T*— EL DIARIO DE é¿*** r ifc NDO LA MAÑANA '«ni I 5 CENTAVOS EL MUNDO, SAN JUAN, P. K. — DOMINGO 25 DE SETIEMBRE DE 1938. POLÍTICA ESPAÑOLA José Antonio el 'ausente' y Fernández Cuesta el 'presente' NUEVA YORK. (Editor» Preu.) T-"Marinero. arriba la Geografía. España, tinta china y corrida da tinta roja. Eipafla, jaula da lo- ros. Esparta que besa a la muerta por debajo de la pierna. Esparta, guitarra que recibe telegramas; persiana del cielo; España, aba- nico del mar". Estas palabras pertenecen al almacén Imaginati- vo da Jean Cocteau, poeta fran- cés, dibujante y modisto. Refleja más o menos el concepto que de España Reino o República, deshe- cho imperial, siempre tuvo el ex- tranjero, llámese Waldo Frank o Maurice Barres. (face la Falange Herido por estas metáforas mo- dernistas, es que otro poeta autén- ticamente español dijo: Ay del pueblo que no sepa levantar fren- te a la poesía que destruye, la poesía que promete. Fué una cita para recuperar el perdido tesoro del Romancero, un allanamiento al "Mío Cid", la que se efectuó en esa noche madrileña del 29 de octubre de 1933. Un gru- po de muchachos recitaba versos y hablaba del "Imperio"; detrás de.una seguidilla de Góndora", al-' guien se acordaba de don Juan de Austria en Lepanto y de las so- | briedades del Cardenal Cisneros. Las juntas de ofensiva nacional sindicalista José Antonio Primo de Rivera, presidia este torneo de rimas con sonido de espadas y fundaba la Falange Española con sus camisas azules y sus cinco flechas. Por otro sendero más prosaico, porque surgía de la tierra, trayendo un bagaje de conceptos nuevos sobre producción y distribución, venia la "J; O; N. S.'\ o sean las "Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalis- ta", con Raimundo Fernández Cuesta a la cabeza. El trigo es- pigado en el reparto y hecho ora- ción en el verso se juntaron; a las cinco flechas, se le agregó el yu- go del arado, y un ''Argumento de la Nueva España', programa de doctrinas con 26 puntos, al que la guerra civil ha agrggado otro: "nos afanaremos por triunfar en la lucha"... Nación, unidad, imperio Antes de la muerte de Calvo So- telo y de los primeros disparos en Madrid y Barcelona, los falangis- tas estaban arreglando sus cuen- tas a tiros con los comunistas en la calle. La velada poética del 29 de octubre se habla transformado en un campamento. José Antonio Primo de Rivera y sus lugarte- nientes iban sembrando por Espa- ña sus postulados sociales y eco- nómicos. Cinco artículos destina- dos a formar la "Nación. Unidad e Imperio" con una España que re- torne a sus glorias pasadas, a las rutas del mar, que vuelva tras la cruz con el predicador y la justi- cia, donde el Estado someta al in- dividuo sin que éste pierda su li- bertad, donde se organice la eco- nomía y el trabajo sin lucha de elasee y que la tierra sea un "vi- vero", no sólo una cosecha de ri- cos y que la educación se haga dentro de la religión, la misma que paseó a Nuestra Señora del Pilar como patrona de los ejérci- tos españoles, en Flandes, Fran- cia. Alemania, Italia... Primo de Rivera ausente y Fernández Cuesta pre- sente II Este programa al que 2 añotde guerra civil dan carácter de argu- mento y que si triunfa Franco se Incorporará a la Constitución, fué pregonado con poco íxlto en las urnas electorales. José Antonio asistió a la Cámara una sola vez, después tuvo que huir, refugiarse hasta llegar a la cárcel ya la muerte... a la "ausencia" como dicen sus partidarios. Su discu- sión teórica ahoya está en las trincheras, pero con una inmensa mayoría de los insurgentes a su favor, Al organizar el Estado Na- cionalista en Salamanca, Franco lo Incorporó al Estado y el más brillante de sus teorizadores Ral- mundo Fernández Cuesta, ocupa la cartera de Agricultura, para aplicarlo en su contenido social y económico. Revolucionarios "Porque somos naclonalslndlca- Ilstas, revolucionarlos. profunda- x mente revolucionarlos"... dijo Fernández Cuesta en su discurso Sevilla. Revolucionarlos..." Sindicalistas, se cuchichearon los "raquetas", loa carlistas de Nava- rra en sus montañas y en las li- neas de fuego... no; nosotros pe- leamos por los descendientes de nuestro legitimo Rey don Carlos f José Antonio Primo de Rivera VII. Durante dos meses Franco debió usar de su autoridad da caudillo para poner término al rumor en sordina; hubo de crear un campo de concentración en Pam- plona, para purgar un posible que- brantamiento Ideológico entre sus partidarios. Falangistas y requetés La intervención, cada, vez más Influyente, de los falangistas en el gobierno nacionalista, ha modifi- cado el sentido social de esa "re- volución" que pregona Fernández Cuesta. El joven Ministro con ra- pidez pone en práctica su credo agrícola "un poco, si no deí todo, colectivo" y lucha con los hombres más Influyentes de la falange en mantener a los prelados dentro de su* oficios y jerarquías. Una ofioina de Informaciones periodís- ticas en París, que se dice fran- quista, acusa a los falangistas de sus vinculaciones con la Alemania pagana, que desea convertir a Es- paña en "un campo de experiencia para sus teorías salvajes". Se afir- ma que en la Falange se han In- troducido muchos ex-comunistas que, como en Alemania, desean El equilibrio ' George Axeiason, comentando es- ta lucha entre los carlista* y fa- langistas fpor la hegemonía del movimiento nacionalista, dice que estos últimos son loa más fuertes, porque "los requetés han estado siempre en las primeras trinche- rae, y ya se hallan un poco, si no bastante diezmados, mientras a loa falangistas se les han encomen- dado la misión de predicar el nue- vo credo en la retaguardia, de or- ganizar la opinión civil de las ciu- dades conquistadas. La prisión de Manuel HedUla, que estuvo a punto de ser fusilado, ha puesto término a esta lucha de influencias encontradas en torno de Franco, dejándole el campo de la política interna e internacional a un,equilibrio entre la opinión militar y falangista. Vencer o convencer Balmee, el folósofo catalán decía "que no se trataba de convencer sino de vencer." Este es «1 lema de Salamanca y de Barcelona; los do* campos solo pelean; el concep- to de Unamuno ha quedado sólo como un apotegma de cátedra, en un reouerdo casi seml-tráglco del 12 de octubre de 1936, cuando el viejo filósofo "que nunca ha es- tado al lado del vencedor"; gritó en el aula magna de la Universi- dad Salmantina: Señores Genera- les, no se trata sólo de vencer, es necesario convencer". No podlsn Jo* poetas de la falange olvidar ese "Kryelelson" que el lluatre testa- rudo pronunció apenas un mes y diaa ante* de su muerte. Pero co- mo no pueden convencer ahora que se trata de vencer siguen a Balme* en lo de ganar la guerra y Una mano en lo de conquistarse un Imperio. No se puede llegar ya a la América Latina sólo con armas y mercaderías; es necesario aho- ra desembarcar con ideas. Une España imperialista én el Nueva York Pero si esta* ideas de control es- piritual de una España imperialis- ta se ven rubricadas por el triun- fo de Franco, algo gravé le pue- de ocurrir a la Doctrina de Monroe y a la Política del Buen Vecino. La organización autoritaria de* ma- chos países de América se presta- rla para que lo* nuevo* poetas le- vantarán "frente a la poesía que destruye la poesía que promete". En esa noche madrileña de* 29 de octubre de 1933, se repitió has- ta el eanaaneio la frase inicial del "Ausents de la Nueva España": Médico *f paciente UN CUENTO QUE NO ES CUENTO plegarse al vencedor para aplicar " a loe pueblos no los han movido sus "teorías herética* y venenosas".' mmca más que Sos poetes". La "flota entre buenos vecinos".. Locutor radio agredido MAYAGUEZ. setiembre 23.—An- te el Juez Amadeo Nazario Jan»r ha sido sometido el caso de José Manuel Marín, a quien se acuss de acometimiento y agresión come- tido en la persona de Lu': A. Fellú. locutor de la estación local WPRA. Se informa que el miércoles por la noche, a eso de las nueve y cuar- to,, y mientras Feliú trasmitía su programa Intitulado "La RazAn", irrumpió en los salones de tras- misión el joven José Msnuel Ma- rín, y después de insultarle con frases fuertes- ]« agredió con los puños causándole heridas y contu- siones en la boca y en la frente. También le hizo perder el colmillo superior derecho, y si mismo tiem- po le produjo uns herida contusa en el brazo derecho. Fsliú fué trasladado a la Clínica Batanees, en donde le asistió el doctor Nochera, pasando luego a sy resldsncis. El programa que acostumbra trasmitir el señor Fe- llú, no es de Índole comercial y si de asuntos municipales. 11 Jusí Nazario practicó la in- vtstlgación tomándole declaración a varios testigos y acusó al agre- sor fijándole una flansa de 1200 por acometimiento, y otra de HOO por alteración a la paz pública. (Continuación de la página 12. Htlca del "buen vecino" entre los Estados Unidos y las naciones sud- americanas del Atlántico como las repúblicas Argentina, Brasil y Uru- guay, se ha visto algo retardado eon la Inferioridad del servicio de vapores que ha existido entre di- chos países. Este obstáculo es lo que se pro- pone eliminar la "Flota entre bue- nos vecinos" de la American Re- publlcs Line. En su referido discurso, el al- mirante Land dijo a esta propósi- to: "Tengo la seguridad de que los Estados Unidos podrán estar or- gullosos de la nueva linea de la American República. Asimismo es- toy seguro de que nuestros amigos sudamericanos quedarán satisfe- chos. Hasta cierto punto cabe de- cir que esta flota abrirá una nue-. va ruta, puesto que no existe hoy ningún servicio marítimo, rápido y moderno para pasajeros entre los Estados Unidos y las repúblicas sudamericanas del Atlántico al sur del ecuador. Hasta ahora hemos tratado de aprovechar herramien- tas forjadas hace veinte años y... no puede ser". Para el establecimiento cV> la nueva linea de la American Repú- blica se han tenido en cuenta tres objetivos: Uno de ellos es el de estimular y facilitar el comercio entre todas las Américas. Las tres repúblicas del hemisferio austral, las cuales comunicará directamen- te la nueva linea, figuran ya en- tre los mejores clientes de los Es- tados Unidos; como asimismo ios Estados Unidos ¡p es de elles. Los Estados Unidos, por ejemplo, con ng tener más que un siete por cien- to de la población mundial, consu- me la mitad del café mundialmen- te producido. Asimismo los Esta- dos Unidos necesita comprar a la Argentina. Brasil y Uruguay "mu- chos otros productos que son no solamente esencial?* para su bien- estar nacional, sjno también para su economía nacional. A su vez, estas repúbücas necesitan de mu- chos de los productos de los Es- tados Unidos. ¿Qué duda cabe de que un medio de transporte mo- derno y rápido contribuirá a la expansión de este intercambio co- mercial? El segundo objetivo es estimular el deseo de viajar. Los buenos ve- cinos, para serlo, necesitan cono- ceree y, para ello. ^io hay nsda niejor que el contacto personal. El tercer objetivo es la conse- cuencia natural de los otros dos, o sea, estimular la mutua buena voluntad y las relaciones amistosas que naturalmente surgen del cono- cimiento mutuo. Al inaugurarse el servicio de la American Republlc» Line será po- sible ir a Nueva York desde Rio de Janeiro en doce dias; desde San- tos, en catorce días: desde Mon- tevideo, en diss y seis días, y des- de Buenos Aires, en dies y ocho diss. En su viaje al norte los bu- ques harán escala en la histórica y pintoresca Jsla de Trinidad, pe- ro el hecho más importante es que será posible hacer el viaje de Ida y vuelta entre Buenos Aires y Nue- va York en menos de seis semanas, ofreciendo con ello una oportuni- dad incomparable para pasar unas vacaciones agradabilísimas, a la vez que un medio eficiente de co- municación para el hombre de ne- gocios. Hemos llamado a los tres buques de la American República Line "ge- melos", por ser casi idénticos. De manera que el "Brasil", que hará el viaje inaugural, nos da las di- mensiones que virtualmente tienen 16* demás, o sea, ciento ochenta y cuatro metros de eslora, veinte y cuatro metros de manga y un des- plazamiento de treinta.y dos mil ochocientos treinta toneladas. Po- drá acomodar más de cuatrocien- tos pasajeros de primera clase y clase.de turismo, con una capaci- dad de carga para mercancía fá- cilmente averiable y seml-averla- ble de ocho mil quinientas tone- ladas, disponiendo del más moder- no equipo de cargamento. Su ve- locidad media será de diez y ocho nudos. Con referencia a las comodida- des para el pasaje,sel señor almi- rante Land dijo lo siguiente: "Los viajeros que vayan a los Estados Unidos a bordo de cual- quiera de los buques de la Ameri- can República Line hallarán en ellos todo cuanto es posible para hacer el viaje más seguro, cómo- do y grato. Todo pasajero Irá alo- jado en camarote exterior, y po- drá gozar de cubiertas asoleadas y de piscinas de natación al aire libre. En todos los vapores nay un Gimnasio para adultos y un com partimiento para jugar los niños. No hay hoy navegando buques más seguros. Esto* buque* entran en un campo eV» operaciones en el que se siente Imperiosamente la nece- sidad de un servicio mejor y exis- te una posibilidad Ilimitada de ex- pansión. Consiguientemente, la Co- misión Marítima de los Estados Estados Unidos considera grande- mente justificada tan importante empresa, para la cual dispone de tods posible colaboración y apoyo de todos los departamentos guber- namentales de los Estados Unidos y su administración". El año pasado, más de trescien- tos mil ciudadanos de los Estados Unidos emprendieron viajes de ul- tramar, ya fuera por placer o por negocios; y aunque al número de viajeros a la-America del Sur no fué grande, sin embargo, acusa un constante aumento. Lo mismo pue- de decirse del número de viajeros de Sur América a loa Estados uni- dos. La misma o mayor expan- sión se nota en el comercio entre los dos hemisferios, aunque no hay Por Osear Valla Vamos a ver,—le decís el doctor Sans al paciente al cual le toca- ba el turno,—¿qué le pasa a usted? El pacíante, medio encorvado en su butaca frente al galeno, con- testa llevándose ambas manos al sitio que le duele. —Pues verá usted, señor doctor. Hace unos siete dias que estos mal- ditos ríñones rae tienen todo el cos- tado adolorido y casi no puedo ni bajarme para ponerme las botas. Es un dolor profundo que me qui- ta loa deseos de trabajar y a ve- ces no puedo ni moverme en la cama. . , —Muy malo,. en verdad,—contes- ta el facultativo. Procede a exa- minar el sitio adolorido de su cliente. Ausculta con minucioso cuidado. Hace que el enfermo res- pire fuerte. Lo manda a pararse. A esminar un poco. Luego, 1* di- ce que se siente de nuevo. Respira hondo y habla: —Bueno, amigo. Voy a darle una receta. —No es enfermedad peligrosa; es decir, no se trata de una cosa grave, ¿verdad, doctor? —Todo depende del modo que usted se cuide. Puede ser grave, muy grave,, si no se somete a un tratamiento riguroso de dieta y si no toma los medicamentos nece- sarios. SI por el contrario, cumple usted con su dieta e ingiere las medicinas a las horas prescritas, todo se reducirá a un leva padeci- miento del cual ha de curar en muy poco tiempo. Mientras el médico escribe en si formulario de recetas, el pacien- te sonríe satisfecho y respira ale- gremente. —Aquí tiene usted. En la boti- ca le darán dos frascos contenien- do distintas pociones. La de co- lor chocolate es para tomarla tres veces al día, antes o después del desayuno y comidas. La otra, de apariencia lechosa, la tomará uv ted una sola vez al día. antes de acostarse. No podrá usted comer ninguna clase de carne. Óigalo bien: Ninguna clase de carne. Sus- penda los dulces. No coma nada en absoluto que contenga azúcar. Esa es toda la dieta. Ahora... Le interrumpe inesperadamente el paciente para decirle: —¿No puedo echarle una cucha- radlta de azúcar al café, doctor? —NI una cucharadita, ni nada. No puede usted probar el azúcar. Ya se lo he dicho. —¿Ni comerme siquiera un pe- dazo de bizcocho de frutas por la mañana, doctor? El médico disimulando la con- trariedad y coraje que le ocasiona la imprudente pregunta de su cliente, agrega: —No hablo en chino, amigo. Na- da de azúcar. Nada de dulce. ¿Com- prende? —Bien, doctor. Comprendido. —Ahora... Vuelva a interrumpirla el enfer- mo: —Y en cuanto a esa medicina, ¿no cree usted doctor que puedo tomarlas un di* si, y otro no? —No. Tiene que tomarlas todos los días hasta terminar -ambos frascos. Luego, volverá usted don- da mi para un nuevo examen. —Y si en vez de esas medicinas, doctor, me recetara usted un par- che poroso o algún otro linimento para el mal que me aqueja, ¿no cree usted darla resultado? El joven doctor, irritado por las ridiculas pretensiones del enfermo, no puede menos que mirarlo con disgusto y contestarla alterado: —Tiene usted que seguir mi tra- tamiento tomando las medicinas que le he recetado para su padeci- miento; sin cambios y con pun- tulldad. —No se moleste doctor. Se tra- ta simplemente de algunas suges- tiones mías. —No tiene, ni debe usted suge- rir nada. Debe usted seguir mi tratamiento, si es que desea usted que yo lo trate. Debe usted to- mar los medicamentos que le re- ceto, si e* que Interesa curara* de sus dolencias. De lo contarlo... Otra interrupción del paciente: —Perdón, doctor.,. —Está perdonado. Vuelve si médico a tomar una actitud tranquila y reposada des pues de la solicitud de perdón de su cliente. Sonríe haciendo una mueca y habla: —Ahora, amigo... —Bueno, doctor.—interrumpe Im- pertérrito ei cliente—yo opino que un poco de azúcar con el café por la mañana, no me matará. Opl no además, que en lugar de esas dos pociones que me ha recetado usted, debo tomarme dosis diarlas de elixir paregóríco con bismuto y desaparecerá el dolor. ¿No lo cree usted, doctor? . El médico, lleno de cólera, sin poder aguantar un momento más. toma la receta y la hace mil pe- dazos. Luego, levantándose de su butaca como movido por fuerza eléctrica y enfrentándose si pscien te, termina: —Al diablo con sus opiniones. A r diablo con su azúcar y su elixir y bismuto. Levántese pronto y lar- gúese. No quiero verlo a usted ni un momento más. Salga pronto, antes que un violento puntapié le ayude a salir. Una vez afuera, abra un consultorio médico y re rete. Usted no necesita un médico. Búsquese un pselente. ¡Imbécil!... Dutch Schultz, por quien Hiñes ha ido al banquillo de los acusados En el alma desconcertante y compleja del célebre "gángster" floreció en cier- tas ocasiones la semilla del bien.-Quería ser un señorito, pero alojó una bala en la boca de un compañero de andanzas durante un altercado NUEVA YORK. (Editora Press.) —De entre la enmarañada selva de testimonio que fué saliendo a la lus durante la vista del célebre proceso de Jimmy Hiñes —el polí- tico neoyorquino que vendió su al- ma al diablo al decir del fiscal se- ñor Dewey y de los testigos que ha presentado— salió también un retrato de Dutch Schultz el "gáng- ster" todopoderoso que fuera cau- sa de las tribulaciones del anti- guo "amo" de Tammany Hall, un retrato que es a veces contradic- torio pero que de todas maneras, da idea de la robusta personalidad del bandido que, si no hubiera en- caminado su* pasos por la senda del crimen —la. que más fácil le pareció, en unos momentos en que una ley absurda —la Ley Seca— poco menos que convertía a los ciu- dadanos de la gran nación norteña en un enorme ejército de delin- cuentes— acaso hubiera descollado en cualquier otra actividad hones- ta y legal. ¿Era valiente, en primer lugar, el hombre que se deshacía a tiros de pistola?... Los que se dejaban Impresionar por su "mise en scé- ne", como el bolltero Miró, que una vez acudió a su llamada en pijama —tal era el miedo cerbal que pa- recía tenerle al hombre que lo ha- bla obligado bajo amenazas a com- partir con él lss ganancias del In- moral negocio— debían considerar- lo capaz de vencer al mismo Satén en desigual combate. Sin embar- go, para su Instructor de boxeo, psra el ex-pugilista que recibía una paga por cambiar tortazos con él, Schultz era un cobarde que no po- día recibir un golpe fuerte sin ha- cer toda clase de gestos de des- agrado. Cómo inició Schultz su carrera de crimen Nada Indlcsba durante la niñez que Arthur Flegenheimer —tal el norrtbre verdadero del hebreo Dutch Schultz— llegará a ser un personaje célebre. Y cuando a los diez y siete años cometió su pri- mera ratería y fué condenado por ello —esa condena fué la única que ae pudo fallar contra él— su por- venir parecía muy lejano de la opulencia que le vino luego. Cuan- do salló de la prisión comenzó a trabsjsr en una agencia de mu- danzas y sólo más tarde inició su carrera de negociante 111 c I to, abriendo un "speakaesy" —lugar prohibido dónde se servían bebidas alcohólicas en la era de la prohi- bición, —en la barriada del Bronx, dónde habla nacido el 6 de agosto de 1902. El "speakeasy" le pro- porcionó suficiente dinero para comprar unos cuantoa camiones de segunda mano, con los que se de- dicó al transporte de cerveza en- tre Nueva York y New Jersey. Entonces apareció en Schultz el negociante frío y calculador, el hombre que apelaba al dinero que podía hacer ganar a loa otros— las balas las utilizaba sólo en última Instancia— para llegar a sus fines. Ya en aquella época sabia ganarse las complicidades que necesitaba por medio del soborno y la dádiva. Cuando 1 a prohibición terminó, Schultz controlaba la mayor parte del negocio Ilícito de la cerveza que se hacia en la gran urbe, po- seyendo parte de varias fábricas productoras de la mencionada be- bida. <«• <¿ Rl Ifder de Tammany, James J. Hiñes, tiene rasón auflrlente para sonreír en eats fotografía, en la que posó en compañía, de lo* do* abogado» que tsn hábilmente le defendieron de la acusación de "rnnaplrarlón" en conexión con el "racket" de la bolita durante el juicio que durante algunas semanas ae celebrara en Nue- va York y que culminara con una decisión de "mlstrlal" emitida por el jues Ferdlnand Pécora. A la ls- • qulerda, el abogado Shallerk, y a la derecha, au colega Stryker. El "racket", que dejaba utilida- des exorbitantes, tenia muchos competidores, y la competencia se dirimía a balazos en las calles o las encrucijadas. Pero no se sabe que las muertes atribuidas a >s cuadrilla de Schultz —la de Vicen- te Coll, uno de los criminales mis peligrosos que ha padecido Nueva York en los últimos tiempos, entre ellas— fueron realizadas por él mismo. La primera vez que el nombre de Schultz fue mencionado como el del asesino que apretó el gatillo de la pistola que le quitó la vida a un semejante, fué hace unos días, cuando Richard Davia —su abodgado de confianza y alga asi como cerebro de la organización del "gángster"— relató que habla presenciado la muerte de J u 1 e s Martin, uno de sus asociados, a manos de Dutch. SI del mismo modo cometió otros crímenes de sangre, es algo que no se ha sabi- do hasta ahora y acaso no se sepa nunca. Schultz quería pasar por "un señorito" Cuando, habiendo tomado bajo su égida el negocio de la bolita, Schultz quiso rebajar la comisión de lo* "colectores"' , en un cinco por ciento, éstos se declararon en huel- ga y el negocio bajó de una manera lamentable. Entonces el "gángs- ter" no apeló a sus conocidos pro- cedimientos de coacción sino que. tras de honda consideración surgió en él el hombre de negocios que todo —hasta -au rabia— lo sacrifi- caba a la cuantía de loa ingresos. Y les reintegró la comisión de que los habla privado. Su inclinación hacia los secretos de las finanzas, lo llevaban a leer todos los libros que calan en sus manos, entendiéralos o no. Y no cabe preguntarse al el hecho de que construyera organizaciones tan importantes como la de la cerveza, primero, y la de la bolita, después, no prueba que, desarrollado su ge- nio en otro campo de las finanzas, no hubiera podido llegar a la cum- bre que han alcanzado algunos re- yes de la Industria norteamerica- na. Ota de las cualidades de Dutch Schultz, que no es frecuente entre los "gángster*" norteamericanos, es la que lo llevaba a retinarse, a imitar los hábitos y costumbres de lss gentes de alcurnia. El piilueio que correteaba por las calles del Bronx y cala en todas las formas de la humana flaqueza, quería ahora ser un hombre de buenos modales, una persona culta y edu- cada, un señorito. Esa afición a destacarse en los circuios elegan- tes, lo llevó a practicar el deporte de la hípica y a comprar caballos pa- ra los que tenia los afectos y con- sideraciones que no ponía en la ge- neralidad de sus smigos o conocí* dos. Cuando George Wienberg dijo desde la silla de loa testigos que Schultz habla querido mantener *1 juego de la bolita limpio de tran- pa. el público que llenada la sala del tribunal soltó una carcajada. Sin embargo, es posible que en el alma desconcertante y compleja del bandido, hubiera germinado por aquella época la semilla del bien. Claro que, en cuanto lo exigieron sus "negocios", pasó por sobre sus propósitos e hizo el Juego trampo- so. ¡Para Schultz,-como para tan- tos otros magnates de la industria, lo primero era la solidez de sus fi- nanzas! Problemas de San Juan 1879 El enfermo, abriendo los ojos como platillos y poniéndose ambas manos sobre los lados adoloridos, salió de la oficina como alma que lleva el diablo. duda de que en el futuro se re- gistrará un aumento más rápido y más considerable todavía. "Vea- mos las Américas primero" seria un lema digno de popularizarse y cumplirse para bien de todos los paisas del Nuevo Mundo. .' . . . (Continuación de la página 11.) musical." Y añada: "Debemos al niño, desde su temprana edad, las más bella* creaciones Infantiles del arte poéticV. Trabajos como los ya citados, con los dé Carmen Rivera de A'.va- rado, Lita Roure Lang y Herminia Vázquez Acevedo, no son cosa que se nace a humo de pajas: ora lle- vando la impronta de autoridades re conocidas y sin Jugo penina!. ora diciendo: —"Esto e« asi porque yo lo digo."— Se ha hecho acopio, al, de cuanta Información autorizada ha sido posible exprimir. p»ro por esta plasma de erudición, se han echado a circular loa glóbulos ro- jos de I* observación y el estudio personales, logrados tan sólo al Don Juan hubiera... (Continuación de la página $.) cabo de años de penoso, cal'odo, paciente pero siempre entusiasmado esmero. \ Los Problemas de Alimentación del Niño, no es un tabladHlo bole tinesco salpicado de menúes: para eso hay abundancia de libros de cocina en el mercado. Presenta los aspectos psicológicos de la alimenta- ción; el hábito de comer a 'a mis- ma hora, de no golosinar entre co- midas; naturaliza el voraz apetito treceaflero y sus digestiones pre- coces; establece fundamentos de nutrición a base de carbohidratos- proteínas, grasas, minerales, vitami- nas, etc. De la Alimentación de los Niñas se habla casi tanto como de la Patria y de la Fe. Esperanza y Candad. Ha llegado ha ser uno de esos pensamientos nobles y hermo- samente inútiles, conservados "In vitro" por generaciones y servido* durante loa más emocionados mo mentó» de nuestras contriciones bien cuando escribimos para los | Paternas. Pero rara vez se habla niños. Según el niño debe mere- cerle respeto al padre, al maestro, al médico, debe merecérselo tam- bién al escritor. Creo que el poeta debe darle be- lleza y emoción verdaderas al ni- ño. En suma, verdadera poesía. Para mi, esto es tratar con res- neto a la infancia. Lo que me pa- rece cruel e inhumano ss darle mala literatura y versos donde no hay belleza ni poesía. No lo entiendo Se me dice que un conocido ban- quero está desolado porque su mu- jer ss escapó con su chauffeur. Nc le- entiendo. Después de todo en esta época de desempleo no ss muy difícil encontrar otro chauffeur. JJUDGE.) , del asunto con precisión, claridad Inteligencia y utilidad, como lo ha ce la señorita Torres. Este libro va derecho como unn flecha a su destina Hace más. Pro tege .a lo* padres concienzudos de tanta pseudociencia como se estila en las literaturas domésticas. No peca como tanta obra científica, de exceso Tte su propia virtud: exceso de ciencia. Es un libro cordial sin literatura y sin pedantería. Liso, como un mango de azada; sencillo, como un traje de dril; útil, como una frutera; luminoso, como un can de la.br o de cristal tallado. ¡Quiera Dios que no sea su destino el de un raro incunable, sino el de la brújula doméstica que. por todos conceptos, blen_.que merece ser! En. Bayamón. Estío xxxvm José Antonio DAVILA (Continuación de la pág. 4) ción de la ciudad y que el Estado la cede toda sin reservarse parte alguna. De todo eso se desprende que edficada la población en el espacio que el Ayuntamiento cre- yera conveniente, lo no poblado entonces desde El Morro hasta el puerto de San Antonio, por lo me- nos, debia quedar para el ensan- cha natural d* la ciudad, a me- dida que fuese aumentando el cen- so de la misma, en calidad de eji- dos pertenecientes al Municipio y no ai Estado. Claro está que aque- lla Corporacón ha descuidado es- te derecho o peses ion, no sabemos cuando; puesto que vemos al Es- tado disponer de tales terrenos co- mo de su dominio exclusivo. Tam- poco se traduce del citado expe- diente, y en esto la historia de nuestra ciudad es terminante, que la fundación de Puerto Rico se hiciese en el concepto de plaza fuerte, ni de estar destinada a ser- lo. Esto vino después cuando los vecinos acosados por piratas, y corsarios y por las escuadras -le naciones que como Holanda e In- glaterra, e.staban en hostilidades contra España, pidieron constante- mente forticaclones. artillería y buques para no verse en el caso de abandonar la tierra. Entoncej hubo de constituirse, primero !a fortaleza de San Catalina, hoy re- formada y palacio de los Gober- nadores general. El Morro luego, y por último las murallas y casti- llo de San Cristóbal. Por lo cual se vé que al cederse al Ayuntamiento la Isleta y al fun- darse la ciudad, no entraba pre- cisamente en el plan estratégico nacional que aquélla hubiese de ser plaza de guerra, sino que esto se hizo apdando el tiempo y por conveniencia de los vecinos que con Insistencia lo pidieron. ¡Quien habla de decirles que lo que enton- ces se demandaba como una nece- sidad y un progreso, se verla co- mo obstáculo para las necesidades y progreso de sus descendientes; y que asi como aquello velan la terminación* de tan fuertes muros como suspirado término de su in- seguridad, los segundos suspirarían con igual anhelo porque aquel du- ro cinturón se rompiese a cambio de aire, salud y otras mil venta- jas.! ¡Lo que prueba como varían los tiempos! Pero la cuestión de fortificacio- nes nunca empecerla la de ejidos de que venimos tratando, pues quedan en todo caso reducidas a sus zonas correspondientes, sin. ns- da que ver con los solares a que aludimos y que en nuestro con- cepto no son del Estado sino da la ciudad. OJslá que el Ayuntamiento ocu- pándose en esta materia, como si- quiera que le pertenece, pensara también que si la demarcación de la dudad llega hasta el puente de la Aurora o Martin Peña,.carrete- ra hasta allí debe considerarse co- mo vía urbana y no como del Es- tado, con lo cual, si bien tendría que hacerse cargo de su conservs- ción. se evitarla el veto de aquel or- ganismo csdavezqueel Municipio »'smo cada vez que el Municipio trata de establecer en dicha carre- tera alguna mejora, como alum- brado público etc. Nos parece que es deber del nuevo Ayuntamiento estudiar y descojer su actividad en estos puntos, si quiere estar a ls si tura .de su misión Impprtantislr ms. pues creemos que siempre de- be estar a tiempo toda ciudad pa- ra reclamar de la nación, de quien depende, sus elementos naturales de vida y progreso. Alejandro Tapia 9-Uvera. (Publicado en "EL AGENTE" julio 1* d« 1879.) »> SABOREE U& TAMBIÉN DI ESTA &í QtfE ES CERVEZA! I A CF.KVIM UUt HIZO IAMULA A Mi: A