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S U P L E M E N T O C U LT U R A L CENTRO INAH MORELOS 427 Agosto 1, 2010 sigue... 4 Material textil en el sitio de origen, Ticomán, Morelos. Foto de Fernando Sánchez FERNANDO SÁNCHEZ MARTÍNEZ U no de los campos de conocimiento que han desa- rrollado las diversas culturas existentes en nuestro país es el que deriva del aprovechamiento de los re- cursos naturales como fibras utilizadas en produc- tos tejidos. La materia prima para la elaboración de textiles es en general diversa y abundante, basada en el empleo de materiales procedentes de vegetales o de animales, a lo cual se han incorporado desde hace varios años las fibras sintéticas. Los vegetales productores de fibras siguen en importancia a las plan- tas de aplicación alimentaria en orden de su utilidad para el hombre. El hombre primitivo necesi- taba materiales más ligeros y frescos que las pieles y el cuero para cubrir su cuerpo; a su vez, para fabricar sus instrumentos diversos, como arcos, cepos, re- des y aparejos, se necesitaban cuerdas de más fácil obtención que los tendones y tiras de cuero, requiriendo también fibras para las paredes y techos de sus habi- taciones. Estas necesidades eran solucionadas con fibras flexibles y resistentes que encontraban en tallos, hojas, frutos, semillas y raíces de muchas plantas. Poste- riormente, con el advenimiento de la vida sedentaria, la domesti- cación de animales puso a su al- cance otros materiales fibrosos. Los textos que se ocupan del tema, mencionan que el número de especies vegetales productoras de fibras, puede ascender a 2,000; baste citar como ejemplo que en las Islas Filipinas se han identifi- cado cerca de 750 plantas diversas que son susceptibles de aprove- chamiento local en ese rubro. A las fibras vegetales hay que sumar las de origen animal, lo que incrementa el número de fibras naturales utilizadas por el hombre. A pesar de su diversi- dad y abundancia, las fibras de origen orgánico con importancia comercial son relativamente po- cas, superadas en la actualidad por las numerosas fibras elabo- radas a partir de los derivados del petróleo. De acuerdo con su uso, las fibras naturales pueden dividirse en los grupos siguientes: Fibras textiles.- Son aquellas que se ocupan en la fabricación de textiles propiamente dichos, para cordelería y redes. Para la fabricación de telas y redes, las hebras se someten a torcido y posteriormente son hiladas y te- jidas. Las más importantes son el algodón y el lino entre las vege- tales y las diferentes lanas entre las animales. Fibras para cepillos.- Se em- plean fibras rígidas y resistentes obtenidas de hojas, ramas o de tallos pequeños. Como ejemplo se cita el zacatón, con el que se ela- boraban las ya no tan conocidas escobetas y las brochas para pintar o las crines de caballo, utilizadas para la fabricación de cepillos. Fibras para trenzar.- Las hojas, ramas o tallos flexibles se entretejen para fabricar som- breros, sandalias, cestos, sillas u otros objetos semejantes. Los materiales más elásticos se tejen para elaborar esteras o petates, mientras que con las pequeñas ramas flexibles se elaboran las canastas, y las fibras de cor- teza se emplean para trabajos Fibras: materia prima de productos tejidos de cestería. A su vez, las hojas de diferentes palmas son útiles para estos fines al igual que los pelos de algunos animales. Re- cordemos aquí la gran cantidad de artefactos que se elaboran con los tallos de bambúes. Fibras de relleno.- Son utili- zadas para el relleno de colchones y almohadones, en tapicería, para calafatear y como material de em- balaje. Las fibras de coco, las de ceiba o pochote y el algodón, en- tre otros, se citan como ejemplos. Géneros bastos.- Se trata de fibras extraídas de la corteza in- terna de las plantas en forma de capas o planchas. Con ellas se fabrica el conocido papel amate o pueden ser utilizadas para la fabricación de capas o túnicas utilizadas por los lacandones en México y por ciertos grupos in- dígenas de Colombia; sin em- bargo, se trata de un material de baja calidad para la fabricación de vestidos y cordeles. Algunas cortezas de árboles se utilizan para atar las armazones de ma- dera de las casas campesinas. Fibras para la fabricación de papel.- En este caso se trata de fibras obtenidas de árboles diversos, de plantas productoras de fibras textiles o bien de mate- riales celulósicos reciclados, así como de fibras de origen animal. Prácticamente todas las fibras son susceptibles de aprovechamiento para la fabricación de papel. Es evidente que ninguna fibra puede ser incluida de modo ca- tegórico en un solo grupo, mien- Tejido de fibra vegetal, Ticomán, Morelos. Foto de Fernando Sánchez
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S U P L E M E N T O C U L T U R A L Fibras: materia prima ...

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S U P L E M E N T O C U L T U R A L

CENTRO INAH MORELOS 427Agosto 1, 2010

sigue... 4

Material textil en el sitio de origen, Ticomán, Morelos. Foto de Fernando Sánchez

Fernando Sánchez Martínez

U no de los campos de conocimiento que han desa-rrollado las diversas culturas existentes en nuestro país es el que deriva del aprovechamiento de los re-cursos naturales como fibras utilizadas en produc-tos tejidos. La materia prima para la elaboración

de textiles es en general diversa y abundante, basada en el empleo de materiales procedentes de vegetales o de animales, a lo cual se han incorporado desde hace varios años las fibras sintéticas.

Los vegetales productores de fibras siguen en importancia a las plan-tas de aplicación alimentaria en orden de su utilidad para el hombre.

El hombre primitivo necesi-taba materiales más ligeros y frescos que las pieles y el cuero para cubrir su cuerpo; a su vez, para fabricar sus instrumentos diversos, como arcos, cepos, re-des y aparejos, se necesitaban cuerdas de más fácil obtención que los tendones y tiras de cuero, requiriendo también fibras para las paredes y techos de sus habi-taciones. Estas necesidades eran solucionadas con fibras flexibles y resistentes que encontraban en tallos, hojas, frutos, semillas y raíces de muchas plantas. Poste-riormente, con el advenimiento de la vida sedentaria, la domesti-cación de animales puso a su al-cance otros materiales fibrosos.

Los textos que se ocupan del tema, mencionan que el número de especies vegetales productoras de fibras, puede ascender a 2,000; baste citar como ejemplo que en las Islas Filipinas se han identifi-cado cerca de 750 plantas diversas

que son susceptibles de aprove-chamiento local en ese rubro.

A las fibras vegetales hay que sumar las de origen animal, lo que incrementa el número de fibras naturales utilizadas por el hombre. A pesar de su diversi-dad y abundancia, las fibras de origen orgánico con importancia comercial son relativamente po-cas, superadas en la actualidad por las numerosas fibras elabo-radas a partir de los derivados del petróleo.

De acuerdo con su uso, las fibras naturales pueden dividirse en los grupos siguientes:

Fibras textiles.- Son aquellas que se ocupan en la fabricación de textiles propiamente dichos, para cordelería y redes. Para la fabricación de telas y redes, las hebras se someten a torcido y posteriormente son hiladas y te-jidas. Las más importantes son el algodón y el lino entre las vege- tales y las diferentes lanas entre

las animales.Fibras para cepillos.- Se em-

plean fibras rígidas y resistentes obtenidas de hojas, ramas o de tallos pequeños. Como ejemplo se cita el zacatón, con el que se ela-boraban las ya no tan conocidas escobetas y las brochas para pintar o las crines de caballo, utilizadas para la fabricación de cepillos.

Fibras para trenzar.- Las hojas, ramas o tallos flexibles se entretejen para fabricar som-breros, sandalias, cestos, sillas u otros objetos semejantes. Los materiales más elásticos se tejen para elaborar esteras o petates, mientras que con las pequeñas ramas flexibles se elaboran las canastas, y las fibras de cor-teza se emplean para trabajos

Fibras: materia prima de productos tejidos

de cestería. A su vez, las hojas de diferentes palmas son útiles para estos fines al igual que los pelos de algunos animales. Re-cordemos aquí la gran cantidad de artefactos que se elaboran con los tallos de bambúes.

Fibras de relleno.- Son utili-zadas para el relleno de colchones y almohadones, en tapicería, para calafatear y como material de em-balaje. Las fibras de coco, las de ceiba o pochote y el algodón, en-tre otros, se citan como ejemplos.

Géneros bastos.- Se trata de fibras extraídas de la corteza in-terna de las plantas en forma de capas o planchas. Con ellas se fabrica el conocido papel amate o pueden ser utilizadas para la fabricación de capas o túnicas utilizadas por los lacandones en

México y por ciertos grupos in-dígenas de Colombia; sin em-bargo, se trata de un material de baja calidad para la fabricación de vestidos y cordeles. Algunas cortezas de árboles se utilizan para atar las armazones de ma-dera de las casas campesinas.

Fibras para la fabricación de papel.- En este caso se trata de fibras obtenidas de árboles diversos, de plantas productoras de fibras textiles o bien de mate-riales celulósicos reciclados, así como de fibras de origen animal. Prácticamente todas las fibras son susceptibles de aprovechamiento para la fabricación de papel.

Es evidente que ninguna fibra puede ser incluida de modo ca-tegórico en un solo grupo, mien-

Tejido de fibra vegetal, Ticomán, Morelos. Foto de Fernando Sánchez

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Domingo 1 de agosto de 2010el tlacuache 427

Lizandra SaLazar Goroztieta y Fernando SaLazar rodríGuez

El Centro INAH Morelos a través del proyecto: Propagación de Plantas Medicinales, ha venido trabajando en la comunidad de San Juan Tlacotenco del municipio de Tepoztlán, Morelos colaborando directamente con la Sociedad de Producción Rural

denominada Tlatempa (sobre la roca), en el estudio etnobotánico de algunas especies medicinales, entre ellas el Axihuitl. Como resultado de los avances logrados en etapas anteriores, y dando continuidad al proyecto, así que el año pasado se presentó la oportunidad de enlazarlo con el Centro de Investigación de Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco A. C. (CIA-TEJ) y la Fundación PRODUCE del estado de Morelos.

El axihuitl es una planta sil-vestre que crece en los muni-cipios del norte del estado, se encuentra frecuentemente a la orilla de corrientes de agua y en zonas húmedas. Su nombre científico es Ageratina cons-picua R.M. King & H. Rob. También lo podemos encontrar con la sinonimia de Eupatorium aescharbonianum o Eupatorium conspicua, perteneciendo a la familia botánica Asteraceae. Se trata de una planta con antece-dentes históricos, es reportada en fuentes del siglo XVI, en los libros del Protomédico Francisco Hernández, donde se cita como el segundo AXIHUITL, tam-bién llamado apatli o remedio de agua. Entre los usos medicinales antiguos se menciona que dicha planta: “tomada quitan la fla-tulencia, calienta el estómago, disuelve o madura los tumores, cura las llagas inveteradas, com-bate el frió, mitigan el dolor que proviene de él y aprovecha a los que están resfriados”.

Esta especie crece silvestre en el bosque de pino-encino, en la época de lluvias, se recolecta su follaje; se vende en manojos de hojas frescas en los mercados de Tepoztlán y Cuernavaca,; la planta también se puede comprar seca en algunos puestos de plan-

tas medicinales o en pomada de axihuitl combinada con árnica y cuachalalate recomendada para problemas de la piel elaborada por promotores de salud.

Actualmente, los habitantes de San Juan Tlacotenco, atribuyen al axihuitl más de 20 usos medici-nales, entre los que destacan: la gastritis, úlceras, colitis, lavado de heridas, como cicatrizante en heridas y quemaduras, en dolores musculares y “para la circula-ción”, entre otros. La forma de preparación puede ser: en alcoho-lato, cocimiento, infusión, polvo, pomada, tintura y en cápsulas. Su vía de utilización es interna y ex-terna; comúnmente se bebe la in-fusión de las hojas como “agua de uso” mientras que el cocimiento se emplea para lavar heridas y como cicatrizante, también se usa en baños, vaporizaciones, lavados vaginales y en emplastos.

Dada la difusión de sus pro-piedades medicinales, la reco-lecta es cada vez más intensa, con el consiguiente deterioro de las poblaciones de plantas en su hábitat natural. Debido a esto y con la intención de evitar su desaparición, es conveniente co-nocer el comportamiento y desa-rrollo de la planta para favorecer su cultivo, con base en los si-guientes objetivos.

1.- Evaluación de la germina-ción de semillas de axihuitl en

Propagación y cultivo del axihuitl en San Juan Tlacotenco, Tepoztlán

plantaron a envases de diferente tamaño (macetas de plástico de tres pulgadas, vasos de unicel y transparentes del No. 8). Después del transplante, algunas plántulas se colocaron en condiciones de invernadero y otras en área de media sombra, con el objetivo de evaluar su crecimiento.

Con los ejemplares obteni-dos de la propagación asexual y sexual y una vez que habían alcanzado un tamaño entre 10 y 15 cms. de altura, se decidió transplantarlas en un sitio idóneo para su crecimiento. Para ello, se establecieron tres parcelas experi-mentales para propiciar el creci-miento de las plantas en terrenos de los integrantes de la Socie-dad Tlatempa, establecida en San Juan Tlacotenco, con el propósito de determinar si el axihuitl es un cultivo potencialmente redi-tuable para la población de dicha localidad. Se limpió el terreno, sembrando cada planta a una dis-tancia de entre 90 y 100 cms., en surcos separados por un metro de distancia. En cada parcela se sembraron 700 plantas.

Las parcelas denominadas 1 y 2 se ubican entre los 2100 y 2250 metros sobre el nivel del mar, respectivamente están inmersas en el bosque de pino-encino con suelos ricos en materia orgá-nica, por toda la hojarasca que cae de los árboles; la parcela 3 se encuentra expuesta a cielo abierto, esta parcela está situada en la parte baja de San Juan Tlacotenco a una altura de 1830 msnm, en el paraje denominado “el rancho” correspondiente a los montes comunales del centro de Tepoztlán, cabe resaltar que en dicha área no crece silvestre el axihuitl. Sin embargo, se ins-taló esta parcela como referencia para evaluar sí es factible cultivar el axihuitl en áreas con condicio-

diferentes sustratos.2.- Valoración de la propaga-

ción por estacas en varios sus-tratos.

3.- Obtención de ejemplares de Axihuitl para establecer par-celas de cultivo.

Propagación asexual (estacas)

Inicialmente, la propagación del Axihuitl, se llevó a cabo en con-diciones de invernadero y área de media sombra, en las ins-talaciones del Jardín Etnobotá-nico del Centro INAH Morelos. Para la propagación asexual se colectaron partes vegetativas de Axihuitl, se cortaron estacas de 15 a 20 cm. de largo, las cuales se colocaron en cajas con dife-rentes sustratos, con el objetivo de evaluar los porcentajes de enraízamiento; los sustratos que se utilizaron fueron orgánicos (composta) e inorgánicos (agro-lita, vermiculita y tezontle fino); estos se emplearon solos y mez-clados al 50 %. El sustrato que presentó mejores resultados fue la mezcla de composta con tezon-

tle fino, obteniéndose el 90% de estacas enraizadas; en relación a la agrolita y vermiculita también son sustratos recomendables, al favorecer entre un 75 y 80% de enraizamiento. Después de un mes, las estacas enraizadas se transplantaron a bolsas negras.

Propagación sexual (semillas)

En abril del 2009, se recolectaron en campo semillas maduras de las plantas de Axihuitl, realizándose su limpieza y selección; en mayo se pusieron a germinar, preparán-dose los sustratos, tamizando y esterilizando composta y tezontle fino. Se realizó la siembra de semillas en almácigo, para lo cual se prepararon cajas de plástico con diferentes sustratos: orgáni-cos (composta), e inorgánicos (te-zontle fino, perlita, vermiculita) y una mezcla de perlita y vermicu-lita al 50%. Se dió seguimiento al proceso de germinación de las semillas, con resultados muy sa-tisfactorios. Cuando las plántulas alcanzaron un tamaño de entre 5 y 7 cms. de altura, se trans-

Parcela No. 3 Instalación del sistema de riego. Foto de Lizandra SalazarParcela No. 1 Plantas recién podadas. Foto de Lizandra Salazar G.

Parcela No. 2 Deshierbe de plantas. Foto de Lizandra Salazar G.

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Domingo 1 de agosto de 2010 el tlacuache 427

María Teresa Pulido1, Martha S. González2, Paul Hersch3, Catarina Illsley4, Citlalli López5, Fernando Ramírez6, María Fernanda Sánchez Pardo7

Los Productos Forestales no Maderables (PFNM) son fuente de ingreso y empleo impor-tante para familias y sectores marginales de la población en México. Representan recursos que aportan a la calidad de vida y seguridad alimentaria y ayudan a reducir la vulnerabilidad. Son aprove-chados de forma silvestre y/o semidomesticada y han contribuido a mantener masas forestales. Son la base material de muchas manifestaciones culturales y forman parte de la identidad cultural regional y nacional.

Reconociendo la importancia de contar con un marco normativo que fomente el buen manejo, es necesario reconocer que actualmente la leyes y su aplicación en su gran mayoría están representando barreras y obstáculos para el manejo sustentable y para que los beneficios del aprovechamiento de los PFNM beneficien a sus legítimos poseedores.

Ante la carencia de una reglamentación acorde con el aprovechamiento y uso de los PFNM desde la perspectiva de las comunidades, es necesaria una política pública clara, que reconozca y proteja a los conocedores locales y los involucre centralmente a lo largo de todos los procesos de aprovechamiento. Como parte del análisis realizado en el simposia de Productos Forestales No Maderables, en el I Congreso Latinoamericano de Etnobiologia / VII Congreso Mexicano de Etnobiologia (realizado en Pachuca, Hidalgo, del 2 al 6 de noviembre de 2009) y tomando en cuenta la opinión de especia-listas en el tema, destacamos la existencia de las siguientes fallas, relativas a la regulación actual de estos recursos en su relación con las comunidades y la responsabilidad social y ética de instituciones educativas-académicas con las comunidades:1. Existen leyes y reglas, pero son demasiadas y

no necesariamente garantizan sustentabilidad. Se ocupan más de los trámites que de garanti-zar las buenas prácticas. Generan altos costos y dependencia de servicios externos.

2. Muchas veces hay contradicción entre las leyes y reglamentos, o poca claridad. Algunas son muy generales y otras demasiado específicas a una realidad, pero no aplicables a otra (como es el caso de especies que están en peligro de extinción en una región, pero no en otra).

3. La regulación es inaccesible y excluyente. 4. El actual esquema de los “prestaodres de ser-

vicios” propicia el desempeño irregular y no supervisado. En este marco se ha desmantelado la tradición del extensionismo agropecuario. Se ha insertado en el proceso de aprovechamiento de los PFNM, a través de la figura de los “pres-tadores de servicios”, una instancia de interés privado financiado con recursos públicos, a costa de un rubro de apoyo cuya operación compete al Estado como parte de su responsabi-lidad social. Los “prestadores de servicios” han desplazado a muchos egresados universitarios de un espacio de servicio público que debe ser técnicamente competente, éticamente riguroso y metodológicamente dialógico y participativo.

5. Las leyes oficiales en general no reconocen ni dialogan con las reglas comunitarias. Las instituciones locales (p.ej. asambleas, consejos de ancianos, rituales, etc) son fundamentales en el diseño, instrumentación y cambio de las reglas comunitarias. A menudo en las comu-nidades, sobre todo cuando se trata de recursos

de importancia cultural, existen conocimientos, prácticas y reglas para manejarlos. Es frecuente que dichas reglas incluyan elementos éticos, de equidad y cuidado de la Tierra. Hay varios ejemplos de especies y ecosistemas que se han manejado de manera sustentable por cientos de años, basados en este conocimiento tradicional.

6. En la mayoría de los casos existe nula o poca información científica sobre la cual basar pla-nes de manejo. Falta apoyo para realizar la investigación básica necesaria para fundamen-tar buenos planes de manejo. Pero para que sea útil, esta investigación debe poner en el centro a las comunidades y sus necesidades; es necesario realizar investigación participativa, involucrando a los usuarios en cada fase de los estudios, desde su diseño.

7. Como parte del problema, en cuanto al papel de las instituciones de investigación -que muchas veces reciben dinero de las empresas-, el me-dio académico en general no incide de manera asertiva en la regulación de PFNM. Llega a describir fenómenos pero no pugna por opera-cionalizar recomendaciones conjuntamente con los involucrados en las iniciativas. Esta auto-marginación hace que las iniciativas locales de aprovechamiento de PFNM se nutran poco de fuentes académicas.

Tomando en cuenta lo anterior se proponen las siguientes acciones:1. Se requiere de políticas públicas encaminadas a

fortalecer las capacidades locales y desarrollar incentivos para comunidades que han mostrado que sus prácticas de aprovechamiento tienen un impacto positivo sobre la conservación, y que esto se valore como elemento determinante en la autorización de permisos de aprovechamiento.

2. Es necesario revisar a fondo el esquema actual de selección y operación de los “prestadores de servicios” para que sean las instancias gu-bernamentales mismas en una relación directa con los pobladores las que realicen labores de apoyo técnico a los grupos e iniciativas locales de aprovechamiento sustentable de PFNM, te-niendo en cuenta la preeminencia de los actores y saberes locales.

3. No se niega el papel del conocimiento cientí-fico, que permite avanzar hacia respuestas técni-cas puntuales, es decir, a un aspecto del manejo; por el contrario, se sugiere la investigación científica aplicada que tenga incidencia real sobre la aprovechamiento comunitario de los PFNM y otros aspectos. Fomentemos el diálogo de saberes, que permita tomar lo mejor de cada sistema de conocimiento.

4. Dada la actual crisis económica y los escasos recursos que se asignan a la ciencia y al desa-rrollo de tecnología en México, se requiere su-pervisar las propuestas de investigación y pro-yectos sobre manejo de recursos naturales, de manera que respondan a las necesidades reales, sentidas y expresadas por los pobladores rura-les, para mantener o recuperar sus complejos sistemas productivos, cuya eficacia ha sido probada por generaciones y cuya afectación actual es propiciada por una regulación exclu-yente o por una instrumentación excluyente de la normativa actual. La condición actual y el futuro de los PFNM está ligada directamente a las condiciones de vida de la población; la desigualdad social y la exclusión que implica repercuten hoy directamente en la viabilidad de los recursos naturales.

LIMITANTES DEL MARCO NORMATIVO SOBRE LOS PRODUCTOS FORESTALES NO MADERABLES EN MÉXICO

DECLARATORIA

Productos Forestales no Maderables

En este número de El Tlacuache, presentamos a nuestros lectores una declaración conjunta surgida del simposio sobre productos forestales no maderables que se llevó a

cabo en el I Congreso Latinoamericano de Etnobiologia y VII Congreso Mexicano de Etnobiologia, realizado en noviembre del 2009 en Pachuca, Hidalgo.

Los “productos forestales no maderables” constituyen un amplio rubro de recursos naturales que, como su nombre indica, proceden de los diversos tipos de bosque y no son sujetos a la explotación tradicional maderera. Este conjunto de productos expresa el estrecho vínculo existente entre cul-tura y naturaleza, figurando a menudo centralmente entre los recursos que han posibilitado el desarrollo de las culturas originarias en todo el planeta. Ellos comprenden en su am-plitud numerosas especies vegetales y animales de diverso uso, incluyendo, entre otros, el medicinal, el comestible, el condimentario, el tintóreo, el ornamental, el aromático, el artesanal y el ritual.

La declaración que sigue enfatiza la condición vulnerable de ese gran conjunto de recursos y destaca medidas esenciales requeridas para su protección en nuestro país, entre las cuales destaca, centralmente, la participación social informada.

ADSCRIPCIÓN DE LOS AUTORES:

1. Centro de Investigaciones Bio-lógicas. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Carretera Pachuca Tulancingo S/N. C.P. 42184. Pachuca, Hidalgo, México. [email protected]. Departamento de Biología, Universidad de Nariño. Calle 18 Carrera 50 Ciudad Universita-ria Torobajo, Pasto, Colombia. [email protected] 3. Programa Actores Sociales de la Flora Medicinal en México, Ins-tituto Nacional de Antropología e Historia. Matamoros 14, Aca-pantzingo Morelos. C.P. 62440. México [email protected]

4. Grupo de Estudios Ambienta-les A.C, Allende 7, Santa Úrsula Coapa, 04650, México, DF. [email protected] 5. Centro de Investigaciones Tro-picales, Universidad Veracruzana. Xalapa, Veracruz, México. [email protected] 6. Proyecto Sierra de Santa Marta, A. C. Ave. Mártires del 28 de Agosto No. 430 altos. Colonia Obrero Campesina, Xalapa 91020, Veracruz, México [email protected] 7. Red de Aprendizaje, Intercam-bio y la Sistematización de Expe-riencias hacia la Sustentabilidad- RAISES, A.C. México [email protected]

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Domingo 1 de agosto de 2010el tlacuache 427

Consejo editorial

Matamoros 14, Acapantzingo, Cuernavaca, [email protected]

www.lajornadamorelos/suplementos/el-tlacuache

Coordinación editorial de este número:

Paul HerscH Martínez

Coordinación de producción: luis sáncHez García

El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de sus autores

Organo de difusión de la comunidad del Centro INAH Morelos

eduardo corona Martínez

Paul HerscH Martínez

Gilberto lóPez y rivas

ricardo MelGar bao

luis MiGuel Morayta Mendoza

Hortensia de veGa nova

rafael Gutiérrez yáñez

norberto González cresPo

1 | Fibras... Museo Regional Cuauhnáhuac Palacio de Cortés

Una frontera no es algo lejano o físico únicamente, sino que puede ser parte de nuestra más intima realidad.

Producciones cinematográficas que nos acercan a la realidad mexicana contemporánea.

CICLO DE CINE FRONTERAS MENTALES, FRONTERAS IMPUESTAS

Sala Juan Dubernard Entrada gratuita

Adolescente y adultosJardín Juárez, Centro, Cuernavaca, Mor.

Tels. (777) 312-81-71, 310-18-45 y 312-69-96 www.inah.gob.mx [email protected]

Jueves 5 de agosto, 19:00 hrs.

Lake TahoeDir. Fernando Eimbcke México 2008. Drama, 89 min

Juan, un joven de 16 años que decide escaparse de casa de-bido al sufrimiento que impera ahí, choca su auto en medio de la huida. Mientras busca quién le repare el auto, se cruza con extrañas situaciones y perso-najes como don Heber, un me-cánico viejo que tiene por mas-cota a un curioso bóxer. Luego Juan se topa con Lucía, una chica joven que mantiene a su familia tra-bajando en un pequeño local, y después se encuentra con David, quien vive muy interesado en las artes marciales y la figura de Bruce Lee. 24 horas más tarde, al final de un singular viaje de iniciación y crecimiento por una serie de desconcertantes universos, Juan conseguirá romper su aislamiento emocional y el sentimiento de pérdida.

Jueves 12 de agosto, 19:00 hrs.

ElviraDir. Javier Solórzano Casarín México 2009, Documental, 66 min

Relato del calvario de la inmi-grante indocumentada Elvira Arellano, quien fue deportada como consecuencia de la pa-ranoia del ataque a las Torres Gemelas, mientras que su hijo Saúl, de nacionalidad estado-unidense, permaneció sepa-rado de ella en Estados Unidos. En el documental podemos encontrar bastantes elementos innovadores en su factura: el diseño sonoro no solamente se remite a la música, sino a crear sensaciones, sentimientos y a dramatizar de manera efectiva. Visualmente (en mo-mentos estratégico) el uso de elementos gráficos, tipografía e iconogra-fía refuerzan la línea narrativa; la cámara es por momentos un ser vivo que juega con un cuadro que entra en tensión o presenta situaciones con sus movimientos; aún en momentos que podría ser fija, se mueve, justificando la vitalidad de un ojo que se compromete con su personaje, le extrae y comparte momentos de gran humanidad e intimistas.

tras que una misma fibra puede ser empleada para diferentes fi-nes. Esto es más acentuado en las fibras de origen vegetal.

Las fibras como materia prima pueden requerir de tratamientos específicos para ser utilizadas en la manufactura de hilos o pueden ser utilizadas sin tratamientos previos: citemos como ejemplo al algodón, que prácticamente no requiere de ningún tratamiento para la elaboración de hilos, su capullo se toma de la planta y está listo para hilarse; por el contrario, para la obtención de las fibras de algunos agaves es necesario separar las fibras de los materiales pulposos con un raspador; posteriormente se blan-quean y se seleccionan las fibras de acuerdo a su uso final, mien-tras que en el caso de las fibras de lino y cáñamo, para su obtención se requieren procesos de fermen-tación en tinas especiales, con el propósito de separar los haces de fibras y permitir así posterior-mente el agramado y peinado para obtener fibras limpias.

Importancia de las fibras en los contextos arqueológicos

La importancia de las fibras tex-tiles para la fabricación de telas o lienzos a través de la historia, ha estado en relación directa con la presencia de ellas en las distintas zonas climáticas. Por ejemplo, en Egipto la materia prima dominante fue el lino, en China la seda, en Mesoamérica el algodón y en la región andina, los pelos obtenidos de diversos camélidos (llama, alpaca, vi-cuña y guanaco).

En los contextos arqueológi-cos, en ocasiones es posible la recuperación de artefactos ela-borados a partir del uso de fi-bras. Entre esos objetos pueden mencionarse cestas, cordeles,

“ixcacles” o sandalias y restos de textiles.

En lo que respecta a los tex-tiles, comentaremos que las in-vestigaciones arqueológicas han demostrado que el tejido en sus diversas formas apareció en el viejo mundo a principios del Neolítico, hace aproximadamente 8,000 años y gracias a que algu-nos textiles se han conservado, se ha podido llevar a cabo un de-tallado estudio sobre las técnicas empleadas en su manufactura y en el desarrollo evolutivo de las mismas, así como de las materias primas, llegando a la conclusión de que en tiempos modernos no se ha introducido ningún princi-pio básico en cuanto a hilados y tejidos: todo se ha reducido a la mecanización de lo que algunos llaman “técnicas primitivas”.

En el caso de nuestro país, la mayoría de los hallazgos textiles provienen de cuevas localizadas en zonas secas. Los restos más antiguos de redes, cestas y es-teras provienen del Valle de Te-huacán, Pue., calculándoseles su origen entre los 6500 a 4800 aC. Ello contrasta con el origen de los primeros fragmentos de telas, que se han rescatado en cuevas de Tamaulipas, fijado entre los años 1800 y 1400 aC.

En el estado de Morelos, se han rescatado evidencias textiles en las cuevas El Gallo y La Cha-güera, en depósitos mortuorios depositados en esos sitios aproxi-madamente en el el año 350 aC.

En sus principios, la elabora-ción de textiles era una actividad artesanal; los mismos individuos llevaban a cabo todo el proceso, desde la obtención de la materia prima hasta el tejido. Posterior-mente se irían diversificando las actividades. Cada proceso sería realizado como un “oficio” y los productos en sus distintas etapas eran objeto de “comercio”.

En muchos pueblos, el te-

jido es una actividad femenina, aunque ciertos procesos son rea-lizados por los hombres, como trasquilar las ovejas, segar las plantas o colectar el algodón, e indudablemente se inició como una actividad doméstica, cuando cada familia tejía sus propias te-las. Fue con el transcurso de los años que las diversas actividades empezaron a ser realizadas por grupos especializados, en espa-cios semejantes a talleres, espe-cialmente la del tejido.

Actualmente los múltiples materiales sintéticos han susti-tuido notablemente a las fibras de origen vegetal y animal. Sin embargo, muchas de las fibras naturales se siguen utilizando; baste citar entre las primeras al algodón y el lino y entre las se-gundas a la lana y la seda.

El algodón blanco y algodón coyuchi (de color pardo) es uti-lizado actualmente por varios grupos indígenas de nuestro país, y era tal su importancia para la elaboración de tejidos que Sa-hagún menciona la gran variedad existente entonces de algodones, refiriendo: ”…sembraban y co-gían algodón de todos colores, como decir colorado, encarnado, amarillo, morado, blanquecino, verde, azul, prieto, pardo naran-jado y leonado; estos colores de algodón eran naturales, que así se nacían”.

La identificación de las fibras textiles procedentes de contex-tos arqueológicos reviste gran importancia, ya que a través de ellas se puede obtener informa-ción clave sobre el medio am-biente y los sistemas de comer-cio y de tributo. Por otra parte, es importante conocer las carac-terísticas físicas, químicas y bio-lógicas de esas fibras con el fin de someterlas a tratamientos de conservación adecuados y pre-servar así esta faceta relevante de nuestro patrimonio cultural.

nes climáticas diferentes. Se les ha dado seguimiento a

las plantaciones de axihuitl, con los siguientes resultados: en las parcelas 1 y 2 las plantas se de-sarrollan satisfactoriamente, en la uno todas las plantas cumplieron con su ciclo fenológico, porque este año se colectaron semillas; en relación con la parcela 2 no todas las plantas florecieron, sin em-bargo, se observan sanas y fron-dosas. Las plantas de la parcela tres, son máspequeñas, algunas sí florecieron y fructificaron, tal vez se debe a las condiciones ambien-tales a las que están expuestas.

A inicios de este año, en el

periodo de sequía, se instaló en las tres parcelas referidas un sis-tema de riego, ya que son plan-tas que requieren de suficiente humedad. Entre las actividades de cultivo, está incluido el des-hierbe constante, recibiendo las plantas tierra, riego y poda.

A un año de seguimiento so-bre el desarrollo de las plantas y con el manejo realizado, todas las plantas de axihuitl se encuen-tran en buen estado. Después de la producción de semillas, las plantas se podaron para dar con-tinuidad a su desarrollo. Con las parcelas ya establecidas a partir de este periodo de lluvias y hasta junio del próximo año se eva-

luará la cantidad de follaje que se obtiene por planta y cuántos cortes de hojas se pueden hacer durante un año.

De esta manera se pretende definir si el cultivo orgánico del axihuitl es económicamente redi-tuable y así lograr un desarrollo óptimo de esta planta, que per-mita a sus productores obtener ingresos monetarios sin destruir la biodiversidad del patrimonio natural de los habitantes de San Juan Tlacotenco.

Agradecimiento al Biol. Fernando Sánchez Martínez y al Dr. Paul Hersch por la revisión del pre-sente artículo.

2 | Propagación y...