-
Kina, Rev, Artes y Letras, Univ, Costa Rica, XXX (2): 145-161,
2006 / ISSN: 0378-0473
LA POESA COSTARRICENSE CONTEMPORNEAY EL CAMPO DISCURSIVO
CONVERSACIONAL^
Francisco Rodrguez Cascante^
ABSTRACT
tn this paper t study one of the discursive formations of the
Costa Rican contemporary poetry: the conversationallyric, 1 argue
that this textual organization conforms, along with the
transcendentalist poetry, the semiotie space ofthe contemporary
lyrical genre of the country. For the interpretation, t make a
critic of the historiographie modelstraditionally used for the
study of the Costa Rican poetry and I offer a revision of such
conceptions based on areexamination of the notion of the discursive
formation category.Key words: discursive formations, Costa Rican
literature, Costa Rican contemporary poetry, conversational
lyric,
RESUMEN
En este artculo examino una de las formaciones discursivas
constituyentes de la poesa costarricense actual: la
lricaconversacional. Argumento que esta organizacin textual
conforma, junto con la poesa trascendental ista, el espaciosemitico
del gnero discursivo lrico contemporneo del pas. Para la
aproximacin interpretativa, parto de unacrtica de los modelos
historiogrficos tradicionales utilizados para el estudio de la
poesa costarricense y ofrezcoun replanteamiento de dichas
concepciones basado en un reexamen de la categora de formacin
discursiva.Palabras clave: formaciones discursivas, literatura
costarricense, poesa costarricense contempornea,
lricaconversacional.
Que el tiempo har mudanzaCoplas (1574) Domingo Jimnez
Introduccin perspectiva desde los aportes de la historia
literarialatinoamericana y el estudio de las constantes
Este trabajo tiene por objeto la poesa discursivas. En segundo
lugar, y siendo conscientecostarricense contempornea^ de carcter de
los cruces y del carcter palimpsstico de laconversacional.
Enprimerlugardiscutolaasuncin produccin textual, argumento que
existen dosde la poesa costarricense por la historiografa grandes
lneas constitutivas en la poesa nacional,literaria y propongo
reconceptualizar la una que remite a un eje programtico
aurtico-'
Francisco Rodrguez Cascante es Doctor en literatura por la
Universidad de Montreal, Canad, profesor en la Sedede Occidente y
coordinador del Centro de Informacin y Referencia sobre
Centroamrica y el Caribe del Centro deInvestigacin en Identidad y
Cultura Latinoamericanas de la Universidad de Costa Rica, Su campo
de especializacines la literatura centroamericana. Entre sus
publicaciones se encuentra Autobiografa y dialogismo, San Jos:
Editorialde la Universidad de Costa Rica, 2004,
-
146 Kina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXX (2):
145-161, 2006 / ISSN: 0378-0473
y Otra que se constituye en uno de orientacinnarrativizante.
Este ltimo conforma lo queentiendo por poesa conversacional. Hago
estopensando en los niveles diacrnicos de la historialiteraria y en
las posibilidades de organizacin deun corpus que plantea
predominios, sin que elloimplique una mirada conclusiva y
aplanadora.Con este entendido, analizo dos tipos de textos:unos
publicados antes de 1990 y otros, queconstituyen el corpus de la
exposicin, hansido publicados durante las ltimas dos dcadasdel
siglo pasado y en los albores del presente.Me parece que en la
poesa conversacionalcostarricense contempornea se articulan
variaspoticas, entendidas en tanto conjuntos derasgos distintivos
de grupos textuales"*, de lascuales contemplar cinco: 1) una de
nfasisindividualista ligada a la narratividad del mundocotidiano,
2) otra de anlisis social, 3) una denfasis metapotico y
culturalista, 4) otra decarcter feminista y, finalmente, 5) aquella
detpico amatorio.
La historia de la literaturacomo archivstica.
La historia literaria costarricense que seha ocupado de la
poesa, ha privilegiado unaorientacin de tipo biogrfico cronolgico,
des-cribiendo las producciones textuales mediantelos criterios de
gnero y de perodo. As pues, elnivel genrico ha institucionalizado
conjuntos yel de periodizacin ha promovido, por un lado,la
segmentacin en movimientos estticos que serelevan unos a otros, y
por otra parte, ha dado lamayor importancia al agrupamiento
generacio-nal. Este panorama fundado en una concepcinpositivista
que asume al autor como protagonistade la dinmica literaria, ha
promovido una nocinde la historia de la literatura como
archivstica,cuyos bales se llenan y se vacan con
rostrosdeterminados por sus fechas de nacimiento^.
Considero que la rigidez de esta concepcin,-til hasta cuanto
abre luces sobre concepcionesestticas y establece correspondencias
yafinidades, y por ello da cuenta de la realizacin
contextual de movimientos e ideas que circulanen otros espacios
literarios- encuentra su modeloen una nocin de la historia como
trayectolineal que incluso ha posibilitado la idea deevolucin
potica^. Otra de sus fortalezas esla minuciosa atencin prestada a
los autores:fechas de nacimiento, aos de publicacin detextos, temas
empleados, visiones del mundodefendidas y sistematizacin de la
informacin.No obstante, sus limitaciones asoman de seguido:poticas
distintas agrupadas en un mismo lugar,ambigedades en cuanto a
quines forman lasgeneraciones, dificultades para determinar
lasdiferencias entre los diversos grupos, relacionestextuales que
deben responder a las normas, enfin, los obstculos propios de una
perspectivahomogeneizadora de la historia literaria.
Historia literaria y discurso potico
Cmo textualizar una historia de laliteratura que no asuma la
linealidad y noprivilegie los excesos del criterio genrico
yperiodizador? Frente a la concepcin archivstica,cmo dar cuenta de
la heterogeneidad histricadel fenmeno literario? Preguntas de
fundamentalimportancia y fuerte tradicin en la
crticalatinoamericana.
La problemtica de la segmentacin cro-nolgica se ha resuelto en
la historia literariamediante los criterios de perodos y
generacio-nes. Sin embargo, ya en los aos sesenta OsearTacca
sealaba que la "poca es un conceptovago y flotante" (1968, 98-99) y
que el ordengeneracional no escapa a la subjetividad de
losagrupamientos muchas veces forzados.
Intentando resolver estos problemas, ainicios de la dcada de
1980, un equipo deinvestigadores entre los que se
encontrabanAntonio Cndido, Gutirrez Girardot, AngelRama, Antonio
Cornejo Polar, Beatriz Sarloy Ana Pizarro, entre otros, se unieron
en elesfuerzo de escribir una historia colectiva de laliteratura
latinoamericana, trabajo que dio comoproducto la publicacin de
Amrica Latina:Palabra, literatura e cultura^. Resultado de
lasdiscusiones del grupo fue el texto La literatura
-
RODRGUEZ: La poesa costarricense contempornea y el campo
discursivo conversacional 147
latinoamericana como proceso, editado bajola coordinacin de Ana
Pizarro^. En l, apuntaPizarro en la introduccin que "lo que se
intentaorganizar es la dinmica de una historia literariaconstituida
por una gran dialctica de rupturay continuidad" (1985, 29), donde
lo relevantees observar no solamente los quiebres entrelos sistemas
de representacin, sino tambinprestar atencin a las continuidades y
lasmodificaciones que se van operando en esosmodelos
representacionales de ndole literaria.Ms tarde, a finales de la
dcada de los noventas,la misma Pizarro cuestiona la posibilidad
deescritura de una historia literaria en el sentidoclsico y
argumenta a favor de reflexionar sobrelos procesos de transformacin
de la historiade la literatura frente a las nuevas
condicioneshistricas de globalizacin y posmodernidad^.
A mi juicio, uno de los aportes funda-mentales desarrollados en
los ochenta es el dengel Rama. En su discusin sobre el corpusde la
literatura de Amrica Latina, propona elestudio de los estratos
culturales y las secuenciasde las literaturas de la regin,
criticaba una histo-riografa literaria lineal porque en cada
perodopueden existir varias secuencias en un mismomomento y ellas
pugnan por la hegemona. Estaconcepcin relacional estrato/secuencia
era unaalternativa para la comprensin de la dinmicade la historia
literaria'", concebida como unaapropiacin/reconstruccin
transculturadora,complejos procesos de plastificacin de las
tra-diciones articuladas en las literaturas latinoame-ricanas/7.
Como afirma Franoise Perus, Ramaprocur abandonar la nocin de un
sistema lite-rario nico, para observar "la configuracin deun
polisistema, cuyos polos de atraccin, movi-mientos, espacios y
temporalidades especficasse van desplazando y redefiniendo
mutuamente"(1997, 69).
Otro de los aportes latinoamericanosfundamentales en la discusin
es el de AntonioCornejo Polar, quien convencido de que eluso de la
categora de sistema tiene que vercon la urgencia de corregir los
errores de lahistoriografa literaria de corte positivista queordena
su materia como unilineal y perfectiva,haciendo homogneo lo diverso
y buscando
un orden armonioso inexistente'^. Ante estaconstruccin armnica,
la categora en cuestin,afirma el crtico, puede oponer la imagen
mltiplede varios sistemas todos instalados en el mismoespacio
literario: los ms amplios que l proponaa finales de los ochentas
eran lo culto, lo populary lo indgena. Pero la recuperacin de la
idea desistema tendi la trampa de considerar la nocindesde un punto
de vista deshistorizante (no tenatemporalidad y verticalizaba lo
horizontal). Sinembargo, esta recuperacin fue importante porquelogr
demostrar la pluralidad de la literaturalatinoamericana hasta
entonces comprendidamediante los cdigos de Occidente. Cada
sistematiene su propia historia pero participa a la vez dela
historia general. Por esto es importante acabarcon la oposicin que
contrapone estructura aproceso, ya que ambos son histricos. A
laidea de un tiempo vaco donde todo cabe, hayque oponer, sostiene
Cornejo Polar, la ideade que las relaciones entre los sistemas
sonsiempre contradictorias. En Amrica Latinacada sistema representa
la actuacin de sujetossociales diferenciados y en contienda,
instaladosen mbitos lingsticos distintos, y forjadoresde
racionalidades e imaginarios frecuentementeincompatibles. Esto pone
en duda, tambin, elcomparatismo que es pertinente para
literaturashomologas. Son las relaciones concretas entrelos
sistemas literarios las que pueden servir paracomprender la ndole
de cada uno de ellos y elsentido de la contradiccin que los engrana
ylos hace participar en el corpus de la literaturalatinoamericana.
Las literaturas heterogneasfuncionan como receptoras de
tradicionespopulares e indgenas y resemantizan formasy contenidos
alternativos. En stas el discursohegemnico se abre a otros
discursos marginalesy subterrneos.
No obstante, los contextos de los aosochenta son distintos a los
determinadospor los fenmenos de la globalizacin y laposmodernidad,
bsicamente por el hechoapuntado por Fredric Jameson de que en
lapoca contempornea signada por estos dosfenmenos "desaparece la
antigua frontera(caractersticamente modernista) entre la
altacultura y la llamada cultura de masas o comercial.
-
148 Kina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXX (2):
145-161, 2006 / ISSN: 0378-0473
y surgen nuevos tipos de textos imbuidos de lasformas, categoras
y contenidos de esa industriade la cultura que con tanta vehemencia
handenunciado los idelogos de lo moderno" (1998,24-25). En este
mbito de reflexin, a todas luceshay que abandonar, tal como lo
reconoce Pizarro,la divisin sistmica entre lo culto, lo popular ylo
indgena, y ms bien, efectuar, por una parte,una recuperacin del
concepto de totalidadcontradictoria, que posibilita considerar
loscruces entre los diferentes sistemas con lasvisiones de la
realidad que no necesariamentetienden a integrarse de una forma
dialctica. Porotra parte, es igualmente conveniente, pensaren
procesos de hibridacin que muestran lasdiferencias al interior de
los procesos literarios.Siguiendo la revisin del concepto
efectuadapor Garca Canclini recientemente, hibridacincorresponde a
"procesos socio-culturales en losque estructuras o prcticas
discretas, que existanen forma separada, se combinan para
generarnuevas estructuras, objetos y prcticas. A suvez, cabe
aclarar que las estructuras llamadasdiscretas fueron resultado de
hibridaciones"(2001, 14).
Por otra parte, tambin la categoraestructuralista de sistema
resulta insuficientepara pensar la periodizacin literaria, msbien
habra que seguir la lnea desarrolladapor Rama y Cornejo Polar y
apuntada porPerus: en vez de pensar en la uniformidad deun sistema
hay que considerar los conjuntostextuales en tanto polisistemas, de
acuerdo conla propuesta de Itamar Even-Zohar, quien des-taca la
importancia del pensamiento relacionalen el estudio cultural.
Acerca de la teora delos polisistemas, afirma Even-Zohar: "Su
con-cepto de sistema abierto, dinmico y hetero-gneo quiz favorezca
ms la aparicin de lascondiciones que permiten revelar el poder
dedescubrimiento que tiene el pensamiento rela-cional" (1999, 26).
En este sentido, hibridacinno significa fusin sin contradicciones,
sinoque intenta dar muestra de la complejidad delas relaciones
culturales.
Este replanteamiento de la historia literariadeber entonces
asumir un criterio amplio deperiodizacin. Considero que una va
adecuadaconsiste en recuperar la nocin Foucaultiana deregularidad
discursiva que parte del conceptobajtiniano de enunciado y procura
analizar lasconexiones en tres niveles: relaciones entreenunciados,
relaciones entre grupos de enunciadosy relaciones entre enunciados
o grupos de ellos yacontecimientos de rdenes distintos. Con base
enesta dimensin implicativa, argumenta Foucaultla existencia de
formaciones discursivas: "losenunciados diferentes en su forma,
dispersos enel tiempo, constituyen un conjunto si se refierena un
solo y mismo objeto" (1985, 51). De aqu sederiva un trabajo
analtico:
Lo que habra que caraeterizar e individualizarsera la
coexistencia de esos enunciados dispersos yheterogneos; el sistema
que rige su reparticin, elapoyo de los unos sobre los otros, la
manera en quese implican o se excluyen, la transformacin quesufren,
el juego de su relevo, de su disposicin y desu reemplazo (1985,
56)
Pero esta idea de la formacin discursivano debe convertirse en
una constitucin histo-riogrfica en s, sino, por el contrario, hay
queatender a lo que Slavoj Zizek propone para elcuestionamiento de
las ideologas : efectuar unalectura de sntomas'-' de las constantes
discursi-vas en tanto proceso historiogrfico, cuyo obje-tivo "es
descubrir la tendencia no confesada deltexto [...] a travs de sus
rupturas, sus espacios enblanco y su deslices" (2000, 4)
El estudio historiogrfico de la poesacostarricense, al abandonar
la verticalidad delas sucesiones generacionales como
principio,podra dar cuenta de las relaciones textuales
queatraviesan los perodos histricos y problemati-zara una visin de
la escritura como produccinde sentidos que puede tender puentes,
realizarretrocesos histricos y modificarse en dimensio-nes
diacrnicas en volumen. Igualmente, salin-dose del criterio
homogeneizante de la ubicacinde un autor con todos sus textos en un
determi-nado movimiento literario, la visin historiogr-fica permite
establecer, entre otras, relacionesde diferencia/semejanza,
rechazo/apropiacin.
-
RODRGUEZ: La poesa costarricense contempornea y el campo
discursivo conversacional 149
deconstruccin/reconstruccin entre textos depocas dismiles.
Poticas conversacionales de Costa Rica
En un artculo publicado en 1993bajo el ttulo de "La poesa
posvanguardistalatinoamericana: notas para un acercamiento ala
lrica conversacional"''*, discut los diversosacercamientos crticos
a lo que siempre meha parecido una formacin discursiva en
laproduccin potica del subcontinente. Sostenayo que lo que Csar
Fernndez Moreno concebacomo poesa existencial, aquel fenmenoque
Fernando Alegra llamaba antipoesa, loque para Ernesto Cardenal era
exteriorismoy la poesa que Roberto Fernndez Retamardenominaba
conversacional, mantenan dostipos de regularidades: en primer lugar
aludana un conjunto de textos que historizaban eldiscurso potico
mediante una retrica de lacotidianeidad, lanarrativizacin, el
vesolibrismoy el objetivismo. Por otra parte, el conjuntode crticos
mencionados ejemplificaban susrespectivas "corrientes" con los
mismosautores: Parra, Vallejo, de Rokha, Cardenal,Dalton,
Benedetti, entre otros'^. Ante esto,conclua que prefera el trmino
conversacionalpara esta formacin discursiva porque "apuntaen dos
direcciones fundamentales que noson definidas en oposicin a otras
poticas.Primero, atiende al lenguaje que se emplea,el
coloquial-cotidiano; segundo, este lenguajeposibilita la
incorporacin de la cotidianidad delos individuos, dicho sea, el
carcter existencial,histrico, concreto, de los habitantes de
AmricaLatina" (1993, 39).
La poesa conversacional, en consecuencia,aborda temas marginales
y frecuentementeefecta un anlisis socio poltico, formalmenteasume
la narratividad y el versolibrismo, yexperimenta con el lenguaje o
asume el realismodescriptivo. Tambin quiere dar cuenta de
untestimonio de la realidad, en este sentido, puedearticular
proyectos colectivos o situarse en unaperspectiva de dimensin
individual.
En la poesa costarricense, dos son las for-maciones discursivas
predominantes. La primera,trascendentalista, de mayor tradicin y
presenciaen la poesa costarricense, cuyos orgenes seremontan a las
estticas romntica y modernistade finales del siglo XIX y principios
del XX.La otra, discursivo- conversacional, formadorade gnero que
ha estado presente con mayorvigor desde mediados del siglo veinte,
justo enel momento de recepcin de las vanguardias; noobstante, a
partir de la desconfianza en las pro-mesas autonmicas vanguardistas
y en la cadade los metarrelatos'^ el conversacionalismoprofundiza
sus modos expresivos en la poesanacional y se transforma en el
contexto finise-cular marcado por la posmodernidad y la
globa-lizacin, convirtindose en un adecuado mediopara expresar la
desconfianza y el desencantocaractersticos de este contexto
post-utpico.
Recurdese que el propsito de lasvanguardias, como ha indicado
Andreas Huyssen,era construir "un arte nuevo en una
sociedaddiferente" (1989, 269) cuya finalidad consistaen atacar el
arte burgus. Esta potica, sealabaHuyssen en 1981, no solamente "se
ha convertidoella misma en tradicin, sino que, adems,
susinvenciones e imaginacin se han convertido enparte constitutiva
incluso de las manifestacionesms oficiales de la cultura
occidental" (1998,142). Es por estas razones que Garca
Cancliniafirma que las vanguardias "hoy son vistas comola forma
paradigmtica de la modernidad" (1990,42) debido a que extremaron la
bsqueda de laautonoma en el arte. Y prosigue el crtico: "a
vecesintentaron combinarla con otros movimientos dela modernidad
-especialmente la renovacin yla democratizacin. Sus
desgarramientos, susconflictivas relaciones con movimientos
socialesy polticos, sus fracasos colectivos y personales,pueden ser
ledos como manifestacionesexasperadas de las contradicciones entre
losproyectos modernos" (1990, 42).
Una prueba de la esta doble orientacinde la poesa costarricense
la constituye el actadel jurado del Certamen Latinoamericano
dePoesa Valle Incln 1990 que resolvi "Otorgar elPremio, en forma
compartida, a los autores Milton
-
150 Kina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXX (2):
145-161, 2006 / ISSN: 0378-0473
Zarate, costarricense, por la obra Confesiones delolvido, y a
Mario Matarrita Ruiz, costarricense,por la obra La isla de piedra,
por representardos tendencias ampliamente diferenciadas entres, y a
la vez complementarias, de la poesahispanoamericana actual"
(Albn,1991: 7). Entrminos generales y con base en estos dos
textos,el trascendentalismo concibe la literatura comouna
manifestacin aurtica de carcter abstracto-metafsico, mientras que
el conversacionalismose orienta por una perspectiva narrativizante
ycoloquial.
Hasta el momento, he identificado cincopoticas del
conversacionalismo costarricense:1) una de nfasis individualista
ligada a la narra-tividad; 2) otra de anlisis social, 3) aquella
denfasis metapotico y culturalista, 4) una decarcter feminista y 5)
la de tpico amatorio.
Estas poticas que conforman la formacindiscursiva conversacional
atraviesan el ejediacrnico apuntando a la constitucin de unmismo
objeto, de acuerdo con lo que planteabaFoucault, el espacio de lo
cotidiano. A la vez,por el mismo dinamismo de esta
constantediscursiva, las poticas apuntadas no aparecenen estado
"puro", sino en dilogo, con mltiplescruces entre ellas. A
continuacin, me dedico aconsiderar estas poticas del
conversacionalismoejemplificando con algunos textos dados aconocer
antes de 1990, con el fin de mostrar lapresencia de la poesa
conversacional desde pocodespus de la primera mitad del siglo XX,
paraposteriormente orientar el inters hacia textospublicados entre
1989 y 2003 por autores jvenesan poco considerados por la crtica,
es decirun corpus representativo de lo que se podraconsiderar como
poesa costarricense reciente.Establezco la dcada de 1990 como
fronteracronolgica y artificial por considerar que "losautores de
este ltimo tercio de siglo viven laexperiencia de un mundo complejo
y cambiante:desde el ascenso de los ideales revolucionarios ylas
utopas juveniles de los aos 60 y 70, hastala crisis de los ochenta,
el 'fin de las utopas",el imperio del nuevo capitalismo
globalizado,la ideologa neoliberal y el 'posmodernismo'escptico y
desesperanzado de fines del sigloXX. De aqu que constituyan estos
autores y
estos textos un grupo heterclito, complejo ycambiante, que
oscila [...] entre el entusiasmo yla esperanza o el escepticismo y
el desencanto"(Quesada, 2000: 43).
Es evidente la presencia de la poesa con-versacional en los
perodos anteriores a la ltimadcada del siglo XX, por ejemplo en la
escriturade Francisco Amighetti. Su poema "LilliamEdwards"
publicado en 1973 constituye una poe-tizacin amatoria donde el
mundo cotidiano esel que le da sentido al recuerdo de una
relacinserena y profunda:
Hoy recuerdo los versos que te haca, LilliamEdwards,
te fuiste un da, con tu violfn y tus cabellos
y tu figura dorada
para el Sur de los Estados Unidos.
Yo te escriba muchas cartas que iban por losvapores
remontando aquel ro
cuyas riberas estn florecidas por el canto de losnegros. (1992,
101)
En este mismo orden, la potica amatoriaconstruida por Mayra
Jimnez en Me queda lapalabra (1993), es un claro ejemplo de la
interre-lacin entre lo amoroso y el anlisis social crti-co. En el
poema "Regreso a Costa Rica, 1978", elyo potico oberva un tono
confesional al realizarun diagnstico social del pas que
contextualizael recuerdo de la persona amada que ya no esten su
vida:
Qu triste me he puesto
al observar as a Costa Rica
dividida como nunca en clases
con la CIA metida en magisterios,
movimientos fascistas organizados en sectores
femeninos, juveniles, policiales,
persiguiendo [...]
-
RODRGUEZ; La poesa costarricense contempornea y el campo
discursivo conversacional 151
La tarde est cayendo y llueve llueve. Yo escribo
estas lneas en mi libreta
a mano
con la poca luz que an me llega a las cinco,
frente al sitio, exactamente, donde te conoc
y llevabas
camisa blanca manga corta. (1993, 16-17).
La poesa conversacional de anlisissocial, ha tenido gran
trayectoria en Costa Rica,fundamentalmente por la escritura de
JorgeDebravo, quien combinaba la situacin enuncia-tiva de carcter
declamativo y oratrica centradaen el primera persona, con una forma
de segundapersona de nfasis coloquial, como en el poema"Perdona si
te doy estos consejos":
Perdona si te doy estos consejos:
Sabes que lo hago en calidad de amigo.
Yo no quisiera que las gentes hablen
mal de ti. Cristo. (1977, 44)
Igual procedimiento estilstico empleaIsaac Felipe Azofeifa en
Cruce de va (1982),en el poema "Droga" donde procura orientar
ycensurar la modernidad puesto que la consideracorruptora de un
modo de vida natural y feliz:
Preguntas por tu destino
y tu papel de hombre
en este fin de siglo.
Tonto que eres. La Gran Prensa,
Y la T.V. te lo dan todo (1982, 56)
Poesa conversacional reciente:1989-2003
Poesa individualista
Esta formacin discursiva se profundiza enel perodo posterior a
los aos ochentas, en primerlugar con lo que llamo poesa
individualista.
Este eje asume la construccin potica desdeun distanciamiento de
los grandes metarrelatosque asignan los sentidos de la modernidad,
hayun esfuerzo en los textos de estos autores porabocarse a
construir lo que Walter Mignolo llamahistorias locales'^, es decir,
un pensamientocrtico que abre espacios a lugares, sujetos e
ideasque fueron excluidos de los binarismos tericosy literarios de
la modernidad, ocupada por lafigura del letrado (sin importar su
orientacinideolgica) y su concepcin bellaletrstica deldiscurso. En
esta lnea potica creo que sepueden leer los poemarios Los animales
queimaginamos (1997) e Historias polaroid (2000)de Luis Chaves, as
como el texto La manosuicida (2000) de Mara Montero.
Los animales que imaginamos recupera elrelato personal, la
historia autobiogrfica frenteal orden declamatorio, es as como teje
y entre-cruza pequeas historias personales, rechazan-do, tambin,
las posibilidades de representacincolectivas. De ello da muestra el
poema "crecerpara adentro":
mam perdi un hijo.
supuse que los doctores lo encontraron
cuando lo vi en un frasco con alcohol. (1997, 13)
El orden de lo individual significa unrechazo de lo social.
Existe una gran dosis dedesencanto en una potica que ya no cree en
lafuncin instrumental del lenguaje, ni en su capa-cidad de
transformar la realidad:
y ya no haba causas en las que creer, ni nos impor-taba.
protestar era una excusa para estar juntos. (1997,20).
Tampoco existen asideros firmes dndedepositar la fe. Al
desaparecer las grandes uto-pas y los proyectos de transformacin
social,el enunciador de estos poemarios distingue elvaco como
espacio de vida, tal vez como nicamanera de tener seguridad en el
porvenir. DiceLa mano suicida:
VeroriosqHighlight
VeroriosqHighlight
-
152 Kina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXX (2):
145-161, 2006 / ISSN: 0378-0473
Ya no tengo aliento ni esperanza
sino la marea de la sangre
cansada del naufragio.
He dejado de creer en casi todo (2000, 36)
Esta dimensin distanciada de los relatospicos tan importantes
para la poesa moderna,asume la soledad como el espacio del
sujeto,distante de la solidaridad y la bsqueda de laconvivencia
recproca. La instancia enunciati-va proclama su proyecto de
anti-representacincolectiva y se construye en un mundo vaco
delotro, como propone el poema "Paisaje" de MaraMontero:
Mientras camino por la ciudad
yo tampoco llevo zapatos
y voy con la esperanza
de no ser la voz de nadie (...)
Mientras camino por la ciudad
s que no soy nada
y slo lanzo mis palabras
como quien lanza una botella
al otro lado del muro (2000, 20).
Este texto es clave en el re-planteamientodel sujeto. Procura la
constitucin de un discursosin otredad, optanto por el
particularismocomo opcin. Desde el punto de vista de laconstruccin
potica, se acenta la indiferenciaante la tradicin de la poesa
social que pretenda,como en la escritura debraviana, proyectar
alenunciador como conciencia y gua de pueblos,demiurgo que desde
una posicin enunciativademandante de la visin proftica, peda
elespacio de la orientacin poltica y social. Estapedagoga utpica es
sustituida aqu por larenuncia a la representacin y por el reclamo
deuna conciencia que asume la soledad.
Esta potica implica un necesario rechazode los cnones estticos
modernos y una
recuperacin de zonas marginales para la poesa.En este sentido,
la poesa individualista asume lareflexin metapotica como un reclamo
ante lasnociones aurticas anteriores que le asignabanun espacio
privilegiado entre las artes, tal comoocurre en el poema "Despus
del recital" de Losanimales que imaginamos:
no ser que la poesa es esas sillas desiertas,
el tipo que bosteza en la mesa del fondo.
el autobs que hay que alcanzar lanzndosele enfrente (1997,
31).
Seal anteriormente que la estticaposmoderna implica un rechazo
de la separacinentre lo que en la modernidad se entendacomo "arte
culto" y "arte masificado", yconsecuentemente, una incorporacin
dinmicade elementos de ambos registros. Esta ntimavinculacin se
observa con mucha insistenciaen los textos de Luis Chaves. Se lee
en "cmoescupir fuego":
estbamos tan convencidos
de que en nuestro planeta dios cometa errores.
como con la muerte por ejemplo.
y que peda perdn con bach. Modigliani.
o con la seora a quien comprbamos empanadas
a la salida de la tanda de cuatro. (1997, 20)
Desde el punto de vista constructivo, estapoesa busca la
densidad formal, recurriendo aelementos que ya haban sido empleados
por lasvanguardias: citaciones, frecuentes intertextos,parodias,
pastiches, etc., unidos a las mezclastpicamente posmodernas de
tiempos y concep-ciones estticos'^. Sin embargo, argumento quees el
desplazamiento de la instancia enunciativalo que afirma esta potica
de la individudalidad.Si en la poca moderna el sujeto enunciador de
lalrica era un demiurgo que ubicado en su pedes-tal enunciativo se
propona un proyecto pico ypedaggico, una bsqueda del
convencimiento,o una automodelizacin discursiva en primera
-
RODRGUEZ: La poesa costarricense contempornea y el campo
discursivo conversacional 153
O segunda persona gramatical, la voz lrica delconversacionalismo
posmoderno asume frecuen-temente la tercera persona y narrativiza,
cons-truye historias donde l participa como testigoo protagonista,
pero esta estrategia implanta undistanciamiento con las
pretensiones modernas y,por otra parte, busca deconstruir la figura
enun-ciativa de la lrica. Este carcter narrativo, impl-cito en el
ttulo Historias polaroid, corresponde aestas intenciones del contar
relatos, antes que dedecir verdades que no se poseen. Una muestra
deello es el poema "Mi hermano cree que el primernombre de
Dickinson es Angie":
Con el gato dentro del saco de gangoche
montamos los dos la misma bicicleta.
Luego nuestras cabezas fuera de la baranda
vieron cmo se hunda en el Ro Virilla
para morir, no ahogado,
sino por envenenamiento. (2001, 14)
Historia de la muerte del gato que sirve paraque la instancia
enunciativa narrativa presente asu hermano y lo ubique en un
recital. Mezcla dehistorias que cuenta una experiencia
familiar.
Poesa de anlisis social
La segunda potica es la que llamo deanlisis social. Frente a la
desconfianza, elescepticismo y el abandono de las
propuestascolectivas de la primera potica, sta reconoceal sujeto
social como el protagonista histrico yentiende la sociedad como
procesos de carcterasimtrico que han instaurado desigualdades
yexclusiones. En esta forma escritural propongoleer los poemarios
Se alquila esta ventana (1989)de Jorge Arturo, La isla de piedra
(1991) y Lluviaperpetua (2000) de Mario Matarrita, Ceremoniasdesde
la lluvia (1995) y El primer tren que pase(2001) de Carlos Manuel
Villalobos y Lobos enla brisa (1998) de Jos Mara Zonta.
Recurriendo a la irona, el sarcasmo,los juegos estilsticos, los
neologismos, la
deconstruccin de elementos masmediticos. Sealquila esta ventana
efecta una acida crticaa la sociedad de consumo contempornea
quemediante sus imposiciones neoliberales oculta alser humano y sus
necesidades ms importantes:
EXIJA EL SUFRIMIENTO ADECUADO
Precaucin
(no olvide la dialctica)
llene formularios
vacelos
no cambie de canal
noNo
ADVERTENCIA: VIVIR PUEDE SER NOCIVO
PARA LA SALUD (1989, 15)
Por otra parte, esta potica realizauna discusin sobre la
identidad cultural,entendindola como conjunto de
referentessustrticos sobre los cuales hay que indagarpara
apropirselos y comunicar una urgenteconscientizacin. Frente a los
modelos de vidade la sociedad capitalista, este conjunto detextos
proponen la bsqueda de las racescomo opcin para la construccin de
un sujetoconcebido como ms autntico.
La isla de piedra constituye una nos-tlgica recuperacin del
pasado buclico dela infancia de la voz enunciativa. Frente a
untiempo cargado de negatividad, esta potica sedesplaza a un
espacio memorial que sigue lalnea marcada por el Romancero Tico
(1940) deArturo Agero Chaves, en donde las tradicionescampesinas
eran aoradas como poseedoras deuna vida pletrica de gozo. La
familia, los ami-gos, la infancia son construidos como un
mundohomogneo y mejor. Es el retorno de un discursocostumbrista,
una vuelta a la arcadia, frente auna modernidad que despoja de s
mismo y estplagada de peligros:
Quiero el corazn del verano
la brisa que viene del mar
-
154 Kina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXX (2):
145-161, 2006 / ISSN: 0378-0473
Estar con mi abuelo Flavio
que masca tabaco y cuenta historias
a la sombra del almendro
Quiero al Domingo vestido de blancoVolver a mi pueblo
reunirme con Chavito
Cundino
Miguel
Pablo
Jos
Ahora somos grandes
podemos vagar por los cerros
enfrentarnos al CadejosIr solitos al mar
Ya no tenemos susto
pero estamos sin la luna
no jugamos al Quedni al escondido (1991, 12-13)
Este mismo afn de recuperacin de lainfancia como escape del
mundo moderno eidealizacin de un pasado marcado por la ino-cencia,
los juegos infantiles, y un concepto depueblo como comunidad
homognea, bondadosay primigenia se contina en Lluvia perpetua,ttulo
que remite a la intemporalidad del recuerdoy de ese pasado
pletrico, memorial y subjetivo:
Tristeza
Por qu me alejas de mi rbol de Jocote
de mi poza
de mi alegra de nio
de mi escuela?
No me separes de mi pueblo
donde cualquier puerta se abre
y extiende una mano (2000, 10)
Con una gran densidad formal, la propuestaidentitaria de
Ceremonias desde la lluvia seorienta a la reivindicacin del pasado
indgena
y campesino como sustratos conformadoresdel sujeto
costarricense. Este texto, construidomediante una estrategia
intertextual de doblelectura, presenta el proceso de formacin deun
nio que descubre el mundo y en su trayectova averiguando sus seas
de identidad. Elcomponente indgena es clave para la denunciade la
exclusin de un factor clave de laidentidad nacional:
Entonces Sib,
que dorma debajo de las jicaras,
vino a mirarlo desde el fondo de las lucirnagas.
Pero ya el Dios solo era silencio
y el muchacho no conoci la historia de su otropueblo. (1995,
30)
De ndole diferente es el anlisis socialrealizado por El primer
tren que pase. Se tratade una crnica del viajero que da cuenta
delestado del mundo. El cronista reconoce y analizalas
contradicciones entre las condiciones de lavida dada y la vida
posible. En "La zona roja"la narratividad textual relata el
extraamientodel inmigrante y su doble estatuto
sociocultural,expresado mediante la ambivalencia del sujetoque
recuerda su lugar de origen y denuncia lasfalsas imposiciones:
Alguien sigue llenando de jaque mates el planeta,como si cada
uno de nosotros no fuera unrefugiado.
Incluso el Papa, las putas, los millonarios, el reyde Espaa
y las vacas sagradas de la india. (2001, 31).
La poesa de denuncia social no ha sidodesplazada de esta
formacin discursiva. Lobosen la brisa es tambin un texto de examen
de lascontradicciones de la sociedad capitalista inmersaen las
dinmicas de la giobalizacin y relata lasfuertes exclusiones que
realiza, pero la instanciaenunciativa no se queda en la mirada
desdefuera, sino que asume el lenguaje como un valorinstrumental y
desde una dimensin pragmtica
-
RODRGUEZ: La poesa costarricense contempornea y el campo
discursivo conversacional 155
del hacer-hacer construye un llamamiento allector para la
intevencin:
Hagamos algo
cada uno traiga un juguete usado
ropita de segunda
vamos al sur de San Jos
o al sur de cualquier ciudad
repartimos
luego comemos tranquilos
y hasta el ao que viene (1998, 26).
Frente al nihilismo de la poesa individua-lista, los proyectos
de solidaridad colectiva reco-bran vigencia en esta poesa de
anlisis social yla crtica reivindica la tica como forma
poltica,ante el reclamo por la funcin pblica:
Se prepar arduamente durante muchos aos
para ser Presidente
consciente de la necesidad de darse a entender
aprendi todos los idiomas
dialectos
y lenguajes del mundo
menos el idioma de la verdad (1998, 117)
Poesa culturalista y metapotica
La tercera potica de la poesaconversacional costarricense
contempornea esla de carcter culturalista y metapotico. Setrata de
textos que renuncian al anlisis decondiciones socio-histricas para,
en el casode los culturalistas, acudir a la relectura deautores,
mitos y lenguas clsicos, trasladandola reflexin a pocas
intemporales y lugaresimaginarios, haciendo uso de la erudiciny de
lo que Jorge Luis Borges llam poesaintelectual'^, aquella que
recurre al saber y
construye relaciones hipertextuales. Por su parte,la poesa
metapotica, es la que hace del textouna indagacin de la condicin
del poeta en lasociedad contempornea y reflexiona sobre elpapel y
el estatuto del ejercicio escritural. Observoen esta potica los
textos Maremonstrum (2000)de Mauricio Molina y La sombra
inconclusa(1998) de Mainor Gonzlez Calvo.
Acudiendo a una relectura de la mitologagrecolatina y a las
leyendas orientales, incorpo-rando incluso un epgrafe de De rerum
natura,Maremonstrum reclama un lector erudito quesea capaz de
encontrar las referencias muchasveces hermticas y en ese proceso
intertextualrealice la lectura como ejercicio. No obstanteesta
reduccin del proceso de recepcin, el textorecurre al discurso
conversacional, mediante lanarrativizacin de pequeas historias,
como en elpoema "El cclope", donde el juego hipertextualse
constituye como relato :
Mira por el ojo de la cerradura,
por el hueco sediento de los grifos.
Mira por las grietas
que abren las termitas y los aos
en mi casa de madera.
Y fuera de ella,
me espa desde las fisuras
ms pequeas de la noche. (2000, 34)
Por su parte. La sombra inconclusa sededica a deconstruir la
figura del poeta comodemiurgo y orientador y a la poesa comobellas
letras:
La poesa
es como el agua del polo norte.
Solo que en sus intestinos
anidan una cuantas lombrices
y uno que otro camello de piedra.
Si la poesa es una palabra alada
-
156 Kina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXX (2):
145-161, 2006 / ISSN: 0378-0473
un cisne haciendo digestin
y millares de manos
alimentado la soberbia
entonces eso quiere decir
que me ha engaado con su piel mercenaria (1998,26).
El texto propone una especie sustancialis-ta del ser poeta y
divide dicha categora en dos:aquellos oficiales y quienes no lo
son. Una vezestablecido este binarismo, se aboca a una agudacrtica
al "poeta oficial" como sirviente del siste-ma social y rescata al
"poeta crtico" que desde lamarginacin cuestiona las costumbres. La
poesaposee, entonces, un valor instrumental, debecomportar una
conducta tica de polarizacinfrente a un mundo corrupto.
Poesa feminista
La cuarta potica conversacional consisteen textos escritos por
mujeres que reflexionansobre su condicin de sujetos sociales
desdeuna perspectiva de gnero crtica. Considero enesta lnea, los
textos Perfiles de tinta (1998) deMeritxell Serrano y La caja negra
(2001) deElena Gutirrez.
Perfiles de tinta examina la condicin dela mujer en la sociedad
actual desde una miradacuestionadora del orden patriarcal y propone
unarevisin de las tradiciones, tal como en "Nochede bodas":
y si l llega dormido
pesado como un rebote
y cae a mi lado
golpeando el asfalto [ ...]
quizs prefiera entonces
el arrullo de un toldo
la cancin de dos tetas (1998, 71).
Por su parte. La caja negra problematiza elproceso de
constitucin de una conciencia feme-nina y recupera la niez como
espacio vital clavepara comprender la etapa adulta:
Entonces
la mujer
jug
como una nia
corri
como una nia
danz
cant
am
como una nia
y sus ojos crecieron grandesy de sus ojos escap la pena. (2001,
32).
Poesa amatoria
La quinta potica que observo dentro dela poesa conversacional
reciente es la amatoria,que se ocupa de poetizar la experiencia
amorosadesde el dilogo, renunciando en algunos casosa la estructura
versificada. Leo en esta lnealos poemarios Los elefantes estorban
(1995) deJos Mara Zonta y Carta sin cuerpo (2001) deAlfredo
Trejos.
La poesa amatoria presente en el primerpoemario revela las
intenciones de distanciarsela voz enunciativa del pulpito
declamatorio desentimientos elevados y trasladar las
relacionesinterpersonales del amor hacia el mbito cotidiano,donde
la abstraccin da paso a la corporeizaciny las actividades diarias,
historizando lossentimientos:
Una muchacha me ha declarado el amor total
sin armisticios ni prisioneros
est loca: ya le expliqu que maana es lunes
-
RODRGUEZ: La poesa costarricense contempornea y el campo
discursivo conversacional 157
salen los diarios abren los bancos y debo trabajar
pero ella cuerpo a cuerpo
suda calle por calle
parece una fruta sentada en el parque (1995, 54).
El segundo texto reclama el dilogo y laprosa como estructura
formal para construir undilogo con el sujeto amado, despojndose de
laretrica versificada:
Qu gano yo con quererte? Qu ganas vos conarrebatarme los poemas
para no leer ms que lascifras y los encabezados? Para casi leerme
todocomo soy, como flaqueo. [...] Y es que el amor igualda tanto
miedo como la ducha, como extraviar unamoneda decisiva. S que ando
mal en kilos y encaricias. (2001,33)
Conclusin
He argumentado acerca de una presenciaen la poesa costarricense:
una formacindiscursiva conversacional. sta, transformadapor los
nuevos contextos de finales de ladcada de 1980 y 1990, por un lado,
asume laspropuestas posmodernas y cuestiona los modosde
representacin de la modernidad, y por elotro, no renuncia al
anlisis social que fue sumodelo originario en el contexto de
mediadosde siglo XX. Tal constante discursiva proponeel alejamiento
de la instancia enunciativa dela soberana del yo discursivo
declamatorio,renunciando a un estadio del espejo y volviendo
lamirada al mundo circundante y a las tradicionesde escritura de
diversas culturas y pocas, ya seamediante la narratividad o la
crnica.
Oscilante entre la crtica y la nostalgia porla modernidad, la
poesa conversacional contem-pornea ha realizado un importante
trnsito: dela automodelizacin discursiva hasta el despla-zamiento
de la centralidad de la voz autoenun-ciativa, lo que ha hecho
posible una constitucinpotica que escribe grandes y pequeas
historias,sin renunciar a su "cualidad de divergencia",principio
tan caro para los formalistas rusos, quedefendan como la textura
propia de la poesa.
Quiero terminar retomando la hiptesisde que el
conversacionalismo constituye unaformacin discursiva en el eje
diacrnico dela historia literaria costarricense, la cual atra-viesa
las jeraquizaciones de una historia linealhomogeneizada por
sucesiones de movimientosy generaciones. Creo que esta insistencia
puededevelar continuidades, rupturas, recuperaciones
ytransformaciones, en un intento por examinar lossntomas de una
historiografa literaria que estpor (re)construirse.
Notas
Este trabajo es un resultado provisorio del proyec-to de
investigacin inscrito en la Vicerrectora deInvestigacin de la
Universidad de Costa Rica con elnmero 540-A5-083 y titulado "La
poesa costarri-cense contempornea (1980-2005)".
La edicin 22 del Diccionario de la LenguaEspaola de la Real
Academia Espaola define elvocablo contemporneo, en su segunda
acepcin,como "Relativo al tiempo o poca en que se vive"(2001, 636).
Utilizo el adjetivo "contemporneo",entonces, con un carcter
periodizador que remite alas ltimas dcadas del siglo XX y a estos
primerosaos del siglo XXL
En su difundido ensayo "The Work of Art in theAge of Mechanical
Reproduction", Walter Benjaminargumenta acerca de la existencia de
una tradicinque articula la prctica de un culto ritual del
arte,entendindolo como magia de tipo religiosa: "It issignificant
that the existence of the work of art withreference to its aura is
never entirely separated fromits ritual function. In other words,
the unique valueof the 'authentic' work of art has its basis in
ritual,the location of its original use value." (1988,
223-224).
Entiendo por potica, en este contexto, la segun-da acepcin que
ofrecen Ducrot y Todorov en suDiccionario: "la eleccin hecha por un
autor entretodas las posibilidades (en el orden de la temtica,de la
composicin, del estilo, etc.) literarias". (1974,98).
Es el caso, por ejemplo, del "Estudio preliminar"de la Antologa
crtica de la poesa de Costa Ricade Carlos Francisco Monge, quien
plantea que la
-
158 Kina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXX (2):
145-161, 2006 / ISSN: 0378-0473
poesa posvanguardista costarricense se divide entres
generaciones. La primera se compone de losautores nacidos entre
1938 y 1948. Sus integran-tes son; Jorge Debravo, Mayra Jimnez,
LaureanoAlbn, Julieta Dobles, Marco Aguilar, GermnSalas, Alfonso
Chase, Rodrigo Quirs, GuillermoSenz Patterson, Rosa Kalina, Carlos
de la Ossa yJuan Antilln. La segunda generacin est forma-da por
poetas nacidos entre 1948 y 1957: JaninaFernndez, Leonor Garnier,
Luis Kleiman, OsvaldoSauma, Ronald Bonilla, Carlos Francisco Monge,
LilPicado, Diana Avila, Rodolfo Dada, Ma Gallegos,Nidia Barboza,
Miguel Fajardo, Eric Gil Salas yGerardo Morales. La tercera
generacin corres-ponde a los autores nacidos despus de 1957.
Ellosson: Jorge Arroyo, Macarena Barahona, CarlosCorts, Gabriela
Chavara, Guillermo Fernndez,Vctor Hugo Fernndez, Ana Istar, Vernor
Muoz,Armando Antonio Ssacal, Aviv Succar y MiltonZarate. Este grupo
tiene el proyecto de "reorganizarel sentido del entorno inmediato
con otro lenguaje,muy distinto al del realismo potico de los
60"(1992, 34). Siguiendo la periodizacin propuestapor Monge, el
poeta Cristian Marcelo establece laexistencia de una cuarta
generacin de postvanguar-dia, "formada por los poetas y las poetas
nacidosentre 1965-1980, por lo que inician su produccin detextos
entre 1985 y el 2000, y se deben consolidarentre 1995 y 2010"
(2001, 1), agrupacin que "nacemarcada por un doble post
-postmodernismo y pos-tvanguardia" (2001, I)
Me refiero al clsico estudio de Alberto BaezaFlores. Evoluciti
de la poesa costarricense. SanJos: Editorial Costa Rica, 1978.
Se dieron a conocer tres volmenes editados en SaoPaulo, Brasil,
por Memorial de Amrica Latina,1993-1995.
El texto clave en esta problemtica es Tratisculturacitinarrativa
en Atnrica Latina. Mxico: SigloVeintiuno Editores, 1982.
12 Antonio Cornejo Polar. "Los sistemas literarioscomo categoras
histricas. Elementos para una dis-cusin latinoamericana". Revista
de Crtica LiterariaLatinoamericana. 29 (1989): 19-24.
13 Zizek define el sntoma como "un elemento parti-cular que
subvierte su propio fundamento universal,una especie que subvierte
su propio gnero" (2003,47).
14 Vase: Francisco Rodrguez Cascante. "La poesaposvanguardista
latinoamericana: notas para unacercamiento a la lrica
conversacional". Revista deFilologa y Lingstica de la Universidad
de CostaRica. XIX. 1. (1993): 35-47.
15 Ampliaba estas correspondencias as: "las carac-tersticas que
se le otorgan a cada una de estas'tendencias poticas' pueden ser
asignadas, sincontradiccin alguna, a cualquiera de las otras.Por
ejemplo, segn Fernndez Moreno la poesaexistencial remite a un
tiempo histrico, concreto, yErnesto Cardenal seala que el
exteriorismo involu-cra datos, nombres concretos, etc., de un
momentohistrico; Fernando Alegra indica que la antipoesaemplea un
lenguaje directo que intenta devolverle alhombre la realidad
(aludir a un momento histri-co determinado). Por ltimo, Fernndez
Retamarapunta que la poesa conversacional incorporaelementos de la
cotidianidad del momento histricopresente. Ntese la ambigedad en
este fracasadointento por establecer los lmites de tales
'nuevascorrientes' poticas" (1993, 38).
Buenos Aires: Centro Editor de Amrica Latina, 161985.
9 Vase: Ana Pizarro. "Disear la historia literariahoy?" Revista
Estudios. 4.8 (julio-diciembre, 1996): 1771-77.
10 Considrense dos trabajos de Rama al respecto:"Sistema
literario y sistema social". Literatura ypra.xis en Amrica Latina.
Eds. Fernando Alegra yotros. Caracas: Monte Avila Editores, 1974,
9-28; y 18"Un proceso autonmico: de las literaturas nacionalesa la
literatura latinoamericana". Homenaje a AngelRosenblat en sus 70
aos. Estudios Filolgicos yLingsticos. Eds. Angel Rama y otros.
Caracas:Instituto Pedaggico, 1974, 125-139.
Vase el texto clsico al respecto: Jean FrancoisLyotard. La
condition posmoderne: rapport sur lasavoir. Paris: Editions de
Minuit, 1979.
Vase: Walter Mignolo. "Posoccidentalismo:las epistemologas
fronterizas y el dilema de losestudios (latinoamericanos) de reas".
RevistaIberoamericana. LXII. 176-177 (julio - diciembre,1996):
679-696,691.
Sobre la poesa costarricense contempornea,afirma Jorge Boccanera
en su crnica de la poesacostarricense contempornea que "existe hoy
unlenguaje menos rgido, una bsqueda ms ampliade posibilidades
estticas, una indagacin dela existencia por fuera de lo que
presupone una
-
RODRGUEZ: La poesa costarricense contempornea y el campo
discursivo conversacional 159
19
nomenclatura exclusiva del quehacer potico. Hacambiado tambin el
lugar del poeta, situado ahora enel polo opuesto del intrprete del
universo, ms cercadel antihroe que echa mano a lo ldico y se
tornasarcstico y coloquial en el desmenuzamiento de lazozobra
cotidiana. Se escribe una poesa proclive ala mixtura de estilos y
mundos culturales diferentes,que alterna lo surrealizante y lo
coloquial, la poesaen prosa y el miniaturismo oriental. Surgen
nuevoscaminos expresivos que fusionan lenguajes: poesavisual,
juegos tipogrficos, collage, tcnicas demontaje, textos de
historieta y letras de canciones".(2004, 11).
En el prlogo a La cifra seala el autor: "Mi suertees lo que
suele denominarse poesa intelectual. Lapalabra es casi un oximoron;
el intelecto (la vigilia)piensa por medio de abstracciones, la
poesa (elsueo), por medio de imgenes, mitos o de fbula.La poesa
debe entretejer gratamente estos dos pro-cesos" (1982, 11).
una discusin latinoamericana". Revistade Crtica Literaria
Latinoamericana. 29(1989): 19-24.
Ducrot, Oswald y Tzvetan Todorov. Diccionarioenciclopdico de las
ciencias del lenguaje.Trad. De Enrique Pezzoni. Buenos Aires:Siglo
Veintiuno, 1974.
Even-Zohar, Itamar. "Factores y dependencias enla cultura. Una
revisin de la Teora de losPolisistemas". Teora de los
polisistemas.Ed. Montserrat Iglesias. Madrid: ArcoLibros, 1999,
23-52.
Foucault, Michel. La arqueologa del saber. Trad.Aurelio Garzn.
Mxico: Siglo Veintiuno,1985.
Bibliografa
Textos de crtica
Garca Canclini, Nstor. Culturas hbridas.Estrategias para entrar
y salir de lamodernidad. Mxico: Editorial Grijalbo,1990.
Albn, Laureano. "Acta del jurado. Certamenlatinoamericano de
poesa Valle Incln1990". En: Mario Matarrita. La isla depiedra. San
Jos: EDUCA, 1991, 7.
Baeza Flores, Alberto. Evolucin de la poesacostarricense. San
Jos: Editorial CostaRica, 1978.
Benjamin, Walter. "The Work of Art in the Age ofMechanical
Reproduction". Illuminations.New York: Schocken Books, 1988,
217-251.
Boccanera, Jorge. Voces tatuadas. Crnica de lapoesa
costarricense 1970-2004. San Jos:Ediciones Perro Azul, 2004.
Bonilla, Abelardo. Historia de la literaturacostarricense. San
Jos: STUDIVM,1984.
Cornejo Polar, Antonio. "Los sistemas literarioscomo categoras
histricas. Elementos para
Huyssen, Andreas. "Gua del posmodernismo".El debate
modernidad-posmodernidad.Ed. Nicols Casullo. Buenos Aires:Puntosur
Editores, 1989, 266-318.
. "Vanguardia y postmodernidad. En buscade la tradicin:
Vanguardia y post-modernisnno en los aos 70". Trad.Antoni
Torregrossa. Modernidad yPostmodernidad. Ed. Josep Pic.
Madrid:Alianza Editoral, 1998, 141-164.
Jameson, Fredric. Teora de la posmodernidad.2da. ed. Trad. Celia
Montolo y Ramn delCastillo. Madrid: Editorial Trotta, 1998.
Lyotard, Jean Francois. La condition posmoderne:rapport sur la
savoir. Paris: Editions deMinuit, 1979.
Marcelo, Cristian. "El rumbo de la poesa jovende Costa Rica".
Tpicos del Humanismo.74 (setiembre, 2001): 1-2.
-
160 Kina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXX (2):
145-161, 2006 / ISSN: 0378-0473
Mignolo, Walter. "Posoccidentalismo: lasepistemologas
fronterizas y el dilema delos estudios (latinoamericanos) de
reas".Revista Iberoamericana. LXII. 176-177(julio - diciembre,
1996): 679-696.
Monge, Carlos Francisco. Antologa crtica de lapoesa de Costa
Rica. San Jos: Editorialde la Universidad de Costa Rica, 1992.
. La rama de fresno. Heredia: Editorial de laUniversidad
Nacional, 1999.
Perus, Franoise. "A propsito de las propuestashistoriogrficas de
Angel Rama". AngelRama y los estudios latinoamericanos.Ed. Mabel
Morana. Pittsburg: InstitutoInternacional de
Literaturalberoamericana,1997, 55-70.
Pizarro, Ana. La literatura latinoamericana comoproceso. Buenos
Aires: Centro Editor deAmrica Latina, 1985.
. Amrica Latina: palavra, literatura e cultura.Sao Paulo:
Memorial de Amrica Latina,1993-1995.
. "Disear la historia literaria hoy?" RevistaEstudios. 4.8
(julio-diciembre, 1996):71-77.
Quesada Soto, Alvaro. "La narrativa costarricensedel ltimo
tercio de siglo". Letras. 32(2000): 17-43.
Rama, ngel. "Sistema literario y sistema social".Literatura y
praxis en Amrica Latina.Eds. Fernando Alegra y otros. Caracas:Monte
Avila Editores, 1974, 9-28.
. "Un proceso autonmico: de las literaturasnacionales a la
literatura latinoamericana".Homenaje a Angel Rosenblat en sus
70aos. Estudios Filolgicos y Lingsticos.Eds. Angel Rama y otros.
Caracas: InstitutoPedaggico, 1974, 125-139.
-. Transculturacin narrativa en AmricaLatina. Mxico: Siglo
Veintiuno Editores,1982.
Real Academia Espaola. Diccionario de lalengua espaola. Tomo I.
Vigsimasegunda edicin. Madrid: Real AcademiaEspaola, 2001.
Rodrguez Cascante, Francisco. "La poesaposvanguardista
latinoamericana:notas para un acercamiento a la
lricaconversacional". Revista de Filologa yLingstica de la
Universidad de CostaRica. XIX. 1. (1993): 35-47.
Tacca, Osear. La historia literaria. Madrid:Gredos, 1968.
Zizek, Slavoj. El sublime objeto de la ideologa.Trad. Isabel
Vericat. Buenos Aires: SigloVeintiuno, 2003.
Textos poticos
Agero Chaves, Arturo. Romancero tico. 3era.edicin. San Jos:
Editorial FernndezArce, 1971.
Amighetti, Francisco. "Lilliam Edwards".Antologa crtica de la
poesa de CostaRica. Ed. Carlos Francisco Monge. SanJos: Editorial
de la Universidad de CostaRica, 1992, 101.
Borges, Jorge Luis. La cifra. 2da edicin. Madrid:Alianza
Editorial, 1982.
Arturo, Jorge. Se alquila esta ventana. San Jos:EDUCA, 1989.
Azofeifa, Isaac Felipe. Cruce de va. San Jos:Editorial Costa
Rica, 1982.
Chaves, Luis. Los animales que imaginamos. SanJos: Editorial
Guayacn, 1997.
-
RODRGUEZ: La poesa costarricense contempornea y el campo
discursivo conversacional 161
. Historias polaroid. 2da. edicin. San Jos:Ediciones Perro Azul,
2001.
Debravo, Jorge. Antologa mayor. San Jos:Editorial Costa Rica,
1977.
Gonzlez Calvo, Mainor. La sombra inconclusa.Heredia: Litografa
Morales, 1998.
Gutirrez, Elena. La caja negra. San Jos:Ediciones Perro Azul,
2001.
Jimnez, Mayra. Me queda la palabra. Heredia:EUNA, 1993.
Matarrita Ruiz, Mario. La isla de piedra. SanJos: EDUCA,
1991.
. Lluvia perpetua. San Jos: Editorial Lunes,2000.
Montero Zeledn, Mara. La mano suicida. SanJos: Ediciones Perro
Azul, 2000.
Serrano, Meritxell. Perfiles de tinta. San Jos:Editorial
Mujeres, 1998.
Trejos, Alfredo. Carta sin cuerpo. San Jos:Ediciones Perro Azul,
2001.
Villalobos, Carlos Manuel. Ceremonias desde lalluvia. San Jos:
Editorial de la Universidadde Costa Rica, 1995.
. El primer tren que pase. San Jos: Editorialde la Universidad
de Costa Rica, 2001.
Zonta, Jos Mara. Los elefantes estorban. SanJos: Editorial de la
Universidad de CostaRica, 1995.
Molina Delgado, Mauricio. Maremonstrum. SanJos: Ediciones Perro
Azul, 2000.
. Lobos en la brisa. San Jos: Editorial de laUniversidad de
Costa Rica, 1998.