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El Sudario 2015 Nmero 16
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PRLOGO
Ildefonso Miranda PrezJuan Antonio Soria AriasMiguel ngel
Romero
Jos Carlos MartosPilar Quero Brines
Antonio ngel Ruiz ResaEnrique Martnez RozasM Teresa Ortz
Fdez.
Jos Antonio TelloAntonio Moreno Quesada
Claudia BarberoManuel Mara LatorreRafael Merelo Guervs
Alfonso Donoso BarellaAntonio Manuel Medina
Francisco Javier Ruiz RamosFelipe Torres VillalvaJuan Manuel
Leiva
Juan Ramn Martnez ElvraAlfonso Ruiz Esteban
Direccin y coordinacin: Asoc. CULTURAL COFRADE AMIGOS DE LA
SEMANA SANTA
Diseo y realizacin: GRFICAS MINERVA
Autor foto portada: BALDO PADILLA
Autores fotos interior: ANTONIO J. MURO BALDO PADILLA CARLOS
LATORRE LERMA ENRIQUE MARTINEZ ROZAS RAFAEL MERELO GUERVS JON ANDER
TERROBA JUAN ANT. SORIA RODRIGUEZ ANTONIO JOS JIMENEZ JOS MILLN
MOYA
Tirada: 700 Ejemplares
REVISTA N 16 Cuaresma 2015
COLABORADORES:
Si sus ojos han comenzado a deslizarse por estas lneas es porque
desde su memoria de trabajo ha decidido prestar un momento de
atencin a la revista que tiene en sus manos, El Sudario 2015.
Posiblemente lo est haciendo den-tro de la Semana Santa de hogar,
tras un da de procesiones agotador, o en das posteriores, pero lo
ms importante es que hayan pasado muchos aos desde la fecha en que
se escribieron estas lneas y usted lo est leyendo como un documento
hist-rico que haya rescatado posiblemente por llamarle la atencin
la portada, la imagen de Mara de Mag-dala que Marcelo Gongora
tallara para su beda o porque sabe de sus artculos de opinin,
documen-tacin, etc..., y decide recordar su buen hacer.
Al escribir estas palabras nuestra nica inten-cin es presentar
un documento en tiempo histri-co corto para que se convierta en
tiempo histrico medio y quin sabe si posiblemente largo. De una
manera o de otra lo que tiene en sus manos es una pequea coleccin
de artculos muchos de ellos de
opiniones, documentacin o vivencias- de personas con inquietudes
hacia la Semana Santa que escri-bieron en su tiempo y con su manera
de pensar. Podr juzgarles desde el presente o desde el pasado del
tiempo en que usted este leyendo, an as no deja de ser un documento
realizado por personas amantes de la Semana de Pasin que intentaban
hacerla lo mejor posible en su ciudad de beda.
Todo pasa, ms las palabras escritas si se con-servan, son
eternas, es un guio con el cual man-tener nuestra memoria inmortal
al paso de nuestro turno en la tierra; por tanto, disfrute amigo
lector de esta nueva o quizs polvorienta dieciseisava edi-cin que
haya encontrado de la revista de la Aso-ciacin Cult. Cofrade Amigos
de la Semana Santa de beda -El Sudario- que se editar, o editara,
para el ao 2015 del nacimiento de Nuestro Seor Jesucristo, mientras
el olor del azahar inundaba las poblaciones andaluzas que con el
comienzo de abril esperaban una nueva Semana Santa.
LAVS DEO
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XII Certamen de Procesiones InfantilesEl Sudario 2015
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ESTE AO OJOS AZULES QUE DEVUELVEN LA ESPERANZA
POR PILAR QUERO BRINES
A veces en la vida, sucede que, perdemos la fe, la esperanza se
vuelve una sala ne-gra a la que nunca entra nadie. Sentimos despego
con Cristo, con la Virgen y hasta re-negamos de nuestra propia
familia. Es entonces cuando Cristo emite la seal, se presenta en
esa sala negra vestido de luz, vestido de azul, vesti-do de
Esperanza. Las circunstancias que rodean nuestro da a da se
conforman como nuestro escenario, en el que somos meros actores que
interpretan un papel, pero como dice mi buen amigo Luis, el que no
tiene fe est vaco o tiene la vida vaca.
Una maana descubres que el sol vuelve a aparecer en el horizonte
de tu ventana, des-cubres el camino que hasta el momento se te haca
imposible divisar, ves esa llama de amor que hace orecer la fe y la
Esperanza en tu alma, esa llama es Cristo y nuestra Madre, la
Virgen.
Se acerca en beda la Semana Santa, unas fechas en las que los
cristianos sentimos esa Pa-sin que la Liturgia nos narra,
necesitamos ser partcipes procesionando, haciendo examen de
conciencia, pidiendo perdn y pidiendo auxilio.
Este ao, tengo dos compromisos especia-les y adicionales, uno
con el Cristo de los ojos azules, Cristo en su Prendimiento porque,
hace ya muchos aos, al mirarlo a los ojos vi la luz del que anduvo
en la mar y mi alma, humilde y callada, le pidi socorro, le pidi
ayuda, le pi-di que la sanara y la dejara amar de nuevo a su
prjimo, porque cuando el alma sufre se merma la capacidad de
ofrecer amor. El de los ojos azu-les escuch esa plegaria y mientras
caminaba en tiniebla ilumin la senda.
Mi otro compromiso es con la Esperanza. Un nombre, una palabra y
una emocin que han estado en mi vida presentes desde que ya
siendo una nia, Antonio Parra, me bautizara con ese apodo. La
Esperanza que el Cristo de los ojos azules ha devuelto.
Esta Semana Santa es especial, las piezas del puzzle encajan. De
nuevo tradicin, Pasin y amor se anan. Cada vez somos ms, ahora el
padre que me amamantaba bajo el manto de la Virgen con tambores y
trompetas, con osanas y aleluyas, con lamentos y dolores, hoy
amamanta a su nieta, le da la mano por la que corre sangre
semanasantera, sangre de crrima. El Domingo de Ramos, en los
soportales de la Plaza, mi pa-dre mirar a mi hija, y yo mirar a mi
padre, los tres sentiremos esa emocin que te llena, y dir a mi
Teresa, ya eres semanasantera! Notar como llega esa savia nueva a
su raz, la Pasin nunca acaba, la Pasin cada ao comienza.
Estos momentos que nos brinda la Sema-na Santa son especiales,
como especiales son las circunstancias que a cada uno nos atan a
esta Semana, que para beda es la Gran Semana.
Mi madre que es valenciana acompaa cada ao a mi padre, fue la
mantilla ms guapa, y aunque con sangre valenciana, los Dolores de
madre la hicieron hermana. Aprendi a plan-char capas, a lucir la
mantilla, y aunque tiene sangre valenciana por amor ya es
hermana.
Dos mil quince, somos ms viejos, somos ms grandes, pero nuestras
cosas de siempre laten que laten, cada vez ms fuerte. Dos mil
quince de nuevo, padre, hija, madre y hermana, mirando al cielo
recordando a los nuestros, mi-rando adelante.
Gracias al Cristo de los ojos azules por devolverme en esos ojos
la Esperanza de amar al prjimo, gracias padre, gracias Dios, por
de-jarnos seguirte en la Semana de Pasin, gracias beda por tanto
calor.
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HACIA DNDE NAVEGAN NUESTRAS COFRADAS?
POR JOS CARLOS MARTOS MORENO
Extracto del texto de la XX Exaltacin a nuestra Semana
Santa:Quisiera volver a vivirte como cuando era un chiquillo y te
disfrutaba de la mano de mi padre. Me encantara volver a ver-te con
ojos de nio, asombrarme con cada de-talle, con cada elemento.
Cre saber tanto de Semana Santa, me sent tan versado en el tema
que me atrev casi a menospreciarte, nada serva ni era vlido si no
segua los cnones que recientemente haba tomado como verdad
absoluta, todo me pare-ca obsoleto, casi te dira que cateto..... qu
equivocado estaba!
Tenemos la enorme suerte de poseer una Semana Santa con
identidad propia, quiz en muchos aspectos di era de los cnones que
imperan en la actualidad en la mayora de las ciudades, tampoco
tiene por qu hacerlo, y en eso precisamente radica nuestra
riqueza.
Debemos defender nuestro carcter, in-discutiblemente ms serio
que en otros lares, saber atesorar nuestras costumbres. Que
nues-tras Cofradas cambien hacia una nueva est-tica es algo
inevitable, pero siempre hay que sopesar y valorar bien los
cambios, para que stos realmente enriquezcan nuestra Semana de
Pasin, y no resulten a la postre cambios deciduos.
Las Hermandades de ms reciente crea-cin han buscado el
incorporarse con nuevos
aires, pero adaptndose y respetando la idio-sincrasia ubetense,
es el camino a seguir, per-fectamente compatible con defender la
esttica y cuidar hasta el ltimo detalle
A colacin de esta parte del texto de la Exaltacin a la Semana
Santa, que este ao tuve el orgullo de aceptar y hacer pblica el 15
de marzo, me gustara hacer una autocrtica.
Reconozco que yo fui el primero en ha-cerlo. Cuando medio
empiezas a conocer otras Semanas Santas, otras costumbres,
modis-mos, cnones rpidamente renegamos de lo que hemos vivido desde
nuestra niez y se toma como nico camino a seguir, el que se est
imponiendo en casi toda Andaluca.
Creo que es un error el adoptar esta acti-tud, pues tenemos la
suerte de poseer un ver-dadero tesoro en nuestra celebracin en s.
Es cierto que en muchos aspectos hemos mejora-do; se cuidan mucho
ms los cultos, el trato que se les da a las Imgenes, los traslados;
pero tambin hay que reconocer que hay otros cam-bios, que quiz a
medio o incluso corto plazo haya que revertirlos. Y si hay
posibilidad de marcha atrs, el problema ser menor, pero pu-diera
ser que en algn caso esta opcin no sea posible y entonces empecemos
a perder parte de nuestra esencia.
Como ya deca en la Exaltacin:sta es nuestra tradicin, y nuestro
de-
ber cuidarla y respetarla.
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POR MI CULPA, POR MI CULPA, POR MI GRAN CULPA...
POR CLAUDIA BARBERO TEJERA
Cmo nos gusta criticar, de hecho nos encanta, tenemos que
admitirlo, nos encanta criticar y hablar de lo ajeno como si lo
enten-diramos perfectamente, la frase de ponte mis zapatos para
juzgar mi camino no va con nosotros, no nos engaemos, es as de
simple, y cuanto antes lo veamos Pues mejor.
Esto sucede en el mundo de las Co-fradas, o mejor dicho
Kofradas, que no Her-mandades ojo. Explico eso de la c y la k que
nada tiene que ver con una cuestin ortogr ca. Cofrades se presupone
que somos todos, lo que pasa es que hay muchos que en vez de ser
cofra-des con c, son kofrades con k, y s, es un trmi-no despectivo
es como una abreviatura del ka-ni-cofrade (putisanto actual y
evolucionado).
Dcese de aquella persona a la que le en-canta el gureo, el
pos-tureo que se llama ahora, que le encanta sacar pecho y ser el
protago-nista, sin ver ms all que lo esttico y lo su-per uo, y como
tal es muy dado a polmicas (cuantas ms y ms absurdas mejor, todo es
poco para su ego) y a ser un gran entendido en materia musical (en
la que las marchas a a-mencadas son las mejores, y si ya tienen
un
solo de corneta de esos que quitan el sento mejor).
El problema es que estas personas, nos guste o no, forman parte
de la sociedad y de las Cofradas porque tiene que haber de todo en
la via del Seor, y como las Hermanda-des, ahora s me re ero a este
trmino, estn
formadas por personas, muchas veces nos es ms fcil cogernos una
pata-leta por algo que real-mente no tiene impor-tancia (vase sobre
todo el tema marchas/solos) y olvidarnos de todo, que apechugar los
unos con los otros, aunque no seamos todos iguales, to-dos remamos
(o eso es lo que se debera hacer en teora) hacia una misma
direccin.
Es muy fcil criti-car a toro pasado, cuan-do ya ha pasado todo y
lo ves desde la experiencia que dan los aos y los actos, y lo
cierto es que nos encanta, somos hu-
manos y hay veces que nos encanta ver cmo algo ha fracasado slo
porque no se ha hecho como nosotros pensbamos que era lo mejor,
claro Eso es mejor que pensar que Aun-que no se hubiera hecho como
nosotros crea-mos que era mejor, si hubiramos arrimado el hombro
con los que lo estaban haciendo, eso
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podra haber salido adelante Pero somos muy egostas para ni tan
siquiera pesarlo.
Y como somos tan as, admitamos que nos cuesta pensar en el
prjimo antes que en nosotros mismos Con estas bases, quin puede ni
tan siquiera pensarse ni por un mo-mento que estas Cofradas tienen
algo que hacer en la sociedad actual? Claro, quizs nos estamos
equivocando de trmino, y si lo cam-biamos por el de Hermandad?
Es el sentido de unidad, las ganas de es-tar ah, ests en primera
la, ests en segunda o ests cuando puedas estar, lo importante es
saberse miembro de un gran grupo humano, que van hacia una misma
direccin, pues de todo se aprende y toda mano tendida es bue-na,
por los que fueron, por los que son, y por los que sern, por todos
ellos y para todos ellos debemos de permanecer juntos.
Pero claro, somos humanos, somos egostas por naturaleza seremos
capaces real-mente de aparcar las diferencias que podamos
tener con nuestros propios hermanos? Dn-de queda realmente ese
sentido de Herman-dad, de hermanos en Cristo?
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LAS CIUDADES DE JAN CON MS COFRADAS
POR RAFAEL MERELO GUERVS
Este ao he llamado mi espacio en el programa Paso a Paso
Estadsticas Cofrades, y lo he dedicado a ver, en base a los nmeros,
algunas caractersticas y peculiaridades de las cofradas,
centrndonos sobre todo en las mas cercanas, las de nuestra
provincia. A partir de ah he hecho tres art-culos, uno sobre las
cofradas en las cinco ciu-dades ms pobladas de Jan, que he
publicado en la revista Gethseman, otro sobre las cinco cofradas
mas antiguas de la provincia, que he publiado en la revista de la
Santa Cena, y el presente, dedicado a las diez ciudades de Jan con
mas provincias. Para ello he contabilizado solamente las cofradas
pasionales, con estatu-tos aprobados y que realicen procesin en la
Semana Santa, dejando as los otros casos para desempatar. An as,
tambin los nombrare-mos, para que el lector pueda sacar sus propias
conclusiones.
En la lista original, apareca en el nme-ro 10 Beas de Segura,
con 9 cofradas. Des-pus, el amigo Pablo Jess Lorite me seal que en
Porcuna haba 10 cofradas, as que en esta nueva lista ya la
incluyo.
10 Martos 24.547 habitantes 9 cofradas.
Martos, tiene 9 cofradas con sus estatu-tos aprobados, igual que
nuestra vecina Beas. Pero colocamos esta ciudad por delante,
por-que tiene tres prohermandades que procesio-nan en Semana Santa
con penitentes. Cuando stas sean cofradas, la ciudad de la Pea podr
subir al sexto puesto. Pero an hay ms, pues la ciudad de la pea
tiene 4 grupos parroquia-les que pueden convertirse en cofrada, por
lo
que en un futuro Martos podra contar con 16 cofradas, subiendo
al cuarto puesto. Veintin pasos salen a la calle en las 12
procesiones que tiene la esta Semana Santa. En las im-genes podemos
ver la imagen del Resucitado, de Francisco Romero Zafra, que
protagoniza un encuentro con la Virgen de la Esperanza de Martos el
Domingo de Resurreccin, y son llevadas al estilo tradicional
marteo.
Resucitado de Martos
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9 Porcuna 6.806 habitantes 10 cofradas.Porcuna cuenta con diez
cofradas, lo que
la colocara por encima de Martos, aunque tal vez ustedes opinen
que, saliendo como salen las prohermandades de Martos con
peniten-tes, debera de estar por delante. Si es as, a Martos le
correspondera el puesto sptimo, o incluso el sexto si contamos las
prohermanda-des. En la foto de Porcuna pueden ver el paso de San
Juan yla Vernica, que protagoniza un encuentro en la maana del
Viernes Santo con Jess Nazareno. Es curioso que en Porcu-na tengan
el mismo paso que nosotros, y que slo conozco en estas dos
ciudades. Cuenta la ciudad obulcense con 10 cofradas que reali-zan
9 procesiones en las que salen 11 pasos.
8 -La Carolina 15.945 habitantes 11 cofradas.Con el paso de
misterio del encuentro de
la Magdalena y el Resucitado nos acercamos a la capital de las
Nuevas Poblaciones, La Caro-lina que repite puesto por su poblacin,
pues es la novena con mayor nmero de cofradas,
y a novena con mayor poblacin, y que cuenta con 10 cofradas.
Catorce pasos salen a la calle en esta Semana Santa que cuenta con
9 pro-cesiones que sacan un total de catorce pasos.
7 Alcaudete 11.139 habitantes 11 cofradas. La dcimo quinta
ciudad por poblacin
en la provincia, tambin sorprende por su n-mero de cofradas,
nada menos que 11, que adems hacen catorce procesiones distintas, y
cuentan con 22 pasos. Tiene la ciudad una Se-mana Santa rica en
tradiciones peculiares, so-bre todo el Viernes Santo por la maana,
con los distintos encuentros entre los cuatro pasos que salen, el
Paso de Isaac, en el que repre-sentan el sacri cio de Abraham, o la
peculiar cofrada de los apstoles, formada por guras o pasos
vivientes, cada uno con el rostrillo de su apstol.
Vernica de Porcuna
Sentencia de andjar
Hermandad de los apstoles de Alcaudete
Resucitado de La Carolina
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da del Viernes Santo realiza la emocionante ceremonia de la
Muerte de Jess, con la pre-sencia de su Madre, la Virgen de la
Esperanza.
3 -Jan 116.731 habitantes 16 cofradas. La tercera ciudad de la
provincia en n-
mero de cofradas es nuestra capital, Jan. El ao que viene
contar, gracias a la incorpora-cin del Cautivo, con 16 cofradas,
que reali-zarn 17 procesiones, D.m, con un total de 38 pasos, lo
que es, por cierto, la cifra ms alta de toda la provincia, aunque
de esto hablaremos en otra ocasin. En sus pantalla pueden ver
ustedes una de sus mejores imgenes, el mag-n co Cristo de la
Expiracin, obra de Jos de Medina, que procesiona desde San Bartolom
en la tarde-noche del Jueves Santo.
6 Andjar 39.008 - 12 cofradasLa sexta ciudad de la lista es la
tercera de
la provincia por poblacin, Andjar. En la foto podemos ver una de
las ms modernas cofra-das de la ciudad, la hermandad del Cristo de
la Sentencia y la Virgen del Buen Remedio, que procesiona en el
Jueves Santo. Andjar cuenta con 12 cofradas, que realizan 17
pro-cesiones, con 22 pasos en total.
5 Torredonjimeno 14.126 habitantes 13 cofradas. La ciudad de
Torredonjimeno cuenta
con 13 cofradas, que procesionan 20 pasos en 10 procesiones, lo
que la coloca en quinto puesto de nuestra lista, a pesar de ser la
un-dcima por su poblacin. Les traemos aqu la antigua cofrada de las
Angustias, llevada por anderos, a la manera tradicional toxiriana.
En-tre las particularidades de esta antigua cofra-da est el que
salga el segundo domingo de Cuaresma, lleve palio, o el bello y
largusimo manto que tiene la imagen.
4 Linares 60.950 habitantes 13 cofradas.El cuarto puesto
corresponde a la ciudad
de las minas, Linares. Cuenta, como Torre-donjimeno, con 13
cofradas, aunque la hemos puesto por encima en nuestra lista por
contar con otras cofradas, como el Nazareno de la Estacin de
Linares Baeza, ms procesiones, 14 en total, y ms pasos 31.En el
vdeo pueden ver ustedes la nica cofrada linarense llevada a
portadores, la Expiracin, que en el medio-
Angustias Torredongimeno
Expiracin de Linares
Expiracin de Jan
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2 beda 35.784 habitantes 19 cofradas. En el segundo puesto
volvemos a nues-
tra bella ciudad, que cuenta con 19 cofradas que sacan 30 pasos
a la calle en 19 procesio-nes. Y para ilustrarla, uno de los
momentos mas emocionantes de toda nuestra semana mayor, un momento
que sin embargo no suele gurar en los programas o ciales: la
despedida de la Virgen de la Soledad y el Santo Entierro.
1 Baeza 16.535 - 20 cofradasEl primer puesto de toda nuestra
pro-
vincia, corresponde a la ciudad de Baeza, que a pesar de ser slo
la octava ciudad en pobla-cin, es la primera en cuanto al nmero de
co-fradas, nada menos que veinte, que subiran a veintiuno si
contamos con la Virgen de la Cabeza, que aunque no es penitencial,
s que procesiona en Semana Santa, el Domingo de Resurreccin, y dos
veces nada menos. Baeza tiene un total de 35 pasos, que procesionan
en 21 procesiones distintos. En la foto pueden
ver ustedes el magn co Cristo de la Cada, obra de Jos de Mora o
Risueo, gemelo del que fue destruido en beda, que procesiona el
Mircoles Santo.
Desde cundo es Baeza la ciudad con ms cofradas de la provincia?
Se preguntarn ustedes si se trata de algo reciente, o por el
contrario es antiguo. Pues la respuesta es des-de siempre. Si
hiciramos esta misma lista hace 50 aos, en 1965, la seguira
encabezan-do Baeza, con 17 cofradas, mientras que el segundo lugar
se lo disputaran Jan, beda y Torredonjimeno,empatados a 11
cofradas. El quinto ira para Linares. Si nos vamos an ms atrs,100
aos atrs, en 1915, seguira siendo Baeza la que ms cofradas tiene,
con 13. Sin embargo, el resto de la lista dara un vuelco
importante, con Torredonjimeno en segundo lugar, con 9, beda en
tercer lugar con 8, Linares en cuarto con 6 cofradas. En quinto
lugar quedara Jan, con slo 5 cofra-das. Es sorprendente este numero
tan grande de cofradas en Baeza, que por aquel entonces superara a
muchas de las capitales de provin-cia andaluzas, y a al mayora del
resto de ciu-dades. Vamos a verlo resumido en la siguiente gr
ca.
En ella estn las ciudades que hemos nombrado, con tres barras.
En la roja, tenemos el nmero actual de cofradas, en la amari-lla,
las cofradas que existan hace 50 aos, en verde las de hace 100 aos.
Vemos como Bae-za se mantiene por encima en las tres barras,
mientras que en las barras amarillas, de hace 50 aos, hay un triple
empate. En las barras verdes, sin embargo, es Torredonjimeno el que
queda el segundo, y Jan muy por debajo del resto.
Despedida Soledad de beda
La Cada de Baeza
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NUESTRO MUNDO LE HA QUITADO EL ACENTO A LA FE
POR JOS ANTONIO TELLO HERRERA
Nuestro mundo le ha quitado el acento a la fe, pero muchos se
resisten; queremos acentuarla en nuestra vida, deseamos que nuestro
mundo le ponga un acento muy grande, que se note, que esa palabrita
tan corta, ample su horizonte hacia arriba. Porque tener fe ampla
horizontes vitales, no slo hacia arri-ba, sino tambin hacia fuera.
Tener fe es darse cuenta de que cada da ponemos nuestra vida en
manos de los dems; la fe supone reconocer que, queramos o no, con
amos en los dems; la fe es la constatacin de que venimos de otros y
somos para otros. Es el mismo momento que lo reconocernos, lo
aceptamos como maravillo-so. Y, en ese momento, descubrimos la
respon-sabilidad ante tantas vidas puestas tambin en nuestras
manos.
Aqu dejo un trozo de un artculo escrito por Borja Iturbe de
Movelln donde habla sobre la fe, de la imagen que para l expresa el
signi -cado que le da a la fe.
Porque la fe no es creer en lo imposible, sino creer posible lo
que desde algn punto de vista parece imposible. La fe no es a rmar
lo irracional, sino hallar razones para defender lo que desde algn
punto de vista parece irracio-
nal. La fe no es esperar ingenuamente un mi-lagro, sino
construir la esperanza y el sueo de que juntos (y quiz con alguna
ayuda) podre-mos lograr un mundo ms justo y feliz.
Por todo ello, cuando busco una imagen para expresar el signi
cado vital que le doy a la fe, me aparecen unas manos y unos
pies.
La fe, para m, son unos pies. Pies que nos ayudan a avanzar y
superar di cultades. Pies que avanzan el camino hacia el encuentro
con el otro, con el diferente, con el necesitado, o con el que te
puede dar lo que necesitas. Pies que soportan incansables el peso
de una vida. Pies que han aprendido a caminar porque un ser querido
le ha enseado, con mucha paciencia, cmo hacerlo.
La fe, para m, son unas manos. Son esas manos en las que Dios
tiene tatuado nuestro nombre. Son esas manos que tiende un padre o
una madre a su hijo. Son manos que sostienen, acarician y regalan.
Son manos que crean la be-lleza de la msica, el regalo de la
solidaridad, y el camino hacia la utopa.
Que pasemos una buena Semana Santa y tengamos una feliz Pascua
de Resurreccin.
Paz y Bien.
BELTRANEJAPOP CLUB
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El Sudario 2015 Nmero 16
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EL MOVIMIENTO DE LAS BAMBALINAS
POR MARA TERESA ORTZ FERNNDEZ
Mirad las bambalinas ,se mueven con suma suavidad de un lado a
otro!!.Qu bonitoSon los cofrades quin las manejan, como
todo lo que rodea a la Semana de Pasin de beda.
No hace falta que diga que la ciudad pa-trimonial es ms grande
cuando llega su Sema-na Santa, sobre todo cuando llega para
quedar-se el tiempo que tiene asignado, porque el res-to de los
meses nos pasamos suspirando y con-tando los das para que vuel-va
con nosotros.
Una semana de locu-ra y 358 das de nostalgia y an as, las
bambalinas si-guen movindose de un lado a otro sin parar y mejor
que ese movimiento no cese, de lo contrario algo no
funcio-nara.
Locos por la Semana santa, !si, es verdad, pero a veces me
pregunto si esa lo-cura nos vuelve tarumbas de remate, y perdemos
el rum-bo, el autntico camino que hay que seguir..
Creo que nos detene-mos en detalles sin sentido, y observo en
los ltimos tiempos, que ya no son gestos sin importancia, son
enfrentamientos, desencuentros, malos rollos, que desestabilizan no
slo a quienes los viven, si no la Semana San-ta en general, es como
un terremoto, el epicen-tro se extiende.
Y me preocupa que los cofrades por dis-paridad de criterios,
tejamos una tela de araa que sea trampa para otros, me preocupa que
se urdan estrategias para dar pualadas traperas, me preocupa que
nos olvidemos que tenemos la responsabilidad de comportarnos y
fomen-
tar espacios de concordia y consenso, pero a veces creo que eso
no interesa demasiado aun-que las bambalinas no dejan de moverse,
me-nos mal!!!
Es un mundo de contrastes, ste mi mun-do cofrade.
Observo como los cofrades saben estar cuando la situacin lo
requiere, algunas veces con un punto pejiguero, que se supera,
aunque no del todo, pero quin es perfecto!!
Percibo ese calor humano y de unin que debe haber, pero a la vez
fal-sedad.
Percibo unas organi-zaciones humanas y religio-sas,
perfectamente constitui-das con mucha experiencia a sus espaldas,
que las hace ser grandes y lo son, pero cuan-do permitimos que la
rabia se apodere, se arrugan y pierden sentido, miramos con
triste-za, aunque las bambalinas si-guen movindose.
Cuando pretendemos convertir las cofradas en partidos polticos,
en cotos personales o en los varios..., cuando todo eso ocurre, no
necesitamos que nadie venga
a decirnos lo que haran o no con nuestra Sema-na Santa, los
enemigos somos nosotros mismos.
Quiero la Semana Santa que nos inculca-ron cuando ramos
peques.
Quiero mi Semana Santa llena de conte-nido, emociones,
sensaciones, sentimientos, re-cuerdos, tradiciones...
Quiero mi Semana Santa limpia y trans-parente, donde las
bambalinas juguetean con el rostro de Mara y ella nos acoge a todos
con su manto.
Que as sea.
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El Sudario 2015 Nmero 16
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ECOSISTEMA DE UNA CUADRILLA DE COSTALEROS
POR JUAN MIGUEL LEIVA
Toc toc toc suena el martillo Al cie-lo! ... A esta es! se
escucha la voz del capataz toc!!! y un ao ms estamos escribiendo en
el Sudario.
Si bien, no voy a volver a de nir el con-cepto ecosistema, (vase
El Sudario 2014, Eco-sistema de una banda), refrescar la memoria
del lector, un ecosistema es un espacio donde conviven individuos
diferentes.
Como ya dije el ao pasado, este ao le toca el turno al
ecosistema del costalero, de ah que pasemos a describir los
diferentes tipos de costaleros que forman una cuadrilla.
Odo!!! Vmonos!!!Atendiendo al trabajo y/o posicin que
tienen debajo de un paso nos encontramos con: CUADRILLA:
Conjunto de costale-
ros que llevan un paso, junto con capataz, ayu-dantes, y
contraguas. El nmero de costaleros bajo las trabajaderas, depende
del tamao, peso y proporciones del Paso. Por ejemplo desde los 20
que llevan a La Virgen de los Reyes, hasta 35 o 40, de los grandes
Pasos de Misterio.
CUADRILLA DE REFRESCO: Componentes del cuerpo de costaleros, que
en-tran y salen en las trabajaderas, en lugares pun-tuales, para
refresco y descanso de los dems.
PATERO: Costalero de gran confi an-za para el capataz. Suele ser
hombre perito en el arte de sacar los Pasos, y su puesto est en las
4 pastas o esquinas de un Paso.
FIJADOR: Costalero que va inmedia-tamente junto al patero, jando
y a anzando con su apoyo el trabajo de aquellos.
COSTEROS: Costaleros que van por los lados y costeros del Paso,
y por detrs de la Zambrana
CORRIENTES: Costaleros que van en mitad de las andas de delante
hasta la trasera. No tiene visin directa del exterior, y toman su
nombre por ir en el centro del paso, y coincidir con la lnea que
antiguamente tenan las calles en su centro y en pendiente para
discurrir por ellas las corrientes de aguas de lluvia, fecales,
etc... Es un lugar para el costalero muy sacri ca-do y duro.
CAPATAZ: Responsable directo de sacar y llevar un Paso en
Procesin. Jefe de su cuadrillas, y que manda y ordenas con su voz,
su vista, su tacto y mucho cario y arte. Suele ir en la delantera
del Paso, al mando del llamador o martillo, para ejecutar sus
rdenes.
AYUDANTES: Personas que van jun-to con el Capataz, ayudando a
ste en su labor de mirar, medir mentalmente y avisar de cual-quier
obstculo.
CONTRAGUAS: Asistentes del ca-pataz que corrigen las posturas
del paso por su trasera, o difunden las ordenes del capataz por ese
lugar. Van como es lgico, pegados y junto a los respiraderos
traseros.
Atendiendo a su comportamiento, y dese aqu, quiero agradecer a
mi amigo Antonio Me-dina una clasi cacin que l hizo hace unos aos y
que paso a reproducir prcticamente, nos podemos encontrar con:
EL COSTALERO AEJO: El de toa la vida. Distinguido por la
cantidad de aos que lleva en este mundo. Viste pantaln vaquero,
zapatillas reglamentarias, (desde que sale de su casa) y camiseta
de manga corta.
EL COSTALERO DEL CHAN-DAL: Ante todo prima su comodidad.
Desta-cando la parte superior del chndal que suele ser de
cremallera para facilitar una igual espont-nea. Ahora se viene
sustituyendo la chaqueta del
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chndal por una sudadera con bordados alusi-vos a la cuadrilla de
la que forma parte.
EL COSTALERO DE LA CAMISE-TA DE TIRANTES: haga fro o calor,
llueva o truene, no abandona esta prenda. Sin msculos de nidos como
podra pensarse sino ms bien con una buena capa de grasa, debido a
las bar-bacoas y cervezas tomadas durante el ao, esta grasa lo
protege del fro.
EL COSTALERO PETAITO: tipo que se hizo famoso all por el ao 2013
y que formaba parte de la cuadrilla del Seor de Mon-tesin. Al igual
que el anterior viste camiseta de tirantes, pero se observa una
gran diferencia con respecto a este, este tipo muestra un cuerpo
machacado en el gimnasio y viste esta camiseta para resaltar ms su
musculado torso.
EL CALCE-TINES: Identi cado a simple vista, normalmen-te,
calzaba calcetines bor-dados con la bandera na-cional, actualmente,
es-tos calcetines son de unos colores tan llamativos y variados que
hasta Pipi Calzaslargas se llevara la mano a la cabeza.
EL PATI-LLAS: fcilmente reco-nocible, por estos apn-dices
velludos, que se deja crecer y que tiene apunto para Semana Santa.
Se rumorea que en cierto establecimiento de beda regalan posti-zos
de estos apndices.
EL COSTALERO PATRIOTA: Lo
espaol esta de moda y este costalero lo sabe muy bien, por eso
adorna su indumentaria con todo tipo de exornos patriticos llmese
cintu-rn, calcetn, reloj o pulserita con la ensea na-cional,
etc
EL COSTALERO ESCAQUEA-DO: Que decir de este tipo, juega con la
sa-lud de sus compaeros de cuadrilla, su nica misin es fardar de
que es costalero de este o aquel paso, pero pierde la fuerza por la
boca, ya que no es capaz de meter cuello ni en la prime-ra
chicot.
EL COSTALERO SOPLADOR: Dcese de aqul costalero que se pasa la
chico-t soplando y resoplando por el peso que lleva encima, como si
el solo llevara el paso en su cos-tal.
EL COSTALERO SUPERMAN: No le basta con sacar el paso de su
hermandad, sino que busca desesperadamente cualquier otro paso que
sacar en su ciudad o alrededores. Hay quien ha llegado a sacar
cinco o seis pasos en una misma Semana Santa.
EL LISTO: Lo llamo as porque no sabra como denominarlo, ustedes
juzguen y bautcenlo como quieran. Costalero que pro-cura llegar
tarde a los ensayos, normalmen-te acompaado de uno o ms miembros de
la cuadrilla, de forma, que el capataz modi que a la baja el peso
de la parihuela, normalmente compuesto de vigas. De esta forma el
LISTO
cuando se meta debajo de la parihuela de en-sayo lleve menos
kilos de los que se debera de llevar.
EL COS-TALERO FAR-DN: Aquel costale-ro que pasea por la ca-lle
con su atuendo mu-chas horas antes de que su hermandad salga a la
calle, para que el resto de la ciudadana lo se-
alen y murmuren entre dientes sobre l.
LA CUADRILLA FANTASMA: Dcese de la cuadrilla o cuadrillas
completas que la hermandad de cara a terceros, cree tener para
sacar a sus Titulares a la calle, siendo en realidad una utopa, ya
que no cuentan ni con la mitad de la mitad de los costaleros que
dicen tener.
LA CUADRILLA DE LOS PROFE-SIONALES: Cuadrilla que por llevar
mucho tiempo en este mundillo, se comporta con aire de superioridad
sobre otras cuadrillas que estn empezando. No todos los integrantes
de esta cuadrilla merecen este cali cativo, siendo estu-pendos
compaeros de trabajadora.
LA CUADRILLA DE LOS AGA-PONIS: Un agaponi es un pjaro de
pluma-je colorido con un caracterstico movimiento
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de cuello. Cuadrilla de costaleros, en la que la mayora de sus
miembros, van escondiendo el cuello, simultneamente o por turnos,
haciendo que el peso que deben de soportar estos recaiga sobre los
compaeros que no esconden el cue-llo.
Menos paso!!!No puede faltar ya que estamos en este
mundillo del costal, paso a detallar algunas ex-presiones
utilizadas por los capataces y costale-ros de un paso:
EEEEEIIIIIIII !!!!: respuesta dada por un costalero de con anza
situado en la ltima trabajadora, a la llamada del capataz,
indicando que todos estn en su posicin debajo del paso y que puede
realizar la levant.
LA COOOLAA ESTAAA !!!: idntica a la anterior, muy usada en la
provincia de Cr-doba.
OIDO !!!: empleada para captar la atencin del costalero ante una
orden inminen-te que debe de poner en ejecucin.
VENGA DE FRENTE !!!: voz ani-mosa dada a los costaleros, para
que stos avan-cen con cierta alegra.
A ESTA ES !!!: con esta orden acom-paada seguidamente por el
golpe de llamador la cuadrilla realiza la levant del paso
MENOS PASO QUIERO: orden del capataz para que la cuadrilla
aminore la zancada
DERECHA ADELANTE, IZ-QUIERDA ATRS (O A LA INVERSA): el capataz
ordena que el paso inicie un giro (de-recha o izquierda)
generalmente en una esqui-na de la calle. A estas vueltas, se les
suele llamar REVIR.
PARARSE AH: Orden que indica a los costaleros que deben pararse
en el sitio.
AH QUE...!!: Una vez parado el paso, y con esta orden antes de
un golpe de lla-mador, los costaleros ARRIAN el paso, dejn-dolo
descansar sobre sus cuatro zancos.
Pues hasta aqu llega la chicot de este servidor. Tal y como deje
escrito el ao pasa-do, espero que nadie se moleste o se d por
alu-dido por este articulo, ya que no ha sido tal mi intencin.
Invito nuevamente al lector a que comple-te esta lista de tipos
de costaleros, ya que segura-mente se me escape alguno.
Agradecer a D. Antonio Medina y a la web Padul Cofrade, por
dejarme beber de su fuente literaria para este artculo.
AH QUE !!!
TEL. 953 790 911 - MV. 653 682 861 - 687 932
785elarriate@interfl ora.es Corredera de San Fernando, n 6 -
BEDA
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EL TRIENIO DE LA DIVISIN
POR JUAN ANTONIO SORIA ARIAS
Escap a todo correr por el cerro de la Garavita, que tena acceso
a la calle de San Nicols. Enseguida me puse de-lante de la iglesia
del mismo nombre; aquello fue impresionante: delante de la puerta
de la iglesia haban formado una inmensa hoguera con unas llamas y
un calor que no s cmo podan resistirlo. Las guras de los santos
eran arrastradas con sogas, libros y objetos de valor artstico
incomparable, aunque para los que los arrastraban no entendan de
esas su-tilezas. La sensacin que experiment cuando vi las imgenes
en el suelo, llenas de polvo y telas de araa, fue de asco y
repulsin al pensar que tantas veces yo me haba postrado de rodillas
a orar delante de ellas, y al verlas de cerca me parecieron
horrorosas.
He querido arrancar con este relato que forma parte del texto de
un libro autobiogr co que escribi en 1986 una paisana nuestra
llama-da Juana Lpez Manjn cuyo ttulo es Y QUIN SOY YO? MEMO-RIAS DE
LA GUERRA CIVIL EN EBDA. Juana tena 16 aos cuan-do vivi en propias
carnes el hecho que relata, segn ella acaecido el 26 de julio de
1936.
Nunca se me olvidar aquel 26 de julio, da de Santa Ana, cuan-do
vino un grupo de incontrolados para asaltar la iglesia de San
Lorenzo. Sacaron todos los santos, enseres, li-
bros, e hicieron una hoguera junto a la muralla dejando un cerco
quemado que dur muchos meses en desaparecer. Mis padres, por temor,
no salieron de su habitacin; yo debido a mi juventud- haca
escapadillas y vi cundo sa-caron al Seor del Consuelo, a San
Lorenzo, a San Antn, que por cierto recuerdo que un chiquillo
vecino de la calle cogi el marranillo que tena el santo y se lo
llev corriendo calle arriba.
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Este otro relato sali de la boca de Paca la Campanera de San
Lorenzo y fue publicado en 1997 por el que esto suscribe en la
aorada revista IBIUT. Estas mismas experiencias fue-ron vividas por
mi padre, Miguel Soria Cobo, ya que era un nio vecino del mismo
barrio por aquellos aos.
Creo que es bien sabida esta parte de la historia en que Espaa
se dividi y por ende beda. Aunque nos parezca que este tiempo est
muy lejano, an quedan ubetenses perte-necientes a distintas
ideologas que lo vivieron y tiemblan al pensar que se pudieran
repetir hechos de tal magnitud que provocaron unas heridas tan
profundas que todava hay a quie-nes -en algunos momentos- les
sangran. La in-cultura por un lado y la lucha de la clase obrera
contra la opresin re ejada en distintos pode-res, fue el caldo de
cultivo que enfervoreci a grupos de exaltados para que la
emprendieran con todo lo que representaba a la Iglesia, tan unida
al poder. Y en esos primeros das de con icto civil fueron asaltados
templos, con-ventos, ermitas, etc., de numerosos puntos de nuestro
pas. Y en esos calurosos das de julio
del 36, fenecieron en las llamas -aparte de ar-chivos,
documentos, libros y obras de arte- la prctica totalidad del
patrimonio semanasan-tero existente. Las antiguas imgenes, con ms o
menos valor artstico, pero con la devocin de buena parte del
pueblo, desaparecieron para siempre. Las tallas greudas, vestigios
de siglos pasados pertenecientes a autores conocidos o
desconocidos, aunque cargadas de patetismo, quedaron slo en el
recuerdo. En tan slo unas horas se pas del todo a la nada. El
anticlerica-lismo haba ganado esta batalla.
Cuentan, los que vivieron esa trgica par-te de la historia
-entre ellos mis padres- que durante mucho tiempo permaneci ante
las iglesias (San Nicols, San Isidoro, San Lorenzo, San Pablo,
Santa Mara) la huella de aqullas impresionantes hogueras, porque el
cerco que-mado que dejaron marcado sobre el empiedro no se borr en
muchos meses, como si la his-toria no quisiera desvanecerse y se
aferraba a la piedra igual que una lapa.
Texto extrado del libro TESTIGOS DE LA SEMA-NA SANTA DE
BEDA.
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SIEMPRE ALEGRES
POR MIGUEL NGEL ROMERO (MAIKEL)
Nunca he hablado de esto con nadie, ni si quiera con mi familia,
pero apro-vecho la oportunidad que me da El Sudario para compartir
la experiencia del pasa-do Miercoles Santo para compartir la extraa
sensacin de esa noche.
Todo comenz dos semanas antes, cuan-do mi amigo y capataz de la
Penas Alfonso Donoso, en un ensayo que transcurra por la puerta del
Sol, donde las dos cuadrillas nos cruzamos asiduamente, tena el
paso arriado, se acerco a m y me pidi que hiciera una le-vanta a su
cuadrilla de costaleros, en dos se-gundos me empezaron a temblar
las piernas, sudarme las manos y la mente se me qued en blanco,
pero tena un gran problema familiar en ese momento, y que mejor
aprovechar a esos treinta corazones para que arrimaran su Fe para
pedir por l, y as lo hice y ellos correspondie-ron como buenas
personas que son.
Pero a la semana siguiente y tras una lu-cha brutal por salvar
su vida, el Seor se lo lle-v, seguro que pens que le haca falta
mano de obra en el cielo, y tristemente recib el golpe ms duro de
toda mi vida, se fue un hombre bueno, una persona dialogante,
comprensiva, emotiva..y mil adjetivos que se me pasan por la
cabeza, se fue mi padre.
En esos das el mundo se me vino abajo, yo no tena ganas ni
fuerza para seguir con mi cuadrilla, me senta desorientado,
perdido, y solo a una semana de salir con mi Cristo Pren-dido, las
muestras de cario de todo el mundo, familia, amigos, compaeros, mi
comparsa, y sobre todo el apoyo de esa gran cuadrilla que el Seor
me ha concedido, me hicieron sacar fuerzas de aqueza y tirar hacia
delante y seguir con el proyecto comenzado, y como no, tena
la excusa perfecta para ms que nunca salir el Mircoles Santo, y
ser los ojos del de los ojos azules, para rezar por l y pedirle que
cuidara desde arriba como lo ha hecho a nuestro lado, pero saba que
no iba a ser fcil, el miedo se-gua recorriendo mi mente, no crea
que fuera capaz de hacerlo, pero no haba marcha atrs.
Y como cuando no quieres que pase el tiempoeste paso como un
tren, y llego el Miercoles Santo, este empez ya un poco raro pues
al levantarme mire al cielo y estaba total-mente despejado, cosa
muy extraa, como to-dos los aos me dirijo hacia el cole , para ver
el paso terminado y con Nuestro Seor lucien-
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do como nunca en el, all siempre quedamos los costaleros y
contraguas para ir matando un poco los nervios e ir ultimando los
ltimos detalles para la estacin de penitencia. Tam-bin como todos
los aos, recibimos la ofrenda oral de la Cofrada Hermana de la
Sentencia, y fue en ese momento cuando mi compae-ro y Capataz
Alfonso Donoso se acerc a m y me dijo unas palabras que nunca se me
van a olvidar en la vida: Maikel, hoy vas a tener un privilegio,
esta noche tendrs al mejor contra-gua a tu lado, yo lo mir y nos
fundimos en un abrazo, y me fui a casa pensando en esas
palabras.
Y llego la noche, tras la misa de Herma-nos nos dispusimos a
prepararnos para sacar a Nuestro Seor por las calles de beda, y en
el silencio del patio, vi a mi familia toda junta, saba que estaban
sufriendo como yo lo estaba, nos faltaba el ms grande, haba un
hueco en el patio que faltaba por cubrir, y no s cmo les ped que me
esperasen en la calle nueva, no s el porqu de la calle, podra haber
sido otra, quizs fue la primera que se me paso por la ca-beza, pero
fue all donde les ped que me espe-rasen, y as fue, tras las tres
chicotas seguidas de mi cuadrilla de costaleros, arri el paso y
los
llame a todos, hermanos, hermanas, sobrinos, mi mujer, mis
hijas, mi hermano que en ese momento estaba debajo del paso, mis
sobri-nos que estaban con la banda del Amor, y los puse frente al
Seor, y en ese momento cuando crea que me iba a derrumbar, alguien
estaba conmigo, no me crea el aplomo que tena en ese momento y
apretando fuerte sus manos me dirig a ellos con una sonrisa de
oreja a oreja, y les ped que estuviesen alegres, que l lo est
arriba, y que nos mantuvisemos unidos como siempre lo hemos estado,
que l se encargara de cuidarnos arriba como lo hizo aqu, y que nos
deja la misin de cuidar a Mama, que le vamos a acercar al Seor por
ella y solo para ella no quiero verlo subira esta es!lo dems lo
hicieron mis cuarenta y cinco cora-zones que tenia debajo del
paso.
Desde ese momento, yo cumpl mi pri-mera estacin de penitencia
particular, a partir de ese momento senta un alivio por mi cuerpo
que no podra explicarlo con palabras, desde ese momento volva a
disfrutar con mi cuadri-lla, desde ese momento volv a sonreir,
desde ese momento volv a encontrarme rme en la Fe, desde ese
momento sent al contragua con mas arte que he tenido nunca. Gracias
Papa.
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NUESTRAS VIDAS SON LOS ROS QUE VA A DAR EN LA MAR
POR MANUEL M LATORRE
Nuestras cofradas son ante todo devo-cin, tambin caridad, arte,
historia, cultura, y sin duda muchas ms cosas, pero son, en otro
plano como mares; s, mares en los que permanentemente con uyen
estirpes cofrades, verdaderos hermanos -no de sangre-, pero cosidos
entre si con el hilo del co-lor de sus hbitos, conformando un
bordado de ligrana, una slida fraternidad de sentimientos y fe, que
no conoce el tiempo, ni la muerte, ni el olvido.
Esa percepcin de lo intemporal, de lo que siempre est pasando y
nunca deja de pa-sar en la dimensin cofrade de las vivencias que
nos arropan desde nios, es la que me lleva a sentirme tan cerca de
los mos cuando visto mi tnica y acompao a mi Seor cado; y cuando
estoy as, siento en mi a los que ya no estn, y a los que estn pero
no pueden con su alma y han aparcado temporalmente su hbito a la
espera de su uso nal, incluso a los que nunca pude conocer, pero
cuyo sentir cofrade me es patente por mil referencias engarzadas en
mis recuerdos. Y me emociono, y no es infrecuente que mi raso se
impregne de lgrimas cuando todo esto a mi cabeza se viene, mi Seor
sale por la puerta de Santa Mara y beda le abraza.
Y en este esquema dinmico del devenir cofrade, los hermanos
somos en cierto modo ros; ros de amor y creencia; ros que a veces
se sumergen en las entraas de la tierra, como gua-dianas eternos,
pero que, de forma natural, una y otra vez a oran y regresan a su
cauce, orien-tado a la mar.
Hoy quiero precisamente evocar una de esas historias de ujos, de
idas y vueltas, de
hermanos que por un tiempo se ausentan, de sangre de color
morado que uye en torrentes intermitentes pero abocados siempre al
mismo nal ... a desembocar en la mar.
Decir Cada, es decir Meneses; nuestras seas de identidad lo
avalan; ese trono-relicario de plata, los legendarios varales de
tulipas, la llegada de nuestra Madre de la Amargura de la mano del
Maestro Vassallo ... El marquesado de la Rambla ha estado ligado y
est incrustado en el ADN de nuestra cofrada impregnndolo de una
impronta seorial y de sobria elegancia que caracteriza y de ne a
esta congregacin en la ca-lle y fuera de ella.
El cario, la pasin y la devocin de esta familia por nuestros
titulares se INICIA con el XI marqus de la Rambla, D. Bernardo de
Orozco y Loring, que ostent el ttulo de 1907
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a 1918; gran benefactor de la hermandad, este ubetense de pro,
que habit en el Palacio de la Rambla durante toda su vida, no slo
contribu-y materialmente al sostenimiento de La Ca-da, (que en
aquellos tiempo haca tambin las veces de sociedad ben ca,
desarrollando una labor asistencial entre sus cofrades); sino que
se interes vivamente por la gestin de la misma, llegando a alcanzar
la presidencia, que desempe-aba cuando le sobrevino la muerte en
1.918.
Al fallecer sin descendientes, el ttulo pas al XII marqus de la
Rambla, D. Fernando Meneses de Orozco, hasta 1948; hijo de la
her-mana de Bernardo, Amalia de Orozco y Loring (marquesa de San
Juan de Buenavista), era una persona profundamente religiosa y
durante los 30 aos que ostent el ttulo persever en el ca-rio y la
proximidad para con su hermandad. Es muy probable que su mano
estuviese detrs de la contratacin del insigne Maestro Mariano
Benlliure, porque a las alturas de su carrera a las que el genio
valenciano acept el encargo de parir de sus gubias un Cristo cado
para beda, se trataba de un artista tan consagrado, que sin tan
relevante intervencin, difcilmente de otra forma lo habra
realizado.
En ese amor le acompaaba su padre, Fer-nando Meneses Puertas,
propietario de la famo-
sa y homnima rma de platera, que en 1942 decidi junto a su hijo
que el Cristo cado reali-zase su estacin de penitencia sobre un
trono de plata Meneses; y por esa razn su padre, como marqus
consorte de San Juan de Buenavista, fue quien presidi la primera
salida procesional de la hermandad tras la guerra civil.
Fernando muri tambin sin descenden-cia y el ttulo pas al XIII
marqus de la Rambla, D. Emilio Meneses de Orozco. Pero en ese
mo-mento, este guadiana de plata y morado hundi su cauce en las
profundidades de la historia y desapareci de la vista de nuestra
hermandad.
Efectivamente, muerto Don Fernando Meneses, su viuda y madre de
D. Emilio, de-cidi cerrar a cal y canto el palacio ubetense, y el
marquesado adormeci su vnculo con la cofrada.
Pese a lo anterior, lo cierto es que Don Emilio conservaba
formalmente el ttulo de Presidente Honorario de La Cada, aunque no
se tena razn de l, ni por ende participaba en modo alguno en la
vida la cofrada, hasta que en 1.966 el entonces Presidente
efectivo, D. Pedro Latorre Martn, decidi esclarecer la situacin, y
de conformidad con su Junta Directiva em-prender viaje a Madrid
para visitar a D. Emilio, quien le recibi con cario.
Cuando la cofrada le expuso el motivo de aquel viaje, que no era
otro que pulsar su eventual inters en retomar el vnculo que desde
haca decenios haba vinculado a su familia con la hermandad, ste le
mostr su total adhesin a La Cada, y desde aquel momento hasta su
muerte en 1.989 no deja de venir ni un solo ao, ni de participar
ACTIVAMENTE con la cofrada en todo aquello que a su alcance
estu-viese.
De la parte nal de aquella poca guardo el recuerdo ntimo del nio
que vea en los ojos de Don Emilio mi misma ilusin inocente al mirar
al Seor Cado; y de como se emocionaba cuando el guin de la cofrada
le recoga en su palacio (probablemente esa costumbre tan ube-tense
trae causa de esta tradicin fundada por
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La Cada para con su Presidente Honorario); y de como preguntaba
con entusiasmo cada ao si habamos salido ms hermanos que el ao
an-terior; y de como nos agasajaba en su casa a todos los hermanos
al concluir la procesin con roscos, anis, puros y puritos; y de
como inculc a sus dos hijas ese amor y esa devocin recibida de sus
ancestros; y de como sigui realizando el des le procesional
completo por la maana y por la noche de cada viernes Santo, aun a
pesar de la enfermedad y los achaques, hasta lmites que en beda no
estamos muy acostumbrados a contemplar.
Era Don Emilio hombre de fe y fortale-za remarcable, que llevaba
su vivencia cristiana con la sobriedad castrense que por su o cio
de armas le corresponda.
Junto a Fernando y Emilio, Amalia tuvo una hija ms, llamada Mara
Luz de Meneses y Orozco, casada con Don Jorge Surez de Tangil
(marqus de Covarrubias de Leiva), que tam-bin fuera hermano de la
Cada.
Maria Luz no slo fue la primera cama-rera de la Virgen de la
Amargura, imagen que fuera encargado al alumno de Benlliure Don
Juan Luis Vassallo Parodi; sino que todo apunta a que tambin el
Maestro acept este encargo
precisamente en razn de su vinculacin con la Marquesa consorte
de Covarrubias, y por ella regal a la comunidad del Real Convento
de Santa Clara la imagen con la condicin de que fuese procesionada
por la Cada (hoy ya propie-taria de Nuestra Seora, por Mor de la
generosa DONACIN de nuestras entraables Madres Clarisas).
Muri Don Emilio, y ... de nuevo el gua-diana de los marqueses de
la Rambla diluy su noble cauce en las profundidades de la historia,
y la Casa y la Cofrada continuaron su camino por separado sin saber
muy bien ninguna por qu; pero ... la vida son los ros que van a dar
en la mar ... una maana de agosto del ao 2011, cuando disfrutaba de
sus vacaciones en familia en San juan de Luz, una de las hijas de
Don Emilio contempl absorta en las noticias de la televisin como el
Cristo de la Cada de beda se encontraba en el paseo de Recoletos de
Ma-drid a la espera de que Su Santidad Benedicto XVI presidiese el
via crucis de la JMJ de Ma-drid.
No pudiendo dar crdito al contemplar la imagen a la que de
pequea vio como su padre veneraba, revivi ese vnculo, ese ujo
inmor-tal, ese cauce de sangre morada que uye por las venas de su
familia como uye por las de la ma; y presa de un incontenible
arrebato, tom a sus hijos e inici un viaje agotador para llegar a
Madrid con el tiempo justo para ver muy de lejos a nuestro Seor, y
para que los servicios de seguridad no le dejasen acercarse ms;
pero se sinti feliz, se sinti con los suyos.
De la misma forma que en 1.966 la Di-rectiva de Pedro Latorre
decidieses desenterrar ese guadiana de olvido, la actual Directiva
de Francisco Gonzlez, conocedora de lo ocurrido en el via crucis
madrileo de la JMJ, se propuso hacer a orar de nuevo ese torrente
de devocin que nos une con la Casa de la Rambla, y fruto de esta
iniciativa, este ao, un cuarto de siglo despus, de nuevo un marqus
(marquesa) de la Rambla estar, Dios mediante, formando parte de
nuestro morado y blanco guin.
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Me consta, porque Elena me lo ha dicho, que la emocin ligada a
ese inminente momen-to le embarga, como me embarga a mi por el
reencuentro con el hermano; y me complace saber que el ro se
renueva desde su mismo le-cho, y que ella no estar sola; Elena
Meneses de Orozco y Gallego de Chaves, XIV marquesa de la Rambla
procesionar junto a su hijo mayor y heredero por derecho de un
ttulo tan ligado a nuestra esencia cofrade.
Juan Ponce de Len y Meneses de Orozco, hermano de la Cada por
estirpe, vestir por vez primera el hbito que vistieron sus
antepasados,
y lo har porque la vida son los ros que van a dar en la mar, y
los ros pueden quizs llegar a desaparecer de nuestra vista, pero
siempre vuel-ven, siempre ... hasta desembocar.
Gracias a Pablo Jess Lorite Cruz por los datos histrico que le
he tomado prestados para este artculo de su obra: EL MARQUESADO DE
LA RAMBLA: TTULOS, GENEALO-GA Y MECENAZGO EN LA CIUDAD DE BEDA EN
EL SIGLO XX
-dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4190212.pdf-Nota: Las fotos
Fuente propia son de Pablo Jess Lorite.
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LAS COFRADAS
POR FELIPE TORRES VILLALBA
Semana Santa de Ubeda. Una semana llena de momentos emotivos, de
pro-fundos sentimientos, de promesas, de vivencias y
reencuentros.
Pero en Ubeda, la Semana Santa no es solo periodo de siete das.
Es periodo de 365 dias de ao tras ao.
Nuestras cofradas y hermandades, ya sean de pasin o de gloria,
estn presentes en la vida social de la ciudad en todos sus eventos
y a lo largo de todo el ao.
Y no solo en eventos, tambin estn presentes cuando consideran
que los necesitados, requieren una ayuda.
Hay ciudadanos que nos ven a las cofradas, como algo
trasnochado, algo que ya no se lleva, que no estamos a la moda,
como se suele decir en la actualidad.
Que equivocados es-tn quienes asi piensan. En primer lugar,
puedo pensar que no se han acercado a saber nuestro trabajo, que
solo ven el aspecto de sacar procesiones a la calle, de tocar una
trompeta o tambor pos las calles, que somos unos putisantos, que
solo sabemos hacer eso.
Nuestro trabajo es mucho mas profundo. Realizamos muchas
actividades, para dar ali-mentos a los que nos necesitan, sin
preguntar si son cofrades, o creyentes, no, todo lo con-trario.
Cuando hacemos ensayos solidarios,
pasacalles, conciertos bene cos, recogemos alimentos en nuestros
cultos internos, o cual-quier otro acto de carcter de caridad, o
como se conoce en la sociedad, asuntos sociales, lo hacemos
pensando en quein lo puede ne-cesitar, sin distincin de credo,
estado social, creencias polticas etc, etc,.
Pensemos por la pre-sencia de las cofradas en los distintos
eventos de nuestra ciudad. En Navi-dad con sus belenes, en Re-yes
con las bandas en la ca-balgata, haciendo aun mas felices a los
pequeos, en las hogueras, en romeria, en estas del renacimiento,
Feria, conciertos musicales, etc.
Y todo sin olvidar nuestro sentido religioso. Sin duda, todo en
global de cofradas y hermanda-des de Ubeda, somos el colectivo mas
numeroso en cantidad y sobre todo en
calidad. Y ah estamos, presentes, escuchando
siempre mas criticas que alabanzas, cosa esta que no las
esperamos, ya que el trabajo y labor es totalmente desinteresada y
sin esperar nada a cambio. Nuestra mejor alabanza es nuestro propio
trabajo.
Sigamos con nuestro capirucho, pero sin el caperuz puesto, con
la cara descubier-ta, para que podamos decir sin tapujos ni
vergenza,que Yo soy cofrade.
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EL PATRIMONIO COFRADE Y LA CONSERVACIN PREVENTIVA
POR FCO. JAVIER RUIZ RAMOS
El mundo cofrade se mueve y no para de evolucionar conforme a
unos lmites bien de nidos. A veces parece que a una velocidad
vertiginosa y, otras veces, se observan actitudes que sorprenden
por resultar casi im-propias del siglo en el que estamos y que, de
esta forma, nos demuestran que ese movimien-to resulta muy
desigual, pudiendo incluso ser contraproducente para las mismas
cofradas en un momento dado.
La proteccin y salvaguarda del patrimo-nio que atesoran las
cofradas no es algo balad. Hay una expresin bien conocida que dice
que no se puede proteger lo que no se conoce. Y no le falta razn.
Cada vez ms, las nuevas jun-tas directivas de nuestras hermandades,
donde la savia nueva se derrama con ideas e iniciati-vas renovadas,
van siendo ms conscientes de la autntica responsabilidad que tienen
ya no solo con la Iglesia y en el mbito estrictamente religioso,
algo que por otro lado debe resultar esencial, sino con el legado
que se les confa y cuyo valor sobrepasa el meramente econ-
mico -que tampoco es nada desdeable- para adentrarse en el mbito
espiritual y de los sen-timientos ms ntimos de cada cofrade.
Creo que esto que exponemos y que es algo que cualquier cofrade
entiende como un elemento de sentido comn, no encuentra su
correspondencia en el sentido ms pragmtico.
Por mi experiencia como cofrade, y tam-bin profesional, he
tenido la oportunidad de ver como este patrimonio de las cofradas,
que es el principal valor de las mismas despus de los/las cofrades,
no es conocido ni valorado en su justa medida y, como consecuencia,
po-cas veces tampoco tiene un tratamiento, en lo referente a su
manipulacin, acertado. En ningn momento quiero poner en cuestin el
cario, el amor y el respeto que, tantas y tantas personas que han
tenido acceso al mismo, han puesto en su cuidado. Un cuidado, un
cario y un amor que, sin embargo, no resulta su -ciente -por
diversas razones que cansaran al paciente lector de exponerlas
aqu-, para que el mismo se mantenga a lo largo del tiempo con las
mayores garantas que permitan su con-servacin. Conservar, pues, se
convierte en un planteamiento esencial y de suma importancia para
los bienes que con tanto esfuerzo se han ido adquiriendo por parte
de nuestras herman-dades.
El problema se agrava cuando este patri-monio llega a un estado
de deterioro tal que no queda otra solucin ms que intervenir. Es lo
que lo que los especialistas llamamos conser-vacin curativa,
comnmente conocida como restauracin. Una intervencin que siempre
ha
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de ser realizadas por especialistas cuali cados y facultados
para ello. Sin embargo existen fr-mulas que, lejos de ser
novedosas, son capaces por s mismas de evitar en un alto porcentaje
de los casos la solucin extrema de la restaura-cin. Modos de
actuacin que, plani cados y bajo la supervisin de especialistas
capacitados, esquivan estas actuaciones, en cierto modo agresivas,
en el patrimonio. Hablamos de la conservacin preventiva.
Como ya he apuntado no se trata de una idea nueva. La
conservacin preventiva es un mtodo de trabajo que pretende
controlar el deterioro de las obras de arte antes de que se
produzca. El aplicar criterios de conservacin basados en los
principios de respeto a la auten-ticidad, as como el desarrollo y
la aplicacin de tcnicas de anlisis cada vez ms so stica-das con el
objetivo de determinar las causas del deterioro, han tenido como
consecuencia que,
por un lado, se constate que el origen del de-terioro, en la
mayora de los casos, es debido a factores externos o como
consecuencia de la falta de mantenimiento. De igual manera, se
viene a poner de relieve que la aplicacin ex-clusiva de
tratamientos de restauracin no es su ciente para alcanzar un nivel
aceptable de conservacin. Por tanto, el hecho de que no sea posible
conservar el patrimonio nica y ex-clusivamente con criterios
curativos (restaura-cin), ha propiciado un cambio de estrategia en
los ltimos aos que ya se han adoptado por las instituciones y que,
a su vez, est sirviendo como ejemplo en el mbito del coleccionismo
privado o, como en el caso que nos ocupa, per-fectamente aplicable
al mundo cofrade.
Considerando la conservacin preventi-va como una estrategia
basada en un mtodo de trabajo sistemtico que tiene por objetivo
evitar o minimizar el deterioro mediante el se-guimiento y control
de los riesgos de deterio-ro que afectan o pueden afectar a un
objeto, una coleccin, etc., parece claro que hay que incidir en los
factores causantes del deterioro tales como las condiciones
ambientales, inclui-das la inclemencias meteorolgicas durante un
des le, los temas relacionados con la se-guridad (robo o
vandalismo), factores de gran poder destructor (inundaciones,
incendio, pla-gas,), amn de otro grupo de factores liga-dos a la
manipulacin de los objetos tales como golpes accidentales,
vibraciones, etc.
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Como profesional de la Historia del Arte, recomiendo
encarecidamente a las Cofradas y Hermandades la elaboracin de un
Plan de Conservacin Preventiva elaborado y coor-dinado por un
profesional del ramo. Es una inversin cada vez ms necesaria en
tanto que supone un compromiso real con valores inde-lebles de las
mismas cofradas y hermandades. La conservacin de su patrimonio, el
respeto a este y el hecho de ser conscientes de que nos somos ms
que meros portadores que hemos de transmitirlo a las generaciones
futuras en las mejores condiciones, implica realizar el es-fuerzo y
asumir ese compromiso desde la rme conviccin de ser lo mejor para
todo un colec-tivo intergeneracional como es el colectivo de una
cofrada o hermandad.
Quiero tambin apuntar en estas lneas y, en este mismo sentido,
la necesidad de tener inventariado de una manera profesional
nues-tro patrimonio y asegurado el mismo conve-nientemente.
Esto, algo que puede parecer una obvie-dad o incluso
insustancial, adquiere una di-mensin relevante cuando el
infortunio, del que nadie estamos libres, hace acto de apari-cin.
Por citar algn caso reciente me referir
a la triste y lamentable prdida sufrida por la Ilustre y Ponti
cia Hermandad de Nuestro Pa-dre Jess Nazareno -la ms antigua de
Palma del Ro (Crdoba)- el pasado mes de diciem-bre de 2014, cuando
un incendio hizo que pereciese su titular mariana; o al sufrido en
la Casa de Hermandad del Huerto de la malague-a localidad de Ronda
el 5 de febrero de este mismo ao. Un incendio que asol dicha casa
de hermandad perdindose decenas de tnicas de la virgen y el techo
del paso de palio. Un valioso patrimonio que, si no est tasado
co-rrectamente por profesionales y contemplado en las plizas
suscritas con las compaas ase-guradoras, posiblemente cause una
importante merma econmica a las hermandades amn de la insustituible
prdida en lo referente al valor histrico o sentimental.
En de nitiva exhorto a las Hermandades y Cofradas a realizar
labores activas, coordina-das por profesionales en la materia, de
conser-vacin preventiva en lo referente a su patrimo-nio
elaborando, como no puede ser de otra for-ma, un Plan de
Conservacin que contemple a todos sus bienes patrimoniales cuya
ejecucin venga a actuar como garante en la consecucin de los
objetivos expuestos ms arriba.
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RECOSTRUYENDO EL PASADOPOR ILDEFONSO MIRANDA PREZ
Regreso a casa despus de un largo y plci-do n de semana y me
topo con fotos de esas que todos tenemos guardados en los cajones
del olvido. Fotos hechas por cmaras antiguas y manos inexpertas
pero que supieron sacar lo que queran sacar. Fotos que guardan un
sabor excepcional por la intrahistoria que cada una de ellas puede
llegar a atesorar. Solo un sobre con una indicacin en su portada me
indica que me voy a topar con imgenes desde 1959 a 2006.
Sobre que abro con la avidez de un no-vato deseoso de comprobar
qu contienen, de qu ao ser, qu se ver o si me descubrir alguna
novedad. Cojo la primera y me en-cuentro con dos nias pequeas,
vestidas de Las Tres Maras, una casi llorando, la otra mirando
jamente el objetivo. Detrs se aso-man tres monaguillos con sus
birretas, dos de los cuales cogen los cordones del pendn de la
cofrada. Ese detalle de la formacin y salida procesional con las
Angustias de los monagui-llos del Hospital de Santiago
personalmente no los recuerdo.
En otra instantnea de ese mismo Vier-nes Santo de 1959 esas dos
guras angelicales vuelven a ser el foco de la atencin del experto
fotgrafo. Una foto que de un primer vista-zo apenas si aporta ms
datos que la que antes lloraba parece que ha encontrado el
consuelo, mientras que se compaera sigue en su papel; vamos, que se
le ve experta en des les procesio-nales. Sin embargo, un vistazo ms
detenido a esta segunda fotografa nos descubre algn que otro
detalle ciertamente interesante. Uno, los monaguillos formaban
detrs de Las Maras. Y dos, que los cordones de los banderines de
cabecera de guin han sido siempre objeto de deseo de nios y mayores
cuando este pasaba a tu lado.
Me topo con una tercera instantnea de aquel Viernes Santo de
1959 y al darle la vuel-ta descubro otro dato ms. 27 de Marzo de
1959 y los nombres de quienes componen el centro de atencin de esta
tercera fotografa. Dos pequeos penitentes y dos Maras. Los
cuatro formados para tal momento a las puer-tas del Parador. Dos
bculos de infante sostie-nen en sus manos derechas esos dos nios,
que no llevan antifaz sino a cada descubierta. Las otras dos Maras
ensayan la postura de manos que luego debern llevar durante todo el
des le procesional.
Estos son solo 3 ejemplos de lo que foto-grafas guardadas con
cario por nuestros ante-pasados atesoran en su interior. Fotos en
blan-co y negro de la poca, casi sepia, que tienen una importancia
vital para cualquier junta de gobierno empeada en reconstruir su
pasado a base de imgenes.
As, en la Cofrada de Nuestra Seora de las Angustias y
Descendimiento de Cristo lle-vamos ya casi un lustro empeados en
revolver cajones y cajoneras hasta desempolvar esos re-cuerdos que
todos tenemos y que apenas si cae-mos en la cuenta de la
intrahistoria que cada fotografa nos puede aportar. No en vano, en
los dos ltimos aos hemos conseguido des-cubrir datos realmente
interesantes de nuestro pasado y de los que no se tena la certeza
en imagen de su propia existencia.
As en la instantnea ms antigua que se conserva de la cofrada de
comienzos del 1900 se ha descubierto cmo era la gola primitiva del
traje de la cofrada. Gracias a sucesivas fo-tografas hemos ido
complementando la histo-ria gr ca de la cofrada en cuanto a nuestro
enseres.
En de nitiva, que poco a poco y gracias a las aportaciones de
nuestros hermanos esta-mos completando esa otra historia de las
An-gustias . Nuestros hermanos ya saben que se pueden poner en
contacto con nosotros para entregarnos esa foto antigua, nosotros
la esca-neamos e inmediatamente se la devolvemos a su dueo. De esta
forma, el propietario seguir conservndola pero decide compartirla
con los dems. Y , a buen seguro, cada foto desvelar destalles que
han pasado desapercibidos duran-te muchos aos, tantos como los que
ha per-manecido en ese cajn.
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FILIPICAS COFRADES (I)LAS GLORIAS Y NUESTRA SEMANA SANTA
POR ENRIQUE MARTNEZ ROZAS
Antes de decir, lectores y dems, lo que creo que debe decirse en
estas circuns-tancias sobre la actual situacin cofrade, me gustara
agradecer a la asociacin cultural El Sudario el haber contando con
mi primera cola-boracin en su revista.
A continuacin os expondr brevemente los motivos de mi artculo
crtico.
En primer lugar me gustara sealar el he-cho de que con aba desde
hace aos en que las restauraciones de algunos de las ms
distinguidas imgenes que en nuestra Semana Mayor proce-sionamos
haban sido con adas a la sabidura y autoridad de personas
profesionalmente cuali -cadas, verdaderos artistas es a lo que me
re ero, y no a la autoridad de los amistades de la junta de
gobierno, la cual dicen algunos es Soberana hemos visto a donde ha
llevado esta soberana a la Titular de la Hermandad y Cofrada de
Naza-renos de Nuestra Seora de Gracia, una autentica des-Gracia es
lo que el artista local , si se le puede llamar as, Manuel Martos
ha hecho de privn-donos de la Reina del Lunes Santo que Ramn Cuadra
nos dej, consideraban algunos que era obligacin de todos aceptar
las fatales decisiones que se toman y no responder con crticas,
stos mismos consideran, porque no les queda otra, que su error no
es tal, que la Virgen de Gracia es la que Ramn Cuadra hizo. Claro
est todo esto de cara a la galera porque una vez en la clausura,
por as decirlo, todos saben que la magni cencia de Nuestra Seora de
Gracia se perdi en el taller sobre los soportales de la Plaza 1 de
Mayo, don-de puede que tambin se perdieran las manos de la virgen
al parecer, porque es de dominio pbli-co que las manos que la
virgen lleva actualmente no son las mismas ni remotamente, no
profun-dizar mas en un tema en el cual poco queda ya que decir.
beda ha perdido a su Gracia.
En n un autentico destrozo, pero como los favoritismos y la
amistad priman por delante del buen gusto y la correccin as luce
Nuestra
Semana Santa, parece que ste tema del favori-tismo es el que
mueve y balancea las bambalinas de nuestras ms altas, corruptas y
adulteradas es-feras cofrades, me re ero al capitolio de nuestra
S.S. que se encuentra en el nmero 5 de la Calle Muoz Garnica. La
Unin de Cofradas, o debe-ramos llamarla desunin porque parece ser
que los diputados de sta institucin se mueven en torno al sol que
ms calienta y que poco o nada aportan a nuestra Semana Santa.
Permiten que el pregn de Semana Santa sea algo ms pare-cido a una
autobiografa que a un pregn y se olvidan por completo de todas
aquellas cofradas que realizan su manifestacin de Fe fuera de la
Semana Santa.
Este es el motivo principal de mi artcu-lo, por qu se ignora a
las Glorias en nuestra ciudad?, a caso no merecen tener un pregn
de
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glorias?, a caso son menos que las hermandades pasionales para
que se les preste menos atencin?
Reivindico desde mi posicin, como la de muchos, de centinela el
que se aporte mayor ca-tegora y ms protagonismo si cabe a las
herman-dades de gloria teniendo en cuenta que la Alcal-desa
Perpetua de la Ciudad, Nuestra Seora de Guadalupe, es la patrona de
beda y teniendo en cuenta que lo que la pasin de Nuestro Seor tiene
como n ltimo la gloria de la resurreccin y la redencin del gnero
humano.
As bien parece que nuestra querida Unin ha olvidado muchsimo de
ello. La unin parece ser que es el mejor escaparate donde seo-res
corbata en traje y bculo en mano se exponen a la sociedad ubetense
y donde solo los ms se-lectos pueden entrar segn lo visto, donde
unos hombres y mujeres de cargos, cuya efectividad es discutible,
tratan de mandar sobre nuestra Sema-na Santa. Rezo a Dios para que
llegue el da en el que los integrantes de la Unin no miren a nadie
por encima del hombre y/o de reojo y reconoz-can la verdadera
competencia, aunque claro est eso solo se dar cuando algn valiente
inicie una cruzada para depurar este rgano de nuestra Se-mana Mayor
y as por n dejar de jugar a la Semana Santa como un da un
Ex-presidente sacramental dijo.
Aunque no es solo la Unin la que otorga posicin, tierra y titulo
a determinados cofra-des para opinar, se ve que segn la billetera o
la posicin verdadera de cada uno tambin in uye al igual que la edad
en esto de la Semana Santa. Es muy conocido el caso de el hombre
que des-cubri internet y cre as una web cofrade la cual debera de
estar cerrada desde que la Unin puso en marcha su propia web
informativa, en n una de tantas irregularidades y negligencias que
hoy da se cometen en nuestra vida cofrade. No hace falta que diga
nombres pero ste personaje gua de tronos a ruedas representa al
perfecto estereo-tipo de cofrade anclado en el pasado reciente y
digo reciente porque en el verdadero pasado de nuestra Semana de
Pasin todos los pasos o casi todos iban a costaleros o portadores,
se trata de un pequeo gran colectivo que cada ao cuenta con menos
partidarios, a Dios Gracias, son per-sonajes que los menos aun
mantienen el apoyo de un determinado grupo de cofrades y los
cuales
por muy redichos que se quieran mostrar y muy aparentones que
pretendan ser se van al pueblo de al lado y no los conoce
nadie.
Sobre todo destacan estos favoritismos en foros de debate donde
unos se de enden a los otros mutuamente segn el inters que se
requie-ra, son esta clase de situaciones las que producen los
canceres a nuestro mundo cofrade y puesto que algunos dirn que yo
en este artculo tam-bin estoy criticando les responder que si
al-gunos se ven con la autoridad para ensear los conocimientos que
son y los que no, yo tambin me veo con esa autoridad porque nadie
es ni ms ni menos que nadie en nuestra religin.
Nos encontramos por otro lado la idolatra que causan las
representaciones de Dios, Mara y los Santos, as pues escuchamos muy
usualmente que La Reina de beda es la Virgen de Gra-cia, no
obstante y si debe de haber una reina en la ciudad de religin
catlica sera Mara fuera cual fuera su advocacin, pero si bien
queremos mojarnos en temas de fe y/o fanatismo religioso popular o
hablando en bruto quien mueve a ms
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gente y quien manda en la ciudad deberamos hablar
inamoviblemente de Dios como Nuestro Padre Jess el Seor de beda y
como reinas de la ciudad a Nuestra Patrona la Virgen de Gua-dalupe
y a Nuestra Seora de la Soledad y esto es indiscutible le pese a
quien le pese, si es cierto que cada uno podr tener a Su Cristo y a
Su Virgen pero siempre sern de fervor inalienable e incomparable
Jess, Guadalupe y Sole-dad.
Pero no es todo una crtica en una lpi-ca, tambin hay cabida para
la felicitacin y la exaltacin de quienes realmente se merecen
ta-les. Desde hace unos aos nuestra Semana Santa viene sufriendo
unos altibajos muy parecidos a las curvas de las carreteras, es
decir, cuando unas hermandades van bien otras van mal y vicever-sa.
Pero existen algunas cofradas elogiadas por todos como son Jess
Nazareno, con muy buen criterio dicho sea de paso, Gracia y
Sentencia en-tre otras, y luego estn las que deberan de ser
elogiadas por los problemas que ao tras ao solventan como
Resucitado, Borriquillo, Santa Cena y Humildad entre muchas
otras.
Tomare un ejemplo de cada caso.En el primer caso debemos de
estar ms
que orgullosos de cmo la cofrada de Jess nos ha demostrado en
muy poco tiempo lo que es una buena gestin, una elegante priosta y
eje-cucin de manifestaciones pblicas as como una profundizacin en
la fe y un espritu innovador a la par que luchador, todo esto sin
contar que jams se han gloriado de ello pblicamente y que lo han
hecho todo casi en una clandestinidad conventual, pese a ser m
cofrada, enhorabuena por la gestin de Jos Luis del Castillo un
cla-ro ejemplo de cmo debieran ser las juntas de gobierno en muchas
hermandades. En segundo lugar cabe destacar la labor que la cofrada
de Je-ss Resucitado y Nuestra Seora de la Paz que como muchas
cofradas con lo poco que tienen y la ayuda, que gracias a Dios aun
se prestan las hermandades entre ellas, da un gran ejemplo de cmo
pese a ser una cofrada que lleva ruedas va evolucionando muy
rpidamente hacia un ca-mino de perfeccin que no tiene lmites ni n
pues la caridad, la cual es muy practicada por la mayora de
hermandades lo cual es encomiable, es el n ltimo de toda nuestra
labor y sta no
tiene n. El Resucitado es una de esas cofradas que nos traslada
a otra Semana Santa ya pasada y con mucho sabor, como hace Jess o
la Soledad. Es esta hermandad otro ejemplo de cmo con un mnimo de
criterio y de autoridad se puede realizar una magni ca y digna
exaltacin a Dios y Mara, como es el caso de la ltima eleccin de la
junta de gobierno sobre el Vestidor de Nuestra Seora de la Paz la
cual es aplaudida por toda la hermandad. Ya ven como con que poco
se hace mucho y como no hace falta las preferencias para ser una
buena hermandad.
Concluyo este artculo ya pues no querra embaucarme en ms temas
que desarrollar Dios mediante en futuras Filpicas si se me ofrece
la oportunidad en esta misma revista.
Por ltimo vosotros lectores os pido que, aunque no os atrevis a
adheriros a mis pareceres y propuestas, me escuchis, no obstante,
amable-mente, como habis hecho hasta ahora, pese al silencio que se
mantiene.
Yo solo soy una atrevida voz de entre el pueblo cofrade que
predica la razn y la verdad que algunos no se atreven y s que por
ello ser fustigado.
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MIRA DE NUEVOPOR ANTONIO MORENO QUESADA
Nos cuenta la Biblia de la Alianza que hizo Dios con el pueblo
judo, de for-ma que uno sera su Dios y el otro se-ra su pueblo.
Dicha alianza se plasm en los Diez Mandamientos.
Durante siglos esta Alianza fue poco a poco convirtindose en una
ley tan estricta, que no poda pensarse en una vida fuera de la
Torah, sin que cayese el yugo de sus guardianes.
Tan agobiado se senta el pueblo judo y sus profetas, que mu-chas
veces anunciaban la llegada de un mesas que salvase la Alianza de
la deriva que el paso del tiempo le haba produ-cido. El pueblo
espera-ba un salvador que los liberase de sus distintas
opresiones.
En este contexto, nos ha parecido siempre normal que Jesucristo
fuese el mesas espera-do y anunciado durante tantos aos, incluso su
primo Juan el Bautista lo dice. Tambin nos ha parecido siempre
nor-mal, por supuesto lgi-co, que Jess fuese en-viado por su Padre
Dios para morir y con su sacri cio salvar al pueblo judo y por ende
a nosotros.
Pero porqu no pensamos en una nueva mirada a la historia de
Nuestro Seor Jesucristo.
Creo que efectivamente Jess era el Mesas que tanto haba pedido y
esperado el pueblo de
Dios y que este lo mand hecho hombre. Jesu-cristo durante aos se
comport como un ser humano. A veces recordaba a su padre Dios y a
la misin que l tena. Su misin no era otra que establecer una nueva
alianza entre Dios y su pueblo, basada en amar a Dios sobre todas
las cosas y al prjimo como a ti mismo. De forma que el nuevo pueblo
de Dios no sera solo el judo, sino aquel que aceptara esta nueva
alianza
y entrase en ella a travs del bautismo.
As Jess comien-za a predicar al pueblo basando todos sus
pen-samientos en el Amor y en el Perdn. Jess como humano empatiza
con todos y pronto cimenta el concepto de que to-dos, al ser hijos
de Dios, somos hermanos, somos sus hermanos.
Durante los aos de su vida pblica, Jess a travs de las
bienaven-turanzas, las parbolas y a veces, con la ayuda de
Dios-Padre, los mi-lagros, comienza a en-tusiasmar a un pueblo que
estaba necesitado de una nueva forma de vivir. Tambin forma la
primera comunidad cristiana con sus amigos a los que llama
apstoles de la Nueva Alianza. Y siempre bajo la bandera del amor a
Dios y a los semejantes y el perdn in nito.
Y todo lo hizo como hombre. Jess nos demostr que su forma de
entender la vida era
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vlida para los seres humanos, no era una proe-za propia de
Dioses u hombres perfectos, su mensaje era un mensaje de un hombre
para sus hermanos, que solo necesitaba una condicin: querer
practicarlo y predicar con el ejemplo.
Y porque lo estaba demostrando enfad a los poderosos, no porque
fuese contra ellos, sufriendo por ello pasin y muerte..
Dios envi a su hijo a ensear un nuevo mandamiento, no a que lo
sacri casen. Esto lo hicimos las personas. por la libertad que el
propio Dios nos dio al crearnos. Un Dios que es Amor no manda a su
hijo al patbulo como objetivo. El mand a su hijo a ensearnos una
nueva manera de vivir, una nueva manera de re-lacionarnos entre
nosotros, Una nueva manera de creer en Dios,
Jess saba que la misin era peligrosa, pase de m este cliz, pero
la acepta por ser la voluntad de su Padre. Al nal, el sabe que su
pasin la han realizado los hombres, dando ejemplo postrero de su
mensaje de Amor, pide a su Padre Dios que nos perdone porque no
sabe-mos lo que hacemos.
A Jess lo matamos nosotros y es despus de muerto, cuando est
yacente y tapado con una sbana, el momento que Dios elige para
volver a completar la Trinidad y lo resucita, dndonos con ello la
esperanza de la vida eterna.
Miremos de nuevo, Jess nos indic el camino amar para perdonar,
perdonar para ser amado. No es tan difcil solo hay que crerselo y
quererlo.
Que nuestras cofradas sean semillero de amor y perdn por los
dems, porque con eso seremos hermanos de verdad, testigos de la Fe,
La Esperanza y la Caridad, que no haya cofra-des de primera y de
segunda, que no miremos a nuestros hermanos por encima del hombro,
que no digamos un mensaje, porque hay que decir-lo, y hagamos otra
cosa y que nuestra mxima sea que dando se recibe. Lo contrario nos
lle-vara a ser como dijo el propio Jess sepulcros blanqueados, y el
mensaje que transmitiramos sera que es muy bonita la procesin pero
est vaca y muerta por dentro.
Marzo de 2015
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El Sudario 2015 Nmero 16
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Digamos que yo soy Charlie, y traigo hasta esta publicacin una
cuestin ms propia del mes de febrero, mes crtico por lo de
carnavalesco, que de este mes de la Cuaresma cuando nace esta
obstinacin del amigo Salva. Y digamos que la traigo aqu porque ya
ni el mundo alza la voz y entona can-ciones con esta temtica en
carnaval; y el conte-nido de este artculo nos postra a los
cristianos, y en este caso a los co-frades, en el cadalso de la
ignominia y la doble moralidad, donde es-peramos que nuestros
propios actos sean la soga que abrace nuestro cuello.
Digamos que yo soy Charlie; no Hebdo, sino Charlie a secas: un
hombre cristiano y, por la gracia de Dios, cofra-de. Un hombre
amante de su religin y apasio-nado con sus cofradas. Un vaso medio
conven-cido y un vaso medio insatisfecho; vamos, un hombre
perfecto. Un hombre que duda; y en este caso duda de la moralidad
del hbitat en el que se mover esta publicacin. Duda del compromiso
del mundo cofrade con el sufrimiento y las barbaridades que sus
correligionarios estn padeciendo en la actualidad, en ciertas
partes de este mundo. Lo he dicho, pero lo vuelvo a repetir: Nos
estn matando! Y no hacemos nada para evitarlo.
YO SOY CHARLIEPOR ANTONIO MANUEL MEDINA
Yo soy Charlie y recuerdo como, desde las ms altas cumbres de
nuestra Iglesia, se nos ins-taba, se nos convidaba, a colgar de
nuestras sola-pas un lazo para posicionarnos a favor de la
pro-testa cuando una ley zapateresca se postulaba en contra de la
vida. Contra la vida, no ya cristiana (a saber qu fe habra llegado
a abrazar el nona-to que queramos que naciera), sino cualquier
modo de vida, ya hubie-ra sido pobre o rica, sana o enfermiza,
colmada o hambrienta, con un fu-turo incierto o con una pronta
muerte certera. Y lo recuerdo porque hoy (bueno, siempre ha sido
as, de un modo u otro, en este vergel de almas, se ha atentado
contra la vida), ms que nunca, miles de los nuestros (es-tos s es
verdad, a ciencia cierta, que son nuestros; no como los nonatos a
los que les queda una vida para elegir y pro-fesar) mueren a manos
de la ms cruel de las ignorancias, represiones y ultrajes. Hoy,
otras leyes, cruci can, incine-ran, despean, degollan,
lapidan, violan, mutilan, silencian, aplastan y, en n, denigran
a la raza cristiana. Y en esta raza, tambin hay nios. Nios. Los
mismos nios que, aunque nacidos, llevan ms de mil aos desnutridos y
condenados a una muerte venidera, en el vientre de frica, en la
mala Corea o en la China emergente.
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El Sudario 2015 Nmero 16
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Yo soy Charlie, aqu queda escrito el docu-mento que he de leer
antes de que mi estacin de penitencia d comienzo. Esta es la
palabra que me quema y hierve mi sangre. Queda es-crita a sabiendas
que ninguna cofrada alzar la voz, tal y como se hizo aquel ao en
contra del aborto o, ms bien, en contra de una ley que un partido
poltico postul en contra del derecho a nacer de todo embrin creado.
Porque defen-der la vida, si es que se defenda a esta, es una
obligacin, no ya de un cristiano cofrade, sino de cualquier ser
humano creado por la gracia de Dios. Y esta no se de ende con un
lazo sobre el hbito penitencial, sino con la voz del corazn que
desgarra todas las entraas del alma para verterse al viento, al
odo, a las conciencias.
Yo soy Charlie, y antes de que nuestros iconos sagrados puedan
caer en manos de la barbarie y la obcecacin ignorante de unos
lo-cos demonios, me hago piedra rota y desplo-mada para mostrar de
forma activa, mi repulsa
hacia los demonios que atentan contra lo que soy: un ser humano
libre, con valores cristianos y preso en la honradez de afrentar a
quien desee estigmatizarme.
Yo soy Charlie, y traigo estas palabras ms propias de carnaval
que de la Semana que nos viene; porque esto ya no requiere de
carnaval ni de Semana Santa para denunciarlo; requiere de vida, de
moral y de compromiso. En uno, se han perdido en el tedio de
escribir buscando el falso aplauso y el reconocimiento de un
con-curso; en la otra, nunca tuvieron cabida, pues en ella
evangelizamos con Jess y su Madre en la calle, y con Ellos todo
queda dicho: el error no es que ahora no se diga nada, el error es
que no se tuvo que haber dicho nada. Como dijo El Roto, poniendo en
boca del cruci cado: Lo que me faltaba, lacitos!
Yo soy Charlie, y slo T me bastas. T, y no el doble que se hace
de Ti en la tierra.
C/. Mesones - UBEDA
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El Sudario 2015 Nmero 16
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TEMPLOSPOR ANTONIO NGEL RUIZ RESA
San Pablo, San Nicols, Mara Auxiliado-ra, San Miguel, Santa
Mara, Santa Tere-sa, San Isidoro, San Milln, Santa Clara son
nombres que ha todos nos suenan, sabemos con certeza, que se trata
de nombres de iglesias de nuestra ciudad, pero que en Semana Santa
adquieren un protagonismo ms elevado, que durante el resto del ao,
pues se convierten en partida y regreso de des les procesionales,
en-tre otros actos religiosos propios de la celebra-cin de la
Pasin, Muerte y Resurreccin de Jess en beda. Ejemplos
arquitec-tnicos, testigos silenciosos de la evolucin del sentir
cofrade de una poblacin, que en su mayora vive in-tensamente estos
das.
Estos lugares santos invitan a descubrir una Semana Santa
diferente, una vez la cofrada est con sus titulares en la calle. El
silencio domina el inte-rior, adornado por un olor agradable,
sostenido por la combustin de incienso y los aromas de las ores. A
media luz, entre lmparas elctricas y velas, el templo invita al
recogimiento. Sentarse en un banco, entre grande paredes, y
elevados techos, y ante el altar, el sentimiento de paz es
pleno.
Mientras dura la Semana Santa, estas igle-sias experimentan, una
entrada y salida de gente ms abundante de lo habitual, cofrades,
turis-tas, paisanos se encuentran, unos por los pre-parativos de su
hermandad, otros por conocer y
descubrir, aquellos por recordar y volver a vivir. Al nal el
objetivo es el mismo, y el templo lo cumple, es la casa de todos, y
a todos acoge.
Varios golpes a modo de llamada en la gran puerta de madera, y
la algaraba de la gente que abarrota la entrada se apacigua, aunque
el silencio absoluto, es casi imposible conseguir. Las grandes
hojas de la puerta se van abriendo lentamente, y los primeros
capiruchos se em-piezan a ver, ya sea de da o de noche, el tem-
plo que sirve de escenario a una salida procesional, es
enaltecido por todos los presentes, su belleza estruc-tural
contribuyen de mane-ra especial en la escena que discurre ante
ella. Desde una perspectiva o de otra, el templo complementa de
manera magistral una foto ideal, que simpli ca en un todo o en una
parte, un recuerdo de un momento sublime: la salida.
De forma sencilla, po-demos decir, que la Semana Santa no sera
tal, sin sus templos, testigos mudos del crecimiento de su
propio
esplendor, y que a modo, de pequeo guio, este corto artculo ha
querido homenajearlos, con el propsito sincero de invitar a
disfrutar de este tiempo tan especial, tanto dentro como fuera de
las iglesias, pero siempre con el respecto y solemnidad que se
precisa, para que la paz que albergan no se pierda nunca, una vez
la cofrada est en la calle.
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El Sudario 2015 Nmero 16