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REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA Director: C. JIMENEZ DIAZ. Secretarios: J. DE PAZ y F. VIVANCO Redacción Y Administración: Antonio Maura, 13. Madrid. Teléfono 22 18 29 TOMO XLI 31 DE MAYO DE 1951 NUM. 4 REVISIONES DE CONJU NTO ASMA Y CLIMA R. FROUCHTMAN. Servicio de A sma y Enfermedades Alérgicas del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, Barcelona. Director: R. FROUCHTMAN. A pesar de que los modernos estud ios sobre el asma bronquial han ido develando múltiples as - pectos etiopatogénicos y fisiopatológicos, hay que r econocer, sin embargo, que esta enfermedad ofre- ce todavía muchas incógnitas . Todo asmático cons- tituye un caso determinado, en el que resulta algunas veces difícil interpretar el origen y meca- nismos que precipitaron sus crisis. Otras veces, y ello suele ser muy fr ecuente incluso en asmas de etiología conocida, algunos accidentes disneicos se presentan inesperadamente, sin que ll egue mos a al- canzar qué influjos han actuado o por qué meca- nismos eje rcieron su acción, aunque luego, y en muchas ocasiones de modo empírico se interpretan estos hechos como de origen reflejo, psíquico o climático. Ahora bien, en las circunstancias evolutivas del as_ma, ofr ecen gran interés, por las consecuencias ebológicas y terapéuticas que pueden derivarse, agudizaciones cuya sintomatología está su- Jeta a un influjo climático. Raro es, en efecto, el que no !.experimenta la influencia per- mciosa o beneficiosa del clima de determinada lo- o de las variaciones estacionales y meteoro- logi?as; de ahí que en realidad casi todos los as- máticos puedan cal ificarse como climáticos. . por el interés de este capitulo de la !3Iochmopatología, numerosos investigadores han descifrar los factores y mecanismos de Influencia climática sobre el asma; pero lo Cierto es que cada uno de los elementos inculpados, cualquiera sea su naturaleza, no nos permite acla- muchas veces la razón de esta acción perjudi- Cial del clima. L::s relaciones entre asma y clima no son tan como para poder r eso lver siempre el pro- ema causal a través de uno o dos factores o mecanismos de la acción climática. Lo que consi- deramos como clima de un lugar es algo más com- plejo; por ello, antes de analizar las relaciones en- tre clima y asma, considero necesario aclarar lo que debe entenderse como clima y los factores que lo integran. En una reciente conferencia, el padre ROMAÑÁ, ilustre director del Observatorio del Ebro, decía: "Es difícil definir el clima de un lugar, pues el clima medio suele ser algo ficticio, que no se da nunca en la realidad." Sin embargo y a pesar de esta dificultad de calificar con exactitud el clima de una localidad, que por lo demás y en la unidad de tiempo tiene pocas probabilidades de reprodu- cirse (SILVA FERRER ), podemos considerar el clima de una superficie terrestre cualquiera sea su ex- tensión como la r esultante en un corto período de ti empo de la acción directa y rec íproca de multitud de factores natural es y dependientes de la vida y actividad humana. Basta enumerar estos factores para poner de manifi esto la complejidad del clima y la importancia de cada uno de sus elementos en la influencia ejercida sobre una determinada ex- tensión. Factores y elementos del clima son: la compo- sición geológica de la cor teza te rrestre, vegetación, temperatura del suelo en su superficie y profun- didad, temperatura del aire, presión atmosférica, tensión de vapor, latitud y altitud de la zona, nu- bosidad, poder de refrig eración del aire, caída y conductibilidad del potencial eléctrico del aire, pro- ximidad de puntos de ciclón o de anticiclón, co- rrientes aéreas y marítimas, etc. Si a todo ello sumamos lu ego la atmósfera terrestre, esta mezcla de gases y lugar de incesante actividad, compren- deremos en consecuencia el complejo problema que representa el querer analizar la acción del clima como resultante de todos estos factores sobre la vida del hombre . Es por ello que el padre ROMAÑÁ deduce que cual- quier clasificación del clima es por lo tanto imper- fe cta y las actualmente existentes se fundan en dos o tres datos con los cuales sólo se obtienen aspectos parciales de esto tan complejo que deno- minamos clima. Citemos, por ejemplo, la clasifica- ción médica propuesta por FoNTSERÉ, que toma como base el indice del enfriamiento del cuerpo en
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REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA - Live-Med

Oct 20, 2021

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REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA

Director: C. JIMENEZ DIAZ. Secretarios: J. DE PAZ y F. VIVANCO Redacción Y Administración: Antonio Maura, 13. Madrid. Teléfono 22 18 29

TOMO XLI 31 DE MAYO DE 1951 NUM. 4

REVISIONES DE CONJU NTO

ASMA Y CLIMA

R. FROUCHTMAN.

Servicio de Asma y Enfermedades Alérgicas del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, Barcelona.

Director: R. FROUCHTMAN.

A pesar de que los modernos estudios sobre el asma bronquial han ido develando múltiples as­pectos etiopatogénicos y fisiopatológicos, hay que reconocer, sin embargo, que esta enfermedad ofre­ce todavía muchas incógnitas. Todo asmático cons­tituye un caso determinado, en el que resulta algunas veces difícil interpretar el origen y meca­nismos que precipitaron sus crisis. Otras veces, y ello suele ser muy frecuente incluso en asmas de etiología conocida, algunos accidentes disneicos se presentan inesperadamente, sin que lleguemos a al­canzar qué influjos han actuado o por qué meca­nismos ejercieron su acción, aunque luego, y en muchas ocasiones de modo empírico se interpretan estos hechos como de origen r eflejo , psíquico o climático.

Ahora bien, en las circunstancias evolutivas del as_ma, ofrecen gran interés, por las consecuencias ebológicas y terapéuticas que pueden derivarse, セアオ・ャャ。ウ@ agudizaciones cuya sintomatología está su­Jeta a un influjo climático. Raro es, en efecto, el 。NZ^セ£エゥ」ッ@ que no !.experimenta la influencia per­mciosa o beneficiosa del clima de determinada lo­」セャセ、。、@ o de las variaciones estacionales y meteoro­logi?as; de ahí que en realidad casi todos los as­máticos puedan calificarse como climáticos.

. aエセ。■、ッウ@ por el interés de este capitulo de la !3Iochmopatología, numerosos investigadores han iョエ・ョセ。、ッ@ descifrar los factores y mecanismos de ・セエ。@ Influencia climática sobre el asma; pero lo Cierto es que cada uno de los elementos inculpados, cualquiera sea su naturaleza, no nos permite acla­イセイ@ muchas veces la razón de esta acción perjudi­Cial del clima.

L::s r elaciones entre asma y clima no son tan セセョ」ゥャャ。ウ@ como para poder r esolver siempre el pro­

ema causal a través de uno o dos factores o mecanismos de la acción climática. Lo que consi-

deramos como clima de un lugar es algo más com­plejo; por ello, antes de analizar las relaciones en­tre clima y asma, considero necesario aclarar lo que debe entenderse como clima y los factores que lo integran.

En una r eciente conferencia, el padre ROMAÑÁ, ilustre director del Observatorio del E bro, decía: "Es difícil definir el clima de un lugar, pues el clima medio suele ser algo ficticio, que no se da nunca en la realidad." Sin embargo y a pesar de esta dificultad de calificar con exactitud el clima de una localidad, que por lo demás y en la unidad de tiempo tiene pocas probabilidades de reprodu­cirse (SILVA FERRER), podemos considerar el clima de una superficie terrestre cualquiera sea su ex­tensión como la r esultante en un corto período de tiempo de la acción directa y r ecíproca de multitud de factores naturales y dependientes de la vida y actividad humana. Basta enumerar estos factores para poner de manifiesto la complejidad del clima y la importancia de cada uno de sus elementos en la influencia ejercida sobre una determinada ex­tensión.

Factores y elementos del clima son: la compo­sición geológica de la cor teza terrestre, vegetación, temperatura del suelo en su superficie y profun­didad, temperatura del aire, presión atmosférica, tensión de vapor, latitud y altitud de la zona, nu­bosidad, poder de r efrigeración del aire, caída y conductibilidad del potencial eléctrico del aire, pro­ximidad de puntos de ciclón o de anticiclón, co­rrientes aéreas y marítimas, etc. Si a todo ello sumamos luego la atmósfera terrestre, esta mezcla de gases y lugar de incesante actividad, compren­deremos en consecuencia el complejo problema que representa el querer analizar la acción del clima como resultante de todos estos factores sobre la vida del hombre.

Es por ello que el padre ROMAÑÁ deduce que cual­quier clasificación del clima es por lo tanto imper­fecta y las actualmente existentes se fundan en dos o tres datos con los cuales sólo se obtienen aspectos parciales de esto tan complejo que deno­minamos clima. Citemos, por ejemplo, la clasifica­ción médica propuesta por FoNTSERÉ, que toma como base el indice del enfriamiento del cuerpo en

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relación con la humedad r elativa, la tempera tura y la velocidad del viento, así como los climas te­rapéuticos, fundados generalmente en la situación geográfica, en la temperatura o en la humedad del aire (clima de montaña, de mar, clima seco o hú­medo), aun habiendo logrado indudables r esultados beneficiosos.

Por todo lo expuesto, cuando habla mos de asma climático, que se ha ido identificando con el asma de costa o marítimo, no nos expresamos con pro­piedad, put:s ta l como se ha visto, varias son las posibilida des influyentes en un clima. Asimismo de­bemos t ener en cuenta que la semej anza de a lg unos caracteres climá ticos ent re varias localidades no presupone una identidad climática. Así, por ejem­plo, cuando nos r eferimos a Barcelona, decimos que tiene un clima t emplado y moderado, de se­quedad media, aunque no fa lten días de gra n h u­medad, y tanto la temper atura como la presión atmosférica estén a veces sujetas a bruscas varia­ciones; pero el conjunto de todas estas caracterís­ticas no prej uzga forzosamen te una identidad cli­mática con otra localidad que pr esentar a car acteres semeja ntes, ya que hay otros factor es no menos importantes que inter vienen igualmente en la cons­titución de un clima, t ales como la la titud, la con­figuración del s uelo, impurificaciones del air e, dependientes de la actividad humana, v ientos do­TI'l.inantes, etc., y que pueden diferenciar un 」ャ ゥ ュエセ@

de otro. Citemos un ejemplo: venimos comprobando cómo algunos asmáticos no sensibles a ningún aler­geno casero. ex perimenta n una gran mejoría a l t r as­ladarse desde Barcelona a otros lugares de la costa, como por ejemplo Tarragona, ciudad t an ig ual a Barcelona en muchos aspectos.

Ahora bien, es evidente que al relacionar el asma bronquial con los diferentes factores climáticos se ha estudiado con especial atención la atmósfera, y ello no obstante, aún falta mucho para compren­der varios de sus fenómenos. La atmósfera cons­tituye un lugar de incesante actividad, en la que se producen todos los fenómenos met eorológ icos y en la aue flotan además, en proporciones dispares y variables, セ ョヲゥョゥ、。、@ de partículas y sustancias de diferente naturaleza, orgá nica e inorgánica, así como gérmenes , mundo microscópico considerado en su mayoría como inofensivo y cuya importancia como agentes etiológicos del asma bronquial es sólo parcialmente conocida.

Por lo tanto, nos limitaremos en esta r evisión a considerar cuatro aspectos parciales de la acción atmosférica sobre el asma:

l. Acción climática determinada por los micro­organismos existentes en el aire.

2. Acción climática determinada por impurezas de la atmósfera.

3. Factores meteorológicos. 4. Factores quimio-climatológicos. l . Acción climática determinada por los micro­

organismos existentes en el aire. a) Pólenes: Entre los asmas de modalidad cli­

mática, algunos presentan caracter es evolutivos en relación con la vegetación o cultivo de determinadas zonas, en gran parte independientemente de la al­titud o de la latitud, y la flora atmosférica causal de los síndromes asmáticos (así como de otras ma­nifestaciones alérgicas) es de naturaleza polínica.

La polinosis no es frecuente en nuestro país. Su escasa morbilidad contrasta con la enorme frecuen­cia en otras naciones, como en los Estados Unidos, en donde existe en un promedio del 5 por lOO (SURINYACH). Estos enfermos presentan caracteres clínicos, inmunológicos y meteorológicos de signo

posi tivo ; sus ma nifestaciones se r eproducen siem. pre que s e trasladan a otras localidades de idéntica vegetación, a condición de coincidir con la floración de la plantas; sin embar go, caben posibles variacio­nes en la intensidad aler génica del polen en relación con la latitud o con la na turaleza del s uelo.

b) Hongos : Desde que STORM VAN LEUWEN rea­lizó en Rotterdam su experimento de hacer pasar a ire a través de un trozo de algodOn y demostrar así cómo la acción climá tica sobre ci<:>r tos asmas que apar ecían en zonas bajas y húmedas era de­bida a la presencia de hongos en la atmósfera de estos lugares, viene aceptá ndose por la ma yoría de los autores que el llamado asma climático o de costa y qu e gener almente apar ece en la proximidad del mar o de cursos de agua, es decir , con cierto grado de humedad a tmosférica, t iene en su forma pura un origen micótico y se produce por una aler g ia reagín ica o microprecipití nica (J I:IIÉNEZ DfAz y arjoセaI@ a los E umycetcs que pululan abundan­temente en el ai r e de estos lu gar es. Numerosísimos han sido los trabajos publicados estudia ndo esta modalidad etiológica del asma, descubr iendo nuevas especies aisladas del aire e investigando cada autor la flora mieplógica de su r esidencia o de ot ros lu­gares del país, así como intentando r elacionar sus variaciones cuantitativas o cualitativas con las mo­dificaciones de los factores mel<:>orológicos. Entre la bibliogra f ía ext ra nj<:>ra, y cuya revisión ser ía in­terminable, r <:>cordemos las publicac iones dP BROWN, F EINBERG y LITTLE, P RI'-:CE y MORROW, DURII,\:\1, RO\\'E, SELLERS, berセsteiセ@ y FEI:\'BERC, CADRECHA ALVAREZ, b i ebeセdorf@ y h aZGi Q ptoセN@ CAPlJ.\:\1, SAN· GIORGI, W ILLIA:'IIS, etc.

En España, en donde s<:> han publicado algunos t rabajos estudiando los hongos del ambítnle, los primeros estudios se deben a JIMÉNEZ DíAZ, quien comenzó el estudio s is t emático de estos mohos en 1929. En 1945 CANTO y JIMÉNEZ DíAZ realizan un estudio estadístico en Madrid, averiguando ade­más las variaciones cuantitat ivas en r elación con las condiciones atmosféricas , y en s us conclusiones observan que los hongos exis ten durante todo el año, aunque con dos curvas de elevación; una desde abril a septiembre, y otra desde. octubre a diciembre. MORALES y CANTO estudian la flora micológica en el aire en Alcázar de San Juan, y en sus observa­ciones aprecian también algunas diferencias en cuanto a la abundancia de las distintas especies; en la curva anual r egistran un aumento en diciem­bre, que se prolonga hasta ma yo, y otro desde fin de junio ha sta primeros de octubre. Recientemente LAHOZ y LAnoz, en un documentado trabajo de re· visión sobre el asma climático consideran que entre un total de 4.069 asmáticos, el 6,6 por 100 es de clima, y de ésto;;, el 97 por 100 son de costa; de estos enfermos climáticos, cerca del 50 por 100 son en forma pura, es decir, cuyas reacciones asmáticas serían provocadas exclusivamente por los hongos. Los esporos más frecuentemente recogidos del aire fueron: Aspergillus, Penicillium, Mucor, Cladospo­rium, Alternaria y Macrosporium, seguidos por el H elmintosporium, Fusarium, Botrycis. Siembras practicadas por LAHOZ, GAVILANES y DE JUAN en Gran Cana ria, dieron r esultados similares, obser· vando además frecu ente parasitación del crin vege­tal empleado en el relleno de los colchones y al­mohadas por la Alternaría, pero sin coincidir con una mayor frecuencia de r eacciones cutáneas a este moho. DíAZ RUBIO y sus colaboradores r ealizan セョ@minucioso estudio del contenido en hongos del a1re de Cádiz y sus modificaciones bajo la influencia de los factores meteorológicos; aislaron 29 géneros de

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TO)IOXLI ]IICM!lRO 4

ASMA Y CLIMA 229

hongos, y estudiand.o . ウセウ@ variaciones cuantitativas bservan que el Pemc1lhum, Cladosporium, Alterna­

セゥ。@ Macrosporium y Aspergillus se hallan durante todo el año, mientras que otras especies se reco­gieron sólo durante determinados meses. Esta ri­queza en hongos en la atmósfera de Cádiz puede sufrir aumentos y está ゥセヲゥオ・ョ」ゥ。、。@ sobre todo por los vientos de procedenc1a Este (segundo cuadran­te) produciendo un traslado del aire de regiones エ ・ イセ・ウエイ・ウ@ próximas, si bien los autores señalan que muchas veces las colonias fueron recogidas en cir­cunstancias de perfecta calma; de sus obervaciones deducen que las condiciones óptimas de humedad y temperatura ⦅アセ・@ caracterizan el clima ?e Cádiz permiten un max1mo desarrollo y presenc1a de los esporos procedentes del mismo suelo de la ciudad.

Hace siete años realizamos idénticos cultivos del aire de Barcelona y en otras localidades de la pro­vincia. Sin s eguir una estadística exacta de los gé­neros más frecuentemente hallados en la ciudad, pudimos, no obstante, observar un predominio del

Aspergillus, Penicillium y del Cladosporium, si­guiéndole en importancia la Alternaría. La presen­cia de estos mohos fué constante durante todo el año, aunque el número de colonias parece ser algo menor durante la primavera; asimismo encontra­mos que la cantidad de esporos en el aire es ge­neralmente más elevada durante las primeras horas de la mañana, disminuyendo durante el transcurso del día, recogiéndose además mayor número de co­lonias en la parte alta que en la zona media o en la portuaria. Al querer relacionar las variaciones cuantitativas con los factores meteorológicos no nos fué posible afirmar conclusión alguna sobre la in­fluencia de cualquiera de estos elementos. Véase, por ejemplo, el cuadro número 1, que corresponde a las siembras practicadas, en distintas fechas, en el mismo Observatorio del Servicio Meteorológico Nacional de Barcelona, y correspondiendo los dato.S exactamente al período de tiempo de exposición; únicamente pareció ser necesaria una cierta tempe­ratura ambiente.

CUADRO NUM. l.- Siembras practicadas en el Observatorio del Servicio Meteorológico Nacional de Barce­lona, con una hora d e exposición, durante el intervalo de dos horas treinta minutos a cuatro horas (T. M. G.).

N.° Col. F echas Bacterias

N .• Col. H ong os

T emp. •c.

Hum. %

P rs. atm . mm.

N.• d e núcleos

Veloci dad de con-Dirección vien t o densa ción del v iento Km/ hora cm•

Estado del c ielo

------- ------- ------- -------- ------ ------- ------------

3-II-44 10-II-44 20-II-44 27-II-4.4 3-III-44

11-III-44 17-III-44 24-Ill-44 31-III-44 22-IV -44 28-IV-44 4-V-44 12-V-44 23-VI-44 3-VII-44

43 262

5 19 93 80 89 30 44

147 72 ?

118 49

6 20

1 1 4 2 6

14 18 12 14 12 11 30 15

9,5 75 7 64 1,8 68 6 76 8,5 71

6,5 65 10,2 92 7,9 66

11 95 13 57 13 78 19 55 16 80 18,7 73 22 88

Obtenidos estos resultados en la ciudad Condal, ofrecía gran interés el compararlos con los regis­trados en las exposiciones practicadas en otras lo­calidades de semejante o distinta situación geográ­fica. En el cuadro núm. 2 resumimos los resultados, Y en éstos observamos que la existencia de hongos en el aire no es privativa de las costas, sino que

Mes

- --------

Julio "

Marzo "

Mayo "

CUADRO NUM. 2

Localida d

1 minuto exposición

Prat .. .. ..... .. ........ . ..... . Barcelona ... ... ... ... .. ... . Sitges ............... . . . ... . . .

1 hora exposición

Sitges ............ .. .. .. ... .. . Barcelona ...... ... . . . ... .. . Argentona ... .. .. .. . . ... . . .. La Garriga ..... .. ......... . Barcelona ... .. ... . ... ..... .

Media aritmética.

N. • Colonias Hongos

6,5 1 ,8 0,5

16 26 42 40 18

761,5 Variable 3 10.700 Despejado. 754,9 sw. 11 2.400 Cúbto. 9/ 10. 751,7 NNW. 18 3.114 Cúbto. 1/ 10. 740,4 NNW. 12 1.465 Cúbto. 9/ 10. 753 NNW. 6 4.020 Cúbto. 9/ 10. 755,4 NW. 17 3.830 Cúbto. 8/ 10. 758,4 wsw. 2 8.870 Cúbto. 8/ 10. 758,1 N. 15 2.860 Despejado. 748 w. 2 4.120 Despejado. 760,3 SSE. 4 4.580 D espejado. 756 N. 14 2.290 Despejado. 754,3 NE. 7 2.620 Cúbto. 3/ 10. 754 NNE. 3 10.490 Cúbto. 3/ 10. 748,8 NW. 3 2.030 Cúbto. 3/ 10. 754 NW. 2 3.700 Cúbto. 7/ 10.

pueden también hallarse en abundancia, a veces superior, en lugares del interior y alejados de la misma a condición de reunir dichas zonas mínimas condiciones de temperatura y humedad, caracterís­ticas comunes en nuestro país en múltiples zonas de dispar configuración y situación geográfica. La comparación con los resultados obtenidos en Ma­drid y en Alcázar de San Juan confirman este he­cho, y si bien la cuantía de esporos fué muy supe­rior en Cádiz, ello es debido no sólo a las condiciones de temperatura y humedad, sino también al predo­minio de vientos de procedencia terrestre (ESE.), sobre todo cuando aumenta su velocidad, teniendo en cuenta que parte de la zona terrestre circun­dante a Cádiz está constituida por huertas. Véanse los resultados obtenidos por nosotros en Prat, lo­calidad próxima a la costa y al SW. de Barcelona, con una rica y extensa huerta, y compárense con los de Barcelona y Sitges, localidades de costa, pero con escasa o ninguna zona de cultivo. Asimis­mo, vemos cómo en Argentona, villa a pocos ki­lómetros de la costa pero con diversos y extensos cultivos, la abundancia de hongos es muy superior a la del aire de Barcelona.

Por consiguiente, la existencia de una mayor cuantía de mohos en la atmósfera estaría condi­cionada no sólo por mínimas condiciones de hu-

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230 REVISTA CLINICA ESPA"DOLA 31 mayo Qセ UQ@

medad y temperatura, sino por la presencia en el lugar o en su proximidad de áreas de cultivo de cierta extensión, independientemente a su situación. JIMÉNEZ DfAz observó una mayor abundancia de Alternaría en el aire de Madrid, coincidiendo con una parasitación de tomates del Jardín Botánico, y HARRIS hizo idéntica observación en Ohío; según TOPLEY, la mayor acidez que presentan las tierras cultivadas favorece la vitalidad de los hongos.

En cuanto a las variaciones mensuales registra­das por distintos autores, dudamos que pueda dár­seles un valor absoluto, pues es muy posible que las cifras varíen de un año a otro, como pudimos comprobar en Barcelona cuando practicamos las siembras durante dos años consecutivos.

Si las anteriores consideraciones hacen dudar respecto al valor etiológico de los hongos como ca­racterístico del llamado asma climático, diversos hechos y observaciones de orden clínico r ecogidos por nosotros durante varios años confirman que lo más probable es que en el asma de costa la sensibilización a hongos tiene muchas veces tan sólo un valor adjetivo y la aparición de las crisis es independiente a la presencia de estos mohos. JI­MÉNEZ DíAZ reconoce que entre estos asmas de costa se trata en su gran mayoría de asmas bacterianos, y considera que sólo una minoría presentaría una sensibilidad única y especifica a los hongos.

Con gran frecuencia hemos visto asmáticos que han mejorado al trasladarse a Madrid, y sin em­bargo, cuando comparamos los datos obtenidos por CANTO y JI:>.1ÉNEZ DíAZ con los nuestros, a pesar de que cada observador empleó distinto tiempo de exposición, la cantidad de esporos existentes en el aire de ambas ciudades es aproximadamente igual. Otras veces, y ello es lo más frecuente, en la casi totalidad de nuestros casos la influencia p erjudicial de la costa es desde otoño hasta la primavera; durante estas estaciones los enfermos mejoran al trasladarse al interior, aun en localidades con abun­dantes es poros en el aire (LA GARRIGA), y sin em­bargo, al llegar el verano desaparecen sus trastor­nos, a pesar de permanecer en Barcelona o de tras­ladarse a otras localidades del litoral. Otros pa­cientes quedan libres de sus molestias, cualquiera sea la época del año, si abandonan nuestra ciudad y se trasladan a cualquier sitio (incluso de la costa), sin que pueda inculparse su asma a un alergeno casero.

Una interesante observación es la de DfAz RUBIO, quien ha visto asmas de sensibilización a Penicillium con ataques durante el invierno en Cádiz, y que han mejorado al trasladarse a Madrid, a pesar de contener el aire de ambas ciudades aproximadamen­te igual cantidad de hongos. Si bien el autor deduce que puede explicarse este hecho por una posible diferencia de especie dominante del género, señala además la posibilidad de otras razones de orden meteorológico.

Todo lo expuesto nos lleva a la consideración de que el asma climático no es equivalente al asma de costa, ni al asma por sensibilización a hongos. Existe, sin duda, un asma a hongos, aunque sea una forma muy poco frecuente y que no caracteri­za, ni mucho menos, al asma propiamente dicho de costa. El grado de humedad y temperatura ne­cesaria para el desarrollo de los mohos puede ha­llarse en lugares de condiciones climáticas muy dis­ti.ntas, . y como se trata de un alergeno muy d1fundido, creemos que su acción perjudicial asmó­gena se produce, principalmente, cuando la exposi­ción es intensa y continuada, como ocurre en es­pacios limitados, viviendas, parasitación en los

rellenos de los muebles, etc., y en sitios con excep. cional riqueza atmosférica.

En cambio, forman grupo aparte aquellos hongos parásitos como las Tilletia, Ustilago y Puccinia cuyos esporos, siguiendo un ritmo estacional, abun: dan en la atmósfera de las regiones donde se cuJ. tivan cereales.

e) A ero bacterias: Entre los microorganismos contenidos en la atmósfera terrestre existen bac­terias en gran abundancia. La mayoría de estos gérmenes son saprofitos y provienen del suelo, del agua, de los seres vivos y de las materias orgánicas. A veces se encuentran especies patógenas, y di­versos trabajos (HART, WALTER y HACKER, RICE WEED y RAID, etc.) han demostrado que pueden ser origen de infección hospitalaria.

La cantidad de esta flora del aire varía según las regiones, y si bien, como los mohos, son nece­sarias mínimas condiciones de humedad y tempe­ratura, la atmósfera no es, en condiciones ordina­rias, un medio favorable para su multiplicación; su número sufre oscilaciones en relación con el régimen de vientos y lluvias.

Esta flora saprofita, cuya importancia según To­PLEY falta todavía demostrar, ha s ido, no obstante, estudiada desde hace años. Diversos investigadores (PASTEUR, SARTORY y LANGLAIS, 11IGUEL, ROCHALX) habían observado la mayor pureza del aire en el mar, en la campiña, en la costa no habitada y en las grandes alturas; en cambio, se demostró una mayor abundancia de estos gérmenes en el fondo de los valles y la vecindad de las aglomeraciones urbanas, sobre todo si la atmósfera presenta con­diciones de humedad, en particular bajo forma de niebla, que les permite así conservar mejor su vi­talidad. Estudiando su presencia a diversas alturas, MAC QumoY halló un descenso de su número a ma· yor altura; RICE WEED, al estudiar las bacterias del aire en las salas de operaciones, registró oscilacio­nes estacionales y mayor cantidad de bacterias por la mañana que por la tarde.

En nuestras investigaciones realizadas hace unos años, simultáneamente al estudio de los hongos, practicamos diversas exposiciones de placas con medio de Agar Sabouraud en distintos puntos de la ciudad de Barcelona, así como en otras localida­des de la provincia. En el cuadro núm. 3 se resu­men algunos de los r esultados obtenidos.

CUADRO NUM. 3

Mes Localidad セ MMMM M -----Abril Sitges

Julio

Julio Argentona ........... .. .... .

'.farzo La Garriga ... ............ . .. Marzo ... . . . . . . . . . Barcelona Abril· .. .......... . Julio ............ .

N.• Col. Bacterias

14 43

2 19 20

120 186 132 150

96 454 475 336

Al observar las cifras señaladas, comprobamos que si bien las aerobacterias existen en todos los climas, a orillas del mar el aire es prácticamente puro. Pero a medida que aumentan las causas de

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To)!O :XLI Nú)!ERO 4

ASMA Y CLI MA 231

. rificación atmosférica, tales como: aglomera­jj⦅ャャpセウ@ y circulación urbana, explotación industrial, セQPP

ウゥエッウ@ de materias orgánicas de naturaleza ani-・セ@ 0 vegetal, etc., y reunir el clima condiciones r arables de temperatura y humedad, su número avmenta haciéndose notablemente elevado, como

au ' 1 A · · l 1 ocurre en b。イセ・@ ona. .sd1m1smod,. a comparar das ·rras de colomas recog1 as en 1versos puntos e f1

ciudad también puede apreciarse cómo el nú­セ・イッ@ de colonias de la parte alta fué mucho menor que en la zona del puerto ; además, las curvas es­tacionales セ・ュッウエイ。イッョ@ un marcado 。オュセョエッ@ du­rante el invierno y sobre todo durante la pnmavera.

Por otra parte, la clínica también nos ofrece repetidos ejemplos de asmáticos que por su curso y circunstancias evolutivas, con recrudecimiento de sus trastornos en Barcelona y liberación de éstos al trasladarse a cualquiera de las localidades cita­das en el cuadro, constituyen un grupo caracterís­tico que denominamos de " inadaptados al clima de Barcelona". No se trata de enfermos sensibilizados a alérgenos de casa ni a .hongos, p.ero ofrecen la particularidad de ver exarcerbar sus molestias cuando se aproximan al puerto; en cambio, mani­fiestan encontrarse mejor cuando se trasladan a los barrios más elevados de la ciudad.

Los resultados de estas observaciones nos hizo recordar la sospecha expresada antes por KAMME­RER de "si entre los miasmas causantes de los asmas climáticos ocuparían las bacterias un lugar impor­tante".

Por ahora hemos aislado hasta 17 bacterias dis­tintas del aire, con las cuales preparamos emul­siones, siguiendo la técnica de HOPKINS-THOMAS, y después de los brillantes primeros resultados te­rapéuticos, publicados en su día, hemos venido em­pleando estos gérmenes en el estudio y tratamiento de asmas climáticas inadaptados al clima de Bar­celona. La r evisión de los resultados nos ha per­mitido seleccionar de esta flora aquellas bacterias que presentaron un intenso y frecuente poder sen­sibilizante, a pesar de ser empleadas a altas di­luciones, por el gran número de r eacciones cutáneas positivas, así como por los frecuentes resultados terapéuticos beneficiosos.

Al comprobar la importancia de estos saprofitos con A. Foz TEÑA, efectuamos un estudio de los caracteres morfológicos, de cultivo y de las pro­piedades bioquímicas de estos gérmenes; de las ocho cepas estudiadas se identificaron: dos Cory­nebacterium, Pseudodiftérico ; dos Micrococcus, un Micrococcus rosaceus · un Micrococcus perflavus; un Staphylococcus epide;midis, y un Staphylococcus al bus.

Los resultados terapéuticos obtenidos con la de­sensibilización a estos gérmenes reafirman su im­portancia etiológica, sin que pueda atribuirse esta セ」。」ゥ。@ terapéutica a un efecto inespecífico. Hemos VIsto repetidas veces a asmáticos en los cuales ha­bía fracasado la tuberculinotcrapia o la vacunación con gérmenes respiratorios, responder eficazmente al tratamiento desensibilizante con estas aerobacte­rias, con las cuales es posible provocar intensas イセ。」」ゥッョ・ウ@ focales al aplicar una mínima sobredo­sificación. También hemos observado en asmas apa­イセョエ・ュ・ョエ・@ infecciosos la desaparición de las reac­Ciones asmáticas, a pesar de continuar sufriendo catarros descendentes o bronquitis estacionales.

Por consiguiente, entre las modalidades climáti­」N。セ@ del asma debe tenerse en cuenta la posible par­ticipación bacteriana del aire. Características clima­to.patológicas de est os enfermos serán: empeora­miento de sus molestias cuando residen en zonas

habitadas en condiciones favorables de calor, y so­bre todo de humedad, en localidades con frecuentes nieblas y calinas, especialmente en las ciudades in­dustriosas, y mejoría al tr asladarse a sitios del interior o de la costa alejados de los núcleos urbanos.

2. Acción climática deterrwinada por impurezas de la atmósfera.

Otro aspecto del problema de la influencia cli­mática sobre la provocación de la reacción asmática lo constituye la presencia en el aire de diversas partículas de naturaleza orgánica e inorgánica,

Fil:'. l .-Reacciones cutáneas positivas a algunas aerobac­terlas.

además de gases y otros compuestos diversos, que por su abundancia pueden caracterizar la atmós­fera de ciertas zonas, tal como suele ocurrir en los núcleos habitados o en sus proximidades, im­purezas que pueden ser trasladadas y levantadas por el viento.

La atmósfera de las ciudades, sobre todo las de actividad fabril , como Barcelona, contienen una enorme cantidad de impurezas, producidas o de­r ivadas en su mayoría por la actividad humana, además de la mayor concentración determinada por la configuración de las セ。 ャャ ・ウ N@ Polvillo, cenizas, hu­mos, r esiduos gaseosos, derivados todos de las com­bustiones industriales y orgánicas, a veces de tipo tóxico, como los gases nitrosos, el óxido de carbono, que OESTERLE y SCHULTZ hallaron aumentados en locales públicos, y residuos minerales, como los car­bonatos y silicatos, que MILLS encontró abundantes en el aire de las ciudades industriosas, etc. Añádan­se diversas sustancias de origen animal o vegetal

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(pelos, caspa, plumas, algodón, tabaco, etc.), y en este aspecto acaso hallemos otra interpretación alergénica de la influencia climática.

Estas impurificaciones constituyen, indudable­mente, un importante agente, muchas veces de acción inespecífica, en la provocación de los fenó­menos asmoides, sobre todo al actuar sobre sujetos con disposición asmógena. Se trata, por lo general, de asmáticos bacterianos o infecciosos que sufren periódicamente inflamaciones bronquiales de origen vírico o bacteriano, y sobre cuya mucosa alterada influyen dichos agentes como agresores inespecífi­cos que pueden poner en marcha el mecanismo de la reacción asmática. Durante los períodos inflama­torios es indudable que la mucosa naso-bronquial presenta una posibilidad reflexógena exagerada, que la hace sensible a los irritantes de diversa naturaleza; por este mecanismo puede interpretarse la acción perjudicial de las nieblas que contienen en cantidad elevadísima partículas de diverso orden (núcleos de condensación), y que son principalmente más tóxicas en las aglomeraciones (ROCHAIX ).

En el anterior capítulo nos hemos referido a los enfermos inadaptados al clima de Barcelona, y de­cíamos que en un cierto número de casos podía interpretarse este fenómeno por la presencia de abundantes bacterias en su atmósfera.

Pero es de advertir que este concepto de inadap­tado puede alcanzar un criterio más amplio, deter­minando un tipo de asmáticos "inadaptados urba­nos", y en cuyo origen debe pensarse no sólo en la acción alergénica de los microorganismos, sino también en aquellas sustancias de diversa natura­leza que impurifican todos los núcleos urbanos, so­bre todo cuando pertenecen a zonas industriosas. Son enfermos que ven disminuir sus molestias al alejarse de estos lugares, cualquiera sea su situa­ción, y mejoran después de •las lluvias.

3. Factores meteorológicos.

Aparte los asmas originados o provocados por los corpúsculos y sustancias que flotan en el aire, existen multitud de ellos, cuyas crisis parecen estar influenciadas por los factores metereológicos, sin ser posible, en numerosas ocasiones, determinar exactamente cuál ha sido el fenómeno causal.

Esta sensibilidad a las modificaciones meteoro­lógicas suele ser común a todos los tipos de asma; pero es particularmente propia de •las formas bac­terianas, tuberculínicas, complejas y de los asmas de base orgánica, siendo dado el observar asmas alimentarios o a polvo casero sufrir agudizaciones o desaparición de sus crisis por efecto de bruscas oscilaciones de la temper atura ambiente, de la pre­sión atmosférica o más frecuentemente en los mo­mentos pretormentosos. Es también corriente, en los asmáticos, el ·presentar una notable sensibilidad a determinados climas, con preferencia a los de mayor humedad atmosférica (proximidad de la cos­ta, ríos, pantanos), siendo menos sensibles a las atmósferas secas y cálidas.

Al r evisar la extensa bi·bliografía que sobre este tema existe, puede apreciarse cómo los múltiples trabajos que se han ocupado del influjo climático sobre las enfermedades respiratorias y en particu­lar sobre el asma bronquial, inculpan, según sea el estudio llevado a cabo por cada investigador, a todos los factores de la constelación meteorológi­ca (temperatura, humedad, ·presión atmosférica, vientos, ionización, etc.), cuyo influjo se ejercería a través de mecanismos, a su vez interpretados también de modo dispar. Así, TARGON considera que

los accesos asmáticos se deben a veces a pertu baciones eléctricas de la atmósfera, y según gunnaイセ@EDSTROM, el aumento de los iones positivos de 1 。セュウヲ・イ。@ haría 。オセ・Nョ エ。イ@ la. cronaxia de los ner: vws motores y sensitivos, mientras que el predo. minio de iones neg8Jtivos disminuiría esta excita. bil.idad .. RAVINA no cree pueda ーッョ・セウ・@ en duda la existencia de accesos de asma bronquml debidos a la hipersensibilidad del organismo al frío, y especial. mente la del árbol respiratorio. Hace algún tiempo LAIGNEL-LAVASTINE hizo observar que los sujetos con labilidad neurovegetativa están dotados de una notable sensibilidad meteorótropa a las variaciones de los factores atmosféricos. Sobre este aspecto tengamos en cuenta que uno de los caracteres cons. titucionales de los asmáticos y que perfila su per. sonalidad alérgica es su neurodistonía vegetativa expresada por una labil idad disreaccional del árbol respiratorio, puesta en marcha a través de meca. nismos vasomotores y espasmódicos. TARGON dedujo que en el asma los hechos no son de tan simple interpretación, y las variaciones de todos los fac. tores atmosféricos pueden actuar como causa coad· yuvante en la precipitación de las crisis. Muchos son los autores que opinan en este sentido de la acción desencadenante inespecífica de los cambios meteorológicos sobre el asma bronquial, especial· mente cuando aquéllos son bruscos (NELSON, RAP·

PAPORT y WELCKER, PETERSEN y V AUGIIAN, COUR·

TRIGHT y COURTRIGHT); PREUNER reconoce es muy difícil intentar sistematizar la acción meteorológica.

Realmente, el conocimiento de la influencia ejer· cida por los factores meteorológicos constituye un problema difícil de aclarar, por cuanto los elemen· tos que integran la atmósfera sufren influencias recíprocas que pueden dar lugar a acciones aparen· temente directas por parte de algún agente me· teorológico. ¡Cuántas veces nos hemos quedado pen· sativos ante paradójicos cambios ocurridos en la evolución de un asma bronquial!

En nuestra experiencia ejercida en climas de costa, la observación de los hechos parece confirmar la importancia de la humedad del aire en la deter· minación de la reacción asmática, pues muchos son los pacientes, sobre todo con asma bacteriano, que mejoran al trasladarse a climas del interior; otros, en cambio, no experimentan alivio alguno con este cambio de residencia, sin que en ambas circunstan· cías pudiera inculparse los epi.sodios a una sensi· bilidad frente a los microorganismos o sustancias existentes en el aire.

Vemos también cómo numerosos asmáticos ven recrudecer sus trastornos al llegar el otoño y la primavera (estaciones de las bruscas variaciones atmosféricas); otros los sufren de modo intenso durante el invierno; pero todos en· general mejoran al llegar el verano, estación durante la cual las cifras de humedad son a veces marcadísimas y los días con niebla o calina son casi tan frecuentes como durante el resto del año.

Este año, las circunstancias climáticas se carac­t erizaron por una brusca aparición de masas de aire frío, que determinó la aparición o la agudización de la reacción asmática en varios de nuestros en· fermos de origen bacteriano o complejo. Los hechos ocurrieron a primeros de diciembre de 1950, Y re· gistramos los cambios meteorológicos ocurridos e? Barcelona gracias a los datos que nos fueron retni· tidos por el Servicio Met eorológico Nacional. De la observación de éstos, sobresalen los siguientes hechos:

l. Un brusco descenso de .la temperatura am· biente (desde el 4-XII-50).

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GャGエᄏセoxlA@Nú)!SRO 4

ASMA Y CLIMA 233

2 Rápido descenso de la presión atmosférica.

3· Disminución de la humedad absoluta, a con­セ・ョ」ゥ。@ de la aparición de una masa de aire frío

セ・」@ origen siberiano, y que al mezclarse con la hu-eedad de la localidad disminuye sus valores.

m De la comparación de los datos, y teniendo tam­bién en cuenta los ヲ・セュ・ョッウ@ que se producen du­ante el resto del ano, .parece desprenderse una

r cción nociva por el frío, ya que las otras variacio­セ・ウ M ーイ・ウゥョ@ atmosférica y humedad--se producen también en la época estival sin ocasionar molestia alguna a estos enfermos.

De estos resultados, que indudablemente necesi­tan una mayor comprobación, parece deducirse la hipótesis, reconocida por otros autores, de consi­derar la influencia desfavorable del frío como causa importante en el_ 、・ウ・ョ」。、・セ。ュゥ・ョエッ@ de Nャセウ@ fenó­menos inflamatorws y reaccwnales del arool res­piratorio. Esta acción del frío suele afectar de ordinario a asmáticos de larga historia, con supu­ración en las vías respiratorias y que van perdiendo su capacidad de adaptación a los cambios de tem­peratura; estos enfermos poseen una deficiente ter­morregulación, localizada principalmente en el apa­rato respiratorio, y que se produce a través de mecanismos r efl ejos (SCHMIDT y KARIES) vasomoto­res, que originan alteraciones celulares y facilitan la acción de los gérmenes (WEBER). Son sujetos muy sensibles al enfriamiento, incluso a cambios térmicos normalmente inapreciables, y en su génesis intervendrían no sólo factores constitucionales he­redados o adquiridos (las bronquitis, etmoiditis y sinusitis favorecen indudablemente a las recidivas por enfriamiento), sino a la conjunción de otros factores externos, como la humedad y el viento (LUCKE).

4. Factores quimio-climatológicos.

Hace ya muchos años, MANFREDO CURRY empren­dió el estudio de la influencia de diversos factores meteorológicos, tanto sobre individuos sanos como sobre diversos enfermos, y a pesar de emplear ri­gurosos medios experimentales no obtuvo resultado positivo alguno. En vista de ello, intentó hallar la solución del problema mediante la investigación de los compuestos químicos del aire; después de una serie de mediciones y experimentos que duraron varios años, llevados a cabo con un grupo de cola­boradores, el investigador llegó a la conclusión de que el ozono poseía una predominante importancia en la regulación atmosférica de los procesos bio­.lógicos.

El ozono no existe sólo en forma pura, sino que al mezclarse con materias orgánicas, sobre todo al contener la atmósfera determinadas impurezas, se forman compuestos inestables - ozonides - que pueden disociarse como el ozono y poseen también una capacidad oxidante. Apreciando el hecho de que ·las variaciones en la concentración de las materias oxidantes ejercen un influjo capital sobre los pro­」・セッウ@ biológicos, valor de oxidación apreciable quí­In!camente, CURRY simplificó la nomenclatura desig­nando con el nombre de Aran a la totalidad de materias oxidantes de la atmósfera que es capaz de combinarse con el yoduro potásico en solución neutra. t Después de determinar multitud de mediciones, anto en Europa como en los Estados Unidos, en

t?das las estaciones del año y bajo diversas condi­Ciones meteorológicas, CURRY resume recientemente セイ@ estudios acerca de este interesante problema.

0 Podemos extendernos sobre las numerosas e in-

teresantes conclusiones a que llega el autor , y a continuación citaremos algunos de sus conceptos Y observaciones que pueden presentar alguna re­lación con el problema asmático:

l. Durante la noche, los valores de Aran son más bajos que durante el día. 2. Las altas con­centraciones se presentan en el ambiente climático de una masa de aire frío, y las bajas en el aire cálido; asimismo, las masas de aire polar y conti­nental poseen concentraciones elevadas de Aran, y las de aire meridional o marítimo, bajas. 3. Las cantidades de Aran y sus oscilaciones pueden ca­racterizar el clima de un lugar y distinguir incluso ·zonas muy próximas. 4. Las altas concentraciones de Aran producen adaptación vagotónica del orga­nismo, desviación alcalósica, intensificación de los fenómenos espasmódicos y disminución de los infla­matorios; en cambio, los bajos valores de Aran desplazan el organismo hacia la simpaticotonía, dis­minución de reacciones espasmódicas y aumento de las inflamatorias y exudativas. 5. Diversos trabajos experimentales demostraron las fluctuaciones dia­rias del ritmo fisiológico de las diversas funciones orgánicas, poniendo de manifiesto la gran sensibi­lidad de las personas vegetativamente lábiles a los cambios atmosféricos, o sea a las oscilaciones de concentración de Aran. 6. Entre los múltiples ejem­plos, r efiere que Barcelona tiene valores medios de Aran de tipo bajo; en cambio, Madrid los po­seería altos.

Este estudio sobre las influencias del aspecto quí­mico de la atmósfera-sustancias oxidantes próxi­mas a la tierra- constituye un nuevo aspecto, cree­mos todavía lleno de incógnitas. Sin embargo, es evidente que algunos hechos, como el de las repe­tidas r espuestas paradójicas de los asmáticos cuan­do sufren las oscilaciones meteorológicas o se tras­ladan a lugares de clima aparentemente semejante, pudieran acaso explicarse por las variaciones del Aran.

RESUMEN.

Es frecuente la sensibilidad de los asmáticos a diversos climas y a las variaciones meteorológicas; de ahí que en realidad casi todos los asmáticos pue­den considerarse como climáticos.

Siendo compleja la acción del clima y teniendo en cuenta la importante influencia de la atmósfera, pueden distinguirse las siguientes variedades de asma climático:

l. Los enfermos con polinosis son sensibles a determinadas zonas en relación con su vegetación.

2. Asmas inadaptados al clima urbano. Son en­fermos con asmatización del árbol bronquial, de base infecciosa u orgánica, en los que existe una facilidad reacciona! desencadenada por las impure­zas atmosféricas que abundan en los núcleos habi­tados y sobre todo industriales.

3. Los hongos pueden caracterizar por su abun­dancia a determinadas zonas, sobre todo ricas en cultivo y en condiciones favorables de temperatura y humedad, cualquiera que sea su carácter geográ­fico. El asma a hongos no es equivalente a asma de costa.

4. Asmas provocados por las aerobacterias. Es­tos gérmenes parecen abundar en mayor cantidad en las zonas costeras habitadas, siendo en cambio menor su cuantía en el aire de los lugares poco poblados, cualquiera sea su situación geográfica.

5. Casi todos los asmáticos son sensibles a las variaciones meteorológicas. Han sido inculpados todos los factores, constituyendo un problema difícil de aclarar. Sin embargo, es evidente la acción per-

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judicial de la humedad y del enfriamiento en los asmas bacterianos complejos y orgánicos.

6. Según las investigaciones de CURRY, las mo­dificaciones del Aran podría n explicar cier tas in­fluencias climáticas sobre el asma.

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ORIGINALES

GRANULOMA AGriNOMICOTICO CEREBRAL

E. LEY, P. PERAlTA y E. LEY hijo.

Instituto セ・オイッ」ゥイオァ■。@ (Instituto de Im·estlgaciones Médi­cas. Prof.: C. Jnrt:-;cz DIAZ). Cllnica セ・オイッアオゥイイァゥ」。@ Hos­

pital Central Cruz Roja. Madrid.

Dentro del grupo de afecciones consideradas hasta hace poco como incurables, y frente a las cuales poseemos hoy día medios terapéuticos de indiscutible valor, hemos de incluir las for­mas nerviosas de la actinomicosis. En efecto, las estadísticas arrojaban un porcentaje de mor­talidad aterrador, ya que morían el 100 por 100 de los atacados.

El panorama ha comenzado a cambiar en estos últimos tiempos; primeramente las sul­famidas, y después la penicilina y estreptomi­cina, se han mostrado como armas eficaces en la lucha contra tal enfermedad, de forma que, aunque todavía escasas, y quizá no tanto dada la rareza de la localización nerviosa del proceso, se han comenzado a ver publicaciones que ha­blan de casos curados.

El enfermo que motiva nuestra comunicación padecía una forma granulomatosa de hemisfe­rio cerebral izquierdo, y según nuestras noti­cias ha sido el primer caso, de los dos publica­dos, que ha salvado de tan grave afección, ya que, en efecto, la enferma de J ACOBSON y CLO­WARD fué tratada en el año 47, y el de ScHNEI­DER y RANO en el año 48, mientras que el nues­tro lo fué en el 45. Hemos retrasado en todo lo posible la publicación del mismo para poder afirmar sin género de dudas la curación, si bien uno de nosotros (LEY) hizo de él objeto de breve comentario en el año 4 7 ante la Sociedad Escandinava de Neurocirugía.

N o pretendemos con esta aclaración ninguna

s ignificación extraordinaria, si bien puede te­ner cierta trascendencia, desde el punto de vista terapéu tico, pr imero por llevar más años ob­servado y poder considerar más definitiva la curación, y segundo porque las únicas arma> terapéuticas empleadas f ueron: yoduro potási· co, sulfatiazol y penicilina. A estos agentes, juntamente con la intervención, hemos de acha· carel éxito. Aprovecharemos el estudio de ョオ ・セ ᄋ@

tro caso para resumir el estado actual de la terapéutica y revisar alguno de los problemas de la actinomicosis de tal localización.

REVISIÓN DE LA LITERATURA.

En general, la actinomicosis del sistema ner· vioso central es una contingencia rara. La lec· tura del libro de CoPE, publicado en el año 38, nos da una clara idea sobre tal hecho. De la ingente cantidad de enfermos por él recogidos -1.330- solamente 18 correspondían a formas nerviosas, incluyéndolos en su clasificación den­tro de un grupo que denomina "miscelaneus':, juntamente con otras localizaciones extraordt· narias.

Fué PONFICK, en 1880, ef primero que descri· bió la actinomicosis cerebral, planteando la po· sibilidad de una localización primaria de la enfermedad. Desde entonces hasta 1937, FRIED­

MAN y LEWY logran encontrar 108 casos publi· cados, resumiendo, en su magnífico trabajo, al· gunos de los más importantes. LEwiN y MoR?AN, en el año 4 7, han añadido a esta cifra cmco casos más, publicados en aquel mismo lapso de tiempo. Se trataba de tres formas meníngeas y dos abscesos. De las meningitis, una era ?on· secutiva a una actinomicosis del esfenoides (BEEVOR y BuzzARD, 1903) ; otra, coincidente con focos múltiples del cuello Hbelkowセ Q ᄀ@1911) , y otra, secundaria a un foco abdom1na y que juntamente con el proceso meníngeo pre·