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LOS SERVICIOS DE EXTENSIONANTE EL RETO DE ADAPTAR LA

PRODUCCION AGRARIA AL MERCADOPONENCIA DEL SEMINARIO DE LOVAINA (BELGICA)

El contexto general

Desde hace una decena de años, la agricultura delos Países Miembros de la Comunidad EconómicaEuropea se enfrenta a una situación generalizada deautosuficiencia en la producción agraria, y cada vezmás, a la existencia de excedentes estructurales. Al noencontrar para éstos, hasta el momento, salidas renta-bles con la exportación a países solventes, la compe-tencia es cada vez mayor entre productores. Todo elsector agroalimentario se ve afectado por este contextogeneral de concurrencia y de búsqueda de competi-tividad.

a) En el sector de las materias primas para la agri-cultura, la carrera de la productividad se traduce en laconcentración de firmas suministradoras, sean coopera-tivas o privadas. La agricultura moderna de alto ren-dimiento implica unas necesidades imperiosas de mate-rias primas costosas, lo que conlleva fuertes inversiones,y elevados consumos de productos intermedios a nivelde agricultores competitivos. Estos últimos, incluso agru-pados, no tienen en general un poder de negociaciónmuy elevado ante las firmas suministradoras de insumos.

Por su parte, estas firmas que a menudo son multi-nacionales, buscan mercados cerrados para amortizarsus enormes inversiones. Un ejemplo clásico es el delos alimentos del ganado y sus contratos de integra-ción. Se prevé un nuevo ejemplo: el de la industria delas semillas, que prefigura la naturaleza de las relacio-nes que se establecerán entre agricultores y proveedoresagrícolas en el campo de la biotecnología.

En resumen, los esfuerzos de los agricultores parareducir sus costes de producción, se convierten en unabúsqueda de mejores posiciones de negociación con susproveedores y, a la vez, en utilizar y combinar mejorlos factores de la producción, con una mayortecnificación.

b) En el sector de los productos de la agricultura,la carrera hacia salidas rentables se traduce progresi-vamente en el poder creciente de la gran distribución,que conduce hacia la industria agroalimentaria. Estacompra, para su transformación, alrededor de los dostercios de la producción agraria. También aquí, losagricultores están en desventaja por la debilidad de supoder de negociación hacia centros de decisión cada

vez más concentrados y exigentes. En un primer paso,los agricultores consiguen, con esfuerzos cooperativos ycon una mejor información, influir en la cantidad ycalidad demandadas por el mercado. Pero, ante lasaturación progresiva de las salidas tradicionales, y antela limitación de las producciones —por la fijación decuotas—, la tendencia actual de los agricultores y desus organizaciones es buscar la diversificación de lasactividades de producción y de servicios.

Los agricultores dinámicos tratan de revalorizar sustriunfos y sus eventuales ventajas de situación, prospec-tando nuevas metas comerciales y esforzándose porganar la fidelidad de su clientela. En este sentido, seconstata, por una parte, la generalización de serviciosincorporados en los productos por los mismos agricul-tores, sobre todo para los mercados cercanos. Por otraparte, los agricultores que viven en regiones difíciles odisponen de explotaciones pequeñas o medianas, repre-sentan todavía la mayoría de los empresarios agrícolas.Estos últimos intentan, a veces, sacar provecho deltiempo disponible de la mano de obra familiar, bus-cando un complemento a su renta, con actividadespara-agrarias e incluso extra-agrarias.

En resumen, tras el período de penuria alimentariade la postguerra, la economía agraria de los PaísesMiembros se encuentra actualmente enfrentada a unmercado dominado por la demanda. Por otro lado, ladisminución del número de explotaciones se ve frenadapor la tensa situación del mercado de empleo. A pesarde la reducción lenta del número de activos agrícolas,muchos de ellos están en una situación individual difí-cil y hasta precaria, bien porque han evolucionadopoco en sus métodos de producción y son cada vezmenos competitivos, o bien porque a veces han inver-tido más allá de las posibilidades de amortización desus pequeñas explotaciones y se encuentran en dificul-tad como consecuencia del estancamiento e incluso dela baja de los precios de sus productos.

Hay que recordar, además, que la situación indivi-dual de los Países Miembros varía considerablemente,en especial del Norte al Sur de la Comunidad, y tam-bién por el hecho de la adhesión reciente de países conuna densidad de población agraria relativamente fuerte.

LA SITUACION DE LOS SERVICIOS DEEXTENSION AGRARIA EN ESTECONTEXTO VIENE MARCADA POR DOSTENDENCIAS APARENTEMENTECONTRADICTORIAS: Por un lado, son puestosen tela de juicio por las recientes evoluciones y porotra parte existe una DEMANDA CRECIENTE YMAS SELECTIVA, en lo que respecta a los servi-cios prestados por ellos.

a) La oposición es de origen múltiple:

— Viene de los agricultores que tienen dificultad enseguir la dinámica actual y acusan de ello al progreso.Este, supone para ellos una fuente de deudas y dedebilitamiento de sus explotaciones, algunas de las cua-les están ya virtualmente en quiebra.

A menudo, son agricultores jóvenes y relativamenteevolucionados quienes se quejan de que los modelos deproducción introducidos por los servicios de divul-gación-desarrollo les han llevado a trabajar al límite desus fuerzas y, casi siempre, más para sus bancos quepara sus familias. Se lamentan con amargura de quesus ganancias en productividad han sido ampliamenteabsorbidas por el consumidor, o en todo caso, porempresas de materias primas o de comercialización desu producción por presión del mercado.

Viene de los contribuyentes que no están deacuerdo con seguir financiando el aparato de extensiónagraria, en nombre de la solidaridad nacional, mientrasque por otro lado han de cubrir los gastos producidospor los excedentes resultantes de la sobre-producción.Incluso cuando, como en Francia, una partida impor-tante de los presupuestos de divulgación se cubre conimpuestos sobre los productos pagados por los agricul-tores o con impuestos inmobiliarios, la solidaridad

interna de la profesión agrícola tiene sus limitaciones ypone dificultades.

Los poderes públicos se hacen eco de estas reticen-cias mientras que el poder político de los agricultoresen los Países Miembros tiende a disminuir por el pesodecreciente del electorado agrícola. En cambio, sonsensibles a los problemas del paro y de la ordenacióndel territorio. Temen que una baja en la atenciónnacional a la agricultura conlleve un éxodo de grancantidad de agricultores que sería grave para la colecti-vidad, así como origen de una desertización en laszonas rurales desfavorecidas. Esto es cierto, sobre todo,en países con gran porcentaje de activos agrícolas.

b) La demanda de servicios de extensión agrariacrece:

— Por parte de los agricultores se piden serviciosmás sofisticados, particularmente los agricultores evo-lucionados, que son a la vez receptores de un ase-soramiento global y personalizado. El ajuste de la pro-ducción a las necesidades del mercado requiere, ade-más de un trabajo más avanzado y de investigación, elconsejo de especialistas llamados «de punta», contactosmás estrechos con los sectores de materias primas y deproductos, el suministrar servicios incorporados a losproductos agrícolas y la prospección de nuevos merca-dos, en particular para la exportación.

Los agricultores buscan cada vez más una soluciónadaptada a su situación particular; de ahí la importan-cia que se da al asesoramiento individual por unagente técnicamente competente y por un consejero desíntesis capaz de ayudar al agricultor a tomar decisio-nes sobre su explotación. Los agricultores evoluciona-dos exigen también acceso directo a la informaciónque les es útil, lo que supone medios y formación. Losmedios giran en torno al acceso a los bancos de datoso a referencias adaptadas a las condiciones locales, no

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sólo de' sistemas de producción, sino también de siste-mas de explotación adaptados al mercado. Los servi-cios de extensión agraria podrían contribuir a la elabo-ración de estas referencias y a la formación complemen-taria de los usuarios potenciales de la red deinformación informatizada.

En fin, los agricultores desean una mayor colabora-ción entre los servicios de extensión agraria y lascooperativas de compra o venta para reforzar su poderde negociación, en el momento de su aprovisiona-miento o para la contratación con las firmas agroali-mentarias.

- Por parte de los Poderes Públicos se percibe unafluctuación en lo referente a las orientaciones guber-namentales o comunitarias relativas al papel que debenjugar los servicios de extensión agraria.

No todos están de acuerdo sobre la importanciarelativa de las ventas de excedentes fuera de la Comu-nidad, ni sobre la posibilidad de sustituir con productosagrícolas nacionales las importaciones extra-comunitarias(alimentos para el ganado ricos en proteínas, porejemplo) por productos agrícolas nacionales. Parece,con todo, que las perspectivas de diversificación hacianuevas producciones relativas a techos comerciales nosaturados, son consideradas como modestas por nodecir despreciables.

La contradicción se centra entre los partidarios y losadversarios de una agricultura «dual».

Unos querrían ver la coexistencia de una agriculturaaltamente competitiva y poco asistida financieramentecon una agricultura de carácter social más protegida.Los partidarios de esta solución esperan que los serviciosde extensión agraria que proporcionen nuevas mejorasen la productividad permanezcan potencialmente impor-tantes. Otros tipos de agentes serían poco a poco espe-cializados en la ayuda a la agricultura tradicional conun complemento de recursos de origen no agrario.

Pero algunos Estados de la Comunidad tienen toda-vía un porcentaje relativamente alto de activos agra-rios y no están muy interesados en poner en prác-tica una política de agricultura de «dos velocidades».Esperando una mejor situación del mercado de trabajo,estos gnbernantes se esfuerzan en conciliar los impera-tivos de rentabilidad de las explotaciones y de limita-ción presupuestaria, manteniendo un número impor-tante de explotaciones agrarias, como piden lasasociaciones profesionales de estos países. Como míni-mo, desean definir las funciones que se confiarán a losagricultores para dar valor a la tierra, sin hacer deellos simples asistidos sociales, y que permita mantenervivo el entramado económico rural. Los partidarios deesta política esperan de los servicios de extensión agra-ria una actuación muy diferenciada en función de ladiversidad de situaciones, sin dar preponderancia aninguna de ellas.

Las múltiples tareas que quedarían confiadas a losagentes de extensión agraria implican un desdobla-miento de los efectivos y un esfuerzo de reciclaje delos agentes, cuyo número total apenas podría aumen-tarse.

Tras este breve análisis de la situación actual, pode-mos preguntarnos sobre la manera de conciliar lasdemandas, en ocasiones contradictorias, en el ámbitode los servicios de divulgación.

En particular, ¿cómo pueden ayudar estos servicios alos agricultores a llevar mejor sus explotaciones en unmarco de mercados saturados, de crisis de empleo y dereducciones presupuestarias nacionales?

PAPEL POSIBLE DE LOS SERVICIOS DEEXTENSION AGRARIA EN EL AJUSTE DELA OFERTA Y LA DEMANDA

En cada país, estos servicios están encargados deayudar a los agricultores a hacer una buena elección,de forma que sus productos se vendan mejor y lesdejen un margen de ganancia y por tanto una rentaneta suficiente. Para alcanzar este objetivo a nivel delos servicios, son posibles dos enfoques que, en general,están relacionados: el enfoque «económico» y el «entb-que social».

1) El enfoque «económico» o de tipo marketing,centrado en la adaptación de los productos almercado

Evidentemente, se trata de una acción indirecta,puesto que los agentes de extensión agraria no sonactores económicos como lo son, por ejemplo, lascooperativas y otras agrupaciones de agricultores parala venta o la prospección de los mercados.

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En el marco de sus actividades profesionales, losagentes de extensión agraria pueden:

• Aconsejar a los agricultores sobre lo que lesparece una mejor combinación de los medios de pro-ducción de la explotación, en función de las circuns-tancias concretas del interesado, de las característicasde la comarca y de la situación de los mercados. Dehecho, una buena parte del tiempo de que disponenlos agentes de extensión está dedicada a fomentar enlos agricultores la reducción de sus costos, la búsquedade una intensificación o de una diversificación de suproducción, la mejora de la calidad de los productos ydel momento de su venta, el acuerdo con otros conobjeto de alcanzar volúmenes suficientes para mejorabordar el mercado, etc. Este trabajo se lleva a cabocon ocasión de encuentros con los agricultores, indivi-dualmente, o bien en reuniones, ya sean abiertas atodos o limitadas a los afiliados a uno u otro grupo dedivulgación. La iniciativa parte del agricultor o delconsejero. Este último juega un papel importante en laayuda a la toma de decisiones por parte del agricultoren lo que se refiere a la elección de sus producciones,a la eventual modificación de su sistema de explota-ción y a su adhesión a un grupo de divulgación y decomercialización. Una acción como ésta comienzadesde la instalación de los jóvenes y puede continuarseen el marco de sesiones de formación para adultos, enfunción de las necesidades complementarias de infor-mación sobre la conveniencia de la innovación y derespuesta a la demanda de los compradores.

• Informar a los poderes públicos de las posibilida-des de producción adaptadas a las condiciones localesa ,partir de su conocimiento de la realidad. Los servi-cios de extensión pueden descubrir los obstáculos quese plantean a menudo con las evoluciones deseadas,desde el punto de vista nacional y que son algunasveces de carácter normativo. Por ejemplo, en materiade problemas sanitarios o de calidad, las normas nocorresponden siempre a lo que los agricultores viven.Pueden igualmente señalar algunas limitaciones queconstatan localmente, CO()m distorsiones debidas a lacompetencia, que los poderes públicos podrían reme-diar; o decisiones concernientes a los precios, que pue-den ser disuasivas. Por ejemplo, con el crecimientoreciente de los cultivos proteínicos es importante quelos poderes públicos conozcan el nivel óptimo defomento. Ni demasiado bajo, en cuyo caso los pro-ductos importados seguirían siendo más ventajosospara los ganaderos; ni demasiado alto, en cuyo casolas superficies dedicadas a estos cultivos nuevos correnel riesgo de aumentar más deprisa que lo deseado,creando problemas presupuestarios para mantenerlos precios. Por último, los poderes públicos tienennecesidad de estar informados igualmente acerca dela importancia y la rentabilidad de las inversionesindividuales o colectivas de los agricultores, relaciona-das con la búsqueda de nuevas salidas para sus pro-ductos. Naturalmente, el coste del desarrollo de unnuevo mercado no debe ser soportado únicamente porlos fondos públicos.

Para afrontar estas tareas, los servicios de extensióndisponen de una gama bastante amplia de medios gra-cias a los cuales pueden:

a) Reafirmar las relaciones con la investigacióntécnica y las casas comerciales suministradoras dematerias primas y las empresas que compran susproductos.

Existen a menudo organismos de enlace como, insti-tutos de investigación aplicada o agentes técnico-económicos que dependen de laboratorios privados,que facilitan la difusión de los resultados de la investi-gación a nivel de los técnicos de extensión. Estos últi-mos a su vez pueden contribuir a la presentación oralde los temas utilizando un vocabulario adaptado a losagricultores y a la redacción de publicaciones y comu-nicaciones procedentes de los investigadores. Asimismo,los estudios de mercado y documentos puestos al díaque provienen de diversas fuentes públicas y privadas,pueden ser presentados por los servicios de extensiónbajo la forma de artículos de prensa local, emisionesde radio, televisión y reuniones de grupo. De estaforma, estos servicios contribuyen a la difusión de lasposibilidades ofrecidas, tanto por la investigación comopor los mercados y sensibilizan a los agricultores sobrelas potencialidades del mercado.

b) Establecer una red de recogida y difusión dereferencias técnico-económicas.

Se trata de comprobar en el terreno, localmente, lafiabilidad y el modo de adopción de los resultados dela investigación aplicada. Esta red se puede plantear apartir de un cierto número de explotaciones controladaspor los servicios de extensión y que puedan ser utiliza-das como referencia y como lugar de demostraciónpara sistemas de producción o de explotación apropia-dos. Es a los servicios de extensión a quienes corres-ponde la tarea de establecer esta red con este conjuntode explotaciones de demostración, para disponer deuna referencia lo más completa y actualizada posible,extendida por el conjunto del territorio. En un segundocaso, es a partir de estas referencias técnico-económicas,por producciones y por sistemas de producción, comopueden quedar constituidos los bancos de datos infor-matizados. Estos podrán ser consultados no sólo porlos agentes de extensión sino también por los mismosagricultores, a medida que se consiga la difusión de losequipos adaptados y la formación para su utilización.

c) Proveer a los servicios de ayuda a la decisión,no sólo de referencias técnico-económicas, sino tambiénde útiles de gestión previsional. Los agentes, utilizaránlos datos de la contabilidad de explotación, para com-binar lo mejor posible los elementos de producción,según la competencia de los agricultores, sus recursos ylas posibilidades del mercado. Este consejo de altonivel es quizás el medio por el cual los servicios deextensión pueden jugar su papel del modo más eficaz,en lo que respecta a la adaptación de los medios deproducción a las necesidades y exigencias de los mer-cados potenciales.

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d) Estudiar con los propios interesados la recupe-ración de las inversiones necesarias, en términos decompetitividad y también con el fin de obtener losmárgenes netos buscados. Se trata de no sobrepasar nilas capacidades financieras de los agricultores que nodominan la evolución de los precios de venta, ni tam-poco el tiempo de trabajo disponible de la familia delos agricultores. Esto corresponde a un problema muyactual de endeudamiento de algunos agricultores, entrelos más evolucionados, o a condiciones excesivamentepenosas de trabajo, que dan lugar a un «estrés» de losinteresados, en caso de dificultades para «juntar los dosfines».

e) Participar en las iniciativas para controlarlocalmente la evolución de los costes de producción yde las rentas agrarias. De esta forma, en el marco deestas observaciones regionales los servicios de extensiónpueden jugar un papel importante vigilando y previ-niendo a tiempo, tanto a los agricultores, como a lospoderes públicos.

Por supuesto, esta lista de actuaciones no es restric-tiva, y varía según países y épocas, así como en fun-ción del nivel de tecnificación y de la formación.

2) El enfoque «social», centrado en la adaptacióndel máximo número de agricultores en supropio entorno

Se pone de relieve el papel de los servicios deextensión en la formación y organización de losagricultores.

Se trata de enseñar a aprender; de iniciar a los agri-cultores a un modo de razonar sus problemas y amétodos de trabajo mejorados. De esta forma, podráncompensarse, en parte, las limitaciones debidas a laformación a menudo insuficiente de los agricultores aestructuras de explotación a veces demasiado rígidas yal aislamiento relativo de algunas explotaciones. Laexperiencia demuestra que este trabajo, largo y pocoespectacular, gana en eficacia si se fija un pequeñonúmero de objetivos, bien delimitados y aceptados porlos mismos interesados.

Los servicios de extensión pueden jugar un papelimportante, principalmente en los siguientes campos:

a) Participar en la elaboración de proyectos localesconcretos, con vistas a mejorar la renta agraria. Lamotivación de los agricultores será buena si la bús-queda de nuevas salidas va acompañada con perspecti-vas de rentas complementarias. De esta forma los pro-yectos locales pueden contemplar la mejora de lacalidad o la diversificación de productos o la utiliza-ción productiva del tiempo disponible. En cualquiercaso, se trata de mantener o captar, a nivel de lasexplotaciones, una parte del valor añadido a los pro-ductos agrícolas y de cuidar que las inversiones colec-tivas resulten rentables. Para ello, es importante

que los riesgos estén claramente delimitados y que unresponsabale del proyecto se comprometa en el buenfin de la operación, sobre todo, en materia de prospec-ción de mercados. Este responsable puede ser tantouna cooperativa como una empresa privada agro-alimentaria, por ejemplo. Los agricultores participarántanto más eficazmente en un proyecto de este tipo,cuanto más se reagrupen bajo la iniciativa de estasfirmas, o bien, de los agentes de extensión.

b) Por otra parte, en relación con las diferentesorganizaciones profesionales, tanto sindicales como coo-perativas, los servicios de extensión están llamados aorganizar numerosas sesiones de formación o de infor-mación en los campos siguientes:

— Ayudar a la aparición de líderes locales.— Habituar a los interesados a trabajar en grupo.— Utilizar mejor las referencias y los instrumentos

informáticos disponibles.— Valorar las limitaciones comerciales, las rentas de

situación o el tiempo disponible (por ejemplo, estu-diando las posibilidades de venta directa en los merca-dos locales).

— Diversificar las actividades de la explotación; porejemplo, en lo que se refiere al aprovechamiento delterritorio, mediante la oferta de servicios remuneradospara la acogida del turismo en la explotación agraria,la guardería, la conservación de los bosques, etc.

Los medios de que disponen los servicios en estoscampos son los anteriormente tratados en el enfoqueeconómico. Solamente hay que resaltar, la necesidadde un mayor énfasis en materia de información a losagricultores. Se trata de sensibilizarles de cara a lasoportunidades que presenta el mercado actual, deorientar sus esfuerzos para reducir sus costes de pro-ducción y mejorar la calidad de los productos. Con-viene participar, además, en la animación del medio yen renovar algunas esperanzas en los agricultores queya no se sienten «competitivos».

Los servicios de divulgación pueden contribuir,mediante la acción de grupos, a ayudar a los agriculto-

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res situados en condiciones menos favorables, a recupe-rar cierto poder de negociación en lo que se refiere ala salida de sus productos al mercado.

c) En la mayoría de los Países Miembros de laComunidad, se ha puesto de manifiesto la necesidad deconciliar los dos enfoques, el «económico» y el «social»en los servicios de extensión, todo ello con carácterflexible y evolutivo.

Conviene recordar siempre que el papel de estosservicios en el reajuste de la producción a los merca-dos es todavía relativamente modesto. Es menosimportante que el papel de los precios que resultan delos mercados nacionales e internacionales. La coyun-tura prima sobre el consejo. Desde el momento queuna producción disfruta de un precio favorable, pro-voca un entusiasmo, a veces excesivo en los agriculto-res. El papel de los servicios de extensión consisteentonces en llevarles a razonar sobre las perspectivasdel mantenimiento de previos favorables y los riesgosque conllevan inversiones quizás demasiado apresuradasen una orientación productiva nueva.

Inversamente, los servicios deben ayudar a los agri-cultores a percibir a tiempo las potencialidades que seles ofrecen. Estas no están limitadas a la seguridad quepresentan las producciones con precios de garantía.Pueden resultar más de la capacidad de algunos agri-cultores suministrando una producción con una calidaddeseada, según un calendario diferente del grueso de lacosecha, a tal o cual cliente particular Las potenciali-dades pueden resultar también de la capacidad de losagricultores, sobre todo agrupados, de estudiar lasposibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. Talsucede con las producciones no alimentarias, incluso siéstas no representan más que cantidades modestas eimplican la apertura hacia interlocutores no tradiciona-les, tales como determinadas firmas de productos quí-micos o farmacéuticos.

La dosificación de los dos enfoques, económico ysocial, en el reparto del tiempo de trabajo de los agen-tes de extensión, es tarea propia de cada País Miem-bro, dándose una clara diversidad de situaciones.

El reparto dependerá, evidentemente, de la impor-tancia relativa del número de activos agrícolas enrelación con la población activa total, así como delnivel de formación medio de los agricultores, particu-larmente en materia económica. También dependerá dela amplitud y accesibilidad de los mercados de con-sumo. Por otra parte, los agentes de divulgación noson en sí mismos unos superdotados. Tendrán igual-mente necesidad de reciclarse y estar preparados parano repetir el mensaje tradicional centrado únicamenteen la búsqueda de beneficios en la productividad.Tampoco deben olvidar que la mayor parte de losagricultores están expuestos a cometer errores técnicoso técnico-económicos elementales. Es normal apreciarcasos de agricultores situados en condiciones similares,

entre los que obtienen resultados que varían de simpleal doble.

Tampoco se puede esperar de los agentes de exten-sión que aconsejen, a los agricultores de su zona deacción, en la dirección de un interés general, entiéndasecomunitario, si tal interés se contrapone al suyo pro-pio. Así, determinadas zonas no tienen prácticamentealternativa a la producción láctea (por ejemplo, enzonas de media montaña) y el mercado de quesos decalidad no es totalmente elástico.

A menudo, es necesaria una visión regional, paraapreciar las evoluciones y cambios de los mercados,teniendo siempre un buen conocimiento de los límitesa la adaptación de las producciones locales. Del mismomodo, el ámbito regional es a menudo el más eficazpara establecer contactos con la investigación, con lasfirmas comerciales relacionadas con la agricultura ycon los centros de decisión política. Pero los problemastampoco pueden resolverse únicamente en el ámbitolocal, ni siquiera regional.

En conclusión, el papel jugado por los servicios deextensión en la adaptación de la producción agraria alas necesidades de los mercados, dependerá esencial-mente de una voluntad política, tanto del lado profe-sional como de los poderes públicos. Juntos pueden, sirealmente quieren, definir mejor el papel de estos ser-vicios, antes que criticarlos o hacerlos cargar con laresponsabilidad de las dificultades, en gran parte liga-das a la coyuntura. Ningún país ha definido claramentehasta el momento cuál puede ser el lugar de la agricul-tura altamente competitiva, que suministrará a los con-sumidores una extensa gama de productos alimentariosal mejor precio; ni el lugar que debe ocupar la agricul-tura que contribuye a mantener un tejido rural activo,en las zonas menos favorecidas. Estas asegurarán cadavez más una parte nada despreciable del mercado detrabajo y continuarán atrayendo un número importantede jóvenes rurales.

Importa, por tanto, que en cada país tenga lugaruna negociación, cada tres o cinco arios, sobre losobjetivos y los medios correspondientes de los serviciosde extensión, entre los poderes públicos y representan-tes de la profesión agraria, de cara a fijar orientacionesclaras para los responsables de estos servicios. Estasdirectrices permitirán asimismo evaluar los resultadosobtenidos a continuación, en función de objetivos cla-ros, cualesquiera que sean las fuentes de financiaciónde estos servicios.

En fin, parece que las diferentes políticas en cuestiónganarán al ser confrontadas, es decir, armonizadas anivel comunitario. Realmente, ¿por qué una confronta-ción que resulta útil a nivel nacional no podría implan-tarse a nivel de las instituciones comunitarias, de caraa preparar las bases de una negociación más precisa anivel de los países miembros?

Michel Le GouisDirector General de A.N.D.A. (Asociación Nacional

para el Desarrollo Agrario)

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