ventana y colocó allí un papel. El calor hacía de las suyas, pero aún así
soplaba con brío el viento. Se movía rítmicamente, la hoja en la ventana. Se lo llevaron a
prisa como si hasta el sol se avergonzara de verlo. La enfermera Smith quiso despedirse
de él, pero ya se había marchado. Se acercó a la ventana, y descubrió el papel. Lo
desprendió con mucho cuidado. Era un dibujo hermosamente trazado. Era el autorretrato
de Lalo. Captó la esencia de todas sus facciones. Era el retrato del Lalo-Niño-Lalo-
Hombre, el Lalo-Nacido, no feto. En una esquina del papel se podía leer:
“Este soy yo, Lalo Loco quien Ama mucho aunque lo Amen poco. Me
quedo aquí, enfermera Smith. Me quedo en la ventana para que me
vea desde adentro y yo la cuidaré desde afuera. Gracias por los lápices
de colores, pintan muy bonito ¿lo ve?”
La enfermera sonrió y murmuró para sí misma: -“Ya lo veo, Lalo, pintas muy bien. ¡No
eres un perdedor! ¡No lo eres!”
TIPOLOGÍAS OCULTAS 70
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Desprendió el dibujo, lo observó de nuevo, abrió la ventana y lo dejó volar. El
papel en vuelo tomó la forma de una paloma, una paloma blanca. A lo lejos resonó el eco
de una voz; la voz de Lalo que parecía decir: -“Gracias, enfermera Smith, gracias…”
TIPOLOGÍAS OCULTAS 71
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
VVIIII
TIPOLOGÍAS OCULTAS 72
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
PPAARROODDIIAA:: UUNN EESSCCRRIITTOORR YY SSUU CCOONNCCIIEENNCCIIAA
Qué difícil se le hacía escribir en una página en blanco. Sí, completamente pura y
libre de prejuicios. Una página en blanco sin rastro de pasado, ni luces de futuro. Una
página en blanco…
Esa es sin duda una tragedia, porque como todo; este oficio de escribir también
tiene sus días tristes, malos, grises y falsos. Por eso, en esos días; sí es difícil escribir.
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-¿Difícil?
No hombre, si el escritor escribe lo que quiere. Lo
que le venga en ganas escribir y hasta es posible que
después de varias obras maestras pueda terminar su novela
con una palabra tan sígnica como ésta: ¡Mierda!
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No podía cerrar sus ojos tenía que tomar el lápiz y ponerse a trabajar. Era una
misión armonizar tantas palabras bellas y plasmar en esa página en blanco su vida entera.
Entregarse toda a la creatividad del artista, divagar en notas rubendarianas por esos
paisajes de “azur” y ser princesa de “Sonatina”. ¿Por qué no? La princesa que espera y
suspira con los labios de fresa… Que ha perdido la risa y el color…
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-Que ha perdido el ánimo porque es mucha la espera.
Esta vida de poeta novelista o cuentista no paga. Escribir
es una analogía al crimen, no publicarán tus cuentos ni
TIPOLOGÍAS OCULTAS 73
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
siquiera en inglés en El San Juan Star. Qué va, hasta para
escribir se necesita tener palas. Siéntate a esperar.
Siéntate.
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Esos sueños dorados de verse escribiendo un “Best Sellers”, de enderezar
entuertos por medio de su crítica social. Sueños infinitos como red de Penélope
adolorida. Sueños de barro y de sal. Sueños semejantes muchas veces a la incómoda
brizna que invade la privacidad del ojo y nos hace impotentes visuales en cuestión de
segundos. Sueños de un incipiente escritor.
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-¿Incipiente? M´hija, pero si cumples cincuenta y
tantos años este mes. Bueno ¿para cuándo piensa llegar el
éxito? Si no te apuras, ni Tutancamen.
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No era fama, ni renombre a lo que aspiraba. Su afán era comunicarse. Abrirse a
los horizontes del mundo, recrear el espacio, recontar las estrellas. Reencontrarse con
ellas en una constelación infinita de fondos y formas representados en la palabra escrita.
________________________________________________________________________
-Mejor es encontrarse con la página en blanco o con
las estrellas que encontrarte con amistades de antaño que
se han convertido en especialistas del oportunismo. Sí, a
pesar de que no eres “El Gabo”, ni Vargas Llosa; ni tu
popularidad llega a tanto; el otro día me enteré de que te
TIPOLOGÍAS OCULTAS 74
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
llamó un condiscípulo que cursó contigo el cuarto año de
Escuela Superior. En aquel entonces, si te saludó, ni me
acuerdo. Pero ahora ¡Después de casi veinte años! Qué
ironía, recuerda que eras la mejor de la clase de español y
que necesita tu ayuda. Tu ayuda implica ($$$). Los
escritores también comen. ¡Oh, sí! Pretendía que le
tradujeras al español una información y que le escribieras
al español un folleto explicativo acerca de una nueva dieta
basada y que en unas galletitas nutritivas. Todo esto nada
más y nada menos que gratis. ¡Bueno en recuerdo a la “gran
amistad de años que les une”! Años de olvido es mejor…
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El oficio del escritor se transforma en sacerdocio, oblación que concilia la
historia, la vida y la imaginación. Todo para recrear, explicar, entender y compartir con
los lectores.
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-¿Los lectores? ¿Lectores de qué, del Vocero, El Nuevo
Día o el Nuevo Mundo? Es que aquí se lee muchas veces a lo
loco: En el carro frente a la luz roja, en el consultorio
de un médico o… (en el baño). Y para el colmo hay lectores
que a la vez quieren auto proclamarse escrito-res y de ahí
las famosas cartas en “La Voz del Pueblo”, “Cartas del
lector”, etc. Lectores que asumen el papel del autor y
TIPOLOGÍAS OCULTAS 75
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
solamente lo hacen para enjuiciar ridículamente a los
verdaderos escritores. Lectores seudo-autores que se
autoproclamen críticos de arte. ¡Hum! ¡Qué criticones!
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El escritor se enriquece con experiencias de sus contemporáneos y de la vida y
busca sin más, plasmarlas en la obra para reflexionar ficticiamente acerca de ellas.
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-¡Se enriquece no! Será se empobrece porque tú has
empeñado todo para poder publicar tu primer libro. Hasta
tuviste que pagar tú misma todos los trámites del “Copy
Right Jíbaro” en el Departamento de Estado: Anuncios en el
periódico, certificaciones, declaraciones juradas y…
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Los que aman su lengua se desdoblan en todas sus facetas y dan a la luz su obra
como dio a Sancho sus sueños, nuestro amigo Quijote. El estado de gravidez puede durar
largos meses, pero al nacer la nueva criatura (el libro) todo es maravilloso. Un todo con
principio, rara vez con un final.
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Con un principio y final. Creo que por hoy debes
quedarte con el final de la página en blanco porque has
pasado las de Caín y digo como Martín: “Ay Dios mío
pa´escribir en este mundo mejor que te lleve el demonio!”
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TIPOLOGÍAS OCULTAS 76
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
¡El escritor no claudica jamás!…
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-¿Quién dijo?… ¿A caso eso lo escribió algún pendejo?
TIPOLOGÍAS OCULTAS 77
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
VVIIIIII
TIPOLOGÍAS OCULTAS 78
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
UUNN DDÍÍAA SSIINN AAIIRREE
Los días de lluvia entristecen a mucha gente. Esperar un autobús en días como
éstos es aún peor. El olor a humedad, a tierra mezclada con el vaho de los carros, la
gasolina; y todo a su vez como primicia a los múltiples olores de quién sabe Dios que
gente, en el apretujamiento de una guagua que se acerca.
Todos los días, fueran de sol o de lluvia, transcurrían igual:
Suena el reloj: 5:00 A.M.
Se levanta.
Llega al baño para el ritual cotidiano en donde se abrazan: dientes,
pasta y cepillo (no faltará el Listerine).
Prepara el café. Lo bebe a prisa y entre sorbo y sorbo se maquilla, se
viste, se peina.
Camina hacia la puerta y se dirige a la parada.
Allí, la espera de todos los santos días. Para luego ver la guagua, luchar por algún
asiento y ver lo mismo: ¡La misma gente, la misma prisa, la misma escena!
Al llegar al trabajo, se acerca al escritorio; coloca en el cajón de la derecha la
cartera; se acomoda en la silla y busca en la bandeja el pan de cada día (cartas,
documentos legales, borradores mal hechos que deberá corregir antes de pasarlos a
maquinilla). El tiempo apremia y no coge el “coffee break”. Debe acumular puntos con el
jefe para ver si mejora el bono de navidad de este año. El del año pasado a penas le dio
TIPOLOGÍAS OCULTAS 79
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
para regalarse a sí misma un libro de poemas que compró en el pulguero (sí, ahí también
venden libros).
Al terminar la mañana, llega el almuerzo. Cesan por arte de magia los teclados de
todas las computadoras y cada cual se da a la tarea de ejercitar las dos mandíbulas que
Dios les dio (San Pedro se las bendiga) y degustar entre lamentos borincanos una “Pepsi”
de Dieta, o una batida “Slim Fast” o tal vez unas galletas saladitas con un antipasto ciego,
hecho especialmente para gorditos que se abstienen y se obligan a una hambruna rigurosa
por las apariencias y el qué dirán.
El calor se hace entonces insoportable y alguien lo nota. Lo que faltaba: ¡Se dañó
el aire acondicionado! La mayoría sonríe pues están a la espera de que los despachen.
Ella levanta la vista, se pone de pie y se acerca al escritorio. Le preocupa su matita de
pascua, la que compró frente a “Marshall´s”.
-¡Bendito ésta se me va a justas con este calor!
Pensó en voz alta, al mismo tiempo en que se decidía a buscar remedio a la
situación. Se dirigió a una pequeña ventana, junto al lado de su escritorio y la abrió.
Colocó en el borde la flor de pascua. Ya que la ventana estaba abierta ¿por qué no? Miró
hacia abajo. Vio la calle, la gente corriendo como de costumbre, un niño con su bicicleta,
el perro vagabundo sarnoso de todos los días, el vendedor de periódicos, el camión de la
basura, la basura misma en el suelo y fuera del zafacón, la acera, el semáforo en rojo. El
rojo, ese es el color de la Navidad. Roja también era su pascua y no quería que se le
marchitara. No podía echarse a perder antes de lucirla en la oficina. Le costó $6.99,
¡Sería una pena!
TIPOLOGÍAS OCULTAS 80
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Al mirar la pascua, fijó su vista en el pretil de la ventana y vio para su sorpresa
algo que de seguro nadie había descubierto. Era un nido. No sabía si de reinitas, gorriones
o qué, pero era un nido. Sacó aún más la cabeza y lo observó de cerca. Era un nido
común, como todos; sin embargo, sintió curiosidad de que estuviera ahí quién sabe desde
cuándo y que de no haber sido porque se dañó el aire y ella abrió la ventana, tampoco lo
hubiese visto. Siguió observándolo y escudriñó con la vista su interior. Había en él tres
pequeños huevecillos. ¡Qué maravilla! Tres gorriones, tres reinitas o tres pajaritos
cualesquiera que fueran; nacerían antes de Navidad y estarían volando ya para el próximo
año. Su instinto maternal se activó y se imaginó a la mamá gorrión o reinita, cuidando
celosamente a sus crías. Tres pajaritos próximos a nacer en Navidad.
No sabe por qué, pero decidió llamarlos: Melchor, Gaspar y Baltazar. Sonó el
teléfono; se percató de la hora (1:03 P.M.). Había pasado el almuerzo. El aire estaba aún
descompuesto y la gente seguía sudando. Se oyeron voces:
-¡Nos dieron la tarde!
-¡Mira, que nos vamos porque aquí con este calor hoy no se puede
trabajar!
Ella miró nuevamente por la ventana. Decidió cerrarla en silencio. No contaría a
nadie lo del nido. Agarró su cartera y a su vez cogió la flor de pascua. Mañana será otro
día, pero a partir de mañana, todos los días abrirá, aunque sea un segundo, la ventana para
saludar a Melchor, a Gaspar y a Baltazar.
Llegó a la parada de guaguas. Esperó. Al llegar a su casa la vio diferente. Tenía
que poner un arbolito este año. Mañana lo compraría. Recordó que tenía mucho que
hacer, sí, pero no lo haría a la prisa. ¡No más a la prisa! Se sentó en la butaca de la sala y
TIPOLOGÍAS OCULTAS 81
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
sobre la mesa del teléfono halló el libro de poemas. Aquel que compró a buen precio. Lo
abrió. Comenzó a leer. Entre verso y verso recordó los huevecillos. Los tres huevecillos,
los tres Reyes. Continuó leyendo y comenzó a vivir…
TIPOLOGÍAS OCULTAS 82
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
TIPOLOGÍAS OCULTAS 83
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
IIXX
TIPOLOGÍAS OCULTAS 84
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
RREETTRRAATTOO DDEE UUNN EECCLLIIPPSSEE
Sé que te has sentido alguna vez como me siento hoy. Quieres gritar; sí, gritar a
boca de jarro y cuando al fin te decides, ¡puff! no sabes qué gritar. Te has quedado muda,
absorta y de repente, decides igualmente callar. ¡Qué más da! ¿Para qué gritar y hablar a
nadie de lo mismo? ¿Para qué?
Te acuestas sola y con unas terribles ganas de llorar, de llorar amargamente.
Recuerdas las frases de Cristo, el Nazareno, y sin poder evitarlo dices muy bajito:
“¡Abba!, Padre ¿por qué”… No terminas porque sientes ya el rodar de una lágrima.
Siempre, intrusas lágrimas que te obligan a levantarte porque no soportas que se moje la
almohada. Sabes lo desagradable que es recostar tu mejilla en una almohada húmeda.
Sabes que te veo correr al baño, halar bastante papel sanitario para secar las futuras
lágrimas intrusas. El llanto es para buen rato. No, no pienses que es blasfemia hablar del
dolor de Cristo, de las palabras bíblicas y mencionar el modo tan sencillo en que secaste
tus ojos humedecidos por el llanto. El dolor es algo natural y tú sabes que Cristo no se
molestaría contigo si confesaras a alguien cómo secaste tus lágrimas. Bueno, ya, tranquila
por eso ¿bien?
Decides pues, seguir llorando, pero siempre bajito. Sí, bajito. Sientes, sin
embargo, que hasta las paredes oyen tu llanto. Paredes que parecen crecer en las noches
de pena. ¡Es que han de estar saturadas de escuchar el llanto de tantas gentes…!
TIPOLOGÍAS OCULTAS 85
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Y piensas gritar y gritar, pero no. Entonces te decides a llorar un poquito más;
pero ahora se acerca tu perro. ¡No puede ser!, otro intruso. En medio de tu pena, en la
oscuridad del cuarto te pega su nariz también húmeda y se queda como un animal
disecado, momificado, ¡no!, petrificado. Como ve que sigues llorando decide llamar tu
atención y te roba el largo pedazo de papel de baño que tenías de reserva para la otra
sesión de llanto. Lo increpas –“No, no. Lo traje para mí”- pero, sonríes; das gracias a
Dios que al menos tú tienes perro. A pesar de esto piensas: -Si los perros hablaran. Si de
verdad la fantasía hiciera posible que con un beso de triste princesa, se trocara en príncipe
el cuadrúpedo amigo, fiel compañero del hombre. Que ilusa suposición. Sí, al igual que la
del grito. Menos mal que no gritaste. De todos modos ¿a quién despertarías?, no tienes ni
siquiera vecinos. Bueno, despertarías a tus padres, sí, a ellos. ¿Qué les contarías? ¡Oh no!,
es otra de tus depresiones, otra más. No tiene la menor importancia, vuelvan a dormir. No
sabes ya qué pensar. Siempre te has sentido así tan gris, tan deprimida. Te has mirado
miles de veces al espejo para definirte como una mujer triste y luego caes en la duda:
“¿no será una triste mujer?”.
Tú sabes mucho, vamos define la imagen del espejo: ¿o mujer triste o triste
mujer? Aquí el orden, sí altera el producto. ¿Una triste mujer será peor que una mujer
triste? No lo sé. Tú, tampoco lo sabes. Sólo sabemos que en ambos casos hay algo triste
en común: una eterna, larga y superlativa tristeza. Perdona la redundancia tipo
diccionario barato, pero es lo que se me ocurre decir. ¡Mentira, es mentira no te puedo
engañar! Es que tú como yo tenemos la definición de la tristeza. Te ves de nuevo al
espejo y ves tu vida: No eres un fracaso; tampoco, un éxito. No eres fea; tampoco, bonita.
No eres miserable; tampoco rica. No eres una agnóstica; tampoco, santa. Eso es: Eres el
TIPOLOGÍAS OCULTAS 86
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
medio de todo. Eres siempre la mitad de algo, medio bonita, medio buena, medio éxito,
medio… medio. El medio nunca es el todo. Es el jamón de un “sandwich” que se devora
toda la vida. Que lo devoran todos. Tu voz es la voz del que no calló, pero que tampoco
por hablar se hizo profeta. Tus manos son las manos del que no renunció al trabajo, pero
no pudo llegar a tiempo para poner la primera piedra o la última. Tu espalda es la espalda
del presente que pesa, pero que envidia el pasado ajeno y teme al futuro no vivido.
Por eso te sientes siempre de más. Siempre te has sentido de sobra en todas partes.
Sobrabas siempre en los juegos infantiles. De sobra, como tercera en una historia hecha
para dos. Para que decírtelo si lo sabes mejor que yo. La verdad es que cuando te invade
la tristeza te pones insoportable. Como un tiburón que da vueltas y vueltas porque su
visión es limitada y sólo ve de frente. Da vueltas y se queda en el mismo lado. Quizás fue
sabio ese apodo de niña que te dieron tus enemigos del quinto grado. Sí, tiburona gris.
¡Qué ignorantes; no sabían que el femenino de tiburón es tintorera! Con todo y eso tal vez
pronosticaron la cromática historia de tus días: Una vida gris y fría; sin a penas luz… Eso
es, sin a penas luz como un eclipse. Sí, hoy te puedo decir como eres. Esa tristeza tuya te
hace sentir como un eclipse. Espera, no me discutas; lo buscaré en el diccionario para que
no me digas que soy una sentimental o que empiezo con frases de poesía cursi o con
ripio. A ver:
Dirás que estoy loca, pero tengo que confesarte: Alguien te ha eclipsado. Sí, han
interceptado tu alegría, la han ocultado, te han privado de ella. ¡Bien!, puedes reírte,
Eclipse-ocultación transitoria
(total o parcial)de un astro
por interponerse otro cuerpo
celeste, ausencia,evasión.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 87
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
parecerá ridículo, pero la definición te describe a ti. Eres un astro gris, sombrío, soso…
Debo callarme ya. No pienses que quiero insultarte con lo que te digo. Tu historia al igual
que la de muchos, muchos otros, puede resumirse así: RETRATO DE UN ECLIPSE.
Lo grande es que a pesar de todo, en un eclipse la luz sigue ahí. El astro prevalece aunque
lo hayan interceptado. Si es un eclipse lunar, el sol está ahí. Se es solar, la luna está ahí.
Si es el tuyo la tristeza lo causa, pero óyeme bien; detrás de esa tristeza legendaria está la
alegría. Es probable que esté dormida, pero te aseguro que ahí está. Ahí está aunque “le
duela hasta el aliento”, ahí está. Algún día despertará, algún día. Quizás algún día cuando
tengas esperanza. Aunque sé que hoy no la tienes, ¿tal vez mañana? ¡Quién sabe!, tal
vez…
P.D.: Décalogo para los Eclipsados:
Dedico estas páginas solamente a aquéllos que sin miramiento a nada ni a nadie,
por diversas circunstancias siguen este décalogo:
1. Contar a otros sus penas para sólo obtener por respuesta:
-No te preocupes, no seas zángana ¡ah! Ya no empieces con tus
estupideces.
2. Pedir siempre perdón sin saber por qué o sin tener la culpa. Lo piden
quizás por miedo a quedarse más solos de lo que ya están.
3. Pensar alguna vez como hijos, hermanos, padres, amigos; que les
apesta la vida y sin saber cómo escucharse a sí mismo decir que la vida
es una… ya saben lo que sigue.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 88
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
4. Ser protagonistas de un sueño vano y verse como soles truncos y tras
de truncos, solos; convirtiéndose así en un solo sol trunco.
5. Sentir el peso de ser feos, tristes, viejos. Sentir que están de sobra en
cualquier parte del mundo o del universo.
6. Querer ser de piedra para no ver, ni oir, ni hablar y no una sino tres
veces haber pensado en el suicidio para luego no una, sino tres veces
arrepentirse.
7. Reconocer que a pesar de que la historia es un tanto aburrida se hayan
identificado con esa segunda persona narrativa.
8. Esperar por la esperanza, aunque no tienen la felicidad, ni la alegría, ni
el amor, ni el triunfo, ni nada…
9. Saber que no son ni peores ni mejores que yo, pero que se igualan a
mí; y juntos nos hacemos uno en el encuentro con el amor y en la
lucha contra la peor tentación del hombre: LA TRISTEZA.
10. Odiar ser la mitad de todo, mas creer en los términos medios del:
quizás, quien sabe, tal vez…
TIPOLOGÍAS OCULTAS 89
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
XX
TIPOLOGÍAS OCULTAS 90
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
EELL VVEENNDDEEDDOORR DDEE LLAA EESSPPEERRAANNZZAA
El almacén era un lugar oscuro y solitario. Parecía un viejo salón de exhibiciones
de material caduco y olvidado en el que sólo se guardaban objetos inanimados. Todo el
afán del mundo, no obstante, se contenía en el rostro del vendedor. Se desvivía por
acomodar con esmero las contiguas cajas, figuras, muebles y el sinnúmero de cosas y
cosas que a diario venían a comprar a precio de segunda, los pobres más pobres del
barrio.
Era el Almacén de La Esperanza llamado así precisamente porque allí se podía
adquirir el regalo improvisado a última hora o aquél que no podía conseguirse en las
tiendas a un precio razonable. Todos a una repetían en el barrio el calco de frases
publicitarias que servían de presentación al viejo almacén: “En La Esperanza podrá
adquirir, sin problema, la figurita para agasajar a la quinceañera, sillones, pañuelos,
abrigos, etc.”.
La figurita para la quinceañera pobre que suspirará por la fiesta primaveral que
nunca llegará. También el sillón desgastado por los meses de estar en exhibición y que,
sin duda, será el regalo ideal para la abuela de Chefa, la billetera de la calle ocho abajo.
Podrá comprar el pañuelito y el abriguito de algodón que recibirá en esta Navidad
Teresita, la hija de Jesús el revendón.
Este almacén, aunque oscuro, solitario y envejecido por el paso del tiempo;
representaba la luz y salida para aquéllos a quienes sólo les queda la esperanza. El
vendedor conocía el misterio de las cosas y a cada una infundía nobleza con celo y
TIPOLOGÍAS OCULTAS 91
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
reverencia. Sabía que aquéllos a quienes nada les queda; sólo pueden apoyar sus manos
en la esperanza encarnada en estas pobres cosas para esta gente pobre.
Así el sillón no rechinará porque la abuela de Chefa, le ofrecerá el honor del
fuerte cedro enraizado en el sufrimiento de sus carnes viejas. La figurita “Made in
Taiwan” dejará de ser extranjera y se tornará en la más hermosa figura de una juvenil
bailarina; porque la ilusionada quinceañera depositará con todos sus sueños la fantasía de
divagar y de verse a sí misma bailando en un lujoso salón, rodeada de sus parientes y
amigos; agasajada por el más famoso cantante de la más prestigiosa orquesta del
momento. Al colocar con manos candorosas, cientos de sueños, la figurita lucirá hermosa
en lo más alto del tablillero en el que comulgan peluches, fotos, payasos y un pequeño
trofeo ganado en la Feria Científica. La bailarina adquirirá allí contornos quijotescos. El
pañuelito de algodón se tornará en guardián generoso de la salud de un ángel, la Teresita
de Jesús. El abriguito igualmente cobrará aires de viajeros porque la niña lo llevará de
paseo por todos los recónditos lugares, testigos de sus juegos infantiles. Bajará por la
jalda en su envidiable yagua; sentirá el calor de la acera en el callejón al jugar “jacks”;
recorrerá las callejuelas acompañada por otros niños que lucirán a su vez abriguitos de
algodón similares al suyo y al terminar el día verá cumplido en su abrigo el proverbio
bíblico que dice: Vestir al desnudo, ser cobijo para el que tiene frío…
El que no vive en el barrio no conoce el Almacén, ni le interesa. Sólo es otra
habitación más; otro comercio del montón en el viejo edificio que está a punto de
derrumbarse por ser viejo también.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 92
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
El que no se crió en el barrio no conoce el rostro del vendedor ni habrá escuchado
de sus labios las descripciones que transforman cada una de sus cosas en venta en una
adquisición valiosa y envidiable para el vecino.
El que no ama al barrio no entenderá jamás porque todavía hay gente que visita
estos almacenes y compran cosas de segunda.
El que nunca ha esperado como esperan los que esperan en el barrio, no sabrá
experimentar nunca el milagro de una esperanza: La Esperanza de poder recibir, aunque
no se tenga nada que dar.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 93
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
XXII
TIPOLOGÍAS OCULTAS 94
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
MMAARRII--PPOOSSAA TTRROONNCCHHAADDAA
“Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía”.
Pablo Neruda
El cuadro estaba casi listo, sólo faltaban las pinceladas finales para armonizar la
obra. Habrá quizás ingenuos o críticos miopes que pensarán que no le faltaba nada, que
estaba así perfecto. Era un óleo precioso, digno de manos de un artista. Sin embargo, no
estaba satisfecha; no podía estarlo cuando aún retumbaban en sus oídos las palabras “casi
listo”, “casi”... Algo tenía que añadir a la obra, mas no sabía que era. Había escogido el
panorama perfecto, la hora perfecta, los colores perfectos. La bahía de San Juan apacible
y silenciosa al atardecer en el que se entretejían el azul morado del cielo, el anaranjado
dorado del sol, el cristalino y etéreo tinte prismático de vida que convertía en tesoro para
la vista, una escena para muchos común. Su óleo dilataba los hermosos contornos de una
atmósfera única e irrepetible. Era realmente obra de su genio. Ella era la artista y mañana
a primera hora entregaría el cuadro. Lo habían solicitado desde hacía tres meses para la
inauguración de la nueva Galería que llevaría su nombre –“¡Oh, Mari posa en todo su
genio creador!”- recordó, haciendo burla, las palabras del más renombrado crítico de arte
del periódico El Nuevo Día.
Qué nuevo día sería el de mañana, precisamente 4 de julio de 2019. Más de cien
años de historia, más de cien años, un nuevo siglo ya había alumbrado en la tierra. Un
siglo que había anunciado hasta la caída del Muro de Berlín, la muerte del comunismo, la
era de la post-modernidad, pero ni un sólo atisbo de esperanza redentora y libertaria para
su amada Patria . Esta mañana sería diferente y este 4 de julio también porque por vez
TIPOLOGÍAS OCULTAS 95
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
primera la celebración no sería pantomima. La Isla celebraría su total anexión, su nueva
metáfora política de nombre: ESTADO 51.
Reclinó su cabeza en un árbol y contempló el cuadro. Algo le mordía las entrañas.
Había algo que no le gustaba. Algo no estaba bien en el cuadro, algo faltaba. Algo no
encajaba en el espacio pictórico recreado por su pincel. Sintió una proyección de su
propia inercia y desagrado reflejada en el cuadro.
Siguió cayendo el atardecer y se inició la muerte de un día. Un día de aire fresco y
de olor a sol. Mañana sería otro día; un 4 de julio distinto; para muchos un evento de
trascendencia histórica, para otros; la muerte de sus sueños y sus anhelos de libertad.
¿Qué pasó con su maestro, con su fuerza luchadora, con la jerga vibrante que le
servía de canción para que el mar se acercara a las orillas? El retumbar de las olas
trajeron el nombre de Albizu, de Lola, de la otra Lola, de los miles que levantaron la voz
de artistas, de maestros, de estudiantes, de héroes, de pueblo, de barrio, de Patria.
Rememoró la lucha viequense, la encarcelación y excarcelación de los presos políticos, la
fuga, vida y muerte de Filiberto Ojeda. Suspiró al ver que desvanecían como el humo los
lemas que fueron norte de toda su vida y que ahora... No quiso pensar, pero esas voces,
las voces de hombres y mujeres egregias retumbaban en su cabeza y se resistían a morir.
Las voces de las tres maestras de la Patria: Margot Arce de Vázquez, Concha Meléndez y
Nilita Vientos Gastón. Esas voces quedaban ahora muy grandes, muy grandes para un
pueblo colonizado; un pueblo de conciencias acomodadas a un salario fijo federal:
cupones, seguro social, Beca Pell… Un pueblo amilanado que prefirió ser niño a ser
hombre. ¡Una Patria sin patriotas no es patria!. Una conciencia sin libertad es
TIPOLOGÍAS OCULTAS 96
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
maledicencia. Mañana será un 4 de julio diferente y repitió: -¡No me gusta, no me gusta
el cuadro! Falta algo o algo le sobra.
No sabía que era. Algo debía sobrar porque no había espacio para nada más.
¿Serían las olas, los colores, las nubes, los barquitos…? Algo no cuadraba como debía.
A veces lo damos todo y aramos en el mar- recordó al maestro José Martí. Sentía que
había dado pinceladas al aire, pero lo que intentaba pintar como por arte de magia o
brujería desaparecía del lienzo ante sus ojos.
Decidió sentarse. Estaba cansada. Era una obra de un artista y el cuadro tenía que
ser perfecto. Nadie dudaría de que era una pieza de arte. Su prestigio, su experiencia, su
fama lo asegurarían. La inauguración de la galería sería un éxito. La galería llevaría su
nombre y volvió a musitar en burla: -“ Y Mari posa en todo su genio creador”.
Mañana lo entregaría. Tenía que ser su mejor obra. Seguramente lloverían las
buenas críticas, como siempre, y vitorearían de más al artista. Los excesos siempre
dañan, reflexionó, siempre es dañino dar más de la cuenta y aceptar de más siempre. Más
de cien años de historia. Recibir de más fue nuestro lema. Se adormecieron las manos y
los pies y el corazón. Se agigantó la costumbre de esperar. Recibir, recibir estaba de más.
Sí, algo estaba de más y no le gustaba. Al poner tanto color se pierde la belleza. Al
dibujar tantas olas, se le quita al mar la serenidad; más bien parecía un mar tempestuoso;
no la vista apacible de calma en la bahía. Tenía que quitar algo. ¡Si lo hubiera puesto de
menos!
Se puso de pie. Era casi de noche y sintió frío. Abrió su mochila y se percató de
que no traía el abrigo. Miró en el fondo y halló una frazada con el dibujo insigne de la
bandera. Se cubrió con ella. Miró el cuadro. No le gustaba. Le sobra algo y le falta algo.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 97
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Pero, tenía que entregarlo mañana. Mañana 4 de julio. Mañana sobrarán las banderas
americanas, sobrarán las pancartas, las luces multicolores, los fuegos artificiales, las
bandas, sobrarán los puertorriqueños, sobrará un estado 51…
De pie se miró a sí misma abrazada a la bandera monoestrellada. Una sola estrella
faltará mañana entre cincuenta estrellas blancas. De pronto, una mariposa descendió en el
velo de su ardiente soledad y rozó la estrella de la bandera. Una estrella apretada en su
pecho. Miró al suelo. La mariposa tenía una sola ala. Una sola ala, una sola estrella, una
sola pintura frente al panorama dormido. Una sola voz, la suya, la de su conciencia.
Vislumbró el escenario: La caída de la tarde, el silencio, la soledad y el cuadro ahí
con algo de más y algo que aún le faltaba. Siguió pensando que el cuadro no le gustaba.
Tenía que entregarlo mañana- ¡Pero algo le falta! ¡Mañana será 4 de julio, después de
tanta lucha y tanta entrega!- pensó en voz alta con la esperanza de que alguien la
escuchara. Estaba tan terriblemente cansada.
Siguió caminando más cerca de la bahía y pensó en la sola estrella y en la
mariposa tronchada, la mariposa con una sola ala. Decidió por esta vez hacer su sola
voluntad y completar el cuadro en la mañana. Nunca lo hizo pues esta narración la
concluye la noticia publicada hoy 4 de julio en todos los periódicos del país:
“Hoy 4 de julio del 2019 hallan el cuerpo de
reconocida y afamada pintora que se suicidó lanzándose
a la Bahía de San Juan. Se desconocen las causas de
este fatídico incidente. Algo semejante a una bandera
puertorriqueña flotaba sobre las aguas…”
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DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
TIPOLOGÍAS OCULTAS 99
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
XXIIII
TIPOLOGÍAS OCULTAS 100
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
RREECCAAPPIITTUULLAACCIIOONNEESS
Querido Antonio:
Te dejo esta carta en respuesta a toda la vida que pasé contigo cumpliendo el
papel de esposa. A su lado dejo también las llaves del carro y de la casa. Muchas veces
pensé escribirte esta carta, pero el tiempo no había cuajado el momento propicio. El
momento es hoy. No sé como pude ser tan buena actriz durante tantos años. No me
explico aún cómo me casé contigo. Tu nombre ni siquiera me inspira confianza, pues,
San Antonio no fue nunca un santo de mi devoción. Si supieras las veces que en mi
juventud lo coloqué de cabeza para pedirle un novio. En una ocasión, como castigo a su
sordera, lo puse de cabeza en un tazón y puse la taza debajo del ropero viejo de la abuela.
Comprendo ahora que tu aparición en mi vida fue quizás la beatífica venganza del santo
que como castigo me presentó a su tocayo.
¡Ay, Antonio!, mi querido Antonio que estás en la tierra; que estás en la casa, que
me haces ir al supermercado que odio y me traes la tarea que se convierte en mi pan de
cada día. Me hacías a tu antojo la esposa ideal por los siglos de los siglos…
Miro ahora las paredes de la casa, ¿es que no te has fijado? Desde Hugo tu casa
necesita una pintura. Sí, tu casa porque nunca fue mía. El polvo se apodera poco a poco
de las cosas, perdón, de tus cosas. El comején de los árboles del patio no dejará de crecer
porque tú te lamentes cuando lo mires. ¿Qué esperas para cortar lo que queda de mis
árboles? Esos sí, eran míos. El árbol de María y la Cruz de Marta. Marta y María cada
una tuvo su papel, pero ¿cuál fue el mío?
TIPOLOGÍAS OCULTAS 101
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Sonreirás cuanto te lo pregunte, pero tranquilo; no lo haré. Sé cual fue mi papel.
Yo era la mucama, la sirvienta, el ama de casa que también trabaja afuera, la esposa de
Antonio. No sé si decir ¡qué suerte o qué pena de que no fui madre! Suerte porque los
hijos tal vez me hubieran succionado como tú. Me hubieran exprimido y estaría mi
sombra detrás de un coche, de un corralito, de un columpio. Quizás sería una pena porque
tal vez, tal vez la maternidad me hubiera ayudado a ser feliz y al ser madre no me hubiera
quedado tanto tiempo libre para ser tu esposa. Por eso, no sé si premiarte o maldecirte por
no darme un hijo. No pienses que estoy delirando, dicen que es la mujer la que trae hijos
al mundo, pero no hay mujer que pueda parir, si un hombre no aporta algo de sí. Si
hubiera nacido en otro siglo, ¡sabrá Dios si hubiese tenido un hijo sola!
Sabes una cosa, Antonio, estoy tan cansada; cansada realmente. Siempre tuve un
espíritu fuerte. Mi alma era de vikinga cuando me casé contigo. Tenía sueños y proyectos
que cumplir. Todos los sueños se fueron esfumando contigo. En la casa no hay más aires
de ilusión; sólo queda en la atmósfera el olor a Winston. ¡Deja ya de fumar! Te estás
matando en vida. Mentira tú matas mientras vives. Descubrí desde hace mucho tiempo
que la gente se divide en cuatro grupos: Los que viven, los que mueren, los que viven
muriendo y los que matan viviendo. Tú eres de los últimos. Yo fui hasta hoy de los del
tercer grupo. Te declaro asesino de mis sueños y conspirador de mi suerte. No te
justifiques ante mí, ya no hace falta. Sé bien que recuerdas tu crimen. Contigo la vida no
fue nada fenomenal. Dirás que yo también tuve la culpa. En eso tienes razón. Dejé que
silenciaras mi yo y te ayude a fingir y a crear la pamplina del hogar perfecto y de la
esposa perfecta y del amor eterno y de que todo es color de rosa, pero hoy la rosa está
marchita y apesta a orines y me cansé de bajar la cadena del baño y de tapar la pasta de
TIPOLOGÍAS OCULTAS 102
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
dientes y de recordarte que cortes la grama del patio y que pagues el agua y que cortaron
el gas y el teléfono…
Te apuesto todo, me juego la vida ¿a que te olvidas pagar la cuenta de la luz? Te
conozco. Por eso, busca en la gaveta del escritorio un sobre blanco. Ahí te dejé los
setenta y cinco noventa del recibo. Te incluí también lo del recargo. Es el último favor
que te hago, el último. Setenta y cinco noventa…
Ojalá tú me debieras tan poco. Me debes tanto, Antonio, lo grave es que no sé
dónde, ni cómo, ni cuándo, cobrarte. Lo malo es que tampoco se cuánto…
Me casé contigo porque no quería ser la solterona de la familia. Tenía que hacer
algo. Los años corrían y no aparecía nadie. Llegaste tú y más valía pájaro en mano que
veinte volando; perdón, más valía príncipe al lado que príncipe imaginario. Te hice mi
príncipe y creí ser tu princesa. Cuando se sigue creyendo en cuentos de hadas a los
cuarenta y tantos años; los sueños se pagan caros y tú me los cobraste. Hoy me miré al
espejo y descubrí otra cosa, ya no soy yo. ¡Cómo es posible que a tú lado me fui
quedando sin mí!
Tu sombra me fue borrando. Cuando quise encontrarme ya no estaba. Te puedes
reír si quieres porque ya no me duele nada. No necesito Tylenol, ni Valium, ni nada.
Sabes qué, Antonio, ya no te necesito. Eres un producto que ya no puedo consumir
porque caducó tu fecha de expiración. Tú tampoco puedes usarme porque expiró también
la fecha de mi contrato contigo. En todos estos años te he servido bien.
No voy a decirte lo que ya sabes. No voy a recordarte el pasado, ya te dije que lo
borraste cuando me borraste a mí. Fíjate se me olvidó todo. No me acuerdo ni cómo se
TIPOLOGÍAS OCULTAS 103
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
plancha, ni cómo se lava, ni cómo se cocina. Al doblar el papel de esta carta no recordaré
ya quién es Antonio.
No te digo a dónde voy porque realmente ni yo misma lo sé. Sólo quiero caminar
para descansar mi cansancio. Un cansancio viejo de años. Quiero encontrar un cielo, un
sol, un lago donde se refleje la imagen de la mujer que no recuerdo, pero que sé que soy.
Me iré a caminar para ver en qué rumbo puedo recuperar la dignidad que me quitaste, los
sueños que asesinaste, la mujer que borraste. Al final, sé que voy a encontrarme.
La que hasta ayer fue tu-yo,
Alejandra
P.D: No te preocupes que todo el proceso del divorcio corre por mi cuenta. ¡Ah!,
recuerda que desde hoy, en tu casa, hay vacante de esposa.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 104
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
TIPOLOGÍAS OCULTAS 105
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
XXIIIIII
TIPOLOGÍAS OCULTAS 106
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
UUNNAA VVIISSIITTAA IINNEESSPPEERRAADDAA
Acercarme a la puerta de su casa no fue una decisión que tomara a la ligera. La
petición del párroco y el que no hubiesen ya voluntarios para tal encomienda me
obligaron a hacerlo.
¿Por qué se rehuía el encuentro con el anciano que vivía a sólo una cuadra de la
iglesia? La mayoría lo describía como un hombre huraño, agresivo y de bastantes años.
Lo de huraño se había comprobado porque nunca hacía acto de presencia a nada de lo que
se organizaba en la comunidad. No se le veía en misa, ni en el colmado, ni siquiera en el
balcón de su casa. Lo de agresivo se confirmó cuando echó a empellones a la trabajadora
social y también cuando saludó con gráficos improperios a la pobre sor Catalina. Lo de la
edad no tenía necesidad de comprobarse; lo evidenciaban sus cabellos canos y las arrugas
que adornaban sus sienes y sus manos.
Le llamaban don Toño y los niños del pueblo como conocían su terrible carácter
se burlaban de él al cambiar el fonema de la /t/ por el de la /c/. Así certificaban su
antipatía frente a su puerta: -“¡Adiós don Coño!”. Cuando el Padre Mario, párroco del
pueblo, escuchaba los gritos no sabía si pensar que los niños eran unos angelitos
inocentes o unos diablillos traviesos. Hasta hubo algunos que confesaron que el apodo era
muy merecido porque el viejo era todo un cascarrabias y un gruñón.
Se acercaba la cuaresma y la parroquia había decidido llevar a cabo un censo.
Todo estaba organizado, pero surgió ahí el problema: -¿quién visitaría a don Toño?
¿quién osaría tocar a la puerta del anciano neurótico?- y el mutis eterno se produjo en la
escena.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 107
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Todos pensaron en la corrida de la joven trabajadora social y en la cara de la dulce
sor Catalina frente a la lluvia de palabras soeces para cualquier oído virgen. No sé por
qué, aún no lo sé, pero me miraron a mí. Sin más me habían elegido como protagonista.
Yo y sólo yo tenía que visitar a don Toño y hacerle las preguntas del censo. Era una tarea
arriesgada como la de coger a un toro por los cuernos. ¡Ay Jesús, María y José!
El censo consistía de mil y una preguntas para las que ya me imaginaba las
repuestas del anciano. Pero, valor, valor yo podía hacerlo. Organicé y tracé un plan. Si le
preguntaba directamente podría a él parecerle un atrevimiento, así que llevaría algún libro
de oración. Le diría que de parte de la iglesia le quería entregar unas estampas muy
hermosas de Jesús. Mejor aún le llevaría una biblia. Sí, eso seguramente amansaría al
león furioso que habitaba en aquella casa. Recordé la petición de mi abuelita a San
Marcos de León frente a un animal rabioso: “Détente, animal feroz, pon tu hocico en
tierra que Jesucristo nació antes que tú nacieras”. Oré durante toda la noche, que me
pareció interminable, para que mi plan diera resultado.
Llegué frente a su casa y como el portón estaba entreabierto, me acerqué hasta la
puerta; respiré profundo y toqué con fuerza. Las piernas me flaqueaban. La puerta
permaneció cerrada, pero se abrió una ventana y se escuchó un grito:
-¡No hay nadie y váyase!
Traté de mantener la compostura y con voz quebradiza dije:
-Es una vecina don Toño, pasaba por aquí y quería ver si estaba bien. Como
hace tanto tiempo que no lo veo.
La voz de resonancia apocalíptica repitió con más fuerza:
-“No hay nadie, dije. Carajo, váyase”.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 108
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Pero insistí y esperé. Sólo esperé. Había escuchado decir que la paciencia es
una virtud que produce milagros, aunque yo nunca la había puesto en
práctica…
De repente como un trueno, se abrió la puerta de par en par y se asomó el anciano.
Su tez lucía muy pálida, su cabello era de una blancura sin par y múltiples arrugas
cubrían sus manos y su cara. Cuando me miró quedé asombrada. Sus ojos parecían dos
canicas de las que usaba para jugar en cuclillas cuando era una niña. Dos canicas azules
que a pesar de los años mostraban un destello peculiar. Sin cruzar palabra me hizo un
ademán y me dejó entrar. Estaba asustada y aturdida, me había preparado para lo peor.
Mi corazón a la defensiva aceleraba su ritmo cardíaco. Dejé dentro de la cartera la biblia
y las estampitas que me iban a servir de cuartada para luego iniciar el censo. Miré a mi
alrededor: Muy pocos muebles, una libra de pan sobre la mesa, un sillón viejo y cojo.
Miré al anciano: Pantalones raídos, una camisa mal abotonada, sin medias, sus pies se
veían hinchados, su cabello alborotado y con una partidura a medio hacer. Rompí el
silencio y sin saber cómo inicié el diálogo. Un diálogo que en sus inicios demostró mi
nerviosísmo, pero que fue tornándose en una grata experiencia con un sabor nuevo y no
planificado. Me olvidé del censo, de las estampitas y aun de la biblia. Hablé mucho y don
Toño también me habló. Me contó de su viudez, de sus años, de su soledad adormecida
por el silencio, de su dolor callado, sin hijos, ni amigos. El viejo gruñón y majadero no
me pareció ya de cerca ni tan altivo ni tan necio. Se veía de cerca débil, frágil,
desprovisto como un niño.
Conocí a don Toño ese día. No tuve que leerle el Evangelio; él me lo explicó a mí
con su vida para todos desconocida. Reconocí con este encuentro que no siempre es tan
TIPOLOGÍAS OCULTAS 109
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
fiero el león como lo pintan. Me sonreí con él. Me invitó a tomar un vaso de agua, lo
acepté. El tiempo se había detenido esa tarde. Me despedí prometiéndole una segunda
visita. Cuando decidí marcharme comenzó a caer una lluvia copiosa. El anciano me
entregó una sombrilla y me dijo:
-Cúbrase usted. Mire que se puede enfermar y entonces no podrá venir a
visitarme. ¿No cree?. ¿Verdad que piensa regresar otro día?
Asentí con gesto obediente y tomé el paraguas. Éste estaba roto, muy roto, pero
aún así accedí por no despreciar el obsequio de mi nuevo amigo. Tomé la mano del
hombre y sentí que Dios en la lluvia renovaba mi bautismo. Inicié la marcha y pude
escuchar que don Toño gritaba, gritaba de manera diferente a las veces anteriores:
-¡Todavía hay gente buena en este mundo, hay gente buena! ¡Todavía hay
gente buena en este mundo!
Seguí mi camino. Me sentí feliz de creer y de que fuera cierto aquel dicho que
reza que las apariencias engañan. Desde ese día la puerta de aquella casa, la casita de don
Toño, permaneció siempre abierta…
TIPOLOGÍAS OCULTAS 110
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TIPOLOGÍAS OCULTAS 111
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NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
XXIIVV
TIPOLOGÍAS OCULTAS 112
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
PPOORR SSÓÓLLOO CCIINNCCUUEENNTTAA CCHHAAVVOOSS
Pensar en él me llena de melancolía. Ni siquiera supe cual fue su nombre. Solo sé
que día tras día estaba ahí. Frente al semáforo, en la esquina de la Parada Quince, en
medio de la carretera, sujetando como todos los días los periódicos. Él, el vendedor del
periódico, un joven desgastado por el vicio del dolor más que del tiempo. Tanta gente y
ese día no sé cómo, pero recurrí a él.
Un suceso curioso me obligó a hacerlo. Esa mañana observé por el retrovisor que
un lagarto verde viajaba cómodamente en la parte exterior de mi guagua. Traté de
derribarlo a toda velocidad, mas no fue posible. Su tenacidad me retó y estaba, dispuesto
a seguir el viaje como si fuera yo su chofer. Así que me detuve y en disimulado gesto
toqué la bocina y llamé al joven que vendía el periódico.
-Buenos días, me contestó.
-Buenos días, mira dame El Día y si eres tan amable, chico, ahuyéntame
un lagartijo que hay en al guagua.
-Pues abre la puerta para sacarlo rapidito.
-No, es que está afuera. El joven miró y murmuró:
-No veo nada. Tiene que haberse marchado. Seguramente se cayó en la
curva.
Nos reímos los dos. Seguí mi camino y le di las gracias. Continuó vendiendo
periódicos y anunciándolos: “por sólo cincuenta chavos” como si el periódico estuviera
ahora más barato. Desde ese día nació una simple amistad entre ambos. Sólo expresada
TIPOLOGÍAS OCULTAS 113
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
en un saludo matinal dado a toda prisa cada vez que cruzaba en mi guagua la avenida y
pasaba por la esquina de la Parada Quince.
Desde aquel día comencé a notar que el joven esperaba mi llegada. Todas las
mañanas me saludaba con una dulce sonrisa. A veces era yo quien levantaba mi mano
izquierda al mismo tiempo que manejaba a toda velocidad para ir al trabajo. La
curiosidad que siempre me ha caracterizado no falló en esta ocasión. Recreé así la vida
del vendedor. Mi pensamiento descubrió donde vivía, conoció su soledad. Pensé que era
un muchacho de la calle, un pobre infeliz sin escuela, sin familia, sin trabajo, tan sólo era
un vendedor de periódicos que los anunciaba a cincuenta chavos. ¿Es que son más caros?
Era un joven detenido ante un semáforo inmóvil que a pesar de cambiar los colores para
todos, a rojo, amarillo o verde; para él se paralizaba siempre en rojo de modo que la
opción única era vender todos los días, en el mismo sitio y a la misma gente el periódico.
El joven de la esquina de la Parada Quince sonreía sin cansarse. Sonreía a diario aún
cuando yo no tuviera el deseo de contestar su saludo o de sonreirle a cambio. Sonreía aun
cuando no le comprara el periódico. Una sonrisa gratuita, una amistad silente, un gesto
elemental que enseña más de lo que se piensa.
¿Por qué estaría ahí? ¿Quién era el vendedor de la Parada Quince? Pensar en él
aún me apena.
Recuerdo también como un día se molestó con todos porque al frenar la guagua se
me cayó una peseta y todos los conductores detuvieron al unísono la marcha en compás
de espera. No podía hallar la peseta y las bocinas comenzaron a reclamar la demora. El
absurdo de la prisa me hizo torpe hasta que al fin la hallé y completé el pago de cincuenta
centavos por el diario. El vendedor les gritó a los demás conductores que tuvieran
TIPOLOGÍAS OCULTAS 114
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
paciencia y me dijo con una sonrisa: -“Síguelo, amiga, después me das los cincuenta
chavos”. Pero esa mañana ya había hallado las pesetas y efectué el pago. Le di las gracias
y observé su mirada. Vi sus ojos profundos por primera vez. Eran azules. Su sonrisa lucía
ese día más tierna. ¿Quién era ese joven? Seguramente un vicioso, me dijo una vez una
amiga que pasó conmigo un día por la esquina de la Parada Quince. Un ladrón
cualquiera, me advirtió mi hermano regañándome al decir que yo era muy confiada, que
subiera el cristal y que colocara en el suelo la cartera. Cada cual daba su versión cuando
yo intentaba sólo hallar respuestas.
Pobre vendedor a quien bautizaban todos de tonto, de imbécil, de burro infeliz al
interrumpir con su paso lento los carros.
Ayer no lo vi. Por fin, pregunté a otro vendedor en la misma esquina. Llanamente
me respondió sin un buenos días, sin una sonrisa.
-¿Usted me pregunta por el otro chamaco? Se murió. Eso me dijeron.
Subí con tristeza la ventana y aceleré con nostalgia dejando a mi paso por la
carretera los ojos azules, la tierna sonrisa, el saludo matinal. No quise intuir si murió de
SIDA, o de sobredosis por una jeringa, o de hambre quizás u otra enfermedad que aterra.
Prefiero pensar que le joven aquél era un buen muchacho que vendía diarios todas
las mañanas y estudiaba fuerte como cualquier otro. Quizás un soñador, tal vez un poeta,
un loco de amor que por dar de más perdió la cabeza.
Pudo ser mi padre, pudo ser mi hermano, pudo ser mi hijo, pude ser yo misma en
otra existencia. Pudo ser un Romeo quien vendiera diarios para así casarse con cualquier
Julieta.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 115
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NNAARRRRAATTIIPPOOLLOOGGÍÍAA
XXVV
TIPOLOGÍAS OCULTAS 116
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
RREETTRRAATTOO LLEETTRRIISSTTAA DDEE UUNNAA
PPÁÁGGIINNAA EENN BBLLAANNCCOO
Cualquiera, ninguno o todos, sin palabras: En blanco, en silencio: La Nada. Con
tormentos presentes, el as de payasos pasa. No ofrece llantos ni risas; sólo un acertijo en
medio de la prisa:
-Digan, señores, quién sabe la respuesta a esta pregunta honesta: ¿Cuándo queda
una página en blanco con qué instrumento escribir en ella pudiera, si no hay tinta en mi
fiel tintero, si no halló un lápiz de carpintero; si el carboncillo quedó ya extinto sobre la
tierra, si no hay colores, si no hay cenizas, si no hay ya sangre que sirva…? ¿Con qué ins-
trumento escribir pudiera; díganme pronto ¿con qué remedio?
(Voces sin rostros, descarnadas).
Voz 1-Página en blanco: Osado recuerdo, remordimiento oculto de un sueño vano.
Voz 2-Página en blanco: Aquél que existe en medio del llanto.
Voz 3-Página en blanco: Sólo entre sombras clamando tanto.
Voz 4-Página en blanco: Un etcétera que se olvida en una enumeración caótica.
Voz 5-Página en blanco: La reticencia de un yo; perífrasis de un tú.
Voz 6-Página en blanco: Sencillamente en blanco, en blanco sencillo, en un sencillo
blanco blanco; en blanco sencillamente, con mente sencilla, sencillamente en blanco…
TIPOLOGÍAS OCULTAS 117
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
NARRATIPOLOGÍA
XVI
TIPOLOGÍAS OCULTAS 118
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
LA PÉRDIDA DE LA MEMORIA
Porque no hay peor castigo que el olvido.
Te incorporas y contorsionas todas tus extremidades a la vez que bostezas
desaforadamente imitando el gruñido de un oso en celo. Otro día más en que piensas que
todo será igual y que tienes el control de tu vida y están bajo tu dominio las vidas de los
demás. Te diriges al cuarto de baño, aún soñoliento y en gesto casi sonámbulo te
dispones a vaciar tu vejiga. Te sientes liberado y satisfecho. Ah, pero hoy hay algo
extraño en ti. Esta mañana sientes un inmenso peso sobre tu cuerpo, hay un fuerte olor a
azufre y un calor asfixiante que arremete contra todos tus miembros. Razonas y crees que
ya se fastidió el aire acondicionado que acabas de comprar hace sólo una semana.
Planificas avisarle a tu secretaria para que llame al vendedor fatulo y anotas en tu agenda
para no olvidarlo:
- Hoy jueves podré como chupa al vendedor de Carrier.
Murmuras entre dientes ( esos dientes blancos y bellos después del implante) -¡Y qué a
mí! Este tipo no sabe con quien se ha metido.
Es verdad y que venderte a ti un aire defectuoso. ¡Y qué a ti!…Siempre das por hecho
que cada ser humano sobre la faz de la tierra debe y tiene la obligación de conocerte. Tú
eres Armando Marchesi de la Torre, empresario billonario, arrogante, despiadado,
vicioso, promiscuo, degenerado y pervertidor de menores, pero también eres el más
TIPOLOGÍAS OCULTAS 119
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
guapo, galante y aclamado soltero rico, de buena familia, buen nombre y loables
actividades sociales. Tienes que entender que no todos se mueven es esos círculos
sociales tan altamente prestigiosos y exclusivos, Armando. Perdona la ignorancia, falta de
cultura, falta de méritos, fama y dinero del vulgo pueblerino. Armando Marchesi de la
Torre, quien sale a diario en todos los diarios. De quien se habla hasta la hartura en todas
las estaciones de radio porque como Evita se hizo dueño de la mayoría de ellas. Sí, tú no
tienes que envidiar nada a nadie porque lo tienes todo. Ni siquiera envidias a Ricky
Martin, ya que las jevas te llueven como maná y no del cielo, sino de los Pubs y de los
Happy Hours del área de San Juan, Hato Rey y Condado. Todas las que ligas se te rinden
a tus pies, se te entregan, se derriten por ti como mantequilla. Todas se enloquecen por ti
y hacen cualquier cosa por bailar para ti como monas frenéticas y en pleno celo. Bailan
para ti hasta la Macarena. La bailan como Dios las trajo al mundo. La bailan hasta en la
cama. Eso sí, las que te vuelven loco son las jovencitas. Sí, las bien jovencitas, las
adolescentes como aquella muñequita prominente y voluptuosa que a pesar de tener sólo
13 años se ve como una mujer despampanante. ¿La recuerdas Armando la que se llama
Gina? La que se queda todos los jueves a las doce frente al portón de la escuela
esperando a que tú llegues a buscarla. La sedujiste muy bien. La adoctrinaste en el oficio
de la promiscuidad y en poco tiempo la hiciste experta en mezclar para ti y por ti, carne,
pecado y mundo. La hacías comer jobos y comerte a besos todos los jueves. Uno tras
otro, te la tirabas entera en la parte trasera del auto. Lo hacían ahí una y otra vez. Esas son
las jovencitas que te arrebatan porque hacen de todo en la cama o en el auto o dónde tú
digas y con quién digas. Se dejan hacer de todo, pero en privado, porque tú eres muy
respetado en los medios de comunicación y no quieres problemas ni con la Iglesia, ni con
TIPOLOGÍAS OCULTAS 120
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
la ley, ni con grupos conservadores como Morality in Media. Déjalos, que saben esos
anticuados mojigatos del goce que te provoca sentir, oler, tocar, estrujar, morder esas
carnes tan tiernas, ¿verdad? Ellas se dejan hacer todo lo que tú quieras y les das un
paseíto en tu BMW deportivo, de lujo y del 2008. Van con un “Don” tan prepotente e
importante que les habla bonito para lograr satisfacer sus instintos. Además le dices a
Gina que si sabe esperar dejarás a tu prometida por ella. No le mencionas para nada que
eso también se lo juras a Sophie, a Leslie, a Raquel, a…, bueno. Cuando estás con Sophie
ves las estrellas porque aunque está en séptimo grado y todavía no sabe muchas cosas, tú
la enseñaste a posar desnuda para ti. Esa rubita te provocó tanto que un viernes no fuiste a
la empresa y la fuiste a buscar a la escuela. Contigo fueron varios panas y la llevaste a un
estudio donde ellos y tú con la bella Sophie desnudita hicieron muchas cosas. Sophie
después de hacerlo lloró, pero tú la convenciste de que sería una estrella. Le dijiste que no
se apenara que esto la ayudaría a salir en televisión y hasta en el cine. Al fin y al cabo la
convenciste porque tú tienes muchas conexiones y relaciones sociales con gente que
trabaja en los medios. Quien mejor que tú, Armando Marchesi de la Torre para ser su
mecenas en el mundo del espectáculo. Así las convences a todas de posar para ti, de
pasarte la lengua, de hacer cosas contigo y hacerlas a otros y otras en orgías que por la
edad de las jovencitas me hacen pensar en el infierno en Disneylandia. Todo esto por
promesas de fama o de amor. Todo eso por un paseíto en un BMW deportivo y lujoso,
último modelo, con asientos de cuero y a ti por chofer para sentarlas en tu falda, por
supuesto. Como bono, a veces les regalas unas bragas de esas provocativas con dibujos
de bocas rojas y lenguas jadeantes para que se las pongan cuando estén contigo y se dejen
llevar por tu pasión, sin pudor, sin recelo y sin inhibiciones. Claro, las bragas tú las
TIPOLOGÍAS OCULTAS 121
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
guardas después, porque serían evidentes sus andanzas y no se las pueden llevar a sus
casas. Podrían ser luego un “exhibit” en corte, si te descubren, si te cogen con las manos
en la masa. Y qué masa, qué caderamen de niñas buenas que se hacen malas y que juegan
a ser mujeres. Juegan por ti Armando, para que tú te las goces. Cuando oyen tu historia
sobre tu alta alcurnia y linaje, se babean por ti como perras sedientas. Tanta experiencia,
tanta fama y poder, tanto placer “extreme” entre sábanas, estudios y asientos de cuero,
me aturdes. Hasta a mí me confundes y manipulas también. Siempre alardeas de tu
ascendencia aristocrática. Si estas niñas supieran quiénes en realidad fueron tus
ancestros, confieso que se desmayan como tímidas florecillas. Se van a las millas a
hacerse la prueba del SIDA y buscan al ginecólogo más cercano para chequearse por
cualquier enfermedad venérea. Ojalá nunca el Departamento de Educación contrate a un
verdadero maestro de historia. Pero no te preocupes las clases de historia a veces las dan
los maestros de educación física o de ciencias; tú ya sabes, por la falta de personal o de
presupuesto. Eso nunca falla. Menos mal; así nunca sabrán que eres descendiente del
General Gobernador Marchesi quien en 1867 mandó a azotar a hombres libres por
cualquier cosa. ¡Qué poder! Aunque fue deplorable gobernador, fue gobernador como
quiera. Fue conocido por sus vicios morales que le ganaron en este pueblo el apellido de
“Gobernador Calamidades” porque durante su incumbencia se sucedieron en la Isla el
temporal San Narciso, grandes inundaciones y espantosos terremotos. Ciertamente para el
pueblo él mismo era una calamidad y bastante grande por cierto. ¿O serás acaso el
tataranieto de aquél otro numen tutelar de Puerto Rico, don Miguel de la Torre? Éste
promovió el Gobierno de las Tres B – baile, botella y baraja – ya que creía firmemente
que: “Mientras el pueblo se divierte no piensa en conspirar”.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 122
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Ahora entiendo el que siempre justifiques tu afición al juego, al alcohol, tus noches de
bohemio, tus juergas de los jueves, los viernes y los sábados sociales; es que lo llevas
como herencia de esos tatarabuelos tan ilustres. Pronto habrán de llamarte a ti
“Ilustrísimo Armando”.Los norteamericanos, que adoran lo que sea después de lamer los
fondillos gritarían por ti: “He`s God, he`s God”.Causarías más conmoción que Britney
Spears sin pantaletas.
Sí, ya sé que debes avanzar porque hoy es jueves. El calor te atormenta cada vez más y
sientes que te quemas, pero no importa; nada te detendrá este día. Tú eres un dios y te
gusta entrar todo el tiempo en calor. Al llegar a la empresa entrarás en calor al insultar al
tipo que te ha jorobado tu mañana por venderte un Carrier dañado.
Respiras, pero te sacudes la nariz. Y te sigues preguntando-¿Ese olor fuerte a azufre de
dónde vendrá?. No quieres pensar ni en el calor, ni en el olor. Piensas en el idiota ese que
te vendió el aire. Antes de salir de tu apartamento te das un pase para animarte. Ya te ves
frente al bobolón con tu bocaza bien abierta, los labios enarcados, las palabrotas soeces
que lo intimidarán y lo pondrán de rodillas. ¡Y qué venderte un Carrier defectuoso a ti!
Ya te oigo:
- Usted no sabe quién soy yo. Soy Armando Marchesi de la
Torre dueño de todas las Empresas Marchesi de la Torre. Mire
que si me jode mucho me le puedo quedar, en un abrir y cerrar
de ojos, con el negocito ese de los aires Carrier. Tenga las
llaves de mi penthouse y más le vale que cuando regrese a casa
encuentre un aire que funcione. Para eso le pago, ¡Pendejo!…
TIPOLOGÍAS OCULTAS 123
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Sí, prepara tus pulmones y aplasta a quien se cruce por delante. Siempre dices que
Maquiavelo te robó la idea cuando dijo primero que “el fin justifica los medio”. Tus
millones son los medios. Tú mueves los billetes y el mundo es tuyo. Poderoso caballero
es Don Dinero. Tienes el mundo comprado y está en la palma de tu mano Armando.
Miras tu reloj – ya son las doce. Pasas frente al portón de la escuela de Gina, recuerda
que es jueves y hoy le tienes unas ganas a la putita ésa, que casi sientes que te vienes en
el BMW. Allí está, tan puntualita, la niña. Se sube a prisa y nerviosa al auto y te vas a ya
sabes dónde. Ahora es el momento. Haces con ella de todo lo que sabes hacer. Te diste
gusto. Mas la notas callada y su silencio te molesta. Sientes de nuevo el calor, el peso
sobre tu cuerpo y ese olor a diablo.
-¿Qué tienes bobita?
-Estoy embarazada y no sé que hacer.
-Pues toma, para que decidas- la golpeas con furia y le marcas tus
dedos en todo su cuerpo frágil. La miras y te burlas. Luego con una sonrisa cruel
y sádica abres tu billetera y le entregas un manojo de billetes.
-¿Y esto?
-Para que resuelvas y te lo saques.
Los dos guardan silencio y tú no la miras en todo el trayecto. La dejas frente a la clínica
de Control de Natalidad en la Ponce de León. Arrancas el motor y te marchas. Mira ¡y
qué a ti!. Después de todo lo que le has dado. Que no venga a perjudicarte con los
medios. Que no venga a mancillar tu imagen, tu buen nombre, tu posición social. Piensa,
piensa ¿qué vas a hacer? Ya sabes. Vas a hablar con alguien que conoces que te resuelve
siempre esos problemitas. Ése elimina del panorama toda pista, pero te lamentas porque
TIPOLOGÍAS OCULTAS 124
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
el próximo jueves ya no podrás revolcarte con Gina y miras tu agenda para ver quien te
provoca…
Te secas el sudor y vas mirando la agenda para programar lo del próximo jueves. Ya
elegiste, tu cara de pícaro pervertido te delata: Será Sophie. Tendrás que ser más
cuidadoso y el levante hacerlo más temprano porque el almuerzo del séptimo grado es a
las once. Anotas en tu agenda: Sophie- 11:00 A.M. Esta vez le llevarás un peluche por lo
del llanto de la última vez. Te sonríes y murmuras entre dientes- es que éramos cinco,
pero como gozamos con la incauta ésa. Llora como bebé, mas se revuelca como puta.
Buscas el número del que te va a solucionar lo de Gina y lo llamas desde el auto.
-Sí, habla Marchesi. Te dejaré esta tarde con mi secretaria los datos de
una tipita que se salió de carrera. La cabroncita quiso ser más lista que yo y eso es
imposible. Sí, en un sobre cerrado y en efectivo te incluyo el pago. Quiero que la borres
del planeta, ¿me oyes?. Trata de hacerlo antes del jueves y recuerda: No dejes pistas.
Bien.
Mientras hablas vas a las millas porque no quieres llegar al Pub cuando otros se hayan
despachado las mejores jevas. Vas como alma que lleva el diablo mientras explicas al
tipo en tu celular, los detalles sobre Gina. No miras al frente. No ves al anciano que cruza
la calle con su bicicleta. ¡Détente! Ya es tarde. Te despides del tipo en el teléfono y sales
de tu troncomóvil deportivo que luce ahora salpicado con manchas de sangre. El viejo
yace bajo tu BMW como escollo imprudente que corta tu paso para retardar tu llegada al
Puerto de la felicidad. Es un hecho: Llegarás tarde al Pub. Te inclinas para observar a tu
víctima e inspeccionar como hurón la escena de tu desgracia. La bicicleta partida en
pedazos; la cabeza del hombre, también. El rostro del anciano está ensangrentado. Miras
TIPOLOGÍAS OCULTAS 125
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
a tu alrededor. Sacas tu pañuelo, te secas el sudor y limpias el parachoques del BMW. No
hay nadie. Nadie te ha visto. Ves de nuevo tu reloj- las 7:30 P.M.
Te montas en tu máquina, cómplice de tu delito, nervioso y sudoroso, para alejarte a toda
prisa. No podías pensarlo dos veces. No te importa el suceso. Qué puede importante si
ese viejo debió ser un pobre diablo. Pero eso sí, el calor , el peso sobre el cuerpo y ese
olor fuerte a azufre se te hacen cada vez más insoportables.
Este infeliz se te atravesó. Tú no tienes la culpa. Estabas pensando en el final de lo de
Gina y pasó lo que pasó. Que huyeras fue lo mejor. Tú no puedes verte involucrado en
asuntos tan turbios como ése. Aléjate más, mientras más lejos mejor y sigue como si nada
en tu BMW. Respira nadie se dio cuenta. Abres la gaveta del auto y te das un pase para
cobrar fuerzas.
Entras al Pub. Saludas a los asiduos amigos de juerga y de otras cosas. Bebes, aprovechas
cuanto pase tengan, cuanta mezcla, pastillas, cervezas…Quieres olvidarte de todo y de
todos. ¡Que día tan brutal!. Que dichoso calor y ese olor que no se te quita de encima.
Ves una morena alta y suculenta vestida de rojo. Con firme trasero y buenas piernas.
Entablas conversación. Los dos están con tremenda nota. Siguen los pases y tú sigues con
ella. En ese estado a duras penas llegan al auto. La llevas a tu apartamento. Cuando abres
la puerta sientes un calor peor y un olor mayor al que sentías afuera.
-Diablos, ese imbécil de Carrier no arregló el aire.
-Papito, estarás enfermo porque aquí hace un frío espantoso. Ni
que quieras vivir en Siberia.
-Ah, no me jodas…
TIPOLOGÍAS OCULTAS 126
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
Ella para calmar tu enojo se acerca y te acaricia el cuello y la cara, las orejas y ya
jadeando se arrastran los dos y se desnudan frente a la puerta. Te olvidas de Gina, del
bebé que se sacó, del viejo de la bicicleta. Pero por el calor no puedes hacer nada. Abres
un cajón de una mesita , preparas un corte y aspiras, aspiras, aspiras a ver si el muerto se
te para. Le ofreces un pase a la morena, ella acepta, aspira un poco y pregunta dónde
queda el baño. Sigue aún más el calor que te enferma, te asfixia, te quema. La llamas. No
recuerdas su nombre. Es un nombre de ésos raros que se inventan los padres de ahora
para alardear de su inteligencia y llamar la atención. ¡Ah, ya recuerdas: Etreum!
-Mira, Etreum, mamita ven acá que la cama está buena.
No te responde. En el suelo ves sus ropas, una túnica negra. ¡Qué extraño, jurabas que
vestía de rojo! No le das importancia, ya que el dichoso calor apenas te deja respirar.
Ella sale tambaleando del baño y te susurra al oído –Sabrosura, tienes que llevarme a casa
porque prometí llegar temprano. Mi marido me espera.
Te vistes a prisa, casi no puedes sostenerte. Los pases, el ron, las mezclas, las pastillas,
las cervezas… Estás borracho, drogado y loco por el calor infernal que te abrasa, pero
aun así se ríen los dos y se dirigen al carro casi a gatas. Mientras manejas sientes los ojos
pesados. Ves borroso, pero aún así pisas el acelerador. Te encanta la temeridad. Tú no le
temes a nada. Coges la curva a más de ochenta millas. Miras al lado, pero qué extraño, no
ves a la morena. El camino se te pierde y te despiertas cuando oyes como alarma una
fuerte bocina y ves una brillante luz que se acerca. Se acrecienta el calor, el peso del
cuerpo apenas te permite conducir y ese olor. De pronto todo se oscurece. El peso del
cuerpo te vence. Estás tan cansado. Cierras los ojos. Te olvidas de todo. ¡Qué día terrible
has tenido! Mas ya no recuerdas. Cruzas los brazos y te dejas llevar por el sueño, por una
TIPOLOGÍAS OCULTAS 127
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
grata inconsciencia. Todo fue un sueño, un maldito sueño . Pero aquel beso francés que te
dio la morena te pareció tan real que aún sientes la lengua jadeante de la tipa en el interior
de tu boca y recuerdas el olor de su pubis. -¿A dónde se fue la cabroncita ésa?- te
preguntas sin poder moverte. Sólo quieres dormir y el calor no te deja. Este calor infernal.
Despiertas.
-¿Dónde estoy?, ¿Por qué hay tanta oscuridad? No veo
nada. ¿Qué pasa?
Intentas incorporarte, pero no puedes moverte. Sientes como nunca en tu vida un peso
que te mantiene inerte e inmóvil. Quieres levantarte, mas una fuerza superior a la tuya te
retiene, te atrapa, te lo impide. Eres incapaz de mover las piernas o de elevar los brazos
que permanecen cruzados a pesar de todos tus esfuerzos. No sabes dónde estás metido.
Gritas, pides ayuda. El calor aumenta y aumenta. Se produce un ruido estrepitoso, pero
no ves nada; no ves a nadie. De momento ves de nuevo la luz. Es una extraña claridad
sobre tu cabeza. Logras ver algo en la oscuridad. Sí, ves una enorme grúa que hala desde
la cumbre un auto. Es un BMW deportivo. Es un BMW de lujo, es del 2008. Es tu BMW.
Aumenta el calor. Lo ves hecho trizas. Menos mal que tú no estás adentro, pero ¿dónde
diablos estás?. Tranquilo, debes estar en tu cama “king size” pasando la resaca por la
juerga de anoche. Cierras los ojos, pero inmediatamente los abres. Sientes más calor y un
fuerte cosquilleo a tu alrededor. Algo se mueve y presiona todo tu cuerpo. Se mueve
sobre ti. No te gusta ese movimiento. Es como una masa que quiere arroparte,
succionarte. Intentas de nuevo levantarte, pero de nada te sirve. Todo esfuerzo es vano.
Hay una total oscuridad, no puedes ver nada. Logras con los dedos de las manos y de los
pies tocar lo que sientes encima de todas tus carnes. Es algo frío, gelatinoso, gomoso. Son
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DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
largos, finos, repugnantes al tacto. Ves nuevamente la luz, por fin descubres lo que se
mueve encima de tu cuerpo. Se mueven, son varios, son muchos, son cientos y miras tu
cuerpo cubierto por miles de gusanos blancos de diversas formas y tamaños. Sientes un
asco espantoso y gritas como nunca gritaste en tu vida. Tratas de sacarlos de ahí, pero no
puedes moverte, ni logras evadirlos. No logras, por más que lo trates; no logras escaparte.
Contrólate, Armando. Recuerda que eres un empresario billonario. Recuerda que eres un
machote y que no puedes afectar tu imagen. Cuando ya estás a punto de estallar sientes
un alarido desgarrador que sale de tu garganta y escuchas entre sollozos tu propio grito y
el duro rechinar de tus dientes. Hasta que de pronto ves de nuevo esa extraña claridad,
esa fuerte luz, ese resplandor sobre tu cabeza. Gritas, gimes y lloras para que alguien
desde allá te escuche. Nada. Ves en la altura a una jovencita rubia que lloriquea como una
niña. A duras penas la reconoces, sí pero finalmente te das cuenta: Es Sophie. Ves
además una figura como de mujer, alta vestida completamente de negro. Se descubre el
velo que cubre su rostro cuando mira hacia abajo y dirige su mirada hacia ti. Es un rostro
distorsionado sin carne, ni labios, ni ojos, es un esqueleto vestido de negro que se ríe
cuando te mira. Te mira sin ojos. Alguien tiene que verte, alguien tiene que oirte. Sí, por
fin te han visto. Estás salvado. Mas nadie se mueve. Nadie hace nada por librarte de
donde estás, por quitarte de encima esos asquerosos gusanos que te carcomen la piel, que
te muerden los dedos de los pies y de las manos. Lanzas alaridos al viento. Sigues ahí, no
sabes dónde y observas por primera vez en tu vida, lleno de pavor, a la Señora Muerte.
Ves a lo lejos un hombre vestido con un uniforme de trabajo. Lleva puesto un mameluco.
Lees la insignia: "Carrier: aire para toda la vida”. Te preguntas sumido en una total
desesperación -¿Quiénes son?. ¿Qué hacen aquí? ¿A dónde se dirigen? De pronto, ves la
TIPOLOGÍAS OCULTAS 129
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figura de un anciano montado en una bicicleta. El pasa frente a todos, pero los demás
parecen no verlo. Parece un fantasma. Un fantasma- dices, qué tonto. El viejo te mira. Sí,
te mira. Tú sabes que te está mirando. No sabes qué quiere, ni siquiera lo conoces. ¿Qué
hace ahí? ¿Qué espera? La cabeza del viejo está completamente abierta y ensangrentada.
Ves que se acerca un grupo reducido de hombres y ponen algo en el suelo. Ah, ya
entiendes es un cortejo fúnebre. Todos están en un funeral, pero ¿de quién? Colocan el
féretro. Ya lo están bajando. Llega hasta ti y ves más cerca. Te ves a ti mismo. Ves tu
cuerpo vomitando gusanos y cientos más que suben y suben . Estás desconcertado. Gritas
como loco y pides que alguien haga algo por ti. Llevas rato gritando alocadamente. Has
gritado vituperios atroces, maldiciones a Dios, a los santos, a los hombres, a esa gente
que han bajado hasta donde tú estás y que no han hecho nada por sacarte de ahí. Nadie
escucha ni entiende lo que gritas. Llevas horas gritando, mentándoles las madres a todos.
Llevas…¿horas? ¿días?, ¿meses?, ¿años?. No es posible. Mientras maldices, más rápido
los gusanos siguen escalando tu cuerpo ignominiosamente. Ves como te devoran lenta y
despiadadamente las manos , la nariz, los dedos, la cara. Ya estás como carroña podrida.
Es todo una locura, debe ser un mal sueño, sí, una pesadilla de ésas terribles. Ahora en
desesperación no clamas, no llamas, no pides. Ahora ya exiges que te saquen de ahí
porque tú eres… ¿Qué ocurre por qué callas?. Callas porque no recuerdas tu nombre. No
sabes quién eres. Esa gente sigue allá; ahora los oyes encima de ti, lamentándose como tú
por algo que desconoces. ¿A quién vas a llamar? No reconoces a nadie. Nadie te escucha.
Te preguntas una y otra vez ¿por qué estás ahí?. ¿Qué sucede?. ¿Por qué todos te
ignoran? ¿Quién te puso donde estás?. ¿Por qué hay tanto calor y tanta oscuridad?. ¿De
dónde salen estos cientos de gusanos?. ¿Qué le pasa a la gente que no ven a la muerte, ni
TIPOLOGÍAS OCULTAS 130
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al viejo, ni a ti clamando por ayuda?. Só lo te rodea ese fuerte hedor a carne putrefacta y
descompuesta. Huele a demonio podrido y no puedes mover ni el más minúsculo de
todos tus miembros. Estás tieso e inerte. Es inútil porque no logras hacer nada. No
consigues razonar. Atas atisbos de imágenes que se escapan ahora como sombras y no
consigues recordar nada. No sabes ni si quiera quién fuiste. Ya no tienes ojos, ya no
tienes lengua, ya no tienes voz. No me tienes ni a mí para aclararte las cosas que has visto
y oído, mas ahora no comprendes.
Ya los prolíficos ejércitos de gusanos te han devorado, pero todo como un ciclo volverá a
repetirse por siempre, eternamente. Prepárate porque mañana volverás a pasar por lo
mismo. Los gusanos han entrado mil veces por debajo de tus uñas. Los sentirás
nuevamente correr en tu vientre. Se introducirán como si nada en tu ombligo, se comerán
tus ojos, entrarán por tus oídos, se alojarán mañana, una vez más en tu pene y en tu
lengua. Correrán como saliva por tu garganta y formarán al final una larga red en tus
entrañas. Es que aún no te das cuenta. Todos los días hacen lo mismo. Ya no ves nada, no
oyes nada, no dices nada. Sólo sigues experimentando un gran dolor agudo, lento,
indescriptible; y temes que comience de nuevo el mismo proceso porque sabes que tú no
puedes, no podrás hacer hoy, ni mañana, ni nunca, nada. El calor es aún peor y el olor a
azufre no tiene nombre. Desmembrado, sin lengua, sin ojos, sin oídos. Sin saber por qué
o cómo. Muerto, pero vivo en ese sufrimiento, solo y sin mí; sin tu propia conciencia.
Lanzarás un gran gemido desde tu tumba para dejar saber al mundo que yo muero
contigo cada día, cada noche, cada hora y para siempre. Eres menos que el polvo, el
silencio o la misma muerte. Mientras que fuera de todo tiempo y de todo espacio, se
TIPOLOGÍAS OCULTAS 131
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
levanta una mano misteriosa que tú no puedes ver y que tengo prohibido revelarte. Esa
mano escribe en el firmamento mismo tu historia:
“El peor castigo del infierno es el olvido. No tendrás memoria. Ese es el castigo del
impío. No sabrás quién eres, ni por qué estás aquí. No recordarás nada, ni a nadie,
ni siquiera a ti mismo. Quien yace aquí mató en vida su conciencia. Murió como
vivió: Vacío y sin arrepentirse. Sólo le espera sin fin y para siempre, el llanto
amargo y el propio rechinar de dientes. La sentencia es y será irrevocable: La
pérdida de la memoria. Su condena es el olvido eterno sin saber por qué. Será un
Prometeo encadenado a su tumba. No podrá recordar jamás como vivió, pero
diariamente repetirá de principio a fin el día de su muerte. El que tenga oídos que
oiga…”
TIPOLOGÍAS OCULTAS 132
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TIPOLOGÍAS OCULTAS 133
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NARRATIPOLOGÍA
XVII
TIPOLOGÍAS OCULTAS 134
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
¿La búsqueda de la felicidad?
Porque la felicidad no existe; es sólo una
respuesta eufórica ante momentos vividos.
La cartografía del siglo III antes de Cristo ubica al país de Paradisus en la zona
septentrional del Océano Índico. Cuentan antiguas leyendas que su desaparición de
todos los mapas fue debido a múltiples y continuos cataclismos provocados por la
misma humanidad. La avaricia despertó terremotos, maremotos y tipos inexplicables
de movimientos ciclónicos que llevaron a este lugar a su total hundimiento. Hasta
hace poco se desconocía la causa de la muerte de los paradisiacos y la erradicación de
su país del globo terráqueo. Mas este año, fue descubierto un antiquísimo papiro que
data del 324 a.C. El mismo fue hallado en el interior de una tumba, cuya lápida ha
sido borrada por el inevitable paso del tiempo. No tuvo la misma suerte el contenido
del documento que es legible y deja al descubierto la revelación de esta historia.
Paradisus era un hermoso país de eterna primavera y con virtudes que provocaban
la envidia de sus vecinos. Allí vivía como ermitaño el doctor Cesáreo Genius Mortem
afamado botánico experto de la flora universal. El Dr. Genius Mortem hacía estudios
en su laboratorio sobre las plantas y las hierbas endémicas de Paradisus cuando
tropezó con un descubrimiento que cambió para siempre el curso de este país, de sus
habitantes y del mundo entero. La euforenza planta dicotiledónea que según sus
estudios producía el efecto de la felicidad. Genius Mortem, sin lugar a dudas, había
TIPOLOGÍAS OCULTAS 135
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
descubierto el modo de producir la felicidad y nada menos que en su país natal
Paradisus. La noticia corrió como pólvora y todos los pueblos, países y naciones
quisieron probar el hallazgo. La felicidad embargó a miles de paradisiacos y
diariamente llegaban al país millones y millones de personas que lo daban todo, hasta
su alma, por probar la planta que se ganó por sus efectos una gama enorme de
adjetivos; entre éstos: Mágica, milagrosa, esotérica, venerable, maravillosa,
asombrosa, única, laudable, útil, necesaria, imprescindible, deseable, divina,
extraordinaria, increíble, vital...
Comenzó así, sin nadie saberlo, el principio del fin. Se iniciaron las guerras para
apropiarse del descubrimiento. La gente quería a toda costa consumir la euforenza que los
colmaba de una felicidad tal que los desconectaban del mundo. Ya no se preocupaban por
las deudas, las que dejaron de pagar, llevando a los prestamistas a la quiebra porque
vivían disfrutando solamente su felicidad. Ya no se creaban leyes ni se legislaba en
ninguna parte porque se sentían tan felices que no valía la pena controlar el crimen y la
delincuencia. Cerraron todos los lugares donde se atendían a los enfermos, pues hasta los
moribundos y desahuciados vivían felices con sus dolores, sus diagnósticos y sus
enfermedades. Todos los negocios y comercios conocidos se fueron a la bancarrota, ya
que la felicidad llevó a la población de Paradisus al conformismo de vivir con nada. Así
se agigantó la pobreza y la hambruna. La muerte sorprendía a todos; dejándolos a duras
penas, con una absurda e irónica sonrisa en los labios. Todo se detuvo menos las oleadas
gigantescas de gente que llegaban a Paradisus buscando la dicha de la felicidad.
Consumieron tanto y tan apresuradamente la euforenza que agotaron la planta. Las
muchedumbres lograron hundir el suelo de Paradisus y provocaron su total cataclismo
TIPOLOGÍAS OCULTAS 136
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
frente a los ojos de los paradisiacos que sumidos en un letargo de felicidad absoluta no
hicieron nada para evitar la catástrofe fatal.
La búsqueda de la felicidad los aletargaba tanto que perdían la compustura, la
moral y se olvidaban poco a poco de su misma condición humana. La euforenza los
llevaba a tal estado anímico que ya no se preocupaban por nada ni por nadie. Olvidaron
sus deberes, sus familias, su respeto a la dignidad y hasta sus orígenes. Se fueron
animalizando y ya se les veía a todos mendigar, robar, matar y bailar como monos de
organillero con tal de saborear una migaja de euforenza. En plena crisis y ya frente a la
muerte como hecho inexorable, el Dr. Cesáreo Genius Mortem custodiaba en su
laboratorio, ubicado en la acrópolis de Paradisus, la última planta de euforenza. Nunca
sospechó que un poderoso comerciante mesopotámico enviaría emisarios mercenarios a
Paradisus con el único propósito de adueñarse de la última planta de euforenza.
El comerciante llamado Avaricius Anticristus logró su cometido y antes del
hundimiento total de Paradisus logró obtener la última planta de euforenza. Distribuyó así
las últimas gotas de la felicidad entre los miembros de su privado y exclusivo club
llamado Los ricos y famosos precisamente el mismo día que Pardisus quedaba hundido
para siempre en el Océano Índico. Desde ese momento, la felicidad pasó a ser patrimonio
de una minoría que aún después de tantos siglos siguen los apotegmas de a quien
denominaron su dios y su maestro. Se han diseminado como plagas ominosas por
dondequiera para corromper los corazones de los débiles e infelices de la tierra. Se
caracterizan por sus excentricidades, temeridades y locuras como alarde del poder, el
gozar y el tener que los reviste y se hacen llamar The rich and famous, nombre en inglés
que los presenta como los dueños y señores del universo. El resto del mundo y las
TIPOLOGÍAS OCULTAS 137
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minorías intelectuales, a pesar de conocer ya esta historia, han quedado sin poder hacer
nada. Han sido excluídos de la llamada felicidad y pierden cada vez más la esperanza de
poder saborearla algún día. La felicidad que en un principio era para todos, ahora se ha
convertido en privilegio de pocos, en promesas incumplidas, en un cuento de niños e
incautos incultos. Los descendientes y herederos del club de Avaricius Anticristus se han
encargado de mantener por siglos total control del mundo y se cuenta que entre ellos hay
quienes aún custodian los únicos frascos de la pócima producidas por la última planta de
euforenza. Poco a poco se van apoderando de todo, lo gobiernan, lo dominan, ocupan los
mejores puestos, se asientan en los lugares más distinguidos, manejan las leyes y la
justicia a su modo y conveniencia y sobre todo se jactan de manipular al resto de la
humanidad que se rinde a sus pies y hacen por ellos lo que sea como si fueran marionetas
o muñecos de trapo. Esta organización goza plenamente de la opulencia, del poder y el
respeto de todas las instituciones universales. Difunden por ello muy orgullosos su credo
en lo que se ha denominado siglos más tarde: El consumerismo capitalista cuyo lema
enarbola como enseña y política oficial la nueva era de la globalización. Mantienen como
consigna su única e invariable propuesta que lleva por título: "La felicidad ja, ja, ja, ja".
TIPOLOGÍAS OCULTAS 138
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TIPOLOGÍAS OCULTAS 139
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NARRATIPOLOGÍA
XVIII
TIPOLOGÍAS OCULTAS 140
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
OLOR A MUERTO
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!( Rima LXXIII, Bécquer )
La amistad entraña un gran e insondable misterio. Los amigos son hermanos de sus vicios
y de sus virtudes. Aún las almas más dispares, si tienen el ánimo de sostener una amistad,
se asocian como prodigios inexplicables. Esta es la historia de dos amigas viajeras.
Rebeca y Ana eran amigas desde hacía muchos años. Trabajaban juntas y acostumbraban
igualmente a compartir viajes profesionales juntas. Se conocían desde su época de
estudiantes y aunque eran bastante disímiles la una de la otra, se unían para defender
muchas veces las mismas consignas o para complementar sus puntos de vista antípodas.
Rebeca era escéptica y aventurera. Creía sólo en su fuerza interior y dudaba de todo y de
todos. Ana, por el contrario, era soñadora y crédula. Pensaba que esta vida era una
especie de espejismo, un intento de vida y que había algo oculto detrás de cada puerta o
ventana que se atravesara en su camino. Una era páctica y gustaba de la investigación
científica; la otra era poeta y cuentista quien en ocasiones soñaba hasta despierta. Sus
diferencias nunca fueron obstáculo para fomentar una fuerte amistad que las hacía
inseparables en múltiples proyectos y trabajos. Su historia nos llega por un comentario
que fue hallado en un diario de viajes que pertenecía a Rebeca. Es la misma y verdadera
historia que hoy relatamos.
En un verano del 1997 ambas amigas emprendieron un viaje juntas. Éste, para sorpresa
de todos, no sería un viaje ordinario, sino que cambiaría en diversos aspectos la forma de
TIPOLOGÍAS OCULTAS 141
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
pensar de ambas y las uniría aún más como intento fallido de guardar un secreto que por
el hallazgo del diario ya hoy es materia pública. Llegaron ese verano del 97 a Buenos
Aires. Aunque cansadas y fatigosas, siempre acostumbraban a soltar el equipaje y
comenzar su recorrido para indagar el lugar. Esa tarde no perdieron ni un minuto y
abandonaron recién llegadas la habitación del modesto, pero cómodo hotel bonarense
para explorar el lar porteño.
-¡Buenos Aires! - Gritó Rebeca, extendiendo los brazos, tierra del tango y la milonga.
- Sí, afirmó Ana - "Mi Buenos Aires querido" como reza el tango popular.
Anduvieron sin rumbo, se fueron de compras y recorrieron durante horas las avenidas y
calles aledañas al hotel: El Obelisco, La Avenida 9 de julio, la Plaza de mayo, la Casa
Rosada. Cuando Ana miró su reloj no podía creer que aunque parecía mediodía eran ya
las doce de la noche.
- Imposible- replicó la incrédula de Rebeca, si aún es de día. Mas apresuraron el paso
porque para su primer día en la alegre ciudad ya estaban cansadas de caminar y por el
momento, habían visto bastante. Seguirían aventurando al día siguiente y hasta les nació
la idea de hacer una apuesta. Una apuesta que ninguna pudo ganar. Ana, soñaba con
pararse en el balcón de la Casa Rosada donde Evita proclamaba sus arengas a sus
descamisados y Rebeca, por su parte deseaba bailar un tango extreme con un guapo galán
argentino. Cada una apostó hacer su sueño realidad primero que se cumpliera el sueño de
la contrincante. El resultado de dicha apuesta provocó risas y más risas entre ambas
amigas. La entrada al balcón estaba prohibida para los turistas, así que Ana perdió su
apuesta. La misma suerte tuvo Rebeca, pues los candidatos que aparecían, aún pagando
un estipendio, eran viejos bastante desmejorados que no abonaban nada a su
TIPOLOGÍAS OCULTAS 142
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
apasionamiento por el tango. Se rehusó a bailar con los decrépitos que se le acercaban y
hasta le confesó a su amiga: - Ni se te ocurra sacarme una foto con alguno de estos viejos
que eso me desprestigia, mira mejor bailo sola que mal acompañada. Ambas fracasaron
así en sus respectivas misiones y las dos perdieron la apuesta de ver quién lograba
primero su cometido. Decidieron, pues tomar otro rumbo de acción. Ana se amarró su
cámara fotográfica para capturar todas las imágenes interesantes que viera y llevarlas
como su mejor recuerdo. Mientras que Rebeca echó mano de su libreta para anotar
fechas, nombres, datos de interés y completar un nuevo diario de viajes, esta vez su diario
sería sobre Buenos Aires. Se pusieron de acuerdo para cumplir esta vez con la agenda
planificada y compartirían una misión: Una escribiría el texto y otra lo ilustraría con
imágenes fotográficas. Compraron libros a precios de quemazón ( algunos a dólar otros a
veinticinco centavos ). Fueron a espectáculos de tango en la Esquina de Gardel, El Señor
Tango, visitaron el Barrio La Boca, recorrieron Caminito, probaron los ricos alfajores, los
dulces típicos, y compraron varias cajitas para traerles a sus familiares. Recorrieron la
Feria de San Telmo, el Museo de Evita, el Centro Cultural Borges. No obstante, tenían
que hacer una visita más que obligada a La Recoleta, el enorme cementerio bonarense, la
morada de los ricos y patriarcas oligarcas que nunca sufrieron de ningún "Corralito", los
que renegaron del lunfardo y del medio pelo, los burgueses que crearon la fuerte
oposición para que Evita
( la Eva Duarte ) nunca fuera la Vicepresidenta de la Nación. Ahora, después de muertos
se revolcarían en sus tumbas y escucharían el propio rechinar de sus dientes pues, no
pudieron impedir que como última morada el pueblo le consiguiera un espacio a su
matriarca en el cementerio lujoso de La Recoleta.
TIPOLOGÍAS OCULTAS 143
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
La visita al cementerio tenía para ambas amigas dos motivaciones mayores: Para Rebeca,
curiosear y ver las tumbas de los escritores célebres como Adolfo Bioy Casares, José
Hernández, Victoria Ocampo; ver del mismo modo la arquitectónica opulencia de los
mausoleos de los presidentes del país que la igual que los faraones egipcios se llevaron
riquezas al trasmundo- el General Rosas, Yrigoyen, entre otros. Ana solamente pensaba
en avivar su vena poética y proclamar que frente a tanta magnanimidad y grandeza está
nuestra finitud de polvo, sombra y nada. Así que decididas tomaron un taxi y al fin ahí
estaban en el Barrio de La Recoleta. Rebeca con su libretita en mano y Ana con su
cámara. Las dos turistas y viajeras amigas querían cumplir esta vez con su cometido. De
afuera era asombroso mirar todo ese testimonio silente de mármol blanco, revestido con
figuras en oro, mármol de carrara, nichos que imitaban la fachada arquitectónica de la
famosa Basílica de Notre Dame en París. La entrada era amplia y el pasillo central estaba
revestido con dos largas filas de cipreses imponentes que anunciaban el espíritu
mortuorio del lugar. Debían primero cruzar unas anchas escaleras para alcanzar la entrada
y cuando se disponían a hacerlo, dos mujeres de mediana edad le cortaron el paso
abruptamente.
- Señoras, su contribución, por favor, para erradicar el mal de chacras.
- ¿El mal de chacras?, cuestionó Rebeca y entre dientes le murmuró a Ana- Santo Dios,
esto es patético y frente a un cementerio, pero bueno cooperemos por si acaso.
Las mujeres agradecieron muchísimo la ayuda, entregaron una literatura sobre la
enfermedad y en gesto casi beatífico bendijeron que las amigas fueran de Puerto Rico, el
lugar más feliz del mundo, seguramente porque no se sufría de ese mal. Rebeca, por
supuesto, no tardó en señalarle a Ana que ojalá no las hubieran timado y que esperaba
TIPOLOGÍAS OCULTAS 144
DRA.YASMINE CRUZ RIVERA
que se utilizara el dinero ofrendado para el propósito descrito por aquellas mujeres y no
para otras intenciones o fines dudosos. Concluyó su comentario parodiando el tono de las
dos mujeres: ¡Oh, sí, sin lugar a dudas que Puerto Rico es el país más feliz del mundo; ajá
es el Puerto de la felicidad!
-Hay que creer un poco en esta humanidad Rebeca, apuntó Ana sonriendo y moviendo la
cabeza frente a la continua incredulidad de su amiga.
Por fin, lograron entrar al cementerio; pausada y solemnemente como quienes participan
de la misa dominical y comenzaron a otear por el enorme lugar para buscar las tumbas
que querían ver.
- Creo que perderemos el tiempo. Esto es gigantesco. ¿Qué aquí no hay ni un muerto para
guiarnos?- preguntó en son de burla Rebeca.
-Es una lástima. Se nos va a ir el día y sabrá Dios si no encontramos ni la tumba de Evita-
confirmó Ana tratando de escapar al comentario de su amiga.
De pronto y como de la nada, surgió la figura de un caballero delgado y alto. Engabanado
y con una pañoleta amarrada al cuello al estilo porteño. Saludó a ambas con un - Buenas
tardes- con deje tenebroso y un extraño olor a humedad, a algo viejo e indescriptible. El
hombre rodeado por un hálito de penumbra misteriosa ofreció sus servicios para guiarlas
porque conocía, según él, muy bien el lugar. Afirmó sin mover un músculo:
-Esto es enorme y se pueden perder. Vamos, asintió y les señaló un camino sin cuestionar
si ellas querían o no su ayuda.
Rebeca sujetó la camisa de Ana y se negó, pues el hombre aunque bien vestido, lucía
viejo, sucio y desaliñado. Sus ropas estaban desteñidas, parecían fuera de época y sobre
todo expelían ese olor raro y desagradable que casi las aturdía.
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- Huele a viejo- le susurró Rebeca a Ana en el oído y comenzó a hacerle señas para
desaprobar al guía.
Mas notó que Ana le habló con la mirada y le indicó con la mano que siguiera al
misterioso individuo. Colocó su dedo índice sobre los labios formulando un gesto para
que Rebeca se callara. Pero Rebeca se detuvo y le replicó:
- Es un ser anacrónico y con ese hedor espantoso qué va a saber. Quizás es un pillo y lo
que quiere es robarnos. No ves que nos puede dejar tendidas aquí a las dos y meternos en
cualquier tumba. No hay nadie aquí. Mira esto es un desierto, una especie de laberinto
intrincado, recuerda que es martes y creo que somos las únicas visitas hoy en La
Recoleta. Vámonos te digo.
- No seas siempre tan desconfiada. No se ve mala persona. Además no se puede juzgar a
nadie por su apariencia y menos por los olores que tenga. Démosle una oportunidad.
Aprovechemos las direcciones que nos brinde porque así no perderemos tiempo. ¿No
quieres ver las tumbas de los escritores y generales, pues anda- le ordenó Ana a Rebeca.
Rebeca accedió con pocas ganas y sacó un pañuelo para disimuladamente taparse la
nariz, ya que el olor del hombre era verdaderamente peor que la peste. Decidió complacer
a Ana, no sin antes advertirle que sujetara bien su cartera y abriera bien los ojos. Se afinó
la garganta por si fuera necesario pedir, no sabía a quién, auxilio. Caminaban una junto a
la otra y dejaban que el extraño caballero se les adelantara para no sentir el hedor. El
hombre se disculpó por no haberse presentado antes y les comentó, sin decirles su
nombre, que era un historiador desempleado y venido a menos, víctima del llamado
"Corralito". Las llevó primero a ver la tumba del autor del Martín Fierro. Les enseñó el
mausoleo de los Héroes de Guerra de la Nación, el panteón de la familia de Borges, las
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tumbas de los ricos más ricos del país. Hablaba pausadamente y con su mirada fija y
penetrante mostraba dominio del tema. Parecía un personaje sacado de las películas en
blanco y negro personificadas por Boris Karlof. Les enseñó la tumba de mármol de un
matrimonio muy pudiente que tuvieron de todo hasta la hartura y les sobraba mucho
dinero, pero tenían muy poco amor. Esta pareja, según les relató, se mantuvieron juntos
por su apego al dinero y para evitar la división de los bienes, mas se llegaron a odiar a
muerte. Evidencia de ello era la escultura que adornaba la tumba. Los mostraba a ambos
dándose la espalda uno al otro.
- Enemigos en la muerte como lo fueron en vida. Un odio eterno, afirmó la voz ronca del
hombre.
Rebeca pensó que era absurdo aguantar tanto por el dinero, mientras que Ana conmovida
se acercó más al caballero historiador porque quería escuchar con mayor detenimiento
sus historias. Aunque el olor casi las asfixiaba a ambas continuaron el recorrido. En
varias ocasiones, Ana trató de incluir al hombre en sus fotos, pero éste se mantenía
esquivo y lograba evadir el lente fotográfico. Cuando lo enfocaba no salía su imagen en
el lente. Entonces Ana pensó en las palabras de Rebeca: "Quizás es un pillo y nos puede
dejar tendidas a ambas en cualquier tumba".
Sintió un leve escalofrío por la temeridad morbosa que provocaba la situación y le indicó
al caballero que aligerara el recorrido. Para su sorpresa Rebeca le insistió que no lo
aligerara tanto porque faltaba aún la tumba de Evita y que de ahí no se movía sin verla.
Por unos momentos las amigas cambiaron sus respectivos roles y quien fuera soñadora
como Ana se tornó en desconfiada e incrédula como Rebeca y viceversa, Rebeca
comenzó a confabular con el guía y a preguntarle sobre otras tumbas de interés. Sin
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embargo, la curiosidad las embargó a las dos quienes hasta intentaron mirar qué había
detrás de esa pañoleta porteña y observaron los zapatos llenos de tierra y fango del
historiador de los muertos. Las dos casi telepáticamente se hablaban con los ojos tratando
de ver ¿qué había detrás de ese extraño e intenso olor?, ¿cuánta sabiduría ocultaban los
relatos y dichos tan creíbles?, ¿sería este señor realmente un historiador desempleado?,
¿quién era en verdad este historiador voluntario en La Recoleta?
El hombre interrumpió la conversación que sostenían las amigas entre mímicas y
gesticulaciones para mostrarles la tumba de un general tan apegado a sus deberes
militares que prefirió cumplir con su país y descuidó a su esposa quien enfermó y murió
en soledad absoluta. El general se sintió culpable durante el resto de su vida y todos los
domingos le llevaba flores a su tumba. Cuando él murió años más tarde decidieron eregir
una escultura hermosa que recreara la pena y el amor de su mujer y que de alguna forma
reivindicara al general. La escultura mostraba la imagen del general frente a la tumba de
su esposa y de la lápida emergía la figura de una joven mujer representando a la esposa
que en muestra de perdón le ofrecía a su amado un ramo de flores.
- Curioso suceso, ¿verdad?- comentó el historiador- ahora es ella, la esposa muerta, quien
le ofrece flores a él y se las trae desde su tumba.
Llegaron a la tumba de Eva Duarte de Perón, mejor conocida como Evita. Tenía cientos
de ramos de flores frescas como si su funeral hubiera sido la tarde anterior. Ahí Rebeca le
hizo un gesto a Ana como para indicarle que ya era suficiente y que era hora de
despachar al hombre. Confabularon con disimulo para calcular una propina razonable. Al
principio habían pensado darle dos o tres dólares americanos, pero la seriedad y
consagración del caballero y su pasión al narrar las historias conmovió a ambas. Así que
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decidieron pagarle con un billete de veinte. Ana se haría cargo del pago y extendió la
mano con los veinte dólares a la vez que pensaba en su interior- ¡Qué lásitma tan viejo,
tan sabio y tan solo; tan solo como los muertos!-al darle las gracias y colocar el billete en
la mano del hombre, el billete cayó al vacío y el hombre desapareció como por arte de
magia frente a las dos amigas que se quedaron con los rostros semidesfigurados por el
pavor. Rebeca se acuclilló para levantar el billete y tocó el hombro de Ana quien inmersa
en el susto saltó estrepitosamente.
-Mira Ana, lee lo que dice la inscripción de esta tumba.
Sin más, pero aún nerviosa, Ana leyó con voz temblorosa: "Por tu sapiencia y dignidad
serás recordado toda la eternidad por tus discípulos amados. A ti nuestro historiador
porteño, descansa en paz para siempre".
Este hombre las había dirigido a la salida de La Recoleta y había desaparecido frente a
una tumba sencilla, sin nombre, sólo con esa cita lapidaria. Las dos concluyeron que al
final del recorrido las había dirigido a su propia tumba. El guía no podía ser sino un
muerto. Las dos salieron a toda prisa y se persignaron, entonces se oyó un trueno y en eco
la voz masculina y ronca del historiador que repetía una y otra vez: "Gracias, gracias les
doy yo a ustedes, gracias por acompañarme hoy porque nadie sabe realmente lo solos
que nos quedamos los muertos".
Al salir del cementerio Ana y Rebeca casi tartamudeando se agarraron de las manos. Se
tropezaron nuevamente con las señoras que aún pedían en la entrada para erradicar el
"Mal de chacras". Al unísono les preguntaron como locas sobre el guía historiador que
las había acompañado en su recorrido por La Recoleta. Las señoras las miraron con
asombro y ambas asintieron que nunca La Recoleta había tenido guía alguno, pues como
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es un lugar santo se evitan, por veneración a los difuntos, las excursiones y los
comentarios de los guías. Aseguraron que en ese cementerio por uso y costumbre
siempre se deja que los turistas lo recorran a solas.
La Recoleta les había mostrado lo mejor de sí misma y quien con mayor autoridad para
historiar las vidas de los muertos que otro muerto. Las dos amigas viajeras decidieron no
hablar del suceso extraordinario que habían vivido. Juraron no contarlo a nadie porque
seguramente se burlarían de ellas y darían por sentado que de tantos viajes ya las dos
estaban enloqueciendo. Su amistad guardaría el evento como una prueba de que todo
puede ser posible y Rebeca quien se distinguía en todos sitios por su característica
incredulidad decidió acoger con beneplácito desde ese mismo día la llamada "Duda de
Pascal". Porque es mejor creer por si acaso. Llegaron al hotel, comenzaron a empacar y
como efecto del inconsciente, Rebeca dejó olvidado en la mesita de noche de la
habitación su diario de viaje donde había escrito el suceso del viejo historiador salido del
trasmundo. Diario que fue hallado por la mucama que aseó el cuarto al día siguiente y
aunque se desconocen los apellidos de estas dos amigas y se les menciona solamente
como Ana y Rebeca, esta historia de un aparecido, un muerto que narra relatos de los
demás muertos ha corrido por todo el lar porteño. La historia ha pasado ya tanto de boca
en boca que ahora se allegan muchísimos turistas a La Recoleta con la esperanza y
curiosidad de tener la misma suerte que tuvieron estas amigas: Que emerja de su tumba el
viejo y sabio historiador y los dirija a un único e irrepetible viaje por el cementerio más
famoso de toda América.
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NARRATIPOLOGÍA
XIX
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ATISBOS NARRATIVOS
I. ¿EL JUICIO?
Una mañana de súbito se abrieron los cielos y ante toda la humanidad perpleja apareció
El Ojo de Dios. Los hombres y mujeres del planeta congregaron a sus líderes religiosos y
vinieron de todos los lugares obispos, pastores, fakires, maestros, rabinos, presbíteros,
diáconos y diaconisas, sacerdotes y sacerdotisas, ministros y ministras de órdenes, sectas
e iglesias distintas y distantes. No se hicieron esperar las profecías, las lecturas bíblicas,
el rezo del Corán, El Talmud y los Vedas. La pregunta que todos hacían en su propia
lengua y creencia en esta Babel futurista era idéntica: ¿Nos salvaremos o la humanidad
será condenada? Habían esperado por siglos y siglos y no sabían aún la respuesta.
Mientras divagaban y especulaban sobre el asunto inminente, un deambulante con cara de
pordiosero tildado como veterano loco de cientos de guerras, escoria social y paria
maldito; rompió la reflexiva postura del mundo y comenzó a gritar:
-Su parpadeo está en clave. Su mensaje está en Morse, es código Morse, ¿no lo
ven?
-¿En Morse?- pensaron todos, pues ya nadie estudiaba ese lenguaje arcaico e
inútil y desde hacía siglos habían destruido todos los manuales y libros de lenguas
y lenguajes profanos y absurdos. Todos usaban ahora la telepatía para
comunicarse.
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Cuando por fin después de horas, días y meses decidieron preguntarle al hombre y ya
estaban dispuestos a escuchar, el viejo deambulante que devariaba por escupir el mensaje
del Ojo de Dios al mundo; con millones de otros ojos encima observó al Ojo de Dios y
miró a su entorno. El veterano loco, el paria intocable y escoria social por fin murmuró:
-El olvido es letal, sé que está en Morse, pero ya no recuerdo cómo
descifrar tan antiguo lenguaje.
II.COMUNICACIÓN
Esta es la historia de Otro llamado en la era post - moderna Otredad quien tuvo el deseo
de hablar con Alguien. Quiso dialogar, desahogarse y tomó su celular, escribió un correo
electrónico, tomó trenes, aviones, autobuses y cruceros. Ya en su silencio sepulcral, gritó
de pronto con rostro desencajado frente a turistas, comensales, políticos, académicos,
ricachones y capitalistas: -¡Amigo, Hermano, Padre, Madre, Dios!; pero no encontró a
Nadie. Otredad estaba solo; completamente solo. Alguien no llegó a tiempo para
responderle.
III. CREACIÓN DE LA MUJER
Había una vez en un tiempo sin tiempo y en un espacio vacío, una mujer rodeada por
hombres, nombrada entre hombres, señalada por hombres. Observaba y observaba.
Cuando por fin decidió actuar, un intruso se atravesó en su camino; otro se cruzó con su
mirada y el último le cerró la boca, escribió un punto final en su frente, pasó la página y
concluyó el relato.
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IV.UN DULCE SONIDO
Miró fijamente sus manos y trató de palparlas, pero las manchas de algo sumamente
espeso, aceitoso como tinta roja impedían que pudiera verlas. Marcó con su dedo índice y
trazo su forma de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo.
-Mmmm,mmm,mmmmmmmmm-Murmuró entre dientes y recordó
repentinamente los nombres y adjetivos con que la llamaron y describieron toda la vida:
Mocosa mugrienta, Muchachita majadera, maleducada, malcriada, Meona, Malandra
malagradecida, malacostumbrada, Mujercita metiche, Madre de mierda, Morena mala,
Mujerzuela maldita, Mala muerte...
Cuando llegaron, la mujer policía le sujetó el brazo y la miró con ojos tristes. Entonces,
ahí el recuerdo la invadió como relámpago fulminante. Él llegó y guardó sus
herramientas de trabajo. Luego de un baño, se tumbó en la cama y se quedó dormido
como de costumbre. Ella abrió sigilosamente la puerta para que la madera podrida no
rechinara. Tenía el machete entre sus manos y golpeó cada miembro, cada membrana,
cada músculo de su cuerpo. Quedó mutilado en instantes. El Gran Masturbador malsano,
el Mafioso mafufo, morboso, el Macho, Machito, machista, el Maceta maquiavélico,
malicioso, maloliente, el Mujeriego, el Malnacido, el Mamalón, el Mequetrefe, el
Maleante, el Malhechor, maltratante, malvado, mañoso, maligno, el Mamarracho
malhumorado, manipulador, el Malasangre estaba muerto, bien muerto.
Se vio manchada en esa sangre que brotó como agua estancada y pestilente cubriendo su
rostro, sus brazos, su camisa, sus manos. La mujer policía la acomodó en la patrulla e
hizo que bajara suavemente la cabeza. Todo en ella se detuvo: Su voz, su pensamiento, su
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corazón. Sólo sonrió locamente feliz y se sintió libre y liberada por primera vez, sin
ataduras. Se palpó nuevamente ambas manos y las dos emes palpitaron para siempre.
Volvió a murmurar: Muñeca magnífica, Maestra maravillosa, Madre misericordiosa,
Mariposa multicolor. Y el dulce sonido de la M quedó grabado en ella eternamente.
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CONTRAPORTADA
La Dra. Yasmine Cruz Rivera reúne en esta obra Tipologías Ocultas una serie de relatos
cuyos protagonistas revelan rostros cercanos a nuestro entorno nacional, pero expande
sus horizontes al ámbito caribeño como cuando habla del conflicto que sufre el pueblo
haitiano y lleva sus relatos a lugares muy lejanos como cuando narra la lucha de un
sacerdote misionero en la zona de Bangladesh. Del mismo modo, las diversas voces
narrativas tocan el cosmos y se expanden al universo al trabajar la búsqueda desesperada
de la felicidad, la confrontación con conflictos mundiales tales como: la drogadicción, la
pedofilia, el alcoholismo, el suicidio, la soledad, la vejez, el abandono, la subestimación,
la avaricia, la deshumanización. Las voces de los protagonistas proveen en ocasiones,
como antítesis o prospección preventiva, soluciones viables a estos eternos males. Entre
éstos: La fe, la esperanza, la caridad y generosidad cristianas, el trabajo voluntario y
comunitario y la lucha por ideales altruistas. Sin duda, los lectores de esta colección de
cuentos identificarán a seres marginados en una sociedad capitalista y globalizadora
como la nuestra en este siglo XXI. No obstante, podrán develar al mismo tiempo otros
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rostros iluminados por su misma humanidad, por los valores y creencias que los dirigen
casi a un martirologio o beatificación excelsa y cautivadora. Este libro nos invita directa
y explícitamente a reflexionar y a llevar a cabo una introspección del ser y el quehacer en
este espacio del universo.