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RELACIN MADRE - HIJA: UNA PERSPECTIVA PSICOANALITICA
QU CONSECUENCIAS PSQUICAS TIENE PARA ALGUNAS MUJERES LA
RELACIN CON SU MADRE?
MARA OMAIRA LPEZ VLEZ
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
DEPARTAMENTO DE PSICOANLISIS
2017
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RELACIN MADRE - HIJA: UNA PERSPECTIVA PSICOANALITICA
QU CONSECUENCIAS PSQUICAS TIENE PARA ALGUNAS MUJERES LA
RELACIN CON SU MADRE?
MARA OMAIRA LPEZ VLEZ
TRABAJO PARA OPTAR AL TTULO DE
MAGISTER EN INVESTIGACIN PSICOANLITICA
QUINTA COHORTE
LNEA DE INVESTIGACIN
PSICOANLISIS Y PROBLEMAS SOCIALES CONTEMPORNEOS
DIRECTOR
HECTOR GALLO
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
DEPARTAMENTO DE PSICOANLISIS
2017
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RELACIN MADRE - HIJA: UNA PERSPECTIVA PSICOANALITICA
QU CONSECUENCIAS PSQUICAS TIENE PARA ALGUNAS MUJERES LA
RELACIN CON SU MADRE?
Una noche, mientras el silencio envolva al mundo, una mujer y
su
hija caminaban dormidas hasta que se reunieron en el jardn
envuelto
en un velo de niebla. Y la madre habl primero:
-Al fin puedo decrtelo, mi enemiga! A ti, que destrozaste mi
juventud, y que has vivido edificando tu vida en las ruinas de
la ma!
Tengo deseos de matarte!
Luego, la hija habl, en estos trminos:
- Oh mujer odiosa, egosta y vieja! Te interpones entre mi
librrimo
ego y yo! Quisieras que mi vida fuera un eco de tu propia
vida
marchita! Deseara que estuvieras muerta!
En aquel instante cant el gallo, y ambas mujeres
despertaron.
-Eres t, tesoro? -dijo la madre amablemente.
-S; soy yo, madre querida -respondi la hija con la misma
amabilidad1.
1 KHALIL, Gibrn (1918). Las Sonmbulas, en el Loco. Disponible
en:
http://es.scribd.com/doc/439739/El-Loco-Khalil-Gibran Consulta,
octubre de 2012
http://es.scribd.com/doc/439739/El-Loco-Khalil-Gibran
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4
DEDICATORIA
A la memoria de mi hermana:
Quin siempre me situ de frente a la relacin con mi madre.
Luego, desde su lecho de enferma, me anim a avanzar en la
escritura de este trabajo y esper valientemente que lo
concluyera,
para emprender un largo viaje a lares desconocidos.
A mis padres por su apoyo paciente, su comprensin ante mis
prolongadas ausencias y su presencia amorosa y respetuosa de
mis
elecciones.
A mis hermanos, sobrinos y dems familia, por su cario, sus
palabras de apoyo y reconocimiento ante cada logro en esta
construccin.
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5
AGRADECIMIENTOS
A ngela Mara Jaramillo, por su lugar en la inscripcin como
letra
del psicoanlisis en mi vida. Mi reconocimiento por su
rigurosidad y
exigencia. Por su constante sealamiento sobre el lmite
temporal
para este trabajo, porque con su interlocucin clara y
oportuna
precis un decir articulado en el tema y propsito de esta
investigacin.
Al profesor Hctor Gallo, por su asesora y aportes a este
trabajo.
A cada uno de los docentes de la cuarta cohorte de la maestra,
por
la generosidad de sus conocimientos y por favorecer la palabra,
la
escucha y la escritura, en el arte de la enseanza y transmisin
del
psicoanlisis.
A los compaeros y docentes de la Lnea de investigacin, por
su
palabra, escucha y aportes en cada socializacin, de manera
especial
a Ximena por su amistad.
A Blanca Nubia Patio, por su disposicin siempre clida y
diligente.
A Claudia Velsquez, por estar ah y ser instrumento en la
movilizacin del deseo, acentuando la responsabilidad frente
al
mismo y sus consecuencias.
A Marie Helen y Margarita, por su presencia amiga, sorora,
incondicional.
A aquellas amigas que con sus dichos desprevenidos aportaron
insumos para el anlisis de la relacin madre hija.
A quienes con paciencia y respeto han animado mis elecciones
y
acompaado en este camino.
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6
ABSTRACT
La presente investigacin se llev a cabo en el proceso de
formacin acadmica
de la maestra en investigacin psicoanaltica de la Universidad de
Antioquia,
respondiendo a la pregunta Qu consecuencias psquicas tiene para
algunas
mujeres la relacin con su madre? propsito para el cual se
procedi a indagar
algunos relatos mticos sobre la madre y la relacin madre hija,
en Grecia, India,
Egipto y en una sociedad mestiza. As mismo se revisaron textos y
planteamientos
inscritos en las ciencias sociales y desde luego en el
psicoanlisis.
La madre est revestida de un ideario social, segn el cual, ella
se inscribe en el
todo amor, cuidado y proteccin; no obstante son recurrentes
aspectos sobre la
madre que desvirtan este imaginario, de manera particular al
analizar la relacin
madre hija.
Adems de cumplir una funcin en la satisfaccin de la necesidad,
la madre se
sita como un acontecimiento psquico en el que se reglan el amor,
el deseo y la
pulsin.
La investigacin permiti esclarecer algunos de los resortes que
anudan la
relacin madre hija, y, soportados en Freud, en Lacan y en otros
psicoanalistas
que desde la teora y la clnica se han ocupado de la relacin
madre hija, as
como en el anlisis de una obra literaria, es posible afirmar
que: no puede
hablarse de la madre en singular; la relacin madre hija no es un
hecho
armnico, una dimensin de amor y odio se establece en la mujer
que habita en
cada una y circula de una a otra, generando impasses en algunas
relaciones
madre hija, con consecuencias inconscientes, en tal sentido
susceptibles de ser
abordadas desde la clnica.
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7
RESUMEN
Eleccin de un orden necesario para un decir lgico
Esta investigacin se ha ordenado en cinco captulos que de manera
lgica van
estableciendo la posibilidad de un decir sobre la pregunta de
investigacin.
El primer captulo lo constituye el Estado de la cuestin, cuyo
propsito se inscribe
en establecer un saber acumulado en diversos saberes y culturas
sobre la relacin
madre hija. En ello se trae un recorrido por tradiciones
mitolgicas que, situadas
en lo sagrado y lo profano, bien favorecen un saber sobre el
tema que nos ocupa
en esta investigacin.
Con el fin de formarnos una idea acerca de cmo aparece
representada en el Mito
la relacin madre-hija, se ha privilegiado el abordaje de
tradiciones presentes en
Egipto, Grecia, India y en por lo menos una sociedad mestiza. De
igual manera se
da cuenta del modo cmo se han ocupado de este nexo la literatura
y los cuentos,
as como algunos saberes en las ciencias sociales y humanas.
Estos saberes, sin
duda no son ajenos a la relacin madre- hija, pues constituyen un
campo
obligatorio de explorar en el abordaje y pretensin de una
investigacin que se
inscribe en el psicoanlisis.
El captulo dos, se apoya en un recorrido por la obra del Padre
del Psicoanlisis, el
cual estuvo orientado a pesquisar en Freud, una concepcin sobre
la madre en
relacin con la hija; propsito que hizo inevitable abordar
diversas tpicas
freudianas como el deseo, la pulsin y la sexualidad, conducentes
a dar cuenta de
la madre como quien despierta los primeros afectos y lo hace va
la palabra y el
cuerpo. El examen de la relacin de la madre con la hija sigue
siendo esta va,
-
8
nos orienta a la explicacin de su funcin como algo que compete
al despertar de
las zonas ergenas y de la sexualidad en dicha hija.
En este captulo, igualmente, se ha establecido lo que podra ser
un contrapunto
entre lo acontecido en la relacin madre- hija con la relacin de
la madre con el
hijo varn, lo cual, en ambos casos, no es sin la relacin
parental.
El captulo tres, tiene su ncleo en dar cuenta de algunos
elementos que en
Jacques Lacan, permiten un decir sobre la madre, abordada en un
sentido del
objeto, que en psicoanlisis se asume como causa en el sentido
libidinal, es decir
aquello a lo que se orienta el deseo.
Este captulo permite dilucidar una funcin de la madre situada no
en el nivel de la
necesidad, sino del deseo que se introduce en la demanda.
Demanda en la que el
nio, imaginariamente, es puesto como el objeto que le falta a la
madre, y lo que le
falta es el falo. El hijo se introduce, a manera de seuelo, para
dar a la madre la
ilusin de completud, constituyendo una experiencia primordial
para el sujeto en la
que la madre se instaura como funcin posibilitadora del
deseo.
Desarrolla este captulo, en los tres tiempos del Edipo en Lacan,
la metfora
paterna, esclareciendo la funcin del padre en la privacin de la
ilusin flica tanto
en la madre como en el nio, funcin con la cual priva a la madre
de tener el falo a
travs del hijo y a este de ser el falo que le falta a ella.
Asimismo, tiene lugar en
este captulo la funcin del Nombre del padre como significante de
la ley, es decir,
como quien porta la ley estableciendo las consecuencias de ello
para el nio y
para la nia.
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9
En este captulo de igual manera se dar cuenta de la posicin
asumida por la
nia en la que se afirma que esta se queda a la espera de que
aquel que lo tiene
efectivamente se lo d, lo que la deja en una posicin de
dependencia en tanto no
obtendr del padre lo que espera y tampoco lo ha obtenido de la
madre, esta falta
conducir a la nia hacia una posicin subordinada, que no ser
sin
consecuencias para ella.
El captulo cuatro se ocupa de hacer un anlisis sobre la relacin
madre-hija, para
lo cual se sirve de Freud con su bellsimo texto La interpretacin
de los sueos,
as como de algunos psicoanalistas post freudianos, de quienes se
retoman
elaboraciones tericas y vietas clnicas en el campo preciso de la
relacin madre-
hija.
A la altura de este captulo es plausible afirmar que no puede
hablarse de la
madre en sentido singular, sino de la madre en el orden de lo
plural, tambin que
la relacin con la madre no es igual cuando se trata de un hijo
varn a cuando se
trata de una hija. Al respecto afirma Freud Slo la relacin con
el hijo varn brinda
a la madre una satisfaccin irrestricta; es en general la ms
perfecta, la ms
exenta de ambivalencia de todas las relaciones humanas.2 Se
esclarecen algunos
de los impasses que para una mujer se localizan en la relacin
con la madre, de
igual manera se precisa como los efectos que para una mujer
tiene la relacin con
su madre son inconscientes y por lo tanto susceptibles de
abordar en la clnica.
Se precisa que en este cuarto captulo, aunque la investigacin es
documental,
hemos decidido servirnos del decir espontneo de mujeres,
quienes, en distintos
momentos, en conversacin informal con la autora de la presente
investigacin, al
conocer la pregunta que nos orienta, coincidieron en una
respuesta inmediata que
2 Freud, Sigmund, Conferencia sobre Femineidad. En: Nuevas
Conferencias de Introduccin al Psicoanlisis. Obras completas
Volumen 22. Bs. As., Amorrortu, editores. 1932- 1936. p.124
-
10
evocaba un Jummmm. Asimismo se trae una escena callejera
referida al trato de
una madre a su pequea hija; escena que captur la atencin de la
investigadora
y que, con la observacin anterior, se traen en esta investigacin
con un propsito
ilustrativo, analtico de lo que se puede anudar en la relacin
madre-hija.
El captulo cinco se sirve de la obra literaria La Pianista de la
austriaca, Elfriede
Jelinek, quin narra la historia de una mujer que vive con su
madre, con quin
tiene una relacin de amor y odio, en la que cada una se anuda en
el goce del
Otro. La obra permite ilustrar e incorporar nuevos elementos de
anlisis respecto a
las vicisitudes que acaecen en la relacin madre-hija.
En esta historia se evidencia la inoperancia, en cuanto a la
relacin madre hija,
del significante del Nombre del padre. La madre, por donde se le
mire, no logra
situarse como una mujer causa de deseo de un hombre, en tal
sentido, la posicin
a la que mejor ajusta su satisfaccin como madre, es la
correspondiente a la
devoracin. Aqu la devoracin remite al hecho de haber impedido
por todos los
medios que su hija se hiciera a una vida propia, cuestin que
implica una
catstrofe subjetiva.
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11
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIN
............................................................................................................................
13
1. CAPITULO UNO: ESTADO DE LA CUESTIN
...............................................................
20
1.1 La madre segn algunas mitologas y tradiciones religiosas
.................................. 21
1.2 La madre segn un relato en la mitologa mestiza
................................................... 28
1.3 La madre desde otras perspectivas disciplinarias
..................................................... 36
1.4 La madre desde algunos autores psicoanalistas
...................................................... 44
2. CAPITULO DOS: SOBRE LA MADRE EN FREUD
.......................................................... 54
2.1 La madre: de la funcin social al acontecimiento psquico
...................................... 54
2.2 Madre, deseo, amor y pulsin
......................................................................................
55
2.3 El deseo una mocin vinculada al amor del Otro que habla
................................... 59
2.4 La madre el primero y ms intenso objeto de amor
.................................................. 62
2.5 Relacin parental
............................................................................................................
64
2.6 La relacin madre - hijo
.................................................................................................
68
2.7 Hostilidad: una consecuencia en la relacin madre-hija?
..................................... 73
3. CAPITULO TRES:
..................................................................................................................
77
SOBRE LA MADRE EN LACAN. APUNTES QUE HILAN UN DECIR EN LA
RELACIN
MADRE - HIJA
................................................................................................................................
77
3.1 La madre: funcin y agente. Ida y Vuelta Entre Freud y Lacan
.............................. 77
3.2 Los tres tiempos del Edipo: a propsito de la relacin
madre-hijo/hija .................. 79
3.2.1 La triada imaginaria: Primer tiempo del Edipo
................................................... 79
3.2.2 La Privacin: Segundo tiempo del Edipo
............................................................ 81
3.2.3 Nombre del Padre: Tercer tiempo del Edipo
...................................................... 83
3.3 La envidia flica en tanto afecto femenino
.................................................................
84
3.4 Ms all de la madre
......................................................................................................
88
3.5 Madre, presencia-ausencia
...........................................................................................
90
3.6 El deseo de la madre: eso inconsciente capaz de devorar
..................................... 93
-
12
3.7 Madre Mujer Deseo
.................................................................................................
95
4. CAPITULO CUATRO
.............................................................................................................
98
RELACIONES DE MADRES E HIJAS. UNA PERSPECTIVA PSICOANALTICA
.............. 98
4.1 El odioamoramiento un afecto en la relacin madre - hija
....................................... 98
4.2 El amor una necesidad en la subjetividad del sujeto
.............................................. 102
4.3 La relacin madre-hija un nexo ntimo y devastador?
Perspectiva clnica ....... 105
4.4 Explorando los hilos del Jummm!
.............................................................................
110
5. CAPTULO CINCO
...............................................................................................................
114
LAS RIENDAS DE LA MADRE, DEVUELTA A ELLA:
.......................................................... 114
UNA MIRADA DESDE LA PIANISTA, NARRATIVA DE ELFRIEDE JELINEK
................. 114
5.1 Ausencia del padre, un riesgo para la hija
...............................................................
115
5.2 La hija un escupitajo del entusiasmo materno
......................................................... 116
5.3 Una pianista de fama mundial versus afirmacin sexual de la
hija ...................... 118
5.4 La hija y la relacin parental
.......................................................................................
120
5.5 La hija de camino a casa, siempre va a casa
.......................................................... 121
5.6 Perder Un intento fallido de ganar, para quedar anclada?
.................................. 122
5.7 La hija y su vida: un discreto arancel que cobra la madre
..................................... 123
5.8 Las riendas de la madre, eso que no cesa de tensar
............................................. 125
5.9 Mirar sin tocar. Un sin - sentido cuerpo para gozar
................................................ 127
5.10 El cuerpo cortado: Un real efecto del Otro materno
............................................... 128
5.11 Ms all del principio del placer, el goce
..................................................................
130
5.12 Un hombre en el propio nido. Un amor egosta
....................................................... 131
5.13 Amor, posesin y devoracin: Un entramado de imaginarios sin
encuentro ...... 133
CONCLUSIONES
.........................................................................................................................
139
BIBLIOGRAFIA
.............................................................................................................................
142
CIBERGRAFIA
..............................................................................................................................
151
-
13
INTRODUCCIN
Puntuaciones introductorias a la relaciones de madres e hijas.
Una
perspectiva psicoanaltica
La historia que se trae en el epgrafe de este trabajo, y que nos
transmite el poeta
Khalil, advierte, sin duda, de lo enigmtico de la relacin
madre-hija, posibilitando
el inicio de este trabajo, en el que se ir destejiendo un
ideario social segn el cual
a travs de la maternidad la mujer realiza integralmente su
destino biolgico y que
la caracterstica esencial de una madre es dar amor, cuidados y
proteccin.
Ejemplos que ilustran este ideario, tienen lugar en la
literatura, la poesa, las
canciones. Sin embargo, literatura oral como la mitologa, la
tragedia, los cuentos,
dan cuenta de algo que, al parecer, no se inscribe en el todo
amor de la madre.
Si bien encontramos all versiones que la refieren como fuente de
vida, tambin
hay representaciones de la madre como un ser capaz de odiar y
destruir,
encarnadas principalmente en las malvadas madrastras de los
cuentos de hadas;
o en cuentos infantiles como Caperucita Roja, quin parece ser
arrojada por su
madre a las fauces del lobo.
El campo de reflexin del que se ocupa esta investigacin, sin
duda resulta
polmico, al pretender abordar al sujeto madre, no en la
perspectiva sacrosanta de
la cultura, un ser capaz de la abnegacin y el sacrificio; sino
desde el
psicoanlisis, campo en el que es posible desmitificar el ideal
social de un amor
absoluto y sacrificial presente en la madre.
En Moiss y la religin monotesta, Freud alude a la madre como
quien no slo
nutre, sino tambin cuida, y provoca sensaciones corporales tanto
placenteras
-
14
como displacenteras3. Referencias de las cuales se sugiere una
dimensin de la
madre que la sita como objeto de amor, asimismo en una funcin de
cuidado,
pero tambin del lado de lo subjetivo al referirse al placer y
displacer que ella
provoca. Anota Freud: En estas dos relaciones arraiga la
significatividad nica de
la madre, que es incomparable y se fija inmutable para toda la
vida, como el
primero y ms intenso objeto de amor.4
Plantea Freud la necesidad de explicar la ligazn madre - hija,
situando qu de
especfico existe en sta que no se presenta en la relacin con el
hijo varn, o se
presenta de manera diferente. Idea sobre la cual postula como
ncleo la diferencia
anatmica, diferencia que supone el complejo de castracin, del
cual la hija hace
responsable a la madre.
Sugiere ello una actitud hostil tambin de la hija hacia la
madre, soportada en una
pregunta por el ser mujer que circula de una a otra, bifurcndose
hacia la
edificacin de la hija como sujeto o la dependencia hacia la
madre. Al respecto
afirma Freud: en la dependencia de la madre se halla el germen
de la posterior
paranoia de la mujer, es que muy bien parece ser ese germen la
angustia,
sorprendente pero de regular emergencia, de ser asesinada
(devorada?) por la
madre5 En igual direccin nos advierte Lacan, sobre el estrago
que en la mayora
de mujeres resulta la relacin con la madre6. Decir la mayora de
mujeres da
lugar al no todas, sugiriendo diferencias en la manera como se
decide este nexo.
La madre es uno de los puntales de mltiples desarrollos
psicoanalticos. En el
contexto de esta investigacin resulta indispensable establecer
cules son los
aspectos centrales y decisivos de la madre en la relacin con la
hija. En la
conferencia 21 sobre Desarrollo libidinal y organizaciones
sexuales, Freud se
3 Freud, Sigmund. Moiss y la religin monotesta. En Obras
completas, Volumen 23, Ed. Amorrortu, Bs. As, Argentina, p. 188 4
Ibd. 5 Freud, Sigmund. Conferencia sobre sexualidad femenina. En
Obras Completas, Volumen 21, 1931, ed. Amorrortu, Bs. As.,
Argentina, p. 229 6 Lacan, Jacques. Escansin N 1. Publicacin
Psicoanaltica. Ed. Paids, Buenos Aires, Argentina, 1984, p. 35
-
15
refiere a la madre como aquella que cuida de todas sus
necesidades a su hijo7;
sin embargo, no se trata solo de la satisfaccin de la necesidad
porque igualmente
agrega en el texto referido que la madre satisface deseos
anmicos, atribuyndole
una funcin no solo nutricia sino tambin amorosa.
Por su parte, Lacan, en el Seminario 17 El Reverso del
psicoanlisis, refirindose
a la madre afirma que la madre [] Es estar dentro de la boca de
un cocodrilo,
eso es la madre.8 de la misma forma anota [] el rol de la madre
es el deseo de
la madre.9
Tejiendo un horizonte en la investigacin
Esta investigacin propone dar respuesta a la pregunta Qu
consecuencias
psquicas tiene para algunas mujeres la relacin con su madre?
Para lograr transitar en el sentido de esta investigacin, se
proponen los
siguientes objetivos:
Explorar la concepcin que sobre la madre plantea el
psicoanlisis,
esclareciendo los resortes que anudan la relacin madre-hija.
Puntuar qu consecuencias psquicas tiene para algunas mujeres
la
relacin con su madre.
Discernir factores que ilustren la relacin madre-hija, en la
lectura de
pasajes de la obra literaria La Pianista.
7 Freud. Sigmund. Desarrollo libidinal y organizaciones
sexuales, En: Obras completas, volumen 16. Ed. Amorrortu, Bs. As.,
Argentina, 1976, p. 303 8 Lacan, Jacques. El reverso del
psicoanlisis. Editorial Paids. (1969 1970). Buenos Aires.
Barcelona. Mxico. p. 118 9 Ibd,
-
16
Descifrando la pregunta de investigacin
La pregunta que orienta esta investigacin y que precisa por las
consecuencias
psquicas que tiene para algunas mujeres la relacin con su madre,
implica,
adems de una concepcin sobre la madre, los conceptos de mujer y
transmisin.
Se propone una alusin a cada concepto, exceptuando el
concerniente a la madre,
en tanto este es eje nucleador en la investigacin. Hecha esta
aclaracin, se alude
entonces a la transmisin, concepto implicado en la pregunta, en
tanto no hay
consecuencias sin transmisin. La transmisin remite a la
conduccin, a llevar por
un tiempo, a hacer pasar de una persona a otra10. Representa una
manera de
ser, hacer y pensar a partir de la propia experiencia, es decir,
se transmite algo
que se tiene y se es. Sobre un testimonio de pase, en el que se
regla una apuesta
de transmisin, Alicia de Pizani, citando a Carmen Gallano dice
un saber
transmitido incluye la causa de un sujeto, cuando ese saber,
adems de efectos
de enseanza, provoca efectos de deseo.11
De otro lado es necesario por lo menos un decir referido a la
mujer, en tanto es
ella el sujeto implicado en las consecuencias psquicas que
supone la relacin con
la madre. Aclarando que solo se har una breve referencia en
tanto la mujer es
objeto de grandes e inacabadas elaboraciones en el campo del
psicoanlisis,
soportadas en una referencia freudiana segn la cual Freud le
confiesa a Mara
Bonaparte: El gran interrogante que nunca ha sido respondido y
que hasta ahora
yo no he podido responder, pese a mis treinta aos de indagacin
del alma
femenina, es: Qu demanda una mujer?12
10 De Pizani, Alicia. El Sntoma y la mujer En: El Crecimiento de
la Escuela. Escuela del Campo Freudiano de Caracas, N 23, 1997, p.
51 11 Gallano, Carmen. Citada por de Pizani, Alicia. p. cit. p. 53
12 Ibd., Nota de pie de pgina, en: Nota Introductoria, p. 262
-
17
Asimismo se trae a Lacan quin en su escrito Juventud de Gide o
la letra y el
deseo13 se refiere al acto de Medea como el de una verdadera
mujer en su
integridad de mujer14, La mujer se presenta como portadora de un
gran enigma.
El mtodo, una cuestin de eleccin y tica en el psicoanlisis
Todo saber requiere de un mtodo. En este sentido se trae a
Ferrater Mora quien
anota: "Un mtodo adecuado no es slo un camino, sino un camino
que puede
abrir otros, de tal modo que, o se alcanza el fin propuesto, o
se alcanzan inclusive
otros fines que no se haban precisado"15 lo cual exige una
eleccin adecuada de
la metodologa, acorde con la teora en la que se inscribe la
bsqueda de saber.
El saber en esta investigacin se soporta en un principio
psicoanaltico de no
universalidad. Es decir, no descuida que el psicoanlisis en la
lectura y anlisis de
un fenmeno se orienta por el principio de no para todos.
Respecto a la dimensin tica, esta se inscribe en el bien decir,
que implica el arte
del bien leer y de la escritura. As la lectura de fuentes se
asumi desde una
posicin orientada a no reducir la investigacin a una descripcin
del fenmeno,
sino que se preocup por la captura de las lgicas discursivas,
para lo cual se
propuso tomar como objeto de lectura el texto mismo en su
literalidad; es decir,
hizo un esfuerzo por la lectura intratextual.
Sobre la lectura intratextual, afirma Juan Fernando Prez, es
indispensable
para un bien leer.16 El bien leer implica despojarse de saberes
preconcebidos y
situarse en una genuina posicin de ignorancia. Contina Prez, la
lectura
intratextual exige como condicin mnima, pero no nica, una
posicin tica como
13 Lacan, Jacques: "Juventud de Gide o la letra y el deseo"
(1958), Escritos 2, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 2005,
pp. 719-743. 14 Ibd. 15 Ferrater Mora, Diccionario de filosofa. Ed.
Ariel, Barcelona, 1994, con adiciones del autor So Paulo, 2001 16
Prez, Juan Fernando. Elementos para una teora de la lectura. Dcto.
spi, p. 2
-
18
lector, un poco de buena voluntad, de esfuerzo, en especial para
poner en
suspenso, al leer, algunos preconceptos.17 Lo que en este caso
para la
investigadora result complejo, en tanto signific enfrentarse de
manera constante
a prejuicios tericos devenidos de una formacin y prctica social
e inscrita en el
feminismo.
Con este marco de referencia, es importante precisar la ruta
metodolgica con la
que se fue tejiendo un saber y un decir en esta
investigacin:
Elegido el tema de investigacin se explor en la obra freudiana
las referencias a
la madre y a la relacin madre hija; proceder llevado a cabo
tambin con la obra
de Lacan en su primera enseanza, pesquisa tras la cual se eligi
trabajar el
seminario IV, La relacin de objeto que Lacan dedica a la relacin
con la madre,
as como algunas referencias del seminario V, Las Formaciones del
inconsciente.
El recorrido hecho por la Obra de Freud y de Lacan y el
ordenamiento de la
informacin, permiti esbozar la estructura de la
investigacin.
As se establece la construccin de cuatro captulos, adems del
Estado de la
cuestin que constituye el primer captulo, seguidamente se
plantea un segundo
captulo en el que se aborda la madre en Freud y el tercero sobre
la madre en
Lacan, ello a fin de esclarecer las tpicas de uno y otro autor
con relacin a la
madre y en la relacin madre hija. Este tejer y destejer en Freud
y Lacan, fue
arrojando insumos para establecer otro captulo que de manera
especfica se
centrara en abordar la relacin madre hija.
Es importante anotar que para construir este captulo, el cuarto,
nos servimos,
adems, de referencias de otros psicoanalistas, no incluidos en
el Estado de la
cuestin por la pertinencia de sus aportes con relacin a la
pregunta que orienta
esta investigacin, aportes puntuados desde el campo preciso de
la clnica. As
mismo, se incluye un apartado construido a partir de situar
elementos derivados
17 Ibd. La primera enseanza de Lacan puede situarse ms o menos
hasta el seminario 19
-
19
de la escucha y observacin espontnea, por parte de la
investigadora, de algunos
dichos y situacin callejera, que por su pertinencia con el tema
se hila como
ilustracin de los impasses en la relacin madre-hija.
La construccin de estos cuatro captulos permiti anudar un saber
en el sentido
de la pregunta de investigacin, saber a partir del cual se eligi
ilustrar algunas
consecuencias psquicas que para una mujer tiene la relacin con
su madre, a
partir de la lectura de una obra literaria, con la cual se
ilustra los impasses
producidos en la singularidad de Erika y la relacin con su
madre, esclareciendo la
posicin de una y otra frente a lo que bien puede inscribirse
como una modalidad
del estrago materno.
La investigacin sita las consecuencias psquicas que para algunas
mujeres tiene
la relacin con su madre, desde los campos del estado de la
cuestin, la
singularidad de la clnica, la escucha-observacin espontnea y el
anlisis de una
obra literaria. Campos que se orientan en Freud y Lacan guiados
por el principio
psicoanaltico del no para todos.
Finalmente, la composicin de esta investigacin pas por la
valoracin del
pensamiento propio y la posibilidad de la palabra, traducida al
difcil arte de la
escritura y de la escritura con el psicoanlisis, en la que a lo
sumo se puede
comprometer un ejercicio del bien decir.
-
20
1. CAPITULO UNO: ESTADO DE LA CUESTIN
La presente investigacin centra su inters en la pregunta por las
consecuencias
psquicas que tiene para algunas mujeres relacionarse con alguien
a quien
considera su madre. Para establecer qu saber hay acumulado sobre
esta
relacin, se ha hecho un recorrido por tradiciones mitolgicas de
diferentes
pueblos, en diversos momentos. De Egipto, Grecia e India, se
traen relatos
relevantes sobre la madre, con sus nociones de lo sagrado y lo
profano para
explicar las relaciones de amor, odio, vida y muerte.
Ha de aclararse que en esos relatos no se agota el universo
mitolgico referido a
la madre, en tanto de ella tambin se han ocupado la literatura,
el cine y productos
culturales como los cuentos de hadas. Asimismo, en las
sociedades mestizas se
encuentran relatos mitolgicos sobre la madre, se ha elegido el
malinchismo,
para hacer referencia a tradiciones culturales y religiosas que
se fusionan; en este
caso, en la figura de la Virgen del catolicismo legado por Espaa
a pueblos
mestizos de Centroamrica, y que, sin duda, como se ver, en algo
competen a la
madre y su relacin con la hija.
La tradicin mitolgica y religiosa, ha sido referente de
transmisin de un
repertorio de smbolos propios de tales saberes, a las
principales culturas, donde
la madre ha llegado a ser objeto de reflexin para algunos
dominios disciplinarios
de las ciencias sociales, tales como la sociologa y la
antropologa. Estos campos
del saber son ineludibles en el abordaje de una investigacin que
tiene la
pretensin de situar la relacin madre hija en un saber
disciplinario especfico
como es el psicoanlisis, lugar desde el cual se orienta esta
investigacin
buscando dar respuesta a la pregunta Qu consecuencias psquicas
tiene para
algunas mujeres la relacin con su madre?
-
21
1.1 La madre segn algunas mitologas y tradiciones religiosas
Lograr desenmaraar algo sobre lo que acontece en la relacin
madre-hija,
implica un acopio referido a la concepcin que sobre la madre se
ha construido
en algunas culturas en la humanidad, a fin de situar algunos
puntales histricos
y socio-culturales que soportan la dimensin de la madre y los
factores que la
sostienen generacin tras generacin.
Es as como viajamos por algunos pasajes de la mitologa y de
tradiciones
religiosas, pesquisando versiones sobre la madre. Iniciamos en
Egipto antiguo,
lugar de donde se destaca una versin de la madre personificada
en la diosa
Hathor:
En los mitos se refieren a ella tanto como madre e hija de Ra,
as, como madre
da a luz al Sol a travs de la humedad de la niebla (confusin) ()
su aspecto
es maternal y tambin es una personificacin del cielo nocturno.
Representaba
la vaca que haba alumbrado al mundo y todo lo que en l hay
contenido, que
nutre a los seres (). Como hija, es su Ojo solar, el intenso
calor del sol que
puede matar, la leona feroz que viva en el desierto, capaz de
acabar con la
vida18.
Esta diosa puede ser considerada a veces como madre y otras como
hija;
simbolizada como madre, da a luz y amamanta, es la Madre divina
que
renueva todo lo existente19 y en tanto hija, es representada
como mujer
poderosa, terrible y aniquiladora, fue enviada por Ra para
castigar a la
humanidad por dejar de rendirle culto20. Pudiera sealarse en el
mito una
dimensin en la madre que se fusiona con la hija, pero que admite
una suerte
de divisin entre la madre generadora de vida y una capacidad que
posee la
hija en la que se implica la destruccin.
18 THODE, Rosa. La tierra de los Faraones. Religin. El Panten.
Disponible en:
http://www.egiptologia.org/mitologia/panteon/hathor.htm Consulta,
enero 2014 19 Ibd. 20 Ibd.
http://www.egiptologia.org/mitologia/panteon/hathor.htm
-
22
De Egipto, se ha pasado a Grecia, de su mitologa se trae a Gea,
primera Deidad
que existi despus de Caos. Se lee en el Diccionario mitolgico:
[] Homero
saluda a Gea como la madre de los dioses y la ensalza como
origen de la especie
humana.21 Al ser Gea la madre de los dioses y quien da origen a
la especie
humana, se le considera Madre Universal. Se destaca de ella su
poder portador de
los principios creadores de la vida: Ella sola engendr a Urano
(el Cielo) que la
cubre al igual que Ponto (el mar).22 La expresin ella sola le
confiere una
condicin de omnipotencia al engendrar sin necesidad de otro y
revestirla de
principios que la sitan del lado de la vida, de la creacin; as
Gea es enaltecida
como madre universal de la humanidad.
Otra diosa griega asociada a la madre, es Demter. Madre de los
granos y de las
cosechas: No solo madre de todos los seres, dioses y hombres,
sino del grano y
de una hija misteriosa, una doncella, robada a su madre y luego
devuelta [] No
era un secreto la pena de Demter por el rapto de su hija. Por
eso fue considerada
en la modernidad, mater dolorosa griega23.
As se relata su suerte:
Cuando su hija Persfone fue raptada por Hades, el dios del mundo
subterrneo,
el dolor de Demter fue tan grande que descuid la tierra; no
crecieron plantas y el
hambre devast el universo. Consternado ante esta situacin, Zeus,
el regidor del
mundo, pidi a su hermano Hades que devolviese Persfone a su
madre [] Feliz
de reunirse de nuevo con su hija, Demter hizo que la tierra
produjese flores
primaverales y abundantes frutos y cereales para las cosechas.
Sin embargo, su
dolor retornaba cada otoo cuando Persfone tena que volver al
mundo
subterrneo. La desolacin del invierno y la muerte de la
vegetacin eran
21 Cauelo, Susana, Ferrer, Jordi. Diccionario mitolgico, en:
Mitologa Griega y Romana. Ed. Optima, Barcelona, Espaa, 2003. p.
267 22 El Mito de Gea. Mitos y Leyendas. El sitio Web de mitologas
y leyendas. Tema por: Theme Horse Mediante: WordPress. Disponible
en: http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/grecia39/
Consultado febrero de 2014 23 Kernyi, Karl. Eleusis, Imagen
arquetpica de la madre y la hija. Ed. Siruela, Madrid, Espaa, 2003,
p. 57
http://themehorse.com/http://themehorse.com/http://wordpress.org/http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/grecia39/
-
23
consideradas como la manifestacin anual del dolor de Demter
cuando le
arrebataban a su hija24.
El mito seala dos afectos presentes en la madre: de un lado, el
dolor por la
prdida de la hija que se traduce en un poder generador de
desolacin y muerte
sobre la tierra; y de otro lado, la felicidad que para la madre
significa el
reencuentro con la hija, y que se revierte en una fuerza capaz
de asegurar la
preservacin de la vida. Segn este mito, Demter puede tanto crear
como
devastar y estos poderes se asocian a su condicin de madre,
madre de una
hija amada. Se podra decir que la diosa da cuenta de sus poderes
en el
contexto de su relacin con la hija.
En las referencias sealadas, los mitos conceden a la madre
atributos sagrados
como la fuerza, el poder y el amor para ser fuente de vida de
dioses y seres
vivos por igual, pero tambin la hacen portadora de una dimensin
destructora.
Se subraya en los mitos de Hathor y Demter una particular
relacin que une a
la madre con la hija; en el primero, los poderes atribuidos a la
diosa - madre
cumplen funciones diferentes segn provengan de la representacin
de la
madre o de la hija, una generadora de vida y otra asociada a la
capacidad de
destruir. En Demter, su dolor o su felicidad devienen de la
prdida y
recuperacin de la hija, y tienen consecuencias de destruccin o
de vida,
cclicamente.
En este sondeo por lo mitolgico, tambin se indag algo de la
mitologa hind,
relato donde emerge una versin de la madre en la diosa Durga,
creada mediante
una combinacin de los poderes de Shiva25 y Vishnu26 para que
destruyera al
demonio que estaba acabando el equilibrio del mundo, en una
guerra entre el
24 Mitologa Griega, Dioses y Leyendas, [en lnea], s.d.
Disponible en:
http://mitologiagriegainfo.blogspot.com/2010/08/demeter.html
Consulta: enero de 2014 25 Dios de la destruccin. Su papel es traer
la destruccin de la creacin para que todo pueda ser creado
nuevamente. s.d. [en lnea], disponible en:
http://www.ecured.cu/index.php/Diosa_Durga, consulta febrero 2014
26 Principal Dios del hinduismo. Preservador de la bondad. Venerado
como creador, preservador y destructor del universo. Ibd.
http://mitologiagriegainfo.blogspot.com/2010/08/demeter.htmlhttp://www.ecured.cu/index.php/Diosa_Durga
-
24
conocimiento y la ignorancia, la verdad y la mentira, el opresor
y el oprimido. De
esta diosa se dice:
Posee gran sabidura y compasin para todos sus hijos, incluso
aquellos que por
su comportamiento se han convertido en demonios. Diosa compasiva
que sanea y
reestablece el orden. Madre del universo a su vez madre de todo
cuanto existe ya
sea visible o invisible, tangible o intangible, positivo o
negativo. Es considerada la
fuerza que est detrs de la creacin, la preservacin y la
destruccin del mundo.
Venerada como el Poder Supremo del Ser Supremo27
En esta diosa tiene lugar una representacin de la madre
cumpliendo una funcin
de ordenamiento y preservacin del equilibrio en el mundo. Madre
del universo
revestida de poder que preserva la vida y la destruye; poderes
atribuidos tambin
a las diosas Hathor y Demter sugiriendo, en la mitologa, una
dimensin
todopoderosa de la madre, asociada a su don de dar y quitar,
crear y destruir. La
vida y su destruccin parecen ser dimensiones implicadas en
algunas de las
versiones mitolgicas sobre la madre.
Volvamos a Grecia, lugar de dnde ya se ha referenciado algo de
su mitologa,
para servirnos ahora de la tragedia y dilucidar en ella una
muestra con relacin a
la madre. En la obra Eurpides y la Medea28 se narra la historia
de Medea, a
quien se describe como la hechicera, brbara que ayud a Jasn a
conquistar el
vellocino de oro, se cas con l, tuvo dos hijos. Aos despus de
haber llegado
desterrados a Corinto Medea descubre la infidelidad de Jasn,29
herida, decide
vengarse de su esposo, considera absolutamente necesario
causarle el mayor mal
a Jasn y para ello concluye asesinar a sus hijos, no obstante
saber que este acto
la devasta:
[] rompo a llorar ante una accin como la que a continuacin, yo
habr de
ejecutar: matar a mis hijos [...] Qu necesidad tengo yo de
afligir a su padre con
27 Diosa Durga, Ecured: conocimiento con todos y para todos,
s.d. [en lnea], disponible en:
http://www.ecured.cu/index.php/Diosa_Durga, consulta febrero 2014
28 Calvo Sotelo Joaqun, Eurpides y la Medea, en: Teatro Griego.
Grandes Clsicos Universales. Espaa, Crculo de Lectores, 1982 pp.
266 -276 29 Ibd., p. 231
http://www.ecured.cu/index.php/Diosa_Durga
-
25
la desgracia de stos, procurndome dos veces un mal tan grande?
[] Es
absolutamente necesario, decidido est el asunto, y no habr
escapatoria30
El acto de Medea no puede leerse como una manifestacin de odio y
destruccin
hacia sus hijos, ms bien nos indica que una madre no est siempre
inscrita de un
modo absoluto, en una posicin de cuidado y proteccin haca los
hijos. Medea,
ante la traicin de su esposo, se sita por fuera de la madre
cuidadora y da lugar a
una dimensin destructora, que en el mito alude a una posicin de
mujer que,
sintindose traicionada, es empujada a olvidarse de una funcin
protectora de sus
hijos, dando paso a una vertiente de la pasin que no se deja
dominar por la razn
y que clama vengar la traicin de la que ha sido objeto por parte
del hombre a
quien ama. As lo describe el poeta:
Comprendo cuan malvadas son las acciones que voy a ejecutar,
pero ms fuerte
que mis pensamientos es esta pasin que causa a los mortales las
mayores
desgracias [] Una desgraciada mujer es lo que soy yo!.31 Medea
Reconoce que
su accin es malvada, pero es ms fuerte que su razn de madre su
pasin de
mujer engaada, as que desde ese lugar se entrega a causar la
peor desgracia a
sus seres hasta ese momento ms amados.
La dimensin destructora de la madre en las distintas mitologas
examinadas
hasta aqu; o sea la egipcia, la hind y la griega, es algo que no
deja de ocupar un
lugar primordial, como si se tratara de un real oscuro y
misterioso que habita en
algn lugar de la madre y que no logra ser domeado por su lado
amable de
cuidado y proteccin. En la tragedia griega, con Medea, parece
advertirse, por
ejemplo, una pasin incontenible que empuja a una accin criminal
que recae
sobre los ms ntimos. No se trata en ella de un arrebato criminal
que indique una
prdida temporal o definitiva del juicio moral, sino de una accin
que se produce
cuando en ella aflora un modo de pensar que ya no es de madre
sino de mujer. La
mujer que aflora en Medea es una mujer mancillada por la
infidelidad, una mujer
traicionada en el mismo lugar en que haba sacrificado cosas
entraable por ser
30 Calvo Sotelo Joaqun, p. cit. 31 Ibd., pp. 276, 280
-
26
consecuente con su condicin de compaera. En ese instante de
engao atroz se
olvida de que es madre para ejecutar el acto mortal. Contina el
autor:
Ea, vamos, rmate, corazn mo! [] Desdichada mano ma, coge la
espada,
cgela, avanza hasta esta dolorosa barrera de mi vida y no seas
cobarde ni te
acuerdes de tus hijos, de que son tus seres ms queridos, de que
t los
alumbraste! Aunque sea por un instante, olvdate de tus hijos y
despus llora.
Una desgraciada mujer es lo que soy!32.
Lo que se advierte en Medea es cmo ella se divide entre el amor
de madre y el
dolor como mujer. Medea ama a sus hijos aunque se sirva de ellos
para vengarse
de Jasn, as la destruccin no la dirige a ellos sino a l, a su
esposo. Si lo que
lleva a Medea a cometer este acto es una posicin como mujer,
herida por la
traicin y animada por el deseo de venganza, podra aventurarse
una dimensin
de hostilidad y odio proveniente de la mujer y no de la madre,
pues Medea implora
olvidarse por un instante de que son sus hijos y lograr as
dirigir la espada hacia
ellos, favorecida por el peso de la traicin de Jasn, es decir,
por la fuerza que
emana de sus sentimientos como mujer, mujer que ama a un hombre
y que
descubre cmo ste ama a otra. Hay otra mujer que es amada por
l.
El descubrimiento de ese amor traidor, desata en Medea la accin
contra sus
hijos. Podra decirse que hay en ella un sufrimiento que no puede
ser suplido por
la palabra, una muestra de imposibilidad que encuentra salida en
una disolucin
del lazo social y la lleva a una accin sin lmite, en la que su
condicin de madre
no es suficiente para detener la represalia, porque esta ha sido
dirigida contra
Jasn depositario de la venganza de Medea.
Pueden derivarse de la tragedia de Medea por lo menos dos
razonamientos: de un
lado, situar como ante la certeza de que el hombre amado dirige
su amor a otra, la
mujer herida comete el acto mortal, aunque ste devasta a la
madre, sugiriendo no
solo una disimilitud entre la madre y la mujer; tambin advierte
de la rivalidad que
en una mujer puede desatar la presencia de otra. Ahora bien, es
necesario
32 Ibd., p. 281
-
27
subrayar cmo esa otra resulta amenazante en tanto disputa el
amor de aquel a
quien se ama.
De otro lado, asumiendo, segn la tragedia de Medea, la presencia
de una
dimensin de hostilidad y odio proveniente de la mujer como tal y
no de la madre,
bien puede dar lugar a preguntar por esta manifestacin en la
relacin madre -
hija, en el entendido de que toda hija lo es de una madre-mujer
y en toda hija hay
una mujer y una posible madre. Sostener este razonamiento
implica develar en
qu circunstancias la hija podra llegar a instituirse como otra
mujer ante la madre,
y este ser un aspecto a indagar en esta investigacin.
Hasta ahora hemos visto en la mitologa la presencia de una madre
poderosa
caracterizada por una funcin creadora, protectora y tambin
destructora, a su
arbitrio. En la tragedia, se escenifica una madre que no se sita
exclusivamente
del lado del amor, el cuidado y la proteccin que se le suele
atribuir con relacin a
su descendencia, afirmacin que admite otra referida a cmo en la
madre hay
tambin una mujer que puede rivalizar o ser rivalizada por otra,
a razn de que
medie la presencia de un hombre; y en tal caso -Medea-,
encontrar la fuerza
necesaria para actuar sin medida; es decir, la mujer que habita
en la madre llega a
una actuacin desbordada en la medida que hay otra que le disputa
algo que crea
tener, en este caso el amor de Jasn.
Este breve recorrido por diversas culturas permite saber algo
sobre la dualidad
mitolgica que rodea la concepcin sobre la madre en relatos de
los que no se
tiene certeza, pero no por ello desestimables en la simbologa
que han construido
y legado de una sociedad a otra y que se han quedado fijados
como referentes
cosmognicos, antropognicos o morales. Ahora bien, la mitologa es
un saber
que no se agota en la poca o cultura referida, en este sentido
se propone un salto
milenario para dar cuenta de una leyenda en la mitologa mestiza
en una poca
ms reciente (ao 1.500) y un contexto latinoamericano -Centro
Amrica-, que
permitir conocer una versin sobre la madre y su relacin con la
hija.
-
28
1.2 La madre segn un relato en la mitologa mestiza
En el inters que centra esta investigacin, nos servimos del
texto Malinche, o el
lado femenino de la sociedad mestiza33, para ilustrar, de un
lado, una nocin sobre
la mujer y la madre, y de otro lado, algo de lo que acontece en
la relacin madre -
hija, segn un relato en la cultura perifrica, conocida tambin
como mestiza, por
su mezcla principalmente indgena y europea, as como por cierto
marginamiento,
debera decirse diversidad, respecto a la cultura occidental. Se
ha elegido el relato
mitolgico alusivo a la malinche, en Mxico, a travs del cual se
hace referencia a
tradiciones culturales y religiosas que se fusionan, en este
caso, en la figura de la
Virgen del catolicismo legado por Espaa a pueblos mestizos de
Centroamrica.
En el texto recin citado, Milagros Palma, relata la historia de
Malinche, narracin
de la cual se retoma su suerte en relacin con su madre. Es de
anotar cmo este
mito se apuntala en una dimensin tripartita, de un lado, un
pueblo que juzga a la
mujer como heredera de la supuesta traicin de una nativa, de
quin se dice
divulg informacin a los espaoles, generando el desprecio hacia
ella. De otro
lado hay que aadir que las mujeres de este pueblo mestizo, no
solo fueron objeto
de violacin por los conquistadores, sino que tras la violacin,
los varones de esta
comunidad, las consideraron indignas. Un tercer aspecto se
refiere al culto que se
le rinde a una tradicin fornea Mara, la madre Inmaculada trada
por los
espaoles. Los indgenas creyndose hijos de madres indignas y
atrados por la
imagen virginal, acuden a su figura buscando con ello limpiar la
supuesta
indignidad que afecta la ascendencia femenina por causa de la
violacin a la que
fueron sometidas las mujeres. Indignidad que se transmite de
madre a hija.
En esta cultura mestiza, una consideracin a la madre es
acentuada en la virgen
de Guadalupe, que se hace madre sin pecado carnal, es ella la
escogida para
33 Palma, Milagros. La mujer en la simblica mtico-religiosa del
pensamiento indio y mestizo en Amrica Latina, En: Luna, Lola G.
(Compiladora) Gnero, clase y raza en Amrica latina: algunas
aportaciones. Comunicacin presentada en el 46 Congreso
Internacional de Americanistas, en el Symposium Barcelona:
Universitat de Barcelona. Seminario Interdisciplinar Mujeres y
Sociedad, 1991, pp. 131-149.
-
29
borrar la indignidad que supone ser hijo de la chingada, que es
la madre violada
en la cultura mexicana. La violacin a la que fueron sometidas
las mujeres, deriv
en su consideracin como seres indignos, y, buscando borrar esta
vergenza, los
varones profundizaron su desprecio por la mujer e impusieron la
veneracin a la
madre del catolicismo, aquella que se hace madre de manera
virginal. Podra
derivarse de all una divisin entre la mujer y la madre, la
primera investida de
indignidad, y la otra, inmaculada, madre virginal, pero en ambas
la adjetivacin
est asociada a una nocin del pecado carnal, bien porque se le
atribuye o bien
porque se le considera libre de l.
Este anudamiento de una valoracin de la mujer como indigna y el
postulado
cristiano de una madre virgen, escinde a la mujer y a la madre y
cubre a la madre
con el poder de un ser superior, segn se desprende de la
enseanza bblica,
cuando en un pasaje del evangelio de San Lucas se lee:
Has hallado gracia delante de Dios. Concebirs en tu seno y dars
a luz un hijo, al
que pondrs el nombre de Jess. [] Mara entonces dijo al ngel: Cmo
puede
ser eso, si yo soy virgen? Contest el ngel: El Espritu Santo
descender sobre ti
y el poder del Altsimo te cubrir con su sombra34.
Mara se hace madre sin la intermediacin del deseo de un hombre,
sin
sexualidad, disponindose a obedecer la voluntad de otro, sin
cuestionamiento:
Yo soy la servidora del Seor, hgase en m tal como has dicho.35
Mara la
madre de Jess, escenificada en la cultura mestiza como la virgen
de Guadalupe,
es designada como madre virginal y en razn de ello santificada,
connotacin que
parece extenderse a las madres. Ya se vern algunas implicaciones
derivadas de
esta tradicin en la institucin de la relacin madre - hija, segn
una versin de lo
femenino propuesta por Palma.
Milagros Palma, refirindose a la veneracin que en la cultura
mestiza se hace a la
virgen de Guadalupe, afirma:
34 Lucas, 1: 26- 38. La Anunciacin, en: La Biblia
Latinoamericana. Eds. San Pablo y Verbo Divino, Madrid, Espaa,
2002, p. 151 35 Ibd.
-
30
[] El culto a la madre virginal, la virgen Mara, se construye
alrededor de la
imagen de la mujer-virgen-madre, nica en su gnero, sin
encarnacin posible de
lo femenino porque la madre no se encarna en la hija, no hay
amor entre ellas, su
devenir divino ser el hijo36.
Aunque la autora, no hace ms desarrollos de la cita anterior,
sin duda, no es
secundaria la idea segn la cual la mujer- virgen- madre es nica
y sin
encarnacin posible de lo femenino, en tanto su devenir divino
ser el hijo varn.
Ntese por los menos dos aspectos en esta cita, de un lado se
conjunta en la
madre dos caractersticas por naturaleza excluyentes: la
virginidad y la
maternidad, no obstante Mara, sin intermediacin de un varn, se
hace madre de
un hijo, y es l quien enaltece a la madre; de otro lado se alude
a cmo no hay
una representacin de hija que honre a la madre, en tanto lo que
se profundiza
con la violacin a las mujeres es un demerito de lo femenino.
Segn la autora, y
volviendo a la Malinche la maldicin es femenina, viene de madre
a hija37
adems, ha dicho Palmas, no hay amor entre ellas, lo que
introduce una
dimensin problemtica en la relacin madre-hija. Se subraya la
alusin a la falta
de amor entre madre e hija, en tanto puede articularse a la
hostilidad y odio
presente en esta relacin, en los cuentos de hadas, tal y como se
ver ms
adelante.
Segn una alusin que la autora retoma de Eduardo Galeano,
Malinche fue
vendida por su madre y a raz de ello la hija est habitada por la
maldad y la
destruccin. Para ilustrarlo, Palma se sirve del libro Memoria
del fuego I, de
Eduardo Galeano, donde se reescribe el mito de la Malinche, y
comenta:
Enseguida veremos que este odio que posee en cuerpo y alma a
Malinche, por el
hecho de su misma infancia [Galeano asevera que su madre la
vendi por
esclava], explicar su capacidad de maldad, de destruccin. Ella
vengar en todo
un pueblo lo que su madre le hizo cuando era pequea.38
36 Palma, Milagros, op. cit., p. 135. En este prrafo, la autora
reconoce que algunos de los conceptos son tomados de Luce Irigaray.
37 Ibd. 38 Palma, Milagros, op. cit., p. 144
-
31
Asumiendo la afirmacin de Galeano, referida a la venta de
Malinche por parte de
su madre, se deriva de ello una consecuencia para la hija
manifiesta en su
comportamiento malvolo y destructor. Aunque en esta versin de la
Malinche no
se conocen las circunstancias y motivos que llevan a la madre a
vender a la hija, si
se tiene noticia de los efectos que en ella produce el acto de
la madre. Acto en el
que la hija justifica la venganza que dirige contra su pueblo
originario,
supuestamente ayudando a los espaoles. Por qu el acto llevado a
cabo por la
madre desata una afrenta contra su pueblo y no hacia la madre?
La narracin no
esclarece los motivos que llevan a la madre a vender a la hija y
aos despus,
baada en llanto, suplicar su perdn. Del relato de Galeano se
conoce que
pasados los aos, la madre implora y obtiene el perdn de su
hija:
Cuando la madre descubre quin es la que ha llegado de visita a
Painala, se arroja
a sus pies y se baa en lgrimas suplicando perdn. La Malinche
detiene la
lloradera con un gesto, levanta a su madre por los hombros, la
abraza y le cuelga
al cuello los collares que lleva puestos. Despus, monta a
caballo y sigue su
camino junto a los espaoles39.
Qu pasiones habitan a una y otra para actuar de la manera
sealada? El relato
de Palmas no lo explicita, no obstante, en otra versin de la
Malinche40, escrita por
Laura Esquivel,41 se narra cmo efectivamente Malinche fue
vendida por su madre
y se describen algunas escenas que echan luz sobre las
motivaciones en la madre
para vender a la hija y lo que este acto produjo en la
pequea.
As lo relata la autora: Cuando Malinalli42 cumpli 3 aos, la
madre olvid el
cumpleaos de la nia y se hizo presente en la casa con un nuevo
seor, quin
39 Estos prrafos son parte del relato encabezado 1523 Painala La
Malinche en el libro mencionado de Eduardo Galeano, que la autora
cita en francs. En la edicin de Siglo veintiuno de Espaa Editores,
se encuentra en las pginas 70 y 71. 40 Obra que en 2008 gan el
premio al mejor audiolibro en espaol que otorga la Asociacin de
Editores de Audio (APA) 41 Esquivel, Laura. Malinche. Santillana
ediciones generales, S.L. 2005. Edicin Punto de Lectura, S.I. 2007,
p. 39. www.puntodelectura.es. Disponible en:
http://www.prisaediciones.com/uploads/ficheros/libro/primeras-paginas/200701/primeras-paginas-malinche.pdf
42 En esta versin, aunque titulada Malinche, la nia se llama
Malinalli.
http://www.puntodelectura.es/http://www.prisaediciones.com/uploads/ficheros/libro/primeras-paginas/200701/primeras-paginas-malinche.pdfhttp://www.prisaediciones.com/uploads/ficheros/libro/primeras-paginas/200701/primeras-paginas-malinche.pdf
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32
ese da le propusiera matrimonio. La abuela paterna de la pequea
le reclam a la
madre por el olvido del cumpleaos:
La madre de la nia, con voz hiriente, le contest: -Todo se
olvida en esta vida,
todo pasa al recuerdo, todo acontecimiento deja de ser presente,
pierde su valor y
su significado, todo se olvida. Ahora tengo un nuevo seor y
tendr nuevos hijos;
Malinalli ser entregada a una nueva familia que se encargar de
cuidarla pues
ella forma parte del fuego viejo que yo quiero olvidar43
Subrayara en este pasaje, una motivacin de la madre, al parecer
originada en el
amor que le profesa a su nuevo seor. Amor presente que le trae
otras ilusiones,
(en las que no niega ser madre de nuevos hijos), ante las cuales
la hija pasa a
formar parte de un pasado que quiere olvidar y por ello la
alejar de s. Dice
Esquivel, que en esta ocasin la nia fue cedida a la abuela,
quien implor a la
madre le permitiera tener a la pequea: Ella pertenece a mi
corazn, ella
pertenece a mi sentimiento, en ella est presente la imagen de mi
hijo44
Es importante sealar dos puntales en esta parte de la narracin:
uno, es el hecho
de que la madre enamorada, recibe una propuesta de matrimonio, y
ese da
decide regalar a su hija argumentando cmo todo se olvida en esta
vida y en tal
sentido la nia pasar a ser parte del fuego de su pasado. No se
sabe qu ocurri
en el pasado de la madre, pero lo que haya sido desea olvidarlo
y este propsito
incluye desprenderse de la hija, actuando bajo el influjo del
amor de un hombre,
quien la instituir como su esposa.
De otro lado, la abuela, soporte emocional para la nia, implora
le cedan su
cuidado pues la pequea es parte de su ser y sobre todo evoca al
hijo que ya no
est. Al parecer por esta anotacin, el amor de la abuela hacia la
nia est
soportado en la presencia y representacin que en ella advierte
de su hijo varn.
Es un varn, en la figura del hijo, quien motiva un
comportamiento amoroso hacia
la nia. As como es un varn, en tanto objeto de amor para la
madre, quien
43 Ibd,, p. 40 44 Ibd., p. 39
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33
provoca el desprecio de sta hacia la hija. Con este razonamiento
cobra sentido
una afirmacin anterior referida a cmo el devenir divino proviene
del hijo varn.
Afirmacin que encierra una doble dimensin, de un lado, parece
ser que es l
quien logra instituir a la mujer como objeto de amor, es a travs
de l, de su
recuerdo, que la abuela acoge amorosamente a Malinalli; y es
tambin el varn
quien provoca una accin de abandono en la madre al instituirla,
con su amor,
como mujer.
Resulta pertinente traer nuevamente a Medea y establecer un
contrapunto en la
posicin que ella asume con la posicin que se ha descrito asume
la madre de
Malinalli. Ambas mujeres son descritas en posiciones distintas
pero cercanas en lo
que compete a los efectos sobre los hijos. En ambas est presente
una relacin
de amor con un hombre que las instituye como mujeres, con la
diferencia de que
Medea pierde esta condicin cuando su esposo elige amar a otra
mujer; y la
madre de Malinalli, la adquiere va la propuesta nupcial. Estos
dos personajes,
mediados por el amor de un varn, introducen la dimensin de mujer
en la madre
y esta dimensin se traduce en efectos sobre los hijos: recurdese
cmo Medea
los asesina y la madre de Malinalli la regala. Ambas madres se
desprenden de sus
hijos para dar lugar a pasiones relacionadas con el amor de un
varn.
Ahora, motivados por la pregunta de investigacin, situemos una
escena del lado
de la pequea Malinalli, ya no a sus tres aos, sino a los cinco,
edad en la que, ya
sin la abuela, es nuevamente entregada por la madre:
En el da que estaba an por iniciar, por tercera vez en su vida,
experimentara un
cambio total. Cuando el sol saliera, nuevamente la iban a
regalar. No se explicaba
qu poda haber de malo en su interior para que la trataran como
un objeto
estorboso, para que con tal facilidad prescindieran de ella. Se
esforzaba por ser la
mejor, por no causar problemas, por trabajar duro45.
45 Ibd., p. 21
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34
Se advierte en Malinalli un afn por comprender por qu, aunque se
esmere en
ser la mejor y no ocasionar problemas, no consigue echar races
en el amor de la
madre. El ser apartada del lado de su madre le genera un
sentimiento de que algo
malo habita en su interior y la hace un objeto estorboso. Qu
significa para una
mujer sentirse como un objeto estorboso para la madre? Cuando a
la edad de 5
aos la madre condujo a Malinalli hasta la salida del pueblo, la
pequea:
Se aferraba a la mano de su madre, como queriendo hacerse una
con ella. Pero
su deseo fue en vano. Su madre le solt los pequeos dedos
agarrotados, la
entreg a sus nuevos dueos y dio media vuelta. Malinalli, al
verla alejarse, se
orin y en ese momento sinti que los dioses la abandonaban46
Una escena como esta, sin duda puede echar luces sobre
consecuencias
derivadas de la relacin con la madre. Querer hacerse una con la
madre pareca
ser el deseo de la pequea, imaginaba que as lograra permanecer a
su lado,
pero la madre de Malinalli acababa de ser instituida como mujer
con una promesa
nupcial y, situada por fuera de la toda madre, alej de s a la
hija.
Esta narrativa deja ver cmo la relacin de la madre con la hija
no se sita
precisamente en la armona engalanada por una tradicin que
deposita en la
madre una funcin amorosa acompaada de postulados segn los cuales
el amor
supone una relacin irrestricta de cuidado y bienestar. Afirmacin
que tiene lugar
no solo en los relatos mitolgicos sealados, sino tambin en los
cuentos, de los
cuales es posible establecer alguna referencia a la relacin
madre-hija, no
obstante aludir ellos, generalmente, a madrastras despiadadas,
envidiosas y
crueles que buscan destruir a la hijastra, siempre una joven y
dulce doncella, tal y
como se puede leer por ejemplo en el tradicional cuento infantil
de Blancanieves.
46 Ibd., p. 34
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35
En el texto Psicoanlisis de los cuentos de Hadas47, el autor
retoma una de las
muchas versiones de esta historia, segn la cual la madre de
Blancanieves muri
como consecuencia de su nacimiento; no se sabe lo que ocurre con
ella hasta sus
siete aos, a pesar de que a su lado hay una madrastra, pero por
sta llegan los
problemas: en este caso, segn Bettelheim, aparece enfrentado el
narcisismo de
la madre, al descubrir en el espejo su imagen enfrentada a la de
la fresca belleza
de su hija48 y vienen los celos que la muchacha le genera, pues
cada da es ms
bella. La belleza de la nia desata la hostilidad y odio en la
madrastra hasta el
punto de disponer la muerte de la muchacha.
Sin embargo, en la que podra ser la primera versin impresa,
escrita por Heinrich
Dickerhoff49, publicada en 1812 con el ttulo La pequea
Blancanieves50, no es la
madrastra quien desea el mal de la hija cuando crece, sino la
madre biolgica.
Segn Dickerhoff, cuando crece la nia cuya madre, una reina, haba
deseado que
fuese tan blanca como la nieve", y la supera en belleza, produce
sus celos de tal
modo que decide la muerte para su propia hija. As, la rivalidad
que se va a
profundizar es atribuible a que la hija alcanza con la edad sus
atributos como
mujer y luce tan o ms hermosa que la madre.
En las dos versiones citadas de este cuento, cuando la nia
adviene mujer desata
los celos y la rivalidad bien sea en la madrastra o en la madre.
En ambas la
hostilidad hacia Blancanieves es guiada por la rivalidad
derivada de la belleza de
la nia. Bettelheim anota: No sabemos por qu la reina de
Blancanieves, no
puede envejecer y sentirse, al mismo tiempo, satisfecha del
proceso de su hija al
convertirse en una muchacha encantadora.51 Si bien no es
explcito en esta
versin del cuento las motivaciones ntimas que dan origen a la
hostilidad de la 47 BETTELHEIM, Bruno. Psicoanlisis de los cuentos
de hadas, Barcelona. Ares y Mares Ed. Crtica, S.L. 2010, p. 272. 48
Ibd. 49 Presidente de la Sociedad Europea de Cuentos, quien
intervino al respecto en un congreso internacional de fillogos,
cuentistas e investigadores del gnero, celebrado en Postdam.
http://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/8165152/Blancanieves-la-princesa-alemana.html
s.p.i. 50 Mara. s.d.. Blanca Nieves Una princesa o una Condesa
alemana? Cuentos dominios pblicos. realibros, 2007. Disponible en:
http://www.arealibros.es/cuentos/blancanieves-una-princesa-o-una-condesa-alemana.html
Consulta, julio de 2014 51 BETTELHEIM, Bruno. op. cit. p. 262
http://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/8165152/Blancanieves-la-princesa-alemana.htmlhttp://www.arealibros.es/cuentos/blancanieves-una-princesa-o-una-condesa-alemana.htmlhttp://www.arealibros.es/cuentos/blancanieves-una-princesa-o-una-condesa-alemana.html
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madre y que desatan su odio y rivalidad, el autor llama la
atencin sobre un afecto
presente en la madre que no la sita del lado de la complacencia
ante la belleza y
encanto de la hija.
1.3 La madre desde otras perspectivas disciplinarias
Diferentes disciplinas se han referido a las madres, si bien no
siempre de una
manera explcita, las referencias vinculan a la madre con el
cumplimiento de
funciones en los procesos de socializacin. Por ejemplo en la
sociologa, una
referencia a la madre se localiza siguiendo el abordaje de la
familia en diferentes
culturas, donde ella cumple la misin de transmisora de saberes
de su comunidad
de referencia (habitus, en el caso de Bourdieu).52 A la madre
tambin se ha
referido la antropologa, que dimensiona una mirada en una
perspectiva de
historicidad y de cultura, segn veremos ms adelante; asimismo la
filosofa,
campo en el que nos apoyamos en Rousseau, y en las filsofas y
feministas,
Simone de Beauvoir y Elizabeth Badinter.
Vayamos a Rousseau, filsofo en el siglo XVIII, quin en el Libro
V Emilio o la
educacin53 propone un ideal de mujer que escenifica en Sofa,
mujer que imagin
como compaera del hombre. All, el autor hace un recorrido por
los valores que
socialmente deben orientar la educacin de una mujer de manera
tal que no viva
en la ignorancia absoluta pero que aprenda solamente aquello que
le conviene
saber, y esa conveniencia est referida a los recursos para
gobernar una casa,
interesando que aprenda la obediencia y demuestre una buena
conducta; as se
establece en el texto:
Por lo mismo que la conducta de la mujer est sujeta a la opinin
pblica, su
creencia lo est tambin a la autoridad. Toda muchacha debe tener
la religin de
52 Bourdieu, Pierre. Los usos sociales del parentesco En: El
Sentido prctico. 1 Ed, Siglo XXI editores S.A., Buenos Aires,
Argentina, 2007 53 Rousseau, Jean Jackes. Emilio o la Educacin
(1760) libro V. Disponible en:
http://peuma.unblog.fr/files/2012/06/Emilio-ROUSSEAU.pdf
http://peuma.unblog.fr/files/2012/06/Emilio-ROUSSEAU.pdf
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37
su madre y toda casada la de su esposo. Aun cuando esta religin
fuera falsa, la
docilidad que sujeta a la madre y a la hija al orden de la
naturaleza borra para con
Dios el pecado del error. No hallndose en estado de ser jueces
por s mismas,
deben admitir la decisin de sus padres y de sus esposos como la
de la Iglesia54
Esta alusin a que la mujer demuestre una buena conducta, siga la
voluntad de un
otro varn, as como la religin de la madre, est soportada en una
supuesta
naturaleza que sujeta a las mujeres madres e hijas, a la
autoridad del padre, el
esposo y la iglesia, sugiriendo de ellas obediencia y
sumisin.
En el libro recin citado, Rousseau sostiene cmo la mujer est
hecha para
complacer al hombre, para serle agradable e incluso para
soportar su injusticia:
agradarles, serles tiles, hacerse amar y honrar de ellos,
educarlos cuando nios,
cuidarlos cuando mayores, aconsejarlos, consolarlos y hacerles
grata y suave la
vida, son las obligaciones de las mujeres en todos los tiempos,
y esto es lo que
desde su niez se las debe ensear.55 S esta es una condicin de la
educacin
de las mujeres, podra preguntarse por esta enseanza y su relacin
con la
maternidad, en tanto tambin dice el autor, que es preciso
preparar a la mujer para
la maternidad, asumiendo que la madre rousseauniana ser aquella
dotada de
paciencia y dulzura, con una solicitud y un cario que nada logra
alterar, y que por
el contrario, logra dar lugar al padre y a la unidad familiar:
es el vnculo entre los
hijos y el padre; ella se los hace amar y le inspira confianza
para que los llame
suyos. Cunta ternura y solicitudes necesita para mantener unida
toda la familia!
Por ltimo, nada de esto debe ser en ella virtud, sino
placer.56
De lo anterior se desprende no solo una concepcin sobre la
mujer, sino tambin,
una dimensin de la madre asociada a la paciencia y dulzura,
adems de atribuirle
una funcin garante de reconocimiento de la paternidad; es decir,
segn el autor,
es la madre quien debe dotar al padre de confianza en su ser y
funcin paterna,
logrando as la unidad familiar. Funciones que la madre ha de
asumir revestida de
54 Ibd., p. 263 55 Ibd., p. 254 56 Ibd., p. 251
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38
delectacin. Se puede colegir de estos planteamientos
rousseaunianos,
atribuciones en la educacin que naturalizan la sumisin en la
mujer, actitud que
ella, en condicin de madre, debe seguir revestida de placer.
Dos siglos despus, Elizabeth Badinter, refirindose al legado de
Rousseau, nos
recuerda su discurso alusivo a la madre como la encargada del
aprendizaje de la
nia y lo cita: le ensear que la condicin natural de las mujeres
es la
dependencia. La habituar a que cambie sus proyectos para
someterse a los
ajenos.57 He aqu una transmisin, que segn el discurso
rousseauniano, tiene
lugar en la relacin madre -hija, la madre transmite a la hija
sumisin y obediencia,
lo que supone como consecuencia para ella, la dependencia como
aprendizaje.
Puede anotarse segn lo expresado, cmo de este comportamiento
materno, la
hija obtendr un aprendizaje de valores y preceptos que la hagan
una mujer dcil
e inclinada a la maternidad y a la obediencia. As puede irse
anudando una
concepcin de madre y efectos derivados de ella, en la hija.
Un contrapunto al discurso rousseauniano (siglo XVIII), tiene
lugar en el siglo XX,
de la pluma de la reconocida filsofa Simone de Beauvoir, primera
feminista en
sealar la maternidad como atadura para las mujeres, y quien
impugna una
idealizacin de la maternidad como nico destino femenino, al
cuestionar la idea
segn la cual a travs de la maternidad la mujer realiza
integralmente su destino
biolgico; esta es su vocacin natural, puesto que todo su
organismo se halla
orientado hacia la perpetuacin de la especie58.
Beauvoir concluye enseguida que la sociedad humana no se
encuentra
abandonada nunca a la naturaleza.59 La autora niega el discurso
dominante que
defiende la existencia de un instinto materno en las mujeres y
lo sita en el orden
de la cultura. Saletti Cuesta60, en un estudio denominado
Propuestas tericas
57 Badinter, Elisabeth. El discurso moralizante heredado de
Rousseau o Sofa, sus hijas y sus nietas, En: Existe el instinto
maternal? Historia del amor maternal siglos XVII al XX, Ed. Paids,
Barcelona, Espaa, 1991, p. 204 58 De Beauvoir, Simone. El segundo
sexo, 1949. Ed. Siglo XX, Buenos Aires, 1981, p. 307 59 Ibd. 60
Investigadora- Consultora en Salud Pblica y Desigualdades de Gnero.
Espaa.
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39
feministas en relacin al concepto de maternidad,61 refirindose a
Beauvoir,
plantea que la autora reinterpreta el cuerpo materno indicando
que no es un
cuerpo biolgico, ms bien se trata de un cuerpo cuyo significado
biolgico se
produce culturalmente al inscribirlo en los discursos de la
maternidad, que
postulan a la madre como sujeto.62
S la sociedad humana no se encuentra sujeta a su naturaleza, y
es la cultura la
que constituye el sujeto de la madre, supone que una mujer puede
sustraerse de
su disposicin biolgica para la maternidad como imperativo, es
decir, que una
mujer puede decidir o no hacerse madre en tanto la maternidad no
corresponde a
una determinacin natural. Al respecto afirma Saletti Cuesta El
deseo femenino
no es maternal ni anti-maternal, sino que es ambivalente,
contradictorio, siendo la
ambigedad la caracterstica de la maternidad.63 Se subraya de
esta cita, la
alusin al deseo femenino puesto no en funcin de la maternidad,
sino del lado de
la ambivalencia; si se entiende que la ambivalencia es propia de
los sentimientos
humanos, podra decirse que la maternidad estara supeditada a
opuestos.
Adems, situar el deseo femenino capaz de decidir o no por la
maternidad,
colabora con el postulado de Beauvoir referido a la autonoma de
la mujer
respecto al acto de ser o no madre, contrariando el ideario
social de la maternidad
como imperativo para la mujer.
Adems, dice Beauvoir que el ser madre se produce en un contexto
relacional
madre-padre-hijo. En ese contexto relacional la madre comporta
una funcin
primordial, no slo nutricia, sino tambin socializadora y en
consecuencia,
referente de la primera representacin de la cultura. Ahora bien,
no es suficiente
con afirmar que la madre es representante de la cultura sino se
comprende su
articulacin al lenguaje. Bien puede establecerse una intrnseca
relacin entre
lenguaje-cultura-madre; pretensin en la que nos servimos de la
historiadora
61 Saletti, Cuesta, Norma. Propuestas tericas feministas en
relacin al concepto de maternidad. Universidad de Granada, Espaa,
2008. Disponible en:
http://www.ugr.es/~esmujer/pdf/Saletti_Cuesta_articulo_revista_clepsydra.pdf
Consulta, julio de 2014 62 Ibd. 63 Ibd.
http://www.ugr.es/~esmujer/pdf/Saletti_Cuesta_articulo_revista_clepsydra.pdf
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40
Guiomar Dueas, quin en su texto Desentraando la lgica que supone
la
inferioridad de la mujer afirma una funcin principal de la madre
es la transmisin
del lenguaje.64 As la madre es representada con una funcin
socializadora,
representante de la cultura a travs del lenguaje. Un enunciado,
propuesto por
Virginia M Baca65, puede ayudar a comprender el anudamiento
propuesto:
La cultura y todo lo que supone la cultura como distintivo de la
naturaleza es a la
vez condicin y producto del lenguaje, en la medida en que el
lenguaje es el nico
medio para conservar y transmitir a las generaciones ulteriores
las capacidades
adquiridas y las informaciones y los hbitos adquiridos66
Segn lo expuesto y la cita recin establecida, puede comprenderse
el lenguaje
como va para transmitir; y si la madre es su principal
representante, entonces
podra decirse qu una funcin de la madre es transmitir la
informacin y saber
necesarios para la preservacin de hbitos, costumbres, valores y
prcticas,
subyacentes en la cultura, transmisin que hace va el
lenguaje.
Se haba sealado antes, derivado del El Emilio, una funcin de la
madre dirigida
a hacer existir al padre y garantizar la unin de la familia. De
acuerdo a lo
sealado en el planteamiento sobre el contexto relacional
madre-padre-hijo, puede
aadirse lo siguiente: de un lado, no existe madre sin un padre y
sin un hijo. Y de
otro lado, una funcin de la madre compete a la socializacin
primaria, contexto en
el cual transmite el lenguaje y con l los puntales de la
cultura.
De otro lado, la filsofa francesa Elisabeth Badinter, discpula
de Simone de
Beauvoir, en su texto El conflicto: la mujer y la madre67
defiende la inexistencia de
un instinto maternal en los humanos a la vez que postula la
existencia de
64 Dueas Vargas, Guiomar. Desentraando la lgica que supone la
inferioridad de la mujer, en: Mujer, Amor y Violencia. Tercer Mundo
y Universidad Nacional de Colombia, 1991, p. 43 65 Licenciada en
traduccin e interpretacin, Universidad de Mlaga, 2008.
www.eumed.net/rev/cccss/08/vmbm2.htm, consulta julio de 2014 66
Baca Mateo, Virginia M. El lenguaje como hecho cultural, en:
Contribuciones a las Ciencias Sociales, abril 2010, Disponible en:
www.eumed.net/rev/cccss/08/vmbm2.htm. Consulta julio de 2014 67
Monserrat, Domnguez. A vivir que son dos das. Entrevista a
Elizabeth Badinter, a propsito de su libro La mujer y la madre.
Pars, mayo de 2011
http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/elisabeth-badinter-maternidad-nueva-forma-esclavitud/csrcsrpor/20110501csrcsrsoc_4/Tes
Consultado abril de 2014.
http://www.eumed.net/rev/cccss/08/vmbm2.htmhttp://www.eumed.net/rev/cccss/08/vmbm2.htmhttp://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/elisabeth-badinter-maternidad-nueva-forma-esclavitud/csrcsrpor/20110501csrcsrsoc_4/Teshttp://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/elisabeth-badinter-maternidad-nueva-forma-esclavitud/csrcsrpor/20110501csrcsrsoc_4/Tes
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41
diferentes maneras de ejercer la maternidad, que no se inscriben
necesariamente,
en la incondicionalidad del cuidado y proteccin. Reconoce
Badinter, la presencia
de un sentimiento de amor en el ser humano, no por ello perfecto
en la madre, en
tal sentido afirma Queremos hacerlo todo bien pero,
inevitablemente, nos
equivocamos a diario.68
Lo anterior sugiere desmitificar el ideal social de un amor
absoluto, sin tacha
presente en la madre, as parezca ser un ideario de difcil
transformacin, al decir
tambin la autora En el fondo de nosotros mismos, nos repugna
pensar que el
amor maternal no sea indefectible. Tal vez porque nos negamos a
cuestionar el
carcter absoluto del amor de nuestra propia madre69. Parece
existir una
expectativa social que presume a la madre en una funcin
ilimitada de amor,
condicin sine qua non de la buena madre, idealizacin que la
deshumaniza y
sita lejos de sus propios intereses, segn se deriva de un
planteamiento de
Badinter, quien en el texto Existe el instinto maternal?, se
refiere a la madre
como:
Un personaje relativo y tri- dimensional. Relativo porque no se
concibe sino en
relacin con el padre y el hijo. Tri-dimensional porque adems de
esa relacin
doble, la madre es tambin una mujer, esto es, un ser especfico
dotado de
aspiraciones propias, que a menudo no tienen nada que ver con
las de su marido
ni con los deseos del nio.70
Esta nominacin de la madre como un personaje relativo y
tridimensional, adems
de la consideracin que supone el ser nombrada como personaje,
anuda dos
coordenadas importantes de sealar, una que refiere que la madre
adquiere tal
condicin, segn se haba sealado antes, en tanto existe un padre y
un hijo, lo
que puede leerse como una afirmacin segn la cual la naturaleza,
aun con la
disposicin biolgica de la mujer, no hace madres, sino que se
requiere del aporte
de otro - varn- y del hijo para que ello suceda. De otro lado,
reconoce la
68 Ibd. 69 Badinter, Elizabeth. Existe el instinto maternal?
Historia del amor maternal. Siglos XVII al XX. Espaa, Ed. Paids
Ibrica, S.A. 1981, p. 14 70 Ibd., p. 15
-
42
existencia de una mujer en la madre, una mujer con aspiraciones
que no
necesariamente estn en correspondencia con las de la madre y
esposa y que
suponen una disimetra entre la madre y la mujer, tal y como ya
se tuvo noticia en
referencias anteriores en este captulo.
No obstante, es importante subrayar cmo la disimetra a la que se
alude entre la
mujer y la madre, comporta intereses distintos cuando se trata
de Medea, en quien
esta disimetra est vinculada con la venganza cuando descubre que
el hombre a
quien ama, dirige su amor a otra; en tanto en las anotaciones de
Badinter, se
acenta la presencia de aspiraciones en la mujer que no se
corresponden con el
ideario social que le supone el ser esposa y madre.
Otro punto de vista sobre la madre se trae de la pluma de Nancy
Scheper,
Antroploga estadounidense, contempornea de Badinter, quien en
1992 public
el texto La muerte sin llanto, violencia contra mujeres
embarazadas.71 En l
estenografi la sociedad nordestina brasilea, y en uno de sus
apartes refiere un
carcter ambivalente en la descripcin que se hace de las madres,
anota: A
veces han recibido atribuciones desmesuradas, apareciendo como
figuras
todopoderosas o todo-destructivas; o bien han sido representadas
como seres
desvalidos y dependientes, seres angelicales72 Este imperio
poderoso o
destructor atribuido a la madre, en parte coincidente con la
representacin mtica
descrita al inicio de este captulo, est a su vez en sintona con
el planteamiento
de Saletti Cuesta, ms arriba sealado, al anotar Scheper, cmo
cuando de
caracterizar a la madre se trata, es la sociedad quin reviste a
la madre de estas
caractersticas ambivalentes.
Hasta ahora de manera preponderante se han referenciado aspectos
sobre la
madre sealando concepciones de ella, roles, funciones y
tambin
comportamientos y actitudes en la relacin con la hija. Si bien
esta investigacin
se ocupar de un captulo concerniente a la relacin madre-hija, se
considera
71 Scheper-Hughes, Nancy, Amor materno/ amor alterno, En: La
muerte sin llanto. Violencia contra mujeres embarazadas, Ed. Ariel,
S.A. Barcelona, 1997 72 Ibd., p. 2
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43
pertinente traer dos referencias concretas sobre lo que acontece
en esta relacin,
propuestas desde enfoques contemporneos cmo son los estudios de
gnero.
Una mirada desde esta perspectiva al contexto en que se han
desenvuelto
muchas mujeres en Colombia, sin duda permite un acercamiento al
propsito
enunciado.
Para ello se cita una investigacin realizada por Mara Victoria
Uribe, sobre la
cultura poltica campesina y la violencia en Colombia73, en