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CUna ventana abierta sobre el mundo
o rreoJunio 1967 (Ao XX) - Espaa : 13 pesetas - Mxico: 2,60
pesos
Africa y su genio
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Una mirada del Africa milenaria
De tamao un poco menor que el natural, esta cabeza en terracota
fue descubierta enuna mina de estao de Nigeria. Hoy se encuentra en
el Museo de Jos en ese mismo pas.Se cree que la escultura date del
siglo V antes de nuestra era. Son numerosos los vestigios(cabezas
como sta, fragmentos de estatuas, etc.) de una gran civilizacin
desaparecida,a la que se conoce con el nombre de "civilizacin de
Nok", de acuerdo con el nombrede una aldea situada a unos 150
kilmetros de Jos.
TESOROS
DEL ARTE
MUNDIAL
m
2 " JUin 1967Foto Almasy
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El Correo Pginas Africa y su genioJUNIO 1967 - AO XX
PUBLICADO EN
9 EDICIONES
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Publicacin mensual de la UNESCO(Organizacin de las Naciones
Unidas parala Educacin, la Ciencia y la Cultura).Venta y
distribucinUnesco, Place de Fontenoy, Pars-7e
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Nmero suelto: 1 franco; Espaa: 13 pesetas; Mxico: 2,60 pesos.
Los artculos y fotograflas de este nmero que llevan elsigno
(copyright) no pueden ser reproducidos. Todoslos dems textos e
ilustraciones pueden reproducirse, siempreque se mencione su origen
de la siguiente manera : "DeEL CORREO DE LA UNESCO", y se agregue
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vez que el director de otra publicacin las solicitepor escrito. Una
vez utilizados estos materiales, debernenviarse a la Redaccin tres
ejemplares del peridico o revistaque los publique. Los artculos
firmados expresan la opininde sus autores y no representan
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Director y Jefe de RedaccinSandy Koffler
Subjefe de RedaccinRen Caloz
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Redactores PrincipalesEspaol: Arturo DespoueyFrancs: Jane Albert
Hesse
Ingls: Ronald FentonRuso: Victor Goliachkoff
Alemn: Hans Rieben (Berna)Arabe: Adbel Moneim El Sawi (El
Cairo)Japons: Shin-lchi Hasegawa (Tokio)Italiano: Maria Remiddi
(Roma)
Documentacin: Olga Rodel
Composicin grficaRobert Jacquemin
La correspondencia debe dirigirse al Director de la revista.
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AFRICA, CONTINENTE EN MUTACIN
por Gabriel d'Arboussier
REDESCUBRIMIENTO DE NUESTRA HISTORIA
por K. Onwuka Dike
ARQUITECTURA DE AYER Y DE HOY
PROTECCIN DEL PATRIMONIO ARTSTICO
por Ekpo Eyo
MAPA DEL AFRICA ACTUAL
39 banderas en colores
LITERATURA AFRICANA
por Ezequiel Mfahlele
ESCRITORES DEL AFRICA TROPICAL
LOS IDIOMAS DEL CONTINENTE Y LA VIDA MODERNA
por Path Diagne
PREPARANDO A LOS CIENTFICOS DEL MAANA
por N. C. Otieno
ELEMENTOS DE BIBLIOGRAFA AFRICANA
LOS LECTORES NOS ESCRIBEN
TESOROS DEL ARTE MUNDIAL (17)
Una mirada del Africa milenaria
Boto. Paul Almaey
Nuestra portada
El altorrelieve arquitectnico de cementoque reproducimos se debe
a un escultor
de Nigeria Festus Orno Idehen quelo hizo para el vestbulo de un
banco deLagos. Idehen, que cuenta ahora 39 aos,es hijo y nieto de
artistas de Benin,cuyo palacio fue decorado por suabuelo. Para sus
esculturas de cemento
utiliza una tcnica original en talla directa. Sus obras se han
expuesto enEuropa y en los Estados Unidos, y algunas de ellas
decoran diversos edificios
tanto de Nigeria como de Inglaterra.
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En el curso de los 16 ltimos aos han visto la luz en Africa no
menos
de 35 nuevos Estados independientes (vase el mapa en colores
quepublicamos en la pg, 20). Semejante transformacin del mapa
polticoy econmico de un continente en tan corto plazo es
indudablemente unfenmeno sin precedentes. El Correo de la Unesco
dedica este nmeroa varios aspectos de la nueva Africa tropical.
Todos los artculos quelo componen son obra de eminentes escritores
y especialistas africanos:Gabriel d'Arboussier (Senegal), K. Onkuwa
Dike (Nigeria), EzequielMfalele (Africa del Sur), Path Diagne
(Senegal), N. O. Otieno (Kenya),Ekpo Eyo (Nigeria). Los autores
examinan en ellos ciertos problemas dela cultura, la ciencia y la
educacin que preocupan por su importanciaa los hombres del
continente africano y hablan de la disposicin mentaly de los rasgos
peculiares de esa Africa inmensa y diversa que por elgenio que la
caracteriza est llamada a desempear un gran papel enel mundo
moderno.
AFRICA, CONTINENTEEN MUTACINpor Gabriel d'Arboussier
H ace siete aos consagrabaEl Correo de la Unesco al pasadode
Africa un nmero especial y levantaba asi el velo que la historia
parecahaber corrido sobre las famosas
terrae incognite de ese continente,tierras que recin en esta
dcadasolicitan la atencin del mundo. Para
entonces hacia ya tiempo que se Impona esa Incursin.
Lo que hoy me llama la atencin,al comparar el nmero de octubre
de1959 con este de El Correo de la
Unesco, es la nacionalidad de losautores. La Investigacin del
pasadoestuvo entonces a cargo de europeos;pero el presente y el
futuro se expresan ahora por boca de africanos.
En el estado actual del mundo, el
tema constituye Indudablemente unode los factores Importantes
del porvenir, y no slo de esta parte del mundo,sino del mundo en
general; nuestroplaneta vive actualmente a un ritmo
GABRIEL D'ARBOUSSIER,jurista, poltico y diplomtico senegals. es
DirectorGeneral del Instituto de
Formacin e Investigacinde Naciones Unidas y particip en la
redaccin dela Constitucin de su pais.El Dr. d'Arboussier ha
presidido la delegacin de supais ante las NacionesUnidas y ha sido
asimismodelegado permanente delSenegal ante la Unesco.Entre sus
numerosos estu
dios cabe citar L'Afriquevers l'unit.
Foto Naciones Unidas
tal, que la menor vibracin de cualquiera de sus rincones se
transmitea todos los dems.
Cuando uno se pone a pensar enesa inmensa plataforma
constituidapor el continente africano, se sientesorprendido ante
todo por su enormediversidad; pero eso no pasa de seruna primera
impresin. El otro factordominante es, por el contrario,
laconcomitancia de las transformaciones
que de norte a sur y de oeste aeste han lanzado a 300 millones
de
africanos a un movimiento que, pesea sus rasgos a veces
peculiares, nodeja de conservar un carcter general.
En su tratado sobre la guerra y lapaz entre las naciones, dice
RaymondAron que todo problema de cienciassociales debe ser
considerado en tres
aspectos: 1o. el de ordenacin de susfactores, 2o., el de la
seleccin de losproblemas que Interesan a ese hechosocial; 3o., el
de la determinacin de
sus rasgos regulares y de sus accidentes. En ese triple aspecto
querrayo presentar ahora este continente delque dice un gegrafo
francs, JacquesWeulersse: Es como un punto gigantesco de
Interrogacin a la grupa delviejo mundo.
La totalidad de nuestro universo
hace que ya no se puedan ms examinar los problemas planteados
enninguno de sus rincones sin tener encuenta ciertos hechos
internacionales.Cuatro de estos hechos interesan a
frica de una manera primordial. Estprimero la influencia de los
dos gran
des; est luego el hecho europeo, elque ms interesa en conjunto
al Africaentera; luego un factor cuya importancia no est clara
todava pero que esuno de los mayores de las dcadasvenideras: el de
la China, con sus600 millones de habitantes, pasiblesde
transformarse en mil millones a la
vuelta de pocos aos, mientras queAfrica no tiene ms que 300
millonespara una superficie de 30 millones dekilmetros cuadrados.
El cuarto hecho
internacional es la aparicin del tercer mundo y es un elemento
fundamental de la evolucin actual de nues
tro planeta.
A estos hechos- cabe agregar otrosque aportan quiz una
concepcinpoltica nueva, como el gran fenmenode la descolonizacin en
el mundo,iniciado poco despus de terminadala segunda guerra
mundial.
Hace todava pocos aos casi todaAfrica viva sometida al rgimen
colonial. Ahora es un continente formado
por Estados independientes empeados en labrarse un porvenir;
hechoque por s solo basta para transformarlas deas tradicionales
sobre las rela
ciones existentes entre los pueblos.
Tales relaciones pueden establecerse como ocurriera mayormenteen
otros tiempos sobre la base deuna rivalidad o, por el contrario,
sobrela Indispensable cooperacin entre losEstados, que es lo que
viene ocurriendo ahora. La poltica de hegemonaque se aplic en
Africa ha dado pasoactualmente a una poltica de coope-
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Foto Paul Almasy, Pars LAS PIRMIDES DE KANO. All llegar el
momento de la cosecha se elevan portoda el Africa tropical
verdaderas montaas de bolsas de mani (aqui se ven lasde un depsito
de la cooperativa de Kano en Nigeria); imagen de riqueza, pero
tambin de inestabilidad econmica, ya que habiendo dedicado la
mayor partede sus esfuerzos a los cultivos industriales para la
exportacin, la subsistencia
de Africa depende, en casi un 80%, de lo que sus pases
Importen.
racin, hecho nuevo en la historia yde una importancia
capital.
Pero dentro de este contexto general hay rasgos especficamente
africanos. Est, en primer lugar, la Inmensidad de este continente
de 30 millones
de kilmetros cuadrados que, en el mapa y seguramente porque
constituyeuna unidad absoluta parece menosextenso que las
interminables regiones de Europa y su prolongacin haciael Asia.
Estn tambin esos 300 millo
nes de habitantes, podra decirse queperdidos en los 30 millones
kilmetroscuadrados que forman el continente.De ah que la densidad
de poblacindel Africa sea, junto con la Amrica
del Sur, una de las ms pobres delmundo.
No es slo esta pobreza la quesorprende, sino tambin la
desigualreparticin de las poblaciones; hay0,4 habitantes por
kilmetro cuadradoen las zonas desrticas, mientras queen
determinadas zonas de Nigeria,por ejemplo, se encuentran 40, 50,
60y hasta 70 habitantes por kilmetrocuadrado, fenmeno de innegable
importancia para un continente como elque nos ocupa.
A esta desigualdad de orden geogrfico ha venido a aadirse otra
deorden econmico y social. El ya cl
sico xodo de los habitantes del cam
po a la ciudad hace que en pases debaja densidad demogrfica haya
urbestentaculares. En Estados de reciente
creacin se ven a veces capitalesdesmesuradas en relacin con
el
tamao del pas. Creo que en Africaesto es casi lo general, aunque
sigasiendo la excepcin en Europa. Confrecuencia y naturalmente
guardando las debidas proporciones se hancomparado esas capitales
nuestrascon Viena, fenmeno de macrocefalia i-
bien particular por cierto. El conjunto rlde todos estos datos
geogrficos ydemogrficos hace que uno se pregunte si hay
verdaderamente un
SIGUE A LA VUELTA
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CONTINENTE EN MUTACIN (cont.)
Necesidad de la cooperacin interafricana
Africa, o si son varias las que existen.
Africa, en efecto, tiene zonas geogrficas de enorme diversidad.
Lasdiferencias entre los pases de la costamediterrnea y los de la
costa gui-neana (trmino con que nos referimosal golfo y no al pas
de ese nombre)son enormes, como lo son las existentes entre los
pases de la sabana aunen un conjunto como el del Africaoccidental,
habltualment consideradocomo un todo homogneo. Hay tambin
diferencias enormes entre el
norte de Niger y el sur de Nigeria,entre el djerma, el somono
del Nigery el ibo de Nigeria, el mallnk y elfan o el achantl.
Diferencias tambin
entre el pel pastor y el sarakole,entre el batutsi del Congo y
los hombres de la selva del Gabn, pese alo cerca que estn unos de
otros.
P.
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ueden verse as perfilarfricas muy diferentes, tanto en laszonas
geogrficas como en las poblaciones y civilizaciones que las
caracterizan. Hay diferencias de civilizacinentre los hombres del
Sahel, los del
Sahara, y aun entre los hombres delnorte, ms explcitamente entre
loshabitantes de la sabana y los de laselva. Pero estas diferencias
reales no
deben hacernos dejar de lado la granunidad, o si se quiere, los
grandes factores de unidad que es posible encontrar en este inmenso
continente.
En primer lugar, y volviendo alaspecto econmico y sociolgico,
hayque considerar el hecho Incontestablede este inmenso continente
sub-
desarrollado, cualidad de la que evidentemente no cabe
envanecerse
porque si. Hay que buscar honestamente los puntos de
identificacin, deunificacin; y en este sentido tratode encontrar
varias deas generalesque permitan el acercamiento y faciliten la
opinin que uno pueda formarse al respecto.
Hay un segundo factor. El territoriosubdesarrollado de Africa ha
sido
durante mucho tiempo una colonia, ysus colectividades acaban de
acceder
recentslmamente a una vida moderna
en forma de Estados.
Podra decirse que con excepcinde Etiopia, uno de los ms
viejosEstados del mundo, y algunos embriones de vida independiente
que habanpodido subsistir en el norte de Africa casi todas las
soberanas actuales
son nuevas, y casi todos los Estadosestn haciendo su aprendizaje
de tales. En este sentido, toda vez que serefiere uno al
continente, este es un
factor que permite la generalizacin.
Hay, por ltimo, un punto que meparece muy Importante. Este
inmensoterritorio, que slo desde sus costaspudo establecer contacto
con el exterior, desarroll mientras tanto civilizaciones Internas
basadas en esa forma
de vida comunitaria que, en conjunto,es la caracterstica ms
importante desu estructura social.
Vemos as que civilizaciones que asimple vista parecen distantes
unas deotras por sus diferencias geogrficas o climticas o su pasado
histrico estn en realidad muy cercaentre s por ese aspecto
comunitariode su modo de vida.
Cuando uno habla con un campesino del Senegal, de Ubangul,
delChad o del Congo, cuando lo vevivir y ve cmo estn organizadosen
su tierra los grupos por edad, ycmo es el rgimen de propiedad dela
tierra o cmo se distribuyen lasganancias de lo producido
colectivamente, encuentra por doquier la mismabase comunitaria que
sustenta lavida cultural uno de los grandesfactores de unidad de
este inmenso
continente. El aspecto cultural esquiz uno de los ms
importantesde la vida en Africa, y por eso conviene que nos
detengamos un pocoen l.
De estas civilizaciones agrarias, deestas estructuras sociales
tan dife
rentes unas de otras, ha surgido unconcepto de la vida, del
porvenir delhombre y de su relacin con las fuerzas csmicas, que
constituye una delas caractersticas esenciales de la
dea que el hombre africano en general tiene de la cultura, pese
a las sorprendentes diferencias epidrmicasexistentes entre el
berber, el moro,el pel, el sara o el malink. Porquelo cierto es que
todos conservan lasnociones que animaban a sus antepasados.
Esta es una cuestin de fondo paratoda el frica. En el plano
religiosose traduce por ese concepto del animismo que se encuentra
tanto al estecomo al oeste y tanto al norte comoal sur, por lo
menos en los pasessituados debajo de la lnea del Sahara.En los
sitios no penetrados todavani por la religin islmica ni por
lacristiana encontramos un conjunto decreencias religiosas
vinculadas a esteconcepto animista, del que salen todascomo ramas
de un mismo -tronco.
Tales son, a grandes rasgos, lascaractersticas fundamentales que
nospermiten formarnos una idea ms precisa de este continente, cuya
ricavariedad de formas de vida, asi comolas concepciones
extraordinariamentediferentes de la organizacin socialreinantes en
uno u otro rincn, noimpiden que haya factores bsicoscomunes capaces
de determinar unasuerte tambin comn a los pasesque lo forman.
Ante semejante visin de Africacmo hacer esa seleccin de
problemas que constituye una preocupacinprimordial tanto de sus
pueblos comode sus dirigentes? Los problemasdeben situarse, creo,
en los rdenes
politico, econmico, social y cultural,
seleccin que, por lo dems, se ajustaa las ideas que prevalecen
actualmente en todos esos jvenes Estados.
Domina entre esas ideas la de lo
grar, en primer lugar, una cohesinnacional, preocupacin lgica en
Estados constituidos, en su mayor parte,por territorios que no eran
nacionalesni tampoco haban sido naciones; yesta es otra diferencia
fundamental
entre Africa y Europa.
Mientras que en esta ltima elEstado ha surgido a veces de
unacohesin que un conjunto de poblaciones haba podido establecer
entres y que luego quiso transponer alplano de las relaciones con
el exterior,aqu se da el fenmeno exactamenteinverso.
En Africa tenemos Estados que sehan constituido sin base
nacional yEstados que se esfuerzan por lograresa cohesin nacional
en el momento
mismo en que en el mundo entero elproblema de la soberana de
cadanacin se enfrenta con la tendencia a
constituir grandes conjuntos econmicos, conjuntos necesarios por
lanueva divisin internacional del tra
bajo, por la extensin de los mercados, por todas esas funciones
nuevas, en fin, que la economa obliga aun Estado a llenar.
La segunda consideracin en juegoes que estos Estados que
quierenconstituirse en naciones se encuentran
frente a la necesidad absoluta de una
cooperacin interafricana. Las leyeseconmicas modernas, las
necesidades del desarrollo econmico, no les
permiten alcanzar sus objectivos enel marco estrecho de un solo
pas;de esto no han tardado mucho en
darse cuenta, como tambin de queestn en la obligacin de
entenderseentre s y de marchar hacia una cooperacin
intercontinental.
L tercera consideracintiene que ver con ese desarrollo econmico
del que tanto se habla portodas partes; nocin nueva en apariencia,
pero que en el fondo quiz no losea tanto. Son muchas las veces en
quese confunde crecimiento econmico con
desarrollo econmico; pero creo que,cuando por un prurito
etimolgico lagente se pone a hablar de pasesdesarrollados y pases
en vas dedesarrollo, hay que decir que, cualquiera sea su nivel de
industrializacin y adelanto tcnico, todos lospases del mundo estn
siempre envias de desarrollo; porque cul es elque no quiere
mejorar? Los Estadosms grandes, los mayores conjuntoseconmicos, se
constituyen hoy precisamente por ese afn de lograr undesarrollo
econmico ms importantetodava que el que se tiene.
Pero frica ha nacido a la vida
moderna en el momento en que preci-
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En el estudio de televisin de Abidjan(Costa de Marfil) un tcnico
dispone laIluminacin de un programa. Hasta hacecinco aos no habia
en toda Africa
ms que seis cadenas de televisin; hoyson ya 20 los pases que
cuentan consus propias cadenas nacionales.
smente este problema y esta nocindel desarrollo econmico se han
eri
gido en teora. Todos sus Estados hanesgrimido inmediatamente
esta nocinde desarrollo econmico como el leit
motiv de todas las reivindicaciones
nacionales. Despus de haber, reivindicado la independencia, se
hace lopropio con el desarrollo econmico;despus de haber
reivindicado el derecho a hablar con los dems en un
plano de igualdad, se reclama hoy elde vivir como ellos, de
tener sus mismos medios de desarrollo social, eco
nmico y cultural; y este problemadel desarrollo econmico es
eviden
temente uno de los ms importantesque preocupan actualmente a
lospases de Africa.
La meta del desarrollo econmico
hace, por tanto, que todos los Estados africanos hayan cado en
lacuenta de lo necesaria que resulta lacooperacin internacional en
el mundo y lo mucho que les hace faltaentenderse, reagruparse,
estableceruna colaboracin interafricana. Tam
bin han comprendido que su expan-
Foto Paul Almasy
sin econmica no podr llevarse acabo si no mantienen relaciones
con
el exterior.
Despus de un primer movimientode repliegue sobre s mismos en
quese manifest cierta voluntad de rom
per todo lo que fuera relaciones conel extranjero, es posible
que ahoraarrastre a los pases africanos otromovimiento en sentido
contrario, con
lo que se corre el riesgo de sacrificarese afn constante del
hombre, tanbien expresado por el proverbio quedice: Aydate, que
Dios te ayudar.
Es muy posible que el desarrollode Africa dependa de sus
relacionesinternacionales, pero lo seguro es queen primer lugar ha
de deberse altrabajo de sus hijos y al espritu deeconoma de stos.
No hay por qusacrificar, pues, esa necesidad de trabajo que es la
base fundamental detodo desarrollo. Los pases hoy industrial y
tcnicamente avanzados hanpasado siglos de sufrimiento, de paciencia
y de tremendo esfuerzo parallegar adonde estn.
Pero creo que conviene hacer ahora
ciertas precisiones sobre estos problemas generales. En el plano
poltico,el que se plantea a los Estados africanos hoy es el de su
Independencia y el de la necesidad de una cooperacin internacional.
Es necesario quese den cuenta de que el aislamientoest lejos de ser
el mejor medio dogarantizar su Independencia, Independencia que,
por lo dems, no puedoser privilegio de ciertos dirigentes,ciertas
familias o ciertas categorassociales, sino del conjunto de la
poblacin.
La poblacin en general tiene queser, por consiguiente, el norte
absoluto de todo dirigente consciente dosus responsabilidades. La
Independencia de un pas se ejerce hoy enun clima de
interdependencia mundialdel que hay que tener la ms
claraconciencia.
Y asi llegamos al punto en que sohace necesario clasificar estos
problo-mas en dos rdenes principales: el dola organizacin Interna
de los pasesafricanos y el de la organizacin dosus relaciones con
el exterior.
En el plano de la organizacin Interna donde se registra otro
factor dounidad cabe destacar la falta do
conflictos como los que conocieron enotros tiempos los pases
europeosentre la ley escrita y la no escrita,entre la existencia de
una constitucin
nacional y la falta de la misma. Elmovimiento que lleva a todos
los Estados africanos hacia esa primera realizacin de una
constitucin escrita gracias a la cual pueda procederse a
laorganizacin de poderes dentro de unpas parece ser un movimiento
general.
A qu obedece esa preocupacinpor tener una constitucin
escrita,reaccin ciertamente contraria a la
costumbre? En Europa la ley, por suforma, pareca ser lo que ms
se opona a la necesaria evolucin social,mientras que la costumbre
favorecaesta evolucin. Se argir que elinconveniente est en lo vivo
queresulta a veces el afn de evolucin,y los muchos cambios de
constitucinque as inspira; peligro serio cuyaimportancia, sin
embargo, no convieneexagerar demasiado.
El segundo problema es de la poltica exterior. Recin adquirida
suindependencia, los pases de frica se _han visto tentados por la
neutralidad 7y el neutralismo hasta tal punto que 'se ha llegado a
acuar expresionesnuevas, como neutralismo negativo
SIGUE A LA VUELTA
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CONTINENTE EN MUTACIN (cont.)
y neutralismo positivo. Con ello setraduca el deseo de no
comprometerse con ninguno de los grandesbandos del mundo actual,
extendindose a todos la misma reprobacinpor estimarse que no haba
obligacinalguna de elegir.
Hoy se est rectificando en ciertomodo esa actitud. Poco a poco,
elneutralismo pierde terreno. frica seda cuenta de que su destino
est ligado al mundo en general, y que laexistencia en ese mundo de
un
enorme Islote africano aislado es un
imposible. En sus relaciones exteriores este continente deseara
dejar deser escenario para las rivalidadesentre las grandes
potencias y constituir en cambio un centro de emulacin
de esa cooperacin Internacional tannecesaria en el mundo
contemporneo.
Por lo que a recursos econmicosse refiere, querra sealar
simplemente que Africa est procediendo enestos momentos al
inventario de los
mismos. Se trata de saber si, por sus
Foto Hoa-Qui, Paris
8El Imponente monumento que selevanta en Lom, capital del
Togo,perpeta el recuerdo de laindependencia del pais, que accedia
ella el 27 de abril de 1960.
propios medios, puede llegar precisamente a poner en marcha su
economa tradicional en forma que le permita entrar en una economa
de tipomoderno o si, por el contrario, le esnecesario, para entrar
en la fase inicial del proceso, contar con la ayudaexterior.
Al parecer, Africa se est dandocuenta de que necesita de
ambascosas; en primer lugar del trabajointenso de sus hijos, sobre
todo untrabajo de reflexin sobre la economaafricana y sobre la
manera de lograrque el desarrollo no dependa completamente de las
corrientes exteriores o
del comercio exterior, como ha venidoocurriendo hasta ahora.
Una de las caractersticas de Africa
es que su renta nacional visible ycifrable est constituida en
gran partepor Ingresos del exterior. Mientras lasestadsticas no
lleguen a determinarcon precisin otras corrientes interiores, no
hay pas de Africa en queno se registre este fenmeno de quela masa
principal de sus Ingresos proviene de la exportacin.
Una de las caractersticas de Africaestado de cosas consecuencia
su
mamente peligrosa para Africa esque su subsistencia depende
tambinen gran parte del exterior, por estarel esfuerzo nacional
dedicado en su
mayor parte a la produccin de artculos de exportacin. La
produccinde alimentos se ha sacrificado a esta
vieja norma comercial, y as un continente que podra casi
bastarse a smismo depende, en 80% de su subsistencia, de las
Importaciones.
El Senegal, por ejemplo, podraproducir arroz y mijo (como lo
hizoen otros tiempos) pero en cambio importa al mes decenas de
millones detoneladas de arroz procedente de Blr-mania, de Siam, de
Camboya o de laRepblica del Vietnam, mientras se veobligado a
vender al exterior su aceitede man, que la poblacin consume
enproporcin muy dbil. Esta Inversinde corrientes debe ayudarnos a
constituir economas internas, mercados
interiores que sern precisamente elapoyo de nuestro comercio
exteriory el mejor medio de atraer las inversiones de capital.
Las declaraciones polticas y lasgarantas legales que se ofrezcan
alcapital extranjero estn muy bien,pero la mejor garanta que
puedadarse en este sentido es la de la
rentabilidad cierta y duradera. Y estoes precisamente lo que los
hechosdemuestran.
Actualmente, por otra parte, seregistra en Africa una profunda
transformacin de las estructuras sociales.Las formas de vida
tradicionales su
fren las transformaciones impuestas,por ejemplo, por la economa
moderna, por las deas nuevas y por lastcnicas de la Informacin,
todo locual responde a una necesidad deacercarse al- exterior
imitndolo.
En el plano de las estructuras sociales, los dos problemas ms
mpor-
SIGUE EN LA PAG. 37
En la preparacin de la Historia Generalde Africa toman parte
muchas institucionescientficas y universitarias, y especialmentela
red de centros permanentes creadospreviamente al efecto, con ayuda
dela Unesco, en una decena de pasesafricanos. Es importante la
grabaciny anlisis de las tradiciones orales,ya que la generacin que
las mantieneser la ltima que pueda ayudar deverdad a los
historiadores.
Arriba vse la Biblioteca de la
Universidad de Ibadn, en Nigeria.
KENNETH ONWUKA DIKE, historiador deNigeria y ex-rector de la
Universidad deIbadn, tiene a su cargo la parte cientficade la
Historia General de Africa proyectadapor la Unesco. El seor Dike
preside elCongreso Internacional de Africanistas, queen 1962, y
bajo el patrocinio de la Unesco,se reuni por primera vez en Accra,
la capital de Ghana. A su pluma se deben numerosas obras, entre
ellas Trade and Politics
in the Niger Delta, 1830-1885, publicada enLondres por la Oxford
University Press, yOrigins of the Niger Mission,
publicada,igualmente en ingls, por la Imprenta de laUniversidad de
Ibadn.
-
Desde hace dos aos se ha iniciado, con la preparacin de los
elementos necesarios a la redaccin de una Historia General de
Africa, una
empresa internacional de singulares proporciones. Concebido y
patro
cinado por la Unesco que le dedicar medio milln de dlares
esteproyecto se realiza con la colaboracin de numerosas
instituciones cien
tficas internationales y muy especialmente del Congreso
Internacional deAfricanistas en cuyo primer periodo de sesiones,
llevado a cabo en Accra
y en 1962, se reunieron ms de 500 especialistas de 52 pases.
La Historia General de Africa est destinada a llenar en gran
medidaun vaco grave dentro del conocimiento de la humanidad. Su
edicin en
diversos volumes, cuya aparicin se prev para 1975, ha de
constituir,
gracias al esfuerzo conjunto de historiadores, arquelogos,
lingistas y
etnlogos, una obra fundamental de referencia sobre el pasado de
todo
el continente. Con destino al pblico en general se tiene tambin
la inten
cin de publicar una condensacin de la Historia, estudio sin
precedentesque ha de responder a una necesidad sentida cada vez ms
vivamente
no slo por los africanos (que quieren conocer sus orgenes y su
verdaderahistoria) sino tambin por los pueblos de los otros
continentes. La obra no
se limitar a describir acontecimientos y a hablar de
instituciones polticas, sino que extender su alcance al estudio de
fenmenos tales como
el intercambio que la circulacin de caravanas permiti efectuar a
los pue
blos africanos, la difusin de sus tcnicas, las migraciones de
esos pueblos, los contactos entre las diversas formas de vida
social y cultural, etc.
Al eliminar prejuicios e deas falsas o fragmentarias y presentar
la
documentacin ya existente as como los resultados de las
investigaciones actualmente en curso a la luz de un estricto rigor
cientfico, esta
empresa ha de cobrar excepcional importancia para el
conocimiento de
todo un continente y para el movimiento de comprensin
internacional.
K. Onwuka Dike, autor del artculo que publicamos a continuacin,
esdirector cientfico del proyecto de Historia General de
Africa.
Redescubrimiento de nuestra historia
por K. Onwuka Dike
H ay algo de irnico en elhecho de que, aunque muchos documentos
sobre la historia de varias partes del continente africano sean
ante
riores a la era cristiana, la Historia deAfrica como materia,
como disciplinaacadmica y muy especialmente enlo que se refiere a
los pases del surdel Sahara sea en su mayor partealgo que data de
la ltima posguerra.Sobre el frica mediterrnea, claroest, hay
abundantes escritos que datan de la poca de los cartagineses,los
romanos y los bizantinos; los haytambin sobre Etiopa desde que
introdujera all el cristianismo en el sigloIV de nuestra era; los
hay, desde elsiglo XI, sobre el Africa situada alnorte de la selva
tropical, y desdeel siglo XV sobre la costa occidental
del continente; por ltimo, desde loscomienzos del siglo XIX
abundan, enlas descripciones y relatos de los gegrafos,
exploradores, misioneros yadministradores coloniales, las
fuentes
de informacin sobre una parte msextensa del continente.
No queremos decir con esto queantes de la segunda guerra mundial
loseruditos no prestaran atencin algunaal Africa. El inters
acadmico por lacivilizacin egipcia y por la del nortede Africa es
de vieja data, pero siempre se consider la historia de estaltima
regin principalmente comoparte de la historia de Asia, y casinunca
se estudi y sopes la serie devnculos importantes existentes
entreese norte de Africa y la parte del continente situada al sur
del Sahara.
Es innegable que tanto ciertos particulares como ciertas
instituciones
tenan nociones serias de los idio
mas hablados en la parte sur de Africa,as como de la etnografa
correspondiente; pero ninguna de esas instituciones o personas se
preocup pri-mordialmente de la parte histrica,que hasta hace poco
tiempo siguiquedando ms all de los horizontesintelectuales de las
Universidades.
Tampoco se advierte en los importantesescritos que
administradores y antroplogos sociales produjeron entre lasdos
guerras mundiales una preocupacin por comprender el estilo vitaldel
africano o por adentrarse desdeun punto de vista histrico en las
races de su descontento y sus motinesde protesta.
SIGUE A LA VUELTA
9
-
REDESCUBRIMIENTO DE LA HISTORIA (cont.)
Hay inmensos archivos inexplorados UN ESTADO
Aunque en el siglo pasado huboexploradores rusos que, como
EduardIvanovlch Eykhval'd y A. V. Yeliseyew,contribuyeron a que se
conociera geogrficamente el Africa situada al nortedel Sahara, los
estudios sobre elcontinente no comenzaron a ser objetode atencin
seria en la Unin Sovitica
hasta despus de 1952. Y hasta 1956ninguna de las mil ochocientas
setenta y siete instituciones y asociaciones histricas de los
Estados Uni
dos de Amrica y del Canad se preocupaba por estudiar ni siquiera
remotamente alguna parte o aspecto delAfrica.
Hace pocos aos las autoridades dela Universidad de Londres se
mostra
ron muy escpticas al discutirse laintroduccin de un curso de
doctorado
sobre historia africana, y no se cre lactedra correspondiente
hasta 1963.En el mundo acadmico de hoy quizno sea el profesor de
Oxford TrevorRoper el nico que piensa que la historia de Africa no
es otra cosa quela serie montona de vueltas que lastribus brbaras
dan en sus bailes en
rincones sin duda pintorescos peropoco importantes de nuestro
planeta.
L
10
a gran mayora de los trescientos millones de habitantes de
este
continente descienden de los que vivieron en l por espacio de
miles deaos. La historia de estos pueblos y delas vastas tierras
que habitaron representa una parte considerable de la historia de
la sociedad humana. Los actos
y hechos de los africanos no slo hanconfigurado el curso de la
historiahumana en su propio continente, sinoque tambin han
constituido un aporteal desarrollo de las civilizaciones del
Nuevo Mundo, de Europa y Asia.
Puede decirse que el estudio cientfico de la historia de frica,
en elsentido moderno de la expresin, comenz con la obra de
Abderramn Ben
Chaldn, el famoso historiador tunecino del siglo XIV. Chaldn
destac laimportancia que la sociologa tiene parala historia y
describi el pasado observando antes que nada la accin recproca del
Estado y la- sociedad, almismo tiempo que analizaba el desarrollo
de diversos elementos de sta.
Desgraciadamente, hasta hace pocosu obra ha tenido una
influencia m
nima en el estudio de la historia. Al
mundo medieval sta le preocup poco;prefiri a ella la teologa, el
derechoy la retrica. Pero desde el siglo XVIIIes innegable que
Europa ha prestadogran atencin al estudio de la historia.La
abundancia de documentos de quese dispona hizo sin embargo que
suseruditos adoptaran, no el mtodo sociolgico de Ben Chaldn, sino
el mtodojurdico y el biogrfico, preocupndoseprincipalmente de los
decretos, guerras y poltica de los reyes.
Al empezar a ampliarse este mtodo
en el siglo XIX para volver a tomaren cuenta los factores
sociales y loseconmicos, los documentos se habanconvertido en algo
de tal importanciapara el estudioso y el especialista enhistoria
que ste tenda a tomarlospor la historia misma. La ausencia
dedocumentos empez a parecerle ausencia de historia o ausencia de
he
chos dignos de un estudio histrico.
Tal concepto floreci en Africa bajolos regmenes coloniales que
la dominaron, reforzando la propaganda de susdirigentes en el
sentido de que fricano tena historia digna de escribirse,y que la
ya escrita por las potenciaseuropeas era la suma total de
lahistoria del continente. Est dems
decir lo mucho que este concepto perjudic el desarrollo de la
historiografa africana, ya que fuera de toda dudafalta material
documental en ese sen
tido, y mientras se educara a los historiadores africanos segn
la tradicin que considera la prueba documental como el instrumento
nico del
anlisis histrico, aqullos trabajabancon limitaciones que hacan
particularmente difcil su tarea. As, esos historiadores produjeron
slo lo que podracalificarse de crnicas o, cuando sedejaban
arrastrar por la fantasa, notaspolmicas en vez de histricas.
Felizmente en los ltimos aos la
cosa ha mejorado al demostrarse lafalsa que era la Identificacin
de lahistoria con la abundancia de testimo
nios escritos. No hay necesidad drmachacar ya la dea de que
Africatiene una historia digna de estudio entodos los niveles de la
disciplina Intelectual. Lo que es ms; ya se reconoce en todas
partes que la historiade Africa debe ser la historia de los
pueblos africanos mismos y que losactos de stos no los de sus
inva
sores deben constituir el centro de
inters de la misma. En cada obra
nueva o en cada nueva edicin de tra
bajos anteriores se nota !a forma enque este punto de vista se
ha doabriendo paso.
Pero todo lo recogido hasta ahoraes no slo poco sino que
constituye ensu mayor parte el testimonio de extranjeros, escrito
en idiomas europeos o en rabe. El grueso de estematerial existe en
los archivos metro
politanos de las ex-potencias colonialesy nos habla mucho ms de
los actose intenciones del invasor que de losactos e intenciones de
los africanos
mismos.
Por constituir estos documentos fo
rneos la principal fuente de informacin de que se dispone, la
redaccinde la historia de Africa sigue sufriendode inhibiciones.
Mitos ya pasadosde moda, mitos que se han hecho insostenibles por
lo dems, siguen dominando la interpretacin del pasadoafricano.
Basta con dar un par deejemplos al respecto.
Tenemos, en primer lugar, la hiptesis camitica, la desacreditada
teora
de que los negros no han efectuadocontribucin alguna al progreso
humano y que las civilizaciones de Africa son las civilizaciones de
los ca-
mitas . Tal teora, basada principalmente en contadas fuentes
rabes yen una dudosa interpretacin de algunas leyendas cuyo origen
se encuentra en la misma frica, se sigue escudriando pese a la
critica de los expertos como Greenberg y pese a laclara prueba en
contrario que constituyen los aportes del negro a la civilizacin
empezando por una serie deobras de arte plstico que hoy
figuranentre las mejor conocidas del mundo.
En segundo lugar est el intento deproceder a una interpretacin
seudo-econmica de la historia africana, interpretacin segn la cual
todos losmovimientos polticos y sociales registrados en Africa
desde el siglo XVIhasta el siglo XIX tienen como nicomotivo la
trata de esclavos. Es, si se
quiere, otra teora camitica; la de quenada ocurri en el centro
de Africa
durante esos siglos que no tuvieraque ver con el comercio
europeo a lolargo de las costas del continente.
El ir ms all de esos mitos y el atacar seriamente la redaccin de
la his
toria de Africa pese a la escasez y alcarcter de los documentos
escritos
con que se cuenta es el problema conque tiene que enfrentarse el
historigrafo africano de nuestra das.
Lo primero que se me ocurre para
-
MILENARIO : ETIOPIA
Se sabe que varios milesde aos antes de nuestra
era exista ya una civilizacin etiope protohistrica.Los primeros
viajeros egipcios, al entrar en Etiopiahace dos mil aos,
descubrieron all no slo ciuda
des muy activas sino tambinintituciones slidas. La me
jor conservada de las estelas monolticas de Axum
(derecha) levanta su enormemasa de piedra, de 24 metros de alto,
por sobre lastumbas de los reyes, comotestimonio de la prosperidady
de los adelantos tcnicosdel reino axumita, reino que,fundado hace
ms de
2.000 aos, dej una huellaprofunda en la historia deEtiopa. Entre
los temas dela tradicin y de la leyendaque han inspirado hasta
eldia de hoy a los imaginerospopulares etiopes, uno delos ms
clebres es la his
toria de Salomn, de la rei
na de Sab y de su hijoMen el k 1o, primer emperador del pas. La
corte deeste soberano aparece representada en la pintura dela
izquierda.
Em
O
ayudarlo en la empresa es acumular endiversos centros de Africa
todos los
documentos existentes que se conozcan hasta la fecha. En otros
tiemposel estudio de la historia de Africa se
vio detenido por la extraordinaria dispersin del material
correspondiente enlos cuatro rincones del globo, materialentre el
que figuran importantes obrasafricanas que los gobernantes
coloniales o los viajeros se llevaron al Irse.
L a centralizacin en Africade todo este material evitar a los
es
tudiosos el esfuerzo y el gasto quesupone el hacer tanto viaje
innecesario de un extremo del mundo al otro en
busca de los documentos que necesitan. Afortunadamente, se vive
en la erade la micropelcula y la copla fotost-tica, gracias a las
cuales ser fcilseguir mis indicaciones.
La reunin de todo este material
fundamental no significa solamente,desde luego, que se recuperen
los documentos conservados actualmente en
el extranjero; tambin entraa la recuperacin y organizacin del
materialexistente en frica y que se ha dejadode lado o no se ha
clasificado como
deba, obra importantsima para el fina perseguirse. La tarea es
de unavastedad alarmante. Slo por lo querespecta a los documentos
escritosempieza recin a apreciarse su verdadera magnitud.
Y slo se ahora se empiezan a darcuenta los interesados, por
ejemplo,de que los testimonios de los gobernadores coloniales,
misioneros y comerciantes, escritos todo en lenguaseuropeas, no son
las nicas fuentesde este tipo existentes fuera de lascostas del
norte de Africa. Recin se
ha empezado a tomar en cuenta elhecho de que muchos de los
pueblosque vivan al sur del Sahara han usadodurante varios siglos
el rabe comoidioma oficial y literario en que efectuar muchas
clases de correspondencia.
Hace muy poco hemos sabido tambin que el swahili y el hausa
(parano citar sino dos idiomas africanos) sehan servido de la
escritura rabe paradejar anotadas muchas cosas, conlo que pueden
muy bien haber suministrado otra fuente hasta ahora insos
pechada de documentacin para loshistoriadores. Y cuntos de
nosotrosconocemos todo el uso de los idiomas
europeos que jefes como el de los efi-kes Antera Duke hicieron
ya enel siglo XVIII para sostener su co-respondencia privada? Los
papeles queguarden muchas familias africanasconstituyen asimismo
una fuente potencial de material histrico que hastaahora apenas si
se ha empezado ainvestigar.
Pero estos papeles y documentosguardados por particulares lo
estnen condiciones aun peores que los que
uno puede encontrar en dependenciasde gobierno, y su conservacin
a largoplazo depender sin duda do que solos deposite pronto en
archivos, debidamente acondicionados. Habr queconvencer a los
poseedores do esosdocumentos que permitan conservarlosa las
Instituciones oficiales o centros
de cultura.
Me consta que tambin se sufre douna falta general de atencin
hacia elproblema de los archivos rabes, tantopblicos como privados.
En el nortede Nigeria recuperamos documentosque datan del. siglo
XVII en adelante,pero tambin conviene hacer constarque lo mismo
ocurre con un Importante material existente en manos de
particulares en zonas que por locomn no asocia uno con la
docu
mentacin en rabe, como es el surde la tierra de los yorubas.
Pero la acumulacin de material
escrito es slo una pequea parte dela tarea que nos espera; la
parte msfcil de abarcar si se est dispuestoa hacer el esfuerzo
necesario. Antes
de llegar a acercarnos apenas a unacomprensin del pasado de
Africa,son varios los tipos de fuentes deinformacin no escrita a
cuyo estudiodebemos proceder : la tradicin oral ylos estudios de
antropologa social,nunca debidamente analizados.
Hace falta tambin encarar de una
manera ms sistemtica la cuestin
SIGUE A LA VUELTA
11
-
REDESCUBRIMIENTO DE LA HISTORIA (cont.)
Setenta centros de estudio del pasado
de la tradicin oral. Los antroplogosque se aventuraron por este
terrenode estudios no. se han puesto deacuerdo sobre una
interpretacin adecuada de la historia oral, y lo que espeor, han
trabajado en un aislamientodemasiado grande, apartados de
lostestimonios' escritos y a la vez de loshistoriadores que tienen
la informacin y la preparacin analtica necesaria para contribuir
eficazmente a unestudio de este tipo. Lo mismo rezapara los
historiadores. Ni al prepararnos ni al Investigar hemos hechoel uso
debido de los trabajos de losantroplogos sociales.
E
12
n los estudios sobre el pasado de Africa se han dado
grandespasos en los ltimos veinte aos, y enlos crculos
correspondientes la historia africana, concomitante de la
emancipacin poltica de buena parte delcontinente, tiene ya la
consideracinque cabla esperar. Los especialistasafricanos en la
materia aportan ahora asu Investigacin el conocimiento de
sucultura, y la situacin en que estn poreso mismo les permite ver
en los documentos ms all de lo que ven losojos no africanos y
seleccionar trozosrelevantes para Africa y sus pueblos,no datos
sobre las actividades de los
europeos en sta.
Los eruditos europeos y norteamericanos no han perdido tiempo en
lainterpretacin y explotacin de lasminas de informacin descubiertas
en
los archivos de muchas partes delmundo. Para 1964 haban fundado
yasesenta centros e institutos de estu
dios africanos en catorce pases europeos y en los Estados
Unidos. En laUnin Sovitica el Instigador principal de esos estudios
fue el ProfesorD.A. Olderogge, fillogo ilustre entrecuyas obras se
cuentan The Peoplesof Africa (Los pueblos de Africa, quedata de
1954); The Hausa Language(El idioma hausa, publicada en el mismo
ao), y Western Sudan in the 15th.-19th. Centuries (El Sudn
occidentalentre los siglos XV y XIX, que datade 1960).
En Diciembre de 1959 se inaugurun Instituto Africano dentro del
Departamento de Ciencia Histrica de la
Academia Sovitica de Ciencias. Entre
1959 y 1961 solamente aparecieronno menos de 433 publicaciones
soviticas sobre Africa. Gracias al malo
grado Profesor Potgin, primer director del Instituto Africano,
el inters porlos estudios especiales sobre la materia aument
marcadamente en la
Unin Sovitica.
En los Estados Unidos, donde recin
en 1963 empez la American HistoricalReview a ocuparse de la
historia delAfrica, se habia formado ya en 1957una Asociacin de
Estudios Africanos.
Dominada en un principio por los lin
gistas, los etnlogos y los antroplogos sociales, la Asociacin ha
comenzado a inspirar ahora a los historiadores. En 1964 eran nada
menos
que 25 los Centros de Estudios Africanos en los Estados Unidos
de Am
rica. Los africanistas norteamericanos
han logrado mucho, particularmente enlos terrenos de la
lingstica y laciencia poltica.
En Gran Bretaa abri brecha la
Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la' Universidad de
Londres,
institucin que, bajo la direccin delProfesor Roland Oliver, ha
trabajadofructuosamente en el terreno de la
lingstica y la historia del Africabant. En la Universidad de
Birmingham se ha seguido tambin un criterio de especializacin,
dedicndose elCentro de Estudios sobre el Africa
occidental, que dirige el Profesor JohnFage, a todo lo relativo
a sta.
Pero ms que en ninguna otra partedel mundo, el puesto de honor
dentrode las universidades africanas lo tiene
la Historia de Africa, sean o no oriundos del continente los
profesores. Lasrevistas especializadas en estudioshistricos locales
se han multiplicado.Los centros dedicados a esos estudios
son ms de 66, y su inters va desdela historia hasta el derecho,
la cultura
y la vida de las sociedades africanas.
Los que se dedican a redescubrir elpasado de Africa saben que la
historia de sta ha pasado la etapa experimental y que en algunas
regiones deAfrica el terreno est pronto para lacosecha; la
informacin desenterradaal respecto es enorme, y las posibilidades
de nuevas investigaciones casiinfinitas.
Hay que reconocer, sin em
bargo, que en nuestro conocimiento delos pueblos africanos hay
todava lagunas Importantes y que en algunas regiones,
particularmente en el Africaoriental y el Africa central, queda
mucho por hacer antes de poder escribiruna historia definitiva. No
slo se nece
sita escribir la historia de las zonas
en que los estudios e investigacioneshan avanzado lo suficiente
para ello,sino tambin iniciar unos y otrossiguiendo un plan
preconcebido en"aquellas reglones sobre las que losconocimientos
que poseemos sonescasos. Una cosa debe ir junto ala otra. La
Historia General de Africa,
cuya redaccin propone la Unesco,ha de hacer hincapi en ambos
aspectos de la cuestin.
Resulta estimulante saber que avarios de los problemas
planteadosen este sentido les ha dedicado aten
cin especial el Instituto AfricanoInternacional, que en Abril de
1964convoc una Conferencia de Africa
nistas en la Universidad de Ibadn
para considerar varios de ellos, y tam
bin el Primer Congreso Internacionalde Africanistas, que a su
vez se reunien Accra, la capital de Ghana, en1962. La tarea a
encararse es difcil,pero no insuperable, y su solucin hade requerir
el empleo de considerables recursos financieros, as comode tiempo y
dedicacin por parte delos especialistas de todas las disciplinas,
cuya estrecha cooperacin esindispensable.
Si su realizacin se organiza debidamente, la Historia General de
Africapropuesta por la Unesco ha de servirpara reunir expertos de
todas aquellasdisciplinas relacionadas con el estudiodel pasado
africano. Para lograrlo ases imperativo que se cree un cuerpode
especialistas con la misin decanalizar las energas de los
historiadores de Africa hacia la solucin
de varios problemas urgentes de lahistoriografa del continente y
haciala correcin de todas las deas err
neas que todava se tiene del pasado.
E st, por ejemplo, la tendencia general de los historiadores a
aislaral frica situada al norte del Sahara de
una manera lo menos histrica posible. Lo cierto es que, en vez
debarrera, el Sahara ha sido, desdetiempos inmemoriales, una
especie depuente tendido entre el norte y elsur. Y aunque el Africa
mediterrneahaya tenido contacto con la Europamediterrnea y con el
Oriente Mediopor espacio de siglos, ha habido tambin, entre el
Africa situada al norte
y al sur del Sahara, no slo vnculoseconmicos y polticos sino
tambinuna polinizacin mutua en el terrenocultural. Las dos regiones
tienen problemas, comunes pese a lo distintasque son en muchos
sentidos. Cualquier plan de historia africana deberrealizarse pues
dentro del marco delcontinente entero.
No quiero esto decir que haya queconsiderar poco deseable la
maneraregional de encarar la historia africana, ni tampoco que haya
que desecharla. En realidad, la manera ms .
prctica y eficaz de lograr resultadosmximos en ese sentido es
considerar
los problemas de ' la historiografaafricana en su contexto
regional. Peroaunque se trate a cada una de estaspartes con toda la
consideracin quese les debe, hay que pensar en ellascomo partes de
un todo orgnico, quees el continente africano.
Convendra dividir Africa, para unestudio histrico, en las
siguientesregiones; frica del Norte, comprendidos el valle del
Nilo, Etiopa y el cln-turn del Sudn; Africa occidental,
Africa Central y Oriental, y Africa delSur. Los africanistas de
estas regiones podran comparar notas sobrecuestiones de Inters
para. todos.
Quiz el problema metodolgico
-
.-*-
' II Mill MSMMa
Foto Siegfried Sammer
El casco de esta barca pescadora de la costa occidental de
Madagascar, cerca deMorondava, es un ejemplo cabal de arquitectura
nutica. La barca tiene los estabilizadores
tpicos de las de Oceania, regin a la que Madagascar est unido
por mltiples lazos.
ms importante planteado por la historiografa africana sea l
inevitabilidadde una manera multidisciplinaria deencarar la
cuestin, especialmente porlo que se refiere al perodo
pre-colonial,durante el cual, por lo que se refierea la mayor parte
del continente, nohay documentos escritos. El historiador de Africa
no puede darse el lujode trabajar aisladamente, ya que necesita de
la ayuda de los especialistasen otras disciplinas que se
relacionancon el tema que lo preocupa; y eneste sentido tendra que
tomarse enserio la cuestin de la tradicin oral
y trabajar en estrecha colaboracincon lingistas, arquelogos,
antroplogos fsicos y sociales, orlogos yartistas. Pero aunque sepa
muy biencuan vital es para l el contacto conesas otras disciplinas,
todava tiendea hacer caso omiso de ellas.
Hasta ahora, pues, no se ha intentado un trabajo histrico en
granescala haciendo intervenir en l especialistas de muchas
disciplinas. Seconocen muy bien los esfuerzos de
la Unin Sovitica por adoptar estaestrategia, y tambin sabemos de
losplanes de estudios sobre los beninesy los yorubas en Nigeria. Lo
que senecesita en este momento es un programa cuidadosamente
trazado parala redaccin de la historia continental
de frica de acuerdo con ese criterio
de intervencin de diversas disciplinas.
Hay que reconocer el papel quelos africanistas comprensivos y
maduros de los Estados Unidos, de laUnin Sovitica y de diversos
paseseuropeos han desempeado en estesentido. Pero hay que recalcar
unavez ms que los problemas planteados por la historia africana son
africanos en su mayor parte y que, porconsiguiente, exigen una
solucintambin africana. As lo sealan los
temas y la direccin de las investigaciones y estudios de los
historiadores. Y es lo lgico, adems.
Los africanos tienen una responsabilidad a este respecto que no
cabeesperar de los extranjeros; psicol
gica y afectivamente los une a sucontinente y a su herencia algo
muysuperior a lo que stos puedan sentir. En su comprensin de los
documentos sobre la cultura y las Instituciones de Africa, en su
apreciacinhistrica y el uso que hacen de la tradicin oral; en su
anlisis del dramahumano latente en la sociedad afri
cana, los especialistas africanos tienenuna ventaja sobre los
dems historiadores y ms probabilidades de llegara la verdadera raz
del problema quelos que no son africanos.
No quiere decirse con ello que losno africanos no tengan un
papelimportante que desempear en elredescubrimiento del pasado de
Africa.En disciplinas como la arqueologa, lalingstica y el arte, su
destreza y suinventiva son muy necesarias; estneminentemente
calificados para estosestudios y de su concurso slo puedeesperarse
un enriquecimiento, iluminacin y elucidacin especiales denuestro
conocimiento de la sociedad
africana en los ltimos tres mil aos.
13
-
Foto Naud - Afrique Photo
Foto Hoa-Qui, Paris
ARQUITECTURA
DE AYER Y DE HOY
El urbanismo y la arquitectura son terrenosen los que empieza a
reflejarse de manera espectacular la gran mutacin de losmodos de
vida del Africa. En muchos pasesya han entrado en la liza los
nuevos arquitectos africanos, que se esfuerzan por aliarlas tcnicas
ms modernas a los materiales,
mtodos de trabajo y recursos de las regiones en que viven,
contemplando almismo tiempo las necesidades sociales destas. Hasta
ahora, las poblaciones africanas construyeron ellas mismas sus
casascon sus propios medios artisanales y siguiendo sus necesidades
y sus gustos.Y asi como el edificio rural tradicional es
muchas veces una obra maestra de esttica
y arquitectura, lo que se cree en el futuro,en el momento de
formarse una nueva so
ciedad, ha de responder sin duda, comoen otros tiempos, a las
profundas aspiraciones de los pueblos de Africa.
A la izquierda, casa ogival en unaaldea situada al norte del
Camern.
Las lneas y las formas de esta casaacusan ese sentido
arquitectnicoafinado con los siglos por el contactocon modestos
materiales locales.
A la derecha, galera de una casaen el Camern, hecha de tierra
apisonada.
El arquitecto tradicional sabe serartista aqui manejando el sol
y la
sombra para lograr composicionesque cambian en el curso del
da.
-
A la izquierda, lamezquita de Djenn,en ei Mali,
imponenteedificio construido
en ese estilo llamado
sudans quecaracteriza la
arquitectura de unavasta regin situadaal sur del Sahara.
Este edificio
administrativo de
Lagos es la obra deOluwole Olusegun
Olumuyiwa, jovenarquitecto de Nigeria
que, luego de hacersus estudios en
Europa y de habergozado de diversas
becas en paseseuropeos y africanos,ha fundado su propio
estudio en su pais,donde se le ha
encargado laconstruccin de
numerosos inmuebles,
especialmenteescuelas. Olumuyiwa
es actualmente
codirector de la
primera revista dearquitectura que se
publica en Africa,The West African
Builder and
Architect.
Foto Paul Almasy
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Abajo, entrada de una casaen el museo de Niamey,
en Niger, arquitecturadel pasado conservadaa titulo de
patrimoniocultural.
Foto Paul Almaty
-
ARQUITECTURA (cont.)
Foto Paul Almasy
UN ARQUITECTO
FRENTE A SU OBRA
El arquitecto H. Iseanyi Ekwuene (arriba) inspecciona la
construccin deuna de sus obras; el local de unaescuela de Lagos. Ms
arriba, otrade las escuelas que ha construidorecientemente. A la
izquierda, elarquitecto y sus asociados trabajanen el proyecto de
un gran inmueble.Se ha calculado que, para albergara todos sus
pequeos estudiantes,Africa tendra que haber construidopara 1980 un
mnimo de 450.000
salones de clase fuera de los queya posee. En vista de la
urgencia deesta obra, la Unesco cre en 1961en Jartn, la capital del
Sudn, uncentro encargado de estudiar losmejores tipos de
construccin escolar
y de estimular la formacin de grupos de especialistas en la
materia.
EKPO EYO dirige actualmente elServicio Federal de Antigedadesde
Nigeria, donde estuvo previamente a cargo del Departementode
Arqueologa del Museo de Jos.El texto que publicamos a continuacin
fu presentado en el coloquio de Dakar, organizado bajo losauspicios
de la Unesco dentro delPrimer Festival Mundial de Artes
Negras, que se celebr en abril de1966; y en forma de libro ha
deaparecer publicado por las EditionsPrsence Africaine en Pars.
P,or qu debemos conservar las obras de arte y artesana de
nuestro pueblo? Por qu no gastartodo el dinero de que
dispongamos en
mejorar primero nuestro nivel de vidapara pensar luego en la
conservacinde cosas que, despus de todo, nohan de aportarnos
beneficio materialalguno ?
La respuesta es simple. En pasesdonde los testimonios y
documentoshistricos son escasos y recientesnunca se insistir lo
bastante en la
necesidad de conservar y estudiaresas obras de arte y artesana.
Precisamente por no haberlo hecho anteses que se ha considerado al
africanocomo hombre sin tradiciones y sin
pasado, que segua viviendo en unestado salvaje y primitivo.
En los oases occidentales y, en
general, en todas partes del mundo,se han creado instituciones
encar
gadas de la conservacin de obras dearte nacional, como los
museos por
ejemplo.
Circunstancias inevitables militan
en Africa contra la conservacin natu
ral de las obras de arte y artesana.
Cerca del 80% de ellas estn hechasde madera, material que no
resiste a
los estragos del fuego, de la humedad,de las termitas, los
gusanos o el maltiempo. La tallas de madera msviejas que se conocen
son quiz lasfiguras de los antepasados ekpuhalladas en la localidad
de Orn, el
este de Nigeria; y segn se calcula,apenas si tienen entre 150 y
200 aosde edad.
El etnlogo britnico William Faggatribuye la continuidad del arte
africano a la rapidez con que las termitasdestruyen las tallas a
poco de quedarconcluidas, creando as la necesidad
de producir otras nuevas. Pero quizno sea esa la nica razn. La
continui
dad tiene su origen en la existenciade familias de escultores
que van
enseando a las nuevas generacionesa medida que stas avanzan a
primerplano. Lo cierto es, sin embargo, queuna cantidad
incalculable de buenas
obras de arte y artesana de las quenunca sabremos han quedado
destruidas por los voraces insectos.
Las obras de arte africano ms anti-
-
PROTECCIN DEL
PATRIMONIO ARTSTICO
por Ekpo Eyo
guas y las mejor conservadas sonlas realizadas en metal, pero
aun asse sabe de casos en que se fundieron
y refundieron muchas piezas inestimables de bronce. Aun en los
casos
en que los dueos de esas obrasquisieron cuidarlas, desconocan
lamanera cientfica de hacerlo. Al frotar
frecuentemente sus bronces con
arena, los habitantes de Tada, porejemplo, les han hecho un dao
serio.
Pero este no es el peligro msgrande; el peligro mayor est en
ladesintegracin de las viejas estructuras sociales, basadas en
religionesindgenas y en el cultivo de una economa de subsistencia.
Se sabe muybien cuan grande es la religiosidaddel africano y cmo la
vida de ste
se halla marcada a cada paso por
rituales y ceremonias. Vivan en reinosbien organizados o en
comunidadessencillas, tanto los individuos como
las familias, y tanto las castas comolas aldeas y los reinos,
tienen sus
propios dioses, cuya imagen est porlo general esculpida en
madera.
Al adoptarse tanto el cristianismocomo el Islam como creencias
del
mundo africano, los que se convier
ten a ellos han destruido y siguen destruyendo parte de los
millones deobjetos de culto, fenmeno observado,
por ejemplo, en Nigeria.
En la regin occidental de estepas, en efecto, avanz desde
Daho
mey en 1951 un movimiento espiritua
lista llamado atinga cuyos cultoreslograron convencer a los
jefes ymayores de aldeas yorubas, en la provincia de Abeokuta, que
les permitieran limpiarlas. Los sacerdotes atin-
gas dijeron que tenan el poder dedescubrir a los brujos y a los
maloscuranderos, quemndose en esa limpieza miles de tallas, de
calabazas,
de objetos de metal y esculturas demarfil correspondientes a las
diversas
religiones yorubas.
Gracias al oficial britnico de dis
trito, que se hallaba all presente e
Inform de lo que pasaba al Departamento de Antigedades, pudo
rescatarste algunas piezas importantes. Lacoleccin atinga es
actualmente la msimportante de todas las que puedanverse en los
museos de Nigeria.
Si los africanos han hecho poco porconservar sus obras de arte y
artesana, europeos y norteamericanos, porsu parte, al darse cuenta
de la belleza
de esas obras, despojaron al continente que las produjo de la
mayorparte de lo que quedaba. Desde lapoca de la expedicin britnica
de
1897 y la visita del etnlogo alemnLeo Frobenius, los europeos y
losnorteamericanos no han cesado de
apoderarse de cuanta obra de arteafricano caa en sus manos.
No es deseable, claro est, que una
nacin guarde para s todo lo que sehaya producido en ella en el
terrenoartstico. Algunas de sus obras debenverse tambin en otros
pases, no slopor el prurito de dar placer a los quevivan en stos o
a los que los visitensino tambin para facilitar la comprensin de la
cultura que inspir a loscreadores de esas obras, confiriendo
as a su pas de origen el correspondiente prestigio. Pero los
cambios deesta ndole deben hacerse legalmente,y este no es el caso
muchas veces.
Lo primero que debemos hacer ylo que estn haciendo varios
estadosafricanos es juntar y conservar enun museo aquellas obras de
arte y
artesana expuestas a esos peligrosque acabamos de enumerar. Un
museo
no es slo un sitio que ofrece pro
teccin a esas obras, sino tambinun sitio donde puede
estudirselasdebidamente.
En tres conferencias internacionales
realizadas en los ltimos aos se ha
hablado de la conservacin de las
obras procedentes de todos los pasessometidos a un rpido proceso
de adelanto. En Neuchtel tuvo lugar en 1961,con asistencia de la
Unesco, una reu
nin de expertos en museos procedentes de diversos rincones
del
mundo. Entre otros problemas de suespecialidad, cambiaron
entonces esos
expertos ideas sobre la conservacinde objetos procedentes de
esos pasesen pleno desarrollo.
Se dej constancia en ese caso de
que el acceso de muchos pases a laindependencia ha trado por
conse
cuencia la de que sepa mejor quimportancia tiene el acervo
cultural
nacional y qu necesario es protegerla propiedad cultural que no
se quierover en manos extranjeras.
Tambin se tom nota de que laconstruccin en gran escala de
obrasdiversas en los pases en vas dedesarrollo consecuencia de la
rpidaexpansin, tanto econmica como
industrial supone la destruccin do
muchos emplazamientos culturales yparticularmente arqueolgicos,
con laconsiguiente supresin de culturastradicionales en zonas tan
vastas como
las que rodean a las grandes represasnuevas.
Los expertos recomendaron con eso
motivo: 1) que cada pals establecieraun servicio nacional para
hacer unalista de los objetos cuyo valor los hiciera acreedores a
una proteccin
especial, y 2) que se hiciera un
esfuerzo por mejorar el estatuto legalde esos objetos para
garantizar suconservacin fisica y prohibir su exportacin, aunque
esta ltima medida no
deba impedir la circulacin legal delos mismos.
En Agosto de 1964, Nigeria abrisus puertas a un seminario
patrocinado
conjuntamente por la Unesco y por elgobierno del pas y dedicado
al Papelde los museos en el Africa contem
pornea. Un especialista belga deprimer orden, el malogrado
ProfesorPaul Coremans, seal en su estudio
sobre la conservacin fsica y qumicade los objetos de museo en
los trpicos que varios tipos de clima tienen
en Africa un efecto tan rpido comopernicioso para ellos y que
los objetosantiguos conservados en Africa sonparticularmente
sensibles a ese efecto.El Profesor Coremans indic a raz
de ello la conveniencia de que cadapas creara un servicio
nacional parala conservacin de su herencia cultu
ral, y especialmente de los monumen
tos, emplazamientos arqueolgicos yobjetos de museo. Tambin
sugiri quedentro de esta organizacin nacionalse creara una seccin
tcnica com
puesta principalmente por un laboratorio cultural y uno o ms
talleres de
conservacin que trabajaran conjunta- *tmente con aqul. | /
Por ltimo, al volver a reunirse en1964 la Conferencia General de
la
SIGUE A LA VUELTA
-
PROTECCIN DEL PATRIMONIO ARTSTICO (cont.)
Arte y artesana al alcance de todos
18
Unesco, dej constancia en Pars deque la propiedad cultural
constituyeun elemento fundamental de la civili
zacin y la cultura nacionales y dijoque consideraba que cada
Estadodeba proteger la propiedad culturalexistente en su territorio
contra los
peligros resultantes de la exportacinIlcita.
La Conferencia de la Unesco reco
mend adems que se hiciera lo necesario para estimular la adopcin
demedidas adecuadas y para mejorar lacooperacin internacional en
esteterreno. Se aconsej a los EstadosMiembros que no se autorizara
laImportacin de ninguna parte de esapropiedad cultural hasta no
sabrselalibre de restricciones de cualquierIndole en el Estado
desde donde se la
exportaba. A los museos, por ejemplo,se los invit a que se
abstuvieran deadquirir objetos obtenidos por mediode la exportacin
o importacin ilcitas o de la transferencia de propiedad
igualmente ilegal.
La Unesco recomend, entre otrascosas:
Que cada Estado creara un fondopara adquirir las obras de arte
nacional que se considerara importantes o
tomara medidas equivalentes para restituirlas al patrimonio
nacional.
Se consider igualmente el problema de la restitucin,
recomendn
dose que los Estados Miembros colaboraran para facilitar la
vuelta del pasde los objetos de valor cultural ilcitamente
exportados de aqul.
En Nigeria hay una ley para controlar y hasta para impedir
completamente la exportacin de antigedades. Se ha definido en este
caso la
antigedad como cualquier obra de
arte o de artesana estatua, figurade barro cocido o fundida o
tallada en
metal, escultura, poste, puerta, figuraancestral, mscara
religiosa, bastn,tambor, bol, ornamento, utensilio,
arma, armadura, insignia, manuscritoo documento, si esa obra de
arte o
artesana es de origen local y fuehecha antes de 1918 y tiene
intershistrico, artstico o cientfico, o si se
la ha usado alguna vez en el curso deuna ceremonia tradicional
para servirlos propsitos de stas.
La definicin, susceptible de modificaciones a corto plazo, est
contenida en la Ley de Antigedades de1953.
Los que deseen exportar una antigedad deben dirigirse en primer
lugaral Director de Antigedades. Si setrata de una obra poco
importante,
ste se halla autorizado para extenderun permiso de exportacin.
De todaslas antigedades se saca la fotografa correspondiente y se
hace unalista para conservar el registro debidode todo lo que se
saca del pas.
Cuando se trata de antigedadesms Importantes, la Comisin
correspondiente o su subcomit debe decidir, por acuerdo de su
mayora, si permite o no la exportacin de una obradeterminada. El
exportador eventualdebe presentar los objetos que le interesan por
lo menos tres meses antesde la fecha en que se propone sacarlos del
pas. En caso de negrsele elpermiso, el Departamento de Antigedades
se ofrece a adquirir el objetopagando un precio razonable por
ste.
El Departamento de Antigedadesde Nigeria se ha lanzado asimismo
auna campaa de adquisicin de anti
gedades por medio de comprasdirectas, prstamos y
excavacaciones,habindose creado adems un servicio
de vigilancia de los agentes radicadosen Nigeria que exporten
piezas antiguas al extranjero.
Aunque la mayor parte de las cosas
africanas esculpidas tienen un significado religioso, una buena
cantidadde ellas, dada la economa de sub
sistencia de los pueblos que las produjeron, son objetos
domsticos, aperos de labranza o instrumentos de
pesca. Al empezar a hacerse uso dela ciencia y la tcnica
occidentales, hahabido una diversificacin de esa
economa, convirtindose los productos del Occidente en smbolos de
la
nueva condicin a que se ha accedido.
Ha surgido as un arte nuevo y diferente del tradicional tanto en
la con
cepcin como en la calidad de sus
obras. La demanda del insaciable apetito europeo por obras de
arte exticas no ha producido ms artistas tra
dicionales, sino plagiarios dedicadosa copiar sin autorizacin
las viejas formas de los artistas africanos. El resul
tado es lo que Frank McEwen ha
llamado arte de aeropuerto, o sea loque Elsy Leuzinger llama, en
trminosms corrientes, obras sin races cul
turales ni contenido artstico.
Hay, sin embargo, sntomas de quetodo esto entrar en un orden.
Hace
tres aos la Unesco y el Gobierno deNigeria crearon en Jos un
institutomodelo para preparar a los tcnicos
africanos de museo, instituto quecuenta con alumnos de 10 pases
a losque se ofrecen, en Ingls y en francs,cursos de documentacin,
fotografa,conservacin qumica y reparacin
mecnica de objetos de museo. Ya sontres las promociones de
tcnicos preparadas en esta forma. Al volver a sus"pases, los
expertos no slo se dedican a los trabajos que han aprendidosino que
estimulan all el inters necesario a la apreciacion.de las obras
dearte.
Este inters puede despertarsemanteniendo vivo a ese arte al
mismo tiempo si se estimula y ayudalo suficiente a los artistas
contempo
rneos. Hay dos categoras de ellos:los que trabajan siguiendo el
estilotradicional, aunque no forzosamente lacreencia religiosa que
lo inspirara (tallistas en madera de Nupelandia y
Yorubalandia, escultores yorubas eibibios que trabajan con
cemento ylos oyos, que hacen lo propio con lascalabazas), y los
jvenes preparadosen escuelas modernas de bellas artes,
que se sirven de tcnicas e instrumentos europeos pero cuya
inspiracin
sale del mundo que los rodea. Estosltimos producen lo que podra
llamarse arte popular.
No ha de sorprender a nadie, porconsiguiente, que tanto el
africanorefinado como el ciudadano comn ycorriente adornen sus
casas con obras
de arte y de artesana. No cabe dudade que el Inters de todos
ellos pre
sagia un buen futuro para el arte y laartesana africanos. Ya se
sabe a estas
alturas que la cultura y la tradicin delcontinente son tan ricas
como las de
cualquier otra parte del mundo. Perocomo los mayores parecen
apartarsede ella, la nica esperanza est eneducar a los nios en un
modo verda
deramente africano de vida.
Los Ministerios de Educacin debe
ran incluir estudios africanos en el
programa de las escuelas, y las universidades intensificar el
estudio del
pasado del continente. En aquellossitios donde hay un solo museo
o nohay ninguno, deberan crearse varios,
y ofrecerse al mismo tiempo estmuloy proteccin a todos aquellos
artesanos que siguen practicando su oficio.Slo as se podr salvar de
la tinieblaal pasado de Africa y conservarpara la posteridad las
creaciones arts
ticas del continente a lo largo de tantos siglos.
Para simbolizar el acceso de Nigeria a lavida moderna, el
escultor Ben Enwonwuha dado las formas ms estilizadas
y etreas a la figura de bronce que decorala fachada del museo de
Lagos, lacapital de su pas.
Foto Paul Almasy
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