ÍNDICEEDITORIAL/EDITORIALA….................................................................................................................................9-‐14EDITORIAL…………………………………………………………...............................……………………………………………................……15-‐18
MONOGRÁFICO: MATERIALIZANDO LA DESIGUALDAD SOCIAL
Limitaciones arqueológicas o la culpa es del registro ASSUMPCIÓ VILA MITJÀ..........................................……...........................................……..…….…….…….…….…….…............21-‐24
Por una Arqueología Social, contra las manipulaciones convenientesPEDRO V. CASTRO-‐MARTÍNEZ Y TRINIDAD ESCORIZA-‐MATEU........................................................................………….25-‐42
MARTA CINTAS PEÑA..................….......................................................................................................................………43-‐62
milenio a.C.) en el noreste de la Penínisula IbéricaSTÉPHANIE DUBOSQ.............................................................................................................................................63-‐82
De la materialidad a la interpretación arqueológica: Análisis de las desigualdades sociales en el poblado argárico de PeñalosaEVA ALARCÓN GARCÍA Y ADRIÁN MORA GONZÁLEZ.............................................................................................…….83-‐107
HERNANDO JAVIER GIRALDO TENORIO.................................................................................................................109-‐125Cosas, personas y espacio social en el estudio de la desigualdad social. La trama de las relaciones en una sociedad diferenciada
ANDRÉS LAGUENS.........................…....……………………..................…………………………………………....…….............................127-‐146
ZURIÑE SÁNCHEZ PUENTE, REBECA GARCÍA GONZÁLEZ, ANA GRACIA TÉLLEZ Y JOSÉ MIGUEL CARRETERO DÍAZ......147-‐158
CARLOS MARÍN SUÁREZ.......................................................................................................................................159-‐182Arqueología y sexualidad: La materialización de una desigualdad
ENRIQUE MORAL DE EUSEBIO..................................................................................................................................183-‐196
ENTREVISTA
Arqueología de la desigualdad y desigualdad en Arqueología: entrevista con Alejandro F. Haber........................199-‐207
VARIA
Objetos arqueológicos como objetos del presente: reconsideraciones en torno a la evocación, el legado y la protecciónSOLEDAD BIASATTI.............…..…........………......................……......................……................................................……….211-‐225
La ría de Arousa: un ejemplo de la ocupación y explotación de la costa en época romanaERIK CARLSSON-‐BRAND FONTÁN Y DAVID FERNÁNDEZ ABELLA..................………………………………………………………...227-‐246
CRISTINA NOVOA JÁUREGUI Y AMAIA GÓMEZ CASQUERO....................................................................................247-‐259
espacialSARA PRATA................................................................................................................................................................261-‐279
RECENSIONES
Revisando los clásicos: La evolución de la sociedad de Vere Gordon Childe
Métodos y técnicas de análisis y estudio en la arqueología prehistórica. De lo técnico a la reconstrucción de los grupos humanos.
Marcos García-‐Díez y Lydia Zapata Peña
AMAYA ECHAZARRETA E IZASKUN SARASKETA.............………………………………………………………………...……...............293-‐296
REVISTA ARKEOGAZTE/ARKEOGAZTE ALDIZKARIAN.º 4, año 2014. urtea 4.zbk.
Monographic: Materializing social inequality
La cueva de los sueños olvidados (dir) Werner Herzog
ALBERTO LOMBO.......................................................................................................................................................297-‐302
Arqueología del campesinado medieval: la aldea de Zaballa
LLEDÓ RUIZ DOMINGO................................................……………………………………………….............................………….303-‐307
El poblamiento rural de época visigoda en Hispania
JOSÉ CARLOS SÁNCHEZ PARDO.................….......………………..............…..................….............................………….309-‐312
Revista ArkeogazteNº4, pp. 283-‐291, año 2014
REVISANDO LOS CLÁSICOS: LA EVOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD, de Vere Gordon Childe
Klasikoak berrikusten: V. G. Childe-‐en Gizartearen bilakaeraReviewin
arqueólogo australiano, ubicados en estanterías alejadas entre sí, habían pertenecido al mismo dueño, como se podía comprobar con la nota autógrafa recogida en la primera página. Ambos volúmenes habían sido comprados por un estu-‐diante de Letras en Salamanca en la década de
demuestra cómo en el tardofranquismo un inves-‐-‐
traba sin mayor problema en las librerías del país.
ha señalado M. Díaz-‐Andreu en contraposición a la opinión de otros autores como José Alcina Franch (DÍAZ-‐ANDREU, 1998: 53).
un régimen aislado internacionalmente hasta la
Sociedad de Et-‐ de Madrid.
-‐
dueño absoluto de la Arqueología española por
NW de la Península Ibérica, concedió una generosa donación económica al -‐
y abrió la puerta de publicaciones
les preocupaba a los arqueólogos españoles. Les
-‐dad”, los estudiosos de la ciencia del hom-‐
-‐tos individuales que modelan el curso de la historia.
1. Introducción: Childe en España.
me animaron a escribir una recensión
sobre sociedad, evolución y cambio. Para elegir
tratar a esta referencia mundial en una época en la que la Arqueología española se hallaba en la
la ruptura de esta situación de marginalización fue el reconocimiento de España como miem-‐
El Pacto de Madrid de 1953 con Eisenhower precedió a la organización del primer
el estallido de la guerra civil. Nos referimos al IV
(Madrid, 1954). La Arqueología 1.
-‐démica y sus obras de introducción a la arqueología fueron divulgadas en España. El papel jugado por el cine y la televisión o la gestación de una clase media
factores que contribuyeron a consolidar un cierto in-‐terés popular por la Prehistoria y la Arqueología. De hecho, uno de los programas de mayor impacto por aquel entonces fue , de RNE, en el que grupos escolares de todo el país, al mando de su maestro o maestra, elementos
La edición que manejamos de la Social se publica precisamente en esta época, y está dirigida sobre todo a público universitario. Esta popularización de la Arqueología se hizo no-‐
en la , que amplió
campamentos de arqueología. En el marco de un proyecto que estamos desarrollando sobre la -‐
, lo-‐calizamos en el Archivo Provincial de Pontevedra la memoria de uno de estos campamentos, organiza-‐
1. En el ruedo por España cursado a los congresistas también se incluyó una visita guiada a como así aparece consignado en las actas.
se popularizaron mientras que el -‐
do en consideración por la Arqueología española hasta la década de 1980, y aún así sus ideas fueron asumidas por una minoría, dentro de un panorama dominado por la tradicional Arqueología histórico-‐
-‐
-‐
164-‐165).
-‐blica esta obra que reseñamos. Por lo tanto, es, en cierta medida, una obra de madurez en la que
-‐-‐
brillantez como divulgador. De hecho, a pesar del
es una versión escrita de un ciclo de conferencias -‐
son.
Para comprender
recordar mínimamente la propia trayectoria del
se marcha a estudiar al Reino Unido. De hondas -‐
no ser movilizado. En su Australia natal milita en la desde donde denuncia el reclutamiento de los jóvenes
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como Gallipolli o el frente francés. Desengañado
(1926) ocupará un lugar central en la conciencia
(1925) sienta las bases de la arqueología prehistórica al aplicar por vez primera el concepto de de Kossina pero privándolo de cualquier conno-‐
Dentro de su pensamiento arqueológico va a tener una enorme incidencia su primer viaje a la URSS en 1934 en donde conoce de primera mano
-‐cuela totalmente desconocida en Europa occi-‐dental. El impacto que le produce lo que ve, le lle-‐va a prestar más atención a la materialidad como herramienta para discernir la naturaleza de las culturas arqueológicas. La consecuencia de este
Scots (1946), obra en la que se ensaya el mismo procedimiento de presentación de los datos que vemos en . En la línea
-‐
En 1944 publica La historia de las herramien-‐tas
Engels en , traducida al polaco, al hún-‐
garo y al chino. En 1945 realiza un segundo viaje a la URSS. (1947) y Migraciones
(1950) anteceden al libro que nos ocupa.
3. La evolución de un arqueólogo socialista.
Ser socialista no es un accidente: Childe es -‐
79).
How Labour
, todo un ejemplo de su implicación
-‐-‐
telectual,
viaje a la URSS en 1945 antes de escribir Social Evo-‐ no hizo más que consolidar esta postura a
las hipótesis en los restos arqueológicos, sin llegar a forzar los datos, obviando vacíos arqueológicos:
deducir el grado de ningún invento técnico -‐
1965:21).
-‐turas arqueológicas, considera que los indicios referidos a sistemas de parentesco o la posición
1965: 38). Esta es la mayor pega2 que pone al
hoy nos resultarían sorprendentes pero no lo eran tanto
de Stalin; nos referimos a la cita de Stalin en la página 45 y
-‐
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valores del pensamiento childeano. A su vez, el libro que nos ocupa supone un paso más en el conjunto de su obra a la hora de remodelar el concepto de tan caro al par-‐
formó el autor:
-‐
nuevas culturas .
y esboza una categoría que hoy es de uso común, como es la de la cultura material3
una conducta social:
-‐
-‐blecía la en
(KLEJN, 1993: 16).
-‐
-‐-‐-‐
-‐
mostrar mucho interés por la analogía etnográ-‐
sobre el poder como herramienta de control social es crucial en el pensamiento childeano. En este
adaptación a un medio, de la conducta y la ac-‐-‐
-‐dentes, especialización artesanal y control de los
claro de lo que después se daría en llamar
-‐-‐
las mismas condiciones en que suelen habitu-‐
-‐-‐
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-‐pretación sociológica de los datos arqueológicos sigue siendo toda una lección hoy en día para to-‐dos aquellos y aquellas que nos dedicamos a la in-‐
convencido de que la arqueología puede propor-‐
gobierno y de la familia, el reconocimiento del rango, la distribución del producto social y la prác-‐
-‐
el caso de las sociedades con caudillajes. Nuevamente, -‐
cia la posibilidad de formular leyes universales de la conducta humana y hacia la constatación mate-‐rial de modelos sociológicos:
-‐tencia de una aristocracia63).
-‐-‐
lineal
desgranando las evidencias empíricas que per-‐-‐
tencia o no de diferencias sociales. En algunas de las culturas que analiza, ve indicios claros de jerar-‐
-‐
y la aparición de tumbas individuales le hace pensar en el surgimiento de la propiedad privada:
-‐
-‐
sobre el origen de esta autoridad. Todo lo
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-‐-‐
tensamente.
-‐-‐
-‐
enteramente de las retribuciones del man-‐
mucho de sus riquezas a los regalos que se
emplear el concepto de clase social hasta la aparición de las civilizaciones bárbaras mesopotámicas, el Egipto
La evolu-‐ a los siguientes términos: rango
1965: 115, 129, 165, 174), hegemonía y dominio
todo momento, pone en entredicho las categóri-‐cas interpretaciones sociales de sus colegas sovié-‐
81).
En Okladnikov mis colegas rusos admiten -‐
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287Klasikoak berrikusten
Además de adentrarse en el proceloso mun-‐
la esclavitud, privilegiado objeto de estudio de
evidencias de esclavitud en la Europa central pre-‐
tema muy interesante como es la apropiación del tra-‐bajo comunitario por las jefaturas que van a dar lugar
duda metódica:
-‐
-‐cia
[construcción de murallas ciclópeas] oblig-‐
-‐-‐
-‐
-‐
-‐zación, le lleva a reivindicar los conceptos-‐clave, las ideas-‐fuerza sobre las que se asienta su pecu-‐liar visión de la Pre y la Protohistoria:
En tanto que prehistoriador, la tarea del ar-‐-‐
vas culturas y tratar de completar su descrip-‐ción de cada una de ellas.El procedimiento metodológico a seguir para fundamentar el discurso histórico es llevar a cabo una descripción sumaria de los rasgos más sobresalientes de los sucesivos
después, volver a ordenar el material por
Adopción de criterios tecnológicos para la
la valoración del nivel de una sociedad en la escala de la evolución.El reconocimiento de la adaptación como una condición para la supervivencia, tanto para las sociedades como para los organis-‐mos. La difusión como herramienta de inter-‐cambio de ideas y progreso técnico dentro
-‐mente, pero la arqueología puede probar el intercambio –esto es, la oportunidad para la difusión-‐ entre sociedades diferentes.El surgimiento de los jefes y de la civilización
y con una ideología de poder. Así por ejem-‐plo, el proceso de divinización del faraón le concedió también el derecho moral a los servi-‐cios de su pueblo e igualmente a su producto
-‐ra de una adaptación a un medio, tanto hu-‐
sociedad vivir y desarrollarse. La evolución cultural es un proceso racional e inteligible.Mientras la evolución social es lenta, el cam-‐bio cultural puede manifestarse de manera mucho más rápida.La difusión está protagonizada por los préstamos culturales entre sociedades
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-‐-‐
[la de los ar-‐
-‐-‐
(KLEJN, 1993: 143).
A pocos días de celebrarse una nueva edición del ,
esta vez en Gasteiz, uno se da cuenta del enorme
de arqueólogos más jóvenes. Precoz militante so-‐
de la lucha obrera… sin duda nos encontramos
grandes historiadores del siglo XX (véase el caso del medievalista francés, recién fallecido, Jacques
esa generación de antropólogos y arqueólogos implicados en los verdaderos combates por la historia, como aquéllos que lucharon contra el
-‐
australiano se mantuvieron hasta su suicidio el 15 de octubre de 1957 en Mount Victoria, Nueva Gales del Sur. De acuerdo con sus propias declara-‐
1956. Algunas opiniones autorizadas consideran que el descubrimiento de los horrores del estalinis-‐mo tras las revelaciones de Khrushev y la represión de la revolución húngara de 1956 minaron la causa
(FAULKNER, 2007).
Nuestro autor estaba convencido de que la evolución social era posible, e incluso vio en la
-‐-‐
miento arqueológico. De allí se trajo una de sus
revoluciones que marcaron la transición entre los -‐
Childe -‐
-‐-‐
mente, no como dogma.
se sitúa entre su segundo (1945) y su tercer viaje (1953) a la URSS. Si bien sigue aplicando el esquema evolucionista
-‐cen renegar de cualquier apriorismo. Vemos aquí
de Morgan, la asunción plena de un enfoque ma-‐terialista del devenir humano, una concepción de
la cultura al desarrollo social como objeto privile-‐giado de estudio.
-‐
en una verdadera mental en la que se proponen ideas que van a ser retomadas por los paradigmas teóricos posteriores, aparentemente tan antagónicos, del procesualismo y la Arqueología
parejo a la concepción de la cultura como una conducta de supervivencia, de adaptación a las condiciones cambiantes del medio ambiente. Por otro lado, no renuncia a ver en la acción social un factor determinante en el curso de la historia (V. Lull y R. Micó (2007: 193):
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-‐
generaciones de lectores.
Pero, además, el libro que nos ocupa, posee -‐
da sobre las dinámicas sociales y las relaciones de poder. A la hora de escribir estas líneas se
aniversario de la proclamación de la II República española, un régimen abortado por el conserva-‐
-‐tesis que escribió desde el período de la guerra
-‐ciones sociales que impedían el progreso. En La
podemos ver como el arqueólogo australiano considera que en las civi-‐
tradición mantenida por la jerarquía lastraban el avance marcado por el desarrollo tecnológico y la
sociedades progresistas, donde las relaciones de
-‐dades conservadoras en las que los sistemas so-‐
-‐
-‐tro de la norma general de la cultura de la
-‐DE, 1965: 172).
de crisis social aparecen innovaciones tecnológi-‐cas, surgen nuevas ideas que pueden acelerar los
-‐mación parece adecuarse a los postulados de las
escuelas de negocios que siempre ven en las crisis
sabe que en las guerras hay siempre individuos y corporaciones que alcanzan ingresos millonarios. Por el contrario, las crisis también aceleran el nacimiento de nuevas realidades, dinamizan la
-‐queólogos y arqueólogas estamos obligados a
funcionalismo y evolucionismo en
universal de la humanidad201).
En todo caso, siguiendo a M. Díaz-‐Andreu (1998: 52):
el punto de alcanzar cotas surrealistas. Este fue
1993). Admirador de Ledesma Ramos, formó par-‐te del núcleo duro de intelectuales que diseñaron
la guerra civil. Profesor en la Academia de Man-‐dos José Antonio, se marchó a la División Azul a
-‐tagonizar en Madrid una quema de libros dar-‐winistas de los fondos del Museo Etnológico Na-‐
Madrid. En 1955, tras la caída de los falangistas
-‐
divulgó a sus alumnos el pensamiento childeano, que llegó a naturalizar en sus publicaciones sobre
armas en la mano en 1941-‐1942 pasó a divulgar en las aulas universitarias las grandes aportacio-‐
Revisando los clásicos
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290
Su
-‐
.
El estudiante de Letras de Salamanca que compró el ejemplar que usamos para esta reseña de subrayó y anotó párrafos enteros del libro, sobre todo aquéllos referidos a la Grecia micénica y arcaica. El estu-‐diante era José Luis Melena quien llegaría a ser
Letras de Gasteiz. En 1999 recibió el premio Eus-‐
José Melena murieron en un trágico accidente de avioneta en Vélez-‐Málaga. Este libro fue donado
pequeño homenaje a ambos.
Madrid.-‐-‐
cos. Madrid.
Andes”, en (post del 21 de julio de 2013).
-‐des.html Fecha de consulta: 29 de abril de 2014]
-‐
.
del Real: In Memoriam”. -‐historia, 50: 1-‐9.
(Ed.): -‐, 10: 52-‐
Lisboa.-‐
ist Archaeology”. -‐-‐
php4?id=367%3D116sep Fecha de con-‐sulta: 29 de abril de 2014].
Revista de Occidente, 152: 9-‐24.
KLEJN, L. S. (1993): -‐-‐
da
-‐lona.
-‐faturas y… brigadas internacionales”, en
guerraenlauniversidad.blogspot.com.
brigadas.html Fecha de consulta: 29 de abril de 2014].
1957”. 8: 298-‐299. -‐
G.: London.
Childe: 123-‐132. University of Pennsylva-‐nia: Philadelphia.
, 4, 2014, pp. 283-‐291
291Klasikoak berrikusten