Top Banner
TEORÍA DE LA CLASE OCIOSA THORSTEIN VEBLEN Ediciones elaleph.com http://psikolibro.blogspot.com
421

Thorstein veblen teoría de la clase ociosa

Feb 09, 2017

Download

Education

Iván Félix
Welcome message from author
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
Page 1: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S EO C I O S A

T H O R S T E I N V E B L E N

Ediciones elaleph.com

http://psikolibro.blogspot.com

Page 2: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

Editado porelaleph.com

2000 – Copyright www.elaleph.comTodos los Derechos Reservados

http://psikolibro.blogspot.com

Page 3: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

3

I

Introducción

La institución de una clase ociosa se encuentra en sumáximo desarrollo en los estadios superiores de la culturabárbara por ejemplo, en la Europa feudal o el Japón feudal.En tales comunidades se observa con todo rigor la distinciónentre las clases; y la característica de significación económicamás saliente que hay en esas diferencias de clases es la distin-ción mantenida entre las tareas propias de cada una de lasclases. Las clases altas están consuetudinariamente exentas oexcluidas de las ocupaciones industriales y se reservan paradeterminadas tareas a las que se adscribe un cierto grado dehonor. La más importante de las tareas honorables en unacomunidad feudal es la guerra; el sacerdocio ocupa, por logeneral, el segundo lugar. Si la comunidad bárbara no esdemasiado belicosa, el oficio sacerdotal puede tener la prefe-rencia, pasando entonces el de guerrero a ocupar el segundolugar. En cualquier caso, con pocas excepciones, la regla esque los miembros de las clases superiores -tanto guerreros

http://psikolibro.blogspot.com

Page 4: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

4

como sacerdotes -estén exentos de tareas industriales y queesa exención sea expresión económica de su superioridad derango. La India brahmánica ofrece un buen ejemplo de laexención de tareas industriales que disfrutan ambas clasessociales. En las comunidades que pertenecen a la culturabárbara superior hay una considerable diferenciación de sub-clases dentro de lo que puede denominarse -en términosamplios -la clase ociosa; hay entre esas subclases una dife-renciación paralela de ocupaciones. La clase ociosa com-prende a las clases guerrera y sacerdotal, junto con gran partede sus séquitos. Las ocupaciones de esa clase están diversifi-cadas con arreglo a las subdivisiones en que se fracciona,pero todas tienen la característica común de no ser indus-triales. Esas ocupaciones no industriales de las clases altaspueden ser comprendidas, en términos generales, bajo losepígrafes de gobierno, guerra, prácticas religiosas y deportes.

En una etapa anterior, pero no la primera, de la barba-rie, encontramos la clase ociosa menos diferenciada. Ni lasdistinciones de clase ni las que existen entre las diversas ocu-paciones de la clase ociosa, son tan minuciosas ni tan intrin-cadas como en los estadios posteriores. Los isleños de laPolinesia ofrecen en términos generales un buen ejemplo deesta etapa, con la salvedad de que -debido a la ausencia decaza mayor -la profesión de cazador no ocupa en el esquemade su vida el lugar de honor habitual. La comunidad islande-sa de la época de las sagas ofrece también un buen ejemplode este tipo. En tales comunidades hay una distinción rigu-rosa entre las clases y entre las ocupaciones peculiares a cadauna de ellas. El trabajo manual, la industria, todo lo que ten-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 5: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

5

ga relación con la tarea cotidiana de conseguir medios devida es ocupación exclusiva de la clase inferior. Esta claseinferior incluye a los esclavos y otros seres subordinados ygeneralmente comprende también a todas las mujeres. Si hayvarios grados de aristocracia, las mujeres de rango más ele-vado están por lo general exentas de la realización de tareasindustriales o por lo menos de las formas más vulgares detrabajo manual. En cuanto a los hombres de las clases supe-riores, no sólo están exentos de toda ocupación industrial,sino que una costumbre prescriptiva lo descalifica para de-sempeñarlas. La serie de tareas que tienen abiertas ante síestá rígidamente definida. Como en el estadio superior deque ya se ha hablado, esas tareas son el gobierno, la guerra,las prácticas religiosas y los deportes. Esas cuatro especies deactividad rigen el esquema de la vida de las clases elevadas ypara los miembros de rango superior -los reyes o caudillos -son las únicas especies de actividad permitidas por el sentidocomún o la costumbre de la comunidad. Cuando el esquemaestá plenamente desarrollado, hasta los deportes son consi-derados como de dudosa legitimidad para los miembros derango superior. Los grados inferiores de la clase ociosa pue-den desempeñar otras tareas, pero son tareas subsidiarias dealgunas de las ocupaciones típicas de la clase ociosa. Talesson, por ejemplo, la manufactura y cuidado de las armas yequipos bélicos y las canoas de guerra, la doma, amaestra-miento y manejo de caballos, perros, halcones, la prepara-ción de instrumentos sagrados, etc. Las clases inferioresestán excluidas de estas tareas honorables secundarias, ex-cepto de aquellas que son de carácter netamente industrial y

http://psikolibro.blogspot.com

Page 6: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

6

sólo de modo remoto se relacionan con las ocupacionestípicas de la clase ociosa.

Si retrocedemos un paso más desde esta cultura bárbaraejemplar a etapas inferiores de barbarie, ya no encontramosla clase ociosa en forma plenamente desarrollada. Pero estabarbarie inferior muestra los usos, motivos y circunstanciasde las que ha surgido la institución de una clase ociosa e in-dica los primeros pasos de su desarrollo. Son ejemplos deestas fases más primitivas de la diferenciación varias tribusnómadas cazadoras de diversas partes del mundo. Puedetomarse como ejemplo adecuado cualquiera de las tribuscazadoras norteamericanas. No es posible afirmar que hayaen esas tribus una clase ociosa definida. Hay una diferencia-ción de funciones y una distinción de clases basada en ella,pero la exención del trabajo de la clase superior no ha avan-zado aún lo suficiente para que pueda serle plenamente apli-cable la denominación de «Clase ociosa». Las tribus que seencuentran en este nivel económico han llevado la diferen-ciación económica a un punto en que se hace una distinciónmarcada entre las ocupaciones de los hombres y las de lasmujeres y esta distinción tiene carácter valorativo (invidious)1

1 Utilizo la palabra «valorativo», aquí y en el resto de la obra, para tradu-cir el término inglés invidious empleado por Veblen. Ese calificativosignifica de ordinario denigrante, envidioso u odioso. Pero como explicamás adelante (pp. 412) el autor, le da un sentido distinto: «Se emplea eltérmino en sentido técnico, para describir una comparación de personascon objeto de escalonarlas y graduarlas con respecto a la valía o valorrelativos de cada una de ellas en sentido estético o moral y conceder, ydefinir así los grados relativos de agrado con que pueden ser legítima-mente contempladas por sí mismas y por las demás. Una comparaciónvalorativa (invidious) es un proceso de valoración de las personas conrespecto a su valía»

http://psikolibro.blogspot.com

Page 7: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

7

En casi todas estas tribus las mujeres están adscritas, por unacostumbre prescriptiva, a aquellos trabajos de los que surgen,en el estadio siguiente, las ocupaciones industriales propia-mente dichas. Los hombres están exentos de esas tareas vul-gares y se reservan para la guerra, la caza, los deportes y lasprácticas devotas. En esta materia se hace con frecuenciauna discriminación rigurosa.

Esta división del trabajo coincide con la distinción entrela clase trabajadora y la clase ociosa, tal como aparece en lacultura bárbara superior. Al avanzar la diversificación y espe-cialización de ocupaciones, la línea divisoria así marcadaviene a separar las ocupaciones industriales de las no indus-triales. El modelo de donde ha derivado la industria poste-rior no está constituido por las ocupaciones propias delhombre en el anterior estadio bárbaro. En el desarrollo pos-terior ese tipo sobrevive solamente en ocupaciones no clasi-ficadas como industriales; guerra, política, deportes, ciencia yel oficio sacerdotal.

Las únicas excepciones notables son una parte de la in-dustria pesquera y ciertas ocupaciones ligeras que es dudosopuedan ser calificadas como industria, tales como la manu-factura de armas, juguetes e instrumentos para los deportes.Virtualmente todas las tareas industriales son una excrecen-cia de lo que en la comunidad primitiva bárbara se clasificacomo trabajo de las mujeres.

En la cultura bárbara inferior, el trabajo de los hombresno es menos indispensable para la vida del grupo que el rea-lizado por las mujeres. Es incluso posible que el trabajo delhombre contribuya tanto como el de la mujer al abasteci-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 8: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

8

miento de alimentos y de las demás cosas que necesita con-sumir el grupo. Tan evidente es este carácter «productivo»del trabajo de los hombres, que en las obras corrientes deeconomía se considera el trabajo del cazador como tipo de laindustria primitiva. Pero no es así como opina el bárbaro. Asus propios ojos no es un trabajador y no ha de clasificárseloa este respecto junto con las mujeres; ni debe clasificarsetampoco su esfuerzo juntamente con el tráfago (drudgery) delas mujeres, como trabajo o industria, de modo que sea po-sible confundirlo con aquél. En todas las comunidades bár-baras hay un profundo sentido de la disparidad existenteentre el trabajo del hombre y el de la mujer. El trabajo delhombre puede estar encaminado al sostenimiento del grupo,pero se estima que lo realiza con una excelencia y eficacia deun tipo tal que no puede compararse sin desdoro con la dili-gencia monótona de las mujeres.

Si retrocedemos un paso más atrás en la escala culturalencontramos -en los grupos salvajes -que la diferenciaciónde tareas es aún menos complicada y la distinción valorativaentre clases y tareas menos consistente y rigurosa. Es difícilencontrar ejemplos inequívocos de una cultura salvaje pri-mitiva. Son pocos los grupos clasificados corno «salvajes»que no presentan rastros de una regresión desde un estadiocultural más avanzado. Pero hay grupos -algunos de los cua-les no son, aparentemente, resultado de una regresión -quepresentan, con alguna fidelidad, los rasgos del salvajismoprimitivo. Su cultura difiere de la cultura de las comunidadesbárbaras en la ausencia de una clase ociosa y en la ausencia,en gran medida, del ánimo o actitud espiritual en que des-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 9: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

9

cansa la institución de una clase ociosa. Esas comunidadesde salvajes primitivos en las que no hay jerarquía de claseseconómicas no constituyen sino una fracción pequeña y po-co importante de la raza humana. El mejor ejemplo de estafase cultural lo ofrecen las tribus de los andamanes y todaslas de los Montes Nilguiri. El esquema de la vida de estosgrupos en la época de su primer contacto con los europeosparece haber sido casi típico por lo que respecta a la ausenciade una clase ociosa. Pueden citarse otros ejemplos, los aínosde Yezo y, aunque es más dudoso, algunos grupos bosqui-manos y esquimales. Ciertas comunidades de indios puebloson incluidas con menos seguridad, en la misma clase. Mu-chas de las comunidades aquí citadas, si no todas, puedenmuy bien ser casos de degeneración de una barbarie superiormás bien que portadoras de una cultura que no haya estadonunca por encima de su nivel actual, Caso de ser así, sólopor extensión pueden ser aceptados para nuestro actual pro-pósito; pero pueden servir, a pesar de todo, como ejemplo,de la misma manera que si fuesen realmente poblaciones«primitivas»

Estas comunidades que no tienen una clase ociosa defi-nida presentan también otras semejanzas en su estructurasocial y modo de vida. Son grupos pequeños y de estructura(arcaica) simple; son, por lo general, pacíficos y sedentarios;son pobres y la propiedad individual no es una característicadominante de su sistema económico. Pero no se sigue deello que sean las comunidades más pequeñas que existen, nique su estructura social sea, en todos los aspectos, la menosdiferenciada, ni tampoco que esta clase abarque necesaria-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 10: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

10

mente a todas las comunidades primitivas que no tienensistema definido de propiedad individual. Lo que sí es denotar es que esta clase de comunidades parece incluir losgrupos pacíficos de hombres primitivos -acaso todos losgrupos característicos pacíficos-. El rasgo común más nota-ble de los miembros de tales comunidades es cierta ineficaciaamable cuando se enfrentan con la fuerza o con el fraude.

Los datos que nos ofrecen los usos y los rasgos cultura-les de las comunidades que se hallan en un estadio bajo dedesarrollo indican que la institución de una clase ociosa hasurgido gradualmente durante la transición del salvajismoprimitivo a la barbarie; o dicho con más precisión, durante latransición de unos hábitos de vida pacíficos a unas costum-bres belicosas. Las condiciones necesarias al parecer paraque surja una clase ociosa bien desarrollada son: 1) la comu-nidad debe tener hábitos de vida depredadores (guerra, cazamayor, o ambas a la vez); es decir, los hombres, que consti-tuyen en estos casos la clase ociosa en proceso de incoación,tienen que estar habituados a infligir daños por la fuerza ymediante estratagemas; 2) tiene que haber posibilidades deconseguir medios de subsistencia suficientemente grandespara permitir que una parte considerable de la comunidadpueda estar exenta de dedicarse, de modo habitual, al trabajorutinario. La institución de una clase ociosa es la excrecenciade una discriminación entre tareas, con arreglo a la cual al-gunas de ellas son dignas y otras indignas. Bajo esta antiguadistinción son tareas dignas aquellas que pueden ser clasifi-cadas como hazañas; indignas, las ocupaciones de vida coti-diana en que no entra ningún elemento apreciable de proeza.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 11: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

11

Esta distinción tiene escaso significado en una comuni-dad industrial moderna y ha recibido, en consecuencia, pocaatención por parte de los economistas. Vista a la luz de esesentido común moderno que preside los estudios de econo-mía, parece meramente formal y no sustancial. Pero persistecon gran tenacidad como lugar común preconcebido inclusoen la vida moderna, como se ve, por ejemplo, en la aversiónpor las ocupaciones serviles. Es una distinción de tipo per-sonal, de superioridad e inferioridad. En los estadios cultu-rales primitivos en los que la fuerza del individuo contaba demodo más inmediato y evidente en la modelación del cursode los acontecimientos, la hazaña tenía un gran valor en elesquema general de la vida cotidiana. El interés se centrabaen mayor grado alrededor de este hecho. En consecuencia,una distinción basada en estos fundamentos parecía másimperativa y definitiva entonces que hoy. Por ello, en cuantohecho que forma parte de la secuencia del desarrollo, la dis-tinción es sustancial y descansa en bases suficientementeválidas y poderosas.

El fundamento en que se basa habitualmente cualquierdiscriminación entre hechos cambia con el interés que de-termina el modo de considerar esos hechos. Son sobresa-lientes y sustanciales los hechos iluminados por el interésdominante en la época. Cualquier base de distinción resulta-rá, en apariencia, sin importancia para quienquiera que ha-bitualmente considere los hechos de que se trate desde unpunto de vista distinto y los evalúe para una finalidad dife-rente. El hábito de distinguir y clasificar los diversos fines ydirecciones de actividad prevalece necesariamente siempre y

http://psikolibro.blogspot.com

Page 12: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

12

en todas partes, porque es indispensable para elaborar unateoría o esquema general de la vida que sea útil en la práctica.El punto de vista particular o la especial característica que setoma como definitiva en la clasificación de los hechos de lavida depende del interés en consideración al cual se trata dehacer la discriminación de los hechos. Por consiguiente, losfundamentos de la discriminación y las formas de procedi-miento para hacer la clasificación cambian según avanza eldesarrollo de la cultura, porque cambia también la finalidaden gracia a la cual son aprehendidos los hechos de la vida y,en consecuencia, el punto de vista adoptado. Así, las caracte-rísticas que se reconocen como sobresalientes y decisivas deuna serie de actividades o de una clase social en un estadiode cultura no conservarán la misma importancia relativa paralos propósitos de la clasificación en ningún estadio subsi-guiente.

Pero el cambio de tipos y punto de vista es gradual y ra-ra vez produce la subversión o la supresión total de unpunto de vista que ha sido aceptado en un momento dado.De ordinario, se hace una distinción entre ocupaciones in-dustriales y no industriales, y esta distinción moderna es unaforma trasmutada de la distinción bárbara entre hazaña ytráfago. El juicio popular siente como intrínsecamente dis-tintas tareas como la guerra, la política, el culto y las diver-siones públicas, de un lado, y el trabajo relacionado con laelaboración u obtención de los medios materiales de vida, deotro. La línea de demarcación no es la misma que existía enel esquema bárbaro, pero la distinción fundamental no hacaído en desuso.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 13: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

13

En efecto, la distinción tácita -de sentido común -hoypracticada consiste en que sólo debe considerarse como in-dustrial un esfuerzo cuya finalidad última sea la utilización dealgo no humano. No se cree, por ejemplo, que la utilizacióncoactiva del hombre por el hombre sea función industrial,pero se clasifica como actividad industrial todo esfuerzoencaminado a elevar la vida humana aprovechando el medioambiente no humano. Los economistas que mejor han con-servado y adaptado la tradición clásica postulan general-mente el «poder del hombre sobre la naturaleza» comohecho característico de la productividad industrial. Este po-der industrial sobre la naturaleza incluye el poder del hombresobre las bestias y sobre todas las fuerzas elementales. Deeste modo se traza una línea entre la humanidad y el resto dela creación.

En otros tiempos y entre los hombres imbuidos deprejuicios de tipo diferente, la línea no se dibuja con tantaprecisión como hoy. En la concepción de la vida salvaje obárbara, la línea divisoria se traza en sitio distinto y de mododiferente. En todas las comunidades que se encuentran en elestadio del salvajismo hay un sentido alerta y penetrante dela antítesis entre dos grupos de fenómenos, en uno de loscuales se incluye a sí mismo el bárbaro, en tanto que en elotro coloca sus medios de vida. Se siente que hay una antíte-sis entre los fenómenos económicos y los no económicos,pero no se concibe a la manera moderna; no es una antítesisentre el hombre y el resto de la creación, sino entre las cosasanimadas y las inertes.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 14: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

14

Puede que sea un exceso de precaución explicar hoy quela noción bárbara que se intenta expresar aquí con el término«animado» no abarca todas las cosas vivas y comprende, encambio, muchas que no lo son. Fenómenos naturales impre-sionantes, tales como una tormenta, una enfermedad, unacatarata, son considerados como «animados», en tanto quelas frutas y las hierbas e incluso animales poco notorios co-mo moscas, gusanos, turones, ovejas, etc., no son aprehen-didos de ordinario como animados, excepto cuando se losconsidera en colectividad. Tal como aquí se emplea, el tér-mino no implica necesariamente que more en esas cosas unalma o espíritu. El concepto incluye aquellas cosas que elanimista salvaje o bárbaro aprehende como formidables envirtud de un hábito real o imputado de iniciar acciones. Estacategoría comprende un gran número de objetos y fenóme-nos naturales. Tal distinción entre lo inerte y lo activo per-siste aún en los hábitos mentales de personas irreflexivas yafecta todavía profundamente la teoría dominante de la vidahumana y de los procesos naturales; pero no penetra nuestravida cotidiana con la extensión o consecuencias prácticas degran alcance, visibles en los estadios anteriores de cultura ycreencias.

Para la mente del bárbaro la elaboración y utilización delo que ofrece la naturaleza inerte es una actividad que seencuentra en un plano totalmente distinto de sus tratos concosas y fuerzas «animadas». La línea de demarcación podráser vaga y movible, pero la distinción general es suficiente-mente real e imperativa para influir en el esquema bárbaro dela vida. La fantasía bárbara imputa a la clase una actividad

http://psikolibro.blogspot.com

Page 15: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

15

dirigida a algún fin. Es este desarrollo teleológico de unaactividad lo que constituye un objeto de fenómeno en hecho«animado». Dondequiera que el ingenuo salvaje o bárbaro seencuentra con una actividad que lo estorba, la interpreta enlos únicos términos que están a su alcance -los términos da-dos inmediatamente en su conciencia de sus propios actos-.Asimila, pues, esa actividad a la acción humana y los objetosactivos al agente humano. Los fenómenos de este carácter -en especial aquellos notablemente formidables o desconcer-tantes -tienen que ser afrontados con un espíritu diferente yuna habilidad de distinta especie de los requeridos para ma-nejar cosas inertes. Ocuparse con éxito de tales fenómenoses más bien hazaña que industria. Es demostración de pure-za, no de diligencia.

Guiada por esta discriminación ingenua entre lo inerte ylo animado, las actividades del grupo social primitivo tiendena dividirse en dos clases, que en términos modernos puedendenominarse hazaña e industria. La industria es el esfuerzoencaminado a crear una cosa nueva con una finalidad nuevaque le es dada por la mano moldeadora de quien la hace em-pleando material pasivo («bruto»); mientras que la hazaña, encuanto produce un resultado útil para el agente, es la conver-sión hacia sus propios fines de energías anteriormente enca-minadas por otro agente a algún otro fin. Hablamos aún de«materia bruta» con algo de la concepción bárbara que da unprofundo significado al término.

La distinción entre hazaña y tráfago coincide con unadiferencia entre los sexos. Difieren éstos no sólo en estaturay fuerza muscular, sino -acaso más decisivamente -en tempe-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 16: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

16

ramento, y esta diferencia tiene que haber dado origen, desdetiempos muy remotos, a una división del trabajo correspon-diente a aquélla. La serie de actividades que en términos ge-nerales caen bajo la denominación de hazaña correspondenal varón como más fuerte, más robusto y más capaz de unatensión violenta y repentina, y más fácilmente inclinado a laautoafirmación, la emulación activa y la agresión. Las dife-rencias de robustez, de carácter fisiológico y de tempera-mento que hay entre los miembros del grupo primitivopueden ser pequeñas; de hecho, en algunas de las comunida-des más arcaicas que -conocemos como por ejemplo, lastribus de los andamanes-, parecen ser relativamente peque-ñas y sin importancia. Pero en cuanto ha comenzado unadiferenciación de funciones basada en las líneas marcadaspor esta diferencia de físico y de ánimo, se amplía la diferen-cia originaria de sexos. Se produce entonces un procesoacumulativo de adaptación selectiva a la nueva distribuciónde tareas, especialmente si el habitat o la fauna con que elgrupo está en contacto son de un tipo que exige el ejerciciode las virtudes más vigorosas. La persecución habitual de lacaza mayor exige un empleo frecuente de las cualidades viri-les de robustez, agilidad y ferocidad y, por tanto, difícilmentepuede dejar de apresurar y ensanchar la diferencia de funcio-nes entre los sexos. Y en cuanto el grupo entra en contactohostil con otros grupos, la divergencia de función adoptará laforma desarrollada de una distinción entre lo que es hazaña ylo que es industria.

En tal grupo depredador de cazadores, la lucha y la cazavienen a constituir el oficio de los hombres físicamente ap-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 17: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

17

tos. Las mujeres hacen el resto del trabajo que hay que reali-zar -los demás miembros del grupo que no son aptos parallevar a cabo el trabajo propio de los hombres son clasifica-dos a este propósito con las mujeres-. Ahora bien, la lucha yla caza a que se dedican los hombres son dos tareas que tie-nen el mismo carácter general. Ambas son de naturalezadepredadora; tanto el guerrero como el cazador cosechandonde no han sembrado. Su demostración agresiva de fuerzay sagacidad difiere evidentemente de la asidua y rutinariatransformación de materiales que realizan las mujeres; nopuede calificarse de trabajo productivo sino más bien deadquisición de sustancias por captura. Siendo ésta el trabajodel hombre bárbaro en su forma más desarrollada y másdiferenciada del trabajo de las mujeres, todo esfuerzo que noimplique una proeza visible viene a ser indigno del varón.Conforme va ganando consistencia la tradición, el sentidocorriente de la comunidad le exige un canon de conducta, detal modo que en ese estadio cultural para el hombre que serespete no es moralmente posible ninguna tarea ni adquisi-ción que no tenga por base una proeza -fuerza o fraude-.Cuando mediante una muy prolongada costumbre se conso-lidan en el grupo unos hábitos de vida depredadores, la ma-tanza y destrucción de los competidores en la lucha por laexistencia que tratan de resistirlo o burlarlo, el domeñar yreducir a subordinación aquellas fuerzas extrañas que no sepresentan en el medio como refractarias a su voluntad seconvierten en el oficio acreditado del hombre cabal dentrode la economía social. Esta distinción teórica entre la hazañay el tráfago está tan tenaz y escrupulosamente arraigada en

http://psikolibro.blogspot.com

Page 18: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

18

muchas tribus cazadoras, que el hombre no puede llevar alhogar la caza que ha matado, sino que tiene que enviar a sumujer para que realice esa tarea inferior.

Como ya se ha indicado, la distinción entre hazaña y trá-fago es una distinción entre ocupaciones que tiene caráctervalorativo. Aquellas ocupaciones clasificadas como proezasson dignas, honorables y nobles; las que no contienen eseelemento de hazaña y especialmente aquellas que implicanservidumbre o sumisión son indignas, degradantes e inno-bles. Los conceptos de dignidad, valor u honor, aplicados alas personas o a las conductas, tienen una importancia deprimer orden en el desarrollo de las clases y las distincionesde clase y es, por tanto, necesario decir algo acerca de suorigen y significado. Su base psicológica puede ser expuestaesquemáticamente como sigue:

Por necesidad selectiva el hombre es un agente. Es, a supropio juicio, un centro que desarrolla una actividad impul-sora -actividad «teológica»-. Es un agente que busca en cadaacto la realización de algún fin concreto, objetivo e imperso-nal. Por el hecho de ser tal agente tiene gusto por el trabajoeficaz y disgusto por el esfuerzo fútil. Tiene un sentido delmérito de la utilidad (serviceability) o eficiencia y del deméritode lo fútil, el despilfarro o la incapacidad. Se puede denomi-nar a esta actividad o propensión «instinto del trabajo eficaz»(instinct of workmanship)2. Donde quiera que las circunstanciaso tradiciones de la vida llevan a una comparación habitual deuna persona con otra en punto a eficacia, el instinto del tra-bajo eficaz tiende a crear una comparación valorativa o deni-

2 Véase la nota sobre terminología, p. 11[T.]

http://psikolibro.blogspot.com

Page 19: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

19

grante. La medida en que se produzca este resultado depen-de, en gran parte, del temperamento de la población. Entoda comunidad en donde se hacen habitualmente talescomparaciones valorativas, el éxito patente se convierte enun fin buscado por su propia utilidad como base de estima-ción. Se consigue la estima y se evita el desdoro poniendo demanifiesto la propia utilidad, El resultado es que el instintodel trabajo eficaz se exterioriza en una demostración defuerza que tiene sentido emulativo.

Durante aquella fase primitiva de desarrollo social enque la comunidad es aún habitualmente pacífica, acaso se-dentaria, y no tiene un sistema desarrollado de propiedadindividual, la eficiencia del individuo se demuestra de modoespecial y más consistente en alguna tarea que impulse lavida del grupo. La emulación de tipo económico que se pro-duzca en tal grupo será, sobre todo, emulación en el terrenode la utilidad industrial. A la vez, el incentivo que impulsa ala emulación no es fuerte ni su alcance grande.

Cuando la comunidad pasa del salvajismo pacífico a unafase de vida depredadora, cambian las condiciones de laemulación. Aumenta el alcance y la urgencia de las oportuni-dades y los incentivos de la emulación. La actividad de loshombres toma cada vez más el carácter de hazaña; y se hacecada vez más fácil y habitual la comparación valorativa de uncazador o guerrero con otro. Los trofeos -prueba tangible delas proezas -encuentran un lugar en los hábitos mentales delos hombres como accesorios que adornan la vida. El botín,los trofeos de la caza o de la razzia pasan a ser consideradoscomo demostración de fuerza preeminente. La agresión se

http://psikolibro.blogspot.com

Page 20: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

20

convierte en forma acreditada de acción y el botín sirve -prima facie -como prueba de una agresión afortunada. En esteestadio cultural la forma acreditada y digna de autoafirma-ción es la lucha; y los objetos o servicios útiles obtenidos porcaptura o coacción sirven de prueba convencional de que lalucha ha tenido un desenlace feliz. Como consecuencia deello -y por contraste -la obtención de cosas por medios dis-tintos a la captura viene a ser considerada como indigna deun hombre en su mejor condición. Por la misma razón lapráctica del trabajo productivo o la ocupación en serviciospersonales caen bajo la misma odiosidad. Surge de este mo-do una distinción denigrante entre la hazaña y la adquisiciónpor captura, de un lado, y el trabajo industrial, de otro. Eltrabajo se hace tedioso por virtud de la indignidad que se leimputa.

Para el bárbaro primitivo -antes de que esa noción sim-ple haya sido oscurecida por sus propias ramificaciones y porel desarrollo secundario de ideas con ella emparentadas-«honorable» parece no comportar otra cosa sino una afirma-ción de superioridad de fuerzas.

«Honorable» es «formidable»; «digno» es «prepotente».Un acto honorífico no es, en último término, otra cosa sinoun acto de agresión de éxito reconocido; allí donde la agre-sión implica lucha con hombres o con bestias, la actividadque implica la demostración de una mano fuerte se convierteen honorable de modo especial y primordial. El hábito inge-nuo y arcaico de interpretar todas las manifestaciones defuerza en términos de personalidad o «fuerza de voluntad»robustece en gran medida esta exaltación convencional de la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 21: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

21

mano fuerte. Los epítetos honoríficos, tan comunes entre lastribus bárbaras como entre los pueblos de cultura elevada,llevan comúnmente el cuño de este sentido ingenuo del ho-nor. Los epítetos y títulos usados para dirigirse a los caudi-llos y para propiciarse la voluntad de los dioses y reyesimputan con frecuencia a los destinatarios una propensión ala violencia avasalladora y una fuerza devastadora irresistible.En algún sentido esto es también cierto de las comunidadesmás civilizadas de hoy día. La predilección mostrada en lasdivisas heráldicas por las bestias más rapaces y las aves depresa refuerza la misma opinión.

Con esta apreciación que hace el sentido común bárbarode la dignidad o el honor, disponer de las vidas -matar com-petidores formidables, sean brutos o seres humanos -es ho-norable en el mayor grado. Y este alto oficio del autor de lamatanza, expresión de la prepotencia del matador, arrojasobre todo acto de matanza y sobre todos los instrumentos yaccesorios del mismo una aureola mágica de dignidad. Lasarmas son honorables y su uso, aunque sea para perseguir alas criaturas más miserables de los campos, se convierte enun empleo honorífico. Paralelamente la ocupación industrialpasa a ser odiosa y, en la apreciación común, el manejo deherramientas y útiles industriales resulta inferior a la dignidadde los hombres cabales. El trabajo se hace tedioso.

Se supone aquí que, en la secuencia de la evolucióncultural, los grupos humanos primitivos han pasado de unaetapa inicial pacífica a otro estadio subsiguiente en el que lalucha es la ocupación reconocida y característica del grupo.Pero ello no implica que haya habido una transición brusca

http://psikolibro.blogspot.com

Page 22: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

22

de la paz y buena voluntad inquebrantadas a una fase devida, posterior o superior, en la cual aparece por primera vezel combate. Tampoco implica que con la transición a la fasecultural depredadora desaparezca toda industria pacífica. Esseguro que en todo estadio temprano del desarrollo socialhubo de producirse alguna lucha. Tuvieron que presentarse,con mayor o menor frecuencia, luchas motivadas por lacompetencia sexual. Los hábitos conocidos de los gruposprimitivos, lo mismo que los de los antropoides y el testimo-nio de los impulsos de la naturaleza humana sirven comorefuerzo a esta opinión.

Puede, por tanto, objetarse que no es posible que hayaexistido un estadio inicial de vida pacífica como el aquí su-puesto. No hay en la evolución cultural un punto antes delcual no se produzcan luchas. Pero el punto que se debate noes la existencia de luchas, ocasionales o esporádicas, ni si-quiera su mayor o menor frecuencia y habitualidad. Es el desi se produce una disposición mental habitualmente belicosa-un hábito de juzgar de modo predominante los hechos yacontecimientos desde el punto de vista de la lucha-. La fasecultural depredadora se alcanza sólo cuando la actitud de-predadora se ha convertido en la actitud espiritual habitual yacreditada de los miembros del grupo; cuando el combate hapasado a ser la nota dominante de la teoría normal de la vida;cuando, finalmente, la apreciación vulgar de los hombres ylas cosas ha llegado a ser una apreciación orientada hacia lalucha.

La diferencia sustancial entre la fase cultural pacífica y ladepredadora es, por tanto, una diferencia espiritual, no me-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 23: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

23

cánica. El cambio de actitud espiritual es el resultado de uncambio en los hechos materiales de la vida del grupo y seadvierte, de modo gradual, conforme se van produciendo lascircunstancias materiales favorables a una actitud depredado-ra. El límite inferior de la cultura depredadora es un límiteindustrial. La depredación no puede llegar a ser el recursoconvencional, habitual de ningún grupo o clase hasta que eldesarrollo de los métodos industriales haya alcanzado ungrado tal de eficacia que, por encima de la subsistencia dequienes se ocupan de conseguir los medios para ella, quedeun margen por el que merezca la pena luchar. La transiciónde la paz a la depredación depende, pues, del desarrollo delos conocimientos técnicos y del uso de herramientas. Enconsecuencia, en las épocas primitivas, mientras no se hayandesarrollado las armas hasta el punto de hacer del hombreun animal formidable, imposible una cultura depredadora.Naturalmente, el desarrollo primero de las herramientas y lasarmas es el mismo hecho, sólo que contemplado desdepuntos de vista diferentes.

Se puede caracterizar como pacífica la vida de un grupodado mientras el recurso habitual al combate no grupo hayacolocado la lucha en el primer plano de los pensamientoscotidianos del hombre como rasgo dominante de su vida. Esevidente que un grupo puede llegar a un grado mayor o me-nor de plenitud de esa actitud depredadora, en tal forma quesu esquema general de vida y sus cánones de conducta pue-dan estar regidos en mayor o menor extensión por el ánimodepredador. Se concibe, pues, que la fase cultural depredado-ra adviene gradualmente, a través de un desarrollo de actitu-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 24: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

24

des, hábitos y tradiciones depredadoras producidas por acu-mulación, y que este desarrollo se debe a que las circunstan-cias de la vida del grupo sufren un cambio de un tipoadecuado para desarrollar y conservar aquellos rasgos deconducta que favorecen más bien una vida depredadora queuna existencia pacífica.

Las pruebas de la hipótesis de que ha habido tal estadiopacífico en la cultura primitiva derivan en gran parte de lapsicología más bien que de la etnología y no pueden ser de-talladas aquí. Se aducen parcialmente en un capítulo poste-rior en el que se estudia la supervivencia de rasgos arcaicosde la naturaleza humana en la cultura moderna.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 25: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

25

II. Emulación pecuniaria

En el proceso de la evolución cultural, la aparición deuna clase ociosa coincide con el comienzo de la propiedad.Es necesario que así ocurra porque ambas instituciones sonresultado de la misma conjunción de fuerzas económicas. Enla fase preliminar de su desarrollo no son sino aspectos dife-rentes de los mismos hechos generales de la estructura so-cial.

El ocio y la propiedad nos interesan para nuestro pro-pósito en cuanto elementos de la cultura social -hechos con-vencionales-. El desprecio habitual del trabajo no constituyeuna clase ociosa, como tampoco constituye propiedad elhecho mecánico del uso y el consumo. El presente estudiono se ocupa, por tanto, del comienzo de la indolencia ni delcomienzo de la apropiación de artículos útiles para el con-sumo individual. De lo que se trata es, por una parte, delorigen y naturaleza de una clase ociosa convencional, y porotra, de los comienzos de la propiedad individual como de-recho convencional o pretensión considerada como equitati-va.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 26: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

26

La diferenciación primera, de donde surgió la distinciónentre una clase ociosa y otra trabajadora, es la que se produ-ce en los estadios inferiores de la barbarie entre el trabajo delhombre y de la mujer. De modo análogo, la forma primerade propiedad es una propiedad constituida por las mujeres ydisfrutada por los hombres físicamente aptos de la comuni-dad. Pueden expresarse los hechos en términos más genera-les -y más ciertos por lo que respecta a la importancia de lateoría bárbara de la vida -diciendo que se trata de una pro-piedad de la mujer por el hombre.

Indudablemente hubo algunas apropiaciones de artícu-los útiles antes de que surgiese la costumbre de apropiarse delas mujeres. Los usos de las comunidades arcaicas o existen-tes en las que las mujeres no constituyen propiedad sonprueba de tal aserto. En todas las comunidades los miem-bros, tanto varones como hembras, se apropian habitual-mente para su uso individual de una serie de cosas útiles;pero esas cosas útiles no son pensadas como propiedad de lapersona que se las apropia y que las consume. La apropia-ción y el consumo habituales de ciertos efectos personales depoca importancia no plantean el problema de la propiedad,es decir, de una pretensión convencional a poseer cosas ex-teriores, considerada como equitativa.

La propiedad de las mujeres comienza en los estadiosinferiores de la cultura bárbara aparentemente con laaprehensión de cautivas. La razón originaria de la captura yapropiación de las mujeres parece haber sido su utilidad co-mo trofeos. La práctica de arrebatar al enemigo las mujeresen calidad de trofeos dio lugar a una forma de matrimonio-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 27: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

27

propiedad, que produjo una comunidad doméstica con elvarón por cabeza. Fue seguida de una extensión del matri-monio-propiedad a otras mujeres, además de las capturadasal enemigo. El resultado de la emulación en las circunstan-cias de una vida depredadora ha sido, por una parte, unaforma de matrimonio basado en la coacción y, por otra, lacostumbre de la propiedad. En la fase inicial de su desarrollono es posible distinguir ambas instituciones: las dos surgendel deseo que tiene el hombre afortunado de poner en evi-dencia sus proezas, exhibiendo un resultado perdurable desus hazañas. Ambas sirven a esa propensión de dominio quepenetra la vida toda de las comunidades depredadoras. Elconcepto de propiedad se extiende a los productos de suindustria y surge así la propiedad de cosas a la vez que la depersonas.

De este modo se establece gradualmente un sistemabien trabado de propiedad de bienes. Y aunque en los últi-mos estadios de desarrollo la utilidad de las cosas para elconsumo se ha convertido en el elemento predominante desu valor, la riqueza no ha perdido, en modo alguno, su utili-dad como demostración honorífica de la prepotencia delpropietario.

Dondequiera que existe la institución de la propiedadprivada, aunque sea en forma poco desarrollada, el procesoeconómico presenta como característica una lucha entre loshombres por la posesión de bienes. Ha sido costumbre en lateoría económica -y especialmente en aquellos economistasque se adhieren con menos titubeos al conjunto de teoríasclásicas modernizadas -interpretar en lo sustancial esta lucha

http://psikolibro.blogspot.com

Page 28: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

28

por la riqueza como una lucha por la existencia. Tal es, tam-bién, su carácter en todos los casos en que la «sordidez de lanaturaleza» es tan estricta que no ofrece a la comunidad sinomedios de vida muy escasos como contrapartida de una apli-cación celosa e incansable a la tarea de conseguir medios desubsistencia. Pero en todas las comunidades progresivas seavanza más allá de ese estadio de desarrollo tecnológico. Laeficacia industrial se lleva a un punto que permite a los queintervienen en el proceso de la industria conseguir algo másque los medios mínimos de subsistencia. No ha sido raro enla teoría económica hablar de la lucha ulterior por la riquezasobre esta nueva base industrial como de una competenciapor el aumento de las comodidades de la vida, y primordial-mente por el sensible aumento de las comodidades físicasque permite lograr el consumo de bienes.

Se sostiene convencionalmente que el fin de la adquisi-ción y acumulación es el consumo de los bienes acumulados-tanto si se trata del consumo directo por parte del dueño delos bienes, como si se trata del consumo hecho por la comu-nidad doméstica a él unida y teóricamente identificada a estepropósito con él-. Al menos, se cree que ésta es la finalidadeconómica legítima de la adquisición, única que la teoríadebe tomar en cuenta. Puede, desde luego, concebirse talconsumo como encaminado a satisfacer las necesidades físi-cas del consumidor -su comodidad física- o las denominadasnecesidades superiores -espirituales, estéticas, intelectuales,etc-; la última clase de necesidades se satisface indirecta-mente mediante un gasto de bienes en la forma que es fami-liar para todos los lectores de obras de economía.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 29: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

29

Pero sólo cuando se toma en un sentido muy alejado desu significado ingenuo puede decirse que ese consumo debienes ofrece el incentivo del que deriva invariablemente laacumulación. El móvil que hay en la raíz de la propiedad esla emulación; y el mismo móvil de la emulación sigue ope-rando en el desarrollo ulterior de la institución a la que hadado origen y en el desarrollo de todas aquellas característi-cas de la estructura social a las que afecta esta institución dela propiedad. La posesión de la riqueza confiere honor; esuna distinción valorativa (invidious distinction). No es posibledecir nada parecido del consumo de bienes ni de ningún otroincentivo que pueda concebirse como móvil de la acumula-ción y en especial de ningún incentivo que impulse a la acu-mulación de riqueza.

No debe, desde luego, pasarse por alto el hecho de queen una comunidad donde casi todos los bienes son de pro-piedad privada, la necesidad de ganarse la vida es un incenti-vo poderoso y omnipresente para los miembros más pobresde ella. La necesidad de la subsistencia y de un aumento decomodidad física puede ser durante algún tiempo el móvildominante de la adquisición realizada por aquellas clases quehacen habitualmente un trabajo manual y cuya subsistenciatiene una base precaria; que poseen poco y ordinariamenteacumulan poco; pero en el curso de este estudio se verá que,incluso por lo que se refiere a esas clases carentes de medios,el predominio del móvil de la necesidad física no es tan clarocomo a veces se supone.

Por otra parte, por lo que respecta a aquellos miembrosy clases de la comunidad ocupados principalmente en acu-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 30: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

30

mular riqueza, el incentivo de la subsistencia o la comodidadfísica no desempeña nunca un papel considerable. La pro-piedad nació y llegó a ser una institución humana por moti-vos que no tienen relación con el mínimo de subsistencia. Elincentivo dominante fue, desde el principio, la distinciónvalorativa unida a la riqueza y, salvo temporalmente y porexcepción, ningún otro motivo le ha usurpado la primacía enninguno de los estadios posteriores de su desarrollo.

La propiedad comenzó por ser el botín conservado co-mo trofeo de una expedición afortunada. Mientras el grupose separó poco de la primitiva organización comunal ymientras estuvo en contacto íntimo con otros grupos hosti-les, la utilidad de las personas o cosas objeto de propiedaddescansaba principalmente en una comparación valorativaentre el poseedor y el enemigo al que se había despojado. Elhábito de distinguir entre los intereses del individuo y los delgrupo a que pertenece corresponde, al parecer, a una etapaposterior. La comparación valorativa dentro del grupo entreel poseedor del botín honorífico y sus vecinos menos afor-tunados figura, sin duda, en época temprana como elementode la utilidad de las cosas poseídas, aunque en un principiono fuera el elemento principal de su valor. La proeza delhombre era aún proeza del grupo y el poseedor del botín sesentía primordialmente como guardián del honor de su gru-po. Encontramos también esta apreciación de la hazaña des-de el punto de vista de la comunidad sobre todo por lo quese refiere a los laureles bélicos en estadios posteriores deldesarrollo social.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 31: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

31

Pero en cuanto comienza a tener consistencia la cos-tumbre de la propiedad individual, empieza a cambiar elpunto de vista adoptado al hacer la comparación valorativasobre la que descansa la propiedad privada. En realidad, uncambio es reflejo del otro. La fase inicial de la propiedad -lafase de adquisición por la aprehensión y la conversión inge-nuas- comienza a pasar al estadio subsiguiente de una orga-nización incipiente de la industria sobre la base de lapropiedad privada (de esclavos); la horda se desarrolla hastaconvertirse en una comunidad industrial más o menos auto-suficiente; las posesiones empiezan a ser valoradas no tantocomo demostración de una incursión afortunada, cuantocomo prueba de la prepotencia del poseedor de esos bienessobre otros individuos de la comunidad. La comparaciónvalorativa pasa a ser primordialmente una comparación entreel propietario y los otros miembros del grupo. La propiedadtiene aún carácter de trofeo, pero con el avance cultural seconvierte cada vez más en trofeo de éxitos conseguidos en eljuego de propiedad, practicado entre miembros del grupo,bajos los métodos cuasi pacíficos de la vida nómada.

Gradualmente, y conforme la actividad industrial vadesplazando, en la vida cotidiana de la comunidad y en loshábitos mentales de los hombres, a la actividad depredadora,la propiedad acumulada reemplaza cada vez en mayor gradolos trofeos de las hazañas depredadoras como exponenteconvencional de prepotencia y éxito. Con el desarrollo de laindustria establecida, la posesión de riqueza gana, pues, enimportancia y efectividad relativas, como base consuetudina-ria de reputación y estima. No es que deje de concederse esa

http://psikolibro.blogspot.com

Page 32: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

32

estima sobre la base de otras pruebas más directas de proe-zas, ni que la agresión depredadora o bélica afortunada dejede suscitar la aprobación y la admiración de la multitud, ni deprovocar la envidia de los competidores menos afortunados;lo que ocurre, es que se hacen menores el alcance y frecuen-cia de las oportunidades de conseguir distinguirse por mediode esta manifestación directa de una fuerza superior. A lavez, las oportunidades de realizar una agresión industrial y deacumular propiedad por los métodos cuasi pacíficos de laindustria nómada aumentan en radio de acción y facilidad. Ylo que es más importante, la propiedad se convierte ahora enla prueba más fácilmente demostrable de un grado de éxitohonorable, a diferencia del hecho heroico o notable. Se con-vierte, por tanto, en la base convencional de estimación. Sehace indispensable acumular, adquirir propiedad con objetode conservar el buen nombre personal. Cuando los bienesacumulados se han convertido de este modo en prenda acre-ditada de eficiencia, la posesión de riqueza asume el carácterde base de estimación independiente y definitiva. La pose-sión de bienes, adquiridos agresivamente por medio de lahazaña personal o pasivamente por título hereditario, seconvierte en base convencional de reputación. La posesiónde riqueza, que en un principio era valorada simplementecomo prueba de eficiencia, se convierte, en el sentir popular,en cosa meritoria en sí misma. La riqueza es ahora intrínse-camente honorable y honra a su poseedor. La riqueza adqui-rida de modo de los antepasados o de otras pasivo, portrasmisión personas, se convierte, por un refinamiento ulte-rior, en más honorífica que la adquirida por el propio esfuer-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 33: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

33

zo del poseedor; pero esta distinción corresponde a un esta-dio posterior de la evolución de la cultura pecuniaria y sehablará de ella en su lugar adecuado.

La proeza y la hazaña pueden seguir siendo la base delotorgamiento de la más alta estima popular, aunque la pose-sión de riquezas haya pasado a ser la base de la reputacióncorriente y de una situación social impecable. El instintodepredador y la aprobación consiguiente de la eficiencia de-predadora están profundamente teñidos por los hábitosmentales de aquellos pueblos que han pasado por la discipli-na de una cultura depredadora prolongada. Con arreglo alcriterio popular, los honores máximos a que es posible aspi-rar pueden ser, incluso entonces, los conseguidos desplegan-do una extraordinaria eficiencia depredadora en la guerra, ouna eficiencia casi depredadora en el arte política. Pero aefectos de tener una posición decorosa ordinaria en la co-munidad, esos medios de conseguir reputación han sido re-emplazados por la adquisición y acumulación de bienes. Asícomo en el anterior estadio depredador el bárbaro necesita -para estar bien situado a los ojos de la comunidad- llegar alnivel de fortaleza física, astucia y habilidad que impera en latribu, es necesario ahora llegar a cierto nivel convencional yun tanto indefinido de riqueza. En un caso es necesariocierto nivel de proeza como condición de respetabilidad; enel otro, cierto nivel de riqueza. En ambos es meritorio todolo que excede de esos niveles normales.

Aquellos miembros de la comunidad que no llegan a al-canzar ese grado normal y un tanto indefinido de proeza opropiedad quedan rebajados a los ojos de sus congéneres y,

http://psikolibro.blogspot.com

Page 34: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

34

en consecuencia, se rebajan también en su propia estimación,ya que, por lo general, la base del propio respeto es el res-peto que le tienen a uno sus prójimos. Sólo individuos detemperamento poco común pueden conservar, a la larga, supropia estimación frente al desprecio de sus semejantes. Seencuentran aparentes excepciones a la regla, especialmenteen gente de fuertes convicciones religiosas. Pero esas apa-rentes excepciones rara vez lo son en realidad, ya que talespersonas se apoyan en la aprobación putativa de algún testi-go sobrenatural de sus actos.

En cuanto la posesión de propiedad llega a ser la basede la estimación popular, se convierte también en requisitode esa complacencia que denominamos el propio respeto.En cualquier comunidad donde los bienes se poseen porseparado, el individuo necesita para su tranquilidad mentalposeer una parte de bienes tan grande como la porción quetienen otros con los cuales está acostumbrado a clasificarse;y es en extremo agradable poseer algo más que ellos. Pero encuanto una persona hace nuevas adquisiciones y se acostum-bra a los nuevos niveles de riqueza resultantes de aquéllas, elnuevo nivel deja de ofrecerle una satisfacción apreciable-mente mayor de la que le proporcionaba el antiguo. Esconstante la tendencia a hacer que el nivel pecuniario actualse convierta en punto de partida de un nuevo aumento deriqueza; y a su vez esto da un nuevo nivel de suficiencia yuna nueva clasificación pecuniaria del individuo comparadocon sus vecinos. Por lo que respecta a nuestro problemaactual, el fin perseguido con la acumulación consiste en al-canzar un grado superior, en comparación con el resto de la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 35: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

35

comunidad, por lo que se refiere a fuerza pecuniaria. Mien-tras la comparación le sea claramente desfavorable, el indivi-duo medio, normal, vivirá en un estado de insatisfaccióncrónica con su lote actual; y cuando haya alcanzado lo quepuede denominarse el nivel pecuniario normal de la comuni-dad -o de su clase dentro de la comunidad-, esta insatisfac-ción crónica cederá el paso a un esfuerzo incesanteencaminado a crear un intervalo pecuniario cada vez mayorentre él y ese nivel medio. La comparación valorativa nopuede llegar nunca a ser tan favorable a quien la hace, queéste no desee colocarse en un rango más elevado que suscompetidores en la lucha por la reputación pecuniaria.

Por la naturaleza del problema, es difícil que pueda sa-ciarse nunca el deseo de riqueza en ningún ejemplo indivi-dual y es evidente que la satisfacción del deseo medio generalde riqueza está fuera de toda posibilidad. Por amplia, igual o«equitativamente» que pueda estar distribuida la riqueza de lacomunidad, ningún aumento general de ella puede avanzarun paso en dirección a saciar esta necesidad cuyo funda-mento es el deseo individual de exceder a cada uno de losdemás en la acumulación de bienes. Si, como se supone aveces, el incentivo para la acumulación fuese la necesidad desubsistir o de comodidad física, sería concebible que en al-gún momento futuro con el aumento de la eficiencia indus-trial se pudiera satisfacer el conjunto de las necesidadeseconómicas de la comunidad; pero como la lucha es sustan-cialmente una carrera en pos de la reputación basada en unacomparación valorativa, no es posible aproximarse siquiera auna solución definitiva.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 36: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

36

Lo que acaba de decirse no debe ser interpretado en elsentido de que no haya otros incentivos para la adquisición yacumulación que este deseo de superar en situación pecunia-ria y conseguir así la estima y la envidia de los semejantes. Eldeseo de una mayor comodidad y seguridad frente a la nece-sidad está presente en todos y cada uno de los estadios delproceso de acumulación en una sociedad industrial moderna;aunque el nivel de suficiencia en estos aspectos está afectado,a su vez, en gran medida por el hábito de la emulación pecu-niaria. En gran parte esta emulación modela los métodos yselecciona los objetos de gasto para la comodidad personal yla vida respetable.

Además de esto, el poder conferido por la riqueza pro-porciona otro motivo para acumularla. Esa propensión a laactividad encaminada a un fin y esa repugnancia por todoesfuerzo fútil que corresponden al hombre por virtud de sucarácter de agente no lo abandonan cuando sale de la inge-nua cultura comunal, en la que la nota dominante de la vidaes la solidaridad no analizada e indiferenciada del individuocon el grupo al cual su vida se encuentra ligada.

Cuando pasa al estadio depredador, en el que el egoísmoen el sentido más estricto se convierte en nota dominante,esa propensión lo sigue acompañando como rasgo pene-trante que modela su esquema general de la vida. La propen-sión a lograr un resultado y la repugnancia por el esfuerzofútil siguen siendo el motivo económico subyacente. La pro-pensión cambia únicamente de forma de expresión y de ob-jetos próximos a los que se dirige la actividad del hombre.Bajo el régimen de propiedad individual el medio más al

http://psikolibro.blogspot.com

Page 37: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

37

alcance de la mano para conseguir visiblemente una finalidades el que ofrecen la adquisición y la acumulación de bienes;en cuanto la antítesis egoísta entre hombre y hombre alcanzaplena conciencia, la inclinación a conseguir resultados -elinstinto del trabajo eficaz- tiende más y más a modelarsecomo esfuerzo para superar a los demás en los resultadoseconómicos logrados. El éxito relativo, medido por unacomparación favorable con los demás, se convierte en el findel esfuerzo que se acepta como legítimo y, por tanto, larepugnancia por la futilidad se coliga en buena parte con elincentivo de la emulación. Viene a acentuar la lucha por larespetabilidad pecuniaria al extender a todo fracaso, y a todaprueba de fracaso en materia pecuniaria, una nota de desa-probación.

El esfuerzo encaminado a lograr un fin viene a signifi-car, primordialmente, esfuerzo dirigido a una demostraciónde riqueza acumulada que aumente el grado de reputación, oresultado de tal esfuerzo. Entre los motivos que llevan a loshombres a acumular riqueza, continúa correspondiendo laprimacía en alcance en intensidad a este móvil de emulaciónpecuniaria.

Acaso no sea necesario observar que al emplear el tér-mino invidious (valorativo) no hay intención de exaltar ni la-mentar ninguno de los fenómenos que vienen acaracterizarse con la palabra. Se emplea el término en senti-do técnico, para describir una comparación de personas conobjeto de escalonarlas y graduarlas con respecto a la valía ovalor relativos de cada una de ellas -en sentido estético omoral- y conceder y definir así los grados relativos de agrado

http://psikolibro.blogspot.com

Page 38: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

38

con que pueden ser legítimamente contempladas por símismas y por las demás. Una comparación valorativa es unproceso de valoración de las personas con respecto a su va-lía.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 39: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

39

III. El ocio ostensible

El efecto inmediato de una lucha pecuniaria como laque se ha descrito esquemáticamente sería -de no estar mo-dificada su influencia por otras fuerzas económicas u otrascaracterísticas del proceso emulativo- hacer a los hombresindustriosos y frugales. Este resultado se produce en reali-dad, hasta cierto punto, por lo que se refiere a las clases infe-riores, cuyo medio ordinario de adquirir bienes es el trabajoproductivo. Ello puede afirmarse, sobre todo, de las clasestrabajadoras de una comunidad sedentaria que se encuentreen un estadio agrícola de desarrollo industrial, y en la quehaya una considerable subdivisión de propiedad, y en la queleves y costumbres aseguren a esas clases una participaciónmás o menos definida del producto de su industria. Esasclases inferiores no pueden eludir en ningún caso el trabajo,y la imputación del trabajo no es, en consecuencia, especial-mente denigrante para sus miembros, al menos dentro de supropia clase. Por el contrario, siendo el trabajo su modo devida reconocido y aceptado, tienen un cierto orgullo emula-tivo en conseguir una reputación de eficiencia en su trabajo,

http://psikolibro.blogspot.com

Page 40: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

40

que es a menudo la única línea de emulación que está a sualcance. En aquellas personas para quienes la adquisición y laemulación sólo son posibles dentro del campo de la eficien-cia productora y el ahorro, la lucha por la respetabilidad pe-cuniaria operará en cierta medida en el sentido de aumentarla diligencia y la sobriedad. Pero hay ciertas característicassecundarias del proceso emulativo de las que no se ha habla-do aún, que vienen a circunscribir y a modificar la emulaciónpracticada en esas direcciones tanto en las clases pecuniaria-mente inferiores como en la clase superior.

Pero lo que nos importa aquí de modo más inmediatoes otro aspecto de la clase pecuniaria superior. Tampoco lefalta a esta clase el incentivo de la diligencia y el ahorro; perosu acción está cualificada en tan gran medida por las deman-das secundarias de la emulación pecuniaria, que práctica-mente cualquier emulación en este sentido está superada, ycualquier incentivo de la diligencia viene a ser ineficaz. Lamás imperativa de estas demandas secundarias de la emula-ción y a la vez la de ámbito más extenso es la exigencia deabstenerse del trabajo productivo. Esto es cierto de modoespecial en el estadio bárbaro de la cultura. En la culturadepredadora, el trabajo se asocia en los hábitos de pensa-miento de los hombres con la debilidad y la sujeción a unamo. Es, en consecuencia, una marca de inferioridad y vienepor ello a ser considerada como indigna de un hombre queocupa una buena posición. Por virtud de esta tradición seconsidera que el trabajo rebaja y esta tradición no ha muertonunca. Por el contrario, con el avance de la diferenciación ha

http://psikolibro.blogspot.com

Page 41: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

41

adquirido la fuerza axiomática que es consecuencia de unaprescripción de largo tiempo e indiscutida.

Para ganar y conservar la estima de los hombres nobasta con poseer riqueza y poder. La riqueza o el poder tie-nen que ser puestos de manifiesto, porque la estima sólo seotorga ante su evidencia. Y la demostración de la riqueza nosirve sólo para impresionar a los demás con la propia im-portancia y mantener vivo y alerta su sentimiento de esaimportancia, sino que su utilidad es apenas menor paraconstruir y mantener la complacencia en uno mismo. Entodos los momentos, salvo en los estadios culturales másbajos, el hombre normalmente constituido se ve ayudado ysostenido en su propio respeto por las «apariencias decentes»y la exención de «trabajos serviles». Una desviación forzosade su patrón habitual de decencia, tanto en lo accesorio de lavida como en la clase y alcance de su actividad, se sientecomo un desprecio de su dignidad humana, aun aparte detoda consideración consciente de la aprobación o desapro-bación de sus semejantes.

La arcaica distinción teórica entre lo bajo y lo honorableen el modo de vida de un hombre conserva aún hoy muchade su antigua fuerza. Tanto es así que hay muy pocos miem-bros de la clase más elevada que no tengan una repugnanciainstintiva por las formas vulgares de trabajo. Tenemos unfuerte sentido de suciedad ceremonial que tiene especial in-tensidad al pensar en las ocupaciones asociadas en nuestroshábitos mentales con el trabajo servil. Todas las personas degusto refinado sienten que ciertos oficios -que convencio-nalmente se consideran serviles- llevan unida con inseparabi-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 42: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

42

lidad una cierta contaminación espiritual. Se condena y evitasin titubear un instante las apariencias vulgares, las habita-ciones mezquinas (es decir, baratas) y las ocupaciones vul-garmente productivas. Son incompatibles con la vida en unplano espiritual satisfactorio -con el «pensamiento elevado»-.Desde los días de los filósofos griegos hasta los nuestros, loshombres reflexivos han considerado siempre como un requi-sito necesario para poder llevar una vida humana digna, bellao incluso irreprochable, un cierto grado de ociosidad y deexención de todo contacto con los procesos industriales quesirven a las finalidades cotidianas inmediatas de la vida hu-mana. A los ojos de todos los hombres civilizados, la vida deociosidad es bella y ennoblecedora en sí misma y en sus con-secuencias.

Este valor directo, subjetivo, del ocio y de las otras de-mostraciones de riqueza es, en gran parte, sin duda, secunda-rio y derivado. Es, en cierta medida un reflejo de la utilidaddel ocio como medio de conseguir el respeto de los demás y,en otra parte, resultado de una sustitución mental. La ejecu-ción del trabajo ha sido aceptada como prueba convencionalde una inferioridad de fuerza; en consecuencia, viene a serconsiderada, utilizando un atajo mental, como baja.

Durante el estadio depredador propiamente dicho, y enespecial en las etapas primeras del desarrollo cuasi pacíficode la industria que sigue al estadio depredador, una vidaociosa es la demostración más sencilla y concluyente defuerza pecuniaria y, por tanto, de superioridad de poder, contal de que el caballero ocioso pueda vivir siempre con facili-dad y desahogo manifiestos. En ese estadio, la riqueza con-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 43: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

43

siste principalmente en esclavos y los beneficios que derivade la posesión de riqueza y poder toman principalmente laforma de servicio personal. La abstención ostensible deltrabajo se convierte, por tanto, en marca convencional deéxitos pecuniarios superiores y en índice convencional dereputación; y recíprocamente, como la aplicación al trabajoproductivo es un signo de pobreza y sujeción, resulta in-compatible con una situación respetable en la comunidad,Por lo tanto, allí donde predomina la emulación pecuniariano se estimulan de modo uniforme los hábitos industriosos yfrugales. Por el contrario, esta especie de emulación desa-prueba en forma indirecta la participación en el trabajo pro-ductivo. El trabajo se convertiría inevitablemente endeshonroso -en cuanto demostración de pobreza-, inclusoaunque no hubiese sido considerado ya como indecorosobajo las tradiciones antiguas derivadas de un estadio culturalanterior. La antigua tradición de la cultura depredadora con-siste en que hay que rehuir el trabajo productivo, como in-digno de los hombres cabales, y con el paso del estadiodepredador a la forma casi pacífica de vida esa tradición serefuerza en vez de ser desechada.

Incluso aunque no hubiese surgido una clase ociosaunto con la aparición primera de la propiedad individual,hubiese sido en cualquier caso -por la fuerza del deshonorunido a la ocupación productiva- una de las primeras conse-cuencias de la propiedad. Y hay que notar que mientras laclase ociosa existía en teoría desde el comienzo de la culturadepredadora, la institución tomó un significado nuevo y máspleno con la transición del estadio depredador a la siguiente

http://psikolibro.blogspot.com

Page 44: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

44

etapa de cultura pecuniaria. Desde ese momento existe una«clase ociosa» tanto en teoría como en la práctica. De ahídata la institución de la clase ociosa en su forma consumada.

Durante la etapa depredadora propiamente dicha, a dis-tinción entre las clases ociosas y laboriosas es, en cierto sen-tido, meramente ceremonial. El hombre cabal estácelosamente apartado de todo lo que es, en su concepto,trabajo rutinario y servil; pero su actividad contribuye apre-ciablemente al sustento del grupo. El estadio subsiguiente deindustria casi pacífica se caracteriza generalmente por laexistencia de una esclavitud consolidada en la cual los escla-vos son cosas, de rebaños de ganado y de una clase servil depastores y de vaqueros; la industria ha avanzado hasta elpunto de que la comunidad no depende ya para su subsis-tencia de la caza ni de ninguna otra forma de actividad quepueda ser calificada justamente de hazaña. Desde este mo-mento el rasgo característico de la vida de la clase ociosa esuna exención ostensible de toda tarea útil.

Las ocupaciones normales y características de esta claseen la fase madura de su historia a la que nos estamos refi-riendo son, desde el punto de vista formal, muy semejantes alas de sus primeros tiempos. Esas ocupaciones son el go-bierno, la guerra, los deportes y las prácticas devotas. Perso-nas exageradamente amigas de las sutilezas teóricascomplicadas pueden sostener que esas ocupaciones son aún«productivas», siquiera sea de modo incidental e indirecto,pero hay que notar como hecho decisivo del problema quetratamos el de que el motivo ordinario y ostensible que tienela clase ociosa para ocuparse de esas tareas no es evidente-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 45: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

45

mente un aumento de riqueza por medio del esfuerzo pro-ductivo. En éste, como en cualquier otro estadio cultural, segobierna y se hace la guerra, al menos en parte, en provechopecuniario de quienes dirigen ambas actividades; pero es unprovecho conseguido mediante el método honorable de lacaptura y la conversión. Algo semejante puede decirse de lacaza, pero con una diferencia: cuando la comunidad sale delestadio cazador, propiamente dicho, la caza viene a diferen-ciarse de modo gradual en dos ocupaciones distintas. De unlado es una profesión, ejercida principalmente con ánimo delucro; falta en ella virtualmente el elemento de hazaña o, entodo caso, no se da en grado suficiente para absolver a quienla practica de la imputación de dedicarse a una industria lu-crativa. Por otra parte, la caza es también un deporte -unsimple ejercicio del impulso depredador. Como tal no ofreceun incentivo pecuniario apreciable, pero contiene, en cam-bio, un elemento, mas o menos ostensible, de hazaña. Eseste último aspecto de la caza -expurgado de toda imputa-ción de constituir una actividad lucrativa- el único meritorioy el único que corresponde al esquema general de la vida dela clase ociosa desarrollada.

La abstención del trabajo no es sólo un acto honoríficoo meritorio, sino que llega a ser un requisito impuesto por eldecoro. La insistencia en la propiedad como base de la re-putación es muy ingenua e imperiosa durante los estadiosprimeros de la acumulación de riqueza. Abstenerse del tra-bajo es la prueba convencional de la riqueza y, por ende, lamarca convencional de una buena posición social; y esta

http://psikolibro.blogspot.com

Page 46: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

46

insistencia en lo meritorio de la riqueza conduce a una insis-tencia más vigorosa en el ocio, Nota notae est nota rei ipsius.

Según las leyes permanentes de la naturaleza humana, laprescripción se apodera de esta prueba convencional de ri-queza y la fija en los hábitos mentales de los hombres comoalgo sustancialmente meritorio y ennoblecedor en sí; entanto que el trabajo es productivo, se convierte a la vez, porun proceso análogo, en intrínsecamente indigno, y ello en undoble sentido. La prescripción acaba por hacer no sólo queel trabajo sea deshonroso a los ojos de la comunidad, sinomoralmente imposible para quien ha nacido noble y libre, eincompatible con una vida digna.

Este tabú opuesto al trabajo tiene otra consecuencia ul-terior respecto a la diferenciación industrial de las clases. Alaumentar la densidad de la población y convertirse el grupodepredador en comunidad industrial constituida, ganan enalcance y consistencia las autoridades y costumbres estable-cidas que rigen la propiedad. Se hace impracticable acumularriqueza por simple captura y, como lógica consecuencia, laadquisición por la industria es igualmente imposible parahombros pobres y orgullosos. Las alternativas que les que-dan a estas personas son la mendicidad y la privación. Don-dequiera que el canon del ocio ostensible tenga posibilidadesde operar con libertad, surgirá una clase ociosa secundaria yen cierto sentido espuria -despreciablemente pobre y cuyavida será precaria, llena de necesidades e incomodidades;pero esa clase será moralmente incapaz de lanzarse a empre-sas lucrativas-. El caballero venido a menos y la dama que haconocido días mejores no son, ni siquiera hoy, fenómenos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 47: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

47

desconocidos. Este penetrante sentido de la indignidad delmás ligero trabajo manual es familiar a todos los puebloscivilizados, lo mismo que a pueblos que se encuentran enuna cultura pecuniaria menos avanzada. En personas de sen-sibilidad delicada que han testado largo tiempo habituadas alas buenas formas, el sentido de lo vergonzoso del trabajomanual puede llegar a ser tan fuerte que en coyunturas críti-cas supere incluso al instinto de conservación. Así, porejemplo, se cuenta de ciertos jefes polinesios que bajo elpeso de las buenas formas prefirieron morir de hambre allevarse los alimentos a la boca con sus propias manos. Escierto que esta conducta puede haber sido debida, al menosen parte, a una excesiva santidad o tabú anejos a la personadel jefe. El contacto de sus manos habría comunicado eltabú y habría hecho inapropiada para servir de alimento acualquier cosa tocada por él. Pero el tabú mismo es un deri-vado de la indignidad o la incompatibilidad moral del traba-jo, de modo que, aun interpretándola en ese sentido, laconducta de los jefes polinesios es más fiel al canon del ociohonorífico de lo que pudiera parecer a primera vista. Unejemplo mejor, o al menos más inequívoco, nos lo ofrece elcaso de cierto rey de Francia de quien se cuenta que perdióla vida por un exceso de fuerza moral en la observancia delas buenas formas. En ausencia del funcionario cuyo oficioera trasladar el asiento de su señor, el rey se sentó sin pro-testa ante el fuego, y permitió que su real persona se tostasehasta un punto en que fue imposible curarle. Pero al hacerloasí salvó a Su Majestad Cristianísima de la contaminaciónservil.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 48: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

48

Summum crede nefas animam praeferre pudoriEa propter vitam vivendi perdere causas.

Ya se ha notado que el término «ocio», tal como aquí seemplea, no comporta indolencia o quietud. Significa pasar eltiempo sin hacer nada productivo: 1) por un sentido de laindignidad del trabajo productivo, y 2) como demostraciónde una capacidad pecuniaria que permite una vida de ociosi-dad. Pero la vida del caballero ocioso no se vive en su totali-dad ante los ojos de los espectadores a los que hay queimpresionar con ese espectáculo del ocio honorífico en que,según el esquema ideal, consiste su vida. Alguna parte deltiempo de su vida está oculta a los ojos del público y el caba-llero ocioso tiene que poder dar -en gracia a su buen nom-bre- cuenta convincente de ese tiempo vivido en privado.Tiene que encontrar medios de poner de manifiesto el ocioque no ha vivido a la vista de los espectadores. Esto sólopuede hacerse de modo indirecto, mediante la exhibición dealgunos resultados tangibles y duraderos del ocio así emplea-do, de manera análoga a la conocida exhibición de productostangibles y duraderos del trabajo realizado para el caballeroocioso por los artesanos y servidores que emplea.

La prueba duradera del trabajo productivo consiste ensu resultado material -generalmente algún artículo de con-sumo-. De modo semejante, en el caso de la hazaña es posi-ble y usual procurarse algún resultado tangible que se puedaexhibir a modo de trofeo o botín. En una fase posterior deldesarrollo se acostumbra a emplear algún distintivo o insig-nia de honor que sirva como marca convencionalmente

http://psikolibro.blogspot.com

Page 49: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

49

aceptada de la hazaña y que indique a la vez la cantidad ogrado de hazaña que simboliza. Al aumentar la densidad depoblación y hacerse más complejas y numerosas las relacio-nes humanas, todos los detalles de la vida sufren un procesode elaboración y selección y en ese proceso de elaboración eluso de trofeos desarrolla un sistema de rangos, títulos, gra-dos y enseñas de los que son ejemplo típico los emblemasheráldicos, las medallas y las condecoraciones honoríficas.

Desde el punto de vista económico, el ocio, consideradocomo ocupación, tiene un parecido muy cercano con la vidade hazañas; y los resultados que caracterizan una vida deocio y que sirven como criterios de decoro tienen mucho decomún con los trofeos que resultan de las hazañas. Pero elocio en el sentido más estricto, a diferencia de la hazaña y detodo esfuerzo productivo empleado en objetos que no sonde utilidad intrínseca, no deja ningún producto material. Loscriterios demostrativos de una ociosidad anterior toman, portanto, generalmente la forma de bienes «inmateriales». Ejem-plo de tales pruebas inmateriales de ociosidad son tareas casiacadémicas o casi prácticas y un conocimiento de procesosque no conduzcan directamente al fomento de la vida hu-mana. Tales, en nuestra época, el conocimiento de las len-guas muertas y de las ciencias ocultas; de la ortografía, de lasintaxis y la prosodia; de las diversas formas de música do-méstica y otras artes empleadas en la casa; de las últimasmodas en materia de vestidos, mobiliario y carruajes; de jue-gos, deportes y animales de lujo, tales como los perros y loscaballos de carrera. En todas estas ramas del conocimiento,el motivo inicial de donde procede en un principio su adqui-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 50: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

50

sición y de donde advino su boga puede haber sido algo porentero distinto del deseo de mostrar que uno no había pasa-do el tiempo ocupado en tareas industriales; pero a menosque esos conocimientos hubieran sido aprobados social-mente como demostración de un empleo improductivo deltiempo, no habrían sobrevivido, ni conservado su puestocomo prendas convencionales de la clase ociosa.

Tales conocimientos pueden clasificarse, en algún senti-do, como ramas del saber. Además -y más allá- de ellos haytoda una serie de hechos sociales que pasan imperceptible-mente de la región del saber a la de los hábitos y la destrezafísicas. Tales son los que se conocen como modales y buenaeducación, usos corteses, decoro y, en términos generales, lasprácticas formales y ceremoniales. Esta clase de hechos sepresentan a la observación de modo más inmediato y direc-to; son por ello requeridos con mayor insistencia comoprueba necesaria de un grado respetable de ociosidad. Mere-ce la pena de observar que todas esas clases de prácticas ce-remoniales a las que se clasifica bajo el epígrafe general demodales tienen un mayor grado de estimación entre loshombres en aquel estadio cultural en el que el ocio ostensibletiene la máxima boga como signo de respetabilidad, que enetapas posteriores del desarrollo cultural. El bárbaro del es-tadio de la industria casi pacífica es un caballero bien nacido,de modo mucho más notorio en todo lo que se refiere aldecoro que los hombres de épocas posteriores, con excep-ción de los más exquisitos. Es bien sabido -o al menos secree por lo general- que los modales se han ido pervirtiendoprogresivamente conforme se alejaba la sociedad del estadio

http://psikolibro.blogspot.com

Page 51: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

51

patriarcal. Muchos caballeros de la vieja escuela se han vistoobligados a notar con tristeza que en las comunidades in-dustriales modernas la gente de nacimiento inferior observalos modales y costumbres de las clases mejores; y a los ojosde todas las personas de sensibilidad delicada, la decadenciadel código ceremonial -o, dicho de otro modo, la vulgariza-ción de la vida- entre las clases industriales propiamente di-chas es una de las más cimeras enormidades de la civilizaciónen los últimos tiempos. La decadencia que ha sufrido el có-digo en manos de la gente industriosa atestigua -dejandoaparte todo vituperio- que el decoro es un producto y unexponente de la vida de la clase ociosa y sólo prospera demodo pleno en un régimen de status.

El origen -o, mejor dicho, la procedencia- de los moda-les ha de buscarse, sin duda, en algo que no sea un esfuerzoconsciente por parte de las personas de buenas maneras en-caminado a demostrar que han gastado mucho tiempo enadquirirlo. El fin próximo de la innovación y de su elabora-ción ulterior ha sido la superior eficacia de la nueva inven-ción en punto a belleza o expresividad. Como suponenhabitualmente antropólogos y sociólogos, el código ceremo-nial de los usos y costumbres decorosos debe, en gran parte,su comienzo y desarrollo al deseo de conciliarse a los demáso demostrarles buena voluntad, y este motivo inicial rara vezestá ausente -caso de que llegue a faltar en alguna ocasión-en la conducta de las personas de buenas maneras en cual-quier estadio ulterior de desarrollo. Los modales -se nos di-ce- son, en parte, una estilización de los gestos y en partesupervivencias simbólicas y convencionalizadas que repre-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 52: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

52

sentan actos anteriores de dominio o de servicio o contactopersonal. En gran parte son expresión de la relación de status-una pantomina simbólica de dominación por una parte y desubordinación por otra-. Allí donde en nuestros días son loshábitos mentales depredadores y la actividad consiguiente dedominio y servidumbre los que imprimen carácter al esque-ma general de la vida, la importancia de todos los puntillosde conducta es extrema, y la asiduidad con la que se practicala observancia ceremonial de rangos y títulos se aproximamucho al ideal implantado por el bárbaro en la cultura nó-mada cuasi pacífica. Algunos de los países del continenteeuropeo presentan buenos ejemplos de esta supervivenciaespiritual. Esas comunidades se aproximan también al idealarcaico por lo que se refiere a la estimación atribuida a losmodales como hecho de valor intrínseco.

Los modales comenzaron por ser símbolo y pantomimay sólo tenían utilidad como exponente de los hechos y cuali-dades simbolizados; pero sufrieron después la transmutaciónque suele acompañar en el tiato humano a los hechos sim-bólicos. Los modales vinieron a tener -en el concepto popu-lar- una utilidad per se, adquirieron un carácter sacramental,independiente en gran medida de los hechos que originaria-mente representaban. Las desviaciones del código del decorohan pasado a ser odiosas per se a todos los hombres, y labuena educación no es, en el concepto común, una meramarca adventicia de excelencia humana, sino una caracterís-tica que forma parte del alma digna. Hay pocas cosas quenos provoquen tanta repugnancia instintiva como una in-fracción del decoro; y hemos ido tan lejos en la dirección de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 53: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

53

imputar a las observancias ceremoniales de la etiqueta unautilidad intrínseca, que pocos de nosotros, admitiendo quepueda haber alguno, podamos asociar una falta de urbanidadde un sentimiento de la indignidad fundamental del culpable.Puede perdonarse el quebrantamiento de la palabra empeña-da, pero una falta de decoro es imperdonable. «Los modaleshacen al hombre»

No obstante, aunque los modales tienen esta utilidadintrínseca, tanto a juicio de quien los practica como del ob-servador, este sentido de la rectitud intrínseca del decoro noes más que el fundamento próximo de la boga de los moda-les y la buena educación. Su fundamento económico ulteriorha de buscarse en el carácter honorífico de ese ocio o em-pleo no productivo del tiempo y el esfuerzo, sin el cual no seadquieren los buenos modales. El conocimiento y hábito delas buenas formas no se consigue sino mediante el uso largoy continuado. Gustos, modales y hábitos de vida refinadosson una prueba útil de hidalguía, porque la buena educaciónexige tiempo, aplicación y gastos, y no puede, por ende, seradquirida por aquellas personas cuyo tiempo y energía hande emplearse en el trabajo. El conocimiento de las buenasformas es a primera vista una prueba de que aquella parte dela vida de una persona bien educada que no se desarrollabajo las miradas del espectador se ha empleado dignamenteen adquirir conocimientos que no tienen efecto lucrativo, Enúltimo análisis, el valor de los modales reside en el hecho deque éstos son pregoneros de una vida ociosa. Por tanto -yrecíprocamente-, como el ocio es el medio convencional deconseguir reputación pecuniaria, la adquisición de un cono-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 54: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

54

cimiento bastante profundo de lo relativo al decoro es algonecesario para todo el que aspire a una mediana reputacióndesde el punto de vista pecuniario.

Aquella parte de la vida ociosa honorable que no se de-sarrolla a la vista de los espectadores puede servir a las fina-lidades de reputación sólo en la medida en que deja tras sí unresultado tangible, visible, que pueda ser exhibido, medido ycomparado con productos de la misma clase exhibidos porotros aspirantes que compiten en la lucha por la reputación.Tal efecto se produce, en forma de modales y conducta degente ociosa, como consecuencia del simple hecho de unapersistente abstención del trabajo, aun cuando el interesadono piense en ello y no se preocupe de adquirir un aire deopulencia y señorío debidos a la ociosidad. Parece ser espe-cialmente cierto que varías generaciones de ociosidad dejanun efecto persistente y perceptible en la conformación de lapersona, y aun mayor en su conducta y modales habituales.Pero todas las sugestiones de una vida persistentementeociosa y todo el conocimiento de lo decoroso, que son con-secuencia de la habituación pasiva, pueden mejorarse aúnmás de modo reflexivo mediante un esfuerzo asiduo poradquirir los signos distintivos de un ocio honorable, hacien-do de la exhibición ulterior de estos signos adventicios deexención del trabajo útil, objeto de una disciplina vigorosa ysistemática. No hay duda de que éste es un punto en el queuna aplicación diligente de esfuerzo y gastos puede fomentarde modo muy eficaz el logro de un dominio decoroso de lasfacultades que distinguen a la clase ociosa. Recíprocamente,cuanto mayor sea el grado de eficacia y más patentes las

http://psikolibro.blogspot.com

Page 55: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

55

pruebas de un alto grado de habituación a prácticas que nosirven a ningún propósito lucrativo o directamente utilitario,mayor es el gasto de tiempo y materia implicados por suadquisición y mayor la buena reputación que de ello resulta.De ahí que en la lucha competitiva por el dominio de losbuenos modales se tomen tantos trabajos para cultivar loshábitos de conducta decorosa y de ahí que los detalles dedecoro se conviertan en una disciplina amplia a la que serequiere que se conformen todos aquellos que aspiran a serconsiderados como gente de reputación impecable. Y de ahítambién, por otra parte, que el ocio ostensible, del que eldecoro es una ramificación, se convierta gradualmente enuna instrucción laboriosa en materia de comportamiento yen una educación del gusto y una discriminación respecto acuáles de los artículos de consumo son decorosos y a cuálessean los métodos decorosos de consumirlos.

Merece la pena notar, en conexión con esto, el hecho deque se ha utilizado la posibilidad de producir idiosincrasiaspersonales patológicas y de otro tipo y de trasmitir los mo-dales característicos mediante una imitación astuta y unaeducación sistemática para crear deliberadamente una claseculta, a veces con resultados muy felices. De esta manera,mediante el proceso vulgarmente conocido como esnobis-mo, se logra una evolución sincopada de la hidalguía de na-cimiento y educación de un buen número de familias ylinajes. Esta hidalguía sincopada da resultados que, desde elpunto de vista de la utilidad que presentan para la existenciade una clase ociosa en la población, no son, en modo alguno,

http://psikolibro.blogspot.com

Page 56: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

56

sustancialmente inferiores a otros que han tenido una prepa-ración más ardua en las conveniencias pecuniarias.

Hay, además, grados mensurables de conformidad conel último código acreditado de puntillos relativos a los me-dios decorosos y a los métodos de consumo. Pueden compa-rarse las diferencias entre una persona y otra en punto algrado de conformidad con el ideal en esos aspectos, y estambién posible graduar y clasificar a las personas con ciertaexactitud, con arreglo a una escala progresiva de modales yeducación. La concesión de reputación se hace a este res-pecto, por lo general, de buena fe, a base de la conformidadcon los cánones de gusto aceptados en las materias de que setrate, y sin una consideración consciente de la situación pe-cuniaria o el grado de ocio que ha disfrutado un determinadocandidato a la reputación; pero los cánones de gusto conarreglo a los cuales se hace esa concesión están constante-mente vigilados por la ley del ocio ostensible y sufren conti-nuamente cambios y revisiones encaminados a ponerles enconsonancia más estricta con sus exigencias. Por ello, aun-que la base próxima a la discriminación pueda ser de otraclase, el principio dominante y perdurable de la prueba debuena educación es la exigencia de un gasto importante yevidente de tiempo. Dentro del ámbito de aplicación de esteprincipio, puede haber un grado considerable de variación enlos detalles, pero son variaciones de forma y expresión y novariaciones sustanciales.

Gran parte de la cortesía del trato cotidiano es, desdeluego, expresión directa de consideración y buena voluntady, en su mayor parte, no es necesario hacer derivar este ele-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 57: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

57

mento de la conducta de ninguna base subyacente de reputa-ción para explicar su presencia a la aprobación con que se lemira; pero no ocurre lo mismo con el código de las conve-niencias. Estas últimas son expresión del status. Desde luego,es suficientemente claro, para cualquiera que se tome la mo-lestia de observar, que nuestra conducta con respecto a losservidores y a otras personas inferiores que dependen pecu-niariamente de nosotros es la conducta de una persona quese encuentra en posición de superioridad dentro de una rela-ción de status, aunque esta manifestación se modifica confrecuencia suavizándose en gran medida la expresión originalde dominio puro. De modo semejante, nuestra conductarespecto a los superiores, y en gran parte también respecto alos iguales, expresa una actitud más o menos convencionali-zada de subordinación. Sirva de ejemplo la presencia señorialdel caballero o la dama de alta categoría, que atestiguan tantoel dominio e independencia de las circunstancias económicasy que, a la vez, apelan con fuerza tan convincente a nuestrosentido de lo correcto y amable. Es entre los miembros de laclase ociosa más elevada, que no tienen superiores y quetienen pocos iguales, donde el decoro encuentra su expre-sión más plena y madura; y es también esta clase superior laque da al decoro la formulación definitiva que le hace servircomo canon de conducta para las clases inferiores. Y tam-bién aquí el código es evidentemente un código de status ymuestra de modo patente su incompatibilidad con todo tra-bajo productivo vulgar. Una seguridad divina y una compla-cencia imperiosa -como de quien está acostumbrado a exigirque se le sirva y a no pensar en el mañana- constituyen el

http://psikolibro.blogspot.com

Page 58: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

58

derecho innato y el criterio distintivo del caballero en sumejor forma; y en el concepto popular, es aún más que eso,porque este modo de conducta es aceptado como atributointrínseco de un valor superior, ante el cual el plebeyo debaja cuna se deleita en inclinarse y someterse.

Como se ha indicado en un capítulo anterior, hay razo-nes para creer que la institución de la propiedad ha comen-zado por la propiedad de personas y en primer lugar demujeres. Los incentivos para adquirir tal propiedad han sido,al parecer: 1) una propensión a dominar y coaccionar, 2) lautilidad de aquellas personas como demostración de la proe-za de su dueño y 3) la utilidad de sus servicios.

El servicio personal ocupa un lugar peculiar en el desa-rrollo económico. Durante el estadio de la industria casi pa-cífica y, en especial, en los primeros tiempos del desarrollode la industria dentro de los límites generales de esa etapa, elmotivo dominante de la adquisición de la propiedad de per-sonas parece haber sido ordinariamente la utilidad de susservicios. Se valora a los siervos por sus servicios. Pero elpredominio de ese motivo no se debe a una decadencia de laimportancia absoluta de las otras dos utilidades que presen-tan los siervos. Lo que ocurre es, más bien, que las nuevascircunstancias de la vida acentúan la utilidad de los siervosen el último aspecto citado. Las mujeres y otros esclavos sonvalorados en mucho, no sólo como evidencia de riqueza,sino como medio de acumularla. Si la tribu se dedica al pas-toreo, constituye, junto con el ganado, la forma usual deinversión lucrativa. En la cultura casi pacífica, la esclavitudde la mujer impone hasta tal punto su carácter a la vida eco-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 59: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

59

nómica, que la mujer llega a servir como unidad de valorentre los pueblos que se encuentran en ese estadio cultural -como, por ejemplo, en los tiempos homéricos-. Donde ocu-rre así no puede discutirse que la base del sistema industriales la esclavitud del tipo que considera a los esclavos comocosas y que las mujeres son comúnmente esclavas. La granrelación humana que penetra todo el sistema es la de amo ysiervo. La prueba de riqueza aceptada como indiscutible es laposesión de muchas mujeres y a la vez de otros esclavosocupados en servir a la persona del amo y en producir bienespara él.

Se establece entonces una división del trabajo por la cu-al el servicio personal al amo se convierte en oficio especialde una parte de los siervos, en tanto que los empleados enocupaciones industriales propiamente dichas se alejan cadavez más de toda relación inmediata con la persona del señor.A la vez aquellos esclavos cuya tarea es el servicio personal,incluyendo en ella las obligaciones domésticas, van siendogradualmente eximidos de la industria productiva encamina-da a fines lucrativos.

Este proceso de exención progresiva común de las ta-reas industriales corrientes comenzará generalmente por laesposa, o la esposa principal. Una vez que la comunidad hallegado a adquirir hábitos de vida fijos, resulta impracticablela captura de esposas en tribus hostiles como fuente con-suetudinaria de aprovisionamiento de mujeres. Donde se halogrado este avance cultural la esposa principal es de ordina-rio de sangre hidalga, y el hecho de que lo sea apresura suexención de las tareas vulgares. No podemos estudiar aquí la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 60: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

60

manera cómo se origina el concepto de sangre hidalga ni ellugar que ocupa en el desarrollo del matrimonio. Para nues-tro propósito actual, bastará con decir que la sangre hidalgaes aquella que ha sido ennoblecida por un contacto prolon-gado de la riqueza acumulada o con prerrogativas inque-brantadas. Se prefiere para el matrimonio a la mujer quetiene esos antecedentes familiares, tanto por la alianza consus poderosos parientes que resulta de la unión, como por-que se siente que se hereda una sangre que ha estado asocia-da con muchos bienes y gran poder. La esposa seguirásiendo propiedad de su marido, de la misma manera que erapropiedad de su padre antes de la compra, pero a la vez esde la sangre hidalga de su padre; por ello, desde el punto devista moral, es incongruente que se ocupe en las tareas deni-grantes que desempeñan sus compañeras de servidumbre.Por completa que sea su sumisión al amo y por inferior quesea la mujer a los miembros varones del estrato social en quela colocó su nacimiento, el principio de que la hidalguía estrasmisible operará para colocarla por encima del esclavocorriente; y en cuanto el principio haya adquirido autoridadprescriptiva, la investirá en cierta medida con la prerrogativadel ocio que es el signo principal de hidalguía. Ayudada poreste principio de la hidalguía trasmisible, si la riqueza delpropietario de la mujer lo permite, la exención de la esposagana en alcance hasta llegar a incluir la exención del serviciopersonal denigrante y no sólo del servicio industrial. Alavanzar el desarrollo industrial y acumularse la propiedad enrelativamente pocas manos, se eleva el nivel convencional deriqueza de las clases superiores. La misma tendencia a la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 61: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

61

exención del trabajo manual y, con el transcurso del tiempo,del trabajo doméstico servil, se amplía más adelante hastaincluir a las demás esposas, caso de haberlas, y también aotros siervos que atienden directamente al amo. La exenciónes más tardía cuanto más remota es la relación en que seencuentra el siervo con la persona del amo.

Si la situación pecuniaria del señor lo permite, el desa-rrollo de una clase especial de servidores personales o corpo-rales se ve favorecido también por la gran importanciaatribuida a este tipo de servicio. Siendo la persona del amo laencarnación de la dignidad y el honor, tiene el máximo inte-rés. Tanto para su reputación con la comunidad como parasu propio respeto, es cuestión de gran consecuencia el hechode tener a su disposición servidores especializados y eficien-tes, cuyo cuidado directo de la persona del amo no se veadistraído de este su oficio principal por ninguna otra ocupa-ción subsidiaria. Estos servidores especializados son másútiles por la exhibición que representan que por el servicioefectivamente realizado. En cuanto no se les tiene sólo paraexhibirlos ofrecen al amo la satisfacción deservir de campode acción a la propensión del dueño hacia el dominio. Cier-tamente, el cuidado del aparato doméstico cada vez másgrande puede necesitar un aumento de trabajo; pero como elaparato aumenta generalmente con objeto de servir de me-dio para la buena reputación, más que como medio de co-modidad, esta atenuación no es de gran peso. Todas estasclases de utilidad se ven mejor servidas por un gran númerodeservidores altamente especializados. Por tanto, se produceuna creciente diferenciación y multiplicación deservidores

http://psikolibro.blogspot.com

Page 62: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

62

domésticos y personales junto con una concomitante exen-ción progresiva de tales servidores del trabajo productivo.En virtud de que se les utiliza como demostración de la ca-pacidad de pago, el oficio de tales servidores domésticostiende constantemente a incluir menos obligaciones y, demodo paralelo, su servicio tiende a convertirse en mera-mente nominal. Ello es cierto en especial de aquellos servi-dores que están dedicados de modo más inmediato yostensible al cuidado del amo. Su utilidad viene así a consistiren gran parte en su exención notoria del trabajo productivoy en la demostración de la riqueza y el poder del señor quetal expansión proporciona.

Después de haber progresado bastante la práctica deemplear un cuerpo especial de servidores que viven en estasituación de ocio ostensible, se empezó a preferir a los hom-bres para servicios en los que se ve de modo destacado aquien los practica. Las razones, en especial los de aparienciarobusta y decorativa, tales como los escuderos y otros sir-vientes, deben ser, y son sin duda, más vigorosos y costososque las mujeres. Son más aptos para esta tarea, ya que de-muestran un gasto mayor de tiempo y de energía humana.Por ello, en la economía de la clase ociosa la esposa siempreafanada de los primeros tiempos patriarcales, con su séquitode doncellas trabajadoras, cede el puesto a la dama y al laca-yo.

En todos los grados y pasos de la vida y en todos losestadios del desarrollo económico el ocio de la dama y ellacayo difiere del ocio del caballero que lo es por derechopropio, puesto que el primero es aparentemente una ocupa-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 63: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

63

ción de tipo laborioso. En gran parte, toma la forma de uncuidado minucioso y atento al servicio del amo o al mante-nimiento y elaboración de los accesorios v adornos domésti-cos, de modo que esta clase ociosa sólo merece estecalificativo en cuanto que realiza poco o ningún trabajo pro-ductivo, pero no en el sentido de que evite toda aparienciade trabajo. Las tareas realizadas por la dama o por los servi-dores domésticos son, con frecuencia, bastante arduas y es-tán encaminadas, también con frecuencia, a finesconsiderados como extremadamente necesarios para la co-modidad de toda la familia. Hasta el punto en que tales ser-vicios conducen a la eficiencia física o a la comodidad delamo y del resto de las personas de la casa, han de ser consi-derados como trabajo productivo. Sólo el residuo de activi-dades que queda una vez deducido este trabajo efectivo debeclasificarse como ociosidad.

Pero muchos de los servicios clasificados como cuida-dos domésticos en la vida cotidiana moderna y muchos delos bienes requeridos por el hombre civilizado para llevaruna existencia agradable tienen carácter ceremonial. Han deser clasificados, por tanto, como ociosidad en el sentido enque aquí se usa esta palabra. Pueden, a pesar de ello, ser im-perativamente necesarios desde el punto de vista de unaexistencia decorosa; pueden, incluso, ser necesarios para lacomodidad personal aunque su carácter sea principal o to-talmente ceremonial. Pero en cuanto comparten este carácterson imperativos y necesarios porque se nos ha enseñado aexigirlos, so pena de incurrir en indignidad o suciedad cere-moniales. Nos sentimos incómodos en el caso de que nos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 64: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

64

falten, pero no porque su ausencia produzca una incomodi-dad física de modo directo, ni porque un gusto no educadopara discriminar entre lo que se considera desde el punto devista convencional como bueno y como malo pudiera sentir-se molesto por su omisión. En la medida en que esto ocurre,el trabajo empleado en estos servicios ha de clasificarse cor-no ocio, y cuando lo realizan personas ente libres ni dirigenel establecimiento, debe clasificarse como ocio vicario (vica-rious leisure).

El ocio vicario al que dedican su tiempo las esposas ycriados -y al que se clasifica como cuidados domésticos-puede convertirse, con frecuencia, en tráfago rutinario y pe-noso, en especial cuando la competencia por la reputación esviva y dura. Así ocurre con frecuencia en la vida moderna.Donde ello sucede, el servicio doméstico que comprende losdeberes de esta clase servil puede denominarse con más pro-piedad esfuerzo derrochado que ocio vicario. Pero este últi-mo término tiene la ventaja de que indica la línea de dondederivan estos oficios domésticos a la vez que sugiere cuál esla base económica sustancial de su utilidad, ya que estas ocu-paciones son principalmente útiles como método de atribuiral amo o a la casa una reputación pecuniaria fundándose enque se gasta en ella una cantidad notoria de tiempo y esfuer-zo.

De este modo surge, pues, una clase ociosa subsidiaria oderivada, cuya tarea es la práctica de un ocio vicario paramantener la reputación de la clase ociosa primaria o auténti-ca. Esta clase ociosa vicaria se distingue de la auténtica porun rasgo característico de su modo habitual de vida. El ocio

http://psikolibro.blogspot.com

Page 65: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

65

de la clase señora consiste, al menos ostensiblemente, enceder a una inclinación a evitar el trabajo, y se presume querealza el bienestar y la plenitud de vida del amo; pero el ociode la clase servil exenta del trabajo productivo es, en ciertomodo, un esfuerzo que se le exige y que no está dirigido demodo primordial o normal a la comodidad de quienes perte-necen a ella. La ociosidad del criado no es su propia ociosi-dad. Hasta el punto en que es un servidor en el plenosentido de esta palabra, y no es a la vez un miembro de ungrado inferior a la clase ociosa propiamente dicha, su ocio seproduce a guisa de servicio especializado, encaminado a fa-vorecer la plenitud de vida de su amo. La evidencia de estarelación de servidumbre aparece, sin duda, en el porte y mo-do de vida del sirviente. Lo mismo puede decirse, a menudo,de la esposa en el largo estadio económico durante el cual esaún primordialmente sierva -es decir, mientras sigue en vigorla comunidad doméstica encabezada por el varón-. Para sa-tisfacer las exigencias del esquema de vida de la clase ociosa,el sirviente debe no sólo mostrar una actitud de subordina-ción, sino también los efectos de una educación especial yuna práctica de esa subordinación. El sirviente o esposa debeno sólo desempeñar ciertos oficios y mostrar una disposi-ción servil, sino que es imperativo que dé muestras de unafacilidad adquirida en la práctica de la subordinación -de unaconformidad, debida a una larga preparación, con los cáno-nes de la subordinación efectiva y notoria-. Incluso hoy díason esta aptitud y esta habilidad adquiridas en la manifesta-ción formal de la relación servil lo que constituye el ele-mento principal de utilidad de nuestros criados bien

http://psikolibro.blogspot.com

Page 66: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

66

pagados, así como una de las principales cualidades queadornan a la esposa bien educada.

El primer requisito de un buen sirviente consiste en sa-ber con claridad cuál es su sitio. No basta que sepa cómoconseguir ciertos resultados mecánicos deseados; tiene, porencima de todo, que saber cómo conseguir esos resultadosen la forma debida. Puede decirse que el servicio domésticoes una función más bien espiritual que mecánica. Se desarro-lla gradualmente un sistema complicado de buenas formasque regulan de modo específico la manera como ha de prac-ticarse esa ociosidad vicaria de la clase sirviente. Debe repu-diarse toda desviación de esos cánones formales, no tantoporque sea prueba de una falta de eficiencia mecánica, oincluso porque ponga de manifiesto una ausencia de la acti-tud, y temperamentos serviles, sino porque, en último térmi-no, demuestra la ausencia de una preparación especial. Lapreparación especial para el servicio personal cuesta tiempoy esfuerzo y, allí donde es ostensible en alto grado, demues-tra que el criado que la posee no se ocupa ni se ha ocupadohabitualmente de ninguna tarea productiva. Es una presun-ción de una ociosidad vicaria que data de mucho tiempoatrás. De ese modo el servicio así preparado es útil no sóloen cuanto satisface la preferencia instintiva del amo por eltrabajo hábil y bien hecho, así como su tendencia a un do-minio ostensible sobre las personas cuyas vidas sirven a lasuya, sino que tiene también la utilidad de poner en eviden-cia un consumo de servicio humano mucho mayor del quemostraría el mero ocio ostensible practicado por una perso-na sin la debida preparación. Es una falta grave que el ma-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 67: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

67

yordomo o lacayo cumpla sus deberes en la mesa o el ca-rruaje de su señor con tan mal estilo que aparentemente suocupación habitual haya podido ser la labranza o el pastoreo.Tal trabajo torpemente realizado implicaría la incapacidaddel amo para procurarse los servicios de sirvientes especial-mente preparados; es decir, implicaría incapacidad de pagarel gasto de tiempo, esfuerzo e instrucción requeridos paracapacitar a un sirviente preparado para el servicio especial deque se trate, con arreglo a un código formal rígido. Si la ac-tuación del criado hace suponer falta de medios por parte delamo, contradice la finalidad sustancial del servicio, ya que lautilidad principal del criado es la demostración que supone lacapacidad de pago de su amo.

Lo que se acaba de decir podría interpretarse en el sen-tido de que la falta de un criado mal preparado consiste en lasugestión directa de que sus servicios son baratos o útiles,Pero, desde luego, no ocurre así. La conexión es mucho me-nos inmediata. Lo que ocurre aquí es lo que acontece demodo general. Cualquier cosa que aprobamos en su comien-zo, sea cual sea el motivo de la aprobación, acaba por apare-cérsenos como justificada por sí sola; acaba por serclasificada en nuestros hábitos mentales como sustancial-mente buena. Mas para que un canon específico de conductapueda mantener su boga, tiene que continuar estando apo-yado por el hábito o actitud que constituye la norma de sudesarrollo, o al menos tiene que no ser incompatible con él.La necesidad de un ocio vicario o un gasto ostensible deservicios es un incentivo dominante en el sostenimiento desirvientes. Mientras esto siga siendo cierto, puede decirse, sin

http://psikolibro.blogspot.com

Page 68: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

68

provocar mucha discusión, que se considerará insoportabletodo apartamiento de los usos aceptados que pueda sugerirun aprendizaje abreviado del servicio. La exigencia de unaociosidad vicaria costosa actúa indirectamente, de modoselectivo, guiando la formación de nuestros gustos -de nues-tro sentido de lo correcto en tales materias-, y produce tam-bién la exclusión de ciertas desviaciones al no dar a éstas laaprobación necesaria.

Al ascender el nivel de riqueza reconocido por el con-senso común, la posesión y explotación de sirvientes comomedio de exhibir superfluidad experimenta un refinamiento.La posesión y mantenimiento de esclavos en la producciónde bienes es signo de riqueza y hazaña, pero el manteni-miento de sirvientes que no producen nada es signo de unariqueza y una posición aún mayores. Bajo este principio sur-ge una clase de criados, cuanto más numerosa mejor, cuyaúnica ocupación es servir sin objeto especial a la persona desu amo y poner así de manifiesto la capacidad de éste deconsumir improductivamente una gran cantidad de servicio.Con ello sobreviene una nueva división del trabajo: surgenlos servidores o dependientes cuya vida se emplea en mante-ner el honor del caballero ocioso. Mientras un grupo produ-ce bienes para él, otro, encabezado generalmente por laesposa, o por la esposa principal, consume para él viviendoen ociosidad ostensible, demostrando con ello su capacidadde soportar un gran quebranto pecuniario, sin poner en peli-gro su opulencia superior.

Este bosquejo -¿un tanto idealizado y esquemático?- deldesarrollo y naturaleza del servicio doméstico es más cercano

http://psikolibro.blogspot.com

Page 69: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

69

a la verdad en aquella etapa cultural que hemos denominadoestadio industrial «casi pacífico». En ese estadio el serviciopersonal se eleva por primera vez a la categoría de institu-ción económica, y es en ese estadio donde ocupa un mayorlugar en el esquema general de vida de la comunidad. En lasecuencia cultural, el estadio casi pacífico sigue al estadiodepredador y los dos son fases sucesivas de la vida bárbara.Su rasgo característico es una observancia formal de la paz yel orden, pero la vida tiene todavía en él mucho de coaccióny antagonismo de clase para que se la pueda llamar pacífica,en el pleno sentido de la palabra. Para muchos propósitos, ydesde puntos de vista distintos del económico, podría de-nominársele también etapa del status. Este término resumebien el método de relación humana durante esa etapa y laactitud espiritual de los hombres en ese nivel de cultura. Pe-ro como término descriptivo que caracterice los métodosdominantes en la industria, a la vez que para indicar la ten-dencia del desarrollo industrial en ese punto de la evoluciónhumana, parece preferible el término casi pacífico. Por loque hace a las comunidades de la cultura occidental, esta fasedel desarrollo económico pertenece probablemente al pasa-do; salvo para una fracción numéricamente pequeña, aunquemuy notoria, de la comunidad, en la cual los hábitos de pen-samiento peculiares a la cultura bárbara no han sufrido másque una pequeña desintegración.

El servicio personal sigue siendo un elemento de granimportancia económica, especialmente por lo que se refiere ala distribución y consumo de bienes, pero su relativa impor-tancia, incluso en esta dirección, es, sin duda, menor de lo

http://psikolibro.blogspot.com

Page 70: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

70

que fue antaño. El mejor momento de esta ociosidad vicariapertenece al pasado y no al presente, y su mejor expresiónactual ha de encontrarse en el esquema general de vida de laclase ociosa superior. La cultura moderna debe mucho a estaclase en lo que respecta a la conservación de tradiciones,usos y hábitos mentales que pertenecen a un plano culturalmás arcaico, por lo que hace a su más amplia aceptación y asu desarrollo más efectivo.

En la comunidad industrial moderna se han desarrolla-do mucho las invenciones mecánicas de que se puede dispo-ner para la utilidad y comodidad de la vida cotidiana. Tantoes así que los servidores personales, o incluso los domésticosde cualquier clase, serían muy poco empleados a no ser porla base del canon de respetabilidad arrastrado por la tradi-ción del uso anterior. La única excepción serían los sirvientesempleados para cuidar inválidos y débiles mentales. Perotales servidores entran más bien en el epígrafe de enfermosespeciales que en el de servidores domésticos y son, por lotanto, una excepción más aparente que real a la regla.

La razón próxima de tener servidores domésticos, porejemplo, en la casa medianamente acomodada de hoy día, es(ostensiblemente) la de que los miembros de la familia nopueden realizar, sin incomodidad, el trabajo que es necesarioen esa institución moderna. Y la razón de no poderlo realizares: 1) que tienen demasiados «deberes sociales», y 2) que eltrabajo que es necesario realizar es demasiado duro y abun-dante. Estas dos razones pueden expresarse también en otraforma: 1) bajo un código imperativo de conveniencias, eltiempo y esfuerzo de los miembros de tal familia han de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 71: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

71

emplearse ostensiblemente en la práctica de la ociosidadnotoria, en forma de visitas, paseos, clubes, círculos de cos-tura, deportes, organizaciones de caridad y demás funcionessociales análogas. Aquellas personas cuyo tiempo y energíase emplean en estas tareas confiesan en privado que todasestas prácticas, así como la atención incidental que hay quededicar al vestido y otros gastos ostensibles, son muy pesa-dos pero totalmente inevitables; 2) bajo la necesidad del con-sumo ostensible de bienes, el aparato de la vida se ha hechotan complicado y engorroso, por lo que se refiere a habita-ciones, muebles, antigüedades, guardarropa y comida, quelos consumidores de tales cosas no pueden utilizarlas delmodo requerido sin ayuda de otras personas. El contactopersonal con los individuos contratados para que ayuden acumplir con la rutina impuesta por el decoro es considerado,por lo general, como desagradable para los ocupantes de lacasa, pero se tolera y se paga su presencia para delegarles unaparte de este consumo oneroso de bienes de la familia. Lapresencia de los servidores doméstico y, sobre todo, de laclase especial de servidores personales es una concesión quehace la comodidad física a la necesidad moral del decoropecuniario.

La manifestación más amplia del ocio vicario en la vidamoderna está formada por los denominados deberes do-mésticos. Estos deberes se están convirtiendo rápidamenteen una clase de servicios realizados, no tanto en beneficiopersonal del cabeza de familia, cuanto en pro de la reputa-ción de la familia como unidad corporativa -grupo del que laesposa es miembro en un pie de igualdad ostensible-. Con la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 72: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

72

misma velocidad con que la familia para la cual se realiza sealeja de su base arcaica de matrimonio-propiedad, estos de-beres domésticos tienden naturalmente a salir de la categoríade ocio vicario en el sentido original de esta fórmula, ex-cepto en cuanto son realizados por servidores pagados paraello. Es decir, que como la ociosidad vicaria es posible úni-camente a base de status o servicio pagado, la desaparición dela relación de status en el trato humano lleva consigo la desa-parición de la ociosidad vicaria en la misma proporción enque se va produciendo aquélla. Pero hay que añadir, comocualificación de este aserto, que mientras subsista la familia,incluso con una doble cabeza, esa clase de trabajo no pro-ductivo, realizado para mantener la reputación familiar, tieneque seguir siendo clasificado como ociosidad vicaria, aunqueen un sentido ligeramente modificado. Es un ocio practicadoen interés de la familia tomada corporativamente, en vez deserlo, como antes, en beneficio del cabeza y propietario de lacomunidad familiar.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 73: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

73

IV. Consumo ostensible

En lo dicho acerca de la evolución de la clase ociosa vi-caria, y su diferenciación del conjunto de las clases ociosasen general, se ha hecho referencia a una ulterior división deltrabajo -la que hay entre las diversas clases serviles-. Unaparte de la clase sirviente, especialmente aquellas personascuya ocupación es la ociosidad vicaria, asume nuevas obliga-ciones subsidiarias -el consumo vicario de bienes-. La formamás patente de realizar este consumo se ve en el uso de li-breas y la de espaciosas habitaciones destinadas a los criados.Otra forma apenas menos visible o eficaz de consumo vica-rio y mucho más extendida que la anterior es el consumo dealimentos, vestidos, habitación y mobiliario hecho por ladama y el resto del personal que compone la comunidaddoméstica.

Pero ya en un punto de la evolución muy anterior almomento en que aparece la dama había empezado a produ-cirse, de modo más o menos sistemático, el consumo espe-cializado de bienes como prueba de fortaleza pecuniaria. Elcomienzo de una diferenciación en el consumo antecede

http://psikolibro.blogspot.com

Page 74: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

74

incluso a la aparición de todo lo que pueda ser denominadopropiamente fortaleza pecuniaria. Se encuentra ya en la faseinicial de la cultura depredadora y hasta hay indicios de quese encuentra una incipiente diferenciación en este sentidoantes de los comienzos de la vida depredadora. La diferenciamás primitiva en el consumo de bienes se parece a la dife-renciación posterior que nos es familiar en que es en granparte de carácter ceremonial, pero, al revés que la última, nodescansa en una diferencia de riqueza acumulada. La utilidaddel consumo como demostración de riqueza ha de clasificar-se como proceso derivado. Es una adaptación a un nuevofin, por un proceso selectivo de una distinción ya existente ybien cimentada en los hábitos mentales humanos.

En las primeras fases de la cultura depredadora la únicadiferencia económica es una distinción tosca entre una clasesuperior honorable, compuesta de los hombres cabales, poruna parte, y, por otra, de una clase inferior baja, compuestade mujeres trabajadoras. De acuerdo con el esquema ideal devida en rigor en esa época, corresponde a los hombres con-sumir lo que las mujeres producen. El consumo que corres-ponde a las mujeres es meramente incidental en relación corsu trabajo, es un medio para que continúen en el mismo y noun consumo encaminado a su propia comodidad y la pleni-tud de su vida. El consumo improductivo de bienes es hono-rable, primordialmente, como signo de proeza y prenda de ladignidad humana; de modo secundario llega a ser honorableen sí, en especial por lo que se refiere a las cosas más desea-das. El consumo de artículos alimenticios escogidos, y confrecuencia también el de artículos raros de adorno, se con-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 75: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

75

vierte en tabú para las mujeres y los niños; de haber una cla-se baja (servil) de hombres, el tabú rige también para losincluidos en ella. Con un avance cultural ulterior ese tabúpuede convertirse en una simple costumbre de carácter máso menos riguroso, pero cualquiera que sea la base teórica dela distinción mantenida, tanto si es tabú o una convenciónmás amplia, las características del esquema convencional deconsumo no cambian fácilmente. Cuando se llega al estadioindustrial casi pacífico, con su institución fundamental de laesclavitud que considera a los siervos como cosas, el princi-pio general mas o menos rigurosamente aplicado es el de quela clase industrial baja debe consumir únicamente lo necesa-rio para su subsistencia. Por la naturaleza de las cosas, el lujoy las comodidades de la vida pertenecen a la clase ociosa. Eltabú reserva muy estrictamente, para el uso de la clase supe-rior, ciertas vituallas y de modo más especial ciertas bebidas.

La diferenciación ceremonial en materia de alimentos seve con más claridad en el uso de bebidas embriagantes ynarcóticas. Si esos artículos de consumo son costosos seconsideran como nobles y honoríficos. Por ello las clasesbajas, y de modo primordial las mujeres, practican una con-tinencia forzosa por lo que se refiere a esos estimulantes,salvo en los países donde es posible conseguirlos a bajocosto. Desde la época arcaica, y a lo largo de toda la épocapatriarcal, ha sido tarea de las mujeres preparar y administraresos artículos de lujo y, privilegio de los hombres de buenacuna y educación, consumirlos. Por ello, la embriaguez ydemás consecuencias patológicas del uso inmoderado deestimulantes tienden, a su vez, a convertirse en honoríficos,

http://psikolibro.blogspot.com

Page 76: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

76

como signo en segunda instancia del status superior de quie-nes pueden costearse ese placer. En esos pueblos las enfer-medades que son consecuencia de tales excesos sonreconocidas francamente como atributos viriles. Ha llegadoincluso a ocurrir que el nombre de ciertas enfermedadescorporales derivadas de tal origen, haya pasado a ser en ellenguaje cotidiano sinónimo de «noble» o «hidalgo». Sólo enun estadio cultural relativamente primitivo se aceptan lossíntomas del vicio caro, como signo convencional de unstatus superior y tienden así a convertirse en virtudes y a me-recer la deferencia de la comunidad; pero la reputación queva unida a ciertos vicios costosos conserva durante muchotiempo tanta fuerza que disminuye de modo apreciable ladesaprobación suscitada por el abuso de placeres por partede los hombres de la clase noble acaudalada. La misma dis-tinción valorativa añade fuerza a la desaprobación corrientede todo exceso de este tipo por parte de las mujeres, los me-nores y, en general, los inferiores. Esta distinción valorativatradicional no ha perdido su fuerza ni siquiera en los puebloscontemporáneos más avanzados. Allí donde el ejemplo dadopor la clase ociosa conserva su fuerza imperativa en la regu-lación de las convenciones, se observa que las mujeres si-guen practicando en gran parte la misma continenciatradicional en lo que se refiere al uso de estimulantes.

Esta caracterización de la mayor continencia en el usode estimulantes practicada por las mujeres de las clases bienreputadas, puede parecer un refinamiento lógico excesivorealizado a expensas del sentido común. Pero hechos queestán al alcance de quien quiera tomarse la molestia de ob-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 77: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

77

servarlos nos dicen que la mayor abstinencia practicada porlas mujeres se debe en parte, a un convencionalismo impera-tivo; y ese convencionalismo es, de modo general, más fuer-te, allí donde la tradición patriarcal -la tradición de que lamujer es una cosa- ha conservado su influencia con mayorvigor. En cierto sentido, que ha sido muy atenuado en alcan-ce y rigor, pero que no ha perdido en manera alguna su sig-nificado ni siquiera hoy, esa tradición dice que como lamujer es una cosa, debe consumir únicamente lo necesariopara su sustento -excepto en la medida en que su consumoulterior contribuye a la comodidad o la buena reputación desu amo-. El consumo de cosas lujosas en el verdadero senti-do de la palabra es un consumo encaminado a la comodidaddel propio consumidor y es, por tanto, un signo distintivodel amo. Todo consumo semejante hecho por otras personasno puede producirse más que por tolerancia de aquél. En lascomunidades donde la tradición patriarcal ha modelado pro-fundamente los hábitos mentales populares, podemos en-contrar supervivencias del tabú sobre los artículos de lujo, almenos en una condena convencional de su uso por las clasesserviles y dependientes. Esto es verdad, en particular, por loque se refiere a ciertos artículos de lujo, cuyo uso por lasclases dependientes privaría a sus amos de comodidad oplacer, o que son considerados como de dudosa legitimidadpor cualquier otro motivo. A juicio de la gran clase mediaconservadora de la civilización occidental, el uso de esosdiversos estimulantes es perjudicial, al menos para uno, sí nopara los dos, de esos objetivos; y el hecho de que sea preci-samente entre las clases medias de cultura germánica donde

http://psikolibro.blogspot.com

Page 78: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

78

sobrevive un fuerte sentido de las conveniencias de la épocapatriarcal, donde las mujeres están sometidas en mayor es-cala a un tabú calificado respecto a los narcóticos y bebidasalcohólicas, es demasiado significativo para pasarlo por alto.Con muchas reservas -tantas más cuanto más se ha ido debi-litando la tradición patriarcal- se considera como buena yobligatoria la regla de que las mujeres sólo deben consumiren beneficio de sus amos. Se presenta, naturalmente, la obje-ción de que el gasto de los vestidos femeninos y los acceso-rios domésticos es una evidente excepción a esta regla; perocomo se verá por lo que sigue, tal excepción es mucho másvisible que fundamental.

Durante las primeras etapas del desarrollo económico,el consumo ilimitado de bienes, en especial de los bienes demejores calidades -idealmente todo consumo que exceda delmínimo de subsistencia- corresponde de modo normal a laclase ociosa. Esa restricción tiende a desaparecer, al menosformalmente, una vez que se ha llegado al estadio pacíficoposterior de propiedad privada de los bienes y de un sistemaindustrial basado en el trabajo asalariado o en la economía dela comunidad doméstica pequeña. Pero durante el estadiocuasi pacífico anterior -en el que estaban tomando fuerza yconsistencia tantas de las tradiciones a través de las cuales haafectado a la vida económica de las épocas posteriores lainstitución de la clase ociosa- ese principio ha tenido la fuer-za de una norma convencional. Ha servido de norma con laque tendía a conformarse el consumo y toda desviaciónapreciable de ella se consideraba como una forma de aberra-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 79: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

79

ción, que el desarrollo ulterior había de eliminar, con todaseguridad, más pronto o más tarde.

Así, pues, el caballero ocioso del estadio casi pacífico nosólo consume las cosas de la vida por encima del mínimoexigido para la subsistencia y la eficiencia física, sino que suconsumo sufre también una especialización por lo que serefiere a la calidad de los bienes consumidos. Gasta sin limi-taciones bienes de la mejor calidad en alimentos, bebidas,narcóticos, habitación, servicios, ornamentos, atuendo, ar-mas y equipo, diversiones, amuletos e ídolos o divinidades.En el proceso de mejora gradual que se produce en los artí-culos de consumo, el principio motivador y la finalidad pró-xima a la innovación es, sin duda, la mayor eficiencia de losproductos mejores y más elaborados para la comodidad ybienestar personales. Pero no es ése el único propósito de suconsumo. Está presente aquí el canon de reputación y seapodera de las innovaciones que con arreglo al patrón por élestablecido son aptas para sobrevivir. Dado que el consumode esos bienes de mayor excelencia supone una muestra deriqueza, se hace honorífico; e inversamente, la imposibilidadde consumir en cantidad y calidad debidas se convierte ensigno de inferioridad y demérito.

El desarrollo de esta discriminación puntillosa respectoa la excelencia cualitativa, del comer, el beber, etcétera, afectano sólo el modo de vida, sino también la educación y la acti-vidad intelectual del caballero ocioso. Ya no es sólo el ma-cho agresivo y afortunado -el hombre que posee fuerza,recursos e intrepidez-. Para evitar el embrutecimiento, tieneque cultivar sus gustos, pues le corresponde distinguir con

http://psikolibro.blogspot.com

Page 80: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

80

alguna finura entre los bienes consumibles y los no consu-mibles. Se convierte en connaisseur de viandas de diverso gra-do de mérito, de bebidas y brebajes masculinos, de adornosy arquitectura agradables, de armas, caza, danza y narcóticos.Este cultivo de la facultad estética exige tiempo y aplicacióny las demandas a que tiene que hacer frente el caballero eneste aspecto tienden, en consecuencia, a cambiar su vida deociosidad en una aplicación más o menos ardua a la tarea deaprender a vivir una vida de ocio ostensible de modo quefavorezca a su reputación. Íntimamente relacionada con laexigencia de que el caballero consuma sin trabas y consumabienes de la mejor calidad, está la exigencia de que sepa con-sumirlos en la forma conveniente. Su vida de ocio debe serllevada del modo debido. Por ello surgen los buenos moda-les, en la forma señalada en un capítulo anterior. Los moda-les y modos de vida educados son casos de conformidad conla norma del ocio y el consumo ostensibles.

El consumo ostensible de bienes valiosos es un mediode aumentar la reputación del caballero ocioso. Al acumular-se en sus manos la riqueza, su propio esfuerzo no bastaríapara poner de relieve por este método su opulencia. Recurre,por tanto, a la ayuda de amigos y competidores ofreciéndolesregalos valiosos, fiestas y diversiones caras. Los regalos y lasfiestas tuvieron probablemente un origen distinto de la os-tentación ingenua, pero adquirieron muy pronto utilidadpara este propósito y han conservado este carácter hasta elpresente; de tal modo, que su utilidad a este respecto ha sidodurante mucho tiempo la base en que se apoyan tales usos.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 81: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

81

Las diversiones costosas tales como el potlach3 y el baileestán especialmente adaptadas para servir a este fin. Con estemétodo se obliga al competidor con quien el anfitrión deseaestablecer una comparación a servir de medio para el finpropuesto. El competidor realiza un consumo vicario enbeneficio de su huésped, a la vez que es testigo del consumodel exceso de cosas buenas que el anfitrión no puede despa-char por sí solo, y se le hace ver, además, la desenvoltura deaquél en materia de etiqueta.

En el ofrecimiento de diversiones costosas hay, desdeluego, otros motivos de tipo más cordial. La costumbre delas reuniones festivas se originó probablemente por motivossociables y religiosas; esas razones siguen estando presentesen el desarrollo ulterior, pero ya no son los únicos motivos.Las fiestas y diversiones de la clase ociosa de fecha posteriorpueden seguir sirviendo, en un grado muy ligero, a la necesi-dad religiosa, y en un grado mayor a las de recreo y sociabili-dad, pero sirven también a un propósito valorativo, y no losirven con menor eficacia por el hecho de que tengan unabase no valorativa en esos móviles más confesables. Pero elefecto económico de esas diversiones sociales no se dismi-nuye con ello, ni por lo que respecta al consumo vicario nien lo relativo a la exhibición de habilidades de adquisicióndifícil y costosa en materia de etiqueta.

3 Se conoce por potlach una ceremonia practicada por los kwakiutl con laque un hombre trata de adquirir nombradía haciendo grandes dádivas,que la costumbre obliga a devolver duplicadas en fecha posterior, sopena de perder prestigio. A veces toma la forma de fiesta en la que unhombre trata de superar a sus rivales; en ocasiones se llega a la destruc-ción deliberada de propiedad (mantas, canoas, bandejas de cobre). [T.]

http://psikolibro.blogspot.com

Page 82: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

82

Conforme se acumula riqueza, se va desarrollando cadavez más la clase ociosa por lo que se refiere a su estructura yfunciones y surge una diferenciación dentro de ella. Hay unsistema más o menos complicado de rango y grados. Esadiferenciación se fomenta por la herencia de riquezas y laherencia, consiguiente a ella, de hidalguía. Con la herencia dela hidalguía va unida la herencia de la ociosidad obligatoria;pero puede heredarse una hidalguía suficientemente fuertepara comportar una vida de ocio y que no vaya acompañadade la herencia de riqueza necesaria para mantener un ociodignificado. La sangre hidalga puede trasmitirse sin trasmitira la vez bienes suficientes para permitir un consumo sin res-tricciones en una escala que sirva para mantener la reputa-ción. Resulta de ahí una clase de caballeros ociosos que noposeen riqueza, a la que nos hemos referido ya de modoincidental. Esos caballeros ociosos de media casta entran enun sistema de gradaciones jerárquicas. Los que están máscerca de los grados superiores de la clase ociosa rica -enpunto a cuna, a riqueza o a ambas cosas- tienen rango supe-rior a los más alejados de ellas por su origen y a los econó-micamente más débiles. Esos grados inferiores, y en especiallos caballeros ociosos carentes de riquezas -o marginales- seafilian a los más grandes mediante un sistema de dependen-cia o feudalidad. Al hacerlo así, consiguen un incremento ensu reputación o en los medios de llevar una vida ociosa, de-rivado de su patrón. Se convierten en cortesanos o miem-bros de su séquito –servidores- y al ser alimentados ysostenidos por su patrón, son índices del rango de éste yconsumidores vicarios de su riqueza superflua. Muchos de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 83: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

83

esos caballeros ociosos afiliados a un patrón son a la vezhombres importantes -de grado menor- por derecho propio;de tal modo que algunos de ellos no pueden ser considera-dos, en modo alguno, como consumidores vicarios, y otrossolo en parte caben dentro de esa categoría. Pero los queforman el séquito y los dependientes del patrono pueden serclasificados como consumidores vicarios sin ninguna clasede atenuaciones. A su vez muchos de éstos, y también mu-chos otros de los aristócratas de grado inferior, tienen unidoa sus personas un grupo más o menos numeroso de consu-midores vicarios en las personas de sus esposas e hijos, cria-dos, etcétera.

Dentro de todo este esquema graduado de ociosidad yconsumo vicarios, impera la regla de que esos oficios han dedesempeñarse de tal manera o en tales circunstancias o contales símbolos, que indiquen claramente quién sea el amo alque deba imputarse ese ocio o consumo a quien correspondede derecho, en consecuencia, el incremento de buena repu-tación resultante de aquellos. El consumo y el ocio practica-dos por esas personas para su amo o patrono representan,por parte de éste, una inversión hecha con vistas a aumentarsu buena fama. Ello es evidente en el caso de las fiestas ylarguezas, y la atribución al huésped o patrono de la reputa-ción resultante se realiza aquí de modo inmediato, a base dela notoriedad del hecho. Allí donde vasallos y gente del sé-quito practican el ocio y el consumo vicarios, la imputaciónal patrono de la reputación resultante se produce por el he-cho de que esos consumidores viven cerca de su persona detal modo que es indudable para todos la fuente de la ociosi-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 84: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

84

dad y el consumo. Al hacerse más amplio el grupo cuya bue-na estimación se trata de asegurar de este modo, se necesitanmedios más patentes para indicar la imputación del méritocorrespondiente al ocio disfrutado y a esta finalidad se debela boga de uniformes, distintivos y libreas. El uso de unifor-mes y libreas implica un grado considerable de dependencia,y hasta puede decirse que es un signo de servidumbre, real uostensible. Los portadores de los uniformes o libreas puedendividirse grosso modo en dos clases: libres y serviles, o nobles yvillanos. De modo análogo, los servicios por ellos prestadosson también divisibles en nobles e innobles. Es, desde luego,cierto que la distinción no se observa en la práctica con es-tricto rigor; los servicios menos humillantes de los incluidosen el grupo de innobles y las menos honoríficas de las fun-ciones nobles se reúnen con frecuencia en la misma persona.Pero no debe por ello pasarse por alto la distinción general.Lo que puede producir alguna perplejidad es el hecho de queesta distinción fundamental entre noble e innoble que des-cansa en la naturaleza del servicio ostensible realizado chocacon una distinción secundarla entre lo honorífico y, humi-llante, basada en el rango de la persona para quien se realizael servicio o cuya librea se usa. Así aquellos servicios que sonpor derecho propio la ocupación adecuada de la clase ociosason nobles; tales el gobierno, la lucha, la caza, el cuidado dearmas y equipos -en una palabra, aquellos que pueden clasifi-carse como ocupaciones ostensiblemente depredadoras-. Porel contrario, aquellas tareas que caen dentro del terreno pro-pio de la clase industriosa son innobles; tales el artesanado ocualquier otro trabajo productivo, los servicios de los cria-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 85: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

85

dos, etc. Pero un servicio bajo prestado a una persona degrado muy alto puede convertirse en un oficio muy honorífi-co; por ejemplo, el cargo de doncella de honor o dama decompañía de la reina, o el de caballerizo o montero mayordel rey. Los dos últimos oficios citados sugieren un principioque tiene un alcance de una cierta generalidad. Cuando, co-mo ocurre en esos casos, la tarea servil de que se trata tienedirectamente algo que ver en las ocupaciones primarias de laclase ociosa -lucha y caza- adquiere fácilmente carácter ho-norífico reflejo. De tal modo puede llegar a atribuirse granhonor a un empleo que por su propia naturaleza pertenece ala especie inferior.

En el desarrollo ulterior de la industria pacífica, decaegradualmente la costumbre de emplear un cuerpo ocioso dehombres de armas uniformados. El consumo vicario hechopor gente que depende de un patrono o señor, cuyas insig-nias llevan, se reduce a un cuerpo deservidores de librea. Enun grado posterior, la librea viene a ser prenda de servidum-bre, o más bien, de la condición servil. La librea del servidorarmado tenía un cierto carácter honorífico, pero ese carácterdesapareció cuando la librea pasó a ser distintivo exclusivodelos servidores domésticos. La librea se convierte en deni-grante para casi todos aquellos a quienes se obliga a llevarla.Estamos aún tan poco alejados de un estadio de esclavitudefectiva, que somos plenamente sensibles a lo que tenga elmás tenue olor de su imputación de servilismo. La antipatíase produce incluso cuando se trata de las libreas o uniformesque algunas corporaciones y sociedades prescriben comotraje distintivo de sus empleados. En los Estados Unidos, la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 86: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

86

aversión llega hasta desacreditar -de modo tenue e incierto- aaquellos empleos oficiales, tanto militares como civiles, queexigen el uso de una librea o uniforme.

Con la desaparición de la servidumbre tiende, en con-junto, a decrecer el número de consumidores vicarios unidosa cada caballero. Lo mismo puede decirse -y acaso en mayorgrado- del número de personas de él dependientes que llevanen su nombre una vida de ocio vicario. De modo general,aunque no total ni consistente, ambos grupos coinciden. Lapersona dependiente del señor en quien primero se delega-ron esos deberes fue la esposa o la esposa principal y, comosería lógico esperar, cuando en el desarrollo ulterior de lainstitución se reduce de modo gradual el número de perso-nas que tienen consuetudinariamente esas obligaciones, laesposa es la última en desaparecer de esa categoría. En lasclases más elevadas de la sociedad se necesita una propor-ción amplía de ambas clases de servicios; la esposa se veayudada aún en su tarea por un cuerpo más o menos nume-roso de sirvientes. Pero conforme descendemos en la escalasocial se llega a un punto en el que las obligaciones del ocio yel consumo vicario recaen sólo sobre la esposa. En las co-munidades de la cultura occidental este punto se encuentra,en la actualidad, en la clase media inferior.

Y aquí se produce una inversión curiosa. Es un hechode observación corriente que en esta clase media el cabezade familia no finge vivir ocioso. Por la fuerza de las circuns-tancias esa ficción ha caído en desuso. Pero la esposa siguepracticando, para el buen nombre de cabeza de familia, elocio vicario. Conforme descendemos en la escala social de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 87: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

87

cualquier comunidad industrial moderna, el hecho primario -el ocio ostensible de cabeza de familia- desaparece en unpeldaño relativamente alto de aquélla. Como ocurre con eltipo corriente de hombre de negocios actual, el cabeza defamilia de clase media se ha visto obligado por las circuns-tancias económicas a emplear sus manos para ganarse la vidaen ocupaciones que con frecuencia tienen en gran parte ca-rácter industrial. Pero el hecho derivado -el ocio y el consu-mo vicarios a los que dedica su tiempo y esfuerzo la esposa,y el ocio vicario auxiliar de los sirvientes- sigue en vigor,como convencionalismo que las exigencias de la reputaciónno permiten que se disminuya. No es, en modo alguno, unespectáculo desusado encontrar un hombre que se dedica altrabajo con la máxima asiduidad, con objeto de que su espo-sa pueda mantener, en beneficio de él, aquel grado de ocio-sidad vicaría que exige el sentir común de la época.

El ocio a que dedica su tiempo la esposa en tales casosno es, desde luego, una simple manifestación de vagancia oindolencia. Se presenta casi invariablemente disfrazado detrabajo o deberes domésticos o entretenimientos socialesque, debidamente analizados, resultan tener poca o ningunafinalidad aparte de mostrar que aquélla no se ocupa ni tieneque ocuparse de nada lucrativo ni de nada que tenga unautilidad importante o sustancial. Como ya se ha notado altratar de los modales, la mayor parte de los cuidados domés-ticos rutinarios a los que la esposa de clase media dedica sutiempo y esfuerzo, tienen ese carácter. Ello no quiere decirque los resultados de su atención a los asuntos de carácterdecorativo y mundano no sean agradables a los ojos de los

http://psikolibro.blogspot.com

Page 88: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

88

hombres educados en los criterios de la clase media. Pero elgusto al que tratan de agradar esos efectos de adorno y lim-pieza domésticos se ha formado bajo la guía selectiva deunas conveniencias que exigen precisamente esas pruebas deesfuerzo derrochado en ellos. En gran parte los efectos nosson agradables porque se nos ha enseñado a encontrarlosagradables. En esos deberes domésticos se presta un grancuidado a la combinación adecuada de forma y color y otrasfinalidades que deben clasificarse como estéticas en el senti-do estricto del término; y no se niega que a veces se logranefectos que tienen valor estético real. En lo que se insisteaquí especialmente es en que, por lo que se refiere a las cosasagradables de la vida, los esfuerzos de la mujer de su casaestán guiados por tradiciones que han sido modeladas por laley del gasto notoriamente derrochador de tiempo y materia.Si se logra la belleza o la comodidad -y el hecho de que seconsiga se debe a circunstancias más o menos fortuitas- hade lograrse por métodos conformes a la gran ley económicadel esfuerzo derrochado. La parte de más alta reputación -lade más «presentación»- de los adornos domésticos de la clasemedia está constituida, por una parte, por cosas de consumoostensible y, por otra, por artificios que pongan en evidenciael ocio vicario vivido por el ama de casa.

La exigencia del consumo vicario por parte de la esposacontinúa vigente incluso en un punto inferior de la escalapecuniaria de aquél a donde llega la exigencia del ocio vica-rio. En un punto por debajo del cual se observan pocas oninguna apariencias de esfuerzo gastado inútilmente, limpie-za ceremonial y cosas análogas, la reputación de la familia y

http://psikolibro.blogspot.com

Page 89: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

89

de su jefe sigue exigiendo a la esposa que consuma ostensi-blemente algunos bienes. De manera que, como último re-sultado de esta evolución de una institución arcaica, laesposa que en un principio tenía, tanto en derecho como enteoría, trato de bestia de carga, de propiedad del hombre -productora de bienes que él consumía-, se ha convertido enconsumidora ceremonial de los bienes que produce el varón.Pero en teoría sigue siendo, de modo inequívoco, su propie-dad, ya que el dedicarse de modo habitual al ocio y el con-sumo vicarios es la marca permanente del sirviente no libre.

Este consumo vicario hecho por la familia de las clasesmedia y baja no puede ser considerado como expresión di-recta del esquema general de vida de la clase ociosa, ya que lacomunidad familiar de este grado pecuniario no pertenece ala clase ociosa. Lo que ocurre más bien es que el esquema devida de la clase ociosa toma una expresión de segundo gra-do. La clase ociosa ocupa la cabeza de la estructura social enpunto a reputación; y su manera de vida y sus pautas de va-lor proporcionan, por tanto, la norma que sirve a toda lacomunidad para medir la reputación. Las clases más bajas dela escala se ven obligadas a observar esos patrones de con-ducta con un cierto grado de aproximación. En las comuni-dades civilizadas modernas, las líneas de demarcación entrelas clases sociales se han hecho vagas e inestables y, donde-quiera que esto ocurre, la norma que gradúa la reputación,impuesta por la clase superior, extiende su influencia coacti-va a lo largo de la estructura social hasta los estratos másbajos, sin tener que salvar para ello sino obstáculos muy lige-ros. El resultado es que los miembros de cada estrato acep-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 90: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

90

tan como ideal de decoro el esquema general de la vida queestá en boga en el estrato superior mas próximo y dedicansus energías a vivir con arreglo a ese ideal. Tienen que con-formarse, al menos en apariencia, con el código aceptado, sopena de perder su buen nombre.

La base sobre la que descansa en último término la bue-na reputación en toda comunidad industrial altamente orga-nizada es la fortaleza pecuniaria. Y los medios de mostrar esafortaleza y *de conseguir un buen nombre son el ocio y unconsumo ostensible de bienes. Por consiguiente, ambosmétodos están en boga hasta el punto más bajo de la escaladonde es posible que lo estén; y en los estratos inferiores enlos que se emplean ambos métodos, ambas tareas se deleganen gran parte a la esposa y los hijos.

En peldaños todavía más bajos de la escala, allí donderesulte impracticable para la esposa un grado cualquiera deocio, perdura el consumo ostensible de bienes realizado porla esposa y los hijos. El cabeza de familia puede hacer tam-bién algo en esa dirección y, por lo general, lo hace, pero sidescendemos aún más en la escala, hasta el nivel de la indi-gencia -en las márgenes de los barrios insalubres y sobrepoblados de las ciudades- el varón y los hijos dejan virtual-mente de consumir bienes valiosos para mantener las apa-riencias y queda la mujer como único exponente del decoropecuniario de la familia. Ninguna clase social, ni siquiera lamás miserablemente pobre, abandona todo consumo osten-sible consuetudinario. Los últimos artículos de esta categoríade consumo no se abandonan, sino bajo el imperio de lanecesidad más extrema. Se soportan muchas miserias e in-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 91: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

91

comodidades antes de abandonar la última bagatela o la úl-tima apariencia de decoro pecuniario. No hay clase ni paísque se haya inclinado ante la presión de la necesidad física demodo tan abyecto que haya llegado a negarse a sí misma lasatisfacción de esa necesidad superior o espiritual.

De la precedente ojeada sobre el desarrollo del ocio y elconsumo notorios, resulta que la utilidad de ambos para elfin de conseguir y mantener una reputación consiste en elelemento de derroche que es común a los dos. En un caso esel derroche de tiempo y esfuerzo, en el otro el de cosas úti-les. Ambos son métodos de demostrar la posesión de rique-za y ambos se aceptan convencionalmente comoequivalentes. La elección entre ambos es sólo problema desu conveniencia publicitaria, excepto en cuanto puedan estarafectados por otras normas de conveniencia surgidas defuente distinta. En diferentes etapas del desarrollo económi-co puede darse preferencia a uno o a otro por motivos deutilidad. El problema consiste en cuál de los métodos influirámás eficazmente en las personas cuyas convicciones se deseaafectar. El uso ha resuelto el problema en distinta formasegún las circunstancias.

Mientras la comunidad o grupo social es lo suficiente-mente pequeña y compacta para que le pueda influir eficaz-mente la notoriedad común por sí sola -es decir, en tantoque el medio humano al que tiene que adaptarse el individuoen materia de reputación está comprendido en la esfera desus conocimientos personales y la murmuración de sus veci-nos- un método es igualmente eficaz que el otro. Ambossirven igualmente bien durante las primeras etapas del desa-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 92: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

92

rrollo social. Pero hoy día, los medios de comunicación y lamovilidad de la población exponen al individuo a la observa-ción de muchas personas que no tienen otros medios dejuzgar su reputación, sino por la exhibición de bienes (y aca-so de educación) que pueda hacer aquél mientras está bajo laobservación directa de esas personas.

La organización moderna de la industria opera en lamisma dirección, pero por otro camino. Las exigencias delmoderno sistema industrial colocan con frecuencia a indivi-duos v familias en una yuxtaposición en la que hay muy po-co contacto aparte de esa yuxtaposición. Los vecinos -dandoa esta palabra un sentido puramente mecánico- no son, confrecuencia, vecinos en sentido social, ni siquiera conocidos;sin embargo, su buena opinión, por marginal que sea, tieneun alto grado de utilidad. El único medio posible de hacernotoria la propia capacidad pecuniaria a los ojos de esosobservadores que no tienen ninguna simpatía por el obser-vado, es una demostración constante de capacidad de pago.En la comunidad moderna se asiste con mayor frecuencia asitios donde se congrega una gran cantidad de personas queson desconocidas unas de otras en la vida cotidiana -lugarestales como iglesias, teatros, salones de baile, hoteles, parques,tiendas, etc...-. Para impresionar a esos observadores transi-torios y conservar la propia estima, mientras se está someti-do a su observación, debe escribirse la firma de la fortalezapecuniaria propia en caracteres que todo transeúnte puedaleer. Es, pues, evidente que la vida actual se orienta en direc-ción a ensalzar la utilidad del consumo ostensible de prefe-rencia al ocio ostensible.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 93: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

93

Es de notar también que la utilidad del consumo comomedio de conseguir reputación, así como la insistencia enaquél como elemento de decoro, se manifiesta con mayorplenitud en aquellas partes de la comunidad donde es mayorel contacto humano del individuo y más amplia la movilidadde la población. En relación con la población rural, la urbanaemplea una parte relativamente mayor de sus ingresos en elconsumo ostensible, y la necesidad de hacerlo así es másimperativa. El resultado es que, para mantener una aparien-cia decorosa, la población urbana vive al día en una propor-ción mucho mayor que la rural. Así ocurre, por ejemplo, queel granjero norteamericano y su mujer e hijas visten muchomenos a la moda y son menos urbanos en sus modales quela familia del artesano de la ciudad que tiene iguales ingresos.Ello no significa que la población urbana sea mucho másaficionada al placer especial que deriva del consumo ostensi-ble ni que la población rural dé menos importancia al decoropecuniario. Pero en la ciudad son más fuertes el atractivo deesta línea publicitaria y su eficacia transitoria. Por tanto, serecurre con más facilidad a este método y, en la lucha parasuperarse unos a otros, la población urbana lleva su patrónnormal de consumo ostensible a un punto más elevado, conel resultado de que se requiere un gasto relativamente mayoren esta dirección para indicar un grado determinado de de-coro pecuniario en la vida urbana. La exigencia de confor-midad a este patrón convencional superior se convierte enimperativa. La pauta del decoro es más elevada, clase porclase, y hay que hacer frente a esta exigencia de una aparien-cia decorosa so pena de perder casta.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 94: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

94

El consumo es un elemento más importante en el pa-trón de vida de la ciudad que en el del campo. Entre la po-blación rural, su lugar lo ocupan, en cierta medida, losahorros y las comodidades hogareñas, que, gracias al coma-dreo de la vecindad, son suficientemente conocidos para quepuedan servir al propósito igualmente general de la reputa-ción pecuniaria. Estas comunidades hogareñas y el ocio quese disfruta -cuando se disfruta efectivamente- han de serclasificados también, en gran parte, como formas de consu-mo ostensible; y lo mismo puede decirse de los ahorros. Elhecho de que sean menores los ahorros guardados por losartesanos se debe, en alguna parte, a que para los artesanos elahorro es una forma de publicidad menos eficaz, con res-pecto al medio en que viven, que para las personas que vivenen granjas y aldeas pequeñas. En éstos todo el mundo cono-ce los negocios de todo el mundo, especialmente el statuspecuniario. Considerado sólo en sí mismo -tomado en suprimer grado- este nuevo incentivo a que están expuestos elartesano y las clases trabajadoras urbanas puede no constituirun motivo suficientemente poderoso para disminuir en mu-cho el monto de los ahorros; pero en su acción constante,que eleva el patrón de gastos decorosos, su efecto contrarioa la tendencia al ahorro no puede menos de ser muy grande.

Un buen ejemplo del modo de operar de este canon dereputación puede verse en la práctica del copeo, el«alternar»y el fumar en lugares públicos, cosas a las que acostumbranlos trabajadores y artesanos de la población urbana. Puedecitarse como clase en la que esta forma de consumo ostensi-ble tiene una gran boga a los oficiales impresores, y entre

http://psikolibro.blogspot.com

Page 95: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

95

ellos tiene ciertas consecuencias que se censuran con granfrecuencia. Los peculiares hábitos que en esta materia tienela clase se consideran, por lo general, como una cierta formade deficiencia moral mal definida que se atribuye a esa clase,o a la influencia moralmente deletérea que se supone ejerce -de modo que no se puede explicar- la profesión sobre loshombres ocupados en ella. El estado de la cuestión relativa alos hombres que trabajan en la composición y en las prensascorrientes de las imprentas, puede resumirse como sigue. Lahabilidad adquirida en cualquier imprenta o ciudad puedeaprovecharse con facilidad en casi cualquier otra empresa olocalidad; es decir, la inercia debida a la profesión es peque-ña. Además, esta ocupación requiere una inteligencia y unainformación general superiores a las normales, y por ello loshombres dedicados a ella están, de ordinario, más dispuestosque muchos otros a aprovecharse de la ligera variación quepueda haber en la demanda de su trabajo de un lugar a otro.A la vez, los salarios que se pagan en la profesión son losuficientemente altos para hacer que el movimiento de unlugar a otro pueda realizarse con relativa facilidad. El resul-tado es una gran movilidad de la mano de obra empleada enla imprenta; acaso mayor que en cualquier otro grupo im-portante y bien definido de trabajadores. Esos hombres es-tán siendo lanzados de modo constante al contacto connuevos grupos de conocidos, y las relaciones que establecencon ellos son transitorias o efímeras, no obstante lo cual sevalora su buena opinión por el momento. La proclividadhumana a la ostentación, reforzada por sentimientos de ca-maradería, los lleva a gastar liberalmente en aquellas direc-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 96: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

96

ciones que mejor sirvan a esas necesidades. Aquí, como entodas partes, la prescripción se apodera de la costumbre encuanto ésta alcanza alguna boga y la incorpora a la pautaacreditada de decoro. El siguiente paso consiste en hacer deesta pauta de decoro el punto de partida de un nuevo avanceen la misma dirección -pues no hay mérito en una simpleconformidad externa a una pauta de disipación que se vivecomo valor entendido por todos los que pertenecen a la pro-fesión.

Por lo tanto, el hecho de que la disipación predomineentre los impresores en mayor medida que en el resto de lasprofesiones, se puede atribuir, al menos en cierta medida, ala mayor facilidad de movimiento y al carácter más transito-rio de los conocimientos y los contactos humanos en estaprofesión. Pero la base fundamental de que se exija la disipa-ción en tan alto grado no es, en último análisis, sino la mis-ma propensión a manifestar el dominio y el decoropecuniario que hace parsimonioso y frugal al campesino-propietario francés y que induce al millonario norteamerica-no a fundar colegios, hospitales y museos. Si el canon delconsumo ostensible no se viese contrapesado en gran partepor otras características de la naturaleza humana distintas deél, sería lógicamente imposible todo ahorro para una pobla-ción situada como lo están hoy los artesanos y las clases tra-bajadoras de las ciudades, por altos que fueran sus salarios osus ingresos.

Pero, aparte de la riqueza y su exhibición, hay otros pa-trones de reputación y otros cánones de conducta más omenos imperativos, y algunos de ellos operan en el sentido

http://psikolibro.blogspot.com

Page 97: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

97

de acentuar o calificar el canon amplio y fundamental delderroche ostensible. Si no hubiera otro que la eficacia publi-citaria, deberíamos esperar encontrarnos con que el ocio y elconsumo ostensible de bienes se dividían en un comienzo elcampo de la emulación pecuniaria en partes bastante pro-porcionadas. Podría esperarse entonces que el ocio fueracediendo terreno de modo gradual y tendiera a desapareceren la medida en que avanza el desarrollo económico y au-menta el tamaño de la comunidad; en tanto que el consumoostensible de bienes debería ir ganando importancia, tambiénpor grados, tanto desde el punto de vista absoluto, comodesde el relativo, hasta que hubiese absorbido todo el pro-ducto disponible, sin dejar aparte nada sino lo suficiente paralas meras necesidades de la vida. Pero el desarrollo real delos hechos se ha separado un tanto de este esquema ideal. Elocio ocupaba el primer lugar en un comienzo y durante lacultura casi pacífica llegó a tener un rango muy superior alderroche de bienes en el consumo, tanto como exponentedirecto de riquezas como en calidad de elemento integrantedel patrón de decoro. Desde ese momento, el consumo haganado terreno, hasta que hoy tiene indiscutiblemente laprimacía, aunque está muy lejos aún de haber absorbido to-do el margen de producción por encima del mínimo de sub-sistencia.

El ascendiente primero del ocio como medio de conse-guir reputación, deriva de la distinción arcaica entre empleosnobles e innobles. En parte, el ocio es honorable y llega a serimperativo porque muestra una exención de todo trabajoinnoble. La arcaica diferenciación entre clases nobles y villa-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 98: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

98

nas se basa en una distinción valorativa entre las ocupacio-nes, que divide a éstas en honoríficas y degradantes; y du-rante los primeros tiempos del estadio casi pacífico estadistinción tradicional se desarrolla hasta convertirse en uncanon imperativo de decoro. Se robustece su ascendientepor el hecho de que, en cuanto demostración de riqueza, elocio sigue teniendo aún tanta eficacia como el consumo. Estan eficaz en el medio humano relativamente pequeño y es-table en el que vive el individuo en esa etapa cultural que,con ayuda de la tradición arcaica que degrada todo trabajoproductivo, da origen a una gran clase ociosa carente de di-nero y tiende incluso a limitar la producción industrial de lacomunidad al mínimo necesario para la subsistencia. Estaextremada inhibición de la industria se evita porque el escla-vo que trabaja bajo una coacción más rigurosa que la im-puesta por la reputación, se ve obligado a producir más de loque exige el mínimo necesario para la subsistencia de la clasetrabajadora. La relativa decadencia subsiguiente que sufre eluso del ocio ostensible como base de la reputación se debe,en parte, a una eficacia relativa cada vez mayor del consumocomo demostración de riqueza; pero, en parte también, deri-va de otra fuerza, ajena -y en cierto grado antagónica- al usodel derroche ostensible.

Este factor es el instinto del trabajo eficaz. De permi-tirlo las circunstancias, ese instinto inclina a los hombres amirar con favor la eficacia productiva y todo lo que sirva deutilidad a los seres humanos. Los inclina a menospreciar elderroche de cosas o de esfuerzo. El instinto del trabajo efi-caz se encuentra presente en todos los hombres y se reafirma

http://psikolibro.blogspot.com

Page 99: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

99

hasta en circunstancias muy adversas. Por ello cualquiergasto, por derrochador que pueda ser en realidad, debe te-ner, por lo menos, alguna excusa aceptable en forma de fina-lidad ostensible. Ya hemos estudiado en un capítulo anteriorla manera como, en determinadas circunstancias, ese instintoda como resultado un gusto por la hazaña y una discrimina-ción valorativa entre los nobles y villanos. En la medida enque choca con la ley del derroche ostensible, el instinto deltrabajo eficaz se expresa no sólo en la exigencia de una utili-dad sustancial, sino también en el sentido permanente de laodiosidad y la imposibilidad estética delo que es a todas lucesfútil. Como es por naturaleza una afección instintiva, su guíaafecta de modo especial e inmediato a las violaciones noto-rias y ostensibles de sus exigencias. Llega con menos rapidezy con fuerza mucho menos exigente a las violaciones sustan-ciales de sus exigencias que sólo se aprecian tras un procesode reflexión.

Mientras todo trabajo continúa realizándose de modoexclusivo o general por esclavos, la bajeza de todo esfuerzoproductivo se encuentra también presente de modo tanconstante en la mente de los hombres que impide que elinstinto del trabajo eficaz influya en gran medida para impo-ner la dirección hacia la utilidad industrial. Pero cuando sepasa del estadio industrial casi pacífico (de esclavitud y status)el estadio pacífico (de asalariados y pago al contado) el ins-tinto del trabajo eficaz juega con mayor eficacia. Comienzaentonces a modelar en forma agresiva las opiniones de loshombres acerca de lo que es meritorio y se afirma al menoscomo canon auxiliar de la consideración de sí mismo. De-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 100: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

100

jando aparte toda consideración extraña, las personas (adul-tas) que no tienen hoy inclinación a realizar algún fin o queno se ven impelidas por su propio impulso o modelar algúnobjeto, hecho o relación, para usos humanos, no son hoysino una minoría que está desapareciendo. El incentivo, defuerza coactiva más inmediata, que inclina a un ocio que esvehículo de reputación y a evitar la utilidad indecorosa pue-de, en gran medida, superar esa propensión, la cual puede,por ende, expresarse sólo en forma de apariencias; así ocu-rre, por ejemplo, con los«deberes sociales» y los conoci-mientos, casi artísticos o casi eruditos, que se emplean en elcuidado y en el decorado de la casa, en la actividad de loscírculos de costura o en la reforma del traje, o en el destacar-se por la elegancia, la habilidad en los juegos de cartas, lanavegación deportiva, el golf y otros deportes. Pero el hechode que, bajo el imperio de las circunstancias, pueda dar porresultado vacuidades, no refuta la aseveración dela presenciadel instinto en mayor medida de lo que refuta la realidad delinstinto de la procreación el hecho deque se pueda hacer queuna gallina empolle una nidada de huevos de porcelana.

Esta búsqueda desagradable que se hace en nuestros dí-as de alguna forma de actividad finalista que no sea a la vezindecorosamente productiva de ganancias individuales ocolectivas, señala una diferencia de actitud entre la claseociosa moderna y la del estadio casi pacífico. Como se hadicho arriba, en el estadio anterior la institución omnidomi-nante de la esclavitud y el status actuaron sin resistencia en elsentido de degradar todo esfuerzo dirigido a fines que nofueran ingenuamente depredadores. Era todavía posible en-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 101: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

101

contrar algún empleo habitual para la tendencia a la acciónen forma de agresión o represión violentas dirigidas contragrupos hostiles o contra las clases sometidas en el interiordel grupo; y esto servía para disminuir la presión y encontrarun desagüe a la energía de la clase ociosa, sin recurrir a acti-vidades real o aparentemente útiles. La practica de la cazaservía también en cierto grado a la misma finalidad. Cuandola comunidad se convirtió en una organización industrialpacífica y cuando una ocupación más completa de la tierrahubo reducido las oportunidades de dedicarse a la caza a unresiduo sin importancia, la presión de la energía encaminadaa una actividad finalista tuvo que buscarse un desagüe enalguna otra dirección. La ignominia unida al esfuerzo útilentró también en una fase menos aguda con la desaparicióndel trabajo obligatorio; y entonces el instinto del trabajo efi-caz se afirmó con mayor persistencia.

Ha cambiado en cierta medida la línea de menor resis-tencia, y la energía que antaño encontraba canalización en laactividad depredadora toma hoy, en parte, la dirección dealguna finalidad notoriamente útil. Ha pasado a ser despre-ciado el ocio que carece de finalidad ostensible, en especialpor lo que se refiere a esa gran parte de la clase ociosa cuyoorigen plebeyo opera para colocarlo en desacuerdo con latradición del otium cum dignitate. Pero queda aún ese canon dereputación que desestima toda tarea que constituye por natu-raleza un esfuerzo productivo; y ese canon no permitirá másque una boga muy pasajera a cualquier trabajo que sea sus-tancialmente útil o productivo. La consecuencia es que se haproducido un cambio en el ocio ostensible a que dedica su

http://psikolibro.blogspot.com

Page 102: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

102

tiempo la clase ociosa, cambio no tanto de sustancia comode forma. Se ha logrado una reconciliación entre las dos exi-gencias contrapuestas recurriendo a ficciones. Se desarrollanmuchas e intrincadas observancias corteses y deberes socia-les de naturaleza ceremonial; se fundan muchas organizacio-nes cuya finalidad visible, fijada por su título y denominaciónoficiales, es alguna clase de mejora social. Hay mucho ir yvenir y mucha charla, con el fin de que los conversadores nopuedan tener ocasión de reflexionar acerca del valor econó-mico efectivo de su tráfico. Y junto con la apariencia de ta-rea encaminada a alguna finalidad, y ligado de modoinextricable con su trama, hay, si no siempre, un elementomás o menos apreciable de esfuerzo encaminado a algúnpropósito serio.

En la esfera, más limitada, del ocio vicario se ha produ-cido un cambio semejante. En vez de pasar simplemente eltiempo en ociosidad visible, como en los mejores días delrégimen patriarcal, el ama de casa del estadio pacífico avan-zado se aplica con asiduidad a los cuidados domésticos. Lascaracterísticas salientes de este desarrollo del servicio do-méstico se han indicado ya.

Durante toda la evolución del gasto ostensible, tanto debienes como de servicios o de vida humana, se da el su-puesto obvio de que para que un consumo pueda mejorar demodo eficaz la buena fama del consumidor, tiene que ser decosas superfluas. Para producir buena reputación, ese con-sumo tiene que ser derrochador. No puede derivar ningúnmérito del consumo de lo estrictamente necesario para lavida, a no ser en comparación con quienes son tan pobres

http://psikolibro.blogspot.com

Page 103: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

103

que no llegan a poder gastar ni siquiera lo exigido por esemínimo necesario para la subsistencia; salvo en el nivel dedecoro más prosaico y menos atractivo, de tal gasto no po-dría producirse ninguna pauta que sirviera para la compara-ción. Sería aún posible un nivel de vida que admitiera unacomparación valorativa en otros aspectos que el de la opu-lencia; tal, por ejemplo, una comparación en diversas direc-ciones de las manifestaciones de fuerza moral, física,intelectual o estética. Hoy están de moda las comparacionesde estos tipos; pero esas comparaciones están, por lo común,tan inextricablemente ligadas con la comparación pecuniaria,que es muy difícil distinguirlas de la última. Esto es cierto demodo especial por lo que se refiere a la valoración corrientede las expresiones de vigor o eficacia intelectual y estética;tanto que interpretamos con frecuencia como estética o in-telectual una diferencia que en sustancia no es más que pe-cuniaria.

El uso del término «derroche» es desafortunado en unaspecto. En el lenguaje de la vida cotidiana la palabra llevaconsigo una resonancia condenatoria. Lo utilizamos aquí afalta de una expresión mejor que describiera adecuadamenteel mismo grupo de móviles y fenómenos, pero no se lo debetomar en mal sentido, como si implicase un gasto ilegítimode productos o de vida humanos. A la luz de la teoría eco-nómica el gasto en cuestión no es más ni menos legítimo queningún otro. Se lo llama aquí «derroche» porque ese gasto nosirve a la vida humana ni al bienestar humano en conjunto,no porque sea un derroche o una desviación del esfuerzo oel gasto, considerado desde el punto de vista del consumidor

http://psikolibro.blogspot.com

Page 104: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

104

individual que lo escoge. Si lo escoge, ahí acaba el problemade la utilidad relativa que, en comparación con las otras for-mas de consumo a las que no se suele censurar por el hechode ser inútiles, presenta para él. Cualquiera que sea la formade gasto que escoja el consumidor o cualquiera que sea lafinalidad que persiga al hacer esa elección, es útil para él porvirtud de su preferencia. Desde el punto de vista del consu-midor individual, la cuestión del derroche no entra dentrodel ámbito de la teoría económica propiamente dicha. Portanto, el uso de la palabra «derroche», como término técnico,no implica ninguna condena de los motivos o de los finesperseguidos por el consumidor bajo este canon de gastoostensible.

Pero, desde otros puntos de vista, merece la pena denotar que el término «derroche» en el lenguaje de la vidacotidiana implica una condena de lo que se caracteriza comotal. Este significado implícito que le atribuye el sentido co-mún es, en sí, una excrescencia del instinto del trabajo eficaz.La reprobación popular del derroche se basa en que paraestar en paz consigo mismo, el hombre corriente tiene quepoder encontrar en todos y cada uno de los esfuerzos y go-ces humanos un aumento de la vida y bienestar. Para encon-trar una aprobación sin reservas, todo hecho económicotiene que conseguir aprobación con arreglo al canon de lautilidad impersonal, -es decir, la utilidad contemplada desdeel punto de vista de lo genéricamente humano-. La ventajarelativa o lograda por un individuo en comparación o com-petencia con otro, no satisface a la conciencia económica, y

http://psikolibro.blogspot.com

Page 105: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

105

el gasto hecho en la competencia no tiene, por ende, laaprobación de esa conciencia.

Para ser estrictamente exactos, no deberíamos incluirbajo el epígrafe de derroche ostensible más que aquellosgastos realizados a base de una comparación pecuniaria he-cha con propósito valorativo. Pero para incluir cualquierelemento bajo este epígrafe no es necesario que se lo reco-nozca como derroche, en este sentido, por la persona querealiza el gasto. Ocurre con frecuencia que un elemento delnivel de vida que comenzó como forma de derroche, acabapor convertirse, a juicio del consumidor, en algo necesariopara la vida; y puede, de este modo, convertirse en algo tanindispensable como cualquier otro artículo de los gastoshabituales del consumidor. Puede citarse como artículos quecaben a veces en este epígrafe -y sirven, por ende, de ejem-plos de la forma en que se aplica este principio- las alfom-bras y tapicerías, los cubiertos de plata, los servicios de loscamareros, los sombreros de copa, la ropa interior bordada ymuchos artículos de joyería y vestido. El carácter de indis-pensable que esas cosas llegan a tener una vez que se formael hábito y la convención, tiene poco que ver en la clasifica-ción de los gastos como derroche o no derroche en el senti-do técnico de la palabra. El patrón con el que hay que medirtodo gasto, si se quiere decidir la cuestión, es el de si sirvedirectamente para elevar, en conjunto, la vida humana -el desi fomenta los procesos vitales tomados en forma imperso-nal-, pues ésta es la base de avalúo establecida por el instintodel trabajo eficaz y ese instinto es el tribunal de apelación deúltima instancia para toda cuestión de verdad o conveniencia

http://psikolibro.blogspot.com

Page 106: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

106

económica. Es un problema del juicio pronunciado por unsentido común desapasionado. Por tanto, el problema no esel de si en las circunstancias dadas de hábito individual ycostumbre social, un determinado gasto conduce a la satis-facción o a la paz espiritual de un consumidor particular,sino el de si -dejando aparte los gustos adquiridos y los cá-nones de decoro convencional y de la costumbre- su resulta-do es una ganancia neta en lo que se refiere a lascomunidades o a la plenitud de vida. El gasto consuetudina-rio debe clasificarse bajo el epígrafe de derroche en la medi-da en que la costumbre en que se basa derive del hábito derealizar una comparación pecuniaria valorativa -en la medidaen que se conciba que no podría haber llegado a ser con-suetudinario y prescriptivo sin el respaldo de ese principio dela reputación pecuniaria o el éxito económico relativo.

Es evidente que, para incluir un determinado objeto degasto en la categoría de derroche ostensible, no es necesarioque sea exclusivamente derrochador. Un artículo puede ser ala vez útil y constituir un derroche, y su utilidad para el con-sumidor puede estar compuesta de uso y derroche en lasproporciones más diversas. Los bienes consumibles e inclusolos de producción muestran, por lo general, como constituti-vos de su utilidad, dos elementos combinados; aunque, demodo general, el elemento de derroche tiende a predominaren los artículos de consumo, en tanto que ocurre lo contrariopor lo que respecta a los artículos destinados al uso produc-tivo. Hasta en artículos que a primera vista parecen servirsólo a fines de ostentación, es posible encontrar siempre lapresencia de alguna finalidad útil, al menos en apariencia. Y,

http://psikolibro.blogspot.com

Page 107: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

107

por otra parte, incluso en una maquinaria y unas herramien-tas especiales ideadas por algún proceso industrial particular,así como en las actividades más rudas de la industria humanason, por lo general evidentes, cuando se las examina de cer-ca, rastros de un derroche ostensible o, por lo menos, delhábito de ostentación. Sería aventurado afirmar que faltesiempre una finalidad provechosa en la utilidad de todo artí-culo o servicio, por evidente que sea el hecho de que su pro-pósito primario y su elemento fundamental estánconstituidos por el derroche ostensible; y no sería muchomenos aventurado afirmar de cualquier producto primor-dialmente útil que el elemento de derroche no tenga cone-xión inmediata o remota con su valor.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 108: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

108

V. El nivel pecuniario de vida

Para la gran mayoría del pueblo de toda comunidadmoderna, el fundamento próximo del gasto realizado porencima de lo que se necesita para la comodidad física no estanto un esfuerzo consciente por destacarse en lo costoso desu consumo ostensible como un deseo de vivir en el nivelconvencional de decoro establecido por la cantidad y gradode los bienes consumidos. Ese deseo no está guiado por unpatrón rígidamente invariable al que haya que conformarse ymás allá del cual no haya ningún incentivo. La pauta es flexi-ble y, sobre todo, tiene una posibilidad indefinida de exten-sión, siempre que se dé tiempo a habituarse a cualquieraumento de capacidad pecuniaria y para adquirir facilidad enla nueva y mayor escala de gastos que sigue a cada uno. Esmucho más difícil retroceder de una escala de gastos una vezadoptada, que ampliar la escala acostumbrada como res-puesta a un aumento de riqueza. Muchos de los artículos deconsumo consuetudinario resultan, al ser analizados, puroderroche y son, por ende, únicamente honoríficos; pero unavez que se han incorporado a la escala del consumo decoro-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 109: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

109

so y han llegado, por ello, a convertirse en parte integrantedel esquema general de vida de una persona, es tan difícilprescindir de ellos como de muchos artículos que conducendirectamente a la comodidad física o incluso que puedan sernecesarios para la vida y la salud. Es decir, que el gasto ho-norífico, ostensiblemente derrochador, que confiere el bie-nestar espiritual, puede llegar a ser más indispensable quebuena parte de ese gasto que sirve a las necesidades «inferio-res» del bienestar físico o del sustento. Es a todas luces tandifícil bajar de un nivel «elevado» de vida como rebajar unnivel que ya es relativamente bajo; aunque en el primer casola dificultad es moral y en el último puede implicar una dis-minución material de la satisfacción de las necesidades físicasde la vida.

Pero aunque es difícil la retrogradación, es relativamentefácil un nuevo avance en el gasto ostensible; más aún, ocurrecomo cosa natural. En los raros casos en que no se produceun aumento en el consumo visible de una persona cuandoésta dispone de los medios para ese aumento, el sentir po-pular considera que ello exige una explicación e imputa mo-tivos indignos –tacañería- a quienes no se ponen al nivelesperado. Por el contrario, se acepta como efecto normaluna rápida respuesta al estímulo. Esto sugiere que el patrónde gastos que guía generalmente nuestros esfuerzos no es elgasto medio ordinario ya alcanzado; es un ideal de consumoque está fuera de nuestro alcance, aunque no muy lejos de él,o que exige algún esfuerzo para poderlo alcanzar. El motivo-es la emulación el estímulo de una comparación valorativaque nos empuja a superar a aquellos con los cuales tenemos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 110: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

110

la costumbre de clasificarnos-. Sustancialmente, se expresa lamisma proposición con la observación corriente de que todaclase envidia y trata de emular a la clase situada por encimade ella en la escala social, en tanto que rara vez se comparacon las que están por debajo de ella ni con las que se en-cuentran en una posición mucho más alta que la suya. Enotras palabras, ello quiere decir que nuestro patrón de deco-ro en materia de gastos, como en los demás aspectos dondeinterviene la emulación, lo establece el uso de quienes seencuentran inmediatamente por encima de nosotros enpunto a reputación; hasta que, de este modo, y en especial entoda comunidad en la cual las distinciones de clase son untanto vagas, todos los cánones de reputación y decoro y to-dos los patrones de consumo derivan, por gradaciones in-sensibles, de los usos y hábitos mentales de la clase social ypecuniaria más elevada -la clase ociosa rica.

Es esta case la que determina, en línea generales, queesquema general de vida ha de aceptar como decoroso uhonorífico la comunidad; y le corresponde también implan-tar, por precepto y ejemplo, este esquema de salvación socialen su forma más elevada, ideal. Pero la clase ociosa superiorsólo puede ejercer este oficio casi sacerdotal con ciertas li-mitaciones materiales. La clase no puede efectuar a caprichouna revolución o inversión repentina de los hábitos mentalespopulares relativos a cualquiera de esas exigencias ceremo-niales. Para que cualquier cambio llegue a empapar a la masay cambiar la actitud habitual del pueblo, se requiere tiempo;especialmente si se trata de cambiar los hábitos de aquellasclases que están socialmente más remotas del cuerpo de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 111: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

111

donde irradian los cambios. El proceso es más lento allídonde es menor la movilidad de la población o donde losintervalos entre las diversas clases son más anchos y abrup-tos. Pero si hay tiempo para ello, el ámbito del arbitrio de laclase ociosa por lo que se refiere a los problemas de forma ydetalle del esquema general de la vida de la comunidad esmuy grande; en tanto que en lo relativo a los principios so-ciales que regulan la reputación, los cambios que puedeefectuar se encuentran dentro de un margen estrecho detolerancia. Su ejemplo y su precepto tienen fuerza prescripti-va para todas las clases situadas por debajo de ella; pero paraelaborar los preceptos que se trasmiten a esas clases inferio-res con objeto de gobernar la forma y el método de alcanzary mantener una reputación -para modelar los usos y las acti-tudes espirituales de las clases inferiores-, esa prescripciónautoritaria opera constantemente bajo la guía selectiva delcanon del derroche ostensible, templado en un grado varia-ble por el instinto del trabajo eficaz. A esas normas hay queañadir otro principio amplio de la naturaleza humana el áni-mo depredador, que por lo que respecta a la generalidad y alcontenido psicológico se encuentra entre los dos que acabande citarse. Queda aún por discutir el efecto del último en lamodelación del esquema de vida aceptado.

Así, pues, el canon que sirve para medir la reputación,tiene que adaptarse a las circunstancias económicas, las tra-diciones y el grado de madurez espiritual de la clase determi-nada cuyo esquema de vida trata de regular. Hay que notarespecialmente que, por alta que haya llegado a ser en unprincipio su autoridad y por fiel a las exigencias fundamen-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 112: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

112

tales de la reputación que haya podido ser el canon, una ob-servancia formal específica no puede mantenerse en vigor enninguna circunstancia, si, con el trascurso del tiempo o consu trasmisión a una clase pecuniaria inferior, resulta ser con-traria al fundamento último del decoro entre los puebloscivilizados, a saber, su utilidad para fines de comparaciónvalorativa en punto a éxito pecuniario.

Es evidente que esos cánones de gasto tienen mucha in-fluencia en la determinación del nivel de vida de cualquiercomunidad y cualquier clase social. No es menos evidenteque el nivel de vida que prevalece en determinado momentoo en determinada altitud social, influirá, a su vez, en granmedida, en las formas que adopte el gasto honorífico y en elgrado en que esa necesidad «superior» domine el consumode un pueblo. A este respecto el control ejercido por el nivelde vida aceptado es, en gran parte, de carácter negativo; ac-túa casi exclusivamente para impedir el retroceso desde unaescala de gasto ostensible que ha llegado en cualquier mo-mento a ser habitual.

Un nivel de vida es un hábito. Es una escala y métodohabituales de responder a unos estímulos dados. La dificul-tad en descender desde un patrón acostumbrado es la difi-cultad de romper un hábito una vez que se ha formado. Larelativa facilidad con la que se realiza un avance en el nivelde vida significa que el proceso vital es un proceso de des-pliegue de actividad y que ese despliegue se realiza con faci-lidad en una dirección nueva, siempre y cuando disminuya laresistencia a la expresión de la personalidad. Pero, una vezque se ha formado el hábito de expresión siguiendo una línea

http://psikolibro.blogspot.com

Page 113: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

113

dada de menor resistencia, la descarga buscará el desagüeacostumbrado, aun después de haberse producido en el me-dio un cambio por virtud del cual se haya elevado de modoapreciable la resistencia exterior. Esa mayor facilidad de ex-presión en una dirección determinada a la que se denominahábito, puede eliminar una Parte considerable de la resisten-cia ofrecida por las circunstancias externas al desarrollo de lavida en esa dirección. Del mismo modo que entre los diver-sos hábitos o modos y direcciones de expresión habitualesque contribuyen a formar el nivel de vida del individuo, hayuna diferencia apreciable por lo que se refiere a la persisten-cia ante circunstancias que lo contrarrestan y en punto algrado de imperatividad con el que la descarga busca unadirección dada.

Es decir, empleando el lenguaje de la teoría económicacorriente, que aunque los hombres se muestran remisos areducir sus gastos en cualquier dirección, se muestran másremisos a efectuar esas disminuciones en unas direccionesque en otras; de modo que, aunque se abandona a regaña-dientes todo consumo acostumbrado, hay ciertas líneas deconsumo que se abandonan con una repugnancia relativa-mente extrema. Los artículos o formas de consumo a los quecon más tenacidad se aferra el consumidor son, por lo co-mún, las denominadas cosas necesarias para la vida, o sea elmínimo necesario para la subsistencia. Desde luego, ese mí-nimo necesario para la subsistencia no es una cantidad debienes rígidamente determinada, definida e invariable enespecie y cantidad; pero para nuestro propósito actual puedeconsiderarse que comprende un consumo total, más o me-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 114: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

114

nos definido, necesario para mantener la vida. Hay que su-poner que ese mínimo sólo se abandona, por lo general, enúltimo extremo y en caso de una progresiva disminución delos gastos. Es decir, en términos generales, los hábitos máspersistentes e imperativos son los más antiguos y arraigadosde los que gobiernan la vida del individuo -aquellos hábitosque afectan a su existencia como organismo-. Vienen trasellos las necesidades superiores -hábitos formados poste-riormente por el individuo o la raza- en una gradación untanto irregular y en modo alguno invariable. Algunas de esasnecesidades superiores como, por ejemplo, el uso habitual deciertos estimulantes, la necesidad de salvación (en sentidoescatológico), o la necesidad de mantener la buena reputa-ción, pueden preceder en algunos casos a las necesidadesinferiores o más elementales. En general, cuanto mayor es lahabituación y el hábito más interrumpido y coincidente conformas habituales previas del proceso vital, tanto más per-sistentemente se aferrará el hábito de que se trata. El hábitoserá más fuerte si los rasgos particulares que encuentran enél el modo de ejercerse, son rasgos o aptitudes que han in-fluido ya de modo amplio y profundo en el proceso vital oque están íntimamente ligados con la experiencia vital de laestirpe racial de que se trate.

Los diversos grados de facilidad con la que las distintaspersonas se forman los diferentes hábitos, así como los di-versos grados de repugnancia con que abandonan éstos,demuestran que la formación de hábitos específicos no essólo cuestión del tiempo que dure la habituación. Cuando setrata de decidir qué serie de hábitos han de dominar en el

http://psikolibro.blogspot.com

Page 115: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

115

esquema general de la vida de cada individuo, las aptitudesheredadas y los rasgos temperamentales cuentan tanto comoel tiempo que haya durado la habituación. Y el tipo domi-nante de aptitudes trasmitidas o, en otros términos, el tipode temperamento que corresponde al elemento étnico domi-nante en cualquier comunidad, influirá mucho para decidircuál ha de ser el ámbito y forma de expresión del procesovital habitual de la comunidad. Hasta qué punto pueden in-fluir las actitudes idiosincrásicas trasmitidas en la formaciónrápida y definitiva de los hábitos en los individuos, es cosaque se pone de manifiesto con la extremada facilidad con laque se forma a veces un hábito alcohólico omnidominante; oen la facilidad semejante y en la formación igualmente inevi-table de un hábito de observancias devotas en el caso depersonas dotadas de una especial aptitud en esa dirección.Este es, en gran parte, el significado de esa peculiar facilidadde habituación a un medio humano específico a la que sedenomina amor romántico.

Los hombres difieren con respecto a las aptitudes tras-mitidas y con respecto a la relativa facilidad con que desplie-gan su actividad vital en determinadas direcciones; y loshábitos que coinciden con una aptitud específica relativa-mente fuerte o con una facilidad de expresión específicarelativamente grande o derivan de ellas, llegan a tener granimportancia en el bienestar del hombre. El papel desempe-ñado por este elemento de aptitud en la determinación de latenacidad relativa de los diversos hábitos que constituyen eltipo de vida, explica la extrema repugnancia con la queabandonan los hombres todo gasto habitual que entre en la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 116: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

116

categoría de consumo ostensible. Las aptitudes o propensio-nes a las que hay que referir un hábito de este tipo para ex-plicar su fundamento, son aquellas aptitudes cuyo ejerciciose comprende dentro del epígrafe de emulación; y la propen-sión a la emulación -a la comparación valorativa- es muyantigua y constituye un rasgo omnipenetrante de la naturale-za humana. Entra fácilmente en vigorosa actividad en cual-quier forma nueva y se afirma con gran insistencia encualquier forma bajo la cual haya encontrado alguna expre-sión habitual. Una vez que el individuo ha formado el hábitode buscar expresión dentro de una línea determinada degasto honorífico -cuando un grupo determinado de estímu-los ha llegado a tener una respuesta habitual en forma deactividad de una clase y dirección dadas bajo la guía de esaspropensiones siempre alerta y muy profundas a la emula-ción-, no abandona tal gasto habitual sino con la máximarepugnancia. Y, por otra parte, siempre que un aumento defuerza pecuniaria coloque al individuo en situación de des-plegar sus procesos vitales en un ámbito mayor y de alcanceadicional, se afirmarán las antiguas propensiones de la raza,determinando la dirección que haya de tomar ese nuevo des-pliegue de la vida. Y aquellas propensiones que operan ya enel campo de que se trate, en alguna forma de expresión conellas relacionadas, y que estén ayudadas por las sugestionesofrecidas por un esquema general de la vida acreditado, ypara el ejercicio del cual se encuentran con facilidad los me-dios y oportunidades materiales, tendrán especial importan-cia en el modelado de la forma y dirección en las que seexpresará el nuevo aumento de la fuerza poseída por el indi-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 117: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

117

viduo. O, dicho en términos concretos: que en cualquiercomunidad de la que el consumo ostensible sea uno de loselementos del esquema general de la vida, es probable quecualquier aumento en la capacidad de pagar de un individuotome la forma de un gasto realizado en alguna de las líneasacreditadas de consumo ostensible.

Con la excepción del instinto de la propia conservación,la propensión emulativa es probablemente el más fuerte,persistente y alerta de los motivos económicos propiamentedichos. En una comunidad industrial esa propensión a laemulación se expresa en forma de emulación pecuniaria y,por lo que se refiere a las comunidades civilizadas occiden-tales de hoy día, ello equivale virtualmente a decir que seexpresa en alguna forma de derroche ostensible. La necesi-dad de derroche ostensible está, por tanto, dispuesta a ab-sorber todo aumento de la eficiencia industrial o de laproducción de bienes de la comunidad, una vez que se hayaprovisto a las necesidades físicas más elementales. Allí don-de, en las condiciones de la vida moderna, no se sigue esteresultado, la razón de la discrepancia ha de buscarse, por logeneral, en el hecho de que la velocidad del aumento de lasriquezas del individuo ha sido demasiado rápida para que elhábito de gastar haya podido mantenerse a su nivel; o puedeocurrir que el individuo en cuestión aplace el consumo os-tensible del incremento hasta una fecha posterior -de ordina-rio, con vistas a aumentar el efecto espectacular del gastoque espera realizar-. En la medida en que la eficiencia indus-trial hace posible procurarse los medios de vida con menosesfuerzo, las energías de los miembros industriosos de la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 118: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

118

comunidad se van ligando a la consecución de un resultadosuperior en punto a gasto ostensible, en vez de retardarseadoptando un ritmo más cómodo. La tensión no se debilitaal aumentar la eficiencia industrial y hacer posible una ten-sión más ligera, sino que el incremento del producto se em-plea para hacer frente a esa necesidad, cuya capacidad deexpansión no tiene límites, del modo comúnmente imputadoen la teoría económica a las necesidades superiores o espiri-tuales. Si J. S. Mill pudo decir que «por ahora es discutibleque todas las invenciones mecánicas realizadas hasta nues-tros días hayan aligerado la tarea cotidiana de ningún serhumano», ello se debió, sobre todo, a la presencia de esteelemento en el nivel de vida.

El tipo de gastos aceptado en la comunidad o en la clasea que pertenece una persona determina en gran parte cuál hade ser su nivel de vida. Lo hace así de modo directo, enco-mendándose a su sentido común de lo que es bueno y con-veniente, a través de su contemplación y asimilación habitualdel esquema general de la vida en el que está inserto; pero lohace también de modo indirecto mediante la insistencia po-pular en la necesidad de conformarse a la escala aceptada degastos como canon de regularidad, bajo pena de la desesti-mación y el ostracismo. Aceptar y practicar el nivel de vidaque está en boga, es a la vez agradable y útil; por lo general,lo es hasta el punto de ser indispensable para la comodidadpersonal y el éxito en la vida. En lo relativo al elemento delocio ostensible, el nivel de vida de cualquier clase es, por logeneral tan alto como lo permita la capacidad de ganancia dela clase -con una tendencia constante a elevarse-. El efecto

http://psikolibro.blogspot.com

Page 119: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

119

sobre las actividades serias del hombre consiste, pues, endirigirlas con gran unicidad de propósito a la mayor adquisi-ción posible de riqueza y a desalentar el trabajo que no pro-duce una ganancia pecuniaria. A la vez, su efecto sobre elconsumo consiste en hacer que éste se concentre en las di-recciones que son más visibles para los observadores cuyabuena opinión se busca; en tanto que las inclinaciones y ap-titudes cuyo ejercicio no implica un gasto honorífico detiempo o materia, tienden a caer en el olvido como conse-cuencia del desuso.

Mediante esta discriminación en favor del consumo vi-sible, ha llegado a ocurrir que la vida doméstica de la mayorparte de las clases sea relativamente mezquina comparadacon el brillo de aquella parte de su vida que se realiza antelos ojos de los observadores. Como consecuencia secundariade la misma discriminación, la gente protege, de modo ha-bitual, su vida privada contra la observación. Por lo que hacea aquella parte de su consumo que puede realizarse en se-creto sin incurrir en la censura del prójimo, se retiran detodo contacto con sus vecinos. De ahí la actitud exclusivistade la gente por lo que hace a su vida doméstica, en la mayorparte de las comunidades industrialmente desarrolladas; y deahí, por ulterior derivación, el hábito de reserva y discreciónque constituye un rasgo tan importante del código de con-veniencias de las clases mejores en todas las comunidades.La baja cifra del índice de natalidad de las clases sobre lasque recae con mayor imperio la exigencia de los gastos en-caminados a mantener su reputación, deriva, de modo aná-logo, de las exigencias de un nivel de vida basado en el

http://psikolibro.blogspot.com

Page 120: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

120

derroche ostensible. Es probablemente el más eficaz de losfrenos prudenciales malthusianos.

El efecto de este factor del nivel de vida, tanto por loque se refiere a la reducción de los elementos más oscurosdel consumo que sirve para la comodidad y el manteni-miento físicos, como respecto a la escasez y ausencia de hi-jos, se ve acaso de modo más claro en las clases dedicadas atareas académicas. A causa de una presunta superioridad yescasez de los dones que caracterizan su vida y de los resul-tados conseguidos por ellos, esas clases están convencional-mente subsumidas en un grado social más alto que elcorrespondiente a su grado pecuniario. En consecuencia, laescala del gasto decoroso se eleva en la misma proporción ydeja, por tanto, un margen excepcionalmente estrecho paralos otros fines de la vida. Por la fuerza de las circunstancias,su sentido habitual de lo bueno y lo correcto en estas mate-rias, así como las esperanzas de la comunidad por lo que serefiere al decoro pecuniario de esa clase, son excesivamentealtos -si se los mide con arreglo al grado de opulencia y a lacapacidad de ganar que prevalecen en ella, en comparacióncon las clases no eruditas de las que son nominalmenteiguales los miembros de aquélla-. En toda comunidad mo-derna en la que no hay monopolio sacerdotal de esas ocupa-ciones, las personas dedicadas a tareas académicas están, demodo inevitable, en contacto con clases que pecuniaria-mente son superiores a ellas. El alto nivel de decoro pecunia-rio que está en vigor en esas clases superiores se trasfunde alas clases académicas, con muy poca limitación de su rigor; y,como consecuencia, ninguna otra clase de la comunidad

http://psikolibro.blogspot.com

Page 121: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

121

dedica al derroche ostensible una proporción mayor de susbienes.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 122: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

122

VI. Cánones pecuniarios de gusto

Se ha repetido ya más de una vez la advertencia de que,aunque la norma que regula el consumo es en gran parteexigencia del derroche ostensible, no hay que creer que elmotivo basándose en el cual actúa el consumidor en cadacaso concreto sea ese principio en su forma pura y no modi-ficada. De ordinario, el motivo que lo impulsa es un deseode conformarse a los usos establecidos, de evitar observa-ciones y comentarios desfavorables, de vivir de acuerdo conlos cánones de decoro aceptados en relación con la clase,cantidad y grado de bienes consumidos, así como en materiade empleo decoroso de su tiempo y esfuerzo. Por lo común,este sentido del uso prescriptivo figura entre los motivos queimpulsan la conducta del consumidor y ejerce una fuerzacoactiva directa, especialmente por lo que se refiere al con-sumo realizado a la vista de los espectadores. Pero se puedeobservar también un elemento considerable de gasto pres-criptivo en consumos que no llegan a ser conocidos en gradoapreciable a los extraños -como, por ejemplo, en artículos deropa interior, algunos artículos alimenticios, utensilios de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 123: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

123

cocina y otros aparatos de uso casero, destinados más bien alservicio que a la apariencia. Una observación profunda des-cubriría, en tales artículos útiles, ciertas características que seañaden al costo y realzan el valor comercial de los bienes encuestión, pero que no aumentan de modo proporcional lautilidad de esos artículos para los fines materiales únicos alos que ostensiblemente están destinados a servir.

Bajo la vigilancia selectiva de la ley derroche ostensiblese produce un código de cánones generalmente aceptados deconsumo, cuyo efecto es obligar al consumidor a conformar-se a un patrón de gastos y derroche en su consumo de bienesy su empleo del tiempo y el esfuerzo. Este desarrollo del usoprescriptivo tiene un efecto inmediato sobre la vida econó-mica, pero tiene también otro indirecto y más remoto sobrela conducta en otros aspectos. Los hábitos mentales relativosa la expresión de la vida en cualquier dirección dada afectantambién, inevitablemente, al criterio habitual acerca de lo quees bueno y correcto en la vida en otras direcciones. En elcomplejo orgánico de hábitos mentales que constituyen elnúcleo sustancial de la vida consciente de un individuo, elinterés económico no es algo aislado y aparte de los demásintereses. Por ejemplo, se ha dicho ya algo de su relación conlos cánones que regulan la reputación.

El principio del gasto ostensible guía la formación delos hábitos mentales que definen qué es lo decoroso y loableen la vida y en las mercancías. Al hacerlo así, ese principio secontrapone a otras normas de conducta que no tienen enprincipio nada que ver con el código del honor pecuniario,pero que, directa o indirectamente, tienen un significado

http://psikolibro.blogspot.com

Page 124: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

124

económico de alguna magnitud. Así, pues, el canon del gastohonorífico puede influir, de modo inmediato o de modoremoto, en el sentido del deber, el de la belleza, el de la utili-dad, el de la conveniencia devota o ritual y el sentido cientí-fico de la verdad.

No merece la pena entrar a discutir aquí los diversospuntos o el modo particular en que el canon del gasto hono-rífico se contrapone habitualmente a los cánones de la con-ducta moral. En las comunidades modernas donde el rasgoeconómico y jurídico dominante de la vida de la comunidades la institución de la propiedad privada, una de las caracte-rísticas salientes del código moral es el carácter sagrado de lapropiedad. No se necesita insistir, ni dar ejemplos, para ha-cer que se acepte la proposición de que el hábito de mante-ner inviolada la propiedad privada se contrapone al otrohábito de buscar la riqueza en gracia a la buena reputaciónque puede ganarse mediante el consumo ostensible de ella.La mayor parte de los delitos contra la propiedad, especial-mente los delitos de magnitud apreciable, caen dentro deeste epígrafe. Es también un hecho proverbial y de observa-ción común el de que en delitos que producen al delincuenteuna gran afluencia de propiedad, no incurre aquél, por logeneral, en la pena máxima ni la censura extremada que de-bería recaer sobre su delito sí se aplicase sólo el código moralingenuo. El ladrón o estafador que ha ganado una gran ri-queza con sus delitos tiene mayores posibilidades que el rate-rillo de eludir el castigo riguroso de la ley; por otra parte, lecorresponde cierta buena reputación por el hecho del au-mento de su riqueza y el de gastar las posesiones irregular-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 125: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

125

mente adquiridas de un modo adecuado. Un gasto bien con-siderado de su botín agrada extraordinariamente a personasque tienen un sentido cultivado de las conveniencias y con-tribuye mucho a mitigar el sentido de depravación moral conque se consideran las infracciones cometidas. Hay que notartambién -y ello se acerca más al punto que tratamos- quetodos nos inclinamos a condonar un delito contra la propie-dad cometido por un hombre cuando el motivo que lo im-pulsó a cometer aquél fue el móvil digno de conseguir losmedios para proporcionar a su mujer y a sus hijos una mane-ra «decente» de vida. Cuando se añade a esto que la mujer hasido «criada en el regazo del lujo», esa circunstancia se aceptacomo un atenuante adicional. Es decir, que nos inclinamos aperdonar tal delito cuando su finalidad es la aspiración hono-rífica de permitir a la esposa del delincuente practicar para élaquella cantidad de consumo vicario de tiempo y materiarequerido por el patrón de decoro pecuniario. En tal caso, elhábito de aprobar el grado usual de gasto notorio se contra-pone al de condenar las violaciones de la propiedad, hasta talpunto, que a veces llega a ser inseguro si la infracción debeser considerada como merecedora de encomio o de censura.Ello es particularmente cierto cuando la sustracción implicaun elemento depredador o pirático.

Apenas merece la pena continuar tratando aquí este te-ma, pero puede no estar desplazada la observación de quetodo ese cuerpo considerable de normas morales que rodeael concepto de la propiedad inviolable es, en sí mismo, unprecipitado psicológico del carácter meritorio atribuido tra-dicionalmente a la riqueza. Y debe añadirse que esa riqueza a

http://psikolibro.blogspot.com

Page 126: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

126

la que se considera sagrada, se valora de modo primordialpensando en la buena reputación que se consigue mediantesu consumo ostensible.

La influencia del decoro pecuniario sobre el espíritucientífico o el ansia de conocimientos se ha de tratar conalgún detalle en un capítulo posterior. Tampoco es necesariodecir mucho aquí respecto al sentido del mérito y conve-niencia devotos o rituales, pues también ha de tratarse esetema en un capítulo posterior. Empero, este uso del gastohonorífico influye mucho en la modelación de los gustospopulares acerca de lo correcto y meritorio en materias sa-gradas y por ello es necesario señalar la influencia del princi-pio del derroche ostensible en algunas de las observancias ycreencias devotas vulgares.

Evidentemente, el canon del derroche ostensible es res-ponsable de gran parte de lo que se puede denominar con-sumo devoto; como, por ejemplo, el de edificios, vestidurasy otros bienes sagrados. Hasta en esos cultos modernos acuyas divinidades se importa una predilección por templosno construidos por la mano del hombre, los edificios sagra-dos y otros instrumentos necesarios para el culto se constru-yen y decoran dando alguna consideración a un grado degasto excesivo que pueda servir de acicate a la reputación. Yno se necesita sino un poco de observación o introspección -y cualquiera de las dos puede servir a este objeto- para ase-gurarnos de que el esplendor costoso de la casa de adoracióntiene un apreciable efecto elevador y dulcificador en la es-tructura mental del creyente. La reflexión sobre el sentido devergüenza abyecta que invade a todos los creyentes ante

http://psikolibro.blogspot.com

Page 127: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

127

cualquier demostración de indigencia o miseria de los lugaressagrados, sirve para reforzar la misma apreciación. Los acce-sorios de toda observancia devota deben ser absolutamenteirreprochables desde el punto de vista pecuniario. Cualquieraque sea la latitud que se permita a esos accesorios desde elpunto de vista estético o el de cualquier otra utilidad quepuedan presentar, esa exigencia es imperativa.

Puede también ser oportuno notar aquí que en todas lascomunidades, especialmente en aquellas en que no es muyelevado el patrón de decoro pecuniario en materia de habita-ción, el santuario local está más adornado y su arquitectura ydecoración son mucho más ostensiblemente costosas que lasmoradas de los miembros de la congregación. Esto es ciertode casi todas las sectas y cultos, tanto cristianos como paga-nos, pero lo es en grado especial de los cultos más antiguos ymaduros. A la vez, por lo general, el santuario contribuyepoco o nada a la comodidad de los feligreses, En realidad, laestructura sagrada no sólo no sirve al bienestar físico de losmiembros, más que en grado muy ligero en comparacióncon sus más humildes moradas, sino que todos los hombresque tienen un sentido adecuado de la verdad, la belleza y elbien, piden que en todos los gastos del santuario falte demodo ostensible todo lo que pudiera servir a la comodidadde los fieles. Si se admite algún elemento de comodidad en-tre los accesorios del santuario, hay que ocultarlo y enmasca-rarlo escrupulosamente bajo una austeridad ostensible. Enlas iglesias mejor reputadas de nuestros días, en las que no seahorra ningún gasto, el principio de austeridad se lleva alextremo de hacer que los accesorios del lugar sean, sobre

http://psikolibro.blogspot.com

Page 128: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

128

todo en apariencia, un medio de mortificar la carne. Haypocas personas de gusto delicado por lo que se refiere alconsumo devoto a quienes esta incomodidad austeramentederrochadora no parezca algo intrínsecamente bueno y ade-cuado al lugar. El consumo devoto entra dentro del consu-mo vicario. El canon de austeridad devota se basa en labuena reputación pecuniaria del consumo ostensiblementederrochador, respaldado por el principio de que el consumovicario no debe llevar de modo ostensible a la comodidad delconsumidor vicario.

En todos aquellos cultos en los cuales no se concibe queel santo o divinidad bajo cuya advocación está el santuario sehalle presente y haga uso personal de la propiedad para satis-facer los gustos lujosos que se le imputan, el santuario y susaccesorios tienen algo de esa austeridad. El carácter de losaccesorios sagrados es a este respecto un tanto diferente enaquellos cultos en los cuales los hábitos de vida imputados ala divinidad se aproximan más a los de un potentado patriar-cal terrenal -en los que se concibe que utiliza personalmenteesos bienes consumibles-. En este último caso, el santuario ysus accesorios adoptan más elementos de la forma dada a losbienes destinados al consumo de un señor o propietariotemporal. Por otra parte, cuando el aparato sagrado se em-plea sólo en el servicio de la divinidad, es decir, allí donde seconsume en forma vicaria y en nombre de ella por sus servi-dores, las propiedades sagradas toman el carácter adecuado alos bienes destinados únicamente al consumo vicario.

En el último caso, el santuario y el aparato sagrado estándispuestos de modo que no aumente la comodidad o pleni-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 129: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

129

tud de vida del consumidor vicario, o por lo menos que nodé la impresión de que la finalidad de su consumo sea lacomodidad de ese consumidor. Pues el fin del consumo vi-cario no es realzar la plenitud de vida del consumidor, sino lareputación pecuniaria del amo en cuyo nombre se produce elconsumo. Por ende, las vestiduras sacerdotales son notoria-mente costosas, adornadas e incómodas; y en los cultos enlos que no se concibe que el servidor sacerdotal de la divini-dad sirva a ésta en calidad de consorte, son de un tipo auste-ro e incómodo, y se siente que deben ser así.

El principio del derroche no sólo invade el dominio delos cánones de los servicios rituales estableciendo un patróndevoto de gastos decorosos, sino que afecta también a losmétodos tanto como a los medios y se apoya tanto en el ociovicario como en el consumo vicario. La conducta exterior delos sacerdotes se presenta en su mejor forma como distan-ciada, ociosa, perfunctoria y sin contaminación con nada quesugiera un placer sensual. Desde luego que esto es cierto endiferentes grados para los diferentes cultos y sectas; pero enla vida sacerdotal de todos los cultos antropomórficos sonvisibles los signos de un consumo vicario de tiempo.

El mismo canon penetrante del ocio vicario se encuen-tra también presente, de modo visible, en los detalles exte-riores de las observancias devotas y basta con señalarlo paraque todos los observadores puedan darse cuenta de queexiste. Todo ritual presenta una notable tendencia a reducir-se a una simple repetición de fórmulas. Este desarrollo defórmulas es más visible en los cultos maduros, que tienen ala vez una vida y porte sacerdotales más austeros, adornados

http://psikolibro.blogspot.com

Page 130: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

130

y severos; pero es también perceptible en las formas y méto-dos de adoración de las sectas más nuevas y recientes, cuyosgustos en lo que se refiere a sacerdotes, santuarios y vestidu-ras son menos exigentes. La repetición del servicio (el térmi-no «servicio» lleva anexa una sugestión que es significativa aeste respecto) se hace más perfunctoria conforme va ganan-do el culto en antigüedad y consistencia y ese carácter per-functorio de la repetición es muy agradable para el gustodevoto correcto. Y con razón, pues el carácter perfunctoriosirve para subrayar el hecho de que el señor en cuyo honorse realiza está situado en una posición que lo exalta por en-cima de la necesidad vulgar de un servicio proficuo por partede sus servidores. Son servidores que no rinden ningún pro-vecho y ello supone una consecuencia honorífica implícitapara su señor. Es innecesario señalar la íntima analogía exis-tente a este respecto entre el oficio sacerdotal y el de lacayo.Es agradable para nuestro sentido de lo correcto en estasmaterias, en cualquier caso, reconocer en el carácter noto-riamente perfunctorio del servicio que se trata de una ejecu-ción únicamente pro forma. No debe mostrarse, al llevar acabo las tareas propias del oficio sacerdotal, ninguna agilidado manipulación que exija destreza que pudieran sugerir, enningún sentido, una capacidad de cambiar de profesión.

Evidentemente, en todo lo anterior está implícito el su-puesto del temperamento, gustos, propensiones y hábitos devida imputados a la divinidad por los adoradores que vivenbajo la tradición de esos cánones pecuniarios de reputación.Al penetrar profundamente los hábitos mentales de loshombres, el principio del derroche ostensible ha tenido las

http://psikolibro.blogspot.com

Page 131: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

131

nociones de la divinidad que tienen los fieles, así como elconcepto de la relación en que se encuentra respecto a aqué-lla el ser humano. Desde luego que esta difusión de bellezapecuniaria es más patente en los cultos más ingenuos, peroes visible en todas Partes. Todos los pueblos, cualquiera quesea el estadio cultural o grado de ilustración en que se en-cuentren, se inclinan a contentarse con un grado sensible-mente escaso de información auténtica acerca de lapersonalidad y circunstancias habituales de sus divinidades.Acuden para ello a la fantasía con objeto de enriquecer yllenar la imagen que tienen de la presencia y modo de vida dela divinidad, imputándole habitualmente aquellos rasgos queconstituyen su ideal de hombre digno. Y al buscar la comu-nión con la divinidad los medios y procedimientos de apro-ximarse a ella se asimilan en lo posible al ideal divinoexistente en las concepciones humanas de la época. Se sienteque se llega con mejor gracia y mayor efecto a la presenciadivina con arreglo a ciertos métodos aceptados y con elacompañamiento de ciertas circunstancias materiales que enel concepto popular son peculiarmente conformes a la natu-raleza divina. Este ideal popularmente aceptado de la con-ducta y accesorios adecuados a tales ocasiones de comuniónestá modelado, desde luego, en buena parte, por el sentirpopular acerca de lo que es intrínsecamente digno y bello enel porte y circunstancias humanos en todas las ocasiones detrato social solemne. A este respecto, sería equivocado tratarde analizar la conducta devota externa refiriendo directa yaudazmente todas las pruebas de la presencia de un patrónpecuniario y de reputación a la norma subyacente de la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 132: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

132

emulación pecuniaria. Por ello sería también equivocadoatribuir a la divinidad, tal como se la concibe popularmente,una preocupación celosa por su situación pecuniaria y unhábito de evitar y condenar las situaciones y circunstanciasde escasez por el solo hecho de que en el aspecto pecuniarioocupen un grado inferior.

Y, sin embargo, una vez que se han hecho todas esas re-servas, resulta que los cánones que regulan la reputaciónpecuniaria afectan, directa o indirectamente, de modo mate-rial a nuestras nociones acerca de los atributos de la divini-dad, así como a nuestras nociones respecto a cuáles sean lamanera y circunstancias adecuadas y correctas para la comu-nión divina. Se siente que la divinidad tiene que ostentar unhábito de vida especialmente sereno y ocioso. Y dondequieraque la imaginaría poética pinta la morada de la divinidad conla intención de edificar o atraerse a la fantasía devota, el de-voto pintor verbal coloca ante la imaginación de sus oyentesun trono con profusión de insignias de opulencia y poder ylo rodea de un gran número de servidores. La forma co-rriente de tales representaciones de las moradas celestes co-loca las funciones de este cuerpo de sirvientes en unasituación de ocio vicario, pues su tiempo y esfuerzo se em-plean en gran medida en una repetición -improductiva desdeel punto de vista industrial- de las características y hazañasmeritorias de la divinidad; en tanto que el trasfondo de larepresentación se llena con el brillo de los metales preciososy de las variedades más caras de piedras preciosas. Sólo enlas expresiones más groseras de la fantasía devota llega a talextremo la intrusión de los cánones pecuniarios en los idea-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 133: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

133

les devotos. Se presenta un caso extremo en la imagineríadevota de la población negra del sur de los Estados Unidos.Sus pintores verbales son incapaces de descender a nada másbarato que el oro; de modo que en este caso la insistencia enla belleza pecuniaria da un efecto amarillo tan llamativo quesería intolerable para un gusto más sobrio. Sin embargo,probablemente no existe ningún culto en el que no se hayanutilizado los ideales del mérito pecuniario para completar losideales de conveniencia ceremonial que guían la concepciónde los hombres acerca de lo correcto en materia de aparatosagrado.

De modo semejante se siente -y se actúa a base de esesentimiento- que los servidores sacerdotales de la divinidadno deben ocuparse de trabajos industrialmente productivos;que el trabajo de cualquier especie que sea -toda ocupaciónque sea de utilidad tangible desde el punto de vista humano-no se debe realizar en presencia divina ni dentro del recintodel santuario; que todo lo que llegue a esa presencia debeestar limpio, en su persona y en su apariencia, de toda ca-racterística industrial profana y que debe vestirse con orna-mentos de un costo mayor que el empleado en lasocupaciones cotidianas; que en los días consagrados en ho-nor de la divinidad o dedicados a la comunión con ella, nadiedebe realizar ningún trabajo que tenga utilidad desde elpunto de vista humano. Hasta los seglares -súbditos másalejados de la divinidad- deben prestar un ocio vicario en laproporción de un día de cada siete.

En todas estas manifestaciones del sentido ingenuo delos hombres acerca de lo que es adecuado y correcto en la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 134: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

134

observancia devota y en las relaciones con la divinidad se veclaramente la presencia eficaz de los cánones pecuniarios queregulan la reputación, tanto si esos cánones producen efectosobre el juicio devoto de modo inmediato como si sólo loproducen indirectamente.

Esos cánones reguladores de la reputación han tenidoun efecto semejante, pero de mucho mayor alcance y deter-minable de un modo mucho más específico, sobre el sentidopopular de la belleza y la utilidad existentes en los bienesconsumibles. Las exigencias del decoro pecuniario han in-fluido, de modo muy apreciable, en el sentido de la belleza yla utilidad de los artículos de uso por el hecho de ser osten-siblemente costosos; se siente que sirven en la proporción enque son costosos y están mal adaptados a su uso ostensible.

La utilidad de los artículos valorados por su belleza tieneuna dependencia muy íntima de su carácter costoso. Unejemplo vulgar pondrá de manifiesto esa dependencia. Unacuchara de plata labrada a mano, de un valor comercial queoscila entre diez y veinte dólares, no es de ordinario más útil-en el primer sentido de la palabra- que una cuchara delmismo material hecha a máquina. Puede incluso no ser másútil que una cuchara fabricada a máquina de algún metal«bajo», tal como el aluminio, el valor de la cual no pueda sermayor de diez a veinte centavos de dólar. Por lo general, elprimero de esos utensilios es, en realidad, menos eficaz parasu finalidad ostensible que el segundo.

Inmediatamente se aduce la objeción de que, conside-rando la cuestión desde este punto de vista, no se toma encuenta uno de los usos principales, si no el principal, de la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 135: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

135

cuchara más costosa; la cuchara labrada a mano agrada anuestro gusto, a nuestro sentido de lo bello, en tanto que lahecha a máquina y de un metal bajo no tiene ninguna fun-ción útil aparte de su eficacia bruta. Los hechos alegados enla objeción son, sin duda, ciertos, pero si se reflexiona, seráevidente que la objeción es más aparente que real. Resulta: 1)que en tanto que los diferentes materiales de que están he-chas las dos cucharas poseen belleza y utilidad para el fin aque se destinan, el material de la cuchara labrada a manotiene un valor superior unas cien veces al del metal bajo, sinsuperar en gran medida al último por su belleza intrínseca detextura o color y sin ser superior en grado apreciable por loque se refiere a su utilidad mecánica; 2) que si un examendetallado mostrase que la supuesta cuchara labrada a manono era en realidad sino una imitación habilísima de los artí-culos labrados a mano, pero una imitación tan bien hechaque diera la misma impresión de línea y superficie, salvo enel caso de un examen minucioso realizado por un ojo ex-perto, la utilidad del artículo, incluyendo el grado que derivael usuario de su contemplación como objeto de belleza, baja-ría inmediatamente en un 80 ó 90 por ciento y acaso más; 3)si las dos cucharas son para un observador relativamenteatento, de apariencia casi idéntica que sólo el menor peso delartículo espurio denuncia su falta de autenticidad, esa identi-dad de forma y color apenas añadirá al valor de la cucharahecha a máquina ni realzará de modo apreciable la satisfac-ción del «sentimiento de belleza» del usuario al contemplarla,mientras la cuchara más barata no sea una novedad y mien-tras pueda conseguirse a bajo costo.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 136: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

136

El ejemplo de las cucharas es típico. Por lo general, lasuperior satisfacción que deriva del uso y contemplación deproductos costosos y a los que se supone bellos es, en granparte, una satisfacción de nuestro sentido de lo caro, que sedisfraza bajo el nombre de belleza. Nuestro mayor apreciodel artículo superior es con mucha mayor frecuencia unaprecio de su superior carácter honorífico que una aprecia-ción ingenua de su belleza. La exigencia de que las cosassean ostensiblemente caras no figura, por lo común, de mo-do consciente en nuestros cánones de gusto, pero, a pesar deello, no deja de estar presente como norma coactiva quemodela en forma selectiva y sostiene nuestro sentido de lobello y guía nuestra discriminación acerca de lo que puede ylo que no puede ser legítimamente aprobado como bello.

Es en este punto donde se encuentran y funden lo belloy lo honorífico, donde más difícil resulta hacer una discrimi-nación entre utilidad y derroche en cada caso concreto. Ocu-rre con frecuencia que un artículo que sirve a la finalidadhonorífica del derroche ostensible es, a la vez, un objetobello; y la misma aplicación de trabajo a la que debe su utili-dad para la primera de esas finalidades puede contribuir -y amenudo lo hace- a dar belleza de forma y color al artículo. Elproblema se complica más por el hecho de que muchos ob-jetos como, por ejemplo, las piedras y metales preciosos yalgunos otros materiales empleados para adorno y decora-ción, deben su utilidad como artículo de gasto ostensible auna utilidad antecedente como objetos de belleza. Por ejem-plo, el oro tiene un alto grado de belleza sensual; muchas, sino la mayor parte, de las obras de arte que tienen una alta

http://psikolibro.blogspot.com

Page 137: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

137

valoración son intrínsecamente bellas, aunque con frecuenciaesto no pueda afirmarse sin alguna salvedad importante; lomismo puede decirse de algunos de los materiales empleadosen el vestido, de algunos paisajes y, en menor grado, de mu-chas otras cosas. A no ser por la belleza intrínseca que po-seen esos objetos, sería difícil que hubieran llegado a ser tancodiciados como lo son, o a ser objetos de orgullo para susposeedores y usuarios, que los monopolizan; pero, por locomún, la utilidad de estas cosas para el poseedor se debemenos a su belleza intrínseca que al honor que confieren o ala censura que evitan su posesión y consumo.

Dejando aparte su utilidad en otros aspectos, esos ob-jetos son bellos y tienen en cuanto tales una utilidad; sonvaliosos en ese aspecto y sí son susceptibles de aprobación omonopolio; son, en consecuencia, codiciados como bienesvaliosos y su goce exclusivo satisface el sentimiento de supe-rioridad pecuniaria del poseedor, a la vez que su contempla-ción satisface su sentido de la belleza. Pero la belleza de esosobjetos en el sentido ingenuo de la palabra es más bien laocasión que el fundamento de su monopolización o su valorcomercial. «Siendo, como es, grande la belleza sensual de lasgemas, su rareza y precio les añade una distinción que notendrían nunca si fuesen baratas». En la mayoría de los casosque entran en este epígrafe hay, en realidad, relativamentepocos incentivos para la posesión y uso exclusivos de esascosas bellas, salvo por lo que se refiere a su carácter honorí-fico en cuanto artículos de gasto ostensible. La mayor partede los objetos de esta clase general, con la excepción parcialde los artículos de adorno personal, servirían igualmente

http://psikolibro.blogspot.com

Page 138: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

138

bien a cualquier otra finalidad distinta de la honorífica, tantosi las poseyera la persona que las contempla como en casocontrarío; e incluso por lo que se refiere a los adornos per-sonales, hay que añadir que su propósito fundamental es darbrillo a la persona de su portador (o dueño) en comparacióncon otras personas que se ven obligadas a pasarse sin ellos.La utilidad estética de los objetos de belleza no se ve realza-da en gran medida ni universalmente por la posesión.

La generalización que nos permite hacer lo hasta ahoradicho es la de que todo objeto valioso tiene que conformar-se, para atraer nuestro sentido de la belleza, a las exigenciasde la belleza y a las del costo elevado. Pero esto no es todo.Por encima de ello, el canon de lo costoso afecta también anuestros gustos, de tal modo que mezcla inextricablementeen nuestra estimación las marcas distintivas del costo eleva-do con las características bellas del objeto y subsume elefecto resultante bajo el epígrafe simple de apreciación de labelleza. Los signos de lo costoso pasan a ser aceptados comocaracterísticas bellas de los artículos caros. Son agradables encuanto signos distintivos de su carácter costoso y honoríficoy el placer que proporcionan por este motivo se funde con elque proporcionan la belleza de forma y color del objeto; detal modo que decidimos a veces de un artículo de adornoque es «verdaderamente encantador», en ocasiones en que unanálisis del valor estético del artículo casi no daría motivospara afirmar sino que es honorífico desde el punto de vistapecuniario.

Esta mezcla y confusión de los elementos del costo y labelleza tienen, acaso, su mejor ejemplo en los artículos de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 139: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

139

vestir y de mobiliario doméstico. El código que regula lareputación decide qué formas, colores, materiales y efectosgenerales del adorno humano son aceptables por el mo-mento en materia de vestido; y las infracciones del códigoofenden nuestro gusto y se las supone desviaciones de laverdad estética. La aprobación con que consideramos el ves-tir a la moda no puede explicarse de modo alguno comopura ficción. Estamos dispuestos con facilidad, y casi siem-pre con sinceridad total, a considerar agradables las cosasque están de moda. Por ejemplo, en momentos en que lamoda consiste en artículos bien acabados y de colores pocovivos, consideramos ofensivas para el buen gusto las telasvistosas y los efectos de color demasiado pronunciados. Unsombrero de fantasía modelo de este ano atrae nuestra sen-sibilidad de hoy con mucho más vigor que un sombrero,también de fantasía, de un modelo del año pasado; aunquecreo que visto con la perspectiva de un cuarto de siglo, seríadificilísimo dar a una u otra de tales estructuras la palma dela belleza intrínseca. Hay que notar también que, consideradasimplemente en su yuxtaposición física con la forma huma-na, la buena presentación, el brillo perfecto de un sombrerode copa o un zapato de charol no tiene mayor belleza intrín-seca que un brillo equivalente en una manga gastada por eluso y, sin embargo, no se discute que todas las personas bieneducadas (en las comunidades pertenecientes a la civilizaciónoccidental) se aferran de modo instintivo al uno como fe-nómeno de gran belleza y repudian el otro como ofensivopara cualquiera de los sentidos a los que pueda intentar agra-dar. Es extremadamente dudoso que se pudiese inducir a

http://psikolibro.blogspot.com

Page 140: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

140

nadie a utilizar un artefacto tal como el sombrero de copausado en la sociedad civilizada, como no fuera por algúnmotivo poderoso fundado en motivos no estéticos.

Mediante la ulterior habituación a una percepción favo-rable de los signos de elevado costo que presentan las mer-cancías y la identificación habitual de la belleza con loconducente a la reputación se llega al hecho de que un artí-culo bello que no es costoso no se considera como bello. Asíha ocurrido, por ejemplo, que algunas flores bellas han pasa-do convencionalmente por hierbas parásitas; otras que pue-den ser cultivadas con relativa facilidad son aceptadas yadmiradas por la clase media inferior, que no puede permi-tirse lujos más costosos de este tipo; pero esas variedadesson rechazadas como vulgares por quienes son más capacesde pagar flores costosas y han sido educados para apreciaruna tabla superior de belleza pecuniaria en productos defloricultura; en tanto que otras flores, que no tienen una be-lleza intrínseca mayor que éstas, se cultivan a elevado costo ysuscitan mucha admiración de los amantes de las plantas,cuyos gustos han madurado bajo la guía crítica de un medioeducado.

La misma variación en cuestión de gusto de una clasesocial a otra se ve también por lo que se refiere a otras mu-chas clases de bienes de consumo, como ocurre, por ejem-plo, con los muebles, casas, parques y jardines. Esadiversidad de conceptos respecto a lo que sea bello en esasdistintas clases de bienes no es una diversidad de la normacon arreglo a la cual opera el sentido ingenuo de la belleza.No es una diferencia constitucional de dotes estéticas, sino

http://psikolibro.blogspot.com

Page 141: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

141

una diferencia en el código de reputación la que especificaqué objetos caben adecuadamente dentro del ámbito delconsumo honorífico para la clase a que pertenece el crítico.Es una diferencia en las tradiciones convencionales relativasa las clases de cosas que pueden consumirse, en calidad deobjetos de gusto y arte, sin descrédito para el consumidor.Haciendo cierta salvedad para las variaciones que puedenexplicarse por otros motivos, esas tradiciones están determi-nadas con mayor o menor rigidez por el plan pecuniario devida de la clase.

La vida cotidiana aporta muchos ejemplos curiosos de laforma en que varía de clase a clase el código de belleza pe-cuniaria de los artículos de uso, así como del modo en que elsentido convencional de la belleza se aparta del sentido noguiado por las exigencias de la reputación pecuniaria. Tal,por ejemplo, el césped o el tupido jardín o parque que atraede modo tan natural el gusto de los pueblos occidentales.Parece agradar especialmente a los gustos de las clases aco-modadas en aquellas comunidades en las que predomina engrado apreciable discutiblemente un elemento de bellezasensual en cuan el elemento dólico-rubio. El césped tieneindiscutiblemente un elemento de belleza sensual en cuantoobjeto de apercepción y como tal agrada sin duda, de modomuy directo, a los ojos de casi todas las razas y clases, peroes, acaso, más indiscutiblemente bello a los ojos de los dóli-co-rubios que a los de la mayor parte de las demás varieda-des de hombres. El hecho de que ese elemento étnico tengaun mayor aprecio que los demás elementos de la poblaciónpor una franja de césped, coincide con otras características

http://psikolibro.blogspot.com

Page 142: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

142

del temperamento dólico-rubio que indican que ese ele-mento racial fue antaño, durante largo tiempo, un pueblopastor que habitaba una región de clima húmedo. El céspedtupido es bello a los ojos de un pueblo cuya tendencia here-dada lo inclina fácilmente a encontrar placer en la contem-plación de un prado bien cuidado.

Desde el punto de vista estético, el césped es pasto devacas y hoy día en algunos casos -cuando lo costoso de lascircunstancias que la acompañan excluye toda imputación deindustria- se rehabilita el idilio de los dólíco-rubios con laintroducción de una vaca en un prado o parque privado. Entales casos la vaca empleada es, por lo general, de una razacara. La sugestión vulgar de baratura que es casi inseparablede la vaca, es una objeción permanente que impide el empleode este animal con fines decorativos; por ello hay que evitarel uso de la vaca como objeto de gusto en todos los casos,salvo en aquellos en que unos alrededores lujosos niegan esasugestión. Allí donde es demasiado fuerte para que se puedasuprimir la predilección por algún animal herbívoro, paracrear la sugestión del prado, se da con frecuencia el puestode la vaca a algún sustituto más o menos inadecuado, talcomo un ciervo, un antílope o algún animal exótico. Aunquea los ojos pastoriles del hombre occidental esos sustitutosson menos bellos que la vaca, se los prefiere en tales casos acausa de que son más costosos o fútiles y, en consecuencia,aumentan más la reputación. No son vulgarmente lucrativosni en la realidad ni por sugestión.

Los parques públicos entran, desde luego, en la mismacategoría que el césped; también son imitaciones del pasto.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 143: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

143

La mejor manera de mantener tal parque es, desde luego,tener animales que pasten en él y el ganado sobre la hierbaconstituye de por sí una adición importante a la belleza de lacosa, como sabe, sin necesidad de insistir en ello, cualquieraque haya visto alguna vez un prado bien cuidado. Pero me-rece la pena notar, como expresión del elemento pecuniarioen el gusto popular, que rara vez se recurre a tal método paraconservar los parque públicos. Lo más que hacen trabajado-res expertos, bajo la vigilancia de un jardinero competente,es una imitación, más o menos cercana, de un prado, pero elresultado es siempre un tanto inferior al efecto artístico delprado. Pero en la apreciación popular media, un rebaño su-giere de modo tan directo economía y utilidad que su pre-sencia en el parque público sería considerada comointolerablemente barata. Este método de conservar los par-ques es relativamente poco costoso y como tal se lo conside-ra indecoroso.

Del mismo tenor general es otra característica de losparques públicos. Hay en ellos una estudiada exhibición delo costoso de su mantenimiento, junto con una ficción desimplicidad y de utilidad franca. Dondequiera que los par-ques privados están administrados o poseídos por personascuyos gustos se han formado bajo la influencia de hábitos devida correspondientes a la clase media o de tradiciones de laclase alta no posteriores a la infancia de la generación quehoy se está extinguiendo, muestran también la misma fiso-nomía Los parques que se conforman a los gustos educadosde la clase alta actual no muestran ya esas características enun grado tan notorio. La razón de esa diferencia de gustos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 144: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

144

entre la generación pasada de la clase educada y la que se estáformando reside en el cambio de la situación económica.Una diferencia semejante es perceptible en otros aspectos,del mismo modo que lo es en los ideales aceptados de par-ques y jardines. En los Estados Unidos, como en la mayorparte de los otros países de Occidente, hasta hace mediosiglo sólo una pequeña proporción de la población tenía lariqueza que la pudiera eximir de la economía. Debido a losimperfectos medios de comunicación, esa pequeña parteestaba diseminada y sus componentes no tenían contactoefectivo entre sí. No había base para que se formase ungusto que no tuviera en cuenta lo costoso de los medios desatisfacerlo. La rebelión del gusto de los bien educados con-tra la economía vulgar no tenía frenos. Dondequiera que sepudiera mostrar esporádicamente el sentido ingenuo de labelleza aprobando unos alrededores baratos o económicos,le faltaba la «confirmación social» que sólo puede dar ungrupo considerable de personas de mentalidad análoga. Nohabía, por ende, una opinión eficaz de la clase superior capazde dar de lado las muestras de posible baratura en el mante-nimiento de los parques; y, por consiguiente, no había unadivergencia apreciable entre el ideal de la clase ociosa y el dela clase media inferior, respecto a la fisonomía de los jardi-nes. Ambas clases construían igualmente sus ideales teniendoante sus ojos el miedo a la pérdida de reputación pecuniaria.

Hoy está comenzando a aparecer una divergencia deideales. La parte de la clase ociosa que ha estado exenta deltrabajo y los cuidados pecuniarios durante una generación omás es hoy suficientemente grande para poder formar y

http://psikolibro.blogspot.com

Page 145: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

145

sostener una opinión en materia de gusto. El aumento demovilidad de sus miembros ha aumentado también la facili-dad con que puede lograrse una «confirmación social» den-tro de la clase. Dentro de esta clase selecta la exención de laeconomía es algo que se da por hecho, en tal grado que haperdido gran parte de su utilidad como base del decoro pe-cuniario. Por tanto, los cánones de gusto de la clase superioren los tiempos recientes no subrayan de modo tan sistemáti-co la necesidad de hacer una constante demostración de uncosto elevado y de excluir de modo estricto toda aparienciade economía. Así aparece, en esos niveles sociales e intelec-tuales superiores, una predilección por lo rústico y lo «natu-ral» en parques y jardines. Esa predilección es en gran parteexcrecencia del instinto del trabajo eficaz y elabora sus re-sultados con grados muy diversos de firmeza. Rara vez dejapor entero de ser afectada, y a veces se transforma por mati-ces imperceptibles, produciendo algo no muy distinto de lasapariencias de rusticidad a las que nos hemos referido másarriba.

Todavía en los gustos de la clase medía se da alguna in-clinación hacia ciertas invenciones descarnadamente útilesque sugieren de modo destacado un uso inmediato y derro-chador; pero se mantiene bien enfrenado bajo el dominioinquebrantable del canon que impone la futilidad exigida porla buena reputación. En consecuencia, elabora una serie deprocedimientos y medios de enmascarar la utilidad -artificiostales como vallas rústicas, puentes, cenadores, pabellones yotros elementos decorativos-. La verja de fundición rústica yla escalera o los senderos llenos de revueltas, trazados sobre

http://psikolibro.blogspot.com

Page 146: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

146

un terreno nivelado, expresan esta afectación de utilidad enlo que constituye, acaso, su mayor alejamiento de los impul-sos primeros del sentido de belleza económica.

La clase ociosa selecta ha superado, al menos en algunospuntos, el uso de estas variantes seudo-útiles de belleza pe-cuniaria. Pero el gusto de los recién llegados a la clase ociosapropiamente dicha y el de las clases media e inferior, necesitaaún una belleza pecuniaria que sirva de complemento a laestética, incluso en aquellos objetos que son admirados demodo primordial por la belleza que les corresponde encuanto productos naturales.

Podemos ver el gusto popular en esas materias en el altoaprecio de que goza el trabajo de jardinería y los macizos deflores de los jardines públicos. Acaso sea un ejemplo igual-mente bueno de este predominio que tiene la belleza pecu-niaria sobre la estética en los gustos de la clase media lareconstrucción de los terrenos ocupados últimamente por laExposición Colombina. Los datos de que disponemosmuestran que la exigencia de que una cosa sea costosa paraproporcionar reputación está aún en pleno vigor, incluso allídonde se evita todo derroche ostensible. Los efectos artísti-cos conseguidos en ese trabajo de reconstrucción difierenmucho de los que habría podido conseguir en los mismosterrenos una persona no guiada por cánones de gusto decarácter pecuniario. Y aún la clase mejor de la población dela ciudad contempla el progreso de los trabajos con unaaprobación sin reservas, que hace pensar que en este caso esmuy poca o ninguna la discrepancia entre los gustos de laclase superior y los de las clases media e inferior de la ciudad.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 147: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

147

El sentido de la belleza en la población de esta ciudad repre-sentativa de la cultura pecuniaria avanzada pone gran cuida-do en no desviarse de su gran principio cultural del derrocheostensible.

El amor a la naturaleza, tomado acaso de un código degustos de la clase superior, se expresa a veces, bajo la guía deese canon de belleza pecuniaria, en formas inesperadas yconduce a resultados que pueden parecer incongruentes a unespectador poco reflexivo. Por ejemplo, la tan difundidapráctica de plantar árboles en las áreas despobladas de losEstados Unidos se ha trasladado a las áreas forestales comoforma de gasto honorífico; de tal modo que no es en modoalguno desusado que un pueblo o un granjero del área fo-restal tale los árboles originarios y los reemplace inmediata-mente en el patio de la granja o las calles del pueblo porestacas de ciertas variedades exógenas. Se tala, por ejemplo,un trozo de bosque de robles, olmos, hayas, nogales blancos,abetos, tilos americanos o abedules, para hacer sitio dondeplantar estacas de arces, álamos y sauces. Se cree que lo ba-rato de dejar en pie los árboles del bosque rebajaría la digni-dad de que debe estar investido un artículo que intenta servirpara un fin decorativo y honorífico.

El mismo hecho de que el gusto se guía con gran fre-cuencia por criterios de reputación pecuniaria puede obser-varse en los cánones que predominan para juzgar la bellezade los animales. Ya se ha hablado del papel desempeñadopor este canon de gusto en la atribución a la vaca de su lugaren la escala estética Popular. Algo parecido puede decirse delos demás animales domésticos, en la medida en que tienen

http://psikolibro.blogspot.com

Page 148: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

148

alguna utilidad industrial apreciable para la comunidad -como, por ejemplo, las aves de corral, los cerdos, el ganadomayor, las ovejas, cabras y caballos de tiro-. Son por natura-leza bienes productivos que sirven a una finalidad útil y aveces lucrativa; por ello, no se les imputa fácilmente la ca-racterística de bellos. No ocurre lo mismo con aquellos ani-males domésticos que no sirven, por lo general, a ningún finindustrial, tal como las palomas, loros y otros pájaros a losque se tiene enjaulados, gatos, perros y caballos veloces. Porlo común, son artículos de consumo ostensible y, en conse-cuencia, son por naturaleza honoríficos y pueden ser consi-derados legítimamente como bellos. Las clases altas admiranconvencionalmente esta clase de animales, en tanto que lasclases pecuniariamente inferiores –y la minoría selecta de laclase ociosa para la que el canon de apartamiento riguroso dela economía está, en cierta medida, en desuso- encuentranbelleza tanto en una como en otra clase de animales, sin tra-zar una línea tajante de demarcación pecuniaria entre lo belloy lo feo.

Por lo que se refiere a aquellos animales domésticos queson honoríficos y a los que se considera como bellos, hayuna base subsidiaria de mérito de la que debe hablarse.Aparte de los pájaros que pertenecen a la clase honorífica delos animales domésticos y que deben el lugar que ocupan enesta clase únicamente a su carácter no lucrativo, los animalesque merecen especial atención son los gatos, perros y caba-llos veloces. El gato da menos reputación que los otros dos,porque es menos costoso; hasta puede servir para una finali-dad útil. A la vez, el modo de ser del gato no lo hace apto

http://psikolibro.blogspot.com

Page 149: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

149

para la finalidad honorífica. Vive con el hombre en plan deigualdad, no conoce nada de esa relación de status que cons-tituye la base antigua de todas las distinciones de valor, ho-nor y reputación y no se presta fácilmente a unacomparación valorativa entre su dueño y los vecinos de éste.La excepción a esta última regla se presenta en el caso deproductos raros y de fantasía como los gatos de Angora, quetienen un ligero valor honorífico motivado por lo costososque son, y a los que corresponde, en consecuencia, algunapretensión de belleza basada en criterios pecuniarios.

El perro tiene ventajas por lo que respecta a su falta deutilidad y a sus dotes especiales de temperamento. Se hablacon frecuencia de él como del amigo del hombre por anto-nomasia y se elogia su inteligencia y su fidelidad. Ello signifi-ca que el perro es servidor del hombre, que tiene el don deun sometimiento sin titubeos y una rapidez de esclavo paraadivinar el estado de ánimo de su dueño junto con estosrasgos que lo capacitan para la relación de status -y que por elmomento vamos a calificar, para nuestro propósito actual,de rasgos útiles- el perro tiene características de un valorestético más equívoco. Es el más sucio y el de peores cos-tumbres de todos los animales domésticos. Compensa estocon una actitud servil y aduladora hacia su amo y una graninclinación a dañar y molestar al resto del mundo. Así, pues,el perro se recomienda a nuestro favor porque nos permiteejercitar nuestra inclinación al dominio y, como es tambiénun artículo costoso elevado y no sirve por lo común a nin-guna finalidad industrial, ocupa en el concepto del hombreun lugar firme en cuanto objeto de buena reputación. A la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 150: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

150

vez, el perro está asociado en nuestra imaginación con lacaza -empleo meritorio y expresión del impulso depredadorhonorable.

Situado en esta posición ventajosa, cualquier belleza deforma y movimiento y cualesquiera rasgos mentales enco-miables que pueda poseer son convencionalmente reconoci-dos y engrandecidos. Y hasta aquellas variedades de perroque han sido resultado de esfuerzos por producir una de-formidad grotesca, se consideran por muchas personas co-mo bellas y ese juicio se formula con entera buena fe. Hastacierto punto, esas variedades de perros -y lo mismo vale deotros animales de fantasía- son consideradas y graduadascomo de valor estético en proporción al grado de inestabili-dad que presentan y a lo grotesco del modo particular quehaya tomado en cada caso la deformidad. Para la finalidad deque nos ocupamos, esa utilidad diferencial a base de lo gro-tesco e inestable de la estructura es reducible a términos deuna mayor escasez y el gasto consiguiente. El valor comercialde las monstruosidades caninas, tales como los estilos domi-nantes de perros favoritos tanto para el caballero como parala dama, se basa en su alto costo de producción, y el valorque ofrecen para sus propietarios consiste, sobre todo, en suutilidad como artículo de consumo ostensible. Se les imputa,indirectamente, un valor social como reflejo de su costo ho-norífico; y así, mediante una fácil sustitución de palabras eideas, llegan a ser admirados y considerados como bellos.También sirve para aumentar la reputación del dueño cual-quier cuidado que se dé a esos animales que no son, en nin-gún sentido, útiles ni provechosos; y como el hábito de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 151: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

151

cuidarlos no se considera censurable, puede llegar a conver-tirse en un afecto habitual de gran tenacidad y del más bené-volo carácter. Así, pues, en el afecto tributado a los animalesfavoritos se encuentra presente, en forma más o menos re-mota, el canon de lo costoso, como norma que guía y mo-dela el sentimiento y la selección del objeto. Lo mismo vale,como se notará enseguida, con respecto al afecto tributado alas personas; aunque la forma como actúa en este caso lanorma es algo distinta.

Lo que ocurre con los caballos veloces se parece muchoa lo que ocurre con los perros. El caballo es costoso, en ge-neral, o supone un derroche que para fines industriales esinútil. Cualquier uso productivo que pueda tener, en el senti-do de elevar el bienestar de la comunidad o hacer más fácil elmodo de vida de los hombres, toma la forma de exhibicio-nes de fuerza y facilidad de movimiento que agradan el sen-tido estético popular. Desde luego, ésta es una utilidadimportante. El caballo no está dotado en la misma medidaque el perro de la actitud mental de dependencia servil; perosirve eficazmente al impulso de su amo de convertir las fuer-zas «animadas» del medio en cosas que emplea a discreción,expresando con ello su propia individualidad dominante. Elcaballo veloz es, por lo menos de modo potencial, un caballode carreras, de grado superior o inferior; como tal, es espe-cialmente útil a su dueño. La utilidad del caballo veloz con-siste en gran parte en su eficacia como medio de emulación;ver que el propio caballo supera al del vecino satisface elsentido de agresión y dominio del dueño. Este uso no eslucrativo sino, en conjunto, claramente derrochador y, por

http://psikolibro.blogspot.com

Page 152: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

152

ello, honorífico de modo ostensible y da, por tanto, al caba-llo veloz una fuerte presunción de que su posesión hace me-recer una buena reputación. Aparte de esto, el caballo decarreras propiamente dicho tiene también una utilidad noindustrial, pero honorífica, como medio de juego y apuesta.

El caballo veloz es, pues, afortunado desde el punto devista estético, ya que el canon de la buena reputación pecu-niaria hace legítimo el libre aprecio de cualquier belleza outilidad que pueda poseer. Sus pretensiones tienen la sancióndel principio de derroche ostensible y el apoyo de la actituddepredadora del dominio y la emulación. El caballo es, ade-más, un animal bello, aunque el caballo de carreras no lo seaen grado especial para el gusto ingenuo de las personas queno pertenecen a la clase de los aficionados a los caballos decarreras, ni a la clase cuyo sentido de la belleza no está so-metido a la coacción moral del aprecio de los aficionados alos caballos de carreras. Para quienes tienen ese gusto inge-nuo, la variedad más bella de caballo parece ser una formaque ha sufrido alteraciones menos radicales que las experi-mentadas por el caballo de carreras bajo la selección hechapor los criadores. Sin embargo, cuando un escritor u orador-especialmente aquellos cuya elocuencia está más llena delugares comunes- quiere dar, con fines retóricos un ejemplode la gracia y utilidad de los animales, recurre, por lo general,al caballo y también, generalmente, afirma de modo que nodeja lugar a dudas que en lo que está pensando es en el caba-llo de carreras.

Hay que hacer notar que en la apreciación graduada delas variedades de caballos y perros, tal como la que encon-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 153: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

153

tramos entre personas de gustos moderadamente cultivadosen estas materias, se puede percibir también otra influenciamás directa de los cánones reguladores de la reputación pro-pios de la clase ociosa. Por ejemplo, en los Estados Unidoslos gustos de la clase ociosa están formados en cierta medidasobre los usos y hábitos que prevalecen o que se cree queprevalecen en la clase ociosa de Gran Bretaña. Esto es me-nos cierto de los perros que de los caballos. En los caballos,y de modo más especial en los de silla -que son los que sir-ven mejor a la finalidad de la exhibición costosa simple-, seconsidera en términos generales que un caballo es más belloen la proporción en que es más inglés; ya que la clase ociosainglesa es, respecto a los usos bien reputados, la clase ociosasuperior de los Estados Unidos y, por ende, el ejemplo porel que se guían los grados inferiores. Este mimetismo de losmétodos de la apercepción de belleza y la formación de jui-cios de gusto, no tiene que producir necesariamente unapredilección espuria, o por lo menos una predilección hipó-crita o afectada. La predilección es un juicio de gusto tanserio y tan importante cuando descansa en esta base, comocuando se apoya en cualquier otra; la diferencia es que estegusto es un gusto por lo que se considera como correcto conarreglo a las normas que regulan la reputación, no por loestéticamente bello.

Podría decirse que el mimetismo se extiende más allá delsimple sentido de la belleza en la carne de caballo. Incluyetambién los arreos y la equitación, de tal modo que la postu-ra ecuestre, la silla de montar y el paso correctos, o conside-rados como bellos porque sirven a la buena reputación, se

http://psikolibro.blogspot.com

Page 154: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

154

deciden también por el uso inglés. Para mostrar cuán fortui-tas pueden ser a veces las circunstancias que decidan qué sealo decoroso y conveniente bajo el canon pecuniario de belle-za y qué lo reprobable, hay que notar que esa silla inglesa y elpaso peculiarmente penoso que ha hecho necesario una sillaincómoda son una supervivencia de la época en que las ca-rreteras inglesas eran tan malas y tan llenas de cieno y barro,que resultaban virtualmente intransitables para un caballoque anduviese con un paso más cómodo; de tal modo queuna persona que tenga en lo que se refiere a la equitación losgustos considerados hoy como decorosos, cabalga un caba-llote gordo, de cola recortada, en postura incómoda y con unpaso penoso, porque los caminos ingleses eran durante granparte del siglo XVIII intransitables para un caballo que an-duviese con un paso más natural o para un animal hechopara moverse con facilidad en el suelo firme y abierto dondeel caballo es indígena.

Pero no sólo en relación con los bienes consumibles -incluyendo los animales domésticos- se han teñido los cáno-nes de gusto por los cánones que regulan la reputación pe-cuniaria. Puede decirse algo parecido por lo que se refiere ala belleza de las personas. Para evitar todo lo que pueda sermotivo de controversia, no voy a dar, a este respecto, ningúnpeso a la predilección popular que puede haber por la pre-sencia solemne y el porte dignificado (ocioso) que la tradi-ción vulgar asocia, en los hombres maduros, con laopulencia. Esos rasgos son aceptados, en cierta medida, co-mo elementos de belleza femenina que caen dentro de esteepígrafe y que tienen un carácter tan concreto y específico

http://psikolibro.blogspot.com

Page 155: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

155

que admiten un estudio detallado. Es casi una regla que, enlas comunidades que se encuentran en el estadio de desarro-llo económico en el que la clase superior valora a las mujeresen relación con sus servicios, el ideal de belleza femenina esuna mujer robusta y membruda. La base de apreciación es laestructura corporal, en tanto que se da un valor secundario ala conformación de la cara. Las doncellas de los poemashoméricos constituyen un ejemplo bien conocido de eseideal de la cultura depredadora temprana.

Ese ideal sufre un cambio en el desarrollo posterior,cuando en el esquema convencional la ocupación de la espo-sa en la clase alta pasa a ser simplemente el ocio vicario. Elideal incluye entonces las características que se supone re-sultan de una vida de ocio impuesta con toda firmeza. Elideal aceptado en estas circunstancias es el que podemosdeducir de las descripciones de mujeres hermosas hechas porpoetas y escritores de la época caballeresca. En el esquemaconvencional de esos días se concebía a las damas de altocoturno en perpetuo estado de tutela y se las obligaba a ob-servar escrupulosamente la abstención de todo trabajo útil.El ideal de belleza caballeresco o romántico que de ello re-sulta se preocupa de modo especial de la cara y concentra suatención en su delicadeza y en la delicadeza de manos y pies,la esbeltez de la figura y en especial la del talle. En las repre-sentaciones pictóricas de las mujeres de la época y en losimitadores románticos modernos del pensamiento y los sen-timientos caballerescos se atenúa el talle en un grado quesupone una debilidad extrema. Ese mismo ideal perdura aúnen una parte considerable de la población de las comunida-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 156: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

156

des industriales modernas; pero hay que decir que ha con-servado su influencia de modo más firme en aquellas comu-nidades modernas menos avanzadas en punto a desarrolloeconómico y civil y que muestran supervivencias más consi-derables del status, y las instituciones depredadoras. Es decir,que el ideal caballeresco se conserva mejor en las comunida-des contemporáneas que son, en esencia, menos modernas.Las supervivencias de ese ideal romántico o sentimental sonmuy frecuentes en los gustos de las clases acomodadas de lospaíses del continente europeo.

En las comunidades modernas que han alcanzado losniveles superiores de desarrollo industrial, la clase ociosasuperior ha acumulado una masa tan grande de riqueza queha colocado a sus mujeres por encima de toda imputación detrabajo vulgarmente productivo. El status de consumidorasvicarias que ocupan las mujeres ha comenzado a perder suatractivo para la masa del pueblo y, como consecuencia, estácomenzando a cambiar el ideal de belleza femenina, que estávolviendo del tipo de la mujer patológicamente delicada,traslúcida y delgada en extremo, al tipo arcaico de la mujerque no repudia sus manos y sus pies ni los otros aspectosmateriales característicos de su persona. En el curso del de-sarrollo económico, el ideal de belleza femenina de los pue-blos de cultura occidental ha pasado de la mujer físicamentevigorosa a la dama y está comenzando a volver a la mujer;todo ello obedeciendo a las condiciones cambiantes de laemulación pecuniaria; las exigencias de la emulación requirie-ron en un momento esclavas sensuales; en otro, la prácticaostensible del ocio vicario y, en consecuencia, una patente

http://psikolibro.blogspot.com

Page 157: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

157

incapacidad; pero la situación está comenzando a superarhoy esa exigencia, ya que, dado el grado de alta eficacia de laindustria moderna, el ocio es hoy posible hasta para las mu-jeres que se encuentran en un grado tan bajo de la escala dereputación pecuniaria que ya no puede servir como marcadefinitiva del grado pecuniario supremo.

Aparte de este control general ejercido por la norma delderroche ostensible sobre el ideal de belleza femenina, hayuno o dos detalles que merecen mención específica, ya quemuestran cómo puede ejercer una extrema coacción sobrelos detalles del sentido de la belleza femenina que tengan loshombres. Ya se ha notado que, en los estadios de la evolu-ción económica en los que se considera el ocio ostensiblecomo el medio más importante de adquirir buena reputa-ción, el ideal de belleza exige manos y pies delicados y dimi-nutos y un talle muy delgado. Esos rasgos, junto con losdefectos de estructura que van por lo común unidos a ellos,sirven para mostrar que la persona que los tiene es incapazde un esfuerzo útil y tiene, por tanto, que ser mantenida enla ociosidad por su propietario. Esa mujer es inútil y costosa,y valiosa en consecuencia, como demostración de fuerzapecuniaria. Resulta que en ese estadio cultural las mujeres seesfuerzan por alterar sus personas para conformarlas, en elmayor grado que sea posible, a las exigencias del gustoaceptado de la época; y guiados por el canon del decoro pe-cuniario, los hombres encuentran atractivas las característicaspatológicas artificialmente conseguidas que resultan de ello.Así, por ejemplo, el talle comprimido que ha sido una modatan extendida y persistente en las comunidades de la cultura

http://psikolibro.blogspot.com

Page 158: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

158

occidental y así también los pies deformados de la culturachina. Ambas mutilaciones son repulsivas, sin ningún génerode dudas, para sentidos no acostumbrados a ellas. Para llegara reconciliarse con ellas se requiere un proceso de habitua-ción. Sin embargo, no es posible discutir el hecho de queresultan atractivas para los hombres a cuyo esquema generalde la vida se adaptan como cosa honoríficas, sancionadaspor las exigencias de la reputación pecuniaria. Son caracte-rísticas de belleza pecuniaria y cultural que han llegado adesempeñar un papel importante como elemento del ideal defeminidad.

La conexión que hemos indicado aquí entre el valor es-tético y el valor que tienen las cosas a fines de comparaciónpecuniaria no está presente en la conciencia de quien valora.En la medida en que al formular un juicio estético, una per-sona se da cuenta clara de que el objeto de belleza que estáconsiderando supone un derroche y sirve para afirmar lareputación y ha de ser, por ende, estimado legítimamentecomo bello, ese juicio no es un juicio estético bona fide y noentra en consideración para nuestro propósito. La conexión,en la que insistimos aquí, entre la belleza de los objetos y lareputación que proporcionan reside en el hecho del efectoque produce la preocupación por la reputación en los hábi-tos mentales del valorador. Tiene el hábito de formar juiciosde valor de diversa especie -económicos, morales, estéticos orelativos a la reputación- acerca de los objetos con los queestá en contacto y la actitud de encomio de un objeto deter-minado, que adopte basándose en cualquier otro funda-mento, afectará el grado de su apreciación del objeto cuando

http://psikolibro.blogspot.com

Page 159: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

159

trata de valorarlo desde el punto de vista estético. Esto escierto de modo más especial por lo que se refiere a la valora-ción realizada sobre bases tan íntimamente ligadas a la estéti-ca, como ocurre con la reputación. La valoración con finesestéticos y la formulada con el fin de servir a su buena repu-tación, no están tan separadas como debieran estar. Es espe-cialmente fácil que surjan confusiones entre esas dosespecies de valoración, porque en el lenguaje habitual no sesuele distinguir, mediante el uso de un término descriptivoespecial, el valor de los objetos como medios de conseguirmantener la reputación. El resultado es que se aplican paradesignar este elemento innominado del mérito pecuniario lostérminos de uso familiar empleados para designar categoríaso elementos de belleza y, como consecuencia fácil, a la con-fusión de nombres sigue la confusión de ideas correspon-dientes. Las exigencias de la reputación se alían en laapreciación popular con las demandas del sentido de la be-lleza, y la belleza que no va acompañada por los signos dis-tintivos y acreditados de la buena reputación, no es aceptadacomo tal belleza. Pero las exigencias de la reputación pecu-niaria y las de la belleza en sentido ingenuo no coinciden engrado apreciable. La eliminación de nuestros alrededores delo no apto pecuniariamente produce, en consecuencia, unaeliminación más completa de esa serie considerable de ele-mentos de belleza que no se conforman con la exigenciapecuniaria.

Las normas de gusto que hay bajo todo esto son muyantiguas y, probablemente, anteriores a la aparición de lasinstituciones pecuniarias que estamos estudiando aquí. Re-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 160: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

160

sulta, en consecuencia, que por la fuerza misma de la pasadaadaptación selectiva de los hábitos mentales de los hombres,las exigencias de belleza se satisfacen mejor, en la mayorparte de los casos, mediante estructuras y artificios no costo-sos que sugieren, de modo directo, tanto el oficio que debenrealizar como el método mediante el cual sirven a su fin.

Puede ser oportuno recordar aquí la posición psicológi-ca moderna. La belleza de forma parece ser cuestión de faci-lidad de apercepción. Acaso pudiese expresarse estaproposición en términos más amplios. Si dejamos aparte laasociación, la sugestión y la «expresión» clasificadas comoelementos de belleza percibida, la belleza percibida en cual-quier objeto significa que la menta despliega fácilmente suactividad aperceptiva en las direcciones que brinda el objetoen cuestión. Pero esas direcciones en las que se expresa o sedesarrolla fácilmente la actividad, son las direcciones a lasque se inclina la mente como resultado de un proceso dehabituación largo y vigoroso. Por lo que respecta a los ele-mentos esenciales de la belleza, esa habituación es una habi-tuación tan vigorosa y tan larga que no sólo ha producidouna proclividad a la forma perceptiva de que se trata, sinotambién una adaptación de estructura y función fisiológicas.En la medida en que el interés económico entra en la cons-titución de la belleza, entra como sugestión o expresión deadecuación a una finalidad -subordinación manifiesta y fá-cilmente inferible al proceso vital-. Esta expresión de facili-dad o utilidad económica de cualquier objeto lo que podríadenominarse la belleza económica del objeto está mejor ser-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 161: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

161

vida por una sugestión clara e inequívoca de su oficio y efi-ciencia para los fines materiales de la vida.

Así considerado, desde el punto de vista estético, elmejor de los objetos de uso es el artículo simple y no ador-nado. Pero, como el canon pecuniario que regula la reputa-ción repudia en los artículos apropiados para el consumoindividual lo que no sea costoso, hay que buscar la satisfac-ción de nuestro deseo de cosas bellas por medio de un com-promiso. Se eluden los cánones de belleza mediante algúnarbitrio que dé pruebas de un gasto derrochador que realcela reputación, a la vez que se hace frente a las demandas denuestro sentido crítico de lo útil y lo bello o, al menos, a lasde algún hábito que ha llegado a ocupar el lugar de ese senti-do. Uno de esos sentidos auxiliares de gusto es el sentido dela novedad; y este último se ve ayudado para sustituir a aquélpor la curiosidad con la que consideran los hombres los arti-ficios ingeniosos y asombrosos. Resulta de ello que la mayorparte de los objetos a los que se considera como bellos y quesirven de tales presentan rasgos de haberse empleado en sucreación considerable ingenio y están calculados para dejarperplejo a quien los contempla -para asombrarse con inapli-cables sugestiones e indicios de lo improbable-, a la vez quemuestran que se ha empleado un trabajo superior al necesa-rio para darles plena eficacia para el fin económico que os-tensiblemente les corresponde.

Puede demostrarse esto con un ejemplo sacado de fuerade nuestros hábitos y contactos cotidianos y por ello denuestros prejuicios. Tales son los notables mantos de plumasde Hawai o los conocidos mangos tallados de las azuelas

http://psikolibro.blogspot.com

Page 162: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

162

ceremoniales de varias islas polinesias. Son innegablementebellos, tanto en el sentido de que nos ofrecen una agradablecomposición de forma, líneas y color, como en el de quedemuestran una gran habilidad e ingenio en su dibujo yconstrucción. A la vez, son artículos que están manifiesta-mente mal adaptados para servir a cualquier otra finalidadeconómica. Pero la evolución de los artificios ingeniosos yasombrosos bajo la guía del canon del derroche de esfuerzono tiene siempre, como consecuencia, un resultado tan feliz.Con la misma frecuencia se produce una supresión virtual-mente completa de todos los elementos que pudieran serconsiderados como expresiones de belleza o de utilidad y susustitución por pruebas de ingenio y trabajo malgastados,respaldadas por una notoria inutilidad; hasta que muchos delos objetos de que nos rodeamos en la vida cotidiana, e in-cluso muchos artículos del vestido y adorno cotidianos, lle-gan a ser tales que no se les podría tolerar, a no ser bajo elimperio de una tradición prescriptiva. Ejemplos de esta sus-titución de la belleza y la utilidad por el ingenio y el gasto seencuentran en la arquitectura doméstica, las artes domésti-cas, los objetos de fantasía y diversos artículos de vestir, enespecial los atavíos femeninos y sacerdotales.

El canon de belleza exige la expresión de lo genérico. La«novedad» debida a las demandas del derroche ostensible secontrapone a este canon de belleza, dando por resultado elque la fisonomía de nuestros objetos de gusto sea un amasijode detalles caprichosos; y esos detalles están, además, bajo lavigilancia selectiva del canon de lo costoso.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 163: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

163

Este proceso de adaptación selectiva de los planes a lasfinalidades del derroche ostensible y la sustitución de la be-lleza estética por la pecuniaria, ha sido especialmente eficazen el desarrollo de la arquitectura. Sería extremadamentedifícil encontrar una residencia civilizada o un edificio públi-co modernos que pudieran pretender un calificativo mejorque el de relativamente inofensivos, para la vista de quien-quiera que disocie los elementos de belleza de los del derro-che honorífico. La inacabable variedad de fachadas que nospresentan las mejores viviendas privadas y casas de pisos denuestras ciudades es una inacabable variedad de calamidadesarquitectónicas y de sugestiones de incomodidad costosa.Consideradas como objetos de belleza, las característicasmejores del edificio suelen ser las paredes laterales y traserasde esas estructuras a las que no ha tocado la mano del artista.

Lo que se ha dicho de la influencia de la ley del derrocheostensible sobre los cánones del gusto, vale, con un ligerocambio de términos, respecto de su influencia sobre nuestrasnociones de la utilidad de las cosas para fines distintos delestético. Las cosas se producen y consumen como medios deconseguir un desarrollo más completo de la vida humana; suutilidad consiste, a primera vista, en su eficacia en cuantomedios para conseguir ese fin. El fin es, en primer término,la plenitud de la vida del individuo, tomada en términos ab-solutos. Pero la proclividad humana a la emulación se haapoderado del consumo de cosas convirtiéndolo en mediopara establecer una comparación valorativa y ha investido,en consecuencia, a los bienes de consumo de una utilidadsecundaria en cuanto demostración de una relativa capacidad

http://psikolibro.blogspot.com

Page 164: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

164

de pago. Ese uso indirecto o secundario de los bienes con-sumibles da un carácter honorario al consumo y a la vez alos bienes que sirven mejor a este fin emulativo del consu-mo. El consumo de bienes costosos es meritorio y los bienesque contienen un elemento apreciable de costo superior a lonecesario para conseguir su utilidad para sus fines mecánicosostensibles son honoríficos. Los signos de costo superfluoque presentan las cosas son, en consecuencia, signos de valor-de alta eficacia para el fin indirecto y valorativo al que sirvenmediante su consumo-; y recíprocamente, las cosas quemuestran una adaptación demasiado económica al fin mecá-nico perseguido y no incluyen un margen de gasto en el queapoyar una comparación valorativa agradable son humillan-tes y, en consecuencia, no atractivas. Esta utilidad indirectada una gran parte de su valor a las «mejores» clases de cosas.Para poder apelar al sentido educado de utilidad, un artículotiene que contener algo que sirva a esta utilidad indirecta.

Aunque los hombres puedan haber comenzado por de-saprobar un modo de vida no costoso, por ser indicio deincapacidad de gastar mucho y, por ende, de una falta deéxito pecuniario, acaban por caer en el hábito de desaprobarlas cosas baratas, como intrínsecamente deshonrosas o in-dignas por el hecho de ser baratas. Con el transcurso deltiempo, cada generación sucesiva ha recibido esa tradicióndel gasto meritorio transmitida por la generación que la an-tecede y ha elaborado, a su vez, y fortificado aún más el ca-non tradicional regulador de la reputación pecuniaria de losbienes consumidos; hasta que hemos acabado por llegar a ungrado tal de seguridad en la convicción de la indignidad de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 165: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

165

todas las cosas baratas, que ya no tenemos ningún empachoen formular la máxima «barato y malo». Tan vigorosamentese ha engranado en nuestro pensamiento este hábito deaprobar lo costoso y desaprobar lo barato, que instintiva-mente necesitamos en todo nuestro consumo, aun en el casode bienes consumidos en la más estricta intimidad y en losque no existe la más ligera idea de ostentación, un ciertogrado, al menos, de gasto derrochador. Sentimos todos, sin-ceramente y sin la más ligera duda, que nos hemos realzadoespiritualmente por haber comido, aunque sea en la intimi-dad de nuestro hogar, nuestros manjares diarios en una vaji-lla de porcelana pintada a mano (a menudo de dudoso valorartístico), puesta sobre una mantelería de alto precio y conayuda de cubiertos de plata labrada a mano. Sentimos cual-quier descenso del nivel de vida que estamos acostumbradosa considerar como digno a este respecto como una dolorosaviolación de nuestra dignidad humana. En los últimos doceaños, las velas han sido una fuente de luz más agradable queninguna otra para una cena. Para unos ojos bien educados, laluz de las velas es ahora más suave y menos molesta queninguna otra -preferible a la del petróleo, la del gas o la eléc-trica-. Difícilmente se hubiese podido decir lo mismo hacetreinta años, cuando las velas eran o habían sido hasta muyrecientemente la luz más barata de que podía disponersepara usos domésticos. Tampoco se considera hoy que lasvelas sean una luz aceptable o eficaz para ningún otro pro-pósito que no sea la iluminación ceremonial.

Un sabio político, aún vivo, ha resumido la conclusiónde todo esto en la frase «un traje barato hace a un hombre

http://psikolibro.blogspot.com

Page 166: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

166

barato», y probablemente no hay quien no sienta la fuerzaconvincente de la máxima.

El hábito de buscar en los bienes el costo superfluo y deexigir que todos los bienes presenten alguna utilidad de tipoindirecto o valorativo, lleva a un cambio en los patrones conarreglo a los cuales se estima la utilidad de los bienes. En laapreciación de las mercancías que hace el consumidor no sesepara el elemento honorífico del elemento de eficacia bruta,y la utilidad de las mercancías se forma mediante la unión deambos. Bajo el patrón resultante de utilidad, ningún artículopuede pasar sólo a base de su suficiencia material. Para queel consumidor pueda aceptarlo de modo completo y total,tiene que mostrar también el elemento honorífico. Resultade ello que los productores de artículos de consumo dirigensus esfuerzos a la producción de mercancías que satisfaganesta demanda del elemento honorífico. Lo harán con tantamayor satisfacción y eficacia dado que también ellos estándominados por el mismo patrón de valor de los bienes y sesentirán sinceramente agraviados a la vista de mercancías queno tuvieran el acabado honorífico conveniente. Resulta deello que no hay en la actualidad mercancía alguna que nocontenga en grado mayor o menor ese elemento honorífico.Cualquier consumidor que -moderno Diógenes- se empeña-se en eliminar de lo que consume todo elemento honoríficoo de derroche, se encontraría en la imposibilidad de satisfa-cer sus necesidades más nimias en el mercado moderno. Másaún, si recurriese al procedimiento de subvenir directamentea sus necesidades por su propio esfuerzo, encontraría difícil,si no imposible, eliminar de su cabeza los hábitos mentales

http://psikolibro.blogspot.com

Page 167: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

167

corrientes; de tal modo que difícilmente podría conseguir lonecesario para el consumo de un día sin incorporar instinti-vamente al producto por él hecho en casa algo de este ele-mento honorífico y casi decorativo del trabajo derrochado.

Es evidente que en su selección de mercancías útiles enel mercado al por menor, los compradores se guían más porel acabado y la presentación de las mercancías, que por cual-quier marca sustancial de utilidad. Las mercancías, para po-der venderse, tienen que ostentar signos visibles de que se haempleado alguna cantidad apreciable de trabajo en darles lossignos del gasto decoroso, además de la necesaria para darleseficacia para el uso material a que deben servir. Este hábitode convertir la evidencia de su carácter costoso en canon deutilidad contribuye, desde luego, a aumentar el importe con-junto de los artículos de consumo. Nos pone en guardiacontra la baratura, identificando en cierta medida el méritocon el costo. Por lo común, el consumidor hace un esfuerzoperseverante para obtener cosas de la utilidad requerida alprecio más ventajoso que pueda lograr; pero la exigenciaconvencional de un costo evidente, como vocero y elementoconstitutivo de la utilidad de las mercancías, lo lleva a recha-zar como de grado inferior aquellas mercancías que no con-tienen un gran elemento de derroche ostensible.

Hay que añadir que una gran parte de esas característi-cas de los artículos de consumo que figuran en el sentir po-pular como signos de utilidad, y a las que se ha hechoreferencia aquí como elementos de derroche ostensible,atraen al consumidor por otros motivos que el de ser costo-sas. Por lo general, presentan pruebas de que los artículos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 168: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

168

han sido realizados por una mano de obra buena y hábil, aunen el caso de que esto no contribuya a la utilidad sustancialde las mercancías; y sin duda es, en gran parte, a causa dealguna de esas razones por lo que cualquier signo particularde utilidad honorífica logra, primero alcanzar boga y mante-nerse, después, como elemento constitutivo normal del valorde un artículo. Una presentación que demuestre una buenamano de obra es agradable simplemente por este hecho,incluso cuando su resultado más remoto, y por el momentono tomado en cuenta, sea fútil. La contemplación de un tra-bajo bien hecho satisface el sentido artístico. Pero hay queañadir también que ninguna demostración de elaboraciónhábil ni de adaptación ingeniosa y eficaz de medios a la fina-lidad perseguida puede, a la larga, gozar de la aprobación delconsumidor civilizado moderno, a menos que tenga la san-ción del canon del derroche ostensible.

La posición aquí adoptada se refuerza de una maneramuy apropiada, sí examinamos el lugar asignado en la eco-nomía del consumo a los productos elaborados a máquina.La diferencia importante entre las mercancías elaboradas amáquina y las hechas a mano que sirven para la misma fina-lidad consiste, de ordinario, en que aquéllas son más adecua-das a su finalidad primordial. Son un producto más perfecto-muestran una adaptación más perfecta de medios a fines-.Ello no las salva de la poca estima y la depreciación, ya queno llenan los requisitos impuestos por el derroche honorífi-co. El trabajo a mano es un método de producción máscostoso; de ahí que las mercancías elaboradas por este pro-cedimiento sean más útiles para conseguir o aumentar una

http://psikolibro.blogspot.com

Page 169: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

169

buena reputación pecuniaria; de ahí también que los signosde trabajo a mano pasen a ser honoríficos y que las mercan-cías que los exhiben adquieran un rango superior al productoelaborado a máquina correspondiente. Por lo común, si noinvariablemente, los signos honoríficos del trabajo hecho amano son ciertas imperfecciones e irregularidades observa-bles en las líneas del artículo elaborado, las cuales muestranlas fallas del artesano en la ejecución de su obra. El funda-mento de la superioridad de las mercancías hechas a manoes, pues, cierto margen de tosquedad. Ese margen no puedeser nunca tan amplio que indique un trabajo descuidado, yaque ello sería prueba de un costo bajo, ni tan estrecho quesugiera la precisión ideal que sólo alcanza mediante la acciónde la máquina, ya que eso sería también de un costo bajo.

La apreciación de esas marcas de tosquedad honorífica alas que las mercancías elaboradas a mano deben -a los ojosde la gente bien educada- su valor y encanto superiores, esmateria de una discriminación minuciosa. Exige una educa-ción y la formación de hábitos mentales correctos acerca delo que podemos denominar la fisonomía de las mercancías.Las personas vulgares y de inferior educación, que no hanreflexionado lo debido acerca de los puntillos que regulan elconsumo elegante, admiran y prefieren con frecuencia lasmercancías hechas a máquina y de uso diario, precisamentepor su excesiva perfección. La inferioridad ceremonial de losproductos elaborados a máquina viene a mostrar que la per-fección de habilidad y eficacia que suponen cualesquierainnovaciones costosas en el acabado de las mercancías, nobasta por sí sola para conseguir que se acepten y gocen de un

http://psikolibro.blogspot.com

Page 170: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

170

favor permanente. La innovación debe tener el apoyo delcanon del derroche ostensible. No se tolerará ninguna ca-racterística de la fisonomía de las mercancías, por agradableque sea en sí misma, y por aceptable que pueda ser para elgusto por el trabajo eficaz, si resulta contraria a esta normareguladora de la reputación pecuniaria.

La inferioridad ceremonial de los bienes consumiblesdebida a la «vulgaridad» o, en otras palabras, a su bajo costode producción es cosa que han tomado muy en serio muchaspersonas. La objeción contra los productos elaborados amáquina se presenta a menudo como objeción a la vulgari-dad de tales bienes. Lo vulgar está dentro del alcance (pecu-niario) de mucha gente. Por tanto, su consumo no eshonorífico, ya que no sirve para la finalidad de una favorablecomparación valorativa con otros consumidores. De ahí queel consumo, y aun la vista de tales bienes, sea inseparable deuna sugestión, que resulta intolerable, de corresponder a losniveles inferiores de la vida humana, y de ahí también la ten-dencia a apartarse de su contemplación, bajo el impulso deun penetrante sentido de mezquindad, que resulta en extre-mo desagradable y deprimente para una persona sensible. Engentes cuyos gustos se afirman imperiosamente, y que care-cen del don, los hábitos o los incentivos necesarios para po-der hacer discriminaciones acerca de las bases de sus variosjuicios estéticos las expresiones del sentido de lo honoríficose mezclan con las del sentido de la belleza y las del sentidode la utilidad -del modo que ya hemos expuesto-; la valora-ción compuesta resultante sirve como juicio sobre la bellezao la utilidad del objeto, según que la tendencia el interés del

http://psikolibro.blogspot.com

Page 171: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

171

valorador lo incline a aprehender el objeto en uno o en otrode esos aspectos. Se sigue con frecuencia de ahí que los sig-nos de baratura o vulgaridad se consideran como signosdefinitivos de ineptitud artística, y que sobre esta base seconstruyan, como guía en cuestiones de gusto, dos códigos otablas: uno de características estéticas apropiadas, y otro decaracterísticas abominables.

Como ya se ha señalado, los artículos baratos -y, portanto, indecorosos- del consumo diario de las comunidadesindustriales modernas son, por lo general, productos hechosa máquina; y la característica genérica de la fisonomía de lasmercancías hechas a máquina, en comparación con la de losartículos elaborados a mano, es su mayor perfección enpunto a eficacia y su mayor exactitud en la ejecución de losdetalles planeados. De ahí resulta que, siendo honoríficas lasimperfecciones visibles de las mercancías elaboradas a mano,se las considera como signo de superioridad desde el puntode vista de la belleza, de la utilidad o de ambos. De aquí hasurgido esa exaltación de lo defectuoso de que fueron entu-siastas portavoces, en su época, John Ruskin y William Mo-rris; y sobre esta liase se ha fundado y practicado lapropaganda por ellos iniciada, y continuada desde entonces,de la tosquedad v el esfuerzo derrochado. De ahí viene tam-bién la propaganda a favor de una vuelta al artesanado y laindustria casera. La parte de la obra y especulaciones de esegrupo de autores que entra dentro de la caracterización aquíseñalada habría sido imposible en una época en que las mer-cancías visiblemente más perfectas no fueran las más baratas.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 172: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

172

No intento, desde luego, tratar aquí -ni puedo hacerlo-de nada que se refiera al valor económico de esta escuela deenseñanza estética. Lo que se dice no debe tomarse en senti-do despectivo sino, sobre todo, como caracterización de latendencia de esta enseñanza, en lo que se refiere a su efectosobre el consumo y sobre la producción de bienes consumi-bles.

Acaso sea ejemplo más vigoroso de la forma como hainfluido en la producción la tendencia representada por esaforma de gusto, lo ocurrido en la manufactura de libros de laque se ocupó William Morris durante los últimos años de suvida; pero lo que puede decirse de la obra de la KelmscottPress en grado eminente vale también, con fuerza ligera-mente atenuada, si se afirma de modo general de los librosartísticos de fecha posterior -por lo que se refiere a la tirada,papel, ilustraciones y los materiales y el trabajo de encuader-nación-. Las pretensiones de excelencia atribuidas a los últi-mos productos de la industria librera se basan, en ciertomodo, en el grado de su aproximación a la tosquedad de laépoca en que el trabajo del productor de libros era una luchaenconada con materiales poco apropiados y trabajados coninstrumentos insuficientes para la tarea. Como esos pro-ductos requieren el trabajo a mano, son más costosos; sontambién de uso menos cómodo que los libros elaboradoscon vistas únicamente a su utilidad; por consiguiente, cons-tituyen una demostración de la capacidad del compradorpara gastar sin tasa, a la vez que para derrochar tiempo yesfuerzo. Por eso es por lo que los impresores contemporá-neos están volviendo al «viejo estilo», y a tipos más o menos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 173: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

173

en desuso que son menos legibles y dan a la página un as-pecto más tosco que los «modernos». Hasta una revistacientífica, que no tiene, al menos ostensiblemente, otra fina-lidad que la presentación más eficaz posible de los proble-mas que conciernen a la ciencia, concede tanto a lasexigencias de esa belleza pecuniaria, que publica sus trabajoscientíficos en tipo viejo estilo, en papel de hilo y con bordessin cortar. Pero los libros que no tienen ostensiblemente lafinalidad única de presentar eficazmente su contenido van,desde luego, mucho más lejos en esa dirección. Nos presen-tan un tipo algo más tosco, impreso en papel de barba, ela-borado a mano, con márgenes excesivos y hojas sin cortar yencuadernados con una tosquedad difícil de conseguir y unacuidada ineptitud. La Kelmscott Press redujo la cuestión alabsurdo -mirada sólo desde el punto de vista de la utilidadbruta-, al imprimir libros para uso moderno editados conortografía anticuada, impresos en letra gótica y encuaderna-dos en vitela cosida con correas. Como característica ulteriorque determina el papel económico de los libros artísticos,tenemos el hecho de que, en su mejor forma, esos libros máselegantes sólo se imprimen en ediciones limitadas. Así, unaedición limitada es una garantía -un tanto tosca, es cierto- deque ese libro es escaso y, por ende, costoso, una distinciónpecuniaria a su consumidor.

El atractivo especial que para el bibliófilo de gustos cul-tivados presentan esos productos de la industria librera, noreside, desde luego, en un reconocimiento consciente e inge-nuo de su carácter costoso y su superior tosquedad. Aquí,como en el caso paralelo de la superioridad de los artículos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 174: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

174

elaborados a mano sobre los hechos a máquina, la razónconsciente de la preferencia es una excelencia intrínseca im-putada al artículo Más costoso y más barato. La superiorexcelencia imputada al libro que imita los resultados de pro-cedimientos antiguos y ya en desuso se concibe como unautilidad superior en el aspecto estético, pero no es raro en-contrar a un bibliófilo enterado que sostenga que el pro-ducto más tosco es también más útil como vehículo dellenguaje impreso. Por lo que se refiere al superior valor esté-tico del libro decadente, hay posibilidades de que la afirma-ción del bibliófilo tenga algún fundamento. El libro seconcibe pensando únicamente en su belleza y normalmenteel resultado de esa forma de concebirlo es un cierto éxito dequien lo planea. Pero lo que queremos subrayar aquí, es elhecho de que el canon de gusto bajo cuya influencia trabajanlos editores de estos libros es un canon formado bajo el im-perio de la ley del derroche ostensible y que esa ley actúa demodo selectivo para eliminar todo canon de gusto que no seconforme a sus demandas. Es decir, que aunque el libro de-cadente pueda ser bello, los límites dentro de los cuales pue-de trabajar quien lo planea, se fijan por exigencias que notienen carácter estético. Si el producto es bello, tiene que sera la vez costoso y poco apropiado a su uso ostensible. Sinembargo, este canon imperativo de gusto para el que planealos libros no está modelado enteramente por la ley del derro-che en su primera forma; el canon se modela, en cierta me-dida, de acuerdo con esa expresión secundaria deltemperamento depredador -la veneración por lo arcaico o

http://psikolibro.blogspot.com

Page 175: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

175

absoluto- que en uno de sus desarrollos especiales se deno-mina clasicismo.

En teoría estética podría ser extremadamente difícil, sino impracticable por entero, trazar una línea divisoria entreel canon de clasicismo o aprecio de lo arcaico y el canon debelleza. Para fines estéticos apenas es necesario trazar esadistinción y en realidad no tiene por que existir. En una teo-ría del gusto acaso pueda considerarse como elemento debelleza la expresión de un ideal aceptado de arcaísmo –cua-lesquiera que sean las bases que hayan motivado su acepta-ción-; no es necesario plantearse el problema de sulegitimación. Pero para nuestro propósito actual -para elpropósito de determinar qué bases económicas hay en loscánones aceptados de gusto, y cuál es su significado para ladistribución y consumo de bienes-no puede afirmarse igual-mente que la distinción esté fuera de lugar.

La posición de los productos hechos a máquina en elesquema de consumo de la gente civilizada sirve para señalarla naturaleza de la relación que subsiste entre el canon delderroche ostensible y el código de lo que es decoroso con-sumir. Ni en materia de arte y gusto propiamente dichos, nipor lo que se refiere al sentido corriente de la utilidad de lasmercancías, actúa este canon como principio de innovacióno iniciativa. No penetra en el futuro como principio creadorque haga innovaciones y a nada nuevos artículos de consu-mo y nuevos elementos de costo. El principio en cuestiónes, en cierto sentido, más bien una norma negativa que posi-tiva. Es más bien un principio regulador que un principiocreador. Muy rara vez inicia u origina directamente un uso o

http://psikolibro.blogspot.com

Page 176: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

176

costumbre. Su acción no es más que selectiva. El derrocheostensible no ofrece directamente bases para la variación y eldesarrollo, pero la conformidad con sus exigencias es unacondición para la supervivencia de las innovaciones quepuedan hacerse por otros motivos. De cualquier modo quesurjan los usos y costumbres y los métodos de gasto, estántodos ellos sujetos a la acción selectiva de esta norma regula-dora de la reputación; y el grado en el que se conforman asus exigencias es una prueba de su aptitud para sobrevivir, enla lucha con otros usos y costumbres semejantes. En igual-dad de circunstancias, bajo el imperio de esta ley, tiene ma-yor oportunidad de sobrevivir el uso o el métodonotoriamente derrochador. La ley del derroche ostensible noexplica el origen de las variaciones, sino sólo la persistenciade aquellas formas aptas para sobrevivir bajo su dominio.Actúa para conservar lo que encaja en ella, pero no paramotivar su aceptación. Su misión es probar todas las cosas yaferrarse a las que son adecuadas para sus fines.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 177: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

177

VII. El vestido como expresión de la cultura pecuniaria

Será oportuno mostrar con algún detalle, por vía deejemplo, cómo se aplican los principios económicos hastaahora expuestos a los hechos cotidianos, en alguna de lasdirecciones del proceso vital. A este fin, ninguna especie deconsumo presenta un ejemplo mejor que el gasto realizadoen materia de vestido. La regla que encuentra expresión es-pecial en el vestido es la del derroche ostensible de bienes,aunque los demás principios reguladores de la reputaciónpecuniaria relacionados con ella encuentran también aquíbuena ocasión de manifestarse. Otros medios de poner enevidencia la situación pecuniaria del individuo sirven eficaz-mente a este fin; y siempre y en todas partes están en bogaotros métodos; pero el gasto en el vestir tiene, sobre la ma-yor parte de los demás métodos, la ventaja de que nuestroatavío está siempre de manifiesto y ofrece al observador unaindicación de nuestra situación pecuniaria que puede apre-ciarse a primera vista. Es también cierto que el gasto admiti-do en materia de ostentación es una característica que seencuentra presente de modo más notorio y acaso universal

http://psikolibro.blogspot.com

Page 178: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

178

en lo que se refiere al vestido que en ninguna otra especie deconsumo. Nadie discute el lugar común de que la mayorparte del gasto realizado por todas las clases en lo que serefiere a su atavío se realiza pensando en conseguir una apa-riencia respetable y no en la protección de la persona. Y,probablemente, en ningún otro punto se siente con tantaagudeza la sensación de mezquindad, que al no llegar al pa-trón fijado por el uso social en materia de vestidos. Las per-sonas sufren un grado considerable de privaciones de lascomodidades o de las cosas necesarias para la vida, con ob-jeto de poderse permitir lo que se considera como una canti-dad decorosa de consumo derrochador; esto es cierto delvestido en grado aún mayor que de los demás artículos deconsumo; de tal manera que no es, en modo alguno, unaocurrencia rara encontrar en un clima inclemente personasque van mal abrigadas para aparecer como bien vestidas. Y elvalor comercial de las mercancías empleadas en el vestido encualquier comunidad moderna se debe, en una extensiónmucho mayor, al hecho de que esté de moda y al aumento dereputación que proporcionan las mercancías, que al serviciomecánico que prestan para vestir a la persona que las use. Lanecesidad del vestido es una necesidad eminentemente espi-ritual o «superior».

Esta necesidad espiritual del vestido no es, por entero nisiquiera de modo fundamental, una propensión ingenua a laexhibición del gasto. La ley del derroche ostensible guía elconsumo en lo que se refiere al atavío -como en lo relativo alas demás cosas-, principalmente de segunda intención, almodelar los cánones de gusto y decoro. En la mayor parte de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 179: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

179

los casos, el motivo consciente del comprador o portador deatavíos ostensiblemente costosos es la necesidad de confor-marse al uso establecido y de vivir con arreglo a los patronesacreditados de gasto y reputación. No es sólo que, para evi-tarse la mortificación que resulta de los comentarios y obser-vaciones desfavorables, deba uno guiarse por el código de lasconveniencias relativas al vestido, aunque ese motivo cuentabastante por sí solo; es que, además, la exigencia del costoelevado está tan profundamente engranada en nuestros há-bitos mentales en materia de vestido que cualquier cosa queno sea un atavío costoso nos resulta instintivamente odiosa.Sin reflexión o análisis sentimos que lo barato es indigno.«Un traje barato hace a un hombre barato» En materia devestido se siente la verdad de la expresión «barato y malo»aun con menos atenuaciones que en otras direcciones deconsumo. Sobre la base del gusto y la utilidad, un artículo devestir que no sea costoso se considera como inferior conarreglo a la máxima «barato y malo» Hasta cierto punto, en-contramos que las cosas son bellas -y útiles- en proporción asu costo. Con pocas y no importantes excepciones, todosencontramos que -tanto por lo que se refiere a la bellezacomo en lo relativo a la utilidad- es preferible un artículo devestido costoso y hecho a mano a una imitación menoscostosa de él, por bien que el artículo espurio pueda imitar eloriginal costoso; y lo que ofende a nuestra sensibilidad en elartículo espurio no es que sea defectuoso de forma o color,o en cualquier otro efecto visual. El artículo ofensivo puedeser una imitación tan buena que desafíe todo examen que nosea muy minucioso; y, sin embargo, en el momento en que

http://psikolibro.blogspot.com

Page 180: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

180

se descubre la falsificación, su valor estético, así como suvalor comercial, declinan rápidamente. No es sólo eso, sinoque puede afirmarse con poco riesgo de contradicción que,en materia de vestido, el valor estético de una falsificacióndescubierta declina aproximadamente en la misma propor-ción en que el artículo falsificado es más barato que su origi-nal. Pierde casta desde el punto de vista estético porque cae aun grado pecuniario inferior.

Pero la función del vestido como demostración de lacapacidad de pagar no acaba con mostrar simplemente queel usuario consume mercancías valiosas en una cantidad queexcede a la necesaria para su comodidad física. El simplederroche ostensible de mercancías es eficaz y satisfactorio enla medida en que se practica; es una buena presunción delvalor social. Pero el vestido tiene posibilidades más útiles yde mucho mayor alcance que esa prueba tosca y de primeramano del mero derroche ostensible. Si, además de mostrarque el usuario puede permitirse consumir sin trabas y enforma antieconómica, puede también mostrarse a la vez queno se encuentra obligado (u obligada) a ganarse la vida, laprueba de su valor social se realza de modo muy considera-ble. Por ende, nuestro vestido, para servir eficazmente a sufinalidad, debe no sólo ser caro, sino demostrar a la vez, sinlugar a dudas, a todos los observadores que el usuario no sededica a ninguna especie de trabajo productivo. En el proce-so evolutivo que ha llevado nuestro sistema de vestido hastasu actual adaptación, admirablemente perfecta, a su finalidad,se ha dado la debida atención a esa línea subsidiaria de prue-ba. Un examen detallado de lo que se estima en el juicio po-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 181: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

181

pular como apariencia elegante demostrará que tiende a dar,en todo momento, la impresión de que el usuario no realizahabitualmente ningún esfuerzo útil. No hay que decir queningún atavío puede considerarse elegante, ni siquiera deco-roso, si muestra los efectos del trabajo manual sobre el usua-rio, ya sea por su suciedad o por su uso. El efecto agradablede unas vestiduras limpias y sin manchas se debe principal, sino enteramente, a que llevan consigo la sugestión del ocio -de la exención de todo contacto personal con procesos in-dustriales de cualquier clase que sean-. Gran parte del en-canto atribuido al zapato de charol, a la ropa blancaimpoluta, al sombrero de copa brillante y al bastón, que real-zan en tan gran medida la dignidad natural de un caballero,deriva del hecho de que sugieren sin ningún género de dudasque el usuario no puede, así vestido, echar mano a ningunatarea que sirva de modo directo e inmediato a ninguna acti-vidad humana útil. Los vestidos elegantes sirven a su finali-dad de elegancia no sólo por ser caros, sino también porqueconstituyen los símbolos del ocio. No sólo muestran que elusuario es capaz de consumir un valor relativamente grande,sino que indican a la vez que consume sin producir.

El vestido de las mujeres llega más lejos aún que el delos hombres, en lo que se refiere a demostrar que quien lousa se abstiene de toda tarea productiva. No se necesitanargumentos para imponer el convencimiento de que los es-tilos más elegantes de los sombreros femeninos llegan aúnmás lejos que el sombrero de copa de los hombres, en puntoa hacer imposible el trabajo. El zapato de la mujer añade eldenominado tacón Luis XV a la demostración de ociosidad

http://psikolibro.blogspot.com

Page 182: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

182

forzosa que presenta su brillo; porque ese tacón alto haceindudablemente en extremo difícil aún el trabajo manual mássimple y necesario. Lo mismo vale, y aun en mayor grado,para la falda y el resto de las ropas que caracterizan el vestidofemenino. La razón sustancial de nuestro tenaz aferramientoa la falda es precisamente ésta: es cara y dificulta a su usuariatodo movimiento, incapacitándola para todo trabajo útil. Lomismo puede afirmarse de la costumbre femenina de llevarel cabello excesivamente largo.

Pero el vestido femenino no sólo va más allá que el delhombre moderno, en lo que se refiere al grado en que de-muestra su exención del trabajo, sino que añade un rasgopeculiar y extremadamente característico que difiere en suesencia de todo lo que los hombres practican habitualmente.Esa característica la aportan la clase de artificios de que esejemplo típico el corsé. En teoría económica, el corsé es,sustancialmente, una mutilación, provocada con el propósitode rebajar la vitalidad de su usuaria y hacerla incapaz para eltrabajo de modo permanente e indudable. Es cierto que elcorsé perjudica los atractivos personales de su portadora,pero la pérdida que se sufre por ese lado se compensa concreces con lo que se gana en reputación, ganancia derivadade su costo e invalidez visiblemente aumentados. Podríadecirse en términos generales que, en lo fundamental, la fe-minidad de los vestidos de la mujer se resuelve en la eficaciade los obstáculos a cualquier esfuerzo útil que presentan losornamentos peculiares de las damas. Esa diferencia entre elvestido masculino y el femenino no se señala aquí sólo comoun rasgo característico. Su base se estudiará a continuación.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 183: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

183

Así, pues, hasta ahora tenemos como norma funda-mental y dominante del vestido el principio del derrocheostensible, Como subsidiario de este principio y corolariosuyo encontramos una segunda norma, el principio del ocioostensible. En la creación de los vestidos esa norma se pre-senta en forma de diversos arbitrios que tratan de mostrarque el usuario, hasta el punto en que se puede probar sindificultad, no se ocupa, ni puede ocuparse, de ninguna tareaproductiva. Más allá de esos dos principios hay un tercero defuerza coactiva apenas menor, que se le ocurrirá a cualquieraque reflexione un poco sobre el problema. El vestido tieneque ser no sólo ostensiblemente caro e inconveniente, sino ala vez de última moda. Hasta ahora no se ha dado ningunaexplicación satisfactoria del fenómeno de cambio de modas.La exigencia imperativa de vestirse conforme a la últimamoda acreditada, así como el hecho de que esa moda acre-ditada cambia constantemente de temporada en temporada,es un hecho suficientemente familiar para todos, pero lateoría de ese flujo y cambio no ha sido elaborada todavía.Podemos decir, desde luego, con perfecta lógica y verdad,que ese principio de la novedad es otro corolario de la ley delderroche ostensible. Es evidente que si sólo se permite quecada prenda sirva durante un plazo breve, y si nada de loempleado en vestir en la temporada anterior se lleva ni se usadurante la actual, aumenta mucho el dinero derrochado enlos vestidos. Dicho así, esto es cierto, pero no es más quenegativo. Casi todo lo que esta consideración nos permiteafirmar es que la norma del derroche ostensible ejerce unavigilancia reguladora en todo lo relativo al vestido, de tal

http://psikolibro.blogspot.com

Page 184: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

184

modo que cualquier cambio de moda tiene que conformarsea la exigencia de derroche; pero deja sin respuesta el proble-ma de cuál sea el motivo para hacer y aceptar un cambio delos estilos predominantes y deja también de explicar por quées tan imperativamente necesaria como nos consta que lo es,la conformidad a un estilo determinado en un momentodado.

Si queremos encontrar un principio creador, capaz deservir como móvil para la invención y, la innovación en ma-teria de modas, tendremos que recurrir al motivo primitivo yno económico en el que se originó el atavío: el motivo deladorno. Sin entrar en un estudio a fondo de cómo y por quése afirma ese motivo bajo la guía de la ley de lo costoso,puede afirmarse, en términos generales, que todas y cada unade las sucesivas innovaciones en materia de modas constitu-yen un esfuerzo para lograr alguna forma de exhibición, quepueda ser más aceptable para nuestro sentido de la forma yel color o de la eficacia que aquella a la que desplaza. Elcambio incesante de estilos es expresión de una búsquedainquieta de algo que sea agradable a nuestro sentido estético;pero como toda innovación está sujeta a la acción selectivade la norma del derroche ostensible, el ámbito dentro delcual pueden producirse tales innovaciones es un tanto res-tringido. La innovación no sólo tiene que ser más bella -o,acaso con más frecuencia, menos ofensiva al gusto- queaquella a la que desplaza, sino que tiene que alcanzar tambiénel patrón aceptado en materia de costo.

A primera vista podría parecer que el resultado de esalucha incesante para conseguir la belleza en el vestir debería

http://psikolibro.blogspot.com

Page 185: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

185

ser una aproximación gradual a la perfección artística. Po-dríamos esperar naturalmente que las modas mostrasen unatendencia notoria en dirección hacia uno o varios tipos deatavío eminentemente adecuados a la forma humana; y hastapodríamos sentir que tenemos bases fundadas para esperarque hoy, después de todo el ingenio y esfuerzo empleados enel vestido a lo largo de tantos años, las modas deberían haberencontrado una relativa estabilidad, que se aproximase bas-tante a un ideal artístico que se pudiera sostener de modopermanente. Pero no ocurre así. Sería muy aventurado afir-mar que los estilos actuales sean intrínsecamente más ade-cuados que los de hace diez, veinte, cincuenta o cien años.Por otra parte, circula sin contradicción el aserto de que losestilos en boga hace dos mil años son más aceptables que lasconstrucciones más complicadas y laboriosas de hoy.

La explicación de las modas que se acaba de ofrecer noexpresa, pues, todo lo que es necesario aclarar y tenemos queir más lejos. Es bien sabido que en diversas partes del mun-do se han creado estilos y tipos de vestidos relativamenteestables; así ocurre, por ejemplo, entre los japoneses, chinosy otros países orientales; de modo análogo ocurrió entre losgriegos, los romanos y algunos pueblos orientales de la Anti-güedad; lo mismo, en épocas más recientes, entre los campe-sinos de casi todos los países de Europa. Críticoscompetentes consideran, en la mayor parte de los casos, esosvestidos nacionales o populares como más adecuados y másartísticos que los estilos fluctuantes del moderno vestidocivilizado. A la vez son, al menos de modo general, menosostensiblemente costosos; es decir, con mayor facilidad se

http://psikolibro.blogspot.com

Page 186: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

186

ven en su estructura elementos distintos del que supone laostentación del gasto.

Esos vestidos relativamente estables están, por lo gene-ral, localizados de modo estricto en comarcas pequeñas yvarían de lugar en lugar con gradaciones ligeras y sistemáti-cas, Han sido elaborados en todos los casos por pueblos oclases más pobres que nosotros y en especial pertenecen apaíses, localidades y épocas en los cuales la población a laque pertenece el vestido de que se trate es relativamentehomogénea e inmóvil. Es decir, los vestidos estables, capacesde soportar la prueba del tiempo y la perspectiva, son elabo-rados en circunstancias en las que la forma del derroche os-tensible se afirma de modo menos imperativo que en lasgrandes ciudades civilizadas modernas, cuya población rela-tivamente móvil y rica marca hoy día el ritmo en materia demodas. Los países y clases que han elaborado de esta formavestidos estables y artísticos se han encontrado en una situa-ción en la cual la emulación pecuniaria ha tomado el sesgode una competencia en ocio ostensible y no en consumoostensible de bienes. Así, pues, puede sostenerse, en térmi-nos generales, que las modas son menos estables y adecuadasen aquellas comunidades en las que, como ocurre entre no-sotros, se afirma de modo más imperativo el principio de underroche ostensible de bienes. Todo esto señala un antago-nismo entre el atavío artístico y lo costoso del vestido. Desdeel punto de vista práctico, la norma del derroche ostensiblees incompatible con la exigencia de que el vestido sea bello oconveniente. Y ese antagonismo ofrece una explicación de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 187: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

187

ese cambio incesante de la moda, que no pueden explicarpor sí solos el canon de lo costoso ni el de la belleza.

El patrón que regula la reputación exige que el vestidomuestre un gasto derrochador; pero todo derroche es ofen-sivo para el gusto ingenuo. Hemos señalado ya la ley psico-lógica que hace que todos los hombres -y acaso en un gradomayor las mujeres- aborrezcan lo fútil -tanto por lo que serefiere al esfuerzo como en lo relativo al gasto- con la mismaintensidad con que se decía antaño que la Naturaleza teníahorror al vacío. Pero el principio del derroche ostensiblerequiere un gasto a todas luces fútil; y la apariencia ostensi-blemente costosa del vestido que resulta de lo dicho es, porende, intrínsecamente fea. Por ello encontramos que, entodas las innovaciones en materia de vestido, cada uno de losdetalles añadidos o alterados lucha por evitar la condenasumaria mostrando al una finalidad ostensible; a la vez, laexigencia del derroche ostensible impide que la finalidad deesas innovaciones pase de ser algo más que una apariencia,en cierto sentido transparente. Aun en sus expresiones máslibres de trabas, la moda llega pocas veces -o ninguna- a pa-sar de la simulación de una utilidad ostensible. Sin embargo,la finalidad ostensible de los detalles de la moda en el vestires siempre una ficción tan transparente y su futilidad sustan-cial se muestran a nuestra atención en forma tan audaz, queaquélla llega a ser insoportable y hemos de refugiarnos en unnuevo estilo. Pero el nuevo estilo tiene que conformarse a lasexigencias de un derroche y una futilidad susceptibles decontribuir a realzar la reputación. Su futilidad se hace ense-guida tan odiosa como la de su predecesor y el único reme-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 188: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

188

dio que la ley del derroche nos permite es tratar de encontrarconsuelo en alguna construcción nueva, igualmente fútil eigualmente insostenible. De ahí la fealdad esencial y el cam-bio incesante de los atavíos de moda.

Habiendo explicado así el fenómeno del cambio de lasmodas, la tarea inmediata es transportar la explicación de loshechos de la vida cotidiana. Entre esos hechos de la vidacotidiana figura la inclinación bien conocida que tienen to-dos los hombres por los estilos que están de moda en unmomento dado. Un nuevo estilo alcanza boga y conserva elfavor popular durante una temporada y, al menos en la me-dida en que es una novedad, las personas encuentran atracti-vo, por lo general, el nuevo estilo. Se considera bella la modadominante. Esto se debe, en parte, al alivio que proporcionapor el hecho de ser diferente de lo que se usaba antes de ellay, en parte, al hecho de que contribuye a la reputación. Co-mo ya se indicó en el capítulo anterior, el canon que regula lareputación modela en cierta medida nuestros gustos, de talmodo que, bajo su guía, puede aceptarse como convenientecualquier cosa, hasta que la novedad deja de ser tal novedado hasta que la garantía de reputación se transfiere a una es-tructura nueva que sirve a la misma finalidad general. Que lasupuesta belleza -o «lo encantador»- de los estilos en boga,en cualquier momento dado, no es sino transitoria y espuriase pone de manifiesto por el hecho de que ninguna de lasmúltiples y cambiantes modas resiste la prueba del tiempo.Contemplada con la perspectiva de media docena de años omás, la mejor de nuestras modas nos sorprende por lo gro-tesca, si no por lo desagradable. Nuestra afección transitoria

http://psikolibro.blogspot.com

Page 189: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

189

por cualquier cosa que sea el último grito de la moda se basaen fundamentos de carácter no estético y dura sólo hasta queel sentido estético permanente puede reafirmarse y repudiarese último artificio imposible de tolerar.

El proceso de producir una náusea estética requiere máso menos tiempo; el lapso requerido en cada caso dado esinversamente proporcional al grado de odiosidad intrínsecadel estilo de que se trate. Esa relación de tiempo entre laodiosidad y la inestabilidad de las modas nos ofrece un fun-damento para la inferencia de que cuanto más rápidamentese suceden y se desplazan los estilos, tanto más ofensivosson para un gusto firme y sólido. Por ende, la presunciónaplicable es la de que cuanto más lejos llega la comunidad -yen especial las clases acomodadas- en punto a riqueza y mo-vilidad y a ámbito de contacto humano, con tanto más vigorse asienta la ley del derroche ostensible en materia de vestir,y tanto más tiende a caer en desuso o a ser superado por elcanon de la reputación pecuniaria el sentido de la belleza,tanto más rápidamente cambian y desaparecen las modas ytanto más grotescos e intolerables resultan los diversos esti-los que pasan a estar sucesivamente en boga.

Queda aún por estudiar al menos un aspecto de estateoría del vestido. La mayor parte de lo que se ha dicho seaplica tanto al atuendo masculino como al femenino; aunqueen la época moderna se aplica en casi todos los puntos conmayor fuerza al atavío de la mujer. Pero hay un punto en elcual el vestido de la mujer difiere sustancialmente del mascu-lino. En el vestido de la mujer se insiste de modo más evi-dente en aquellos rasgos que atestiguan que su usuaria está

http://psikolibro.blogspot.com

Page 190: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

190

exenta o es incapaz de todo empleo vulgarmente productivo.Esta característica del atavío femenino es interesante no sóloporque completa la teoría del vestido, sino también porqueconfirma lo que se ha dicho del status económico de las mu-jeres tanto en el pasado como en el presente.

Como ya se ha visto al estudiar el status de la mujer enlos epígrafes del Ocio Vicario y el Consumo Vicario, en elcurso del desarrollo económico ha llegado a ser tarea de lamujer consumir en forma vicaria para el cabeza de la comu-nidad doméstica; y, su atuendo está imaginado teniendo a lavista esa finalidad. Hemos notado que el trabajo ostensible-mente productivo perjudica de modo peculiar a la reputaciónde las mujeres respetables y, por ende, se han tomado cuida-dos especiales en la apariencia del vestido de las mujeres, conobjeto de dar a entender al observador el hecho (con fre-cuencia ficticio) de que la usuaria no se ocupa, ni puede ocu-parse habitualmente, en ningún trabajo útil. Lasconveniencias exigen de las mujeres respetables que se abs-tengan de todo esfuerzo útil con mayor firmeza que loshombres de las mismas clases sociales, y que exhiban, engrado mucho mayor que éstos, su ociosidad. Nos produceuna impresión penosa el contemplar la necesidad de cual-quier mujer bien nacida, que se ve obligada a ganarse la vidamediante el trabajo útil. No es la «esfera de la mujer». Esta seencuentra en la casa que la mujer debe «embellecer» y de laque debe ser el «principal adorno». Del cabeza masculino dela familia no se habla, por lo común, como de un adorno.Esta característica, tomada en conexión con el hecho de quelas conveniencias requieren una atención más constante a la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 191: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

191

exhibición costosa en los vestidos y otros adornos emplea-dos por las mujeres, contribuye a reforzar la concepciónimplícita en lo anterior. Como resultado de su pasado pa-triarcal, nuestro sistema social hace que la función de la mu-jer sea en un grado muy importante la de demostrar lacapacidad de pago de la familia a que pertenece. Con arregloal sistema de vida de la civilización moderna, la mujer debecuidar de modo especial el buen nombre de la familia a quepertenece; y el sistema de gasto honorífico y ocio ostensiblemediante el cual se sostiene principalmente el buen nombrees, en consecuencia, la esfera de la mujer. En el esquemaideal, tal como tiende a realizarse en la vida de las clases pe-cuniarias superiores, esa atención al gasto ostensible de ma-terias y esfuerzos debe normalmente ser la única funcióneconómica de la mujer.

En la etapa de desarrollo económico en la que las muje-res eran aún propiedad de los hombres en el pleno sentidode la palabra, el ocio y el consumo ostensibles pasaron a serparte de los servicios que se exigían de aquéllas. No siendolas mujeres dueñas de sí mismas, el gasto ostensible por ellaspracticado y el ocio de que disfrutaban habían de redundaren crédito de su amo y no en el de ellas; y, por consiguiente,cuanto más costosas y más notoriamente improductivas fue-ran las mujeres de la comunidad domésticas, tanto másenaltecedora y más eficaz para mantener la reputación de lacomunidad doméstica o de su jefe había de ser su vida.Tanto es así que se ha exigido a las mujeres no sólo que pre-senten pruebas de una vida de ocio, sino incluso que se in-capaciten para toda actividad útil.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 192: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

192

Es aquí donde el traje de los hombres se encuentra ensituación de inferioridad con respecto al atavío femenino, yello con motivo. El gasto ostensible y el ocio ostensible for-talecen la buena reputación en cuanto que constituyen prue-bas de fortaleza pecuniaria; ésta, a su vez, contribuye a labuena reputación o es honorífica, porque, en último térmi-no, demuestra éxito y fuerza superiores; por ende, la demos-tración del derroche realizado y el ocio disfrutado porcualquier individuo por cuenta propia, no puede lógicamentetomar tal forma o alcanzar una altura tal que implique inca-pacidad o notoria incomodidad por su parte; en tal caso, laexhibición no mostraría superioridad, sino inferioridad defuerza, contradiciendo así su finalidad propia. Así, pues,dondequiera que el gasto que suponga derroche y la absten-ción ostensible de todo esfuerzo útil se lleven normalmente -o por regla general- hasta el extremo de mostrar una inco-modidad patente o una incapacidad física voluntariamenteproducida, la inferencia inmediata es la de que el individuoen cuestión no realiza ese gasto derrochador ni sufre esaincapacidad en beneficio de su reputación pecuniaria perso-nal, sino en nombre de alguna otra persona de la que depen-de económicamente y con la que se encuentra en unarelación de dependencia económica, relación que, en últimotérmino, tiene que reducirse, en teoría económica a una rela-ción de servidumbre.

Apliquemos esta generalización a los vestidos femeni-nos y expresémosla de modo concreto; el tacón alto, la falda,el sombrero absurdo, el corsé y, en términos generales, el notomar en cuenta la comodidad de la usuaria, rasgos todos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 193: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

193

que constituyen características indudables del traje de todaslas mujeres civilizadas, son otras tantas pruebas de que en laconcepción de la vida civilizada moderna la mujer es aún, enteoría, dependiente económicamente del hombre -de que,acaso en un sentido altamente idealizado, sigue siendo pro-piedad del hombre-. La razón vulgar con que se explica todoeste ocio y lujo ostensible por parte de la mujer reside en elhecho de que sigue siendo servidora del hombre, una servi-dora a la que, con la diferenciación de funciones económi-cas, se le ha delegado el cargo de mostrar la capacidad depago de su señor.

Hay una semejanza marcada en estos aspectos entre eltraje femenino y el de los servidores domésticos, especial-mente los criados de librea. En ambos casos hay una exhibi-ción complicada de gasto innecesario, así como una notablefalta de consideración por la comodidad física de quien usalos vestidos. Pero el atavío de la dama subraya aún más quelos vestidos del criado la ociosidad y hasta la incapacidadfísica de la portadora. Y así debe ser ya que, en teoría, conarreglo al esquema ideal de la cultura pecuniaria, la señora dela casa es el sirviente principal de la comunidad doméstica.

Además de los criados a los que se reconoce corriente-mente como tales, hay, al menos, otra clase de personas cuyaapariencia exterior las asimila a la clase de los criados y quepresenta muchas de las características que constituyen lafeminidad de los vestidos de la mujer. Se trata de la clasesacerdotal. Los vestidos sacerdotales muestran, de modoacentuado, todas las características que, según hemos visto,constituyen una demostración de un status servil y una vida

http://psikolibro.blogspot.com

Page 194: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

194

vicaria. Aún más notable en este sentido que los vestidoscotidianos del sacerdote, las vestiduras sacerdotales propia-mente dichas son adornadas, grotescas, inconvenientes y, almenos en apariencia, incómodas hasta un grado máximo. Seespera del sacerdote que se abstenga de todo esfuerzo útil yque, cuando esté a la vista del público, presente un aspectode impasibilidad melancólica, en forma muy análoga a la deun criado conocedor de su oficio. El hecho de que vayaafeitado es un argumento más en el mismo sentido. Estaasimilación de la clase sacerdotal a la de los servidores cor-porales, en lo que se refiere a su apariencia y vestidura, sedebe a la semejanza de las dos clases por lo que hace a sufunción económica. En teoría económica, el sacerdote es unservidor personal cuya misión se interpreta en el sentido deque sirve a la persona de la divinidad cuya librea lleva. Sulibrea es de carácter muy costoso, como debe ser para ponerde manifiesto de modo decoroso la divinidad de su exaltadoseñor; pero está ideada ex profeso para mostrar que el hechode usarla contribuye poco o nada a la comodidad física delportador, ya que es un artículo de consumo vicario, y el au-mento de reputación que deriva de su consumo ha de im-putarse al señor ausente y no al servidor.

La línea de separación entre los vestidos de las mujeres,los sacerdotes y los criados, por una parte, y los vestidos delos hombres, por otra, no se observa siempre en la práctica,pero de modo riguroso es difícil negar que está presentesiempre de modo más o menos definido en los hábitosmentales populares. Hay, sin duda, también hombres libres,y no pocos, que en su celo ferviente por una representación

http://psikolibro.blogspot.com

Page 195: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

195

impecable trasponen la línea teórica existente entre el vestidodel hombre y el de la mujer, hasta el extremo de presentarseen un atuendo destinado en forma patente a molestar laconstitución de los mortales; pero todo el mundo reconocesin dudar un momento que tal atuendo masculino se apartade lo normal. Tenemos la costumbre de decir que tal vestidoes «afeminado»; y oímos a veces la observación de que tal ocual caballero exquisitamente ataviado está tan bien vestidocomo un lacayo.

Merece la pena examinar con mayor detalle ciertas apa-rentes discrepancias que ofrece esta teoría del vestido, ya queseñalan una tendencia más o menos evidente en el desarrolloposterior y más maduro del vestido. La boga del corsé ofreceuna aparente excepción a la regla que hemos citado y de laque constituye un ejemplo. Sin embargo, un examen más afondo de esa moda mostrará que esta aparente excepción es,en realidad, una comprobación de la regla de que la boga decualquier elemento o característica determinados del vestidodescansa en su utilidad en cuanto demostración de una situa-ción pecuniaria. Es bien sabido que en las comunidades in-dustriales más avanzados no se usa el corsé, sino dentro deciertos estratos sociales bastante bien definidos. Las mujeresde las clases más pobres, especialmente en la población rural,no lo emplean habitualmente, salvo como lujo de días defiesta. En esas clases las mujeres tienen que trabajar dura-mente y no les sirve de gran cosa fingir el ocio crucificandosu carne en la vida cotidiana. El uso del corsé en los días defiesta se debe a la imitación de los cánones de decoro de unaclase superior. Por encima de este bajo nivel de indigencia y

http://psikolibro.blogspot.com

Page 196: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

196

trabajo manual el corsé era, hasta hace una o dos generacio-nes, casi indispensable para mantener una posición social-mente impecable, y su exigencia obligada a todas las mujeres,incluso las más ricas y de mayor reputación pecuniaria. Estaregla se mantuvo en vigor mientras no hubo una clase sufi-cientemente rica como para estar por encima de la imputa-ción de la necesidad del trabajo manual y suficientementegrande, a la vez, para formar un cuerpo social aislado que sebastase a sí mismo y la masa del cual pudiese servir de ci-miento a unas reglas de conducta especiales para esa clase,cuya sanción consistiera sólo en la opinión corriente de laclase. Pero ahora que ha llegado a haber una clase ociosasuficientemente grande y poseedora de tal cantidad de rique-za, que toda imputación de practicar un trabajo manual obli-gado sería una calumnia vana e inocua, el corsé ha caído engran medida en desuso dentro de esa clase.

Las excepciones relativas a estas reglas de exención deluso del corsé son más aparentes que reales. Son las clasesricas de países que tienen una estructura industrial inferior -más cerca del tipo arcaico casi industrial- junto con las per-sonas últimamente llegadas a las clases ricas en las comuni-dades industriales más avanzadas. Estas últimas personas nohan tenido aún tiempo de desembarazarse de los cánonesplebeyos de gusto y reputación que arrastran de su antiguogrado pecuniario inferior. Por ejemplo, es frecuente esa su-pervivencia del corsé entre las clases sociales superiores delas ciudades norteamericanas que han ascendido a la opulen-cia reciente y rápidamente. Si empleamos la palabra comotérmino técnico y sin ninguna resonancia peyorativa, puede

http://psikolibro.blogspot.com

Page 197: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

197

decirse que el corsé persiste en gran medida durante el pe-ríodo de esnobismo -el intervalo de incertidumbre y de tran-sición de un nivel de cultura pecuniaria inferior a unosuperior-. Es decir, que en todos los países que han hereda-do el corsé, éste continúa en uso siempre y cuando sirve a sufinalidad de demostrar el ocio honorífico al sugerir la incapa-cidad física de la portadora. Naturalmente, la misma regla seaplica a todas las mutilaciones y artificios inventados paradisminuir la eficacia visible del individuo.

Algo semejante puede decirse, con razón, respecto a di-versos artículos de consumo ostensible y algo parecido pue-de afirmarse, sin duda, aunque en grado menor, de diversascaracterísticas del vestido, en especial las que implican unaincomodidad o apariencia de incomodidad para quien lolleva. Durante los cien años pasados ha habido una tenden-cia claramente perceptible, en especial en el desarrollo de lostrajes de los hombres, a dar de lado métodos de gasto y sím-bolos del ocio que tengan que ser molestos, aunque hayanperdido servir a una finalidad útil en un momento determi-nado, pero la continuación de los cuales en las clases supe-riores de hoy día habría de ser supererogatoria; por ejemplo,el uso de pelucas empolvadas y de encaje de hilo de oro y lapráctica de afeitarse continuamente la cara. En los últimosaños se ha recrudecido ligeramente el uso del afeitado en labuena sociedad, pero se trata probablemente de una transito-ria e inconsciente imitación de la moda impuesta a las ayudasde cámara y se puede esperar que siga el camino de la pelucaempolvada de nuestros abuelos.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 198: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

198

Estos índices, y otros que se les parecen en punto a laaudacia con la que señalan a todos los observadores la inuti-lidad habitual de las personas que los emplean, han sido re-emplazados por otros métodos más delicados de expresar elmismo hecho; métodos que, para los ojos habituados de esecírculo menor y selecto cuya buena opinión se busca de mo-do principal, son no menos evidentes que aquellos. Losmétodos anteriores y más toscos de publicidad pudieronmantenerse mientras el público cuya atención se trataba deatraer comprendía grandes sectores de la comunidad que noestaban adecuadamente educados para captar matices delica-dos en las variaciones de los medios de demostrar la riquezay el ocio. El método de publicidad sufre un refinamiento,cuando se ha desarrollado una clase opulenta suficiente-mente grande y que tiene tiempo disponible para poder in-terpretar hábilmente signos de gasto más sutiles. Losvestidos «chillones» resultan ofensivos para el buen gusto dela gente que lo tiene, ya que ponen de manifiesto un deseoindebido de impresionar la sensibilidad no educada de vulgo.Para el individuo de alto linaje sólo tiene importancia mate-rial la estima más honorífica que le da el sentido culto de losmiembros de su propia clase. Cuando la clase ociosa opu-lenta ha llegado a ser tan grande y el contacto del individuode la clase ociosa con los miembros de su propia clase tanamplio que se ha llegado a constituir un medio humano sufi-cientemente grande para la finalidad honorífica, surge unatendencia a excluir de ese esquema a los elementos inferioresde la población, aun como meros espectadores cuyo aplausoo censura haya de buscarse. El resultado de todo esto es un

http://psikolibro.blogspot.com

Page 199: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

199

refinamiento de métodos, un recurso o artificios más sutilesy una espiritualización del esquema simbólico del vestido. Ycomo esta clase ociosa superior marca la pauta en todas lascuestiones de decoro, el resultado para el resto de la socie-dad es también una mejora gradual del esquema del vestido.Al mejorar la comunidad en riqueza y cultura, la capacidadde pago se demuestra por medios que exigen en el observa-dor una discriminación progresivamente más fina. Esa dis-criminación más fina de los medios de publicidad constituyeun elemento muy importante de la cultura pecuniaria supe-rior.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 200: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

200

VIII. La exención de tareas industriales y el conserva-durismo.

La vida del hombre en sociedad, al igual que la vida delas demás especies animales, es una lucha por la existencia y,por ende, un proceso de adaptación selectiva. La evoluciónde la estructura social ha sido un proceso de selección natu-ral de instituciones. El progreso que se ha hecho y se estáhaciendo en las instituciones humanas y en el carácter hu-mano puede atribuirse, en términos generales, a una selec-ción natural de los hábitos mentales más convenientes y a unproceso de adaptación forzosa de los individuos a un medioque ha cambiado progresivamente con el desarrollo de lacomunidad y con las cambiantes instituciones bajo las quehan vívido los hombres. Las instituciones no son sólo resul-tado de un proceso de selección y adaptación que modela lostipos predominantes o más difundidos de actitud y aptitudesespirituales; son a la vez métodos especiales de vida y derelaciones humanas y, por tanto, a su vez factores eficaces deselección. De tal modo que las instituciones variables contri-buyen, por su parte, a una ulterior selección de individuos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 201: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

201

dotados del temperamento más adecuado y a una ulterioradaptación de los temperamentos y hábitos individuales almedio, cambiante por la formación de instituciones nuevas.

Las fuerzas que han guiado el desarrollo de la vida hu-mana y de la estructura social son, sin duda, reductibles enúltimo extremo a términos de tejido vivo y medio material;pero, para los fines que aquí nos ocupan, no necesitamos irtan lejos y es posible expresar esas fuerzas en términos de unmedio -en parte humano y en parte no humano- y un sujetohumano con una constitución física e intelectual más o me-nos definida. En conjunto, este sujeto humano es más omenos variable; de modo principal, sin duda, por obra deuna regla de conservación selectiva de variaciones favora-bles. La selección de variaciones favorables es, acaso en granmedida, una conservación selectiva de tipos étnicos. En lahistoria de cualquier comunidad cuya población se compon-ga de una mezcla de elementos étnicos diversos, uno u otrode los diversos tipos persistentes y relativamente estables decuerpo y de temperamento se eleva a una posición de domi-nio en determinado momento. La situación, incluyendo lasinstituciones en vigor en cualquier momento determinado,favorece la supervivencia y el predominio de un tipo de ca-rácter de preferencia a otro; y el tipo de hombre así seleccio-nado para continuar y elaborar ulteriormente lasinstituciones trasmitidas por el pasado modelará, en gradoconsiderable, esas instituciones a su propia imagen y seme-janza. Pero aparte de la selección de tipos de carácter y há-bitos mentales relativamente estables se produce, sin duda, ala vez, un proceso de adaptación selectiva de hábitos menta-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 202: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

202

les, dentro del cuadro general de aptitudes que caracterizanal tipo o los tipos étnicos dominantes. Puede haber variaciónen el carácter fundamental de un pueblo como consecuenciade la selección hecha entre tipos relativamente estables; perohay también, dentro del cuadro general del tipo, una varia-ción debida a la adaptación en detalle y a la selección hechaentre concepciones habituales específicas acerca de cualquierrelación social o grupo de relaciones dados.

Sin embargo, para nuestro actual propósito, el problemade la naturaleza del proceso de adaptación -tanto si se tratasobre todo de una selección hecha entre tipos estables detemperamento y carácter, como si es de modo fundamentaluna adaptación de los hábitos mentales de los hombres a lascircunstancias cambiantes- tiene menos importancia que elhecho de que, por uno u otro método, las instituciones cam-bian y se desarrollan. Las instituciones tienen que cambiar alvariar las circunstancias, ya que por naturaleza son un méto-do habitual de responder a los estímulos ofrecidos por esascircunstancias cambiantes. El desarrollo de esas institucioneses el desarrollo de la sociedad. Las instituciones son en sus-tancia, hábitos mentales predominantes con respecto a rela-ciones y funciones particulares del individuo y de lacomunidad; y el esquema general de la vida, que está com-puesto por el conjunto de instituciones en vigor en un mo-mento o en un punto determinados del desarrollo decualquier sociedad, puede caracterizarse, en términos gene-rales, desde el punto de vista psicológico, como una actitudde espíritu o teoría de la vida predominante. Por lo que serefiere a sus características genéricas, esa actitud espiritual o

http://psikolibro.blogspot.com

Page 203: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

203

teoría de la vida es reductible, en último análisis, a términosde un tipo predominante de carácter.

La situación de hoy modela las instituciones de mañanamediante un proceso coactivo de selección, que actúa sobrela concepción habitual que los hombres tienen de las cosas yaltera o refuerza con ello un punto de vista o una actitudmental trasmitida por el pasado. Las instituciones -es decir,los hábitos mentales- bajo la guía de los cuales viven loshombres, se reciben, pues, trasmitidas desde un pasado re-moto, más o menos remoto, pero en cualquier caso han sidoelaboradas y trasmitidas por el pasado. Las instituciones sonproducto de los procesos pasados, están adaptadas a las cir-cunstancias pasadas y, por tanto, no están de pleno acuerdocon las exigencias del presente. Por su propia naturaleza esteproceso de adaptación selectiva no puede alcanzar nunca a lasituación progresivamente cambiante en que se encuentra lacomunidad en cualquier momento dado, ya que el medio, lasituación, las exigencias de la vida que imponen la adapta-ción y realizan la selección, cambian de día en día; y cadasituación sucesiva de la comunidad tiende, a su vez, a quedaren desuso tan pronto como se ha producido. Cuando se hadado un paso en el desarrollo, ese paso constituye por símismo un cambio de situación que exige una nueva adapta-ción; se convierte en punto de partida de un nuevo paso enel ajuste, y así sucesivamente.

Hay que notar también, aunque pueda ser una perogru-llada monótona, que las instituciones de hoy -el esquemageneral de vida aceptado en el presente- no se adaptan ente-ramente a la situación de hoy. A la vez, los actuales hábitos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 204: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

204

mentales de los hombres tienden a persistir indefinidamente,a menos que las circunstancias impongan un cambio. Esasinstituciones así trasmitidas, esos hábitos mentales, puntosde vista, actitudes y aptitudes mentales, etc., son, pues, en símismas, un factor conservador. Este es el factor de la inerciasocial, la inercia psicológica, el conservadorismo.

La estructura social sólo cambia, se desarrolla y seadapta a una situación modificada, mediante un cambio enlos hábitos mentales de las diversas clases de la comunidad;o, en último análisis, mediante un cambio en los hábitosmentales de los individuos que constituyen la comunidad. Laevolución de la sociedad es sustancialmente un proceso deadaptación mental de los individuos, bajo la presión de lascircunstancias, que no toleran por más tiempo hábitos men-tales formados en el pasado, bajo un conjunto de circunstan-cias diferentes y que concuerdan con éstas. Para nuestropropósito inmediato, el problema de si este proceso deadaptación es un proceso de selección y supervivencia detipos étnicos persistentes o un proceso de adaptación indivi-dual y una herencia de caracteres adquiridos no es, necesa-riamente, una cuestión de gran importancia.

El avance, social, sobre todo considerado desde elpunto de vista de la teoría económica, consiste en un acer-camiento progresivo a un ajuste aproximadamente exacto«de las relaciones internas a las externas»; pero ese ajuste nollega nunca a establecerse de modo definitivo, ya que «lasrelaciones externas» están sujetas a un cambio constante,como consecuencia del cambio progresivo que se produceen «las relaciones internas». Pero el grado de aproximación

http://psikolibro.blogspot.com

Page 205: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

205

puede ser mayor o menor, según sea la facilidad con la quese hace un ajuste. En cualquier caso, un reajuste de los há-bitos mentales de los hombres para conformarse a las exi-gencias de una situación modificada sólo se produce demodo tardío y a regañadientes, y sólo bajo la coacción ejer-cida por una situación que ha hecho insostenibles las opi-niones establecidas. El reajuste de las instituciones y lasopiniones habituales a un medio modificado se hace comorespuesta a una presión exterior; es una respuesta a un estí-mulo. Así, pues, la libertad y la facilidad de reajuste, es decir,la capacidad de crecimiento de la estructura social, dependeen gran medida del grado de libertad con el que la situaciónactúa en cualquier momento dado sobre cada uno de losmiembros de la comunidad: el grado de exposición de cadauno de los miembros a las fuerzas coactivas del medio. Si unsector o clase de la sociedad se encuentra protegido contra laacción del medio en cualquier aspecto esencial, esa porciónde la comunidad o esa clase adaptará sus concepciones y suesquema general de la vida a la nueva situación general mástarde que el resto del grupo; y, en la misma medida en queello ocurra, tenderá a retrasar el proceso de transformaciónsocial. La clase ociosa opulenta se halla en tal situación pro-tegida con respecto a las fuerzas económicas que favorecenel cambio y el reajuste. Y puede decirse que, en último análi-sis, las fuerzas que favorecen un reajuste de instituciones,especialmente en la comunidad industrial moderna, son, casipor entero, de naturaleza económica.

Se puede considerar a toda comunidad como un meca-nismo industrial o económico, la estructura del cual está

http://psikolibro.blogspot.com

Page 206: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

206

compuesta por lo que se denomina sus instituciones econó-micas. Esas instituciones son métodos habituales de conti-nuar el proceso vital de la comunidad en contacto con elmedio material en el que aquélla vive. Cuando se han elabo-rado de este modo determinados métodos de desplegar laactividad humana en ese medio determinado, la vida de lacomunidad se expresa con alguna faciliad en esas direccioneshabituales. La comunidad utilizará las fuerzas del medio paralos fines de su vida con arreglo a métodos aprendidos delpasado y encarnados en esas instituciones. Pero, a medidaque aumenta la población, y conforme aumentan el conoci-miento y la habilidad de los hombres en la dirección de lasfuerzas naturales, los métodos habituales de relación entrelos miembros del grupo y el método habitual de continuar elproceso vital del grupo como un todo dejan de dar el mismoresultado de antaño; y las condiciones de vida resultantes nose distribuyen ni reparten entre los diversos miembros delmismo modo ni con el mismo efecto que antes. Si el esque-ma general de vida con arreglo al cual se desarrollaba el pro-ceso vital del grupo bajo las condiciones antiguas daba elresultado más alto que se podía alcanzar -dentro de las cir-cunstancias- en lo referente a eficiencia o facilidad del proce-so vital del grupo, de no modificarse ese mismo esquemageneral, no produciría, una vez alteradas las condiciones, elresultado más alto que se pueda conseguir. En las nuevascondiciones de población, habilidad y conocimiento, la faci-lidad de la vida con arreglo al esquema tradicional acaso nosea inferior a lo que era en las condiciones antiguas; perotodas las probabilidades son de que sea inferior a lo que pu-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 207: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

207

diera ser, caso de haberse alterado el esquema general paraadaptarlo a las nuevas condiciones.

El grupo se compone de individuos y la vida del grupoes la vida de los individuos vivida en separación, por lo me-nos aparente, de los demás. El esquema general de la vidaaceptado por el grupo es el consenso de las opiniones, sos-tenidas por el cuerpo general de esos individuos respecto aqué sea lo bueno, justo, conveniente y bello en la vida hu-mana. En la redistribución de las condiciones de la vida queresulta del nuevo método de enfrentarse con el medio, elresultado no es un cambio igual en la facilidad de la vida delgrupo. Las nuevas condiciones pueden aumentar la facilidadde la vida del grupo en su conjunto, pero la redistribuciónproducirá, por lo común, una disminución de la facilidad o laplenitud de la vida de algunos miembros del grupo. Unavance en los métodos técnicos, un aumento en la cifra depoblación o en la organización industrial requerirá que, porlo menos, algunos de los miembros de la comunidad cam-bien sus hábitos de vida para poder adaptarse con facilidad yeficacia a los nuevos métodos industriales; y al hacerlo así nopodrán seguir viviendo con arreglo a las nociones por ellosrecibidas acerca de cuáles sean los hábitos de vida adecuadosy bellos.

Cualquier persona a quien se le exija que cambie sus há-bitos de vida y sus relaciones habituales con sus semejantessentirá la discrepancia entre el método de vida que le impo-nen las exigencias recién surgidas y el tradicional esquemageneral de vida a que está acostumbrado. Son los individuoscolocados en esta situación quienes tienen el incentivo más

http://psikolibro.blogspot.com

Page 208: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

208

vívido para reconstruir el esquema general de la vida que harecibido y quienes se convencen con más facilidad de lo im-prescindible que es aceptar nuevos patrones; y por la necesi-dad de conseguir los medios de vida indispensables, loshombres se encuentran en tal situación. La presión ejercidapor el medio sobre el grupo, que opera en favor de un rea-juste del esquema general de la vida de éste, actúa sobre susmiembros en forma de exigencias pecuniarias; y debido aeste hecho -debido a que las fuerzas externas se conviertenen gran parte en exigencias pecuniarias o económicas- po-demos ver que las fuerzas que favorecen el reajuste de insti-tuciones en cualquier comunidad industrial moderna sonprincipalmente fuerzas económicas; o más específicamente,que esas fuerzas adoptan la forma de presión pecuniaria. Unreajuste como el que aquí estamos considerando es, en sus-tancia, un cambio en las opiniones de los hombres acerca dequé sea bueno y justo y el medio de que se produzca uncambio en los conceptos que tienen los hombres de lo bue-no y de lo justo es, en gran parte, la presión de las exigenciaspecuniarias.

Un cambio cualquiera en las opiniones de los hombresrespecto a lo que es bueno y justo en la vida humana no seabre camino, en el mejor de los casos, sino en época tardía.Esto es cierto de modo especial de cualquier cambio en di-rección de lo que se denomina progreso; es decir, en direc-ción contraria a la situación arcaica: la situación que puedeser considerada como punto de partida de cualquier pasoque se dé en la evolución social de la comunidad. El retroce-so, la vuelta a un punto al que la especie ha estado habituada

http://psikolibro.blogspot.com

Page 209: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

209

en el pasado durante mucho tiempo, es más fácil. Ello escierto, sobre todo, cuando el desarrollo a partir de ese puntono se ha debido de modo principal a una sustitución de untipo étnico cuyo temperamento es ajeno al punto de partida.

En la historia de la civilización occidental, la etapa cultu-ral inmediatamente anterior a la actual es la que hemos de-nominado estadio casi pacífico. En ese estadio casi pacíficola característica dominante en el esquema general de la vidaes la ley del status. No hay necesidad de señalar hasta quépunto se inclinan los hombres de hoy a volver a la actitudespiritual de señorío y subordinación que caracteriza a aque-lla etapa. Acaso pudiera decirse más bien que se encuentraen un desuso inseguro por las exigencias económicas de hoyy no que haya sido definitivamente suplantada por un hábitomental que esté de pleno acuerdo con esas exigencias poste-riores. Los estadios depredador y casi pacífico de la evolu-ción económica parecen haber sido de larga duración en lahistoria de todos y cada uno de los principales elementosétnicos que constituyen las poblaciones de la cultura occi-dental. El temperamento y las propensiones propios de esosestadios culturales han alcanzado, en consecuencia, una per-sistencia tal, que hace inevitable una rápida reversión a lascaracterísticas generales de la constitución psicológica co-rrespondiente, en el caso de que una clase o comunidad estéalejada de la acción de las fuerzas que favorecen el manteni-miento de los hábitos mentales últimamente desarrollados.

Es un hecho notorio que cuando los individuos e inclu-so grupos considerables de hombres se segregan de unacultura industrial elevada y quedan expuestos a un medio

http://psikolibro.blogspot.com

Page 210: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

210

cultural inferior, a una situación económica de carácter másprimitivo, dan enseguida muestras de reversión a las caracte-rísticas espirituales que distinguen el tipo depredador; y pa-rece probable que el tipo de europeo dólico-rubio posea unamayor facilidad de reversión a la barbarie que los otros ele-mentos étnicos con los que está asociado en la cultura occi-dental. En la historia reciente de la migración y lacolonización abundan ejemplos en pequeña escala de talreversión. A no ser por miedo a ofender ese patrioterismoque constituye un rasgo tan característico de la cultura de-predadora, y la presencia del cual es a menudo el signo másdestacado de reversión que se observa en las comunidadesmodernas, podría citarse como ejemplo de tal reversión elcaso de las colonias norteamericanas, pues la presentan enuna escala desusadamente grande, aunque no fue una rever-sión de gran alcance.

La clase ociosa está, en gran medida, protegida contra lapresión de aquellas exigencias económicas que prevalecen entoda comunidad industrial moderna y altamente organizada.Las exigencias de la lucha por los medios de vida son menosfuertes para esta clase que para cualquier otra; y como con-secuencia de esta posición privilegiada deberíamos esperar,teóricamente, que aquélla fuese una de las clases sociales quemenos respondiesen a las demandas de un desarrollo ulteriorde las instituciones y reajuste a una situación industrial modi-ficada, presentadas por la situación. La clase ociosa es la cla-se conservadora. Las exigencias de la situación económicageneral de la comunidad no actúan de modo directo ni sindificultades sobre los miembros de esa clase. No se les exige

http://psikolibro.blogspot.com

Page 211: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

211

que cambien sus hábitos de vida y sus concepciones teóricasdel mundo externo para adaptarse a las demandas de unanueva técnica industrial so pena de perder sus propiedades,ya que no constituyen parte orgánica de la comunidad in-dustrial en el pleno sentido de la palabra. Por ende, esas exi-gencias no producen con facilidad en los miembros de laclase ociosa aquel grado de inconformidad con el ordenexistente que puede llevar a cualquier grupo de hombres aabandonar las concepciones y métodos de vida que han lle-gado a ser habituales para ellos. La función de la clase ociosaen la evolución social consiste en retrasar el movimiento y enconservar lo anticuado. Esta proposición no es, en modoalguno, nueva; ha sido durante mucho tiempo uno de loslugares comunes de la opinión de la gente.

La convicción predominante de que la clase rica es, pornaturaleza, conservadora ha tenido aceptación general, sinnecesidad de mucha ayuda por parte de ninguna concepciónteórica acerca del lugar y relación de esa clase en el desarrollocultural. Cuando se da una explicación de ese conservado-rismo de clase es, por lo general, la explicación peyorativa deque ocurre así porque los ricos tienen un interés creado, denaturaleza indigna, en el mantenimiento de las condicionesactuales. La explicación dada aquí no imputa ningún motivoindigno. La oposición de la clase ociosa a los cambios en elesquema cultural es instintiva y no se basta primordialmenteen un cálculo interesado de las ventajas materiales; es unarevulsión instintiva ante cualquier apartamiento del modoaceptado de hacer o considerarlas cosas, revulsión común atodos los hombres y que sólo puede ser superada por la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 212: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

212

fuerza de las circunstancias. Todo cambio en los hábitos devida y, mentales es penoso. La diferencia a este respectoentre la parte acaudalada de la humanidad y el resto de lamisma no estriba tanto en el motivo que impulsa al conser-vadorismo, como en el grado de exposición a las fuerzaseconómicas que provocan el cambio. Los miembros de laclase adinerada no ceden a la demanda de innovación con lamisma facilidad que otros hombres, porque no se ven obli-gados a hacerlo así.

Este conservadorismo de la clase adinerada es una ca-racterística tan patente que ha llegado incluso a ser conside-rado como signo de respetabilidad. Como elconservadorismo es una característica de la parte más rica -y,por ende, de mejor reputación- de la comunidad, ha adquiri-do cierto valor honorífico o decorativo. Ha llegado a serprescriptivo en tal forma que en nuestras nociones de res-petabilidad va comprendida, como algo que se da por hecho,la adhesión a las opiniones conservadoras, y se impone demodo imperativo a todos los que quieren llevar una vidaimpecable desde el punto de vista de la reputación social. Elconservadorismo es decoroso porque es una característica dela clase superior y, por el contrario, la innovación como lo esde la clase inferior, es vulgar. El primer y más instintivo ele-mento en esa revulsión y reprobación instintivas con las quereaccionamos ante toda innovación social es ese sentimientodel carácter esencialmente vulgar de ésta. De tal modo que,aun en los casos en que se reconocen las razones sustancialesque abonan la posición de que es portavoz el innovador -como puede ocurrir con facilidad cuando los males que trata

http://psikolibro.blogspot.com

Page 213: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

213

de remediar estén suficientemente alejados en el tiempo, enel espacio o en el contacto personal-, no puede menos deapreciarse el hecho de que el innovador es una persona conla que resulta, por lo menos, desagradable estar asociado ycuyo contacto social debe evitarse. La innovación está malvista.

El hecho de que los usos, actos y opiniones de la claseociosa acomodada adquieran, para el resto de la sociedad, elcarácter de canon prescriptivo de conducta añade peso yalcance a la influencia conservadora de esa clase. Obliga atodas las personas que cuidan de su reputación a seguir suejemplo. Así ocurre que, por virtud de su posición elevadaen cuanto encarnación de las buenas formas, la clase adine-rada viene a ejercer en el desarrollo social una influenciaretardataria mucho mayor de la que correspondería a su sim-ple fuerza numérica. Su ejemplo prescriptivo opera en elsentido de robustecer, en gran medida, la resistencia de todaslas demás clases contra cualquier innovación y de fijar losefectos de los hombres en las buenas instituciones que leshan sido trasmitidas por una generación anterior.

En lo referente a los impedimentos opuestos a la adop-ción de un sistema convencional de la vida más acorde conlas exigencias de la época, la influencia de la clase ociosaopera también en la misma dirección en otra forma. Con uncriterio lógico estricto, este segundo método de guía de laclase superior no debería colocarse en la misma categoríaque el conservadorismo instintivo y la aversión también ins-tintiva a los nuevos modos de pensamiento de que acabamosde hablar; pero podemos muy bien tratar de él aquí, ya que,

http://psikolibro.blogspot.com

Page 214: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

214

por lo menos, tiene en común con el hábito conservador elhecho de que actúa para retrasar la innovación v el desarrollode la estructura social. El código de convencionalismos yusos decorosos en boga en un pueblo y una época determi-nados tiene, en mayor o menor grado, el carácter de un todoorgánico; de tal modo que cualquier cambio apreciable en unpunto del esquema general implica cierto cambio o reajusteen otros puntos del mismo y aun una reorganización en todala línea de aquél. Cuando el cambio que se hace no afectainmediatamente sino a un punto poco importante del es-quema general, la perturbación consiguiente de la estructuraconvencional puede ser imperceptible; pero aun en ese caso,puede asegurarse que se ha de seguir alguna perturbación demayor o menor alcance en el esquema general. Por otra par-te, cuando un intento de reforma implica la supresión o laremodelación total de una institución de primera importan-cia en el esquema convencional, se percibe inmediatamenteque tiene que producirse una perturbación seria en todo elesquema; se percibe que un reajuste de la estructura a la nue-va forma tomada por uno de sus principales elementos tieneque ser doloroso y molesto, sí no dudoso.

Para darse cuenta de la dificultad que habría de implicartal cambio radical en cualquiera de las características del es-quema convencional de la vida, basta con sugerir la supre-sión de la familia monogámica o el sistema agnaticio deparentesco, la propiedad privada o la fe teísta, en cualquierpaís perteneciente a la civilización occidental; o suponer loque sería la supresión del culto de los antepasados en China,del sistema de castas en la India, de la esclavitud en África o

http://psikolibro.blogspot.com

Page 215: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

215

el establecimiento de la igualdad de los sexos en los paísesmahometanos. No se necesita hacer ninguna argumentaciónpara demostrar que la perturbación producida en cualquierade esos casos en el sistema general de convencionalismoshabría de ser muy fuerte. Tales innovaciones implicarían,también, alteraciones de gran alcance en los hábitos mentalesde los hombres, en otros puntos del esquema general dis-tintos del inmediatamente afectado por el cambio. La aver-sión a tal innovación equivale a repudiar un esquema de vidaesencialmente extraño al propio.

La revulsión que experimentan personas pacíficas antetoda propuesta de modificaciones de los métodos de vidaaceptados es un hecho familiar en la experiencia cotidiana.No es raro oír a las personas que dispensan a la comunidadconsejos y amonestaciones saludables, expresarse vigorosa-mente en contra de los efectos perniciosos y de gran alcanceque habría de experimentar aquélla, como consecuencia decambios relativamente poco importantes, tales como la sepa-ración de la Iglesia y el Estado, el aumento de la facilidad deldivorcio, la adopción del sufragio femenino, la prohibiciónde la fabricación y venta de bebidas alcohólicas, la abolicióno la restricción de la herencia, etc. Se nos dice que cualquierade estas innovaciones habría de «quebrantar la estructurasocial de arriba hacia abajo», «reducir la sociedad al caos»,«subvertir los fundamentos de la moral», «hacer intolerable lavida», «perturbar el orden natural», etc. Tales expresionestienen, sin duda, carácter hiperbólico, pero a la vez comotoda exageración, demuestran la existencia de un vívido sen-tido de la gravedad de las consecuencias que tratan de des-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 216: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

216

cribir. Se considera que el efecto producido por estas inno-vaciones y otras semejantes al perturbar el esquema generalde vida aceptado sería mucho más grave que la simple altera-ción de cualquiera de los artificios ideados en ventaja delhombre en sociedad. Lo que es cierto en un grado tan pa-tente de las innovaciones de primera importancia lo es tam-bién, en menor escala, de los cambios que tienen unaimportancia inmediata más reducida. La aversión al cambioes, en gran parte, aversión a la molestia que implica el rea-juste exigido por cualquier cambio y esta solidaridad del sis-tema de instituciones de cualquier cultura o pueblodeterminados robustece la resistencia instintiva que encuen-tra todo cambio en los hábitos mentales de los hombres, aunen cuestiones que, en sí mismas consideradas, son de menorimportancia.

Consecuencia de esa repugnancia cada vez mayor, debi-da a la solidaridad de las instituciones humanas, es el hechode que el reajuste provocado por toda innovación exige ungasto de energía nerviosa mayor del que sería necesario haceren otro caso. No es sólo que todo cambio en los hábitosmentales establecidos sea desagradable. Es que, además, elproceso de reajuste de la teoría de la vida aceptada implicacierto grado de esfuerzo mental, un esfuerzo más o menosprolongado y laborioso para descubrir las obligaciones que acada uno incumben en las nuevas circunstancias, y darles eldebido cumplimiento. Ese proceso exige cierto gasto deenergía y, por ende, exige también para su realización algúnexceso de energía, superior al empleado en la lucha cotidianapor la existencia. En consecuencia, el progreso se ve estor-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 217: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

217

bado por la mala alimentación y el exceso de trabajo físico,en grado no menor que por una vida tan lujosa que excluyala posibilidad de descontento, al eliminar todo motivo sus-ceptible de provocarlo. Las personas desesperadamente po-bres, y todas aquellas personas cuyas energías estánabsorbidas por entero por la lucha cotidiana por la existen-cia, son conservadoras porque no pueden permitirse el es-fuerzo de pensar en pasado mañana, del mismo modo quelas que llevan una vida muy próspera son conservadorasporque tienen pocas oportunidades de descontento con lasituación hoy existente.

Se sigue de este aserto que la institución de una claseociosa opera en el sentido de hacer conservadoras a las cla-ses inferiores al privarlas, hasta donde es posible, de los me-dios de subsistencia, reduciendo así su consumo y, por ende,de la energía de que pueden disponer, hasta el punto de ha-cerlas incapaces del esfuerzo exigido para el aprendizaje yadopción de nuevos hábitos mentales. La acumulación deriqueza en el extremo superior de la escala pecuniaria implicaprivaciones en el extremo inferior. Es un lugar común decirque, dondequiera que se presente un grado considerable deprivaciones en la masa del pueblo, ello constituye un obstá-culo importante a toda innovación.

Este efecto inhibitorio directo de la desigual distribu-ción de la riqueza está secundado por otro, indirecto, quetiende al mismo resultado. Como ya hemos visto, el ejemploimperativo establecido por la clase superior al fijar los cáno-nes que regulan la reputación, fomenta la práctica del con-sumo ostensible. El mantenimiento del consumo ostensible

http://psikolibro.blogspot.com

Page 218: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

218

como uno de los elementos principales del patrón que mideel decoro en todas las clases, no es, desde luego, atribuiblepor entero al ejemplo de la clase ociosa adinerada, pero lapráctica y la importancia que se le da se robustecen, sin du-da, por el ejemplo de la clase ociosa. Las exigencias del deco-ro en esta materia son considerables e imperativas en gradosumo; de tal modo que, aun en aquellas clases cuya posiciónpecuniaria es suficientemente fuerte para permitir un con-sumo de bienes muy por encima del mínimo necesario parala subsistencia, el excedente disponible, una vez satisfechaslas necesidades físicas más imperativas, se desvía con fre-cuencia hacia finalidades inspiradas por el decoro ostensible,en vez de contribuir a aumentar la comodidad física y la ple-nitud de la vida de los individuos. Además, es probable queel excedente de energía de que se pueda disponer se empleetambién en la adquisición de bienes destinados al consumoostensible o a la acumulación también ostensible. El resulta-do es que las exigencias de la reputación pecuniaria tienden:1) a no dejar disponible, para fines que no sean el consumoostensible, sino apenas el mínimo necesario para la subsis-tencia, y 2) a absorber todo excedente de que se pueda dis-poner una vez que se haya provisto a las meras necesidadesfísicas de la vida. El resultado de todo ello es robustecer laactitud conservadora general de la comunidad. La instituciónde una clase ociosa pone obstáculos al desarrollo cultural: 1)de modo inmediato, por la inercia propia de esa clase; 2) porsu ejemplo prescriptivo de gasto ostensible y conservado-rismo, y 3) indirectamente, por medio del sistema de desigual

http://psikolibro.blogspot.com

Page 219: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

219

distribución de la riqueza y los medios de subsistencia en quese basa esa institución.

Hay que añadir a esto que la clase ociosa tiene tambiénun interés material en dejar las cosas como están. En las cir-cunstancias que predominan en cualquier momento deter-minado, esa clase se encuentra en una posición privilegiada yes de presumir que cualquier desviación del orden existenteactúe en detrimento de la clase y no en su ventaja. En conse-cuencia, la actitud de la clase, considerándola únicamente encuanto influida por su interés de clase, habría de ser la dedejar las cosas como están. Ese motivo interesado viene aservir de complemento a la vigorosa tendencia instintiva dela clase y a hacerla, así, aún más conservadora de lo que seríaen otro caso.

Naturalmente, todo esto no quiere decir nada que su-ponga elogio o censura del papel de la clase ociosa comoexponente y vehículo del conservadorismo y el retroceso enla estructura social. La inhibición que provoca puede sersaludable o nociva. Que en cualquier caso determinado seauna u otra cosa no es problema de teoría general, sino decasuística. Desde un punto de vista táctico, puede ser ciertala opinión, expresada con tanta frecuencia por los portavo-ces del elemento conservador, de que sin esa resistencia im-portante y coherente ofrecida por las clases conservadorasacomodadas, la innovación y la experimentación socialesllevarían apresuradamente a la comunidad a una situacióninsostenible e intolerable, el único resultado posible de lacual sería el descontento y una reacción desastrosa. Perotodo esto se sale del objeto de nuestro estudio.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 220: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

220

Aparte de toda censura y de toda cuestión acerca del ca-rácter indispensable de tal freno a la innovación exagerada, laclase ociosa, por la naturaleza misma de las cosas, actúasiempre en el sentido de retardar ese ajuste al medio al quese denomina avance o desarrollo social. La actitud caracte-rística de la clase puede resumirse en la máxima «todo lo queexiste está bien»; en tanto que la ley de selección natural,aplicada a las instituciones humanas, nos da el axioma «todolo que existe está mal». No es que las instituciones de hoysean enteramente malas para las finalidades de la vida dehoy, sino que son, siempre y por la naturaleza misma de lascosas, malas en cierta medida. Son resultado de un ajustemás o menos inadecuado de los métodos de vida a una si-tuación que prevaleció en algún momento del desarrolloanterior; y son, por ende, malas por algo más que por el me-ro hecho del intervalo que separa la, situación actual de lapasada. «Bueno» y «malo» se emplean aquí, naturalmente, sinninguna resonancia acerca de lo que deba o no deba ser. Seutilizan sólo desde el punto de vista de la evolución (moral-mente incoloro) y con la intención de designar la compatibi-lidad o incompatibilidad con el proceso evolutivo real. Lainstitución de una clase ociosa -favorece por la fuerza delinterés de clase y el instinto de clase, y por precepto y ejem-plo prescriptivo- la perpetuación del desajuste de institucio-nes que hoy existe e, incluso, una reversión a un esquemageneral de la vida algo más arcaico; esquema que estaría aúnmás lejos de ser adecuado a las exigencias de la vida en lasituación existente que el esquema acreditado y anticuado,trasmitido por el pasado inmediato.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 221: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

221

Pero, pese a todo lo dicho acerca de la conservación delos procedimientos antiguos, sigue siendo cierto que las ins-tituciones cambian y se desarrollan. Hay un desarrollo acu-mulativo de costumbres y hábitos mentales y una adaptaciónselectiva de convenciones y métodos de vida. Hay que deciralgo sobre el papel de la clase ociosa en lo que se refiere a ladirección de este desarrollo, así como a su retardo; pero po-co puede decirse aquí acerca de su relación con el desarrolloinstitucional, excepto en la medida que toca a las institucio-nes que son, de modo primario e inmediato, de carácter eco-nómico. Esas instituciones -la estructura económica- puedenser divididas en dos clases o categorías, según que sirvan auno u otro de los dos propósitos divergentes que guían lavida económica.

Empleando la terminología clásica, son instituciones ad-quisitivas o productivas; si volvemos a los términos ya em-pleados en relación con otros problemas en capítulosanteriores, son instituciones pecuniarias o industriales; enuna tercera terminología, son instituciones que sirven al inte-rés económico valorativo (invidious) o al no valorativo4. Laprimera categoría se refiere a los «negocios», la segunda a laindustria, tomando esta palabra en sentido mecánico. Lasinstituciones de esta última clase no suelen ser reconocidascomo tales, en gran parte porque no se refieren de modoinmediato a la clase gobernante y, en consecuencia, rara vezson objeto de legislación o de convención deliberada. Cuan-do se les dedica alguna atención, se las suele enfocar desde elpunto de vista pecuniario o de los negocios, pues éste es el

4 Véase la nota, p. 16. [T.]

http://psikolibro.blogspot.com

Page 222: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

222

aspecto o fase de la vida económica que ocupa de modoprincipal las deliberaciones de los hombres de nuestro tiem-po, sobre todo los pertenecientes a las clases superiores.Esas clases tienen en las cosas económicas poco masque elinterés derivado puramente de los negocios; a la vez es sobreellas sobre quienes recae, de modo primordial, la tarea dedeliberar acerca de los asuntos de la comunidad.

La relación de la clase ociosa (es decir, de la clase no in-dustrial acaudalada) con el proceso económico es una rela-ción pecuniaria: una relación adquisitiva, no productiva; deexplotación, no de utilidad. Indirectamente, su papel eco-nómico puede, sin duda, ser de la mayor importancia para elproceso de la vida económica, y no se intenta aquí, de nin-gún modo, depreciar la función económica de la clase acau-dalada o de los capitanes de industria. Nuestra finalidad sereduce a señalar cuál es la naturaleza de la relación de esasclases con el proceso industrial y las instituciones económi-cas. Su función tiene carácter parasitario y su interés las im-pulsa a dedicar cualquier sustancia de que puedan disponer asu propio uso y conservar todo lo que se encuentre en susmanos, Las convenciones del mundo de los negocios se handesarrollado bajo la guía selectiva de este principio depreda-dor o parasitario. Son convenciones relativas a la propiedad;derivadas, por procedimientos más o menos remotos, de laantigua cultura depredadora. Pero esas instituciones pecunia-rias no son enteramente adecuadas a la situación actual, yaque se han desarrollado en una situación pasada, que diferíaen algo de la presente. Por tanto, no son tan adecuadas co-mo podrían ser, ni siquiera desde el punto de vista de su

http://psikolibro.blogspot.com

Page 223: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

223

eficacia en materia pecuniaria. La nueva vida industrial exigemétodos adquisitivos distintos; y las clases pecuniarias tienenalgún interés en adoptar las instituciones pecuniarias, de talmodo que éstas sean todo lo eficaces que se pueda para ellogro de ganancias privadas, en la medida en que ello seacompatible con la continuación del proceso industrial delque surge esta ganancia. De ahí que en la dirección que im-prime la clase ociosa al desarrollo institucional haya una ten-dencia más o menos firme, que responde a los finespecuniarios que modelan la vida económica de la clase ocio-sa.

El efecto del interés pecuniario y los hábitos mentalespecuniarios sobre el desarrollo de las instituciones puedeobservarse en leyes y convenciones, encaminadas a protegerla seguridad de la propiedad y el cumplimiento de los con-tratos, la facilidad de las transacciones pecuniarias y los inte-reses creados. De ese tipo son los cambios que afectan a laquiebra y la administración judicial, la responsabilidad limi-tada, los bancos y la moneda, las coaliciones de trabajadoreso patronos, los strusts y los pools. El hecho de que la comuni-dad provea institucionalmente a esas necesidades sólo tieneimportancia inmediata para las clases acomodadas y en laproporción en que lo son; es decir, en la medida en que es-tán incluidas dentro de la clase ociosa. Pero de modo indi-recto esas convenciones de la vida de los negocios tienen lamáxima importancia para el proceso industrial y para la vidade la comunidad. Y al guiar a este respecto el desarrollo ins-titucional, las clases pecuniarias sirven, por ende, a una fina-lidad de la más alta importancia para la comunidad, no sólo

http://psikolibro.blogspot.com

Page 224: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

224

en la conservación del esquema social aceptado, sino tam-bién en la modelación del proceso industrial propiamentedicho.

El fin inmediato de esa estructura institucional pecunia-ria y de su mejora es la mayor facilidad de la explotaciónpacífica y ordenada; pero sus efectos más remotos sobrepa-san con mucho ese objeto inmediato. No es sólo que la ma-yor facilidad en la dirección de los negocios permita que lavida industrial y extra industrial siga sus procesos con menosperturbaciones, sino también que la eliminación de perturba-ciones y complicaciones que de ella resulta, y que exigiría enotro caso el ejercicio de una astuta discriminación en losasuntos de la vida cotidiana, opera en el sentido de hacersuperflua a la clase ociosa. En la medida en que las transac-ciones pecuniarias se reducen a rutina, se puede prescindirdel capitán de industria. Este resultado, innecesario es de-cirlo, pertenece todavía a un futuro indefinido. Las mejorashechas en favor de los propietarios de dinero en las institu-ciones modernas tienden, en otro campo, a sustituir a la «de-salmada» sociedad anónima por el capitán de industria yfavorecen, así, la posibilidad de prescindir de la gran funciónde propiedad que corresponde a la clase ociosa. Por tanto, ladirección dada al desarrollo de las instituciones económicaspor la influencia de la clase ociosa tiene, indirectamente, unagran importancia industrial.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 225: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

225

IX. La conservación de rasgos arcaicos.

La institución de una clase ociosa produce efectos nosólo sobre la estructura social, sino también sobre el carácterde cada uno de los miembros de la sociedad. En cuanto unadeterminada proclividad o punto de vista haya conseguidoser aceptado como patrón o norma de vida autoritario, reac-cionará sobre el carácter de los miembros de la sociedad quelo han aceptado como norma. Modelará en cierta medida sushábitos mentales y ejercerá una vigilancia selectiva sobre eldesarrollo de las aptitudes e inclinaciones de los hombres.Ese efecto se produce, en parte, por una adaptación coacti-va, educativa, de los hábitos de todos los individuos y, enparte, por una eliminación selectiva de los individuos y lina-jes no aptos. El material humano que no se presta a los mé-todos de vida impuestos por el esquema general aceptadosufre, en mayor o menor proporción, una eliminación asícomo una represión. De este modo, los principios de laemulación pecuniaria y la exención industrial se han erigidoen cánones de vida y se han convertido en factores coacti-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 226: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

226

vos, de cierta importancia en la situación a que tienen queadaptarse los hombres.

Esos dos grandes principios del gasto ostensible y laexención de tareas industriales afectan al desarrollo cultural,tanto porque guían los hábitos mentales de los hombres ycontrolan así el desarrollo de las instituciones, como porqueconservan con criterio selectivo ciertos rasgos de la naturale-za humana, que conducen a la facilidad de la vida bajo elesquema general de la clase ociosa y controlan, de este mo-do, la disposición real de ánimo de la comunidad. La tenden-cia próxima de la institución de la clase ociosa en lo que serefiere a la modelación del carácter humano actúa en la di-rección de la supervivencia y la reversión espirituales. Susefectos sobre la disposición de ánimo de una comunidadproducen un retraso del desarrollo espiritual. Especialmenteen la cultura reciente, la institución ha tenido, en conjunto,una tendencia conservadora. En lo fundamental, esta propo-sición es bastante conocida, pero es posible que en la aplica-ción que aquí hacemos de ella tenga para muchos aparienciade novedad. Por tanto, puede no estar de más un examensumario de sus fundamentos lógicos, aun a riesgo de algunarepetición tediosa y de formular algunos lugares comunes.

La evolución social es un proceso de adaptación selecti-va de temperamento y hábitos mentales, bajo la presión delas circunstancias de la vida en común. La adaptación de loshábitos mentales constituye el desarrollo de las instituciones.Pero junto con el desarrollo de las instituciones se ha produ-cido un cambio de carácter más sustancial. No sólo hancambiado los hábitos de los hombres con las cambiantes

http://psikolibro.blogspot.com

Page 227: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

227

exigencias de la situación, sino que esas exigencias han pro-ducido también un cambio correlativo en la naturaleza hu-mana. El material humano de la sociedad varía con elcambio de condiciones de la vida. Los etnólogos más mo-dernos consideran esta variación de la naturaleza humanacomo un proceso de selección entre varios tipos o elementosétnicos, relativamente estables y persistentes. Los hombrestienden a retornar o a reproducir, con mayor o menor exac-titud, uno u otro de determinados tipos de naturaleza huma-na que, en sus características principales, han sido fijados deconformidad aproximada a una situación del pasado dife-rente de la actual. En los pueblos pertenecientes a la culturaoccidental, están comprendidos varios de esos tipos étnicoshumanos relativamente estables. Esos tipos étnicos sobrevi-ven en la herencia racial de hoy, no como moldes rígidos einvariables, cada uno de los cuales tiene una sola pauta preci-sa y específica, sino en forma de un número mayor o menorde variantes. Alguna variación de los tipos étnicos ha sidoresultado del prolongado proceso selectivo a que, durante eldesarrollo prehistórico e histórico de la cultura, han estadosujetos varios tipos y sus híbridos.

Esa necesaria variación de los tipos mismos, debida a unproceso selectivo de considerable duración y tendenciaconstante, no ha sido estudiada de modo suficiente por losautores que se han ocupado de la supervivencia étnica.Nuestra argumentación va a ocuparse aquí de las dos princi-pales variantes divergentes de la naturaleza humana, queresultan de esta adaptación selectiva relativamente tardía delos tipos étnicos comprendidos en la cultura occidental; el

http://psikolibro.blogspot.com

Page 228: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

228

punto de interés va a ser el efecto probable de la situación dehoy día en el estímulo de la variación, con arreglo a una uotra de estas dos líneas divergentes.

Podemos resumir brevemente la posición etnológica, ypara evitar los detalles que no sean estrictamente indispensa-bles, el cuadro de tipos y variantes y el esquema de reversióny supervivencia que les concierne se presentarán con unasencillez y simplicidad de diagrama, que no sería admisiblepara ninguna otra finalidad. El hombre de nuestras comuni-dades industriales tiende a reproducirse según uno de trestipos étnicos principales: el dolicocéfalo-rubio, el braquicé-falo-moreno y el mediterráneo, dejando aparte otros ele-mentos de menos importancia y marginales de nuestracultura. Pero dentro de cada uno de esos principales tiposétnicos, la reversión tiende a tomar una u otra de dos -almenos- principales direcciones de variación: la variante pací-fica o ante-depredadora y la variante depredadora. La prime-ra de esas dos variantes características se acerca más al tipogenérico en todos los casos, ya que constituye la represen-tante retrógrada de su tipo, tal como existía en la primeraetapa de la vida en común, según las pruebas de que dispo-nemos, tanto arqueológicas como psicológicas. Se suponeque esa variante representa a los antepasados del hombrecivilizado actual, en la fase pacífica y salvaje de la vida queprecedió a la cultura depredadora, el régimen de status y eldesarrollo de la emulación pecuniaria. La segunda variante –depredadora- de los tipos en cuestión se considera comosupervivencia de una modificación más reciente de los tiposétnicos principales y de sus híbridos: de esos tipos tal como

http://psikolibro.blogspot.com

Page 229: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

229

fueron modificados, principalmente por una adaptación se-lectiva, bajo la disciplina de la cultura depredadora y la poste-rior cultura emulativa del estadio casi pacífico, o la culturapecuniaria propiamente dicha.

Bajo las leyes reconocidas de la herencia puede haberuna supervivencia de una fase pasada más o menos remota.En el caso ordinario, medio o normal, si ha variado el tipo,sus rasgos se trasmiten aproximadamente en la forma en quese daban en el pasado reciente, al que podemos llamar elpresente hereditario. Para los fines que aquí perseguimos,este presente hereditario está representado por la culturadepredadora tardía y la cultura casi pacífica.

En la mayoría de los casos el hombre civilizado moder-no tiende a reproducirse con arreglo a la variante de la natu-raleza humana característica de esta cultura depredadora ocasi depredadora reciente que, desde el punto de vista de laherencia, existe aún. Esta proposición requiere algunas sal-vedades por lo que se refiere a los descendientes de las clasesserviles u oprimidas de la época bárbara, pero las salvedadesnecesarias no son, probablemente, tan grandes como podríaparecer a primera vista. Tomando la población en su con-junto, esa variante depredadora, emulativa, no parece haberalcanzado un grado muy alto de consistencia o estabilidad.Es decir, que la naturaleza humana heredada por el hombreoccidental moderno no se aproxima a la uniformidad, por loque respecta al ámbito o a la fuerza relativa de las diversasaptitudes y propensiones que contribuyen a formarla. Elhombre del presente hereditario es ligeramente arcaico, des-de el punto de vista de las finalidades de las últimas exigen-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 230: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

230

cias de la vida en común. Y el tipo al que el hombre moder-no tiende principalmente a revertir, conforme a la ley de lavariación, es una naturaleza humana algo más arcaica. Porotra parte, a juzgar por los rasgos reversivos que aparecen enlos individuos, Y que varían desde el estilo de temperamentopredominantemente depredador, la variante ante-depredadora parece tener una mayor estabilidad y simetría enla distribución o fuerza relativa de sus elementos tempera-mentales.

Esta divergencia de naturaleza humana heredada, dife-rencia entre una variante anterior o posterior del tipo étnicocon arreglo al cual tienden a reproducirse los individuos, estácontrarrestada y oscurecida por una divergencia similar entrelos otros dos principales tipos étnicos que contribuyen aformar las poblaciones occidentales. Se concibe a los indivi-duos de esas comunidades, virtualmente en todos los casos,Como híbridos de los elementos étnicos predominantes,combinados en las proporciones más variadas; con el resul-tado de que tienden a retrotraerse a uno u otro de los tiposétnicos componentes. Esos tipos étnicos presentan una dife-rencia de temperamento algo semejante a la que existe entrelas variantes depredadora y ante-depredadora de los tipos; eltipo dólico-rubio presenta más características del tempera-mento depredador -o al menos más de la violenta disposi-ción de éste- que el tipo braquicéfalo-moreno yespecialmente más que el mediterráneo. Cuando el desarrollode las instituciones o del sentimiento real de una comunidaddada difieren de la naturaleza humana depredadora, es impo-sible decir con seguridad que tal divergencia indique una

http://psikolibro.blogspot.com

Page 231: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

231

reversión a la variante ante-depredadora. Puede deberse a undominio mayor de uno u otro de los elementos étnicos «infe-riores» de la población. Aún más, a pesar de que no haypruebas todo lo concluyentes que sería de desear, hay indi-cios de que las variaciones del temperamento real de las co-munidades modernas no se deben por completo a unaselección de tipos étnicos estables. Parece ser en grado apre-ciable una selección hecha entre las variantes depredadora ypacífica de los diversos tipos.

Esa concepción de la evolución humana contemporáneano es indispensable en este estudio. Las conclusiones gene-rales a las que se llega mediante el uso de estos conceptos deadaptación selectiva seguirían siendo ,sustancialmente ciertasaun empleando los términos y conceptos anteriores, darwi-nistas y spencerianos. Dadas las circunstancias, puede seradmisible una cierta latitud en el empleo de los términos. Lapalabra «tipo» se emplea con cierta vaguedad para denotarvariaciones de temperamento que, a juicio de los etnólogos,acaso no sean más que variantes triviales del tipo y no tiposétnicos distintos. Dondequiera que parece esencial paranuestro estudio una discriminación mayor, será evidente porel contexto el esfuerzo realizado para hacerla.

Los tipos étnicos de hoy son, pues, variantes de los ti-pos raciales primitivos. Han sufrido alguna alteración y hanalcanzado cierto grado de fijeza en esa forma alterada, bajo ladisciplina de la cultura bárbara. El hombre del presente he-reditario es la variante bárbara, servil o aristocrática, de loselementos étnicos que lo constituyen. Pero esa variante bár-bara no ha alcanzado el máximo grado posible de homoge-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 232: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

232

neidad ni de estabilidad. Aunque la cultura bárbara -los esta-dios depredador y casi pacífico- ha tenido una gran duraciónabsoluta, no ha tardado lo suficiente ni ha sido lo bastanteinvariable para dar al tipo una fijeza extrema. Se presentancon frecuencia variaciones de la naturaleza humana bárbara yesos casos de variación se están haciendo más perceptibleshoy día, porque las condiciones de la vida moderna no ac-túan ya de modo consistente para reprimir las desviacionesdel tipo bárbaro normal. El temperamento depredador no sepresta a todas las finalidades de la vida moderna y, más espe-cialmente, de la industria moderna.

Las desviaciones de la naturaleza humana del presentehereditario son casi siempre reversiones a una variante ante-rior del tipo. Esa variante anterior está representada por eltemperamento que caracteriza a la fase primitiva del salva-jismo pacífico. Las circunstancias de la vida y las finalidadesde los esfuerzos que predominaban antes del advenimientode la cultura bárbara, modelaron la naturaleza humana y, porlo que respecta a determinados rasgos fundamentales, lafijaron. Y es a esas características antiguas y genéricas a lasque se inclina a volver el hombre moderno, en el caso deproducirse variaciones de la naturaleza humana del presentehereditario. Las condiciones en que vivían los hombres enlas etapas más primitivas de la vida en común, a las que sepuede denominar propiamente humanas, parecen haber sidode tipo pacífico; y el carácter, el temperamento y la actitudespiritual de los hombres en esas condiciones de medio einstituciones primitivos, parece haber sido de tipo pacífico yno agresivo, por no decir indolente. Para la finalidad inme-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 233: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

233

diata que aquí nos ocupa, ese estadio cultural pacífico puedeser considerado como el punto que señala la fase inicial deldesarrollo social. Por lo que se refiere a nuestra argumenta-ción actual, la característica espiritual dominante de esa pre-sunta fase inicial de la cultura parece haber sido un sentidoespontáneo y no explícito de solidaridad del grupo, que seexpresaba en gran parte en una simpatía complaciente, peroen modo alguno vehemente, hacia todo lo que facilita la vidahumana y una revulsión desagradable, provocada por todainhibición o futilidad de vida conocidas. Dada su presenciaubicua en los hábitos mentales del salvaje ante-depredador,este sentido penetrante, pero no vehemente, de lo genérica-mente útil, parece haber sido una fuerza coactiva apreciableen la vida y la forma de los contactos habituales de aquél conlos otros miembros del grupo.

Los rastros de esa fase pacífica inicial e indiferenciadade la cultura parecen borrosos y dudosos, si consideramossólo las pruebas categóricas de su existencia, tal como laspresentan los usos y opiniones en boga en el presente histó-rico, tanto en las comunidades civilizadas, como en las queno lo están; pero es menos dudosa la prueba que de su exis-tencia encontramos en las supervivencias psicológicas, enforma de rasgos persistentes y profundos del carácter huma-no. Esos rasgos sobreviven, acaso, en un grado especial en-tre aquellos elementos étnicos que estuvieron aglomeradosen segundo término durante la cultura depredadora. Losrasgos adecuados a los hábitos iniciales de la vida se hicieronentonces relativamente inútiles para la lucha individual por laexistencia. Y aquellos elementos de la población o grupos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 234: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

234

étnicos menos aptos por temperamento para la vida depre-dadora fueron oprimidos y lanzados a segundo plano.

Con la transición a la cultura depredadora, el carácter dela lucha por la existencia cambió en cierto grado, pasando delucha del grupo contra un medio no humano a lucha delgrupo contra un medio humano. Este cambio fue acompa-ñado de un creciente antagonismo entre los diversos miem-bros del grupo y una conciencia cada vez mayor de eseantagonismo.

Las condiciones necesarias para triunfar dentro del gru-po, así como las condiciones necesarias para la supervivenciadel grupo, cambiaron en cierta medida; y la actitud espiritualdominante en el grupo cambió gradualmente y llevó a unaposición de legítimo dominio en el esquema general de vidaaceptado a un grupo distinto de aptitudes y propensiones.Entre esos rasgos arcaicos a los que hay que considerar co-mo supervivientes de la fase cultural pacífica, se encuentranese instinto de solidaridad racial al que denominamos con-ciencia -que incluye él sentido de fidelidad y equidad- y elinstinto de trabajo eficaz en su expresión ingenua y no valo-rativa.

A la luz de la ciencia biológica y psicológica moderna, lanaturaleza humana tendrá que explicarse en términos dehábito; y en esa nueva exposición parece ser éste el únicolugar y base que se puede atribuir a esos rasgos. Esos hábitosde vida tienen un carácter muy profundo, para que se lospueda atribuir a la influencia de una disciplina posterior ybreve. La facilidad con que los eclipsan temporalmente lasexigencias especiales de la vida reciente y moderna demues-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 235: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

235

tra que esos hábitos son los efectos que sobreviven de unadisciplina de fecha extremadamente antigua; disciplina de lasenseñanzas, de la cual los, hombres se han visto obligados aapartarse con frecuencia en materia de detalle en las nuevascircunstancias de una época posterior; y el modo, casi ubi-cuo, como se afirman dondequiera que disminuye la presiónde las exigencias especiales nos dice que el proceso medianteel cual se fijaron y se incorporaron esos rasgos a la constitu-ción espiritual del tipo tiene que haber durado un tiemporelativamente largo y sin haber sufrido interrupciones im-portantes. La cuestión no está afectada seriamente por nin-gún problema relativo a si se trató de un procesohabituación, en el viejo sentido de la palabra, o de un proce-so de adaptación selectiva de la raza.

El carácter y las exigencias de la vida, bajo el régimen destatus y de antítesis entre individuos y clases, que abarca todoel intervalo entre el comienzo de la cultura depredadora y elmomento actual, indican que es difícil que pudieran habersurgido y adquirido fijeza durante aquel intervalo los rasgostemperamentales aquí estudiados. Es muy probable que esosrasgos hayan sido trasmitidos desde un método de vida ante-rior y hayan sobrevivido a lo largo del intervalo de las cultu-ras depredadora y casi pacífica, en situación de desusoincipiente, o al menos inminente, y no que hayan sido apor-tados y fijados por esa última cultura. Parecen ser caracterís-ticas hereditarias de la raza y haber persistido a pesar de quelas condiciones requeridas para triunfar, en el estadio culturaldepredador y en los posteriores, fueran distintas de las anti-guas. Parecen haber persistido por la fuerza de la tenacidad

http://psikolibro.blogspot.com

Page 236: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

236

de trasmisión que corresponde a un rasgo hereditario, pre-sente en cierto grado en todo miembro de la especie, y que,en consecuencia, descansa en una amplia base de continui-dad racial.

Tal característica genérica no se elimina con facilidad, nisiquiera en un proceso de selección tan severo v continuadocomo aquél al que estuvieron sometidos durante los estadiosdepredador y casi pacífico los rasgos que aquí estamos estu-diando. Esos rasgos pacíficos son, en gran parte, ajenos a losmétodos y al espíritu de la vida bárbara. La característicasobresaliente de la cultura bárbara es una emulación y unantagonismo incesante entre las clases y los individuos. Esadisciplina basada en la emulación favorece a aquellos indivi-duos y linajes que sólo poseen las características del salvajepacífico en un grado relativamente ligero. En consecuencia,tiende a eliminar esos rasgos y, aparentemente, los ha debili-tado en grado apreciable en las poblaciones que han estadosometidas a ella. Incluso cuando la disconformidad con eltipo de temperamento bárbaro no se paga con una penalidadextrema, se produce al menos una represión mas o menosfirme de los individuos y linajes disconformes.

En cualquier fase cultural conocida, posterior o distintade la presunta fase inicial de que aquí hemos hablado, losdones de bondad de carácter, equidad y compasión indiscri-minada no favorecen de modo apreciable la vida del indivi-duo. Su posesión puede servir para proteger al individuo,frente a los malos tratos de una mayoría que considera quecierta proporción de tales ingredientes forma parte de suideal de hombre normal; pero aparte de su efecto indirecto y

http://psikolibro.blogspot.com

Page 237: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

237

negativo, el individuo sale mucho mejor librado en el régi-men de competencia cuanto menor sea la proporción en queposea esas dotes. Puede decirse que la carencia de escrúpu-los, de conmiseración, de honestidad y de apego a la vidacontribuye, dentro de ciertos límites, a fomentar el éxito delindividuo en la cultura pecuniaria. Los hombres que hantenido mayor éxito en todas las épocas han sido, por lo ge-neral, de este tipo; con excepción de aquellos cuyo éxito nose ha medido en términos de riqueza ni de poder. Sólo den-tro de límites estrechos, y aun así sólo en sentido pickwi-ckiano, es posible afirmar que la honestidad es la mejorconducta.

Desde el punto de vista de la vida en las condiciones dela civilización moderna en una comunidad ilustrada de lacultura occidental, el salvaje primitivo y ante-depredadorcuyo carácter hemos tratado de bosquejar esquemáticamen-te, no tuvo gran éxito. Aun para los fines de esa hipotéticacultura a la que su tipo de naturaleza humana debe la estabi-lidad que tiene -los fines del grupo salvaje pacífico-, esehombre primitivo tiene tantos y tan notorios defectos eco-nómicos como virtudes económicas, como debe ser evidentepara cualquiera cuyo sentido del problema no esté deforma-do por la lenidad basada en un sentimiento de solidaridad.En el mejor de los casos, es «una persona inteligente, que nosirve para nada». Los defectos de ese tipo de carácter quesuponemos primitivo son la debilidad, la ineficacia, la faltade iniciativa y de ingenio y una amabilidad indolente y que seinclina a ceder a todo, junto con un sentido animista vívido,pero incongruente junto con esos rasgos, van otros que tie-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 238: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

238

nen algún valor para el proceso de la vida colectiva, en elsentido de que fomentan la facilidad de la vida del grupo.Esos rasgos son el carácter pacífico, la buena voluntad, lahonestidad y un interés no emulativo y no valorativo en loshombres y en las cosas.

Cuando llega el estadio depredador de la vida, se produ-ce un cambio en las condiciones de carácter requeridas paratriunfar. Los hábitos de vida de los hombres tienen queadaptarse a las nuevas exigencias bajo un nuevo esquema derelaciones humanas. El mismo despliegue de energía quehabía encontrado expresión en los rasgos de la vida salvaje, aque nos hemos referido arriba, necesita ahora encontrarlasiguiendo una nueva línea de acción, en un nuevo grupo derespuestas habituales a unos estímulos que se han modifica-do. Los métodos que, medidos en términos de facilidad devida, respondían relativamente bien a las condiciones anti-guas dejan de ser adecuados a las nuevas. La situación ante-rior se caracterizaba por una relativa ausencia deantagonismo o diferenciación de intereses; la situación pos-terior, por una emulación que aumenta constantemente suintensidad, a la vez que se reduce su ámbito. Los rasgos quecaracterizan el estadio cultural depredador y los subsiguien-tes y que indican los tipos de hombre más aptos para sobre-vivir bajo el régimen de status, son (en su expresión primaria)la ferocidad, el egoísmo, el espíritu de clan y la falta de since-ridad, el abuso de la fuerza y el fraude.

Bajo la disciplina severa y prolongada del régimen decompetencia, la selección de tipos étnicos ha actuado en elsentido de dar un predominio marcado a esos rasgos de ca-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 239: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

239

rácter, favoreciendo la supervivencia de aquellos elementosétnicos más ricamente dotados a estos respectos. A la vez,los hábitos adquiridos más antiguos y más genéricos de laraza no han dejado nunca de tener alguna utilidad, para losfines de la vida de la colectividad y no han caído nunca ente-ramente en un desuso definitivo.

Puede merecer la pena señalar que el tipo de europeodólico-rubio parece deber mucha parte de su influencia do-minante, y su posición de señorío en la cultura reciente, alhecho de poseer en grado excepcional las características delhombre depredador. Esos rasgos espirituales, junto congrandes dotes de energía física -resultado, probablemente deuna selección entre grupos y entre linajes-, actúan de modoprincipal para colocara todo elemento étnico en la posiciónde clase ociosa dominadora, especialmente durante las pri-meras fases del desarrollo de la institución de una clase ocio-sa. Esto no quiere decir que precisamente el mismo conjuntode aptitudes en cualquier individuo haya de asegurarle, pornecesidad, un éxito personal destacado. En el régimen decompetencia, las condiciones requeridas para el triunfo delindividuo no son necesariamente las mismas que se requie-ren para el de una clase. El triunfo de una clase o partidopresupone un fuerte elemento de lealtad a un jefe o de adhe-sión a un dogma; en tanto que el individuo que compitepuede conseguir mejor sus fines si combina la energía, ini-ciativa, egoísmo y carácter artero del bárbaro, con la falta delealtad o de espíritu de clan del salvaje. Puede observarse depasada que los hombres que han tenido un éxito brillante(napoleónico), a base de un egoísmo imparcial y una carencia

http://psikolibro.blogspot.com

Page 240: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

240

total de escrúpulos, han presentado con frecuencia más ca-racterísticas físicas del tipo braquicéfalo-moreno que deldólico-rubio. La mayor proporción de individuos que consi-guen un relativo éxito de tipo egoísta parece pertenecer, sinembargo, por lo que respecta a su físico, al último elementoétnico mencionado.

El temperamento producido por el hábito de vida de-predador favorece la supervivencia y plenitud de vida delindividuo en régimen de emulación; a la vez favorece la su-pervivencia v el éxito del grupo si la vida del grupo encuanto colectividad es también, de modo predominante, unavida de competencia hostil con otros grupos. Pero la evolu-ción de la vida económica de las comunidades. industrial-mente más maduras ha comenzado, a su vez, a tomar unadirección tal, que los intereses de la comunidad no coincidenya con los intereses emulativos del individuo. En cuantogrupos, esas comunidades industriales avanzadas están deando de ser competidoras, para conseguir los medios de vidanecesarios o hacer respetar el derecho a vivir, excepto en lamedida en que las propensiones depredadoras de sus clasesgobernantes siguen manteniendo la tradición de guerra yrapiña. Esas comunidades han dejado de ser hostiles entre sípor la fuerza de circunstancias distintas de las que integran latradición y el temperamento. Sus intereses materiales -poniendo acaso aparte los intereses de la buena fama colec-tiva- han dejado de ser incompatibles, pero el éxito de cual-quiera de las comunidades favorece indiscutiblemente -porahora y por un tiempo futuro incalculable- la plenitud devida de cualquiera otra comunidad del grupo. Ninguna de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 241: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

241

ellas sigue teniendo ningún interés material en sobrepasar alas demás. No puede afirmarse lo mismo, en igual grado, delos individuos y sus relaciones mutuas.

Los intereses colectivos de cualquier comunidad mo-derna se centran en la eficacia industrial. El individuo es útilpara los fines de la comunidad en proporción a su eficienciaen lo que vulgarmente se denominan las tareas productivas.Ese interés colectivo está mejor servido por la honestidad, ladiligencia, la mansedumbre, la buena voluntad, la ausencia deegoísmo y un reconocimiento y aprehensión habituales de lasecuencia causal, sin mezcla de creencias animistas y sin sen-tido de dependencia de ninguna especie de intervenciónpreternatural en el curso de los acontecimientos. No se pue-de decir mucho de la belleza, excelencia moral o dignidad oreputación generales de una naturaleza humana tan prosaicacomo la que implican estos rasgos. Y hay pocos motivos quepermitan entusiasmarse por la forma de vida colectiva que seproduciría en el caso de que esos rasgos prevalecieran, ejer-ciendo un dominio incondicionado. Pero esto no nos intere-sa por el momento. El buen funcionamiento de unacomunidad industrial moderna se consigue mejor allí dondese dan estos rasgos y se llega a alcanzar en el grado en el queel material humano se caracteriza por su posesión. En ciertamedida, se requiere su presencia para conseguir un ajusteadecuado a las circunstancias de la situación industrial mo-derna, El mecanismo complejo, amplio, esencialmente pací-fico y altamente organizado de la comunidad industrialmoderna funciona con mayor rendimiento cuando esos ras-gos, o la mayoría de ellos, están presentes en el grado máxi-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 242: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

242

mo que es posible concebir. Esos rasgos se dan en el hom-bre de tipo depredador en un grado marcadamente inferiorde lo que es útil para las finalidades de la vida colectiva mo-derna.

Por otra parte, en el régimen de competencia, el interésinmediato del individuo está mejor servido por un comercioastuto y una administración carente de escrúpulos. Las ca-racterísticas arriba mencionadas como útiles para los intere-ses de la comunidad son perjudiciales para el individuo y noal revés. La presencia de esas aptitudes en la constituciónmental de ésta canaliza sus energías hacia fines distintos de laventaja pecuniaria; y tienden también a llevarlo a buscar laganancia por los canales indirectos e ineficaces de la indus-tria y no embarcándose en una carrera franca y decidida deuna práctica poco escrupulosa. Las aptitudes industrialesconstituyen un obstáculo bastante importante para el indivi-duo. En el régimen de emulación, los miembros de una co-munidad industrial moderna son rivales y cada uno de ellosconsigue mejor su ventaja individual e inmediata si, gracias auna carencia excepcional de escrúpulos, puede superar ydañar a sus semejantes cuando tiene oportunidad de hacerlo.

Ya se ha notado que las instituciones económicas mo-dernas caen, en términos generales, dentro de dos categoríasdistintas: la pecuniaria y la industrial. Lo mismo puede decir-se de las tareas. Bajo el primer epígrafe se agrupan las tareasque tienen algo que ver con la propiedad o la adquisición;bajo el segundo, las relacionadas con el trabajo o la produc-ción. Lo mismo que veíamos al estudiar el desarrollo de lasinstituciones, vemos al ocuparnos de las tareas. Los intereses

http://psikolibro.blogspot.com

Page 243: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

243

económicos de la clase ociosa se encuentran en las tareaspecuniarias; los de las clases trabajadoras en ambos tipos detareas, pero sobre todo en las industriales. La entrada a laclase ociosa se encuentra en las tareas pecuniarias.

Esas dos clases de ocupaciones difieren materialmenteen lo relativo a las aptitudes requeridas para cada una de ellasy la educación que resulta de ellas sigue, de modo semejante,dos líneas divergentes. La disciplina de las ocupaciones pe-cuniarias opera en el sentido de conservar y cultivar algunasde las aptitudes depredadoras y el ánimo depredador. Lohace así, tanto al educar a aquellos individuos y clases em-pleados en estas ocupaciones, como al reprimir y eliminarselectivamente a aquellos individuos y linajes ineptos a esterespecto. En la medida en que el proceso competitivo deadquisición y tenencia modela los hábitos mentales de loshombres y en la medida en que sus funciones económicasestán comprendidas dentro del ámbito de la propiedad deriqueza, concebida en términos de valor en cambio y de suadministración y financiamiento mediante la permutación desus valores, su experiencia de la vida económica favorece lasupervivencia y acentuación del temperamento y hábitosmentales depredadores. Bajo el sistema pacífico moderno,una vida de adquisición favorece, sobre todo, los hábitos yaptitudes depredadores que pueden desarrollarse pacífica-mente. Es decir, las tareas pecuniarias permiten perfeccio-narse en la línea general de prácticas comprendida bajo ladenominación de fraude y no en las que corresponden almétodo más arcaico de captura violenta.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 244: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

244

Esas tareas pecuniarias que tienden a conservar el tem-peramento depredador son las relacionadas con la propiedad-función inmediata de la clase ociosa propiamente dicha- ycon las funciones subsidiarias relativas a su adquisición yacumulación. Comprenden éstas aquella clase de personas yserie de deberes del proceso económico relacionados con lapropiedad de empresas ocupadas en la industria basada en lacompetencia; en especial, aquellas operaciones fundamenta-les de administración económica que se clasifican como ope-raciones financieras. Hay que añadir a éstas la mayoría de losempleos comerciales. En su mejor y más claro desarrolloesas obligaciones constituyen la función económica del «ca-pitán de industria». El capitán de industria es más bien unhombre astuto que ingenioso y su capitanía tiene un caráctermás pecuniario que industrial. La administración industrialque practica es, por lo general, de tipo permisivo. Los deta-lles relativos ala eficacia mecánica de la producción y de laorganización industrial se delegan a subordinados que tienenuna mentalidad menos «práctica»: hombres mejor dotadospara el trabajo eficaz que para las tareas administrativas.

En lo que se refiere a su tendencia a modelar la natura-leza humana mediante la educación y la selección, la mayorparte de las tareas no económicas deben clasificarse con laspecuniarias. Tales son la política y las tareas eclesiásticas ymilitares.

Las tareas pecuniarias tienen también la sanción que su-pone el hecho de que contribuyen a la reputación en un gra-do mucho mayor que las industriales. De este modo lospatrones reguladores de la buena reputación propios de la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 245: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

245

clase ociosa vienen a apoyar el prestigio de aquellas aptitudesque sirven a la finalidad valorativa; y, por tanto, el esquemageneral de lo que es una vida decorosa, tal como la entiendela clase ociosa, estimula también la supervivencia y el cultivode los rasgos depredadores. Las tareas tienen una gradaciónjerárquica. Dentro de las tareas económicas propiamentedichas, las que mayor reputación proporcionan son las quetienen relación inmediata con la propiedad en gran escala.Les siguen aquellas tareas que están subordinadas inmedia-tamente a la propiedad y a las finanzas, tales como las banca-rias y jurídicas. Las tareas bancarias comportan también lasugestión de una gran propiedad y este hecho, sin duda, tie-ne importancia en el prestigio que da al negocio. La profe-sión jurídica no implica la tenencia de mucha propiedad;pero como el trabajo del abogado no posee ningún tinte deutilidad, salvo para fines de competencia, tiene un gradoelevado en el esquema convencional. El abogado se ocupaexclusivamente de los detalles del fraude depredador, tantopor lo que se refiere a conseguir como a frustrar el éxito delas argucias, y el triunfo en la profesión se acepta, en conse-cuencia, como signo de grandes dotes de esa astucia bárbaraque ha suscitado siempre entre los hombres respeto y temor.Las tareas mercantiles sólo a medias proporcionan reputa-ción, a menos que impliquen la tenencia de mucha propie-dad y un elemento de utilidad muy reducido. El grado queocupen en la escala varía hasta cierto punto, según que sir-van a las necesidades superiores o a las inferiores, de tal mo-do que, al vender al por menor cosas necesarias para lasatisfacción de las necesidades más vulgares de la vida, des-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 246: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

246

ciende al nivel de las manufacturas y el trabajo en las fábri-cas. El trabajo manual, y aun el trabajo de dirigir procesosmecánicos está, desde luego, en una situación precaria enpunto a respetabilidad.

Es necesario hacer una salvedad por lo que se refiere ala disciplina dada por las tareas pecuniarias. Al aumentar laescala de la empresa industrial, la administración pecuniariacomienza a perder el carácter de marrullería y competenciaastuta en cosas de detalle. Es decir, para una proporcióncada vez mayor de las personas que están en contacto coneste aspecto de la vida económica, el negocio se reduce a unarutina en la que la sugestión de superar o explotar a un com-petidor es menos inmediata. La exención consiguiente dehábitos depredadores se extiende, sobre todo, a los subordi-nados que están empleados en el negocio. Los deberes queimponen la propiedad y la administración no están virtual-mente afectados por esta salvedad.

No ocurre lo mismo en lo que respecta a aquellos indi-viduos o clases ocupados inmediatamente en la técnica y enlas operaciones manuales de producción. Su vida cotidianano constituye, en el mismo grado que la de aquellos, un pro-ceso de habituación a los motivos y maniobras emulativos yvalorativos del aspecto pecuniario de la industria. Tienen queaferrarse a la aprehensión y coordinación de los hechos ysecuencias mecánicas y a su apreciación y utilización para lasfinalidades de la vida humana. En lo que se refiere a estaparte de la población, la acción selectiva y educadora delproceso industrial, con el que están inmediatamente en con-tacto, opera en el sentido de adaptar sus hábitos mentales a

http://psikolibro.blogspot.com

Page 247: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

247

las finalidades no valorativas de la vida colectiva. Para ellos,por tanto, se apresura el desuso de las aptitudes y propen-siones notoriamente depredadoras trasmitidas por la heren-cia y la tradición desde el pasado bárbaro de la raza.

La acción educativa de la vida económica de la comuni-dad no es, por ende, de tipo uniforme en todas sus manifes-taciones. La serie de actividades económicas relacionadasinmediatamente con la competencia pecuniaria tiene tenden-cia a conservar ciertos rasgos depredadores; en tanto queaquellas tareas industriales que mantienen relación inmediatacon la producción de bienes tienen, por lo general, la ten-dencia contraria. Pero, con respecto a la última de estas cla-ses de tareas, hay que notar que casi todas las personasempleadas en ellas se relacionan también en cierta medidacon problemas de la competencia pecuniaria, como, porejemplo, con la fijación de sueldos y salarios mediante lacompetencia, la compra de bienes de consumo, etc. Portanto, la distinción hecha aquí entre clases de tareas no es, enmodo alguno, una distinción rígida y tajante entre clases depersonas.

Las ocupaciones de las clases ociosas en la industriamoderna son de tal tipo que mantienen vivos algunos de loshábitos y aptitudes depredadores. En la medida en que losmiembros de esas clases toman parte en el proceso indus-trial, su actividad tiende a conservar en ellos el tempera-mento bárbaro. Pero hay algo que decir en contrario. Losindividuos así colocados en una posición que los exime deesa tensión pueden sobrevivir y trasmitir sus características,aunque difieran mucho del promedio de la especie en punto

http://psikolibro.blogspot.com

Page 248: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

248

a constitución física y espiritual. Las posibilidades de super-vivencia y trasmisión de rasgos atávicos son mayores enaquellas clases que están más protegidas contra la presión delas circunstancias. La clase ociosa está protegida en ciertogrado contra la tensión de la situación industrial y debe, enconsecuencia, dar una proporción extraordinariamente gran-de de reversiones al temperamento pacífico o salvaje. Losindividuos que discrepan del común de sus compañeros, oque tienen tendencias atávicas, pueden desplegar sus activi-dades vitales siguiendo líneas ante-depredadoras, sin sufriruna represión o eliminación tan rápida como la que se da enlos niveles inferiores de la vida.

Algo de eso parece ser cierto en la realidad. Por ejem-plo, hay una proporción bastante grande de miembros de lasclases elevadas cuyas inclinaciones los llevan a ocuparse detareas filantrópicas y un sentimiento considerable en esaclase, que apoya los esfuerzos encaminados a la reforma y elmejoramiento sociales. Y, además, gran parte de ese esfuerzofilantrópico y reformador lleva los signos distintivos deaquella «inteligencia» y aquella incoherencia amables que soncaracterísticas del salvaje primitivo. Pero puede dudarse aúnde si esos hechos son prueba de una mayor proporción dereversiones en los estratos superiores que en los inferiores.Aunque en las clases no adineradas se dieran las mismasinclinaciones, no sería fácil que encontrasen expresión, vaque esas clases carecen de los medios, el tiempo y la energíanecesarios para dar eficacia a sus inclinaciones en este res-pecto. Es difícil discutir las presunciones que aportan loshechos.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 249: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

249

Hay que hacer otra salvedad: la de que la clase ociosa dehoy día se compone de quienes han tenido éxito en sentidopecuniario, y que, por tanto, es de presumir que estén dotaos e una proporción mas que suficiente de rasgos depreda-dores. La entrada en la clase ociosa se logra por medio de lastareas pecuniarias y esas tareas, por selección y adaptación,operan en el sentido de no admitir a los grados superioressino aquellos linajes aptos pecuniariamente para sobrevivir ala prueba depredadora. Y en cuanto se produce en esos ni-veles superiores un caso de reversión a la naturaleza humanano depredadora, lo corriente es que se expulse a quien lopresenta, arrojándoselo a los niveles pecuniarios inferiores.Para conservar su puesto en la clase, un linaje ha de tenertemperamento pecuniario; en otro caso su fortuna se disipa-ría y perdería su casta. Hay suficientes ejemplos de esto.

La admisión a la clase ociosa se produce mediante unproceso selectivo continuo, por virtud del cual se extrae delas clases inferiores a los individuos y linajes eminentementeaptos para la competencia pecuniaria agresiva. Para llegar alos niveles superiores, el aspirante no sólo ha de tener lasaptitudes pecuniarias en una proporción bastante elevada,sino en un grado tan eminente que pueda superar dificulta-des muy importantes que se oponen a su ascenso. Salvo ac-cidente, los nouveaux arrivés son un grupo escogido.

Este proceso de admisión selectiva ha estado operandosiempre, desde que se implantó la forma de emulación pecu-niaria, lo que equivale a decir desde que se implantó la insti-tución de la clase ociosa. Pero el fundamento preciso de laselección no ha sido siempre el mismo y, en consecuencia, el

http://psikolibro.blogspot.com

Page 250: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

250

proceso selectivo no ha dado siempre los mismos resultados.En la primera parte de la época bárbara o estadio depreda-dor propiamente dicho, la prueba de aptitud era la proeza enel sentido ingenuo de la palabra. Para conseguir entrar en laclase, el candidato había de estar dotado de espíritu de clan,robustez, ferocidad, falta de escrúpulos y tenacidad en laconsecución de sus propósitos. Éstas eran las cualidades quecontaban para conseguir acumular y mantener la posesión deriqueza. La base económica de la clase ociosa era entonces,como ha sido posteriormente, la posesión de riqueza; perolos métodos de acumular riqueza y las dotes requeridas paraposeerla han cambiado bastante, desde los primeros tiemposde la cultura depredadora. A consecuencia del proceso selec-tivo, los rasgos dominantes de la clase ociosa de los primerostiempos bárbaros eran una agresividad audaz, un sentidosiempre alerta del status y falta de escrúpulos para recurrir alfraude cuando éste fuera conveniente. Los miembros de laclase ociosa mantenían su puesto en ella mediante la proeza.En la cultura bárbara posterior, bajo el régimen casi pacíficodel status, la sociedad alcanzó unos métodos estables de ad-quisición y posesión. La simple agresión y la violencia ilimi-tada cedieron, en gran parte, su lugar como método másacertado de acumular riqueza a las prácticas astutas y la ma-rrullería. En consecuencia, la clase ociosa hubo de conservarunas aptitudes y propensiones diferentes. La agresión arbi-traria y la robustez que la acompaña, junto con un sentidodespiadadamente lógico del status, hubieron de seguir con-tando entre los rasgos más espléndidos de la clase. Estosrasgos han continuado en nuestras tradiciones como típicas

http://psikolibro.blogspot.com

Page 251: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

251

«virtudes aristocráticas». Pero se asociaron con ellas, en pro-porción cada vez mayor y sirviéndoles de complementootras virtudes pecuniarias de las menos agresivas, tales comola previsión, la prudencia y la marrullería. Al avanzar el tiem-po y acercarse al estadio pacífico moderno de la cultura pe-cuniaria, las aptitudes y hábitos últimamente mencionadoshan ganado en eficacia relativa para los fines pecuniarios yhan contado relativamente más en el proceso selectivo me-diante el cual se consigue, primero, la admisión a la claseociosa y se conserva, después, el lugar obtenido.

El motivo en que se basa la selección ha ido cambiandohasta que, en la actualidad, las aptitudes que califican para laadmisión en la clase son sólo las pecuniarias. Lo que quedade los rasgos bárbaros depredadores es la tenacidad en laconsecución de los propósitos y la continuidad de las aspira-ciones que distinguen al bárbaro depredador afortunado delsalvaje pacífico a quien suplantó aquél. Pero no puede decir-se que este rasgo distinga de modo característico al hombrede la clase superior, destacado por el éxito pecuniario, de losmiembros de las clases industriales. La preparación y selec-ción a que éstos se encuentran sometidos en la vida indus-trial moderna dan a este rasgo un peso igualmente decisivo.Puede decirse que la tenacidad en la consecución de los pro-pósitos distingue a estas dos clases de otras dos: el inútildesafortunado y el delincuente de baja estofa. Por lo querespecta a dotes naturales, el hombre adinerado puede com-pararse con el delincuente, de modo análogo a como puedeal compararse al industrial con el subordinado bonachón ydesafortunado. El tipo ideal de hombre adinerado se asemeja

http://psikolibro.blogspot.com

Page 252: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

252

al tipo ideal de delincuente por su utilización sin escrúpulosde cosas y personas para sus propios fines y por su desprecioduro de los sentimientos y deseos de los demás y carencia depreocupaciones por los efectos remotos de sus actos; pero sediferencia de él porque posee un sentido más agudo del statusy porque trabaja de modo más consistente en persecución deun fin más remoto, contemplado en virtud de una visión demayor alcance. El parentesco de los dos tipos de tempera-mento se muestra, además, por una proclividad «deportiva» yuna inclinación a los juegos de azar, junto con un deseo deemulación sin objeto. El tipo ideal de hombre adineradomuestra también un parentesco curioso con el delincuente,en una de las variaciones concomitantes de la naturalezahumana depredadora. El delincuente es con mucha frecuen-cia supersticioso; cree firmemente en la suerte, los encanta-mientos, la adivinación y el destino y en los augurios y lasceremonias chamanistas. Cuando las circunstancias son fa-vorables, esa propensión se suele expresar en cierto fervordevoto servil y en una atención puntillosa a las prácticas de-votas; acaso sea mejor caracterizarla como devoción quecomo religión. En este punto, el temperamento del delin-cuente tiene más en común con las clases pecuniaria y ocio-sa, que con el industrial o con la clase de los dependientessin aspiraciones.

La vida en una comunidad industrial moderna –o, dichocon otras palabras, en la cultura pecuniaria- actúa en el senti-do de producir, mediante un proceso de selección el desa-rrollo y la conservación de una determinada serie deaptitudes y propensiones. Este proceso selectivo no es una

http://psikolibro.blogspot.com

Page 253: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

253

simple tendencia a revertir a un tipo étnico dado, inmutable,sino más bien a una modificación de la naturaleza humanaque difiere, en algunos respectos, de cualquiera de los tipos ovariantes trasmitidos por el pasado. El objetivo de la evolu-ción no es único. El temperamento que la evolución tiende aestablecer como normal difiere de todas y cada una de lasvariantes arcaicas de la naturaleza humana en su mayor esta-bilidad de aspiraciones: mayor unicidad de fines y mayorpersistencia en el esfuerzo. Por lo que se refiere a la teoríaeconómica el objetivo del proceso selectivo es, en conjunto yen esta medida, único; aunque hay tendencias menores, deconsiderable importancia, que se desvían de esta línea dedesarrollo. Pero aparte de esta tendencia general, la línea deldesarrollo no es única. Por lo que respecta a la teoría eco-nómica, el desarrollo sigue en otros aspectos dos líneas di-vergentes. En lo que respecta a la conservación selectiva decapacidades o aptitudes de los individuos, esas dos líneaspueden ser denominadas pecuniaria e industrial. En lo relati-vo a la conservación de propensiones, aptitud espiritual oánimo, puede denominarse a esas dos líneas valorativa oegoísta y no valorativa o económica. Por lo que se refiere a latendencia intelectual o cognoscitiva de las dos direcciones deese desarrollo, puede caracterizarse a la primera como elpunto de vista personal de la conación5, la relación cualitati-

5 Empleo aquí la palabra «conación» y más adelante «conativo», castella-nizando las inglesas conation y conative, muy empleadas ambas en la socio-logía de lengua inglesa, a partir de Ward. Etimológicamente derivan deconatio (esfuerzo, intento, empresa) y ésta de conari (emprender, intentar,ensayar, esforzarse, procurar). Ward explica en su Compendio de sociología(trad. esp. de D. Adolfo Posada, 3ª ed., Madrid, 1929, pp. 299-301) que

http://psikolibro.blogspot.com

Page 254: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

254

va, el status, o el valor; y a la segunda, la relación cuantitativa,la eficiencia mecánica o el uso.

Las tareas pecuniarias estimulan de modo principal laprimera de esas dos series de aptitudes y propensiones, yactúan selectivamente para conservarlas en la población. Porotra parte, las tareas industriales ejercitan de modo principallas de la segunda serie y operan en el sentido de conservarlas.Un análisis psicológico exhaustivo mostraría que cada una deesas dos series de aptitudes y propensiones no es sino laexpresión multiforme de cierta inclinación temperamental.Por la fuerza de la unidad o unicidad del individuo, las apti-tudes, el ánimo y los intereses comprendidos en la serie pri-meramente mencionada son expresiones conjuntas de unadeterminada variante de la naturaleza humana. Lo mismopuede afirmarse de la segunda serie. Ambas pueden ser con-cebidas como direcciones alternativas de la vida humana detal forma, que un determinado individuo se inclina de unmodo más o menos consistente a la una o a la otra. La ten-dencia de la vida pecuniaria es, en términos generales, la deconservar el temperamento bárbaro, pero sustituyendo lapredilección por el daño físico, que caracteriza al bárbaroprimitivo, por el fraude y la prudencia o la capacidad admi-nistrativa. Esa sustitución de la devastación por la estratage-ma se produce sólo en un grado incierto. En las tareaspecuniarias, la acción selectiva actúa de modo permanente enesa dirección, pero, fuera de la competencia que tiene por

fue Sir William Hamilton quien resucitó la palabra «para indicar el moti-vo humano». Ward la hace también equivalente a «buscar la satisfaccióndel deseo». [T]

http://psikolibro.blogspot.com

Page 255: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

255

finalidad el lucro, la disciplina de la vida pecuniaria no operade modo constante en el mismo sentido. La disciplina de lavida moderna en lo referido a consumo de tiempo y bienesno actúa inequívocamente para eliminar las virtudes aristo-cráticas o fomentar las burguesas. El esquema convencionalde lo que se considera como vida decorosa exige un empleoconsiderable de los rasgos bárbaros de la primera época. Encapítulos anteriores, y bajo el epígrafe de ocio, hemos nota-do algunos detalles de ese esquema tradicional de la vida quetienen importancia para este punto; en capítulos posterioresse mostrarán otros.

Resulta de lo que se ha dicho que la vida de la claseociosa y el esquema general de vida propio de ella debenfomentar la conservación del temperamento bárbaro; sobretodo de su variante casi pacífica o burguesa, pero también encierto grado de la variante depredadora. Por tanto, en ausen-cia de factores perturbadores, debe ser posible exponer unadiferencia de temperamento entre las diversas clases de lasociedad. Las virtudes aristocráticas y las burguesas, -es de-cir, los rasgos destructivos y los pecuniarios- se deben en-contrar principalmente en las clases superiores, y las virtudesindustriales -es decir, los rasgos pacíficos- sobretodo en lasclases dedicadas a la industria mecánica.

De modo general e indeterminado esto es así, pero eltérmino de comparación no se aplica con tanta facilidad nida resultados tan concluyentes como sería de desear. Hayvarias razones a las que se puede atribuir su fracaso parcial.En cierta medida, todas las clases se encuentran enzarzadasen una lucha pecuniaria y en todas las clases la posesión de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 256: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

256

rasgos pecuniarios favorece el éxito y la supervivencia delindividuo. Dondequiera que prevalece la cultura pecuniaria,el proceso selectivo mediante el cual se modelan los hábitosmentales de los hombres y se decide la supervivencia de loslinajes rivales se produce de modo próximo sobre la base dela aptitud adquisitiva. En consecuencia, a no ser por el hechode que la eficiencia pecuniaria es, en conjunto, incompatiblecon la eficiencia industrial, la acción selectiva de todas lasocupaciones tendería al predominio ilimitado del tempera-mento pecuniario.

El resultado sería que lo que se ha denominado «hom-bre económico» se convertiría en tipo normal y definitivo dela naturaleza humana. Pero el «hombre económico», cuyointerés es el egoísta y cuyo único rasgo humano es la pru-dencia, es inútil para las finalidades de la industria moderna.

La industria moderna requiere un interés no valorativo eimpersonal en el trabajo que se realiza. Sin ello serían impo-sibles los complicados procesos industriales que, de hecho,no hubieran sido concebidos nunca. Este interés en el tra-bajo diferencia al trabajador, por una parte del criminal y,por otra, del capitán de industria. Como para que continúe lavida de la comunidad hay que realizar el trabajo, se produceuna selección calificada que, dentro de una determinada seriede ocupaciones, favorece la aptitud espiritual de trabajo. Hayque conceder, sin embargo, que aun dentro de las ocupacio-nes industriales, la eliminación selectiva de los rasgos pecu-niarios es un proceso incierto y que, en consecuencia, aun enesas ocupaciones hay una supervivencia apreciable del tem-peramento bárbaro, A este respecto no existe, en la actuali-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 257: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

257

dad, ninguna distinción amplia entre el carácter de la claseociosa y el de la generalidad de la población.

El problema de una distinción de clases con respecto asu constitución espiritual está oscurecido también por lapresencia, en todas las clases sociales, de hábitos adquiridosde vida que estimulan en gran medida rasgos heredados ycontribuyen, a la vez, a desarrollar en toda la población losrasgos que estimulan. Esos hábitos adquiridos o rasgos decarácter asumidos son, por lo común, de tono aristocrático.La posición prescriptiva de la clase ociosa, como tipo queposee las condiciones que determinan la buena reputación,ha impuesto en las clases inferiores muchas características dela teoría de la vida de la clase ociosa; con el resultado de que,en toda la sociedad, se produce siempre un cultivo más omenos persistente de esos rasgos aristocráticos. Por estemotivo, tales rasgos tienen también una mayor posibilidad desupervivencia en el cuerpo del pueblo de la que tendrían sino se diera el precepto y el ejemplo de la clase ociosa. Puedemencionarse a la clase de los servidores domésticos como unconducto -y un conducto importante- mediante el cual seproduce esa transfusión de las concepciones aristocráticas dela vida y, en consecuencia, de los rasgos de carácter más omenos arcaicos. Las nociones de lo bueno y de lo bello quetienen las personas de la clase en cuestión están modeladaspor su contacto con los señores, y los criados llevan los pre-juicios así adquiridos a sus iguales de baja cuna y diseminan,de este modo, los ideales de la clase superior por toda la co-munidad sin la pérdida de tiempo que podría sufrir en otrocaso esa diseminación. El dicho «a tal señor, tal criado», tiene

http://psikolibro.blogspot.com

Page 258: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

258

una importancia mayor de lo que se cree comúnmente parala rápida aceptación popular de muchos elementos de lacultura de la clase superior.

Hay también otra serie ulterior de hechos que contribu-yen a disminuir la diferencia de clase, por lo que se refiere ala supervivencia de las virtudes pecuniarias. La lucha pecu-niaria produce una clase subalimentada de grandes propor-ciones. Esa subalimentación consiste en una deficiencia delas cosas necesarias para la vida o de las cosas necesarias paramantener un gasto decoroso. En cualquier caso, el resultadoes una lucha dura por los medios de hacer frente a las nece-sidades cotidianas, tanto por lo que se refiere a las necesida-des físicas como a las superiores. La tensión exigida por laautoafirmación contra las circunstancias desfavorables ab-sorbe toda la energía de los individuos; éstos inclinan susesfuerzos en la dirección que les impone la necesidad de noatender sino a sus finalidades valorativas propias y se hacencada vez más estrechamente egoístas.

De este modo los rasgos industriales tienden a quedaranticuados por el desuso. Por tanto, la institución de unaclase ociosa, al imponer un esquema de decoro pecuniario yal privar a las clases inferiores de todo lo que es posible pri-varlas en lo que respecta a medios de vida, actúa indirecta-mente en el sentido de conservaren la masa de la poblaciónlos rasgos pecuniarios. El resultado es una asimilación de lasclases inferiores al tipo de naturaleza humana que, en princi-pio, corresponde únicamente a las clases superiores.

Resulta, en consecuencia, que no hay entre las clases su-periores y las inferiores una gran diferencia de tempera-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 259: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

259

mento; pero resulta también que la falta de tal diferencia sedebe, en buena parte, al ejemplo prescriptivo de la claseociosa y a la aceptación popular de esos grandes principiosdel derroche ostensible y la emulación pecuniaria en que sebasa la institución de una clase ociosa. La institución operaen el sentido de rebajar la eficiencia industrial de la comuni-dad y retrasar la adaptación de la naturaleza humana a lasexigencias de la vida industrial moderna. Influye en la natu-raleza humana predominantemente o efectiva en direcciónconservadora: 1) por la transmisión directa de rasgos arcai-cos, mediante la herencia dentro de la clase y dondequieraque la sangre de la clase ociosa se trasfunde fuera de ella, 2)conservando y fortificando las tradiciones del régimen arcai-co y haciendo así que las posibilidades de supervivencia delos rasgos bárbaros sean también mayores que el ámbito detransfusión de la sangre de la clase ociosa.

Pero poco o nada se ha hecho para recoger, o resumir,datos que tienen significación especial para el problema de laeliminación o supervivencia de rasgos en las poblacionesmodernas. Por ende, es muy poco lo que se puede ofrecercomo apoyo de la opinión aquí expuesta, aparte de resumir yexaminar una serie de hechos de la vida cotidiana que seencuentran a nuestro alcance. Ese resumen no puede evitarlos lugares comunes y el tedio de los lectores, sino con mu-cha dificultad; pero, pese a ello, parece necesario hacerlopara dejar completa la argumentación, siquiera sea el esque-ma desnudo que aquí se intenta. Por todo ello, puede pedirsepara los capítulos que siguen cierto grado de indulgencia, yaque ofrecen un estudio fragmentario de esa especie.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 260: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

260

X. Supervivencias modernas de la proeza

La clase ociosa vive más bien por la comunidad indus-trial que en la comunidad industrial, Sus relaciones con laindustria tienen carácter pecuniario y no industrial. La admi-sión a la clase ociosa se consigue mediante el ejercicio de lasaptitudes pecuniarias, aptitudes adquisitivas y no aptitudesútiles. Hay, por tanto, una continua criba selectiva del mate-rial humano que constituye la clase ociosa y esa selección sehace sobre la base de la aptitud para las empresas pecunia-rias. Pero el esquema general de la vida de la clase es, en granparte, una herencia del pasado y encarna en un grado muyalto los hábitos e ideales de la primera parte del período bár-baro. Ese esquema general bárbaro y arcaico de la vida seimpone también a los estratos inferiores, en forma más omenos mitigada. A su vez, el esquema general de la vida, delas convenciones, opera selectivamente y por educación paramodelar el material humano, y su acción se ejerce, sobretodo, en el sentido de conservar rasgos, hábitos e ideales quepertenecen a la primera parte de la época bárbara: la era de laproeza y la vida depredadora.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 261: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

261

La expresión más inmediata e inequívoca de esa natura-leza humana arcaica, que caracteriza al hombre en el estadiodepredador, es la propensión combativa propiamente dicha.En los casos en que la actividad depredadora es una activi-dad colectiva esa propensión se denomina con frecuenciaespíritu marcial o, en épocas posteriores, patriotismo. No serequiere mucha insistencia para lograr que se acepte la pro-posición de que, en los países de la Europa civilizada, la claseociosa hereditaria posee ese espíritu marcial en un gradosuperior que la clase media. Más aún, la clase ociosa procla-ma esta distinción como un motivo de orgullo y ello, sinduda, con algún fundamento. La guerra es honorable y lasproezas bélicas son eminentemente honoríficas a los ojos dela generalidad de los hombres; y esta admiración de las proe-zas bélicas constituye, por sí sola, la mejor prueba de untemperamento depredador en los admiradores de la guerra.El entusiasmo por la guerra y el temperamento depredadorde que es índice, prevalecen en mayor medida en las clasessuperiores, sobre todo en la clase ociosa hereditaria. Además,la ocupación seria ostensible de la clase superior es la delgobierno, que, por lo que se refiere a su origen y al conteni-do de su desarrollo, es también una ocupación depredadora.

La única clase capaz de disputar a la clase ociosa here-ditaria el honor de una mentalidad belicosa habitual es la delos delincuentes de la clase inferior. En épocas normales, lagran mayoría de las clases industriales siente una relativaapatía en cuanto a los intereses bélicos. De no estar excitada,esta masa del pueblo vulgar, que constituye la fuerza efectivade la comunidad industrial, es más bien adversa a toda lucha

http://psikolibro.blogspot.com

Page 262: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

262

que no sea defensiva; más aún, responde un poco tardía-mente incluso a una provocación que motiva una actitud dedefensa. En las comunidades más civilizadas o, mejor dicho,en las comunidades que han alcanzado un desarrollo indus-trial avanzado, puede decirse que el espíritu de agresión béli-ca está desapareciendo en la generalidad del pueblo. Esto noquiere decir que no haya en las clases industriales un númeroapreciable de individuos en los que ese espíritu marcial seafirma decididamente, ni tampoco que la masa del pueblo nopueda encenderse de ardor marcial bajo el estímulo de algu-na provocación especial, tal como las que se ven operar, hoydía, en más de uno de los países de Europa y momentánea-mente en Norteamérica. Pero salvo en estas temporadas deexaltación y salvo para aquellos individuos dotados del tem-peramento arcaico de tipo depredador, junto con los indivi-duos de las clases superior e ínfima que tienen dotesanálogas, la inercia de la masa de cualquier comunidad civili-zadora moderna a este respecto es probablemente tan grandecomo para hacer impracticable la guerra, salvo en caso deinvasión del territorio. Los hábitos y aptitudes de la generali-dad de los hombres favorecen el despliegue de actividad endirecciones menos pintorescas que la bélica.

Esa diferencia de temperamento entre las clases puededeberse, en parte, a una diferencia en la herencia de caracte-res adquiridos por las distintas clases, pero al parecer corres-ponde también, en cierta medida, a una diferencia étnica. Ladiferencia de clases es menos visible a este respecto en aque-llos países cuya población es relativamente homogénea desdeel punto de vista étnico, que en los países en los que hay una

http://psikolibro.blogspot.com

Page 263: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

263

divergencia más amplia entre los elementos étnicos queconstituyen las diversas clases de la comunidad. A este res-pecto puede notarse en estos últimos países que las personasrecién llegadas a la clase ociosa muestran, en términos gene-rales, menos espíritu marcial que los representantes contem-poráneos de la aristocracia de tiempos pasados. Estosnouveaux arrivés han salido hace poco tiempo de la masa gene-ral de la población y deben su ascenso a la clase ociosa alejercicio de rasgos y propensiones que no han de clasificarsecomo proezas en el sentido antiguo de la palabra.

Aparte de la actividad bélica propiamente dicha, encon-tramos en la institución del duelo una expresión de la mismadisposición superior para el combate; y el duelo es una ins-titución de la clase ociosa. En sustancia, el duelo es un recur-so más o menos deliberado a la lucha como arreglo final deuna diferencia de opinión. En las comunidades civilizadasprevalece como fenómeno normal únicamente allí dondeexiste una clase ociosa hereditaria y casi exclusivamente enella. Las excepciones son: 1) los oficiales militares y navales -que ordinariamente son miembros de la clase ociosa y a lavez están educados especialmente para que se formen enellos hábitos mentales depredadores-, y 2) los delincuentesde clase inferior, que, por herencia, educación o ambas co-sas, tienen una disposición y unos hábitos depredadoresanálogos. Sólo el caballero de alta cuna y el camorrista recu-rren normalmente a los golpes como disolvente universal delas diferencias de opinión. El hombre corriente no luchará,de ordinario, sino cuando una irritación momentánea excesi-va o una gran exaltación alcohólica provoquen en él la inhi-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 264: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

264

bición de los hábitos más complejos de respuesta a los estí-mulos que favorecen la provocación. Se ve arrojado enton-ces a las formas más simples v menos diferenciadas delinstinto de autoafirmación; es decir, revierte temporalmentey sin reflexionar a un hábito mental arcaico.

La institución del duelo como modo de zanjar definiti-vamente las disputas y las cuestiones de precedencia se con-vierte, por variación insensible, en lucha privada noprovocada y obligatoria, como obligación social, para man-tener la buena reputación propia. En la pintoresca supervi-vencia de la caballería belicosa que supone el dueloestudiantil alemán, tenemos un ejemplo especial de uso deeste tipo propio de la clase ociosa. En la clase ociosa inferioro espuria de los delincuentes hay en todos los países unaobligación social semejante, aunque menos definida, quefuerza al camorrista a afirmar su virilidad mediante un com-bate no provocado con sus semejantes. Y se extiende a to-dos los grados de la sociedad un uso semejante, queprevalece entre los muchachos. El muchacho conoce, por logeneral, con toda minuciosidad, cuál es la gradación en quese encuentran él y sus compañeros en lo que respecta a surelativa capacidad combativa; y en la comunidad de los mu-chachos no hay, por lo general, ninguna base segura de re-putación para nadie que, por excepción, no quiera o nopueda luchar cuando a ello se lo invita.

Todo esto se aplica de modo especial a los muchachosque se encuentran por encima de cierto límite, un tanto va-go, de madurez. El temperamento del niño no responde, porlo común, a la descripción que acabamos de hacer durante la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 265: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

265

infancia y los años en que está vigilado muy de cerca, en queel niño busca aún de modo habitual el contacto con su ma-dre en todas las incidencias de su vida cotidiana. Durante eseperíodo temprano de la existencia, hay poca agresión y pocapropensión al antagonismo. La transición de esa manera deser pacífica a la depredadora y, en casos extremos, maligna omalvada del muchacho es gradual y se realiza de modo máscompleto, cubriendo un campo mayor de las aptitudes delindividuo en unos casos que en otros. En el estadio tempra-no de su desarrollo, el niño, cualquiera que sea su sexo,muestra menos iniciativa y menos autoafirmación agresiva,así como menos inclinación a aislar su persona y sus intere-ses de los del grupo doméstico en que vive, y muestra mayorsensibilidad a la reprensión y mayores apocamiento, timidezy necesidad del contacto humano amistoso. En la generali-dad de los casos, ese temperamento temprano pasa, me-diante una pérdida gradual aunque relativamente rápida delas características infantiles, al temperamento del muchachopropiamente dicho; aunque se dan también casos en que lascaracterísticas depredadoras de la vida del muchacho nosurgen en absoluto o, todo lo más, aparecen sólo en un gra-do ligero y oscuro.

En las muchachas la transición al estadio depredador ra-ra vez se realiza de modo tan completo como en los mucha-chos; y en una proporción relativamente grande de los casosno se realiza en absoluto. En tales casos la transición de lainfancia a la adolescencia y a la madurez es un proceso gra-dual e interrumpido de desviación del interés, que pasa de lasfinalidades y aptitudes infantiles a las finalidades, funciones y

http://psikolibro.blogspot.com

Page 266: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

266

relaciones de la vida adulta. En las muchachas el intervalodepredador es menos importante y frecuente; y, en los casosen que ocurre, la actitud depredadora y aisladora es, por logeneral, menos acentuada.

En el niño (varón) el intervalo depredador está, por logeneral, bien marcado y dura algún tiempo, pero concluye,por lo común (si es que concluye en absoluto), cuando elmuchacho alcanza la madurez. Esta última afirmación puederequerir ciertas salvedades de mucha importancia. No son,en modo alguno, raros los casos en que la transición deladulto no se realiza, o se realiza sólo de modo parcial, enten-diendo por temperamento de «adulto» el temperamento me-dio de los individuos adultos que, en la vida industrialmoderna, ofrecen alguna utilidad para los fines del procesode la vida colectiva y de los que puede decirse, en conse-cuencia, que constituyen el promedio real de la comunidadindustrial.

La composición étnica de los pueblos europeos es va-riada. En algunos casos, aun las clases inferiores compren-den una gran proporción del elemento dólico-rubio enemigode la paz, en tanto que en otros ese elemento étnico se en-cuentra, sobre todo, en la clase ociosa hereditaria. El hábitocombativo parece prevalecer en menor escala entre los mu-chachos de la clase trabajadora de las últimas clases de pue-blos citados, que entre los muchachos de las clasessuperiores o entre los de los pueblos mencionados en primertérmino.

Si se pudiese comprobar, mediante un estudio más am-plio y más a fondo que el actual, esta generalización acerca

http://psikolibro.blogspot.com

Page 267: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

267

del temperamento del muchacho perteneciente a la clasetrabajadora añadiría fuerza a la opinión de que el tempera-mento belicoso es, en un grado apreciable, característicaracial; parece entrar en mayor proporción en la constitucióndel tipo étnico dominante de la clase superior -el dólico-rubio- de los países europeos, que en la de los tipos de hom-bre subordinado, de las clases inferiores, que constituyen lamasa de la población de las mismas comunidades.

Puede parecer que el caso del muchacho no tiene granimportancia en relación con la relativa proporción del ele-mento proeza que tienen las diversas clases de la sociedad;pero tiene, al menos, algún valor como demostración de queese impulso combativo corresponde a un temperamento másarcaico que el que posee el hombre adulto medio de las cla-ses industriosas. En esto, como en otros muchos rasgos de lavida infantil, el niño reproduce, temporalmente y en miniatu-ra, algunas de las fases anteriores del desarrollo del adulto.Según esta interpretación, la predilección que siente el mu-chacho por la hazaña y por el aislamiento de su propio inte-rés debe considerarse como una reversión transitoria a lanaturaleza humana que es normal en la cultura de los prime-ros tiempos de barbarie: la cultura depredadora propiamentedicha. En este aspecto, como en muchos otros, el carácter dela clase ociosa y de la clase delincuente muestran, en la vidaadulta, una persistencia de rasgos que son normales en lainfancia y en la juventud, y que son igualmente normales ohabituales en los estadios culturales anteriores. A menos quela diferencia se deba por entero a una diferencia fundamentalentre tipos étnicos persistentes, los rasgos que distinguen al

http://psikolibro.blogspot.com

Page 268: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

268

delincuente bravucón y al caballero puntilloso, que lleva unavida ociosa, de la generalidad de las personas son, en ciertamedida, rasgos de un desarrollo espiritual retrasado. Señalanuna fase inmadura, en comparación con el grado de desarro-llo alcanzado por la generalidad de los adultos en la modernacomunidad industrial. Y se verá que la constitución espiritualpueril de esos representantes de los estratos sociales superio-res e ínfimos se muestra, también, en la presencia de otrosrasgos arcaicos, distintos de esa proclividad a la hazaña ferozy al aislamiento.

Como para no dejar duda respecto a la esencial falta demadurez del temperamento combativo tenemos, cubriendoel intervalo entre la mocedad auténtica y la virilidad adulta,los desórdenes sin objeto y hechos por puro juego, pero máso menos sistemáticos y complicados, que producen los es-colares de una edad ligeramente superior. En la mayor partede los casos, esos desórdenes se limitan al período de laadolescencia. Reaparecen con frecuencia y agudeza cada vezmenores, conforme el joven se va fundiendo con la vidaadulta, y reproducen así, de modo general, en la vida delindividuo, la secuencia mediante la cual ha pasado el grupodel hábito de vida depredador a otro más pacífico. En unnúmero bastante grande de casos, el desarrollo espiritualllega a su término cuando el individuo se acerca al final deesa fase pueril; en tales casos, el temperamento combativopersiste durante toda la vida. Aquellos individuos que llegana alcanzar en su desarrollo espiritual la posición de hombreadulto pasan, pues, de ordinario, por una fase arcaica tempo-ral correspondiente al nivel espiritual permanente de los

http://psikolibro.blogspot.com

Page 269: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

269

hombres combativos y deportivos. Desde luego, los dife-rentes individuos alcanzan esa madurez y sobriedad intelec-tuales en distinto grado; y quienes no consiguen llegar alpromedio quedan como residuo no resuelto de una formamás tosca de humanidad, subsistente en la comunidad in-dustrial moderna, y como un fuerte obstáculo a ese procesoselectivo de adaptación, que favorece una eficiencia indus-trial elevada y la plenitud de vida de la colectividad.

Ese desarrollo espiritual retrasado puede expresarse nosólo en una participación directa de los adultos en hazañasjuveniles caracterizadas por la ferocidad, sino también indi-rectamente ayudando y fomentando los desórdenes de esetipo cometidos por los más jóvenes. Estimula, por ende, laformación de hábitos de ferocidad, que pueden persistir enla vida posterior de la generación que se está desarrollando, yretarda así cualquier movimiento dirigido hacía un tempera-mento más pacíficamente eficaz en toda la comunidad. Síuna persona así dotada de una proclividad hacia las hazañasse encuentra en una situación que le permita guiar el desa-rrollo de los hábitos de los miembros adolescentes de la co-munidad, la influencia conservadora y retrógrada que ejercepuede ser considerable. Este es, por ejemplo, el significadode la atención con que en los últimos tiempos han fomenta-do muchos clérigos y otros pilares de la sociedad las «briga-das de muchachos» y otras organizaciones seudomilitares. Lomismo puede decirse del estímulo dado al desarrollo del«espíritu de colegio», el atletismo escolar, y otras cosas aná-logas en las instituciones docentes superiores.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 270: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

270

Esas manifestaciones del temperamento depredador de-ben clasificarse bajo el epígrafe de hazaña. En parte, no sonsino expresiones simples e irreflexivas de una actitud de fe-rocidad emulativa y, en parte, actividades deliberadamenteemprendidas con la intención de conseguir una reputaciónmediante la proeza. Igual carácter tienen los deportes detoda clase, incluyendo el boxeo, el toreo, el atletismo, el tiro,la pesca con caña, la navegación deportiva y los juegos dehabilidad y destreza, incluso cuando el elemento de eficaciadestructora no es un rasgo sobresaliente. El deporte tienemuchos matices que van desde el combate hostil hasta laastucia y la marrullería, pasando por la habilidad, sin que seaposible trazar en ningún punto la línea divisoria. La base dela afición al deporte es una constitución espiritual arcaica: laposesión de la propensión emulativa depredadora en un gra-do relativamente alto. Una fuerte proclividad hacia la hazañaaventurera y a infligir daños es especialmente pronunciadaen aquellas ocupaciones que en el lenguaje corriente, se de-nominan, de modo específico, deportivas.

Acaso sea más cierto, o al menos más evidente, en rela-ción con los deportes, que con respecto a otras expresionesde la emulación depredadora de las que ya hemos hablado,que el temperamento que inclina a los hombres a practicar-los es un temperamento moceril. La afición a los deportesseñala, pues, en un grado especial, un desarrollo retrasado dela naturaleza moral del hombre. Ese temperamento moceril,peculiar a los deportistas, se pone inmediatamente de mani-fiesto cuando se presta atención a la gran importancia quetiene el elemento de ficción, presente en toda actividad de-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 271: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

271

portiva. Los deportes comparten ese carácter de ficción conlos juegos y hazañas a los que se inclinan habitualmente losmuchachos (especialmente varones). La ficción no entra enla misma proporción en todos los deportes, pero sí se da entodos ellos en grado muy apreciable. Está presente, de modovisible, en gran medida en el deportivismo propiamente di-cho y en los concursos atléticos, mucho más que en los jue-gos de habilidad de carácter más sedentario, pero esta reglano se aplica con gran uniformidad. Es notable, por ejemplo,que incluso muchos hombres prosaicos y bonachones quevan de caza suelen llevar un exceso de armas y bagajes, conobjeto de impresionar su propia imaginación con la idea dela seriedad de su empresa. Estos cazadores son también pro-pensos a un porte fanfarrón e histriónico y a una complicadaexageración de los movimientos, tanto de astucia como dematanza, que implican sus hazañas. De modo semejante, enlos deportes atléticos se da casi siempre una buena parte deexageración, fanfarronería y mixtificación ostensible, rasgoque señalan la naturaleza histriónica de esas ocupaciones.Desde luego que en todo esto se ve bastante claro el rema-nente de la ficción moceril. Por ejemplo, la jerga del atletis-mo se compone, en gran parte, de locucionesextremadamente sanguinarias tomadas de la terminologíabélica. Salvo cuando se adopta como medio necesario decomunicación secreta, el uso de una jerga especial en cual-quier ocupación es, con toda probabilidad, una prueba deque la ocupación de que se trata es sustancialmente ficción.

Otro rasgo en el que difieren los deportes del duelo, yde otros desórdenes semejantes, es la peculiaridad de que

http://psikolibro.blogspot.com

Page 272: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

272

admiten la atribución a motivos distintos de los impulsos dehazaña y ferocidad. Probablemente es poco lo que en cadacaso determinado pueda haber de otros motivos, pero elhecho de que se acuda, con frecuencia, a otras razones paraexplicar la práctica de los deportes indica que a veces se dan,de modo subsidiario, otros motivos. Los deportistas -cazadores y pescadores- tienen con más o menos extensiónel hábito de atribuir al amor a la naturaleza, la necesidad derecreo y otras cosas semejantes el carácter de incentivos desu pasatiempo favorito. Esos motivos, sin duda, se encuen-tran presentes con mucha frecuencia y constituyen parte delos atractivos de la vida deportiva; pero no pueden ser losincentivos principales. Esas necesidades ostensibles podríansatisfacerse, con más facilidad y de modo más completo, sinel acompañamiento de un esfuerzo sistemático para privarde la vida a aquellas criaturas que constituyen una caracterís-tica esencial de esa «naturaleza» amada por el deportista. Enrealidad, el efecto más perceptible de la actividad del depor-tista es mantener la naturaleza en ese estado crónico de de-solación al matar a todos los seres vivos cuya destrucciónpuede lograr.

Sin embargo, hay algún fundamento en abono de lapretensión del deportista de que, dados los convencionalis-mos existentes, su necesidad de recreo y de contacto con lanaturaleza puede satisfacerse mejor siguiendo el camino to-mado por él. Ciertos cánones de buena educación, impues-tos por el ejemplo prescriptivo de una clase ociosadepredadora en el pasado, se han conservado por el uso delos representantes contemporáneos de esa clase; y esos cá-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 273: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

273

nones no permiten al deportista buscar el contacto con lanaturaleza en otras condiciones sin incurrir en censuras. Detarea honorable trasmitida por la cultura depredadora comoforma superior del ocio cotidiano, los deportes han pasado aser la única forma de actividad al aire libre sancionada ple-namente como decorosa. Entre los incentivos próximos dela caza y la pesca puede, pues, contarse la necesidad de re-creo y de vida al aire libre. La causa más remota que imponela necesidad de buscar ambas cosas en forma de matanzasistemática es una prescripción que no puede violarse, sin elriesgo de perder la reputación y de la consiguiente lesiónsufrida por el propio respeto.

Algo semejante es lo que ocurre con otras clases de de-porte. Los juegos atléticos son el mejor ejemplo de ello.Desde luego, se da también aquí el uso prescriptivo respectoa qué formas de actividad, ejercicio v recreo son permisibles,con arreglo al código de una vida respetable. Los adictos alos deportes atléticos y quienes los admiran exponen la pre-tensión de que tales deportes proporcionan el mejor mediode recreo y de «cultura física» que se puede encontrar. Y eluso prescriptivo refuerza esta pretensión. Los cánones quemarcan lo que es una vida decorosa, excluyen del esquemageneral de la vida de la clase ociosa toda actividad que nopueda ser clasificada como ocio ostensible. Y, en consecuen-cia, tienden a excluirla también, por prescripción, del esque-ma de la vida de la comunidad en general. A la vez, elejercicio físico sin objeto es aburrido y desagradable, porencima del grado en que es posible soportar ambas cosas.Como ya se ha notado al tratar de otro problema, en tales

http://psikolibro.blogspot.com

Page 274: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

274

casos se recurre a alguna forma de actividad que pueda pre-sentar una apariencia aceptable de finalidad, aunque se leasigne esa finalidad únicamente con esta intención ficticia.Los deportes satisfacen esas exigencias de futilidad sustan-cial, junto con una ficción aceptable de finalidad. Además deesto, dan un campo donde puede funcionar la emulación yson también atractivos por ese motivo. Para ser decorosauna ocupación tiene que conformarse al canon de derrocheostensible propio de la clase ociosa; a la vez, toda actividad,para poder persistir hasta llegar a hacerse expresión habitual,aunque sólo sea parcial, de vida, tiene que conformarse alcanon de eficiencia genéricamente humano de alguna finali-dad objetiva útil. El canon de la clase ociosa actúa de modolento y penetrante eliminando, con criterio selectivo, delesquema general acreditado de vida todos los modos de ac-ción sustancialmente útiles o tendientes a una finalidad; elinstinto de trabajo eficaz actúa en forma impulsiva y puedesatisfacerse, de modo provisional, con una finalidad próxi-ma. Sólo cuando la futilidad ulteriormente aprehendida deun tipo determinado de acción entra en el complejo reflexivode la conciencia, como elemento ajeno en esencia a la ten-dencia normalmente finalista del proceso vital, se produce suefecto inquietante y desalentador en la conciencia del agente.

Los hábitos mentales del individuo forman un complejoorgánico, que tiende necesariamente a la utilidad del procesovital. Cuando se intenta asimilar el derroche o la futilidadsistemáticos como fin de la vida, dentro de ese complejoorgánico, se produce una revulsión. Pero esa revulsión delorganismo puede evitarse, cuando es posible confinar la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 275: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

275

atención a la finalidad próxima y no reflexiva del ejercicio dela destreza o la emulación. Los deportes -caza, pesca, juegosatléticos, etc.- permiten ejercitar la destreza y la ferocidad yastucia emulativas, características de la vida depredadora. Enla medida en que el individuo sólo está dotado de reflexión ode sentido de la tendencia ulterior de sus acciones en pro-porción ligera, en la medida en que su vida es sustancial-mente una vida de acción impulsiva e ingenua, la finalidadinmediata e irreflexiva de los deportes satisfará aceptable-mente su instinto de trabajo eficaz, en forma de expresión dedominación. Esto es cierto, de modo especial, si sus impul-sos dominantes son las propensiones emulativas irreflexivasdel temperamento depredador. A la vez los cánones de lodecoroso le recomendarán los deportes como expresiones deuna vida pecuniariamente impecable. Una ocupación cual-quiera mantiene su lugar como modo tradicional y habitualde recreo decoroso, haciendo frente a esas dos exigencias dederroche ulterior y finalidad próxima. En la medida en queotras formas de recreo y ejercicio son moralmente imposi-bles para las personas bien nacidas y de sensibilidad delicada,los deportes son los mejores medios de recreo que puedenencontrarse, dadas las circunstancias.

Pero esos miembros de la sociedad respetable que de-fienden los juegos atléticos justifican, por lo común, su acti-tud a este respecto -ante sí mismos y ante su prójimo-basándose en que tales juegos sirven como medio inestima-ble de desarrollo. No sólo mejoran la contextura física dequien participa en ellos, sino que, se añade por lo general,fomentan también un espíritu viril, tanto en los deportistas

http://psikolibro.blogspot.com

Page 276: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

276

como en los espectadores. En los Estados Unidos es el fút-bol americano el juego que se le ocurrirá probablemente acualquier persona, en cuanto se plantee la cuestión de la uti-lidad de los juegos atléticos, ya que esta forma de deporte es,en la actualidad la que ocupa un lugar más destacado en lamente de quienes arguyen en favor, o en contra, de los jue-gos deportivos como medio de salvación física o moral. Enconsecuencia, este deporte atlético típico puede servir deejemplo que aclare la importancia de tales juegos, para eldesarrollo del carácter y el cuerpo de quien los practica. Seha dicho, no sin razón, que la relación del fútbol americanocon la cultura física es muy parecida a la existente entre lascorridas de toros y la agricultura. La aptitud para estas insti-tuciones lúdicas requiere una preparación o entrenamientocuidadoso. El material empleado, tanto animal como huma-no, se somete a una selección y disciplina cuidadosas, conobjeto de asegurar y acentuar ciertas aptitudes y propensio-nes, características del estado ferino y que tienden a caer endesuso con la domesticación. Ello no quiere decir que elresultado sea en todos los casos, una rehabilitación completay acabada de los hábitos mentales y corporales salvajes obárbaros. El resultado es más bien un retorno unilateral a labarbarie o a la ferae natura, una rehabilitación y acentuaciónde aquellos rasgos ferinos que favorecen el daño y la desola-ción, sin un desarrollo correspondiente de los rasgos quepueden servir a la conservación del individuo y a la plenitudde su vida en un medio ferino. La cultura aplicada en el fút-bol da un producto de ferocidad y astucia exóticas. Es unarehabilitación del temperamento de los primeros tiempos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 277: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

277

bárbaros, junto con una represión de aquellos detalles tem-peramentales que, desde el punto de vista de las exigenciassociales y económicas, constituyen las características salvado-ras del carácter salvaje.

El vigor físico adquirido mediante la preparación paralos juegos atléticos -en la medida en que puede decirse que elentrenamiento produce ese efecto- es ventajoso, tanto parael individuo como para la comunidad, ya que, en igualdad decircunstancias, lleva a una utilidad económica. De modosemejante los rasgos espirituales asociados con los deportesatléticos son, desde el punto de vista económico, ventajosospara el individuo, pero no para los intereses de la colectivi-dad. Esto vale para toda comunidad donde esos rasgos esténpresentes en la población en cierto grado. La competenciamoderna es, en gran parte, un proceso de autoafirmaciónbasado en esos rasgos de la naturaleza humana depredadora.En la forma adulterada en que entran en la emulación pacífi-ca moderna, la posesión de cierta medida de esos rasgos esalgo que casi puede calificarse de necesario para la vida delhombre civilizado. Pero, aunque son indispensables para elindividuo que tiene que participar en la competencia, no sondirectamente útiles para la comunidad. Por lo que se refiere ala utilidad del individuo para las finalidades de la vida colec-tiva, la eficiencia emulativa sólo es útil, en todo caso, indi-rectamente. La ferocidad y la astucia no son útiles para lacomunidad, salvo en las relaciones hostiles con otras comu-nidades; y sólo son útiles para el individuo porque, en el me-dio humano a que está expuesto, hay una proporción muygrande de los mismos rasgos, los cuales actúan vigorosa-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 278: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

278

mente. Todo individuo que entra en la competencia, sin estardebidamente dotado de esos rasgos, se encuentra en unasituación de desventaja, análoga a la de un toro sin cuernosen una torada en que todos sus congéneres los tuvieran.

La posesión y cultivo de los rasgos de carácter depreda-dores pueden, desde luego, ser deseables por motivos dis-tintos de los económicos. Predomina una predilección éticao estética por las aptitudes bárbaras, y los rasgos en cuestiónsirven de modo tan eficaz a esa predilección, que su utilidadética o estética contrapesa probablemente cualquier incon-veniencia económica que puedan producir. Pero para losfines que aquí nos interesan, esta cuestión está fuera de lu-gar. Por tanto, no decimos aquí nada acerca de la deseabili-dad o conveniencia de los deportes en conjunto, ni de suvalor para fines que no sean los económicos.

Con arreglo al criterio popular, hay muchas cosas admi-rables en el tipo de hombre que trata de fomentar la vidadeportiva. Hay confianza en sí mismo y camaradería, dandoa esta palabra el uso que tiene en el lenguaje corriente. Desdeun punto de vista diferente, las cualidades caracterizadas conesas palabras en el lenguaje cotidiano podrían ser denomina-das truculencia y espíritu de clan. La razón de la aprobacióny admiración que suscitan, por lo general, esas cualidadesviriles, así como la de que sean denominadas viriles, es suutilidad para el individuo. Los miembros de la comunidad, yen especial de aquella clase de la comunidad que tiene lainiciativa en el establecimiento de los cánones de gusto, es-tán dotados de esa serie de propensiones, en grado suficientepara hacer que la falta de ellas en los demás se considere

http://psikolibro.blogspot.com

Page 279: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

279

como un defecto y para hacer que su posesión en un gradoexcepcional sea estimada como atributo de mérito superior.Los rasgos del hombre depredador no están, en modo algu-no, en desuso en la generalidad de los pueblos modernos.Están presentes y pueden salir a la luz con todo relieve encualquier momento mediante cualquier apelación a los sen-timientos en que se expresan, a menos que esa apelaciónchoque con las actividades específicas que constituyen nues-tras ocupaciones habituales y que comprenden el campogeneral de nuestros intereses cotidianos. La generalidad de lapoblación de cualquier comunidad industrial sólo está eman-cipada de estas propensiones, inconvenientes desde el puntode vista económico, en el sentido de que, por un desusoparcial y temporal, han pasado a estar situadas en el trasfon-do de los motivos subconscientes. Con diversos grados depotencia en los diferentes individuos, siguen estando en si-tuación de ser utilizadas para la modelación agresiva de lasacciones y sentimientos de los hombres, siempre que lleguehasta ellos un estímulo de intensidad mayor que la cotidiana.Y en cualquier cosa en que ninguna ocupación ajena a lacultura depredadora haya usurpado el campo de interés ysentimiento ordinarios del individuo, se afirman vigorosa-mente. Eso es lo que ocurre en la clase ociosa y en ciertossectores de la población que constituyen apéndices de esaclase a la que están subordinados. De ahí la facilidad con quese dedican a los deportes las personas recién ingresadas en laclase ociosa y de ahí el rápido desarrollo de los deportes ydel sentimiento deportivo en toda comunidad industrial, enla que se haya acumulado la riqueza en forma suficiente, para

http://psikolibro.blogspot.com

Page 280: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

280

poder eximir del trabajo a una parte considerable de la po-blación.

Un hecho conocido y familiar puede servir para mostrarque el impulso depredador no prevalece con el mismo gradode intensidad en todas las clases. Tomado simplemente co-mo rasgo de la vida moderna, el hábito de llevar bastón pue-de parecer, todo lo más, un detalle trivial; pero el uso tienealgún significado para el punto de que tratamos. Las clasesen las que más predomina ese hábito -las clases con las queestá asociado el bastón en la imaginación popular- son laclase ociosa propiamente dicha, los deportistas y los delin-cuentes de la clase inferior. Podrían, acaso, añadirse a elloslos hombres ocupados en las tareas pecuniarias. No puedeafirmarse lo mismo de la mayor parte de los hombres ocu-pados en la industria; y puede notarse, de pasada, que lasmujeres no llevan bastón, salvo en los casos de invalidez, enlos cuales tiene una utilidad de tipo distinto. Desde luego, lapráctica es, en gran medida, un uso elegante; pero la base delos usos elegantes está constituida por las proclividades de laclase que establece las pautas de los usos elegantes. El bastóntiene la finalidad de demostrar que las manos de su portadorse emplean para una finalidad distinta del esfuerzo útil y, porende, tiene utilidad como demostración del ocio de quien lolleva. Pero es también un arma y satisface por ello una nece-sidad sentida por el hombre bárbaro. El manejo de un medioofensivo tan primitivo y tangible es muy agradable para cual-quiera que esté dotado, aunque sólo sea en un grado mode-rado, de ferocidad.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 281: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

281

Las exigencias del lenguaje hacen imposible evitar unaapariencia de desaprobación de las aptitudes, propensiones yexpresiones de vida que aquí se estudian. Sin embargo, no setrata de dar ningún sentido laudatorio o condenatorio a nin-guno de estos aspectos del carácter humano o del procesovital. Los diversos elementos de la naturaleza humana pre-dominante se consideran desde el punto de vista de la teoríaeconómica y los rasgos estudiados se avalúan y ordenan te-niendo en cuenta su importancia económica inmediata parala facilidad del proceso de la vida colectiva. Es decir, esosfenómenos se consideran, aquí, desde el punto de vista eco-nómico y se valoran con respecto a su acción directa, encuanto favorecen o perturban un ajuste más perfecto de lacolectividad humana al medio y a la estructura institucional,requerida por la situación económica de la colectividad en elpresente y en el futuro inmediato. A esos fines, los rasgostrasmitidos desde la cultura depredadora son menos útiles delo que pudieran ser, aunque tampoco en relación con estodeba dejarse de lado el hecho de que la agresividad enérgicay pertinaz del hombre depredador es un herencia de valor noescaso. Se pasa muchas veces por alto el valor económico -con alguna consideración también del valor social en el másestricto sentido- de esas aptitudes y propensiones, sin refle-xionar en su valor desde otro punto de vista. Cuando secontrasta con la mediocridad prosaica del esquema generalde vida de la comunidad industrial moderna y se juzga conarreglo a los patrones de moralidad acreditados, y más espe-cialmente con arreglo a las pautas estéticas y poéticas, esassupervivencias de un tipo de hombre más primitivo pueden

http://psikolibro.blogspot.com

Page 282: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

282

tener un valor muy distinto del que aquí se les asigna. Pero,como todo esto es ajeno a nuestro actual propósito, expresarcualquier opinión sobre esta materia estaría totalmente fuerade lugar. Todo lo que es posible hacer es advertir que esospatrones de excelencia, ajenos a nuestro actual propósito, nodeben influir en nuestra apreciación económica de esos ras-gos de carácter humano o de las actividades que favorecensu desarrollo. Esto se aplica tanto a las personas que partici-pan activamente en los deportes, como a aquellas cuya expe-riencia deportiva es sólo contemplativa. Lo dicho aquí acercade la propensión deportiva es igualmente adecuado a diver-sas reflexiones que se harán ahora, respecto a lo que se co-noce corrientemente como vida religiosa.

El último párrafo toca de modo incidental el hecho deque es difícil emplear el lenguaje de la vida cotidiana, en elestudio de esta clase de aptitudes y actividades, sin darle im-plícitamente un sentido de elogio o censura. El hecho essignificativo, ya que muestra la actitud habitual del hombrecorriente desapasionado acerca de las propensiones que seexpresan en los deportes y las hazañas. Y acaso sea adecuadoeste lugar para examinar esa resonancia peyorativa, que seencuentra en todas las numerosas disertaciones en defensa oelogio de los deportes atléticos, así como de otras actividadesde carácter predominantemente depredador. Está comen-zando, al menos, a ser observable en los portavoces de lamayoría de las otras instituciones que nos han sido trasmiti-das desde la fase bárbara de la vida, la misma mentalidaddefensiva. Entre esas instituciones arcaicas que se consideranecesario defender figura, junto con otras, todo el sistema

http://psikolibro.blogspot.com

Page 283: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

283

existente de distribución de la riqueza, así como las disminu-ciones clasistas de status que resultan de él; todas o casi todaslas formas de consumo que entran en el epígrafe de derrocheostensible: el status de las mujeres en el sistema patriarcal ymuchos rasgos distintivos de los credos y prácticas devotastradicionales, en especial las expresiones exotéricas del credoy la aprehensión ingenua de las prácticas recibidas del pasa-do. Por consiguiente, lo que haya de decirse a este respectoen relación con la actitud defensiva tomada al recomendarlos deportes y el carácter deportivo, será aplicable, con uncambio de fraseología adecuado, a las defensas que se hanhecho de esos otros elementos de nuestra herencia socialcon ellos relacionados.

Hay un sentimiento -por lo general vago y no confesadode modo explícito por el propio defensor, pero perceptiblede ordinario por el tono de su discurso- de que esos depor-tes, así como el conjunto de los impulsos y hábitos mentalesdepredadores subyacentes en el carácter deportivo, no mere-cen en conjunto la aprobación del sentido común. «Por loque respecta a la mayoría de los asesinos, no son, desde lue-go, unos caballeros.» Este aforismo ofrece una valoración deltemperamento depredador y de los efectos disciplinarios desu expresión y ejercicio francos, considerados desde el puntode vista del moralista. En cuanto tal, ofrece una indicaciónde lo que es la opinión sensata de los hombres maduros,respecto al grado de utilidad de los hábitos mentales depre-dadores para los fines de la vida colectiva. Se considera quela presunción está contra toda actividad que implique habi-tuación a la actitud depredadora y que la carga de la prueba

http://psikolibro.blogspot.com

Page 284: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

284

pesa sobre quienes hablan en favor de la rehabilitación deltemperamento depredador y de las prácticas que lo robuste-cen. Hay un gran caudal de sentimiento popular que favore-ce las diversiones y la iniciativa del tipo de que aquí se trata;pero a la vez está presente en la comunidad un sentido muypenetrante de que tal base sentimental carece de legitimidad.La legitimación requerida se busca, por lo general, demos-trando que, aunque los deportes tienen sustancialmente unefecto depredador y, desde el punto de vista social, desinte-grador, y aunque su efecto próximo fomenta la reversión apropensiones perjudiciales desde el punto de vista industrial,se cree que, indirecta y remotamente -mediante algún proce-so de inducción polar o acaso de contra irritación difícil decomprender-, los deportes fomentan un hábito mental útilpara fines sociales o industriales. Es decir, que aunque losdeportes son en esencia hazañas valorativas, se presume que,como consecuencia remota y oscura de algo desconocido,producen el desarrollo de un temperamento que favorecetareas de tipo no valorativo. Por lo común, se intenta de-mostrar todo esto empíricamente; o más bien se supone queesto es una generalización empírica, que debe ser evidentepara quienquiera que se interese por el problema.

Al practicar la prueba de esta tesis, se elude astutamenteel traicionero terreno de la inferencia de causa a efecto, ex-cepto en la medida que permite mostrar que los deportesfomentan las «virtudes viriles» de que hemos hablado. Pero,como son precisamente esas virtudes viriles las que (desde elpunto de vista de la economía) necesitan justificación, lacadena de la prueba se quiebra donde debería comenzar.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 285: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

285

Hablando en términos económicos muy generales, esas de-fensas son un intento de demostrar que, a pesar de la lógicamisma de la cosa, los deportes fomentan lo que, grosso modo,puede denominarse instinto de trabajo eficaz. Mientras nohaya conseguido convencerse a sí mismo ni persuadir a losdemás de que ése es el efecto de los deportes, el sesudoapologista de éstos no podrá estar satisfecho, y hay que ad-mitir que, por lo común, no lo está. Su insatisfacción con ladefensa por él hecha de las prácticas de que se trata se de-muestra de ordinario por el tono truculento y el celo con queamontona aseveraciones en apoyo de su posición.

Pero, ¿por qué se necesitan esas defensas? ¿No es sufi-ciente legitimación el hecho de que exista un gran senti-miento popular en favor de los deportes? La prolongadadisciplina de la proeza, a que ha estado sometida a la raza enla cultura depredadora y la casi pacífica, ha trasmitido a loshombres de hoy día un temperamento que encuentra satis-facción en esas expresiones de ferocidad y astucia. Así, pues,¿por qué no aceptar estos deportes como expresiones legíti-mas de una naturaleza humana normal y plena? ¿Qué otranorma obligatoria hay, sino la que se da en el conjunto depropensiones que se expresan en los sentimientos de estageneración, incluyendo la tendencia hereditaria a la proeza?La norma ulterior a la que se apela es el instinto del trabajoeficaz, que es un instinto más fundamental, de prescripciónmás antigua, que la propensión a la emulación depredadora.Esta no es sino un desarrollo especial del instinto del trabajoeficaz, una variante relativamente tardía y efímera, a pesar desu gran antigüedad absoluta. El impulso depredador emula-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 286: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

286

tivo -o, como se le puede denominar, el instinto deportivo-es esencialmente inestable, en comparación con el instintoprimordial del trabajo eficaz del que deriva y del que se hadiferenciado. Contrastada con esta norma ulterior de vida, laemulación depredadora, y por ende la vida deportiva, noestán justificadas.

El modo y medida en que la institución de una claseociosa conduce a la conservación de los deportes y la hazañarealizada con propósito valorativo no pueden, desde luego,ser expuestos en forma sucinta. Dadas las pruebas ya citadas,resulta que, por lo que respecta a sentimientos e inclinacio-nes, la clase ociosa es más propensa que las clases industria-les a una actitud y un ánimo belicosos. Algo semejanteparece ser cierto en relación con los deportes. Pero es, sobretodo, mediante sus efectos indirectos, producidos por inter-medio de los cánones que regulan lo que constituye una vidadecorosa, como la institución tiene la influencia que ejercesobre el sentimiento dominante, en relación con la vida de-portiva. Ese efecto indirecto actúa, de modo casi inequívoco,en el sentido de favorecer una supervivencia del tempera-mento y los hábitos depredadores; y esto es cierto incluso enrelación con aquellas variantes de la vida deportiva proscritaspor el código de decoro de la clase ociosa superior; comopor ejemplo el boxeo, las peleas de gallos y otras expresionesigualmente vulgares de la actitud deportiva. Pero, diga lo quequiera el último esquema protocolizado de lo decoroso, loscánones acreditados de decencia sancionados por la institu-ción establecen, de modo inequívoco, que la emulación y elderroche son buenos y sus contrarios perjudican la reputa-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 287: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

287

ción. A la luz crepuscular que reina en los sectores socialesinferiores, los detalles del código no son captados con todala facilidad que podría desearse, y esos amplios cánones la-tentes de decoro se aplican de modo un tanto irreflexivo,con poca discusión respecto al ámbito de su competencia y alas excepciones, que han sido sancionados en detalle.

La afición a los deportes atléticos, no sólo en lo querespecta a la participación directa en ellos, sino también enforma de sentimiento y apoyo moral, es, en grado más omenos pronunciado, característica de la clase ociosa; y es unrasgo que esa clase comparte con los delincuentes de la claseinferior y con elementos atávicos, existentes en el cuerpo dela comunidad y dotado de una tendencia depredadora domi-nante. Pocos individuos pertenecientes a los países civiliza-dos de Occidente carecen del instinto depredador, hasta elextremo de no encontrar diversión en los deportes y juegosatléticos, pero en la generalidad de los individuos de las cla-ses industriales la inclinación a los deportes no es tan fuerteque se la pueda denominar hábito deportivo. En esas clases,los deportes son una diversión ocasional, no una característi-ca seria de la vida. No puede, pues, decirse que la generali-dad del pueblo cultive la propensión deportiva. Aunque noestá totalmente en desuso de la generalidad de ellos, ni si-quiera en un grupo apreciable de individuos, la predilecciónpor los deportes en las clases industriales corrientes tienecarácter de reminiscencia, más o menos divertida, como inte-rés ocasional, pero no constituye un interés vital y perma-nente, que figure como factor dominante en la modelación

http://psikolibro.blogspot.com

Page 288: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

288

del complejo orgánico de hábitos mentales de que formaparte.

Tal como se manifiesta en la vida deportiva de hoy, esapropensión puede no aparecer como factor económico. degran importancia. En sí misma considerada, no cuenta mu-cho por lo que se refiere a sus efectos directos sobre la efi-ciencia industrial o sobre el consumo de un determinadoindividuo; pero, el hecho de que haya prevalecido y se hayadesarrollado el tipo de naturaleza humana del que esta pro-pensión es un rasgo característico, es cuestión de alguna im-portancia. Afecta a la vida económica de la colectividad,tanto por lo que respecta al ritmo de desarrollo económicocomo en lo relativo al carácter de los resultados conseguidospor ese desarrollo. Para bien o para mal, el hecho de que loshábitos mentales populares estén dominados en cualquiergrado por este tipo de carácter, no puede menos de afectaren gran medida el alcance, la dirección, las pautas y los idea-les de la vida colectiva dentro del medio.

Puede decirse algo análogo de otros rasgos que contri-buyen a formar el carácter bárbaro. Para los fines de la teoríaeconómica, esos otros rasgos bárbaros pueden considerarsecomo variaciones concomitantes de ese espíritu depredadordel que la proeza es una expresión. En gran parte no tienenprimordialmente carácter económico, ni mucha importanciaeconómica directa. Sirven para indicar la etapa de evolucióneconómica a que está adaptado el individuo que las posee.Por ende, tienen importancia en cuanto pruebas exterioresdel grado de adaptación del carácter en el que están com-prendidas a las exigencias económicas de hoy; pero son tam-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 289: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

289

bién importantes, en cierta medida, en cuanto aptitudes quecontribuyen a aumentar o a disminuir la utilidad económicadel individuo.

La proeza, tal como encuentra expresión en la vida delbárbaro, se manifiesta en dos direcciones principales: la fuer-za y el fraude. Esas dos formas de expresión se encuentranpresentes también en la guerra moderna, en las ocupacionespecuniarias y en los juegos y deportes. Ambas series de ap-titudes se cultivan y robustecen con la vida deportiva, asícomo con las formas más serias de vida emulativa. La estra-tegia o la astucia son elementos invariablemente presentes enlos juegos, así como en las empresas guerreras y en la caza.En todas esas tareas la energía tiende a convertirse en habili-dad y marrullería. La habilidad, la falsedad y la arroganciaocupan un lugar bien seguro con respecto al método de pro-ceder de toda contienda atlética y de los juegos en general. Elempleo habitual de un árbitro, y las minuciosas reglas técni-cas que rigen los límites y detalles de fraude y ventaja estra-tégica permisibles, atestiguan de modo suficiente el hecho deque las prácticas fraudulentas y los intentos de superar portales medios a los adversarios no son características adventi-cias del juego. Por la naturaleza de las cosas, la habituación alos deportes debería conducir a un desarrollo más amplio dela aptitud para el fraude; y el hecho de que prevalezca en lacomunidad ese temperamento depredador, que inclina a losnombres a los deportes, lleva consigo la indicación de queprevalece una práctica feroz y una total falta de considera-ción de los intereses de los demás, tanto individual comocolectivamente. El recurso al fraude, en cualquier forma y

http://psikolibro.blogspot.com

Page 290: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

290

bajo cualquier legitimación legal o consuetudinaria con quese practique, es expresión de un hábito mental estrecha-mente egoísta. Es innecesario detenerse a explicar el valoreconómico de ese rasgo del carácter deportivo.

Hay que notar a este respecto que la característica máspatente de la fisonomía afectada por los atletas y otros de-portistas es una extremada astucia. Las dotes y hazañas deUlises son apenas inferiores a las de Aquiles, tanto por loque respecta al fomento sustancial del juego, como en lorelativo al brillo que dan al deportista astuto entre sus aso-ciados. La pantomima de la astucia es, por lo común, el pri-mer paso de esa asimilación al deportista profesional quesufre un joven después de matricularse en cualquier escuelabien reputada, ya sea de enseñanza secundaria o de enseñan-za superior. Y la fisonomía astuta, como rasgo decorativo,no deja nunca de recibir la atención reflexiva de los hombresque tienen interés serio en los juegos atléticos, las carreras uotras pruebas de naturaleza emulativa semejante. Puede se-ñalarse como ulterior indicación de su parentesco espiritual,que los miembros de la clase delincuente inferior muestran,por lo general en un grado marcado, esta fisonomía astuta yque muestran, con gran frecuencia, la misma exageraciónhistriónica de esa fisonomía, que se observa a menudo en eljoven aspirante a premios atléticos. Dicho sea de paso, éstaes la marca más legible de lo que se llama vulgarmente «ma-tonismo» de los jóvenes aspirantes a una mala reputación.

Hay que notar que el hombre astuto no tiene para lacomunidad ningún valor económico, como no sea en lostratos con otras comunidades en los que se necesita habili-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 291: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

291

dad. Su actuación no sirve para fomentar el proceso vitalgenérico. En el mejor de los casos, su influencia económicadirecta es una conversión de la sustancia económica de lacolectividad, que se utiliza para cosas ajenas al proceso de lavida colectiva: algo muy parecido a lo que se llamaría en me-dicina un tumor benigno, con cierta tendencia a transgredirla línea insegura que separa las excrecencias benignas de lasmalignas.

Los dos rasgos bárbaros, ferocidad y astucia, constitu-yen el ánimo o actitud espiritual depredador. Son expresio-nes de un hábito mental estrechamente egoísta. Ambos sonaltamente útiles para la conveniencia individual, en una vidaorientada hacia el éxito valorativo. Ambos tienen también unalto valor estético. Ambos son fomentados por la culturapecuniaria. Pero ambos son igualmente inútiles para las fina-lidades de la vida colectiva.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 292: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

292

XI. La creencia en la suerte

La inclinación a los juegos de azar es otro rasgo subsi-diario del temperamento bárbaro. Es una variación conco-mitante de carácter que prevalece, de modo casi universal,entre los deportistas y entre los hombres dedicados en gene-ral a las actividades bélicas y emulativas. Este rasgo tienetambién un valor económico directo. Se reconoce que, entoda comunidad donde predomina en un grado apreciable,es un obstáculo a la máxima eficiencia industrial.

Es dudoso que se pueda clasificar la proclividad hacialos juegos de azar corno característica que corresponde demodo exclusivo al tipo de naturaleza humana depredadora.El factor principal en el hábito de los juegos de azar es lacreencia en la suerte; y, al parecer, esta creencia se origina almenos por lo que respecta a sus elementos, en una etapa dela evolución humana anterior a la cultura depredadora. Pue-de muy bien haber sido durante la cultura depredadoracuando la creencia en la suerte se desarrollará, hasta adoptarla forma que hoy presenta, como principal elemento de lainclinación a los juegos de azar en el temperamento deporti-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 293: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

293

vo. Es probable que la forma específica en la que se presentaen la cultura moderna se deba a la disciplina depredadora.Pero la creencia en la suerte es, en sustancia, un hábito defecha más antigua que la cultura depredadora. Es una formade la aprehensión animista de las cosas. La creencia pareceser un rasgo que, en sustancia, pasó a la cultura bárbara des-de una fase anterior y se trasmutó y trasmitió a través de esacultura a un estadio ulterior del desarrollo humano, bajo unaforma específica impuesta por la disciplina depredadora.Pero en cualquier caso ha de considerarse como un rasgoarcaico, heredado de un pasado más o menos remoto, más omenos incompatible con las exigencias del proceso industrialmoderno y que constituye un obstáculo, mayor o menor,para la plena eficiencia de la vida económica colectiva delpresente.

Aunque la creencia en la suerte es la base del hábito delos juegos de azar, no es el único elemento que entra en elhábito de apostar. La apuesta sobre el resultado de las con-tiendas deportivas basadas en la fuerza y en la habilidad sefunda en otro móvil distinto, sin el cual la creencia en lasuerte difícilmente podría ser una característica prominentede la vida deportiva. Este otro motivo es el deseo del pre-sunto ganador, o del partidario del presunto ganador, deaumentar el ascendiente de su bando a costa del perdedor.No es sólo que la victoria del bando más fuerte sea más se-ñalada y la derrota del perdedor más penosa y humillante, enla proporción en que mayores son la ganancia y la pérdidapecuniarias que resultan de la apuesta, aunque esto constitu-ye por sí solo una consideración de cierto peso. Es que la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 294: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

294

apuesta se hace, por lo general, con la intención no expresaverbalmente ni siquiera reconocida in petto, de hacer mayoreslas probabilidades de éxito del bando por quien se apuesta.Se siente que la solicitud y las cosas materiales empleadas aeste fin no pueden menos de influir en el resultado. Aquí seda una manifestación especial del instinto del trabajo eficaz,respaldado por un sentido aún más manifiesto de que lacongruencia animista de las cosas tiene que decidir el resul-tado en sentido victorioso, para el lado en favor del cual seha apropiado y fortificado, con tanto trabajo conativo6 ycinético, la propensión inherente a estas pruebas. Este in-centivo de la apuesta se expresa en forma de respaldar alfavorito propio en cualquier prueba y es, inequívocamente,un rasgo depredador. La creencia en la suerte se expresa enuna apuesta como forma subordinada del impulso depreda-dor propiamente dicho. De tal modo que puede afirmarseque, en la medida en que la creencia en la suerte se expresaen forma de apuesta, ha de considerarse corno elementointegrante del tipo de carácter depredador. Por lo que serefiere a sus elementos, la creencia es un hábito arcaico que,sustancial mente, corresponde a la naturaleza humana primi-tiva e indiferenciada. Pero cuando esta creencia se ve apoya-da por el impulso emulativo depredador y se diferencia porello, adoptando la forma específica del hábito de los juegosde azar, debe clasificarse, en esta forma específica y alta-mente desarrollada, como rasgo del carácter bárbaro.

La creencia en la suerte es un sentido de la existencia deuna necesidad fortuita en la secuencia de los fenómenos. En

6 Véase la nota de la p. 245. [T.]

http://psikolibro.blogspot.com

Page 295: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

295

sus diversas mutaciones y expresiones, tiene gran importan-cia en relación con la eficiencia económica de cualquier co-munidad, en la que se dé en grado apreciable. Hasta talpunto es cierto lo anterior, que ello justifica un estudio másdetallado de su origen y contenido y de la importancia de susdiversas ramificaciones para la estructura y función econó-mica, así como un estudio de la relación de la clase ociosacon su desarrollo, diferenciación y persistencia, En la formadesarrollada e integrada, en que es más fácil observarla en elbárbaro de la cultura depredadora o en el deportista de lascomunidades modernas, la creencia comprende por lo me-nos dos elementos que es posible distinguir y que han deconsiderarse como dos aspectos del mismo hábito mentalfundamental, o como el mismo factor psicológico en dosfases sucesivas de su evolución. El hecho de que esos doselementos sean fases sucesivas de la misma línea general deldesarrollo de la creencia no impide que coexistan en los há-bitos mentales de cualquier individuo determinado. La formamás primitiva (o la fase más arcaica) es una incipiente creen-cia animista o un sentido animista de las relaciones y las co-sas, que imputa a los hechos un carácter casi personal. Parael hombre arcaico, todos los objetos y hechos notables yevidentemente seguidos de consecuencias que se producenen su medio tienen una individualidad casi personal. Losconcibe como dotados de volición o, más bien, de propen-siones que entran en el complejo de las causas y afectan a losacontecimientos en forma inescrutable. El sentido de lasuerte y el azar, o de la necesidad fortuita, que tiene el de-portista es un animismo inarticulado o incipiente. Se aplica a

http://psikolibro.blogspot.com

Page 296: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

296

los objetos y a las situaciones, con frecuencia de modo muyvago; pero, por lo general, llega a concretarse en el sentidode implicar la posibilidad de propiciar, o de perturbar de otromodo el de engañar o engatusar, o pliegue de las propensio-nes residentes en los objetos y que constituyen los mediosmateriales y accesorios de cualquier juego de habilidad osuerte. Hay pocos deportistas que no tengan la costumbre dellevar amuletos o talismanes a los que, se cree, correspondeuna eficacia mayor o menor. Y no es mucho menor la pro-porción de quienes temen instintivamente las maniobrasencaminadas a darles mala suerte, realizadas por los adversa-rios, o los medios materiales empleados en cualquier pruebaen la que hacen una apuesta; o que sienten que el hecho deapostar a un atleta o bando participante en un robustece ydebe robustecer a ese bando; o para quienes la «mascota»que cuidan significa algo más que una broma.

En su forma simple, la creencia en la suerte es ese senti-do instintivo de la existencia de una propensión teleológicainescrutable en los objetos o situaciones. Los objetos oacontecimientos tienen cierta propensión a producir un findeterminado, tanto si se concibe que ese fin o punto objeti-vo de la secuencia se da de modo fortuito, como si se buscadeliberadamente. Partiendo de este animismo simple, la cre-encia va pasando, por gradaciones insensibles, a la segundaforma o fase derivada, a que nos hemos referido más arriba yque es una creencia más o menos articulada en un inescruta-ble agente preternatural. El agente preternatural opera pormedio de los objetos visibles con los que está asociado, perosu individualidad no se identifica con esos objetos. El uso de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 297: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

297

la rúbrica «agente preternatural» no prejuzga aquí nada res-pecto a cuál sea la naturaleza del agente al que se califica depreternatural. Este es sólo un desarrollo posterior de la cre-encia animista. El agente preternatural no se concibe necesa-riamente como un agente personal, en el pleno sentido de lapalabra, sino como un instrumento que participa de los atri-butos de personalidad en la medida de poder influir, de mo-do un tanto arbitrario, en el resultado de cualquier empresa yespecialmente de cualquier prueba deportiva. La difundidacreencia en los hamingla o gipta (gaefa, audna), que da tantocolor a las primeras leyendas germánicas en general y a lassagas islandesas en particular, es un ejemplo de ese sentidode una propensión extra física en el desarrollo de los aconte-cimientos.

En esta expresión o forma de la creencia, la propensiónapenas está personificada, aunque se le imputa en grado va-riable cierta individualidad; y se concibe a veces esta propen-sión individuada que cede a las circunstancias, por lo comúna circunstancias de carácter espiritual o preternatural. Unejemplo conocido y destacado de la creencia -en un estadorelativamente avanzado de diferenciación y que implica unapersonificación antropomórfica del agente preternatural alque se apela- nos lo ofrece el juicio de Dios. En este caso, seconcebía que el agente preternatural actuaba como árbitro,cuando se le pedía, y modelaba el resultado de la lucha conarreglo a algún criterio estipulado, tal como la equidad o lalegalidad de las pretensiones respectivas de los contendien-tes. En la creencia popular corriente se muestra todavía, demodo oscuro, un sentido análogo de una tendencia inescru-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 298: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

298

table, pero espiritualmente necesaria, de los acontecimientos;así lo prueba, por ejemplo, la conocida máxima «el que sabeque su causa es justa está triplemente armado», máxima quepara el tipo corriente de persona irreflexiva conserva muchode su significado, aun en las comunidades civilizadas actua-les. La reminiscencia moderna de la creencia en los hamingia,o en la guía de una mano invisible, que es posible descubriren la aceptación de esta máxima, es tenue y acaso incierta; encualquier caso, parece estar mezclada con otros momentospsicológicos que no tienen un carácter claramente animista.

Para fa finalidad aquí perseguida no es necesario inves-tigar más a fondo el proceso psicológico ni la genealogíaetnológica, mediante la cual la última de las aprehensionesanimísticas de la propensión deriva de la primera. Este pro-blema puede tener la máxima importancia para la psicologíade los pueblos o la teoría de la evolución de los credos ycultos. Lo mismo vale para el problema, más fundamental,de si ambas están relacionadas como fases sucesivas de unasecuencia de desarrollo. Se hace aquí referencia a estos pro-blemas con el solo propósito de señalar que el interés denuestro actual estudio no se encuentra en esa dirección. Porlo que se refiere a la teoría económica, esos dos elementos ofases de la creencia en la suerte, o en una tendencia o pro-pensión extra-causal existente en las cosas, tienen sustan-cialmente el mismo carácter. Tienen significado económicoen cuanto hábitos mentales que afectan la concepción habi-tual que posee el individuo de los hechos y secuencias conlos que tiene contacto y que afectan, por ende, a la utilidaddel individuo para fines industriales. Por tanto, dejando

http://psikolibro.blogspot.com

Page 299: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

299

aparte toda cuestión relativa a la belleza, valor o carácterbenéfico de toda creencia animista, hay lugar a discutir suimportancia económica, en relación con la utilidad del indi-viduo como factor económico y, en especial, como agenteindustrial.

Ya se ha notado al tratar de otro problema que, parapoder presentar la máxima utilidad en los complejos proce-sos industriales de hoy día, el individuo tiene que estar dota-do de la aptitud y el hábito de captar y relacionar fácilmentelos hechos en términos de secuencia causal. Tanto en con-junto como en sus detalles, el proceso industrial es un proce-so de causalidad cuantitativa. La «inteligencia» que se exige altrabajador, así como al director de un proceso industrial, espoco mayor de la que representa cierto grado de facilidadpara captar y adaptar unos hechos a una secuencia causalcuantitativamente determinada. Lo que falta en los trabaja-dores torpes es la facilidad de captación y adaptación y loque se busca con su educación -en cuanto su educación aspi-ra a aumentar su eficiencia industrial- es el desarrollo de esafacilidad.

En la medida en que las aptitudes heredadas o la educa-ción recibida por el individuo lo inclinan a explicar los he-chos y secuencias en términos distintos de la causalidad orealidad, rebajan su eficiencia productiva o su utilidad indus-trial. Esta rebaja de eficiencia, debida a una inclinación hacíalos métodos animistas de captar los hechos, es especialmentevisible si se toma la masa y no el individuo, cuando se consi-dera en conjunto a una determinada población, que tienetendencia animista, como tal conjunto. Las desventajas eco-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 300: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

300

nómicas del animismo son patentes -y sus consecuencias demucho mayor alcance- en el sistema moderno de la granindustria más que en cualquier otro. En las comunidadesindustriales modernas, la industria está siendo organizada, enuna extensión cada vez mayor, como un sistema amplio deórganos y funciones que se condicionan recíprocamente; y,en consecuencia, la ausencia de toda inclinación tendenciosaen la aprehensión causal de los fenómenos se hace, también,cada vez más necesaria como requisito para la eficiencia delos hombres ocupados en la industria. En un sistema de arte-sanado, una ventaja en destreza, diligencia, fuerza muscular oresistencia, puede compensar en un grado muy amplio talinclinación tendenciosa de los hábitos mentales de los traba-jadores.

Algo muy semejante ocurre en la industria agrícola detipo tradicional, muy parecida al artesanado por lo que serefiere a las demandas que se hacen al trabajador. En ambas,es el trabajador el motor primero del que se depende de mo-do principal y las fuerzas naturales utilizadas se conciben engran parte como agentes inescrutables y fortuitos, cuya ac-ción está fuera del alcance del control o la discreción deltrabajador. En la apreciación popular, en estas formas deindustria se deja una parte relativamente pequeña del proce-so industrial a la oscilación fatal de una secuencia mecánicaamplia, que tiene que ser comprendida en términos de cau-salidad y a la que tienen que adaptarse las operaciones in-dustriales y los movimientos de los trabajadores. Conformese desarrollan los métodos industriales, las virtudes del arte-sano van contando cada vez menos, como compensación de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 301: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

301

la poca inteligencia o de la poca inclinación a aceptar la se-cuencia de causa y efecto. La organización industrial tomacada vez más el carácter de un mecanismo, en que corres-ponde al hombre discriminar y seleccionar qué fuerzas natu-rales han de producir sus efectos en servicio de aquél. Elpapel que corresponde al trabajador en la industria cambia:de motor primero, pasa a ser una persona que discrimina yvalora secuencias cuantitativas y hechos mecánicos. Au-menta la relativa importancia económica de la facultad deuna captación rápida y una apreciación no tendenciosa de lascausas que encuentra en su medio, y cualquier elemento delcomplejo de sus hábitos mentales, que introduzca una incli-nación tendenciosa contraria e esta rápida apreciación de lassecuencias reales, aumenta proporcionalmente su importan-cia como elemento perturbador que rebaja su utilidad indus-trial. Por el efecto acumulativo que produce sobre la actitudhabitual de la población una inclinación tendenciosa, porligera y poco notoria que sea, a explicar los hechos de la vidacotidiana recurriendo a base distinta de la causalidad cuanti-tativa puede originar una disminución apreciable de la efi-ciencia industrial colectiva de una comunidad.

El hábito mental animista puede presentarse en la formaarcaica e indiferenciada de creencia animista incipiente o enla fase, posterior y más integrada, en la que hay una personi-ficación antropomórfica de la propensión imputada a loshechos. El valor industrial de un sentido animista tan vívidoo de tal recurso a un agente preternatural, o a la guía de unamano invisible, es, desde luego, muy parecido en todos loscasos. Por lo que se refiere a la utilidad industrial del indivi-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 302: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

302

duo, el efecto es, en cualquier caso, de la misma especie;pero la extensión en que ese hábito mental domina o modelael complejo de sus hábitos mentales varía con el grado deproximidad, intensidad o exclusividad con que el individuoaplique habitualmente las fórmulas animistas o antropomór-ficas a los hechos de su medio. El hábito animista opera entodos los casos en el sentido de embrollar la apreciación dela secuencia causal; pero el sentido animista más arcaico,menos reflexivo y menos definido de la propensión sueleafectar a los procesos intelectuales del individuo de modomás profundo que las formas superiores de antropomorfis-mo. Dondequiera que se presenta el hábito animista en suforma ingenua, su ámbito y campo de aplicación no estándefinidos ni limitados. En consecuencia, afectará de modopalpable al pensamiento del individuo en todos los momen-tos de su vida, en todo lo que tenga que ver con los mediosmateriales de vida. En el desarrollo posterior y más madurodel animismo, una vez definido éste mediante el proceso deelaboración antropomórfica, cuando su aplicación se ha vistolimitada de modo relativamente consistente a lo remoto y loinvisible, se produce el hecho de que una cantidad cada vezmayor de hechos de la vida cotidiana se explican provisio-nalmente sin recurrir al instrumento preternatural, en el quese expresa un animismo desarrollado. Un agente preternatu-ral altamente integrado y personificado no es un medio con-veniente de resolver las ocurrencias triviales de la vida y, portanto, se forma con facilidad el hábito de explicar muchosfenómenos triviales o vulgares en términos de secuenciacausal. La explicación provisional a que así se llega queda,

http://psikolibro.blogspot.com

Page 303: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

303

por negligencia, como definitiva para las cosas triviales, hastaque una provocación o perplejidad especial hace que el indi-viduo la abandone. Pero, cuando surgen exigencias especia-les, es decir, cuando se produce una peculiar necesidad derecurrir de modo más pleno y franco a la ley de causa yefecto, si el individuo posee una creencia antropomórfica,recurre por lo general al agente preternatural como soluciónuniversal.

Esta propensión o agente extra-causal tiene una grandí-sima utilidad como recurso en los casos en que el individuose encuentra perplejo, pero su utilidad no tiene en absolutocarácter económico. Allí donde ha alcanzado el grado deconsistencia y especialización que corresponde a una divini-dad antropomórfica, es de modo especial un refugio y unafuente de consuelo. Tiene en su favor muchas cosas, aunbasadas en hechos que no son el de proporcionar al indivi-duo perplejo un medio de eludir la dificultad de explicar losfenómenos en términos de secuencia causal. Difícilmentepodría justificarse el que nos detuviéramos aquí en las ven-tajas evidentes y reconocidas de una divinidad antropomorfadesde el punte de vista del interés estético, moral o espiritual,o incluso desde el punto de vista más remoto de lo político,lo militar o la política social. La cuestión que aquí nos ocupaes el valor económico, menos pintoresco e importante, de lacreencia en tal agente preternatural, considerada como há-bito mental que afecta a la utilidad industrial del creyente. Yaun dentro de este ámbito económico, más estrecho, la in-vestigación está forzosamente limitada a la importancia in-mediata de este hábito mental en relación con la utilidad del

http://psikolibro.blogspot.com

Page 304: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

304

creyente en cuanto trabajador, y no se extiende al estudio desus efectos económicos más remotos. Esos efectos más re-motos son muy difíciles de descubrir. Su investigación en-cuentra tantos obstáculos, por los prejuicios corrientesacerca del grado en que se eleva la vida como consecuenciadel contacto espiritual con tal divinidad, que todo intento deaveriguar su valor económico tiene que ser, por el momento,forzosamente infecundo.

El efecto inmediato y directo del hábito mental animistasobre la estructura mental general del creyente actúa en elsentido de rebajar su inteligencia eficaz, en el aspecto en queesa inteligencia tiene mayor importancia para la industriamoderna. El efecto se produce, en grado variable, tanto si elagente o propensión preternatural en que se cree es de castasuperior, como si es de casta inferior. Esto vale igualmentecon relación al sentido de la suerte y la propensión que tieneel bárbaro como con relación al que tiene el deportista; yalgo análogo puede decirse de la creencia algo más desarro-llada en una divinidad antropomórfica, tal como la que po-see, por lo general, la misma clase, Hay que considerartambién que lo mismo puede afirmarse -aunque no sea fácildecir cuál es su grado relativo de certeza- de los cultos an-tropomórficos más desarrollados que atraen al hombre civi-lizado devoto. La incapacidad industrial, consecuencia deuna adhesión popular a cualquiera de los cultos antropomór-ficos más elevados, puede ser relativamente ligera, pero nose la debe pasar por alto. Y aun esos cultos de clase elevadade la cultura occidental no representan la última fase de di-solución de ese sentido humano de la propensión extra cau-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 305: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

305

sal. El mismo sentido animista se muestra también en ate-nuaciones del antropomorfismo, tales como la apelaciónsetecentista al orden de la naturaleza y a los derechos natu-rales, y su representante moderno, el concepto notoriamenteposdarwinista de una tendencia meliorativa en el proceso dela evolución. Esta explicación animista de los fenómenos esuna forma de la falacia que los lógicos conocen con el nom-bre de ignava ratio. En relación con la industria y con la cien-cia, equivale a un error en la aprehensión y valoración de loshechos.

Aparte de sus consecuencias industriales directas, el há-bito animista tiene cierta significación para la teoría econó-mica por otros motivos: 1) Es un indicio bastante seguro dela presencia, y hasta cierto punto incluso del grado de poten-cia, de otros rasgos arcaicos que lo acompañan y que son deimportancia económica sustancial, y 2) las consecuenciasmateriales de ese código de conveniencias devotas, a que daorigen el hábito animista en el desarrollo de un culto antro-pomórfico, son importantes en dos sentidos: a) como yahemos indicado en un capítulo anterior, en cuanto afectan alconsumo de bienes que hace la comunidad y a los cánonesde gusto que prevalecen en ella, y b) en cuanto induce acierto reconocimiento habitual de la relación con un superiory la conserva, fortaleciendo así el sentido corriente del statusy la fidelidad.

Por lo que se refiere al último extremo mencionado (b),ese conjunto de hábitos mentales que constituye el carácterde cualquier individuo es, en cierto sentido, un todo orgáni-co. Una variación notable en una dirección determinada,

http://psikolibro.blogspot.com

Page 306: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

306

producida en cualquier punto, comporta una variación con-comitante, correlativa de la primera, en la expresión habitualde la vida en otras direcciones y otros grupos de actividades.Esos diversos hábitos mentales o expresiones habituales dela vida son, todos ellos, fases de la secuencia vital única delindividuo; en consecuencia, un hábito formado en respuestaa un estímulo determinado afectará, necesariamente, al ca-rácter de la respuesta que se dé a otros estímulos.

Una modificación de la naturaleza humana en cualquierpunto es una modificación de la naturaleza humana en suconjunto. En este aspecto, y acaso en mayor grado sobrebases más oscuras que no podemos estudiar aquí, tienen sufundamento esas variaciones concomitantes que se producenentre los diferentes rasgos de la naturaleza humana. Así, porejemplo, los pueblos bárbaros que tienen un esquema gene-ral de la vida de carácter depredador bien desarrollado, po-seen, por lo común, también un fuerte hábito animista, unculto antropomórfico bien conformado y un vívido sentidodel status. Por otra parte, el antropomorfismo y el sentidoque percibe una propensión animista en las cosas materialesse presentan, de modo mucho menos notorio, en la vida delos pueblos que se encuentran en los estadios culturales quepreceden y siguen a la barbarie. El sentido del status es tam-bién, en conjunto, más débil en las comunidades específicas.Hay que notar que en la mayoría, si no en todos los pueblosque viven en el estadio cultural ante-depredador, o salvajis-mo, se encuentra una creencia animista vívida, pero muypoco especializada.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 307: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

307

El salvaje primitivo tomó su animismo mucho menosen serio que el bárbaro o el salvaje degenerado. El animismodesemboca para él en una fantástica creación de mitos, perono en una superstición coactiva. La cultura bárbara presentadeportividad, status y antropomorfismo. Es corriente obser-var variaciones concomitantes, en los mismos aspectos, en eltemperamento individual de los hombres que viven en lascomunidades civilizadas de hoy día. Estos representantesmodernos de la disposición de ánimo depredadora bárbaraque constituyen el elemento deportivo son, por lo general,personas que creen en la suerte; cuando menos tienen unfuerte sentido de una propensión animista de las cosas, quelas impulsa a los juegos de azar. Algo análogo puede afirmar-se en relación con el antropomorfismo, de esa clase. Losmiembros de ella adheridos a algún credo muestran, por locomún, adhesión a uno de los credos ingenua y consistente-mente antropomórficos; hay pocos deportistas que busquenconsuelo espiritual en los cultos menos antropomórficos,tales como los de las confesiones unitaria o universalista.

Íntimamente ligado con esta correlación de antropo-morfismo y proeza está el hecho de que los cultos antropo-mórficos actúan en el sentido de conservar, cuando no deiniciar, hábitos mentales favorables a un régimen de status.Por lo que se refiere a este punto, es totalmente imposibledecir dónde acaba el efecto disciplinario del culto y dóndecomienza la evidencia de unas variaciones concomitantes enlos rasgos heredados. En su forma mejor desarrollada, eltemperamento depredador, el sentido del status y el cultoantropomórfico, corresponden a la cultura bárbara; y cuando

http://psikolibro.blogspot.com

Page 308: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

308

los tres fenómenos aparecen en comunidades de otro nivelcultural, subsiste entre ellos algo de una relación causal mu-tua. La forma en que vuelven a presentarse correlacionadoslos hábitos y aptitudes de los individuos y clases actualesindica una semejante relación causal u orgánica entre losmismos fenómenos psicológicos, considerados como rasgoso hábitos del individuo. Ya hemos visto en un punto ante-rior del presente estudio que la relación de status, en cuantocaracterística de la estructura social, es una consecuencia delhábito mental depredador. Por lo que hace a su genealogía,esa relación es, en lo fundamental, una expresión más desa-rrollada de la actitud depredadora. Por otra parte, un cultoantropomórfico es un código de relaciones de status muydetalladas, basado en el concepto de una propensión preter-natural inescrutable de las cosas materiales. Así, pues, por loque se refiere a los hechos externos de su genealogía, puedeconsiderarse el culto como una excrecencia de ese sentidoanimista que penetra tan profundamente al hombre arcaico,definida y transformada en cierto grado por el hábito de vidadepredador; el resultado de todo ello es un agente preterna-tural personificado, al que se dota, mediante un proceso deimputación, de todos los hábitos mentales que caracterizanal hombre de la cultura depredadora.

Los rasgos psicológicos más generales del caso, que tie-nen importancia inmediata para la teoría económica y que,en consecuencia, han de ser tomados en cuenta aquí, son,pues: a) como ya se ha visto en un capítulo anterior, el há-bito mental emulativo, depredador, que aquí denominamosproeza, el cual no es sino la variante bárbara del instinto

http://psikolibro.blogspot.com

Page 309: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

309

genéricamente humano del trabajo eficaz, que ha adoptadoesa forma específica guiado por un hábito de comparaciónvalorativa de las personas; b) la relación de status, que es unaexpresión formal de tal comparación valorativa debidamentemedida y graduada con arreglo a una tabla sancionada; c) unculto antropomórfico, que -al menos en los días de su vigorprimitivo- es una institución, el elemento característico de lacual está constituido por una relación de status entre el su-jeto humano considerado como inferior y el agente preter-natural personificado, al que se estima como superior.Teniendo esto presente, no debe haber dificultad para reco-nocer la íntima relación que subsiste entre esos tres fenóme-nos de la naturaleza humana y de la vida humana; la relaciónequivale a una identidad de algunos de sus elementos sustan-ciales. Por otra parte, el sistema de status y el hábito de vidadepredador son una expresión del instinto del trabajo eficaz,en la forma que éste adopta como consecuencia de una cos-tumbre de comparación valorativa; por otra, el culto antro-pomórfico y el hábito de las observaciones devotas son unaexpresión del sentido animista que tiene el hombre de unapropensión existente en las cosas materiales, elaborada bajola guía del mismo hábito general de comparación valorativa.Las dos categorías -el hábito de vida emulativo y el hábito delas observancias devotas- han de ser consideradas, por lotanto, como elementos complementarios del tipo bárbaro denaturaleza humana y de sus modernas variantes bárbaras.Son expresiones de la misma serie general de aptitudes, ela-boradas como respuesta a diferentes grupos de estímulos.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 310: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

310

XII. Observancias devotas

Un examen rápido de ciertos incidentes de la vida mo-derna habrá de mostrar la relación orgánica que existe entrelos cultos antropomórficos y la cultura y el temperamentobárbaros. Servirá también para mostrar de qué modo estánrelacionados la supervivencia y eficacia de los cultos y elpredominio de su tabla de prácticas devotas, con la institu-ción de una clase ociosa y las fuentes de acción implícitas enesa institución. Sin intención de defender ni atacar las prácti-cas de que vamos a hablar bajo el epígrafe de observanciasdevotas, ni los rasgos espirituales e intelectuales de los queesas observancias son expresión, podemos considerar losfenómenos cotidianos de los cultos antropomórficos co-rrientes desde el punto de vista del interés que presentanpara la teoría económica. De lo que se puede hablar adecua-damente aquí es de los rasgos tangibles, externos, de las ob-servancias devotas. El valor moral, así como el devoto de lavida de la fe, queda fuera del ámbito de nuestra investigaciónactual. Naturalmente, no se plantea aquí ningún problemarelativo a la belleza o verdad de los credos de donde derivan

http://psikolibro.blogspot.com

Page 311: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

311

los cultos. Y ni siquiera podemos ocuparnos de su importan-cia, demasiado grave para poder encontrar lugar adecuado enun esbozo tan superficial como el nuestro.

En un capítulo anterior se ha dicho algo acerca de la in-fluencia que los patrones pecuniarios de valor ejercen sobreel proceso de valoración, llevado a cabo sobre bases no rela-cionadas con el interés pecuniario. La relación no es porentero unilateral. Los patrones y cánones de valoración eco-nómicos se ven, a su vez, influidos por patrones de valorextraeconómicos. Nuestros juicios acerca de la importanciaeconómica que presentan los hechos están modelados, encierta medida, por la presencia dominante de esos interesesmás prominentes. Hay incluso un punto de vista desde elcual el interés económico sólo tiene peso en cuanto depen-diente de esos intereses no económicos superiores. Por tan-to, para nuestro propósito actual, hay que dedicar algúnempeñe, a la tarea de aislar el interés económico o la impor-tancia económica de esos fenómenos de los cultos antropo-mórficos. Se requiere algún esfuerzo para despojarse de]punto de vista más serio y llegar a una apreciación económi-ca de esos hechos, que tenga la menor caridad posible deinclinación tendenciosa motivada por intereses superiores,extraños a la teoría económica.

En el estudio del temperamento deportivo nos hemosencontrado con lo que proporciona la base material del há-bito de los juegos de azar del deportista: es el sentido de unapropensión animista de las cosas y acontecimientos materia-les Para los fines que estudia la economía, este sentido de lapropensión es sustancialmente el mismo elemento psicológi-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 312: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

312

co que se expresa, bajo una gran variedad de formas, en lascreencias animistas y los cultos antropomórficos. Por lo quese refiere a los rasgos psicológicos tangibles de los que tieneque ocuparse la teoría económica, el espíritu de juego de azarque penetra de modo tan profundo al elemento deportivo,pasa, por gradaciones insensibles, a la estructura mental queencuentra satisfacción en las observancias devotas. Conside-rado desde el punto de vista de la teoría económica, el ca-rácter deportivo se convierte gradualmente en el carácterdevoto. Donde el sentido animista del, apostador se ve ayu-dado por una tradición relativamente desarrollada, produceuna creencia más o menos articulada en un agente preterna-tural o híperfisico, que tiene cierto contenido antropomórfi-co.

Donde así ocurre hay, por lo general, una inclinaciónclaramente perceptible a llegar a una acomodación con elagente preternatural, mediante algún método aprobado decontacto y conciliación. Este elemento de propiciación y deengatusamiento tiene mucho en común con las formas mástoscas de adoración, sí no por lo que respecta a su derivaciónhistórica, sí al menos en lo relativo a su contenido psicológi-co real. Evidentemente hay una continuidad inquebrantadaque va pasando gradualmente, hasta lo que se reconoce co-mo práctica y creencia supersticiosas, y afirma así su paren-tesco con los cultos antropomórficos más toscos.

El temperamento deportivo o propicie, a los juegos deazar comprende, pues, algunos de los elementos psicológicossustanciales que contribuyen a hacer un creyente en dogmasy un observante de las formas devotas establecidas; el punto

http://psikolibro.blogspot.com

Page 313: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

313

principal de coincidencia es la creencia en una propensióninescrutable o una interposición preternatural en la secuenciade los acontecimientos. Por lo referido a la práctica del juegode azar, la creencia en el agente preternatural puede ser, y esde ordinario, menos articulada, especialmente en cuanto alos hábitos mentales y el esquema general de vida imputadoal agente preternatural o, en otras palabras, en lo relativo a sucarácter moral y sus finalidades al intervenir en los aconte-cimientos. Con respecto a la individualidad o personalidaddel agente cuya presencia –en forma de suerte, azar, malefi-cio o mascota- siente, ya veces teme y trata de eludir el de-portista, sus opiniones son también menos específicas,menos integradas y menos diferenciadas. La base de su acti-vidad en el juego de azar no es, en gran medida, sino un sen-tido instintivo de la presencia en las cosas o situaciones deuna penetrante fuerza o propensión extrafísica y arbitraria, ya la que no se suele reconocer como agente personal. Elapostador es, con frecuencia, creyente en la suerte en susentido ingenuo y, a la vez, adepto fervoroso de algunos delos credos aceptados Se inclina de modo especial a aceptar laParte de credo relativa al poder inescrutable y los hábitosarbitrarios de la divinidad que ha conseguido su confianza.En tal caso, está poseído por dos, y a veces por más de dos,aspectos separables del animismo. Más aún, la serie completade las fases sucesivas de la creencia animista se encuentrapresente, sin solución de continuidad, en el equipo espiritualde toda comunidad deportiva. Esa cadena de concepcionesanimistas comprende, en uno de los extremos de la serie, laforma más elemental de un sentido instintivo de suerte, azar

http://psikolibro.blogspot.com

Page 314: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

314

y necesidad fortuita y, en el otro, la divinidad antropomórfi-ca perfectamente desarrollada; entre ambos se encuentrantodos los estadios intermedios de integración junto con esascreencias en un agente preternatural, va una modelacióninstintiva de la conducta conforme a las supuestas exigenciasde la suerte o el azar, por una parte, y una sumisión más omenos devota a los decretos inescrutables de la divinidad,por otra.

Hay a este respecto una relación entre el temperamentodeportivo y el de las clases delincuentes; y ambos están rela-cionados con el temperamento que inclina a un culto antro-pomórfico. Tanto el delincuente como el deportista tienen,por lo común en mayor grado que el promedio general de lacomunidad, la tendencia a adherirse a alguno de los credosacreditados y a dedicarse a la práctica de las observanciasdevotas. Es de notar también que los miembros descreídosde esas clases muestran una tendencia mayor que la generali-dad de los incrédulos a convertirse en prosélitos de alguna feacreditada. Este hecho, comprobado por la observación, loreconocen los defensores de los deportes, en especial al de-fender los deportes atléticos más ingenuamente depredado-res. Más aún, se proclama con cierta insistencia, como rasgomeritorio de la vida deportiva, el hecho de que quienes parti-cipan de modo habitual en los juegos atléticos son peculiar-mente afectos a las prácticas devotas. Y puede observarseque los cultos a los que están adheridos los deportistas y lasclases delincuentes depredadoras, o los cultos a los que seadhieren por lo común prosélitos procedentes de esas clases,no son, generalmente, ninguna de las denominadas fes supe-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 315: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

315

riores, sino cultos relacionados con una divinidad totalmenteantropomórfica. La naturaleza humana arcaica y depredado-ra no se satisface con concepciones abstrusas de una perso-nalidad que se va disolviendo y que llega gradualmente, pormatices que varían de modo imperceptible, hasta el conceptode secuencia causal cuantitativa, tal como la que imputan loscredos especulativos y esotéricos del cristianismo a la CausaPrimera, la Inteligencia Universal, el Alma del Mundo o elAspecto Espiritual. Como ejemplo de un culto del tipo querequieren los hábitos mentales del atleta y el delincuente,puede citarse la rama de la Iglesia militante a la que se cono-ce como Ejército de Salvación. Se recluta éste, hasta ciertopunto, entre los delincuentes de la clase inferior, y parececomprender también, sobre todo por lo que respecta a losoficiales, una proporción mucho mayor de hombres conhistorial deportivo, que la proporción en que tales hombresse encuentran con respecto a la población de la comunidad.

El atletismo practicado en los colegios presenta unejemplo que viene al caso aquí. Los defensores del elementodevoto en la vida de los colegios sostienen -y no parece ha-ber razón para discutir su aserto- que el material atléticodeseable que proporciona cualquier grupo estudiantil de losEstados Unidos es a la vez predominantemente religioso o,al menos, más dado a las observancias devotas que el pro-medio de los estudiantes cuyo interés en los juegos atléticosy otros deportes colegiales es menor. Esto es lo que cabríaesperar en teoría. Puede notarse, dicho sea de paso, que des-de cierto punto de vista se piensa que esto da prestigio a lavida deportiva del colegio, a los juegos atléticos y a las per-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 316: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

316

sonas que se ocupan de estas cosas. No es raro que los de-portistas de los colegios se dediquen a la propaganda religio-sa, como profesión o como ocupación subsidiaria; y puedeobservarse que, cuando esto ocurre, hay grandes probabili-dades de que se conviertan en propagandistas de alguno delos cultos más antropomórficos. Se inclinan a subrayar, so-bre todo, en sus enseñanzas, la relación personal de statusque subsiste entre una divinidad antropomorfa y el sujetohumano.

Esa íntima relación entre el atletismo y las prácticas de-votas que se observa entre los colegiales es un hecho bas-tante notorio, pero tiene un rasgo especial al que no se haprestado atención, a pesar de que es muy claro. El celo reli-gioso, que penetra a gran parte de los elementos deportivosde los colegios, tiene una tendencia especial a expresarse enforma de una devoción ciega y una sumisión ingenua y com-placiente a una providencia inescrutable. En consecuencia,trata de afiliarse sobre todo a alguna de esas organizacionesreligiosas seculares que se ocupan de difundir las formasexotéricas de la fe, como por ejemplo, la Asociación de Jó-venes Cristianos (YMCA) o la Sociedad Juvenil Pro-Conducta Cristiana (YPSCE). Esas organizaciones secularesestán creadas para fomentar la religión «práctica»; y, como sítratasen de reforzar la argumentación y de demostrar de mo-do irrefutable la íntima relación que existe entre el tempera-mento deportivo y la devoción arcaica, esas organizacionesreligiosas seculares dedican, por lo general, una parte im-portante de sus energías al fomento de las competenciasatléticas y otros juegos de habilidad y suerte. Podría, incluso,

http://psikolibro.blogspot.com

Page 317: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

317

decirse que se considera que los deportes de esta especietienen alguna eficacia como medios de gracia. Al parecer,son útiles como medio de hacer prosélitos y de mantener enlos conversos, una vez que han llegado a serlo, la actituddevota. Es decir, los juegos que permiten que se ejercite elsentido animista y la propensión emulativa ayudan a formary conservar el habito mental más acorde con los cultos másesotéricos. De ahí esas actividades religiosas seculares, lafunción de un noviciado o un medio de ingreso a ese desa-rrollo más pleno de la vida del status espiritual que es privile-gio exclusivo de quien se halla en estado de gracia.

El hecho de que el clero de muchas iglesias esté siguien-do, en este aspecto, la dirección indicada por las organiza-ciones seculares parece excluir toda posibilidad de discusión,respecto al aserto de que el ejercicio de las inclinacionesanimistas emulativas e inferiores es sustancialmente útil paralas finalidades devotas. De modo especial, aquellas organiza-ciones eclesiásticas que están cerca de las organizacionesseculares, por lo que se refiere a la importancia que atribuyena la religión práctica, se han inclinado hasta cierto punto aadoptar éstas y otras prácticas, en conexión con las tradicio-nales observancias devotas. Así hay «brigadas de mucha-chos» y otras organizaciones sancionadas por el clero, queactúan en el sentido de desarrollar la inclinación emulativa yel sentido del status en los miembros más jóvenes de la con-gregación. Estas organizaciones pseudomilitares tienden aelaborar y acentuar la proclividad a la emulación y la compa-ración valorativa y robustecen, por ello la facilidad innata dediscernir y aprobar la relación de dominio y subordinación

http://psikolibro.blogspot.com

Page 318: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

318

personales. Y un creyente es, sobre todo, una persona quesabe obedecer y aceptar de buen grado las reprensiones.

Pero los hábitos mentales que estas prácticas fomentany conservan no forman sino la mitad del contenido sustan-cial de los cultos antropomórficos. El otro elemento, com-plementario de la vida devota -el hábito mental animista- sesuscita y conserva mediante una segunda serie de prácticas,organizadas con aprobación del clero. Son éstas las prácticasde juegos de azar de las que puede tomarse como tipo latómbola o lotería organizada por la Iglesia. Para indicar elgrado de legitimidad de estas prácticas, en relación con lasobservancias devotas propiamente dichas, hay que notar queesas loterías y otras oportunidades análogas de intervencióndel azar parecen atraer en mayor medida a la generalidad delos miembros de las organizaciones religiosas que a personasde hábitos mentales menos devotos.

Todo esto parece argüir, por una parte, que el mismotemperamento que inclina a la gente al deporte la inclinatambién a los cultos antropomórficos y, por otra, que la ha-bituación a los deportes, y acaso especialmente a los depor-tes atléticos, opera en el sentido de desarrollar laspropensiones que encuentran satisfacción en las observan-cias devotas. Y, recíprocamente, resulta también que la ha-bituación a esas observancias favorece el desarrollo de unaproclividad a los deportes atléticos, y a todos los juegos quepermiten desplegar el hábito de la comparación valorativa yla apelación a la suerte.

Sustancialmente, en ambas direcciones de la vida espi-ritual encuentra expresión la misma serie de propensiones.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 319: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

319

Aquel tipo de la naturaleza humana bárbara en el que pre-dominan el instinto depredador y el punto de vista animistase inclina normalmente a ambas. El hábito mental depreda-dor implica un sentido acentuado de la dignidad personal y laposición relativa de los individuos. La estructura social en laque el factor dominante, en la modelación de las institucio-nes, ha sido el hábito depredador es una estructura basada enel status. La norma más importante en el esquema general devida de la comunidad depredadora es la relación de personasy clases superiores e inferiores, nobles y villanos, dominantesy subordinados, amos y esclavos. Los cultos antropomórfi-cos han derivado de ese estadio del desarrollo industrial yhan sido modelados por el mismo esquema de diferenciacióneconómica -diferenciación en consumidor y productor- yestán penetrados por el mismo principio dominante de seño-río y servidumbre. Los cultos imputan a la divinidad los há-bitos mentales que corresponden al estadio de diferenciacióneconómica en el que se modelaron aquellos. La concepciónbárbara de la divinidad como caudillo bélico inclinado a unaforma de gobierno autocrática, se ha suavizado mucho, gra-cias a los modales más amables y los hábitos de vida másmoderados, que caracterizan a aquellas fases culturales quese han dado entre el estadio depredador primero y la actuali-dad. Pero aun después de este refinamiento de la imagina-ción devota y la mitigación consiguiente de los rasgos másduros de conducta y carácter, que se imputan, por lo general,a la divinidad, continúa existiendo en la concepción popularde la naturaleza y temperamento divinos un residuo muyimportante de la concepción bárbara. Así resulta, por ejem-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 320: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

320

plo, que al caracterizar a la divinidad y sus relaciones con elproceso de la vida humana, oradores y escritores puedenemplear aún, con eficacia, símiles tomados del vocabulariobélico y, el modo de vida depredador, así como locucionesque implican una valoración comparativa. Se utilizan conbuen éxito figuras de lenguaje de este tipo, incluso para diri-girse a los auditorios modernos menos belicistas, compues-tos por adeptos a las variantes más suaves del credo. Esteuso eficaz de epítetos y términos de comparación bárbaros aque recurren oradores populares, nos sugiere la idea de quela generación moderna ha conservado un vívido aprecio dela dignidad y mérito de las virtudes bárbaras; y arguye tam-bién que hay cierto grado de congruencia entre la actituddevota y el hábito mental depredador. Sólo de segunda in-tención se revuelve -caso de que lo haga en alguna ocasión-la imaginación devota de los adoradores modernos contra laimputación al objeto de su adoración de emociones y actosferoces y vengativos. Es cuestión fácil de observar el hechode que, en la apreciación popular, los epítetos sanguinariosaplicados a la divinidad tienen un valor estético y honorífico.Es decir, que las sugestiones que comportan estos epítetosson muy aceptables para nuestra aprehensión irreflexiva.

Mis ojos han visto la gloria del advenimiento del Señor; está pi-sando en el lugar donde se encuentran las uvas del rencor, ha desencade-nado el rayo final de su terrible espada: su verdad está en marcha.

Los hábitos mentales que guían a una persona devota semueven en el plano de un esquema general de vida arcaico,

http://psikolibro.blogspot.com

Page 321: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

321

que ha perdido gran parte de su utilidad para las exigenciaseconómicas de la vida colectiva presente. En la medida enque la organización económica está adaptada a las exigenciasde la vida colectiva de) presente, el régimen de status ha per-dido su utilidad y no hay en aquélla lugar ni uso para unarelación de servidumbre, personal. Por lo que se refiere a laeficiencia económica de la comunidad, el sentimiento defidelidad personal y el hábito mental general de que ese sen-timiento es expresión son supervivencias, que se acumulansobre el terreno c impiden un adecuado ajuste de las institu-ciones humanas a la situación existente, El hábito mental quemejor se presta a las finalidades de una comunidad industrialpacífica es esa actitud espiritual realista, que reconoce sólo elvalor de los hechos materiales como miembros opacos de lasecuencia mecánica. Es esa estructura mental que no imputainstintivamente a las cosas una propensión animista, ni recu-rre a la intervención preternatural como explicación de fe-nómenos difíciles de comprender, ni se tunda en una manoinvisible que adapta el curso de los acontecimientos a losusos humanos. Para hacer frente a las exigencias necesariaspara lograr la máxima eficiencia económica en las condicio-nes modernas, hay que aprehender habitualmente el procesouniversal en términos de fuerza y secuencia cuantitativas ydesapasionadas.

Desde el punto de vista de esas exigencias económicasmodernas, la devoción ha de ser considerada, tal vez en to-dos los casos, como supervivencia de una fase anterior de lavida en común -un signo de desarrollo espiritual detenido-.Naturalmente, sigue siendo cierto que en una comunidad, en

http://psikolibro.blogspot.com

Page 322: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

322

la cual la estructura económica sigue siendo en lo sustancialun sistema de status, en la que, en consecuencia, la actitud dela generalidad de las personas que pertenecen a ella se mo-dela adaptándose a la relación de dominio y servidumbrepersonales, o en la que, por cualquier otra razón -de tradi-ción o de aptitudes heredadas-, la población, en su conjunto,se inclina de modo muy acusado a las observancias devotas,un hábito mental devoto que no exceda al del promedio dela comunidad debe considerarse, en el individuo que lo ten-ga, simplemente como manifestación del hábito de vida queprevalece en esa comunidad. Visto a esta luz, no puede pen-sarse que un individuo devoto en una comunidad devotaconstituya un caso de reversión, ya que está acorde con elpromedio de la comunidad. Pero desde el punto de vista dela situación industrial moderna, puede considerarse con se-guridad que una devoción excepcional -un celo devoto quese eleva de modo claramente perceptible por encima delgrado medio de devoción corriente en la comunidad- es, entodos los casos, un rasgo atávico.

Desde luego, es igualmente legítimo considerar esos fe-nómenos desde un punto de vista distinto. Pueden ser apre-ciados para una finalidad diferente y entonces cabe invertir lacaracterización hecha aquí. Hablando desde el punto de vistadel interés devoto, o del interés del gusto devoto, podríadecirse, con igual rigor, que la actitud espiritual producida enlos hombres por la vida industrial moderna es desfavorableal desarrollo libre de la vida de la fe. Podría objetarse, conrazón, al desarrollo reciente de los procesos industriales quesu disciplina tiende al «materialismo», a la eliminación de la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 323: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

323

piedad filial. Desde el punto de vista estético podría decirsealgo paralelo. Pero, por legítimas y válidas que fines puedanser estas reflexiones y otras separa semejantes, no cabendentro de nuestra presente investigación, que se ocupa ex-clusivamente de la valoración de estos fenómenos desde elpunto de vista económico.

La gran importancia económica del hábito mental an-tropomórfico, y la inclinación a las prácticas devotas, excusael que sigamos hablando de un tema, la discusión del cual nopuede menos de ser desagradable en una comunidad tandevota como la nuestra, si lo consideramos como fenómenoeconómico. Las observancias devotas tienen importanciaeconómica en cuanto índice de una variación concomitantede temperamento, que acompaña a los hábitos mentales de-predadores e indica, por ende, la presencia de rasgos indus-trialmente perjudiciales. Indican ciertamente la presencia deuna actitud mental que tiene cierto valor económico propio,por virtud de su influencia sobre la utilidad industrial delindividuo. Pero tienen también importancia de modo másdirecto, ya que modifican las actividades económicas de lacomunidad, en especial por lo que se refiere a la distribucióny consumo de los bienes.

La importancia económica más patente de esas obser-vancias la vemos en el consumo devoto de bienes y servi-cios. El consumo de los accesorios ceremoniales exigidospor todo culto en forma de relicarios, templos, iglesias, ves-tiduras, sacrificios, sacramentos, vestidos de fiesta, etc., nosirve a ningún fin material. Por consiguiente, todo este apa-rato material puede caracterizarse, sin dar a esta calificación

http://psikolibro.blogspot.com

Page 324: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

324

ningún sentido peyorativo, como artículos de derroche os-tensible. Lo mismo puede decirse en términos generales delos servicios personales consumidos en estas mismas prácti-cas, tales como la educación y los servicios sacerdotales, lasperegrinaciones, ayunos, festividades, devociones domésti-cas, etcétera. A la vez, las observancias en ejecución de lascuales se produce este consumo sirven para extender y pro-longar la boga de esos hábitos mentales en los que se basa elculto antropomórfico. Es decir, fomentan los hábitos men-tales característicos del régimen de status. En la medida enque lo hacen, obstruyen el camino hacia una organizaciónmás eficaz de la industria en las circunstancias de la vidamoderna y son, en primer lugar, antagónicas del desarrollode las instituciones económicas en la dirección exigida por lasituación actual. Para la finalidad que tenemos a la vista aquí,tanto los efectos indirectos de este consumo como los di-rectos constituyen una rebaja de la eficiencia económica de lacomunidad. Así, pues, en teoría económica y considerado ensus consecuencias próximas, el consumo de cosas y esfuer-zos en el servicio de una divinidad antropomorfa implica unadisminución de la vitalidad de la comunidad. Cuáles puedenser los efectos morales indirectos y mas remotos de esta cla-se de consumo es cosa que no admite una respuesta sucintay es, además, un problema que no podemos estudiar aquí.

Sin embargo, es oportuno señalar el carácter económicogeneral del consumo devoto, en comparación con el consu-mo para otros fines. Un estudio, siquiera sea somero, de laserie de motivos y fines de donde deriva el consumo devotode cosas, nos ayudará a apreciar el valor de ese consumo y el

http://psikolibro.blogspot.com

Page 325: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

325

del hábito mental general con el que concuerda. Hay un pa-ralelismo muy visible -por no decir una identidad sustancial-de motivos entre el consumo que se realiza al servicio de unadivinidad antropomorfa y el que se lleva a cabo al servicio deun caballero ocioso -caudillo o patriarca-, entre las clasessociales superiores durante la cultura bárbara. Tanto en elcaso del caudillo como en el de la divinidad, hay costososedificios destinados únicamente a la persona servida. Esosedificios, así como las cosas que los complementan en lapráctica del servicio, no pueden ser vulgares por lo que serefiere a su clase ni en lo relativo a su grado; muestran siem-pre un elemento grande de derroche ostensible. Puede no-tarse también que los edificios devotos tienen siempre unaforma arcaica en su estructura y sus accesorios. También losservidores, tanto del caudillo como de la divinidad, tienenque aparecer en presencia de la persona a la que sirven ata-viados con vestiduras de carácter especial y adornado. Elrasgo económico que distingue a esas vestiduras es un derro-che ostensible acentuado en forma muy superior a la normal,junto con la característica secundaria -más acentuada en elcaso de los servidores sacerdotales que en el de los servido-res o cortesanos del potentado bárbaro- de que esos vestidosde corte tienen que ser siempre, en cierto grado, arcaizantes.También los vestidos usados por los miembros seglares de lacomunidad, cuando aparecen en la presencia divina, debenser de un tipo más costoso que su atavío cotidiano. Tambiénaquí es muy marcado el paralelismo entre el uso de la sala deaudiencia del caudillo y el del santuario. En este aspecto serequiere cierta «limpieza» ceremonial de atavío, la caracterís-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 326: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

326

tica esencial de la cual, en el aspecto económico, consiste enque las vestiduras utilizadas en esas ocasiones deben tenerlos menores indicios posibles de cualquier ocupación indus-trial o dedicación habitual a tareas que presenten alguna uti-lidad material.

Esta exigencia de derroche ostensible y limpieza cere-monial de todo rastro de industria se extiende también a losatavíos, y en menor grado a los alimentos que se consumenen las festividades sagradas; es decir, en los días dedicados –tabú- a la divinidad o a algún miembro de los rangos inferio-res de la clase ociosa preternatural. En teoría económica, lasfestividades sagradas deben interpretarse como un lapsodedicado a un ocio vicario, practicado en nombre o en ho-nor de la divinidad o santo, en cuyo nombre se impone eltabú y cuya buena reputación se supone realzada, por laabstención de todo esfuerzo útil en esos días. El rasgo ca-racterístico de tales días de ocio vicario devoto es un tabúmás o menos rígido, impuesto a toda actividad quesea útilpara los fines humanos. En el caso de los días de ayuno, laabstención ostensible de toda clase de ocupaciones lucrativasy de todas las actividades que fomentan (materialmente) lavida humana, se acentúa aún más con la abstinencia obliga-toria de todo consumo que pudiera ir encaminado a la co-modidad o la plenitud de vida del consumidor.

Puede observarse, entre paréntesis, que las festividadesseculares son del mismo origen y se han producido por unaderivación ligeramente más remota. Se diferencian de losdías auténticamente sagrados mediante una gradación dematices, que pasa por una clase intermedia de aniversarios

http://psikolibro.blogspot.com

Page 327: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

327

semi sagrados de reyes y grandes hombres que han sido encierto modo canonizados, hasta la festividad inventada deli-beradamente para realzar algún acontecimiento notable ohecho destacado, al que se intenta honrar, o la buena famadel cual se conceptúa como necesitada de reparación. Esterefinamiento más remoto en el empleo del ocio vicario, co-mo medio de mejorar la consideración dada a un fenómenoo dato, se ve en su mejor forma en la última de sus aplica-ciones. En algunas comunidades se ha establecido un día deocio vicario al que se denomina Día del Trabajo. Esta obser-vancia está destinada a aumentar el prestigio del hecho deltrabajo mediante el método arcaico y depredador de unaabstención obligatoria de todo esfuerzo útil. Se imputa a estedato del trabajo en general la buena reputación atribuible alvigor pecuniario, puesto de manifiesto al abstenerse del tra-bajo.

Las festividades sagradas, y las festividades todas en ge-neral, constituyen un tributo impuesto al cuerpo del pueblo.El tributo se paga en ocio vicario y el efecto honorífico quede él deriva se imputa a la persona o al hecho en honor e abuena reputación de los cuales se ha instituido la festividad.Tal diezmo de ocio vicario es una exigencia de todos losmiembros de la clase ociosa preternatural y es indispensablepara su buena ama. Un saint qu’on ne chôme pas es un santodesprestigiado.

Además de este diezmo de ocio vicario que se cobra alos seglares, hay también clases especiales de personas -losdiversos grados de sacerdotes y hieródulas- cuyo tiempo sededica enteramente a un servicio semejante. La clase sacer-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 328: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

328

dotal está obligada a abstenerse de todo trabajo vulgar, espe-cialmente en cuanto es lucrativo o en cuanto se concibe quecontribuye al bienestar temporal de la humanidad. Pero,además, en el caso dela clase sacerdotal, el tabú va aún máslejos y añade un refinamiento en forma de prohibición a losclérigos de buscar ganancias mundanas, aun en el caso deque puedan hacerlo sin dedicarse a la industria, rebajándosecon ello en su dignidad. Se considera como indigno de servi-dor de la divinidad que busque una ganancia material o pien-se en cosas temporales. «De todas las cosas despreciablesque existen, la más despreciable es un hombre que aparececomo sacerdote de Dios y es sacerdote de su propia como-didad y ambiciones» Hay una línea discriminatoria, que ungusto cultivado en materias de observancia devota puedetrazar con muy poca dificultad, entre aquellas acciones yconducta encaminadas a la plenitud de la vida humana y lasconducentes a la buena fama de la divinidad antropomorfa; yen el esquema ideal de la vida bárbara, la actividad dela clasesacerdotal cae por entero del lado de allá de esa línea. Lo quecae dentro del epígrafe de economía es inferior al nivel ade-cuado de solicitud del sacerdocio en su mejor condición. Lasaparentes excepciones a esta regla que presentan, por ejem-plo, algunas de las órdenes monásticas medievales (losmiembros de las cuales trabajan con vistas a alguna finalidadútil) apenas quebrantan la regla. Estas órdenes marginales dela clase sacerdotal no constituyen un elemento sacerdotal,caen por entero más allá de esa línea. Lo que sucedió fue queesas órdenes de dudoso carácter sacerdotal, que permitían asus miembros ganarse la vida, se desprestigiaron por ofender

http://psikolibro.blogspot.com

Page 329: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

329

el sentido de las conveniencias vigentes en las comunidadesen donde aquéllas existieron.

El sacerdote no debe poner sus manos en ningún tra-bajo mecánico productivo; pero debe consumir en gran es-cala. Más aún, es de notar que, en lo que se refiere a suconsumo, debe adoptar formas que no conduzcan eviden-temente a su propia comodidad o plenitud de vida; debeconformarse a las reglas que rigen el consumo vicario, talcomo se explicó en un capítulo anterior así titulado. Ordina-riamente, no se considera adecuado a la dignidad de la clasesacerdotal el que sus miembros aparezcan bien alimentadoso den muestras de hilaridad. Más aún, en muchos de loscultos más desarrollados, la prohibición de un consumo queno sea vicario por parte de la clase sacerdotal va tan lejosque, con frecuencia, llega a ordenar la mortificación de lacarne. Y aún en aquellas sectas modernas que se han organi-zado siguiendo las últimas formulaciones de] credo en unacomunidad industrial moderna, se siente que toda ligereza yexpresión de gusto en el goce de las cosas buenas de estemundo es ajena al verdadero decoro del clero. Todo lo quesugiera que esos servidores de un señor invisible llevan unavida de dedicación a sus propios fines y no de devoción a labuena fama de su señor, hiere duramente nuestra sensibili-dad como algo fundamental y eternamente malo. Constitu-yen una clase servidora, aunque, en cuanto siervos de unseñor muy exaltado ocupan, por virtud de esa luz refleja, unrango elevado en la escala social. Su consumo es consumovicario; y como, en los cultos avanzados, su señor no nece-sita ganancias materiales, su ocupación es ocio vicario en el

http://psikolibro.blogspot.com

Page 330: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

330

pleno sentido de la palabra. «Si, pues, coméis o bebéis, ohacéis otra cosa, hacedIo todo a gloria de Dios»

Puede añadirse que en la medida en que los seglares sonasimilados a los sacerdotes, por cuanto se los concibe comoservidores de la divinidad, ese carácter vicario imputado alsacerdote corresponde también a la vida del seglar. El ám-bito de aplicación (le este corolario es bastante amplio yabarca especialmente movimientos en favor de la reforma orehabilitación de la vida religiosa de carácter ascético, pietistay austero: movimientos en los cuales se concibe que el sujetohumano posee su vida mediante un vínculo servil directoque lo une a su soberano espiritual. Es decir, dondequieraque desaparece o decae la institución del sacerdocio, o don-dequiera que hay un sentido excepcionalmente vívido de lapresencia inmediata y señorial de la divinidad en los asuntosterrenales, se concibe que los laicos se encuentran en unarelación de servidumbre inmediata de la divinidad y se inter-preta su vida como práctica de un ocio vicario, dirigido alenaltecimiento de la reputación de su señor. En tales casosde reversión hay una vuelta a la relación de servidumbreinmediata, como factor dominante de la actitud devota. Sesubraya, por ende, un ocio vicario austero e incómodo, per-diendo importancia como medio de gracia, en cambio, elconsumo ostensible.

Puede dudarse de que sea plenamente legítima esta ca-racterización del esquema general de la vida sacerdotal, ba-sándose en que una proporción considerable delossacerdotes modernos se aparta, en muchos aspectos, de eseesquema. El esquema no es válido por lo que se refiere al

http://psikolibro.blogspot.com

Page 331: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

331

clero de aquellas confesiones que se han separado, en ciertamedida, de la antigua tabla de creencias y observancias. Estasconfesiones dan importancia, al menos de modo aparente opor permisión, al bienestar temporal de los seglares, así co-mo al del clero. Su modo de vida, no sólo en la intimidad desu propio hogar, sino incluso, con frecuencia, en público, nodifiere en grado extremo de la forma de existencia de aque-llas personas que piensan con criterio secular, ni lo que serefiere a austeridad ostensible, ni en lo relativo al arcaísmode sus vestiduras. Esto vale en muy mayor medida paraaquellas confesiones que han lejos por este camino. Hay queresponder a esta objeción que lo que tenemos aquí no es unadiscrepancia con la teoría de la vida sacerdotal, sino una con-formidad imperfecta con el esquema general de esa vida, porparte de ese sector del clero. Ese sector representa al sacer-docio de una manera parcial e imperfecta y no puede consi-derarse que muestre el esquema general de la vida sacerdotal,en forma auténtica y completa. El clero de las sectas e igle-sias de este tipo puede caracterizarse como un sacerdocio amedias, o un sacerdocio en proceso de devenir o de recons-titución. No cabe esperar que tal clero presente las caracte-rísticas del oficio sacerdotal, sino mezcladas y oscurecidascon motivos y tradiciones extraños debido a que, en las fina-lidades de las organizaciones a que pertenece esta fraccióndisidente del sacerdocio, aparecen factores distintos del ani-mismo y el status cuya presencia es perturbadora.

Puede apelarse directamente al gusto de cualquier per-sona, que posea un sentido discriminador y cultivado de loque es conveniente que haga un sacerdote, o al sentido do-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 332: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

332

minante acerca de qué es lo que constituye el decoro sacer-dotal en cualquier comunidad acostumbrada a pensar o acriticar lo que puede o no puede hacer un clérigo sin incurriren censuras legítimas. Aun en las confesiones más seculari-zadas hay cierto sentido de que debe observarse una distin-ción entre el esquema general de vida del sacerdote y el delseglar. No hay persona de sensibilidad que deje de sentir que,allí donde los miembros de ese clero confesional o sectariose apartan del uso tradicional, en dirección a una conducta yporte menos austero o arcaico, se apartan también del idealdel decoro que corresponde a los sacerdotes. Probablemen-te, no hay en la cultura occidental ninguna comunidad nisecta en la que los límites de indulgencia permisible no sean,de modo patente, más estrictos para los encargados del ofi-cio sacerdotal que para los seglares. Sí el propio sentido quede la dignidad sacerdotal tiene el clérigo no basta para impo-nerle un límite eficaz, el sentido dominante en la comunidadacerca de estas materias se afirmará de modo tan vigorosoque lo obligará a conformarse a él o a apartarse del oficiosacerdotal.

Puede añadirse que muy pocos o ninguno de los miem-bros de ningún clero serían capaces de buscar un aumentode sus emolumentos por móviles puramente lucrativos; si unclérigo afirmase tal cosa, se consideraría su pretensión in-compatible con el sentimiento del decoro dominante en sucongregación. Puede también notarse a este respecto quenadie, sino los burlones y gente muy cerrada de mollera, dejade sentirse agraviado interiormente ante una broma pronun-ciada desde el púlpito; y que no hay nadie cuyo respeto por

http://psikolibro.blogspot.com

Page 333: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

333

su pastor no sufra ante cualquier signo de flaqueza por partede éste, en cualquier coyuntura de la vida, salvo de una fla-queza de índole palpablemente histórica: una obligada relaja-ción de dignidad. La oratoria propia del santuario y del oficiosacerdotal debe comportar poco o nada que sugiera algorelacionado con la vida cotidiana real, y no debe utilizar elvocabulario del comercio o la industria modernos. De modosemejante, el sentido que cada uno tiene de lo decoroso seve ofendido ante una intervención demasiado detallada eíntima del clero en las cuestiones industriales y otros pro-blemas puramente mundanos. Hay cierto nivel de generali-dad por debajo del cual un sentido educado de lo que escorrecto en la oratoria sagrada no permite descender a unclérigo bien preparado, cuando trata de intereses temporales.Esas cuestiones, que tienen importancia únicamente desde elpunto de vista humano y secular, deben tratarse con un gra-do tal de generalidad y despego, que pueda hacer suponerque el orador representa a un señor cuyo interés en losasuntos seculares no llega sino a una benévola tolerancia.

Hay que notar, además, que las sectas y variantes noconformistas de cuyo clero nos estamos ocupando aquí,difieren entre sí con respecto al grado de su conformidadcon el esquema ideal de la vida sacerdotal. De modo general,encontraremos que la divergencia en este aspecto es mayorpor lo que se refiere a las confesiones relativamente jóvenesy, en especial, a aquellas confesiones nuevas cuyos fieles sereclutan principalmente entre la baja clase media. Tales con-fesiones presentan una gran mezcla de móviles humanitarios,filantrópicos y de otra especie, que no puede clasificarse

http://psikolibro.blogspot.com

Page 334: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

334

como expresiones de la actitud devota, tales como el deseode aprender o de contacto social que entra, en gran medida,en el interés real que presentan los miembros de esas organi-zaciones. Los movimientos no conformistas o sectarios handerivado, por lo general, de una mezcla de motivos, algunosde los cuales son opuestos a ese sentido del status en que sebasa el oficio sacerdotal. Incluso a veces el motivo ha sidoen buena parte una reacción contra un sistema de status.Donde así ocurre, la institución del sacerdocio ha perecido,al menos parcialmente, en la transición. El porta voz de talorganización es, en principio, más bien servidor y represen-tante de la organización que miembro de una clase sacerdotalespecial, portavoz de un señor divino. Y sólo mediante unproceso de especialización gradual vuelve ese portavoz areconquista, en las generaciones posteriores, la posición sa-cerdotal, con plena investidura de la autoridad sacerdotal y elmodo de vida vicario, arcaico y austero que la acompaña. Lomismo vale para la quiebra y restauración del ritual devotodespués de esa reacción. El oficio el esquema general delavida sacerdotal y la rabia de observancias devotas, sólo serestauran Y de modo gradual e insensible, y con mayor omenor variación de detalle, en la medida en que el sentidohumano de lo que conviene a las prácticas reafirma su pri-macía en cuestiones que afectan al interés en lo preternatural–y, puede añadirse, en la medida en que la organización au-menta en riqueza y adquiere, a la vez, una parte mayor delpunto de vista y los hábitos mentales de una clase ociosa.

Por encima de la clase sacerdotal y ordenada en una je-rarquía ascendente hay, por lo general, una clase ociosa vica-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 335: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

335

ria sobrehumana de santos, ángeles, etc., o su equivalentes enlos cultos étnicos. Los miembros de estas categorías estáncolocados en una escala gradual con arreglo a un complicadosistema de status. El principio de status opera a lo largo detodo el sistema jerárquico, tanto visible como invisible. Labuena fama de esos diversos órdenes de la jerarquía sobre-natural exige también, por lo común, cierto tributo de con-sumo vicario y ocio vicario. En muchos casos se handedicado a su servicio subórdenes de servidores o depen-dientes que practican, en representación de ellos, un ociovicario, de modo muy análogo al que encontramos en uncapítulo anterior que practicaba la clase ociosa subordinada,en e sistema patriarcal.

Sin cierta reflexión no puede apreciarse la forma en queesas observancias devotas y la peculiaridad del tempera-mento que implican, o el consumo de' cosas y servicioscomprendidos en el culto, están relacionados con la claseociosa de una comunidad moderna o con los motivos eco-nómicos de los que, en el esquema moderno de la vida, esexponente esa clase. Será útil a este propósito un resumenbreve de ciertos hechos que tienen importancia con respectoa esa relación.

Resultaba de un pasaje anterior de este estudio que paralos fines de la vida colectiva actual, y en especial por lo quese refiere a la eficiencia industrial de la comunidad moderna,los rasgos característicos del temperamento devoto constitu-yen más bien un obstáculo que una ayuda. En consecuencia,deberíamos encontrar que la vida industrial moderna tiende aeliminar, selectivamente, de la constitución espiritual de las

http://psikolibro.blogspot.com

Page 336: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

336

clases ocupadas directamente en el proceso industrial esosrasgos de la naturaleza humana. En términos generales, de-bería ser cierto que los hábitos devotos están en decadencia,o tienden a desaparecer, entre los miembros de lo que sepuede denominar la comunidad industrial efectiva. A la vez,debería ser cierto que esa aptitud o hábito' sobrevive conbastante mayor vigor en aquellas clases que no entran, demodo primordial o inmediato, como factor industrial en elproceso vital de la comunidad.

Ya se ha señalado que estas últimas clases, que vivenmás bien por el proceso industrial que en el proceso indus-trial, caen, en términos generales, en dos categorías: 1) laclase ociosa propiamente dicha, protegida, contra las tensio-nes de la situación económica, y 2) las clases indigentes, in-cluyendo a los delincuentes de la clase inferior que estánexcesivamente expuestos a esa tensión. Por lo que se refierea la primera, persiste en ella un hábito mental arcaico, por-que ninguna presión económica efectiva obliga a esa clase aadaptar sus hábitos mentales a la nueva situación; en tantoque, por lo que respecta a la segunda, la razón de que noajuste sus hábitos mentales a las nuevas exigencias de la efi-ciencia industrial consiste en la falta de nutrición y en la au-sencia del exceso de energía, necesario para realizar confacilidad el ajuste, junto con una falta de oportunidades deadquirir el punto de vista moderno y habituarse a él. La ten-dencia del proceso selectivo sigue en ambos casos la mismadirección.

Desde el punto de vista que inculca la vida industrialmoderna, los fenómenos de subsumen habitualmente en la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 337: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

337

relación cuantitativa de la secuencia mecánica. Las clasesindigentes no sólo no llegan al mínimo de ocio necesariopara poder apropiarse y asimilar las generalizaciones científi-cas más recientes que ese punto de vista implica, sino que,además, se encuentran por lo general en una relación tal dedependencia o subordinación personal a sus superiores pe-cuniarios que retrasa en grado importante su emancipaciónde los hábitos mentales del régimen de status. El resultado esque esas clases conservan, en cierta medida, el hábito mentalque encuentra su principal expresión en un fuerte sentido delstatus personal y del que es un rasgo la devoción.

En las más viejas comunidades de la cultura europea, laclase ociosa hereditaria, junto con la masa de la poblaciónindigente, es más dada a las prácticas devotas que el prome-dio de la clase media industriosa dondequiera que existe unaclase considerable de este tipo. Pero, en algunos de esos paí-ses, las dos categorías de humanidad conservadora arribamencionadas comprenden virtualmente a toda la población.Allí donde esas dos clases tienen una gran preponderancia,su tendencia general modela el sentimiento popular en talmedida, que hace doblegarse a toda posible tendencia diver-gente que pueda producirse en la clase media, la cual carecede importancia, e impone a toda la comunidad una actituddevota.

Desde luego, no debe interpretarse lo anterior en elsentido de que esas comunidades, o clases excepcionalmenteinclinadas a las observancias devotas, tiendan a conformarseen su conducta, en un grado también excepcional, a las espe-cificaciones de ningún código moral que podamos estar

http://psikolibro.blogspot.com

Page 338: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

338

acostumbrados a asociar con este o aquel credo. Un hábitomental muy devoto no comporta, necesariamente, una ob-servancia estricta de los mandamientos del decálogo o de lasnormas jurídicas. Más aún, está resultando un lugar comúnpara los estudiosos de la vida criminal de las comunidadeseuropeas el hecho de que las clases criminales y disolutas sedistinguen por ser, en todo caso, más devotas, y devotas demodo más ingenuo, que la generalidad de la población.Donde se encuentra una relativa ausencia de la actitud de-vota es en quienes constituyen la clase media pecuniaria y lamasa de ciudadanos respetuosos de la ley. Quienes aprecianmás los méritos de los credos y observancias superiores po-drán objetar a esto que la y devoción de los delincuentes dela clase inferior es una devoción espuria o, en el mejor de loscasos, supersticiosa; e indudablemente la objeción es certeray va en derechura y con vigor a la finalidad deseada porquienes la formulan. Pero para nuestro actual propósito, esasdistinciones extra económicas y extra psicológicas, por váli-das y decisivas que puedan ser en relación con el propósitocon vistas al cual se formulan, tienen que quedar necesaria-mente fuera de esta investigación.

Lo que ha ocurrido, en realidad, con respecto a laemancipación de ciertas clases del hábito de las observanciasdevotas, lo muestran las quejas formuladas modernamentepor el clero, en el sentido de que las iglesias pierden la sim-patía de las clases artesanas y la influencia que sobre ellasejercían.

A la vez se cree, por lo general, que está decayendotambién la cordialidad del apoyo prestado a la Iglesia por

http://psikolibro.blogspot.com

Page 339: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

339

parte de lo que comúnmente se denomina clase media, enespecial por lo que se refiere a la porción masculina adulta deesa clase. Estos son fenómenos reconocidos por todos ypodría parecer que una simple referencia a tales hechos bas-taba para probar suficientemente la posición general aquíbosquejada. Una apelación a los fenómenos generales de laasistencia popular a la iglesia y la pertenencia a la Iglesia po-dría bastar para convencer de la verdad de la proporciónaquí sostenida. Pero conviene detallar algo más el curso delos acontecimientos y las fuerzas que han producido estecambio en la actitud espiritual de las comunidades industria-les más avanzadas de la actualidad. Ello servirá para poner demanifiesto el modo como operan las causas económicashacia una secularización de los hábitos mentales de los hom-bres. A este respecto, la comunidad norteamericana nosofrece un ejemplo convincente en grado excepcional ya que,de todas las comunidades industriales de igual importancia,ha sido ésta la menos influida por circunstancias externas.

Tomando debidamente en cuenta las excepciones y des-viaciones esporádicas de lo normal, podemos resumir con lamayor brevedad la situación actual en los Estados Unidosdiciendo que, por regla general, son especialmente devotaslas clases inferiores en eficiencia económica o en inteligenciao en ambas cosas, como, por ejemplo, la población negra delsur, gran parte de la población extranjera de clase inferior,gran parte de la población rural, sobre todo en aquellos sec-tores más atrasados en materia de educación, desarrollo desu industria o contacto industrial con el resto de la comuni-dad. Lo mismo ocurre con los fragmentos que poseemos de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 340: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

340

una clase indigente especializada o hereditaria o de una clasecriminal o disoluta segregada del resto de la comunidad;aunque, en estas últimas, el hábito mental devoto adopta laforma de la ingenua creencia animista en la suerte y en laeficacia de las prácticas del chamanismo, con frecuencia aunmayor que la forma de una adhesión declarada a cualquiercredo aceptado. Por el contrario, la clase artesana se estáapartando de modo ostensible de los credos antropomórfi-cos generalmente aceptados y de todas las observancias de-votas. Esta clase se halla expuesta, de modo especial, a lastensiones intelectuales y espirituales de la industria organiza-da moderna, que requiere un reconocimiento constante delos fenómenos de secuencia real impersonal y una conformi-dad sin reseñas con la ley de causa y efecto. A la vez, esaclase no está subalimentada ni trabaja de modo excesivo, ental grado que no le quede margen de energía para la tarea deadaptación.

El caso de la clase ociosa inferior o dudosa en Nortea-mérica la denominada por lo común clase medía presentaalgunas peculiaridades. Difiere de su equivalente europea porlo que se refiere a su vida devota, pero difiere más bien engrado y en método que en sustancia. Las iglesias siguen te-niendo el apoyo pecuniario de esta clase, aunque los credos alos que se adhiere con mayor facilidad son relativamentepobres en contenido antropomórfico. A la vez la congrega-ción de la clase media tiende, en muchos casos, tal vez demodo un tanto remoto, a convertirse en congregación demujeres y menores. Hay una apreciable falta de fervor de-voto entre los varones adultos de la clase medía, aunque

http://psikolibro.blogspot.com

Page 341: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

341

sobrevive entre ellos un grado considerable de asentimientobenévolo y bien visto a las líneas generales del credo en elque han sido educados. Su vida cotidiana se realiza en con-tacto más o menos íntimo con el proceso industrial.

Esta peculiar diferenciación sexual, que tiende a delegarlas observancias devotas a las mujeres y los niños, se debe, almenos en parte, al hecho de que las mujeres de clase mediaconstituyen, en gran medida, una clase ociosa (vicaria). Lomismo vale en menor grado para las mujeres de las clasesinferiores artesanas. Viven en un régimen de status que pro-cede de una etapa anterior del desarrollo industrial y conser-van, en consecuencia, una estructura mental y unos hábitosmentales que las inclinan, por lo común, a una concepciónarcaica de las cosas. A la vez, no se encuentran en una rela-ción orgánica directa con el proceso industrial general, quepudiera hacerlas inclinarse de modo decidido a romper esoshábitos mentales que, para las finalidades industriales mo-dernas, han perdido su utilidad. Es decir, la peculiar devo-ción de las mujeres es una expresión particular de eseconservadorismo que las mujeres de las comunidades civili-zadas deben, en gran parte, a su posición económica. Para elhombre moderno la relación patriarcal del status no es, enmodo alguno, el rasgo dominante de la vida; por el contrario,para las mujeres, y en especial para las mujeres de la clasemedia superior confinadas por prescripción y por las cir-cunstancias económicas a su «esfera doméstica», esa relaciónes el factor vital más real y formativo. De ahí que tengan unhábito mental favorable a las observancias devotas y a lainterpretación de los hechos de la vida en términos de status

http://psikolibro.blogspot.com

Page 342: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

342

personal. La lógica y los procesos lógicos de su vida domés-tica cotidiana son transportados al reino de lo sobrenatural yla mujer se encuentra a gusto y satisfecha en un cuadro gene-ral de ideas que para el hombre son, en gran medida, ajenas eimbéciles.

Sin embargo, los hombres de esa clase no están despro-vistos de sentimientos piadosos, aunque no sean, por lo ge-neral, de una piedad de tipo agresivo o exuberante. Deordinario, los hombres de la clase media superior adoptan,respecto a las observancias devotas, una actitud más compla-ciente que los hombres de la clase artesana. Acaso puedaexplicarse esto, en parte, diciendo que lo que es cierto de lasmujeres de esta clase lo es también, en menor grado, res-pecto de los hombres. Estos constituyen, en grado bastantemarcado, una clase protegida de los riesgos de la vida eco-nómica, y la relación patriarcal de status, que persiste aún ensu vida conyugal y en el empleo habitual de criados, puedetambién operar en el sentido de conservar un hábito mentalarcaico y ejercer una influencia retardataria, en el proceso desecularización que están sufriendo sus hábitos mentales. Sinembargo, las relaciones del hombre de clase media nortea-mericano con la comunidad económica son, por lo general,bastante íntimas y exigentes; aunque hay que observar tam-bién de pasada, y como atenuación de lo anterior, que suactividad económica comparte a menudo en cierto grado elcarácter patriarcal o casi depredador. Las ocupaciones bienvistas en esa clase y que más influencia tienen en la modela-ción de sus hábitos mentales, son las ocupaciones pecunia-rias de las que se ha hablado, con un motivo semejante, en

http://psikolibro.blogspot.com

Page 343: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

343

un capítulo anterior. Hay mucho de la relación de mandatoarbitrario y sumisión, y no poco de práctica astuta, remota-mente afín al fraude depredador. Todo esto corresponde alplano de vida del bárbaro depredador en quien es habitualuna actitud devota. Y, además de esto, las observancias de-votas convienen también a esta clase, en cuanto favorecen subuena reputación. Pero este último incentivo de la piedadmerece ser tratado aparte y vamos a ocuparnos de él inme-diatamente.

Salvo en el usr, no hay en la comunidad norteamericananinguna clase ociosa hereditaria importante. Esta clase ocio-sa del sur es un tanto dada a las observaciones devotas; enmayor grado que cualquier clase de una posición pecuniariaequivalente de los demás sitios del país. Es bien sabido tam-bién que los credos dominantes en el sur son de un tipo másanticuado que sus contrapartidas del norte. Corresponde aesta vida devota más arcaica del sur un inferior desarrolloindustrial en esa parte del país. La organización industrial delsur tiene en la actualidad -y, sobre todo, ha tenido hasta hacemuy poco- un carácter más primitivo que el del conjunto dela comunidad norteamericana. Se aproxima más al artesana-do por la escasez y tosquedad de sus instrumentos mecáni-cos, y el elemento de señoría y servidumbre ocupa en ella unlugar más importante.

Puede notarse también que, debido a las circunstanciaseconómicas peculiares de esta parte del país, la mayor devo-ción de la población del sur, tanto blanca como negra, pre-senta una correlación con un esquema general de vida que,en muchos aspectos, recuerda los estadios bárbaros del desa-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 344: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

344

rrollo industrial. También son y han sido relativamente másfrecuentes y menos condenados que en otras partes del paíslas infracciones y vicios de carácter más arcaico, como, porejemplo, los duelos, pendencias, enemistades familiares, em-briaguez, carreras de caballos, peleas de gallos, juegos deazar, incontinencia sexual masculina (puesta de manifiestopor el considerable número de mulatos). Hay también unsentido más vivo del honor -expresión del espíritu- deporti-vo, que deriva de la vida depredadora. En primer lugar, porlo que se refiere a la clase más rica del norte, que es la claseociosa americana en el mejor sentido de la rúbrica, apenas esposible hablar de una actitud devota hereditaria. Esta clase seha desarrollado hace demasiado poco tiempo para que puedatener, a este respecto, un hábito trasmitido plenamente desa-rrollado, ni siquiera una especial tradición doméstica. Sinembargo, puede notarse de pasada que hay en esa clase unatendencia perceptible a adherirse -por lo menos en formanominal, y al parecer en cierta medida de modo real- a algu-no de los credos aceptados. Así, por ejemplo, las bodas, losfunerales, los acontecimientos honoríficos semejantes de esaclase se solemnizan, con relativa uniformidad, con un gradoespecial de ceremonias religiosas. Es imposible decir hastaqué punto esa adhesión a un credo supone una reversión debuena fe a un hábito mental devoto y hasta qué punto debeclasificarse como un caso de mimetismo protector, emplea-do con el fin de lograr una asimilación externa a cánones debuena reputación, tomados de ideales extranjeros. Parecehaber alguna propensión devota sustancial, especialmente ajuzgar por el grado bastante marcado de observancias ritua-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 345: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

345

les, que se está desarrollando en los cultos de la clase supe-rior. Hay, entre los creyentes de la clase superior, una ten-dencia claramente perceptible a afiliarse a aquellos cultos quesubrayan, en mayor grado, el ceremonial y los accesoriosespectaculares de la adoración; y en las iglesias en que pre-dominan los feligreses de clase superior hay, a la vez, unatendencia a acentuar los rasgos rituales del servicio y del apa-rato de las observancias devotas, en perjuicio de los rasgosintelectuales. Esto es cierto aun en los casos en que la Iglesiade que se trate pertenezca a una confesión con un desarrollorelativamente escaso del ritual y los elementos exteriores delculto. Este desarrollo peculiar del elemento ritual se debe,sin duda, en parte, a una predilección por los espectáculosostensiblemente derrochadores, pero es probable que, tam-bién en parte, sea indicio de cuál es la actitud devota de losfieles. En la medida en que es cierto esto último, indica unaforma relativamente arcaica del hábito devoto. En todas lascomunidades devotas, de un estadio cultural relativamenteprimitivo y escaso desarrollo intelectual, puede observarse elpredominio de los efectos espectaculares en las observanciasdevotas. Ello es, sobre todo, característico de la cultura bár-bara. Hay en sus observancias devotas, con bastante unifor-midad, una apelación directa a las emociones, utilizandotodas las avenidas de los sentidos. Y en las iglesias de la clasesuperior contemporánea, hay una tendencia inequívoca avolver a esa forma ingenua y sensorial de atracción. Es me-nos perceptible en los cultos que pretenden conseguir lafidelidad de la clase ociosa inferior v de la clase media. Hayuna reversión al uso de las luces de colores y los espectáculos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 346: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

346

brillantes, un mayor empleo de símbolos, de la música or-questal y del incienso, y podría incluso decirse de lo «proce-sional» y lo «recesional», y de variadas evoluciones ygenuflexiones: una incipiente reversión a un accesorio tanantiguo del culto como es la danza sagrada.

Esta reversión a las observancias espectaculares no selimita a los cultos de la clase superior, aunque encuentra sumejor ejemplo y su mayor acentuación en las cumbres pecu-niarias y sociales de mayor altitud. Desde luego los cultos dela parte devota de la clase inferior de la comunidad, tal comolos negros del sur y los elementos extranjeros más atrasadosde la población, presentan también una fuerte inclinación alritual, el simbolismo y los efectos espectaculares; es lo quecabría esperar de los antecedentes y el nivel cultural de esasclases. En esas clases, el predominio del ritual y el antropo-morfismo no es tanto una reversión, como un desarrollocontinuo del pasado. Pero el uso del ritual y de los rasgosdevotos con él relacionados se está extendiendo también enotras direcciones. En los primeros días de la comunidadnorteamericana, las confesiones predominantes partían de unritual y unos accesorios caracterizados por una simplicidadaustera; pero todo el mundo sabe que, con el transcurso deltiempo, esas confesiones han adoptado, en grado variable,muchos de los elementos espectaculares a los que antañorenunciaron. De modo general, ese proceso ha seguido elmismo ritmo que el desarrollo de la riqueza y la facilidad dela vida de los fieles y ha alcanzado su máxima expresión enaquellas clases que ocupan un grado superior, en punto ariqueza y reputación.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 347: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

347

Las causas a las que se debe esa estratificación pecunia-ria de la devoción han sido indicadas ya, en términos gene-rales, al hablar de las diferencias de hábitos mentales entrelas clases. Las diferencias de clase en materia de devoción noson sino una expresión especial de un hecho genérico. Lalaxitud de las prácticas religiosas de la clase media inferior, olo que puede denominarse en términos generales la decaden-cia de la piedad filial en esas clases, se percibe, sobre todo,en las poblaciones urbanas ocupadas en las industrias mecá-nicas. De modo general, no se encuentra en la actualidad unapiedad filiar impecable en aquellas clases cuya tarea se apro-xima a la del ingeniero y el mecánico. Esos empleos mecáni-cos son, en cierto grado, un hecho moderno. Los artesanosde épocas anteriores, que trabajaban para una finalidad in-dustrial de carácter similar a la que hoy sirve el mecánico, noeran igualmente refractarios a la disciplina de la devoción.Desde que se han producido los procesos industriales mo-dernos, la actividad habitual de los hombres ocupados en esarama de la industria ha cambiado mucho, por lo que respectaa su disciplina intelectual; y la disciplina a la que está ex-puesto el mecánico en su tarea cotidiana afecta también a losmétodos y pautas de su pensamiento, en materias extrañas asu trabajo cotidiano. La familiaridad con los procesos indus-triales altamente organizados e impersonales del presenteopera en el sentido de perturbar los hábitos mentales ani-mistas. La ocupación del trabajador está siendo de modocada vez más exclusivo la supervisión de un proceso de se-cuencias mecánicas desapasionadas. Mientras el individuo esel primer motor principal y típico del proceso y mientras el

http://psikolibro.blogspot.com

Page 348: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

348

rasgo característico del proceso industrial es la destreza yfuerza del artesano, el hábito de interpretar los fenómenosen términos de los motivos y propensiones personales nosufre, por el contacto con los hechos reales, una perturba-ción tan considerable y continua, que pueda llevar a su eli-minación. Pero en los procesos industriales últimamentedesarrollados, en que los motores primeros y los artificiospor intermedio de los cuales operan tienen carácter imper-sonal y no individual, las bases de generalización presenteshabitualmente en el ánimo del trabajador, y el punto de vistadesde el cual aprehende éste habitualmente los fenómenos,son un conocimiento forzoso de la secuencia real. El resul-tado, por lo que respecta a la vida de la fe del trabajador, esuna inclinación al escepticismo.

Se desprende, pues, de lo dicho, que hábito mental de-voto alcanza su mejor desarrollo en una cultura relativa-mente arcaica; el término «devoto» se usa aquí, naturalmente,sólo en su sentido antropológico, sin implicar nada respectoa la actitud espiritual así caracterizada, fuera del hecho deuna inclinación a las observancias devotas. Se desprendetambién que esa actitud devota señala un tipo de naturalezahumana, más en consonancia con el modo de vida depreda-dor que con el proceso de vida de la comunidad, más con-sistente y orgánicamente industrial, desarrollado más tarde.En gran medida es expresión del sentido arcaico habitual delstatus personal -la relación del señorío y subordinación- y,por consiguiente, encaja dentro del esquema general indus-trial de la cultura depredadora y casi pacífica, pero no con elesquema industrial del presente. Resulta, asimismo, que ese

http://psikolibro.blogspot.com

Page 349: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

349

hábito persiste con mayor tenacidad en aquellas clases de lascomunidades industriales modernas, la vida cotidiana de lascuales está más alejada de los procesos mecánicos de la in-dustria, y que son también, en otros aspectos, las más con-servadoras; en tanto que, en aquellas clases que seencuentran habitualmente en contacto inmediato con losprocesos industriales modernos, y los hábitos mentales decuyos miembros están, en consecuencia, expuestos a la fuer-za coactiva de las necesidades tecnológicas, esa interpreta-ción animista de los fenómenos y esa inclinación tendenciosaque sirven de base a las observancias devotas están en proce-so de desaparición. Y resulta, por otra parte -y ello tiene es-pecial importancia para el punto que estamos debatiendo-,que el hábito devoto gana en cierta medida, en alcance ycomplicación, en aquellas clases de la, comunidades moder-nas que disponen en mayor grado de riqueza y de ocio. Enésta como en otras relaciones, la institución de una claseociosa opera tendiendo a conservar, e incluso rehabilitar,aquel tipo arcaico de naturaleza humana y aquellos elemen-tos de la cultura arcaica que la evolución industrial de la so-ciedad, en sus etapas más recientes, tiende a eliminar.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 350: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

350

XIII. Supervivencias del interés no valorativo.

Conforme avanza el tiempo, el culto antropomórfico,junto con su código de observancias devotas, sufre, en pro-porción cada vez mayor, una desintegración progresiva, de-bida a la presión de las exigencias económicas y a ladecadencia del sistema de status. A medida que avanza esadesintegración, vienen a asociarse y fundirse con la actituddevota ciertos otros motivos e impulsos, que no siempre sonde origen antropomórfico ni derivados del hábito de subor-dinación personal. No todos esos impulsos subsidiarios, quese mezclan con el hábito devoto en la vida de devociónposterior, son enteramente congruentes con la actitud de-vota ni con la aprehensión antropomórfica de la secuenciade fenómenos. No siendo el mismo su origen, su influjosobre el esquema general de la vida devota no se ejerce tam-poco en la misma dirección. Se entrecruzan de muchos mo-dos con la norma subyacente de la subordinación o vidavicaria, que es la base sustancial de la que derivan el códigode observancias devotas y las instituciones eclesiásticas ysacerdotales. Debido a la presencia de esos motivos extra-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 351: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

351

ños, el régimen de status social e industrial se desintegra gra-dualmente y el canon de la subordinación personal pierde elapoyo que deriva de una tradición inquebrantada. Hábitos einclinaciones extraños invaden el campo de acción ocupadopor este canon hasta que las estructuras eclesiástica y sacer-dotal se destinan parcialmente a otros usos ajenos en ciertamedida a las finalidades del esquema general de la vida de-vota, tal como ésta se presentaba en los días del desarrollomás vigoroso y característico del sacerdocio.

Entre esos motivos extraños que afectan el esquema ge-neral de la vida devota en su desarrollo ulterior, puedenmencionarse los motivos de la caridad y de la buena compa-ñía o trato social; o, en términos más generales, las diversasexpresiones del sentido de la solidaridad humana y la simpa-tía. Puede añadirse que esos usos extraños a la estructuraeclesiástica contribuyen materialmente a su supervivencia,por lo que respecta al nombre y a la forma, aun entre perso-nas que pueden estar dispuestas a abandonar lo sustancial deaquélla. Entre los motivos que han contribuido a sostenerformalmente el esquema de la vida devota, figura un ele-mento aún más característico y penetrante: ese sentido noreverente de congruencia estética con el medio, que quedacomo residuo del acto de adoración moderno después deeliminar su contenido antropomórfico. Esto ha servido bienal mantenimiento de la institución sacerdotal al fundirla conel motivo de la subordinación. Este sentido o impulso decongruencia estética no tiene primordialmente carácter eco-nómico, pero tiene un efecto indirecto considerable, en loque se refiere a la modelación del hábito mental del indivi-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 352: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

352

duo para fines económicos, en las etapas posteriores deldesarrollo industrial; su efecto más perceptible a este res-pecto se produce en el sentido de mitigar la tendencia egoístabastante pronunciada, trasmitida por tradición desde las fa-ses anteriores y más completas del régimen de status. Laimportancia económica de este impulso se contrapone, pues,con la de la actitud devota; aquélla tiende a calificar, sí no aeliminar, la tendencia egoísta, sofocando la antítesis o anta-gonismo entre el yo y el no yo; en tanto que siendo la últimauna expresión del sentido de subordinación y señorío perso-nales, tiende a acentuar esa antítesis y a subrayar la divergen-cia entre el interés egoísta y los intereses del proceso vitalgenéricamente humano.

Ese residuo no valorativo de la vida religiosa -el sentidode comunión con el medio o con el proceso vital genérico-,así como el impulso de caridad o de sociabilidad, actúan demodo muy intenso en la modelación de los hábitos mentalesde los hombres para finalidades económicas. Pero la acciónde roda esta clase de proclividades es un tanto vaga y es difí-cil averiguar detalladamente de dónde proceden. Sin embar-go, parece claro que la acción de toda esta clase de motivos oaptitudes actúa en un sentido contrario a los principios enque se basa la institución de la clase ociosa, que hemos for-mulado ya. La base de esa institución, así como de los cultosantropomórficos con ella asociados en el desarrollo cultural,es el hábito de la comparación valorativa; y ese hábito esincongruente con el ejercicio de las aptitudes de que ahora setrata. Los cánones fundamentales del esquema general de lavida de la clase ociosa son un derroche ostensible de tiempo

http://psikolibro.blogspot.com

Page 353: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

353

y bienes y una ausencia de contacto con el proceso indus-trial; en tanto, las aptitudes de que aquí se trata se expresan,en el aspecto económico, mediante un odio al derroche y atoda forma de vida fútil, y mediante un impulso de participa-ción en el proceso vital o de identificación con él, ya sea ensu aspecto económico o en cualquier otra de sus fases o ca-ras.

Es evidente que esas aptitudes y los hábitos mentales aque dan origen, cuando las circunstancias favorecen su ex-presión, o cuando se afirman en forma dominante, son con-trarios al esquema general de la clase ociosa; pero no lo esque, bajo el esquema general de la clase ociosa tal como sepresenta en las etapas posteriores de su desarrollo, la vidatienda de modo consistente a reprimir esas aptitudes o aimpedir la formación y ejercicio de los hábitos mentales enlos que se expresan. La disciplina positiva del esquema gene-ral de la vida de la clase ociosa actúa, en gran parte, en senti-do contrario. El esquema general de vida de la clase ociosa,con su disciplina positiva, impuesta por prescripción y poreliminación selectiva, favorece la primacía omni-penetrante yomni-dominadora de los cánones del derroche ostensible yla comparación valorativa en todas las coyunturas de la vida.Pero por lo que se refiere a sus efectos negativos, la tenden-cia de la disciplina de la clase ociosa no se fiel a los cánonesfundamentales del esquema de un modo tan inequívoco. Enla medida en que regulan la actividad humana en materia dedecoro pecuniario, los cánones propios de la clase ociosaexigen la ausencia de contacto con el proceso industrial. Esdecir, inhiben toda actividad orientada en las mismas direc-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 354: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

354

ciones en que ejercen sus esfuerzos, habitualmente, losmiembros de la comunidad que carecen de dinero. Espe-cialmente por lo que se refiere a las mujeres, de modo másparticular a las mujeres de la clase superior y la clase mediasuperior de las comunidades industriales avanzadas, esa llegaa exigir la abstención, aun del proceso emulativo de acumu-lación por los métodos casi depredadores de las ocupacionespecuniarias. En su desarrollo último, la cultura pecuniaria ode la clase ociosa, surgida como variante emulativa del im-pulso del trabajo eficaz, está comenzando a neutralizar supropia base, al eliminar el hábito de comparación valorativaen materia de eficacia y aun de posición pecuniaria. Además,el hecho de que los miembros de la clase ociosa, tanto hom-bres como mujeres, se encuentren, en cierta medida, exentosdela necesidad de, ganarse la, vida en tina competencia consus semejantes, permite a los miembros de esa clase no sólosobrevivir, sino hasta dentro de ciertos límites, seguir susinclinaciones en el caso de que no estén dotados de las apti-tudes que favorecen el éxito en la pugna basada en la com-petencia. Es decir, que en el último y más pleno desarrollode la institución, la vida de los miembros de esa clase nodepende de la posesión y del ejercicio constante de las quecaracterizan al hombre depredador afortunado. Las posibili-dades de supervivencia de individuos no dotados de esasaptitudes son, pues, mayores en los grados superiores de laclase ociosa, que en el promedio general de una poblaciónque vive con arreglo al sistema de competencia.

Hemos visto en un capítulo anterior, al estudiar las con-diciones de supervivencia de los rasgos arcaicos, que la pe-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 355: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

355

culiar posición de la clase ociosa presenta oportunidadesexcepcionalmente favorables de supervivencia de rasgos quecaracterizan los tipos de naturaleza humana, propios de unestadio cultural anterior y ya obsoleto. Esa clase está prote-gida contra la tensión de las exigencias económicas y, en estesentido, no recibe el choque rudo de las fuerzas que favore-cen la adaptación a la situación económica. Ya hemos estu-diado la supervivencia en la clase ociosa y la supervivenciabajo el sistema general de vida propio de la clase ociosa, derasgos y tipos que suponen una reminiscencia de la culturadepredadora. Esas aptitudes y hábitos tienen una oportuni-dad excepcionalmente favorable de supervivencia dentro delrégimen de clase ociosa. La posición pecuniaria protegida,que ocupa la clase ociosa, no sólo ofrece una situación favo-rable para la supervivencia de aquellos de sus miembros queno están dotados del conjunto de aptitudes requeridas paraser útiles en el proceso industrial moderno sino que, además,los cánones exigidos en la clase ociosa para mantener unareputación obligan, a la vez, al ejercicio ostensible de deter-minadas aptitudes depredadoras. Las tareas en que encuen-tran ejercicio las aptitudes depredadoras sirven comodemostración de riqueza, linaje y ausencia de contacto con elproceso industrial. La supervivencia de rasgos depredadoresen la cultura de la clase ociosa se ve fomentada, en formanegativa, por la exención de tareas industriales de que gozaesa clase y, de modo positivo, por la sanción de los cánonesde decoro propios de ella.

Con respecto a la supervivencia de rasgos característicosde la cultura salvaje ante-depredadora, la situación difiere en

http://psikolibro.blogspot.com

Page 356: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

356

cierto grado. La posición protegida que ocupa la clase ociosafavorece también la supervivencia de esos rasgos; pero elejercicio de las aptitudes favorables a la paz y la buena vo-luntad no tiene la sanción afirmativa del código de lo deco-roso. Los individuos dotados de un temperamento en el quehay grandes reminiscencias de la cultura ante-depredadora seencuentran, en cierto modo, en una posición ventajosa conrespecto a la clase ociosa, en comparación con individuos defuera de la clase y dotados de modo semejante, pues no es-tán sujetos a la necesidad pecuniaria de contrarrestar esasaptitudes que favorecen una vida no basada en la competen-cia; pero tales individuos se encuentran expuestos a una es-pecie de coacción moral, que los obliga a no tomar enconsideración esas inclinaciones, ya que el código de lo de-coroso los obliga a adoptar los hábitos de vida basados enlas aptitudes depredadoras. Mientras el sistema de statuspermanece intacto, y mientras la clase ociosa puede empren-der otros caminos de actividad no industrial que no sean losde matar el tiempo de un modo derrochador y carente deobjeto, no cabe esperar ninguna desviación considerable delesquema general, establecido por la clase ociosa, de lo que esuna vida merecedora de buena reputación. La presencia,dentro de la clase y en ese estadio, de un temperamento nodepredador ha de considerarse como un caso de reversiónesporádica. Pero los canales de desagüe no industriales yconducentes a una buena reputación, que puede encontrar lapropensión humana a la acción, se ciegan debido al avancedel desarrollo económico, la desaparición de la caza mayor,el declinar de la guerra, la descomposición del gobierno de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 357: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

357

los propietarios y la decadencia del oficio sacerdotal. Cuandoesto ocurre, la situación comienza a cambiar. La vida huma-na tiene que encontrar expresión en una dirección si no pue-de hallarla en otra; y donde falla el canal depredador, serecurre a otra cosa.

Como se ha indicado más arriba, la exención de las ten-siones pecuniarias se ha llevado más lejos en el caso de lasmujeres de clase ociosa de las comunidades industrialesavanzadas, que en el de cualquier otro grupo considerable depersonas. En consecuencia, puede esperarse que las mujerespresenten una reversión más acusada que los hombres a untemperamento no valorativo. Pero hay también, en los hom-bres de la clase ociosa, un aumento perceptible del alcance yámbito de actividades que derivan de aptitudes que no debenclasificarse como egoístas y que no tienen, como fin, unadistinción valorativa. Así, por ejemplo, la mayor parte de loshombres que tienen relación con la industria, en forma dedirección pecuniaria de una empresa, toman algún interés enque el trabajo se realice bien y sea industrialmente eficaz, yaun se enorgullecen de ello; esto, aparte del provecho quepueda derivar para ellos de cualquier mejora de esta clase.Son también conocidos los esfuerzos realizados en esta di-rección de progreso no valorativo de la eficiencia industrialpor parte de clubes comerciales y organizaciones de fabri-cantes.

La tendencia a fines distintos de los valorativos ha crea-do una multitud de organizaciones, el propósito de las cualeses alguna obra de caridad o de mejora social. Tales organiza-ciones tienen, con frecuencia, carácter casi religioso o seudo-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 358: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

358

religioso, y participan en ellas tanto hombres como mujeres.Reflexionando un poco se presentarían multitud de ejem-plos, pero para la finalidad de indicar y caracterizar las pro-pensiones de que aquí se trata y su alcance, basta con citaralgunos de los casos más patentes y conocerlos. Tales son,por ejemplo, la agitación en pro de la abstención de bebidasalcohólicas y de otras reformas sociales semejantes, de lareforma carcelaria, de la extensión de la educación, de lasupresión del vicio y de la evitación de la guerra mediante elarbitraje, el desarme y otros medios; tales, en cierta medida,los settlements7, universitarios, las denominadas guildas devecindad, las diversas organizaciones de que son ejemplo laAsociación de jóvenes Cristianos (YMCA) y la SociedadJuvenil Pro Conducta Cristiana (YPSCE), los círculos decostura, los clubes sociales y de arte, y aun los comerciales;tales son también, en menor medida, las fundaciones pecu-niarias de establecimientos semipúblicos de caridad, educa-ción o diversión, tanto si están dotados de recursos porindividuos adinerados, como si tienen su base financiera encontribuciones aportadas por personas de menores mediosde fortuna, en la medida en que tales establecimientos notienen carácter religioso.

Desde luego, no se intenta decir aquí que tales esfuerzosderiven enteramente de motivos de tipo no egoísta. Lo que

7 Organizaciones iniciadas en Inglaterra y los Estados Unidos, a fines delsiglo XIX, por clérigos protestantes y estudiantes universitarios, con laintención de ampliar la labor caritativa, haciéndola más eficaz medianteuna convivencia efectiva y directa de personas acomodadas y cultas conlos pobres ineducados. De los settlements deriva en gran parte todo loque hoy se conoce como «trabajo social» [T]

http://psikolibro.blogspot.com

Page 359: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

359

se afirma es que, en la generalidad de los casos, se dan moti-vos no egoístas y que la mayor importancia, hoy claramenteperceptible, que tienen esfuerzos de este tipo en las circuns-tancias de la vida industrial moderna, en comparación con laque tenían bajo el régimen inquebrantado del principio destatus, indica la presencia, en la vida moderna, de un escepti-cismo eficaz con respecto a la plena legitimidad de un es-quema general de vida de tipo emulativo. Es un hecho tannotorio que ha llegado a ser un lugar común el de que, por logeneral, figuran entre los incentivos de esta clase de obrasmotivos extraños: motivos de carácter egoísta, y especial-mente el motivo de una distinción valorativa. Hasta talpunto es esto cierto, que muchas obras inspiradas ostensi-blemente por un espíritu altruista y desinteresado se inician yse llevan a cabo, primordialmente, con vistas a realzar la re-putación, y aun la ganancia pecuniaria, de sus promotores.Por lo que respecta algunos grupos considerables de organi-zaciones o establecimientos de esta clase, el motivo valorati-vo es en apariencia dominante, tanto por lo que se refiere alos iniciadores de la obra como a quienes la apoyan. Estaúltima observación sería especialmente cierta con respecto aaquellas obras que dan distinción a su realizador, como con-secuencia del gasto grande y ostensible que exigen; como porejemplo, la fundación de una universidad o una biblioteca omuseo públicos; pero también, y acaso en la misma medida,es cierto de la obra más corriente de participación en organi-zaciones y movimientos que son, de modo señalado, de laclase superior. Sirven tales organizaciones y movimientospara dar fe de la buena reputación pecuniaria de sus miem-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 360: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

360

bros, así como para recordarles en forma grata su superiori-dad de status mediante el contraste entre ellos y la humanidadinferior, a la tarea de cuyo mejoramiento se dedican, como,por ejemplo, el settIement universitario que ahora está en bo-ga. Pero aun haciendo todas las concesiones y deduccionesnecesarias, queda una serie de motivos que no tienen carác-ter emulativo. El hecho mismo de que se busque la distin-ción, o la buena fama, por este método es prueba de queprevalece un sentido de la legitimidad y de la supuesta pre-sencia real de un interés no emulativo, no valorativo, comofactor constitutivo de los hábitos mentales de las comunida-des modernas.

Es de notar que, en toda esta serie de actividades de laclase ociosa actualmente en vigor, que se realizan a base deun interés no valorativo y no religioso, las mujeres participancon mayor actividad y persistencia que los hombres, salvo,naturalmente, por lo que se refiere a aquellas obras que re-quieren un gran gasto. La posición pecuniaria subordinadaque ocupan las mujeres las incapacita para obras que requie-ren grandes gastos. Por lo que se refiere a las obras encami-nadas a la mejora social, los miembros del sacerdocio o clerode las sectas menos ingenuamente devotas, o de las confe-siones secularizadas, se asocian con la clase de las mujeres.Esto concuerda con lo que cabría esperar en teoría. Tambiénen otras relaciones económicas se encuentra situado el clero,en una posición un tanto equívoca, entre la clase de las muje-res y la de los hombres ocupados en empresas económicas.Por tradición y por el sentido dominante de las convenien-cias, tanto el clero como las mujeres de las clases acomoda-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 361: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

361

das se encuentran colocados en la situación de una claseociosa vicaria; en ambas clases, la relación característica quemás influye en la formación de los hábitos mentales de laclase es una relación de subordinación, -es decir, una rela-ción económica concebida en términos personales-; en am-bas clases, puede percibirse vigorosamente una especialinclinación a interpretar los fenómenos en términos de rela-ción personal y no de secuencia causal; ambas clases seapartan, en obediencia a los cánones de decoro, de los pro-cesos ceremonialmente sucios de las ocupaciones lucrativaso productivas, que hacen que la participación en los proce-sos de la vida industrial contemporánea sea para ellos unaimposibilidad moral. El resultado de esta exclusión ceremo-nial de todo esfuerzo productivo de carácter vulgar consisteen desviar una parte relativamente amplia de las energías delas modernas clases femenina y sacerdotal al servicio de inte-reses distintos del egoísta. El código no deja ninguna alter-nativa en la que pueda encontrar expresión el impulsoencaminado a una acción dotada de finalidad. Entre las mu-jeres de la clase ociosa, el efecto de una inhibición constantede toda actividad industrialmente útil se muestra en unaafirmación incesante del impulso del trabajo eficaz, en direc-ciones distintas de la actividad de los negocios.

Como ya se ha notado, la vida cotidiana de las mujeresacomodadas y del clero contiene un elemento de status ma-yor que el existente en la vida de la mayoría de los hombres,en especial de los hombres ocupados en tareas industrialespropiamente dichas. De ahí que la actitud devota sobrevivaen esas clases en mejor estado de conservación que en la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 362: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

362

generalidad de los hombres de las comunidades modernas.De ahí que pueda esperarse que una parte importante de laenergía que busca expresión en tareas no lucrativas, desem-peñadas por esos miembros de las clases ociosas vicarias, seconvierta en observancias devotas y obras piadosas. De ahítambién, en parte, la mayor proclividad devota de las muje-res de que se ha hablado en el capítulo anterior. Pero aquíinteresa más notar el efecto de esta proclividad en lo que serefiere a la modelación y el color que da a los fines de losmovimientos y organizaciones no lucrativos que estamosestudiando aquí. Dondequiera que se encuentra presente, esetinte devoto rebaja la eficiencia inmediata de las organizacio-nes para cualquier fin económico al que puedan dirigirse susesfuerzos. Muchas organizaciones caritativas y de mejorasocial dividen su atención entre las actividades devotas y elbienestar secular de la gente, cuyos intereses aspiran a bene-ficiar. Apenas puede dudarse de que si se dedicara una aten-ción y esfuerzo igualmente serios a los intereses seculares deesa gente, el valor económico inmediato de su obra seríabastante mayor de lo que es. Podría igualmente decirse, sífuera este el lugar adecuado para ello, que la eficiencia inme-diata de esas obras de mejora motivadas por la finalidad de-vota podría ser mayor caso de que no se vieran estorbadaspor los motivos y aspiraciones seculares que generalmentecoexisten con aquellos.

Hay que hacer alguna deducción del valor económico deesa clase de empresa no valorativa, como consecuencia de laintrusión del interés devoto. Pero hay que hacer tambiéndeducciones motivadas por la presencia de otros motivos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 363: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

363

que con mayor o menor amplitud se contraponen a la ten-dencia económica de esa expresión no emulativa del instintode trabajo eficaz. Si se examina detenidamente esta cuestión,se ve que lo anterior es cierto en tal medida que, una veztomado en cuenta todo, puede incluso resultar que esa clasegeneral de empresas tiene un valor económico dudoso, sí lomedimos en términos de la plenitud o facilidad de vida delos individuos o clases, a cuya mejora se dirige la empresa.Por ejemplo, muchos de los esfuerzos hoy en boga encami-nados a la mejora de la población indigente de las grandesciudades son, en gran parte, de carácter cultural. Por estemedio, se trata de acelerar el ritmo con el que determinadoselementos de la cultura de la clase superior encuentranaceptación en el esquema de la vida cotidiana de las clasesinferiores. Por ejemplo, los settlements dirigen en parte su soli-citud a aumentar la eficiencia industrial de los pobres y aenseñarles una utilización más adecuada de los medios deque pueden disponer; pero la dirigen, con no menos vigor, ainculcar, mediante el precepto y el ejemplo, ciertos puntillosque la clase superior considera correctos en materia de mo-dales y costumbres. Examinando a fondo la cuestión se veríaque la sustancia económica de esos puntillos consiste, por logeneral, en un derroche ostensible de tiempo y de cosas.Esas buenas personas que salen de sus casas con el propó-sito de humanizar a los pobres son por lo común, y con ple-na conciencia, escrupulosos en extremo y muy exigentes -aunque no lo manifiesten de modo explícito- en cuestionesrelativas a decoro y modales. Son, por lo común, personasde vida ejemplar, dotadas de una tenaz insistencia en la lim-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 364: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

364

pieza ceremonial de los diversos artículos de su consumodiario. La eficacia cultural o civilizadora de esa inculcaciónde hábitos mentales correctos, relativos al consumo de tiem-po y mercancías, no puede ser fácilmente sobrestimada;tampoco carece de importancia su valor económico para elindividuo que adquiere esos ideales más elevados y de mejorreputación. En las circunstancias de la cultura pecuniaria hoyexistente, la reputación -y en consecuencia el éxito- del indi-viduo, depende en gran medida de lo bien que conozca yutilice los modales y métodos de consumo que sugieren ungasto habitual de tiempo y de cosas. Pero en lo relativo a laimportancia económica ulterior de esa enseñanza de méto-dos de vida más dignos, hay que decir que el efecto produci-do consiste, en gran parte, en sustituir los métodos deconseguir los mismos resultados materiales por otros proce-dimientos, más costosos o menos eficaces, en relaciones enlas que el hecho que tiene valor económico sustancial es elresultado material. La propaganda de la cultura consiste engran parte en inculcar nuevos gustos o, más bien, una nuevatabla de conveniencias sociales, que han sido adaptados alesquema general de la vida de la clase superior, bajo la guíade la formulación hecha por la clase ociosa de los principiosde status y decoro pecuniario. Esa nueva tabla de convenien-cias pasa al esquema general de la vida de la clase inferior,procedente del código elaborado por un elemento de la po-blación cuya vida se encuentra fuera del proceso industrial; yesa tabla intrusa difícilmente puede ser adecuada a las exi-gencias de la vida de esas clases inferiores en mayor medidaque la tabla en boga entre ellas y, en especial, que la tabla

http://psikolibro.blogspot.com

Page 365: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

365

elaborada por ellas bajo la tensión de la vida industrial mo-derna.

Naturalmente, todo esto no intenta poner en tela de jui-cio el hecho de que las conveniencias de la tabla sustitutasean más decorosas que aquellas a las que desplaza. La dudaque se ofrece aquí es simplemente una duda acerca de lautilidad económica de esa obra de regeneración -es decir, lautilidad económica en ese sentido es inmediato y material enel que pueden comprobarse con cierto grado de confianzalos efectos del cambio, y considerada desde el punto de vistano del individuo, sino la facilidad de vida de la colectividad-.Para apreciar la utilidad económica de esas empresas de me-jora social no hay que considerar las apariencias de su trabajoefectivo, ni siquiera cuando la finalidad de la empresa esprimordialmente económica y el interés fundamental no es,en ningún sentido, egoísta ni valorativo. La reforma econó-mica producida es, en gran parte, una permutación de losmétodos de derroche ostensible.

Pero hay que decir algo más con respecto al carácter delos motivos desinteresados y los cánones de procedimientoque hay en toda obra de esta clase, que esté afectada por loshábitos mentales característicos de la cultura pecuniaria; yese examen ulterior puede llevar a otra calificación de lasconsecuencias a que hemos llegado. Como se ha visto en uncapítulo anterior, bajo la cultura pecuniaria, los cánones de lodecoroso y lo conducente a una buena reputación exige lafutilidad habitual del esfuerzo, como signo de una vida pe-cuniariamente impecable. Resulta de ello no sólo un hábitode rebajar las ocupaciones útiles, sino también algo que tiene

http://psikolibro.blogspot.com

Page 366: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

366

una importancia más decisiva en punto a guiar la acción decualquier grupo organizado de gente, que pretende conseguiruna buena reputación social. Hay una tradición que exigeque no se tenga una familiaridad vulgar con ninguno de losprocesos o detalles que tienen que ver con las necesidadesmateriales de la vida. Se puede mostrar -y ello tiene caráctermeritorio- un interés cuantitativo en el bienestar del vulgo,por medio de suscripciones o trabajando en comités y otrasorganizaciones semejantes. Se puede -y ello es acaso másmeritorio- aún mostrar solicitud de modo general y en deta-lle por el bienestar cultural del vulgo, en forma de medidasdestinadas a elevar sus gustos y a darle oportunidades demejora espiritual. Pero no debe mostrarse un conocimientoíntimo de las circunstancias materiales de la vida del vulgo, nide los hábitos mentales de las clases que lo constituyen, quepudiera dirigir eficazmente los esfuerzos de esas organiza-ciones a una finalidad materialmente útil. Esa repugnancia aconfesar un conocimiento indebidamente íntimo de los de-talles de las condiciones de vida de la clase inferior prevalece,desde luego, en grados muy diversos entre los distintos indi-viduos; pero, por lo general, en cualquier organización deltipo que aquí estamos tratando se da en un grado suficientepara influir, profundamente, en el curso de la acción quetales organizaciones ejercen. Ese temor a toda imputación defamiliaridad inconveniente con la vida vulgar tiende -comoconsecuencia de su acción constante al modelar el uso y losprecedentes de tal organización- a dar de lado los motivosiniciales de la empresa, en favor de ciertos principios guíasaconsejados por la buena reputación y reductibles, en último

http://psikolibro.blogspot.com

Page 367: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

367

término, a cuestiones de mérito pecuniario. De tal modoque, en una organización de larga tradición, el motivo inicialde fomentar la facilidad de la vida de esas clases pasa, poco apoco, a ser sólo el motivo ostensible y la obra vulgarmenteeficaz de la organización tiende a quedar relegada al olvido.

Lo que es cierto a este respecto de la eficiencia de orga-nizaciones encaminadas a una obra no valorativa, lo es tam-bién en lo que se refiere a la obra de individuos motivadapor las mismas consideraciones, aunque acaso haya que ad-mitir mayores salvedades con respecto a los individuos que alas empresas organizadas. El hábito de atribuir mérito apli-cando los cánones de gasto derrochador y falta de familiari-dad con la vida vulgar, propios de la clase ociosa, tanto porlo que se refiere a la producción como en lo relativo al con-sumo, es necesariamente fuerte en los individuos que aspirana realizar una obra de utilidad pública. Y si el individuo olvi-da su posición y dedica sus esfuerzos a conseguir una efica-cia vulgar, el sentido común de la comunidad -el sentido deldecoro pecuniario- repudiaría inmediatamente su obra y lovolvería a su puesto. Ejemplo de ello es la administración dedonaciones hechas por personas de espíritu filantrópico, conla única finalidad (al menos ostensible) de mejorar las condi-ciones de vida humana en algún aspecto particular. Los ob-jetos a que se dedican con mayor frecuencia donaciones deesta clase son, en la actualidad, escuelas, bibliotecas, hospi-tales y asilos para inválidos y pobres. El propósito expresodel donante es, en esos casos, el mejoramiento de la vidahumana en el aspecto particular mencionado en la donación;pero se encuentra invariablemente que en la ejecución de la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 368: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

368

obra figuran otros muchos motivos, incompatibles con fre-cuencia con el móvil inicial, los cuales determinan que sedisponga de buena parte de los medios destinados a la finali-dad ostensible. Por ejemplo, pueden haberse destinadociertos fondos a la fundación de un asilo de expósitos o deuna casa de retiro para inválidos. La diversión de gastos ha-cía el derroche ostensible en casos semejantes no es lo sufi-cientemente rara como para producir sorpresa o provocaruna sonrisa. Una parte considerable de los fondos destinadosa esa obra se gasta en la construcción de un edificio, en lafachada del cual se emplea alguna piedra estéticamente ob-jetable, pero costosa, y que se cubre con detalles grotescos eincongruentes, destinados, como sus muros almenados, sustorrecillas, sus portones ostentosos y sus avenidas estratégi-cas, a sugerir ciertos métodos bárbaros de guerra. El interiorde la estructura presenta los mismos rasgos, que acusan lapenetrante influencia de los cánones del derroche ostensibley la hazaña depredadora. Por ejemplo, por no entrar en ma-yores detalles, las ventanas están colocadas con la intenciónde dar al observador casual la impresión de su excelenciapecuniaria, y no con vistas a la eficacia en relación con sufinalidad ostensible de la conveniencia o comodidad de losbeneficiarios, que han de vivir en el edificio; y los detalles dela disposición interior se conforman lo mejor posible a esaexigencia ajena a la finalidad, pero imperiosa de la bellezapecuniaria.

Naturalmente que en todo esto no hay que presumirque el donante lo habría encontrado mal, o que hubieraobrado de otro modo en el caso de haberse encargado per-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 369: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

369

sonalmente de la obra; resulta que, en los casos en que seejerce esa dirección personal -en que la empresa se realizapor administración y bajo la vigilancia del donante y no porquienes administran los bienes donados-, las finalidades y losmodos de administración no son diferentes a este respecto.Y tampoco agradaría a los beneficiarlos ni a los observadoresexteriores, a cuya comodidad o vanidad no afecta inmedia-tamente, que se dispusiera de los fondos en forma distinta. Anadie le gustaría que la empresa se dirigiera con vistas al usomás económico y eficaz de los medios disponibles para lafinalidad material inicial de la fundación. Todos los interesa-dos, tanto si su interés es inmediato y egoísta como si es sólocontemplativo, concuerdan en que una parte considerable delos gastos debe destinarse a las necesidades superiores o es-pirituales, derivadas del hábito de una comparación valorati-va de hazañas depredadoras y derroche pecuniario. Pero estono quiere decir sino que los cánones de reputación emulativay pecuniaria penetran hasta tal punto el sentido común de lacomunidad, que no permiten escape ni evasión, ni siquieraen el caso de una empresa basada ostensiblemente y porentero en un interés no valorativo.

Puede ocurrir incluso que la empresa deba su virtud ho-norífica, como medio de realzar la buena reputación del do-nante, a la supuesta presencia de ese motivo no valorativo;pues ello no impide que sea el interés valorativo el que guíelos gastos. La presencia eficaz de móviles de origen emulati-vo o valorativo en obras no emulativas de esta especie esalgo que se puede demostrar, en general y en detalle, encualquiera de las clases de empresa de que se ha hablado más

http://psikolibro.blogspot.com

Page 370: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

370

arriba. Dondequiera que en tales casos se presentan esosdetalles honoríficos, encubren por lo común su propósitobajo designaciones que corresponden al campo del interésestético, ético o económico. Esos motivos especiales, deri-vados de las pautas y cánones de la cultura pecuniaria, actúansubrepticiamente para desviar un esfuerzo de tipo no valora-tivo, apartándolo de un servicio eficaz, sin perturbar el senti-do que tiene el agente de su buena intención, o sin presentarvisiblemente a su conciencia la futilidad sustancial de suobra. Puede descubrirse el efecto de esos motivos a través detoda la tabla de empresas no valorativas y encaminadas amejorar la vida de las clases inferiores que constituyen unrasgo tan importante y sobre todo tan ostensible del esque-ma público de la vida de las personas acomodadas. Pero suimportancia teórica es tal vez suficientemente clara comopara no necesitar más aclaraciones; sobre todo, teniendo encuenta que se dedicará detallada atención a una de esas clasesde empresa los establecimientos de enseñanza superior enotro lugar.

En las circunstancias determinadas por la posición pro-tegida que frente a las circunstancias económicas ocupa laclase ociosa parece, pues, haber cierta reversión a aquellosimpulsos no valorativos que caracterizan la cultura salvajeante-depredadora. La reversión comprende tanto el sentidodel trabajo eficaz como la proclividad a la indolencia y a laamabilidad. Pero en el esquema moderno de la vida, los cá-nones de conducta basados en razones pecuniarias o valora-tivas son un obstáculo para el libre ejercicio de esosimpulsos; y la presencia dominante de esos cánones de con-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 371: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

371

ducta desvía, en gran medida, los esfuerzos hechos a base delinterés no valorativo al servicio de ese interés valorativo enel que se basa la cultura pecuniaria. Para nuestro propósitoactual, los cánones de decoro pecuniario son reductibles alos principios de derroche, futilidad y ferocidad. Las exigen-cias del decoro están presentes de modo tan imperioso en lasempresas de mejora social como en las líneas de conducta, yejercen una vigilancia selectiva sobre los detalles de direccióny administración de cualquier empresa. Como guían y adap-tan el método en sus detalles, esos cánones de decoro tienenuna gran eficacia para anular toda aspiración o esfuerzo novalorativo. El principio omni-penetrante, impersonal, desa-pasionado, de la futilidad actúa cotidianamente y opera en elsentido de impedir la expresión eficaz de aquella parte de lasaptitudes ante-depredadoras que sobreviven y que se clasifi-can bajo el epígrafe de instinto del trabajo eficaz; pero supresencia no impide la trasmisión de esas aptitudes, ni lareaparición continua de un impulso que encuentra expresiónen ellas.

En el desarrollo ulterior y posterior de la cultura pecu-niaria, la exigencia de abstenerse de participar en los proce-sos industriales para evitar el desprecio social se lleva tanlejos que comprende, incluso, la abstención de todo empleoemulativo. En ese estadio avanzado, la cultura pecuniariafavorece de modo negativo la afirmación de las propensio-nes no valorativas, al rebajar la importancia atribuida al mé-rito de las ocupaciones emulativas, depredadoras opecuniarias, comparadas con las de naturaleza industrial oproductiva. Como se notó más arriba, la exigencia de esa

http://psikolibro.blogspot.com

Page 372: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

372

abstención de toda tarea que tenga utilidad para los sereshumanos se aplica, de modo más riguroso que a otra clasecualquiera, a las mujeres de la clase superior, con la excep-ción, acaso más aparente que real, del clero de ciertos cultos.La razón de que sea más extremada la insistencia en exigiruna vida fútil a esa clase de mujeres que a los hombres delmismo grado pecuniario y social consiste en que no sólo sonuna clase ociosa de grado superior, sino que constituyen a lavez una clase ociosa vicaria. Por lo que a ellas se refiere, laabstención de todo esfuerzo útil tiene un doble fundamento.

Escritores y oradores que reflejan el sentido común dela gente inteligente, acerca de la estructura y función sociales,han dicho repetidas veces, y con razón, que el índice másseguro del nivel de cultura alcanzado por cualquier comuni-dad -y, podría añadirse, por cualquier clase determinada de lacomunidad- es la posición que en ella ocupan las mujeres.Esta observación es acaso más cierta por lo que se refiere alestadio de desarrollo económico, que en lo relativo al desa-rrollo a que se ha llegado en cualquier otro aspecto. A la vez,la posición que se asigna a la mujer en el esquema aceptadode vida de cualquier comunidad o cultura es, en grado muygrande, expresión de tradiciones modeladas por las circuns-tancias de una fase de desarrollo anterior y que, sólo de mo-do parcial, se han adaptado a las circunstancias económicasexistentes, o a las exigencias del temperamento y los hábitosmentales que rigen la conducta de las mujeres en esa situa-ción económica.

Ya se ha notado incidentalmente, de modo general, enel curso de este estudio del desarrollo de las instituciones

http://psikolibro.blogspot.com

Page 373: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

373

económicas, y en particular al hablar del ocio vicario y delvestido, el hecho de que la posición de las mujeres en el es-quema económico moderno se contrapone, de modo másamplío y consistente que la posición de los hombres de lasmismas clases, a los impulsos provocados por el instinto deltrabajo eficaz. También es aparentemente cierto que el tem-peramento femenino incluye, en mayor proporción, el ins-tinto que aprueba la paz y reprueba la futilidad. No es, porello, fortuito que las mujeres de las comunidades industrialesmodernas den muestras de un sentido más vívido de la dis-crepancia existente entre el esquema generalmente aceptadode vida y las exigencias de la situación económica.

Los diversos aspectos del «problema de la mujer» hanpuesto de manifiesto, de modo inteligible, el grado en que lavida de las mujeres está regulada en la sociedad moderna, yen especial en sus círculos educados, por un código de senti-do común, formulado bajo las circunstancias económicas deuna fase anterior de desarrollo. Se siente aún que, por lo quese refiere a sus aspectos civil, económico y social, la vida dela mujer es esencial y normalmente una vida vicaria, el mé-rito o demérito de la cual debe imputarse, por la naturalezamisma de las cosas, a algún otro individuo que se encuentracon respecto a ella en cierta relación de propiedad o tutela.Así, por ejemplo, se siente que cualquier acción realizada poruna mujer, que contraríe a una de las disposiciones del códi-go convencional aceptado, se refleja de modo inmediato enel honor del hombre a quien pertenece aquélla. Puede haber,desde luego, cierto sentido de incongruencia en la mente dequienquiera que emite una opinión de esta clase, con res-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 374: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

374

pecto a la fragilidad o perversidad de la mujer; pero, despuésde todo, el juicio del sentido común de la comunidad entales materias se pronuncia sin muchas dudas, y pocos hom-bres dudarían de la legitimidad de su sentido de una tutelalesionada, en cualquier caso que pudiera surgir. Por el con-trario, las malas acciones de un hombre arrojan poco descré-dito sobre las mujeres cuya vida está asociada con él.

Así, pues, el esquema general de la vida buena y bella -esdecir, el esquema a que estamos habituados- asigna a la mu-jer una «esfera» subordinada a la actividad del hombre; y sesiente que toda desviación de las tradiciones que le imponenlos deberes a ella asignados es antifemenina. Si lo que sediscute son los derechos políticos o el sufragio, nuestro sen-tido común acerca de la materia -es decir, la consecuencialógica de nuestro esquema general de vida, reflejado sobre elpunto de que se trata- dice que la mujer debe estar repre-sentada en el cuerpo político y ante la ley, no de modo in-mediato y por sí misma, sino a través del cabeza de lacomunidad doméstica a que pertenece. Es antifemenino queaspire a una vida dirigida por ella misma y centrada en tornoa ella misma; y nuestro sentido común nos dice que su parti-cipación directa en los asuntos cívicos o industriales de lacomunidad es una amenaza a ese orden social que expresanuestros hábitos mentales, tal como se han formado bajo laguía de las tradiciones de la cultura pecuniaria. «Todo este iry venir relacionado con la "emancipación de la mujer de laesclavitud" y demás expresiones análogas es, empleando ensentido inverso el castizo y expresivo lenguaje de ElizabethCady Stanton, "pura estupidez". Las relaciones sociales de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 375: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

375

los sexos están determinadas por la naturaleza. Toda nuestracivilización -es decir, todo lo que hay de bueno en ella- sebasa en el hogar. El «hogar» es la comunidad doméstica conun cabeza de familia masculino. Esta opinión, pero expresa-da por lo común de modo más vigoroso, es la dominanteacerca del status de la mujer, no sólo entre la generalidad delos hombres de las comunidades civilizadas, sino tambiénentre las mujeres. Las mujeres tienen un sentido muy vivo delo que exige el esquema convencional y, aunque es cierto quemuchas de ellas no se encuentran a gusto en las condicionesimpuestas por los detalles que exige el código, hay pocas queno reconozcan que el orden moral existente coloca a la mu-jer, por necesidad y por el derecho divino de la prescripción,en una posición subordinada al hombre. En último análisis,con arreglo a su propio sentido de lo bueno y de lo bello, lavida de la mujer es, y debe ser, en teoría, expresión de se-gundo grado de la vida del hombre.

Pero, a pesar de este sentido profundo acerca de cuálsea el puesto adecuado y natural de la mujer, se puede perci-bir ya un incipiente desarrollo del sentimiento de que todoeste sistema de tutela, vida vicaria e imputación de méritos ydeméritos también vicaria, es equivocado. O, por lo menos,de la idea de que aunque puede ser un desarrollo natural yuna buena solución en su tiempo y lugar adecuados, y a pe-sar de su evidente valor estético, no sirve adecuadamente alas finalidades cotidianas de la vida en una comunidad in-dustrial moderna. Aun ese grande e importante grupo demujeres bien educadas de las clases alta y medía, a cuyo sen-tido desapasionado y matronal de las conveniencias tradicio-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 376: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

376

nales esta relación de status se presenta como fundamental yeternamente justa -incluso esas mujeres cuya actitud es con-servadora-, encuentran por lo común alguna ligera discre-pancia de detalle entre las cosas tal como son y tal comocreen que deben ser a este respecto. Pero ese grupo de muje-res modernas menos sumisas que, por la fuerza de la juven-tud, la educación o el temperamento, están apartadas encierto grado de las tradiciones de status trasmitidas por lacultura bárbara, y en las cuales hay, acaso, una indebida re-versión al impulso de auto-expresión y al instinto de trabajoeficaz, tiene un sentido de la injusticia de la situación dema-siado vívido para poder conformarse con ella.

En este movimiento de la «Nueva Mujer» -que así sehan denominado esos esfuerzos ciegos e incoherentes pararehabilitar la situación preglacial de la mujer-, pueden distin-guirse al menos dos elementos, ambos de carácter económi-co. Esos dos elementos o motivos se expresan por la dobleconsigna de «Emancipación» y «Trabajo». Se reconoce queambas palabras representan un sentido de injusticia muyextendido. Que ese sentimiento prevalece, es algo que reco-noce incluso gente que no cree que tenga base real en la si-tuación de hoy día. Son las mujeres de las clases acomodadasde las comunidades en las que el desarrollo industrial haavanzado más, las que más vivo tienen y con mayor frecuen-cia expresan ese sentimiento de una injusticia que exige repa-ración. En otras palabras, hay una demanda más o menosseria, de emancipación de toda relación de status, tutela ovida vicaria; y la reacción se afirma con mayor vigor en laclase de mujeres a las que el esquema general de vida, tras-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 377: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

377

mitido desde la época del régimen de status, impone con me-nos atenuaciones una vida vicaría, y en aquellas comunidadescuyo desarrollo económico se ha apartado más de las cir-cunstancias a las que está adaptado ese esquema tradicional.La demanda proviene de aquella porción del sexo femeninoa la que los cánones reguladores de la buena reputación ex-cluyen de todo trabajo útil, reservándola para una vida deocio y de consumo ostensible.

Más de uno de los críticos de este movimiento de la«Nueva Mujer» ha sido incapaz de interpretar sus móviles.Un observador popular de los fenómenos sociales ha resu-mido hace poco tiempo, con cierto calor, la posición de la«Nueva Mujer» norteamericana: «Se ve mimada por su espo-so, que es el más devoto y trabajador de los esposos delmundo entero... Es superior a su esposo en lo tocante a edu-cación y en casi todos los aspectos. Está rodeada de las aten-ciones más numerosas y delicadas. Sin embargo, no estásatisfecha... La "Nueva Mujer" anglosajona es el productomás ridículo de la época moderna y está destinada a ser elmás lamentable fracaso del siglo» Aparte de la desaprobación-acaso justificada- contenida en ese presentimiento, el resu-men no añade sino oscuridad al problema femenino. El sen-timiento de injusticia que tiene la mujer moderna secompone de aquellas cosas que esa típica caracterización delmovimiento presenta como razones por las que debía estarcontenta. Está mimada y se le permite, y aun se le exige, queconsuma en grandes cantidades y ostensiblemente, en formavicaria, para la buena reputación de su marido u otro guar-dián. Está exenta de toda tarea vulgarmente útil, o descalifi-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 378: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

378

cada para ella, con objeto de que dedique su tiempo al ociovicario, en honor de la buena reputación de su guardián na-tural (pecuniario). Esos oficios son los signos convenciona-les de la persona que no es libre, y son incompatibles,además, con el impulso humano que lleva a la actividad en-caminada a algún fin. Pero la mujer está dotada de ciertacantidad de instinto del trabajo eficaz -y hay razones paracreer que la porción que le corresponde es mayor que la quetiene el hombre-, y la futilidad de la vida o de los gastos escontraria a ese instinto. La mujer tiene que desarrollar suactividad vital en respuesta a los estímulos directos e inme-diatos del medio económico con el que está en contacto. Elimpulso de vivir su propia vida a su modo y de penetrar enlos procesos industriales de la comunidad, de modo máspróximo que en segunda instancia, es acaso más fuerte en lamujer que en el hombre.

Mientras el lugar ocupado por el sexo femenino en lasociedad la obliga a un tráfago incesante, la mujer está, en lamayoría de los casos, bastante contenta con su suerte. Nosólo tiene algo tangible y útil que hacer, sino que carece detiempo y de posibilidades de pensar, para dedicarse a unaafirmación rebelde de la propensión humana a dirigirse porsí misma que ha heredado. Y una vez que ha pasado ese es-tadio en que todas las mujeres tienen que dedicarse al trabajorutinario y penoso, y cuando para las mujeres de las clasesacomodadas la ocupación acreditada ha pasado a ser un ociovicario que no exige un trabajo duro, la fuerza prescriptivadel canon de decoro pecuniario, que exige por su parte laobservancia de la futilidad ceremonial, impide durante mu-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 379: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

379

cho tiempo a las mujeres de mentalidad elevada toda inclina-ción sentimental a dirigirse por si mismas y a una «esfera deutilidad». Ello es especialmente cierto durante las primerasfases de la cultura pecuniaria, en que el ocio de la clase ocio-sa es aún, en gran parte, actividad depredadora, afirmaciónactiva de dominio, en la que hay suficiente finalidad tangiblede carácter valorativo para permitir que se tome en serio,como tarea a la que puede uno dedicarse sin sentirse aver-gonzado por ello. Esta condición de las cosas ha duradoindudablemente en algunas comunidades hasta el momentoactual. Continúa teniendo una influencia, el grado de la cuales diferente en los distintos individuos, que varía según cuálsea la vivacidad del sentido de status y la debilidad del impul-so del trabajo eficaz que este dotado el individuo. Los hábi-tos derivados de la cultura depredadora y casi pacífica sonvariantes, relativamente efímeras y de características menta-les subyacentes en la especie; ésta los debe a la disciplinaprolongada del anterior estadio cultural –proto-antropoide-de vida económica pacífica y relativamente indiferenciada,desarrollada en contacto con un ambiente material relativa-mente simple e invariable. Cuando los hábitos impuestos porel método de vida emulativo han dejado de gozar de la san-ción de las exigencias económicas existentes, se inicia unproceso de desintegración por virtud del cual los hábitosmentales de desarrollo más reciente y carácter menos genéri-co ceden terreno, en cierta medida, ante las característicasespirituales más antiguas y más profundas de la especie.

Así, pues, en cierto sentido el movimiento de la «NuevaMujer» señala una reversión a un tipo más genérico de ca-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 380: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

380

rácter humano, o a una expresión menos diferenciada de lanaturaleza humana. Es un tipo de naturaleza que hay quecaracterizar como proto-antropoide y, por lo que se refiere ala sustancia, si no a la forma de sus rasgos dominantes, co-rresponde a un estadio cultural que puede calificarse de po-siblemente subhumano. El movimiento o rasgo evolutivo encuestión comparte, desde luego, esa caracterización con elresto del desarrollo social reciente, en la medida en que estedesarrollo social da muestras de una reversión a la actitudespiritual que caracteriza el estadio indiferenciado anterior deevolución económica. No faltan por entero tales pruebas deuna tendencia general a la reversión contraria al predominiodel interés valorativo, aunque no son plena ni indiscutible-mente convincentes. La decadencia general del sentido delstatus en las comunidades industriales modernas es, en ciertomodo, prueba de esa evolución; lo mismo ocurre con el per-ceptible retorno a una desaprobación de lo fútil en la vidahumana y de aquellas actividades que sirven únicamente albeneficio del individuo, a costa de la colectividad o de otrosgrupos sociales. Hay una perceptible tendencia a condenartodo lo que suponga infligir dolor, así como a desacreditartodas las empresas de tipo merodeador, incluso cuando esasexpresiones del interés valorativo no operan, de modo tangi-ble, en detrimento material de la comunidad o del individuoque las juzga. Puede incluso decirse que, en las comunidadesindustriales modernas, el sentido desapasionado de la gene-ralidad de los hombres señala como carácter humano ideal elque se inclina a la paz, a la buena voluntad y la eficiencia

http://psikolibro.blogspot.com

Page 381: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

381

económica, y no a una vida de egoísmo, fuerza, fraude ydominación.

La influencia de la clase ociosa no se ejerce de mododecidido en pro o en contra de la rehabilitación de esta natu-raleza humana proto-antropoide. Por lo que se refiere a lasposibilidades de supervivencia de individuos dotados de unacantidad excepcionalmente grande de esos rasgos primitivos,la posición protegida que ocupa esa clase favorece a susmiembros de modo directo al retirarlos de la lucha pecunia-ria; pero, indirectamente, debido a los cánones de derrocheostensible de cosas y esfuerzo propios de la clase ociosa, lainstitución de tal clase disminuye las posibilidades de super-vivencia de los individuos de ese tipo, en el cuerpo generalde la población. Las exigencias de derroche impuestas por eldecoro absorben la energía sobrante de la población en unacompetencia valorativa y no dejan margen para ninguna ex-presión de la vida que no tenga carácter valorativo. Losefectos espirituales más remotos y menos tangibles de ladisciplina impuesta por el decoro actúan en la misma direc-ción y operan, acaso, con mayor eficacia en igual sentido.Los cánones del decoro son resultado de una elaboración delprincipio de comparación valorativa y, en consecuencia, ope-ran en el sentido de inhibir todo esfuerzo no valorativo y deinculcar la actitud egoísta.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 382: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

382

XIV. El saber superior como expresión de la culturapecuniaria

Con el fin de que se puedan conservar en la generaciónvenidera determinados hábitos mentales convenientes aciertos fines, el sentido común de la comunidad da su san-ción a una disciplina y la incorpora dentro del esquema gene-ral aceptado de la vida. Los hábitos mentales formados deeste modo bajo la guía de profesores y tradiciones académi-cas tienen un valor económico -un valor por lo que afecta ala utilidad del individuo-, no menos real que el valor econó-mico similar de los hábitos mentales formados, sin esa guía,bajo la disciplina de la vida cotidiana. Cualesquiera caracte-rísticas del esquema y la disciplina académicos aceptados,que deriven de las predilecciones de la clase ociosa o de laguía de los cánones de mérito pecuniario, deben ser puestasen la cuenta de esa institución, y cualquier valor económicoque puedan presentar esos rasgos del esquema educativo esexpresión en detalle del valor de esa institución. Por tanto, esoportuno señalar cualesquiera características peculiares delsistema educativo que sean atribuibles al esquema general de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 383: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

383

vida de la clase ociosa, tanto por lo que se refiere a la finali-dad y método de la disciplina, como en lo relativo al ámbitoy carácter del cuerpo de conocimientos inculcado, Es en elsaber, y de modo más particular en el saber superior, dondemás patente resulta la influencia de los ideales de la claseociosa; y como el propósito que aquí nos guía no es el depresentar una exhaustiva recolección de datos que muestre elefecto producido en la educación por la cultura pecuniaria,sino el de poner de manifiesto el método y tendencia de lainfluencia ejercida por esa clase ociosa sobre la educación,todo lo que vamos a intentar hacer es un examen general delas características más salientes del saber superior, que pue-dan servir a esta finalidad.

En cuanto al origen y comienzos del desarrollo, el saberestá relacionado de modo más íntimo con la función devotade la comunidad, en especial con el conjunto de observan-cias en que se expresa el servicio prestado a la clase ociosasobrenatural. El servicio mediante el cual trata de granjearsela voluntad de los agentes sobrenaturales en los cultos pri-mitivos, no es un empleo industrialmente provechoso deltiempo y el esfuerzo de la comunidad. En consecuencia, hayque clasificarlo en gran parte como ocio vicario, practicadoen honor de los poderes sobrenaturales, con los que se lle-van a cabo negociaciones y cuya buena voluntad se cree con-seguir mediante el servicio y las profesiones desubordinación. En gran parte, el saber primitivo consistía enun conocimiento de lo necesario para el servicio de unagente sobrenatural y la facilidad en su práctica. Por ende,era de carácter muy análogo a la preparación exigida por el

http://psikolibro.blogspot.com

Page 384: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

384

servicio doméstico de un señor temporal. En gran medida elconocimiento adquirido a través de los sacerdotes-maestrosde la comunidad primitiva era un conocimiento del ritual oceremonial; es decir, un conocimiento del modo más ade-cuado, eficaz o aceptable de acercarse o de servir a los agen-tes preternaturales. Lo que se aprendía era la manera dehacerse indispensable a esas potencias y de ponerse, portanto, en situación de pedir, o aun de exigir, su intercesiónen el curso de los acontecimientos o su abstención de inter-venir en una determinada empresa. La finalidad era la propi-ciación, y esa finalidad se buscaba en gran parte adquiriendofacilidad en el servicio. Al parecer, sólo de modo gradualllegaron a abrirse paso hasta el conjunto de la instrucciónsacerdotal o chamanista otros elementos, distintos del servi-cio eficiente al señor.

El servidor sacerdotal de los poderes inescrutables quese mueven en el mundo externo vino a quedar colocado enla posición de mediador entre esos poderes y la generalidadde la humanidad no instruida, ya que poseía un conoci-miento de la etiqueta sobrenatural que le abría las puertas,permitiéndole a la presencia de aquellos. Y como ocurre porlo común con los mediadores entre el vulgo y sus señores,tanto si los señores son naturales como si son preternatura-les, le pareció conveniente tener a mano medios de impre-sionar de modo tangible al vulgo con el hecho de que esospoderes inescrutables habían de hacer lo que él les pidiera.De ahí que llegase a ser parte integrante de la tradición sa-cerdotal un conocimiento de ciertos procesos naturales quepodían emplearse para fines espectaculares, junto con cierta

http://psikolibro.blogspot.com

Page 385: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

385

habilidad manual. El conocimiento de este tipo pasa por serconocimiento de lo «incognoscible» y debe su utilidad paralos fines de los sacerdotes a su carácter recóndito. Al pare-cer, fue de esta fuente de donde surgió el saber como insti-tución, y el mismo origen tiene su diferenciación de la estirpepaterna de ritual mágico y fraude chamanista, que ha sidolenta y tediosa y que apenas se ha completado aún, ni siquie-ra en los más avanzados de los altos seminarios del saber.

El elemento recóndito del saber es aún, y ha sido en to-do tiempo, un elemento muy atractivo y eficaz para la finali-dad de impresionar y aun de engañar a los ignorantes; y a losojos del analfabeto total la posición del sabio se valora, engran parte, en términos de su familiaridad con las fuerzasocultas. Así, por ejemplo, y por no citar más que un casotípico en época tan tardía como mediados del siglo XIX, loscampesinos noruegos han formulado instintivamente susentido de la superior erudición de teólogos como Lutero,Melanchthon, Peder Dass y aun de un teólogo tan modernocomo Grundtvig, en términos de magia. Estos, junto conuna lista muy amplia de celebridades menores, tanto vivascomo muertas, han sido considerados como maestros detodas las artes mágicas; y esas buenas personas han pensadoque toda posición elevada en la jerarquía eclesiástica com-portaba una profunda familiaridad con la práctica mágica ylas ciencias ocultas. Más cerca de nosotros hay un hechoparalelo que muestra, de modo semejante, la íntima relaciónque existe en la opinión popular entre la erudición y lo in-cognoscible; y sirve a la vez de ejemplo, en forma un tantotosca, para explicar la inclinación que da al interés cognosci-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 386: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

386

tivo la vida de la clase ociosa. Aunque la creencia no está, enmodo alguno, confinada a la clase ociosa, esa clase com-prende hoy un número desproporcionadamente grande decreyentes en las ciencias ocultas de todas clases y matices.Aquellas personas cuyos hábitos mentales no han sido mo-delados por el contacto con la industria moderna consideranaún que el conocimiento de lo incognoscible es el último, sino el único verdadero. Así, pues, el saber comenzó por ser,en un sentido, un subproducto de la clase ociosa vicaria delos sacerdotes. Y, al menos hasta fecha muy reciente, el sabersuperior ha continuado siendo, en algún sentido, un subpro-ducto u ocupación subsidiaria de las clases sacerdotales. Amedida que aumentó el cuerpo de conocimientos sistemati-zados, fue surgiendo una distinción, cuyo origen en la histo-ria de la educación es muy antiguo, entre el conocimientoesotérico y el exotérico; el primero -en la medida en que hayuna diferencia sustancial entre los dos- comprende aquelconocimiento que no tiene relación primordial con la eco-nomía o la industria, y el segundo abarca principalmente elconocimiento de los procesos industriales y de los fenóme-nos naturales utilizados de modo habitual para los fines ma-teriales de la vida. Esta línea de demarcación se haconvertido con el tiempo, al menos en el concepto popular,en la línea normal de separación entre el saber superior y elinferior.

Es significativo, no sólo como muestra de su íntimaasociación con la profesión sacerdotal, sino también encuanto indica que su actividad cae, en gran parte, dentro deaquella categoría del ocio ostensible a la que se conoce como

http://psikolibro.blogspot.com

Page 387: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

387

modales y buena educación, que las clases eruditas de todaslas comunidades primitivas son muy puntillosas en lo que serefiere a formas, precedentes, gradaciones de rango, ritual,vestiduras ceremoniales y cosas accesorias del saber en gene-ral. Naturalmente, ello era de esperar y nos indica que, en sufase incipiente, el saber superior es una ocupación de la claseociosa y, de modo más específico, una ocupación de la claseociosa sobrenatural. Pero esa predilección por las cosas acce-sorias del saber indica también otro punto de contacto o decontinuidad entre el oficio sacerdotal y el de sabio. Por loque respecta a su origen, el saber, así como el oficio sacer-dotal, es en gran parte excrecencia de la magia simpática; yese aparato mágico de forma y ritual encuentra su sitio, co-mo cosa natural, en la clase erudita de la comunidad primiti-va. El ritual y las cosas accesorias tienen una finalidad ocultade carácter mágico; de modo que su presencia como factorintegrante de las primeras fases del desarrollo de la magia y laciencia es cuestión de utilidad, tanto como de afección alsimbolismo.

Este sentido de la eficacia del ritual simbólico y delefecto simpático que puede producirse mediante la prácticadiestra de los accesorios tradicionales del acto o finalidad encuestión está, desde luego, presente de modo más claro y enmayor medida en la práctica mágica que en la disciplina delas ciencias, aun de las ocultas. Pero, por lo que yo sé, haypocas personas que tengan un sentido educado del méritoacadémico para quienes los accesorios rituales de la cienciasean cosa baladí. La misma gran tenacidad con que persistenesos accesorios rituales en las fases últimas de su desarrollo,

http://psikolibro.blogspot.com

Page 388: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

388

es algo evidente para quienquiera que reflexione sobre lo queha sido la historia del saber en nuestra civilización. Aun ennuestros días la comunidad erudita conserva usos como el dela toga y el birrete, la matrícula, las ceremonias de iniciacióny graduación y la colación de grados, dignidades y prerroga-tivas académicas en una forma que sugiere una especie desucesión apostólica universitaria. La fuente próxima de todosesos rasgos del ritual, los vestidos, la iniciación sacramental,la trasmisión de dignidades y virtudes peculiares por el hechode la imposición de manos y cosas semejantes utilizadas en lavida académica, es, sin duda, el uso de las órdenes sacerdo-tales; pero es posible descubrir su origen en un punto másremoto, en la fuente de donde los recibió la clase sacerdotalespecializada propiamente dicha, en el curso de la diferencia-ción por la cual el sacerdote vino a distinguirse, por unaparte, del hechicero, y por otra, del servidor o criado de unamo temporal. Tanto por lo que se refiere a su origen comoen lo relativo a su contenido psicológico, esos usos y lasconcepciones en que se apoyan corresponden a un estadiode desarrollo cultural no más moderno que el del angekok, oel hacedor de lluvia. Su lugar en las fases recientes de lasobservancias devotas, así como del sistema educativo supe-rior, es el de una supervivencia de una fase animista muyantigua del desarrollo de la naturaleza humana.

Puede afirmarse con seguridad que esas característicasrituales del sistema educativo del presente y del pasado re-ciente tienen su lugar primordial en las instituciones y gradosdel saber superior, liberal y clásico, y no en los grados y ra-mas inferiores, tecnológicos o prácticos, del sistema. En la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 389: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

389

medida en que los poseen, las ramas inferiores y menos re-putadas del esquema educativo los han tomado evidente-mente de los grados superiores y su persistencia en lasescuelas prácticas seria altamente improbable, por no decirmás, de no tener la sanción del ejemplo continuo de los gra-dos superiores y clásicos. Por lo que se refiere a las escuelasinferiores y prácticas y a quienes en ellas actúan, la adopcióny cultivo de tales usos es un caso de mimetismo, debido a undeseo de conformarse, hasta donde sea posible, a las pautasreguladoras de la reputación académica mantenidas por losgrados y clases superiores, que han heredado legítimamenteesos rasgos accesorios, por derecho de sucesión directa.

Este análisis podría llevarse con seguridad un paso másallá. Las supervivencias y reversiones rituales se producencon mayor vigor y con más aire de espontaneidad en aque-llos seminarios del saber que se ocupan, de modo primordial,de la educación de las clases sacerdotal y ociosa. En conse-cuencia, deberíamos esperar que, de un examen general deldesarrollo reciente de la vida de los colegios y universidades,resultase -y resulta con bastante claridad- que, dondequieraque las escuelas fundadas para la enseñanza de las clasesinferiores, en las que se difunde el conocimiento de las cosasInmediatamente útiles, se convierten en instituciones desaber superior, el desarrollo del ceremonial y los accesoriosrituales y de las «funciones» académicas complicadas marchaal mismo compás que la transición de las referidas escuelasdel campo de lo vulgarmente práctico a la esfera superior yclásica. La finalidad inicial de esas escuelas y la tarea que lescorresponde, de modo principal, en el primero de esos dos

http://psikolibro.blogspot.com

Page 390: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

390

estadios de su evolución ha sido preparar para el trabajo alos miembros jóvenes de las clases industriosas. En el planodel saber clásico y superior al que tienden por lo común, suaspiración dominante pasa a ser la preparación de los miem-bros jóvenes de las clases sacerdotal y ociosa o de una claseincipiente para el consumo de cosas materiales e inmaterialescon arreglo a un método convencionalmente aceptado y quegoza de buena reputación. Este ha sido, por lo común, elfeliz desenlace que ha tenido el destino de las escuelas fun-dadas por «amigos del pueblo» para ayudar a jóvenes lucha-dores y, donde esa transición se produce en buena formahay, por lo general, sí no invariablemente, un cambio para-lelo hacía una vida escolar más ritual.

En la vida académica de hoy, el ritual es, por lo general,más completo en las escuelas cuyo fin principal es el cultivode las «humanidades». Esa correlación se muestra, acaso másclaramente que en ninguna otra parte, en la historia de loscolegios y universidades norteamericanos de corta existencia.Puede haber muchas excepciones a la regla, en especial enaquellas escuelas que han sido fundadas por las iglesias demejor reputación y más complicado ritual y que, en conse-cuencia, comenzaron en el plano conservador y clásico, ollegaron a la posición clásica por un atajo; pero la regla gene-ral, por lo que se refiere a los colegios fundados durante elsiglo XIX en las comunidades norteamericanas más moder-nas, ha sido la de que, mientras la comunidad ha seguidosiendo pobre, y mientras la población de la que han sacadosus alumnos los colegios ha estado dominada por hábitos deindustria y ahorro, las reminiscencias del hechicero primitivo

http://psikolibro.blogspot.com

Page 391: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

391

no han encontrado sino una aceptación escasa y precaria enel esquema general de la vida del colegio. Pero en cuanto lariqueza comienza a acumularse de modo apreciable en lacomunidad, y en cuanto una determinada escuela comienza ainclinarse hacia una clientela de clase ociosa, se producetambién un aumento perceptible de ritual académico y deconformidad con las formas antiguas, en materia de vestidu-ras y solemnidades sociales y académicas. Así, por ejemplo,ha habido una coincidencia aproximada entre el aumento deriqueza en la clientela de cualquier colegio del Medio Oeste yla fecha de aceptación -primero como tolerancia y luegocomo moda imperativa- del vestido de etiqueta para loshombres y el descotado para las mujeres, como indumentoacadémico adecuado a las ocasiones solemnes de la vida co-legial, o a las reuniones de diversión social dentro del círculodel colegio. Dejando aparte la dificultad mecánica de llevar acabo una tarea de tal envergadura, sería bastante fácil de-mostrar esta correlación. Lo mismo puede afirmarse del usodel birrete y la toga.

Muchos colegios de esa parte del país han adoptado enlos años recientes el birrete y la toga como insignias acadé-micas; y puede decirse con seguridad que difícilmente hu-biera podido ocurrir esto en fecha muy anterior, o antes dehaberse desarrollado un sentimiento de clase ociosa de sufi-ciente volumen para apoyar un fuerte movimiento de rever-sión hacia una concepción arcaica del fin propio de laeducación. Puede notarse que este detalle del ritual académi-co no sólo coincide con el sentido de la adecuación de lascosas propio de la clase ociosa, por cuanto que apela a la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 392: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

392

propensión arcaica hacia los efectos espectaculares y la pre-dilección por el simbolismo antiguo, sino que, a la vez, en-caja perfectamente dentro del esquema general de la vida dela clase ociosa, desde el momento que implica un elementonotable de derroche ostensible. La fecha exacta en que seprodujo la reversión al birrete y la toga, así como el hecho deque afectó casi al mismo tiempo a un número tan grande deinstituciones académicas, parece haberse debido, en ciertamedida, a una ola de sentimiento atávico de conformidad yde preocupación por la reputación que llegó a la comunidaden ese período.

Puede no ser enteramente inoportuno notar que, cro-nológicamente, esa curiosa reversión parece coincidir con laculminación de cierta boga del sentimiento atávico y la tradi-ción en otras direcciones. La ola de reversión parece haberrecibido su impulso inicial de los efectos psicológicamentedesintegradores de la Guerra Civil. La habituación a la guerralleva consigo una serie de hábitos mentales depredadores,por obra de los cuales el espíritu de clan reemplaza en ciertamedida el sentido de solidaridad, y un sentido de distinciónvalorativa suplanta el impulso encaminado a la utilidad equi-tativa corriente. Como resultado de la acción conjunta deesos factores, la generación siguiente a una guerra tiene pro-babilidades de contemplar una rehabilitación del elemento destatus, tanto en su vida social como en el esquema de obser-vancias devotas y en otras formas simbólicas o ceremoniales.En la década que se inicia en el año ochenta y, en formamenos visible, en la anterior, se pudo percibir que iba avan-zando gradualmente una ola de sentimiento que favorecía

http://psikolibro.blogspot.com

Page 393: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

393

hábitos de negocios de tipo casi depredador, la importanciadel status, el antropomorfismo y, en términos generales, elconservadorismo. Las expresiones más directas e inmediatasdel temperamento bárbaro, tales como el recrudecimiento dela proscripción y las espectaculares carreras de fraude casidepredador, hechas por ciertos «capitanes de industria», co-menzaron antes y estaban en decadencia a fines de la octavadécada del siglo. El recrudecimiento del sentimiento antro-pomórfico parece haber alcanzado su momento más agudoantes de acabar la penúltima década. Pero el ritual y los acce-sorios de la vida académica de que aquí se trata, constituyenuna expresión aún más recóndita y remota del sentimientoanimista bárbaro y, en consecuencia, no alcanzaron la mismaboga y desarrollo sino más lentamente, y llegaron a su expre-sión más amplia en fecha aun posterior. Hay razones paracreer que la culminación de ese proceso ha pasado ya. A noser por el nuevo ímpetu dado a una nueva experiencia bélicay por el apoyo que el desarrollo de una clase rica presta atodo ritual -en especial cuando su ceremonial es derrochadory sugiere de modo muy marcado gradaciones de status-, esprobable que las mejoras y aumentos posteriores de los sím-bolos y ceremoniales académicos hubiesen de declinar gra-dualmente. Pero, aunque puede ser cierto que el birrete y latoga, y la observancia más estricta de las reglas de decoroacadémico que vinieron con ellos fueron traídos por esaoleada posbélica de reversión a la barbarie, tampoco hayduda de que esa reversión ritualista no podría haberse intro-ducido en el esquema general de la vida de los colegios, hastaque la acumulación de riqueza en manos de una clase pro-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 394: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

394

pietaria hubiera llegado a ser suficientemente grande, paraproporcionar la base pecuniaria requerida por un movi-miento que hubiera de llevar a los colegios del país hasta lasexigencias que, en punto a saber superior, tiene la clase ocio-sa. La adopción del birrete y la toga es uno de los rasgosatávicos más destacados de la vida colegial moderna, y señalaa la vez el hecho de que esos colegios se han convertido demodo definitivo, o aspiran a convertirse, en establecimientospara la clase ociosa.

Como ulterior evidencia de la íntima relación existenteentre el sistema educativo y las pautas culturales de la comu-nidad, puede notarse que en los últimos tiempos hay ciertatendencia, en la dirección de los seminarios del saber supe-rior, a sustituir al sacerdote por el capitán de industria. Lasituación no es, en modo alguno, completa o inequívoca.Tienen mayor aceptación como directores de esas institucio-nes quienes combinan el oficio sacerdotal con un alto gradode eficiencia pecuniaria. Hay una tendencia semejante, peromenos pronunciada, a confiar la tarea de instruir en el sabersuperior a hombres que tienen una cierta calificación pecu-niaria. Como calificaciones para la tarea docente, la capaci-dad administrativa y la habilidad publicitaria cuentanbastante más de lo que contaban antaño. Esto se aplica demodo especial a aquellas ciencias que tienen mayor relacióncon los hechos de la vida cotidiana y es cierto, en particular,de las escuelas de aquellas comunidades orientadas de modocasi exclusivo por motivos económicos. Esta sustituciónparcial de la eficiencia sacerdotal por la pecuniaria es con-comitante de la moderna transición del ocio ostensible al

http://psikolibro.blogspot.com

Page 395: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

395

consumo ostensible, como medio más importante de conse-guir y mantener una buena reputación. La correlación deambos hechos es probablemente clara sin necesidad de in-sistir más en este punto.

La actitud de los centros docentes y de las clases acadé-micas con respecto a la educación de las mujeres sirve paramostrar de qué modo y en qué medida se ha apartado elsaber de su antigua posición de prerrogativa, propia de lasclases sacerdotal y ociosa, e indica también hasta qué puntose ha aproximado a ser auténticamente saber desde el puntode vista realista moderno, económico o industrial. Las insti-tuciones académicas superiores y las profesionales eruditaseran, hasta hace poco, tabú para las mujeres. Aquellos esta-blecimientos estaban dedicados desde el principio, y en granmedida han continuado estándolo, a la educación de las cla-ses sacerdotal y ociosa.

Como se ha puesto de manifiesto en otro sitio, las muje-res constituyeron la clase sierva originaria y, en cierta medi-da, en especial por lo que se refiere a su posición nominal oceremonial, han permanecido hasta el presente en esa mismasituación. Ha predominado un fuerte sentido de que la admi-sión de las mujeres a los privilegios del saber superior (comoa los misterios eleusinos) sería contraria a la dignidad delgremio erudito. Por consiguiente, sólo en época muy re-ciente, y casi de modo exclusivo en las comunidades indus-trialmente más avanzadas, se han abierto a las mujeres losgrados académicos superiores. Y aun en las circunstanciasapremiantes que prevalecen en las comunidades industrialesmodernas, las universidades de más categoría y mejor repu-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 396: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

396

tación muestran una extrema repugnancia a hacer tal cosa. Elsentido de la dignidad de clase, es decir, del status, de unadiferenciación honorífica entre los sexos conforme a unadistinción entre dignidad intelectual superior e interior, so-brevive de modo muy vigoroso en esas corporaciones de laaristocracia del saber. Se siente que las mujeres no deberíanpropiamente adquirir más que aquellos conocimientos a losque se puede clasificar en uno de estos dos epígrafes: 1) enconocimientos que conducen de modo inmediato a unamejor realización de los servicios domésticos -la esfera do-méstica-, y 2) aquellas habilidades y destrezas casi académicasy casi artísticas que caben, sin ningún género de dudas, bajola denominación de ocio vicario. Se siente que es antifeme-nino el conocimiento que expresa el desarrollo de la propiavida del conocedor, y la adquisición del cual es consecuenciadel interés cognoscitivo de quien lo adquiere, cuando no estáimpulsado a adquirirlo por los cánones de las convenienciasy cuando no hace referencia a un señor, cuya comodidad obuena reputación hayan de realzarse con su empleo o exhibi-ción. De igual modo, tampoco puede ser considerado comofemenino ningún conocimiento útil como demostración deun ocio que no sea vicario.

Para apreciar la relación existente entre esos seminariossuperiores del saber y la vida económica de la comunidad,los fenómenos a los que acabamos de pasar revista tienenimportancia más bien como indicaciones de una actitud ge-neral, que como hechos de primera importancia desde elpunto de vista económico. Sirven para demostrar cuáles sonla actitud instintiva y el ánimo de la clase erudita en relación

http://psikolibro.blogspot.com

Page 397: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

397

con el proceso vital de una comunidad industrial. Sirvencomo exponente del estadio de desarrollo que, a los efectosindustriales, han alcanzado el saber superior y la clase aca-démica, y proporcionan de este modo una indicación de loque debe esperarse de esa clase, en aquellos puntos en que elsaber y la vida de la clase tienen una relación más inmediatacon la vida y la eficiencia económicas de la comunidad y conel ajuste de su esquema general de la vida a las exigencias dela época. Lo que esas supervivencias rituales indican es queno prevale el conservadurismo, sino el sentimiento reaccio-nario, en especial en las escuelas superiores, donde se cultivael saber convencional.

Hay que añadir a esos indicios de una actitud conserva-dora otra característica, que sigue la misma dirección, peroque es un síntoma de mayor importancia que esa inclinaciónlúdica a las trivialidades de forma y ritual. La gran mayoría delos colegios y universidades norteamericanos están afiliadosa una confesión religiosa y se inclinan, en grado bastanteapreciable, a la práctica de las observancias devotas. Su puta-tiva familiaridad con los métodos y con el punto de vistacientíficos deberían, al parecer, eximir al personal docente deesas escuelas de todo hábito mental animista; pero hay aúnuna considerable proporción de ese personal que profesacreencias antropomórficas y se inclina a las observancias delmismo carácter propias de una cultura anterior. Esas profe-siones de celo devoto son debidas, sin duda, en gran parte, aconsideraciones de utilidad y comodidad, tanto por parte delas escuelas en cuanto corporaciones, como por parte de losmiembros de su cuerpo docente; pero no puede dudar de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 398: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

398

que, después de todo, hay un elemento muy apreciable desentimiento antropomórfico presente aun en las escuelassuperiores. En la medida en que así ocurre, hay que conside-rarlo como expresión de un hábito mental arcaico, animista.Ese hábito mental tiene que influir en cierta medida en lainstrucción dada en esos centros académicos y, en la mismamedida, su influencia contribuye a modelar los hábitosmentales del estudiante en sentido conservador y favorable ala reversión; opera como un factor obstruccionista del avan-ce hacia el conocimiento realista que mejor sirve a los finesde la industria.

Los deportes escolares, que tan gran boga tienen en losseminarios del saber superior de hoy día, poseen una ten-dencia semejante; y los deportes tienen mucho en comúncon la actitud devota de los colegios, tanto por lo que serefiere a su base psicológica, como en lo relativo a su efectodisciplinario. Pero esta expresión del temperamento bárbarodebe atribuirse, de modo primordial, al cuerpo estudiantil yno a la actitud de las escuelas; excepto en la medida en quelos colegios o sus elementos directores patrocinan y estimu-lan activamente -como ocurre a veces- el desarrollo de losdeportes. Puede decirse de las asociaciones estudiantiles (fra-ternities) lo mismo que de los deportes colegiales, pero conuna diferencia. Los últimos son, primordialmente tina expre-sión del impulso depredador; las primeras son, de modo másespecífico expresión de aquella herencia de espíritu de clanque constituye una característica tan marcada del tempera-mento propio del bárbaro depredador. También es notableque subsiste una relación íntima entre las asociaciones estu-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 399: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

399

diantiles y las actividades deportivas escolares. Después de loque se ha dicho en un capítulo anterior con respecto al há-bito deportivo y la inclinación a los juegos de azar, apenas esnecesario decir nada más acerca del valor económico de eseentrenamiento deportivo y de esa preparación para la orga-nización y la actividad de grupo.

Pero todos esos rasgos del esquema general de la vidade las clases académicas y de los establecimientos dedicadosa la conservación del saber superior no son, en gran parte,sino incidentales. Es difícil considerarlos como elementosorgánicos de la obra de investigación e instrucción queconstituye la finalidad ostensible de la existencia de las es-cuelas. Pero esas inclinaciones sintomáticas sirven para esta-blecer una presunción respecto al carácter del trabajorealizado, considerado desde el punto de vista económico, yrespecto a la tendencia que el trabajo serio realizado bajo susauspicios da a la juventud que acude a las escuelas. Las con-sideraciones anteriormente hechas sugieren la presunción deque las escuelas superiores deben adoptar en su trabajo, delmismo modo que adoptan en su ceremonial, una posiciónconservadora; pero hay que contrastar esa presunción con larealidad, mediante una comparación del carácter económicode la labor realizada y un examen, siquiera sea superficial, delsaber cuya conservación se confía a las escuelas superiores.Es bien sabido a este respecto que los más acreditados semi-narios del saber han tenido, hasta fecha reciente, una posi-ción conservadora. Han adoptado una actitud contraria atodas las innovaciones. Por regla general, un nuevo punto devista o una nueva formulación del conocimiento no han

http://psikolibro.blogspot.com

Page 400: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

400

logrado ser admitidos y acogidos en las escuelas, sino des-pués de que tales cosas nuevas se han abierto camino fuerade ellas. La mayor parte de las excepciones poco importantesy desviaciones no influyen de modo tangible en el punto devista convencional o en el esquema convencional de la vida,tales como minucias en el campo de las ciencias fisicomate-máticas y nuevas interpretaciones de los clásicos, en especiallas que sólo tienen importancia filológica o literaria. Conexcepción del dominio de las «humanidades» en sentido es-tricto y salvo en la medida en que los innovadores han deja-do intacto el punto de vista tradicional de las humanidades,la clase erudita reconocida y los seminarios del saber supe-rior han visto, por lo general, con malos ojos cualquier inno-vación. Las nuevas concepciones y nuevos descubrimientosen materia de teoría científica, y en especial los que afectanen cualquier punto a la teoría de las relaciones humanas, nohan encontrado puesto en el esquema universitario, sinotardíamente y por una otorgada a regañadientes más que poruna bienvenida cordial; y los hombres que han hecho esosesfuerzos encaminados a ampliar el ámbito del conocimientohumano no han sido, por lo común, bien recibidos por suscontemporáneos eruditos. Las escuelas superiores no handado, de ordinario, su aprobación a ningún avance serio delos métodos o del contenido del conocimiento, hasta quetales innovaciones han perdido su juventud y buena parte desu utilidad: hasta después de haberse convertido en lugarescomunes del equipo intelectual de ese nuevo cuerpo de co-nocimientos extra académicos y de ese nuevo punto de vista,y cuyos hábitos mentales han sido modelados por ellos. Esto

http://psikolibro.blogspot.com

Page 401: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

401

es cierto por lo que respecta al pasado reciente. Sería arries-gado decir hasta qué punto puede serlo también del presenteinmediato, ya que es imposible contemplar los hechos ac-tuales desde una perspectiva que nos ayude a. formar unconcepto justo de sus proporciones relativas.

Hasta ahora no se ha dicho nada del mecenazgo de laspersonas acomodadas, tema tratado habitualmente con ciertaextensión por los escritores y oradores que se refieren aldesarrollo de la cultura y la estructura social. Esta función dela clase ociosa no deja de tener una influencia importantesobre el saber superior y la difusión del conocimiento y lacultura. Son suficientemente conocidos la forma y el gradoen que esa clase fomenta el saber mediante el patrono de esetipo. Oradores cuya familiaridad con el tema les permitepresentar a sus oyentes el profundo significado de ese factorcultural, lo han hecho, con frecuencia, en términos afectuo-sos y eficaces. Sin embargo, esos oradores han presentado elproblema desde el punto de vista del interés cultural o delinterés de la adquisición y mantenimiento de una buena re-putación, más bien que desde el punto de vista del interéseconómico. Considerada desde esta última perspectiva yvalorada con vistas a la utilidad industrial, esa función de laspersonas acomodadas, así como la actitud intelectual de losmiembros de la clase acomodada, merece cierta atención y esposible presentar ejemplos de ella. Para caracterizar la rela-ción de mecenazgo hay que notar que, desde el punto devista externo, considerada sólo como relación económica oindustrial, es una relación de status. El hombre de ciencia quetrabaja bajo la protección de un patrono practica en honor

http://psikolibro.blogspot.com

Page 402: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

402

de éste los deberes de una vida científica vicaria, y refluyesobre el patrono cierta reputación, del mismo modo que seimputa la buena reputación a un señor en honor de quien sepractica alguna forma de ocio vicario. Hay que notar tam-bién que, desde el punto de vista histórico, el fomento delsaber o el mantenimiento de la actividad académica a travésde la relación de mecenazgo ha sido, por lo común, un fo-mento del conocimiento de las tradiciones clásicas o las hu-manidades. Este conocimiento tiende más bien a rebajar laeficiencia industrial de la comunidad que a elevarla.

Además, por lo que se refiere a la participación directade los miembros de la clase ociosa en el fomento del cono-cimiento, hay que notar que los cánones que regulan el mo-do de vida que hace a quien lo lleva merecedor de una buenareputación actúan en el sentido de llevar el interés intelec-tual, que busca expresión en esa clase, hacia la erudiciónclásica y formal y no hacia las ciencias que tienen algunarelación con la vida industrial de la comunidad. Las incursio-nes más frecuentes realizadas por miembros de la clase ocio-sa en campos de conocimiento distintos del clásico se hanhecho en las disciplinas jurídicas y políticas y, más especial-mente, en las ciencias administrativas. Estas soidisant cienciasson, en lo sustancial, cuerpos de máximas útiles para guiar ala clase ociosa en su tarea gubernamental, realizada sobre labase de defender la propiedad. El interés con que se estudiaesta disciplina no es, pues, por lo común, simplemente uninterés intelectual o cognoscitivo. Es, en gran parte, el interéspráctico de las exigencias de esa relación de dominio en queestán colocados los miembros de la clase. Por lo que res-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 403: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

403

pecta a su origen, las tareas de gobierno constituyen unafunción depredadora, que corresponde íntegramente al es-quema general arcaico de la vida de la clase ociosa. Consistenen el ejercicio del control y la coacción sobre la población,de la que saca esa clase sus medios de subsistencia. Esa dis-ciplina, así como las incidencias prácticas que le dan su con-tenido, tienen para esa clase algún atractivo independiente detoda cuestión de conocimiento. Todo esto es cierto en tantoen cuanto los cargos gubernamentales siguen siendo, mate-rial o formalmente, cargos desempeñados por propietarios; yes cierto también más allá de ese límite, en la medida en quela tradición de la fase más arcaica de la evolución guberna-mental ha durado hasta la vida reciente de esas comunidadesmodernas, en las que el gobierno de los propietarios, perte-necientes a una clase ociosa está comenzando ahora a desa-parecer.

En el campo del saber en que predomina el interés cog-noscitivo o intelectual -las ciencias propiamente dichas-, lacuestión se presenta de modo distinto, no sólo en lo relativoa la actitud de la clase ociosa, sino en lo que respecta a latotalidad de la dirección de la cultura pecuniaria. Deberíaesperarse que el saber por el saber, el ejercicio de la facultadde comprensión sin ulterior propósito, fuese preocupaciónde hombres a quienes ningún interés material desvía de talinvestigación. La posición protegida de la clase ociosa debe-ría permitir el libre juego del interés cognoscitivo entre losmiembros de esa clase y, en consecuencia, deberíamos tener,como creen confiadamente muchos autores, una gran pro-porción de eruditos, hombres de ciencia y sabios proceden-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 404: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

404

tes de esa clase y cuyo incentivo para dedicarse a la investi-gación científica y la especulación fuese resultado de la disci-plina de una vida de ocio. Hay que esperar, en cierta medida,ese resultado, pero hay características del esquema general dela vida de la clase ociosa, acerca de las cuales ya hemos dicholo suficiente, que desvían el interés intelectual de esa clasehacia temas distintos de la secuencia causal de los fenóme-nos que constituyen el contenido de las ciencias. Los hábitosmentales que caracterizan la vida de la clase son los determi-nados por la relación personal de dominio y por los con-ceptos derivados y valorativos del honor, el valor, el mérito,el carácter y otros semejantes. La secuencia causal que cons-tituye el contenido de las ciencias no es visible desde esepunto de vista. Tampoco aumenta la buena reputación elconocimiento de hechos vulgarmente útiles. Por tanto, esprobable que el interés de la comparación valorativa, enpunto a mérito pecuniario o de otro tipo honorífico, ocupela atención de la clase ociosa, en perjuicio del interés cog-noscitivo, y que allí donde se forma este último interés sedesvíe, por lo común, más bien hacia campos de especula-ción o investigación, que fomentan la buena reputación yson fútiles, que hacía el conocimiento científico.

Tal ha sido, en realidad, la historia del saber sacerdotal yde la clase ociosa, mientras no se ha abierto paso hasta ladisciplina académica un cuerpo considerable de conoci-mientos sistematizados de origen extra académico.

Pero desde que la relación de señorío y subordinaciónha comenzado a dejar de ser el factor dominante y formativodel proceso vital de la comunidad, hay otros rasgos del pro-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 405: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

405

ceso vital y otros puntos de vista que se están imponiendo alos eruditos.

El caballero ocioso verdaderamente bien educado debever y ve el mundo desde el punto de vista de la relación per-sonal; y el interés cognoscitivo, en la medida en que lograalcanzar expresión en él, tiene que tratar de sistematizar losfenómenos sobre esa base. Así ocurre con el caballero de lavieja escuela, en quien los ideales de la clase ociosa no hansufrido ninguna desintegración; y esa misma es la actitud desu descendiente actual, en la medida en que es heredero detodo el conjunto de las virtudes de la clase superior. Pero loscaminos de la herencia son múltiples y no todo hijo de uncaballero presenta esas características. La trasmisión de loshábitos mentales característicos del señor depredador es untanto precaria, de modo especial en los linajes en los quesólo una o dos de las últimas generaciones han estado influi-das por la disciplina de la clase ociosa. Las posibilidades deque se presente una fuerte inclinación, congénita o adquirida,hacia el ejercicio de las aptitudes cognoscitivas son, al pare-cer, mayores en aquellos miembros de la clase ociosa quetienen antecedentes de la clase inferior o de la clase media; esdecir, los que han heredado el conjunto de aptitudes propiasde las clases industriosas, y que deben su puesto en las clasesociosas a la posesión de cualidades que tienen más impor-tancia hoy, de la que tenían en la época en que se modeló elesquema general de la vida de la clase ociosa. Pero, aun fuerade esos últimos reclutas de la clase ociosa, hay un númerosuficientemente dominante para modelar sus concepcionesteóricas y en los que la proclividad hacia la teoría es sufi-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 406: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

406

cientemente fuerte para encaminarlos a la investigacióncientífica.

El saber superior debe, en parte, la intrusión de las cien-cias a aquellos vástagos disidentes de la clase ociosa, que hancaído bajo la influencia dominante de la tradición reciente delas relaciones impersonales y que han heredado un conjuntode aptitudes humanas que difieren, en ciertos rasgos impor-tantes, del temperamento característico del régimen de status.Pero también en parte y en mayor grado, debe la presenciade este cuerpo extraño de conocimiento científico a losmiembros de las clases industriosas, que se han encontradoen circunstancias suficientemente buenas para poder dedicarsu atención a intereses distintos de la búsqueda del sustentodiario, y cuyas aptitudes heredadas derivan de una épocaanterior al régimen de status, en el sentido de que sus proce-sos intelectuales no están dominados por el punto de vistavalorativo y antropomórfico. De estos dos grupos, quecomprenden aproximadamente toda la fuerza efectiva delprogreso científico, es el último el que ha aportado una con-tribución mayor. Y con respecto a ambos, parece ser ciertoque no son tanto la fuente como el vehículo, o que todo lomás constituyen el instrumento de conmutación, por inter-medio del cual los hábitos mentales impuestos a la comuni-dad por el contacto con su medio, bajo las exigencias de lavida social y de las industrias mecánicas modernas, son utili-zados por el conocimiento teórico.

La ciencia -en el sentido de un reconocimiento articula-do de la secuencia causal que hay en los fenómenos, tantofísicos como sociales- no ha sido un rasgo característico de la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 407: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

407

cultura occidental, sino desde que el proceso industrial de lascomunidades occidentales ha llegado a ser sustancialmenteun proceso de artificios mecánicos, en el cual la tarea delhombre es simplemente la de discriminar y evaluar las fuer-zas materiales. La ciencia ha florecido, aproximadamente, enel mismo grado en que la vida industrial de la comunidad seha conformado a esta pauta y en el mismo grado en que elinterés industrial ha dominado la vida de la comunidad; y laciencia, y en especial la teoría científica, ha avanzado en losdiversos sectores de la vida y el conocimiento humanos en laproporción en que cada uno de esos diversos sectores hallegado, sucesivamente, a tomar un contacto más íntimo conel proceso industrial y el interés económico; o, acaso sea máscierto decir, en la proporción en que cada uno de ellos se haido evadiendo sucesivamente del dominio de las concepcio-nes de relación personal o status y de los cánones subordina-dos a ella: el de la adaptación a fines antropomórficos y eldel valor honorífico. Sólo en la medida en que las exigenciasde la vida industrial moderna han impuesto el reconoci-miento de la secuencia causal, en el contacto práctico de lahumanidad con su medio, han llegado los hombres a siste-matizar los fenómenos de ese medio y los hechos de sucontacto con él en términos de secuencia causal. De tal mo-do que, así como el saber superior en su forma más desarro-llada como flor perfecta del escolasticismo y el clasicismo hasido un subproducto del oficio sacerdotal y la vida del ocio,puede decirse que la ciencia moderna es un subproducto delproceso industrial. Así, pues, los hábitos mentales impuestospor la vida industrial moderna han encontrado expresión y

http://psikolibro.blogspot.com

Page 408: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

408

elaboración coherentes como cuerpo de conocimientoscientíficos teóricos, que se ocupa de la secuencia causal delos fenómenos, a través de esos grupos de hombres -investigadores, sabios, hombres de ciencia, inventores, espe-culadores-, la mayor parte de los cuales ha realizado su obramás importante fuera del abrigo de las instituciones acadé-micas. Y en este campo extra académico de la especulacióncientífica se han originado, de tiempo en tiempo, los cam-bios de método y de finalidad que han pasado a la disciplinaacadémica.

En relación con esto, hay que notar que existe una dife-rencia claramente perceptible de materia y finalidad entre lainstrucción dada en las escuelas primarias y secundarias, poruna parte, y en los seminarios superiores del saber, por otra.Puede que la diferencia existente entre ambas, por lo que serefiere al carácter inmediatamente práctico de las enseñanzasdadas y de los conocimientos adquiridos en ellas, tenga algu-na importancia y merezca la atención que ha recibido detiempo en tiempo; pero hay una diferencia sustancial en lainclinación mental y en la espiritual que favorece una y otradisciplina. La divergencia que existe entre el saber superior yel inferior es especialmente notable, por lo que se refiere a laforma más reciente de la educación primaria en las comuni-dades industriales avanzadas. En ellas la instrucción se en-camina de modo principal a la eficacia o destreza, intelectualy manual, en la aprehensión y empleo de hechos impersona-les en su relación causal y no en la honorífica. Es cierto que,bajo el imperio de las tradiciones antiguas, originadas cuandola educación primaria era de modo predominante una mer-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 409: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

409

cancía consumida por la clase ociosa, en la generalidad de lasescuelas primarias se hace un uso liberal de la emulación paraespolear la diligencia; pero incluso ese uso de la emulacióncomo expediente está decayendo a todas luces en los gradosprimarios de la instrucción, en aquellas comunidades en lasque la educación primaria no está guiada por la tradicióneclesiástica o militar. Todo esto es cierto de modo especial,sobre todo en el lado espiritual, de aquellas porciones delsistema educativo que han sufrido inmediatamente la in-fluencia de los métodos e ideales del Kindergarten.

La tendencia peculiarmente no valorativa de la disciplinadel Kindergarten y el carácter similar de la influencia del Kinder-garten en la educación primaria fuera de los límites propios deaquél, debe ser considerada en relación con lo ya dicho de laactitud peculiar de las mujeres de la clase ociosa, en las cir-cunstancias de la situación económica moderna. La disciplinadel Kindergarten se presenta, en su mejor forma -o en otrostérminos, está más alejada de los antiguos ideales patriarcalesy pedagógicos-, en las comunidades industriales avanzadas,donde hay un número considerable de mujeres inteligentes yociosas, y en las que el sistema de status ha perdido ciertaparte de su rigor, bajo la influencia desintegradora de la vidaindustrial y la ausencia de un cuerpo coherente de tradicio-nes militares y eclesiásticas. Su apoyo moral lo encuentra enesas mujeres de buena posición. Las aspiraciones y métodosdel Kindergarten son esencialmente atractivos para esa clase demujeres que se encuentran a disgusto en las condicionesimpuestas por el código pecuniario, que establece las condi-ciones necesarias para que la vida sea merecedora de una

http://psikolibro.blogspot.com

Page 410: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

410

buena reputación. Así, pues, el Kindergarten y todo lo querepresenta el espíritu del Kindergarten en la educación moder-na debe atribuirse, junto con el movimiento de la «NuevaMujer», a esa revulsión contra la futilidad y la comparaciónvalorativa que, en las circunstancias de la vida moderna, pro-voca la vida de la clase ociosa en las mujeres más inmedia-tamente expuestas a su disciplina. Resulta de este modo quela institución de una clase ociosa favorece también aquí, indi-rectamente, el desarrollo de una actitud no valorativa quepuede, a la larga, resultar ser una amenaza para la estabilidadde la propia institución e incluso para la estabilidad de lapropia institución de la propiedad privada en que aquélla sebasa.

En el pasado reciente se han producido algunos cam-bios tangibles en el campo de la enseñanza de los colegios yuniversidades. Esos cambios han consistido de modo princi-pal en un desplazamiento parcial de las humanidades -lasramas del saber que se concibe que favorecen a la cultura, elcarácter, los gustos y los ideales tradicionales- por esas otrasramas del conocimiento que favorecen la eficiencia cívica eindustrial. Para expresar la misma cosa en otras palabras,esas ramas del conocimiento que favorecen la eficiencia (enúltimo término la eficiencia productiva) han ido ganandogradualmente terreno sobre aquellas ramas que favorecen unmayor consumo, o una inferior eficiencia industrial, y untipo de carácter adecuado al régimen de status. En esta adap-tación del esquema instructivo, las escuelas superiores se hanencontrado, por lo común, del lado conservador; cada pasoque han dado hacia delante ha tenido hasta cierto punto ca-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 411: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

411

rácter de concesión. Las ciencias han entrado en la disciplinadel erudito, abriéndose paso a la fuerza desde fuera, por nodecir desde abajo. Es notable que las humanidades, que hancedido tan a regañadientes terreno a las ciencias, están uni-formemente adaptadas para modelar el carácter del estu-diante con arreglo a un esquema de consumo tradicional yegocéntrico: un esquema de contemplación y goce de la ver-dad, la belleza y el bien con arreglo a una pauta convencionalde propiedad y excelencia, la característica saliente de la cuales el ocio, otium cum dignitate. Los defensores de las humani-dades han sostenido, en un lenguaje velado por su propiahabituación al punto de vista arcaico decoroso, el ideal en-carnado en la máxima fruges consumere nati. En las escuelas quehan sido modeladas por una cultura de clase ociosa y se ba-san en ella, esa actitud no debe resultar sorprendente.

Los fundamentos expresos, basándose en los cuales seha tratado, hasta donde es posible, de mantener intactas laspautas y métodos de cultura recibidos por tradición, sonigualmente característicos del temperamento arcaico y de lateoría de la vida propios de la clase ociosa. Por ejemplo, seconsidera «superiores», «más nobles», «más dignos», el goce yla tendencia derivada de la contemplación habitual de la vida,ideales, especulaciones y métodos de consumir tiempo ycosas en boga en la clase ociosa de la Antigüedad clásica, quea los que resultan a este respecto de una familiaridad análogacon la vida cotidiana y el conocimiento y aspiraciones de lahumanidad corriente de una comunidad moderna. Ese saber,el contenido del cual es un conocimiento profundo de loshombres y las cosas actuales, es, en comparación con el clá-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 412: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

412

sico, «inferior», «bajo», «innoble», a veces se llega a aplicar aeste conocimiento realista de la humanidad y la vida cotidia-na el epíteto de «subhumano»

Esta afirmación de los defensores de las humanidadesque pertenecen a la clase ociosa parece ser fundamental-mente certera. Desde el punto de vista estético, el goce y lacultura -o la actitud espiritual o hábito mental- resultantes deuna contemplación habitual del antropomorfismo, del espí-ritu de clan y la complacencia en sí mismo del caballero deantaño, o de una familiaridad con las supersticiones animis-tas y la truculencia exuberante de los héroes homéricos, porejemplo, es más legítima que los resultados correspondientesderivados de un conocimiento realista de las cosas y de unacontemplación de la eficiencia cívica o industriosa contem-poránea. No puede haber gran discusión respecto a que loshábitos primeramente mencionados son superiores en puntoa valor estético u honorífico y, en consecuencia, en punto ala «dignidad», que es la base resultante de la comparación. Elcontenido de los cánones de gusto, y más particularmente delos cánones de honor, es, por la naturaleza de las cosas, unaresultante de la vida anterior y de las circunstancias pasadasde la raza, trasmitidas a la generación posterior por herenciao por tradición; y el hecho de que un prolongado dominiode un esquema general de la vida depredador y propio deuna clase ociosa haya modelado profundamente los hábitosmentales, y el punto de vista de la raza en el pasado, es unabase suficiente para un dominio genéticamente legítimo detal esquema general de la vida, en gran parte de lo que con-cierne a los problemas de gusto en la actualidad. Para nues-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 413: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

413

tro propósito actual, los cánones que regulan el gusto sonhábitos raciales, adquiridos por una habituación más o me-nos prolongada a aprobar o desaprobar el tipo de cosas so-bre las que se emite un juicio de gusto favorable odesfavorable. En igualdad de circunstancias, cuanto máslarga e interrumpida sea la habituación, más legítimo es elcanon regulador del gusto de que se trate. Todo esto pareceser aún más cierto de los juicios relativos a la valía o al ho-nor, que de los juicios relativos al gusto.

Pero cualquiera que sea la legitimidad estética del juiciodesfavorable recaído sobre la enseñanza moderna, en opi-nión de los defensores de las humanidades, y por reales quepuedan ser los méritos de la afirmación de que la tradiciónclásica es más digna y produce un carácter y una cultura másverdaderamente humanos, no tiene nada que ver con el pro-blema que nos ocupa. De lo que se trata ahora es de saberhasta qué punto son o no favorables esas ramas del saber yel punto de vista que representan en el sistema educativo conrespecto a una vida colectiva eficiente en las circunstanciasindustriales modernas: en qué medida favorecen una adapta-ción más fácil a la situación económica actual. La cuestión eseconómica, no estética; y los patrones del saber de la claseociosa, que encuentran expresión en la actitud despectiva delas escuelas superiores hacia el conocimiento realista, debenvalorarse, para nuestro propósito actual, sólo desde estepunto de vista. A este propósito, el uso de epítetos tales co-mo «noble», «bajo», «superior», «inferior», etc., sólo tieneimportancia en cuanto que muestra el ánimo y el punto devista de los contendientes; tanto si defienden la dignidad de

http://psikolibro.blogspot.com

Page 414: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

414

lo nuevo, como si son partidarios de la dignidad de lo viejo.Todos esos epítetos son honoríficos o humillantes; es decir,son términos de comparación valorativa que, en último aná-lisis, entran en la categoría de lo que contribuye a dar ymantener una buena reputación o a quitarla; es decir, corres-ponden al conjunto de ideas que caracteriza el esquema ge-neral de la vida del régimen de status, es decir, son, ensustancia, expresión deportiva, expresión del hábito mentaldepredador y animista; es decir, indican un punto de vista yuna teoría de la vida arcaicos, que pueden ser adecuados alestadio depredador de cultura y de organización económicadel que derivan, pero que, desde el punto de vista de la efi-ciencia económica, en el sentido más amplio de la palabra,son anacronismos contraproducentes.

Los clásicos y la posición de privilegio que ocupan en elesquema general de la educación al que se aferran con tanfuerte predilección los seminarios superiores del saber, sir-ven para modelar la actitud intelectual y rebajar la eficienciaeconómica de la nueva generación erudita. Esto lo hacen nosólo sosteniendo un ideal humano arcaico, sino tambiéninculcando la discriminación entre el conocimiento cuyaposesión realza la buena reputación y el que la rebaja. Esteresultado se consigue por dos procedimientos: 1) inspirandouna aversión habitual hacia todo saber meramente útil frenteal que no es más que honorífico, y modelando así los gustosdel novicio de buena fe, haciéndole sentir complacidos susgustos única, o casi únicamente, en aquel ejercicio intelectualque no produce, de modo normal, ninguna ganancia indus-trial o social, y 2) empleando el tiempo y el esfuerzo del es-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 415: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

415

tudiante en adquirir un conocimiento que no tiene utilidad,salvo en la medida en que ese saber se ha incorporado con-vencionalmente a la suma de saber necesitada por el eruditoy ha afectado, en consecuencia, a la terminología y lenguajeempleados en las ramas útiles del conocimiento. Salvo por loque se refiere a esta dificultad terminológica -que es en sí unaconsecuencia de la boga de los clásicos en el pasado-, unconocimiento, por ejemplo, de las lenguas antiguas no ten-dría importancia práctica para ningún hombre de ciencia oerudito no ocupado primordialmente en tareas de carácterlingüístico. Naturalmente, todo esto no tiene nada que vercon el valor cultural de los clásicos, ni hay aquí ninguna in-tención de menospreciar la disciplina de los clásicos o latendencia que su conocimiento da al estudiante. Esa tenden-cia parece ser de carácter económicamente contraproducen-te, pero este hecho -en realidad bastante notorio- no tienepor que preocupar a quien tiene la suerte de encontrar con-suelo y vigor en la tradición clásica. El hecho de que el saberclásico opere en el sentido de contrariar las aptitudes de tra-ba o de quien lo aprende, debe pesar poco en el juicio dequienes piensan que el trabajo eficaz tiene poca importanciacomparado con el cultivo de ideales decorosos:

Iam fides et pax et honor pudorquePriscus et neglecta redire virtusAudet.8

8 Horacio, Carmen Saeculare, 56 y ss. Ya la buena fe, la paz, el honor y elpudor de los viejos tiempos y las cualidades morales antes rechazadas seatreven a volver. [N. del E.]

http://psikolibro.blogspot.com

Page 416: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T H O R S T E I N V E B L E N

416

Debido a la circunstancia de que este conocimiento hapasado a ser parte de las exigencias elementales de nuestrosistema de educación, la capacidad de usar y entender algu-nas de las lenguas muertas del sur de Europa no sólo esagradable para la persona que encuentra ocasión de exhibirsus aptitudes a este respecto, sino que la evidencia de talconocimiento sirve a la vez de recomendación a todo sabiocon respecto a su auditorio, tanto erudito como lego. Sesupone, por lo general, que se ha empleado cierto número deaños en adquirir esa información sustancialmente inútil, y sufalta crea una presunción de saber apresurado y precario, asícomo de carácter vulgarmente práctico, igualmente perjudi-cial con arreglo a las pautas convencionales de erudiciónsólida y vigor intelectual.

Lo mismo ocurre con la compra de cualquier artículo deconsumo por un comprador que no es juez experto de losmateriales o del trabajo empleado en él. Hace su cálculo delvalor del artículo basándose, sobre todo, en la aparienciacostosa del acabado de aquellas partes y rasgos decorativosque no tienen relación inmediata con la utilidad intrínsecadel artículo; se presume que subsiste cierta proporción, maldefinida, entre el valor sustancial del artículo y el costo deladorno añadido para poderlo vender. La presunción de que,ordinariamente, no puede haber una erudición sólida dondefalta el conocimiento de los clásicos y las humanidades llevaa que el cuerpo estudiantil haga un ostensible derroche detiempo y trabajo para adquirir ese conocimiento. La impor-tancia atribuida convencionalmente a cierto derroche osten-sible, como accesorio de toda formación que da a quien la

http://psikolibro.blogspot.com

Page 417: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

417

posee una buena reputación, ha afectado a nuestros cánonesde gusto y de utilidad en materia de erudición, de modo muysemejante a como el mismo principio ha influido en nuestrojuicio acerca de la utilidad de los bienes manufacturados.

Es cierto que, en la medida en que el consumo ostensi-ble ha ganado más y más terreno sobre el ocio ostensiblecomo medio de conseguir y mantener una buena reputación,la adquisición de las lenguas muertas ha ido dejando de seruna exigencia tan imperativa como lo era antaño y que suvirtud talismánica como vocero de la erudición ha sufridouna rebaja concomitante. Pero, aunque esto es cierto, lo estambién que los clásicos no han perdido apenas valor encuanto prueba de respetabilidad erudita, ya que para ese pro-pósito basta con que el erudito pueda demostrar algún saberreconocido convencionalmente, como prueba de haber gas-tado tiempo en adquirirlo; y los clásicos se prestan con granfacilidad a este uso. En realidad, caben pocas dudas de queha sido su utilidad como prueba de haber derrochado tiem-po y esfuerzo y, por ende, de la fortaleza pecuniaria requeri-da para poderse permitir este derroche, lo que ha aseguradoa los clásicos la posición preeminente que ocupan en el es-quema general del saber superior y lo que ha llevado a que seles considere como el más honorífico de todos los saberes.Sirven a los fines decorativos del saber de la clase ociosamejor que cualquier otro cuerpo de conocimiento y, porende, constituyen un medio muy eficaz para adquirir omantener una buena reputación.

A este respecto, los clásicos no han tenido apenas rivalhasta muy recientemente. En el continente europeo siguen

http://psikolibro.blogspot.com

Page 418: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

V E B L E N

418

atletismo escolar se ha abierto paso y ocupa un lugar reconocido como esfera apropiada de brillo académico, esta última rama del saber -si el atletismo puede clasificarse comotal- se ha convertido en rival de los clásicos en punto a pr -macía en la educación de la clase ociosa, en las escuelas no -teamericanas e inglesas. Los deportes atléticos tienen una

cuanto saber propio de la clase ociosa, ya que el éxito comoatleta presume no sólo un derroche de tiempo, sino también

s-

En las universidades alemanas, el lugar ocupado en las norteamericanas e inglesas por los deportes atléticos y las asociaciones estudiantiles (fraternitiesgriegas en cuanto ocupación académica de la clase ociosa, lohan tenido en cierta medida una hábil y graduada capacidad

Es difícil que la clase ociosa y sus pautas de virtud -arcaísmo y derroche- hayan podido tener influencia directa

del saber superior; pero la tenaz retención de los clásicos enlas escuelas superiores y el alto grado de reputación unido a

íntimo con las exigencias del arcaísmo y el derroche.La palabra «clásico» comporta siempre esta nota de d -

rroche y arcaísmo, tanto sí se usa para denotar las lenguas

y dicción en el lenguaje vivo, como si se emplea para denotar

http://psikolibro.blogspot.com

Page 419: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

419

otras formas de actividad o aparato académico a los que seaplica con menor propiedad. Así, por ejemplo, se denominainglés «clásico» al idioma arcaico de la lengua inglesa. Su usoes imperativo siempre que se hable y se escriba acerca detemas serios, y la facilidad en su empleo dignifica hasta lacharla más trivial y llena de lugares comunes. Desde luegoque la forma moderna de la dicción inglesa no se escribenunca. Hasta los escritores menos literarios o más sensacio-nalistas tienen el sentido de esa conveniencia impuesta por laclase ociosa, que requiere el arcaísmo en el lenguaje en ungrado suficiente para impedirles caer en semejante lapsus. Porotra parte, el estilo más elevado y convencional de dicciónarcaica sólo es de uso apropiado -y ello es muy característi-co- en las comunicaciones entre una divinidad antropomór-fica y sus súbditos. A medio camino entre los dos extremos,se encuentra el lenguaje cotidiano empleado en la conversa-ción y la literatura de la clase ociosa.

La dicción elegante, tanto al hablar como al escribir, esun medio eficaz de conseguir y mantener una buena reputa-ción. Es importante conocer con alguna precisión el gradode arcaísmo convencionalmente requerido al hablar sobrecualquier tema. El uso es bastante distinto en el púlpito y enel mercado; este último, como podría esperarse en teoría,admite el empleo de palabras y giros relativamente nuevos yeficaces, aun por personas que cuidan en extremo su len-guaje. El evitar cuidadosamente los neologismos es honorífi-co, no sólo porque induce a creer que se ha gastado tiempoen adquirir el hábito del lenguaje que tiende al desuso, sinotambién en cuanto demostración de que quien habla ha esta-

http://psikolibro.blogspot.com

Page 420: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

V E B L E N

420

familiarizadas con ese tipo de lenguaje. Muestra, por tanto,los antecedentes de la clase ociosa que tiene esa persona.

han dedicado varias vidas sucesivas a ocupaciones distintasde las vulgarmente útiles; pero esa presunción no es, en m -do alg no, una prueba concluyente.

El mejor ejemplo del clasicismo fútil que puede enco -trarse fuera del Lejano Oriente es la ortografía convencional

x-

persona a los ojos de quienes poseen un sentido bien desarrollado de la verdad y la belleza. La ortografía inglesa satisface todas las exigencias de los cánones que regulan la buenareputación bajo la ley del derroche ostensible. Es arcaica,

m-

captar. En consecuencia, es la primera y más fácil prueba demerecer o no una buena reputación en materia de saber, y la

una vida académica impecable.Con respecto a esta pureza de lenguaje, como con re -

pecto a otros puntos en donde hay un uso convencional

hablan en favor del uso adoptan instintivamente una actituddefensiva. Sostienen, sobre todo, que un uso puntilloso de

pensamiento de modo más adecuado y preciso de lo que loharía el uso directo de la forma más reciente de inglés habl -

http://psikolibro.blogspot.com

Page 421: Thorstein veblen   teoría de la clase ociosa

T E O R Í A D E L A C L A S E O C I O S A

421

do; a pesar de ser evidente que las ideas de hoy se expresaneficazmente en la jerga de hoy. El lenguaje clásico tiene lavirtud honorífica de la dignidad; provoca atención y respetoporque es el método de comunicación acreditado dentro delesquema general de la vida de la clase ociosa, ya que com-porta una clara sugestión de que quien lo emplea ha estadoexento de toda ocupación industrial. La ventaja de las locu-ciones acreditadas consiste en que favorecen una buena re-putación, y la favorecen porque son complicadas yanticuadas y sugieren, por ende, un derroche de tiempo y laexención del uso y de la necesidad de emplear un lenguajedirecto y vigoroso.

http://psikolibro.blogspot.com