SíGUEME www.parroquiagenoves.org Publicación semanal de la Parroquia Ntra. Sra. de los Dolores de Genovés Curso 2013-2014 Nº 190 Semana del 11 al 17 de noviembre DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Lectura de la profecía de Malaquías 3, 19-20a Os iluminará un sol de justicia Salmo responsorial 97, 5-6. 7-9a. 9bc El Señor llega para regir los pueblos con rectitud. Lectura de la segunda de san Pablo a los Tesalonicenses 3, 7-12 El que no trabaja, que no coma Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 5-19 En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Je- sús les dijo: -Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destrui- do. Ellos le preguntaron: -Maestro, ¿Cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder? Él contestó: - «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de gue- rras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.» Luego les dijo: - «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán compa- recer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni con- tradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicio- narán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.» Palabra del Señor. EL REINO DE DIOS COMO ALTERNATIVA AL REINO DEL TENER Los apóstoles se quedan ensimismados viendo el esplendor del templo, pero Jesús les hace caer en la cuenta que nada de eso tiene valor; eso es como paja que el fuego ha de quemar, y de lo que no quedará piedra sobre piedra, porque no sirve para nada: Jesús, contrariamente a los apóstoles, siente pena y tristeza, porque allí no existen huellas del reino de Dios, ni tampoco se quiere poner al servicio, se adoran las rique- zas, el esplendor, los honores, el poder, el lujo…y todo eso no sirva más que para admirarlo y hacer que nos sintamos distantes y diferentes a los demás, eso no tiene conexión alguna con el amor, con la justicia, con la verdad, con la fraternidad y, menos aún con la paz. Ese templo es un signo equívoco que confunde el ca- mino, pues allí no se acoge la justicia, ni allí se celebra la vida, ni en él encuentran apoyo los pobres, ni se presta a ser voz de los que no la tienen… aquello, más bien ofende a Dios y, por eso, no ha de dejar de él piedra sobre piedra. Esto le llena de dolor, hasta el punto de producirle lágrimas. En tiempos como los que vivimos, en donde constantemente nos asalta la tentación de llenar la vida de “cosas” que embellezcan y dejen tranquila la conciencia, quizás sea bueno escuchar a Jesús frente a la sun- tuosidad del templo: no la justifica, ni la aprueba, ni la acepta, la única alternativa que plantea es dar por ter- minado todo aquello que no tiene sentido, que resulta el peor obstáculo y que está alimentando una religión engañosa, que evade la responsabilidad que tenemos de instaurar el reino. Es por lo mismo que Jesús anuncia con toda claridad: ponernos a anunciar el reino del amor, de la soli- daridad, de la justicia, de la paz, de la verdad en medio del reinado del “tener”, veremos que el enfrentamien- to estará servido, y vendrá envuelto en guerras, en hambres, en corrupción de todo orden, en amenazas… y frente a la propuesta del reino, se nos presentará también la del reinado del “TENER” que se presentará co- mo lo único que nos da la seguridad y la paz y, muchos, incluso de los elegi- dos, caerán en las redes e intentarán imponerlo como norma, sostenida y respaldada por Dios. El éxito está en mantenerse firmes, inamovibles, como el que sabe se- guro que el triunfo lo tiene ya ganado y, por muy fuerte que sea la batalla, es- tá todo perdido para los adversarios. El reino de Dios está por encima del templo, de las estructuras, de la ley,… y todo eso, si es que no se alinea con el reino, no es más que ilusiones, espejismos, paja que será destruida por el fuego de la verdad. Señor, sólo quiero tener-TE.