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SanTiItosu

Apr 02, 2018

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    Shurite de Okinawa,Karate okinawensevs. Karate japons

    y el enigma de Anko Itosu

    Prcer o traidor?

    Evolucionismo marcial

    En los ltimos tiempos la imagenpblica del Karate tradicional ha re-

    vivido con un perl muy distinto delque haba adquirido hace dcadas.Mucho tiempo ha pasado desde lalejana ingenuidad popular para la cualel cinturn negro de Karate repre-sentaba la perecta sntesis del arma

    viviente con el mstico oriental.Desde entonces la prensa especializa-da pendul desde la idolatra hacia lacrtica ingrata e ignorante de comien-zos de los 90, en que las revistas in-ternacionales de Artes Marciales, consu inmaduro enamoramiento de lasnovedades, armaban entre lneas queel viejo Karate era en realidad una dis-ciplina marcialmente superada, cuyaconcepcin tcnica se haba quedadoen el pasado, y que deba ser sustituida

    por prcticas de mayor realismo (Fullcontact, ninjas, Kali o lo que uera).Como practicante de aeKwon-DoIF tradicional (aquel estilo uerte,rpido y de verdad con innegablesraces en el arte okinawense), siempresent la necesidad de poner en crisis la

    validez de lo que yo practicaba, com-parando y estudiando. Mi gusto por elbuen Karate me ha llevado a leer con

    KARATE /POR MANUEL E. ADROGUEwww.taekwon.com.ar

    KARAE /41

    avidez decenas de libros y centenaresde artculos sobre dicha disciplina, aentrevistar a proesores, y ocasional-mente me he dado el gusto de tomaralguna clase de ese Arte Marcial. Misconclusiones no coincidan con el ve-lado desprestigio que en esa poca losmedios proyectaban sobre el Karate:

    alguno de los dos estaba viendo otrocanal.

    Pero miremos las cosas con un pocode perspectiva: las revistas y aqurecuerdo la Black Belt, lectura de miadolescencia a mediados de los 80 -nos ueron imponiendo una sucesinde modas, en donde cada estilo pre-tenda superar a los previos: primerolleg el Judo, luego el Karate con susgolpes temibles, despus nos presen-

    taron al aeKwon-Do y su impresio-nante destreza sica, luego el mis-terioso Kung Fu, cuna marcial, de lamano de David Carradine, Bruce Lee

    y los monjes Shaolin; despus vinoel Full Contact cargado de realismo

    y testosterona; sigui el Ninjutsuque con Hatsumi, Stephen Hayes ySho Kosugi en la pantalla pretendamostrar la contracara de los samurai

    pre-Meiji. Seagal y su Aikido llegarondespus, mostrando que lo corts noquita lo valiente; Inosanto con lasartes lipinas y el Jeet Kune Do nosmaravillaban por su coordinacin,eciencia y practicidad, mientras queotros clamaban esos mritos para elWing Chun. Despus lleg el Bra-

    zilian Jiujitsu, y de all derivaron lossistemas actuales de lucha sin reglas(a los que se ha terminado por im-poner ciertas reglas mnimas). Eln de la historia marcial, dira Fuku-

    yama? Puede decirse que cada unade las mencionadas es mejor que lasanteriores? Eso es lo que nos vendie-ron. Yo no lo creo. Mueve a sospe-cha que cada vez que se presenta enpblico un sistema marcial, dichadisciplina parezca ser ms sosticada

    e inteligente que las precedentes. Elltimo enano no es necesariamentems alto que los dems sobre cuyoshombros est parado. Los impulso-res de los sistemas que salan a la luzconocan los rudimentos de las artesque ya haban sido presentadas en so-ciedad, y se ocupaban de adoptar losconceptos tiles, descartar los err-neos y aprovechar los adelantos en el

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    conocimiento biomecnico.Debemos reconocer, sin embargo,que tambin contribuy a ese des-prestigio de los estilos que llegaronprimero a occidente que sus cul-tores (aquellos maestros venerados)muchas veces no se actualizaban, yquedaban utilizando para la ensean-

    za mtodos de entrenamiento peri-midos. Muchos viejos practicantesueron cada vez ms viejos, y menospracticantes. Y la nueva generacinse orm y aprendi los nuevos m-todos tomados de la kinesiologa yla educacin sica, sustituyendo losmtodos orientales que los instruc-tores argentinos en general, alum-nos de japoneses jvenes- no llega-ron a conocer con la proundidaddebida. Ante preguntas genuinas delos alumnos y el silencio de los ma-estros, los kinesilogos marcialesempezaron a ensayar respuestas ya modicar el modo de prctica,sin que los tradicionalistas, en unagran proporcin altos de ormacinterica, pudieran competir dando ex-plicaciones adecuadas. Es en la clase,

    y no en el estadio, donde el deportedesplaz al arte marcial. Se j comometa la pereccin de determinadosgestos motores (elegidos en ese en-tonces), con lo cual no slo se redujo

    el entrenamiento sico/tcnico a unanica dimensin, atentando contrasu tradicional carcter plurivalente(aptitud de combate, orja de la per-sonalidad, salud, esttica, dimensintica, etc.), sino que al establecerseun objetivo preciso en la prctica setrastoc el sentido del Arte Marcialcomo instrumento, transormndoloen un n. Porque la nobleza del ArteMarcial est en que, al privarse de jarmetas propias (el dominio tcnico ser

    en todo caso testigo de la dedicacindel practicante, pero no acredita ha-ber llegado a nada), tiene la humildadde estar al servicio de la vida. Como elguerrero al servicio de su seor.

    Un enmeno llamado Dillman

    En la ltima dcada del siglo XX al Ka-rate le ocurri algo muy interesante,probablemente lo ms notable desdeque el arte pas de Okinawa a Japn acomienzos del siglo XX: algunos prac-ticantes adquirieron conocimientos

    modernos a la vez que proundiza-ban en lo tradicional (1). Indagandosobre la historia de las ormas (kata)

    y los estilos (ryu, mejor traducidocomo tradiciones o corrientes), seempezaron a desarrollar ideas distin-tas. Y, como ensean los lsoos, lasideas tienen consecuencias prcticas.

    Hace cerca de 20 aos que un vetera-no karateka llamado George Dillmanentr en escena revolucionando elKarate norteamericano. Se haba ini-ciado en el Isshin ryu, destacndosecomo campen de combate y ormasa nes de los 60 y principios de los 70.Miembro de la otrora amosa UnitedStates Karate Association (USKA),acostumbraba aparecer en el progra-ma Crase o no de Ripley rompiendobarras de hielo. Fue un promotor detorneos de renombre, y se codeabacon Muhammed Al y Bruce Lee. Consu estilo de showman algo provocador,desde su Karate Dillman siempre si-

    gui practicando y buceando en uen-tes diversas. Desde haca dcadas queestaba acostumbrado a poner a prue-ba su calidad tcnica, su aptitud decombate y la potencia de sus golpes,

    y un malentendido tradicionalismono iba a truncar su bsqueda. Dill-man recuerda que qued particular-mente intrigado por la aplicacin delos puntos de acupuntura al Karateluego de un seminario de Hohan So-ken en 1972 en los Estados Unidos

    Algunos aos despus pudo comen-zar a entender el enigma de los pun-tos de presin al conocer a aikaSeiyu Oyata, prestigioso maestroque dirige el Ryukyu Kenpo (lnea

    Motobu-ryu), quien lo deslumbrcon sus conocimientos. La relacinentre ellos tuvo slo unos pocos aosde duracin, aunque Dillman siguiproundizando sobre las tcnicas depuntos vitales que le ense Oyata,hasta que hacia mediados de los 80sorprendi al mundo con sus semi-

    narios donde noqueaba increble-mente a sus asistentes o voluntarioscon tan slo golpearlos con los dedos,nudillos o lo de la mueca en losbrazos, mandbula o cuello. Ilusinantasiosa, raude o realidad?

    Dillman explica que las ormas deKarate esconden estratgicas com-binaciones de golpes a puntos depresin sobre los brazos, el cuerpo

    y la cabeza de un atacante que, apli-cados en orden, ngulo e intensidad

    correctas, pueden ocasionar la prdi-da del conocimiento o an la muerteen segundos. Dillman ha orecidocientos de seminarios, y vendido li-bros y videos sobre Kyusho-jutsu en

    (1) Una muy buena sntesis de la historia del Karate okinawense es la de Claudio Rubn Veiga Etapas del arte de combate de Okinawa,San i N 2, noviembre 2006.

    (2) George A. Dillman con Chris Tomas Kyusho-Jitsu: Te Dillman Method o Pressure Point Fighting, George Dillman Karate Internation-al, 1992. En igual sentido Rick Clark,Martial Arts or the University. A textbook or Basic Judo, Ju-jitsu, Karate, ae Kwon Do, Modern Arnisand Vital Points, Kendall/Hunt Publishing Company, Dubuque, 1992.

    George Dillman

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    los EEUU como Pressure Point Figh-ting-combate con puntos de presin.l sustenta sus enseanzas en los ma-pas de meridianos de circulacin dela energa de la medicina tradicionalchina, el momento del da en que de-ben ser atacados, el ngulo y tipo deimpacto, y la herramienta empleada

    para golpear.Segn Dillman, los movimientos quese practican hoy da en los estilos deKarate ms diundidos son errneos,

    y lo atribuye a una objetable infuen-cia de Anko Itosu, maestro de Funa-koshi y gura central del Shorin ryu anes del siglo XIX (2). Esas crticas sehaban escuchado antes de parte deHohan Soken, ese maestro de amamundial que vivi desde 1920 a 1945en la Argentina, dedicado a preser-

    var intacto de infuencias modernasel estilo de su abuelo, probablemente

    el ms grande karateka de todos lostiempos, Sokon Bushi Matsumura.Segn esta teora que ha cobrado

    vuelo en aos recientes-, Itosu deci-di despojar al Karate de su carcterletal para transormarlo en una mo-dalidad de ejercicio sico para elprograma de enseanza escolar en

    Okinawa. En otras palabras, Itosu lehabra cortado las alas y los espolonesa un ave de presa para transormarlaen una de corral. Al adaptar el Karatepara los nios, se le habra quitado su

    valor combativo. Segn Patrick Mc.Carthy, el nasis cambi de la de-ensa personal al acondicionamientosico a travs de la prctica grupalde kata, pero descuid su aplicacin(bunkai). Al no ensear los movi-mientos de deensa propia ocultos,los verdaderos propsitos de loskata (esto es, anular, lesionar o anmatar provocando traumas en reasanatmicamente vulnerables, en casode ser necesario) quedaron tan ocul-tos que se desarroll una nueva co-rriente (3). Esa corriente, cuestio-nada hoy da, ha tenido su exponentems representativo en el Shotokan.

    Dillman y sus seguidores, que ejecu-tan sus ormas con mnimo oco mus-cular (kime) en orma similar al Ken-

    po Americano y algunas modalidadeschinas, sostienen que los movimien-tos en las ormas no son clasicablescomo bloqueos y golpes, sino comotcnicas complejas (agarres, manipu-laciones del cuerpo del rival) que enrealidad deberan ejecutarse de ma-nera muy distinta a como la mayorade los estilos hoy las practica. Estopone en duda la validez de las ormas(kata) tal como son enseadas por lamayor parte de los estilos modernos,

    especialmente por los descendientesde la lnea Itosu. Me reero concre-tamente a las tcnicas de Shotokan,Shito, Wado, Shudokan, Shorin Ko-bayashi y casi todas las lneas Shorin

    excepto las provenientes de ChotokuKyan y el Matsumura Seito, que noes considerado Shorin-, incluyendolgicamente a los hyong/tul/pumsede ang Su Do y aeKwon-Do, tam-bin uertemente contaminados delmodernismo itosuista.

    Shotokan, Modelo de pereccin

    en Karate

    Antes de Dillman, los estilos japone-ses clamaban ser biomecnicamentesuperiores a los okinawenses y habersido armados lgica y sistemtica-mente en lugar de tratarse de des-parejas tcnicas amontonadas sincoherencia, de lo cual se acusaba alviejo Karate okinawense. Los estilos

    japoneses haban sido pioneros en laintroduccin del jiyu kumite (com-bate libre) en el Karate en orma insti-tucionalizada (4), y en la prctica in-tensa de movimientos bsicos (kihon)identicando determinadas tcnicascomo esenciales, cuya repeticinotorgaba a largo plazo dominio delarte. A travs del estilo Shotokanpropiciado por la Japan Karate Asso-ciation, en los 60 se logr establecerel canon bajo el cual se meda la correc-cin del Karate en todo el mundo. Un

    Karate rpido, potente y sin articios.Aquel canon se impuso por la uerzade la calidad que persuade por s sola,

    y ue tomado como reerente virtual-mente por todos los Karatekas delmundo (con excepcin de unos pocosmaestros okinawenses, cuyos reparoseran ms loscos que tcnicos).Aunque de antao ya haban existi-do excelentes practicantes, nuncaantes una misma escuela haba gen-erado toda una camada de karatekas

    de tan alto nivel, como ocurri conla generacin de oro del Shotokanliderada por Nakayama, Nishiyama

    y Kanazawa y una treintena de impo-nentes karatekas (5). Los especialis-

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    (3) Patrick McCarthy,Bubishi. Te Bible o Karate, Charles E. uttle Company, okio, 1a edicin, 1995, pgs. 53-54.

    (4) Hubo sin embargo casos aislados de pioneros okinawenses, entre los que se destaca Choki Motobu, que centraban su Karate en el com-bate de contacto.

    Ryu Kyu e (Mano de Ryu Kyu)Caligraa de Seiyu Oyata

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    avalancha de alumnos que buscandescubrir la aplicacin original de lasormas primigenias del Karate (pre-Itosu) lo cual es muy meritorio-, yuna muy lucrativa industria. Dillmanensea las (supuestas) aplicacionesavanzadas de las ormas, argumen-tando que la ortodoxia tcnica mo-derna ha sido causada por un irres-ponsable emprolijamiento prove-niente de alumnos de Itosu que ig-noraban los secretos combativos de-trs de las ormas tradicionales.

    Desde el punto de vista prctico,Dillman, con sus golpes de dedos ynudillos a los brazos y sus mapas deacupuntura, responda a quienes nocrean en su teora: Si no me creen,

    vengan a probar y miren lo que hago:unciona! (7). Muchos se conven-cieron despus de perder el cono-

    cimiento recibiendo los toques deDillman. Los ms escpticos (que sonlegin) continan sosteniendo quehasta que un alumno de Dillman nogane un campeonato de Vale udodejando inconsciente a un luchadorcon golpes a puntos vitales, van aseguir considerando a Dillman unarsante. Sabemos que eso nunca vaa ocurrir, pero las tcnicas de co-lapso neurolgico que propone Dill-

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    tas coinciden en atribuir gran partedel mrito al hijo de Gichin Funako-shi, Yoshitaka (Gigo), un practicantededicado como pocos que viendocercana la muerte por una compli-cacin de su mal curada tuberculosisinantil, decidi aprovechar sus l-timos aos de vida entrenando con

    una intensidad absoluta. Con el vistobueno de su padre, en los aos 40Yoshitaka introdujo numerosos cam-bios, alargando las posiciones (6),prestando ms atencin a las patadas,concentrndose en la potencia de losgolpes de puo y dndole dinamismoa la prctica, cuyos resultados admi-raran al mundo veinte aos despus.

    No obstante, los okinawenses en ge-neral preservaron sus estilos tradicio-nales (es justo reconocerlo, algunos deellos haciendo retoques a su modode practicar, sobre todo incorporandoel kumite). Aos ms tarde Dillman ytoda la corriente revisionista han re-conocido que hicieron lo correcto de

    no seguir al estilo japons. Muchos sesumaron a la crtica cuyos ecos anhoy repiten sin comprender el temaen proundidad, diciendo que el Ka-rate japons era el producto pasajerode una generacin de jvenes nacio-nalistas que no haban recibido lasenseanzas arcanas de Okinawa. Estetipo de armacin ha generado una

    Secuencia de tuite de aika Seiyu Oyata

    con Shiro Shintaku (8)

    (5) No slo la poca de oro del Shotokan bajo el liderazgo de Nakayama en la JKA pertenece al pasado, sino que dicha organizacin, presididapor Motokuni Sugiura, decidi hace diez aos un regreso a las tcnicas del undador Funakoshi, segn da cuenta la nota La seconde mort deMaitre Nakayama enArts Martiaux, ebr./mar. 1998.(6) Posturas ms largas aumentan el poder de golpe por mayor traslacin de la masa corporal, aprovechando el principio enunciado por lasegunda ley de Newton (Fuerza es igual a masa por aceleracin). Un trabajo sobre los cambios en las posturas de Shotokan a lo largo deltiempo puede encontrarse en Te Evolution o Shotokan Stances por Harry Cook, raditional Karate, junio 1998.(7) Recomiendo al lector buscar videos en www.youtube.com bajo las voces Dillman, aika Oyata, pressure point y ryukyu kenpo para en-contrar algunos de estos knock-outs, los cuales han sido denostados en www.bullshido.com como arsas. Independientemente de su estiloexcesivamente comercial que ha generado tantos adoradores como detractores, es justo reconocer que Dillman ha hecho un aporte a las ArtesMarciales, aunque ms no sea por crear la incgnita sobre el potencial de los puntos kyusho para el combate.

    Shoshin Nagamine, cono del Shorin

    okinawense (en 1967, a los 60 aos

    de edad)

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    man no pretenden bastarse a s mis-mas y merecen alguna atencin (lastcnicas de patada tampoco son su-cientes por s solas, pero no conozcoa nadie que niegue la ecacia de unabuena patada).

    Hubo muchos tradicionalistas quequisieron compatibilizar la teoraDillman (cuya versin ms maduradahabra que buscar quizs en el reser-

    vado aika Seiyu Oyata (9)) con losparmetros de sus estilos, sosteniendoque las ormas podan interpretarsecon distintos niveles de proundidad,

    y que ello no invalidaba las interpre-taciones ms bsicas. Sin embargo,esa lnea compatibilizadora poltica-mente correcta (10) se acerca, a mientender, al autoengao: si la ormasupuestamente avanzada de ejecutarla tcnica es distinta a la diundida

    por los estilos modernos -esto es, sila posicin de la mano es dierente,as como su ngulo de contacto, latrayectoria y en denitiva la inten-cin-, entonces no es un mero pro-blema de interpretacin de ormas.Habra que cambiar la mecnica de

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    ejecucin de esas tcnicas, revisar elconcepto de kihon (base), etctera Enotras palabras, quien abrace las ense-anzas de Dillman debera hacersecargo y llevar adelante un cambio nomenor en su orma de practicar.

    Okinawa contraataca

    Vemos entonces que de la mano deuna ola de revisionismo histrico,el Karate japons (principalmente elShotokan) sura un embate mediti-co que pareca denitivo de manos desu antecesor, el Karate okinawense. Unneo-tradicionalista criticaba grave-mente la mayor parte de los estilosinstitucionalizados, supuestamentecon undamentos serios. Pareca que

    haba que volver a las posiciones cor-tas y altas y las patadas con las puntasde los pies. O en todo caso pasarse alFull-Contact. El Shotokan japons,admirado en los 70 y 80, sbitamenteera acusado de no ser ni verdadera-mente tradicional (como s lo era elOkinawense), ni verdaderamente

    moderno (para eso, el Kickboxing).Una venganza del Karate de Oki-nawa a travs de un norteamericanocontra el imperialismo de Japn?En los crculos de estudiosos que seencuentran ms all de las revistaspopulares de Artes Marciales, Dill-man tuvo un impacto menor, aunqueuna cantidad importante de instruc-tores avanzados se sum a investigarlos kata y sus posibilidades tcni-cas. Muchos salieron a indagar so-bre Channan, aquella esquiva ormachina que habra servido de basepara que Itosu creara los Pinan (lla-mados Heian en Shotokan, y Pyon-gan en los estilos coreanos) (11). Enparalelo, especialistas renombradoscomo Patrick Mc Carthy y HarryCook produjeron obras con un nivelde investigacin muy superior a loslibros escritos hasta el momento pormaestros orientales u occidentales.Mc Carthy, uno de los ms proundosconocedores occidentales del Karate y

    sus tradiciones, (12) public una tra-duccin del chino al ingls del Bubi-shi, con notas y comentarios. Este an-tiguo tratado chino era muy valoradopor los maestros undadores Mabuni,Miyagi, Itosu y Uechi, quienes con-sideraban que esta obra, transmitida

    (8) Fotograas de Doug Churchill extradas de Te ruthul Hand: Keeping the Ancient Ryukyuan Spirit Alive, por Shiro Shintaku, Dojo Maga-zine, verano de 1994, Pacic Rim Publisher.

    (9) Oyata integra en sus enseanzas el arte del kyusho jutsu (puntos vitales) y el tuite o torite (control y manejo de las articulaciones delrival, una suerte de chin-na), oreciendo una versin de Karate muy suave que est ligada al Motobu-ryu.

    (10) Asume esa postura Enzo Montanari, calicado cultor del Shotokan, en Karate Desconocido. La parte desconocida del karate tradicional,trad. espaola de Ediciones utor, Madrid, 1999. La caligra a de Oyata que acompaa este artculo proviene de dicha obra.

    (11) Ver Channan: Te Lost Kata o Itosu?por Joe Swit en www.ghtingarts.com/content01/channan_kata.shtml

    (12) Patrick McCarthy es un karateka nico en el mundo. Hace tres dcadas reconocido campen canadiense de kumite, kata y kobudo,actualmente residente en Australia, vivi durante 10 aos en Japn, donde practic con los ms altos exponentes de los estilos okinawenses,

    viajando habitualmente a China y Okinawa. Alumno de Richard Kim y Hiroshi Kinjo, incursion en el Kung Fu, el Full-Contact y en el Shootocuando ningn tradicionalista lo haca. Graduado 8 Dan por la Butokukai, ha establecido para su escuela un programa sumamente prctico einnovador en el que los kata antiguos de Okinawa en las versiones ms originales sirven como ayuda-memoria de las secuencias de combateque practican los alumnos, basadas en respuesta a lo que l llama modos habituales de violencia. Adems de Kyusho y uite, Mc Carthyincorpora elementos de egumi (sumo okinawense). Ver http://www.koryu-uchinadi.com

    Yoshitaka Funakoshi y su postura

    rontal larga

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    mediante copia manual de maestroa alumno, contena los verdaderossecretos del Karate okinawense. Lostemas que trata el libro incluyen la se-leccin y el uso de hierbas medicina-les, puntos corporales y horarios decirculacin de energa, tcnicas de ani-males, y hasta el golpe de la muerte.

    Mc Carthy entrevist a especialistaschinos y japoneses en distintas disci-plinas, enriqueciendo la traduccincon comentarios histricos y dndoleel contexto adecuado. Para el lectorcontemporneo el Bubishi an conla glosa de Mc Carthy- es una obradicil, que no se ajusta a lo que elpracticante moderno esperara de unlibro de Artes Marciales, al punto queMc Carthy se encuentra en curso depublicar una gua para interpretar di-cha obra. Su valor es inmenso comotestimonio original de la etapa delsalto entre Fujian (China) y Okinawa(Ryukyu), entre el Chuan Fa espe-cialmente la Grulla- y el ode.La distincin clsica entre las treslneas de Shuri, omari y Naha es aqurelevante. En cuanto a la primera, elltimo de los maestros de Shuri querecibi infuencias chinas de conside-racin ue Sokon Matsumura, quienlas tom con benecio de inventa-rio (esto es, adoptando o descartan-

    do a su conveniencia). La tradicin deomari, de uerte impronta china yrepresentada por Kosaku Matsumora

    y Kokan Oyadomari, en gran medidase diluy, y ue incorporada en dosisms o menos homeopticas al Shuripor Chotoku Kyan, Choki Motobu,atsuo Shimabuku y Shigeru Naka-mura. Los aspectos ms suaves y cir-culares del Shorin muchas veces re-miten a esa lnea. En cuanto al Karatede Naha inaugurado por Seisho Ara-

    gaki y Kanryo Higaonna (que consti-tuye una tercera lnea marcadamentedistinta de la lnea evolutiva Shuri/Shorin/Shotokan), sus estilos deGoju ryu (Chojun Miyagi), oon ryu

    (Juhatsu Kyoda) y Uechi ryu (KanbunUechi) exponen sistemas de KungFu sureo (grulla arrulladora y tigre)aprendidos por sus maestros. Susmovimientos de deensa circulares,utilizacin de garras y dedos, acondi-cionamiento del cuerpo para recibirgolpes y posturas cerradas marcaron

    a estos estilos como dierentes. Dehecho, mientras que en la lnea deShuri distintos estilos de Kung Fu ue-ron entrando a Okinawa en ormaincompleta y azarosa y asimiladosgradualmente durante siglos, en lalnea de Naha se trat de la importa-cin ms reciente de estilos de KungFu completos (muy especialmenteel caso del Uechi, con el Pangainunaprendido en China a nes del sigloXIX), sin un proceso de mestizaje ydesarrollo a lo largo de generaciones.Con la revalorizacin de las races chi-nas en el mbito del Karate, los ajenosa las tradiciones de Naha o omari

    vieron caer el valor de cotizacin desus estilos. La peor parte de la nuevamoda le toc al Shotokan, puesto quesi la validez de un estilo estaba dadapor su cercana a sus orgenes chinos,el Karate okinawense debera consi-derarse ontolgicamente superior al

    japons. Pero antes de hacer arma-ciones de tal tenor los neo-okina-

    wenses debieron saber que metersecon un tigre es siempre riesgoso.

    El tigre de Shotokan muestra sus

    garras

    odo lo dicho, hasta que de la manode Bruce Clayton en 2004 surgi unalnea de interpretacin histrica queecha por tierra con la mayor parte delos mitos sobre la historia del Karate

    de Okinawa que contienen los librosms diundidos, poniendo en dicul-tades an el revisionismo histricode Dillman. Clayton, un instructor deShotokan 5 dan integrante del grupo

    de Vincent Ruiz bajo Hidetaka Nishi-yama (ciertamente un sello de calidadde origen), en su libro El Secreto deShotokan. La verdad oculta detrs

    de los orgenes combativos del Karate(13) ensaya una hiptesis que pro-mete agitar las aguas de este arte. Adierencia de la sobriedad expositiva

    usual en los libros sobre la materia,Clayton escribe de modo coloquialy casi novelesco, llevando al lector atravs de una pesquisa propia de undetective para desentraar lo ocu-rrido en Shuri desde principios del s.XIX hasta la muerte de Itosu en 1915.La descripcin de la historia que pro-pone es persuasiva y muy distinta a ladiundida. Quienes hayan dedicadoalgunas horas a leer sobre historiadel Karate saben que existen discre-pancias y dudas sobre la historia decada maestro, estilo y kata. Claytonevidentemente ha ledo todas esascontradicciones y controversias, peroha decidido obviar la mayor parte deellas pues su objetivo no es la histo-ria minuciosa (la cual probablementenunca se sepa), sino cmo y por qucambi el Karate. Entonces Claytonbucea entre los archivos de la poca,litograas, diarios de viaje de mari-nos occidentales y todas las eviden-cias que le permiten reconstruir la

    historia desde donde nunca se lahaba analizado an.

    Las discrepancias y dicultades quepresenta la historiograa del Karatepara ponerse de acuerdo en las cues-tiones ms bsicas ocurridas hacemenos de 200 aos residen en unrasgo cultural de oriente que, segnClayton, hasta ahora no haba sidotenido debidamente en cuenta: paradecirlo con elegancia, cierta alta de

    apego a la verdad. En eecto, los au-tores, usualmente karatekas, hantendido a tomar por veraces las his-torias que cuentan sus maestros. Eserasgo cultural es el privilegiar una

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    (13) Bruce D. Clayton, Shotokans Fighting Secret. Te hidden truth behind Karates fghting origins , Ohara Publications, Burbank, 2004.

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    de Itosu en el desarrollo del Karate.Claro, para construir su argumentonuestro autor prescinde de conside-rar opiniones muy atendibles de otrosautores, pero su cometido es presen-tar una tesis alternativa sobre el de-sarrollo del Shorin y Shotokan, y noresolver los temas sobre los que no

    se han podido poner de acuerdo losrigurosos Bishop, Mc Carthy, HarryCook, Graham Noble, Rob Redmondo Joe Swit. Aunque por momentosClayton cae en digresiones innece-sarias que atentan contra el nivel de laobra (14), la originalidad de su plan-teo y su sustento bibliogrco es im-pecable (por ejemplo, el autor reere a119 videos de kata de diversos estilos).

    Clayton arma que hace aproximada-mente 150 aos una serie de circuns-tancias polticas muy especiales pu-sieron a un grupo de hombres uerade lo comn, encargados de protegeral rey en el Castillo de Shuri, bajo unapresin extraordinaria. Como ele-mentos qumicos que, combinados ysometidos a un uerte estmulo exte-rior en un entorno aislado (un tubode ensayo o un crisol) reaccionan yproducen molculas distintas, as, enel crisol de Shuri en la segunda mi-tad del siglo XIX esos elementos se

    combinaron y produjeron algo muy

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    buena imagen con enseanza moralla historia ocial o tatemae- porsobre la verdadera realidad de las co-sas la verdad oculta o honne-, loque ha producido innumerables dis-torsiones en la historia contada porlos pioneros del Karate. Los orien-tales en general se preocupan mu-

    cho por mantener y diundir el perlejemplar de sus propios maestros, yconsideran a aquellos que escarbansobre la verdad detrs de las historiascomo inadaptados (rikutsupoi).Esto explica, por ejemplo, que S. Na-gamine haya armado que en sus85 aos, no se conocen episodios

    violentos del maestro Itosu, cuandoson varias las historias sobre sus pe-leas. Nagamine y los dems maestrosque podan ligarnos vitalmente conel pasado siempre buscaron dar unaimagen de moralidad asociada al Ka-rate, y al contrastar lo dicho por unos

    y otros nunca se supo cundo habaelogio desmedido, verdad o rivalidad.Clayton analiza detenidamente las vi-das y circunstancias de los prceresdel Karate, y, al mostrar una ver-sin de carne y hueso, la historia se

    vuelve atrapante. Los elementos deprueba que orece son completadoscon imaginacin y especulacionesplausibles, y lo llevan a conclusiones

    muy interesantes respecto del papel

    nuevo y distinto al Karate anterior: elrevolucionario Karate lineal o Karatede impacto. Cules eran esas circuns-tancias polticas, quines eran esospersonajes y cul era esa presin? Esuna historia donde la suma de deta-lles hace la dierencia, pero en trmi-nos simplicados es la siguiente:

    Circunstancias polticas de Okinawa

    en la primera mitad del siglo XIX

    Okinawa constitua una sociedadrgidamente estructurada. Casi latotalidad de los pioneros del Karateintegraban la nobleza okinawense(keimochi), donde aristocracia noera sinnimo de riquezas sino deeducacin, mientras que los plebeyos(niya) descalzos y semidesnudossubsistan como pescadores o agri-cultores y no disponan de tiempolibre para poder practicar Artes Mar-ciales. La clase alta no viva demasia-do mejor: apenas vestan de un modoque denotaba su nivel social, y graciasa su cultura generalmente ocupabanpuestos en la burocracia guberna-mental, y vivan bajo el peso de esa res-ponsabilidad. Los rangos superioresestaban vinculados con la realeza yclase militar superior (oyakata) y los

    niveles medios eran el brazo armadodel gobierno (categoras pechin y sa-tunishi pechin), mientras que los es-tratos ms bajos de keimochi solanenrolarse en la polica.En ese momento Okinawa (en rigor,el archipilago Ryu Kyu o Liu Chu)estaba ormalmente bajo el mando delrey de la segunda dinasta Sho, perodesde la brutal invasin japonesa deSatsuma en 1609 (en que murieron539 okinawenses y slo 57 japoneses),

    el gobierno estaba bajo el controlde los samurai de Satsuma, quieneseran los nicos autorizados a poseerarmas en toda la isla y, alojados enuna ala del castillo, mantenan al rey

    (14) Advierto al lector prejuicioso que el libro incluye otos de nios (suponemos, alumnos del autor) empuando escobas bajo el rtulo Ko-budo de cocina, en un ejemplo de cmo ciertos movimientos de kata ensean a deenderse con lo que est a mano. Son las candorosas notasde color de los norteamericanos que jams encontraramos en un libro japons, pero no deben ser conundidas con altas de seriedad.

    Vista del Seiden del palacio de Shuri antes de su destruccin en la Segunda Guerra

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    como rehn en la propia orticacin.Por otro lado, al tiempo de aquella in-

    vasin Okinawa era nominalmentedominio del emperador Ming, situa-cin que no haba cambiado por elmomento, a Japn le bastaba con elbenecio econmico sin entrar endisputas diplomticas o territoriales

    con China-, y por ello tambin habarepresentantes chinos en el castillode Shuri. En sntesis, Okinawa estabasujeta a un doble sometimiento conobligacin de pagar tributo a ambospases opresores, pero hacia los oc-cidentales la historia ocial exhibasimplemente a un rey gobernando asu isla.

    El crisol (Castillo de Shuri) y sus

    circunstancias

    Segn la descripcin de Clayton, elpalacio, construido en el siglo XVI,imitaba el estilo de los aposentosreales de China. Enclavado en unacolina a cinco kilmetros de Naha,se encontraba rodeado de muros,rampas y jardines y se acceda por elportal ubicado en el lado oeste. enauna extensin de 400 metros de este aoeste, y 270 metros de norte a sur enla construccin principal conguraba

    un gran patio, en torno al cual se dis-tribuan los representantes chinos enel lado norte, los miembros del clanShimazu de Satsuma en el ala sur,al oeste edicios de usos diversos ytemplos, y sobre el lado este el Seiden(saln real), un imponente edicio dedos plantas con la recepcin princi-pal en la planta baja, conectado porescaleras ubicadas detrs del tronocon la cmara real y cuartos auxi-liares utilizados por los ociales de

    gobierno en el piso superior. Detrsdel Seiden se encontraba la parte pri-

    vada del castillo, con las habitacionesdel rey y su amilia, y el personal de

    servidumbre, exclusivamente eme-nino. All estaba prohibida la entradade sirvientes masculinos y visitantes.Siguiendo hacia el este, estaba elmausoleo, resguardado por un murode dos metros y medio de altura, bajocerrojo y custodiado, al que slo podaacceder el rey. En el extremo sudeste,

    el sector reservado a la amilia realtena una puerta oculta que conec-taba el palacio con el bosque aledao.

    Las potencias europeas haban toma-do contacto con Japn durante elsiglo XVI, y para 1800 la pretensindel Shogun okugawa de mantener-las uera de sus costas se haca casiimposible. Hacia 1840 haba ms demil barcos norteamericanos cazandoballenas jorobadas en aguas japone-sas. El comercio y la caza de cetceoshacan que las naves occidentalesquisieran recuentemente desem-barcar para aprovisionarse y, antelos sangrientos desembarcos rustra-dos en Japn, Okinawa se mostrabacomo una alternativa atractiva.Quienes integraban la tripulacin debarcos balleneros eran usualmentemarginales que haban racasado enla vida civilizada, hombres curtidosque vivan hacinados en un clima de

    violencia y, luego de meses en alta

    mar, ansiaban desembarcar en buscade comida resca, mujeres y alcohol.En la primera mitad del siglo XIXnumerosos desembarcos ueron re-cibidos en la costa con rechazo oactitudes conusas por las autori-dades uchinanches (okinawenses),que se negaban a comerciar con los

    visitantes, quienes desconocan laexistencia de un gobierno ttere enla isla, y que la violacin por partede los uncionarios okinawenses de

    la prohibicin de comerciar con ex-tranjeros establecida por Satsumapodra costar la vida del rey. Muchas

    veces se producan incidentes y los

    extranjeros ingleses, norteamerica-nos, ranceses y rusos- tomaban porla uerza lo que necesitaban. Los oki-nawenses nunca aceptaban los pagosque les eran orecidos. En todos loscasos los ociales de Shuri expresa-ban sin mayor explicacin ustedesno son bienvenidos, regresen a su

    barco. No conociendo la verdadoculta (honne), los extranjeros mira-ban a los okinawenses como si ueranlocos, porque a veces toleraban losrobos, pero nunca aceptaban pagos.Los japoneses observaban en estoscasos desde uera de escena, y los o-ciales uchinanches, desprovistos dearmas, estaban cada vez ms preocu-pados por el imponente armamentoque exhiban los extranjeros con losque se entrevistaban en trminosmuy poco amistosos. No es raro quede noche estos uncionarios okina-wenses, ocultos a los ojos japoneses,se dedicaran a reventar sus nudilloscontra sus makiwara. Por eso, lo ha-bitual en el castillo Shuri era, para lospuestos de uncionario de mayor cer-cana al rey, contratar miembros dela aristocracia guerrera que ademsde poder cumplir con sus tareas ha-bituales (diplomticos, traductores,secretarios, inspectores, inventaria-dores, ociales de impuestos) ueran

    consumados artistas marciales queeventualmente le sirvieran comoguardaespaldas. El ideal marcial decultivar en paralelo la pluma y la es-pada haba cobrado en Okinawa uncariz sumamente prctico.

    Segn veremos ms adelante, lasdesagradables visitas de los barcosextranjeros llegaron al colmo el daque los marines norteamericanos en-traron con prepotencia en el Castillo

    de Shuri.

    (15) Muchos autores arman que naci en 1809. La alta de documentacin dedigna y las versiones y los datos contradictorios pueblan lahistoria del Karate. No siendo ese el objetivo central del presente trabajo, reproducimos la inormacin que orece Clayton, an en cuandopueda resultar discutible.

    (16) Matsumura sirvi a los reyes Sho Ko (1804-1834), Sho Iku (1835-1847) y Sho ai (1848-1879).

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    Matsumura, guardia de palacio

    Sokon Matusumura haba nacido enel seno de una amilia keimochi en1796 (15). La veda de poseer armas noimpidi que, orgulloso de la tradicinguerrera de su amilia, asumiera launcin de jee de guardia de pala-

    cio de los reyes de Okinawa, cargoque desempe durante toda su vidaadulta (16), debiendo proteger a losuncionarios uchinanches ante cual-quier peligro; se tratara de marinerosborrachos, Samurai de Satsuma, ocualquier amenaza. Durante 50 aosde servicio, l asumi con total con-ciencia que como guardaespaldas delrey ante cualquier conrontacin quele tocara vivir, sera l -y quizs unpuado de okinawenses- contra unnmero mucho mayor, y piel contraacero. No slo deba aceptar esa reali-dad, sino que deba tomar los recau-dos para proteger exitosamente a laamilia real ante tales adversidades.

    Matsumura haba conocido a su ma-estro ote Sakugawa a los 14 aosde edad, cuando ste ya tena casi 80,el doble de la expectativa de vida enaquella poca. Ante un padre en sulecho de muerte por una golpiza re-

    cibida de unos borrachos, Sakugawahaba jurado que l nunca sera vc-tima impotente ante la violencia. Alpoco tiempo, siendo nio, aprendiel arte de la mano china (tote otoide) de Peichin akahara, unmonje budista que trabajaba en elpalacio. El ote era bsicamente la

    amalgama de conocimientos de KungFu mayormente Grulla Blanca- quese practicaba desde haca algunossiglos en Okinawa, y se vea peri-dicamente enriquecida por viaje-ros provenientes de Fujian. CuandoSakugawa ya era un practicante avan-zado, una noche, cometi el error deagredir a un diplomtico chino, KongSu Kung, quien ante su sorpresa loderrot cilmente. Sakugawa pididisculpas y ue aceptado como alum-no de Kung, aprendiendo el estiloque luego condens en la orma Ku-sanku, que contiene numerosos mo-

    vimientos de agarre y pelea nocturna(hace 200 aos en Okinawa pelearde noche equivala a descampado ya oscuras, y no en el entorno urbanoiluminado que acostumbramos).

    Matsumura es considerado el mayorkarateka que haya existido, se lo ha lla-mado el Miyamoto Musashi de Oki-nawa, y ue nombrado Bushi (ttulo

    honorco de guerrero) por el propiorey. Entrenaba anticamente, y alcumplir 25 aos ya era jee de guardia

    y considerado un peleador invencibleen Okinawa. Se deca que tena unamirada de halcn por sus ojos rasga-dos oblicuamente que, cuando mirabaen orma penetrante, inunda temoren sus adversarios como si estuvieranrente a un demonio. Segn GeorgeAlexander, Matsumura haba desa-rrollado una potencia de golpe muy

    superior a cualquier otro especialista,basada en la rotacin del cuerpo, latraslacin del centro de gravedad y laaceleracin al momento del impacto.En sntesis, el arrebato, la brusca ex-

    plosin de potencia ejecutada con to-tal precisin. Es lo que luego ChibanaChosin llamara ippon kowashi,un punto de destruccin total, hoyms conocido como ikken hissatsu,muerte en un puo. Eso junto conuna actitud sorpresiva y brutal- per-mita derrotar a enemigos de mayortamao y, segn Bruce Clayton, sig-nic el primer hito en el desarrollodel Karate lineal, dierencindose delos estilos ms cercanos a la circulari-dad y los desplazamientos lateralesdel Chuan Fa. Seala nuestro au-tor que los sistemas de boxeo chino

    haban sido desarrollados por monjesbudistas, cuyas obligaciones religio-sas les imponan minimizar el daoa sus atacantes, an a costa de sa-cricar su integridad. Segn Clayton,cuerpos especialmente acondiciona-dos para resistir golpes (como en kataSanchin) y tcnicas de agarre y con-trol se inscriban dentro de esa lgica(17). Pero segn nuestro autor, Mat-sumura no era un monje y no podadarse el lujo de convicciones per-

    sonales que pusieran en riesgo la inte-gridad de sus protegidos. Era un gue-rrero. Las necesidades y la situacinen el Castillo de Shuri planteaban aMatsumura limitaciones distintas

    (17) Clayton reconoce que el Karate de Naha, mucho ms cercano en concepcin estilstica a la tradicin china, no muestra necesariamentebenevolencia en sus movimientos. El Uechi incluye la prctica asidua de tcnicas particularmente crueles, como golpes con los dedos a lagarganta y puntapis punzantes a los testculos.

    (18) Estampilla y litograas provenientes de http://www.baxleystamps.com/litho/ry_litho_main.shtml

    Karateka okinawense golpeando makiwara. (18)

    Comodoro Matthew Calbraith Perry (1794

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    las que haban tenido los cultoresde Chuan Fa, a quienes conoci deprimera mano en sus viajes de or-macin a China (Fuzhou y Beijing).De hecho, el recordado Robert riassostena que el Hsing I habra tenidouna incidencia especial en el Shuri-tede Matsumura. Este ltimo tambin

    haba accedido en Japn al grado deinstructor de Jigen-ryu kenjutsu es-cuela de sable cultivada por el clanSatsuma-, lo cual se supone puedehaber tenido infuencia en el desa-rrollo del Kobudo (combate con ar-mas impropias o de uso civil) okina-

    wense. Habiendo capitalizado todolo aprendido, Matsumura se aparttanto de las uentes chinas que su es-tilo hbrido luego ue conocido comoShuri-te.Clayton seala que Matsumura de-sarroll, entre otros, el kata Patsai /Bassai, una orma agresiva y uerte

    que practicaba asiduamente. AunqueFunakoshi en su libroKarate Kyohanexplicaba que esa orma signicapenetrar la ortaleza, apunta nuestroautor que los caracteres del nombreno aluden a ninguna ortaleza, sinoque Bat (su) signica sacar, y Sai sig-nica bloquear. Segn veremos msadelante, ortaleza es un conceptoque subyace al nombre y el cometido

    de este kata y probablemente el errorde Funakoshi no es casual.

    El agente cataltico: un marino lla-

    mado Perry

    Hacia 1840 la poltica de aislamiento

    de Japn llevada adelante por el go-bierno de okugawa comenzaba aser vista como un problema. Barcosballeneros norteamericanos encalla-dos en sus costas en ms de una oca-sin haban tenido serios problemasasesinato incluido-, y las groseras

    El contingente americano en las puertas del Castillo de Shuri (daguerrotipo original)

    negativas japonesas a establecer rela-ciones diplomticas con los EstadosUnidos comenzaron a ser considera-das un insulto. El congreso nortea-mericano decidi que correspondasolucionar la cuestin japonesa, yen 1853 el presidente Fillmore enviuna fota de 15 buques al mando del

    Comodoro Matthew Perry.Perry haba ledo todo el materialdisponible acerca de Japn y su cul-tura. Saba de su idiosincracia gue-rrera y su respeto por la uerza. Enlugar de dirigirse directamente haciaokio, dirigi sus barcos a Okinawa,asumiendo que una muestra de uer-za all le granjeara una reputacinimportante en okio. Desde enton-

    ces, ante allegados y ajenos, Perryse comport con la soberbia y pocaconsideracin de un daimyo (seoreudal) japons.Llegado al puerto de Naha, ech alas autoridades portuarias de la cu-bierta de su embarcacin rechazandosus obsequios y dicindoles que no

    tenan rango suciente para hablarcon l. As provoc que inmediata-mente uera visitado por Sho aimu(y un reducido grupo de colabora-dores), quien se present como elprncipe regente dado que el rey Shoai era an un nio. Segn Clayton,en el contigente estaban Matsumurae Itosu. Luego de una visita por elbarco, Perry hizo una serie de recla-maciones, incluyendo la construc-cin de un depsito de carbn parasus navos, la venta de provisiones yel establecimiento de una base en elpuerto. Sus pretensiones ueron re-chazadas con gentil terquedad, y Perryexigi hablar inmediatamente con elrey. Sho aimu responda que se tra-taba de un nio, y que no era posibleacceder a las peticiones (tatemae ohistoria ocial), sin mencionar quelos samurai de Satsuma prohibanbajo amenaza severa todo contactocon extranjeros (honne o verdadoculta). A su vez, Perry insista sobre

    esos temas que poco le interesaban(tatemae) para provocar una situa-cin enojosa y ganar reputacin dedureza (honne).

    Itosu y compaeros: lo que haba

    en el crisol

    Clayton describe a quienes secunda-ban a Matsumura como guardaespal-das encubiertos del rey. En primer

    lugar debe mencionarse a AnkoShishu (Itosu). ste haba sido unnio recuentemente golpeado porsu padre, quien quera orjar en lun carcter aguerrido. A los 16 aosingres como aprendiz de guardia alas rdenes de Matsumura, quien seocup de entrenarlo hasta los 24 aos(esto es, entre 1846 y 1854). Itosu,quien se desempeaba como traduc-

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    sidera el mejor karateka que vi en mivida-, el gran amigo de Itosu, exper-to en Jukendo (arte de la bayoneta).Azato, que tena experiencia real en-rentndose sin armas contra sable,estaba convencido de la inutilidadde acostumbrar al cuerpo a absorbergolpes, por lo que era un especia-lista en desplazamientos (tai sabaki).

    KARAE /51

    tor y calgrao de palacio, tena el cuer-po orrado de msculos, y su golpede puo, desarrollado rente al maki-wara, era temible. Existen varias his-torias sobre lo uerte de su agarre y suaptitud de pelea (enrentndose con-tra varios atacantes armados, noque-ando a uno de ellos con una patada

    lateral a la mandbula, etctera). Encierta ocasin un japons campende Judo quiso demostrar la inerio-ridad marcial de los okinawenses, eItosu, que estaba presente en el lu-gar, a pesar de tener 75 aos no quisodejar pasar la cuestin. El japons,en consideracin hacia el anciano, ledijo que iba a tratar de no lastimarlo.Comenzado el combate el judoka lotom de la solapa. Itosu derrib asu contrincante con un golpe cortode su puo izquierdo al plexo solar,convirtindolo en un despojo queboqueaba sin poder respirar. Itosu seretir sin hacer mayor cuestin, anteun pblico atnito.

    A las rdenes de Matsumura, juntocon Itosu trabajaban en palacio comoburcratas:

    - Yasutsune Azato el primer maes-tro de Funakoshi, a quien ste con-

    Deca que las manos y los pies del ka-rateca deben ser como sables y mataral primer contacto.

    - Chou Kyan (padre del amosoChotoku), custodio del sello real, eraun hombre estricto y karateka devotoque dedicaba las noches a entrenar asu enermizo hijo.

    - Seisho el gato Arakaki, ocial-mente traductor de idiomas chino y

    japons, era un cultor del puo delmonje (luohan) y de la grulla blanca.Era un especialista con el kama (hoz),el sai y el bo (vara). Se le atribuyenlos kata niseishi/nijushiho, sochin yunsu.

    - A su vez, Clayton da persuasivasrazones para creer que tambin in-tegraban este selecto grupo de o-

    cinistas karatekas de la talla de Ko-kan Oyadomari, Kosaku Matsumora(ambos exponentes de omari-te),Peichin Yara, Sanda Kinjo (expertosen Kobudo) y Peichin Kiyuna.

    - En otras palabras, un dream team delos mejores y ms experimentados ka-ratekas de Okinawa trabajaba en la o-cina real, en el primer piso del Seiden, apocos metros de distancia del rey.

    Sho aimu y sus asistentes (daguerrotipo original)

    El contingente militar americano dentro del Seiden de Shuri - (daguerrotipo original)

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    Un da para recordar

    Segn Clayton, el 6 de junio de 1853ue un da clave en la historia del Ka-rate. El Comandante Perry, luego deconsiderar que no iba a ser detenidopor las excusas de los unciona-rios okinawenses, mont un acto de

    provocacin controlada. Perry hizodesembarcar del USS Susquehannados caones arrastrados por 30 mari-neros y dos compaas completasde Marines desplegando sus usiles ybayonetas y 50 ociales con sus sables.El propio Perry se hizo trasladar enun palanqun preparado por l parala ocasin, cargado por ocho sirvien-tes chinos, lo que le daba la aparien-cia de un Shogun. Con esa especiede desle con prepotente exhibicinde armas, se dirigi al castillo deShuri. Al llegar al portn principal

    y a la vista de los caones, luego dealguna demora estratgica, los okina-wenses no tuvieron ms remedio queabrirles paso. Sho aimu descubrihace 150 aos una verdad geopolti-ca: cuando el o Sam toca la puerta,no es porque no pueda derribarla deuna patada. Habiendo ingresado, elnutrido grupo de norteamericanosencontr una construccin prctica-mente desierta. Slo se hallaban el re-

    gente, tres ministros y una docena deasistentes. Llevados a un gran saln,los norteamericanos lo llenaron casi

    por completo dejando a los unciona-rios okinawenses en un rincn. Am-bos grupos se estudiaban mientrastomaban t y masticaban un duropan de gengibre. Los okinawensesestaban tensos, no encontrando otraexplicacin para la ocupacin delcastillo que la inminente autopro-

    clamacin de Perry como goberna-dor militar de Okinawa, reclamando elterritorio para los Estados Unidos. Porqu, entonces, tardaban tanto tiem-po en silencio o con comentarios su-perciales comiendo ese pan?Un rato despus, el regente invita Perry y sus ociales a cenar a sucasa, en un intento por hacerlos sa-lir del castillo. Increblemente, Perryacept. rasladados a la casa, Shoaimu y dos de sus asistentes ueronotograados con daguerrotipo. Alcabo de una tediosa cena en que losokinawenses estuvieron totalmentedesconcertados e intimidados, losamericanos se marcharon bajandola colina y utilizaron el resto de latarde para embarcar los caones.Los okinawenses respiraron aliviadosaunque conundidos por lo inescru-table de los invasores y lo inslito desus actos. Perry haba conseguido loque buscaba: cuando llegara a okiosera tomado muy en serio.

    Regresado Sho aimu al castillo, stesaba que los samurai de Satsuma nole perdonaran que los extranjeros

    hubieran salido de sus barcos. Por latorpeza de ese regente, los america-nos no slo haban desembarcado,sino que haban llegado a estar a sloun par de habitaciones de distanciadel mismsimo enclave de Satsuma enOkinawa. Regresado tiempo despusa Okinawa, Perry not que nunca

    ms se vio u oy hablar de Sho aimu(desaparicin sin duda vinculada consu error). Luego el Comodoro se di-rigi a okio, donde su misin ueun xito, precipitando la apertura deJapn a occidente e iniciando la cade-na de actos que llevaran a la cadadel rgimen eudal japons a avor dela Restauracin Meiji. No pas tantotiempo hasta que Perry regres aOkinawa: ahora ue mucho mejor re-cibido, y los okinawenses mostraronser hbiles comerciantes, reclamandoplata por la venta de sus productos.Los diarios de viaje de Perry y sushombres expresan que en todo el tiem-po que estuvieron en Okinawa no vie-ron ni una sola arma.Ese da, estar inerme con el regente

    y sus compaeros rodeados de inva-sores gigantes y armados, en gravedesventaja numrica, en el propiopalacio, qued grabado para siem-pre en la mente de Itosu. No por loque sucedi, sino ms bien por lo que

    pudo haber ocurrido.

    La hiptesis de conficto: el Plan Z

    Como guardia de palacio y probablesucesor de Matsumura, la escenatiene que haber sido una pesadilla re-currente para Itosu. Aunque todavaera joven, segn Clayton la escenaacos a Itosu durante el resto de su

    vida (qu hacer si volviera a ocurrir y

    los invasores decidieran quedarse?).Existen numerosos relatos que dancuenta del carcter previsor y minu-cioso de Matsumura. Ciertamente, enel episodio con los norteamericanostodas las previsiones demostraron seradecuadas: del diario de los nortea-mericanos surge que tanto en el barcocomo en tierra nunca se encontraroncon guardias, ni mujeres ni nios. De

    Croquis del Castillo de Shuri (19)

    19 http://www.wonder-okinawa.jp/001/001-e/index.html

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    hecho, los hombres de Matsumurahicieron de mozos, sirviendo a losextranjeros y mantenindose entrestos y Sho aimu. La regla que im-peda a extraos ir ms all del patiocentral y Seiden, reservando un lugarexclusivo para el rey y servidumbreemenina, serva a Matsumura para

    que el sector trasero uera un m-bito altamente privado y carente deinters desde la perspectiva militarde cualquier visitante. Sin duda una

    ventaja que poda aprovechar la guar-dia real. La arquitectura de la orti-cacin, rodeada por murallas varias ydispuesta en orma de laberinto conedicios atravesados, hubiera impe-dido adivinar la salida, dicultando eldesplazamiento de los invasores.Qu salida? La del rey. Cmo? Elconjunto de burcratas, ante cual-quier emergencia, deba lograr laextraccin del soberano (abrindosepaso entre bayonetas, usiles y sables)a la planta superior del Seiden, y deah a los aposentos reales cuya puertatrasera daba al bosque que cubra laempinada colina, permitiendo una

    va de escape probable.Es esa la hiptesis de conficto quemarca el nacimiento del Karate mo-derno, el Karate de impacto, un ArteMarcial para guardaespaldas pen-

    sado para combate grupal y asegu-rar al protegido una va de escapeen cuestin de segundos, sin ahorrar

    daos que puedan producirse en elenemigo.La estrategia de seguridad de Mat-sumura, haba uncionado? Aunqueestaba bien pensada para el caso detener que enrentar a los samurai alo-

    jados en palacio, los norteamerica-nos haban demostrado ser muchos

    ms, ms corpulentos, con el poderde uego de sus usiles, y un com-portamiento sumamente extrao eimpredecible. Como seala Clayton,el operativo reaccionar, extraer y es-capar de la ortaleza tom un carizperturbadoramente probable. Laltima instancia de deensa, el plana seguir cuando toda otra previsinhubiera allado (por eso lo llamo elPlan Z), la pelea sin armas, debaser mejorada, e Itosu emprendi en-tonces la tarea de continuar el desa-rrollo del estilo de Karate de los guar-dias de palacio.El Karate que ue retocado por Itosuera una tctica que se inscriba dentrode una estrategia ms amplia en casode necesitar un escape de emergenciadesde el Castillo de Shuri:- En el sector reservado paraservidumbre emenina, se contaracon la implacable suru Yonamine,de cuya aptitud combativa existenrelatos y con quien casualmente se

    cas Matsumura, integrndola a per-sonal de palacio.- El propio rey de Okinawa estaba

    entrenado para cuidarse a s mismo,dado que reciba enseanza de losmejores karatekas de la isla.- El Seiden estaba dispuesto de modotal que los guardias encubiertos pudie-ran abrirse paso a golpes, cubrir ysacar al rey del recinto llevndolo porla escalera al aposento real en el piso

    superior.- Exista una discreta puerta traseracercana al dormitorio del rey quepermita un escape hacia uera de laconstruccin.- El riesgo de encontrarse con lossamurai de Satsuma a la salida es-taba minimizado por la existenciade un pasadizo secreto a los tneles(de ms de tres kilmetros) debajodel castillo, una de cuyas bocas daba,al pie de un virtual acantilado, a loque podra haber servido como unapequea embarcacin de uga.- Clayton especula que el pasadizoestara en el mausoleo privado del rey(shinbyouden), un sitio sin inters ue-ra de lo religioso, rodeado por altasparedes sobre las cuales los Satsumano podran espiar, dentro del sectorreservado a las mujeres y muy cer-cano al aposento real.- Es conocida la prohibicin de poseerarmas impuesta por Satsuma. Pero ensituacin extrema y ya encontrndose

    en huda (diramos, perdido por per-dido) no sera razonable tener unossables escondidos en la salida, ante la

    Funakoshi ejecuta Naihanchi Kata

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    posibilidad de un bloqueo inespera-do? Matsumura y Azato eran maes-tros en el uso de la katana, y muyprobablemente los reyes de Okinawano hayan entregado todas sus armasa los japoneses. Algunas podranhaber quedado convenientementeolvidadas en el mausoleo privado /

    pasadizo secreto, al que en principionunca tendran por qu acercarse losSamurai.

    Los aos siguientes: El Karate de

    Itosu

    Cuando se repasan las acciones deItosu a lo largo de aos, se encuen-tran cambios muy importantes en loskata, segn dan cuenta las dierenciasestilsticas provenientes de Sakugawa(los puntos comunes al MatsumuraSeito y el Isshin ryu de Shimabuku)

    y el talante Shuri que se aprecia enel Shorin moderno y Shotokan. ParaClayton una clave para apreciar loscambios es observar el Isshin ryu,que estilsticamente no pertenece nial Shorin ni al Karate de Naha. Paratal autor el Isshin ryu puede ser con-siderado una cpsula del tiempo delKarate pre-Shuri. (20). Del anlisisde videos comparando la ejecucin

    de ormas segn Shorin, Shotokan eIsshin, Clayton observ cambios no-tables (21). El kata Kusanku (KankuDai), coleccin de movimientos deKong Su Kung compilada por Saku-gawa que haba sido modicada porMatsumura, ue nuevamente alteradapor Itosu. Originalmente era una

    orma de pelea nocturna, en la os-curidad, cuyo objetivo era evitar sersujetado, para sorpresivamente apre-sar al enemigo, y acabarlo sin perdercontacto con l. Era un manual decombate a ciegas: evadir, controlar,golpear, derribar, golpear. odas talesaplicaciones, provenientes del Kung

    Fu de Kusanku, ueron cambiadaspor Itosu para la hiptesis de com-bate diurno contra varios atacantes alos que no se puede dedicar ms queunos pocos segundos (en la mentede Itosu, no hay tiempo para golpear,ejecutar un lance y luego controlar aun solo rival, como hubiera preeridoun monje budista).Segn Clayton, el enigmtico kataNaihanchi (ekki), tambin tradodel sur de China, con su movimientoexclusivamente lateral (como con-tra una pared), en parte se explica siuno est cubriendo a alguien a quiense desea proteger y trasladar, quizssujetando a un rehn contra el pechode uno con la amenaza a quienes seacerquen de romperles el cuello. Lalgica del golpe y desplazamiento,con desarmes para usiles, es distintade las intricadas palancas y reten-ciones que muestran en su aplicacinde Naihanchi estilos ms antiguos.En cambio, el kata Chinto (Gankaku)

    ue una orma originaria de Shuri.En una ocasin Kosaku Matsumora

    y Sokon Matsumura ueron envia-dos para capturar a un pirata chino(Chinto) en el puerto de omari, yste, recluido en una cueva empinadade entrada angosta, los enrent congran destreza. Aparentemente se

    ganaron recproco respeto, y, segnespecula Clayton la leccin le mostra Matsumura las limitaciones de suestilo en desnivel. Estos especialistashabran compilado los movimientostiles desde la perspectiva de quienest arriba o debajo en una peleadesnivelada. El propio Matsumura,

    segn Clayton, hizo uso extensivode este kata considerando la hudahacia el piso superior en el castillode Shuri. Itosu, valorando la estrate-gia de combate en una escalera, nohabra necesitado hacer ajustes deconsideracin(22).Pero los aportes ms importantes deItosu no residen en lo que cambi,sino en lo que agreg.

    Movimiento: Si se comparan katacomo Sanchin o Hakutsuru (Gru-lla Blanca) con los de Itosu, en losprimeros son bsicamente estticos,mientras que en los segundos, elpracticante se desplaza rpidamentede un lado a otro(23).

    Potencia: Las posturas inclinadas oacostadas ueron reemplazadas porotras con el torso erguido, replan-teando el Karate en torno a la gene-racin de mxima potencia por enci-ma de otras consideraciones (evasin,

    derribos, etctera).

    Pluralidad de oponentes: Mientrasque la estrategia del Karate pre-Shurise vinculaba con desplazamientoslaterales, ello no es posible ante mu-chos enemigos. La opcin preeriblees lineal; encimar a uno de ellos, anu-

    (20) Recurdese que el undador de ese estilo, atsuo Shimabuku, se orm con Chotoku Kyan. Uno de los aspectos ms interesantes del libroque comentamos es el sondeo sobre la personalidad de Kyan y su modo muy particular de ver el Karate y la vida.

    (21) Me excuso de comentar sobre kata de Karate por alta de conocimiento, pues si bien estoy calicado para escribir sobre ormas de

    aeKwon-Do, los puntos en comn de stas con las de Karate son tantos como las dierencias que las separan. En todo este tema reproduzcola opinin de Clayton.

    (22) Sera muy dicil hacer una lista de los kata sobre los que Itosu tuvo infuencia, pues las ormas que ueron retocadas mantuvieron sunombre original, de modo tal que hoy coexisten variantes pre- y post- Shuri en distintos estilos bajo el mismo nombre. Adems, advirtaseque en Shotokan existen kata con origen en omari y Naha que posteriormente ueron reinterpretadas con el criterio del propio Itosu, comosi ste hubiera trabajado sobre esas ormas casi 40 aos luego de muerto.

    (23) Clayton arma que el tipo de prctica de la lnea Shuri tiene algn eecto sobre la longevidad, segn dan cuenta las edades en que murie-ron, cuando la expectativa de vida promedio era de 40 aos, ode Sakugawa (82 aos), Bushi Matsumura (97), Itosu (85), Funakoshi (89) y elltimo alumno directo de Itosu, Shosei Kina (100). El nasis en entrenar la movilidad en lugar de la absorcin de golpes- podra hacer ladierencia.

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    lndolo y modicando la distancia desus compaeros.

    Impacto: Las aplicaciones que mues-tran los descendientes de Shuri danespecial importancia al poder de susgolpes, mientras que los estilos msantiguos asignan mayor inters a las

    torciones, agarres, presin a termina-les nerviosas, etctera Segn el autores evidente que el corazn del Karatede Itosu est en la potencia de golpe.

    Qu es lo que, segn Clayton, eli-min Itosu?

    Puntos de presin: Los redujoenormemente, preri golpes deeecto inmediato y resultado mscierto.

    Golpes con los dedos: En su mayorparte ueron reemplazados por lospuos.

    Movimientos de control del opo-

    nente: Existan palancas de retencinen los estilos precedentes; Itosu pre-ri rematar con un golpe, segn dancuenta talonazos y otros movimien-tos en ese sentido.

    Combate nocturno: En estilos an-

    tiguos, se encuentra un movimientosuave y silencioso en que el karatekarastrea con sigilo con la mano abiertael brazo del rival, sobre quien, luegode sujetado, se descarga un golpe ul-minante. Ese y otros recursos simi-lares ueron eliminados: La hiptesisde combate de Itosu era un saln ilu-minado.

    Qu es lo que dej intacto Itosu?No elimin los esquives, los bloqueos

    con contragolpe, barridos, codazos, ymuchos otros movimientos que en-tendi tiles para su planteo.Segn Clayton, la conusin que segenera en los practicantes moder-nos descendientes de Itosu al buscardescirar las ormas est dada porel hecho de que ese maestro hizouertes reormas a avor de un Ka-rate lineal de impacto, pero no elimi-

    Chosin Chibana, alumno de Itosu y con-

    tinuador de su lnea en Okinawa

    n de los kata los movimientos querespondan a la lgica del estilo msantiguo. Entonces hoy se puedenpercibir dos lgicas distintas convi-

    viendo en las ormas. Quienes tengansuciente experiencia en el Arte Mar-cial saben que existen muy variadasinterpretaciones para los kata, y que

    en general parecen ser conjeturas oexplicaciones inteligentes al interro-gante de las aplicaciones. EntoncesClayton se pregunta, cmo es queun Karateka de la talla de Itosu, quededic gran parte de su vida al estudiode los kata y su relacin con el com-bate, no ense su interpretacin asus alumnos ms devotos, segn con-esin propia de stos? Se ha especu-lado con que en realidad Itosu no lasconociera, o que le parecieran pocoimportantes, o que uera convenienteno transmitir tan letal conocimiento,o que preriera que sus alumnos lasdescubrieran por s mismos. Ms allde que quizs Itosu no conociera al-gunas de las aplicaciones, se destacael hecho de que opt por no ensearni una sola por qu?Los aos siguientes al episodio con elComodoro Perry pueden explicarlo.Miremos la cronologa:

    * 1879:

    El Rey Sho ai es orzado a abdicar.Desintegracin de la guardia de palacio.

    * 1880-1900:Itosu contina con su prctica yensea a un puado de alumnos ensecreto.

    * 1901:El rey Sho ai muere en el exilio.

    * 1902-1906

    Itosu ensea pblicamente en elsistema escolar de Okinawa.

    * 1915:Muere Anko Itosu.

    Itosu, como guardia personal del rey,tena un deber de condencialidadque consista en no revelar sus tcticaso cuestiones de seguridad a terceros.

    Entonces, entren a sus alumnos enun sistema de Karate de impacto sinexplicar demasiado el modo en quepoda ser utilizado. En esa poca de-sarroll los cinco kata Pinan quizsuna segmentacin de la orma chinaChannan-, la ampliacin de la serieNaihanchi para incluir las versiones

    2 y 3, y dise las versiones Sho deKushanku y Passai.Cuando muri el rey al que debalealtad, se acab todo posible regreso

    y restauracin del reino de Ryukyu.El mundo haba cambiado, e Itosu sesinti liberado de su compromiso decondencialidad: comenzando el si-glo XX, la tcnica guerrera (jutsu)deba dar paso al camino de desarro-llo moral (do). Lo que haba servidocomo sistema de proteccin para unamonarqua ya extinguida poda ahoratransormarse en una orma de ayu-dar al mejoramiento de la salud delos jvenes. Eso es lo que hizo AnkoItosu, guardaespaldas devenido enmaestro (y reverenciado como ken-sai, un santo del puo), enseandosu sistema de Karate lineal.

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    El legado de Itosu

    El reemplazo de un nmero de tcni-cas peligrosas en los kata ha sido con-siderado por muchos como evidenciaconcluyente de que el Karate de Itosuue una versin esterilizada del ArteMarcial, para ser enseado en las es-

    cuelas de Okinawa.

    Clayton seala que los alumnos msdestacados de Itosu aprendieron desus lecciones particulares mucho an-tes que el maestro se haya involucradoen la instruccin escolar, la cual se hatransormado en un dato para desca-licar toda la enseanza de Itosu, anuera de ese mbito. Las caractersti-

    cas como estilo orientado a la veloci-dad y el impacto ueron conservadaspor su alumno Gichin Funakoshi ymagnicadas muy especialmente porGigo Funakoshi, quien vio la com-patibilidad de la destruccin en ungolpe del Karate de Itosu con la pre-misa del Kendo (ichi geki hissatsu,muerte en un ataque) y aprovech talcircunstancia para inscribir al Karatedentro del crculo exclusivo de lasArtes Marciales japonesas. El hecho

    de que Itosu haya comprendido elgran potencial del Arte Marcial enla ormacin de los jvenes no puededesmerecerlo como Karateka ejem-

    plar, dueo de una tcnica poderosaentrenada para el combate real al ser-

    vicio del rey, y orjador de una estirpede maestros que transormaron unatradicin secreta de una isla del Pac-co en un camino de superacin demillones de personas en el mundo.La versin de Clayton sobre la historia

    del Karate de Shuri permite rearmarun rompecabezas como no lo logranotras versiones. Debe reconocerseque muchas piezas han sido inventa-das y son producto de las conjeturasde ese autor, quedando en cada unoaceptarlas o rechazarlas (24). Pero suhiptesis, muy digna de considera-cin, puede sintetizarse en que Itosuopt deliberadamente por prescindiro relegar muchos recursos tcnicos(palancas, agarres, tcnicas a puntossensibles, etc.), desplazamientos cir-culares y rgimen de endurecimientoa avor de agilidad y explosividad li-neal para adaptarlo a las necesidadesespeccas de la guardia real. ParaClayton, no alcanzan para explicarsemejante mutacin en los movi-mientos ni el ingreso del Karate a laeducacin pblica okinawense, ni elrecuentemente mencionado cambiode paradigma de la tcnica guerrera(jutsu) al camino de perecciona-miento moral (do), ni los argumen-

    tos sobre el nacionalismo nipn de laprimer mitad del siglo XX. Y no al-canzan porque los cambios dignos deatencin, a su entender, se gestaronalgunas dcadas antes, y puedenapreciarse no slo en Shotokan quesimplemente los llev ms lejos-, sinotambin en los estilos de Shorin msmodernos, diundidos por los alum-nos de Chibana.

    Quizs Clayton sobrevalora su estilo

    por sobre otros ms antiguos (oki-nawenses y chinos), pero gracias aello ha desarrollado y aportado unahiptesis interesante. Adems, su

    (24) ranscribimos una interesante descripcin del estilo Matsumura Seito (ortodoxo) por Jorge Zapata publicada en revista Yudo KarateN 293, pg- 47, que hace dudar de cuanto arma Clayton sobre Matsumura como precursor de un estilo basado en la potencia: El estilo delos Matsumura utiliza posiciones ms cortas que los otros dos Shoryn (Adrogu: se reere a las ramas Matsubayashi y Kobayashi), bloquea yataca al mismo tiempo, usa patadas bajas, no extiende completamente los brazos al golpear y no cree en la teora del golpe nico (Adrogu:aqu hay dierencia con el germen de Karate lineal que pretende ver Clayton). Su kumite es continuado (parecido al kyokushinkai) y losgolpes no se renan. iene salidas a 45 grados y la caracterstica ms sobresaliente es que no usa el kiai, porque si bien aumenta la energa delpracticante, despus queda vaco y necesita unos segundos para recuperarse...

    reclamo es vlido: el Shorin de Itosu,as como el Shotokan y otros esti-los derivados merecen ser miradoscomo genuinos sistemas marciales,sin prejuicios por su relacin con elms reciente Karate de competencia.La propia divisin de estilos de Shuri/Shorin entre los de impacto (linaje

    de Itosu, en gris en el cuadro en laspginas siguientes) y los ms eles alestilo antiguo encuentra situacioneshbridas como las de S. Nagamine yY. Higa, quienes incorporaron en susescuelas el entrenamiento de impactopero mantuvieron una uerte infuen-cia de otras ramas. En ltima instan-cia, la lnea en que cada practicanteest enrolado no est dada por la lia-cin o la versin del kata diundidospor su escuela, sino por el enoqueconcreto en la prctica. En ese sen-tido, es cil advertir que el Karatelineal se ha abierto paso en muchosestilos ormalmente ajenos a su lina-

    je. En lo personal, a pesar de que cali-cados maestros como Funakoshi yoyama descrean en la pluralidad deestilos y propiciaban un nico Karate(quizs lo hacan como estrategia deunidad para darlo a conocer), celebroque existan estilos distintos comorefejo de dierencias en los gustos,aptitudes, criterios y personalidades.

    Matsumura

    Itosu

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    Apostilla

    Clayton relata que su librocomenz cuando buscaba unaoto de Azato (el instructor me-nos conocido de Funakoshi), y esabsqueda lo llev por lugares in-sospechados, hasta encontrar una

    indita oto de Bushi Matsumu-ra. Hasta el momento tan slo secontaba con el retrato dibujadopor Akira Miyagi diundido en unlibro de Shoshin Nagamine-. Esedibujo de Matsumura viejo y conbarba, junto con las otos y losdibujos que existen de Itosu, per-mitieron a Clayton reconocer enuna oto al legendario Bushi ysu el alumno Itosu, cuando stetendra cerca de 23 aos. Si no

    los ha reconocido hasta ahora enesta nota, por avor vuelva a mirara los burcratas de la pgina 51que acompaan al malogrado re-gente de Okinawa. Recuerda losrelatos sobre la temible miradade Matsumura, con sus ojos in-clinados hacia adentro? Mireal guardia de la izquierdade la oto, y conozca almayor guerrero en lahistoria de Okinawa y

    su sucesor, el padredel Karate lineal.

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    Itosu, el santo del puo, con sus alumnos