Situaciones de violencia: Actualidad y sistema de Salud Pública Por Ps. Alejandro Ariel JORNADAS DE TRABAJO JUNTO AL DR ALEJANDRO ARIEL (Hospital HECA 26/9/14). Ps Ariel Martello (jefe del servicio de Salud Mental del Heca): Buen día, les queremos agradecer su presencia aquí. Para dar comienzo a la jornada de trabajo junto al Dr Alejandro Ariel. Vamos a escuchar primero al Dr Leonardo Caruana (secretario de salud pública de la Municipalidad de Rosario) y luego al Dr Néstor Marchetti (director del Hospital de Emergencias dr. Clemente Alvarez) Leonardo Caruana (Secretario de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario) Hola, buen día a todos, en realidad gracias por permitirnos estar un minutito en la apertura, con el Dr Alejandro Ariel, bienvenido al Municipio de Rosario. Primero bueno, felicitar al servicio de salud mental, al propio hospital, a la dirección de salud mental, por seguir pensando y continuar pensando en distintas instancias de trabajo que tienen que ver con intercambiar, reflexionar, conceptualizar acerca de este problema, acerca de esta situación, acerca de este eje que tiene que ver con la violencia y quizás casi como lo planteaba Saúl Franco Audelo con un auditorio tan completo como este, o en el distrito sur dos días antes, trabajando con los equipos territoriales, un tema que atraviesa los países de América Latina y se transforma en el debate y en el análisis, en un relato mediático, en un intercambio permanente en las familias y en los equipos de
Jornada de Trabajo a cargo del Ps. Alejandro Ariel el 26 de septiembre de 2014 en el Hospital HECA de la ciudad de Rosario, Sta. Fe, Argentina
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Situaciones de violencia:
Actualidad y sistema de Salud Pública
Por Ps. Alejandro Ariel
JORNADAS DE TRABAJO JUNTO AL DR ALEJANDRO ARIEL (Hospital HECA 26/9/14).
Ps Ariel Martello (jefe del servicio de Salud Mental del Heca): Buen día, les queremos
agradecer su presencia aquí. Para dar comienzo a la jornada de trabajo junto al Dr
Alejandro Ariel. Vamos a escuchar primero al Dr Leonardo Caruana (secretario de salud
pública de la Municipalidad de Rosario) y luego al Dr Néstor Marchetti (director del
Hospital de Emergencias dr. Clemente Alvarez)
Leonardo Caruana (Secretario de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario)
Hola, buen día a todos, en realidad gracias por permitirnos estar un minutito en la
apertura, con el Dr Alejandro Ariel, bienvenido al Municipio de Rosario. Primero bueno,
felicitar al servicio de salud mental, al propio hospital, a la dirección de salud mental,
por seguir pensando y continuar pensando en distintas instancias de trabajo que tienen
que ver con intercambiar, reflexionar, conceptualizar acerca de este problema, acerca
de esta situación, acerca de este eje que tiene que ver con la violencia y quizás casi
como lo planteaba Saúl Franco Audelo con un auditorio tan completo como este, o en
el distrito sur dos días antes, trabajando con los equipos territoriales, un tema que
atraviesa los países de América Latina y se transforma en el debate y en el análisis, en
un relato mediático, en un intercambio permanente en las familias y en los equipos de
trabajo, que ha cambiado en último caso la dinámica propia de las instituciones, en el
territorio, en el centro de salud, y que también nos interpelaba a no quedarnos
solamente en un análisis más fenomenológico de los problemas que es la epidermis, él
hablaba de la epidermis o de las primeras capas, sino avanzar en profundidad, por eso
hablaba de las tres “I” que tiene que ver con la Inequidad, la Intolerancia y la
Impunidad. Y complejizaba aún más en relación a que tampoco hay una relación lineal
entre estos tres factores estructurantes, sino que es también necesario complejizar, es
necesario investigar, es necesario seguir avanzando en discusiones interdisciplinarias y
colectivas. La verdad que para nosotros este es un hecho de mucha jerarquía, de poder
estar acompañando y que se sigan desencadenando y multiplicando, porque la verdad
que esto impacta en los equipos de trabajo. Yo hace un ratito comentaba una situación
ayer, de un festejo de un centro de salud y a sesenta metros un hecho de violencia y en
el centro de salud, con la familia de Rubén Naranjo, inaugurando un mural y un cuadro
con la foto de él, Rubén Naranjo fue un militante que luchaba ante estas situaciones
en la década del setenta, a veces con visibilidad y muchas veces lamentablemente no,
por la situación de la dictadura militar y en ese escenario se daba esa complejidad, esa
complejidad del propio equipo comiendo una torta, discutiendo con los chicos,
atendiendo y a sesenta metros.. Bueno, la verdad que nunca más pertinente seguir
profundizando en este caso, en este campo seguramente con la significación y las
conceptualizaciones acerca de quién viene a exponer desde su perspectiva, pero
intentando siempre complejizarlas, así que, bueno, ojalá que el espacio sea lo más
disfrutable para todos y que siga generando lo que uno espera de estos encuentros que
es; a pesar de este escenario denso, a veces aplastante, nos permita construir otras
relaciones y el entusiasmo de los equipos para seguir pensando y para seguirnos
repensando lo que estamos haciendo, porque seguramente este es uno de los posibles
caminos de seguir transitando instancias de transformación en este escenario con
presencia del estado en relación a seguir disminuyendo las inequidades, tratando de
trabajar la intolerancia y por supuesto siguiendo abordando en otros campos que
tienen que ver con la justicia y que tienen que ver con las áreas de control en su real
dimensión y no solamente hablar de drones, video cámaras, y de gendarmería, sino
justamente que eso sea un peso relativo al lado de los otros dos círculos que aparecen,
bueno, que nos permita transitar con un discurso y con hechos y acciones lo más
integrantes posibles para poder justamente disminuir este discurso que aparece que
tiene que ver solamente con el control, así que bueno, muchas gracias y los dejo con
los que saben.
Nestor Marchetti (director del HECA)
Gracias, en primer lugar agradecer la presencia de Alejandro Ariel en este Hospital,
para nosotros es un gran honor, como verán, tener un auditorio poblado por el tema
que vamos a analizar hoy y en toda la jornada. Alejandro Ariel es un Psicoanalista que
desarrolló su práctica en la fundación Estilos en la ciudad de Buenos Aires, es autor de
múltiples trabajos, ha escrito libros, capítulos, ha dictado cursos en la Universidad
Nacional de Rosario, es decir tiene una trayectoria en todo lo que es académico y
científico realmente destacable. Abordar un tema como lo es la violencia en Salud
Pública en realidad Uds. saben que es un tema que nos preocupa porque ha cambiado
en el último tiempo, como nos desempeñamos y como nos desenvolvemos en la Salud
Pública, a tal extremo que en distintos hospitales trabajamos y tenemos hasta comité
de violencia, de violencia familiar. Con la secretaría de Salud Pública trabajamos en
comisiones para ver el entorno social de los heridos de armas de fuego, cuantos
ingresan, como está constituida su familia, cuantos ingresos han tenido, es decir,
hemos utilizado herramientas, hemos creado herramientas nuevas para ver como
abordamos el tema de la violencia en Salud Pública. Esto ha cambiado también,
¿porqué cambió la sociedad?. Analizábamos recién con Alejandro, antes de empezar
esta charla un poco cuales son las cosas que cambiaron que nos llevaron a vivir esto.
Hoy va a ser una jornada realmente creo que muy jugosa, porque vamos a tener una
charla inicial, por la tarde organizar talleres más ajustados a lo que es en sí la
especialidad de la Salud Mental con presentación de casos clínicos y yo quiero felicitar
a todo el equipo de Salud Mental, no solo al hospital, sino también a la secretaría por
este encuentro, porque en realidad, creo que es un esfuerzo organizar cosas y aparte
del trabajo cotidiano que tienen mucho y hacer esto para mí es realmente muy
importante, así que gracias por su presencia y gracias a todos Uds. por estar acá.
Ariel Martello (jefe a cargo del servicio de Salud Mental del HECA)
Quería comentar un poquito como surge esta invitación, no tengo que agregar algunas
cosas que ya se han dicho. Me parece que no es casual que Uds. estén acá, que
nosotros hayamos organizado esto, la convocatoria que ha tenido.
Desde un primer momento hubo una aceptación por parte de la Secretaría, de Débora,
de la Secretaría de Salud Pública, de la Dirección del Hospital. Cuando empezamos a
propagandizar, a difundir esta tarea, enseguida hubo un entusiasmo y un contagio en
las ganas de hacer algo con esto, poder dar una vuelta más a esto que se viene
imponiendo, porque de alguna manera, haber organizado esta jornada, surge también
como una necesidad. Una necesidad por diferentes situaciones que se nos vienen
planteando y que nos atraviesan, no solo en el trabajo en el Hospital, sino también los
compañeros que trabajan en los territorios, en las diferentes dependencias del Estado,
tanto Municipal, Provincial, Nacional, aparte es pan de todos los días de los medios de
comunicación hablar de violencia. Entonces es una decisión de alguna
manera tratar con la violencia. Por más que no queramos, siempre tenemos que tratar
y vérnosla con la violencia, porque la violencia siempre se cuela, por algún lado
aparece, no necesita invitación para participar de la fiesta, la violencia.
Pero, bueno, un punto poder reconocerla y poder dar un tratamiento responsable. Un
tratamiento responsable, me refiero no a un tratamiento moral, sino, responsable en
ese sentido de la dimensión ideológica, epistémica, que tiene poder tratar con eso.
Poder hacer algo. O sea, poder establecer ciertas líneas, tener ciertos conceptos o
ciertas consideraciones que nos guíen, que nos ubiquen de alguna manera para dar
una respuesta o un tratamiento diferente que no nos llene de impotencia, porque de
alguna manera muchas veces esa es la sensación que tenemos: De impotencia, de
desazón y eso muchas veces se puede tornar en un camino sin retorno para todos los
trabajadores de la Salud Pública. Y es algo que atraviesa no solo el campo en sí, sino el
campo de la Salud Pública en general, por eso la convocatoria y la puesta que sea una
primera instancia de trabajo para los distintos profesionales y no profesionales para
quien sea que trabaja aquí y que se sienta convocado.
Porque de alguna manera creemos que toda la conceptualización que tengamos de la
violencia, después se pone en acto en intervenciones concretas. Pero tenemos que ir
solidificando, precisando y reconstruyéndolo en construcción de líneas de trabajo. No
quiero decir que no las haya, pero siempre es necesario ir construyendo,
reconstruyéndola, pero, fundamentalmente a partir de una lectura de la experiencia.
Por eso se nos ocurrió invitarlo a Alejandro, muchos ya lo conocemos, hemos
participado en algunos espacios de formación, entre otros temas, también trabajó
estos temas. Entonces nos pareció que era alguien que nos podía ayudar. Agradezco la
predisposición de él en el comienzo. Con el primer mes que le escribo, él me responde:
Estoy dispuesto a colaborar. Por eso pusimos en el título: “Junto a Alejandro Ariel”, no
esperamos una clase magistral, sino, que nos causa trabajo, un trabajo en conjunto.
Bueno, en esto ya dio su recorrido, es Médico Psicoanalista, actualmente Director de la
Fundación “Estilo”, es Arbitro de la revista de “Psicoanálisis” de la UBA, Docente
Invitado de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario, que ha
escrito varios libros: “El estilo y el acto”, “La interpretación”, “Cura en Psicoanálisis”, “La
responsabilidad del analista”, entre otros.
Así que agradezco nuevamente la presencia de Uds., de la Dirección del Hospital, de la
Secretaría de Salud Pública, de la Dirección de Salud Mental y fundamentalmente de
Alejandro.
Así que, bueno, lo escuchamos.
Alejandro Ariel – 1ra. Parte
Bueno, me dejaron solo. Se me ocurría que antes de agradecer quería hacer una
pregunta: ¿De dónde salen las ganas? Bueno quería agradecerles a Uds. sus ganas, su
presencia, a la Secretaría de Salud, a la Dirección del HECA, a la Dirección de Salud
Mental del HECA, al Servicio de Salud Mental, a Debora Danielli, a Ariel Martello, en
fin, a todos los que hicieron posible que yo esté acá, con MIS ganas, yo también tengo
ganas, por eso, la pregunta de dónde salen las ganas en estos tiempos, es ardua, ¿no?
Porque el entusiasmo viene muchas veces limitado por la decepción, por el fracaso, por
la dificultad y sin embargo, seguimos estando, seguimos llenando lugares de trabajo.
Cuando yo acepté dictar esta jornada, este seminario, se evocaron para mí una
infinidad de cuestiones, a diferencia de cuando fui convocado en la Universidad, aquí
mismo, en Rosario. Esta convocatoria me produjo infinidad de cuestiones. ¿Qué quiere
decir eso? Que hubo un encuentro, para mí la convocatoria me produjo un encuentro,
un encuentro entre la historia, entre la ocasión y el deseo. Estas tres cuestiones, la
historia, verán Uds., les voy a contar un poco, mi entusiasmo, que espero pueda ser
transmisible, estas tres cuestiones se ponen en juego frente a una invitación como la
de una institución de emergencia, una institución hospitalaria… Porque yo pensé: ¿Qué
hago yo acá? ¿A que vengo? ¿Qué voy a decirles? ¿Qué cosa voy a decirles y que cosa
voy a decirles si tengo las ganas en relación a esta convocatoria de hablarles no solo a
personas que estén en el ámbito psi, sino a personas que participen en lo que
llamamos un Hospital de emergencias, que participen de un Hospital, ¿Qué tengo yo
para decirles?, que no sea hacer un gráfico inentendible para muchos o que no sea
explicar algunas cosas que están fuera de contexto para esos muchos. ¿Tengo yo algo
para decir? Cuando acepté con entusiasmo la invitación es porque supe que tenía algo
para decir, por eso agradecer realmente una invitación es tener una mejor disposición,
verán que esta palabra es importante, tener mi mejor disposición para decirles algo
esta mañana. Entonces me voy a permitir un extraño lujo, hacer una pregunta con Uds.
¿Qué es un Hospital de Emergencias para mí mirada? ¿Qué es un Hospital de
Emergencias?
La complejidad que tiene cada uno de estos términos: “Hospital” y “Emergencias”, La
complejidad que presentan al conjugarse va a ser para mí la introducción a este
seminario.
En verdad, la palabra “Hospital” y la palabra “Emergencia” conjugan algún aspecto,
algún resultado de la violencia, no solo de la violencia en el sentido de la inseguridad,
de la violencia de vivir.
Comencemos con el encuentro. Primero, yo les dije: La historia, la ocasión y el deseo.
Primero la historia: Yo no siempre fui Psicoanalista, mis primeros años como médico y
mis últimos como estudiante, fui cirujano, cirujano en una guardia de cirugía general, y
allí aprendí a diagnosticar, aprendí a cortar, aprendí a coser y aprendí a cuidar. Aprendí
esa rara forma de abstinencia que permite cortar un cuerpo sin padecerlo, se imaginan
que un cirujano si padece cada vez que corta un cuerpo no podría hacer absolutamente
nada de su práctica, ¿no? También hay una extraña y férrea forma de abstinencia para
poder hacerlo, yo aprendí eso. También aprendí lo que permite la excelencia de la
técnica, a la que debe sumarse las frecuencias de las decisiones y la paciencia y el
respeto por el tiempo de recuperación. Imagínense cómo una invitación, su invitación a
mí me hizo evocar mis primeros años como cirujano y evocarlos no solo diciendo: ah
fui cirujano¡, sino hablando de la excelencia de la técnica que había que tener, de la
frecuencia de las decisiones que había que tomar, de la paciencia y el respeto por el
tiempo de recuperación. Pero algo no me era satisfactorio. Hoy podría decirles: no era
ese el cuerpo que me interesaba de la gente, era de otro modo que imaginaba
intervenir, era otro tipo de padecimiento, otro tipo de cuerpo y otro tipo de dolor. En
este momento me acuerdo haber encontrado una metáfora: Yo decía: Es un cuerpo
cuyo peso no se pesa en la balanza, ese es el que me interesa. Y después uno diría
cuando está muy angustiado, muy agobiado por el peso de la existencia, de la que le
toca, de los tiempos. Yo pensaba: yo pongo una balanza, peso a mi paciente antes de
entrar en la sesión, el tipo se alivia, se siente un poco más aliviado, pesa distinto, se va,
lo peso al terminar la sesión y pesa igual, si es verano y transpiró 100 gramos menos.
Entonces yo digo: Ese cuerpo tiene un peso que es otro peso, ¿Cómo intervenir sobre
ese cuerpo, sobre ese peso? Eso fue para mí la metáfora que casi presidió el pasaje de
la cirugía a Oscar Masotta. Yo pasé de ser cirujano a estudiar con uno de los que para
mí, mi maestro, uno de los que fueron realmente maestros en la Argentina de muchos
Psicoanalistas. Comencé entonces a estudiar con Oscar. Y allí se abrió una vía que aún
hoy me resulta una vía nueva cada vez, eso me impresiona, porque la verdad que algo a
uno a lo largo de los años se le abra como una vía nueva, uno debería agradecerlo,
¿no? En tanta gente aburrida o inmersa en el tedio de lo que hace, uno debería
agradecerlo y aún hoy esa vía nueva que abrió Oscar en mí, me permite volver a
comenzar y esa vía es Freud. Eso es, Freud. Yo hoy leo Freud y vuelvo a comenzar con él
otra vez, es la verdad para mí una experiencia notable. Años después me encontré con
una frase de Lacan, que durante muchos años me interesó y después me dejo de
interesar, la frase decía así: “El Psicoanálisis debe aspirar a ser una cirugía mayor”
Chau! Dije (risas), “ proposición del nueve de octubre” que ahora se debe buscar si
quiere: El Psicoanálisis debe aspirar a ser una cirugía mayor, para mí era exactamente
una risa, una sonrisa. Bueno ese es el primer punto del encuentro, la historia.
El segundo punto del encuentro es: La ocasión. Hace ya algún tiempo que tengo en mi
práctica clínica y teórica una necesidad, una verdadera necesidad, hace no muchos
años, yo, cinco de cirujano y treinta de psicoanalista, es la necesidad de la SENCILLEZ,
no la tuve siempre, la tengo hace poquitos años. Durante años pensé que la sencillez
era un punto de partida y que luego venía una complejidad a la que me aboqué con
muchas ganas, pasé de la sencillez a la complejidad, a estudiar muchas cosas, a leer, a
pensar, a complejizar los problemas y en verdad los problemas son complejos. Me
encontré por un lado con la complejidad de la clínica, las cosas son fáciles al principio
cuando uno no se encuentra con esa complejidad, cuando uno se encuentra de verdad
con la clínica, la clínica es compleja. Me encontré con la complejidad de la teoría y
sobre todo me encontré con la complejidad de los acontecimientos. Así fue
transcurriendo gran parte de lo que he hecho. Hoy, a diferencia del comienzo, donde
creía que la sencillez era un punto de PARTIDA, hoy, creo que la sencillez es un punto
de LLEGADA. Que hace falta muchísimo trabajo para llegar a esa sencillez, hace falta,
como decía recién el Secretario de Salud, hace falta complejizar mucho los problemas
para llegar a abordarlos con un punto un punto de sencillez, porque el punto de
sencillez es el punto en que uno toma desde algún lugar una DECISIÓN Y sobre esa
decisión, trabaja. Hace falta mucho trabajo para llegar a la sencillez, por eso, para mí la
sencillez se transformó ya no en la ingenuidad de un punto de partida, sino en la
dificultad de un punto de llegada. Y entonces dije: Bueno, quizás es una frase que vale
la pena que les diga: Vivir mejor es una sencillez escandalosa y ardua. Piensen Uds. en
lo que sería para Uds. vivir mejor, ¿no? Vivir mejor es una sencillez escandalosa y
ardua. Bueno, si hay algo por lo cual tiene algún sentido el Psicoanálisis es un SESGO
para vivir mejor, así que imagínense que les cabe lo que acabo de decir recién. Ahora
Uds. dirán: ¿De qué forma, diría este tipo, que es una sencillez?
Vivir mejor es no decir SI cuando uno quiere decir NO ¿Cuántas veces que uno quiere
decir NO y dice SI?, en esta historia que se llama vivir. Esa sencillez implica no decir SI
cuando uno quiere decir NO, implica un desapego, implica una soledad, de la que los
hablantes, en general, no queremos saber nada, por eso decimos SI, aunque queramos
decir NO.
Y entonces cuando los discursos, muchos de ellos, se me transformaron en una música
vacía, vacía de cuerpo, comprendí que me dejaban de interesar. Volví a comenzar, volví
a Freud, pero ya solo, a solas, sin maestro. Agradecer a un maestro es poder seguir a
solas, es decir: Poder reencontrarlo como uno y otro, como uno con otro. Entonces
volví a Freud, a solas, ya solo, sin maestro, y comprendí una cosa que también quisiera
transmitirles hoy, así como vivir es una sencillez ardua y escandalosa: Comprendí que la
neurosis es LA NECESIDAD DE UNA DEFENSA FRENTE A LA INTEMPERIE, la neurosis no
es poca cosa, es una necesidad de una defensa frente a la intemperie, y tener una
defensa frente a la intemperie, no es poco. Quizás, la violencia de estos tiempos, es
que hay, como empezamos a ver, por distintos factores: la droga, los tiempos, un
fracaso de la neurosis como defensa. Piensen que loco es decir esto, nosotros que
estamos todos acostumbrados a hablar de la neurosis, a curar la neurosis, intentar
hacer algo con ella, estoy formulando que hay algún fracaso de la neurosis como modo
de defensa frente a la intemperie. Como se imaginarán, el respeto por la sencillez fue
creciendo, el respeto por lo arduo que significaba lograrla. Y la paciencia frente a la
repetición se transformó en el respeto por la dificultad de vivir. Yo creo que durante
años yo fui alguien que desde mi práctica era poco respetuoso de la dificultad de vivir.
Cuando fui comprendiendo algo del orden de la dificultad de vivir y el respeto que ella
me producía y también el fracaso de la neurosis en estos tiempos, el fracaso de esa
defensa que es la neurosis, entonces, esa es la pasión en que me encuentro y me
encuentran uds. hoy al hablarles. Si yo hubiera venido a dar una charla hace quince
años atrás, probablemente esto no hubiera podido decirlo. Por eso, para mí la historia
es un encuentro entre la historia y la ocasión, la ocasión hoy. Entonces, o bien me
callaba o bien me amparaba en un discurso pretensioso cuya música me aburre o bien
les hablaba de este modo, digo, hoy no podría hablarles, SINO de este modo, SINO de
estas cosas, si acepté venir es porque puedo hablarles de este modo y de estas cosas.
Había un tercer elemento en este encuentro y es: El deseo. El deseo es lo que me lleva,
lo que me anima hoy, aquí a conjugar estas dos palabras, por eso voy a conjugar dos
palabras: “Hospital” y “Emergencias”, y a sostener una pregunta, en realidad la
pregunta original era: ¿Se puede obligar a alguien a tratarse?, con muy buen tino me
dijeron que fuera un poco más civilizado y entonces cambié la pregunta: Si se puede
obligar a alguien a tratarse por una forma excelente y civilizada ¿
Tratamiento:Posibilidad o Necesidad?, me pareció que efectivamente que decía
civilizadamente exactamente lo que yo quería decir con: ¿se puede obligar a alguien a
tratarse? Así que esa es la historia del título, que verdaderamente fue todo un trabajo
bueno, realmente bueno.
El deseo entonces, lo que me anima, lo que me lleva a conjugar esas dos palabras, el
deseo es lo que se RESTA de lo cotidiano, es lo que excede a lo cotidiano, piensen que
es algo que se resta de lo cotidiano y a la vez lo excede, y entonces dije: ¿Cómo les
cuento yo que es lo cotidiano?, digo, desde quien les habla, entonces digo: El deseo es
lo que se resta de, lo que excede a, a la VALENTIA JUVENIL, es más que la valentía
juvenil y es menos que la valentía juvenil. El deseo es lo que se resta y excede a la
HAZAÑA OBSESIVA, el deseo es lo que se resta y excede a la DESESPERANZA
DEPRESIVA, AL ESCEPTICISMO DE LA IRONÍA, al OPTIMISMO DE LA HISTERIA, al
ALTRUISMO REACTIVO y a la CONVENIENCIA DEL PODER. De qué les estoy hablando,
¿no? De que hay una valentía personal, juvenil, hay una hazaña obsesiva, una
desesperanza obsesiva, hay un escepticismo de la ironía, hay el optimismo de la
histeria, un altruismo reactivo y una conveniencia del poder. Es decir, hay todas esas
formas de LA DEMANDA DEL OTRO, hay todas esas formas que hacen a LO HUMANO,
que son ni más ni menos que las formas en que lo humano se ampara para seguir
respirando. En otro momento yo hubiera criticado esto. Hoy digo estas son las formas
en que lo humano se ampara para seguir respirando, y quien no respira, se muere.
Ahora, cuando las inclemencias de lo real se ponen duras y voy a decirles muy
mínimamente que entiendo por lo real así podemos compartir en común eso. Voy a
llamar “REAL” a lo QUE NO CESA DE PRODUCIRSE, lo que no para de pasar, lo que no
tiene ni fin ni comienzo. Supongamos: El océano es real, no para de ocurrir, no para de
ocurrir, eso, el movimiento de una colmena es real, no empieza ni termina, no para de
ocurrir, lo que no cesa de ocurrir. En la segunda parte les voy a contar algo del principio
de realidad, el principio de realidad en Freud, eso tan poco considerado, tanta historia,
y les voy a decir que es un hombre, que es un HABLANTE. Un hablante es el que tiene
principio y final, eso. Ahora, un perro no tiene principio y final, tiene principio y final
para el hablante. Un árbol no tiene principio y final, tiene principio y final para el
hablante. Es decir, la proyección arma un mundo que es una realidad sobre un real que
no tiene ni principio ni final. Es complejo pero trato con alguna sencillez que podamos
entendermos lo que hablo.
Entonces, cuando las inclemencias de lo real, o sea, de algo que podría no tener ni
principio ni final, cuando esas inclemencias, o dicho de otro modo: Cuando el
movimiento sin causa de la pulsión de muerte insiste, cuando las inclemencias de lo
real amenazan la Institución, supónganse que acá los pacientes no paran de llegar, de
repente había un recital, se armó un quilombo tremendo y no paran de llegar, no paran
de llegar, no paran de llegar… eso, para el sujeto amenaza la Institución, es como si
fuera la inclemencia de lo real que amenaza y entonces la Institución puede
desvanecerse, desfallecer. No va a desfallecer, va a haber modos de… bueno,
¿Entienden lo que quiere decir cuando la inclemencia de lo real amenaza?,
entendiendo “lo real” por eso que podría no cesar, entonces, cuando la inclemencia de
lo real amenaza la Institución, cuando amenaza en cada sujeto, en cada sujeto
amenazado, incluso cuando las inclemencias de lo real amenazan el orden económico
real, yo no estoy hablando del orden económico solamente en el sentido más de
dinero y cuenta de eso que también es un orden, sino, del orden económico de la
energía del sujeto, digo, de las ganas, del entusiasmo, cuando amenazan eso. Cuando
las inclemencias de lo real TIENTAN para resolverlas con la segregación o el maltrato,
porque muchas veces esos excesos, esa inclemencias de lo real tientan con correrla con
la segregación o el maltrato. Cuando las inclemencias de lo real toman por asalto la
realidad, imagínense, recién me decía Ariel que él estaba a disposición, de guardia a
demanda de alguna urgencia que hubiera. Imagínense si el tipo tiene una realidad, su
familia, su casa… y de repente… una y otra, y otra, otra, otra y… bueno, cuando se
amenaza la estabilidad de la realidad, es entonces cuando las formas del amparo
humano, o también podemos decir: las formas humanas del amparo, que no es lo
mismo, se revelan insuficientes, eso tiene consecuencias. Las consecuencias son: El
malestar, las guerras, la angustia y las consecuencias son LA VIOLENCIA. La violencia
como un modo de fracaso de la neurosis. Yo definiría: LA VIOLENCIA EN ESTOS
TIEMPOS COMO UN MODO DE FRACASO DE LA NEUROSIS, desde la guerra hasta la
violencia urbana, a la cual asistimos.
Es así entonces, frente a estas inclemencias de lo real, que solo el deseo puede
sostener la fortaleza del espíritu para volver a comenzar.
Eso es lo que yo les supongo a Uds. aquí: Una fortaleza de espíritu para volver a
comenzar. Después veremos en los dos casos de los cuales vamos a charlar un rato esta
tarde, que realmente uno se pregunta después de esto no tenés ganas de seguir y si
además de eso lo justificas con todos los días, menos ganas de seguir tenés. Entonces,
¿De dónde salen las ganas? fue mi primer pregunta antes de agradecer, entonces: Esa
fortaleza de espíritu, vieja fórmula cristiana, que sin embargo es compatible con mi
idea del deseo, la fortaleza de espíritu, para volver a comenzar, ¿Qué es lo que hace
que Sísifo, Uds. conocen el mito de Sísifo, el tipo que llevaba la piedra hasta arriba de la
montaña, tuc! se le caía, volvía a agarrar la piedra, la llevaba de nuevo, tuc! se le caía,
¿Qué era? ¿Un boludo, un obsesivo, un melancólico, que era? O ¿eso era lo que le
tocaba y eso era lo que él quería?
La fortaleza de espíritu para volver a comenzar, no como una condena, sino como lo
que INSISTE FRENTE A LA DIFICULTAD. Efectivamente cuando es una condena, lo único
que uno tiene ganas es de huir, frente a toda condena, ¿Cuántas veces les habrá
pasado a Uds. que la realidad se vuelve una condena? Entonces lo que uno tiene ganas
es de huir, con lo cual uno no debiera complicarse, es tan humano como cada vez que a
uno se le arma una condena uno puede decir: No. Pero también hay una alternativa
que es esta insistencia que no tiene que ver con una condena, esta insistencia frente a
la dificultad que llevamos: El deseo.
Hospital de Emergencias. Todo esto fue una introducción. (Risas) Por lo menos, me era
necesaria para poder conocernos un poco, para poder encontrarnos un poco. Hospital
de Emergencias. ¿Qué es un Hospital? Entonces acá van algunas idea en relación a eso
que espero les sean útiles. ¿Qué es un Hospital? Un Hospital es UN LUGAR PARA
ALOJAR EL DOLOR y es un lugar para alojar el dolor cuando éste sobrepasa lo posible y
amenaza con la desaparición. Cuando el dolor no sobrepasa lo posible y no amenaza
con la desaparición, uno va al médico. Cuando el dolor sobrepasa lo posible, uno va al
Hospital o lo llevan. El Hospital es un lugar donde LA HOSPITALIDAD y vamos a
transformar la palabra “hospitalidad” en un concepto del cual les voy a hablar hoy. El
Hospital es un lugar donde la “hospitalidad” está REGULADA. Está regulada por un
“saber hacer” específico sobre el dolor. Sobre el dolor de ojos, sobre el dolor de oídos,
sobre el dolor de panza, sobre el dolor. Entonces el Hospital es un lugar donde la
hospitalidad está regulada por un “saber hacer” específico sobre el dolor para poder
alojarlo. Quizás el dolor humano es el libro más vasto, quizás el libro que contiene el
dolor humano, es el libro que contiene los demás libros.
El dolor es el borde mismo donde el amor naufraga, donde el temor es el mal, el temor
al dolor es el mal y el amor naufraga. Imagínense si no es algo que tenemos que tener
en cuenta, y tener en cuenta en sus múltiples manifestaciones. Lo que hace naufragar
el amor es exactamente lo que hay que tener en cuenta. En el dolor, pareciera que la
vida se olvida de mí, y la muerte me reclama, me reclama, no me toma, me reclama.
Pero, comencemos por aclarar que implica la hospitalidad en su verdadero sentido del
lazo social, porque la hospitalidad lo que define con lo que yo voy a definir un Hospital.
Les diré que la hospitalidad es: TRANSFORMAR A UN EXTRANJERO EN HUESPED, EN
LUGAR DE TRANSFORMARLO EN UN ENEMIGO. Vamos a decirlo fácil: Es invitarlo a
comer, en lugar de comerlo, es ofrecerle comida en lugar de transformarlo en comida.
Es el primer lazo, acto humano. No es como cuando uno llega y te ofrecían un Gancia,
una picadita, antes te ofrecían un café, hoy te ofrecen un vaso de agua, pero, te siguen
ofreciendo. ¿Qué quiere decir eso? Esa hospitalidad es transformar a un extranjero en
huésped, en lugar de transformarlo en un enemigo. La hospitalidad es un acto humano
por excelencia, no hay hospitalidad en ninguna otra especie que no sea la especie
humana. Por lo tanto, les diré que la hospitalidad es una decisión pretérita de nuestra
especie. Perder la hospitalidad es perder una de las decisiones que configuran nuestra
especie. Eso hay anotarlo en el orden de los riesgos, no en el orden de las costumbres.
Me decía el Dr. Marquetti: Hoy se entra a un Hospital, y se amenaza a un Médico y en
otro momento, no. Efectivamente, hoy un Médico ha perdido su investidura, su
semblante, su lugar… pero no porque eso valiera más que para su práctica, sino hay
algo de la hospitalidad que está puesto en crisis, en verdad que está puesto en crisis.
Poner en crisis o que esté puesta en crisis esta decisión pretérita de nuestra especie,
imagínense que es: Inscribir la violencia actual como una posibilidad de poner en crisis
la especie misma, la especie misma. Se los digo para los Psicoanalistas: uds. se
imaginan: ¿sujetos sin SUPER-YO? Imagínense por un instante: Sujetos sin SUPER-YO.
Dicho de otro modo: Sujetos sin moral, sujetos sin frenos, sin bordes, sujetos sin
padres… ¿Qué especie daría? ¿No? No lo piensen catastróficamente, nada de eso,
¿Qué especie daría? Daría otra especie. ¿Ok?
Entonces, la hospitalidad, sigo con ella, es hacer del desierto una mesa y un techo
donde sentarse. Eso. La hospitalidad FUNDA el huésped y a quien lo esperaba, aquel
que camina y que ha llegado a un lugar donde se lo espera. Se lo espera. Diré casi al
modo de una consigna: La hospitalidad es entonces: UN CRUCE DE CAMINOS. La
hospitalidad es un cruce de caminos. Vuelvo a decir que la cría será familia, y los hijos
son familia, no son cría, digamos. Esa es la generosidad del nombre, que funda una
mesa, un techo para una especie. El nombre funda la hospitalidad, el nombre funda
una filiación. Entonces, la hospitalidad es un cruce de caminos entre alguien que es
extranjero y alguien que lo recibe, y no es tu hijo.
La hospitalidad es entonces, un FUNDAMENTO de lo humano. Y cuando digo
fundamento de lo humano, digo que la palabra alienta transformando el recorrido en
vida, si no hay palabra, uno de los trabajos, insisten casi frenéticamente: y hay que
ponerle palabra, y hay que ponerle palabra y hay que ponerle palabra donde hay cada
vez menos palabras. ¿Por qué esa insistencia de ponerle palabras más allá de nuestra
práctica que tiene que ver con las palabras, no? Si no, porque la palabra lo único que
transforma el recorrido en vida. La hospitalidad es entonces, la manifestación de una
fraternidad que la palabra crea en la nada. Si nuestra especie se pone en riesgo, no es
que va a haber gente que viva, va a vivir en la nada. La hospitalidad es entonces: UNA
ALIANZA. Una alianza silenciosa, una alianza particular y social a la vez. Es: ACOGER AL
OTRO, es recibirlo, piensen acá: Es recibirlo, es recibir lo que se ofrece y ese “recibir lo
que se ofrece “es gratuito en su fundamento y es intercambio en lo moral. En su
fundamento es gratuito, se hace por nada. En su moral, en su intercambio, tiene que
haber un intercambio, un intercambio entre la gente que llamamos: Hospitalidad.
Entonces, yo diría, para decirlo de algún modo: LA GRATUIDAD ES FUNDAMENTO DE
TODA MORAL. Es en ese sentido que decimos: EL DESEO ES UNA FORMA DE LA
GRATUIDAD. ¿Por qué uno desea no ciclotímicamente? O sea, no ligado al éxito o al
fracaso, ¿Por cuando el deseo es fuerte, pese a la gran cantidad de fracasos que
tenemos? cuando es gratuito, cuando el deseo es porque sí, porque sí.
Por lo tanto, estamos en condiciones en este momento de retomar la cuestión de: Un
Hospital.
Esa complejidad que recibe el extranjero. Ahora, ¿Por qué uno dice: en un Hospital se
recibe a un extranjero? Decimos que en un Hospital se recibe a un extranjero porque
son extranjeros que no son por su dolor, el dolor los hace extranjeros. Si a mí no me
duele nada, a todos Uds. no le duele nada o más o menos, porque por lo menos están
sentados acá, no nos duele. Al que le duele, ese se transforma en extranjero.
Imagínense que entrara alguien diciendo, o como decía recién el Secretario de Salud:
“estaba en una celebración y todo eso y de repente, pido y… pum, pum”, imagínense
que entrara alguien acá gritando o sangrando, irrumpiría, se transformaría en