12 Simón Bolívar heredó de sus padres, principal- mente de su madre, un carácter fuerte, arries- gado y aventurero. En su niñez se manifestó polé- mico frente a sus maes- tros a quienes respetó sin ser sumiso. Su men- te altiva e independien- te encontró eco y re- flejo en Simón Carreño que era un autodidacta imbuido en las escuelas enciclopedistas del siglo XVIII. Simón Carre- ño –o Rodríguez, como prefirió llamarse- vis- lumbró la personalidad del joven que lo escu- chaba con atención a él que no era un pedagogo, mas sin embargo había leído y analizado lo que Rousseau escribió sobre los procesos formativos de un niño en su obra “El Emilio”. Bolívar nació dotado de una inteligen- cia superior: Escuchaba a su “maestro” e iba más allá del significado sim- ple de su discurso, llevaba las ideas al campo prácti- co, entre lo que había sido el mundo según lo narraba la his- toria y lo que era ahora, entre lo que era Amé- rica como co- lonia de un país lejano y lo que podría llegar a ser si lograra separarse polí- ticamente como ya lo estaba geográficamen- te. En plena juven- tud, Bolívar via- jó a España; en la edad en la que la imaginación, el corazón y la mente ponen al hombre a volar por las regiones de la fantasía. Ese viaje tam- bién le sirvió para mirar de cerca la España de la que, como colonias, hacía- mos parte. Vio cómo los sobe- ranos a quie- nes se rendía veneración en América, tenían comportamien- tos indignos. Este reconoci- miento reforzó en su mente la idea de liber- tad. En un se- gundo viaje a Europa presen- ció la corona- ción de Napo- león Bonaparte y se maravilló por la gloria y esplendor con que se rodeó al emperador en esa solemne ocasión, y, según dice un histo- riador, pensó que igual gloria cubriría a quien liberara a América del yugo español. También en Europa, Bolívar conoció las tendencias políticas, el adelanto industrial gracias a la aplicación de la máquina y ahon- dó en las teorías filosó- ficas que no se permitía difundir en las colonias. Solo fal- taba po- ner la voluntad al servicio de la mente y del sentimiento. El primer acto de voluntad fue el juramento que, con su maestro Simón Rodríguez como testi- go, hizo en Roma, de no dar descanso a su bra- zo hasta no desatar las cadenas que nos tenían atados al poder español. Sus cualidades de escri- tor, de orador, de comu- nicador, su capacidad de mando, su sentido para prever sucesos por ve- nir, su generosidad y desprendimiento lo ele- varon a jefe insupera- ble en la epopeya de la independencia america- na. Se convirtió en guía indiscutible de los ejér- citos, ídolo de las multi- tudes que lo aclamaban, y gobernante firme. Bolívar y muchos otros héroes conocidos y anó- nimos lograron la Inde- pendencia, pero los Es- tados nacientes tenían mucho que aprender en cuanto a cómo adminis- trar la tan luchada li- bertad. Visión del Libertador por la pintora ecuatoriana Carmen Baptista Bolívar la llamaba la “Libertadora del Libertador“ Retrato de Manuela Sáenz Quinta de Bolívar, Bogotá. Simón Bolívar, EL VISIONARIO Recortar y coleccionar Patrocinan: Entrega 1/12 de las páginas informativas que complementan a Próceres de mi tierra. Encuéntrame hoy, y mis vestidos la próxima semana. Retrato de Bolívar en el que su cuerpo es Suramérica. Por Octavio Márquez, Caracas. Textos de Demetrio Quintero Quintero.