REIKI EN MOVIMIENTO - api.ning.comapi.ning.com/files/ZNt8FIknlRN2YC5zxQPkQItf7Ua32ysmNPZII4Mj1... · Reíki fui y soy un ejemplo viviente, no hizo falta la recomendación. Los conocidos

LIC. MARÍA ANGÉLICA DUARTEMAESTRA DE REIKI

REIKI EN MOVIMIENTOUna forma de vida

Una forma de dar vida

EDITORIAL DUNKENBuenos Aires

2010

Lie. Duarte, María AngélicaReiki en movimiento. Una forma de vida. Una forma de dar vida,la ed. - Buenos Aires: Dunken, 2010.128 p. 16x23 cm. '

ISBN 978-987-02-4486-8

1. Terapias Alternativas. 2. Reiki. I. Título

CDD 615.882

Impreso por Editorial DunkenAyacucho 357 (C1025AAO) - Capital FederalTeVfax: 4954-7700 / 4954-7300E-mail: [email protected]ágina web: www.dunken.com.ar

Hecho el depósito que prevé la ley 11.723Impreso en la Argentina© 2010 Lie. María Angélica DuarteE-mail: [email protected] 978-987-02-4486-8

AGRADECIMIENTOS

A mis pacientes y alumnos porque con sus necesidades y su con-fianza en Reiki me permitieron conocer y reconocer lo que muestra laenergía de cada uno cuando falta o se estanca.

Al Doctor Rogelio D'Ovidio, porque me alentó para que escribieseeste libro.

A mi Maestro de Reiki, Claudio Márquez. Su guía me permitiódescubrir mi Maestro interior. Todos lo tenemos pero normalmente nolo escuchamos o no lo tenemos en cuenta.

A mis amigos y a mi familia por la paciencia y el amor que me tie-nen ya que muchas veces los he dejado de lado (en cuanto a la presenciafísica), por tratar de recorrer este camino lo mejor posible. Ellos sabenque siempre estuve, estoy y estaré a su lado, pero también es bueno queles diga que los amo.

A Silvina Heredia, a Diego Laurini y a Leonardo Tambussi, mara-villosas personas. Cada uno desde su profesión estuvo a mi lado desdeque se gestó la idea de C.R.E.A.R., mi Escuela de Reiki. Silvina diseñóel Logo y los Certificados, Diego me asesoró para que pudiese hacer losregistros correspondientes y Leonardo diseñó la tapa de este libro... ¡quéafortunada soy de tenerlos en mi corazón y estar en el de ellos!

La lista es eterna, pero para finalizar y desde lo más profundo demi alma, un gracias enorme para todos los que lean este libro porque alhacerlo estarán abriendo su consciencia a una forma diferente de ver larealidad y dándome la oportunidad de contarles cómo es vivir Reiki.

A todos los que de una u otra manera me ayudaron a concretar estesueño... GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS

INTRODUCCIÓN

Siempre escuché decir que la introducción de los libros se escribeal final, me parecía ridículo. ¿Cómo se puede escribir el capitulo quenos conduce hacia el corazón de un libro al final?... ya he obtenido larespuesta..., simplemente escribiéndolo, porque estoy haciendo exacta-mente eso.

En estas páginas he plasmado lo que he vivido y sentido a lo largode siete años de práctica continua. No sólo reúne vivencias sino tambiénmuestras reales de la presencia viva de la energía como fuente de vida.

He acompañado con Reiki a más de 200 personas en este tiempo,las cuales han recibido alrededor de 12.500 sesiones. Una cifra muyimportante, al menos para mí. Al principio no llevaba un registro, poreso el periodo de observación para este trabajo es de 5 años y parte delaño 2004.

Quizá como casuística no tiene relevancia, pero si puedo afirmarque es un llamado de atención porque partiendo desde lo casual aprendía reconocer lo causal y la realidad es que somos energía pura y nuestrocampo magnético se nutre de la energía del Universo. La bendiciónmayor que he podido recibir y fueron muchas a lo largo de mi vida, espoder ser el puente entre ambas energías.

Cada capítulo de este libro encierra un sentimiento, una vivencia,un dolor, un milagro. Los milagros existen pero no como algo mágicovenido del cielo sino como algo concreto, real, de este mundo, hechosque ocurren precisamente en el diario vivir, sólo es cuestión de estaratentos.

Una sonrisa, una caricia, una palabra dicha a tiempo es un verda-dero milagro que por correr en busca de no sé qué cosa nos perdemosde dar y disfrutar.

Hace bastante tiempo decidí caminar despacio y en ese andar lentopude descubrir la verdadera esencia de la vida. Mientras los demás co-rren con su walkman, mirando hacia abajo con caras de preocupación

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porque necesitarían un día de 48 horas para hacer todo lo que desean.Yo marcho lento, mirando hacia arriba intentando hacer con verdaderoamor lo que me toca cada día.

Caminar despacio me permite disfrutar del cielo, de las flores, delas plantas, hasta de las caras tensas y preocupadas de las personas quepasan apuradas a mi lado.

No es mí costumbre usar auriculares porque me impiden disfrutarde los sonidos de la naturaleza. Nuestra ciudad es hermosa tiene muchosespacios verdes y aún se puede escuchar el canto de los pájaros con sóloprestar un poquito de atención.

Estos son los verdaderos milagros de la vida, estar atenta me hapermitido disfrutarlos y este don me fue regalado a través de Reiki, enel preciso momento en el cual este maravilloso método se transformóen un estilo de vida para mí.

Cuando comencé a vivir, a sentir, a experimentar la energía, mialma se liberó y mi mente se aquietó generando un estado de paz interiorque actualmente no es negociable. Todo es malo o nocivo si me conducea la pérdida del mismo.

En estos momentos soy plenamente consciente de que vivir en pazes lo mejor. Por eso es que siento que Reiki no sólo es una forma de vidasino además es una forma de dar vida.

Este libro consta de tres partes. La primera es el testimonio realde lo que me fue sucediendo a medida que me convertía en una Deshi(practicante de Reiki).

La segunda incluye el relato de algunos casos testigos que muestranla efectiva presencia de Reiki como camino de sanactón y el testimoniode quienes han podido experimentar la ternura, el amor y ¡la vida! Encada sesión de Reiki la energía les fue mostrando cómo con muy pocose puede obtener todo...

Finalmente y para dar cierto rigor científico a este compendio,incluyo datos estadísticos del seguimiento de los pacientes, algunosfueron quedando en el camino, pero otros, los que pudieron entregarse

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y confiar plenamente en la energía, aún siguen transitándolo, casi todoscomo verdaderos practicantes de Reiki.

No pretendo nada mas que éste sea el puntapié inicial para muchosy mejores trabajos de investigación, creo que todos nos merecemos,rescatar nuestros valores y sentir que existe un mañana Heno de luz yesperanza.

No creo ser la única bendecida, estoy segura de que todos los prac-ticantes tenemos las mismas experiencias. Esto nos pone a todos frentea la posibilidad de reunir información, que por cierto normalmente esmuy vasta y valiosa.

Es necesario asumir el compromiso de divulgar los cambios sucedidosluego de la aplicación de este método. Básicamente si se lo incorpora comoparte de un tratamiento médico.

Realmente, Reiki optimiza y acompaña con sabiduría cualquier tra-tamiento y mejora lo cotidiano, el diario vivir. Como dije anteriormente,hay que darlo a conocer con pruebas reales y comprobables..., esa esuna de mis metas, es hacia donde voy.

He dado Reiki a muchas personas con distintos tipos de patología ysometidas a diferentes tratamientos: médicos, quirúrgicos, oncológicos,psiquiátricos etc. En todos los casos pude confirmar que acelera los pro-cesos de recuperación y mejora notablemente la calidad de vida.

Sin duda la casuística que he reunido no es aún suficiente pero esmuy elocuente, da que pensar, moviliza, incita a seguir investigando, aluchar, a reunir la mayor cantidad de información posible, ¿para qué?...el tiempo lo dirá.

No se puede negar que es mejor prevenir las enfermedades que curar-las. También es sabido que cuando están instaladas lo ideal es recuperaral paciente lo más rápido posible. Y no cabe duda alguna que frente a loirremediable es esencial mejorar la calidad de vida. Me atrevo a afirmarque todo esto y mucho más es posible de lograr con Reiki.

En el mundo entero se pregona que la prevención de las enferme-dades y la recuperación de la paz interior es la mejor y única manerade conservar la salud. Eso es real, pero yo agregaría que básicamente

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lo que importa es recuperar el interés por rescatar el verdadero valor delas cosas, ¡su esencia!

Estoy segura de que Reik; es un método ideal para conseguirlo ¿Porqué?, porque cuando una persona, en vez de seguir pensando en formanegativa acerca del futuro, de la vida y de lo que sea, es conducida haciauna reactivación energética, logra poner en marcha el alma por sobre eldominio negativo de la mente.

Aquietar la mente permite que los sentimientos prevalezcan sobre lospensamientos y este cambio favorece la supervivencia y calidad de vida.

Creo humildemente que este método, de manera muy sutil, nosmuestra cómo hacer el cambio en el menor tiempo posible. No sólo nosindica el camino sino que básicamente nos da la fuerza para seguirlo.

Por lo general las personas enfermamos por la no aceptación. Vi-vimos en un mundo donde el so como respuesta es inadmisible. Nosabemos aceptar que somos perfectibles, no perfectos. Nos creemosomnipotentes y el vano intento de manejar y resolver todo, nos frustra,nos amarga, nos da bronca.

Nos empeñamos en querer cambiar al otro... nada más decepcio-nante y desgastante que esto pues no podemos hacerlo. Insistir en elloen vez de intentar generar nuestro propio cambio, nos conduce irreme-diablemente hacia un deterioro energético.

La frustración y la desilusión, hacen que perdamos nuestra energíao lo que es peor, las toxinas que se generan invaden nuestro ser. Lafamosa expresión mala sangre ejemplifica perfectamente lo que quierodecir, y esas noxas se estancan y alojan en cada célula de nuestro cuerpoenfermándolo irremediablemente.

. Como dije anteriormente, no creo ser la única que diariamente estestigo de tanta maravilla, por lo tanto el objetivo principal de este libroya que no soy escritora, es comentar mis experiencias, tal cual las hevivido.

Mi mayor deseo es incentivar a todos los practicantes de Reiki paraque se dediquen a investigar, documentar y publicar los resultadoshallados en sus gabinetes.

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Un mundo desconocido se abrió frente a mí, ser testigo de pequeñosmilagros me hizo pensar que todo estaba a nuestro alcance, que con sóloechar un vistazo podiamos verlo, palparlo, hacerlo nuestro. Siempre megustó compartir las cosas buenas, si algo me hace bien, lo recomiendo.

Todo lo que siento como bueno para mí, pienso que también lopuede ser para los demás, por lo tanto lo divulgo, lo doy a conocer. ConReíki fui y soy un ejemplo viviente, no hizo falta la recomendación.Los conocidos comenzaron a notar un cambio en mi y quisieron beberde la misma medicina.

Si bien es cierto que ya es innecesario e injustificado explicar quées Reiki, es imprescindible demostrar, lo más objetivamente posible,sus beneficios y cuáles son los resultados que se obtienen desde el mis-mo momento en el que se comienza a recibir energía a través de estemétodo.

Siento que debemos dejar de lado la falsa modestia, disfrutar lo quehacemos en forma plena y difundirlo. La verdad es que en cada sesión elreikista crea, o para decirlo correctamente es instrumento del CreadorSupremo, éste, a través de aquel genera una nueva realidad para cadapersona y para cada una, una realidad diferente.

Esto es posible porque hay una elección. El camino tomado es unoy la decisión de ponernos en conexión con lo Divino es absoluta. Unacombinación perfecta para que los milagros ocurran, aquí y ahora.

Todo lo que nos suceda hoy, mañana formará parte de nuestro pasado.Por eso, no podemos detenemos. La Sanación, como todos sabemos, ocurreen el presente o no ocurre nunca más.

El ayer no existe porque ya pasó, el mañana es incierto porque aúnno ha llegado, lo único verdadero es el dia de hoy, por lo tanto disfruté-moslo plenamente y tengamos un corazón generoso para compartir loque de esa experiencia de vida aprendemos.

PRIMERA PARTE

REIKI

Un camino hacia la vida

MI ENCUENTRO CON REIKI

La primera vez que escuché hablar de Reiki fue producto de la...¿casualidad? La Dra. Amores, Neurólogo, me invitó a formar parte deuna muestra para una investigación acerca de los efectos de Reiki en elsistema nervioso. En esos momentos me atendía con ella y no me inco-modó su pedido así que participé.

Como experiencia fue ni, ni buena ni mala, en primer lugar porqueestaba conectada a un aparato y en segundo lugar porque estaba más pen-diente de lo que ocurría en el entorno que de lo que me sucedía o sentía.

Recibí Reiki de dos Maestros, no me fueron presentados, peroal finalizar la sesión, uno de ellos me dijo que me faltaba energía oque daba mucha energía, pero de la propia, que sería interesanteque hiciera un Seminario de Primer Nivel de Reiki para que esto nosucediera.

Mucho caso no le hice, y para ser sincera pensé este tipo quierevenderme lo que hace. Además en ese momento sentí que eso no erapara mi, ¡Qué equivocada estaba!

Algunas semanas más tarde, la Dra. Amores me comentó que su amiga,la otra Maestra que había participado de la experiencia, había sugerido lomismo, que yo debía hacer el Seminario de Primer Nivel de Reiki.

Lo primero que se me ocurrió fue ¡ni loca, eso no es para mí!, peroella antes de que yo dijera nada y como sabiendo lo que estaba pensando,agregó que no perdería nada con probar y como remate dijo este fin desemana dicta un seminario, ¿por qué no te anotas?

Soy muy curiosa por naturaleza, me gustan los desafíos y tengo el sífácil para todo lo desconocido, por lo tanto lo hice. La excusa fue quierover qué es esto que llaman Reiki, en definitiva no será nada malo.

Fue una experiencia interesante, pero debo confesar que no practi-caba demasiado... por falta de tiempo..., o al menos ese era el versoque repetía constantemente, quizá para convencerme de ello. Pero enrealidad y recordando lo que siempre nos decía mi abuelita Alelí, cuando

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uno quiere siempre puede, por lo tanto debo reconocer que no practi-caba porque no quería.

Hice los tres primeros niveles de Reiki con muy poca diferencia detiempo entre uno y otro. Desde mi ignorancia pensaba que cuanto másestudiaba, más energía iba a tener y podría entender mejor qué era ycómo actuaba Reiki, ¡gran error!

Poco a poco fui tomando conciencia de que el conocimiento no meproporcionaba sabiduría y mucho menos pericia para manejar la ener-gía. Para decirlo correctamente, cuanto más investigaba más comprendíaque la energía no podía ser manejada desde un concepto teórico ni eraproducto de mi voluntad.

La famosa frase sólo sé que no se nada... se instaló en mi como undogma, porque si bien había una técnica, un método preestablecido quese aprendía, había algo más, una fuerza poderosa, perfectamente tangi-ble que también estaba y no dependía para nada de mi, ni del método.

Esto marcó mis primeros pasos en este hermoso camino. Fueron muydifíciles, tenía miedo, el mensaje de mi Maestra era la energía puedesanar o no, si la manejamos mal... muy duro el concepto, pero en mi co-razón una voz decía una y otra vez, nada que ver, la energía es amor.

Realmente asustaba, en el fondo no estaba de acuerdo, pero comoera el único referente que tenía, generaba en mi un gran conflicto inte-rior, no podía discutir demasiado, todo era muy nuevo para mí., pero nocompartía en absoluto esa afirmación.

En lo más profundo de mi corazón sentía otra cosa, mi sentido comúnme hacía reflexionar, si la energía es amor, ¿cómo puede hacer daño latuerza del amor?, en el peor de los casos no hará nada, pero daño jamás,pero ¿cómo demostrarlo?, recién estaba empezando y no sabía qué rumbotomar.

A pesar de todo, seguí insistiendo, sentía que éste era el camino ycomo soy muy cabeza dura, no detuve mi marcha. Tenía la certeza de quehabía algo más, maravilloso, sublime, pleno. Pero cuando uno no sabe, yno conoce, no ve más allá de lo que sus Instructores o Maestros le dicen.

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Constantemente mi mente decía, si manejar la energía es algoriesgoso, no voy a poder. ¿Cómo voy a manejar algo peligroso, si nolo conozco? Esto me generaba mucha angustia, tenía la fantasía que sicometía un error podía causar un daño irreparable.

Dar Reiki se había convertido en un suplicio más que en algo placentero,quedaba mal, sin fuerzas o directamente me enfermaba.

Lentamente fui encontrando la verdadera esencia de Reiki y a me-dida que ella se fue instalando en mi corazón, la luz comenzó a brillarintensamente. De repente entendí que el problema estaba en pensar quetodo era manejado por mí, que era un acto volitivo, ¡un gran errorde concepto!

En realidad yo no manejaba, ni manejo nada, sólo fui, soy y serécanal. Parece tonto, pero descubrirlo me liberó. Dejé de preocuparme, paséa ocuparme y descansé tranquila en brazos de la sabiduría universal.

Aún no entiendo cómo pude en algún momento sentirme tan omni-potente de pensar que todo dependía de mí o de mi decisión.

El miedo de hacer daño desapareció por completo, entendí que tenermiedo era dudar de Dios, era pensar que Él se podía equivocar o hacer lascosas mal... ¡tenía mucho que aprender!, esto recién comenzaba.

La práctica me permitió adquirir la capacidad de alejar de mi mentelo que yo quería, trabajé el desapego, el ego pasó a segundo plano y estofacilitó el libre fluir de la energía, en todo su esplendor.

Cada sesión era un descubrir cosas nuevas, muchas veces sentía quela energía fluía como un río caudaloso y se hacía difícil sostenerla. Perolo más importante fue darme cuenta que al despreocuparme por lo quedebía hacer, me cansaba menos, mejor dicho, no me cansaba.

Entendí perfectamente que al dar también recibía y todo comenzóa tener sentido. A partir de ese momento ya no enfermé y la carga emo-cional desapareció.

Entendí que con Reiki no se trata de buscar lo que se quiere sinode dejar que fluya lo que se necesita... un juego de palabras que marcauna gran diferencia.

DESCUBRIENDO EL CAMINO

Practicar Reiki sin estar condicionada por las necesidades de laspersonas y despojándome de lo que yo quería hizo que todo comenzaraa ser muy placentero. Dejé de pensar, comencé a sentir y esto marcó unadiferencia abismal, el camino a seguir ya no era cuesta arriba, era largoy sin fin, pero lleno de bendiciones.

Practiqué mucho trabajé duro sobre mí misma (respetando unode los principios Reiki) y esperé. Estaba segura de que hallaría lo queestaba buscando en el momento preciso. La vida me ha demostrado quelas cosas llegan a nosotros cuando estamos preparados para recibirlas.

La búsqueda no cesaba, tomé varios cursos, hacía talleres de todotipo. Finalmente decidí tomar la Maestría, pensé que hacerla generaría elgran cambio... pero no, no hubo magia sólo una certificación de haberhecho el curso.

El verdadero cambio estuvo centrado en la toma de conciencia deque todo estaba comenzando. El camino que se abría frente a mí erainfinito y la pregunta vino sola soy Maestra de Reiki, ¿y ahora qué?Esa pregunta me dio vértigo, creo que me asusté.

El compromiso era enorme, estaba en un camino totalmente des-conocido. No saber me generaba miedo, pero por otro lado era undesafio... ¡llegaste hasta acá, nácete cargo!, fue lo primero que seme ocurrió para darme ánimo. Cuando me recibí de Enfermera tuve lamisma sensación, llegar marcó el comienzo, no el final.

Pensándolo bien, hay una gran semejanza entre Enfermería y Reiki,ambos tienen una técnica específica pero que si no se aplica con amory entrega verdaderos, hacia uno mismo y hacia el otro, no funciona, ofunciona a medias.

Hubo una segunda pregunta que me golpeó más fuerte aún... ¿quévoy a enseñar? La respuesta me mostró una realidad poco feliz, sólopodía repetir (tipo loro) lo que decía el manual.

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Muy poco para estar frente a un alumno que seguramente estaríalleno de interrogantes, como lo estuve yo en su momento... ¡y lo sigoestando!

Ser Maestro, desde mi modesto parecer, es ser un verdadero líder yla verdad es que estaba tan llena de dudas que ni siquiera podía ser mipropio guía.

Compré algunos libros, leí y estudié mucho, pero aún no era sufi-ciente, faltaba algo muy importante, la práctica.

Una vez más asocié Reiki con Enfermería. Cuando me recibí deLicenciada, no ejercí la docencia sino hasta algunos años después detrabajar en el Hospital y adquirir el conocimiento que da la experienciay la práctica.

Sólo lo vivido y aprendido a través del trabajo continuo me permitióestar un poco más firme y segura para conducir un grupo de alumnos.Los libros no cuentan toda la realidad, hay cosas que sólo se aprendenaplicando lo aprendido y resolviendo sobre la marcha, porque como diceSerrat se hace camino al andar.

Nada es determinante ni taxativo, la práctica permite acceder a la sa-biduría que trae el tener que resolver en el momento. No todo es blancoo negro hay millones de tonalidades grises y eso sólo se aprende cuandouno está frente a cada situación y tiene que tomar una decisión.

Cada persona es un mundo que reacciona de una manera muyparticular y ésta es la que conduce al profesional a buscar respuestasdiferentes, acordes al hecho y a la circunstancia.

Con Reiki es igual, las reacciones son totalmente distintas y eso sólose puede observar con una práctica continua. La energía es la misma yfluye de un solo lugar, pero varía en función de la necesidad de cadauno, el receptor establece la diferencia.

Fue así como de a poco comenzaron a solicitar sesiones muchaspersonas con patologías diversas, algunas muy graves. La intensa prác-tica hacía crecer en mí la convicción de que había algo más... quetodo estaba recién comenzando. Día a día me enfrentaba a un desañodiferente y eso me motivaba cada vez más.

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En mi afán por conocer, en la búsqueda del camino correcto, laenergía me puso nuevamente frente a aquel Maestro que en su momentorechacé, pero que al escucharlo nuevamente, sentí que era un Maestrocon el cual podía aprender.,

Nuestra tarea como practicantes, está basada en el compromiso,la apertura, y la conexión con la energía. Esta apertura de conscienciasurge de saber escuchar nuestro Maestro interior.

Con el tiempo entendí que cada practicante debe generar su propioReiki para encontrar la forma de permitir el crecimiento espiritualdel otro, con el fin de que encuentre su verdadero camino.

En definitiva, lo más importante para el crecimiento espiritual esel trabajo que desarrolla el practicante sobre sí mismo, lo que cambiaen él, facilita el cambio en el otro, y para lograr esto se necesita unapráctica continua.

El reencuentro con mi actual Maestro me permitió sentir que ha-blábamos el mismo idioma, que muchas de las cosas que me pasabaniban a tener una respuesta, y sí no la tenían, por lo menos iba a podercomentárselas a alguien que podía llegar a entender lo que yo estabaexperimentando.

En algún momento dijo que para él existía un Reiki alopático, quesólo trata el síntoma. Hace bien, pero no busca el cambio y un Reikihomeopático que se ocupa de la persona en todos sus aspectos físico,mental, emocional y espiritual facilitándole el camino hacia su desarro-llo personal.

Me encantó esa comparación, fue muy explicativa, muchas vecesla uso con el fin de incentivar a mis alumnos para que vivan y sientanReiki para que puedan ocuparse de generar sus propios cambios.

A partir de ese momento, cada curso fue como un empujón deconfianza, fue un conectarse más y más con la energía. El miedo habíaquedado atrás, sólo existía la confianza.

Mí crecimiento espiritual me hizo comprender que sólo nuestrotrabajo continuo, nuestra entrega permanente y nuestra verdaderatransformación permiten que sucedan esos pequeños milagros que

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día a día presenciamos los practicantes de Reiki. Esto es verdad meocurre a diario y agradezco profundamente esa bendición.

Cada practicante, a través de su trabajo genera su propio Reiki y tiene,según sus creencias, sus guías y Maestros. Mi Gran Maestro es, fue yserá JESÚS, su guía está muy presente en mi corazón, me ha llevado dela mano siempre.

En los peores momentos de mi vida estuvo MUY PRESENTE ycuando toqué fondo, fue Él quien, extendiendo su mano, me dio lasfuerzas para salir a flote.

Pero también debo reconocer que necesito de los demás. Son muchaslas veces que necesito compartir lo que siento, intercambiar conceptos yvivencias. No sólo porque son muy fuertes y no las puedo sostener sinoporque el temor de cruzar la delgada línea que separa la cordura de lalocura, me persigue como una sombra.

Estar conectado con la energía nos permite presenciar pequeños mi-lagros diariamente y mi mayor temor es creer que yo los genero, sientoque caer en este error de concepto sería el comienzo del fin.

Gracias a Dios, puedo compartir con muchas personas mis ex-periencias. Mis dudas, que surgen a borbotones, me han facilitado elaprendizaje.