Top Banner
120

Repostería inicial

Nov 18, 2020

Download

Documents

caroline1994

Aprende a elaborar recetas desde un inicio para principiantes
Welcome message from author
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
Page 1: Repostería inicial
Page 2: Repostería inicial
Page 3: Repostería inicial

Introducción

Preparaciones básicas

Crema pastelera

Ganache de chocolate

Buttercream de merengue suizo

Merengue suizo

Masa quebrada

Hojaldre exprés

Bizcocho genovés

Planta de bizcocho para enrollar

Masa choux

Fruta confitada

5

8

11

14

17

20

23

26

29

32

35

Page 4: Repostería inicial

Recetas básicas para triunfar

Bizcocho de yogur

Bizcocho cebra

Brazo de gitano con lemon curd

Brownie de chocolate

Magdalenas de aceite

Madeleines

Muffins de chocolate

Milhojas de crema

Profiteroles

Coulant de chocolate

Flan de huevo

Flan de leche condensada

Natillas

40

43

46

49

52

55

58

61

64

67

70

73

76

Page 5: Repostería inicial

Tiramisú

Mousse de chocolate

Trufas de chocolate

Galletas de mantequilla

Bollos suizos

Bollos suecos de canela

Tarta fina de manzana

Tarta de crema y frutas

New York Cheesecake

Tarta del limón y merengue

Tarta Sacher

Tarta San Marcos

79

82

85

88

91

94

97

100

103

106

109

112

Page 6: Repostería inicial

Este e-book que acaba de caer en tus manos es muy especial para mí.

Llevo varios años creando e-books, generalmente en forma de recopilatorios

temáticos de las mejores recetas de nuestro blog: recetas de panes, recetas de

bizcochos, recetas de postres en vasito, etc.

Pero lo que tienes aquí para mí es una colección de verdaderos imprescindibles –mis

imprescindibles-, recetas básicas que deberían formar parte del fondo de armario

de cualquier aficionado a la repostería. Desde preparaciones básicos para usar en

otras recetas, como la crema pastelera o la masa quebrada, hasta recetas para el día

a día como un buen flan de huevo o una tarta de manzana, y también recetas para

ocasiones especiales, de esas que nunca fallan, como la tarta de queso o la tarta

Sacher.

No ha sido fácil hacer una selección de 35 recetas de entre las más de 1000 recetas

que ya atesoramos en el blog, pero te aseguro que he sido muy minuciosa y está

hecha con muchísimo cariño.

Ojalá este e-book te sirva para seguir disfrutando de la cocina, y más concretamente

de la repostería, y te permita preparar postres deliciosos para compartir con las

personas que más quieres.

La vida está hecha de los momentos que construimos. Por eso, cocina con tus

hijos, comparte comidas con tus amigos, olvida el móvil y charla… Come sano, pero

no te prives de un postre casero de vez en cuando. Sé feliz.

Con cariño,

María

Page 7: Repostería inicial
Page 8: Repostería inicial
Page 9: Repostería inicial
Page 10: Repostería inicial

• ½ l de leche

• 1 vaina de vainilla

• 125 g de azúcar

• 40 g de fécula de maíz

• 4 yemas de huevo

La crema pastelera es una crema muy

utilizada en el mundo de la repostería.

Normalmente es usada como relleno de

tartas, milhojas, lionesas, éclairs,

profiteroles, etc. A parte de usarse como

relleno, es la base de cremas

tradicionales tales como las natillas o la

crema catalana.

Es importante que la crema pastelera se

elabore con productos frescos y hay que

tener en cuenta que, al llevar huevos, su

consumo máximo debería ser de un par

de días.

Page 11: Repostería inicial

En un cazo ponemos la leche junto con la vaina de vainilla, que habremos abierto a lo

largo y extraído las semillas. Llevamos a ebullición, retiramos y reservamos.

En un bol mezclamos el azúcar, las yemas y la fécula de maíz. Con

unas varillas mezclamos todo hasta que quede perfectamente ligado.

A la mezcla anterior echamos poco a poco la leche sin dejar de remover.

Una vez todo unido lo ponemos a fuego lento, removiendo constantemente hasta que

espese.

Retiramos y dejamos enfriar cubriendo con film transparente la superficie.

Page 12: Repostería inicial
Page 13: Repostería inicial

• 300 g de chocolate amargo

• 150 g de nata líquida

La proporción chocolate/nata depende

del uso que se le quiera dar a

la ganache; se considera ganache básica

cuando las proporciones son de 2 partes

de chocolate amargo a 1 parte de nata

líquida, en peso. Para un baño fluido se

utilizará una menor proporción de

chocolate y para trufas una mayor

proporción de chocolate.

La ganache se puede preparar con

chocolate amargo, chocolate con leche o

incluso chocolate blanco, y se le pueden

añadir distintos saborizantes, licores o

extractos (como el extracto de vainilla).

Si se utiliza la ganache para cobertura es

frecuente agregarle mantequilla, aceite

o azúcar invertido, para darle un acabado

superficial más brillante.

Page 14: Repostería inicial

Troceamos el chocolate y lo ponemos en un bol que resista el calor. Calentamos la

nata en un cazo o en el microondas, hasta el punto de ebullición, y la vertemos sobre

el chocolate. Dejamos reposar un minuto. Mezclamos suavemente con unas varillas,

hasta que adquiera un aspecto brillante, denso y suculento.

Page 15: Repostería inicial
Page 16: Repostería inicial

• 3 claras de huevo M

• 250 g de azúcar

• 300 g de mantequilla sin sal a

temperatura ambiente

El buttercream de merengue suizo es

ideal para aquellas personas a las que el

buttercream tradicional les resulta muy

dulce, o no les gusta que se note el

azúcar glas. Tiene una textura muy

sedosa y no resulta excesivamente

dulce.

A esta receta podemos añadirle

chocolate, cacao, pasta de vainilla,

pastas de frutas…

Si al agregar la mantequilla a la receta

parece que la mezcla se corta, la

solución es seguir batiendo a máxima

velocidad entre 7 y 10 minutos, hasta

conseguir una textura muy sedosa.

Page 17: Repostería inicial

Ponemos las claras y el azúcar en un bol. Calentamos al baño maría hasta que el

azúcar se disuelva por completo y no pararemos de remover con unas varillas para

que no nos cuajen las claras.

Pasamos las claras al bol de la batidora o robot y montamos. Tardarán un poco en

montar. Cuando el merengue haga picos duros, comprobamos la temperatura. Si está

caliente, esperaremos un poco para que la mantequilla no se nos derrita.

Una vez esté templado el merengue, cambiamos la varilla por la pala, y comenzamos

a agregar la mantequilla, batiendo a velocidad media. A mitad del proceso la mezcla

se cortará, pero hay que seguir batiendo durante aproximadamente 10 minutos.

Es importante no dejar de batir hasta conseguir un aspecto sedoso.

Page 18: Repostería inicial
Page 19: Repostería inicial

• 200 g de claras de huevo

• 300 g de azúcar

El merengue suizo es un merengue que

se prepara disolviendo el azúcar en las

claras, a cierta temperatura, antes de

batirlas para montarlas. Puesto que el

azúcar se disuelve por completo en las

claras antes de montarlas, no es

necesario batir mucho hasta que no se

note el granillo del azúcar en el

merengue, como ocurre con el merengue

francés.

Al igual que en la elaboración de los

otros merengues, los utensilios deben

carecer de cualquier traza de grasa, y

hay que prestar especial atención a los

restos de yema.

Como las claras se pasteurizan al

principio de la elaboración, este

merengue es especialmente apto para

consumir en crudo.

Page 20: Repostería inicial

Ponemos las claras, bien separadas de las yemas, en un cuenco que resista el calor,

puede ser el propio bol metálico de la batidora. Agregamos el azúcar. Colocamos el

bol sobre un cazo con un dedo de agua hirviendo, pero cuidando de que el agua no

toque el bol, porque nos cuajaría la clara enseguida. Removeremos con las varillas

sin parar -no hace falta batir, solo remover-, para que toda la clara se nos caliente por

igual. Podemos ir controlando la temperatura, que no debe pasar de 60º. Para ello un

buen termómetro de cocina es de gran ayuda. Cuando la mezcla alcance la

temperatura indicada la retiraremos del baño maría y batiremos a velocidad media-

alta, con robot o batidora de repostería. El merengue estará listo y perfectamente

montado cuando se haya enfriado por completo y el bol no se note caliente al tacto.

Si vamos a usar el merengue para hornear, lo pasaremos a una manga pastelera

ayudándonos con una espátula. Si lo vamos a usar en alguna crema, lo mezclaremos

con los demás ingredientes. Debemos hornear el merengue enseguida.

Page 21: Repostería inicial
Page 22: Repostería inicial

• 150 g de harina de repostería

• 75 g de mantequilla fría en dados

• 1 huevo

• 50 g de azúcar glas

• Una pizca de sal

La masa quebrada, tal como su nombre

indica, es una masa grasa quebradiza la

cual hay que trabajar muy poco para que

no se convierta en una masa elástica. Se

usa para la elaboración de tartas saladas

y dulces, aunque también se utiliza con

bastante frecuencia para hacer galletas.

Se elabora a base de harina floja o de

repostería (por su menor contenido en

gluten), mantequilla fría, huevo y

dependiendo de su uso, -salado o dulce-

sal o azúcar.

Page 23: Repostería inicial

En un bol ponemos la harina previamente tamizada junto con la mantequilla fría y

mezclamos con los dedos hasta conseguir una textura tipo galleta desmenuzada.

Una vez tengamos la harina mezclada con la mantequilla, añadimos el resto de

ingredientes, el azúcar, el huevo y una pizca de sal. Continuamos trabajando la masa

con los dedos, pero evitaremos trabajarla en exceso, justo hasta que quede todo

ligado y podamos hacer una bola con ella.

Dejamos la bola en el mismo bol y la tapamos con papel film. Dejamos reposar en la

nevera durante una hora aproximadamente.

Transcurrido el tiempo de reposo, colocamos nuestra masa en una superficie

ligeramente enharinada, la aplanamos con la mano y seguidamente pasamos el

rodillo dándole la forma del molde que vayamos a usar.

Para transferir la masa estirada al molde, lo mejor es ayudarse del rodillo. Enrollamos

la masa en el rodillo y la trasladamos al molde, desenrollamos la masa del rodillo y la

dejamos caer sobre el molde. Retiraremos el exceso de masa pasando el rodillo por

encima del molde y pincharemos su superficie con un tenedor.

Solo nos queda cocerla en el horno y para ello colocaremos sobre la masa papel de

horno y, sobre este, pondremos una cadena de peso o bolas cerámicas.

Page 24: Repostería inicial
Page 25: Repostería inicial

• 250 g de harina de repostería

• 250 g de mantequilla (congelada en

trocitos)

• 110 g de agua fría

• Un pellizco de sal

• 1 cda. de azúcar

El hojaldre genuino está riquísimo, pero

tiene el inconveniente de que es bastante

laborioso. Para aquellos a los que les

gustan los atajos o les falta tiempo, el

hojaldre rápido es una buena solución.

La técnica del hojaldre rápido es muy

sencilla: mezclar la harina y el agua con

la mantequilla en pedazos y muy fría, en

muchas recetas la ponen congelada, sin

apenas trabajar la masa, de forma que

cuando la estiramos con un rodillo

obtenemos laminillas de grasa, que si

bien no son continuas en toda la

superficie de la masa como en el hojaldre

auténtico, producen también un

hojaldrado local.

Page 26: Repostería inicial

Cortamos la mantequilla en láminas finas y la congelamos.

Ponemos en un bol de trabajo la harina previamente tamizada, la sal y la cucharada

de azúcar si deseamos añadirla. Sacamos del congelador la mantequilla congelada y

la vamos desmenuzando en trocitos pequeños encima de la harina, intentando

trabajar con rapidez para que no se nos descongele por completo. Removemos con

las manos para que todos los trozos de mantequilla se cubran de harina.

Inmediatamente añadimos el agua fría y mezclamos con una rasqueta, al tiempo que

hacemos un movimiento de corte por si nos ha quedado algún pedazo de mantequilla

excesivamente grande. Obtendremos una mezcla que no estará amalgamada del

todo, pero acabará tomando cuerpo.

Volcamos la mezcla sobre la encimera enharinada y la aplastamos para que se

peguen los trozos entre ellos. En todo el proceso iremos enharinando la mesa sólo

ligeramente, lo justo para que no se pegue la masa, pero evitando excesos que

supondrían un añadido importante de harina a la masa.

Con el rodillo y una rasqueta para igualar los bordes de la masa, formamos un

cuadrado y la estiramos en forma de rectángulo de aproximadamente 1 cm de grosor.

Le hacemos un pliegue, doblando un tercio de ella sobre sí misma y el tercio opuesto

por encima, como si fuera el papel de una carta. La aplastamos un poco con el rodillo

para que se pegue, la envolvemos en plástico y la metemos en el frigorífico por lo

menos una hora para que se endurezca la mantequilla.

Volvemos a poner la masa sobre la encimera ligeramente enharinada y repetimos dos

veces más el proceso de estirado, pliegue y reposo en frigorífico. Y ya tenemos lista la

masa para ser utilizada.

Page 27: Repostería inicial
Page 28: Repostería inicial

• 4 huevos medianos

• 125 g de azúcar

• 125 g de harina de repostería

• Una pizca de sal

• Ralladura de limón o de naranja

(opcional)

El bizcocho genovés es una receta

antigua de origen italiano, que debe su

nombre a la ciudad de Génova.

En su fórmula más tradicional los huevos

se montan enteros junto con el azúcar,

para lo cual es de gran ayuda montarlos

sobre un baño María, hasta conseguir lo

que se llama punto de cinta, una mezcla

tan espesa que forma como un lazo o

cinta al levantar las varillas.

El aireado de este bizcocho solamente

se consigue con el montado de los

huevos con el azúcar, no lleva nada de

levadura química.

Page 29: Repostería inicial

En primer lugar ponemos el horno a calentar a 180-185ºC sin aire, para asegurarnos

de que está bien caliente al acabar de preparar la mezcla (mejor si es con calor arriba

y abajo, aunque eso depende del horno).

Ponemos los huevos en un bol grande y añadimos el azúcar y la pizca de sal. Para

montar huevos es mejor siempre dejar que los huevos se atemperen o, si queremos

acelerar el montado, hacerlo en un cazo especial para baño María. Podemos usar

este método si disponemos de unas varillas eléctricas. Si montamos los huevos con

un robot de cocina lo haremos a la máxima velocidad y tardarán aproximadamente 10

minutos. La mezcla debe triplicar el volumen y alcanzar el punto de cinta: que cuando

escurra de las varillas forme un dibujo o cinta sobre la superficie de la mezcla.

Añadimos entonces la harina previamente tamizada y mezclamos con una espátula

con movimientos suaves y envolventes, hasta que no apreciemos grumos de harina.

Preparamos un molde redondo de 22-25 cm y lo rociamos con un spray

antiadherente. Vertemos la mezcla y alisamos la superficie con la espátula.

Horneamos 15 minutos. Probamos si está hecho pinchando el centro con un palito y

lo sacamos a enfriar sobre rejilla después de haberlo dejado templar unos minutos en

el molde.

Page 30: Repostería inicial
Page 31: Repostería inicial

• 4 huevos medianos

• 125 g de azúcar

• 125 g de harina de repostería

• Una pizca de sal

• Ralladura de limón o de naranja

(opcional)

Para hacer una plancha de bizcocho

para enrollar partimos de la receta

anterior: el bizcocho genovés.

La única complicación que tiene hacer

una plancha de bizcocho es realmente la

manipulación. Tenemos que esmerarnos

para que el bizcocho no se nos pegue a

la bandeja, al papel o al trapo, y preparar

bien todos los utensilios e ingredientes

antes de empezar, en resumen hacer

una buena mise en place.

Con esta plancha, podemos hacer

deliciosos brazos de gitano y también

troncos de Navidad.

Page 32: Repostería inicial

Empezamos por preparar la masa del bizcocho, para lo que seguiremos la receta de

bizcocho genovés de las páginas anteriores.

Una vez lista, la masa, forramos con papel de hornear una bandeja de horno. Si

tenemos un molde para brazo de gitano nos facilitará la tarea, pero no es

imprescindible. Podemos doblar los bordes del papel para que se adapten a nuestra

bandeja y para que la masa de bizcocho no se derrame.

Untamos de mantequilla el papel de hornear y lo enharinamos, golpeando la bandeja

para eliminar el sobrante, o bien utilizamos un spray antiadherente. Vertemos la masa

de bizcocho genovés sobre el papel y alisamos la superficie con una espátula.

Metemos la bandeja en el horno a 180ºC, con calor por arriba y por abajo, sin aire, y

cocemos unos 15 minutos, hasta que el bizcocho esté dorado por la superficie.

Mientras el bizcocho se cuece, preparamos un trapo de cocina que podemos

espolvorear con azúcar glas, para que no se pegue al bizcocho. Hay quien prefiere

humedecerlo ligeramente con agua.

Sacamos el bizcocho del horno e invertimos la bandeja sobre el trapo, con cuidado de

no quemarnos. Despegamos cuidadosamente el papel de hornear, que, si lo hemos

preparado bien, saldrá sin problemas.

A continuación, usamos el trapo para enrollar el bizcocho mientras aún está caliente,

esto es importante, no hay que esperar, puesto que el bizcocho se vuelve más

quebradizo a medida que se enfría.

Lo dejamos bien enrollado enfriando sobre una rejilla.

Page 33: Repostería inicial
Page 34: Repostería inicial

• 120 g de agua

• 120 g de leche entera

• 120 g de mantequilla

• 140 g de harina (mitad de fuerza y

mitad floja)

• 240 g de huevos ligeramente batidos

(unos cuatro huevos)

• 10 g de azúcar (no necesaria si la

masa choux se va a usar en salado)

• 5 g de sal

La masa choux es una masa rica y

aireada con la que se hacen dulces tan

míticos como los bocaditos de nata, los

profiteroles, los petits choux y los éclairs

(o relámpagos).

La gracia de esta masa es que, por la

gran proporción de líquido que lleva,

queda casi hueca por dentro, por eso es

ideal para rellenar.

Page 35: Repostería inicial

Precalentamos el horno a 210-215º, para tenerlo listo cuando acabemos de elaborar

la masa.

Cascamos los huevos y los pesamos. La proporción de agua, leche y mantequilla es

la mitad del peso de los huevos, por lo tanto, fácil de calcular.

Pesamos y tamizamos la harina. Reservamos.

Ponemos en un cazo la leche, el agua, la mantequilla, el azúcar y la sal, y llevamos a

ebullición. Cuando hierve, retiramos el cazo del fuego, echamos la harina de golpe y

removemos vigorosamente con una cuchara de madera o una espátula, hasta que

obtengamos una mezcla uniforme.

Dejamos reposar para que se temple un poquillo y no se nos cuajen los huevos.

Podemos proseguir la elaboración en el cazo o usar un robot si lo tenemos para

mezclar a continuación los huevos. Cascamos los huevos en un bol y los vamos

añadiendo, uno a uno, mezclando con la cuchara de madera o con la pala si usamos

un robot, a velocidad media-alta.

Ponemos una boquilla redonda grande en una manga pastelera. Colocamos la manga

pastelera sobre una jarra, dejando faldón por fuera, y pasamos la masa choux a la

manga. Cerramos la manga y formamos los éclairs, profiteroles o la forma necesaria

para nuestra receta, sobre una bandeja forrada con papel de hornear. Podemos

pintarlos con huevo batido o no, según queramos más brillo o según el uso que les

vayamos a dar.

Metemos la bandeja en el horno y horneamos 20 minutos sin aire, con calor arriba y

abajo, hasta que esponjen los bollitos. Al cabo de ese tiempo, cuando hayan subido,

podemos conectar el aire para que se doren y sequen. Podemos entonces bajar la

temperatura a 150-160º y seguir horneando otros 10-15 minutos. Cuando estén

hechos los sacamos a enfriar a una rejilla. Una vez fríos los rellenamos a nuestro

gusto.

Page 36: Repostería inicial
Page 37: Repostería inicial

• Pieles de cítricos o rodajas de

cualquier fruta que se desee confitar

• Agua

• Azúcar glas: doble cantidad que de

agua

Confitar es cocinar lenta y

prolongadamente los alimentos en un

almíbar de azúcar para aumentar la

concentración de azúcares de estos.

En el caso de los cítricos, primero hemos

de proceder a blanquear, que no es otra

cosa que sumergirlo en agua hirviendo

unos 30 segundos para restar acidez.

Es importante que la fruta que escojamos

sea de excelente calidad, y a poder ser

de cultivo ecológico.

Page 38: Repostería inicial

Lavamos muy bien las frutas. Para confitar pieles de cítricos, cortaremos la piel de los

cítricos en juliana con ayuda de un pelador, asegurándonos de llevarnos la menor

parte blanca posible, ya que amarga mucho.

Blanqueamos las pieles, poniendo agua en un cazo y, cuando rompa a hervir,

echaremos las tiras de cítricos, unos 30 segundos, y escurrimos. El agua de la

cocción la desechamos. Repetimos el proceso dos veces más, cambiando el agua en

cada ocasión.

En el mismo cazo, ponemos el azúcar glas junto con el agua. Disolvemos el azúcar en

el agua a fuego medio mientras removemos. Una vez disuelto, subimos el fuego y lo

llevamos a ebullición sin remover. Cuando el almíbar esté transparente, bajamos el

fuego al mínimo y añadimos las rodajas de frutas escogidas o las tiras de cítricos, las

hundimos con una cuchara de madera y las dejamos hervir en el almíbar a fuego lento

durante 30 minutos sin remover.

Apagamos el fuego y reservamos las tiras dentro del almíbar un mínimo de 6 horas,

hasta que estén completamente frías.

Una vez frías, las sacamos del almíbar de una en una, retirando el exceso de este y

las dejamos secar sobre una rejilla, aunque podemos acelerar este proceso

introduciéndolas en el horno a 120ºC.

Page 39: Repostería inicial
Page 40: Repostería inicial
Page 41: Repostería inicial
Page 42: Repostería inicial

• 3 huevos

• 1 yogur natural o de limón

• 1 medida de aceite de girasol

• 3 medidas de azúcar

• 3 medidas de harina de repostería

• La ralladura de un limón y su zumo

• 16 g de levadura química

El bizcocho de limón es un clásico de la

repostería tradicional. Sus ingredientes

no pueden ser más básicos: huevos,

harina, azúcar, yogur, levadura, aceite y

por supuesto, limón. También es

conocido como “bizcocho de yogur”, cuyo

envase, una vez vacío, es el que nos

sirve para tomar las medidas de los

ingredientes.

Page 43: Repostería inicial

Precalentamos el horno a 180º.

En un bol ponemos los huevos y los batimos con unas varillas.

Añadimos el aceite y el yogur y continuamos batiendo la mezcla.

Incorporamos el zumo y la ralladura de limón junto con el azúcar y batimos hasta que

esté todo bien integrado.

A continuación añadimos la harina y la levadura, previamente tamizadas, y batimos

hasta conseguir una mezcla homogénea.

Vertemos la mezcla en el molde, que habremos engrasado previamente con un spray

antiadherente, y horneamos entre 50 y 60 minutos.

Page 44: Repostería inicial
Page 45: Repostería inicial

Masa de vainilla

• 350 g de harina de repostería

• 2 cdtas. de levadura química

• ¼ cdta. de sal

• 200 g de azúcar

• 200 g de mantequilla ablandada

• 5 huevos medianos

• 280 ml de leche entera

• 1 cdta. de extracto de vainilla

Masa de chocolate

• 35 g de cacao puro en polvo

• 70 g de leche entera

• 20 g de azúcar

El bizcocho cebra es un bizcocho de

vainilla y chocolate que luce

espectacular. El quid de la cuestión está

en que ambas masas, la de chocolate y

la de vainilla, queden con el punto de

fluidez justo para que se extiendan por la

propia gravedad.

Page 46: Repostería inicial

Preparamos en primer lugar la mezcla para la masa de chocolate. Ponemos en un bol

la leche entera, el cacao en polvo y el azúcar, y mezclamos con unas varillas.

Reservamos.

Pasamos la harina por un tamizador junto con la levadura química y la sal.

Reservamos igualmente.

Medimos la leche en una jarra y reservamos. En otro bol ponemos la mantequilla y el

azúcar de la masa de vainilla y mezclamos bien con unas varillas eléctricas o en un

robot, hasta que la mezcla esté homogénea.

Cascamos los huevos en un bol y los vamos añadiendo de uno en uno a la mezcla de

mantequilla y azúcar, sin dejar de batir. Agregamos entonces la leche medida y la

harina tamizada en dos o tres tandas, de forma alternada, y mezclando cada vez con

las varillas. Rebañaremos bien las paredes con una espátula para que se

homogeneice todo perfectamente.

Cuando esté homogénea la masa la pesamos y la dividimos en dos partes.

Mezclamos una de estas partes con la masita de chocolate que preparamos al

principio, hasta que esté toda de un color homogéneo. Así obtenemos dos masas:

una crema y otra oscura. Añadimos el extracto de vainilla en la masa de color crema y

mezclamos bien.

Engrasamos un molde de 26 cm con spray antiadherente y vamos vertiendo en el

centro del molde cucharadas alternas de las dos masas, intentando siempre con cada

nueva cucharada quedarnos dentro del color anterior. Vertemos las masas de dos

colores poco a poco hasta acabarlas.

Metemos el molde en el horno precalentado a 180º, con calor arriba y abajo, y

cocemos el bizcocho 50-60 minutos. Probamos con un palito que esté bien cocido por

dentro y lo sacamos. Lo dejamos reposar 10 minutos y lo desmoldamos con cuidado.

Lo ponemos a enfriar sobre una rejilla.

Page 47: Repostería inicial
Page 48: Repostería inicial

Plancha de bizcocho

• 4 huevos medianos

• 125 g de azúcar

• 125 g de harina de repostería

• Una pizca de sal

Lemon curd

• 4 limones, zumo y ralladura

• 200 g de azúcar

• 100 g de mantequilla

• 3 huevos + 1 yema

El lemon curd es una crema cuajada que

lleva básicamente zumo de limón,

mantequilla, azúcar y huevos,

precisamente para el cuajado.

Esta crema de limón británica no solo se

puede usar para rellenar un brazo de

gitano, sino en multitud de recetas, ya

que es verdaderamente deliciosa.

Page 49: Repostería inicial

Empezamos por preparar la plancha de bizcocho genovés, siguiendo la receta y

explicaciones de páginas anteriores. Reservamos.

Para hacer el lemon curd, rallamos la piel de los limones con un rallador y la vamos

echando en un cazo especial para baño María, donde prepararemos el lemon curd.

Después exprimimos los limones y vertemos el zumo en el mismo cazo, pasándolo

por un colador previamente para que no nos caigan semillas.

Agregamos el azúcar y la mantequilla en trozos al cazo, y calentamos para que se

derrita la mantequilla.

Mientras la mantequilla se derrite batimos los huevos con la yema en un bol y los

añadimos al cazo cuando se haya derretido del todo. Batimos la mezcla para

homogeneizar y mantenemos al fuego mientras removemos, hasta que cuaje.

Para esta cantidad, el cuajado se produce con relativa rapidez. Al principio la mezcla

tiene bastante espuma en la superficie; cuando la espuma empieza a desaparecer es

señal de que está cuajando. Cuando haya desaparecido la espuma retiramos el cazo

del fuego y dejamos enfriar.

Aunque en un principio parezca que está demasiado líquido, espesa mucho al enfriar.

Tapamos con un plástico y reservamos.

Untamos la plancha de bizcocho genovés con el lemon curd con una espátula y

enrollamos con cuidado.

Page 50: Repostería inicial
Page 51: Repostería inicial

• 165 g de mantequilla

• 200 g de chocolate negro + 150 g

troceado

• 3 huevos enteros + 2 yemas

• 2 cdta. de extracto de vainilla

• 100 g de azúcar

• 65 g de azúcar moreno

• 2 cdas. de harina

• 1 cda. de cacao en polvo

Un brownie es un bizcocho de intenso

chocolate negro, jugoso y húmedo por

dentro y envuelto en una capa

quebradiza y crujiente.

El origen de este bizcocho no está del

todo claro: unos dicen que fue un chef

que se olvidó de ponerle harina; y otros,

que el chef añadió accidentalmente el

chocolate derretido a la masa; y una

última versión, afirma que fue una ama

de casa que se quedó sin levadura…

Page 52: Repostería inicial

Precalentamos el horno a 180ºC y engrasamos un molde para brownies.

Derretimos la mantequilla a fuego medio, mezclamos con los 200 g de chocolate

negro y reservamos.

Batimos los huevos junto con las yemas y el extracto de vainilla hasta triplicar su

volumen.

Añadimos el azúcar en dos veces y batimos bien después de cada adición.

Incorporamos el chocolate fundido, la harina y el cacao y mezclamos de forma

delicada con movimientos envolventes.

Cogemos los 150 g de chocolate negro que teníamos reservado y lo metemos en una

bolsa de congelación, la cerramos y con un rodillo lo golpeamos para conseguir

pepitas de chocolate de tamaños desiguales que incorporaremos seguidamente a

nuestra masa.

Una vez tengamos la masa lista, la pasaremos al molde para brownies que teníamos

preparado y hornearemos unos 25-30 minutos.

Finalizado el tiempo, lo dejamos enfriar en el molde y desmoldamos una vez frío.

Page 53: Repostería inicial
Page 54: Repostería inicial

• 150 g de huevos (unos 3 huevos

medianos)

• 210 g de azúcar

• 70 g de leche

• 220 g de aceite de girasol

• 250 g de harina floja

• Una pizca de sal

• 8 g de levadura Royal

• Ralladura de un limón

Las magdalenas se caracterizan por una

gran aireación de la masa cruda, que se

bate a conciencia. La gran cantidad de

burbujas de aire que se introducen en el

batido es lo que les da su esponjosidad

característica tras la cocción en el horno.

Es muy importante guardar

correctamente las proporciones de las

recetas, por eso conviene pesar los

huevos (sin cáscara) y promediar el resto

de los ingredientes de la receta respecto

al peso de huevos.

Page 55: Repostería inicial

Pesamos y tamizamos la harina con la levadura Royal. Añadimos la pizca de sal.

Reservamos.

Pesamos el aceite en una jarra. Agregamos la leche y reservamos.

En un bol ponemos los huevos, que estarán a temperatura ambiente, y el azúcar.

Montamos hasta que la mezcla blanquee y haya casi triplicado el volumen, por lo

menos 15 minutos. Para el montado es necesario usar un robot o unas varillas

eléctricas.

Sin bajar la velocidad de batido vamos añadiendo la mezcla de aceite y leche, a hilo,

poco a poco. Una vez añadido todo el líquido, bajamos la velocidad y vamos

agregando la harina, hasta que esté toda incorporada. Rebañaremos el recipiente con

una espátula si fuera necesario.

A continuación, batimos la mezcla a velocidad alta dos o tres minutos. La metemos en

el frigorífico un mínimo de una hora y un máximo de un día entero, para que la

levadura empiece a actuar. Este paso es fundamental para conseguir que las

magdalenas suban bien.

Mientras acaban de reposar las magdalenas hay que calentar el horno a 250º, sin

aire.. Transcurrido el reposo pasamos la masa a las cápsulas, bien con manga

pastelera, bien con cuchara con empujador, llenándolas hasta un 60% más o menos,

pues sube mucho. Espolvoreamos algo más de azúcar sobre la superficie de la masa

y metemos las magdalenas en el horno, con calor de solera y en el tercio inferior del

horno.

Es fundamental comprobar que el horno esté a la temperatura indicada al meter las

magdalenas en el horno, usando un termómetro de horno, pues el golpe de calor es lo

que ayuda a que formen un buen copete.

Al cabo de 2-3 minutos bajamos la temperatura a 210º y continuamos el horneado

otros 10-12 minutos. Sacamos las magdalenas de aceite a una rejilla para que se

enfríen.

Page 56: Repostería inicial
Page 57: Repostería inicial

• 125 g de mantequilla

• 125 g de harina de repostería

• 4 g de levadura Royal

• 3 huevos (unos 150 g) a

temperatura ambiente

• 140 g de azúcar

• Un pellizco de sal

• 1 cdta. de extracto de vainilla

• 100 g de chocolate de

cobertura, negro, blanco o con leche

Las madeleines son un dulce francés con

una masa que en la mayoría de las

recetas se parece mucho a la fórmula del

cuatro cuartos: huevos, azúcar, harina y

mantequilla derretida.

Deben gran parte de su encanto a

su bonita forma de concha, que se

consigue con un molde especial para

madeleines, que les da el característico

acanalado.

Page 58: Repostería inicial

En primer lugar, pesamos los huevos sin cáscara. Si el peso es muy distinto de los

150 g conviene prorratear el resto de los ingredientes.

Preparamos la mantequilla avellana o noisette: ponemos la mantequilla en un cazo y

calentamos suavemente hasta que hierva. Se forma una espuma blanquecina en la

superficie que con el hervido de unos cinco minutos empieza a tostarse y a irse al

fondo.

Cuando la mantequilla esté dorada, la apartamos del fuego y la pasamos por

un colador para retirar los residuos requemados. La dejamos enfriar del todo.

Pesamos y pasamos por el tamiz la harina de repostería junto con la levadura Royal.

Añadimos el pellizco de sal y reservamos.

Agregamos el azúcar a los huevos y batimos a alta velocidad para montar los huevos,

en robot o con varillas eléctricas, por lo menos 10 minutos hasta que esponjen y

blanqueen. Añadimos el extracto de vainilla.

Añadimos la harina tamizada de golpe y mezclamos con una espátula, con

movimientos suaves y envolventes, hasta homogeneizar.

Hacemos lo propio con la mantequilla derretida.

Tapamos el bol y lo metemos en la nevera de un mínimo de una hora hasta una

noche completa. Engrasamos las cavidades del molde para madeleines con

mantequilla, cuidando de que no se amontone en los surcos. Enharinamos y

sacudimos bien el exceso. Guardamos igualmente el molde en la nevera para que se

enfríe.

Cuando vayamos a preparar las madeleines calentamos el horno a 220ºC.

Pasamos la masa a una manga pastelera con boquilla redonda y distribuimos la masa

en los huecos, hasta unos 3/4 de la altura. Metemos el molde en el horno sobre la

bandeja caliente del horno, y bajamos de inmediato la temperatura a 180ºC. Cocemos

10-12 minutos hasta que estén subidas y doraditas. Cuando estén frías, bañamos con

chocolate derretido.

Page 59: Repostería inicial
Page 60: Repostería inicial

• 330 g de harina de repostería

• 70 g de cacao en polvo

• 8 g de bicarbonato

• 1 g de levadura química

• 160 g de mantequilla en pomada

• 340 g de azúcar

• 1 cucharadita de vainilla

• 2 huevos L

• 310 ml de leche

• 5 g de sal

• Una cucharada de vinagre o limón

• 150 g de nueces troceadas

• 2 cucharadas de cacao en

polvo para decorar

• 2 cucharadas de azúcar glas para

decorar

Los muffins son bizcochos de desayuno

más bien chatos o, en otras palabras,

con poco copete. También tienen un

contenido menor de azúcar que los

cupcakes (que además suelen ir

decorados) y, por lo general, un leve

toque salado.

Page 61: Repostería inicial

Calentamos el horno a 170º. y preparamos una bandeja para muffins con las capsulas

especiales para muffins.

Tamizamos la harina con el cacao, el bicarbonato y la levadura química.

En un robot amasador batimos la mantequilla con el azúcar y la vainilla hasta

blanquear.

Echamos los huevos uno a uno mientras continuamos batiendo.

Mezclamos la leche con el vinagre y la sal, y vertemos la mezcla en el batido.

Echamos la harina tamizada y la incorporamos de forma envolvente hasta que no

haya grumos. No debemos sobrepasarnos con el mezclado, ha de ser rápido y sin

mucha manipulación.

Añadimos las nueces.

Rellenamos las cápsulas hasta la mitad y horneamos durante 25 o 30 minutos, o

hasta que comprobemos con una brocheta, y esta salga limpia.

Retiramos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Mezclamos el cacao en polvo con el azúcar glas y espolvoreamos sobre los muffins.

Page 62: Repostería inicial
Page 63: Repostería inicial

Crema pastelera

• 500 g de leche entera

• 1 cdta. de extracto de vainilla

• 125 g de azúcar

• 40 g de almidón de maíz

• 2 yemas y 1 huevo entero

Hojaldre

• 1 lámina rectangular de hojaldre

Glasa

• 100 g de azúcar glas

• 1 - 1 ½ cdas. de agua

• 1 cda. de ron

• 1 cda. de cacao en polvo

• 2 cdas. de mantequilla

Un postre clásico donde los haya, hacer

un milhojas casero no solo es muy fácil

sino que el resultado siempre es mejor

que el comercial. Eso sí, hay que tener

en cuenta que tanto la crema como la

glasa tienden a humedecer el hojaldre,

por lo que es mejor consumirlos recién

hechos.

Page 64: Repostería inicial

En un cazo ponemos la leche, el azúcar, las yemas, el huevo y el almidón de maíz.

Con unas varillas mezclamos todo perfectamente.

Lo ponemos a fuego lento, removiendo constantemente con las varillas hasta que

espese. Debe hervir por lo menos unos segundos. Agregamos el extracto de vainilla,

retiramos del fuego y dejamos enfriar.

Ponemos un pedazo grande de papel de hornear sobre la mesa y con

un rodillo extendemos la masa de hojaldre hasta un espesor de unos 3mm.

Cortamos los bordes con un cortapizzas para igualar el rectángulo. Dividimos la masa

en rectángulos del tamaño que queramos hacer nuestros milhojas.

Ponemos los rectángulos de hojaldre sobre una bandeja de horno con papel de

hornear o tapete, un poquito separados entre ellos para que no se peguen entre sí.

Colocamos encima del hojaldre un papel de hornear y otra bandeja de horno para que

haga peso y el hojaldre no se levante mucho.

Cocemos el hojaldre unos 20 minutos en el horno perfectamente calentado a 200ºC.

Lo sacamos cuando se vea dorado. Dejamos enfriar sobre la propia bandeja.

Pasamos la crema pastelera fría a una manga pastelera con boquilla lisa y

distribuimos la crema sobre 2/3 de los rectángulos de hojaldre, dejando sin cubrir los

que harán de tapas. Los apilamos para formar los milhojas.

Ponemos en un cazo al fuego el azúcar glas con el agua y el ron. Llevamos a

ebullición y cocemos sin dejar de remover hasta conseguir una pasta fina.

Derretimos la mantequilla en un bol y mezclamos el cacao en polvo para obtener una

pasta que debe ser solo un poco más espesa que la glasa.

Aplicamos la glasa sobre los milhojas con una cuchara e inmediatamente

después hacemos rayas con la pasta de chocolate. Pasamos un palillo o una brocheta

en sentidos alternos sobre ambas glasas para hacer el dibujo y dejamos secar.

Page 65: Repostería inicial
Page 66: Repostería inicial

Masa choux

• 120 g de agua

• 120 g de leche entera

• 120 g de mantequilla

• 140 g de harina (mitad de fuerza y

mitad repostería)

• 240 g de huevos ligeramente batidos

(unos cuatro huevos medianos)

• 10 g de azúcar

• 5 g de sal

Relleno de nata montada

• 200 g de nata líquida para montar

(mínimo 35% de grasa)

• 1 cda. de estabilizante para nata

Salsa de chocolate

• 150 g de chocolate fondant (negro o

con leche)

• 100 g de nata líquida

Los profiteroles son todo un clásico de la

repostería y tienen por base la masa

choux. Congelan muy bien antes de

rellenar.

Page 67: Repostería inicial

Cascamos los huevos y los pesamos. La proporción de agua, leche y mantequilla es

la mitad del peso de los huevos, por lo tanto, fácil de calcular.

Pesamos y tamizamos la harina. Reservamos.

Ponemos en un cazo la leche, el agua, la mantequilla, el azúcar y la sal, y llevamos a

ebullición. Cuando hierve, retiramos el cazo del fuego, echamos la harina de golpe y

removemos vigorosamente con una cuchara de madera o una espátula, hasta que

obtengamos una mezcla uniforme.

Dejamos reposar para que se temple un poquillo y no se nos cuajen los huevos.

Podemos proseguir la elaboración en el cazo o usar un robot si lo tenemos para

mezclar a continuación los huevos. Cascamos los huevos en un bol y los vamos

añadiendo, uno a uno, mezclando con la cuchara de madera o con la pala si usamos

un robot, a velocidad media-alta.

Ponemos una boquilla redonda grande en una manga pastelera. Colocamos la manga

pastelera sobre una jarra, dejando faldón por fuera, y pasamos la masa choux a la

manga. Cerramos la manga y formamos los profiteroles, en forma de montoncitos,

sobre una bandeja forrada con papel de hornear.

Metemos la bandeja en el horno y horneamos 15 minutos sin aire, con calor arriba y

abajo, 210º, hasta que esponjen los bollitos. Al cabo de ese tiempo, cuando hayan

subido, podemos conectar el aire para que se doren y sequen. Podemos entonces

bajar la temperatura a 150-160º y seguir horneando otros 10-15 minutos. Cuando

estén hechos los sacamos a enfriar a una rejilla.

Una vez fríos los rellenamos con la nata, que habremos montado previamente junto al

estabilizante.

Para la salsa de chocolate, llevamos a ebullición la nata en un cazo, la retiramos del

fuego, añadimos el chocolate en pedazos, dejamos reposar y batimos con un tenedor.

Finalmente, la vertemos sobre los profiteroles.

Page 68: Repostería inicial
Page 69: Repostería inicial

• 170 g de chocolate negro de buena

calidad con un mínimo de cacao del

60%

• 85 g de mantequilla

• 170 g de azúcar moreno

• 85 g de harina

• 6 huevos

El coulant es un postre que se sirve

caliente, un delicioso bizcocho de

chocolate cuyo interior es líquido, con lo

que, al cortarlo, brota una salsa cremosa

que se extiende por el plato.

Este postre tan popular hoy en día es

relativamente joven, fue patentado por el

chef francés Michel Bras en el año 1981.

Preparar este postre es muy sencillo. La

única dificultad radica en encontrar el

punto exacto de horno para que el centro

no cuaje.

Page 70: Repostería inicial

Fundimos el chocolate junto con la mantequilla en un cazo al baño María.

En un bol mezclamos el azúcar con la harina tamizada. Añadimos el chocolate

derretido y mezclamos. Añadimos los huevos y mezclamos bien con unas varillas.

Engrasamos los moldes con spray antiadherente y repartimos la mezcla entre

los moldes para coulants. Dejamos reposar en la nevera un par de horas.

Precalentamos el horno a 180ºC.

Introducimos en el horno y dejamos unos 10-15 minutos.

Lo ideal es hacer pruebas con un coulant hasta dar con el tiempo preciso para

conseguir el resultado deseado, que variará con cada horno.

Page 71: Repostería inicial
Page 72: Repostería inicial

• 5 huevos grandes

• 750 ml de leche entera

• 10 cdas. de azúcar + 6 para el

caramelo

• 2 cdas. de agua

Parece mentira que de tres ingredientes

básicos como son, los huevos, la leche y

el azúcar, pueda resultar un postre tan

maravilloso como es el flan de huevo

casero. Estos flanes están hechos con la

técnica o método del Baño María, que

consiste en sumergir el recipiente que

contiene nuestra elaboración dentro de

otro de tamaño superior y con agua en

su interior, unos tres dedos

aproximadamente. Con ello conseguimos

una temperatura constante y una cocción

lenta, que da un resultado espectacular.

Page 73: Repostería inicial

Precalentamos el horno a 200ºC.

Para hacer el caramelo ponemos las seis cucharadas de azúcar junto con las dos de

agua en un cazo y lo cocemos a fuego suave. Ha de tener un color oscuro pero no se

debe quemar.

Repartimos el caramelo en los moldes y dejamos que enfríe

En un bol mezclamos los huevos, la leche y el azúcar. Batimos bien con unas varillas

para que quede todo integrado.

Vertemos la mezcla en los moldes para flan y lo introducimos al horno, al baño María,

aproximadamente una hora.

Pasado el tiempo pinchamos los flanes con un palillo y si sale limpio los podemos

retirar del horno. Si no, prolongamos la cocción otros 10 minutos o hasta que salga

limpio.

Dejamos enfriar a temperatura ambiente y luego los introducimos en el frigorífico.

Page 74: Repostería inicial
Page 75: Repostería inicial

• 6 huevos

• 300 g de leche entera

• 300 g de leche condensada

• La ralladura de un limón

• ½ cdta. de pasta de vainilla

• 100 g de azúcar

• 1 cda. de agua

El flan de leche condensada en

microondas o quesillo es un clásico que

procede de las islas Canarias, donde

alguien tuvo la feliz idea de sustituir parte

de la leche y todo el azúcar por leche

condensada. El microondas es un

electrodoméstico que muchos no usan

más que para calentar la leche, pero

tiene muchas otras aplicaciones, entre

ellas cuajar mezclas como la de este

flan.

Este flan queda bastante firme, lo que le

conviene cuando se hace en microondas,

pues en la cocción se produce un

borboteo que tiende a desbaratar el flan

si es muy blando.

Page 76: Repostería inicial

Ponemos en un cazo pequeño el azúcar con el agua y llevamos a ebullición.

Mantenemos a fuego fuerte hasta que empiece a tomar color ámbar. Cuando esté a

nuestro gusto lo vertemos en el fondo de un molde alargado apto para microondas y

lo movemos para que cubra todo. Dejamos enfriar.

En un bol puesto en la báscula vertemos la leche condensada y la leche entera.

Rallamos la piel del limón con un rallador y la añadimos. Agregamos igualmente la

pasta de vainilla.

Cascamos los huevos y los añadimosal bol.

Batimos el conjunto con unas varillas hasta que esté homogéneo.

Vertemos la mezcla en el molde y tapamos con film de plástico, al que haremos un

par de agujeritos con un cuchillo, para que mantenga la humedad y no se reseque.

Cocemos el flan en el microondas a máxima potencia por lo menos 8-10 minutos,

aunque eso depende de la potencia de cada horno.

Si con ese tiempo no se nos ha cuajado por el centro, lo coceremos un poco más de

dos en dos minutos, para no pasarnos.

Page 77: Repostería inicial
Page 78: Repostería inicial

• 4 yemas de huevo

• ½ l de leche

• 150 g de azúcar

• 2 cdas. de fécula de maíz

• Canela en polvo para decorar

Las natillas caseras, aunque no lo

parezca, son muy fáciles de hacer. Con

ingredientes básicos como los huevos, la

leche y el azúcar, puedes hacer unas

auténticas natillas que nada tienen que

ver con las que se comercializan. Puedes

prescindir de la fécula de maíz, pero ella

te ayudará a dar consistencia a la crema,

y con ello evitarás que la mezcla se

corte. Usa más o menos cantidad según

te gusten las natillas más o menos

espesas.

Page 79: Repostería inicial

Ponemos a infusionar la leche junto con el palito de canela en un cazo a fuego fuerte.

Dejaremos hervir un par de minutos antes de retirarla del fuego. Colamos la leche y

reservamos.

En otro cazo echamos las yemas de huevo, el azúcar y la fécula de maíz, unimos con

unas varillas. Una vez tengamos todo bien mezclado vamos añadiendo poco a poco la

leche que teníamos reservada sin dejar de remover.

Llevamos de nuevo el cazo al fuego y removemos, siempre hacia la misma dirección,

hasta que la mezcla espese.

Antes de que empiece a hervir retiramos del fuego y continuamos removiendo un par

de minutos más.

Vertemos las natillas en los moldes elegidos y dejamos enfriar a temperatura

ambiente.

Espolvoreamos con canela antes de servir.

Page 80: Repostería inicial
Page 81: Repostería inicial

• 250 g de queso mascarpone

• 3 huevos

• 4 cdas. de azúcar

• 10-15 bizcochos de soletilla

• 200 ml de café frío

• 1 vasito de ron o licor de café

• Cacao puro en polvo

Como pasa con la mayoría de dulces y

postres famosos, a la receta italiana del

tiramisú se le adjudican gran cantidad de

historias en relación a su origen. Parece

ser que no tiene muchos años y que

nació en el norte de Italia. De hecho, el

mascarpone, ese delicioso y cremoso

queso fresco que es el ingrediente

principal del tiramisú, es típico de la

región de Lombardía, mientras que los

savoiardi, las galletitas que se utilizan en

su preparación, provienen de la zona

histórica de Saboya. Estos últimos se

conocen en España como bizcochos de

soletilla.

Page 82: Repostería inicial

Empezamos separando las claras de las yemas. Mezclamos las yemas con el azúcar

y batimos con las varillas hasta obtener una crema espumosa y blanquecina.

Ponemos el mascarpone en un bol y lo batimos con un tenedor hasta eliminar todos

los grumos. Añadimos en dos o tres tandas la crema de huevo y azúcar y removemos

muy bien, enérgicamente.

Incorporamos medio vasito de licor y mezclamos de nuevo. Obtendremos una crema

densa y espumosa. Metemos la crema en el frigorífico.

Añadimos una pizca de sal a las claras, las montamos a punto de nieve y las

incorporamos a la crema de mascarpone, en varias tandas, con movimientos

envolventes, con ayuda de una espátula.

Volvemos a meter la crema en el frigo mientras preparamos los bizcochos de soletilla.

Mezclamos en un plato hondo el café frío y el resto del licor. Podemos montar el

tiramisú en un único recipiente o en tarritos individuales. En el primer caso dejaremos

los bizcochos de soletilla enteros; en el segundo podemos cortarlos en trocitos.

Bañamos los bizcochos en el café, los apretamos ligeramente para eliminar el exceso

de líquido y formamos la primera capa del tiramisú.

Una vez formada la primera capa la cubrimos con la crema de mascarpone.

Ponemos una segunda capa de bizcochos mojados en café y de crema.

Si el recipiente que estemos utilizando nos lo permite podemos hacer una tercera

capa. Lo importante es terminar con la crema de mascarpone.

Tapamos los vasitos o los cubrimos con film transparente y los metemos en el

frigorífico. Dejamos reposar el tiramisú algunas horas o mejor toda una noche. Antes

de servir, espolvoreamos con abundante cacao en polvo sin azúcar.

Page 83: Repostería inicial
Page 84: Repostería inicial

• 100 g de chocolate negro de buena

calidad

• 15 g de mantequilla

• 3 cdas. de azúcar

• 3 huevos

• Galletas Oreo para decorar

(opcional)

La mousse de chocolate tiene su origen

en Francia, y consiste en un postre cuya

base es la clara de huevo montada a

punto de nieve, que es lo que le da la

textura “espumosa”, junto a una crema

formada por las yemas, el azúcar o la

sal, dependiendo de si es dulce o salada,

a la que después se le añadirá el

ingrediente principal, en este caso el

chocolate. Es una crema suave y

esponjosa, con un alto nivel calórico y su

éxito radica en la calidad de los

ingredientes, sobre todo del ingrediente

principal: un buen chocolate hará que la

mousse sea extraordinaria.

Page 85: Repostería inicial

Derretimos el chocolate en un cazo al baño María junto con la mantequilla y

reservamos.

Batimos con unas varillas las yemas junto con dos cucharadas de azúcar hasta

conseguir una mezcla espumosa y blanquecina.

Montamos con unas varillas eléctricas las claras a punto de nieve junto con el azúcar

restante. Han de quedar bien firmes. Añadimos a la mezcla de yemas y azúcar un

poco del chocolate derretido y mezclamos bien para que la mezcla se atempere.

Añadimos el resto del chocolate y removemos hasta que quede todo integrado.

Cogemos un tercio de las claras montadas y las añadimos a la mezcla de chocolate y

yemas, removemos y veremos que la mezcla se vuelve más ligera.

Incorporamos el resto de las claras y mezclamos todo con mucho cuidado y con

movimientos envolventes ayudándonos de una espátula.

Una vez tengamos todo bien mezclado, repartimos la mezcla en los recipientes que

vayamos a usar y reservamos en el frigorífico un mínimo de tres horas antes de

consumirlas.

Para decorar, trituramos unas galletas Oreo, sólo la galleta, la parte blanca la

descartamos, y espolvoreamos por encima de cada mousse.

Page 86: Repostería inicial
Page 87: Repostería inicial

• 400 g de chocolate negro de

cobertura de buena calidad

• 100 g de nata líquida (mínimo 35%

en grasa)

• 35 g de mantequilla

• 15 g de azúcar

• 4 cucharadas de licor (opcional)

• Cacao en polvo

Las trufas de chocolate se hacen con

ganache de chocolate, una mezcla de

nata y chocolate fundamentalmente que

por su consistencia suave se puede

modelar en bolitas que se aromatizan de

diversas formas y se recubren con

variados ingredientes también.

El confuso nombre de trufas viene por su

semejanza con las trufas naturales.

Esta es una receta básica, en la que no

es imprescindible ni la mantequilla ni el

azúcar ni el licor, pero los tres le añaden

cualidades al producto.

Page 88: Repostería inicial

Empezamos por preparar la ganache. Para ello troceamos el chocolate y lo

reservamos en un bol. Ponemos a calentar en un cazo la nata líquida con la

mantequilla y el azúcar. Removemos y esperamos a que llegue a ebullición. En

cuanto hierva la retiramos del fuego y añadimos el chocolate picado o en gotas.

Tapamos y dejamos reposar 30 segundos.

Con unas varillas, empezamos a remover, lentamente primero y luego más

rápidamente, a medida que se forma la ganache y obtenemos una crema espesa,

brillante y oscura. Rebañamos bien el fondo con una espátula para asegurarnos de

que no se ha quedado ningún depósito de chocolate.

Agregamos el licor si queremos, removiendo bien.

Sin dejar que se enfríe, vertemos la ganache en una manga pastelera con boquilla

ancha y lisa, para formar las trufas sobre un papel de hornear, o la vertemos en un

recipiente de tamaño adecuado de forma que nos quede en una capa de 1,5 - 2 cm,

que luego cortaremos en cubitos que moldearemos en forma de bolitas.

Una vez que la ganache está fría y completamente sólida procedemos a formar las

trufas, moldeando las porciones en forma de bolita entre las manos.

Para manipular las trufas es muy práctico usar unos guantes finos desechables, pues

así no las derretimos casi y no nos manchamos.

Una vez formadas, pasamos las trufas por cacao puro en polvo.

Page 89: Repostería inicial
Page 90: Repostería inicial

• 150 g de mantequilla a temperatura

ambiente

• 75 g de azúcar glas

• 250 g de harina de repostería

• 1 cdta. de extracto de vainilla

• 1/4 cdta. de sal

• 5 g de levadura Royal

Estas galletas de mantequilla son muy

fáciles de hacer, pero no requieren

prisas. Para darles forma pueden usarse

cortadores metálicos sencillos,

cortadores de encaje e incluso se

pueden perforar con pajitas.

El único consejo a tener en cuenta para

usar los cortadores de encaje es que la

masa no ha de estar ni demasiado dura

ni demasiado blanda, y así conseguirás

unas galletas perfectas.

Page 91: Repostería inicial

Tamizamos la harina, la levadura y la sal. Reservamos.

Batimos la mantequilla y vamos añadiendo cucharada a cucharada el azúcar glas sin

dejar de batir.

Continuamos batiendo e incorporamos el extracto de vainilla.

Añadimos la harina y mezclamos con una espátula.

Retiramos la masa del bol, la estiramos con un rodillo de guías, y dejamos reposar

estirada sobre una bandeja para galletas de doble capa en la nevera unos 30 minutos.

Precalentamos el horno a 180ºC. Sacamos la masa de la nevera y procedemos a

cortar con los cortadores pasándolas después a la bandeja de hornear.

Horneamos unos 15 minutos o hasta que los bordes empiecen a dorarse. En ese

momento, retiramos del horno y dejamos que enfríen sobre una rejilla.

Page 92: Repostería inicial
Page 93: Repostería inicial

• 500 g de harina de fuerza

• 250 g de leche entera

• 2 huevos

• 90 g de azúcar

• 5 g de sal

• 3 g de levadura seca de panadería

• 80 g de mantequilla ablandada

• 1 huevo batido para pintar

• Azúcar y agua para la cobertura

Los bollos suizos son un dulce típico de

Madrid, aunque luego naturalizado en

otras partes del país con distintos

nombres, como el de cristinas. Se trata

de un bollete redondo de pan enriquecido

con huevos, leche, mantequilla y azúcar,

con un característico corte en su

cocorota, que se llena de azúcar.

Los suizos no dejan de ser una masa tipo

brioche, pero más humilde, sin tanta

mantequilla.

Page 94: Repostería inicial

Empezamos haciendo un prefermento para mejorar la conservación y el sabor de los

bollos. Mezclamos 100 g de harina de fuerza, 100 g de leche y toda la levadura,

tapamos el bol y dejamos que fermente hasta que haya levado y esté burbujeante.

Agregamos todos los ingredientes restantes, excepto la mantequilla. Amasamos a

mano o con robot con el método de 1-2 minutos de amasado con reposos intermedios

de 10-15 minutos, tantas veces como sea necesario hasta que la masa vaya estando

lisa. Como la grasa interfiere en el desarrollo del gluten, retardando la adición de la

mantequilla conseguimos acortar un poco el amasado. Luego añadiremos la

mantequilla cuando la masa ya tenga un desarrollo razonable del gluten.

Añadimos la mantequilla ablandada en trozos y seguimos amasando hasta que la

masa esté fina y elástica. La volcamos sobre la encimera, hacemos una bola, la

metemos en un cuenco aceitado, la tapamos y la dejamos doblar el volumen.

Cuando haya doblado el volumen la pasamos a la encimera enharinada y la

desgasamos a conciencia, apretando fuerte con las manos. Pasamos entonces a

dividirla con una rasqueta en porciones de 60 gramos, saldrán unas 15 piezas.

Boleamos los suizos y los vamos poniendo sobre bandejas forradas con papel de

hornear o con láminas plásticas y los cubrimos con film de cocina. Los dejamos levar.

Encendemos el horno a 210º para que se vaya calentando mientras los bollos

fermentan.

Cuando hayan más que duplicado el volumen y se noten muy inflados, pintamos los

suizos con el huevo batido, dos veces, separadas unos 10 minutos entre sí. Justo

antes de meter en el horno les hacemos un corte central, que debe ser relativamente

profundo, con una cuchilla de panadero. Humedecemos azúcar con una pizca de

agua y ponemos grumos de azúcar en el corte de los suizos.

Metemos los suizos en el horno de inmediato y bajamos la temperatura a 200º.

Cocemos los suizos 12-13 minutos, hasta que estén bien doraditos. Los sacamos a

enfriar sobre una rejilla.

Page 95: Repostería inicial
Page 96: Repostería inicial

Masa

• 210 g de leche entera

• 75 g de mantequilla

• 250g de harina panadera

• 140 g de harina de fuerza

• 3-4 g de levadura seca de panadería

• 1 cdta. de sal

• 70 g de azúcar

• ½ cucharadita de cardamomo (las

semillas interiores de las vainas,

majadas)

• ½ cucharadita de canela

Relleno y acabado

• 100 g de mantequilla

• 100 g de azúcar moreno

• 1 ½ cdta. de canela

• Un huevo batido para pintar

• Azúcar perlado para espolvorear

Los bollos suecos de canela son todo un

icono de la gastronomía nacional de

Suecia. Y es comprensible: están

francamente deliciosos.

Page 97: Repostería inicial

Calentamos la leche en un bol y le añadimos la mantequilla para que se derrita.

Agregamos la levadura y removemos para disolverla.

Añadimos solo la harina panadera y removemos con un amasador o una cuchara de

palo durante cinco minutos. Agregamos entonces todos los demás ingredientes, con

la harina de fuerza, y mezclamos con rasqueta. Cuando se ha absorbido toda la

harina volcamos la masa en la encimera.

Amasamos a mano o con robot. Seguimos la tónica de amasados de 1-2 minutos y

reposos de 10-15 minutos, así hasta que la masa pase la prueba de la membrana.

Cuando la masa esté lisa y elástica hacemos una bola, la ponemos en un cuenco

aceitado con el pliegue hacia arriba, la tapamos y la dejamos fermentar. No hace falta

que llegue a doblar el volumen. La pasamos a la encimera bien enharinada y la

aplastamos con la mano para desgasarla bien, de lo contrario luego nos quedarían

grandes huecos en la miga.

Con un rodillo la estiramos en un rectángulo de unos 20×30 cm, intentando que quede

de un grosor uniforme (enharinamos tantas veces como sea necesario para que no se

nos pegue en exceso a la mesa).

Preparamos el relleno mezclando los ingredientes con una cuchara y lo extendemos

por la masa con un cuchillo o una espátula, dejando una franja sin cubrir para que

selle. Empezando por el extremo opuesto a esta franja, enrollamos la masa con

cuidado, sin apretar demasiado.

Con un cuchillo muy afilado cortamos el rollo en rodajas de unos 2 - 2,5 cm. Podemos

colocar los bollos en un molde, para hornearlos todos juntos y que se “besen”, o

sencillamente ponerlos en cápsulas para magdalenas o moldes de muffins.

Dejamos que fermenten bien tapados, no hace falta que doblen. Pintamos los bollos

con el huevo batido y espolvoreamos el azúcar perlado. Los cocemos en el horno a

250º un tiempo corto, 7-9 minutos. Los sacamos a enfriar sobre rejilla.

Page 98: Repostería inicial
Page 99: Repostería inicial

Compota de manzana

• 500 g de manzanas ácidas (Reineta

o Granny Smith)

• 100 g de azúcar

• El zumo de ½ limón

• ½ palo de canela

Tarta

• 1 lámina de hojaldre

• 2 manzanas

• 180 g de la compota de manzana

• 30 g de mantequilla

• 30 g de azúcar

• Zumo de limón al gusto

Acabado

• 2 cdtas. de gelatina neutra en polvo

• 100 ml de agua fría

Esta tarta fina de hojaldre y manzana es

una habitual de los blogs porque da un

resultado maravilloso con un esfuerzo

mínimo, y no precisa ningún tipo de

molde.

Page 100: Repostería inicial

Pelamos y descorazonamos las manzanas, y las ponemos en un cazo con el zumo de

limón, el azúcar y el palo de canela. Llevamos al fuego y cocemos despacio hasta que

se vayan deshaciendo. Cuando las manzanas estén cocidas y deshechas,

desechamos la canela y trituramos bien. Dejamos enfriar y reservamos.

Extendemos la plancha de hojaldre. Derretimos la mantequilla en un bol y pintamos la

base de hojaldre con un pincel de silicona. Espolvoreamos la mitad del azúcar.

Ponemos sobre la base un papel de hornear o un tapete y colocamos encima la

bandeja de horno. Agarrando por los laterales le damos la vuelta al conjunto, de forma

que la cara espolvoreada con azúcar quede hacia abajo. Esto hace que en la cocción

se forme algo de caramelo y que quede crujiente.

Extendemos compota de manzana sobre la base, sin llegar al borde y en una capa no

muy gruesa.

Pelamos las manzanas, las descorazonamos y las frotamos con zumo de limón para

que no se ennegrezcan mucho mientras las cortamos. Vamos colocando los gajos de

manzana cortados finitos en varios círculos concéntricos, solapándolos. Una vez

cubierta toda la tarta pintamos con otro poco de mantequilla y espolvoreamos el resto

del azúcar.

Colocamos encima de la tarta un papel de hornear y alguna rejilla para que haga peso

y la tarta no se levante. Cocemos la tarta 30-35 minutos en el horno calentado a

190ºC, con calor arriba y abajo. Al cabo del tiempo quitamos el papel superior y, si

estuviera poco tostada, la cocemos otros 10-15 minutos.

Sacamos a enfriar sobre una rejilla sin quitar el papel. Una vez fría podemos pintar la

tarta con un poco de gelatina para darle brillo. Para eso, en un bol ponemos el agua

fría y agregamos la gelatina. Dejamos que se hidrate cinco minutos. Metemos el bol

10 segundos en el microondas a potencia máxima para que se disuelva la gelatina.

Removemos y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente. Cuando empiece a

estar espesa pintamos la tarta para que brille la manzana. Dejamos enfriar.

Podemos servir sobre una fuente de terracota.

Page 101: Repostería inicial
Page 102: Repostería inicial

Masa quebrada

• 150 g de harina de repostería

• 75 g de mantequilla fría

• 1 huevo mediano

• 30 g de azúcar glas

• Una pizca de sal

Crema pastelera

• ½ l de leche

• 1 vaina de vainilla

• 125 g de azúcar

• 40 g de fécula de maíz

• 4 yemas de huevo

• Un chorrito de ron

Acabado

• Frutas variadas al gusto, enteras si

son pequeñas, o en gajos

• 3 g gelatina neutra en polvo

• 250 ml de agua

• Un chorrito de kirsch

Esta tarta es un clásico ganador de la

primavera y el verano. Escoge las frutas

que más te gusten.

Page 103: Repostería inicial

Empezamos por elaborar la masa quebrada como indicamos en la receta de la

primera parte de este libro, aunque también podemos usar una lámina de masa

quebrada comprada, claro está. Cuando haya reposado la estiramos en la forma del

molde que vayamos a usar.

Asentamos bien la masa sobre el molde, que estará engrasado, pegando la masa a

las paredes. Con un cuchillo de sierra cortamos la masa sobrante.

Pinchamos todo el fondo de la masa con un tenedor para que no se hagan burbujas al

hornearla. Calentamos el horno a 180 ºC.

Cuando el horno esté listo ponemos un papel de hornear sobre la masa, lo llenamos

de bolas cerámicas o legumbres para que pesen y cocemos la base de la tarta en

vacío durante 25 minutos, hasta que los bordes empiecen a verse dorados. Dejamos

templar con las bolas encima.

Mientras la masa se enfría podemos hacer la crema pastelera, como indicamos en la

receta en la primera parte de este libro, con la única variación de agregarle un chorrito

de ron al acabar de cuajarla.

Cuando esté lista la dejamos templar un poco, tapada, y luego la distribuimos encima

de la base. Alisamos con una espátula y dejamos enfriar del todo, tapando con un

plástico para que no forme costra.

Cortamos las frutas, si procede, y las vamos colocando a nuestro gusto sobre la

crema pastelera.

Para la gelatina, medimos el agua fría y la ponemos en un cazo. Tomamos tres o

cuatro cucharadas de agua y las ponemos en un bol con la gelatina en polvo para que

se hidrate cinco minutos. Mientras tanto llevamos a ebullición el agua del cazo.

Cuando la gelatina esté hidratada la vertemos en el agua hirviendo y apagamos el

fuego. Agregamos el chorrito de kirsch y dejamos enfriar casi hasta temperatura

ambiente, removiendo de vez en cuando y vigilando la consistencia.

Pincelamos las frutas con la gelatina.

Page 104: Repostería inicial
Page 105: Repostería inicial

• 1 paquete de galletas Digestive

• 100 g de mantequilla a temperatura

ambiente

• 750 g de queso Philadelphia

• 150 g de azúcar

• 2 cdas. de harina

• 3 huevos + 2 yemas

• 125 g de créme freiche o nata

espesa

• La ralladura de ½ limón

• 1 cdita. de pasta de vainilla

Los orígenes de esta tarta residen en

Europa, aunque fueron los

norteamericanos los que popularizaron

esta famosísima tarta, que no es otra

cosa que una tarta de queso cuya base

está hecha a partir de galletas

desmenuzadas ligadas con mantequilla,

y cuya superficie está cubierta de

mermelada. Su delicado sabor y su

perfecta cremosidad hacen de este

postre una auténtica tentación.

Page 106: Repostería inicial

Precalentamos el horno a 180ºC.

Trituramos las galletas con la ayuda de un robot hasta que queden muy finas.

Añadimos la mantequilla y removemos hasta conseguir una masa homogénea.

Vertemos la masa en un molde desmontable para tartas y forramos con ella el fondo y

las paredes, presionando con los dedos, hasta que quede una capa de grosor

uniforme.

Horneamos unos 10-15 minutos. Una vez pasado el tiempo retiramos del horno y

subimos la temperatura de éste a 200ºC.

Con una batidora de mano batimos el queso Philadelphia hasta obtener una

consistencia lisa, aproximadamente durante medio minuto. Añadimos los ingredientes

de uno en uno y batimos brevemente por este orden: el azúcar, la harina, la ralladura

de limón, la vainilla, los huevos y las yemas, finalizando con la nata.

Vertemos esta preparación en el molde que habíamos preparado con anterioridad y lo

introducimos en el horno.

Pasados 15 minutos bajamos la temperatura a 100ºC y dejamos cocer 1 hora. Pasado

el tiempo apagamos el horno y dejamos la tarta dentro durante una hora más con la

puerta entreabierta.

Retiramos del horno y dejamos enfriar completamente antes de desmoldar la tarta.

Cubrimos la tarta con mermelada de frutos rojos y reservamos en la nevera unas

horas hasta su consumo.

Page 107: Repostería inicial
Page 108: Repostería inicial

Masa quebrada

• 150 g de harina floja

• 75 g de mantequilla fría cortada en

dados

• 1 huevo mediano

• 30 g de azúcar glas

• Una pizca de sal

Crema de limón

• 2 huevos y 4 yemas

• 375 g de azúcar

• 40 g de almidón de maíz

• 40 g de mantequilla

• 250 ml de zumo de limón

• 50 g de agua

• Ralladura de 1 limón

• Una pizca de sal

Merengue para cubrir

• 3 claras

• 140 g de azúcar

Esta tarta de limón y merengue, conocida

como lemon meringue pie, es todo un

clásico de la repostería británica y

norteamericana.

Page 109: Repostería inicial

Para la masa quebrada de la base seguimos las instrucciones de la receta del primer

capítulo de este libro. La horneamos 15-20 minutos en vacío en un molde

desmontable, a 175º, hasta que esté dorada.

Dejamos enfriar la masa por completo, mejor fuera

del molde sobre rejilla, manipulándola con mucho cuidado. Así evitamos la

condensación que se produce entre la masa y las paredes del molde.

Rallamos el limón. Exprimimos los limones hasta obtener 250 ml de zumo.

Reservamos.

Ponemos en un bol los huevos y las yemas con el azúcar, y batimos brevemente

con varillas hasta que blanqueen un poco. Añadimos el almidón de maíz y la sal,

mezclamos bien.

En un cazo esmaltado ponemos el zumo de limón, el agua, la mantequilla en pedazos

y la ralladura. Añadimos la mezcla de huevos. Lo ponemos a fuego bajo y removemos

sin parar con las varillas, hasta que hierva y espese. Lo retiramos del fuego y lo

removemos un minuto, rebañando bien el fondo del cazo. Vertemos la crema de limón

sobre la base preparada, alisando bien la superficie. Ponemos una lámina de plástico

sobre la crema, alisándola, y dejamos enfriar por completo. Cuando esté fría la crema

la refrigeramos dos o tres horas para que asiente bien.

Preparamos el merengue tal como indicamos en las instrucciones de la receta del

primer capítulo de este libro. Lo metemos en una manga pastelera con boquilla

rizada y cerramos la manga.

Si tenemos un soporte giratorio, colocamos la tarta sobre él y, empezando junto al

borde exterior de la tarta, vamos aplicando el merengue en forma de pequeños

montoncitos, progresando hacia el interior.

Calentamos el horno a 170º con calor arriba y abajo, sin aire. Cocemos la tarta unos

10 minutos, hasta que el merengue empiece a dorarse. Vigilaremos estrechamente la

tarta durante la recta final de la cocción, para que no se nos tueste demasiado.

Page 110: Repostería inicial
Page 111: Repostería inicial

Bizcocho

• 100 g de harina de repostería

• 10 g de levadura química

• 110 g de mantequilla en pomada

• 110 g de azúcar glas

• 6 yemas

• 110 g de harina de almendras

• 150 g de chocolate Guanaja fundido

• 6 claras

• 110 g de azúcar

• 350 g de mermelada de albaricoques

caliente

Glaseado

• 300 g de chocolate negro para

cobertura

• 300 g de nata

• 70 g de mantequilla en pomada

La tarta Sacher (Sachertorte) es una

especialidad vienesa, cuyo origen se

sitúa en los rojos y suntuosos salones del

Hotel Sacher vienés, y fue creada por el

repostero Franz Sacher.

Page 112: Repostería inicial

Calentamos el horno a 170º y engrasamos un molde desmontable de 23 cm.

Tamizamos la harina con la levadura química un par de veces y reservamos en

un cuenco.

Echamos la mantequilla y el azúcar glas en el vaso de un robot de cocina, y

blanqueamos.

Añadimos las yemas mientras continuamos batiendo.

Añadimos la harina de almendras y el chocolate negro fundido.

Hacemos un merengue con las claras y los 110 g de azúcar, y los añadimos al batido

de forma envolvente.

Echamos la harina tamizada y mezclamos también de forma envolvente.

Vertemos la masa en el molde y horneamos entre 25 y 40 minutos, o hasta que la

punta de un termómetro para bizcochos se ponga roja.

Retiramos del horno, dejamos templar 15 minutos, desmoldamos y dejamos enfriar

sobre una rejilla.

Cortamos el bizcocho a la mitad con una lira, lo rellenamos con la mitad de la

mermelada y con la otra mitad pincelamos toda la superficie y los bordes de la tarta

hasta que la haya absorbido toda.

Para el glaseado, ponemos el chocolate troceado y la mantequilla en un cuenco, y le

echamos la nata caliente. Dejamos reposar unos minutos hasta que el chocolate se

haya fundido.

Mezclamos con cuidado, cubrimos la tarta con una primera capa de glaseado y

alisamos con una espátula.

Metemos en la nevera 10 minutos para que se endurezca, sacamos la tarta y la

bañamos con el resto de glaseado que habremos templado un poco al baño María.

Ponemos nuestra tarta en un stand y con lo que haya quedado del glaseado

escudillamos una letra “S” y la decoramos al gusto.

Page 113: Repostería inicial
Page 114: Repostería inicial

Bizcocho

• 4 huevos L

• 145 g de azúcar

• 165 g de harina de repostería

• 3 cucharadas de mantequilla fundida

Relleno

• 600g de nata para montar

• 160 g de azúcar

• 2 cucharadas de cacao en polvo

Almíbar de calar

• 200 g de azúcar

• 200 g de agua

• Un chorrito de zumo de limón

• Licor al gusto

Cobertura de yema tostada

• 180 g azúcar

• 60 g de agua

• Un chorrito de zumo de limón

• Media cucharadita de extracto de

vainilla

• 4 yemas

• 7 g de fécula de maíz

• Azúcar para tostar

• 100 g de almendras fileteadas y

tostadas para decorar

Page 115: Repostería inicial

Para el bizcocho, calentamos el horno a 180º y engrasamos un molde de 20 cm.

Batimos los huevos y añadimos el azúcar, y la sal. Montamos hasta blanquear o

alcanzar el punto de cinta o listón en un robot de cocina.

Añadimos la harina, previamente tamizada, y mezclamos de forma envolvente con

una espátula.

Echamos la mantequilla, mezclamos un poco más y pasamos la masa al molde.

Horneamos hasta que la punta de un termómetro para bizcochos se ponga roja,

aproximadamente 30 minutos.

Retiramos del horno, dejamos que repose 10 minutos sobre una rejilla y lo

desmoldamos para que se enfríe.

Cortamos el bizcocho en tres capas con una lira.

Para hacer el relleno y el almíbar de calar:

Montamos la nata con el azúcar y la dividimos en dos cuencos.

A la nata de uno de los cuencos le mezclamos el cacao en polvo y reservamos ambos

cuencos en la nevera.

Para el almíbar ponemos todos los ingredientes en un cazo y llevamos a ebullición.

Apagamos el fuego cuando se haya diluido el azúcar, dejamos enfriar y lo pasamos a

un biberón con ayuda de un embudo.

Para hacer la cobertura de yema tostada, ponemos en un cazo el agua, el azúcar, el

zumo de limón y el extracto de vainilla, y llevamos a ebullición. Bajamos el fuego y

dejamos cocer durante cinco minutos aproximadamente. Retiramos del fuego y

dejamos templar un poco.

Batimos las yemas con la fécula de maíz y echamos el almíbar, mezclamos y

pasamos por un colador.

Cocemos la preparación a fuego muy suave, mejor si lo hacemos al baño María,

hasta que espese. Retiramos del fuego y reservamos.

Page 116: Repostería inicial

Para montar la tarta, humedecemos una primera capa con el almíbar de calar y

cubrimos con la nata de cacao.

Cubrimos con otra capa de bizcocho, humedecemos con almíbar y rellenamos con

tres cuartos de la nata montada. El resto lo guardamos para cubrir los bordes y la

decoración final.

Tapamos con la tercera capa de bizcocho y alisamos los bordes con una espátula.

Llegados a este punto podemos guardarla en la nevera o terminarla.

Añadimos la cobertura de yema, la espolvoreamos con azúcar y la tostamos con

un soplete o quemador.

Ponemos la tarta en un stand de tartas con ayuda de un elevador.

Cubrimos los bordes con un poco de la nata montada que habíamos reservado y el

resto lo metemos en una manga pastelera desechable con una boquilla rizada.

Tapamos el borde de nata con las almendras fileteadas y escudillamos un cordón de

nata en la superficie. Refrigeramos por lo menos dos horas antes de servirla.

Page 117: Repostería inicial
Page 118: Repostería inicial

Muchas más recetas, vídeo-recetas y todos los utensilios, menaje e ingredientes

específicos para la repostería, en marialunarillos.com.

Page 119: Repostería inicial

Gracias por descargar este e-book gratuito.

Gracias a todas las personas que contribuyeron

con sus recetas y fotografías a hacerlo posible.

Ojalá lo hayas disfrutado.

Compártelo con quien quieras.

Page 120: Repostería inicial