1’ revistas americanas le han dedL cado extensos reportajes y las productoras de Hollywood ya se han acercado a ella para con- quistarla. De momento, Twiggy aií.n no ha decidido nada. Su rápido éxi fo, su repentina celebridad le pa- rece un sueño, del que ha de despertar de repente para volver a su anonimato anterior. 1 No es una coincidencia que «Chuka», la primera producció independiente de Rod Taylor para la Faramount sea una pelcula del Oeste de bastante importancia. Hace además, en ella, el papel de protagonista de la obra. —Es la realización de un que ño que he tenido durante mi ca- rrera y aun antes de ella, desde que era niño — dijo sonriendo el actor australiano que figura en- mo pistolero en <thuka» —. Los chicos en Australia, como los de aqul, juegan a aventuras Oeste. Yo fui de todo en esa época: jefe de policía, bandido, pistolero, y cuando llegué a los Estados Unidos, a Hollywood, esas aventuras siguieron Intrigan- dome. A lo largo de su carrera Rd siguió aspirando a trabajar en De origen judfo ; americano de 56 años de edad. Estos son los datos fundamentales de la £1ch, personal de Samuel Fuller, mo de los directores cinematagrtj ros hollywoodense que demues tran un concepto ético más mte resante y un constante afán pr superar las personales limitado. nes. inherentes a todo autor .ons diente. Durante muchos años, Sam Fu- hez fue considerado un realiza doi’ artesano, alineado junto a nombres incapaces de brillar co- mo poseedxres de una inspiración excepcional. Reconozco que yo mismo no estuve muy afortunadll con la critica que hice de «Balas vengadoras», primera obra de Fu. ller y la que lo daba a conocer en España, hace unos trece años. En m descargo, debo confesar que rae iniciaba en la dificli tarea de enjuiciamiento y que, por tanta, mi criterio no estaba lo suficien temente preparado para una debi da valoración. «Balas vengadoras,, (producida en 1949) rompfa con el clásico «héroe» del Oeste. El hombre que mató a Jesse James El actor australlan Rod Taylor, que alcanzóalto pi-estigio en la pantalla norteamericana, ha reall za al fIn lo que quería: una pe lícula del Oeste. Cree que cf las pellculasdel Oestetienen éxitode taquilla, es debidoen parte a lós caballos y a los dilatadosespa. cias, pero tambiény sobre todo a un sentimiento atávico comúnque nos lleva a desearel choque del. hombre contra el hombre, del mal contra el bien una de esas obras del Oeste, pa- ro no en una cursi cualquiera. Un dia su amigo Jack Jason le prestó una novela de Richard Jes sur, para que la leyese. Se tituI. b «Chuka>,, y era la historia de un fueite de caballeria en una vasta pradera hacia 1880, duran- te un ataque de indios, con el pistolero y dos gentiles mujeres mejicanas atrapados dentro del fuerte defendido por una gua— nición insuficiente. —La obra me convenció — (11- jo Taylor — quise hasta man. tarla yo mismo para retener ci control de la empresa. Rod compró los derechos para la Rodlor Productlons, la compa fila que forinó con Jack Jason, y tuvo la suerte de poder contratar a los actores que habla previsto para los principales papeles: John Mills, en el de comandante de la Guarnición ; Ernest Borg nine, en el del primer sargentn; Luciana Paluzzi y Angela Donan, en .los de las beldades mejicanaa; James Whitmore y Lauja tay ward, en los de oficiales de ca- ballena. Dirigió Gordon Dougtes. Por primera vez se encoaltó Taylor en el set de una obra suya A propósito de esto dijt: -.--Escogi el argumento, mi te, ml director y los demás aeto• res Fue ésta una sensación real• mente gloriosa. ( Fotoe : Paransount) CUMPLEAÑOS EN EL PLATO El rodaje de «Smashlng Timusa, que interpretan Rita Tushingbam y Lyn Redgrave, se interrampió unos momentos para celebrar el cumpleaflos de Dodonna, la nija de Rita, que celebraba su temer aniversario. Vestidas con el atuen do que lucen en la película, isa dos actrices se unieron al resto del equipo en una pequefia fleasa improvisada por los técjcos en nor da la pequeAa no era presentado con la simpa. ta del exterminador providencial, sino con la repulsión de quien traiciona al mejor amigo. Esta aplicación de la moral (adjud. cándola no por tópicos sistemáti cos y si por merecimientos de conducta, prescindiendo de la ca- tegorfa ética del personaje) se ob. serva en casi todas las películas de Fuller. En «Manos peligrosesa eran el carterista (Richard Wtd mark) y la prostituta (Jean Pa- ters) quienes actuaban con wa decencia Impropia de su ínfi-i-s condición- social. En «La casa cíe bambú» el policía se comportaba canallescamente. Este titulo, une de los más notables de la filmi grafía fulleriana, ofrecta — apa: te de una vibración humana desu• encía en películas de gansters — secuencias de un valor cinemato gráfico fuera de serie, entre ellas la del parque de atracciones. «El diablo de las aguas mr bies» es una aventura bélica en la que, otra vez, se manifiesta el va Ion y la moral en unos personajes que, por sus características, no parecen capaces de virtudes tsn importantes. «Yuma», otra cinta destacarla, simboliza la indomable decision cia los vencidos en la Guerra de Sucesión El protagonista (Rod Stéiger) prefiere enrolarse con los pieles rojas antes que aceptar el escarnio de los opresores :,an qUis. El film contiene escenas de una violencia brutal (recordemes el tormento en el campamento indió). Convengamos en que ma» es uno de los «westerns» realmente importante de los años cinctienta. «Invasión en Birmania» valió a el reconocimiento de mu- chos críticos que le confiriereo, por dicha pelicula, el título de «grande de Hollywood». En su ex- tenor, «Invasión en Birmania» es una cinta bélica más. Pero, ec’ el fondo de las imágenes, late la poesfa de una humanidad hecha de temores, de esperanzas, de en- alas de paz... Y esto es, precisa- mente, lo que distingue la ib<a y la convierte en señera dentro del género. Desconocemos en España ua gran mayonfa de los films de Fu- lIen (eWerboten», «China gats,,, sThe crlmson kimono),, «The bi red one» y eThe naked kiss>,) y, por consiguiente, el juicio score este autor no puede resultar om pleto. Observamos, como carae.e mística fundamental, urs profundo concepto ético, aplicado de maie ra m estricta ni rigurosa, sn atender a .. una escala de valos preéetableøidco ni a una tlpolo&a . diseñ’ de antemano. Fuiler .j elia consigo mismo para encon trar la verdad. Es él quien rd.-s y escribe las historias y perCu. personajes y circunstancias tnu le gustan las adaptaciones de lea tno y novela), desarrollando unas imágenes que luchan por hailar las motivaciones más adecuadas a su pensamiento. Esta bata;la ideológloa da origen a ciertas im precisiones en la lógica de deta: minadas situaciones. .. que si no pueden aplaudirse revelan, en cambio, un sensacional impulso por mejorar las cosas, que nace que nos olvidemos de aquellas i’n precisiones. Esta Impresión se agudiza, es- pecialmente, en «Shock corridu’> (1963), que acaba de estrenarse comérclalmente en Barcelona y que es, sin duda alguna, el fian más importante de todos los fir mados por Fuller. En él, la luchs maz-al se pone muy en claro. «Ba. rrétt», un periodista de porvemr, quiere desentrañar un crimen co- metido en un centro psiquiátrico. Buen fin (aunque lo mueva la ambición de ganar el «Pulltzer», pero mal medio : tingirse loco se- xoman.iaco. El epílogo sera la destrucción de «Barrett». Con circunstancias similares, el Esta beldada quiennosotros no dudamosen calificar de «MissRe- cod», ha conseguido los titulos de MIsa Trentino, Misa Venecia, Miss Italia y Mlss Europa. Fue e!edda la eCover Gir!» de Italia de 1Ç6. Su nombre: Maria Grazia Buccolla. Maria Grazia Buccella combina las cualidades físicas de tres es- treHas: los ojos violeta de Eliza beth Taylor, las «dimensiones» de Jayne MansIleidy el «sex-appeal» de Sofia Loren. En «Tras la pista del zorros, ella es el cebo para uno de los más sensacionales ro- be. ,s eshin viito en cine; el discreto William Conrad no.:s ofrecido, hace pocas semansi «Desafio al destino». «Corredoi sin retorno» le supera abrumalo. ramente, merced a la inteligeneis y al estudio puestos a contrita ción por Samuel Fuller que, comete alguna inexactitud, es bida a su afán de intentar clamar muchas verdades que, por cuantiosas, tal vez se exponp un tanto anárquicamente. La locura de la guerra ; la io» re atómica ; la locura rac1s y la locura de la ambición perio. nal, se dan cita en esta pélicila de «locos», con unos persona magistralmente descritos, con oo. cenas tan soberbias como las d ataque del negro demente, la po. lea en la cocina y la imaglnaÑ tormenta en el pasillo. «Shock •t» rridor», rodada íntegramente en interiores ( con insertos en color, correspondientes a pesadillas, y que pertenecen a fragmentos do. cumentales), con la consagracl(n de un actor: Petar Breck, y di una actriz : Constance Towens; ratifica el talento y la postura ática de Samuel Fuller, el astur que lucha consigo mismo para descubrir la verdad de los sen humanos y de la sociedad; & autor al que Jean - Luc Godend (uno de sus más fervientes adail. redores) hizo aparecer y hab!r en’ una de las mejores escenas de «Pierrot, le fou». Se comenta que11. Llegó de paso para Denia (Ai cante) Sal Mineo el todavía jo*a -- cuenta ahora 28 años — ídolo de «teen-agers» estadounidensés y cae intervendrá en uno de ti l:ersonaies claves de «Krakatoa una producción enteramente une teamericana. * . . Ahora va en serio: Sara Lezaen y Daniel Martín acaban de anuo. ciar oficialmente que en el aotiai me de mayo se trasladarán a Barcelona para contraer matrin* mo en Montserrat. * * * Por Madrid y de paso para St tander, donde va a rodar lOs e teriores de un film, pasó la 4t penda Lea Massani, a quien 5- Ragueiro ha ofrecido el papd principal de «Si volvemos a v. nos», historia dramática de una mujer de costumbres poco rea mendables y tres negros de la ho. se de Torrejón. * * e Después de presentarse por v primera al público marilefto en su nueva modalidad como cautw te de «imite», María Martín sallé para Roma el 8 deI actual pana interpretar allí im estupendo po. pel junto a Enrico Maria Salecna y actores norteamericanos, en un film titulado: «La pistola deis venganza», a las órdenes de Os humano. En Italia permanecet tres semanas. * e e Hay buen papel para Tomás Pi. co en un film italiano, «11 Msa’ chio de Kniminal», cuyos exteri res se realizan actualmente en Alejandría. Es su cuarta película fuera de España en lo que va di aflo e e e Hay más nombres para 4i mujer del otro» que Rafael (l emprenderá en seguida. Al de la protagonista femenina, M a r t ha Hyer se suman los de Analía (la. dé, Fosco Guiaehetti y Angel dd Pozo. de un camión llenode lingotes oro, por un vakr ¿e tres millonis de dólares, en per.o desierto egp’ cio. Pero chcra los espectador* podrán eprcc:r po. msmoi ir do Oi inierio qe e:Cerra asta p: icula ¿e Vtcrc cic Sica, que su pone una r.u:va y cxiraordi,wh crercón do Peer Scilers, al ladi del cual María Grazia Buccelis pone — junto a Britt EkIa4 una pícara nota de atracHv• f menino. Es una película 4. U ted Artists en Panavislón y nícolor, que será presentad. c, E. Filn;1] Iii ii 1 1111$ 1 IRIlIuIuI E cineeneI;0] UN TRIO DE CATEGORIA Juicio sobré Samuel Fuller Por PEDRO BALART CODIN CANNES Y SUS HECHOS Liltervenelón iiljustllicable e insolidaridad entre autores por José SACRt El lector sabe ya del escándalo cannés de tuilses», del que e hizo eco 1 Prensa del mundo entero y de que nosotros dimos aquí noticia. El director del Festivai — no estará de más recor darlo se atrevió poner sus manos pecadoras en una película — o hizo poner otras no menos culpables — sin consideración por el sagrado derecho que tiene el autor de ver respetada su obra. Como Delegado General del famoso Certamen es, aquél, muy ibre de hacer mangas y capirotes de sus cosas y de su casa, puede aceptar o rechazar una película y proyectarla en la se- sión que más le convenga, pero lo que no puede o, categórica- mente no debe en modo alguno, porque a ello no tiene derecho, es mutilar una película, sea en la imagen, la palabra o los sub títulos, sin estar previamente autorizado por el autór. Pues bien, el director del Festival de Cannes, juzgando «per se» hizo tachar determinados subtítulos explicativos de la imagen, en la película «Ulises», que él había aceptado, tratando de justi ficar su proceder con razones vagas que a nadie convencieron y menos al autor, Joseph Strick quien, indignado ante lo que él llamó «bárbaro atentado» promovió un enorme escándalo en la sala, exigiendo el cese de la proyección, entre aplausos de uños y siseos de otros. En su momento, y al margen del valor intrínseco del film, que en realidad no es muy notable, expusimas nuestra opinión sobre el hecho, desfavorable para la injustificable intervención censora del director de la manifestación. Mas el asunto tiene otras face- tas y ángulos bajo los cuales interesa considerarlo pero, sobre todo, está el hecho revelador de la total insolidaridad entre auto- res, e incluso de que existe entre éstos y las respectivas Delegaciones nacionales que, lógicamente, debieran ampararles y • velar por sus intereses y derechos y que, en el caso que ncs ocupa — y en otros que tenemos conocidos — da la sensación de acudir al Festival en plan de «vacaciones». La Delegación in glesa no se encontraba en Gannes cuando el suceso — cosa ab- surda — y más tarde no hizo nada para defender al autor, pro- bablemente atada de pies y manos por tener allí otros intereses que defender y, especialmente, porque se vislumbrabn el triunfo, que fue real y legítimo, de Gran Bretaña la pérfida y, para Strick, madrastra. Este clamó nl cielo por el desafuero que se había cometido con su obra, y amenazó con recurrir a sus colegas si no le era dada la exigida reclamación, llamándoles a «causa comúar, pen sando que no le faltaría su apoyo y que incluso podría llegarse a una retirada en bloque. (Y nótese que de producirse ésta, con «Bmw Up», «Accident» y «Privilege» el Festival se quedaba en los huesos y se precipitaba de cabeza en el más lrotundo fracaso.) Pero un silencio de tumba respondió a la llamada de Strick. Sus colegas pensarían cada cual en los propios intereses y en la po- sibilidad del triunfo que veían al alcance de la mano. Strick y «su caso» les importaba un bledo. Nadie quería ver turbada su digestión por los problemas ajenos. Lo de la «causa común les parecería demasiado «común» para ser «causa» digna de ser abra- zada por ellos. Y a pesar de que la Dirección del Festival se in cunaba a dar satisfacción a Strick, proyectando íntegra la película para Jurado y prensa, aquél se retiró definitivamente con su película, amargado sin duda, entristecido después de comprobar la «espontánea y sincera manifestación de solidaridad» de sus colegas, specialmente connacionales. El caso es que sc ha sentado up precedente funesto que no va a ser el óltimo ni el menos grave. Por lo demás, y esto es lo triste, se ha puesto de relieve a failta de unión que existe entre los autores a pesar de sus constantes reuniones y congresos, cele- brados con el declarado objetivo de formar bloque para defender intereses comunes. Esto po ha sido para mí sorpresa, por cuanto que en cierta ocasión en San Sebastián hube de asistir a una agria disputa entre representativos autores italianos y españoles, precisamente a la salida de un Congreso donde, se manifestó, habían sido tomados satisfactorios acuerdos de interés general. Pero bastó una inocente intervención de quien esto suscribe, en forma de pregunta de cómo, después del anunciado acuerdo uná nime, pensaban los autores españoles defender la integridad de las obras de sus colegns, eso es, para evitar la mutilación de películas, hecho éste muy corriente en aquella época (de lo que señalé algunos ejemplos a la sazón recientes), para que esta- liasen las divergencias, se disparasen ncusaciones mutuas, y se provocase una disputa que dio al traste con la inefable unión y solidaridad de que parecía hacerse gala l llegar, para comuni car a la prensa las conclusiones del Congreso. rin este sentido, Cannes ha sido un lamentable ejemplo de consecuencias imprevisibles. Aquí tienenustedes al famoso director Joshua Loga n, a la actriz Vanessa Redgrave y al autor Richard Harris. El primerode ellos es el realizador de la extraordinaria película en Panavisióny Technicolor — todavía en curso de rodaje — «Camelot», basada en la leyendadel Rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda, VanessaRedgrave y Richard Harria encabezan el reparto de este excepcional film. — (Foto Warner Bros) AEVA LATTUADA DESCUBRE LA MANSFIELD UNAVISITA El reali.zador sigue haciendo ga la al calificativo del más afortu nado «talent-scout» del cine ita- liano que le han impuesto sus compatriotas. RECONFORTANTE.,.,. Rod Taylor lagró loque í• En Leede, la actriz, que sigue fiel a su consigna de procurars ella misma la publicidad, visitó Su último descubrimiento es la a los presos, con los que habló sueca Eva Aulin, de 16 años, que durante un rato. Jayne al salir fue elegida «Miss Teen-agers» 1P66 de la cárcel besó a uno de los en los Estados Unidos, a la mal guardianes y dijo: «Estoy segu ha confiado el papel de protago- ra de que he elevado la moral nista, junto a Lando Buzzanca. de los presos. Todos parecían en «Don Juan de Sicilia)), SU pali. muy animados. Esta es la’ pri cula más reciente. Latinada tiene mera vez que he estado en una gran confianza en su talento y cárcel, pero tendré que pensar augiira un porvenir espléndido. en repetir la experiencia.» COLUMPIANDOSE... TWIGGY VUELVE A LONDRES El besar a una mujer dotadade los grandes atributos femeninos que posee Luciana Paluzzi, fue una de las prerrogativas que Rod Taylor se reservó para sí como productor y protagonista de eChukas, su película del Oeste en Technicolor rep!etade acción, cuya distribucIón está a cargo de la Paremounf, No es nadaextrañoque su tarea haya tenido agradables aspectos, aunquelos amoríosen la obra tuvieron unmalfin . Tras su reciente viaje a los Eetaclos Unidos, donde ha sido acogida con muestras de entu iasmo, parangonables con las ,,ov guiclas po nos Beatles en queI país, Twiggy ha regresa. lo a casa. Pero, naturalmente, no lo ha hecho con las manos va- Ias, sino llenas de regalos para los suyos y de interesantes ofer *5 y contratos para ella. Las — Robert Morse y la novata Janis Hansen descansan entra escenas de «Ob Dad, Peor Dad, Mamma’s Hung You In The Closet And 1 M Feelin So Sad». El estrenoParamount, dirigido por Richard Quina, en la alocada,pero a vecestrágica historia de los esfuerzos da una madre por mantener pura la mente y el cuerpode su eintante» de 25 años de edad. RosalindRusselles la estrella en el rol de la madre, Robert Morse es el hijo y Bárbara Harria su niñera ¡SO’iRIAII FO FAVOR!... “MISS RECORD” “r su sana sonrisa que pareceindicarnos lacarían, por favor!, tal como reza el populareslogan, la vivaracha trigueña Angela Donan, muy conocida de los aficIonados a a leevisión en los Esrdos Undos, interpreta su primer gran papel en la cinematografía, caracterizando a u na mujer que rlvaliza con Luciana Paluzzi por el afecto de Red Taytor en «Chuka», una gran película del Oeste en Technfcolor que ha de ser distribuida peóximamente por la Paramount. Angelano es solamente una entusiasta ,.± }°L!!»h !2’I !!i!1 i& ! tiflj a,tividodu de dibujo y pIntur