-
Roma dulce hogar
SCOTT y KIMBERLY HAHN
PRESENTACIN
Uno de los ms bellos y luminosos astros en el firmamento de la
esperanza para nuestros atribulados das, es este matrimonio: Scott
y Kimberly Hahn. El relato de su vida y su conversin es uno de los
ms interesantes entre los muchos que parecen estar floreciendo en
la Iglesia de Amrica como azafranes entre la nieve de primavera.
Todas las historias de conversin son diferentes, como los copos de
nieve o las huellas dactilares. Todas son dramticas. El nico relato
ms dramtico que el de la conversin a la Iglesia de Cristo es el de
la conversin inicial a Cristo mismo. Pero ambos dramas -llegar a
ser cristiano y llegar a ser catlico- son dos pasos de un mismo
proceso y en la misma direccin, como nacer y crecer. Este libro es
una excelente muestra de esa verdad. Debido al drama intrnseco de
su tema -la bsqueda mutua entre el hombre y su Creador-, vale la
pena conocer todo relato de conversin. Pero no todos son capaces de
cautivar al lector y arrastrarle como ro torrentoso; ste s. Yo dira
que hay cuatro motivos que hacen imposible dejarlo una vez que se
empieza: En primer lugar, los autores son muy inteligentes, de
pensamiento claro e irrefutable razonar. No quisiera ser un anti
catlico en debate con ellos! En segundo lugar, estn apasionadamente
enamorados de la verdad. Son incapaces de comprometer sus
creencias. En tercer lugar, narran con claridad y sencillez, con
caridad y gracia, con humor, y entusiasmo, y alegra. Por ltimo,
forman una pareja maravillosa, que se ofrece a s misma y el tesoro
que los dos han encontrado. Cuando llegue a conocerlos en las
pginas de este libro, hallar en ellos esa inefable pero claramente
identificable cualidad de la con fiabilidad Los hebreos la
denominan emeth. Cuando uno los palpa, sabe que palpa verdad.
Tambin hay razones religiosas que explican la fuerza de este libro.
Una es su evidente amor a Cristo; as de simple. Otra es su amor y
conocimiento de la Sagrada Escritura. S de pocos catlicos en el
mundo que conozcan y utilicen , mejor su Biblia. La tercera es su
forma de armonizar -como Cristo- la ortodoxia bblica y catlica con
la sensibilidad por la persona. En otras palabras, su amor a la
verdad ya la gente; a la doctrina y al discpulo. Este doble amor es
el secreto principal de los grandes maestros. Finalmente, una
cuarta razn es su teolgico enfoque de la familia, biolgica y
espiritual (la Iglesia como familia). Esta doctrina, como cada
detalle de la sabidura de la Iglesia, se define y se aprecia ms
claramente cuando es atacada por las herejas que la niegan. Hoy en
da esta base fundamental de toda la sociedad divina y humana sufre
duros ataques, y parece estar muriendo ante nuestros propios ojos.
Scott y Kimberly son dos guerreros en el ejrcito de San Miguel
Arcngel que contraataca la ltima invasin del maligno. La suerte de
la batalla est cambiando, y el mismo mar de la sabidura de la
Iglesia se prepara para inundar y limpiar nuestra tierra. Scott y
Kimberly son dos olas tempranas de esa marea purificadora. No hay
grabaciones ms demandadas y compartidas entre los catlicos
norteamericanos que las cintas de los Hahn. Ahora tenemos tambin la
versin completa de su historia. Encontrar bocas espirituales ms
abiertas que las de los pichones. Peter Kreeft
-
PREFACIO El difunto arzobispo Fulton Sheen escribi una vez:
Apenas habr en Estados Unidos un centenar de personas que odien a
la Iglesia catlica; pero hay millones que odian lo que errneamente
suponen que es y dice la Iglesia catlica. Nosotros dos cremos en
algn momento que estbamos en el primer grupo, slo para descubrir
que en realidad nos hallbamos en el segundo. Pero una vez que vimos
la diferencia, y supimos dnde estbamos de verdad, se hizo evidente
que no pertenecamos a ninguno de los dos. Para entonces estbamos ya
avanzados en el camino hacia nuestro hogar. Este libro describe ese
camino. Es una narracin de cmo descubrimos que la Iglesia catlica
es la familia de la alianza de Dios. Queremos mostrar cmo el
Espritu Santo utiliz la Escritura para aclarar nuestras dudas e
ideas errneas. No pretendemos tratar de las ideas errneas que otros
pueden tener. Con la gracia de Dios, quiz algn da podamos escribir
otro libro sobre eso. Este relato no podra haberse escrito si no
fuera por Ter Barber, de Saint Joseph Communications de West
Covina, California, quien generosamente nos entreg un ordenad,
porttil y numerosas grabaciones de nuestras conferencias para que
Kimberly las trascribiera y corrigiera hasta darle una forma
legible. Hay que decir que ella hizo todo el trabajo en el piso de
arriba, con cuatro nios merodeando alrededor, mientras Scott se
refugiaba en una tranquila zona de stano para terminar su tesis
doctoral: Lazos de familia por alianza. Por propia iniciativa,
Scott asume la responsabilidad por cualquier ambigedad que pueda
quedar. G. K. Chesterton dijo una vez: Si de verdad vale la pena
hacer algo... vale la pena hacerlo a toda costa. Esto explica por
qu hemos querido correr el riesgo -que est unido gozo- de compartir
en papel impreso nuestro testimonio de lo que ha sido esa etapa tan
intensa de nuestras vidas.
I SCOTT y KIMBERLY HAHN , 29 de Junio, Fiesta de San Pedro y San
Pablo
-
INTRODUCCIN Damos gracias a Dios por el regalo de nuestra
conversin a Jesucristo ya la Iglesia catlica que l fund; porque slo
por la asombrosa gracia de Dios hemos podido hallar el camino de
vuelta a casa.
Yo, Scott, le doy gracias a Dios por Kimberly, la segunda gracia
ms asombrosa de mi vida. El Seor la puso a mi lado para revelarme
la realidad de su familia de alianza; y mientras yo quedaba
extasiado con la teora, Kimberly la pona en prctica, siendo el
canal para las otras gracias ms asombrosas de mi vida: Michael,
Gabriel, Hannah y Jeremiah. El Seor se ha servido de todos ellos
para ayudar a este inepto detective bblico {el teniente Colombo de
la teologa) a solucionar el caso del catolicismo y regresar a casa.
El camino comenz en verdad como una historia de detectives, pero
pronto se convirti en un relato de terror, para terminar finalmente
en un gran romance: cuando Cristo quit el velo a su esposa, la
Iglesia. (Dicho sea de paso, le ser til al lector tener presente e
tos tres tipos de relatos cuando vaya leyendo.)
Yo, Kimberly, le doy gracias a Dios por mi amado esposo Scott. l
se ha tomado en serio la llamada del Seor a nutrirme con la Palabra
ya quererme por la gracia de Dios ( 5,29). Prepar el camino para
que nuestra familia fuera recibida en la Iglesia, y entreg su vida
-educacin, carrera, sueos- por nosotros, porque quera seguir a
Cristo sin importarle el coste. Al igual que el peregrinaje de
Scott, tambin el mo ha variado de color y tono a medida que
progresaba, como el cambio de las estaciones. Qu poco imaginaba yo
lo largo q iba a ser el paso del verano a la primavera!
-
I. DE LA CUNA A CRISTO
Soy el ms joven de los tres hijos de Molly Lou y Fred Hahn.
Bautizado como presbiteriano1, me cri en un hogar protestante, pero
la religin significaba poco para mi familia, y ms por razones
sociales que por unas convicciones profundas. Recuerdo la ltima vez
que fui a la iglesia a la que asista mi familia. El ministro que
predicaba expres sus dudas acerca del nacimiento virginal de Jess y
de su resurreccin corporal. Yo me puse en pie en medio del sermn y
me sal. Recuerdo haber pensado: No s con seguridad en qu creo, pero
al menos soy lo bastante honesto para no dedicarme a las cosas que
se supone tengo que defender>. Tambin me pregunt por qu ese
hombre simplemente no dejaba su ministerio en la iglesia
presbiteriana y se iba a donde compartieran sus creencias. Poco
saba yo entonces que acababa de presenciar un presagio de mi propio
futuro. Todo cuanto haca, lo haca con pasin, fuera algo correcto o
equivocado. Como un tpico quinceaero, perd todo inters por la
Iglesia y empec a interesarme mucho por el mundo; como
consecuencia, pronto me vi metido en problemas; catalogado como
delincuente, tuve que comparecer en el Tribunal de Menores, y ante
una sentencia que me condenaba a pasar un ao en un centro de
detencin por una serie de cargos, apenas pude arreglrmelas para que
la cambiaran por seis meses de libertad condicional. A diferencia
de mi mejor amigo, Dave, yo estaba asustado de ver a dnde iban
aparar las cosas, y saba que aquello tena que cambiar. Mi vida iba
cuesta abajo y no saba cmo controlarla. Dave era un indiferente. Yo
saba que l era catlico, pero cuando alarde de mentirle al sacerdote
en la confesin, pens que ya haba odo demasiado. j y hablan de
hipocresa! Todo lo que pude decirle fue: Dave, cmo me alegra saber
que nunca tendr que confesar mis pecados aun sacerdote. Qu poco
saba yo! Durante mi primer ao de Instituto, el Seor trajo a mi vida
aun estudiante universitario llamado Jack, que era un lder de Young
Life, movimiento fundado para compartir el Evangelio con muchachos
difciles y sin fe, como mis compaeros y yo. Jack lleg a ser muy
amigo mo y nuestra relacin signific mucho para m. Sola venir a
jugar al baloncesto, se quedaba con nosotros despus de las clases,
y luego nos llevaba a nuestras casas en su camioneta. Despus de
conocerme un poco mejor, Jack me invit a un encuentro de Young
Life. De forma educada le respond: No, gracias.... Yo no tena la
menor intencin de asistir a una reunin de tipo religioso, aunque no
fuera en una iglesia.
Pero entonces ]ack mencion, como de pasada, que una cierta joven
llamada Kathy iba a ir. Deba de haberse enterado de que Kathy era
la chica a la que yo estaba tratando de conquistar en aquel
momento; entonces le dije: Lo pensar. Jack continu explicndome que
uno de los mejores guitarristas de Pittsburgh, un tal Walt, tocaba
en las reuniones, y se quedaba despus para improvisar con cualquier
guitarrista interesado. Aquel ao, como ]ack bien saba, la guitarra
se haba convertido para m casi en una religin, desplazando a otras
actividades menos tiles. Por lo menos ahora yo tena una buena
excusa que dar a mis amigos
1 Protestante calvinista que no reconoce la autoridad episcopal
sobre los presbteros. Las iglesias presbiterianas son dirigidas por
grupos de ancianos laicos, a .taci6n de los ancianos de la Biblia
(N del T).
-
para ir a esa reunin. y fui. Habl un rato con Kathy y luego
improvis con Walt, que era realmente asombroso con la guitarra;
incluso me ense algunas combinaciones. A la semana siguiente fui
tambin, ya la siguiente ya la otra... Cada semana ]ack daba una
charla en la que haca que los relatos bblicos cobraran vida. Luego
nos retaba con el mensaje bsico del Evangelio: todos ramos
pecadores y necesitbamos ser salvados, por eso Cristo muri en la
cruz para pagar por nuestros pecados. Tenamos que optar por l como
nuestro Salvador y Seor para ser salvos; no era algo automtico. Yo
le escuchaba, pero no me senta muy impresionado.
" Un mes ms tarde, ]ack me invit a una especie de retiro. 'No,
gracias, le dije, tengo otros planes. Pero l aadi que Kathy estara
all, todo el fin de semana. Hombre astuto. Mis otros planes podan
esperar. Quien diriga el retiro present el Evangelio de un modo
simple pero a la vez motivador. La primera noche nos dijo: Mirad
bien la cruz; y si sents la tentacin de no tomaros en serio
vuestros pecados, mirad la de nuevo de manera larga e intensa. Me
hizo caer en la cuenta, por primera vez en mi vida, de que, en
efecto, eran tambin mis pecados los que haban clavado a Cristo en
la cruz. A la noche siguiente nos ret de otro modo. Nos dijo: Si
tenis la tentacin de mostraros indiferentes ante el amor de Dios,
mirad de nuevo la cruz, porque el amor de Dios es el que envi a
Cristo a la cruz por vosotros. Hasta ese monumento yo haba
considerado el amor de Dios como algo puramente sentimental. Pero
la cruz no tiene nada de sentimental. Aquel hombre nos llam luego a
comprometernos con a Cristo, y vi a un buen grupo de compaeros a mi
alrededor y responder que s, pero yo me contuve. Pens: No quiero
dejarme llevar por la emocin. Prefiero esperar. Si esto es cierto
hoy, tambin lo ser maana dentro de un mes. As que n regres a casa
posponiendo mi decisin de ofrecer mi vida a Cristo. a En el retiro
haba comprado dos libros: Sepa por qu cree, de Paul Little, y Mero
cristianismo, de C. S. Lewis, y una noche, casi un mes despus, los
le de un tirn. Ambos dieron si respuesta a muchas de mis preguntas
acerca de la existencia S de Dios, los milagros, la Resurreccin de
Jess y la veracidad c de las Escrituras. A eso de las dos de la
maana, apagu la luz, me di media vuelta en la cama y rec: Seor
Jess, soy. il un pecador. Creo que moriste para salvarme. Quiero
entregarte mi vida ahora mismo. Amn. y me dorm. No hubo coros
anglicos, ni trompetas, ni siquiera una descarga de emociones. Todo
pareci tan irrelevante... Pero por la maana, cuando vi los dos
libros, record mi decisin y mi oracin, y supe que algo haba
cambiado. d Mis compaeros tambin notaron alguna diferencia. Mi
mejor amigo, Dave, que era uno de los chicos ms populares del
colegio, se enter de que yo ya no quera fumar droga. r Me llev
aparte y me dijo: ( Scott, no te ofendas, pero no queremos que
sigas viniendo con nosotros. Los otros y yo creemos que eres un
confidente de la poli. -Vamos, Dave -le respond-, t sabes que no
soy un confidente. -Bueno..., no sabemos qu eres, pero has
cambiado, y ya no queremos tener nada que ver contigo. Que te vaya
bien. y se fue. Me qued aturdido. Apenas un mes despus de haberme
comprometido a seguir a Cristo, me quedaba solo, sin un amigo en el
colegio; me senta traicionado. Me dirig a Dios y le dije: Seor, te
he dado mi vida y t te llevas a mis amigos. Qu clase de trato es
ste? Aunque entonces no poda saberlo, Dios me estaba llamando a
sacrificar algo que se interpona en mi relacin con l. Fue un
proceso duro y lento, pero a lo largo de los dos aos posteriores,
hice nuevas amistades autnticas y sinceras. Antes de terminar
segundo de Secundaria, experiment el poder transformador de la
gracia de Dios en la conversin. Durante el ao siguiente sent la
accin del Espritu Santo de una forma personal y vivificante, y como
consecuencia, llegu a tener un hambre insaciable de
-
Escritura. Me enamor perdidamente de la Palabra de Dios -la gua
infalible para nuestra vida de cristianosy del estudio de la
teologa. Durante los dos ltimos aos de Instituto me dediqu a tocar
la guitarra ya estudiar las Sagradas Escrituras; Jack y su amigo
Art me ayudaron a conocerlas. En mi ao final, Art incluso me llev a
algunas de sus clases del seminario con el doctor John Gerstner.
Los personajes de la historia cristiana que ms me atraan -de los
que Jack y Art hablaban siempreeran los grandes reformadores
protestantes Martin Lutero y Juan Calvino. Comenc a estudiar cmo
Lutero redescubri el Evangelio separndose completamente de la
Iglesia catlica -as pensaba yo-, y empec a devorar sus obras. Como
consecuencia, me reafirm en mis convicciones anti-catlicas. Estaba
tan convencido, que para la clase de literatura inglesa de la
seorita Dengler decid escribir mi trabajo de investigacin sobre la
doctrina de Lutero. Eso me llev a asumir la misin de corregir y
liberar a los catlicos encadenados en el antibblico legalismo de la
justificacin por las obras. Lutero me haba convencido de que los
catlicos crean que se podan salvar por sus obras, aunque la Biblia
enseaba la justificacin por la sola fe, o sola fe. En una ocasin
Lutero haba declarado desde el plpito que l poda cometer adulterio
cien veces al da y que eso no afectara su justificacin ante Dios.
Obviamente, era una figura retrica, pero me impresion, y la coment
con muchos de mis amigos catlicos. No hay por qu negarlo: el
anti-catolicismo puede ser algo muy razonable. Si la hostia que los
catlicos adoran no es Dios (y yo estaba convencido de que no lo
era), entonces, es idolatra y blasfemia lo que hacen los catlicos
al arrodillarse y adorar la Eucarista. Estaba convencido de eso, y
haca cuanto poda para compartirlo. Por favor, comprendan que mi
ardiente anti-catolicismo brotaba de mi amor por Dios y de un deseo
caritativo de ayudar a los catlicos a convertirse. y de hecho, como
los catlicos eran los que me ganaban bebiendo y diciendo palabrotas
antes de que yo me tomara en serio mi cristianismo, yo saba bien
cunta ayuda necesitaban. En aquel entonces yo sala con una chica
catlica, y le ped que leyera un libro considerado la biblia del
anti-catolicismo -un libro que, hoy estoy convencido, est lleno de
descripciones engaosas y de mentiras sobre la Iglesia-, Roman
Catholicism, de Lorraine Boettner. Mi novia lo ley y luego me
escribi dndome las gracias y dicindome que nunca volvera a ir a
misa. Ms adelante repart ejemplares a otros muchos amigos; y con
total buena fe, y ceguera, daba gracias a Dios porque me permita
servirle de esa forma. Mi abuela Hanh era la nica catlica de mi
familia; una discreta, humilde y santa mujer. Como yo pasaba por
ser el nico miembro religioso de mi casa, mi padre me dio sus
objetos religiosos cuando ella falleci. Los mir con repugnancia y
horror. Tom el Rosario entre mis manos y lo romp, diciendo: Dios
mo, lbrala de las cadenas del catolicismo que la han tenido
aprisionada. Tambin romp sus libros de oracin y los tir a la
basura, esperando que esa supersticin sin sentido no hubiera
condenado su alma. Me haban enseado a ver esas cosas como un exceso
de equipaje inventado por los hombres para complicar un Evangelio
salvador y muy simple. No siento el menor orgullo de haber actuado
as, pero lo cuento para hacer ver lo profundas y sinceras que son
las convicciones anti-catlicas de muchos cristianos de Biblia. Yo
no era anti-catlico por un fanatismo malhumorado, sino por
conviccin. Un episodio ms reforz esa realidad. Al final de mi ltimo
ao de Secundaria, iba un da camino del Instituto para un ensayo,
cuando pas ante la casa de Dave, el que haba sido mi mejor amigo.
Su luz estaba encendida, y pens: Debo al menos despedirme de l,
ahora que voy a graduarme y a irme a la Universidad Casi no le haba
visto en los ltimos dos aos. Toqu el timbre, y la madre de Dave
abri la puerta y me invit a pasar. Creo que haba odo decir que me
haba vuelto muy religioso; se alegr mucho de verme. Mientras
entraba, Dave baj por la escalera ponindose el abrigo. Al verme se
detuvo de repente. -iScott! -jDave! , -Ven, sube. Al principio la
situacin result muy tensa, pero luego empezamos a hablar y hablar,
y estuvimos rindonos
-
y contando ancdotas como en los viejos tiempos. Lo que iban a
ser quince minutos resultaron ser ms de dos horas. Nunca llegu a mi
ensayo! Mientras lo lamentaba le dije a Dave: -Pero espera...,
cuando llegu, ibas a salir... Lo siento... seguro que te he
fastidiado un buen plan. De repente su expresin cambi: -Por qu has
venido esta noche? -me pregunt. -Slo para despedirme de ti y
desearte que te vaya muy bien. -Pero por qu esta noche
precisamente? -Pues no lo s... He hecho que faltaras a algo
importante? Mir a aquel tipazo que haba sido tan atltico, gracioso
y popular, y not que su voz temblaba. -Cuando has llegado me iba
a... -meti la mano en el bolsillo y sac una soga de dos metros con
un nudo corredizo en uno de los extremos Iba a ahorcarme. Esta
tarde trep aun rbol en el viejo huerto de manzanos, y cuando estaba
apunto de hacerlo, pasaron dos nias. Pens: Yo ya he arruinado mi
vida, por qu arruinar tambin las suyas? As que decid volver cuando
oscureciera. Sala para all cuando has llegado. Rompi a llorar y me
pidi que rezara por l. Nos abrazamos y empec a rogar por l en aquel
mismo instante. Al salir de su casa vi un crucifijo colgado en la
pared1, junto ala puerta principal, y pens: Qu lstima que Dave
nunca se haya tomado en serio el Evangelio. De camino a casa, me
detuve a mirar las estrellas y le dije a Dios: Seor, yo no saba lo
que Dave iba a hacer, pero t s, verdad? Si puedes servirte de
alguien como yo para ayudar aun pobre chico como Dave... aqu estoy,
Seor. same ms, sobre todo para ayudar a los catlicos. Kimberly
Poco antes de que sonaran las campanas de la Navidad de 1957, mi
padre recibi la feliz noticia de que su primera hija acababa de
.nacer: Kimberly Lorraine. Su corazn, junto al de mi madre, se llen
de gozo. Mis padres, Jerry y Patricia Kirk, me han cubierto de
oraciones desde que supieron que yo estaba en camino hasta el da de
hoy. Me bautizaron siendo yo un beb y me transmitieron la fe desde
mis primeros momentos; me alimentaron con la Palabra de Dios a la
vez que con guisantes y patatas, y sobre todo, me dieron un buen
ejemplo, siempre aprendiendo del Seor y creciendo en la vida de fe.
jQu patrimonio tan rico! Pudieron decir con el salmista: Cantar por
siempre el firme amor de Yav; tu misericordia, oh Seor. Y dar a
conocer tu fidelidad de generacin en generacin (Sal 89, 1). Porque
amaba a mis padres, amaba a Dios. Porque confiaba en mis padres,
crea en el Dios en el que ellos crean, y que l haba hecho lo que
ellos me decan que haba hecho. Crea que la Biblia era verdica
porque ellos decan que lo era. y sin embargo, llega un momento en
que cada uno debe decidir si las demandas de Jess sobre nuestras
vidas son fundadas o no. Un da, cuando estaba en sptimo grado, tuve
la oportunidad de hacerlo por mi cuenta. Criada en una familia
slidamente cristiana, yo era uno de esos nios buenos que no
comenten apenas pecados de obra, no tantos como de pensamiento o
actitud. En m, los pecados de omisin tendan a ser ms que los de
comisin. Pero aquel da fui consciente de cunto le estaba fallando a
Dios. Oyendo la predicacin del Dr. Lloyd Ogilvie, escuch el
Evangelio de una forma nueva que me conmovi el corazn: Dios me
amaba y quera que yo viviera con l y para l, pero mis pecados me
separaban de Dios, Y tenan que ser perdonados. Para eso vino Jess
al mundo.
1 Signo de catolicidad, pues los protestantes no tienen imgenes
religiosas, en obediencia a una interpretacin literal del primer
mandamiento (N del 7:').
-
Reconoc lo mucho que le necesitaba, Y le ped perdn por esos
pecados diciendo: Jess, s mi Salvador. Quiero que ests en el trono
de mi vida. Jess, s mi Seor. Ahora que ya no iba a ir de la mano de
mis padres, me tomaba de la mano firmemente mi Padre Celestial. El
reverendo apenas acababa de llamar testigos al altar cuando yo ya
bajaba los escalo res y corra por el pasillo para decir: S, Jess,
te amo, te necesito. S, quiero que ests en el centro de mi vida. El
Salmo 51, 3 dice: Apidate de m, oh, Seor, segn tu benignidad. Por
tu gran misericordia borra mi culpa. sa era mi oracin. Esta
experiencia me llev a una relacin completamente nueva con el Seor.
Tena ms deseos que nunca de conocer mi fe; quera ayunar, no porque
me lo dijeran, sino para ser ms de Dios. Tena hambre de Escritura,
de leerla, de estudiarla, de memorizarla; y esperaba con ansia mi
confirmacin, que tendra lugar ese mismo ao, no slo para compartir
mi fe con los ancianos de nuestra iglesia, sino tambin para empezar
a recibir la comunin. Cuando pensaba en acercarme a la mesa del
Seor, lo comparaba con la experiencia de la cena en familia, que da
tras da nos ofreca mi madre: era el regreso al hogar despus de las
batallas de cada da; era una celebracin de los unos para los otros;
era un festn de amor servido con gracia y belleza. Poco saba yo
entonces cunto ms preparaba ella mi corazn para mi futura recepcin
de la Eucarista que para la comunin presbiteriana. Ahora viva mi fe
de nuevas maneras: daba continuo testimonio; llevaba mi Biblia
encima de los dems libros, tanto para leerla como para dar lugar a
que surgieran preguntas y conversaciones (ir daba resultado!);
ayudaba a iniciar grupos de oracin por la maana, antes de las
clases... A veces me mostraba insoportable; pero los convertidos
pueden ser as, y muchas veces dan ms fruto que los que se han
mantenido firmes en la fe. Crec tambin en el amor, dejando que Dios
me amara tal como soy, amando a Dios de nuevas maneras y
aprendiendo .a tratar a mis hermanos y hermanas en Cristo. r Mis
dos ltimos aos de high school estuvieron llenos de ministerios
emocionantes: diriga estudios bblicos, evangelizaba y cantaba con
un grupo juvenil llamado Young Folk, en ,los servicios de oracin de
las iglesias locales y durante las giras de verano. Todo eso me
ayud a formar un slido grupo de amigos cristianos. Libr tambin
duras pero estimulantes batallas: sola dar testimonio de mi fe y
era provocada por compaeros y profesores. Luego volva a casa y mis
padres me animaban, dndome ms Escritura para volver a la lucha.
Pareca que estaba t viviendo lo que significaba mi nombre -Kimberly
quiere decir doncella guerrera en galico-. Debo admitir que disfrut
mucho en esas confrontaciones, y me preguntaba si una [universidad
cristiana supondra tantos retos.
GUESTel
GUESTUsese como sealador
-
2. DEL APOSTOLADO AL MATRIMONIO Scott:
Durante el verano anterior a mi marcha a la Universidad hice una
gira por los Estados Unidos, Escocia, Inglaterra Holanda, tocando
la guitarra en un grupo musical cristiano llamado The Cantinentals.
Ya al final me haba saciado lo bastante de guitarra y de msica como
para centrarme en la Escritura y la teologa en la Universidad. Mis
cuatro aos en el Grave City Callege transcurrieron ta rpidos como
un remolino, y me gradu en teologa, filosofa y economa -aad esta
ltima para satisfacer el espritu prctico de mi padre, que pagaba
mis estudios-. Adems, me integr en la rama local de Young Life:
quera devolverle a Dio en la medida de mis posibilidades, el favor
de haberse se vido de Young Life para llevarme al Evangelio. As que
traba en esa organizacin durante los cuatro aos de carrera,
evangelizando y formando en la fe a muchachos de Secundaria como
haban hecho conmigo. Quisiera contar una historia que es buena
muestra del celo que nos mova a compartir el Evangelio con los que
no conoan a Cristo. Un amigo mo me habl del Dr. Francis Schaeffer,
un gran tatedrtico cristiano con el que estaba estudiando en
Europa. El doctor Schaeffer haba decidido tomarse un fin de semana
libre para visitar Pars con dos alumnos. Una noche, mientras
paseaban por la ciudad, vieron a una prostituta parada en una
esquina. Los alumnos, horrorizados, observaron como su mentor se
acercaba a la mujer. -Cunto cobra usted? -le pregunt. -Cincuenta
dlares. El catedrtico la mir de arriba abajo y dijo: -No, es
demasiado poco. Ah, s? Para los americanos son ciento cincuenta
dlares.
-
Pero l insisti de nuevo: -An es muy poco. Ella contest
rpidamente: -Ah, claro, la tarifa de fin de semana para los
americanos de quinientos dlares. -Incluso eso es demasiado barato.
Para ese entonces, la mujer estaba ya un poco irritada. n tono
altivo dijo: -Cunto valgo para usted? .El doctor respondi: -Seora,
yo nunca podra pagar lo que vale usted, pero djeme hablarle de
alguien que ya lo ha hecho. y los dos alumnos vieron cmo su mentor
-en ese mismo momento y lugar- se arrodill con ella en la acera y
la gui una oracin para ofrecer su vida a Cristo. se era el tipo de
celo que tenamos en Young Life para impartir el Evangelio, y yo no
poda comprender por qu a tas iglesias ni siquiera pareca
importarles. Me dedicaba con especial entusiasmo a los catlicos,
por compasin hacia sus errores y supersticiones. Cuando diriga
estudios sobre la Biblia para alumnos de Secundaria, preparaba
estratgicamente mi charla para llegar a los chicos catlicos, que me
parecan tan perdidos y confusos. Lo que ms me alarmaba era su
ignorancia, no slo de la Biblia, sino de las enseanzas de su propia
Iglesia. Me daba la impresin de que los estaban tratando como
conejillos de indias en sus propios programas de catequesis. Por
tanto, hacerles ver los errores de su Iglesia resultaba tan fcil
como acertar a patitos de plstico metidos en un barril. En la
residencia, algunos de mis amigos empezaron a hablar de ser
rebautizados. Todos estbamos creciendo junto! en la fe y asistamos
ala congregacin local. El ministro -un orador fantstico- estaba
enseando que aquellos que fuimos bautizados de nios nunca fuimos
verdaderamente bautizados, y mis amigos parecan seguirle en todo
cuanto deca Al da siguiente nos reunimos para acordar la fecha en
que nos sumergiramos de verdad. Pero antes yo les di mi opinin: -No
creis que deberamos estudiar la Biblia nosotros mismos para
asegurarnos de que l est en lo cierto? Pareca que no me escuchaban.
-Cul es el problema con lo que dice el ministro, Scott Despus de
todo, te acuerdas de tu Bautismo? De qu le vale el Bautismo a los
bebs si an no pueden creer? Yo no estaba seguro, pero saba que la
respuesta no era jugar a seguir al lder y basar las creencias slo
en sentimientos, como parecan hacer ellos. De modo que les dije:
-No s lo que haris vosotros, pero yo voy a estudiar la Biblia un
poco ms detenidamente antes de lanzarme a bautizarme de nuevo. A la
semana siguiente, ellos se rebautizaron. Mientras tanto, yo fui a
ver a uno de mis profesores de Biblia y le platiqu lo que estaba
sucediendo, pero no quiso darme su opinin, En cambio, me inst a que
estudiara el tema ms a fondo:
-Scott, por qu no tratas el tema del bautismo de los nios en tu
trabajo de investigacin escrito?
Me vi en un aprieto. Para ser honesto, no quera estudiar tema
tan a fondo; pero supongo que el Seor saba que necesitaba un pequeo
empujn. As que durante los meses siguientes le todo lo que pude
encontrar al respecto.
Por aquel entonces, ya haba ledo la Biblia tres o cuatro veces y
estaba convencido de que la clave para comprenderla el concepto de
Alianza. Est en cada pgina, y Dios establece una en cada poca.
Estudiar la alianza me dej clara a cuestin: Durante dos mil aos,
desde el tiempo de Abraham hasta la venida de Cristo, Dios haba
mostrado un pueblo que quera que los nios estuvieran en alianza con
l, El modo era sencillo: bastaba darles el signo de la alianza.
-
En el Antiguo Testamento el signo de entrada a la alianza n Dios
era la circuncisin. En el Nuevo Testamento, Cristo haba sustituido
ese signo por el Bautismo. Pero en ningn sitio le que Cristo dijera
que los nios deban ser excluidos la alianza; de hecho, le encontr
diciendo prcticamente contrario: Dejad que los nios se acerquen a m
y no se lo pidis, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 19,
).
Tambin hall a los Apstoles imitndole. Por ejemplo, en
Pentecosts, cuando Pedro acab su primer sermn, llam a todos a
aceptar a Cristo, entrando en la Nueva Alianza: Arrepentos y
bautizaos en el nombre de Jesucristo, para remisin de vuestros
pecados, y recibiris el don del Espritu Santo. Porque para vosotros
es esta promesa y para vuestros hijos", (Hch 2, 38-39).
En otras palabras, Dios quera que los nios estuvieran en alianza
con l, y puesto que en el Nuevo Testamento slo figura el bautismo
como signo para entrar en la Nueva Alianza, por qu no deban ser
bautizados los nios de los creyentes? No era, pues, de extraar
-como descubr en mi investigacin-, que la Iglesia practicase el
bautismo de los nios desde que fue instituida. Mostr a mis amigos
los resultados de mi investigacin bblica, pero no quisieron
escucharme, y mucho menos discutirlo. De hecho, percib que el solo
hecho de que yo estudiara el tema no les haba gustado nada. Ese da
hice dos descubrimientos: Por un lado, comprob que muchos de los
llamados cristianos de la Biblia prefieren basar sus creencias en
sentimientos, sin rezar ni leer detenidamente la Escritura. Por
otro lado, descubr tambin que la alianza era verdaderamente la
clave para comprender toda la Biblia. Decid entonces, en mi primer
ao de estudios universitarios, que la alianza sera el objeto de
todos mis futuros trabajos de investigacin y proyectos. y as lo
hice. Es ms, despus de cuatro aos de estudiar la alianza, me
convenc de que era en verdad el tema dominante de toda la Biblia.
La Escritura cobraba ms y ms sentido. En mi ltimo ao de estudios,
tena otra meta (adems de ir al Seminario para cursar estudios
superiores de Escritura y teologa): casarme con la mujer ms hermosa
y espiritual de toda la Universidad: la seorita Kimberly Kirk. Ya
la haba reclutado como lder de Young Life, y durante dos aos
habamos ejercido nuestro apostolado codo con codo. Entonces le
propuse matrimonio, y, para mi gran felicidad, ella haba aceptado.
Despus de graduarme con las ms altas calificaciones en Filosofa y
Teologa, me fui a Cincinnati para que pudiramos dedicar el verano a
prepararnos para el matrimonio. Con Kimberly Hahn a mi lado, estaba
preparado para afrontar el futuro a toda mquina. Kimberly:
En 1975 me matricul en el Grave City Callege para cursar mi
primer ao en el programa de Artes de la Comunicacin. Haba elegido
una universidad cristiana, no buscando una tregua en las luchas que
tanto haban fortalecido mi caminar con el Seor en una high schaal
pblica y secularizada, sino para crecer de una manera ms profunda y
emprendedora: para ser hierro que lima hierro con y para otros
cristianos. Sin embargo, una vez en la Universidad, el dilema en el
que me hallaba atascada era la facilidad con la que poda dejar de
crecer de una forma dinmica precisamente por el hecho de que la
mayora de la gente era cristiana o actuaba como tal. Si no avanzaba
en mi relacin con Cristo, eso quera decir que retroceda, pues no es
posible quedarse detenido. En el verano entre mi segundo y mi
tercer curso, me senta culpable de mi bajn espiritual. Disfrutaba
mucho participando en las obras de teatro, en una hermandad de
mujeres y en varias asociaciones, pero en realidad no haba crecido
espiritualmente. Jess no me peda ser
-
el centro de mi vida, me lo exiga; y yo lo sabia, pero me
comportaba como si fuese yo quien le hubiera invitado a l a entrar,
bajo mis condiciones y cuando me conviniera. Sin embargo, era l
quien me invitaba a su vida. Tenia que encontrar un modo de
servirle que de verdad me hiciera ponerme de rodillas y reconocerle
como Seor; un empeo que fuera demasiado grande para conseguirlo
sola. En este punto estaba cuando regres a Grove City para iniciar
el tercer ao. ~Me integr en el Consejo de Orientacin, y Scott era
asistente de alumnos de una residencia universitaria. Por esa razn
ambos tenamos asignados cometidos respecto al baile de alumnos de
primer curso. Le vi durante el baile y primero pens: Es demasiado
guapo para acercarme a hablar con l. Pero luego me dije: No, no lo
es. Puedo acercarme para charlar. As que me aproxim y empec a
hablar con l. Casi de sopetn me pregunt: -Crees que Dios existe?
Pens: Oh, Seor, este chico ha debido perder la fe durante el
verano. Insprame las palabras que le ayuden. Durante unos diez
minutos, y de forma un poco torpe y confusa, me esforc por
demostrarle que Dios existe. Finalmente le dije: -Crees t en Dios?
-Claro! -contest. Sorprendida, le pregunt: -Entonces, por qu has
estado diez minutos ponindome aprueba? -Para ver de qu pasta ests
hecha -fue su respuesta-. Quieres que demos un paseo? As que
salimos a pasear. Le coment mi resolucin de que mis dos ltimos aos
de carrera fueran diferentes a los dos primeros, y le dije que me
gustara participar en algn tipo de apostolado que me retara acrecer
espiritualmente . -j Yo tengo el ministerio ideal para ti! -me
anunci Scott?-. Has odo hablar de Young Life? Sabia de Young Life
porque mi padre haba llegado ala fe en Cristo gracias a esa
organizacin en Colorado. Cuando estuvo en el seminario de
Pittsburgh, mi padre difundi Young Life en aquella zona. Lo que yo
no sabia es que era precisamente la seccin de Young Life de
Pittsburgh la que haba llevado a Scott a Cristo. Despus de esa
experiencia, l haba venido a la universidad y se haba integrado en
el grupo local de Young Life para alumnos de Secundaria. Ahora
buscaba lderes femeninas para ayudarle. Scott me explic lo que
hacan: -Vamos a los institutos y hablamos con los alumnos, jugamos
partidos y luego los acompaamos a sus casas; los queremos tal como
son, en su propio ambiente. Va naciendo una relacin de amistad y
confianza, y en el momento adecuado compartimos con ellos nuestra
experiencia de fe en Cristo. De entre aquellos que se comprometen a
seguirle van surgiendo nuevos discpulos. Les ayudamos a comprender
qu significa vivir para Cristo -luego aadi-: Necesitamos chicas
lderes. Quieres unirte a nosotros? De inmediato supe que aquello
era algo que s me exiga ponerme de rodillas, Y me entr un miedo de
muerte!; aun as le respond: -De acuerdo. Qu es lo que tengo que
hacer? Durante los dos aos siguientes servimos en Young Life hombro
con hombro, junto a algunos otros estudiantes universitarios. Al
principio me daba reparo ir a los institutos tan ..slo para pasar
el rato, pero lo fui superando porque era hermoso hacer amistad con
los alumnos Y hablarles del Seor. fe Dios estaba con nosotros
fortalecindonos, y el fruto fue abundante. Scott enseaba a los
lderes modos eficaces de comunicar el Evangelio Y hacer
proselitismo; tocaba la guitarra y ofreca muchas charlas en
nuestras reuniones semanales. Diriga tambin estudios sobre la
Biblia, Y lo haca de un modo :fe tan motivador para los muchachos
que todos los lderes queran asistir. De hecho tena que disuadir a
algunos para que no vinieran, porque la habitacin estaba a rebosar
de estudiantes. Desde que Scott me reclut, l Y yo pasbamos ms
tiempo juntos. Comenzbamos a hablar durante el almuerzo tal y
terminbamos despus de la cena. Transcurridas unas tres semanas en
las que nos tratamos de una manera ms intensa, Scott me dijo:
-
-Kimberly, disfruto mucho del tiempo que pasamos juntos, pero si
seguimos as me voy a enamorar de ti. y no tengo tiempo para
enamorarme este ao..., tal vez el ao que viene Creo que debemos
dejar de salir juntos. Me qued helada. Aquella, ciertamente, fue
una forma: muy creativa y original de romper nuestra relacin. Me
sent muy desilusionada, pero, por otro lado, pens que Scott er el
hombre ms religioso con el que haba salido, as que 1 cre cuando me
dijo que no haba otro motivo escondido por el que estuviera
poniendo fin a lo nuestro. Dejamos de salir juntos, pero seguimos
en el mismo ministerio. Young Life pareca encajar muy bien en mis
planes de estudiar para ser ministro de mi iglesia, un sueo que yo
albergaba desde que estaba en Segundo Grado. Mi padre me haba
convencido, con el ejemplo de su vida, de que era la tare ms
apasionante del mundo. l vena a casa, da tras da emocionado de
poder difundir el Evangelio y ayudar a otras personas a creer en
Cristo; aconsejando a parejas con problemas conyugales y viendo cmo
sus matrimonios se recuperaban; enseando y predicando la Palabra de
Dios, y llevando consuelo a los que se enfrentaban a la enfermedad
o: muerte. Nada me pareca ms maravilloso que imitarle en 5 vocacin
de pastor. Yo crea poseer muchos de sus dones talentos, y los
mismos deseos de compartir el Evangelio y hacer de otros, discpulos
de Cristo. Entonces, algunos buenos amigos, incluido Scott,
comenzaron a ponerme aprueba durante mi tercer ao de estudio para
ver si Dios me estaba llamando de verdad a ser ministro. Estuve de
acuerdo con ellos en que si no hallaba un fundamento bblico para el
sacerdocio femenino, sera que Dios tena otro proyecto de vida para
m. Fue difcil replantearme lo que haba sido mi sueo dl rante tanto
tiempo, y sobre todo, renunciar a ese sueo. Pe tuve que hacerlo
cuando me convenc de que la Escritura I apoyaba la ordenacin como
pastor de la mujer. No obstante, una vez que lo vi claro, mi
profundo deseo de ser ordenada disminuy, y decid buscar otro camino
para servir al Seor. Adems de trabajar intensamente en Young Life,
Scott y yo tambin disfrutbamos mucho debatiendo temas teolgicos, a
veces incluso con intensas discusiones. Durante las Navidades de mi
tercer ao en la Universidad, estaba en casa describiendo una de
esas conversaciones a mi madre, ella, sonriendo, me dijo:
-Kimberly, me pregunto si no te casars con ese chico. Apostara a
que s. -Casarme con Scott! jSi a duras penas logro hablar de teora
con l sin sentirme frustrada! -S, pero creo que te casars con l. ;
Ella nunca haba dicho nada semejante de ningn otro chico con quien
yo haba salido. As que me tom muy en serio sus palabras. Aunque ya
no salamos juntos, Scott y yo habamos establecido una slida base
para un futuro noviazgo. Sin que yo supiera, l ya les haba dicho a
algunas personas, el verano "anterior a nuestro ltimo ao de
estudios, que haba decidido regresar a la universidad para casarse
,con Kimberly. Hacia finales de verano yo tambin tena un profundo
sentimiento de que l era el hombre para m. El 30 de septiembre,
durante un fin de semana de formacin para los responsables de Young
Life, empezamos a ir juntos de nuevo. Gracias a nuestro ministerio
comn Young Life vimos cunto poda prosperar la vida familiar" si
tenamos un empeo compartido, si los dos arbamos con una sola yunta.
Yo apreciaba mucho la pasin de Scott por la verdad y su amor por la
Palabra. Era un comunicador poderoso y eficaz, y muchas vidas
cambiaban a cedida que el Seor obraba a travs de l. Scott tambin
quera mucho, y apreciaba el modo en que Dios se serva tambin de m.
Nuevamente tuvimos largas charlas sobre lo que habamos estudiado y
pensado. Nuestros sueos se complementaban mucho: Scott aspiraba a
ser ministro y profesor; yo, esposa de un ministro. l quera ser
escritor; a m me gustaba escribir a mquina y corregir las pruebas
de imprenta. A ambos nos gustaba dar charlas. A pesar de que
discutamos apasionadamente de
-
teologa, tenamos una profunda unidad en materia teolgica, yeso
nos haca comprender que juntos, compartiendo todo, podamos
progresar ms que estando cada uno solo. El 23 de enero nos
prometimos, para casarnos en el mes de agosto. (Habamos descubierto
que la fecha de nuestro compromiso era considerada por los Padres
Estigmatinos como la fiesta de los esponsales de Mara y Jos.) Poco
antes de la graduacin me di cuenta de que no saba si Scott deseaba
o no tener una familia numerosa. Yo siempre haba querido tener por
lo menos cuatro o cinco hijos. As que, como de pasada, le saqu el
tema: -Scott, t quieres tener muchos hijos? -Bueno, no demasiados.
Oh, no!, pens, ahora resulta que es un partidario del crecimiento
cero de la poblacin. Procurando mantener mi tono intrascendente, le
pregunt: -Cuntos no seran demasiados? -No s... -me dijo-. Creo que
debemos limitarnos a unos cinco o seis.
Casi no poda creer lo que haba odo.
-S, seamos moderados -le dije, con una sonrisa cmplice. sa era
otra importante cuestin en la que nuestros corazones y nuestras
mentes iban al unsono. Cada uno estaba maravillado por los dones
que Dios le haba dado al otro. Y pensar que las diferencias
teolgicas que tenamos estaban bsicamente resueltas! Todo lo que
quedaba por hacer era casarnos, ir al Seminario y explorar la
verdad. Luego nos lanzaramos a conquistar el mundo para Cristo. Al
menos eso era ! lo que entonces pensbamos.
El da 18 de agosto de 1979, en Cincinnati, ante nuestras
familias y ms de quinientos amigos, nos unimos en matrimonio,
dispuestos a que Jess fuera el centro de nuestra vida en comn.
Tenamos tantos sueos como para que nos duraran toda una vida.
3. NUEVA CONCEPCIN DE LA ALIANZA Scott:
Kimberly y yo llegamos al seminario teolgico Gordon-Conwell slo
dos semanas despus de nuestra boda. Ambos estbamos firmemente
convencidos de que la teologa evanglica1* reformada era la mejor
expresin del cristianismo bblico. Yo describira mi bsqueda en esta
etapa como una novela policiaca. Investigaba las Escrituras para
encontrar las claves del autntico cristianismo. Dnde se enseaba y
se viva ms fielmente la Biblia? Fuera donde fuera, saba que Dios me
quera all, para dedicar mi vida a ensear. Yo era un investigador
muy dinmico, dispuesto a obedecer a la Escritura, sin importarme
adnde me llevara. En el seminario conoc aun compaero de estudios
llamado Gerry Matatics, con el que pronto hice una gran amistad
*Los evanglicos basan su fe slo en la Biblia, y la consideran la
nica fuente de la doctrina (N del T).
____
1 *Contiene el credo de las Iglesias presbiterianas, redaCtado
en la Asamblea de Westminster durante la Guerra Civil inglesa, y
completado en 1646 (N del I").
-
tad (y que ms tarde desempeara un importante papel en nuestra
historia). Entre los alumnos presbiterianos, nosotros dos ramos los
nicos lo bastante consistentes en nuestro anti- catolicismo como
para sostener que la Confesin de Westminster* deba mantener una
tesis que la mayora de los reformados estaba dispuesta a abandonar:
el Papa era el Anticristo. Aunque los protestantes -Lutero,
Calvino, Zwinglio, Knox y otros- diferan entre s en muchas cosas,
todos se mostraban unnimes en la conviccin de que el Papa era el
Anticristo y que la Iglesia de Roma era la ramera de Babilonia.
Cuando el Papa fue a Boston en 1979, muchos de mis compaeros del
seminario dijeron: jEs un hombre maravilloso! jMaravilloso! Aquel
hombre pretenda tener el poder de someter a cientos de millones de
mentes y corazones, y de impartir enseanzas supuestamente
infalibles al mundo entero. Era eso maravilloso? jEra abominable!
Gerry y yo nos esforzbamos por mostrar a nuestros compaeros qu
equivocado era ese planteamiento. Mi segundo ao en el seminario fue
el primero de Kimberly, y cuando ella hizo un curso de tica
cristiana, ocurri algo muy curioso. Yo haba seguido ya ese curso, y
por tanto saba que la clase se divida en pequeos grupos para
trabajar sobre un tema de la moral. Le pregunt a Kimberly qu
cuestin haba elegido. -Los anticonceptivos -me dijo. -Los
anticonceptivos? Tambin fue una opcin el ao pasado, pero nadie la
eligi. De hecho, es un problema slo para los catlicos. Por qu has
querido estudiar la contracepcin? -Cuando doy charlas sobre el
aborto, continuamente me plantean preguntas sobre el control de la
natalidad. No s por qu, pero es lo que pasa. As que he pensado que
sta sera una buena ocasin para saber si la Biblia tiene o no algo
que decir al respecto. -Bueno, si quieres perder el tiempo
estudiando un tema sin valor, es cosa tuya... Estaba sorprendido,
pero no preocupado. Despus de todo, no haba una forma correcta o
incorrecta de ver la Contracepcin. No poda imaginar entonces lo
mucho que ese estudio iba a afectar a nuestras vidas. Un par de
semanas despus, un amigo me pregunt en el pasillo: -Has hablado con
tu esposa acerca de su trabajo sobre los anticonceptivos? -No.
-Pues tal vez quieras hacerlo. Tiene ideas bastante interesantes.
Debido a la naturaleza del tema, pens que sera mejor hablar con
ella, yeso hice: le pregunt qu era eso tan interesante que haba
descubierto sobre la anticoncepcin. Me dijo que hasta 1930 la
postura de todas las iglesias respecto a este tema haba sido
unnime; la anticoncepcin era moralmente mala en cualquier
circunstancia. Mi argumento fue: -Tal vez les llev todo ese tiempo
desprenderse de los ltimos vestigios del catolicismo. Kimberly
avanz un poco ms: -Pero sabes qu razones dan ellos para oponerse al
control de la natalidad? Tienen argumentos de ms peso de lo que t
crees. Tuve que admitir que no conoca sus razones. Kimberly me
pregunt si estaba dispuesto a leer un libro sobre el tema, y me dio
El control de la natalidad y la alianza matrimonial de John Kippley
(obra que fue luego revisada y retitulada El sexo y la alianza
matrimonial). Mi especialidad era la teologa de la alianza, y crea
tener todos los libros en los que figuraba la palabra alianza en su
portada; as que el hecho de descubrir uno que no conoca pic mi
curiosidad. Lo vi y pens: Editorial Litrgica? Este tipo es un
catlico! Oh papista! Qu hace plagiando la nocin protestante de la
alianza? Sent an ms curiosidad por saber lo que deca. Me sent a
leer el libro, y al cabo de un rato, empec a pensar: Algo est mal
aqu. No puede ser... Lo que dice este hombre es muy sensato!.
Estaba demostrando cmo el
-
matrimonio no es un mero contrato que implica un intercambio de
bienes y servicios. El matrimonio es una alianza que los lleva
consigo una interrelacin de personas. La tesis principal de Kippley
era que toda alianza tiene un acto por el cual se lleva a cabo y se
renueva; y que el acto sexual de los cnyuges es un acto de alianza.
Cuando la alianza matrimonial se renueva, Dios la utiliza para dar
vida. Renovar la alianza matrimonial y usar anticonceptivos para
evitar una potencial :renueva vida equivala a recibir la Eucarista
para luego escupirla en el suelo. Kippley continuaba diciendo que
el acto conyugal de- muestra de modo nico el poder dador de vida
del amor en la alianza matrimonial. Todas las otras alianzas
muestran y transmiten el amor de Dios, pero slo en la alianza
conyugal el amor es tan poderoso que comunica la vida. ; Cuando
Dios hizo al ser humano, varn y mujer, el primer mandamiento que
les dio fue el de ser fecundos y multiplicarse. Eran as una imagen
de Dios: Padre, Hijo y Espritu .lo Santo, tres en uno, la familia
divina. De modo que cuando 1os dos se hacen uno en la alianza
matrimonial, el uno se hace tan real que nueve meses despus pueden
tener que darle nombre! El hijo encarna la unidad de su alianza.
Comenc a comprender que cada vez que Kimberly y yo realizbamos el
acto conyugal, realizbamos algo sagrado; y que cada vez que
frustrbamos con los anticonceptivos el poder de dar vida del amor,
hacamos una profanacin (trata algo sagrado de forma comn lo profana
por definicin). Estaba impresionado, pero no quera mostrar que lo
es taba. Cuando Kimberly me pregunt qu pensaba del libro le dije
simplemente que era interesante. Poco despus empec a ver cmo ella
convenca a mis amigos, uno por uno Algunos de los ms inteligentes y
formados cambiaron d opinin! Fue entonces cuando descubr que todos
los reformador -Lutero, Calvino, Zwinglio, Knox y todos los dems-
haban mantenido sobre esta cuestin la misma postura que Iglesia
catlica. Eso me perturb an ms. La Iglesia catlica romana era la
nica iglesia cristiana en todo el mundo que tena el valor y la
integridad para ensear esta verdad tan impopular. Yo no saba qu
pensar, as que recurr a un viejo dicho de familia: Hasta un cerdo
ciego puede encontrar un bellota. Es decir, despus de dos mil aos,
hasta la Iglesia catlica por fin daba en el clavo en algo. :,
Catlica o no, era verdad; as que Kimberly y yo nos d hicimos de los
anticonceptivos que estbamos usando y empezamos a confiar en el
Seor de un modo nuevo en lo q concerna a nuestro proyecto familiar.
Al principio utilizamos los mtodos naturales durante unos meses.
Luego de dimos estar abiertos a una nueva vida en cualquier momento
en que Dios quisiera otorgarnos esa bendicin. Con una docena de los
mejores seminaristas calvinistas Gordon-Conwell organic un desayuno
semanal en el q nos reunamos para hablar sobre diversos temas,
invitando profesores para compartir opiniones y discutirlas. Fueron
aquellos unos encuentros de gran compaerismo y que propiciaron
estimulantes conversaciones. Lo llamamos La academia de Ginebra, en
recuerdo de la escuela de Calvino Ginebra. A veces quedbamos tambin
los viernes por la noche el restaurante Howard Johnsons o en algn
bar local, para comer pizza, beber cerveza y discutir sobres
cuestiones teolgicas hasta las tres de la maana, con la promesa
previa a nuestras esposas de salir con ellas la noche siguiente.
Durante tres o cuatro horas profundizbamos en la Palabra de Dios y
de- batamos doctrinas difciles: la segunda venida de Cristo, los
argumentos sobre la existencia de Dios, la predestinacin, el libre
albedro y otros grandes misterios que a los telogos les gusta
explorar, especialmente el de la alianza. Leer ms en profundidad la
Palabra de Dios significaba que cada uno lidiase cada vez ms con
los textos clave. Estbamos adquiriendo una cierta habilidad con el
griego y el latn, y eso nos facilitaba el ir directamente a la
Escritura. Para nosotros, slo la Biblia era la autoridad; ninguna
tradicin era infalible o autoritativa. Podan ser tiles, e incluso
merecer confianza,
-
pero no eran infalibles; podan flaquear o caer cualquier
momento. En la prctica eso supona que cada o de nosotros repensase
la doctrina desde sus bases. Menuda tarea!; pero ramos jvenes y por
lo tanto creamos que el Espritu Santo y la Sagrada Escritura
podramos reinventar de nuevo la rueda si era necesario. En mi ltimo
ao en el seminario comenc a experimentar una crisis interior. Mi
investigacin me estaba obligando pensar el significado de la
alianza. En la tradicin protestante, alianzas y contratos eran dos
palabras que definan la misma cosa. Pero estudiar el Antiguo
Testamento me llev a ver que, para los antiguos hechos, la alianza
y el contrato eran cosas muy distintas. En la Escritura, los
contratos implicaban simplemente el intercambio de propiedad,
mientras que las alianzas implicaban el intercambio de personas,
para formar lazos sagrados de familia. El parentesco, por tanto, se
estableca mediante una alianza. (Visto a la luz del Antiguo
Testamento, el concepto de alianza no era ni teortico ni abstracto.
De hecho, el parentesco por alianza era ms fuerte que el parentesco
biolgico el significado ms profundo de las alianzas divinas en el
Antiguo Testamento es el deseo paternal de Dios de hacer de Israel
Su propia familia. La Nueva Alianza que Cristo estableci con
nosotros, por tanto, fue mucho ms que un simple contrato o acto
legal por el cual l tom nuestros pecados y nos dio su inocencia,
como explicaron Lutero y Calvino. Si bien esa explicacin es cierta;
no refleja la plena verdad del Evangelio. La Nueva Alianza
estableci una nueva familia que abarcaba toda la Humanidad, con la
que Cristo comparti su propia filiacin divina, hacindonos hijos de
Dios. Como acto de alianza, ser justificado significa compartir la
gracia de Cristo como hijos e hijas de Dios; ser santificado
significa compartir la vida y el poder del Espritu Santo. Bajo esta
luz, la gracia de Dios se converta en algo mucho ms grande que un
simple favor divino; era el don de la vida de Dios en la condicin
de filiacin divina. Lutero y Calvino explicaron esto en trminos
exclusivamente jurdicos, pero yo haba empezado a ver que, mucho ms
que un simple juez, Dios era nuestro Padre. y que mucho ms que
simples criminales, nosotros ramos hijos fugitivos. y que mucho ms
que en una corte judicial, Dios haba concertado la Nueva Alianza en
la casa familiar. San Pablo (a quien yo haba considerado un
precursor de Lutero) ense en las Cartas a los Romanos ya los
Glatas,y en otros lugares, que la justificacin era algo ms que un
concepto jurdico: nos estableca en Cristo como hijos de Dios slo
por la gracia. De hecho, descubr que en ningn lugar "a ense San
Pablo que nos salvamos slo por la fe. El por la sola fe (sola fe)
no estaba en la Escritura. Me entusiasm mucho con este
descubrimiento y lo compart enseguida con varios amigos, que se
maravillaron al constatar cunto sentido tena. Uno de ellos vino a
preguntarme si saba quin ms enseaba la justificacin de ese ocio.
Cuando le respond que no, me coment que el Dr. Norman Shepherd, un
profesor del Westminster Theological Seminary (el seminario
presbiteriano calvinista ms riguroso de Estados Unidos), estaba a
punto de afrontar un proceso por hereja, por ensear la misma
interpretacin de la doctrina de la justificacin que yo estaba
exponiendo. As que llam al Profesor Shepherd y habl con l. Me dijo
que le haban acusado de ensear una tesis contraria ala enseanza de
la Biblia, de Lutero y de Calvino. Mientras le oa describir lo que
estaba enseando, pens: Oye, eso es lo mismo que estoy diciendo yo.
Para muchos, este hecho no parecera capaz de provocar una gran
crisis, pero para alguien empapado de protestantismo y convencido
de que el cristianismo dependa de la doctrina de slo por la fe
(sola fide), esto significaba que el mundo se vena abajo. Recordaba
lo que uno de mis telogos favoritos, el Dr. Gerstner, haba dicho
una vez en clase: que si los protestantes estaban errados en lo de
sola fe, y la Iglesia catlica tena razn al sostener que nos
salvamos por la fe y la obras, yo estara maana mismo de rodillas
delante del Vaticano para hacer penitencia. Obviamente, todos
sabamos que era una frase puramente retrica, un golpe de efecto,
pero nos impresion mucho. En efecto, toda la
-
Reforma protestante naca de esa diferencia. Lutero y Calvino
haban afirmado frecuentemente que ste era el artculo sobre el cual
la Iglesia de Roma se levantaba o se caa; para ellos, se era el
motivo por el cual la Iglesia catlica haba cado y el protestantismo
se levant sobre sus cenizas. Sola fe fue el principio esencial de
la Reforma, y yo estaba llegando ahora al convencimiento de que San
Pablo nunca lo ense. En la Carta de Santiago 2, 24, la Biblia ensea
que el hombre se justifica por las obras, y no slo por la fe.
Adems, San Pablo dice en I Corintios 13,2: Aunque tenga una fe
capaz de mover montaas, si no tengo caridad, no soy nada. Para m
supuso una transformacin traumtica tener que reconocer que en este
punto Lutero estaba fundamentalmente equivocado. Durante siete aos,
Lutero haba sido mi principal fuente de inspiracin y de proclamacin
poderosa de la Palabra de Dios. y esta doctrina se haba considerado
el fundamento de toda la reforma protestante. Por aquel entonces
tuve que suspender temporalmente mi investigacin. Kimberly y yo
habamos acordado que yo deba proseguir mis estudios de doctorado en
la Universidad de Aberdeen, en Escocia, donde ya haba sido aceptado
como F candidato en un curso centrado en el tema de la alianza;
pero c eso fue hasta que descubrimos, para gran alegra nuestra, que
c el Seor haba bendecido nuestra actitud abierta a la vida 9
dndonos nuestro primer hijo. El cambio en nuestra teologa v haba
producido tambin un cambio en la anatoma de Kimberly. Pero en aquel
momento Margaret Thatcher haca casi li imposible que los
norteamericanos tuviesen bebs a costa de t los contribuyentes
britnicos; as que consideramos esto como una seal para buscar
trabajo en otro sitio y posponer por algn tiempo mis estudios
doctorales. n Recibimos una llamada de una pequea iglesia de
Fairfax, n Virginia, que estaba buscando un pastor. Cuando me
present como candidato para el puesto en la 7rinity Presbyterian
Church {iglesia presbitariana de la Trinidad) , les hice saber mi
punto de vista sobre la justificacin, y ,que comparta la teora
del1;)r. Shepherd. Lo comprendieron y me dijeron que ellos tambin.
De modo que, poco antes de mi graduacin acept el cargo de pastor de
la iglesia, y tambin el de profesor en su Escuela Secundaria, la
Fairfax Christian n SchooL. Por la gracia de Dios, me gradu a la
cabeza de mi clase. Era hora de decir adis a algunos de los mejores
amigos que = tenido en mi vida, alumnos y profesores. Dios nos haba
bendecido con amistades muy profundas con hombres y mujeres
verdaderamente dispuestos a abrir sus mentes y corazones a la
Palabra de Dios. Kimberly y yo nos graduamos juntos; ella con un
Master (Arts en Teologa, y yo con especialidad en Divinidad.
Kimberly:
En nuestro primer ao en el seminario, Scott comenz su programa
estudiando cuestiones teolgicas fundamentales on profesores que
llevaban enseando teologa entre diez y cuarenta aos. Mientras
tanto, yo era secretaria de un programa creado para proporcionar
bolsas de estudios en Harvard, y trabajaba con personas de
cualquier religin menos la cristiana, muchas de las cuales nunca
haban odo el Evangelio ni ledo la Biblia. Me ponan aprueba
diariamente, cuestionndome hasta que Dios existiera. El contraste
era muy fuerte. Despus de un ao en esas condiciones, Scott y yo
decidimos ocupar los dos un mismo carril y crecer juntos. De modo
que, con el apoyo de Scott y la ayuda de mi familia, comenc los
estudios del Master mientras Scott cursaba segundo ao. Estudiar
teologa juntos fue una experiencia enriquecedora y muy fecunda. Uno
de los primeros temas que afront en un curso de tica cristiana fue
el de la anticoncepcin. No haba considerado que fuera un tema digno
de
-
estudio hasta que empec a implicarme en el movimiento pro-vida.
Como protestante, ~ conoca a nadie que no practicara el control de
la natalidad. Haba sido orientada e inducida a practicarlo como
parte de un comportamiento cristiano razonable y responsable. En
los cursos de orientacin prematrimonial no nos preguntaban si bamos
a utilizarlo o no, sino qu mtodo pensbamos emplear. El primer grupo
al que le toc estudiar la contracepcin se reuni brevemente el
primer da en el fondo del aula. Un auto-nombrado lder nos dijo: -No
tenemos que considerar la posicin catlica, porque slo hay dos
razones por las que los catlicos se oponen a la anticoncepcin: la
primera es que el Papa no est casado, as que no tiene que vivir con
las consecuencias. y la segunda es que quieren llenar el mundo de
catlicos. -Son sas las dos razones que da la Iglesia catlica?
-interrump-. No lo creo. -Entonces, por qu no lo estudias? -Lo har.
y lo hice. En primer lugar, consider la naturaleza de Dios y cmo
nosotros, como marido y mujer, estbamos llamados a ser su imagen.
Dios -Padre, Hijo y Espritu Santo- ha creado al hombre ya la mujer
a imagen suya, y los ha bendecido en la alianza matrimonial con el
mandato de crecer y multiplicarse, llenando la tierra y dominando
toda la creacin, para gloria de Dios {cfr. Gen 1,26-28). La imagen
a imitacin de la cual el hombre y la mujer fueron creados es la
unidad de las tres Personas de la Trinidad que se entregan
totalmente una a la otra en una plena autodonacin de amor. Dios
reafirm este mandato de la creacin en su alianza con No y su
familia, dndoles el mismo mandamiento de crecer y multiplicarse
{cfr. Gen 9, I ss.). As que la existencia del pecado no cambi la
llamada a las parejas casadas a ser imagen de Dios a travs de la
procreacin. San Pablo aclar que en el Nuevo Testamento el
matrimonio fue elevado a la categora de imagen de la relacin entre
Cristo y la Iglesia (an no tena yo ni la menor idea de que el
matrimonio fuese un sacramento) .y por el poder de dar vida que
tiene el amor, Dios haca a los esposos capaces de reflejar la
imagen de Dios en el sentido de que la unidad de los dos se
convirtiera en tres. Lo que yo me preguntaba era: Nuestro uso de
anticonceptivos -que intencionadamente restringe el poder dador de
vida del amor mientras uno disfruta la unidad y el placer que da el
acto conyugal-, permite f la que mi esposo y yo reflejemos la
imagen de Dios en una mutua y plena autodonacin de amor? En segundo
lugar examin lo que la Escritura deca sobre los nios. El testimonio
de la Biblia era arrollador! Cada versculo que hablaba sobre ellos,
los consideraba siempre como una bendicin (Sal 127 , 128). No haba
ni un solo proverbio que advirtiera que no vala la pena afrontar
los gastos que supone un hijo. No haba ninguna bendicin para los
esposos que espaciaran lo ms posible la llegada de los nios; ni
para la pareja que estuviera el nmero correcto de aos sin hijos Su
antes de asumir la carga que suponen; ni para el matrimonio al que
planificara cada nacimiento. sas eran ideas que yo haba haba
aprendido de los medios de comunicacin social, de mi escuela pblica
o de mi vecindario, pero no tenan ningn fundamento en la Palabra de
Dios. ! En la Escritura, la fertilidad es presentada como algo que
se debe apreciar y celebrar, no como una enfermedad que ha te e
evitarse a toda Costa. y aunque no hall versculo alguno que hablase
negativamente de las familias pequeas, a la luz de numerosos
pasajes bblicos, no haba duda de que las familias grandes parecan
haber recibido de Dios una gracia .o mayor. Era Dios el que abra y
cerraba el vientre, y cuando daba la vida, eso era considerado
siempre como una bendici6n. Despus de todo, lo que Dios deseaba de
los matrimonios fieles era una prole piadosa (Mal 2, 15). Los nios
eran descritos como flechas en las manos de un guerrero..., bendito
el hombre cuya aljaba est llena Quin ira a la batalla con slo dos o
tres flechas cuando podra ir con una aljaba llena? La pregunta que
yo me haca era: nuestro uso del control de la natalidad, reflejaba
el modo en que Dios vea a los nios o el modo en que los vea el
mundo?
-
En tercer lugar estaba el tema del seoro de Jesucristo. Como
protestantes evanglicos, Scott y yo nos tombamos muy en serio el
seoro de Cristo sobre nuestras vidas. En el aspecto monetario,
pagbamos el diezmo regularmente, y no nos importaba cun escasos
estuvieran nuestros fondos, porque queramos ser buenos
administradores del dinero que Dios nos haba confiado. Una y otra
vez habamos visto c6mo el Seor supla nuestras necesidades ms all de
lo que nosotros le habamos dado. En trminos de tiempo, observbamos
siempre el Da del Seor dejando aun lado el estudio, que era nuestro
trabajo, aunque tuvisemos un examen al da siguiente. Muchas veces
el Seor nos premi6 por ese da de descanso, y siempre tuvimos la
mejor nota en cada examen que hacamos el lunes. En trminos de
talentos, asumamos que siempre debamos estar disponibles para
servir a Dios en nuestro ministerio y aadamos con gusto obras de
servicio a nuestra labor de estudio. Ver vidas bendecidas como
resultado de ese ministerio fortaleci6 enormemente nuestra fe y
nuestro matrimonio. Pero, y nuestros cuerpos, nuestra fertilidad?
Se extenda el seoro de Cristo hasta all? Le entonces en ICor 6, 19-
20: O no sabis que vuestro cuerpo es templo del Espritu Santo, que
est en vosotros y habis recibido de Dios, y que no os pertenecis?
Habis sido comprados a precio. Glorificad, pues, a Dios en vuestro
cuerpo. Quiz era una actitud ms norteamericana que cristiana el
pensar que nuestra fertilidad es algo que podemos controlar como
nos parezca. y yo me preguntaba: nuestro uso del control de la
natalidad, demuestra una fiel vivencia del seoro de Jesucristo? En
cuarto lugar, cul era la voluntad de Dios para Scott y para m?
Queramos conocer y obedecer la voluntad de Dios sobre nuestras
vidas. Un pasaje de la Escritura que me brind ! materia til para
reflexionar fue Romanos 12, 1-2:
Os ruego, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que
ofrezcis vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a
Dios, como obediencia racional. y no os acomodis a este mundo, sino
transformaos por la renovacin de la mente, de modo que podis
discernir cul es la voluntad de Dios; esto es, lo bueno, lo
agradable, lo perfecto.
Pablo indicaba que una vida de sacrificio requera la
misericordia de Dios: no se nos peda vivir ese tipo de vida con
nuestras propias fuerzas. Podamos ofrecer nuestros cuerpos como un
sacrificio de adoracin: haba una dimensin corporal en nuestra
espiritualidad. Una de las claves para saber cmo sacrificarse de
una forma consecuente con la voluntad de Dios era diferenciar
correctamente entre los mensajes del mundo y las verdades de Dios;
eso significaba que tenamos que renovar nuestro modo de pensar
sobre la base de la Palabra de Dios. y una buena parte de mi
estudio sobre la contracepcin me haba llevado a hacer justamente
eso: meditar en los pasajes de la Escritura que presentaban una
imagen 1 distinta de la que el mundo quera proclamar. Scott y yo
estbamos comprometidos el uno con el otro, y estbamos comprometidos
con el Seor. La pregunta era: podamos confiar en Dios y dejar que
decidiera sobre el tamao de nuestra familia y el espaciamiento de
nuestros hijos? Saba l lo que nosotros podamos afrontar econmica,
emocional y espiritualmente? Tena l los recursos para hacer posible
que tuviramos ms nios de los que creamos poder criar? En el fondo
sabia con qu estaba luchando: con la soberana de Dios. Slo el Seor
conoca el futuro y cul era el mejor modo de que nosotros formramos
nuestra familia con los hijos que l deseaba que tuviramos. podamos
confiar en que l nos dara la fe que necesitbamos para encomendarle
este aspecto de nuestra vida, y para tener claro que era parte de
su plan para nosotros, y que vertida su amor en nosotros, ya travs
de nosotros en todas las preciosas almitas que quisiera
encomendarnos. y, despus de todo, conoca a muchas parejas en el
seminario que planiflcaban cundo: vendran los nios slo para
descubrir despus que el calendario de Dios era distinto al de
ellos.
-
Tenamos que confiar en l en la cuestin de nuestra fertilidad de
un modo radical, sin usar ningn mtodo de control de la natalidad.
Yo estaba ya convencida, pero en nuestro matrimonio ramos dos
personas, as que deba comentar es.
tas inquietudes con Scott. Cuando l me pregunt una noche,
durante la cena, cmo iba mi estudio sobre la anticoncepcin, le cont
tanto como pude, y le ped que leyese el libro de John Kippley El
contro de la natalidad y la alianza matrimonial. Scott vio en este
libro el fundamento de mis argumentos; pero an ms, vi cmo Kippley
aplicaba la idea de la alianza al matrimonio para explicar por qu
la anticoncepcin era inmoral. Kippley hacia la siguiente
comparacin: igual que en la decadente antigua Roma la gente se daba
un gran festn y luego iban a vomitar la gran cantidad de comida que
haban ingerido (para evitar las consecuencias de sus actos), as
ocurre tambin en el caso de los matrimonios que se dan un festn en
el acto conyugal slo para frustrar el poder de dar vida que tiene
el acto de renovacin de su alianza. Estas acciones son contrarias a
la ley natural y al pacto marital. Desde la perspectiva de Kippley,
que representaba la de la Iglesia catlica, el fin primordial del
matrimonio era la procreacin de los hijos. Cuando una pareja
frustra ese fin incondicionadamente, acta contra la ley natural;
trastorna la renovacin de su propia alianza matrimonial,
convirtiendo en a mentira su compromiso de entregarse totalmente el
uno otro. Ahora comprenda yo por qu la Iglesia catlica se opona
anticoncepcin. Pero qu decir de los mtodos de planificacin natural?
No era eso sencillamente la versin catlica del control de la
natalidad? La Primera Epstola a los Corintios (7, 4-5) habla de los
de tiempo en los que los esposos podran abstenerse mantener
relaciones sexuales para dedicarse a la oracin, y ego reanudar sus
relaciones no dejando a Satans ningn juicio para entrar en su
matrimonio. Leyendo la Encclica rnanae vitae llegu a apreciar el
equilibrio de la Iglesia en e respecta ala anticoncepcin. Haba una
forma digna llevar a cabo el acto conyugal y de ser prudentes en
circunstancias graves, practicando la abstinencia durante periodos
frtiles como con la comida poda haber lapsos de tiempo en que el
ayuno poda ser til, de igual modo poda haber s en los que el ayuno
del acto conyugal fuera necesario, sin embargo, fuera de un
milagro, uno no podra sobrevivir si ayunase la mayor parte del
tiempo. Del mismo modo, mtodos naturales de planificacin familiar
eran una repara momentos difciles, no una vitamina cotidiana. Un
da, en la biblioteca, despus de haber expuesto todo lo anterior a
un compaero seminarista que an estaba solo , l me dijo: Entonces,
Kimberly, Scott y t habis dejado de utilizar anticonceptivos? "No,
an no. -Da la impresin de que ests convencida de que usarlos est
mal. Le contest con esta historia: -Has odo hablar de aquella vez
en la que la gallina y el cerdo del granjero Brown estaban
comentando qu afortunados eran al tener un amo tan maravilloso?
Creo que debemos hacer algo especial para nuestro granjero, dijo la
gallina. Qu se te ocurre?, pregunt el cerdo. Dmosle un desayuno de
huevos con jamn, dijo alegremente la gallina. Bueno, replic el
cerdo, eso no es un problema para ti, pero s para m. Para ti es una
donacin. Para m es un compromiso total. Terry, voy a tomarme tu
desafo muy en serio; pero obedecer a Dios en esta cuestin es mucho
ms difcil para m que para ti, que eres un hombre soltero. Terry me
asegur que .rezara por Scott y por m; y cada cual se fue a su casa.
Cuando Scott y yo lo comentamos, tambin l se mostr contrario a los
anticonceptivos, aunque sugiri que quiz debamos guardarlos en el
armario, por si cambibamos de idea. Pero yo sent que eso sera una
tentacin muy grande para abandonar nuestro compromiso. As que
juntos tiramos los anticonceptivos a la basura, y comenzamos a
vivir un modo nuevo de confiar en Dios respecto a nuestra vida
matrimonial y nuestra fertilidad.
-
Durante nuestros aos en el seminario, Scott y yo tuvimos muchas
ocasiones de estudiar teologa uno junto al otro, animndonos,
exhortndonos, tanto entre nosotros como con otros amigos. Los
estudios de la Biblia en pequeos grupos con otros matrimonios
fueron una gran fuente de bendiciones. Nuestro ministerio nos brind
la ocasin de aplicar lo que estbamos aprendiendo, y las discusiones
teolgicas con otros compaeros de estudio -durante las comidas en
nuestro apartamento- revitalizaban nuestra vida. Cuando me hallaba
con otras seminaristas, la conversacin nos llevaba a hablar del
tipo de trabajo que cada una esperaba obtener una vez graduada.
Pocas me apoyaban cuando les explicaba lo que quera hacer con mi
ttulo: si no me quedaba embarazada, quera ensear teologa,
desempeando un ministerio aliado de Scott. Si me quedaba encinta
-que deseaba que sucediera pronto-, usara los conocimientos que
haba adquirido para ayudar a Scott en lo que l me pidiera, para
ensear a nuestros hijos y para dirigir estudios bblicos para
mujeres. Mis padres (que estaban pagando mis estudios) entendan mis
proyectos y me apoyaban mucho. No les importaba que nunca obtuviera
un salario con mi mster; vean mis estudios como una oportunidad de
hacer fructificar mis talentos para el Seor, y confiaban en que l
me indicara cmo usarlos. En la mayor parte de los casos, el estudio
de la teologa no constituy tanto un reto a lo que creamos (como en
el tema de la anticoncepcin), como un profundizar en la comprensin
y apreciacin de .los fundamentos que ya sustentaban nuestra vida,
con una notable excepcin: si era cierto o no que uno se salva
solamente por la fe. Poco a poco llegamos a convencernos de que
Martn Lutero haba dejado que sus convicciones teolgicas personales
contradijeran la propia Biblia, a la cual supuestamente haba
decidido obedecer en lugar de a la Iglesia catlica. l haba
declarado que la persona no se justifica por la fe obrando en el
amor, sino slo por la fe. Lleg incluso a aadir la palabra solamente
despus de la palabra justificado en su traduccin alemana de Romanos
3, 28, y llam a la Carta de Santiago epstola falsificada porque
Santiago dice explcitamente: Veis que por las obras se justifica el
hombre y no slo por la fe. De nuevo, y por mucho que nos extraara,
la Iglesia catlica tena razn en un punto fundamental de la
doctrina: ser justificado significaba ser hecho hijo de Dios y ser
llamado a vivir la vida como hijo de Dios mediante la fe que obra
en el amor. Efesios 2, 8 aclaraba que la fe -que debemos tener- es
, un don de Dios, que no depende de nuestras obras, para que nadie
se jacte; y que la fe nos hace capaces de realizar las buenas obras
que Dios ha querido que hagamos. La fe es al mismo tiempo un don de
Dios y nuestra respuesta obediente a la misericordia de Dios.
Ambos, protestantes y catlicos, podan estar de acuerdo en que nos
salvamos slo por la gracia. En este punto yo no estaba muy imbuida
de la teologa de la Reforma, as que la nueva perspectiva en el modo
de entender la justificacin no me pareci tan relevante. Era
importante comprenderla, pero me pareci que todos podran estar de
acuerdo en que nos salvamos solamente por la gracia a travs de la
fe obrando en el amor. y si hubiera tenido suficiente tiempo para
explicar por qu crea esto, ninguno de mis amigos me habra tildado
de catlica. Sin embargo, para Scott, este cambio de direccin
teolgica fue realmente como un movimiento ssmico que ms adelante
tendra enormes consecuencias en nuestra vida. Prximo ya el final de
nuestro ltimo ao en Gordon Conwell, descubrimos que el Seor nos
haba bendecido (al na fin) con un hijo. A pesar de que eso alter
nuestros planes de di ir a estudiar a Escocia, nos sentimos muy
felices al ver que el ni plan providente de Dios inclua a este nio
en nuestras vidas. al Ahora yo saba que lo que haba meditado en mi
mente y mi al corazn durante esos aos de seminario, podra aplicarlo
ala educacin del pequeo que llevaba en mi seno. Tuve un profundo
sentido de realizacin y plenitud al ver que mi vocacin matrimonial
avanzaba hacia la maternidad.
-
Superados los ltimos exmenes y despus de la graduacin, Scott y
yo nos sentimos enviados a hacer la voluntad de Dios con las
personas a quienes nos llamaba a servir en Virginia.
4. ENSEAR y VIVIR LA ALIANZA EN UNA FAMILIA
Scott:
Comenc mi labor como ministro presbiteriano en Virginia
predicando un sermn de unos cuarenta y cinco minutos cada domingo,
adems de dirigir dos estudios bblicos semanales. Esto es lo que los
ancianos de la iglesia me haban pedido. Empec hablando sobre la
Carta a los Hebreos, porque ningn otro libro del Nuevo Testamento
da tanto relieve ala alianza, y mi congregacin se entusiasm con la
idea de la alianza como familia de Dios. Mientras ms estudiaba, ms
sorprendido quedaba yo con lo que iba encontrando, porque esta
epstola estaba considerada por los protestantes que yo conoca -y
con los que estaba de acuerdo- como la ms anti-catlica del Nuevo
Testamento; expresiones como (Cristo) lo hizo de una vez para
siempre1* y otras parecidas que aparecen ah nos llevaban a esa
conclusin. Me haban educado en la idea de que si algo es Romano (es
decir, Catlico), debe de ser errneo. Pero, de hecho, estaba
empezando a ver lo importante que era la liturgia para la alianza,
especialmente en la Carta a los Hebreos. La liturgia representaba
el modo en que Dios engendraba su familia de la alianza y renovaba
esa alianza peridicamente. Yo estaba ansioso de compartir estos que
consideraba como unos nuevos descubrimientos. Queda ver ala gente
entusiasmarse por el Antiguo Testamento y por su correlacin con el
Nuevo: el Antiguo desembocando en el Nuevo, y la Iglesia del Nuevo
Testamento como el cumplimiento, ms que el abandono, del Antiguo.
Pero a medida que profundizaba en mi estudio, comenz a insinuarse
en mi mente un pensamiento inquietante: las novedosas ideas que
crea haber descubierto, en realidad haban sido ya anticipadas por
los primeros Padres de la Iglesia. Me sent sacudido por esa misma
experiencia una y otra vez, y empec a preguntarme SI no estaba yo
reinventando la rueda. Cuando expona estos descubrimientos inditos
acerca de la familia de alianza de Dios y el culto rendido por sus
hijos, mis feligreses se enfervorizaban. Los ancianos me pidieron
incluso que revisara nuestra liturgia. Nuestra liturgia...?, pens.
Los episcopalianos son los que hablan de
-
Yo les haba hecho ver a mis feligreses que el nico momento en el
que Cristo utiliz la palabra alianza fue cuando instituy la
Eucarista (o Comunin, como nosotros la llambamos). y sin embargo,
nosotros slo recibamos la Comunin cuatro veces al ao. Aunque al
principio les result raro a todos, propuse al consejo de ancianos
la idea de la comunin semanal. Uno de ellos me replic: -Scott, no
crees que celebrar la Comunin cada semana puede convertirla en una
rutina? Al final, la familiaridad podra engendrar indiferencia.
-Dick, hemos visto que la Comunin significa la renovacin de nuestra
alianza con Cristo, correcto? -Correcto.
-Pues entonces, djame preguntarte lo siguiente: preferiras
renovar tu alianza matrimonial con tu esposa slo cuatro ;1 veces al
ao? ...Despus de todo, podra convertirse en pura , rutina, y la
rutina podra engendrar indiferencia... Dick se ri a carcajadas.
-Entiendo lo que quieres decir.
" La Comunin semanal fue aprobada por unanimidad. Incluso
empezamos a referirnos a ella como la Eucarista (eucharistia),
tomando el uso del vocablo griego en el Nuevo Testamento y en los
Primeros Padres.
Celebrar la Comunin cada semana se convirti en el punto
culminante del servicio de culto de nuestra iglesia, y cambi
nuestra vida como congregacin. Empezamos a organizar un almuerzo
informal despus del servicio, para comentar el sermn, compartir
nuestros problemas y crecer en compaerismo. De este modo,
celebrbamos la Comunin y la vivamos tambin, y esto nos aport un
verdadero sentido de culto y de comunidad. "
A continuacin llev a mis feligreses a travs del Evangelio de San
Juan y, para mi desconcierto, descubr que estaba lleno de imgenes
sacramentales. Mientras investigaba, me vino a la mente una
conversacin que haba tenido unos dos aos atrs con un buen amigo del
Seminario. Una maana se nos acerc a mi mujer ya m en el pasillo y
nos dijo: He estado estudiando la liturgia. i y es apasionante!
Recuerdo que le respond: Lo nico que me aburre ms que la liturgia
son los sacramentos. sa era entonces mi actitud, porque la liturgia
y los sacramentos no entraban en nuestros estudios del Seminario.
No formaban parte de nuestro bagaje cultural; no eran cosas que
leysemos en nuestros textos, ni hacia las cuales pudiramos estar
abiertos. Pero profundizar en la Carta a los Hebreos y el Evangelio
de San Juan me hizo ver que la liturgia y los sacramentos eran
parte esencial de la vida de la familia de Dios. A partir de
entonces, la novela de detectives se fue convirtiendo en un relato
de terror. De repente, y para mi desconcierto y frustracin, la
Iglesia catlica romana, a la que yo combata, empezaba a aportar las
respuestas correctas, una tras otra. Despus de algunos casos ms, la
cosa empez a resultar escalofriante. Durante la semana, yo enseaba
Sagrada Escritura en una high school cristiana privada. Hablaba a
mis alumnos de todo ; lo referente a la alianza como familia de
Dios, y les explicaba las alianzas que Dios haba concertado con su
pueblo. Ellos lo estaban captando todo. Trac una cronologa para
mostrarles cmo cada alianza instituida por Dios era el modo en que
l haba reconocido su paternidad sobre su familia a lo largo de los
tiempos. Su alianza con Adn tom la forma de un matrimonio; la
alianza con No fue una familia; con Abraham tom la forma de una
tribu; la alianza con Moiss transform las doce tribus en una
familia
-
nacional; la alianza con David estableci a Israel como una
familia de un reino nacional; mientras que Cristo haba instituido
la Nueva Alianza para que fuese la familia mundial, o catlica {del
griego katholikos), de Dios, y comprendiera a todas las naciones ya
todos los hombres, fueran judos o gentiles. Los estudiantes estaban
estusiasmados... Ahora la Biblia adquira un nuevo sentido! Un
alumno pregunt: -Qu forma tiene esta familia mundial? Dibuj una
gran pirmide en la pizarra y expliqu: -Sera como una gran familia
extendida por todo el mundo, con diferentes figuras paternas en
cada nivel, encargadas por Dios para administrar su amor y su ley a
sus hijos. Uno de mis estudiantes catlicos coment en voz alta: -Esa
pirmide se parece mucho a la Iglesia catlica, con el Papa en el
vrtice. -Oh, no! -repliqu rpidamente-; lo que os estoy dando aqu es
el antdoto del catolicismo -eso era lo que yo crea, o al menos
trataba de creer-. Adems, el Papa es un dictador, no un padre.
-Pero Papa significa padre. -No es as -me apresur a corregir. -S es
as -contest a coro un grupo de estudiantes. Muy bien; as que los
catlicos tenan razn en otro punto . ms. Poda admitirlo, pero me
senta muy asustado. No saba lo que se me vena encima! Durante la
comida, una de mis alumnas ms aventajadas se me acerc, en
representacin de un pequeo grupo que estaba en la esquina de atrs,
para decirme: -Hemos hecho una votacin, y el resultado es unnime:
pensamos que usted se convertir al catolicismo. Me ech a rer, muy
nervioso. -Eso es absurdo! -exclam, mientras un escalofro me
recorra la espalda. Ella esboz una pcara sonrisa de complicidad, se
encogi de hombros y se volvi a su sitio. Al regresar a casa por la
tarde, an me senta aturdido. Le dije a Kimberly: -No te imaginas lo
que me ha dicho hoy Rebecca: que un grupo de estudiantes ha votado
que me voy a convertir al catolicismo. Puedes imaginar algo ms
absurdo? Yo esperaba que Kimberly se reira conmigo, pero ella tan
slo me mir de forma inexpresiva y dijo: -y lo hars? No poda
creerlo! Cmo era capaz mi propia esposa de pensar, tan a la ligera,
que yo traicionara la verdad de la Escritura y de la Reforma? Sent
como si me clavaran un cuchillo por la espalda. -Cmo puedes t decir
eso? -balbuc-. Eso es renegar de tu confianza en m como pastor y
como profesor! Catlico yo? Me amamantaron con los escritos de
Martin Lutero...! Qu pretendes? -Scott, estaba acostumbrada a
considerarte como un hombre profundamente anti-catlico y
comprometido con los principios de la Reforma. Pero ltimamente te
oigo hablar tanto de sacramentos, liturgia, tipologa, eucarista...
-luego Kimbery aadi algo que nunca olvidar-: A veces pienso que
podras ser un Lutero al revs. iLutero al revs! No fui capaz de
decir nada ms. Me fui a mi despacho, cerr la puerta y me dej caer
sobre la silla de mi escritorio, temblando. Lutero al revs! Me sent
aturdido, desconcertado, confuso. Quiz estaba perdiendo mi alma!
Quiz estaba traicionando el Evangelio! Yo siempre haba querido ser
un esclavo de la Palabra de Dios, y hasta entonces crea serlo. Pero
a dnde me estaba llevando? Lutero al revs! Esas palabras seguan
resonando en mi cerebro. Ya no era slo cuestin de mera especulacin
teolgica. Apenas unas semanas antes Kimberly haba dado a luz a
nuestro hijo, Michael. Nunca olvidar el sentimiento de ser padre
por primera vez. Miraba a mi hijo y me daba cuenta de que el poder
de dar vida que tiene la
-
alianza era ms que una teora. Mientras lo sostena en mis brazos
me preguntaba a qu iglesia pertenecera l, o sus hijos, o sus
nietos, despus de todo, YO era el pastor de una iglesia
presbiteriana a Trinity Presbyterian Church) que se haba apartado
de un UPO separado (la Orthodox Presbyterian Church), que a su :2
se haba separado de otra iglesia (la Presbyterian Church de stados
Unidos), Y todo en este mismo siglo! Formar mi propia familia haca
crecer en m un anhelo de fidelidad de la familia de Dios ms
profundo del que haba sentido hasta entonces. Por el bien de mi
familia Y de Su familia, raba para que el Seor me ayudase a creer,
vivir Y ensear Su palabra, sin importar lo que costara. Quera
mantener mi corazn y mi mente completamente abiertos a la Sagrada
Escritura Y al Espritu Santo, ya cualquier recurso que me llevase a
[1 conocimiento ms profundo de la Palabra de Dios. Mientras ocurra
todo esto, me haban contratado como profesor a tiempo parcial en el
seminario presbiteriano, (el tema de mi primera clase era el
Evangelio de San Juan, ) sobre el cual estaba predicando tambin una
serie de sermones en la iglesia. En mi estudio yo llevaba un margen
de un par de captulos por delante respecto a mis clases. Cuando
llegu al captulo sexto en mi preparacin tuve que dedicar :manas de
cuidadosa investigacin a los siguientes versculos 6, 52-68):
Los judos discutan entonces entre ellos diciendo: Cmo puede ste
darnos a comer su carne?. Jess les dijo: Os lo aseguro: si no comis
la carne del Hijo del hombre Y no bebis su sangre, no tenis vida en
vosotros, Quien come mi carne Y bebe mi sangre tiene vida eterna, Y
yo le resucitar en el ltimo da. Porque mi carne es verdadera comida
y mi sangre verdadera bebida. Quien come mi carne y bebe mi sangre
permanece en m y yo en l. Como el Padre que me envi vive y yo vivo
por el Padre, as quien me come vivir por m. Este es el pan que baja
del cielo, no como el que comieron vuestros padres y murieron; el
que come este pan vivir eternamente (...). Despus de esto muchos de
sus discpulos se apartaron y no volvieron con l. ' Por esto pregunt
Jess a los doce: Tambin vosotros queris marcharos?. Pero Simn Pedro
le respondi: Seor, a quin iremos? T tienes palabras de vida
eterna.
Inmediatamente empec a cuestionar lo que mis profesores me haban
enseado, y lo que yo mismo estaba predicando a mi congregacin,
acerca de la Eucarista como un mero smbolo -un profundo smbolo, es
cierto, pero slo un smbolo-. Despus de mucha oracin y mucho
estudio, vine a darme cuenta de que Jess no poda hablar
simblicamente cuando nos invit a comer su carne y beber su sangre;
los judos que le escuchaban no se hubieran ofendido ni
escandalizado por un mero smbolo. Adems, si ellos hubieran
malinterpretado a Jess tomando sus palabras de forma literal
-mientras l slo hablaba en sentido metafrico-, le hubiera sido fcil
al Seor aclarar ese punto. De hecho, ya que muchos de sus discpulos
dejaron de seguirle por causa de esta enseanza (vers. 60), Jess
hubiera estado moralmente obligado a explicar que slo hablaba
simblicamente. . Pero l no lo dijo. y ningn cristiano, a lo largo
de ms de : mil aos, neg la Presencia real de Cristo en la
Eucarista. Eso estaba bien claro. As que hice lo que cualquier
pastor o profesor de seminario hubiera hecho si quera conservar su
trabajo: termin lo antes que pude mis sermones sobre el Evangelio
de San Juan al fina1 del captulo cinco, y prcticamente me salt el
seis en mis clases. Aunque mis feligreses y mis alumnos se iban
entusiasmando con el resto de mis enseanzas, fueron tambin
percibiendo que no respondan al presbiterianismo tradicional e
histrico. Pero no poda decirles que lo que estaban oyendo -y que
con tanto entusiasmo acogan- reflejaba aspectos de la Escritura
que, de algn modo, la Iglesia catlica haba descubierto y expuesto
tiempo atrs.
- Una noche, despus de horas de estudio, volv al saln y le dije a
Kimberly que no crea que furamos a seguir siendo presbiterianos.
Estaba tan convencido de la necesidad de dar mayor prioridad -de la
que les da la tradicin presbiteriana- a los sacramentos ya la
liturgia, que le suger que nos uniramos a la tradicin
episcopaliana. Ella se dej caer en el silln y empez