-
Daniel Devoto
Sentido y forma de la cntica Eya velar In: Bulletin Hispanique.
Tome 65, N3-4, 1963. pp. 206-237.
Citer ce document / Cite this document :
Devoto Daniel. Sentido y forma de la cntica Eya velar . In:
Bulletin Hispanique. Tome 65, N3-4, 1963. pp. 206-237.
http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/hispa_0007-4640_1963_num_65_3_3775
-
SENTIDO Y FORMA
DE LA CNTICA EYA VELAR
A mi maestro Marcel Bataillon.
La cntica que Berceo coloca hacia el final del Duelo que fizo la
Virgen Mara es un buen ejemplo de las mudanzas del gusto, y debiera
servir para escarmiento de crticos. Hace poco ms de un siglo,
Ticknor estimaba que la veintena de versos que la componen, like
the part oithe dmons in the od mysteries, are in- tended to be
droll^cut are, in fact, as Berceo himself says of them, more truly
than perhaps he was aware, 'not worth three figs' . Hoy, en cambio,
segn la opinin de Trend, la cantiga es wonderful , su efecto
magical , y Berceo a poet because he enables us to see it and hear
it [i. e., the whole scene : the sha- dowy forms with spears round
a grave, calling to one another ; and the answer coming from a
short distance away out of the darkness] ; because he convinces us
that, whether he had ima- gined it or had seen it acted in church,
it can only hve happe- ned in that way . La pieza se ha convertido,
literalmente, en un trozo de antologa 2, y su bibliografa comienza
a ser bastante
1. George Ticknor, History of Spanish literature [18'*9]. Cito
por la 4th American d., Boston, Houghton, Osgood and Co., 1879, 3
vol. El largo pasaje relativo a Berceo toma las pgs. 30-36 del vol.
I ; lo citado corresponde a la pg. 32. J. B. Trend, Berceo,
Cambridge [Severs], 1952. Retomado como captulo vin de su Lorca and
the Spanish tradition, Oxford, Basil Blackwell, 1956, pgs. 140-157;
citamos por la pg. 1 55 de esta ltima edicin.
2. Figura con todo el Duelo en la Bibliotheca castellano
portugus [sic] y prcenzal de D. G. Enrique [en realidad, Gotthilf
Hcinrich von] Schubert. Altemburgo, en casa de J. C. Rink,
1804-1805,-t. II, pgs. 101-103 (la supuesta segunda edicin de esta
antologa Leipsique y Altenburgo, en casa de J. C. Hinrichs, 1809, 2
vol. se limita a cambiar las portadas de ambos volmenes, cuya
primera tirada aprovecha). Figura tambin en la Antologa de ponas
Uticos castellanos de Menndez Pe- layo (t. II de las eds. de la
Biblioteca clsica en 14 vol. : 1890-1908, 1903-1916, y 1916- 1924 ;
t. I de la reed. argentina, Buenos Aires, Anaconda, s. f. [circa
1948], 2 vol.'; y t. IV de la de Santander, en 10 vol. reordenados)
; en el Oxford book of Spanish verse, ed. de J. Fitzmaurice- Kelly
(1913 ; reed. de Trend de 1940 reimpresa en 1942) ; en la Poesa de
la edad media y poesa de tipo tradicional de Dmaso Alonso (1935
;
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 207
boba (en ms de un sentido)8 : cabe repasarla rpidamente.
I. Estudios generales.
La primera mencin de la cantiga es la de Snchez :
Sus poesas [las de Berceo] son todas de un mismo gnero de metro,
esto es, Alejandrinas, compuestas de coplas de cuatro versos que
guardan una misma rima, y se pueden llamar propiamente versos
pentmetros, a excepcin de una cantiga de distinto metro que se
halla en el Duelo de la Virgen despus de la copla 177.
Once aos despus, Snchez repite la misma opinin, ampliada :
Las [poesas] de D. Gonzalo de Berceo, aunque muchas, todas son
de versos Alejandrinos, a excepcin de una cntica, especie de
villancico, que parece formada para cantarla a manera de letana,
respondiendo el coro eya velar, a semejanza del salmo 135, cuyos
versculos tienen todos en forma de respuesta : quoniam in saeculum
misericordia ejus*.
Las primeras historias modernas de la literatura espaola no dan
mayor importancia a la cantiga, que a veces ni mencionan
(Bouterweck, Simonde de Sismondi, Villemain, Dunham, Du- quesne,
Puibusque, Clarus). Martnez de la Rosa, en las notas a su Potica
(canto III, sobre la versificacin), es el primero en afirmar lo que
seguir admitindose hasta hoy : que los versos de la cantiga son
versos cortos :
Pero en una composicin de Berceo hay una circunstancia notable,
no slo porque prueba, en mi opinin, que desde principios de aquel
siglo [el xm] se conocieron ya en Espaa versos cortos, sino porque
me parece confirmar una observacin a mi ver muy exacta, y que no s
haya sido presentada ni desenvuelta como mereca; a saber : el
influjo que han tenido en los progresos de nuestra versificacin la
m-
2ft d., Buenos Aires, 1942) ; en The medieval Latn and Romance
lyric to A. D. 1300 de F. Brittain (1937 ; 2a d., 1951 ) ; en la
antologa publicada en Mxico por la ed. Signo, 1945; en la Antologa
de la poesa espaola (poesa de tipo tradicional) de Dmaso Alonso y
J. M. Blecua (1956) ; en la Floresta lrica espaola de Blecua (1957)
; en la Antologa de la poesa espaola de la edad media de Eugne
Kohler (1957) ; en la Antologa mayor de la literatura espaola de
Daz Plaja (I, 1958), etc.
3. No he podido ver el artculo de Fr. Jos Oroz Reta, Paralelismo
literario entre el Duelo y el De Lamentatione y los Evangelios (en
: Helmntica, II, 324-340, 1951).
4. Coleccin de poesas castellanas..., I, pg. 121, y IV, pgs.
vm-ix.
-
208 BULLETIN HISPANIQUE
sica y el canto. En la composicin titulada Duelo de la Virgen se
supone que los judos que guardaban el sepulcro del Salvador :
Cantaban los trufanes unas controvaduras Que eran a su Madre
amargas e muy duras...
El objeto de los judos era no dormirse para no ser sorprendidos,
y la Cntica tena este estribillo : eya velar. La composicin empieza
as : [cita 6 versos, con eya velar al cabo]. Aunque estos versos y
los siguientes estn impresos de esta suerte, y probablemente se
hallasen de la misma en los cdices de que se copiaron, no tiene
duda en mi concepto que cada verso deba concluir, segn la mente del
autor, antes del estribillo ; y que ste deba colocarse despus, como
una especie de pie quebrado, para denotar que sas eran las palabras
que siempre repeta en coro la aljama o Junta de judos : y la prueba
de ello es, que en la suposicin contraria todos los versos acabaran
con las mismas palabras y el mismo consonante : eya velar ; siendo
as que he advertido que en toda la composicin, si se corta ese
estribillo, resultan versos pareados, ligados en consonante cada
uno con su compaero : indicio muy probable de que con ese fin se
compusieron, y que conociendo el poeta por una especie de instinto
lo pesados que seran para la msica los versos de catorce slabas,
los us cortos en la ocasin en que se le ofreca componer una cntica.
(Obras literarias, t. I, Pars, impr. de J. Didot, 1827 ;
Anotaciones a la potica , pgs. 161-162.)
Ticknor recoge el carcter de excepcin mtrica que ofrece este
cantar dentro de la obra de Berceo, y cita a Snchez (el segundo de
los pasajes dados ms arriba, incompleto) y a Martnez de la Rosa
(History of Spanish literature, d. cit., pg. 32). Wolf apunta que
la cntica est impresa en estrofas alejandrinas de dos lneas, y es
lo probable que est as en el manuscrito, pero... manifiestamente
consta de versos ms cortos (copia cuatro versos con el estribillo
entre cada uno, y cita a Snchez y la Biblioteca espaola de Rodrguez
de Castro)5. Fernndez y Gonzlez, recordando mal a Martnez de la
Rosa, afirma que Berceo, para denotar forma cantada quiebra y
descompone cada verso en dos de nueve y cinco slabas, rimando en
pareados los versos que forman las primeras partes y los de las
ltimas en mono-
5. Fernando Wolf, Historia de las literaturas castellana y
portuguesa, trad. de Miguel de Unamuno, Madrid, La Espaa moderna,
[1895-1896], 2 vol., t. I, pg. 76 (la ed. alemana original es de
1857). Para Rodrguez de Castro vase ms adelante la nota sobre
Schack.
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 209
mmo8 [?]. Puymaigre sigue explcitamente a Wolf : ensayo de poesa
lrica, la cantiga es un chant o deux vers rimant ensemble sont
uniformment spars par un refrain qui reste le mme 7 . Amador de los
Ros considera el cantar como una de las dos nicas excepciones al
metro alejandrino en Berceo (la otra es el epitafio de Santa
Oria)8; Menndez Pelayo, que no toma en cuenta este epitafio,
considera el cantar como la nica leve excepcin a la cuaderna va :
el cantarcillo de los judos... est en octoslabos ; alude, adems,
con Wolf, a sus elementos populares : el poeta riojano llega a
asimilarse con verdadero talento la lengua ardiente y meliflua de
San Bernardo, y al mismo tiempo pide rasgos a la inspiracin
popular, a la cual ciertamente pertenece, si no todo el cantar de
los judos, a lo menos el estribullo eya velar 9 .
Wolf (pg. 67), Puymaigre (pg. 309, o pg. 296 de la 2a. d.), y ms
tarde Georges Crot (Inventaire estimatif du mester de clereca . En
: B. Ht, XLVIII : 193-209, 1946, pg. 195) Be han inclinado por el
carcter lrico del cantar, siguiendo quizs sin sentirlo claramente a
Martnez de la Rosa ; por su naturaleza dramtica estn el conde de
Schack (Historia de la literatura y del arte dramtica en Espaa,
trad. de E. de Mier. T. I, Madrid, 1888, pg. 216), Amador de los
Ros (Historia crtica, t. IV, pg. 599 : cita el Duelo entre las
obras en que imperaban las formas dramticas), y Fernndez y Gonzlez
(ob. cit., pg. 322). A estas opiniones alude Carolina Michalis
cuando escribe que el cantar ha sido considerado pela crtica como
fragmento de al- guma representao pascoal ; para ella, su
estribillo es typico dos cantos de vigilias de romarias , y la
composicin consta de treze dstchos con vestigios de paralelismo que
cabra quizs reordenar 10.
6. Francisco Fernndez y Gonzlez, Berceo o el poeta sagrado en la
Espaa cristiana del siglo XIII (En : La Razn, [Madrid], I :
222-235, 306-322 y 393-400, 1860), pg. 315.
7. Tle'odre-Joseph Boubet, comte de Puymaigre, Les vieux auteurs
castillans, Metz, Rousseau-Pallez ; Paris, Didier et Cle, 1 861-1
862, 2 vol. ;2a d. inconclusa: Paris, A. Savine, 1880-1890, 2 vol.
; pgs. 309 6 296, respectivamente, de ambas ediciones.
8. Historia crtica de la literatura espaola, t. III, pg. 258, n.
1 ; Amador retoma aquf un prrafo del tomo precedente, pg. 442
(Ilustracin III. Sobre las formas artsticas de la poesa vulgar
escrita), y anuncia que volver a tratar de este asunto.
9. Antologa de poetas lricos castellanos (ed. de 1891), t. II,
pgs. xxxvm y xlviii. 10. Carolina Michaglis de Vasconcelos,
Cancioneiro da Ajuda, vol. II : Investi-
-
210 BULLETIN HISPANIQUE
Ese mismo ao, dentro de un estudio general muy elogioso y
ajustado, el P. Boube alude al pasar a la cntica como ensayo de
mtrica diferente del tetrstrofo alejandrino : Encore concluye le
rsultat de cet essai semble-t-il assez mdiocre'1. Dos lustros ms
tarde, Cejador expresa una opinin totalmente opuesta :
Hay un cantarcillo en el Duelo de la Virgen (178-190), que
Berceo poiie en boca de los judos, en octoslabos, que campea en
medio de los pesados tetrstrofos monorrimos, como una joya del
folk-lore popular entre la convencional erudicin del mester de
clereza. Aquel estribillo | eya velar ! , es una racha de sol entre
la neblina, que nos deja barruntar, ya que no ver de nuestros ojos,
lo que sera la verdadera poesa popular castellana, la del mester de
juglara, que por despreciarla los doctos de entonces dejronla en el
silencio del olvido y, con todo, era de tan recio y fino metal como
se transparenta por el cantar de Mi Cid y por los romances viejos
del siglo xv 12.
Don Ramn Menndez Pidal se ocupa repetidas veces de este texto :
para l, esa cantiga est en pareados de base eneasil- bica, con
alternativas cuya frmula es 9, 8, 10 ; evidentemente no es imitacin
del francs, pues un clrigo como Berceo, puesto a imitar un metro
regular, lo hubiese hecho a slabas cuntadas... La falta de
regularidad mtrica en la Cntica nos indica que Berceo imitaba en
ella un metro popular, sea de origen independiente de los pareados
eneaslabos franceses, sea procedente de ellos, pero ya popularizado
en tiempo de Berceo (Elena y Mara. En : R. F. E., I : 96, 1914).
Estos pareados, dir ms tarde, eran ya muy populares en Castilla en
la primera mitad del siglo xiii, cuando Berceo escriba su Cntica de
velador, tambin amtrica . (Algunos caracteres primordiales de la
literatura es-
gSoes [sic] bibliogrphicas, biogrphicas e histrico-litterrias ,
Halle a S., Max Nie- meyer, 1904, pg. 929, n. 1 ; lo mismo en pg.
873.
11. La posie mariale. Gonzalo de Berceo (En : tudes, [Paris],
XLI, t. 99 : 512- 536, [avril-juin] 1904, pg. 522).
12. Historia de la lengua y literatura castellana, t. I, Madrid,
Tip. de la Rev. de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1915, pg. 185.
Una idntica oposicin de mesteres reaparece en el desacertado
artculo de Edmundo Correia Lopes, Msica de clrigos e fograis
segundo os poemas de cuaderna via (En : Rev. de Archivos,
Bibliotecas y Museos, 3 p., XXXI, t. XLVIII : 421-435, 1927), pg.
421 : Berceo usa los trminos salmos, Lecciones, jube dompne,
bendiciones ; t querendo assim referir se as vulgares canSis que
exemplifica em seguida a de eya, velar, mostra - nos como lhes
vinha espontneamente falar de msica per senhas particulares de
clereza .
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 211
paola. En : B. HL, XX : 205-232, 1918, pg. 210.) En su reciente
Romancero hispnico (t. I, pg. 83), repetir que la cntica es tambin
de base eneaslaba con mezcla de octoslabos . Y, en su estudio sobre
La primitiva poesa lrica espaola (1919), establece que la cantiga
representa un curioso gnero lrico, el de las cantigas de velador o
de centinela .
James Fitzmaurice-Kelly se ocupa de Berceo entre los mas- ters
of Spanish verse : Snchez tena razn, dice, in regarding this
composition [la Cantiga] as a sort of litany, a kind of villancico
with a burden . La presencia del estribillo hace sospechar que las
estrofas were intended to be chanted ; constituida por dsticos,
aunque impresa como si se compusiera de alejandrinos, esta
composicin como sospecha Carolina Michalis muy probablemente was
suggested to Berceo by some of the muiei- ras which he might easily
have heard intoned by Portuguese pil- grims , y mostrara su inhrent
liking for popular forms of art13 .
Rodrigues Lapa estudia la cantiga en su aspecto paralelstico.
Dentro de estas formas, el verso puede repetirse : a) con una
variante sinonmica al final, b) con transposicin de sus elementos,
o, c) solamente en cuanto a su sentido. Este paralelismo, adems,
puede no afectar a todas las estrofas, limitndose a veces a las dos
primeras, lo que parece inculcar que os primeiros esboos populares
tinham muitas vezes a forma de parelha paralelstica. Em Berceo
aparece justamente sse sistema : o primeiro verso do dstico o que
determina, mais ainda do que o segundo, o encade- namento, a relao
de sentido ; e a unidade paralelstica constituida por duas estrofes
. Procede luego a un intento de reordenacin, sobre estas bases 14.
Pedro Henrquez Urea, con Baist y Menndez Pidal en contra de
Hanssen, cree irregular la versificacin de la cantiga , que le
parece acentual15. Brittain, que
13. Some masters of Spanisk verse, Oxford University Press,
Humphrey Milford, 1924 (Hispanic notes and monographs..., VII),
pgs. 11-12. 1 4. Das origens da poesa lrica em Portugal na
Idade-Mdia, Lisboa, 1 929, pgs. 2 74,
288 y 345-346 ; lo citado corresponde a las ltimas pginas
sealadas. 15. La versificacin irregular..., 2a d., Madrid, Centro
de Estudios Histricos,
1933, pgs. 26 (tcreo irregular la versificacin de la cntica), 35
(Cntica de velador, de Berceo muy acentual ) y 62, nota 1. En su
contribucin al Homenaje a E. J. Varona en el cincuentenario de su
primer curso de Filosofa (La Habana, Publ. de
-
212 BULLETIN HISPANIQUE
seala tambin lo popular de su versificacin, la considera escrita
en roughly octosyllabic couplets with regular rhyme and a simple,
effective refrain 6 . Para Gonzalo Mnndez Pidal, la cancin es la
primera muestra completa que conservamos en romance de un canto
lrico popular... dado su carcter de supuesta improvisacin, no tiene
medida fija en sus versos, que fluctan entre las siete y las once
slabas, formando pareados con frecuentes repeticiones paralelsticas
17 . Montolu tambin la dice escrita a imitacin de la poesa popular,
hecha para cantar a coro, ... en versos paralelstcos interrumpidos
por el gracioso estribillo 18 . Dmaso Alonso la considera el primer
ejemplo de conversin a materia religiosa de una cancin profana79 ,
opinin rebatida por Bruce W. Wardropper, para quien es indudable el
entronque de este poema con la tradicin popular : en l, todo lo ms,
se divinizan temas populares en el marco de un gnero lrico de
origen profano al que es difcil reconocerle filiacin cristiana. ...
Es muy verosmil que Berceo haya adoptado un metro propio de cancin
folklrica. Nos parece que no tenemos aqu un contrafactum religioso,
sino una cancin original, basada en temas y metros profanos 20
.
En resumen : desde Martnez de la Rosa, la cantiga est escrita en
versos cortos pareados cuya mtrica cabe discutir (octoslabos aunque
roughly contados en Mnndez Pelayo y Cejador ; de base eneaslaba
francesa para Mnndez Pidal y para Henrquez Urea, quien admite de
buen grado, sin em-
la Sec. de Educacin, 1935), Henrquez Urea reproduce el esquema
de Elena y Mara y la opinin de Gavel, que en su estudio De coro,
decorar (del Homenaje a Menn- dez Pidal, t. I), supone que acaso el
verso irregular haya precedido al regular en la epopeya francesa,
como en la poesa espaola, y sugiere como antecedente posible la
salmodia litrgica de la Iglesia Catlica ; pero las pruebas faltan .
(En busca del verso puro, pgs. 33 y 40, n. 1.) En este artculo,
esperamos, podr apreciarse la exactitud de la opinin de Henri
Gavel.
16. The medieval Latin and Romance lyric to A. D. 1300,
Cambridge, University Press, 1937, pg. 182.
17. Berceo, Milagros de Nuestra Seora. Seleccin, estudio y notas
por Gonzalo Mnndez Pidal, 4a ed. Zaragoza, Ebro, 1949, pg. 81.
18. La poesa heroicopopular castellana y el mester de clereca,
en la Historia general de las literaturas hispnicas, t. I, pg.
384.
19. Poesa espaola, Madrid, Gredos [c. 1950], pg. 240, n. 16. 20.
Historia de la poesa a lo divino en la cristiandad occidental,
Madrid, Revista
de Occidente [c. 1958], pgs. 95-96. Aos antes, en su artculo
Hacia una historia de la lrica a lo divino (En : Clavileo, V, n 25
: 1-12, 1954), pg. 4, Wardropper disenta con la apreciacin de Dmaso
Alonso.
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 213
bargo, su naturaleza acentual21). Es, adems, una pieza de forma
y de inspiracin innegablemente populares, ya de origen dramtico, ya
perteneciente a un curioso gnero lrico . Todas estas afirmaciones y
tambin algunas otras merecen, creemos, un examen detenido.
II. Cantiga dramtica .
La obra de Berceo ha sido calificada ms de una vez de dramtica .
En la prehistoria de los estudios sobre nuestro poeta, Nasarre (que
con seguridad no lo ley) hace uso de su nombre para afirmar
gratuitamente la prioridad de la escena espaola sobre las
creaciones teatrales de franceses e italianos :
En las Obras Poticas del Emperador Don Alonso el Sabio, en las
de Gonzalo de Berceo, y en Romances antiguos, se conservan
testimonios autnticos, anteriores muchos siglos a las piadosas
Farsas del primer Theatro Francs, y Italiano 22.
Moratn transcribe este prrafo con amplias variantes (la ms
importante es, despus de autnticos , de nuestras composiciones
teatrales, con muchos siglos de anterioridad a las piadosas
Farsas... ) y concluye, con excelente buen sentido :
Si me preguntasen mi opinin acerca de los artculos precedentes,
respondera sin peligro de ser desmentido : todo es falso 23.
Alvarez Espino siguiendo probablemente las huellas de
21. Junto al cuento de Fernndez y Gonzlez (alejandrinos
divididos en dos versos de 9 y 5 slabas) cabe colocar el de G.
Guerrieri Crocetti. Engaado por la descabellada tipografa de la
edicin de Alvaro de la Villa (Berceo, Prosas, Pars, Bourel, s. f.
[1912 ; reed. en 1939], pgs. 235-236), que da las coplas 1-7 en dos
lneas (cada una de las cuales contiene un verso y el estribillo), y
las seis restantes en cuatro lineas (verso - estribillo - verso -
estribillo), el crtico italiano escribe que el poeta ha inserito un
canto di scorte... procedente dapprima con versi accoppiati,
monorimati dal ritornello [eya velar) che squilla insolente e
chiassoso come per turbare la so- lennit dell'ora, e poi con piu
brevi e veloci versetti abbinati dalla rima ed alternati dal
refrain , y transcribe la cantiga tal como la da su fuente {Gonzalo
de Berceo, Brescia, La Scuola, 1947, pgs. 138-139).
22. 'Comedias y entremeses de Miguel de Cervantes Saavedra...,
t. I, Madrid, en la impr. de Antonio Marn, 1 749. (Prlogo de Blas
Nasarre.) Sobre sta y otras menciones de Berceo anteriores a 1780,
preparamos un estudio detallado.
23. Leandro Fernndez de Moratn, Orgenes del teatro espaol
(publicado en 1 830). Citamos por el Tesoro del teatro espaol de
Ochoa (t. I, Pars, Baudry, 1838), pg. 55, n. 1.
-
214 BULLETIN HISPANIQUE
Amador erige el Duelo en obra dramtica : tanto, dice, como
cualquier otra del mismo autor.
Siguile [al Auto de los reyes magos] en el siglo xm el Duelo de
la Virgen de Gonzalo de Berceo que floreci al empezar dicho siglo y
debi morir por los aos 1262 63. Escogimos sta entre las
composiciones de este clebre narrador, porque aunque algunas otras,
tales como San Milln, Nuestra Seora y Santo Domingo [sic], pueden
ser consideradas como pequeos dramas con exposicin, nudo y
desenlace, donde ms resalta la forma dramtica y se nota menos
cierto sabor de aplogo e3 en el Duelo que fizo la Virgen el da de
la passin de su fijo24-.
La afirmacin del conde de Schack, con ser discutible, tiene otro
peso :
Tambin parece que... se emple desde muy temprano en los cnticos
religiosos la lengua vulgar y la latina. El ejemplo ms antiguo, que
se ha conservado hasta nosotros, se halla en las obras del clrigo
secular Gonzalo de Berceo, que floreci a principios del siglo xm, y
consiste en un canto de los centinelas, que guardaban el sepulcro
del Seor, con un estribillo que [se] repeta a coro, destinado
visiblemente a cantarse aparte, como parece indicar su nombre de
cntica. Es de presumir que sea fragmento o imitacin de algn drama
antiguo religioso 25.
Amador de los Ros, sin quedar convencido del todo, recoge la
afirmacin de Schack, a quien cita ; para l la cancin tiene, segn
indicamos en su lugar, un verdadero inters dramtico ; su
estribillo, sin embargo,
es en nuestro concepto imitado de los cantos que en medio de la
noche y para ahuyentar el sueo (puerta con sobrada frecuencia de
lastimosos desastres) alzaban los vigas cristianos 26.
24. Romualdo Alvarez Espino, Ensayo histrico-crltico del teatro
espaol, Cdiz, tip. la Mercantil, 1876, pg. 22. Analiza a
continuacin la obra, y cita las coplas 78- 81, con un juicio
general sobre el poeta. Ni menciona la cantiga.
25. Op. cit., pg. 216. La ed. original es de 1845-1846. El
traductor err a veces : c a un tiempo (1. 1 ) por sehr frh ; acaso
(I. 6) por * augenscheinlich ; agregando al fin : o cosa parecida .
Rodrguez de Castro, que se ocupa muy brevemente de las obras de
Berceo, dice en la pg. 632, col. a del t. II de su Biblioteca (a la
que remiten Schack y Wolf), tratando de las del Rey Sabio, que
cantiga se deca de la cancin que se haca para cantar .
26. Historia critica, t. IV, pg. 546 ; ya se ha indicado que en
pg. 559 coloca el Duelo entre las obras en que imperan las formas
dramticas.
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 215
Fernndez y Gonzlez, que sigue muy de cerca a Amador, cita en su
apoyo a Martnez de la Rosa :
Asimismo la frecuencia y habilidad con que emplea el dilogo en
todas sus obras, y sealadamente en el Duelo de la Virgen, que se
resume en un dilogo de nuestra Seora con San Bernardo de Clareval,
hace presumir en Berceo, cierto talento dramtico. Aun a parte de
esta circunstancia, Martnez de la Rosa observa con probabilidad,
que el cntico de los judos conservado en dicha obra, tiene el sabor
de los villancicos que se introducan en los misterios, o est
imitado cuando menos de los que se usaban en los mismos 27.
Baist, en fin, seala paralelos precisos entre la cntica ( ein
derb volkstmliches Grabwchterlied ) y algunas representaciones
pascuales :
Zweifellos hat er diesen wie einige andere Zustze zu seiner
Quelle einem Osterspiel entnommen ; Gesang und Nebenumstnde
enstpre- chen dem Lied der aufziehenden Wache im lateinischen
Osterspiel von Tours [Lange, Lat. Osterfeiern, S. 30] (11 Jh.), der
Anrede der Juden an die Wchter im gleichzeitigen deutschen Spiel
von Mri, dem stn- digen burlesken Judengesang der spateren
deutschen Spiele 28.
Las referencias de Baist son difciles de verificar (o, por lo
menos, he sido incapaz de verificarlas). En la pg. 30 de Lange29 no
encuentro ningn drama litrgico de Tours del siglo xi ; en la pg.
24, en cambio, hay dos textos de Tours sin fecha, y dos de Silos
del siglo xi. Pero, a priori, no es posible que un drama litrgico
comportara una cantiga como el Eya velar : los dramas litrgicos se
desarrollan sobre los dos polos festivos del ao cristiano, el ciclo
de Natividad y el ciclo de Pascua ; y en este ltimo caso, giran
sobre la festividad pascual y no sobre el tiempo de penitencia que
la precede. Karl Young, siguiendo la clasificacin del propio Lange,
consigna los tres estadios del drama litr-
27. Op. cit., pg. 322. No he podido encontrar el pasaje de
Martnez de la Rosa en ninguna de las varias ediciones de sus obras,
impresas en Paris, que se conservan en la Bibliothque
Nationale.
28. Gottfried Baist, Die spanische Litteratur (en el Grundriss
de Grber, II, 2, ed. de Strasburg, 1893), pg. 400-401. Por lo que
respecta a las fuentes de Berceo, Eduard Wechssler, que en Die
romanische Maricnklagen. Ein Beitrag zur Geschichte des Dramas im
Mittelalter (Halle, Niemeyer, 1893, pgs. 19-21) da a dos columnas
las correspondencias entre Berceo y San Bernardo, deja en blanco el
espacio de las fuentes correspondientes a las coplas 192-210 ; no
se diga de la cntica.
29. Cari Lange, Die lateinischen Osterfeiern..., Mnchen, E.
Stahl sen., 1887. Bulletin hispanique. 15
-
216 BULLETIN HISPANIQUE
gico de la visita al Sepulcro. En el primero el ms antiguo y
difundido figuran las tres Maras y el ngel ; en el segundo se
agregan los apstoles Pedro y Juan ; el tercero reserva un papel a
Cristo mismo. La vela de los judos no cabe (ni cronolgica ni
psicolgicamente) en la celebracin pascual, cuando la Resurreccin se
verifica ; tampoco cabra, espiritualmente, en la ceremonia de la
Depositio 30.
Queda, es cierto, un tipo de drama pascual ms tardo (los spatere
deutsche Spiele de Baist), ya no litrgico sino defini- damente
teatral : el Ludus Paschalis, del que Young da dos ejemplos (el
Ordo Paschalis de Klosterneuburg, s. xin?, y el que conserva el
manuscrito de Benediktbeuern). En l, los, Milites, que custodian el
Sepulcro por encargo de los judos, entonan una cancin en cinco
estrofas, casi idntica en ambos manuscritos (t. I, pgs. 422 y 434).
Sobre que no hay testimonios precisos de que se diera en Espaa este
tipo de drama pascual tan desarrollado, no hay relacin alguna entre
esta cancin en estrofas latinas regulares y la cantiga de Berceo,
cortada constantemente por el estribillo coral : los dos cantares
son ejemplos de artes muy diferentes 31, y Berceo parece proceder
como tan inteligentemente
30. En su estudio documentadsimo sobre La dposition liturgique
du Christ au Vendredi Saint (Paris, Les Belles Lettres ; Lisbonne,
Bertrand, 1960), Solange Corbin trata de la definicin del oficio
dramtico o drama litrgico, precisamente porque su enqute aboutit
montrer qu'il ne s'applique pas ici (a la Depositio, pg. 17). II
faut se garder... de voir dans toute crmonie l'glise une amorce de
drame l
iturgique , concluye ; * il est des offices religieux qui par
leur nature grave chappent toute figuration. Il est vident qu'une
liturgie douloureuse comme celle du Vendredi Saint fait partie de
cette catgorie, alors que la moindre procession joyeuse peut
susciter des commentaires (tropes, rpliques, figuration) de nature
thtrale (pg. 19).
31. El texto al que Baist alude es sin duda La Rsurrection del
ms. de Tours (E. De Coussemaker, Drames liturgiques du Moyen Age,
Paris, Libr. archologique de V. Didron, 1861, pgs. 21 sigs. [texto
y msica] y 37 sigs. [texto solo]),' donde los guardias del sepulcro
cantan ocho versos latinos sin estribillo, enteramente dentro del
espritu del Evangelio (Mat. XXVII, 64, etc.). De Coussemaker fecha
el ms. que contiene esta pieza en el siglo xu (pg. 21) ; ms
exactamente, en su segunda mitad (pg. 319) ; y tanto la msica como
el texto indican para l que ce drame est un de ceux de la seconde
poque (pg. 322). Eduard Krieg, ltimo editor del drama (Dos
lateinische Osterspiele on Tours, Wtirzburg, K. Trieltsch, 1951),
recoge otras dataciones : < vers la fin du xne s. para Luzarche
(pg. 10, n. 11 ; pg. 109, n. 9), el ms. ne doit pas tre antrieur au
milieu du xme s. para Delis le como para D orange, editor del
catlogo de los mss. de Tours aparecido en 1876 (pg. 108, n. 4).
Krieg estima, como De Coussemaker, que el ms. data de la segunda
mitad del s. xiii, y que el texto de la pieza es copia cercana de
un original compuesto entre 1150 y 1170 (pgs. 109-110). En el
repertorio de Ernst August Schuler [Die Musik der Ostfeiern,
Osterspiele und Passionen des Mittelalters, Kassel und Basel,
Baren- reiter [c. 19511), una docena de textos cantados por los
guardias del sepulcro, o
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 217
lo seal Fitzmaurice- Kelly como inventor, y no como repetidor
32.
La expresin de Trend ( whether he had imagined it [la escena de
la vela] or had seen it acted in church... ) muestra sin embargo la
vivacidad de la afirmacin de Schack33. Es difcil que Berceo viera
representar la escena (trataremos ms adelante de otra fuente de
inspiracin ms inmediata y verosmil) ; lo que puede tenerse por
seguro es que no pudo verla acted in church . Y ni siquiera puede
afirmarse con certeza que la escena fue acted en ningn lugar de
Espaa en tiempo de Berceo. Que el estilo del poeta pueda parecer
dramtico a ciertos crticos, santo y bueno ; afirmar que se inspir,
para la escena y el canto de los guardias del Sepulcro, en una
escena dramtica contempornea es arriesgar una afirmacin dudosa y
hasta si se cuenta con posibilidades de inspiracin ms verosmiles
gratuita34.
relativos a ellos, proceden del ms. de Tours, del Ordo de
Klosterneuburg (* um 1200 ), del ms. de Benediktbeuern ( um 1300 )
y del Bheinhessisches Osterspiel de 1460; adanse los Gesange der
Synagoge oder Scola Judaeorum (no. 689, pgs. 365 sigs ;
indicaciones tambin tardas) y se ver que los ejemplos de actuacin
de los guardias no son ni tempranos ni numerosos (doce trozos sobre
unos setecientos), y, lo que es an ms importante, que el canto
estrfico con estribillo que Berceo emplea falta por completo en
estas dramatizaciones latinas del texto evanglico. Debemos suponer
que existan en Espaa?
Para el drama litrgico en Espaa y para las primeras formas de
teatro religioso hay que recurrir ahora al estudio de Richard B.
Donovan, C. S. B., The liturgical drama in medieval S pain,
Toronto, Pontifical Institute of Medieval Studies, 1958 (Studies
and texts, 4). All se recogen (cf. pg. 171) las opiniones que
explican la escasez de dramas litrgicos castellanos por la
existencia de piezas religiosas no litrgicas en lengua vulgar. Pero
salvo el tan citado pasaje del Rey Sabio no hay documento que
explique con algn detalle cmo eran estas representaciones ; y
todava en una pieza tan elaborada como la Visitatio Sepulchri de
Vich (conservada en copia tarda, pero probablemente del s. xiv), la
guarda de los judos no juega ningn papel (Donovan, pgs. 88-89).
32. En A History of Spanish literature (London, Heinemann, 1898,
pg. 61), Fitzmaurice- Kelly cierra as su comparacin de Berceo con
Gautier de Coinci : In a word, with ail his imperfections, Berceo
approves himself the sounder craftsman of the two, and therefore he
finds thirty readers where the Prior of Vie-sur- Aisne nds one.
Small and few as his opportunities were, he rarely failed to use
them to an advantage ; as in the invention of the singular rhymed
octosyllabic song with its haunting refrain, Eya velar ! in the
Virgin's Lament (stanzas 170-198). This argues a considerable
lyrical gift, and th^ty is that the most of Berceo's e di tors
should hve been at such pains to hide it from the reader.
33. Los historiadores serios del teatro espaol, sin embargo, no
la han recogido. Manuel Caete, en su Discurso acerca del drama
religioso espaol antes y despus de Lope de Vega (Madrid, impr. de
Tello, 1862), aunque maneja la traduccin entonces indita de Mier
(cf. pg. 36, n. 1), ignora a Berceo como autor dramtico, o como
autor que refleja el estado .del teatro de su tiempo. No hay que
agregar que Berceo tampoco aparece en el Spanish drama bejore Lope
de Vega de J. P. Wickersham Crawford (revised d., Philadelphia,
Univ. of Pennsylvania Press, 1937).
34. Ctese slo para recuerdo la opinin de quienes ven en la
cantiga la verbali-
-
218 BULLETIN HISPANIQUE
III. Cantiga de velador .
Don Ramn Menndez Pidal, en su estudio sobre La primitiva poesa
lrica espaola33, califica a la cantiga de primera muestra completa
del ritmo de un canto lrico popular (pg. 237) y de a primera
muestra contrahecha de lrica popular (pg. 239), viendo en ella el
ejemplo de un curioso gnero lrico, el de las cantigas de velador o
de centinela (pg. 233), cuya tradicin general... exiga el
imperativo del verbo velar como exhortacin al cuidado (pg. 241), en
oposicin a Doa Carolina Michalis, [que] ha visto en este
cantarcillo un fragmento de alguna representacin pascual [y] ha
credo que su estribillo eya velar I es propio de las vigilias de
los romeros (pg. 237) 38 : Era costumbre que los centinelas,
durante la noche, cantasen y taesen, por impropio que esto nos
parezca de la situacin del que ha de vigilar en un puesto difcil ;
hasta tal punto la poesa y el canto invadan la vida entera.
Cantaban los centinelas para mantenerse despiertos, sobre todo en
la llamada por los veladores, con harta propiedad, hora de la
modorra , all hacia el amanecer, cuando el fro y el sueo cargan con
ms pesadez; cantaban tambin para sacudir las preocupaciones del
nimo en la soledad de la noche. (pg. 237.)
Varios cantos confirman, segn el maestro de hispanistas, la
existencia de este gnero de cantar : el romance del prior de San
Juan, el cantar de los centinelas en Las almenas de Toro, de
Lope,
zacin del extrao relieve de Silos que muestra a los veladores t
vestidos de lorigas (c. ngel Vegue y Goldoni, Temas de arte y de
literatura, Madrid, 1928, pgs. 7-12, citado mal por Jos Simn Daz en
su bibliografa). Esta hiptesis no es desatendible ; pero ms que una
relacin de causa a efecto, debe verse en el relieve y la escena de
Berceo no precisamente la cantiga dos expresiones geminadas, frutos
de una poca fuertemente caracterizada que concibe la Escritura con
los rasgos de su propio tiempo.
35. Publicado varias veces, este trabajo se cita por la 8a ed.
de los Estudios literarios, Madrid, Espasa-Calpe, 1957 (Col. c
Austral , 28), pgs. 197-269.
36. El texto impugnado es el de las Investigaciones... citadas
(t. II del Cancioneiro da Afuda), pg. 873 : Antes de citar alguns
exemplos typicos [de cantos de romeras] notemos certos dizeres de
poetas antigos, inspirados seguramente nos costumes do seu tempo.
Gonzalo de Berceo, ao descrever urna vigilia triste e solemne por
signal, pois foi a da primeira Pascoa de Resurreio desenhou os seus
protagonistas entretidos maneira de romeiros tru3es... Y, en nota,
apunta que este canto compSese de dis ticos, acompanhados do refram
typico dos cantos de romanas ou de ultreya : Eya velar .
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 219
y el antiqusimo cantar de vela de los soldados de Mdena (pgs.
240-241). Con todo el respeto que la autorizada opinin de Don Ramn
Menndez Pidal merece, examinaremos ms de cerca estos ejemplos.
Las cantigas de segadores, de espigadoras, y todas las de
oficios, son cantos especiales que acompaan y, sobre todo,
acompasan la ejecucin de tales labores. En ellas pueden figurar (o
no) quienes ejecutan el trabajo :
Segador, trate fuera, deja entrar la espigaderuela.
(Menndez Pidal, op. cit., pg. 241.)
Son, en ese caso, cantigas con espigadoras, a ms de cantigas de
espigadoras. Las cantigas de velador que cita Menndez Pidal me
, parecen cantigas con veladores, pero no de velador (a menos de
j dar a la preposicin el valor que tiene en por ejemplo el
romance de Don Gaiferos ). El Prior de San Juan vela en su
castillo de Consuegra, y canta :
, Vela, vela, veladores, as mala rabia os mate,
I que quien a buen seor sirve este galardn le dae.
! Expresa en estos versos su propia experiencia vital, tal como
aparece en el romance ; y en los dos primeros versos citados no
hay otra cosa que el recurso estilstico tan usual en todo el
romancero que consiste en repetir una frase de valor vocativo, como
afuera, afuera, buen rey , y macho rucio, macho rucio (dicha dos
veces esta ltima) en el mismo romance37. Si Vela, vela, veladores,
/ as mala rabia os mate es resto de un cantar de velador, sobre qu
tipo de cantar nos iluminarn los versos :
Arriba, canes, arriba, que mala rabia [v]os mate
1 del romance de Julianesa? (Duran, I, 8, pg. 3). Tampoco
creo
37. Duran, II, 974 y 975, pgs. 40-42. Este romance ha sido
estudiado, en cuanto i a su contenido histrico, por N. E. Gardiner,
The ballads of the Prior de San Juan
-
220 BULLETIN HISPANIQUE
que los centinelas que, con dos guitarras, cantan en Las almenas
de Toro, dialoguen uno... como soldado, otro como galn . Flores y
Lan cantan como ya lo han hecho otra vez :
Flores : Lan :
Flores : Lan :
Flores : Lan :
Flores :
Lan :
Tienes acaso instrumento? Y pretendo que me sirva de reloj
despertador cuando el cansancio me oprima Yo traje el mo tambin.
Vaya, como el otro da, en msica nuestra vela. Comenzad.
Alzad la prima. {Cantan los dos.) Velador que el castillo velas,
vlale bien y mira por ti, que velando en l me perd. Mira las
campaas llenas de tanto enemigo armado. Ya estoy, amor, desvelado
de velar en las almenas ; ya que las campanas suenan, toma ejemplo
y mira en m, que velando en l me perd.
El cantar tiene una unidad perfecta, y la alusin militar a las
campaas llenas de enemigos sabe a combate amoroso tanto como el
resto de la cancin. Adase que tanto Menndez Pe- layo como Menndez
Pidal han ledo mal el ltimo verso de la copla : tiene que ser, como
lo pide la rima,
ya que las campanas suenas 38.
(En : M. L. R., XXXIV : 550-556, 1939), y porteriormento, en el
mismo sentido, por Diego Cataln, en los Estudios dedicados a
Menndez Pidal, VI : 259-285. Ruth House Webber (Formulistic diction
in the Spanish bailad. Berkeley and Los Angeles, Univ. of
California Press, 1951) estudia estas repeticiones (pg. 214 sigs.)
y cita el vela, vela, veladores en pg. 217.
38. Obras de Lope de Vega, ed. de la R. A. E., VIII. Madrid,
suc. de Rivadeneyra, 1898, pg. 97. Menndez Pelayo, en su prlogo
(pg. xxvn), apunta el cantar entre las reminiscencias de
cantarcillos populares que la pieza de Lope contiene. Jos F.
Montesinos, que cita por la Parte XIV, 1620, corrige como nosotros,
y lee t descelado donde la edicin acadmica pone desvelado (Lope de
Vega, Poesas lricas, I, pg. 61 ; cito por la ed. annima de 1941) ;
seala tambin la versin a lo divino de El nacimiento de Cristo y la
alusin de La Dorotea. Blecua, en su edicin de esta obra, aade el
testimonio de Covarrubias y su uso en El sol parado, de Lope
(Madrid, Rev. de Occidente, 1955, pg. 514). Morby, en la suya
(Berkeley and Los Angeles,
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 221
La profusin con que se citan y glosan sus tres versos prueba la
popularidad de este cantarcillo entre fines del siglo xvi y el
primer tercio del xvn : dos poetas dramticos lo colocan, adems, en
boca de vigas que velan en castillos teatralmente reales. Pero si
lo tomamos al pie de la letra, sin querer advertir que se trata en
l de ese castillo de amores tan mentado en la lrica de la poca (y
la glosa de Las almenas de Toro muestra que Lope mismo lo entendi
as), no hallamos en l una cancin de velador , sino el canto de
alguien que no vela ( velando me perd , luego no velo ya en el
castillo de amor ) dirigido a un velador que no canta. El vocativo
y la exhortacin a velar justifican su uso en castillos de teatro,
pero la cancin, tal como la conocemos, en tan cantiga de velador
como el Molinico que mueles amores , puesto en boca de rsticos, es
cantiga real de molienda.
En cuanto al cantar de vela de los soldados de Mdena , Menndez
Pidal est dentro de la tradicin de Jeanroy, para quien, en este
canto, un soldat en sentinelle exhorte ses compagnons veiller la
scurit de la ville 39 . Pero la opinin de Aurelio Roncaglia, que es
quien mejor lo ha estudiado, es diferente. Despus de separar las
cuatro escrituras sucesivas del cdice que lo contiene, y despus de
considerar las sucesivas circunstancias histricas que han dejado su
huella en el cantar, Roncaglia cree poter rispondere con precisione
que la primera redaccin en 822 es la de un cntico di vigilia per la
de- dicazione di una chiesa . Interpolado en 899, el cantar acoge
un elemento militar :
Possiamo difatti, senza alcuna difficolt e con tutta
verosimiglianza, immaginare che ogni notte, prima d'iniziare il
proprio turno di guardi, le scolte dovessero adunarsi alla cappella
per invocare sopra di se e sulla citt la protezione divina, nello
spirito del salmo [cita el
Univ. of California Press, 1958), aade la glosa annima publicada
por Hill (pg. 388). Se lee tambin en el Cancionero Classense (cf.
A. Restori, 11 cancionero classense 263. En : Rendiconti dlia R. A.
dei Lincei, classe di se. morali, stor. e filologiche, serie
quinta, vol. XI (fase. 1-2) : 99-136, 1902), n ccxxi bis, fol. 180
r (pg. 127 de Restori) ; el segundo verso reza : t vlalo bien y
mira por my ; y en Pagar en propia moneda, de Guillen de Castro
(Obras, ed. Julia Martnez, I, pgs. lix y 101-102) : slo los tres
versos del cantarcillo, el tercero variado : que velndole me perd
.
39. Alfred Jeanroy, Les origines de la posie lyrique en France
au Moyen Age, Paris, Hachette, 1889, pg. 72 (lo mismo en la 2a d.,
Paris, H. Champion, 1904).
-
222 BULLETIN HISPANIQUE
salmo CXXVI, 1] ; e che appunto durante questa breve cerimonia
religiosa, perfettamente consona alio spirito dei tempi e tanto pi
alla situazione di una citt organizzata politicamente e
militannerite in- torno al potere episcopale, il ritmo venisse
cantato dei chierici ofi- cianti, aile cui voci ben potevano unirsi
le voci delle stesse scolte. Ecco precisata la confluenza,
materializzato il nesso onde son lgate nel ritmo la tradizione
militare delle vigiliae murorum e la tradizione chie- sastica delle
vigiliae liturgiche 40.
Cantares con veladores, como vemos, no faltan ; de los cantares
de velador no conocemos ningn ejemplo seguro 41. La tradicin
literaria medieval muestra al gaite tocando instrumentos diversos
(incluso las campanas de las Almenas de Toro) ; puede darse por
cierto que los vigas tambin cantaran : cantar (en sentidos ms
amplios que el corriente) es an hoy en la marina dar rdenes por
medio de un pito, y califica tambin la exhalacin sostenida, que va
ms all de lo hablado sin llegar a ser an meloda, de los serenos y
centinelas ('cantar la hora' ; falta esta ltima acepcin en el
diccionario de la Real Academia). Pero nada sabemos de la tradicin
ni de las formas de estos cantos de centinelas, a los que la
improvisacin y la variacin de las frases impuestas por las
circunstancias el santo y sea, las consignas daran fisonomas
cambiantes y desprovistas de todo elemento propiamente genrico
(incluso el rtmico). Esto en cuanto a los veladores militares ;
pero haba otro tipo de vigilias : las religiosas. A ellas aluda
Carolina Michalis ; los veladores de Mdena, dice Roncaglia, eran de
esta clase : y ya veremos que los de Berceo tambin lo eran.
IV. El orden de estrofas de la cantiga.
En 1950, Leo Spitzer42 propuso remediar la forma incom-
40. Aurelio Roncaglia, // Canto delle scolte nwdenesi (En :
Cultura Neolatina, VIII : 5-46, 1948). Lo citado corresponde a pgs.
25 y 46. 41 . Menndez Pidal, como hemos visto, llama a esta cantiga
primera muestra del
ritmo de un canto lrico popular . A. F. G. Bell (Literatura
castellana, Barcelona, Juventud, [1947], pgs. 177-178) recoge esta
expresin : Se daban la mano el trabajo y el ritmo, como se ve en la
cancin de los veladores de Berceo... Pero cul es el ritmo de la
vigilia? Y es siempre prudente, adems, que un viga cante o taa,
dando asi la certidumbre de su presencia a los posibles
enemigos?
42. Sobre la cntica * Eya velar (En : N. R. F. H., IV : 50-56,
1950). Retomado en sus Romanische Literaturstudien, Tbingen, 1959,
pgs. 683-693.
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 223
prensible y catica (pg. 50) de la cantiga, y usando muchas
buenas razones y algunas de las otras elabor un todo artstico de
clara organizacin (pg. 54), que rene las caractersticas de una
cancin de escarnio o de maldecir unida a una cntica de velador (pg.
52) y aunque no lo diga explcitamente a una cntica mgica (pg.
54).
J. B. Trend agreg a la interpretacin de Spitzer la noticia de
otros intentos anteriores (C. Michalis, Rodrigues Lapa y F.
Brittain) 43. Y, en fin, Bruce W. Wardropper, dentro del esquema
general propuesto por su maestro Spitzer, introduce una nueva
disposicin tipogrfica, destinada creemos a hacer ms visible an la
clara organizacin del todo artstico **.
Es lstima que ni Spitzer ni Trend ni Wardropper hayan conocido
el primer arreglo hablando cronolgicamente de la cantiga. Es
lstima, decimos, porque pocos textos incitan con mayor urgencia a
una conducta prudente y modesta para con un texto antiguo :
Hanssen, en su Reconstruccin de la Cantiga de los judos45, supone
que en el original los versos estaban escritos a dos columnas, y
que el copista, en vez de leer las columnas sucesivamente de arriba
hacia abajo, se equivoc leyndolos de la izquierda hacia la derecha
(pg. 31). Como cuatro versos, a pesar de tal explicacin, siguen sin
caber dentro de este arreglo, parece que el amanuense del cdice
original los haba olvidado i suplido en el mrjen (pg. 32). Pero
queda, adems, otra dificultad, pues yo tuve que trasponer las
estrofas 2i 3 ; todo se soluciona, sin embargo, con un poco de
buena voluntad : basta con introducir, tras el primer copista [que]
salt las coplas del medio i las supli en el mrjen... otro copista
[que] no supo descifrar este cuadro i escribi los versos en el
orden, o mejor dicho en el desorden que presenta la edicin (pg.
32). Adase que, para Hanssen, la cantiga procede por estrofas de
cuatro versos cortos, y que para obtener las siete estrofas
cabales
43. Sobre el t eya velar de Berceo (En : N. B. F. H., V :
226-228, 1951). 44. Berceo's t Eya velar (En : Bomance Notes, II :
3-8, otoo 1960). 45. En su Miscelnea de versificacin castellana
(separata de los Anales de la Univ
ersidad), Santiago de Chile, Impr. Cervantes, 1897, pgs. 29-32.
Henrquez Urea, en su Versificacin irregular (2 d., 1933, pg. 26),
cita este trabajo de Hanssen y t el trabajo sobre Mena , donde
trata de reconstruir, sobre moldes silbicos, la cntica de Berceo :
no he podido procurrmelo.
-
224 BULLETIN HISPANIQUE
que le hacen falta, tiene que rinventai1 dos versos perdidos,
los siguientes :
Velat, aliama de ludios, eya velar, que non salga el f de Dios,
eya velar48.
No son muy bonitos, pero estn dentro del estilo de las
organizaciones claras y modernas de la cantiga.
Del reordenamiento de Hanssen, como del indicado por Carolina
Michalis, del establecido por Rodrigues Lapa y del realizado por
Brittain, cabe decir lo que con tanto acierto dice Eugenio Asensio
de otras restauraciones similares : semejantes enmiendas son puros
retozos filolgicos, propios de un carnaval literario 47 . El
intento de Spitzer merece ms detenimiento. Su mejor definicin en un
elogio que lleva implcita la censura la hace Trend :
Spitzer no ha cuidado tanto de devolver a la sucesin de estrofas
el orden que Berceo les diera, sino el que les pudiera haber dado
el arquetipo de poeta medieval , tal como este sugestivo
historiador lo concibe, que adems hubiera cumplido aqu sin residuo
el arquetipo de composicin medieval , tal como la filologa moderna
lo entiende {loe. cit., pg. 228).
En otras palabras, que Spitzer hace a Berceo ms spitzeriano que
bercesta. Una trabajosa pirmide que no incluye casi ningn elemento
verdaderamente cristiano culmina en un climax de magia :
Non sabedes tanto descanto...
que le aparece como el non-plus-ultra de la hybris . No est
probado que descanto signifique desencanto (y es absolutamente
seguro que el deschanter que la nota 9 de pg. 54 propone como
46. Hanssea nota que D[uelo], 178 consuena Dios con Judos. Por
lo tanto, parece que Gonzalo empleaba, adems de la forma castellana
Dios [ ordinariamente... monosilbica... Sin embargo a veces forma
dos silabas ], tambin la forma Dios procedente de otro dialecto
(pg. 29). Ntese, en su descargo, que Snchez tambin acenta Dios ; y
vase, para la forma judies, Karl Pietsch, Two Od Spanish versions
of the Disticha Catonis (En : Decennial publications of the Univ.
of Chicago, 1902), pg. 25, n. 83, con ejemplos de Juan Ruiz (1193,
1657) y Fr. Diego de Valencia (Canc. de Baena, pg. 528).
47. Gil Vicente y las cantigas paralelsticas restauradas (en SU
Potica y realidad en el cancionero peninsular de la Edad Media,
Madrid, Gredos, 1957 [Est. y ensayos, 34]), pg. 138.
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 225
paralelo del hpax ant. esp. no significa tal cosa) ; pero aun si
descanto tuviera valor mgico, no igualara ni de lejos al climax
dramtico de la ltima copla en el orden tradicional :
Si lo quieren acometer I oy es da de perescer 1
Todo lo precedente es mera afirmacin, statements , diramos : los
discpulos querrn hurtar el cuerpo de Cristo, su lengua ha sido
causa de su prdida, non sabedes lo que es necesario para salir
airosos de este paso. La nica copla que se levanta al desafo y
alcanza valor activo de blasfemia es la ltima :
I oy es da de parescer !
y ella es la que descencadena, por fin, el castigo de los
veladores. As est en el texto que poseemos, y su colocacin es
inobjetable.
Del trabajo suplementario de Wardropper poco hay que decir. Cabe
suponer que no ley bien a Spitzer 48 ; pero es penoso comprobar
que, antes de enmendar la plana a Berceo, no tom la precaucin de
repasar los Evangelios : en nota a la copla 12,
Don Philippo, Simn e ludas, eya velar : Por furtar buscan
ayudas, eya velar.
escribe : It is curious to note that Berceo does not bear in
mind that Judas hanged himself before Christ's crucifixion (pg. 5,
n. 5).
El reproche genrico que todas estas reconstrucciones y
reordenamientos merecen es su inutilidad. Las razones ms o menos
mecanicistas que se invocan para reordenar la cantiga, y los
argumentos ms o menos medievales de que se echa mano para apuntalar
aquellos razonamientos, no llevan a parte alguna.
48. Wardropper comparte con Hanssen el privilegio de aadir
estrofas a la cantiga : I wonder i another stanza beginning Non
sabedes was not lost. If another existed it is possible that the
cantiga de escarnio had a rondo form... (Pg. 7.) Una de las
afirmaciones ms sensatas de Spitzer es la de su nota 1 : Yo creo
que el infausto nmero 13 [de estrofas del cantar] es simbolo de los
judos, excluidos de la gracia simbolizada por los doce apstoles.
Recurdense otras cifras en Berceo : 777 coplas en el Santo Domingo,
7 estrofas en los himnos lo notaba Hanssen , 24 6 25 milagros. A ms
del excurso 15 de Curtius, citado por Spitzer, vase ahora
(siguiendo a Curtius y a Anna Granville Hatcher), el artculo de
Eleanor Webster Bulatkin, The arithmetic structure of the
Old-French Vie de Saint-Alexis (En : P. M. L. A., LXXIV : 495-502,
1959).
-
226 BULLETIN HISPANIQUE
Puede aceptarse que el que la cantiga est as en el nico
manuscrito que conocemos (manuscrito tardo, por aadidura) no sea
una razn para tomarla tal como est. Pero tambin debe reconocerse
que, poticamente (y eso es, en suma, lo que cuenta), ninguna de las
reordenaciones propuestas 49 es superior a la cantiga tal cual la
leemos en la edicin de Snchez : su lgica potica ser desordenada, si
se quiere, pero con un desorden que no es sino el reflejo del
desorden general de la escena. Gonzalo Me- nndez Pidal seala con
acierto su carcter de supuesta improvisacin : el drama del Glgota,
en efecto, careci de ensayo general, y un poeta como Berceo slo
puede darnos una imagen catica y no ordenada de ese suceso sin
precedente ni repeticin posible.
V. La cantiga en su contexto.
A los trabajos citados hay que agregar uno del profesor Germn
Orduna, muy buena contribucin al estudio de Berceo, que sera
excelente si se la aligerase, mediante la supresin de una decena de
pginas, de ciertos excursos prescindibles 50. Tal como es, ocupa un
lugar privilegiado dentro de los estudios de la cntica, y cuenta
con dos mritos esenciales : considerarla como un trozo cantable
intimamente unido al texto narrativo del Duelo
49. Trend da, en pg. 227, un cuadro de las ordenaciones
sugeridas por Carolina Michalis, Lapa, Brittain y Spitzer. Creemos
til reproducirlo, agregando al final las ordenaciones de Hanssen y
de Wardropper : Tradicional Michalis R. Lapa Brittain Spitzer
Hanssen
1
1 1
1 1 Vox 11
2
o 2
I 2 2
3 3 4 4
10
4 8 6 6
12 II
10 12 10
5 9 5 5 4
6 4' 7 7 6
III 4 6
12
7 6 3 3 13
8 5 8 8
11 IV
(*) 3 11
9 7 9 9 7
8
10 10
11 5
V 9 6
11 12
10 9
12
12 8
VI 5 7
4
13
13 3 VII
11 13 13
Wardropper X ( Vox II 7 5 9 8 3
Como puede verse, Carolina Michalis y Rodrigues Lapa slo se
ocupan de las estrofas paralelsticas ; Brittain construye su
reordenacin sobre la de este ltimo. El signo (x) indica la copla
inventada por Hanssen ; la colocacin de las estrofas en Wardropper
sigue la disposicin indicada en su artculo, pero el autor da a
entender por el arreglo tipogrfico que las estrofas confiadas a la
Vox Ht were either interca- lated stanza by stanza into the main
Body of the song, or sung contrapuntally to another tune (pgs.
6-7).
50. La estructura del Duelo de la Virgen y la cntica Eya velar
(separata de Humanitas [Tucumn], IV, 10 : 75-104, 1958).
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 227
(pg. 75), y buscar un modo de explicar el sentido de la
composicin, dando por supuesto que el orden de estrofas que nos ha
llegado es el que le dio Berceo (pg. 93 ; el ltimo subrayado es
nuestro). Mediante la atenta consideracin de la cantiga a la luz de
las estrofas que la preceden, Orduna establece que todo el pasaje
refleja las caractersticas de una vigilia litrgica, lo que es
exacto, y, adems, aparece impreso por primera vez.
Frente a la importancia de este acierto fundamental, los reparos
que pueden hacerse al estudio de Orduna son secundarios, e
imputables en gran parte a las condiciones de trabajo del
investigador hispanoamericano, coartado por la escasez de medios
bibliogrficos y por la falta de contacto con investigadores de
disciplinas afines61. Orduna ha encontrado el enfoque exacto para
aprehender con exactitud a Berceo : la liturgia, y, mejor an, la
prctica musical litrgica. Pero, en lugar de sospechar que el
recuerdo de la vigilia litrgica influa en Berceo cuando compona...
la ltima parte del Duelo, en lugar de creer que Berceo, con su
ingenua imaginacin medieval, no puede suponer que la aljama vele de
otro modo que... como ocurra en las vigilias litrgicas de San Milln
(pgs. 87 y 88), hay que afirmar que Berceo por lo menos
literariamente estaba muy lejos de ser un ingenuo, y que saba muy
bien lo que se haca cuando trazaba, a sabiendas, una franca parodia
litrgica. Contra lo que afirma Am- rico Castro 62, y aunque el caso
del Arcipreste, como ms tardo, sea ms extremado y atrevido, ya a
Berceo se le ocurri parodiar los oficios, aqu y en los Milagros
(coplas 372-373), donde pone a contribucin el de difuntos M. En el
Duelo, adems, Berceo lo afirma categricamente : judos y paganos
estaban, frente al Crucificado,
Cantando malas visperas e peores matines. (Copla 50 d.)
Corresponde, empero, determinar cuidadosamente a qu acti-
51. Personalmente, me es difcil aquilatar todo lo que mis
trabajos sobre Berceo deben al saber y a la generosidad de Mlle
Solange Corbin.
52. A nadie se le ocurri antes [que a Juan Ruiz] tomar como tema
de parodia el rezo de las horas cannicas (La realidad histrica de
Espaa, pg. 404).
53. Cf. Gonzalo de Berceo, Milagros dr Nuestra Seora, texto
ntegro en versin de D. Devoto. Valencia, Castalia, 1957, notas,
pgs. 236 y 237.
-
228 BULLETIN HISPANIQUE
vidades litrgicas aluda Berceo. La situacin de Espaa es aqu como
en todo particularsima : el rito romano y la liturgia hispnica (mal
llamada mozrabe, o visigtica) luchan durante largo tiempo 54. El
duelo judiciario del Domingo de Ramos (9 de abril) de 1077 y el
concilio de Burgos (12 de abril-8 de mayo de 1080) son los hitos
cronolgicos ms salientes de la substitucin del ritual (David, pgs.
400 y 417) ; pero estn lejos, sin embargo, de delimitarla. El
cambio ocurri un buen siglo antes del nacimiento de Berceo ; el
poeta estaba adscrito a un monasterio benedictino : podra creerse
que por lo menos en su medio espiritual y geogrfico el rito
hispnico haba sido definitivamente relegado al olvido. Los hechos
no son tan sencillos : para dar una idea de la compleja realidad
litrgica espaola, baste recordar que todava en el siglo xi se
copiaban en Espaa textos de liturgia romano-carolingia (cf. P.
Louis Brou, S. J., Un nouvel homiliaire en criture wisigothique. En
: Hispania sacra, II: 147-191, 1947), ya desusada en su pas de
origen ; y que ya en la primera mitad del siglo x ms de un siglo
antes de las luchas polticas por la sustitucin del ritual se
copiaban en Toledo (que habra de ser, sin embargo, el baluarte de
la liturgia hispnica) documentos de rito romano (cf. J. F. Rivera
Recio, El Ho- miarium gothicum de la Biblioteca Capitular de
Toledo, homi- liario romano del siglo IX-X. Ibid., IV : 147-167,
1951). Por eso no puede entenderse cabalmente a Berceo sin recurrir
al vocabulario de ambos ritos, hispnico y romano.
La recomendacin de Pilatos tiene una importancia capital para la
recta comprensin de la cantiga :
Guardat bien el sepulcro, controbatli canciones. 173. Los unos
digan salmos, los otros lecciones
Los unos Jube dompne, los otros bendiciones, [Falta en el
original un verso (Snchez).]
Pasare des la noche faciendo tales sones.
Controbatli canciones : 'inventadle canciones', entiende
54. El estudio fundamental sobre la instauracin del rito romano
en Espaa es l del Abb Pierre David, L'abolition du rite hispanique
(cap. m de sus tudes historiques sur la Galicie et le Portugal du
VI' au XII* sicle. Paris, Les Belles Lettres, 1947 ; Coll.
portugaise..., VIII).
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 229
Spitzer, y entiende bien, salvo que 'controbar' no tiene for
zosamente sentido colectivo. Y cmo sern esas canciones? Irn
acompaadas de salmos y de lecturas litrgicas, y de otras acciones
que es necesario comprender exactamente. Ni las bendiciones
comienzan 'Jube domine'... , ni la palabra sones, que cierra la
cuaderna va, tiene en Berceo un claro significado : canciones
(Orduna, pg. 88). Jube domine [benedicere] lo dice bien Spitzer,
pg. 53 (fin de la n. 7 de la pgina precedente) es la frmula por la
cual el dicono o el lector piden la bendicin del obispo o del
sacerdote antes de iniciar el canto de una leccin litrgica. Sono
(forma de bajsima latinidad) es el nom donn la seconde antienne des
Vpres, certains jours de ftes. C'est une antienne in forma
responsi, avec un ou plusieurs versets... Cette antienne se
retrouve aussi d'ordinaire au Matutinum, aprs l'antienne appele
Benedictiones . Y Benedictiones es le titre de l'antienne
Benedictus es, Dominus Deus patrum nostrorum, que l'on chantait trs
souvent au Matutinum... Parfois le nom est donn au cantique lui-mme
55 . Bendiciones es, pues, el Canti- cum trium puerorum, el himno
de los tres mancebos en el horno (Daniel, III, 56-88), canto bien
conocido, citado en el Poema de Fernn Gonzlez :
librest a los tres ninnos de los fuegos ardientes, cantaron en
el forno cantos muy convenientes
(d. Marden, 191, y glosario.)
y que se encuentra intgralement dans les livres gallicans et wi-
sigothiques 56 . Las Bendiciones siguen a la leccin : as el Liber
commicus hispnico coloca en duodcimo lugar, entre las Lee- tiones
in Vigilia Pasee, la Lectio libri Danilis profete (III, 1-24 y
46-51), que terminara abruptamente :
Tune hii tres quasi ex uno ore laudabant, et magnificabant, et
be- nedicebant Dominum de camino, dicentes.
55. Dom Marius Frotin, Le t Liber ordinum en usage dans l'glise
wisi gothique et mozarabe d'Espagne du Ve au XVI9 sicle, Paris,
Firmin-Didot et Cle, 1904 (Mo- numenta Ecclesiae Litrgica, V), pg.
xxxv. Cf. tambin Casiano Rojo y Germn Prado, El canto mozrabe,
Barcelona, Diputacin provincial, 1929, pg. 63.
56. Amde Gastou, Les vigiles nocturnes, Paris, Bloud, 1908
(Liturgie, n495), pg. 21.
-
230 BULLETIN HISPANIQUE
si no se suplen al final las Bendiciones. Y notemos que esta
leccin figura en el Commicus Silense y en el Emilianense, y no en
el Toletano57. La constitucin de las vigilias, durante mucho tiempo
libre 58, estaba ya bien reglamentada en tiempo de Ber- ceo ; estas
Bendiciones, rodeadas de salmos, lecciones, y sones, permiten
afirmar sin duda alguna que Berceo tena presente la vigilia de la
vspera pascual : escena y vocabulario se integran claramente tanto
en el momento cultural en que Berceo escribe como en el instante
temporal del tiempo sagrado que describe.
Pero el auxilio de la liturgia es todava mayor. El in forma
responsi (es decir, cuya ejecucin se confa alternativamente al
solista y al coro) es una indicacin preciosa para la interpretacin
de la cantiga : pasaredes la noche faciendo tales sones . La
cantiga est concebida, como imitacin parodia, hasta etimolgicamente
de tales sones, y modela su estructura sobre la de la letana
diaconal. No hay (no puede haber) en ella una estructura de canto
alterno, como para ser entonada por dos coros , ni es posible una
ejecucin por 1er semicoro y 20 semicoro (Orduna, pgs. 99 y 102-104)
; nada de two songs... intended to be sung antiphonally or
contrapuntally together (Wardrop- per, pg. 6 ; ms abajo propone que
algunas estrofas may also have served as a kind of chorus, but I
suspect that it was sung in counterpoint, to a diffrent but jibing
melody ) ; tampoco cabe figurarse esta cntica entonada a dos voces
: una gua el
57. Liber Commicus, edicin crtica por Fray Justo Prez de Urbel,
O. S. B.t y Atiliano Gonzlez y Ruiz-Zorrilla, Madrid, C.S. I.C.,
1950-1955, 2 vol. (tMonumenta Hispaniae Sacra , serie litrgica,
vol. II y III), t. II, pgs. 38'i-387. En el t. 85 de la Patr. lat.,
primero de los dos dedicados a la liturgia hispnica en esa
coleccin, en la Vigilia glorise Dominice Resurreclionis, la leccin
tiene diferente extensin y ocupa diferente lugar (col. 458) ;
termina con una versin abreviada de la Benedictio (Benedictus es
Domine Deus patrum nostrorum...) y contina luego con otro trozo de
Daniel ; el editor apunta : Caput m. Vers. 1, ad finem capitis,
multis in cntico, et a vers. 15 ad 46, omissis omnibus. In
Lectionario Luxoviensi lectio 12 est ex cap. ni Danielis. El cntico
se halla en el t. 86, col. 860 de la Patr. lat., con el ttulo de
Canticum Zaccarie [Azarie] de Libro Danielis, cap. 3. Su uso en las
horas cannicas est sealado en col. 941, 961, etc.' El rito romano
conserva hoy la leccin del libro de Daniel en el duodcimo lugar
durante la vigilia pascual, pero reducida a la mitad {vers. 1-24)
y, en consecuencia, sin el cntico; ste que difiere del texto bblico
se utiliza en las laudes de domi ngos y fiestas, y como texto de
accin de gracias despus de la misa.
58. Cf. el artculo de H. Leclercq, Vigiles, en el Dict. d'Arch.
chrt. et de Liturgie de Dom Cabrol, XV, 2, col. 3108-3113.
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 231
canto ; otra vara algo lo dicho por el anterior, y el coro, a
cada instante, rompe en la estrepitosa exclamacin | eya velar 1
(Me- nndez Pidal, La primitiva lrica..., pg. 239). Nada hay en el
texto de Berceo, ni en su contexto, que autorice a pensar en esta
Edad Media adobada por Ziegfield. La cantiga sale de la letana
diaconal, en la que el dicono salmodia cada versculo alternando con
la asistencia que entona el estribillo : as la vio Snchez, que algo
saba de Berceo y de cosas de iglesia, y as aparece a quien quiere
leerla tal como nos ha llegado (cf. el artculo Litanie del Dict.
d'Arch. chrt. et de Liturgie, IX, 2, col. 1540 sigs., en especial
col. 1561-1564, sobre la letana diaconal en el rito hispnico).
Esta restitucin de la cantiga a su ambiente litrgico explica
tambin su textura. El eya velar (por lo menos, si no todo el cantar
de los judos) perteneca con certeza, para Menndez Pelayo, a la
inspiracin popular ; de Cejador en adelante, no ha habido
discrepancia en la crtica moderna sobre la procedencia popular de
toda la cantiga.
El eya del refrn, dice Carolina Michalis (y dice bien) era
usadssimo na poesa ecclesistica e profana medieval59 . Los ejemplos
que da podran multiplicarse, porque, como muestra Young (op. cit.,
I, pg. 193), en los tropos hundred of passages conclude with the
joyous exclamation Eia I ; Young la seala en tropos de Pascua (pgs.
208 y 209), en la Visitatio Sepulchri (pg. 245) como introduccin al
Te Deum (tambin en pgs. 217 y 223), as como en las representaciones
de la Epifana (t. II, pgs. 75, 80, 90, 97-98). En los textos
citados por Donovan, la interjeccin aparece una decena de veces :
varios de estos textos proceden de manuscritos espaoles (pgs. 74,
75, 76, 77, 193, 194, 195). No es necesario, pues, recurrir a
vigilias militares hipotticas, ni a las remotas lenguas africanas,
para explicar el uso de una interjeccin latinsima, usada ya en la
Eneida y empleada
59. Loe. cit., pg. 822, n. 1, apartado 5. Cita el himno Ave
summe praesulum Eja (Bartsch), Imperio Eja, Venreo [sic] Eja
(Nisard, Chants pop., I, p. 16), el Carmen do Cid Campeador , la
mais antiga bailada provenal A Ventrada del tems ciar eya ! y su
uso acompaado de un imperativo, o infinitivo de carcter imperativo
: Eja jubilemos (Notker, en Bartsch), Eja vigila no canto bellico
de Modena , Eya velar en Berceo.
Bulletin hispanique. 1 6
-
232 BULLETIN HISPANIQUE
por Cicern y Terencio, y que seguir usndose en el espaol del
Renacimiento 60.
La materia misma de la cantiga tampoco es ajena a la liturgia,
como lo indica la viejsima antfona (de origen griego) reducida
primero a versculo y suprimida despus enteramente :
Dicant nunc Judaei quomodo milites custodientes sepulchrum per-
diderunt Regem, etc. 61.
La integracin de la cantiga en su atmsfera litrgica nos
proporciona adems los elementos para comprender su mtrica. El
tercer himno de Mario Victorino (muerto hacia 370) est com-
60. Tambin comienzan por Eya 1 tres versos sucesivos de Les
Trois Maries (De Coussemaker, op. cit., pg. 274 ; en Schuler, op.
cit., pg. 193, no. 186).
Otros ejemplos latinos : Chant en l'honneur de Landulf (fines
del siglo x?) : Eja! fratres, decantemus carmina dulcissima... (Du
Mril, Posies populaires latines antrieures au XIIe sicle, Paris,
1843, pg. 272) ; cancin de Navidad : Li- lium floruit... Eia, eia,
eial (Du Mril, Posies populaires latines du Moyen Age, Paris, 1847,
pg. 50) ; Conductus ms., British Musum, Mss. Add. 36881 : Eia et
eia (Hans Spanke, Klangspielercin im mittelalterlichen Liede,
Dresden, 1931, pgs. 172-173); Gregis pastor Tytirus : a Eya, eya,
eya (Spanke, Beziehungen zwische romanischer und mittellateinischer
Lyrik..., Berlin, 1936, pg. 122) ; Eia, eia, eia laudes... dicamus
Libero y Eia, cara chelys , en Raby, A history of secular Latin
poetry..., Oxford, 1934, t. I, pgs. 217 y 361 ; Eia, Mater , en el
Stabat de "Jacopone da Todi. Se usa hoy en la Salve no ha faltado
quien vinculara esta plegaria con el nombre de Berceo : Eia, advoca
ta nostra... , y es la primera palabra del oficio parvo de la
Inmaculada Concepcin, en los maitines.
Ejemplos latinos clsicos en cualquier diccionario corriente ;
ejemplos espaoles tardos en el Cancionero de Palacio, n 367, y en
el Cancionero de Constantino, 75. Debe citarse tambin la
representacin sagrada alemana Christ Auserstehung ( eya... heia ;
en las Ahtesche Schnuspiele, hgg. von Franz Joseph Mone,
Quedlinburg und Leipzig, 1841, pg. 128) ; t Eia herr, untotlicher
got... (Schuler, pg. 193, no. 187) ; Eia, eya, eye, aye, age , en
el Glossarium latino- germanicum mediae et infimae aetatis de
Laurentius Diefenbach (Francofurti ad Moenum, sumptibus J. Baer,
1857 ; suplemento al Glossarium de Du Cange). Todava en 1918,
D'Annunzio usa el eia latino en el estribillo (repetidamente
variado) de La cantone del Quarnaro (Edizione nazionale di tutte le
opere, IX : 147-159, y XLII : 213-220).
Ante esta difusin es difcil explicarse la explicacin que aporta
A. Steiger : es curiosa, de todos modos, la forma y el significado
que Pedro de Alcal consigna para el rabe granadino... aya 'ea
pues', porque nos lleva directamente a la etimologa de otra
interjeccin que nunca ha sido explicada satisfactoriamente
[subrayado nuestro] : me refiero al estribillo i eya velar 1 de la
cntica de velador o de centinela en el Duelo de la Virgen, 177, que
nos ha legado Gonzalo de Berceo hacia 1230 y que encuentra su
expresin paralela en la forma del habla beduna del tunecino
meridional : hiia 'allons ! allez I'... (Arag. ant. ayec ayech
'cuidado I' ; judeo-esp. t hec ; | eya velar ! . En : R. F. E. :
XXXV, 341-344, 1951). Agregese que la voz existe tambin en vasco,
como partcula de valor interrogativo (Edward Spencer Dodgson, en la
Philological Society, 1898 y 1899).
61. H. Villetard, / Giudei nella liturgia (En : Rassegna
Gregoriana, IX : 429-444, 1910), col. 432. Texto de la antfona en
la Analecta de Dreves, vol. XXI ; texto y msica publicados por A.
Gastou en La tribune de saint Gervais, VII, pg. 271 ; cf. Schuler,
pg. 180, no 145.
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 233
puesto de versculos de longitud muy diferente el primero, Deus
Dominus, sanctus Spiritus no llena una lnea de la Patrologa de
Migne, y otros cuentan hasta ocho lneas ; algunos versculos (no
todos) tienen rima interna, y todos van separados por la aclamacin
colectiva :
Pater, Filius, / Paracletus O beata Trinitas...
Tu creari imperas, Tu creas / Tu creata recreas O beata
Trinitas...
Da peccatis veniam, / praesta aeternam vitam, / dona pacem et
glo- [riam
O beata Trinitas. (Patr. lat., VIII, col. 1143-1146.)
Otros textos, cronolgica y geogrficamente ms cercanos a Ber-
ceo, muestran una regularidad mucho mayor : tales las letanas
diaconales hispnicas a las que remite el Die. d'Arch. ckrL et de
Liturgie, en las que el pueblo responde, al cabo de cada versculo,
placare, miserere, o praesta omnipotens Deus :
Placare et miserere. V. Jesu unigenite Dei patris filius : qui
es inmense bonitatis Dominus. (P. Placare.)
V. Guncti te gemitibus exorantes poscimus : cunctique simul
deprecantes presemus. (P. Placare.)
V. Tranquilitate temponim : rerum abundantiam : pacis quietem :
et salutis copiam. (P. Placare.)
(Patr. lat., LXXXV, col. 298.)
Estos cantos han sido estudiados por Wilhelm Meyer ( Uber die
rythmischen preces der mozarabischen liturgie, 1913), quien da
varios ejemplos similares a nuestro Eya velar :
Audi vocem supplicum Et da vitae remedium. Precamur. Causas
peccati amove Et da locum veniae. Precamur. Da nobis auxilium, Quod
superet periculum. Precamur. Audi Deus viduas Et orphanorum
lacrimas. Precamur.
(Pg. 193.)
-
234 BULLETIN HISPANIQUE
Christe redemptor omnium Exaudi preces supplicum. Precamur.
(Pag. 193 ; 4 estrofas.)
Inclusive alguno de sus ejemplos, sin rima aparente, se torna
aconsonantado al acentuar en el canto la ltima slaba :
Exclse perptue quae pscinus trbue. Placare et miserere. Audtum
pisimum inclina orntibus. P. et m. Virttis praesdio redmptor dfende
nos. P. et m. Superna potntia pecctus da vniam. P. et m.
(Pg. 197.)
El esquema de la cantiga Eya velar es el mismo de la
representacin de pastores que se ejecutaba la vspera de Navidad, a
laudes, en Toledo :
Bien vengades, Pastores, que bien vengades. Pastores, do
anduvistes? Decidnos lo que vistes. Que bien vengades. Pastores del
ganado, decidnos buen mandado. Que bien vengades. Vimos que en
Beln, seores, naci la flor de las flores. Que bien vengades...
(Donovan, op. cit., pg. 33 8.)
La manera de ejecutar esta cancin notada a fines del siglo xviii
parece haber derivado hacia la antifona (dos grupos de cantores
alternados) ; no s si las denominaciones de cantolla- nistas y
meldicos (canto meldico es otro nombre del canto euge- niano)
indican dos subgrupos diferentes o designan tan slo un cambio de
estilo. Claro est que en este ejemplo tardo (que se
62. Un esquema parecido dos versos latinos no rimados que
alternan con la exclamacin se halla entre las composiciones
religiosas hispnicas que Amador de de los Ros reproduce en el t. I
de su Historia critica :
< Allluia I... pus edite laudibus, Cives et etherei ;
psallite unanimiter
Allluia perenne 1 Hinc vos, perpetui luminis accolae, Ad summum
resonate ymniferis choris
Allluia perenne... (Pg. 502-503 ; en total 9 estrofas.)
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 235
retrotrae a veces hasta el siglo xm) la mtrica no ofrece
irregularidad alguna ; pero la Cntica del Duelo tampoco presenta
ningn problema mtrico si se la ajusta a su tipo de ejecucin let-
nica : no consta de versos de once, diez, nueve u ocho slabas, sino
de versos acentuales de dos acentos regularmente colocados, uno
capital y uno caudal : y hasta podra afirmarse, a la luz de los
ejemplos latinos dados ms arriba, que se compone de versos leoninos
de cuatro acentos en los que la mera generosidad del copista
multiplic la respuesta de la asamblea, introduciendo el refrn entre
cada hemistiquio. Dejando a un lado este problema, prcticamente
insoluble versos leoninos largos, o dsticos de versos cortos? la
escansin de la cantiga no presenta dificultad alguna para su
salmodia 63 :
Eya velar, eya velar, eya velar. Velat aljama de loa Judis [eya
velar] que non vos frten el fijo de Dios.
ya velar. Ca furtrvoslo querrn [eya...] Andrs e Pidro et
John.
ya velar. Non sabdes tanto descanto que salgdes de so el
canto.
ya velar. Todos son ladroncllos que asschan por los
pestillos.
ya velar. Vuestra lengua tan palabrera a vos dado mala
carrera.
ya velar. Todos son omnes plegadizos, rioadchos mescladzos.
ya velar. Vuestra lengua sin recbdo
63. Geers {Algo sobre versificacin espaola. En Neophil., XV :
178-183, 1930), y luego Arnold (En : Est. ded. a Mencndez Pidal, V
: 151-163), mucho ms explcitamente este ltimo, indican la
posibilidad de considerar acentuales ciertas estrofas de la
cuaderna via de Berceo. Staaf intent ya en 1906 una interpretacin
acentual de la Cantiga (En : Nordisk Tidsskrift for Filologi,
1906-1907, pgs. 55-57) ; pero en lugar de partir de la acentuacin
castellana normal, reforzndola, intent aplicar la acentuacin de los
pies latinos al verso espaol, destruyendo los acentos propios de
las voces castellanas : -vSslQ, tanto", t0d5s, tanta.
-
236 BULLETIN HISPANIQUE
por mal cabo vos a echado. ya velar.
Non sabdes tanto de engnno que salgdes ende este ao.
ya velr. Non sabdes tanta razn que salgdes de la prisin,
ya velar. Tomaio e Matho de furtrlo han grant deso.
ya velar. El discpulo lo vendi, el Maestro non lo entendi.
ya velar. Don Fhilpo, Simon e Judas por furtr buscan ayudas.
ya velar. Si lo quieren acometer, oy es da de parescr.
ya velar.
El primer acento establece una anacrusa de dos slabas tonas
(tres, en tres de los cuatro primeros versos agudos) ; la
correspondencia de acentos entre los versos que riman entre s es
casi absolutamente regular. Sin necesidad de cantarla, con slo
apoyar decididamente las slabas acentuadas, la cantiga da una
impresin de total regularidad mtrica.
VI. Conclusiones.
Si se restituye la cantiga a su marco litrgico la vigilia de
Pascua segn el rito romano-hispnico interpretando correctamente los
vocablos tcnicos eclesisticos de la estrofa 173 que la precede y la
anuncia, pueden establecerse las siguientes conclusiones :
1) La cantiga no es un ejemplo de lrica popular ms o menos
incorporado al Duelo, sino un trozo cantable enteramente articulado
dentro de la composicin. No hay razn alguna para considerarla como
obra tradicional y no como composicin personal de Berceo.
-
SENTIDO Y FORMA DE LA CNTICA EYA VELAR 237
2) Lejos de ser un ejemplo de lrica popular, la cantiga es
imitacin ceida de una forma de canto litrgico, hasta en su
estribillo hbrido latino-espaol. No parece tener nada ver ni con la
lrica popular ni con el teatro eclesistico.
3) Dado su carcter de cancin improvisada , el paralelismo
incompleto de algunas de sus estrofas no es motivo suficiente para
intentar reordenarla ; teniendo en cuenta que los resultados
poticos de los reordenamientos son ms bien desalentadores, y que
las razones aducidas para realizarlos no son todas irrefutables, es
por lo menos prudente aceptarla tal como nos ha llegado.
4) Su ejecucin es sencillsima : un solista salmodia los versos,
y la asamblea le responde con el estribilo. Ni antifona, ni voces
diferentes, ni contrapuntos tienen nada que hacer aqu.
5) Su versificacin es acentual y, dentro de su sistema,
perfecta. No puede afirmarse con certeza si est escrita en versos
leoninos largos o en pareados de versos cortos ; los antecedentes
litrgicos inclinan sin embargo por la primera de estas
suposiciones. El estribillo podra repetirse solamente al final de
cada verso largo o copla : sta parece ser, en los ejemplos
paralelos, la funcin de la rima : sealar al coro cundo debe repetir
el estribillo.
Como en todos los casos en que se estudia a un verdadero
artista, la indagacin de las fuentes de Berceo no menoscaba en
absoluto su valor. Por el contrario, el poeta se revela ms
hondamente cuando advertimos cmo su intencin y su invencin
transforman en poesa su experiencia personal casi diramos
profesional.
Daniel DEVOTO.
InformationsAutres contributions de Daniel Devoto
Pagination206207208209210211212213214215216217218219220221222223224225226227228229230231232233234235236237
PlanI. Estudios generalesII. Cantiga dramtica IV. El orden de
estrofas de la cantigaV. La cantiga en su contextoVI.
Conclusiones