REPRESIN
REPRESIN DEMOCRTICA(JUICIO CONTRA ORDINE NUOVO EN ITALIA)EDITADO
POR CLEMENTE GRAZIANIEste escrito es obra del jefe histrico de
Ordine Nuovo Clemente Graziani y fue presentado como defensa
poltica al juicio contra el Movimiento Poltico Orden Nuevo imputado
de reconstitucin del disuelto Partido Fascista (en Italia una ley
constitucional, la ley Scelba prohibe la reconstitucin de dicho
partido). Es una defensa poltica hecha no tanto para los jueces,
cuanto para el pueblo y frente a la historia al fin de demostrar
las verdaderas razones que provocaron el juicio, razones que hay
que buscar ms all de las fronteras nacionales, all donde se
encuentre el "poder oculto que gobierna el mundo a partir de la
Segunda Guerra Mundial y no permite la existencia de voces
disonantes y sobre todo opuestas a las directrices establecidas; un
poder frente al cual los gobernantes italianos no son nada ms que
lacayos obedientes y temerosos,Ms que de una defensa se trata aqu
de una enunciacin de principios, los principios del mundo
tradicional frente a aquellos del mundo moderno. Clemente Graziani
nos da, al mismo tiempo, una clara imagen de la realidad opresiva,
muchas veces absurda, siempre antidemocrtica de la democracia
italiana de los aos setenta. Realidad que no ha hecho otra cosa que
empeorar cada da ms hasta convertir el Estado italiano actual en un
rgimen policial peor que una dictadura en donde el ciudadano no
tiene ya ningn derecho mientras la polica tiene plenos poderes,
llegando estos poderes hasta el ejercicio indiscriminado de la
tortura, como demuestra la denuncia con relativo escndalo, (que
dejar las cosas como estaban, porque Italia es el pas de los
escndalos sin consecuencias), del peridico L Espresso" en este
mismo ao.El Movimiento Poltico O.N., naturalmente, fue condenado en
este juicio y pas sucesivamente a la clandestinidad empezando la
lucha revolucionaria en condiciones dursimas, sin ningn apoyo
internacional al estilo de las Brigadas Rojas sino, al contrario,
siendo perseguidos sus militantes en todos los pases de
Europa.Actualmente las nuevas generaciones estn generosamente
aportando su contribucin, en nuevos grupos que representan la lgica
evolucin y actualizacin de la lucha nacionalrevolucionaria, a la
batalla de siempre.Este escrito est dirigido a todos aqullos que
asqueados por la realidad del mundo de hoy sepan evolucionar del
pasado y puedan enfrentarse con el futuro.MEMORIAL DE DEFENSA DE
CLEMENTE GRAZIANI PRESENTADO EN EL JUICIO CONTRA EL MOVIMIENTO
ORDINE NUOVO POR RECONSTITUCION DEL DISUELTO PARTIDO FASCISTASeor
Presidente, Seores del Tribunal.No creo que subsista ninguna duda
sobre el hecho de que este juicio en el cual por primera vez y
despus de muchos aos se intenta aplicar contra un movimiento
poltico la ya tan debatida ley Scelba tenga una gran importancia no
solamente en el plano jurdico, sino tambin y sobre todo en el plano
poltico e histrico.Es normal as, que yo, como secretario poltico de
este movimiento, tenga la preocupacin de no conseguir - en esta
sede, a causa de las limitaciones en las cuales est necesariamente
sometido un interrogarlo judicial - explicar completamente al
Tribunal, a la prensa y a la opinin pblica las delineaciones
ideolgicas y polticas del movimiento "ordinovista". Por otra parte,
puntualizar en sus justos trminos las finalidades de la lucha
poltica y revolucionaria de Ordine Nuovo" es casa absolutamente
necesaria, ya que de nuestro movimiento se habl y se sigue hablando
del todo a despropsito. Otra preocupacin es que los argumentos que
tendr que desarrollar, argumentos que van desde el concepto
aristocrtico y tradicional, a la doctrina del Estado orgnico; desde
la problemtica existencial surgida con la contestacin en el mundo
de los jvenes a las motivaciones de la lucha a la sociedad burguesa
y democrtica, son difciles de reducir al normal proceso de
verbalizacin del debate, que ya por su naturaleza es demasiado
resumido y didasclico.Por estas motivaciones y por consiguiente,
opino que el tribunal querr aceptar este memorial y aducirlo a las
actas procesales.Ahora bien, antes de pasar a la exposicin de las
finalidades polticas del movimiento ordinovista, creo que es til
puntualizar que yo hablo en nombre y en representacin de aquellos
camaradas que siguen militando en Orden Nuevo y que se sientan a mi
lado en el banquillo de los acusados. En el momento en que ellos
sern llamados a declarar confirmarn en la forma y en su contenido
este documento.Para los dems, para todos aqullos que se encuentran
aqu, con nosotros, complicados en unos hechos que no les
corresponden, como consecuencia de inexactos informes facilitados
al fiscal por las varias comisaras generales de polica, creo que es
oportuna una subdivisin en grupos, hecha sobre las bases de sus
cualificaciones polticas y tambin, por algunos, en relacin con su
conducta moral manifestada en ocasin de este juicio.Uno de estos
grupos est compuesto por quien hizo parte de Orden Nuevo en el
pasado (Gentile, Stabile), cuando Orden Nuevo era simplemente un
Centro Cultural, paro nunca dio su adhesin al Movimiento (Sacucci,
Esposito, Marino, Ragusa y otros pocos ms) pero despus han sido
reabsorbidos por la accin de recuperacin del Movimiento Social
Italiano Derecha Nacional y han confluido en este partido que ya
haba fagocitado la vieja clase dirigente del Centro
cultural.Tenemos despus otro grupo compuesta por personas que nunca
dieron su adhesin al Centro cultural, ni al Movimiento poltico,
personas completamente desconocidas para nosotros antes de
encontrarlas en este aula (Ligato y otros). Por lo que se refiera a
Moschetto y Di Mayo es ya conocido por el fiscal como estos haban
realizado una iniciativa de fraccionamiento absurda y polticamente
ambigua: o sea intentaron crear una formacin autnoma, en Npoles (no
muy inslito fenmeno a ciertas latitudes), usando arbitrariamente
nuestro smbolo y nuestra denominacin.Estn claras las motivaciones
por las cuales tambin con este grupo el Movimiento Poltico Ordine
Nuovo no tiene nada que ver. Por ltimo tenemos un caso nico y
original: lo de Chittaro indicado por la comisara general de
Florencia como un exponente de Orden Nuevo en la antedicha ciudad.
Esto nos da la idea de la superficialidad con la cual han sido
redactados los informes de la Polica a la Fiscala del Estado. Quin
es este Chittaro? Nos hemos informado sobre l como sobre todos los
dems que nos resultaban desconocidos. Y qu es lo que hemos
descubierto? Hemos descubierto que Chittaro no slo nunca pens en
acercarse a Orden Nuevo, sino que es una persona que nunca ha
actuado polticamente ni a la derecha, ni en el centro, ni a la
izquierda, su ms autntica vocacin siendo la de animar fiestas
estudiantiles. Entonces por qu ha sido arrastrado al banquillo de
los acusados y se la ha puesto una etiqueta poltica que le marcar
para toda la vida? Esto est clarsimo! Parece que en la casa de un
conocido o amigo, que se suicid la Polica encontr una bandera nazi.
Ergo... el Chittaro, como tambin el joven suicida, no puede ser
nada ms que un exponente del movimiento neonazi Orden Nuevo. No es
culpa nuestra si tales y tantas son las posibilidades inductivas de
algunos funcionarios de la Polica democrtica... al servicio del
ciudadano, como tampoco somos responsables si muchos de los
acusados en este juicio resultaran completamente ajenos a Orden
Nuevo.Quede bien claro que hemos desagregado este "cocktail! de
acusados en sus varios y absurdos componentes no para colaborar con
la justicia burguesa, y tampoco para aligerar las supuestos
responsabilidades de quien ha sido arrastrado, muy inoportunamente,
a compartir el destino de un grupo revolucionario que, con pleno
conocimiento, acta en un clima de represin y de dictadura
democrtica. Todo esto no nos atae, no es asunto nuestro. Al
contrario, cuanto ms la justicia burguesa se equivoca, ms se hunde
en el barro pantanoso de los juicios persecutorios donde toda
concepcin de derecho desaparece en el lodo, ms fcil ser para
nosotros conducir la crtica y la lucha al sistema del cual,
exactamente "cierta justicia burguesa" es la expresin ms
adelantada. Hemos al contrario intentado aportar un poco de
claridad sobre la topografa del banquillo de los acusados
simplemente con el fin de informar a este Tribunal y a la prensa, y
por lo tanto la opinin pblica, de que lo que se declarar en este
aula durante los interrogatorios de imputados que con Orden Nuevo
no tienen nada que ver comprometer polticamente solamente a las
personas que produzcan estas declaraciones y, eventualmente, a la
formacin poltica a la cual efectivamente pertenezcan.Estoy seguro
que el Tribunal y los mismos imputados no ordinovistas nos
reconocern el derecho y el deber si este juicio debe ser el juicio
al Movimiento Poltico Orden Nuevo, de disociarse, de tomar las
debidas distancias de nuestra organizacin y sobre todo de quien
(como Pioli y otros ms) esta disciplina y esta milicia han
renegado, despus de haber sido imputados en este juicio, no por
disentimiento de carcter poltico e ideolgico, como querra hacer
entender un abogado en relacin con su cliente, sino nicamente por
cobarda.Quedando bien claro lo antedicho, podemos ahora pasar a la
acusacin especfica. Haciendo esto el Fiscal Vittori u Occorsio
acredita a nuestra modestsima organizacin de haber, ni ms ni menos
que, reconstituido el disuelto Partido Fascista. Aparte del hecho
de que intentos parecidos cuando de verdad se verificarn, no seran
un hecho poltico sino un fenmeno de maniticos reconducible a un
estado neurtico, dejando aparte el hecho que tal acusacin ha sido
llevada, como ha hecho notar en seguida la defensa, sin precisar
eventos y circunstancias por los cuales el hecho criminal (o de
maniticos) se habra concretizado, nosotros rechazamos secamente
este cargo.Se trata de una acusacin completamente sin bases y sera
suficiente leer atentamente lo que desde 1953 hasta hoy ha sido
publicado por el Centro Cultural en el peridico Orden Nuevo y por
el Movimiento en el semanal Orden NuevoAccin sin destacar como
hacen algunos sectores de la prensa, frases del contexto de uno u
otro artculo para darse cuenta de inmediato que el ordinovismo se
pone como hecho cultural y poltico absolutamente original respecto
a todos los dems movimientos, incluido el movimiento fascista. Las
diferencias, en realidad, son tales y tantas que sera ms fcil
individualizar posiciones inconciliables y contrastes irreducibles
entre estas dos ideologas, antes que aquella supuesta identidad
oportunamente manipulada por toda la prensa del rgimen. No decimos
esto para huir de la actual legislacin antifascista, relacionado a
un vergonzoso artculo (Art. 17) del tratado de paz impuesto a
Italia por el imperialismo yankee, sino solamente porque es la
verdad.Quede bien claro de todas formas que cuando hablamos de
ideologa del Partido Fascista nos referimos al documento oficial
que esta ideologa define y que se titula "Doctrina del Fascismo,
redactada la primera parte, la especficamente doctrinal, Por el
filsofo Giovanni Gentile, y la segunda especficamente estatal y
social por Benito Mussolini.Esto para no dar pie, incluso a nivel
cultural, a desagradables malentendidos.Ilustraremos seguidamente,
y de forma muy amplia, para que nadie pueda equivocarse en el
futuro sobre nuestras instancias ideolgicas, polticas,
existenciales y revolucionarias, las diferencias existentes entre
fascismo y ordinovismo. De momento nos urge declarar que no
obstante estas diferencias nuestra opinin histrica sobre el
Fascismo (repetimos: opinin histrica y nada ms!) es en larga medida
positiva, aunque lo positivo de esta opinin, naturalmente, debe ser
relacionada con la poca y el ambiente social donde el rgimen
fascista se afirm y consolid, no nos impide una firme crtica al
nivel de las ideas y de las realizaciones. No sabemos si en este
pas es todava posible expresar libres evaluaciones sobre un periodo
tan importante de la historia de la Patria, evaluaciones que nacen
de la comparacin con el perodo de rgimen democrtico an ms largo que
le ha sucedido, sin recaer en el crimen de apologa de fascismo". Es
cierto de todas formas, que los italianos que han vivido en estos
dos periodos, y que no se han dejado condicionar por aquellos
centros de prefabricacin de opinin pblica democrtica y antifascista
que son las redacciones de los diarios del rgimen y la televisin,
han expresado al propsito su veredicto inequivocable, veredicto que
a nivel popular se expresa con el refrn: Se estaba mejor cuando se
estaba peor!Por muchos esfuerzos que hagan las organizaciones
polticas de masas que monopolizan la vida poltica italiana
(Democracia Cristiana, Partido Comunista y Sindicatos), el
antifascismo no tiene y no podr tener nunca una autntica base
popular.Es la democracia, este tab inviolable, la que por lo tanto
est denigrada y sigue denigrndose a s misma. Por eso creemos que si
existieran demcratas de buena fe seran estos los que deberan juzgar
a la clase poltica representada por el actual rgimen, en vez de
correr detrs de las sombras de un pasado que si puede ser asumido y
sublimado, por sus componentes positivos en contenidos ideolgicos
de un movimiento que interpreta el destino, las tradiciones
histricopolticas de todo el pueblo, pero que nunca ms podr ser
repropuesto sic et simpliciter, tal como fue.Por consiguiente es
fcil llegar a la conclusin de que el antifascismo de esta clase
dirigente no solamente carece de una base popular, sino que adems
es un instrumento dirigido a sofocar y reprimir la oposicin
creciente de todo el pueblo en contra de quien lo explota y la
oprime, contra quien en nombre de una libertad abstracta y falsa,
ejerce una de las formas ms hipcritas y cnicas de violencia: la
violencia de la dictadura democrtica.Pero volvamos a la cuestin
fundamental sobre la cual ha sido construido este juicio de rgimen:
El Movimiento poltico Orden Nuevo constituye una tentativa de
reconstruccin del disuelto Partido Fascista o bien debe
considerrsele como un movimiento que lleva adelante una lucha
poltica, una idea del Estado no reconducible, en sus componentes
esenciales, a una generalizacin de tipo fascista?. El problema nos
parece reducido al dar una definicin del Fascismo, porque en falta
de tal definicin no sera obviamente posible establecer si existen
convergencias o diversificaciones entre la ideologa ordinovista y
la ideologa fascista.No es ciertamente una empresa fcil. De Felice,
Nolte, Togliatti y otros historiadores que por dcadas han conducido
estudios profundos en el argumento no han llegado a las mismas
conclusiones sobre un movimiento que, en sus mltiples y multiformes
actuaciones ha caracterizado una poca.No obstante la necesidad de
definir el fascismo ha surgido nada ms empezar este juicio y el
Tribunal, en el rechazo de todas las propuestas de
inconstitucionalidad de la Ley Scelba presentadas por los
defensores, se ha visto en la obligacin forzosa de solucionar en
diez horas un problema que historiadores insignes no han podido
resolver en treinta aos de bsqueda cientfica. De esta obligacin ha
surgido una definicin vaga, as... indefinida, por lo cual todo el
mundo podra antes o despus sufrir el rigor de la ley antifascista;
inclusive los crculos culturales, las asociaciones de
excombatientes, las sociedades deportivas podran, en la
eventualidad, ser perseguidas (esto reza exactamente la ley). Pues
bien, para cundo la disolucin de la Asociacin Nacional de
Paracaidistas de Italia? (los paracaidistas: ngeles de cielo y de
la guerra, por lo tanto fascistas), para cundo la disolucin de las
federaciones y sociedades deportivas practicantes de deportes de
combate?, por lo tanto educativas a la violencia y a la seleccin de
campeones de la raza. Nosotros creemos que por haber obligado a la
Magistratura a tomarse tan grande responsabilidad la Ley Scelba ha
sido definida por un Maestro de derecho penal como la ley
idiota".Pero no es solamente el diputado De Marsico quien tiene
dudas sobre la validez jurdica de esta ley.Tambin hombres de la
altura jurdica de un Sandulli, Jefe del Tribunal Supremo, hombres
que sin ninguna duda no pueden ser acusados de tener simpatas por
el fascismo, han expresado su conviccin de que la Ley Scelba es
inaplicable. Queriendo echar un poco de agua sobre el fuego
encendido por Bonifacio, (Presidente de la Corte Constitucional,
mximo rgano, legislativo del rgimen democrtico), con sus inauditas
declaraciones a la prensa sobre este argumento (inauditas porque
anticipan la sentencia y constituyen, adems, por el tono y la forma
con la cual han sido expresadas un verdadero DIKTAT" para el juez
que est llamado para juzgar el crimen de reconstruccin del disuelto
Partido Fascista") creemos til recordar al Tribunal lo que el mismo
Sandulli dijo en una entrevista a L Europeo" (nm 50 del 18/12/1971
"La ley de 1952, emanada para la actuacin de la XII disposicin
final de la Constitucin, la cual veta la reorganizacin, en
cualquier forma, del disuelto Partido Fascista, implica que debe
ser considerada por lo tanto como fascista cualquier Asociacin o
movimiento que se proponga realizar las finalidades antidemocrticas
propias del Partido Fascista, o sea, las finalidades que fueron
propias de aquel Partido en el cual histricamente el fascismo se
encarn en Italia desde el ao 1919 hasta el 1943. A fin de aplicar
la disposicin se necesita, comprobando lo hechos, no olvidar, de un
lado que muchos de los objetivos y mtodos del fascismo,
considerados singularmente, son comunes a regmenes o ideologas no
fascistas. As entre otros, la conquista del poder, donde sea
preciso, por medio de la violencia, la intimidacin squadrista (1),
la supresin de las libertades y de los partidos, del parlamento, el
autoritarismo, el anticomunismo, el totalitarismo. Por otro lado,
es necesario tener presente que es difcil que los objetivos propios
del fascismo histrico se adapten todos a una realidad histrica
completamente diferente. Hace falta aadir dos consideraciones; a
menos que no se trate de enfrentarse con situaciones de extremo
peligro, la libertad en sentido nico no es libertad, La segunda es
que no es suficiente disolver un movimiento para que sus ideas
mueran: ellas se afirmaran de otras formas. Las ideas se combaten
con las ideas y con las realizaciones concretas.La XII disposicin
final de la constitucin representa una de las caractersticas del
actual orden constitucional, nacido antifascista. Esta disposicin
excluye que pueda existir en Italia, bajo cualquier nombre, un
nuevo Partido Fascista, pero no consiente disolver una asociacin o
un movimiento solamente por hechos de opinin. Es en base de estos
criterios que hay que considerar la ley del 1952.Nosotros no
tenemos la presuncin de dar una evaluacin global y definitiva de
aquel complicado fenmeno histricopoltico que fue el fascismo.
Reputamos, de todas formas, el poder resaltar los aspectos en los
cuales el movimiento ordinovista ms se diferencia, ms se eleva como
construccin autnoma y original respecto a las ideas consideradas
por la "ley idiota Y POR LA CRITICA DEL REGIMEN como propias del
disuelto Partido Fascista. Tambin porque una crtica, un discurso
serio sobre el fascismo no es para nosotros nada nuevo. Orden
Nuevo, en efecto surgi justamente a raz del intento, que se demostr
sucesivamente intil, de llevar tal lnea de pensamiento al interior
del MSI un partido en cuyas huestes las jvenes generaciones que
haban vivido y sufrido la trgica y exaltante experiencia de la
Repblica Social Italiana haban reencontrado, en la inmediata
postguerra, el camino de la lucha y del empeo poltico.Qu era, como
se interpretaba, en los aos cincuenta el fascismo en el MSI?.Con
las palabras de un joven exponente de la cultura de derecha,
podramos decir que en el partido, por un lado estaban aquellos que
confundan el fascismo con un conservadurismo burgus y "papalino; de
la otra ciertos esculidos sociales que confundan Mussolini con
Pietro Nenni (lider del Partido Socialista), y el fascismo con una
especie de socialdemocracia tricolor. Por todas partes pocas ideas,
poca cultura, ninguna fantasa. Un clima poltico y cultural as
configurado, preado de patriotismo burgus y lleno de referencias
puramente nostlgicas, no poda seguramente satisfacer a jvenes con
afn de dar una respuesta coherente a las instancias ideolgicas,
polticas y existenciales que presionaban en su nimo y en su mente,
como consecuencia de las grandes transformaciones de la sociedad
que iban realizndose, segn ritmos vertiginosos, en los aos de la
reconstruccin. Las respuestas a estas instancias, la
individualizacin de una orgnica visin del mundo, la construccin de
un discurso poltico en contra de la sociedad burguesa fueron por lo
tanto buscadas fuera del MSI Los supervivientes del grupo juvenil
que haba creado el Partido, que haban luchado en las universidades
y conquistado los jvenes a la idea nacionalrevolucionaria, los
supervivientes de este grupo decamos, los que se haban no obstante
mantenido en las posiciones cumbre, constituyeron en 1953 el Centro
Studi Ordine Nuovo y acabaron por salir del Partido en 1956, despus
que el escandaloso congreso de Miln consagr oficialmente la entrada
del MSI en el interior del corral de ovejas democrtico. Libres de
otros empeos polticos, los jvenes de Orden Nuevo pudieron as
dedicarse a un largo, poderoso trabajo de elaboracin doctrinal, que
ha sido y sigue siendo una firme referencia ideolgica y poltica
para todos los grupos y movimientos europeos que luchan en contra
del capitalismo y del marxismo y en contra de la lgica imperialista
de Yalta.El Centro Studi Ordine Nuovo" tiene por lo tanto el mrito
de haber puesto en discusin las bases fundamentales del Credo
poltico que nos haba empujado, con animus legionario, en la severa
prueba de la guerra. Algunos de los valores expresados por el
fascismo, que creamos imperecederos, se disolvieron como niebla al
sol, una vez que fueron analizados con una crtica en la cual haba
los principios de la visin del mundo aristocrtica y tradicional.Fue
as que el nacionalismo, el culto naturalista de la patria
resultaron non valori": SIENDO NUESTRA PATRIA ALL DONDE SE LUCHE
POR LA IDEA! El concepto de Estado Totalitario fue substituido por
el concepto de Estado orgnico; a la necesidad del jefe, del Dux,
del dictador, fue contrapuesta la necesidad de la "ELITE"
revolucionaria; hasta llegar a la religin cristiana, venida de los
bajos fondos de Galilea y considerada, como todas las religiones,
consecuencia de una aceptacin dogmtica o irracional, que fue
contestada en el nombre de una superior realidad metafsica, en el
nombre de la ascesis heroica y guerrera que reintegra el Yo en su
dimensin ms profunda y originaria y es punto de salida para un
efectivo adelantamiento de la condicin humana. Para volver a
problemas ms inherentes con la lucha poltica nosotros no hemos
tenido ninguna duda en rechazar los consumidos esquemas de la lucha
contra el comunismo y la lgica burguesa del "blocco dordine" (2).
Limitar la lucha en este plan, sin atacar al enemigo que, para lo
que atae a nuestro pas, tenemos en nuestras mismas casas, o sea, el
gran capital, significaba, en nuestra opinin, perder ya antes de
empezar. Hemos, por estas razones, ampliado el frente de la lucha
ordinovista al conjunto de los partidos polticoburgueses
(individuable en todos los partidos, desde el PCI hasta el MSIDN) y
sobre todo hemos cogido, como nica y verdadera, la postura de
enemigos de la mentalidad y de la cultura burguesa y democrtica,
reacia a morir, y que hasta bajo el rgimen fascista consigui
mantenerse en pie, si es verdad que, con la proteccin de Gentile
(filsofo oficial del fascismo), se segua con una cultura neutra,
burguesa, implcitamente antifascista. Nos contestarn que el
ordinovismo representa la continuacin lgica y consecuencial del
proceso de desarrollo ideolgico del fascismo, que se habra
seguramente realizado si Europa hubiese salido ganadora del
enfrentamiento con las fuerzas del imperialismo ruso y americano.
Dicha apreciacin no nos ofende, al revs nos honra y lisonja, pero
hay que observar que queda siempre como hiptesis, alentadora, pero
solo una hiptesis, el fascismo habiendo podido evolucionar tambin
hacia otras diferentes direcciones, por ejemplo segn el modelo
nacionalcomunista (casi bamos a decir nacionalsocialista!) de la
China de Mao Tse Tung. Y como que aqu se celebra un juicio, y
tenemos por lo tanto que atenernos estrictamente a los hechos y
solamente a los hechos, es al fascismo como ha sido y como ha
actuado desde 1919 hasta el 1945 que hay que hacer
referencia.Llegados a este punto podramos empezar la parte final de
nuestra relacin. Pero creemos que los conceptos anteriormente
mencionados se deben profundizar ms, porque Vosotros habis sido
llamados a juzgar sobre una materia posiblemente ajena a Vuestros
conocimientos especficos. Esta afirmacin no resulta ofensiva al
Tribunal. Nos referimos a nuestra cultura, a una particular forma
de cultura, a la cultura tradicional y no a la erudicin. Al nivel
de la erudicin acadmica, de la cultura oficial nunca nos
permitiramos considerando el nivel inferior de nuestros estudios de
competir con la suma de Vuestra sabidura. Pero exactamente porque
no hemos sido condicionados por la enseanza iluminista o
historicista otorgada por la escuela italiana hemos tenido la
posibilidad de interiorizar una ms autntica cultura europea. Siendo
nosotros hombres de las negaciones absolutas y de las afirmaciones
absolutas no dudamos en declarar que nosotros, los de Orden Nuevo,
somos portadores de una vieja y nueva cultura: afirmamos, en otras
palabras, las valores originarios de una "KULTUR" frente a los
valores degradados de una ZIVILIZATION para decirlo como
Spengler.Ya que Vosotros sois los sacerdotes vigilantes del dogma
democrtico, Vuestra raz cultural no puede ser ms que la tpica del
perodo que Spengler define de civilizacin: por esto la sospecha que
pueda existir un problema de incomunicabilidad, tambin a nivel de
terminologa, que nos obliga a ampliar nuestra ideario. No se trata
de una disgresin ociosa. Por ejemplo: en mi declaracin se puede
leer que a la pregunta del fiscal sobre las conexiones del
Movimiento Poltico Orden Nuevo con las ideas del disuelto Partido
Fascista yo he contestado: "no es verdad que el Movimiento Poltico
Orden Nuevo traiga inspiracin en las ideas propias del disuelto
Partido Fascista, sino que se refiero a una, concepcin tradicional
del mundo y de la vida etc."Ahora bien, para quin sepa en que
sentido nosotros utilizamos los trminos tradicin y tradicional,
esta respuesta tiene un significado muy preciso, lgico y completo.
Para quin el contrario, y creo sea este Vuestro caso, no conoce
este sentido, una contestacin as formulada puede ser entendida de
forma totalmente diferente.SOBRE EL SIGNIFICADO DE TRADICINAhora,
qu puede significar para Vosotros el trmino Tradicin?. Casi
seguramente un conjunto de memorias, noticias, testimonios
trasmitidos una generacin a otra. En nuestro ambiente poltico y
cultural este trmino tiene un valor ms amplio y profundo, que
incluye principios y valores metafsicos diferentes de aquellos que
puede concebir el hombre moderno, pero no por esto menos verdaderos
y menos reales. Tradicin se tiene por tanto que entender como una
realidad ms metafsica que histrica. Expresa una totalidad, una nica
esencia, una WELTANSCHAUUNG", o sea una completa y orgnica visin
del mundo y de la vida que, habiendo existido desde siempre, se ha
histricamente actualizado en formas y expresiones diferentes cada
vez determinadas por el curso de la historia. Exactamente en cuanto
realidad metahistrica no es posible identificar la Tradicin en su
integridad, en esta o aquella manifestacin histrica; pero s se
puede reconocer en esta o aquella manifestacin histrica la
presencia de principios y contenidos tradicionales, o sea la
tendencia de un tipo de civilizacin, de una organizacin estatal de
orientarse hacia lo alto, hacia lo que transcienden la vicisitud
meramente histrica y humana. Como tambin se puede reconocer en esta
o en aquella manifestacin histrica exactamente lo contrario, o sea,
el ser aquel tipo de civilizacin, aquella poca, aquella sociedad,
aquella ideologa, aquella raza, aquel pueblo impregnado por el
principio opuesto antitradicional por lo cual todo se orienta hacia
abajo, hacia formas siempre ms materializadas de existencia.Ms all
de un pluralismo de civilizacin, la interpretacin tradicional de la
historia individua un dualismo de civilizacin. De un lado el mundo
moderno, de otro el mundo tradicional, entendidos como dos tipos
universales, como dos categoras totalmente diferenciadas de
civilizacin.En los tiempos ltimos, en la "EDAD OSCURA" que
caracteriza el fin de un ciclo, componentes de una y de la otra
categora, en una relacin de fuerzas frecuentemente mutable, estn
presentes, coexisten y se oponen en el interior de una misma
organizacin social. He aqu el porqu desde los tiempos histricos, a
partir de los cuales empieza el periodo de decadencia de las
civilizaciones tradicionales, nosotros podemos asistir tambin a
nivel poltico, al enfrentamiento y a la oposicin de dos visiones
del mundo, la aristocrtica de una parte y a la plebeyo, democrtica,
colectivista y materialista de la otra.De esta visin tradicional
del mundo y de la vida deriva por consiguiente toda nuestra
construccin doctrinal. En ella encuentran legitimacin los
principios de aristocracia, autoridad, de jerarqua (no
jerarquismo!) y el modelo de una sociedad organicamente
estructurado y diferenciado.El fascismo, al contrario, cuando se
hace doctrina, hunde sus races en un terreno distinto, el terreno
del cual ha sacado savia el idealismo hegeliano hasta sus ltimas
ramificaciones actualizantes e historicistas con Giovanni Gentilo.
O sea, en una filosofa, en mera construccin del pensamiento, carece
de una autntica "INTUICION" metafsica y de cualquier CONTACTO con
la realidad trascendente.Y aqu estamos en presencia de la primera y
ms importante oposicin doctrinal entre ordinovismo y fascismo, de
la cual derivan consecuentemente todas las dems; mientras la
ideologa ordinovista se enlaza al mundo de la Tradicin y establece
una relacin directa con una cultura que expresa los valores de la
estirpe de la raza europea, valores legados a "fuerzas mucho ms
profundas que las del individuo y de su abstracto intelecto", el
fascismo, como acabamos de decir, parte de una posicin cultural
simplemente tica, la misma, en ltimo anlisis, sobre la que ha sido
edificada todo la filosofa marxista.Casi no vale la pena decir que
dicho contraste no se pone en evidencia hoy en vista de un nuestra
situacin judicial, sino que ha sido objeto de apasionados debates
desde los primeros aos de nuestro empeo poltico en el MSI, desde
los primeros congresos juveniles, cuando con juvenil exuberancia,
se gritaba, por una parted viva Julius Evola, por la otra viva
Giovanni Gentile.Tambin respecto al filsofo Giovanni Gentile
juzgamos oportuna una precisin. Nuestra oposicin a Gentile se
ejercit y se ejerce exclusivamente a nivel cultural, en contra de
su lnea de pensamiento. Su ecuacin humana no se discute. La
coherencia a nivel poltico, demostrado hasta el extremo sacrificio
de la vida por el filsofo del "actualismo, siendo para nosotros un
ejemplo, una leccin a la cual siempre intentaremos
conformarnos.ESTADO TOTALITARIO Y ESTADO ORGANICODonde la ideologa
ordinovista ms se aleja del fascismo clsico es cuando niega toda
validez a formas totalitarias de gobierno del estado. Al concepto
de Estado Totalitario, que no ha caracterizado solamente el
fascismo italiano, sino tambin todos los movimientos que en el
fascismo se han ms o menos inspirado, Orden Nuevo contrapone el
concepto de Estado Orgnico.Qu entendemos nosotros por Estado
Orgnico?La ms importante autoridad del pensamiento tradicional,
Julius Evola, del cual nosotros hemos recibido toda nuestra forma
existencial y doctrinal, (esperemos que esta, nuestra afirmacin, no
le acarree otro absurdo juicio), en un estudio sobre el fascismo
(FascismoEd. Volpe 1964) afirma que el "Estado Tradicional es
orgnico, pero no totalitario. Est diferenciado y articulado, admite
zonas de parcial autonoma. Coordina y hace participar en una
superior unidad de fuerzas a las cuales sin embargo reconoce la
libertad. Exactamente por ser fuerte, no necesita recurrir a una
mecnica de centralizacin: esta se requiere solamente cuando se
tenga que frenar a una muchedumbre informe y atmica de individuos y
de voluntades, con lo cual, de todas formas, el desorden nunca podr
ser eliminado, sino provisionalmente contenido. Para utilizar una
feliz expresin de Walter Henrich, el Estado verdadero es "OMNIA
POTENS", no "OMNIA FACIENS, o sea en el centro detente un poder
absoluto que puede y debe hacer valor sin impedimentos en caso de
necesidad o en las decisiones ltimas, ms all del fetiche del as
llamado "Estado de Derecho"; pero no se entremete por todas partes,
no se sustituye a todo, no tiende hacia un encuadramiento de
cuartel (en el sentido negativo) ni a un conformismo allanador en
lugar del libre reconocimiento y de la lealtad. Y siempre el mismo
autor, en "Los Hombres y las Ruinas, 1953, criticando toda forma de
totalitarismo, afirma que el totalitarismo no representa nada ms
que la imagen contrahecha del ideal orgnico. Es un sistema en el
cual la voluntad se impone desde el exterior, no en razn de la
fuerza intrnsica de una idea comn y de una natural y reconocida
autoridad, sino a travs de formas directas de intervencin y de
control que se derivan de un poder puramente materialmente poltico
que se afirman como extrema razn del sistemaAdems, en el
totalitarismo es insita la tendencia niveladora, la intolerancia
para cada forma parcial de autonoma y para cada grado de libertad,
para cada tipo de unidad social intermedia entre el centro y la
periferia, entre el vrtice y la base".La labor de Orden Nuevo desde
1953 hasta hoy ha sido la de transferir a nivel poltico las
enseanzas de Julius Evola. Por lo tanto, tambin en la enunciacin de
nuestra "Doctrina del Estado" hemos hecho referencia a estas
enseanzas. En todos los documentos, los escritos, las publicaciones
de Orden Nuevo nunca se he expresado un juicio favorable al
totalitarismo y al Estado Totalitario; aunque implicara la
incomprensin en ciertos ambientes demasiado relacionados a las
experiencias histricas del cercano pasado, nosotros hemos siempre
hablado de Estado Orgnico, de un Estado que no tenga fundamento en
los partidos sino sobre formas de representacin ms aptas al siglo
XX, las cuales realicen completamente las exigencias de la
organicidad y de la funcionalidad, hoy totalmente insatisfechas"
(Manifiesto de Orden Nuevo1966). Es verdaderamente difcil, por no
decir imposible, reconducir al movimiento fascista en general y al
disuelto Partido Fascista Italiano en particular a esta doctrina
del Estado.Con la oposicin existente entre totalitarismo y visin
orgnica y tradicional del Estado y de sociedad, tenemos, entonces,
una segunda importante diversificacin ideolgica y doctrinaria del
movimiento fascista respecto al movimiento ordinovista.Es nuestra
opinin que el totalitarismo es componente caracterizante e
imprescindible del fascismo, sea este italiano o europeo. Y no es
solamente nuestra opinin, que adems en este sede tendra escaso
valor, sino que es tambin la conclusin a la cual han llegado
eminentes personalidades de la cultura antifascista como Hans Kohn
(Ideologas Polticas del siglo XX, Florencia 1964); Jacques Maritain
(Umanesimo Integral1967): Augusto del Noce (Totalitarismo y
Filosofa de la HistoriaEd. II Mulino, 1957).LA FIGURA DEL JEFE, DEL
DUX, DEL DICTADOR EN EL FASCISMO.Aunque la historiografa de estos
ltimos treinta aos no se ha detenido, en su intento de encontrar un
comn denominador entre todos los movimientos fascistas, sobre el
hecho de que estos movimientos se han siempre desarrollado
alrededor de la figura de un jefe carismtico, de un dux que despus,
una vez en el poder, adquiere todas las atribuciones del dictador,
nosotros individuamos exactamente en la presencia de un hombre con
capacidades extraordinarias de los grandes jefes de pueblos una de
las condiciones indispensables para la formacin de un movimiento
fascista. No se puede en efecto concebir el fascismo italiano sin
Benito Mussolin, el nacionalsocialismo sin Adolfo Hitler, el
falangismo sin Jos Antonio Primo de Rivera, la Guardia de Hierro
rumana sin Codreanu, el justicialismo sin Pern.Conectado
indisolublemente al fascismo est entonces el bonapartismo, fenmeno
estigmatizado por Orden Nuevo como hecho contrarrevolucionario.
Para Orden Nuevo, la revolucin no obtiene ningn beneficio de unas
masas robotizadas, en continua adoracin del jefe. Un movimiento
verdaderamente revolucionario tiende a despersonalizar al mximo la
figura de sus dirigentes y educa al militante, al soldado poltico a
servir y seguir, con fidelidad y honor, solamente por la Idea por
la cual se lucha. Solamente as es posible seguir la lucha an cuando
los jefes caigan.Este concepto prctico se una al otro, espiritual,
asctico, por el cual es la Accin: despersonalizada, llevada en
plena libertad contra vinculas "engaosos" que frecuentemente se
establecen con los jefes prestigiosos (imaginen lo que puede
representar para el comunista chino y no solamente para el chino
Mao Tse Tung), lo que ms importa y ms valor tiene a nivel de
realizacin individual. Orden Nuevo, por lo tanto opone al mito del
jefe, del dux, del dictador, la fuerza y la voluntad de una
aristocracia poltica, de una ELITE, revolucionaria.Este concepto
est bien expresado en el anteriormente citado Los Hombres y las
Ruinas", un libro que puede considerarse el evangelio poltico de la
juventud nacionalrevolucionaria.En las formas modernas de
bonapartismo escribe Evola en dicha obra divulgativa de doctrina
poltica sobre todo en aquel que se enlace al totalitarismo
dictatorial se puede reconocer una mezcla entre el concepto
maquiavlico de "El Prncipe y aquel del demagogo hijo de la
democracia, porque una mstica invertida haciendo referencia a un
pseudohroe tiene aqu como contrapartida una tcnica perfeccionada,
totalmente libre de escrpulos y tal vez incluso demonaca, en cuanto
a los medios para estabilizar el poder y controlar las fuerzas
irracionales de las masas: "poltica absoluta", a la cual el
significado posible del hombre como libre personalidad es ignoto,
como es ignoto, en los jefes, aquel respeto hacia s mismo, hacia su
propia dignidad, que es condicin primaria para toda superioridad
aristrocrtica".Afirmacin de la ELITE revolucionaria, de la
aristocracia poltica en oposicin al culto a de la personalidad, a
la mitificacin del jefe: he aqu la tercera importante
diversificacin entre ordinovismo y fascismo.DEMOCRACIA Y
DICTADURALos demcratas "tout court" consideran al fascismo un
fenmeno poltico aberrante, una clase de enfermedad del espritu y de
la cultura europea, sobre todo a causa del afirmarse el fascismo
bajo la forma de frrea dictadura personal.De aqu el preconcepto de
que toda dictadura sea de alguna manera reconducble al fascismo, o
sea tenga origen y justificacin en presupuestos
antidemocrticos.Tambin la "ley idiota" cuando lo es tanto como para
prohibir y reprimir la crtica a la democracia, mira en efecto de
impedir la constitucin de regmenes dictatoriales.A este propsito,
por lo tanto, es con una cierta dosis de sarcasmo y de "maldad" que
ilustrando a los magistrados, a la prensa (demcrata y antifascista)
y a la opinin pblica (demcrata y antifascista) una cuarta oposicin
y diversificacin entre fascismo y ordinovismo: nosotros afirmamos
que Orden Nuevo lucha en contra de toda forma de dictadura, la del
disuelto Partido Fascista incluida, por que la dictadura es
expresin lgica y consecuente... de la democracia!No se trata de un
"boutade" y adems no somos solamente nosotros los que lo afirmamos.
Togliatti, durante una serie de lecciones sobre el fascismo, dadas
en Mosc en 1935 a la Seccin Italiana de la Escuela Leninista,
declar: "Est claro que no se puede contraponer la democracia
burguesa a la dictadura. Cada democracia es una dictadura" (Crtica
Marxista, Julio-Octubre de 1969).Ms explcito en el toma, es el
filsofo Ugo Spirito. "La dictadura personal, lejos de representar
la anttesis de la democracia, representa solamente una forma de
ella. Al contrario el dictador, exactamente por que supera la
aristocracia de minoras que pueden ocultar ms o menos hbilmente su
poder a las mayoras, sufra directa, inmediata y personalmente el
juicio del pueblo y tarde o temprano es derribado por l cuando lo
traicione. El dictador es querido por el pueblo ms que cualquier
otra forma de ELITE y el voto plebiscitario que lo acompaa en su
camino hasta que no lo decepcione, es menos impuesto de lo que
pueda serlo en los regmenes caracterizados por otros tipos de
minoras. Quien piensa que Krushev o Mao extorsionan por la fuerza
el voto electoral de la masa est incapacitado de comprender
realmente la psicologa de las masas y el afirmarse de las
dictaduras. La mayora o la casi totalidad del consenso a favor del
dictador priva al trmino dictadura de todo significado
antidemocrtico.Y ms aun. Creo que sea ms fcil establecer un
gobierno absoluto y desptico en una nacin democrtica escriba Alexis
de Toqueville que en cualquier otra.... el despotismo me parece,
por lo tanto, temible especialmente en los pases democrticos.... no
hay por consiguiente, que pretender que en estos pases la esfera de
la libertad individual sea tan ancha cuanto en los pases de rgimen
aristocrtico.Contraponer por lo tanto democracia a dictadura o,
mejor dicho, establecer una relacin de causaefecto entre la
concepcin aristocrtica del Estado y dictadura es un craso error,
del cual nos permitimos poner en guardia a nuestro jueces, en el
momento en que por la libertad del pueblo, tendrn que motivar de
cualquier forma la sentencia de condena que, digmoslo con
franqueza, dado el cuadro poltico actual, nos parece ampliamente
por descontada.ORDINE NOUVO Y LA DOCTRINA DE LA RAZAOrden Nuevo
pasa por ser, segn la opinin de la prensa burguesa, una organizacin
racista que tiene como fin un oscuro diseo de persecucin y de
exclavizacin del judo y del pobre negro,Segn nuestros exgetas, en
la misma calificacin racista del Movimiento Poltico Orden Nuevo
sera inequivocablemente "probado" el estricto parentesco de esta
organizacin con el disuelto Partido Fascista.Que sean solamente
juicios superficiales de hilaciones gratuitas de gacetilleros poco
serios es fcilmente demostrable.En efecto, nosotros hemos afrontado
el problema de la raza, pero desde un ngulo de visin completamente
diferente de aquello que nos viene impuesto. El racismo como se ha
expresado en el fascismo, el racismo "zoolgico, o sea la idea de
una raza pura en el sentido exclusivamente biolgico, corpreo no ha
sido nunca sostenida por nosotros... por el simple hecho que razas
puras, en nuestros das, no existen. Ni tanto menos hemos tenido
nunca propsitos persecutorios contra esta o aquella raza, esto o
aquel pueblo. Pero s que hemos expresado un juicio positivo sobre
una particular doctrina de la raza entendida como mito, porque
puede suscitar fuerzas que se opongan al proceso nivelador que acta
en el mundo moderno. La doctrina de la raza, en efecto, es sobre
todo, un mito antidemocrtico que redescubre los valores del orden y
de las diferencias.Tambin en lo que se refiere al problema de la
raza y del antisemitismo (mejor sera decir antihebraismo), no
podemos por menos que citar lo que Evola del cual el mismo De
Felice, en Historia de los Hebreos durante el fascismo, se ha visto
obligado a reconocer que se ha de computar entre aquellos que, en
el plan del racismo, invocado un camino supieron recorrerlo con
dignidad y hasta con seriedad ha escrito a propsito.Segn la
doctrina racista, la humanidad, el gnero humano es una abstracta
ficcin o sea, la fase final, imaginable solamente como lmite, pero
nunca enteramente realizable, de un proceso de involucin, de
disgregacin de derrumbe. Normalmente la naturaleza humana es al
contrario diferenciada, diferenciacin que se refleja, entre otras
cosas, exactamente en la diversidad de las sangres y de las
razas... El racismo, a este propsito, se presenta como una voluntad
que bien se podra definir clsica de "forma", de "lmite", y de
individuacin. Esto exhorta a no considerar esencial todo lo que,
representando lo genrico, lo informe, lo aun no individuado, vale
en realidad como un "menos", como un residuo de materia aun no
formada... Que el racismo, a estas alturas, potencie el
nacionalismo en sus aspectos positivos, es bien evidente. Lo uno y
lo otro representan una saludable reaccin contra el mito sea
democrtico, sea colectivista, contra el mito de la masa proletaria
sin patria y sin cara; tienen un significado de afirmacin de la
calidad contra la cantidad, del cosmos" contra el caos, y, como se
acaba de decir, de la forma contra lo informe".Adems contestando a
ciertas orientaciones del racismo alemn y tambin del italiano, por
los cuales el concepto de raza iba a identificarse con toda la
nacin, con todo el pueblo, Evola sostiene que: Hasta ayer, la
"raza" era un concepto aristocrtico: ser de raza y ser noble, o
sea, perteneciente a una determinada lite cerrada y hereditaria
eran casi sinnimos, y la sangre era el nico privilegio que se haba
salvado de la escalada democrtica a todos los valores. La nueva
concepcin y el nuevo mito racista, segn el cual la raza tiende a
hacerse sinnimo de pueblo, de nacin", mediante esta generalizacin,
amenaza destruir este ltimo resto, no en una o en la otra
supervivencia histrica, sino y solo esto es lo grave en el
principio. En un pueblo, devenido y concebido como una nica raza,
desaparece toda diferencia y exactamente la antigua nocin
aristocrtica de la sangre se transforma en un instrumento de
nivelacin".Acerca, despus, de la cuestin hebrea, es notorio que hoy
cualquiera que se atreva a criticar el hebrasmo, el espritu y la
mentalidad hebraica, se encuentra automticamente obligado a
responder, a nivel moral, de que no se sabe bien cuntos millones de
hebreos muertos en los campos de concentracin nazis durante la
ltima guerra. Ha venido as a determinarse una especie de
"imposibilidad" a pronunciarse en relacin a ciertos aspectos del
alma y de la cultura hebraica, que tanta influencia negativa han
ejercido sobre la cultura europea, hasta constituir el elemento
determinante de su involucin racionalista e iluminista.Dicho
condicionamiento" parece vlido tambin en relacin a una crtica y a
una denuncia de la actual agresin sionista contra el pueblo
palestino. Nosotros mismos, para no exponernos polticamente a
ataques que nuestro movimiento no puede, tal como estn las cosas,
sostener, hemos cuidadosamente evitado de tomar una posicin neta
frente al hebrasmo, internacional y al sionismo. Y en este sentido,
podemos tambin nosotros considerarnos vctimas de un racismo al
revs, o sea, vctimas del antirracismo democrtico por un lado, y del
superracsmo hebraico por el otro.Despus de haber precisado que
nosotros no tenemos nada contra el hebreo persona y tampoco, en
sentido estricto, contra el hebreo como pueblo - no podemos
eximirnos de declarar nuestra foraneidad a una forma de
pensamiento, a una concepcin del mundo y de la vida tpicamente
hebraicas que, por otro lado, hoy son ms comunes a los no hebraicos
que a los hebraicos mismos.Los fragmentos que siguen, cogidos del
ensayo de Evola "Tres aspectos del problema Hebraico" (1936), nos
parecen extremadamente significativos al fin de una puntualizacin
de nuestras ideas sobre esta difcil y caliente" cuestin.Se puede
todava hablar de un espritu hebraico disgregador a travs del
racionalismo y del clculo, hasta llegar a un mundo hecho de
mquinas, de cosas, de dinero ms que de personas, de tradiciones, de
patrias solo usando este trmino hebraico en sentido analgico, pero
sin un referimiento obligado a la raza. Cmo se podra, si no,
identificar seriamente hebrasmo, y americanismo?. En el proceso
concreto del desarrollo de la civilizacin moderna, el hebreo puede
ser considerado como una fuerza operante de acuerdo con otras en la
construccin de la "civilizada" decadencia racionalista, cientifista
y mecanicista moderna, pero no como la nica causa previsora. Creer
esto, sera de veras una tontera. La verdad es que se ama mejor
luchando contra fuerzas personificadas que en contra de principios
abstractos y contra fenmenos demasiado generales para poder ser
prcticamente alcanzados As nos hemos dirigido hacia el hebreo, en
la medida en que este pereci recoger en s, en una forma
caracterstica, lo que todava se encuentra difundida en esferas
mucho ms amplias y, en el presente, entre naciones que han quedado
inmunes de la infiltracin hebraica".Y adems, siempre extrado del
ensayo citado: no disposiciones extrnsecas o intervenciones
violentas, si no un profundo revolvimiento y resaneamiento
espiritual y un impulso interior que haga revivir estos valores que
en sede esencialmente superbiolgica, superracial, en sede de tipo
de civilizacin y de espiritualidad, hemos definido como arios",
puede aportar una solucin verdadera De otra forma no se puede pasar
de un mal ms que a otro: como el caso en el cual no se sabe luchar
contra el capitalismo o la finanza o la internacional hebraica sin
acabar en encubiertas tendencias socializantes y plebeyas,
permanecientes tales tambin cuando asumen disfraz de nacionalismo o
de dictadura nacional, o cuando no se sabe llevar la guerra al
hebrasmo, mas que de forma hebraica, o sea, en nombre de un
exclusivismo racista y particularista recalcado sin saberlo,
exactamente sobre el modelo de aquel del cual Israel dio en la
historia el ejemplo ms tpico".Es evidente, por lo que acabamos de
citar de los escritos de Evola en orden a la raza y al problema
hebraico, que aqu estamos en presencia de una superior concepcin de
la doctrina de la raza, en la cual Orden Nuevo se reafirma
totalmente, que nada tiene que ver con cierto racismo expresado Por
otro lado, ms en obsequio a una oportunidad poltica que a una
exigencia verdaderamente sentida por el rgimen fascista y del cual,
adems de fascistas como Interlandi, se hicieron abanderados y
pregoneros entusiastas incluso mendigos del antifascismo como Guido
Piovene, Luigi Chiarini, Enzo Santatelli y muchos otros.Si entonces
nuestras ideas sobre la raza no son aquellas, como hemos
comprobado, oportunistas y pseudocentficas afirmadas por Chiarini,
los Santarelli y Piovene, por consiguiente tambin en relacin a este
aspecto, Orden Nuevo se encuentra en una posicin completamente
diferente y antittica a aquella asumida por el fascismo.EL
FASCISMO: MOVIMIENTO ANTIDEMOCRATICOHemos hasta aqu examinado cinco
elementos fundamentales y caracterizantes de la ideologa
ordinovista que resultan en clara oposicin con la ideologa del
fascismo.Siguiendo con rigurosa objetividad nuestro anlisis que, al
final, sea dicho por subrayar, no es tanto un memorial defensivo,
como un documento poltico, un exhorto contra este vergonzoso
rgimen, un testimonio para los que quieran en los aos venideros,
estudiar este absurdo juicio nos enfrentamos ahora con otra
componente bsica de la ideologa ordinovista en la cual, por otro
lado, no podemos reconocer una oposicin con el fascismo, si no una
cierta convergencia.Nos referimos a la caracterizacin
antidemocrtica de los dos movimientos.Es afirmacin no suena en
contradiccin con lo que ha sido afirmado anteriormente en relacin a
ciertos aspectos del fascismo (totalitarismo, dictadura),
reconducibles a una esfera democrtica. En efecto, si es verdad (y
lo es) que el movimiento fascista, en sus actuaciones de Estado y
de rgimen, en Italia como en otros pases europeos, no ha conseguido
liberarse completamente de la influencia negativa de una cultura
democrtica, es decir, no ha conseguido darse una doctrina del
Estado conforme con la visin del mundo aristocrtico y tradicional,
tambin es verdad que empez con el rechazo de la "generacin del
frente de combate" hacia el mito democrtico, y contra la sociedad
de los iguales.Si este impulso fuertemente sentido, no ha conducido
a formas coherentes del rgimen poltico, ha llevado al contrario, a
unas formas desviadas (totalitarismo, dictadura personal, etc.) que
mutatis mutandis" vinieron a constituir paradjicamente, una especie
de correccin al sistema democrtico, acelerando, con una ms efectiva
organizacin de las masas, el desenlace lgico y natural de la
democracia hacia el colectivismo, todo esto se le imputa sin duda a
particulares contingencias histricas y a la agresin de las
plutocracias democrticas a los regmenes fascistas, hechos estos,
que retrasaron e impidieron el desarrollo de la revolucin
aristocrtica.Acertada por lo tanto la vocacin antidemocrtica del
movimiento fascista, es posible a este nivel, establecer de la
alguna manera, una identificacin entre fascismo y ordinovismo;
movimiento, este ltimo, que siempre se ha declarado aristocrtico y
por lo tanto, implcitamente, antidemocrtico.Mientras escribimos
este prrafo sabemos bien que encontraremos bastantes dificultades
en convencer a nuestros valerosos defensores a autorizar tal
declaracin, cuando, por correccin someteremos a su examen este
documento. Aunque no seamos expertos de los complicados y abstrusos
mecanismos de la ley, sabemos, de todas formas, que es suficiente
hacer profesin de fe antidemocrtica para ser, como reza la ley
idiota, juzgados y condenados! como fascistas. A nivel puramente
tcnico, procesal, es obvio que nuestros defensores tienen
perfectamente razn; pero nosotros somos hombres polticos, hombres
polticos que han dedicado toda su vida a la revolucin nacional, y
no podemos renunciar a la ocasin que nos brinda este juicio de
llevar una ataque al Sistema, de demostrar, con nuestra actitud, al
pueblo italiano que existen todava en el pas hombres, fuerzas y
movimientos polticos que se oponen decididamente a la degeneracin
partitocrtica y parlamentaria de las instituciones y a las malas
costumbres democrticas que se propagan en cada sector de la vida
pblica, o mejor dicho, que enviste ya todo aspecto de la sociedad
italiana.Es decir, estamos dispuestos a recoger el desafo lanzado
contra nuestro movimiento por la Magistratura y por el sistema del
cual ella es la expresin. Nos gustar ver a travs de cuales
acrobacias jurdicas y culturales, a travs de que funmbulas
interpretaciones conseguirn, la Magistratura y el Sistema, motivar
una condena por crmenes... antidemocrtiticos. Por que condenndonos
condenan y niegan todas las civilizaciones y las culturas
occidentales, desde Platn a Dante, de Aristteles a Goethe. Y se
condenan tambin los grandes pensadores, los grandes hombres
polticos que por haber vivido en sintona con una poca iluminada por
la razn y por los inmortales principios (Burke, el Conde de
Montalenber, Lord Acton, J. S. Mill, Lord Brinche, sir Henry Maine,
Henry Adams, Benjamn Disraeli) pueden definirse democrticos, aunque
no por esta se permitieron exteriorizar crticas a la democracia y a
los sistemas de gobierno degenerados a los cuales ella ha dado
vida.Para llegar a nuestros das hay que observar con confianza y
esperanza, como el conformismo democrtico imperante entre los
intelectuales empiece a manifestar algunas grietas, o como desde la
coral uniforme, alabante y jaculatoria del mundo de los iguales de
cuando en cuando se eleve, desesperada la voz del rebelde. El caso
de catlicos como Von Kuehel, como Roncuzzi o de una criptomarxista
como Ugo Spirito que han portado, no seguramente con una visin
fascista, una crtica cerrada a la democracia y una contribucin a la
lucha contra la infatuacin democrtica con un lenguaje as de
explicito, decidido o iconoclasta que hay que temer verlos
aparecer, tarde o temprano, a la par que nosotros, en el banquillo
de los acusados, en la jaula de los enemigos del pueblo" por ser...
reaccionarios y fascistas!Lo importante, hoy, no es tanto evitar
cueste lo que cueste una condena, como denunciar de la forma ms
efectiva y clamorosa posible y este proceso es solamente la primera
accin de una batalla que queremos llevar hasta sus extremas
consecuencias a la opinin pblica, a todo el pueblo, pero sobre todo
a aquellos intelectuales todava no prostituidos con los partidos y
con el sistema, el terrorismo cultural ejercitado por la dictadura
democrtica.Sintomtico, a propsito, es lo que afirma el filsofo Ugo
Spirito en Crtica a la democracia" (Florencia 1953), un libro en
donde se facilita una crtica, una interpretacin histricamente y
especulativamente fundamentada del sistema democrtico: "... lo que
sobre todo sorprende y preocupa es el hbito que ya es cotidiano de
considerar el valor de la democracia como definitivamente adquirido
y capaz de no ser susceptible de discusin.En la historia de la
civilizacin puede que no haya otro ejemplo de una conviccin tan
difundida y tan asentada como esta, universalmente reconocida
despus de la Segunda Guerra Mundial. Todo el mundo se proclama
democrtico, en los pases de vieja y de nuevsima formacin de un lado
y del otro del teln de acero. Cualquiera que sea la fe religiosa,
la certeza filosfica, la ideologa poltica, el mito de la democracia
es aceptado a priori" con igual ostentacin. El conformismo
democrtico ha llegado a tal punto, de rendir nada menos que
inconcebible la figura de quien se declara antidemocrtico u ose
solamente sublevar dudas al propsito. Creyentes y ateos,
espiritualistas y materialistas, liberales y comunistas pueden
enfrentarse hasta convertir en imposible toda colaboracin y
amenazarse cada da de guerra; pueden inspirar su propia vida en
principios totalmente diferentes y recprocamente inconciliables,
pero todos, despus, hacen acto de homenaje al ideal democrtico y ms
aun reivindican una verdadera y ms autntica fe democrtica. Dogma y
conformismo. El ms grande de los dogmas y de los conformismos".La
democracia, en cuanto idea igualitaria y niveladora, es enemiga de
la libertad, y lleva, tarde o temprano, a la tirana.Que tales
afirmaciones, considerado el condicionamiento psicolgico de las
masas, realizado por las vestales del verbo democrtico, en relacin
a los pseudovalores de esta doctrina falsa y plebeya, mejor dicho,
falsa por ser plebeya, y la sabidura, el decir conforme a la verdad
siendo privilegio de pocos, no de las multitudes puedan aturdir,
hoy, hasta a hombres de cultura, no nos extraa en absoluto. Es
tpico de la democracia el estupro psicolgico de las masas.
"Excluidas dos o tres honorables excepciones, anotaba Fustel de
Coulanges en su Cit antique Paris, 1880, los tranos que en el III y
IV siglo surgieron en todas las ciudades griegas consiguieron
reinar solamente a travs de la adulacin de los ms bajos entre el
gento, y abatiendo con la violencia cualquiera que fuera superior
por extracin, por censo o por sus mritos".Democracia, por lo tanto,
enemiga de la libertad.Donoso Cortes afirma, sobre el tema, que la
igualdad, que debe ser necesariamente impuesta, y la libertad, que
por definicin es contraria a toda cohercin, son dos trminos
inconciliables.William Lecky, en Democracy and Liberty, New York,
1866, escribi que la tendencia hacia la democracia no es la
tendencia hacia un gobierno parlamentario, ni siquiera hacia una
mayor libertad. Al contrario, tanto de la historia como de la
naturaleza de las cosas se pueden deducir argumentos vlidos para
demostrar que frecuentemente la democracia puede revelarse
exactamente como el opuesto de la libertad. En la antigua Roma la
vieja repblica aristocrtica fue gradualmente transformada en una
democracia, que rpidamente traspas a un despotismo imperial. En
Francia, anlogas transformaciones se han manifestado ms de una vez.
Un despotismo basado en un plebiscito es obviamente una forma de
democracia como una repblica, y algunas de las ms fuertes
tendencias democrticas son evidentemente hostiles a la libertad. La
igualdad es el dolo de la democracia, pero, considerada la infinita
variedad del talento y de la energa humana, ella no puede ser
realizada sino por medio de una continua, sistemtica y rigurosa
represin del desarrollo natural. "Continuando con estas citaciones.
la mayora de las cuales son extradas del libro El error democrtico"
de Erick Von Kuehnelt Leddihn, ed. Volpe, Roma, 1966 un texto
precioso para determinar los deterioros materiales y morales
obrados por el sistema democrtico, decimos con Nietzsche que la
idea democrtica lleva a la creacin de un tipo humano predispuesto a
la esclavitud en el sentido ms sutil del trmino. Al mismo tiempo
cada democracia es involuntaria escuela para la formacin del
tirano, debindose entender aqu la palabra "tirano" en el ms amplio
sentido, incluso en sentido espiritual". Bachofen el gran estudioso
de las civilizaciones antiguas, afirma odiar la democracia por que
ama la libertad y De Tocqueville, casi con las mismas palabras,
escribe: "me parece que el despotismo sea especialmente de temor en
las edades democrticas. Creo que habra amado la libertad en
cualquier tiempo; pero es exactamente en la poca en la que vivimos
que me siento empujado a adorarla". Antes de cerrar este pargrafo
ser oportuno desarrollar, por amor a la claridad, una consideracin
ms.Aqu hemos objetivamente reconocido que, a nivel de "impulsos",
de motivaciones, existe, en efecto, una cierta convergencia entre
el fascismo y ordinovismo al nivel de rechazo y de la lucha al
sistema democrtico.Hemos tambin demostrado, recurriendo a
citaciones tradas de los libros de hombres de cultura y de
estadistas de fama mundial y de indudable extraccin liberal, que
crticas y denigraciones de la democracia provienen, numerosisimas,
tambin por parte de una ambiente cultural y poltico no seguramente
cercano al nuestro.Todo esto, sea como fuera, no sera suficiente
para ponernos al abrigo del rigor de la Ley Scelba. Ella existe y,
aunque si es profundamente injusta y equivocada, hay que
respetarla. Lo nico que podramos hacer, sera pretender compartir
nuestro destino de "criminales" en buena e ilustre compaa: con
Spirito, Roncuzzi, Von Kuehnelt y tantos cuantos sean los que se
han aventurado en la contestacin del dogma democrtico. Pero,
llegados aqu, aunque no seamos juristas, quisiramos hacer observar
a este Tribunal, con una pequea intromisin en el dominio de
nuestros defensores, que la Ley Scelba veta la reorganizacin, bajo
cualquier forma del disuelto Partido Fascista" y precisa que se
determina esta reorganizacin cuando una Asociacin o un movimiento
persiga finalidades antidemocrticas propias del Partido Fascista,
exaltando, amenazando o usando la violencia como mtodo de lucha
poltica y propugnando la supresin de las libertades garantizadas
por la Constitucin o denigrando la democracia etc..." De lo cual se
deduce que la exaltacin, la amenaza o el uso de la violencia, el
propugnar la supresin de las libertades garantizadas por la
Constitucin, el denigrar la democracia se tienen que considerar
solamente como medios utilizados para conseguir aquellas
finalidades antidemocrticas propias del Partido Fascista. Quien
utilizara, por lo tanto, estos mismos medios para realizar
finalidades antidemocrticas, pero no propias del Partido Fascista
(se tomen por ejemplo los grupos de izquierda as llamada
revolucionaria que luchan para instaurar la dictadura del
proletariado) no podra ser punible por la Ley Scelba.Ahora,
nosotros creemos haber ampliamente demostrado, en este documento,
que nuestras finalidades antidemocrticas (ms exacto sera definirlas
aristocrticas) no son en absoluto propias a las del disuelto
Partido Fascista.De hecho el fascismo actu en contra de la
democracia para firmar el Estado totalitario, mientras que Orden
Nuevo es antidemocrtico por ser autor del Estado Orgnico. De esta
diversificacin derivan sucesivamente las dems: Orden Nuevo es
antidemocrtico, contrariamente al fascismo, tambin porque es
contrario a toda forma de dictadura personal, nacional, social, de
clase, etc. que, como podemos ver, no es nada ms que una expresin
ms verdadera y ms directa de democracia. Adems, Orden Nuevo es
contrario a la democracia porque est a favor de la mxima libertad
para todo los ciudadanos, libertad que ellos realizan cumplidamente
en el mbito de sus capacidades y competencias, mientras el
fascismo, y sobre todo los regmenes democrticos, tienden a suprimir
estas libertades; esto se justifica con el hecho de que el Estado
Orgnico y aristocrtico, siendo verdaderamente fuerte de una fuerza
que no consigue de la bajo, puede conceder al ciudadano libertades
que en los regmenes regidos con frmulas democrticas son conculcadas
anteriormente con medios fraudulentos e indirectos y despus con
medios decididamente explcitos y claramente persecutorios.Y
entonces, porqu se ha querido empezar cueste lo que cueste, aunque
falten hechos concretos y una real situacin de peligro para las
instituciones democrticas, este proceso que, por circunstancias
varias y bien conocidas, y nos una paradoja, rinde igualmente
difficil, y puede que imposible, tanto una sentencia de condenacin,
como una sentencia de absolucin.Por falta de previsin del sistema?
Seguramente!LAS ELECCIONES NO SON SNTOMA DE SOBERANIA
POPULARAcerca, del otro tab, que se ha firmemente establecido entre
las arrugas del cerebro de las masas, que pretenden ser el
parlamentarismo y el mtodo electoral las nicas formas
institucionales garantizantes de una relativa participacin del
pueblo al gobierno de las cosas pblicas, no queremos gastar
demasiadas palabras. Ser suficiente observar, como hace Walter Weyl
referente a las ltimas tendencias democrticas americanas, que tanto
inters han encontrado sucesivamente en Italia, a lo mejor en
obsequio al artculo 17 del tratado de paz, que: "el elector
americano, tan confundido como un nio en un circo de cuatro pistas,
intenta responder a una docena de preguntas y de elegir entre un
centenar de candidatos, no escribiendo una obra de tres volmenes,
sino poniendo una seal bajo el smbolo de los demcratas o bajo el de
los republicanos. Para expresar su preferencia al propsito de todos
estos problemas, le hara falta tener la boca de "Garganta (3).
Mientras, para variar de metfora, l puede solamente mover la cosa
arriba y abajo.Diciendo esto no queremos declarar que en un Estado
orgnico, tal cual nosotros lo concebimos, no se tenga que recurrir
a libres elecciones para determinar algunas representaciones. En
nuestro caso, el barrendero tendr solamente que decidir y tendr la
capacidad y la posibilidad de hacerlo- quien entre sus compaeros de
trabajo lo podr representar mejor en los organismos de su categora;
as como el estudiante podr y sabr elegir a sus representantes de
instituto; los profesores universitarios el rector y as
siguiendo.En el Estado y en la sociedad existen estructuras
verticales y horizontales. las elecciones son un criterio correcto
de seleccin de una clase dirigente al interior de cada estructura
horizontal y, en una caso dado, hasta en aquellas verticales.No es
seguramente un concepto nuevo, este, y parte de la experimentacin
democrtica de las antiguas ciudades griegas es basada ms o menos
sobre un principio anlogo. Por lo visto, tambin el Papa viene
elegido... no por algunos centenares de millones de cristianos,
sino por un centenar de cardenales y con la ayuda del Espritu
Santo!SOBRE LA VIOLENCIALa nica forma de violencia que nosotros
conocemos y hasta el momento estamos recibiendo es, en nuestros
das, la ejercitada con hipcrita y cnica determinacin por la
sociedad burguesa y democrtica, Ella se manifiesta con las
detenciones, y los juicios persecutorios, el espionaje telefnico,
la instigacin al odio y con toda una serie de pequeas y grandes
dificultades que las autoridades constituidas cada da entreponen a
nuestra accin poltica. Nosotros podemos de hecho dirigir un
movimiento poltico, pero no podemos ser los directores responsables
de nuestros peridicos, no habiendo todava escrito, en un ao, los
cincuenta artculos necesarios para conseguir la inscripcin en los
registros de los periodistas, y el problema de encontrar a un
director tan audaz como para firmar el peridico de Orden Nuevo se
convierte en una tarea cada vez ms difcil. El da 7 del pasado
Abril, hemos hecho una demanda oficial para celebrar mtines en
varias ciudades: solamente en Turn, a lo mejor por la presencia de
un funcionario de polica que no ha entendido como estn exactamente
las cosas en la democracia nos han concedido la plaza. Casi
imposible la distribucin del peridico y de panfletos a la puerta de
las escuelas donde parece que los policas de guardia han recibido
ordenes precisas de impedir cualquier forma de propaganda de Orden
Nuevo, Tampoco han faltado intimidaciones y presiones psicolgicas
dirigidas a los padres de nuestros jvenes militantes. Cual sea la
situacin de nuestros jvenes al interior de las escuelas y en las
universidades, usted, Sr. Presidente, la sabe muy bien, ya que
usted durante aos ha militado, segn nuestros informes, en
posiciones antitticas a las nuestras, en el consejo de padres en
uno de los institutos... ms rojos de Roma: el Mamiani. Esta es la
violencia que nosotros conocemos: ella constituye un parmetro para
medir la direccin correcta y la eficacia de nuestra lucha del
sistema. Ms se desencadena la represin hacia nosotros, ms estamos
en lo justo y ms tenemos que perseverar.Adems la violencia
democrtica se ejerce sobre todo de formas ms sutiles, menos
advertibles y ms perniciosas: al nivel de la persuasin oculta de
las masas, realizada con los medios de informacin televisin,
cinema, prensa - siempre ms poderosos e invasores, siempre ms
concentrados en las manos del poder.Existe despus la violencia
provocatoria, la que llaman antifascista, de los siervos del
sistema, de los pseudorrevolucionarios de opereta, de los vendidos
a las fuerzas polticas que establecen y califican el rgimen.Contra
todas estas formas de violencia, verdaderas, concretas, funestas,
porque empujan el pas al abismo de la guerra civil, nosotros
queremos reaccionar, virilmente, responsablemente, pero estamos
decididos a reaccionar.No somos cristianos, y el mandamiento
evanglico que ni siquiera Cristo respet cuando ech a latigazos los
mercaderes del Templo - de ofrecer la otra mejilla no vale para
nosotros. Nosotros no os decimos que seamos en absoluto opuestos a
la violencia, Por otra parte, qu quiere decir estar en contra de la
violencia?. Una afirmacin parecida, de cualquier parte que venga,
es siempre mistificadora, mentirosa. La vida, en todas sus
manifestaciones, es lucha, es composicin de fuerzas, y por lo
tanto, en sentido extremo es violencia.Tambin Vosotros, cuando
pronunciarais y como no podrais hacerlo! - Vuestro veredicto de
condenacin para Orden Nuevo, cumpliris una accin: de violencia
inequvoca, violencia legitimada, de acuerdo!, violencia para la
salvacin de la democracia, seguramente!, pero siempre violencia.Qu
es entonces la violencia, cuando se justifica? Depende de la opinin
de cada uno. La violencia, como la guerra que es su ltima y total
expresin, puede ser justa a injusta, santa o criminal, burguesa,
proletaria o revolucionaria; por lo tanto, no se puede juzgar
intrnsecamente, hay que adjetivarla de alguna manera.Existe despus
un prejuicio del cual es necesario librarse.Orden Nuevo es un
movimiento revolucionario. Nosotros nos definimos revolucionarios.
Lo hemos dicho siempre, escrito y aqu lo confirmamos En estos
tiempos, al concepto de revolucin, se ha asociado cada vez ms la
idea de violencia, de la superchera y del arbitrio. Por el cual, un
movimiento revolucionario, segn esta forma aproximada y superficial
de pensar, debe necesariamente ser una organizacin poltica que
persigue sus finalidades con el uso de la violencia ms cnica e
indiscriminada,Que esto no sea siempre verdad est demostrado por
numerosos ejemplos que nos indica la historia de revoluciones que
se han cumplido sin recurrir al terrorismo y a la lucha armada. El
cristianismo fue una revolucin una gran revolucin, as como lo fue
seis siglos antes el budismo, Pero estas dos revoluciones se
afirmaron nicamente a travs de la fuerza de sus propias ideas. Para
pasar despus a pocas ms cercanas, tenemos el movimiento de Ghandi,
la gran revolucin democrtica sobre la cual se asienta el actual
ordenamiento social de la India, se desarroll de forma tan pacfica
que el movimiento lleg a ser denominado movimiento de la no
violencia".En efecto, los verdaderos movimientos revolucionarios,
exactamente por luchar para realizar una revolucin, o sea, una
honda transformacin del hombre y de la sociedad, y no simplemente
para conquistar el poder (esta es la fase ltima, la consecuencia
lgica e imprescindible de una accin revolucionaria llevada hasta el
final) hasta cuando puedan, hasta cuando las autoridades y el orden
constituido se lo permiten, intentan afirmar sus ideas de forma
pacfica, o mejor dicho, exclusivamente en la legalidad. Solamente
cuando las ideas desarrolladas por la revolucin empezaran a cuajar,
empezarn a reagrupar una ELITE y esta ELITE a sus seguidores,
explotar por un lado la represin, la violencia ciega y desesperada
del sistema, por el otro la voluntad de la revolucin de sobrevivir
y la conciencia de la misma del derecho a la reaccin violenta.Y
esta reaccin violenta, en las verdaderas revoluciones, es
restablecedora de un ms alto orden de valores, no es
desencadenamiento de fuerzas ciegas e incontroladas. Alguien en
efecto ha dicho que la revolucin no es nada ms que un medio al
alcance del orden que quiere resurgir y los verdaderos
revolucionarios no son nada ms que los instrumentos de este orden,
porque se alzan en contra del caos para crear el Novus Ordo.El
movimiento poltico Orden Nuevo ha llevado hasta ahora su lucha
revolucionaria en contra de la sociedad burguesa en el cauce de la
legalidad, utilizando aquella fraccin mnima de libertad que el
Estado burgus y democrtico todava le concede. Nosotros luchamos
contra esta sociedad tambin porque estamos convencidos que ella
tiende a suprimir, antes o despus, toda forma de libertad.Estamos
por lo tanto a la espera, Seores del Tribunal, de conocer Vuestro
veredicto, para saber si Orden Nuevo puede seguir actuando en la
legalidad o s al contrario tendr que recurrir a los medios de lucha
provistos para los periodos de represin y persecucin
democrtica.Porque una cosa es cierta: las revoluciones tienen sobre
todo el deber de seguir adelante".Todo esta lo afirmamos con la
finalidad de criticar la "ley idiota" y no por lo que puede
concernir especficamente a nuestra vicisitud personal. Es verdad
que el fiscal Vittoro Occorsio se ha visto obligado para justificar
este juicio, a condimentarlo con la salsa de la violencia fascista.
Mejor dicho, es justamente desde un inaudito" episodio de
"violencia que el Proceso a Orden Nuevo ha empezado. He aqu la
realidad de los hechos.Como reza el informe de la Jefatura General
de polica de Roma, el 31 de Enero de 1971, a las 17 horas, seis o
siete jvenes de 14 a 17 aos de edad llegan a la Plaza de Jess donde
se ubica la Direccin Nacional de la Democracia Cristiana con
pancartas y panfletos celebrantes del levantamiento popular de
Reggio (4), pancartas y panfletos firmados con el smbolo de Orden
Nuevo: el hacha doble, El inaudito episodio de violencia"
consistira en una media docena de piedras tiradas contra las
ventanas de la sede de D. C.. Nada ms. La polica no consigui
identificar ninguno de los componentes del comando" y se limit a
declarar que la responsabilidad de los hechos se deba imputar a
Orden Nuevo.Nosotros, naturalmente, nada sabemos de este modestsimo
hecho que, si lo hubiramos organizado nosotros hubiera sido
diferente tanto en el nmero de los participantes cuanto en el texto
del panfleto. Es probable, "y seguimos estando a nivel de
hiptesis", que esta accin surgi espontneamente de algn grupo de
jvenes estudiantes simpatizantes de Orden Nuevo pero no afiliados a
nuestra organizacin, y nosotros podramos tambin sostener
polmicamente, vista y considerado como se desarrollaron los hechos,
que el que tir las piedras haya sido alguien que tena inters y la
seguridad de hacernos dao. Y adems, bastara un episodio como este
para marcar Orden Nuevo como un movimiento que se dedique a la
violencia como mtodo de lucha poltica?. Vamos, seamos serios!Ms
grave sin duda sera otro hecho del cual se hace tmida mencin en las
actas procesales y que se refiero al ataque de un grupo de personas
a la Universidad de Verona, ocupada por los marxistas. Por adeudar
a elementos de Orden Nueva esta expedicin punitiva se encontr
despus de algn tiempo, una seora dominada por la rabia y la
humillacin por haber sido abandonada por su joven, demasiado joven,
amante Claudio Bizzarri. En estas condiciones de nimo y de espritu
dicha seora hubiera estada seguramente dispuesta, si hubiera hecho
falta, a afirmar adems de lo que haba ya muy confusamente afirmado
que Bizzarri y Orden Nuevo eran responsables de cualquier cosa...
tambin de haber provocado la Primera Guerra Mundial. Es el caso
frecuente, por la visto, humano y piadoso de aquellas mujeres que
no quieren envejecer, ni rendirse frente a la realidad (fisiolgica)
de las cosas, y, una vez abandonadas por su amante, ofendidas en su
amor propio... desvaran. Un percance parecido, adems, nos parece
haya ocurrido tambin al grupo anarquista incriminado y despus
absuelto por las bombas a la Feria de Miln. Tambin en este caso la
acusacin fue sostenida por una vieja profesora abandonada por su
demasiado joven amigo. Como podemos comprobar, la historia se
repite!, pero por s acaso, sobre estos hechos se est desarrollando
una instruccin procesal, todava abierta despus de dos aos de
investigaciones, por lo cual, bien mirado, de este asunto ni
siquiera se debera hablar en un juicio "delicado" como el nuestro,
Adems es significativo que el Juez que lo ha empezado tan
precipitadamente haya sido trasladado al civil, perdiendo as una
buena ocasin para pertenecer a la ya larga serie de los
"magistrados televisivos (5), aspiracin, esta, largamente
compartida por algunos de sus colegas del Veneto.Aqu esta entonces
toda la violencia (si as se puede llamar) ordinovista a la cual se
refieren las autoridades inquisidoras despus de un par de aos de
atenta bsqueda. Decididamente poco para nuestros veinte aos de
actividad... "neonazi!.Admitiendo que, por absurdo, estos dos
episodios de violencia pudiesen ser efectivamente imputables a
elementos de nuestro movimiento, yo, Seores del Tribunal,
parafraseando a Togliatti, os tendra que decir que como a nadie le
ha venido por la cabeza responsabilizar la Polica de Aduanas por la
matanza hecha por un oficial del cuerpo en un cine de Ancona, as
igualmente sera absurdo responsabilizar Orden Nuevo por eventuales
acciones violentas realizadas, de forma espordica y autnoma, por
personas pertenecientes a esta organizacin,Nuestra exposicin sobre
la violencia termina aqu. Podramos solamente aadir que el hecho de
haber sido incriminados como personas adictas a la violencia ha
generado en nosotros un hondo sentimiento de desconfianza hacia la
justicia democrtica y burguesa, desconfianza que nos empuja a
estudiar los medios ms idneos para neutralizar su accin
prevaricadora.LA JUSTICIA ES COMO EL TIMN, DONDE LA VUELVES VA
(LaoTze)Para terminar, a mayor gloria de quien tanto ha trabajado
para montar este "difcil" juicio, intentaremos reconstruir todo el
itinerario poltico y jurdico que a l se refiere segn nuestra libre
interpretacin de eventos, hechos y circunstancias. Libre
interpretacin, s, pero absolutamente verdadera. Naturalmente no es
que nosotros estemos en condiciones de probar lo que vamos
afirmando, pero Seores del Tribunal, podis fcilmente verificar la
exactitud de nuestra tesis" y esto nos basta.31 de Enero de 1971:
la escena se desarrolla en la Plaza de Jess frente a la direccin de
la D.C. Un grupo de chiquillos improvisa una manifestacin de
solidaridad con el pueblo de Reggio en lucha por su derecho a la
vida y tiran alguna piedras contra las ventanas de la sede
democristiana. Una de las piedras roza la cabeza pensativa
(pensativa por el porvenir del pas) del diputado Sullo. El diputado
se asusta ( y como no podra ) cree que la piedra sea una bomba,
cree en le tetra me nere, (6), cree que la revolucin est ya en
marcha, y est al lmite del infarto y otros fenmenos fisiolgicos
estrictamente inherentes a un gran csmico" miedo. Es normal, por lo
tanto y no somos seguramente nosotros los que se lo reprochen que l
llame a su amigo y colega Restivo, Ministro del Interior,
reclamando la punicin de los culpables, indicados por las pancartas
y los panfletos como ordinovistas.Pero los "asusta Sullo" han
desaparecido y nada ha sido encontrado en la sede de Orden Nuevo o
en las casas de algunos militantes, entre las cuales la de quien
suscribe, en seguida registradas, que pueda facilitar el camino de
la justicia. A estas alturas, el asunto pasa de la polica poltica
de Roma a los Servicios de Seguridad del Estado, a los
especialistas de la represin no ortodoxa". Los asusta Sullo" deben
pagar por su grave actuacin.7 de Febrero de 1971: diarios y
revistas meritorios" por los servicios prestados al ministerio de
la represin" y especializados para instruir en sus redacciones
procesos clamorosos (golpes de Estado, matanzas, complots
fascistas, etc.) como "LExpreso", "Paese Sera y similares,
descubren improvisadamente a Orden Nuevo y lo dedican columna tras
columna de publicidad gratuita. El asunto nos deja perplejos, pero
por poco tiempo.31 de Marzo de 1971: desde el 7 de Febrero al 31 de
Marzo, a escondidas de nosotros, se desarrolla un intenso trabajo
de carcter informativo. La polica y los carabineros envan sobre
pedido informes que no dicen nada, y nada podan decir, sobre
nuestra organizacin. En un momento dado, el coronel Alferano
contesta al pedido de informes, con tono seco, afirmando: Orden
Nuevo casi no existe, si la Procura de la Repblica quiere
identificar los responsables de la violencia poltica en Roma, estos
tienen que buscar en los ambientes de la ultrazquierda, y sobre
todo en aquellos de Lucha Continua (7).Pero entonces sigue siendo
nuestra suposicin el ministerio (de la represin) empuja y como no
lo hara! los "asusta Sullo estn todava en libertad.Llegamos as al
primer acto formal: aviso de crimen por reconstitucin del disuelto
Partido Fascista contra ocho personas de las cuales solamente el
suscribiente y mi amigo, el camarada Tedeschi resultarn pertenecer
a Orden Nuevo. Los dems, cinco chiquillos sorprendidos por la
polica al comprar libros en nuestra sede y por esto ncriminados,
sern absueltos por el fiscal Vittorio Occorsio. Romano Coltellacci
fue, al contrario, absuelto a travs de la presentacin de un
certificado de Almirante (est en las actas procesales) que
documentaba su pertenencia al Comit Central del M. S. I.Entonces,
resumiendo, la tarde del 31 de Marzo solamente dos ordinovistas, no
obstante largas y laboriosas investigaciones, haban cado en las
manos de la justicia.Se debe solamente al examen del material
secuestrado por parte de los funcionarios que las autoridades
judiciales supieron, que la misma tarde, que Orden Nuevo publicaba
una revista regularmente autorizada, dirigida por el Dott. Tommaso
Stabile de Latina. Inmediatamente, entonces, con hoja aparte, pero
con la misma fecha, fue notificado el 2 de Abril idntico aviso de
reato a Stabile. La trama negra" estaba por gracia de Dios tomando
forma. Algunos boletines interiores del Movimiento, algunas cartas,
conjuntamente con relaciones fantasiosas de las jefaturas de polica
de toda Italia, permitieron extrapolar, sacar de todo este material
algn otro nombre: de aqu... Graziani Clemente y 41 ms, etc,
etc...La justicia haba triunfado y el diputado Sullo poda ya dormir
tranquilamente.Esta reconstruccin en plan chistoso de la gnesis del
juicio al Movimiento Poltico Orden Nuevo no debe inducir a nadie
pensar que ella no sea real. Los hechos se desarrollaron
efectivamente de esta forma.Pero seguimos adelante. Mientras tanto
nosotros de Orden Nuevo, tan injustamente afectados, nos hemos dado
cuenta de que por resistir a la represin o para enfrentarse a ella
con la cabeza erguida debimos y pronto crecer polticamente. Y en
este sentido hemos trabajado. As, despus de una ao, o poco ms,
sobre nuestro semanal Orden Nuevo Accin" (8), estuvimos en condicin
de poder afirmar, sin jactancia pero conocedores de nuestra fuerza:
"Orden Nuevo es hoy el instrumento de la Revolucin Nacional. Orden
Nuevo ya no es simplemente un Centro de Estudios, sino un
movimiento revolucionario que persigue el plan hegemnico de
unificar en la lucha contra la sociedad burguesa todo nuestro mundo
poltico".Mientras, el cuadro poltico nacional est cambiando.El
gobierno de centralidad democrtica de Andreotti era en efecto un
gobierno de centro derecha clandestino, y que por lo visto
utilizaba, para mantenerse en pi, los votos fascistas" de la
Derecha Nacional (M. S. I.). Esta utilizacin de los votos misinos
ha marcado su fin, ya que para Andreotti no fue suficiente la ley
Valpreda" y la lucha contra los movimientos extraparlamentarios de
derechas para hacerse perdonar por el apoyo "fascista" a su
gobierno.Se regresa as con extrema desenvoltura, nuevamente al
centro izquierda, con las mismas frmulas y los mismos hombres que
haban demostrado ad abundantiam su incapacidad en cercanas
catastrficas experimentaciones de gobierno. A estos, por lo visto,
no se aplica el Instituto de la Interdiccin (9) del cual al
contrario goza el ciudadano que no ha conseguido llevar adelante su
pequeo comercio.Exactamente porque el pueblo, o mejor dicho, el
electorado, no se para demasiado tiempo a reflexionar sobre ciertas
alteraciones" se desva su atencin hacia el peligro fascista, en un
intento, no se sabe hasta que punto conseguido, de distraer la
opinin pblica de ciertos sucios juegos de poder. El antifascismo de
esta clase dirigente viene sacado de la naftalina cada vez que hace
falta, y para darle aquel necesario substrato de credibilidad se
empiezan juicios persecutorios en contra de los movimientos
polticos que se baten frente al sistema. En esta "accin
distractora" los atentos guardianes de las instituciones y del
poder democrtico tienen una suerte maldita: encuentran, ya
preparado el juicio contra Orden Nuevo a celebrarse de inmediato.As
este proceso nacido, como un chiste, del miedo del diputado Sullo
se convierte, de inmediato aunque con algn que otro pequeo golpe a
la direccin del timn de la justicia (lanse las declaraciones del
Presidente de la Corte Constitucional Bonifacio en tema de
aplicabilidad de la Ley Scelba) una cosa seria, mejor dicho muy
seria, una ficha de consolacin para ofrecer a los socialistas a
cambio de su pasiva aceptacin de los intereses del gran capital.Con
esto no queremos decir que este proceso nace de un designio
previsor de la D. C. (dejamos ciertas fantasas a los sabuesos de
las pistas negras); digamos solamente que no poda haber momento ms
oportuno para programar este proceso y magistrados ms idneos para
celebrarlo.Quien pensara que Orden Nuevo se resigne a representar
el cordero sacrifical en un rito de poder y de establecimiento de
nuevas alianzas se equivoca. Se ver pronto que las cuentas de estos
depredadores del pueblo italiano no cuadran; la operacin contra
nuestro movimiento no ir tan tranquila y por ella se deber pagar un
precio poltico mucho ms alto del que esta incapaz clase dirigente
pueda hacer presupuesto.LTIMAS CONSIDERACIONES MORALES SOBRE CIERTA
JUSTICIA BURGUESAYa lo habamos dicho: no tenemos ninguna confianza
en la justicia democrtica y burguesa. Y no nos pueden quitar la
razn. Un mismo crimen, configurado por la misma ley, puede ser
juzgado de forma diferente, segn la pertenencia del juez a esta o
aquella tendencia o faccin en las cuales est hoy dividido el
ordenamiento jurdico.Despus de haber escuchado las mociones de
rechazo de las excepciones de constitucionalidad expresadas por
este Tribunal consideramos ya decidido nuestro destino y el de
nuestro Movimiento en este Juicio.Por lo tanto nuestros valerosos
defensores quedan libres, cuando lo juzguen oportuno, de renunciar
a nuestra defensa, y que nosotros mismos, por las razones antes
dichas, juzgamos a estas alturas intil que sigan defendindonos al
fin de evitar un macroscpico error, no solamente judiciario.As como
juzgamos intil y faltante de dignidad cualquier otra forma de
colaboracin que, siempre con la misma finalidad, hubiramos pedido
dar a este Tribunal. Nuestra presencia en la sala ser desde ahora
en adelante limitada a aquellos casos en que el ritual judiciario
nos obliga.Seor Presidente, Seores del Tribunal. No consideren
nuestra actitud irrespetuosa haca Ustedes. Nosotros condenamos un
sistema, no aquellos convencidos de actuar correctamente sirvindolo
y que operan por lo tanto en buena fe, o sea, sin buscar el inters
personal, como exactamente, estamos seguros, es Vuestro caso.Pero,
no se puede decir que hombres como Ustedes no puedan caer en el
error. Y la aplicacin de la Ley Scelba por lo que nosotros se
refiere como para cualquier otro grupo o movimiento es un error
histrico.No envidiamos Vuestra tarea, Seores del Tribunal.Somos
algo bien diferente (y lo hemos demostrado) del fascismo y el
sistema os pide condenarnos como fascistas.No obstante los informes
suplementarios que en estos das llegan sobre Vuestra mesa de las
Jefaturas de Polica de toda Italia, no habis encontrado nada que
indique que el Movimiento Poltico Orden Nuevo como una organizacin
dedicada al uso de la violencia y el sistema os pide condenarnos
por violentos, o sea, os exhorta, con medios sutiles y con
presiones polticas y psicolgicas de todo tipo y procedencia a
ejercitar Vosotros la ms execrable de las violencias y de los
arbitrios: las que se esconden y se amparan bajo la toga.El sistema
os pide sofocar las ideas utilizando las esposas, pero Vosotros
bien sabis que las ideas no se destruyen con la persecucin.Adems,
Ustedes saben que, cual