Top Banner
46

religión - Palabra Nueva

Jul 16, 2022

Download

Documents

dariahiddleston
Welcome message from author
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
Page 1: religión - Palabra Nueva
Page 2: religión - Palabra Nueva
Page 3: religión - Palabra Nueva

4

religión

EL DOMINGO 9 DE ABRIL, A LAS 4:00 P.M.,tuvo lugar en la Catedral de La Habana la MisaCrismal de este Año Santo, celebración solemneque en algunos momentos alcanzó ribetes deemotividad y se tornó jolgorio, pues la fecha sirvióademás para celebrar el Jubileo de los Sacerdotes.La ocasión reunió a los cleros diocesano yreligioso de la Arquidiócesis habanera, así como adiáconos, seminaristas y fieles laicos. La SantaMisa estuvo presidida por el Cardenal JaimeOrtega Alamino, Arzobispo de La Habana y sehallaban concelebrando los Obispos AuxiliaresMonseñor Alfredo Petit y Monseñor SalvadorRiverón.

La liturgia de la palabra contempló una primeralectura extraída del Libro del Profeta Isaías, el rezodel Salmo Responsorial (“cantaré eternamente lasmisericordias del Señor”), una segunda lecturasacada del Libro del Apocalipsis, la proclamacióndel Evangelio según San Lucas y la homilíapronunciada por el Arzobispo de La Habana de laque, al final de esta nota, se reproducen algunosfragmentos. Para la liturgia se conformó un ampliocoro que incluía integrantes de los coros de la

p o r E m i l i o B A R R E T O / f o t o s : J a v i e r B A R R A L

En torno al altar, el clero renovó losvotos sacerdotales.

Fray Frank Dumois o.f.m.

Page 4: religión - Palabra Nueva

5

Catedral de La Habana y el de la Parroquia NuestraSeñora de la Caridad. La música, bellamente concebidae interpretada, dio la oportunidad de rememorarinstantes de la Misa celebrada por el Papa JuanPablo II en La Habana, en la mañana del domingo 25de enero de 1998.

Después, el clero realizó la renovación de losvotos sacerdotales. Tres sacerdotes de generacionesdistintas (Fray Frank Dumois o.f.m., y losPresbíteros Oscar Pérez y Ariel Suárez Jáuregui)ofrecieron, entre aplausos de reconocimiento,testimonios de sus vidas como representantes deCristo. El Padre Frank Dumois, franciscano con 40años de sacerdocio, declaró que ha tenido “una vidade pecado y de gracia, pero que la gracia hasuperado al pecado. Han sido años de sufrimiento,pero también de profundas alegrías. Las alegrías hansuperado al sufrimiento”. El Padre Oscar Pérez,próximo a celebrar sus Bodas de Plata sacerdotales(25 años), relató una simpática anécdota de su vidaen el Seminario San Carlos y San Ambrosio que hamarcado su carisma como pastor. “Mucho me haayudado en la pastoral mi carácter jovial y alegre. Laalegría es uno de los testimonios que debemos darhoy a este mundo lleno de amarguras ydificultades”. Por su parte el joven Padre ArielSuárez, quien lleva sólo8 meses de ordenado, expresó que está “aprendiendo aser sacerdote. Estoy aprendiendo del sacristán, de laviejecita, de la gente fiel que ha acompañado a laIglesia durante todos los años duros, de los que seconvierten en padres y madres, de la gente que seconfiesa mejor que yo. He aprendido que, en la Iglesia,todos somos discípulos de Jesús, el único Maestro”.

Acto seguido se llevó a cabo la PlegariaEucarística. Al finalizar, el Arzobispo realizó laconsagración del óleo que será utilizado en elsacramento de la unción de los enfermos (aceite deoliva para algo sagrado, en este caso para la unciónde los enfermos). Minutos antes de finalizar la Misafueron consagrados el óleo de los catecúmenos y elSanto Crisma. El óleo de los catecúmenos es unaceite que se utiliza en el sacramento del Bautismopara ungir del cuerpo del bautizando, que será templodel Espíritu Santo. El Santo Crisma es el másimportante de todos estos óleos. Se trata de uncompuesto de aceite de oliva y bálsamo que seemplea en los sacramentos del Bautismo, laConfirmación y en el sacramento del Orden(ordenación del sacerdote y consagración del obispo),además es empleado en la consagración de reyes, enla consagración de un altar o mesa del sacrificio, asícomo en campanas, entre otros objetos.

Padre Oscar Pérez

Padre Ariel Suárez

Consagraciónde los Óleos

Page 5: religión - Palabra Nueva

6

[...]En la celebración eucarística llega a su cumbre derealismo la presencia de Jesús. Esa presencia se ha mani-festado ya en el signo de la comunidad reunida y en laPalabra de Dios acogida por la asamblea de los fieles. Peroal cumplir el mandato del Señor, la Iglesia sabe con certezaque, por la invocación del Espíritu Santo y por la procla-mación eficaz de las mismas palabras por la institucióneucarística, su Señor glorioso, con “el poder que tiene parasometérselo todo”, se hace presente realmente, personal-mente, sustancialmente, en el pan y el vino; cambiando elser profundo de estos elementos en su persona de Verboencarnado que ha padecido y ha sido glorificado. Cristo sehace presente en la Eucaristía, con toda la riqueza de suhumanidad transida de pasión y de gloria, tal y como Élestá actualmente en el cielo.

[...] Si todo el pueblo de la Nueva Alianza ha sido cons-tituido pueblo sacerdotal, capaz de hacer a Dios la ofrendade sus vidas con Cristo en el sacrificio eucarístico; sólo austedes, de manera especial, queridos sacerdotes, se diri-ge Jesús para confiarles su don a los hombres: “haganesto en memoria mía”. Esas palabras nos fueron dichas anosotros. Todos nosotros, sacerdotes, estábamos, miste-riosamente presentes, aquella noche en el Cenáculo. Asíquiso darnos Jesús nuestra parte, la mía y la de ustedes,en el homenaje de adoración y alabanza que el pueblo de

Dios rinde a su señor en esa acción cumbre y fuente de lavida cristiana que es la Eucaristía. En ella recibe el sacer-dote la ofrenda que hacen sus hermanos del pan y del vinoque simbolizan la entrega de sus vidas a Dios. Unida a supropia entrega, las coloca sobre el altar, invoca sobre ellasel Espíritu Santo y, obedeciendo el mandato de Cristo, pro-clama las palabras de Jesús que lo hacen realmente pre-sente para que la Iglesia “con Cristo, por Él y en Él dé alPadre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todohonor y toda gloria”.

[...] El sacrificio personal no es necesario para la validezdel sacramento, pero concurre a la perfección del sacer-dote en su imprescindible identificación con Cristo. Noolvidemos las palabras conclusivas de nuestra ordenaciónsacerdotal: “Considera lo que realizas e imita lo que con-memoras, y conforma tu vida con el misterio de la Cruzdel Señor”.

El ideal sacerdotal no es completo sin una referencia alsacrificio de Jesús, sacerdote y víctima de la redenciónhumana. Al respecto nos decía el Papa Pío XII en su encí-clica Menti nostrae: “Como toda la vida del Salvador estu-vo ordenada al sacrificio de Sí mismo, así también la vidadel sacerdote, que debe reproducir en sí la imagen de Je-sucristo, debe ser con Él y por Él un sacrificio aceptable aDios...” [...]

Fragmentos de la homilía pronunciada por Su Eminencia CardenalJaime Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana,

en el Jubileo de los Sacerdotes,celebrado el domingo 9 de abril en la S.M.I. Catedral de La Habana.

Foto

: Jav

ier B

arra

l

Page 6: religión - Palabra Nueva

7

El candidato al sacerdocio debe saber, desde el semi-nario, que la respuesta a la llamada divina lleva consigouna conciencia plena del lugar que ocupará el sacrificioen su vida sacerdotal: el apostolado reclama un trabajoincansable e impone privaciones y renuncias. Puedenser varias las circunstancias adversas de tiempo y delugar para el ejercicio del ministerio. ¡Cuántas de ellashan experimentado ustedes en estos años, queridos sa-cerdotes que trabajan aquí!

La soledad, la incomprensión y diversos tipos de perse-cución pueden hacer más amargo el cáliz del sacerdoteque quiere ser de veras apóstol. Las previsiones de Jesúsno dejan lugar a ilusiones: “Ustedes serán odiados por to-dos a causa de mi nombre”.

[...] El sacerdote halla en Cristo Eucaristía, inspiracióny guía para entregar su vida a Dios y a los hermanos y vasiempre pareciéndose más a su Maestro y Señor. Esto lorefleja muy bien el prefacio de la Misa Crismal: “Tus sa-cerdotes, Señor, al entregar su vida por ti / y por la salva-ción de los hermanos, / van configurándose a Cristo, / yhan de darte así testimonio constante / de fidelidad y amor.

[...] Nosotros no prestamos únicamente nuestras ma-nos a Cristo para servir en la mesa eucarística, sino paraque Cristo siga sirviendo por medio nuestro a todos loshombres. La obediencia y la inmolación suceden en cual-quier momento en la Iglesia que peregrina en este mundo,en la realidad histórica de un lugar y de una época. Esnecesario hacer la travesía misionera de los tiempos quevivimos. Este camino nos configura con la cruz del Señor,pero es, al mismo tiempo, el andar de Cristo resucitadoque acompaña a los hombres y mujeres de esta hora de lahistoria. El crucificado, ya glorificado es, quien nos haceandar el camino de Emaús como otros cristos, para acom-pañar a la humanidad desorientada y triste,...

[...] Queridos sacerdotes: somos testigos y mensajerosde Cristo resucitado. No somos anunciadores del dolor dela Cruz, sino del triunfo de la Cruz. De la cruz de Cristo nonace la tristeza de los hombres y mujeres de hoy, sino desus pecados. De la cruz gloriosa de Cristo nos llega laseguridad de poder triunfar de la injusticia, de la mentira yde todo pecado, porque el Hijo de Dios en la Cruz “havencido al mal”. Esta es la alegría del presbítero que seafirma con realismo sobre las miserias de este mundo.Este gozo debe marcar su estilo sacerdotal abierto y cau-tivador, que invite a sus contemporáneos al seguimientode Jesús.

[...] Los invito, en estos días santos, a leer y meditar enactitud de silencio y oración, la hermosa carta que el PapaJuan Pablo II les ha dirigido a ustedes; a acompañar aCristo por los vericuetos de Jerusalén, poblados de acla-maciones, rumores y asechanzas, a entrar en el cenáculocomo Juan y recostar sus cabezas colmadas de agobiosobre el pecho del Señor, a oír de nuevo lo que Él les dijoaquella vez a ustedes: “hagan esto en memoria mía”, y

dejen que ese mandato, que es una elección, retumbe en lohondo de su ser, los despierte, los afiance o los desestabilicesaludablemente. Escuchen largamente, lentamente las pala-bras de envío y despedida de Jesús en la Cena. Acompáñenloal huerto, no se olviden que ustedes son sus amigos y porfavor, no se duerman. No huyan del monte Calvario; allí losespera Jesús para entregarles a María por madre. No se en-tristezcan a la caída de la tarde, cuando el cuerpo del Señores colocado en el Sepulcro, cuando se quedan solos, cuandotodos se van, cuando es de noche. Recuerden la promesacumplida de Jesús y esperen serenos el alba radiante de laresurrección, y vuelvan una y otra vez a Galilea, y no sequeden plantados mirando al cielo, sino vayan al mundo ente-ro, a nuestros campos, a nuestros barrios, a la estrecha casade oración; diríjanse a los tibios y poco entusiastas, a los quese quedan y a los que se van, a los que reciben algo que losayuda a vivir y a los que no tienen nada, y anúncienle el Evan-gelio a toda criatura, y dichoso el que no se escandalice espe-rando de ustedes otra cosa que no sea hablar de Cristo, sufrirpor Cristo, vivir alegres de su amistad con él, e invítenlos atodos a la mesa, al banquete de la vida en plenitud. Allí apren-derán a reconocer a Cristo en la fracción del pan y los cora-zones de ellos y los de ustedes arderán de esperanza al com-probar que Él está con nosotros siempre.

Queridos sacerdotes diocesanos y religiosos, cubanos ode otros países, con corazones agradecidos y felices re-nueven en este Año Santo Jubilar, con toda el alma, suentrega sacerdotal a Cristo y a su Iglesia.

Queridos fieles católicos: acojan con amor a sus sacer-dotes. Recíbanlos en cada eucaristía, en la procesión deentrada, como “el que viene en nombre del Señor”, por-que él es representante de Cristo en medio de ustedes y, alsubir al altar para ofrecer el sacrificio eucarístico, será elque los presente a ustedes, a toda la Iglesia, ante Dios.

Un día, como los Apóstoles, ellos, sus sacerdotes, lepreguntaron a Jesús: “Maestro, he aquí que lo hemos de-jado todo y te hemos seguido a ti, ¿qué será de noso-tros?”. Y la respuesta del Señor tiene que ver también conustedes; Jesús les contestó: “En verdad les digo que uste-des, los que han dejado padre, madre, hermanos, casas ohijos para seguirme a mí, tendrán aquí madres y padres yhermanos y casas e hijos, con persecuciones, y después lavida eterna”.

A algunos malvados o ignorantes les toca el triste papel deponer las persecuciones, a ustedes, los que Dios, por Cris-to, ha llamado a su Iglesia, les toca poner sus sentimientosgenerosos de padres, de madres, de hermanos y abrir laspuertas de su casa y de su corazón a quienes por ustedes, ypor toda la Iglesia se ofrecen con Cristo, al Padre.

Que toda la Familia diocesana acompañe ahora con suoración la renovación de las promesas sacerdotales de suspastores y que los sostenga cada día en esta gran familiade la Iglesia como a amigos, como a hermanos, como apadres. Así sea.

Page 7: religión - Palabra Nueva

8

Los retratos y las memorias de Oscar Romero, que re-flejan sus tres años como Arzobispo de San Salvador, com-prenden a toda una antología humanitaria de encuentros yde atenciones a la gente más pobre de El Salvador: y esetratamiento personal y sucesivo de vidas humanas afligi-das es la que demuestra el amor del Arzobispo hacia sufeligresía, en el sentido más alto del término. Dos cente-nas intermitentes de personas componen la larga lista desacerdotes, obispos, religiosas y de laicos que atraviesany recorren las memorias de su Diario de Arzobispo, escri-to por él -día a día- desde principios de 1978 hasta tresdías antes de su muerte.

P o r R o b e r t o C U É L L A R M .

XIGENTE, RIGUROSO, EN SU VIDAcristiana y en su teología ortodoxa, entregósus tres años como Arzobispo a la defensade los derechos humanos en El Salvador,hasta que le asesinaron ante su altar, el 24de marzo de 1980. La palabra fue siempresu arma primordial en esa dedicaciónhumanitaria, lo que no le impidió, desde suentrada a la curia arzobispal, en febrero de1977, cultivar con cariño la relación conlas víctimas, con sus familiares y con losdesposeídos en la búsqueda de justicia. Y esque ese aspecto de sensibilidad humanafue, sin duda, lo que marcó toda su vida acargo del Arzobispado de El Salvador: lateoría y la práctica de Monseñor OscarRomero fue sentir con su pueblo y con suIglesia, en las buenas y en las malas, lasangustias y las alegrías de ser Pastor alcuidado de sus derechos fundamentales.

E

ARZOBISPO DE SAN SALVADOR:Apóstol de los Derechos Humanos

Monseñor Oscar Romero

Page 8: religión - Palabra Nueva

9

Y más allá de tres centenas de encuentros con sindi-calistas y empresarios, con comunidades cristianas yfamiliares de presos y desaparecidos, con grupos decampesinos y enfermos terminales de cáncer, con líde-res políticos en mediaciones con militares, conformanese caudal de diferentes personalidades con las que con-vivió y reflejan, a la vez, la avidez del Arzobispo porhacer de la Iglesia una casa del diálogo y un ámbitopropicio de su misión humanitaria.

Sus ricas facultades verbales, expresadas en los púl-pitos rurales y desde su Catedral, ahora nos recuerdanla muestra de su poderosa dicción de compasión, desolidaridad y de persuasión que configuran la expresiónmás viva de la dimensión política de su fe cristiana. Notengo ninguna duda de que en Oscar Romero se trazanseveras concordancias entre la teología de lasbienaventuranzas con la protección de los derechos hu-manos. El realismo eclesial, la percepción crítica de la rea-lidad y el sentido intransitivo del clamor humano aúnan lasrevelaciones que domingo a domingo hizo de los proble-mas de derechos humanos que, en la época que vivió elcuarto Arzobispo de San Salvador, tuvieron dos fuentes:la naturaleza de la injusticia social y la conducta oficial dedesprecio a la dignidad humana de El Salvador.

Aunque algunos le critican todavía, Monseñor Romerono quería convertirse en obstáculo a la misión trascenden-te de su Iglesia y del papel que debía desempeñar en mediode la crisis nacional. Quería ejercer su labor como pastorde forma tal, que no le causara ningún daño ni molestia anadie, pero semejante inclinación ortodoxa no era propiciapara la época.

Muchas veces, entre sus sacerdotes, entre amigos ycolaboradores, Monseñor Romero hizo abstracción ycrítica fulminante de aquellos postulados extremistasque, entre las dos vías armadas del violento escenariopolítico, buscaban el detonante que incendiara El Salva-dor de finales de los sesentas. Ante la violencia militar,los movimientos pre guerrilleros y la represión oficial,en medio de esa crisis, el Arzobispo Romero proclamócon vigor la doctrina de la “no violencia”, y escribió,con el papel de la Iglesia en la mano, su última cartapastoral en agosto de 1979, acerca de la compleja reali-dad de las organizaciones populares.

Pero nunca bajó su mirada crítica ante nadie cuando setrataba de hechos y de señalamientos por las graves viola-ciones contra la dignidad humana, cometidas por agentesgubernamentales, especialmente en contra de los derechosde los más pobres y de quienes tenían menos oportunida-des de acceso a la justicia. Por cierto, en las últimas pági-nas de su extraordinaria homilía del 23 de marzo de 1980,Monseñor Romero también denunció la agresión que su-friera uno de los oficiales de la extinta guardia nacionalcometida por miembros de organizaciones políticas de iz-quierda, que habían tomado y ocupado violentamente lasinstalaciones de la iglesia El Rosario, del centro de SanSalvador. Quienes tuvimos el privilegio de trabajar con él

en asuntos de derechos humanos aprendimos que su de-nuncia fue inclaudicable en defensa de los derechos delhombre: sin reparos, sin reserva alguna, oponiéndose algermen de la violencia de cualquier grupo que provocaraviolaciones contra la persona humana.

En este campo del derecho de los derechos humanos,las lecciones de Monseñor Romero fueron particularmentericas aún cuando en 1977 no existían todas las obligacio-nes jurídicas internacionales, ni adhesiones de El Salva-dor a los pocos tratados de protección internacional delos derechos humanos. Había que ver la inversión en ho-ras completas de trabajo que el Arzobispo Romero dedi-caba al escrupuloso examen de los casos y de las situa-ciones en que caían las víctimas de la violencia; y en asun-tos legales, nunca proclamó ninguna denuncia si esa nose refería a las violaciones contra la Constitución Política.

Pero fue severo al responderle enérgicamente a la CorteSuprema que, por única vez en esos tres años, se atrevióa exhortarlo a decir los nombres de jueces venales, o jue-ces que se venden, como lo denunciara en una de sushomilías de la fiesta de Pentecostés de 1978. Y la Cortede Justicia jamás volvió a cuestionarle su trabajo en favorde los derechos humanos.

Eterno místico, Monseñor Romero es parte de una me-moria insondable, y por ello exagerada en críticas y de-tractores, reverenciada en el respeto por su liderazgo, yalabada en el afecto popular y en el culto a su ejemplo dereligiosidad. La prevalencia espiritual de Mons. Romerosopesa sensiblemente en medio de esa compleja trama deltejido social que actualmente sostiene en parte a la estruc-tura básica de la fe popular, creando algunas expectativaspor las ideas humanistas que tanto predicó.

Pero los iconos así se construyen y son, en sociedadescomo las nuestras, la sempiterna forma de sublimar las ne-cesidades más crudas de la gente. Que Monseñor Romerofue un santo, en realidad no podría responder de acuerdo alos cánones teológicos del proceso ante el Vaticano, perodos días después de su muerte, y cuando arreglábamos supartida de defunción para los funerales del 30 de marzo de1980, un par de empleados de la Alcaldía Municipal y untramitador de esos que siempre aparecen por los recintospúblicos me dijeron: “¿no será que van a enterrar a un san-to?” En aquel preciso momento no fue posible asimilaraquel argumento popular, esgrimido mientras preparába-mos los trámites municipales para inhumar al cuarto Ar-zobispo de San Salvador. Pero lo cierto es que el alientoespiritual y la dignidad de Monseñor Romero, quedó gra-bado en el santoral del país y del mundo como el salvado-reño más sobresaliente de nuestra memoria colectiva porser hombre de criterio y de valor, hombre de fe, y hombrede Iglesia: un Arzobispo sin miedo.

NOTARoberto Cuéllar es Doctor en Derecho y Presidente del Instituto

Centroamericano de Derechos Humanos. Formó parte del EquipoAsesor de Monseñor Oscar Romero.

Page 9: religión - Palabra Nueva

10

L PA S A D O 4 D E M A R Z O S E C O N M E M O R Ó E Lcuadragésimo aniversario de uno de los hechos luctuososmás estremecedores de nuestra historia contemporánea: laexplosión intencional del barco francés La Coubre, cargadode armas y municiones, en el puerto de La Habana.Precisamente en estos días, mientras realizaba mis laborescomo investigador literario, de nuevo cayó en mis manos elnúmero de la revista Bohemia que se encargó de ofrecer, conabundante material gráfico, informaciones sobre aquellatragedia. Volví a leer el emocionado y muy significativoartículo de Jorge Mañach “Déjennos en paz (Oración por elviernes de dolor)” y contemplé otra vez las conmovedorasfotografías que recogieron con toda crudeza, en primeralínea, las escenas de muerte y destrucción provocadas por elcriminal atentado. Al tiempo que pasaba las páginas, recordéel imponente entierro de las víctimas, al día siguiente delsuceso, que desde el balcón del solar donde aún resido vipasar cuando sólo tenía cinco años.

E

p o r J o r g e D O M I N G O *

También en esta ocasión me detuve aobservar una fotografía en la que apare-ce en primer plano un sacerdote de so-tana blanca acostado en el pavimentoboca abajo, apoyado sobre los codos,mientras mantiene la cabeza erguida yel rostro dirigido en el mismo sentidode la cámara, de seguro hacia el lugardonde ha ocurrido la catástrofe. En tor-no suyo todo es difuso, como si lo ro-deara una nube de polvo. Desde el puntode vista físico, sólo podemos calcularla pequeña estatura de aquel hombre y,por su tonsura, una edad aproximadade 50 años.

Al pie de la foto el redactor de Bohe-mia escribió: “Un discípulo de Cristo.En cumplimiento de su sagrado minis-terio, este sacerdote fue de los primeros

Page 10: religión - Palabra Nueva

11

en acudir al lugar del desastre. Sabía quesería útil confortando a los moribundos,dándoles la absolución para que marcha-ran más tranquilos al encuentro de laEternidad. Pero a él, también le sorpren-dió la segunda explosión. Y cayó al sue-lo: el blanco hábito se embarraría depolvo, de lodo, de sangre. Pero trans-curridos unos momentos, se pondría denuevo en pie e iría –sin pensar en máspeligros– a cumplir con su deber. Y asípermaneció durante horas, de aquí paraallá, sin tregua ni reposo”1 .

En la página siguiente puede apreciar-se una fotografía aún más conmove-

dora en la que un grupo de hombrescorre en dirección a la cámara por unacalle cubierta de escombros y de tejaspartidas. De ellos, varios se llevan lasmanos a la cabeza uno se tapa los oí-dos, en gestos que delatan el terrorimperante en aquellos momentos. Enel lado izquierdo se observa un localsemiderruido, con el techo destrozado,y al fondo la enorme mancha gris quese alza hacia el cielo y nos indica el cen-tro de la explosión. En total puede con-tarse a diez hombres que huyen a todavelocidad. Sólo una figura aparece deespaldas a la cámara y de frente al in-cendio; se encuentra al fondo de la ima-gen y a unos veinte metros del fotó-grafo. A pesar del humo y del polvo sedistingue su sotana blanca.

En esta oportunidad redactó el perio-dista de Bohemia: “Momentos de ho-rror. La muerte venía pisándoles los

talones; allí –tras ellos– se acababa deproducir la segunda explosión en unmomento en que todos se aprestaban aayudar a las víctimas de la primera. Losque pudieron, salieron corriendo endemanda de un abrigo, de algo que lesprotegiera contra los hierros que vola-ban por los aires, que les sirviera deamparo. En primer término un hom-bre, ya sin correr, se lleva ambas ma-nos a los oídos –todavía aturdido porel estampido– como si quisiera, de esamanera, aislarse de la tragedia. Tras él,otro señor de pronunciada calvicie yde lentes con aro metálico, corre mien-

tras sostiene con la mano la cámara quele cuelga al hombro. Al fondo, de pie,de frente a la explosión, se nota la blancasotana de un sacerdote. Seguramentees el mismo que aparece, en el suelo,en otra de estas páginas”2 .

En medio de la confusión y del jus-tificado pavor y de la lluvia de metra-lla y de los lamentos de los moribun-dos hubo también gestos de extraor-dinario valor como los demostradospor los bomberos que acudieron a so-focar el incendio, por los socorristas–voluntarios o profesionales– que notemieron enfrentar el peligro para auxi-liar a los heridos y por los trabajado-res del Puerto que se presentaron pre-surosos para ayudar a sus compañe-ros de labor.

En otras ocasiones se ha destacado,con sobrada razón, la grandeza de aquelespíritu solidario. En esta oportunidad

yo deseo enaltecer también el gesto deaquel sacerdote católico, que quizáshubiera sido mirado con burla y ta-chado de “flojo” por los rudos estiba-dores del puerto habanero y, sin em-bargo, aquella tarde plagada de muer-te y destrucción supo asumir hasta ellímite más heroico su condición depastor y marchar con paso firme ha-cia el peligro, sólo escudado en su pro-funda fe en las enseñanzas de Cristo.

Al cabo de cuarenta años de aquel te-rrible suceso, ignoro por completo cual-quier dato sobre dicho sacerdote: sunombre, su procedencia, su congrega-ción, su posterior destino. Hoy resulta-ría imposible identificarlo. Su imagenqueda como un ejemplo escondido enlas páginas de una revista cubana quedisfrutó de amplia circulación. Al sacarlohoy a la luz corroboramos la loable acti-tud de aquellos eclesiásticos que soncapaces de afrontar todos los riesgosy acudir en ayuda del prójimo. Al me-nos para mí, esos son los verdaderosseguidores del cristianismo.

NOTAS Y REFERENCIAS:*Jorge Domingo, investigador literario del

Instituto de Literatura y Lingüística.1 Bohemia. Año 52. No. 11, La Habana,

13 de marzo de 1960. Suplemento, página10. Todos los pies de grabado fueron escri-tos por el periodista Luis Rolando Cabrera.

2 Idem, p. 11.

El sacerdote que aparece en lasfotos es Fray Juan J. Mc Kniffo.s.a., nacido en Estados Unidosde América y perteneciente a laOrden de los padres agustinos.Trabajó en Cuba desde lostempranos años 40 hasta 1968,en que fue destinado a Perú. Enla Arquidiócesis de La Habanafue párroco de la iglesia El San-to Cristo del Buen Viaje. El Pa-dre Mc Kniff falleció hace sólounos años.En la actualidad la Or-den de los agustinos se proponeabrir la Causa de Beatificación.

NOTA de la REDACCIÓN

Page 11: religión - Palabra Nueva

12

“Peregrinación” es una palabra formada de “per”y “agri”, que quiere decir: a través de los campos,fuera de la ciudad. Equivale a salir del lugar deresidencia. Peregrinar es… caminar.

La práctica de las peregrinaciones se remontaa los tiempos más antiguos. La Ley de Moisésya imponía a los fieles la obligación detrasladarse a Jerusalén tres veces al año: en lasfiestas de Pascua, en las de Pentecostés y en lade los Tabernáculos. Fue con motivo de una deestas peregrinaciones cuando Jesús niño visitóJerusalén y permaneció en la ciudad por espaciode tres días.

Estas tres peregrinaciones conmemoraban lamarcha de los judíos hacia la Tierra Prometida:

- La de Pascua, el paso del mar Rojo,

- La de Pentecostés, su para al pie del Sinaí,

- La de los Tabernáculos, su permanencia decuarenta años en el desierto (En recuerdo de estaúltima los peregrinos vivían durante ocho días entiendas o cabañas).

Quince salmos, del 119 al 133, eran cánticos deperegrinación. Se les llamaba salmos “graduales”,esto es, de la subida a Jerusalén.

En la vida cristiana, la peregrinación es, quizás,la más extendida de todas las devociones. Puedesimbolizar o sugerir entre otras cosas:

- Nuestra condición de “extranjeros y peregrinossobre la tierra”.

- Nuestra obligación de sacudir nuestrascómodas instalaciones.

- Lo transitorio de todo cuanto existe.

Belén. El Papa reza en la Basílica de la Natividad.

Page 12: religión - Palabra Nueva

13

- La historia de toda vocación, que es unallamada a salir de uno mismo.

- Nuestra intrínseca condición de caminanteshacia la Ciudad Celeste.

- La búsqueda de aquello que más queremos: elperdón o la paz.

Uno de los salmos de peregrinación –el 126-comienza así: “Me alegré cuando me dijeron:Vamos a la Casa del Señor…”.

El peregrino, por su parte:

- Sabe que el camino se hace mejor ligero depeso y va despojándose de todo lo superfluo.

- Ello le supone, a su vez, a una vida llena demortificaciones, como el hambre, la sed, losriesgos del camino o los rigores de la intemperie.

- El peregrino contagia y se contagia de todos yde todo con cuanto va cruzando en el camino. Esmaestro y discípulo.

- El peregrino medita, ora, contempla: pideperdón de sus culpas, suplica ayuda en lasdificultades, agradece todo tipo de ayuda, dagracias al final de cada etapa, alaba, en fin, alSeñor por las maravillas naturales o artísticas quesalpican todos sus caminos.

- El peregrino va en busca del Señor, quien, porotro lado, no sólo está al final del camino, sino queen ocasiones se le hace encontradizo a lo largo delmismo como les pasó a los de Emaús.

- El peregrino, en fin, “hace camino al andar”,facilita a otros su experiencia y parece que es el

Santuario Nacional Nuestra Señora de la Caridad del Cobre,Santiago de Cuba.

Santuario Nacional Jesús Nazareno,La Habana.

Parroquia Nuestra Señorade la Caridad, La Habana.

Page 13: religión - Palabra Nueva

14

único que de verdad ha escuchado el mandato deJesús: “Levántate y anda”.

Las peregrinaciones han renacido en nuestraépoca con nuevos bríos, aunque con frecuencia yano se hagan a pie, sino mediante cualquier mediode transporte con que contamos hoy. Sinembargo, las multitudes que en la actualidad setrasladan con estos medios modernos a Roma,Tierra Santa, Santiago de Compostela, etc.,pueden realizar también –y realizan de hecho- unverdadero peregrinaje, si conservan el espíritu dela peregrinación que no es otro que la búsqueda delDios que sentimos lejano, debido a los ídolos quenos hemos detenido a adorar por el camino.

Cierto que hay puntos muy famosos y concretosde peregrinación. Hemos recordado algunos.Podríamos añadir un sin fin de ellos; pensemos sinmás en los de carácter mariano y tan sólo de Europa:Lourdes, Fátima, Czestochowa, El Pilar, etc.

Pero hay otros de más fácil acceso y que, sinembargo, olvidamos: la catedral de nuestradiócesis, el propio templo al que peregrinamoscada domingo; la pila bautismal en la que fuimosbautizados, la ermita de nuestro cerro o de nuestrovalle… En todos estos lugares podemos reproducirla imagen de aquellos discípulos de Jesús que,dejándolo todo, se fueron con Él. O la de los milesde peregrinos que durante toda la Edad Media sesantificaron a la vez que santificaban los caminosde Europa por este medio.

En todos estos lugares podemos encontrar losrecursos humanos y espirituales necesarios paraconseguir esa Indulgencia del Jubileo quebuscamos para el 2000.

(Fuente: Revista Orar, No. 24. Editorial Monte Carmelo)

S.M.I. Catedral de La Habana

Santuario San Lázaro, El Rincón, La Habana.

Plaza San Pedro,El Vaticano, Roma.

Page 14: religión - Palabra Nueva

15

sociedad

ONVOCADO POR LOS MOVIMIENTOSde Trabajadores Cristianos y el deJóvenes Trabajadores Cristianos, fuecelebrado el 19 de marzo de 2000, a las10:00 a.m., en el Santuario NacionalJesús Nazareno, en Misa Solemnepresidida por Su Eminencia CardenalJaime Ortega Alamino, Arzobispo de LaHabana, y concelebrada, entre otros,por Monseñor Salvador Riverón,Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis.

CF o t o s : J a v i e r B A R R A L

Page 15: religión - Palabra Nueva

16

Orlando Márquez- Muchos haban-eros podemos hacernos una ideasobre el trabajo que se realiza des-de este lugar conocido como laOficina del Historiador de la Ciu-dad, y los mayores trabajos seaprecian en el casco histórico oparte vieja de La Habana, pero laCiudad es mucho más que estasantiguas manzanas y parcelas,¿qué planes existen y qué ideasmotivan, el trabajo en esta Oficinay cómo se ve usted con el título deHistoriador de esta ciudad?

Eusebio Leal- Efectivamente la ciu-dad de La Habana, es muchísimo másque estas antiguas manzanas y parce-las a las que hace referencia. Ahí está

ON ESTA ENTREVISTA AL HISTORIADOR DE LACiudad, Doctor Eusebio Leal Spengler, proponemosconocer de primera mano sobre el trabajo derestauración y conservación que se realiza en la Capital,una ciudad dañada y sufrida, pero también querida ycuidada por muchos hombres y mujeres, quienes hansabido ver en ella, detrás del polvo y las ruinas, labelleza de una obra humana, no para maquillarla, sinopara restituirle su dignidad como espacio humano,

C

p o r O r l a n d o M Á R Q U E Z

La Plaza Vieja

Foto

: Orla

ndo

Már

quez

Eusebio Leal

Page 16: religión - Palabra Nueva

17

en pie, gracias a un conjunto de razo-nes históricas muy poderosas y opor-tunas, un repertorio edificado de lostiempos coloniales y de los republi-canos, más la modesta obra de recu-peración que hemos podido legar alpatrimonio de este siglo XX que yase acaba. Los más valiosos ejemplosdel Barroco y del Neoclacisismo, elextraordinario Eclecticismo de los milestilos que se dio en esta ciudad, lasmesuradas obras Decó o Nouveau yalguna vanguardia Proto-racionalista oRacionalista, definitivamente dibujan aLa Habana en sus múltiples barrios yáreas centrales. Es por supuesto unamisión de la Oficina del Historiador,velar por ese legado cultural y esa me-moria. Así ha sido desde que el estima-do Dr. Roig de Leuchsenring la funda-ra en los ya lejanos días de 1938.

La Oficina del Historiador de la Ciu-dad siempre ha contribuido con res-tauraciones arquitectónicas de monu-mentos fuera del territorio de la Ha-bana Vieja, pues tiene competenciasen el ámbito de la cultura para toda laciudad. El Plan de Malecón, la res-tauración de la aguja de la iglesia deReina, la Capilla Central y los panteo-nes principales de la Necrópolis deColón, la restauración de los monu-mentos de Máximo Gómez, AntonioMaceo y Calixto García, o el de JoséMiguel Gómez, son algunos ejemplosque ilustran esta política.

Para el presente año han sido pre-supuestadas una serie de obras enCentro Habana y en El Vedado, comouna extensión de nuestras responsa-bilidades para con la capital.

También actuamos en el campo de laconciencia. Es necesario que se com-prenda de manera amplia que los valo-res de La Habana no están ceñidos alos límites del Centro Histórico, que todael área central compacta posee valoresinestimables, que hacen de ella una ciu-dad que refleja muchas ciudades, unaciudad donde hoy es posible dar unalección completa de historia de arqui-tectura y urbanismo, no solo para ha-blar de un pasado glorioso, sino tam-bién de un esperanzador futuro.

Por último, comprenderá que me esdifícil responderle cómo me veo yocon el título que trato de honrar cadadía de mi vida. Ese juicio lo dejo paraotros. La obra podrá quedar, los hom-bres pasamos de estación. Quisieraque el destino me diese la oportuni-dad, al menos, de continuar luchandodenodadamente por el bien social.

O.M. Hoteles, museos, casasculturales, galerías de arte, cen-tros y oficinas comerciales, ocu-pan un espacio importante en losproyectos de restauración. Siconsideramos la superpoblaciónde este territorio, ¿el futuro delCentro Histórico será una espe-cie de ciudad museo y centro denegocios? ¿Qué sucederá conlos residentes de este territorio?

E.L. La Oficina en una de sus estra-tegias, se plantea reencontrar al Cen-tro Histórico con su centralidad, y ellonecesariamente nos conduce a recu-perar las funciones que en la primeramitad del siglo XX lo caracterizaron.Por tanto estamos devolviéndole a lazona sus espléndidos bancos, sus edi-ficios de oficinas, sus hoteles -media-nos o íntimos- sus lugares públicos,sus bodegas y bares, sus comercios,sus librerías, sus sitios de encuentro.Nos falta muchísimo para que el es-plendor regrese aunque de una nuevamanera, pero seguimos en acción.Que no se piense por ello que arreba-taríamos a las áreas tradicionalmenteresidenciales dentro de los límites deintramuros, su carácter, pues hemoscrecido mucho y contamos con espe-cialistas muy capaces y con “cartasde navegación” en nuestro Plan Maes-tro que han formulado un plan de de-sarrollo integral que previene contrael vaciamiento, la momificación, lamera escenografía o el silencio de lasala de un museo. Todo lo contrario.La primera política enunciada por eseplan justamente es la de evitar el des-plazamiento de la población residente.

En estos cinco años se ha trabajadocon gran tesón para comenzar a va-riar la situación del hábitat. Se realizóun censo de población y viviendas en

Con respecto a los planes que exis-ten y las ideas que motivan el trabajole puedo expresar algunas opiniones.Vivimos desde Octubre de 1993, loque hemos dado en llamar, la cuartaetapa en la historia de esta institución,que tras la aprobación del Decreto-Ley 143, se redimensionó, pasó a de-pender del Consejo de Estado de laRepública de Cuba y contó con unfuero legal especial que le otorgó per-files amplios, capacidades y misionesmuy importantes para la salvaguardade La Habana -en lo que a su patri-monio cultural se refiere-, pero conacciones de diversa naturaleza muyespecíficas en el territorio del CentroHistórico. Por tanto la dinámica quetodos vemos hoy, se debe a una po-lítica y a una decisión tomada en unmomento crucial de incertidumbre parael país, que está demostrando su vali-dez práctica, aun siendo imperfecta.

En nuestro trabajo de rehabilitaciónnos enfrentamos cada día con la difí-cil situación de tener que elegir a quédestinamos los recursos con que con-tamos. Teniendo en cuenta la canti-dad de valores concentrados, el esta-do de deterioro avanzado de los edifi-cios, el hecho de que cada tres díasocurren dos derrumbes de diversamagnitud, la grave situación de la vi-vienda y la amenaza permanente yanual de los ciclones, es de imaginarla angustia que produce la toma dedecisión y la altísima responsabilidadque ello implica.

Pero hay una realidad ineludible. Esnuestro deber también generar los re-cursos con los que debemos solucio-nar los problemas. Ello conduce a unaconclusión evidente: en los primerosaños habrá que destinar un volumenimportante de los fondos a aquellosproyectos que generen riquezas en unplazo relativamente corto de tiempo.Por supuesto, sin renunciar al pro-yecto cultural y sin dejar de invertiren los programas sociales, adoptan-do entonces una estrategia de priorizaraquellos que tengan un mayor alcan-ce, o que beneficien a los sectoresmás vulnerables.

Page 17: religión - Palabra Nueva

18

el año 1995, con el fin de conocer condetalle la complejidad de la situación;otro se realizará en este año 2000, locual permitirá establecer comparacio-nes que enriquezcan los análisis. Tam-bién el Plan Maestro estudia en detallela capacidad potencial real de pobla-ción viviendo en condiciones dignasen el Centro Histórico, y que por losprimeros análisis ya hechos, se dedu-ce que no deberá reducirse sustancial-mente cuando comiencen a fructifi-car en el corto plazo, los programasde viviendas que estamos diseñando.

Fue posible comenzar a financiar demanera conjunta con el gobierno mu-nicipal un Plan de Rehabilitación Inte-gral en el barrio de San Isidro, dondehasta la fecha se han beneficiado enmateria de reparación, 125 viviendas,mientras que otras 764 familias hanmejorado sus condiciones de vida a

través del apoyo que el Plan ha brin-dado al esfuerzo propio. Se inaugu-raron allí recientemente, una EscuelaPrimaria, la “Mariano Martí”, una SalaPolivalente, un Centro Cultural, el“Leonor Pérez”, y otras instalacionesde servicio social.

La Oficina tiene a su cargo un Pro-grama de Rehabilitación de Viviendasque comprende la construcción dehogares de tránsito para que las fa-milias vivan en condiciones dignas ycon seguridad, mientras se reparansus viviendas, como la comunidadtransitoria de la Plaza Vieja, la edifi-cación de nuevas capacidades al Estede la ciudad para las reubicacionesnecesarias, la rehabilitación de vivien-das en el sector urbano asociado alas plazas y a los ejes principales, asícomo las que se benefician con el Plande Rehabilitación del Malecón.

Otra noticia alentadora es la posibili-dad de comenzar próximamente a dete-ner, de forma extensiva, el deterioro delfondo construido, a partir delfinanciamiento de un Programa contraDesastres con que contaremos, graciasa la cooperación bilateral con Italia.

Junto a Naciones Unidas y el PNUD,nos encontramos desarrollando, con-juntamente con el gobierno local, unPrograma de Desarrollo Humano Lo-cal para los próximos tres años, don-de se pretende, a partir de la coopera-ción multilateral, incidir en el mejora-miento integral del hábitat y especial-mente de aquellos sectores o gruposmás vulnerables.

O.M. ¿Se puede hablar de algu-na fecha como límite para con-cluir los trabajos de restauración,al menos del grueso de las edifi-caciones de la Habana Vieja?

E.L. Ante todo debe quedar claro quela conservación -y no restauración- decualquier sector urbano histórico tieneque ser enfocado como un proceso con-tinuo y no como un programa que em-pieza y termina en un tiempo finito. Den-tro del concepto de conservación se tie-ne que pensar con ello en términos abier-tos, de tal modo que el sector urbano oconjunto arquitectónico histórico admi-ta la transformación en escalas adecua-das y con resultados arquitectónicos dig-nos de la preexistencia que le dieron pres-tigio al sitio y el reconocimiento al valorañadido por el paso del tiempo.

De mantenerse el actual escenarionacional e internacional para Cuba y

Hotel Parque Central. Un lugar de limitado acceso.

Foto

: Orla

ndo

Már

quez

Mientras esperan la rehabilitación de sus viviendas (izquierda), algunas familiasvivirán en la Comunidad Provisoria “Plaza Vieja” (derecha).

Foto

s: O

rland

o M

árqu

ez

Page 18: religión - Palabra Nueva

19

con ello para La Habana, el ritmo as-cendente de inversión en obras de re-cuperación -con la evidente reducciónde los tiempos de ejecución construc-tiva y puesta en explotación de los re-cursos de ese fondo-, de mantenerselos ingresos previstos provenientes delturismo, los impuestos, la prestacióny diversificación de servicios y otrosrenglones de la economía local, y lacooperación internacional, se pudierapronosticar, de manera muy aproxi-

te- por las condiciones de precariedadde su hábitat. Eso no es un secretopara nadie, sino una grave evidencia.A pesar de no haber crecido al ritmode otras capitales latinoamericanas enlas últimas cuatro décadas, La Haba-na tiene ya más de dos millones de ha-bitantes y una importante cifra de po-blación flotante, lo que le confiere grancongestión en las áreas centrales y pre-senta periferias con marginalidad.

Las últimas decisiones que el Esta-do cubano y su gobierno provincialhan estado tomando a raíz de las afec-taciones del huracán “Irene” el pasa-do octubre, conducen a impulsar,inobjetablemente, las acciones dereconversión del deterioro generaliza-do en la vivienda de esta ciudad. Hoyhay más esperanza que ayer en estesentido, y la gente necesariamente ten-drá que ser partícipe de ese procesoen beneficio común.

O.M. Muchas personaspiensan que las costum-bres ciudadanas o urba-nas se han deteriorado,¿considera usted que,además de restaurar laciudad, es necesario res-taurar la cultura urbana?y ¿cómo?

E.L. En buena medida lalabor de la Oficina en estosaños ha estado encaminadatambién a crear en unos ca-sos y restaurar en la medida de lo po-sible en otros, una cultura urbana de-teriorada. En el caso de crearla, la ta-rea de muchos años con niños, ade-más de ser siempre grata, ha sido diri-gida a formar en ellos una concienciasobre los valores culturales que com-prende a la arquitectura, a la conductaformal, a los comportamientos éticosen sociedad, etc. Más recientemente,la novedosa experiencia de las aulas enlos museos dan fe de ello. Los niñosusando sus salas como aulas, apren-den a respetar el museo y sus colec-ciones, aprenden historia y reciben untrato y una formación con la cual pue-den ayudar, de alguna manera, a ex-presar valores dentro de sus hogares.

En los casos de restaurarla, el propiohecho de la recuperación física y fun-cional de La Habana antigua, trae apa-rejada una transformación de conduc-tas impropias, un cambio en el ciuda-dano que transita por las calles, plazasy parques y encuentra cestos dondeechar la basura, canteros con plantas yflores, áreas de césped que sabe queno puede pisar, fuentes y esculturas quedebe respetar, vidrieras que no debedañar, etc. Cuando las circunstanciaslo permitan, ciertos lugares a los quese tiene limitado acceso hoy, podrán sersocializados, contando con una pobla-ción que pueda enfrentarse a ellos conuna cultura urbana recuperada.

O.M. Quien visite por ejemplo,una ciudad como México, puedever los monumentos de anterio-res presidentes, incluso las ca-lles llevan sus nombres, porqueocuparon un lugar importante en

la historia de ese país, más aIIáde sus aciertos o desaciertos.Recientemente hemos visto larestitución de la estatua de JoséMiguel Gómez, en el monumen-to de la calle G o Avenida de losPresidentes, en el Vedado. Esteproyecto que acometió su Ofici-na, ¿es un primer paso para ayu-dar a conservar públicamente lamemoria histórica de Cuba?

E.L. Aunque partimos del hecho queno nos gustan las comparaciones, de-finitivamente lo que alude en su pre-gunta, es un paso que ayuda a con-servar esa memoria, pero no es el pri-mero. Desde que existe la Oficina ydesde la época de su fundación, per-sonas ilustres de este país o alguna no

mada, que el completamiento de la re-cuperación de todo el conjunto lleva-ría no menos de dos décadas, tiempoen el cual habría que enfrentar no obs-tante, las pérdidas por desastres, los man-tenimientos y rehabilitaciones construc-tivas, la sustitución arquitectónica, y lasinevitables transformaciones de imageny del tejido histórico.

O.M. “La historia del hombre con-tada por sus casas”, así titulaJosé Martí un trabajo que se in-cluye en La Edad de Oro. Si apli-cáramos la idea al habanero ac-tual, si es real que el entornocondiciona la vida de las perso-nas, ¿podríamos hablar de mu-chas personas afectadas tam-bién, al menos espiritualmente,como lo están sus casas y sucontexto físicamente?

E.L. Ciertamente hay muchas fami-lias afectadas -física y espiritualmen-

Foto

: D

anie

l Már

quez

Recuperando la cultura urbana.

Niños visitan un museoen la La Habana Vieja.

Foto

: Orla

ndo

Már

quez

Page 19: religión - Palabra Nueva

20

tanto pero que ostentaban cargos pú-blicos, promovieron y ejecutaronobras en pro de la conservación de esamemoria. ¿Qué fueron si no, las pri-meras obras de restauración en LaHabana colonial, qué fueron si no, lasprimeras declaratorias de protecciónen esta zona? Poco es el espacio deuna entrevista para comentar cuántose ha hecho desde esta institución-antes y ahora- en un nuevo y multi-plicado rol para con la memoria histó-rica de La Habana. Recientemente he-mos restaurado las estatuas de Martíen el Parque Central y de Maceo en suparque, con motivo de los respecti-vos centenarios de su caída en com-bate, la de Máximo Gómez en la ro-tonda de la Avenida de las Misiones, lade Calixto García en G y Malecón, yla que Ud. hace referencia de José Mi-guel Gómez. Se acaba de emplazar ladel Libertador Simón Bolívar, en esamisma avenida, que creemos contri-buya a mantener, no solo el nombrede esa arteria, sino también su espíri-tu histórico.

O.M. En el centro histórico exis-te una alta concentración de igle-sias y templos, lo que dio un ras-go definitorio en el contexto ur-bano de la antigua ciudad, ¿estáconsiderada la función religiosaen los estudios y proyectos delplan director de la Ciudad?

E.L. Entendida en su concepciónmas inclusive, los estudios y proyec-tos del Plan Director de la Ciudad deLa Habana -denominado actualmen-

te Esquema de Ordenamiento Terri-torial y Urbanístico- contemplan lafunción religiosa como otra de lastantas funciones que existen en lavida contemporánea de cualquier so-ciedad. En el caso del plan de desa-rrollo del Centro Histórico, el cualconozco con mayor detalle, seprevén conservar todos los conjun-tos religiosos católicos, muchos deellos como sabe son joyas preciadasde nuestra arquitectura de herenciaespañola. También se ejecutan obraspara otorgarles funciones de culto aedificios importantes en vías de pri-mer orden, como es el caso de lasede de la Asociación Yoruba deCuba, en Prado casi esquina a Mon-te, o el visto bueno que se ha dadopara varios proyectos de rehabilita-ción en edificios que ya ostentabanla función religiosa, como es el casode la Sinagoga judía de la calleAcosta. Ellos son también parte denuestro patrimonio y así lo conside-ramos en nuestros planes.

O.M. ¿Cómo podemos imaginarla ciudad del futuro?

E.L. Imaginar el futuro siempre re-sulta una ilusión tentadora. El optimis-mo y la pasión con que actuamos nosinduce a pensar en una Habana dondeha comenzado a trabajarse en otrosmunicipios tan valiosos y con tantaspotencialidades como su núcleofundacional, barrios como El Vedado,La Víbora, El Cerro, Centro Habana,pletóricos de poesía y urgidos de una

acción inmediata queles devuelva surevitalización y lesotorgue un nuevo es-plendor.

No deberíamos ni po-dríamos evitar, que a lavez surgiesen nuevasobras contemporáneasde importancia, pues larecuperación económicatrae aparejada la dina-mización inversionistainmobiliaria como ex-presión tangible de nue-

vos tiempos. De lo que se trata es queLa Habana reciba la arquitectura y losespacios públicos que se merece y nootros. Para ello contribuiremos siem-pre desde la Comisión Provincial deMonumentos, y con el modesto con-curso de nuestras opiniones, promo-ver que se aprueben proyectos de altovalor arquitectónico, se recuperen yequilibren las diversas funciones en lasáreas centrales y se dignifique el hábitatde todos sus ciudadanos.

En cuanto al Centro Histórico, deaquí a unos seis años, la perspecti-va sería alentadora. Los espaciospúblicos principales estarían total-mente recuperados, es decir, suscinco plazas principales y el granconjunto verde del ring de La Ha-bana, conformado por el Paseo delPrado y los parques Central y de laFraternidad. El barrio de San Isidrocontaría con un alto porciento derecuperación, así como la zona quebordea la Alameda de Paula. Tam-bién pensamos que una gran partedel patrimonio edificado más valio-so habría recibido, al menos, unaacción de conservación importan-te, con lo cual se habría detenido elritmo progresivo de las pérdidas yse habría garantizado seguridad alos habitantes.

Antigua iglesia delHospital San Francisco de Paula

Foto

: Orla

ndo

Már

quez

Foto

: Orla

ndo

Már

quez

Page 20: religión - Palabra Nueva

21

ILa frase “yo estoy escapando” la oímos en la calle desde

hace varios años, a veces como una inocente respuesta alsaludo, y otras, casi siempre, como una confesión de feen la nada, en el vacío, en la desesperanza, como un cantode no guerra, o un himno de retirada, de resguardo en latrinchera que sabemos bien en el olvido, a salvo del con-flicto o de los enemigos. En todos los casos asociamos eltermino escapar a una dualidad de significado: estar “fueradel problema” y al mismo tiempo estar bien, tranquilos,sin “líos”, siempre mejor que otros “que no escapan”.

Parecería a simple vista que nada malo hay en ello, por-que no huir, permanecer, subsistir, mantenerse siempre enlo mismo, además de ser lo verdaderamente dañino, es depersonas poco inteligentes, de escasa suerte, de nacidosestrellados y no con estrellas en la frente. Y así, “escapan-do en lo que sea”, o “tirando como pueda” hallamos jóve-nes y viejos, mujeres y niños, profesionales y obreros que,ante un minuto de racionalidad y debate de alternativas a lafrase, se ofuscan, se enojan. Tal es su huida que prefie-ren la inmovilidad, quedarse en paz. No hay forma de con-vencerlos: para ellos todo el mundo y en todos los tiem-pos, lo que debe hacer es “escapar”.

IIEs inevitable buscar la raíz semántica del término y des-

brozar la expresión en el contexto. La palabra parece venirdel latín (excappare) donde significa literalmente salirse dela capa, lo cuál ya provoca muchas lecturas según las cir-cunstancias. Así, escapar puede ser quedar fuera del do-minio o la influencia de alguna persona, no ser percibidoso que no podamos advertir el entorno –se nos escapa larealidad–, perder un medio de transporte –se nos escapó

el “camello”–, librarnos de un mal o peligro al “escapar dela muerte”, soltarse algo que estaba sujeto y no mantener-se bajo determinada situación.

Pero toda palabra es dicha por alguien, en un lugar y enun contexto. “Escapar” en Cuba no es “salirse de la capa”o perder el artiodáctilo rumiante. Para un cubano de nues-tros días, la palabra tiene, como dijimos, un significadotan dual como controvertido: estar fuera de lo común yestar bien.

Ese “estar fuera” puede ser un trabajo no rígido, unaactividad que por su complejidad, relaciones y horariospermite cierta autonomía, creatividad y libertad para pro-poner y hacer. No se está al pie de un torno o de unamáquina de escribir durante ocho horas. El complementoa ese “escape” está en el pago de salarios vigorosos o deespecies —la “jabita” no es un invento cubano— que hacela vida un poco mejor que a otras personas. Esa forma de“evadirse” parece adecuada y ojalá todos los conciudada-nos pudieran “escapar” de ese modo.

Hay otras formas de “salida” que son lamentables y seentronizan ya como parangones de éxito. Poco a poco lahuida se torna individual, egoísta, y el verbo se conjuga endos personas del singular –Tú escapas, Yo escapo– sinimportar el plural “Ellos escapan” y mucho menos el plu-ral “Nosotros escapamos”. A esa evasión personal se le datoda licencia, no importa cuán pobre sea desde el punto devista moral o ético.

Así, “escapa” el jefe que gracias a su monolítico poderse roba desde la gasolina hasta los clavos del almacén; laprostituta que ya no hace “infantería” porque halló unarelación estable o “trabaja” en un apartamento que rentóen un moderno edificio; aquellos jóvenes que no estudianporque no hace falta saber trigonometría para despachar

“Sí, escribo esto sobre todo para los adolescentes y jóvenes,pero también para los que, como yo, se acercan a la muerte,

y se preguntan para qué y por qué hemos vivido y aguantado,soñado, escrito, pintando o, simplemente, esterillado sillas”.

(Ernesto Sabato: Antes del Fin)

p o r F r a n c i s c o A L M A G R O D O M Í N G U E Z *

Page 21: religión - Palabra Nueva

22

gasolina y en la calle se hacen tempranos consumidoresde tabaco y alcohol; aquellos profesionales que no confor-mes con las ganancias que les reporta el boteo, se dedicanal proxenetismo; los revendedores de medicinas, cuyodelito no es sólo la sustracción, sino la arriesgada pres-cripción de fármacos; el hombre afiliado a una organiza-ción por calculados intereses materiales y que insiste enconvencernos de todo lo contrario. Todos ellos “escapan”,pero…¿de quién?… ¿de qué?

IIIEs un dilema universal: los hombres quieren más ha-

ciendo cada día menos y no se trata de sobrevivir a unapenuria económica o social, sino incorporar un modo devida donde todo pasa por la utilidad personal en detrimen-to del prójimo. En otras latitudes se “escapa” evadiendoimpuestos, especulando con capitales ficticios y hastacreando empresas fantasmas. En Cuba, quizás porque elfenómeno tiene ciertas peculiaridades, parece una “nece-sidad” ante las vicisitudes, pero —he aquí lo engañoso delasunto—conceptualmente no lo es porque no se puede“escapar” de algo o de alguien sin dejar atrás, intacto omás complicado, el problema del cual huimos.

Pudiéramos preguntarnos qué nos molesta ese jefe rate-ro de carburante, la prostituta convertida en inquilina, al-gunos jóvenes enfermos de moral y de drogas, ciertosuniversitarios alcahuetes, los farmacéuticos sin título olos hipócritas partidarios. Alguien, “buena gente”, de esosque “no se meten con nadie”, pudiera decirnos: “¡déjenlosvivir, caballeros, están luchando, están escapando!”

Claro, eso hasta que el “escapado” o el “luchador” tocaun pedazo de mi ser. “La costumbre es una segunda natu-raleza”, dice San Agustín. Si el jefe fuera nuestro dirigentey no hubiera gasolina para que nos llevaran y trajeran deltrabajo, si la prostituta viviera al lado de nuestro aparta-mento y su “alegría” no nos dejara dormir, si esos jóvenesque se emborrachan y aspiran a ser pisteros de un CUPETfueran nuestros hijos, si llegamos enfermos a un hospitaly no hay suficientes médicos de guardia porque han pedi-do la baja para dedicarse a “escapar”, si ese medicamentoque nos vendieron casi nos provoca la muerte y si paracolmo todavía hay alguien que justifique tanto desatino…¿pensaríamos igual?

Hay que diferenciar unas cosas de las otras, y todo pasapor tener un código ético y moral que no envejece ni espropiedad de sociedad alguna. Con frecuencia se pretendeignorar que desde que el hombre existe como orden social,ciertos cánones de comportamiento hacia los demás fueronimprescindibles para sobrevivir como especie. Los diez man-damientos son tan válidos para el esclavismo, como para elcapitalismo y el socialismo desde hace más 3300 años. Y lamáxima cristiana de “Amarás a tu prójimo como a ti mis-mo” no solo encierra la Verdad de la existencia misma sinoque es una brújula señalando el camino correcto.

Luego, el concepto de “escapar” solo puede remitir a unindividualismo que desconoce al semejante pudiendo in-cluso ocasionarle dolor. En última instancia se “escapa”de lo humano, del servicio al otro, de la responsabilidadindividual y social, que es huir de la libertad y el derecho aejercerla. Ese es el Quién: se huye de tu hermano. El deQué se huye es simple: se “escapa” de lo Humano. Seabandona la generosidad, el altruismo y la natural inclina-ción al bien de cada hombre, que no es como afirmabaSchopenhauer, “un animal salvaje y terrible que ha sidodomesticado y educado”.

IVAunque la palabra “escapar” se tome en nuestros días

como un sinónimo de estar mejor, no carecer de cosasmateriales y tener cierta libertad de movimiento, otro con-cepto peligroso, deshumanizado y por su esencia pococristiano, recorre el universo y por ende, la Isla.

Todo ello ha tenido que ver con un discurso embrutece-dor que se difunde como “palabra revelada”: el mundo sedivide en perdedores y ganadores. Asistimos a una apolo-gía del vencedor sin que importe el vencido. Y nuestrapsicología, la de nuestros hijos, comienza a girar en tornoa que lo más importante es el fin —Yo— y no los medios.Lo más importante no es la Trascendencia del hombresino su Presencia.

En una filosofía del “sálvese quién pueda” y “no temetas en lo que no te importa” crecen los gérmenes deotros aliados del “escape” como las drogas, la promis-cuidad, una religiosidad fatua y no comprometida, lacanonización de lo extranjero, en fin, una “vida light”que ahoga lo mejor de la persona y su identidad. Al bus-car lo “liberador” podemos ser rehenes de un nihilismorepulsivo; no sospechamos que tras ese aparente libe-ralismo se agitan las cadenas de nuestra propia prisión.“Lo absurdo no libera”, dijo Camus, y Ghandi afirmó:“La más alta forma de libertad lleva en ella la más gran-de medida de disciplina y de humildad”.

A veces, en ratos de meditación, me pregunto cómo losadultos podemos olvidar aquellos cuentos que nos tejieronla infancia. Al alcance de la mano tenemos una historia tanaleccionadora como la de Pinocho, el muñeco de maderaque se hace el viejo carpintero para que como hijo lo acom-pañe en su soledad. El Hada le da vida pero Pinocho siguesiendo un títere que piensa solo en sí mismo. En una oca-sión “escapa” a un lugar donde lo “dejan hacer” y casi ter-mina convertido en burro. La única forma en que Pinochocambia la “madera” por la “carne” es cuando arriesga supropia vida por salvar la del padre. Sólo entonces el Hadaconvierte a Pinocho en un ser humano verdadero.

NOTA:*Francisco Almagro Domínguez, médico psiquiatra y escri-

tor, ejerce el periodismo en varias publicaciones cubanas.

Page 22: religión - Palabra Nueva

23

Figuras relevantes de la nacionalidad

De sus primeros 17 años de vida es muy escasa la infor-mación a mi alcance. Nació el 8 de marzo de 1848 en LaCaridad, una pequeña finca situada entonces a una leguade Villaclara… ¿Vivían allí sus padres… se hallaban depaso… o tal vez de vacaciones?… No lo sé. Pero lo ciertoes que creció en la calle Juan Bautista número 11, hoy

ESDE CIENFUEGOS –LAPerla del Sur–, me llega el ecode una mujer a quien lamemoria que honra quiere,en esta ocasión, rendir tributo…Su nombre lo escuché muchasveces, cuando era niña, enlabios de un matrimonio muyamigo de mis padres:Margarita Fernández e IgnacioIrizar, sobrina ella de la cubanaa quien dedico estas cuartillas;solía decir que siempre larecordaba bordando la banderacubana.

p o r P e r l a C A R T A Y A C O T T A

Luis Estévez en homenaje al primer Vice-Presidente de laRepública y esposo de Marta Abreu. Su primera maestrafue la mujer que preparó a la generación que secundó, en1869, el levantamiento de El Cafetal (barrio deManicaragua): Nicolasa Pedraza y Bonachea (sobre cuyavida quisiera conocer). Y aunque asistió, después, al cole-

D

Page 23: religión - Palabra Nueva

24

gio La Unión (dirigido por Carlos Vasseur y Sofía Agüe-ro), parece que Nicolasa ejerció una fuerte influencia ensu sensibilidad, a juzgar por los versos que le dedicó alrememorar su fallecimiento:

A aquella que a pensar nos haenseñadoun recuerdo sencillo, salpicadocon el llanto infantil que derramamosYa en 1865, Anita recibe su primer galardón: el diploma

de “Socia Facultativa de la Sección de Literatura”, conce-dido por la Sociedad Filarmónica de Villaclara; y dos añosdespués El Telégrafo publica su poema “A un arroyo”.No fue la literatura su única inclinación, lo cual advierto alseguir sus huellas1 : la hallo, en 1868, recaudando fondospara la construcción de una nueva iglesia parroquial; yapoyando, junto con su familia, al movimientoinsurreccional que iniciara Carlos Manuel de Céspedes,hasta el punto que en su propia casa se reúne la JuntaRevolucionaria de Villaclara. Borda los escarpelos para losprimeros compatriotas que se incorporan al movimientoen aquella región. Un año después, su tía Isabel Velazco esdetenida en la iglesia dedicada a la Virgen del Carmen yconfinada a Bejucal. Por ese motivo, Anita y su famila sonconducidos ante el General Portilla para escuchar una vozde alerta: las penas en que incurrían las conspiradoras.

Parece que los trajines clandestinos lesionaban la estabi-lidad hogareña (a juzgar por la cronología realizada porLourdes Valdés Héctor), veamos esta nota autobiográfica:“Tuvimos que emigrar a la ciudad de Cienfuegos, puesteníamos siempre al Capitán Zurbano rondándonos la casadonde incesantemente estaban llegando del campo insu-rrecto, en el cual estaban todos los hombres de mi fami-lia”. Por eso se establecen en la calle Velazco entre SanCarlos y Santa Cruz.

La situación económica de la familia, por todo lo antesdicho, era precaria. Anita no sabe cómo ayudar a los su-yos, cuando de improviso algunos padres –seguramenteatraídos por su reconocido talento, erudición y excelentescostumbres– desean confiarle la educación de sus hijas…Ella vacila: carece del título de maestra; pero como recibepor respuesta la insistencia en la petición, accede… Res-pondía así a una llamita que ardía en su alma y a la necesi-dad de sostener a la familia.

Anita comienza a ejercer el magisterio tal como lo sen-tía; pero la Junta de Instrucción Local no demorará enacusarla de ejercer ilegalmente la profesión y, además,de conspiradora. Sin embargo, sale airosa de ese con-flicto porque no hallan pruebas contra ella, y porque laseñora Coleta Fuentes, miembro de la familia, poseíatítulo de maestra. Esto explica que en el “Informe de laJunta Local de Instrucción de Cienfuegos al Excelentí-simo Gobernador de la Isla, correspondiente al estadode la primera enseñanza”, aparezca el colegio SantaTeresa de Jesús dirigido por dicha señora. Pero Anita

sabe que no debe detenerse: se presenta a exámenes, en1875, y obtiene el título de Maestra de Instrucción Pri-maria Elemental. La misma Junta Local premiará, en1879, su labor educativa.

La joven maestra era linda, virtuosa y buena. Como mujer,amó a un solo hombre: su novio Eduardo Machado y Gómez–quien formó parte de la Asamblea de Guáimaro–, y cuan-do éste fallece en combate (29 de diciembre de 1877), sufuerza afectiva se centrará en tres amores indisolublementeunidos en su corazón: Dios, Cuba y la educación. Hacia1876, el Colegio Santa Teresa de Jesús –que ella dirigía–,era el más destacado de su entorno, no sólo por la calidadde su claustro de profesores, en los cuales aunábanseprofesionalidad y las imprescindibles cualidades humanaspara educar: elemento notorio era la pedagogía de Anita,fundamentada en valores evangélicos tales como: la con-fraternidad, el mutuo apoyo y la igualdad entre todas lasniñas. Atrás quedaban en aquel colegio, con sus propiaspalabras, los privilegios de castas y jerarquías. Por eso elsuyo era mucho más que un buen colegio: era un colegiodiferente. Y a pesar de las prohibiciones de la época, se lasingeniaba (como Don José de la Luz en el Colegio del Sal-vador) para enseñar Historia de Cuba a partir de su propioejemplo y de las vivencias personales y familiares; perorehuyendo la palabra tajante y definitiva para abrir el pasoa un ambiente de diálogo y reflexión cuyo origen data delmagisterio de los Padres Fundadores de nuestra nacionali-dad. El Colegio, tal vez por razones económicas, se mudómás adelante para su propio hogar, sito en la calle SanCarlos y San Luis.

A partir del 24 de febrero de 1895 participará, de unau otra forma, en la gesta independentista: coopera conmás de cien personas hacinadas en el abandonado mue-lle de La Sierra, comparte con ellos lo suyo y cuantopuede acopiar (comida, medicina, ropas, colchonetas,etc.). Es miembro del “Club Revolucionario deCienfuegos”, no se detiene ante nada. Vende las pren-das y cristales finos de la casa, en aras de la insurrec-ción, puesto que solo contaba con su trabajo. Su con-ducta mereció que el patriota Lino Fernández, Presi-dente de dicho Club, reconociera el valor de su labor yel aliento de su presencia solidaria. En 1896, lareconcentración de los campesinos en las poblacionesle provoca insomnio. Proyecta entonces fundar el AsiloHuérfanos de la Patria, sueño que logra hacer realidad,en 1899, auxiliada por Pedro Modesto Hernández, quele proporciona una casa para tan noble fin. El Club Re-volucionario –llamado sucesivamente Club de los Cua-renta y Club Panchito Gómez– le nombrará Dama deHonor, en atención a sus grandes méritos; y será Presi-denta Auxiliar del Club Esperanza del Valle. Ese mismoaño visita a las fuerzas mambisas acampadas en SantaRosa, y participa en la manifestación que recibe a loshéroes de la Patria, acompañados de la bandera confec-

Page 24: religión - Palabra Nueva

25

cionada en su propio hogar, en días de tensión inolvida-bles. Siempre recordaría con cariño y patriótico orgullolos tiempos riesgosos en que visitaron su casa CalixtoGarcía, Agustín Cebreco, Tomás Estrada Palma y otroscompatriotas independentistas.

Durante el difícil tiempo de la ocupación militar norte-americana en Cuba, no se niega a colaborar con todo loque significara mejorar la educación del pueblo; por esoparticipa, en 1900, como conferencista de la Escuela Nor-mal de Verano. Era una maestra preocupada por la forma-ción del personal docente, tarea a la que dedica un particu-lar esfuerzo; por eso verá con satisfacción que fueronaprobadas todas las alumnas de su Colegio que se presen-taron a exámenes, en 1901. Ese mismo año recibirá unfuerte disgusto: el Asilo Huérfanos de la Patria deja de fun-cionar debido a las influencias que se movieron alrededordel Gobernador Militar.

Con la instauración del período republicano coopera-rá en todo lo que puede: obras de carácter público, fun-dación de un dispensario médico, en fin, en cuanto fa-vorecía al pueblo, pero sin abandonar el aula. Mereceque, el 20 de mayo de 1902, el Doctor Manuel FelipeLedón, director del Instituto de Segunda Enseñanza deSanta Clara, escriba en El Villareño: “... que se diafanicemás y más la historia inmaculada de esta villareña de lasprimeras de nuestro profesorado, de las primerísimasen el ideal revolucionario separatista... Porque ella re-dactó las primeras comunicaciones de la Junta Revolu-cionaria Villaclareña, presidida por Miguel JerónimoGutiérrez...” Tendrá, desde 1905, el Certificado de Ter-cer Grado por Calificación, de la Junta de Superinten-dentes de Escuelas Públicas. Convencida de la necesi-dad de preparar a la mujer para la vida desde la vida,solicita y obtiene la plaza de Maestra de Corte y Costu-ra de las Escuelas Públicas de Cienfuegos, la cual des-empeña hasta 1912, donando en no pocas ocasiones elmaterial escolar que el Estado no le suministraba.

Su pueblo la escuchará, el 10 de octubre de 1906, cuan-do acude con “sus niñas del Colegio” a la inauguración deuna estatua de José Martí... Sus palabras, entonces, ter-minaron con los versos martianos: Yo quiero cuando memuera... No quedaron rezagadas las labores religiosas yfilantrópicas: se asocia a las Damas de San Vicente de Paúl,participa en la Sexta Conferencia Nacional de Beneficen-cia y Corrección que dio como fruto la Asociación Pro-tectora de la Niñez, en la que fungió como secretaria per-manente. Pero tampoco quedó atrás su afición a la litera-tura: integra, en 1909, la redacción de la revista El Álbumde las Damas.

Al desaparecer, en 1909 –no sé por qué– el Colegio SantaTeresa de Jesús, se dedica a dos tareas fundamentales: 1) laalfabetización de las mujeres para que pudieran aspirar a lasnuevas fuentes de trabajo que se abrían, 2)- la preparación dejóvenes para ingresar en la Escuela de Enfermeras.

A partir de 1912, parece que comenzó a manifestarse laterrible enfermedad que tanto la hizo padecer. La Cámarade Representantes, en reconocimiento a sus servicios pa-trióticos y educacionales, votó a su favor una pensión de1200 pesos anuales; y por suscripción popular se le otor-gó la escritura de una casa para vivir.

Nunca renunció a hacer lo que debía. Constituyó en suhogar (diciembre de 1915) el Comité de Damas que pro-curaría construir, por suscripción popular, el monumentoa los mártires de la independencia fusilados en la playa deMarsellán el 30 de abril de 1870, entre los que se encon-traba el sacerdote Francisco Esquembre; y es nombradaPresidenta de Honor del Comité, junto con Rita Suárez delVillar. Y, ante su sorpresa, recibe, en 1916, la Orden deHonor y Mérito de la Cruz Roja.

Ya en 1921, los fuertes dolores contraían la serenidad desu semblante, pero la sonrisa siempre aparecía –según sualumna y biógrafa Rafaela Avella–, al recibir a los vecinos.Ni aún así dejó de hacer el bien. El 19 de enero de 1922, yareducida al reposo absoluto, su gran amigo MonseñorManuel Ruiz, Obispo de Pinar del Río, escuchó su últimaconfesión... disponiéndose a esperar el descanso eterno,dulce y cristianamente, al cual se entregó el día 22 a la unade la tarde.

Anita Fernández fue una laica ejemplar, consagrada aDios en medio del mundo. El pueblo se ha esforzado pormantener latente su recuerdo: el Asilo para Niñas Huérfa-nas que se abrió en Villa Teresa (1926), llevó su nombre.Al año siguiente fue develado un monumento a su memo-ria en el patio central del nuevo local del Asilo. Pero de allífue retirado, en 1961, al ser intervenido. Sin embargo, en1982 la escultura que la recuerda fue colocada nuevamen-te a la entrada del Internado Octavio García, destinadomás adelante a escolares con retardo en el desarrollo psí-quico. ¡Qué bueno sería que alguien pudiera ahondar másen su vida, con motivo del Concurso Nacional sobre edu-cadores cubanos convocado por nuestra Iglesia!...

Mientras nos acercamos al Jubileo del Educador –quecelebraremos el 11 de julio, bicentenario del natalicio deDon José de la Luz y Caballero–, pienso que lo justo paracerrar estas páginas es dejar hablar a esta maestra católi-ca ejemplar:

- “La virtud y el estudio son las fuentesque mitigan del mundo el sinsabor,virtud y estudio y hallaréis presentesla dicha y el amor”.- “Que nos miremos todos hermanosen este valle de amargura y duelo,que nos tendamos generosas manosbrindándonos consuelo”.

NOTA:1 Gracias a la gentileza del colega Rogelio Leal, del Consejo de

Redacción de FIDES (Publicación Católica del Equipo Diocesano deFe y Cultura), Diócesis de Cienfuegos.

Page 25: religión - Palabra Nueva

26

Fo t o s : J a v i e r B A R R A L

L SANTUARIO NUESTRA SEÑORAde la Caridad acogió el sábado 25de marzo de 2000, a las 10:00 p.m. avarios centenares de mujeres delMovimiento Diocesano de MujeresCatólicas, agrupación que convocó ala celebración de este Jubileo,realizado en Misa Solemne presididapor Su Eminencia Cardenal JaimeOrtega Alamino, Arzobispo de LaHabana, quien tuvo comoconcelebrante, entre otros sacerdotes,al Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis,Monseñor Salvador Riverón.

E

Page 26: religión - Palabra Nueva

27

El 31 de mayo de 1834 había llega-do a Cuba como Capitán General confacultades omnímodas Miguel Tacóny Rosique, para quien había en estaIsla malos y buenos, es decir, criollosy peninsulares. Tacón era el máximorepresentante de la Metrópoli;Villanueva, Intendente de Hacienda,representaba la oligarquía criolla.

Desde la llegada de Tacón seagudizaron las contradicciones entreambos intereses, y no estuvo el ferro-carril ajeno a estas desavenencias, le-jos de ello, fue la primera manifesta-ción pública de esa pugna. El creci-miento económico de finales del XIX,que descansaba en el azúcar y en elcafé, se veía amenazado por las pési-mas condiciones de las comunicacio-nes terrestres.

A principios de 1830, el CapitánGeneral Francisco Dionisio Vives re-cibió un mensaje del andaluz MarcelinoCalero, quien lo invitaba a asociarse aun proyecto ferroviario entre Jerez dela Frontera y el puerto de Santa Ma-ría, al sur de España. Vives remitió lacarta a la Real Sociedad Económica,la que después de estudiar el asuntodeterminó invitar al Real Consulado yal Ayuntamiento habanero, para crearuna comisión al efecto.

La nueva comisión, denominada Jun-ta de Caminos de Hierro, celebró suprimera reunión el 8 de agosto de 1830,presidida por el Capitán General y conla participación del Intendente de Ha-cienda y demás representantes de lasinstituciones coloniales en Cuba. Ele-

vó un informe en el que recomendabaque la vía férrea debía extenderse des-de la Capital hasta el valle de Güines.El Proyecto quedó archivado hastaque el Conde de Villanueva, reciente-mente estrenado como Presidente dela Junta de Fomento, lo reactivó.

La Real Orden del 12 de octubre de1834 autorizaba un empréstito con In-glaterra, mientras la parte técnica que-daba al frente de la norteamericanaWrigt, la que nombró director al inge-niero Alfred Cruger. Al año siguienteestaban los planos, y el trayecto inicialsería desde el Jardín Botánico (actualterreno del Capitolio) hasta cerca delCastillo del Príncipe, pero Tacón lomandó a suspender porque, según él,violaba las disposiciones para la defen-sa, ya que la línea pasaría a menos de1500 varas del Castillo.

Ya la Comisión había comenzado lasobras hacia las porciones cercanas aBejucal, y posteriormente cambió laidea de la partida del Jardín Botánicopor la de los terrenos de Garcini, cer-ca de donde está hoy la esquina deEstrella y Árbol Seco. La gigantescaobra incluía la elevación de terraple-nes, la destrucción de túneles y puen-tes, como es el caso del túnel de Vento,de 325 pies de largo, y el puente sobreel río Almendares, con 200 pilares de

cantería traídos directamente denorteamérica.

Se empleó mano de obra importadade Estados Unidos, braceros de IslasCanarias, esclavos y presos, y tuvoun costo de 2, 005 468 pesos fuertescon 6,5 reales. Durante la ejecución,solamente en la parroquia del Cerro,fueron enterrados 340 esclavos. Susocho primeras locomotoras fuerondenominadas Habana, Cubana, “Co-misión”, “Villanueva”, “Escobedo”,“Herrera”, “Colón” y “Cervantes”. Elpasaje, desde Garcini hasta Bejucal,con una distancia de 51 kilómetros,costaría 2.40 en primera clase, 1.20en segunda, y 5 reales en tercera.

Al fin, la lluviosa mañana del sábado19 de noviembre de 1837, séptimo ani-versario del natalicio de la Reina Isa-bel II, partía nuestro primer tren deLa Habana a Bejucal. Cuba se conver-tía en el primer país de España y susdominios, el segundo de América y elséptimo del mundo, en tener la impor-tante vía férrea1.

NOTA:*Licenciado Rolando Aniceto, perio-

dista. Colabora en revistas y emisorasradiales.

1 Los países que antecedieron a Cuba en elferrocarril fueron Gran Bretaña, EstadosUnidos de América, Austria, Francia, Ale-mania y Bélgica.

L FERROCARRILinauguradoen La Habanaen 1837, fue un puntoimportante en la formaciónde la nacionalidad cubana.Este camino de hierrocontribuyó decisivamente ala unión de un territoriocomún que enmarcabageográficamente la nacióncubana. Fue su catalizadorel habanero ClaudioMartínez de Pinillos,Conde de Villanueva.

E p o r R o l a n d o A N I C E T O *

Page 27: religión - Palabra Nueva

28

Tengo un amigo que todavía re-cuerda aquella mañana en que, traslas vidrieras Sánchez Mola apare-ció un Buick descapotable. Los due-ños del nombrado almacén, en fran-ca competencia con las tiendas ve-cinas, tuvieron la original idea de,aprovechando el sigilo de la madru-gada, destornillar las vidrieras, cam-biar los decorados y, con la proba-ble ayuda de una grúa, introducir elflamante automóvil destinado a unsorteo. Lo que hoy es práctica co-mún en todas las tiendas del mundose probaba en La Habana quizás porprimera vez. Imagino la cara de lostranseúntes al ver aquella inmensi-dad de auto constreñida a una vi-driera y lamento que un comercioprestigioso sea en estos momentosun edificio en ruinas.

Mucho se cuenta de emporios co-merciales como El Encanto y Fin deSiglo por la calidad de los productosy servicios; el primero, reducido acenizas por un estúpido sabotaje, diolugar a un parque memorial de la tra-gedia en que perdiera la vida Fe delValle, trabajadora de la tienda; el se-gundo, abandonado a la modorra dealguna empresa que lo dejó deterio-rarse y que ahora, en franco reclamode divisas, lo restaura. No debemosolvidar que cuando en Cuba las tien-das por departamentos eran algo co-mún, en muchos países de Europa y

UENTAN QUE EN LA DÉCADA DEL CINCUENTA TUVOla calle San Rafael su mayor apogeo, distinguiéndose sobretodo el segmento de la misma que comienza en Galiano ytermina en Prado; mis mayores coinciden en que era ésteuno de los paseos predilectos de la familia habanera quesalía en las noches a mirar las afrancesadas vidrieras.

Cp o r E d u a r d o M E S A

en casi toda la América Latina este tipode comercialización no existía.

Sin embargo, no ha llegado la fiebrede restauraciones a cubrir toda la ca-lle; los cines Rex y Duplex, cerradoshace ya varios años para una supues-ta reparación, aguardan el momentodel desplome, quizás con la esperanzade permanecer definitivamente en elimaginario popular gracias a algunacrónica de cinéfilo sentimental. Suer-te dudosa han de correr al antiguo HotelBristol, convertido en provisoria casade vecindad o recinto tugúrico, y lasmaltrechas tiendecitas que se alternancon ventas de quincalla en divisas oropa reciclada a precios aciclonados.

De todas formas la calle que conocíno fue la de los años cincuenta; nacídespués y mis paseos de adolescenteconocieron lo que era un remedo debulevar en la mejor época del Socialis-mo Real. Se instalaban entonces las tien-das del mercado paralelo y en cualquiercomercio podías conseguir a preciosbastante módicos aquel jamón de aguaque inexorablemente me llevaban mispadres a la Escuela al Campo y las con-fituras, enlatados, ropas y electrodomés-ticos de la Europa del Este. Ahí tuvo sumomento de gloria el Bulevar, (reiteroque es gloria conocida por mi genera-ción), el Rex y el Duplex cambiaban sucartelera prácticamente todas las sema-nas a un costo mínimo de sesenta cen-tavos con rebaja a cuarenta si el “aire”

faltaba. Después de la película te po-días tomar un “batido” o un “tres gra-cias” en el Arlequín, o comer una pizzetaenfrente.

Las cosas han cambiado y en aque-lla librería Viet Nam que alternaba lasObras Completas de Lenin con las deMartí, donde a pesar de los cánonesvigentes se podía escoger algo que lle-var a la casa, ha estado funcionandoun extraño servicio de bar-cafeteríacon pretendida imagen de café litera-rio; en días de fin de año, con baflesen la calle, ya corría el riesgo de ter-minar trastocada en piloto libresca. Nosé si decir que por fortuna la han ce-rrado para el inventario, ahora esperasu nuevo destino y no me atrevo adar un buen presagio.

Lo más grotesco del bulevar actual,que no fue el mío, ni el de mi padre,pero que paradójicamente es el de to-dos, son las mesitas sacadas a la calleen el último tramo que comparten elNautilus Bar, el Hotel Inglaterra, las“espaldas” del García Lorca y el céle-bre Cabaret Nacional, que nunca tuvepor recomendable. Allí puede ustedencontrar una atmósfera digna de lapluma de Vázquez Montalbán. Unamuchedumbre de jovencitos y ado-lescentes de uno y otro sexos tomanla calle, porque el mentado cabaret estambién discoteca y en la tarde ofre-ce a nuestros jóvenes una “matiné”.Profusión de argollas y tatuajes, tor-sos semidesnudos, licras y dientes deoro crean el pastiche que nunca pudopintar el Bosco.

Al otro extremo, en el parque Fe delValle, el quiosco de la prensa ofreceservicio telefónico, abajo, en el otronivel del parque juegan al “taco” unosniños. Me distraigo en el juego y es-pero unos minutos a ver si alguien leacierta a la improvisada bola. Hay unabaranda pintada de consignas, pare-jas que se besan a la sombra. La tardecae con el cambio de horario, cae conel resumen de nuestras vidas en to-nos violetas y alcalinos, cae sobre estaciudad dormida que, gentilmente, es-pera por nosotros.

Page 28: religión - Palabra Nueva

29

Convocado por la Comisión Episcopal parala Cultura de la Conferencia de ObisposCatólicos de Cuba (COCC) en el Año Santodel Jubileo.

El objetivo principal de este Encuentro escolaborar en el rescate de la memoria históricasobre el aporte del pensamiento y la culturacatólica al proceso de formación de nuestranacionalidad. Podrán enviar sus trabajos todoslos interesados. Los trabajos serán presentadosen forma de ponencia, sin límite de extensión ymecanografiados a dos espacios. Una copia,acompañada de un resumen, que no excederáde una cuartilla, debe hacerse llegar antes del11 de marzo del 2000 al Obispado de ladiócesis a la que pertenece el autor, dirigido a laComisión Diocesana de Cultura, o directamentea la Casa Diocesana de la Merced(Camagüey). La copia no será devuelta, puespasará a los fondos de Historia de la ComisiónEpiscopal para la Cultura.

Deben incluirse los siguientes datos: a) Títulodel trabajo. b) Nombre y apellido del autor oautores. c)Profesión u oficio. d) Direcciónparticular. e) Teléfono. Antes del 20 de abril del2000 se confirmará o no la participación de losinteresados en el Evento, según la decisión deun jurado de admisión creado para este fin. Enel caso de varios autores, participará solo elautor principal, aunque todos recibirán elCertificado de Participación. El Consejo deRedacción de la revista Enfoque, de laArquidiócesis de Camagüey, elegirá, con vistas

Del 11 al 14 de junio de 2000

a ser publicadas en forma total o parcial, lasponencias que considere. Se editarán, además,las Memorias del Evento. Siempre seconsignará el nombre del autor o autores.

Para la exposición del trabajo se dispondráde 20 minutos y para la discusión y comentariose concederán 10 minutos. A tales efectosserán ofrecidos los siguientes servicios técnicos:proyector de diapositivas, retroproyector yreproductora de videos (Beta o VHS). Alenviar la copia y el resumen, el autor deberáindicar si necesita alguno de estos medios parasu exposición. Los gastos relacionados con elalojamiento y todo lo concerniente a suestancia, en relación con el evento, correrán acargo de los organizadores. Los detalles seránexplicados a cada participantes según seaaprobada su ponencia, y en el momento deconfirmarse su participación.

TEMA:Pensamiento y cultura católica en Cuba desde

el siglo XVI hasta 1960. Por otra parte,especialistas disertarán sobre el temamencionado anteriormente y se ofrecerándiversas actividades culturales dentro delEvento. Para solicitar más información puededirigirse a la Comisión Diocesana para laCultura de su diócesis o a: Joaquín EstradaMontalván. Casa Diocesana de La Merced.Plaza de los Trabajadores No. 4. Apartado 72,Camagüey, CP: 70100. Teléfono: 9 2783.Fax: (53) (322) 8 7143.

ÔÔÔÔÔIGLESIA CATÓLICA Y NACIONALIDAD CUBANA”

Page 29: religión - Palabra Nueva

30

GRADEZCO MUY SINCERAMENTE A MIS HERMANOS EN ELEpiscopado Cubano que me han invitado a este Simposio sobre LaExhortación Apostólica Ecclesia in America, implicaciones antropológicas,sociales y económicas para Cuba”. Se me ha pedido hablar sobre “ElEvangelio Social” en el documento que nos convoca. La Exhortación“Iglesia en América” que ha de acompañar nuestro tránsito hacia el tercermilenio de la fe cristiana, recoge los grandes temas sociales que nosafectan, los lee a la luz de la fe y nos propone un profundo y radicalcompromiso por un continente más justo, equitativo y solidario. Es unprograma amplio para poner en práctica el espíritu del Año Jubilar, ypotenciar todo el dinamismo social del Evangelio de Jesucristo, Evangeliodel Padre, que vino a dar la Buena Noticia a los pobres.

A

Conferenciapronunciada por

MonseñorMiguel Irízar c.p.,Obispo del Callao,

Perú,en el Simposio

ExhortaciónApostólica

Ecclesia in America.Implicaciones

Antropológicas,Económicas y

Sociales en Cuba,celebrado en La

Habana del 30 denoviembre al 3 de

diciembre de 1999.

Page 30: religión - Palabra Nueva

31

PREDICAR EL EVANGELIO,DEBER QUE INCUMBE

A LA IGLESIALa introducción de la Exhortación

refleja una Iglesia gozosa y agradeci-da por el don de la fe y consciente delas responsabilidades que conlleva esteacontecimiento: “Predicar el Evange-lio no es para mí ningún motivo degloria; es más bien un deber que meincumbe... ¡ay de mí si no predicarael Evangelio! (I Co 9, 16). La Iglesiaen América está llamada a predicar elEvangelio en este preciso momento desu historia. El deber de la evangeliza-ción es una urgencia de la caridad parael discípulo: “El amor de Cristo nosapremia” (II Co 5, 14).

El Papa recuerda su presencia en elcontinente para celebrar los quinien-tos años de la evangelización y la alo-cución que pronunciara en Santo Do-mingo donde nos convocó al Sínodode América. Precisamente en su dis-curso inaugural fue cuandopreanunció: “un encuentro sinodal enorden a incrementar la cooperaciónentre las diversas Iglesias particularespara afrontar juntas, dentro del marcode la nueva evangelización y comoexpresión de la comunión episcopal,los problemas relativos a la justicia yla solidaridad entre todas las nacionesde América... o.. sobre la problemáti-ca de la nueva evangelización en lasdos partes del continente, tan diver-sas entre sí por su origen y su histo-ria, y sobre la cuestión de la justicia yde las relaciones económicas interna-cionales considerando la enorme des-igualdad entre el Norte y el Sur”.

Recordemos que fue el propio San-to Padre quien integró en la temáticade la Asamblea del Episcopado Lati-noamericano en Santo Domingo eltema de la Promoción Humana vincu-lándolo al de Nueva Evangelización yCultura Cristiana.

Y para el Sínodo de América, vuel-ve aparecer igualmente esta triple re-lación entre conversión, comunióneclesial y solidaridad como fruto delencuentro de la Iglesia que está en

América con el Cristo vivo: caminopara la conversión, para la comunióny la solidaridad.

Todo ello, en la perspectiva de larealidad que vivimos en este continen-te, que ya no queda circunscripto aLatinoamérica y el Caribe, sino que seabre en sus reflexiones y compromi-sos a América como una realidad úni-ca como lo señala el Papa en la intro-ducción de la exhortación que esta-mos comentando (n.5).

Para nosotros que peregrinamos enAmérica en el espíritu y la visión Igle-sia-mundo del Concilio Vaticano II,vuelve a resonar en nosotros la pala-bra profética del Episcopado Latino-americano en Medellín: “la evangeli-zación debe orientarse hacia la forma-ción de una fe personal, adulta inte-riormente formada, operante y perma-nentemente confrontada con los de-safíos de la vida actual ...la evangeli-zación debe estar en relación con lossignos de los tiempos. No puede seratemporal ni ahistórica. En efecto,los signos de los tiempos que en nues-tro continente se expresan sobre todoen el orden social, constituyen un lu-gar teológico e interpelaciones de Dios”(Medellín, Pastoral de Elites 13).

EL ENCUENTROCON JESUCRISTO VIVO

El encuentro con Jesucristo vivo tie-ne una fuerza transformadora que nosabre a un auténtico proceso de con-versión, comunión y solidaridad. LaExhortación nos recuerda varios tex-tos evangélicos de encuentros concre-tos de Jesús que transforman la vidade sus interlocutores, como es el casode Zaqueo, y el de María Magdalenaque se convierte en la primera testigodel Señor resucitado.

El tema del encuentro con Cristo yla promoción del hombre ha sido es-pecialmente abordado por el Padre Se-gundo Galilea.

En esta pedagogía del encuentro conCristo, especialmente en los pobres,con los que Cristo se identifica, SuSantidad Juan Pablo II termina el ca-pítulo primero de la Exhortación, re-

cordando las palabras del Papa PauloVI en la clausura del Concilio Vati-cano II: “En el rostro de cada hom-bre, especialmente si se ha hechotransparente por sus lágrimas y porsus dolores, podemos y debemos re-conocer el rostro de Cristo, el Hijodel hombre”.

Desde esta perspectiva y lectura quehace el Santo Padre del encuentrocon Jesucristo Vivo, considera laverdadera conversión de los hijos dela Iglesia en América como el pun-to de partida para consolidar nues-tra comunión y solidaridad tanto alinterior de la propia Iglesia como enlos ámbitos de la sociedad en la quenos toca vivir.

A quien se le dio mucho, se lereclamará mucho (Lc. 12, 48)

El encuentro con Jesucristo en elhoy de nuestra América se da en loconcreto de la realidad social, políti-ca, económica y cultural. Los peca-dos y virtudes no existen en abstractosino que son resultado de acciones uomisiones de personas reales. La si-tuación actual del continente es com-pleja, fruto de tendencias de hombresy mujeres de carne y hueso. Es enmedio de esta realidad que tenemos queencontrarnos con el Señor.

Nuestro continente tiene una identi-dad cristiana fruto de la evangelización.Como expresión de esa evangelizacióntenemos hermosos frutos de santidaddesde las primeras décadas del anun-cio del Evangelio. En muchos de ellos,vamos a reconocer el amor preferen-te del Señor por los pequeños y senci-llos, pensemos en el indio Juan Diego,en el mulato Martín de Porres, o en elprimer fruto de santidad reconocidopor la Iglesia en 1670, Rosa de Lima.Son muchos los nombres que pode-mos recordar en cada uno de los paí-ses que conforman nuestro mundo,tanto en el norte como en el sur delhemisferio. Estos frutos de santidadhan surgido en el corazón de una pie-dad popular muy extendida, e inclusoha sido regada por la sangre de nu-merosos mártires, hombres y muje-res, obispos, sacerdotes, religiosos,

Page 31: religión - Palabra Nueva

32

religiosas, laicos y laicas. Son la nubede testigos que nos han precedido cuyamemoria no debe perderse.

Un campo privilegiado para el com-promiso de nuestras Iglesias ha sido elde la educación y la acción social. Des-de el comienzo de la evangelización, he-mos visto testimonios del amor prefe-rente por los pobres y excluidos que seha expresado en muchas obras carita-tivas y de asistencia social. A travésdel Magisterio Social la Iglesia no secansa de invitar a la comunidad cristia-na a comprometerse en la superaciónde toda forma de explotación y opre-sión. La Exhortación nos recuerda que:“no se trata solamente de aliviar las ne-cesidades más graves y urgentes me-diante acciones individuales y esporá-dicas, sino de poner de relieve las raí-ces del mal, proponiendo intervencio-nes que den a las estructuras sociales,políticas y económicas una configura-ción más justa y solidaria”. (IA, 18)

A partir de esta visión general, laExhortación nos propone campos ur-gentes para la acción social, ellos son:los derechos humanos, el fenómenode la globalización, la urbanizacióncreciente, el peso de la deuda externa,la corrupción, el comercio y el con-sumo de drogas y la preocupación porla ecología. Estos mismos temas vol-verán a ser trabajados en capítulo Vcuando plantee los caminos para lasolidaridad.

DIMENSIÓN SOCIALDE LA CONVERSIÓN

Me resulta particularmente inspira-dor para nuestras reflexiones sobre elEvangelio Social de la ExhortaciónIglesia en América, el segundo titulardel capítulo III: “Dimensión social dela conversión”. “La conversión no es

completa si falta la conciencia de lasexigencias de la vida cristiana y no sepone esfuerzo en llevarla a cabo”. Seseñalan grandes carencias de ordenpersonal y comunitario con respectoa una conversión más profunda queafecta ambientes, instituciones y gru-pos en nuestra Iglesia.

Por ello, “convertirse al Evangeliopara el pueblo cristiano que vive enAmérica, significa revisar todos losambientes y dimensiones de su vida,especialmente todo lo que perteneceal orden social y a la obtención del biencomún. De modo particular, conven-drá atender la creciente concienciasocial de la dignidad de cada persona.Por ello hay que fomentar en la co-munidad la obligación de participar enla acción política según el Evangelio.No obstante, será necesario tener pre-sente que la actividad en el ámbitopolítico forma parte de la vocación yacción de los fieles laicos” (IA, 27).

Es importante la clarificación queel Santo Padre nos hace sobre el rec-to concepto de las relaciones entrela comunidad política y la Iglesia ydistingue claramente entre las accio-nes propias de los fieles laicos queactúan en forma aislada o asociadacomo ciudadanos y las que realizanen nombre de la Iglesia en comunióncon sus Pastores.

La conclusión del Santo Padre eneste punto es fundamental y motiva-dora para comprender mejor el modode intervención de la Iglesia como talen las realidades sociales y políticas:“La Iglesia, que por razón de su mi-sión y competencia no se confundeen modo alguno con la comunidadpolítica ni esta ligada a sistema polí-tico alguno, es a la vez signo y sal-

vaguardia del carácter trascendente dela persona humana” (ib).

El llamado universal a la conversiónadquiere matices particulares para laIglesia en América, comprometida enla renovación de la propia fe.

Los propios Padres Sinodales formu-laron para nosotros Pastores de Améri-ca una tarea concreta y exigente: “Estaconversión exige especialmente de no-sotros Obispos una auténtica identifica-ción con el estilo personal de Jesucristo,que nos lleva a la sencillez, a la pobreza,a la cercanía, a la carencia de ventajas,para que, como Él, sin colocar nuestraconfianza en los medios humanos, sa-quemos, de la fuerza del Espíritu, y de laPalabra, toda la eficacia del Evangelio,permaneciendo primariamente abiertosa aquellos que están sumamente aleja-dos y excluidos”. (IA, 28)

Para ser Pastores según el corazón deDios (cf. Jr 3, 15), es indispensable asu-mir un modo de vivir que nos asemeje aAquél que dijo de sí mismo: “Yo soy elbuen pastor” (Jn 10, 11), y que San Pa-blo evoca al escribir: “Sed mis imitadores,como lo soy de Cristo” (1 Co 11,1).

La espiritualidad, que es la vida todaguiada por el Espíritu y fruto de la con-versión, no se contrapone a la dimen-sión social del compromiso cristiano.Todos los cristianos sin excepción es-tán llamados a la santidad viviendo enel amor, tal como se ha manifestadoen la persona de Jesús, y haciéndoloextensivo especialmente a los pobres,enfermos e indigentes. (IA, 29 y 30)

LA SOLIDARIDAD,FRUTO DE LA CONVERSIÓN

El capítulo V de la Exhortación estacentrado precisamente en el tema dela solidaridad y su primer titular nos dala entraña y la raíz de nuestra vocación

Page 32: religión - Palabra Nueva

33

y compromiso por la solidaridad enla Iglesia y particularmente en Amé-rica: “La solidaridad, fruto de lacomunión”.

La comunión con Jesucristo y conlos hermanos, fruto a la vez de laconversión nos lleva a servir al pró-jimo en todas sus necesidades, tantomateriales como espirituales para queen cada hombre resplandezca el ros-tro de Cristo.

Por eso: “la solidaridad es fruto dela comunión que se funda en el miste-rio de Dios uno y trino, y en el Hijo deDios encarnado y muerto por todos.Se expresa en el amor del cristiano quebusca el bien de los otros, especial-mente de los más necesitados”

CAMINOS DE LA SOLIDARIDADPartiendo del Evangelio, hemos de

promover en nuestro Continente unacultura de la solidaridad que incentiveoportunas iniciativas de ayuda a lospobres y marginados, de manera es-pecial a los refugiados y a losinmigrantes. (IA, 52b)

Quisiera hacer aquí una reflexiónmuy personal como Pastor de la Igle-sia en el Perú. Creo sinceramenteque debemos promover la solidari-dad igual que la comunión al interiorde la propia Iglesia, sea en nuestrasIglesias locales, como en toda la Igle-sia en América (Norte y Sur), y enla Iglesia universal.

Es mucho lo que podemos hacer yandar en los caminos y proyectos dehermandad y solidaridad entre nues-tras iglesias como entre nuestros pue-blos. No es justo que a las puertas delJubileo del nacimiento de Jesús exis-tan tantas diferencias y desigualdadesal interior de nuestras comunidades y

territorios eclesiásticos tanto en re-cursos personales como en los me-dios materiales y económicos.

La practica de esta solidaridad alinterior de nuestras Iglesias localesnos compromete a compartir frater-nalmente los dones espirituales ymateriales con que Dios nos ha ben-decido. (IA, 52)

Una expresión de esta solidaridadserán la cooperación entre Iglesias her-manas con personal misionero, sacer-dotes, religiosos y fieles laicos.

Coherentes con esta exigencia decomunión y solidaridad eclesial se nosreitera una atención más exigente ycercada a los pueblos indígenas yamericanos de origen africano, paracuya promoción el Santo Padre JuanPablo II creó la Fundación PopulorumProgressio en 1992 y que nos encar-gó a los Obispos latinoamericanos ydel Caribe. (IA, 64)

Por mi experiencia al interior del Con-sejo de Administración de la FPP nohemos respondido suficientemente alencargo que nos hiciera su SantidadJuan Pablo II en Santo Domingo, por-que esta Fundación depende en susfondos y recursos del exterior de nues-tro continente y de la cooperación deotras iglesias hermanas, especialmentede la Conferencia Episcopal Italiana.

En este mismo círculo virtuoso desolidaridad debemos comprender yatender a los inmigrantes con una ac-titud hospitalaria y acogedora, que losaliente a integrarse a la vida eclesial,salvaguardando siempre su libertad ysu peculiar identidad cultural (IA, 52,74, 64 y 65).

Si queremos aplicar y vivir en pro-fundidad el evangelio social que nospropone Iglesia en América, tenemos

que dar una verdadera prioridad pas-toral a la Doctrina Social de la Iglesia,que no puede ser un tesoro tan escon-dido o desconocido por muchos denuestros fieles laicos e incluso pornuestros sacerdotes y agentespastorales.

El próximo milenio tenemos la granoportunidad de leer la realidad actualde nuestro continente desde la Doc-trina Social de la Iglesia. Deberemosdar una especial atención y prioridada la formación de los fieles laicos ca-paces de trabajar en nombre de la feen Cristo para la transformación de lasrealidades terrenas.

El catecismo social que nos propo-ne el Santo Padre como síntesis ycompendio autorizado de la DoctrinaSocial Católica, deberá mostrar la re-lación existente entre ella y la nuevaevangelización. (IA, 54)

La Doctrina Social, como ministe-rio de evangelización, debe ofrecer,sobre todo el anuncio, que es lo ver-daderamente consistente para las ac-tuales circunstancias (SRS, 41) denuestro pueblo.

Queremos especialmente remarcarcon el Santo Padre el derecho a untrabajo digno que ocupa un lugar fun-damental en la Doctrina Social de laIglesia. Ante las altas tasas de desem-pleo que afectan a muchos paísesamericanos y ante las duras condicio-nes en que se encuentran no pocostrabajadores en la industria y en el cam-po, “es necesario valorar el trabajocomo dimensión de realización y dedignidad de la persona humana. Es unaresponsabilidad ética de una sociedadorganizada promover y apoyar unacultura del trabajo”. (ib)

...convertirse al Evangelio para el pueblocristiano que vive en América, significa revisartodos los ambientes y dimensiones de su vida,especialmente todo lo que pertenece al orden

social y a la obtención del bien común.

Page 33: religión - Palabra Nueva

34

Es importante recordar que el San-to Padre en su juventud vivió la ex-periencia de ser obrero en una can-teras y en una planta química, por lotanto conoce por experiencia direc-ta lo que significa el trabajo humanoen el plan de Dios y como éste esmaltratado y despojado de su digni-dad en la sociedad actual.

RETOS SOCIALES Y LÍNEASDE ACCIÓN PASTORAL

EN AMÉRICADestacaremos solamente algunos

retos sociales que nos plantea la reali-dad social de nuestro Continente, losque en diverso grado afectan o condi-cionan a nuestros países especialmentedel Sur latinoamericano y del Caribe.

** Globalización de la Solidaridad.Ante el complejo y multifacético fe-nómeno de la globalización, en el cualtiene gran importancia el aspecto eco-nómico, la Iglesia se apoya en tres pi-lares fundamentales de su doctrinasocial: la dignidad humana, la soli-daridad y la subsidiareidad. La Igle-sia piensa y cree que la economíaglobalizada debe ser analizada desdela justicia social, desde la opción pre-ferencial por los pobres y desde el biencomún internacional. La Iglesia buscae intenta asistir a gobiernos e institu-ciones privadas para buscar un futurocongruente con la dignidad de cadapersona. No se trata sólo de integra-ción de naciones sino de crear unacultura que globalice la solidaridad yde reducir los efectos negativos de laglobalización como pueden ¡ser el do-minio de los fuertes sobre los débilesy la pérdida de valores culturales lo-cales en aras de una mal entendidahomogeneización. (IA, 55)

** Pecados sociales que claman alcielo. El listado es grande y nefasto;comercio de drogas y lavado de dine-

ro, corrupción en cualquier ambiente,terror de la violencia, armamentismo,discriminación racial, desigualdadesentre los grupos sociales, la irrazona-ble destrucción de la naturaleza. Lo queesta en el fondo es una pérdida delsentido de Dios y ausencia de valoresque rijan la vida en sociedad de hom-bres y mujeres. En este acápite resaltaen el continente la vigencia delneoliberalismo, “sistema que hacien-do referencia a una concepcióneconomicista de la persona humana,considera las ganancias y las leyesdel mercado como parámetros ab-solutos en detrimento de la dignidady respeto de las personas y los pue-blos. Dicho sistema se ha converti-do a veces, en una justificación ideo-lógica de algunas actitudes y modosde obrar en el campo social y políti-co y causan la marginación de losmás débiles” (IA, 56b).

La mejor respuesta desde el Evan-gelio a estas situaciones es la promo-ción de la solidaridad, de la paz parahacer realidad la justicia. Igualmentese ha alentar la administración honra-da y justa del erario público. Asimis-mo se ha de apoyar el proceso dedemocratización, fortaleciendo el Es-tado de Derecho, como condiciónnecesaria para una verdadera demo-cracia. Hay que recordar que no hayverdadera democracia sin justiciasocial. El papel de la Iglesia en laformación de dirigentes sociales parala vida pública resulta fundamentalal respecto. (ib)

** Derechos humanos. El fundamen-to en el que se basan los derechoshumanos es la dignidad de la personahumana. La mayor obra que sale delas manos de Dios es la persona hu-mana, hombre y mujer, creados a suimagen y semejanza. Jesús asumenuestra naturaleza humana, “en todo

semejante a los hombres menos en elpecado. Promovió y defendió la dig-nidad de toda persona humana sin ex-cepción alguna; y murió por la liber-tad de todos. Por ello todo atropello ala dignidad humana es atropello a Diosmismo de quien es imagen. En Améri-ca ha crecido la conciencia de los de-rechos humanos, pero todavía quedamucho por hacer al respecto. (IA, 57)

** Amor preferencial por los pobresy marginados. “La atención a los másnecesitados surge de la opción de amarde manera preferencial a los pobres”(IA 58), un amor no exclusivo, ama-mos a los pobres imitando las actitu-des del Señor, que en su vida terrenase dedicó con sentimientos de com-pasión a las necesidades de las perso-nas espiritual y materialmenteindigentes (ib).

La Exhortación parte de una afirma-ción fuerte y radical: “La Iglesia pre-tende que no haya marginados en ab-soluto”, esta es la voluntad de la Igle-sia en América. Por lo tanto las inicia-tivas pastorales que encarnen la soli-daridad deben incluir cuatro caracte-rísticas: asistencia, promoción, libe-ración y aceptación fraterna. El re-cuerdo de los momentos oscuros ydolorosos de nuestras historias comoes el caso de la esclavitud y de las si-tuaciones de discriminación social de-ben suscitar un sincero deseo de con-versión que lleve a la reconciliación ya la comunión. (ib)

Nuestra acción pastoral en favor delos pobres en nuestra Iglesia del Con-tinente ha de ser “un camino para elencuentro con el Cristo, el cual sien-do rico, por nosotros se hizo pobre afin de enriquecernos con su pobreza”(cf. 2 Co 8) (IA 58).

** Deuda externa. La deuda exter-na que asfixia a muchos de nuestrospaíses es un problema complejo y di-fícil, pese a esto, por su misma solici-tud pastoral la Iglesia no puede igno-rarlo porque afecta la vida de millonesde nuestros hermanos y hermanas. Elgran Jubileo del año 2000 será oca-sión propicia, pues “en el espíritu del Li-bro de Levítico los cristianos deberán

Page 34: religión - Palabra Nueva

35

hacerse voz de todos los pobres delmundo, proponiendo el Jubileo comoun tiempo oportuno para pensar entreotras cosas en una notable reducción,si no en una total condonación de ladeuda internacional que grava sobre eldestino de muchas naciones”. (IA, 59)

** Lucha contra la corrupción.Esta es una lacra que está presenteen todos nuestros países y que atra-viesa prácticamente todos los sec-tores sociales. La Iglesia puede con-tribuir eficazmente para erradicareste mal de la sociedad con una ma-yor presencia de los cristianos lai-cos que promuevan la practica devalores como son la honradez, laverdad, la laboriosidad y el serviciodel bien común. (IA, 60)

** Drogas. El comercio y consumode drogas contribuye a la destrucciónfísica y emocional de muchos indivi-duos y comunidades, sobre todo en-tre los jóvenes, lo mismo que a la des-trucción de la vida familiar; estimulael aumento de la violencia y de los crí-menes; corroe la dimensión ética deltrabajo; destruye gobiernos, resque-brajando la seguridad económica y laestabilidad de las naciones. (IA 24)

En la solución de un problema tancomplejo, debe imperar la solidaridadnacional e internacional. La Iglesia enAmérica puede colaborar eficazmentecon los responsables de las naciones,los directivos de empresas privadas,las organizaciones no gubernamenta-les, la sociedad civil en general y lasinstancias internacionales, diseñandoy desarrollando proyectos conjuntosque eliminen este comercio; apoyan-do a los órganos legislativos en inicia-tivas que impidan el blanqueo de dine-ro; denunciando con valentía el hedo-nismo, el materialismo y los estilosde vida que llevan fácilmente a la dro-ga; alentando la acción de quienes seesfuerzan en sacar de la droga a losque la usan, dedicando atención pas-toral a las víctimas de latóxicodependencia, teniendo en cuen-ta que la recuperación y rehabilitaciónsocial es también una verdadera y pro-pia tarea de evangelización; y ofrecien-

do el verdadero “sentido de la vida” alas nuevas generaciones. (IA 61)

** Carrera de armamentos. Este esun factor que paraliza el progreso deno pocas naciones y es una amenazaconstante para la paz. La Iglesia enAmérica debe alzar su voz proféticadenunciando el escándalo elarmamentismo como el comercio dearmas de guerra, que emplea grandessumas de dinero que deberían emplear-se en combatir la miseria y promoverel desarrollo. (IA, 62)

** Cultura de la muerte y sociedaddominada por los poderosos. En Amé-

se en dar testimonio incansable a fa-vor del Evangelio de la vida, y exhor-tar a los fieles a que actúen en conse-cuencia. (IA, 63)

**Los pueblos indígenas y los deorigen africano. En fidelidad alEvangelio de Cristo debemos darespecial atención a todos los que sondiscriminados. En este sentido hayque erradicar todo intento demarginación de las poblaciones in-dígenas, respetando sus tierras y lospactos contraídos y atender a sus le-gítimas necesidades sociales. Igualpreocupación y cuidado pastoral

Es importante laclarificación que el SantoPadre nos hace sobre el

recto concepto de lasrelaciones entre la

comunidad política y laIglesia y distingue

claramente entre lasacciones propias de los

fieles laicos que actúan enforma aislada o asociadacomo ciudadanos y las

que realizan en nombre dela Iglesia en comunión

con sus Pastores.

rica, como en otras partes del mun-do, se va perfilando una sociedad en laque dominan los poderosos marginan-do e incluso eliminando a los débiles.Ejemplos dolorosos de esta cultura demuerte son los niños no nacidos, lasvíctimas del aborto, los ancianos y losenfermos incurables, objeto a veces deeutanasia. Por otro lado están las vícti-mas marginadas por el consumismo yel materialismo. El recurso de la penade muerte, cuando hay otros métodosincruentos para defender a la sociedadcontra los agresores. Frente a esta rea-lidad de muerte, la comunidad eclesialdebe, siguiendo el Evangelio, compro-meterse cada vez más en defender unacultura de vida. Especialmente los pas-tores y los presbíteros deben empeñar-

debemos tener con las poblaciones des-cendientes de los pueblos africanos quetodavía sufren una cruel marginación.Nuestra presencia debe promover lajusticia y la reconciliación. (IA, 64)

** La problemática de losinmigrados. Este es un fenómenogravísimo que afecta de diferentemanera todas nuestras naciones. Lacomunidad eclesial debe vivir el va-lor evangélico de la fraternidad, yser abogada vigilante que protejacontra todas las restricciones injus-tas y atentados contra la dignidadde los migrantes, el derecho naturalde cada persona de moverse dentrode su propia nación y de una nacióna otra. (Los ilegales en Europa, USAy América Latina). (IA, 65)

Page 35: religión - Palabra Nueva

36

LA EVANGELIZACIÓNCOMO ACCIÓN SUPREMAPARA EL DESARROLLOPERSONAL Y SOCIAL

En sintonía con la aportación dePablo VI, hay que decir que el desa-rrollo de los pueblos no es un asuntomeramente profano, una realidad me-ramente económica y social, sino quees un asunto humano e integral. Paraser auténtico debe ser integral, es de-cir, promover a todos los hombres y atodo el hombre. No se puede aceptarla separación de la economía de lohumano, de las civilizaciones en queestá inscrito. Lo que cuenta para no-sotros es el hombre, cada hombre,cada agrupación de hombres, hasta lahumanidad entera (PP 14).

La Iglesia valora la promoción deldesarrollo como “un deber de un mi-nisterio pastoral”. Lo mismo que aque-llos que trabajan por la cooperación yla paz contribuyen al desarrollo per-sonal y comunitario de los hombres yde los pueblos, la Iglesia cuandoevangeliza contribuye al desarrollo másalto de la persona y al progreso de lasociedad. La Iglesia realiza el servicioal mundo y a su progreso como exi-gencia de la misión que ha recibido(SRS 40).

La evangelización debe comportarel anuncio y una propuesta moralque ayude a superar la injusticia so-cial. Pero la creencia religiosa ayu-da, sobre todo, a entender al hom-bre en su plenitud. No sólo a mirarla realidad humana desde una expli-cación económica o por su pertenen-cia a una determinada categoría yclase social; al hombre se le com-prende de manera más exhaustiva sies visto en la esfera de la cultura através de la lengua, la historia y lasactitudes que asume ante los acon-tecimientos fundamentales de suexistencia. Y el punto central de todacultura lo ocupa la actitud que elhombre asume ante el misterio másgrande, que es el misterio de Dios(CA 24). Por ello hay una especialcercanía entre economía y cultura,

entre cultura y sociedad, entre hom-bre y Dios.

La Iglesia propone en su misiónevangelizadora una civilización delamor en medio de las actuales circuns-tancias en las que se dan señales de lacivilización del egoísmo.

La búsqueda de la civilización delamor requiere fomentar en la vida so-cial nuevas solidaridades; que se pro-mueva una fuerte conciencia moral,especialmente de los que participan enlos procesos económicos, para queasuman una responsabilidad colectivasobre el desarrollo (CA 52). La Doc-trina social, a la hora de proponer unareforma del sistema, ha rechazadobasar la organización de la sociedaden un capitalismo liberal, a veces “ca-pitalismo salvaje”, que tiene como ras-gos dominantes la desenfrenada bús-queda del beneficio y el poco respetopor el trabajo y la dignidad de los tra-bajadores. También la Iglesia rechazalas soluciones que ahogan la libertad,reprimen la iniciativa, reducen la per-sona humana a la condición de simplepieza de un engranaje. La reciente ex-periencia del Este europeo es bastanteelocuente en este sentido.

LA MISIÓN DE LA IGLESIAHOY EN AMÉRICA

La misión de la Iglesia de Evangeli-zar, es siempre nueva y desafiante. Alas puertas del Tercer Milenio debe-mos esforzarnos por una Nueva Evan-gelización del Continente, nueva en susardor, en sus métodos y en su expre-sión, nueva también en sus alcances,ante las nuevas realidades y situacio-nes cambiantes.

El corazón de esta misión irrenuncia-ble es el anuncio claro e inequívoco deJesucristo. Es decir, el anuncio de sunombre, de su vida, de sus promesas,de su doctrina y del Reino que Él nosha conquistado a través del misteriopascual. Ningún espacio puede estar almargen de este anuncio vibrante y go-zoso de que la palabra definitiva de lahistoria es vida y no muerte. En la re-surrección del Señor tenemos la fuen-te de vida que hace todo nuevo.

Hablamos, desde la certeza de la fe,que ha animado a lo largo de cincosiglos el compromiso de millones dehombres y mujeres creyentes del Con-tinente.

A lo largo de estas líneas he queridoseguir casi todo el texto, para demos-trar que prácticamente toda Ecclesiain America es “Evangelio Social”, yno podría ser de otro modo, pues des-de Medellín nuestra Iglesia es cons-ciente de que los signos de los tiem-pos, que en nuestro continente se ex-presan en el orden social, son lugaresteológicos que desafían nuestro com-promiso evangelizador.

El Gran Jubileo del año 2000 debeser vívido no sólo ni principalmentecomo el recuerdo de un aniversariomás de la presencia de Jesús en nues-tra historia. Este año jubilar en el co-razón del continente americano, nosdesafía a proclamar el jubileo cadavez que escuchamos el clamor delpobre, cada vez que vemos la opre-sión y fragilidad de su vida, cada vezque la cultura de muerte se ciernesobre aquellos que no tienen voz.Proclamar el Año de Gracia del Se-ñor será para nosotros encarnar el“hoy se cumple esta escritura”, queJesús pronunciara en la Sinagoga deNazaret.

Concluyo con la oración de Su San-tidad Juan Pablo II en el año dedica-do a Dios Padre:

Padre clemente,que en el Año Santose fortalezca nuestro amor a ti y al

prójimo;que los discípulos de Cristopromuevan la justicia y la paz;se anuncie a los pobres la Buena

Nuevay que la Madre Iglesiahaga sentir su amor de predilecciónpor los pequeños y marginados.

NOTA:El autor recomienda la visión global

de la Exhortación Post SinodalEclessia in America del Padre LeonidasOrtiz Lozada, Rector del ITEPAL, pu-blicada por el CELAM.

Page 36: religión - Palabra Nueva

37

economía

ANTECEDENTESLA ECONOMÍA CUBANA

AL TERMINAR LA GUERRA DEL 95Después de enfrentar y vencer a los 300 000 hombres

que dispuso España contra Cuba –el ejército mayor y máspoderoso que Europa lanzara contra América en 400 años-a fines de 1898 los cubanos tenían ante sí la colosal tareade convertir en nación un conjunto de ruinas.

Cuba había perdido por el plomo, el hambre y las epide-mias, más de 300 000 habitantes, o sea, que había muertouna de cada cinco personas. La tea había convertido encenizas más de 1000 de los 1200 ingenios azucareros que

(I parte)

formaban el eje de la economía de la Isla, y pereció másde 1 000 000 de cabezas de ganado. Esto significa que laGuerra había consumido el 85 por ciento de las riquezas,que se había perdido el 90 por ciento de la superficie sem-brada de caña, tabaco, café, viandas y hortalizas, y tam-bién el 90 por ciento de las reses de todo tipo. Una buenasuma de capital español se retiró del País junto con losejércitos peninsulares, y muchos capitalistas europeos tam-bién se marcharon, preocupados ante el incierto futuro dela Isla. No era para menos: la antigua posesión de España,que en ciertos momentos llegó a aportar hasta el 75 porciento del presupuesto de la Península, se encontraba prác-ticamente arrasada. Los antiguamente poderosos terrate-

p o r S a l v a d o r L A R R Ú A G U E D E S *

Reconcentración de Valeriano Weyler.

Page 37: religión - Palabra Nueva

38

nientes criollos se habían inmolado en la lucha o lo habíanperdido todo en la Contienda. Grandes masas de antiguosesclavos –la esclavitud se abolió en Cuba poco antes decomenzar la Guerra del 95- acostumbrados a trabajar en lasplantaciones de caña, vagaban ahora aturdidos y confusospor los campos arrasados donde ya no había plantaciones ytampoco fábricas de azúcar, desarmados e incultos ante elporvenir incierto... su estado no era mucho mejor que el delos obreros, y los famosos tabaqueros que torcían las fa-mosas hojas de Vuelta Abajo tendrían que esperar a que sefomentaran de nuevo las siembras de tabaco.

La Isla necesitaba, primero, atender a la reconstrucciónde su agricultura y su ganadería, que eran las tradicionales

y mayores fuentes de riqueza, y después o al unísono,fuertes aportes de capital que facilitaran la rehabilitación ymodernización de sus industrias. La intervención ameri-cana facilitó ambas cuestiones, tanto la reactivación delsector agropecuario, como las inversiones que echaron aandar la economía azucarera y otras producciones y ser-vicios; en su momento, aquellas inversiones se convirtie-ron en una necesidad onerosa, porque parte del patrimo-nio nacional quedaba enajenado y se convirtía en propie-dad extranjera.

Los cubanos de entonces tuvieron que aceptar, aregañadientes, el yugo necesario. Pero no pasaron mu-chos años sin que, haciendo gala de gran tenacidad, losnaturales comenzaran a reconquistar en la economía gran-des espacios que habían pasado a manos de losinversionistas norteamericanos desde finales del siglo XIXy, sobre todo, durante los primeros años del siglo XX.

LA INTERVENCIÓN ESTADOUNIDENSEY LA REACTIVACIÓN DE LA ECONOMÍA

Al comenzar su gestión el Gobierno Interventor, Cubaatravesaba uno de sus peores momentos en casi cuatrosiglos. La actitud de los gobernadores norteamericanosante algunos problemas de mucha gravedad se ha descritode esta forma: “El estado material de la Isla al cesar ladominación española era realmente alarmante. Debe

acreditarse a la administración norteamericana una ciertaactividad en resolver los problemas de saneamiento másperentorios que la propia conservación de las guarnicio-nes extranjeras exigía. La población cubana secundóardorosamente esas iniciativas. La gestión de Wood enSantiago de Cuba estuvo, como en La Habana, basada enel trabajo de obreros y empleados cubanos. Se cuenta queen 68 días el servicio sanitario de Oriente removió más demil cien cadáveres de animales y de personas abandona-das en casas de la ciudad”1 .

El mismo historiador narra con elocuencia la situaciónen que había quedado la provincia de Matanzas, que cons-tituyó el corazón de la industria azucarera cubana en la

etapa colonial: “La otrora zona económica prin-cipal de la colonia había sido concienzudamentesaqueada por las tropas españolas, al decir delgobernante norteamericano –General James H.Wilson- que tomó los datos sobre el terreno.‘Nadie ha comprendido todavía cuán profun-do fue el esfuerzo del General Weyler para ani-quilar por hambre al pueblo de Cuba’”2 .

El socorro a las masas de población despla-zadas por la reconcentración de Weyler reque-ría una atención priorizada por medio de soco-rros directos o de empleos que le permitieranreponerse de su situación paupérrima. Solamen-te en La Habana se calculaba que había por lomenos 20 000 habitantes necesitados de la ayu-

da directa y que en efecto, la obtuvieron3 . Desde principiosde 1899, en los mayores centros de población como LaHabana y Santiago de Cuba, donde podían propagarse congran facilidad las epidemias, se distribuían cantidades sus-tanciales de alimentos y medicinas: la ayuda “rápida” a losantiguos reconcentrados se efectuó de distintas formas. Du-rante la segunda mitad de 1898, el General Wood repartióalimentos en Santiago de Cuba a razón de 18 a 25 000 ra-ciones diarias, cifras que en ocasiones se elevaron hasta 40y 50 000. Esta ayuda fue disminuyendo progresivamentedurante 1899, gracias al paulatino y veloz restablecimientode la producción rural4 .

Además de repartir alimentos en las ciudades, el Gobier-no Interventor adoptó otras medidas para facilitar lareactivación de la agricultura. En la duramente golpeadazona de Matanzas, el General Wilson entregó a cada fami-lia campesina “una yunta de bueyes, un arado, doce galli-nas, un gallo y varios elementos más para el cultivo de unaheredad capaz de sustentar a la familia”5 .

La destrucción de la masa ganadera, como ya hemosdicho, alcanzó niveles alarmantes. En la Guerra desapare-cieron 1 000 000 de cabezas y al terminar la Contienda, en1898, el ganado vacuno, “incluyendo añojos, novillos, no-villas, toros, toretes y terneros apenas alcanzaba la cifrade 120 000 cabezas en todo el país”6 . Pero los campesi-nos cubanos supieron rehacerse de la pérdida en tan poco

Entrada del acorazado Maineal puerto de La Habana.

Page 38: religión - Palabra Nueva

39

tiempo, que en las noticias de la época resalta la asombro-sa brevedad del tiempo que se necesitó para reactivar elsector pecuario: “La energía de los criadores, similar a laque desplegaron los vegueros y otros agricultores, permi-tió que la legislación de 13 de octubre de 1900 favorecien-do la adquisición en México de ganado para reproducir,surtiera sus buenos efectos. Esa legislación fue reforzadapor el Gobierno de la República por ley de 15 de septiem-bre de 1902 y decreto de 23 de octubre del mismo año. En1902 se registraba la existencia de 953 911 cabezas deganado. En 1903 había ya 1 223 613 cabezas. La importa-ción oficial de ganado para la reproducción, que se entre-gaba a los criadores a pagar en plazos de 12 a 30 mesescon un 4 por ciento de interés anual, contribuyó en granmedida a esos resultados extraordinarios”7 .

En relación con la producción agropecuaria, se dictaronmedidas como las previstas en la Orden 62, de 5 de marzode 1902, “regulando el deslinde y división de las haciendas,hatos y corrales comuneros, cuestión que venía siendo unatraba seria para la expansión de la agricultura y la ganaderíacomerciales en algunas zonas del país”8 . De esta forma seeliminaron las dificultades heredadas de la distribución de latierra en la época colonial en los casos en que resultabanobsoletas o frenaban el desarrollo agropecuario de la Isla.Otras medidas no tuvieron igual trascendencia. Sin embar-go, la Isla de Cuba, tal como lo había hecho durante toda suhistoria, enfrentaba con la cabeza erguida el reto del futuro.Ya en septiembre de 1899, Juan Rius Rivera afirmaba que“en punto de reconstrucción material el país se siente segu-ro de sí mismo y mira sin recelo el porvenir”9 .

En muchos casos, las inversiones norteamericanas re-sultaron imprescindibles para echar a andar numerososrenglones de la economía. Muchos elementos ciudadanosde Estados Unidos adquirieron y fomentaron diversas pro-piedades en Cuba: tierras, centrales azucareros, fábricasde tabaco, ferrocarriles y otras fuentes de riqueza y deempleo. De esta forma, “en 1895 habían invertido unoscincuenta millones de dólares; en 1909 (las inversiones),excedían la cifra de doscientos millones”10.

EL TRATADODE RECIPROCIDAD COMERCIAL

El famoso Tratado de Reciprocidad Comercial que sefirmó con Estados Unidos el 11 de diciembre de 1902sirvió de fuerte estimulante al desarrollo económico dela Isla desplegando una actividad comercial que alcanzólímites nunca logrados anteriormente. Los artículos IIIy IV fijaban reducciones de precios a numerosos pro-ductos norteamericanos que Cuba importaba: maquina-rias, equipos, cárnicos y sus derivados, alimentos,piensos, fertilizantes, cemento, telas y tejidos, medici-nas, artículos de cuero, productos químicos, etc. Di-chas reducciones de precios fluctuaban entre el 20 y el25 por ciento.

Los artículos cubanos (azúcar, tabaco, frutas, miel, ma-deras, conservas) también tendrían una reducción del or-den del 20 por ciento para su importación a Estados Uni-dos, y los productos de las dos partes contratantes que has-ta el momento de la firma del Tratado hubieran disfrutadode libertad de derechos a su importación, conservarían taltratamiento. Las relaciones de productos considerados enel Tratado fueron ampliadas en 1909 y modificados en 1934,pero en la práctica no sufrieron cambios hasta 1959.

Sobre las virtudes del Tratado se ha dicho que el “argu-mento principal para demostrar la conveniencia del régi-men establecido por este Tratado fueron las concesionesofrecidas al azúcar crudo y al tabaco. Evidentemente, laposibilidad de consolidar y aumentar sus exportaciones deambos productos tenía que estar enrumbada hacia los inte-reses generales de Cuba, a la par que convenía a la industrianorteamericana que desde la aparición del trust azucarero...se esforzaba por asegurarse una apropiada provisión de azú-car crudo cubano con el consiguiente desplazamiento delos azúcares europeos. El resultado fue, como debía ser,positivo en tanto la industria se expandió progresivamenteestimulada por el (tratamiento) preferencial...”1 1

Las inversiones norteamericanas en Cuba y el Tratado deReciprocidad Comercial facilitaron la puesta en marcha dela economía cubana, destrozada por la Guerra del 95, juntocon otras medidas del Gobierno Interventor. Pero la famosaEnmienda Platt dejó establecido el derecho a intervenir enlos asuntos internos de la Isla, devastada por lareconcentración y por la pérdida de las fuentes de riquezatradicionales –las plantaciones de caña, los ingenios azuca-reros, fuertes pérdidas en los sembrados de tabaco y café,y la pérdida de casi el 90 por ciento de la masa ganadera-necesitaba con urgencia las inyecciones de capital norte-americano después de la ruina de muchos empresarios crio-llos y de la retirada de numerosos capitales españoles y eu-ropeos junto con los ejércitos de la antigua metrópolis.

NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA*Doctor Salvador Larrúa Guedes, estudio periodismo,

matemáticas y economía, profesor de Economía Políticaen el Seminario San Carlos y San Ambrosio, escritor. Co-labora en varias publicaciones.

1 Le Riverend, Julio: Historia Económica de Cuba. InstitutoCubano del Libro, La Habana, 1971, p. 562.

2 Ibídem, p. 553.3 Ibídem, p. 554.4 Ibídem.5 Ibídem.6 Ibídem, p. 507.7 Ibídem, p. 506.8 Ibídem, p. 556.9 Tejera, Diego Vicente: Estado de la legislación cubana. Edito-

rial Reus, Madrid, 1925, p 65.1 0 Le Riverend, Julio: Breve Historia de Cuba. Editorial Ciencias

Sociales, La Habana, 1978, p. 92.1 1 Ibídem (8), cf. pp. 594-596, todo este asunto.

Page 39: religión - Palabra Nueva

40

cultura y arte

Pero, ¿era realmente el realismo so-cialista una receta, una fórmula paraevitar las contradicciones que se pro-ducen bajo el signo de los cambiosy a nivel de conciencia?, ¿era una in-evitable apología triunfalista que ha-bía que asimilar?

“Soy de los que piensan que nada,y menos en el arte, es absoluto. Si bienel llamado realismo socialista signifi-có una proyección estética como lofueron el realismo crítico, elnaturalismo, el surrealismo, el realis-mo mágico, etc., deberíamos dejar aun lado los prejuicios de una época, yno minimizar los valores que nuestra

literatura contrajo en los convulsos ynada fáciles años sesenta y setenta” ,“Sólo una patria, una luz, un cantohumano”, Palabra Nueva, No.74, AñoVII, marzo 1999).

En este gran paréntesis que resultala llamada década gris, se produjeronobras de todo tipo, como las que pu-dieran producirse –y se producen- enel presente. Es obvio que la explosiónde publicaciones que se generó enaquellos años, y que duró hasta fina-les de la década del ochenta, no debeser despreciada (nunca antes se hubode editar en Cuba grandes tiradas detítulos y autores, tanto nacionales

p o r D o r i b a l E N R Í Q U E Z *

E ESTÁ HACIENDOemblemática la maneracasi riesgosa decatalogar los añossetenta de la narrativacubana como su épocagris. Para ello se basancríticos y escritores, en elsentido reiterativo yevidentementemonotemático de lamisma (guerra recientecontra la tiranía deBatista, el enfrentamientode ideas en una realidadcambiante, la luchacontra bandidos, lazafra, y los temasfabriles, agrícolas, o laparticipacióninternacionalista deCuba); en la noindagación de losmóviles del conflicto quemovían a uno y otropersonaje; ciertomaniqueísmo en eltratamiento de lahistoria; el abuso delllamado héroe positivo,etc. Se le atribuyen talescaracterísticas al influjollegado a través de laliteratura y el arte de losantiguos paísessocialistas de la Europadel Este –el así llamadorealismo socialista.

S

¿UN DESTELLO EN LA “ÉPOCA GRIS”DE LA NARRATIVA CUBANA?

Page 40: religión - Palabra Nueva

41

como extranjeros, incluyendo a losclásicos), lo que indudablemente se-dujo a no pocos autores.

Este es el caso de Manuel Cofiño.Creo que entre muchas cuartillas de-dicadas al tránsito turbulento, a temasque fueron gastándose, este autor, aúninmerso en esta épica, dejó una mar-ca, un sello de autenticidad que lo acer-ca más al escritor comprometido consu arte y con su manera de decir.

No es Cofiño de aquellos artistas quepretendieron manejar los hilos de latrama por un concupiscente conciliá-bulo editorial. Poseedor de una fibraestilística que incluso lo separa de otrosautores contemporáneos y coterrá-neos, fue una pluma que hurgó en elalma humana (y valga la frase); tratóde disímiles personajes, dio vida a di-rigentes, obreros, mujeres comple-jas y sencillas (no simples), hombresde ciudad y de campo, pero todas gen-tes de carne y hueso, con memoria,interrogantes, vacilaciones, creencias,proyectos de vida, utopías políticas ovivenciales, gente –es decir, persona-jes– que nos los presenta con unahenchura honda, versátil, sometida ala prueba de su entorno, queriéndoloo no, entendiéndolo o no. Tiempo decambio1 es el texto suyo que revelaesta arquitectura a la hora de “cons-truir” la historia.

Pienso que no es sino con La últimamujer y el próximo combate2 , y mástarde con Cuando la sangre se pareceal fuego3 , que este novelista (publicóigualmente un libro de poemas –no detanta altura estética- y un libro paraniños) alcanza su plenitud estilística(truncada años más tarde por la muerteen plena madurez creativa y humana).

Quien hoy día relea o vea por vezprimera La última mujer..., podrá ono convenir conmigo, en que aquíse presentan los primeros síntomasde diferenciación en el tratamientode la realidad, de su “verdad” litera-ria, comparándolo con otros escri-tores de la época.

Bebió, sí, del realismo socialista,pero convenció por su soltura y cre-dibilidad narrativas manifestadas en

la concepción de sus personajes y sucomportamiento, alejados de todomaniqueísmo sin matices.

Cofiño llevó de la mano sus histo-rias plasmando los temas recurrentesde la etapa (dígase por ejemplo, la lu-cha insurreccional, la lucha contra ban-didos, el empeño por salir del subde-sarrollo, las movilizaciones agrícolasy militares, etc.) por caminos que, sibien hacían tono con la propuesta es-tética y ética del “hombre nuevo”, noobstante los conflictos reflejados, con-vergen, en su gran mayoría, en unpunto: el amor, la relación de la parejacomo vínculo que pretende trascen-der más allá del fondo social, con pro-pias voces y expectativas. Nos dejópasajes inolvidables, tanto en sus no-velas como en sus cuentos (Un peda-zo de mar y una ventana4 , que guia-dos por la certidumbre o la idea de lamisma, unían y desunían a hombres ymujeres en sus propias batallas, tantocolectivas como individuales. Ello mar-ca una figura literaria que trasciendeen la obra de este autor: el amor. Co-incido en este sentido con mi colegaMaría del Carmen Muzio cuandoafirma que Cofiño centró su narrati-va en el tema de la pareja para vin-cularnos con el ser humano en as-pecto tan cardinal en la vida de loshombres y mujeres.

Si aceptamos sus personajes, másallá de la perspectiva estética sedebe, por lo menos en mi caso (y dehecho sugiero un análisis más con-cienzudo sobre ello) a la dimensióndada a los mismos, haciéndolos cen-tro de todas las cosas. De ahí queconvengo en decir que toda la obrade Manuel Cofiño está estructuradaen vínculos humanos que pretendenuna evocación hacia el yo no lírico,sino pretendidamente real.

El protagonista de Cuando la san-gre se parece al fuego, al debatirseentre sus creencias rituales y la in-terpretación de la realidad que le cir-cunda, busca y trata de hallar en lapareja, lo que tal vez haya fallado (asícree el personaje) en su vínculo fa-miliar. No propongo ni mucho me-

nos aceptar esta tesis como fórmulapara el análisis. Solo quiero hacernotar que, tanto el protagonistacomo los que aparecerán en la res-tante obra de este escritor, están enun debate constante entre el yo y elentorno, entre el yo y el otro (en susefectos, la pareja amada).

En la novela Amor a sombra y sol5 ,se vuelve a utilizar el mismo recurso.Por lo menos debemos reconocerle sumarcado énfasis por esbozar la fiso-nomía de un hombre debatido en supropio medio, aunque haya sido a tra-vés de uno de los paradigmas másantiguos: el amor.

Creí en Manuel Cofiño en su épocay todavía lo disfruto hoy. Me dijo co-sas en su tiempo y en la actualidad mequedan sus historias, tan llenas de poe-sía y ternura, como de sacrificios yutopías. Tal vez no son ahora los mis-mos tiempos de contar, pero me dejaun aliento que nunca será efímero, aúncuando cambian las circunstancias,aún cuando las utopías parecen lan-guidecer bajo el peso de la tecnocra-cia y la justicia no ganada en toda sudimensión. Me quedo con sus histo-rias, capaces de alentar en mí y soste-ner principios éticos tan vitales comoinapreciables para cualquier época.

Démosle ese voto de confianza asu obra.

NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA* Doribal Enríquez, poeta, ensayista,

profesor del Taller Literario de la Casade Cultura de Plaza y redactor de la re-vista Vivarium, del Centro de Estudiosde la Arquidiócesis de La Habana.

1 Cofiño, Manuel: Tiempo de cambio.Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1969.

2 Cofiño, Manuel: La última mujer y elpróximo combate. Colección Huracán. Edi-torial Letras Cubanas. Ciudad de La Habana,1984.

3 Cofiño, Manuel: Cuando la sangre separece al fuego. Edit. Arte y Literatura, LaHabana, 1977.

4 Cofiño, Manuel: Un pedazo de mar yuna ventana. Colección OCUJE. EditorialLetras Cubanas. Ciudad de La Habana, 1979.

5 Cofiño, Manuel: Amor a sombra y asol. Colección Saeta. Editorial Letras Cuba-nas. Ciudad de La Habana, 1981.

Page 41: religión - Palabra Nueva

42

EL CENTRO DE Estudios de la Arquidiócesis de La Habana acaba depublicar el libro titulado La familia y sus raíces en la nación cubana(Ediciones Vivarium, 1999, 313. Edición-compilación: Ivette Fuentes de laPaz. Prólogo: Padre Marciano García o.c.d.).

Esta obra, escrita con objetividad científica y rigor metodológico por “muydiversas personas, llenas todas de un amor indiscutible a la gran familia de lapatria cubana y deseosas de conservar sano el corazón de Cuba”, son objetode análisis desde diferentes puntos de vista (filosófico-antropológico,médico, psicológico, educativo y literario), las raíces sociohistóricas de lafamilia cubana, célula fundamental de nuestra sociedad.

Desde la vertiente estructural, está diseñada sobre la base de 8 capítulos:“Prólogo” (I); “Oración por la familia” (II); “Análisis antropológico de lafamilia” (III); “Experiencias de vida familiar” (IV); “Familia y Educación”(V); “La familia en la literatura cubana” (VI); “Documentos” (VII); y“Colaboradores” (VIII). Los capítulos del III al VI cuentan con sus

respectivas referencias bibliográficas.

Recomiendo la lectura de este volumen a médicos especialistas en Medicina Familiar y en Psiquiatría,antropólogos, psicólogos, sociólogos, educadores y literatos, así como a toda persona interesada en saberqué está ocurriendo con la familia cubana en nuestra amada patria.

NOTA:* Jesús Dueñas Becerra, especialista en sicología. Trabaja en el Hospital Psiquiátrico de La Habana. Ejerce también el

periodismo en la revista de su centro laboral, así como en diversas publicaciones católicas cubanas.

p o r J e s ú s D U E Ñ A S B E C E R R A *

LA FAMILIA CUBANALA FAMILIA CUBANALA FAMILIA CUBANALA FAMILIA CUBANALA FAMILIA CUBANAa debatea debatea debatea debatea debate

Page 42: religión - Palabra Nueva

42

El primer acto del ballet Don Quijote (coreografía: Alicia Alonso [dirección artístico-coreográfica], Marta García y María Elena Llorente, sobre la original de MariusPetipa y la versión de Alexander Gorski. Música: Ludwig Minkus. Libreto ydiseños: Salvador Fernández), por el Ballet Nacional de Cuba, será incluido comoparte de un documental que auspician la cadena hotelera Gran Caribe y el InstitutoCubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). El cineasta cubanoHumberto Solás (Lucía, Un hombre de éxito) es el director de esta nueva producción–aún sin título- sobre la cultura cubana.

En el presente documental, que es una producción para la televisión y se prevéesté listo para mediados del próximo verano, tiene como objetivo promover unturismo con expectativas culturales. En esta producción aparecerán, además de laCompañía que dirige Alicia Alonso, Danza Contemporánea, la Orquesta SinfónicaNacional y el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba.

Los intérpretes de Don Quijote serán Lorna Feijóo (Kitri), Óscar Torrado (Basilio),José Zamorano (Don Quijote), Vladimir Álvarez (Sancho Panza), Víctor Gilí (Espada),Viengsay Valdés (Mercedes), Félix Rodríguez (Lorenzo), Yanet Acuña (Juanita) yHayna Gutiérrez (Piquilla), entre otros. (Fuente: Departamento de Prensa, BalletNacional de Cuba).

en un nuevodocumental deHumberto Solás

El BalletEl BalletEl BalletEl BalletEl BalletNacionalNacionalNacionalNacionalNacionalde Cubade Cubade Cubade Cubade Cuba

Humberto Solás

Page 43: religión - Palabra Nueva

43

apostillas por Monseñor Carlos Manuel DE CÉSPEDES GARCÍA-MENOCAL

dio francesa, medio alemana, desde el final de la Guerra.Tenía una pastelería en Estrasburgo, en ella trabajaba y eseera su medio de vida. Tiempos todavía muy austeros aque-llos en toda Europa, en la que las señas de la Guerra reciénconcluida eran todavía visibles. Iniciamos una amistad queduró muchos años. Hoy, María Luisa ya está junto al Señor.

Había sido una jovencita buena, normal, pero con másinquietudes que la mayoría de las jovencitas católicas de suépoca en la Alemania de Hitler, ya que, a pesar de su edad yde no existir otras causas, fue recluida en un campo detrabajo o de concentración, como prefiramos calificar a esosengendros. Su novio había sido incorporado al ejército ale-mán, como todos los jóvenes físicamente aptos y, estandoella en el campo, supo que él había muerto. No es difícilimaginar el estado de ánimo de María Luisa, habituada aotras realidades, sumida en aquel ambiente sórdido del “cam-po”, con el dolor de la muerte del novio –su primer y úniconovio– y sin una visión cercana del fin de la Guerra.

En aquel “campo” María Luisa conoció a un joven mar-xista, ateo, prisionero como ella y como ella sumido en latristeza de no ver el fin próximo de aquella realidad. Eranmomentos en los que Hitler parecía todavía invencible yse hacía dueño de Europa. En una ocasión en que hablabacon el amigo sobre estos temas, María Luisa fue estreme-cida por una frase de él: “Que yo esté así es normal, MaríaLuisa. Yo soy ateo; para mí no hay más vida que ésta y seme acaba... Pero tú, que dices ser católica, que afirmascreer en la otra vida y seguir a Jesucristo que nos redimiópor el sufrimiento y la muerte... ¡Mentira, María Luisa!Tú eres tan atea como yo porque si creyeras podrías estartriste y disgustada, pero no deprimida y desesperada comoestás... Yo me río de tu fe, María Luisa”.

Para la jovencita aquello fue un bofetón espiritual que inició–eran sus palabras– su segunda conversión, su adultez en lafe. Oró mucho, leyó la Biblia, meditó y todo cambió pordentro. Y cambió para siempre. “Aquel marxista, sin saberloél mismo, fue el profeta que me envió el Señor, como envió aNatán ante David cuando pecó con Betsabé, la mujer de Urías”.La María Luisa que yo conocí ya era esa mujer cristiana

UANDO LEEMOS LA BIBLIA Y LASvidas de los santos, corremos el riesgode caer en la tentación de pensar que esasmanifestaciones de Dios fueron gracia deotros tiempos. O de preguntarnos acercade lo que verdaderamente ocurrió. ¿Noserían esas gracias de manifestación, esasparticipaciones divinas en un diálogo,sólo el fruto de la fantasía del escritor, noel retrato de la realidad? Sabemos queesto es más que posible. Que lospropósitos “edificantes” no son ajenos nia los escritores inspirados de la SagradaEscritura, ni a los hagiógrafos. Peroaunque esto sea cierto, somos losuficientemente adultos y entrenados enestas lides como para saber leer cuálesson los acontecimientos reales que eladorno, más que ocultar, resalta. Además,dirijamos la mirada en torno. Creo quetodos hemos tenido ocasión de conocer decerca personas en las que el itinerarioespiritual hacia arriba y hacia delante haestado jalonado por hechos que, por unou otro camino, nos son conocidos. Hechosque la persona vivió como signos de Diosy como a tales respondió. Cuando piensoen esta realidad, siempre recuerdo aMaría Luisa.

C

La conocí en una ciudad alemana, pocos años despuésde la II Guerra Mundial. Visitaba parientes que eran amigosmíos. Rondaría los cuarenta años, soltera, de buena apa-riencia, simpática, sensible, culta y católica piadosa sin gaz-moñería. Ella vivía en Estrasburgo, en Alsacia, región me-

(Meditación propia para el tiempo pascual)

Page 44: religión - Palabra Nueva

44

adulta, laica, sólida, que continuaba viviendo de las rentas delmensaje de su Natán marxista, instalada como pastelera aco-modada en Estrasburgo, pero sin dejar de estar sumamenteatenta a las cosas de Dios y a las cosas de los hombres.

En Francia, después de la Guerra, debido a la pésimasituación económica, se incrementó la prostitución en lasgrandes ciudades y Estrasburgo no fue una excepción.Las pastelería de María Luisa estaba en el centro, no muylejos de la Catedral. Lógicamente, tal problema estaba a suvista todos los días. Surgió un movimiento en la Iglesia,llamado “El Nido”, con el fin de rescatar de esa situación alas prostitutas que lo desearan, ofreciéndoles la posibi-lidad de curación si estaban enfermas, aprender un ofi-cio si no lo tenían y conseguirles trabajo en algún sitioen el que no fuesen conocidas como prostitutas, parafacilitarles el inicio de una vida nueva y distinta.

La Legión de María, a la que María Luisa pertenecía, sesumó a la obra de “El Nido” y pidió voluntarias. María Luisase ofreció, a pesar de la fuerte resistencia de su familia. El“rescate” de las prostitutas incluía que muchachas volunta-rias tomasen apariencia de prostitutas y, en la noche, sepaseasen por las calles en las que las prostitutas verdaderassolían congregarse. Allí establecían relaciones de amistady, cuando llegaba la ocasión –decía María Luisa que siem-pre llegaba–, saltaba la pregunta acerca de la vida que lleva-ban. ¿Estaban de acuerdo o no con tal vida? ¿Querían con-tinuar en ella o desearían cambiar si tenían oportunidad?

Algunas deseaban continuar; a otras les repugnaba esasituación y deseaban emprender una vida distinta pero nosabían cómo. En estos casos, las aparentes prostitutas seidentificaban y les ofrecían un camino. Un sacerdote, ves-tido como laico, se les acercaría en un auto, como si setratase de un cliente acomodado, y se las llevaría lejos, endonde podrían iniciar el proceso de rehabilitación integral.Era una empresa arriesgada en muchos sentidos. Más deuna laica y de un sacerdote fueron atacados y muchosfueron calumniados. Supe de uno que murió en París, apu-ñalado por un proxeneta que logró identificar al que le ale-jaba a las prostitutas que trabajaban para él. Era conocidocomo el “Padre Pigalle”, ya que él actuaba, principalmen-te, en el barrio parisino que lleva ese nombre.

En una ocasión le pregunté a María Luisa qué hacía ellacuando una prostituta le decía que quería continuar siendoprostituta, que no quería cambiar de vida. “Sigo rezandopor ella –me respondió inmediatamente María Luisa– ysigo siendo su amiga. Porque, Carlos Manuel, yo no finjoque me hago amiga, yo me hago amiga de verdad. A esasque no quieren cambiar las invito a mi casa por las tardesa tomar el te, pasan por la pastelería, salimos juntas...”

Un verano en el que pasé por Estrasburgo me encontré aMaría Luisa a punto de salir en peregrinación a Lourdes...Con un grupo de once prostitutas de las que no deseabancambiar. Y me hizo la historia. La devoción a Nuestra Se-ñora de Lourdes está extendida entre esas señoras, como

lo está en todo el pueblo francés. María Luisa propuso a susamigas ir a Lourdes en peregrinación a pedir a la Virgen quelas ayudara. “La Virgen sabe de todo esto mejor que noso-tros”, recuerdo que me dijo entonces María Luisa. Onceprostitutas aceptaron. A nuestra amiga se le ocurrió la ideade llamar entonces por teléfono al Obispo de Lourdes yTarbes, que era amigo de ella, y le pidió que las recibiera ensu casa. El Obispo del momento, a quien yo también conocíy fue un hombre extraordinario, se resistía pues, dado elnúmero tan grande de peregrinaciones al lugar, él había es-tablecido la norma de que solamente recibiría a Obispos, yaque de lo contrario se tendría que dedicar sólo a recibirperegrinos. A pesar de sus argumentos y primeras negati-vas, María Luisa insistió. “Piense, Monseñor, en el bien quepodría hacerles a estas mujeres que usted las recibiera...” Yel Obispo, finalmente, aceptó. Las invitó a que fueran unatarde, en su casa, a tomar un café con él. “Desde ahora –añadió el Obispo– se dirá que el Obispo de Tarbes y Lourdessolamente recibe Obispos y... ¡prostitutas!”

María Luisa nutría su vida con un contacto familiar,cotidiano, con la Palabra de Dios y con la Eucaristía, asícomo con una vida intensa de oración, pero mantenía unaatención muy despierta a sus posibilidades reales y al mundoen que vivía, sabiendo que en los hechos de la vida, en lospersonales y en los del entorno, Dios le especificaría, lepersonalizaría, lo que en la Biblia, en los libros espiritua-les, en las vidas de los santos, etc, eran mensajes genéri-cos. De esas fuentes le venía el criterio, el juicio acercadel estilo de Dios; de la vida, le llegaba la llamada concretaa crecer en una determinada dirección y no en otra. Vivióuna suerte de “espiritualidad de la encarnación” a la que,creo, estamos llamados todos los cristianos. La espiritua-lidad o es “encarnada” o no es cristiana. Ese fue, ese es, elcamino de Jesús de Nazaret, en quien confiamos, a quienamamos y a quien deseamos seguir. Lo nuestro no es elhorizontalismo del humanismo marxista, pero tampoco esel “nirvana” de un gurú budista, ni la indeterminación fofadel “todo vale” de la New Age. Lo nuestro es el camino delEvangelio, en el que confluyen el Amor y la Confianza enun Dios Trascendente que se nos manifiesta de muchasmaneras, pero cuya Palabra definitiva se hizo carne nues-tra, uno de los nuestros, y se dirige a nosotros por cami-nos inefables, que no excluyen sino que privilegian la po-bre carnalidad nuestra, la cual, nos guarda de toda fanta-sía pseudoespiritualista. Los capítulos 1 y 2 del Génesis yel capítulo 25 del Evangelio según San Mateo, versículo31 y siguientes, no pueden ser más claros al respecto. Esevidente que la espiritualidad cristiana, la espiritualidad dela encarnación, no puede prescindir del aspecto sacrificial,martirial, de ese vivir cotidianamente por Cristo y comoCristo, realidad sobre la que –no lo dudo– hemos reflexio-nado todos durante las celebraciones cuaresmales y deSemana Santa.

La Habana, 28 de marzo de 2000.

Page 45: religión - Palabra Nueva

45

A TODOS LOS FIELES CATÓLICOS DE CUBA:

La celebración del Año Santo Jubilar, por los dos milaños del nacimiento de Jesucristo, está propiciando larenovación de las mentes y los corazones en muchoscristianos y hombres de buena voluntad en todo elmundo.

En nuestra Patria también se han programadocelebraciones jubilares para los diversos sectores delpueblo de Dios y, aunque no siempre se obtuvieron lasfacilidades deseadas para desarrollar las iniciativascorrespondientes, ya se han podido celebrar algunosjubileos, caracterizados por una reflexión responsable,por sinceros propósitos de conversión y compromisocristiano y por el gozo consecuente al reconocer la obrasalvadora de Dios en favor de sus hijos, mediante laEncarnación de Jesucristo, su Muerte en la cruz y sugloriosa Resurrección.

La Conferencia de Obispos de Cuba, al compartir contodos ustedes el gozo de la Resurrección, les anuncia lacelebración del Jubileo de los Obispos Cubanos, que serealizará, Dios mediante, el sábado 13 de Mayo, en elSantuario de Nuestra Señora la Virgen de la Caridad delCobre, precedido por una jornada de retiro espiritual.

Ese día, 13 de Mayo, dedicado a honrar a la Virgen ensus apariciones de Fátima, se conmemora el décimonoveno aniversario del atentado sufrido por el SantoPadre Juan Pablo II, quien reconoce haber sido salvadopor la maternal intercesión de la Virgen Santísima. Paranosotros en Cuba será la víspera del Día de las Madresy, en este especial contexto, los Obispos celebraremosnuestro jubileo, ofreciendo y consagrando cada una denuestras Diócesis de Cuba al Corazón de María, laVirgen de la Caridad del Cobre, Madre y Reina de todoslos cubanos.

Cada Obispo presentará ante la bendita imagen de laVirgen de la Caridad a sus sacerdotes y diáconos, a losreligiosos y religiosas, a los laicos comprometidos yfieles en general. En nuestro afecto y solicitud pastoralestarán cuantos integran el Pueblo de Dios: los niños, losadolescentes, los jóvenes, los ancianos, las familias, losenfermos, los presos, los cubanos ausentes de su país ylas personas más necesitadas de afecto y comprensión.

Deseamos encomendar al cuidado de la Virgen todosnuestros planes pastorales: la educación en la fe de lasnuevas generaciones, los trabajos por la recuperación delos valores morales y espirituales que, inspirados por elEvangelio, dignifican la vida humana y capacitan para elbuen uso de la libertad y de la convivencia fraterna.También estará presente el compromiso de lascomunidades cristianas en favor de las familias, de suestabilidad, unidad y primacía dentro de la sociedad, asícomo el trabajo que se realiza por formar y promoverauténticas familias capaces de ofrecer una base socialsólida y armoniosa que prepare el futuro mediante eldesarrollo integral de los niños, los adolescentes y losjóvenes de la sociedad cubana.

Se hará explícito, al mismo tiempo, un pensamientoparticularmente sentido hacia la obra social, que porvocación y misión es propia a la Iglesia, llevada adelantecon probada generosidad por los cristianos que integranel voluntariado en Cáritas, en la Pastoral de la Salud yen la Pastoral Carcelaria. ¡Cuánto más quisiéramos ypudiéramos hacer si se ampliara el campo de acción dela Iglesia mediante una mayor comprensión y aceptaciónde su servicio social a favor de nuestros hermanos másnecesitados!

Nuestra ofrenda y consagración abarcará también alos dignos obispos que amaron a Cuba y a la Iglesia yque nos han precedido, desde San Antonio María Clarethasta Monseñor Enrique Pérez Serantes, el Cardenal

SECRETARIADO GENERAL

Page 46: religión - Palabra Nueva

46

Manuel Arteaga, Monseñor Evelio Díaz, MonseñorAlfredo Muller y Monseñor Alberto Martín Villaverde.No olvidaremos en nuestro afecto a los beneméritossacerdotes de épocas pasadas, a los religiosos yreligiosas que con abnegación y sacrificio sirvieron a suprójimo, a los laicos que dieron testimonio de su fe conprobada valentía y a todos aquellos que, motivados ysostenidos por su fe católica, han entregado lo mejor desí mismos a sus hermanos cubanos en los asilos deancianos y casas de salud, las escuelas y universidadescatólicas, los dispensarios y talleres, que en una largahistoria, a pesar de las imperfecciones de toda obrahumana, acumulan una amplia fecundidad de servicio a

nuestro pueblo, a los pobres y necesitados, a losmarginados y desconocidos de todos los tiempos.

Los Obispos de Cuba queremos dar gracias a Dios porla santidad de vida de todos los que nos han precedidoen el camino evangelizador en nuestro país, desde elSiervo de Dios Padre Félix Varela hasta la humildeseñora que conservó valientemente la llave de la iglesiade su pueblo en tiempos de mayor incomprensión yhostilidad hacia los católicos. Agradeceremos a Dios,además, el creciente dinamismo misionero de nuestrascomunidades y el don de las vocaciones sacerdotales yreligiosas que son un signo de esperanza ante el futuro.

Conscientes de nuestras limitaciones y faltassabremos, además, pedir perdón a Dios y acogernos a lamediación de la Madre de la Misericordia en ladesaprobación de todo aquello que en nuestra vida y enla historia de la Iglesia en Cuba haya negado el Evangeliode la Verdad y del Amor en el que creemos. Así mismo,ante la Virgen, Madre de todos los cubanos

mostraremos, una vez más, nuestro sentimiento deperdón hacia cuantos en nuestro país han agraviado lapersona de Cristo, su Iglesia o la fe sencilla de tantoscubanos de todos los tiempos.

Con este sentir y estos propósitos, los Obispos deCuba iremos al Cobre a celebrar nuestro jubileo por elAño Santo. Invitamos a todos los miembros de la IglesiaCatólica a unirse en oración con nosotros el sábado 13de Mayo, a las 10.00 am., hora en que los Obispos deCuba a los pies de la Virgen del Cobre consagraremosnuestras Diócesis al Corazón de María de la Caridad,nuestra Madre. Que ese día se abran las iglesias, capillasy casas de oración y se reúnan todos los fieles que

puedan para rezar el rosario a la Virgen por la IglesiaCatólica y por todo el pueblo cubano. Quien no puedareunirse por estar desempeñando su trabajo ocumpliendo otras obligaciones, que se una con suoración personal a esta ofrenda especial dirigida anuestra Patrona.

En torno a la Madre de la Caridad y bajo su amparoprotector expresaremos el sábado 13 de Mayo la firmezade nuestra fe, la seguridad de nuestra esperanza y elcompromiso del amor cristiano. Allí manifestaremos larealidad más profunda y consistente de la Iglesia, familiade los hijos de Dios, convocados para anunciar ytestimoniar a Jesucristo, vencedor del pecado y de lamuerte, que ha resucitado glorioso y vive y reina porlos siglos de los siglos.

Amén.

Comité Permanente de la Conferencia de ObisposCatólicos de Cuba

Conscientes de nuestras limitaciones y faltassabremos, además, pedir perdón a Dios y acogernos

a la mediación de la Madre de la Misericordia en ladesaprobación de todo aquello que en nuestra vida y

en la historia de la Iglesia en Cuba haya negado elEvangelio de la Verdad y del Amor en el que

creemos. Así mismo, ante la Virgen, Madre de todoslos cubanos mostraremos, una vez más, nuestro

sentimiento de perdón hacia cuantos en nuestro paíshan agraviado la persona de Cristo, su Iglesia o la fe

sencilla de tantos cubanos de todos los tiempos.