Hoy quiero compartir con vosotros una clase especial de yoga en la que trabajo con los niños de entre 3 y 12 años las emociones de “la rabia” y la “la ira”. La verdad que le tengo un especial cariño a esta clase, pues es con la que los niños más han participado. He notado que necesitaban muchas de las cosas que en ellas les enseñé. Las técnicas que se muestran a continuación no tenéis por qué usarlos en el orden que os doy ni como una clase de yoga. Simplemente podéis coger los ejercicios que creáis necesarios practicar en casa con vuestros hijos o en el aula con vuestros alumnos. Algunos son sólo para niños de entre 3 a 6, otros valen para todos. Pero yo prefiero explicarla como una de mis clases de yoga y relajación, porque en realidad es lo que es, y así acerco mi trabajo a otros maestros y familias que me lo han pedido. Por si no lo sabéis, en realidad en las clases de yoga para niños se trabaja mucho más que una serie de posturas y una relajación final. Cada clase tiene un tema especial en la que se practican técnicas y ejercicios concretos que los niños necesitan para comprender algo y llevarlo a cabo. El principal objetivo siempre es hacer comprender a cada niño lo que pasa dentro de su cuerpo, de su mente y de su corazón (los tres tienen la misma importancia), para saber cómo potenciar sus habilidades a la vez que gestionar sus emociones en momentos difíciles. Se conocen a ellos mismos, y desde ahí es más fácil que también comprendan y respeten a los demás. En esta ocasión, esta clase que os muestro pretende trabajar con unas de las emociones más habituales en niños, sobre todo en los
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Hoy quiero compartir con vosotros una clase especial de yoga en la que trabajo con los niños de entre 3 y 12 años las emociones de “la rabia” y la “la ira”. La verdad que le tengo un especial cariño a esta clase, pues es con la que los niños más han participado. He notado que necesitaban muchas de las cosas que en ellas les enseñé.
Las técnicas que se muestran a continuación no tenéis por qué usarlos en el
orden que os doy ni como una clase de yoga. Simplemente podéis coger los
ejercicios que creáis necesarios practicar en casa con vuestros hijos o en el
aula con vuestros alumnos.
Algunos son sólo para niños de entre 3 a 6, otros valen para todos. Pero yo
prefiero explicarla como una de mis clases de yoga y relajación, porque en
realidad es lo que es, y así acerco mi trabajo a otros maestros y familias que
me lo han pedido.
Por si no lo sabéis, en realidad en las clases de yoga para niños se
trabaja mucho más que una serie de posturas y una relajación final.
Cada clase tiene un tema especial en la que se practican técnicas y
ejercicios concretos que los niños necesitan para comprender algo y llevarlo
a cabo. El principal objetivo siempre es hacer comprender a cada
niño lo que pasa dentro de su cuerpo, de su mente y de su
corazón (los tres tienen la misma importancia), para saber cómo potenciar
sus habilidades a la vez que gestionar sus emociones en momentos difíciles.
Se conocen a ellos mismos, y desde ahí es más fácil que también
comprendan y respeten a los demás.
En esta ocasión, esta clase que os muestro pretende trabajar con unas de
las emociones más habituales en niños, sobre todo en los más pequeños:
las rabietas y el enfado. Y por ello quiero empezar aclarando una cosa:
Cuando un niño se enfada los adultos solemos atacar al niño en vez
de al enfado. Muchas veces parece que a nosotros mismos nos enfada que
2. Asamblea. Seguimos en círculo y les explico a los niños que vamos a
conocer un poco más acerca de “la rabia” y “el enfado”. Les pregunto si
saben lo que es una rabieta y si alguna vez han tenido alguna. Aprovecho y
les animo a que cada uno de ellos cuente una situación en la que se
enfadaron mucho pero muchísimo, o algo por lo que se suelan enfadar
muy a menudo.
3. Imaginándonos esas situaciones ponemos cara de enfadados (si son
pequeños), o meditamos unos segundos en silencio acerca de cómo se
sienten en esos momentos (si son mayores). ¿Nos sentimos bien enfadados?
¿Conseguimos algo positivo con ello?
4. Nos levantamos y jugamos a “Estatuas y emociones revueltas”. Cada
vez que diga “Estatua enfadada” tenemos que quedarnos quietos con
cara de enfadado, y así con las demás emociones. Si digo “Estatuas
revueltas” todos nos movemos sin parar por todas partes. Este simple
ejercicio sirve de calentamiento y hace que los niños relacionen las
emociones con su cuerpo y sepan identificarlas. Podemos hacerlos con
niños de 3 a 6 años, les encanta.
5. Pequeña sesión de yoga. En este punto practico con los niños unos 20 min. varias asanas de yoga que les ayude a calmarse a la vez que busco el que se fortalezcan y estiren su cuerpo. Suelo hacer algún ejercicio de Yoga Namaskar (Saludo al sol, a la luna, a la estrella…), y luego si son pequeños posturas de animales o si son más mayores las posturas básicas del hatha-yoga.
6. Explico la rabia con un globo. Cuanto más nos enfada algo más nos llenamos de rabia, y les digo que si quieren controlar sus emociones deben poder ser capaces de hacer que su globo se deshinche. Llenamos de aire el globo a la vez que lo llenamos con pensamientos y cosas que nos hacen enfadar. Después les digo que cuando suelten el globo apunten hacia un sitio concreto. ¿Por qué no fueron capaces de dirigir el globo hacia ese punto? Porque la rabia no siempre va hacia donde queremos. Por eso es importante calmarnos a tiempo.
Lo repetimos y les preguntamos: ¿Qué es lo que hace que el globo
hinchado en este momento retenga el aire dentro? ¿Nuestros dedos
verdad? Tenemos el control, por tanto si decidimos soltar el globo volará.
¡Lo mismo pasa con el enfado! Si somos capaces de reconocerlo y
Mientras se lee el cuento se puede aprovechar para hacer alguna pregunta
acerca de cómo se siente el protagonista en ese momento, si entienden por
qué se siente así, y si a ellos también les pasa alguna vez.
8. Relajación final. Les pido que se tumben uno a uno boca arriba. Pongo
música de relajación y les dirijo hacia su respiración. Si aún las tenemos, les
voy quitando las pegatinas rojas una a una, y cuantas más nos quitamos,
más relajados estamos. Visualización guiada hacia un lugar agradable.
ACTIVIDADES PARA EL CUENTO “VAYA RABIETA”
9. La caja del enfado. Pensamos en algo que nos enfada mucho y abrimos la caja. ¡¡ES EL ENFADO!! El enfado que hay dentro de la caja lo simbolizo con una tela roja que me pongo encima y se apodera de mí y no me deja ni ver ni pensar con claridad. Cuando tengo encima la tela (el enfado) me choco con los demás, tiro cosas sin querer, estoy confuso al no ver la realidad, como cuando estoy muy enfadado. El que tiene la tela cuando se siente a meditar podrá quitársela. “Cuando meditamos el enfado desaparece”. Este ejercicio que sepáis que funciona con niños pequeños y
con mayores si se adapta un poco, comprenden de una manera muy sencilla lo que provoca en ellos y en su alrededor estar enfadado. ¡Probarlo!
10. Rugiendo como leones. Les digo que vuelvan a concienciarse con el enfado. Sentimos como una cosa va subiendo por nuestro estómago hacia nuestra garganta, nos ponemos rojos como en el cuento y hacemos la postura del león para soltar un enorme rugido. Lo repetimos pero esta vez sentimos de nuevo el enfado que sube de nuestra barriga hacia la garganta, y como somos conscientes de que ese enfado está dentro de nosotros nos hacemos fuertes y valientes para soltarlo por nuestra boca al rugir como leones. ¡Qué alivio! Funciona muy bien con los niños de 3 a 6 años, pero ¡alivia a cualquier persona!.
11. Estar enfadado es un caos. Todos estamos tan enfadados como Roberto (el protagonista del cuento). Les pongo pegatinas rojas por la cara y nos movemos por la clase cogidos de la tela roja del enfado revolviendo toda la clase o habitación. Echamos cosas encima de la tela y vemos como se desordena todo.
- Ahora pido silencio y nos quedamos quietos. Vemos como ha
quedado la clase. ¿Está bonita? ¿Se puede jugar igual de bien ahora que
está tan desordenada? ¿No es mejor saber calmarnos antes de dejar
que el enfado nos controle? ¡Por supuesto! Lo entienden enseguida. Ya
tranquilos ordenamos la clase o habitación para poder relajarnos más
cómodos.
TÉCNICAS PARA CALMAR EL ENFADO12. La respiración. Por supuesto es la herramienta número uno que habría que enseñarle a los niños desde muy pequeños. Quien controla su respiración controla su vida dicen, y estoy convencida de que es verdad. Por tanto, lo primero que debe hacer un niño o adulto para controlar su enfado es controlar su respiración.
- Idea para el cuento: En la postura de “la flor mágica” (de meditación), o tumbados boca arriba, contamos hasta 10 muy lentamente y bajito. Practicamos la respiración abdominal, nos relajamos, y yo voy metiendo de nuevo la tela en la caja. ¡El enfado va desapareciendo cuando nos calmamos con la respiración!.
13. Soltando la rabia a través de un objeto. Cuando estamos
enfadados nos entran ganas de tirar cosas, y los niños muchas veces lo
hacen por necesidad o sin querer y nos enfadamos más con ellos. Todo es
más fácil si les aportamos un objeto al que sí puedan golpear o tirar sin que
se rompa para que cada vez que se enfaden suelten su ira con él. Puede ser
pegando fuerte con un cojín el suelo o tirándolo lejos, con un peluche,
golpeado una bola de plastilina, o si estamos al aire libre tirar unas piedras
14. Saltar. Pensaréis que es una tontería pero saltar es una buena actividad para minimizar el enfado cuando el niño es consciente de él. Les encanta que les digas que para ayudarle a superar el enfado irás saltando con él hasta otra parte de la clase o casa, acabáis dándoos un abrazo, y ¡no os olvidéis de barrer los restos del enfado del suelo para tirarlo a la basura!. Funciona muy bien cuando el niño siente que está empezando a enfadarse con algo.
15. Garabato del enfado. Cogemos un papel y una cera o algo para dibujar. Les explico al niño/a que mientras pensamos en el enfado vamos a empezar a hacer un garabato muy rápido y fuerte (que sean pinturas que no se rompan fácilmente), sin sentido, mientras gritamos fuerte para que nuestro enfado salga de nosotros hacia el dibujo. Cuando acabemos cogeremos el papel y lo romperemos en pedazos para que la última pizca de rabia que quedaba se nos quite. ¡Qué liberación! Es de sus favoritos.
16. Dibujar y escribir. Estas dos actividades tan habituales nos ayudan
mucho a prevenir que un enfade acabo estallando. Funciona con todos, con
niños pequeños, mayores y adultos. Podemos dibujar algo en concreto que
nos apetezca en ese momento, o hacer algo libre y abstracto que sintamos.
Y si son niños mayores, ayudarles a escribir como se sienten es realmente
terapéutico. Liberan a través de las palabras escritas mucha rabia e ira, y
les hace controlar mejor la situación antes de que les desborde. Podemos
darle la opción de romper el enfado y hasta quemarlo sin son muy mayores
bajo nuestra vigilancia, para que crean realmente que al romperlo o
quemarlo el enfado desaparece.17. Mandalas. Ya hemos hablado de dibujar, pero dibujar mandalas es algo diferente. Podemos darle a un niño/a un mandala vacío en el que expresen su enfado, o uno con formas para que simplemente lo coloreen y se relajen. Dibujar mandalas tiene múltiples beneficios, y entre ellos está combatir el enfado y la rabia. Déjales que elijan si prefieren crear uno libre o colorear
uno, y explícales que sientan como todo su enfado y sus emociones negativas se están pasando al mandala.
18. La mesa de la paz. La mesa de la paz es un recurso muy útil para que gestionar el conflicto y enfado de un niño de manera respetuosa. Pienso que todas las casas y todas las escuelas deberían de tenerla, en vez de la silla de pensar. Tienes más información en este post: Mesa de la paz en yoga.
18. Reflexión. Al acabar todas las actividades, antes de la relajación nos sentamos en círculo y les pregunto: ¿Os acordáis de cómo era de grande la rabieta al principio? “Si respiramos profundo cuando sintamos eso que nos sube por el estómago mirad que pequeñita se vuelve” Depende de la edad se les explicará de una manera, y les preguntamos que les han parecido las