IICA Instituto Interamericano para la Cooperación Agrícola Fondo de Población de las Naciones Unidas Proyecto COL/95/P06 LAS MUJERES DESPLAZADAS POR LA VIOLENCIA EN MONTERÍA Informe Final Fernando Bernal C Ph.D. Eva Inés Gómez Mayo de 1997
IICA
Instituto Interamericano para la Cooperación Agrícola
Fondo de Población de las Naciones Unidas
Proyecto COL/95/P06
LAS MUJERES DESPLAZADAS POR LA VIOLENCIA
EN MONTERÍA
Informe Final
Fernando Bernal C Ph.D.
Eva Inés Gómez
Mayo de 1997
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
ÍNDICE
I. Introducción 5
II. La Lógica del Desplazamiento 8
El Orden Social 8
Formas de Violencia Ejercida 13
Agentes Generadores de Violencia 15
III. Condiciones y Características del Desplazamiento 17
Caracterización del Proceso Migratorio 18
Etapas de la Migración 19
Temporalidad del Desplazamiento 19
Composición Demográfica del Desplazamiento 22
Entorno Cultural y Económico del Lugar de Asentamiento 25
IV. Características Demográficas de las Mujeres Desplazadas 27
V. Características Demográficas de la Mujer Desplazada Jefe de Hogar 34
VI. Características Demográficas de los Hogares de las Mujeres
Desplazadas 37
Estructura por Sexo y Edad 37
Actividad Económica 42
VII. Mortalidad: Familiares Muertos por Causas Violentas 44
Número de Familiares Muertos por Sexo 45 2
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Estructura por Edad de las Defunciones 47
Parentesco 48
Lugar 50
Viudez 51
Orfandad 51
Pérdida de Hermanos 52
VIII. Actividades Económicas e Ingresos de las Mujeres y sus Flias 55
Oficios Desempeñados por Padres y Esposos 55
Tipo de Tenencia de Agricultores y Ganaderos 57
Destino de la Propiedad al Momento de Migrar 60
Actividades Económicas de Padres y Esposos en Cantaclaro 62
Actividades Economicas de la Mujer: en el Lugar de Procedencia 67
Actividades Económicas de la Mujer: en Cantaclaro 69
Ingresos del Hogar 70
Decisión del Gasto 72
IX. Capital Social 74
Organización y Participación Cívica en el Lugar de Procedencia 74
Organización y Participación Cívica en Cantaclaro 79
X. Relaciones con el Gobierno Local 83
Identificación de la Estructura Institucional del Gobierno Local
85
Mujeres que Llevan Tres o Más Años de Asentamiento 88
Sobrevivencia y Relaciones de Carácter Político 90
Atención del Estado y el Sector Privado en la Movilización 92
XI. Estrategias familiares de Supervivencia 94 3
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Red Familiar y Extrafamiliar 94
Consumo: Decisión sobre el Gasto 95
Orgnización del Consumo 96
Preferencia por Miembros 96
Jornada de los Niños 97
Atención en Salud 98
División Familiar del Trabajo 98
Capacitación 99
Allegamiento Cohabitacional 101
XII. Actitudes Expectativas 102
Proyecto de Retorno 102
Cambio de Lugar de Habitación 103
El Futuro 104
Solidaridad 104
XIII. Características de Bienestar de los Hogares de las Desplazadas 106
Tamaño 106
Condiciones de Vivienda 106
Tenencia de la Vivienda 107
Material de los Pisos 107
Servicio Sanitario 108
Agua 108
Número de Cuartos 108
XIV. Bibliografía 110
XII. Anexos 113 4
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
I. INTRODUCCIÓN
El fenómeno del desplazamiento forzoso de las mujeres y sus familias en una manifestación de la
manera como sociedades rurales atrasadas y debilmente estructuradas del pais, sufren un proceso
de desintegración bajo el impacto de diferentes formas de violencia. Es un retraso que se origina en
una vida política organizada por estructuras de carácter clientelista autoritario, y un órden social
que se caracteriza por una aguda polarización de clases, que no ha contribuido a que los individuos
hayan elaborado estructuras de cohesión social, o de pertenencia. Se han creado asi niveles muy
bajos de cultura cívica, que han terminado por crear organizaciones sociales muy débiles para
resistir las fuerzas exógenas desestabilizadoras.
En estas sociedades, por la multiplicidad de papeles que desempeña, la mujer ha sido una de las
víctimas más visibles de este conflicto. Dentro de una población de desplazados
predominantemente menor de 25 años, cerca de dos terceras partes corresponde a mujeres, de las
cuales el 25,0 % son cabeza de familia. Afectada por el fenómeno de la viudez, su migración a las
áreas urbanas la ha llevado a asumir nuevos roles sociales y económicos.
En este contexto social urbano, las mujeres han tenido que entrar a establecer nuevas relaciones con
el Estado y nuevas formas de organización social orientadas a garantizar la existencia del núcleo
familiar. Formas embrionarias de redes de organización y participación cívica, para promover la
confianza interpersonal y la confianza en unas ausentes instituciones del Estado, han sido parte del
inicio de creación del capital social que estas mujeres han promovido en su proceso de adaptación a
su nuevo entorno.
5
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Este ha sido el caso de las mujeres del asentamiento subnormal de Cantaclaro, Montería. Por ser
uno de los terrenos ocupados en la década pasada, este barrio se constituye en uno de los
asentamientos subnormales más grande de Montería, con una considerable presencia de
desplazados de la violencia. Con una extensión aproximada de 70 hectáreas, Cantaclaro está
ubicado en el extremo sur de la ciudad de Montería. Enmarcado por el ángulo que forma la
intersección del canal de aguas negras con la carretera que conduce a la población de
Planetarica, al suroccidente de la ciudad. El barrio está dividido en 11 sectores 1. Llama la
atención esta división geopolítica realizada por los habitantes del barrio. Esta no obedece a
caprichos del pensamiento colectivo, sino a lógicas determinadas por la naturaleza de la
ocupación de esa porción de territorio, al medio ambiente local y a las necesidades de
asentamiento de la población. Estas fueron condiciones que en el curso de la acomodación de las
familias, se fueron corrigiendo con la asistencia técnica de las entidades de vivienda y
planeación.
Expulsadas fundamentalmente del área rural del Urabá Antioqueño y Cordobés, una encuesta
realizada a 465 mujeres residentes de un número igual de hogares, permitió encontrar que al
momento del traslado, el 64,0 % de ellas viajó acompañada de 1-5 personas, y el 23,0 % con 6-9
personas. Los desplazamientos en grupos más numerosos, de 10 y más personas, fue realizado por
el 12,0 %. En el CUADRO 1.1 se observa que apenas un 2.6 % del total de mujeres viajaron solas.
Al contabilizar el número de personas que viajaron con estas mujeres, se tiene que un total de 2963
personas se desplazaron con ellas. El total de familiares desplazados con estas mujeres fue de 2614,
lo que representa el 88.2 % del total de desplazados. El total de personas no familiares trasladadas
en estos movimientos fue de 337 (11.4%).
1 La Carretera, Níspero, Las Cañas, El Paraiso, La Represa, Ñipi Plan A, Ñipi Plan B, Ñipi Plan C, El Canal, La Unión, La Isla. 6
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Confrontadas con el agravamiento de sus condiciones de vida en este asentamiento subnormal,
estas mujeres y sus padres y esposos de manera primordial, han recurrido a nuevas alternativas
económicas a través de un masivo traslado del sector primario de la economía al sector informal de
la venta ambulante y al sector de la construcción, lo que les ha permitido comenzar a generar
ingresos en su nuevo entorno urbano. Confianza, solidaridad entre ellas, una nueva naturaleza en
sus relaciones con las instituciones del gobierno central fundamentalmente, son virtudes cívicas que
han empezado a ser construidas al interior de este grupo de mujeres y de sus familias.
Para ellas como para los que participaron en la invasión que dió origen al barrio, existe un sentido
de pertenencia “barrial” que las fortalece como seres sociales. Es un sentido de orgullo, estabilidad
e identidad que las lleva a manifestar su deseo de permanecer en el barrio y no querer salir de alli,
lo que contrasta con la situación de marginalidad y de pobreza en que se hallan.
7
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
II. LA LÓGICA DEL DESPLAZAMIENTO
El desplazamiento forzoso de un grupo humano como el que conforman las mujeres que han
llegado a asentarse a Cantaclaro, es un hecho lo suficientemente representativo del conflicto
que está teniendo lugar al interior de la sociedad, que su análisis es fundamental para entender la
naturaleza de dicho conflicto.
Para comenzar, es un hecho que tiene que ver con las características del orden social dentro del
cual se da esta forma de violencia. Sociedades rurales que no han creado una clase media
vigorosa, y que además conforman estructuras muy ineficientes para que sus miembros accedan
a niveles adecuados de bienestar. Además, tiene que ver con la naturaleza de los agentes
sociales que ejercen esta forma de violencia. Agentes externos o internos, quienes por diversas
razones se han dado a la tarea de exterminar grupos o clases sociales de la sociedad. Y
finalmente tiene que ver con las formas mismas que reviste la violencia. Es decir, las formas
psicológicas y armadas que ha presentado la violencia ejercida sobre la sociedad .
El Orden Social
En relación con el orden social un primer aspecto importante de señalar es que la totalidad de las
mujeres desplazadas por la violencia y asentadas en Cantaclaro, han salido huyendo de
sociedades fundamentalmente agrarias, en las que predomina un orden social rural, aún en los
asentamientos urbanos que estas sociedades contienen. Son sociedades que a través de
8
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríaelaboradas estructuras, han establecido una intensa y compleja red de relaciones políticas,
sociales, económicas, entre campo/ciudad, pero que básicamente pueden definirse como
sociedades agrarias.
En este sentido, un primer resultado importante de esta investigación indica que un 85.4% de las
mujeres desplazadas por la violencia y asentadas en Cantaclaro han salido huyendo de
asentamientos rurales de los departamentos de Córdoba y Antioquia, cercanos al área de
influencia de Montería ; sólo un 14.0 % provienen de los asentamientos urbanos, las cabeceras
municipales. De este total, alrededor de la mitad de las mujeres desplazadas provienen de
Córdoba y un 47,7 % de Antioquia. Tan solo un 1,0 % provienen de otros departamentos
diferentes (ver gráficas 2.1 y 2.2 y cuadro 2.1 ) Dos cuartas partes de las mujeres fueron
desplazadas de la zona rural de Antioquia y un 45% del área rural de Córdoba.
Al interior de estos departamentos se configura un mapa regional que muestra que los desplazados
asentados en Cantaclaro provienen del Urabá antioqueño (Apartadó, Necoclí, Arboletes, San
Pedro, San Pedro de Urabá, Turbo, Chigorodó, San Juan de Urabá, Carepa y Mutatá) y del Urabá
cordobés (Montería, Tierra Alta, Canalete, Valencia, Los Córdobas y Puerto Escondido). De dichas
zonas son oriundas el 86.4 % de las mujeres desplazadas, repartido por partes iguales entre el
Urabá antioqueño y cordobés, 43.2%.
En el Urabá antioqueño, los municipios que más mujeres desplazan son Apartadó, Necoclí y
Arboletes, entre los tres dan cuenta del desplazamiento de un 27,0 % de las mujeres, seguidos de
San Pedro y San Pedro de Urabá 10,0 %. En el Urabá cordobés por su parte, los principales
municipios expulsores son Montería y Tierra Alta, los cuales contabilizan un 31,0 % de mujeres
desplazadas y, en menor proporción, Canalete y Valencia 11,0 %.
9
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaDesde el punto de vista de la estructura de relaciones y la organización social, al interior de estas
sociedades los resultados presentados muestran que en el 45.4 % de los hogares de las mujeres
desplazadas, sus esposos o compañeros permanentes, pertenecían al grupo de asalariados
agrícolas, es decir, vivían de vender su fuerza de trabajo en actividades agrícolas. En otro grupo
importante de hogares, un 39,6 % de los esposos estaban dedicados a la agricultura y/o la
ganadería como productores directos, es decir, componían un grupo social de campesinos
independientes dedicados a la producción de alimentos. Un último grupo de esposos que
representaban un 9,1% estaban vinculados al sector urbano de servicios como artesanos
independientes o vendedores públicos. Estos resultados muestran que la composición social de
los grupos afectados por la violencia y posterior expulsión, es diversa, cubrió estratos diferentes
de una estructura social propia de sociedades agrarias. A juzgar por la baja capacidad económica
demostrada para rehacer sus vidas en el entorno urbano, en Cantaclaro, y la condición de
asalariados de cerca de la mitad de ellos, se puede pensar que pertenecían a estratos sociales de
bajos niveles de ingreso dentro de la sociedad de origen.
Desde el punto de vista de las normas de reciprocidad y redes de participación cívica, es decir, el
capital social que caracterizaba el orden de la vida social de las sociedades a que estos grupos
pertenecían, como más adelante se presentará (ver capítulo IX ) éstos se caracterizaban por la
muy débil estructura de cohesión social, y el muy bajo nivel de cultura cívica existente. Cerca
de un 80% de las mujeres no pertenecían a ninguna organización de carácter cívico, ni
participaba en ninguna actividad organizada por la comunidad. Este es un aspecto importante,
porque de alguna manera refleja el pobre vigor de la vida cívica de estas sociedades, y la pobre
noción de pertenencia de sus miembros. Es una señal de la limitada capacidad de las mismas
para enfrentar factores exógenos de violencia que atentan contra la vida social y la organización
económica. Esta es un señal de la debilidad del orden social establecido en estas sociedades, así
como de la escasa o nula confianza de estos grupos sociales en la institucionalidad existente.
10
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaDesde otro punto de vista de este orden social, se encontró que un 43.2 % de las mujeres
desplazadas eran nativas de la sociedad de la cual fueron expulsadas por la violencia y un 49,0 %
fueron expulsadas de lugares de los cuales no eran nativas. Es decir, hasta este punto del análisis
se puede afirmar que en términos del orden social, pero más concretamente del civismo y la
capacidad de organización de la sociedad a la que pertenecían las mujeres, no se encontró
ninguna diferencia el hecho de que éstas fueran nativas o no de la sociedad. Es decir, que tanto
las que habían migrado de otras regiones, como las nacidas allí mismo, presentaban las mismas
características de muy elementales señales de cultura cívica en lo que tenía que ver con su
integración a estas sociedades.
Desde el punto de vista del bienestar de estas sociedades, de acuerdo a los indicadores de
Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), para 1993 la población de Córdoba que se encontraba
en condiciones de pobreza era del 65,2 %, y un 36,5 % estaba en condiciones de miseria. El
cuadro Anexo 2.2 presenta la población de acuerdo a los indicadores de Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI) para los principales municipios expulsores de población del Urabá antioqueño y
cordobés.
Se observa que la mitad de la población de Montería tiene necesidades insatisfechas, y es altísima
la proporción en estas condiciones en el área rural, 78.2 %. En los municipios de Tierralta y
Valencia la situación es peor, 90,0 % y 88,0 % de población con NBI, respectivamente, y más de la
mitad en miseria. Otro tanto sucede en los municipios del Urabá antioqueño. En Arboletes,
Necoclí y San Pedro, un 80% o más de la población tiene NBI y en la zona rural las proporciones
ascienden a más del 90%. En Necoclí, dos de cada tres personas padecen miseria. En Apartadó, el
nivel de pobreza es un poco menor, 51,0 %, sin mayores diferencias por zona.
Es decir, son sociedades en las que las formas organizadas de producción predominantes, caso de la
gran explotación ganadera y la explotación bananera capitalista, no constituyen estructuras
11
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríaeconómicas que permitan que los individuos miembros de estas sociedades puedan acceder a
niveles adecuados de bienestar. Es decir son sociedades no funcionales e ineficientes, pues solo
producen pobreza.
Formas de Violencia Ejercida
Desde el punto de vista de las formas mismas que toma la violencia que lleva a la expulsión de
las mujeres y de sus familias, estas mencionaron a la amenaza 44,0 %, como la principal de
estas formas de violencia ; en segundo lugar fueron señalados los asesinatos 23,2 %, y por
último un 19,0 % señaló al miedo. Es decir, la violencia psicológica es la forma predominante
de coacción de los diferentes agentes encargados de la misma en estas sociedades. De esta
manera, si a la amenaza se agrega el miedo señalado por las mujeres, el cual se puede
interpretar, en parte, como resultado de la amenaza, se tiene que esta última es la forma de
violencia más importante que produce la migración de las mujeres y sus familias.
Por otro lado, estos resultados están señalando que de hecho el individuo no tiene confianza en
las instituciones, bien porque éstas no existen o porque desconfía de ellas (Ver capítulo VII).
Así, ante la amenaza, el individuo solo contempla la opción de migrar porque considera que no
hay quien garantice sus derechos básicos, como el derecho a la vida, la propiedad, etc. Esta falta
de institucionalidad, acarrea el máximo costo para los individuos que pretenden llevar a cabo
cualquier actividad económica, cual es el de perder toda la inversión realizada. Esta forma de
violencia es más generalizada que el asesinato, el cual solo fue señalado por un 23,2 % de las
mujeres desplazadas. Ello a pesar de que un 40,0 % de las mujeres mencionaron la pérdida de
familiares por causas violentas en diferentes épocas de sus vidas.
12
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería El efecto claro de estas diferentes formas de violencia, es el de afectar a productores agrícolas y
asalariados agrícolas. Al destruir los grupos sociales básicos de estas sociedades, estas
sociedades están quedando desarticuladas e inhabilitadas para su reconstrucción en la forma en
que venían funcionando
Agentes Generadores de la Violencia.
Conocer la naturaleza de los agentes que directamente promueven la violencia en estas
sociedades, ilustra acerca de las características políticas del conflicto, y también de la rationale
económica del mismo.
La multiplicidad de actores que intervienen tienen sus especificidades regionales . En este caso
concreto, en que los desplazados provienen de Urabá principalmente, los actores específicos que
intervienen son la guerrilla y los paramilitares; los primeros, han consolidado su presencia en estos
escenarios, y los últimos, los paramilitares, están haciendo presencia, como respuesta para enfrentar
a la guerrilla.
Analizando el total de respuestas, se tiene que la guerrilla 71,0 %, es señalada como el principal
agente promotor de la violencia que los llevó a migrar; seguida en un lugar secundario por los
paramilitares 18,0 %. Estos grupos tienen gran presencia en el Urabá. Ellos, con las diversas
modalidades de violencia que ejercen sobre la población ( amenazas, desapariciones y desalojos),
han producido un 89,0 % de las salidas forzosas.
Las cifras revelan algunas de las características ya conocidas del conflicto. Es decir, que tanto en
Urabá como en Córdoba, la guerrilla ha sido el principal protagonista y por más largo tiempo del
13
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríaenfrentamiento con el Estado; que el paramilitarismo más reciente, es menos identificado por la
población como generador de la violencia y le disputa a la guerrilla el predominio en la región.
La poca identificación de la actividad del paramilitarismo, bien puede deberse a que la población
desplazada tiende a identificar a los diferentes grupos armados con la guerrilla.
Es propio de regiones como la de Córdoba, que los grupos paramilitares promuevan el
desplazamiento forzoso, con intenciones políticas y además por razones económicas. Es este el
razonamiento que se encuentra en muchos de los análisis contemporáneos, de fenómenos como
el llamado “neolatifundismo”, el cual identifica al narcotráfico como el mayor comprador de
estas tierras.
Las mujeres desplazadas señalan como el origen de su desplazamiento forzoso a un único agente
armado; apenas un 7,0 % de las mujeres reportó o responsabilizó a 2 o más agentes armados,
incluyendo a la guerrilla con otros actores, especialmente con paramilitares, 5,0 % (GRÁFICO 2.4 )
14
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
III. CONDICIONES Y CARACTERÍSTICAS DEL DESPLAZAMIENTOONDICIONES Y CARACTERÍSTICAS DEL DESPLAZAMIENTO
Una de las mediciones importantes del alcance de la violencia al interior de una sociedad, está
dada por la dimensión del impacto que esta produce en la estabilidad de los asentamientos
humanos allí constituidos. El desplazamiento forzoso de sus miembros de los asentamientos
establecidos, sin duda se toma como la muestra de un nivel de violencia muy alto que la
sociedad no puede enfrentar.
Los desplazamientos, sin embargo, pueden presentar diversas categorías. Este puede ser un
desplazamiento forzoso de su población nativa de toda la vida ; de su población nativa de
retorno ; o de población inmigrante. El desplazamiento también puede ser temporal o puede ser
definitivo. Puede ser además un desplazamiento individual, involucrar la familia o involucrar
todos los miembros de la sociedad, es decir, ser colectivo.
La diversa combinación de estos factores puede llevar a que este producto de la violencia tenga
como resultado final la desaparición parcial o total de determinados grupos sociales y la
recomposición de la estructura social al interior de estas sociedades.
Caracterización del Proceso Migratorio
Desde el punto de vista de la condición migratoria de las mujeres, en el momento en que
fueron víctimas de la violencia que forzó su migración, se encontró que cerca del 50,0 % de las
mujeres desplazadas eran nativas del municipio de donde fueron expulsadas y un 49,0 % eran
15
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríainmigrantes. Dentro de este grupo un 64,0 % provenía de Córdoba, y un 28,7 % provenía de
Montería.
Esta población nativa puede subdividirse en:
* Nativas de toda la vida: Es decir, aquellas mujeres que no tenían una historia migratoria
anterior, pues habían vivido toda la vida en su lugar de nacimiento. Este tipo representa el 43.2 %
del total y el 85,0 % de población nativa.
* Nativas de retorno: Comprende la población que habiendo nacido en el municipio, había
emigrado en algún momento de su vida a otras localidades y regresado de nuevo a su lugar de
nacimiento desde donde fueron desplazadas a Cantaclaro. Esta clase alcanza un 15,0 % dentro del
total.
Población Inmigrante: Aquí se consideran los desplazamientos de población no nativa del lugar
desde donde fueron expulsadas, que son del orden del 49,0 %. Esta es una población que es
originaria principalmente del departamento de Antioquia (60.5 %).
Este flujo de población inmigrante se puede separar en
*Inmigrantes del departamento: Son los movimientos de población que aunque no nació en el
lugar de expulsión, es nativa de otros municipios del departamento. Ellos ascienden a 37,0 %.
*Inmigrantes de otros departamentos: Corresponde a los flujos de población inmigrante originaria
de municipios fuera del departamento. Representan el 31,0 % del total de desplazamientos. Ella
asciende al 62,7 % de los inmigrantes.
Etapas de la Migración 16
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Se puede además mencionar otras modalidades de desplazamiento según las etapas entre el lugar de
expulsión y el destino final. Estas serían directos o escalonados. En esta población concreta,
prevalecen los movimientos directos, apenas un 6.7 % realizó desplazamientos en etapas o con
tránsitos.
Considerando la zona de residencia en el lugar de salida y en el lugar de asentamiento, se pueden
categorizar como: urbano-urbano y rural-urbano. Para las mujeres desplazadas que se han
asentado en Montería, los primeros representan un 14,0 % y los últimos, rural-urbano, son los más
frecuentes, 85,0 % del total de desplazamientos.
Temporalidad del Desplazamiento
Este hace referencia al carácter definitivo del proceso migratorio en el transcurso del tiempo. No
obstante, aquí se presentan dificultades al tratar de categorizarlos, puesto que esta dimensión
temporal da grados de temporalidad e indefinición y es difícil saber cuando los traslados dejan de
ser indefinidos para convertirse en definitivos. Hecha esta salvedad, para la aproximación que aquí
se intenta, se decidió involucrar varios elementos. Estos fueron:
* el tiempo de residencia transcurrido en el asentamiento,
* la consideración sobre la temporalidad del movimiento,
* la intención de retorno al lugar de origen y
* la intención de cambiar de lugar de residencia.
De acuerdo a ellos, los desplazamientos fueron definidos como temporales o definitivos.
17
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería Desplazamiento Temporal Se consideran como tales los traslados recientes, sobre los
cuales no se sabe que dirección van a tomar. Por traslado reciente se entiende la población que
lleva como máximo un año de asentamiento en Cantaclaro.
El carácter temporal del traslado podría estimarse en alrededor de un 20,0 %: un 19.6 % de las
mujeres son inmigrantes recientes, y un 21.3 % consideran que el traslado es temporal.
Desplazamiento Definitivo Este podría situarse en cerca de un 80,0 %, teniendo
en cuenta el tiempo que llevan viviendo las mujeres en Cantaclaro. Más de la mitad son
desplazadas antiguas, con más de 3 años de residencia en el barrio y un 26,0 % lleva entre 2 y 3
años.
Además, entre estas mujeres desplazadas no parece existir la intención de retornar al lugar de
origen (apenas un 6.2 % quiere regresar).
Cambio de Residencia Al considerar el deseo de cambiar de residencia 37,0 %,
manifestaron deseo de cambiarse sobre todo a otro barrio de Montería o a otro sector de Cantaclaro.
Si se toma el 13,0 % que desea mudarse a otro sector del barrio, se tendría que solo un 24,0 %
quiere salir de Cantaclaro y si se suma el 17,0 % que desea trasladarse a otro barrio de Montería,
quedaría un 7,0 % de mujeres que quieren cambiar de lugar de destino.
Un 63,0 % no desea cambiar de lugar de vivienda, entre otras cosas, porque considera que está bien
en Cantaclaro. Al agregar las mujeres que quieren cambiarse a otro sector del barrio o de la ciudad,
se tendría que, por cada 100 mujeres, 76 no piensan salir de Cantaclaro, y 93 de la ciudad, por lo
menos por ahora.
18
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaLa apreciación, por parte de estas mujeres sobre la temporalidad del traslado, corrobora las cifras
anteriores: un 79,0 % considera el traslado como un hecho definitivo. Otro tanto sucede con el
retorno, el cual amerita un mayor análisis.
* Perspectiva de Retorno al Lugar de Origen (lugar de expulsión): Es significativo que un
94,0 % de las mujeres desplazadas no tiene la intención de regresar al lugar de residencia anterior.
Entre las razones que aducen están el miedo a la violencia 63,0 % y su contraparte, que ahora se
sienten tranquilas y en paz 22.4 %. Este es un indicio de las efectos psicológicos del
desplazamiento por causas violentas, sobre el individuo: la interiorización y generalización del
miedo, convirtiéndose éste en una constante en la vida de los desplazados.
Ante esta perspectiva, los traslados se convierten en definitivos, pues es poco probable que esta
población retorne, si además se considera que las condiciones en el lugar de
origen no se han modificado. Puede que cambien de destino y continúen ampliando su historia
migratoria, pero estarán desarraigados de su lugar de origen.
Y estos traslados definitivos son expresión del proceso de desarraigo que va experimentando la
población desplazada con el transcurso del tiempo, por la pérdida no solo material, sino por la
pérdida de sus principales referentes y vínculos vitales de su existencia (familiares, económicos,
sociales y culturales), de su sentido de pertenencia
Así lo sugiere la visión de un 'cierto retorno', a la pregunta de si le gustaría vivir en un lugar con
condiciones semejantes a las del lugar de origen: un 92,0 % contestó que sí. Y es que las razones
que dan las mujeres para regresar al lugar de origen: trabajar la tierra, estar con la familia y mejor
nivel de vida (aunque los datos no sean contundentes, pues son pocas las mujeres en esta categoría),
sugieren el anhelo por recuperar de alguna manera su universo personal perdido.
19
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería Composición Demográfica del Desplazamiento
Desplazamiento Familiar. La emigración del grupo familiar parcial o en su totalidad, ha
sido la característica del desplazamiento forzoso de las mujeres asentadas en Cantaclaro. Un
79,4% de las mujeres afirmaron haberse desplazado con su familia. Es decir, además de que es
una migración definitiva, en ésta se halla envuelto el grupo familiar, lo que claramente está
indicando el alcance del impacto de esta violencia en las sociedades de donde provinieron estas
mujeres y sus familias.
Estos grupos familiares han estado compuestos por un mínimo de miembros del núcleo familiar
que oscila entre 2 y 11 miembros. Tres cuartas partes de estos grupos desplazan entre 2 y 6
miembros, y una cuarta parte entre 7 y 11. En este tipo de desplazamientos se movilizaron 1.964
personas, con un promedio de 5.3 personas por familia. (pág. 15 ? ? ? ). Las mujeres en
ocasiones tienen que viajar solas con los hijos, pues el jefe ha salido con anterioridad, ha sido
muerto, ha desaparecido, o se queda.
Desplazamiento Colectivo Estos movimientos están conformados por miembros de la
comunidad como vecinos, amigos y compadres, que se movilizan, bien sea solos, o con su
respectivo grupo familiar, o parte de él. Un 18,0 % de las mujeres respondieron haber realizado su
desplazamiento en forma colectiva. En algunos casos, han viajado conjuntamente hasta más de 20
personas. Más de la mitad de estos éxodos trasladan entre 12 y 20 personas o más y un 40,0 %
entre 3 y 11. El total de población desplazada bajo esta modalidad fue de 987 personas, con un
promedio de 11.8 personas por grupo.
20
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería Desplazamiento Individual Este tipo de emigración obedece a circunstancias inminentes o
extremas de amenazas o atentados contra la persona que se desplaza sola; suele ser muy escasa en el
caso femenino, ya que la principal víctima o blanco de este tipo de violencia es la población
masculina. En estas situaciones, la persona amenazada se moviliza primero de manera precipitada
y luego el resto de la familia (aunque en algunos casos la separación puede ser definitiva). De las
mujeres desplazadas asentadas en Cantaclaro, tan solo un 2,6 % se movilizaron solas, es decir, que
lo usual es que las mujeres viajen acompañadas y con la familia.
Esto contrasta con los resultados del estudio del Episcopado Colombiano sobre hogares
desplazados, en el cual estaban incluidos los jefes de hogar hombres. Este estudio reveló la
significación del desplazamiento individual, alrededor de un 20,0 %, mientras el colectivo era un
poco menor 12,0 % y el desplazamiento familiar se situaba en 67,0 %. Estos resultados podrían
explicarse quizá por el hecho de que la población encuestada en el estudio del episcopado, era
mayoritariamente masculina, sugiriendo diferencias, por sexo, en cuanto a las modalidades que
toma el desplazamiento.
Emigración Familiar Total/ Parcial Emigración Familiar Total/ Parcial Los desplazamientos familiares forzosos pueden
involucrar a la totalidad de los miembros del núcleo o por el contrario solo a algunos de ellos, con
la esperanza de que más adelante se reunirán. Un 85,0 % de las mujeres desplazadas que emigraron
con su familia lo hicieron con la totalidad de los miembros, es decir, viajaron con la familia
completa; tan solo un 15,0 % se movilizó con la familia incompleta. Esto sugiere que en el caso de
las mujeres es más frecuente que el desplazamiento familiar sea completo, con la totalidad de sus
miembros.
Al observar las condiciones familiares en Cantaclaro, se encuentra que apenas un 64,0 % están
reunidos actualmente un 20,0 % menos del que inicialmente había viajado unificado. Sin embargo,
21
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríahay que anotar que los procesos organizativos posteriores al desplazamiento no siempre implican la
reunificación; en algunas situaciones esta reorganización conlleva separación y dispersión cuando
algunos de sus miembros de organizan de manera independiente; y, en otras, como consecuencia
del desplazamiento se produce la desintegración familiar.
Del total de mujeres desplazadas cuya familia no está reunida actualmente, un 64,0 % tiene la
intención, o por lo menos conserva la ilusión, de reunirse nuevamente. Sin embargo, la proporción
de mujeres que no tienen esa intención de reunificación familiar es elevada, un poco más de la
tercera parte 36,0 %. En estos casos parece definitiva la separación y se ha perdido la esperanza.
Entorno Cultural y Económico del Lugar de Asentamiento.Entorno Cultural y Económico del Lugar de Asentamiento.
Lugar de Asentamiento Lugar de Asentamiento Montería se ha convertido en lugar de recepción de
población desplazada del Urabá antioqueño y cordobés. La elección del lugar de asentamiento por
parte de los desplazados involucra consideraciones como la cercanía espacial, la presencia de
familiares y conocidos, las oportunidades económicas, la similitud cultural, entre otras condiciones
que parece ofrecer Montería.
De hecho, un 70,0 % de las desplazadas son nativas de Córdoba y un 32,0 % de Montería
específicamente. Además, existen vínculos culturales, económicos y una cierta idiosincrasia en la
región del Urabá. Y si bien los desplazados que huyen de la violencia, buscan cierto anonimato por
el temor que puedan correr sus vidas. Parece que en Cantaclaro encuentran garantías de seguridad,
tal vez por la circunstancia de existir allí una brigada militar y una organización de desplazados.
Del total de mujeres desplazadas residentes en Cantaclaro, una de cada cinco llegó en los 12 meses
anteriores a la encuesta y una de cada cuatro mujeres lleva entre 1 y tres años viviendo allí. Un
22
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríapoco más de la mitad 54.6 % son residentes antiguas, con más de 3 años. Los sectores del barrio
donde se localizan principalmente estas mujeres son: Unión con un 32,0 %, seguido de Isla con un
17%. Los sectores de Ñipi A, B y C, agrupados, concentran un 20,0 % de las desplazadas.
Hogar de RecepciónHogar de Recepción El lugar a donde llegan a vivir inicialmente los desplazados
depende en parte de las posibilidades económicas, y de las relaciones familiares y sociales que se
tengan en el lugar de asentamiento escogido. La gran mayoría de las mujeres desplazadas tenían
relaciones familiares y/o sociales al momento de llegar a Montería 86.4 %. El 72.5 % de las
mujeres se ubicó en hogares de familiares y un 13.3 % con amigos.
Por condiciones económicas o tal vez por ausencia de relaciones en la ciudad un 10,0 % arribó a
hogares independientes. Es notoria la baja proporción de mujeres que habitaron en tugurios 3.4 %,
muy inferior a la cifra del estudio del Episcopado 16,0 %.
Aquí puede observarse el papel jugado por los lazos familiares y sociales, los que ponen en
funcionamiento redes de solidaridad que posibilitan la supervivencia. Un gran porcentaje de las
desplazadas asentadas en Cantaclaro han nacido en el departamento 70,0 % y una tercera parte es
nativa de Montería, por lo que no es difícil pensar que estas mujeres hayan mantenido nexos con el
lugar de origen o lugares cercanos a él. Este funcionamiento de redes solidarias explicaría, en parte,
que apenas una pequeña proporción de mujeres hubiera llegado a tugurios.
Condiciones Económicas a la Llegada Condiciones Económicas a la Llegada Las precarias condiciones económicas en
que llegan estas mujeres, víctimas del destierro forzoso, las obligó a permanecer en los hogares
receptores en calidad de “arrimadas”, y más de la mitad se encontraban en esta situación 53.5 %.
23
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaPor posibilidades, o por exigencia, un 27,0 % colaboraba con los gastos del hogar al que se había
allegado y solo un 12,0 % de las desplazadas pagaba arriendo.
24
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
.IV. CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS DE LAS MUJERES DESPLAZADAS
En esta sección se presenta una breve descripción sociodemográfica de la población que ha sido
desplazada de manera forzosa. Además de la población femenina, en la cual está puesto el énfasis
de este estudio, se incluye en el análisis la población total que conforma los hogares de estas
mujeres y la población cabeza de estos hogares. Finalmente, se examinan algunas características de
los hogares de las mujeres desplazadas.
Población Femenina Desplazada Población Femenina Desplazada
Lugar de Nacimiento Como se observa en el GRÁFICO 4.2., la mayoría de la
población femenina desplazada establecida en Cantaclaro es nativa de los departamentos de
Córdoba y Antioquia 96,0 %, apenas un 4,0 % es originaria de otros departamentos. Más de dos
tercios de las mujeres nacieron en Córdoba 69.7 % una de cada cuatro en Antioquia, y alrededor
de un tercio en Montería. Estos representan el 46,0 % del total de nativas de Córdoba. Estas
últimas podrían calificarse como migrantes de retorno.
El lugar de nacimiento de las mujeres desplazadas, de acuerdo a la zona de residencia, es
mayoritariamente rural 76.8 %. Más de la mitad provienen del área rural del departamento de
Córdoba 53,8 % y cerca de una quinta parte de Antioquía 22,0 %. Es
decir, así como su lugar de residencia en el momento de ser desplazadas por la violencia era el
sector rural, en un alto porcentaje, también su origen por nacimiento es rural.
25
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaEdad La distribución por edad indica que el desplazamiento afecta principalmente a las
mujeres adultas en edades jóvenes. No hay que olvidar que en esta distribución no se incluye la
población menor de 12 años y que el período de referencia del estudio es de 10 años, de tal manera
que, al momento del desplazamiento, las mujeres podían tener hasta 11 años menos de la edad
actual.
Examinando el GRÁFICO 4.3. se encuentra una cúspide dilatada, entre los 25 y 39 años: en este
rango se concentra la mitad de las mujeres, con una edad media de 36.5 años. A partir de los 40
empieza un descenso paulatino. Las menores de 25 años representan el 17,0 % y la población de 50
años y más ascienden a 16.4 %. Los datos están señalando como la violencia está afectando, de
manera primordial, al grupo de mujeres que se hallan en el rango de edad más productivo
económicamente.
Parentesco En lo que tiene que ver con el parentesco y el rol desempeñado por la mujer
desplazada, esta investigación encontró que un 56,0 % se desempeñan como esposas o compañeras,
y un 38,0 % se desempeñan como jefa de hogar. En el GRÁFICO 4.4. se ve claramente que la
condición por parentesco de las mujeres desplazadas es la de
jefa de hogar o la de cónyuge 95,0 %. Las hijas son tan solo un 3,0 % y los otros parentescos no
tienen relevancia.
Es significativo el nivel que alcanza la jefatura femenina del hogar, muy superior al promedio
nacional (este era de 22.5 %, para 1993 de acuerdo a la Encuesta CASEN). Es más, para el
departamento de Córdoba la proporción de hogares con cabeza femenina 21.9 % era, en la práctica,
igual a la cifra nacional. Este porcentaje refleja los efectos de la mortalidad de adultos hombres en
el rol reproductivo y económico que tiene que desempeñar las mujeres en estas sociedades afectadas
por la violencia..
26
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaEstado Conyugal En lo que hace al estado conyugal de las mujeres desplazadas, tres de
cada cuatro mujeres han establecido algún tipo de unión. Entre estas prevalece la unión de hecho
57.6 % , sobre la legal 17,0 %. Esta es un tipo de práctica conyugal muy frecuente en la región
atlántica, en particular en la sociedad rural, en donde la prevalencia de la familia extensa sobre la
nuclear, facilita en parte, las uniones sucesivas y la diferente paternidad para los hijos de una
misma mujer. Un 12,0 % de las desplazadas es viuda, un 7,0 % se encuentra separada y otro tanto
es soltera. Es decir, que casi una de cada cuatro no tiene cónyuge (ver GRÁFICO 4.5.).
Educación El nivel educativo de esta población no es alentador. Aún si se compara
con el estudio del Episcopado, los resultados están indicando un nivel más bajo que el presentado
por la población de dicho estudio.
Así, en términos del analfabetismo, este se presenta en el orden del 31,0 %, y una tercera parte no
ha recibido ninguna instrucción. Por otro lado, el nivel de escolaridad de las mujeres que tienen
algún estudio es bajo. Los resultados indican que cerca de la mitad de estas mujeres han cursado
estudios primarios, pero solo un 15,0 % ha concluido este nivel. Un 14,0 % tiene estudios
secundarios, aunque apenas el 2.4 % los ha completado. El promedio de años de educación
resultante es 5.3; las mujeres menores de 35 años poseen un promedio un poco mayor, con 1.4 más
de años cursados que las mayores de 34 (5.8 vs. 4.4). Estos indicadores de educación, son una
muestra más de las precarias condiciones socioeconómicas de vida de esta población, a lo cual se
puede agregar los indicadores de NI que se presentaron para los municipios de donde fueron
expulsados.
Asistencia Escolar Dentro del grupo de desplazadas, un 86,0 % de las mujeres del
estrato de 12 - 19 años asistía a un centro educativo antes del traslado. Como consecuencia de 27
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríaéste, la asistencia escolar cayó dramáticamente, al 24,0 %, de tal forma que en la actualidad, cerca
de tres de cada cuatro jóvenes de este estrato, están por fuera del sistema educativo.
Esta inasistencia escolar actual muestra la magnitud de la deserción como consecuencia del
desplazamiento. Y podría interpretarse como un ajuste al interior del hogar ante la necesidad de
enfrentar la nueva situación. Este ajuste puede involucrar el abandono de los estudios por
insuficiencia de recursos y/o incorporación a la fuerza de trabajo, de nuevo por necesidad
económica del hogar.
Actividad Económica Esta información hay que mirarla con cierta reserva, ya que
una gran cantidad de las mujeres procede de áreas rurales, en las que la realización de ciertas
labores productivas hacen parte de las tareas del hogar. Además, la encuesta no mide realmente el
desempleo como tal, sino más bien la desocupación.
La participación de la población femenina en la actividad productiva era muy baja antes del
desplazamiento 15,0 %. Aproximadamente cuatro de cada cinco mujeres se dedicaban a las labores
del hogar. Después de la migración, la actividad se incrementó al 34,0 %, y el porcentaje de
mujeres en el hogar bajó a 64,1 %.
Posición Ocupacional De acuerdo con la distribución de las mujeres por categoría
ocupacional, se observa que más de la mitad de las mujeres estaba ocupada por cuenta propia,
(vendedoras y lavanderas) un 35,7 % era obrera o empleada. Le seguían las empleadas domésticas
11,4 %. Tras el desplazamiento, la estructura ocupacional varió: las categorías cuenta propia y
empleada doméstica aumentaron, en especial la primera 54,2 vs. 67,7, y también aumentó,
aunque en menor proporción, la categoría otra 6.6 %, entre las cuales se consideran a las madres
28
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríacomunitarias. Por su parte la categoría obrera empleada descendió a menos de la mitad, de 35,7 % a
14,5 %.
29
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
V. CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS DE LA MUJER DESPLAZADA JEFE DE V. CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS DE LA MUJER DESPLAZADA JEFE DE
HOGAR HOGAR
En esta sección se presenta una breve caracterización demográfica de la jefatura femenina de los
hogares de mujeres desplazadas, y se contrasta con la de los hogares con jefatura masculina. Se
tomó la población total de mujeres jefes de hogar 185, en vez de las jefas que habían sido
encuestadas 178, ya que la diferencia era escasa 1.5 %, con el fin de lograr las comparaciones por
género.
La jefatura femenina en esta población específica es muy elevada, del orden del 40,0 %. Casi el
doble del promedio nacional para 1993 que era 22.5 %, así como del promedio departamental, y
muy cercano al del país 21.9 %. (Rico de Alonso et al: 1996).
Composición por Sexo y Edad De acuerdo a la distribución por sexo y edad, un
27,0 % de las jefas son menores de 30 años y un 55,0 % menor de 40. Para los hombres, en
cambio, la jefatura de menores de 30 representa el 17,0 %.
En el CUADRO Anexo 5.1 se observa como las mujeres empiezan a ejercer la jefatura a edades
más tempranas, con la cúspide entre los 25 y los 34 años, en la cual se concentra el 30,0 % de las
mujeres cabeza de hogar y luego empieza un descenso irregular. La curva masculina comparada
con la femenina, muestra una cúspide más tardía, pero con
30
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríamayor nivel en el tramo comprendido entre los 30 y 39 años, donde se encuentra el 41,0 % de los
jefes. La edad media de los jefes es de 40 años, sin diferencias por sexo.
Este comportamiento es atípico en relación al de la población nacional, el cual se caracteriza por
una mayor representación de la jefatura masculina y su presencia en edades más tempranas frente a
la jefatura femenina. El patrón que siguen estas mujeres desplazadas jefes de hogar, es
substancialmente diferente al de las jefas del país, cuya participación en la conducción de los
hogares es muy baja en las edades iniciales y va aumentando progresivamente con la edad y solo
después de los 40 años alcanza su pico. (Rico de Alonso et al: 1996).
Estado Conyugal La información sobre jefatura por estado conyugal confirma, en
parte, como la jefatura femenina solo se reconoce por la no presencia del hombre, como si ella fuera
asumida por factores externos, ante la ausencia masculina.
Así, mientras el 98.5 % de los jefes se encuentra unido, un 45,0 % de las jefas son viudas 28,6 %, o
separadas, que al sumarse a las solteras arroja un 57,0 % de mujeres jefes no cónyuges.
Educación Del total de mujeres jefes de hogar, un poco más de la tercera parte
37,0 % no lee ni escribe y no ha recibido ningún tipo de instrucción. La mitad de ellas han
realizado estudios de primaria, aunque solo un 13.5 % los ha concluido, y apenas un 10% ha
cursado estudios secundarios. El promedio de años de educación es de 5.
La situación educativa de los jefes es un poco mejor que la femenina, (ver CUADRO 4.9.). El
nivel de analfabetismo es menor y también la proporción de población sin educación. Además, es
mayor el nivel de instrucción, con 5.9 años promedio de educación, un año más que las mujeres.
31
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaActividad Económica Casi la totalidad de los jefes hombres eran activos antes del
traslado 98.6 %, mientras que solo una de cada cuatro mujeres lo era. En la actualidad, los jefes
han mantenido su nivel de actividad y entre las jefas aumentó a 40.5 %. En consecuencia, se redujo
la proporción de mujeres dedicadas a labores del hogar 57.8 %.
Es notorio el incremento del desempleo, sobre todo el masculino. Después del desplazamiento, la
población de jefes desempleados llegó al 12.5 %, más del triple de su nivel inicial.
Posición Ocupacional La composición por sexo de la población por categoría
ocupacional muestra algunas diferencias. Más de la mitad de los jefes estaban ocupados como
obreros/empleados, seguidos de la categoría cuenta propia 43 %. Las mujeres, por su parte, se
ocupaban principalmente por cuenta propia 58.3 %. (cuadro ?)
Después de la emigración, las jefas en la categoría cuenta propia mantuvieron su participación, pero
las obreras/empleadas decayeron y las empleadas domésticas se duplicaron 29.3 %. Entre los jefes
hombres, se redujo al 40,0 % la categoría ocupacional obrero/empleado y las ocupaciones varias
aumentaron a 13,0 %.
32
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
VI. CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS DE LOS HOGARES DE LAS MUJERESVI. CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS DE LOS HOGARES DE LAS MUJERES
DESPLAZADASDESPLAZADAS
Luego de haberse analizado en los capítulos anteriores las características del orden social, los
agentes generadores de la violencia, las formas que esta toma, la dinámica misma de la migración,
así como las características de la mujer desplazada, en este capítulo se procederá al análisis de la
población de los residentes de los hogares actuales de las mujeres desplazadas, incluidas las
desplazadas mismas. Resulta obvio que esta población no necesariamente es desplazada en su
totalidad, algunos de los miembros de estos hogares pueden no serlo. O también puede ocurrir que
la totalidad de las personas del hogar sea desplazada, pero provengan de diferentes hogares de
residencia anterior.
Estructura por Sexo y Edad
La población residente en los hogares de mujeres desplazadas asciende a 2495 personas, con un
promedio de 5.4 personas por hogar. La distribución total de la población por sexo es equilibrada,
con un índice de masculinidad de 100. Sin embargo, al interior, la estructura etárea varía un poco
entre los hombres y mujeres. En los tres primeros grupos de edad, hasta los 14 años, es mayor la
proporción masculina. En el grupo 15-19 se da el punto de inflexión, a partir del cual los índices de
masculinidad están en favor de las mujeres, por debajo de 100, comportamiento que se mantiene a
través de los grupos siguientes (GRÁFICO 6.1 ).
33
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaLa población de los hogares desplazados es predominantemente joven, como lo revela la
composición por edad. Los menores de 10 años representan una tercera parte de esta población
(36.9 % para los niños y 30.7 % para las niñas) y hacia los 24 años ya se ha acumulado dos tercios
de la población (para los hombres 68.7 % y 62.5 % para las mujeres). La edad media se sitúa en los
20.6 años.
La población femenina en edad fértil representa el 24.3% del total de población y el 48.8 % del
total de mujeres. Estas cifras están por debajo del promedio nacional estimado para 1995, que es
de 27,0 % y 52,0 % respectivamente (Encuesta de Prevalencia de Profamilia, 1995).
De acuerdo al ciclo vital por el cual están atravesando los individuos de estos hogares, la mitad de
la población se encuentra en la etapa activa, entre los 15 y 59 años, con algunas diferencias por sexo
( CUADRO Anexo 6.1 ), un 53.1 % de las mujeres frente a un 45.8 % de los hombres. Un 47.5 %
son menores de 15 años, con variaciones por sexo también (51.4 % hombres vs. 43.5 % mujeres), y
la población de la tercera edad es apenas de un 3.1 %, lo cual da una población dependiente de
50.6 %.
Como consecuencia de esta estructura joven, las cargas son muy altas para la población adulta. Así,
la razón de dependencia infantil es de 0.96, lo cual da un altísimo índice de dependencia total, de
1.02. Es decir, que por cada 100 personas en edad productiva hay 96 menores de 15 años, para un
total de 102 personas para sostener por cada 100. Y lo que es más, esta composición poblacional
agrava la penosa situación económica de los hogares desplazados.
Esto contrasta con la situación del país para 1995, que muestra una estructura de población en
proceso de envejecimiento, donde los menores de 15 representan un 34.4%, la población en edad de
trabajar alcanza el 58.5 % y los mayores de 60 un 7.6 %, con una razón de dependencia de 0.64
(datos de la Encuesta de Prevalencia de Profamilia, 1995).
34
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaParentesco La población de los hogares de desplazadas está representada principalmente
por hijos, que son aproximadamente la mitad, con variaciones por sexo, del orden de 7 puntos
porcentuales (hombres 55.7 % frente a 47.7 % en las mujeres).
Los jefes de hogar son el 22.4 % y las jefas el 14.8 %. Los cónyuges llegan a un 14,0 % pero las
diferencias por género son importantes (22.1% de la población femenina vs. 5.8 % de la población
masculina). Los otros parentescos tienen poca significación.
Estado Conyugal Con relación al estado conyugal, se tiene que más de la mitad de la
población se encuentra unida actualmente, siendo ligeramente mayor entre los hombres. El carácter
de estas uniones es principalmente de hecho. Se observa que los estados de viudez y separación son
esencialmente femeninos, representando un 14.4 % la disolución de uniones dentro de la población
femenina. Los solteros ascienden a 37.6 % y en esta población joven, es más frecuente entre la
población masculina.
Grupo Étnico De acuerdo a esta clasificación, el 90,0 % de la población es mestiza,
el grupo negro es apenas de 4.2 % y los blancos el 2.5 %. En contra de lo que inicialmente se
pensaba, en la realidad, esta pregunta no presentó mayores diferencias en este aspecto. La idea
original, al incluir esta pregunta, era la de captar flujos de población indígena, como los indios
sinúes, sobre los cuales últimamente se escucha y se lee en los medios de comunicación que han
sido afectados por las confrontaciones, y también, flujos de población negra, especialmente del
Urabá chocoano. Parecería que estas poblaciones se dirigen a otros lugares de asentamiento.
Educación Del total de población de los hogares, uno de cada cuatro miembros es
analfabeta. Es un porcentaje levemente mayor entre las mujeres 26.0 %. Por otro lado, más de la 35
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríamitad tiene estudios primarios 57.3%, pero solo un 12,0 % los ha concluido. En ello no se presentan
diferencias por sexo. Solo un 16.6 % de la población ha accedido al nivel secundario. Dentro de
este grupo existe un diferencial por sexo a favor de los varones 18.1 % vs. 15.1 %. El promedio de
años cursados es de 4.9.
Aunque el nivel educativo de la población de estos hogares no es muy bueno, comparado con el de
las mujeres desplazadas encuestadas, estas presenta indicadores relativamente mejores. Es menor la
presencia del analfabetismo y de población sin ninguna instrucción, mayor el nivel de instrucción,
no obstante que el promedio de años de educación es levemente menor 5.3 vs 4.9, explicable por las
diferencias en la estructura por edad de estas poblaciones.
Igualmente, dado que esta es una población joven que se encuentra en edades de estudio, debe
considerarse la posibilidad de que la misma pueda avanzar aún más en su instrucción, incluso,
concluirla, al menos la primaria.
Asistencia Escolar Para el total de población menor de 20 años, la asistencia escolar
anterior era de 57.3 %, muy inferior al nivel de las mujeres encuestadas. En la actualidad, la
asistencia aumentó a 70,0 %. Contrariamente a los sucedido con la población de mujeres
encuestadas, la inasistencia escolar se redujo después del traslado.
Debe anotarse que la composición por edad de las poblaciones antes del traslado (hasta 11 años
menos), que puede implicar que los menores no se encontraban en edad de estudiar, de haber
iniciado sus estudios, puede afectar los resultados.
El anterior resultado podría sugerir: una preocupación por educar a los pequeños, por lo menos al
nivel de unos años de primaria, para calificar el recurso familiar, pensando hacia
36
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríael futuro de los hijos; ciertas facilidades en el nuevo lugar de asentamiento, con respecto al acceso a
la educación.
Actividad Económica (Información del cuadro de población total)
Del total de población, un poco más de la tercera parte era económicamente activa antes de la
emigración. Sin embargo, la distribución por sexo indica que la mayor presencia le corresponde a
los hombres 58.2 %, cuatro veces mayor que la femenina. Más de la mitad de la población
femenina inactiva estaba dedicada a las labores del hogar y una de cada cuatro mujeres era
estudiante.
En la actualidad la composición se ha modificado. Así, la población activa aumentó en los dos
sexos por igual, aunque con niveles diferentes, siendo proporcionalmente mayor el incremento entre
las mujeres, al 24.5 %. En igual forma, el desempleo subió, sobre todo en la población masculina,
donde el aumento fue más del doble al 9.2 %. Aunque la inactividad descendió, los estudiantes
mantuvieron su participación dentro del total.
De nuevo, hay que hacer la salvedad de que las edades de la población han cambiado desde el
traslado a la actualidad. Parte de las transformaciones pueden resultar de este proceso evolutivo.
Posición Ocupacional La composición por sexo de la población ocupada por
categorías muestra algunas diferencias. Mientras un 44.6 % de los hombres están ocupados como
obreros/empleados, solo un 23.6 % de las mujeres se ubica en ella. La ocupación de empleada
doméstica es de 13.4 % entre la población femenina, en tanto que para la contraparte es
prácticamente nula. Y las otras ocupaciones ascienden a 17.3 %. En la categoría cuenta propia,
37
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríaque predomina entre los dos sexos, las diferencias son menores, 45.7 % hombres vs. 40.2 %
mujeres.
En la actualidad, las diferencias por sexo se han acentuado y en general, se han producido
modificaciones en esta estructura. Los obreros/empleados han perdido participación en el abanico
de ocupaciones, en ambos sexos. En el caso de los hombres se ha producido un aumento de la
categoría otra ocupación (14.6 %) y para las mujeres ésta ha descendido, duplicándose las
empleadas domésticas ( CUADRO Anexo 6. 3 )
Así, se configura un escenario desolador que pone de relieve las precarias condiciones de vida a las
que se encuentra sometida esta población.
38
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
VII. MORTALIDAD: FAMILIARES MUERTOS POR CAUSAS VIOLENTAS
Uno de los hechos más significativos del desplazamiento forzoso es el factor de violencia implicado
en él, que acarrea un gran número de decesos con los consecuentes desequilibrios demográficos.
En las zonas de conflicto armado (lugares de expulsión), la población civil se encuentra en
condiciones de indefensión al estar expuesta a diferentes manifestaciones de violencia, tales como
las amenazas, asesinatos, masacres y desalojos, todo lo cual se traduce en un constante temor a ser
una víctima directa de algunos de los hechos violentos, si no lo ha sido ya.
De hecho, las muertes de origen violento, sobre todo entre la población masculina que es el
principal blanco de la violencia, por su frecuencia y crecimiento en los últimos años, nos ha hecho
merecedor del calificativo de país más violento, con una tasa de homicidios de 77.5 por cada cien
mil habitantes, llegándose a convertir en un problema de salud pública, por la magnitud y
dimensión que ha adquirido el asunto.
Aunque hay cierta resistencia y vaguedad por parte de las mujeres para identificar a los agentes y
causas del desplazamiento, es significativo que cerca del 60,0 % de las mujeres que han perdido
familiares reportan el asesinato como la causa directa del éxodo (las restantes mujeres , casi en su
totalidad, señalan la amenaza y el miedo como las principales razones).
39
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaAdemás de los éxodos internos, estas muertes conllevan otras consecuencias sobre la población:
fenómenos de orfandad, viudez, disolución de uniones y recomposición familiar, asunción de la
jefatura del hogar, entre otros. No obstante, de todas maneras, es necesario enfrentarse a la fría
realidad de las estadísticas.
Número de Familiares Muertos por Sexo Número de Familiares Muertos por Sexo
Del total de mujeres encuestadas, un 40,0 % perdió familiares por causas violentas, antes del
desplazamiento, En muchos casos, estas mujeres han perdido a más de un familiar,
40
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
como se observa en el CUADRO 7.1 de hecho, un 18,0 % ha perdido a dos familiares y un 15,0 %,
entre tres y seis parientes, con un promedio de 1.6 familiares muertos por mujer desplazada.
Estas muertes corresponden, en forma preponderante, a hombres 96,0 %, que son las principales
víctimas de las confrontaciones. El índice de masculinidad de las defunciones en esta población es
de 23.8, es decir, que por cada 100 mujeres muertas se producen 2380 defunciones masculinas de
origen violento.
Es este un indicio de la magnitud de la sobremortalidad masculina, en las zonas de conflicto
armado, el que implica, además, que por las causas violentas hay pérdida en el promedio de vida de
la población masculina, de forma tal que las ganancias en la esperanza de vida son más leves y se
incrementa el diferencial por sexo.
Estructura por Edad de las DefuncionesEstructura por Edad de las Defunciones
La estructura por edad de las defunciones violentas no presenta diferencias, en la practica, al tomar
la poblacion total o la masculina, por el número reducido de defunciones femeninas.
El GRÁFICO 7.2 muestra una curva de cúspide temprana en el tramo comprendido entre los 20 y
24 años, a partir del cual empieza un descenso paulatino, aunque con leves oscilaciones. Se observa
una gran concentración en los grupos centrales, correspondientes a edades productivas en los
hombres: más de la mitad de los decesos ocurrieron entre los 20 y 39 años 56,0 % y más de una
cuarta parte corresponde a menores de 25 años 27,0 %, con lo que la edad media se sitúa en los 34.5
años.
42
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaAsí, esta estructura de las defunciones muestra que entre los 20 y 39 años los hombres están más
expuestos a morir por causas violentas y que en el grupo entre los 20 y 24 años el riesgo es mayor.
Parentesco Parentesco
En cuanto al parentesco, tomando como base las mujeres que reportaron alguna pérdida familiar, se
tiene que un 16,0 % son viudas, una de cada diez son huérfanas de padre, cerca de un 12,0 % han
perdido hijos, a una de cada cinco mujeres le han matado a un
hermano y una cuarta parte de ellas ha perdido a un tío. La pequeña proporción de muertes
femeninas corresponde principalmente a hermanas y otros parientes.
Fecha Fecha
Alrededor de la mitad de las muertes de origen violento ocurrieron en el último cuatrienio del
período y entre 1986 y 1990 el 38,0 %. Lo anterior no implica necesariamente que entre 1986 y
1990 se haya recrudecido el conflicto, pues de hecho éste tiende a tener ciclos de agudización y de
relativa calma o distensión, a través del tiempo.
Además, es necesario recordar que al interior de la población desplazada, con el transcurrir del
tiempo, se presentan transformaciones, pues muchos van asimilando su nueva situación y dejan de
considerarse desplazados por la violencia. Esta circunstancia modificadora del fenómeno se
observó en el terreno.
Y es que la noción de desplazado involucra en alguna medida lo reciente y súbito del proceso de
emigración y el sentimiento de desamparo y zozobra respecto a la situación actual; pero en cuanto
43
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríadicha población se asienta en un nuevo lugar y se consolida el proceso de ubicación y
reorganización, el concepto de desplazado se desdibuja y pierde parte de su validez.
Lugar Lugar
En cuanto al lugar en donde han sucedido las muertes, para efectos de este análisis, se asume que
éstas han ocurrido en el mismo lugar de expulsión de las mujeres. Según la zona de residencia, se
tiene que el 87,0 % son de origen rural, de las cuales casi la mitad, 48.8 %, pertenecen al
departamento de Córdoba y un 38,0 % a Antioquia.
Como se observa en el CUADRO Anexo 7.1, más de la mitad del total de defunciones le
corresponden a Córdoba y un 45.5 % a Antioquia. Y a nivel regional, es en el Urabá donde se
concentran éstas 90.6 %. El Urabá cordobés da cuenta del 48.8 % de las muertes, sobre todo Tierra
Alta y Montería, y el antioqueño del 41.8 %, especialmente Necoclí, Arboletes y Apartadó.
Consecuencias DemográficasConsecuencias Demográficas
Además del desplazamiento forzoso en sí mismo, se presentan otros efectos sobre la población,
como consecuencia de la mortalidad. Entre ellos cabe mencionar la inmensa cantidad de viudas y
huérfanos, en condiciones de gran vulnerabilidad, que deja la violencia.
Viudez
La pérdida del cónyuge o compañero, aparte de la población de huérfanos que deja, le implica a las
viudas enfrentar las responsabilidades del hogar y la crianza de los hijos sola, en medio de
44
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríadificultades económicas. Además, afecta la nupcialidad por la disolución de uniones, disolución
que puede persistir o por el contrario, originar nuevas uniones.
Ya se mencionó antes, que del total de mujeres que perdió a un familiar por hechos violentos, un
16% enviudó y ellas representan el 6.9 % de la población encuestada. De cada cuatro de estas
viudas, tres persisten en el estado de viudez y una se ha unido nuevamente. Las viudas actuales de
la violencia representan el 42.9 % del total de viudas dentro de la población de mujeres
desplazadas. Es decir, que las viudas de la violencia contribuyen con 5.2 puntos al porcentaje total
de viudas en la actualidad 12,0 %, y solo un 6.8 % habría enviudado aparentemente por causas
distintas de las violentas.
Orfandad
Como se ha visto, entre las principales consecuencias poblacionales que la mortalidad trae consigo
está el fenómeno de la orfandad. La resultante población de huérfanos crecerá con ausencia de la
figura paterna y otro tipo de carencias, con las respectivas secuelas sobre el desarrollo psicoafectivo.
Un 10.6 % de las mujeres encuestadas, que perdieron algún familiar, es huérfana de padre
principalmente. (Solo se registró un caso de muerte de la madre por causa violentas). Al
contabilizar estas huérfanas y viudas se tendría una aproximación del número de hogares en que
falta al menos uno de los padres, operación que arroja un total de 52 hogares, lo que representa el
11,0 % de los hogares desplazados.
Se podría aventurar un cálculo aproximado del fenómeno de orfandad aplicando el promedio de
hijos nacidos vivos de las mujeres encuestadas en edad fértil, que es de 4.4 hijos, al total de
hogares de mujeres desplazadas con huérfanos. Esto daría un número de 229 huérfanos de hogares
de mujeres desplazadas. 45
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Obviamente, esta cifra es un cálculo burdo, que puede ser elevada si se considera el alto promedio
de hijos de estas mujeres. No obstante, no es posible hacer estimaciones de fecundidad, por
limitaciones de los datos. Y hay que tener en mente que estas mujeres provienen de zonas rurales,
de municipios de la región atlántica o del Urabá antioqueño (el que puede asimilarse más a las
características de la región atlántica), que tienen unos altos niveles de fecundidad.
Pérdida de Hermanos
Este aspecto también merece examinarse, pues dada la importancia del vínculo afectivo como
fuente de solidaridad y apoyo, su menoscabo pone en condiciones de vulnerabilidad al grupo que lo
padece.
De forma similar, como se hizo en el numeral anterior, se podría proceder con la muerte de
hermanos, sumando los hogares de aquellas mujeres que informan la muerte de hermanos y los
hogares cuyo familiar muerto es un hijo. Esto daría 59 hogares de mujeres desplazadas, 12.7% del
total de hogares y una población de 260 personas que han perdido un hermano.
Jefatura del Hogar
Finalmente, en este aparte, se analiza el impacto de la mortalidad masculina con relación a la
jefatura del hogar, como una consecuencia más sobre la población femenina desplazada.
Es un hecho que, ante la muerte del cónyuge, o incluso del padre, las mujeres se ven obligadas a
asumir la jefatura pues, por regla general, la jefatura femenina se ejerce por ausencia del jefe
masculino. En tales circunstancias ellas tienen que enfrentar esta situación bajo condiciones
46
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríaprecarias, sin los medios adecuados y necesarios para tal empresa, con el agravante de la adversidad
misma del proceso de desplazamiento (tener que empezar de nuevo, abandonar todo, aparte de la
pérdida afectiva y de la pérdida material).
Los datos confirman este hecho. Para el total de mujeres que han tenido muertes violentas en la
familia, la jefatura femenina es del orden de 46.8 %. Estos hogares representan cerca de una quinta
parte de los hogares totales 19,0 %.
Específicamente, en el caso de las viudas de la violencia encontramos que un 78.1 % de ellas han
asumido la conducción (jefatura) de sus propios hogares (estos hogares están
encabezados por la viuda). Las viudas restantes han encarado la situación de manera diferente, bien
sea con nuevas uniones 19,0 % o con el allegamiento al hogar de un hermano 3,0 %.
47
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
VIII. ACTIVIDADES ECONÓMICAS E INGRESOS DE LAS MUJERES Y SUS
FAMILIAS.
Oficios Desempeñados por Padres y Esposos
Como se presentó anteriormente, la gran mayoría de las mujeres asentadas en Cantaclaro fueron
expulsadas con sus familias de la zona rural de Antioquia y de Córdoba. De Urabá en la primera
de dichas regiones, y de la región de la serranía de Abibe en la segunda de ellas. Es un
fenómeno de expulsión que afectó de manera primordial a las sociedades rurales, y es allí
donde se dieron las principales manifestaciones del conflicto.
Con el objetivo de conocer la naturaleza la organización económica de estas mujeres y de sus
familias para asegurar su reproducción social y material, se les interrogó a cerca de las
actividades económicas en que sus padres y esposos, así como ellas mismas estaban vinculadas
antes de migrar a Cantaclaro.
Como era de esperar, del 89,0 % de mujeres que respondieron que tenían padre y/o esposo,
85,7 % de estos se hallaban dedicados a actividades en el sector primario, es decir, la agricultura
y/o ganadería. En Córdoba como en Antioquia se encontraron porcentajes similares, en los
diferentes municipios que ya fueron mencionados como lugar de expulsión. Del total
mencionado, el 46,0 % se desempeñaba como jornaleros
u obreros, es decir, estaban dedicados a la venta de su fuerza de trabajo; y un 39,5 % trabajaban
como agricultores dedicados a la producción directa de productos agrícolas. Es más numeroso el
48
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríagrupo de asalariados que el de productores. Estos porcentajes también indican que dentro del
grupo de expulsados, tanto el dueño de la tierra como el que estaba dedicado a la venta de su
fuerza de trabajo, en porcentajes muy similares, fueron objeto de la violencia que los obligó a
salir. No se presentaron diferencias significativas entre estos dos grupos. (Ver tabla No 8.1)
Tabla No 8.1 Oficio de Padres y Esposos en el Lugar de Procedencia
Oficio Antioquia Córdoba Bolívar Chocó Sucre Total# % # % # % # % # % # %
Jornalero 48 24.5 61 28,5 1 50 110 26,5
Obrero 40 20.5 40 18,5 1 50 81 19,5
Ayudante 4 2,0 3 1,5 1 100 8 1,9
Albañil 6 3,0 5 2,3 11 2,6
Carpintero 3 1,5 8 3,7 11 2,6
Tendero 0 0 1 0,4 1 50 2 0,5
Vendedor 7 3,6 7 3,2 14 3,4
E. Público 3 1,5 3 1,5 6 1,5
Agricultor 80 41,0 81 37,8 1 50 162 39,1
Ganadero 1 0,5 1 0,4 2 0,5
Desempleado 3 1,5 4 1,8 7 1,7
Total 195 100 214 100 2 100 1 100 1 100 414 100
El restante 14,3 % estaban vinculados al sector de servicios como ayudantes, albañiles,
carpinteros, tenderos, vendedores públicos, y empleados públicos. Es un porcentaje igual al de
mujeres que dijeron haber sido expulsadas junto con sus familias, del área urbana de los
municipio de donde procedían. Ello revela una muy débil vinculación al sector servicios por
parte de la población que está siendo expulsada, bien porque dicho sector es muy atrasado, o
bien porque esta población no está siendo objeto directo de los efectos del conflicto que está
teniendo lugar en estas sociedades.
49
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaFinalmente el 1.3 % de padres/esposos procedentes de Bolívar, Sucre y Chocó procedentes de
localidades como Ungía y San Marcos se desempeñaban en actividades tanto del campo como en
la prestación de servicios.
Tipo de Tenencia de Agricultores y Ganaderos
En lo que hace al grupo de padres y esposos de las mujeres desplazadas, un 39,5 % del total de
los que tenían algún tipo de actividad económica en el lugar de procedencia estaban dedicados a
la agricultura como productores directos. Es decir, era el grupo económico más importante,
luego de los asalariados agrícolas. Además, hay que señalar que en relación con la estructura de
la tenencia de la tierra que caracterizaba la organización social de su producción, un 59,0 % de
ellos eran propietarios, un 23,0 % tenían acceso a la tierra a través de contratos de
arrendamiento, y un 15,2 % ni eran propietarios ni arrendaban tierra, lo que lleva a concluir que
seguramente entraban en otro tipo de arreglo como la compañía, la aparcería, etc. De esta
manera, los propietarios de la tierra expulsados representan un 23,5 % del total de padres y
esposos de las mujeres desplazadas, dedicados a algún tipo de actividad económica.
Las cifras de tenencia también presentan diferencias regionales. La tabla No. 8.2 indica que de
los hombres dedicados en su lugar de origen a la producción agrícola en calidad de propietarios,
el 53,0 % estaban localizados en Antioquía y el resto en Córdoba. Con relación a las personas
vinculadas a la producción en calidad de arrendatarias, la situación es inversa. Los hombres que
proceden de las áreas agrícolas de Córdoba, acceden a la tierra a través del arrendamiento en un
más alto porcentaje 66,0 % que los de Antioquia 34,0 %. De las personas que no poseen nada el
68,0 % proceden de Antioquía, el 28,0 % de Córdoba y el 4,0 % de Bolívar y otros
departamentos respectivamente.
Tabla No 8.2 50
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Tenencia de la Tierra de Padres y Esposos en el Lugar de Procedencia
Agricultor/Ganadero Total % Propietario % Arrendata. % Otros % Sin nada %
Antioquía 81 49 51 53 13 34 0 0 17 68
Córdoba 81 49 46 47 25 66 3 100% 7 28
Bolívar 1 1 0 0 0 0 0 0% 1 4
Otros 1 1 0 0 0 0 0 0% 1 4
Total 164 100 97 100 38 100 3 100% 25 100
De esta manera, entre lo hombres vinculados a la agricultura como productores directos, la
propiedad parece como el tipo de tenencia más generalizado. Sin embargo en Córdoba el
arrendamiento sigue siendo una forma de acceso a la tierra importante. Cerca de un tercio de los
que proceden de allí afirmaron estar usando este tipo de arreglo
En lo que hace al tamaño de los predios que tenía las personas en su lugar de origen, la encuesta
pudo establecer que estos tenían en promedio 15.2 hectáreas, ocupadas por cultivos de pancoger.
Los predios ganaderos tenían un promedio de 45.1 cabezas de ganado.
En relación con los lugares en donde se llevaba a cabo la producción agrícola y ganadera, sobre
el total de los propietarios identificados en la muestra, se encontró que en el caso de Antioquía
el 49,0 % de los padres/ esposos, vinieron de los municipios de Necoclí, San Pedro, Arboletes y
Apartadó y allí tenían localizados sus predios; además de las anteriores, en San Pedro de
Urabá, Medellín, San Juan de Urabá, Turbo y Amalfí, también eran lugar de actividad
económica. Por su parte el 35,0 % de los arrendatarios vivían y alquilaban propiedades en
Apartadó, Arboletes, Necoclí y San Pedro. Finalmente aquellos que no poseían nada 44,0 %
vivían en los últimos cuatro municipios ya mencionados y en San Pedro de Urabá, Amalfí y
Turbo y Medellín.
51
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaEn el caso de Córdoba, el 46,0 % de los propietarios vivían en Montería, Canaletes, Las
Córdobas, Tierralta, Valencia, Ciénaga de Oro, Cereté, Moñitos y Lorica y, tenían localizados
sus predios principalmente en los cinco primeros municipios ya mencionados. Por su parte el
60,0 % de los padres/esposos arrendatarios que vivían en sitios como Montería, Tierralta,
Valencia, Planetarica, Cereté, Ciénaga de Oro, Lorica, Pueblo Nuevo, Sahagún, San Andrés de
Sotavento, arrendaban principalmente en Montería, Tierralta, Valencia y Cereté. El 50,0 % de
los que no poseían nada, se concentraban en Montería, Tierralta, Valencia, Canalete, Ciénaga de
Oro, Lorica, los Córdobas, Montelibano, Moñitos, Planetarica, Pueblo Nuevo y Puerto
Libertador. Del 80,0 % de otras formas de tenencia no especificadas, el 40,0 % se concentraba
en Montería, el 20,0 % en Tierralta y Valencia respectivamente.
Destino de la Propiedad de los Agricultores al Momento de Migrar
“ En la finca de 35 hectáreas vivían cuatro hijos y los yernos trabajaban con él……. Mi papá tenía 54 años y mamá 53. Ellos también se vinieron hace tres meses, la finca está sola. Teníamos una cosecha de maíz. Mi papá dijo que nos fuéramos porque se oía el tiroteo en la Esperanza. A media hora habían combates. Al pueblo donde íbamos a mercar, a una hora, cada rato mataban gente. Eso estaba malo, por ese sistema que vivimos. Estábamos pobres pero estábamos rico. Teníamos la cama, teníamos la comida, gallinas; tenía ochenta animales entre gallinas y pavos. Había arroz, maíz. Teníamos mucho miedo, no queremos volver. Toda la familia se vino de allá. Nos aguantamos como año y medio. Nosotros pensamos que eso iba a pasar. El tiene títulos y cree que los perdió….. Nadie ha vuelto por allá…..Salimos con la ropa nada más…” María Beatriz González
Tabla No 8.3
Uso Final de las Propiedades de los Migrantes
Concepto/Región Antioquía % Córdoba % Total %
Venta 22 35 31 42 53 39
Arriendo 1 2 4 5 5 4
Abandono 38 60 35 48 73 54
Traslado con animales 2 3 3 4 5 4
52
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Total 63 100 73 100 136 100
Otro aspecto importante de estudio es el uso final que dieron a sus propiedades, las personas
vinculadas a la producción agrícola afectadas por el conflicto, y las decisiones que tomaron
antes de venirse a Cantaclaro. La manera como tuvieron que deshacerse no solo de las opciones
y de las actividades económicas escogidas, sino del mucho o poco capital que habían logrado
crear con sus familias. Interrogados los agricultores que trabajaban como propietarios o como
arrendatarios, escogieron la venta y el abandono de sus propiedades como las alternativas más
frecuentes. Del total de los padres y esposos el 54,0 % dejaron abandonadas sus pertenencias;
39,0 % vendieron todo lo que poseían, no siempre en el momento de salir, sino que en ocasiones
encargaron a sus amigos y regresaron a vender; sólo un 4,0 % de personas decidieron arrendar
y, una proporción muy baja de la población de ambos departamentos se trasladó con sus
animales. (Ver tabla No 8.3)
En Antioquia el abandono de las propiedades ha sido superior a las ventas, en contraste con
Córdoba donde las ventas y el abandono presentan porcentajes más semejantes. Es de alguna
forma una indicación de la intensidad del conflicto, y de las escasas opciones de participar en
las actividades productivas que tuvieron las mujeres desplazadas y sus familias en medio del
conflicto, e inclusive , de conservar los bienes acumulados a lo largo de su permanencia allí.
Ello significó simple y llanamente que lo perdieron todo y que solo pudieron cargar con una
parte mínima de sus pertenencias.
“Muchas gallinas las vendimos en Necoclí. Otras nos las comimos y una marrana que se la habían regalado a la niña, como no se pudo vender, la matamos y la salamos para traerla acá. Con la plata de la venta de las gallinas $20.000, juntamos para traer. La cama y otras cosas quedaron allá. Nos bajamos donde papá…. “ María Beatriz González
53
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaLas propiedades y bienes abandonados por los migrantes procedentes de Antioquia, estaban
localizados en los municipios de Necoclí, Arboletes y Apartadó; un 22,0 % de los que
vendieron se encontraban en estas mismas localidades incluyendo San Pedro. Por su parte los
migrantes procedentes de Córdoba que vendieron, abandonaron y arrendaron propiedades
provenían de la zona rural de Montería, Tierralta y Canalete.
Actividades Económicas de los Padres y Esposos en Cantaclaro
En el nuevo entorno económico se produjeron, sin dudas, cambios substanciales en la vida y en
las opciones económicas de las mujeres desplazadas, así como en las de sus esposos y sus
padres. Fueron cambios cuyo resultado final estuvo condicionado por la capacidad de adaptación
de las diferentes poblaciones a su nuevo entorno. La educación, la edad, el tamaño de la
familia, el número de personas en edad económicamente activa y en edad no económicamente
activa, los ahorros disponibles para iniciar una nueva vida en un entorno urbano para una
población mayoritariamente rural, fueron algunas de las variables más determinantes de dicha
adaptación. Por otro lado, también contaron las características económicas de dicho entorno, su
mercado de trabajo, su desarrollo sectorial, etc. y la capacidad para absorber el nuevo influjo de
población, y proveerle de servicios y de acceso al mercado de trabajo local.
En ese sentido, interrogadas las mujeres a cerca de la actividad económica a la que se han
vinculado sus padres y esposos en Cantaclaro, se encontró que entre esta población migrante se
han dado cambios substanciales en lo que tiene que ver con los sectores de la economía a los
cuales se hallan vinculados, o en trance de vinculación.
Para comenzar, hay que señalar que entre la población de padres y esposos que se hallaban
vinculados en sus lugares de origen a diferentes actividades económicas y la población de estos
54
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríavinculados a algún tipo de actividad económica en Cantaclaro, existe una diferencia del 13,8 %
en el número total de personas encuestadas. Ello tiene que ver con el hecho de que algunas
mujeres quedaron viudas, y otras dejaron sus compañeros y esposos.
Tabla No 8.4Oficio de Padres y Esposos en el Lugar de Origen y en Cantaclaro
Oficio Procedencia Cantaclaro
Oficio Base Padre Esposo Base Padre Esposo
# % % # % %
Jornalero 110 0,5 26 33 9
Obrero 81 1,5 18 47 1 12
Ayudante 8 0,5 1,4 37 10
Albañil 11 0 2,5 43 12
Carpintero 11 1,25 1,25 14 4
Tendero 2 0 0,5 5 1,4
Vendedor 14 0 3,4 71 1 19,9
E. Público 6 0 1,5 20 5,6
Agricultor 162 4 39,1 28 1 7,8
Ganadero 2 0 0,5 2 0,5
Desempleado 7 1,7 57 2 15
Total 414 357
Por otro lado, como ya se señaló, inicialmente un 65,0 % de los padres/esposos estaban
vinculados fundamentalmente al sector primario de la economía, y se desempeñaban como
agricultores y jornaleros. Un porcentaje menor se desempeñaba como obreros, vendedores,
albañiles y carpinteros. Su llegada a Cantaclaro ha significado un cambio significativo en la
especialización de su actividad económica. Del sector primario han pasado al sector de servicios.
55
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaEn tanto que el primero de los mencionados solo permanece un 8,0 %, al sector de la
construcción y de vendedores públicos pasó un 54,0 %. Antes de llegar a Cantaclaro un buen de
número de personas, 38,0 % de 414 llevaban entre 5 a 7 años en un mismo trabajo, otro 39,0 %
realizaban oficios varios con tiempos de 1 a 2 años y, el 21,0 % tenían experiencia en sus
oficios entre 2 a 4 años. Ahora las personas que viven en el asentamiento mantienen
comportamientos similares en sus trabajos.
Como se observa por la forma en que esta investigación fue concentrada en las mujeres
desplazadas, los padres tanto en el lugar de procedencia como en Cantaclaro no se constituyen en
una fuerza de trabajo significativa dentro de la familia. Su contribución en actividades como
la agricultura o como obrero podría señalarse como modesta. En cambio los esposos participan
activamente en ambos sitios. Así, mientras que en el lugar de procedencia el 85,0 % de los
padres y esposos trabajaban en el sector agropecuario, bien como productores directos o bien
como jornaleros - obreros vendiendo su fuerza de trabajo, en Cantaclaro a esta actividad se
encuentran dedicados el 29,0 %, y de este porcentaje el 80,0 % como productores y el 21,0 %
como jornaleros u obreros. De esta manera hay una reducción de cerca del 80,0 % entre los
agricultores. En el caso de los asalariados agrícolas esta reducción es de cerca del 55,0 %. Es
decir, han contado con mayores posibilidades de continuar con la misma actividad los
asalariados que los productores. (Ver tabla No 6.4)
Con el decrecimiento de esta vinculación al sector primario, la fuerza de trabajo disponible entre
las familias de expulsados se vincula con mayor vigor al sector servicios en la economía
informal, y además ha crecido el número de desempleados.
Las actividades que han aumentado en forma significativamente son las de vendedores
ambulantes, albañiles y ayudantes, así como también es notorio el número de desempleados,
que del 1,0 % de padres y esposos en el lugar de origen, pasaron al 15,0 % en Cantaclaro. (Ver
tabla No 6.4)
56
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
“El trabaja en lo que puede, vende pescado, ahora de ayudante de construcción y yo lavando ajeno. Echa balastro para los patios en otras casas. Ha vendido tomate, patilla, cabezas de marrano y las ahuma en un fogón de leña, esas se venden para hacer sopa. Un tío mío le daba ropa de segunda para que vendiera y el se ganaba en el día $ 3.000 o $ 2.500”. María Beatriz González
De los 162 agricultores registrados por la encuesta, un 42,0 % se caracterizó por llevar en
dichas actividades, en su lugar de origen, entre uno a dos años y un 38,0 % entre 5 a 7 años. En
la actualidad en Cantaclaro, sobre la reducida cantidad de agricultores (28) existe un buen
número, 54,0 % que no llevan más de 2 años desempeñándose como tal y un 32,0 % se
mantiene entre 5 y 7 años.
El oficio de jornalero, era desempeñado por 110 personas de las cuales un 30,0 % tenían entre
un y dos años y el 45,0 % entre 5 a 7 años. En la actualidad ese número ha descendido a 33 ,
de las que un 36,0 % no tienen más de 2 años y más de la mitad, 52,0 % con un tradición
entre 5 y 7 años se mantiene en dicho oficio.
El 41% de 81 obreros, no tenían más de dos años en dicha actividad mientras que el 32,0 %
venía realizando este oficio entre 5 a 7 años. En Cantaclaro este número se reduce a 47 personas,
como también la proporción de permanencia en el oficio de menos de dos años 36,0 %, y hay un
número de personas que lleva desempeñando el oficio por más de 5 años, 36,0 %. Un
comportamiento similar se presenta en los albañiles, en su lugar de origen. Sin embargo en la
actualidad es menor el número de albañiles que tienen entre 1 y 2 años de experiencia aunque
aumenta en 6 puntos los que tienen entre 5 a 7 años.
A pesar de que el número de ayudantes en el lugar de origen no es muy elevado cerca del 60,0
% de ellos tenían entre 1 y 2 años de experiencia y el 43,0 % entre 3 a 5 años. En la actualidad
57
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríaaunque aumenta el número de personas, la estructura proporcional con relación al tiempo se
mantiene.
Por su parte el 67,0 % de los empleados públicos que se desempeñaban como tal en el lugar de
origen, tenían más de 5 años de experiencia y una proporción bastante menor, 16,0 % no más de
2 años. Ahora en Cantaclaro aunque el número aumentó a 20 personas los tiempos de
permanencia son inferiores.
El 43,0 % de los vendedores públicos (14 personas) en su lugar de origen tenían experiencia
entre de 5 a 7 años y un número similar no superaba los dos años. En la actualidad la cantidad
de vendedores se aumentó a 71 pero los tiempos de permanencia en dicha actividad han
disminuido. El 34,0 % tienen entre 1 a 2 años y el 28,0 % entre 5 a 7 años.
El desempleo en el lugar de origen fue del 1.5 % donde la mayoría tenían entre 1 y 2 años sin
trabajar. En la actualidad de las 57 personas desempleadas, el 52,0 % no trabajan desde hace
dos años y el 32,0 % lleva más de 5 años.
Además en este comportamiento, en lo que hace a su vinculación laboral, no existen diferencias
significativas entre los migrantes asentados recientemente en Cantaclaro, y los migrantes
asentados hace más de 6 o 7 años.
En resumen, es a través de un relativamente alto porcentaje de informalidad como los esposos y
padres de las mujeres desplazadas por la violencia y asentadas en Cantaclaro, se han vinculado a
la economía urbana.
58
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaLas Actividades Económicas de la Mujer: Oficio en el Lugar de Procedencia
Las mujeres desplazadas por la violencia, en un alto porcentaje 94,0 %, tenían como actividad
principal el hogar. Solo un 5,0 % desarrollaba actividades económicas de manera exclusiva fuera
del hogar. Ello se explica, en parte, por el hecho de que un 85,4 % de las mujeres desplazadas y sus
familiares son de origen rural, hecho que necesariamente determina las posibilidades de actividad
económica de hombres y mujeres.
En ese sentido, de ese 94,0 % inicial, esta investigación encontró que un 84,0 % se dedicaban
exclusivamente al hogar, es decir, a las actividades de ama de casa, y también a las actividades de
preparación de alimentos, transporte de estos, cuidado de los animales, cuidado de los hijos. Un
10,0 % combinaba las actividades del hogar con el trabajo fuera del hogar. Conjuntamente con el
5,0 % que se dedicaban exclusivamente al trabajo fuera de su hogar, las actividades escogidas
fueron las de vendedoras ambulantes, 30,0 %, el 24,0 % como lavanderas, el 24,0 % como
empleadas, el 11,0 % fueron jornaleras del campo y el 13,0 % se desempeño en actividades
domésticas (empleada interna, cocinera, otros). En los casos de las mujeres que afirmaron
desempeñarse como vendedoras y como empleadas, el error de muestreo es alto, 10,6 % para el
primero y 10,28 % para el segundo de los empleos. (Ver tabla No 8.5)
Así, ese 15,0 % que combinaban trabajo y hogar o estaban solo dedicadas al trabajo, reflejan su
origen rural y urbano en las opciones económicas escogidas. Venta de fuerza de trabajo en el campo
como jornalera, lavadora y vendedora de varios en el área urbana.
Analizadas desde el punto de vista de su origen se encuentra que un 60,0 % de las que reciben algún
ingreso por el trabajo provienen de Córdoba. De estas, las domésticas internas 83,0 % provienen
de Montería, Las Córdobas, Pueblo Nuevo y Tierralta ; las jornaleras 75,0 % vendían su fuerza
de trabajo en los campos de los municipios de Montería, Canalete, Cereté y Tierralta.
59
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Tabla No 8. 5Actividades Económicas de la Mujer
Oficio Procedencia Cantaclaro
Cantidad % Cantidad %
1.Hogar 390 84 307 66
2. Trabajo * 70 15 158
2.1 Hogar/trabajo 10 27
2.2 Trabajo exclusiva/. 5 7
Doméstica Interna 6 13
Cocinera 2 13
Lavandera 17 80
Jornalera 8 0
Madre Comunitaria 0 9
Vendedora de pescado 0 0
Vendedora varios 21 27
Empleada 17 23
Otros 1 0
4.Estudio 5 1 0
Total 465 100 465 100
* La suma puede dar más de lo indicado en el numeral 2 debido a la opción múltiple
Para las vendedoras 52,0 % el sitio de trabajo usual era Valencia, Tierralta, San Bernardo del
Viento, Planetarica, Montelíbano y Montería. Las empleadas 53,0 % se localizaban en Montería,
Canalete, Tierralta y Pueblo Nuevo y, las lavanderas 59,0 %, en estos mismos municipios y en
otras localidades como Montelíbano, Planetarica, Moñitos, y Valencia.
El 40,0 % de las mujeres que reciben ingreso por su trabajo provenían de Antioquia y allí se
desempeñaban principalmente como vendedora varios 48,0 % en San Pedro, Arboletes,
Apartadó y Medellín. Las empleadas 47,0 % trabajaban en Apartadó, San Pedro de Urabá, San
Juan de
60
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaUrabá y Arboletes. Las lavanderas 41,0 %, se localizaron en Apartadó, Arboletes, Medellín, San
Juan y San Pedro de Urabá. Las jornaleras 25,0 % se ubicaron en Medellín y Turbo y, las
domésticas internas 17,0 % en Apartadó.
De esta manera, a pesar de provenir de forma abrumadora del área rural de sociedades
predominantemente rurales, menos de un 2,0 % de las mujeres estaban vinculadas a este mercado
de trabajo. En un más alto porcentaje las mujeres con origen urbano desempeñaban actividades
económicas por las que recibían ingresos, pero estas en su mayoría estaban vinculadas a la
economía informal.
Actividades Económicas en Cantaclaro
El nuevo entorno, igual que en el caso de los padres y los esposos, trajo un cambio significativo en
las actividades económicas de las mujeres. Para comenzar hubo una reducción de 18 puntos
porcentuales en el número de mujeres dedicadas al hogar. De un 84,0 % se pasó a un 66,0 % y el
porcentaje de las que combinan el hogar y el trabajo o están dedicadas solo al trabajo pasó del 15,0
% al 34,0 %. Es decir, se duplicó el porcentaje de mujeres dedicadas a actividades económicas por
las cuales recibían ingreso. (Ver tabla No 8.5)
En la nueva estructura del empleo de las mujeres desplazadas desaparecen las jornaleras, aumenta
de manera importante el porcentaje de las mujeres que se han vinculado al sector informal de la
economía urbana. Además de un 5,0 % que se han empleado, el 17,0 % de las mujeres son
lavanderas, el 6,0 % son vendedoras ambulantes, el 6% están dedicadas a las actividades
domésticas (cocinera, empleada interna) y el 2,0 % se desempeñan como madres comunitarias.
(Ver tabla No 6.5) Hay que señalar que en los casos de las vendedoras y las empleadas, el error
de muestreo se reduce a la mitad, y en el caso de las lavanderas crece al 8,0 %
aproximadamente.
61
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Ingresos del Hogar: Lugar de Procedencia y en Cantaclaro
En lo que hace a los ingresos de las mujeres desplazadas, así como el de sus padres, esposos y del
hogar en general, los resultados de la presente investigación presentaron errores de muestreo altos.
Esto afecta el tipo de análisis y conclusiones que se pueden sacar de los mismos. El ingreso de
padres y esposos que se desempeñaban como agricultores y ganaderos en el lugar de origen era de $
72.400 mes, pero presenta un error de muestreo del 29,7 %; en Cantaclaro con un ingreso para el
padre de $ 77.300 y para el esposo de $ 90.700 mes, el error de muestreo sube al 18,8 %.
En lo que hace al ingreso de las 158 mujeres que respondieron que recibieron pago por la labor
económica que desempeñaban el mes inmediatamente anterior a la presente encuesta, el promedio
de ingreso fue de $55.400.
Entre las mujeres desplazadas que tienen como actividad principal el trabajo, en la actualidad
las mejor remuneradas son las empleadas, con $ 93.500, las vendedoras con $ 56.300 y las
madres comunitarias, con $ 58.900. Las de más bajos ingresos son las cocineras, con $ 35.400,
lavanderas y empleadas domésticas, con $ 49.000 y $ 47.000 respectivamente.
Al indagar sobre otras mujeres de la familia que trabajan y colaboran con los gastos de la casa,
las respuestas indican que en un 91,0 % de los casos no hay otras mujeres que trabajen y
colaboren con los gastos del hogar. Tan solo un 9,0 % de los casos afirmaron contar con otras
mujeres que apoyan y colaboran con los gastos del hogar, para lo cual se desempeñaban como
domésticas 1,0 %, vendedoras 3,0 % y como lavanderas 2,0 %.
En relación con el ingreso de los esposos de las encuestadas, 357 respondieron que en el último
mes, en promedio habían devengado $ 90.700. Entre estos, y con un error de muestreo del 18,8
%, los empleados públicos y los ganaderos presentaron la remuneración mensual más alta,
62
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríaentre $ 130.00 y $ 132.000. Siguieron en importancia las actividades comerciales y manuales
en las que los tenderos obtuvieron $ 119.000, los carpinteros $ 107.100 y los albañiles $ 97.800.
Por su parte los jornaleros, obreros y ayudantes ganaron entre $ 81.400 y los $ 91.900 al mes. El
agricultor sigue siendo el menos favorecido, sus ingresos ascendieron a $ 76.600.
En una familia en promedio trabajan dos hombres. Además de los padres/esposos solamente en
un 11,0 de los casos, otros hombres colaboran con los gastos. Estos se desempeñan como
obreros, carpinteros, albañiles, jornaleros, vendedores o como empleados públicos.
Aunque para algunos grupos la vida en la ciudad le ha permitido el mejoramiento de sus
ingresos, es claro que los salarios asignados a las diversas ocupaciones siguen siendo bajos. La
inserción en el medio urbano los ha obligado a cambiar de oficio dejando de lado sus
tradicionales actividades del campo para convertirse en vendedores, empleados, tenderos, etc.
alcanzando tenues mejorías en su nivel de ingreso.
Tabla No 8.6Ingreso de los Hogares en Cantaclaro
Rangos Porcentaje
1 - 50.000
0
1001ert
EsOeNo
27,0
51.000 - 75.000 13,0
76.000 - 100.000 14,0
101.000 - 150.000 17,0
151.000 - 200.000 8,0
201.000 - 300.000 7,0
Con la estructura de ingreso de los hogares y teniendo presente el nivel de error de muestreo
señalado, al realizar la sumatoria de los ingresos por hogar, esta investigación encontró que un 40,0
63
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería% de los hogares tienen un ingreso en efectivo que va hasta los $ 75.000 mensuales; un 31.0 %
tienen un ingreso entre $ 76.000 y $ 150.000; un 8,0 % entre los $ 151.000 y los $ 200.000; y un
7,0 % más de $ 201.000. (Ver tabla No 8.6)
Decisión del Gasto
En relación con las decisiones a cerca del gasto del dinero al interior de la unida familiar, de las
465 encuestadas, un 43,0 % respondió que las decisiones son tomadas en forma conjunta por las
parejas, el 31,0 % respondió que son los esposos quienes toman la decisión, el 12,0 % los
hijos, el 9,0 % las esposas y el 3,0 % personas solas o por otros. Al cruzar estos porcentajes de
decisiones con la estructura del nivel de los ingresos familiares, las respuestas fueron las
siguientes.
Entre los hogares más pobres, con ingresos familiares entre los rangos de $ 1a $ 50.000, de $
51.000 a $ 75.000, y de $ 76.000 a $ 100.000, se encontró que del total de las intervenciones del
esposo antes mencionadas, en estos rangos de ingresos tiene lugar un 58,0 % de las mismas; en
el caso de las decisiones tomadas por las esposas, en estos rangos tiene lugar un 57,0 % de estas,
especialmente en los rangos más bajos de ingresos; en estos mismos rangos tiene lugar un 48,0
% de las decisiones tomadas en forma conjunta; un 57,0 % de las decisiones tomadas por los
hijos; el 80,0 % de las decisiones tomadas por personas solas; y el 45,0 % tomadas por otros. En
la medida que aumenta los ingresos familiares la participación en las decisiones cambia. Cuando
el nivel de los ingresos están en los rangos de $ 101.000 a $ 150.000, y de $ 151.000 a $
200.000, tiene lugar un 29,0 % de las intervenciones de los esposos sobre los gastos del hogar;
tiene lugar el 30,0 % de las intervenciones de las esposas; el 27,0 % de las decisiones conjuntas;
el 7,0 % de las de los hijos; el 10,0 % de las de las personas solas; y el 33,0 % de las decisiones
de otros. En aquellos hogares con más de $ 201.000 de ingresos mensuales, tienen lugar el 5,0
%
64
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríade las decisiones de los esposos; el 2,0 % de las de las esposas; el 10,0 % de las decisiones
tomadas en conjunto; el 7,0 % de las de los hijos; y el 11,0 % de las tomadas por otros.
65
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
IX. CAPITAL SOCIAL
Una característica fundamental de las sociedades con lato nivel de cultura cívica es el grado de
organización de los individuos entre sí, las normas de cooperación y de reciprocidad existentes, así
como las redes de participación. Este capital social es la confianza interpersonal, la solidaridad
entre los individuos y la confianza en las instituciones. Esta confianza interpersonal y la confianza
en el Estado, se hallan fuertemente vinculadas con el desarrollo económico y la estabilidad
democrática. Son estos factores los que permiten establecer relaciones sinergéticas entre los
individuos y el Estado que permiten incrementar la eficacia de los programas de desarrollo que se
implementan en dichas comunidades.
En sociedades con un alto grado de conflicto y malestar social, como lo son el Urabá antioqueño y
Cordobés, de donde provienen la gran mayoría de las mujeres desplazadas por la violencia, como
ellas mismas lo han expresado, esta confianza interpersonal y la confianza en las instituciones del
Estado han desaparecido casi completamente. Es un colapso de estas y un altísimo sentido de
inseguridad que se refleja simplemente en las formas de violencia que han llevado a la destrucción
de grupos sociales importantes.
Organización y Participación Cívica en el Lugar de Procedencia
La manifestación más clara de la profunda crisis de confianza en el Estado que existe entre las
mujeres desplazadas por la violencia, se refleja en el hecho de que en medio
66
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríade la crisis, un 85,0 % de las mujeres desplazadas y sus familias decidieron no acudir a nadie en
búsqueda de protección para ellas y sus familias. Dentro de ese 15,0 % que si acudió a alguna
persona o institución, tan solo un 4,0 % recurrieron a alguna institución a cargo del aparato
represivo del Estado como el ejército o la policía, y un 2,0 % a alguna otra autoridad civil del
gobierno local. Es decir, para la gran mayoría de las mujeres no existía en esas sociedades un
Estado que pudiera imponer la ley y el orden necesarios para el desarrollo normal de la vida
diaria de los ciudadanos, y de sus actividades económicas.
Pero si son sociedades en las que la confianza en el Estado desapareció. Son también sociedades
que desde el punto de vista de la sociedad civil presentaron un nivel de capital social casi
inexistente. Así, en lo que hace a la red de organización y participación cívica, reciprocidad,
solidaridad, entre la gente, las que de existir llevan a la mutua confianza y al compromiso, y
permiten un mejor funcionamiento de las instituciones democráticas. Ello se refleja en el hecho
de que dentro del 9,0 % que acudieron a otras personas o instituciones diferentes del Estado,
6,0 % recurrieron a familiares y 3,0 % a amigos. Es decir, no acudieron a ninguna organización
de la sociedad civil. (Ver tabla No 8.1)
Desde otro punto de vista, esta debilidad de la cultura cívica de las sociedades de donde fueron
expulsadas las mujeres y sus familias, se refleja en el alto nivel de desconfianza, y alto nivel de
temor que existía entre los habitantes de estas sociedades. Estas tenían que ver además con una
percepción de incapacidad en el Estado y sus instituciones para demostrar legitimidad y mediar
en los conflictos. De hecho, una gran proporción 58,0 %, señalaron como principales causas
para no acudir al gobierno, el temor a las represalias y a la desconfianza hacia sus
conciudadanos, “no se sabe quien es el enemigo” . Ello refleja una total falta de cohesión social,
ausencia de inclusión y de pertenencia de los miembros de estas sociedades. Otras afirmaron
que recurrir al gobierno no significaba ninguna garantía en razón a que éste aunque conocía la
situación de
67
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríatiempo atrás, no tomaba las medidas pertinentes en la región. Y para algunas fue tan impactante
y desconcertante su vivencia que no se les ocurrió solicitar apoyo. (Ver tabla anexo No 9.1)
Tabla No 9.1
Persona o Institución a la cual Recurrieron Durante el Conflicto
Actitud %
1. Si Acudieron 15,0
1.1 Familiares y Amigos 9,0
1.2 Gobierno 2,0
1.3 Policía/Ejército 4,0
2. No Acudieron 85,0
De hecho, la solidaridad obtenida tanto de familiares como por parte del Estado, se limitó a la
entrega de alojamiento transitorio, colaboración para el traslado, o protección temporal. Pero
este reclamo de las mujeres y sus familias no se tradujo en acciones del Estado orientadas a dar
protección para que estas pudieran permanecer en su lugar de habitación y les garantizara sus
bienes y sus vidas. De hecho solo un 1,0 % obtuvo protección del Estado
Desde otro punto de vista, esta debilidad de la cultura cívica también se refleja en el hecho de
que el temor a las represalias, la desconfianza hacia el gobierno y hacia sus conciudadanos se
tradujeron en el poco interés en las estructuras organizativas y comunitarias, tanto para expresar
su inquietudes y problemas como para lograr el apoyo individual y colectivo para desarrollar
acciones defensivas. Los resultados de la encuesta señalan que un 84,0 %, de las mujeres
desplazadas, en su mayoría hijas y esposas de agricultores y jornaleros, expresaron que ni ellas
ni sus familias pensaron adelantar ninguna tarea con el fin de organizar sus comunidades para
hacer frente a las amenazas y la violencia.
68
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Tabla No 9.2Planes de Organización en el Lugar de Origen
Actitudes %
1. Si Pensaron Organizarse 16,0
1.1 Realizaron Actividades 2,0
Vigilancia 1,0
Asociación de Vecinos 1,0
2. No Pensaron Organizarse 84,0
Puede pensarse que fue una escogencia racional a la que llegaron los individuos muy
rápidamente luego de sopesar sus opciones de sobrevivencia. La falta de tradición en lo que hace
a la cultura cívica de organizaciones, como por la ausencia del Estado para jalonar este proceso
de creación de capital social, se encuentran detrás de las razones de esta actitud de las mujeres y
sus familias. A pesar de que un 16,0 %, consideró la posibilidad de organizarse, de éstos sólo
el 2,0 % fueron lo suficientemente activos y constituyeron grupos de vigilancia y agrupaciones
de vecinos. Es un porcentaje que refleja la total inviabilidad de esta sociedad para hacer frente al
conflicto. (Ver tabla No 9.2)
Esta es una característica común tanto dentro de los grupos de expulsadas recientemente, como
de las expulsadas hace 6, 7 años y que se encuentran asentadas en Cantaclaro.
Pero esta reacción tiene que ver indudablemente con el hecho de que estas son sociedades agrarias
con estructura autoritaria de organización de la vida política y un orden social poco democrático.
Este tipo de sociedades no se caracterizan por la confianza interpersonal y las instituciones
democráticas. De esta manera, no es sorprendente encontrar que al preguntar sobre el tipo de
actividades de carácter cívico en que la mujer participaba en su lugar de origen las respuestas
69
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríafueron las siguientes : del total de encuestadas el 78,0 % de ellas no participaba en ningún
actividad comunitaria.
Tabla No 9.3Participación en el Lugar de Origen
Participación %
1. Si Participaba 21,0
JAC 9,0
Asoc. Padres de Familia 6,0
Iglesia 3,0
Madres C/tarias 1,0
Asociación/Cooperativa 2,0
2. No Participaba 79,0
La mayoría estaba dedicadas exclusivamente al trabajo doméstico como el cuidado de la familia
y la atención de los animales. Del 22,0 % que participaba en actividades cívicas, el 41,0 %
participaba en las actividades de las Juntas de Acción Comunal, el 27,0 % en las asociación de
padres de familia, el 9,0 % en grupos religiosos, y el 18,0 % en las mujeres comunitarias,
asociación y comités, actividades cooperativas y en la iglesia.
De esta manera el bajo nivel de organización de las mujeres en el lugar de origen se dio alrededor
de entes organizados y promovidos por el Estado, como lo son las JAC y las asociaciones de padres
de familia. Existía poco o ninguna actividad de las organizaciones autónomas de la sociedad civil.
Del total de mujeres que participaban en su lugar de origen en actividades comunitarias, el 79,0
% eran de origen rural y el 16,0 % urbano. Ambos grupos de población cooperaban con las
70
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaJuntas de Acción Comunal y las asociaciones de padres de familias, aunque es mayor el
entusiasmo a nivel rural. Sin embargo existían diferencias. En el área urbana estaban más
desarrolladas las agrupaciones de madres comunitarias, los grupos religiosos, la iglesia, las
cooperativas y otros tipos de organizaciones, más propios de ese entorno social y físico.
La Organización y Participación en Cantaclaro.
“ En Cantaclaro … el primer año se logró hacer integraciones, hacer organizaciones, comités de coordinación, a los dos años se organiza la cuestión para el trazado de calles muy desordenadamente, sin ningún apoyo de alguna institución. Luego la gente comienza a robarse la luz del barrio vecino, luego el asunto del agua. El gobierno municipal no tomó represalias… A los tres años sigue llegando la gente.. A los cuatro años nosotros nos movilizamos, los líderes logramos hacer una integración de todas las acciones comunales, comités cívicos, juntas de padres de familia….”
El cambio en las estructuras de organización de las mujeres, como resultado de su migración a
Cantaclaro, es importante. Para comenzar, el porcentaje de mujeres que respondieron estar
participando en una u otra de las organizaciones existentes subió del 22,0 % al 49,0%. Estas entran
a participar de manera importante en organizaciones que no están lideradas por el Estado como lo
es el Comité de Desplazadas al cual se vincularon un 12,0 % de las mujeres desplazadas. Por otro
lado, la J.A.C., las asociaciones de padres de familia, y las madres comunitarias agrupan un 35,0 %
de las mujeres desplazadas.
Tabla No. 9.4Participación de las Mujeres en
Actividades Comunitarias en Cantaclaro
Tipo de Organización %
- J.A.C.- Asociación de padres de familia- Madres comunitaria- Iglesia
17 10 8 5
71
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
- Comité de desplazados- Otro- Ninguna
12 4 51
Esto significa que crece en importancia el papel del Estado como jalonador de un proceso de
creación de capital social entre esta población. Pero también los individuos se hallan en un entorno
social y cultural urbanos en donde tienen necesidades de desarrollar una lógica diferente para lograr
una adaptación que les permita alcanzar un mayor nivel de seguridad económica. Ello de alguna
manera refleja un mayor grado de institucionalidad y confianza de la población en el Estado, pero
fundamentalmente refleja el hecho de que son poblaciones que se han sustraído de la influencia
directa de las estructuras social y política poco democráticas que ordenaban sus vidas en el entorno
rural. Han escapado a la ley de hierro de la clase hacendataria de dichas sociedades. (Ver tabla No
9.4)
En lo que hace a las características de las mujeres que participan y las que no participan, el
promedio de edad de las mujeres que no asiste a ningún tipo de reunión o actividades de barrio
es de 36 años. Sin embargo entre las mujeres que asisten a las juntas de acción comunal y a las
asociaciones de padres de familia como miembros activos que llevan entre 2 y 4 años o más de 5
de vivir en el barrio, el promedio de edad es de 38 años.
En Comité de Desplazados en el que participan un 12,0 % de las mujeres desplazadas, estas
presentan una edad promedio de 36 años. El 77,0 % de éstas tienen menos de 2 años de vivir en
Cantaclaro, el 11% coopera desde hace 6 años y 9,0 % desde hace 3 años. Otros grupos como
los religiosos están integrados por personas con edad promedio de 41 años y a los comités y la
iglesia asisten los que tienen 44 años. Por otro lado, en las asociaciones y cooperativas la edad
promedio de los participantes está entre los 21 y los 28 años. Es decir, en la asociación de
madres
72
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríacomunitarias y en las asociaciones económicas participan mujeres más jóvenes que en las otras
organizaciones. De las 36 madres comunitarias el 52,0 % que tienen en edad promedio 30 años,
están ayudado a la comunidad desde hace más de 5 años y el 34,0 % hace 1 o 2 años.
Es de notar que la participación en las actividades comunitarias entre las mujeres desplazadas no
es del todo baja a pesar de los pobres antecedentes de trabajo comunitario. Algunas mujeres
participan en la directiva del Comité de Desplazados. Su trabajo es el de realizar actividades
sencillas de solidaridad para solucionar problemas como conseguir ropa, buscar sitios de
lavado de ropas o a ubicar las personas que van llegando. Este tipo de acciones son las que
contribuyen a construir un tejido de relaciones sociales que empieza a dar cohesión al grupo de
desplazados, sentido de solidaridad, e inclusión entre las personas que comparten un mismo
problema.
Si cerca del 50,0 % de las mujeres desplazadas participan efectivamente en algún tipo de
organización o actividad, el interés manifiesto de participación entre las mujeres es todavía mayor.
Así lo manifestó cerca del 80,0 % motivadas por razones del bien común.
En ese sentido se expresó el 60,0 % de las mujeres al aducir como razones de participación, al
bienestar de la comunidad, la ayuda mutua y la colaboración. Por otro lado, un 20,0 % adujo
razones de carácter personal tales como la de capacitación, superación personal. Es decir, prima el
deseo del bien común entra las razones expuestas. Entre el grupo de mujeres que no manifiestan
interés en participar, en la mayoría de los casos se aduce la falta de tiempo.
La totalidad de las mujeres encuestadas consideran que si es importante que ellas se organicen y
participen en las actividades comunitarias. De nuevo, las mujeres aducen como razón el bien
común, el impulso a obras que mejoren el nivel de vida y de bienestar de la comunidad. Además
expresan su deseo de colaborar con el gobierno y recibir ayuda de este, lo que garantiza que pueden
73
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríahaber complementariedad entre las acciones del gobierno y la sociedad. Otro porcentaje menor da
como razones la de conveniencia personal.
74
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
X. RELACIONES CON EL GOBIERNO LOCAL
Conocido el hecho de que las mujeres desplazadas venían de sociedades en las que de acuerdo a su
percepción había una pérdida total de confianza en el Estado, lo cual fue una de las principales
razones para que tuvieran que migrar, fue importante conocer la percepción que este grupo humano
tenía del gobierno local en su nuevo entorno urbano, y las relaciones que había establecido con el
mismo. El objetivo era conocer la naturaleza de las relaciones del individuo con el Estado, las
condiciones en que estas se daban y los instrumentos a través de los cuales se establecían estas
relaciones.
Para grupos sociales en los que el énfasis primordial de la organización de sus vidas está en la
seguridad física y la seguridad económica, es decir prioridades relacionadas con la sobrevivencia
fisiológica, su relación con el Estado tiende a ser la de las llamadas sociedades con valores
“materialistas”. Son sociedades que reclaman una fuerte presencia del Estado para garantizar su
bienestar y su seguridad física.
Relaciones con el Gobierno Local
Se comenzó por interrogar a las mujeres desplazadas a cerca de la imagen que estas tenían sobre el
interés de la alcaldía por los habitantes de Cantaclaro, habida cuenta de que estos constituyen un
asentamiento subnormal de Montería que les imprime una identidad frente al gobierno local
75
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaPara un 62,0 % de las mujeres la alcaldía está poco o nada interesada en Cantaclaro y sus
habitantes. Un 38,0 % considera que sí esta interesada (Ver anexo No 8.1) Cuando la percepción
del gobierno local se hizo más personal y se interrogó a las mujeres a cerca de su opinión sobre el
interés que ella consideraba existía en la alcaldía por los problemas de las mujeres desplazadas hubo
un leve crecimiento y un 42,0 % consideraron que si hay interés en la alcaldía por sus problemas.
Las visitas constantes, el desarrollo de programas de bienestar, la soluciones de vivienda
alcanzadas, los programas de educación y capacitación que se han adelantado, el apoyo
recibido para la consecución de empleo de algunas personas, la construcción del puesto de
salud y de la escuela y la instalación del servicio de energía y aseo en el barrio, son las razones
expresadas. Sin embargo, para el 58% de las mujeres la alcaldía no está interesada en la
situación de las desplazadas. Las mujeres desplazadas dicen que esta anuncia apoyo en la
realización de acciones y obras para solucionar problemas como los de vivienda y no cumplen.
Se presentan sólo en el tiempo de elecciones. O se aducen razones específicas como que no
solucionaron los problemas de reubicación de la población en zonas de contaminación.
Al cruzar estas respuestas con el nivel de ingresos familiares, las opiniones sobre el interés de la
alcaldía en solucionar los problemas de las mujeres desplazadas está divididas en forma similar.
De las 271 personas que contestaron que no existe ningún interés de la alcaldía, un 53,0 % de las
ellas forman parte de los hogares más pobres cuyos ingresos familiares están entre mil pesos y
$100.000, pero a su vez, un 54,0 % de las que contestaron en forma favorable (194 personas),
corresponden a este mismo rango de nivel de ingresos.
Entre los hogares con ingresos entre $101.000 y $150.000, el 16,0 % de las mujeres opinan
en forma negativa sobe la alcaldía y el 18,0 % consideran positivo el interés de las autoridades.
Igualmente entre los hogares con ingresos familiares hasta $200.000 fueron el 9,0 % y 7,0 %
76
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríarespectivamente. Para los hogares con ingresos superiores a los $201.000, un 8,0 % opina que si
hay expresiones favorables de la alcaldía a favor de las desplazadas y otro tanto porciento
menciona que no existe.
Identificación de la Estructura Institucional del Gobierno Local
En términos del set de instituciones a través de las cuales el gobierno local materializa ese interés
por la gente de Cantaclaro, un 28,0 % de las entrevistadas identificaron a la Red de Solidaridad y
un 24,0 % al Bienestar Familiar como las que más se interesan por la comunidad; le siguen en su
orden, el departamento y la brigada con 14,0 % y 11,0 %. Solo un 27,0 % considera que nadie se
interesa por ellas. Es decir, son las instituciones del gobierno central las que con más frecuencia son
identificadas. (Ver anexo No. 10.2)
En el campo de la realización de obras a cargo de estas instituciones, Bienestar Familiar con un
25,0 % y la Red de Solidaridad, con un 20,0 % son la más citadas; pero por otro la Brigada con un
20,0 % y la Policía con un 15,0 % son las otras instituciones que las mujeres identifican con más
frecuencia.
Tabla No. 10.1
Entes Gubernamentales que las Mujeres Consideran que se Interesan en sus Problemas
Ente %
1. Red de Solidaridad2. Bienestar Familiar3. Departamento4. Brigada5. Organización comunitaria6. Secretaría de Salud7. Policía8. Nadie
2824141153227
77
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Con un porcentaje de apenas el 3,0 % para la Secretaría de Salud del municipio, la respuesta está
indicando que las mujeres identifican fundamentalmente las acciones emprendidas por entes
institucionales del gobierno central y se hallan completamente ausentes las entidades del gobierno
local. Además de ello, hay un 40,0 % que no sabe o que indica que ninguna entidad municipal ha
adelantado allí obras. (Ver anexo No 8.2)
Desde el punto de vista del beneficio directo que las mujeres desplazadas y sus familias están
recibiendo de estas diferentes entidades mencionadas que han identificado, es altísimo, el
porcentaje de mujeres que dijeron no estar recibiendo ayuda al momento de la realización de este
estudio 86,0 %. Es decir, existe una relativa identificación de las organizaciones del gobierno local
y nacional que atiende a la gente de Cantaclaro, pero un muy bajo porcentaje se siente beneficiada,
o considera que a ella y su familia están llegando estos servicios.
Para el 14,0 % de las que respondieron que si les llega ayuda, estas citan principalmente al
Bienestar Familiar y la oficina de participación comunitaria y, en una muy baja proporción,
la red de solidaridad, la alcaldía, el servicio de salud y la brigada. El tipo de ayuda recibido
tiene que ver con el cuidado de los niños, la prestación de servicios, el apoyo monetario, el
soporte afectivo y la recreación.
Dada la bajísima cobertura, es evidente que para Cantaclaro ni el gobierno local ni el gobierno
nacional aseguran recursos significativos, ni han construido la estructura institucional para atender
las mujeres desplazadas. De existir, y siguiendo la existencia de una estructura clientelista
generalizada para el manejo del Estado, habría de esperarse que a cambio de los servicios le
reclamaran a las mujeres algún tipo de reciprocidad en términos de dinero o lealtad política. Como
ello no es así, no es de sorprender que el grupo de mujeres que reciben servicios hayan contestado
que en general no le exigen nada por el servicio recibido. 78
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Una de las características de la cultura cívica en sociedades pobres y atrasadas, es la fortaleza de sus
organizaciones y las intensidad de la participación en las actividades del Estado, y las relaciones de
carácter horizontal entre los ciudadanos y el Estado. En ese sentido, sobresales la distancia entre
el Estado y los individuos que se refleja en la frecuencia de los contactos directos entre uno y otro.
Al preguntar sobre la facilidad que tienen las personas del barrio para reunirse con los
funcionarios de la alcaldía las respuestas fueron las siguientes; para el 62,0 % de las 465
encuestadas, el acceso a los funcionarios es difícil, y para un 10,0 % imposible. Nunca
atienden las peticiones o reclamos, no tienen tiempo o siempre están ocupados, no los reciben o
se requiere de influencias para ello o están ausentes. Para un 11,0 % de las encuestadas es un
poco fácil en razón a que son escuchadas y recibidas ; sin embargo el grado de dificultad está en
que cuando se les solicita están ocupados o se demoran en conceder cita. Solo otro 11,0 % de
las personas respondió que es fácil obtener la atención de los funcionarios.
Planteada la situación hipotética de una más fluida comunicación con los funcionarios locales,
y una forma más democrática de gobierno local para que los individuos expresen sus peticiones
o solicitudes, las respuestas indicaron que el 79,0 % desea encontrar soluciones de
vivienda, el 39,0 % fuentes de empleo, el 8,0 % educación y salud para los hijos y el 2,0 % más
y mejores servicios públicos.
Mujeres que Llevan Tres o más Años de Asentamiento en Cantaclaro
Con el fin de conocer si las relaciones entre las mujeres desplazadas y las diferentes instituciones
del gobierno local presentaban algún cambio en el tiempo, o si estas reconocían una mayor acción
del Estado en sus comunidades, se decidió preguntar a aquellas que llevaban tres o más años de
asentamiento en Cantaclaro a cerca de las obras realizadas, su participación y el beneficio directo
recibido.
79
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaPara comenzar, un 58,0 % de las mujeres desplazadas y sus familias pertenecen a esta categoría.
De este total, un 90,0% de este subgrupo admitió que el gobierno local ha realizado obras en el
barrio en el período en que han estado asentadas allí. Acueducto y electrificación, y en menor
proporción, son las obras más frecuentemente identificadas por porcentajes del 47,0 % y 37,0 %
respectivamente.
La casi totalidad de este subgrupo, el 51,0 % admite que la comunidad ha participado en la
realización de las principales tareas adelantadas por la alcaldía. Es decir, señalan que el espíritu
comunitario que ha acompañado la realización de estas obras, no solo ha sido la oportunidad de
expresar solidaridad entre los habitantes, sino de estructurar relaciones de complementariedad
entre las acciones del Estado y las acciones de la comunidad Para ello la comunidad ha aportado
dinero y trabajo de manera preponderante. También se destacaron inversiones realizadas en
actividades de salud y seguridad social como la construcción del puesto de salud y las campañas
de vacunación, aunque en proporciones muy inferiores.
En relación con los beneficios directos que las mujeres desplazadas y sus familias han recibido
de parte del Estado en forma de auxilios o subsidios, el 71,0 % menciona que no ha recibido
ningún tipo de asistencia. El 11,0 % ha recibido subvenciones para educación, el 9,0 % en
vivienda y otro 9,0 % para salud.
Entre las familias de más bajos ingresos, entre $ 1000 y $100.000 / mes, 54,0 %, opinó que en
los tres últimos años las autoridades municipales han realizado algún tipo de obra el barrio,
mientras que un 30,0 % de los que obtienen ingresos entre $101.000 y $ 200.000 son enfáticos
en asegurar que no se ha ejecutado ninguna obra.
Cuando se interrogó a toda la población a cerca de los cambios en su nivel de vida,
independientemente de su tiempo de asentamiento, 43,2 % respondió que su situación había 80
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríamejorado desde cuando llegaron. De este total, el 44,0 % llevan viviendo entre 1 y 4 años y el
47,0 % entre 6 y 7 años. Para el 43,5 % que dice que su situación sigue igual, el 64,0 % llevan
entre 1 y 4 años y el 33,0 % entre 5 y 7 años; y finalmente para el 13,3 % que respondió que su
situación ha empeorado, el 65,0 % llevan de 1 a 4 años y el 32,0 % entre 6 y 7 años.
“En Cantaclaro nunca ha dejado de llegar desplazado, muchos se acomodan en casa de familiares, se encuentran hasta cuatro familias en una casa. Gente que lo abandonó todo y vinieron con la mera ropa, la gente les da apoyo, parte el patio para que monten una carpa…
Las mujeres que respondieron que las condiciones económicas de la familia han mejorado, dan
como razones el que han trabajado mucho, otras consideran que es la voluntad de dios, algunas
lo atribuyen a la buena suerte, o a que se han organizado. Para aquellas cuya situación ha
empeorado, sus argumentos son la situación económica difícil, la mala suerte o la falta de ayuda
del gobierno. Razones similares a las anteriores fueron expuestas por las personas que dicen
estar igual, sin avances o logros.
Sobrevivencia y Relaciones de Carácter Político.
Otro aspecto fundamental de su proceso de socialización y de adaptación al entorno urbano, lo
constituye el vigor cívico de sus organizaciones y las estrategias adoptadas. En este sentido esta
investigación quiso conocer en qué medida las mujeres construían relaciones políticas de carácter
clientelista como una de las estrategias de adaptación, o si simplemente estas no existían, bien
porque su urgencia de sobrevivencia no les daba espacio para establecer dicho tipo de relaciones, o
bien porque estas no eran funcionales para dichos propósitos.
81
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaCon ese fin, se comenzó por preguntar a las mujeres sobre los principales problemas que estaban
enfrentando en Cantaclaro. El 83,0 % contestó que este era la vivienda, el 77,0 % contestó que era
la falta de empleo: En mucho menor porcentaje, mencionaron la educación y la salud.
En relación con estos dos problemas concretos, un altísimo porcentaje 90.0 %, respondió que no
había recurrido a nadie para su solución. Dentro del 10,0 % que si ha recurrido a alguien, solo un
1,0 % recurrió al Estado y el resto a organizaciones comunitarias como el comité central, 5,0 % y la
J.A.C., 3,0 %.
Es decir, permanece como constante a lo largo de este estudio la total ausencia del Estado y de una
estructura institucional que brinde opciones a esta población para solucionar sus principales
problemas básicos de bienestar. Si bien se han identificado al ICBF y a la Red de Solidaridad como
entes del Estado que actúan en Cantaclaro, para la solución de sus problemas básicos consideran
que el Estado no ha aportado soluciones.
En contraste la mayoría de las mujeres que han acudió a las organizaciones comunitarias considera
que sus peticiones han sido atendidas. Es alto su nivel de credibilidad en las mismas. Por otro lado,
este grupo de mujeres considera que el diálogo y las peticiones son los mejores mecanismos para
lograr que les presten atención y rechazan otros mecanismos más beligerantes como los paros y las
marchas.
En su gran mayoría cuando este grupo de mujeres acude ante el presidente de la J.A.C., al Comité
de Desplazadas, o a algún miembro del Comité Central, sus peticiones son de obras para la
comunidad. Es bajo el porcentaje de las que acuden a pedir favores de carácter personal para ellas o
su familia, es decir, se puede establecer que ni es fuerte la acción del Estado, ni se han elaborado
estructuras políticas de carácter clientelismo autoritario entre la población de desplazados.
82
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaCarmen Alicia : “El Comité les ayudo mucho, se consiguieron los regalos, mercaditos, siempre hay mucha ayuda. Piensa que a través del Comité para la vivienda. Le gusta ir a las reuniones del comité…
Atención por Parte del Estado y del Sector Privado en la Movilización
De la misma manera como el Estado y otras instituciones de carácter privado estuvieron ausentes
en el momento en que la violencia golpeó a las mujeres y sus familias, también hubo una casi
total ausencia institucional para brindarle ayuda en el momento en que tuvieron que salir de sus
lugares de habitación. Solo un 15,0 % de las mujeres desplazadas recibieron ayuda. Esta provino
de familiares y amigos en un 14,0 % y un 1,0 % de parte de la Brigada. De esta manera un 85,0
% de las mujeres y sus familias no recibieron ayuda, y las que recibieron, esta provino de su
familia más cercana. Ello está demostrando que el Estado no tiene la capacidad ni puede hacer
presencia para paliar las consecuencias del conflicto.
Por otro lado, a juzgar por los resultados de la encuesta, la ausencia de este y de las
organizaciones privadas es también notoria en el momento de la instalación de los desplazados
en Cantaclaro. Aunque es mucho más alto el número de familias que recibió ayuda en el
momento de su llegada al asentamiento, 61,0 %, esta provino de nuevo solamente de familiares
y amigos. En contraste con el 39,0 % de ellas, que no fueron apoyadas por nadie. En ambos
casos al arribo de las familias ni el Estado central, ni Bienestar Familiar, ni el gobierno local, ni
el servicio de salud, etc, ni las organizaciones de desplazados o la iglesia se hicieron presentes.
Las personas que recibieron ayuda y que provenía principalmente de municipios de Córdoba,
venían de los municipios de Montería (18,0 %) y Tierralta (14,0 %). Aquellas oriundas de
Antioquía llegaron de Apartadó (10,0 %), Arboletes (9,0 %), Necoclí (7,0 %). En menor
proporción se presentaron personas procedentes de Canalete (5%), Valencia (4,0 %), Planetarica
(2,0 %). y San Pedro y San Juan de Urabá (6,0 %) respectivamente. Muy similar es la
83
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríacomposición de las personas que dicen no haber recibido ayuda. Llegaron de Montería, Tierralta,
Valencia y Canalete, Medellín, Andes, Apartadó, Arboletes, San Pedro y Necoclí.
84
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
XI . ESTRATEGIAS FAMILIARES DE SUPERVIVENCIA
En los sectores populares de población son muy importantes las estructuras de organización, para
asegurar el proceso de reproducción al interior de la unidad familiar. En ello están envueltos las
conductas y los recursos disponibles para la satisfacción de las principales necesidades (bienes y
servicios como la alimentación, salud, educación, vivienda, etc). En el caso particular de la
población movilizada de manera forzosa, los hogares deben afrontar ajustes inesperados para
atender la nuevas condiciones resultante del desplazamiento. Estos son ajustes que deben ser
considerados como estrategias familiares de supervivencia.
El concepto general de estrategia familiar de supervivencia utilizado aquí es el de : “conjunto de
comportamientos -socialmente determinados- a través de los cuales agentes sociales aseguran su
reproducción biológica y optimizan sus condiciciones materiales y no materiales de existencia".
(Torrado: 1981)
Red Familiar y Extrafamiliar Red Familiar y Extrafamiliar
La supervivencia de estos grupos que se encuentran en condiciones sociales y económicas precarias
y vulnerables se da en gran medida o es facilitada, por las redes familiares y extrafamiliares que se
construyen ( en las cuales hay intercambios de bienes y servicios ) como parte de las estrategias de
supervivencia. Y estos grupos de desplazados no son ajenos a este tipo de organización.
85
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaUna gran proporción de las mujeres desplazadas que viven en Cantaclaro tienen parientes dentro del
mismo barrio 76.3 %. Y hay que anotar que un 70,0 % han nacido en Córdoba. Dentro de esta red
extrafamiliar, los principales intercambios y colaboración, se dan a nivel de ayuda, apoyo afectivo,
dinero y servicios (GRÁFICO 11.1).
Aparte de esta red de intercambio, en los lugares de asentamiento se construyen otro tipo de
relaciones con vecinos y amigos, que amplían la red solidaria. Cerca de un 87,0 % de las mujeres
desplazadas tienen relaciones con vecinos y amigos, cuya cooperación es de diversa índole,
incluyendo, servicios, préstamo de dinero, ayuda y apoyo afectivo.
Consumo Consumo : Decisión Sobre el Gasto : Decisión Sobre el Gasto
Se relaciona con los comportamientos destinados a satisfacer las necesidades de consumo dentro del
hogar. Entre ellos se encuentran aspectos como la decisión sobre el gasto. En el interior de los
hogares de las mujeres desplazadas las decisiones sobre como gastar el dinero la toma el esposo en
un 31.2 % de los casos y la esposa en 9.5 %. Es significativa la proporción de hogares en los cuales
se decide conjuntamente, entre los dos cónyuges 42.8 %. En algunas ocasiones son los hijos los
que disponen sobre el gasto del hogar 12.5 %.
Cuando las mujeres encabezan el hogar la situación varía. Una de cada cinco jefas decide sobre el
gasto (tenga o no cónyuge) y un 36.5 % lo hace en conjunto. En este caso de las mujeres jefes, es
notorio, como se conserva la fuerza decisoria de esposos e hijos que siguen tomando decisiones en
este sentido: un 15,0 % de los esposos y un 27.5 % de los hijos. Esta última proporción, la de los
hijos con poder decisorio, es bastante alta, superior a la de las mismas mujeres jefes.
Organización del Consumo 86
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Con el fin de optimizar los escasos recursos económicos del hogar, los gastos se organizan de forma
tal que cubran las principales necesidades, según la priorización que se haga de ellas. De acuerdo al
orden de importancia de las necesidades básicas, la destinación de los recursos se orienta, en primer
término, a la alimentación: las desplazadas señalaron casi unánimemente este ítem como el gasto
de primer orden 91.2 %. En segundo lugar de importancia están los servicios 23,0 % y la
educación 20.9 %, seguidos del vestido, vivienda y salud.
Finalmente, un 34.7 % de las mujeres señalaron la salud como tercer gasto en orden de importancia,
seguidos de los servicios, educación y vestido. Obsérvese como la vivienda, que es una de las
principales expectativas de estas mujeres, no ocupa un orden prioritario, pues ante otras necesidades
más primordiales para la sobrevivencia, esta tiene que ser pospuesta.
Preferencia por Miembros
Dentro de la organización del consumo que se da en el interior de los hogares, ante la escasez que
impide satisfacer las necesidades de todos los miembros por igual, suele haber preferencias por
alguno de ellos, en cuanto al consumo de ciertos bienes, sobre la base de diversas consideraciones
como: situación de crecimiento, gasto de energías por trabajo, aporte económico, vulnerabilidad
física -bien sea por edad o por enfermedad-, calidad de consentido, entre otras.
Aunque las mujeres, en especial las madres, tienden a negar este hecho, se pudo establecer que en
una tercera parte de estos hogares se da este tipo de preferencias. El miembro familiar que es el
principal sujeto de este privilegio son los niños 72.7 %, seguidos de adultos 15.5 % y adolescentes
9.1%. Estas preferencias se orientan principalmente a la alimentación y el vestuario, y en los dos
rubros, la niñez es la elegida 71.6 % y 76.9 % respectivamente, seguidos de nuevo por los adultos y 87
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríaadolescentes, aunque en cuanto al vestido, la preferencia es levemente mayor hacia los adolescente
con respecto a los adultos.
Jornada de los Niños Jornada de los Niños
La determinación de la jornada cotidiana u organización del tiempo de los menores de 12 años suele
estar determinada por los padres, sobre la base de consideraciones de diversa índole, como:
* posibilidades económicas que permiten el estudio o que, por el contrario, requieren de su mano
de obra, bien sea en trabajos independientes o de ayuda a sus padres;
* factibilidad del cuidado de los niños, por ayuda de vecinos o familiares, o por capacidad de
tenerlos en guarderías, o
* facilidades de la madre para tenerlos con ella, en casa o durante la jornada laboral.
El CUADRO 11.5 muestra que básicamente la jornada de los niños es el estudio o la permanencia
con su madre: cerca del 42,0 % de los menores están con sus madres y otro tanto se encuentra
estudiando. La proporción de menores que están en guardería es apenas de 12.8 % y al cuidado de
los vecinos tan solo un 1.7 %.
Atención en Salud Atención en Salud
Aunque el servicio de salud es primordial, el acceso a él por parte de sectores populares de
población de bajos recursos y por fuera del sistema de seguridad social suele ser difícil. A la
pregunta 'a quién acuden cuando alguien se enferma en el hogar' ?, más de la mitad de las mujeres 88
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríaseñalaron el puesto de salud 53.5 % y un 24.5 % el hospital. Hay que tener en cuenta que en
Cantaclaro existe un puesto de salud, además de organizaciones como el Comité Central y el
Comité de Desplazados, las que prestan ayuda en estos casos.
División Familiar del Trabajo División Familiar del Trabajo
Involucra la consecución del ingreso mediante la asignación de la fuerza de trabajo disponible a
actividades económicas generadoras de ingresos y al trabajo doméstico. Después del
desplazamiento, uno de los ajustes que se observa es la incorporación de nuevos miembros a la vida
productiva, como las jóvenes que deben abandonar sus estudios y las adultas que se encargaban de
las tareas del hogar, bien sea de forma parcial o total, independiente o colaborando con sus padres
en sus trabajos. Y muchas veces este ajuste se da en detrimento de la calificación de los miembros
del hogar.
En este universo, por ejemplo, la actividad económica entre las mujeres desplazadas pasó de 14.6 %
a 26,0 % y la proporción de mujeres en el hogar descendió al igual que el enrolamiento escolar. La
modalidad de ocupación también cambió: disminuyeron las obreras y empleadas y aumentaron las
empleadas domésticas y las actividades varias.
Capacitación Capacitación
La calificación del recurso humano está supeditada a diferentes circunstancias. Así, la consecución
del ingreso puede requerir de la movilización laboral de más miembros; dentro de la estructura de
gastos del hogar, el estudio puede no ser tan prioritario frente a otras necesidades, por lo cual debe
89
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríaser pospuesto. También está afectada por las valoraciones, que al interior del hogar, sobre la
utilidad de la educación para el futuro productivo de ese miembro.
Ya se ha visto que dentro de la población de mujeres desplazadas, los indicadores educativos
revelan una formación muy baja: alto analfabetismo 31,0 % y alta proporción de mujeres sin
instrucción 33,0 %. Después del traslado, la asistencia escolar descendió drásticamente, de 85.7 %
a 23.8 %. No obstante, dentro de la población total de los hogares de estas mujeres, con alta
proporción de población joven, el enrolamiento escolar aumentó de 57.3 % a 70,0 % en la
actualidad. Se presentan menores niveles de analfabetismo y población sin ninguna instrucción y es
mayor la proporción de población con estudios de primaria.
Localización Residencial Localización Residencial
Por localización residencial se entiende tanto la ciudad de destino, como el barrio donde de
establecen las mujeres desplazadas. Una de las consideraciones básicas para la elección del lugar de
asentamiento es la presencia de familiares y amigos en dicho lugar. De hecho, como se vio con
anterioridad, un 70,0 % de las mujeres son nativas de Córdoba y, específicamente, un 32,0 % nació
en Montería. Y además, un alto porcentaje de las mujeres que viven en Cantaclaro 76.3 %, tiene
parientes allí, más allá de los límites del núcleo familiar de residencia.
Otro de los criterios para la fijación de la residencia es 'cierta cercanía geográfica' del lugar de
destino con el lugar de expulsión. Más de la mitad de la mujeres emigraron de otros municipios de
Córdoba o del área rural de Montería, y un 43,0 % del Urabá antioqueño.
Finalmente, está la consideración sobre infraestructura de servicios en el barrio. En este aspecto,
hay que recordar que dentro de los asentamientos subnormales de Montería a los que suele llegar la
población desplazada, Cantaclaro tiene el atractivo de las obras de electrificación y acueducto
desarrolladas allí (ver numeral 4.4.2. sobre condiciones de vivienda). 90
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Allegamiento Cohabitacional Allegamiento Cohabitacional
Aunque no se dispone de la información sobre la extensión de la familia nuclear por la
incorporación a la unidad de residencia de otros parientes y no parientes, por las observaciones en el
terreno, se sabe que este tipo de organización familiar es frecuente. La composición por parentesco
de la población de los hogares de mujeres desplazadas, muestra una proporción del 12.6 % de otros
parientes y no parientes.
91
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
XII. ACTITUDES, EXPECTATIVAS
La organización de la vida de las mujeres desplazadas en Cantaclaro, así como las posibilidades
con que cuentan, están determinadas por factores tan diversos como el desarrollo institucional del
Estado para proveer servicios básicos de bienestar, el desarrollo de la economía urbana y del
mercado local de trabajo, el nivel de educación y de preparación de la mano de obra, el número
de personas económicamente activas al interior de los hogares, etc. Son los factores económicos,
conjuntamente con los factores políticos, y los factores de carácter cultural, los que se dan de
manera conjunta y en un patrón especial, y que determinan las diversas opciones de los individuos
al interior de estas sociedades.
La presente investigación quiso conocer algunos aspectos de la manera como las mujeres
desplazadas perciben estos cambios en su situación y las de sus familias, y las actitudes y
expectativas que tienen a cerca de ellos.
Proyecto de Retorno
Para comenzar se interrogó a las mujeres si estas tenían deseo de regresar a su lugar de origen. La
gran mayoría, el 94,0 % manifestó no tener deseo de regresar. El temor, el miedo a la violencia, a
las masacres, son las razones fundamentales esgrimidas por las mujeres para no querer regresar, o
simplemente porque se sienten tranquilas y contentas
93
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríaen Cantaclaro. En este sentido, un 78,0 % de las mujeres consideraron que su actual lugar de
residencia es definitivo, es decir, para la gran mayoría son escasas las posibilidades de regresar a los
lugares de donde fueron expulsadas.
Cambio de Lugar de Habitación
Desde otro punto de vista, como habitante urbano que se desenvuelve en el entorno y economía de
un asentamiento urbano marginal, cerca de dos tercios de las mujeres, 63,0% manifestaron que no
quieren cambiarse de lugar de vivienda. La gran mayoría consideran que están bien allí y el resto
manifestaron que no tienen recursos para poder cambiarse.
Entre el 37,0% que si quieren cambiarse, las razones aducidas tienen que ver con una conciencia
más crítica de las pobres condiciones de bienestar en que se hallan y el deseo de que los hijos
tengan mejores oportunidades de educación y de vida. Sin embargo entre este grupo, solo la mitad
desea salir de Cantaclaro, y la otra mitad aspira a trasladarse a otro sector a un lote o casa propias,
dentro del mismo Cantaclaro.
Para tener una idea del tipo de personas que quieren o no cambiarse del barrio, se cruzaron
dichas respuestas con la distribución de ingresos, y se obtuvieron los siguientes resultados. En
ambos casos un 54,0 % de personas con ingresos familiares muy bajos, entre uno y cien mil
pesos, se dividen en pro o en contra del cambio. Igual posición asume un 25,0 % de las personas
con ingresos entre $ 101.00 y $ 200.000 y el 7,0 % de las familias que reciben más de $ 201.000.
El Futuro 94
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Sobre el futuro y calidad de vida que espera a sus los hijos las mujeres mantienen una actitud
optimista. El 92,0 % cree que este futuro será mejor. Para ello aducen las mayores facilidades de
estudio, las condiciones de vida y oportunidades, el ambiente es diferente, la obtención de
empleo es más fácil y porque vivirán fuera de la violencia. El 4,0 % restante de mujeres
considera que los hijos no van a tener mejor vida por el aumento del desempleo y el incremento
de la violencia en el país.
A pesar de todo, las mujeres tiene esperanza en el futuro, así lo afirma el 99,0 % de las
encuestadas. Para la mayoría de ellas está presente las expresiones de amor y consideran que su
vida dentro de un año será mejor. Quieren principalmente tener educación, vivienda y empleo y,
son muy pocas las que asumen actitudes negativas con sentimientos de miedo y desamor.
María Beatriz González : “ Yo veo mi vida mal, con tantos niños, ni marido casi no tiene trabajo. Lo que deseamos es una vivienda. Yo para el campo no vuelvo, en Córdoba si, pero en Urabá no..”.
Solidaridad
El sentimiento de comunidad en Cantaclaro es muy fuerte, particularmente entre el grupo de
desplazados y los que estuvieron en la misma situación y ya no son desplazados. Se establece
amistad durante toda la vida, asisten a las mismas escuelas, se divierten en los mismos lugares y
establecen relaciones afectivas entre si.
Con relación al apoyo dentro de la comunidad de Cantaclaro, el 76,0 % de las mujeres
encuestadas dice que la gente del barrio es solidaria porque hay apoyo mutuo. Se colaboran en
situaciones difíciles, o cuando se necesita dinero en calidad de préstamo, para la obtención de
mercados y víveres, el suministro gratuito de agua, el uso del servicio sanitario y la realización 95
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríade brigadas de aseo. Sin embargo hay otras razones que llevan a un que un 24,0 % de las
mujeres consideren que no hay solidaridad. Estas mencionan que solo se da la búsqueda del
beneficio propio, la desconfianza y desunión, las negativas a las peticiones de ayuda, la falta de
colaboración y apoyo mutuo o las pretensiones de desalojo de las personas ubicadas en
determinadas partes del barrio.
Al referirse específicamente a las condiciones de seguridad del barrio el 37,0 % de las mujeres
desplazadas expresaron que se sentían seguras, el 53,0 % menciona que es regular y el 10,0 %
la considera mala. Las mujeres por su parte se visitan una a otras, se prestan alimentos, se fían en
las tiendas y se ayudan mutuamente, dentro del marco de redes informales de solidaridad.
96
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
XIII. CARACTERÍSTICAS DE BIENESTAR DE LOS HOGARES DE LAS MUJERES XIII. CARACTERÍSTICAS DE BIENESTAR DE LOS HOGARES DE LAS MUJERES
DESPLAZADAS EN CANTACLARO. DESPLAZADAS EN CANTACLARO.
El entorno de la jefatura de acuerdo al sexo, junto con el tamaño del hogar y las características de
vivienda, están asociadas con las condiciones materiales de vida de los hogares. El promedio de
hogares por vivienda es de 1.1. y, como se había anotado antes, 40,0 % de los hogares tienen cabeza
femenina, promedio muy alto comparado con otras poblaciones.
Tamaño
El CUADRO 4.13. muestra la distribución de los hogares según tamaño. En ella se observa que
uno de cada cuatro hogares tiene 5 miembros, que los hogares con máximo 3 personas son el 17.4%
y con 4-6 ascienden a 60,0 % del total. La proporción con 7 personas y más es de 22.8 %, mientras
la existencia de hogares unipersonales es en realidad nula. El tamaño promedio de estos hogares es
de 5.4 personas.
Condiciones de Vivienda
Las condiciones de la vivienda en cuanto a tenencia, disponibilidad de servicios y características
físicas de la misma son indicadores de calidad de vida. En este estudio se tomaron algunas de estas
características con el fin de indagar sobre este aspecto del hogar y los cambios ocurridos a este nivel
97
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríacomo consecuencia del desplazamiento, como una forma de evaluar los cambios operados en el
nivel de vida de la población desplazada.
Tenencia de la Vivienda
Del total de hogares, un 44,0 % residía en viviendas propias, un 30,0 % en viviendas de propiedad
de la familia y un 24,0 % pagaba arriendo. Después del traslado, variaron las condiciones de
tenencia, la proporción de propietarias ascendió a 64,0 % mientras que la propiedad familiar se
redujo a un 10,0 %, mientras que los hogares en viviendas arrendadas mantuvieron su participación
(25,0 %).
Parecería que en Cantaclaro, existe cierta facilidad para acceder a la vivienda. No obstante, al mirar
al interior de los hogares los cambios ocurridos en cuanto a la propiedad de la vivienda, se observa
que no todos han sido favorecidos de igual manera, que de hecho, para algunos se ha deteriorado la
situación en este aspecto (ver CUADRO 4.15). De las propietarias anteriores, un 21,0 % ha pasado
en la actualidad, a la calidad de arrendataria y otro tanto ha sucedido con las mujeres que vivían en
propiedades familiares. En cambio, más de la mitad de las mujeres que antes eran arrendatarias,
hoy en día han accedido a su propia vivienda.
Material de los Pisos
El material predominante de los pisos en el lugar de residencia anterior era tierra o arena (87,0 %) y
lo sigue siendo en Cantaclaro. Como lo muestra el CUADRO 4.14., en este aspecto no han
mejorado ni empeorado los hogares.
Servicio Sanitario
98
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
En cuanto al acceso a los servicios básicos, se han presentado importantes cambios. Mientras un
70,0 % de los hogares no tenían servicio sanitario, esta proporción ha descendido en la actualidad a
un 19.6%, un 71.4% posee conexión con pozo séptico y un 9,0 % tiene inodoro conectado a
alcantarillado. Estas variaciones obedecen al cubrimiento diferencial por zona de residencia, que es
muy bajo en la zona rural de donde provienen principalmente las mujeres, y a las obras de
infraestructura desarrolladas en Cantaclaro.
Agua para Preparar Alimentos
Para más de la mitad de los hogares, la fuente de abastecimiento de agua para preparar los
alimentos eran los pozos o aljibes (58,0 %) y cerca de una cuarta parte de los hogares la conseguía
de fuentes naturales, como quebradas o nacimientos y solo un 14,0 % estaba conectado al
acueducto. Ahora, en Cantaclaro, gracias a la instalación del acueducto, el 98,0 % de los hogares
dispone de esta fuente de agua para preparar sus alimentos.
Numero de Cuartos
Antes del traslado, más de la mitad de los hogares disponía de 3 cuartos o más (56,0 %) y solo un
16,0 % tenía 1 cuarto. Hoy en día, el panorama es diferente: un 78,0 % tiene entre 1 y 2 cuartos.
Es más, los miembros de dos de cada cinco hogares duermen en un mismo cuarto y apenas un 22,0
% posee 3 o más cuartos. El promedio por hogar es de 1.9, es decir 1 cuarto menos del que se
disponía en la residencia anterior (2.9 por hogar).
El promedio de personas por cuarto es de 2.8 e indica cierto grado de hacinamiento. Y aunque no
se puede calcular este promedio antes del desplazamiento, considerando que el promedio de cuartos
99
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríadisminuyó, y en algunos casos aumentó incluso el tamaño del hogar, es factible suponer que el
número medio de personas por cuarto era inferior y que el hacinamiento actual es resultante de
dicho desplazamiento.
100
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
XI. B I B L I O G R A F I A
Arizpe, Lourdes. "Indígenas en la ciudad de México. El caso de las 'Marías'". México, SepSetentas, 1975.
CODHES. "Conflicto armando y Derecho Internacional Humanitario". En Jorge E. Rojas (comp.). "Desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado". Bogotá, Codhes, 1993.
COMISIÓN DERECHOS HUMANOS DE LA ONU. "Violencia política y desplazamiento interno en Colombia". En Jorge E. Rojas (comp.). "Desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado". Bogotá, Codhes, 1993.
CONFERENCIA EPISCOPAL COLOMBIANA. "Desplazados por violencia en Colombia”. Bogotá, 1995.
DEFENSORIA DEL PUEBLO. "Por el derecho a no ser desplazados". Su defensor, año 2, No. 21, abril de 1995.
DNP. "Alternativas de solución al problema de los desplazados por la violencia". Ponencia presentada al Seminario taller "Políticas integrales para el desplazamiento interno en Colombia". Universidad Javeriana, 1994.
Duque, Estela. "Desplazamiento, economía y gestión". En Jorge E. Rojas (comp.). "Desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado". Bogotá, Codhes, 1993.
Galindo, Francisco. "Reflexiones sobre el sistema de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos, el mandato del ACNUR y los desplazados internos". En Jorge E. Rojas (comp.). "Desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado". Bogotá, Codhes, 1993.
Gómez, Carlos Mario. "Cantaclaro: el refugio más grande de Colombia". Medellín, El Colombiano, domingo 28 de mayo de 1995, pag 4c.
GRUPO DE TRABAJO INTERNACIONAL PARA LOS DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA. "Conflicto armado, Derechos Humanos y Derecho Internacional
101
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Humanitario". En Jorge E. Rojas (comp.). "Desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado". Bogotá, Codhes, 1993.
Grupo de Investigación Univ. Javeriana, FCMD, CODHES. "La mujer en situación de desplazamiento: creadora de nuevas formas de vida en el escenario urbano". En Jorge E. Rojas (comp.). "Desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado". Bogotá, Codhes, 1993.
Gutiérrez, Diana. "Acerca de la repercusión de la violencia política en los niños desplazados". En Jorge E. Rojas (comp.). "Desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado". Bogotá, Codhes, 1993.
Lomnitz, Larissa de. "Cómo sobreviven los marginados". México, Siglo XXI, 1981.
Martínez, Ciro. "Lineamientos de política para el tratamiento del problema de los desplazados en Colombia".
Martínez, Ciro. "Políticas de migración en Colombia". Ponencia presentada al Seminario sobre medición de la migración internacional. Bogotá, 1993.
Ministerio de Gobierno. "Propuesta de políticas integrales relacionadas con el desplazamiento interno en Colombia". Memorias del Seminario-Taller nacional. Bogotá, 1994.
Negrete, Víctor. "Los desplazados por la violencia en Colombia". Editorial Antillas, 1995.
Osorio, Flor Edilma. "La violencia del silencio: desplazados del campo a la ciudad". Bogotá,Codhes-Universidad Javeriana, 1993.
PISPAL. "Estrategias de sobrevivencia". Demografía y economía, No. 46, 1981.
Rojas, Jorge E. (comp.). "Desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado". Bogotá, Codhes, 1993.
Romero, Amanda. "Colombia: conflicto político y desplazamiento interno". En Jorge E. Rojas (comp.). "Desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado". Bogotá, Codhes, 1993.
Valencia, Alejandro. "Desplazamiento interno en Colombia". En Jorge E. Rojas (comp.). "Desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado". Bogotá, Codhes, 1993.
102
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaVargas, Alfredo. "El desplazamiento violento en Colombia; efectos de la violación de los derechos humanos y el conflicto armado interno". En Jorge E. Rojas (comp.). "Desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado". Bogotá, Codhes, 1993.
103
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
1. Anexo Metodológico
Universo : Este está compuesto por las mujeres mayores de 16 años que habitan el asentamiento
subnormal de Cantaclaro, Montería, a marzo de 1996
Marco Muestral : Para definir el marco muestral se tuvo en cuenta la cartografía del
asentamiento de Cantaclaro disponible en el INURBE, con fecha de Septiembre de 1992. Dicha
cartografía se actualizó en terreno. Para ello se realizó el recuento de lotes (viviendas) en el cual
se incluyeron las zonas verdes ubicadas a lo largo del canal y las áreas que inicialmente no
habían sido diseñadas para habitación, en las cuales los inmigrantes recientes han establecido sus
viviendas.
Este asentamiento está conformado por 10 sectores:
1. Ñipi A
2. Ñipi B
3. Ñipi C
4. La Unión
5. Isla
6. Represa
7. Paraiso
8. Níspero
9. Carretera
10. Cañas
104
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaEstos 10 sectores están compuestos por un total de 236 manzanas, las cuales a su vez contienen
un total de 4.067 lotes (ver anexo 1). Además de lo anterior, durante la prueba del cuestionario
se detectó la presencia de nuevos asentamientos, inexistentes en la cartografía. Estos nuevos
asentamientos ascienden a 221 lotes, los cuales se encuentran concentrados a lo largo de la zona
del canal y de las llamadas zonas verdes de todos los sectores a excepción de: Paraíso, Carretera
y Cañas.
Para efectos de poder incorporar estos lotes en el muestreo general, con base en las
características generales de la composición de las manzanas de Cantaclaro, se decidió que 20
lotes serían equivalentes a una manzana. Por lo tanto los sectores Ñipi A, Ñipi B y Ñipi C que
poseen 31 zonas verdes equivalen a 1.5 manzanas, el sector la Unión con 71 zonas verdes
equivale a 3 manzanas; la Isla con 23 equivalen a 1 manzana, Represa con 32 equivale a 1.5
manzanas y Níspero con 2 zonas verdes equivale a 1 manzana.
Tamaño de la Muestra
Tipo de Muestreo Muestreo multietápico estratificado.(3 etapas) Número de estratos 10.
(sectores) 100 % Unidad primaria de muestreo : Manzanas 100 %* Unidad secundaria de
muestreo : (Lote) proporcional Unidad final de muestreo: mujer desplazada por la violencia,
mayor de 16 años (para la encuesta de profundidad)
Tamaño
Filtros: N = 1200
Encuestas: N = 500
105
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaEl tamaño de muestra calculada de filtros fue de 1200 mujeres. El error de muestreo fue del 3%,
con una confiabilidad del 90 % y un porcentaje de mujeres desplazadas de 0.5%, con lo cual se
asegura un mayor tamaño de muestra.
El tamaño de muestra se calculó de la siguiente manera:
Fórmula
n = z 2 . p . q
e2
n = 3.8 x 0,5 x 0,5 = 0.96 = 1.066 1200
(0,03)2 0.0009
A las 1200 mujeres contactadas se les aplicó un “Filtro”. cuyos objetivos eran:
1. Identificar las mujeres desplazadas a Cantaclaro por la violencia.
(Seleccionar la informante).
2. Medir de la población total de mujeres mayores de 16 años habitantes de Cantaclaro, la
proporción desplazada por la violencia al asentamiento subnormal de Cantaclaro.
Selección de la Muestra
106
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaPara la selección de la muestra se tomaron las 236 manzanas existentes en Cantaclaro.
SECTOR No. TOTAL
MANZANAS
1. Ñipi A 19
2. Ñipi B 17
3. Ñipi C 24
4. La Unión 50
5. Isla 25
6. Represa 24
7. Paraíso 42
8. Níspero 16
9. Carretera 10
10. Cañas 9
236
A ese total de manzanas por sector se le sumó el Número de manzanas de las zonas verdes y con
base en los datos, se calculó la distribución de la muestra por sectores.
En cada uno de ellos se seleccionaron proporcional y aleatoriamente las manzanas a trabajar, y
en cada manzana se seleccionaron proporcional y aleatoriamente el número de lotes. Dentro de
cada lote se seleccionó una persona a la cual se le aplicó la primera pregunta del filtro (lista de la
mujeres mayor de 16 años que habitaban en el hogar) Luego aleatoriamente se seleccionaba la
informante que era la persona que terminaba de contestar el filtro. Si la razón de su
107
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Monteríadesplazamiento del sitio anterior a su actual vivienda era la violencia se le aplicaba la encuesta
de profundidad. En caso contrario se terminaba el contacto.
Con base en los datos se calculó la distribución de la muestra por sectores:
SECTOR No. TOTAL
MANZANAS
% No.
MANZANAS
TRABAJADAS
1. Ñipi A 19 6
2. Ñipi B 17 11
3. Ñipi C 24 11
4. La Unión 50 20
5. Isla 25 8
6. Represa 24 12
7. Paraíso 42 26
8. Níspero 16 10
9. Carretera 10 6
10. Cañas 9 6
Como se observa en la tabla anterior, la selección de las manzanas a barrer se hizo
proporcionalmente al tamaño del sector, de manera que pudiéramos “barrer” todo el sector y
hubiera representatividad y pudiéramos establecer generalizaciones al momento de interpretar
los datos arrojados por la investigación.
108
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, MonteríaSe aplicaron en total 1305 filtros. La razón de que este número sea superior a los 1200
estimados, fue el bajo porcentaje encontrado, 14,7 % de mujeres que hubieran admitido haber
sido desplazadas a Cantaclaro por la violencia.
Una vez aplicados los 1305 filtros aplicados el porcentaje (14.7%) no varió porque se detectó
temor en las personas a aceptar ser desplazadas por la violencia. (Error de no muestreo) Por lo
anterior se cambió el método de muestreo para completar el tamaño de muestra propuesto
inicialmente. Por esta razón los 168 primeras encuestas se seleccionaron mediante la
aplicación del filtro; y para efectos de completar la muestra (297 - muestreo no probabilístico) se
recurrió a los líderes comunitarios y a su conocimiento de la comunidad, lo que llevó a recorrer
la totalidad del asentamiento.
Considerando que la muestra final se obtuvo por medio de dos métodos de muestreo, uno
probabilístico con el cual se pueden calcular los errores de muestreo, y el otro no probabilístico
(referido) con el cual es imposible calcular errores de muestreo, como se acordó en una reunión
con los técnicos del DNP, la única solución fue la sumar las muestras.
Procesada la información de las 465 encuestas, se procedió realizar un análisis de comparación
de medias entre la población con filtro y la población sin filtro para las variables de edad, tiempo
de permanencia en el asentamiento, etc con el fin de buscar si había diferencias significativas.
Realizadas las pruebas t, no se presentó diferencia
significativa entre las dos poblaciones . Ello permitió concluir que los dos métodos de selección
produjeron muestras de iguales características.
SECTOR No. TOTAL
MANZANAS
No. DE FILTROS
REALIZADOS
Promedio encuestas
realizadas por manzana
1. Ñipi A 19 132 7 109
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
2. Ñipi B 17 126 7
3. Ñipi C 24 134 6
4. La Unión 50 288 6
5. Isla 25 127 5
6. Represa 24 123 5
7. Paraíso 42 202 5
8. Níspero 16 77 5
9. Carretera 10 51 5
10. Cañas 9 45 5
<=236
<
<=1305
<
ESTUDIOS DE CASO
Para complementar la información que nos lleve a cumplir con los objetivos del proyecto de
investigación sobre mujer desplazada de la violencia, nos propusimos adelantar un trabajo
de campo en el asentamiento subnormal de Cantaclaro, que nos proporcionara una mejor
comprensión antropológica y sociológica de la naturaleza del problema de la mujer desplazada.
Para ello decidimos adelantar la selección de cuatro estudios de caso. Este trabajo tuvo una
duración de 38 días, repartidos en dos jornadas (del 25 de enero al 10 de febrero de 1996 y del 28
de febrero a 20 de marzo de 1996).
La Metodología
110
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Siguiendo los parámetros generales de la investigación etnográfica, el proceso de investigación se
llevó a cabo a través de las siguientes acciones realizadas :
1. Mantener y desarrollar una relación con la gente para asegurar la afluencia de los datos, lo
que implicó un compromiso en lo personal y lo profesional, dada las condiciones de vida de estas
personas y la necesidad de proporcionarles información que les orientara en sus distintas actividades
para su desarrollo.
2. Emplear una serie de técnicas de investigación para recoger un amplio número de datos. En
este caso el de la técnica de estudios de caso y de observación y participación en actividades de la
vida cotidiana de las mujeres desplazadas.
3. Lo anterior implicó permanecer en el campo un tiempo suficiente para observar actividades con
frecuencia, para así poder discriminar lo relievante para la interpretación.
111
Mujeres Desplazadas por la Violencia : el Caso de Cantaclaro, Montería
Tabla Anexo No. 7.1Razón por la que no Acudió al Gobierno
¡Error! Marcador no definido.Razón %
1. Temor/miedo a represalias2. Desconfianza (no se sabe quién es el enemigo)3. No se le ocurrió4. Gobierno sabe y no da solución5. Temor a que le soliciten pruebas6. Gobierno no hace presencia7. Otro
44.014.0
9.09.09.02.01.0
Tabla Anexo No. 8.1Interés de la Alcaldía en los Habitantes de Cantaclaro
Grado %
1. Muy interesada2. Interesada3. Poco interesada4. Nada interesada
4342923
Tabla Anexo No. 8.2Oficinas de la Alcaldía que Han Realizado Obras en Cantaclaro
¡ . Entidad %
Bienestar FamiliarRedBrigadaPolicíaOrganizaciones comunitariasDepartamentoSecretaría de SaludNingunaNo sabe
252020257631525
112