UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ FACULTAD DE ECONOMÍA “ANÁLISIS ECONÓMICO DE LOS DELITOS Y LA POLÍTICA DE SEGURIDAD EN MÉXICO”. TESIS que para obtener el título de LICENCIADO EN ECONOMÍA Presentan: ADRIANA JEANETTE ESTRADA VÉLEZ ESTEBAN GERARDO PALAVICINI PIÑA Director de tesis: DR. LEOBARDO PEDRO PLATA PÉREZ Sinodal: MTRA. JULIA GABRIELA ERAÑA LÓPEZ Sinodal: ING. JAIME MARTÍNEZ GARCÍA San Luis Potosí, S.L.P. Agosto 2006
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ
FACULTAD DE ECONOMÍA
“ANÁLISIS ECONÓMICO DE LOS DELITOS Y LA POLÍTICA DE SEGURIDAD EN MÉXICO”.
1.3.2. La decisión personal de cometer actos criminales……………………….. 15
1.3.3. Enfoque económico y crimen: ilustración básica y algunas
complejidades…………………………………………………………………………….. 16
1.4. Costo de castigo: la penalización del crimen……………………………………... 21
CAPITULO 2. La seguridad en México.
2.1 Introducción…………………………………………………………………………… 25
2.2 Estrategias contra la inseguridad…………………………………………………… 27
2.3 El sistema de castigos y sanciones mexicano: sistema penitenciario… …….. 34
2.4 Secuestros, crimen organizado y delitos de cuello blanco ……………………. 38
CAPITULO 3. Un modelo microeconómico de actividad criminal y su control.
3.1 Introducción…………………………………………………………………………… 44
3.2 Un modelo de actividad criminal y su control……………………………………… 45
3.2.1 Decisión del nivel de actividad criminal…………………………………….. 46
3.2.2 Decisión de la política de control de crimen……………………………….. 48
CAPITULO 4. Resultados
4.1 Factores de la incidencia Delictiva…………………………………………………. 57
4.1.1 Población e Incidencia Delictiva…………………………………………….. 57
4.1.2 Desempleo e Incidencia Delictiva…………………………………………… 58
4.1.3 Recursos e Incidencia Delictiva ……………………………………………. 59
4.1.4 PIB (Producto Interno Bruto) e Incidencia Delictiva……………………….. 60
4.1.5 Salario e Incidencia Delictiva………………………………………………… 61
4.2 Análisis Estadístico de los factores………………………………………………….. 62
4.3 Evolución temporal de la Incidencia Delictiva……………………………………...... 63
CONCLUSIONES………………………………………………………………………… 69
ANEXOS…………………………………………………………………………………… 71
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………… 80
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Introducción.
En la actualidad los índices de criminalidad han ido en aumento, especialmente en
América Latina. Durante la década de los 90´s se incrementaron los delitos como el
secuestro, los asaltos bancarios, el narcotráfico, el robo de autos, incluso, surgieron
“nuevos” tipos de delitos como el “secuestro exprés”. Por esta razón, los temas de
seguridad y justicia se han convertido en temas prioritarios para los gobiernos de todos
los países. Gobierno y sociedad de ven obligados a actuar de manera coordinada para
reducir los índices de delincuencia, la corrupción y la impunidad. Pero, ¿qué determina
el monto y el tipo de recursos de los que se deben valer las autoridades para reducir
dichos índices? Además los gobiernos se ven obligados a incrementar su
presupuesto hacia el combate a la delincuencia y se descuidan actividades
importantes para el desarrollo como la salud y la educación. Esto constituye una
repercusión económica, por lo menos, en lo que se refiere al gasto público.
Por otro lado, las actividades delictivas representan a su vez un obstáculo para
el desarrollo económico de los países debido a diversos factores; entre ellos, el
impacto negativo en el ambiente de negocios, que genera incertidumbre, desaliento a
la inversión y a la creación de empleos, y la aplicación de recursos para la protección
tanto de empresas; y de inversiones como de personas, perdiéndose así recursos que
pudieron ser productivos. Es así como se va generando un círculo vicioso en el cual, la
alta tasa de criminalidad desalienta la inversión y por lo tanto se frena el crecimiento
económico que tiene como consecuencia más desempleo, pobreza y desigualdad
económica, que a su vez aumenta los índices de delincuencia y criminalidad.
El caso de México no es la excepción, con base en encuestas realizadas por el
Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad A.C. (ICESI), se reporta que el
número total de delitos ocurridos en México durante el 2005 fue de más de 12 millones
de delitos (Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad 2005 (ENSI-3). Entre los
delitos cometidos con mayor frecuencia se encuentra el robo a transeúntes, el de
vehículos, el robo a casa habitación y a comercios, entre otros.
En México, a pesar de los innumerables esfuerzos que el Gobierno ha
realizado en materia de seguridad pública, desde la profesionalización de los
elementos de las corporaciones policiacas hasta la reforma constitucional de 1994.
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Las instituciones de seguridad mexicanas siguen sin gozar de la confianza pública y
parece haber muy poca coordinación entre las distintas policías e instancias de
gobierno.
En la sociedad predomina la sensación de que el crimen y la corrupción
prevalecen y de que la prevención de los delitos, la persecución jurídica de los
delincuentes y la aplicación de las sanciones no han dado los resultados esperados.
Es indudable que el trabajo coordinado del gobierno con la ciudadanía, nos llevará a
un combate de la delincuencia y a evitar que ésta se convierta en un estilo de vida.
Pero, en general la relación entre los diferentes niveles de gobierno y los ciudadanos
no es muy fuerte, ya que la mala imagen que la policía tiene ante el ciudadano impide
un acercamiento y una generación de confianza mutua, lo que nos lleva a que se haga
más difícil el proceso de elaboración de políticas.
El Sistema de Seguridad Pública mexicano se enfrenta a grandes retos, ya que
predomina la deficiencia de un estado de derecho; un claro ejemplo es el de los
asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez que no se han podido resolver, lo que nos
hace pensar que ni la prevención, ni la investigación, ni la administración de justicia, y
ni el sistema de readaptación han sido suficientes para evitar los asesinatos ocurridos
en la ciudad, y en su caso, resolverlos.
En este trabajo nos planteamos varias preguntas: ¿Han sido efectivos los
programas impuestos por el Gobierno Federal para disminuir la incidencia criminal en
el periodo del 2000 a 2005?, ¿Qué factores determinan la conducta de una persona
para cometer un delito y actuar fuera de la ley?, ¿El desempleo es uno de ellos?,
¿Qué estados en nuestro país presentan altos índices de crimen y porqué? Analizar y
responder a estas interrogantes y a otras similares, desde el punto de vista de la
ciencia económica, es la tarea impuesta al realizar este trabajo.
El destacado economista Gary Becker, galardonado con el premio nóbel de
economía, es pionero en la introducción de razonamientos provenientes de la
economía para explicar las conductas delictivas. En su artículo “Crime and
Punishment: An Economic Approach” de 1968, funda la disciplina que hoy se conoce
como Análisis Económico del Derecho.1 Una buena presentación al tema y los
1 Este trabajo del Journal of Political Economy se encuentra traducido en Roemer (2000) Derecho y Economía: Una Revisión de la Literatura, México: Fondo de Cultura Económica
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diversos enfoques para abordarlo aparecen en el texto compilado por Roemer (2000).
Este libro contiene una selección de trabajos clave provenientes de autores como
Lewis Kornhauser, Edmund Kitch, Robert Cooter, Richard Posner, Gary Becker, Paul
Rubin, Ronald Coase, entre otros que analizan desde las bases filosóficas del tema
hasta modelos matemáticos concretos para explicar situaciones delictivas. Sin
embargo, ninguno de los trabajos citados presenta evidencia empírica sobre la
comisión de delitos y sobre las políticas de seguridad. Por su parte, el trabajo de
Kessler y Molinari (1997) presenta un modelo teórico para explicar la conducta criminal
y presenta evidencia empírica para el caso de las provincias argentinas. El trabajo de
estas autoras no modela el papel del Estado ni la eficacia o no de los instrumentos de
política de seguridad. Gary Becker hace toda una discusión sobre los fundamentos de
la conducta criminal y presenta un modelo donde el aumento en las penas y
sanciones, junto con la mayor efectividad de la policía, puede inducir al criminal a
disminuir la cantidad de delitos. El artículo original es un tanto oscuro en ciertos
aspectos formales. Modela la conducta del estado como minimizador de gasto público
pero no es preciso en la modelación de la conducta del delincuente.
En este trabajo, hemos armado un modelo simple de teoría de juegos donde
incluimos las decisiones de los dos agentes clave en el problema de la delincuencia: el
estado y el agente criminal. De este modo nuestro modelo representa, tanto las
decisiones de conducta criminal, como las de la política de seguridad por parte del
estado. El modelo tiene bases microeconómicas. El Estado decide dos cosas: por un
lado el monto de las multas y castigos para los delincuentes a quienes se les prueba el
delito y por otro la decisión del gobierno sobre la probabilidad de que un delincuente
sea sorprendido y castigado. Esta probabilidad es una variable fundamental del
modelo y nos sirve para representar parte de la efectividad de la política criminal. Al
gobierno le interesa minimizar el costo social de la incidencia criminal. El delincuente
vive en un entorno donde sabe cuál es la probabilidad de que lo castiguen por cometer
el delito y conoce el monto del castigo. Con ese conocimiento decide sobre su nivel de
actividad criminal en una decisión bajo incertidumbre con la que enfrenta la posibilidad
de ser castigado contra la posibilidad de no serlo y disfrutar de las consecuencias de la
comisión del delito. Su objetivo es la maximización de la utilidad de los ingresos
esperados decidiendo su nivel de actividad delictiva.
Además de la presentación del modelo teórico, nos preocupamos por la
evidencia empírica en dos sentidos. Por un lado nos interesa hacer un análisis de la
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evolución de la incidencia delictiva en el tiempo, teniendo como años de estudio
desde el 2000 hasta el 2005. Por otro lado, y relacionado más directamente con el
modelo planteado, nos interesa analizar el efecto de diversas variables económicas y
sociales sobre la incidencia de la delincuencia. En el modelo teórico, la variable central
que resulta explicada es la incidencia delictiva, ésta depende del entorno que rodea al
agente y de sus propias preferencias. En el entorno son importantes, para el modelo,
tanto la probabilidad de ser aprehendido cometiendo un delito como el tamaño de la
multa o castigo. Hacemos una aproximación empírica para explicar la incidencia
criminal con base en variables como el gasto en seguridad, la incidencia de
consignaciones, el salario, la tasa de desempleo, el tamaño de la población y el PIB
per. cápita. Analizamos la repercusión de estas variables en la incidencia criminal
tomando como población de estudio a los 32 estados de la república mexicana. Las
principales fuentes para el desarrollo de esta parte del estudio son el Instituto de
Estadística Geográfica e Informática (INEGI), y las encuestas y estudios por parte de
Instituto Ciudadano de Estudios Sobre a Inseguridad A.C. (ICESI).
Como resultado del análisis que mencionamos, nos encontramos con una
evolución constante del índice de Incidencia Delictiva a lo largo del territorio nacional
no obstante el incremento general que se hace cada año en el presupuesto destinado
a combatir dicho problema. Otro de los resultados interesantes se encuentra en que el
nivel de desempleo que se presenta en México va de la mano con los niveles de
delincuencia ya que a causa de la falta de trabajo la gente opta por dedicarse a
actividades ilícitas que le generan cierta remuneración y en algunos casos, esta
remuneración es incluso mayor que el salario mínimo que se pueda ofrecer en algunas
zonas de nuestro país.
El trabajo se presenta en cuatro capítulos. El primero presenta un análisis
general de la actividad criminal y la manera en que ésta se relaciona con la economía
de uno o varios individuos; se analiza también la toma de decisiones ante los
diferentes costos que representa la actividad criminal. El segundo capítulo trata sobre
la política de seguridad y el combate al crimen en México; se presenta evidencia
estadística que deja ver la ineficiencia de las estrategias tomadas por el Gobierno para
combatir a la delincuencia; se hace una descripción general sobre la delincuencia
organizada, específicamente del narcotráfico, del secuestro y de los delitos de cuello
blanco. En el tercer capítulo se construye el modelo teórico de las bases
microeconómicas de la actividad delictiva y su combate; teniendo como principal actor
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al individuo y sus decisiones; es por ello que no se incluye el análisis en cuanto al
crimen organizado y delitos más específicos. El cuarto capítulo hace un análisis de los
resultados empíricos sobre los factores de la incidencia criminal y la evolución de la
misma en el último sexenio. El trabajo finaliza con la parte de conclusiones en la que
comentamos posibles soluciones ante la problemática criminal y posibles alternativas
para confrontarla. Así mismo, planteamos sugerencias de programas en los cuales el
Gobierno puede dirigir el Gasto Público de manera más eficiente y productiva para la
sociedad.
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Objetivos.
1. Hacer un análisis meticuloso de los costos sociales y económicos que provoca
la delincuencia en el país en su situación actual, así como generar opciones
que puedan llevar a una mejor administración de los recursos.
2. Conocer el modelo de seguridad y del crimen propuesto por Gary S. Becker;
entender su relación entre el número de crímenes y su costo, entre el número
de agravios y de castigos impuestos, entre el gasto público en policía y en las
cortes así como entre los gastos privados que destinan a la protección.
3. Realizar un análisis de los datos estadísticos en México, conjuntarlo con el
modelo analizado así como con las alternativas propuestas para concluir con
una propuesta real que dé solución a la problemática que aqueja al país en
materia de seguridad pública.
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Hipótesis.
1. Los recursos que el gobierno destina a las instituciones encargadas de
resguardar el orden en el país son empleados de manera ineficiente y por lo
tanto los índices delictivos siguen en aumento.
2. La situación económica inestable prevaleciente en el país es considerada como
una de las causas que lleva a las personas a realizar actos de delincuencia.
3. Durante los últimos cinco años no ha existido un gasto público constante
destinado a Seguridad Publica lo cual provoca una ambiente de inseguridad
ante la sociedad.
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Metodología.
Para la elaboración del presente trabajo se emplea una metodología analítica y
estadística.
• Analítica por que se hará un análisis teórico y empírico del modelo propuesto
por Gary S. Becker, así como su desarrollo.
• Estadística debido a que se realiza un análisis de datos estadísticos de la
situación actual y de años anteriores en materia de seguridad pública en
México.
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Capítulo 1. La Violencia. Un Enfoque Económico.
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1.1 Introducción
La violencia es un fenómeno que involucra a seres humanos, en sus circunstancias
temporales, en su entorno social y en su entorno familiar. Es un tema que genera
demasiada polémica, y el erradicar ese fenómeno es la prioridad en países con alto y
medio desarrollo. En estos últimos es de suma importancia lograr el cumplimiento
adecuado de las leyes en todos los ámbitos tanto políticos, como sociales. El hacerlo
se ha convertido en toda una odisea, ya que los niveles de violencia en países con
miras al desarrollo tienden a ser muy altos, las divisiones de las clases son muy
marcadas y los niveles de empleo y de educación son bajos. Como consecuencia el
crimen tiende a ser más alto entre esos países, México pertenece a ellos. El siguiente
trabajo de análisis se presenta en cuatro etapas principales. La primera parte,
integrada por el análisis del crimen y la manera en que éste se relaciona con la
economía de los delincuentes, nos hará comprender las conductas de los individuos
para tomar la decisión de comportarse como criminales. La segunda parte trata de los
programas por lo cuales se está combatiendo el crimen en México, en conjunto con
datos estadísticos; con ello se pretende comprobar la ineficiencia de las estrategias
tomadas por el Gobierno para combatir a la delincuencia. En la tercera parte se
menciona y se explica el modelo propuesto por el Economista Gary Becker ante la
situación de castigos y sanciones para los criminales; se explican las variables que
afectan la conducta y la utilidad al aplicar sanciones a los actos criminales. La última
parte hace una propuesta de solución ante la problemática criminal; sus posibles
alternativas para confrontarla y sugerencias de programas en los cuales el Gobierno
puede dirigir el Gasto Publico de manera más eficiente y productiva para la sociedad.
1.2 El comportamiento humano y la visión económica
La ciencia económica estudia el comportamiento humano y las consecuencias que de
éste se generan en el ámbito de la economía. El estudio económico del
comportamiento humano se centra en la elección que la persona hace entre varias
opciones. Por ejemplo, una persona puede elegir distintas marcas de un producto o
bien, en distintos cursos de acción, por elegir la carrera a estudiar, la actividad laboral,
el estado civil, etc., incluso, la decisión de actuar violentamente o no (Hirshleifer,
1985).
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El enfoque económico que nos ocupa, se basa en la premisa de que el ser
humano se comporta con propósito y lo hace racionalmente. En otras palabras, se
asume que los seres humanos actúan motivados por un propósito de bienestar propio,
y que al actuar evalúan las opciones disponibles, y eligen aquella que les genere un
mayor bienestar (Becker, 1993; Schelling, 1984). Es importante reconocer que no
todas las opciones concebibles son posibles en un determinado momento y para una
determinada persona. Se elige con base en un número limitado de opciones; siendo
las condiciones de entorno las que restringen las opciones disponibles y limitan el área
de lo posible. Por lo tanto, se dice que una persona racional elige aquella acción que
maximiza su bienestar dentro de las restricciones que enfrenta.
El supuesto de racionalidad también requiere que la persona tenga control
sobre su comportamiento, con lo que la elección debe hacerse por decisión propia. En
consecuencia, el enfoque económico no se aplica en aquellos casos donde la acción
humana se realiza por coacción, por impulso no controlado o por decisión de un
tercero.
El proceso de elección obedece a una evaluación de los costos y beneficios de
cada opción. La persona contempla los costos que cada opción involucra, así como
sus beneficios; para elegir debe contemplar todas las consecuencias posibles de cada
opción, así como las contingencias que pueden suceder. La persona obtiene el mayor
bienestar si opta por aquellas alternativas que le reportan una mayor razón de
beneficios a costos. Como consecuencia, el comportamiento humano depende de los
costos y los beneficios que cada acción represente. Una acción se hace menos
atractiva cuando sube su costo o cuando baja el costo de las opciones alternativas y
cuando sube su beneficio o baja el beneficio que espera obtener de las acciones
alternativas. Por ejemplo, una salida al cine se hace menos atractiva cuando sube el
precio de la entrada al cine y, cuando baja el precio de la renta de DVD’s. También, se
hace menos atractiva cuando la sala de cine presenta una muy mala película, mientras
que la tienda de videos tiene una excelente colección de películas extranjeras y un
amigo tiene un televisor de pantalla gigante. En síntesis, las personas responden a
incentivos (positivos y negativos) y por lo tanto su comportamiento cambia cuando el
esquema de incentivos se modifica.
Dicho enfoque económico reconoce que las personas pueden equivocarse en
su decisión, pero asume que los errores no son sistemáticos ni recurrentes, pues se
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cree que las personas aprenden fácilmente de sus errores pasados. El enfoque
económico también admite que muchas veces la persona no posee toda la información
relevante para la toma de una decisión. En estos casos de información imperfecta la
persona toma la decisión con base en la información de que dispone y siempre
motivada por obtener el mayor bienestar esperado posible. En los casos de decisión
en condiciones de información imperfecta puede suceder que a posteriori, cuando se
dispone de toda la información, la persona se dé cuenta de que su decisión no fue la
correcta; sin embargo, esto no indica que la persona haya actuado irracionalmente,
solo indica que con la información de que disponía no podía prever todas las
consecuencias de su decisión.
Además, los seres humanos actúan dentro de un entorno social; por lo tanto,
también concierne a la ciencia económica el estudio del entorno dentro del cual la
persona habita y cómo influye en sus opciones y en sus preferencias. El enfoque
económico además pone énfasis en aspectos socioeconómicos y demográficos de una
persona como su edad, estado civil, género, estrato de ingreso, nivel y calidad de la
educación, profesión, actividad laboral, etc.
Por otro lado, la actividad social de los seres humanos hace que surja un
fenómeno de interacción social, en el que las consecuencias de cualquier acción no
sólo dependen de lo que alguien hace, sino también de lo que sus compañeros hagan
o dejen de hacer. En estos casos la mejor decisión de una persona depende de lo que
las otras hagan y, por lo tanto, del entorno social donde le ha correspondido vivir.
La decisión de convertirse en criminal es sensible al entorno, y no simplemente
en términos de las restricciones legales que la sociedad impone sobre los individuos,
sino en el nivel de las normas sociales que tales individuos consideran legítimas,
internalizan y por ende incorporan a sus preferencias.
Esto nos lleva a partir del supuesto de que los criminales son personas
racionales, que buscan los mayores ingresos posibles a los más bajos costos. Dicho
supuesto desde luego, tiene una implicación que es clave para el combate a la
criminalidad: buscar formas que reduzcan y disminuyan los beneficios del criminal y
aumenten los costos. No se trata de derrotar al criminal. Se trata de hacer que decaiga
su interés en cometer crímenes; de hacer que los beneficios esperados del crimen
sean bajos y los costos altos.
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1.3 La violencia y la economía. Existen muchas conductas que son consideradas como violentas; por ejemplo: robos
de autos, casas y personales; asesinatos; ataques físicos y emocionales a personas;
formación de bandas; comercio de drogas; producción y venta de armas; guerras, etc.
Muchas de estas conductas tienen un patrón de decisión:
- La decisión está bajo el control personal o de grupo.
- Existen varias opciones o cursos de acción alternativos.
- Se consideran las consecuencias de cada una de las acciones alternativas.
- Se evalúan los costos y los beneficios potenciales de cada acción.
- Se aprende rápidamente de errores pasados y se corrige de inmediato
cualquier error.
- Se contempla la incertidumbre que puede existir en cuanto a las consecuencias
de cada acción.
- Se tiene toda la información relevante para tomar la decisión; o bien, se toma la
decisión que, con la información de que se dispone, parece la más acertada.
- Las personas son racionales, en el sentido de que optan por aquella conducta
que esperan que les reporte un mayor bienestar.
Si la acción violenta no adolece de los atributos mencionados anteriormente
entonces el enfoque económico es de utilidad (Becker, 1968; Cornwell y Trumbull,
El enfoque también es útil para estudiar la influencia que los factores
socioeconómicos, demográficos y de interacción social tienen en que la conducta
violenta sea la opción preferida por algunas personas. El enfoque económico es
particularmente poderoso para entender el crimen organizado y otros tipos de violencia
premeditada (Anderson, 1995; Gambetta, 1993; Gambetta y Reuter, 1995; Marselli y
Vannini 1997; Schelling, 1967 y 1971).
1.3.1 Acciones Violentas: Crimen.
De acuerdo a Ayres existen diferencias entre el crimen y la violencia: “El crimen es una
acción penalizada por ley. Como tal, lo que constituye un ‘crimen’ puede diferir entre
culturas y naciones. No todos los crímenes involucran violencia -Por ejemplo, algunas
formas de robo de ‘cuello blanco’-. La violencia se refiere al ejercicio indebido de
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fuerza física; si bien muchos tipos de violencia son crímenes, algunos no lo son.”
Ayres (1998, pp. 24).
Ahora bien, considerando la visión de economistas neoclásicos como Becker
(1968, 1993) el crimen es una elección personal, en el sentido de que el individuo elige
realizar una acción criminal de manera racional y para maximizar su bienestar.2 Por su
parte, sociólogos y economistas neoinstitucionales consideran al crimen como una
conducta en la que la influencia de factores socioeconómicos es determinante, ya que
las decisiones individuales se realizan en un entorno social. (Braithwaite,1981; Forst,
1993a; Downes y Rock, 1988; Wilson, 1983).
1.3.2 La decisión personal de cometer actos criminales.
El enfoque económico (Becker, 1968; Cornish y Clarke, 1986; Ehrlich,1973; Roemer,
2001) plantea que los actos criminales surgen de una decisión personal, para la que
se consideran los costos y los beneficios de la acción, así como de las acciones
alternativas. La acción criminal es llevada a cabo si genera un alto beneficio en
relación a su costo, de manera que es preferida a todas las demás alternativas que la
persona tiene (este tema se verá con mas detalle mas adelante en el capítulo tres de
este trabajo).
Los beneficios que se pueden obtener de un acto criminal varían según el tipo
de crimen y del criminal. En la mayoría de los casos, estos beneficios son o pueden
medirse en un valor monetario; por ejemplo, robar una propiedad o matar por el dinero
del seguro proporciona también una ganancia monetaria. Sin embargo, en otros, como
los crímenes de tipo sexual, el beneficio para el criminal no es monetario.
Los costos de un acto criminal son principalmente de cuatro tipos:
• Costo material: costo de los instrumentos y equipo necesario para llevar a cabo
el crimen.
• Costo de oportunidad: costo de no realizar otras actividades por realizar la
actividad criminal. Este costo se mide con base en el beneficio que reportaría la
2 En su discurso de recibimiento del Premio Nóbel de Economía, Gary Becker manifiesta que la forma en que los economistas estudian el comportamiento humano “implica que algunos individuos se convierten en criminales por los beneficios financieros y no pecuniarios que el crimen genera en comparación al trabajo legal, tomando en consideración la probabilidad de ser capturados y aprisionados, así como la severidad del castigo.” (Becker, 1993, p.390)
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mejor actividad alternativa al acto criminal. Por ejemplo, los salarios que se
dejan de percibir en la actividad laboral al dedicarse de tiempo completo al
robo.
• Costo psicológico: asociado a factores como la culpa, el remordimiento, la
pérdida de autoestima, enfrentar un estigma social, ser excluido de actividades
sociales, etc.
• Costo de castigo: este es un costo posible, el cual habría que enfrentar en caso
de ser detenido, sentenciado y enviado a prisión.
El enfoque económico plantea que una persona racional llevará a cabo el acto
criminal si los beneficios superan a los costos,3 ya que en este caso el acto criminal
representa la opción que da el mayor bienestar a la persona.
1.3.3 Enfoque económico y crimen: Ilustración básica y algunas
complejidades.
El siguiente ejemplo es útil para ilustrar cómo el enfoque económico puede ayudar a
entender la decisión de un grupo de personas de optar por dedicar su tiempo y
esfuerzos a la realización de actos criminales.
Supongamos que Juan y Carlos son dos amigos que están contemplando qué
actividades podrían hacer con su tiempo para obtener un ingreso. Juan y Carlos tienen
las siguientes dos alternativas de acción:
a) Actividad laboral: que consistiría en trabajar como operarios en una fábrica
donde recibirían un salario mensual de seis mil pesos cada uno.
b) Actividad criminal: que consistiría en dedicarse al robo de automóviles,4 para
lo cual tienen que dedicar todo su tiempo en recorrer la ciudad buscando una
oportunidad ideal para robar un automóvil.5 Para realizar esta actividad Juan y Carlos
necesitan de algún equipo básico, así como de una motocicleta, la cual requeriría de
combustible y los gastos normales de mantenimiento. Supongamos que el costo del
3 Hay que destacar que esta definición de costo incluye el costo de oportunidad, el cual se refiere al beneficio que podría obtenerse de participar en actividades alternativas a la criminal. 4 Utilizaremos el robo de automóviles como ilustración de actividad criminal; el ejemplo puede extenderse a otros tipos de actividad como el comercio de drogas, el robo de casas, el robo personal, la producción de armas, ir a la guerra y ocupar otro país, etc. 5 Obsérvese que la oportunidad ideal implica que haya un automóvil sin vigilancia, en un lugar de fácil acceso y solitario, preferiblemente en la noche, que el automóvil no tenga medidas de seguridad como bastón y alarma, y que sea un automóvil que pueda venderse fácilmente en el sector informal. Cohen y Felson (1979) estudian las condiciones bajo las cuales surge una oportunidad propicia para que ocurra un acto criminal.
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equipo es de mil pesos mensuales y que el costo de la motocicleta, el combustible y su
mantenimiento se estiman en cuatro mil pesos mensuales.
Por el momento vamos a suponer que Juan y Carlos no enfrentan costos
psicológicos ni costos de castigo al dedicarse a la actividad criminal.6 Como
consecuencia, el costo total de dedicarse al robo de automóviles es de 17 mil pesos
mensuales (cinco mil pesos de costo material y 12 mil pesos de costo de oportunidad
por dejar de percibir sus salarios).
Supongamos ahora que Juan y Carlos pueden robar dos automóviles al mes y
venderlos en el sector informal a un precio unitario de diez mil pesos. Por lo tanto, la
acción criminal les reportaría ingresos mensuales de 20 mil. Al comparar los costos de
17 mil pesos con los ingresos de 20 mil, Juan y Carlos observan que la actividad
criminal les es preferible, ya que obtienen un beneficio neto de tres mil pesos. En otras
palabras, con los 20 mil pesos de ingreso por la actividad criminal Juan y Carlos
pueden solventar los costos de material de cinco mil pesos y aún les quedarían 15 mil
pesos libres, que es más que los 12 mil pesos que en conjunto obtendrían si se
dedican a la actividad laboral. Así, el crimen emerge como resultado de una decisión
de conveniencia para Juan y Carlos.
El ejemplo anterior ilustra una situación muy simple, la cual puede enriquecerse
agregando y modificando supuestos. Dentro de las variantes que pueden suponerse
se encuentran:
• Mayor costo de oportunidad. Supongamos que Juan y Carlos tienen una
educación superior que les permitiría desempeñarse como profesionales y
obtener cada uno un salario de 15 mil pesos mensuales. Obsérvese que en
este caso el costo de oportunidad de la actividad criminal para Juan y Carlos
asciende a 30 mil pesos mensuales; si a esto se agregan los cinco mil pesos
de costo de material, se concluye que el costo es muy superior al ingreso y por
lo tanto la actividad criminal deja de ser rentable. Juan y Carlos se dedicarán a
ejercer sus profesiones antes que a robar automóviles; la opción laboral es
preferida a la opción criminal. En el ejemplo se ilustra el papel que la educación
6 Por ejemplo, podría asumirse que Juan y Carlos no tienen ningún sentimiento de culpa y están seguros de que con las precauciones que ellos toman al robar automóviles nunca serán detectados.
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podría jugar para reducir ciertos actos criminales vía un aumento de su costo
de oportunidad.
• Mayor costo material: Supongamos que los dueños instalan dispositivos de
seguridad muy avanzados en sus automóviles, lo cual obliga a Juan y Carlos a
invertir en equipo sofisticado para el robo y que este equipo tiene un costo
mensual de cinco mil pesos. Como consecuencia el costo de material sería de
nueve mil pesos, mientras que el costo de oportunidad (salarios de operario) es
de 12 mil pesos. El costo total de la actividad criminal (21 mil pesos) supera a
los ingresos (20 mil pesos) y el crimen deja de ser rentable. Juan y Carlos se
dedicarían a trabajar como operarios, recibiendo un salario mensual de seis mil
pesos cada uno. Esta situación ilustra cómo el crimen se ve afectado ante la
reacción de las víctimas por tomar mayores medidas de precaución.7 La
situación también sugiere que existe toda una industria de dispositivos de
seguridad que surge y se beneficia por la existencia de la actividad criminal, ya
que con el crimen sus víctimas potenciales se ven incentivadas a demandar y
gastar en la compra de dispositivos de seguridad.
• Menor beneficio: Supongamos ahora que hay una mayor vigilancia policial, o
que los dueños de automóviles toman mayores precauciones al estacionar sus
automóviles, de forma que se reducen las oportunidades de robo a la mitad:
Ahora Juan y Carlos sólo pueden robar un automóvil al mes. El beneficio de la
actividad criminal se reduciría a diez mil pesos al mes, lo que ni siquiera
compensa el costo de oportunidad de 12 mil pesos en salarios de operario. Por
ello, el robo de autos perdería su atractivo y Juan y Carlos preferirían dedicarse
a la actividad laboral.
• Costo psicológico: Hemos visto que en la actividad criminal el ingreso para
Juan y Carlos es de 15 mil pesos (una vez excluido el costo de material),
mientras que en la actividad laboral sólo obtendrían 12 mil pesos. En otras
palabras, el beneficio neto de la actividad criminal es de tres mil pesos. Es por
ello que afirmamos que si Juan y Carlos son racionales entonces preferirán
dedicarse a la actividad criminal. Sin embargo, la conclusión anterior se obtuvo
7 No estamos contemplando aquí la decisión de los dueños de automóviles de gastar más en medidas de seguridad. De acuerdo al enfoque económico, esta decisión también obedece a una ponderación de los costos y beneficios de la acción. El dueño de un automóvil debe considerar el costo de los dispositivos de seguridad, así como los beneficios en términos de la reducción en la probabilidad de que su automóvil sea robado.
19
bajo el supuesto de que el costo psicológico es nulo. Supongamos ahora que
Juan y Carlos enfrentan un alto costo psicológico si se dedican a la actividad
criminal; por ejemplo, podría ser que los valores inculcados a Juan y a Carlos
sean tales que ellos consideran que robar y hacer daño a otras personas es un
pecado y esto les causa una gran angustia,8 o bien que tienen una pérdida de
autoestima al no poder justificar ante sus hijos y familiares la fuente de sus
ingresos. También pueden considerar que causarle un gran sufrimiento a sus
madres les produce un dolor enorme, o que ellos y sus familias son excluidos
de las actividades sociales y religiosas del vecindario debido a su actividad
criminal.
Si bien el costo psicológico es no pecuniario, Juan y Carlos pueden ponderar si
los tres mil pesos de beneficio de la actividad criminal compensan el costo psicológico
que tienen que enfrentar.9 Si el entorno familiar y social censura severamente la
actividad criminal es muy probable que los tres mil pesos de beneficio por robo de
automóviles no compensen el costo psicológico, y que Juan y Carlos prefieran
dedicarse a la actividad laboral.
Ahora bien, puede suceder que Juan y Carlos viven en un ambiente donde se
tolera, e incluso vanagloria, la actividad criminal. Por ejemplo, a Juan y Carlos se les
considera como muy valientes y se les aplaude por su audacia; adquieren una imagen
de líderes y son muy populares en el vecindario; se les admira por su alto ingreso y se
hacen famosos por los productos caros que usan y además hacen regalos y donativos
que los vuelven respetables. Bajo estas circunstancias de entorno el costo psicológico
de la actividad criminal sería relativamente bajo e incluso, podría no existir del todo y
convertirse más bien en un beneficio. Si este fuera el entorno social en que a Juan y a
Carlos les ha tocado vivir entonces es muy probable que prefieran dedicarse a la
actividad criminal antes que a la laboral. 10
Este caso se muestra la importante influencia que tiene el entorno social en la
decisión personal de cometer actos criminales. Los valores de la persona, de su
familia y de la comunidad juegan un papel importante en este caso. Esta situación 8 Es de esperar que el costo psicológico sea mayor si el criminal conoce a la víctima y a su familia. En otras palabras, en las comunidades pequeñas, donde las personas se conocen, el costo psicológico es mayor que en las grandes ciudades, donde la víctima es despersonificada. 9 Block y Heineke (1975) incorporan aspectos morales al modelo económico. 10 Hay que destacar que esta preferencia que muestran Juan y Carlos por la actividad criminal es una preferencia contingente al entorno en que les ha tocado vivir.
20
también ilustra que una persona puede contemplar costos y beneficios tanto
monetarios como no monetarios al momento de tomar una decisión.
Interacción social: Supongamos ahora que existen otras personas que también
están considerando dedicar su tiempo a la actividad de robo de autos. Entre
más bandas haya menores serán las posibilidades de Juan y Carlos de
encontrar una buena oportunidad para robar un automóvil. Si la entrada de
otras bandas reduce las oportunidades de Juan y Carlos a la mitad entonces
ellos sólo podrían robar un auto al mes, y su ingreso de la actividad criminal
sería sólo de diez mil pesos, lo que no compensaría sus costos y haría que
Juan y Carlos desistan del crimen. 11
Este ejemplo ilustra la importancia de la interacción social;: la mejor acción de
Juan y Carlos depende de las acciones que otras personas tomen. Si otras personas
deciden formar bandas de robo de autos entonces a Juan y a Carlos no les sería
rentable hacerlo, pero si las otras personas deciden no formar las bandas entonces
para ellos sí sería rentable hacerlo.
Experiencia: Supongamos que Juan y Carlos han estado expuestos al robo de
autos desde niños, ya tienen amigos y familiares que se dedican a esa
actividad y por ello conocen muy bien los requerimientos del oficio. Debido a su
experiencia y conocimiento, les es posible robar no dos sino tres autos por
mes. En este caso, la actividad criminal sería sumamente rentable, pues ahora
les generaría un beneficio neto de 13 mil pesos mensuales.
Esta situación ilustra dos aspectos importantes en la actividad criminal:
Primero, al ejercer la actividad se va adquiriendo poco a poco un mejor conocimiento
que aumenta los beneficios y reduce los costos, con ello el crimen es cada vez más
beneficioso. Este hecho tiende a generar un círculo vicioso del crimen, en el que el
criminal queda atrapado en esta actividad, ya que su experiencia le permite obtener
mayores beneficios, por lo tanto cada vez es menos probable que se salga del crimen
para dedicarse a la actividad laboral. 12 Segundo, el oficio es más rentable si se tiene
11 Nótese que este evento no necesariamente reduce el crimen (número de autos robados), pero si haría que Juan y Carlos encuentren que el robo no les conviene; siendo desplazadas de la actividad criminal por otras bandas que probablemente tengan más experiencia, mejores técnicas, mejor información, menores costos y mejores contactos de distribución. 12 La ciencia económica utiliza el concepto de curvas de aprendizaje, con esto se afirma que hay actividades donde la experiencia hace que se tengan mejores destrezas y que se eleven los beneficios.
21
el conocimiento requerido y el conocimiento se obtiene y transmite entre amigos y
familiares, lo que hace que la actividad criminal se expanda a través de los lazos
familiares y de amistad. Este hecho tiende a crear otro círculo vicioso, en el cual toda
una familia y toda una comunidad pueden caer en la vorágine del crimen.
Incertidumbre: Por el momento se ha asumido que Juan y Carlos saben, con
certeza, que con su esfuerzo pueden robar dos automóviles por mes.
Supongamos ahora que en realidad ellos no están muy seguros de cuántos
autos pueden robar al mes.
Es posible que pasen meses en que no hay buenas oportunidades de robo y,
por lo tanto, en esos meses solo tienen costos (cinco mil pesos de costo de material y
12 mil pesos de costo de oportunidad). En otros meses podría suceder que haya muy
buenas oportunidades y puedan robar hasta cuatro automóviles; con lo que sus
ingresos serían de 40 mil pesos mensuales mientras que sus costos serían de 17 mil
pesos. Si bien Juan y Carlos podrían tener beneficios promedio de tres mil pesos en la
actividad criminal, la alta inestabilidad en sus beneficios podría considerarse como un
costo, de forma tal que podrían preferir tener una actividad que les de un ingreso
seguro y estable (actividad laboral) antes que una actividad que les dé un ingreso
incierto e inestable (actividad criminal).13
1.4 Costo de castigo: La penalización del crimen Desde que en 1764 un joven economista italiano, Cesare Bonesana, Marqués de
Beccaria, escribió un libro titulado Un Ensayo sobre Crímenes y Castigos, la
penalización del crimen ha sido uno de los temas que mayor atención ha recibido por
parte de los economistas.
Hemos manifestado que el enfoque económico estudia aquel comportamiento
humano que responde a una ponderación de los costos y ganancias de cada acción
posible. Debido a que la penalización del crimen constituye un aumento en su costo, el
enfoque económico sugiere que la acción se hace menos atractiva al aumentar la
severidad de las penas y que, en consecuencia, la actividad criminal se reduce. Por
13 Los economistas afirman que la mayoría de las personas ven la incertidumbre como un costo. Se dice que las personas son adversas al riesgo, y que prefieren optar por opciones seguras antes que por opciones inciertas.
22
ello, la sensibilidad del crimen a su penalización constituye una prueba acerca de la
capacidad del enfoque económico para explicar algunas actividades criminales.
Además, el manejo de la penalización se convierte, desde el punto de vista
económico, en un instrumento de política pública para reducir el crimen.
Sin embargo, la administración del castigo es un asunto complejo e involucra
factores como la identificación del criminal, su arresto, su enjuiciamiento, su sentencia
y su encarcelamiento. Por estas razones, el tema de la penalización del crimen
también ocupa a los Economistas. (Bowers y Pierce, 1980; Clement, 2002; Dittmann,
2000; Ehrlich, 1975b y 1996; Tullock, 1974)
Detectar que un acto criminal ha sido cometido es en la gran mayoría de los
casos relativamente sencillo14; sin embargo, hay un largo trecho desde la detección del
acto hasta la penalización del criminal. Muchas veces no se logra identificar al criminal
y en aquellas pocas ocasiones en que se identifica, no se garantiza la penalización del
acto. En algunos casos el criminal evita el arresto y en otros, la denuncia nunca se
formaliza (la víctima no está interesada en involucrarse en un proceso largo y
complicado, por diferentes razones: desconfía de todo el proceso o no quiere que el
acto criminal sea de conocimiento público o es amedrentada). El juicio puede ser largo
y costoso, contiene imperfecciones que hacen que no se pueda dictar una sentencia
en contra del criminal e incluso sucede que por muchas razones el juez se incline por
imponer una sentencia blanda o ningún castigo del todo.
Con todo esto, el análisis del costo de castigo se complica (Hughes, 1993);
requiere el estudio de temas como: Los incentivos y recursos que tiene el sistema
policial para identificar y arrestar a un criminal; el interés de la víctima de denunciar el
acto criminal; la eficiencia del sistema judicial (su rapidez, su costo, su precisión y su
imparcialidad en la administración de justicia); la severidad del castigo (años de
prisión, pena capital) y las características del sistema penitenciario (comodidades,
entrenamiento y educación en la prisión, interacción entre prisioneros).
La administración de la penalización del crimen, tiene múltiples variantes. Un
caso extremo sería tener una administración muy laxa, basada en un sistema policial
14 Hay algunos casos en los que es posible que el acto criminal quede oculto; por ejemplo, en la falsificación de una obra de arte y en algunos tipos de desfalco financiero. En éstos es posible que la víctima no se entere de que ha sido objeto de una acción criminal. En otros casos la víctima sí lo sabe, pero no denuncia el hecho, como sucede en algunas ocasiones con el abuso de menores.
23
desprovisto de recursos financieros y humanos y altamente corrupto, con lo que la
probabilidad de ser arrestado al cometer un crimen es mínima; además, el sistema
judicial sería lento, costoso e impredecible debido a su parcialidad y corrupción, con lo
que, aunque un criminal sea arrestado es poco probable que sea condenado y la
resolución se daría muchos años después de que el acto fue cometido. A ello se
agregarían penas blandas y flexibles. Es de esperar que este tipo de administración
favorezca el crimen por que su costo de castigo es mínimo.
Otra caso extremo se presentaría cuando el sistema policial dispone de
excelentes recursos y esquemas de incentivos que lo hacen incorruptible. Cuando el
sistema judicial es rápido, eficiente e imparcial, y cuando las penas son severas, es de
esperar que el crimen sea mínimo, no sólo porque su costo es muy elevado, sino
también porque las personas más propensas a realizar actos criminales quedan
encarceladas por muchos años15. Un sistema de penalización como este requiere de
muchos recursos financieros y humanos, salarios altos, capacitación policial, recursos
de inteligencia, equipo de laboratorio, mucho personal judicial, etc.
Algunos sistemas intermedios de administración de la penalización se basan en
la combinación de la probabilidad de arresto y de la severidad de la pena. Por ejemplo,
un sistema podría basarse en un sistema policial débil y penas muy severas, lo cual
implica que la probabilidad de ser identificado y arrestado es baja, pero si ello ocurre,
entonces el castigo es muy grave. Este tipo de sociedades dedica pocos recursos al
sistema policial y basa su contención del crimen en la severidad del castigo. Otras
sociedades dedican muchos recursos al sistema policial y aplican castigos muy
blandos, con lo que basan su contención del crimen en el monitoraje y la casi certeza
de que quien comete actos criminales muy probablemente recibirá un castigo.
Un aspecto que vale la pena destacar es que la penalización del crimen
constituye una importante actividad económica en toda sociedad; esta industria
involucra al sistema policial, al sistema judicial y al sistema penitenciario y consume
muchos recursos financieros y humanos (Phillips y Votey, 1981).
15 Ehrlich (1981) y Blumstein et. al. (1978) observan dos efectos mediante los cuales las penas severas tienden a reducir el crimen: primero, las penas severas aumentan el costo del crimen, lo cual hace que muchas personas desistan de cometer actos criminales, y; segundo, la penas severas sacan de la actividad por muchos años a aquellas personas que han cometido actos criminales y que es de esperar que reincidirían en el crimen al salir. Por ello, se reduce el crimen tanto por una caída en la decisión de ingresar a la actividad como por una reducción en la reincidencia de aquellos que ya están en la actividad. Levitt (1998) realiza un estudio empírico al respecto.
24
Capítulo 2. La Seguridad en México.
25
2.1 Introducción
El tema de la seguridad pública se ha convertido en un tema central a lo largo del
continente, tanto para la sociedad como para sus gobernantes. En el caso de América
Latina, el tema adquiere gran magnitud debido al incremento en los índices de
criminalidad, principalmente durante la década de los 90´s. El fenómeno de
inseguridad que se vive en la actualidad ha trascendido clases sociales y niveles
educativos; delitos cometidos por la delincuencia común y por la organizada en la que
se ven involucrados servidores públicos quienes, a nuestro juicio, lejos de
salvaguardar la seguridad e integridad física y material de los ciudadanos, atentan en
contra de ellos. Esta situación se ha convertido en un problema percibido por todos,
sin que las acciones que lleva a cabo el gobierno logren controlarlo. Consideramos de
suma importancia hablar específicamente del caso de México y mostrar cifras que nos
den un panorama general del problema.
La incidencia delictiva es cada vez mayor debido a diferentes factores, entre
ellos:
a) El deterioro de las condiciones de vida, específicamente la creciente
desigualdad entre las poblaciones más ricas y las más pobres del continente;
b) Patrones sociales de consumo de alcohol y drogas, relacionados sobre todo
con la comisión de delitos violentos,
c) La falla existente en el mercado de trabajo. Esta parte tiene relación directa
con el incremento del fenómeno de inseguridad ya que el exceso de demanda
de trabajo es consecuencia del bajo crecimiento económico que México
presenta y las personas optan por obtener sus ingresos a través de la
economía informal, emigrando hacia los Estados Unidos o realizar prácticas
delictivas.
Durante el 2005, en México se cometieron 11 mil 246 delitos por cada 100 mil
habitantes; los estados de Baja California y el Distrito Federal son las entidades con
mayor incidencia delictiva, con 20 mil 720 y 19 mil 663 delitos por cada 100 mil
habitantes respectivamente; les siguen Quintana Roo con 16 mil 364 y el Estado de
México con 16 mil 147. Tan sólo esas cuatro entidades concentran el 27 por ciento de
la población y representan el 42 por ciento de la incidencia delictiva del país. Chiapas
es la entidad con más baja incidencia, reporta menos de dos mil delitos por cada100
mil habitantes. (Ver Anexo 1).
26
Otro de los problemas se refiere a la falta de confianza de la ciudadanía para
denunciar el delito; la gente siente frustración y desconfianza ante las instituciones de
seguridad pública, de derechos humanos y en general del sistema de administración
de justicia porque no reciben una respuesta satisfactoria por parte de las instituciones.
Esto impide tener una cifra real de la cantidad de delitos que se cometen en nuestro
país. Sólo se cuantifican los delitos denunciados y sentenciados y nos da lugar a la
llamada “cifra negra” la cual se conforma por los delitos cometidos que no quedan
registrados en las cifras oficiales, y son:
a) Los delitos no denunciados;
b) Los delitos que no dan lugar a la averiguación previa a pesar de haberse
denunciado; c) Los varios delitos sufridos en un solo incidente, por una o varias víctimas,
que quedan registrados en una sola averiguación previa y
d) Los delitos que no se registran por deficiencias en el sistema estadístico
oficial.
Según el Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la inseguridad (ICESI) tan sólo
en el 2005 el 77 por ciento del total de los delitos cometidos no fueron denunciados
ante las autoridades correspondientes, debido a factores que son presentados en el
gráfico 2.1.
Gráfico 2.1 Porcentaje de delitos no denunciados y motivos de la no denuncia. 2005.
Fuente: Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la Inseguridad (ICESI). Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad 2005(ENSI-3). Análisis de Resultados. Septiembre 2005.
Del 23 por ciento del total de delitos que son denunciados, en el 20 por ciento
de los casos se inicia una averiguación previa. De las averiguaciones previas
iniciadas, en el 49 por ciento no sucedió nada, en el 26 por ciento se encontraba en
27
trámite y en el 17 por ciento se detuvo al presunto delincuente, el cual quedó en
libertad en el 10 por ciento de los casos y finalmente en el 7 por ciento de las
indagatorias la acusación no procedió (Ver gráfico 2.2)
Gráfico 2.2 Seguimiento de Averiguaciones Previas
Fuente: Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la Inseguridad (ICESI). Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad
2005(ENSI-3). Análisis de Resultados. Septiembre 2005.
Todas estas cifras nos presentan un panorama general de la seguridad pública
en nuestro país. A lo largo de este capítulo hablaremos sobre las principales acciones
que se han llevado a cabo en materia normativa para el combate a la delincuencia y
presentamos datos estadísticos sobre los principales delitos cometidos en el país,
estados con mayor índice de delincuencia, edad y género de los delincuentes, entre
otros.
2.2 Estrategias contra la inseguridad.
Los índices de criminalidad en México han ido en aumento durante los últimos años,
es por eso, que la presión pública para dar fin a este fenómeno también ha ido en
aumento.
El Gobierno Federal y sus similares locales implementaron un sin número de
estrategias para disminuir los índices de criminalidad. Ell aumento en las penas para
28
algunos de los delitos; la participación de las fuerzas armadas en las tareas de
entrenamiento, vigilancia y disminución del delito; capacitaciones al personal de
seguridad de las instituciones de seguridad pública por parte de agentes de otros
países, incluso modificaciones en algunos artículos de la Constitución Política, todo
con el fin de agilizar los procesos y de mejorar las estructuras de las instituciones.
A partir de la reforma constitucional de 1994, la legislación mexicana contempla
a la seguridad pública como un servicio y una función del Estado. La seguridad pública
se convierte entonces en una responsabilidad explícita del Estado mexicano,
compartida en los tres niveles de gobierno; es decir, del Estado en su conjunto. Dichas
reformas se hicieron con la finalidad de mantener y establecer el orden y la paz pública
buscando el mejor funcionamiento de las instituciones. El artículo 21 de la Constitución
fracción. IV establece que: […] La seguridad pública es una función a cargo de la
Federación, del Distrito Federal, de los Estados y de los Municipios, en las respectivas
competencias que esta Constitución.16. También se incluyeron cambios al artículo 73,
para facultar al Congreso de la Unión en la creación de la Ley General que Establece
las Bases para la Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública (aprobada
en 1995 y cuya última reforma fue en el 2004) y se conforma el Sistema Nacional de
Seguridad Pública formado por distintas instituciones, cada una con una competencia
específica. Estas son la policía preventiva, el ministerio público, los tribunales, la
prisión preventiva, la ejecución de penas, el tratamiento de menores infractores, la
protección a instalaciones y servicios estratégicos; así como por las demás
autoridades que en razón de sus atribuciones, deban contribuir directa o
indirectamente al objeto de esta ley17.
El cuatro de enero de 1999 se promulgó la Ley de la Policía Federal
Preventiva, que creó una policía nacional. Dicha institución en una primera etapa a la
Policía Federal de Caminos y Puentes, a la Policía de Migración, a la Policía Fiscal
Federal y una brigada de la Policía Militar. Seguido se hizo necesario profesionalizar a
los cuerpos encargados de prevenir y de perseguir los delitos a través de la
instauración de la carrera policial; de contar con mayor coordinación entre
corporaciones y de sistematizar e intercambiar información sobre la criminalidad.
Aeromexico, entre otros. Algunos se hicieron millonarios de la noche a la mañana. La
revista Forbes registró a 21 mexicanos entre los billonarios del mundo durante el
periodo
Así, los delitos de cuello blanco se suscitan a partir del debilitamiento del
aparato estatal. La apertura de mercado es importante para la creación de trabajos y el
desarrollo económico sustentable de un país, pero también es necesario controlarla
para disuadir a empresarios inescrupulosos. El Estado tiene que tomar parte en las
medidas correctivas de la economía.
de Salinas.
43
CAPÍTULO 3. Un modelo microeconómico de actividad criminal y su control
44
3.1 Introducción.
El crimen es considerado como una actividad de la que se pueden obtener costos y
beneficios, los cuales se encuentran condicionados por las decisiones de la sociedad
en cuanto a los recursos que se destinan a desincentivarlo mediante diversas leyes,
los castigos, los gobernantes, el poder judicial, etc. Dicha consideración fue percibida
hace tiempo por economistas cuyo propósito principal era contribuir a la comprensión
de las causas que orillaban a las personas a cometer actos ilícitos.
El modelo que presentamos tiene sus raíces en el análisis hecho en 1968 por
el economista inglés Gary S. Becker, premio nobel de economía por el empleo de
modelos microeconómicos para explicar la conducta delictiva. Becker logró interpretar
el proceso racional que sigue un individuo que decide cometer un delito considerando
sus propias preferencias y las variables del entorno que lo rodea. Estas variables
tienen que ver con las leyes y las decision política criminal que adopta el Estado
y que constituyen el entorno donde el individuo se desarrolla. Con su enfoque, Becker
logró integrar una amplia gama de comportamientos: planteaba los costos sociales y
económicos que traía consigo la conducta de criminalidad.
Becker mencionaba que debido a la gran expansión legislativa que los países
occidentales han experimentando desde principios de siglo, el Estado ya no sólo se
dedica a proteger contra las violaciones a personas a propiedades, sino que también
restringe la discriminación contra algunas minorías, confabulaciones entre negocios,
negligencia en asuntos de tránsito, viajes, etc. Es aquí en dónde Becker centra su
tema de estudio. A pesar de la diversidad de las legislaciones, casi todas comparten
características comunes que en última instancia tienen su raíz en los pensamientos de
los grandes filósofos griegos.
En primer lugar, comienza con el supuesto de que no existe una completa
obediencia a la ley y que generalmente se gastan recursos públicos y privados con el
fin de prevenir daños y aprehender a los agresores. En segundo lugar, las condenas,
regularmente no son consideradas como un castigo suficiente por sí mismas, ya que la
probabilidad de que un agresor sea descubierto y condenado, así como la naturaleza y
extensión del castigo, varía de persona a persona y de la actividad.
es de
45
la racionalidad del individuo implicada en la elección de cometer
ctos criminales debido a la elección de las recompensas obtenidas al dedicarse al
uente: Elaboración propia
tar mediante un juego donde intervienen dos jugadores:
n agente representa al Estado y el otro al que comete la actividad criminal. El juego
tiene d
rno y sus propias
preferencias. Este nivel constituye una especie de “oferta de crimen”.
Se parte de
a
crimen, tomando en cuenta la probabilidad de aprehensión, convicción y severidad del
castigo (recordar capítulo1) comparadas con las que pudieran ser producto de un
trabajo que sea considerado honesto y legal (ver figura 3.1).
Figura 3.1
F
El trabajo inicial de Becker (1968) aunque innovador, resulta un tanto oscuro.
Hemos preferido modelar la situación como un juego no cooperativo secuencial
basándonos en Estrada /2004) Podemos describir el modelo como sigue.
3.2 Un modelo de actividad criminal y su control.
El modelo se puede represen
u
os etapas. En la primera, el Estado decide sobre la probabilidad de procesar a alguien, que sea sorprendido cometiendo un delito, y sobre el tamaño de la pena o castigo que se le impone. Suponemos que el estado tiene el poder y dispone de los
medios para controlar y decidir la magnitud de estas variables. En la segunda etapa
del juego, el jugador, una vez observadas las variables que el estado le pone en su
entorno, decide sobre su nivel de actividad criminal dado el ento
Trabajo
Individuo
Crimen Elección
Ganancia Criminal
Probabilidad de aprehensiónSalario y ,Castigos
46
Estamos suponiendo agentes racionales que maximizan sus funciones objetivo,
que explicamos más adelante. Tienen preferencias fijas, acumulan y procesan la
información disponible en los mercados. La decisión de cometer actividad criminal se
hace en un contexto de incertidumbre. El criminal no sabe con certeza si lo van a
sorprender y por tanto castigar, o si puede cometer el acto ilícito, recibir los beneficios
el mismo y no ser castigado. Debido a ello, decide su nivel de actividad criminal
optimizando una función de utilidad esperada en el sentido de Von Newman -
Morgenstern.
Los individ
porcentaje de tiempo dedicado a las actividades legales y tc= Tc/T el porcentaje de
actividad criminal, se tiene:
l c
ada una de las actividades es valorada en el mercado con salarios distintos, wl y wc,
ad de actividad legal o criminal
spectivamente. De este modo wltl es el ingreso obtenido por las actividades legales y
c c
s finales que se
d
3.2.1 Decisión del nivel de actividad criminal.
uos disponen del recurso tiempo en cantidad limitada, T, un agente
representativo tiene que repartir su tiempo en dos actividades: tiempo destinado a
actividades legales (Tl) y tiempo destinado a cometer actividad criminal (Tc).
de simplificar el modelo podemos suponer que T=1 y hablar de los porcentajes de
tiempo dedicado a cada un des, ello equivale a introducir una
normalización que no le resta ninguna generalidad al modelo. Así pues, si tl= Tl/T es el
Con el fin
a de las activida
tiempo dedicado a la
1= t + t
C
que corresponden al ingreso obtenido por una unid
re
w t es el ingreso obtenido por las actividades ilegales.
La utilidad del agente se representa mediante una función U(X) que depende
de la cantidad de bienes consumidos, X, la cual es una variable que depende
directamente del ingreso obtenido por el agente. Este ingreso es aleatorio porque
depende de la probabilidad, p, de que el individuo sea aprehendido y castigado con
una multa F cuando comete actividad criminal. Esto ocasiona que tanto el nivel de
consumo como la utilidad sean variables aleatorias y se tenga que resolver el modelo
usando la teoría de la utilidad esperada. Tenemos dos posibles estado
47
traducen en los dos posibles niveles de consumo final. El consumo final cuando el
individu
Xb = X(wctc+ wltl) (consumo sin castigo)
Así pues, el individuo representativo elige los niveles de actividades, lícitas e
wctc+ wltl = wctc+ wl(1-tc) = (wc-wl)tc+wl
o es sorprendido cometiendo delito es:
Xa = X(wctc+ wltl - F) (consumo con castigo)
Notamos que en este caso el ingreso disponible será el obtenido en los dos
tipos de actividades menos el castigo F impuesto por el estado. El consumo final
cuando el individuo no es sorprendido cometiendo la actividad criminal es:
ilícitas, atendiendo la restricción de tiempo y de modo que se maximice su utilidad
esperada:
Max EU(X) = pU(Xa) + (1-p) U(Xb)
tc,tl
s.a. tc+tl=1
Si recordamos que tl=1-tc, podemos sustituir los valores de los consumos
respectivos notando que
El problema se reduce a una optimización en la variable tc y se puede rescribir
como:
Max EU(X) = pU(X ((wc-wl)tc+wl-F)) + (1-p) U(X ((wc-wl)tc+wl))
Fuente: Elaborado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la H. Camara de Diputados con datos de la serie históricabasada en la conciliación demográfica a partir del Censo General de Población y Vivienda de 2000 y 2005.
*/ Cifras estimadas con base a los resultados preliminares del Segundo Censo General de Población y Vivienda 2005.
79
Anexo 7 Matriz Factores de la Incidencia Delictiva
Esta
dos
ncia
iv
a In
cide
ncia
pe
r cap
ita
Tasa
de
dens
idad
de
la p
obla
ción
ha
bs/k
m2
Tasa
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ucto
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Sala
rio
Pobl
ació
n Pr
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de s
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e
.666
7 0.
1165
05
183.
0067
0.
0107
2 72
561.
0851
0.
0727
93
57.9
000
46.5
200
9968
19
.333
3 0.
2271
25
38.9
403
0.01
050
2016
36.1
825
0.07
5757
18
1.36
67
50.7
933
2661
629
0.83
33
0.11
1068
7.
0284
0.
0042
6 34
029.
0700
0.
0725
29
50
.793
3 46
9181
7.
1667
0.
0942
92
12.8
368
0.00
810
7186
3.34
31
0.09
9712
63
.950
0 46
.520
0 72
0710
.1
667
0.13
3312
15
.915
4 0.
0080
9 18
8848
.359
6 0.
0791
65
115.
0667
46
.520
0 23
8550
9 5.
0000
0.
0712
79
98.7
712
0.01
336
3143
2.46
02
0.05
6901
51
.400
0 46
.520
0 55
2405
8.
3333
0.
0190
16
56.5
916
0.00
812
9775
9.08
83
0.02
3922
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