SARANCE - REVISTA DEL INSTITUTO OTAVALEÑO DE ANTRÓPOLOGIA- CENTRO REGIONAL DE INVESTIGACIONES N 5 20 Octubre de 1994 www.flacsoandes.edu.ec
SARANCE
- REVISTA DEL INSTITUTO OTAVALEÑO DE ANTRÓPOLOGIA- CENTRO REGIONAL DE INVESTIGACIONES
N 5 20 O ctubre de 1994
www.flacsoandes.edu.ec
©Instituto Otavaleño de Antropología 1994
, .— . — -
REVISTA SARANCE
HERNAN JARAMILLO CISNEROS DIRECTOR
CARLOS ALBERTO COBA ANDRADÉ SUBDIRECTOR
i .... .........-— i
COMITE EDITORIAL:
CARLOS ALBERTO COBA ANDRADE HERNAN JARAMILLO CISNEROS MARCELO VALDOSPINOS RUBIO
CARATULA E ILUSTRACIONES:
JORGE VILLARRUEL NEGRETE
INSTITUTO OTAVALEÑO DE ANTROPOLOGIA
MARCELO VALDOSPINOS RUBIO PRESIDENTE
EDW1N NARVAEZ R1VADENEIRA DIRECTOR GENERAL
INSTITUTO OTAVALEÑO DE ANTROPOLOGIATeléfono: (06) 920321 Fax (06) 920461
Casilla Postal 10-02-1478 OT AV ALO -r ECUADOR
Contenido Pág
Presentación ........................................................................................................................... 9
Persistencias etnoculturales en la fiesta deSan Juan en Otavalo Carlos Alberto Coba Andrade............. 13
El desarrollo de la actividad artesanalen Otavalo Hernán Jaramillo Cisneros.................. 37
Promoción artesanal: Una experienciadesde la comunidad IADAP....................... 59
Historización o tiempo fundacional: Centralización política chachi y estrategiasautonómicas del grupo awa José Antonio Figueroa.......... ....... 1.... 69
Localización de algunas fuentes docu- mentáles para la historia de la músicaen el Ecuador Pablo Guerrero Gutiérrez .......... 89
Acercamiento a la Chirimía Raúl Garzón Guzmán.............. ........... 103
La antropología económica, puntal de la arqueología, en la elucidaciónde lo prehispánico José Echeverría Almeida ................ 121
Vínculos andino-amazónicos en la prehistoria ecuatoriana: La conexión Pimampiro Tomara L.Bray .......... 135
Nuevas estructuras piramidales truncas en la margen izquierda del río Upano, provincia de Morona Santiago -Patricio Moncayo Echeverría ......... 147
Análisis preliminar del material cultural lítico del sitio CHM-1, provincia de Chimborazo, Ecuador
Propuesta teórico-metodológica para enfren
Análisis cerámico
Centenario de la muerte de Miguel Egas Cabezas
¿Por qué a Otavalo sé le llama "Valle del Amanecer"
A. Jorge Arellano .............. .. ............ 155
t- ‘ 'Byron Camino .................... ............ 171
Alfredo Santamaría................., , ........... 181
Gladyz Cushcagua................. ............ 187
Alexandra Lema..................... ............ . 191
Los artículos que publica esta revista son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no traducen necesariamente el pensamiento de la entidad. Se solicita canje con publicaciones similares.
Dirección: Casilla Postal 10-02-1478 Otavalo-Ecuador
r ” \
P ablo Guerrero Gutiérrez*
LOCALIZACION DE ALGUNAS FUENTES
DOCUMENTALES PARA LA HISTORIA DE LA MUSICA EN
EL ECUADOR en archivos y bibliote
cas de Quito
* Departamento de Desarrollo y Difusión Musical del Cabildo Metropolitano de Quito.
v _______________ ____j
Debido a la inexistencia de una tradición, en lo que a formación musicològica se refiere y, por ende, a una escuela metodológica que se ajuste a nuestra realidad y necesidades, los esfuerzos de investigación musical en el Ecuador, en la gran mayoría de los casos se han realizado gracias a la generosa voluntad de aficionados sin formación técnica en este campo. De ahí deriva el problema de no poder contar con estudios analíticos consistentes acerca de la música, su simbologia, historia, filosofía, función, en las diversas fases, regiones y culturas de nuestro país.
Los compositores Juan Agustín Guerrero Toro (1818- 1886) y Segundo Luis Moreno An-
89
drade (1882-1972) son pilares principales en los que se sustenta la historia escrita de la música en el Ecuador. Al primero se debe La m úsica ecuatoriana d esde su o r ig e n h a s ta 1 8 7 5 , publicada en 1976, además se le atribuye la recopilación de las melodías indígenas y populares, cuyas partituras fueron publicadas por Marcos Jiménez de la Espada en Madrid en 1883 con el título de Yaravíes quiteños. El estudio más importante de Moreno sin duda es la H istoria de la m úsica en el E cuador (dos de los tres tomos inéditos). También son valiosos los trabajos históricos de Pedro Pablo Traversari Salazar (1874-1956): El arte en América o sea h istoria del arte m usical indígena y popular, manuscrito, 1902; de Sixto María Durán Cárdenas (1875-1947): L a m úsica ecuatoriana, publicada en 1928; de Francisco Salgado Ay ala (1880-1970): M usicología: crítica y estética, so cio log ía , h istoria (inédito), selección de artículos que escribiera desde 1912 en los periódicos capitalinos sobre música ecuatoriana y universal y, los aportes de los musicólogos extranjeros Raoul D”Ha- court: L a m usiques des Incas e t ses survivances, publicada en dos volúmenes en París en 1925 y Robert Stevenson: L a m ú sica en Q u ito (1962); así como eventualmente,
tienen valor los escritos históricos de Juan Pablo Muñoz Sanz (1898- 1964): L a m ú s ic a e c u a to r ia n a (1938), de Luis Humberto Salgado (1903-1977): M ú sic a ve rn á c u la ecuatoriana (1951), Gerardo Alza- mora: Síntesis h istórica de la m ús ic a ecu a torian a (1957), Gabriel Cevallos: Intención y p a isa je de la m ú s ic a n a c io n a l e c u a to r ia n a (1943), etc.; y si bien entendemos que sus aportes son de innegable validez y reconocimiento, tenemos necesariamente que superar conceptos y alcances, pues el hecho musical es un proceso que continuamente se renueva y amplía y que necesita ser analizado desde distintas ópticas en el marco de la investigación científica.
Es inaplazable la multiplicación de estudios e investigaciones musicológicas, así como imprescindible su difusión, pues, como es sabido, a medida que pasa el tiempo más complejo resulta en su totalidad el fenómeno del pensamiento musical y sus referentes históricos.
La ausencia de trabajos de investigación, recopilación, revisión de fuentes de una manera apropiada y su sistematización determinan, principalmente, la dificultad de desarrollar un lenguaje
90
L_
D E S D E STJ ' O R I G E N
H A S T A 1878,
POR
J. AGUSTIN GUEMEUU.
IMPRENTA NACIONAE.
1870.
La música ecuatoriana desde su origen hasta 1875 del com p o s ito r A gustín G uerrero, es una de las prim eras h istorias escritas sobre ese tema.
propio en el campo histórico-esté- tico-musical. También determina, y esto ya ha sido señalado por varios investigadores latinoamericanos, la imposibilidad de realizar estudios comparados, pobreza en guías documentales (bibliografías, hemerografías, catálogos musicales, diccionarios, discografías, epistolarios, etc.); desconocimiento de los compositores y del repertorio nacional antiguo y moderno;
todo lo cual ha frenado la potencialidad de desarrollar argumentos y conceptos científicos nuevos, que evidentemente posibilitarían transformación y cambio en él desarrollo musical.
Fuentes documentales
Las fuentes a las que un investigador musical debe acceder, son de lo más variadas: documen-
91
r
P ortada de p artitu ra de los años veinte. A rchivo Sonoro.
tos manuscritos y mecanografiados; impresos: libros y publicaciones periódicas (revistas, anuarios, boletines, periódicos, etc.), tesis, registros de audio, registros visuales, audiovisuales, etc.; materiales arqueológicos; y, siglos de música registrada en la memoria de las culturas: tradición auditiva. Naturalmente dentro del área documental, que es campo que ahora tratamos, quien investiga preferencial-
mente tenderá a las fuentes primarias. Estas se ajustan más a los criterios metodológicos de autenticidad y fiabilidad por lo demás determinantes para un conocimiento de hechos histórico-musicales. No por eso se délindará el estudio de fuentes secundarias, pues al interrelacionar las fuentes a todo nivel el objetivo se vislumbrará de mejor manera. Por ello, dentro de las fuentes no solo se incluyen partitu
92
ras, material sonoro, de imagen o iconográfico, u otro tipo de formatos, que tengan relación directa con la música, sino aquellas informaciones y testimonios que se pueden encontrar en los documentos de un archivo y que son elementos contextúales a un hecho musical. Al investigador no solo debe interesarle la música en sí, ya que es esencial además conocer la relación de ella con la actividad creadora del hombre y todos los aspectos sociales, económicos, e incluso cotidianos en los que se halla inmerso en determinado momento histórico.
No se trata únicamente de recoger datos musicológicos además, paralelamente e. implícitamente , de acumular y constatar aspectos antropológicos, demográficos, sociológicos, lingüísticos, históricos, geográficos, etc., que serán de gran utilidad para los especialistas en cada una de esas áreas, razón que implica que una investigación deba desarrollarse interdisciplinariamente.
Centros de información musical
A continuación reseñaremos algunos centros documentales, bibliotecas y archivos en los que el investigador puede acceder a fuen
tes para la historia de la música del país, no sin antes reconocer a aquellas personas que han recolectado información y documentación así como elaborado estudios que han aportado significativamente en el desarrollo histórico-musical, tal el caso del etnomusicólogo Carlos Coba Andrade (1937), quien ha brindado orientación en ese sentido con sus investigaciones organo- lógicas y de música étnica; así también a Inés Muriel, Julio Bueno, Honorio Granja, Mario Godoy, Raúl Garzón, Juan Mullo, César Santos, Guido Garay, Lila Alvarez, Ketty Wong, Hugo Delgado Cepeda; a los extranjeros: Charles Sig- mund, John Schechter Mendel y John Leroy Nyberg, entre otros, quienes han escrito estudios en las diversas ramas de la música, que han servido de guías en el accionar investigativo.
Conservatorio Nacional de Música
Sin duda el más importante archivo histórico musical, debería ser aquel que contuvo la documentación respectiva al Conservatorio Naciorialde Música (CNM-Q), fundado en Quito en 1870 por el caudillo Gabriel García Moreno, por ser el organismo de directa relación con el plano musical. Peno-
93
sámente toda la información respecto a su fundación, clausura (1877), nóminas de alumnos, profesores, instrumental, etc., en gran parte se ha perdido*, y lo que queda, a partir de 1900 (refundación en el gobierno de Eloy Alfaro), se halla en el viejo edificio (Cuenca y Chile) en fundas inapropiadas y sin ningún cuidado para su preservación. Ni las mismas autoridades del Conservatorio han puesto empeño en consultar y proteger esta documentación que poco a poco se irá desintegrando.
En la actual Biblioteca del Conservatorio (BCNM-Q) se han podido localizar numerosas obras, buena parte obsequiadas por los creadores, entre las que cabe resaltarlas de: Enrico Marconi (s. XIX; 1903), italiano, Director del Conservatorio en 1900; Aparicio Córdoba (s. XIX-1934), Sixto María Durán (1875-1947), Francisco Salgado Ayala (1890-1980), Luis Humberto Salgado Torres (1903- 1977); Angel Honorio Jiménez (1907 -s. XX); Rafael Carpió Abad (1905), Carlos Bonilla Chá- vez (1923); Corsino Durán (1911- 1975) Gerardo Guevara (1930) y otros compositores contemporáneos de música popular y académica, en versiones sinfónicas, corales, piano, piano y voz, etc. Las
partituras aún no han sido debidamente catalogadas. También.se conservaban algunas cintas magnetofónicas y videos de conciertos de la Orquesta del Conservatorio y de eventos organizados por esa institución.
Banco Central del Ecuador
El Banco Central del Ecuador, institución estatal que brindó apertura al área musical a través deí Centro de Investigación y Cultura, posee en el “Fondo Musical del Archivo Histórico” de Quito (FMAH-BCE), creado por 1985, varias colecciones de alto valor:
La Colección Sixto María Durán donada en 1984 por Nicanor Muller Miranda, pariente de Durán, con un total de 532 documentos, entre partituras manuscritas para orquesta, coro, piano solo, violín y piano etc.; fotografías y documentos personales de ese compositor quiteño. La segunda colección comprada en 1985 a los familiares del compositor lojano Segundo Cueva Celi (1901-1965), del cual se disponen un total de 3390 documentos de los cuales 3192 son partituras manuscritas de autoría de Cueva Celi y transcripciones de varios autores nacionales. La tercera colección la del
94
Fondo Varios de autores ecuatorianos son aproximadamente 400 documentos entre partituras entre originales y materiales musicales en reproducción: fotocopias y microfilm. Además el Archivo Histórico adquirió una considerable cantidad de discos de pizarra y rollos de pianola. En el Fondo de Audiovisuales se conservan buen número de fotografías de músicos y agrupaciones musicales.
Hay que señalar que hace unos cuatro años el Banco Central del Ecuador realizó en Loja la adquisición de unos 78.000 folios.de música manuscrita e impresa, de un fondo que pertenecía al religioso Vaca. Esta colección permaneció guardado de manera inapropiada, contribuyendo a que se deteriorara; afortunadamente, la Gerencia del Banco Central ordenó, hace algunos meses, el traslado a Quito para sus restauración y conservación. Este enorme acervo musical incluye obras de antiguos compositores ecuatorianos escritas para banda, instrumentos solistas, coro etc. Entre los compositores se pueden destacar las obras de Nicolás Vásquez (s. XIX - s. XX), Aparicio Córdoba (s. XIX - 1934), Manuel Jurado (s. XIX), Ascencio Pauta (s. XIX - s. XX), Carlos Amable Ortiz (1858-1937), Anto
nio Nieto (s. XIX - 1920), Virgilio Francisco Chaves (1856-1914), José Ignacio de Veintimilla (s. XIX - XX), Federico M. Boija (s. XIX), Segundo Luis Moreno (1882 - 1972), etc. -
Además el BCE posee los museos de objetos arqueológicos, en Quito y Guayaquil los más importantes, en los cuales se halla buena cantidad de instrumentos musicales de las diferentes culturas que poblaron el Ecuador prehispánico. También, tanto en el Fondo Musical del Archivo Histórico, en la Musicoteca (MBCE-Q) como en la Biblioteca de Arqueología del Banco Central (BABCE- Q), existe una importante colección de grabaciones documentales de conciertos de música ecuatoriana: música de compositores académicos, conferencias, investigaciones grabadas in situ, sobre música e instrumentos indígenas, etc.
Por último, el Fondo Jacinto Jijón y Caamaño (FJJC-BCE) de la misma institución, dispone de un importante material impreso, difícilmente localizable en otros centros documentales o bibliotecas, por ejemplo: el Vadem écum p a ra p á rrocos de indios quichuas publicado por Juan M. Grimm en 1903, que contiene partituras de música
95
religiosa con textos quichuas: Yaravíes quiteños, compilación realizada por Juan Agustín Guerrero Toro por 1856; La m úsica ecuatoriana desde su origen hasta 1875, también de Guerrero; el T ra ta d o com pleto de teoría y p rá c tica de la arm onía (1879) de Fetis en traducción del compositor Mario de la Torre (18-1929); una colección de la revista C aricatura que apareció desde 1919 y en cuyos números se insertaron composiciones musicales de Sixto María Durán, Víctor Aurelio Paredes Galárraga, etc.
Todo lo mencionado tiene que ver con los centros documentales y Archivos del Banco Central del Ecuador en Quito, aunque también se conoce .el trabajo de adquisición quelas sucursales del Banco efectuaron en Cuenca y Riobamba.
Sin duda alguna la labor del Banco Central, sobre todo en lo que concierne a recopilación y resguardo del Patrimonio Musical es realmente encomiable.
Archivos conventuales
En las visitas a los archivos de las Iglesias de Santo Domingo y San Francisco en Quito, hace unos tres años, pudimos constatar la existencia de varios cantorales
manuscritos en pergamino de grandes dimensiones y transcritos en neumas; uno de ellos, que se conserva en el Convento de Santo Domingo, transcrito por el Padre Bedón, data de 1613 e incluye algunas hermosas viñetas a color. Así mismo pudimos observar material musical de corte religiosos y popular. Música religiosa de Aparicio Córdoba, Antonio Nieto (18- 1920) autor de las célebres marchas fúnebres en el siglo anterior; composiciones de Francisco Paredes Herrera (1891-1952), Reinaldo Chaves (18-19) y otros autores de música popular y religiosa, alrededor de unas 500 partituras.
En el Convento de San Francisco, el Padre Moreno nos indicó que con un poco de paciencia era posible encontrar las composiciones de Francisco María Alberdi (1878-1934) y de Agustín de Az- kúnaga (1885-1975), ambos de nacionalidad española y quizá, advirtió, se podrían hallar las obras de compositores más antiguos; sin embargo, penosamente, pocas son las informaciones del famoso Colegio de San Andrés -que fuera organizado por Fray Jodoco Ricke por 1535 en ese Convento-, aunque también es cierto que todavía no se ha realizado una investigación que nos lleve a conocer cabal
96
mente lo que fue la música y los músicos en tiempos coloniales.
Según informes del Padre Vargas y del musicólogo norteamericano Robert Stevenson, a juzgar por los inventarios del tiempo de la colonia, se conservaban 35 libros de facistol en 1708; 20 en 1754, sin contar los libros de polifonía. Sobreviven algunos de canto llano copiados en peigamino indica el Padre José María Vargas. Stevenson advertía que es posible encontrar la música religiosa de compositores del Ecuador Colonial si se revisaran los 50 y más pesados libros de coro que vio en 1960 en la Catedral de Quito y que se debería empezar la búsqueda sistemática, en los archivos extranjeros, que permitiría encontrar los libros de coros polifónicos que faltan en Quito. Ojalá muy pronto podamos encontrar música del prestigioso compositor mestizo Diego Lobato de Sosa (1540-ca. 1610), del compositor Gutiérrez Fernández hidalgo contratado en 1588, de Agustín Baldeón (17 - 1847), y de tantos otros compositores de los siglos XVI - XIX.
Hay que mencionar que en la Iglesia de la Compañía se halla resguardada la vihuela de Mariana de Jesús, instrumento que es casi
el único en el mundo que puede dar informaciones de la tradición constructiva de instrumentos musicales del siglo XVII y XVIII. También en la Iglesia de la Merced se conserva lo que queda de un órgano de tiempos coloniales, además de una buena cantidad de partituras, según nos han contado algunos investigadores que las conocieron depositadas en el archivo de esa iglesia.
Los conventos de monjas son otros sitios en donde se halla depositado material documental de gran valía.
Casa de la Cultura Ecuatoriana
En la Sección de Autores Nacionales “Laura de Crespo” de la Biblioteca Nacional Eugenio Espejo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (BCCE) disponen de un buen número de partituras manuscritas e impresas, aproximadamente 500 de compositores nacionales del presente siglo; además un manuscrito y dos mecanografiados deí musicólogo Pedro Pablo Tra- versari Salazar (1874-1956) con informaciones y partituras de música americana: E l arte en A m érica; E l arte aborigen del continente am ericano (ca. 1925); R eseña h is
97
tó rica y técn ica de la m úsica inca ica en e l Ecuador.
Adscrito a la CCE está el Museo de Instrumentos Musicales Pedro Pablo Traversari (MIMPPT), que fue quien lo constituyó y entregó en custodia a esta institución en 1956; bien se puede decir que es uno de los más importantes de Latinoamérica. Posee más de 3000 instrumentos y varios objetos que tienen que ver con la música: fonógrafo, vitrola, cilindros musicales, etc. Aquí también se encuentra un antifonario trans
crito por el Padre Juan Francisco de Peñaherrera en 1673. Penosamente parece que al Museo no se le da una atención adecuada para la preservación, de los instrumentos. Puede también consultarse (en el Museo) el C a tá lo g o d e la C o lección de Instrum entos m usicales P e d r o P a b lo T r a v e r s a r i de Richard Rephann.
Instituto Otavaleño de Antropología
Sin duda el material más valioso de la Biblioteca del Instituto
M étodo p a ra gu itarra pu b licado a
prin c ip io s de siglo. Incluye algunos te
m as de m úsica ecuatoriana
gkgké*gkgk$1*♦sj*gk-gkgkgkgk-gkgkgkgkgkgk«kgkgkgk
; -Ja >ía >ía ; t < >*a >ía x V >♦< yU
GONZALEZ Ja RAWILLO__________ _____ _ &
♦f*
♦!*
&
Ï11ET0B© P3MCTICOPARA A P R E N D E R A TOCAR
I.A GUITARRASIN NECES I DAD DE MAESTRO
El más práctico para conocer los términos musicales para formar orquestas, y acompañar
a todo instrumento.
T E R C E R A EDICION #
CORREGI DA Y AUME NTADA tjfr
VAL 071 $ 5 ,0 0 $ |♦j*
¿fv í|ií í|< '¿ü' »Jí rçjr w í 1"$
98
Otavaleño de Antropología (BIOA), en la provincia de Imba- bura al norte del país, es la inmensa cantidad de grabaciones logradas in s itu de música indígena, mestiza y negra realizadas en las tres regiones del país. Las investigaciones musicales que realiza el IOA están a cargo de Carlos Coba Andrade, quien ha publicado algunos trabajos musicológicos, entre los que se destaca In stru m en to s m u sic a le s p o p u la re s reg is tra d o s en e l E cu ador en dos tomos que contienen amplia información de la organología ecuatoriana, así como referentes de cronistas y viajeros; D an zas y ba iles en el E cuador y E stu dió del Tumank o Tsayantur, arco m usical del Ecuador. El Instituto tiene el órgano de difusión; Sarance, que generalmente incluye trabajos sobre música, como parte de su contenido.
Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit
Otro archivo-biblioteca que solo ha sido revisado parcialmente, es la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit (BEAEP) de propiedad de la comunidad jesuíta de Quito. Posee valiosa documentación de diverso género: cultural, religioso, administrativo, ediciones raras, fuentes impresas y manus
critas con referencias sobre música. En la colección de partituras pueden hallarse obras compuestas entre los siglos XIX (segunda mitad) y siglo XX, de: José María Rodríguez (1847 - s. XX), Aparicio Córdoba, Ascencio Pauta (18 - 191), Amadeo Pauta, Belisario Peña (1902 - 1959), Segundo Luis Moreno Andrade, Luis Humberto Salgado, Agustín de Azkúnaga (español) (1885-1957) y otros compositores de música popular y académica. Entre los libros impresos podemos mencionar las teorías de la música escritas por Juan Agustín Guerrero Toro, Nicolás Abelardo Guerra en el siglo pasado y la de José Mulet (español) en 1911; además el artículo La m úsica en el A zuay (1930) de José María Astudillo,-etc.
Un aporte valioso es la publicación del D icc io n a rio b ib lio gráfico ecuatoriano, editado desde 1989, actualmente en su cuarto volumen. Contiene, en orden alfabético, el listado del fondo bibliográfico del BEAEP; puede verse en el índice de materias los documentos sobre música. -
Archivo sonoro
Sé constituyó el año de 1993. Es un centro de documenta
99
ción e información sobre la música ecuatoriana que está adscrito al Departamento de Desarrollo y Difusión Musical del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito. Posee algunas colecciones documentales (en fotocopias y originales) y sonoras. Cuenta con aproximadamente 400 partituras impresas y 2.000 manuscritas, las mismas que al momento están siendo catalogadas.
También en el año de 1993 se iniciaron las grabaciones de discos de pizarra de música ecuatoriana; la colección actual sobrepasa las trescientas grabaciones en sistema digital e incluye registros de discos de pizarra desde 1912. Cuenta además con una pequeña cantidad de material fotográfico (200 fotografías) sobre músicos y facetas musicales del Ecuador.
El Archivo Sonoro además proyecta, para el año de 1995, constituir la Biblioteca de la Música Ecuatoriana “Diego Lobato”, dependiente del Archivo Sonoro. Además gracias al trabajo de la Sección de Investigaciones del Departamento de Desarrollo y Difusión Musical se cuenta con registros de instrumentos prehispánicos, grabados en DAT y varias gra
baciones de música tradicional negra e indígena.
Desde 1991 el Departamento de Desarrollo y Difusión Musical, el Archivo Sonoro y la Sección de Investigaciones han efectuado las siguientes publicaciones musicales: Revista de música ecuatoriana a tem po (tres números); H im no a Quito, Yaravíes quiteños, E l m ontuvio y su m úsica, La m úsica en Z ám biza , C orsin o D u- rán C arrión, Ju lio Cañar, C anciones ded icadas a Quito.
En fechas próximas se editará el órgano del Archivo Sonoro, en el que se pueden encontrar informaciones, partituras y artículos sobre historia de la música de nuestro país. En preparación se hallan: La m úsica en la pren sa ecuatoriana , E l p a s il lo ecu a torian o y B ib liografía m usica l ecuatoriana, trabajo, este último que reúne dos mil quinientas fuentes con información musical. Así mismo se publicarán los catálogos de las colecciones de partituras y discos de pizarra.
Otros centros
El Archivo Nacional de Historia, el Archivo Municipal no han sido revisados aún por los investi
100
gadores musicales, sin embargo, conocemos por historiadores amigos que la sección de Intendencia de Policía del Archivo Nacional de historia (ANH-Q) en Quito, es muy rica en informaciones sobre permisos para fiestas, ̂ danzantes, cohetería, etc. En los libros de cuentas en la sección religiosos se pueden hallar informaciones sobre los pagos que se hacían a los instrumentistas y cantantes del coro en las iglesias.
En la ciudad de Guayaquil la Biblioteca Carlos Rolando posee más de 600 partituras manuscritas e impresas de música académica y popular, además de una serie de cancioneros del anterior y actual siglo (pueden consultarse las guías bibliográficas que se editaron en 1912 y la de 1956 publicada en el B oletín d e l C en tro d e In vestigacion es H istó rica s. Entre las obras musicales se puede hallar la versión del H imno N acion al de l E cu a d o r escrito por el argentino Juan de Allende, por 1886; también música de Nicasio Safadi, Casimiro Arellano, Claro Blacio, Francisco Paredes Herrera, Antonio C. Cabezas, Carlos Amable Ortiz, Sixto M. Durán, etc. etc.
En Cayambe, en 1989 Pablo Guaña inauguró un museo cuyas
muestras incluyen también partituras manuscritas para banda e instrumentos musicales prehispánicos. Las partituras parecen ser de principios del actual siglo.
Otros centros con información documental y/o grabada, en lo que concierne a la música y a los compositores, son: la Biblioteca de Orquesta Sinfónica Nacional en Quito (BOSN-Q), la Biblioteca del Instituto de Artes Populares del Convenio Andrés Bello (BIA- DAP), la Biblioteca de los Salesia- nos en la ciudad de Cayambe, la Biblioteca de Lenguas y Lingüística de la Pontificia Universidad Católica, la Sociedad de Autores y Compositores ecuatorianos (SAY- CE), DIC (Departamento de Investigación, Creación y Difusión Musical). En el Instituto de Patrimonio Cultural resguardaban varias cintas que fueran grabadas en la investigación de música indígena y popular que en los años ochenta realizó José Berghmanns.
Consideraciones finales
La recopilación de documentos musicales es una actividad que forma parte conexa a la investigación. Sin duda, en lo que se refiere a este aspecto, el reto que le espera al Ecuador, localizar y reco
101
pilar sistemáticamente las fuentes de la música es grande, pues ninguna institución cultural, ni ningún especialista nacional o extranjero, quizá con la excepción del conocido investigador Robert Stevenson, ha accedido al estudio de la música a través de la documentación de siglos pasados en los archivos permanentes, administrativos y religiosos; y, las pocas personas que en forma particular se han enfrentado al estudio documental, siempre lo han hecho sin contar con ayuda de ninguna clase y con los pocos recursos individuales a su alcance. No es de extrañarse entonces que el más distinguido investigador musical con que ha contado el país. Segundo Luis Moreno, no obtuviera el auspicio necesario de entidad alguna para realizar sus trabajos musicológicos. Dos de los tres tomos de su H istoria de la m úsica del Ecuador, concluida en 1950, no han sido aún publicados, irresponsabilidad que debe ser subsanada lo más pronto posible.
Con todo esto pareciera como si la música y sus autores estuvieran al margen de la cultura, pues no han merecido a lo largo de varios decenios, interés ni preocupación alguna por parte de la mayoría de organismos de preservación e investigación, e incluso por parte de los mismos músicos-investigadores, que han basado sus propuestas, análisis e historiografías en estudios musicográficos de segunda mano.
De alguna manera este problema se solucionaría a través de la creación de un Archivo Nacional de la Música en el Ecuador, que centralice y difunda la información musical, de ser posible, a través de una red informática. Este organismo lógicamente debería ser complementario al establecimiento de una escuela de formación musi- cológica, lo cual abriría la posibilidad de que se produzca un desarrollo integrado a nuestra realidad musical.
102