-
LATINOAMERICACUADERNOS DE CULTURA LATINOAMERICANA
57SAMUEL SILVA GOTAY
TEOLOGIA DE LA LIBERACION LATINOAMERICANA:
CAMILO TORRES
UNAM
COORDINACION DE HUMANIDADES CENTRO DE ESTUDIOS LATINOAM
ERICANOS/ Facultad de Filosofa y Letras UNION DE UNIVERSIDADES DE
AMERICA LATINA
-
SAMUEL SILVA GOTAY TEOLOGIA DE LA LIBERACION
LATINOAMERICANA: CAMILO TORRES
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO
COORDINACIN DE HUMANIDADES
CENTRO DE ESTUDIOS LATINOAMERICANOS
Facultad de Filosofa y Letras
UNIN DE UNIVERSIDADES DE AMRICA LATINA
-
Samuel Silva Gotay (1935), socilogo puertorriqueo, profesor de
Sociologa y Cultura en la Universidad de Puerto Rico; miembro del
Centro de Estudios del Caribe en la misma Universidad. Tiene varios
trabajos sobre las relaciones de la Iglesia con la sociedad
Latinoamericana. Entre ellos se cuenta el titulado El Apstol y la
Iglesia y la pobreza en Puerto Rico: Una interpretacin
histrico-social. Conoce, ampliamente, la discutida Teologa de la
Liberacin que surge en Latinoamrica, a partir de la reunin del
Celam en Medelln, Colombia. Publica una Bibliografa mnima de la
Teologa de la Liberacin.
Ingresa al Centro de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de
Filosofa y Letras de la UNAM donde prepara y presenta la tesis de
doctorado en 1977 que titula El desarrollo del pensamiento
Cristiano marxista de la Iglesia Catlica Latinoamericana de 1960 en
adelante. Como miembro del Seminario de Historia de las Ideas en
Latinoamrica del citado Centro de Estudios, publica en 1972 en el
Anuario Latinoamrica, que es rgano del Centro el trabajo que llev
el ttulo de Teora de la Revolucin de Camilo Torres: su contexto y
sus consecuencias continentales, que aqu publicamos en su casi
totalidad. Al terminar sus estudios, y para preparar la tesis
citada, Silva Gotay recorre la totalidad de los pases
Latinoamericanos estudiando todas las expresiones de esa teologa, o
teora de liberacin latinoamericana.
3
-
TEOLOGIA DE LA LIBERACIN LATINOAMERICANA:
CAMILO TORRES
Samuel Silva Gotay
La Iglesia Catlica en Amrica Latina constituye una tercera parte
de los catlicos del mundo y en los prximos treinta aos constituir
la mitad del total de los catlicos del globo. Este dato, lleva al
socilogo colombiano, Germn Guzmn a concluir que en las
circunstancias actuales de Amrica Latina, la fuerza mayor para
enfrentar cualquier forma de imperialismo y neocolonialismo externo
o interno est en la Iglesia Catlica. Esta posibilidad, desde luego,
va condicionada a que ocurran cambios radicales en esa institucin
social.
El desarrollo de los camilistas en Amrica Latina es una seal que
apunta a la posibilidad de esos cambios.
A pesar de la importancia de la Iglesia como factor social que
opera en la dinmica de las sociedades de Amrica Latina, ha sido
poco estudiada por nuestros historiadores y cientficos sociales. El
propsito de este ensayo (que es parte de un estudio sobre estos
desarrollos en la dcada de 1960) es examinar el contexto en que se
dan las ideas del sacerdote revolucionario Camilo Torres Restrepo,
analizar su teora y su teologa de la revolucin para entender sus
consecuencias continentales, y examinar algunas de las preguntas
que plantea este fenmeno a la historia y la sociologa de la
religin.
I. SU CONTEXTO
La Iglesia y las clases dominantes
La Iglesia Catlica en Amrica Latina ha sido estudiada
generalmente desde el punto de vista de una de las instituciones
que cumple la funcin de guardin de la estabilidad social y poltica
en beneficio de las clases dominantes, a cambio de lo cual recibe
la proteccin de sus privilegios. Loyd Mecham en su prestigiosa
obra, Church and State in Latin America, recuenta no menos de 36
ocasiones en que la Iglesia organiz, financi, provoc, influenci y
apoy golpes de Estado a gobiernos liberales. Durante el desarrollo
colonial y mientras dur el viejo rgimen, la Iglesia fue
5
-
considerada con el departamento de asuntos religiosos del Estado
a causa del Patronato Real que pona en manos del rey ms poderes
administrativos sobre la Iglesia colonial, que los que tena el sumo
pontfice sobre ella. Esa relacin implicaba a su vez, una fidelidad
y defensa al Estado y al sistema por parte de la Iglesia.
Con el cambio producido en el sistema sociocultural cuando el
advenimiento del liberalismo, la Iglesia fue despojada de su poder
poltico (y en algunos casos econmico) por su alianza con los
regmenes conservadores. Eventualmente, la Iglesia se reconcili con
las libertades econmicas y polticas del liberalismo (lo cual la
llev a recobrar algunos de sus poderes), para comenzar de nuevo en
nuestro siglo con otro conflicto con el advenimiento de otro
sistema socioeconmico: el socialismo.
Sin embargo las condiciones de cambio social en el mundo, la
crisis de la cultura y la revolucin social han llevado esta vez el
conflicto al seno mismo de la Iglesia, y sta ya no puede presentar
un frente tan unido como lo present en el siglo xix en Amrica
Latina a partir de las guerras de la independencia. Si echamos un
vistazo a esta situacin de crisis y cambio social veremos cmo estos
factores inciden sobre el conflicto interno en la Iglesia
revelndonos el surgimiento de otro clero jugando una funcin social
contradictoria a la que juega la Iglesia (religin institucional) y
en apoyo de los intereses de otra clase social. Ese nuevo clero
juega el papel de agente de cambio y de apoyo a los intereses de la
clase baja y grupos marginales.
La crisis de la cultura
Nuestro siglo presente est marcado por dos revoluciones
fundamentales, la revolucin tecnolgica que ha llevado al hombre a
la Luna y la revolucin de los pueblos coloniales y las minoras
oprimidas. Estas dos revoluciones revelan la naturaleza de la
crisis de nuestra cultura en el sentido de un mundo que muere para
dar a luz a otro que apenas ha perfilado su contorno.
Esta crisis va caracterizada por el proceso de secularizacin y
por la rapidez de los cambios sociales.
El proceso de secularizacin
A pesar de que desde el siglo xix el hombre va descubriendo con
fuerza y reafirmando la historicidad de los conceptos y de los
valores y creencias, que ese hombre ha
-
ba sacralizado y crea eternos o determinados por una ley
natural, no es sino hasta nuestro siglo que las consecuencias de
ver el mundo y la cultura como creacin del hombre se agolpan y se
precipitan en un proceso de desacralizacin que anuncia que el
hombre religioso ha descubierto que Dios le ha hecho completamente
autnomo y responsable de s mismo y de su historia. El hombre de
mediados del siglo xx ya no puede justificar las condiciones
socioeconmicas y la estructura poltica alegando la existencia de
una ley natural, porque la sociologa le ha explicado la naturaleza
de la formacin de las ideologas y de las convenciones sociales; las
normas, instituciones y valores que el hombre haba sacralizado como
absolutos y universales ya han sido secularizados. Ya ninguna ley,
estructura social, o sistema econmico puede considerarse como
ordenado por Dios o como revelado, sino producto del quehacer
poltico y social de los hombres.
Los rpidos cambios sociales
La otra caracterstica de la crisis de nuestra cultura la
constituye la rapidez de los cambios. El conocimiento se duplica ya
en periodos tan cortos que a veces no pasan de cinco aos, mientras
que antes fue proceso de siglos; la tecnologa, la moral, las
concepciones teolgicas, los procesos econmicos, la cultura material
manufacturada (edificaciones, mquinas, la ciudad), las tcnicas
educativas, las tareas especializadas, las profesiones y aun las
comunidades, estn sujetas a cambios tan rpidos en los ltimos aos
que hace imposible al hombre mantener un conocimiento tal de su
mundo como para reclamar ser una autoridad. En un mundo permanente,
los ms viejos constituyen la autoridad porque tienen ms
conocimiento y dominio de la realidad, pero en un mundo cambiante,
las autoridades tradicionales pierden su valor y su relevancia. En
este mundo no hay autoridad, excepto la que los hombres reconocen.
En nuestro siglo la autoridad ha muerto.
Junto con esto y en parte como consecuencia de ello, ocurre una
tendencia que (a falta de otro nombre) llamaremos tendencia a la
democratizacin, en la cual, la participacin de la persona en los
sucesos que afectan su vida comienza a afirmarse porque las
autoridades al estilo de antes no son posibles ya. Cada hombre
tiene que decidir lo que le conviene. El hombre comn tiene
opiniones, un mnimo de educacin y escucha la radio y la televisin.
Este hombre sabe que muchas de las verdades son relati
7
-
vas y no absolutas; vengan del papa o del rector de un claustro.
El aconsejar paternalista de antes es sustituido por el counceling
indirecto, la conferencia autorizada por el seminario de
participacin y los sermones dogmticos por los grupos de estudio.
Esa participacin del hombre que de pronto se descubre como
responsable de las fuerzas del destino, es inherente al proceso de
secularizacin que nos ha ido dando a la luz ese nuevo mundo que
nace.
Cuando los elementos de la cultura tales como la moral, la
costumbre, la comunidad, los trabajos y otros no son lo
suficientemente permanentes como para realizar la funcin de formar
la persona mediante el proceso de socializacin, se hace ms urgente
que en ningn otro momento en la historia que la gente joven bregue
activamente con su mundo formndolo y definindolo para llenar sus
necesidades en lugar de vivirlo en actitud pasiva y de
dependencia.
Esto lo vemos en la fuerte y desesperada bsqueda y forja de una
nueva moralidad no slo en los jvenes, en quienes la relatividad de
su medio circundante por los rpidos cambios no ha podido imprimir
unos patrones normativos de vida, sino aun en los filsofos, telogos
y profesionales que formulan concepciones ticas para la brega con
problemas humanos.
Los clrigos de avanzada de Amrica Latina son generalmente
personas que han estudiado y se han formado intelectualmente en ese
ambiente peculiar de nuestra cultura en crisis. A pesar de que esas
caractersticas de la crisis de nuestra cultura no son tan evidentes
en las sociedades tradicionales de la mayora de nuestros medios
rurales y recientemente urbanizados de Amrica Latina, sin embargo
se advierte que el liderato de los clrigos de avanzada y
especialmente los llamados rebeldes han tenido una formacin
intelectual en los centros urbanos europeos o norteamericanos donde
el efecto de la crisis se hace sentir ms y donde ms se reflexiona
sobre ella. Todo el ambiente de la cultura del siglo xx hace presin
sobre estos hombres, forjndolos en hombres de su siglo,
Teologa de la revolucin
Ese clero ha tenido acceso a toda la discusin teolgica sobre la
renovacin de la Iglesia que procedi por muchos aos al concilio,
particularmente en los seminarios del norte de Europa, en cuyos
centros de estudios, la teologa bblica producto de la crtica bblica
protestante y juda puso
-
bajo fuego los viejos dogmas escolsticos de la Iglesia, la vieja
liturgia latina y las concepciones no cientficas del mundo, del
hombre y de la sociedad a lo cual ayudaron grandemente las ramas de
la sociologa, la antropologa y la psicologa freudiana.
As, este clero joven (igual que los que se haban mantenido al
tanto de los cambios del mundo y de la teologa) tiene una concepcin
diferente sobre la religin, la Iglesia y sobre la misin de la
misma, que no es compartida por sus superiores, generalmente de ms
edad y producto de las sociedades rurales estables.
El concilio en sus discusiones se haba hecho eco de esas ideas
de avanzada y haba abierto el camino a seguir para una
transformacin en el concepto de la Iglesia: la Iglesia como
comunidad (el pueblo de Dios en lugar del clero y la jerarqua); la
libertad religiosa y libertad de conciencia; reconocimiento del
valor de las realidades terrestres; reconocimiento de la
corresponsabilidad de los cristianos en la construccin de la
comunidad humana.
Pero lo ms importante haba sido la superacin de la antinomia
entre lo temporal y lo eterno. La condena del mundo y lo terrestre,
como cosa degenerada frente a lo divino, es superada con la
reafirmacin de la creacin como obra de Dios y el reconocimiento de
la historia como la arena de la accin de Dios. Con esto viene el
reconocimiento de la vida cotidiana, el trabajo y la poltica como
medios de servicio a Dios mediante el servicio ai prjimo y, por
otro lado, el reconocimiento de la naturaleza histrica de la
Iglesia.
La nueva teologa produce una brecha insalvable entre el nuevo
clero y su vieja jerarqua en cuanto al entendimiento de la relacin
iglesia-mundo. Mientras la jerarqua est orientada por la funcin
histrica que como institucin ha desempeado, la nueva generacin de
telogos y estudiantes seminaristas est orientada por la preocupacin
de los telogos europeos de la posguerra; por el ambiente cultural
de universidades y seminarios invadidos por la cuestin de la
revolucin colonial, la revolucin racial, la cuestin universitaria,
la guerra de Vietnam y la actitud crtica que domina la cultura
juvenil. Pero sobre todo, perturbados por las condiciones de
miseria, hambre, enfermedad, desempleo y explotacin que se agudiza
en la Amrica Latina a partir del fracaso de las esperanzas puestas
en el capitalismo industrializado, y a partir de las nuevas
esperanzas presentadas por la Revolucin Cubana. No slo es una
generacin en contacto directo con la miseria que surge
9
-
de la explotacin sino que, tiene tambin instrumentos
conceptuales para entenderla e, interpretarla. Conocen el
desarrollismo de Lebret y el dilogo cristiano-marxista estimulado
por M anuel Mounier en Francia. Esto, los hace diferentes al clero
que por muchos aos haba educado la Iglesia.
Las condiciones econmicas de Amrica Latina en la dcada de
1960-1970
Para el comienzo de la dcada de 1970 los signos de fatiga de la
sustitucin de importaciones, que haba determinado la historia de
las tres dcadas anteriores, apuntaba que sta ya haba llegado a su
agotamiento. Con la crisis de la depresin del 30 las economas de
Amrica Latina que tenan infraestructuras desarrolladas, haban hecho
el intento de industrializacin, transfiriendo sus esfuerzos de la
inestable produccin primaria a la produccin industrial. El Estado
tom una funcin de dirigente controlando la poltica fiscal,
fomentando, distribuyendo y arbitrando. Los pases donde el enclave
extranjero, no haba permitido el desarrollo de una burguesa
nacional, de acumulacin de capital, ni de una infraestructura
administrativa, no pudieron hacer esos intentos despus de la
Segunda Guerra Mundial y vivieron esos aos bajo dictadores al
servicio de la hegemona extranjera que explotaba sus recursos.
El liberalismo econmico puro haba fracasado en Amrica Latina. El
Estado adquiri una funcin econmica con los modelos populistas y con
los reformistas llamados demcratas de izquierda. Surgi una clase
obrera que pugnaba por participar en decisiones polticas y mejores
beneficios. Avalanchas de campesinos invadieron las ciudades
creando arrabales que llevaron el desequilibrio social a su mximo;
creando situaciones crticas por la falta de facilidades y sus
consecuentes problemas de salud, vivienda, desempleo, delincuencia,
presiones polticas e inestabilidad. El desequilibrio de la
infraestructura urbana afectaba an a la clase media y a la
industria. Los gobiernos populistas hicieron esfuerzos
distributivos para la incorporacin de las nuevas clases, pero
resultaban en medidas inflacionarias y contradictorias a las
necesidades de concentracin de capital en una industrializacin que
haba agotado su mercado y que exiga el control de las presiones de
las clases populares. Pero las clases populares no podan esperar.
Especialmente la infraclase de marginados y los que componan el
subempleo. La mortalidad, el hambre en algunas
10
-
regiones, la enfermedad, el hacinamiento y el contraste cada vez
ms grande con los que tienen, contraste que la diseminacin de los
medios de comunicacin haca ms evidente y desafiante la explotacin
del campesinado que ya no se sostena en los campos; llevado todo a
proporciones insoportables por la alta tasa de crecimiento
poblacional, haca la situacin muy dolorosa y difcil para que estas
clases esperaran.
El imperialismo norteamericano, que haba comenzado a fortalecer
los vnculos de dependencia de esas economas perifricas mediante
medidas de inyecciones de capital y ayuda econmica, iba a exigir
garantas de estabilidad (contra las presiones populares) a esos
gobiernos, los cuales controlara usando la OEA como instrumento de
control.
El desarrollismo advertir que esas economas no se salvarn con
medidas keynesianas porque son economas perifricas condenadas a ser
sacrificadas para la supervivencia de las economas centrales del
mercado mundial que controla su propio ritmo de produccin, precios,
sistemas de comercializacin, etctera, por lo cual slo una
transformacin integral podra crear el equilibrio necesario. Con qu
recursos? Ahorro nacional? De dnde? Inversin extranjera? A qu
precio? Todo qued en magnficos diagnsticos (lo cual era magnfica
contribucin pero no resolva el problema). El mismo curso sigui la
posibilidad de reforma agraria para la modernizacin de la
produccin, para absorber la mano de obra, para expandir el mercado
interno, y para aliviar las tensiones sociopolticas. El poder
explotador sobre indios y campesinos era absoluto. Las dificultades
polticas de la modernizacin superaban las dificultades tcnicas. La
burguesa nacional y por ende los sectores polticos poderosos
estaban ntimamente ligados a la oligarqua tradicional. Imposible
renovar el sector rural pacficamente.
En esa situacin surge Cuba como una opcin para la Amrica Latina,
Significa independencia de los Estados Unidos, reforma agraria,
reforma urbana, alfabetizacin y poltica distributivas con medidas
hacia la industrializacin. La teora del foco guerrillero como
vanguardia de la revolucin con el campesinado como pueblo, es la
revolucin que va enmarcada en un marxismo flexible y nativo, que no
necesita que las condiciones objetivas estn maduras ni que ocurra
una revolucin burguesa (que de todos modos esas economas perifricas
coloniales no generarn).
Esta perspectiva revolucionaria que ensalza la imagen del
guerrillero como reformador social moralizante y como ex
11
-
presin del hombre nuevo desenajenado, es la revolucin esperada y
por eso impacta poderosamente a la Amrica Latina con el signo de la
esperanza definitiva.
Esa esperanza crea una atmsfera en los pueblos que viven esas
condiciones descritas y los sacerdotes de formacin europea
impactados por la naturaleza de los tiempos segn se refleja en la
cultura, la teologa y la tica social, van a vincularse a la
revolucin por motivos religiosos pero aceptando la revolucin en sus
propios trminos.
La Iglesia y las clases explotadas
Una mutacin surge en el sacerdocio latinoamericano como
resultado de esas condiciones del mundo en que vive, surgen: Camilo
Torres, Francisco Lage, Carlos Zaffaroni, el padre Allaz, Jordan
Bishop, Helder Cmara, los sacerdotes para el Tercer Mundo, la
Iglesia joven de Chile, los curas del Golconda en Colombia, y otros
sacerdotes en Uruguay, Argentina, Bolivia, Per, Guatemala, Repblica
Dominicana, Cuba y Puerto Rico.
Sociolgicamente este clero llena una funcin opuesta a la de
mantener la estabilidad poltica y social. Son agentes de cambio al
servicio de una clase social diferente a la que la Iglesia como
institucin social ha estado sirviendo polticamente. Aqu advertimos
que la religin institucionalizada y la religin como movimiento
ideolgico-evanglico realizan dos funciones sociales contradictorios
que sirven a dos clases sociales opuestas en sus intereses. Esta
contradiccin se agudiza en pocas de crisis econmicas y cultural.
Los estudios sociolgicos sobre las sectas mesinicas y subversivas
nos indican que ponen en juego la seguridad que ofrecen la
funcionalidad de la cultura y de la vida comunal.
La caracterstica fundamental de las sectas en su relacin de
antagonismo con el mundo oficial, con las instituciones religiosas
oficiales, con las autoridades eclesisticas y con la moral pblica y
la tica del clero oficial. Este antagonismo se traduce en su visin
apocalptica de la destruccin del mundo corrompido, de la inminente
salvacin de los pobres y puros que no se han contaminado con el
mundo y en el rechazo de las costumbres y las instituciones
aceptadas por las clases superiores que las dirigen. Hasta ahora en
la mayora de las sectas, como dice Williams en su estudio de las
sectas en Chile y Brasil, ese antagonismo que se manifiesta en un
rechazo del mundo y la inversin de los valores de la moral oficial,
constituyen una subversin del orden tradicional en el lenguaje
del
12
-
simbolismo religioso, subversin que resulta en la inutilizacin
de la accin poltica real. Si es cierto que constituyen una rebelin
contra la injusticia del orden material o imperante, no pasa de ser
una rebelin simblica. En ese sentido constituyen rebeliones
enajenadas.
Aunque estos grupos camilistas no responden en todas sus
caractersticas a la tipologa de secta, como la conocemos en la
sociologa de la religin, sin embargo, s encontramos en los
camilistas esa caracterstica fundamental de la rebelin contra el
orden socioeconmico y religioso imperante y en favor de esos grupos
marginados, pero con la diferencia, que la rebelin de los
camilistas no es simblica, sino que es poltica. La rebelin de los
camilistas contra el sistema de explotacin no toma el carcter
simblico de la apocalptica destruccin del mundo ni de la salvacin
celestial como consuelo a los explotados, sino que toma el carcter
revolucionario de los movimientos hussitas y de los movimientos
campesinos alemanes del siglo diecisis. El cami- lismo es un
movimiento que lucha por la salvacin del hombre mediante la
promocin de la revolucin socialista, aunque la revolucin no agota
la lucha por el nuevo hombre.
Qu condiciones determinan que la religin sirva de opio de las
masas y qu condiciones determinan que la religin sirva de ideologa?
No sabemos an. La bsqueda de la contestacin a esa pregunta es an
muy nueva. Camilo Torres Restrepo y los camilistas sern a largo
plazo parte de esa contestacin. Por eso la importancia del continuo
estudio de estos grupos.
II. TEORIA Y TEOLOGIA DE LA REVOLUCIN EN CAMILO TORRES
RESTREPO
Introduccin, los das de Camilo
El pensamiento de Camilo Torres es la expresin peculiar de las
condiciones existentes en Colombia, expresin que es estimulada por
la naturaleza de los tiempos. Su pensamiento es el grito del pueblo
que sufri la matanza de los dos mil obreros y sus familias
asesinadas en el 1928 por la oligarqua y la pseudoburguesa que les
cerr su entrada al sistema social y econmico; es la expresin
articulada del pueblo frustrado que ve morir sus esperanzas en el
asesinato de Gaetn; es el clamor de los 300 000 colombianos muertos
en la matanza de la dcada del 50 30 000 por ao, dos mil quinientos
por mes, ochenta y tres diarios,
13
-
cuatro cada hora ; es la amenaza de los miles de campesinos que
tienen que arrancar la supervivencia del minifundio, mientras un
puado de familias poseen el 64 por ciento de la superficie agrcola,
la misma que se adue del Banco de la Repblica en 1951 para emitir
su moneda y decidir su ms conveniente poltica monetaria; es el
gemido de los trescientos mil nios que mueren anualmente de hambre
y miseria; es el arma de los pequeos agricultores de la
monoproduccin del caf, explotados por los comerciantes colombianos
y norteamericanos; es el fusil de los campesinos asesinados
diariamente en la meseta y en los bosques por el ejrcito a sueldo
de liberales y conservadores que han cerrado el sistema a la
participacin de los obreros, campesinos y marginados. Es la
respuesta de la violencia revolucionaria a la violencia
institucional. Pero tambin es el acto de libertad de un hombre que
toma sobre s la explotacin de su pueblo y ofrenda su propia
vida.
Con la intervencin militar de 1964 en Brasil, cambia el foco de
la Iglesia rebelde a Colombia, donde ya el padre Camilo Torres,
capelln universitario y socilogo interesado en el desarrollo
comunal y la Reforma Agraria, ha comenzado a entrar en conflictos
con su jerarqua por sus intentos de unificar el pueblo colombiano
en un Frente Unido para tomar el poder y lograr cambios radicales
en las estructuras sociales y econmicas.
Ya para 1964 Camilo escribe:
Los progresistas somos muy inteligentes. Hablamos muy bien.
Tenemos popularidad. Pero, la reaccin mueve uno de sus poderosos
dedos y nos paraliza. No podemos seguir sin organizacin y sin armas
iguales, por lo menos. Ya hablaremos de todo esto.
En diciembre, conversa con su grupo sobre la obligacin del
revolucionario y sobre su ingreso a las guerrillas.
A principios del ao 65, cuando le ha fallado el proyecto para
publicar una serie de estudios sobre Colombia, redacta la
plataforma de Frente Unido en la que dice que en vista de que una
minora es la que toma las decisiones fundamentales del pas contra
la mayora, y que en vista de que aqullos no han de afectar sus
intereses ni los extranjeros, es necesario que las mayoras tomen el
poder para hacer los cambios necesarios para el desarrollo
econmicosocial, y procede a llamar a una unidad que sustituir los
desprestigiados partidos polticos. La Plataforma del Frente
Unido
14
-
del Pueblo Colombiano contena los siguientes objetivos:
una reforma agraria sin indemnizacin reforma urbana que dara las
residencias en propiedad
a los que las viven planificacin obligatoria de inversin pblica
y privada impuestos progresivos sobre la renta; no habr insti
tuciones exentas nacionalizacin de bancos, compaas de seguros,
hos
pitales, centros de fabricacin de medicinas, trasportes pblicos,
radio y televisin, y explotacin de recursos naturales
relaciones internacionales independientes con todos los
pueblos
seguridad social y salud pblica garantizadas; el personal mdico
funcionar en calidad de empleados pblicos
sanciones para los padres de nios abandonados (miles en
Bogot)
presupuesto adecuado a fuerzas armadas y defensa de la soberana
nacional a cargo de todo el pueblo
igualdad poltica para la mujer
En marzo Camilo ley la Plataforma a un club de la Juventud
Conservadora y de aqu se difundi rpida y ampliamente. Durante los
motines por causa de la intervencin norteamericana en Santo Domingo
que parecieron derrocar al gobierno de Valencia en Colombia, Camilo
habl a los estudiantes en su homenaje y los inst a organizarse con
armas iguales contra las fuerzas. De aqu en adelante la Plataforma
del Frente Unido se extiende como un fuego arrollador y Camilo no
descansar visitando campos, y ciudades, sindicatos y universidades
en una veloz y urgente carrera por comunicarse con todo el pas. A
esto el rgimen responde con una creciente represin.
En mayo los grupos de oposicin aceptan su plataforma. Durante el
verano la jerarqua declara sus actividades incompatibles con el
carcter sacerdotal mientras Camilo se encuentra con el Frente de
Liberacin Nacional y planean juntos la lucha en las ciudades. Lo
haban relevado de las rdenes por peticin suya, cuando Camilo sale a
las guerrillas en octubre 18 de ese precipitado ao de 1965. Cuatro
meses despus muere en combate.
15
-
La motivacin cristiana: teologa de los motivos
revolucionarios
Camilo encuentra la razn de su vida y de su misin revolucionaria
en su amor al prjimo. Las veces que menciona su trayectoria
biogrfica menciona que primeramente encontr el cristianismo como
una forma de vivir el amor al prjimo y luego, al ver su importancia
dice que resolvi dedicarse al amor al prjimo completo y por eso se
hizo sacerdote, Pero como para ser sincero y verdadero tena que ser
eficaz, y por esto vio que era necesario unirlo a la ciencia, y se
hizo socilogo. Pero al estudiar sociologa se dio cuenta de que para
darle comida a las mayoras no bastaba con la beneficencia del
paternalismo. En otras palabras, concluy que la revolucin no
solamente es permitida, sino que es obligatoria para los cristianos
que vean en ella la nica manera eficaz y amplia de realizar el amor
para todos.
As fue que lleg a sus lineamientos principales:
1. El poder para las mayoras sin el cual no hay cambio
social.
2. El rechazo de la va electoral como camino para la toma del
poder.
3. La lucha armada como un mal necesario que impone la burguesa
como condicin para la entrega del poder.
Para l, es el amor cristiano lo que lo induce a dejar el
sacerdocio por la revolucin:
Abandon el sacerdocio por las mismas razones por las cuales me
compromet con l. Descubr el cristianismo como una vida totalmente
centrada en el amor al prjimo. . . Fue despus de esto cuando
comprend que en Colombia no se poda realizar este amor simplemente
por la beneficencia, sino que urga un cambio de estructuras
polticas, econmicas y sociales que exigan una revolucin a la cual
dicho amor estaba ntimamente ligado.. .Esta experiencia personal la
teologiza cuando habla en
La Revolucin, Imperativo Cristiano sobre el apostolado
cristiano. El apostolado cristiano consiste en todo aquello que
lleve a los dems a tener la vida sobrenatural . . . el resultado
ltimo y esencial es invisible ya que es la misma vida sobrenatural.
Pero dice que el amor es el ndice externo de la presencia de esa
vida sobrenatural. Los me
16
-
dios ordinarios (de la teologa catlica) para obtener la vida
sobrenatural en ausencia de la caridad. Y cita a I Cor. 13 y Sant.
II 15-15 entre otros para fundamentar que fe y rito sin caridad no
es indicio de vida sobrenatural, a la vez que cita a Rom. XIII 8.
Porque el que ama al prjimo cumple con la ley. De aqu va a pasar en
este y muchos otros artculos, al anlisis de las condiciones de
opresin y de la imposibilidad de lograr el cambio social sin la
toma del poder para la revolucin de las estructuras. Si el
cristianismo va a aplicar su amor a la realidad humana, concluye,
tiene que ser haciendo la revolucin. En esta conferencia mencionada
dice:
queda muy claro que el cristianismo, en los pases pobres, no
solamente puede sino que debe comprometerse con el cambio de
estructuras para lograr una mayor planificacin tcnica en favor de
las mayoras. Y procede a analizar la colaboracin con los marxistas,
en la carta al obispo coadjutor de Bogot le incluye un estudio
donde dice
Esto se llama revolucin, y si es necesario para realizar el amor
al prjimo, entonces para un cristiano es necesario ser
revolucionario. Y en el reportaje de Gilly en Monthy Review, que
Marcha public en Espaol dice: Por eso un poco en broma, pero tambin
bastante en serio, me pongo intransigente y le digo a mi gente: el
catlico que no es revolucionario y no est con los revolucionarios,
est en pecado mortal.
Esta conviccin la repetir mltiples veces en artculos y
discursos.
En este sentido, Camilo Torres es definitivamente un
revolucionario cristiano a pesar de que el anlisis de la situacin,
la estrategia y la tctica sean seculares, como analizaremos ms
tarde. Camilo es un conservador en su teologa. No ir tan lejos,
como otros cristianos radicales han llegado a teologizar sobre la
revolucin desde un punto de vista secular humanista aun como
motivacin. Su conser- vadurismo teolgico lo vemos en el reportaje
de peridico El Tiempo cuando dice: En cuestiones bblicas no soy
partidario del libre examen. En cuestiones cientficas soy
partidario de la libre discusin basada en la libre investigacin; y
la misma actitud se revela con la nitidez con que observa las
reglas y el protocolo de obediencia cannica con sus superiores,
hasta el momento de romper con ellos y la consideracin que les
guarda an despus. Es en el
17
-
anlisis de esta caracterstica de Camilo donde se observa con ms
claridad lo fuerte y poderoso de su compromiso (su amor) con el
pueblo y lo doloroso del rompimiento con la jerarqua.
La accin secular, y la ciencia sin ideologa
A pesar de que Camilo considera que el motivo para la
participacin del cristiano en la revolucin es una de naturaleza
religiosa, considera que la accin de los cristianos en el mundo se
da como personas, como ciudadanos del mundo, y no como integrantes
de una institucin religiosa. Camilo, al igual que los telogos de
avanzada, rechaza el triunfalismo y el integralismo de la Iglesia y
mantiene una distincin entre lo que es realmente divino o
especficamente cristiano (en cuanto pertenece a Cristo) y las obras
de los hombres (resultado de la motivacin del hombre y de su
formacin cultural, aun cuando ese hombre sea cristiano ).
Camilo cita al telogo espaol Jos Mara Gonzlez Ruiz quien explica
este cambio en la teologa de la Iglesia que dejar las puertas
abiertas para la colaboracin con los marxistas.
La Iglesia no puede tener la proteccin de instalarse en el mundo
como un enclave territorial dotado de autonoma y con los recursos
de su propia independencia. La gracia no viene a suplir ni a
suplantar las glndulas segregadoras de valores humanos; slo viene a
potenciarlos y elevarlos. La Iglesia no ha recibido de Cristo la
misin de producir tcnicas, polticas, sociales o culturales. . . Por
eso la Iglesia no tiene por qu crear una poltica cristiana, una
sociedad cristiana.
Hablando sobre las soluciones del subdesarrollo, dice:
Esas soluciones no deben ser cristianas, ni protestantes, ni
bautistas, ni materialistas. Esas soluciones deben ser cientficas,
eficaces: y la eficacia no tiene ideologa.
Esta posicin teolgica de Camilo va ligada a su concepcin sobre
la relacin entre ciencia e ideologa, como ya vemos despuntar en la
cita anterior. Los primeros aos Camilo descubre en la sociologa el
camino como antes lo haba descubierto en el sacerdocio y como ms
tarde lo va a descubrir en la revolucin. Con esa pasin que lo
carac
18
-
teriza, predic la objetividad de la ciencia como el camino para
encontrar la solucin de los problemas. Aun cuando ya no crea que
eso sea suficiente, todava le quedar su concepcin de la objetividad
de la ciencia. En un excelente (aunque sencillo) artculo, ataca por
un lado la cobarda disfrazada de objetividad de la sociologa
empiricista (sin anlisis estructural de los problemas y que escoge
problemas insignificantes que no revelan las condiciones
politicoeconmicas de la mayora) y por otro lado, ataca la concepcin
de los falsos discpulos de Marx (que dicen que la ciencia es
inseparable de la ideologa de clase que la produce lo cual implica
que en este caso habra necesariamente una sociologa burguesa y otra
proletaria sin recordar que ni Marx ni Engels pertenecan a la clase
proletaria y que, si se discutiera que ellos son excepcionales,
esto cerrara el caso porque precisamente, los cientficos son
excepcionales). Dice Camilo:
Llegar a ser esa excepcin es la base para llegar a ser
cientfico. . . excepciones que no se logran sino a base de
disciplina y formacin cientfica, a base de valor moral y tica
profesional, a base de una autocrtica y del reconocimiento de los
propios juicios de valor, para preservarse de ellos en la indagacin
objetiva de los hechos. . .
Son estas dos concepciones, la teologa y la cientfica lo que
habilitar a Camilo Torres a trabajar en la colaboracin con los no
cristianos y a la unidad en la revolucin por una sociedad
socialista.
Cristianismo y marxismo
El cristiano y el marxista pueden trabajar juntos por lo que
tienen en comn. Camilo entiende que el marxismo adems de ser una
filosofa, es tambin una ciencia sobre la sociedad y una tcnica para
el desarrollo, y con esto ltimo l est de acuerdo (por lo objetivo
que puede ser la ciencia y porque la Iglesia ya no requiere que las
soluciones sean cristianas ).
Dice en su publicacin Frente Unido:
es necesario definir que esta plataforma tiende al
establecimiento de un Estado Socialista, con la condicin de que el
socialismo lo entendemos en un sentido ni
19
-
camente tcnico y positivo, sin ninguna mezcla con elementos
ideolgicos. Se trata de un socialismo prctico y no terico.
A la pregunta de que si es marxista, Camilo contesta al
periodista francs Jean Pierre Sergent:
El hecho de ser marxista es algo complejo, yo creo que ellos
tienen algunas soluciones y algunos puntos de vista que estn
exactamente en el dominio de la tcnica econmica, sociolgica y
poltica y entonces, si sus puntos de vista son cientficos como son
los mos con respecto a la realidad colombiana habr coincidencia en
estos dominios que, aunque yo no sea marxista, puedo conciliar.
Por eso, con respecto a Colombia afirma:
Yo podra verdaderamente colaborar con los comunistas en Colombia
porque creo que entre ellos hay elementos verdaderamente
revolucionarios y porque en cuanto son cientficos tienen puntos que
coinciden con la labor que yo me propongo. Y como nosotros lanzamos
la consigna de que seramos amigos de todos los revolucionarios y
enemigos de todos los contrarrevolucionarios, nosotros somos amigos
de los comunistas e iremos con ellos hasta la toma del poder, sin
descartar la posibilidad de que despus habr discusin sobre temas
filosficos. Pero lo que importa por el momento son las cuestiones
prcticas.
En vista de esta concepcin prctica que Camilo tiene del
marxismo, hace uso de la apertura que abre la encclica de Juan
XXIII, Pacem in Terris, en cuanto dice que distinguiendo
cuidadosamente entre las teoras filosficas, podran ser tiles y
provechosos los contactos con estos otros grupos de iniciativas
prcticas cuando y donde los hombres cristianos en su mundo creen
que dichas medidas prcticas responden a la recta razn y a las
justas aspiraciones del hombre.
El punto en comn entre cristianos y marxistas segn Camilo, es la
prioridad que tiene la accin para servicio de los dems en el mundo
presente. As, el elemento comn est constituido, precisamente por lo
que es esencial en el cristianismo. En su pensamiento, el pueblo
(mayora oprimida) se convierte en el punto de validacin; la
redencin del pueblo es el criterio para evaluar para dar
20
-
valor, para juzgar; y en el caso de los marxistas el pueblo
juega el mismo papel. As la Revolucin del pueblo es el punto en que
se apoya la colaboracin cristianomarxista en el movimiento de
Camilo.
A partir de esto todos sus discursos sobre la unidad harn
resaltar el compromiso con la Revolucin del Pueblo por encima de
todas las estriles diferencias.
Por esto dir:
A todos nos van a decir comunistas. . . y van a decir que el
Partido Comunista se va a apoderar del movimiento; pero nosotros
los que queremos hacer es la revolucin, sabemos que los que se
apoderan del movimiento sern los que tendrn respuestas ms populares
y ms revolucionarias y los que tengan ms valor en la lucha y
entonces, si se apoderan del movimiento, es porque se lo
merecen.
Su concepcin de la accin secular de los cristianos, apoyada por
su concepcin sobre el marxismo como ciencia y por su concepcin de
la relacin entre ciencia e ideologa, tienen el efecto de esclarecer
la separacin de la Iglesia y el Estado de tal manera que Camilo
estar seguro, que un cambio en la estructura poltica o econmica del
pas, no implica la muerte de la Iglesia.
La Iglesia no est casada con ningn sistema temporal y el haber
tratado de ligarla a esos sistemas nos ha acarreado que cuando los
brbaros invadieron a Roma, se dijera que se haba acabado la
Iglesia, que cuando sobrevino la Revolucin Francesa, se haba
acabado la Iglesia porque se haba derrumbado el antiguo rgimen y la
monarqua, y que hoy en da cuando se est acabando el sistema
capitalista, alguna gente cree que se est acabando la Iglesia, y
consideran que el cristianismo no tiene suficiente virtualidad para
cristianizar un mundo socialista hacia el cual parece que
vamos.
Camilo trabaja conjuntamente con sus compaeros revolucionarios
marxistas, pero mantiene las diferencias claras: En Frente Unido
les dice:
yo no pienso hacer proselitismo con respecto de mis hermanos los
comunistas. . . y los comunistas deben saber muy bien que yo
tampoco ingresar a sus filas, que no
21
-
soy ni ser comunista ni como colombiano, ni como socilogo, ni
como sacerdote.
Nace la Iglesia rebelde
Camilo constituye un hito en la historia de la Iglesia y en la
historia de la teora revolucionaria. Con su praxis y con la
reflexin sobre ella plantea un desafo a la concepcin marxista
conservadora sobre la religin y en particular sobre el
cristianismo, y abre con claridad meridiana un nuevo camino a la
Iglesia para redimirse de sus errores pasados y justificarse como
institucin y como ideologa en el mundo del futuro. Toda una
generacin de clrigos tomar este camino para enfrentarse con la
opresin frente a la cual se sentan impotentes por las restricciones
teolgicas y polticas de su medio cultural o por la falta de solucin
a sus crisis de lealtades divididas. Muchos haban pensado como
Camilo, quizs tengan a su haber mejores trabajos sobre algunos de
los temas de Camilo, quizs sean ms audaces teolgicamente, pero
ninguno haba ofrendado con tanto entusiasmo, espontaneidad y
generosidad todo lo que tena, lo poco y lo mucho para usarlo
inteligentemente para la redencin del pueblo, y mucho menos con la
certidumbre radical y con el amor con que Camilo lo hizo.
Sin embargo, este camino que Camilo abri y que no podr volver a
ser cerrado por ninguna autoridad, no podr ser copiado con
exactitud y cada uno de los clrigos de la Iglesia rebelde tendr que
responder creadoramente a su situacin, enriquecida de este modo la
tica social de Camilo, su teora revolucionaria y ensanchando el
camino.
III. CONSECUENCIAS
La muerte de Camilo da inicio al camilismo. Lo mejor de la
generacin de sacerdotes de esa dcada, preparados en Lovaina, Pars y
en otros seminarios de Europa deciden adoptar definitivamente la
lnea revolucionaria de Camilo y se lanzan contra las estructuras
sociopolticas que apoyan la explotacin econmica y la miseria en
Amrica Latina. En un creciente movimiento que pareca encender toda
la Amrica Latina, comenzaron a brotar por todo el continente
incidentes, manifiestos, protestas y denuncias en contra de la
violencia institucionalizada y en favor de la violencia
revolucionaria y de la socializacin de los medios de produccin,
Surge la revista Cristianismo y Revolucin en la Argen
22
-
tina; aparece la Pastoral del Tercer Mundo aprobando la
revolucin; se publican las conclusiones del Seminario Sacerdotal de
Chile, donde se ataca el capitalismo y piden comprensin para la
violencia revolucionaria; en Uruguay, el padre Carlos Zaffaroni se
convierte en el Camilo uruguayo (y huye a la clandestinidad hasta
el da de hoy); en Guatemala curas y monjas norteamericanos se unen
a la guerrilla; hacindose claro que la Iglesia latinoamericana no
tiene ms que un camino ante s: la revolucin; en Cuba, Fidel Castro
llega a reconocer pblicamente la legitimidad revolucionaria de los
cristianos y a admitir ante el Congreso Cultural de La Habana, la
necesidad de reexaminar la posicin marxista sobre la religin; en
Brasil el obispo Antonio Fragoso contina desafiando pblicamente al
rgimen de las torturas cuando dice: puede ser que la lucha armada
sea necesaria y cuando es necesaria puede ser evanglica, en Panam
el padre Prez Herrera organiza un encuentro nacional exhortando al
pueblo a la violencia revolucionaria y contra el imperialismo,
condicin que deben asumir los cristianos, en Colombia, Germn Guzmn
contina el trabajo de Camilo; en Bolivia ochenta sacerdotes piden
una revolucin en la Iglesia, en Brasil se hacen pblicas las notas
del telogo Comblin sobre el material preparatorio para la Reunin
Episcopal de Medelln donde l hace claro que la toma del poder por
el pueblo mediante al fuerza y la socializacin de todos los medios
de produccin por medio de un gobierno dictatorial son condiciones
imprescindibles al desarrollo; de Brasil sale el manifiesto de los
Trescientos Cincuenta Sacerdotes reconociendo la eleccin del camino
revolucionario como un llamado que puede provenir de lo ms puro de
la conciencia, manifiesto ste que circular por toda la Amrica
Latina y llegar a la Reunin del Episcopado en Medelln con casi mil
firmas de sacerdotes.
Ante esta avalancha de acontecimientos que ya amenazaba la
seguridad de las clases dirigentes en Amrica Latina, como nunca
antes en la historia reciente, y ante la posibilidad real de la
metodologa de la guerrilla como vehculo de la dcada para la
expresin de esta rebelda clerical, el Vaticano se convence que es
responsabilidad suya venir a la Amrica Latina a poner un muro de
contencin a esa fuerza desbordante, Ante la magnitud del movimiento
revolucionario cristiano, peligroso por su importancia estratgica
ms bien que numrica, el papa Pablo VI decide venir por primera vez
en 476 aos a la Amrica Latina, y venir precisamente a Colombia,
donde Camilo regara con
23
-
su sangre ese florecimiento revolucionario. Ese florecimiento y
esa visita dramatizan la magnitud de las consecuencias
continentales del acontecimiento de Camilo Torres Restrepo.
A pesar de las numerosas cartas de movimientos cristianos,
sindicales y sacerdotes pidindole que no viniera a desautorizar la
revolucin de los oprimidos, Pablo VI vino a Colombia a enfrentarse
con el espectro de Camilo y all departi con las clases dirigentes y
habl a los campesinos representativos trados en camiones por el
gobierno para la ocasin. Sus tres discursos fueron dirigidos contra
la revolucin y contra el uso de la violencia revolucionaria.
La apotetica visita result un fracaso histrico. Camilo haba
vencido. Las consecuencias continentales de su pensamiento
revolucionario continuaron siendo enriquecidas con nuevos actos y
nuevas reflexiones sobre la teologa y la teora de la revolucin.
Seis meses despus de la visita del papa Pablo, surgi el
movimiento de Los Curas del Golconda en Colombia. Proclama que se
necesitan cambios estructurales, que la presin para los cambios
ser
pacfica o violenta de acuerdo con la actitud que asuma la clase
dirigente y que el cambio debe ser revolucionario [y] la revolucin
debe ser popular o no ser... con miras a lograr la instauracin de
una sociedad de tipo socialista que permita la eliminacin de todas
las fuerzas de explotacin del hombre por el hombre y que respondan
a las tendencias histricas de nuestro tiempo y a la idiosincrasia
del hombre colombiano.
Los curas del Golconda incorporan el lenguaje progresista de
Medelln para mostrar el vnculo de su oposicin con la de la Iglesia;
de Camilo, adoptan su entendimiento de las causas estructurales de
la miseria y del subdesarrollo, la necesidad de la revolucin, su
actitud revolucionaria, su sentido de compromiso y de entrega, su
entendimiento teolgico del amor como gua de la decisin
revolucionaria y su entendimiento de la compatibilidad de la
revolucin socialista y la fe cristiana. Pero diferente a Camilo,
deciden actuar como movimiento de sacerdotes con rdenes
ministeriales y no como individuos o revolucionarios aislados, lo
cual los lleva a desarrollar ms la justificacin teolgica de su
funcin revolucionaria dentro de la Iglesia y dentro de la
revolucin.
24
-
En Argentina se organiza el movimiento de Los Sacerdotes para el
Tercer Mundo. Siguen las lneas del pensamiento de Camilo con la
diferencia que llevan ms lejos an la secularizacin del pensamiento
camilista cuando dicen:
No necesitamos justificar con citas bblicas ni con apelaciones
evanglicas esta exigencia de participar con toda nuestra vida en la
transformacin del mundo de los explotados, de los hambrientos y
despojados.. . Si el anlisis de las condiciones sociales, polticas
y culturales y morales en que sobreviven millones de hermanos; si
la muerte permanente de otros hermanos. . . si los datos de la
violencia institucionalizada.. . alfabetismo, enfermedades. . .
desocupacin, prostitucin. . . si ninguna de estas realidades nos
compromete a la accin, a la lucha y a la vida revolucionaria, no
habr papas ni evangelios, ni telogos, ni profetas que puedan
convertir nuestro corazn.
En Chile surge La Iglesia Joven. Es este camilismo el que hace
ms explcito y ms pblico su dilogo y cooperacin con los marxistas.
Sobre todo hacen claro, superando los expresiones de Camilo, que el
socialismo al cual aspira no es un socialismo aguado con los motes
de cristiano o de democrtico, como se ha querido aguar con frmulas
pequeoburguesas, sino que aspiran al socialismo cientfico que la
teora y la prctica del marxismo han contribuido de una manera sin
igual a elaborar. Al momento del triunfo de Allende, ya la extensin
del movimiento era tal que numerosos sacerdotes y organizaciones
catlicas salieron a la defensa pblica del triunfo socialista para
sorpresa de la Democracia Cristiana.
Estos son slo los movimientos ms conocidos y articulados, pero
el camilismo avanza por toda la Amrica Latina sumando cristianos a
la revolucin en virtud de los elementos ideolgicos de la fe
cristiana e incorporndolos al dilogo cristiano-marxista en la lucha
misma donde se perfila el futuro de Amrica. Desde el cono sur,
donde se afinc primero la revolucin de la independencia, hasta la
indmita isla de Puerto Rico, que an lucha por su primera
independencia, las consecuencias de la vida y pensamiento de Camilo
Torres contina creciendo.
Continuar creciendo este movimiento? Lograr modificar la
mentalidad de los jerarcas de la Iglesia, o se mantendr entre los
crculos de los oprimidos y marginados? Cul ser su impacto en la
historia de la Amrica Latina, cuando la mitad de los catlicos del
globo se encuentren en
25
-
nuestro continente? Podr el Vaticano mantener sus resistencias a
la revolucin por ms tiempo? Creo que stas son preguntas que merecen
una seria consideracin por parte de los historiadores y cientficos
sociales de Amrica Latina.
26
-
Siendo director general de Publicaciones Jos Dvalos se termin de
imprimir en los talleres de Imprenta M adero, S. A.,
Avena 102, Mxico 13, D. F. en septiembre de 1979.Se tiraron 10,
000 ejemplares.
-
TOMO V:41. Jos Figueres, LA A M E R IC A DE HOY. 42. Juan
Bautista Alberdi, SO B R E LA C O N V EN IEN C IA DE UN C O N G R
ESO G EN ERAL AM ER ICAN O . 43. Guillermo Francovich, SO B R E EL
PO RVEN IR DE LA CU LTU RA BOLIV IANA. 44. Diego Portales, C A R T
A S SO B R E CHILE. 4 5 . Frank Tannenbaum, E ST A D O S U N ID O S
Y A M E R IC A LATINA. 46. Alcides Arguedas, PU EBLO EN FERM O
(fragmento). 47. Harold Eugene Davis, LA H ISTO R IA DE LA S ID E A
S EN LAT INO AM ER ICA. 48. Samuel Ramos, EL PERFIL DEL H O M BR E
Y LA CU LTU RA EN M EX IC O (fragmento). 49. Diego Domnguez
Caballero, MOTIVO Y SEN T IDO DE U N A IN V EST IG A CION DE LO PAN
AM E O . 50. Csar Zumeta, EL CONTINENTE ENFERM O .
TOMO VI:51. George Robert Coulthard, PA R A LE L ISM O Y D IV ER
G EN C IA S ENTRE IN D IG E N A S Y NEGRITUD. 52. Benito Jurez,
CARTAS. 53. Germn Arciniegas, N U E S TRA A M E R IC A ES UN
ENSAYO. 54. Aim Cesaire, D ISC U R SO SO BRE EL COLO N IA L ISM O
(fragmento). 55. Jos Mara Arguedas, EL IN D IG E N ISM O EN EL
PERU. 56. Justo Arosemena, PROYECTO DE TRATADO PA RA FU NDAR U N A
LIGA SU D A M E R IC A N A .
RECTORDr. Guillermo Sobern Acevedo SECRETARIO GEN ERAL ACADEM
ICO Dr. Fernando Prez Correa SECR ETAR IO GENERAL ADM
INISTRATIVOIng. Gerardo Ferrando BravoDIRECTOR FACULTAD DE
FILOSOFIA Y LETRASDr. Abelardo VillegasCENTRO DE ESTUDIOS LATINOAM
ERICANOSDr. Leopoldo Zea.COORDINADOR DE HUM ANIDADESDr. Leonel
Pereznieto CastroCENTRO DE ESTUDIOS SOBRE LA UNIVERSIDADLic. Elena
Jeannetti DvilaUNION DE U N IVERSIDAD ES DE AM ERICA LATINADr. Efrn
C. del Pozo.