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ANTONIO SKÁRMETA _______________ No pasó nada 1
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ANTONIO SKRMETA

Antonio Skrmeta

_______________No pas nada

Skrmeta, Antonio

No pas nada - 1a ed. -Buenos Aires : Debolsillo, 2005.

128 p.; 19x13 cm.

ISBN 987-566-071-X

1. Narrativa Chilena I.Ttulo

CDD Ch863.

Diseo de la portada: Depto. de Diseo del Grupo EditorialPlaza & JanesFotografa de la portada: Hulton Getty/Stone

Fotografa del autor: Ana Mara Lpez

Primera edicin en la Argentina: junio de 2005 1980, Antonio Skrmeta 1996, Plaza & Janes Editores S.A.Edicin de bolsillo: Nuevas Ediciones de Bolsillo, S.L.

2005, Editorial Sudamericana S.A.

Humberto Io 555, Buenos Aires, ArgentinaPublicado por Editorial Sudamericana S.A. bajo el sello Debolsillo

con acuerdo de Random House MondadoriISBN 987-566-071-XImpreso en la Argentina.Queda hecho el depsito que previene la ley 11.723Fotocomposicin: Lozano Faisano, S.L.

PRLOGO

Cuando el film El cartero obtuvo cinco nominaciones al Premio Oscar, varios equipos de periodistas internacionales provistos de voraces cmaras cercaron mi casa veraniega en el pueblo chileno de Tongoy, donde yo pasaba un afable verano entretejiendo mi nueva ficcin, y en mi calidad de autor de la novela El cartero de Neruda, sobre la cual se basaba el film, fui sometido a una investigacin rigurosa acerca de la verdad de este relato.En principio queran comprobar si algo en la costa del Pacfico, ese ocano con siete lenguas verdes, de siete tigres verdes, poda estimular un tipo de creacin que les pareca querible. Haban contemplado largamente el mar, y como la elaboracin de metforas les resultaba lenta, se decidieron a probar nuestros afrodisacos locales, a saber: mariscos inslitos tipo erizos, machas, picorocos, y el vino prdigo de estas tierras que por aqu tiene tanto prestigio como el espaol.Animados por estos flagelos, que yo les reiter con cordialidad surea, me hicieron una pregunta que ningn autor puede responder, no tanto por modestia sino por ignorancia. Con los ojos chispeantes y sus cmaras fotogrficas y filmadoras colgando efusivamente, queran que yo les explicara en qu consista la magia del relato que haba podido inspirar un film que ahora estaba masivamente nominado en la corte del cine.Los cort abruptamente.Yo, seores, les dije, era un pjaro y no un ornitlogo. Y para usar una imagen futbolstica agregu: No poda yo disparar el tiro de esquina y al mismo tiempo estar en el rea para cabecearlo y meter el gol. Ni nuestro Bam Bam Zamorano, ese centrodelantero que algn da los madrileos aorarn, sera capaz de tal proeza.Viendo sus ceos implacables, proced a servirles algunos litros de pisco sour, un brebaje chileno de cuarenta grados, extirpado de la uva, el cual, aqu, se bate con limn, azcar, hielo, clara de huevo, y cuyo efecto permite al beneficiario olvidarse sin ms de nombre, apellido, edad y, en el caso de los casados, frecuentemente de su estado civil. Pero lo que pensbamos como antdoto a la curiosidad, obr en otro sentido. Mis queridos interlocutores, desinhibidos por esta golosina, se confesaron. No era yo el primer motivo de sus crnicas sino que tenan en mente, por encargo de sus editores, una presa mayor: ubicar al Cartero, el personaje central de mi novela, para hacer una nota sobre l, su vida, su esposa Beatriz Gonzlez, el hijo Pablo Neftal Jimnez y, ya que estbamos, hasta sobre la refranera e inclemente suegra. Como autor de la obra, yo sin duda conoca sus seas, y me pedan que tuviera la bondad, la gentileza, el infinito gesto fraternal, de proporcionarles esos datos exclusivos. Beb mi pisco sour con la misma alegra que Scrates debi haber sentido al tragar la cicuta. Me sorprendan con el cuerpo del delito en las manos. Ahora tena que confesarles a camargrafos, detectives, iluminadores y maquilladoras que el Cartero no exista, que era apenas un personaje arrancado de mi alma y puesto en la va pblica por las vas de mi imaginacin. Pero junto con el pnico, debo admitirlo con rubor, un humilde orgullo se asent en mi pecho. Haba creado un ser ficticio que, de acuerdo a estos emisarios del mundo real, debiera existir.Record entonces que no era la primera vez que me vea enfrentado a semejante brete. Ms o menos en los mismos aos en que escrib El cartero de Neruda haba concebido mi novela No pas nada: ambas estaban en una galaxia semejante de emociones, aunque separadas por lo que Neruda llamaba una tajante geografa. El Cartero, como lo entendieron los lectores sin que el narrador se lo precisara, se esfumaba en el terror de la dictadura chilena en tanto que Nopasnada haba huido, arrastrado por sus padres, hacia una Europa que ofreca a los exiliados los pulmones de la libertad, pero tambin el dolor de la lejana. A uno de ellos, en un pattico umbral entre la noche y la madrugada, le o decir que hubiera preferido una muerte cierta en la patria lejana, a este melanclico agonizar en idiomas incompatibles. Despojados de su mbito natural, desprovistos de sus utopas, minuciosamente derrotados, los emigrantes latinoamericanos comenzaron una militancia en guetos de melancola que muchas veces les impidi asumir las pasiones cotidianas de los pases que les ofrecan refugio.Por spero que suene, desde el punto de vista emocional, para un exiliado el mundo se divide nicamente entre el pas que perdi y el resto del planeta. As, mis compatriotas iban de ciudad en ciudad en una lenta rutina de intercambio de malas noticias sobre la tierra ausente y programando modestas acciones polticas cuyo eco en Chile era nfimo. Se consolaban invitndose a cenar platos tpicos del pas que cocinaban con alegra, poco deseosos de establecer relaciones con aquellos que no hicieran de sus dolores y obras militantes tambin el primer motivo de sus obsesiones.Pero si sus vidas eran aplazables hasta el momento en que se reencontraran con la patria liberada, sus hijos tenan otra urgencia: aprendan el idioma anfitrin en la escuela, los apasionaba la calle, sus jvenes almas entraban en contacto con las de seres de su misma edad y compartan con nfasis adolescente los dolos del cine, la cancin, la televisin, los locales de baile y los bares, los cafs universitarios, las primeras palpitaciones sentimentales, los desfogues erticos, los libros y los chistes. Si los padres haban entrado en un tiempo de recogimiento, de reflexin y tristeza, a ellos se les ofreca la expansin, las exploraciones de lo desconocido, la aventura de emigrar hacia el otro, la posibilidad de ser diferente en un medio homogneo, con todo lo que tena de riesgoso y excitante, en fin, toda la prosa aireada de temas juveniles que ventilaban en las calles las letanas y reprimendas hogareas.El encapsulamiento de los padres en sus obsesiones, inspirados en la nobleza de vivir pendiente del pas oprimido o en los trabajos solidarios hacia quienes intentaban la resistencia en Chile, contribuy a que las familias vivieran en conflicto. Fueron muchos los hogares que se quebraron, incapaces de vivir entre parntesis, en el limbo entre un pas real que no aceptaban y un pas fantasma que no los aceptaba a ellos. Arreciaron las separaciones y los divorcios. El chileno, ampliamente participativo en la vida de su sociedad, careca de horizontes que le permitieran crecer con la compaera; el mero discurso de la nostalgia o la aspiracin a un utpico da reivindicativo no bastaban para darle cohesin real a su pareja y a la familia.Soy de la clase de escritor que hace sus ficciones en primer lugar con las emociones de su experiencia personal. La historia me depar el trance de ser testigo de acontecimientos maysculos que animaron o destrozaron las vidas cotidianas de mis personajes. Uno de ellos haba sido el de los hroes en El cartero de Neruda, quienes cerraban un alegre festn de crecimiento, amor y amistad con una figura trgica: mora la democracia en Chile por obra de un golpe cruel y dos semanas despus mora Pablo Neruda. Con dolorosa sincronizacin se apagaban la libertad y la poesa. Era sta una metfora que yo no inventaba: me la ofreca la historia y decid recogerla con uncin. Aquella novela terminaba con un periodista que le ofreca azcar al narrador para que le pusiera a su caf, pero ste cubra la taza diciendo: No, gracias, lo tomo amargo.Durante mucho tiempo, se fue el sabor que predomin en mi boca. Exactamente hasta que un da conoc en Berln al primer personaje que inspirara No pas nada. Me lo present mi hijo adolescente, mientras pulsaba sin compasin un contrabajo entre las indecisas murallas de mi viejo departamento berlins, con la siguiente frase: A ste le gusta ms la literatura que la msica. Bajo el estruendo de los onomatopyicos zum-zum del ronco instrumento le pregunt qu le gustaba leer.No me gusta tanto leer, como escribir me dijo.Vaya! Y cmo es que va lo uno sin lo otro?Lo que pasa es que si leo, temo que me influya otro estilo.Y cmo es tu estilo?Al lote.Esta chilensima expresin significa como salga. Es sabido que los adolescentes miden todos los valores del mundo con la vara de su espontaneidad. Sus egos no son ms pequeos que las espinillas de su acn. Coordinando ms tarde talleres literarios para jvenes, me encontr en ocasiones con vivaces lderes brbaros convencidos de que la cultura es daina para la autenticidad, y alguna vez tuve xito polemizando con ellos y hacindoles ver que la espontaneidad sin sofisticacin era candidata segura al lugar comn, as como la naturalidad sin irona era como beber un dry Manhattan sin la aceituna.Supe que este muchacho haba venido a casa para organizar con mi hijo una velada rock a beneficio de la resistencia chilena. Es decir, la organizacin la ponamos los padres que trasnochbamos sobre nuestros mimegrafos grabando volantes donde se anunciaba el fin inminente de la dictadura, y la msica era el aporte de los jvenes, quienes por cierto comulgaban mejor con Led Zeppelin y The Electric Light Orchestra que con Quilapayn e Inti-Illimani. El chico haba trado un poema como contribucin a la jornada de lucha y rock, con la esperanza de que mi hijo y su banda amateur le pusieran msica y la cantaran. El texto le temblaba en la mano, pues mi hijo, que adoraba la violencia verbal de Jim Morrison, acababa de rechazrselo con un bruletazo: Es cursilera soft.Vindolo en ese desamparo lo invit a mi estudio, le propin un caf alemn, brebaje muy poco estimulante, y le ped que me mostrara el texto rechazado y algn otro ms que traa archivados en una carpeta empastada con el rostro de Elvis Costello inserto en un par de miopsimos anteojos. La cursilera soft la puedo reproducir al detalle, pues la guard entre los materiales con que hice mi novela No pas nada. Deca:

chate el pelo con la mano atrs

chate lentamente el pelo con la mano atrs

chate una vez ms lentamente el pelo con la mano atrschate otra vez ms una vez ms lentamente el pelo con la mano atrs

chate infinitamente otra vez ms una vez

ms lentamente el pelo con la mano atrs.Le puse un quintal ms de azcar al caf para mejorarle el sabor y me reclin en la poltrona con las manos cruzadas tras la nuca.Lo encuentra demasiado repetitivo, cierto?No, hombre, ms que repetitivo, rtmico y obsesivo.Lade el cuello y se me qued mirando como esos pjaros alucinados de los bosques nocturnos.Rtmico y obsesivo repiti.Se sob las manos igual que si acabara de recibir un regalo inconmensurable. Su probable depresin pareca haberse esfumado.Repetitivo, rtmico, y obsesivo le rim.Repetitivo, rtmico, obsesivo y definitivo dijo, golpendose las rodillas.Se levant con ese desgarbado arresto juvenil donde parece que los huesos fueran repblicas independientes de las articulaciones.Usted cree, to, que eso que ley es poesa?Hay que advertir que el vocablo to para llamar al padre de un amigo era en ese tiempo una actitud muy en boga. Me detengo en ese trmino pues he sido muchas veces vctima de l cuando me he acercado con intenciones ambiguas a hijas jvenes de compatriotas, quienes al aplicrmelo me han hundido en el ms sublime ridculo y en la ms estimulante inhibicin.No me digi to, quers?Por qu no?Porque es una cursilera le dije vengativo.Y el texto tambin, verdad?El texto est bien. Cmo te inspiraste para escribirlo?Estaba en un caf y en la mesa de enfrente haba una muchacha leyendo un libro. Cada cierto tiempo se echaba el pelo para atrs sin dejar de leer. Y eso me emocion.Te emocion.Sent que estaba enamorado de ella.Recuerdo que fue una tarde de primavera en Berln. El sol se haba prodigado y la brisa que ahora entraba desde la terraza era agradable. No se me hubiera ocurrido escribir con una experiencia como sa un poema, y menos del estilo del chico chileno, pero entenda minuciosamente su emocin. Cientos de veces, la presencia de ciertas mujeres me haba cortado el aliento. Junto al placer de verlas existir all tan plenas, excitantes y ajenas, me acometa un sentimiento de belleza que inevitablemente desembocaba en una emocin que me provocaba dolor. De alguna manera me pareca tranquilizante que un adolescente comulgara con una pasin como la ma. En verdad, ya comenzaba a considerarla un dao de la edad.se fue el momento preciso en que mi alma se conect con la historia de No pas nada. Mi editor me haba sugerido que escribiera una ficcin sobre el exilio, un motivo que tocaba a tantos pueblos con sus emigrantes, y que afliga tambin a tantos pases que deban recibirlos sin conocer su mentalidad, cultura, tradiciones ni aspiraciones. Dos puntos me apartaban hasta entonces de acometer la empresa. Uno era que ya tena el concepto para escribir El cartero de Neruda, historia a la cual le faltaban unos pocos gramos de concentracin para hacer su escritura inaplazable. Otro era la impresin ms bien melanclica que me causaba el exilio de mis compatriotas y el mo propio. No quera escribir en ese momento algo que me sometiera a una doble derrota, la ausencia de mi pas y la eventualidad de que mi prosa se impregnara de desesperanza. Pero la visita de ese chico con su texto repetitivo, rtmico, obsesivo y definitivo me inspir algo urgente.Haba que contar la experiencia del exilio no desde las vctimas directas, es decir los padres conscientes e ideologizados, sino desde los hijos, quienes dentro de la familia estaban en los valores del terruo, pero que en el aura de las calles extranjeras tenan que acomodarse a la ley de la sobrevivencia. Ni la nostalgia, ni el recuerdo, ni la improbable alborada que prometan las canciones protesta para cuando cayera el dictador servan de salvoconducto en esos laberintos llenos de ansias.Desde ese da, cada vez que visitaba a mis amigos incursionaba un poco en las vidas de sus herederos. Les hurgueteaba sus discos, libros y revistas, alababa sus afiches deportivos y cinematogrficos en la pared, permita que sus compaeras del liceo corrigieran mi chirriante pronunciacin del alemn, y no perd ocasin de provocarlos para que me hablaran sobre sus conflictos con los viejos, sus dilemas con la calle y la escuela y el color de su cabello y el tinte de su piel, y sobre todo acerca de cmo arreglaban cuentas con su pas natal, que cada da se alejaba ms y que pareca aglutinarse slo en cuatro o cinco iconos: el palacio presidencial en llamas bombardeado por los golpistas, una foto de Allende, los discos de Quilapayn, la bandera tricolor con la estrella solitaria, el compaero llegado del interior a quien haba que prestarle la cama por algunos das.A las pocas semanas ya tena mi veredicto: nuestros muchachos navegaban fluidamente en un doble cdigo: aceptaban los retos del nuevo ambiente y al mismo tiempo no se desafiliaban del universo de sus padres.En el primer tema, los inspiraban las ganas, el frenes de la edad, el ritmo de la msica y las sstoles y distoles de sus corazones que no queran fronteras. Pero frente a sus progenitores saban ejercer la ternura. A veces, con su habilidad para el idioma, eran sus traductores, en litigios y discursos. Decan venceremos, a pesar de las dudas en sus corazones. Coman empanadas y pasteles de choclo, y aceptaban que nuestra cordillera fuera la ms imponente, nuestros vinos los ms turbulentos, nuestras ideas polticas las ms justas, nuestros mrtires los ms inolvidables.Pero al momento de vivir, me ensearon algo que un da bautic como irona democrtica. Es decir, estaban dispuestos a burlarse de todas las necedades del mundo, pero en primer lugar de ellos mismos. Conoc a muchos amigos del poeta reiterativo, los entrevist grabadora en mano, habl con sus novias, fui a sus partidos de ftbol en los pastos del Tiergarten, me olvid de mi rol de observador y entr una vez a la cancha para reclamar un penal contra mi hijo que yaca demolido en el rea chica por un panzer de ojos verdes y hombros de rugbista. A veces los vi llorar sobre las faldas de sus madres, y otras veces estuve cuando ellos las consolaban con mimos, canciones, promesas o mentiras piadosas.Hasta que un da de otoo dej de lado todos mis apuntes, mis casetes y mi silencio, y dej que Nopasnada contara su historia con pelos y seales.

Antonio Skrmeta

El 11 de septiembre hubo un golpe militar en Chile, y asesinaron al presidente Allende, y muri mucha gente, y los aviones le tiraron bombas al palacio presidencial, y en la casa tenemos una foto grande en colores donde est el palacio lleno de llamas.El 13 de septiembre era mi cumpleaos y mi papi me regal una guitarra. Yo entonces quera ser cantante. Me gustaban los programas musicales de la televisin y me haba dejado el pelo largo y con los amigos del barrio cantbamos en la esquina y queramos formar un conjunto para tocar en las fiestas de los liceos.Pero nunca pude tocar la guitarra, porque el da de mi cumpleaos nos cambiamos a la casa de mi ta que estaba enferma y a mi pap supimos que lo andaban buscando para llevrselo preso. Mi pap le escribi despus a mi ta y le dijo que vendiera no ms la guitarra, porque a mi ta la echaron de su trabajo en el hospital. All en Chile despidieron a mucha gente de sus trabajos y las cosas ahora estn muy caras.A m ya no me importa que hayan vendido la guitarra y que nunca pude tocarla, porque ya no quiero ser ms cantante.Ahora quiero ser escritor. En el colegio el profesor me dice que tengo pasta, pese a que no puedo escribir bien el alemn. Claro que yo pienso que eso tiene remedio, porque cuando llegamos con mi papi, mi mam y mi hermano chico, ninguno saba hablar el alemn.No es que ahora yo me crea Goethe, pero de defenderme, me defiendo. Adems tengo una amiga alemana. Con la Edith nos vemos todos los das desde hace tres meses. Estamos en el mismo colegio, y despus de clases yo voy a visitarla, y lo que ms me gusta es cuando nos quedamos solos en la casa, en que nos ponemos colorados de tanto abrazarnos y besarnos.Yo los sbados voy a ver jugar al Hertha al Olympia Stadion y no estoy muy conforme con la campaa del equipo. Mi jugador predilecto era Kosteddes. Lstima que el Hertha lo vendiera. Yo encuentro que juega con mucha picarda, y me acuerdo mucho vindolo en accin de un chileno que se llama Caszelly, que jugaba all por el Colo-Colo, que era de la Unidad Popular, y que ahora triunfa en Espaa. Adems me interesa cmo juega Kliemann en la defensa, que tambin se parece a otro jugador chileno, el Elas Figueroa, alias el Impasable.Me gusta mucho cuando el Hertha gana, y me da pena cuando pierde, pero no soy de los fanticos que van al estadio con bandera y trompetas, y que se colocan la camiseta del Hertha. En mi familia todos somos del Hertha. Mi papi est convencido que un gobierno como el de la junta militar chilena tiene que caer muy luego, porque nadie en el mundo los quiere y la gente all sufre mucho.En el colegio antes ninguno de mi clase saba dnde quedaba Chile. Yo despus se lo mostr en el mapa. Muchos se rean porque no podan creer que hubiera un pas tan flaco. Y en realidad en el mapa se ve como un tallarn. Me preguntaban que cunta gente caba all dentro. Cuando yo les dije que caban como diez millones, creyeron que les estaba tomando el pelo.Yo les dije que el Estadio Nacional de Chile era ms grande que el Olympia Stadion de aqu y que all se haba jugado el mundial del 62, cuando gan Brasil, segundo Checoslovaquia y tercero Chile. Ellos no saben que en ese Estadio despus los militares metieron mucha gente presa, y all mataron a mi to Rafael que era profesor y el mejor amigo de mi papi.Yo nunca ando contando estas cosas porque no me gusta que la gente se ponga triste. Ahora Brasil ya no es el mejor equipo del mundo, sino Argentina. Yo les mando postales a mis amigos de all con las fotos de Maier y Beckenbauer.Al comienzo no nos acostumbrbamos para nada. Mi pap y mi mami no tenan trabajo, mi hermano chico se enferm con mucha fiebre por el cambio de clima y vivamos en una pieza los cuatro, en el departamento de un amigo alemn que haba estado en Chile. Mi mami era la que ms sufra porque all tenamos una casita con patio en Nuoa con hartas piezas, y cada uno tena lugar para hacer lo que quera.A m el que ms me molesta es mi hermano chico que entiende poco alemn, y cada vez que vemos la televisin me pregunta a cada rato qu est pasando, y yo me pongo a traducirle, y entonces no oigo yo a los actores y mi hermano me sigue jodiendo con que le explique, hasta que tengo que pegarle un coscorrn, y se pone a llorar, y mi mam me pega un coscorrn a m, y se pone de mal humor y reta a mi pap, y el viejo estaba cansado porque vena de buscar trabajo, y mi mam sala con que no poda seguir as, que ella se iba a Chile, que no tena nada que hacer aqu, y mi pap se iba a acostar sin comer.Aqu en invierno oscurece muy temprano. Cuando salimos de la escuela con Edith en diciembre ya casi no hay luz. A nosotros nos conviene bastante eso. Siempre sabemos dnde hay algunos lugares ms o menos oscuros para meternos un ratito. En Chile la noche es corta, hay ms pjaros que en Berln, una cordillera muy linda que siempre tiene nieve en la punta, hay muchos insectos, perros sueltos, y moscas. Aqu en Alemania se ven muy pocas moscas. La gente es muy higinica.Yo fui el primero en aprender alemn de mi familia, y cada vez que sonaba el telfono, mi pap me iba a buscar para que yo atendiera. A veces cuando yo no estaba en la casa, el papi y la mami dejaban que el telfono sonara no ms porque les daba vergenza levantarlo. Y cuando yo llegaba a la casa me retaban porque no haba estado cuando son el telfono.Ahora dejamos que suene todo el tiempo que quiera, pero los primeros meses dependa del telfono que comiramos. Resulta que el papi y la mami se haban conseguido un trabajo enseando espaol, clases particulares. Como los dos son profesores, no les cuesta nada ensear. Yo les anotaba en la libreta la direccin de los alumnos, y escriba, el da en que queran clases.En el colegio al comienzo no tuve amigos. En los recreos me juntaba con mi hermano chico y nos dedicbamos a comer el sndwich y a tomar el sol contra la pared. Eso es otra cosa que soy: el mejor tomador de sol del mundo. Tal vez porque paso resfriado y muerto de fro. En Chile me decan el lagarto. Yo y el sol, ntimos.Aqu en la escuela no dan nada de leche en el recreo, porque los nios se alimentan bien en la casa. All en Chile haba muchos nios que se moran de hambre y cuando vino Allende orden que a todos los nios de Chile se les diera medio litro de leche por da y eso fue muy bueno porque dejaron de morirse. Aqu los nios no saben lo que es un pas pobre pobre. No han visto nunca una casa hecha con cartn y latas. A m no me creen que se venan abajo cuando haba viento fuerte o lluvia. Adems all en Chile hay muchos terremotos. Aqu no se conocen los terremotos. Un da fuimos con el Henning, el Karl y el Peter a la Kudamm a ver la pelcula Terremoto, y cuando el teatro comenz a moverse los tres se largaron a rer, pero a m me dio mucha pena porque me acorde de Chile. Cuando le cont a mi pap que me haba dado pena, me peg un coscacho. Me dijo que si estaba tonto de andar echando de menos los terremotos, que lo nico bueno que tena estar lejos de Chile era no sufrir los terremotos y que ahora yo vena y le sala con esa estupidez.Mi papi y mi mami creen que yo estoy tonto porque ando enamorado. Y a lo mejor tienen razn, porque me paso horas tendido contra las murallas tomando el sol y pensando en la Edith. Pienso cosas que me gustara decirle cuando la vuelva a ver otra vez, que me salgan bien en alemn. Me fijo bien cmo se dicen, en el diccionario. Hay que aprender a decirle cosas lindas a la Edith en alemn, porque es muy linda, y si me quedo callado, seguro que puede quitrmela algn otro.Aqu a los cabros ms grandes les gusta mucho eso de quitarnos las novias a los de ms abajo. Van a fiestas con ellas y les conversan cosas de grandes y las tontas se sienten actrices de cine con ellos. Yo me fijo mucho en lo que hacen los grandotes del Gymnasium cuando hablan con 1as chiquillas.Por ejemplo, me di cuenta de que les conversan tiesos como postes. En cambio cuando nosotros les hablamos, parece que nos picara el cuerpo de tanto que nos rascamos y nos movemos. ltimamente he estado estudiando mucho a los actores de cine, que por eso son actores de cine. Yo no me encuentro ni feo, ni buenmozo. La Edith me halla ms o menos, y yo estoy de acuerdo: tambin me hallo ms o menos. Un tipo que siempre le va muy bien en el cine es Robert Mitchum, y no me van a decir que es buenmozo.Yo opino que tienen razn los filsofos que dicen que el amor no slo es asunto del fsico. All en Chile haba un compaero que se llamaba el Guatn Osorio, que no es que fuera un poco gordito. Era gordo gordo. Lo que se llama gordo. Tena una novia que se llamaba la Mara, que es la mujer ms rica que conoc en mis catorce aos, incluidas las que he visto en el cine, el teatro y la televisin. Le pregunt al papi qu haba sido del Gordo y el papi sigui leyendo el peridico con el diccionario y me dijo que estaba en la Resistencia. sa fue una muy buena noticia, porque yo soy admirador del Gordo. Juan Carlos Osorio se llama.Digo que me fue bien con el papi, porque siempre que le pregunto por algn to me dice que est preso, o que est muerto, o que est en Canad, en Rumania, en frica, qu s yo. Yo le pregunt al papi que cmo un gallo como el Osorio poda estar en la clandestinidad, que con slo verlo uno se daba cuenta que era el Osorio. No hay modo de fondear bien a un Gordo. El papi para variar me dijo que me iba a sacar la chucha por andar preguntando huevadas. Como se habrn dado cuenta mi papito colabora con cario y entusiasmo a la educacin de sus hijos.Lo que pasa con el papi es que todo el da hace clases de espaol y claro, aprende poco alemn, y cada vez que pasan una noticia de Latinoamrica en la televisin me pega el grito para que venga a traducirle. De Chile llegan puras malas noticias, y el papi se ve todos los noticiarios de la televisin. Se traga cuanto Heute y Taggeschau hay. El viejo no se da cuenta que el da que caiga Pinochet va a ser feriado nacional en todo el mundo, se van a embanderar las calles, y los pjaros se van a largar a volar como locos. Yo creo que, salvo la familia del general Pinochet, nadie ms se va a entristecer cuando caiga. Y cuando vaya a la crcel, creo difcil que le lleguen visitas. Muy difcil que alguien lo vaya a ver a la crcel. Ni las monjitas, yo creo.Yo al comienzo me sent ms tirado que pucho en Berln. Para ms remate a mi hermano y a m nos metieron de cabeza en la Escuela del barrio. Cuando nos decan Guten Morgen creamos que nos estaban sacando la madre. Los cabros eran buena gente y se nos acercaban a preguntarnos cosas, pero lo nico que podamos hacer nosotros era sonrernos como pavos.Comenc a aprender alemn jugando ftbol en los recreos. Me ponan de back centro y all met tanto fierro que aprend distintas palabritas: desgraciado, cabrn, pata de mulo. Yo me abra de brazos y miraba al delantero cado y deca: No pas nada.Siempre deca eso. Entonces me pusieron de sobrenombre Nopasnada. Todava cuando algunos me ven, levantan las manos as y me dicen: Hola, Nopasnada.Si ustedes creen que esos das lo pas bien, se equivocan. Lo pas mal, psimo. Cuando llegaba a la casa, era fijo que la mam estaba llorando. Y no era porque estuviese cocinando cebolla. Llegaban unas cartas de Chile que eran como para desaguar todo el estanque. Yo prefera, eso s, que la mami llorara, porque, lo que es mi papi, no lloraba nada, pero agarraba a patadas los muebles, y cuando nosotros estbamos a mano, nos tiraba su coscorrn perdido. Siempre discuten con la mami. Ella dice que quiere volver a Chile, que hay que estar all pelando el ajo con los compaeros. Pero la mami luego se da cuenta de que anda muy sentimental. Lo que es cierto es que no hay carta desde all donde no falte un nuevo compaero muerto o preso. Yo agarr la costumbre, los sbados en la maana, de abrir el buzn, y si hay cartas, no las entrego hasta el lunes. As por lo menos el papi y la mami no se amargan el fin de semana. El da que el papi sepa, seguro que me va a poner knockout. As que al comienzo, lo pasaba psimo.Mis primeros amigos fueron los griegos. Tambin eran dos y tenan nuestra misma edad. Claro que se llamaban raro. El mayor se llamaba Homero y el chico, Scrates. Homero y Scrates Kumides. Hablaban bien el alemn porque llevaban ms de cinco aos. Me conocieron un da en que tomaba el sol contra la muralla del colegio, sacndole punta a un lpiz. Me dijeron en espaol: Cmo ests, compaero? Eso fue lo nico que saban decir en espaol, pero palabra que hasta que volvieron hace poquito a Grecia, fueron muy buenos conmigo. Cuando el Homero se me acerc ese da, dijo levantando un dedo de la izquierda: Pinochet, y con un dedo de la derecha: Ioannides. Y despus se pas la mano por la garganta, como rebanndola, y dijo: Irgandwann, zusammen, kapput. Venceremos, dije yo. El Homero y el Scrates Kumides fueron mis primeros mejores amigos. Me llevaron a su casa, me ensearon a tomar vino, a bailar como Zorba y, lo ms fundamental, a hablar el alemn.Un da estbamos en la casa del seor Kumides, y el viejo nos dijo que nos vistiramos porque bamos a ir al teatro. Y fuimos. Pero claro que no era nada el teatro, sino una sala parecida a un teatro en la Universidad Tcnica. Haba mucha gente juntando plata con alcancas y el Homero me dijo que todo el dinero era para ayudar a la gente que estaba en Grecia. Entre los dos juntamos un marco y lo echamos en la alcanca. Entonces vino un cantante y comenz a cantar acompaado de un conjunto con instrumentos que yo no conozco, aunque haba uno chiquito parecido al charango.Nosotros tenemos tambin muy buenos conjuntos. No s si ustedes conocern al Quilapayn, a Inti-Illimani y a Liberacin Americana. Pero la diferencia con los griegos es que cuando el cantante comenz, todo el pblico se puso de pie con un puo en alto y cantaron con el conjunto hasta que la funcin termin. Adems estuvieron llorando todo el tiempo. Tambin el Homero estaba llorando.Cuando salimos, el viejo Kumides, que mide yo creo como dos metros, me levant y me apret bien fuerte y me dijo: Venceremos. Yo creo que si no me hubiera hecho tan amigo de la Edith, me habra ido a Grecia con el Homero y el Scrates.Otra vez que me estaba yendo tempranito al colegio, me encontr a mi pap en la cocina oyendo las noticias de la radio a todo volumen. Me mand callar con un dedo en la boca, y yo me hice un pan con mantequilla, y me qued con l oyendo las noticias. Cuando termin el programa, mi papi casi no poda respirar. Qu entendiste?, me dijo. Que cag Ioannides, le dije. Te lavaste bien las orejas en el bao? S, papi, le dije. Y qu fue lo que entendiste en la radio? Lo que te dije, papi. Que cagaron los fascistas en Grecia!Mi papi movi despacito la cabeza, y se tom muy lento, pero hasta el ltimo concho, la taza de caf. Yo no me mov de ah. Mi viejo estaba totalmente volado. Pens que iba a morirse de repente. Como a los cinco minutos, levant la mirada de la taza y me dijo: Qu est haciendo, ah parado? Venga ac a regalonear con su papi. Ah fui yo el que casi me muero. Me acerqu, y el papi me apret la cabeza, y me chascone entero, y me tuvo un buen rato apretado contra su corazn. Despus me dijo: Ya, vyase al colegio a ver a sus amigos. Se queda hueveando en la cocina, y va a llegar tarde a clases.Me fui corriendo arriba de mis zapatillas Addidas Olympia, de las mismas que usa Beckenbauer. Llegu justo a tiempo, pero el Homero no estaba en el curs. Le dije a la Edith que haba cado Ioannides, y ella abri muy grandes los ojos, se meti las uas en la boca, y me gust mucho cmo el sol se le vea en su pelo todo enrulado a la hippie. Yo a la Edith le digo Ricitos.Tampoco estaba Scrates en el recreo, y durante la hora de Matemticas no me pude concentrar, y antes de las 11 me acerqu a la profesora y le dije que me dola mucho el estmago y que me iba para la casa. A las 11.05 estaba en el departamento de los Kumides en Wiclef Strasse, y lo primero que vi, aparte de que la puerta estaba totalmente abierta, era que el living se haba vaciado y que haba dos tipos que no conoca durmiendo en el suelo.Me met por el pasillo hasta la pieza y golpe despacio. Entre. Era la voz del seor Kumides. Tiene una voz ronca y grande, muy parecida a sus bigotes. Mi papi tambin tiene unos tremendos bigotes, pero no esa voz tan ronca. Me he fijado que aqu los alemanes no usan mucho el bigote. Entonces, estaba el viejo Kumides total y absolutamente en pelotas en la cama. Y a su lado derecho estaba durmiendo el Homero, totalmente en pelotas, y al lado izquierdo el Scrates, totalmente en pelotas para variar. Y al fondo de la pieza, arreglndose los ojos frente al espejo estaba la seora Kumides con una bata de esas de playa, pero tambin para variar se vea que debajo de la bata estaba tambin en pelotas.La seora Kumides tiene la nariz un poco grande, pero mira fijo a los ojos cuando uno le habla, como si uno siempre fuera el gallo ms inteligente de Berln. No es porque sea la mam del Homero y del Scrates, pero yo soy un hincha fantico de la seora Kumides.De repente vi que estaban las paredes vacas, y cuando mir al suelo vi las valijas llenas. Sum todo eso y saqu mis cuentas. El matrimonio Kumides rapidito cach que yo haba entendido. Cuando el seor Kumides se pone dulce, le viene de adentro una mirada medio de perro grande. Me miraban los dos como si fueran una pareja de novios secutados en una roca contra el mar y yo fuera el mismsimo potico horizonte.Supiste? me dijo, despacio y ronco, como para no despertar a los hijos.Asent con la cabeza, apret muy firme los dientes, y con ms fuerza an, apret el puo izquierdo, y cuando lo levant, lo hice vibrar como si martillara el cielo. l alz el puo, pero no lo hizo vibrar, aunque se le abult el cuello y se le form una especie de puchero debajo del bigote. Yo creo que si alguien entra y nos ve ah a los dos con los puos en alto, y a la seora en bata, y al Homero y el Socra roncando, nos lleva expreso al manicomio.Esa noche el seor Kumides invit a mi viejo y a mi mami para que comiramos juntos. Mis viejos vinieron porque nos faltan muchas cosas en la casa y los Kumides dijeron que podan llevarse lo que quisieran, aunque lo que tenan era poco. Y no decan ninguna mentira. Pero haba lindas cosas en la pared que haba tejido la seora Kumides, y el Homero me regal su chaqueta gruesa forrada en chiporro. El Homero me dijo que en Grecia no se necesitaba ropa de invierno.Me la entreg al da siguiente en el aeropuerto, justo cuando estaban llamando para subir. Yo me desped de las profesoras a nombre del Homero y les dije un lindo discurso.Recin este mes, la mami est tratando de conseguirme otra chaqueta porque pegu un estirn. Y supongo que el Homero debe estar ms alto que yo, por la foto que me mand de Atenas. Estoy muy invitado para el prximo verano a Grecia, y creo que voy a ir, porque en confianza, les contar que estoy trabajando. Despus de clase voy dos horas al Albrecht del barrio y ordeno las cajas de cartn, y barro todas las porqueras que quedan tiradas.Por supuesto que no estoy convertido en Rockefeller, porque le paso algo de plata a mis viejos y a mi hermano chico que se devora tres revistas de historietas por da, y porque llevo a la Edith al cine y a los bailoteos. Con todo, ya ahorr trescientos marcos, y de aqu a junio voy a tener dems para tomar el avin ida y vuelta a Grecia. Dicen que el Retsina de all es mejor que el que venden en el barrio.Ahora me ven como me ven y no pasa nada. Es que les cuento todo revuelto y a saltos. Pero hubo un tiempo en que yo fui el nio ms triste de Berln. Me da vergenza contar esto que viene. No me gusta decir de m mismo que era un nio, porque mi papi nos dijo que desde ahora en adelante se haba acabado la niez para nosotros.Que las cosas iban a ser muy duras, y que tenamos que portarnos desde ya como hombres. Que no anduviramos pidiendo cosas porque no nos alcanzaba para comer. Que los alemanes tenan una solidaridad ms grande que un buque, pero que nosotros debamos rascarnos con nuestras propias uas. Que la plata que juntaban los alemanes tena que ir para los compaeros que estaban dentro de Chile. Que cada peso que gastaban en nosotros aqu, era un da ms que duraba all el fascismo. Dijo mi pap que esperaba que furamos hombrecitos y que no nos metiramos en los. Que aqu estbamos como asilados polticos, y que en cuanto nos enredramos en un lo nos echaran. Mi papi es especialista en echar este tipo de discursos. Durante una semana anduvimos, en punta de pie. Subamos los cinco pisos hasta el departamento como fantasmas para que las viejas no reclamasen. Y durante seis meses no le vimos ni el pellejo a la carne, a no ser por alguna salchicha despistada.Adems era invierno. Yo recorra todo Tiergarten buscando un poquito de sol. El sol en Berln es lo nico barato, pero escasea mucho. Despus aprend como tres palabras en alemn, y atravesaba Tiergarten, me meta por debajo del S Bahn Bellevue, y agarraba hacia Zoo, y despus me caminaba entera la Kudamm. Todo esto sin un peso, los bolsillos planchados como camisa de milico. Si me hubieran agarrado y sacudido, jams hubiera sonado ni una monedita. Ahora que lo pienso bien, yo creo que no era el nio ms triste de Berln, sino de Europa, porque estar triste en Berln no se lo recomiendo a nadie. Y estar triste y sin un pfenning, es para ponerse a llorar a gritos.Cuando haca mucho fro me meta al sexto piso del KaDeW y all no lo pasaba mal. Siempre hay seoritas que ofrecen cosas de propaganda en la seccin comestibles, y yo agarraba de esto y lo otro. Un pedazo de queso, despus una galleta, despus un chocolate, un vasito de vino, un camarn cocido. Si uno haca la vuelta completa, podra darse por almorzado. Yo de hambre no me mora. Ahora el papi y la mami trabajan, y hasta nos alcanza para su kilo de Hackepeter de vez en cuando, pero en esos primeros meses yo era el nico que no estaba plido. Un da en que en la casa se estaban quejando del hambre, del fro, de la pena, de los fascistas, les dije al papi y a la mami que por qu no bamos todos juntos al sexto piso del KaDeWe y nos hacamos el almuerzo. El papi entonces me tir un manotazo por estar hablando puras huevadas, pero otro da que andbamos por el centro en un trmite del exilio, el certificado mdico de la Nrnbergerstrasse, el papi dijo que ya se cortaba de hambre porque le haban sacado sangre para el examen, y que cmo era eso del KaDeWe, y ya que estbamos ah, fuimos.Ese da lo pas muy bien con el papi. Estuvimos como una hora comiendo, y sobre todo, el papi tomando. Se tom tres clases de vino de la Alsacia, y sali silbando tangos. Me dijo que yo era un tipo muy inteligente, pero que no me metiera nunca en los. Me dijo que tuviera cuidado con dos cositas: con el robo y la marihuana. Aqu a la gente le gustan mucho esos deportes. El papi me cont que cualquiera de esas dos huevadas bastaba para que nos echaran del pas. Iba muy contento, pero tambin estando contento echaba discursitos. Yo creo que tarde o temprano mi viejo va a ser senador.Lo que el viejo nunca me dijo es que podan pasar cosas peores. Y esa cosa peor, me pas a m. Yo fui el tipo ms quemado de Berln.Resulta que yo me dedicaba mucho a la tienda esa de revistas de Joachimstaler. Es un negocio muy lindo con diarios extranjeros y revistas de historietas y deportes. Yo me pasaba horas mirando las historietas, sobre todo cuando era el famoso invierno ese. Adentro se estaba calentito y no era que yo leyese las revistas, pero me entretena mucho mirando los monos. Al fondo estaban las cuestiones pornogrficas que le llaman. A veces me meta ah, pero los vendedores me echaban.Adems yo necesitaba dejarme de mirar fotos de mujeres y hacer lo posible por debutar, porque ya me haba salido pelito, y soaba con tener luego un bigote como el de mi viejo o el seor Kumides. Yo soaba mucho con mujeres, me pona a imaginar que les deca cosas, y que ellas se rean con mis palabras. Me imaginaba unos dilogos en alemn que me los aprenda de la historieta Junge Liebe.Dej de ir a mirar las revistas, cuando me convert en un fantico de la radio porttil. Era una chiquita, japonesa, que el viejo trajo a la casa para or las noticias. Tena esa cosa para meterse en el odo, y pronto me supe las melodas de todos los Schlager de la semana. Paseaba por Kudamm con el cable en la oreja, y cuando agarraba una palabra, abra el diccionario, y la iba repitiendo hasta aprenderla. Al mes saba las obras completas de la estupidez humana.Recin ahora me doy cuenta que uno no necesita saber cantar tonteras para conseguirse una amiguita. Yo creo que haba sacado esa idea de las revistas donde siempre los cantantes populares aparecan fotografiados con chicas lindas. Despus aprend que ni siquiera palabras se necesitan. Como sea, yo era el tipo que saba ms canciones que nadie en Berln.Me imaginaba que haba un concurso en la televisin y que me tocaban los primeros compases de cualquier meloda y que yo deca de inmediato el nombre, y ganaba cualquier cantidad de marcos y en el colegio todos me admiraban. Si ustedes me hubieran visto con el bolsn a la espalda, la radio en la oreja, el diccionario y el cuaderno, me hubieran dado la medalla del tipo ms huevn en la tierra.Claro que todo tiene su lado bueno. Andaba siempre con tantas ganas de or los Schlager, que comenc a meterme a la casa de discos Elektrola Musikhaus en la Kudamm, antes de llegar a Uhland. Sealaba con el dedo las cartulas y peda que me los pusieran en el tocadiscos. Todo esto no tiene la menor importancia. Lo cuento nada ms porque as conoc a Sophie.Ahora que estoy enredado con Ricitos puedo darme cuenta que nunca me enamor de Sophie. Ella tendra como cinco aos ms que yo, y no era precisamente la Reina de Belleza de Charlottenburg, pero fue la primera mujer con la que pasaba algo. Desde el primer momento, supe que algo tendra que pasar con ella. Sophie tena la profesin ms excitante de la ciudad. Atender a todos los tarados que no tenan nada que hacer, como yo, y se metan a Elektrola Musikhaus, a tragar kilmetros de la seorita Leandros, de la seorita Mathieu, y del notable intelectual Udo Jrgens.Era mayor que yo, pero sera de mi mismo tamao. Y tena una cara chiquita, as como de conejo, y unos ojos inmensos que se los aleteaba a cada rato con esas pestaas falsas cargadas de su buena libra de petrleo. Las pestaas de Sophie eran la falsedad absoluta, pero no la mirada. Era la vendedora ms convincente que he conocido, incluyendo a los que venden Die Warbeit en Turm Strasse, los sbados a la salida del Hertie.Primero que nada, uno le peda, pongmosle, Ein neuer Morgen por el filsofo Udo Jrgens. Ella sonrea y se le pona como un lago azulito en el fondo de la mirada. Entonces deca esta frase histrica: Es mi disco predilecto. Lo cual pasaba exactamente con todos los discos.A m eso no me importaba, porque jams le compr ningn disco. Y estuve bien, porque creo que le empez a gustar que yo pasara invicto todos los das de la semana por el mesn con audfonos. Despus pona la aguja sobre el tema y juntaba las palmas de las manos hasta que comenzaba a sonar.Y cuando llegaba este momento crucial en la historia de su vida, comenzaba a acompaar bajito la letra del intrprete, mirndolo a uno, como si le estuviera cantando a uno mismo la cancin. Yo crea que estaba perdidamente enamorado de Sophie, y cuando atenda a otros tipos le miraba bien el pecho y soaba con mordrselo. Se saba las letras de todas las canciones del mundo. Yo creo que Dios le haba encontrado ese trabajo a la Sophie Braun. Era un perfecto Wurlitzer.No fui nunca ms a la tienda de revistas, por razones que todos sabrn comprender. Ahora me devanaba los sesos tratando de ver cmo plantearle mis otros intereses, aparte de la msica. Finalmente durante una clase de historia, tuve una iluminacin.Al da siguiente llegu a Elektrola Musikhaus y me sent en la punta ms lejana del mesn, con el lomo agachado por el peso de mi bolsn colegial en la espalda. Apoy la barbilla en el mesn y esper que viniera a atenderme.Y vino con todo, con su mirada honda y sus pechitos, y ese pelo corto que le apretaba la cara regalona. Qu quieres or?, me pregunt. Y ah fue cuando yo hice un supremo esfuerzo y la mir al fondo de su lago donde saltaban gaviotas, pescados, y muslos aleteando, y no le dije absolutamente nada pero no la dej ni respirar con mi mirada encima. Ella lade un poco el cuello, y me levant las cejas. Qu quieres escuchar?Ahora o nunca, valientes de la patria, le dije a mi corazn. Y a ella: No quiero or ningn disco. Quiero que t me cantes algo. Y no s de dnde saqu mi mano y le ech un zarpazo sobre la suya. Yo sospechaba que en ese mismo momento la tierra se abrira y me tragara para siempre y vendran mis papis a poner una crucecita en la tienda de discos. Le apret ms fuerte la mano para que no se diera cuenta que temblaba.Hasta el momento yo haba visto cosas rojas: las rosas, la sangre y los tomates. Bueno, olvdense de todo esto e imagnense la cara de Sophie Braun. En ese instante sent que haba roto la barrera. Que la Sophie sera mi novia. Se qued ardiendo ah como Juana de Arco, y mientras ella ms enrojeca, yo ms tranquilo me iba poniendo. Me sent la estrella mxima del cine. Entonces la tirone suavemente de la manita, y le di un beso corto en la boca. Se acuerdan del incendio que dur cinco das en los bosques de Hannover? Olvdense de eso. Me puso las manos en las mejillas, y me empuj la cara, pero no como empujndola, sino como si me hiciera un cario. Tonto, me dijo. Y se puso a limpiar el mesn con un trapo de fieltro No s para qu limpiaba tanto el mesn si estaba impecable.Bueno, total que me fue psimo en Berln. Nunca rob un chicle, jams prob un rollito de marihuana, pero me met en el lo ms grande de la historia de Alemania, y todo por culpa de la Sophie. Por ese tiempo yo conoc a los Kumides, y un da en confianza les habl de la Sophie, y cont lo mismo que les dije a ustedes con las mismas palabras. Yo saba que el Homero haba debutado, y le plant que yo quera salir de perdedores, pero no le hallaba el cuesco a la breva. Yo creo que todos los griegos son tremendos filsofos, porque el Homero estuvo todo un da pensando en la tctica mientras fumbamos tirados en la cama del seor Kamides. Cada cierto tiempo pensaba en voz alta y me ense un modo de hablar griego que le llamaba la Lgica, Me puso el siguiente ejemplo: Todos los hombres son mortales. Scrates es hombre. Luego Scrates es mortal. l siempre hablaba as en tres frases. Entre pucho y pucho deca, por ejemplo: Todas las mujeres necesitan amor. Sophie es mujer. Luego Sophie necesita amor. Y: Todos los hombres necesitan amor. T eres un hombre. T necesitas amor. Y as segua cada vez ms rpido, y cada vez que deca algo, me preguntaba: Correcto? Y yo, claro, no le encontraba ninguna falla. Si Homero se preocupa de estudiar harto, puede llegar a ser un gran filsofo.Era un filsofo optimista. Deca: Todos los hombres y mujeres necesitan amor. Sophie y t son hombre y mujer. Luego t y Sophie necesitan amarse. Siempre impecable Homero. Me dejaba convencido. Yo jams le discut ni una coma.Una noche la Sophie me acompa a la casa de Urs, porque se cumpla un ao del golpe militar en Chile y andbamos todos como locos pintando carteles para una marcha que se iba a hacer en Savigny Platz. A m me pusieron en un equipo de pintores, porque los papis se preocupaban de la organizacin de otros actos y las viejas hacen artesanas chilenas y las venden donde pueden. En septiembre lo menos que se saca son treinta mil marcos. Yo no soy Picasso precisamente, pero con la ayuda de la Sophie nos quedamos pintarrajeando carteles hasta las dos de la maana.Era igualito que estar en la casa del papi en Santiago cuando bamos a los actos de Allende y desfilaban hasta las guaguas. Cuando nos quisimos ir a la casa, el U Bahn lo haban cerrado hasta con cadenas. Empezamos a caminar fumando y mascando pastilla, y yo le tena el brazo en la cintura a la Sophie, y jugueteaba con estos deditos que Dios me ha dado a trepar como quien no quiere la cosa. La Sophie es del mismo porte, y as caminando por la calle de noche nos encajbamos perfectamente.En verdad, yo me veo grande para mi edad, pese a que la mami me dice que me voy a quedar chico porque paso con el pucho en la boca. Con tal que andaramos ya a una cuadra de la casa de la Sophie, cuando me saqu el gordo del Lotto-Toto del que les habl antes. En la puerta de uno de esos Spielhalle haba una patota de pendejos como yo agarrndose a manotazos y chupando latas de cerveza. Ah el que estaba menos volado pareca jote. Lo que pasa es que hay muchos por aqu que les gusta cantar como los pajaritos y entonces se fuman unos pitos de camo y se sienten Oh La Paloma Blanca de Nina and Mike sello Ariola. Se vea que eran lolos de mi misma edad y antes que pasara lo que pas, yo ya saba que algo iba a pasar.No es que yo sea Sherlock Holmes, pero en cuanto nos vieron tan amarraditos los dos comenzaron a hacer laa-laa-la-l, es decir la marcha nupcial. Yo a veces tambin he hecho bromas cuando estoy con patotas, y s que lo mejor es pasar como Pedro por su casa. Adems los cariosos consejos del papi lo influyen a uno, as que la apret un poquito ms fuerte a la Sophie y tratamos de pasar como si apenas hubiramos odo maullar un gato. Claro que no pudimos porque se nos acercaron los cuatro y me metieron un tarro de cerveza en la boca y un poco me empujaban y otro poco le acercaban las manos a la Sophie. Adems uno de ellos conoca a la Sophie, porque le dijo: Hola, Sophie.Ellos queran que tomramos de la lata de cerveza y gritaban a la salud de los novios. Tambin queran que la Sophie se metiera en la boca la lata. As que yo les dije que no gracias, que nos dejaran pasar que estbamos apurados. sa fue la peor idea que jams se me ocurri en Berln. Primero porque me notaron el acento. Y segundo, porque si estaba apurado a esa hora de la noche y acompaado de la Sophie era que yo quera irme a la cama con ella. Y entonces haba uno que despus se llama Hans que me mira a la Sophie y me pregunta qu tal es la Sophie en la cama. Y viene y le mete la mano as en palangana por debajo del abrigo.No s si yo les he dicho que soy una de las personas ms nerviosas de Berln. Yo creo que a m la sangre me la pusieron hervida, porque fue or eso, ver eso, y zuacate que saqu mi patada de back centro. Slo que en vez de pegarle a una pelota grande le di justo a dos chiquititas. All qued tendido el Hans y yo estaba como loco.Vamonos, me dijo la Sophie y me tironeaba del brazo, y el famoso Hans, que se va a llamar despus, estaba planchado en el suelo y se agarraba abajo con una mano y arriba con la otra y ni gritaba ni nada y como que no poda respirar parece. Los otros tres se quedaron parados, como cuando la defensa deja offside al delantero y esperan que el arbitro anule el gol. Estaban de pie, pero quietos como el que estaba en el suelo.Conclusin, que esa noche la Sophie no me dej venirme porque pensaba que me estaran esperando abajo. Ni siquiera prendimos las luces. A tientas caminamos hasta la ventana, corrimos un poco la cortina y miramos a la calle. All estaban los cuatro. Pera el que recibi mi patada segua igual, y los otros trataban de levantarlo, pero no haba caso.Senta que la Sophie respiraba muy fuerte a mi lado, y yo not que me chorreaba la transpiracin. Nos sentamos en un sof muy viejo que cruja por todos lados, y apenas nos dedicamos a respirar porque la Sophie tena miedo que despertara su mami. Nos quedamos cerca de una hora mirando la lucecita de la estufa de carbn. Despus yo le tom la mano, y nos apretamos los dedos y los soltamos y volvamos a apretarnos, y as estuvimos. Despus ella se puso a llorar bien lento y largo y a m no se me ocurri qu decirle. Eso es algo que siempre me pasa: cuando una persona se pone a llorar no se me ocurre ninguna cosa.Le pas la mano por el pelo y le pregunt por qu lloraba. Ella me dijo que tena miedo. Hablaba tan bajito que apenas la oa. Me asom otra vez a la calle y estaba todo vaco. Haca viento y se enredaba en las hojas de los rboles.Cuando llegu a la casa, la familia se haba reunido en una asamblea plenaria en la cocina. Me recibieron con honores, como quien dice. Para colmo era un da de esos, luminosos, y como nunca hemos tenido dinero para comprar cortinas, las cosas brillaban, y los vidrios parecan llamaradas.Mi hermano se haba achicado como un ratn y tena la nariz hundida en la leche. Dnde estuviste?, me chill el viejo. La mami miraba al suelo, agarrndose con los brazos la bata de levantarse. Yo jams voy a llegar a ningn lado porque me falta la inspiracin. Claro que a mi papi tambin. Seguro que creera que me vena chorreando una sfilis. Dnde estuviste, carajo? Levant la vista, y lo mir seguramente con la misma cara de degenerado que l esperaba.Pintando dije.Pintando, huevn?S, papi.Y qu estuviste pintando?Carteles para el once.Hasta las siete de la maana?S, papi.Y ah tuve la inspiracin maravillosa de mirarme las manos que parecan una acuarela. All estaban todas esas manchitas salvadoras. Las levant como el jovencito de la pelcula cuando lo apuntan los bandoleros. Con lo cachudo que es el papi, me dio miedo de que pensara que me las haba pintado de propsito.Est bien dijo. La prxima vez, avise.Me qued mirando con esa cara orgullosa que pone cuando algo le gusta, y el pecho se le infla como a un palomo. Claro que ahora tuve que bajar la vista junto con los brazos, porque me dio vergenza esa mentira. Sent que de repente podra entrar un piquete de policas a detenerme. Se me apareci, igual que si estuviera en el cine, la imagen del muchacho tendido en la acera con la mano hundida entre los muslos. El viejo se haba quedado con las ganas de pegarle a alguien, as que fue hacia mi hermano chico y le trabaj un coscorrn suave ah donde el pelo se le arremolina.Y usted, qu hace que no se ha ido al colegio? le grit.Mi hermano agarr el bolsn de arriba de la mesa y sali corriendo mientras masticaba un pan. Yo tambin me colgu la bolsa, fui hasta el lavaplatos y me moj un poco la frente y los ojos.No vas a tomar desayuno? dijo la mami.Yo ya estaba todo en onda de hroe de la patria, as que hacindome el ofendido, me pein enredndome los dedos en mi jopo, y sal sin mirarlos.No tengo hambre dije.En el recreo de las nueve y media anduve buscando por todo el patio un poquito de sol para echarme una siestecita, pero hasta el cielo estaba contra m, porque al poco rato comenz a llover finito.Me entr a la sala, y trat de dormir un poco con los brazos cruzados sobre el banco. Cuando ya haba agarrado un poco de vuelo son la campana para la clase de alemn. Yo pens que me dormira y que toda Alemania se iba a enterar de que me haba pasado la noche en pie como un caballo, y de que me iban a meter un termmetro y que me mandaran a la casa con una nota para el papi, que yo mismo tendra que traducrsela.Pero con todo, fue una de las mejores clases que recuerdo en mi vida, porque Herr Kolberger nos hizo discutir sobre una obra de Brecht que el curso haba visto la semana pasada en la Hansaplatz. Se llama La excepcin y la regla, y a m me parece formidable porque la obra prueba que los ricos se compran a los jueces y que los jueces no son nada imparciales. A m me interesa mucho esa obra, porque all en Chile siempre los jueces condenaban por cualquier cosita a la gente pobre, y en cambio, los ricos podan hasta matar y no les pasaba nada. All en Chile, los jueces son momios. Yo no s cmo sern en Alemania.En los ltimos minutos el profesor nos pidi que hiciramos un dibujo que ilustrara el significado de la obra. Yo pint a la diosa de la justicia con una bolsa de dinero, y Herr Kolberger me dijo que estaba bien. Sal contento del colegio porque siempre me gusta que me encuentren bien las cosas que hago. Tengo un amor propio del porte de un caballo.Me dur bien poco el alegrn. Cuando llegu a la disquera, la Sophie fue cuestin de verme y de largarse a llorar. Me dijo que el Hans estaba en el hospital. Por si tienen mala memoria, el Hans era ese que yo haba tendido anoche. Que el hermano grande andaba buscndome. Que quera saber mi direccin. Que donde me pillara, me iba a arreglar.Yo me qued mudo, qu iba a decirle. Haba recin salido el ltimo long-play con los Schlager y no sent ninguna gana de orlo. La Sophie me dijo que era mejor que me fuera. Yo trat de tomarle la mano, pero me la retir. Mientras atenda a otro cliente, hice como que revisaba el catlogo de casetes. Despus la Sophie se me acerc y me dijo que no nos viramos por un tiempo. Yo le pregunt si lo que quera decirme era que no quera verme nunca ms. Y ella me dijo como te parezca.Ni siquiera andaba con un cigarrito para pasar el mal rato. Pens que si me pona a fumar despacio, ella me agarrara la mano y volvera a ser mi novia. Pero as, sin cigarrillo ni nada, me sent totalmente en pelotas. Offside.Bueno, le dije, como t quieras.Sal de la disquera con las orejas hirviendo y las rodillas temblando. Baj a la estacin del U Bahn en Uhlandstrasse, y estuve como una hora en el andn viendo partir y llegar el tren corto de la lnea a Wittenbergplatz.Total, estaba perdido por goleada. No tena mi pas, la Sophie no quera verme nunca ms, un tipo me andaba buscando para arreglarme, y haba mandado a un alemn al hospital. Por mucho menos hay gente que se pega un tiro. En vez de tirarme a las ruedas del tren fui a recoger cajas en Albrecht y lo hice con tantas ganas que a las dos horas haba terminado con toda la basura y volv a casa.Ustedes han odo ese refrn que dice hogar, dulce hogar? Bueno, al tipo que lo invent habra que darle el Premio Nobel de los mentirosos.En abriendo la puerta, la mami me dijo que me haba estado llamando todo el da un fulano. Que hablaba en alemn y preguntaba por el chileno. La mami es la campeona mundial de las intuiciones. Me pregunt en qu los andaba metido. No le contest nada, y me fui a sentar al lado del telfono, y lo qued mirando igual como si de repente fuera a salir de adentro un perro ladrando.A los cinco minutos ring-ring. Me hubiera gustado no tener orejas en ese momento. Lo nico que se me ocurri fue dejarlo sonar. Apoy el mentn en el puo y esper que se callara. Entonces me lleg la dulce voz de la mami: Telfoooonoo. Levant el fono y me lo puse lejos de la oreja manteniendo la respiracin.Al? dijo el tipo.Yo no dije una palabra. Deba ser que tena miedo de que si hablaba algo, el tipo saldra por el telfono.Al? dijo. Eres t el chileno?Puse suave el tubo en el gancho y despus de haber colgado le pas por encima la mano, como si quisiera borrar las huellas digitales. Me di vuelta hacia la cocina con ganas de meterme a llorar en el delantal de la mami igual que cuando era nio en Santiago. Apret fuerte las piernas porque ya estaba que me haca. Y entonces ring-ring, otra vez.Ni me haba dado cuenta de la cantidad de saliva que tena acumulada en la boca.Levant rpido el tubo y lo traje ms cerca de la oreja. Ahora tena miedo de que la mami se apareciera y oyese la conversacin. Y como cada vez que se tira la lotera, yo me saco el Gordo, fue exactamente lo que pas: la mami que se queda bajo el marco de la puerta secando un plato y sumamente interesada en la conversacin.Al? dijo la voz. Era un poco chillona, lo que me puso ms nervioso. Tap el tubo y le dije a la mami: Un amigo.Al? El chileno?S dije, carraspeando. Soy yo.Mi vieja segua dando vueltas el pao en el plato. Creo que nunca jams se haba visto un plato ms seco que se.Recin te llam y cortaste. Te crees muy inteligente, cierto?No dije.Sabes quin soy, no?

Ni idea le dije.En serio?De qu estn hablando? pregunt la mami, siempre tan trabajadora con el plato.En alemn le dije.Si ya me di cuenta que es en alemn, Pero qu dice?Un momento le dije al tipo de la voz. Tap el tuboPor favor, mami, djeme hablar, quiere.La vieja me mir con esa mirada fulminante de las mamitas cariosas, y se fue por el pasillo.Al? dije.Al! Qu pasa ah?Nada.Bueno dijo. Yo soy el Michael.Yo para disimular soy mandado a hacer:Michael cunto?Tranquilo, no ms. Eso no tiene importancia. Soy el hermano del Hans.No conozco a nadie con ese nombre.Bueno, yo no llam para discutir a quin conoces y a quin no. Mi hermano est en el hospital.Me qued respirando y no se me ocurri nada.Sabas que estaba en el hospital? Mir por el pasillo por si apareca la mami. El corazn me daba patadas. Era como si me faltara el aire. Est grave dijo. Grave repiti.Quise decir En serio?, pero no tena sonidos en la garganta.S dije.Y yo te llamaba para decirte que te voy a hacer lo mismo que t le hiciste al Hans. S dije.De repente se me haba olvidado todo el alemn. As era al comienzo cuando no entenda nada. Repeta s, s, y pona cara de idiota.Donde te encuentre, te voy a sacar la cresta.S dije.Y si el Hans se muere en el hospital, antes que te agarre la polica yo voy a matarte, s?S.Entendiste bien? ,S.En cuanto salgas de la casa, te agarro y te hago pedazos. Oste, Chileno?S.Si eres valiente te invito a pelear conmigo esta misma tarde. Nos juntamos en el S Bahn Bellevue, a las cinco en punto. jMir el reloj.No dije.Tienes miedo?Tena el tubo empapado de sudor. Era como si fuera de chocolate y se estuviese deshaciendo. Michael se qued callado y le senta nada ms que la respiracin. De repente se me ocurri meterle un tema de conversa. Se me ocurri preguntarle por su simptico hermanito.En qu hospital est tu hermano? le dije.En el mismo al que vas a ir a parar, tarado.No, Michael. En serio.Le quieres llevar flores y chocolates?No, quera saber no ms.Est grave. No puede hablar. Conmigo te la tienes que arreglar ahora.En uno de esos ratos, me pareci que despertaba de un sueo. Era igual que si me abriera un chorro de agua helada en la cabeza: De dnde haba sacado Michael mi nmero de telfono? Habr pestaeado un par de veces pensando, y gracias a la admirable ayuda de la lgica de Homero llegu a la conclusin de que el numerito de la suerte slo pudo habrselo dado mi fiel enamorada Sophie Braun. Lo que ahora tena en la cabeza, aparte de la mierda habitual, era cmo exactamente el tal Michael le haba sacado el nmero a Sophie: si a patadas, como pareca ser su estilo, o con besitos y arrumacos, y agarrn aqu y all.Me baj una tristeza ms honda y larga que cuchillo. La primera mujer de mi vida, y la primera traicin. Con experiencias como stas, de cantar Schlager tendra que pasar a componerlos. Se me ocurri qu pensara el afamado poeta y pensador Udo Jrgens si le escribiera una poesa donde la nia no slo patea a su enamorado, sino que adems le da el nmero de telfono a un matn para que lo ubique y le saque la cresta. Ahora me imaginaba a Michael como un tipo todo lo contrario de yo: se habra metido en la casa de Sophie, le habra levantado las faldas, conectado la televisin, y entremedio del numerito ella le habra citado mi guarida. Seguro que todo lo que yo haba conseguido en meses, el tal Michael lo haba disfrutado en un minuto. Seguro tambin que sera alto, buenmozo, bien vestido, y con puos de acero.A lo mejor ustedes creen que a m se me ocurri ir a ver a la Sophie y sacarle la cresta por traidora? No, me qued ah al lado del telfono dndole vueltas a mi pena, metido adentro de mi pena.Bueno, Chileno, vienes o no?No le dije.Entonces, donde te agarre...... me sacas la cresta. Eso ya lo dijiste.Entonces...T y cuntos ms?Hund el aparato en el gancho como si quisiera quebrar un huevo, y me qued esperando las patadas que vendran por el hilo telefnico. No s por qu me puse tan valentn en las ltimas palabras, pero estaba respirando agitado igual que si viniera de pelear o de jugar al ftbol.Me pas el resto del da espiando por la ventana. A veces me pona a seguir el vuelo de los patos y las palomas sobre el ro, sin ganas de ver la televisin ni leer historietas. Despus puse la radio, e hice dibujos de Sophie mientras oa a los Schlager.Cuando lleg el papi, apag la msica y se puso a llamar a los compaeros porque al da siguiente era el 11 de septiembre. Estaba enojado porque los chilenos no se haban puesto de acuerdo y resulta que iban a hacer dos marchas contra la Junta Militar. A m no me llam la atencin, porque pese a que aqu somos todos buenos amigos, cada vez que los chilenos se juntan, discuten toda la noche. Me fui a comer la sopa, pero antes hice pedazos la foto de Sophie y la tir al papelero.No pude quedarme dormido. Miraba los reflejos del ro en el techo y quera formar dibujos con los movimientos, pero no me resultaba nada. Por primera vez me di cuenta de lo importante que es dormir. Lo nico que quera es que viniera una nube negra de sueo y me llevara lejos de la casa y la ciudad.Cuando logr dormir un poquito, ya estaba aclarando, y a la media hora son el despertador y la mami apareci con su bata para darnos el desayuno. Yo pareca un disco rayado: lo primero que hice fue ir desnudo hasta la ventana y mirar hacia las dos esquinas. Se me ocurri decirle a la mami que me senta enfermo. Que no haba podido dormir de noche porque me dola el estmago y tuve que ir varias veces al bao. Se lo dije en cuanto entr a la cocina y el Viejo me grit que me fuera a lavar y despus a clase. Me ech un lindo discurso patritico sobre las desventajas de enfermarse el 11 de septiembre. Me sigui hasta el bao dicindome que yo me echaba a morir por un dolorcito de guata, y que pensara mejor cmo estaban los nios de Chile con sus padres presos y pasando hambre.Trat de cerrar la puerta y peinarme con calma, pero el papi se me instal al lado y me dijo que tena que ir a la marcha y gritar como todos y no olvidarme nunca de por qu estbamos aqu. Lo que me revienta del papi es que siempre me repite cosas que me s de memoria. Despus que desenred el pelo con la peineta me met las manos en la mata y me lo despein. Yo creo que la gente peinada se ve muy desabrida.Mi hermano chico siempre lleva sandwiches para el colegio y la mam se los envuelve en una servilleta "verde. Pero es tan fantico para comer, que en cuanto llega a la esquina lo desenvuelve y le trabaja al diente. Despus en el recreo se consigue sandwiches con los compaeros. Los queda mirando con cara de que se le va a cortar la hiel hasta que le tiran su mitadita.Justo que mi hermano va desenvolviendo el sandwich, cuando yo siento patente que nos estn siguiendo. Era como si mi misma sombra de pronto tuviera peso, como si de repente el cielo me estuviera aplastando la espalda.Vamos a caminar un poco ms rpido le dije al Daniel, apretndolo del codo.Por qu? Es temprano todava.No mires para atrs, pero hay alguien que nos est siguiendo.Dije eso y lo agarr del cogote porque siempre hace lo contrario de lo que uno pide. Despus tuve que apretarlo del mismo cogote porque comenz a correr. As frenado, me lo llev una media cuadra.Sultame me dijo. Que as no puedo tragar el sandwich. Te voy a soltar. Pero si miras atrs o si corres, te rompo la cabeza de un bolsonazo.Por qu nos persiguen?Es que uno quiere pegarme.Por qu?Cllate.Pero por qu?No te puedo decir.Le robaste algo?Ah tuve que pegarle un coscorrn.Cllate, te digo!bamos bien rpido, yo encogido igual que si hiciera fro. Pero el da estaba lindo. Si yo no hubiera tenido problemas, seguro que andara despacito mirando los pjaros y silbando.Por qu no le avisas a la polica?No puedo.Pero por qu?Dame un pedazo de sandwich.Le arranqu un trozo y me lo puse a masticar por hacer algo. Ni se me ocurra tragarlo. No hubiera podido. Pareca que el cuello de mi camisa fuera de cemento. Al contrario, las piernas las senta suaves.Quieres que mire para atrs con disimulo? me dijo el Dani.Ahora cuando crucemos. Haces como que miras si viene un auto y te fijas, ya?Ya.Fjate cuntos son.Ya.Crucemos ahora.Lo apret fuerte del codo y lo conduje por la calle entre los autos detenidos en el semforo. No quise mirarlo cmo miraba.Te fijaste?S.Cuntos son?Uno no msCmo es?Grande.De qu porte?No s. Grande.No seas huevn. Grande como el pap?No, tanto no.Como yo?Ms grande que t. Debe tener novia.Tendr diecisiete aos?A lo mejor.Bot el pan masticado en la boca y lo tir todo decente y ciudadano civilizado en el basurero.Te va a pegar?Si me pilla me pega. Cmo est vestido?Con una chaqueta de cuero y un gorro con orejas.Mira bien disimulado y dime si esta cerca o lejos.El Dani se rasc la cabeza y mir para atrs como si estuviera viendo un cometa. Es muy discreto mi hermanito.Y?Igual.Donde mismo?Donde mismo. Ya te salvaste, estamos llegando a la escuela.Se me ocurri que peor sera que en vez de pegarme, fuera a hablar con el director de la escuela. Ya me imaginaba en un reformatorio tomando el sol a rayas.Atravesamos el patio del colegio y sin saludar a nadie me fui hasta las salas del segundo piso y me asom por la ventana, sacando slo un ojo de perfil.Y entonces lo vi clarito. Estaba con las manos en el bolsillo frente a la reja de entrada mirando entrar a todos los alumnos. No era mucho ms grande que yo, pero a lo mejor sera por el abrigo de cuero que se vea muy fuerte. Baj a mi aula y durante toda la maana no me pude concentrar en nada. A la ltima hora, me acerqu al Peter Schulz, y le dije que si me acompaaba a casa le prestara el ltimo nmero de Asterix. Eleg al Peter no porque fuera el ms simptico, sino porque en el curso le dicen el kilmetro. Es ms o menos del porte de un poste, y ancho como un chuico de vino.Yo creo que mi miedo estaba enchufado al telfono. Fue llegar a la casa y ring-ring. Pareca que el Michael me segua los pasos con cronmetro. Lstima que no poda mostrarle al Peter Schulz por telfono.Chileno?SiCmo ests?

Bien, gracias.Era una conversacin de lo ms corts como se habrn dado cuenta. A lo mejor enseguida me invitara a tomar t con galletitas.Y t?dije.Bien, tambin. Y bueno, me alegro, porque te voy a sacar la cresta. Te voy a dejar paraltico a patadas y te voy a enterrar los dedos en los ojos.Difcil le dije.Siempre me pasa, tengo la lengua ms rpida que el pensamiento.No me crees? Te voy a hacer pedazos!Ah, s? T y cuntos ms?A estas alturas apenas poda sostener el aparato con los temblores, pero el silencio que le produje con mi ltima frase tiene que haber llegado hasta el polo.Al? le dije.Escucha, Chileno. Esta tarde a las cinco te paso a buscar por la puerta de tu casa, para llevarte a pelear. Vamos a pelear de hombre a hombre.Hoy no puedo le dije.Maana entonces. Maana a las cinco.Como quieras.Maana a las cinco. Y solo, oste?T tambin le dije. Y cort.No s si les he dicho que yo soy especialista para acumular cosas. De repente hay un ao en que no me pasa-nada, y de repente me pasa todo en el mismo da. El 11 de septiembre se hizo un tremendo acto en Kreutzberg y los chilenos les enseamos a los alemanes a gritar las consignas que usbamos en Chile. Les sale harto bien. Aprendieron El pueblo unido, jams ser vencido, UP, tira pa'arriba, y Compaero Salvador Allende, presente. Ellos parecen que saben uno slo no ms. Ese que dice Internationale Solidaritt.se fue un da muy especial en la familia, porque mi papi subi a decir el discurso en Hermann Platz. Le pusieron una traductora. Bien simptica la cabra. Mi viejo es incapaz de decir tres palabras sobre Chile sin emocionarse, as que a los dos minutos estaba a grito pelado, y a los cinco se le caan las lgrimas hasta del bolsillo. Menos mal que iba dejando huequitos para que entrara la traductora, y as poda respirar y sonarse las narices. Mi papi se ech flor de discurso. Yo lo encuentro especialista para comunicarle cosas a la gente. Acurdense del nombre de mi papi, que el da menos pensado pasa a ser senador.El viejo dijo que Pinochet estaba en la parrilla. Que agradeca la solidaridad internacional, y que Chile se estaba llenando de hroes. Habl de los compaeros presos y torturados, y termin con el puo en alto diciendo: Venceremos, y lo aplaudieron como media hora. Yo fui al escenario a felicitarlo, y no se poda pasar de tanta gente. Entonces empezaron con eso de Internationale Solidaritt y el alemn que diriga el acto agarr el micrfono y dijo que estaba muy bien eso de la Internationale Solidaritt, pero a ver si ahora la manifestaban en las alcancas que empezaron a circular.El Urs siempre anda viendo de dnde sacar plata para la Resistencia y entre broma y broma se va juntando una buena cantidad.Cuando llegu hasta el lado del papi, le tend la mano y le dije: Estuviste descueve, Viejo. l me sacudi el pelo y les dijo a sus amigos: ste es mi hijo. Me pasaron una alcanca, y mientras cantaba Liberacin Americana los temas de los Quilapayn, fui metindome entre la gente dicindoles: Metan fuerte, compaeros. Y en eso estaba, cuando a que no adivinan quin estaba en persona en medio de todos los Internationale Solidaritt?No, pu', esta vez se equivocaron. No era Michael. Era nada menos, respetable pblico, que la Edith Kramer, mi compaera de curso, apretada en unos blue-jeans riqusimos, con los ricitos encendidos bajo el farol y las manos hondas en esas parcas marineras que tienen los bolsillos altos.Yo me qued paralizado con la alcanca y como que quise taparla con la otra mano, porque nunca se me haba ocurrido pedir plata para Chile a los compaeros del colegio, y menos que nada a la Edith Kramer (Ricitos, para los amigos), que escriba las ms tristes composiciones sobre el otoo en septiembre y los ms alegres poemas sobre la primavera en abril.Yo siempre haba tenido ganas de meterle la mano entre el pelo y tocarle uno a uno sus rizos y tambin todos juntos. Pero las chicas del curso se iban a los rincones del patio en los recreos y se pasaban todo el tiempo riendo como ratoncitos. Haba muchas que tenan espinillas del porte de una estrella, y pasaban como diez horas en el bao llenndose la cara de cremas mgicas.Tambin en clase les daba por meterse eremita y eso a m me pona nervioso. A los cabros del curso nos trataban con la ms cruel indiferencia. Quin ms quin menos, se crea una princesa destinada para los tipos de los cursos superiores, a los que le hacan ojitos que era un escndalo. Cuando uno se les acercaba a hablarles, a la segunda frase simulaban un bostezo de esos trgame tierra y nunca te miraban a los ojos, porque estaban pendientes de algn grandote que nunca faltaba en los alrededores. Tratar de meterles amistad era como empezar un ajedrez dando la dama de ventaja.Total, preferamos ir a darnos de patadas en el ftbol o a preparar cartillas del Toto. El Toto nos tiene vueltos loquitos. Es que en mi curso a todos nos ha dado por ser millonarios. As que fue ver ah a Ricitos y quedarme mudo como si me hubieran tapiado la boca con un cinturn de castidad.Hola me dijo ella.Hola le dije yo.Como habrn podido apreciar era una conversacin de lo ms filosfica.Cmo te va?Bien. Y a ti?Bien.Qu bueno.Nos miramos un milsimo de segundo, bajamos la vista a los zapatos, y despus los dos miramos alrededor.Hay harta gente, no? dijo ella.Harta.Me mir la alcanca.Estn juntando plata?Yo tambin me mir la mano y puse una cara toda indiferente.Ah, s dije, un poquito.Se arregl con unos toques de U mano los rizos y sonri apenitas. Despus le tir U manga a un seor que estaba al lado, que tambin tena el pelo lleno de rizos, y me mostr sealndome con el dedo. ste es el Lucho dijo. El chileno de mi colegio.El hombre me pas la manota y me peg un apretn largo y meneado.Mucho gusto, compaero dijo.Mi papi dijo la Edith. Le mostr ahora con el mismo dedo la alcancaEl Lucho anda juntando plata.El seor Kramer meti la mano en la chaqueta y sac una gorda monedita de cinco marcos. La puso en la ranura de la caja, se cruz por delante de su hija, y me zamarre de los hombros mirndome con seriedad.Cmo te sientes en Berln?Bien, Seor.Ningn problema?No, seor.Est bien, entonces.Ah fue cuando el acto estaba por terminar y Liberacin Americana le meti a Venceremos a pedido del pblico. El seor Kramer me solt del hombro y cant el estribillo, pero nada ms que la parte que dice venceremos y despus me mir a m para que le cantara el resto, pero no hubo caso, y tuve que hacerle as con los hombros que no haba caso, porque parece mentira pero jams me la he podido aprender.Y es que no entiendo bien la letra. Por ejemplo no s lo que es el crisol de la historia, ni quin el soldado valiente. Me dio vergenza y me propuse preguntarle al papi qu significaba y aprendrmela bien para la prxima marcha.Despus el seor Kramer le dijo a la Edith que por qu no me invitaba maana a comer a su casa. Yo no entiendo la letra de Venceremos, pero tampoco a las mujeres. Fue or eso que dijo el papi y pegar un chillido y un salto de alegra, igualito que si yo fuera un novio propio de su propiedad. Y por si fuera poco, seoras y seores, me plantific un beso en la mejilla, pero cargadito a la punta de la boca, que me puso colorado como este jersey.Maana a las ocho me dijo, y se fue colgada del brazo del viejo, hacindome adis con la mano igual que si hubiera tomado un tren.Esa noche vinieron muchos a mi casa y tiraron todo el dinero en la mesa del comedor. El Urs, la Alejandra y el Jorge fueron separando las monedas grandes en grupos. Tambin se vean hartos billetes. El Urs me dej a m que hiciera montones de a diez con las monedas de un marco, y a mi hermano chico, que juntara todas las de diez pfennings.Yo de vez en cuando le echaba una mirada de reojo al Daniel, porque se con tal de comprar chicles y chocolates es capaz de levantarle plata a la Resistencia.Total que estaban todos de lo ms contentos y empezaron a tomar vino y mandaron a comprar pollos al Wienerwald, y ms vino, y esa noche nadie discuti, sino que se rieron harto, y el papi le dijo a la mami que sacara las botellas de vino del armario que eran para la prxima semana y se las estuvieron tomando hasta las tres de la maana, y no se les pasaba lo contento, y decan que el prximo ao pasaran el 18 de septiembre en Chile, que es la fiesta patria de nosotros, y se hacen unas fondas en los parques donde se toma chicha, que aqu no se conoce, y se comen empanadas que aqu tampoco se conocen. A m siempre me extraa que no existan estas cosas en Alemania, siendo un pas tan desarrollado.A medida que la noche fue metindose ms adentro, yo me fui poniendo lnguido. Era como si quisiera sujetar esa noche tan linda en mi casa y dejarla ah para siempre y que esto fuera el resto de la vida. Los amigos, el papi cantando mientras el Tito tocaba la guitarra, y la mami y la Alejandra un poco curaditas rindose como las chiquillas del colegio en la punta del silln, y el Urs dormido arriba de la mesa, y mi hermano chico durmiendo tambin en la alfombra al lado del gato.Por qu no ser posible que las cosas que uno ms quiere se queden para siempre con uno? Yo a veces no creo en Dios porque veo que en el mundo a la gente le cuesta mucho ser feliz, y si Dios que pudo hacer el mundo como l quera no lo hizo feliz, es que Dios no es tan poderoso como dice la religin, si es que acaso Dios existe. Yo pienso mucho en estas cosas ltimamente y me gustara poder conversar todo esto con el Homero, para que l piense todo con la lgica de Aristteles y me aclare las cosas que se me ocurren en mi cabeza. Yo por ejemplo no entiendo bien por qu Dios no hizo nada para salvar a todos los compaeros que los militares mataron en Chile. Yo una vez le quise escribir todo esto al cardenal chileno para preguntarle, porque siempre he odo que el cardenal es una persona buena gente, pero cuando le cont al Viejo mi idea me dijo que no fuera huevn. Se nota que al Viejo le gusta muy poco la filosofa.A las tres de la maana se dieron cuenta de que yo estaba pensando algo debajo de la guitarra del Tito, y la mami mir el reloj y me mand a la cama.Djalo dijo mi viejo. Por una vez que no vaya a clases.Me llam a que me sentara a su lado y sigui conversando con los amigos y tomando vino tinto espaol y mientras tanto me haca cario en la cabeza. A veces mi papi se pone regaln conmigo.Mientras senta su mano grandota en mi pelo, pens en el da siguiente- Primero me imagin cmo iba a llegar a la casa del seor Kramer, que sera mi primera visita a una casa alemana. Yo he visto que aqu se usa mucho eso de llevar flores. Pero de puro pensar que me iba a subir al U Bahn con un, ramillete en la mano sent una vergenza infinita. Yo no saba bien si Ricitos era romntica, y si ahora estaba colorado de puro pensamiento, de qu color me pondra en la puerta del seor Kramer?Entretenido en estos problemas, resulta que se me haba borrado del mapa mi simptico amigo Michael con su chaqueta de cuero. Pero cuando de repente son el telfono para Urs, me acord, y sent que todo lo que haba vivido en las ltimas horas era una especie de sueo.Tendido en la cama, supuse que estaba salvado al no tener que ir a la escuela, y con las manos entre las piernas, trat de quedarme dormido recordando la frescura del beso que me haba zampado Edith en Hermann Platz. Me preguntaba cmo sera sentir esos mismos labios en mi propia boca. Entre Romeo y yo ninguna diferencia esa noche. Claro que Romeo pasa por lo menos una noche con la Julieta antes que le llegue la muerte. Yo creo que me qued dormido porque las pensaderas se me fundieron de tanto trabajarlas. Adems de un vaso de vino que le puse entre cancin y cancin.Al otro da me despert como a las once en medio de un silencio ms grande que un buque. Todos dorman despacito, menos el Daniel que es muy bueno para roncar. A veces tengo que levantarme de noche y darle vuelta para que se le pase la roncadera y poder dormir. Cuando los papis ganen un poco ms de plata, yo quiero vivir en un departamento con una pieza para m solo, tener un tocadiscos, y llenar las paredes de psters. Tambin me gustara comprar revistas donde salen mujeres y tenerlas guardadas con llave para que no las sapee mi hermano y se ponga degenerado igual que yo.Fue asunto de poner los pies en el suelo y ya la cabeza me empez a funcionar. A la media hora me haba cortado las uas con los dientes y tena la frente caliente como una tetera. Me hice el sandwich ms lento de la historia contempornea. Le iba echando mantequilla y me quedaba diez minutos dale que dale con el cuchillo. Despus ni me lo com, porque entr al bao a ponerme lindo para mi cita con la seorita Edith Kramer. Cosa bastante difcil por lo dems, porque con mi cara no tengo por dnde empezar. Hay por ah un par de pelos sueltos, que ms se ven ridculos que de cabro grande. La Sophie me deca que tengo una sonrisa simptica, y a veces me peda: a ver sonre, y siempre consegua que me sonriera. Pero yo me he dado cuenta de que a las nias les gusta que uno ande con el caracho serio, as reciote. Adems si uno se sonre todo el da parece tonto.Con tal que me puse a lavarme el pelo. Tengo metido entre ceja y ceja que lo nico con lo que me defiendo es con el turrito de pelo. No s cmo lo he salvado de las tijeras de la mami, que le tienen unas ganas brbaras. Para mi vieja el ideal de cabro es con el rape milico. En la ducha habr estado una hora, y en secrmelo otra. A la hora del almuerzo la mami cach que se me derramaban unas mechas en la sopa y me dijo que a la tarde me iba a comprar una cintita en una boutique.Resulta que las cosas son como son y no se saca nada con contarse cuentos. Eran las tres, y despus de las tres vendran las cuatro, y atrasito las cinco, y por mucho que uno desee que el tiempo se detenga, las horas pasan volando. Adems desde el almuerzo se me haba metido la frase a la hora sealada, que era una de cowboys bastante capa. Anduve dando vueltas por mi pieza diciendo: a la hora sealada. Trataba de pensar algo inteligente para olvidarme de la frase y no haba caso.A las cuatro y media fui hasta el escritorio del Viejo dispuesto a contrselo todo. Lo qued mirando desde atrs mientras haca unos ejercicios del libro alemn concentrado en unas frases taradas como Herr Weber kauft die Fahrkarte und bestellt eine Platzkarte. Entonces el papi se preguntaba a s mismo: Wer hat eine Fahrkarte gekauft? Y se responda: Herr Weber hat eine Fahrkarte gekauft. Al papi le ha dado que para pronunciar bien el alemn hay que hacer como si uno tuviera una papa entre los dientes. Las palabras se le caen como piedras de la boca.Total que agarr toda la plata de mis ahorros y me la puse en el zapato izquierdo. Siempre he tenido miedo que me roben lo que gano en Albrecht. No s por qu se me haba ocurrido ir a ver a Ricitos con dinero.Sin saber cmo, cinco para las cinco baj las escaleras y fui a sentarme a la cuneta de la esquina justo bajo el Buzn. Lo nico que se me ocurri meterme en el bolsillo fue una peineta. Y cuando la palp debajo de la parka amarilla, pens que mucho mejor hubiera sido haber cargado una navajita de esas que saltan clik. El cielo estaba gris y cargado, y mis mejores amigos seguramente en una playa griega brincando de roca en roca. Cmo haba llegado a meterme en este lo? As como no hay caso de parar el reloj, tampoco se puede devolver el tiempo. Pero me daba con pensar qu habra pasado si no hubiera ido esa noche con Sophie a pintar carteles. Mejor, qu habra pasado si nunca hubiera conocido a Sophie. Apretaba los ojos y me imaginaba sin pasado.Entonces hubo un ruido que me asust. A mi lado se par una moto sacudida de vibraciones, y arriba de ella estaba montado el tal Michael. Con la misma chaqueta de cuero negra y unos enormes anteojos verdes atados con elsticos detrs de la nuca. Le dio vueltas y vueltas a la manilla y la moto roncaba y explotaba como si fuera un cohete.T eres el Chileno? me grit.S dije, tan despacio que ni yo mismo me o.Cmo?S grit.Le sigui trabajando a la manilla. Se me vino a la cabeza lo que nos haban contado en la escuela de que cuando los indios vieron llegar a caballo a los conquistadores espaoles, crean que el animal y el hombre eran un solo monstruo.Viniste, ah? grit, entremedi de los rugidos de la moto. Era una Honda CB 350 de las que pesan 170 kilos. Daniel tena un juego de naipes donde en cada carta apareca un dibujo de distintas marcas de moto. Brillaba como un diamante, aunque no haba ni un poquito de sol. Yo crea que no ibas avenir.Aqu estamos dije.As que t eres el que mand al hospital a mi hermano?Fue de casualidad dije.Le peg un sacudn a la mueca y mantuvo el acelerador apretado a fondo. Algunos chicos del barrio se quedaron por ah cerca espindonos.Quieres decir que t tenas la pata levantada y l vino y puso ah sus bolitas? Me dan ganas de agarrarte y matarte aqu mismo!Me puse de pie sacudindome los pantalones. Mir alrededor y me di cuenta que no tena amigos ni siquiera para que me echaran una mirada de lstima. Los muchachos del barrio estaban con la boca abierta admirando la moto.Oye, Michael le dije. No peleemos. Si quieres vamos y le pido perdn a tu hermano.Me acerc la cara y me aull encima de mis ojos.Ests loco? Quieres que te lleve a ver al Hans al hospital? Quieres que mis viejos y la polica sepan que fuiste t el que lo reventaste?No supe qu hacer ni con mis piernas ni mis manos. Di vueltas los dedos de los pies amasando el billete, con lo cual pensaba comprarle algo a Ricitos.A m me gustara pedirle perdn y que no peleramos dije.Solt el acelerador y puso su puo apretado con el guante negro debajo de mi hocico y lo hizo vibrar como si fuera elctrico.Mira, Chileno dijo, mordiendo las palabras. Mi hermano no te delat de hombre que es. Sabes lo que te hubiera pasado si dice quin fue? Te echan del pas, imbcil! A ti y a tus padres, tarado! Y adonde se van a ir a meter? Si ustedes son como gitanos!Tragu un litro de saliva. Por primera vez sent la sensacin de que no tena nada en el mundo de donde agarrarme.En serio?Michael se levant los anteojos y le dio una pasada a la manija del acelerador.Dnde quieres pelear?Ahora que le vea la cara, le sostuve la vista y trat de decirle que no con los ojos.Ahora?Qu quieres? Que te d una cita especial como los mdicos?Me limpi las manos transpiradas en las rodilleras del pantaln. La mami siempre les pone unos lindos parches de cuero a los pantalones. Mi hermano y yo somos los nicos en Berln que andamos con esos parches.Dnde? dije, tratando de no llorar.Sube, que yo te llevo.Gracias, Michael le dije.En cuanto mont atrs, hizo partir la Honda con un pique volador y yo tuve que sujetarme con las piernas sobre el tubo de escape, porque no me atreva a agarrarlo de los hombros.Sujtate de los hombros, intil me grit. Si te matas aqu, me sacan un parte.Le ech las manos encima, y ah fue cuando me di cuenta del medio pedazo de espalda que tena el bruto. Si pareca que lo hubieran hecho de cemento. Este huevn va a matarme, pens. En el semforo, estuve a punto de descolgarme y echar a correr hacia la escuela que estaba ah encimita. Lo nico es que todava me quedaba un poco de amor propio. Mi mami siempre dice que el amor propio es lo ltimo que se pierde. Otra cosa que la mami siempre dice es que le da vergenza ajena.Ahora resulta que yo iba en taxi expreso hacia la muerte. Por qu me haba subido a la moto? Por qu haba venido a la cita de las cinco de la tarde? Por qu llevaba casi un ao en Berln y nunca jams nadie quiso pegarme y ahora haba desgraciado a uno y estaba este Michael dispuesto a masacrarme?La moto agarr por Stromstrasse, despus dobl a la izquierda hacia Union Platz, y vi que all esperaban el bus un grupo de amigos del colegio. Salan del gimnasio. Me vieron pasar y me hicieron as con la mano, y yo les hice as, y se quedaron largo rato mirando la moto perderse hacia West Hafen. Seguro que crean que yo iba feliz de la vida arriba de la Honda CB 350.Michael se meti por el S Bahn Beusselstrasse y agarr el costado de las lneas del tren hasta llegar a un lugar donde hay un montn de basuras y piedras y carroceras de autos viejos. De puro ver eso me sent igual a todas