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Soportes: vivienda y ciudadAndrs Mignucci y N. John Habraken
Andrs Mignucci FAIA (Ponce, Puerto Rico, 1957) se titul como
arquitecto en el Massachusetts Institute of Technology en el 1982.
Colabora con Stephen Carr y Kevin Lynch en la prctica de diseo
urbano en Boston (1983-86). En el 1988 funda Andrs Mignucci
Arquitectos dedicada a la prctica de la arquitectura y diseo
ur-bano en San Juan de Puerto Rico. Sus publicaciones Arquitectura
Contempornea en Puerto Rico 1976-1992 (2009) y Soportes: vivienda y
ciudad junto a N. John Habraken. Es profesor de diseo de la Escuela
de Arquitec-tura en la Universidad Politcnica de Puerto Rico.
N. John Habraken (Bandung, Indonesia, 1928) es un arquitecto,
educador y terico holands. Habraken estudi arquitectura en la
Universidad Tcnica de Delft (1948-1955). Entre el 1965 y el 1975,
fue fundador de la Escuela de Arquitectura de Eindhoven (1967),
Director del SAR (Foundation for Architectural Research) (1965-75),
y pos-teriormente Director de la Escuela de Arquitectura del MIT en
Cambridge (1975-81). Sus publicaciones princi-pales incluyen,
Supports, an Alternative to Mass Housing (1962), The Structure of
the Ordinary (1998) y Palladios Children (2005). Habraken es
profesor emrito del Massachusetts Institute of Technology.
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Hoy da, con una crisis econmica mundial centrada en el mercado
de la vivienda, el exponencial crecimiento demogrfico de nuestras
ciudades y una consecuente in-equidad social, la vivienda cobra un
papel protagnico en nuestra agenda colectiva. Paralelamente, cada
da es ms evidente que el problema de la vivienda est estre-chamente
ligado a los dilemas urbanos y a la forma de nuestras ciudades. Se
prev que para el ao 2050 ms del 75% de la poblacin mundial vivir en
ciudades. Ante esto, no se puede hacer vivienda sin ciudad y no se
puede hacer ciudad sin vi-vienda.
A lo largo del siglo XX, la vivienda se trat como un problema
cuantitativo dirigido a proveer alojamiento al mayor nmero de
familias posible. Sujeta a un modelo fordista1, la produccin de la
vivienda, tanto del sector pblico como del priva-do, se vali de la
repeticin, la homoge-neidad, la estandarizacin, la segregacin
funcional y la matemtica de los grandes nmeros como estrategias
para atender la necesidad de hogares. Los programas del urban
renewal en Estados Unidos y sus diferentes versiones a travs del
mundo, marcaron la forma de nuestros centros urbanos y sus
periferias. El despa rramamiento urbano comprometi el sue-
Soportes: vivienda y ciudadAndrs Mignucci y N. John Habraken
Este artculo sintetiza los temas bsicos del libro Soportes:
vivienda y ciudad, de N. John Habra- ken y Andrs Mignucci,
publicado en Barcelona por la Fundaci Politcnica de Catalunya,
2009.. El libro sirve de registro del curso dictado por Habraken y
Mignucci en el 2008 en la ETSAB (Escola Superior Tcnica de
Arquitectura de Barcelona), como parte del Mster en Vivienda del
Laboratorio de la Vivienda del Siglo XXI, dirigido por Josep Mara
Montaner y Zaida Muxi.
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lo rstico, el paisaje y el territorio. En todo el proceso, el
usuario, habitante y residente ha sido tratado como un receptor
pasivo del producto, sin participacin significativa, si es que se
daba, en el proceso. Hoy da, es evidente el colapso y descrdito de
los modelos de la modernidad para satisfacer la enorme necesidad de
vivienda en nuestras ciudades. De igual manera, estrategias
urbansticas como el zoning y ms recientes como el nuevo urbanismo y
el landscape urbanism han sido inefectivas en atender la escala y
diversidad de esa necesidad.
El siglo XXI presenta nuevos retos, en gran medida generados por
las limitaciones y fraca-sos de las polticas del pasado. La
valoracin de una estrecha relacin entre la vivienda, el espacio
pblico, la mezcla de usos y la movilidad constituye una de las
piedras angulares en la forja de ciudades con calidad de vida.
Grandes cambios en la estructura familiar de la ciudadana, en el
sentido de vecindad y de lo colectivo y, por supuesto, una
creciente concienciacin ciudadana sobre la importancia de la
sostenibilidad y la conservacin de recursos, apuntan a la necesidad
de nuevos mtodos para atender viejos problemas. El reto principal
yace en atender la escala del problema urbano sin sacrificar las
cualidades que distinguen las ciudades con un alto grado de cultura
urbana y sentido de lugar.
Dos teoras de diseo, estrechamente relacionadas al tema de la
vivienda, presentan una visin alternativa a la forma prevaleciente
de disear y producir conjuntos y edificios resi-denciales. La
primera se centra en la teora del Sistema de Soportes como mtodo
para el diseo de viviendas, donde el usuario forma parte integral
del proceso de conceptuacin. La segunda, explora la teora del Diseo
Temtico como un mtodo para observar, en-tender e intervenir en
tejidos urbanos complejos.
Cuatro retos para la vivienda
Cuatro preguntas aparecen de forma recurrente al tratar la
vivienda como problema de diseo:
1. Cmo podemos insertar la variable del cambio y la
transformacin como una de la cualidades intrnsecas de un proyecto
de vivienda? Cmo una vivienda puede aceptar
3 Casero Ponce de Len, Ponce, Puerto Rico 1948. Foto: El Mundo /
UPR.
2 Vivienda social de la pos-guerra en Francia, ca.1950.
4 23 de Enero, Caracas, Venezuela, 1955-57. Carlos Ral
Villanueva, Arquitecto.
1 (pgina opuesta) Vista area, San Juan, Puerto Rico, 2008. foto:
DTOP.
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cambios segn varen las circunstancias y necesidades del
residente?
2. Cmo manejamos la diversidad de estructuras familiares, desde
el individuo hasta la familia extensa, en un conjunto de
viviendas?
3. Cmo incorporamos al usuario como participante del proceso de
diseo?
4. Cmo podemos integrar componentes industrializados de manera
que puedan ser manipulados, controlados, reemplazados y
transformados de forma independiente a la estructura primaria de un
edificio?
Al plantear estas preguntas reconocemos inmediatamente que
trascienden el mbito es-pecfico del diseo, extendindose a un campo
ms amplio que abarca desde temas de poltica pblica a los mtodos de
produccin. Esto de por s requiere una revisin de la vi-vienda como
un proceso multidisciplinar. A su vez, las preguntas apuntan a tres
principios bsicos como motores esenciales para el diseo de hogares
en el siglo XXI.
La vivienda debe ser diversa.
La vivienda debe aceptar cambio y transformacin.
La vivienda debe incorporar el usuario como parte del proceso de
toma de decisiones.
Estas cuestiones fueron inicialmente formuladas por N. John
Habraken en su libro Sopo-rtes: una alternativa al alojamiento de
masas (1962)2. En l, Habraken ya presentaba la necesidad de un
cambio de paradigma respecto a cmo la vivienda se concibe, produce,
construye y eventualmente se ocupa. El reto que lanza, lejos de
limitarse a argumentos estrictamente tericos, est acompaado de una
metodologa pragmtica diseada para concretizar y dar forma especfica
a sus planteamientos. Esta se basa en el reconocimien-to de dos
esferas bsicas de accin y control: el acto de construir y el acto
de habitar. Las dos invenciones centrales de su teora, soportes y
unidades separables, se desarrollan como conceptos correspondientes
a estas dos esferas de intervencin.
Los soportes son estructuras arquitectnicas con cualidades
espaciales especficas. Es-tas contienen las definiciones primarias
de un edificio estructura, acceso, y sistemas in-fraestructurales
dentro de los cuales unidades independientes pueden ser
desarrolladas. Los soportes, por ende, constituyen aquellos
componentes fsicos que afectan y sirven a todos los habitantes de
un edificio.
Por otra parte, las unidades separables son elementos fsicos
no-portantes, seleccionados y controlados por cada usuario. Las
unidades separables pueden combinarse en una
5 La vivienda debe atender la diversidad de estructuras
familiares presente en la sociedad contempornea - desde la persona
sola a la familia numerosa.
6,7 Diagoon Housing, Delft, Holanda, 1967-71. Herman
Hertzberger, Arquitecto
6 estructura-base.
7 variaciones.
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variedad de configuraciones, tamaos y terminaciones, reflejando
las circunstan-cias, deseos, necesidades y aspiraciones del
residente individual. Una vez seleccio-nados, estos elementos se
ensamblan en la estructura de soporte generando una unidad de
vivienda que refleja la person-alidad y estilo de vida de cada
residente. Al acomodar una gama amplia de uni-dades, la estructura
de soporte posee la capacidad intrnseca para aceptar cambio y
transformacin sin que se pierda la co-herencia ni el dilogo con lo
existente, sin comprometer las eficiencias necesarias para
construir proyectos y, por ende, ciu-dades densas y compactas.
En la estructura de soportes, el control de las decisiones de
diseo es colectivo. En las unidades separables el control es
individual. En ese sentido, el Sistema de Soportes provee un mtodo
para restau-rar un orden reconocido y observado en el ambiente
cotidiano, en el cual la ciudada-na jugaba un papel protagnico en
deter-minar el carcter de su vivienda. Como m todo, el Sistema de
Soportes se desarroll principalmente para atender el problema de la
vivienda multifamiliar. No obstante, su aplicabilidad se extiende a
cualquier problema donde estn presentes temas de construccin,
habitabilidad, cambio, transformacin y esferas diferentes en el
control de decisiones. Hoy da, el sistema de soportes es utilizado
habitualmente en el diseo de edificios de oficinas, en centros
comerciales y cada da con ms frecuencia en el diseo de
hospitales.
Este marco terico ha servido como pre cedente para proyectos de
vivienda tan diversos como Casa Barcelona (2001) 8 Estructura de
Soporte y variaciones con unidades separables. Andrs Mignucci,
2008.
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dirigido por Ignacio Paricio, experimen-tales como el Diagoon
Housing3 de Her-man Hertzberger (1967-71), Next 214 en Osaka Japn
(1993) y Living in Loh-bach (1998) en Htting-West, Austria, de
Baumschlager & Eberle. Tambin ha sido la base de encomiables
modelos de las viviendas sociales de Lacaton & Vassal en
Mulhouse, Francia (2005) y en Quinta Monroy en Iquique, Chile, de
Alejandro Aravena / Elemental (2008), entre otros.
Niveles y esferas de responsabilidad
El entorno construido consiste de una estructura multicapas,
donde cada es-cala de intervencin implica una esfera especfica de
toma de decisiones, con-trol y responsabilidad. Cada nivel5 sirve
de contexto a otros niveles de actuacin que operan y actan bajo
este. En tr-minos sencillos, niveles de mayor orden operan de forma
independiente de los de menor orden. Inversamente, los niveles de
menor orden operan de acuerdo a las oportunidades y limitaciones
estableci-dos por los niveles superiores. Desde la escala del
territorio a la escala ntima de los objetos y el mobiliario, todos
los nive-les medioambientales operan dentro de este sistema de
relaciones. Ordenados de mayor a menor orden, la lista bsica de los
niveles-escalas medioambientales incluye los siguientes,:
territoriopaisajeciudadvecindariomanzana / espacio
pblicoedificios / estructuras de soporteunidad de vivienda /
unidades separables9, 10, Next 21, Osaka, Japn, 1995.
Utida, Tatzumi, Fukao, Takada, Chikazumi, Arquitectos
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mobiliarioartefactos / objetos
El trmino niveles describe aqu conjuntos y entidades fsicas
enmarcados en la esfera de toma de decisiones que corresponde a
cada uno. Una vez enunciados los diferentes niveles que operan en
un contexto dado, podemos reconocer los acuerdos entre agentes y
entidades que toman parte en la produccin de su forma fsica. Estos
acuerdos pueden ser de naturaleza explcita - normativas,
reglamentos o cdigos - o pueden ser implcitos - pasados de
generacin a generacin a travs de la cultura y la tradicin6. Los
acuerdos forman la base para un sistema de entendimientos que
establecen el papel que juega cada uno de los niveles dentro de un
contexto particular, el alcance de su jurisdiccin y la forma y
procedimientos con que ese control se ejerce. Estos acuerdos se
reflejan y se manifies tan en tipos, patrones y sistemas de forma
que reflejan el entendimiento compartido por la ciudadana.
El tejido urbano y la construccin de lo cotidiano
Tanto en la academia como en la prctica, los imaginarios
prevalecientes reflejan el peso de la supremaca del diseador como
foco y centro del acto de disear y construir. El pen-samiento
arquitectnico sigue dominado por la idea de la arquitectura
concebida como objeto autnomo, producto de la creacin intelectual
del arquitecto-artista. Esta postura alimenta la idea de la tabula
rasa7, donde cada proyecto comienza de cero, sin referencia o
consideracin aparente a aspectos culturales, histricos o
medio-ambientales. Esta es una arquitectura centrada en el culto al
objeto, producto de una educacin donde el dis-eo se valora
principalmente segn criterios estrictamente compositivos y
formales.
En contraposicin, existe una mirada alterna en la cual, sin
rechazar un vocabulario con-temporneo, se busca aprender de
ambientes y tejidos urbanos tradicionales, consid-erando que el
acto de hacer arquitectura es un acto de participacin, un dilogo
local que responde al acto de habitar y que est anclado tanto en la
cultura como en la historia de un lugar. Esta postura persigue una
arquitectura que es tan rica y diversa como la sociedad misma, que
sirve de sede de intercambio y actividad humana, y que lejos de
elevarse prs-tina e intocable, se coloque como puente entre la
ciudad y la ciudadana. Es la arquitectura de lo cotidiano, la de
todos los das.
La arquitectura es siempre un acto cultural, primordialmente
anclada a un contexto es-pacial e histrico. Percibimos y grabamos
las ciudades en nuestra memoria mediante la estructura de su
espacio pblico y la identidad e imagen proyectada por su tejido
edifi-cado. La vivienda es, sin duda, el componente primario de
este tejido edificado. En cada ciudad observamos patrones de
ordenacin, tipologas recurrentes y sistemas de orga-nizacin fsica
que le dan su carcter distintivo y particular. Es a travs de ste
entorno
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cotidiano que se hacen parte de nuestra memoria de lugar. A esto
se le solapan hitos y caractersticas especiales que las cualifican
y distinguen.
La ciudad murada de San Juan, el Back Bay de Boston, el Distrito
de los Canales de msterdam y el Eixample de Barce-lona, tienen en
comn que su forma fsica se basa en un conjunto reconocible de
re-glas y acuerdos, temas que distinguen y dotan de identidad a
cada uno de estos conjuntos urbanos. Estos temas toman forma no por
la repeticin serial de so-luciones singulares, sino por su
infinidad de variaciones que dotan al lugar de un carcter
individual mientras mantienen in-tacto y reconocibles los
principios de or-denacin que tienen en comn. El diseo temtico trata
precisamente sobre inter-venciones en el entorno cotidiano de un
lugar, no en mmicas de lo existente sino
en el entendimiento de las reglas, siste-mas, patrones y
cualidades particulares que lo distinguen. Para ello la observacin,
la experiencia directa del lugar, as como su documentacin, se
tornan en herra-mientas indispensables de investigacin, anlisis y
entendimiento, en parte integral del proceso de proyectar y
disear.
Como base metodolgica para proyec-tar nos preguntamos: primero,
cmo, a travs de la observacin, podemos en-tender y reconocer
sistemas, patrones y tipos, la estructura de ordenacin que
distingue y da sentido de identidad a un lugar? Segundo, cmo
desarrollamos destrezas de diseo dirigidas a la pro-duccin de una
vivienda colectiva que sea diversa, que tenga la flexibilidad para
aceptar cambios a travs del tiempo e in-corpore al usuario como
parte de la toma de decisiones? Tercero, cmo formula-
12 Eixample, Barcelona, 2008. foto: Google Earth
13 Observacin y documentacin de Raquel Sabar de los sistemas de
entrada en la manzana Manso-Comte Borrell-Parlament-Comte dUrgell
en Barce-lona, Laboratorio de la Vivienda del Siglo XXI, ET-SAB
(2008).
11 Detalle, dibujo geomtrico de la planta de las manzanas,
Fomento del Ensanche de Barcelona, Ildelfons Cerd, 1867.
mos acuerdos sobre el control de diseo entre los diferentes
participantes que in-tervienen en un contexto especfico?
Fi-nalmente, cmo las formas que produci-mos sirven de contexto para
que otros diseadores trabajen, cambien y transfor-men el entorno en
un futuro?
El reto fundamental yace en encontrar e identificar patrones
compartidos, reglas y acuerdos manifestados en la forma edi-ficada
del lugar. Tambin en el recono-cimiento de la dimensin del tiempo y
la marca de sus huellas en el tejido estudia do.
El diseo de la vivienda unifamiliar siempre ha sido terreno
frtil para la experiment-acin e innovacin. La vivienda
multifa-miliar tambin ha visto ejemplos sobresa-lientes de diseo
por arquitectos a travs del mundo. Esta ltima, sin embargo,
rep-
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resenta solo una fraccin de la produccin de vivienda mundial y
ha fracasado en el in-tento de atender los temas de diversidad,
transformacin y participacin ciudadana. Para atender estos retos de
forma efectiva, diseadores, desarrolladores, servidores pblicos y,
como partcipes en el proceso, los usuarios, deben estar equipados
con metodologas de trabajo que consideren las preguntas propuestas
como centrales a la ecuacin de la produccin de vivienda.
Un aspecto fundamental de la Teora de Soportes yace,
precisamente, en la delimitacin clara de la responsabilidad de
diseo de modo que se atiendan esas interrogantes. La teora, de
hecho, precisa quin opera en cada nivel de intervencin y cul es el
alcance, las responsabilidades y los limitaciones asociadas con
cada nivel.
Para el ciudadano comn, no familiarizado con el complejo
lenguaje de la arquitectura contempornea, ideas como que los
entornos estn proceso de cambio continuo, que los habitantes
controlan el medioambiente en que viven y que el construir es, por
naturaleza, una empresa colectiva que tiene lugar en un contexto
social y material, son ideas que parecern sencillas e incluso
evidentes. Pero en la profesin no todo es tan evidente. El modelo y
la imagen del arquitecto viene de un tiempo en que su trabajo era
el diseo de monumentos: la iglesia, el palacio, el templo, el
castillo y la alcalda. En fin, centraba en el diseo de la res cvica
de las ciudades mientras que el entorno cotidiano de pueblos y
ciudades se encargaba de s mismo y no era considerado de inters
para la arquitectura.
Con la modernidad, por primera vez en la historia, el entorno
cotidiano se convirti en un problema de diseo. En unas pocas
generaciones las tipologas tradicionales dejaron de ser viables,
surgieron nuevos materiales y mtodos constructivos, hbitos y
patrones so-ciales cambiaron y el rpido crecimiento de las ciudades
requiri el desarrollo, a una esca-la sin precedente de programas de
alojamiento de masas.Este reto dio lugar a una nueva clase de
constructores, financieros, clientes, fabricantes y administradores
que, junto a los arquitectos, enfrentaron el problema con idealismo
y energa. Sin embargo, esta tarea fue abordada por los arquitectos
sin redefinir los postulados generales de nuestra actuacin
profesional y sin modificar mtodos y herramientas de trabajo. En
otras palabras, la pro-fesin que tradicionalmente se ocupaba de los
edificios excepcionales y especiales trat de igual forma la
construccin del entorno cotidiano. Como resultado, el entorno
contem-porneo es producto de una gran paradoja. Al ambiente
cotidiano ser abordado de igual forma que el excepcional todo se
convirti en especial.
Una vez considerado esto, los puntos de conflicto entre los
imaginarios arquitectnicos y el entorno cotidiano son evidentes. En
primer lugar hay que reconocer el fenmeno del cambio. El entorno
cotidiano est en constante proceso de mutacin, crece y se
transfor-ma, ciertas partes son reemplazadas una y otra vez como
las clulas de un ser vivo. Pero en la profesin de la arquitectura,
el cambio siempre ha sido un enemigo. El monumento
15 Bilbao. El tejido urbano (temtico) y el objeto es-pecial
(no-temtico) el Museo Guggenheim de Frank Gehry. Foto: Steffan
Oeser.
14 San Juan, Puerto Rico. Estructura temtica del tejido urbano.
Foto: Andrs Mignucci.
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debe permanecer inalterado.
Segundo, se debe reconocer la importancia del entendimiento
compartido. Los entor-nos tradicionales que admiramos se generaron
en parte porque constructores y habi-tantes compartan un
entendimiento sobre tipologas, patrones y estilos. Sin embargo, en
la tradicin moderna la arquitectura se concibe idealmente partiendo
de una tabula rasa que rehye de lo familiar.
Tercero, el entorno cotidiano siempre es uno eminentemente
territorial. Una jerarqua de umbrales, espacios intersticiales y
otros elementos de delimitacin espacial son parte esencial de
nuestro entorno. Estos operan en todas las escalas: desde la
habitacin, la vivienda, la manzana, el vecindario, el distrito y la
ciudad, hasta la escala mayor, el paisaje. Histricamente, esta
jerarqua territorial ha proporcionado un sentido de seguridad e
iden-tidad, inspirando una gran parte del lenguaje arquitectnico de
un lugar. Contrasta con ello, el espacio fluido de lo moderno, un
cannico gesto arquitectnico que impone de manera evidente la
disolucin de las fronteras espaciales.
Cuarto, el tema de la distribucin del control y la
responsabilidad sobre el diseo es tan ineludible como importante. A
lo largo de la historia, diseo urbano, arquitectura, interi-orismo
y diseo de muebles, han representado los diferentes niveles de
intervencin que delimitaban los alcances de cada diseador. El
fenmeno de la produccin arquitectnica es ms complejo hoy da debido
al tamao de los proyectos, las complejidades tecnolgi-cas,
normativas y la especializacin profesional demandando jerarquas
adicionales de in-tervencin e injerencia. Esta realidad
multidisciplinar entra en conflicto con la postura que declara que
el proceso de diseo es uno centralizado en la figura del
arquitecto, donde una nica mano controla el proceso, desde de su
situacin urbana y el edificio hasta el mobiliario que se incluye en
el interior.
Estos cuatro puntos explican por qu nuestros hbitos, y formas de
trabajo profesional deben ajustarse con miras a establecer las
coordenadas para una visin futura. La in-vestigacin de estrategias
para el diseo de viviendas donde la flexibilidad, la capacidad de
cambio y transformacin y la participacin del usuario se traten de
forma integral es una tarea impostergable. De igual manera, la
vivienda como semilla primordial de nuestro entorno cotidiano
requiere ser anclada a la idea de lugar. El binomio vivienda y
ciudad, o mejor, vivienda e identidad urbana, desafa el diseo de
conjuntos residenciales como un proceso aislado y abstracto. La
calidad de la vivienda, por ende, va de la mano con la calidad del
espacio pblico, de la movilidad, de los lugares de trabajo y ocio
e, indis-cutiblemente, de una cultura ciudadana. Si a ello sumamos
los cambios en la estructura familiar, el crecimiento de las
ciudades y los nuevos flujos migratorios a nivel mundial, la
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Teora de Soportes adquiere una nueva vigencia en el mundo
contemporneo.
Reconocer que en nuestro entorno existen mltiples esferas de
actuacin nos fuerza a plantear la idea de que el arquitecto es solo
uno de muchos agentes en el proceso de pro-duccin de la vivienda.
Una exploracin ms profunda requiere que examinemos el papel que
juega cada una de estas esferas, desde la escala de la ciudad y el
vecindario, hasta el detalle ntimo de la apropiacin individual del
espacio. En esto el usuario no puede con-tinuar ausente. Debemos
anclar nuestro trabajo en el entendimiento de la que la finalidad
de la vivienda como tema no recae en el diseo del proyecto, ni
siquiera en su construc-cin, sino en el acto ms sublime y profundo
de habitar.
1 El trmino fordismo se refiere al modo de produccin en cadena
inicialmente utilizada por Henry Ford en la industria automotriz y
posteriormente generalizada a procesos industrializados de
produccin, incluyendo el de la vivienda.
2 N. John Habraken , Soportes: una alternativa al alojamiento de
masas. Madrid: Alberto Corazn, 1976. Traduc-cin al castellano de
Supports: an Alternative to Mass Housing (1972,1999). Su versin
original, De Dragers en de Mensen, fue publicado en holands en el
1962.
3 El proyecto experimental Diagoon Housing de Herman Hertzberger
(Delft, 1967-71) se fundamenta en una estructura-base incompleta
sin prescribir los espacios destinados a los usos de estar, comer y
dormir. Cada usuario completa la estructura mediante la manipulacin
de elementos secundarios segn sus necesidades y la asociacin
forma-espacio-uso que mejor atiende sus intereses. Los elementos de
fachada se desarrollan como un kit of parts controlado por el
usuario permitiendo individualizar la expresin exterior de cada
unidad y su cambio y transformacin a travs del tiempo.
4 Next 21 (Osaka, 1995) fue desarrollado como un proyecto
experimental por el Osaka Gas Company. El equipo de arquitectos
Utida, Tatzumi, Fukao, Takada, Chikazumi disearon la estructura de
soportes mientras que 33 arquitectos individuales disearon cada una
de las unidades segn las necesidades particulares de cada usuario.
El proyecto es descrito como un diseo urbano tri-dimensional.
5 Para una discusin ms amplia del concepto de niveles (en ingls
levels) ver Habraken, N. John, The Structure of the Ordinary, MIT
Press, Cambridge, 1998.
6 Jos Ortega y Gasset llamaba estos acuerdos implcitos
vigencias. Ver Ortega y Gasset El Hombre y la Gente,. Madrid:
Alianza Editorial, 1957, 2006.
7 Tabula rasa es un trmino en latn que se aplica a algo que est
exento de referentes, cuestiones o asuntos anteriores. En filosofa,
tabula rasa hace referencia a la tesis epistemolgica de que cada
individuo nace con la mente vaca, es decir, sin cualidades
innatas.