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SIN ANIMO DE OFENDER EN DEFENSA DE LA LENGUA DE  ANDALUCÍA  A la memoria de Ferraman Aben Belaen el amor a nuestra lengua. Este libro es un trabajo realizado a partir de diversas reflexiones y artículos efectuados por: Paco Albadulí Libero Ubeya Miguel Moya Guirao Xosse Alkassa Yual Alon Huan Porrah  Antonio Jesús Torres Y adaptados por: Tomás Gutier ÍNDICE
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Oct 16, 2015

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  • SIN ANIMO DE OFENDER

    EN DEFENSA DE LA LENGUA DEANDALUCA

    A la memoria deFerraman Aben Belaen el amor a nuestralengua.

    Este libro es un trabajo realizadoa partir de diversas reflexionesy artculos efectuados por:

    Paco AlbadulLibero UbeyaMiguel Moya GuiraoXosse AlkassaYual AlonHuan PorrahAntonio Jess Torres

    Y adaptados por:Toms Gutier

    NDICE

  • - Prlogo- Introduccin- La lengua Andaluza Aljamiada- La literatura en la lengua andaluza- Blas Infante y la lengua andaluza- La doctrina oficial- En defensa del andaluz- Escribir en andaluz- Vocabularioandaluz

    UNA INTRODUCCIN COMOBIENVENIDA AL LECTOR

    Una buena amiga, comprometida yprogresista, euskaldun (euske-ra parlante,por msseas), sonrea este verano al oirhablar andaluz a mi hijo Pablo.Espontneamente le pregunt porque lohaca. Ella me respondi:- Porque le haca gracia, no poda evitarlo.De nuevo le pregunt:- Y por qu en vez de hacerte gracia, nolo ves, simplemente, como algo extrao?te ocurre lo mismo con otras hablas delEstado?No recib respuesta alguna. Cruzamos

  • miradas y ello nos ofreci luz a ambos.Comprendi que, ajena a su voluntad,haba caido en el tpico que ella mismarechazaba conscientemente para supueblo y el mo. Sin haberlo querido, yomismo percib tambin hasta qu puntoelementos inconscientes, supuestostpicos manidos y amarillentos de otraspocas, siguen interiorizados en nuestrasmentes. . Con autocrtica creo que no hacefalta insistir en todos los que desde estatierra soportamos sobre los vascos.Este ejemplo nos ilustra sobre cuanto nosfalta a los andaluces para tomar concienciade nuestra habla. Ha probado el lector aque algn castellano parlante intenterepetir cualquier palabra singular denuestro vocabulario andaluz?Posiblemente recurra finalmente a la mofao a la grasia ampliamente conocida del olmi arma chiquillo.. Suele pasar demasiado.Se desprecia lo que se ignora que diraMachado, y la cultura oficial dominante noresulta precisamente neutral en ello.Vayamos por partes, porque el asunto noes fcil.El tema de los estudios lingsticos resulta,

  • por spero y agrio, poco popular. Alguien,de quin nadie pone en duda su capacidadintelectual, como es el caso de BlasInfante, evit hincarle el diente enprofundidad. Presumiblemente l eraconsciente de tanto como se esconde denuestra personalidad diferenciada trasnuestra habla, pero aunque se implicaintelectualmente en un amplio abanico detemas, no ocurre as con el que nos ocupa.S se documenta, en cambio, que le atraeel vocabulario arbigo-andaluz por susestudios sobre los orgenes del flamenco yen sus reflexiones sobre el principio de lasculturas de su libro Fundamentos deAndaluca (Fundacin Blas Infante, 1984).De forma que, tal y como demuestranuestro texto, tambin llega a intuiracertadamente en el terreno del habla.Por ello, lo primero que tenemos quesubrayar, en este prlogo que con placerrealizo, es que Toms Gutier, en la sntesispersonal que significa todo proceso demadurez personal e intelectual, efecta enestas pginas un esfuerzo ingente a lahora de hacer comprensibles y popularizaruna serie de cuestiones que hasta ahora

  • venan siendo objeto de especialistas. Ellibro posee, por tanto, un indudablecontenido pedaggico y generador de undebate que -precisamente- muchos ilustresdoctos y ctedras se niegan a ofrecer ocreen abiertamente ya superado con suvisin integrista de la realidad.Quienes as malviven aferrados a suverdad inmediata y convencional, aisladosen su torre de marfil, desconocen que,nada ms y nada menos que nuestroEstatuto de Autonoma, nos invita entresus objetivos (art.12.3.2) a todo locontrario. Todos los andaluces debenacceder a niveles educativos y culturalesque le permitan su realizacin personal.pero es que, adems, afianzar laconciencia de identidad andaluza viene dela mano de la promocin y elreconocimiento que los andalucesrealizamos de todo un sinfn de valoresque significan nuestra singularidad.Nuestra aportacin, por s, al conjunto depueblos de este Estado, de Europa y de laHumanidad.Mas parecera que algunos, lejos de todapluralidad y tolerancia que implica la duda

  • intelectual, se aferran a repetir loconvencional y a despreciar, antes queevaluar con rigor, aquellas novedosasperspectivas que emergen del estudio, eneste caso, del habla andaluza. Ellos sonquienes, con idntica falta de rigor al quecritican, ponen su nfasis en diluirsingularidades andaluzas en la pluralidadde hablas, ya sean andaluzas, del Estado,e incluso de Amrica latina. Con ello, lasaportaciones del andaluz, por fcilmenteasumidas, resultan despreciadas. An as,es necesario recordar que ms de uneminente lingsta ha sealado que elcastellano evoluciona hacia el andaluz, yque, incluso, el principal enriquecedor deste es, con mucho, nuestra habla.Lstima que esas reticencias no lamuestren tan decididamente con laverdadera invasin del anglosajn,portavoz de una globalizacin alienante.De esta forma, parece que olvidamos algotan bsico como las consecuencias psico-sociales que se derivan del uso (o abuso)de nuestra habla como andaluces. Y elloes, precisamente, donde el autor pone sumayor nfasis: Qu implicaciones tiene

  • para los andaluces el asumir que hablamosmal y que, en consecuencia, no poseemoshabla propia como elemento cotidiano deuso en nuestras vidas?Hoy nadie sensato pone en duda laexistencia de unas caractersticas fonticasy fonolgicas en el andaluz, aunque no porla singularidad deban ser homogneas enel conjunto de nuestra gente o del territorio.El empeo de la cacareada "visin global"llega de la mano de que todo, incluida elhabla andaluza, es una variedad delespaol meridional o atlntico (); de formaque slo reconocen en el castellano ()una pretendida unidad interna que nootorgan al resto. Alegan que no todaAndaluca habla el mismo andaluz...,cierto, pero... toda Castilla habla el mismocastellano?. Es el viejo truco de aplicar lapluralidad slo al contrario que se deseadescalificar, y defender por contra, unasupuesta coherente unidad en aquelconcepto de cualquier ndole que se deseaproteger.Sabemos que la geografa y el nivel sociocultural de los hablantes, as como lasituacin donde se realiza la comunicacin,

  • dan lugar a variaciones en el uso de lalengua. Somos conscientes de que todasituacin lingstica es explicable tambina partir de la historia. No obstante, si bienes comnmente aceptado que el hablaandaluza deriva del castellano medieval,que no del moderno, no es menos ciertoque nuevas teoras cuestionan esta visinortodoxa.El autor, en gran parte de su estudio, nosapunta algunas de ellas con la fuerza dequien no se conforma, pese a muyrepetidas, con respuestas incoherentes yconvencionales. A los ojos de la lingsticaclsica es impensable que el castellanoproceda del romance aljamiado. Encambio, resulta natural, coherente y obvio -segn anuncian- que aparezca en unmonasterio del camino del santo patrn deEspaa. Parece lgico () de esta formaque el castellano -siempre se ha dicho,procedente del latn- brote en la zona de lapennsula ms rebelde y menosprivilegiada a la presencia de laromanizacin. Impensable es que procedade la Btica senatorial, donde losandaluces de entonces, parece ser,

  • estuvieron mudos y sin literatura hasta quellegaron nuestros reconquistadores. Sabiosseores que no slo nos traen -y lodecimos con sorna- el habla correcta, sinoreligin verdadera, monarqua unitaria yhasta una precoz vocacin europea. Dichode otra forma, tuvimos por estas tierras lahabilidad lingstica de cambiar en cincosiglos el latn por el rabe y, ms tarde, porel castellano. Como bien se recoge en eltexto, fuimos tan torpes que no supimosdesarrollar un idioma propio partiendo dellatn, cosa que s hacen -en cambio- otrosterritorios con absoluta normalidad.Pero hay ms. Se empean en defenderque el mozrabe estaba presente slo enlos cristianos de al-Andalus. Como si amusulmanes y judos de esta tierra se lenegara xenfogamente cualquier influenciadesde el latn. Como antes expresamos, sepresenta fuera de toda duda que elmozrabe estuviera extinguido cuandocomienza la conquista castellana (). Escierto que los cristianos en la ltima etapade al-Andalus fueron ms perseguidos,pero podemos atribuir a la escurridizarealidad cultural las mismas prerrogativas

  • que a los estrictos hechos militares?. Esms, si se habla de persecucin, destierroo deportacin tanto de cristianos en losprimeros momentos como de musulmanesy judos al final, podemos entender quetodos los procesos culturales desde esosinstantes estn ya perfilados o finalizadosen un sentido u otro? o se trata, por elcontrario, de una realidad ms compleja,desdibujada y abierta ya apuntada inclusopor Blas Infante en su Principio de lasCulturas?.Ms bien creemos, junto al autor, que lasnegativas a valorar muchas dudas queexisten, responden a una visin talibanadel asunto y, una vez ms, a lamanipulacin de la historia para justificar ocompensar el presente. (De qu mesonar esto?). Si la Real Academia de laLengua no fuera consecuente con unahistoria en exceso centralista, comoentonces se podra justificar tantopaternalismo americanista realacadmicocon las hablas, por ejemplo, de Mxico,Cuba o Chile?. No evolucionan las hablas,o qu esconde en realidad estecentralismo lingstico?.

  • Sobre esta base, Andaluca no puede serla excepcin que cuestione una doctrinaoficial en todas sus variantes. Por eso,desde esta concepcin centralizada de loshechos, se justifica la expulsin de los malllamados rabes (en realidad andaluses).Y en la medida que hubo vaco poblacionaly cultural (), debe existir, en consecuencia,una repo-blacin que nos ensee, entreotras cuestiones, a rezar, a amar la unidadde los reinos y a su institucin real..., eincluso a hablar. Ya hemos advertido quees comnmente aceptado que las fronterasnaturales en esta rgida concepcincultural, lo son tambin para la aceleracino ralentizacin, segn convenga, de losprocesos culturales. Qu esconderealmente el inters en poner fronteras yaduanas a las mentalidades y a los valoresculturales?.Por todo ello y siempre segn la versinoficial, el andaluz tampoco puede procederde la conjuncin rabe-castellano. Nuncase dio en Andaluca situacin de tal calibrede forma prolongada () y, en conse-cuencia, no pudo existir interferenciasentre una y otra lengua. En coherencia con

  • las visiones tpicas que venimoscuestionando, una vez derrotados yexpulsados los amigos de Boabdil, surgepor arte de magia un nuevo panoramacultural uniformado (nunca mejor dicho) y,aparentemente, aceptado de formavoluntaria (). La pervivencia en el tiempo yla singularidad cultural de los moriscos,sencillamente no cuenta. Los ocho siglosque tard en consumarse la conquistacastellana, tampoco. Cualquier intercambioposible entre ambas comunidades no tuvolugar, porque, si quedara algn resto ensuelo patrio liberado -y permtanmecontinuar con la irona- seran siglos mstarde devueltos todos a frica. Lugar, porotra parte, y como suelen decir, de dondenunca debieron haber salido ().No podemos olvidar en esta particularhistoria de Andaluca que la presencia deandaluces en la colonizacin de Amrica,lo es siempre para hablar en castellano.Difcilmente asumido, como podemos com-probar, por los oidos indgenas. Por suertepara todos, la realacademia sigue velandopor el espaol.Pero la objetividad, como apunta la

  • bibliografa utilizada en el trabajo, tomaotros derroteros. Cada vez son ms losestudiosos (Zoido) que apuntan incluso ala influencia de la literatura andalus, nadams y nada menos que en el Renacimientoitaliano. No est tan clara y cerrada lacuestin, amigos, otra cosa es que, porintereses convencionales y de inters deEstado se afirme lo contrario.En este libro, como hemos apuntado conanterioridad, se insiste fundamentalmenteen cmo los andaluces tenemosconciencia (si es que la tenemos) denuestra habla. De la valoracin negativa ypeyorativa que realizamos sobre esadiferencia, nos hace el autor algunasaportaciones interesantes. Me pregunto siquizs los andaluces no hemos interio-rizado y asimilado en exceso nuestrasupuesta inferioridad como pueblo a partirde la ajena percepcin que poseemos denuestra habla. Quizs la usamos enexceso para los chistes y de ah que, parala informacin se utilice un pretendidocastellano castizo. O, como resulta mshumillante an: contemplar el esfuerzo demuchos profesionales andaluces, empe-

  • ados forzadamente en ser fisnos y, sinxito, en dejar de ser incultos. Es decir,andaluces. Renuncian a ejercer deandaluces, por entender () que se dirigena un pblico castellano parlante ().As mismo, es razonable la denuncia decmo los poderes pblicos con mayorresponsabilidad y competencia en lamateria (Junta de Andaluca), han puestosu nfasis en sentido contrario alestatutario y han presentado el hablaandaluza como una nueva variante de louniversal multicultural. (siempre me hepreguntado el porqu de esa fobia a queseamos nosotros mismos, como mejorforma de enriquecer la realidad). Laspropuestas alternativas que se sealan enla obra, por singulares, deben ser dignassiempre de una argumentacin seria en unsentido o en otro.El autor de la obra nos regala de estaforma una elaborada sntesis desde dondeinterpela con la humildad de quien secuestiona para buscar respuestas anuevas preguntas. Annimo lector, decaEinstein que las personas no son grandespor sus respuestas, sino por sus

  • preguntas. Y este libro entre tus manos noduda en abrir interrogantes convencido deque no posee la solucin para todas ellas.Entiendo que ese es el camino a laVerdad.Entre todas las premisas en estudio, megustara subrayar al menos dos: hablarandaluz no es, ni debe llegar a ser, algovulgar; y por otra parte, es convenienteafrontar el estudio del andaluz sin ningunaintencionalidad oculta. La conciencia quetengamos de ello es, sin duda alguna, unsentimiento que incide en nuestro ejerciciocotidiano de ser andaluces. Nos interesamucho pues, ver como los andalucesvaloramos nuestra habla y, a partir de ah,como siempre estar presente estapercepcin ntima, comenzar a redescubrircon satisfaccin nuestra diferencialingstica. El complejo de inferioridad alque nos induce nuestra habla, slo es unavariante ms de la inferioridad social,econmica y cultural en la que seencuentran inmersos muchos andaluces.Es hora pues, como deca cierta cuapublicitaria radiofnica de la transicin, desentirnos orgullosos de hablar andaluz.

  • Habla bien, habla andaluz.Este no es un libro ms, porque en l senos invita a profundizar sobre lo quefuimos, somos y debemos ser. Y ello, parael Centro de Estudios Histricos deAndaluca es todo un honroso deber.Toms, como amigo, compaero y socionos aporta un serio material para ejercercomo andaluces. Con una copa de buenvino chiclanero brindamos por ello. Quedaabierta la polmica. Salud y... sin nimo deofender, que nos aproveche a todos.Manuel Ruiz RomeroSecretario del Centro de EstudiosHistricos de Andaluca

  • Universidad de Sevilla([email protected])

    INTRODUCCIN

    A comienzos del ao 2000 se celebraba enGranada un simposio titulado: "Hablaandaluza, medios de comunicacin social y

  • aula", cuando, en el tiempo destinado apreguntas de una ponencia titulada "Elmapa lingstico del Estado espaol versuslegislacin educativa", impartida por elprofesor de la Universidad de Huelva,Jernimo de las Heras, se levant unapersona del pblico que, despus deidentificarse como profesor de lengua oalgo parecido, arremeti contra todo lo queall se haba expuesto:El andaluz no existe, es la forma, un tantopeculiar y folclrica, que tienen loshabitantes del sur de Espaa paraexpresarse en el idioma comn: elcastellano o espaol. Todo lo dems, nosasegur, son inventos cuya nicapretensin es entretener al personal sinbasarse en ningn mtodo serio deestudio, por lo que es preciso denunciar alos que intentan difundir en el aula algoque hace dao a los alumnos, es necesariomarginarlos.Perdone seor, interrumpimos su soflama,podra contestarnos a dos preguntas?Primera: Si el castellano empez apropagarse aproximadamente en el siglo Xy los romanos dejaron de ejercer su

  • influencia sobre Andaluca en el siglo Vqu hablaron los andaluces durante esosquinientos aos? Segunda: Si el castellanocomenz en un monasterio de San Millnde la Cogolla, poblacin de La Rioja,lindando con las Vascongadas, una de laszonas menos romanizadas de la PennsulaIbrica cmo es posible que losandaluces fueran tan torpes y no supierandesarrollar un idioma propio partiendo dellatn, al igual que hicieron en otrosterritorios?Son ustedes unos incultos, nos respondi,deberan saber que en Andaluca sehablaba una lengua llamada mozrabe,que desapareci cuando la reconquista.Pero, si de la segunda pregunta intuyo queintentan colegir o pretenden insinuar, queel andaluz proviene de una lengua propiaderivada del latn, que se trata de unalengua romance, apaga y vmonos!!apaga y vmonos!! Nos gritabaencolerizado.Perdone que volvamos a insistir, pero...cmo va a convencer a estos incultos siapaga y se va?. Dialogue, seor, dialogue.Pero el filosofastro, supuesto experto en

  • lingstica diacrnica no nos escuchaba,segua gritando muy ofendido sindemostrarnos en qu basaba susafirmaciones.Esta ancdota es una muestra de la actitudque constantemente nos encontramoscuando intentamos dialogar sobre elandaluz: menosprecio. Creen que tienen laverdad (y a lo mejor resulta que la tienen) ylos dems no merecemos ni siquiera elbeneficio de la enseanza. Ni intentandialogar, ni conocer otro punto de vista, niintercambiar experiencias, simplementeapaga y vmonos.El simposio lo clausur una conferencia delperiodista, dicen que andaluz, CarlosHerrera, quien, en su ms puro estilo denadar entre dos aguas sin mojarse,asegur que consideraba legtimo que losandaluces "pulieran" su acento, criticandoa los "talibanes" que imponen modos dehablar, a la vez que defenda "el uso cultoy sensato de la forma de hablar andaluza"apostando por la conservacin de lasexpresiones "que no vienen en eldiccionario pero que forman parte delcostumbrismo (sic) en Andaluca". Lo

  • dicho, todo el mundo contento.Y sta, no dudamos en agradecerlo, esuna de las posiciones ms suaves que seconoce entre los "entendidosconsolidados". Las dems sondemoledoras, porque cuando un intelectualoficial opina sobre el andaluz, no opina,juzga.Ya en 1963, Gregorio Salvador Caja, en sulibro "La fontica andaluza y supropagacin social y geogrfica" (Ofines,Madrid, pags. 183-188) denunciaba loscambios fonticos "vivos y virulentos"..."amenazantes, avanzando da a da,geogrfica y socialmente"... de un dialecto"vivo y agresivo". Podramos pensar quenos alerta ante un cambio social quepuede destruir nuestra civilizacin, pero noes as, se trata simplemente de la forma deexpresarse que tiene un pueblo, habla delandaluz. Posteriormente, en el ao 1997,precisamente en un Congreso del HablaAndaluza celebrado en Sevilla, el Sr.Salvador Caja, ya vicedirector de la RealAcademia de la Lengua Espaola (RAE),nos adverta: "Hablar de un dialectoandaluz es de imbciles".

  • Y quines somos nosotros, pobresandaluces imbciles, para llevarle lacontraria? Esta es la verdad oficial y si teatreves a contradecirla eres un andaluz, osea, un inculto. De ah, con perdn, el ttulode este libro: Sin nimo de ofender.Sinceramente, queremos exponer otropunto de vista, pero que nadie se ofenda.Seguramente estaremos equivocados en loque vamos a escribir, el papel es muysufrido y lo aguanta todo. Ya iremosaprendiendo y conociendo la verdad, peromientras tanto, la ignorancia es muyosada, permtannos este libro dondeexpondremos nuestras errneasconclusiones. Somos unos herejes, y loreconocemos.Al pueblo andaluz, le ofrecemos estetrabajo para que tenga de su modalidadlingstica una visin diferente a la oficial.A usted, intelectual, fillogo, lingista,lexiclogo, persona que lleva tantos aosestudiando y conoce profundamente eltema, le pedimos nuestras ms humildesdisculpas. Clmese en su justa ira y no sepreocupe, seguramente este libro no loleer nadie.

  • Nos hemos informado bien y sabemos queya no existe la inquisicin, por lo que, almenos, tenemos la tranquilidad de noacabar en la hoguera. No obstante, paracalmar los nimos de los ms exaltados,con la idea de que nadie se moleste y paraque se vea nuestro nimo de no ofender alos intelectuales oficiales, comenzamosnuestro trabajo declarando con la mayorsolemnidad que el andaluz ni es un idioma,ni una lengua, ni un dialecto, ni un habla, nin de n.... eppur si muove.

  • LA LENGUA ANDALUZA ALJAMIADA

    Segn nos dice Anwar G.Chejne en"Historia de Espaa musulmana" (Ctedra,pag. 344) el trmino Aljama o aljamiado es"una corrupcin del rabe achamiyyah(extranjero) y, en general, la expresinrabe acham y su derivado achamiyyah seaplican a las gentes cuya ascendencia noes rabe". En trminos lingsticos laAljama es la lengua no rabe o romanceque conviva como lengua familiar, con elrabe como lengua culta.Y, aunque los rabes llamaron Aljama alas lenguas de todos los pueblos con losque histricamente tuvieron contacto (porlo que podra aplicarse el nombre tambin

  • a otras lenguas de la pennsula ibrica), laAljama, por antonomasia, es la lengua deAndaluca, pues solamente en ella tomentidad y personalidad propia.Debido a que el proceso de arabizacin fuebastante lento "durante ms de los dossiglos primeros de islamismo predomina laaljama en la Espaa musulmana" comoseala Menndez Pidal en "El idiomaespaol en sus primeros tiempos" (Espasa-Calpe, VII edicin, pg. 34), al trminoAljama tambin se le ha calificado deromance o latinado por ser una lenguaderivada del latn y, en las referenciasoficiales se le llama con el trminomozrabe, identificando la Aljama con elromance que hablaban los cristianos.Paralelismo interesado y errneo queesconde claros prejuicios ideolgicos,tnicos y nacionales, pues se pretendereducir el empleo de la lengua de Aljama alos cristianos andalusies o mozrabes,trmino que designa a un grupo religioso,pero no lingstico, pues la Aljama era lalengua familiar tanto de cristianos, como demusulmanes o judos. Debido a laanacrona del trmino mozrabe, la

  • lingsta Rubiera Mata nos expondr endiferentes trabajos que el nombre msapropiado para la Aljama sera el delengua romance de al-Andalus, vocablocon el que la denominaremos msasiduamente en este trabajo.Designar con la palabra mozrabe a lalengua hablada en al-Andalus, no pareceun error originado por el desconocimiento ola ignorancia, ya que est totalmenteconstatado que no existi una suplantacinde la poblacin de la Btica por los nuevos"invasores". Menndez Pidal, en la obracitada anteriormente, lo reconoce sinambajes "...los principales centros depoblacin, como Sevilla, estaban llenoscasi totalmente por los romanos-godos...".Los rabes (0,5%) y bereberes (8,8%), nian en sus momentos de mayor pujanzallegaron a representar el 10% de lapoblacin de al-Andalus. Desde un puntode vista lingstico, al-Andalus fue un pastotalmente latino (90% de su poblacin),por lo que el empleo del trmino mozrabepretende negar la latinidad de losandalusies y la universalidad de la lenguaaljamiada en Andaluca, para atribuir la

  • exclusividad a la de Castilla.Pero la realidad es muy tozuda, hoysabemos que esta lengua "vulgar" eraempleada por todo el mundo, desde elcampesino hasta el califa, en susconversaciones familiares e informales(segn las investigaciones de grandesespecialistas en la historia de la lingsticahispnica como Menndez Pidal, Lapesa,Sanchs Guarner, Garca Gmez o SamuelStern) quedando el rabe como lenguaculta y de rezos junto al latn o el hebreo.Por lo tanto, exista un perfecto bilingismo(incluso trilin-gismo) en la sociedad de al-Andalus. Esta normalidad la podemos veren uno de los libros ms interesantes quenos muestra la sociedad de la poca de losOmeyas "Historia de los Jueces deCrdoba" de Aljoxami, traducido por elarabista Julin Ribera (Aguilar, pag 502).En una de las ancdotas que nos cuentaAljoxami se ve el perfecto bilingsmo deun musulmn tan ilustre como poda ser eljuez principal de Crdoba "un da sepresent una mujer ante el juez y le dijo enromance... le contest el juez en romance".Por el contrario, en ese mismo libro vemos

  • casos, aunque no muy comunes, entre laalta sociedad andalus de religinmusulmana, que no saban hablar el rabey slo se expresaban en la lenguaromance de al-Andalus.El romance aljamiado andaluz compartemuchos rasgos con las lenguas romancesdel norte peninsular. "Muchos de losrasgos lingsticos de la zona asturiana enese periodo inicial coincidan con los queya hemos analizado a propsito delmozrabe". "El romance gallegopresentaba muchos elementos en comncon el romance andalus o mozrabe"(Coloma Lleal, "La formacin de laslenguas romances peninsulares",Barcanova, pg. 160-161). "Los rasgos delleons y gallego al Occidente y los delaragons y cataln al Oriente... se unanpor el centro y por el sur mediante el hablamozrabe de Toledo, de Badajoz, deAndaluca y de Valencia, anloga a la delos extremos en muchos de sus rasgosprincipales" (Menndez Pidal,"Orgenes...", pg 513). "Los dialectos delsur y los occidentales conservaban losdiptongos ai, au. La forma primitiva

  • subsista entre los mozrabes -febrair,pandir, kerri, lausa-, aunque no debanfaltar los grados ei, ou-Alpandeire,Capileira, Lanteira, Poqueira, Perreirola, enla toponimia granadina-". (Rafael Lapesa,"Historia de la Lengua Espaola", Gredos,pg. 181).Sin embargo, la lengua romance de al-Andalus, a travs de los aos y porinfluencia de la lengua culta del momento,el rabe, fue incorporando trminos deeste idioma directamente, a travs de unatransformacin fontica o por simpleasociacin de ideas o conceptos. Enalgunas ocasiones, esta transformacinslo consista en aadir el artculo rabe"al" a la palabra romance o, simplemente,adaptar el vocablo a la pronunciacinpropia del pueblo. Sea como fuere, elresultado de todas estas transformaciones,del latn al romance o del rabe alromance, es la creacin de una nuevalengua, que oficialmente se denominamozrabe y otros conocemos comoAljama o la lengua romance de al-Andalus.Ya en la Enciclopedia Universal Ilustrada,

  • cuya primera edicin se inici bajo losauspicios del mayor fillogo espaol de lostiempos modernos, Don Ramn MenndezPidal, se reconoce: "En la parte dominadade modo ms o menos permanente por losrabes, la poblacin hispanorromanaconserv su lengua latina y desarroll eldialecto mozrabe. El rabe de losinvasores no pas de ser una lenguaaristocrtica, militar y literaria, que convivacon el habla popular romance".Una vez reconocida la existencia de estalengua en Andaluca, nos preguntamos:cmo era esta lengua romance de al-Andalus? En el periodo inicial secaracterizaba por su mayor fidelidad allatn, lo que se refleja en la presencia deabundantes arcasmos y la conservacinprcticamente inalterada de la fonticalatina. Debido a la sustitucin del latn porel rabe como lengua culta y de escritura,en Andaluca la lengua aljamiada no selleg a representar con grafa latina,nicamente se utiliz como lengua habladapor lo que slo se ha podido reconstruir suinterpretacin a travs de los textos rabesen los que se emplean trminos

  • aljamiados. Pero con la dificultad queentraa escribir con caracteres arbigosuna lengua tan distinta como el romancede al-Andalus.Desgraciadamente, hasta nosotros slo hallegado una pequesima parte de laliteratura en la lengua romance de al-Andalus. Fundamentalmente han sidoencontradas en unas composicionespoticas, cuyo final se llama Jarcha y que,segn Emilio Garca Gmez en "LasJarchas romances de la srie rabe en sumarco" (Seix Barral, pag. 35) "las jarchasnacen dentro de una sociedadperfectamente bilinge". As, vemos frasesenteras en romance como benid la pasqua,an sin elle, / lasrando meu qorazun porelle./ Komo si filiyolo alyeno,/ non masadormes a mew seno,/ Alba de mewfogore!/ alma de mew ledore!/ non estadnar-raquibe/ esta nojte ker amore.El texto ms antiguo conocido quecontiene palabras en la lengua romance deal-Andalus es el Calendario de Crdoba(siglo IX), existe alguna lengua romancede mayor antigedad? Los primeros textosliterarios se encuentran en los diwanes

  • (colecciones de poemas) y entre ellosdestacan el Kitab d'Aben Busra y el Yaisd'Aben al-Jatib. Entre las jarchas destacanpor su calidad las de Aben Luyun, el rey AlMutamid de Sevilla, Abraham Ben Erza oJuda Ha-Lev. Las Jarchas hebreas seencontraron en una Genizah o sinagogavieja de El Cairo y, las de la serie rabe, enlibreras de Oriente Medio y del MagrebEs en las Jarchas, en los tratados debotnica, medicina o farmacopea, en lostratados de geografa o en algn glosariolatino-rabe donde vislumbramos cmo eraen realidad el romance aljamiado andaluza travs de los trminos que aparecen enellos. As, los andaluces decan yenair(enero), meu amore (mi amor), ledore(alegra), colombaira (palomar), lauxa(losa) o yengua (lengua), conpronunciacin yeista de la ll. (Mdez.Pidal,Orgenes...pg.432)Dicen los especialistas que no existentextos con grafa latina que contenganpalabras aljamiadas, sin embargo por otrolado reconocen que multitud de textoslatinos de los monasterios del norte dondese ven anotaciones en rabe, estn

  • escritos claramente por notarios o clrigosmozrabes provenientes, principalmente,de Andaluca. En el caso del reino deLen, Gmez Moreno en "IglesiasMozrabes" nos dice que en la mayora delos textos latinos escritos por los cartulariosde los monasterios de la zona apareceninscripciones en rabe, unidas a una largalista de nombres patronmicos rabes oarabizados y recogiendo tambin una largalista de palabras arabizadas. El propioMenndez Pidal (Orgenes... pg 458-459)tambin ve procedencia mozrabe enestos notarios leoneses que emplean unlatn romanceado arcaico en sus escritos.La historia nos dice que durante variossiglos -del VIII al XII- hubo una granemigracin de andaluces a diferenteszonas del norte de la Pennsula Ibrica. Eslgico pensar que estos repobladorescultos que llevaban su arte plasmado,sobre todo, en la multitud de iglesiasmozrabes y en los cdices miniados,llamados Beatos- y su cultura, tambinllevaran su habla, que en el caso delleons arcaico se asemeja ms a la lenguaromance de al-Andalus (por eso, en los

  • textos aljamiados moriscos se ven todavaarcasmos que los especialistas calificancomo "leonessmos").Entonces, si en Andaluca hablabanAljama, no son aljamiadas las palabrasromances que estos mismos clrigosinsertan entre sus textos latinos? Existenmultitud de palabras romances entre lostextos latinos del norte escritos durante lossiglos IX, X y XI, antes del nacimientoescrito de la lengua que luego se llam"castellano", muchas de estas palabrasestaban fuertemente arabizadas. En elprimer texto conocido donde se nombraCastilla como un pequeo lugar de laBardulia, fechado en el 800, aparecenpalabras claramente aljamiadas. Una deellas "foze" (el alfoz andalus) va adeterminar la estructura administrativa dela primitiva Castilla burgalesa. En laspropias Glosas Emilianenses,consideradas como los primeros textosdonde se escriben prrafos completos en"castellano" (actualmente puestos en telade juicio por diversos estudios filolgicosentre los que destacan los del alemnHeinz Jrgen Wolf), aparecen trminos

  • aljamiados y, segn Gmez Moreno,raspaduras de haber eliminado multitud deanotaciones en rabe, aunque algunasolvidaron borrarlas siglos despus.La semejanza de que nos hablan losespecialistas entre los distintos dialectospeninsulares en la etapa de su formacinhasta el siglo XI, la podemos deducir poruna serie de escritos de la poca. Y lapodramos explicar por un sustrato latinocomn en zonas bastante romanizadashasta varios siglos despus de ladominacin romana, como puede ser laBtica, Mrida, Toledo y todo el Levante,pudiendo unirles el norte de Lusitania yparte de Galicia. Pero cmo explicar estasemejanza en zonas tan poco romanizadascomo la cornisa cantbrica o con una zonatan despoblada y tan desromanizada comola meseta norte? cmo se puede explicarque una lengua romance, procedente dellatn, a la que se han ido incorporandomultitud de trminos arabizados y en cuyadifusin han intervenido los monjes (laspersonas letradas de la poca) puedaprovenir, precisamente, de una zona comoel norte de Burgos, la Rioja, Vascongadas

  • y, en general, la cornisa cantbrica, zonamenos romanizada, menos arabizada yms tardamente cristianizada de toda lapennsula?.Un estudio serio, sin concepcionespreestablecidas, llevara a la lgicaconclusin de que si los textos dondeaparecen palabras romances estnescritos por mozrabes, y si estosmozrabes hablaban en sus tierras deorigen la lengua romance de al-Andalus ysi, segn esos mismos especialistas, elromance que se deduce de los textoslatinos, que incluso llevan anotaciones enrabe, es el mismo, tendramos queconcluir con que el romance que apareceen el norte es tambin Aljama llevado allpor los andaluces.Cosa curiosa, el intento de la historiografaoficial de querer hacer descender el hablaandaluza actual de los conquistadorescastellanos, puede, si recogemos susmismos argumentos y los desprendemosde prejuicios, volvrseles en su contra.Analizando todo lo anterior, hay datos paraargumentar que el idioma llamadocastellano o espaol es la asimilacin por

  • parte de Castilla de la lengua romanceandaluza. Las evidencias y los sucesivosdescubrimientos, estn terminando con lasteoras oficiales y demostrando quecarecan de todo fundamento.

    LA LITERATURA EN LENGUAANDALUZA

    La modalidad lingstica andaluza nuncaha contado con un marco poltico en el quepoder normalizar su uso y, por lo tanto,crear una literatura propia. Al igual que elresto del Patrimonio Cultural Andaluz,nuestra literatura ha sido expoliada por lossucesivos ocupantes del pas.Por lo tanto, y a semejanza de otraslenguas que tambin carecieron de unmarco poltico propio, nuestra literatura vioreducida su produccin a temas religiososy a la poesa popular, que en nuestro caso,mayoritariamente, se llama flamenco.Con una presentacin lineal o cronolgica,

  • es imposible llegar a entender la literaturaandaluza. Con frecuencia se superponenlos ciclos literarios y algunos, como elTeatro Medieval, llega a prolongarse hastabien entrado el siglo XVIII. Por todo ello,hemos renunciado a emplear un modelolineal, recurriendo a los ciclos literariospara hacer ms comprensible nuestraliteratura.Estos ciclos se podran resumir en: LasGlosas Andaluses, el Mester Andalus, lapica Andalus, el Teatro Medieval, elFlamenco y la Nueva Literatura Andaluza(con sus diferentes corrientes y variantes).GLOSAS ANDALUSESSe denominan Glosas Andaluses a unaserie de textos en los que se nos da unaimportante informacin sobre la lengua y ellxico andaluz as como su posteriorevolucin.

    Podemos destacar varios tipos deglosarios:- Calendarios.- Botnicos.- Tratados de Geografa.

  • - Tratados de Medicina.- Tratados de Historia.Junto a los trminos en lengua rabe, losescritores anda-luses solan poner lamisma palabra en el romance de al-Andalus o lengua de Aljama. Gracias aellos se ha podido reconstruir la evolucinde nuestra lengua, desde el latn de laantigua Btica al andaluz moderno,pasando por la lengua romance aljamiada.Por medio de estos textos hemos podidoidentificar miles de palabras vivas en elandaluz moderno que provienen de lalengua romance de al-Andalus, as comoalgunas, aunque en menor cantidad,apropiadas por el castellano.El texto ms antiguo que contiene palabrasandaluzas es el Calendario de Crdoba, definales del siglo IX o comienzos del X.Entre el resto de glosarios destacan por sucalidad el Botnico Annimo Andalus delsiglo XI y el Nuzhat al-Mustaq (Tratado deGeografa) de Al-Idrisi del siglo XII. Anqueda mucho por inves-tigar.Recientemente, el catedrtico de laUniversidad de Crdoba, Ramn Morillo-Velarde, nos descubra la existencia de

  • palabras en la lengua romance de al-Andalus en unas glosas de la Biblia deAlba, que data del ao 1433. A juicio deeste profesor, el andaluz "es el habladialectal ms viva y con ms pujanza queexiste en la actualidad".

    EL MESTER ANDALUS

    Llamamos Mester Andalus a la poesa detipo oral, cantada en plazas y calles por lospoetas andaluses en lengua romance deal-Andalus. Durante mucho tiempo secrey que la poesa lrica provenzal habasido la primera gran muestra literaria de laslenguas romances. Pero esto no era as.En 1948 un investigador israel, de origenalemn, llamado Samuel Miklos Stern, dioa conocer pblicamente algo que en 1933haba descubierto otro investigadorllamado H.Brody: un puado de pequeospoemas, condensados, directos,bellsimos, con un final que modificaba

  • totalmente las ideas que sobre las lenguasromnicas y su formacin se tena. Setrataba de las Jarchas.Las Jarchas fueron llamadas por elmaestro Dmaso Alonso "primaveratemprana de la lrica europea" y formabanla parte final de unos poemas conocidospor el nombre de Moaxajas que, escritasen lengua rabe o hebrea, contenan lasJarchas o vueltas en lengua romanceandaluza, pero con grafa rabe o hebrea.Este descubrimiento signific unreplanteamiento total, no slo de losorgenes de la lrica peninsular y europea,sino del hecho lingstico de al-Andalus.Que en al-Andalus se hablaba un romanceque en absoluto tena que ver con elcastellano, ms que respecto al troncolingstico comn latino, quedaba fuera detoda duda. Las Jarchas aparecen y tomancuerpo en el siglo IX del calendariogregoriano, mientras que Castilla tiene suorigen como condado a partir de FernnGonzlez (923-970) en pleno siglo X.Continuando bajo la proteccin de al-Andalus y no constituyndose en reinohasta que la hereda Fernando I (1035-

  • 1065), hijo de Sancho el Mayor de Navarray casado con Sancha de Len. Por lotanto, el romance castellano o idiomaespaol, se forma varios siglos despusdel origen de las Jarchas, la primeramanifestacin literaria y potica delromance andalus.En relacin con la Moaxaja podemosdefinir dos series del Mester Andalus:- Una hebrea descubierta en 1948 porSamuel Stern en unos textos encontradosen la Sinagoga Vieja de El Cairo ypublicadas por l mismo en el nmero 13de la revista Al-Andalus (pags. 299-346) enun transcendental artculo titulado Les versfinaux en espagnol dans les muwaxajashispano-hbraques.- Y una serie rabe sacada a la luz porEmilio Garca Gmez pocos aos despus(1952) y encontradas por ste en librerasde viejo de Oriente Medio y el Magreb.(Veinticuatro jarchas romances enmuwaxajas rabes. Revista Al-Andalus n17. Pags. 57 a 127). Entre los libros quecontienen la serie rabe, destacan el ElKitab de Aben Busrra y el Yais de Aben al-Jatib.

  • Se cree que las Moaxajas fueron creadaspor el egabrense Mokdem al-Kabri, en elsiglo IX, siendo, por tanto, el ms antiguopoeta andaluz en la lengua romance de al-Andalus del que tenemos noticia.As mismo, existe constancia del Zjel, unacomposicin estrfica, poticamentederivada de la Moaxaja, que est formadapor un estribillo y un nmero variable deestrofas compuestas de tres versosmonorrimos seguidos de otro verso de rimaconstante igual al del estribillo. El Zjel, adiferencia de la Moaxaja, est escritontegramente en la lengua romance de al-Andalus y es, con toda seguridad, anteriora cualquier composicin castellana, aun-que los poetas de esta lengua copiaron sumtrica y rima a la hora de componer,dando lugar a la llamada estrofa zejelesca.El Zjel ms conocido descubierto hasta lafecha es el de Aben Kuzman y seencuentra en su Diwan (siglo XII). Tambinnos han llegado los nombres de otrosautores como Mohamed Ben Jaira, Al BenChahdar el zejelero o Ahmed el de laMacarena.Tanto la Moaxaja como el Zjel se

  • componen, sobre todo, para ser cantados,por lo que su popularidad y divulgacindependen tanto de su calidad como de lamsica que le acompaa. Antonio MartnMoreno, en su obra Historia de la MsicaAndaluza (Edic.Anel, 1985, pag.63), nosasegura: "A lo largo de estas pginashemos insistido en la originalidad de lacultura andalus: los andaluces, al asimilarla msica oriental, la transformaronconvirtindola en algo propio y original. Taltransformacin es debidafundamentalmente al poeta ciegoMocdem Ben Moafa, natural de Cabra,que vivi entre los aos 840 y 920 ycomenz a cantar un nuevo tipo decanciones caracterizadas por el empleo dela lengua romance, la habitual entre losandaluces de entonces. Apenas hanquedado noticias del llamado "Ciego deCabra" que con su innovacin literario-musical iba a ejercer notable influencia enla lrica posterior."El Mester Andalus comparte una mismatradicin cultural con la poesa primitiva detipo amoroso galaico-portuguesa, italiana ycatalano-provenzal. Por el tema, la

  • estructura y el tratamiento que se da a lafigura femenina, podemos decir que elMester Andalus no tiene nada que ver conla literatura rabe o islmica, y s con latradicin grecolatina. Los poetas delMester solan poner sus poemillas en laboca de una mujer, en ellos se lamentabade la ausencia de su amado, contando suscuitas a su madre, hermana o, en algunoscasos, a una amiga.Las Jarchas ms antiguas son del siglo IXy X, datando las ms modernas del sigloXV. Algunas de las ltimas conocidas seencuentran en el Cancionero de Baena(reinando Alfonso XI, 1312-1350) y enalgunos diwanes con poemas de AbenLuyun.Entre los poetas del Mester Andalus,destacan por su calidad: Juda Ha-Lev,Aben Erza y Todros Abulafia. As mismo, ya pesar de no conservarse de l nada msque una Jarcha, se recuerda la figuramtica del rey Al Mutamid de Sevilla,debido, sobre todo, a los trabajos quesobre el mismo efectu Blas Infante.LA PICA ANDALUSHasta la fecha, los historiadores y

  • lingstas espaoles han intentado dar unavisin de la poesa pica en la pennsulaIbrica, intentando interpretarla desde unpunto de vista nrdico y pangermnico.Autores de la talla de Menndez Pidal hanquerido ver el origen de la pica hispnicaen la francesa o alemana, sin embargo yaJulin Ribera, en 1915, discrepaba de lasteoras oficiales asegurando que tena suorigen en la pica andaluza.Como se puede comprobar en diferentestextos histricos hispano-rabes, la picaAndalus tuvo en sus orgenes un marcadocarcter tnico y nacional, exaltando laprocedencia latina de los habitantes de laBtica, frente a la minora rabe-bereber.En la pica Andalus existen dos temasbsicos: La toma de Hispania por losrabes-bereberes y las luchas de siglosentre castellanos y sus aliados limtrofescontra los andaluses.Podemos diferenciar dos pocashistricas, cuyas obras ms importantesabarcan los siglos IX y X , la primera y lossiglos XII al XV la segunda. Del primerperiodo podramos destacar LaGenerosidad de Artabas (siglo IX) y El

  • Primer Conde de Andaluca (siglo X),perteneciendo al segundo periodo ElPoema del Mo Cid (siglo XII), el ciclo deLos Siete Infantes de Lara (siglos XII alXIV), el Romance de Abenamar (siglo XIV),La Prdida de Antequera (siglo XIV) y LaToma de Alhama (siglo XIV).Algunos de estos poemas han llegadohasta nosotros en forma oral comoromances o tons (primitivos cantesjondos), otros fueron escritos en la lenguaromance de al-Andalus y posteriormentecastellanizados. Concretamente el Poemadel Mo Cid, segn algunos autores, fueescrito hacia el ao 1114 en romanceandaluz por un mozrabe annimo yreescrito en castellano el ao 1307 por elcopista Per Abat. Es destacable por sucalidad el ciclo de Los Siete Infantes deLara con sus distintas variaciones: LosSiete Infantes de Lara, Mudarra y LaVenganza de Mudarra que constituyen unaautntica obra maestra de nuestraliteratura.Existen gran cantidad de fragmentos de lapica andaluza en el romancero. Entre lascolecciones de romances, podramos

  • destacar El Cancionero de Baena deFernndez de Constantina (siglo XVI),Cancionero General de Hernando delCastillo (1511), Cancionero de Amberes deMartn Nucio (1550), Cancionero deRomances de Esteban Njera, CuarentaCantos de Fuentes (1550), Romancero deLorenzo de Seplveda (1551), Coleccionesde Timoneda (1573), Romances de lasGuerras de Granada de Prez de Hita(1573), Romancero General (1600),Romancero de Jakob Grimm (1815) yRomancero de Wolf y Hofmann (1856).EL TEATRO MEDIEVAL ANDALUZA partir de la decadencia del imperioromano y las poste-riores invasiones de LaBtica por los pueblos germanos (vndalosy visigodos), desaparece en Andaluca latradicin teatral clsica greco-latina. Elteatro, como tal, no reaparecera de nuevohasta el siglo VIII ligado a los tropos,dilogos escenificados introducidos en losactos litrgicos, las secuencias, prosa overso que se dice en ciertas misasdespus del gradual y las trovas,composiciones amorosas cantadas por lostrovadores.

  • En al-Andalus, el Islm limit al interior delos templos cualquier manifestacinreligiosa de la Iglesia Mozrabe (cristianosandaluses). Esto motiv que entre lossiglos VIII y IX aparecieran una serie detropos religiosos, en los que seescenificaban la vida de Jess y Mara. Laafluencia masiva de pblico a los actos endonde se representaban, hizo que laIglesia prohibiera su representacin en lostemplos y estos salieran a la calle comoobras (oficios) desligados de la SantaMisa. Fue de esta forma como lassecuencias y tropos litrgicos sesecularizaron, dando lugar al teatromoderno.Los tropos tenan dos ciclos: de Pascua yde Navidad. Del primero podemos rastrearalgunos elementos en representacionesbblicas como las que se escenifican enAlcaudete (Jan) durante su SemanaSanta, destacando entre ellas El Paso deAbraham. Del segundo ciclo conservamosuna serie de tropos entre los que destacan:El Retablo de los ngeles, El Auto de losReyes Magos, La Infancia de Jesucristo yel Auto Sacramental de los Reyes Magos.

  • El Retablo de los ngeles debi escribirlo amediados del siglo XI (antes de laocupacin castellana del reino de Crdoba)un religioso mozrabe, no sabemos si en elactual pueblo de Obejo o en eldesaparecido Castil de Flores. El texto hallegado hasta nosotros en forma oral y enl se ve la clara intencin didctica de suautor al intentar demostrarnos que Jesses Dios (concepto Trinitario), y no unsimple profeta ms como nos ensea elIslam (concepto Unitario). La obra fueescrita, sin lugar a dudas, con la intencinde combatir en lo posible la islamizacin deal-Andalus, demostrando su desconocidoautor una gran educacin y un perfectoconocimiento del Islam. En resumen, es unclaro panegrico contra el Islam, por lo queal escribirlo se jug la vida. Debido,probablemente, al aislamiento fsicopadecido por Castil de Flores y Obejo, almodificarse las rutas que unan el Valle delGuadalquivir hacia Crdena (siglo XVI)primero y hacia Despeaperros (sigloXVIII) despus, El Retablo de los ngelesha permanecido casi inalterado, con la solaexcepcin del Villancico final introducido a

  • finales del siglo XVIII o comienzos del XIX.Hubiera sido muy interesante podercomparar esta obra con el AutoSacramental de los Reyes Magos de ElViso (Crdoba), la cual debi datar de esamisma poca, pero del original de dichaobra slo conservamos el nombre. Afinales del siglo XVIII se sustituy el textoprimitivo por un fragmento de la Infancia deJesucristo. Sin embargo, s podemoshacerlo con otras obras de claro origenmozrabe, por lo que se puede hablar, portanto, de una escuela de teatro popularromanceada andaluza.El Auto de los Reyes Magos, del siglo XII,es considerado por algunos especialistasuna versin en castellano de una obraanterior en la lengua romance de al-Andalus. La copia actual fue descubierta elao 1785, en la catedral de Toledo, y estescrita en una "lengua de compromiso"entremezclndose la lengua romanceandaluza y el castellano.La Infancia de Jesucristo fue escrita por elsacerdote Gaspar Fernndez y vila,recogiendo el habla popular de la Sierra deMlaga por lo que constituye una joya

  • lingstica, al hacernos llegarmozarabismos, hoy desaparecidos, peroan vivos en el andaluz del siglo XVIII,como yenwua (lengua), yussero (lucero),yuna (luna), etc. El, como a s mismo sedefine, "cura ms antiguo de la IglesiaParroquial de la Villa de Colmenar", seinspir al escribir su obra en la lengua y enlas tradiciones de su tierra, Mlaga.Para algunos, La Infancia de Jesucristo esel primer libro de la literatura dialectalandaluza y, para otros, el ltimo de unalarga tradicin cultural y parte de nuestroteatro medieval.Tan importante como el estudio de unaobra, es compararla con la cultura y eldesarrollo social de su tiempo, por lo que alanalizar el Teatro Medieval Andaluz vemosque posee una unidad en todas las obras yunas caractersticas comunes. Podramosresumirlas constatando que sus autoresson todos religiosos, por lo que la temticaes, as mismo, religiosa, defendiendo alcristianismo frente al islam yensendonos que Jess es Dios.EL CANTE FLAMENCODurante siglos hemos designado como

  • rabe o moro todo aquello que noconocamos bien o no se terminaba deentender por completo. El Flamenco oCante Jondo ha sufrido constantementeesta incoherencia, siendo uno de esostemas sobre los que los etnlogos,musiclogos, historiadores y socilogosnunca se han puesto de acuerdo.Han pretendido hacer descender elflamenco desde la postura que adopta elave del mismo nombre, hasta ladenominacin que tenan losacompaantes del rey Carlos I queprovenan de los Paises Bajos, pasandopor un cante de la etnia gitana, y siempre,sin que entendamos bien como podanrelacionar una cosa con otra... hacindolovenir de los rabes. Pero tuvo que ser elPadre de la Patria Andaluza, Blas Infante,quien nos diera la clave al descubrirnosque la palabra flamenco proviene del rabe"felah mengu" (campesino huido), siendo laexpresion de su alegra, dolor o tristeza yconstituyendo el grito desgarrado delandaluz sin tierra.Etimolgicamente el trmino "felah mengu"es rabe, pero no as la msica flamenca,

  • a la que ciertos historiadores hispano-rabes catalogaron de rons, romi o latini(procedente del latn) y nunca como rabe.No existe la menor duda de la influenciaque los elementos musicales islmicos hantenido en la formacin del Cante Jondo,pero no son los nicos. Es necesariocomenzar a valorar otros elementos comolos latinos, la msica religiosa judaica, lagreco-bizantina, persa, etc. El Flamenco noes, por tanto, una variante de la msicarabe, como interesadamente se nos hapretendido vender, sino una msicaautctona del pas con un marcadocarcter nacional andaluz.En este sentido, es necesario destacar lasaclaraciones que Ricardo Molina nos haceen su libro Misterios del Arte Flamenco.(Editoriales Andaluzas Unidas, 1985, pgs.28-29) "Dentro del terreno un tantoinseguro de nuestros conocimientos delcante flamenco, lo nico evidente, y queapenas necesita discusin, es que elfenmeno se inscribe entre coordenadasgeogrficas precisas. Geogrfica ygenticamente hablando, el cante es unfenmeno estrictamente andaluz... El cante

  • flamenco est ligado al terruo con fuerzabotnica y de la tierra prende su savia yvigor."Un claro indicio de la actitud quetradicionalmente se ha mostrado hacia loandaluz lo tenemos al comprobar cmoalgunos clrigos musulmanes de los siglosX al XV atacaban y perseguan las lailas,nubas y zambras por considerarlascostumbres de cristia-nos latinos y noislmicas. Y cmo los conquistadorescastellanos hicieron lo mismo por creer queera cosa de muslines. Ninguno de elloslleg a comprender que, simplemente, esamsica, cante y baile era unamanifestacin de la cultura andaluza.Dentro del incesante ir y venir de cantoresy msicos de Andaluca a las cortescristianas, se inscribe la hiptesis que nosda Antonio Carrillo Alonso en su libro LaPoesa Tradicional en el Cante Andaluz(Editoriales Andaluzas Unidas, 1988, pag.20), cuando llega a la siguiente conclusin:"un nmero considerable de "letras" delflamenco proviene -con mayores omenores modificaciones- de primitivascancioncillas andaluzas, muy conocidas en

  • los ambientes populares de al-Andalus,que siguieron dos caminos paralelos en eltiempo hasta llegar a nosotros: por un lado,se conservaron y fueron transmitindosedesde tiempo inmemorial en la intimidad delos hogares de Andaluca; por otro, fueronrecogidas en los ambientes cortesanos eincluidas ms tarde en los grandescancioneros castellanos..."El Calendario Annimo Cordobs (siglo IX)y el Calendario de Granada (siglo XIV),adems de informarnos de un sinfn detrminos (glosas) en nuestra lengua, nosdan una valiosa informacin sobre lamsica y costumbres de la poblacinandalus. Lo primero que salta a la vista esque ambos se basan en el calendarioJuliano (romano), lo que confirma lapervivencia de una latinidad cultural en al-Andalus. Quedamos gratamentesorprendidos al comprobar que losandaluses, tanto si eran musulmanescomo cristianos, celebraban la Natividad,Ao Nuevo, Reyes, etc., a pesar de lapresin ejercida por los maestros de lasescuelas cornicas.Es cierto que los primitivos origenes del

  • Flamenco estn en las nubas y en elmsico oriental Ziryab, pero se les olvidadecir que el creador de las nubas era kurdoy educado en Bizancio. Por lo tanto, sehace necesario buscar los origenes en losrawi (narradores o recitadores) que enplazas y mercados cantaban moaxajas,lailas, nubas, zambras y zejeles. En ellasencontramos las bases de las queposteriormente saldran las tons y todoslos dems palos (sole, seguidilla,fandango, etc.) que forman el cante fla-menco. El eslabn entre unas y otrasdebieron ser las "Canciones de Ciego", lascuales se remontan a las moaxajas yzejeles cantados en las calles y plazas deal-Andalus.Durante siglos, el Cante Jondo y suspoemas orales fueron la principalmanifestacin artstica en la modalidadlingstica anda-luza. Tmidamentecomienza su recuperacin hacia 1780 en laBaja Andaluca. Pero tuvo que llegar elRomanticismo o la satisfaccin de unanhelo en forma artstica, para redescubrirel cante flamenco. Ese movimiento quedurante el siglo XIX busca un mundo

  • distinto, apasionante, remoto en el tiempoy en el espacio, y que despierta uninusitado inters por todo lo popular,valorando las costumbres, cantes, bailes,literatura, etc., en su justa medida,encuentra en el Cante Flamenco unsentido a su bsqueda.Comienza as un proceso de recuperacinque, partiendo de la poesa flamenca, tienetres etapas:- Una primera en la que los folcloristas selimitan a recoger de viva voz los cantesflamencos, dejando constancia de ellos. Elescritor ms representativo de esta pocaes Antonio Machado y lvarez (Demfilo),y su libro "Cantes Flamencos".- Un segundo periodo donde no se limitana recoger los cantes, sino que se creanexprofeso, imitando las formas populares.El autor ms importante de este periodo esJos Mara Gutirrez de Alba con suantologa "El Pueblo Andaluz, sus tipos,costum-bres y cantes".- Y un tercer periodo en el que los poetasandaluces ya no imitan la mtrica popular(poesa aflamencada), pero s escriben enla lengua de su pueblo. De este periodo es

  • Jos Mara Martnez lvarez de Sotomayory su obra "Rudezas, poesas regionales".Entre 1870, fecha en que Demfilo publicsus "Cantes" y 1913 en que lvarez deSotomayor public "Mi Terrera", los poetasy folcloristas andaluces lograron crear unatradicin literaria andaluza propia e iniciarlos primeros estudios sobre nuestralengua.LA NUEVA LITERATURA ANDALUZALa nueva literatura andaluza estntimamente ligada a un movimientoliterario y lingstico nacido en laspostrimeras del franquismo y que tom elnombre de "L'Aina Andalussa" (AmanecerAndaluz).No nos faltan noticias, antes del siglo XVI,sobre la manera de hablar de losandaluces, diferente al resto de Espaa ysiempre criticada. Francisco Delicado ensu Retrato de la Lozana Andaluza(Venecia, 1528) responde a las crticasrecibidas por su forma de escribir: "Y siquisieren reprehender que por qu no vanmunchas palabras en perfeta lenguacastellana, digo que, siendo andaluz y noletrado... conformaba mi hablar al sonido

  • de mis orejas, qu'es la lengua materna y sucomn hablar entre mujeres". Dos cosasnos quedan claras. Primera: Delicado, aligual que los actuales andaluces, tenacierto complejo de inferioridad, "siendoandaluz y no letrado". Segunda: a pesar detodo no le importaba escribir tal comoentonces se hablaba en Andaluca, aunsabiendo las consecuencias que le iba aacarrear.Para abundar ms, tomemos unos datosde Antonio Zoido, quien, a su vez,reconoce "haber tomado prestados" de untrabajo presentado en la Consejera deCultura y cuyo autor le fue imposibleencontrar: "De esta manera, HernandoColn y otros muchos "reinventaron" labiblioteca, alma cenando cuestiones,palabras, conceptos y reflexiones venidosde todas partes, y Juan de Mal Laraescribi su Philosophia Vulgar, en la queestudiaba los refranes popularesconvencido de que la cultura popular tenasentido por s misma aunque no lograradesentraar la razn de ello, cosa queintentaran realizar, tres siglos despus,nuestros folcloristas. Con ello se afianza en

  • el idioma el lxico y los conceptospopulares que pasan a engrosar aqu, msque en ningn otro sitio, el espacio de loculto. Paralelamente a esto tiene lugar otrofenmeno en el polo contrario:... laconsagracin del dialecto potico andaluzpor Fernando de Herrera que, aunqueparezca raro, parte del mismo punto delque empezaba Mal Lara para reivindicar elsaber popular: la idea renacentista delvalor de la naturaleza humana en smisma... Se est abriendo paso otramanera de escribir: la del que usa para eltexto aquellas palabras que tambin usa lagente, incluso ortogrficamente..." (AntonioZoido Naranjo, Ni Oriente ni Occidente,Signatura Ediciones de Andaluca, 1998,pags. 286-287)

    A partir de aqu encontramos constantesreferencias en la literatura posterior y, conms insistencia, en el teatro. Aunquecorresponde a Cecilia Bhl de Faber, ensus novelas de corte realista, el intentarreflejar, tmidamente, y como nos dice enel prlogo de La familia de Alvareda(1856), "el habla de las gentes de campo

  • andaluza". Vindose obligada en una obraanterior, Clemencia (1852) a adjuntar unglosario de 37 voces andaluzas noincluidas en los diccionarios, para ashacerla comprensible.Haba existido una cierta concienciacin dela necesidad de una lengua andaluza enlos trabajos efectuados a finales del XIXpor Antonio Machado y lvarez (Demfilo)y, posteriormente, por los folcloristasRodrguez Marn, Jos M Gutirrez o JosMartn Santiago. Los hermanos lvarezQuintero y otros literatos, en sus obras,han transcrito parcial y folclricamente elhabla de andaluces y andaluzas, inclusoJun Ramn Jimenez se rebel contra laletra g. Pero los escritores que hacen suobra en andaluz son despreciados por laclase intelectual. Poetas como Jos Carlosde Luna, Manuel Gngora o Rafael deLen, son tenidos por "poetas menores"precisamente porque escriben en andaluz.Luego, la llamada Generacin del 27,plagada de andaluces, dej pasar la granoportunidad de haber creado una literaturapropia andaluza.Los primeros estudios sobre la lengua

  • andaluza los efecta el alemn HugoSchuchardt (Fontica Andaluza), quien en1881 publica "Die Cantes Flamencos",posteriormente Julin Ribera da a la luzsus "Estudios sobre la pica Andalus" yen 1933 se edita un "Vocabulario Andaluz",escrito por Antonio Alcal Venceslada,curiosamente con todas las bendiciones dela Academia de la Lengua Espaola. Hastala fecha, nico referente para conocer yvalorar el ingente caudal lxico del idiomaandaluz. Pero es Blas Infante al publicar sulibro "Cuentos de Animales" en 1921, quieninicia, realmente, la nueva literaturaandaluza.La diferencia entre estos autores,anteriores a la Guerra Civil, y elmovimiento literario posterior, radica en losdescubrimientos de Stern y Garca Gmezde los aos cincuenta. El grado deconciencia lingstica, de la percepcin quesobre s mismos, sobre su lengua y culturatienen los escritores despus del hallazgode las Jarchas, en una lengua romanceandalus, y la constatacin de la existenciade una realidad lingstica y cultural propia,anterior a la ocupacin castellana, trastoca

  • todos los conceptos. Mientras que antesesa realidad se intua, en la actualidadpodemos verla claramente, lo que produceuna autntica revolucin cultural quedesemboca en la idea de rupturalingstica e independencia frente alcastellano.Por tanto, los escritores de L'Ainareivindican que el Andaluz no es undialecto del castellano, sino una evolucindel latn que da lugar a una lenguaromance autctona de Andaluca,proponen dotar a nuestra lengua de unaortografa propia transformndola en lalengua del pueblo andaluz y defienden laidea de escribir en andaluz, haciendoposible la creacin de un movimientoliterario en la lengua andaluza.

  • BLAS INFANTE Y LA LENGUAANDALUZA

    Cuando el 11 de agosto de 1936 seasesina al Padre de la Patria Andaluza, seintenta acabar con un referente deidentidad y la posibilidad de organizar a unpueblo en torno a sus intereses, subandera, su nacin y sus formasparticulares de expresarse, incluida sulengua.Blas Infante, en defensa de una identidadandaluza, tuvo que partir prcticamente decero. Lo poco que hasta la fecha se habatrabajado en defensa de lo andaluz y lodisperso de lo editado, haca imposible unconocimiento popular del tema. Pareca,ms bin, que la influencia del poder paraabsorber de nuestra cultura todo loabsorbible, adulterando y ridiculizando elresto, haba posibilitado, como recoge en

  • su "Historia de las Hablas Andaluzas", J.A.Frago Gracia, que desde la Edad Mediaalgunos personajes despreciaran la formade hablar del andaluz, desprecio queincluso alcanzaba a Antonio de Nebrija,autor de la primera GramticaCastellana?, al que se acusaba de ser"demasiado andaluz". Su coetneo JunValds nos dej escrito: "Ya tornies avuestro Librixa. No os tengo dicho que,como aquel hombre no era castellano, sinoandaluz, hablava y escriva como en elAndaluza y no como en Castilla?...Vosno veis que aunque Librixa era muy doctoen la lengua latina, que esto nadie se lopuede quitar, al fin no se puede negar queera andaluz, y no castellano y que escriviaquel su vocabulario con tan poco cuidadoque parece averlo escrito por burla?... Enla declaracin que haze de los vocabloscastellanos en los latinos, se engaatantas vezes que sois forado a creer unade dos cosas, o que no entenda laverdadera significacin del latn, y esta esla que yo menos creo, o que no alcanavala del castellano, y esta podra ser, porquel era de Andaluza, donde la lengua no

  • est muy pura".Pero este menosprecio hacia la forma dehablar de los anda-luces no es algo nuevo.Rafael Lapesa en su Historia de la LenguaEspaola (Gredos, Madrid, 1980) recogeuna ancdota referida al emperadorandaluz Adriano y su peculiar forma depronunciar el latn con un acento especialque lleg a provocar, durante un discursoante el Senado Romano, la risa de lossenadores. Si un hombre culto y conaspiraciones, como Adriano, conservabaen la Roma del siglo II peculiaridadesfonticas de su Btica natal, mucho msacentuadas estaran stas entre las clasespopulares. Precisamente ser el pueblollano quien, en su hablar cotidiano, vayaalterando el latn dando lugar con el tiempoa una nueva lengua.La estrategia nacionalista de reivindicar unnico idioma para la "nacin espaola" haencontrado en Andaluca fieles aliados enuna "intelectualidad" que, muy a menudo,abomina de todo lo que les huele aidentidad andaluza diferenciada de lacastellana. Si las personas "cultas", piensael pueblo, no quieren nada con el anda-luz,

  • probablemente llevarn razn y tengamosque cambiar nuestra "inculta" forma dehablar. Con lo que se consigue un dobleobjetivo: anular la identidad de un pueblo yque nos autodespreciemos. Se intentacrear un estereotipo de andaluz que no seautovalore y as, con nuevos contenidos"coloniales", poder dominarle fcil-mente.La lengua andaluza, a la que todos losfillogos serios reconocen como de grancapacidad de arrastre -ah est suinfluencia en Latinoamrica- y queconserva muchas claves de nuestro ser, lapresentan como ejemplo de "no saberhablar", cuando es una muestra de laresistencia que nuestro pueblo opone a laimposicin que supuso la conquistacastellana. Nos ocultan nuestra historia,nos impiden conocer nuestra forma dehablar.En relacin a todo esto, Blas Infante nosdeja uno de sus textos ms lcidos: "Nobasta querer una cosa, es preciso estudiarel modo de conseguirla y saber cul es laaccin ms eficaz para la liberacin delpueblo andaluz.Yo s que el camino es largo, lleno de

  • incomprensin y dificultades; pero sabedque a cada hombre que le hagis llegar aconocer la historia de Andaluca, lapersonalidad de sus gentes, la manera deser y de entender la vida y la forma, sobretodo de expresarla y desarrollarla, ser unpiedra firme de ese edificio que entre todoslos andaluces, sin poltica falsa, sino conactuacin legtima del querer hacia elpueblo, tenemos que levantar lmpiamentey hacerlo relucir, con los valores que sonpropios de nuestra cultura, para ejemplo deesta humanidad perdida, hoy, en el caosde su conformismo.Ser entonces, cuando todos losandaluces conozcan su verdadera historiay esencia, cuando logremos llegar aobtener el poder necesario para exigir elrespeto a nuestra personalidad, tandiferente de aquella que tratan deimponernos y, en cierta forma, la hanhecho asimilar a nuestro desgraciadopueblo, indefenso y perdido, entreambiciones de todo tipo: econmicas,polticas y hasta culturales, tratando dematar previamente la nuestra ..."A Blas Infante le preocupa profundamente

  • la lengua andaluza, la estudia y habla deella con conocimiento de causa. Aunque esun conocimiento imperfecto ya que en esapoca an no se haban descubierto lasJarchas, pero intuye que falta lgica en ladoctrina oficial: "Las variantes sintcticas,prosdicas y sustantivas o de nombres dellenguaje andaluz le determinan como unorganismo en evolucin particularizante;como un dialectal rpidamente formado delcastellano; no tan castellano como pudieraparecer, pues el romance se inici enAndaluca, como lo tiene demostrado ensus estudios, don Julin Ribera. A losandaluces les prohibieron losconquistadores hablar su lengua hasta enel recinto familiar y emplear su alfabeto.Pero el pueblo conquistado sigui usandode sus particulares sonidos articulizantesde los cuales no se les pudo despojar,porque para esto hubiera sido precisosuprimirle o injertarle la garganta yempez, en seguida, a transformar elidioma del conquistador adaptndolo a suscondiciones diferentes fisiolgicas ypsquicas. Tal vez, se encontrase unaprueba complementaria del nacimiento del

  • romance en Andaluca en el hechoestudiado por el sabio patriarca de nuestrahermandad don Mario Mndez Bejarano,de ser, precisamente, la prosodiaandaluza, la que se transmite al propagardicho idioma a las regiones principalmentede ultramar".Qu cerca estaba don Blas!Qu claro tena que conocer nuestrahistoria y asumir nuestra lengua ayudaratremendamente a nuestro proceso deautoconsciencia. Empeado en procurarpara Andaluca "la restitucin de laconciencia de su personalidad cultural,creadora de las ms intensas culturas deOccidente".

    Blas Infante constata la dificultad quetienen los andaluces para trasladar porescrito lo que expresan en palabras.Quinientos aos despus de la conquistacastellana y, en algunos casos,ochocientos, los pretendidosdescendientes de la repoblacin castellanatienen problemas para expresar lo quesienten en el idioma de sus supuestosancestros. Hay algo que no concuerda, lasteoras oficiales se caen solas e Infante

  • deja constancia de su perplejidad: "Ellenguaje andaluz tiene sonidos los cualesno pueden ser expresados en letrascastellanas. Al "alifato", mejor que alespaol, hay necesidad de acudir parapoder encontrar una ms exactarepresentacin grfica de aquellos sonidos.Sus signos representativos hubieron losrabes de llevrselos con su alfabeto,dejndonos sin otros equivalentes en elalfabeto espaol. Tal vez hoy alguien seocupe en la tarea de reconstruir unalfabeto andaluz. Pero mientras tanto, espreciso que nos vengamos a valer de lossignos alfabticos de Castilla. En el dilogodel texto, siempre que usemos la h, seentender que sta debe ser aspirada. La jindicar un sonido ms fuerte que el de lah simplemente aspirada y mucho mssuave que la j castellana. La r tiene en ellenguaje andaluz un sonido ms suave queen el castellano, y la z un sonidointermedio entre z y s".En sus manuscritos nos deja unaafirmacin contundente: "Yo no he ganadotodava el premio que ms me estimulara:el poder vivir en andaluz, percibir en

  • andaluz, ser en andaluz, escribir enandaluz".As se expresaba Blas Infante haceochenta aos. Ahora, reconocidooficialmente como el Padre de la PatriaAndaluza y con nuestras autoridadesaceptando, no les queda otro remedio, sussmbolos, himno y bandera, se encuentrancon el problema de tener que ocultar unaparte de la doctrina Infantiana. Si BlasInfante llevaba razn en sus teoras sobre"regionalismo", "esencia de Espaa","autonoma" y dems manipulacionesoficiales de sus escritos Qu hacemoscon sus trabajos sobre la lenguaandaluza?. Con subvenciones callan a unay a unos. Qu van a hacer cuando elpueblo andaluz, poco a poco, conozca "suverdadera historia y esencia"?Estos, al igual que los de la carretera deCarmona el 11 de agosto de 1936, seequivocan. Blas Infante contina vivo.

  • LA DOCTRINA OFICIAL

    Cuando todo esto de las autonomas y laexplosin de sentimiento andaluz del ao1977, cogi a contrapie, tanto a quienesostentaban el poder como a quienespretendan ostentarlo, no tuvieron msremedio que hacer de tripas corazn y"convertirse" al "andalucismo", pues eldominar Madrid, pasaba primero porcontrolar Andaluca. La situacin estabanegociada y pactada: Catalua,Vascongadas y una acompaante, molestapero necesaria, llamada Galicia. El resto:Espaa. Y Andaluca como "esencia deEspaa". Pero el 4 de diciembre de 1977los andaluces y las andaluzas salieron a lacalle, y todo se trastoc. El partido polticoque pretendiera contar en el futuro tenaque poner una A detrs de sus siglas y elnico que no lo hizo a tiempo, desapa-reci. La situacin de Andaluca oblig aque se hiciera "caf para todos" y nuestranacin mir al futuro con optimismo. Pero,una vez ms, no pudo ser. Un partidopoltico se envolvi en la verde y blanca, se

  • adue de nuestra voluntad y Andalucaentr en un letargo del que todava no hasalido.Aprobamos un Estatuto de Autonoma enel que pomposamente se declara que lospoderes de la Comunidad Autnoma tienencomo objetivo bsico de su actuacin:"Afianzar la conciencia de identidadandaluza a travs de la investigacin,difusin y conocimiento de los valoreshistricos, culturales y lingsticos delpueblo andaluz en toda su riqueza yvariedad".Por lo tanto, era preciso guardar lasapariencias, "ser autonomista" y esoconllevaba la obligacin de incluir algosobre Andaluca en la educacin. Para ello,el Gobierno Andaluz aprueba leyes, peronadie se preocupa de su cumplimiento. Un60% de los libros de texto de primariaincumplen la legislacin y un 54% de losde ESO. El tratamiento de Andaluca enellos se reduce a mostrarla como unterritorio pobre, sin industrias, nocompetitivo, con un pasado o una historialigada a la de Espaa, donde la emigracin"prefiri" Catalua y algunos pases de

  • Europa para buscar un trabajo.Probablemente cualquier profesor nosasegure que, actual-mente, la forma dehablar del andaluz goza de respeto en lasaulas, se promueve y protege. Oficialmentese llama educacin transversal, sin quesepamos muy bien si se refiere a laprimera acepcin del diccionario: "que sehalla o se extiende atravesado de un ladoa otro", a la segunda: "que se aparta odesva de la direccin principal o recta" o aotra definicin ms acorde con el objetivoque se pretende.Sea como fuere, efectivamente en teoraes as, y no ponemos en duda que algo seha avanzado, (por ejemplo -y se trata deun gran paso- a los alumnos y alumnasandaluces ya no se les suele ensear "lareconquista de Andaluca") pero una cosaes la teora y otra la prctica. En realidadse contina menospreciando a quin hablaen andaluz y podemos comprobar laexistencia de muchos colegios donde laasignatura optativa "Patrimonio Cultural deAndaluca" se ofrece para su enseanza,pero no se puede dar al no existirprofesorado que domine el tema.

  • En los planes de estudio de primaria, delos 12 objetivos, slo 2 hacen referencia aAndaluca, de los 14 nucleos temticos,slo 2 se refieren a Andaluca. En la ESO,de 17 optativas que se ofertan slo hayuna con Andaluca en su ttulo: "PatrimonioCultural de Andaluca". De los 59 temasque figuran en el decreto que aprueba laESO, hay 16 en cuyo ttulo figuraAndaluca (un 20%). En el Bachillerato,slo un 7% de las materias (entrecomunes, propias de cada modalidad yoptativas) se refieren a Andaluca. Ynunca, nunca, se habla de la modalidadlingstica andaluza definindola como elhabla de un pueblo.Cuando en el aula se trata el idiomaandaluz se le dice a los alumnos: "El hechode pertenecer el alumnado andaluz a unaregin dialectal dentro del mbito delespaol no debera representar, en teora,ninguna situacin especial, puesto quetodos los hablantes del espaol,andaluces, toledanos, leoneses, tinerfeos,cubanos, chilenos..., son hablantesdialectales. No obstante, s que surgenproblemas de hecho, y la publicacin de un

  • documento como ste sobre Las hablasandaluzas (subrayado en el original) entrelos materiales curriculares es una pruebade ello. Problemas que se originan a partirde los dos fenmenos siguientes:a. La desigual consideracin que laspeculiaridades del modo de hablar espaolen nuestra regin tienen respecto a otrasvariedades, sobre todo las del nortepeninsular, entendidas tradicionalmentecomo ms aceptables, ms correctas, porno decir las nicas correctas.b. La falta de homogeneidad lingstica dela regin andaluza, sobre todo por lo quetoca a la pronunciacin, que es, adems, ladimensin ms representativa de nuestrasingularidad dialectal.Puede existir una mayor manipulacin?Hablamos espaol de forma diferente alnorte peninsular, que es la nica formacorrecta. Cada zona de Andaluca habla deuna manera diferente, por lo tanto, lellamamos hablas. Por lo visto, el castellanoo espaol, se habla igual en todos lossitios.En el mismo documento se nos dice: "Eneste sentido, incluso desde lo

  • estrictamente lingstico, se ha afirmadoque la causa de nuestro exageradoevolucionismo fontico, podra ser, lapereza articulatoria del hombre andaluz,quiz ocasionada por el clima y lapsicologa" (Antonio Llorente Maldonado,Fontica y Fonologa Andaluzas, RFE,1962, pag. 227). Le estn ense-ando alos alumnos andaluces que hablan malporque son unos flojos?Finalmente se nos machaca: "Desde lalingstica no estn del todo claros losconceptos de lengua y dialecto, ya queambos son definidos desde perspectivasmuy diversas y, a veces, con criteriosextralingsticos. No obstante, lingistas ydialectlogos suelen estar de acuerdo enque el andaluz no es una lengua ... Desdeun punto de vista diacrnico, gentico, elandaluz es un dialecto del castellano...Desde un punto de vista sincrnico, elandaluz en el momento actual es unavariedad, una modalidad lingstica delespaol...La lengua de los andaluces es lalengua espaola. Por consiguiente no sepodra hablar de dialecto." (En negrita en eloriginal).

  • El trabajo sigue en muchas pginas ms,pero... para qu continuar?, ya est elalumno donde se pretenda,completamente destrozado, con suautoestima por los suelos, ya hacomprendido que pertenece a un puebloinferior, por lo que, si quiere medrar, tieneque ocultar sus seas de identidad paraser "alguien" entre el resto de ciudadanos.As, no es extrao que, como nos revela unestudio del catedrtico de Filologa de laUniversidad de Granada, Emilio GarcaWiedeman, ms del ochenta por ciento delos andaluces encuestados identificaban elhabla culta con el espaol septentrional, esdecir, con aquella forma de expresarsedonde no hay ceceo ni seseo. Por elcontrario, la forma de hablar de losandaluces, era considerada por losencuestados como rasgos propios de unnivel cultural medio o bajo.Por todo esto, produjo una gran ilusin lasconclusiones del VII Congreso sobreEnseanza de la Lengua en Andaluca,celebrado en Sevilla, en el que losprofesores de Lengua Espaola enAndaluca, integrados en Aprela

  • (Asociacin Pedaggica para laRenovacin de la Enseanza de la Lenguaen Andaluca), pidieron la dotacin dectedras de Lingstica Andaluza en lasFacultades de Filologa y en lasUniversidades de Andaluca, con el fin, nosdecan, de vertebrar y coordinar losestudios dialectales y sociolingsticos delas hablas andaluzas. As mismo,solicitaron a la Consejera de Educacin dela Junta de Andaluca mayor coherencia ala hora de aprobar libros de texto ymateriales curriculares con el fin de hacercumplir la LOGSE de forma conve-niente.Como ven, todo muy suave, sin exigir, nipedir grandes cosas. Pues bien, hanpasado cerca de cuatro aos desde lacelebracin de este Congreso y laadministracin ha dado la callada porrespuesta.

  • LA DOCTRINA OFICIAL

    Cuando todo esto de las autonomas y laexplosin de sentimiento andaluz del ao1977, cogi a contrapie, tanto a quienesostentaban el poder como a quienespretendan ostentarlo, no tuvieron ms

  • remedio que hacer de tripas corazn y"convertirse" al "andalucismo", pues eldominar Madrid, pasaba primero porcontrolar Andaluca. La situacin estabanegociada y pactada: Catalua,Vascongadas y una acompaante, molestapero necesaria, llamada Galicia. El resto:Espaa. Y Andaluca como "esencia deEspaa". Pero el 4 de diciembre de 1977los andaluces y las andaluzas salieron a lacalle, y todo se trastoc. El partido polticoque pretendiera contar en el futuro tenaque poner una A detrs de sus siglas y elnico que no lo hizo a tiempo, desapa-reci. La situacin de Andaluca oblig aque se hiciera "caf para todos" y nuestranacin mir al futuro con optimismo. Pero,una vez ms, no pudo ser. Un partidopoltico se envolvi en la verde y blanca, seadue de nuestra voluntad y Andalucaentr en un letargo del que todava no hasalido.

    Aprobamos un Estatuto de Autonomaen el que pomposamente se declara quelos poderes de la Comunidad Autnomatienen como objetivo bsico de suactuacin: "Afianzar la conciencia de

  • identidad andaluza a travs de lainvestigacin, difusin y conocimiento delos valores histricos, culturales ylingsticos del pueblo andaluz en toda suriqueza y variedad".Por lo tanto, era preciso guardar lasapariencias, "ser autono-mista" y esoconllevaba la obligacin de incluir algosobre Andaluca en la educacin. Para ello,el Gobierno Andaluz aprueba leyes, peronadie se preocupa de su cumplimiento. Un60% de los libros de texto de primariaincumplen la legislacin y un 54% de losde ESO. El tratamiento de Andaluca enellos se reduce a mostrarla como unterritorio pobre, sin industrias, nocompetitivo, con un pasado o una historialigada a la de Espaa, donde la emigracin"prefiri" Catalua y algunos pases deEuropa para buscar un trabajo.Probablemente cualquier profesor nosasegure que, actual-mente, la forma dehablar del andaluz goza de respeto en lasaulas, se promueve y protege. Oficialmentese llama educacin transver-sal, sin quesepamos muy bien si se refiere a laprimera acepcin del diccionario: "que se

  • halla o se extiende atravesado de un ladoa otro", a la segunda: "que se aparta odesva de la direccin princi-pal o recta" oa otra definicin ms acorde con el objetivoque se pretende.Sea como fuere, efectivamente en teoraes as, y no ponemos en duda que algo seha avanzado, (por ejemplo -y se trata deun gran paso- a los alumnos y alumnasandaluces ya no se les suele ensear "lareconquista de Andaluca") pero una cosaes la teora y otra la prctica. En realidadse contina menospreciando a quin hablaen andaluz y podemos comprobar laexistencia de muchos colegios donde laasignatura optativa "Patrimonio Cultural deAndaluca" se ofrece para su enseanza,pero no se puede dar al no existirprofesorado que domine el tema.En los planes de estudio de primaria, delos 12 objetivos, slo 2 hacen referencia aAndaluca, de los 14 nucleos temticos,slo 2 se refieren a Andaluca. En la ESO,de 17 optativas que se ofertan slo hayuna con Andaluca en su ttulo: "PatrimonioCultural de Andaluca". De los 59 temasque figuran en el decreto que aprueba la

  • ESO, hay 16 en cuyo ttulo figuraAndaluca (un 20%). En el Bachillerato,slo un 7% de las materias (entrecomunes, propias de cada modalidad yoptativas) se refieren a Andaluca. Ynunca, nunca, se habla de la modalidadlingstica andaluza definindola como elhabla de un pueblo.Cuando en el aula se trata el idiomaandaluz se le dice a los alumnos: "El hechode pertenecer el alumnado andaluz a unaregin dialectal dentro del mbito delespaol no debera representar, en teora,ninguna situacin especial, puesto quetodos los hablantes del espaol,andaluces, toledanos, leoneses, tinerfeos,cubanos, chilenos..., son hablantesdialectales. No obstante, s que surgenproblemas de hecho, y la publicacin de undocumento como ste sobre Las hablasandaluzas (subrayado en el original) entrelos materiales curriculares es una pruebade ello. Problemas que se originan a partirde los dos fenmenos siguientes:a. La desigual consideracin que laspeculiaridades del modo de hablar espaolen nuestra regin tienen respecto a otras

  • variedades, sobre todo las del nortepeninsular, entendidas tradicionalmentecomo ms aceptables, ms correctas, porno decir las nicas correctas.b. La falta de homogeneidad lingstica dela regin andaluza, sobre todo por lo quetoca a la pronunciacin, que es, adems, ladimensin ms representativa de nuestrasingularidad dialectal.Puede existir una mayor manipulacin?Hablamos espaol de forma diferente alnorte peninsular, que es la nica formacorrecta. Cada zona de Andaluca habla deuna manera diferente, por lo tanto, lellamamos hablas. Por lo visto, el castellanoo espaol, se habla igual en todos lossitios.En el mismo documento se nos dice: "Eneste sentido, incluso desde loestrictamente lingstico, se ha afirmadoque la causa de nuestro exageradoevolucionismo fontico, podra ser, lapereza articulatoria del hombre andaluz,quiz ocasionada por el clima y lapsicologa" (Antonio Llorente Maldonado,Fontica y Fonologa Andaluzas, RFE,1962, pag. 227). Le estn enseando a

  • los alumnos andaluces que hablan malporque son unos flojos?Finalmente se nos machaca: "Desde lalingstica no estn del todo claros losconceptos de lengua y dialecto, ya queambos son definidos desde perspectivasmuy diversas y, a veces, con criteriosextralingsticos. No obstante, lingistas ydialectlogos suelen estar de acuerdo enque el andaluz no es una lengua ... Desdeun punto de vista diacrnico, gentico, elandaluz es un dialecto del castellano...Desde un punto de vista sincrnico, elandaluz en el momento actual es unavariedad, una modalidad lingstica delespaol...La lengua de los andaluces es lalengua espaola. Por consiguiente no sepodra hablar de dialecto." (En negrita en eloriginal).El trabajo sigue en muchas pginas ms,pero... para qu continuar?, ya est elalumno donde se pretenda,completamente destrozado, con suautoestima por los suelos, ya hacomprendido que pertenece a un puebloinferior, por lo que, si quiere medrar, tieneque ocultar sus seas de identidad para

  • ser "alguien" entre el resto de ciudadanos.As, no es extrao que, como nos revela unestudio del catedrtico de Filologa de laUniversidad de Granada, Emilio GarcaWiedeman, ms del ochenta por ciento delos andaluces encuestados identificaban elhabla culta con el espaol septentrional, esdecir, con aquella forma de expresarsedonde no hay ceceo ni seseo. Por elcontrario, la forma de hablar de losandaluces, era considerada por losencuestados como rasgos propios de unnivel cultural medio o bajo.Por todo esto, produjo una gran ilusin lasconclusiones del VII Congreso sobreEnseanza de la Lengua en Andaluca,celebrado en Sevilla, en el que losprofesores de Lengua Espaola enAndaluca, integrados en Aprela(Asociacin Pedaggica para laRenovacin de la Enseanza de la Lenguaen Andaluca), pidieron la dotacin dectedras de Lingstica Andaluza en lasFacultades de Filologa y en lasUniversidades de Andaluca, con el fin, nosdecan, de vertebrar y coordinar losestudios dialectales y sociolingsticos de

  • las hablas andaluzas. As mismo,solicitaron a la Consejera de Educacin dela Junta de Andaluca mayor coherencia ala hora de aprobar libros de texto ymateriales curriculares con el fin de hacercumplir la LOGSE de forma conve-niente.Como ven, todo muy suave, sin exigir, nipedir grandes cosas. Pues bien, hanpasado cerca de cuatro aos desde lacelebracin de este Congreso y laadministracin ha dado la callada porrespuesta.

    EN DEFENSA DEL ANDALUZ

    La situacin actual de la lengua andaluzano es sino el reflejo del momento en que

  • se encuentra la cultura andaluza engeneral: represin, menosprecio,marginacin, manipulacin.La peor de las represiones que puedesufrir una lengua es su ridiculizacin y esoes, precisamente, lo que ha sucedido conla peculiar forma de hablar que tienen losandaluces y las andaluzas. Los medios decomunicacin ya nos han acostumbrado aidentificar a quien habla en andaluz comouna persona de baja instruccin acadmicao un "gracioso". Es muy normal consideraral andaluz, sobre todo en crculosuniversitarios, como un castellano malhablado. Sin ir ms lejos, en el nmero 1de "Sociolingstica Andaluza" -revista dela Universidad de Sevilla- se daninstrucciones para que "el buen gusto" delos profesores de EGB seleccione yperfeccione en los nios andaluces suforma de hablar, corrigiendo lasexpresiones incorrectas que no sigan loscnones de la Real Academia de laLengua Espaola. Segn su autor, elvasco Vidal Lamiquiz, conocido entre suscolegas como "el maestro", "esteperfeccionamiento del habla sera objeto

  • de la estrategia pedaggica de la primeraetapa de EGB".Si lo que se pretende es que el alumnoaprenda el idioma castellano, es normalque se den esas instrucciones. Pero eljoven tiene un problema: en la calleescucha como a su alrededor se habla deotra manera y nada le dicen de esa otraforma de hablar. Nadie le informa de queeso se llama andaluz, es algo diferente alcastellano y, por hablarlo, no se pierde ladignidad. En la estrategia de anulacin dela identidad de un pueblo, el andaluz seignora y se ridiculiza. Como mucho, segnnos dice el propio Vidal Lamiquiz, cabeaceptar una forma culta de hablar andaluzque "mantiene su propio acento entonativo,un recatado seseo fontico, una suaveaspiracin y la expresin salpicada devivas imgenes y logrado colorido. Es, ensuma, la lengua hablada de los hablantescultos andaluces y es tambin la lengua delos escritores andaluces". Es decir, seadmite una nota "de color", que hastaqueda bien. Todo lo que se salga de ah,son arcaismos, vulgarismos o "tartajear",como seala Rafael Lapesa en su obra

  • "Sobre el ceceo y el seseo de losandaluces": "...cecear exista desde el sigloXIII y tena, adems, la acepcion detartajear".Cuando un andaluz intenta imitar el hablade los castellanos, suele hacer el mayor delos ridculos. Esta actitud provoca laindignacin de los andaluces sensatos,pero hay que ser comprensivos, es muchala presin que se recibe. Veamos unejemplo: en televisin aparece un seorque constantemente repite la mismacantinela en andaluz: "po s". Al oir estasdos palabras, todo el estudio, incluidospresentadores e invitados prorrumpen engrandes risas y sonoras carcajadas, comosi hubieran escuchado el mejor de loschistes. Ahora, alguien nos hace unapregunta y tenemos que contestar con lamisma frase que el "personaje" de la tele.Qu hacer? Si hablamos en andaluzpodemos provocar igual hilaridadSeremos el hazmerreir de nuestrointerlocutor? No sabemos qu responder...dudamos... al fin se nos ilumina elsemblante, y con una sonrisa desatisfaccin contestamos: "puess sis".

  • Cuando los actuales medios decomunicacin ridiculizan el andaluz, nohacen nada nuevo. Todo esto viene demuy atrs. Por ejemplo, el 23 denoviembre de 1925 se celebr enAndaluca "la cruzada del bien hablar".La imposicin del castellano y la represindel andaluz que se ha llevado durantesiglos a travs de la escuela, ha calado tanhondo en el subconsciente de losandaluces que, sin querer, de maneraautomtica, se tiende a "pronunciar bien"cuando se habla en pblico. Peroconfundimos pronunciar bien - o seavocalizar, empleando las palabras en susjustas acepciones, con coherencia yriqueza de vocabulario - con pronunciarimitando el acento de los habitantes deValladolid. En este aspecto, los discursosde los polticos andaluces suelen causarvergenza ajena, si en Andaluca hay unatremenda falta de identidad, en nuestrospolticos, sean del matiz que sean, estedficit raya en el esperpento.Sin embargo, las personas que apenashan pasado por el filtro castellano de laescuela son las que conservan el andaluz

  • ms vivo, precisamente por haberpadecido menos "las correcciones" delcolegio. En este sentido, es fcil constatarcmo las personas que se han instruido enlenguas diferentes del castellano (loshabitantes de Gibraltar o los hijos deemigrantes andaluces que han recibido sueducacin en otro idioma) y su lenguafamiliar es el andaluz, son las queconservan un andaluz ms autntico, y noson precisamente analfabetas. EnAndaluca se da un claro "bilingismo detipo diglsico", caracterizado por hablar lamayora de la poblacin cotidianamente enandaluz y, a su vez, hablar en castellanolos estamentos oficiales, los medios decomunicacin y la enseanza.La diglosia andaluza es del tipo llamado"ortogrfico", es decir, la poblacin hablaen una lengua (andaluz) mientras recibe sueducacin y escribe en otra (castellano).Esta situacin ocasiona cantidad deproblemas lingsticos, dificultando elproceso de aprendizaje escolar, lo queproduce una baja calidad educativa, creaun fuerte complejo de inferioridad y haceque ms de la mitad de los escolares

  • andaluces terminen con un incorrectodominio de la escritura.Pero, a su vez, ayuda a mantener unasituacin de claro colonialismo poltico,econmico y cultural, por lo que desde elpoder poltico nunca ha existido voluntadalguna de cambiar la actual situacinsocio-lingstica de Andaluca. La escuela(la enseanza en genera