Crisis y dictaduras en Amrica Latina. El triunfo del
autoritarismo en Brasil tras la dictadura militarGeorgette Ramrez
Kuri1 CELA-FFyL-UNAM [email protected] Resumen: En Amrica
Latina, las crisis polticas de los Estados nacionales se han
resuelto de formas peculiares. En muchos casos, estas crisis han
derivado en golpes de Estado y regmenes autoritarios, debido al
gran temor que la desestabilizacin significa para las clases en el
poder, puesto que sus intereses se ven amenazados ante las crisis
polticas consecuentes de la constante inestabilidad econmica que
genera el capitalismo. En este ensayo se busca evidenciar que las
crisis polticas guardan relacin dialctica con las crisis econmicas,
siendo que mientras en mayor riesgo se encuentren los intereses de
las clases en el poder, ms autoritaria ser la forma de resolver
tales crisis. Me remitir a las dictaduras de Seguridad Nacional
enfatizando el caso brasileo y su golpe de Estado en 1964, como
ejemplo del triunfo de los regmenes autoritarios en las sociedades
latinoamericanas. Palabras claves: Estado- crisis - clase - poder -
intereses Caractersticas de los gobiernos autoritarios Empecemos
describiendo qu es un rgimen autoritario. Segn el conocido
politlogo argentino Guillermo ODonnell, el Estado
Burocrtico-Autoritario tiene como base social a la alta burguesa,
estrechamente vinculada con el capital transnacional y agrupada en
alianzas oligoplicas. Su principal papel es restaurar el orden
social a travs de la desactivacin poltica de sectores populares y
normalizando la economa; por lo tanto, es un sistema de exclusin
poltica, antagnica al modelo antecesor nacional desarrollismo de
pases como Mxico, Brasil, Argentina, tal vez Chile, cuya
Mexicana, pasante de la licenciatura en Estudios
Latinoamericanos de la Facultad de Filosofa y Letras de la
Universidad Nacional Autnoma de Mxico. Realiz cursos de Ciencias
Sociales y Geografa en la Facultad de Filosofa, Letras y Ciencias
Humanas de la Universidad de So Paulo. 1
1
tendencia, por el contrario, es incluir en los mbitos econmico y
poltico a sectores sociales marginados. El Estado Burocrtico
Autoritario (Estado BA en adelante) suprime cualquier posibilidad
de participacin de los sectores populares en la vida social, sea
sometindolos a controles estrictos que impidan su funcin activa en
espacios polticos, como sindicatos u organizaciones estudiantiles,
sea prohibiendo alusiones de la nacin como pueblo, incluso
suprimiendo instituciones que fueran depsitos de peticiones de la
sociedad, incompatibles con la restauracin del orden y la
estabilizacin econmica -como es el caso de los partidos polticos-,
todo lo cual se traduce en la despolitizacin de la sociedad
enmarcada en la racionalidad superior de las instituciones,
supuestamente neutrales y objetivas, que se imponen a la nacin
misma so pretexto de salvarla de sus crisis. Aparentemente las
instituciones BA se adaptan a las situaciones particulares para
lograr esta tarea, sin embargo se encuentran supeditadas a
constantes tensiones generadas por los intereses de clase, que
resultan del intento de consolidar un sistema de dominacin
coercitivo en una sociedad frente a la que no pueden ocultar su
carcter autoritario. Los estados BA mantienen importantes vnculos
con las Fuerzas Armadas; de hecho, en ellas se sostienen. Son
apoyados por sectores minoritarios de la sociedad -entre ellos
ciertos sectores militares y conservadores- y no por el grueso de
la poblacin (aunque es difcil hacer generalizaciones). Aqu reside
la mayor contradiccin del Estado BA, pues sostiene que sus acciones
polticas estn al servicio de la nacin cuando en realidad slo lo
estn respecto a una pequea parte de la poblacin. Este hecho
significa una apertura para la lucha de clases, pues el Estado
adopta ciertos intereses de clase a ser defendidos a costa de los
intereses de otras clases. En este sentido, se repite en la
historia de Amrica Latina un factor clave de la crisis poltica que
acab con el nacional desarrollismo: la lucha de clases se
desequilibr cada vez ms hasta polarizarse y generar tensiones
insolubles. Dice ODonnell que El BA surge de una abrumadora derrota
poltica del sector popular y sus aliados, que fue impuesta al
precio extremo de imposibilitar que el BA se legitime.2 Y es que en
varios pases de Amrica Latina principalmente en Brasil- la formacin
de la nacin se acu en el populismo, sealando a las masas recin
incluidas ms como portadoras de demandas populares -debido al
contexto histrico-social- que como ciudadanos con derechos civiles.
Concordando con el destacado socilogo Jaime Osorio, el Estado
capitalista, al basar su existencia en la reproduccin del capital y
sus medios de acumulacin, opera en dos esferas, la econmica y la
poltica; en la primera establece relaciones de explotacin y en la
segunda 2
ODONNELL, G., El nuevo autoritarismo en Amrica Latina, FCE,
Mxico, 1985.
2
relaciones de dominacin. Cabe precisar una cuestin fundamental
que Guillermo ODonnell deja de lado; l explica el Estado
capitalista desde el mbito poltico, dejando fuera de su anlisis el
aspecto econmico, sin el cual no se logran entender las relaciones
sociales en su complejidad, puesto que -bajo esta teora poltica- se
ignora la relacin dialctica que guardan entre s ambas esferas,
desde el Estado. No es el caso discutir sobre el Estado, sin
embargo me es pertinente colocar una teora social ms compleja -la
referida de Osorio- que la de ODonnell, pues finalmente una de los
ejes para desarrollar este ensayo es explicitar la relacin directa
entre la crisis econmica y la crisis poltica que determinaron las
dictaduras en Amrica Latina durante la segunda parte del siglo XX.
Crisis y dictaduras En la dcada de los sesenta, tras el triunfo de
la Revolucin Cubana, se hace manifiesta la radicalizacin poltica en
todo el mundo, pues se cuestiona el funcionamiento del sistema
econmico dominante, detonando la crisis poltica que continu -por lo
menos- en las dos dcadas que siguieron. En Amrica Latina la
contrainsurgencia impregn las Fuerzas Armadas, producto de la
influencia ideolgica del ejrcito estadounidense, para contener el
avance de los sectores de izquierda al poder, en cualquier forma
que fuera. Para 1970, las Fuerzas Armadas, como institucin, se
habran impuesto en el escenario poltico por medio de golpes de
Estado y subsiguientes regmenes autoritarios. En los aos ochenta,
acabaron promoviendo polticas econmicas neoliberales que
protegieran sus intereses de clase. Ambas acciones bajo pretexto de
estabilizar la crisis econmica que se manifest tempranamente en los
sesenta. Regresemos a los tiempos pre-dictatoriales en la regin
para comprender el contexto en que entra el Estado BA. La crisis
del populismo residi en su ambigedad poltica, pues intent armonizar
intereses de clase que, generalmente, no definen con claridad lo
que representan para los intereses de otras clases; aparentemente,
el populismo predomina sobre las masas populares, pero
esencialmente se trata de un rgimen controlado por sectores de la
clase media apoyados fuertemente por la burguesa nacional. Pese a
ello, para la experiencia de las masas el populismo signific el
aumento de participacin poltica y econmica en el proyecto de
gobierno, puesto que el Estado pas de ser slo regulador de la
produccin a participar activamente en las diferentes fases del
proceso productivo, volvindose centro mximo de decisiones sobre la
poltica econmica. De esta manera, la crisis del populismo en el
Cono Sur orill a los sectores medios militares as como a los altos
rangos, a posicionarse consistentemente en los escenarios polticos
nacionales, permeados -recordmoslo- por el contexto de Guerra Fra
en toda Amrica Latina, definindose as3
como poder poltico autnomo al poder que el Estado representaba,
y reivindicando -siempre retricamente- su funcin fundamental de
preservar el orden nacional, sobre todo en tiempos de crisis. A
partir de este papel poltico que adquieren las Fuerzas Armadas -su
institucionalizacin-, se colocan como actor poltico permanente en
la vida social de Amrica Latina. En palabras de Augusto Vargas, la
profundizacin de este papel poltico posibilita una nueva tendencia
en el desarrollo de las instituciones militares, donde
posteriormente, el Estado adquirir nuevas formas producto de la
redemocratizacin del continente (y) se ver altamente condicionada
por este nuevo factor.3 En el caso brasileo, por ejemplo, la
incapacidad de sostener el populismo, tanto en el mbito econmico
como en el poltico, agudiz las contradicciones en el proceso de
acumulacin de capital. Ante esta inviabilidad, las Fuerzas Armadas
intervienen con un golpe de Estado bajo argumento de restaurar la
jerarqua y la disciplina, aunque lo que se buscaba en realidad era
cambiar la direccin del desarrollo econmico en el plano
internacional y de las relaciones de Brasil con los sistemas
capitalista y socialista mundiales. En la lucha de clases,
triunfaron la burguesa y la clase media alta, resolviendo la crisis
por medio del autoritarismo a manos de las Fuerzas Armadas, sector
integrante de la difusa clase media. Esta situacin, lejos de
solucionar el problema, profundiz la dependencia estructural. En
los pases del Cono Sur, las dictaduras militares de los aos setenta
se legitimaron con la Doctrina de la Seguridad Nacional, que
consisti en una serie de principios programticos bajo iniciativa de
Estados Unidos para la contencin del comunismo y las izquierdas que
proclamaban la transformacin social, inspiradas en la cercana
Revolucin Cubana. En palabras de Pinochet, el fundamento de esta
doctrina era la constante amenaza en que se encuentran las naciones
por la agresin permanente al servicio de la potencia imperialista
URSS, que haba apoyado a Cuba en los ltimos aos.4 Tal doctrina marc
un cambio en las Fuerzas Armadas latinoamericanas, su funcin pas de
ser la seguridad de las fronteras nacionales a la bsqueda e
identificacin del enemigo dentro del propio pas: la insurgencia
subversiva. Para ello se entren a las Fuerzas Armadas bajo
influencia de la Escuela norteamericana -y de la francesa en el
caso de Brasil y, posteriormente en Argentina-; se introdujo el uso
de la tortura y de otros medios para generar terror, pues haba que
aislar a los revolucionarios de su base de sustento que resida en
el apoyo que tenan de la poblacin civil. As pues, y obedeciendo a
su nombre, las dictaduras de Seguridad Nacional justificaron sus
imposiciones y acciones represivas bajo discurso de estar
realizando una labor patritica salvando a 3 4
VARGAS, A., La autonoma militar en Amrica Latina, Ed. Nueva
Sociedad, Caracas, 1988. LOZANO, F., Historia Latinoamericana
1700-2005, Editorial Maipue, Buenos Aires, 2006.
4
la nacin de sus terribles enemigos que no estaban ms en el
exterior, sino infiltrados al interior de los pases. No obstante,
la doctrina no se aplic de igual manera en cada pas, teniendo que
adaptarse a los diferentes contextos histrico-sociales. Casos
particulares Como hemos venido sealando, y compartiendo argumento
con Aldo Marchesi, las dictaduras se presentaban como regmenes
duros necesarios para enfrentar el avance subversivo, necesitando
del mito de la conspiracin subversiva para su legitimacin pblica.
Sin embargo, los golpes militares en el Cono Sur, que implementaron
las dictaduras de Seguridad Nacional, no fueron una respuesta
momentnea sino la conclusin de un proceso de larga gestacin que
result en el deterioro de las condiciones nacionales en los mbitos
poltico, econmico y social. El golpe de Estado en Chile tambin
obedeci a la amenaza que representaba la consolidacin del
populismo, va la Unidad Popular, para los intereses hegemnicos de
capitales norteamericanos; Richard Nixon, el entonces presidente de
Estados Unidos, haba decidido que no aceptara un gobierno como el
de Allende que maguara la estrategia geopoltica en la regin
latinoamericana y que se alineara con Cuba y la potencia sovitica.
Augusto Pinochet comenz su gobierno dictatorial en septiembre de
1973, tras el asesinato del depuesto Salvador Allende, para no
retirarse hasta pasados 16 aos. Este rgimen fue violento de ms,
sobre todo en su primera etapa de instauracin del terror; persigui,
encarcel y asesin a muchos chilenos, desde militantes de grupos de
oposicin -como el MIR o el PCCh- hasta artistas populares, adems de
la violencia social a travs de la inestabilidad que sus agresivas
transformaciones provocaron. Tal rigor buscaba cambiar las
condiciones del pas para evitar a toda costa otro intento popular;
se buscaba implementar polticas econmicas que impidieran la
intervencin del Estado en el libre mercado, dictndose una nueva
Constitucin que obedeciera al cumplimiento de tal objetivo para que
los intereses econmicos hegemnicos no volvieran a verse amenazados.
Si bien desde la dcada de 1960 Argentina haba experimentado
regmenes autoritarios, el golpe militar de marzo del 76 coloc a una
Junta Militar en el poder Ejecutivo, presidida por Jorge Rafael
Videla, la cual evidenci la crisis poltica que se viva, al declarar
caducos los gobiernos en todos los niveles (nacional, provincial y
municipal), la Corte Suprema de Justicia, sus tribunales y
legislaturas. Estableci un fuerte orden ideolgico y represivo en
escuelas y establecimientos pblicos interviniendo universidades,
cerrando carreras, reconocidas editoriales y compaas teatrales,
prohibiendo pelculas, etc. Para los militares, el subversivo era un
individuo aptrida en5
tanto que negaba la existencia de un patrimonio cultural
nacional y haca del mundo su campo de batalla.5 Todas estas
violentas acciones en la Argentina, se ejecutaron desde todos los
niveles de mando que le otorgaron a la represin un carcter
institucional bajo argumento de cumplimiento del deber y defensa de
la Patria respecto a la subversin marxista, con un toque de
moralismo religioso que fungi como disfraz de las atrocidades
cometidas, sobre todo en cuanto a violaciones de los derechos
humanos. Para la dictadura argentina no bastaba con matar a todos
los subversivos para acabar con las fuerzas revolucionarias, haba
que acabar con la voluntad del enemigo de luchar adentrndose en sus
mentes, penetrando sus convicciones ideolgicas, sus creencias
polticas, sus emociones y su subconsciente.6 En Brasil, previo al
golpe de Estado del 64, ya los militares se adjudicaban el derecho
al monopolio del uso legtimo de las armas y estaban convencidos de
que el mantenimiento del orden interno era una de sus funciones
bsicas; comenzaron a participar activamente, asumiendo una postura
relevante en el sistema poltico. Debido al gran temor de las
Fuerzas Armadas de perder su unidad institucional, cuando
decidieron arrebatar el poder del sistema poltico crearon todas las
condiciones objetivas para hacer improbable el retorno de algn
civil a la jefatura de Estado. Se apresuraron, pues, a enmarcar
dentro de la legalidad sus prcticas represivas, tomaron el control
sobre la huelga como reivindicacin poltica y econmica, hicieron
modificaciones legislativas respecto a los sindicatos, previsin
social, entre otras formas de organizacin autnomas al Estado.
Anularon los derechos polticos de sectores tcnicos, intelectuales,
obreros, estudiantiles, polticos y algunos militares, y depuraron
la estructura partidista. Frente a las crisis polticas y econmicas
de estos pases, la burguesa nacional recurre al financiamiento
extranjero para garantizar la realizacin del ciclo del capital y,
de esta manera, salvaguardar sus intereses. Se buscan capitales
externos para evitar la crisis de fondos; los capitales extranjeros
aparecen como financiamientos e inversiones cada vez ms frecuentes.
De este modo se internacionalizan las economas de toda Amrica
Latina, hacindose necesaria la adquisicin de nuevos compromisos de
la sociedad industrial respecto a los sectores externos, como la
estabilidad poltica, cambiaria y monetaria, para crear las
condiciones esenciales de una poltica de estmulo al capital
extranjero. Especialmente en los casos de Brasil y Chile, los
nuevos actores polticos entendieron que la estabilidad poltica sera
obtenida ms rpidamente si se generaban las condiciones para llevar
el ROBBEN, A., Pegar donde ms duele. Violencia poltica y trauma
social en Argentina, Anthropos Editorial, Barcelona, 2008. 6
Idem.5
6
desarrollo econmico a cifras positivas y buscar estrategias que
funcionaran como paliativos a las demandas sociales. Para la
planificacin econmica y la movilizacin de recursos, se necesitaba
agrupar especialistas que se encargaran de la cuestin econmica,
como los tecncratas militares del rgimen brasileo y los ODEPLAN
boys chilenos. Con las Fuerzas Armadas en el poder, se comienza a
desarrollar en todo el Cono Sur una ideologa militar nueva bajo la
cual la defensa nacional respecto al exterior, se cambia por la
doctrina de Seguridad Nacional que garantizara la estabilidad
social y seguridad interna. Triunfo del autoritarismo en la
sociedad brasilea tras la dictadura militar La denominada dcada
prdida 1980 lo fue en trminos econmicos, pero al mismo tiempo
represent una ganancia poltica con el proceso de transicin a la
democracia, sin embargo, la posibilidad de nuevas insurrecciones no
estaba completamente extinta, sobre todo porque las tensiones
sociales estaban -en el mejor de los casos- slo parcialmente
resueltas; las dictaduras del Cono Sur derrotaron a las guerrillas,
pero la subversin segua latente, todava en el marco de la Guerra
fra, y la nica institucin capaz de detenerla eran las Fuerzas
Armadas, a esas alturas muy bien amaestradas y profesionalizadas.
De este modo quedaba demostrado que los remiendos econmicos y
sociales volvan a vencerse siempre que no se recurriera a
soluciones de fondo. En este orden, para los aos ochenta el
discurso contrainsurgente adquiere otra dimensin; el marxismo ya no
es el nico factor amenazador, y al diversificarse los riesgos, se
diversifican las estrategias de combate. La Doctrina de Seguridad
Nacional se difumina en el Cono Sur, las nuevas formas
anticomunistas cobran otro sentido al estar enmarcados en contextos
democrticos y bajo discursos adaptados a los casos nacionales. En
las dictaduras de Seguridad Nacional, el poder militar aparece como
factor del poder civil en tanto que producto de las relaciones de
clase; se trataba de restaurar los poderes poltico y econmico
disociados progresivamente en los gobiernos populistas: las Fuerzas
Armadas entraron en escena asumiendo el papel de garantes de los
poderes constitucionales, su funcionamiento y la aplicacin de la
ley, que se vean amenazados frente al nacional desarrollismo, en el
caso brasileo manifiesto en las polticas getulistas. No obstante el
golpe de Estado, en Brasil la toma del poder por parte de los
militares no signific estabilidad poltica. Sobre todo porque desde
1961, la apertura participativa del populismo haba desencadenado
una serie de programas sociales autnomos al gobierno, como el
Movimiento de Educacin de Base, sindicatos de trabajadores rurales
y las Ligas Campesinas, muchos de los cuales eran apoyados
sustancialmente por sectores de la Iglesia afines al cristianismo
liberacionista. Adems, al interior de las Fuerzas Armadas no haba
consenso ideolgico, ni siquiera entre los7
militares pertenecientes a sectores de la clase media. Segn
Alfred Stepan, haba tres grupos principales en los que se divida
ideolgicamente la milicia; quienes conspiraban activamente contra
el presidente, aquellos oficiales legalistas -casi mercenarios al
servicio de quien comandare- y aquellos adictos al presidente Joo
Goulart y sus polticas. Sin embargo, todos coincidan en la
necesidad de mantener la coherencia institucional ejerciendo un
control estricto de la disciplina.7Para muestra, un botn: Ni un
solo oficial perdi la vida defendiendo al gobierno de Goulart.8 A
partir de 1964, se formula una nueva estructura de poder que
resulta de la fundicin del poder civil y el militar para depurar el
sistema institucional existente y, de ese modo, sujetarse a las
exigencias de los nuevos compromisos internacionales que Brasil
contrajo entrada la dcada de 1960. La dictadura militar es una
redefinicin poltica de los sectores ms esclarecidos de la clase
dominante, aliados con grupos de militares para defender sus
intereses. Se modifica la estructura de poder; se institucionaliza
el complejo industrial-militar inscrito en la Doctrina de Seguridad
Nacional, redefiniendo y ampliando la nocin de defensa nacional o
seguridad al establecer nuevas relaciones entre las Fuerzas Armadas
y la industria, o sea, entablando nuevas relaciones entre el poder
militar y el econmico. Se desarrolla una nueva ideologa militar,
que buscar adecuar una nueva estructura de dominacin y poder
poltico. De este modo, las relaciones cvico-militares han cambiado
en toda la regin, tambin debido a las reformas polticas y econmicas
que se instauraron en las ltimas tres dcadas del siglo pasado, as
como la concepcin de seguridad, que ya hemos mencionado en este
trabajo. Tenemos entonces que la participacin militar en las
democracias no desaparece, sino que cambia de formas: control
militar de recursos econmicos, aparatos de inteligencia al servicio
del Estado, control social a travs de organizaciones paramilitares
y la, tan comn, militarizacin de la polica. Se ajustaron a la
democracia de modo corporativo, defendiendo sus privilegios
institucionales9 y de clase. Se ampla, pues, la participacin de los
militares en la vida democrtica, su agenda incluye cada vez ms las
cuestiones sociales como problema de seguridad del Estado. En vez
de redefinir lo militar en funcin de un nuevo juego institucional,
se militariza el espacio pblico, a travs de un proceso de
utilizacin de la estructura, los modelos y las doctrinas militares
para actividades policiales.10 7 8
STEPAN, A., Brasil: los militares y la poltica, Amorrortu
editores, S.A., Buenos Aires, 1974 Idem. 9 DIAMINT, R., Construccin
de gobernabilidad democrtica en Amrica Latina, FCE, Mxico, 2005 10
Idem.
8
Desde los aos noventa, por ejemplo, se realiza la Operao Rio,
operativo militar en Rio de Janeiro, ciudad muy importante y
principal atraccin turstica del pas, para limpiar las principales
zonas de la ciudad de las favelas, colocando los territorios pobres
en zonas cada vez ms alejadas de los centros urbanos, bajo discurso
de la violencia y el problema del narcotrfico caracterstico de
ellas. Este operativo fue sugerido, inicialmente, por empresarios
preocupados porque sus intereses de clase se vean afectados por
estos peligrosos problemas, al ser repulsivos para el turismo,
potencial medio de acumulacin de riqueza. Todo ello signific la
militarizacin de la poltica en Brasil, puesto que el poder poltico
que ganaron las FFAA al consolidarse como institucin durante el
rgimen burocrtico-autoritario, se tradujo en su autonoma
institucional respecto a los gobiernos democrticos
pos-dictatoriales, incluso hasta lo que va del siglo XXI.
Actualmente, el papel de los militares est ms all de la seguridad
pblica; salvaguardan las mltiples fronteras nacionales del Brasil,
controlan todos los asuntos migratorios, comandan los cuerpos
policiacos en todos los niveles (federal, estatal, municipal y de
prefectura), inciden en importantes decisiones econmicas y en
asuntos geopolticos. Los operativos en Rio de Janeiro continan,
aunque no con el mismo nombre, s con la misma estrategia militar,
so pretexto de pacificar las favelas. Sobre todo hacen estos
operativos a fin de ao, justo antes de su temporada alta de verano,
para no ahuyentar el turismo carnavalesco. En fin, la estabilidad
econmica de los gobiernos recientes, encabezada principalmente por
el expresidente Luiz Incio Lula da Silva (presidi su mandato
durante dos periodos, de 2002 a 2010), ha logrado que exista una
estabilidad poltica en el pas, a pesar de la influencia que los
militares, como sector importante de las clases media y alta,
tienen en la vida poltica brasilea. La dictadura brasilea es un
caso que ejemplifica con claridad el papel que juegan las FFAA en
los regmenes democrticos. Es una prueba de que la militarizacin de
la vida poltica result del triunfo del Estado autoritario sobre la
sociedad civil y pone de manifiesto la trascendencia de las
dictaduras en las sociedades latinoamericanas de las dcadas
subsiguientes.
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10