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Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

Feb 11, 2018

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  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    1/19

    Sobre el

    fundamento

    de la moral

    E N R I Q U E senmmo G .

    Nihil est s i n e rat ione

    En s u

    escrito El fundamento

    de la moral ,

    Schopenhauer

    dis-

    t ingue en tre el hoti qu) y el dioti

    p or

    qu)

    de

    la

    t ica .

    Mientras el

    primero nos

    rem it e a l

    contenido

    de la

    mora l ; el

    se-

    gundo , deno ta s u

    fundamento, es

    dec ir, e l

    mot ivo que impul-

    s a al hombre a comportarse

    conforme

    a lo que dicta ese conte-

    nido. La proposicin: No

    hagas

    m al a nadie, antes bien,

    ayuda

    a

    quien puedas. condensa, segn

    este

    autor,

    el

    hoti de

    la moral ;

    el

    cul, a

    pesar

    de haber sido

    expresado

    de m uy di-

    versas

    formas,

    representa

    el

    acuerdo

    de

    fondo

    entre

    la

    mayora

    de las doctr inas y

    teoras

    ticas. En cambio, ante

    el dioti

    e s

    donde aparecen las grandes divergencias.

    Si s e

    presupone

    que exis t e una relacin, intrnseca

    o

    extr n-

    seca, entre virtud y felicidad, la cues tin de l

    dioti

    de la mora l

    es tar a bs icamen te resuelta. La

    pregunta

    sobre por qu un

    hombre

    acta

    de

    manera

    vir tuosa,

    podra

    ser contes tada de

    una manera mu y

    sencilla,

    a

    saber: Porque ello

    le hace feliz.

    E s

    Como veremos ms

    adelante

    la delnicin de la nocin de

    fundamento

    ha sido una fuente de malentendidos en la d isputa en torno

    a

    este lema. Por el

    momento,

    asumimos

    la

    definicin

    de

    Schopenhauer para

    reconstruir s u argu-

    mentacin.

    . Serrano G .,

    Enr ique . Sobre

    el

    fundamento

    de la m oral , S i g n o s .

    Anuario de

    Humanidades,

    Ao

    X, U A M I

    Mxico, 1996 .

    pp .

    232,

    255.

    Sobre

    el

    fundamento

    de la moral

    E N R I Q U E senmmo G .

    Nihil est s i - n e ratione

    En s u

    escrito El fundamento

    de

    la moral, Schopenhauer dis-

    t in gue ent re el hoti

    (qu)

    y el dioti (por

    qu)

    de

    la

    tica .

    Mientras el

    primero

    nos rem it e a l contenido

    de

    la mora l ; el se-

    gundo,

    denota s u fundamento,

    es decir,

    el mot ivo que

    impul-

    s a al hombre a comportarse conforme a

    lo

    que dicta ese conte-

    nido.

    La

    proposicin: No

    hagas

    m al a nadie,

    antes

    bien,

    ayuda

    a quien

    puedas. condensa, segn

    este autor,

    el hoti de

    la moral ; el cul, a pesar de

    haber

    sido exp resado de m uy di-

    versas

    formas,

    representa

    el

    acuerdo

    de

    fo ndo en tre la

    mayora

    de

    las doctrinas

    y teoras ticas. En camb io, ante el

    dioti

    e s

    donde aparecen las grandes divergencias.

    Si s e presupone que

    existe

    una

    relac in , i n t r nseca

    o extr n-

    seca, entre virtud y fel icidad, la cues t in del

    dioti

    de la

    mora l

    es ta ra bs icamente resue lt a .

    La

    pregunta sobre por qu

    un

    hombre

    a ct a de m a nera

    vir tuosa,

    podra ser contestada de

    un a m a nera m uy

    sencilla,

    a

    saber:

    Porque ello le hace feliz.

    E s

    1 Como veremos

    ms

    adelante

    la delnicin de la

    nocin de fundamento

    ha

    sido

    un a

    fuente de malentendidos en la d isputa en torno

    a

    este

    lema.

    Por el

    momento,

    asumimos la definicin de Schopenhauer para

    reconstruir

    s u argu-

    mentacin.

    1

    .

    Serrano G ., Enrique.

    Sob re e l

    fundamento de

    la

    m ora l ,

    S i g n o s .

    Anuario de Humanidades,

    Ao

    X,

    U A M - I ,

    Mxico, 1996 . pp . 232,

    255.

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    2/19

    238

    Enrique Serrano G .

    por es o q ue g ra n parte de la s t eor a s t icas tradicionales se

    em-

    pearon

    en

    demostrar

    la

    existencia

    de

    algn

    tipo

    de

    enlace

    en-

    t re virtud

    y fel icidad. E s evidente

    que

    demost ra r esto no disol-

    vera

    todos

    los problemas a

    los que

    s e enfrenta la

    t ica; pero

    estos

    podran ser

    abordados

    con la

    cer teza de

    la solidez

    del

    dis-

    curso moral , otorgada

    por

    la

    conviccin de q ue

    el

    hombre

    vir-

    tuoso tiene

    reservado

    un lugar en el

    paraso 0, por

    lo menos,

    en el grupo selecto de

    los mortales satisfechos.

    Sin embargo,

    el esfuerzo t i tnico

    de

    los moral istas tradicio-

    nales no dio

    resul tados

    del todo conv i ncen tes , sobre todo, s i se

    los

    compara

    con

    la

    experiencia.

    La

    divergenc ia en t re

    las

    pro-

    puestas ter icas y las vivencias cotidianas es la raiz de la q ue se

    nutre el

    e sc nda lo q ue

    produce el cinismo del Marqus de

    Sade. Como buen representante

    de la atmsfera ilustrada,

    Sade se propone derribar el mito sobre

    la existencia de

    un

    nexo

    entre virtud y felicidad,

    con el instrumental de la

    razn.

    E l argumento

    que

    s e

    esboza

    en

    s u s narraciones

    parte

    de la de -

    f inicin

    clsica

    de la

    vir tud

    com o el hbi to

    de

    actuar

    conforme

    a

    las

    normas morales. Poster iormente. agrega la premisa, res-

    paldada

    ampl iamente

    por la experie n cia ,

    de

    que la conducta

    i nmora l es

    un fenmeno frecuente

    en

    este mundo .

    De

    ah,

    con

    cluye

    que

    el hombre

    vir tuoso,

    al seguir las normas mora les ,

    s e

    comporta de una

    manera

    previsible. lo

    que

    lo convierte

    en una

    fcil vctima de los

    seres

    inmorales.

    E n

    cambio,

    el individuo

    q ue s e gua por

    sus

    deseos, adems

    de

    rechazar los

    sacrificios

    q ue

    le exigen

    los

    cdigos

    morales,

    mantiene

    un alto grado

    de

    contingencia

    en sus

    acciones, cosa que

    le

    permite protegerse

    de los

    otros.

    Sijustine

    merece

    los

    juicios

    morales

    aprobatorios,

    es juliette quien s e encuentra

    m s cerca

    de la

    felicidad.

    Pero

    la

    felicidad

    que

    pueden

    alcanzar los

    seres inmorales

    depende de que un nmero socialmente relevante de indivi-

    duos

    asuma la validez de las

    normas

    sociales. Si t odos acep ta-

    ran la posicin

    de

    Sade y , en la b sq ueda

    de

    su felicidad, pasa-

    ra n por alto las exigencias

    morales ,

    s e

    llegara, como

    vio

    Hobbes,

    a

    una

    guerra de todos

    contra

    todos, en la que nadie

    podra sen t irse d ichoso. C on

    esto

    no

    s e

    refuta

    al cnico, y a

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    3/19

    Sobre

    el fundamento de la moral

    23 9

    que s te

    podra responder

    que

    mientras existan suficientes

    hombres

    que

    respeten

    los

    principios

    morales.

    su

    transgresin

    e s

    una

    buena al ternativa para a lcanzar la fe lic idad indiv idual ,

    Sin embargo, el objetivo de

    subrayar

    la

    imposibilidad de uni -

    versalizar la t es is de Sade

    no

    e s t ra t ar , ingenuamen te ,

    de

    argu-

    men ta r

    con quien

    parte de

    rechazar

    el punto de vista t ico? E l

    des t a ca r q ue

    no

    se

    puede

    universalizar la tesis la virtud es con-

    traria

    a la

    felicidad

    slo busca mostrar que , a pesar

    de

    la im-

    potencia

    de

    la

    razn

    frente

    al

    cnico

    consecuente, el

    problema

    de l fundamento de la

    moral

    permanece como

    un

    pun to cen t ra l del

    t ema s obre la

    consti tucin

    y

    reproduccin del

    orden

    social.

    K an t, com o Sade, reconoce la fa lt a

    de

    una

    relacin a priori

    entre virtud

    y felicidad.

    La diferencia

    entre

    am bos res ide en

    que el primero

    rechaza

    la postura

    del

    cnico y a su m e q ue la

    fal-

    ta

    de

    garantas

    del

    hombre

    virtuoso

    de alcanzar

    la

    felicidad

    representa un problema bsico

    de l

    orden social. Kan t advie rte

    que todos los hombres buscan de manera espon tnea

    s u

    felici-

    dad, por

    lo

    que la cues t in estriba en saber

    como hacer

    compa-

    tibles

    e s e

    anhelo

    generalizado

    con

    un

    principio

    de

    just ic ia,

    es

    decir,

    como

    compaginar

    la bsqueda de

    la fel icidad

    de cada in -

    dividuo con la

    de los otros.

    Desde la perspectiva kant iana la n ica manera

    de

    dar

    una

    respuesta satisfactoria a dicha cues t in es apelar a

    un

    principio

    a priori de la razn, que permi ta

    determinar

    las normas que ha-

    cen posible

    la convivencia social. E s e

    principio e s

    el conocido

    imperat ivo

    categrico

    (Obra

    de

    ta l

    modo,

    que

    la

    mx ima de

    tu voluntad

    pueda va ler. al m ismo t i empo, como principio de

    2

    Los l mites

    de la

    argumentac in rac ional s ob re t emas mo ra le s

    s e

    hacen

    patentes cuando s e perc ibe que la

    integridad

    de l

    orden

    soc ia l no

    puede

    depen-

    de r . s l o

    de las

    intenciones morales

    de

    s u s miembros,

    sino

    qn e. en todos los

    c a s o s

    es menester un sistema

    jurdico que

    respalde ciertas

    normas bsicas

    c on la

    amenaza de coaccin y . de e s t a

    maneta,

    ofrezca una c ierta proteccin contra Ia

    ame-

    naza permanente de aquel q ue es ta

    dispuesto

    a violar las

    normas

    de l

    orden

    social para acceder a s u s

    f ines

    particulares.

    1 Aqu

    reside

    segn

    Schopenhauer

    el gran

    mr i to de la tica l tant iana,

    Kan t posee

    el

    gran mri to

    de

    haber

    l impiado la

    tica

    de todo

    eudemonismo .

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    4/19

    240

    Enrique Sen-ano G .

    una legislacin universal ).

    Es te

    representa para Kant el fun-

    damen to

    de

    la

    moral.

    E l

    imperat ivo

    categrico no

    establece

    d irec t am en te una fo rma

    de

    ac tuar concreta ,

    s in o q ue exige,

    en

    primer lugar, el

    reconocimiento

    del derecho

    que

    t iene el otro

    de buscar de

    manera autnoma su

    felicidad y , por lo

    tan to,

    es-

    t ablece la

    prohibicin de convert ir lo en

    un m edio

    de m is

    f ines

    particulares

    La respues ta

    de

    Schopenhaner a

    esta

    propuesta kant iana de

    fundamentac in de la mora l es armar

    que

    la

    comprens in

    de la

    validez

    de las normas

    morales

    nunca e s el mot ivo

    de

    las

    acciones:

    Pues

    la

    litoral ha

    de

    habrselas

    con la conducta

    real del hombre

    y no con

    castillos

    de naipes a priori, hacia cuyo resul tado no

    s e

    volvera

    seriamente

    ningn hombre,

    y cuyo efecto, por tanto sera

    frente al torbellino de las pasiones, como una jeringa ante un

    gran

    incendio.

    Ya he

    dicho ms arriba

    que

    Kan t c on s id era u n gra n

    mr i to de

    s u

    ley moral el que esta

    basada

    en conceptos abst rac -

    tos, puros a priori, consecuen temente ,

    en

    la

    razn pura, como s i

    no tuviera vigencia solamente

    para

    los hombres sino

    para

    todos

    lo s seres

    racionales.

    Hemos

    de

    lamentar mucho q ue

    los conceptos

    puros,

    abstractos

    a

    priori.

    sin

    contenido

    real

    y

    s in

    n i nguna

    clase

    de fundamento

    emprico, jams

    pondrn en movimiento al me~

    nos

    a los

    hombres;

    de

    otros seres

    racionales no puedo hablarfl

    Cabe

    recordar que el propio

    Kan t e s

    consciente que en

    la

    defi-

    nicin

    de las

    mx imas que

    guan las

    acciones

    s e

    da

    un

    perpetuo

    confl ic to entre el respeto

    a

    la ley mora l y el amor a

    s

    mi smo

    (egosmo), surgido

    por la falta

    de

    garantas

    respecto

    a que el

    actuar conforme a la ley moral conduzca a la felicidad.

    Por lo t an to , la diferencia. esto es: si el hombre e s bueno o malo,

    tiene

    que

    residir no

    en la diferencia

    de

    los

    motivos que l a coge

    en

    su mxima (n o

    en

    la

    materia de

    la mxima),

    sino en cul de

    los dos mot ivos hace el

    hombre

    la condicin del

    otro.

    Consi -

    guientemente, el hombre (incluso el

    mejor)

    es malo solamente

    por cuan to invierte el orden

    mora l

    de los motivos al acogerlos en

    4 Schopenhaner .

    bis

    dar

    problema:

    fimdamenlalex de la

    tica.

    El

    fundamento

    de la m oral . Buenos

    Aires. Aguilar,

    1 97 1, p. 59 .

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    5/19

    Sobre

    el

    fundamento

    de la mora l 241

    su mx imas :

    c ie r tamen te

    acoge

    en ellas

    la

    ley

    moral

    junto al

    amo r

    a

    s mismo; pero dado que echa de ver q ue n o pueden man -

    tenerse

    una

    a l la do

    del

    otro,

    sino

    que

    uno

    de los dos

    mo t ivos t ie -

    ne

    que

    ser subordinado

    al

    otro como

    a

    su condicin suprema,

    h ace de los motivos

    del

    amor

    a

    s

    mismo

    y

    de

    las incl inaciones de

    este la condicin

    de

    seguimiento de la ley

    moral ,

    cuando

    e s

    ms

    bien esta

    l t ima

    la que,

    como condicin

    suprema

    de

    la

    satisfac-

    cin de lo primero, debera ser acogida como motivo nico

    en

    la

    mxima universal del

    albedrof

    Lo q ue n o q ueda claro en la teora

    de

    Kant es por q u un indi-

    viduo

    en

    s u s

    acciones acepta la

    exigencia

    moral

    de

    subordinar

    el

    amor

    a s mismo a la ley ,

    para

    hacer

    de

    sta el

    mot ivo

    su -

    p remo

    de s u s

    acc iones . La

    tesis kant iana de

    que

    la virtud, aun-

    que

    no

    asegura

    el

    alcanzar la felicidad, e s

    un requisito

    necesario

    para

    ser d ignos de e lla , no

    soluciona el

    p rob lema emp rico

    de

    la

    decisin entre

    lo s mo t iv os que confluyen

    en

    el arbitrio. E l

    propio

    Kan t s e

    da

    cuenta de ello,

    por eso apela

    a la

    idea

    de un

    bien

    supremo ,

    entendido como

    la unin de virtud

    y felicidad.

    Como

    hemos

    dicho,

    esta unin

    no

    puede ser

    probada

    por la

    experiencia, de ah

    que,

    el

    bien

    supremo s e

    postula

    como

    una idea de la razn , la cul, para tener una eficacia prctica,

    debe

    ser

    apoyada

    por

    la fe. Schopenhaner ve en es te recurso de

    apelar

    a la

    fe.

    como garan te

    de

    que

    debe exist ir alg-una forma

    de

    relacin entre

    virtud y felicidad, el

    f racaso del proyecto de

    diferenciar

    la

    t ica

    en s u forma imperat iva de la teologa.

    Schopenhaner

    sost iene que el fundamento de la mora l

    t iene

    que buscarse

    en

    los motivos que

    realmente

    subyacen a nuestras

    acciones, los

    que

    s e

    encuentran

    const i tu idos

    por

    las

    pasiones

    y

    no por los principios puros de la razn . Desde s u

    pun to

    de vis-

    ta las pasiones

    pueden

    c las if icarse en

    tres

    rubros,

    que corres-

    ponden

    a

    lo

    n icos mviles de las acciones. estos

    son:

    a )

    E l

    egosmo. que quiere el b ien propio (es i l imi tado)_ b)

    La mal-

    dad,

    que

    quiere el

    m al ajeno

    (va

    hasta

    la c rueldad ms extre-

    5

    Kant .

    Die Religion

    innerhalb

    der blossen

    Vemunft

    en : W e-nlrausgabe,

    Band VII.

    Frankfiirt

    a.M. Suhrkauip, 1984.

    A

    31 , B 35 .

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    6/19

    242 Enr ique Ser rano G .

    ma) .

    c) La compas in , que

    quiere el

    bien ajeno (va

    hasta

    la no-

    bleza

    y

    la

    generosidad).

    E l mvi l

    pr inc ipal

    de las acciones es el egosmo, este hace

    referencia a

    u n amp lio

    espectro

    de

    sent imien tos,

    que

    va n desde

    el provecho propio

    (Egennutz)

    hasta

    el amor

    a

    s

    mismo

    (Sebstsucht). Lo que tienen

    en

    comn esta

    gama de sentimien-

    tos es

    la b sq ued a

    de bienestar,

    propia

    de

    la

    voluntad de

    vida .

    E l eg os m o y el etnocentrismo

    son

    las

    perspectivas

    es -

    pon tneas

    de

    los individuos

    y grupos respectivamente, ellos se

    mantienen

    como posturas que excluyen el punto

    de

    vista

    moral

    en

    la

    medida que

    conservan

    la

    percepcin

    del

    otro

    como

    un

    s im-

    p le med io que puede ser t i l para a lcanzar el bienestar propio

    o

    como un objeto hostil que cuestiona la validez

    de

    la propia

    identidad

    particular.

    E n este sent ido, es claro que e l e go smo

    no

    puede ser el fundamento

    de

    la moral. Tambin es

    evidente q ue

    la maldad,

    surgida

    en gran parte

    de las colisiones

    inevi tables

    de

    los egosmos.

    tampoco puede

    ser es e fundamento.

    Por

    lo

    tan to . el fundamento de la moral tiene que localizarse

    en

    el

    nico candidato

    que

    resta,

    a

    saber:

    la

    compasin .

    Esta

    compas in , un icamen te , e s la

    base real

    de toda

    justicia

    vo-

    luntaria

    y

    de toda caridad verdadera. Slo en tanto brote

    de ella.

    tendr

    una acc in valor moral: y toda la que nazca de otros mo-

    tivos

    cualesqu iera, carece

    de l.

    En

    cuanto

    s e

    despierta esta

    com-

    f

    L a pa la b ra a lemana

    ellsLuuht

    t iene

    una connotacin peyorativa. el

    tr-

    mino

    Sw:hf signif ica

    man a

    o vicio. por ejemplo. s e us a Drogmsueh:

    para

    ha-

    blar de d rogadi cc in . Schopenhane r parece olvidar

    que

    la nocin egosmo

    remite

    a

    una

    pluralidad

    de

    sen t im ien t os cuando

    c ae en

    el rigorismo

    de

    afirmar:

    La ausencia de toda

    motivacin

    egosta

    e s , pues, el

    criterio de

    una a cc i n

    de

    valor

    moral. Debemos

    reconocer

    que

    ciertas

    formas

    de

    ego smo son compati-

    bles

    con

    los mviles morales de la s acciones. Por ejemplo. ent re los mviles

    que

    subyacen

    a la ay uda q ue ofrece la Madre

    Teresa

    de Calcuta a los

    Ieprosos

    pue-

    de n

    encontrarse

    elementos

    de

    un ego smo

    que

    producen en ella un a satisfac-

    cin

    en

    s u s acciones caritativas. Pero ello. :i pesar

    de

    lo que digan los maestros

    de la sospecha ,

    no

    resta

    en

    nada

    el va lo r mora l

    de

    s u

    conducta.

    Esta compat i -

    bilidad

    de e lemen to s egostas con el

    respeto a

    la

    ley moral

    h a s ido

    reconocida

    por Kant y en el propio c ris tia n ism o c ua n do a s um e que

    el

    amor

    al

    prjimo

    t iene como

    condicin un a

    cierta forma de amor

    a

    s i

    m is mo (n o en

    el sent ido de

    S u c 1 t t ) _

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    7/19

    Sobre el fundamento de la moral 24 3

    asin. m i

    corazn

    siente directamente el bien el

    : na l de l otro.

    P ,

    de igual

    modo,

    aunque

    no en

    el mismo grado, que sentiria el

    mo:

    as

    que ahora

    la

    diferencia entre

    l y y o

    no

    es

    y a

    absoluta?

    La com-pasin hace

    posible

    romper el estrecho

    crculo

    del

    egocen tr ismo, para

    lograr una

    c ier ta ident i ficac in con el otro.

    E l

    egosta

    considera

    al

    mundo

    como

    un no-yo

    absoluto

    y

    mant iene con l re lac iones hostiles,

    ins t rumentales o de des -

    confianza;

    en cambio,

    a t ravs de la

    compasin los otros e in-

    cluso

    lo

    otro ( los

    seres no

    humanos y los

    objetos)

    deja de

    ser

    el

    no-yo

    para

    adquirir

    un carc te r

    de

    y o otra

    vez .

    La compa-

    sin

    implica un proceso

    de

    descent racin

    de

    la im a gen del

    mundo ,

    que

    representa

    un

    requis i to

    indispensable de l

    pun to

    de v is t a moral.

    Dentro

    del proceso de

    identificacin

    con el

    otro,

    propio de

    la compasin,

    es

    posible

    distinguir

    diferentes grados.

    En pri-

    mer

    lugar,

    se

    da un grado

    de

    identificacin

    que

    lleva a

    contra-

    rrestar

    los motivos

    egostas

    y/0

    malvolos.

    para evitar

    causar un

    mal

    a l otro,

    e s decir,

    en este

    grado,

    el

    actor

    se retiene de causar

    un dolor

    al

    otro

    ser.

    En

    segundo

    lugar,

    s e

    encuentra

    el

    grado

    de identificacin que

    impulsa

    al individuo a ofrecer un a ay uda

    al otro con el

    fm

    de evitar,

    atenuar o

    superar

    un

    ma l. Co il base

    en esta escala de identificacin se puede diferenciar entre los

    deberes

    de just ic ia

    y

    los

    de

    caridad . Los pr imeros deberes

    t ien en u n

    carcter

    negativo, ya que

    en

    ellos s e establece

    slo lo

    que

    no debe

    hacerse al

    otro.

    Estos deberes pueden

    condensarse

    en la

    conocida

    regla

    de oro :

    Lo que

    no qu ieras

    q ue

    te hagan

    a ti,

    no

    lo hagas

    t

    a otro (e l imperativo categrico tambin

    puede interpretarse

    como

    una

    expresin

    de

    este

    principio m o-

    ral bsico).

    Los

    deberes de caridad.

    ligados

    al

    segundo

    grado

    de ident i f icacin t ienen,

    en

    cambio, un carcter

    posit ivo,

    por-

    7 Schopenhaner. O p .

    cil.

    ( 1971)

    p.

    143.

    tf Estos

    deberes

    de justicia, ei i

    tan to

    garantizan un equil ibrio

    i i idispensable

    en la convivencia social.

    no puede

    confiarse

    s u

    realizacin

    slo

    a

    la intenciones

    niomles

    de

    los

    sujetos. sino

    que

    tienen q ue ser reforzados

    con la amenaza

    de

    coa c ci n q ue distingue

    al

    derecho.

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    8/19

    244

    Enr ique Se rrano G .

    que no s e limitaii a exigir el no perjudicar al otro, s ino q ue in-

    c it an t amb in

    a

    socorrerlo

    en cas o de

    necesidad.

    E l

    proceso

    que hace

    posible

    hacer fluida la frontera entre

    el

    y o

    y el no-yo e

    identif icarse

    en

    a lg n g rado

    con el otro, es

    calificado

    por Schopenhaner como un

    fenmeno misterioso .

    Ello

    s e

    debe.

    segn l,

    a que

    la razn no

    interviene

    en es te

    pro-

    ceso de manera activa. Sin embargo, la losofa t iene

    que

    pre-

    guntarse a

    posteriori:

    Cmo es

    posible

    la compasin que ab re la

    posibi l idad de

    identif icacin con el otro? La respuesta de

    Scho-

    penhaner

    s e deriva

    de s u metafsica.

    La

    compasin, nos

    dice,

    e s

    posible

    por

    el

    hecho

    de q ue

    todos

    los

    seres,

    en

    t rminos

    nou-

    mn icos , son

    una

    mani festacin de

    la Volun tad , entendida

    como

    la

    fuerza

    que

    s e encuentra

    presente er i

    todo. Dicho de

    otra

    manera,

    desde la perspectiva

    que

    trasciende

    la apar ien-

    cias (propias del mundo como representacin), todos

    los

    entes

    somos

    Uno .

    Fenom eno sign ilca represen tac in y nada ms (...) Slo

    la volun-

    tad e s cosa en s, como tal

    es

    algo diferente a la mera repre-

    sentacin,

    es ta la genere. E s

    la

    objetividad

    de

    toda

    representacin

    y

    de

    todo objeto, de todo

    fenmeno

    y toda manifestacin. Es lo

    m s ntimo, el ncleo

    de

    c ad a s er individual, como

    del

    todo. Ella

    aparece tanto en

    la

    fu erz as c ie ga s d e la

    naturaleza,

    como

    en

    la

    conducta ref lex iva del

    hoinbre. A

    pes ar d e

    las

    grandes divergen-

    cias

    entre estos dos

    fenmenos, sn diferencia slo

    e s de grado,

    ms no por s u esencia.

    De

    acuerdo a la

    tesis central de

    la obra E l

    mundo como volun-

    tad y

    como representacin , los

    individuos slo

    son

    diferentes

    5 Schopenhaner.

    D ia W elt

    als

    Wie

    u-nd

    Vonteung. Stuttgart, R ec la m , 1 9 9 0.

    (II. 21 ) p . 1 77 .

    la

    esencia

    ntima

    del mundo . la

    cosa

    en

    s, es la

    Voluntad,

    la

    voluntad de

    vivir

    y sta, en cuan to tal, cuenta

    con

    tres

    propiedades

    fundamen-

    tales:

    unidad.

    infundamentabil idad

    e

    incognoscibil idad (...)

    La

    manifestacin, la

    objetivaciii

    de

    un a

    voluntad de vivir

    e s

    el

    niundo,

    en

    un a

    mult ipl ic idad

    de

    iudividuos

    y en una gran variedad de configuraciones.

    De

    ah que

    la

    existencia

    misma,

    as

    como

    e l t ip o

    de

    exis tenc ia , tan to

    en la totalidad.

    como en

    cada

    un a

    de

    las partes, s e

    deban ta n slo

    a la Voluntad.

    Metaflka de las costumbres.

    Ma-

    d r i d . oebatecsic. 1 9 9 3 , p . 1 1 7 .

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    9/19

    Sobre

    el

    fundamento

    de la

    mora l 24 5

    como fenmenos , ya

    que,

    como

    cosas

    en-s, son

    expresin

    de

    la

    Voluntad

    que

    s e

    mani f iesta

    en todas

    las

    cosas.

    Schopen-

    hauer sost iene

    que

    no e s

    la

    comprensin

    conceptual de la Vo-

    lun tad lo que lleva

    a

    los

    individuos a comportarse

    mora lmen-

    te , dado q ue no es la

    razn

    lo que

    gobierna

    nuestras acciones.

    As como las teoras

    estticas

    no

    producen

    art istas, las argu-

    mentac iones ticas tampoco

    hacen

    hombres virtuosos. La com-

    pas i n de la

    que

    brota la vir tud

    e s , segn su

    opin in, resul tado

    de

    la

    intuicin o

    vivencia a t ra v s de

    la

    cual

    se

    manifiesta

    q ue

    todos los

    seres

    estn hechos

    de

    la

    misma

    m ater ia y , que to-

    dos,

    como individuos,

    somos

    frgiles.

    Es

    la pe rcepc in

    de la

    fragilidad

    de

    cada ser

    individual, dentro del torbellino incesan-

    te

    de

    la

    Volun tad , la

    causa fundamenta l

    de

    la

    compas in. E l

    b ienest a r del o tro ,

    generalmente,

    nos m an t iene ind if eren tes

    o

    nos

    despierta

    la

    envidia; en cambio, es

    el sufr imiento, la priva-

    cin, el

    peligro

    o el

    desamparo del

    prjimo aquello

    q ue des -

    pierta

    la compas in que

    subyace a

    la perspectiva m oral. '

    No

    quiero ahora

    entrar a

    discut ir

    el

    f undamen to

    metafsico

    que sustenta

    la

    respuesta

    de

    Schopenhauer

    a l

    enigma

    de

    la

    compas in .

    Eso nos llevara al peligroso territorio

    de

    la cosa

    en-s ; reino

    que

    s e encuentra rodeado de un

    vasto

    y

    t empes -

    tuoso

    mar,

    genu ina morada de la i lusin, donde

    bancos

    de nie-

    bla y hielos que

    pronto

    s e

    derret irn, f ingen

    nuevas

    t ierras que

    incesantemente engaan con

    vanas esperanzas

    al

    mar ino

    (de la

    fi losofa),

    ansioso

    de

    descubrimientos, encadenndolo

    a locas

    emp resas que nunca puede

    abandonar.

    ni l levar

    a buen

    t rm i -

    no . De nuevo, desde la in odes ta is la de la experienc ia , en la

    q ue n os

    conftna

    los

    preceptos

    crticos

    de

    Kant,

    slo

    quiero

    se-

    1

    En e s t e

    punto Schopenhaner c ita el Em ilia de

    _].].

    Rousseau,

    Primera

    m xim a : N o e s

    propio

    de l corazn humano situarse

    en

    el lugar de los que son

    ms fel ices que nosotros, sino solamente

    en

    el de los q ue

    han

    de s er mas com-

    padecitlos.

    (Lib.

    V) .

    1 1 Cito

    aqu

    las palabras de Kant para

    describir

    el

    engaoso

    mbito de la

    metafsica. Crtica

    d e la

    razn

    pum. B 295. Una

    crt ica, desde

    la

    perspectiva

    kan-

    t iaiia, a la m eta fls ica de

    Schopenhaner

    s e encuentra en : Cassirer. Schopen-

    hauer . El

    problema del

    comacvnimto. lll) Mxico.

    | - ` t : E ,

    1 9 7 9 , pp. 490 -532.

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    10/19

    246 En riq ue Serrano G ,

    alar q ue

    la

    interesante y

    sugest iva

    exploracin a la

    que

    nos

    conduce Schopenhaner

    por

    la

    amplia regin

    de

    la

    metafsica,

    en busca de la

    cosa

    en-s , n o prueba la validez de su monisnio

    ontolgico. Tratar de hablar con conceptos propios de las re-

    presentaciones

    empricas

    de

    un

    mbi to que

    las trasciende,

    nos

    lleva

    a

    formular enunc iados que

    tienen el

    mismo apoyo que los

    enunciados q ue los contradicen. Tengo tantos argumentos

    para afirmar

    que

    las fuerzas que s e manifiestan

    en

    la plurali-

    dad de objetos es slo una, la Voluntad , como

    para

    sos tener

    que

    esas

    fuerzas

    son d is t in tas y q ue entre los seres existe

    una

    radical

    inconmensurabilidad. 2

    Lo importante

    para

    conservar el hilo q ue g ua nuestra argu-

    mentac in

    e s la

    tes is respec to a que la

    compasin

    e s

    el funda-

    mento de la

    moral. La

    fortaleza

    de

    e st a t es is

    s e

    encuentra

    en el

    hecho

    de

    q ue

    gran parte

    de la s

    acciones

    virtuosas

    no

    se en -

    cuentran

    precedidas

    de

    una reflexin s ob re la

    validez de la s

    normas

    q ue

    la s

    orientan.

    Un hombre virtuoso n o

    s e

    para a

    nie-

    ditar

    en torno a si la

    norma

    salvars a

    tu

    prjimo puede

    ser

    universalizada,

    en

    el

    momento

    que

    ve

    ahogarse

    a un

    nio;

    sini-

    plemente ac ta conforme a ella.

    Por

    otra parte, el hecho de

    q ue el conocimiento terico, a p es ar d e lo que dice Platn,

    no

    es

    una

    garanta de la a cc i n moral.

    parece

    reforzarla. Incluso

    cuando examinamos

    los

    grandes crmenes de la humanidad

    encontramos

    que

    gran parte

    de

    ellos

    s e encuentran enmarca-

    dos en un a posicin

    terica que

    t iene la pretensin de ser

    ver-

    dadera y

    que e n ello s,

    muchas veces, se hace ga la de

    conoci-

    mientos t cn icos

    asombross.

    E i heredero de

    la

    ilusin

    platnica puede responder

    q ue

    ello

    se

    debe

    a

    q ue

    los conoci-

    mien tos que supues tamen te justifican esos crmenes

    no

    son ver-

    daderos

    o vlidos.

    Pero,

    quien

    t iene

    la

    certeza de poseer

    la va-

    lidez absoluta

    de su s

    conocimientos? Precisamente son

    los

    creyentes

    en

    la posibil idad

    de

    acceder a certezas indubi tables,

    1 2 El

    espritu

    de la filosola de Schopenhaner s e condensa

    en el

    intento

    de

    hablar de

    la

    cosa en - s i . I n ten t o

    que

    lo lleva a

    volver

    a la s

    posturas

    dogm t i cas

    de la

    metalsica

    precruca .

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    11/19

    Sobre

    el

    fundamento

    de la nioral 24 7

    los

    que

    t ienden a considerar a la compasin

    slo como

    u n valor

    de los

    dbiles.

    Para Schopenhauer asumir que la

    compas in

    e s el funda-

    men to dela

    m ora l im p lica que

    la razn en este campo

    pasa, en

    todos los casos.

    a

    un segundo plano,

    a

    cumplir

    funciones auxi-

    liares,

    y

    q ue t odos los imperat ivos

    o normas

    t icas son meros

    residuos de las visiones teolgicas

    de l

    n iundo. Los presupues -

    tos de los

    que

    par te

    una teora

    t ica s e revelan

    en

    los

    casos

    ejemplares que

    utiliza: por

    eso citar un

    ejemplo

    de

    Schopen-

    hauer nos

    permitir hacer

    m s clara su posicin

    a

    este

    respec-

    to:

    Imaginemos

    a

    dos jvenes, Ca yo

    y Tito, locamente

    enamorados,

    pero cada

    cu al de

    una muchacha diferente.

    A

    cada

    uno

    s e le in -

    terpone en el

    camino

    un rival preferido por la s

    circunstancias

    ex -

    t er io res . Ambos estn decididos a quitar de l mundo al

    suyo;

    y ,

    a dem s, a m bo s

    es tn

    perfectamente al abrigo de todo

    descubri-

    mien to y

    hasta

    de toda

    sospecha.

    Sin embargo, en el momen to en

    que

    proceden

    a

    los preparat ivos de l asesinato,

    ambos , despus

    de

    una lucha interior, se det ienen.

    Y

    ahora han de darnos cuen ta .

    sincera

    y

    claramente, de las causas del abandono de su decisin.

    En cuanto a

    Cayo,

    dejo al

    lector

    la eleccin de

    las

    explicaciones

    que

    pondr

    en su

    boca.

    Puede haber sido

    re ten ido, por ejemplo.

    por causas religiosas. conio

    la

    de la voluntad de Dios, del

    castigo

    futuro,

    del juicio,

    o

    cosas parecidas. O bien dir: H e

    reflexiona-

    do que la mx ima de m i conducta en es te ca so no ha s ido apro -

    piada para darme una

    r eg la c ap az

    de

    aplicarse a

    todos los seres

    racionales

    eii

    general. porque iba

    a tratar

    a

    mi rival

    como un sim-

    ple

    medio, s in ve r en

    l,

    al

    mismo

    t iempo, un fin

    en s .

    O quiz

    diga con Fichte: Toda

    vida

    humana

    es

    un medio para la realiza-

    cin de la

    ley

    moral:

    por

    consiguiente, yo no puedo , s iii

    ser

    indi-

    ferente a

    la

    realizacin

    de

    la

    ley

    moral,

    destruir

    un

    ser

    q ue

    est

    destinado a

    contribuir a ella

    (Doctrina

    de

    las costumbres).

    (Es te

    escrpulo, dicho

    sea

    d e p as o, podra

    eliminarlo

    pensando

    que,

    una

    ve z

    en posesin

    de

    su ainada. podra producir

    pronto

    un

    nuevo

    i ns t r umen to

    de

    la ley moral. ) O qu iz d iga, a la manera de

    Wollastone: He

    p en sa do q ue tal accin sera la traduccin

    de

    una proposicin

    fa lsa,

    O conio

    Hutchenson: El sentido

    moral,

    cuyas sensaciones,

    igual que las de

    cua lqu ier o t ro

    sent ido, esca-

    pan

    a

    toda

    explicacin ulterior, m e

    ha

    determinado a dejarlo. O

    como

    Adam Sm it h:

    'H e

    previsto que m i accin

    no

    habra

    desper-

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    12/19

    24 8 Enrique S e r i - . i n o G .

    tado

    ninguna

    simpata

    hacia

    m entre los

    espectadores

    de

    la

    mis-

    m a.

    O como Christian Wolf:

    e reconocido q ue, de

    es a

    forma,

    trabajara

    en

    contra

    de

    mi propio

    perfeccionamiento

    y

    tampoco

    fomentara ninguna

    perfeccin ajena.

    O como Spinoza: Hom n i '

    nihil utilius hamine:

    ergo

    hominem in ter imere nolu. Resumiendo que

    diga lo q ue quiera.

    Pero

    Tito,

    cuya explicacin m e he

    reservado,

    que diga: `Cuando

    em p ec los

    preparativos, cuando, por consi-

    guiente . hube de considerar por un momen to no ya

    m i

    pasin

    s ino

    m i

    rival,

    entonces

    empec a ve r claramente de lo que

    s e

    t ra-

    taba

    para l y p ara m . En ese momen to me

    sobrecogi

    la

    compa-

    sin

    y

    la misericordia, y

    no

    tuve

    corazn

    para resistir: no lo he

    podido hacer. Ahora pregun to

    al lector sincero y l ibre de

    prejui-

    cios:

    cu l

    de los

    do s

    hombres

    es

    el

    mejor?

    E n

    las

    manos

    de

    cul

    de

    los dos

    pondra s u

    destino? Cu l de ellos

    ha

    sido retenido

    por el mot ivo ms

    puro?

    Dnde est, entonces, el

    f undamen to

    de la

    moral? 3

    E n

    este

    ejemplo Schopenhaner nos plantea una falso dilema, a

    s abe r: Don de s e encuentra el fundamento de la

    moral,

    en la

    compasin o

    bien en

    la

    razn? Si

    aceptamos este dilema

    cae-

    mos en una polmica

    interminable,

    que , de manera

    lamenta-

    ble,

    ha ocupado

    duran te mucho

    t iempo

    a

    los f ilsofos. Por

    eso,

    antes

    de aden t ra rse

    en

    ella

    e s menester

    destacar

    que

    as

    como

    no

    existen

    sensaciones

    puras . es decir,

    libres

    de la mediacin

    concepttial, tampoco s e clan

    sentimientos

    o pasiones

    puras,

    esto

    es. ajenas a la mediacin

    cultural, en

    donde existe un

    t ra-

    bajo

    previo de la razn. E l

    y o

    quiero..., entendido

    como ma-

    nifestacin de la voluntad individual,

    presupone siempre una

    mediacin

    cultural, q ue ha s ido

    interiorizada

    en e l p ro ce so de

    la socializacin. P or t an t o. la identificacin con el otro, que ca-

    racteriza

    a la

    compas in , implica en

    todos

    los

    casos

    la

    inter-

    venci i i de

    valores

    y

    normas culturales.

    Alguien

    podra decir,

    como

    objecin a esta tesis,

    que

    la inadre siente

    un a

    compasin

    If *

    Schopenhaner. O p .

    fit.

    (1971). pp . 1 73- 17 4 . Cabe seala r

    que

    Schopen-

    haner

    parece

    pasar

    por

    alto

    que la postura de Hutchenson es muy cercana z i la

    cuya.

    Por otra

    parte,

    s i

    hubiera profundizado en

    la

    argumentacin

    que

    Adam

    Sniith desarrolla en la Teora

    d e los

    sent mimw

    moi-alex. s e hubiera dado cuenta

    que sn polmica

    con

    Kant s e b a s a en un nialentendido-

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    13/19

    Sobre el fundamento

    de la

    moral

    249

    por sus hijos

    de la m is m a maiiera

    que

    la leona la

    s ien te por sus

    cachorros. Quiz

    s e

    podra aceptar

    que

    el sent im ien to

    de

    la

    madre

    tiene

    una

    base biolgica

    comn con el de

    la

    leona y

    otras hembras de l reino

    aninial

    (esta

    polmica s e la

    dejo a los

    e t lo go s ). S in embargo, el

    llamado amor

    filial presupone una

    dimensin social que

    lo hace

    cual i ta t ivamente distiiito de los

    instintos inaternales que s e observan en

    los

    an ima les . Es ta dife-

    rencia cuali tat iva s e hace paten te

    en

    lo s camb ios histricos

    de

    la

    nocin

    de

    amor

    filial . as

    como

    en

    la

    pluralidad de

    modos

    en que lo expresa cada madre

    e ,

    incluso,

    en

    su negacin por

    parte

    de a lgunas .

    En

    el

    ejemplo que

    expone Schopenhaner, no s e puede dedu-

    cir que

    la

    accin

    moral

    de Tito

    s e a resul tado

    de

    una compasin

    natural

    o emanada de

    e s a supuesta

    Voluntad

    noumn ica.

    ajena

    a la mediacin simblica

    de

    la

    sociedad. Tan t o

    en la con-

    ducta de C ay o, como

    en

    la de

    Tito

    in terv ienen valores y

    nor-

    mas; lo

    que

    s e

    desprende

    e s

    que ambos t ienen relaciones dis-

    tintas

    con ellas, debido, quiz, a la diferente tiianera q ue s e

    desarrolla

    en

    ellos

    el

    confli cto m ora l.

    Pero

    esto

    significa

    que

    la

    discusin

    en torno a la

    pregunta:

    cul de los dos

    honibres

    e s

    el mejor?. no

    s e

    reduce a la a lte rna t i va s igu ien te: el q ue act a

    por compasin o el

    que

    ac ta por la razn. E l propio

    Schopen-

    haner

    reconoce

    de

    manera explcita la tesis

    que hemos

    esboza-

    do aho ra :

    Pues aunque

    los

    principios y el

    conocimiento

    abs t ra ct o, e n gene-

    ral, no son

    eii

    m o do a lg un o la

    fuente originaria,

    el f undamen to

    de

    la

    moral idad,

    son, no obstante. imprescindibles

    para llevar

    una vida moral;

    son

    el

    depsito,

    el

    rese-rvoir, en

    donde s e guardan

    los

    sen t im ien tos

    brotados

    de la

    fuente

    de

    toda

    moral idad,

    que

    como

    ta l

    no

    mana

    en cada in s ta n te , p ara , cuando llega el caso de

    su

    aplicacin, fluir a

    t ravs

    de todos lo s c an ale s de derivacin (...)

    Sin

    principios sl idamen te estab lec idos

    estaramos irresistible-

    men te entregados a

    los

    mviles ant imorales,

    si fuesen Ctcitados

    por

    impresiones

    externas has ta

    convertirse en pas iones .

    1 4 Schopenhaner.

    O p ,

    cil,

    (1971) p. 1 5 1 .

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    14/19

    250 Enr ique

    Serrano G .

    De

    acuerdo con esta ltima cita no s e t ra ta , a n te el proble-

    m a

    del fundamento moral,

    de

    elegir entre compasin

    0

    razn.

    La

    razn, s in

    la

    identificacin

    con el

    otro a

    t ra v s de

    la pasin

    con, es

    impotente;

    la compasin

    que

    carece de un

    apoyo de

    la

    razn es ciega.

    A

    pesar de que Kant y Schopenhaner hablan del

    '] mdamen to de la

    moral.

    los do s s e refieren a cosas distintas.

    Mientras q ue el

    primero

    entiende

    por fu11dan1en to

    el prnci-

    pum essmali, es decir, la razn de la posibilidad de la c os a; el

    segundo,

    comprende por

    fundamento el priviaipiu-m

    fiend:`,

    e s decir,

    la causa

    del

    suceder. Sin embargo, n o

    es

    s lo el

    uso

    distinto

    de

    los

    trminos

    lo

    que

    impide

    llegar a

    un a cu erd o e n -

    t re

    las

    posturas

    que

    representan

    estos

    filsofos; detrs

    de es ta

    confusin

    terminolgica existen dos concepc iones sobre el pa-

    pel que

    juega la

    razn

    en la acc in moral, lo

    q ue

    remite, a su

    vez, al complejo

    t ema

    de la libertad.

    Desde

    una perspectiva kantiana se puede admitir

    que

    la

    compasin es el

    principiuin

    fiendi de la a cc i n moral,

    lo

    q ue

    n o s e puede acep tar es que

    este

    sea tambin el fundamento

    de la moral.

    Para Kan t, dec ir que la acc in mora l es el

    resul tado de

    la com pas in

    , en te ndida como

    un sentimiento que t ra s cie nde el

    arbitrio

    del individuo,

    carece

    de

    sent ido; porque ello sera presu-

    poner

    que el acto mora l no e s libre; lo cu l sera absurdo, pues, si

    el agente no e s responsable

    de

    sus acciones,

    s t a s

    no

    pueden

    ser

    n i buenas ni malas.

    E l

    lenguaje moral implica la libertad, si esta

    s e n ie ga , a q ue l pierde su signi f icado.

    Si

    nuestro coniportanliento

    s e

    encuentra

    prescr i to en las estrellas. en

    los

    genes, en las deter-

    minac iones sociales

    o

    en la Voluntad

    de

    la

    que

    nos hab la

    Scho-

    penhaner

    todo

    el

    vocabulario

    normativo pierde

    su

    sent ido. Por

    1 - La raz de esta confusin

    s e

    encuentra

    en

    la polmica

    q ue

    s e

    dio

    en la

    f ilosofa alemana

    en

    torno al

    p r i v a c i p i o d e

    fuzfin s u fi . . m e e . Sobre este

    t ema ve r:

    Cassi rer, E. La on to lo g a . E l principio de contradiccin

    y

    el de r azn su f ic ien -

    te en: Op. fit, (1979)

    pp. 474-509.

    If' Muchos autores han negado la l ibertad, pero m uy pocos (n inguno de lo s q ue

    recuertlo ahora) ha n t en id o

    el

    valor de

    sacar

    todas

    las coliseclseiic ias tericas

    y prct i -

    c a s de esa

    tesis. E l propio

    Schopenhaner, que niega el l ib re a lbedr o . i n tr oduce de

    contrabant lo la

    l ibertad para salvar la cohenencia de s u s propuestas morales.

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    15/19

    Sobre

    el fiindaniento de

    la mora l

    251

    el

    momento. s in pretender cerrar la discusin

    sobre el tema,

    admitamos

    que el

    lenguaje

    normativo

    t iene

    sent ido

    y .

    que,

    por tanto,

    la

    libertad e s un

    atributo

    de

    las acc iones ,

    que

    la s

    dis-

    t ingue

    de l

    mero

    comportamiento.

    E l problema radica en que para Schopenhaner la definicin

    kantiana de

    la

    libertad como

    capacidad de

    iniciar por s

    mis-

    ma una

    serie

    de

    acontecimientos (KrV A

    554 . B

    582), niega el

    principio

    de

    razn sufic iente ( todo lo que acaece remi te a

    una

    caus a, q ue da razn de s u ser),

    lo q ue sera

    abandonar

    el

    terreno

    de

    la experiencia para postular la existencia de

    un

    se-

    gundo mundo,

    el

    inteligible ,

    donde la

    libertad

    y ,

    con

    ella,

    la

    mora l

    tendran

    su

    morada. Pero

    existe un a a lt ernat iva , no

    perc ib ida por

    Schopenhaner,

    que hace

    posible

    salvar

    la

    nocin

    de libertad.

    s in negar el principio

    de razn

    suficiente y , por

    tan to, s in

    tener

    que postular

    una

    problemtica

    dua l idad

    de

    mundos.

    S e puede af i rmar

    que

    la

    compasin e s

    la causa

    de

    las

    acciones morales

    (o de

    muchas

    de ellas,

    s eg n n os interese

    comprometemos

    con esta

    tesis)

    y , al mismo tiempo,

    decir

    q ue

    no

    es

    ella

    la q ue

    define

    la

    moralidad

    de

    esa

    acc in.

    Porque

    el

    ca r c te r mo ra l de la acc in proviene de la decisin

    de

    asumi r

    esa

    compasin

    como mvi l

    de

    las acciones y

    no

    otro de los

    mlt ip les sent imientos que

    confluyen

    en el

    arbi tr io.

    Esta

    deci-

    sin presupone la capacidad de actuar por la representacin de las

    normas asociadas culturalmente a la

    compasin; capacidad

    que im -

    plica,

    a s u

    v e z , el

    tener

    conciencia del poder

    uasgredirlas.

    '

    W

    Doy al

    mundo.

    en

    la m edida en q ue s e a

    confonue

    a todas la s

    l e - y e s

    t i -

    c a s

    (como

    puede serlo gracias a la

    libertad

    delos

    seres

    racionales

    y

    como

    debe

    serlo en

    virtud

    de la s leyes

    necesarias

    de

    la

    moral idad) el

    nombre

    de

    rmmdo

    mami, En ta l

    sentido,

    e s t e

    e s concebido como

    un

    mundo n ierai nen t c

    imeligi-

    blc... Kaiit. KrV A

    808.

    B

    836.

    A p es ar de su crtica a Kan t , Schopenhaner

    sigue

    en

    muchos puntos la

    estrateg ia

    kanlina

    de postular una dualidad

    de

    mundos .

    Incluso en Kant

    e s a

    dualidad puede se r interpretada como e l resul-

    tado de

    un a

    abstraccin,

    en

    cambio,

    en

    el sistema de Schopenhaner la dual idad

    de

    mundos

    t iene

    un

    carcter

    m s fuerte.

    U * Esto que p lan teo ahora . n o t ie ne n ada de novedoso, s e trata de re tomar

    ia

    propuesta

    de

    Cnis ius , dentro

    de

    la polmica que s e

    desarrolla

    eii la filosofa

    a l emana clsica. de

    la

    necesi t la t l

    de

    diferenciar

    distintos

    aspectos 0

    elementos

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    16/19

    252

    Enr ique

    Sermno

    G .

    A

    esto

    se puede objetar, como lo hace

    Schopenhaner

    ante la

    tica

    kantiana,

    que

    gran

    par te

    de la s

    acciones

    morales

    no

    se

    en -

    cuentran

    precedidas

    de

    una

    reflexin y q ue, por tanto, es a fa -

    cultad de

    representacin

    simblica de las no rmas ,

    cuna de la

    razn, no

    juega un papel

    esencial.

    E n

    efecto,

    muchas a c cio n es

    morales parecen

    la

    consecuenc ia de un mero reflejo. Ante la

    pregunta de

    por

    q u

    se actu de

    manera virtuosa

    en

    determi-

    nadas

    circunstancias, muchas veces el

    agente

    responde

    que

    simplemente fu e algo que sinti y q ue,

    por

    tanto, no puede

    dar

    una razn

    distinta a

    esa.

    Sin embargo, la

    validez de nuestrojui-

    cio

    moral

    de

    esa

    acc in

    depende

    de

    la

    capacidad

    del

    sujeto

    para

    representarse

    la no rma

    de

    su accin.

    Incluso,

    el

    hecho

    de

    que n o s e de una

    reflexin

    previa a la

    accin,

    a pes ar de que

    pudo reflexionarse sobre ella,

    e s

    algo

    que, en oca s io nes ,

    inten-

    sifica el grado de alabanza moral

    q u e m e re ce dicha accin. E n

    cambio.

    la

    falta de

    cond ic iones

    objetivas para

    reflexionar

    pue-

    de , como se presupone

    en

    la argumentacinjurdica, mitigar 0

    suprimir la responsabilidad

    del

    actor .

    Estas

    observaciones

    permiten

    hacer

    una p rime ra

    precisin

    s o -

    b re el

    t ema

    que

    nos ocupa. Si

    en tendemos

    el problema

    del funda-

    mento

    de

    la moral, como la determinacin de su pr`ncbz'um

    fien-

    d, lo

    que

    s e encuentra en

    juego

    es la determinacin de

    los

    motivos q ue impulsan

    alos actores

    a respetar o transgreclir el

    contenido de la moral

    (su

    hioti}. Incluso

    en

    esta forma de en -

    tender

    el

    problema del

    fundamento

    de

    la

    moral

    (s u

    dioLi ), la

    opciu

    que

    nos p lantea Schopenhaner entre ra z n y sentimientos

    e s

    incorrecta.

    Porque

    los

    motivos

    de las acciones nos remiten a los

    intereses

    de

    lo s agen tes ,

    en

    donde

    s e conjugan

    sus

    sen t im ien tos

    y

    sus

    c reenc ias . Los sen t im ien tos representan la dimensin din-

    mica de esos

    iu tereses ; m ientras que

    la s

    creencias.

    en

    tanto re -

    presentan su dimensin racional, son aquello

    que

    define

    los obje-

    del principio de razn sufic ien le. Ver: ( la ss irer. c il. ( 1 979 ) . Kant acept,

    en

    s u s

    primeros

    escritos e s a

    postura d e

    Crusius;

    s in

    embargo, poster iormente

    la

    abandon;

    lo q u e, c re o y o, es un a de

    las

    ra zon es de

    las dificullades

    q ue enfreu-

    tar en sus escri tos

    sobre

    l a r azn p rc t ica .

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    17/19

    Sobre el fundamento

    de la

    moral

    253

    tos de

    los

    intereses, a s como los med ios pa ra a lcanzarlo s. '

    Lo

    q ue

    qu iz

    pueda

    aceptarse

    de la tesis de Schopenhaner es

    que

    la

    gama

    de

    sent imientos

    que

    agrupa

    con

    el

    trmino

    compa-

    sin

    son los

    motores

    de la s acciones

    morales.

    Pero esos senti-

    mientos.

    s in la med iac in de nuestras creencias

    no

    tendr an un

    carcter moral .

    ya

    que

    e s

    en estas l t imas donde s e determinan

    las reglas que perm i ten d is t ingu ir en t re lo

    bueno

    y

    lo

    m alo .

    Sobre el tema

    de l

    fundamento

    de

    la moral ,

    entend ido

    como

    s u principium

    endi , no puede rescatarse m u cho de la teora

    kantiana. La tesis respecto

    a

    que el carcter

    moral

    de la a c ci n

    e s

    resultado

    de que

    el

    agente asume

    como

    mot ivo

    exclusivo

    el

    percibir la validez

    de

    la

    ley

    moral, no resulta

    convincente

    ni

    para el propio Kant.

    Por

    eso, en sus

    escritos

    La rel igin dentro

    de [ o s lmites

    de

    la para

    razn y

    en la Metafs ica de las costumbres ,

    busca atenuar esta

    tesis al postular que el carcter moral de la

    accin n o es consecuencia de suprimir

    los

    sent imientos

    como

    mot i vos ,

    sino en subordinarlos

    a

    la

    exigencias de

    la ley de la

    razn.

    Con ello se reconoce

    que

    la pureza

    de

    la razn nunca

    puede

    t ransformarse

    en un

    mot ivo

    suf iciente

    por s

    mi smo

    de

    las

    acciones.

    Sobre la relacin

    entre razn

    y

    sentimientos

    en

    los

    intereses que

    motivan

    la

    conducta moral

    puede

    decirnos mu-

    cho m s la amplia tradicin

    terica

    empirista que

    arranca con

    Hobbes

    y

    llega

    hasta nuestros das.

    ` Sin embargo, el

    problema

    central

    de Kant

    no es el princi-

    pium

    fiendi de

    la acciones

    morales, sino el

    t ema del funda-

    men to , en tendido como

    principium

    essendi. Para Kan t la

    distincin bueno-malo , en

    la q ue

    se sus ten ta el cdigo moral,

    tiene

    su origen

    en

    las mx imas implcitas en

    nues t ras c reenc ias .

    La

    cuestin q ue

    s e

    plantea

    es establecer si exis te un criterio

    ob-

    H' U n a c la ra , in t ere sa n te y polmica versin sobre este

    t ema

    se encuen t ra

    en t Ortiz Milln. G . Acciones e in tereses en: Razones y

    actos.

    Mxico, Edicin

    del au tor, l 9 9 = 1 .

    2 Sobre

    este

    t em a v er: H irs c hma n ,

    Albert

    O.

    La s pasiones y la r intereses. M -

    xico,

    | - 1 : 1 5 , 1978 .

    Una

    in teresante propuesta, heredera de

    esta

    tradicin, q ue bu s-

    c a romper

    con

    el

    dualismo

    tradicional entre razn y

    sentimientos

    s e encuentra

    en : Platts, Mark. Mu-mi r e a l i t i e s .

    London. Routiedge,

    1991,

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    18/19

    254

    Enrique

    Serrano G .

    jetivo para

    juzgar la va lidez

    de

    esa

    mximas.

    Desde la pe rspec-

    tiva

    ltantiana,

    como

    es

    sabido,

    ese

    criterio

    no

    debe

    buscarse

    en

    los

    objetos

    a los que se

    dirige

    el querer, s i no en la forma de

    ese querer. La validez de la norma que s e desprende de la

    m-

    xima q ue gua las acciones s e encuentra, segn

    l,

    en la posibi-

    lidad de

    su universalizacin. La exigencia de universalidad del

    imperativo categrico

    significa

    que el carcter racional del

    querer

    y

    sus

    creencias s e

    mide

    por la capacidad

    del s u je to

    de

    ampliar

    y contrastar sus creencias. mediante

    su

    disposicin a s i-

    tuarse

    en el punto de

    vista de los otros.

    Es to

    es lo que

    s e expre-

    s a

    con

    toda claridad

    en

    la

    segunda

    formulacin

    de

    ese

    impera-

    tivo:

    Obra de ta l modo q ue

    uses la humanidad, tanto

    en

    tu

    persona,

    como, al

    mismo

    tiempo, en la persona de

    cualquier

    otro como un fin y n un ca

    solamente

    como medio .

    Utilizando la

    terminologa

    ltantiana, s e puede decir

    que

    mientras

    Schopenhaner habla

    del fundamento

    subjetivo ,

    es

    decir, del resorte que mueve las

    acc iones;

    Kant

    s e

    ocupa b -

    s i camen te

    del

    fundamento objetivo, es to es , de la razn

    en la

    que

    s e

    sustenta la argumen tac in

    sobre

    la validez

    de

    las normas que,

    vinculadas

    a ese

    fundamento

    subjetivo

    otorgan

    el

    carcter

    moral a la acc in. D es de la

    perspectiva

    de

    Schopenhauer,

    se

    podra responder que el nico fundamento de la moral es lo

    que

    Kant

    denomina

    fundamento subjetivo , y

    que

    el llamado

    fundamento objetivo es un

    mero

    residuo de la meta f s ica pro-

    pia

    de una tic a q ue se empea en

    mantener una

    forma

    impe-

    rat. iva . Pero asumir esto

    sera.

    com o hem o s tratado de

    mos -

    trar, reducir la tic a a la etologa.

    E l

    mismo

    Schopenhaner

    s e

    niega

    a

    sacar

    esta

    consecuencia

    de

    s u posicin

    y reconoce

    que

    s in

    la mediacin de

    los

    concep tos abstractos , la compasin

    -como

    fundamento

    subjetivo - sera ciega y

    estara

    irresis-

    tibletnente

    entregada a los mvi les

    antimorales .

    Despus

    del debate

    entre las posic iones de Kant y Schopen-

    hauer,

    q ue hemos aqu escen i t icado, podemos

    depurar y con-

    denar la

    crtica

    del segundo

    a l

    primero en la

    siguiente

    tesis: Sin

    el

    respaldo

    de un cierto grado de identificacin con el otro,

    emanado del sentimiento

    de com-pasin, la s no rma s mo ra le s

  • 7/23/2019 Sobre El Fundamento de La Moral_Enrique Serrano Gomez

    19/19

    Sob re e l

    fundamento de

    la

    moral 255

    seran, a

    p es ar d e

    q ue

    su validez goce de

    un apoy o

    racional.

    to -

    talmente

    inef icaces

    en

    las

    relaciones

    sociales.

    Tesis

    que

    hasta

    4

    1 1

    los kan t i anos m as

    ortodoxos

    tendrian que

    aceptar.

    1 ~ : N R I Q U E sr.iuu\N