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D IM O R F I S M O S E X U A LE I c e r e b r o d e l v a r o n
d if ie r e d e l c e r e b r o d e l a m u je r
e n o rg a n iz a c i o n V a c t i v id a d .
L a investigacien d e l a s
v a ri a c io n e s o b s e r v a d a s p o d r i a
l I e v a r a u n t r a ta m ie n t o
d e p a t o lo g ia s m e n ta le s
e s p e c if i c o p a r a c a d a s e x o
En un dia gris, a mediados de enero, Lawrence
Summers, rector de la Universidad de Harvard,
dej6 caer que entre las causas de la escasez de
mujeres dedicadas a las ciencias podrfan contarse
unas diferencias innatas en la constitucion de los cerebros
masculino y femenino. Esas decIaraciones atizaron el
fuego de un debate que lIeva humeando desde hace un
siglo, desde que algunos medidores del cerebro humano
se valieron de uno de los resultados que hahfan obtenido,
que el tamaiio medio del cerebro de las mujeres es me-
nor que el de los hombres, para ratificar la superioridad
intelectual de estos.
Nadie, hasta la fecha, ha descubierto prueba alguna
de que la mujer, por sus peculiaridades anat6micas, sea
incapaz de alcanzar la excelencia en matematicas, ffsica
Ricardo Fernandez A., Ph])
6 Bioquimicol NV ES TIG A CID N Y C IE N CIA , j ulio , 2 00 5
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C E R E B R A l LARRyAHILL_
o ingenierta (viase el recuadro "La polemic a del rec-tor de Harvard"). Se ha demostrado que el cerebro de
un sexo se parece mucho en multitud de aspectos aldel otro. No obstante, a 10 largo de los diez ultimosaiios, las invest igaciones realizadas sobre una varie-
dad de cuestiones, que van desde el procesamiento dellenguaje, la capacidad de orientarse en un recorrido
o el registro de recuerdos emotivos, han sacado a laluz un asombroso abanico de variantes estructurales,qufrnicas y funcionales entre el cerebro del var6n y
el de la mujer.Estas desigualdades no se reducen a meras idiosin-
crasias que expliquen por que les gustan mas a loshombres que a las mujeres cierto tipo de programasde television: nos lJevan a pensar que quiza haya que
desarrolJar tratamientos diferenciados segun el sexo paradiversas enfermedades, entre elias las depresiones, las
drogodependencias, la esquizofrenia 0 el sindrome de
estres postraumatico, Tales diferencias entraiian, ademas,que en las investigaciones futuras relativas a la estructuray funci6n del cerebro se deba tener en cuenta el sexo delos participantes al analizar los datos, pues de 10contrariocabe el riesgo de obtener resultados engaiiosos.
E s c u lp ir e l c e r eb ro
Hasta no hace mucho, se creta que las diferencias ce-rebrales entre los individuos de uno y otro sexo se li-rnitaban a las regiones responsables de las conductas
de aparearniento. En un articulo publicado en 1966 porSCIENTIFICAMERICAN,Seymour Levine, de la Univer-
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~Fde 'Stanford, exponfa el modo dimensiones de numerosas regiones"~"';lme las hormonas sexuales contri- corticales y subcorticales. Hallaron
buian a dirigir los divergentes com- asi, entre muchas otras cosas, queportamientos reproductivos en la rata eiertas porciones de la corteza fron-
(los machos empeilados en montar a tal, donde se asienta una buena par-
las hembras, estas que arquean los te de las funciones superiores de la
lomos y alzan las ancas para atraer cognicion, oeupan mayor volumenpretendientes), en las mujeres que en los hombres;
Levine, en su articulo, mencionaba algo similar ocurre en zonas de la
tan s610 una region del cerebro: el corteza Ifmbiea, que participa en las
hipotalamo, pequeila estructura si- reacciones emotivas.tuada en la base del cerebro, que En los hombres, en cambio, cier-
participa en la regulacion de la pro- tas porciones de la corteza parietal,
ducci6n de hormonas y en el control que interviene en la percepcion delde actividades fundamentales, como espacio, tienen mayor tamafio que enlas alimentarias y las sexuales, Toda las mujeres, y otro tanto ocurre en
una generacion de neurocientificos la amfgdala, una estructura en forma
madur6 convencida de que la expre- de almendra que responde a toda in-
sion "diferenciaci6n cerebral sexual" formacion que suscite emociones; esse referia solo a las conductas de decir, a 10que provoque descargas de
apareamiento, a las hormonas sexua- adrenalina y haga lati r al corazon conles y al hipotalamo, fuerza. Estas diferencias de tamafio,
Tal concepcion ha quedado arrin- 10 mismo que otras mencionadas enconada ante una marea de hallazgos el articulo, son de caracter relativo:que resaltan la influencia del sexo en se refieren a la razon del volumen demuchas facetas de la cognicion y de la estructura con respecto al volumen
la conducta; entre elias, la memoria, total del cerebro.las emociones, la vision, la audicion, Se considera, en general, que lasel procesamiento de rostros y la res- diferencias de tamario de las estructu-puesta del cerebro a las hormonas del ras cerebrales reflejan su importancia
estres, Tales progresos se han visto relativa para el animal. Por ejemplo,
acelerados en los ultimos afios por la los primates se fundan mas en laaplicacion de tecnicas muy refinadas vista que en el olfato; en las ratasy no invasivas de obtencion de ima- ocurre 10 contrario. En consecuencia,
genes, basadas en la tomograffa por el cerebro de primate esta dotado deemision de positrones 0 la resonancia regiones proporcionalmente mayores
magnetic a funcional, que perrniten dedicadas a la vision; las ratas, en
observar el interior del cerebro de cambio, asignan, en proporcion, mas
sujetos vivos. espacio a la olfaccion. Por ello,' la
P!chos experimentos ~_Qhte~n- existencia de amplias disparidades.~M._ anatornicas entre hombres y muje-
variaciones an tomicas S~1!1l__E! res induce a pensar que el sexo del. regiones rep.~ individuo sf intluye en la forma en
~mplo, Jill M. que funciona su cerebro.
Goldstein y sus cornpafieros de la Otras investigaciones estan des-
facultad de medicina de Harvard se cubriendo diferencias celulares devalieron de imageries obtenidas por origen sexual. Asi, Sandra Witel-resonancia magnetica para medir las son y sus colegas de la Universi-
•I II•I •I• Los neurocrentiticos cstan descubrer-do drterenctas a-iatorrcas. qu.nu-
cas y tuncionalcs entre el cerebra del varon y ei de la mujer.
• Estas variac.ones 5e reparten por todo el organa. en req.or.es que par-
ticipan en e: lenquaje la me-nona. las e1110CI0'1e5. ra VISIO'1 la auc.coy en la forma de 9"'3r5e para rr de u: luqar a ctro.
• Se trabaja para determmar las relaciones entre CSt3S d.spancaaes
de ongen sexual y las diterencras de coqrucron y conducta de hombres
y mu;eres. Los descubrirruentos podr.an seiialar el carruno nacia tera-
P'3S especn .cas on enterrnedaces neuroloq.cas como la esquizotren.a.
la oopres.on. la droqooependonc!a y e estres postraurnauco
8
dad McMaster han observado que
la densidad de neuronas en ciertas
regiones, asociadas a la compren-sion y procesamiento del lenguaje,
del lobule temporal de la corteza
es mayor en la mujer. Tras efectuarrecuentos de neuronas en muestras
postmortem. descubrieron que de las
seis capas de que consta la corteza,
dos de elias exhibian mayor mirnerode neuronas por unidad de volumen
en la mujer que en el hombre. Pos-
teriormente informaron de hallazgossimilares en el lobule frontal. Con-
tando con tal informacion, se puedeexplorar ahora si tales diferencias
en el numero de neuronas del varon
y la mujer guardan correlacion con
diferencias en las capacidades cog-nitivas: examinando, por ejemplo, si
la mayor densidad de neuronas enla corteza auditiva femenina tieneque ver con las puntuaciones, por .
10 comun mas elevadas, que alcan-zan las mujeres en las pruebas defluidez verbal.
Tal diversidad anatomica podria
deberse, en buena medida, a la ac-tividad de las hormonas sexualesque bafian al cerebro fetal. Estosesteroides contribuyen a dirigir la
organizacion y conexionado del cere-bro durante el desarrollo, e intluyenen la estructura y densidad neuronal
de diversas regiones. Es de sefialarque las regiones cerebrales donde
Goldstein hallo diferencias entrehombres y mujeres contienen, en
animales, mayor mimero de recepto-
res de horrnonas sexuales durante eldesarrollo. Esta correlacion entre
el tamafio de la region cerebral en
los adultos y la acci6n de esteroidessexuales en el utero sugiere que al-
gunas, al menos, de las diferenciasobservables en las funciones cog-
nitivas de uno y otro sexo no sonfruto de intluencias culturales 0 de
cambios hormonales asociados con
la pubertad, sino que estan presentes
desde eI nacimiento.
I n c li n a c i o n e s i n n a ta sVarios estudios sobre la conductaaportan nuevos indicios de que cier-
tas diferencias sexuales del cerebro
surgen antes del primer lIoro. A 10
largo de los anos, han sido muchos
los investigadores que han pues-
to de relieve que los niiios, desde
pequenos, toman sendas diferentes
de las nifias al elegir juguetes. Los
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niiios suelen orientarse hacia pelotaso coches de juguete, mientras que
las niiias optan por las muiiecas.
Pero nadie podia asegurar que tales
preferencias venfan dictadas por la
influencia cultural 0 por la biologfa
cerebral innata.
Para abordar la cuesti6n, Melis-
sa Hines, de la Universidad Muni-
cipal de Londres, y Gerianne M.
Alexander, de la Universidad A&M
de Texas, recurrieron a los monos.
Presentaron una selecci6n de jugue-
tes a un grupo de sirnios (una especie
tfpica de Africa del Sur) en la que
figuraban muiiecas de trapo, coches
y objetos neutros, por ejemplo li-
bros ilustrados. Observaron que losmachos dedicaban mas tiempo que
las hembras a los juguetes "rnascu-
linos", y que estas dedicaban mas
tiempo a interactuar con los juguetes
de ordinario preferidos por las nifias.
Ambos sexos dedicaron, sin embar-
go, identico tiempo a curiosear los
Iibros ilustrados y otros juguetes sin
connotaciones de genero,
Como es improbable que las pre-
siones sociales de la cultura huma-
na hayan condicionado a los monos
vervet, los resultados dan a entender
que las preferencias infantiles hacia
unos u otros juguetes se deben, al
menos en parte, a diferencias bio-
16gicas innatas, Esta divergencia, yde hecho, todas las diferencias ana-
tornicas que presenta el cerebro de
uno y otro sexo, surgieron, presu-
rniblemente, en virtud de presiones
select ivas durante la evoluci6n. En el
caso del experimento de los jugue-
tes, los machos, tanto humanos como
primates, prefieren los juguetes a los
que se pueda ir impartiendo movi-
rniento de manera continua y vengan
bien para juegos donde haya peleas
y agitaci6n. Estas cualidades, pare-
ce razonable conjeturarlo, podrtan
tener relaci6n con conductas utiles
para la caza 0 para conseguir com-
pafiera. Analogamente, cabrfa pre-
sumir que las hembras seleccionanjuguetes que les permiten afinar las
destrezas que les seran precisas para
la crianza de sus crtas.
Simon Baron-Cohen y sus asocia-
dos de la Universidad de Cambridge
adoptaron una metodologia diferente,
aunque no menos original, para in-
vestigar la influencia relativa de la
naturaleza y de la crianza en 10 que
toea a las diferencias entre los sexos.
IN V E S T IG A C n lN Y C IE N C I A , julio,2 0 0 5
O !r - t r ; E i~ C ~ AS M E N S U R J l .B L E S E ~ J E L C E R E B R O
Existen diferencias anat6micas en cada
16bule cerebral, segun el sexo. Cuande L6bu1o
el grupo encabezade por Jil l M. Goldstein,
de la facultad de medicina de Harvard,
midi6 el volumen relativo de determinadas
areas de la corteza cerebral con respecto
al volumen total del cerebro, observe que
muchas regiones eran proporcionalmen-
te mayores en las mujeres que en los
hombres, mientras que otras eran mayores
en sstos (abajo). Se ignora si la disparidad
anat6mica se traduce en diferencias en las
tacunades cognitivas.
• M A YOR EN EL CE REBRO FEME NIN O
IM AY OR E N E L C ER EB RO M AS CU LIN O
Muchos invest igadores han descrito
disparidades en 10rnucho 0 poco que
se "centran en los demas" nines y ni-
fias de muy corta edad. Por ejemplo,
Baron-Cohen y su discfpula Svetla-
na Lutchmaya descubrieron que las
nifias de un an o pasan mucho mas
tiempo mirando a sus madres que los
nifios de esa misma edad. Y cuando
se les ofred a rnirar varias pelfculas,
unas de rostros, otras de coches, se
fijaban mas tiempo en las primeras;
los nifios, en cambio, se inclinaban
hacia las segundas.
Estas preferencias podrian atri-
buirse a la forma en que los adultosactuan 0 juegan con nifios y nifias,
Para eliminar tal posibilidad, Baron-
Cohen y sus alumnos dieron un paso
mas. L1evaron su camara de video
a una sala de una maternidad para
examinar las preferencias de recien
nacidos de s610 un dia de edad. Les
mostraron el rostro arnigable de una
estudiante de doctorado -la primera
firmante del articulo en que se ex-
puso este experimento-- 0 un m6vil
que recordaba en color y tamafio al
rostro de la investigadora y donde
se habian adherido rasgos faciales
desordenados.
Para evitar posibles sesgos, los ex-
perimentadores ignoraban durante el
ensayo el sexo de los bebes. En las
cintas que se grabaron vieron que
las nifias dedicaban mas tiempo a
mirar el rostro de la investigadora,
y los nifios, el objeto mecanico, Esta
diferencia en interes social era m a-
nifiesta ya en el primer dfa de vida.
AI parecer, pues, salimos del seno
materno con diferencias cognitivassegun el sexo.
S om etid o s a e stre sEn muchos casos, las diferencias
entre uno y otro sexo por 1 0 que
se refiere a los procesos quimicos
del cerebro y en su construcci6n in-
fluyen en la forma en que hombres
y mujeres responden al ambiente,
en c6mo reaccionan ante aconteci-
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Lo s m on o s ve rve l o bs e rvad o s pa r G eria nn e M .
A lexa nd er , d e la U nive rs ida d A &M de T exas , ypo r M elis sa H ie n, de la U n iv er sid ad M u nic ip al
d e L on dres , e xhib ie ro n pre fe re nc ias po r lo s ju -
gu ete s co n co rd an tes co n lo s es te reo tipo s de n i-
i ios y n in as : 1 05 m a ch os ( fo t o supe ri or , j uga ron
m as liem po co n co ches , pa r e jem plo , m ien tra s
qu e la s he mb ra s ( fo to inferio r, s e e n tr e tu v ie r o n
can las m unecas (graficos de b ar ra s) . T a le s
pa tro ne s im plic an qu e la s e lecc io nes qu e
e fe c lu a n lo s n iiio s pu e den em ana r en pa r te
d e s u o rg an iza ci6n n erv io sa , y n o n e ce s ar ia y
e stric ta m en te d e s u e du ca ci6n .
JUGUETES JUGUETES
o
h I i ; l . " ~ . , . ~ .!i20
1Il,, ,~{j 10
~~~ 3 0
~ PE LOTA C OC HE MUN EC O C A 2 .0
N AR AN JA D E PO UC IA RO JO
• M acho s • Hemb ra s
mientos estresantes y en c6mo los
recuerdan. Tomemos, por ejernplo,
la amfgdala. Goldstein y otros han
informado de que la amfgdala es
mayor en los hombres que en las
mujeres, Y en la rata, las neuronas
de esta regi6n establecen mas inter-
conexi ones en los machos que en las
hembras. Seria de esperar que estas
divergencias anat6micas se reflejaran
en la reacci6n al estres de machos
y hembras. Con el fin de evaluar si
las amigdalas de machos y hembras
responden realmente de dist inta for-
ma ante el estres, Katharina Braun y
sus colaboradores de la Universidad
Otto von Guericke de Magdeburgo,
Ie retiraron durante un breve tiem-
po una camada degu a la madre.
A estos roedores sociales, nativos
de America del Sur, que viven en
grandes colonias, como los perril los
de las praderas, la separaci6n, incluso
effmera, puede resultarles bastante
turbadora. Se les midi6 la concen-
traci6n de receptores de serotonina
en divers as regiones del cerebro. La
serotonina es un neurotransmisor, una
molecula portadora de una serial ner-
viosa, que desempefta un papel clave
en la determinacion de la conducta
emocional. (EI farmaco Prozac realza
la accion de la serotonina.)
10
Se permiti6 a las crias oir las lla-
madas de su madre durante el periodo
de separaci6n. Esa sefial auditiva
aumentaba la concentraci6n de re-
ceptores de serotonina en la amfg-
dala de los machos, pero rebajaba
la concentraci6n de tales receptores
en las hembras. Aunque resulta di-
ffcil extrapolar al caso humane el
comportamiento registrado en este
estudio, si el resultado fuese valido
para los bebes, la ansiedad de la se-
paraci6n afectaria de distinto modo
al bienestar emotivo de los nifios y
de las nifias, Se requiere abundar en
ejemplos de ese tenor si queremos
averiguar por que los des6rdenes de
ansiedad en las ninas son mucho mas
frecuentes que en los nifios,
EI hipocampo, estructura crucial
para el almacenamiento de recuer-
dos y para la representaci6n espacial ,
es otra de las regiones del cerebro
de las que hoy sabemos que varian
segun el sexo, tanto anat6micamen-
te como en su respuesta al estres.
Las imagenes obtenidas revel an
que el hipocampo es mayor en las
mujeres que en los hombres. Estas
diferencias anat6micas podrian guar-
dar relaci6n con la distinta forma
de proceder de hombres y mujeres
al orientarse en un recorrido. Son
muchos los estudios que demues-
tran que los hombres tienen mayor
tendencia a guiarse mediante la esti-maci6n de distancias y orientaciones
espaciales, mientras que las mujeres
son mas propensas a basarse en pun-
tos concretos de referencia. Debe
seiialarse que en la rata se da una
diferenciaci6n sexual parecida; en
las ratas resulta mas probable que los
macho se orienten por los laberintos
valiendose de informaciones direc-
cion ales 0 posicionales; las hembras
tienden en cambio a guiarse por esos
mismos laberintos valiendose de los
hitos de que dispongan. (No obstan-
te, aun esta por demostrar que los
machos sean menos proclives que
las hembras a plantearse par d6nde
debe irse.)
Incluso las neuronas del hipocam-
po se comportan de distinto modo
en machos y en hembras, al menos
en 10 concemiente a las experien-
cias de aprendizaje. Por ejemplo, el
equipo dirigido por Janice M. Juras-
ka, de la Universidad de Illinois, ha
demostrado que al situar ratas en
un "ambiente enriquecido" -jaulas
llenas de juguetes y de otros roedo-
res para promover las interacciones
sociales-, se produjeron efectos di-
ferentes en la estructura de las neu-
ronas del hipocampo de machos y
hembras. En estas, Ja experiencia
hizo mas "tupidos" los arboles den-
drfticos de las celulas, las estructuras
ramificadas que reciben sefiales de
otras neuronas. Cabe presumir que
tal modificaci6n refleja un aumento
de conexiones neuronales que, se
cree, participan en la fijaci6n de
los recuerdos. En los machos, sin
embargo, la complejidad del ambien-
te no repercuti6 sobre los arboles
dendritic os 0 incluso los pod6 Ii-
geramente.
Pero esos machos aprenden a ve-
ces mejor en situaciones de estres.
El equipo de Tracey J. Shors, de
la Universidad Rutgers, ha observa-
do que una breve exposici6n a una
serie de descargas electricas en lacola, de un segundo de duraci6n,
reforzaba la ejecuci6n de una tarea
aprendida y aumentaba la densidad
de las conexi ones dendriticas con
otras neuronas en los machos; en
las hembras, mermaba la calidad del
ejercicio y disrninufa la densidad de
las conexiones. Las observaciones
de ese tipo tienen derivaciones so-
IN V E S T IG A C I O N Y C IE N C t A , ju l io , 2 0 0 5
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ciales de interes. Cuanto mas des-cubramos sobre las diferencias en
los mecanismos de aprendizaje decada sexo, mas necesario puede queresulte pensar, trasladados a la es-pecie humana, en cuales sedan losambientes 6ptimos de aprendizajepara chicos y chicas.Aunque cl hipocampo de la rata
hernbra pueda presentar un decremen-to en la respuesta al estres agudo, pa-rece ser mas flexible y adaptable queel del macho al enfrentarse al estrescronico. El grupo dirigido por CherylD. Conrad, de la Universidad estataldeArizona, encerro ratas durante seishoras en una caja de malia, situacionque los roedores encuentran moles-ta e inquietante. Las investigadoras
evaluaron despues la morbilidad delas neuronas del hipocampo ante unaneurotoxina, una medida estandar delefecto del estres sobre estas celulas.Se observe que la limitaci6n cr6ni-ca volvfa mas sensibles a la toxinaa las celulas del hipocampo de losmachos; en cambio, no afectaba ala vulnerabilidad neuronal de lashernbras. Estos descubrimientos, yotros parecidos, dan a entender quelas hembras toleran mejor el estreser6nieo que los machos, en el sen-tido de que les causa menos dafioscerebrales. No esta claro todavfa queprotege a las celulas del hipocampode la hembra de los efectos lesivos
del estres cr6nico, pero es muy pro-bable que intervengan las hormonassexuales.
L a im a g en d e c o n j u n t o
Al ampliar el trabajo sobre la formaen que el cerebro maneja y recuerdaacontecimientos estresantes, mis co-
laboradores y yo hemos eneontradoque hombres y mujeres se diferen-cian en la forma en que fijan losreeuerdos de incidentes que suseitanemociones. Por investigaciones conanimales se sabe que el proceso en
cuestion entrafia la aetivaei6n de laarnfgdala.En uno de nuestros primeros ex-
perimentos con sujetos humanos, lesmostramos a los voluntarios una seriede pelfculas CODimagenes de gran
violencia; al propio tiempo medfamossu actividad cerebral mediante to-mograffa por emisi6n de positrones.
Unas semanas mas tarde les pasamosun cuestionario para averiguar querecordaban.
I N V E S T I G A C IO N Y C IE N C I A , j ul io , 2 0 0 5
Descubrimos que el numero de pe-Ifculas perturbadoras que recordaban
estaba en correlacion con el gradode actividad de la amfgdala duranteeI visionado. Trabajos posteriores denuestro laboratorio y de OtTOSnvesti-
gadores confirmaron esta observacionde caracter general. Repare, no obs-tante, en algo singular. En algunosestudios, la excitaci6n de la amigdalasolo ocurrfa en el hemisferio derecho,y en otros, en el izquierdo. Fue en-tonces cuando me percate de que, en
los experimentos en que se excitabala amigdala derecha, solo participa-
ban varones, y en aquellos en que seexcitaba la izquierda, solo mujeres.Desde entonees, han sido tres los
estudios subsiguientes -dos de ellos,realizados por nuestro grupo, y unode John Gabrieli y Turhan Canli ysus colaboradores de Stanford- quehan confirmado esta diferenciacionentre la forma en que los cerebrosmasculinos y femeninos gestionanlos recuerdos emotivos.
E I h ipo cam po d e la s ra ta s m acho re ac c io n a de d is t in to m od o qu e e l de la s
hem bras e n ss trs s ag ud o 0 c ron l co .
ES TRES AGUDO
E I e str es d e b re ve d ur ac i6 n p ro v0 c6 q ue la d en sid ad
d e "e sp in as · d en drit ic as d e la s n eu ro na s d el h ip oc am po
a um en ta se e n lo s m ac ho s y d is m in uye se e n la s h em br as
(micrografias y diagrama de ba"as), se gu n u n es tu dio d ele qu ip o d e T r ac ey J. S ho rs , d e la U niv er sid ad R utg er s. L as
"esplnas" so n lo s pu nto s po r d on de las d en drila s re cibe n
la s s eiia le s e xc ita d or as p ro ce d en te s d e o tr as n eu ro na s.
D a do q ue e l h ip oc am po p ar tic ip a e n e l a pre nd iz aje y en
la m e m o ria , lo s r es u lta do sN E UR ON A D EL H IP OC A MP O plan te an la po sibilid ad d e
qu e e l e stre s d e co rto p la -
z o i nd u zc a m o d if ic a ci on e s
a na t6 m ic as q ue fa cilite n e la pr en diz aje e n lo s m ac ho s
y 10 d ific uH en e n la sh emb ra s .
S in es t res
.Ba j oes l res
OL-_L-__'_
MACHO HEMBAA
E
P RE V IO A l E ST RE S
' " O O 1 f F ~= - ~ : . ~ - .Hemb ra
POS T - E S TRES
ES TRES CRONI CO
E I es t res c r6n ico , e n c am bia , pu ed e to ma r m as vu ln era ble a la le si6n e l hipo ca mpo
d e lo s m acho s. C uan do C he ryl D . C on rad , J. L . J a ck so n y L. S . W ise , d e la U nive r:
s id ad e sta ta l d e A rizo na , s um in is tr aro n u na n eu ro to xin a a r ala s e str es ad as d e fo rm a
c r6n ica , lo s m acho s, pe ro n o las he mbra s, su fr ie ro n m as d an o qu e la s ra ta s d el
m i s m o sexo q ue s ir vie ro n d e c on tro l. L as m ic ro gr affa s a l p ie c or re spo nd en a s uje to s
e s t r e s a do s .
11
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E n i nv es ti ga cio n es r ea liz ad a s p o r e l a u to r y s u s c o la bo r a-
da res , Ia a m lg d al a, d e im p o rt an cia c ru c ia l p ar a l a r ec o r-d ac io n d e s ue es cs e m o tiv os , re ac cio n 6 e n lo s v ar on es d elo rm a d is tin ta d e s u c om p or ta m le nto e n la s m u je re s q uec o nt em p la ro n d ia po s it iv as c o n i m ag en e s t ur ba d o ra s, d e lad es co m po sic io n d e u n a nim a l. lo s h om b re s q ue m a nile s-taton u n a r es pu e st a i nt en sa e xh ib ie ro n la m a y or a ct iv id a de n la a m ig d ala d e l h em i sfe rl o d e re ch o (e sc an e r izquierdo
y esquema) y u n recu erd o m u y pre cis o a l ca bo d e d os
s em a na s, m ie ntra s q ue la s m u je re s m a s im p re sio n ad as y
q u e d e m o st ra ro n m a y or r ec o rd a ci 6n e xh ib ie ro n la m a yo ra ct iv id a d e n la a m ig d ala iz qu ie rd a (a /a derecha). E I e q u ip oh a e fe ctu a do e stu d io s m a s c om p le to s q ue s ug ie re n q ue la sd i fe r en c ia s d e a c ti vi d ad hernlsterlca e ntre u no y o tro sexos on r es po n sa ble s d e q ue la s m u je re s r ec ue rd en m a s v iv a-m e nte lo s d eta lle s d e u n a co nte cim ie nto e m o tiv o q ue lo sh om b re s; e n c am b io , e s m a s pr ob ab le q ue estes conse rvenm e m o ria d e s u e se nc ia .
AI damos cuenta de que el cerebrode var6n diferia del cerebro de mujeren la forma de procesar un rnismomaterial provocador de emociones,nos preguntamos por el posible signi-
ficado de tal disparidad. Para abordartal cuesti6n, volvimos la mirada haciauna teoria centenaria que afirma queel hernisferio derecho se orienta ha-cia el procesarniento de los aspectos
globales de cada situaci6n, rnientrasque el izquierdo tiende a procesarlos aspectos de detalle.Si esa tesis fuera correcta, razona-
bamos, una droga que amortiguasela actividad de la amfgdala deberfamermar en el hombre la capacidadde recordar la esencia de una his-toria emotiva (al lastrar la amfg-dala derecha): en cambio, deberia
reducir la capacidad de una mujerde evocar los detalles precisos (al
dificultar la funci6n de la amigdalaizquierda).Una de tales drogas es el proprano-
lol. Este farmaco, un betabloqueante,frena la actividad de la adrenalina y
de la noradrenalina. Amortigua asf laactivaci6n de la amigdala y dificultala evocaci6n de recuerdos emocional-
12
mente perturbadores. Administramosesta droga a hombres y a mujeresantes de presentarles una breve se-cuencia fotografica donde un niiiosufrfa un horrible accidente rnientras
carninaba junto a su madre.Al cabo de una semana, nos pro-
pusimos averiguar que recordaban.Los resultados pusieron de manifiestoque a los hombres les costaba masacordarse de los aspectos holfsticos,el nucleo, de la historia: el accidentemortal del nino, por ejemplo. En lasmujeres, el propranolol provoc6 elefecto contrario: debilit6 su recuer-do de los detalles mas accesorios;por ejemplo, que el chico llevaba un
TOMOG RAF I A S po r e m i si 6n d e p o si tr o n es
c o m o e st as , o b te ni da s p o r M i rk o D i ks ic
y s u s e o la bo r ad o re s d e l a U n iv er si da dM c G ill , r ev ela n q u e l a t as a d e p ro d u ee i6 n
d e s er o to n in a e s m a y or e n I D S c er eb ro s
h u m a no s m a se u lin o s q u e e n lo s femenines,
La saretnnina in ll uy e e n e l e st ad o a nl m i·
c o ; e s te d e s eu b ri m ie n tD q u i d c o n tr ib u ya
a e xp lie ar p or q u~ la d epr es i6 n e s m ~ s
fr ee ue nte e n la m u je r q ue e n e l h om b re .
bal6n de futbol, En investigacionesrecientes hemos descubierto que po-demos detectar casi inmediatamenteuna diferencia en la actividad hernis-
ferica de uno y otro sexo cuando
reaccionan ante un estfmulo emotivo.A1 series mostradas fotograffas quesuscitan emociones desagradables,los voluntarios reaccionan en el in-tervalo de 300 rnilisegundos (quedaplasmado en un pica del registro dela actividad electrica del cerebro).Con Antonella Gasbarri y su grupo,de la Universidad de L'Aquila, hemosobservado que esta rapida cresta, a laque se denomina respuesta P300, es
mas exagerada en el hombre cuando
MACHO HEMBRA A l taproducc i6n
I
Ia ja
producc i6n
I N V E S T I G A C I O N Y C I E N C I A , j u l i o , 2 0 05
5/14/2018 Seminario 1 - Dimorfismo Sexual Cerebral - slidepdf.com
http://slidepdf.com/reader/full/seminario-1-dimorfismo-sexual-cerebral 8/9
L A P O L e M l C A D E L R E C T O R .
se registra el hemisferio derecho; en
las mujeres, en cambio, es mayor
cuando se toma el registro del iz-
quierdo. Por consiguiente, las dispari-
dades entre los dos sexos en la forma
en que el cerebro procesa imagenes
emotivas empiezan en los primeros
300 milisegundos, mucho antes de
que los individuos tengan grandes
posibil idades, si es que t ienen alguna,
de interpretar conscientemente 10 que
han visto.
De tales descubrimientos podrian
derivarse consecuencias para el tra-
tarniento del sfndrome de estres pos-
traumatico. Investigaciones anterioresrealizadas por el grupo de Gustav
Schelling, de la Universidad Ludwig
Maximilian de Munich, han estable-
cido que ciertos farmacos, como el
propranolol, reducen los recuerdos
correspondientes a situaciones trau-
maticas cuando su administracion for-
ma parte de las terapias habituales en
una unidad de cuidados intens ivos .
Incitados por nuestros descubri-
mientos. los investigadores alema-
IN V E S TIG A C IO N Y C IE N C IA , ju li o . 2 00 5
nes hallaron que, al menos en tales
unidades, los betabloqueantes redu-
cen el recuerdo de acontec imientos
traumaticos en las mujeres, pero no
en los hombres. As! pues, resulta
posible que incluso en los cuida-
dos intensivos los medicos deban
tomar en consideraci6n el sexo de
sus pacientes cuando prescriban la
medicaci6n.
D i fe r e n c i a s
e n l a s e n f e rm e d a d e s m e n t a le s
EI sfndrome de estres postraumatico
no es la iinica alteraci6n psicol6gica
que parece manifes tarse en hombresde distinta forma que en mujeres.
Un estudio realizado con tomogra-
fla por emisi6n de positrones en la
Universidad McGill por el grupo de
Mirko Diksic puso de manifiesto que
la producci6n de serotonina era nada
menos que un 52 por ciento mas eIe-
vada en el var6n que en la mujer;
quizas explique por que las mujeres
son mas propensas a la depresion,
enfermedad que se suele tratar con
farmacos que refuerzan la concen-
t raci6n de serotonina.
Una situaci6n parecida podria dar-
se en las drogodependencias. En este
caso, el neurotransmisor en cuesti6n
es Ia dopamina, un compuesto que
interviene en las sensaciones pIa-
centeras asociadas con las drogas
de adicci6n. EI equipo de Jill Bec-
ker, de la Universidad de Michigan
en Ann Arbor, descubri6 que en las
hembras de rata los estrogenos re-
fuerzan la liberacion de doparnina en
regiones cerebra les que intervienen
en Ia regulacion del ansia de con-
sumir drogas. Ademas, la hormonasuscitaba efec tos de larga duraci6n:
incrementaban la probabilidad de
que las hembras siguieran anhelando
cocaina semanas despues de haber
recibido la droga por ultima vez,
Tales diferencias en la susceptibi-
lidad, especialmente a es timulantes
como la cocaina y las anfetaminas,
podrian explicar por que las mujeres
son mas vulnerables a los efectos
de estas drogas y por que tienden
13
5/14/2018 Seminario 1 - Dimorfismo Sexual Cerebral - slidepdf.com
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T A MA NO Y V ID A
Un volumen de 22 x 23,5 cm
y 255 piginas, profusamente
lIustrado en negro y en color.
SUMARIO
• Historia naturaldel tamano
• Proporciones y tamafio
• Fisica de las dimensiones
• Biologla de las dimensiones
• Ser grande
• Ser pequefio
• Ecologfa del tamai'io
Prensa C ien ti fi ca } S. A.
14
a progresar mas deprisa que los
hombres desde la iniciacion hacia
la dependencia.
Asimisrno, ciertas anomalfas eere-bra!es subyaeentes a la esquizofrenia
parecen tarnbien diferir de varon a
mujer. Ruben Gur, Raquel Gur y
sus colegas de la Universidad de
Pennsylvania han invertido aiios en
investigar las diferencias entre uno y
otro sexo relativas a la anatornia y la
funcion del cerebro. En uno de sus
proyeetos midieron las dimensiones
de la corteza orbitofrontal, region
que participa en la regulae ion de
las emoeiones. Las compararon con
el tamaiio de la amigdala, que parti-
cipa en la produce ion de reaeciones
emoeionales.
Los investigadores observaron quelas mujeres poseen una razon or-
bitofrontallamfgdala (ROA) signi-ficativamente mayor que los hom-
bres. Ante semejante hallazgo, cabrfa
conjeturar que las mujeres mostra-rian, en promedio, mayor capacidad
para controlar sus reacciones emoti-
vas. En experimentos complementa-
rios, los investigadores descubrieron
que este "equilibrio" parece alterarseen la esquizofrenia, pero no de igual
forma en mujeres y en hombres. Las
mujeres que la sufren presentan una
ROA menor que las sanas, acorde
con 10 esperable, Pero los hombres
esquizofrenicos, euriosamente, tie-nen la ROA aumentada con relacion
a los sanos. Tales hallazgos, aun-
que siguen siendo desconcertantes,
dan a entender que la esquizofrenia
"femenina" difiere un tanto de la
"masculina", y que el tratamiento
de esta patologfa podrfa requerir una
adaptacion al sexo del enfermo.
La import anciad e l as d ife re n cia s s ex ua le sLa Academia Nacional de Ciencias
de los EE.UU., en un informe muy
extenso, publicado en 2001, sobre
el efecto de las diferencias entre los
sexos en la salud humana, afirmaba:" ...Se ha de tener en cuenta el sexo.
El sexo, es decir, ser macho 0hembra,
eonstituye una variable elemental de
importancia que habrfa que tomar en
cuenta al diseiiar y analizar estudios
en todos los campos y en todos los
niveles de investigaei6n biornedica 0
que tengan relacion con la salud".
Los neurocientfficos distan todavfa
de haber ensamblado todas las pie-
zas, identificado todas las diferencias
cerebrales ligadas a la pertenencia
a uno 0 el otro sexo, y determina-
do con precision su infiuencia en lacognicion y la propension a sufrir
enfermedades originadas en el eere-
bro. No obstante, las investigaciones
realizadas hasta la fecha demuestran
que tales diferencias van mucho mas
alia del hipotalamo y de la conducta
en el apareamiento. Ni los investi-
gadores ni los clinicos ven siempre
clara la mejor forma de desentraiiar
plenamente la infiuencia del sexo en
el cerebro, en la conducta y en la
respuesla a los medicamentos. Pero
cada vez es mayor el numero de
neurocientifieos que descartan que
se pueda evaluar solo a uno de los
sexos y obtener leeeiones validassobre ambos.
E I a u t o r
Larry C ahill se docloni en neu ro cien-
cias en 1990 en la Univers idad de
C alifo rn ia en Irv ine. Paso do s aHos en
A le man ia es tu dia nd o e l a pre nd iza je y
la m em oria en lo s jerbo s (u na especie
de roado res) m ediante la tom a de
im age ne s po r r8 $o na nc ia m ag n~tica , y
re gre so • I. U nive rs ida d d e C alifo rnia
e n Irv in e, do nd e e s pro fe so r a so cia do
d el d epa rta men to de n au ro bio lo gla y
m iem bro num erario del centro da neu -
ro bio lo gla d el a pre nd izaje y la m em oria
d e e sa u n iv er sid ad .
B i b li o g ra f ia c o m p le m e n t a ri a
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