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CIDEC UNFV Instituto de Investigacin UNFV - FH
Terrazas y Sistemas Hidrulicos Prehispnicos en la Cuenca del
Chilln
Carlos Farfn Lobaton
Resumen
El valle del Chilln como todo valle costeo esta irrigado por las
aguas captadas del ro, en este caso, por medio de canales que
distribuyen el agua hacia las partes planas del valle. Pero en las
zonas estrechas del valle, donde es escaso las reas de cultivo, se
han utilizado las laderas para construir sistemas de terrazas, cuya
tradicin se remonta al periodo Horizonte Temprano (Siglo II a. C) y
ha perdurado hasta la ocupacin inca. En este largo periodo, se han
mantenido esta tradicin de cultivar en terrazas, bajo un control
estricto y racional del agua, perfeccionado un sistema simblico de
creencias basados en el culto al agua que integra una cosmovisin de
carcter dual, de reciprocidad y complementaridad. El valle medio y
alto del Chilln es un ejemplo de este fenmeno que no es ajeno a
otros valles. Razn por la cual, esta actividad basada en la
tecnologa de terrazas y control del agua, ha permitido a este
valle, el surgimiento de curacazgos muy poderosos, como los canta,
atavillos, huancayos, macas, collis, etc, que entre s se disputaban
los recursos y espacios de cultivo. Palabras claves: Hidrulico,
terrazas agrcolas, cultivo
Summary
The valey of Chilln like any valle costeo this is irrigate by
the caught waters of the river, in this case, by means of channels
that distribute the water towards the flat parts of the valley. But
in the narrow zones of the valley, where it is scanty the areas to
cultivate, the hillsides have been in use for constructing systems
of terraces, which tradition goes back to the period Early Horizon
(2nd century to. C) and Inca has lasted up to the occupation).
In this long period, they have supported this tradition of
cultivating in terraces, under a strict and rational control of the
water, perfected a symbolic system of beliefs based on the worship
to the water that integrates a cosmovisin of dual character, of
reciprocity and complement the half valley and hight of chillon is
an example of this phenomenon that is not foreign to other valleys.
Reason for which, this activity based on the technology of terraces
and control of the water, has allowed to this valley, the emergence
of curacazgos very powerful, like to Los Canta, atavillos,
huancayos, macas, collis, etc, that between them were disputing the
resources and spaces of cultivate.
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Introduccin
En el valle del Chilln se han identificado tres espacios
geogrficos definidos por la altitud estos son: valle bajo o Chala,
valle medio o Chaupiyunga y valle alto. A partir de estos espacios
se han definido las manifestaciones culturales a lo largo del
tiempo, principalmente en el aspecto etnohistrico. Sin embargo,
poco o nada, se ha hecho en lo que respecta al potencial econmico
basado en la agricultura en la cuenca media y alta del Chilln. El
valle medio presenta en la actualidad un panorama conformado por
tres espacios: una es el lecho del ro y sus riberas con matorrales
ribereos; otra, referida las reas de cultivo que ocupan las partes
planas o antiguas terrazas ribereas, alimentadas con canales que
surcan a nivel de las tierras plana y la ultima, referida a las
faldas y conos de deyeccin de sus quebradas laterales de naturaleza
desrtica y rida donde se fundaron una alta concentracin de
asentamientos con cementerios que datan desde pocas tempranas
(siglo V d.C.). Con esta realidad era imposible explicar la
presencia de una alta concentracin de asentamientos, tanto en las
faldas, cumbres y conos de deyeccin del valle. El problema radica
entonces, en explicar el abastecimiento de alimentos para estas
poblaciones en los diferentes periodos culturales y el manejo de
tecnologas agrarias. Para el Periodo Intermedio Tardo, solo en el
valle medio, haban una alta saturacin de poblados concentrados y
dispersos, donde se puede notar una suerte de disputas por el
espacio habitacional y ni que decir de las tierras de cultivo.
Estos asentamientos, a su vez, estaban rodeados por terrazas y
sistema de canales ahora abandonados, en cuya superficie es
factible identificar materiales asociados que sugieren secuencias
ocupacionales continuas en los asentamientos, que datara desde el
Horizonte Temprano (siglo II a.C.). En este contexto, la nica opcin
de estos asentamientos para su supervivencia, era ganar
ingeniosamente las laderas de los cerros para crear espacios
productivos y habitacionales. As prolifer la construccin de
terrazas en ambas mrgenes del valle, que no solo datan del
Intermedio Tardo, su presencia esta registrada desde pocas
tempranas. Hemos hallado evidencias de terrazas asociadas a cermica
Lima en la zona de Zapan y Pucara en el valle medio, una clara
muestra que el valle ha sido productivo desde esta poca. Del mismo
modo, hemos detectado la presencia de canales matrices que se
proyectan por media falda de ambas mrgenes, hoy abandonadas. Esto
corrobora una dinmica productiva basada en el manejo y control del
agua y construccin de terrazas. De este modo, no solo era las
tierras del valle las que abastecan a las poblaciones, eran las
terrazas ganadas a la ladera desrtica.
Estas terrazas tambin llamadas bancales, son un aporte de la
tecnologa ancestral a la cultura andina. Su utilizacin, como ya
dijimos, se remonta hasta el periodo denominado Horizonte Temprano
(siglos II a. C.) con evidencias probadas que habran convertido a
estos poblados en abastecedoras de una alta concentracin humana,
que incluso albergo gentes provenientes del valle de Chancay.
De este modo, los asentamientos prehispnicos de la cuenca alta
del Chilln, fueron sociedades basadas en la economa agrcola y de
pastoreo, razn por la cual, se construyeron grandes estalaciones
basadas en terrazas sobre ambas mrgenes del valle. Su uso estaba
condicionado, ya sea, para cultivo de secano o riego. Los de secano
solo
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funcionaron en las partes altas de la regin Quechua y Suni y los
de riego, tanto en la parte alta como en la parte media y baja del
valle. El agua se capto siempre del cauce del ro a travs de un
sofisticado sistema de redes hidrulicas que abastecan de agua de
manera permanente. Pero tambin existi algunos puquios o los
llamados ojos de agua en la parte media y baja del valle muchos de
ellos secos en la actualidad.
El sistema hidrulico en la esfera de la cultura peruana es un
rasgo comn conocido
tambin como riego artificial como un rasgo caracterstico de la
cultura peruana propuesto hace algunos aos por Carl Troll basado en
un estudio holstico de la cultura andina (Troll, 1980). La
disponibilidad del agua para el valle del Chilln fue propuesta por
Golte sealando que hay supervit para 5000 hectreas de suelo.
Comparado con otros valles, es suficiente el agua para estas
tierras disponibles, pero hay menor espacio til (Golte, 1980). Esta
precisiones es un diagnostico actual, pero al parecer en la
antigedad el tamao de espacios cultivables era mucho mayor debido a
la presencia grandes instalaciones de terrazas, hoy abandonadas por
falta de agua.
Hay otras propuestas para explicar la hidrulica en las
sociedades antiguas, nos
referimos aquella que esta inspirado en las sociedades
hidrulicas propuesta por Karl Wittfogel (1955) y discutida por
Guelles (1986). Tambin el problema del agua esta relacionado a un
pensamiento y cosmovisin ligada a rituales propiciatorios y
creencias en mitos de origen cuyos relatos fueron ampliamente
precisados en extirpacin de idolatras como J. Arriaga (Arriaga,
1920; Bunker y Seligmann, 1986). De otro lado, el control,
administracin y mantenimiento estn relacionados a un orden racional
del manejo del agua fijado por cdigos y normas incorporadas en
costumbres (Valderrama y Escalante, 1986; Claverias y Villegas,
1986; Farfan 2002). Pero tambin, el tratamiento de los sistemas
hidrulicos en el Chilln, debemos verlos desde una dimensin poltica
y de poder. Si bien es cierto, que la construccin de canales y
terrazas obedecen a necesidades de los pueblos, tambin fue un
instrumento de control territorial que originaron disputas y
guerras entre grupos tnicos que fueron obligados a delimitar sus
territorios (Rostworowski, 1986). Pero en el caso de las aguas hubo
un entendimiento racional puesto que su construccin siempre fue de
carcter corporativo debido a que abasteca a varios pueblos quienes
se beneficiaban directamente, para lo cual, crearon calendarios de
uso y limpieza de canales y generalmente estaban cargados de
rituales y ofrendas a las deidades del agua (Farfan 1995;
2000).
El valle del Chilln por su importancia econmica ha sido
estudiado ampliamente
por varios investigadores, ya desde el enfoque etnohistorico o
desde la visn arqueolgica. Lo cierto es que se ha avanzado mucho en
la explicacin de la vida del pasado arqueolgico de este valle.
Rostworowski en un amplio estudio de varios aos nos presenta
informaciones documentales referentes al valle medio. Se dice que
los Huancayo estaban conformados por los grupos tnicos de los
Macas, Missais, Guarauni y Sapan con su sede en el actual Yangas
(Rostworowski, 1977). Tambin se menciona que en algunos casos
estaba sujeto al seor de Colli, un seoro ubicado en el actual
distrito de Carabayllo cuyo territorio se extenda desde el mar
hasta el actual Quives, (AGN, Justicia 413, Probanza de Canta
{citado por M. Rostworowski: 1977}).
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Es sabido tambin que los canta de la parte alta, siempre
ambicionaron estas tierras bajas, por lo que estaban siempre a la
expectativa para invadir (Rostworowski, 1978). Esto presupone un
estado beligerante de estos pueblos y esencialmente entre los
centros de poder, en este caso los Huancayo, los Collis y los Canta
fundamentalmente por la posesin de las tierras frtiles propicias
para le cultivo de la coca, aj y maz morado1. Por esta razn los
incas al incursionar a este valle codiciaron este espacio para la
produccin de coca. De otro lado, Tom Dillehay, basndose en el
registro arqueolgico manifiesta que el sitio de Guancayo Alto
ubicado en la Chaupiyunga (valle medio), fue poblado por varios
grupos tnicos como parte de un esfuerzo cooperativo quienes
obtuvieron recursos no locales. Por lo tanto la gente de las partes
altas habit en pequeas poblaciones partes del valle medio del
Chilln. Para lo cual se identificaron cinco reas de actividad, por
lo que sugiere que hubo dos centros administrativos conservando el
mismo diseo con un sistema administrativo dual, donde uno fue
controlado por administradores de la Chaupiyunga y otro por
administradores de las partes altas (Dillehay, 1976; 1987). Esto se
puede explicar, con la presencia de asentamientos con modelos
constructivos propios de las partes altas y fijados en las cumbres
de cerros, como los de Macas I y II o el de la ubicada en la
desembocadura de la quebrada Carrizal, tambin sobre cumbre y
amurallado. Sin embargo, aun no hay nada claro al respecto, debido
a que no esta probado arqueolgicamente con excavaciones.
De otro lado, el mismo autor, basndose en sus investigaciones en
Huancayo Alto,
define desde una perspectiva del modelo econmico a partir de una
interpretacin socioeconmica refirindose a los patrones de
almacenamiento de productos y redistribucin con arreglo
sociopoltico multitnico en el valle. La funcin de
almacenamiento-redistribucin estipulaba las diferente interacciones
socio polticas y econmicas a travs del tiempo, esta funcin servia
como mecanismo de centralizacin, de competencia sobre los recursos
de la Chaupiyunga y sirvi tanto como para asegurar la permanencia
de la transferencia hacia los productos del valle medio, como para
la integracin social (Dillehay, 1976). A juzgar por el tamao de los
asentamientos, Huancayo Alto es relativamente pequeo en comparacin
por ejemplo con Trapiche y Macas y peor aun si tomamos en cuenta
los asentamientos del cerro Macas donde es visible dos grandes
asentamientos al mismo estilo serrano, asentados sobre la cumbre
del cerro. El problema en este caso es cmo funcionaba este
asentamiento con respecto a Huancayo Alto, si tomamos en cuenta la
posicin de Dillehay. Hay pues varios aspectos no resueltos en forma
fehaciente, tales como la territorialidad y colindancia de los
poblados del valle medio2. El otro componente aun no valorado es el
manejo del agua con el control de los canales y las grandes
construcciones de terrazas que eran ya un signo de poder entre los
pueblos.
Estos hechos y caractersticas de este valle nos conducen a
investigar los sistemas de asentamientos, sistemas constructivos y
principalmente la naturaleza productiva de estos pueblos que estara
basado en la agricultura para lo cual debemos evaluar las
evidencias de 1 Estos tres productos, adems de ser productos
suntuarios tambin son medios para los rituales diversos en el mundo
andino. Tanto la coca como el maz negro conforman elementos para
los rituales de propiciacin y fertilidad. El maz en forma de chicha
negra formando la complementariedad de oposicin con la chicha
blanca y la coca como elemento cohesionador y como medio de
ofrendas a la tierra. 2 Es visible entre asentamiento y
asentamientos murallas, muros de linderacin transversal al cerro,
pero tambin caminos vecinales y troncales que se proyectan por
ambas mrgenes uniendo cada pueblo.
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canales, reservorios y terrazas. Esta actividad, tambin genera
la construccin de espacios de actividad, depsitos o recintos de
almacenamiento, a partir de ello, inferir en la masa poblacional
como fuerza de trabajo y la capacidad de excedentes de produccin y
sus relaciones nter pueblos.
La presente investigacin tiene como objetivo principal la de
identificar el potencial econmico basado en la construccin y manejo
de terrazas agrcolas en el valle medio y alto del ro Chilln y los
mecanismos de control del agua que hicieron posible convertir el
valle en un abastecedor regional de maz, aj y coca como productos
principales. Este estudio no puede estar ajeno a definir tambin la
dimensin temporal, espacial y funcional de los sistemas hidrulicos
y la capacidad econmica basada en la produccin agraria en el valle,
para lo cual se cuentan con los indicadores arquitectnicos y
asociaciones de materiales de superficie como el elemento mas
diagnostico.
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Registro de los espacios con terrazas
La presencia de terrazas para la agricultura como alternativa
productiva en el valle del Chilln estaba condicionado a dos
factores muy importantes: el flujo de agua permanente en el ro que
permite captar el agua hacia los canales todo el ao; los puquios u
ojos de agua que afloran entre los 0 y 2000 m.s.n.m. y que fue
decisivo por ejemplo en tiempos de guerra cuando el ro o los
canales podan estar afectados por los poblados de la sierra.
Estos equipamientos fueron uno de los pilares de la economa de
los pueblos
prehispnicos de la cuenca. Se han identificado varios focos de
control territorial con instalaciones masivas de terrazas y canales
que discurren por media falda de los cerros laterales del valle.
Entre Yangas y Yaso, por la margen izquierda, a media falda del
cerro, surca un canal muy elaborado que abasteca de agua a terrazas
aisladas como las que se encuentran entre la Quebrada Huerta Vieja
y Pucara, con abundante presencia de cermica del estilo Lima. Al
parecer, esta zona estuvo densamente poblada durante el Periodo
Intermedio Temprano (fases tardas de la Cultura Lima). Aqu las
terrazas son muy antiguas a juzgar por las evidencias asociadas que
son bsicamente cermica y algunas instalaciones rudimentarias con
terrazas angostas de 1.50m de ancho como promedio
Foto 1: Vista de los diques en la Laguna de Chalhuacocha,
Huaros
Otro espacio con alta concentracin de terrazas es la Quebrada de
Viscas, entre
Racumani, Cucucha y Tacurme donde pudimos comprobar las
instalaciones casi de 3 km2 de rea, que abarca ambas mrgenes de
dicha quebrada. Al llegar a la carretera, en el paraje de Cucucha,
se pueden ver grandes espacios abiertos delimitados con muros de
piedra, asociados a un montculo a manera de templete de 30m x 10m
aproximadamente. Esto -sin duda- nos abre un panorama muy
importante para entender el manejo del espacio y su explotacin que
datara desde el Periodo Intermedio Temprano o quiz ms temprano. En
la actualidad, ambas mrgenes del Ro Chilln presentan un panorama
inerte y rido; sin embargo, al ascender un poco hacia sus cumbres,
podemos notar las huellas de canales y terrazas que fueron
aprovechadas mediante un cultivo controlado.
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El otro espacio con alta concentracin de terrazas son las faldas
del Cerro
Tauripunku en la jurisdiccin de San Jos con una extensin
impresionante que abarca desde los 2000 hasta los 2900 m.s.n.m. Se
estima que las instalaciones de terrazas cubren aproximadamente 4
km2 de rea que bordea la cumbre y las faldas. Entre las terrazas se
puede notar ciertas construcciones de planta circular a manera de
instalaciones de control, que se repiten cada cierta distancia. En
todo el sistema de terrazas se pueden ver -tambin- las redes de
canales y reservorios hoy abandonadas por falta de agua. Las
terrazas estn aun conservadas y fluctan entre 2m a 10 de ancho y
contornean la topografa del cerro. Siguiendo rio arriba vemos
tambin que tanto Huacosmarca y Carcas antiguos pueblos de Huacos y
Obrajillo respectivamente, poseen terrazas continuas que llegan
hasta el rio. No solo estas instalaciones son para cultivo, sino
tambin forman parte de los basamentos de sus viviendas, lo cual
indica una tecnologa muy desarrollada que era natural en estos
pueblos.
En la jurisdiccin de Huaros tambin existen espacios con
presencia de alta
concentracin de terrazas; stas estaban asociadas a dos
asentamientos prehispnicos: Aynas y Huishco. Aqu las terrazas estn
an en uso -casi al 80% de su totalidad- con dos canales que
abastecen de riego permanente: el canal de Mirpo y el canal de
Runtu, relacionados a rituales de culto al agua (Farfn: 2002). Las
terrazas de Huaracaure y Aynas presentan cmaras de enterramiento
correspondientes al periodo Horizonte Medio, lo que nos permite
fechar su antigedad del uso de terrazas con fines agrcolas
relacionadas a la muerte, (Farfan, 1995).
Finalmente, hay otra concentracin de terrazas en las
inmediaciones de la Quebrada Pasora en la jurisdiccin de Culluhuay,
asociada al asentamiento prehispnico de Cushpa Chica y Grande y la
gran fortaleza de aupajayan, ya sobre los 3950 m.s.n.m., que sera
el ltimo bastin de resistencia de los Canta contra los grupos
tnicos de Chinchaycocha y Bombn. Estas terrazas estn relacionadas
tambin a una deidad del agua, materializada en una piedra semejante
a una mujer, similar a las que hay en el cana de Runtu de Huaros
asociada al pueblo viejo de Aynas.
Los lugares con terrazas que hemos nombrado son las ms
significativas, puesto que hay muchas ms en ambas mrgenes, siendo
una prueba contundente de un manejo racional, tanto del agua como
del espacio que determin la capacidad econmica de los pueblos
prehispnicos
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Foto 2: Terrazas al pie de Tauripunku
De este modo, podemos decir que el poder econmico en esta cuenca
ha estado
centrado en el control de los sistemas hidrulicos y la
agricultura, que conllevan al manejo racional del espacio.
Para una visin ms explicativa, podemos analizar el problema
desde tres dimensiones:
En primer lugar, tenemos la dimensin econmica, basada en la
agricultura y el manejo del agua; la otra es la dimensin espacial
basada fundamentalmente en la existencia de tres territorios
marcados en toda la cuenca: cuenca baja, cuenca media y cuenca
alta. Estos tres espacios geogrficos corresponden a territorios
ecolgicamente delimitados por la altitud y, consecuentemente, son
escenarios de biotipos diversos que han generado pugnas por el
control territorial y el acceso a los recursos desde periodos
tempranos (Rostworowski: 1977, 1978; 1988). Otra dimensin es la
cultural, basada principalmente en el control simblico de las aguas
cargadas de rituales y mitos de origen, que explican la circulacin
del agua y un manejo racional de los cultivos dentro de un
calendario agrario ligado a la cosmovisin altamente sofisticada
(Farfn: 2002).
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Foto3: Espacios abiertos en las terrazas
En la poca prehispnica el poder econmico siempre ha estado
ligado a la
produccin agrcola en terrazas tanto en el mbito del valle medio,
como en el valle alto, aunque debemos advertir que la ganadera fue
otro aspecto que contribuy en la consolidacin de la economa. Este
fenmeno fue un factor determinante de estos pueblos que originaron
disputas con poder hegemnico, tales como los canta, atavillos,
collis, etc. La red de canales en ambas mrgenes y las poblaciones
rurales articuladas a caminos troncales por ambas mrgenes, nos
conducen a plantear la existencia de linderos territoriales de
ciertos curacazgos como los cantas para la margen izquierda y los
atavillos para la margen derecha, condicionada al control de los
recursos. Estos linderos generaron disputas por el acceso a
pastizales, tierras de cultivo y al agua, siendo posiblemente el
factor ms determinante que defini el poder poltico en esta
cuenca.
Foto 4: Detalle de los muros de contencin de las terrazas
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Comentarios Finales El corredor geogrfico del valle del Chilln,
tal como hemos dicho encierra tres dimensiones de anlisis, estos
son: el valle bajo, el valle medio y el valle alto, esta forma de
ver el escenario de esta cuenca no es una novedad, ya fue planteado
por T. Dillehay (Dillehay, 1987) y Jorge Silva (Silva, 1996). Porqu
insistimos en ver bajo estas tres dimensiones el valle, a sabiendas
que podemos caer en determinismos ya superadas ampliamente o
enfoques deterministas de dcadas pasadas?. Bien sabemos por las
evidencias arqueolgicas, el valle muestra un potencial de
evidencias contundentes de presencia de asentamientos muy
organizados, por lo menos desde el Periodo Horizonte Temprano
(siglo II a.C.), con presencia de templos o edificios sagrados como
las de Huacoy, Chocas, Cocayalta, Huarabi, Pucara, etc. Las
evidencias de la cultura Lima, (siglo IV d.C.), con evidencias
basadas en presencia de asentamientos muy dispersos en las faldas y
cumbres de los cerros del valle medio. Esta ocupacin quiz sea la
mas conspicua, debido a que esta asociada a terrazas, tanto
habitacionales, como de cultivo. En el Horizonte Medio, (siglo VII,
d. C). Las evidencias de esta ocupacin aun no estn claras, pero es
visible indicios recurrentes en los tres escenarios. En el
Intermedio Tardo (siglos XI al XV d.C.), la concentracin de
asentamientos es frecuente, se notan agrupamientos habitacionales
concentrados, dispersos, pequeos y medianos, la cuestin es, cmo se
relacionaban cada asentamiento, eran integrados de alguna manera?.
En este periodo el crecimiento poblacional es intenso, por lo que
los recursos no abastecan, por tanto, estos poblados accedan a
otros territorios a complementar los recursos necesarios. Bajo este
principio se inspiro propuestas y enfoques basados en los aspectos
adaptativos y complementaridad dentro de una interaccin
interregional, (Murra,, 1975; Dillehay, 1987; Nielsen, 2006). La
complementaridad es un modelo interpretativo para explicar
justamente sociedades en ambientes diversos, con oportunidades
econmicas limitadas, por tanto, la regulacin y equilibrio en el
acceso a los recursos, solo es posible cuando se han trazado las
reglas interaccin econmica y cultural entre sociedades
contemporneas. Estas reglas estuvieron basados en la reciprocidad,
tanto en el intercambio como en la prestacin de servicios, solo as
es posible explicar las obras de envergadura como son los canales,
caminos troncales y vecinales. Pero aun as, no es convincente cmo
funcionaron estas sociedades en cuanto a la territorialidad.
Rostworowski encontr documentos que explican los linderos
territoriales a travs de mojones entre los canta, los atavillos y
quive (Rostworowski, 1978). Si esto es as, el control del agua
estaba sujeto no solo a un pueblo sino varios que usufructuaban a
lo largo de ambas mrgenes del valle, este hecho presupone arreglos
polticos de caractersticas reciprocas y de complementaridad para
solucionar las diferencias. De aqu se podra desprender cuales
asentamientos eran los ejes que imponan el poder, quiz sean
aquellos que por su tamao y extensin podan asumir el control, pero
aun no tenemos claro este problema, ser motivo de la continuar
estas investigaciones en el futuro.
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